Sistema de La Integración Centroamericana

October 5, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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SISTEMA DE LA INTEGRACIÓN CENTROAMERICANA Historia de Integración Centroamericana Las Provincias Unidas del Centro de América constituyeron una república federal que existió en América Central. Su capital inicialmente la ciudad de Guatemala, Guatemala, hasta 1834; después Sonsonete, por breve período, por último San Salvador, de 1834 1839. La Federación formada por cinco Estados: Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. En 1838 se formó un sexto Estado, Es tado, Los Altos . Los liberales centroamericanos tenían grandes esperanzas en la creación de una república federal, posteriormente evolucionaría hacia un Estado moderno y democrático entre los Océanos Pacífico y Atlántico.

En la práctica, la federación afrontaba problemas: • En oposición al proyecto federal se encontraban conservadores, representantes de la

Iglesia Católica y grandes latifundistas. • El transporte y comunicaciones entre los Estados miembros eran extremadamente

deficientes. • La población, desconocía el beneficio de una integración regional. • El poder de la capital federal (Ciudad de Guatemala, ) era casi inexistente fuera de sus

límites. • Falta de fondos para su desarrollo y la intervención de naciones extranjera  

Los esfuerzos integracionistas en Centroamérica no son nuevos. en los siglos XIX y XX se apelaba a la idea de una identidad regional. Razones históricas y geográficas indicaban a los centroamericanos necesidad de rescatar lo que nunca debió perderse: la unidad en medio de las visiones encontradas sobre la región y su identidad. Hoy día, esos intentos de integración regional aparecen como complemento de la condición democrática de que gozan todos los países centroamericanos. Esa

 

coincidencia de la integración y la democracia, florece en un complejo contexto económico y social que acercan y alejan los nuevos esfuerzos integracionistas, sobre todo en el plano cultural, renegado ante la supuesta importancia de las integraciones económica y política. Craso error, porque sin una no hay otras y viceversa. ANTECEDENTES HISTORICOS HISTORICOS DE LA INTEGRACION CENTROAMERICA CENTROAMERICA NA

Introducción Los procesos de integración en América Latina han evolucionado en forma dinámica desde los años sesenta, bajo el supuesto inicial de que la producción y el cambio pueden crecer en mayor medida si se usan economías de escala, gracias a la unión de los mercados. Posteriormente se ha impuesto la creencia de que los países no pueden rezagarse en las tendencias de Globalización Económica y que los beneficios del comercio exterior pueden distribuirse equitativamente entre los países participantes. Este argumento justifica en gran medida la tendencia generalizada en América Latina, de realizar acuerdos bilaterales y multilaterales que dinamicen el flujo de comercio y de capitales entre los países del continente, con miras a la creación de una zona de libre comercio que vaya desde Alaska hasta la Patagonia. En este contexto, el proceso de integración centroamericano adquiere importancia por su ubicación estratégica frente a los mercados del Norte y Suramérica, y por las adversidades que ha tenido que sortear. El proceso de integración en Centroamérica, tuvo como antecedente, desde el siglo pasado, la conformación de las denominadas Provincias Unidas de Centroamérica, en 1821, a través de la cual los 5 países de Centroamérica, se unieron después de la independencia de España y la fallida unión a México. Desgraciadamente, la organización federal propuesta para la unión de provincias, no logró consolidar el poder, de manera coherente, y terminó desapareciendo, ante la deserción de las autoridades locales de los Estados.

 

En los años siguientes, varios intentos de reunificación se produjeron sin resultados positivos, incluyendo el ensayo de Francisco Morazán, quien, desde Costa Rica inició una campaña por la reunificación, que ha sido calificada de forzada y violenta, lo cual le costó la muerte por fusilamiento, en 1842. En 1847, la amenaza extranjera en territorio de Nicaragua, motivó un intento más por la unión de los países, con un gobierno provisional, cuyo objeto fundamental sería el de "prestarse recíprocamente auxilio para la conservación de su independencia y soberanía y consecuentemente a auxiliarse mutuamente para conservar las formas de gobierno popular y representativo". Como puede verse, el carácter coyuntural de la unión, para conjurar la dominación del norteamericano Walker, en Nicaragua, se convirtió en el mismo factor desencadenante del fracaso de este nuevo intento. Otros ensayos integracionistas sucedieron a lo largo de los años, pero siempre dirigidos hacia el logro de una consolidación política del poder, y no de las relaciones económicas. Esta es tal vez la diferencia fundamental del moderno proceso de integración iniciado a mediados del siglo XX.  Aunque este proceso de integración económica y comercial en Centroamérica, nació con objetivos muy ambiciosos en términos de intercambio comercial, social y cultural, ha experimentado graves problemas a lo largo de su historia. La crisis de la subregión centroamericana en la década del 80, hacía pensar que el proceso se dirigiría hacía el fracaso, ya que no se daban las condiciones económicas ni políticas que permitieran vislumbrar su continuidad. Después de terminados los procesos de estabilización y reforma estructural propuestos por las agencias multilaterales, está claro que los países de la Subregión tienen voluntad política para llevar el proceso de integración hacia etapas más avanzadas, involucrando no solo el intercambio comercial y facilidades para el flujo de capitales, sino también temas como la armonización de políticas comerciales y macroeconómicas, y la consolidación de la democracia.

