PAIDÓS CONTEXTOS
SLAVOJ 2 i 2e K
Últimos títulos publicados: 111. J. Baggini, El cerdo que quería ser jamón jam ón y otros noventa nov enta y nueve
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experimentos para filósofos filósofos de salón
A. Comte-Sponville, L'ànim L'ànimaa de l’ateisme l’ateisme J. Redorta, Cómo analizar los conflictos S. Cardús, El desconcierto de la educación R.-P. Droit, La religión r eligión explicada a m i hija R. C. Solomon, Ètica emocional M. Cruz, Siempre me sacan en página par A. Einstein, Sobre el humanismo A. Comte-Sponville, La v ida hu mana T. Eagleton, El sentido de la vida M. Motterlini, Economía emocional D. Fo, El mundo según Fo N. Angier, El Canon
SO BRE LA VIOLENCIA
efecto Lucifer 124. Zimbardo, 125. J.P.Baggini y J.El Stangroom, ¿Pienso luego existo? 126. P. Abreu, Cómo volverse loco 128. B. Ehrenreich, Una historia de la alegría 129. M.-F. Hirigoyen, Las n uevas soledades 130. 130. E. Morin y N. Hulo t, Añ o I de la era ecoló ecológica gica 131. D. Levy Levy,, Am or y sexo co n ro bots 132. T. Nield, Supercontinente. La inc reíble h istoria d e la vida en nuestro planeta 133. M. Hanlon, Diez preg untas. Una guía para la per perplejidad plejidad científica 134. W. B. Irvine, Irvin e, Sobre el deseo. deseo. Por qué queremos lo qu e queremos 13 135. 5. J. Lloyd y J. Mitchinson, El pequeñ o gran libro de la ignorancia 136. 136. M. Onfray y G. Vattimo, ¿Ateos o creyentes? Conversaciones sobre filosofía , política, ética y ciencia 137. P Khanna, El segundo mundo 138. T. Todorov, El jardín imperfect imperfecto. o. L uces y sombras de l pensamiento humanista 139. J. McConnachie, El libro del amor 141. S. Zizek, Sobre la violencia 142. D. Fo, El amor y la ris risaa 143. T. Puig, Marca ciudad. Cómo rediseñarla para asegurar un fu turo tur o espléndido para todos 144. Z. Bauman, El arte de la vida. De la vida como obra de arte 145. Z. Bauman, La ri de la vida. D e la vida com a obra d’art 146. J. M. Esquirol, El respirar de los días. Una refle xión filosófica sobre el tiempo y la vida
147. 148. 149. 150.
Seis reflexiones marginales
beso de Eros. E. Cantarella, mitológicos mitológ icos de El la Antigüeda d Una introducción a los dioses y héroes Ramón Bayés, Vivi Vivir. r. Una guía para la jubilac ión activa Genis Guedj, Las ma temáticas explicadas a m i hija J. M. Esquirol, El respirar deis dies. dies. Una reflexió fi filosòfic losòfic a sobre el temps i la vida
PAIDÓS d
Buenos Aires · Barcelona · Méxi México co
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Título original: Violence, de Slavoj Zizek Originalmente publicado en inglés por Profile Books LTD, Londres, en 2008 Traducción de Antonio José Antón Fernández
Sumario
Cubierta de Compañía Zizek, Slavoj Sobre la violencia : seis reflexiones marginales . - la ed. Buenos Aires : Paidós, 2009. 288 p. ; 21x14 cm. - (Contextos; 52141) Traducido por: Antonio José Antón Fernández ISBN 978-950-12-6902 978-950-12-6902-4 -4 1. Filosofía. I. Antón Fernández , Antonio José, trad. CDD 190
I a ed ición en A rge ntin a, 200 9
Introducción:
Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por c ualq uier medi o o proce dimi ento , incl uidos la re prog rafi a y el tra
El manto ensangr ensangrentado entado del tira tirano no............. ........................ ...........
tamiento informático.
1. Adagio ma non n on troppo e mo molto lto
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espr espres essiv sivo' o'..
SOS Violencia © 2008, Slavoj ZiZek © 2009 de la traducción, Antonio José Antón Fernández © 2009 de todas las ediciones en castellano, Ediciones Paidós Ibérica SA, Av. Diagonal 662-664, Barcelona © de esta edición, Editorial Paidós SAICF, Defensa 599, Buenos Aires e-mail:
[email protected] [email protected] www.paidosargentina.com.ar Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723 Impreso en Argentina - Printed in Argentina Impreso en Gráfica MPS, Santiago del Estero 338, Lanús, en abril de 2009 Tirada:: 3000 ejemplares Tirada ISBN 978-950-12-6902-4
Violencia Violen cia subj subjetiv etiva a y ob je jetiv tiv a .......................... Los hombres buenos buenos de Porto Davo s.............. Una aldea aldea liberal-comunista............................
