TANIGUCHI Masaharu - El Libro de los Jóvenes
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MASAHARU TANIGUCHI
EL LIBRO DE LOS JÓVENES 1* edición 1991 - SEICHO-NO-IE
EL LIBRO DE LOS JÓVENES
MASAHARU TANIGUCHI
EL LIBRO DE LOS JÓVENES
EL LIBRO DE LOS JÓVENES
MASAHARU TANIGUCHI
Masaharu Taniguchi, Ph.D. Del original em japonés: Seinen no Sho
Publicado por la NIPPON KYOBUNSHA CO., LTD. Tokio-Japón Derecho Original 1949 Traducción: SEICHO-NO-IE DO BRASIL Publicación: SEICHO-NO-IE DO BRASIL San Pablo -SP- Brasil Propiedad de los Derechos Autorales: ZAIDAN-HOJIN, SEICHO-NO-IE-SHAKAIJIGYODAN Tokio - Japón Este libro es publicado por autorización condicionada de la ZAIDANHOJIN, SEICHO-NO-IE- SHAKAIJIGYODAN y NIPPON KYOBUNSHA CO., LTD. ©ZAIDAN-HOJIN, SEICHO-NO-IE-SHAKAIJIGYODAN 1991 Impreso en BRASIL Editado por SEICHO-NO-IE DO BRASIL Av. Eng8 Armando de Amida Pereira, 1.266 Fone: (011)275-0077 CEP 04308 - Sao Paulo, SP.
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NOTA DEL DIGITALIZADOR Conozco desde mi infancia el Movimiento para la Iluminación de la Humanidad: SEICHO-NO-IE y puedo daros Fé de que las Enseñanzas de Masaharu Taniguchi a partir de los años ’30 y en adelante, son parte de las Dispensas Abiertas propiciado por la Gran Hermandad Blanca. Y es que, si añadís el Santísimo Nombre del Altísimo (Dios): I AM, THAT AM (YO SOY…, AQUELLO YO SOY) a todas las afirmaciones, invocaciones, decretos y frases usadas por éste Movimiento; ya tenéis en vuestras manos la clave de vuestra interiorización en “palabras de a centavo” como bien señala Connie Méndez, la autora de Metafísica 4 en 1, para todos los Buscadores de la Verdad y que no tienen conocimientos para digerir textos enrevesados de psicología y filosofía propios de la era pisciana. Así pues, amparado en que “hay que compartir el pan espiritual que el Altísimo nos ha dado”, me alegra y me complace muchísimo compartir con Uds. “El libro de los Jóvenes” – en su 1ra. Edición (1991) de Masaharu Taniguchi. En ella podréis colegir que el “Jisso”, la Imagen verdadera de Dios no es otra cosa que la Magna Presencia de Dios en cada ser humano: I AM; la Mónada para los teósofos y esoteristas o que el Cristo en su forma individual en cada ser humano no es otro que el SANTÍSIMO ANGEL SOLAR de la Corriente del Bridge to Freedom y The New Age Church of the Christ, iniciadora y culminadora (la pública) de las Dispensas Abiertas, respectivamente. Que estos términos no os confundan y concentraros en las Sabias y Sencillas Enseñanzas que se desprenden de este libro y que podemos resumirlos en: Lo primero es encontrar y fundirse con nuestro Jisso (Nuestra Verdadera Esencia), el resto es añadidura… cuestión de tiempo, momento y circunstancia que podemos crear y gobernar, si así nos lo proponemos para exteriorizar nuestra verdadera naturaleza: Amor, Sabiduría, Prosperidad, Inteligencia, Poder, Abundancia Infinita y todas aquellas cosas que son parte de la Naturaleza del Altísimo, nuestro PADRE y que siendo Sus hijos, no podemos ser menos.
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Lo segundo es poner en práctica ciertas herramientas o instrumentos hasta que se conviertan en hábitos que propendan a nuestra interiorización, como: Dar las gracias en pensamiento, sentimiento, palabra y acción a todas las cosas, seres, momentos y circunstancias; por más pequeños que sean estos; que para el Altísimo que en todo y en todos mora, todo ello cuenta. Ver lo positivo y solo lo positivo en toda exteriorización de pensamiento, sentimiento, palabra o acción, cualquiera sea su procedencia. No importa si a los ojos de nuestra mente inferior algo o alguien es negativo; recuérdese que es ilusión (mental) o espejismo (emocional) y finalmente NO tiene existencia real. Y lo tercero; leed permanentemente este librito o cualquier otro de las Dispensas Abiertas que contengan ENSEÑANZAS UNIVERSALES que propenden a estimular a que el Ser humano se INTERIORICE y se liberte de los viejos paradigmas que le atan todavía al mundo de Maya (la ilusión y el espejismo) y no le permiten RE-UNIRSE a Su Presencia Divina: I AM. Un abrazo a todos vosotros y disfruten de esta lectura maravillosa que podéis descargarlo gratuitamente desde SCRIBD o desde MEDIAFIRE. MEIREM
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PREFACIO Cristo nos enseña a orar de la siguiente manera: "Hágase tu Voluntad, así en la tierra como en el cielo". El "cielo", aquí mencionado, no se refiere al cielo que está encima de las nubes, sino al "Mundo Espiritual" anterior al fenómeno; también denominado Mundo de la Realidad o Mundo de la Imagen Verdadera, donde ya está realizada la voluntad (ideas) de Dios. La "tierra" se refiere al "mundo del fenómeno". En el Mundo de la Realidad (cielo) están latentes todas las cosas buenas, en abundancia, infinitamente; de la misma manera como las ondas de radio o de televisión existen en el aire, pero invisibles a los ojos carnales. Para que ellas se vuelvan perceptibles a nuestros sentidos, basta que sintonicemos nuestro receptor con la frecuencia de los programas transmitidos. Las "infinitas cosas buenas" del Mundo de la Imagen Verdadera comprenden la fuerza infinita, la Vida infinita, la alegría infinita, el amor infinito, la sabiduría infinita, la provisión infinita, etc., que son "programas" transmitidos por Dios. Al lado, de las ondas de esos "programas" coexisten ondas de tristeza, de odio, de celos, etc., emitidas por las mentes de las personas; de la misma forma como coexisten, al lado de los programas transmitidos por las grandes emisoras, o aquellos transmitidos por los aficionados a la radio. Sin embargo, esas ondas trasmitidas por las mentes negativas son falsas existencias. El hombre, que vive en medio de todas esas ondas -unas que son existencias verdaderas y otras que son falsas, puede escoger y realizar en su vida, aquella que sea de su agrado, bastando sólo "cambiar" el dial de su frecuencia mental. Es decir, el hombre tiene la libertad de concretar en el mundo de los 5 sentidos (mundo del fenómeno) lo que él quiera. No es obligado a concretar infelicidades, pobreza o enfermedades en su vida. Si alguien está manifestando tales cosas, es porque no sabe lo que realmente quiere, o sino porque no sabe sintonizar su mente con el objeto deseado, "cambiando su frecuencia mental sin parar, de un lado a otro". De
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esa forma, jamás conseguirá obtener lo que desea. Para escuchar radio, debemos, primeramente definir qué programa queremos oír. Lo que quiero decir es que no debemos mantener en la mente dos deseos o pensamientos antagónicos. Es decir, no debemos, por un lado, desear la riqueza y, por otro lado, pensar que "la riqueza no es adecuada para quien busca el perfeccionamiento espiritual". No debemos desear, por un lado, la recuperación de la salud y, por otro lado, pensar: "Si me curo, tendré que volver a trabajar en aquél ambiente que detesto". Debemos comprender que la felicidad que vamos a alcanzar nunca será demasiado para nosotros, pues el hombre es hijo de Dios y merecedor de infinita felicidad. No debemos, por un lado, desear la felicidad y, por otro lado pensar: "Sería injusto que yo me vuelva demasiado feliz, viendo a tantas personas sufriendo en este mundo". Todos, sin excepción, pueden ser felices. Si existen personas infelices, es porque ellas no saben cómo alcanzar la felicidad. Por lo tanto, aquél que conoce la Verdad debe dar el ejemplo, volviéndose muy feliz, y mostrar a los demás que también pueden ser felices, si cambian la frecuencia de sus ondas mentales. Ser felices es, por lo tanto, un gran acto de caridad para hacer feliz al prójimo. En el mundo de la existencia verdadera existen todas las formas de felicidad. Así como una radio con bastante potencia puede captar transmisiones de toda y cualquier emisora, nosotros también, podemos captar todos y cualquier programa de felicidad que está siendo transmitido en el mundo de la existencia verdadera y concretarlo en nuestra vida, aquí y ahora. En el mundo" de la existencia verdadera, todo transciende el tiempo y espacio, razón por la cual no existe el problema de distancia o de horario que nos impida captar sus "programas". Podemos captar y concretar lo que queremos y cuando queremos. Sin embargo, como el aparato receptor de esos "programas" es nuestra mente, es necesario que ella esté bien regulada y tenga buena sensibilidad. Además, necesita estar entrenada para sintonizar, conscientemente, cualquier frecuencia. Así como
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una radio perfecta donde el dial de frecuencia, se mueve fácilmente hacia los lados para sintonizar cualquier frecuencia, también debemos ser capaces de controlar libremente nuestra mente, al punto de sintonizarla con lo que deseamos. Donde quiera que esté instalada, una radio con bastante potencia, es capaz de captar programas transmitidos de cualquier parte del mundo. Nosotros, también, somos capaces de captar las cosas deseadas cuándo y dónde queramos, cualquiera que sea la situación en que nos encontremos. Si, decididamente, sintonizamos nuestra frecuencia mental con el objeto deseado, seguramente ella se concretará, en mayor o menor proporción, donde quiera que nos encontremos. Cambiando la frecuencia de nuestra mente, podemos concretar la felicidad sin salir del ambiente en que nos encontremos. Vamos a suponer que hayamos nacido en un determinado país donde somos obligados a aceptar algunas costumbres que no nos agraden: allí, podemos ser tanto infelices, con la mente siempre insatisfecha como ser felices, armonizándonos con tales costumbres. Y viviendo en esa armonía, podremos captar la infinita Sabiduría de Dios para mejorar, paulatinamente, las costumbres del país. Lo que quiero decir es que, si cambiamos la frecuencia de nuestra mente con la firme decisión de mejorar nuestra vida, será posible concretar hechos y cosas que deseamos. Hasta para cambiar el dial de frecuencias necesitamos de la decisión. Sin decisión, no podremos realizar nada. Debemos tomar la decisión de mantener siempre pensamientos constructivos y optimistas. La decisión establece la dirección de la mente y nos permite mantener los pensamientos, los sentimientos, las palabras y los actos dirigidos hacia esa dirección. Si mantuviéramos la mente dirigida solamente hacia el lado positivo, las ondas de nuestra mente serán sintonizadas al punto de captar y recibir solamente cosas buenas. Pero, para mantener la mente dirigida hacia una dirección, es necesario, también, la fuerza de voluntad. Y, ¿cómo cultivarla? Así como en cualquier otro tipo de aprendizaje, la fuerza de voluntad también se cultiva a través de constantes ejercicios. Es necesario repetirlos varias veces. Con la lectura repetida de este libro, el lector
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podrá dirigir su mente hacia el lado alegre. La vibración optimista, positiva y constructiva sintonizará con la sabiduría infinita del Mundo de la Realidad y, por consiguiente su destino se volverá alegre, positivo y constructivo. Este libro no es para ser comprendido apenas teóricamente y, después, abandonarlo. Deseo que sea releído varias veces. Este libro es la expresión de las profundas lecciones que el autor adquirió a través de todas las experiencias en su vida. Por lo tanto, será de gran valor para el lector. Grande es el número de jóvenes que participaron de los seminarios de la Academia de Entrenamiento Espiritual de Tobitakyu, recibiendo las orientaciones del Dr. Tokuhisa y de los demás profesores de la Sede Central, encontrando la razón de vivir y volviendo hacia sus casas con el corazón repleto de felicidad y de sentimiento de gratitud a sus padres. Lo ideal sería que esa emoción perdurase para siempre. Entonces, el Dr. Tokuhisa me pidió que publicase una colección de textos cuya lectura permitiese a esos jóvenes mantener la misma emoción también en sus respectivos hogares y centros de trabajo. Y yo, en vez de recopilar textos de los libros ya publicados, decidí escribir nuevos textos, que constituyen los primeros diecisiete capítulos de este libro. En ellos, expresé la filosofía de la vida y la psicología del éxito que aprendí y asimilé a través de mis propias experiencias en la vida. Tengo la seguridad de que esa filosofía de la vida será útil no sólo a los jóvenes, sino, también, a cualquier persona que pretenda progresar en la vida. Solamente el último capítulo es constituido de trechos que el Dr. Tokuhisa extrajo de varias obras mías a fin de ofrecerlos a los participantes de los seminarios en la Academia. Deseo que los lectores sigan el camino del progreso infinito y eterno, elevando su frecuencia mental a través de la lectura de este libro. Este mundo es regido por la Ley Mental según la cual se atrae las cosas de la misma frecuencia. Quiero agregar aquí una advertencia en relación a la autenticidad de los fenómenos espirituales. Los médiums son como los aparatos de radio: a veces, dependiendo del estado mental, no consiguen recibir los mensajes de los espíritus. Inclusive el
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médium que en otras épocas elogié, podrá sufrir crisis en la manifestación de sus facultades. Cuando eso sucede, los médiums profesionales, por necesidad de sobrevivencia y para no perder la confianza, a veces recurren a trucos y engañan al público. Quien no tiene mucho conocimiento sobre los fenómenos espirituales es frecuentemente engañado por esos trucos. Como siempre digo, los espíritus que permanecen en la superficie de la tierra son, generalmente, menos sabios que los encarnados dotados de gran sabiduría, razón por la cual muchas personas son llevadas a la confusión, en vez de recibir una orientación que sirva para la elevación espiritual. No debemos envolvernos en fenómenos espirituales más de lo necesario, para comprender que el espíritu continúa existiendo después de la muerte carnal. Por ejemplo, la curiosidad por ver flotar objetos en la oscuridad, es la misma de quien aprecia un espectáculo de magia. Las sesiones de ese género no deben ser frecuentadas por quien está atareado con trabajos de amor a la humanidad. Quien se interesa por las profecías de esos espíritus, se desvía del camino. Un espíritu llamado Agashá, famoso por el alto índice de aciertos en sus profecías, dijo lo siguiente: "Hacemos profecías a fin de despertar a las personas hacia el sublime hecho de que por detrás del mundo material existe el mundo de la mente, y no para que alguien obtenga ventajas actuando en función de la profecía". Si vivimos en el mundo presente, es porque tenemos una misión que cumplir en este mundo. La adquisición de conocimientos detallados sobre el mundo de los espíritus, podemos dejarla para después de nuestra desencarnación. Debemos, ser fieles, al ahora que nos es concedido y no dejar a la mente arrastrarse por las cosas del mundo de los espíritus. Si buscamos en el mundo de los espíritus las orientaciones para todo lo que realizamos, acabaremos volviéndonos esclavos. En el interior del hombre está presente Dios, y Su mensaje se manifiesta como "voz de la conciencia". El hombre debe actuar con más autonomía, siguiendo la voz de la conciencia. Es necesario, cautela con aquellos que revelan doble personalidad y dicen transmitir mensajes de Dios. Principalmente, los jóvenes, que tienen poca experiencia en la vida, deben ser
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prudentes, observando la enseñanza de que "Dios no se incorpora en médiums". El autor.
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INDICE NOTA DEL DIGITALIZADOR ………………………………………………………………………………… 05 PREFACIO ………………………………………………………………………………………………………… 07 INTRODUCCION EL IDEAL QUE SE ALOJA EN NOSOTROS …………………………………………………………….. 15 CAPITULO I IDEALICE UN SUEÑO ………………………………………………………………………………………… 22 CAPITULO II DESTRUYA EL PUENTE QUE ACABA DE ATRAVESAR ………………………………………… 26 CAPITULO III EJERCITEN EL "PODER DE LA PALABRA" …………………………………………………………… 34 CAPITULO IV DEN SIEMPRE AMOR Y BONDAD A SUS SEMEJANTES ………………………………………
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CAPITULO V LA FUERZA ESPIRITUAL QUE SE DESARROLLA ENFRENTANDO LAS DIFICULTADES 46 CAPITULO VI PROGRESE INFINITAMENTE ……………………………………………………………………………… 50 CAPITULO VII SEA UNA PERSONA AUTENTICA Y ORIGINAL …………………………………………………… 57 CAPITULO VIII SOBRE EL VALOR Y EL PODER ATRACTIVO DEL BUEN CARÁCTER ……………………… 63 CAPITULO IX VENCE AQUEL QUE NO TEME LOS PELIGROS …………………………………………………… 71 CAPITULO X VIVA CON EL CORAZON REPLETO DE GRATITUD A TODAS LAS COSAS ……………… 79 CAPITULO XI EL VALOR INESTIMABLE DE LOS BUENOS AMIGOS …………………………………………… 82 CAPITULO XII SOBRE LAS VIRTUDES DE LA AMABILIDAD Y DE LA PERSISTENCIA …………………… 90
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CAPITULO XIII LA FUERZA QUE LAS DIFICULTADES HACEN NACER EN NOSOTROS ………………… 100 CAPITULO XIV SEAN JOVENES DECIDIDOS ……………………………………………………………………………… 106 CAPITULO XV GOBIERNE UD. MISMO SU "REINO MENTAL" ………………………………………………… 119 CAPITULO XVI PONGA EN PRACTICA AQUELLO QUE DISEÑO EN LA MENTE………………………….. 126 CAPITULO XVII LA CONCIENTIZACION QUE HACE EXTERIORIZAR LA CAPACIDAD ILIMITADA DEL HOMBRE ……………………………………………………………………………………………………….
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CAPITULO XVIII FRAGMENTOS ESCOGIDOS PARA JOVENES …………………………………………………….
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FIN ……………………………………………………………………………………………………….……….
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INTRODUCCION EL IDEAL QUE SE ALOJA EN NOSOTROS Toda vegetación se desarrolla y crece en dirección a la luz porque en ella está presente la energía de la Vida. Oponiéndose a la fuerza de gravedad de la Tierra, que trata de mantenerla en el suelo, la fuerza de la Vida hace que la vegetación crezca incesantemente hacia arriba. La materia, a través de la fuerza de gravedad, atrae a las plantas hacia abajo, tratando de impedir su crecimiento hacia arriba. Pero, la "energía de la Vida" es más fuerte que la fuerza física que trata de atraerla hacia abajo y mantenerla estacionaria. La Vida, resistiendo a la ley física de la gravedad, hace que la materia suba, cada vez más, en dirección al cielo y la transforma por el poder de la Idea. Todos los seres vivos, mientras la Vida permanece en ellos, tienden a crecer y desarrollarse. Y entre todas las criaturas, el hombre como suprema auto-realización de Dios, es el que más alto grado de desarrollo busca alcanzar. El crecimiento del hombre no es solamente físico. Cuando quiere alcanzar el cielo a través de la materia, el hombre fracasa completamente, como lo demuestra el ejemplo de la Torre de Babel, sumariamente destruida por Dios. El hombre debe trascender la materia y elevarse espiritualmente. Solamente la elevación espiritual es la verdadera elevación del hombre. En nuestro interior, está alojado el "ideal perfecto" que viene de Dios, y ese "ideal" nos susurra constantemente: "Sé noble; sé puro; sé justo; sé grandioso". El crecimiento físico, en volumen y altura, pertenece al mundo animal y vegetal. El hombre debe oír el susurro del "ideal perfecto" que habita en su interior y elevarse bien alto espiritualmente, trascendiendo la materia, trascendiendo el cuerpo. El verdadero hombre no (pertenece al reino que existe en la faz de la Tierra. No importan las críticas ni los elogios que salen de la boca de las personas pertenecientes al reino terrestre; no importa el juicio de la multitud que pertenece a la tierra, ni el juicio que se altera
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conforme a las rápidas transformaciones ideológicas a través de los tiempos. Ellos son insignificantes, comparados con el juicio del "ideal perfecto" que se aloja en cada uno de nosotros. Podemos sentir la verdadera alegría de vivir, solamente cuando actuamos de acuerdo con el "ideal perfecto" que se aloja en nosotros y nos volvemos dignos de sus elogios. Si ha hecho cosas que le pesan en su conciencia según el juicio del "ideal perfecto" que se aloja en su interior; y sin embargo, goza de mucha popularidad, ocupa una alta posición social, o nada en un mar de dinero, no tardará en oír una voz venida del fondo de su alma, censurando su "falsedad" y esa será la voz del "ideal perfecto" que habita dentro de Ud. Cuando eso ocurra, con seguridad existirá en el fondo de su alma un punto sombrío y triste. Esa sombra indica cuánto el alma se inclinó ante la materia. Siendo así, por más numerosos que sean sus bienes materiales; si ellos proyectan sombras oscuras en su alma, la vida que se aloja en Ud. sufre la derrota en esa misma proporción. La Vida debe escoger entre trascender la materia o inclinarse ante ella. Cuando nuestra Vida se inclina ante la materia, la cantidad de bienes materiales que acumulamos - por mayor que sea - pasa a ser sólo la prueba de nuestra derrota espiritual. En tales ocasiones, nuestro "ideal interno" nos hablará fuerte como el trueno y nos recriminará: ¡Tú eres un gran fracaso! Lo que conseguiste hasta hoy no es "vida" y no pasa de un gran amontonado de cosas muertas. Cuando escuchamos esa sentencia proferida por el "Alma", no podemos dejar de reconocer nuestra propia derrota, aunque en el mundo de las formas estemos siendo centros de elogios del pueblo y de palabras halagadoras de las personas que nos rodean. Sentimos, entonces, que cometimos una gran estupidez; que manchamos nuestra alma, cuando podíamos haberla perfeccionado y que nos volvimos esclavos de la materia, en vez de dominarla. No existe ninguna alquimia secreta que haga exteriorizar el valor del hombre. La única manera de exteriorizar el valor de nuestra alma consiste, simplemente, en escuchar el clamor del "ideal perfecto" que se aloja en nosotros y seguir adelante,
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conforme a su orientación. El juicio del mundo está sujeto a engaños. Este mundo que hoy concede la máxima gloria a un hombre, mañana podrá declararle la sentencia de muerte. Por lo tanto, no debemos dejarnos engañar por los padrones creados por los hombres, sino escuchar el juicio formulado por nuestro propio "ideal interno". El juicio del "ideal interno" es inalterable desde el principio hasta el fin y jamás arroja hoy al infierno a la misma persona a quien elogió antes, ni jamás elogia hoy un acto que él condenó antes. El bien es siempre bien y el mal es siempre mal. Aquellos que siguen la orientación del "ideal interno" jamás caen en la ilusión. Por muchas que sean las adversidades, por mayores que sean los fracasos aparentes; si continúa viviendo su noble ideal, manteniendo firme su sentido de justicia y no pierde la pureza del alma, con seguridad, su "ideal interno" lo elogiará diciendo: "¡Mi hijo, tú venciste, eres un gran hombre!". Jamás debe traicionar esa confianza. Este mundo podrá coronarlo con gloria o tratarlo con desprecio, dependiendo de los bienes materiales que posea. Pero, acuérdese de que el verdadero valor del hombre no está en lo que "posee", sino en lo que "él es". Usted necesita situar su ideal de la vida "en aquello que desea ser", y no "en aquello que desea poseer". Las "posesiones" no son "Usted mismo". No pasan de ser sus accesorios. Por más que los accesorios sean lujosos y atrayentes, no ennoblecen al hombre, ni aumentan su valor. ¿De qué valdría el bonito papel de envoltura o la magnífica caja de joyas, si los diamantes contenidos en ellos, fuesen falsos? Las personas que no poseen nada además de fama y riqueza son como las piedras falsas colocadas en una lujosa caja de joyas. En vez de preocuparnos sólo con la "caja de joyas", debemos cuidar para que nuestro "diamante" (nuestra alma) sea verdadero. El alma humana detesta impurezas y manchas. Cuando nuestra alma esté a punto de ser manchada, seguramente sentiremos algo en nuestro interior que nos transmitirá una especie de inquietud. Esa sensación de intranquilidad es el "susurro" de nuestra alma, que nos advierte: "Hay algo de errado en lo que estás haciendo". Mientras, escuchemos ese "susurro" de nuestro "ideal interno", debemos corregir
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inmediatamente nuestro error. Cuando sentimos una especie de inquietud o agitación de la mente, debemos examinarnos para descubrir lo que está mal y corregir la falla. No debemos intentar acallar el "susurro" que viene del interior de nosotros mismos. Si se sienten inquietos, es porque en sus pensamientos o acciones debe existir algo equivocado que su "ideal interno" no aprueba. De la misma forma, la brújula indica la dirección correcta a ser tomada por el navío, nuestro "ideal interno", como el más perfecto de los guías, nos muestra el camino correcto que debemos seguir. Las agitaciones de nuestro interior son como tempestades. Un navío que se agita en medio de la tempestad, sin seguir el rumbo indicado por la brújula, fatalmente será destrozado por la violencia de las olas. No seamos como ese navío. Cuando hayamos perdido la tranquilidad de nuestros corazones, debemos reservar un momento para meditar, hacer un auto-análisis y saber en qué punto erramos. Después de esta meditación, debemos cambiar el rumbo de nuestros pensamientos hacia un objetivo correcto, aquel que nuestro "ideal interno" nos indica. Ustedes deben ser fieles a su "ideal interno" y escucharlo con docilidad. Realizando su "ideal interno", estarán siendo auténticos. Acallar el deseo de su "ideal interno" sería lo mismo que matar a su "yo verdadero". Para "vivir realmente", tienen que vivenciar su "ideal interno". Aún, las cuestiones de menos importancia no deben ser colocadas lejos del "ideal interno". Así como deben evitar herirse el rostro aunque sea levemente, deben evitar cualquier ofensa contra el "ideal interno". Además, deben preservar el "ideal interno" con mucho más cuidado, pues él, constituye su propia alma. Queridos amigos, no disminuyan su propio valor. ¿No creen que sería una pena ponerse un rótulo con un valor inferior al que realmente poseen como dignos hijos de Dios que son? No deben hacer eso, pues sería lo mismo que vender un fino tejido de pura lana al precio de un tejido sintético de calidad muy inferior. Expresen sin reservas en toda su pureza el "ideal interno de hijo de Dios" que existe dentro de ustedes. De este modo, podrán sentir realmente la alegría de vivir.
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¿Qué es en realidad la "alegría de vivir"? Es la sensación agradable que se tiene cuando su "ideal interno" aprueba totalmente y elogia sus pensamientos y actos. Aunque sufran pérdidas materiales, continuarán sintiendo la "alegría de vivir", si no desmerecen el elogio de su "ideal interno". En este mundo de las formas, pueden vivir en una lujosa mansión o vivir en un modesto cuarto de pensión familiar; pueden ser millonarios o ser sólo un "Don nadie"; pueden ostentar ropas de las más finas o cubrirse con andrajos; pero, todo eso son cosas efímeras que terminan y no son "ustedes mismos"; son cosas que forman sólo su "aspecto externo". ¿De qué sirve tener un "aspecto externo" maravilloso, si la parte interna está corrompida? Las personas realmente ricas son aquellas que manifiestan su "ideal interno" en todo su esplendor. Cuan numerosas son las personas que obtienen para sí fabulosas fortunas, suntuosos palacios y elevadas posiciones sociales, a costa del sacrificio de su "ideal interno". Pero todo eso no pasa de un falso esplendor que tarde o temprano se desvanecerá. No deben perseguir cosas tan efímeras. Busquen dentro de sí el Reino de Dios y su justicia, y concreticen su "ideal interno", pues en eso consiste la verdadera y eterna gloria del hombre, hijo de Dios. El mundo de esplendor construido sobre cosas ilusorias termina desmoronándose algún día y entonces se revelará todo su humilde aspecto, de la misma forma que un castillo edificado sobre la arena se desmorona y queda reducido a escombros, al recibir el impacto del viento y de las olas. Aunque miles de personas los elogien, Uds. no serán verdaderamente gloriosos si no son dignos de su "ideal interno". Por el contrario, aunque sean criticados por miles de personas, habrán conquistado la corona de la victoria en el mundo espiritual, si son merecedores de elogios por parte del "ideal interno". Entonces, el alma se llenará de verdadera felicidad, serenidad, paz y satisfacción; y aunque a su alrededor soplen los vientos y se enfurezcan las olas, jamás perderán la paz y la alegría que existen en su interior. Tal vez, consigan alcanzar grandes éxitos usando la astucia, recurriendo a golpes bajos y preparando ardides. Pero, ¿de qué sirve eso, si su "ideal interno" no
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aprueba ni elogia tales éxitos, y su alma permanece en constante sobresalto como un reo ante el "tribunal de la conciencia"? Reflexionen: Si podemos alcanzar un éxito relativo hasta aún a través de actos fraudulentos, trampas y golpes sucios, sería inconcebible que no lo alcanzáramos a través de la orientación correcta de nuestro "ideal interno". Un éxito temporario, tal vez pueda ser alcanzado a costa de actos reprochables. Pero el verdadero y definitivo éxito sólo puede ser conseguido a través de procedimientos que merezcan la aprobación y el elogio del "ideal interno". Esto ocurre, porque el "ideal interno" posee naturaleza divina, que es común a toda la humanidad, y así las obras que merecen el elogio de nuestro propio "ideal interno" son también merecedoras del elogio del "ideal interno" de toda la humanidad, e infaliblemente serán recibidos con agrado por todas las personas. Para aumentar el brillo de nuestro "ideal interno", es necesario poseer buenos amigos. Necesitamos, también, leer buenos libros y absorber la benéfica "atmósfera" que emana de ellos. El carácter de las personas con quienes nos relacionamos ejerce influencia sobre nosotros; y su "atmósfera" nos contagia. Por eso, les digo: Es mejor vivir solo dedicándonos a la lectura de buenos libros y absorbiendo la benéfica "atmósfera" emanada de las sabias palabras, que andar en compañía de malos amigos. De la misma forma, que el camaleón toma el color de los elementos que existen a su alrededor, también el hombre recibe las influencias del medio en que vive. Así como el camaleón se presenta verde cuando está sobre una hoja, colorado cuando está sobre un monte de tierra roja, o con pequeñas manchas cuando está sobre un bloque de granito; también el hombre recibe influencia de los colores del ambiente en que vive. Si vivimos entre los que negocian en el mercado negro, encontraremos que esa actividad es muy normal; si convivimos con personas viciadas por el juego, terminaremos por creer que el juego no es ningún crimen. Esto ocurre porque en tales circunstancias, nuestro "ideal interno" está envuelto por la "atmósfera" de los que nos rodean, y no está emitiendo su brillo real. Por lo tanto, debemos reflexionar siempre, examinar el "espejo" de nuestro "ideal interno" y mantenerlo libre de cualquier mancha.
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Seguramente, llegará el día en que el carácter de Uds. influirá más fuerte que la ropa que usan, que la fortuna que poseen o que la posición social que ocupan. Sentirán el reflejo de su propio carácter en todos los lugares, así como escuchan los ecos de su voz cuando gritan en dirección a un valle. Si ansían un ambiente agradable y desean vivir felices como en el Paraíso, rodeados de buenas personas, es fundamental ante todo, velar por su "ideal interno" para que no se vuelva nublado y vivir su día a día iluminados por la luz de ese ideal.
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CAPITULO I IDEALICE UN SUEÑO ¡Jóvenes, sueñen! Todo lo que de valor existe en este mundo partió de la mente de aquellos que soñaron con coraje. Si excluyésemos de la historia de la humanidad el sueño, no tendríamos la cultura que tenemos actualmente. En realidad, solamente los soñadores son los que alcanzan los puestos de vanguardia de la cultura humana. Aquellos que consiguieron desenmarañar la mata a su paso, aplanar los obstáculos, transformar las dificultades en felicidad, fueron todos soñadores. Los soñadores, en todas las generaciones, guiaron a la humanidad y construyeron la cultura de hoy. Podemos decir, que la cultura actual es la suma total de las conquistas de aquellos soñadores. ¡Jóvenes, es necesario soñar! Evidentemente, los adultos y los ancianos consiguen también gracias a como rejuvenecer, aumentar la capacidad de progreso y hacer renacer un nuevo fervor espiritual en la senda de la vida ya cansada, debido a la idealización de los sueños. El mundo habría sido un lugar insoportable si, viviendo en un mundo estrecho, incómodo y lleno de limitaciones como éste, no tuviésemos la posibilidad de idealizar en nuestra mente un mundo amplio, libre e ilimitado. Sin embargo, los soñadores no ven las limitaciones presentes, no ven las incomodidades presentes sino que transponiendo las incomodidades actuales, con las alas libres de la imaginación, sueñan un mundo futuro libre y lleno de alegría. No son solamente los artistas, los músicos y los poetas que necesitan soñar. Todos aquellos que van a ser líderes en cualquier emprendimiento nuevo deben tener la capacidad de soñar. Los sueños son necesarios también a los industriales, a los comerciantes, a los políticos y a los reformadores sociales. Si no hubiese la idealización del nuevo mundo ideal en nuestra mente, no habría ningún progreso
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en este mundo. La invención del avión se volvió realidad, gracias al hecho de que alguien soñó la posibilidad de que el hombre podría volar en los cielos como las aves. También, la invención del telégrafo sin cable y de la radio se hizo realidad gracias al hecho de que alguien soñó que sería posible oír, como si fuese magia, la voz de personas que estuviesen a distancia. Singer, soñó que sería posible coser sin mover las manos y, finalmente, cuando aquel sueño se realizó, nació la máquina de coser. El sueño es la fuerza motriz que, transponiendo todas las limitaciones cronológicas y espaciales, permite la realización de la capacidad infinita. Si no existiera en el hombre el sueño, probablemente no existiría todo lo bello que existe en este mundo. Tanto "Fausto" de Goethe como "Hamlet" y "Rey Lear" de Shakespeare no habrían entrado para la existencia de este mundo, si no existiese en ellos la capacidad de soñar. Ni las bellas artes de un Rafael, de un Miguel Ángel, de un Leonardo da Vinci habrían existido en este mundo si ellos no hubiesen tenido la capacidad de soñar. El sueño trasciende la realidad y, aunque se aprisione a sus idealistas con paredes de hierro, permite que ellos ultrapasen esas barreras. Sea cual fuera la dificultad, la prueba, la desgracia o el ambiente de adversidad; nada de eso constituye un obstáculo para aquellos que sueñan. Si el hombre no tuviese la capacidad de soñar, no podría haber un progreso cultural y la humanidad hubiera sucumbido ante los animales, porque el hombre es más débil que las fieras desde el punto de vista de la fuerza física. Y este mundo, probablemente, se hubiera transformado en un mundo dominado por fieras y serpientes venenosas. ¡Jóvenes, idealicen, ahora sus sueños! Por mayor que sea la miseria en que se encuentren en este momento, en el mundo del sueño ya son ricos. Por más infelices que sean en este momento, en el mundo del sueño ya son felices. Si logran comprender, en este momento, que todo es creado por la mente, ya habrán abandonado la infeliz situación de pobreza y habrán nacido ricos y felices en un nuevo mundo.
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Cristo dijo: "Sea hecho conforme tu fe". Si tuviesen siempre en mente un sueño y fuesen capaces de creer verdaderamente en la concretización del mismo, ya son millonarios, aun cuando aparentemente sean paupérrimos operarios de una fábrica. Sin embargo, tener sólo una idea sobre un sueño constituye solamente un acto de auto consolación y no permite la germinación de un buen fruto. Para que el sueño idealizado se vuelva realidad, es necesario que tengan una decisión firme en relación al sueño. Es fundamental, que tengan la siguiente decisión: Decido que realizaré esto e infaliblemente esto se concretizará. Después de esta decisión, son indispensables un coraje inquebrantable y una perseverancia para conseguir la concretización total de ese objetivo. Lo que va a decidir si un sueño será simplemente un devaneo, o un sueño que se concretizará, es la existencia o no de la decisión de actuar, del coraje inquebrantable y de la tenacidad para no interrumpir el esfuerzo hasta que se logre totalmente el objetivo. Si la persona no tiene un coraje inquebrantable y una tenacidad para perseverar en el esfuerzo, el sueño acabará siendo un desperdicio de tiempo, un absurdo como la construcción de un castillo en el aire. Además de eso, tal persona terminará cayendo en un estado anormal de sonambulismo, como si fuese un portador de desórdenes mentales vagando en un mundo de hadas. Nuestro carácter será más vigoroso y nuestra seguridad creadora aumentará en proporción directa al esfuerzo que realicemos buscando hacer realidad el sueño. No el simple sueño, sino aquél que se concretiza, es que debe ser llamado de inspiración. Un individuo, portador de desorden mental también sueña; pero su sueño es como una fantasía sin nexo, i-maginada por un drogadicto en estado de narcosis siendo concebido en la ociosidad, sin ningún tipo de planeamiento, esfuerzo o decisión para convertirlo en realidad. Un sueño de esa naturaleza no es un sueño que deba ocupar la mente de quien desea ser un gran hombre. No permitan que el sueño termine como un simple sueño. Idealicen sueños que realmente se realicen. Para ello, es fundamental que su sueño se una a la Sabiduría de Dios. Por eso, siempre
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recomiendo: "No descuiden la Oración Meditativa Shinsokan". "La Sabiduría de Dios fluye hacia mi interior y hace que yo idealice el sueño más adecuado. La Sabiduría de Dios me indica todos los planes necesarios para la concretización de este sueño. Dios me dará sin falta, el coraje inquebrantable y los recursos necesarios para concretizar el sueño". Mentalizando siempre esta oración, infaliblemente descenderá a su mente cuando menos lo espera, el sueño más adecuado y propicio a ser realizado. Aparecerán, también, los colaboradores y serán atraídos naturalmente tanto el material como el capital necesario para la realización del sueño. Esto ocurre porque Dios es la fuente inagotable de la provisión. Ya que van a soñar, su sueño deberá ser grandioso. Las cosas pequeñas no atraen a las personas. Grandeza -esto sí, es lo que atrae fuertemente a los hombres. Idealicen, queridos jóvenes, grandes sueños. Los sueños pequeños, al contrario de lo que se piensa, poseen pequeña posibilidad de realizarse. Después de idealizado el sueño, es fundamental que se esfuercen, paso a paso, para realizar este sueño.
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CAPITULO II DESTRUYA EL PUENTE QUE ACABA DE ATRAVESAR Nosotros mismos debemos crear nuestras oportunidades Una vez idealizados en nuestro corazón el sueño y la esperanza, debemos empeñarnos de cuerpo y alma para su concretización. Sea cual sea, el emprendimiento, cuando no concentramos nuestra atención en aquello que nos proponemos realizar, nuestra energía se va dispersando y, consecuentemente, no podemos demostrar nuestra capacidad total. Una vez tomada la decisión de realizar una cosa, no debemos dejar preparada una opción que nos lleve a desistir del objetivo inicial aun cuando comiencen a surgir obstáculos. Es necesario, que "cortemos" deliberadamente el camino de regreso y los caminos secundarios, de modo que no podamos hacer otra cosa sino avanzar siempre sin desviar nuestra atención en cosas innecesarias. "Yo quiero realizar esto, y lo conseguiré cueste lo que cueste; o ¡victoria o muerte!" - así de fuerte debe ser nuestra decisión. La Historia nos presenta el siguiente episodio: Cuando el ejército de Alejandro Magno proseguía su marcha de conquistas, uno de los oficiales le dijo al gran Rey: —
Si tenemos suerte tomaremos la próxima ciudad. Alejandro Magno lo
reprendió, diciendo: —
¿Qué entiendes por "suerte"? ¿Piensas que la "suerte" o las
"oportunidades" caen del cielo? Debes saber que la "suerte" o las "oportunidades" son cosas que nosotros mismos creamos, dónde y cuando queramos. Quiero que sepan que cité este episodio, no para exaltar las conquistas bélicas de Alejandro Magno, sino para explicar lo que es la "oportunidad". También en esta vida, alcanzan la verdadera victoria solamente aquellos que son capaces de "crear oportunidades" dónde y cómo ellos deseen. ¿Qué debemos hacer para crear nosotros mismos las "oportunidades"? Lo esencial,
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es que consideremos como "oportunidad" todo lo que hay o sucede alrededor nuestro e ir a su encuentro voluntariamente. Si vivimos huyendo de toda y cualquier dificultad, y buscamos sólo las facilidades, jamás podremos crear oportunidades para nosotros mismos. Si la vida que estamos llevando ahora es demasiado fácil, debemos levantarnos con ánimo y coraje suficiente para aventurarnos, voluntariamente, en el complejo mundo que nos rodea, sin considerar como dificultades los diversos problemas que se presentan delante de nosotros. Jamás debemos tomar una actitud semejante a la de un ermitaño, diciéndonos: "Yo soy una persona que se siente mejor viviendo en una silenciosa meditación en un lugar tranquilo, lejos de las personas". Cuando se vive en un ambiente que ofrece demasiadas facilidades, el hombre no puede manifestar toda su capacidad. Como todos saben, mientras practicamos natación en aguas poco profundas, no aprenderemos a nadar de verdad. Solamente, cuando caemos en aguas más profundas y nos vemos en una situación desesperante sin tener a nadie cerca para salvarnos, es que podremos manifestar toda la capacidad que existe en nosotros. Marshall Field, que en su tiempo fue considerado el "Rey del Comercio", comenzó trabajando como empleado de la Tienda de departamentos Deacon Davis, en la ciudad de Pittsfield, estado de Massachusetts. Si hubiese continuado con esa vida tranquila, que no ofrecía ninguna dificultad, jamás habría progresado al punto de ser llamado "el Rey del comercio". Sin embargo, no satisfaciéndose con la situación, y renunciando a la tienda de departamentos Deacon Davis, partió hacia Chicago, en busca de nuevos horizontes. Llegando allá, vio de cerca la vida laboriosa de muchos jóvenes pobres que, lanzándose al frente de la "batalla de la vida", enfrentaban muchos sufrimientos y dificultades. Viéndolos, Field se dijo a sí mismo: "¿Cómo puedo llevar esta vida tranquila, si aquellos jóvenes, casi niños, se esfuerzan tanto para vencer?" Y tomó la decisión, o en otras palabras, pasó a alimentar nuevos y grandes sueños. Sin duda, Marshall Field ya traía dentro de sí un don natural para el comercio, tanto así que no se satisfizo con la posición de simple empleado de la
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Tienda de departamentos Deacon Davis. Pero, si él no hubiese tomado la iniciativa de dejar ese empleo y aventurarse en un nuevo ambiente, no habría tenido la oportunidad de exteriorizar su capacidad real. Podemos decir que él creó una nueva oportunidad para sí mismo, al dejar por su propia voluntad, el empleo en la Tienda de departamentos Deacon Davis. En suma, Marshall Field creó por sí mismo la oportunidad que lo llevaría al suceso, más tarde. No fue la oportunidad que vino a golpear su puerta para convertirlo en "Rey del Comercio". Logran crear oportunidades para sí mismos, solamente aquellos que no pasan horas inútiles en una vida de excesivas facilidades y poseen el valor suficiente para ir al encuentro de las dificultades por su propia voluntad. Si comparamos al hombre con una espada, podemos decir que solamente aquellos que aceptan ser lanzados en el "horno" pueden ser "forjados" y convertirse en "obras maestras". Acostumbramos pensar, que las dificultades son obstáculos para nuestro progreso; pero, en verdad, son estímulos para lograr un mayor perfeccionamiento. Hay muchas personas que, aun dotadas de grandes talentos, no consiguen exteriorizar ese brillo interno porque siempre evitan las dificultades, el "fuego del horno" o la "aspereza del esmeril". Por más talentosa que sea una persona, no podrá manifestar sus dones maravillosos si vive rodeada de excesivas facilidades y muchos mimos, pues eso hace que se debilite su capacidad y se pierdan todas sus energías. Solamente cuando pasamos por el "horno de las dificultades", es que nuestros sueños se transforman en una enorme "fuerza realizadora". Si viviésemos solamente en un lugar donde hubiese demasiadas facilidades, y donde pudiésemos llevar una existencia "sin hacer absolutamente nada", no podríamos manifestar la "capacidad de hacer todas las cosas" - aun cuando seamos dueños de tal capacidad. Esto es lógico porque, en esas circunstancias, "no habría necesidad de hacer nada". R.W. Emerson dijo, cierta vez: "Yo busco sobre todo, personas que me den oportunidad de usar plenamente mi capacidad". Realmente, si una persona posee una gran capacidad; pero no encuentra a nadie que le dé oportunidad para usarla, será igual
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que poseer un tesoro y no poder sacar ningún provecho de él. Cabe aquí la siguiente pregunta: "¿Debemos esperar hasta que alguien aparezca y nos dé la oportunidad de hacer algo?". La respuesta es "no". Así como Marshall Field, debemos rechazar por iniciativa propia, la vida excesivamente placentera y crear nuevas circunstancias en las cuales podamos exteriorizar cada vez más nuestra capacidad. Tanto las oportunidades para manifestar el 100% de nuestra capacidad, como los ambientes propicios para eso, deben ser creados por nosotros mismos. "Nosotros somos los que debemos crear nuestras oportunidades" - éste debe ser el lema de las personas que quieren alcanzar el éxito en todos sus emprendimientos. Si Uds. creen que las circunstancias actuales no favorecen la manifestación total de sus capacidades, es aconsejable que partan en busca de nuevos horizontes, o, si deciden quedarse, crear ahí mismo una situación en la cual puedan extraer de sí todas las fuerzas que poseen. Muchas personas piensan: "Cuanto más fácil, mejor", "Cuanto menos trabajo, mejor", "Cuanto menos responsabilidades, mejor", etc., y buscan quedarse en una situación en la que no necesiten emplear el máximo de sus capacidades. Por eso, no consiguen manifestar el 50%, el 20%, ni el 10% de las capacidades de que son dotadas. En resumen, terminan desperdiciando prácticamente toda su capacidad, sin aprovechar casi nada. Por lo tanto, es necesario que nos coloquemos voluntariamente en situaciones difíciles, en las que tengamos que extraer hasta la última "parte" de nuestra capacidad. Esto no tiene nada que ver con el "culto al sufrimiento"; en el cual, sus seguidores consideran un placer "desesperarse, desanimarse y entregarse al sufrimiento, ante las desgracias e infelicidades". Ellos difieren por completo de aquellos que buscan voluntariamente las dificultades con el propósito de extraer el máximo de capacidad del cual están dotados. Esta última busca todas las condiciones necesarias para alcanzar su verdadero objetivo, que es el perfeccionamiento máximo de su capacidad. De este modo, su corazón está siempre lleno de esperanza y valor, y en él no hay lugar para el desánimo o la desesperación, ni siquiera para el tonto sentimiento de autocompasión.