 

Esta tendencia, aunque constituye un gran desafío para economías tan pequeñas como las de la subregión, es vista como una necesidad para la adecuada inserción en la economía mundial, y como una fase de preparación para la competencia que representará la suscripción del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), programada para el año 2005. Por esta razón, los países de la subregión insisten en el proceso, superando los inconvenientes de épocas pasadas y actualizando sus estructuras comerciales hacia la competencia internacional, con el fin de no repetir los errores del pasado, cuando el mismo proceso de integración contenía factores desestabilizadores que unidos a los factores externos conspiraban contra el éxito de dicho proceso. Para entender adecuadamente la evolución de lo que hoy en día se denomina Sistema de Integración Centroamericano, es necesario dividir la historia del proceso en tres etapas: 1.

La primera, desde sus inicios, con la creación del Mercado Común

Centroamericano  en 1961, hasta 1980 cuando la situación del proceso se hace insostenible, principalmente por factores externos como la crisis de la deuda externa y la recesión de la economía mundial. 2.

Una segunda etapa, en la que la integración vivió una época de estancamiento

debido a la existencia de conflictos armados al interior de los países y entre los países, hasta 1990; y, 3.

Una tercera etapa en la que la consolidación de la paz y el logro de la

estabilización económica han permitido dinamizar el proceso y plantear metas más ambiciosas en la integración. Con esta metodología de exposición se presentará a continuación la evolución de la integración centroamericana, para establecer el comportamiento de la subregión frente a los problemas intrínsecos y los factores externos que propician o desestimulan los procesos integracionistas. Primera etapa (1 (1961961-1980 1980): ): Creación Creación del Mercad o Com ún Centroam ericano

 

 Antes de constituirse el Mercado Común Centroamer Centroamericano, icano, entre Costa Rica, Honduras, Hond uras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala, la subregión venía intentando la integración a través de acuerdos bilaterales, que proporcionaran las primeras experiencias formales. Desde 1951 se venía configurando el denominado Programa Centroamericano de

Integración, con el apoyo de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), a fin de promover la integración gradual y progresiva de las economías de los países del Istmo y la coordinación de los programas de desarrollo económico. Diez años más tarde, el 4 de junio de 1961 se firmó el tratado General de Integración Económica

Centroamericana,

con

el

cual

se

validó

el

Mercado

Común

Centroamericano, involucrando a los países mencionados en un proyecto de integración con aspiraciones no solo económicas sino también políticas, ya que gracias a la influencia de la CEPAL, los programas comerciales e industriales (al mejor estilo de planificación de la entidad), incluían la coordinación de las políticas de desarrollo de cada uno de los países. La idea fundamental del proceso era promover la integración gradual a través de: 1.

Un régimen de libre comercio, a perfeccionarse en un plazo de 10 años (zona

de libre comercio); 2.

La equiparación de gravámenes  a la importación, para ser alcanzada en un

plazo de 5 años (arancel uniforme), y 3. Un proceso de industrialización  sobre las bases de reciprocidad y equidad, mediante la promoción de actividades manufactureras, cuya capacidad mínima de planta o de plantas requiriera tener acceso al mercado regional para operar en condiciones razonablemente económicas y competitivas. Como puede verse uno de los pilares de este acuerdo era la reciprocidad y equidad en el intercambio, aspectos que al final nunca pudieron cumplirse, ya que como se verá más adelante, una de las causas internas de la crisis fue la inequitativa distribución

de los beneficios del comercio.  

 

Desde el principio del proceso, fue primordial el aspecto institucional de la integración para lo cual, se creó el Consejo Económico Centroamericano, el Consejo Ejecutivo

y la Secretaría Permanente (SIECA).  El primer Consejo estaba conformado por los ministros de economía de los países miembros y tenía como función dirigir la integración y coordinar la política en materia económica. El Consejo Ejecutivo estaba conformado por un representante de cada país y tenía como encargo asegurar el cumplimiento del Tratado General, y resolver problemas en desarrollo del proceso. Estas dos instituciones desaparecieron después de los problemas en los últimos años de la década del 60, para ser reemplazados por reuniones de ministros y representantes en foros con propósitos diferentes a los de los antiguos Consejos. La Secretaría Permanente SIECA, fue la única institución que se mantuvo y aún en la década del noventa continua siendo el organismo más importante para la integración centroamericana. Desde su creación ha tenido la responsabilidad de velar por la correcta aplicación del Tratado y de todos los instrumentos multilaterales y bilaterales vigentes entre los Estados miembros. Además de estas funciones ejecutivas, la SIECA es un organismo técnico que hace estudios e investigaciones para apoyar las decisiones de los países. Indudablemente los efectos positivos del establecimiento del Mercado Común Centroamericano, se vieron pronto en el crecimiento del flujo de comercio entre los países firmantes del Tratado. "La proporción de comercio intra-regional dentro del total subió de menos del 7.5% hasta 25% entre 1960 y 1980, y consistió mayormente en manufacturas previamente importadas del resto del mundo". La mayor parte de autores que analiza la evolución del Mercado Común, coincide en que el mayor flujo de comercio que siguió a la firma del Tratado, n o c o r r es es p o n d i ó c o n

  propuestos, ya qu e la estruc tura d e expo rtacion es d e los países los objetivos  m i e m b r o s n o s e m o d i f i c ó, continuando con la fuerte dependencia de productos

primarios.

