Susana Estela Quiroga

November 10, 2017 | Author: anntocoletti | Category: Adolescence, Adults, Family, Psychology & Cognitive Science, Philosophical Science
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Susana Estela Quiroga Adolescencia del goce orgánico al hallazgo de objeto La meta psicología de la adolescencia en el marco de la multideterminación Parte I: Puntos de vista cronológico, biológico y antropológico. Adolescencia: Fenómeno multideterminado por variables, que van desde cambios enraizados en la bilogía hasta fenómenos determinados por la macrocultural Comienza siendo un hecho biológico, pero a su vez está inmerso en un proceso psicosocial que varía según las culturas y los momentos históricos. En nuestra cultura dura aprox. 20 años. El proceso adolescente es esencialmente de cambio y transición. Tanto para el adolescente como para familia, es el momento de la vida en que se presentan más problemas nuevos y con menos tiempo para resolverlos que en cualquier otro período anterior de su vida. Impone un pasaje ineludible, biológicamente determinado desde la niñez hasta la adultez. Punto de vista cronológico a. Adolescencia Temprana: (8 y 9 hasta los 15 aprox.) • Prepubertad (8 a 10). En ambos sexos se observa un cambio de conducta centrado en el incremento, a veces desordenado de la motricidad. Se notan cambios en el tipo de juegos y en las verbalizaciones, que se tornan de mayor contenido sexual. Comienza una aceleración del crecimiento. Para las niñas (8 y 11 hasta 15/16). Los varones (9 y 10 hasta 17/18). Incluye el crecimiento corporal y la puesta en marca de las glándulas sexuales, aunque sin consecuencias visibles en el exterior. • Pubertad (10 a 14 según los sexos). Momentos en que los cambios corporales iniciados en el período anterior comienzan a tener efectos visibles. Se produce el desarrollo de las características sexuales primarias (corresponden a los órganos sexuales masculinos y femeninos relacionados con las reproducción) y secundarias ( aquellos aspectos físicos que dan apariencia masculina y femenina) • Adolescencia temprana prop. dicha (13 a 15/16) El último periodo de crecimiento corporal, abarca alrededor de dos años. Los cambios corporales que se realizan no son tan notorios desde el exterior (aumento pequeño de talla, vellosidad, asentamiento de la voz). b. Adolescencia media: (15/16 a 18) Este período muestra al adolescente con una conducta más ordenada en cuanto al cumplimiento de normas escolares. Se caracteriza por terminar de estabilizar el proceso de crecimiento, que le permite salir en busca del otro, mediante un proceso de desplazamiento de investiduras libidinales desde el propio cuerpo hacia el objeto. El desenfreno pulsional que se observa en la adolescencia temprana y que se traducía en la “mala conducta” se transforma en dos grupos de manifestaciones. A) la toma de contacto con el hallazgo de objeto, experiencias que se manifiestan en los primeros noviazgos. B) la formación de grupos en torno de una tarea con la conducción de un líder que puede haberse constituido en ideal, siempre y cuando ese adulto, elegido como líder iniciador, no abandone la tarea concreta de guía sostenimiento y conducción del grupo en la realidad. Con la ruptura de estos vínculos de masa, propios del contexto de la secundaria, que le otorgaban una pertenencia a la manera de un límite corporal y constituido como cuerpo social, el adolescente comienza su pasaje hacia la adolescencia tardía. c. Adolescencia tardía o fase resolutiva: (18 a 28) Las problemáticas que el adolescente debe resolver en esta etapa son la inserción en el mundo vocacional y laboral y el encuentro con una pareja estable. 1