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Es famoso aquel pasaje de la Historia en que Julio César, después de atravesar el estrecho actualmente llamado Dover conduciendo su ejército, mandó a incendiar todos los navíos, eliminando así la única "vía de retirada" que tenía, colocándose a sí mismo y a todo su ejército en una situación en la cual retroceder sería de hecho la muerte. Por lo tanto, debían avanzar con la firme determinación: o ¡Victoria o muerte! También en la jornada de la vida, aquellos que desean exteriorizar plenamente la fuerza infinita que existe dentro de sí, necesitan tener el valor de colocarse deliberadamente en situaciones difíciles como la de aquel ejército de Julio César. Quien vive cobardemente, teniendo siempre un "camino para huir" y pensando en "desistir del emprendimiento si las cosas no salen bien", no conseguirán exteriorizar ni el 20% de su capacidad. Solamente cuando es colocado en una posición de verdadera responsabilidad, en una situación que dependerá únicamente de él, el éxito del emprendimiento; es que el hombre consigue exteriorizar la poderosa fuerza que existe en él. Por mayor que sea el poder explosivo de una bala de cañón, ésta no puede mostrar su gran fuerza en estado de inacción. Solamente, cuando es "empujada" dentro del estrecho tubo del cañón, donde no puede hacer otra cosa sino avanzar, es que ella puede alcanzar un objetivo distante y manifestar plenamente su poder explosivo. La capacidad que Uds. poseen es como el poder explosivo de la bala del cañón: cuando la situación es de extrema dificultad, y la única alternativa es seguir adelante traspasando los obstáculos, es que pueden manifestar plenamente su capacidad. Todas las personas están dotadas de una gran capacidad. Pero, desafortunadamente, la mayoría pierde la oportunidad de exteriorizar su maravilloso don y se juzga "mediocre", porque nunca estuvo en situaciones realmente difíciles que propiciasen la exteriorización de toda su capacidad, ni ocupó posiciones de grandes responsabilidades. Estudiando la historia de la Humanidad, podemos notar que muchos de los grandes personajes surgieron justamente en las épocas más turbulentas. El hecho de no aparecer grandes hombres en los períodos de paz y tranquilidad, no significa la
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inexistencia de grandes hombres en tales épocas. Ellos existieron, pero no encontraron la "ocasión propicia" para exteriorizar plenamente sus capacidades como grandes hombres. La necesidad crea grandes hombres, crea genios. También, en relación a los grandes descubrimientos científicos podemos constatar que en 10 años de una época de dificultades, la cantidad y la calidad de los inventos fueron superiores a aquellos aparecidos en 100 años de excesiva tranquilidad. Eso muestra cuánto ayudan las dificultades al hombre en la exteriorización de su verdadera capacidad. Por lo tanto, queridos lectores, nunca retrocedan ante las dificultades, ni huyan de las más pesadas responsabilidades. Las personas que se proponen, decididamente, a transponer todas las dificultades; que no tienen miedo de tomar sobre sí las mayores responsabilidades; que se mantienen firmes en su determinación: o ¡Victoria o muerte!; que eliminan todas las vías de retroceso y prosiguen empeñando al máximo sus fuerzas en todas las ocasiones - éstas sí, son personas que terminarán manifestando plenamente la gran capacidad de la cual son dotadas. Hay muchas personas que, justamente, por vivir en ambientes de excesivas facilidades y conseguir todo -¡in hacer esfuerzos, son infelices. Esto ocurre porque, a pesar de estar bien dotadas, no descubren oportunidades para manifestar plenamente sus capacidades. Cuando una señora de carácter delicado y cuerpo frágil queda viuda, con varios hijos para criar y completamente sin recursos, nosotros sentimos sensibilidad y nos preocupamos con su destino. Pero, sorprendentemente, ella consigue de algún modo sobrevivir. Esa fuerza de "soportar todas las dificultades" está presente en cualquier persona, aun en las situaciones más difíciles. Y cuanto más frecuentes y mayores son las dificultades, más aumentará esa fuerza. Si hasta un ratón encuentra fuerzas para enfrentar al gato cuando ve que no hay forma de huir, ¿de qué no será capaz el hombre, que no es un simple ratón acorralado, sino un hijo de Dios que posee una fuerza infinita dentro de sí? Si contamos siempre con algún medio de huida o con alguien que nos ayude; si
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pensamos que basta recurrir a otros para salir de las dificultades; o si estamos acomodados en un ambiente que satisfaga nuestro espíritu de dependencia, jamás seremos capaces de exteriorizar la totalidad de la gran fuerza que existe en nuestro interior. Es fundamental, que nos coloquemos voluntariamente, en una posición de gran responsabilidad, en una situación en que tengamos que resolver con decisión y coraje los más complejos problemas. No debemos quedar acomodados en la vida inútil y fácil. Las facilidades entorpecen nuestro espíritu y disminuyen nuestras capacidades. Como ya dije, la mayoría de las personas no consiguen exteriorizar toda su capacidad innata mientras no se encuentre en una posición que exija verdadera responsabilidad. En muchos casos, los descendientes de una familia millonaria que tienen muchos criados a su disposición y que viven rodeados de todo tipo de comodidades, no logran revelar la misma capacidad de aquél que hizo la fortuna inicial (abuelo, bisabuelo, etc.). Esto ocurre, porque el ambiente donde viven es muy agradable. Aún sin haberse esforzado, pueden tener todo y llevar una vida fácil, gracias a la fortuna, a la fama y a la red de negocios legados por su fundador. No tienen la oportunidad de "extraer" la gran fuerza, la verdadera capacidad que existe en su interior. Podemos decir que, en este sentido, los descendientes de familias ricas son personas poco favorecidas. Por lo tanto, queridos lectores, si no nacieron en un hogar millonario, alégrense por ello. Uds. no poseen tantos bienes materiales como los millonarios; pero, justamente por eso, son mucho más favorecidos que ellos con respecto a las circunstancias necesarias para extraer el máximo de sus capacidades. A través de la lucha constante contra las dificultades y de los esfuerzos para superarlas, es que conseguimos aumentar cada vez más nuestra fuerza. ¡Queridos lectores! A partir de este momento, comiencen a vivir con la firme convicción de tomar para sí, el máximo posible de responsabilidades. Cada dificultad que eviten significa la "pérdida proporcional" de la oportunidad de exteriorizar su capacidad. ¿Qué es la dificultad? La dificultad no es un "obstáculo".
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Considérenla como un "esmeril" que sirve para pulirlos, para hacerlos exteriorizar su capacidad y, así, aumentar el brillo de su personalidad. Colóquense voluntariamente en situaciones que los lleven a asumir las mayores responsabilidades. De este modo, podrán infaliblemente, volverse personas útiles al mundo, crearán una gran reputación y contribuirán para la salvación de la humanidad. Solamente, cuando asuman posiciones de gran responsabilidad es que podrán manifestar plenamente su creatividad, su destreza y su viva inteligencia. Aquellos que buscan las facilidades pierden sus fuerzas. Pero, aquellos que avanzan con determinación y voluntariamente asumen las responsabilidades, consiguen exteriorizar toda su fuerza.
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CAPITULO III EJERCITEN EL "PODER DE LA PALABRA" Existe un don que siendo valiosísimo, muchas personas se olvidan que lo poseen y no se esfuerzan ni un poco en desarrollarlo: es el "don de la palabra" o el "poder de la palabra". Si no somos capaces de transmitir con claridad, exactitud y firmeza nuestras ideas, nuestros deseos; en fin, todo lo que quisiéramos expresar, podemos decir que estamos desprovistos de la más poderosa arma de esta vida. Tal es la importancia de la palabra. Sin embargo, recordemos que la palabra es la expresión del propio carácter del hombre; por eso, de nada sirve que alguien trate de crear una bella imagen de sí mismo sólo con palabras hábiles, sin empeñarse en mejorar su carácter. En ese caso, sus palabras sonarán falsas y superficiales, y acabarán revelando su falta de sinceridad. Por otro lado, sería también lamentable si el caso fuera justamente lo contrario, o sea, si la persona fuera dueña de un carácter admirable; pero, no tuviese capacidad para expresar claramente sus opiniones y permaneciese simplemente sentada en la mesa, sin emitir ninguna opinión estando en silencio de comienzo a fin. Existen muchas personas que tratan de aprender lenguas extranjeras antes de dominar perfectamente su propio idioma. Eso equivale a rechazar la más elevada cultura. Tanto en un discurso como en un diálogo, es esencial la claridad en la pronunciación. Hay personas que no pronuncian claramente las palabras y hablan de una forma tan confusa, que los otros no pueden entender ni la mitad de lo que dicen. Tales personas no pueden transmitir a los otros ni la mitad de su verdadera capacidad. Es como si colocasen en ellas una "etiqueta" de precio con más del 50% de descuento, en lugar de una etiqueta con su valor exacto. Como es natural, los demás le atribuyen un valor falso, inferior al que realmente posee. Por lo tanto, podemos decir, que las personas que no ejercitan su "poder de la palabra" no pueden ofrecer al mundo ni la mitad de su verdadera capacidad. Principalmente, el
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modo de hablar de los habitantes del nordeste de Japón de la provincia de Shimane, y de la región sur de Kyushu, se caracteriza por la falta de claridad en la pronunciación. Debido a eso, las personas de esa región, cuando van a ciudades grandes, enfrentan dificultades por no poseer armas perfectas para expresarse. Es fundamental, que las personas aprendan desde temprano a pronunciar claramente las palabras, ejercitándose siempre en el sentido de mejorar su dicción. Para eso, es aconsejable leer en voz alta libros didácticos, partes famosas de obras literarias, comentarios sobre problemas de actualidad, etc., articulando correctamente las palabras. La lectura en voz alta de partes de famosas obras literarias es de gran utilidad, pues, además de servir para el entrenamiento de la pronunciación, nos enseña bellas formas de expresión y nos ayuda a adquirir un vasto vocabulario que nos permitirá transmitir con exactitud nuestras ideas. Hasta los hechos y cosas más simples pueden ser interesantes y adquirir un "brillo especial", dependiendo de la manera como se los describa. Por lo tanto, necesitamos perfeccionar el arte de hablar, de tal manera, que nuestras palabras brillen como bellas joyas e impresionen a los oyentes. Debemos conseguir que sea tan agradable nuestra manera de hablar, al punto que merezcamos comentarios como: "Conversando con aquella persona, la gente se olvida de la hora"; "Las palabras de aquella persona tienen un encanto especial y cuando la gente la escucha se alegran inmediatamente", etc. Si lograron dominar el verdadero arte de hablar, ¡fantástico! Sólo ese hecho, ya los califica como vencedores en potencia en la batalla de la vida. Aunque sus talentos no sean los más brillantes, las personas que los rodean les darán buenas oportunidades, si conocen el arte de hablar y saben impresionar a los demás con su simpatía. De este modo, lograrán no solamente ser dueños de su propio destino, sino también inducir a los demás a que actúen de la manera que a Uds. les favorezca. Desafortunadamente, hoy en día no hay muchas personas que posean una verdadera elocuencia. Esto ocurre, porque la mayoría no se preocupa en practicar su oratoria ni en perfeccionar su arte de hablar. Es lamentable la pobreza de
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vocabulario de muchas personas. Las frases que emplean son agrupamientos de palabras incorrectas, inadecuadas, escogidas al azar, en algún lugar. Supongamos que Uds. reciben a sus visitas en una sala llena de muebles viejos sin ningún valor, encontrados por casualidad en la calle. ¿Será que las visitas se sentirán maravilladas por esos objetos y se mostrarán contentas por haber sido recibidas de ese modo? Naturalmente que no. Es por eso que todos tratamos de dar una buena impresión a los visitantes, decorando la sala con bellos cuadros, objetos de buen gusto y bonitas flores. Sin embargo, los cuadros, objetos, flores, etc., con los cuales tratamos de arreglar nuestra sala, no somos "nosotros mismos"; por eso, aunque sean de poco valor, no llegan a comprometer seriamente nuestra imagen. Pero, si se trata del lenguaje que usamos, la consecuencia es muy diferente. El lenguaje, es la expresión del propio carácter del hombre. Por lo tanto, como regla general, aquellos cuyo lenguaje es pobre son considerados dueños de una personalidad también pobre; aquellos cuyo lenguaje es rico son considerados dueños de una personalidad rica e interesante; y aquellos cuyo modo de hablar no tiene firmeza son considerados dueños de una personalidad poco firme. Por esta razón, debemos evitar el uso de palabras groseras o malas palabras, semejantes a los objetos hallados por casualidad en la calle. Debemos leer siempre obras famosas de grandes escritores, familiarizarnos con sus expresiones bellas, sutiles y de profundo significado, y aprender a usarlas sin dificultad en nuestros diálogos, discursos, etc. Quiero destacar, una vez más, la necesidad de practicar constantemente la lectura en voz alta de partes famosas de obras literarias. Eso hace que el "ritmo" de las palabras de esas partes quede grabado profundamente en nuestra mente, formando lo que podríamos llamar "grabación mental". Y siempre que surja una oportunidad de hablar, esa "grabación" se repite, permitiéndonos manifestar una riqueza de vocabulario y una "atmósfera" fascinante, semejante a la de aquellas partes que leímos varias veces en voz alta. Las palabras leídas pasan, naturalmente, a formar parte del vocabulario que usamos en nuestras conversaciones de cada día. En las conversaciones de personas que leen
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inglés constantemente, surgen con frecuencia palabras en inglés; y son empleadas formas de expresión peculiares a la lengua extranjera. Leer siempre grandes obras literarias significa absorber e incluir en nuestro propio vocabulario las cualidades de esas obras. Cuan lamentable sería si una persona, a pesar de poseer un grandioso ideal o un plan fabuloso, permaneciese completamente confundida y no supiese como expresarse, justamente en el momento de hablar sobre su ideal o explicar su plan ante los demás... Cuan lamentable sería si un hombre, a pesar de ser un gigante con respecto a su ideal y sus planes, se quede como un mudo o un tímido enanito, exactamente a la hora de expresarlos. Si no somos capaces de revelar a los demás ni el 10% de nuestra capacidad real, debemos reconocer que estamos desperdiciando un tesoro ilimitado que poseemos. Supongamos, que Uds. fuesen científicos inter-nacionalmente famosos y tuviesen que ir a un banquete ofrecido en su honor. Sería realmente lamentable, si ante las miradas atentas de los invitados, quedasen completamente confusos y no consiguiesen pronunciar ni siquiera una sola palabra. Por eso, todos necesitamos aprender el arte de hablar. Para ser buenos oradores, necesitamos ante todo, aprender a pronunciar claramente las palabras y enriquecer nuestro vocabulario. Además de eso, debemos convencernos a nosotros mismos de que "somos buenos oradores". Con esta convicción, terminaremos transformándonos en buenos oradores. Ya hubo casos como el de aquel hombre que, después de haber sido hipnotizado y sugestionado de que "él era el famoso orador Fulano de tal que iba a pronunciar un magnífico discurso ante un gran público", se levantó y comenzó a hablar con gran elocuencia, exactamente como aquel famoso orador. Como vemos, la sugestión produce efectos sorprendentes. Por eso, es importante que nos demos cuenta de que "somos buenos oradores". "Pero, es muy difícil convencernos de eso" - dirán algunos. De hecho, al comienzo es bastante difícil: antes de la primera experiencia, cualquier persona siente temor y tiembla... Como nunca había comprobado realmente su capacidad como orador, es lógico que no pueda evitar el pánico,
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pensando: "Creo que no voy a poder hablar". De ahí, la necesidad de estar suficientemente entrenados para enfrentar la dura prueba. Una vez adquirida la plena autoconfianza a través de constantes entrenamientos, cualquier persona conseguirá hablar con gran elocuencia. Sabemos, que existían personas que tenían como costumbre subir a una colina solitaria antes del amanecer para practicar la oratoria, hablando a todo pulmón en medio de la grandeza del cielo y de la tierra. Y también de personas que entrenaban en las playas desiertas, gritando más fuerte que el estruendo de las olas que reventaban sobre las rocas. Los ejercicios de la lengua y de los labios son ejercicios musculares, o sea, del mismo tipo que realizamos al golpear las teclas de la máquina de escribir. Lo importante es que entrenemos bastante, conscientes de que sin ejercicios será imposible aprender a hablar con desenvoltura, sin ninguna timidez. Al principio, es conveniente entrenar sin que nadie esté cerca; y después de que hayamos ejercitado bastante, debemos comenzar a aprender a hablar delante del público, aprovechando todas las oportunidades que surjan. Hay personas que, a pesar de poseer un buen conocimiento del inglés, no son capaces de conversar en ese idioma porque no aprovechan todas las oportunidades que se les presentan para entrenar la conversación. De la misma forma, sólo el hecho de que poseamos un amplio vocabulario no será suficiente para ser buenos oradores. Por lo tanto, lo esencial para volvernos grandes oradores es el constante entrenamiento, aprovechando toda y cualquier oportunidad. Dicen que la repetición de experiencias elimina el miedo inicial. Y esto es verdad. Conozco a muchas personas que, al comienzo, enrojecían y temblaban cuando tenían que hablar ante mucha gente; pero terminaron acostumbrándose y perdiendo totalmente el miedo de hablar en público, después que pasaron por experiencias, incitando su propio valor. Al principio, quedamos tan nerviosos, que no podemos ni mirar al auditorio; y hasta parece que hay una niebla impidiendo nuestra visión... Pero, después de repetir la experiencia, somos capaces de distinguir a las personas del auditorio y hasta observar las reacciones que nuestras
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palabras causan. A partir de ese momento, todo se vuelve más fácil. Podremos causar en los oyentes el efecto que deseamos, como conmoverlos profundamente, hacerlos vibrar de entusiasmo... Si queremos servir a la humanidad, representando o guiando a un gran número de personas, necesitamos, en primer lugar, adquirir el perfecto dominio del arte de hablar, sin el cual no será posible dirigir a un gran número de personas. Para que el orador pueda cautivar a los oyentes, es fundamental, que su mente esté en sintonía con la del auditorio. Si hay alguna barrera que impida esa sintonía, el orador no logrará emocionar verdaderamente al público. Solamente, cuando se identifique con los oyentes, el orador podrá emocionarlos y hacerlos vibrar con sus palabras. Entonces, el orador se volverá un líder, y los oyentes comenzarán a actuar de acuerdo a su orientación. Para lograr eso, el orador debe estar con la mente bien entrenada. Es esencial, que su mente domine al público. Lo mencionado anteriormente se puede aplicar también a los diálogos. Si permanecemos tímidos o con miedo ante nuestro interlocutor, no podremos expresar nuestra capacidad, por mayor que sea. Por lo tanto, es imprescindible que nos habituemos, lo antes posible, a hablar con desenvoltura ya sea en forma particular, como en público. Al principio, a veces, es muy difícil vencer la timidez. Pero, a medida que nos acostumbramos, vamos perdiendo el miedo y, finalmente, nos volvemos capaces de expresar nuestras ideas, sin ninguna dificultad. Cierto orador decía lo siguiente: "Cuando esté conversando con alguien, evite pensar que su interlocutor es una persona importante, para no intimidarse. Haga de cuenta que es un sujeto cualquiera, una persona insignificante... Así, no estará nervioso y podrá expresar libremente sus ideas". Yo no estoy de acuerdo, pues sé que ese método sólo podrá traer resultados negativos. Los pensamientos son vibraciones de la mente. Siendo así, si existe en nosotros el pensamiento de menospreciar al interlocutor, él captará esa "vibración" y nos tendrá antipatía; y, en consecuencia, aunque expresemos nuestras ideas con gran elocuencia, no las aceptará. De este modo, en una conversación con alguien o
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al proferir un discurso, es esencial que pensemos de la siguiente forma: "Él (ellos) y yo somos uno solo, pues nos originamos de un único Dios. Por eso, yo lo(s) quiero y él (ellos) me quiere(n), y puedo hablar con él (ellos) sin ningún problema como si estuviese hablando con mi(s) hemano(s)". Si, a través de esa mentalización, eliminamos todo y cualquier temor o barrera entre nosotros y el (los) oyente(s), y buscamos hablar con la mente alegre y "despejada", podremos expresar sin ninguna dificultad todo lo que deseamos. La oratoria es una arte, y como todo arte, no puede ser perfeccionada sin que se ejercite. Para aprender a hablar fluidamente una lengua extranjera, es absolutamente necesario que practiquemos la conversación siempre que tengamos oportunidad. De la misma forma, para ser buenos oradores necesitamos ejercitarnos bastante, aprovechando todas las oportunidades que surjan para hablar en público. Y más aún; debemos crear el hábito de escoger bien las palabras a ser empleadas en los diálogos o en los discursos, de la misma manera que un escritor escoge las palabras al escribir sus obras. Aunque una persona sea capaz de hablar con desenvoltura, no podrá causar una gran impresión en los oyentes si su discurso, por la pobreza de contenido, demuestra falta de conocimiento del orador. Además, en los casos en que el orador posea una "mente estrecha", no podrá despertar la simpatía de un gran número de personas, pues esa "estrechez" aparecerá en sus palabras. Considerando la oratoria bajo esos aspectos, podemos concluir que no depende simplemente de la técnica, pues es un arte, y como todas las artes, refleja el carácter del “artista”. Si no tenemos un verdadero sentimiento de amor hacia la humanidad, jamás conseguiremos pronunciar discursos que lleguen al fondo del alma de las personas. Cierto agente de seguros, muy conocido por su eficiencia, dijo lo siguiente, en una ocasión: — Voy a contarles como consigo hacer que las personas me firmen un contrato de seguro. Cuando voy a visitar a un cliente en perspectiva, comienzo elogiando las cosas de las cuales él se enorgullece. Si la visita es en su residencia, me muestro
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encantado con su bello jardín; si es en su oficina, elogio su buen gusto en la decoración y así sucesivamente... Y cuando la persona, satisfecha con los elogios, está relajada y bastante accesible, entonces le hablo de las ventajas de tener un seguro. En un 90% de los casos esto funciona. Realmente, tiene razón. Si queremos que los otros satisfagan nuestros deseos, es esencial satisfacer primero el deseo de los demás. Esto está de acuerdo con la ley que dice: "Dad, que os será dado". Aquél que cuida con cariño su bello jardín desea, íntimamente, ser elogiado, en el fondo, quiere decirle al visitante así: "Por favor, mire mi jardín. ¿No es maravilloso?". Por lo tanto, elogiando su jardín, estaremos satisfaciendo el deseo secreto de esa persona. Aquél que arregla su sala con una bella pieza decorativa tiene, en el fondo del corazón, el deseo de decirle al visitante: "Vea esta pieza, es magnífica, ¿verdad?". Elogiar esa pieza significa, por lo tanto, satisfacer su deseo. Después de haber satisfecho el deseo del otro, podemos entonces, hacer que él satisfaga nuestro deseo. En resumen, la verdad es que la palabra posee fuerza creadora, comanda nuestro destino y nos permite hasta controlar a las personas que nos rodean. Por lo tanto, es la más necesaria de las "armas" que la vida nos ofrece. Necesitamos, pues, aprender el arte de expresarnos con perfección. Quien no conoce este arte es como un rosal que no consigue florecer. ¿Cuántas personas viven con un complejo de inferioridad, por haberse olvidado de desarrollar plenamente su capacidad de expresión? Por eso, queridos lectores, deseo sinceramente que comiencen a ejercitarse cuanto antes, para poder manifestar libremente el "poder de la palabra", ya sea a través del diálogo, del discurso o de la escritura.
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CAPITULO IV DEN SIEMPRE AMOR Y BONDAD A SUS SEMEJANTES En el volumen "Vida" del libro La Verdad de la Vida, conté la historia de un príncipe que vivía triste, a pesar de tener todo para ser feliz. Muy preocupado por eso, el rey - su padre - hizo un aviso público, ofreciendo, como premio, una elevada suma de dinero a quien pudiera descubrir una manera de hacer feliz al príncipe. Días después, apareció un mago, el cual mostró al príncipe una hoja de papel en blanco, diciendo que allí estaba el secreto de la felicidad. Cuando el príncipe quiso leer lo que había en el papel y lo llevó cerca del fuego, el calor hizo aparecer en la hoja en blanco la siguiente frase: "Haga el bien a alguien, por lo menos, una vez al día". Realmente, esa frase encierra el secreto de la felicidad y también del éxito. Aunque vivamos rodeados de comodidades, no podremos ser realmente felices si no contribuimos, un poco para la felicidad de los demás. Sea cual sea nuestro emprendimiento, no llegaremos a obtener el verdadero éxito, si no nos preocupamos en ofrecer servicios que traigan beneficios a los demás. Vemos, pues, que todo en este mundo está regido por la ley que dice: "Aquél que, da, recibirá". Aunque tengamos mucha bondad en nuestro corazón, sólo eso no es suficiente para conseguir la verdadera felicidad. Solamente al "dar" esa bondad a los otros (o sea, exteriorizándola) es que podremos ser realmente felices. Lo mismo se puede decir en relación a la alegría: sólo cuando exteriorizamos nuestra alegría y la compartimos con los demás es que podremos sentir la verdadera felicidad. No podremos disfrutar la verdadera felicidad si dejamos nuestros tesoros simplemente guardados en un cofre. Sólo podemos disfrutar la verdadera felicidad cuando la retiramos del cofre y la compartimos con los demás. Cierta vez, un filósofo hizo la siguiente pregunta a un grupo de universitarios: "¿Qué es lo que más se desea en el mundo?". Si fuesen Uds., queridos lectores, ¿cómo responderían? Me gustaría que reflexionen un momento y formulen sus propias
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respuestas, antes de proseguir. Pues bien. Fueron muy variadas y controvertidas las respuestas de los universitarios y consta que la opinión que mereció mayor consideración de aquel filósofo fue la que decía: "buenos sentimientos". Realmente los "buenos sentimientos" son esenciales. Pero, si los dejamos escondidos dentro de nosotros y no los exteriorizamos, no podremos hacer felices a nuestros semejantes ni a nosotros mismos. Es necesario que manifestemos nuestros buenos sentimientos a otras personas. Solamente así podremos ser felices. Cuando exteriorizamos al máximo nuestra bondad y trabajamos, de verdad, para el bienestar de nuestros semejantes, constatamos admirados que nuestra propia vida se llena de alegría, que vibramos de satisfacción y que aumenta nuestra capacidad. Entonces, nos concientizaremos del hecho de que jamás sufriremos desgastes, por más que demos y empeñemos nuestras fuerzas a los demás, para conseguir el bienestar ajeno. Comprenderemos que, al contrario, "cuánto más damos, más aumenta nuestra fuerza". Comprenderemos que todo, sea nuestra fuerza, nuestra inspiración, nuestra fortuna, etc., vuelve multiplicado si lo usamos en beneficio del prójimo. Si existen en este mundo muchas personas que viven mezquinamente, sin conseguir alcanzar una vida verdaderamente fructífera, es porque no están dando suficiente Amor y bondad a sus semejantes, ni están usando su capacidad y conocimiento para el beneficio de los demás. Concienticemos que podemos hacer que nuestra vida sea tan próspera como pretendamos, con la simple condición de que demos más Amor y bondad, y usemos más de nuestra capacidad y sabiduría para el bien de nuestros semejantes. Debemos tener siempre una sonrisa, palabras bondadosas y frases de elogio y admiración para darlas a nuestros semejantes. Nuestra felicidad no es algo que se pueda alcanzar viviendo meramente en un depósito donde estén apiladas las riquezas materiales. La verdadera felicidad es aquella que sentimos cuando vivimos rodeados de personas que tienen el corazón repleto de Amor y bondad. Sus
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palabras bondadosas nos hacen descubrir un verdadero paraíso sobre la faz de la Tierra. No hay nadie, en este mundo, que no desee ser reconocido y elogiado por los demás. Cuando las palabras de reconocimiento, elogio y admiración llueven sobre nosotros como "bellos pétalos que caen del cielo", vemos realizarse ante nuestros ojos un verdadero paraíso terrestre. Así, si desean recibir sonrisas bondadosas, palabras cariñosas y frases de elogio y admiración, es fundamental que Uds. también den todo eso a sus semejantes. "Solamente las cosas que damos a los demás, nos son aseguradas". Las cosas que no damos a los otros, inevitablemente se extinguen. Queridos lectores, no deben aferrarse al aspecto fenoménico de las personas, cosas y hechos, y juzgar a los otros sólo por las apariencias. Debemos trascender el fenómeno y dejar de ver con nuestros "ojos carnales" los defectos, vicios, fracasos, etc., de otras personas, y contemplar al Dios que se aloja en ellas. Cuando nos volvemos capaces de ver a "Dios" en todas las personas, o sea, descubrir al "Dios Amoroso" hasta en el más despreciable de los hombres, al "Dios fuerte y valiente" hasta en el más cobarde de los hombres, al "Dios leal y sincero" hasta en el más infiel de los esposos, o al "Dios inteligente y correcto" hasta en el más intratable e incorregible de los niños. En ese momento, estaremos trascendiendo el aspecto fenoménico de las personas, cosas y hechos, y veremos que este mundo se transforma inmediatamente en un verdadero paraíso terrestre. Es lamentable que muchas personas sólo confíen en sus "ojos carnales" y dependan de ellos, al punto de llegar a perder la visión de sus "ojos espirituales" destinados a ver la "Imagen Verdadera". Esas personas, por pensar sólo en sus intereses materiales y buscar el éxito sin importarles derribar a los demás, terminarán también siendo derribadas por los otros cayendo en situaciones infelices. La elevación del carácter no se consigue a través de la perspicacia para detectar las fallas ajenas, sino a través de la comprensión de que todos los hombres son hijos de Dios perfectos y llenos de armonía. Cuanto más aumentamos esa comprensión - y por consecuencia, la capacidad de ver en todas las personas el bien en lugar del
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mal, la bondad en vez de la crueldad, la sinceridad en vez de la falsedad, y el desprendimiento en lugar del egoísmo - más se eleva nuestro carácter. Si queremos realizar una actividad en la que no haya ninguna posibilidad de fracasar, debemos nosotros mismos, tomar la iniciativa de dar "bondad", "Amor" y "atención" a nuestro prójimo. Aun cuando una persona aparente ser mala, debemos descubrir a la "buena persona" que está detrás de esa falsa apariencia y dirigirle nuestra sonrisa, palabras bondadosas y frases de elogio y admiración. Jamás sufriremos ningún perjuicio por haber dado a nuestro prójimo estos "buenos obsequios". Este mundo construye monumentos y estatuas para glorificar a los que han contribuido al desarrollo político y económico de las naciones. Pero, en el mundo espiritual, quienes reciben todas las honras son las personas que distribuyeron su bondad, su Amor, sus sonrisas, sus palabras cariñosas y sus frases de elogio y admiración.
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CAPITULO V LA FUERZA ESPIRITUAL QUE SE DESARROLLA ENFRENTANDO LAS DIFICULTADES Muchas personas se tornaron vencedoras enfrentando las dificultades y perfeccionándose con ello. Entre todos los seres, el que más evolucionó fue el hombre. Si consiguió alcanzar tan alto grado de evolución y se convirtió en el "Rey de las Criaturas", es porque enfrentó y venció todas las dificultades que las fieras y los otros seres inferiores no pudieron enfrentar. Todas las cosas o hechos que parecen ser dificultades, todas las personas que parecen ser nuestras enemigas, son, en realidad, nuestros aliados. Todo lo que parece ser tristeza, aquello que parece ser infelicidad, en realidad, no son tristezas ni infelicidades; son "condimentos" que le dan un sabor especial a nuestra alma. Durante la Guerra de Crimea, una bomba cayó sobre el lindo jardín que había en el interior de un castillo, destruyéndolo por completo. Sin embargo, de una de las grietas del terreno devastado comenzó a brotar en abundancia, agua limpia y cristalina. Esa fuente existe hasta hoy y viene alegrando la vista de todos los turistas que la visitan, dando un encanto especial al paisaje local. Así, también, es la vida: de las terribles grietas de la infelicidad nacen lindas historias y surgen los más bellos sentimientos humanos, realizándose así, también, un Amor tan sublime como el Amor de Dios. No debemos considerar como infelicidades las desventuras que surgen en este mundo fenoménico. Existen personas que encuentran su verdadero "Yo", justamente por hacer perdido todos sus bienes en este mundo fenoménico. El compresor, exprimiendo las semillas de col, extrae de ellas un aceite de gran pureza: tanto la felicidad como la infelicidad no vienen de afuera, sino de nuestro interior. En otras palabras, somos felices o infelices de acuerdo a como aceptemos las cosas que vienen de afuera. Para aquél que las recibe con alegría y gratitud, el
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sufrimiento deja de ser sufrimiento, la dificultad deja de ser dificultad. Tales personas logran hacer del sufrimiento y de la dificultad un esmeril para su alma, transformándolos de ese modo en una base para su éxito. Es, a través de arduos ejercicios, que nuestros brazos transforman los alimentos asimilados en vigorosos músculos. Del mismo modo, el desarrollo del alma y la capacidad de enfrentar y resolver problemas de cualquier tipo son conseguidos, no a través de una vida repleta de comodidades, sino a través de una actitud positiva y optimista con la cual se cumplen los deberes de la vida. Justamente, cuando vienen dificultades tras dificultades y nos parece que llegamos al límite de nuestras fuerzas, es cuando comienzan a surgir las primeras luces para la solución de los problemas. La hora más oscura de la noche es justamente la más próxima al amanecer. Según un famoso inventor, en el momento en que se agotan todos los recursos para la solución de un problema, inesperadamente, se abre un camino y se consigue la creación de nuevos inventos. En el esquí, cuando nos deslizamos por la colina, surge de nuevo la fuerza necesaria para subirla; el cuerpo humano, cuando se hiere, comienza de inmediato a manifestar la fuerza que posee para la cura; la ostra, cuando se le La fuerza espiritual que se desarrolla hiere, envuelve con su secreción el quiste que se forma en el tejido y produce una linda perla. Estos son sólo algunos de los ejemplos de cómo la opresión y la agresión causadas por elementos externos despiertan la gran fuerza adormecida en nuestro interior y perfeccionan nuestro carácter. El león arroja a su cría al abismo, haciendo despertar en él, la fuerza del rey de la selva. El águila, cuando su cría no consigue volar, destruye el nido y lo arroja al aire, para que surja en él, la poderosa fuerza del rey de las aves. También, el hijo del hombre, viviendo en un ambiente muy tranquilo y lleno de comodidades, no podrá manifestar su verdadero don. Es por eso que, muchas veces, surgen personas incapaces en familias ricas y, por otro lado, aparecen genios en familias pobres. Dios jamás le da cosas innecesarias al hombre. Las dificultades
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que surgen son oportunidades que Dios nos da para que extraigamos, a través de ellas, de nuestro interior mucha más inteligencia, mucha más fuerza y mucho más Amor. Cuando más puro es el diamante y, consecuentemente, mayor es su rigidez, mayores fricciones requerirá para su perfecto pulimento. Lo mismo ocurre con el carácter del hombre: brilla después de diversos "pulimentos" aplicados por el mundo exterior. Es, a través del "pulimento", que Uds. pueden probar su carácter y saber si es como un verdadero diamante o si es como un simple pedazo de piedra. Es posible que las personas de carácter muy débil sean aplastadas en el "pulimento". Dije, "probar el carácter para ver si es como un diamante o es como una simple piedra", pero eso es sólo una forma de expresión. Pues, la esencia del hombre es "Dios" y por lo tanto no existe, en realidad, una persona que sea como una "simple piedra". Solamente aquellos que se juzgan "simples piedras" se manifiestan como tales. Quien cree verdaderamente en su naturaleza divina, eterna e indestructible, aumentará, más y más, su brillo a través del "pulimento" y de las dificultades. Se cuenta que Cervantes escribió su famosa obra Don Quijote de la Mancha en una prisión, en Madrid. Cuando llegó al último capítulo, estaba sin recursos para adquirir papel y escribía en pedazos de cuero. Conociendo este hecho, un millonario español quiso ofrecerle el material necesario; pero Cervantes rechazó la oferta, diciendo: "El Cielo prohíbe que se retire de mí las cargas que me son necesarias. Lo que enriquece al mundo es mi situación adversa". Aunque esas palabras de Cervantes puedan denotar una tendencia al "culto del sufrimiento" y un rechazo en aceptar dócilmente las infinitas dádivas de Dios, ello sirve para demostrar que ese gran escritor produjo su obra maestra venciendo las adversidades. Mientras permanecemos en el lecho caliente, continuamos somnolientos; pero, una vez obligados a levantarnos y a lavarnos el rostro con agua fría, despertamos completamente. Así, también, es el alma humana. Con frecuencia, las presiones o persecuciones, tanto sociales como económicas, hacen despertar la capacidad interna del hombre, en vez de aniquilarla. Se cuenta que Daniel Defoe escribió Las Aventuras de Robinson Crusoe durante el tiempo en que estuvo preso; John Bunyan
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escribió El Progreso de Pilgrim (The Pilgrim's Progress) en la prisión de Bedford; Sir Walter Raleigh escribió La Historia del Mundo (History of the World) durante los 13 años que pasó en una prisión; Lutero tradujo el Nuevo Testamento mientras estaba custodiado en el Castillo de Wartburg; Dante escribió La Divina Comedia durante su largo exilio y, aún después de recibir una sentencia de muerte, no cesó de escribir. La Historia Universal nos muestra que la dificultad y la opresión hicieron que se pudiesen exteriorizar los dones de muchas personas y contribuyeron para la realización de grandes obras. Podemos decir que la historia de los israelitas es la historia de un pueblo en exilio, oprimido y perseguido por los otros pueblos; pero, de esas adversidades surgió una gran religión, surgieron Moisés, David, Salomón, Daniel, Jesucristo, que llegaron a la humanidad un tesoro espiritual de inmenso valor. También, en la Edad Moderna, Freud, Einstein y muchos otros hombres de origen judío se han destacado en el campo de la ciencia, de la filosofía, de la psicología, etc. La fuerza vital de ese pueblo es tan fuerte como la de la azalea que florece hasta en la superficie de las piedras. Para ese pueblo, las dificultades son como la helada de la primavera que, en vez de perjudicar al trigal, mata a las plagas y posibilita la multiplicación de los rastrojos de trigo. Las últimas obras de Beethoven fueron compuestas entre lágrimas de dolor, cuando ese gran músico ya había perdido casi totalmente la capacidad auditiva de su "oído carnal". Schiller produjo muchas obras durante sus 15 años de penosa lucha contra una grave enfermedad. Milton escribió El Paraíso Perdido (Paradise Lost) y muchas obras famosas luchando contra la miseria y la enfermedad - y esto después de haber quedado ¡completamente ciego! Las personas que se desaniman por cualquier sufrimiento, dificultad o vicisitud de la vida, deberían sentirse avergonzadas frente a estos ejemplos de fe y de coraje. Para quien acepta todas las adversidades con gratitud, considerándolas oportunidades para su perfeccionamiento y consigue perfeccionarse a través de ellas, cada dificultad que aparezca será un paso más para aproximarlo al éxito.
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CAPITULO VI PROGRESE INFINITAMENTE El agua que corre no se deteriora, pero el agua estancada se pudre. Sea cual fuera el tipo de actividad a la que se dedique, si se contenta con su nivel actual y se acomoda a la "dulce vida", se deteriora tarde o temprano. Cristo dijo: "Vigilad todo el tiempo" y "Mi Padre trabaja hasta ahora". Aquél que mantiene su mente despierta y vigilante y busca siempre mejorar su vida y su trabajo, progresa infaliblemente; pero, aquél que se conforma, sólo podrá retroceder. En la vida existen sólo dos alternativas: progresar o retroceder, no hay término medio. Joven, mantenga los ojos de la mente abiertos y atentos para renovar y mejorar siempre su vida, sus actividades, su modo de trabajar y todas las cosas a su alrededor. Ninguna persona debe considerar satisfactorio su progreso alcanzado, ni debe perder la esperanza de progresar más, juzgándose incapaz de superar el nivel alcanzado. No existe un límite fijo ni un punto final para el progreso, donde ya no existan más posibilidades para desarrollar la capacidad o mejorar el modo de trabajar y administrar. Debe, a cada momento y en todas las oportunidades, desenvolver su capacidad, elevar su eficiencia en el trabajo y mejorar su técnica de dirigir los negocios. En el momento en que juzgue satisfactorias sus realizaciones actuales y se sienta orgulloso de ellas, cesará su progreso, desaparecerán las posibilidades de mejorar y estará dando el primer paso para la decadencia y la deterioración. Al iniciar el día, tome la siguiente resolución: "¡Hoy voy a innovar y mejorar alguna cosa!". Estando atento y listo a introducir alguna innovación en su oficina, en su fábrica, en su tienda o en su empresa, encontrará con seguridad algo para mejorar. Dios es la Fuerza Creadora. Siendo Fuerza Creadora, no aprecia el estancamiento. Aumentemos siempre un nuevo progreso en la vida. Esta es la vida del "agua que corre", es la vida que no se deteriora. Si comparamos a una persona que buscó
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todos los días mejorar, en algún aspecto durante un año, con otra que no hizo nada para progresar, notaremos una gran diferencia entre ambas. Joven, vuélvase una persona que progresa eternamente. Aquellos que tuvieron una vida mediocre y que murieron sin dar ninguna contribución al mundo son, seguramente, los que desistieron de progresar. Aquél que trata de elevarse cada día más, aumentando su capacidad y mejorando en el trabajo, con toda seguridad se destacará entre los demás y no podrá dejar de brillar. Será estimado y respetado por todos. Tal persona no sólo se destaca entre los demás sino, también, influye sobre las personas a su alrededor, despertándoles así su capacidad latente. Cuando esa persona dirige una empresa, todos los empleados se sienten estimulados a progresar y mejorar, se eleva la producción general, y la firma no puede dejar de prosperar. Tal persona es una fuente de inspiración para los que la rodean. Si quiere realizar algo realmente grandioso en su vida, no debe temer a los competidores. Los competidores sirven como una fuerza poderosa para poder exprimir y extraer toda la capacidad que se aloja dentro de usted. No debemos temer a los competidores ni odiarlos. Un atleta que entrena apenas dentro de su tiempo, no puede alcanzar el máximo progreso. Necesita de un adversario para competir. Solamente a través de una dura competencia es que puede ser exprimida hasta la última gota de su fuerza y perfeccionar su técnica. Comprender que el hombre es Hijo de Dios, no es envanecerse de sí mismo. Es comprender que se aloja en nuestro interior la fuerza infinita y que, cuanto más y mayores sean los adversarios, más fuerte será la fuerza que se manifestará desde adentro. Esto ocurre no sólo en los deportes, sino, también, en todas las demás actividades. Cuantos más competidores surjan, mayor será la manifestación de la fuerza y de la inteligencia necesaria para mejorar su modo de trabajar. El gerente de una renombrada tienda, la más próspera de una ciudad, me dijo cierta vez que él va, por lo menos una vez al mes, a Tokio a fin de actualizarse, asimilando las últimas modas, las decoraciones de las tiendas y el sistema de trabajo más moderno. Según él, para que su tienda no caiga a una segunda o tercera categoría,
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es indispensable respirar siempre "aires nuevos" e introducir Ideas siempre nuevas. Es por eso, que en su tienda reina siempre un ambiente vivido, ameno y saludable que atrae • los clientes. Tienda como esa no se "deteriora", tal como las aguas que corren incesantemente. La vanidad es enemiga del progreso. Cuando nos comparamos a un adversario, es que podremos percibir nuestras fallas y corregirlas. La falta de atención y delicadeza de Ion vendedores no es notada por nosotros cuando estamos acostumbrados con ello; pero, un cliente que viene por primera vez observa, se decepciona y no vuelve más a esa tienda. Hay un proverbio japonés que dice: "El sapo del pozo no conoce el océano". Nosotros no debemos encerrarnos dentro de nuestro pequeño mundo. Debemos salir del "pozo", mirar el mundo exterior y tomarlo como elemento de comparación. Solamente entonces descubriremos nuestras fallas y las corregiremos... Debemos tener un espíritu abierto y franco capaz de aceptar las actitudes del prójimo como una lección y procurar siempre corregir las nuestras. No debemos aislarnos y evitar la entrada de la luz. Lo que despierta nuestra real capacidad es el confrontamiento con los demás. Aquél que pretende progresar en grande debe tomar las cualidades del prójimo como ejemplos y corregir sus propios defectos. Para que el cuerpo humano se mantenga vivo, es necesario que la sangre circule en su interior, "se renueve" constantemente y fluya con pleno vigor. Del mismo modo, para que un emprendimiento se mantenga dinámico y alcance progresos cada vez mayores, es fundamental que el "alma" de ese emprendimiento se renueve siempre, tome nuevos impulsos y esté siempre repleta de vigor. Cierta vez, un comerciante me pidió una orientación para mejorar la situación de su tienda. Yo le di el siguiente consejo: "Póngase en el lugar del cliente y, desde ese ángulo, observe su tienda. Vea si ella ofrece muchas ventajas, si la atención es buena, si el ambiente es agradable, etc.". No se pueden conocer las reacciones de los clientes, a no ser que la persona se coloque en la posición de ellos y analice las cosas de acuerdo a sus pontos de vista.