 

La creación del Arancel Externo Común, (una de las primeras medidas adoptadas bajo el Tratado), paradójicamente tuvo efectos negativos sobre el proceso de integración pues estimuló la producción industrial, pero dirigida al mercado interno de cada país. El resultado fue una diversificación leve de la actividad industrial pero con alta importación de materias primas, lo cual ocasionó un aumento en el gasto de divisas. Si bien es cierto que el flujo de comercio entre los países aumentó considerablemente, como se mencionó antes, es necesario aclarar que las expo rtacion es extra-regio extra-regio nales , basadas en los productos primarios aum ent aro n d e man era m ás d in ám ic a  tradicionales con las consecuencias de dependencia que implica esta tendencia. Según Saborío "El desarrollo del mercado regional no solamente no aisló a estos países de los cambios sincrónicos en los términos de intercambio, sino que realmente hizo a la actividad económica de la subregión mucho más vulnerable a dichas perturbaciones." Desde el punto de vista de la equidad y reciprocidad, puede decirse que se obtuvieron los resultados más insatisfactorios para algunos países, lo cual terminó por atentar contra el desarrollo del proceso. "La distribución del comercio intra-regional por países fue muy desigual desde el principio, entre otras razones, por la naturaleza, las características y el grado de desarrollo de sus estructuras productivas". Los países más dinámicos en exportaciones fueron Guatemala y El Salvador, mientras que Honduras, Nicaragua y Costa Rica fueron dinámicos en Importaciones. Esta tendencia se mantuvo hasta 1979, considerándose como un factor importante para el desencadenamiento de la crisis, no solo por el malestar político que generaba, sino también por la imposibilidad de los países deficitarios de pagar el monto de las importaciones. Las expresiones de inconformismo se agravarían con el conflicto bélico entre El Salvador y Honduras, que significó el rompimiento del esquema de integración propuesto desde 1961. "El conflicto armado se manifestó en problemas de orden político en toda el área; ocasionó consecuencias económicas y sociales, y tuvo efectos negativos en el funcionamiento del mercado común."

 

 A pesar de lo inconveniente que resu resulta lta para el proc proceso, eso, el hecho de tener a dos países enfrentados bélicamente, lo sobresaliente fue que se realizaron esfuerzos conjuntos para lograr la paz en la subregión y reestablecer el Mercado Común. Finalmente, en 1970, después de una reforma constitucional, Honduras abandonó el esquema porque su legislación interna solo contemplaba acuerdos bilaterales, dando marcha atrás en su política comercial. Durante la década del setenta, el comercio intra-regional disminuyó notablemente, haciendo necesaria una reestructuración que imprimiera un nuevo dinamismo al esquema de integración. De esta manera hacia 1976, la SIECA presentó un documento denominado "Proyecto de Tratado de la Comunidad Económica y Social Centroamericana", el cual constituyó un cuerpo jurídico integral que perseguía una verdadera reestructuración del movimiento centroamericano de integración. Este proyecto fue tan innovador que incluyó temas sociales como el empleo, seguridad social, salud, alimentación y nutrición, vivienda, cultura y educación, dándole una nueva dimensión a la integración para sacarla del enfoque puramente comercial y llevarla hacia metas mucho más ambiciosas. Si embargo este intento no funcionó enseguida y con la crisis de los años ochenta fue totalmente ignorado. Segun da Etapa (1981(1981-1990 1990): ): Crisis de la in tegración cen troameric ana

Sin lugar a dudas, la crisis económica de los ochenta afectó de manera generalizada a todos los países del Continente, sin embargo en Centroamérica tuvo el agravante de dejar en evidencia las debilidades estructurales que traía consigo el esquema de integración, llevándolo prácticamente a su desaparición. La literatura existente sobre la historia del Mercado Común Centroamericano, parte del reconocimiento de que los factores externos, influenciaron el rompimiento del movimiento integracionista, aunque no lo determinaron de manera directa. Está claro que al interior del proceso de integración coexistían factores favorables y desfavorables, y que ante los dramáticos cambios del entorno internacional, los factores desfavorables dejaron al descubierto la fragilidad del modelo.

 

Es bien conocida la crisis que afectó la economía mundial en la década del ochenta, por lo que aquí solo se mencionarán los aspectos más relevantes para la crisis de la subregión centroamericana. Entre dichos aspectos están los de la inflación mundial, la devaluación del dólar y la crisis de la deuda externa latinoamericana. Tal como se mencionaba antes, la subregión no logró reducir su vulnerabilidad externa, ya que continuó dependiendo de las exportaciones de bienes primarios, por lo que el descenso en la demanda, redujo la capacidad de compra de los países miembros.  Además "el estilo de desarrollo que caracteriza a la subregión ha sido concentrador, o en todo caso excluyente, en el sentido de haber favorecido a los distintos estratos de la población en forma notoriamente desigual, acentuando el grado de concentración del ingreso en algunos países."  A la par de esta problemática en el ámbito económico, el conflicto armado en El Salvador y Nicaragua, creó tal desconfianza política en la subregión, que el esquema de integración terminó por desarticularse, con la consecuente fuga de capitales, disminución del comercio intra-regional y paralización económica por actos de violencia contra el aparato productivo. Otro factor que contribuyó a la desintegración fue la reacción de cada uno de los países para conjurar la crisis. Todos los gobiernos del momento implementaron políticas de restricción de importaciones y luego de promoción de exportaciones extra-regionales. En cuanto al régimen de pagos, se recurrió al control cambiario para evitar movimientos inflacionarios, sin embargo al final estas medidas contribuyeron a la especulación financiera, la fuga de capitales y el aumento en el costo de transacciones externas. Es necesario resaltar que como en el resto de América Latina, la subregión centroamericana tuvo dificultades con la deuda externa, por lo que la estabilidad macroeconómica de los diferentes países estuvo comprometida. Esta situación determinaría la intervención de los organismos de crédito multilateral, en la adopción de políticas económicas subregionales.

