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Programa de Acción: Adicciones Tabaquismo
Programa de Acción Adicciones
Tabaquismo
Programa de Acción: Adicciones. Tabaquismo Primera Edición, 2001 D.R. © Secretaría de Salud Lieja 7, Col. Juárez 06696 México, D.F. Impreso y hecho en México Printed and made in México ISBN 970-721-010-9 La información de esta publicación se puede obtener como documento Adobe® Acrobat® PDF en la página de Internet de la Secretaría de Salud: www.ssa.gob.mx/unidades/conadic
Secretaría de Salud Dr. Julio Frenk Mora Secretario de Salud
Dr. Enrique Ruelas Barajas Subsecretario de Innovación y Calidad
Dr. Roberto Tapia Conyer Subsecretario de Prevención y Protección de la Salud
Dr. Roberto Castañón Romo Subsecretario de Relaciones Institucionales
Lic. María Eugenia de León-May Subsecretaria de Administración y Finanzas
Dr. Guido Belsasso Comisionado del Consejo Nacional Contra las Adicciones
Dr. Misael Uribe Esquivel Coordinador General de los Institutos Nacionales de Salud
Dr. Eduardo González Pier Coordinador General de Planeación Estratégica
Mtro. Gonzalo Moctezuma Barragán Director General de Asuntos Jurídicos
Lic. Gustavo Lomelín Cornejo Director General de Comunicación Social
Dr. Agustín Vélez Barajas Director General Técnico en Adicciones y Salud Mental
Mensaje del Secretario de Salud e todos los problemas emergentes de salud pública, el tabaquismo ocupa un lugar especial. Se trata de una adicción que durante mucho tiempo fue socialmente tolerada. Hoy, sin embargo, hay evidencia científica que demuestra los graves daños a la salud que produce, no sólo a quienes fuman, sino también a aquellos que en forma involuntaria se ven expuestos al humo del tabaco.
D
En nuestro país hay 13 millones de fumadores, cifra en sí alarmante, pero si añadimos a los fumadores involuntarios o pasivos, resulta que 48 millones de personas, es decir, la mitad de la población mexicana, están expuestas a los daños producidos por el tabaco. En efecto, el tabaquismo es un freno al desarrollo, reduce la salud y productividad de sus víctimas, pues sus efectos nocivos se expresan justamente en el período más productivo de la vida; además los niños expuestos a la nicotina desde el seno materno, y después, en la convivencia con familiares fumadores, ven mermado su desarrollo físico y mental. Las acciones para evitar estos daños a la salud no pueden esperar más, debemos prevenir que los niños y jóvenes inicien el consumo del tabaco, y apoyar a quienes ya fuman para que dejen de hacerlo, así como propiciar ambientes libres del humo de tabaco para proteger a los no fumadores. El Consejo Nacional contra las Adicciones está llevando a cabo acciones de prevención, tratamiento, rehabilitación e investigación, así como campañas de comunicación y movilización social en las que participan diversos organismos de los sectores público, social y privado. El Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, INER, institución pionera en este campo, cuenta con un programa ejemplar para la instalación de clínicas de tabaquismo. Sin desconocer los avances que en la lucha contra el tabaquismo ha alcanzado nuestro país, debemos reconocer que los resultados no son los deseados, ya que la tasa de fumadores en jóvenes de 12 a 18 años continúa en ascenso, por lo que recibimos con entusiasmo la iniciativa de la Organización Mundial de la Salud de un Convenio Marco para la Lucha Antitabáquica. El tabaco es un negocio multinacional que sólo puede ser enfrentado con una respuesta global; necesitamos la armonización interna de nuestras políticas internas fiscales, comerciales y sobre todo de salud y educación, pero necesitamos también una armonización internacional. Cada vez que un país desarrollado gana un juicio contra la industria tabacalera, como consecuencia, el comercio se desplaza a países menos desarrollados, situación inadmisible desde el punto de vista ético. Una política fiscal saludable que eleve los impuestos al tabaco para desalentar su consumo, sobre todo en jóvenes, un control efectivo de la publicidad que tienda a su prohibición y un uso enérgico de la autoridad para impedir la venta de tabaco a menores de edad, así como la restricción de los sitios en que se permita fumar, ayudarán en la reducción del consumo.
Hay que decirlo con claridad, el tabaco no es un bien de consumo, es un mal de consumo. Comprometámonos, pues, todos y todas, a tener un México que podamos disfrutar hoy y legarlo a nuestros hijos, con un aire limpio del humo de tabaco. Si cada uno asumimos nuestra responsabilidad y actuamos hoy, podremos legar un mundo más sano a nuestros hijos. Dr. Julio Frenk Mora
Mensaje del Comisionado l tabaquismo es considerado la principal causa de muerte, de morbilidad y discapacidad. Se asocia estrechamente con los principales indicadores de morbilidad y mortalidad, por lo que constituye un importante problema de salud pública.