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Si el comerciante se preocupa apenas de sus ventajas y conveniencias propias, su tienda no prosperará. Un establecimiento comercial podrá alcanzar una gran prosperidad solamente cuando el empresario y los empleados tengan como objetivo principal servir bien a los clientes y, colocándose en la posición de ellos, trabajen en el sentido de mejorar cada vez más la calidad de sus servicios, tratando de satisfacer al mayor número posible de personas. Generalmente, los empleados de los establecimientos comerciales se sienten tan cansados después de un día de trabajo que, cuando apenas termina la jornada, salen apresuradamente con el único pensamiento de "llegar pronto a su casa y descansar". No les pasa por la mente que podrían aprovechar el tiempo que gastan durante el trayecto, para buscar nuevas ideas que contribuyan a mejorar la calidad del servicio de la tienda donde trabajan. Es una lástima... Para que un establecimiento comercial alcance una verdadera prosperidad, es esencial que los empresarios y los empleados aprovechen todas las ocasiones para buscar nuevas ideas a fin de servir mejor a los clientes; y procuren introducir constantemente nuevos y más adecuados métodos de administración y trabajo, mejorando la atención a los clientes, la manera de disponer la mercadería en las vitrinas, etc. Aquellos que no se esfuerzan en renovarse están destinados a quedarse atrás. El progreso es el principio fundamental del Universo, y renovarse constantemente es la ley de Dios. Por lo tanto, aunque nuestros negocios estén prosperando actualmente, no debemos sólo por eso, insistir en mantener siempre el mismo programa, rechazando nuevas ideas. Actuando así, tarde o temprano nos derrotarán y nos dejarán atrás, pues el mundo que nos rodea está en constante evolución. Una empresa no debe esperar que la prosperidad dure eternamente a no ser que busque constantemente perfeccionar su trabajo, observando y acogiendo cuando sea necesario nuevas técnicas de administración adoptadas por otras empresas, y se esfuerce para mejorar en todos los sentidos, trazando siempre nuevos planes bajo nuevos ángulos y diferentes puntos de vista. Observa esa maravilla que es la función fisiológica del cuerpo humano. La sangre
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circula ininterrumpidamente, los elementos que no se aprovechan son constantemente expelidos, las células viejas son eliminadas, nuevas células se forman a cada instante, y así todo el cuerpo se renueva cada minuto, cada segundo. Gracias a esto nos mantenemos fuertes y sanos. Lo mismo ocurre con toda y cualquier organización comercial o industrial. Una empresa es un cuerpo organizado y posee "vida". Por lo tanto, para que ésta se mantenga dinámica, es esencial que las programaciones anticuadas e ineficientes sean sustituidas por métodos más modernos y más eficientes, introduciéndose, de acuerdo a las necesidades y la conveniencia, nuevas ideas, nuevos esquemas y nuevas técnicas. Sólo así, nuestros emprendimientos podrán progresar infinitamente. Entonces, pregúntense: ¿Cómo surgen las nuevas ideas y los nuevos planes? Ellos surgen cuando nosotros, al constatar el surgimiento de un poderoso adversario, empeñamos todos nuestros esfuerzos en el sentido de perfeccionarnos más y superar al otro. Por eso, en realidad, nosotros deberíamos estar contentos cuando aparecen fuertes adversarios, en vez de encarar el hecho con pesimismo. Ellos son una especie de estimulante que acelera nuestro camino rumbo a las más altas metas. Debemos, pues, sentirnos agradecidos, tomar la firme decisión de seguir juntos el camino que conduce al mayor perfeccionamiento y buscar, contantemente, nuevas ideas y nuevos planes. Cuando una persona que vive en el interior deja su pequeña y apacible ciudad o aldea y llega a una gran ciudad o metrópoli, generalmente se deslumbra con el vertiginoso ritmo de progreso. De la misma forma, como un apacible campesino que nunca salió de su aldea no se da cuenta cuan desactualizado está; también aquellos que viven encerrados casi todo el tiempo en su ambiente de trabajo o dentro de un círculo social muy restringido, terminan convenciéndose de que no hay ninguna mejoría más para introducir en el mundo que los rodea, y se quedan satisfechos con su situación actual. Consecuentemente, por más que en realidad, haya todavía muchas cosas por mejorar, no son capaces de percibirlo. Recuerde, querido lector, que las aguas estancadas terminan deteriorándose. El principio
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fundamental del Universo es el progreso eterno. El hombre no viene a este mundo con el simple objetivo de alcanzar éxitos en sus emprendimientos. Su verdadero objetivo es el progreso eterno, es el eterno desarrollo de su "Vida". Por lo tanto, aunque nuestros emprendimientos hayan alcanzado pleno éxito, no debemos detenernos ahí. Debemos continuar progresando y perfeccionándonos cada vez más, buscando siempre nuevas ideas y nuevas inspiraciones. Aún, cuando se trate de mejorías aparentemente insignificantes, no debemos despreciarlas. Cuando se las introduce constantemente, esas pequeñas mejorías comienzan a hacer efecto y terminan produciendo resultados sorprendentes. Por ejemplo, cuando lustramos el corredor, estamos introduciendo una pequeña mejoría en nuestro ambiente de trabajo. Si lo lustramos sólo una vez, su aspecto no cambiará mucho, y esa pequeña mejoría pasará desapercibida. Pero, si lo lustramos diariamente durante un año, el viejo corredor pasará a presentar un bello brillo. Debemos saber cuan sorprendentes resultados puede darnos el conjunto de pequeñas mejorías que, aisladamente, pasarían desapercibidas. No me refiero sólo a mejorías de las cosas del plano material, como ambientes de trabajo, métodos de servicio, etc. Me refiero, con especial énfasis, a mejorías en el plano espiritual. Los pequeños progresos y perfeccionamientos diarios nos darán una gran elevación en el carácter. A través de esos pequeños progresos son cultivados nuevas fuerzas, mayor belleza espiritual, sensibilidad más depurada, gran discernimiento y verdadera grandeza del alma. Cualquiera que sea el local de su trabajo (oficina, tienda, fábrica, etc.) ponga en un lugar visible un cuadro con la siguiente frase: "Cada día voy a mejorar alguna cosa". Y ponga esto en práctica. Aquél que practica esto con perseverancia progresará y se desenvolverá eternamente, alcanzará un gran nivel de perfeccionamiento espiritual, elevará su carácter y tendrá una verdadera prosperidad en sus emprendimientos. Una vez tomada la decisión de "Cada día mejorar alguna cosa", debe buscar constantemente nuevas ideas y nuevas inspiraciones que permitan esas mejoras. Para eso, no debe confiar solamente en su capacidad mental. Es esencial confiar en
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el "Ser Infinitamente Grandioso" (Dios) y recibir su orientación. Busque en la Sabiduría de Dios la Fuente de su constante progreso, pues Dios es el "Principio Fundamental del Progreso Infinito". ¿De qué manera el hombre podrá ligarse a la Sabiduría de Dios? A través de la oración y de la Meditación Shinsokan. Todas las mañanas, al despertar y todas las noches antes de acostarse, asuma la posición de oración y mentalice lo siguiente: "Recibo constantemente de Dios, que es la Eterna fuente del Progreso, nuevas y excelentes ideas. Gracias a eso, encuentro siempre mejores maneras o medios de realizar mis tareas. Y así, progreso y me desenvuelvo constantemente; me elevo y prospero eternamente". Repita, varias veces, palabras como éstas, hasta conseguir una completa concentración mental. Después, sólo actúe de acuerdo a las buenas ideas que van surgiendo en su vida cotidiana.
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CAPITULO VII SEA UNA PERSONA AUTENTICA Y ORIGINAL El mundo exalta a los valientes y desprecia a los cobardes, lanzando a estos a los más bajos escalones de la vida. Es necesario, pues, que jamás pierdan el coraje de seguir adelante con determinación y persistencia. Es indispensable, que cada uno de Uds. proclame: "¡He aquí un valiente!" y avance con bravura, iluminando el camino con su luz. Muestren al mundo su presencia, no escondan su luz, sino osténtenla bien alto para que todos lo puedan ver. Sean como la luz del faro que orienta a los barcos. Avistando el faro, muchos barcos se dirigirán al puerto. Entre aquellos que divisen su luz y vengan a reunirse a su alrededor, encontrarán muchos admiradores y colaboradores. Si Uds. vinieron a este mundo, es porque cada cual tiene aquí una misión propia que cumplir. Siendo así, cada uno de Uds. debe procurar ser original y auténtico. Sea cual fuere el emprendimiento que van a realizar, sea cual fuere el camino que pretendan seguir, no se conformen sólo con igualarse a los demás. Resalten claramente su originalidad. No imiten a los otros. Jamás piensen: "Fulano ya hizo eso antes que yo y tuvo éxito. Por eso, basta que yo proceda exactamente como él". Naturalmente, los métodos utilizados por los antecesores servirán de ejemplo y ofrecerán muchos puntos de referencia. Sería una evidente falta de sabiduría rechazar totalmente todo y cualquier ejemplo. Lo que deseo resaltar es que no deben considerar como suficientes y satisfactorios los éxitos, los métodos, las técnicas, las ideas, etc., de aquellos que los antecedieron en el mismo campo. Deben procurar avanzar, no sólo un paso más que ellos, sino cien pasos más - o hasta mil pasos más. No deben detenerse en el mismo lugar donde terminan los rastros dejados por sus antecesores. Deben continuar la marcha, dejando nuevos rastros a partir de aquel punto. Dejar las nítidas marcas de sus propios pasos en un campo todavía inexplorado - ¡es, en eso, que consiste el verdadero significado y
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propósito de su vida!. Por lo tanto, deben descubrir sus propios caminos, establecer sus metas y avanzar, a pasos largos, rumbo a aquello que Uds. mismos escogieron. Queridos lectores, decídanse ahora mismo. Decídanse a vivir de modo auténtico y original. Sea lo que sea que pretendan realizar, sea cual fuere la envergadura de la obra, sean creativos y originales. ¿De qué sirve imitar a los otros y expresar "a través de sus propios cuerpo" la vida, la inteligencia y las ideas de otras personas? Eso no les traería ningún progreso. La individualidad de cada uno de Uds. es una dádiva de Dios. Por eso, cualquiera que sea su modo de vida, debe existir en ella algo "sólo suyo" - algo que no es imitación. Imitar a los otros es "rendirse", es "dejar morir la propia individualidad". Solamente por la manifestación de la propia creatividad y originalidad es que el hombre podrá vivir plenamente su Vida. El rosal produce rosas; la glicina produce flor de glicina; el cerezo produce flor de cerezo y el duraznero produce duraznos. La misión de cada uno de ellos es manifestar su propia individualidad. El rosal que intentase imitar a la glicina o el cerezo que intentase imitar al duraznero, no estarían siendo auténticos ni estarían aportando algo de bueno a este mundo. Del mismo modo, cada uno de Uds. está dotado de "algo" especial, y tienen una tarea que nadie puede ejecutar en su lugar. Así como cada uno de Uds. tiene una fisionomía propia, diferente de los demás, cada ser humano tiene una misión propia a cumplir. Por eso, no se debe imitar a los otros, ni buscar forzarlos a cambiar sus propios rumbos. ¡Libérense totalmente! ¡No se aferren a las viejas costumbres y tradiciones, ni a las rígidas normas del pasado! ¡Sean Uds. mismos! Este mundo está lleno de imitadores, plagiarios, parásitos y gente sin personalidad. Mientras continúen así, esas personas no podrán alcanzar la verdadera victoria. La humanidad está harta de viejos tratados y no siente interés por trivialidades ni por lugares comunes. Si una persona que nació como un "nuevo ser humano" se acomoda dentro de un viejo estilo de vida, no se puede decir que esté cumpliendo fielmente la misión por la que
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fue enviado a este mundo. Como todos saben, las cosas nuevas siempre están llenas de atractivos, y las cosas viejas no. Podemos citar como un ejemplo la moda. La humanidad no cesa de buscar novedades. Si Uds., no obstante el importante hecho de haber venido a este mundo como "nuevos seres humanos", están pensando en vivir según los antiguos moldes, debo decirles que sus vidas no tienen ningún sentido. Un cazador astuto no sigue las huellas frecuentadas por los otros cazadores, pues sabe que por ahí no llegará a lugares de abundante caza. Por esta razón, se interna en la selva a través de caminos inexplorados, ya que así, podrá obtener mejor caza. Lo mismo ocurre con todas las cosas en esta vida. El mundo muestra gran interés por nuevos descubrimientos en los terrenos nunca antes explorados. De este modo, el mundo de la medicina está siempre pronto a acoger nuevas formas de terapia, el mundo educacional aplaude nuevos métodos educacionales y así sucesivamente. Es fundamental, que las religiones también renueven constantemente su modo de predicar. El mundo es indiferente a las prédicas basadas en las viejas interpretaciones de la Biblia, Sutras budistas y otras escrituras sagradas, interpretaciones que, en épocas pasadas, eran perfectamente comprensibles y aceptables; pero que, en relación a la época actual, ya perdieron el sentido. Toda religión, para mantenerse actual necesita descubrir a Dios nuevamente. No se puede salvar a la humanidad de hoy pregonándole una doctrina religiosa exactamente de la misma manera como fue pregonada antiguamente. El mundo se está renovando. Y solamente las religiones "vivas y actuales", que acompañan las nuevas vivencias del hombre, serán capaces de salvar, realmente, a la humanidad que pertenece al mundo de hoy. No se debe tener miedo de transitar por nuevos caminos. Sean "nuevas personas", ¡independientes y auténticas! Solamente así tendrá sentido su nacimiento en este mundo. Sean "Uds. mismos", y no la "copia exacta" de sus padres, sus abuelos, sus profesores, sus antecesores o personajes famosos. Deben cultivar una inteligencia creativa, manifestar sus propios talentos y ser
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dueños de un carácter marcado, bien personal. Aquél que sólo sabe imitar a los demás, vive una vida totalmente vacía. Es como si él no existiese para el mundo. Tal persona no pasa de una simple copia o duplicado de otras personas. Queridos lectores, ¡jamás sean "copias" o "duplicados" de los demás!. Aunque tengan éxito copiando exactamente los métodos de otras personas, esto no constituye un verdadero éxito. La verdadera realización de la "Vida" no está en el mayor desenvolvimiento de los negocios o en el acumulo de grandes fortunas, sino en la creación de algo original, inimitable. Aunque una persona alcance un "éxito aparente", copiando exactamente los métodos ajenos, esto sólo significa que sirvió de "intermediario" para el éxito de los demás. No se puede decir, por lo tanto, que esa persona alcanzó el "verdadero éxito". No debemos pensar que alcanzamos el verdadero éxito, simplemente sirviendo de "intermediarios" para el éxito de los demás. Podemos afirmar, que las personas fracasan en la misma medida en que "dejan de vivificarse a sí mismas". Para ser un "verdadero victorioso", el hombre necesita ser dueño de sí mismo. Aquél que es dueño de sí mismo, está siempre lleno de vigor. Por lo tanto, queridos lectores, conózcanse a sí mismos. ¡Descubran quiénes son ustedes en realidad y sean fieles a su verdadera misión! Sean cuales fueran sus metas, su especialización en los estudios, o el tipo de servicio al que se dediquen, no deben conformarse con los "viejos sistemas", creyendo que "todo está perfecto". Deben tomar conciencia de que en todas partes existen nuevos medios para mejoras, que solamente Uds. pueden descubrir y colocar en práctica. Es, a través del desenvolvimiento de la creatividad y de la originalidad de cada individuo, que todo en este mundo consigue progresar. Nuevas formas de arte, nuevos tipos de música, nuevos estilos literarios, nuevos métodos educacionales, nuevos métodos administrativos... A través de todo eso, el mundo va manifestando nueva belleza y mayor progreso. Lo que renueva al mundo son los "nuevos hombres" y las nuevas ideas concebidas por ellos. El mundo acoge con entusiasmo a las personas dotadas de vigorosa creatividad, porque siempre está
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deseoso de renovarse. Para mostrar cuán importante es la creatividad y la constante renovación, citaré como un ejemplo el arte publicitario. No se puede atraer la atención de un gran público con los mismos tipos de propagandas usadas por la mayoría. Solamente los anuncios llenos de originalidad consiguen atraer la atención de muchas personas. Lo mismo puede ser dicho en relación a la decoración en las vitrinas de las tiendas. Una vitrina con aspecto semejante a docenas de muchas otras, no podrá atraer la atención de los transeúntes. El público está siempre a la búsqueda de novedades y las acoge con gran satisfacción. Por lo tanto, queridos lectores, ¡sigan por nuevos caminos con persistencia y ánimo! Así, muchas personas los seguirán. Pero no piensen, livianamente, que sólo basta hacer algo nuevo para lograr el éxito. Ese algo nuevo que conduce al verdadero éxito tiene que ser la materialización de la sabiduría que brota del interior de la "Vida" del individuo. No se puede alcanzar el verdadero éxito, a través de una simple "idea casual" destituida de sabiduría profunda. Las nuevas ideas que infaliblemente consiguen hacer vibrar el alma de todas las personas y despiertan su interés, son aquellas que surgen como manifestación de un "nuevo impulso" de la verdadera sabiduría que fluye incesantemente en el interior del hombre, y que por eso mismo, se prestan al uso práctico. Si Uds. concibieran ideas realmente nuevas y buenas, y las colocaran en práctica (o las presentan al mundo en forma práctica), jamás pasarán desapercibidas; pues el mundo, está siempre en busca de tales novedades. Las personas que se quejan de que nadie acogió las buenas ideas que tuvieron, están equivocadas. Si una idea aparentemente buena no es acogida por los demás, es porque ella no es práctica. En otras palabras, es porque esa idea no es, realmente, reflejo de una sabiduría profunda. Una nueva idea que merece, realmente, ser aplicada jamás dejará de ser acogida por los demás. El mundo no ahorra elogios a las personas que ostentan bien alto su individualidad y siguen con ánimo inquebrantable los caminos de la vida, concibiendo y poniendo en práctica sus nuevas ideas y nuevos métodos, en todas
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las áreas de actividad. Tales personas nunca dejan de atraer el interés del público, de la misma forma que las tiendas en donde se venden artículos de última moda no dejan de atraer un gran número de clientes. ¡Queridos lectores! Tomen ahora mismo la decisión de aportar en todos los aspectos de esta vida "algo de nuevo y bueno" que sólo Uds. pueden ofrecer. Tomen la decisión de introducir en todo y cualquier trabajo "algo de nuevo y original", que hará decir a los otros, con admiración: "¡Sólo él consigue hacer un trabajo así!". De este modo, serán reconocidos por el mundo. Sus firmes decisiones suscitarán mucha admiración, y un gran número de personas se reunirán en torno de Uds. para enaltecerlos. Para lograr este éxito, no necesitan tener un considerable capital de dinero u otros bienes materiales, pues ya tienen el mayor capital, que es la "marca de originalidad" concedida Dios a cada uno de Uds.
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CAPITULO VIII SOBRE EL VALOR Y EL PODER ATRACTIVO DEL BUEN CARACTER Aquél que pretende alcanzar el éxito en esta vida debe tomar la firme decisión de lograr su objetivo "empleando" como principal capital su propio carácter. Si, en cualquier circunstancia, consigue mantener intacta su nobleza de carácter y es capaz de conservar hasta el fin su dignidad de "Hijo de Dios", entonces se podrá decir que su vida fue coronada por el éxito, independientemente del hecho de haber o no conquistado fama o éxito financiero. La persona verdaderamente victoriosa es aquella que logra vencer, antes de nada, sus propias debilidades y tentaciones. En resumen, el verdadero victorioso es aquél que consigue vivir todos los días de su vida sin "manchar" su dignidad. En este mundo, hay muchas personas que dan demasiada importancia a los éxitos financieros y a la fama, y tienden a no tener en cuenta el lado espiritual, es decif, tienden a olvidarse de velar por la integridad de su carácter. Tal procedimiento, es exactamente como "poner la carreta delante de los bueyes", o sea, invertir el orden de las cosas. Debemos concientizar que lo más importante en el hombre es su "carácter". Podemos hasta decir que el "carácter" es el hombre. Como conclusión, la fama, la fortuna y todas las demás cosas mundanas no constituyen el "hombre en sí". En realidad, todo eso no pasa de accesorios del hombre. Por más imponentes o vistosos que sean nuestros "accesorios", eso de nada servirá, si cometemos el error de manchar nuestro Yo verdadero. Debemos decir que "manchar nuestro Yo verdadero" es sufrir el peor de todo) los perjuicios. Existen muchas personas que creen que para tener éxito en esta vida es necesario ser sagaz, astuto > hacer negocios valiéndose de la propia influencia o recurriendo al soborno. Como es obvio, tales personas no dan la mínima importancia a su propia dignidad. No saben que ¡actuando así, están manchando lo más precioso de su vida!. Puede suceder
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que las personas honestas, a lo largo de su existencia, pasen algunas veces por amargas experiencias y se sientan frustradas. Pero, si perseveran durante toda la vida en la nobleza de su carácter, ellas alcanzarán infaliblemente, la victoria final. Podemos citar como ejemplo a Abraham Lincoln, que comenzó de la nada y logró ser Presidente de los Estados Unidos: Él mantuvo, desde el principio hasta el fin, su honestidad y nobleza de carácter y, venciendo las vicisitudes de una época del transición, se convirtió finalmente, en uno de los mayores hombres de los últimos tiempos. Su vida fue un ejemplo de integridad. Él jamás manchó su carácter con pensamientos egoístas. Dicen que, en la época en que ejercía la profesión de abogado, sólo aceptaba defender causas justas, rehusándose terminantemente a defender a personas cuyos delitos eran evidentes. Él, acostumbraba decir: "Si yo aceptase la defensa de una persona comprobadamente culpada e intentase redimirla distorsionando los hechos, mi conciencia me acusaría de mentiroso, y yo viviría atormentado con esa idea. Durante todo el tiempo que estuviese presentando mi defensa, escucharía la voz de mi conciencia acusándome: "¡Eres un mentiroso, Lincoln!". En verdad, será infeliz aquél que alcance una posición elevada en la vida sin merecerla realmente, pues estará engañando no sólo a los otros sino también a sí mismo y como consecuencia de eso, no conseguirá sentirse seguro en esa posición. Su conciencia le gritará constantemente. "¡Eres un impostor! ¡Te engañas a tí mismo y a los demás!". Sin embargo, si la persona está con la conciencia dormida, no podrá oír esa voz interior. Ofuscada por el éxito aparente, no escuchará la voz de su "Yo verdadero", esa voz serena que viene de su interior. No obstante, no tardará el día en que se destruirá su falso éxito. Y cuando llegue ese día, descubrirá, en medio de la trágica ruina del falso éxito, su "carácter" todo maltratado, sucio y disminuido. Y entonces, ¿cómo podrá ella encarar a su "Yo verdadero", negligenciado por tanto tiempo? Queridos lectores, ¡jamás cometan el error de manchar su propio carácter, a cambio de un aparente éxito! No se olviden de que todo cuanto se construye sobre
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una base falsa está destinado a desmoronarse. No debemos dejarnos engañar por las seducciones del mundo exterior; no debemos manchar nuestra dignidad. Sepamos que el verdadero valor del hombre es su propio "carácter" y que las demás cosas son sólo accesorias. No existe, en ningún lado, algo tan precioso que pueda substituir a la "integridad del carácter". La base del verdadero éxito está en la honestidad e integridad de "carácter". En otras palabras, velar por la integridad de nuestro "Yo verdadero" es el único medio para alcanzar el éxito real. Nuestro "Yo verdadero" debe ser tan digno y tan íntegro, al grado de no dejarse influenciar por ningún soborno, ninguna tentación o ninguna presión. No debemos tener un carácter débil que se deje vender por un millón, cien millones o cualquier otro precio. Para mantener intacta la dignidad y la pureza de carácter, debemos estar dispuestos a usar todas las demás cosas, si fuera necesario. "Yo soy un ser sublime" - esta concientización deba ser la base de la existencia de todo individuo. No debemos hacer de nosotros mismos una especie de mercadería! Debemos llevar una vida realmente digna. Debemos mantener una dignidad inquebrantable como la roca, sin permitir que ninguna tentación u oferta atrayente consiga moverla. Jamás piensen en hacer de una profesión deshonesta su medio de vida o un recurso para obtener lucros. En cada acto y cada paso de sus vidas, deben dejar la nítida marca de su nobleza de carácter. Únicamente la nobleza de carácter, es la base del verdadero éxito. Los éxitos sin base j no pasan de algo totalmente falso. Si consienten en "vender" la pureza y dignidad de carácter a cambio de un falso éxito destituido de dignidad, debo decirles que eso es realmente un "pésimo negocio". Queridos lectores, no cometan el error de perseguir solamente los bienes materiales y la fama personal, olvidándose de velar por la entereza de su propio carácter. Por más humilde que sea su profesión, si estuviera "edificada" sobre la sólida base de un carácter realmente íntegro, conseguirán infaliblemente, alcanzar el verdadero éxito. La firmeza de carácter tiene una especie de fuerza mágica que atrae no solamente a
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las personas, sino también a los bienes materiales y, finalmente, hace posible el pleno éxito de todos los emprendimientos. Si no logran atraer buenos colaboradores, ni obtener recursos financieros, es posible que la causa de eso esté en la falta de atractivo de iu propio carácter. Surge, entonces, la pregunta: ¿Qué es necesario hacer para tener un carácter atrayente? En este mundo existen muchas personas que, aun siendo dueñas de un carácter aparentemente noble e íntegro, llevan una vida de "pobreza honrada" y, altivas y solitarias, se mantienen aisladas en su mundo particular, sin amigos, sin nadie que las visite. Al testimoniar eso, algunas personas piensan que cosas como "nobleza de carácter", o "integridad", no contribuyen ni un poco para la obtención de éxitos. Pero esa Interpretación no es correcta. Si una persona "aparentemente digna" no consigue hacer amigos ni acumular fortuna, la causa de eso no está en su "pureza" de carácter. Tal situación es el producto de su "estrechez de carácter"; en otras palabras, tal situación nada más es que reflejo de su carácter mezquino. Para tener un gran número de buenos amigos y tener excelentes colaboradores, es esencial, antes que nada, tener la "grandeza de carácter". Del mismo modo que es imposible introducir muchas personas en una sala estrecha o colocar muchas cosas en un recipiente pequeño, tampoco es posible acoger muchas amistades en un corazón estrecho. Aquél que posee "grandeza de carácter" y es capaz de ser generoso con todos, tiene una fuerza magnética que atrae gran número de personas. Ustedes deben, antes que nada, eliminar la intransigencia, la "estrechez de carácter", pues de nada sirve ser sólo correctos y puros si no tienen Amor y buena voluntad con los demás y no lo demuestran a través de palabras y actos en su vida cotidiana. Hay personas que se preocupan solamente por cuidar su propia rectitud y se olvidan de amar al prójimo. Tales personas, aunque parezcan ser dueñas de un carácter noble y puro, en verdad, no pasan de egoístas pues se preocupan únicamente con su propia honradez. Más explícitamente, se preocupan sólo consigo mismas. Si no consiguen hacer amigos ni obtener fortuna, es porque, definitivamente, son personas egoístas.
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Si desean ser dueños de un carácter realmente puro y noble, no deben aislarse en un alto pedestal de supuesta honradez y, desde arriba, mirar a los otros con altivez e indiferencia. Hay un viejo proverbio que dice: "Los pequeños santos viven retirados en lo alto de los montes, y los grandes santos viven entre el pueblo". No debemos ser "pequeños santos", o sea, no debemos, aislarnos de los otros, convencidos de que "solamente nosotros somos puros y honrados". Tal actitud nada más es que la expresión de la estrechez y mezquindad de nuestro propio carácter. Es debido a actitudes como esa que ciertas personas "de carácter", consideradas como nobles y honradas, no consiguen hacer amigos ni obtener fortuna. Si queremos cultivar un carácter realmente elevado, debemos mezclarnos con la gente y caminar al lado de los demás; debemos amar al prójimo, tratar a todos con bondad, practicar actos de Amor, y ser capaces de ver las "cualidades ocultas" de todas las personas y elogiarlas generosamente, sin aquella vanidad que lleva al hombre a pensar que es él, la única persona pura y honrada. Infelices son los que viven señalando los defectos ajenos, con el propósito de resaltar su propia honradez y rebajar a los demás ante el mundo. Por más que un individuo se considere "honrado e íntegro", será detestado por todos si mantiene un aire altivo con menosprecio, ofendiendo y humillando a los demás. Como consecuencia de eso, no logrará atraer hacia sí buenos colaboradores y tendrá que llevar una vida árida y miserable, a pesar de su supuesta "honradez". Aquél que posee un carácter realmente elevado, ve solamente las cualidades, los puntos positivos de todas las personas y jamás señala sus defectos. Todos buscan aproximarse a esa persona, pues sienten que ella les quiere de verdad. Todos tenemos la tendencia de acercarnos a las personas que nos aman, que nos quieren de verdad. Tenemos el deseo de amar a quien nos ama. Nos sentimos atraídos por aquellos que nos quieren bien y no podemos dejar también de ser buenos con ellos. Así, se confirma nuevamente aquí la veracidad de la ley áurea: "Dad y os será dado". Sin embargo, no deben simplemente simular bondad y Amor, con el objetivo de sacar ventajas a través de esa farsa. Si no poseen verdadera bondad y Amor al
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prójimo, las personas percibirán eso con una sorprendente perspicacia y los señalarán como "impostores". Ni aun los grandes personajes pueden realizar solos grandes obras. Es obvio, por lo tanto, que las personas que se cierran y se aíslan en su pequeño mundo particular jamás lograrán alcanzar grandes éxitos. Aquél que se propone obtener un éxito realmente grandioso, debe romper su propia "coraza", o, en otras palabras, debe transponer las paredes de su pequeño mundo particular. Si se limitan a vivir dentro de su propia "coraza", con seguridad se aislarán de todas las personas y cosas del mundo exterior y no podrán encontrar ningún colaborador, ningún amigo que les extienda la mano en las horas difíciles. Ciertas personas, aun cuando están en un ambiente alegre con mucha gente riendo y conversando animadamente, se aíslan en una esquina y, taciturnas, observan a los demás con cierto aire de desprecio, como diciendo: "¡Qué gente vulgar!" Tales personas, por el hecho de buscar señalar siempre los defectos ajenos para poder resaltar sus propias cualidades, no conseguirán atraer a otros a su alrededor y terminan siendo olvidadas por el mundo, sin nadie con quien poder contar. Personas de esa índole no son dueñas de un carácter verdaderamente elevado. Puede ocurrir que, debido a ciertas circunstancias, una persona de ese tipo llegue a convertirse en líder de un grupo de personas. Pero, nunca logrará mantenerse en esa posición por mucho tiempo, pues de su carácter emana algo que aleja a los demás, de la misma forma que un ventilador repele las cosas a su alrededor. Todos tienen temor de aproximarse a esas personas, pues ellas parecen emanar algo frío como el hielo. En resumen, no tienen de ninguna manera, aquello que se llama "carácter atrayente". Esas personas, sin percibir sus propios defectos, piensan que nacieron para llevar una vida solitaria, que ese es su destino. Pero, eso no es verdad. Su soledad no es obra del destino, ni es algo provocado por los otros. Nada más es que "reflejo" de su propio comportamiento, o sea, de su egoísmo y estrechez de carácter. No son pocas las personas que, sin darse cuenta de su comportamiento egoísta,
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juzgan poseer un carácter noble c íntegro. Si ellas no consiguen hacer amigos ni acumular fortunas, es porque están totalmente ocupadas consigo mismas y no se interesan ni un poco por los demás. Aquél que sólo habla de sí mismo, de sus cualidades y de sus Intereses, aburre a los demás y hace que ellos lo eviten. Las personas cuya atención e interés están concentrados solamente en sí mismas, no tienen el poder de atraer a los demás. Pero, las personas cuya atención e interés es para los demás, que trabajan con la intención de ser útiles al prójimo, éstas son capaces de atraer gran número de personas. Si Uds. se interesan por los otros, si tienen humor y buena voluntad para con ellos y demuestran eso a través de gestos de generosidad y dedicación, seguramente serán como un poderoso imán que atraerá gran número de personas. Las personas les amarán en la misma medida en que Uds. las amen; serán bondadosas con Uds. en la misma medida en que sean bondadosos con ellas; se interesarán por Uds. en la misma forma en que Uds. se interesen por ellas; serán gentiles del mismo modo como Uds. lo sean con ellas. Si Uds. no quieren llevar una vida triste y solitaria - si quieren vivir rodeados de Amor y bondad por parte de los demás - Uds. mismos deben tratar a todos con Amor y bondad, deben interesarse por todos, y mostrarse comprensivos y prontos a brindar siempre su ayuda a todos. Al conversar con los otros, no deben hablar sólo de asuntos que interesen a Uds. mismos, sino hablar de cosas que traigan felicidad y beneficios para los demás. Así, muchas personas bondadosas se reunirán a su alrededor para enaltecerlos, fortalecerlos, impulsarlos y ayudarlos a tornarse prósperos. Hablé de prosperidad; pero, naturalmente, el objetivo del hombre en esta vida no es acumular fortuna. Como y dije antes, la firmeza de carácter es lo que constituye e verdadero valor del hombre y las "fortunas materiales" son apenas consecuencia de ello. Es imposible que las personas de carácter realmente noble permanezcan siempre pobres. Ya que las "cosas visibles son la manifestación de las cosas invisibles", o sea, "las cosas materiales son el reflejo de aquello que existe en el plano espiritual". Es natural, que esa riqueza del alma llamada "nobleza de carácter"
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sea reflejada en la vida cotidiana, propiciando el surgimiento de "riquezas materiales". Si no estamos consiguiendo encontrar la belleza, abundancia y prosperidad en esta vida, es porque existe alguna falla en nuestro carácter. Debemos reflexionar y esforzarnos para corregir esa falla. Para alcanzar la verdadera elevación de carácter, debemos, antes que nada, eliminar de nuestros corazones los celos y la envidia. Si existen en nosotros tales sentimientos, es señal de que no amamos realmente a nuestro prójimo. ¿Será que existen padres que sienten celos o envidia al ver el éxito de su hijo amado? Ciertamente que no. El éxito de aquellos a quienes amamos debe ser motivo de alegría para nosotros. Aquellos que sienten celos o envidia de los otros deberían estar avergonzados de su mezquindad, de la pequeñez de su Amor. Hay personas que se juzgan perjudicadas cuando ven el éxito de los demás, o se sienten empobrecidas cuando ven el enriquecimiento de los otros, y no resisten al deseo mezquino de disminuirles el mérito, hablando mal de ellos. Ese comportamiento evidencia la estrechez y la bajeza de su carácter. Persona de carácter realmente noble es aquella que elogia las cualidades de los otros, aun en su ausencia, que se alegra ni oír elogios dirigidos a los otros y busca siempre ver el lado positivo de todas las personas, ignorando sus defectos. Tales personas no sólo demuestran su verdadera nobleza de carácter, sino, también, poseen un sorprendente magnetismo personal - un mágico poder de atraer personas, abundantes bienes materiales y gran fama.
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CAPITULO IX VENCE AQUEL QUE NO TEME LOS PELIGROS El nerviosismo es uno de los obstáculos que impiden li victoria. Debemos pues, aprender a enfrentar con calma los problemas y las dificultades. Vencerán en cualquier circunstancia, aquellos que no pierdan la calma y sean capaces de pensar y actuar con acierto, aun en las situaciones delante (le las cuales la mayoría de las personas estaría desorientada y desesperada. Cuando surgen problemas graves, muchas personas pierden la serenidad, se dejan dominar por el nerviosismo y, como consecuencia *de esto, no pueden tomar las medidas pertinentes. Si aparece alguien con la mente serena e imperturbable, es natural que esa persona supere a los otros y salga victoriosa. Para volvernos capaces de mantener la calma ante cualquier problema o incidente totalmente inesperado, es necesario que comprendamos que en este mundo no ocurre nada que sea "realmente malo". Las cosas malas que "parecen ocurrir" en nuestras vidas son sólo "sombras" proyectadas por nuestras actitudes mentales erróneas. De este modo, cuantas más fallas existan en nuestra actitud mental, y cuanto más tumultuosa esté nuestra mente, con mayor frecuencia surgirán acontecimientos infelices en nuestra vida. Si dominamos las agitaciones de nuestra mente y la volvemos serena y armoniosa, ese estado mental se reflejará en nuestra vida y hará surgir a nuestro alrededor un ambiente igualmente sereno, repleto de armonía y de grandes alegrías. Es esencial, que comprendamos que "el ambiente que nos rodea es reflejo de nuestras actitudes mentales". Para cultivar la serenidad mental, debemos adquirí! el hábito de practicar regularmente la "concentración espiritual". Por lo menos una vez al día, debemos practicar la Oración Meditativa Shinsokan, durante la cual debemos inspirar profundamente y, con espíritu concentrado, mentalizar así: "La Vida de Dios fluye hacia mi interior, juntamente con el aire que inspiro. Por lo tanto, soy uno cori
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Dios". Sin eso, será muy difícil cultivar la serenidad mental. Para explicar la importancia de la correcta respiración para obtener la concentración espiritual, el maestro budista Hakuin dijo, cierta vez: "Debemos inspirar tan profundamente hasta sentir como si el aire llegase a nuestros talones". De hecho, cuando respiramos lenta y profundamente como si estuviésemos "reposando" nuestro espíritu, sentimos la cabeza leve y la mente serena. Débiles son aquellos cuya mente se agita sin cesar, a merced de las circunstancias y fuertes son aquellos que controlan las circunstancias según su propia voluntad. Todas las personas deben esforzarse para volverse fuertes. Para ello, necesitan cultivar la serenidad mental a través de la práctica de la "concentración espiritual", que consiste en tomar la postura correcta, cerrando los ojos y respirando profundamente. Esa postura deja la cabeza leve y el cuerpo firme, proporcionando una estabilidad semejante al |de las majestuosas montañas e inmensos "icebergs". Vean los inmensos "icebergs" que flotan majestuosamente en los mares glaciares. Tal como las pirámides, su base es mayor que la parte superior. Ni las grandes olas, ni las violentas tormentas logran zozobrar los inmensos "icebergs", pues 7/8 de masa se encuentran sumergidos. A través de este ejemplo, podemos comprender cuan poderosa es la "fuerza de la base", la cual en el caso del hombre, es aquella fuerza oculta llamada "seguridad de su propia naturaleza de hijo de Dios", que existe en el fondo de su subconsciente. La serenidad y la paz de espíritu constituyen una fuerza más poderosa que cualquier tipo de violencia. Ante las personas que mantienen la serenidad en cualquier circunstancia, hasta los más exaltados agresores acaban cediendo y no consiguen hacerles ningún mal. En el Antiguo Testamento, se cuenta que el profeta Daniel no perdió la serenidad cuando fue arrojado a una cueva llena de leones y, por esa razón, las fieras se mostraron mansas como gatos y no le hicieron ningún mal. También, en el Japón existe una historia semejante: cierta vez, el famoso maestro de "kendo", Yagyu Tajimanokami entró a la jaula de unos tigres, pero éstos se mostraron inofensivos
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como gatos ante la gran serenidad del maestro Yagyu. Hay, también, un cuento muy interesante que nos demuestra lo fácil que es vencer al adversario cuando se mantiene la completa serenidad mental: "Había una vez un samurái errante. En sus andanzas por el país, se le había acabado el dinero y tenía dificultad para conseguir su alimento diario. En aquella época, había una costumbre según la cual todo samurái que visitase una Academia de Kendo y midiese fuerzas con el maestro de esa academia o con uno de los discípulos, era invitado a comer, sin tener en cuenta si vencía o no. Acordándose de este hecho, el samurái errante pensó que sería una gran idea aprovechar esa costumbre para garantizar su subsistencia. Entonces, resolvió visitar justamente a la hora de comer, todas las academias que encontrase durante su viaje, dejándose vencer a propósito para terminar pronto la lucha y recibir un plato de comida. Y, así, llegando cierta tarde a una de las más grandes academias de Edo (antigua capital del Japón), gritó: — ¡Hay alguien en casa! Cuando uno de los discípulos vino a atender, el samurái dijo en voz alta y clara: — Soy un samurái que recorre el país, para perfeccionar mis habilidades en el manejo de la espada. Me gustaría luchar con el dueño de esta Academia. El hombre que lo atendió quedó impresionado con el aspecto valiente del samurái y fue corriendo a anunciarlo al maestro: — ¡Maestro! ¡Maestro! ¡Allá afuera hay un samurái muy fuerte y dice que desea luchar con Ud.! El maestro, que estaba cenando, respondió: — Condúzcalo a la sala de entrenamientos y pídale que espere un poco. Así, el samurái quedó esperando en la sala de entrenamientos. Luego, vino el maestro de la academia, un hombre alto y fuerte. Se saludaron e inmediatamente se levantaron para la lucha. Pero, el samurái no tomó ninguna posición de defensa o de ataque, ya que estaba con hambre y quería ser derrotado cuanto antes, para terminar con esa lucha y poder comer. Por eso, se quedó simplemente parado, sin
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levantar la espada de madera que tenía en la mano derecha. El maestro se sorprendió al ver que el samurái estaba totalmente descubierto para el ataque del adversario. Hasta parecía ser que desconocía completamente el arte de la esgrima. Sin embargo, era imposible que un hombre sin experiencia desafiara a esgrimistas experimentados, sin motivo. "Tal vez esté simulando para atraerme", pensó el maestro. Y dijo: — Defiéndase, caballero. Y el otro respondió, con la mayor calma: — Estoy bien así. Viéndolo tan tranquilo, el maestro empezó a inquietarse, pensando: "Ese samurái debe ser un excelente espadachín, porque de lo contrario no estaría así parado y tranquilo, totalmente abierto al ataque de un adversario experimentado como yo. Él, mantiene su espada baja, como si no tuviera la mínima intención de atacar; pero con seguridad, en el momento en que yo haga el más leve movimiento con mi espada, él aprovechará ese pequeño instante y dará el golpe, con la rapidez de un relámpago. Por eso, no debo moverme. Si cometo el error de iniciar un mínimo movimiento antes que él, perderé la lucha". Así, pensó el maestro de la academia; y cuanto más deseaba atacar, más inmovilizado se sentía, temiendo darle al adversario una oportunidad de contraataque. En suma, su mente estaba perturbada debido al miedo de ser golpeado. En cambio, el samurái estaba completamente tranquilo, pues, en vez de temer el ataque del adversario, pensaba en ser golpeado lo más pronto posible, para poder comer después. El maestro se mantenía inmóvil, observando atentamente al adversario, pero su mente estaba agitada, pues se había convencido de que el samurái era muy fuerte y respondería a cualquier tentativa de ataque. Se diría que, mentalmente, el maestro estaba trabando una tremenda lucha con ese "terrible adversario", que él mismo había creado en su imaginación. Por eso, a pesar de mantenerse inmóvil, su mente estaba dominada por el miedo. Al cabo de unos minutos, su corazón comenzó a latir con más rapidez, su respiración se volvió
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jadeante y el sudor le comenzó a correr por la cara. Finalmente, tiró al suelo su espada de madera, se inclinó delante del adversario y dijo con respeto: — A lo largo de mi carrera, luché con muchos maestros de artes marciales; pero, hasta hoy, no había encontrado a un hombre tan temerario y seguro de sí mismo como Ud. Me gustaría saber cómo se llama su estilo de esgrima y en qué escuela lo aprendió. El samurái errante, un tanto avergonzado, respondió: — Usted está engañado. Yo no soy fuerte como Ud. piensa. Sólo soy un samurái mediocre, y en cuanto a mi estilo de esgrima, tal vez podríamos llamarlo de estilo "ganas de comer". Le voy a explicar el por qué: Recorriendo el país, me quedé en la miseria y no sabía qué hacer para garantizar mi sustento diario. Hasta que, finalmente, tuve la idea de visitar cada academia que encontrase a mi paso y desafiar al dueño o a los discípulos para luchar, pues me acordé de la costumbre de las academias que ofrecen una comida a tales visitantes. Lo que yo quiero no es vencer la lucha, sino obtener comida. Por eso, sea cual fuere el adversario que acepte mi desafío, no me atemorizo. No pienso más que en dejarme vencer cuanto antes y recibir un plato de comida y, por esa razón, mi mente se mantiene tranquila e imperturbable, aun ante los más fuertes adversarios. Parece que, debido a mi actitud, Ud. pensó que yo era un gran espadachín y ese temor no lo dejó actuar. Ahora que sabe la verdad, derróteme rápidamente y luego deme por favor un plato de comida. Al oír esta explicación, el maestro reflexionó y comprendió que, "sintiendo temor, no se puede discernir correctamente las cosas, se agita la mente y provoca la derrota; mientras que la ausencia de miedo o temor mantiene la mente tranquila y hace posible obtener la victoria". Este ejemplo nos demuestra que una persona con la mente totalmente serena es más fuerte que un eximio maestro que se deja dominar por el nerviosismo. Aquellos que tienen siempre el corazón lleno de armonía y nunca pierden la serenidad mental son dueños de un carácter superior y, con seguridad, alcanzarán la victoria,
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pues en cualquier circunstancia pueden manifestar plenamente su capacidad. En los exámenes escolares, a veces ocurre que algunos estudiantes brillantes sacan notas más bajas que sus colegas considerados menos inteligentes. Esto ocurre, cuando tienen la mente intranquila debido a la ansiedad y no pueden manifestar ni la mitad de su verdadera capacidad. Cuando estamos con la mente agitada, la memoria falla, disminuye nuestra capacidad de discernimiento y nos aturdimos, tal como ocurrió con aquel maestro ante la serenidad del samurái errante. Cierta vez, un criado que trabajaba para un príncipe feudal recibió la orden de su amo para salir a trabajar en medio de la noche. En una calle oscura, estaba un samurái que había adquirido una espada nueva y resolvió probar la capacidad de corte del arma, atacando algún transeúnte. Cuando vio al criado, que parecía débil, el samurái pensó que sería una víctima ideal y lo llamó: ¡Pare! ¡Lo desafío a un duelo de espadas! El criado nunca había aprendido ' esgrima; pero, siendo de origen noble, era considerado samurái. Y un samurái jamás rehúsa un duelo. El criado decidió luchar, pues sabía que si intentaba huir ante el desafío para un duelo, causaría una gran vergüenza a su soberano, el príncipe Yamanouchi. Pero, como nunca aprendió esgrima, no sabía ni siquiera como dejarse golpear por la espada del adversario para morir con dignidad y no causar vergüenza a su soberano. Tomando la decisión de aprender, por lo menos, a ser golpeado con dignidad para no manchar el nombre de su amo, el criado dijo al samurái: —
Por favor, ¡espere un momento! Estoy dirigiéndome a un lugar, para
cumplir la tarea que mi amo me ordenó. Aunque sea un simple criado, no dejo de ser un samurái y jamás miento. Después de cumplir la tarea ordenada por mi amo, volveré aquí y lucharé con Ud. Le pido que me espere aquí hasta que regrese. Entonces sí, podremos luchar a gusto. El samurái atendió al pedido, y el criado siguió su camino. Tan pronto cumplió su tarea, el criado buscó un famoso maestro de esgrima, que dirigía una academia en Edo, le explicó su situación y con gran fervor, pidió:
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— Enséñeme como ser golpeado por el adversario, pues deseo morir con dignidad para no manchar el nombre de mi amo. El maestro de esgrima quedó muy sensibilizado con tu actitud mental del criado y le enseñó el método de enfrentar al adversario con la mente serena: — Apenas saque la espada, levántela con ambas manos. Si mira al adversario que estará listo para atacarlo, quedará con la mente alterada por el temor. Por lo tanto, apenas levante la espada, cierre los ojos y no los abra hasta el fin. En el instante en que el adversario ataque y sienta en alguna parte del cuerpo el frío de la lámina, baje su espada sobre él, con todas las fuerzas de su cuerpo. Así, Ud. matará al adversario en el mismo momento en que será muerto por él y; por lo tanto, su muerte será digna. El criado agradeció al maestro y, cumpliendo la promesa volvió al lugar donde el adversario lo aguardaba. Sacó la espada, la levantó con ambas manos, cerró los ojos, y esperó el golpe de la fría lámina de la espada enemiga. Pasaron algunos minutos, y nada de sentir el golpe. ¿Qué será que está sucediendo?", pensó el criado, permaneciendo de ojos cerrados. Por el ruido, percibió que el adversario estaba jadeante. Pasaron veinte minutos, treinta minutos. La respiración del adversario se volvió más jadeante. Inmediatamente, el criado escuchó un ruido delante de él. Abrió los ojos y vio al samurái adversario postrado a sus pies. De rodillas y con la frente tocando el piso, el samurái pidió perdón al criado: — Lo desprecié pensando poder matarlo fácilmente. Pero veo que es muy superior a mí. Le pido que me salve la vida. El criado venció al joven y agresivo samurái porque, habiendo tomado la decisión de morir con dignidad, mantuvo la actitud mental serena, cerrando los ojos delante del peligro fenoménico. Por eso, repito: Si desean realizar grandes obras superando los más difíciles problemas de esta vida, es necesario saber mantener la serenidad y la paz de espíritu, en cualquier circunstancia. Ese estado espiritual les permitirá manifestar plenamente su verdadera capacidad y obtendrán la victoria en todo lo que realicen
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en la vida. Otra cosa necesaria para salir victoriosos en esta vida es "no pretender huir de las dificultades". Si tratamos de huir de las dificultades y de las cosas desagradables significa que ya perdimos la serenidad y fuimos derrotados. El verdadero vencedor es aquél que no ve las dificultades y mantiene su mente siempre serena e imperturbable, mirando únicamente la perfección de la Imagen Verdadera de todas las personas, cosas y hechos. Queridos lectores, cumplan fielmente todas sus tareas y obligaciones. Por más difíciles que parezcan, tengan la seguridad de que Dios jamás da al hombre tareas que no sea capaz de realizar. A través del cumplimiento de las tareas recibidas de Dios, podrán perfeccionar, cada día más, su alma y aumentar en gran medida su capacidad. Entonces, nuevas perspectivas se abrirán ante sus ojos y descubrirán que las situaciones que antes les parecían adversas, en realidad, son trampolines para el éxito. Sea cual fuera lo que sobrevenga en nuestra vida, no debemos perder la serenidad. Por más altas que sean las olas de adversidades, éstas se calmarán rápidamente ante la serenidad con que las enfrentamos.
