Sigueme La Corriente

August 26, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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MEGAN MAXWEL  

SÍGUEME la CORRIENTE

 

 Sígueme la corriente  Megan Maxwell

Esencia/Planeta

 

© Megan Maxwell, 2015 © Editorial Planeta, S. A., 2015   Avda. Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona (España)   www.esenciaeditorial.com   www.planetadelibros.com © Imágenes de la cubierta: Shutterstock Shutterstock y © Joe Potato - Istockphotos Istockphot os - Getty Images © Fotografí Fotografíaa de la autora: Archivo de la autora Ésta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares y sucesos que aparecen son producto de la imaginación del autor o bien se usan en el marco de la ficción. Cualquier parecido con personas reales (vivas o muertas), empresas, acontecimientos o lugares es pura coincidencia. El editor no tiene ningún control sobre los sitios web del autor o de terceros ni de sus contenidos ni asume ninguna responsabilidad que se pueda derivar de ellos. Primera edición: febrero de 2015 ISBN: 978-84-08-13664-0 Depósito legal: B. 284-2015 Composición: Tiffitext, S. L. Impresión y encuadernación: EGEDSA Printed in Spain – Impreso en España El papel utilizado para la impresión de este libro es cien por cien libre de cloro y está calificado como papel ecológico. No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal). Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. Puede contactar con CEDRO a través de la web www.conlicencia.com o por teléfono en el 91 702 19 70 / 93 272 04 47.

 

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Héroe  L a gala musical en el espectacular auditorio de Los Ángeles era divertida y todos los asistentes lo pasaban muy bien. Productores musicales, cantantes, actores, modelos y guionistas de cine bebían, bailaban y cantaban al sonido de la mejor música del momento. Uno de los asistentes más solicitados era Anthony Ferrasa, Tony para los amigos. Un compositor guapo, simpático, seductor y moreno de ojos verdes que las volvía locas a todas, y no sólo por su fascinante mirada. Tony era el mediano de los hermanos Ferrasa, hijo de la fallecida fallecida cantante Luisa Fernández, más conocida como La Leona, y cuñado de Yanira, la cantante que estaba pegando peg ando fuerte en las listas de ventas. ventas.  Tony  T ony era el soltero más cotizado de Los Ángeles Ángeles y, y, vestido con aquel traje negro, la camisa blanca y la pajarita, era una delicia para la vista. Era un hombre que no se dejaba enamorar por nadie, pero que las enamoraba a todas con sus felinos ojos claros, claros, su porte atlético y su sonrisa cauti vadora. Mientras sonaba de fondo Treasure , de Bruno Mars, y la gente bailaba, él una guapa modelo rusa,y sonreía, consciente por cómo éstaprometía. se tocabahablaba el pelo, con se mordía el labio inferior de que la noche Sin duda la joven había caído en sus redes sin él apenas proponérselo.  —Tony  —T ony,, ¿puedes ¿puedes venir venir un momento momento??  Al oír la voz voz de Yanira, Yanira, le guiñó guiñó un ojo ojo a la mujer que que estaba con con él y,y, tras pedirle un segundo, se acercó a su cuñada. Ésta, con una sonrisa, cuchicheó en su oído:  —Me acaban de propone proponerr grabar una canción canción con Beyon Beyoncé cé y Jen Jennifer nifer Lopez. ¿Qué te parece la idea?  —Wepaaaaaa  —W epaaaaaa —respo —respondió ndió él. él.  Juntar tarpoco a aquellas tres idea diosas de la música, guapas, sexis y triunfa guapas, triunfadoras doras era  Jun como una gran y contestó encantado:





 

 