E
Como lo afirma la doctora Gro Harlem Brundtland, Directora General de la Organización Mundial de la Salud, el tabaquismo es responsable de muchas muertes en todo el mundo. El mayor costo del tabaco es el que se paga en forma de enfermedades, sufrimiento y aflicción familiar. La salud y no los argumentos económicos, es la razón para controlar el tabaco, pero los argumentos económicos han sido utilizados como obstáculos para las políticas de control de tabaco. En nuestro país los reportes mencionan entre 114 y 122 decesos diarios asociados al tabaquismo, aproximadamente 44 000 al año y de persistir los patrones de consumo actuales, cada vez serán más las personas que mueren por causas asociadas al consumo de tabaco, se perderá un número mayor de años de vida saludable y se estima, que los altos costos actuales a la salud y la economía del país, podrán rebasar los presupuestos destinados a las instituciones de salud. Si tomamos en cuenta los datos de las encuestas nacionales de adicciones que señalan que el número de fumadores aumentó de 9.2 millones a más de 13 millones entre 1988 y 1998; podemos decir que el tabaquismo en México constituye un problema de salud pública que aumenta, pero sobre todo nos preocupa el inicio temprano del hábito tabáquico, principalmente por el género femenino. Estos datos son preocupantes y se transforman en un desafío si los analizamos a la luz de la realidad presente. Se calcula que los efectos del tabaco afectan la salud de un número mucho mayor que los fumadores activos porque las personas expuestas al humo de tabaco ambiental son convertidos en fumadores involuntarios, lo que representa la mitad de la población mexicana, que también verán afectada su salud, por las mismas enfermedades causadas como producto del tabaquismo. La visión integral de este panorama, nos exige no sólo reflexionar acerca de lo que significa la epidemia del tabaquismo, sino además el impacto económico y social que representa y así emprender con mayor energía, con un profundo sentido ético y un compromiso inquebrantable en el ámbito nacional y el marco global las políticas, estrategias y acciones que logren enfrentar con éxito esta pandemia. En este contexto, exhorto a las organizaciones gubernamentales y a las no gubernamentales a sumar esfuerzos, para que las acciones programadas en este documento se conviertan en una realidad, a trabajar por despertar el interés individual, familiar y colectivo en el tema, pero sobre todo a mantener el espíritu crítico que nos ayude a no desviar el camino y poder rendir cuentas satisfactorias a quienes nos han encomendado esta delicada misión de proteger la salud de los mexicanos. Dr. Guido Belsasso
Índice Presentación
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I. En dónde estamos
15
Antecedentes
17
La sustancia
17
El entorno
20
Convenio Mundial Marco de la Lucha Antitabáquica
21
El tabaquismo, en el contexto nacional
22
Patrones de consumo
23
Consumo de tabaco por menores de edad
24
Consumo de tabaco por mujeres
26
Personal médico
27
Tabaquismo involuntario
27
Tabaquismo pasivo y enfermedades en la infancia
28
Trastornos de conducta y problemas psicosociales asociados al consumo de tabaco
28
La respuesta de la sociedad organizada Infraestructura y recursos
29 41
Consulta ciudadana
42
II. A dónde queremos llegar
45
Visión
47
Misión
47
Retos
48
Equidad
48
Calidad de la atención
49
Protección financiera
50
III. Qué camino vamos a seguir
51
Propuestas en el ámbito de la prevención
53
Propuestas para tratamiento y rehabilitación
53
Propuestas para investigación
55
Propuestas para normatividad Programa de acción
56
Objetivo general
57
56
Objetivos particulares
57
Metas comprometidas en el PNS 2001 – 2006
58
Nuestro compromiso
61
IV. Cómo medimos los avances
75
Determinación de los niveles de éxito
77
Sistema de evaluación
78
V. Apéndice Estrategias, Líneas de Acción y Acciones Específicas
10
81 83
Glosario
107
Acrónimos y abreviaturas
109
Bibliografía
111
Reconocimientos e Instituciones participantes
114
Presentación
Programa de acción: Adicciones. Tabaquismo
Presentación
Presentación Existe evidencia científica de las consecuencias del tabaco sobre la salud. En la actualidad está plenamente demostrado que el tabaquismo constituye una enfermedad prevenible que se relaciona con distintos tipos de cáncer como son: el de laringe, pulmón, cavidad bucal, páncreas, vejiga, riñón, entre otros, así como cardiopatía isquémica, enfermedades vasculares cerebrales, bronquitis crónica, enfisema pulmonar y enfermedad pulmonar obstructiva crónica, EPOC, por señalar sólo las principales. La evidencia de daños a la salud relacionados con el consumo de tabaco, demuestra que existe una clara relación entre el tabaquismo y el aumento de morbilidad y mortalidad. A pesar de que la sociedad está cada vez mejor informada, los índices de consumo se incrementan, especialmente entre adolescentes y mujeres, quienes, alentados por las técnicas de mercadeo de las tabacaleras, fuman como símbolo de rebeldía, afirmación de personalidad, libertad o integración social.
