Sujeto de la educación secundaria
Short Description
En esta producción se expondrá al "Sujeto de la Educación Secundaria" (aquel sujeto que se encuentra en el ámb...
Description
En esta producción se expondrá al “Sujeto de la Educación Secundaria” (aquel sujeto que se encuentra en el ámbito escolar de las instituciones educativas) y cómo se constituye su campo de estudio, abordándolo desde las perspectivas como un ser subjetivo, como alumno y adolescente. Destacando así las funciones que tiene la escuela en cuanto a su formación, como así también teniendo en cuenta la complejidad que presenta este campo; en el que se cruzan diferentes disciplinas, conceptualizaciones teóricas, saberes construidos en la práctica educativa y las problemáticas que se dan en el sujeto a la hora de educarse. De este modo, en primer lugar, debe destacarse que el “Sujeto de la Educación” es aquel individuo que va a ser educado o al que se le va a enseñar, es decir un sujeto preexistente a la relación educativa y que es colectivo porque surge de una combinación de distintos elementos, sin los cuales no sería posible (maestros, estudiantes, conocimientos, prácticas). Pero la cuestión de sujeto está atravesada por los debates teóricos y políticos que suscita la crisis de la noción moderna de sujeto que constituye el núcleo duro de una identidad que se reconoce a sí misma como tal y que se diferencia del objeto que tiene en frente porque prescinde de cualquier otredad. Así el discurso de la modernidad ha ofrecido de distintos modos la imagen de un ser consciente, racional y libre, de este modo “Pineau” plantea que la modernidad convierte a la educación en el proceso por el cual el hombre se vuelve hombre y que tiene además la expectativa de eliminarla limitaciones derivadas del nacimiento y permitir que los humanos tengan su lugar en el tejido social sobre la base de su libre decisión y actuación individual, para las cuales los formaría la escuela. Sin embargo el sujeto de la educación no está exento de tensiones y según la tradición iluminista la educación por un lado, debía satisfacer el objetivo de autonomía del sujeto, haciéndolo capaz de servirse de su propia razón sin tutelas ajenas; pero al mismo tiempo debía responder a la necesidad social de que ese sujeto fuera gobernable. De esta manera, se define al sujeto de la educación como un sistema complejo. Esto significa que estamos ante un objeto que se caracteriza por fenómenos determinados, por procesos donde entran en interacción elementos que pertenecen al dominio de distintas disciplinas. Entre ellas: Filosofía: aporta debates sobre la noción misma de sujeto y sobre la crisis de la modernidad. Sociología: aproxima nociones importantes para plantear las dinámicas de la acción de los sujetos. Antropología: ilumina contrastivamente aspectos poco visibles de la experiencia contemporánea Psicología: se convierte en una referencia valiosa para entender los procesos de constitución subjetiva. Pedagogía: aporta dos elementos sumamente importantes: la enseñanza y los conocimientos indispensables para la constitución y aplicación del currículum. Durante décadas estas disciplinas modernas se han desarrollado en base a que cada una podía abordar y aportar dimensiones diferentes de la experiencia humana como por ejemplo la
oposición entre objetivismo y subjetivismo en la producción de la acción, resaltando, en parte, efectos de aquellos modos disciplinados de acumulación de saber. Así la decisión de constituir un campo del “Sujeto de la Educación” en los planes de estudio de la formación de maestros y profesores, responde a que los módulos son caracterizados como unidades de conocimientos, completas en sí mismas y multidimensionales; que se encuentran sobre un campo de actuación docente que proporciona un marco de referencia integral, líneas de acción y un conjunto de estrategias que van interviniendo en el campo. De este modo, ante las dificultades que se presentan, la instancia curricular indisciplinada resulta facilitadora ya que la creación de instancias curriculares no disciplinares se justifica especialmente cuando las disciplinas tradicionales tienen problemas para tratar ciertos objetos de conocimiento y más aún cuando la creación de estas instancias les permite construir una tradición de enseñanza sobre temas indisciplinados. La creación de estas instancias curriculares tiene fundamentalmente la intención de intervenir en una cierta mirada psicoevolutiva de los sujetos, a favor de enfoques que plantean las particularidades del desarrollo ontogenético en los procesos sociohistóricos y, en particular, en el dispositivo escolar. Durante muchos años, la Psicología Evolutiva ha sido el principal referente disciplinario para el tratamiento de la cuestión de los sujetos mediante la presentación de las secuencias de desarrollo evolutivo informadas por las diversas corrientes pedagógicas, tomando a los sujetos de la educación como foco de análisis, ampliando así su campo para poder incluir los enfoques culturalistas del desarrollo, los aportes de perspectivas sociológicas y antropológicas, los trabajos recientes en torno a los procesos de comunicación en sala de clases y un número importante de estudios que ponen de relieve la peculiaridad de las demandas y procesos cognitivos que tienen lugar en la escuela. En otras palabras, la creación de las instancias curriculares están destinadas para que el docente oriente las prácticas de enseñanza, donde realiza una selección de contenidos que se creen que son convenientes para que los sujetos aprendan y así lograr mejores resultados en el aprendizaje de los mismos. Pero se debe aclarar que muchos de los contenidos que se seleccionan en las diferentes asignaturas, están pensados para una clase de “alumno tipo”, “un alumno ideal”. Por ejemplo en el caso de la clase de Lengua y Literatura el alumno ideal sería aquel que:
Conozca el sistema formal de la lengua Saber construir un discurso coherente y adecuado Saber utilizar diversas estrategias y recursos para comunicar con eficacia Conocer las normas que rigen el uso social de las lenguas Saber comprender y expresar mensajes de forma adecuada, correcta, coherente y eficaz. Debe saber apreciar las semejanzas entre habla y escritura.