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 —Creo que será un exitazo exitazo.. ¿Quién te lo ha ha propuesto? propuesto? Con disimulo, la joven se movió hacia la derecha y murmuró:  —El que que está hablan hablando do con tu hermano Omar Omar..  Tony  T ony miró miró con curiosi curiosidad dad y,y, al ver ver quién quién era, asintió asintió..  —Alfred  —Alfr ed Delawey Delawey,, vaya... vaya... vaya... vaya...  Ambos reían conten contentos tos cuando cuando Dylan, otro de los hermanos de Tony Tony,, y marido de Yanira, se acercó a ellos y, tras darle a su mujer la bebida que llevaba en la mano y agarrarla por la cintura, preguntó:  —¿Qué tramáis tramáis??  —Le contaba contaba a Tony Tony la la proposic proposición ión de de Delawey Delawey —cont —contestó estó ella, ella, apoapoyando mimosa la cabeza en su hombro.  —¿Qué te parece a ti, Dylan? —le pregun preguntó tó Tony a su her hermano. mano. El doctor Dylan Ferrasa, un hombre bastante celoso de su intimidad sonrió al entender por dónde iba la pregunta y, tras darle un beso en la frente a su mujer, respondió:  —Me parece parece bien. bien.  Yanira  Y anira y Tony Tony se miraro miraronn extrañados extrañados..  —¿Ninguna  —¿Nin guna objeció objeción? n? —insisti —insistióó éste. éste. Dylan soltó una carcajada. Si algo había aprendido en aquel tiem tiempo po era a confiar en su mujer y, sin soltarla, dijo:  —Alfred  —Alfr ed no es un tipo que me caiga especialmente especialmente bien, bien, pero Yanira Yanira sabe lo que hace. Ella levantó las cejas divertida y se puso de puntillas para darle a Dylan un beso en los labios.  —Si es que más guapo guapo,, precios preciosoo, bueno buenorro rro y achuc achuchable hable no puedes ser, cariño —exclamó. Encantado,, el doctor Ferrasa sonrió y se dejó besar. Adoraba a su espoEncantado sa. Ella era única y, sin duda alguna, lo mejor que le había pasado en la vida.  Tony  T ony puso los ojos en blanco blanco.. El amor que se se profesaba profesabann aquellos aquellos dos era apasionado e increíble y masculló:  —Yaa estamos  —Y estamos con el besuque besuqueoo. Ellos lo miraron divertidos y Yanira preguntó:  —¿Envidia?  —¿En vidia?  —Nooooooo  —Noo ooooo —se —se mofó Tony Tony,, mirando a la rusa—. No digas tonterías. Tengo Tengo lo que quiero.  Yanira  Y anira miró en la misma misma dirección. dirección.

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 —Esa mujer es muy guapa, pero sólo con verla sé que no es para ti  —comentó.  —comen tó. Dylan soltó una carcajada y Tony replicó divertido:  —Cuñada,  —Cuñ ada, mi vida es estupen estupenda. da. Hago lo que quiero y estoy con quien quiero. ¿Qué más puedo pedir? Ella lo miró. Tony tenía razón, pero aun así, dijo:  —Sé que tienes tienes lo que quieres quieres,, pero todas esas mujeres mujeres son más falsas falsas que un dólar con la cara del Pato Donald. La mayoría sólo quieren salir en la prensa contigo y promocionarse.  —Lo sé. Pero no olvides, olvides, rubita, que yo también quiero de ellas algo muy simple: sexo sexo.. Nada más.  —A este este paso paso, como se dice en España, España, te quedarás quedarás para para vestir vestir santos santos  —insistió  —insi stió la jov joven—. en—. Jo Joder, der, Tony ony,, que ya cuentas cuentas con una edad como como para tener una familia. Te recuerdo que eres dos años mayor que Dylan. Divertido por su comentario, sonrió y, dándole un tirón de pelo, dijo:  —Yaa os tengo a voso  —Y vosotros tros por familia familia y, y, por cierto, ¿me acabas de llamar viejo?  —Yaa no  —Y no eres eres un cha chavali valito to,, colega colega —replicó —replicó ella, viendo que su su marido marido se reía—. Eres un cuarentón y...  —Dylan,  —Dyla n, ¿por qué no no le dices a la entrome entrometida tida de tu mujer mujer que cierre la boca?  —Si me habla hablass así, te vo voyy a mandar a freír espárragos, Tony Tony Ferrasa  —masculló  —mascu lló Yanira— Yanira—.. Me da igual lo que digas y lo que pienses pienses.. Creo que debes buscar a alguien especial y dejar de ir de flor en flor, o terminarás como tu hermanito Omar.  —Wepaaaaa,  —W epaaaaa, ¡qué golpe más bajo! bajo! —se mofó Dylan. Dylan.  —¡Dioss me libre!  —¡Dio libre! —se —se carcajeó carcajeó Tony Tony.. Los dos hermanos reían por lo que había dicho Yanira cuando llegó Omar, el primogénito. Se plantó ante ellos, cogió a Yanira del brazo, y dijo, tirando de ella:  —Ven;  —V en; Delawey está como loco por hablar contigo, y además tienes que actuar con Luis Miguel.  —Estamos  —Estam os en una fiesta, Omar —prote —protestó stó ella—, ella—, no en una reunió reuniónn de trabajo. Su cuñado, un obseso del trabajo y de las mujeres, la miró e insistió, suavizando la voz:

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 —Lo sé, sé, preciosa. preciosa. Pero Pero no olvide olvidess que en estas estas fiestas se cierran buebuenos negocios.  Tras  T ras resoplar resoplar mirand mirandoo a Tony Tony,, Yanira Yanira le guiñó guiñó un ojo a su marido marido,, que sonrió, y se marchó con Omar.  —Yanira  —Y anira tiene tiene razón —le dijo Dylan Dylan a Tony Tony cuando se quedaron quedaron solos—. Deberías encontrar a alguien que...  —Yaa la tengo —lo  —Y —lo cortó él y,y, señalando señalando con disim disimulo ulo,, añadió—: añadió—: Irina Sharapova. Metro noventa, exquisita elegancia y boca juguetona y sensual. Sin duda, voy a pasar una noche increíble. Dylan miró a la joven rusa. Era muy guapa, en efecto.  —No dudo dudo que lo pases pases bien, bien, pero... pero...  —Dylan,, por Dios,  —Dylan Dios, ¡no empieces tú también también con eso! Bastante Bastante tengo con escuchar a papá y ahora a Yanira —contestó Tony.  Al darse cuenta de que tenía razón, Dylan sonrió y, cambian cambiando do de tema, dijo:  —Omar sigue en su línea. línea. No para para ni un segundo segundo..  —Yaa lo conoces  —Y conoces.. Trabajo Trabajo y mujeres mujeres son son lo único único que le inte interesa.  Amboss miraron a su hermano may  Ambo mayor, or, que, junto a Yanira, habla hablaba ba con Rick Delawey.  —A mí me tiene tiene preocupado preocupado —dijo —dijo Dylan. Dylan.  —¿Por  —¿P or qué? Le contestó mientras miraba cómo Yanira Yanira subía al escenario para cantar con Luis Miguel:  —Desde que se separó de Tifany va pasado pasado de vueltas con todo todo.. TraTrabajo, viajes, fiestas, mujeres. Hace dos semanas ingresaron en el hospital donde trabajo a Sean Shelton. Al parecer, se extralimitó con la cocaína durante una fiestecita, f iestecita, y ahí lo tienes de nuev nuevoo.  Tony  T ony miró a aquel amigo de correrías de su hermano hermano,, mientr mientras as los primeros acordes de la canción Delirio comenzaban a sonar y los asistentes aplaudían a Yanira y a Luis Miguel. Dylan, encantado de contemplar a su bonita mujer en el escenario, sonrió al ver que ella le guiñaba un ojo y comenzaba a cantar: Si pudiera expresarte cómo es de inmenso en el fondo de mi corazón  mi amor por ti.