 

En el caso específico de Costa Rica, el Banco Mundial entregó cerca de 250 millones de dólares en 5 años, a partir de 1982, y sin embargo el apoyo más importante provino de donaciones y otras ayudas internacionales, y no del endeudamiento. Este "extraordinario financiamiento externo, junto con un moderado crecimiento de las exportaciones, permitió financiar los compromisos de deuda y una importación creciente". Por otro lado, la situación en El Salvador fue mucho más problemática por la existencia de un conflicto armado interno, que unida a la fuerte dependencia externa del café como principal producto exportado, significó el desentendimiento total hacia el proceso de integración. Para El Salvador la economía cafetalera era tan importante que su dinamismo en las exportaciones, se explicaba únicamente por la variación en flujo comercial de café. "Es a través del café que se consolida la incorporación del país al mercado internacional y su incorporación en la periferia capitalista," lo cual, en gran medida, ha restado importancia al proceso de integración. Otro de los países afectado por los conflictos bélicos fue Nicaragua, que no logró beneficiarse del proceso y ante la necesidad de resolver sus conflictos internos, no impulsó la integración. Para Nicaragua las secuelas de la guerra afectaron la economía nacional de manera radical, llevando al país a un período de hiperinflación único en Centroamérica. En el período 79-83 la variación de los precios al consumidor había sido de 32%, para el período siguiente, 84-88, la variación fue de 3.232.9% y en 1990 aumentó a 6.850% Desde el punto de vista de la capacidad de pago de cada uno de los países miembros del Tratado, hubo otra dificultad para continuar con el flujo comercial; se trata de la escasez de divisas que experimentaron todos los países, y la desaparición de la Cámara de Compensación (creada años atrás). Este último punto no parece haber tenido mucho impacto sobre el volumen transado; según Bulmer: "Se realizó intercambio por medio de divisas débiles (locales) y fuertes, e incluso canje de productos".

 

Puede decirse que durante la primera parte de los años ochenta, la crisis de los países centroamericanos fue tan grave que el tema de la integración, no fue prioridad para ningún país. La política económica del momento se basó en la defensa de los diferentes sectores nacionales, aumentando los niveles de protección y las barreras no arancelarias. En la práctica, la solución de los conflictos armados era un requisito indispensable para retomar el tema de la integración, más que los factores económicos. "En la segunda mitad de los años ochenta, el tema de la integración centroamericana recuperó una posición central en la agenda política de la subregión. El proceso de Esquipulas diseñado con el fin de alcanzar una paz firme y duradera, significó un formidable esfuerzo por lograr una solución propia que ha culminado con la firma de los acuerdos de paz que pusieron fin al conflicto guatemalteco". Países como Costa Rica, adoptaron medidas unilaterales que estimulaban el comercio, buscando la reorganización del régimen arancelario y la eliminación de todos los derechos específicos de importación y otros gravámenes. Gracias a la continuidad que tuvo la Secretaría Permanente (SIECA), se dieron algunas iniciativas desde este organismo para lograr la reactivación de la integración. En 1984 se realizó un estudio de la situación, con la colaboración de la CEPAL, y se llegó a la conclusión de que los problemas del mercado común requerían acciones en el campo político, especialmente en lo que se refería a los aspectos institucionales de la integración. Era necesario reestablecer los órganos del Tratado General. "Decisión importante, sin duda, la de volver al orden jurídico del Tratado, pero inoperante en sus efectos, por cuanto los Consejos no llegaron a integrarse y, en consecuencia, tampoco se adoptó el régimen normativo transitorio mediante el cual se hubieran podido poner en práctica las medidas de reactivación recomendadas en el Plan."  A pesar del fracaso de esta iniciativa, en el fondo, prevaleció el interés por volver al esquema de integración, no como se conocía antes de la crisis, pero si como una necesidad para el intercambio comercial. Durante los años ochenta los países tuvieron que recurrir a soluciones parciales a través de arreglos bilaterales en los puntos sensibles de su intercambio comercial y cambiario.

 

 A finales de la década de los ochenta, la condicionalidad de la ayuda internacional, obligó a los países centroamericanos a llevar a cabo reformas estructurales y políticas de estabilización económica, que en muchos casos obraron en contra de la integración por contener medidas contrarias a los propósitos integracionistas. El nuevo modelo de desarrollo insistía en la necesidad de promoción de exportaciones no tradicionales y en la vuelta a las exportaciones extra-regionales como las fuentes de crecimiento. En síntesis, aunque la crisis generalizada acabó con el esquema de integración, en la concepción de 1961, es decir la del Tratado General, lo relevante fue el reconocimiento de que el proceso no podía ser abandonado y de que se debían incorporar mecanismos acordes con las tendencias mundiales y con las nuevas necesidades de los países interesados en la integración. Tercera Etapa (199 (19900-1998 1998): ): Hacia la cons olidac ión del pr oceso de in tegración