Conflictos a resolver en esta etapa: 1. Discriminación entre “quienes son los padre” y “quien soy yo”. 2. deseo de establecimiento de vivienda independiente. 3. Deseo de independencia económica. 4. Deseo de construir una pareja estable. 5. Logro de la orientación vocacional y/o laboral. Tres subfases: 1 (18 a 21) Se caracteriza por una gran conmoción y caos interior, debido al sentimiento de soledad que lo domina. Los observables de esta subfase corresponden a un adolescente desorientado, confuso, a veces caótico. O se contrario, un adolescente ordenado y sobreadaptado. 2 (21 a 24) El adolescente toma conciencia de las tareas psíquicas a resolver, independientemente de que pueda realizarlas. Mayor reflexión y el estado confusional se calman. Inserción en nuevos grupos sociales y de trabajo, que se saben transitorios. 3 (25 a 28) Entrada ala madurez y a la aceptación de la complejidad psíquica y social de esta larga etapa. La denominación “adolescencia tardía” supone una capacidad de frustración para aceptar la caída de los ilusorios característicos de la adolescencia media (el ideal de justicia, de verdad, amor). Punto de vista biológico. Cambios primarios y secundarios. Función de la glándula pituitaria. Mujer (óvulos, menarca), hombre (espermatozoides, poluciones espermáticas). Punto de vista antropológico. El fenómeno adolescente se presenta inserto en una estructura social que pertenece a un tiempo histórico, un espacio geográfico y una cultura. (En nuestro caso, la occidental que varía en rural y urbana) La cultura adolescente, además de estar ubicada en un espacio de origen, contiene su propia historia y ella a su vez va variando con las distintas épocas. Que establecen momentos de inicio, o ritos de origen. La vulnerabilidad social, obliga al aparato psíquico a plantearse permanentes transacciones como forma de soportar el monto de angustia que tal inseguridad provoca, ya que resulta imposible escapar, tanto de la determinación de lo biológico como de la cultura. El pasaje a la adultez se caracteriza por el pasaje de un desconocimiento a un conocimiento que llamamos el saber y en el que quedan comprometidos los procesos de pensamiento. El “avunculado” como forma de iniciación, Lévi Strauss. Son los iniciadores, que acompañan al adolescente en la salida hacia lo exogámico. La adolescencia: fenómeno de multideterminación Parte II: Punto de vista psicosocial, el adolescente, la familia y el grupo. Freud plantea que la relación de la familia con la cultura es conflictiva. La familia tiende a no desprenderse de sus hijos, será así más difícil ingresar en la cultura. Desasirse de la autoridad de los padres es una tarea ardua para el joven y por tal razón, la sociedad suele dar cuenta de este pasaje. El adolescente y la familia. La función materna, que ha sido de protección y contención durante la infancia, debe dar paso a la función paterna de discriminación. El padre deberá ofrecer a su hijo la apertura al orden cultural, la posibilidad de una inserción participativa en contextos cada vez más amplios. Padres e hijos entran en colisión por varias razones. Entre ellas, la principal es reconocer que los hijos son seres individuales, cuya vida les permanece.