19 26 36
La sexuali sexualidad dad en en el mund o a to n al ..................
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2. Allegro moderato moderato-Adagio: -Adagio: ¡Teme a tu vecino como a ti mismo! La política del mie do........................................ La cosa cosa del pr prój ójim im o.......................................... La violencia violencia del lenguaje.................................. lengu aje..................................
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antee ma non 3. And ant
troppo e molto cantabile: «La oleada sangrienta sangrienta se ha desatado»
Un extraño cas caso o de comunicación fát ic a ........ 93
SUMARIO
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Resentimiento terrorista................................. 105 E l suj sujeto eto que s se e supone saqu saquea ea y v io la..... la .......... ....... .. 115 4. Presío: Antinomias de la razón tolerante ¿Liberalismo o fundamentalísmo? ¡Una plaga
INTRODUCCIÓN El manto ensangrentado del tirano
en las casa casas s de ambo am bos!.. s!....... .......... .......... .......... .......... ......... ...... .. 129 129 El círc círculo ulo de tiza deJerusalén........... Jerusalén......................... .............. 142 La religión anónima del ateísmo ..................... 155
5. Molto adagi adagio-An o-Andan dante: te: La tolerancia como
categoría categor ía ideológica ideológ ica La culturización de la política......................... 169 La universalidad efectiva........ ....................... 174 . Acheronta Achero nta mov movebo ebo: las regi regione ones s infernales . . . . 18 189 9 Allegro: ro: Violencia divina 6. Alleg Benjamín y Hitchcock.....................................211 219 9 Violencia divina: lo que no es.......................... es.......................... 21 ... Y finalmente, fina lmente, ¡lo que sí e s ! ......................... 23 232 2
lipílogo: A d a g io ........... ................. ............ ............ ............ ............ ............ ............ .......243 .243 Bibliografía...............................................................257 índice índic e analít analítico ico y d de e no nom m bre s ............................. 26 264 4
Hay una vieja historia acerca acerca de un trabajador trab ajador sospe choso de robar en el trabajo: cada tarde, cuando aban dona la fábrica, los vigilantes inspeccionan cuidadosa mente la carretilla que empuja, pero nunca encuentran nada. Finalmente, Fin almente, se descubr descubre e el pa pastel stel:: ¡lo que el traba jador está robando son las carretillas! Si hay una tesis que englobe la serie de reflexiones so bre la violencia que siguen a esta introducción, es que en la realidad nos nos encontramos con una para paradoja doja similar simi lar res res pecto a la violencia. Tenemo Tenemos s muy presente que las cons cons tantes señales de violencia son actos de crimen y terror, disturbios civiles, conflictos internacionales. Pero debe ríamos aprender a distanciarnos, apartarnos del señuelo fascinante de esta violencia «subjetiva», directamente vi sib sible, le, practicada practicada por u un n agente agente que podemos identifica identificarr al instante. Necesitamos percibir los contornos del tras fondo fond o que generan tale tales s arreba arrebatos. tos. Distan Distanciarno ciarnos s nos per mitirá identificar una violencia que sostenga nuestros es fuerzos para luchar contra ella y promover la tolerancia.
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SOBRE LA VIOLENCIA
Éste es es e ell punto de partida, quizá q uizá incluso el axioma, del presente presente libro: la violencia subjetiva es es simplemente la parte más visible de un triunvirato que incluye tam bién dos tipos objetivos de violencia. En primer lugar, hay una violencia «simbólica «simb ólica» » encarnada en el lenguaje y sus formas, la que Heidegger llama nuestra «casa del ser». Como veremos después, esta violencia no se da sólo en los los obvios — y muy estudiados— estudiados— ca caso sos s de pro pr o vocación y de de relacione relaciones s de dominac dom inación ión social social reprodu repro du cidas en nuestras formas de discurso habituales: toda vía hay una forma más primaria de violencia, que está relacionada con el el lenguaje como tal, con su imposición impos ición de cierto universo de sentido. En segundo lugar, existe otra a la que llamo «sistémica», que son las consecuen consecuen cias a menudo catastróficas del funcionamiento homo géneo de nuestros sistemas económico y político. La cuestión cues tión está en que lasviolencias subjetiva subjetiv a y obje obje tiva no pueden percibirse desde desde el mismo punto pu nto de vista, vista, pues la violencia subjetiva se experimenta como tal en contraste con un fondo de nivel cero de violencia. Se ve como unaSin perturb perturbación aciónladel estado estado de cosa cosas s «nor «normal mal» »y pacífico. embargo, violencia objetiva es precisa mente la violencia inherente i nherente a e este ste estado de cosas cosas «nor «no r mal». mal ». La L a violencia objetiva es invisible invisi ble puesto que sostie ne la normalidad normalida d de nivel cero cero contra lo que percibimos como subjetivamente violento. La violencia sistémica es por tanto algo como la famosa famosa «materia oscura» de la fí sica, la contraparte de una (en exceso) visible violencia subjetiva. Puede ser invisible, pero debe tomarse en cuenta si uno quiere aclarar lo que de otra manera pare cen ser ser explosiones «irracionales» «irracion ales» de violencia violenci a subjetiva.