La década de los noventa ha representado, para los países centroamericanos, el logro de las metas de estabilización económica y reforma estructural. Las medidas de estabilización que empezaron a ser aplicadas hacia finales de la década anterior, tenían como finalidad reducir y eliminar los desequilibrios más evidentes, mientras que el ajuste tenía como propósito modificar la estructura económica, eliminando de una vez por todas las deficiencias más notorias del sistema económico, tales como la inflación y el débil crecimiento. En términos concretos, se logró reducir la inflación de la subregión significativamente. En conjunto, hasta 1990 la inflación de la subregión era bastante alta por la influencia que ejercía la altísima variación de precios en Nicaragua. Después de 1995 la inflación de la subregión oscila en torno al 13% y la mayoría de naciones ha reducido el déficit público, de manera importante. En cuanto a la deuda externa, si bien es cierto que ha disminuido bastante, es necesario aclarar que aún permanece muy por encima del promedio mundial. Las medidas señaladas, también han tenido un impacto significativo en el crecimiento subregional, caracterizado por un leve incremento de las exportaciones y un gran aumento de las importaciones. Este último aspecto merece ser resaltado, ya que, si

 

obedece a factores estructurales más que coyunturales, podría significar una debilidad importante en el proceso de integración intra-regional y extra-regional, sin embargo este tema será abordado más adelante cuando se repase el desempeño macroeconómico de cada uno de los países.  Así como la adopción de políticas de estabilización, en un primer momento, actuó en contra de la integración al favorecer las exportaciones extra-regionales, también, el hecho de haber generado un entorno con mayor certidumbre resulta favorable para la consolidación del proceso de integración que se busca en esta década. Además, el proceso de integración que se busca en la actualidad, se ve enriquecido por la experiencia acumulada a través de más de 30 años de funcionamiento del Mercado Común. Con esta nueva visión, en julio de 1991 se realizó una Cumbre de Presidentes en San Salvador, con el fin de darle un nuevo impulso al proceso y trabajar en temas, que involucren algo más que el simple intercambio comercial. En esta Reunión se acordó volver a un arancel externo común que se aplicaría a finales de 1992. Para no caer en la rigidez de años anteriores quedó previsto que tuviera 4 tasas básicas:  

5% para bienes de capital e intermedios no competitivos

 

10% para bienes de capital e intermedios competitivos

 

15% bienes de consumo no competitivo 20% bienes de consumo competitivo







 



En esta ocasión se reincorporó Honduras y, por su parte, Panamá empezó a plantear la posibilidad de ingresar al proceso. Es decir que el proceso retoma un nuevo impulso, que ha sido factible a raíz de darse mejores condiciones económicas y por la disminución de las tensiones políticas. En este momento la filosofía de la integración era más o menos la siguiente: "El nuevo plan de integración regional es visto como complemento a ese interés en exportaciones

 

de bienes no tradicionales al resto del mundo y como ayuda para crear la base institucional para la participación de Centroamérica en el sistema de comercio internacional". Lo que ha ocurrido en los años siguientes a este acuerdo es la búsqueda de la armonización de políticas para lograr la creación de una ventaja competitiva en función de la localización geográfica estratégica que tiene la zona frente a mercados tan importantes como el NAFTA y el Mercosur. La preocupación de la mayor parte de los investigadores es que el esquema no genere los mismos problemas que en los años ochenta, para esto es necesario establecer un área económica armonizada, en la cual las políticas sean convergentes con la integración y que la participación en los costos y beneficios del proceso sea equitativa. El tema cobra importancia por el contexto en el cual se están desarrollando los acuerdos internacionales, dirigidos fundamentalmente hacia la consolidación del Área de Libre Comercio de las Américas, en dónde la competencia con Estados Unidos plantea un gran reto para todas las economías latinoamericanas. La mejor posibilidad de competencia que se divisa es la conformación de bloques regionales. Resulta interesante analizar el impacto que tuvo para América Central la formación del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México. Hasta el momento las evaluaciones realizadas al respecto, muestran que América Central sufrió un leve deterioro de su competitividad en los Estados Unidos, ya que México es un país competidor en la mayor parte de sectores, y ahora tiene un acceso libre para sus productos en el mercado norteamericano. Otro aspecto que debe enfrentar la subregión es la competencia por inversión extranjera que con la formación del NAFTA se empezó a dirigir hacia México, en detrimento de la inversión realizada en Centroamérica. Estas dos razones justifican ampliamente la creación de una zona de libre comercio centroamericana, con la cual se pueda dar la ampliación de los mercados, y se inicie un

 

proceso de preparación para la competencia con los demás países fuera de la subregión. Sobre este asunto se especuló un poco, pues se suponía que el trámite normal hacia el  ALCA sería a través de una adhesión paulatina al TLC. Este proceso tendría sus ventajas tal como lo plantea Saborío: "otra ventaja de un área de libre comercio es su naturaleza contractual, es decir, que contendría condiciones de acceso al mercado de EUA que no podrían ser modificados unilateralmente por ese país." Se plantea esto a propósito del dinamismo que han tenido las exportaciones no tradicionales a Estados Unidos, gracias a un plan de preferencias otorgado unilateralmente, es decir que podía ser suspendido en cualquier momento dejando a los productores centroamericanos con inversiones realizadas y sin mercado. Desde el punto de vista comercial, el flujo entre los países miembros ha retomado el dinamismo de otras épocas y sobretodo se ha logrado llevar a cabo un proceso de diversificación importante. En el caso de Costa Rica, por ejemplo, "las exportaciones no tradicionales han crecido a una tasa anual promedio de 27%, gracias, en parte a los incentivos. El costo fiscal del programa, sin embargo ha sido muy elevado y continua aumentando. Solo los beneficios tributarios (CATS) representan casi 7% del presupuesto del gobierno". Aunque subsiste la desigualdad del ingreso y la débil articulación entre los sectores industriales. Lo cierto es que en la actualidad, el comercio subregional se desempeña en un ambiente mucho más favorable al intercambio, aunque esté dominado por productos agrícolas más que por productos industriales. Sería de esperar que el comercio intraregional estuviera conformado por productos manufacturados, pero la larga tradición en exportación de productos primarios parece imponerse, inclusive al interior de la subregión. De acuerdo con observaciones de Bulmer, el único sector manufacturero que ha desarrollado un mercado regional, impulsando exportaciones es el de productos químicos, lo cual es explicable por las estrategias de las firmas multinacionales que

