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ÁREA: Cultura Clásica – Lingüística Griega
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Alcorac Alonso Déniz – Las semiconsonantes
TEMA 7 LAS SEMICONSONANTES. LA WAU. LA YOD Y LOS PROCESOS DE PALATALIZACIÓN EN GRIEGO ISBN: 978-84-9822-766-6 ALCORAC ALONSO DÉNIZ
[email protected] THESAURUS: Semiconsonante, semivocal, palatalización, africación, alargamiento compensatorio, espirantización, diptongo.
OTROS ARTÍCULOS RELACIONADOS CON EL TEMA EN LICEUS: Fonética: Tema 3. Origen de las vocales largas. Tema 6. Los diptongos. Tema 10. Las sibilantes. Tema 11. Líquidas y nasales. Historia de la Lengua Griega: Tema 10. Dialectos epicóricos y dialectos literarios. La lengua de la épica.
ESQUEMA: 1. Semiconsonantes. 2. Grafías y argumentos sobre la realización fonética de /w/. 3. Evolución de *(-)u8-. 3.1. *u8- en posición inicial ante vocal. 3.1.1. Aspiración procedente de *u8- inicial. 3.1.2. Desarrollo de una vocal protética ante *u8inicial. 3.2. *-u8- en posición intervocálica. 3.3. *-u8- en contacto con una consonante. 3.3.1. Oclusiva + *-u8- (a excepción de *-tu8-). 3.3.2. Sibilante + -u8-. 3.3.3. Líquida o nasal + *-u8-. 3.3.4. *-u8- + líquida. 3.3.5. *-u8i8-. 4. Cronología de la evolución de *(-)u8-. 5. Espirantización de /w/. 6. Evolución de *i8. 6.1. *i8- en posición inicial ante vocal. 6.2. *-i8en posición intervocálica. 7. Consonante seguida de *-i8- y los procesos de palatalización. 7.1. Líquida o nasal + *-i8-. 7.2. Sibilante + *-i8-. 7.3. Oclusiva labial + *-i8-. 7.4. Evolución de *-di8-, *-g(u)8 i8-. 7.5. Evolución de *(-)t(h)i8-, *(-)k(h)(u)8 i8-. 7.5.1. *-t(h)i8- entre vocales. 7.5.2. *-k(h)(u8)i8- entre vocales. 7.5.3. -*t(h)i8- y *-k(h)(u8)i8- tras consonante, vocal larga o diptongo. 7.5.4. *t(h)i8- y *k(h)(u8)i8- en posición inicial. 7.5.5. Interpretación de la evolución de *-t(h)i8- y *-k(h)(u8)i8-. 7.5.6. Cronología de la evolución de *-t(h)i8- y *-k(h)(u8)i8-. 8. Evolución de *-tu8-. 9. Nuevas semiconsonantes /j/ y /w/ en época histórica
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1. Semiconsonantes Desde el punto de vista articulatorio, las semiconsonantes o semivocales /j/ y /w/ se diferencian de las vocales /i/ y /u/ fundamentalmente en que, al contrario que estas, no pueden prolongarse indefinidamente, sino que su articulación es momentánea1. Por lo general, las semiconsonantes comportan además un estrechamiento del canal articulatorio ligeramente mayor que el de las vocales correspondientes. Las semiconsonantes son conocidas también con el nombre de aproximantes. En no pocas ocasiones con 'semiconsonante' o 'semivocal' remitimos a una característica funcional, no estrictamente fonética, en particular a la capacidad de /i/ y /u/ para funcionar no sólo como núcleo silábico, sino también como margen de sílaba. En griego la primera sílaba de la 1º pl. i[-men está formada por /i/ (grado cero de la raíz), mientras que en la 1ª sg. ei\-mi, /i/ ha sido reducida a coda de la sílaba cuyo núcleo es /e/ (grado pleno). Esta nomenclatura se encuentra ya en los gramáticos indios antiguos, para quienes /j/ y /w/ forman parte del grupo de sonidos conocido como anta(h≥)sta@ 'intermedios', es decir, a medio camino entre una consonante y una vocal. El griego antiguo heredó del indoeuropeo dos semiconsonantes, una palatal *-i8y otra labiovelar *-u8- también representadas mediante *-j- o *-y- y *-w- y que son por lo demás las más frecuentes en las lenguas del mundo. En ático clásico, los segundos elementos de los diptongos breves (-ei-, -eu-, etc.) y largos (-a–i-, -hu-, etc.) eran semiconsonantes, pero se tratan en otros temas (Tema 10 y Tema 6 de Fonética). Para otras semiconsonantes de origen reciente, cf. § 9. Según
la
ley
de
Sievers-Edgerton
(cf.