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 Tony sonrió  Tony sonrió al ver ver la cara de tonto que ponía ponía su hermano al al oír cantar a su mujer y cuando Luis Miguel se arrancó, murmuró:  —Siempre  —Siem pre me ha ha gustado esta canción. canción.  —Es preciosa preciosa —afi —afirmó rmó Dylan, hechiz hechizado ado por por la magia magia de Ya Yanira. Durante un rato contemplaron la actuación. Sin duda se notaba que Luis Miguel y ella tenían buena conexión en el escenario y lo sabían transmitir a los asistentes. Al cabo de un rato, al ver a Omar riendo con Sean Shelton, Dylan retomó la conversación:  —Omar sale mucho mucho con él de fiesta y eso me da da que pensar pensar..  Amboss miraron  Ambo miraron a los los dos hombres hombres con curiosida curiosidad. d.  —No creo, creo, Dylan —contestó —contestó Tony—. Tony—. Omar Omar nunca ha tonteado tonteado con las drogas drog as y... y... No pudo decir más porque de pronto se oyó el ruido de unas copas al caer al suelo y, al volverse, vieron a una chica del catering con el pelo de colores, caída entre los cristales. Rápidamente, Dylan se agachó para ayudarla.  —¿Estáss bien?  —¿Está bien? ¿Te ¿Te has cortado? cortado? —le —le preguntó. preguntó. La joven negó con la cabeza y, y, levantándose, contestó:  —Estoyy bien, gracias,  —Esto gracias, señor. señor. —Y al ver cómo la miraba, miraba, aclaró—: aclaró—: El suelo debía de estar mojado por alguna bebida, no lo he visto y... ¡Madre mía, pero si lo he empapado! —exclamó, al ver mover mover la pierna al hombre que estaba con el que se había agachado.  Tony  T ony,, al entender entender que que se refería refería a él, él, sonrió sonrió y dijo: dijo:  —Tranquil  —T ranquila, a, señorita. señorita. No ha sido sido demasiado demasiado.. Pero la joven, angustiada, murmuró con apuro:  —De verdad, verdad, ha sido sin sin querer. querer. Lo siento siento... ... lo siento siento... ... Sorprendido por tanta preocupación, Tony la miró y vio que estiraba el cuello y echaba un vistazo a los lados, inquieta.  —Lo sé, sé, mujer. mujer..... tranquila. tranquila. De pronto, ella frunció el cejo al ver que otro camarero joven le hacía señas.  —¡Maldita  —¡Mal dita sea! sea! —masculló. —masculló.  —¿Qué ocurre? —preguntó —preguntó Tony ony.. Sin prestarle la atención que normalmente le mostraban las mujeres, la chica se retiró un mechón rosa de la cara y susurró:  —Ayy, Dios,  —A Dios, ¡ya viene! viene!

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Dylan y Tony se miraron sin entender nada.  —¿Quién  —¿Qui én viene? viene? —le preguntó preguntó este último último,, acercándose acercándose a ella.  Avisada  A visada por por David, David, Ruth Ruth había había visto visto que su jefe, jefe, el señor Sebastiá Sebastián, n, al que entre ellos llamaban el Cangrejo, caminaba hacia ella, para su desgracia. Miró a los hombres que la observaban y al ver que no parecían tan estirados como otros que se hallaban en aquella fiesta, se acercó al que estaba hablando con ella y dijo:  —Tengo  —T engo un jefe algo difícil dif ícil de tratar y bastante pesadito para ciertas cosas. Y cuando vea lo que he hecho, estoy segura de que me caerá una buena.  —¿En serio? —pregun —preguntó tó Tony Tony.. La joven del pelo de colores asintió con un gracioso gesto g esto y, y, poniendo carita de perrillo abandonado, respondió:  —Totalmen  —T otalmente te en serio serio..  —Tranquil  —T ranquilaa —dijo él div divertido—. ertido—. Le explica explicaremos remos que no ha sido culpa tuya.  —Gracias  —Graci as.. Es usted usted muy amable amable.. Los tres sonrieron y ella, al ver cómo la miraba aquel bombón moreno, añadió:  —Si este trabaj trabajoo no fuera tan importante para mí, le aseguro que lo mandaría a freír espárragos, pero...  —¿Española?  —¿Esp añola? —pregu —preguntó ntó Dylan Dylan entonces entonces.. La joven se encogió de hombros y respondió:  —Sí. ¿Po ¿Porr qué?  —Mi mujer tambié tambiénn es españo española. la. De Tenerife —expli —explicó có Dylan— Dylan—..  Y cuando cuando has dicho dicho eso de mandar a freír espárragos espárragos... ... Ella sonrió y, al ver acercarse a su jefe, le preguntó a Tony:  —¿Realmen  —¿R ealmente te me quiere ayuda ayudar? r? —Él asinti asintióó y ella, olvid olvidándose ándose de formalismos, añadió—: Entonces, ¡sígueme la corriente! Dylan sonrió divertido cuando oyó que su hermano preguntaba: pregun taba:  —¿Que te siga qué?  —Chissss  —Chi ssss... ... ¡que se acerca! Un segundo después, un hombre se plantó ante ellos y, mirando a la joven, le entregó un cepillo y un recogedor y preguntó:  —¿Qué ha ocurrido, ocurrido, Ruth? Ruth? La muchacha comenzó a recoger el estropicio y respondió:

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 —Un golpe me ha ha desequilibra desequilibrado do y... y...  —¿Un golpe? —gruñó su jefe, mirándola, mirándola, pero antes de que pudiera decir nada más, Tony Tony mintió:  —Ha sido culpa mía. Ella vení veníaa cargada cargada con la bandeja bandeja llena de copas copas,, no la he visto, le he dado un empujón y se ha caído al suelo. Por suerte no le ha ocurrido nada ni se ha cortado.  Tras  T ras escuch escucharlo arlo,, el homb hombre re miró a la muc muchacha hacha,, que se encogi encogióó de hombros con gracia.  —He intenta intentado do esquiv esquivarlo arlo,, señor Sebasti Sebastián, án, pero me ha sido imposible.  —Ha sido un movimiento movimiento involuntario involuntario de mi hermano her mano.. Es un poco torpe —intervino Dylan, ganándose una mirada divertida de Tony, y a continuación se puso a aplaudir porque acababa de terminar la actuación de su mujer. El jefe los observó observó a los tres y f inalmente dijo:  —Aun así,  —Aun así, siento el desagradable desagradable incident incidente, e, señores señores.. —Y volvié volviéndose ndose hacia la joven, siseó con voz seca—: Debes tener más cuidado cuid ado y estar pendiente de lo que haces, ¿acaso no os lo he advertido antes de empezar?  —Sí, señor señor.. Nos lo ha advertido advertido,, pero... pero...  —Le acabo de decir que ha sido culpa mía —insi —insistió stió Tony Tony molesto. molesto. El hombre asintió y, tras sonreírle, volvió a mirar a la joven y concluyó:  —Siguee trabajando  —Sigu trabajando e intenta intenta que no se repita lo ocurrido ocurrido.. Ya Ya hablarehablaremos cuando finalice el evento.  Y,, sin más,  Y más, ante ante la atenta atenta mirada mirada de los los tres, tres, se marchó. marchó. Ruth, Ruth, convenconvencida de la bronca que le iba a caer, terminó de recoger los cristales del suelo sin demora y cuando acabó, dijo con una sonrisa cansada, sin apenas prestarles atención:  —Muchas  —Muc has gracias por su ayuda. Dylan y Tony asintieron y miraron cómo se alejaba. Al llegar a las cocinas, Ruth tiró los cristales en el cubo de la basura y al dejar el cepillo y el recogedor, vio que David entraba con una bandeja vacía y, acercándose a él, murmuró horrorizada:  —Creo haber visto visto en la fiesta a Julio Julio César César..  —¡No jorob jorobes! es! —ex —exclamó clamó él, dejando la bandej bandejaa que llev llevaba aba en las manos.

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 Julio César era el ex de Ruth  Julio Ruth.. Un hombr hombree que la había hecho sufrir más de la cuenta y del que había escapado tiempo atrás. Nerviosa y alterada, se dio aire con las manos y gimió:  —No sé si es es él o no. no. No lo sé. Me Me he puesto nerviosa y me he caído caído al suelo y...  —Tranquil  —T ranquila, a, tranqui tranquila la Vamos, —la interrumpió Daviddsi es Davi desela mano con decisión, dijo—: Vamos , debemos saber ey,s agarrándola él o no podrás guir trabajando t rabajando.. Salieron de la cocina con las bandejas vacías, sin que su jefe los viera. Con cuidado, recorrieron la sala en busca de aquel hombre y, al acabar, Ruth respiró aliviada al darse cuenta de que lo había confundido con otro. Una vez entraron de nuevo en la cocina, la joven sonrió y, bebiendo un trago de agua, murmuró:  —Menoss mal... menos mal.  —Meno David sonrió a su vez y tras beber agua él también, preguntó:  —¿Quiénes eran  —¿Quiénes eran esos con los los que hablaba hablabas, s, cacho cachorra? rra? Ella se encogió de hombros.  —Ni idea, idea, David, David, pero pero me han han ayudado ayudado con con el Cangrejo Cangrejo..  —¿Tee han salv  —¿T salvado ado el culo?  Al oír esa e sa expresión exp resión tan española, es pañola, Ruth asintió asint ió y su s u amigo amig o dijo:  —Pues sean quienes sean, la palabra «impresionante» «impresionante» se queda corta para describir a esos dos adonis de cuerpos esculturales y apolíneos. Por cierto, tendrías que haber visto a Rosalyn la pechugona con unos tíos de la fiesta. La muy descarada les servía mientras les enseñaba el canalillo. Más tranquila, ella sonrió.  —Así me gusta —dijo David, David, cogiéndole cogiéndole la mano—. Sonriente Sonriente estás mil veces más guapa. Por cierto, cada día me gusta más tu pelo, creo que me animaré a hacerme yo también unas mechas multicolores. multico lores. Ruth suspiró. Llevaba el pelo teñido de colores para ocultar su llamativa melena roja y para que Julio César no la pudiera reconocer. reconocer.  —Pues te recuer recuerdo do que tenemo tenemoss al mejor peluqu peluquero ero del mundo  —contestó  —conte stó ella, ella, mirando mirando a su su buen amigo amigo..  —¡Mi Manu Manuel el es el dios del del tinte! tinte! Ruth sonrió. Manuel, el marido de David, era peluquero, y lo que aprendía en sus cursos de peluquería creativa lo experimentaba con ellos antes de llevarlos a la práctica en el salón que regentaba