 

operan en un país para surtir la subregión. En el caso de otros sectores como textiles, confecciones y alimentos diferentes al café y banano, la debilidad comercial esta relacionada con la existencia de barreras diferentes al arancel, como por ejemplo las redes de distribución. El Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) es el marco institucional de la Integración en la Regional Centroamericana, creado por los Estados de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá. Posteriormente, se adhirieron como miembros plenos Belice en el año 2000 y, a partir de 2013, la República Dominicana.

El Sistema cuenta con con un grupo de países Observadores Regionales y

Extrarregionales. Los Observadores Regionales son: México, Chile, Brasil, Argentina, Perú, Estados Unidos de América, Ecuador, Uruguay y Colombia. Por otra parte, son Observadores Extrarregionales China (Taiwán) , España, Alemania, Italia, Japón,  Australia, Corea del Sur, Francia, la Santa Sede y Reino Unido. Actualmente, Haití se encuentra en proceso de incorporación bajo la categoría de Observador Regional. El inicio del proceso fue aprobado, en diciembre de 2012. El Sistema de la Integración Centroamericana fue constituido el 13 de diciembre de 1991, mediante la suscripción del Protocolo a la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA) o Protocolo de Tegucigalpa, el cual reformó la Carta de la ODECA, suscrita originalmente en San Salvador, El Salvador, el 14 de octubre de 1951; entró en funcionamiento formalmente el 1 de febrero de 1993. La República de El Salvador es la sede del SICA. La creación del SICA fue respaldada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su Resolución A/48 L del 10 de diciembre de 1993, quedando el Protocolo de Tegucigalpa debidamente inscrito ante la misma. Esto permite que sea invocado internacionalmente y, además, le permite a los órganos e instituciones regionales del SICA relacionarse con el Sistema de las Naciones Unidas. El SICA tiene categoría de Observador Permanente de dicha Organización y mantiene vínculos de diálogo y cooperación con la Organización de los Estados Americanos

 

(OEA), la Comunidad Andina (CAN), el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), la Comunidad del Caribe (CARICOM), la Asociación de Estados del Caribe (AEC), la Unión Europea (UE) entre otros esquemas de cooperación o integración a nivel regional y mundial, así como con diversas instituciones internacionales. El Sistema se diseñó tomando en cuenta las experiencias anteriores para la integración de la región, así como las lecciones legadas por los hechos históricos, tales como las crisis políticas y los conflictos armados, así como los logros de instancias y entidades previos al SICA, hoy parte de la organización . Con base en esto, y sumadas las transformaciones constitucionales internas y la existencia de regímenes democráticos en Centroamérica, se estableció su objetivo fundamental, el cual es la realización de la integración de Centroamérica, para constituirla en una Región de Paz, Libertad, Democracia y Desarrollo, sustentada firmemente en el respeto, tutela y promoción de los derechos humanos.

Objetivo El Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) tiene por objetivo fundamental alcanzar la integración de Centroamérica para constituirla en una región de paz, de paz, libertad,  libertad,   democracia y desarrollo.  desarrollo. En  En ese sentido, se reafirman los siguientes propósitos:   Consolidar la democracia y fortalecer sus instituciones sobre la base de la



existencia de Gobiernos electos por sufragio universal, universal,   libre y secreto, y del estricto respeto a los Derechos los Derechos Humanos.  Humanos.    Concretar un nuevo modelo de seguridad regional basado en un balance



razonable de fuerzas, el fortalecimiento del poder civil y la superación de la pobreza extrema; la promoción del desarrollo sostenido y la protección del ambiente;   la erradicación de la violencia,  ambiente; violencia,  la corrupción, corrupción,   el terrorismo, terrorismo,   el narcotráfico y el el tráfico  tráfico de armas. armas.     Impulsar un régimen amplio de libertad que asegure el desarrollo pleno y



armonioso del individuo y de la sociedad la  sociedad en su conjunto.   Lograr un Sistema regional de bienestar y justicia económica y social para los



pueblos centroamericanos.

 

   Alcanzar una unión económica y fortalecer el sistema financiero centroamericano.



  Fortalecer la región como bloque económico para, de esa forma, ingresar



triunfalmente en la economía internacional.   Reafirmar y consolidar la autodeterminación de Centroamérica en sus relaciones



exteriores, mediante una estrategia única que fortalezca y amplíe la participación de la región, en su conjunto, en el ámbito internacional.   Promover, en forma armónica y equilibrada, el desarrollo sostenido económico,



social, cultural y político de los Estados miembros y de la región.   Establecer acciones concertadas dirigidas a la preservación del ambiente



mediante el respeto y la armonía con la naturaleza, asegurando el desarrollo equilibrado y la explotación racional de los recursos naturales, con miras al establecimiento de un Nuevo Orden Ecológico en la región.   Conformar el Sistema de la Integración Centroamericana sustentado en un



ordenamiento institucional y jurídico, y fundamentado asimismo en el respeto mutuo entre los Estados miembros.