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CAPITULO X VIVA CON EL CORAZON REPLETO DE GRATITUD A TODAS LAS COSAS Nosotros nacemos en este mundo para "auto-expresarnos". Para realizar ese objetivo, debemos actuar conforme el "principio básico de auto-expresión", según el cual "todo se expresa a través de la mente". Nuestras expresiones fisionómicas, nuestro comportamiento, nuestros actos, todo en fin, se basa en nuestra "mente". También, debemos saber que la verdadera auto-expresión consiste en expresar los atributos de Dios, pues nos creó con la finalidad de auto-expresarse Él mismo. Por lo tanto, debemos tener como lema "vivir una vida realmente digna de Dios", o sea, una vida que sea la manifestación de la Vida de Dios. Existen diversas formas de manifestar a Dios "a través de nosotros mismos", y el rumbo de nuestra vida varía mucho según la forma por la cual lo manifestamos. Unos manifiestan la belleza de la obra de Dios en su propia belleza física, mientras que otros manifiestan a Dios a través de su Amor al prójimo; unos manifiestan a Dios a través de su capacidad intelectual, y otros, a través de su alto desarrollo espiritual; unos manifiestan a Dios a través de su talento artístico, y otros, a través de sus conocimientos científicos o su genio inventivo, y así sucesivamente. Las formas pueden variar. Lo importante es "manifestar a Dios a través de nosotros mismos". Sin embargo, sepamos que nuestras obras no podrán ser eternas, si no son el resultado de la plena manifestación del Dios de nuestro interior. Las obras máximas, aquellas que expresan la eternidad en un corto espacio de tiempo llamado "ahora", sólo pueden ser realizadas con la plena manifestación del Dios de nuestro interior. Tratándose de artes, como la música, pintura, literatura, etc., o de descubrimientos científicos podemos afirmar que cuando poseen el verdadero valor, o sea, cuando son la manifestación de la grandeza de Dios, son capaces de transmitir el latir de la
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Vida eterna. Para poder expresarnos plenamente, es fundamental que no olvidemos el sentimiento de gratitud. Nuestra "auto-expresión" es, en realidad, la "autoexpresión" de la Vida de Dios. Esto significa que todo lo bueno y valioso que expresamos o realizamos viene de Dios. Por lo tanto, jamás debemos olvidar el sentimiento de gratitud a Dios. Agradezcamos siempre a Dios, pues todo en nuestra vida, hasta el más leve movimiento de nuestro cuerpo, es posible gracias a la Vida de Dios que fluye hacia nosotros. La Ley Áurea de la "Provisión Ilimitada", dice: "Da y recibirás", y esto se aplica no sólo a los bienes materiales, sino también con respecto a nuestra capacidad. Si agradecemos constantemente a Dios por todo lo que recibimos diariamente, si le rendimos gracias siempre que concluimos una obra o una tarea, nuestra capacidad aumentará infaliblemente, y podremos realizar con un mayor éxito nuestros próximos planes. Muchas personas agradecen a Dios solamente cuando reciben gracias especiales como la cura de una enfermedad, la obtención de bienes materiales, etc. Obviamente esa no es la gratitud total, verdadera. La verdadera gratitud es la que sentimos al percibir el gran Amor de Dios que se Viva con el corazón repleto de gratitud manifiesta en todas las cosas que nos rodean - en el aire que respiramos, en la luz del sol que nos ilumina, en el agua que mitiga nuestra sed, en el afecto de personas queridas; en fin, en todas las cosas que nos rodean y en todos los hechos que ocurren en nuestra vida. Debemos aprender a agradecer constantemente a Dios, por todas esas bendiciones. Es esencial crear el hábito de mantener constantemente el espíritu de gratitud. Ver las bendiciones de Dios en todas las cosas y dirigir nuestros pensamientos y nuestros sentimientos de gratitud hacia Él significa, "trascender las formas superficiales de las cosas y hechos y captar su esencia espiritual". Todo y cualquier trabajo parece agotador y cansador cuando lo ejecutamos con el simple objetivo de obtener recompensas materiales. Pero, cuando concientizamos que todo trabajo
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que realizamos es la expresión del Amor, sabiduría y Vida dados por Dios, nuestras tareas se transforman inmediatamente en motivos de alegría y satisfacción. Por eso, queridos lectores, comiencen ahora mismo a ejecutar con espíritu de gratitud sus tareas, considerándolas como bendiciones dadas por Dios. Si consideramos nuestro trabajo como dádiva de Dios y lo ejecutamos con espíritu de gratitud, seguros de que Dios se alegrará con su realización plena, infaliblemente seremos guiados por la misteriosa fuerza de Dios y conseguiremos alcanzar un éxito maravilloso. El mundo en el que vivimos es un inmenso "océano" de sabiduría, Amor y Vida de Dios. Por lo tanto, basta abrir el "canal" de nuestra mente y recibir la abundante provisión de esas dádivas. Cuanto más abrimos el "canal" de nuestra mente, más abundantemente recibiremos la sabiduría, el Amor y la Vida de Dios. "Agradecer" es el mejor medio para abrir el "canal" de la mente. En los intervalos de las tareas, es bueno que cerremos los ojos, serenemos la mente y, manteniendo la respiración lenta y profunda, mentalicemos: "Dios, estoy absorbiendo en este momento, vuestra sabiduría infinita, vuestro Amor infinito y vuestra vida infinita. Gracias a eso, mi vida estará bajo vuestra total orientación y protección, seré cada vez más fuerte y saludable y nunca fracasaré en mis tareas diarias. Gracias os doy, Señor, por vuestro Amor, vuestra sabiduría y vuestra vida que fluyen hacia mí". Debemos mentalizar esto, respirando profundamente, como "llenándonos" totalmente del Amor, sabiduría y Vida de Dios agradeciéndole con toda sinceridad. Agradecer es el mejor medio para lograr manifestar plenamente la infinita capacidad que recibimos de Dios.
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CAPITULO XI EL VALOR INESTIMABLE DE LOS BUENOS AMIGOS Se dice que "el hombre es un ser social". De hecho, el hombre es incapaz de vivir en completo aislamiento y soledad pues necesita del contacto con sus semejantes. Necesita, principalmente, de buenos amigos. La compañía de buenos amigos es esencial durante toda nuestra vida. A cualquier edad, debemos tener buenos amigos. Pero, sobre todo es importante que encontremos buenos amigos en nuestra juventud, porque en ese caso podemos alcanzar juntos un alto grado de desarrollo, a través del descubrimiento mutuo de cualidades, del mutuo elogio, del mutuo consuelo en los momentos de tristeza y de la mutua colaboración en todas las cosas. Los buenos amigos creen en nosotros, y el solo hecho de saber que existen en este mundo personas que creen en nosotros, nos llena de valor. Lo que nos estimula y redobla nuestros esfuerzos son las palabras de exhortación, el cariño y la comprensión de nuestros amigos. Tener amigos sinceros, alegres y optimistas vale mucho más que poseer grandes fortunas y tesoros. La alegría y el optimismo de esos amigos ejercen gran influencia sobre nosotros y nos dan valor y esperanza. En este mundo existen numerosos casos de personas que continuaron esforzándose hasta alcanzar su meta final, gracias a las palabras optimistas y de aliento de sus amigos. Si no fuese por los estímulos de los amigos, esas personas seguramente habrían fracasado y desistido a mitad del camino. La mayoría de las veces, nuestros éxitos se deben al auxilio de nuestros amigos. Sin embargo, gran parte de las; personas no perciben claramente ese hecho. Debemos comprender que no es posible alcanzar nuestra meta sin la ayuda de alguien que reconozca nuestra capacidad. Nos será imposible alcanzar el éxito financiero o "material", si no hay nadie que nos dé buenos consejos, que nos ayude a demostrar al público nuestro valor y nuestra capacidad, o] que haga buena propaganda de
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nuestros servicios o de nuestras mercaderías. Si "extraemos" de nuestros éxitos, famas o fortunas, los incontables favores que hemos recibido de un gran número de personas, creo que el saldo j será prácticamente "cero". Supongamos que un abogado recién graduado abra su propia oficina. Él tiene su título de Doctor en Derecho y está debidamente registrado en el Colegio de Abogados, pero no cuenta con ningún amigo o conocido que lo ayude a tener reputación ante el público. En este caso, nadie sabe nada sobre su talento y capacidad. Tratándose de un abogado novato y no habiendo nadie que lo recomiende, las personas, en general, vacilarán en confiarle sus asuntos, por miedo de que no tenga la capacidad para conseguir una solución favorable. Aunque haya instalado una linda oficina en uno de los mejores puntos de la ciudad, pagando un alquiler elevadísimo, podrá estar meses enteros sin conseguir clientes. De este modo, si continúa en esa situación, tendrá que cerrar su oficina y llevar la triste vida de un fracasado. Pero, las cosas serían diferentes si ese abogado tuviese conocidos y amigos que reconociesen su talento y capacidad y lo recomendasen al mayor número de personas. En ese caso, en poco tiempo sería conocido y conseguiría trabajo, pasaría a disfrutar plenamente de una buena reputación y fortuna. Gracias al auxilio de amigos influyentes, haría una carrera brillante y victoriosa, y quien sabe, hasta podría llegar a ser Juez del Supremo Tribunal de Justicia. Naturalmente, es esencial la capacidad para conseguir el éxito. Pero, en este mundo, es muy difícil vencer usando solamente nuestra capacidad. Existen otras cosas como "popularidad", "prestigio", "auxilio de personas influyentes", etc., que no deben ser despreciadas. Gracias a esas cosas, hasta las personas menos dotadas pueden escalar los peldaños hacia el éxito. Afortunados son, pues, aquellos que poseen buenos amigos. Voy a citar otros ejemplos para mostrar la importancia de tener buenos amigos. Imaginemos a un joven médico recién graduado. Como se sabe, ejercer la profesión de médico es "trabajar con la vida humana". Por eso, las personas difícilmente buscan un médico novato. La competencia del joven médico aún se desconoce. No
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hay nada más arriesgado que confiar la propia vida en manos de un médico cuya capacidad nadie conoce. Por lo tanto, aunque ese joven médico sea muy competente, no logrará formar buena clientela si no tuviera conocidos y amigos que reconozcan su capacidad y lo recomienden a otras personas, afirmando que es un médico honesto, competente y merecedor de una entera confianza. Si no hay nadie que reconozca y testifique la competencia del joven médico, éste no podrá formar su clientela, pues las personas seguirán buscando solamente a médicos conocidos y con experiencia. Este es un ejemplo más, que muestra la importancia de tener buenos amigos y conocidos que reconozcan nuestras capacidades. Ahora, citemos como ejemplo a un artista: aunque tenga un excepcional talento artístico, le son necesarios muchos años de estudio y perfeccionamiento para conquistar la fama. A lo largo de su carrera, a veces, será el centro de violentas críticas por parte de artistas pertenecientes a otras escuelas o corrientes. Para que él no se deje vencer por esas críticas y pueda continuar luchando con todas sus fuerzas para lograr su perfeccionamiento, necesita de buenos amigos que reconozcan su talento y lo estimulen constantemente. Además, no es solamente en los momentos difíciles Que él necesita de buenos amigos. También, el día que consiga finalmente exponer sus obras necesitará del apoyo de sus buenos amigos, que hagan comentarios favorables y logren de este modo que el público se interese en sus trabajos. En este mundo, existen muchos artistas que, a pesar de tener un gran talento, viven una vida solitaria, en un eterno anonimato, por no poseer buenos amigos o conocidos que puedan ayudarlos a lograr el éxito. De modo general, lo que determina el éxito de un artista es la repercusión de los comentarios favorables de los críticos y de los expertos en arte. Debemos reconocer que, hasta en una actividad en que el talento personal decide todo, es muy difícil alcanzar el éxito sin la ayuda de buenos amigos. Como lo demuestran estos ejemplos, es esencial tener amigos. Pero, no caigamos en el error de buscar amistades únicamente por creer que “los amigos son elementos indispensables para nuestro éxito". Con esa actitud interesada, jamás
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podremos conocer el valor de la verdadera amistad. La verdadera amistad, noble y sincera, sólo es conseguida cuando se abandona la actitud egoísta de pretender buscar amigos para usarlos como "trampolines" para el propio éxito. Sin duda, es importante el auxilio de los buenos amigos para que podamos alcanzar el éxito en el plano material. Pero, mucho más importante es la influencia espiritual que ellos ejercen sobre nosotros. La fama y la fortuna son cosas que pueden desaparecer con el correr de los años y con las vicisitudes de la existencia. Sin embargo, las influencias espirituales que recibimos de nuestros amigos nos acompañan durante toda nuestra vida. La "buena influencia espiritual" será nuestro eterno tesoro, mientras que, la "mala influencia espiritual" será un obstáculo para nuestro progreso. El hombre recibe fuerte influencia del carácter de sus amigos. Dependiendo del tipo de influencia recibida, será alegre o taciturno, grosero o gentil. Aquél que mantiene amistad con personas deshonestas, termina por volverse también deshonesto. Aquél que vive en medio de un grupo de amigos que sienten placer en descubrir los defectos ajenos para ridiculizarlos, termina por cultivar también un carácter crítico e irreverente, sintiendo también placer en señalar los defectos ajenos. De este modo, aquél que se vuelve amigo de personas bondadosas, generosas, honestas y esforzadas, recibe sus buenas influencias y pasa a tener, también, todas esas grandes cualidades. Existen personas que ejercen sobre los demás, un efecto leve y estimulante; tal como un refresco en el verano o un tónico para el ánimo. Cuando estamos en compañía de esas personas, sentimos un gran bienestar, una sensación agradable de brisa. Ellas son como un oasis para nosotros. A su lado, conseguimos tener excelentes ideas, lo que ocurre cuando estamos solos. Los buenos amigos actúan como un estimulante para nuestra mente, aumentan; nuestra capacidad, agudizando nuestra inteligencia, volviendo ricas nuestras emociones y despertando nuestra sensibilidad poética. Pero, existen también personas que ejercen sobre nosotros influencias totalmente negativas. Estando junto a ellas, nos sentimos
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deprimidos, nuestro corazón vuelve seco y frío, nuestra mente se torna sombría y ter minan desapareciendo totalmente las fuentes de buenas ideas e inspiraciones. Como vemos, es grande la influencia de los amigos Por eso, saber elegir buenos amigos es mucho más importante que saber escoger buenas ropas o buenos muebles. Refiriéndose a la importancia de tener buenos amigos R.W.Emerson, poeta y filósofo norteamericano, dijo lo siguiente: "Lo que más necesitamos en esta vida es de alguien que nos ayude a exteriorizar plenamente nuestra capacidad. Las personas que nos prestan este valioso auxilio son nuestros amigos: buenos amigos, sinceros y leales. Andando en compañía de buenos amigos, logramos progresar fácilmente. Los buenos amigos son como poderosos imanes que extraen las cualidades ocultas en nuestro interior. ¡Cuán valiosos son los buenos amigos que nos ayudan a abrir completamente la puerta del tesoro que existe dentro de nosotros mismos!. Los verdaderos amigos son aquellos que entienden nuestros pensamientos y sentimientos, aun cuando no los expresamos a través de palabras; son aquellos cuya compañía es suficiente para que se establezca rápidamente una perfecta sintonía de almas; son aquellos que aumentan nuestra capacidad, uniendo la suya a la nuestra, permitiéndonos realizar cosas que nosotros mismos juzgamos imposibles de realizar". A lo largo de la jornada de esta vida, a veces, encontramos "situaciones sin salida" y nos sentimos desesperados. En esas ocasiones, los buenos consejos y las palabras de aliento de los amigos sinceros levantan nuestro ánimo y nos ayudan a encontrar nuevas oportunidades para alcanzar la felicidad. En este mundo existen muchos casos de personas que al principio eran consideradas mediocres o incapaces; pero, posteriormente, comenzaron a mostrar su capacidad y consiguieron grandes progresos gracias al incentivo y consejos de buenos amigos que supieron descubrir sus cualidades ocultas y les hicieron tomar conciencia de la capacidad ilimitada existente en su interior. A través de estos ejemplos, comprendemos que tener buenos amigos que sepan
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descubrir nuestras cualidades e incentivarnos con sinceros elogios es más importante que tener amigos que señalen constantemente nuestros defectos tratando de corregirnos (pues las críticas constantes, aunque bien intencionadas, sólo producen efectos negativos: en vez de incentivar a las personas, aumentan sus frustraciones). Cicerón, el gran orador romano, dijo lo siguiente: "Eliminar de esta vida ese bello y noble sentimiento llamado amistad es lo mismo que apartar de la tierra los generosos rayos del Sol. La amistad es una de las mayores dádivas que el hombre recibió de Dios". «Todos necesitamos de buenos amigos. Pero no basta pensar en "obtenerlos". Este mundo es un mundo de "constante circulación e intercambio de todas las cosas". Siendo así, es imposible "recibir todo, sin dar nada"; como también es imposible "no recibir nada, a pesar de dar todo". Por lo tanto, si queremos tener buenos amigos, primeramente nosotros mismos debemos ser buenos amigos, dando Amor, bondad y alegría a todas las personas, reconociendo la cualidades de los otros, ayudándolos a exteriorizar esa cualidades y no ahorrando palabras de elogio, incentivo ji aliento. Si queremos ser amados, debemos dar primen! nuestro Amor; si queremos atraer buenas amistades! debemos primero cultivar un "carácter atrayente". 1 Una persona fría, egoísta y avarienta, que no siente] Amor por nadie, jamás podrá encontrar buenos amigos, por más que lo desee. Todos nosotros recibimos en la misma| medida en que damos. Por eso, si queremos tener muchos amigos, necesitamos ser generosos, necesitamos tener un "gran corazón" capaz de albergar cariñosamente muchas y muchas personas. Si tuviéramos un "corazón estrecho e intransigente" y viviéramos señalando las fallas ajenas, los buenos amigos se irán alejando de nosotros, uno por uno. La rectitud es esencial pero, si no va acompañada de generosidad, no tiene el poder de atraer gran número de personas. Las personas intransigentes, que señalan los defectos ajenos, no consiguen hacer buenos amigos y no podrán contar con el auxilio de los otros cuando sea necesario. Debemos tratar a todas las personas con Amor y generosidad. El Amor verdadero no juzga fríamente, no ve los defectos, no toca en
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la "herida del alma" de los demás. Por el contrario, envuelve delicadamente esa herida, tal como una atadura suave y espera pacientemente, que la persona se recupere y pase a manifestar todo el vigor de su "verdadera Vida". Las personas que poseen ese gran Amor, esa generosidad y esa paciencia, son amadas por todos y viven rodeadas de buenos amigos. A nadie le gusta ser criticado. Todas las personas se sienten felices cuando reciben elogios. Las personas pesimistas y taciturnas no agradan a nadie, pero las personas alegres y optimistas son bien recibidas por todos. Solamente aquellos que no ven los defectos de los otros, logran ser verdaderamente alegres y optimistas y disfrutar de la amistad sincera de muchas personas. Si son capaces de dirigir palabras bondadosas a los demás, no con el simple propósito de ser corteses y educados sino por un sincero Amor al prójimo, con certeza, esa actitud desinteresada hará que las personas se aproximen a Uds. y se vuelvan buenos amigos. El egoísmo es la muralla que separa a las personas. Nadie podrá tener amigos verdaderos mientras sea egoísta. En este mundo existe una ley, según la cual: "Los semejantes se atraen". De este modo, si es una persona egoísta que busca hacer amistades con la intención de sacar algún provecho, las personas que se aproximen a Ud., también no pasarán de un grupo de egoístas y oportunistas. Por esta razón, es verdadera la afirmación de que: "Nosotros recibimos de los otros las mismas cosas que les damos". Cuando conozcan a personas que les inspiren gran simpatía y sientan el deseo de consolidar una amistad duradera, no vacilen en tomar la iniciativa. Es necesario, confesar los propios sentimientos sin dudar, dirigiendo palabras tales como: "Me agradas mucho", "Eres maravilloso", "Siento amistad por ti", etc. Si aun sintiendo amistad* no la confiesa; si aun reconociendo las cualidades del otro, no las elogia y si aun queriendo ser amigo de una personal vacila, entonces, no será posible que consiga algo. Sepan que ganar buenos amigos es más importante que obtener una gran suma de dinero. Concientizándose de eso, nunc más estarán indecisos cuando
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surjan en sus vidas personas que puedan venir a ser excelentes amigos. Hasta aquí, hablé mucho sobre la importancia de tener buenos amigos, pero dejé de explicar algo muy importante: aun las personas consideradas "malas" pueden transformarse por completo y ser buenos amigos, si supiéramos "como; actuar". Y el "secreto" no es tan difícil como parece. Basta que no miremos el lado negativo y desagradable de esas personas, mostrándoles únicamente nuestra admiración por sus cualidades y nuestra confianza por su bondad y honestidad. Esas personas, que constantemente fueron el centro de críticas y reprobaciones de los demás y que se quejaban por no tener amigos que los comprendan, se sentirán in-mensamente felices al encontrar a alguien que no los critica y que sólo ve sus cualidades. Así, se transformarán en los más sinceros y leales de los amigos. Nuestros "mejores amigos" no siempre son personas, A veces, pueden ser buenos libros. Tanta verdad hay en eso que, cierta vez Henry Ward Beecher dijo lo siguiente, refiriéndose a la gran influencia de los libros sobre el hombre: "Las personas se transforman completamente, después de leer las obras de Ruskin". Los libros, siendo la "expresión viva" de la mente del autor, consiguen influenciarnos tanto como las personas con quienes nos relacionamos directamente. Sin exigir de nosotros más que un pago de relativa importancia, los buenos libros nos ofrecen incontables beneficios y esperan que nosotros les saquemos el máximo provecho posible a través de su cuidadosa lectura. Para finalizar, voy a explicar el "método para conseguir buenos amigos a través de ía mentalización". Si quieren tener buenos amigos, deben comprender realmente que "Dios es Amor", y mentalizar lo siguiente: "El Amor de Dios se manifiesta a través de mí. Así como Dios ama a todas las personas, yo también amo a todas las personas". Mentalicen eso todos los días y pónganlo en práctica, distribuyendo Amor y bondad a todas las personas que les rodean. Si proceden de esa forma, emanará de todo su ser una constante "atmósfera de Amor", que atraerá naturalmente a muchas personas y hará que encuentren buenos amigos.
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CAPITULO XII SOBRE LAS VIRTUDES DE LA AMABILIDAD Y DE LA PERSISTENCIA Hay momentos en la vida, en que nos sentimos desesperados porque nuestros objetivos se malogran totalmente a pesar de haber empeñado todo nuestro esfuerzo y de haber hecho todas las tentativas: llegamos al grado de recurrir a terceros, procurando obtener su colaboración con palabras vehementes y argumentos convincentes. Pero, todo es en vano. Entonces, caemos en un profundo desánimo, creyendo que ya se agotaron todos los recursos. Pero, la verdad es que, aun en esos momentos, todavía hay medios para solucionar la situación, todavía existe un camino a seguir. Este camino que conduce al objetivo se denomina Persistencia. Una persona persistente no retrocede, por más dura que sea la derrota. Por grandes que sean los obstáculos y las dificultades que tenga que enfrentar. Es como la flor de cereza que surge perfumada, rompiendo la nieve en el rigor del invierno. Debemos seguir el ejemplo del valor y persistencia de esa flor. Entre aquellos que han vencido en la vida, no hay quien no haya enfrentado algún tipo de dificultad. Y lo que los llevó a la victoria fue su persistencia. En vez de dejarse abatir por las dificultades, las consideraron como "esmeriles que sirven para pulir el alma" y, a través de ellas, se fortalecieron. En este mundo, obtendrán la victoria solamente las personas persistentes que nunca se dejen vencer por las dificultades, exactamente como las semillas de trigo que no pierden la capacidad de reproducirse, por más que sean pisoteadas. Los persistentes no abandonan su objetivo, aun cuando los demás desistan. Por eso, consiguen obtener hasta la parte de aquellos que desistieron. Los persistentes pueden mantener la serenidad y penetrar en el alma del prójimo: aun en circunstancias en que los otros perderían la paciencia y, perturbados, romperían la
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armonía de la relación. Así,, consiguen la victoria. Los persistentes toman las grandes oportunidades que los otros desperdician. Muchas personas, aunque sean talentosas, abandonan su objetivo inicial, la profesión a la cual estaban comenzando a acostumbrarse y hasta a sus colaboradores con quienes estaban comenzando a entenderse, por causa de esa falta de persistencia no pueden alcanzar el éxito. Pero, los persistentes saben atraer el alma del prójimo, no pierden la menor oportunidad e i infaliblemente logran un gran éxito. Aquél que no pierde la calma frente a una humillación ya es un sabio. Aquél que consigue mantener la suavidad y la amabilidad en sus actitudes aun delante de una ofensa, es un virtuoso. Aquél que, aun siendo ofendido, considera eso como una oportunidad para auto-perfeccionamiento y se siente grato al ofensor, acaba ganando su estima. Si Uds., en cualquier circunstancia, no se agitan ni se enfurecen, manteniendo siempre un espíritu de paz, bondad y gratitud; las voces de sus opositores se transformarán en coros de admiración. Recuerden que: la simple persistencia no produce el verdadero efecto. Solamente la persistencia acompañada del espíritu de gratitud y la blandura de corazón, permitirá conquistar el objetivo final. La persistencia nace cuando se cree que el objetivo, una vez escogido, ya está realizado. Por lo tanto, crean: "Mi deseo es la manifestación del deseo de Dios y eso, en verdad, ya está realizado". ¡No vacilen, avancen confiados! Si alguno de Uds. tiene una deuda, basta pagarla. Pues, si tenemos una deuda es porque tenemos los medios para pagarla. Recientemente, un joven me contó que, cierto día al practicar la Oración Meditativa Shinsokan, visualizó un bello mundo paradisíaco, repleto de tesoros. Fascinado, permaneció en ese maravilloso Paraíso espiritual durante media hora. Al despertar y observar el mundo presente con los ojos de los sentidos, vio que su hogar continuaba siendo la vieja casa de siempre, con las "fussuma" (*) sucias y deterioradas. ¡Qué gran diferencia con el Paraíso! Exactamente por el hecho de haber visto en su imaginación el esplendor del Paraíso, la pobreza de su casa era
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contrastante. Y, por más que el joven clamase: "¡Ahora aquí, es el Paraíso!" en su interior, las "fussuma" viejas y rasgadas no se modificaban. En ese momento, se acordó de lo que dije una vez en una conferencia: "Si tiene una deuda, basta pagarla. Si no puede pagarla, es porque no se está empeñando realmente. Antes que nada, debe creer que Dios puede pagarla y que, si el hombre es hijo de Dios, también puede pagarla". Él pensó: "Bien, si las 'fussuma' están rasgadas, basta cambiar el papel. Esa posibilidad ya existe: es sólo llamar al obrero que forra puertas y paredes. Y, en cuanto al dinero para pagar al obrero, ya está reservado". En realidad, él aún no tenía dinero; pero igual, contrató a un obrero partí cambiar los papeles de todas las "fussuma" de la casal Finalmente, llegó el día en que el obrero entregó todas las "fussuma", totalmente renovadas. Pero, el joven aún no tenía dinero para pagar al obrero. Entonces, exclamó nuevamente en su interior: "Los papeles ya fueron cambiados. Y el dinero para el pago ya me fue concedido por Dios". Al terminar la tarde, recibió un encargo especial para un trabajo de mimeografía, que constituía un servicio extra. Era un encargo grande que, normalmente exigía unos tres días de trabajo. Pero, trabajando incesantemente toda la noche, el joven logró terminar la tarea a la mañana siguiente. La persona que le encargó el trabajo quedó muy agradecida y le pagó una suma bastante grande. Y así, cuando el obrero le presentó la cuenta por su servicio, el joven pudo pagarla íntegramente. Como vemos, quien piensa: "Yo deseo esto, y en el plano espiritual ya lo conseguí", y persiste en su objetivo inicial, infaliblemente lo realizará. Sin embargo, aquellos que se entregan fácilmente, que se dejan vencer por el pesimismo y no dejan de lamentarse, jamás realizarán su objetivo. Sentimos pena de quien lamenta su suerte y viene a pedir auxilio; pero ni por eso nos sentimos dispuestos a invertir una gran suma en el proyecto de tal persona, para ayudarla a realizar su gran negocio. (*): Puertas corredizas, forradas de papel.
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Eso ocurre porque su aspecto lastimero no inspira éxito, ni despierta la confianza de nadie. Así, esa persona, aun cuando tiene abierto el camino del éxito, no puede seguirlo. Todas las cosas buenas y alegres huyen de quien vive lamentándose. Si la persona no se lamenta, ni se da por vencida, teniendo siempre el corazón repleto de alegría, gratitud y esperanza y aún se esfuerza con persistencia para alcanzar su objetivo, con toda seguridad, llegará un día en que le será confiado un importante trabajo, como la única persona indicada para aquella tarea. Aquél que, aun delante de las dificultades, no pierde la esperanza, la serenidad, ni la suavidad, infaliblemente, terminará conquistando el corazón de los otros. La blandura de corazón y la actitud tienen el poder de apaciguar a los más exaltados opositores y transformarlos en amigos. Si Uds. trabajan en relaciones públicas o se dedican a cualquier otra profesión que exija constantes contactos con los demás, es particularmente importante que sean "amables y persistentes", pues así, podrán convencer a sus clientes y conducir las negociaciones hacia un buen término. Aun cuando alguien nos dirija palabras ásperas y ofensivas, debemos ser capaces de mantener una actitud amable y, por el poder de la oración, ayudar a esa persona a exteriorizar la bondad que está oculta detrás de la aparente rudeza. En eso, está la virtud de la blandura. En verdad, no existe nadie que sea realmente perverso, cruel y desalmado. Incluso, aquellos que tengan tal aspecto acabarán por revelar su bondad innata si somos capaces de mantener con ellos una relación de actitud amable y gentil, creyendo firmemente que "en verdad, son buenos y honestos y nos quieren de verdad". Cierta vez, después de terminar un seminario de Seicho-No-Ie, la Prof. Nobu Morita fue abordada por una de las participantes, la cual le dijo que estaba necesitando una orientación personal. — Mi esposo me maltrata todo el día, dijo ella, acusa por cualquier cosa y siempre me dice: "¡No te pue ver! ¡Vete de esta casa!". En Seicho-No-Ie, aprenden que la mujer debe obedecer al esposo. Dígame, Pro Morita, ¿también en este caso debo
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ser obediente como manda mi esposo? La Prof. Morita respondió: — De hecho, la esposa debe oír al esposo. Pero, eso no significa que deba actuar conforme a las órdenes captadas únicamente por sus "oídos carnales". Lo que debe hacer es "oír con los oídos de su Imagen Verdadera, palabras que vienen de la Imagen Verdadera de su esposo y actuar conforme a esas palabras". Usted debe comprender que, en el plano de la Imagen Verdadera, no existe esposo que sienta rencor u odio de su esposa. Por eso, no crea a sus oídos carnales cuando escuche a su esposo que la echa. Si escucha a su esposo con los "oídos de su Imagen Verdadera", comprenderá que, en verdad, él le está diciendo: "Yo te amo y quiero que permanezcas siempre conmigo". Por esta razón, siempre que su esposo la rechace, crea firmemente que, en el plano de la Imagen Verdadera, le está pidiendo para que siempre esté junto a él. Este fue el consejo que la Prof. Morita le dio a la señora. Días después, la misma señora buscó a la Prof. Morita para darle las gracias. Ella dijo que, siguiendo su consejo, se esforzó para ver únicamente la Imagen Verdadera de "bueno y cariñoso" en su esposo y empezó a tratarlo con dulzura y buen humor, aun cuando él la agredía con palabras ásperas y la echaba. Al cabo de algunos días, se verificó un sorprendente cambio en su esposo: se volvió bueno, cariñoso y gentil. Como podemos ver a través de este ejemplo, cuando mantenemos hasta el fin, la blandura del corazón, de la fisionomía y de la actitud, las personas que no nos querían terminan simpatizando con nosotros. La persistencia que hace posible la realización de todas las cosas, consiste en mantener de comienzo a fin la flexibilidad de la mente. Hay un proverbio que dice: "Las ramas del sauce no se doblan con el peso de la nieve". Por otro lado, aquella rama persistente que se apegó a una rama del sauce e intentó incesantemente alcanzarla, finalmente consiguió agarrarse a ella. Eso, también, es una gran lección. A la gente le es fácil ser persistente en ocasiones favorables, con personas agradables, para realizar servicios agradables. Esto, todos
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lo pueden hacer. Sin embargo, si hacemos sólo cosas que todos pueden hacer, no podremos ser personas fuertes, como las que sobresalen de los demás. Aquél que logra mantenerse apacible ante las ofensas y sereno ante las agresiones es superior a las personas "valientes" que reaccionan en forma agresiva a la menor ofensa. Con amable persistencia, las personas de alma gentil y suave terminan conquistando el corazón de sus semejantes y haciendo de ellos sus aliados. Son miedosos los que buscan huir de las cosas feas, desagradables, difíciles o insoportables. Valientes son los que enfrentan, con ánimo y buen humor, los trabajos desagradables que otros evitan, y pueden mantener la serenidad y la blandura aun ante las más graves ofensas y el más frío de los desprecios. Estas personas siempre terminan reconciliándose con todas las cosas y personas e infaliblemente, alcanzan la victoria final. Podemos decir que consiguen conquistar a los demás porque se dominan primero a sí mismos. En verdad, el mayor victorioso es aquél que es capaz de vencer, ante todo, su ira, su irritación, en fin; todas las emociones impetuosas que traigan consecuencias negativas. Concienticémonos pues, que sola mente después de habernos dominado a nosotros mismos es como conseguiremos conquistar el corazón de los demás! Al comienzo, los demás pueden mirar con desdén a la persona que no pierde la serenidad y la blandura en ninguna circunstancia. "¡No sé cómo puede aguantar tantas ofensas! - dicen ellos. Creo que tiene sangre fría". Pero ese desprecio va disminuyendo poco a poco y finalmente acaba siendo sustituido por una gran admiración. En último análisis, la reacción de las personas y cosas a nuestro alrededor no pasa de reflejo de nuestra propia mente. A través del caso que voy a relatar ahora, el lector comprenderá que la victoria final pertenecerá siempre a aquél que sabe mantener la serenidad y la suavidad en cualquier circunstancia. Había una joven que se formó en la "Escuela de Novias de Seicho-No-Ie". Su madre era una de las líderes de la Asociación Paloma Blanca, en Tokio. En cuanto a su padre, no estaba en contra de Seicho-No-Ie pero, tampoco se interesaba mucho por
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sus enseñanzas, ni buscaba entenderlas. Se enorgullecía de su sólida situación financiera y decía que el joven que pretendiese la mano de su hija debería ser rico y graduado en la Universidad de Tokio, considerada la mejor del país. La madre de la joven, fiel a las enseñanzas de Seicho-No-Ie, no estaba de acuerdo con este pensamiento materialista del esposo y trataba de hacerlo cambiar de opinión, diciendo: "Querido, nosotros no debemos poner restricciones basándonos en nuestras exigencias egoístas. Si aparece un joven que Dios desea que se una a nuestra hija, nosotros debemos aceptarlo de todo corazón, sin importarnos su situación económica o su nivel de educación". Sin embargo, como el padre de la joven continuó insistiendo de que, su hija sólo se casaría con un joven rico y graduado en la Universidad de Tokio, la esposa resolvió no contrariarlo, ya que Seicho-No-Ie enseña que "la mujer debe ser dócil al esposo". Algún tiempo después, apareció un pretendiente que llenaba los requisitos citados y el matrimonio fue realizado. Pero luego, se supo que la familia del joven también se interesaba sólo por el dinero de la familia de la joven. En otras palabras, no se interesaban por la joven, sino por su dote. Esto nos muestra que realmente, "los semejantes se atraen". Al constatar que la dote de la joven no era tan grande como se esperaba, la suegra empezó a demostrar abiertamente su desagrado. Todo le servía de pretexto para maltratar a la nuera. En aquella época, el Japón estaba en medio de la Segunda Guerra Mundial y el gobierno había restringido la venta de ropas lujosas. Por lo tanto, aun aquellos que poseían dinero no podían adquirir tales ropas. Era natural, pues, que faltasen varios trajes en el vestuario de la joven, no obstante la fortuna de la familia. La suegra aprovechó este hecho para maltratar a la nuera. Siempre que la familia era invitada a una fiesta o ceremonia donde se exigía traje de gala, la suegra le decía maliciosamente a su nuera: "¡Ve a casa de tus padres y trae tus ropas de gala!". Ella sabía que la nuera no podría conseguirlas, pues las tiendas no vendían tales artículos de lujo, siguiendo las medidas de restricción trazadas por el gobierno. Decía aquello, sólo para ofenderla. Era realmente difícil soportar ese tipo
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de persecución, pero la nuera la aceptaba con el corazón dócil y suave. No obstante la paciencia y la docilidad de la nuera, la suegra continuaba agrediéndola con palabras crueles. Llegó a decirle así: — Si piensas que permití este casamiento porque me agradabas, ¡estás totalmente equivocada! Yo estaba interesada en tu dote, que pensé que era grande, juzgando la situación financiera de tu padre. Pero me equivoqué. Tu dote era mucho menor de lo que yo pensaba. Ya estoy "cansada" de ti, y no veo la hora que salgas de esta casa. Pero no voy a expulsarte. Si hago eso, me veré obligada a devolver la dote que trajiste. Sé que esa es la norma. Ahora, si la iniciativa parte de ti, tendrás que dejarlo. Por eso, ¡voy a continuar ofendiéndote y acosándote hasta que no aguantes más y resuelvas huir de esta casa! Parece increíble, pero la suegra fue capaz de decirle estas cosas horribles. Podemos imaginarnos el gran sufrimiento de la nuera. Y lo peor era que el esposo, en vez de apoyarla y protegerla, tomaba el mismo partido de la madre y también la ofendía. Cuando supo de la tortura espiritual a que su hija estaba siendo sometida, la madre de la joven me buscó para pedirme orientación en cuanto a las medidas que ella debería tomar. Si analizamos este caso con buen sentido, llegaremos a la conclusión de que, en verdad, ese casamiento nunca llegó a existir en términos de "unión de dos personas", ya que tanto el joven como su familia nunca se interesaron por la joven como "ser humano"; sino sólo como un instrumento por el cual pretendían aumentar su riqueza. De este modo, llegué a la conclusión, de que lo más justo y correcto, en este caso, sería la disolución del matrimonio. Pero, no quise dar una respuesta inmediata, pues sabía que el caso era muy grave y que una palabra mía iba a decidir la suerte de una familia. — Voy a rezar para saber la Voluntad de Dios y mañana le daré la respuesta - fue lo que le dije a la madre de la joven. Al día siguiente, domingo, di una conferencia en el auditorio de la Sede Central de Seicho-No-Ie. Guiado por la inspiración que me vino en aquel momento, comencé a
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hablar: — ¿Conocen el proceso de forjamiento de las espadas de más alta calidad? En primer término, se funde un pedazo de hierro en un horno a alta temperatura y se obtiene una barra de hierro. Esa barra es llevada a un horno incandescente y, cuando queda roja como la brasa, es retirada y golpeada vigorosamente. Cuando comienza a enfriarse, se la coloca nuevamente en el horno, para después continuar golpeándola. Después de repetir varias veces esa acción, se obtiene finalmente la lámina, con su forma ya definida. Sin embargo, esa lámina aún es oscura, llena de marcas dejadas por el mazo de hierro. Está todavía lejos de tener ese brillo blancoazulado y bien afilado que caracterizan a la buena espada. En esta fase del trabajo, es necesario usar un esmeril grueso, áspero, pues si fuese utilizado un esmeril ñno para lijar esa lámina aún gruesa, exigiría años para darle el brillo y el corte dignos de una espada de alta calidad. En resumen, el grosor de la lámina es lo que va a determinar el grado de aspereza del esmeril que será usado para afilarla. Así, a medida que la superficie de la lámina va perdiendo la aspereza, los esmeriles usados para afilarla van siendo sustituidos por otros menos ásperos. Cuando, finalmente, la superficie de la lámina esté lisa, y el borde bien afilado, se le pasa un polvo pulidor especial y se le frota cuidadosamente con un papel suave. Y así, la lámina empieza a presentar, finalmente, el color y el brillo dignos de. una espada de alta calidad. El hombre también pasa por un proceso semejante de "pulimento". Mientras su corazón esté lleno de asperezas, igualmente serán "ásperas y duras" las personas y las circunstancias que surgirán en su camino para "pulirlo" (o sea, "perfeccionarlo espiritualmente"). En conclusión, las "asperezas" de la vida surgen siempre en dosis adecuadas para que podamos "pulirnos". Por eso, cuanto mayores fueran la docilidad, la suavidad y el sentimiento de gratitud con que aceptemos las asperezas de la vida que nos "pulen", más rápido será nuestro perfeccionamiento espiritual y, como consecuencia, más de prisa desaparecerán esas "asperezas", por ser innecesarias. Mientras hablaba, miré hacia el lado derecho del auditorio y vi a una señora que me
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oía con toda atención. De inmediato le reconocí: era la misma señora que me consultó el día anterior, sobre las providencias que debería tomar para ayudar a su hija que estaba sufriendo por causa de la suegra. Posteriormente, supe que esa señora encontró en mis palabras la respuesta para la consulta que me hizo el día anterior. Resolvió, entonces, no pensar más en aconsejar a su hija a divorciarse del esposo, y le escribió una carta exhortándola a continuar manteniendo el corazón blando y el ánimo fuerte, aceptando con sentimiento de gratitud la situación, por más insoportable que le pareciese. La hija, siendo una joven formada en la Escuela de Novias de Seicho-No-Ie, comprendió el mensaje de la madre y tomó la firme decisión de continuar persistiendo con Amor, blandura y espíritu de gratitud, por más grandes que fuesen las ofensas que le dirigiesen la suegra y el esposo. Tanta perseverancia y docilidad no podían dejar de producir efecto. Con el pasar del tiempo, tanto la suegra como el marido, fueron modificándose y, finalmente, la trataron con mucho Amor y cariño. Ahora, vive una vida repleta de felicidad. Es como si el Paraíso se hubiese manifestado en su hogar. Este caso nos muestra que no existe adversidad ni enemigo alguno que no puedan ser vencidos por los que persisten con una actitud blanda, pero con ánimo firme. Aquél que no tiene perseverancia y se abate fácilmente ante la menor dificultad u ofensa, no podrá encontrar un ambiente que le sea favorable, donde quiera que vaya. Esto ocurre porque no está suficientemente "lisa" (perfeccionada) su alma y necesita, por eso, de un "esmeril áspero" (adversidad y hostilidad) que contribuyan a su "pulimento". En resumen, repito: Aquél que, aun delante de las más duras opresiones no pierde la serenidad mental y persevera con el corazón blando y ánimo firme, infaliblemente, alcanzará la victoria final. Blandura de espíritu y firmeza de ánimo, son los dos requisitos indispensables para los que desean vencer en la vida.