EL MANTO ENSANGRENTADO DEL TIRANO
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ancho del mundo, mun do, uno debería siempre siempre tener tener en mente que una crisis crisis concreta concreta sólo irrumpe en la visibilida visib ilidad d de los medios como resultado de una compleja conjunción de factores. Las consideraciones específicamente hu manitarias por regla general desempeñan una función menos importante que las consideraciones culturales, ideológico-políticas y económicas. El tema de portada de la revista Time del 5 de junio de 2006, por ejemplo, er era a «La guerra guerra más mortal del mund m undo», o», y of ofrecía recía docu doc u mentación detallada de cómo alrededor de 4 millones de personas murieron en la República Democrática del Congo como resultado de la violencia polític política a a lo largo de la última década. No se produjeron las habituales protestas prote stas humanitarias, humanitarias , tan sólo un u n par pa r de cartas cartas de lec tores, como si algún tipo de mecanismo de filtro impi diese a esta noticia producir un efecto mayor en nues tro espacio simbólico. Por ponerlo en términos más cínicos, Time escogió a la víctima errónea en la lucha por la hegemonía en el sufrimiento. Debería haberse atenido a la lista de sospechos sospechosos os habituales: la situación s ituación de las mujeres musulmanas o las familias de víctimas del 11 de septiembre de 2001 y cómo éstas han sobre llevado sus pérdidas. El Congo ha resurgido hoy como un conradiano «corazón de las tinieblas». Nadie osa en frentarse frentars e a él. él. La muerte de un niño ni ño palestino p alestino de Cisjo Cisjorrdania, por no mencionar un israelí o un estadouniden se, vale para los medios mil veces más que la muerte de un congoleño desconocido. ¿Necesitamos más pruebas de que el sentido huma nitario de lo urgente y lo relevante está mediado, sin duda sobredeterminado, por consideraciones clara
Cuando los medios nos bombardean con las «crisis humanitarias» que parecen surgir constantemente a lo
mente políticas? Para responder a ello debemos distan ciarnos y considerar la cuestión desde una posición di-
S o b r e l a v i o l e n c i a
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ferente. Cuando los; medios estadounidenses reprocha ron a las poblacion.es de países extranjeros no demos trar suficiente suficiente sim simpatía patía por las víct víctimas imas de los ata ataques ques del 11 de septiembre septiemb re estuv estuve e tentad tentado o a responderles con las palabras que Robespierre dirigió a aquellos que se lamentaban p or las víctimas inoce inocentes ntes del terror revolu cionario: cionari o: «D «Deja ejad d df dfe e sacudir an ante te mi rostro el manto en sangrentado del tir ano o creeré que deseáis encadenar me a Rom a».1 En vez de enfrentarse a la violencia directamente, el presente libro presenta seis miradas de soslayo. Hay ra zones para mirar al[ses sesgo go el prob problem lema a de la violencia. violencia . M i premisa subyacente es que hay algo inherentemente desconcertante en. una confrontación directa con él: el horror sobrecogedlor de los actos violentos y la empatia con las víctimas fiuncionan sin excepción como un se ñuelo que nos impúde impú de pensa pensar. r. Un análisis análisis conceptual de sapasionado de la tipo tipolog logía ía de la vi violencia olencia debe por defi nición nició n ignorar s su u impacto traum traumático. ático. Au Aun n así hay un sentido en el que ian análisis frío de la violencia de algún modo mod o reproduce jy participa de su horror horror.. Además hace falta una distincióin dis tincióin ent entre re verdad (factu (factual) al) y veracidad: veracidad: lo que hace del testirmon testirmonio io de una m mujer ujer violada (o de cual quierr otra descrip)ción de un trau quie trauma) ma) a algo lgo veraz veraz es es s su u in coherencia factual, su confusión, su informalidad. Si la víctima fuese cajpaz de describir su dolorosa y humi llante experiencia expe riencia de manera clara clara,, con todos los datos situados en un orrden consistente, su claridad nos haría sospechar de su v/eracidad. E Ell prob problem lema a aquí aqu í e es s parte de la solución: las ¿(eficiencias factuales del inform in forme e del su su1. Maximil M aximilien ien ]Ro ]Robespierre bespierre,,
Virtue and an d Terror, Terror, Londres, Ver
so, 2007, pág. 47.