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La madre debe actuar como soporte afectivo y continente: es el requisito previo, para que él realice la investidura narcisista del propio yo. A partir de esta experiencia, se van constituyendo diferente lugares psíquicos, en relación con el otro. Primero, la familia, y más tarde los entramados de relaciones interindividuales producen, por un proceso de desplazamiento, formaciones sustitutivas de las figuras primarias, que constituyen distintos tipos de representación grupo y distintos tipos de líder con diferentes vínculos entre ellos. Lo cierto es que tanto el adolescente como el niño son seres aún en crecimiento, y se encuentran, respecto de las figuras parentales, en una situación de dependencia psíquica. Por esta razón, los conflictos de los padres inciden en forma significativa sobre los procesos de desarrollo del adolescente. El entrecruzamiento de la conflictiva adolescente con la de la edad media de la vida de los padres enfrenta a los hijos con la necesidad de la construcción de un futuro exogámico e incierto, y del duelo por la dependencia y protección parental a la que cuesta renunciar. Los padres también enfrentan un duelo difícil elaboración, por varias causas: la renuncia de las propias ilusiones, el inevitable pasaje del tiempo, la angustia por lo vivido, lo no vivido e imposible de realizar, lo muerto y lo imposible de recuperar. La mayor rigidez parental precipitará al adolescente hacia desenlaces cada vez más patológicos. Las rupturas abruptas y tempranas de este alejamiento a la manera de pseudo – crecimientos, las adolescencias retrasadas que se manifiestan a través de la imposibilidad de salir de la intimidad familiar y la dependencia, o las salidas con actuaciones del tipo transgresor, deben ser evaluadas con el fin de investigar si se trata de un síntoma estruendoso pero pasajero, o de la configuración de una patología más definitoria. La adolescencia de los hijos pone al descubierto las viejas fisuras del grupo familiar y trae consecuencias diversas, tales como la separación, intentos de suicidios, abusos de drogas, etc., son las formas fallidas de manifestar la imposibilidad de elaborar el desprendimiento. Por otra parte, el hijo se transforma desde su adolescencia en un motor de cambio para la estructura familiar y ella deberá ir accediendo a nuevas redes psicosociales abriéndose hacia la cultura. El fenómeno de la adoles. Despierta en los padres ciertas fantasías que hacen a los adoles depositarios de afectos negativos, poco discriminados, conflictivos y segregativos. (El hijos peligroso o en peligro, sexuado, envidiado o rival, el que abandona. El adolescente y el grupo. Los grupos tienen duración limitada, pues llevan como destino diluirse, una vez logrado el fin perseguido. La “barra” se conforma con el fin de de crear un eslabón intermedio entre el mundo familiar del que hay que desprenderse y el mundo adulto, del que aún no se puede participar. Dos enfoque sobre la constitución del grupo en la adolescencia. El adolescente realiza un progresivo pasaje por organizaciones grupales formales o informales, en función de aspectos placenteros diversos: desde practicar deportes, desear aprender, etc. Los cambios que se producen en el cuerpo asustan al adolescente y recluyen algunos en la soledad y a otros en grupos de pares. La participación en grupos durante esta fase estos cambios, hacen que la palabra no funcione para pensar, sino para la acción, para comunicar estados o dar y recibir ordenes, como intento de categorizar los elementos de la realidad como dice Piaget, con la lógica concreta.

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La razón de la constitución del grupo adoles. Se debe a varias causas, entre ellas, a la necesidad de socializar la culpa frente al Superyó, y colocar el conflicto en el exterior para que disminuya esa culpa. Distintos tipos de grupos en la adolescencia. a. Representación psíquica del grupo: Mediante la participación en el grupo, el adolescente se defiende de ansiedades preedípicas y edípicas que le generan el tener que aceptar diferencias, (entre Yo y no Yo, diferencia de sexos, diferencia generacional, entre cuerpo infantil y el adulto), que no pueden ser verbalizadas aún por vía del preconsciente verbal, para nombrar estos complicaos. Tres tipos de grupos aparecen en esta etapa, el totémico, mítico y religioso. b. El grupo como subcultura: Algunos constituyen dentro de ellos subculturas, reunidos según criterios objetivos, que significan una contracultura, aquel lugar que tanto adultos como los adolescentes supieron encontrar en el marco de una cultura. La contracultura del adolescente es aquella que tiene sus normas, diálogos, criterios, jerga, vestimenta, que caracterizan a sus miembros. Constituyen espacios transicionales (Winnicott), que necesitan un líder real que funciona como iniciador, donde los adoles. Aprenden el contacto entre ellos y con el otro sexo, a través de un control extremo que los tranquiliza ante la posibilidad del desenfreno. También aquí se encuentran los transgresores, que buscan romper las reglas y lucrar con los que se encuentran los transgresores, que buscan romper con las reglas lucrar con los adoles. como los que venden drogas. La imposibilidad de crear un “espacio transicional” adecuado, que permita ir categorizando diferencias en términos de acciones y diálogos socializados pautados, crea patologías grupales. En éstas se ve la emergencia de fijaciones pregenitales que obturaban procesamientos psíquicos y deconstituyen las pulsiones de autoconservación y el narcisismo. Todas estas patologías se inician en la adolescencia temprana y luego continúan su desarrollo. Entre ellas; se encuentra el consumo y la adicción a la droga, fumada, inhalada o inyectada en grupo, como manera de demostrar pertenencia, de anular diferencias. El cigarrillo, el alcohol y a veces la comida constituyen formas de toxicidad a las que se recurre, frente al surgimiento de la angustia social, y de los temores tanto heterosexuales como homosexuales. Funcionan como objetos reales, que son llevados a la boca como forma de producir una fusión con el objeto perdido y desmentir así la pérdida y el vacío que aquel ha dejado.

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