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Sin aquellos dos inmejorables amigos, su vida en Los Ángeles sería un caos; más contenta, añadió:  —De una una cosa no me cabe la menor duda. ¡Es tendenci tendencia! a! En ésas estaban cuando el señor Sebastián, Sebast ián, alias el Cangrejo, se acercó a ellos. Como era de esperar, a Ruth le cayó una buena bronca por su supuesta torpeza. hombre dijo:la basura  —David,  —Da vid, Ruth, RuAlth,terminar, haced elelfav favor or de sacar basura y llevarla llevarla al contenecontenedor ¡ya! Sin rechistar, ambos asintieron y, cuando él se fue, David murmuró:  —El Cangrejo Cangrejo debe debe de llevar llevar una vida vida sexual sexual malísima. malísima. No es normal que esté siempre de tan mal humor, ¿no crees? Ruth sonrió y cuchicheó:  —Anda,, saquemos  —Anda saquemos la maldita maldita basura al contenedor contenedor..  Al hacerlo hacerlo se cruzaron con Andrew Andrew,, el jefe de seguridad seguridad de casi todas las fiestas en las que trabajaban, que al ver a Ruth dijo:  —Hola, cara bonita,  —Hola, bonita, ¿todo bien? bien? Ella sonrió y David marujeó al sentirse excluido del saludo:  —Helloooo  —Hell ooooooooo oooooooo ooo,, ¡yo también también existo!  Andrew sonrió ante su salida y, guiñán guiñándoles doles un ojo ojo,, desapare desapareció ció sin decir más.  —Qué buenorro está el jodío jodío.. Y cuando va en su su moto moto,, con con esa esa chupa chupa de cuero y su pinta de macarra, ¡está para comérselo enterito! Entre tú y yo, cachorra, todavía no entiendo cómo no te lo has zampado. Ruth se encogió de hombros. Andrew era un buen amigo amig o y,y, a pesar de sus continuas insinuaciones y la atención que le prestaba, no veía nada más en él. Mientras, en la fiesta, los hermanos Ferrasa seguían hablando de sus cosas y, tras terminar su copa, Tony miró a la modelo rusa que los obser vabaa no muy  vab muy lejos lejos y dijo: dijo:  —Tee voy  —T voy a dejar, dejar, hermano hermano..  —¿Por  —¿P or qué? —Dylan sonrió al imaginarse imaginarse la respuesta. respuesta.  Tony  T ony,, con su gran sex-appeal sex-appeal,, miró con lujuria lujuria el cuerpo cuerpo de la joven joven y respondió:  —Una guapa rusa requiere mi presenci presenciaa y no me gusta hacerme de rogar. Dylan, divertido, le dio un puñetazo en el hombro y vio cómo su