Los daños a la salud provocados por el tabaquismo, tienen impacto en lo social y económico.
Para proteger a la sociedad de los efectos nocivos del tabaco, en nuestro país igual que en muchos otros, se establecen leyes, normas, reglamentos y programas. Desde 1986 el sector salud cuenta con un programa específico contra el tabaquismo, actualizado y enriquecido en 1992 y posteriormente en el año 2000. El citado programa, como todas las iniciativas de protección a la salud, se inscribe en las declaraciones del artículo 4° constitucional. El marco legal donde se inscribe el presente y sus antecedentes, se deriva de la Ley General de Salud, del Programa Nacional de Salud 2001-2006 (PNS 2001-2006), de los reglamentos de Control Sanitario de Productos y Servicios (9 de agosto 1999), de la Ley General de Salud en Materia de Publicidad (4 de mayo de 2000) y Reglamento sobre Consumo de Tabaco (julio de 2000) y de las Normas Oficiales Mexicanas 168-SSA1-1998 del Expediente Clínico (30 de septiembre 1999) y la 028-SSA2-1999 para la Prevención, Tratamiento y Control de las Adicciones. La magnitud de la problemática actual, los avances en la investigación y la necesidad de dar respuesta a las propuestas de la sociedad obtenidas a través de la Consulta Ciudadana (entre las que destacan: adecuar los servicios a las necesidades de la población, al perfil epidemiológico y a los problemas de salud emergente, privilegiar el primer nivel de atención, apoyar la intervención de los ayuntamientos y ampliar la participación de la sociedad), son factores decisivos para que la presente administración reformule, para el período 2001-2006, el Programa contra el Tabaquismo.
La consulta ciudadana, ha dado la pauta para privilegiar el primer nivel de atención, adecuar los servicios a las necesidades de la población.
A través de este trabajo se busca abordar el problema desde una visión más integral, aprovechando los aportes científicos recientes, la optimización de recursos y sobre todo una mayor participación de los diferentes sectores sociales, por considerar que las aportaciones y el grado de compromiso de la sociedad tienen un papel fundamental para aplicar con éxito las medidas que protejan a la población de los posibles daños a la salud, especialmente a los no fumadores que constituyen la mayoría de los mexicanos.
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Estrategia 3
Hacer un recuento de lo logrado, nos permite definir con claridad lo que falta por realizar.
Enfrentar los problemas emergentes mediante la definición explícita de prioridades
En la parte inicial del documento denominado “En dónde estamos”, se hace una revisión comparativa de los datos epidemiológicos obtenidos en las Encuestas Nacionales en Adicciones de 1988, 1993 y 1998 (ENA 88, ENA 93, ENA 98), lo que permite describir el problema. A continuación se mencionan las iniciativas oficiales, sociales y privadas en investigación de la problemática, prevención, tratamiento y regulación existentes en cuanto a comercialización, publicidad, restricciones de venta y consumo. En la parte final de este apartado se presenta una visión general de la capacidad instalada para enfrentar el fenómeno. Hacer un recuento de lo logrado, es la base para definir lo que falta por realizar. El segundo apartado denominado “A dónde queremos llegar”, expresa los compromisos y se define la misión y la visión del sector salud en este tema específico, es importante mencionar que en este apartado se retoman las propuestas de la consulta ciudadana.
El contenido del presente programa es producto del trabajo de los sectores comprometidos en enfrentar con éxito esta pandemia.