Principios Para la realización de los propósitos citados del Sistema de la Integración Centroamericana y sus Estados Miembros, ha de procederse conforme a los siguientes principios fundamentales:   La tutela, respeto y promoción de los Derechos Humanos constituyen la base



fundamental del Sistema de la Integración Centroamericana;   Paz, Democracia, Desarrollo y Libertad, son un todo armónico e indivisible que



orientará las actuaciones de los países miembros del Sistema de la Integración Centroamericana;   La identidad Centroamericana como manifestación activa de los intereses



regionales y de la voluntad de participar en la consolidación de la integración de la Región.   La



solidaridad

Centroamericana

como

interdependencia, origen y destino común;

expresión

de

su

profunda

 

  La gradualidad, especificidad y progresividad del proceso de integración



económica, sustentado en el desarrollo regional armónico y equilibrado; y el tratamiento especial a países miembros de menor desarrollo relativo; la equidad y reciprocidad; y la Cláusula Centroamericana de Excepción.   La globalidad del proceso de integración y la participación democrática, en el



mismo, de todos los sectores sociales. la  solución   La seguridad jurídica de las relaciones entre los Estados Miembros y la 



Pacífica de sus controversias.  controversias.    La buena fe de los Estados Miembros en el cumplimiento de sus obligaciones,



absteniéndose de establecer, convenir o adoptar medida alguna que sea contraria a las disposiciones de este instrumento o que obstaculice el cumplimiento de los principios fundamentales del Sistema de la Integración Centroamericana o la consecución de sus objetivos   El respeto a los principios y normas de las Cartas de la Organización de las



Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de Estados Americanos (OEA), y las Declaraciones emitidas en las Reuniones Presidenciales Centroamericanas desde mayo de 1986. de 1986.  

Marco Jurídico Protocolo de Tegucigalpa El 13 de diciembre de 1991,  1991,  se constituyó el Sistema de la Integración Centroamericana, SICA, con la firma del Protocolo de Tegucigalpa, que reformó la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), de 1962. 1962.   Este Protocolo consagra la nueva visión de Centroamérica como una región de paz, libertad, democracia y desarrollo.

Tratado General de Integración Económica Centroamericano El Tratado General de la Integración Económica Centroamericano, firmado de 13 de diciembre de 1960 (Tratado de Managua) dio origen al Mercado Común Centroamericano (MCCA). El 29 de octubre de 1993 de 1993 se suscribió el Protocolo al Tratado

 

General de Integración Económica Centroamericana (Protocolo de Guatemala), en el que las partes se comprometieron a alcanzar, de manera voluntaria, gradual, complementaria y progresiva, la Unión Económica Centroamericana. Para ello constituyeron el Subsistema de Integración Económica, cuyo órgano técnico y administrativo es la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA), que tiene su sede en Guatemala. en Guatemala.  

Tratado de integración social El 30 de marzo de 1995, 1995,   se suscribió el Tratado de la Integración Social Centroamericana, el cual organiza, regula y estructura el Subsistema Social, que comprende el área social del SICA. Fue constituido para impulsar la coordinación, armonización y convergencia de las políticas sociales entre sí y con las demás políticas de los Estados Miembros del SICA. Su sede está en las oficinas de la Secretaría General del SICA.

estados miembros

Alianza para el desarrollo sostenible El 12 de octubre de 1994 se constituyó la Alianza para el Desarrollo Sostenible (ALIDES), que consiste en una estrategia integral de desarrollo regional que abarca cuatro áreas prioritarias: democracia, desarrollo sociocultural, desarrollo económico y manejo sostenible de los recursos naturales y mejora de la calidad ambiental.

Relanzamiento de la Integración Centroamericana

 

En Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de países del SICA, celebrada en San Salvador, El Salvador, el 20 de julio de 2010, los mencionados jefes de estado y gobierno, luego de reafirmar el compromisos de sus gobiernos con la integración regional definida en el Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de los Estados Centroamericanos ODECA), así como con la institucionalidad democrática y de los Derechos Humanos en su plena dimensión internacionalmente reconocida, acordaron relanzar el proceso de integración regional, por la vía del desarrollo de acciones en cinco grandes pilares, a saber: • Seguridad democrática  • Prevención y mitigación de los desastres naturales y de los efectos del cambio

climático • Integración social  • Integración económica  • For talecimiento talecimiento de la institucionalidad regional.

 A su vez, los Jefes de Estado y de Gobierno reunidos en San Salvador, El Salvador, aprobaron un Plan de Acción, para facilitar las orientaciones técnicas y políticas encaminadas a facilitar el relanzamiento. Al respecto, instruyeron al Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores y al Comité Ejecutivo del SICA, para que coordinadamente con la Secretaría General del SICA, desarrollen de manera inmediata, las acciones pertinentes.

Tratado Marco de Seguridad Democrática en Centroamérica El Tratado Marco de Seguridad Democrática fue suscrito en San en San Pedro Sula, Sula, Honduras,  Honduras,   el 15 de diciembre de 1995. de 1995. Dicho  Dicho instrumento instituyó el Modelo Centroamericano de Seguridad Democrática, el cual se basa en la democracia y el fortalecimiento de sus instituciones y el Estado el Estado de Derecho; Derecho; en  en la existencia de gobiernos electos por sufragio

 

universal, libre universal,  libre y secreto y en el irrestricto respecto de todos los derechos humanos en los Estados Centroamericanos.