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Ido traumatizado confirman la veracidad del testimo nio, puesto que señalan que el contenid contenido o narrado «co n tamina» el modo de «informar acerca de él. Lo mismo vnlc, desde luego, para la llamada no fiabilidad de las i lescripciones verbales de los supervivientes del HoloI :ti isto: los testigos capaces de una narración clara de su icrrible experiencia se descalificarían por de su clariil;ul.2El único acercamiento válido al tema que trata el I h esent esente e libro ser será á el que nos permita mantener una ne ri ri-saria distanci dist ancia a de res respeto peto c con on las víctim víctimas. as. I,a famosa frase de Adorno necesitaría pues una i Di rección: no es la poesía lo que es imposible des pues pues de Auschwitz, sino más b ien la prosa? La prosa lealista fracasa donde tiene éxito la evocación poética il·· la insoportable atmósfera de un campo. Es decir, i nando Adorno Adorn o declara que la poesía e es s imposible (o mas bien bárbara) después de Auschwitz, esta impoMliilidad es habilitadora: la poesía trata trata siempre, po porr A l', l',ll tardío libro de Primo Levi sobre los los elementos elementos químiquímiTable, Nueva York, 1984; trad. cast.: El sist sistema ema ■n i O'he Periodic Table, fi fiii rii riixlir xliro, o, Barcelona, El Alep Al eph, h, 2007) ha de leerse leerse con el trasfon trasfon■ I· μ Ir las las dificultades —de — de la esencial esencial impo imposibi sibilida lidad— d— de narrar |i|i mímente mímente la la propia condición, de contarla propia p ropia vida en una im i hiiión coherente: el trauma del Holocausto lo impedía. Así, |mi , ,ii I ,rv¡ ,rv¡ el úni único co m modo odo de evitar el colapso de su univers universo o sim ili ilu n era encontrar apoyo en algú algún n real extrasi e xtrasimbólic mbólico: o: llo o la • l.i iliciir ilic iirión ión de los elementos quími qu ímicos cos (y, desde luego, en su μ i tu m de los elementos, la clasificaci clasif icación ón servía sólo como co mo un limi i η viieío viieío:: cada e elemento lemento era explica ex plicado do en funci fu nción ón de sus aso aso-
• liu liu ttii mes simb ólicas) . ' URHLA VIOL VIOLENC ENCIA IA
sos VIOLENCIA
i ¡o y al lunar el thymos por medio m edio del gas gasto to sobe rano: esto es, la guerra. Esta paradoja señala nuestra triste situac situación: ión: el capi talismo de hoy no puede reproducirse reproducirse por sí mismo, ne cesita la caridad extraeconómica para sostener el ciclo de reproducción social.
*meramente las comodidades de su tiempo. El padre I·· Walker había sido un hombre de negocios millonaI ii », usi que compraron tierras, las calificaron como «reMi va protegida», las rodearon con una enorme valla y i 11111 cantidad de guardias, sobornaron a funcionarios porr contro controlar lar estallidos como el de Nueva Nuev a O Orleans rleans,, l.is luerzas de la ley y el orden se enfrentaron con la auiriitica naturaleza del capitalismo en su forma más pura, la lógica de la competición individualista, de la nutoafirmación más despiadada, una «naturaleza» «natura leza» mu mu( lio más amenazadora y violenta violen ta que to todos dos los hur huraca aca nes y terremotos juntos? En su teoría de lo subli sublime me (da (dass Erhabene), Erhaben e), Immanuel I' ant interpretó nuestra fascinación por las acometidas (leí leí poder de la naturaleza como u una na pru prueba eba negativa de la superioridad del espíritu sobre la naturaleza. No imI >orta cuán brutal sea el despliegue de la ferocidad de la naturaleza, no puede afectar a nuestra propia ley moral. ¿No proporciona la catástrofe de Nueva Orleans un ejemplo ejemp lo similar de lo sublime? No impo importa rta la brutalid brutalidad ad