En el apartado “Qué camino vamos a seguir”, el compromiso del sector queda traducido en metas, objetivos y estrategias del programa de acción, que servirá a los involucrados como guía para enmarcar su participación, asumir los compromisos y alcanzar las metas establecidas en el Programa Nacional de Salud 2001-2006. Bajo el título “Cómo medimos los avances”, se presentan los criterios para el seguimiento y evaluación de las metas propuestas, que permitirá hacer una rendición de cuentas oportunamente. El contenido del presente programa es producto del trabajo de los sectores público, privado y social comprometidos a enfrentar con éxito esta pandemia y a buscar nuevas alternativas para mejorar la calidad de vida de los pacientes, realizando esfuerzos orientados a evitar el inicio temprano del tabaquismo. Dr. Horacio Rubio Monteverde Vocal Ejecutivo del Programa Contra el Tabaquismo Dr. Rafael Camacho Solís Vocal Ejecutivo Adjunto del Programa Contra el Tabaquismo
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I. En dónde estamos
Programa de acción: Adicciones. Tabaquismo
En dónde estamos
I. En dónde estamos Antecedentes Las culturas del continente americano usaban el tabaco con fines religiosos, medicinales y ceremoniales. Los indígenas del Caribe, fumaban valiéndose de una caña en forma de pipa llamado tobago. Cuando los colonizadores observaron esta práctica, muchos de ellos la adoptaron despojándola del aspecto ritual, iniciando su consumo con fines de esparcimiento y difundiéndolo por Europa. El embajador francés Jean Nicot, fue uno de los primeros en sugerir los efectos farmacológicos de la planta, cuando, en 1560, se la envió al regente francés para aliviar sus jaquecas, más tarde fue pionero en el cultivo de tabaco en Portugal, por ello, en su honor esta planta recibe el nombre de nicotiana. Otro de los precursores en el hábito de fumar fue el explorador inglés Sir Walter Raleigh, quien inició la costumbre de fumar tabaco en pipa en la corte Isabelina. El Rey Jaime I de Inglaterra, en 1604, lo sentenció a morir por este hábito; adelantándose a su tiempo combatió el consumo de tabaco, argumentando que su uso era perjudicial para el cerebro y peligroso para los pulmones. En la Nueva España, Fray Bartolomé de las Casas realizó las primeras descripciones de la adicción al tabaco, explicando que los indígenas utilizaban las hojas en forma de rollo para aspirar su humo, con el cual adormecen las carnes y "cuasi emborracha, así dizque no sienten cansancio y al reprenderlos diciéndoles que aquello era un vicio, respondían que no era de su mano dejarlo".
En el siglo XVI, el Rey Jaime I de Inglaterra, combatió el consumo de tabaco, argumentando que generaba daños al cerebro y a los pulmones.
En la década de los treinta fumar se convirtió en una moda tanto para hombres como para mujeres, en esta época los epidemiólogos empezaron a observar que el cáncer de pulmón, poco frecuente antes del siglo XX, había aumentado en forma considerable. Por su parte, investigaciones clínicas y de laboratorio encontraron que muchas sustancias químicas en el humo de los cigarrillos son carcinógenas.
La Sustancia El tabaco es originario de América y proviene de la planta Nicotiana Tabacum, arbusto de hojas verdes grandes, de textura vellosa y pegajosa con sabor amargo, sus flores son de color blanco, amarillo y violeta. Se utiliza en agricultura como insecticida y en la industria química como fuente de ácido nicotínico. Para la industria tabacalera es la materia prima, por lo cual se ha incrementado su cultivo, llegando a ser una de las fuentes principales de ingreso para algunos países. El principal componente químico del tabaco, alcaloide líquido oleoso e incoloro (C10 H14 N2) es la nicotina, sustancia farmacológicamente activa de doble efecto, estimulante y sedante, y la principal responsable de la adicción, por el estímulo placentero que produce al activar la vía dopaminérgica y los receptores colinérgicos y nicotínicos del sistema nervioso central. Otros factores que influyen en la dependencia son el sabor, el aroma y el ritual que se establece durante el proceso de fumar, así como la interacción social que se presenta entre fumadores.
La nicotina alcaloide de efecto estimulante y sedante es el principal responsable de la adicción al tabaco.
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Estrategia 3
Enfrentar los problemas emergentes mediante la definición explícita de prioridades
Modelo de Adicción a la Nicotina Figura 1
Productos del tabaco
Medio ambiente Cultural, político, económico e histórico
Adicción a la Nicotina
Vector Fabricante de productos del tabaco
Huesped incidental Fumador involuntario
Anfitrión Fumador/Mascador
Fuente: Centro para el Control de Enfermedades de los EE.UU.
El síndrome de abstinencia se caracteriza por: ansiedad, dificultad para concentrarse, impaciencia, ira e intranquilidad.
La nicotina se absorbe con facilidad por la piel, las mucosas y los pulmones. La forma más frecuente de administración de esta sustancia es fumada, pues a través de la absorción por los bronquios, alcanza niveles plasmáticos suficientes para atravesar la barrera hematoencefálica, llegando a la vía dopaminérgica en el sistema nervioso central en pocos segundos, lo que proporciona efectos rápidos y placenteros. Esta vía de administración produce efectos casi inmediatos al fumador, en un lapso de apenas siete segundos lo hace sentir alerta; de manera simultánea, experimenta cierta relajación muscular, por la activación del sistema de recompensa del núcleo accumbens, produciendo concentraciones séricas de glucosa, liberación de catecolaminas y de adrenalina. El consumo de nicotina en grandes dosis paraliza el sistema nervioso autónomo, impidiendo la transmisión de impulsos a través de los espacios intercelulares de las neuronas (espacios sinápticos), en dosis mayores puede producir convulsiones y muerte. El estímulo gratificante inicial va seguido de depresión y fatiga, lo que lleva al adicto a administrarse más nicotina, tanto para obtener los efectos deseados, tales como placer o mejora del rendimiento, como para evitar el síndrome de abstinencia que se caracteriza por ira, ansiedad, necesidad de consumo, dificultad para concentrarse, hambre, impaciencia e intranquilidad. El uso habitual de la sustancia hace que, durante el día, se acumulen en el cuerpo concentraciones de nicotina que persisten durante la noche. Por lo tanto, las personas que fuman cigarrillos en forma continua, exponen su organismo a los efectos de la nicotina las 24 horas del día.