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CAPITULO XVI LA FUERZA QUE LAS DIFICULTADES HACEN NACER EN NOSOTROS En uno de sus discursos proferidos en Washington, Theodore Roosevelt (26avo. Presidente de los Estados Unidos) dijo: "Es realmente lamentable que muchos de nuestros ciudadanos retrocedan desanimados ante una dificultad. Quiero, en este momento, exhortaros para que os irgáis y arranquéis del fracaso vuestra victoria". ¡Erguiros y arrancad del fracaso vuestra victoria!. Esta es la enseñanza que me gustaría dirigirles a los jóvenes de hoy. También en el libro "Oraciones y entrenamiento espiritual de las familias pertenecientes a Seicho-No-Ie" existe un precepto que dice: "Aun cuando fracase, estoy preparado para erguirme inmediatamente y mirar hacia la luz". Éste, es el secreto de las personas que vencieron en la vida, superando todas las dificultades con valor y orgullo. Queridos lectores, por más amargas y duras que hayan sido sus experiencias en el pasado, no permitan que su mente se aferré a ellas. Todos necesitamos trascender el "fenómeno" que se manifiesta a nuestros ojos, superar las dificultades y mirar sólo el éxito que, en verdad, ya nos fue dado en el Mundo de la Imagen Verdadera. Puede ser que, a lo largo de sus vidas, hayan fracasado al tratar de conseguir algo que deseaban, como por ejemplo: la realización de un proyecto, el éxito en un examen de ingreso, el Amor de alguien a quien querían de todo corazón, etc. Pero no deben tener su mente indefinidamente presa a esos fracasos o errores ni quedarse sin ganas de proseguir en la lucha, pues los que así actúan no pasan de ser personas mediocres. Los verdaderos hijos de Dios son fuertes y jamás se aferran a los fracasos sufridos. Las dificultades son buenos "exámenes" para probar la capacidad del hombre-hijo de Dios. Justamente, cuando perdemos todas las cosas en el mundo exterior, es que nos surge la oportunidad propicia para constatar la fuerza que existe todavía dentro de nosotros. Si se desaniman pierden las ganas de
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proseguir y desisten de luchar pensando que todo en su vida va mal y parece que no hay más esperanzas. Entonces, están revelando simplemente que no poseen ninguna fuerza interior. Aquellos que resisten con valentía a todas las adversidades, que no pierden la confianza de su propia capacidad, que se levantan cada vez que caen y avanzan persistentemente - esos sí, prueban poseer dentro de sí una fuerza más poderosa que las presiones de sus dificultades. "Ya no puedo levantarme más, porque fueron muy numerosas las adversidades que me abatieron...". Quien dice esto, está confesando la insignificancia de su fuerza ante las adversidades. Y esto es una gran tontería. Uds. necesitan conocer su verdadera naturaleza, que es la de "hijo de Dios" dotado de fuerza infinita. Su naturaleza verdadera es divina; por lo tanto, son omnipotentes e invencibles. Para Uds., para los "verdaderos ustedes", es imposible que exista cualquier tipo de fracaso. Por más numerosos que sean los aparentes fracasos, éstos son, apenas, "obras fundamentales" que anteceden al "éxito". Para asentar las bases de un gran edificio, es fundamental, en primer lugar, nivelar y afirmar la tierra con pesados tractores. Cuanto más fuertemente se pisa, más firme se vuelve el suelo, permitiendo, así, la construcción de un enorme edificio sobre él. Todos los grandes personajes que sobresalieron en la Historia pasaron por diversos fracasos y adversidades, gracias a los cuales pudieron pulirse a sí mismos y probar que no eran simples "carbones de piedra", sino "verdaderos diamantes". Infaliblemente, logran alcanzar sus objetivos las personas que, aun ante los peores fracasos, continúan conscientes de su naturaleza divina, no pierden el valor ni la autoconfianza, se levantan inmediatamente de una caída y prosiguen firmes en su objetivo. Si son valientes y decididos, tienen firmeza de carácter y están conscientes de su propia fuerza que no disminuye ante ninguna dificultad, entonces no habrá ninguna cosa que pueda vencerlos. Las infelicidades, los fracasos y las adversidades no representarán, al final, nada más que entrenamientos para su mayor fortalecimiento. En este mundo, hay personas que ostentan la calma y la
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autoconfianza de los fuertes cuando todo marcha bien; pero, una vez envueltos en algún acontecimiento inesperado y conducidos a sucesivos fracasos y a la pérdida de todos sus bienes, abandonan aquella pose, aquel aire de importancia, se dejan vencer por el desánimo, la melancolía y la desesperación, no consiguiendo crear el valor necesario para levantarse y proseguir luchando. Es evidente, que tales personas no pueden ser consideradas en realidad, fuertes y valientes. En las horas de infelicidad o ante un inminente peligro es cuando se puede saber si la fuerza y el valor de una persona son genuinas o no pasan de una "pintura superficial". Por mayor que sea nuestro fracaso, es imposible que no encontremos ninguna esperanza que nos anime a levad! tamos y seguir avanzando. Sean cuales fueren las dificultades, las personas realmente valientes no flaquean; al contrario, consiguen ser aún más fuertes. Por lo tanto, se necesita mantener el ánimo, incluso cuando se pierde toda lo que se poseía. Jamás perdamos el valor. El ánimo y el valor constituyen la llave que abre las "pesadas puertas de las dificultades" y nos permite seguir siempre adelante. ¡Aun al enfrentar las mayores dificultades, los hombres realmente valientes no piensan dejar grabados en su "diario de la mente" esos pasajes de su vida!. No consideran, esas dificultades como algo tan importante que merezca permanecer en "su historia". Para ellos, sólo la victoria y los; éxitos tienen importancia y merecen ser registrados en la historia de su vida; ninguna adversidad, ninguna dificultad y ningún fracaso tienen la fuerza suficiente para arrasarlos definitivamente. Aun cuando sufran los más duros fracasos, no pierden la calma. Mientras que los débiles retroceden tambaleantes, los fuertes se mantienen firmes y tranquilos. Aunque la tempestad se desencadene con furia, la enorme roca no se mueve ni un milímetro, continúa erguida, inalterable y majestuosa. W. Phillips dijo cierta vez: "¿Qué importa el fracaso? Sólo es el primer paso para alcanzar mayor altura". También el iniciador de la secta Tenri dijo: "Las adversidades son como los nudos de los árboles. Es de los nudos que brotan las hojas nuevas". Muchos de los grandes personajes de la Historia lograron vencer solamente después de haber pasado por repetidos fracasos. Ciertamente, ellos no
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habrían obtenido la verdadera y gran victoria si no hubiesen sufrido ningún fracaso. El fracaso posee un misterioso poder que nos ayuda a extraer la grandiosa fuerza que está oculta en nuestro interior. Aunque una persona posea dentro de sí, una capacidad realmente grande, no podrá manifestarla, si lleva una vida holgada, cómoda, libre de incomodidades, de oposiciones y obstáculos de cualquier especie. Solamente, las dificultades y las adversidades tienen el poder de extraer al "héroe" y al "genio" ocultos dentro de aquellos que, aparentemente, no poseen ninguna cualidad especial. A medida que son obligados a pasar por duros entrenamientos, los perezosos se van transformando y comienzan a manifestarse como personas realmente muy valientes. La función de entrenador corresponde a las adversidades y dificultades. El caballo no puede manifestar toda su fuerza y valor mientras vive caminando sólo por terrenos planos y seguros, guiado por su dueño. Solamente, al ser soltado y tener que caminar por sí mismo, podrá manifestar plenamente su vigorosa fuerza salvaje. Es muy importante, que descubramos en nosotros el "yo verdadero". Dentro de un ambiente excesivamente ameno, el "yo verdadero" no exterioriza su poderosa fuerza. Cuando nos encontramos a un paso de una desgracia y sentimos que el "yo falso" no puede hacer nada más, se manifiesta entonces, la Imagen Verdadera, o sea, el Yo verdadero, el hijo de Dios. Por eso, tiene el poder de transformar cualquier adversidad e infortunio en beneficio y felicidad. Existen muchos casos de jóvenes nacidos y criados en hogares millonarios, los cuales no pasaban de jóvenes mediocres mientras llevaban esa vida confortable; pero que, ante el fracaso de los negocios de la familia, se ven en la necesidad de enfrentar los hechos. Entonces, sienten nacen una fuerza y capacidad infinitas, se lanzan a la lucha comí gran valor y finalmente logran vencer las dificultades, mostrando así, su verdadera y gran capacidad. Como vemos, las dificultades y hasta las situaciones aparentemente desesperadoras, estimulan la fuerza infinita alojada en el hombre y le permiten realizar tareas grandiosas, las mismas que antes le
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parecían absolutamente irrealizables. Las dificultades hacen que surjan en nosotros una fuerza tan grande, que ni imaginábamos poseer. Una joven rica se casa con un joven también rico y todo anda a las mil maravillas durante algún tiempo. Pero, un día, su esposo fracasa en los negocios y, además de perder todos los bienes, se enferma y queda imposibilitado para trabajar. La esposa, comprendiendo que le corresponde a ella sustentar a sus suegros ya ancianos, a su esposo enfermo y a sus hijos pequeños, se empeña en la lucha "con uñas y dientes" y, de una forma u otra consigue superar esa crisis. Casos como éste ocurren frecuentemente en este mundo. ¿Cómo puede una mujer aparentemente sin preparación aguantar esa dura lucha por la supervivencia? Porque todas las personas, sin excepción, poseen dentro de sí una asombrosa capacidad, que pasa desapercibida cuando la vida transcurre con tranquilidad, sin ningún problema. Ante algún peligro inminente, cualquier persona logra manifestar una fuerza superior a lo normal. Las dificultades trasforman a los "enanos" en "gigantes", o sea, a las personas mediocres en héroes. Si, a pesar de no estar ante ninguna dificultad, sabemos cómo extraer esa fuerza infinita que se aloja en nosotros, entonces podremos seguramente, "crecer" cada vez más y convertirnos en personas realmente valientes. Es inconcebible que el hombre, el cual fue creado a perfecta imagen de Dios, termine sus días en la mediocridad, sin realizar ninguna obra de valor. Si parecemos sólo mediocres, no es porque Dios haya cometido alguna falla al crearnos, ni porque estemos destituidos de la capacidad de realizar grandes obras. Simplemente ocurre, que no estamos exteriorizando la gran capacidad de la cual estamos dotados. Y lo que nos estimula a manifestar esa capacidad son los golpes que recibimos del mundo que nos rodea. Cuanto mayor es la fuerza con que se patea la pelota de fútbol, mayor distancia alcanza. Lo mismo ocurre con el hombre: cuanto mayor cantidad de "golpes" recibe, mayores alturas conseguirá alcanzar. Por lo tanto, no debemos temer las dificultades, los fracasos, ni las burlas de los demás. Alguna vez en la vida, cualquier persona se ve ante algún obstáculo demasiado grande, que parece intraspasable. Sepamos, que tales adversidades nunca surgen
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para arrasarnos. Debemos sentirnos agradecidos por esas dificultades, reconocer sus efectos benéficos sobre nosotros, e ir superando nuestras debilidades, con la convicción de que Dios jamás da al hombre una dificultad que no pueda superar. Si procedemos así, los hechos que creíamos que habían surgido para destruirnos, terminan transformándose en acontecimientos que nos traen muchos beneficios, en vez de destrucción. Así, necesitamos comprender que todos los problemas de nuestra vida nos traen beneficios, y debemos esforzamos para solucionarlos con nuestras propias fuerzas, manteniendo firme la convicción de que a través de él podemos exteriorizar cada vez más la gran capacidad d nuestro "Yo verdadero".
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CAPITULO XIV SEAN JOVENES DECIDIDOS Lo que deseo es formar jóvenes decididos, dinámicos y valientes que, una vez tomada la decisión de realizar alguna cosa, no se dejen vencer por opiniones contrarias y vayan hasta el fin, por más adversas que sean las circunstancias. Jóvenes de ese tipo, infaliblemente, conseguirán vencer en la vida y ocupar posiciones de liderazgo. Sin una firme determinación, no podrán realizar nada con pleno éxito. La firme determinación es como la cuerda de un reloj: atrás de las dos agujas que van marcando los segundos y los minutos con precisión y serenidad, existe una cuerda que trabaja incesantemente, accionando el mecanismo del reloj. Así, también, son los emprendimientos humanos: aun cuando las cosas parecen estar caminando "por sí mismas" en el más perfecto orden, existe detrás de eso la acción de la fuerza de voluntad de los que están decididos a llevar adelante ese emprendimiento. Y cuánto mayor es el emprendimiento, mayor es la acción de la fuerza de voluntad de los que están decididos a llevarlo adelante. Las agujas del reloj no deben oscilar, ni retroceder. Solamente caminando incesantemente y con precisión es como estarán cumpliendo su misión. También el hombre, una vez que haya decidido su rumbo, debe seguir adelante con firme determinación, aunque surjan opiniones contrarias o circunstancias adversas. Según consta en los registros históricos, |un día antes de la erupción del monte Pelée (en la isla Martinica, en las Pequeñas Antillas), que ocurrió el 8 de Mayo de 1902 y destruyó la ciudad de St. Pierre, el capitán Marino Leboffe, comandante del navío carguero italiano Orsalina que estaba anclado en el puerto, presintió la catástrofe tomó la decisión de suspender el cargamento de la mercaderías y dejar la isla inmediatamente. Los exportadores se opusieron terminantemente a esa decisión d comandante, diciendo que el monte Pelée no representa" peligro y sería
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una falta de responsabilidad partir sin te minar de cargar las mercaderías. Al ver que el comandante no cambiaba de idea, lo amenazaron con enviarlo a prisión. Pero, el comandante enfrentando la ira de los exportadores declaró resueltamente: "Uds. dicen que el monte Pelee n representa ningún peligro, pero yo presiento el peligro. Un día, el monte Vesubio presenta las mismas señales que estoy viendo ahora en el monte Pelee, con seguridad dejar el puerto de Nápoles lo más rápido posible. Quiero decirles señores, que ya tomé mi decisión y no cederé a sus presiones". Y, así, el carguero italiano zarpó inmediatamente, llevando sólo la mitad de la carga. Veinticuatro horas después de su partida, el monte Pelee entró en violenta erupción, destruyendo totalmente la ciudad de St. Pierre y causando la muerte de casi 30,000 personas. Tanto los exportadores como los dos agentes portuarios perdieron la vida en esa catástrofe. A esa hora, el navío italiano ya se encontraba lejos de allí, rumbo a Francia. Si el comandante hubiese cedido a las presiones de los otros y desistido de zarpar inmediatamente, toda la tripulación habría sufrido las consecuencias de aquella catástrofe. Esto es un ejemplo de cómo la firmeza de carácter de un hombre puede salvar la vida de muchas personas. Hasta aquí, he enfatizado la importancia de tener un carácter firme y decidido, que no vacile ante las oposiciones o presiones. Pero, con ello no quiero, de ninguna forma, exaltar la obstinación ciega que puede llevar a un hombre a rechazar todo y cualquier consejo ajeno. Lo que quiero decir es lo siguiente: debemos ser capaces de escuchar y acatar los consejos de los demás, cuando sea necesario. Pero, una vez que hemos analizado bien la cuestión y hemos tomado una decisión, debemos seguir adelante con determinación y valor hasta alcanzar nuestros objetivos. Los fuertes trazan por sí mismos el "programa" de su vida, mientras que los débiles no hacen nada más que caminar conforme el "programa" trazado por los otros. Aquél que traza su propio "programa de vida" consigue ser dueño de sí mismo, pero aquél que sigue el "programa" trazado por los otros estará siempre en la condición de esclavo. Aquél que, valientemente, camina de acuerdo con el "programa" que decidió
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seguir, muestra una tendencia natural para el liderazgo, atrayendo a los demás con una fuerza magnética y consiguiendo conducirlos en la dirección que quiera. No sólo las personas, sino también el propio destino, se muestra dócil a las decisiones de un líder. Por lo tanto, es el dueño de sí mismo. Una entidad o grupo empresarial dirigido por ese tipo de persona se desenvuelve con rapidez y seguridad y todos sus emprendimientos parecen caminar en orden "por sí mismos". Sin embargo, el día en que ese líder se retire de la empresa, ésta perderá el ritmo de desarrollo y, en algunos casos, podrá hasta sufrir una repentina paralización, tal como un reloj cuya cuerda se rompió. Ya hubo muchos casos así. Citemos, como ejemplo, la New York Leasur empresa periodística fundada por Robert Bonner. Al principio, ella se llamaba Merchant Leasure y no pasaba de una empresa modesta. Pero, gracias al método administrativo arrojado y original de su fundador desenvolvió rápidamente convirtiéndose en la publicad: del famoso periódico de la economía, el New Yo Leasure. Sin embargo, después que el fundador de la presidencia, la fama de ese periódico declinó en p~ tiempo. En este mundo, no existen muchas personas q logren ser líderes. Porque la mayoría de las personas c-que es mejor seguir el camino que alguien ya siguió ant y demostró que era seguro, que ser pionero y abrir el camino para los demás. Sin duda, es mucho más fácil seguir camino abierto por alguien, que "tala el bosque " para seguí adelante. Y, también, es mucho más fácil viajar cómodamente en un carro guiado por otro, que guiar carro y llevar a los otros. Sin embargo, aquél que está siempre contando con los demás y busca sólo la seguridad siguiendo los caminos ya abiertos, jamás conseguirá realizar una obra verdaderamente grande, sin precedentes. Seguid los pasos ajenos puede ser más seguro, pero, al hacerlo será imposible evitar la polvareda dejada por los que v; adelante. Examinar el puente, antes de atravesarlo, parece una actitud prudente que evita riesgos, pero en un camino nuevo que está siendo abierto no hay ningún puente. Quien atraviesa un puente sólo después de verificar si está firme quedará siempre atrasado en relación a los demás. Aquél que vive siempre dudando, sin saber qué
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rumbo tomar, nunca logrará ser un líder, pues los otros no pueden confiar en él, ni arriesgarse a seguirlo. Las personas indecisas nunca consiguen alcanzar su objetivo. Por lo tanto, aquellos que desean ser líderes, deben cultivar constantemente la capacidad de decisión y la firmeza de carácter. Naturalmente, la "reflexión" y la "capacidad de hacer comparaciones" también son importantes. Pero, como en todo, el exceso se vuelve perjudicial. Si estamos pensando y haciendo comparaciones exageradas y retenemos indefinidamente la decisión final, con la esperanza de que surja una situación más favorable, terminaremos perdiendo nuestra oportunidad. Por eso, tanto la "reflexión" como la "capacidad de hacer comparaciones", deben ser empleadas en "dosis" adecuadas. Una vez que tengamos datos suficientes, hechas las debidas comparaciones y llegando a una conclusión, debemos tomar la decisión final y pasar a la acción con el firme propósito de realizar el objetivo. A veces, podemos fallar, podemos errar el camino, podemos tropezar y caer. Pero, aun así, ganaremos más que si hubiésemos permanecido indecisos. Sólo por el hecho de haber ejercitado nuestra capacidad de decisión, la experiencia será válida. Si tropezamos, basta levantarnos. Recordemos que los nadadores miedosos que no deciden lanzarse al río hasta que tengan la absoluta confianza de su seguridad, nunca llegarán a la otra orilla del río. "Son dignos de compasión los que se asemejan al contrapeso de una balanza", dijo Marden. Realmente, tales personas sólo merecen compasión, pues no son capaces de tomar ninguna decisión y viven oscilando de un lado, otro, sin saber qué lado tomar. Un día se inclinan hacia un lado y al otro día se inclinan hacia el lado opuesto dejándose influenciar por diferencias insignificantes. Terminan siempre siguiendo la opinión de aquél que ejerce mayor influencia sobre ellas, aunque no tengan ninguna convicción al respecto. Por lo tanto, esas personas no están viviendo su propia vida; viven "al azar", a merced de los "juegos" de los demás. Y, lógicamente, nadie puede confiar en esas personas. Muchas personas fracasan en la vida porque no mantienen convicción sobre las cosas y viven actuando de acuerdo a los "juegos" de los demás. El camino de esas
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personas es inseguro y viven con el corazón lleno de temores. Jamás seremos esclavos del "azar" si tenemos la convicción de lo que queremos y creemos firmemente que "Dios ha de conducirnos a la realización de ese objetivo" Pero, si por el contrario, no tenemos ninguna confianza & el éxito futuro y vivimos llenos de temores, ese estad espiritual se reflejará en nuestra vida y nos indicará sola! mente caminos que llevan al fracaso. Así, terminaremos por fracasar, como consecuencia de nuestra propia inseguridad. Aquél que no logra confiar en su propio poder de discernimiento, el cual está vacilando constantemente ante las perspectivas sombrías "diseñadas" por su mente, jamás podrá esperar que los demás confíen en él. Nadie se arriesgará a seguirlo, y un emprendimiento que no cuenta con la adhesión de los demás está predestinado a fracasar. Aquél que retiene indefinidamente la decisión final de un asunto, prefiriendo esperar "una ocasión más adecuada", termina perdiendo la mejor oportunidad de decidir. Algunas personas son tan indecisas, que cuando escriben una carta tienen temor de cerrar el sobre hasta el momento de colocarla en la caja del correo, pensando que tal vez cambien de idea y quieran modificar lo que escribieron. Pero, hay personas aún más indecisas. Después de leer varias veces la carta que escribieron y de cerrar finalmente el sobre, vuelven a abrirlo para examinar otra vez lo que fue escrito, y repiten eso varias veces. Sin embargo, la cumbre de la indecisión, es el caso de aquellos que, después de haber cerrado y enviado la carta, mandan un telegrama urgente al destinatario, diciendo: "Favor devolver la carta sin abrir". Tal vez, Uds. se rían al leer esto. Ríen, porque la indecisión en este caso, se refiere al simple hecho del envío de una carta. Sin embargo, ocurre, que en este mundo existen muchas personas que, a la hora de tomar cualquier tipo de actitud o de realizar cualquier trabajo, se muestran tan indecisas como los remitentes citados. Uds. no deben ser como ellos. No deben ser personas tan indecisas, de personalidad tan débil. Generalmente, la mujer es más indecisa que el hombre. Por ejemplo, para comprar un simple vestido, a veces, recorre las calles visitando una "boutique" después de
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otra, sin tomar una decisión. No percibe que la mayoría de las veces la primera impresión es la acertada, y permanece probándose una infinidad de vestidos. Finalmente, cuando encuentra lo que le parece mejor, se queda indecisa por causa del precio. Piensa si no sería posible encontrar algo más barato, y allá se va nuevamente, de una tienda a otra. Puede ser que, al final, encuentre algo más barato y entonces pensará que salió ganando. Pero, si ella considera los gastos que tuvo de transporte y la suela de su zapato que se gastó, verá que el perjuicio fue mayor que la aparente economía. Además de eso, gastó, en vano, prácticamente; un día entero de su preciosa vida. Pero lo peor es, cuando ella misma no sabe lo que quiere y, aun después de que ha comprado la mercadería, continúa afligida, pensando tal vez si hizo una "mala compra". Después de volver a casa y abrir el paquete, se arrepiente de haber comprado mercadería y siente deseos de volver a la tienda a cambiarla pero no tiene el valor suficiente para eso y pasa el resto del día cargando su aflicción. Tal vez, los jóvenes se rían del tonto comportamiento de esa mujer. Sin embargo, es bueno que recuerden que muchos hombres se muestran vacilantes como ella; no a la hora de escoger la ropa, si a la hora de tomar una decisión en la vida. Un hombre que se estima, no debe estar oscilando como un barco merced de las olas, cuando llega el momento de tomar una decisión. Frecuentemente, el juicio basado en la primera impresión es el más correcto. Porque la primera impresión constituye la "captación intuitiva" de la esencia de las cosas y hechos. La captación inicial de la esencia de una cosa, de un hecho nos permite aprender mejor su aspecto global, siendo pequeña la probabilidad de incurrir en errores de juicio. Las personas que dudan y son indecisas tienden a cometer errores de juicio porque se dejan confundir fácilmente por los "factores externos" que interfieren en la captación de la esencia. No podremos conocer la "verdadera naturaleza" del océano, o sea, captar su esencia, si vemos solamente las olas que se agitan en la superficie. Ellas son los "factores externos" que interfieren en la captación de la "verdadera naturaleza" (o "esencia") del océano. Si queremos conocer realmente el océano, debemos trascender sus olas. Una vez, hecho el juicio
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correcto de una cosa o de un hecho en base a la "captación de su esencia", debemos pasar hacia la acción con espíritu decidido. En este mundo existen muchas personas que, a pesar de poseer un gran talento o capacidad, no pueden realizar ninguna obra de valor a lo largo de su existencia, por el hecho de estar en constante duda y no tener el valor y determinación suficientes para llevar, hasta el fin, sus propósitos. No debe ser como esas personas. Sepa que, comúnmente, alcanzan éxito en esta vida las personas que confían en su "intuición" y llevan adelante la idea inicial, con una decisión inquebrantable. Supongamos que un grupo de hombres llegue a la orilla de un río y pretenda improvisar un puente para poder llegar a la otra orilla. Si esos hombres permanecen indecisos con respecto al mejor lugar para colocar el puente y se demoran indefinidamente para llegar a una conclusión, el día acabará antes de que inicien el trabajo. Deben comprender que lo importante es no perder demasiado tiempo para elegir el lugar y comenzar la ejecución del trabajo con actitud decidida. Necesitan comprender, que solamente la decisión, los llevará a ejecutar el trabajo de colocar el puente que los conducirá a la otra orilla del río. Y, una vez que hayan tomado la decisión, colocado el puente y pasado a la otra orilla, no deben mirar hacia atrás, pensando que tal vez hubiese sido mejor no atravesar el río. Esto se aplica, también, a muchas circunstancias con las cuales enfrentamos a lo largo de nuestra jornada de la vida. U. vez que hayamos atravesado el puente, es decir, toma una importante decisión, no podemos quedar con tentación de volver hacia atrás, dominados por un repentino temor de seguir adelante. Debemos, tener el valor suficiente para destruir el puente que acabamos de atravesar, para evitar que cedamos a la tentación de volver atrás. En otras palabras, no debemos dejar preparado un camino para fuga "en caso de arrepentimos por la decisión tomada", fundamental, que tengamos la conciencia de que, una v tomada la decisión, debemos únicamente seguir adelanten Muchas veces, la indecisión y la duda son más pe judiciales o peligrosas que un avance impetuoso. Segú testimonios de personas que vivieron experiencias de corrí bate en los campos de batalla, la probabilidad de que los
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soldados sean alcanzados por proyectiles enemigos, es mayor cuando ellos se ven en desventaja y permanece/ vacilantes, que cuando avanzan con determinación. Sola mente, cuando cerramos deliberadamente todos los caminos, de retroceso o fuga es que podemos concentrar todas nuestras fuerzas en aquello que decidimos realizar. Para mostrar, cuánta fuerza puede exteriorizar una persona cuando se concentra en un solo objetivo, voy a citar el caso de un parapléjico que logró salvarse con sus propias fuerzas/, en ocasión del gran terremoto ocurrido en el Japón, en la? región de Kanto, en el año de 1923. Cuando las paredes de su casa caían parcialmente y el fuego comenzó a esparcirse por su cuarto, ese hombre, que hasta entonces era incapaz de andar, repentinamente salió corriendo de la casa en llamas, sin que nadie lo auxilie. Este hecho parece un milagro, pero no es tan difícil de explicar: mientras aquel hombre tenía en quien apoyarse, su Vida estaba parcialmente adormecida y no era capaz de emplear todas sus fuerzas para curar la parálisis de su cuerpo. Pero, en el momento en que se sintió amenazado de morir quemado y comprendió que, para escapar, tenía que levantarse y correr, la Vida despertó completamente en su interior y se concentró totalmente en el sentido de lograr que su cuerpo se moviese. Y, así, el hombre consiguió levantarse y salir corriendo sin la ayuda de nadie. Este caso nos muestra, cuán grande es el poder de la verdadera fuerza de voluntad y determinación. Pueden curar hasta las enfermedades consideradas incurables y volver posible lo que parece imposible. Aquél que sabe que "nada es imposible ante la verdadera fuerza de voluntad y determinación inalterable", no duda ni permanece indeciso. ¡Ay, de los que dejan que se infiltren en su sangre los nocivos "virus" de la indecisión y de la duda!, pues esos "virus" consumen la juventud y el vigor del espíritu, roban la salud y la belleza del cuerpo, y terminan por destruir la fuerza vital indispensable para la exteriorización de grandes talentos. ¡Jóvenes! ¡No dejen para mañana lo que pueden hacer hoy! ¡Tomen la decisión ahora mismo! Sepan que genio es aquél que pone inmediatamente en práctica las buenas ideas que le vienen a la mente.
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Reafirmen, diariamente, su decisión de poner en práctica las buenas ideas. Deben ejercitar su "capacidad de decisión" y su "fuerza de voluntad" e ir eliminando el mal hábito de ser indecisos. El día que consigan ser capaces de tomar decisiones rápidas y acertadas ante cualquier circunstancia, concientizarán que tienen en sus manos el triunfo para dirigir libremente su destino, como dueños de los mismos y de los acontecimientos. He enfatizado bastante la necesidad de ser decidido, pero no estoy, en absoluto, estimulándolos a juzgar las cosas de manera precipitada. Como ya dije anteriormente, la reflexión es necesaria y la decisión final sólo debe ser tomada después de analizar todos los datos del asunto. Sin embargo, es primordial, que la decisión tomada esté orientada también por la intuición. Puede ser que, en un principio, la intuición les falle y se equivoquen en el juicio. Pero, con el "entrenamiento" repetido podrán perfeccionar, su "capacidad intuitiva", al grado de poder juzgar correctamente las cosas, aun cuando tengan que basarse únicamente en su primera impresión. Consecuentemente, se volverán capaces de tomar decisiones rápidas y acertadas y pasarán, inmediatamente a la acción, cada vez que tengan que resolver casos importantes en sus vidas. Aquél que, bajo ninguna circunstancia, tiene el valor» de tomar la decisión para actuar, tales como muchas personas que fueron víctimas de la violenta erupción en el monte Pelée, acabará siempre "tomando las peores cartas". Para alcanzar el éxito en esta vida, no necesitamos ser personas de múltiples talentos. Basta, que tengamos talento para una determinada materia. Pero, lamentablemente, la mayoría de las escuelas consideran "buenos" solamente a los alumnos que sacan buenas notas en todas las materias. Los alumnos con "características de genios", que demuestran un talento extraordinario en una determinada materia, pero son malos en las demás, generalmente son considerados "malos alumnos". Se cuenta que, en su infancia, el gran inventor Thomas A. Edison, fue expulsado de una escuela, donde fue considerado un pésimo alumno, pues sacaba notas bajas en casi todas las asignaturas.
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Existen muchas personas que, así como Edison, no eran alumnos "brillantes" en su tiempo de estudiantes, pero que, más tarde, pasaron a mostrar una gran capacidad y talento en sus respectivos campos de actividad. ¿Por qué será que esas personas pudieron destacarse de los demás en sus carreras profesionales? Es porque estando conscientes de no ser poseedoras de múltiples talentos, buscaron fijar como única meta aquello hacia lo cual sentían mayor inclinación y avanzaron lenta pero, incansablemente en esa dirección, como aquella tortuga de la fábula, que apostó una carrera contra una liebre y acabó ganando gracias a su empeño y perseverancia. Las personas "multitalentosas", que confían demasiado en su superioridad y no se empeñan seriamente en alcanzar sus objetivos, frecuentemente, terminan siendo dejadas atrás por personas menos talentosas, exactamente como ocurrió con aquella liebre veloz que, confiando demasiado en su ventaja sobre el adversario, resolvió descansar (dormir) un poco, en medio del camino, y terminó siendo vencida por la lenta pero perseverante tortuga. En esencia, ningún ser humano es incapaz o deficiente. Es verdad, que son pocos los dotados de múltiples talentos; pero, todos nosotros sin excepción, tenemos algún don que recibimos de Dios. Desafortunadamente, muchos padres y maestros no comprenden eso y califican de imbéciles e incapaces a los niños que no consiguen sacar buenas notas en las materias escolares. Los niños tratados de esa manera, terminan perdiendo la autoconfianza y pasan a creer que no poseen talento para nada. Si alguno de Uds.; creció en tales circunstancias y hasta hoy está convencido de que es una persona mediocre, trate de abandonar inmediatamente ese pensamiento erróneo. Crea que puede ser ¡Un gran científico o inventor, como Thomas A. Edison o ¡un gran músico como Beethoven! Basta creer que tiene un don para algo, descubrir cuál es ese don y empeñarse seriamente en desenvolverlo. No deben lamentar el hecho de no poder destacar en todos los campos de actividad. En lugar de desperdicia sus energías tratando de sobresalir en todas las actividades, ¡concéntrense únicamente en aquello para lo cual tienen talento!, con la firme determinación de realizar una obra de gran valor. Las personas que no
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poseen múltiples talentos* no corren el riesgo de desperdiciar su "fuerza vital", envolviéndose superficialmente en diversas actividades, al mismo tiempo, pues logran concentrar su fuerza vital en una sola actividad con mayor facilidad que las personas "multitalentosas". Salvo excepciones como Miguel Ángel, la mayoría de los grandes genios de la Historia, sean artistas, científicos, etc., alcanzaron fama por sus realizaciones en un área específica de actividad, aunque hayan sido dotados de muchos otros talentos. De ahí, podemos extraer que, si una persona desea alcanzar verdadero éxito en esta vida, tendrá que concentrarse en una sola actividad, aunque tenga talento para muchas cosas. Llegamos entonces, a la conclusión de que, la mayoría de las veces, las personas dotadas de un solo talento están en mejores condiciones de alcanzar el éxito final, que las personas dotadas de muchos talentos, pues, no corren el riesgo de permanecer indecisas, sin saber "por cuál de los dones optar" y como consecuencia de esto, pueden concentrarse más fácilmente en aquello para lo cual tienen inclinación. ¡Aunque se les considere, personas sin grandes talentos, no se desanimen!. Elijan una actividad que les gustaría ejercer y dedíquense a ella de cuerpo y alma, con el firme propósito de alcanzar el éxito final. La dedicación total, la paciencia, la perseverancia, la inalterable decisión de alcanzar la meta final, el conjunto de todo eso en sí, es una fuerza creadora. Cuando existe en nosotros, una inquebrantable fuerza de voluntad, no sólo desarrollamos naturalmente la capacidad necesaria para realizar nuestro objetivo, sino, también, atraemos hacia nosotros situaciones, cosas y personas que nos ayudarán a alcanzar el éxito. Sepan que la firme determinación es como un poderoso imán. Aquel que posee la determinación inquebrantable de realizar un trabajo con éxito puede considerarse victorioso a partir del momento en que inicie la tarea. Ante esa firme determinación, sus opositores pierden las fuerzas y terminan retrocediendo; y, por otro lado, las personas que le rodean pasan a apoyarlo cada vez más, confiando en su éxito. Ese voto de confianza le aumenta aún más el ánimo, se refleja favorablemente en su
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trabajo y le permite alcanzar un pleno éxito. La determinación inquebrantable tiene el poder de silenciar las duras críticas y suscitar palabras de estímulo y admiración. Y cuando una persona cuenta con el estímulo y la admiración de los demás, logra realizar con perfección su trabajo. Todo y cualquier obstáculo deja de existir ante aquel que avanza con determinación, confiando plenamente en, éxito. No tema tropiezos ni caídas. En su corazón existe únicamente, una inquebrantable determinación de alear su objetivo. Y, tan fuerte es esa determinación, que se a sí mismo, alcanzando la meta final. Por eso, sean cual sean las dificultades que tenga que enfrentar, no las vea como obstáculos y conseguirá encontrar miles de medios para resolverlas. Avance con pasos firmes sin nunca retroceder. Si surge una montaña a su frente, traspásela; se encuentra con un valle, atraviéselo; si llega a la orilla de un río, encuentre un medio para pasar al otro lado, en fin; que nada impida su marcha. Sin ningún pensamiento negativo que nuble su mente, avance sin cesar, movido únicamente por su firme determinación. En este mundo existen personas que fracasan a pesar de ser talentosas y otras que alcanzan el éxito a pesar no poseer grandes talentos. ¿Por qué será? Esto ocurre porque, frecuentemente, las personas talentosas, cuentan demasiado con sus talentos y no se concentran seriamente en aquello que hacen, mientras que las personas poco talentosas, movidas por la firme determinación de vencer, se empeñan de cuerpo y alma en la realización de sus objetivos, sin dejarse influenciar por las opiniones ajenas. Muchas de las personas que alcanzan el éxito en sus respectivas actividades profesionales, son aquellas que vencieron con sus propios esfuerzos. Sin duda, las personas que buscan vencer con sus propias fuerzas, enfrentan muchas dificultades. Pero, cuántas más dificultades enfrentan, mayor será la exteriorización de la fuerza infinita que se encuentra oculta en su interior. Quien no lucha contra las dificultades no consigue desarrollar su fuerza y su capacidad. Estas, aumentan en la misma proporción que las dificultades enfrentadas.
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Aunque hayamos sido criados en un hogar pobre y no hayamos tenido la oportunidad de recibir una buena educación escolar, no debemos lamentarnos. Es cierto que una buena educación escolar ayuda al hombre a desarrollar más fácilmente su capacidad. Pero también es verdad, que las personas que tienen y tuvieron siempre todo a su favor no logran adquirir esa autoconfianza, ni la fortaleza de ánimo que caracterizan a las personas que vencieron en la vida superando todo tipo de dificultades y obstáculos. Recuerden que: Los árboles cultivados artificialmente, son delicados y frágiles pero, los que crecen enfrentando climas adversos son resistentes.
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CAPITULO XV GOBIERNE UD. MISMO SU "REINO MENTAL" Pascal, gran científico y pensador francés (1623-1662), dijo: "Aquél que, influenciado por el poder de las palabras negativas, se juzga a sí mismo tonto, sólo porque alguien le dijo eso, terminará convirtiéndose realmente en un tonto". Esto es verdad, así como es verdad que "aquél que cree en su propia capacidad será realmente capaz". Muchas personas no consiguen corregir sus fallas porque se quedan pensando en el error cometido, lo que equivale a reforzar el poder de las palabras negativas formuladas por la mente. Las fallas imaginadas, diseñadas o grabadas varias veces en la mente del hombre, se infiltran profundamente en su subconsciente y, con el pasar del tiempo, se vuelven difíciles de corregir. Supongamos que, un empleado cometa un error y sea reprendido por su superior de la siguiente manera: "¡Eres un tonto!". El empleado queda deprimido y piensa: "Tiene razón. Soy un tonto..." Y como no puede librarse de esa idea, se vuelve cada vez más inseguro e ineficiente y termina cometiendo errores peores que los de antes. Debemos, saber que es imposible volvernos "sabios" manteniendo en la mente la idea de nuestra propia "incapacidad y estupidez", de la misma forma como es imposible llegar a un punto en dirección oeste, caminando rumbo al este. No podremos librarnos de nuestros defectos, si pensamos en ellos constantemente. Naturalmente, es necesario que tomemos conocimiento de nuestros propios defectos, a través de un honesto autoanálisis. Pero, ¡Una vez descubiertos los defectos, no debemos aferramos a ellos, sino mentalizar firmemente, las cualidades que se oponen a esos defectos!. Y, así, podremos librarnos de nuestros defectos. Por ejemplo, si nos analizamos honestamente y descubrimos que somos "perezosos", no debemos pensar todo el tiempo: ¡"Soy perezoso...!". Así, nunca podremos libramos de ese mal hábito llamado "pereza". Si queremos realmente
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dejar de ser "perezosos", debemos mentalizar constantemente: "Yo soy trabajador, yo soy trabajador...". La idea es la "fuerza motriz" que hace posible la realización de todas las cosas. Así, cuando la idea de que "somos trabajadores" se infiltra profundamente en nuestro subconsciente, ésta pasa a actuar en el sentido de hacer que nos volvamos realmente trabajadores. Si, por equivocación, ingerimos un veneno, el médico nos administra inmediatamente un antídoto que neutralice los efectos de ese tóxico. Del mismo modo, si estamos "intoxicados" por el mal llamado "pereza", debemos "tomar rápidamente un antídoto", en vez de agravar nuestro estado, meditando la idea: "Soy sólo un perezoso". El mejor "antídoto" para borrar la idea: "Soy perezoso" es, sin duda alguna, la idea: "Soy trabajador". Si una chispa de fuego, cayese en un recipiente conteniendo óleo y provocase un incendio, nadie cometería la estupidez de tratar de apagar el fuego echándole más óleo. Todos saben, que el fuego sólo puede ser apagado echándole otro elemento que neutralice sus efectos. Lo mismo sucede con nuestras "ideas". Si estamos sufriendo los efectos de una "idea negativa", debemos librarnos de ella haciendo nacer en nuestra mente una "idea opuesta", o sea, una "idea positiva". Pascal dijo, también, lo siguiente: "La dignidad del hombre está en su capacidad de pensar. Y, tiene el deber de pensar de manera correcta". Frecuentemente, pensamos en cosas negativas, a pesar de desear ser mejores de lo que somos ahora. Necesitamos comprender que "pensando en cosas negativas nos ocurrirán cosas malas". El hombre jamás podrá ser realmente feliz, mientras no aprenda a pensar correctamente. Es fundamental que todos tomemos conciencia de la naturaleza sublime del hombre y pensemos en su dignidad, su felicidad y su grandeza. Pero, lamentablemente, son muchas las personas que consideran al hombre como una insignificante "partícula de moho, surgida en la faz de la Tierra", un "animal pensante", un ser sujeto a toda especie de desgracias y enfermedades. Y, con esos pensamientos negativos, se han colocado a sí mismas en un triste estado de degradación. Es primordial que salgan, inmediatamente, de esa degradación, de esa
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miseria. En primer lugar, visualice la grandiosidad del hombre, su dignidad y su naturaleza sublime y crea firmemente que el hombre, siendo hijo de Dios, es dueño de una gran fuerza y salud perfecta, que no disminuyen ni desaparecen bajo ninguna circunstancia. Sepa que la falta de salud es el mayor obstáculo para la manifestación de todas las grandes potencialidades del hombre en esta vida y que un estado enfermizo es siempre el reflejo de pensamientos y sentimientos negativos. Todas las células y todos los órganos del cuerpo humano son susceptibles a la influencia de la mente. Por lo tanto, debe siempre, examinar su mente y descubrir qué tipo de pensamientos ella guarda. Si está repleta de optimismo, paz, bondad, armonía y Amor al prójimo, puede estar seguro de que todo eso constituirá la base de su salud física y, también, de su éxito. Si, por el contrario, su mente está llena de pensamientos negativos, se sentirá siempre afligido o irritado y su salud será grandemente perjudicada!. De todos los pensamientos negativos, uno de los peores es el egoísmo. Nada es más perjudicial para la salud. Ya que el egoísta, se ama solamente a sí mismo y considera al resto de la humanidad como enemigos, está siempre tenso, pronto para defenderse. Con tal actitud mental, jamás conseguirán tener una relación humana afectuosa y armoniosa; por lo; tanto, se perjudica más a sí mismo que a los demás. ¡Mantener pensamientos negativos, es lo mismo que agredirse constantemente uno mismo!. Si viésemos a un individuo que se agrede a sí mismo con su propia arma, diríamos que es un loco. Sin embargo, la verdad es que en este mundo existen muchas personas cuyo comportamiento se asemeja al de ese loco. Necesitamos, pues, estar siempre atentos a nuestros pensamientos, para no caer en la locura de agredirnos con nuestras propias armas, o sea, de perjudicarnos a nosotros mismos con nuestros pensamientos negativos. Sepamos, que el hombre, como hijo de Dios, viene a este mundo con la misión de mantener los pensamientos correctos y positivos, de modo que, pueda manifestar siempre buena salud y progresar cada vez más. Todos sabemos, por experiencia propia, que cuando nuestra mente se deprime y se
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entristece, dejamos de llevar una vida ordenada en todos los sentidos, vemos el mundo como una "muralla" de oscuridad que nos oprime y terminamos con la salud debilitada. Los sentimientos y pensamientos desarmoniosos, tales como la ira, el miedo, la aflicción, la irritación, etc., contribuyen en gran medida a volver deficientes nuestras funciones fisiológicas. Citemos algunos ejemplos: la tristeza prolongada, frecuentemente es la causa del cáncer al estómago o del reumatismo, conforme ya fue comprobado por numerosas personas; el estado espiritual negativo de la madre, influye en la cantidad y calidad de la leche y, consecuentemente, provoca varios tipos de enfermedades en el bebé; la presencia constante de pensamientos egoístas, celos, sospechas, etc., puede provocar enfermedades crónicas en el aparato digestivo o graves disturbios en el hígado; las constantes y exageradas preocupaciones por el futuro provocan, a veces, entorpecimiento en alguna parte del cuerpo (ese entorpecimiento no es nada más que la manifestación del deseo de olvidar el miedo ante la inseguridad del futuro); la explosión de ira altera fuertemente los nervios y, a veces, causa el derrame cerebral o la enfermedad de Parkinson. En los hogares, donde los integrantes de la familia viven peleando entre sí, no cesan las enfermedades. También, podemos decir que, los conflictos y los miedos son los peores enemigos de la humanidad, pues, causan todo tipo de infelicidades, desastres y enfermedades. Cualquiera, que sea el pensamiento o sentimiento negativo que tengamos, siempre deja nítidas marcas en nuestro cuerpo. No sería exagerado decir, por ejemplo, que "cada vez que nos enojamos, aumenta el número de arrugas en nuestro rostro". Además, los sentimientos negativos, ásperos y desagradables, no sólo marcan nuestro rostro con feas arrugas, sino que también deforman nuestro carácter y hacen que nos volvamos más susceptibles de tener "pensamientos de desarmonía". En el Budismo, se le da a eso el nombre de "manifestación de los karmas". Si dejamos que surja en nuestra mente cualquier pensamiento vil, despreciable o perverso, éste quedará grabado en nuestro carácter y tendremos que sufrir sus consecuencias durante mucho tiempo. El surgimiento
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momentáneo de pensamientos y sentimientos negativos o la explosión repentina de emociones violentas son cargas que dejan alguna marca en nosotros. Hay diferentes actitudes mentales que se pueden tomar en una misma circunstancia o en un mismo incidente: podemos encolerizamos, podemos soportar pacientemente, o, podemos aceptar todo con espíritu de gratitud. Nuestra actitud mental ante cada circunstancia irá moldeando nuestro carácter, y éste a su vez, determinará nuestro destino futuro. Existieron muchos casos de jóvenes empresarios o jóvenes profesionales que tenían un futuro prometedor; pero, terminaron destruyendo su propio destino, por haber explotado en cólera cuando debían haberse controlado. Podemos decir, que las personas que tienen frecuentes "explosiones" de cólera se alejan, por sí mismas, de la felicidad. Para que nuestros negocios prosperen, es fundamental, que el ambiente en el cual trabajamos, esté repleto de "atmósfera de prosperidad". Si nuestra oficina o nuestra tienda están impregnadas de una "atmósfera de ira", no podremos atraer buenos clientes, pues la "ira", siendo una vibración mental negativa, impide su aproximación. Entre las "fallas de carácter" del hombre, una de las peores es el "hábito de buscar defectos en los demás". Las personas que son así, no están contentas hasta no descubrir algún defecto en los demás y no difundir eso a los cuatro vientos. Es evidente, que un empresario con tal falla, de carácter no podrá contar con fieles colaboradores en el momento de realizar algún emprendimiento. Hasta, los más antiguos y dedicados empleados terminarán abandonándolo y censurándolo. Esto ocurre porque, de acuerdo a la ley mental, "cada persona recibe con la misma moneda con que paga". Debemos, combatir y eliminar definitivamente no sólo el "hábito de señalar los defectos ajenos" sino, también, todos los demás "malos hábitos mentales". Según, las enseñanzas de Cristo, los enemigos del hombre están dentro de él mismo, bajo la forma de "pensamientos y sentimientos negativos". El verdadero valiente (victorioso), es aquél que logra dominarlos con su propia fuerza de voluntad.