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querido hermano se alejaba. Instantes después, Tony se acercó a la rusa y, tras decirle algo al oído, ella sonrió y se marcharon juntos de la fiesta.  —¿Tony  —¿T ony se va? —preguntó Yanira, Yanira, que acabab acababaa de llegar junto a su marido. su bonita y rubia mujer y, y, agarrándola agar rándola por la cintura,Dylan acercóasintió. la bocaMiró a suaoreja y murmuró:  —Has cantado marav maravillos illosamente amente bien, coneji conejita. ta. —Comp —Complacida, lacida, ella sonrió y él cuchicheó—: ¿Qué tal si me llevo a mi preciosa mujercita a otra parte?  —¿Adónde?  —¿Adó nde? —le —le preguntó preguntó Yanira Yanira sonrien sonriendo do.. Dylan se sacó una tarjeta del bolsillo, se la enseñó y, una vez ella leyó California Suite, añadió:  —Fabián  —F abián nos espera espera allí. allí. Ella asintió complacida. complacida. Si algo le gustaba en el mundo era disfrutar de una buena sesión de fantasía y sexo con su marido y, encantada, respondió:  —Entonces  —Ento nces no lo hagamos hagamos esperar esperar..  Tony salió del local riéndose  Tony riéndose con la rusa y, en cuanto el aparcacoches aparcacoches lo vio, le llevó rápidamente su impresionante Audi R8 Spyder gris oscuro.  Al ver el coch coche, e, Irina sonrió. No esperab esperabaa menos de aquel famoso compositor. Tony, con galantería, le abrió la puerta para que entrara. Cuando la cerró, rodeó su coche con paso seguro mientras se desabrochaba la chaqueta del traje. Desde el otro lado de la calle, junto al cubo de basura, David, que había presenciado la escena, miró a su amiga y preguntó:  —Cachorra,  —Cac horra, ¿no es ése uno de los adonis que te han salv salvado ado el culo en la fiesta f iesta ante el Cangrejo? Cangrejo? Sin prestarle excesiva atención, Ruth lo miró y dijo:  —Sí. Sin quitarle ojo, David lo escaneó. Moreno, alto, con clase y, por lo que veía, con un increíble coche que llamaba toda su atención.  —Vistoo a la luz  —Vist luz de de los los focos focos y aunque aunque sea de noch noche, e, es un homb hombre re imimpresionante. Qué piernas más largas. No quiero imaginarme cómo debe de tener el resto.

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Ruth sonrió al oírlo y, mientras echaba la basura en el contenedor, contestó:  —Tampoco  —T ampoco es para tanto tanto,, David. David.  —Sin duda, nena, a ti el radar se te estrop estropeó eó hace tiempo —dijo él, negando con la cabeza y llevándose la mano al cuello—. ¡Ese tipo es una auténDivertida, auténtica tica bomba decir que noNo es le lo más más? ellasexual! volvió¿Cómo a mirarpuedes al desconocido. cabíadelalomenor duda de que aquel hombre podía ser una bomba, en España, en China, en Brasil y donde se lo propusiera. Todavía recordaba sus increíbles ojazos claros, pero respondió:  —Pues muy fácil, fácil, corazón, corazón, porqu porquee tengo otras otras cosas en la cabeza cabeza que que son más importantes que un tipo rico, sexy y atractivo para el que no existo. —Y, suspirando, exclamó—: Eso sí, ¡el coche que lleva es una pasada!  —Pero  —P ero ¿cómo ¿cómo te puedes puedes fijar en en el coch cochee teniendo teniendo a semejante semejante adonis delante? —Ruth levantó las cejas y David añadió—: Vale... Vale... vale... no he dicho Ambo naaaaaaaaaaaa.  Ambos s rieron. rieron.  —Al pobre pobre le he empapa empapado do el pantalón, pantalón, pero aun así ha sido amable conmigo —comentó ella.  —Qué monoo monooooooo oooooooo ooo.. Sin mirarlos ni reparar en ellos, un sonriente Tony pasó por su lado y, cuando se alejó, Ruth comentó:  —El día que me toque la lotería lotería,, prometo comprarte comprarte un coch cochee igual.  —¿Conn un hombre  —¿Co hombre dentro como como ése? ése?  —No creo creo que a Manuel Manuel le guste guste la idea. David sonrió y, retirándose el flequillo de la cara, respondió:  —A Manu Manu le gustaría gustaría tanto tanto como como a mí. Pero Pero vale, vale, me has conv convencido encido.. Cuando te toque la lotería, quiero quier o un coche igual, pero amarillo pollo, para que todo el mundo me vea venir. venir. Ruth asintió divertida.  —Trato  —T rato hecho hecho.. Será amarillo amarillo pollo pollo..

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