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Programa de acción: Adicciones. Tabaquismo
En dónde estamos
Los fumadores informan, como una constante, que el primer cigarrillo del día, después de la abstinencia de la noche, les produce una mejor sensación que el último de la dosis de la noche anterior, el cual fue precedido por una cantidad considerable de refuerzos (cigarrillos fumados). Asimismo, existen evidencias clínicas de tolerancia y abstinencia a los efectos de la nicotina. La investigación ha demostrado que la tensión nerviosa y la ansiedad afectan la tolerancia y la dependencia a esta sustancia. La corticosterona, hormona producida por la tensión nerviosa, reduce los efectos de la nicotina, por lo tanto cuando los fumadores habituales están bajo presión necesitan consumir mayor cantidad de la sustancia para lograr el mismo efecto, aumentando con esto la tolerancia. La depresión del ánimo (trastorno distímico, trastorno afectivo) se relaciona con la dependencia a la nicotina, pero hasta ahora no se sabe si la depresión predispone al sujeto a volverse fumador o si la patología se genera durante la dependencia a la nicotina. La depresión generalmente se incrementa durante la abstinencia, por lo cual se cita como causa de recaída. Se ha encontrado que la mayoría de los fumadores beben más café, té y alcohol que los no fumadores; su peso y presión arterial son ligeramente menores, asimismo, su frecuencia cardiaca es ligeramente más rápida que en los no fumadores. La mujer es especialmente vulnerable a los efectos de la nicotina porque la secreción estrogénica y la función ovárica se alteran con su consumo; es común que la menopausia aparezca antes en las mujeres fumadoras que en quienes no lo son. Los fumadores tienen una disminución en el rendimiento para el ejercicio máximo y un sistema inmunológico menos eficaz comparado con la población no fumadora. Otros hallazgos demuestran que cuando se comparan estos dos grupos, en el primero se encuentra una disminución de las concentraciones leucocitarias de vitamina C, ácido úrico, sérico y albúmina, además de que la proporción entre colesterol lipoproteínico de alta y baja densidad es menor.
El síndrome de abstinencia se caracteriza por: ira, ansiedad, dificultad para concentrarse. La mujer es especialmente vulnerable a los efectos de la nicotina porque la secreción estrogénica y la función ovárica se alteran con su consumo.
Otro dato significativo es que la aparición de arrugas faciales se adelanta en los fumadores, por otra parte, el acné intenso en los adolescentes es más frecuente. En los daños a la salud relacionados con el consumo de tabaco existe una clara relación dosis-respuesta entre el tabaquismo y el aumento de mortalidad, de la misma forma en que dejar de fumar está asociado con el descenso en la tasa de mortalidad. En estos reportes se incluyen la edad de inicio del consumo, el número de cigarrillos consumidos y la intensidad y frecuencia de la inhalación. El humo de los cigarrillos es producido por la combustión del tabaco, la fuente principal de humo es la boquilla del cigarrillo durante las absorciones, las fuentes secundarias, entre las absorciones, son el extremo encendido y la boquilla. En cada inhalación las mucosas de boca, nariz, faringe y árbol traqueobronquial resultan expuestas al humo del tabaco. Los principales componentes de este humo son la nicotina y otros alcaloides carcinógenos, el monóxido de carbono y sustancias tóxicas e irritantes, que actúan directamente sobre las mucosas se absorben por la sangre o se disuelven en la saliva y se degluten.
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Estrategia 3
Enfrentar los problemas emergentes mediante la definición explícita de prioridades
El monóxido de carbono, que se desprende de la combustión del tabaco, tiene alto poder tóxico, que no suele producir síntomas clínicos evidentes salvo en circunstancias extremas, pero es el principal responsable de la poliglobulia en fumadores empedernidos, la cual se reconoce por un trastorno sutil en la capacidad para reaccionar o concentrarse.
El entorno Desde hace varios años se ha identificado al tabaquismo como una de las principales causas prevenibles de enfermedad y muerte en el mundo; investigaciones realizadas en diversos países, reportan un ascenso en las tasas de consumo de tabaco, particularmente en adolescentes y mujeres, así como una disminución en la edad de inicio de la conducta de fumar. Es necesario trabajar por una disminución en la prevalencia del tabaquismo y los costos que genera su atención.