Tema
11
de
Fonética),
las
semiconsonantes, además de vocales plenas entre dos consonantes, adoptaban dos realizaciones distintas dependiendo de la cualidad de la sílaba precedente, de acuerdo con el esquema de la Tabla 1. Realización en inicial y tras sílaba acabada en vocal breve *-i8- y *-u8-
Realización tras sílaba acabada en vocal larga, diptongo o consonante *-ii8- y *-uu8Tabla 1
Aunque la ley se sustenta fudamentalmente en los datos de la poesía india, ejemplos como pezov" < *ped-i8o- y a[grio" < *h2egr-ii8o- representarían según algunos la
1 Tengo que agradecer a Marisa del Barrio Vega y a Julián Méndez Dosuna sus comentarios críticos y sus sugerencias a una versión preliminar de este trabajo. -3© 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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distribución originaria conservada en protogriego. No obstante, las numerosas excepciones, cf. kakivwn < *kakii8os-, por el esperable **kavsswn < *kaki8os- (cf. § 7.5.2) y ojrqov" < *orthu8o-, y no **ojrqu(¸)ov" < *orthuu8o-, invitan a pensar que la Ley de Sievers quedó desfigurada por refecciones analógicas. 2. Grafías y argumentos sobre la realización fonética de /w/ La semiconsonante /w/ se escribe en micénico y chipriota con los signos de la serie wV, mientras que en griego alfabético se emplea el signo ã¸Ã, conocido con el nombre de digamma o ¸au'. La forma empleada mayoritariamente por los alfabetos epicóricos es ãUÃ, pero puede encontrarse también la variante simétrica ãvà (para otras variantes menos usuales, cf. Tema 1 de Fonética). Los manuscritos han transmitido a través de las glosas distintas notaciones, cf. trev por t¸ev, gavlloi por Ïavlloi, etc., que no demuestran sino que la letra ¸ ha sido identificada erróneamente con otros signos parecidos. Las pruebas de que ã¸Ã nota una semiconsonante /w/ son, entre otras: •
El signo fenicio del que procede de ã¸Ã, waw, notaba también /w/.
•
Esporádicamente se puede emplear para /w/ tanto ãoà como ãuÃ, cf. hom. Oi[tulo" = Ï(e)ivtulo", ∆Oaxov" = Ïaxov" (Hdt.), cret. uevrgwn por ¸evrgwn, etc.
•
ã¸Ã se utiliza excepcionalmente en inscripciones arcaicas para la notación del segundo elemento de los diptongos au, eu, ou, cf. cretense spo¸ddavn, ªqerºavp≥e¸se, locrio occidental Na¸paktivo–n, o el sonido de transición entre una vocal y una /u/, cf. cret. ta¸u'ro", át. aj¸utavr, eub. ta¸ujto', o entre /u/ y una vocal, cf. cor. Eu[¸arco", el. kaquv¸e–n (= át. kataquvein), duv¸o (= duvo), etc. Este uso no es infrecuente tampoco en micénico y chipriota, cf. mic. a-reku-tu-ru-wo /Alektruwo@n/, chip. ka-te-se-ke-u-wa-se kateskeuv¸ase.