Estructura organizativa El siguiente diagrama presenta la manera que el Sistema de la Integración Centroamericana se encuentra estructurado actualmente.

Estados miembros   Plenos



Belice Belice  

o

 

o

 

República de Costa Rica  Rica 

o

 

República de El Salvador  

o

 

Guatemala  República de Guatemala 

o

 

República de Honduras  Honduras 

 

Nicaragua  República de Nicaragua 

o

 

o

 

Panamá  República de Panamá 

o

 

República Dominicana  Dominicana 

Organismos supraestatales/subregionales miembros Centroamericanos   Nombre oficial: Organización de Estados Centroamericanos Rica,,  El Salvador ,  Guatemala, Guatemala, Honduras Honduras,, Paísess miembros:  Costa Rica Paíse agua  Nicar agua 

Sede::  Sede

San Salvador  

Fundación: Fund ación: 14/10/1951 Tipo: Organismo supraestatal, subregional Centroamericano   Nombre oficial: Mercado Común Centroamericano Rica,,  El Salvador ,  Guatemala, Guatemala, Honduras Honduras,, Paísess miembros:  Costa Rica Paíse Nicar agua  agua 

Sede::  Sede

San Salvador  

Fundación: Fund ación: 13/12/1960 Tipo: Mercado común supraestatal, subregional

Fin de la integracion Centroamericana La presente investigación hace referencia de como se llevó a acabo el proceso de desintegración centroamericana, hasta llegar a su fin, los principales protagonistas fueron Carrera y Morazán. Esta unión la conformaban Las Provincias Unidas de Centroamérica que después de un año de decreto, se les aprobó el nombre de República Federal de Centro América, es decir, que la Audiencia, o Reino de Guatemala, se convirtió en una república federal, formada por los Estados de Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. Chiapas se integró a México.

 

INTEGRACIÓN ECONÓMICA CENTROAMERICANA EN EL SIGLO XXI El inicio de un nuevo milenio revalida las inquietudes de este visionario empresario centroamericano, y fortalece la necesidad de alcanzar la integración económica en Centroamérica. Con la instauración de modelo de apertura económica, la llegada de mayor competencia internacional a la región y las constantes oportunidades de penetrar nuevos mercados, existe un consenso generalizado, sobre todo en esos empresarios que han asumido la estrategia de elevar sus escalas, reducir sus costos y así mejorar su competitividad internacional, en que es necesario aligerar los procesos de integración económica en el istmo. El sector privado está convencido de que se van a tener menos dificultades para incorporarse en el mercado internacional si Centroamérica se presenta en el mismo como una región y no como: “Una colección de   paisitos que no ha tenido ni siquiera la capacidad para sacarle el jugo a la integración”,  al decir de un com comerciante erciante

del istmo. Lo que está demandando el sector privado de la región a sus políticos —sobre todo los empresarios que han asumido el lograr economías de escala como su estrategia para enfrenar la llegada de nueva competencia —es que se logren consensos regionales para facilitar las posibilidades de inversión y comercio intraregional. Un empresario centroamericano puntualizaba que: “No esperamos que de la noche a la mañana  

seamos un solo gran mercado en América Central. Lo que necesitamos con urgencia es poder implementar nuestra estrategia de expansión en el mismo con el mínimo de obstáculos”. Los empresarios centroamericanos ven la integración regional como una  

oportunidad de negocios, una opción real de ampliar sus mercados locales sin incurrir en grandes costos de transporte. Los avances en los procesos de la integración política les interesa sobre todo en la medida en que sean requisito para la integración comercial. La urgencia por lograr avances en los procesos de integración regional es tal que muchos empresarios indican que están dispuestos a dejar de lado las negociaciones políticas en la medida en que se conviertan en un obstáculo a la integración de los mercados de la región.

 

Esta demanda del sector privado centroamericano ha sido recogida por la Agenda para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible de Centroamérica hacia el Siglo XXI. En ella se promueve un proceso de armonización y convergencia del desarrollo de los países de la región fundamentado, en gran medida, en el proceso de apertura económica intrarregional. En las últimas décadas, este proceso ha sido promovido dentro del Sistema de la Integración Centroamericana y su actual marco orientador es el Tratado General de Integración Económica Centroamericana (Protocolo de Guatemala). Una comparación de los propósitos y la estrategia de la Agenda con los contenidos del Protocolo de Guatemala, permite encontrar que los primeros son coincidentes con los segundos. Es por ello que se puede prever que los esfuerzos que se hagan en el marco de la Agenda para ayudar a intensificar y mejorar el proceso de apertura intrarregional deben ser compatibles y mutuamente provechosos con esfuerzos que se continúan haciendo desde las instituciones de la integración regional.  A continuación se exponen los resultados de un análisis que se hizo en el marco de la  Agenda sobre el estado actual del proceso de apertura económica intrarregional.  Además, se plantea una propuesta sobre su evolución en los próximos años.

Tareas Para Los Próximos Años El objetivo que se pretende alcanzar en los países centroamericanos es avanzar hacia la conformación de un área económica en donde los bienes, los servicios, los capitales y las personas circulen con toda libertad, libertad, sobre la base de cronogramas que establezcan plazos determinados para su efectivo efectivo cumplimiento. Ese cronograma para el logro de los resultados esperados debe ser realista. No debe perderse d de e vista el objetivo de largo plazo, pero debe tenerse claridad en cuanto a las etapas que deben primero agotarse antes de continuar con la siguiente.

 

 

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