Estas son algunas de las características de este tipo de alumno, en este caso en la clase de lengua, pero se debe tener en cuenta que tanto en ésta como en las demás asignaturas no siempre los sujetos, dominan estos saberes que muchas veces se los consideran como “ya sabidos”. En este caso el docente, debe poner en práctica aquellos mecanismos para facilitar y producir en el sujeto la adquisición de estos contenidos, por ejemplo: despertar los hábitos de lectura y la capacidad de analizar textos, el reconocimiento de obras relevantes como así también dar a conocer los autores más relevante para la literatura, acercarlos al interés por la literatura, etc… De acuerdo a esto, la escuela define lo que es esperable y lo que no: no solo lo que significa un “alumno medio” sino, “un niño normal”. Por consiguiente, el régimen de trabajo escolar contribuye a generarles a los sujetos la condición de alumnos, y no solo los constituye como alumnos sino también como niños o adolescentes a través de un conjunto de procesos que construyen su visión subjetiva. Como ya se ha planteado anteriormente; el sujeto de la educación secundaria no es tan solo un alumno sino también un adolescente que posee un conjunto de subjetividades, es decir, por un lado la subjetividad; sería aquel conjunto de características particulares que hacen del ser humano, un sujeto único e irrepetible, una persona autónoma con pensamientos, deseos, intereses y voluntad propia. Desde la perspectiva de Michel Foulcault la subjetividad sería: “El resultado de la incidencia de los mecanismos de normalización en el individuo, con lo cual hace referencia en la manera en que los dispositivos disciplinarios se articulan, con el fin de producir un tipo de mentalidad acorde acorde a las condiciones culturales existentes”. Todo esto está basado en los mecanismos de normalización que desde el exterior funcionan como dispositivos que moldean las acciones de los individuos en los espacios cerrados de las instituciones disciplinarias (familia, escuela, etc.) teniendo como finalidad normalizar y evitar comportamientos desviados. A sí mismo el proceso de subjetivación, se inicia dentro de las sociedades disciplinarias o sea, que, gracias a la modelación del cuerpo normalizado se busca establecer una vía para gobernar el alma del sujeto. El cuerpo se convierte en la superficie donde las instituciones imponen sus normas, entonces, a partir de esto, el cuerpo entra en el circuito disciplinario donde el tiempo, el espacio, la combinación de fuerzas, la mirada y la sanción se tornan estrategias para su vigilancia y control Estos mecanismos que gobiernan el alma y la interioridad del individuo, radica en la inscripción que es el proceso por el cual distintos elementos naturales, humanos y no humanos, situados en el exterior dejan marcas que construyen la subjetividad. En la escuela las inscripciones están a cargo de quien ocupa el lugar de profesor, quien cuadricula el espacio, quien ejerce la vigilancia y quien ejecuta la sanción, de esta manera la subjetividad al infante le viene desde el afuera, órdenes, normativas y disposiciones que serán incorporadas como si fuesen propias.