•
En osco, cuyo alfabeto deriva del griego, ãVà (variante dextrógira de la ã¸Ã calcídica y transcrita convencionalmente como v) se emplea en los diptongos /au/, /eu/, etc., cf. avt = lat. aut, y para la /w/ entre /u/ y una vocal, cf. sakruvit = lat. sacrat, además de para /w/ inicial e intervocálica, cf. víú = lat. via.
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3. Evolución de *-u83.1. *u8- en posición inicial ante vocal Son incontables los ejemplos de conservación de *u8- en posición inicial ante vocal en micénico y en la mayor parte de los dialectos del I milenio, como por ejemplo: *u8anak(t)- > mic. wa-na-ka-te, lac., acaico ¸avnax, cor. ¸avnakti, chip. wa-na-xe ¸avnax. *u8astu- (cf. ai. vá@stu) > mic. wa-tu, délf. ¸astw'n, cf. también locr., arcad. ¸astov". *u8et-os- (cf. lat. uetus) > mic. we-to, heracl., selin., acaico, délf., locr., panf. ¸evto" *u8oik⁄-o- (cf. lat. uicus) > mic. wo-i-ko-de, cor. ¸oikevoien (= át. oijkoi'en, de oijkevw), selin. ¸oike'i, cret. ¸oikovpedon, tes. ¸oikiavtai". ¸- inicial en el segundo miembro de un compuesto se comporta como si estuviera en posición inicial, cf. heracleota ejg-¸hlhqivwnti (= át. ejx-eilhqw'si < *u8el-n-, cf. a. esl. valiti), délf. suvn-¸oikon, cretense aoristo pro-¸eivphi, tesalio euj-¸ergevtan, locr. ejpi¸oivko–", etc. En jónico-ático el sonido ha desaparecido en inicial antes de los primeros testimonios escritos, pero sus huellas se aprecian en el texto homérico como testimonio de una fase más antigua de la composición (cf. Tema 10 de Historia de la Lengua). A pesar de que ¸- no se ha transmitido gráficamente en la Ilíada y la Odisea, su presencia se infiere fácilmente a partir de tres fenómenos métricos: a) una sílaba terminada en consonante se mide como larga ante una palabra que empieza por ¸-, cf. el segundo hemistiquio ejeikosto;n (¸)e[to" ejstivn (Od. 19.222); b) una ¸- antigua explica la falta de elisión de una vocal breve ante una palabra que comienza por vocal, cf. ejni; (¸)oi[kw/ (Il. 1.30), ajlla; (¸)a[nax (Il. 2.360); c) una ¸- antigua impide el abreviamiento de una vocal larga, cf. el primer hemistiquio a[rne duvw kai; (¸)oi\non (Il. 3.256); Cuando no hay rastro de ¸- allí donde sería esperable, el texto debe pertenecer a un estrato más reciente de la composición. Así la fórmula arcaica melihdeva (¸)oi\non, donde la ¸- inicial ha impedido la elisión, ha sido reelaborada posteriormente por los aedos en melihdevo" oi\nou, donde -o" es breve. Además del jónico-ático, la falta de ¸- se testimonia de forma sistemática en -5© 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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algunos dialectos dorios, como el tereo, cf. ∆Astuvo˙o",
∆Isoklh'" vs. eleo
¸isoprovxenon, y el rodio a\de, ijdivo–n. No obstante, se constata la pérdida temprana de ¸- ante /o(…)/, cuyos indicios se encuentran: •
en Homero, cf. con abreviamiento en hiato kai; o[cesfi kkqq|| Il. 4.297, cf. lat. ueho, y sin alargamiento en el segundo hemistiquio ajpoevrgaqen oujlh'", cf. lat. uulnus.
•
en las Tablas de Gortina cretenses, donde sistemáticamente aparece o–jne'n, o– jne'qqai, oj–nav–n (< *u8os-n-, cf. ai. vasná-) frente ¸ei'pai, ¸a'i, ¸e'ma, ¸ivn, etc.