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Debemos tratar siempre de combatir y eliminar los "malos hábitos mentales", tales como: temer, entristecerse, enojarse por cualquier cosa, odiar a los otros, guardar rencor, tener envidia, maldecir, señalar los defectos ajenos y hacer comentarios maliciosos, afligirse ante la menor señal de cualquier incidente indeseable, pensar indefinidamente sobre los hechos ya consumados, etc., etc. No debemos dejamos dominar por esos pensamientos y sentimientos negativos, sino combatirlos para ser verdaderos victoriosos. Uds. necesitan preparar su mente para que ella se vuelva capaz de dirigirse inmediatamente hacia la "luz", o sea, hacia el lado positivo, siempre que estuviesen prestos a adquirir malos hábitos, siempre que estuviesen prestos a tener pensamientos negativos. Si permanecen, meditando pensamientos negativos, éstos aumentarán y también aumentará la mala influencia sobre Uds. Por lo tanto, aunque ocurran cosas desagradables, no deben ver esos acontecimientos con los "ojos de la mente". En otras palabras, deben evitar que esos acontecimientos desagradables se queden grabados en su mente. Para ello, deben mentalizar así: "Ese acontecimiento desagradable, no es real. En el mundo perfecto creado por Dios, es imposible que existan cosas desagradables. Esta mala situación, manifestada en este momento es, en verdad, el prenuncio de algún buen acontecimiento que mejorará aún más mi destino. Creo firmemente que nada malo ocurrirá". A través de esa mentalización, deben transformar el acontecimiento infeliz, en "oportunidad" para volver más feliz y luminoso el futuro. Lo esencial, es expulsar de la mente el temor de que puedan ocurrir cosas malas. ¡Descubran siempre el lado positivo de las cosas, vean la luz y la esperanza en cualquier situación y mantengan sus corazones repletos de valor!. Las tinieblas jamás conseguirán aproximarse a una mente luminosa, o sea, a una mente repleta de pensamientos positivos. Estando siempre con la mente repleta de luz, de alegría, de pensamientos pacíficos y armónicos, con certeza, conseguirán impedir la aproximación de cualquier infelicidad, infortunio o enfermedad.
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Los sentimientos negativos, como el miedo, la ansiedad, la tristeza, el temor de los acontecimientos futuros, el odio, la ira, etc., sólo desgastan nuestra energía vital. Corroen nuestra alma y terminan con nuestra energía vital, de la misma forma que los virus de las epidemias corroen el cuerpo carnal y roban su vigor. Aquél que es incapaz de controlar su propia mente y que se deja dominar por pensamientos y sentimientos negativos, está haciendo lo mismo que permitir la invasión de grupos enemigos en sus territorios, dejando que saqueen y devasten todo lo que allí encuentren. Es una especie de esclavo, pues se rindió a sus enemigos (pensamientos y sentimientos negativos) y perdió su libertad. Debemos estar siempre atentos para no caer en ese error. Necesitamos ser capaces de alterar libremente nuestro "estado espiritual". Aquél, que se deja llevar por su propio "estado espiritual", desanimado y sólo resuelve realizar algo "cuando se siente dispuesto" a eso, no es dueño de sí mismo, no pasa de ser un esclavo siempre a merced de su "estado espiritual". Debemos, controlar libremente nuestro "estado espiritual", a fin de sentirnos siempre alegres y felices. Para eso, lo primero que debemos hacer es expulsar todos los pensamientos y sentimientos negativos, mentalizando con firme convicción: "Yo estoy vivo, aquí y ahora, porque el Creador me envió a este mundo con la misión de realizar una obra maravillosa. Mi corazón está libre de cualquier miedo o preocupación, pues Dios está siempre conmigo. Sé que Él crea sólo cosas buenas y jamás crea cosas malas que causen temor o preocupaciones. Habiendo recibido de Dios mi misión, sigo adelante, impregnado de la fuerza de Dios. Y no existe nada que pueda detener mi marcha". Para finalizar, vuelvo a decir: solamente, aquél que es capaz de controlarse a sí mismo (a su propia mente), consigue ser un verdadero victorioso. El ambiente que rodea al hombre es el reflejo de su propia mente. Porque solamente, aquél que es capaz de controlar su mente, puede dominar el ambiente que le rodea.
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CAPITULO XVI PONGA EN PRACTICA AQUELLO QUE DISEÑO EN LA MENTE NUEVAMENTE SOBRE LA NECESIDAD DE SOÑAR El alma del ser humano se vuelve árida, cuando no tiene un ideal. "Soñar" es la manera por la cual el hombre busca exteriorizar libremente su "contenido infinito", ultrapasando las barreras de tiempo y espacio. Aquí, no me refiero a lo que soñamos cuando dormimos; hablo de la imaginación de las cosas que deseamos realizar. En este mundo, nuestra alma no goza de total libertad, porque está confinada en el tiempo y en el espacio. Pero, existe en nosotros, el deseo de romper esa barrera y manifestar en el "mundo de las formas", el mayor número posible de atributos y cualidades de nuestra Imagen Verdadera, infinitamente perfecta y rica. "Soñar" es delinear "esbozos" o "proyectos" para la manifestación de esas cualidades. Todas las cosas del Universo, se manifiestan a través del "pensamiento". Así, cuando soñamos con algo y diseñamos mentalmente o su "esbozo", o su "proyecto", etc., eso pasa a constituir una fuerza propulsora que nos lleva a actuar para concretizarlo en el plano fenoménico. Entre todos los "sueños", o sea, entre todas las cosas que "diseñamos" en la mente, lo fundamental, es la "visión del hombre como hijo de Dios". Es, a partir de este "sueño", que todo se concretiza en este mundo. "Concientizar que somos hijos de Dios", es comprender que somos uno con Dios y que de Él proviene toda nuestra fuerza y capacidad. Esa concientización es semejante a la que Jesucristo expuso así: "Las palabras que yo os digo no las hablo por mismo; sino es el Padre que mora en mí, que hace las obras". (Juan 14, 10). La idea errónea de que "somos pobres criaturas distantes de Dios" interrumpe nuestra comunicación con Dios, la fuente de la fuerza infinita y hace que nos
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volvamos seres débiles e insignificantes. La característica de la "doctrina del optimismo", predicada por Seicho-No-Ie, es; reconocer al hombre como hijo de Dios y en afirmar que Dios está presente dentro de cada individuo, constituyendo su "naturaleza verdadera", o sea, su "naturaleza divina". Esta doctrina, es muy distinta de las predicadas hasta hoy por las diversas sectas religiosas, según las cuales "Dios está allá en lo alto, en el distante Reino Celestial, adonde el hombre no puede aproximársele, porque no pasa de ser una criatura llena de pecados". La concientización de nuestra naturaleza divina nos conduce a la realización del más grandioso de todos los sueños pues, no sólo nos hace comprender que el "hombre, aunque parezca mortal es, en verdad, un ser eterno, indestructible"; sino que, también, nos permite manifestar concretamente, aquí y ahora, la fuerza ilimitada recibida de Dios. Cuando alcanzamos esa conciencia, el "infierno" manifestado aquí en la tierra se transforma inmediatamente en paraíso. En otras palabras, pasamos a gozar de perfecta salud, obtenemos abundantes bienes materiales, conseguimos vivir en perfecta armonía con todo lo que nos rodea, en fin; pasamos a vivir realmente en un mundo repleto de felicidades. "El reino de Dios no vendrá con advertencia. Ni dirán: Helo aquí, o helo allí, porque el reino de Dios está dentro de vosotros" (Lucas 17, 20-21). Como está claro en estas palabras de Cristo, el Reino de Dios no es visible a los ojos carnales; pero se manifiesta en este mundo fenoménico, exactamente como nosotros lo concebimos en la mente. ¿Cómo podemos concretizar el Reino de Dios aquí en la Tierra? O, en otras palabras, ¿dónde está el camino que nos lleva al Reino de Dios?. Con respecto a eso, Cristo dijo: "Yo soy el camino". Por lo tanto, para entrar al Reino de Dios, necesitamos descubrir, primero, dónde está Cristo. Él es el "camino". Él dijo: "En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera dicho, porque voy a preparaos el lugar. Y si me fuera y os preparase un lugar, vendré otra vez, y os llevaré hasta mí, para que donde yo esté, vosotros también estéis. (Juan 14, 2-3). Esto quiere decir que: siguiendo a Cristo, llegaremos a la "Casa del Padre", o sea, al
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Reino de Dios. Cuando, Jesús dijo a sus apóstoles que les iría a "preparar un lugar" y los "llevaría consigo", Tomás replicó: "Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo, pues, podemos saber el camino?" (Juan 14, 5). Entonces, Jesús respondió: "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14, 6). "Ir al Padre" quiere decir "ir junto al Padre"; y "junto al Padre" significa "Reino de Dios" o "Reino de los Cielos". Para alcanzar el Reino de los Cielos y llegar al Padre, necesitamos saber que Cristo es el camino y seguir sus pasos; necesitamos saber que Cristo es la Vida y vivir plenamente, aquí y ahora, la Vida que de Él recibimos; necesitamos saber que Cristo es la Verdad, o sea, que únicamente Cristo es la Realidad verdadera y debemos, mejor aún, tenemos que verlo en todas partes. Verdad significa Realidad verdadera; ya que, solamente la Realidad verdadera existe verdaderamente, debemos decir que todo cuanto existe es manifestación de Cristo. Así, el camino para llegar al reino de Dios es el camino de Jesucristo. Debemos, pues, seguir el camino de Cristo, viendo en todas partes la Vida del Cristo, la Verdad de Cristo, o sea, su Imagen Verdadera. Sin embargo, no sólo Tomás, sino también Felipe, ¡¡ no consiguieron entender dónde queda el Reino de Dios, al pesar de las palabras que Jesucristo les dijo!!. Por eso dijeron: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta" (Juan 14, 8). Naturalmente, ellos se referían a Dios. Reino del Dios es el lugar donde Dios se encuentra. Sabiendo donde Dios se encuentra, ellos sabrían dónde queda el Reino de Dios. Respondiendo, Jesús dijo: "Felipe, ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me habéis conocido?. El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Juan 14, 9). Y dijo también: "Creédme que yo estoy en el Padre y el Padre en mí; a lo menos, creedlo por las obras. En verdad, en verdad os digo, que aquél que cree en mí, hará también las obras que yo hago y aún mayores las hará" (Juan 14, 11-12). Sólo entonces, Tomás y Felipe, comprendieron que Dios estaba allí mismo, delante de ellos, en la persona de Jesucristo. Y ahora, ¿dónde está Cristo?. En los versículos 18 al 20, del capítulo 14 del Evangelio
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de San Juan, leemos las siguientes palabras de Cristo: "No os dejaré huérfanos, vendré a vosotros. Falta un poco y el mundo ya no me verá; pero, vosotros me veréis; porque yo vivo y vosotros también viviréis. En aquel día, conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. Como podemos comprender por estas palabras, Cristo está dentro de cada uno de nosotros, aunque haya "desaparecido" a los ojos carnales de la humanidad. Así, si queremos ver al Padre, basta ver a Cristo, y si queremos ver a Cristo, basta concientizarnos de la Vida que palpita en nosotros, pues, conforme Él mismo dijo (Yo soy la Vida...), CRISTO ESTÁ DENTRO DE NOSOTROS, COMO "NUESTRA VIDA". CONOCER ESTA VERDAD ES CONOCER EL CAMINO QUE CONDUCE AL REINO DE DIOS. Conforme vimos en el trecho de la Biblia citado anteriormente, Cristo dijo: "En verdad, en verdad os digo que aquél que cree en mí, también hará las obras que yo hago, y mayores que éstas las hará...". (Juan 14, 12). Por lo tanto, cuando el hombre concientice que la Imagen Verdadera de su vida es el propio Cristo que está dentro de él, no le será imposible realizar milagros mayores que los realizados por Cristo. Y esto es un gran sueño que podemos realizar. El Reino de Dios es un mundo donde todas las personas conviven en perfecta armonía, auxiliándose unos a otros con Amor y dedicación, cada cual en su "lugar específico" correspondiente en esta vida. Ese Reino, ese mundo perfecto, existe aquí y ahora; pero, no lo podemos ver con nuestros ojos carnales. Tal como las ondas de radio o televisión, él existe aunque sea invisible a nuestros ojos. Y para que podamos ver su aspecto maravilloso concretándose en el mundo presente, basta que sintonicemos nuestro aparato receptor llamado "mente". "Soñar", es diseñar mentalmente cosas invisibles a los ojos carnales, creyendo con firmeza en su existencia. Eso significa "sintonizar con esas cosas". "Soñar" con el Reino de Dios es por lo tanto, sintonizar con el aparato receptor llamado "mente" y recibir sus trasmisiones. El Reino de Dios, con toda su belleza, encanto y abundancia, existe realmente aquí y ahora, dentro de nosotros mismos. Pero, mientras cada uno de nosotros no sintonice con la frecuencia del Reino de Dios, él no se manifestará
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concretamente de modo que podamos verlo con nuestros ojos y oírlo con nuestros oídos. Necesitamos, pues, emitir constantemente vibraciones mentales que sintonicen con Dios. Como Dios es Amor debemos emitir siempre vibraciones mentales de Amor, como Dios es Sabiduría Infinita, debemos mentalizar constantemente que esta misma sabiduría existe dentro nosotros, pues de este modo, emitiremos vibraciones mentales que nos permitirán recibir realmente esa sabiduría. Querido lector, crea siempre que está junto a Dios. Aun cuando camine por las calles, mentalice: "Estoy caminando con Dios", "Estoy caminado con la Sabiduría de Dios' Mentalizando así, estará alimentando un gran sueño, pues no hay sueño mayor que el de realizar la infinita Sabiduría de Dios. Incluso, cuando surjan grandes dificultades en su vida, mantengan siempre la serenidad y cerrando los ojos por unos minutos, mentalice: "Dios está dentro de mí y sé que Él solucionará este problema". Después de repetir varias veces esa mentalización, confíe a Dios la solución de ese problema. Él, jamás dejará de atender su pedido. No piense que Dios está muy lejos. Es fundamental, que concientice que Dios está siempre junto a Ud. Si vive con la seguridad de que Dios existe en su interior, todos los problemas resolverán con la mayor facilidad. Debe, pues, profundizar cada vez más la conciencia de la presencia de Dios dentro de Ud., mentalizando constantemente: "Dios está conmigo". "Soñar", es "diseñar en la mente", algo más perfecto que las cosas que existen ahora ante nosotros, en el mundo real. Y podemos decir, que eso es una especie de oración, pues "orar" es creer en la existencia de las cosas que, aún, no están manifestadas en el mundo y elevar hasta ellas nuestros pensamientos y nuestras palabras. "Soñar", equivale pues, a realizar una sincera oración. La verdadera oración no consiste en simplemente arrodillarnos frente al altar y suplicar la compasión de Dios, enumerando en tono de lástima nuestras quejas. LA VERDADERA ORACIÓN ES AQUELLA QUE SE HACE A PARTIR DE LA CONCIENCIA DE LA PRESENCIA DE DIOS Y DE SU SABIDURÍA INFINITA EN NUESTRO INTERIOR.
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Cuando nos concientizamos de la presencia de Dios y de su Sabiduría Infinita en nuestro interior, esa sabiduría nos orienta y hace que los acontecimientos se desarrollen de modo que se hagan realidad nuestros sueños, nuestros deseos, en fin, todo aquello que "diseñamos" en nuestra mente. El Budismo dice que "todo en este mundo fenoménico es transitorio". Realmente, todas
las
cosas
de
este
mundo
fenoménico
están
transformándose
constantemente. El mundo que se presenta ante nuestros ojos carnales no pasa, al final, de reflejo de las vibraciones mentales que emitimos en el pasado. En otras palabras, no pasa de materialización de las cosas que, en el pasado, diseñamos en nuestra mente. Siendo así, no podremos progresar si diseñamos en nuestra mente aferrada a los viejos sueños. No debemos apegarnos al pasado. Es primordial, "renovar" nuestros sueños, ¡crear nuevos ideales!. Solamente, los "nuevos sueños", los nuevos ideales, tienen el poder de traer de la reserva inagotable de buenas cualidades que existen en nuestro interior, aquella que aún no ha sido exteriorizada. A ese proceso de exteriorización incesante de buenas cualidades y de capacidad ilimitada que están en nosotros, se le da el nombre de "crecimiento infinito". Así, para crecer infinitamente, precisamos tener siempre nuevos sueños, nuevos ideales. A los que no tienen ningún sueño o ideal en la vida, sólo les resta el camino del rápido envejecimiento. Los jóvenes que sueñan, conservan su juventud por mucho, tiempo. Aun, las personas de mucha edad, pueden recuperar su juventud, si pasan a tener siempre nuevos sueños, nuevos ideales. PONGA EN PRÁCTICA AQUELLO QUE DISEÑÓ EN SU MENTE Una vez que idealizamos algo debemos partir a la acción. Solamente a través de la acción podemos hacer que nuestro sueño, que está solamente en el plano de la imaginación, se manifieste. Con respecto, al asunto que estamos tratando, podemos decir que, Seicho-No-Ie es filosofía realmente dinámica. Soñar, es sinónimo de "trazar proyectos para realización de nuevas cosas". Todos
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necesitamos soñar. Pero de nada sirve soñar solamente y permanecer con brazos cruzados, pues de ese modo nada se volverá realidad. La estatua de "Daikokusama", divinidad japonesa que representa la "provisión imfinita" de Dios, tiene en la mano derecha un pequeño martillo llamado "Martillo de los deseos". Según la leyenda, ese martillo tenía el poder de hacer surgir cualquier cosa, atendiendo al deseo de la persona que lo sostuviese y agitase. Era imprescindible agitarlo, pues, en caso contrario, no surgiría nada. Como sabemos, "agitar" es una acción. Sin acción de nuestra parte, nada se volverá realidad. Cristo dijo: "Golpead y se te os abrirá". Él no dijo que "la puerta se abrirá por sí sola, sin necesidad de golpear". También dijo: "Mirad que estoy a la puerta y llamo; si alguno escucha mi voz y abre la puerta, yo entraré a él" (Apocalipsis 3, 20). "Golpear a la puerta" significa acción. Sin acción de nuestra parte, Dios no se nos revelará, aunque esté aquí y ahora, junto a nosotros, de la misma forma que un aparato de radio no nos transmitirá ningún programa, si no lo prendemos. "Prender la radio" también es una acción. Cristo también dijo: "No todo el que dice: ¡Señor, Señor!, entrará en el reino de los cielos; sino el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos" (Mateo 7, 21). Esto significa, que AQUÉL QUE NO ACTÚA, NO PODRÁ REALIZAR SUS DESEOS, POR MÁS QUE RECE PARA CONSEGUIRLO. Este mundo es como un piano que produce "notas" altas o bajas, conforme las "teclas" que tocamos. Si tocamos las "teclas de notas altas", tendremos "notas" altas, y si tocamos las "teclas de notas bajas", tendremos "notas" bajas. Esto ocurre, porque cada uno de nosotros es libre de tocar cualquier "tecla", según nuestra elección. Las dificultades de esta vida son como las teclas de notas altas. Tocando diversas "teclas", inclusive las de notas altas, podremos tocar las más bellas "melodías de la vida". Por eso, no es necesario evitar las "notas altas" de las dificultades. La acción es esencial, pero cuando no está orientado por la sabiduría, tiende hacia la insensatez y termina por destruir las cosas en vez de construirlas. Por eso, es fundamental, que oremos constantemente a Dios. A continuación, citaré ejemplos
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de oraciones: "Señor, conducidme a vuestro mundo, al perfecto Mundo de la Imagen Verdadera. Haced que pueda trascender este mundo fenoménico perturbado, lleno de aflicciones, miedos, lamentaciones, asaltos y tumultos, y alcance el Mundo de la Imagen Verdadera, donde podré oír vuestra serena voz. Apartadme, Señor, de todas las agitaciones de este mundo fenoménico y envolved mi alma con vuestra Vida sumamente serena y pura". "Señor, libradme de todos los temores, llenad de paz y serenidad mi corazón. Libradme del egoísmo autocompasivo, así como de la presunción de ser mejor que los demás y llenad mi corazón con el Amor y la humildad tal como Cristo lo demostró al lavar los pies de su discípulos". "Apartad de mi mente todo y cualquier pensamiento impuro. Libradme de la sed del poder. Que yo pueda realizar todas las cosas con el propósito de manifestar vuestra gloria y no con intenciones mezquinas, ni egoístas". "Señor, haced que se manifiesten a través de mí, vuestra Sabiduría y vuestra Fuerza, grandiosas e ilimitadas; Haced que la salud perfecta, la alegría infinita, la abundancia ilimitada y el progreso infinito, existentes en el plan de la Imagen Verdadera, se manifiesten libremente, trascendiendo las barreras del tiempo y del espacio". Después de orar así, acredite de que su pedido ya fue atendido y que ya alcanzó ese elevado estado espiritual y mentalice lo siguiente, contemplando con los "ojos de la mente" su Imagen Verdadera perfecta: "En este momento, siento el Espíritu de Dios que fluye hacia mi interior, siento que Dios está presente en mí y que su perfección se manifiesta a través de mí, a cada minuto, a cada hora, en este mundo de tiempo y espacio. Siento que, en este momento, se está manifestando, en toda su perfección, la Vida infinita, el Amor infinito, la fuerza infinita y las bendiciones infinitas de Dios". "Me siento inmensamente alegre y feliz, pues el júbilo de Dios llena mi ser desbordándolo de alegría. La alegría atrae la alegría, la bondad atrae la bondad,
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y por eso se me aproximan solamente personas alegres y buenas. El mundo que yo veo, está repleto de personas alegres y felices, pues aun los deprimidos y tristes comienzan a sentirse alegres cuando se me acercan". "En este momento, estoy repleto del Amor de Dios. El Amor de Dios es un Amor incondicional. Quien tiene ese Amor en su corazón no juzga fríamente a los demás, no odia a nadie, no pelea con nadie. Jamás piensa en elevarse a sí mismo, rebajando a los demás. Dios no juzga fríamente a las personas, y yo; por estar repleto del Amor de Dios, tampoco juzgo fríamente a los demás. Ya eliminé totalmente de mí el mal hábito de señalar los defectos ajenos. Porque estoy repleto del Amor de Dios, veo solamente las cualidades de todas las personas". "En este momento, me desligué totalmente de mi pasado. El pasado ya no existe para mí. No existe más el pasado triste, ni el pasado lleno de odio. El mundo visto por los ojos de mi mente, está repleto de bendiciones, veo sólo el lado bueno de todas las personas. Por más que una persona pueda parecer mala, busco únicamente amarlo. Yo sólo veo la luz en mi camino. Dios me orienta con su Sabiduría. Y, como Dios es Luz, el camino que sigo es luminoso y me conducirá infaliblemente a la victoria y a la paz". "¡Oh! ¡Qué bello y maravilloso, es el Mundo de la Realidad creado por Dios! La alegría y la felicidad se esparcen por todas partes y cada uno de sus habitantes logra realizar todas las cosas con éxito, usando su ilimitada libertad. Ellos se aman, se elogian y se alientan unos a otros no habiendo una sola persona que odie, que se entristezca o que se lamente. Aquí es el Paraíso y Yo Soy hijo de Dios: que vive en el Paraíso". Esta oración, es sólo un ejemplo. No es necesario rezar exactamente con las mismas palabras. Basta orar y mentalizar de manera semejante, con el pensamiento totalmente concentrado. De este modo, las cosas mentalizadas terminarán siendo grabadas en su subconsciente, como se graba una canción en un disco. A través de ese "disco mental", podrá emitir buenas "vibraciones mentales", gracias a eso comenzará a manifestar a su alrededor la perfección del Mundo de la Imagen
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Verdadera. LA "LEY DE LA PROSPERIDAD" En todo existe lo que podemos llamar "marea del tiempo". Remando contra esa "marea", no se puede realizar nada con éxito. Recordemos, que la manera menos cansativa y más rápida de remar es "remando a favor de la marea". Remando de acuerdo a la "marea del tiempo", el hombre puede realizar hasta obras grandiosas que parecían imposibles de ser realizadas, sólo con su fuerza individual. El paso de una estación del año a otra, también, es una especie de "marea del tiempo". Con la llegada de la primavera, las plantas se revisten de nuevas hojas, de un lindo verde claro, que brillan en el sol; la mayoría de los árboles frutales se llenan de flores. En el verano, el color verde de las hojas se vuelve más oscuro y los ramajes de los árboles se vuelven más densos. Al terminar el verano, el color otoñal comienza a teñir algunos árboles. Aunque, la temperatura no esté debajo de los 25 grados centígrados, las hojas de algunas especies de árboles, como el "keyaki", por ejemplo, comienzan a tomar una coloración marrón-rojiza. Después del invierno, con la llegada de una nueva primavera, esos árboles comienzan a revestirse de nuevas hojas, verdes y lustrosas, aunque la temperatura todavía no pase de 15 grados centígrados. Por ahí, podemos comprender que las transformaciones que se operan en la naturaleza no se deben únicamente a los cambios de temperatura. Ante el hecho de que las hojas broten verdeantes al inicio de la primavera, a pesar de la baja temperatura, y comiencen a caer al inicio del otoño a pesar de la temperatura continuar elevada, llegamos a la conclusión de que la Naturaleza sigue lo que podemos llamar de "ritmo del tiempo". Existe un verso de la poetisa Hotoke-Gozen, que dice: "Todas las hierbas del campo germinan y mueren; ¿habrá hierbas que no mueran con la llegada del otoño?". Porque la naturaleza no se enfrenta con el otoño. ¿Habrá quien encuentre la
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primavera? Por detrás del desolado escenario otoñal, está presente la primavera que hace germinar a todas las plantas. Ya sea en el otoño, o atravesando la primavera los árboles desarrollan. Aun, cuando sus hojas caen en el otoño, ellos no están retrocediendo sino progresando. Así como el péndulo de un reloj que, después se balancea hacia la derecha, infaliblemente balancea hacia la izquierda. Todo en este mundo progresa después de un aparente retroceso. Así, después de un gran retroceso, inevitablemente vendrá un gran progreso. Las plantas como el cerezo, la glicina, la peonía, etc. se quedan sin hojas y parecéis! secas durante el invierno. Pero, continúan vivas y están almacenando vitalidad; por eso, cuando llega la primavera florecen con bellos colores. Los árboles que no pierden las hojas el año entero, nunca están cubiertos de flores. Para ellos, no hay retroceso, pero tampoco hay un gran progresar Retroceder cuando es necesario, forma parte del verdadera progreso. Por esta razón, no debemos desanimarnos ni perder las esperanzas, aun cuando la suerte nos parezca adversa y pensemos que estamos retrocediendo en lugar de progresar. Recordemos que el péndulo del reloj se balancea tanto a la izquierda como a la derecha. "A toda acción le corresponde una reacción igual y contraria", esta es una ley física. Aunque ocurra algún retroceso en nuestra vida, infaliblemente progresaremos, en la misma medida como retrocedemos. Uds. no deben asustarse, aunque su destino reciba de vez en cuando la visita del "otoño" o del "invierno". Sepan que "cuanto más riguroso es el invierno, mejor maduran los granos del trigo". Debemos, agradecer siempre al "ahora". Debemos dar lo mejor de nosotros mismos, en las circunstancias en que nos encontremos ahora, creyendo que eso constituye la base de nuestro progreso. Todas las cosas son buenas en relación al lugar y a la hora en que existen, pues, gracias a la existencia de las mismas, es que se vuelve posible la siguiente fase del desenvolvimiento. En este sentido, todas las cosas que existen ahora a nuestro alrededor y todos los hechos que están sucediendo ahora en nuestras vidas, son absolutamente imprescindibles para nosotros. Como ya dije, la acción siempre desencadena una reacción. Si odiamos a alguien,
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también seremos odiados por ese alguien; si se incuban huevos de pata, nacerán patitos; si se incuban gérmenes de odio, nacerán odios. Todo lo que existe en la "incubadora" de nuestra mente, terminará manifestándose en el mundo de las formas. "Aquél que da, recibe", ésta es una de las formas en la que se manifiesta la "Ley de la acción y reacción". Aquél que da cosas buenas, recibe cosas buenas; aquél que da cosas malas, recibe cosas malas. Las personas que están contentas porque consiguieron subir en la vida derrumbando a otros, tarde o temprano, serán también derrumbadas por otros. Uno de los mejores medios de defensa es retroceder cuando es necesario. Tal procedimiento está de total acuerdo con la Ley de la acción y reacción. Los brotes de la papa que nacen en el otoño, sin prever las heladas del invierno, están condenados a morir, porque no son dotados de aquella "capa protectora" natural, llena de pelusas, que cubre los brotes del ciruelo que esperan la llegada de la primavera para crecer. Retroceder cuando la situación no es favorable y aguardar una hora oportuna, es el mejor medio de alcanza? el verdadero desenvolvimiento. Aquél que ama, será amado. Aquél que beneficia f| los demás, será beneficiado. Las hierbas dañinas, por más¿ exuberantes que sean, están condenadas a ser arrancadas jj* tiradas afuera, porque no ofrecen ningún beneficio. Aquél que ofende a los otros, será también ofendido. Hay alguna» personas que se alaban de que esa reacción no ocurrirá con,-ellas; pero, vendrá el día en que tendrán que sufrir las consecuencias de sus actos. El hombre cosechará, fatalmente, aquello que sembró. Puede ser que la hora de la "cosecha" tarde un poco, pero llegará inevitablemente. Por eso, para tener buena cosecha, necesitamos plantar buenas semillas. No debemos pensar que ser simplemente una buena persona ya es suficiente. No debemos pertenecer al tipo de personas consideradas "buenas" simplemente porque practican el mal. Personas así, son como un péndulo de reloj roto. Un péndulo roto, no se balancea ni hacia derecha ni hacia la izquierda. Se queda simplemente parado y cumple su función de marcar los segundos, los minutos y las
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horas. Por lo tanto, deja de ser útil. Y, dejando ser útil, da igual que exista o que no exista. No sean persona cuya existencia no tenga ninguna utilidad. Lo importante es no permanecer parados. Aunque, nuestros pasos nos conduzcan en dirección equivocada, esto es mejor que estar parados, pues, por la "Ley de la acción y reacción" el movimiento hacia el lado equivocado puede desencadenar otro movimiento, pero esta vez hacia el lado correcto. Para ilustrar esto, voy a contarles la historia de dos hombres miopes que estaban esperando el ómnibus: Como ellos estaban sin lentes, no conseguían leer el letrero del ómnibus, que indicaba el destino. Uno de ellos se quedó parado mucho tiempo, con la esperanza de poder tomar el ómnibus correcto y terminó perdiendo todo el día. Pero el otro, tomó rápidamente un ómnibus cualquiera, aun sin saber a dónde iría y preguntó al cobrador si el ómnibus lo llevaría al lugar donde quería ir. El cobrador le informó que ese ómnibus iba hacia otra dirección y le explicó correctamente donde debía hacer la conexión. Así, en poco tiempo, el hombre ya estaba viajando en el ómnibus correcto. Esta historia nos muestra que la acción, aunque inicialmente no nos lleve a la dirección deseada, es mejor que la inercia. En otras palabras, muestra la importancia de tomar la iniciativa. De cualquier modo, es necesario actuar. Amar a los otros en pensamiento es el primer paso para la práctica de buenas obras. Demostrar en forma concreta ese Amor y ayudar a los demás, son los pasos siguientes, mucho mayores. Nosotros nunca debemos estar inertes. En la "mente inactiva" terminan surgiendo pensamientos negativos, de la misma forma que en un campo abandonado se esparcen hierbas dañinas. Hay un proverbio antiguo que dice: "La pereza es la madre de los vicios". Los ociosos desperdician no sólo el tiempo sino, también, su propia Vida. Cuando una persona de 50 años se jubila, comienza a envejecer rápidamente, porque pasa a llevar una vida insípida, sin nada que hacer. Para que una persona conserve el vigor físico y mental aun después de llegar a la vejez» es fundamental, que mantenga siempre el espíritu "joven", valiente y dispuesto a crecer, tal como los brotes que surgen en la primavera. Nuestra mente atrae, inevitablemente, las "vibraciones, mentales" que sintonizan
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con ella y hace que esa" vibraciones influyan poderosamente sobre todas las cosas que nos rodean. Por lo tanto, si queremos crear un buen ambiente a nuestro alrededor, debemos mantener una actitud mental que propicie eso. Para evaluar el grado de nobleza" de nuestra actitud mental, nos basta saber cuánto estamos contribuyendo para el bien de la humanidad, respondiendo a las siguientes preguntas: 1) ¿Son muchas las personas por quiénes me intereso sinceramente? 2) ¿Son muchas las personas a quiénes proporciono felicidad, a través de mi espíritu y de mis actos? 3) ¿Me intereso por muchas personas, no porque quiero ejercer influencia sobre ellas, si porque las amo realmente? Las respuestas a esas preguntas, indicarán el nivel de nuestra elevación espiritual. En primer lugar, tome la decisión de realizar algo que traiga no sólo beneficio a sí mismo sino a otras personas; algo que sea provechoso al mayor número de personas posibles. En seguida, haga un plan y pase a la acción. Así, estará enviando "vibraciones mentales de Amor" a mayor número posible de personas. Y conforme la Ley acción y reacción, también recibirá las "vibraciones mentales de Amor" de esas personas. Esas "vibraciones mentales de Amor" se sintonizan con las "vibraciones mentales de Amor de Dios”; y por eso, donde ellas estén, se manifiesta también la Sabiduría de Dios, haciendo posible el delineamiento de buenos planes, así como la aproximación de personas y medios necesarios para el éxito de esos proyectos. Hay personas que pretenden vencer en la vida derribando a los demás y enriquecerse engañando a muchos. Aparentemente, son personas esforzadas, que elaboran planes para una gran obra y trabajan con ahínco para alcanzar el éxito, así como aquellos, que emprenden una obra grandiosa para el beneficio de sus semejantes. Pero, como son movidos por el dinero y por el egoísmo, el resultado será muy diferente. Como pretenden vencer derribando a los otros, atraen hacia sí, vibraciones mentales de personas igualmente ambiciosas y egoístas y terminan
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provocando su propia ruina. En el Budismo, se le da a esto el nombre de "Manifestación de los Karmas". En la Ciencia Mental, esto es llamado "Ley mental". Nosotros, vivimos en un mundo regido por las Leyes de la mente y es imposible huir de ellas. No es posible robar y no ser robado, así como no es posible dar y no recibir. Habiendo acción, habrá reacción. Lo que diseñamos en la mente, se manifiesta en la forma; lo que damos a los otros, volverá a nosotros, inevitablemente. Por lo menos una vez al día, debemos, enviar nuestras "vibraciones mentales de Amor" a alguien. Esto equivale a plantar, en un mundo invisible a los ojos camales, buenas semillas que mejorarán nuestro propio destino y el destino de los demás. Leer la sutra sagrada "Lluvia del Néctar de la Verdad" una vez al día, en atención a las almas de los antepasados, también es una forma de enviar "vibraciones mentales de Amor". Hacer la Oración Meditativa Shinsokan para desear la felicidad de alguien y mentalizar para que el Amor de Dios se derrame abundantemente sobre esa persona, llenándola y envolviéndola, también es otra forma de enviar "vibraciones mentales de Amor". Emitir, mentalmente, maldiciones tales como: "Odio a aquella persona", "Ojalá que aquel sujeto se torne infeliz", etc., es lo mismo que destruir nuestro destino por nuestra propia iniciativa. EL VALOR DEL SUFRIMIENTO En el Mundo de la Imagen Verdadera no existe el sufrimiento, pero en el mundo fenoménico existe y tiene su valor. Usando el término "valor del sufrimiento", tal vez podamos parecer partidarios del "culto al sufrimiento"; pero la verdad es que los sufrimientos de esta vida desaparecen cuando conocemos su significado y extraemos alguna lección. El sufrimiento surge cuando nuestro modo de vivir no está de acuerdo con nuestra Imagen Verdadera. Por lo tanto, cuando ocurre algo que nos cause sufrimiento, necesitamos examinar nuestro modo de vida y verificar en qué punto no está de acuerdo con nuestra Imagen Verdadera.
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Supongamos, que una persona se hiere accidentalmente. Con la herida, surge el dolor y la persona sufre. Ese sufrimiento tuvo origen en el hecho de que esa persona "tocó algo que no debería ser tocado". En otras palabras, hubo una fase en el procedimiento de esa persona, que infringió alguna ley de la naturaleza. Si comprende la lección y decide que de ahora en adelante, tratará de no tocar en cosas que le puedan herir, entonces el sufrimiento habrá sido valioso para ella. A partir de entonces, su vida estará más de acuerdo con las leyes de la naturaleza y, por lo tanto, será más feliz. Como vemos, el sufrimiento sirve para indicar si nuestro modo de vivir está de acuerdo o no con las leyes de la naturaleza. Es corrigiendo sus fallas que la humanidad camina en la dirección correcta. El agua es indispensable para nosotros. Sin ella, no podríamos vivir. El agua, mitiga nuestra sed, lava nuestras ropas, mantiene limpia nuestra morada e irriga nuestras tierras. Ya sea como pequeños riachuelos, o formando lagos tranquilos, o fluyendo serenamente como grandes ríos, las aguas van a unirse al gran mar. Allí, acumulan innumerables peces y mariscos, que nos sirven de alimentos. ¡Qué grandes son los beneficios del agua!. Sin embargo, en determinadas circunstancias, puede causar inmensos daños. Por ejemplo, si la represa de Tonegawa se rompe, las aguas se precipitarán en torrentes, arrastrando casas e inundando chacras. Se podrán perder muchas vidas y serán enormes los daños materiales. Reflexionando sobre los beneficios proporcionados por el agua y los perjuicios que a veces nos causa, llegamos a la conclusión de que "el agua en sí, no representa el BIEN ni el MAL". Lo que hace que el agua mitigue nuestra sed o arrastre nuestras casas es nuestra "posición" ante los principios que rigen al agua. Cuando estamos en la "posición correcta" en relación a ellos, gozamos de sus beneficios y cuando estamos en la "posición equivocada", sufrimos daños físicos y materiales. A través de los sufrimientos experimentados, debemos reconocer el error de nuestra "posición" y buscar corregirlo. El valor del sufrimiento está en el hecho de que nos lleva a reflexionar sobre nuestras actitudes. Así como el agua, el fuego también es indispensable para nosotros. Nos calienta en
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el invierno, nos permite cocinar los alimentos, en fin, nos proporciona innumerables beneficios. Pero ese mismo fuego puede, a veces, quemar nuestras casas y dejarnos en la intemperie, en pleno invierno. El mismo fuego y los mismos principios que lo rigen, pueden hacernos felices o infelices. Nosotros no podemos cambiar la naturaleza del fuego ni los principios que lo rigen. Ellos permanecen siempre inalterables. Entonces, ¿por qué el mismo fuego que nos da tantos beneficios nos causa, a veces, tan grandes sufrimientos? Es porque, a veces, nos colocamos en una "posición" contraria a los principios que rigen al fuego. Conociendo bien esos principios y colocándonos en la "posición" de poder usarlos sabiamente, nos servirán como fieles criados. Esto se aplica a todas las "leyes". Si estamos sufriendo de una forma u otra, es una señal de que nuestro modo de vivir está en desacuerdo con algún "principio". Hasta aquí, hablé de las consecuencias que sufrimos; por nuestras "posiciones" en relación a los "principios" (las "leyes") que rigen la materia. Pero, lo que dijimos anteriormente, se aplica también a nuestras "posiciones" en relación a las "leyes que rigen el mundo de la mente" (o leyes mentales). Dios no es un ser parcial que da felicidad a algunos, que ama y da infelicidad a otros que no ama. Si estamos sufriendo por algo, la culpa no es de Dios. Es nuestra actitud mental la que no está de acuerdo con las "leyes mentales". Por eso, cuando sentimos algún sufrimiento, debemos examinar nuestra actitud mental para verificar en qué punto está en desacuerdo con las "leyes mentales", e inmediatamente corregir nuestros errores. De esa forma, conseguiremos eliminar el sufrimiento. El sufrimiento es como una "señal roja" que nos garantiza nuestra seguridad. Y surge, cuando nuestra mente comienza a inclinarse hacia el lado equivocado, para advertirnos que si continuamos así, terminaremos destruyendo totalmente nuestra vida. Amando a otros, se sentirá feliz. Pero, odiando a los demás, con seguridad sentirá una íntima amargura. Esa amargura, ese sufrimiento, surge como una "luz roja", para alertarnos de que odiar es una actitud mental errónea. Esa "señal roja", aparece siempre que tomamos actitudes mentales erróneas, tales como: odiar,
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enfurecerse, desconfiar, envidiar, tener celos, etc., para avisamos de que no debemos proseguir por esos "caminos equivocados". Si no damos importancia a esa "señal roja" y continuamos avanzando en la dirección equivocada, terminaremos destruyéndonos a nosotros mismos, contrayendo alguna enfermedad o envolviéndonos en accidentes. Para volvernos realmente libres de sufrimientos físicos y mentales, necesitamos anular nuestro "yo". Cuando anulamos nuestro "yo", Dios se manifiesta en nosotros. Sentimos odio, resentimiento, tristeza, celos, ira, envidia, etc., porque existe en nosotros lo que se llama "yo". Cuando eliminamos a nuestro "yo", todas las personas dejan de parecemos simples extraños y se vuelven nuestros "hermanos en Dios". Entonces, no podremos dejar de amar a todas las personas y a todas las cosas. Y, amando a todas las personas y a todas las cosas, sólo podremos sentir felicidad. Dios ama a todas las personas. Por eso, Él es siempre feliz. Pero, no se puede decir lo mismo de nosotros, seres humanos. Muchas personas, son infelices, porque aman a unos y no aman a otros. El mayor santo es aquél que consigue amar imparcialmente al mayor número de personas. Pero, hasta llegar a ese elevado estado espiritual, esa persona debe haber pasado por muchos sufrimientos, gracias a los cuales tuvo varias oportunidades de reflexionar y de conseguir aprender a dirigir su mente hacia el lado correcto y vivir de modo correcto. Como ya dije, el "sufrimiento" es la señal que nos indica los errores de nuestras actitudes mentales y de nuestro modo de vida. Por lo tanto, siempre que aparezca debemos hacer un serio examen de conciencia y corregir nuestros errores. EL AUTOANÁLISIS DIFIERE DE LA "AUTOREPROBACIÓN" El autoanálisis es necesario, y cuando, a través de él, percibimos que nuestra mente está en una "posición" o "dirección" equivocada, basta que hagamos la corrección necesaria. No necesitamos y no debemos auto despreciarnos, ni auto
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recriminarnos. A Dios no le gusta que nos despreciemos, pues todos nosotros somos hijos de Dios y siendo así, despreciarnos sería despreciar indirectamente a Dios. Imagine que posee un diamante maravilloso y lo guarda en un lugar completamente oscuro. En ese lugar, permanecerá sin brillo, como si fuese una simple piedra. Pero, si lo coloca en un lugar claro, brillará intensamente. Guardado en un lugar oscuro o expuesto a la luz, el diamante continúa siendo el mismo, sin ninguna alteración en su calidad o en su precio. Sin embargo, en un lugar oscuro no brilla, porque allí, no es el lugar ideal para que el diamante pueda mostrar su resplandor. Lo mismo se puede decir en relación a las personas. Si el carácter de una persona no brilla, eso no quiere decir que ella sea inferior a los demás; significa solamente que la "posición" o la "dirección" de su mente no es la correcta. Basta, corregir esa "posición" o "dirección" y el carácter de esa persona pasará a brillar. Por lo tanto, no se desprecie a sí mismo. No se recrimine. No se entregue a la autocompasión, considerándose inferior. No desprecie su "verdadera naturaleza". Concientice que es hijo de Dios. Si no consigue "brillar" es porque la "posición" o "dirección" de su mente no está correcta. Cambie la "dirección" de su mente, del odio hacia el Amor; del deseo de tomar hacia el deseo de dar; de la ira hacia el pensamiento pacífico; de la ansiedad hacia la serenidad... Esto es suficiente, para que su carácter pueda brillar esplendorosamente, como un magnífico diamante expuesto a la luz. Antes que nada, concientice que es hijo de Dios, concientice que dentro de Ud. existe la naturaleza verdadera, que resplandece intensamente como un diamante expuesto a la luz. Las restricciones del hombre no son impuestas por factores externos; ellas resultan de la falta de concientización de su verdadero "yo". Según, una Sutra budista, Dai-tsuchishó-Nyorai, también no conseguía manifestar su poder espiritual mientras no tenía conciencia de que él mismo era un ser búdico. La "auto humillación" puede parecer "virtud de modestia"; pero, en verdad, no pasa de una actitud mental negativa que restringe al hombre e impide su crecimiento
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espiritual. Por lo tanto, aunque descubra sus fallas a través del autoanálisis, no debe reprocharse ni humillarse a sí mismo. Basta reconocer el error de su "posición" mental y corregirlo, creyendo firmemente: "Yo soy un ser grandioso, pues soy hijo de Dios". Tal vez, algunas personas temen que ese tipo de convicción las vuelva presumidas. Pero eso jamás ocurrirá. La presunción, es la actitud de aquellos que buscan parecer superiores a los otros, justamente, porque se sienten incapaces. Es una actitud que difiere completamente de la actitud de los que se concientizaron, realmente, de su naturaleza divina. Estos jamás humillan a los demás, no tienen sed de poder. La sed de poder surge en una persona, cuando se siente oprimida por los demás y, como reacción, desea volverse superior y dominar a los otros. Se manifiesta como consecuencia del deseo de "no perder", y no como consecuencia de la concientización de que "somos hijos de Dios". Cuando nos concientizamos de que "somos hijos de Dios y somos uno con Él", nos volvemos capaces de amar a todas las personas, con la misma generosidad de Dios y no sentimos necesidad de oprimir o humillar a los otros. Aquellos que no consiguen amar imparcialmente a un gran número de personas, aún no poseen la verdadera conciencia de que son "hijos de Dios". Mentalice constantemente: "Yo soy hijo de Dios". Así, surgirá una fuerza infinita en su interior. Hay personas que, aun habiendo encontrado esa fuerza infinita, la pierden y, desanimadas, comienzan a pensar que no sirve de nada hacer tal mentalización. Pero, hay otras que, a través de esa mentalización, manifiestan cada vez más esa fuerza y no sólo llevan felicidad a los demás, sino que también ellas mismas encuentran la felicidad y la prosperidad. ¿Por qué algunas personas dejan de manifestar esa fuerza infinita hallada a través de la concientización "yo soy hijo de Dios", mientras que otras continúan manifestándola incesantemente? Es, porque, aquellas usan esa fuerza para objetivos egoístas, aprovechándola sólo para su propio beneficio; mientras que éstas la usan para ayudar a un gran número de personas.