La Organización Mundial de Salud (OMS) indica que el hábito de fumar cigarrillos es causa directa o indirecta de cerca de 8 242 muertes por día y cuatro millones al año en el mundo, de las cuales la tercera parte ocurre en países en vías de desarrollo. Las tendencias actuales indican que para el año 2020 más de 10 millones de personas morirán a causa del tabaco, la mitad de ellas durante la madurez productiva, con una pérdida individual de 10 a 20 años de vida, para el 2030 siete de cada 10 de las defunciones ocurrirán en países en vías de desarrollo.
Figura 2
Principales causas de muerte en el mundo en 1990 y estimaciones para el 2020 3
Tabaco
8.4 4.3
Infecciones del sistema respiratorio bajo 2.5
1990
2.9
Enfermedades diarréicas 1.2
2020 2.4
Condiciones perinatales
0.9 2
Tuberculosos
2.2 0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
Número de muertes (millones)
Fuente: OMS 1996.
Se ha dado un contraste en tendencias y magnitud del tabaquismo entre los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo.
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El Banco Mundial señala que el tabaco es un problema mayor de las poblaciones pobres, jóvenes, de bajo nivel educativo y de bajos ingresos. Las muertes atribuibles al consumo de tabaco representan sólo 5% en las poblaciones con una educación media y superior mientras que este porcentaje se incrementa a 19% en los grupos que tienen primaria como máximo nivel académico.
Programa de acción: Adicciones. Tabaquismo
En dónde estamos
Los adolescentes son considerados grupos de alto riesgo, ya que más del 60% de los fumadores se han iniciado desde los 13 años y más del 90 % antes de los 20 años. En el transcurso de los últimos diez años, en el mundo se ha dado un contraste entre las tendencias y la magnitud del tabaquismo. Mientras que en los países desarrollados se observa una disminución del promedio de cigarros anuales consumidos, en los países en vías de desarrollo se presenta un incremento de cifras.
Prevalencia del consumo de cigarrillos en hombres y mujeres según las regiones de la OMS. Comienzos de la década de 1990-2000 Regió n de la OMS o países según desarrollo
Hombres
Mujeres
Regió n Africana
29
4
Regió n de las Américas
35
22
Regió n del Mediterráneo Oriental
35
4
Regió n Europea
46
26
Regió n del Sudeste Asiático
44
4
Regió n del Pacífico Occidental
60
8
Países más desarrollados
42
24
Países menos desarrollados
48
7
Mundial
47
12
Fuente: OMS 1997.
Sin embargo, cabe señalar que todas las naciones sufren pérdidas por el tabaquismo, particularmente por los riesgos asociados al consumo, de los cuales el cáncer pulmonar es el más grave. En Europa se calcula que 50% de todos los cánceres que aparecen en la población masculina son causados por el consumo de tabaco.
Convenio Mundial Marco de la Lucha Antitabáquica El Convenio Marco para la Lucha Antitabáquica (CMLA) será el primer tratado internacional sanitario en materia de tabaquismo, cuya discusión se lleva a cabo bajo los auspicios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de un Órgano Intergubernamental de Negociación. El trabajo preparatorio del CMLA comenzó en 1996. En octubre de 1999 y en marzo del 2000 se reunió un grupo de trabajo formado por representantes de los países miembros de la OMS, para tratar asuntos técnicos relativos a la CMLA. Las negociaciones de este instrumento comenzaron en octubre del 2000.
El Convenio Marco para la Lucha Antitabáquica (CMLA) será el primer tratado internacional sanitario en materia de tabaquismo.
El desarrollo del CMLA incluye discusiones formales entre los estados miembros de la OMS. México ha participado en las reuniones del Órgano Intergubernamental de Negociación del CMLA.
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Estrategia 3
Enfrentar los problemas emergentes mediante la definición explícita de prioridades
El objetivo del CMLA es proporcionar un marco para identificar medidas de lucha antitabáquica que habrán de adoptarse mediante el compromiso de las partes para reducir el consumo de tabaco y proteger así a las generaciones presentes y futuras contra las consecuencias sanitarias, sociales, ambientales y económicas del consumo de tabaco y de la exposición al humo del tabaco. El CMLA también identificará medidas para su adopción nacional, en aquellos casos o temas en los cuales la legislación de los países todavía no cuenta con elementos para enfrentar el problema de consumo de tabaco.
Algunos especialistas consideran al tabaquismo como la epidemia del siglo.
Entre otras se contemplan medidas relacionadas con los precios e impuestos para reducir la demanda de tabaco, medidas no relacionadas con los precios que incluye aspectos del tabaquismo pasivo, reglamentación del contenido de los productos del tabaco, empacado y etiquetado, publicidad y patrocinio, medidas de reducción de la demanda, relativas a la dependencia y el abandono del tabaco, así como medidas relacionadas con la oferta. Los resultados de esta negociación deberán reforzar las acciones del Programa contra el Tabaquismo 2001-2006.