•
esporádicamente en otros dialectos conservadores, cf. chip. pa-no-ni-o-ne panov–nion (< pano + w[nio"), y la grafía hipercorrecta de arcad. ¸o–fle–kovsi = át.
wjfeilhkovsi,
cf.
mic.
-o-pe-ro-si
/ophellonsi/,
que
muestra
que
originariamente no había *u8-. Las excepciones pueden explicarse por nivelaciones analógicas, cf. cret. ¸ov" a partir de ¸ivn, lac. ¸orqasiva (< *u8ordh-) con ¸- de la variante con metátesis de /r/ ¸roqasiva, etc. Curiosamente esta disimilación no tiene lugar ante el diptongo /oi/, como muestran cret. ¸oivno– y los ejemplos homéricos antes citados de oi\ko" y oi\non. Sin embargo, esta disimilación no había tenido lugar aún en micénico, cf. wo-ka /wokha/, relacionado con panf. ¸ecevto– y lat. ueho < *u8egh⁄ e- y wo-wo /worwoi/, cf. cor. o[r¸o", etc. A pesar de que ¸- desaparece con el triunfo de la koiné jónico-ática, sobrevivió en el patois de Laconia, como prueba el tsaconio, cf. /"Ba≠e/ < ¸arnivon. 3.1.1. Aspiración procedente de *u8- inicial Algunas palabras con *u8- presentan en ático una insólita aspiración inicial: i{stwr, iJstoriva, cf. beoc. ¸ivstwr < *u8id-tor-, cf. lat. uideo, pero de la misma raíz *u8eid- > át. eijdwv", cf. eleo ¸eizo–v" e{nnumi, ei|ma, cf. cret. ¸h'ma < *¸evs-, mic. we-a2-no /wehanos/ e{spero", cf. locr. ¸esparivo–n < *u8espero-, cf. lat. uesper aJlivskomai, cf. tes. ¸alivsske–tai < *u8al-, cf. gót. wilwan Algunos justifican la aspiración inicial por la presencia de la /s/ en la coda de la sílaba que comienza por /w/ o de la siguiente (i{stwr vs. eijdwv"), pero esta explicación –aparte de resultar fonéticamente inverosímil– no sirve para át. eJkwvn (< *u8ek⁄-ont- antiguo participio de *u8ek⁄-, cf. cret., locr. ¸ekwvn), e{dna (< *u8edh-, cf. ai. vadhú@-) o o{ro" (cf. mic. -6© 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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wo-wo) y se enfrenta a contraejemplos como a[stu. Resulta plausible que a lo largo de la evolución natural de *u8- (/w/ > /B/ > /Ø/) y de *su8- (/w9/ > /h/, cf. § 3.3.2) hayan surgido hipercorrecciones que acabaron por imponer la /h/ inicial. La hipercorrección está testimoniada indirectamente en la épica, donde ¸- procedente de *u8- (y no de *su8-) puede provocar el alargamiento de una vocal anterior, cf. mevga ijavcousa Il. 5.343 escandido kqwwqw (para la ¸-, cf. lat. uagio). El fenómeno cuenta además con el paralelo de M˙egavlo–, con ãM˙Ã como si procediera de *sm- y no de *m- (cf. Tema 10 de Fonética). Por otro lado, al igual que la aspiración inicial no etimológica se extiende a palabras que empezaban por vocal (cf. Tema 10 de Fonética), en determinadas palabras la analogía puede haber intervenido en época reciente, una vez ha tenido lugar el debilitamiento total de ¸- y así se explicaría p. ej. eJkwvn por etimología popular con eJkav" < *su8e-. 