Para el individuo siempre habrá un régimen normativo que aprender y una nueva inscripción que incorporar. Al proceso de normalización los llevará desde las costumbres familiares, pasando por las normativas escolares, hasta llegar a los reglamentos y leyes sociales ya que el proceso de inscripción es un proceso marcado por los signos del encierro y la atemporalidad. Otro concepto que se da dentro del campo de las subjetividades es el de matrices de aprendizaje, que son aquellas modalidades más o menos estables de comportamiento con que cada sujeto organiza y significa el universo de su experiencia, su universo de conocimiento que se constituye en interacción con el mundo pero a la vez condiciona modalidades de interacción, es el lugar, la forma en la que se genera la particularidad que tienen en cada uno de nosotros al vincularnos con el aprender y la posibilidad de realizar. De esta manera, como interioridad de constructo (modo particular, único y singular de mirar y comprender) la subjetividad, se construye en un proceso en el cual la familia y la escuela asumen un rol fundante de este modo cuando el sujeto participa, actúa y aprende no solo opera sobre sí mismo sino que, al mismo tiempo ejerce una influencia en el proceso de apropiación de la realidad de otras personas, desplegando así una actitud y una intervención, generando una toma de decisiones frente a los hechos que se le presentan en la vida cotidiana. Por otro lado, la adolescencia sería una parte fundamental del sujeto que se educa, ya que, sus modos de pensar y actuar son diferentes a los de un niño o adulto y su relación con la subjetividad es muy estrecha ya que, el sujeto en esta etapa también despliega actitudes y un estilo de personalidad constituida por una combinación de diferentes rasgos más o menos acentuados. Pero cabe destacar, que la adolescencia no es la pubertad. Cuando se habla de pubertad, se refiere a las transformaciones fisiológicas y corporales que señalan la instalación de la función de reproducción, la aparición de los caracteres secundarios. La adolescencia es más que la pubertad que implica, por un lado, una serie de mecanismos de adaptación psicológica, ya que tiene un componente desorganizador del equilibrio interior y por otro, un potencial reorganizador. Al inicio de la adolescencia la ejecución de tareas relativas a la resolución de problemas y comprobación de hipótesis no es, equiparable, ni tampoco se planifica una conducta. Pero la adolescencia es una etapa de suma importancia en el desarrollo de todos los seres humanos, ya que al ser determinante en el comportamiento venidero de los sujetos y representar para diferentes culturas una entrada a un nuevo estadio, en el que la toma de decisiones y la consecución de objetivos son de vital importancia. Los adolescentes constituyen un interesante referente para analizar la sociedad a la que pertenecen, de la cual se constituyen. En los tiempos posmodernos los jóvenes encuentran su propia realidad interna que se ve reflejada y emparentada con la realidad externa: es decir, son un espejo, tanto una como la otra.
A medida que este proceso se prolonga, se hacen más evidentes las características de la personalidad y se va creando una subcultura adolescente: crean un lenguaje peculiar, códigos y modos de acción donde buscan diferenciarse. Es así como en esta etapa suelen darse características muy peculiares tales como:
Se da un fenómeno de introversión-extroversión Se da un proceso de dependencia-independencia La brecha generacional entre padres e hijos se acorta Se busca lograr una propia identidad Dan apertura al mundo sociocultural con una búsqueda del sentido de la vida y el desarrollo de un proyecto personal Se da el fanatismo y la apatía Hay una búsqueda de sí mismo Se da una tendencia grupal Fluctuación del humor y del estado de ánimo
Entre estas y muchas otras características del ser adolescente, debe destacarse el escenario donde ocurren estas cuestiones que es el de la Posmodernidad, cuyo rasgo más distintivo es la fugacidad, donde todo es más rápido, tiende a durar poco tiempo y a cambiar infinitas veces. También en el mundo posmoderno cambian los modos de relacionarse, los vínculos se debilitan, la tolerancia disminuye, los criterios morales se vuelven estrictamente individuales, el hedonismo constituye el modo de vivir de la sociedad como así también el capitalismo, el fuerte consumismo y los avances tecnológicos. En conclusión, toda esta serie de características forman parte del sujeto y hacen de él un individuo que se diferencia de otros ya que en él intervienen factores como la cultura, el ámbito donde esté inserto y sobre todo el contexto histórico en el que vive y de este modo, es la escuela quien debe hacer conocer el pasado, dando la posibilidad de brindar un futuro diferenciado ya que hoy en día se vive en una situación de constante cambio. El sistema educativo tiene el deber de transformarse para poder responder a las demandas que presentan los sujetos que se educan.
Bibliografía Consultada: Enseñar lengua y Literatura para aprender a comunicarse: Carlos Lomas Psicología y Cultura del Sujeto que Aprende: Fernando Gasalla Captel http://www.tribunadocente.com.ar/documentos/DisenoCurricularESB.pdf www.tribunadocente.com.ar http://www.unm.edu.ar/carreras/humanisticas/ed_secundaria/3313_sujetos_educacion_secundaria_2011 .pdf www.unm.edu.ar
El concepto de Sujeto Educativo - UBA - Psicologia - Psicologia Educacional - Chardon (ex-Elichiry) 2008 www.altillo.com
Producción Final Asignatura: Sujeto de la Educación Secundaria Profesor: Marcelo Palacios Institución: ISFD Prof. Alberto Gregorio Cavero Alumna: Plaza Ormeño, Yamila Especialidad: Lengua y Literatura Curso: 2° Año Ciclo lectivo: 2015
View more...
Comments