El tabaquismo en el contexto nacional El Programa Nacional de Salud 2001-2006, establece que la salud de la población es una condición indispensable para alcanzar una auténtica igualdad de oportunidades, desde éste abordaje la salud es vista como un valor compartido y como un objetivo social. En las última décadas se observa en el país un descenso en la mortalidad producto de enfermedades infectocontagiosas propias del subdesarrollo y las principales causas de muerte se han modificado; la variación en el panorama epidemiológico de las enfermedades no transmisibles y lesiones, presenta un aumento de tal magnitud, que el sector las asume como patologías emergentes. El tabaquismo se ubica dentro de las patologías que requieren atención emergente, considerado incluso por algunos especialistas como la epidemia del siglo y los datos demuestran que existe una fuerte vinculación con los principales indicadores de morbilidad y mortalidad. En México se estima que 122 personas mueren diariamente por causas asociadas al tabaco, esta es una de las razones por las que el tabaquismo se encuentra dentro de los diez problemas de Salud Pública prioritarios. En el presente, se perfila como una enfermedad no transmisible que, de no establecer medidas integrales para su control, rebasará la capacidad sanitaria que se requiere para su atención. La cardiopatía isquémica, constituye una de las principales causas de mortalidad y es una patología asociada al tabaquismo.
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Desde 1980 las enfermedades del corazón, constituyen la primera causa de mortalidad y para 1998 representó el 15.4 % de todas las defunciones; más de la mitad de estos casos (62.4%) corresponden a cardiopatía isquémica, patología asociada directamente con el tabaquismo. La tasa de muerte por cáncer de pulmón ha aumentado en ambos sexos durante los últimos años, en una relación de 2.5 hombres por una mujer. Entre 1992 y 1998 la mortalidad por tumores malignos en labio, cavidad bucal y faringe tendió a incrementarse, alcanzando 735 en el último año.
Programa de acción: Adicciones. Tabaquismo
En dónde estamos
Evolució n del lugar ocupado por enfermedadades relacionadas con el tabaquismo, entre las principales causas de mortalidad general en México, 1950-1998 1950 1 1960 2 1970 3 1980 4 1990 5 1992 5 1993 5 1994 5 1995 5 1996
Causa Enfermedades del corazó n
5
1997
5
1998 6
5°
4°
3°
1°
1°
1°
1°
1°
1°
1°
1°
1°
Tumores Malignos*
-
6°
5°
5°
2°
2°
2°
2°
2°
2°
2°
2°
Enfermedad cerebro-vascular
-
-
7°
7°
8°
6°
5°
5°
5°
5°
5°
6°
Bronquitis cró nica, enfisema pulmonar
-
-
-
-
12°
14°
14°
14°
14°
13°
13°
15°
*Incluye cáncer de tráquea, bronquios y pulmó n; cáncer de estó mago y del cuello del útero. Fuentes: 1)DGE/SIC, 1960; 2) Estadí sticas Vitales de Mé xico, DGE/SSA, 1970; 3) Compendio de Estadí sticas Vitales de Mé xico, DGE/SSA, 1980; 4) Tabulaciones de Defunciones, INEGI/SPP, 1988; 5) SSA/INEGI, Mortalidad 1990, 1992-1997 Mé xico; 6) Estadí sticas Demográficas, INEGI, 1998.
Además de los riesgos para la salud, los costos sociales incluyen ausentismo escolar y laboral, disminución de la productividad, altos costos en la atención médica, problemas de salud mental, y pérdida en años de vida productiva, entre otros.
Las sustancias carcinógenas que contiene el humo de los cigarros, al fumar entran en contacto con las mucosas de la boca, nariz y faringe.
Patrones de consumo La Encuesta Nacional de Adicciones realizada en 1998 (ENA-98), señala que en México, el 27.7% de la población urbana entre 12 y 65 años fuma (13 millones de consumidores de tabaco), 57.4% no fuma y el 14.8% refirieron ser ex-fumadores.
Prevalencia del consumo de tabaco. Población urbana en México. 1988, 1993, 1998
Figura 3
80
60
Pocentaje
Fumadores Ex-fumadores
40
24.7 25.8
25.1 21.6
No fumadores
20.3
20
0
57.4
54.6
52.6
14.8
1988
1993
1998
Fuente: DGE/EMP/CONADIC. Encuesta Nacional de Adicciones. 1990, 1993, 1988. México.
La comparación de los datos entre 1988 y 1998, establece que la proporción de fumadores en México, se incrementó en 7%, aunque es posible que la prevalencia nacional esté subestimada, porque el diseño de la muestra no incluye personas menores de 12 años ni mayores de 65 años.
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Estrategia 3
La región centro, tiene una prevalencia de fumadores superior a la media nacional.