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La fuerza manifestada para salvar muchas personas jamás se agota. Pero, la fuerza manifestada con el objetivo egoistico de salvarse a sí mismo, inevitablemente, acaba agotándose. En último análisis, las personas que procuran emplear sus fuerzas para objetivos egoístas actúan de ese modo, porque creen que aún no están salvadas y buscan obtener beneficios para sí mismos. Tales personas acaban anulando la fuerza que habían manifestado por la concientización "soy hijo de Dios", porque no demuestran en la práctica esa concientización. Permita ahora que Dios viva en su interior La Vida está siempre en movimiento, ya sea avanzando o retrocediendo. Aun cuando nuestra vida parece retroceder, no necesitamos estar tristes. A veces, nos sentimos deprimidos, perdemos el ánimo de trabajar y no logramos ver ninguna luz en nuestro futuro, como si nuestra alma estuviese envuelta en una densa nube. Pero, aun así no debemos perder las esperanzas. Sepamos que después de la tiniebla viene la luz. Las horas más oscuras de la madrugada son el anuncio de la alborada. La niebla, por más densa que sea, nunca es permanente. Es infalible, que la noche termine y que la niebla desaparezca. Este mundo, es un mundo donde todo es la manifestación de la "atmósfera" producida por nuestras ondas mentales. Por lo tanto, la "cortina negra" que nos rodea debe ser abierta, no desde afuera, sino desde dentro de nosotros mismos. Ud. puede salir del mundo de la tiniebla ahora mismo. Es sólo querer. En verdad, las restricciones que parecen rodearlo no están en el exterior. Es Ud. que está "amarrándose" a sí mismo. Dentro de Ud. existe la fuerza infinita y para exteriorizarla, basta que se concientice de ella. La Sra. Dana G. nos contó lo siguiente: Cierto día, ella estaba muy cansada, perdió completamente el ánimo y sintió como si estuviese en un callejón sin salida. Atormentada por innumerables problemas que estaban ocurriendo en su vida, intentó por todos los medios encontrar una salida; pero, todo fue en vano y se sentía completamente sin fuerzas para reaccionar. Ahora, sólo le restaba pedir ayuda a Dios, a través de la oración y oró. Sin embargo,
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no logró sentir a Dios a su lado. Le parecía que Dios estaba en algún lugar muy lejos de ella. Tenía la sensación de que todo era negro a su alrededor y no sabía qué hacer. Sentía un gran sufrimiento en el alma imposible de traducir en palabras. Pero, la Sra. Dana G., continuó orando. Y entonces, súbitamente, le vino a la mente el siguiente pensamiento: "¿Dios se enferma?, ¿Se deprime?, ¿Se siente débil? ¡Nunca! ¡Él es fuerte, perfecto! ¡Y, ese Dios fuerte y perfecto, está dentro de mí, y es Él quien me abrirá el camino! ¡Yo no puedo lograrlo, pero Él sí! ¡Él lo conseguirá infaliblemente!". Ese pensamiento hizo que sintiera un profundo alivio, como si alguien en su interior, estuviese acariciando suavemente su alma. Sintió una fuerza misteriosa que la empujaba hacia afuera de esa profunda "fosa", en la cual se encontraba y hacía que su alma se reavivara sin ningún esfuerzo. Su trabajo, que hasta hace poco lo consideraba aburrido, monótono y agotador, le comenzó a parecer un trabajo interesante y gratificante. Una voz, en su interior, le susurraba: "¡Eres hija de Dios! Por lo tanto, debes actuar como tal. Confía en tu Padre, deja que Él trabaje dentro de tí. ¡El, jamás fracasa!". Entonces, se sintió llena de una fuerza infinita. Querido lector, sepa que, Dios es así. Él es una fuerza viva que nos estimula, nos orienta y hace aumentar nuestra propia fuerza. Pero, si queremos que la fuerza de Dios actúe dentro de nosotros, necesitamos ante todo, concientizar que Él está dentro de nosotros. Mientras, no nos concienticemos que "Somos la extensión de la Vida de Dios", no será posible recibir las bendiciones de Dios, su Sabiduría y su Amor. Aquél, que no reconoce la presencia de Dios en su interior, está, por así decir, "expulsando al Dios de su interior". Todo aquello cuya presencia no es reconocida por nuestra mente, es como si no existiese para nosotros. Hay, inclusive, un proverbio que dice: “Cuando la mente está ausente, el hombre no ve a pesar de tener ojos, y no oye a pesar de tener oídos". Dios está dentro de nosotros y su voz nos susurra en el fondo de nuestra alma, orientándonos y animándonos. Sin embargo, si nuestra mente está demasiado
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aferrada a los sufrimientos y odios de este mundo, no podremos sentir la presencia de Dios dentro de nosotros, ni escuchar su voz que susurra en nuestra alma. A veces, nos asalta la duda. La fe en la existencia de Dios huye de nuestro corazón y nos sentimos inseguros. Pero, aun cuando pensamos que Dios no existe, Él está con nosotros, está en nuestro interior y nos hace vivir. Eso es comparable al hecho de que, aunque una persona desconozca la existencia del aire, está siendo mantenida viva, gracias a él. Ahora, supongamos que esa persona tenga conocimiento de la existencia del aire y efectúe una respiración profunda. Se sentirá agradecida al aire y sentirá sus beneficios. Lo mismo ocurre, en relación a Dios. Cuando, nos concientizamos de su existencia, podemos gozar más plenamente de sus bendiciones. Cuando se sienta angustiado y deprimido, y no sepa qué hacer, debe esforzarse para efectuar un cambio de actitud en su mente. Trate de no pensar más en sus "angustias", en su "fosa". No se aferré a ella. Cambie la "posición de su mente", diríjala hacia Dios, hacia la Luz. Dios jamás se angustia o se deprime. Y Ud., que es hijo de Dios, no debe angustiarse ni deprimirse. Concientícese de que Dios está aquí y ahora, dentro de Ud. No crea en la existencia real de males, infelicidades y dificultades. Crea que sólo son productos de la ilusión de la mente humana y que dentro de Ud. existe la fuerza infinita de Dios, capaz de extinguir todos los tipos de males, infelicidades y dificultades. Debemos, conocer el gran poder de la mente. La mente es la creadora de las cosas. Y, nosotros, tenemos la gran capacidad de cambiar libremente nuestra "posición mental". Tengamos la pureza mental de un niño. Cuando un niño va de paseo, vive únicamente la alegría y el placer del momento, sin perturbar su mente con preocupaciones innecesarias. Así debemos ser, en relación a nuestro modo de vivir: dirijamos nuestra mente hacia Dios, que está ante nosotros y vivamos ahora, con alegría y placer la "vida de un hijo de Dios". Repitamos mentalmente, con toda firmeza: "Yo soy hijo de Dios y nada me atormenta". Por más grandes que sean las
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dificultades que aparezcan en nuestra vida, no es nada ante la infinita fuerza de Dios que existe en nosotros. No hay problemas que no puedan ser solucionados cuando esa fuerza (Dios en nosotros) pone en acción nuestra mente. Dios está dentro de Ud. Por eso, jamás fracasará.
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CAPITULO XVII LA
CONCIENTIZACION
QUE
HACE
EXTERIORIZAR
LA
CAPACIDAD ILIMITADA DEL HOMBRE Recientemente, adquirí un libro que tiene el mágico poder de transformar el modo de pensar de las personas. Ese mágico poder proviene de la Verdad en él predicada, según la cual solamente el bien es existencia real. Ese libro explica cómo proceder para obtener la fuerza del bien, que es la única existencia verdadera. Ese libro está dividido en dos partes. El párrafo inicial de la primera parte es muy parecido con La historia de las patas de venado, del Prof. Glenn Clark. Ese párrafo inicial es así: Cierto día, el Sr. D estaba sentado en una mesa de una cafetería elegante; extendió la mano para colocar un cubito de azúcar en la taza de café que acababa de ser servido. En La historia de las patas de venado, el personaje está en un restaurante y la historia se desarrolla en un día que llovía intensamente y había mucho viento. La historia de la cual hablo, también se lleva a cabo en un día que hacía mucho viento y caía, incesantemente, nieve mixta de granizo. El viento helado golpeaba la puerta y entraba por las rendijas. Sin embargo, el Sr. D estaba con la mente alegre. Ni la nieve que caía incesantemente ni el viento que soplaba furioso, influenciaban el humor del Sr. D, quien con aire de estar soñando algo agradable, bebía el café humeante. De repente, la puerta se abre y entra el Sr. S, a quien el Sr. D conoce superficialmente hacía ya algunos años. Según se decía, el Sr. S era un artista plástico muy talentoso; pero no tenía suerte ni alcanzaba éxito en nada y vivía en la miseria. Por lo tanto, ese día, el Sr. D se sorprendió al ver al Sr. S, pues notó que la fisionomía de él estaba completamente diferente: parecía radiante. (Las expresiones usadas en este párrafo son extremadamente parecidas con las que el Prof. Glenn Clark empleó el describir la impresión que tuvo cuando se encontró con el viejo amigo, Dan Mac Arthur, en un restaurante. Por eso, llegué a pensar que esta
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historia fuese una adaptación del citado libro del Prof. Glenn Clark. No obstante, eso no sería posible, ya que, la fecha de publicación del "libro mágico" del cual estoy hablando, es anterior a la publicación del libro del Prof. Clark). Sorprendentemente, el Sr. S que hasta entonces tenía un aspecto triste y desanimado, apareció con la fisionomía radiante. Sus ropas eran las mismas de siempre, viejas y gastadas. El cuello del abrigo estaba desgastado y el sombrero estaba sucio y deformado. Pero, sus ojos brillaban llenos de esperanza. Él se sacó el sombrero y sacudió el ala para limpiar la nieve. Hasta en ese simple gesto se notaba una gran serenidad y autoconfianza, que antes no tenía. Nunca antes, el Sr. D había almorzado o cenado en compañía del Sr. S; pero, ese día, atraído por su fisionomía radiante, le invitó a sentarse a su mesa. El Sr. S aceptó la invitación y se sentó a la mesa frente al Sr. D. Tomó el menú que estaba sobre la mesa, llamó al mozo y pidió dos cafés. El Sr. D miró sorprendido al amigo. (En la época en que se desarrolla esta historia, el café era una bebida muy cara, en los establecimientos elegantes de Europa y de los Estados Unidos). En aquel momento, el Sr. D tenía poco dinero en el bolsillo; pero ya que invitó al Sr. S, tendría que pagar la cuenta de los tres cafés: uno que él mismo ya había tomado y dos que el Sr. S pidió. El problema era que el poco dinero que el Sr. D traía en el bolsillo no era suficiente para pagar la cuenta. Sorprendido con el pedido que el Sr. S acababa de hacer, el Sr. D observó su fisionomía, percibió que los ojos de él, habitual-mente sin brillo, estaban reluciendo intensamente, y que su rostro irradiaba salud. Perplejo, le preguntó: — ¿Ud. recibió herencia de algún tío millonario? Parece muy animado. — No, no es eso. Digamos que encontré la "llave de la felicidad"... — ¿Cómo?, ¿"Llave de la felicidad"? Es algún amuleto o algo parecido? — No es nada de eso. Ya le explicaré. Comprendo su sorpresa por verme tan animado. En verdad, yo estoy sorprendido con mi transformación. Sabe, me siento como si hubiera renacido, me siento otra persona. Y, esa transformación, ocurrió hace solamente unas dos horas. Hace algún tiempo, yo venía aquí varias veces, con ropas rotas y Ud. nunca me dio la menor atención. Yo sabía que fingía no notar mi
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presencia y también percibía la razón de tal actitud. Sabía que fingía ignorarme, no porque no quisiese pagarme un alimento sino porque no tenía dinero para eso. Hoy, Ud. me invitó y siento placer en pagar la cuenta. Pero, como en este momento no tengo ni un centavo en el bolsillo, voy a firmar detrás de la cuenta para pagar más tarde. No se preocupe, pues tengo la absoluta seguridad de que en poco tiempo estaré en condiciones de pagar esto y mucho más. Habiendo dicho esto, el Sr. S llamó al mozo y muy seguro de sí, firmó en el reverso de las dos cuentas y entregó. Estupefacto, el Sr. D se quedó observando al otro; sin decir nada. El Sr. S se calló por un instante, miró al Sr. D luego prosiguió: — ¿Ud. piensa que existe algún artista más talentoso que yo? ¿Cree que existe algo que yo quiera realizar y consiga? Lo conozco hace unos ocho años, cuando Ud. trabajaba como corresponsal de varios periódicos, pen apuesto que hasta hoy, nunca vio un restaurante aceptar como garantía mi firma en el reverso de la cuenta. Todo y cualquier establecimiento acepta mi firma como garantía; Ud. lo vio con sus propios ojos. A partir de ahora, se abren nuevas páginas en la historia de mi vida. Dentro de un mes, tendré mucho dinero en el Banco. ¿Sabe porque? - Simplemente porque descubrí la "llave de la felicidad y éxito". Atónito, el Sr. D continuó mirando en silencio al S; S., quien prosiguió eufórico: — Querido amigo, el destino es una cosa que creamos nosotros mismos. Comprendí eso, gracias a un libro fabuloso que terminé de leer un poco antes de venir hasta aquí. A partir del momento en que leí ese libro y comprendí esa verdad, mi felicidad quedó garantizada. Ese libro da felicidad a todas las personas que lo leen. Ud. necesita leer ese libro. Nos enseña que nada es imposible; explica con palabras fáciles los asuntos que nos parecen difíciles, partir del momento en que se capta el mensaje contenido en él, se tiene la seguridad de conseguir el éxito. Cuando desperté hoy de mañana, era un don nadie, sin objetivos ni esperanzas. Pero, ese libro operó un cambio en mi vida y ahora me siento como un millonario. ¿Ud. piensa que estoy bromeando? Se equivoca. Estoy hablando muy en serio. Generalmente, los millonarios ya no sienten mucho entusiasmo por el trabajo. En
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cuanto a mí, aunque ya me considere millonario, me siento repleto de entusiasmo. La seguridad del éxito está aquí, dentro de mí. — ¡Caramba! ¡Estoy realmente sorprendido! - dijo el Sr. D, dudando en su interior de la sobriedad de su amigo. Pero, al final de cuentas, ¿de qué habla ese libro fabuloso? ¡Cuénteme, por favor! — ¡Con mucho gusto! Tengo muchas ganas de contar esa historia a todo el mundo. Creo realmente sorprendente, el hecho de que hasta hoy nadie haya descubierto el gran valor de ese viejo libro. A decir verdad, hasta me salvó la vida. Yo estaba desesperado. Nadie confiaba en mí, estaba en una gran miseria y no tenía ni qué comer. Llegué a pensar en cometer el suicidio. Antiguamente, yo trabajaba. Por eso, pensé que podía volver a trabajar y fui a pedir empleo en tres empresas periodísticas siendo rechazado en todas. Acabé en la más completa miseria. Si continuaba un poco más en esa situación, tendría que optar entre suicidarme o morir de hambre. Sin embargo, afortunadamente, tuve la oportunidad de leer ese libro. Entonces, me transformé completamente. Puede ser que no lo crea, pero todo cambió de una hora para otra. — ¿Y cómo fue eso? — Es que después que leí ese libro, fui a mostrarle a un editor jefe de una editora varios dibujos de ilustración que habían sido reprobados en otras editoras, y le gustó tanto que se quedó con todos ellos. — ¿Y todo porque leyó ese libro tan maravilloso?, ¿Surtirá efecto el mensaje de ese libro tan milagroso también en otras personas? Por ejemplo, ¿en mí? — ¡Por supuesto! Lo mejor sería que Ud. mismo leyera ese libro, pero ya que me pide que lo haga, voy a contarle la historia, en forma resumida. Dice así... En el mismo momento en que el Sr. S iba a comenzar a contarle, el mozo se aproximó a la mesa y le dijo: —
Sr. S, tiene una llamada urgente por teléfono. El Sr. S pidió permiso a su
amigo y fue a atender la llamada. Se trataba de un asunto muy importante para el Sr. S. y tuvo que salir inmediatamente. El Sr. D se quedó sorprendido nuevamente,
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pues, aunque el Sr. S fuese un cliente regular de esa cafetería desde hacía muchos años, ésta era la primera vez que recibía una llamada telefónica. Esto parecía una prueba de que la vida del Sr. S ya estaba cambiando. Esta escena también es casi idéntica al de aquella historia de las patas de venado, del Prof. Glenn Clark, en la cual un mozo se aproxima en el momento en que Dan Mac Arthur iba a hablar y lo llama para darle un recado: "Reverendo Dan Mac Arthur...". Pasó cerca de un mes, sin que el Sr. D tuviese oportunidad de volver a ver al Sr. S. Ya se había prácticamente olvidado del caso del "libro milagroso". Una noche, iba caminando por la ciudad, encontró al Sr. A un viejo amigo suyo, quien lo saludó alegremente: — ¡Hola! ¡Hace mucho tiempo que no te veía! ¿Cómo te va? » — Muy bien, gracias. ¿Y tú? Por lo que veo, parece que todo te va bien. Cuéntame las novedades. — En realidad, todo en mi vida va de maravillas. Conoces a aquél artista plástico, el Sr. S ¿no es cierto?. Pues bien, las cosas comenzaron a mejorar gracias a él. Te voy a contar como fue que sucedió. Hace algún tiempo, nada me salía bien; yo vivía tan "pobre", que no podía pagar ni siquiera el alquiler del cuarto donde vivía. A decir verdad, aquel día en que me encontré con el Sr. S, estaba buscándolo a Ud., pues pensaba en pedirle ayuda para pagar el alquiler. No lo encontré, pero me encontré casualmente con el Sr. S. y me contó una historia maravillosa, que me dio una fuerza y un valor extraordinarios. Después que escuché esa historia, me sentí repleto de ánimo y me levanté resuelto, dispuesto a vencer en la vida. Desde entonces, todo comenzó a mejorar y no necesité recurrir más a los demás. Me volví completamente libre de todo sufrimiento y dificultad. El Sr. A hablaba en tono calmo y confiado. Escuchándolo, el Sr. D se acordó de las cosas que el Sr. S. le había dicho cuando se encontraron en la cafetería, aquella noche de tempestad. — ¡Entonces, esa historia debe ser realmente milagrosa! - dijo él. Hace cerca de un mes, me encontré con el Sr. S y me habló de esa historia; pero, en el momento en
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que me iba a contar, tuvo que marcharse para tratar un asunto urgente. Después de eso, no tuve más oportunidad de verlo. ¿Ud. lo ha visto? ¿Cómo le va? ¿Por dónde anda él? — Él acaba de volver de Cuba, donde hacía esbozos de escenas de batalla, recibiendo 200 dólares por semana. Es verdad que todas las personas que escucharon aquella historia pasaron a tener una vida mejor, inmediatamente. Es el caso del Sr. C y del Sr. P. Ambos son mis amigos?. Creo que Ud. los conoce. El Sr. C es agente de ventas inmuebles y el Sr. P era funcionario de un escritorio. Ambos escucharon aquella historia del Sr. S y obtuvieron el mismo resultado que yo obtuve. La eficacia de aquella historia verifica en todos los que la escucharon. — Yo también necesito escuchar esa historia para ver si consigo mejorar de vida. ¿Por favor, Ud. me puede contar? — Claro. Para mí no existe nada más agradable que contar esa historia. Hasta me gustaría mandar a imprimirlo en tamaños bien grandes, carteles para divulgar esa historia y pegarlos en las paredes de todas las estaciones ferroviarias de New York. Eso salvaría a mucha gente. Esa historia refiere a una Verdad muy simple, tan simple como la de un campesino. Le voy a contar, pero espere, acabo de ver a mi amigo el Sr. C y tengo un asunto urgente que tratar con él. Espéreme aquí un instante. Diciendo así, el Sr. A se apartó, dirigiéndose hacia donde se encontraba su amigo C. El Sr. D vio a los dos conversando; pero luego desvió la atención y cuando iba a dirigir su mirada hacia el mismo local, los dos ya no estaban allí. El Sr. D quedó decepcionado. Estaba con hambre sólo tenía 5 centavos en el bolsillo, lo cual daba para pasaje de ómnibus, pero no era suficiente para tomar alimento. El Sr. D tomó un ómnibus con destino a la residencial. En él, encontró a otro amigo, quien poco tiempo atrás había comprado un terreno en la 8th. Avenue, abriendo un restaurante. Su negocio iba de viento en popa. Cuando el Sr. D subió al ómnibus ese amigo estaba bajando, pero vio al Sr. D y volvió a entrar. En el trayecto hasta la próxima estación, él le contó que recientemente todo comenzó a mejorar en su vida
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después de haber encontrado al Sr. S de quien escuchó una historia maravillosa. El Sr. D quería oír esa historia, pero no lo logró porque el amigo bajó en la siguiente estación. El Sr. D comenzó a pensar que la historia leída por el Sr. S tenía realmente una fuerza mágica para transformar el destino de las personas. Mientras contaba las pocas monedas que le restaban en el bolsillo, sintió la impaciencia y la ansiedad crecer dentro de él, pues le parecía que la oportunidad de mejorar su destino siempre se le escapaba cuando estaba cercana a realizarse. Decidió que tenía que escuchar esa historia de cualquier modo. Retiró de su bolsillo la libreta de anotaciones y la consultó, con la esperanza de haber anotado la dirección del Sr. S. Lamentablemente, no encontró la dirección del Sr. S en ninguna página de la libreta. Entonces, se acordó de la cafetería donde escuchó por primera vez la mención de esa historia. A pesar de ser temprano, tal vez, el Sr. S estaría en aquella cafetería. Con ese pensamiento, el Sr. D se dirigió hacia allá. Felizmente, lo encontró ocupando una mesa de un rincón rodeado por un grupo de amigos con quienes conversaba animadamente. El Sr. D lo miró. Luego, el Sr. S también vio al Sr. D y le hizo una señal, invitándolo a sentarse. El Sr. D se aproximó a la mesa, pero percibió que otra vez, perdió la oportunidad de escuchar esa historia. En total, había seis personas alrededor de la mesa. El Sr. D se sentó en la silla más apartada del Sr. S, quien lo miró sin decir nada. Más adelante, el Sr. S mencionó que iba a retirarse y el Sr. D pensó en acompañarlo. Se hizo un pesado silencio. Una atmósfera tensa dominó todo el grupo. Todos estaban con los ojos fijos en el Sr. S. El motivo era claro. El Sr. S había acabado de contar aquella historia y el Sr. D había perdido la oportunidad de escucharla porque llegó demasiado tarde. A la derecha de£ Sr. S, estaba sentado un médico; a la izquierda, estaba un abogado y al frente estaba un escritor que él conocía hacía poco tiempo. Además de esas personas, estaban presenten; tres más; de las cuales, una era artista plástico y la otra periodista. El médico dijo: — ¡Qué pena! Debería haber llegado un poco antes» — Nuestro amigo nos estaba contando una historia muy interesante. Amigo S, ¿no
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le importa contar otra vez aquella historia, especialmente para el compañero D?. El Sr. S concordó: — Con mucho gusto. Amigo D, lamento que haya perdido la oportunidad de escuchar esa historia. Justamente Ud. que fue la primera persona a quien mencioné los efectos milagrosos que ella causa. Fue aquí, en esta cafetería y en esta misma mesa. Llovía y había mucho viento aquella noche, ¿no es así? ¡Ah, ahora me acuerdo! Una llamada telefónica me lo impidió. Exactamente, en el momento que iba a comenzar a contar esa historia, recibí una llamada y tuve que salir. Posteriormente, conté esa historia aproximadamente a cuatro personas y todas ellas pasaron a sentirse repletas de coraje como yo. Es increíble que una simple historia pueda proporcionar un estímulo espiritual tan maravilloso a tantas personas. Pero esto es un hecho. Citemos, como ejemplo, aquel hombre que trabaja como agente de ventas. Hacía más de un mes que sus negocios iban muy mal y él estaba al borde del fracaso. Fue, en esa ocasión, que lo encontré. Él, estaba sumergido en el pesimismo. Entonces, le conté esa historia mágica y el efecto fue inmediato. Contar esa historia equivale a efectuar una cirugía mental. Sin embargo, el secreto está en la manera de narrar. Se trata de una historia aparentemente banal, pero el secreto está en la manera de contarla o en la manera como está escrita. El autor narra esa historia con un estilo mágico que lo conduce al estado hipnótico. Entonces, queda espiritualmente estimulado. Se puede decir que se trata de un tónico espiritual hecho de palabras. Respecto a la explicación científica, voy a dejarlo a cargo de nuestro amigo médico, aquí presente". El comentario del Sr. S terminó en ese punto y el grupo pasó al debate, tratando de estudiar el principio científico de este caso. Frecuentemente, durante el debate, hubo citaciones de partes de esa historia y ello aumentó la obsesión del Sr. D que ya no aguantaba la impaciencia y ansiedad. El Sr. D pidió permiso a los demás y se alejó de la mesa junto con el Sr. S. Entonces, dijo: — No sé por qué, la oportunidad de escuchar esa historia siempre se me escapa,
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en el último momento. De este modo, voy a terminar enloqueciéndome. Si Ud. tiene consideración por mí, ¡cuénteme esa historia, ahora mismo! — Está bien. Creo que los demás me permiten que converse con Ud. particularmente, durante un momento. Encontré esa historia en un viejo libro de relatos que adquirí en una ciudad. No sé de qué fuente fueron sacados aquellos relatos, ya que no hay ninguna mención al respecto, ni consta el nombre del autor. Compré ese libro de relatos; por apenas 3 centavos. Comencé, casualmente, a leer dicha historia y la encontré muy interesante. Como la leí repetidas veces, consigo narrarla tal cual como está escrita. Inexplicablemente, la lectura de esa historia me provocó una profunda emoción. Realmente, conocerla produce el mismo efecto que descubrir una personalidad fuerte y marcada. Después de leerla varias veces, reflexioné profundamente en relación a la Verdad contenida en ella. Entonces, aguanté más permanecer en casa sin hacer nada. Me vestí, me puse un sombrero y salí. Me sentí tan eufórico como si hubiese caminado muchas millas. Yo, que hasta hace poco tiempo antes me sentía en el abismo de la desesperación, caminé por las calles de la ciudad con el corazón repleto de alegría y en aquella noche me encontré, casualmente con Ud., aquí en esta cafetería. En ese momento, llegó un mensajero trayendo recado urgente de la firma donde el Sr. S trabajaba. El presidente quería hablar inmediatamente con él, de algo muy importante. El mensajero había demorado casi una hora para encontrar al Sr. S, de modo que no podía perder ni siquiera un minuto. — Lo siento mucho, dijo el Sr. S al Sr. D. Tengo que irme, pero esta vez no va a perder la oportunidad conocer esa historia fantástica. Mire, aquí está la llave de mi casa. Vaya allá, entre a mi habitación y tome el libro. Está en el primer cajón de la cómoda. Es un libro viejo, con pasta de cuero. Creo que quien encuadernó el libro fue el propio autor de la historia. Léalo mientras me espera, ¿le parece bien?. Habiendo dicho esto, el Sr. S salió. Resuelto a no dejar escapar esta oportunidad, el Sr. D tomó la llave y fue a la casa del Sr. S. Abrió la puerta, entró en el cuarto y después de una rápida búsqueda en los cajones de la cómoda, conforme la
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instrucción del amigo, encontró un viejo libro de relatos de pasta de cuero que parecía haber sido hecho a mano. Es innecesario describir, detalladamente, la encuadernación. En una especie de parte suplementaria del libro, constaba la tal "historia mágica", impresa en un estilo caligráfico no común. La narración era hecha en un estilo literario peculiar, compendio de las literaturas del siglo XVII y del siglo XVIII. En varias partes, había anotaciones en letras itálicas o mayúsculas, seguramente efectuadas por el propio autor. Lo que presentaré, ahora, a los lectores es un resumen de esa historia fantástica. Deseo que también Uds., leyendo esa historia maravillosa se tornen felices, sanos y consigan mejorar sus respectivos destinos. A continuación, voy a contarles el resumen de esa autobiografía, que constituye la segunda parte del libro al cual me referí al comienzo de este capítulo: El personaje principal es un hombre que se llama Nasmuch. Empieza más o menos así: "Yo, Nasmuch; descubrí a través de mi vivencia, el secreto de conducir bien los más diversos problemas existenciales. Como ya estoy viejo y siento que no me resta mucho tiempo de vida, creo conveniente dejar registrados aquí mis conocimientos a fin de que generaciones posteriores puedan sacar provecho de ellos". "No pretendo justificarme en relación a mi forma de expresión y a su valor literario. Pero, tal vez el hecho de decir eso, constituye por sí, una justificativa. Fue inevitable la mala redacción, por el hecho de que, debido a la edad avanzada, tanto mis manos como mi cerebro ya están un poco entorpecidos. Sin embargo, lo que voy a narrar es como la deliciosa semilla de nuez contenida en la cáscara dura. Cualquiera que sea la forma de quebrar la cáscara, debemos quedar satisfechos si el contenido es retirado y bien aprovechado". El estilo es un tanto arcaico pero, no me propongo hacer una "traducción". De aquí en adelante, voy a contar con mis palabras, el resumen de la historia de Nasmuch. El padre de Nasmuch era navegante. Pero, vendió su navío y se fue a establecer juntamente con su familia en una nueva colonia, en elestado de Virginia,
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idealizando ideas utópicas. Nasmuch nació en el mismo año en que la familia se estableció o sea en el año de 1642. Refiriéndose a eso, él escribió: "Ya pasaron 100 años". Por lo tanto, se deduce que el autor, probablemente vivió más de 100 años. El padre de Nasmuch, a pesar de los consejos de la madre, resolvió a donar la profesión de navegante que ejercía hasta entonces y cambiar completamente su vida, emigrando hacia nueva colonia, cuyo destino era incierto. Con respecto a eso, Nasmuch introduce en letras tipo itálico, la siguiente lección: "No debemos despreciar la oportunidad que existe en la situación presente, por menor que sea. Las mil promesas de oportunidades futuras, nada valen ante una oportunidad real, al alcance de nuestras manos. Debemos, pues, sacar el máximo provecho de la situación actual". Cuando Nasmuch cumplió los 10 años, su madre murió. Dos años después, murió también su padre y Nasmuch quedó solo en el mundo, pues no tenía hermanos ni parientes. Durante algún tiempo, quedó bajo la tutela de un amigo de su fallecido padre. El padre había dejado una considerable fortuna, pero todo el dinero terminó "misteriosamente" antes de que él alcanzara la mayoría de edad. Muchos años más tarde, Nasmuch comprendió que su tutor usurpó el dinero, traicionando la confianza que su padre le había depositado. Nasmuch no cuenta, en su biografía, lo que ocurrió en el período de su vida, comprendido entre los 13 y 23 años. A los 23 años, fue a Boston y se empleó en una fábrica de pipas. Cuando había en el puerto algún barco en reparación, él arreglaba un pico e iba a ayudar en los trabajos de reparación. Poco después, la suerte le comenzó a sonreír. Fue progresando cada vez más y a los 27 años fue propietario del astillero donde antes trabajaba como empleado. Pero, la suerte es como un caballo perezoso: no corre si no le damos unos buenos latigazos. No debemos mimarla. Refiriéndose a eso, Nasmuch anotó en itálico la segunda lección: "La suerte es inconstante y escurridiza. Solamente con firmeza podemos mantenerla. Si la tratamos con demasiada benevolencia, ella acabará huyendo en
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busca de alguien que tenga carácter más fuerte (A mi entender, ella es lo opuesto a todas las mujeres que conozco)". Él, había aprendido eso por su propia experiencia. Parece que él mismo "mimó" demasiado a su suerte y "perdió el control sobre ella", pues, de repente, cuando todo iba bien, la suerte lo abandonó: un incendio destruyó completamente su astillero y quedó en la bancarrota. Para poder' saldar las enormes deudas y reconstruir el astillero, recurrió a sus amigos y conocidos pidiendo préstamos. Pero, todo fue en vano. En poco tiempo, perdió todo lo que tenía y además de eso, fue condenado a prisión por causa de sus deudas. Si hubiese mantenido la calma y autocontrol, tal vez hubiese encontrado algún medio para resolver la situación; pero, su temperamento audaz y "explosivo, terminó por llevarlo a la cárcel. Cuando salió de ahí después de cumplir una condena de un año, ya no era el mismo joven alegre, lleno de sueños y autoconfianza. Recordando esa época de su vida, dice: "En esta vida existen muchos caminos, pero la mayoría nos lleva a la ruina. Esos caminos descendientes pueden tener declives bruscos o suaves, pero invariablemente nos conducen al fracaso. El fracaso proviene del debilitamiento de la Vida. Fracasan solamente aquellos cuya existencia parece ser mera caminata hacia la tumba. Para aquellos que viven intensamente su Vida, no existe fracasos. Con el cambio del rumbo, el mismo camino q nos conduce hacia la cumbre puede también conducirnos en sentido contrario. Es más: hay caminos con declive poco acentuado, los cuales aunque constituyan trayectos más largos, son más seguros y adecuados". Al salir de la prisión, los bienes materiales de Nasmuch se resumían a la ropa que llevaba puesta, ya vieja y rota y a un bastón que no valía nada. Pero, poseía algo muy importante: una gran habilidad como ebanista. Gracias a ella, consiguió un empleo en una ebanistería, con excelentes condiciones salariales. Pero él, que ya había sido un hombre de éxito en la vida, no se sentía satisfecho con eso. Para olvidar su frustración y también para huir de los recuerdos desagradables, comenzó a beber. Todas las noches iba a los bares a tomar unos tragos. No bebía hasta caer
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borracho. Lo que hacía era beber hasta sentirse "elevado". Entonces, reía a carcajadas, cantaba y decía tonterías, con un grupo de personas cuyas reputaciones no eran nada buenas. Consideraba todo esto como su única diversión. Por la observación hecha en su biografía, podemos saber cuan perjudicial fue la influencia que él recibió de esos malos amigos. Él, anota la cuarta lección, como sigue: "Es importante buscar la compañía de personas serias y esforzadas. Si vives en medio de un grupo de vagabundos, ellos terminarán por succionar toda tu energía". Nasmuch iba al bar todos los días, sin que su patrón desconfiase. Sentía, incluso, un cierto placer en traicionar la confianza depositada en él. Pero, un día, su vida desordenada fue descubierta y terminó siendo despedido. De ahí en adelante, comenzó su rápida decadencia. Como si fuese alguien que comenzó a bajar corriendo por la cumbre empinada de una montaña y no logra parar, por más que quiera. Cuanto más se aproximaba al fondo, más rápida era su caída y terminó siendo un miserable vagabundo. Refiriéndose a esa triste parte de su vida, Nasmuch escribe: "Los vagabundos y los leprosos tienen en común, el hecho de despertar la aversión en las personas. Sin embargo, existe una diferencia fundamental entre ellos. Mientras que los leprosos son personas realmente enfermas, los vagabundos son personas sanas de cuerpo. Su aspecto deplorable no es más que el resultado de su actitud mental errónea". Habiéndose transformado en vagabundo, Nasmuch comenzó a vivir una vida de gran penuria. Había días en los que no conseguía ni restos de comida y fue adelgazando rápidamente. Se sentía desterrado del mundo y hundiéndose cada vez más, en ese negro abismo. Fue, entonces que le fue dada la quinta lección. No es posible presentar esa, lección en pocas palabras. Sólo es posible presentarla por medio de la narración de los hechos. «Fue en una noche muy fría. Después de deambular por la ciudad, Nasmuch fue a parar al fondo de la fábrica de pipas, donde había trabajado anteriormente. Para protegerse del frío, se recostó sobre una pila de madera y durmió. De repente,
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despertó y vio a un hombre haciendo una hoguera a corta distancia de él. Por la claridad de la hoguera, Nasmuch pudo ver que era un hombre de aspecto muy sano, cuerpo robusto y rostro lozano. Deseando calentarse, Nasmuch se aproximó al fuego. El hombre estaba sentado en un banquillo, miró a Nasmuch y le indicó otro banquillo, sin decir una palabra. Nasmuch se sentó, también en silencio. Cuando su cuerpo comenzó a calentarse, Nasmuch se sintió inexplicablemente avergonzado. Entonces, de esta ocasión, despertó de verdad. A partir de ese momento, el extraño hombre pasó a estar siempre al lado de Nasmuch dondequiera que él fuese. Su imagen era invisible a los demás, pero para Nasmuch, el hombre se presentaba nítido como un personaje real. Ese hombre era muy parecido con Nasmuch, aunque también muy diferente. Su frente no era tan amplia como la de Nasmuch, sino arredondeada y bien desarrollada. Sus ojos eran alegres y brillantes y denotaban optimismo, determinación y entusiasmo. Sus labios, su rostro, en fin todo su semblante, demostraba un carácter decidido con gran poder de liderazgo. Delante de él, Nasmuch sentía un inexplicable temor y temblaba nerviosamente. Sin embargo, no conseguía dejar de seguirlo fuese donde fuese. Cierto día, el hombre entró en un edificio donde se encontraba una firma que Nasmuch hacía mucho tiempo quería visitar. Nasmuch no tuvo coraje de seguirlo y se quedó esperando en la puerta del edificio. Sabía que el otro iba a visitar la oficina de una firma donde antiguamente él, Nasmuch, mantenía transacciones comerciales. Después que cayó en la miseria, rondó varias veces ese edificio, pensando en buscar al antiguo cliente y pedirle un empleo. Pero, nunca tuvo el valor de entrar. En cambio, el "otro" entró sin titubear y reapareció después de algún tiempo. Más adelante, entró en otro edificio. También esta vez, Nasmuch se quedó esperando en la puerta, hasta que el otro apareciera. Al atardecer, el hombre entró en un lujoso hotel y no apareció más. Cuando llegó la noche, Nasmuch volvió solo al patio interno de la fábrica de pipas y durmió, otra vez, entre viejas pipas y montículos de virutas de madera. Al despertar, se vio nuevamente ante el misterioso hombre. Y nuevamente recorrieron juntos la
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ciudad. Esto se repetía todos los días. Un día, Nasmuch creó valor para hablar con el extraño personaje: — ¿Quién eres tú? — Yo soy el que soy. Soy aquel que vive aquí. Soy aquel que antiguamente fuisteis tú. ¿Por qué estás dudando? Soy la persona que antes eras tú. Pero tú me abandonaste y conseguisteis otras compañías. Soy aquél que tú abandonasteis. Soy el propio hombre creado a imagen de Dios. Antiguamente, ese cuerpo me pertenecía. Yo habitaba tu cuerpo junto contigo, pero nuestra relación no era armoniosa, no consiguiendo identificarnos. Tú eras mezquino y te fuiste volviendo cada vez más egoísta. No soporté más convivir contigo y abandoné tu cuerpo. En todo hombre existe el "yo positivo" y el "yo negativo". Y prevalece aquel a quien el hombre da mayor atención. Yo soy el "yo positivo", tú eres el "yo negativo". Yo poseo todas las cosas, pero tú no posees nada. En verdad, ese cuerpo donde antes vivíamos juntos me pertenece. Pero ahora está tan sucio, tan feo... Ya no soportaría vivir en él otra vez, a no ser que lo purifiques. Si lo limpias, eliminando todas las impurezas, volveré a vivir en él. — ¿Por qué me sigues todo el tiempo? — No soy yo quien te sigue. Eres tú el que me sigue. Durante algún tiempo pudiste vivir sin mí. Pero, después, comenzaste a seguir el camino de la decadencia. Lo que te espera al final de ese camino es la muerte y ya estás muy cerca del fin. Es necesario, que purifiques urgentemente nuestra "morada", para que yo pueda entrar en ella. Purifica tu morada. Límpiala desde la punta de la cabeza hasta el interior de tu mente. Entonces, volveré a vivir en ella. — Pero ya no tengo fuerzas para levantarme, dijo Nasmuch con una voz débil y trémula. Y, siento que mi mente también está completamente debilitada... Necesito que me ayudes... — Oye bien, dijo el otro, curvándose sobre Nasmuch que quedó postrado en el suelo, inmóvil como un cadáver. Con una voz solemne, el hombre continuó: — El "hombre positivo", o sea, aquel en el que existe solamente el "yo positivo",
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logra realizar todas las cosas. Todo el mundo le pertenece. A nada le teme, ningún obstáculo puede detenerlo. Es el que comanda todo. Cuando él se aproxima, los oponentes huyen rápidamente. Tiene la fuerza capaz de remover montañas y cerrar valles. Adonde quiera que vaya, el camino a su frente se vuelve plano. Nasmuch escuchó todo eso, perfectamente consciente. "Tengo la seguridad de que esto no es un sueño", pensó. Después, durmió de nuevo, entre los montículos de virutas de madera. Cuando despertó, el mundo le parecía completamente diferente. El Sol parecía más brillante y el canto de los pajarillos, mucho más alegre que antes. Hasta el día de ayer se sentía muy débil, con el cuerpo trémulo y pasos temblorosos, pero ahora se sentía repleto de fuerza y vigor. Él, miró el montículo de virutas donde estaba durmiendo. Entonces, le vinieron a la mente las cosas que sucedieron en su sueño. Se levantó y se dirigió hacia el bar donde acostumbraba comer. Cuando llegó allá se sorprendió, pues, las personas que antes lo trataban con indiferencia, lo saludaron alegremente y aquellos que lo despreciaban hacía muchos meses, lo saludaban respetuosamente. Él, fue al lavatorio, hizo gárgaras y regresando a la sala tomó el desayuno. Después de comer, Nasmuch se dirigió hacia la pensión donde vivía antes y pidió para que le reservasen un cuarto. En seguida, volvió a la fábrica de pipas. En el patio externo, estaba parada una gran carroza y varios hombres estaban cargándola con pipas que serían remitidas a los muelles. Sin decir nada, Nasmuch se aproximó a ellos y comenzó a ayudarles en el trabajo de cargamento. Terminando el trabajo, entró en el edificio de la fábrica, cuyo interior conocía muy bien. Allí, había una máquina de torno que parecía estar sin uso hacía mucho tiempo pues, estaba cubierta de polvo. Era el banco que Nasmuch usaba cuando trabajaba en esa fábrica. Se sentó en el banco, pisó la palanca del tomo y comenzó a emparejar las tablas para la confección de pipas. Cerca de una hora más tarde, llegó el gerente de la fábrica y quedó muy sorprendido al ver a Nasmuch trabajando allí. En el piso, junto al banco del torno ya había un considerable volumen de virutas de madera. El gerente permaneció observando al joven, sin decir nada. Nasmuch también no dijo nada pero, con su actitud, mostraba
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claramente que estaba regenerado y dispuesto a volver a trabajar. El gerente meneó la cabeza pensativo y se retiró sin hacer ningún comentario. Ésta, fue la quinta y última lección que Nasmuch aprendió. De ahí en adelante, su vida tomó un nuevo impulso, todo comenzó a salir bien, algunos años después construyó un nuevo astillero y se convirtió en un hombre próspero y exitoso. Nasmuch finaliza su autobiografía, con los siguientes consejos a los lectores: Usted podrá obtener cualquier cosa que desea tener, si su intención es para el bien de todos. Basta extender las manos. Concientice que dentro de Ud. existe una fuerza capaz de dirigir todas las cosas, según su deseo. Concientice que puede tener todo lo que quiera.
Libérese de todo y cualquier tipo de miedo. El miedo forma parte del "yo negativo" del hombre.
Si posee habilidad para algo, úsela en el sentido de contribuir al bien de la humanidad. La humanidad se beneficiará con eso y consecuentemente, Ud. será beneficiado.
Busque siempre comunicarse con su "yo positivo". Oyendo los consejos de su "yo positivo", jamás fracasará.
Meras teorías filosóficas no resuelven nada. Tenga en cuenta que el mundo es una realidad concreta.
Realice todo lo que esté a su alcance. Resista a las tentaciones que tratan de desviarlo de su objetivo. Para realizar buenas obras, no necesita esperar la invitación de nadie. Tome la iniciativa, inmediatamente.
El hombre negativo (aquél que está dominado por su "yo negativo"), necesita del perdón de los demás. El hombre positivo (aquél en quien prevalece el "yo positivo") perdona a los demás.
La suerte siempre está a su alcance, a lo largo del camino de la vida. Agárrela. Es suya. Le pertenece.
Comience a actuar ahora mismo. Extienda sus manos y tome para sí mismo las cosas positivas. En esta vida, el "ahora" es el momento más
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solemne, es el "momento positivo".
Su "yo positivo" está a su lado, ahora. Purifique su mente y fortalezca su espíritu, para que "Él" pueda entrar en Ud. "El", lo está esperando.
Inicie, ahora mismo, la nueva jornada de su vida.
Esté siempre atento, para ver si dentro de Ud. predomina su "yo positivo" o su "yo negativo". Si descubre que su "yo negativo" está predominando, haga todo lo posible para expulsarlo. Y no permita que vuelva a "alojarse" en Ud., ni siquiera por un instante.
Con estas enseñanzas, Nasmuch termina su biografía. Yo incluí en este libro (El Libro de los Jóvenes) el resumen de la biografía de Nasmuch esperando que sus enseñanzas sean útiles a Uds., jóvenes prometedores, sirviéndoles como guía a fin de proporcionarles una feliz jornada en la vida y conducirlos a un futuro brillante.
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CAPITULO XVIII FRAGMENTOS ESCOGIDOS PARA JOVENES 1. HOMBRES QUE QUIERO FORMAR Quiero formar hombres de gran dinamismo y vitalidad. Por más inteligente que sea una persona, no será capaz de poner en práctica sus ideas, si no tiene una gran dosis de dinamismo y vitalidad. Y, aunque las ponga en práctica, terminará fracasando. Quiero formar hombres de ánimo fuerte y mente alegre, que no se dejen vencer, por más grandes que sean las aparente dificultades con las que se enfrenten. De la misma forma que en un año existen la primavera, el verano, el otoño y el invierno, en la vida del hombre también existen diversas fases, pudiendo, a veces sobrevenir épocas difíciles como el riguroso invierno. Aun cuando esto ocurra, las personas de ánimo fuerte y mente alegre no se dejan abatir, pues confían firmemente que "al empezar el invierno, ya podemos esperar la llegada de la primavera". Para esas personas, las dificultades, los golpes que la vida les proporciona, sirven para hacerlas aún más fuertes, de la misma forma que los golpes del mazo vuelven resistente el acero. Quiero formar hombres que sean no sólo correctos sino, también, generosos, o sea, hombres que vivan en armonía con todas las cosas. Aquellos que no poseen la generosidad, ni la capacidad de vivir en armonía con las personas y cosas que los rodean, no pueden vivificar a su prójimo, aunque ellos mismos sean personas correctas. Las aguas excesivamente limpias no sirven para almacenar peces, debido a la ausencia de sustancias nutritivas. Las materias fétidas sirven para adobar las plantas, pues contienen una gran cantidad de fertilizantes. La Gran Naturaleza almacena en su seno las sustancias fétidas, pero está purificándolas constantemente con su fuerza purificadora. La naturaleza no rechaza las sustancias
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fétidas, pero sí las purifica y las asimila. Aquellos que no son magnánimos como la naturaleza, no logran vivificar al prójimo ni hacer crecer a las cosas a su alrededor, aunque sean personas correctas. Quiero formar hombres poseedores de verdadera sabiduría. Por más talentoso que sea un hombre, si su talento está dentro de los límites de su "pequeña inteligencia humana", tarde o temprano terminará fracasando. La verdadera sabiduría no es la sabiduría de nuestro pequeño "yo", ni la limitada inteligencia cerebral. La verdadera sabiduría es una sabiduría infinita que normalmente se parece al agua mansa, que en las horas ciertas y en los momentos oportunos comienza a fluir en abundancia. Aquél que es poseedor de verdadera sabiduría no se enorgullece de sus éxitos, mantiene siempre la humildad, atribuyendo a Dios el mérito de' su victoria: "No soy yo quien realiza mis obras, sino Dios que está dentro de mí". Esta sabiduría, acompañada de humildad, es la que constituye la gran sabiduría. Los que se vanaglorian de la sabiduría de su pequeño "yo", un día se desmoronan como torres edificadas sobre la arena, pues la "sabiduría individual" del hombre es limitada. Pero, los que saben manifestar a través de sí la verdadera sabiduría la infinita sabiduría de Dios, son indestructibles como fortalezas edificadas sobre piedras. Quiero formar hombres que jamás odien ni maldigan a los demás. La bala del fusil rompe su propio cartucho antes de alcanzar al enemigo. De la misma forma, el odio y la maldición hieren primero a las mismas personas que odian o maldicen, antes de alcanzar a las personas a quienes les son dirigidos. Es por eso que, cuando una persona odia o maldice a los demás, generalmente comienzan a ocurrir en su vida una serie de infelicidades, desgracias y enfermedades. Deseo, sinceramente, ayudar a formar hombres de corazón generoso y repleto de Amor, capaces de orar sinceramente por el bien de las personas que no los quieren. Deseo formar hombres que sepan manifestar el verdadero Amor y no hombres pusilánimes, del tipo que se limitan a sonreír con resignación por más que sean humillados. El verdadero Amor es aquel que, cuando es necesario, toma una posición severa. A
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veces, necesitamos tratar con severidad a aquellos a quienes amamos, de la misma forma que la Naturaleza mantiene cubierto de nieve y hielo los montes, los campos, los valles, los lagos y los ríos durante una época del año. Sólo así podemos hacer que ellos florezcan como las bellas y perfumadas flores del ciruelo que abren sus pétalos después del riguroso invierno. Un Amor muy transigente vuelve mimadas y perezosas a las personas que amamos, de la misma forma que un clima muy caliente vuelve indolentes hasta a las laboriosas abejas. Digo que la severidad es necesaria, pero eso no significa que yo quiera formar hombres de "corazón estrecho". Por el contrario, quiero formar hombres con infinita capacidad de perdonar. Quiero formar, en síntesis, hombres que estén siempre dispuestos a perdonar, a aceptar generosamente a los otros; hombres que mantengan siempre la mente alegre, abundante vitalidad y gran generosidad; pero que cuando sea necesario, "llamen nubes y vientos, provoquen tormentas y terremotos, revolucionen la tierra" y logren salvar a la humanidad, en el verdadero sentido de la palabra. 2. YO VENCÍ AL MUNDO Jesús dijo: "En el mundo pasaréis aflicciones". Él, se refería a la persecución que sus discípulos sufrirían en este mundo fenoménico. Sin embargo, en seguida, replicó: "Pero, tened buen ánimo, yo vencí al mundo". Con eso, quiso decir que la humanidad debe mantener siempre buen ánimo, por mayores que sean las dificultades que tengan que enfrentar, porque en el Mundo de la Imagen Verdadera, sólo existen motivos de alegría. No existen en este mundo fenoménico, personas que no tengan algún motivo de sufrimiento. Casi siempre, las personas que llevan la luz de la Verdad son perseguidas por el mundo y se vuelven el centro de burla de las multitudes ignorantes. Pero, esas persecuciones son cosas pasajeras como el ruido de los truenos cuando las nubes que están en el cielo azul se condensan y después se desintegran, precipitándose en forma de lluvia torrencial.
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Por más estruendosos que sean los truenos, ellos no podrán destruir el cielo eternamente azul. Los propagadores del "Pensamiento optimista" ya descubrieron que, en este mundo, existe la fuerza del Bien, capaz de vencer cualquier dificultad. Dios es Amor, es Orden, es Armonía, es Perfección, es la única existencia real. Esa Verdad es la Verdad suprema y vendrá el tiempo en que esta Verdad se probará por sí misma. "Yo vencí el mundo", en esta frase dicha por Cristo, el "Yo" significa el propio "Amor". El "Amor" es el eterno Vencedor. Aquél que ama, que vive el Amor hasta en las horas de mayor dificultad, triunfará infaliblemente. Los victoriosos son los que viven siempre en el Amor. Y los fracasados son los que no fueron capaces de amar. Jesucristo, al ser crucificado, pareció sufrir una derrota temporal; pero, en verdad, Él nunca dejó de ser el Eterno Victorioso. El hombre logra el verdadero triunfo solamente a través del "Amor". En cualquier circunstancia de nuestra vida, el Amor es la llave que nos abre el camino. Cuando, a lo largo de nuestra vida, nos encontramos con problemas cruciales, debemos preguntarnos qué actitud tomar, en nombre del Amor. Entonces, sabremos cuál es la manera más correcta de actuar. Así, el Amor nos conducirá siempre hacia el camino verdadero, nos permitirá actuar siempre correctamente, mantendrá la armonía en nuestra vida y nos volverá Eternos Victoriosos. (Del libro Kofuku seikatsu hon). 3. VIVIFIQUE LAS HORAS MATINALES Si Uds. quieren crecer espiritualmente, si quieren que sus hogares sean realmente "hogar del progreso infinito", aprovechen las horas matinales. Aquél que emplea con provecho el tiempo, está empleando con provecho su propia vida, pues "el tiempo es Vida". Aquél que, como yo, aprovecha bien sus horas matinales, logra vivir el "doble": si vive cincuenta años, será como si hubiese vivido cien años; si vive setenta años, será como si hubiese vivido 140 años. El Sr. J.P. Morgan, un comerciante millonario norteamericano dijo, cierta vez, a un
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amigo: "Yo pienso que cada segundo de mi existencia vale millones de dólares". Por saber darle valor al "tiempo" es que él consiguió volverse uno de los hombres más ricos del mundo. ¿No será que Uds., queridos lectores, están desperdiciando su precioso tiempo? Tal vez, muchas personas no se preocupen con el desperdicio del tiempo, creyendo que el "tiempo" que pasa, nada tiene que ver con ellas. Pero, la verdad es que el tiempo desperdiciado es un "pedazo" de la preciosa Vida mutilado y abandonado. Por lo tanto, aquellos que no quieren "morir", aquellos que no quieren mutilar su Vida deben usar, provechosamente, las valiosas horas matinales. El Sr. Morgan calculó en millones de dólares cada segundo de su vida. Pero, en verdad, la Vida es mucho más valiosa. Existe un proverbio que dice: "Tiempo es dinero". Sin embargo, la importancia del tiempo es incomparablemente mayor que la del dinero. Si Uds. quieren tirar en la calle su dinero, háganlo. Pero, nunca tiren en vano las provechosas horas matinales. Si Uds. quieren regalar sus propiedades, su casa, sus objetos personales, etc., hagan eso cuando quieran; pero nunca desperdicien las provechosas horas matinales. Dinero, propiedades, casa, ropa, objetos, etc., pueden tenerlo de nuevo más tarde. Pero, no hay nada que les permita recuperar las horas perdidas. Supongamos que Uds. vean en la calle a un hombre con una porción de monedas en las manos que las va tirando una por una, por donde pasa. Con seguridad, Uds. pensarán que ese hombre está loco. Todas las personas pensarán eso. Sin embargo, muchas son las personas que no consideran locos a los que van tirando y desperdiciando su tiempo, que es mucho más valioso que cualquier moneda. Además, ellas mismas viven desperdiciando su precioso tiempo, como si eso nada significase. La vida de esas personas están lejos del modo de vivir de Seicho-No-Ie. Ellas no están creciendo incesantemente. No están exteriorizando su capacidad. Es natural, pues, que permanezcan indefinidamente en su mediocridad. (Del libro La Verdad de la Vida, Vol. 7).
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4. VIVIFIQUE EL "AHORA" ¡Jóvenes de Seicho-No-Ie! ¡Ahora es su hora! ¡Es ahora o nunca! ¡Jóvenes, con gran determinación, realicen ahora mismo todo lo que les cabe por hacer en este momento! Ese es el modo de vivir de Seicho-No-Ie. Ese es el modo de vivir que está de acuerdo con la Ley del "desenvolvimiento (manifestación) de la Vida". Lo que es posible realizar ahora, podrá volverse imposible de realizar posteriormente. Por lo tanto, ¡ahora es el momento de actuar! ¡"Agarren" la posibilidad del ahora! ¡Conquisten al "ahora", a su gusto! A partir de ahí, Uds. podrán descubrir el futuro. ¿De qué sirve permanecer dudando o reluchando? Eso sólo les hará perder el tiempo. Desperdiciar el tiempo es desperdiciar la Vida. No dejen para después aquello que puede ser realizado ahora, pensando que podrá llegar un momento más oportuno. El ahora es el momento más oportuno para la realización de aquello que tiene posibilidad de ser realizado ahora. Dicen que el dios llamado "Oportunidad" tiene cabellos sólo en la parte delantera de la cabeza. Por lo tanto, Uds. deben ir al encuentro del dios de la "Oportunidad" y tomarlo del copete. Este es el secreto del éxito. No dejen escapar la oportunidad, pensando: "Tal vez aparezca otra oportunidad mejor que ésta". Puede ser que realmente aparezca una oportunidad mejor. Pero, generalmente, aquél que está siempre esperando una mejor oportunidad, termina dejando pasar la mejor oportunidad de su vida. En verdad, personas así se quedan esperando eternamente "la mejor oportunidad". Por eso, les digo: empeñen toda su fuerza en conquistar el "ahora". ¡Dominen completamente el "ahora"! Nada debemos temer, cuando nos dedicamos de cuerpo y alma en aquello que tenemos posibilidad de realizar ahora. Tal vez, sufran un "aparente" fracaso. Pero, ¿qué importancia tiene eso? No consideren eso como una derrota. Lo que todos deseamos realmente, ¿no es el crecimiento de la Vida que se aloja en nosotros? El verdadero éxito consiste en el "crecimiento (manifestación) de la Vida" a través de
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las más variadas experiencias. Lo que queremos no es acomodarnos a una vida mansa y tranquila. Para nosotros, que somos la propia "Vida", la alegría está en crear, en crecer, en dejar la marca de nuestro "yo" en las duras piedras de nuestro destino. Ese es el verdadero crecimiento a que se refieren las enseñanzas de SeichoNo-Ie. Cuando comprendemos realmente ese "principio del crecimiento", el éxito deja de ser, para nosotros, una cosa prometida para un futuro distante. No importa cuál sea la circunstancia o la situación en que nos encontremos ahora, en realidad estamos creciendo y alcanzando el éxito cada segundo, cada minuto... Desde ahora, todos nosotros tenemos nuestro crecimiento asegurado, tenemos el éxito garantizado. ¡Qué gran felicidad!. Por todo eso, Seicho-No-Ie exhorta a todos a que trabajen activamente, concentrando todo su espíritu en el "ahora". (Del libro La Verdad de la Vida, Vol. 7). S. "QUEMEN EL PUENTE QUE ACABARON DE ATRAVESAR" ¡Queridos lectores! Una vez que Uds. hayan tomado la decisión de realizar algo, es fundamental, seguir adelante con la firme convicción de que vencerán infaliblemente. Nadie podrá exteriorizar plenamente su fuerza si, al iniciar un emprendimiento, deja preparado un "camino para la fuga", en caso de encontrar algún obstáculo. Cuando Julio César desembarcó en la costa británica con su ejército, mandó quemar todos los navíos que habían prestado un gran trabajo transportando a su ejército hasta el estrecho de Uds. - y que en caso de derrota, serían indispensables para la fuga. Cuando comprendemos que "no hay otra salida sino seguir adelante", conseguimos mostrar una capacidad mucho mayor de lo que somos capaces de mostrar en circunstancias normales. Por lo tanto, comprender que "no hay otra salida a no ser seguir adelante", es un medio de hacer exteriorizar la fuerza de la "Vida Infinita"
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que existe en nosotros. "Venceré infaliblemente, donde quiera que vaya" - aquél que inicia cualquier emprendimiento con esta determinación, alcanzará infaliblemente la victoria. Esta determinación es indispensable, pero no podrá nacer dentro de nosotros si existe un camino para la huida. Por eso, las personas que no tienen autodeterminación necesitan "quemar el puente que acaban de atravesar". Una vez, quemado el puente, no podemos volver atrás, por más que queramos. La única libertad que nos resta es seguir adelante. "¡No hay otro medio a no ser seguir adelante!" - esa situación nos hace más fuertes, pues el único movimiento posible, en este caso, será seguir hacia el frente y nunca hacia atrás. (Del libro La Verdad de la Vida, Vol. 7). 6. DIVIRTÁMONOS CON LAS DIFICULTADES ¡Jóvenes! Vamos a divertimos con las dificultades, así como las olas del mar juegan con las rocas. Vamos a subir alegremente por las "cuestas de las dificultades", así como los monos suben alegremente por los troncos de los árboles. Nadie aplaude a un malabarista cuando está simplemente caminando por la calle. La flor del ciruelo es muy admirada y apreciada porque florece en pleno invierno. ¡Jóvenes! No les estoy diciendo que "soporten" las dificultades. Nosotros, que somos de Seicho-No-Ie, nos divertimos con las dificultades. La vida se vuelve alegre y radiante cuando transformamos las dificultades en diversiones. Las dificultades y los obstáculos son "instrumentos deportivos" que la "Vida" usa para divertirse y ejercitarse. ¿Uds. creen que esquiar es un trabajo arduo? Que practicar alpinismo, ¿es una infelicidad? Que jugar golf, ¿es un sufrimiento? Que practicar natación, ¿es algo trágico? ¡Claro que no! Todas esas cosas nos hacen utilizar mucha fuerza y energía, pero no nos causan sufrimientos ni tristezas porque los consideramos deportes divertidos. También, los reveses de la vida cuando los consideramos como "deportes", no nos dejarán tristes ni amargados. Cuando sabemos transformar las dificultades en diversiones, nuestra vida se vuelve alegre y
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radiante y sentimos que estamos repletos de una vigorosa e infinita fuerza vital. (Del libro La Verdad de la Vida, Vol. 7). 7. REFLEXIONES SOBRE NUESTRA VIDA COTIDIANA - A veces, el hombre se olvida de su verdadera naturaleza. Es, en esas horas, que su vida comienza a destruirse. - La vida del hombre comienza a destruirse cuando se juzga un "ser material". - La vida del hombre comienza a destruirse cuando se juzga un simple "cuerpo camal". - La vida del hombre comienza a destruirse cuando se enorgullece de sus conocimientos y se considera un maestro. - El hombre no fue hecho sólo para predicar sermones. No debemos volvernos simples predicadores de sermones. - Necesitamos comprender que el hombre es, antes que nada, un ser que practica las enseñanzas en su vida cotidiana. - Debemos tener más cuidado, cuando somos elogiados que cuando somos criticados. - El hombre es hijo de Dios. Pero, frecuentemente tiende a pensar presuntuosamente, que no es necesario hacer nada para manifestar su naturaleza de "hijo de Dios" y exterioriza sólo una pequeña parte de su contenido infinito. - Existen personas que, cuando son consideradas "profesores", se vuelven arrogantes y comienzan a maltratar a los demás. - Existen personas que, cuando son consideradas "profesores" se vuelven negligentes en sus obligaciones. - Es fundamental, reverenciar al prójimo con más Amor y más seriedad. - Un "profesor" no puede vivir como un cerdo. El cerdo no necesita ser dedicado, no necesita ser útil ni necesita agradecer y nadie lo censura por eso. Ser considerado un "profesor" es algo bastante peligroso.
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- *** - ¿Está en armonía con su cónyuge? ¿Lo está, en realidad?. ¿Siente realmente gratitud por su cónyuge?. Puede ser que no pelee con su cónyuge. Pero, ¿sólo eso es suficiente?. ¿No se siente a veces insatisfecho(a) con su cónyuge, queriendo de él más de esto o de aquello? Si es así, entonces, no siente realmente gratitud hacia él (ella). Es esencial, que abandone las exigencias. *** ¿No estaremos "atando" a alguien con nuestro pensamiento, mentalmente?. Si, con respecto a una persona o cosa, pensamos: "Quiero que sea así", entonces estaremos con la "mente que ata". Mientras no abandonemos el pensamiento que dice: "Quiero que sea así", no estaremos con la mente verdaderamente dócil. No es necesario pensar: "Quiero que sea así", porque "el Paraíso ya está aquí", con toda su perfección. Esta es nuestra enseñanza. *** Hasta donde alcanza la vista, se extiende la tierra paradisíaca. Aquí sólo existen cosas buenas. Si nos parece que existe algo que no es bueno, es señal de que nuestra mente está turbia. Si las límpidas aguas del lago parecen turbias y rojas, es porque en ellas se refleja el cielo cubierto de nubes rojas. Si parecen grises y pesadas, es porque en ellas se refleja el cielo cubierto de nubes grises y pesadas. Si parecen azules y brillantes, es porque en ellas se refleja el cielo azul y brillante. Así como el lago refleja el cielo, este mundo refleja nuestra mente. Todo lo que en él existe, es el reflejo de nuestros pensamientos. Si nuestra mente tiene sólo buenos pensamientos, este mundo será para nosotros una Tierra Paradisíaca que se extiende hasta el infinito. *** Hay momentos en que las nubes negras oscurecen la mente del hombre. Esto ocurre cuando deja de vivir como un reloj de sol. "Yo registro solamente las horas en que brilla el Sol". Dce el reloj de Sol. ¡Qué sabio eres, reloj de sol!. A veces, el hombre vive no como un reloj de sol, sino como un "reloj de sombras". Y comienza
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a registrar solamente las horas sombrías. Eso ocurre, a veces, con los adeptos más antiguos. A esas personas, quiero recordarles: ¿De qué sirve ser miembros antiguos, si no saben renovarse?. Lo importante es la constante renovación. Aquellos que se dejan envejecer y se vuelven "enmohecidos", sombríos e inertes, ya no están viviendo conforme a las enseñanzas de Seicho-No-Ie. Vivamos como el reloj de sol, que "registra solamente las horas en que brilla el Sol". ¡Vivamos con la mente positiva, "registrando" sólo los buenos momentos, alegres y felices! *** Algunas personas, no obstante ser adeptas de Seicho-No-Ie, se dejan deprimir, no buscan animarse y, consecuentemente, terminan atrayendo infelicidades. Y, cuando eso ocurre, se decepcionan de las enseñanzas de Seicho-No-Ie, que habla sobre el pensamiento positivo, olvidándose de que ellas son las que dejaron de practicarlas. Es fundamental, que tales personas concienticen que el simple "conocimiento" en relación al pensamiento positivo no es suficiente. El pensamiento positivo debe ser puesto en práctica. En caso contrario, no podrán manifestar a Dios. *** Debemos tener el hábito de animar nuestra mente todas las mañanas. Son muchas las personas que, en los primeros tiempos (o sea, después de haber entrado a Seicho-No-Ie) practicaban con emoción, el hábito de "animar la mente", pero, con el pasar del tiempo, terminaron olvidándose de ese hábito. *** Todo lo que se queda "estancado" termina por crear moho. ¿De qué sirve haber entrado a Seicho-No-Ie, si no trata, todos los días, de proferir palabras positivas como: "Soy feliz", "Estoy agradecido a todas las cosas", "Tengo la seguridad de que todo va a mejorar", etc.?. El día en que pronunciemos tales palabras, por lo menos una vez, nos sentiremos felices. Aquellos que no pronuncian palabras positivas, ni siquiera una vez al día, ya están envejeciendo, ya están perdiendo su fe. Analícese Ud. mismo y reflexione sobre las palabras que pronunció hoy. Muchas personas, en vez de admitir su error y pedir disculpas con docilidad, tratan de justificarse o de
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argumentar. Por lo general, es esta actitud la que genera la desarmonía en el hogar. *** Un pequeño gesto de atención, puede conmover a los otros, más que un bello sermón. Sin embargo, es necesario que los gestos de atención sean espontáneos y adecuados hacia las personas a quienes son dirigidos. Aquél que es atento sólo para parecer virtuoso, se vuelve desagradable. Las atenciones deben ser naturales, espontáneas y discretas. Las palabras bondadosas son las que conmueven y calan más a las personas en el fondo de sus corazones, que las reprensiones enérgicas. *** Si, en nombre de la economía, tratamos de restringir todas las cosas, no podremos expandir nada. Pero, tampoco sirve hablar de grandes realizaciones, si no tenemos bases sólidas. Es primordial, que haya equilibrio entre la "fuerza centrífuga" (expansión) y la "fuerza centrípeta" (retracción). *** No es imitando al adversario que podremos vencer una partida de "ajedrez". Del mismo modo, no es imitando a los demás que podremos vencer en la vida. "¿Será que ya expulsé todas las preocupaciones y estoy pensando sólo en cosas positivas?" - Hágase esta pregunta a sí mismo. *** ¿Cuál ha sido su comportamiento durante las comidas? Si toma los alimentos alegremente, riendo y conversando con los demás, todo está bien. Pero, si mantiene un silencio oprimido y la fisionomía desagradable y come sin sentir el gusto de la comida, nada hará bien a su cuerpo; su organismo no va a asimilar los elementos nutritivos de los alimentos. Por lo tanto, aun cuando no le parezca rica la comida, diga que está deliciosa y busque convencerse de ello. Así, la comida será realmente más sabrosa que cuando coma reclamando de que tiene "sabor a remedio". Si en una familia, las personas comienzan a reclamar a la hora de comer, el ambiente de ese hogar se deteriorará. El mejor remedio para evitar el "deterioro" son las palabras de elogio. Busquemos, pues, decir siempre palabras positivas,
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palabras de elogio. Todo aquello que es bueno, debe ser puesto en práctica. Y esa práctica debe ser constante. *** Aunque hayamos alcanzado alguna vez el "despertar espiritual", puede ser que en este momento no estemos tan "despiertos espiritualmente". El cielo, que hasta hace poco estaba límpido, puede estar ahora encubierto y puede hasta llover. Así, también, es el hombre. *** Naturalmente, encima de las nubes el Sol continúa brillando y el cielo permanece azul. Del mismo modo, la Imagen Verdadera del hombre continúa siempre perfecta, aun cuando se oculta detrás de su aparente imperfección. Lo importante, es manifestar el "Sol" y el "cielo"(o sea, nuestra Imagen Verdadera) en nuestra vida cotidiana. *** Aquél que elogia a los demás está rodeado de una "atmósfera" radiante. Pero, aquellos que esparcen sus maldiciones tienen una vida cubierta de nubes tenebrosas. ¿Cuántas veces dije palabras de elogio hoy? ¿Y cuántas veces hablé mal de los otros?. *** Caminamos todos, sobre la cuerda floja de la vida cotidiana. Hay gente que se descuida y da un paso en falso. El descuido de un minuto puede echar a perder toda una existencia, nos puede hacer precipitar en un profundo abismo. *** ¿De qué modo viví el día de hoy?. Debo iluminar el camino por donde voy y mirar bien donde piso. No existe fe, comprensión de la Verdad ni "iluminación" fuera de la vida cotidiana. La Verdad debe ser puesta en práctica. (Del libro Seishi Shu). 8. ENTREGUE TODO EN LAS MANOS DE DIOS
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Debemos confiar enteramente en Dios y entregar todo en sus manos, pues Él es el todo de todo. Entregar todo en las manos de Dios no significa arrojar todos los problemas encima de Él y permanecer con los brazos cruzados, con la mente deprimida y desinteresada de todo. ¡Dios es Luz, es Esperanza, es Sabiduría, es Vida! Por lo tanto, confiar todo a Dios, significa mantener nuestra mente llena de Luz y Esperanza, actuar bajo la orientación de la Sabiduría Divina y confiar en la providencia de la "Gran Vida" de Dios. Entregar todo en las manos de Dios no significa tomar una actitud derrotista, conformándonos con las circunstancias y situaciones actuales. Por el contrario, eso significa levantarnos llenos de ánimo sintiendo en nuestro interior la gran fuerza de Dios. "Aceptar todo con docilidad" no significa ser esclavos de las cosas, sino aprovechar todo lo que recibimos, transformándolo en "alimentos del alma". Significa asimilar todo y absorber los "elementos nutritivos" para aumentar, aún más, nuestra fuerza y capacidad y levantarnos con un vigor redoblado. Cuando aprendan a tomar esa actitud mental, comprenderán que todo lo que ocurre en sus vidas sirve para fortalecerlos y perfeccionarlos. (Del libro Seishi shu). 9. LA AUTOEXPRESIÓN DE DIOS Dios es autosuficiente. Tiene la plenitud de todo y, por eso, está siempre satisfecho, alegre y feliz. El hombre, siendo la autoexpresión de la Vida de Dios, debería, por naturaleza, ser siempre alegre y feliz. Sin embargo, la naturaleza alegre y feliz no siempre se manifiesta. ¿Por qué? Simplemente porque él mismo no hace nada para que se pueda manifestar. La alegría y la felicidad nos llegan a través del "canal de la Vida" y nos une al “Manantial inagotable” o sea a Dios, de la misma forma que el agua corriente llega hasta nosotros a través de las tuberías que se ligan a una gran represa. Para que el agua corra, hasta abrir la canilla. Si no abrimos la canilla, no podremos obtener agua, aunque esté allí mismo, a nuestra disposición. De la misma forma, si no abrimos la válvula del “Canal de la Vida", no podremos obtener el
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“agua de la felicidad”, que está allí mismo, pronto a brotar. Abrir la válvula del “Canal que atrae el agua de la felicidad” es reír alegremente, tratando de exteriorizar nuestra verdadera naturaleza de un feliz hijo de Dios. Decir que no puede reír porque no siente alegría, equivale a decir que no puede tomar agua porque no dispone de agua. Justamente cuando no dispone de agua, es necesario abrir la canilla para obtenerla. Cuando menos alegre le parezca la vida, más alegría debe exteriorizar y más sonrisas debe esparcir a su alrededor. Si derrama agua, la tierra se humedecerá. De la misma, si esparce sonrisas, el ambiente que le rodea se volverá alegre. Recuerde que la esencia del hombre es la Vida de Dios y siendo así, es alegre y feliz por naturaleza. Esta es la verdad vertical (Del libro Seishi shu). 10. EL SECRETO DEL ÉXITO El secreto del éxito está en - No tratar de huir de las responsabilidades, sino estar siempre dispuesto a asumir grandes responsabilidades. - Leer buenos libros y asistir a obras teatrales y a películas artísticas, en lugar de perder tiempo con revistas y espectáculos banales, que no tienen ningún contenido y que sólo sirven para ilusionar a las personas. - No desperdiciar el tiempo ni la energía, afligiéndonos con incidentes de poca importancia, enojándonos o preocupándonos sin necesidad por cosas que ya pasaron o por cosas que todavía no ocurrieron. - Debemos progresar diariamente. Aquél que no progresa, no está sólo estancado, sino que está retrocediendo. La jornada de la vida es como subir una cumbre empujando una carreta pesada: si paramos, terminamos retrocediendo algunos pasos. Nuestra mente y nuestro cuerpo son como las herramientas de trabajo: si no las cuidamos bien, o las dejamos de usar, terminarán "oxidándose". Actuar, es siempre mejor que estar parado sin hacer nada, aun cuando el resultado
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sea un fracaso, pues por lo menos ganamos experiencia. (Del libro Vida de Amor y luz). 11. IDEAS ERRÓNEAS SOBRE LA "LIBERTAD" Con frecuencia, me encuentro con personas que piensan que "ser libre es llevar una vida desordenada y desenfrenada, haciendo lo que se les dé en gana, sin importarles los daños que puedan causar a los demás". Esa idea es totalmente errónea. Ser libre no es ser esclavo de los deseos. Ser libre no es huir de las dificultades, sino dominarlas sin temor. Ser libre no es llevar una vida ociosa, desordenada o descomedida. La "gran libertad" (la verdadera libertad) no choca con reglas, leyes y órdenes. Un gran músico, por el hecho de estar en natural armonía con las reglas musicales, puede ejecutar libremente cualquier música. Pero un músico mediocre, por no estar en armonía con las reglas musicales, no tiene esa libertad. Este ejemplo nos hace comprender que la "gran libertad" está en la natural armonía con las leyes, reglas y orden, y que una vida ociosa, desordenada o desenfrenada no trae la verdadera libertad. La libertad está intrínsecamente ligada al "orden" que triunfa sobre la "confusión". La Vida es libre por naturaleza. Y donde surge la Vida, se establece el orden. En un mundo sin orden no existe Vida. La inexistencia de la Vida es la inexistencia del orden. Un mundo sin orden es un mundo caótico. El mundo caótico es un mundo en el que todavía no se realiza la obra de la creación. Cuando surge la Vida en el mundo caótico, se establece inmediatamente el orden. En cualquier lugar, donde la Vida inicia su obra de creación, inevitablemente se establece el orden. Cuando vemos un montón de piedras, ladrillos, etc., no logramos reconocer en ellos la "Vida", porque esos materiales están colocados allí, amontonados, sin ningún orden, pero cuando esos materiales son apilados ordenadamente según un proyecto de construcción y pasan a formar parte de un edificio majestuoso, elogiamos su belleza y decimos que en él se expresa la Vida del arquitecto que lo proyectó. Los materiales en sí no tienen
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vida, pero en la forma como están apilados se percibe el "orden" inherente a la Vida y es por eso que decimos que esa construcción tiene vida. La diferencia entre elemento inorgánico y orgánico (elemento vivo), está en el hecho de que el primero no está organizado, mientras que el segundo está perfectamente organizado. Vean, por ejemplo, la planta que nace entre los deshechos. Es capaz de "diluir" esos desechos, que son cuerpos sin organización, retirar de ellos los elementos necesarios para su constitución, hacer que esos elementos se dispongan "ordenadamente" y así formar un tejido definido. A ese proceso de "disolución" de un cuerpo inorgánico y consecuente "re modelamiento ordenado" de sus elementos se le da el nombre de "vivificación de la materia". Estar vivo es, por lo tanto, mantenerse organizado. Hasta ahora, muchos de nosotros pensábamos que el Orden era algo que restringía la libertad del hombre. Pero esa es una idea errónea, provocada por la falsa interpretación de lo que constituye el Orden. En verdad, el Orden es indispensable para nuestro "gran crecimiento". Los majestuosos rascacielos no se desmoronan a pesar de su gran altura, porque fueron proyectados a través de cálculos minuciosos de los arquitectos y edificados conforme a esos cálculos. Un edificio pequeño puede no desmoronarse a pesar de que su construcción no obedezca rigurosamente a los cálculos hechos por el arquitecto. Pero, tratándose de grandes edificios, la menor desobediencia a los cálculos de los arquitectos resulta en una gran falla y puede provocar el desmoronamiento total del edificio. Vuelvo a citar, como ejemplo, la música. Cuando es sólo un ejecutante, una pequeña diferencia de "tiempo musical" aún puede ser perdonada. Pero, tratándose de una orquesta, ¿qué ocurriría si sus componentes tocasen sus respectivos instrumentos, cada cual en un "tiempo" diferente, alegando que "son libres de tocar como quieran"? Tendríamos, entonces, una confusión de sonidos ruidosos y no una melodía. Lo mismo ocurre con las personas: puede ser que la vida particular de una persona no sea afectada, aunque lleve una vida sin obedecer ningún tipo de orden o regla.
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Pero, al tratarse de organizaciones como una familia, una sociedad o una nación, la falta de orden terminará provocando la ruina. Cuanto mayor es la organización a la cual pertenecemos, mayor será la necesidad de vivir en conformidad con la Ley y el Orden. 12. "LIBERTAD NATURAL" Y "LIBERTAD DE LOS CAPRICHOS" Los jóvenes de hoy tienen un deseo vehemente de ser libres. Por lo menos, la mayoría de los jóvenes que conozco son así. Esto es natural, pero lo que me parece lamentable es el hecho de que muchos de ellos parecen tener una idea errónea sobre la libertad. Seicho-No-Ie exhorta a las personas a vivir libremente, a despertar hacia la completa libertad, a llevar una vida que no sea restringida por la idea: "Eso tiene que ser así". Desafortunadamente, hay personas que nos interpretan erróneamente y piensan que vivir libremente es llevar una vida desenfrenada, sin observar leyes ni reglas. Un ser vivo es verdaderamente libre cuando consigue crecer sanamente, de acuerdo con su verdadera naturaleza. Por ejemplo, si un árbol cuya naturaleza es ser alto y recto logra desarrollarse plenamente, sin torcerse, entonces ese árbol es realmente libre. Si ese árbol piensa: "Yo soy libre para crecer del modo que yo quiera", e insiste en crecer torcido, contrariando su verdadera naturaleza, eso quiere decir que la "libertad de los caprichos" venció a la "libertad natural". En otras palabras, la "libertad natural" de ese árbol fue "pisoteada y destruida". Confucio dijo: "Ahora, a los 70 años de edad, actúo conforme a mi voluntad y sin embargo mis actos no violan las Leyes". Ese es el estado que se alcanza cuando la "libertad natural" vence a la "libertad de los caprichos". Cuando un antiguo sabio dijo: "En la sumisión está la libertad", él quiso decir que la libertad del "hombre verdadero" existe cuando la "libertad de los caprichos" se somete a la "libertad natural". Es imprescindible, pues, que sepamos la distinción entre el "hombre verdadero" y el "hombre falso". La libertad del "hombre falso" se manifiesta como
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la libertad total de los caprichos, en cambio, la libertad del "hombre verdadero" (verdadera naturaleza del hombre) se manifiesta bajo la forma de conductas que están en "natural armonía" con la ley y el orden. Una persona cuya conducta está en choque con las reglas, leyes y orden, aún no es dueña de la verdadera libertad. Cierta vez, un empresario, miembro de Seicho-No-Ie, me contó lo siguiente: "Desde que me volví miembro de Seicho-No-Ie, pasé a tener mucha tolerancia con mis empleados. Había, en aquella época, un joven empleado que acostumbraba llegar siempre atrasado y en una ocasión, faltó al trabajo durante una semana, presentando como justificación la muerte de un pariente que vivía lejos. Pero yo no le decía nada, buscando ser comprensivo. Un día, supe que andaba diciéndole a todos: aquí no hay libertad, no hay lugar para gente joven como yo... Él se refería a mi firma como un lugar sin ninguna libertad. Pero, aun así, no le dije nada. Esperaba, pacientemente a que ese joven comprendiera por sí mismo que la verdadera libertad del hombre no consiste, meramente, en la satisfacción de sus caprichos. A ese joven siempre le gustó fumar, pero hubo una época en la que se mantuvo alejado de los cigarrillos. Esto fue cuando conoció Seicho-No-Ie y estaba entusiasmado con sus enseñanzas. En esa época, su alma era verdaderamente libre y como reflejo de eso, su cuerpo también estaba libre del vicio de fumar. Pero, su entusiasmo por las enseñanzas de Seicho-No-Ie desapareció con rapidez y fue entonces cuando se volvió displicente y comenzó a reclamar de la falta de libertad en mi firma. Y cuando esa idea de falta de libertad se fijó en su mente, el joven cayó nuevamente en el hábito de fumar. La sensación de falta de libertad se manifestó concretamente bajo la" forma de esclavitud al vicio de fumar. Después de un tiempo, ese joven renunció a la firma". ¿Qué nos enseña el caso de ese joven? Enseña que la "libertad de los caprichos", por más grande que sea, no proporciona al hombre la sensación de verdadera libertad. Inclusive, cuanto más libres son los caprichos, más oprimida será su "libertad natural" y sentirá una inexplicable sensación de incomodidad. Vamos a suponer que una persona llegue atrasada al trabajo, por simple capricho. Ese día
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esa persona tendrá todo el tiempo, la sensación de "estar siendo presionada" por las personas que lo rodean y tendrá ganas de desaparecer de allí. Esto ocurre, siempre que la "libertad de los caprichos" vence sobre la "libertad natural" del hombre. Cuando una persona permite, varias veces, que la "libertad de los caprichos" triunfe sobre su "libertad natural", esa sensación de incomodidad y opresión será insoportable y huirá en busca de libertad. Y, refiriéndose al lugar que dejó atrás, dirá: "Allá no hay libertad. Las personas se sienten sofocadas...". Pero, en realidad, no fue el lugar en sí que ejercía presión sobre esa persona e impedía su libertad. La sensación de incomodidad y opresión era simplemente el reflejo de la sofocación de la "libertad natural" por sus caprichos. 13. LAS DOS "FACETAS" DE LA VIDA Cristo dijo: "Sed prudentes como las serpientes y simples como las palomas". Aquél que es bondadoso pero no posee sabiduría, se torna vulnerable y su Amor será "pisoteado" por personas insensibles, o será "bloqueado" y no podrá fluir plenamente. Sabiduría y Amor son como dos hermanos inseparables y ambos son igualmente valiosos. Sin embargo, aquellos que leyeron "La Verdad de la Vida" deben hacer notado que ese libro nos enseña, en primer lrgar, la importancia de la Sabiduría. El libro "La Verdad de la Vida" ya curó muchas enfermedades y eso se debe al hecho de que abre los "ojos de la Sabiduría" de los que lo leen. Cuando se abren los "ojos de la Sabiduría" y se extinguen las ilusiones, las enfermedades "desaparecen" por sí mismas. La palabra "Sabiduría" en este caso, no significa sólo inteligencia y conocimientos del hombre. Significa también todas las demás virtudes, como el Amor, la Misericordia, etc. Según el Budismo, la virtud de la Misericordia no consiste sólo en ser piadosos, sino en proporcionar a nuestros semejantes la "Sabiduría de Buda". Se suele decir, que el mayor acto de misericordia consiste en proporcionar al prójimo la Sabiduría que elimina todos los temores. Cuando la Sabiduría deshace las ilusiones que cubren la Vida, ésta empieza
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a manifestarse. Manifestándose la Vida, todas las cosas buenas y necesarias se hacen presentes. Por eso, la Sabiduría es la mayor dádiva que se le puede dar al prójimo. Mientras que, la ignorancia constituye la mayor causa de la desgracia. En el libro "La Verdad de la Vida" existe una parte que habla sobre un diálogo entre Sakyamuni y uno de sus discípulos. Ese discípulo le preguntó a Sakyamuni lo siguiente: — Maestro, ¿qué es más grave: el pecado cometido conscientemente o el pecado cometido inconscientemente? Sakyamuni respondió: — El pecado cometido inconscientemente es el más grave. Notando la perplejidad del discípulo, resolvió explicárselo a través de un ejemplo y le preguntó: — ¿Cuándo una persona se hiere más gravemente: cuando toca un fierro al rojo vivo sin saber que está caliente, o cuando lo toca sabiendo que está caliente? El discípulo respondió: — Se hiere más gravemente cuando no sabe que está caliente. — Es verdad, dijo el Maestro. Lo mismo ocurre en relación a los pecados. Aquél que los comete sin saber sus consecuencias, se hiere mucho más. La ignorancia es la mayor causa de infelicidades en esta vida. Así como un hombre que se quema gravemente tocando un metal caliente sin saberlo, nosotros también podemos estar cometiendo, sin saber, actos que causen la "muerte" de millares de personas. Aun un criminal sin piedad no llega a matar conscientemente centenas de personas pero, la ignorancia puede llevar a la muerte de millones de personas. Cuando pensamos cuán grande es el número de personas que fueron muertas por causa de la ignorancia desde el principio de la historia de la humanidad, no podemos dejar de empeñamos al máximo en el sentido de propagar las enseñanzas que hablan sobre la Sabiduría. Queridos lectores, colaboren con nosotros. Colaborar es un acto de Amor. Y el mayor acto de Amor es trasmitir la Sabiduría. (Del libro Itiryu no hito tsuma ko o tsukuru).
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