Enfrentar los problemas emergentes mediante la definición explícita de prioridades
Las estadísticas nacionales de fumadores indican que la región centro tiene una prevalencia de 32.3%, la región norte de 26.5% y la región sur de 18.5%, comparadas con un promedio nacional de 27.7%. La región norte esta comprendida por Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Durango, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, San Luis Potosí y Nuevo León. La región centro esta comprendida por Aguascalientes, Guanajuato, Nayarit, Querétaro, Colima, Hidalgo, Zacatecas, Jalisco, Morelos, Puebla, Tlaxcala, Estado de México y Distrito Federal. Los estados que comprenden la región sur son Michoacán, Guerrero, Veracruz, Tabasco, Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Oaxaca y Chiapas. Respecto al género, 42.9% de los varones fuma, en comparación con 16.3% de mujeres. Según la ENA 98, el grupo etáreo con mayor prevalencia es el de los 18 a 29 años de edad (38.1%), demostrando que, conforme avanza la edad, el consumo de tabaco disminuye a 11.2% en el grupo de 50 a 65 años. En cuanto a la distribución de fumadores en población de 12 a 65 años según edad y escolaridad, encontramos que, para el grupo de 18 a 29 años de edad con escolaridad de secundaria la prevalencia es de 35%, para la población de 30-39 años, también con escolaridad secundaria es de 34.4%. Para el grupo comprendido entre 40-49 años con primaria la prevalencia es de 39.3% y en el de 50-65 años con primaria es de 60.1%.
Consumo de tabaco por menores de edad Si se toma en cuenta, que las personas que consiguen abstenerse de consumir tabaco durante la adolescencia es poco probable que se conviertan en adictas, ya que existe una fuerte vinculación entre el inicio a edades tempranas y la posibilidad de desarrollar la adicción a la nicotina, los adolescentes son un grupo de alto riesgo que debe ser fuertemente protegido del mercadeo de las tabacaleras. Como grupo de alto riesgo, los menores de edad que inician el consumo de tabaco entre los 11 a 14 años.
En un estudio realizado en 1991 por la Secretaría de Educación Pública y el Instituto Nacional de Psiquiatría entre la población escolar, el rango de edad que se reportó como más crítico para iniciar el consumo fue de 11 a 14 años. La ENA 98 indica que el consumo en población urbana de 12 a 65 años, según la escolaridad, es más representativo en estudiantes de secundaria (32%), teniendo el segundo lugar los menores en educación primaria (29.3%). Con respecto a la edad de inicio, 61.4 % comenzó a fumar antes de los 18 años y 33% entre los 18 y los 25 años; 5.5% después de tener 25 años. Con relación a fumadores en población masculina de 12-17 años, 23.5% de los escolares fuma y en el caso de mujeres 12.4%.
En contra de la Ley General de Salud, en el D.F., 97% de los expendedores venden cigarrillos a menores de edad.
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Un estudio realizado en 1997 en el Distrito Federal respecto a la accesibilidad al tabaco de los menores de edad, demostró que 79% de los expendedores venden cigarrillos a menores a pesar de que existe una prohibición en la Ley General de Salud. La venta de cigarros sueltos es otra práctica generalizada, a pesar de existir también la prohibición de venta por unidad.
Programa de acción: Adicciones. Tabaquismo
En dónde estamos
De acuerdo con los resultados de estudios sobre el conocimiento del tabaco en escolares de primaria, los anuncios promueven la asociación de masculinidad y libertad como mecanismo para consumir tabaco.
Consumo de tabaco en adolescentes de 10-19 años por sexo Figura 4 Hombres
Mujeres
13.6%
86.4%
4.9%
95.1%
Fumadores = 1'509'773
Fumadores = 538'021
No fumadores = 9'589'149
No fumadores = 10'516'017
Fuente: Resultados preliminares de la Encuesta Nacional de Salud 2000. Instituto de Salud Pública. El total de la población 10-19 años, se clasificó entre no fumadores y fumadores de por lo menos cien cigarros en su vida.
Más de 70% de estos menores creen que la gente fuma por imitación, un alto porcentaje recuerda más de una marca de cigarros y entre los elementos con mayor recordación se encuentran aquellos que provienen de las campañas publicitarias representativas del mercado de cigarros. En el ámbito nacional, la ENA 98 señala que el grupo de edad de 12 a 17 años presenta una prevalencia de 8.7% para los fumadores.
Fumadores según edad de inicio, 1988, 1993, 1998 Figura 5 1988
1993
50
1998
50
50
40.3 40
40
36.5
34.4
33.0
30
30
20
30
20
10
10
4.6 2.6
10
3.0
2.1
0
3.0
15-17
18-25
Edad
26-35
>36
3.9
1.6
0 11-14
19.6
20
17.3
15.2
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