3.1.2. Desarrollo de una vocal protética ante *u8- inicial Algunas palabras atestiguan lo que a primera vista podría parecer una vocal protética procedente de *u8- inicial: *u8er-s- (cf. ai. vars≥am) > át. e{rsh, pero hom. ejevrsh < *ej¸evrsh *u8erg⁄-o- (cf. av. var´zem) > arg., cret., acai., beoc., arcad. ¸evrgon, mic. we-ka-ta /wergata@s/, wo-ze /wordzei/ o /wordjei/, pero hom. ejevrgw, át. ei[rgw < *ej¸evrgw *u8i@k⁄m9tih2 (cf. lat. uiginti) > lac., heracl., cret., délf., etol., beoc. ¸ivkati, pero jón.át. ei[kosi < *ej¸ivkosi En realidad, el origen de esta vocal se encuentra en una laringal inicial, la cual es rastreable de forma positiva en ciertos casos, como *h2u8eh1- > a[hsi, cuya *h2- inicial está confirmada por het. h3u-u-wa-an-te-es# (cf. Tema 2 de Fonética). 3.2. *-u8- en posición intervocálica Los testimonios de *-u8- conservada en posición intervocálica en griego alfabético son menos abundantes que en inicial, pues en esta posición el sonido desaparece en fecha más temprana, cf. sin embargo arg. Di¸iv, ejpoiv¸e–˙e (< ejpoiv¸e–se), cor. Ai[¸a", stonov¸es(s)an, délf. klev¸o"
a[pqiton
aij¸eiv
(cf. hom. a[fqiton
aijeiv), acarn.
∆Arkesivla¸o", etc. En algunos dialectos donde ¸- se conserva, la *-u8- intervocálica no aparece ni siquiera en las inscripciones más antiguas, cf. cret. aijeiv, naov" (< *nasu8o-, cf. § 3.3.2) -7© 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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frente a los ejemplos vistos en § 3.1. En otros dialectos se observan inconsistencias propias de un cambio fonético in fieri, cf. lac. na¸o'n vs. Dio˙ikevta (por Di¸oo), Kleomavco– (< Kle¸oo), arcad. ªa[º¸eqla vs. ejpoive–", i[lao", tes. Dav¸o–n vs. e[so–se (< ejsav¸wse), beoc. ejpoiv¸e–se, cariv¸ettan vs. ejpove–se, locr. katai¸eiv vs. oinav–no–n (= át. koinwvnwn < *koina–¸ovnwn), pai'", eleo ªpoiº¸evoi vs. poievoi, basila'e", etc. Incluso en los dialectos más conservadores, hay ejemplos de desaparición, cf. chip. pa-i-te-se paivde" vs. ro-wo-se rJov¸o", pa-si-le-wo-se basilh'¸o". Excepcionalmente encontramos casos de /w/ intervocálica no etimológica, cf. corintio gen. sg. Tlasiva¸o, Pasiavda¸o < *-a@-o (cf. mic. -a-o, no **-a-wo), surgidas artificialmente por imitación del genitivo singular épico -a–o, y corintio PotEdav¸o–n. Para algunos, en ambos casos se trataría de un sonido de transición entre las vocales provocado por la presencia de /o/, como sucede en español vulgar, donde se documenta una consonante labial o velar espuria en hiatos con /o/, cf. canoba por canoa, zanagoria por zanahoria, etc. Para otros, la analogía es la causante de -¸- en estas formas, de modo que la forma artificial -a–o habría recibido la influencia del genitivo singular de antropónimos compuestos con segundo término en
o
la–¸o–,
mientras que la -¸- de PotEdav¸o–n estaría relacionada con los nombres en -a–v¸wn del tipo Pai-a–v¸wn. Esta /w/ intervocálica espuria es casi sistemática en la flexión de los temas en -i- y en algunos antropónimos en -a'" en chipriota, cf. gen. sg. ti-mo-ka-ri-wose Timocavri¸o" (de Timovcari"), incluso cuando una /o/ no interviene, cf. dat. ki-li-ka-wi Kilika'¸i, lo que sugiere o bien a una hipercorrección provocada por el cambio /w/ > /Ø/ o bien a una analogía con basilh'¸o", basilh'¸i. A juzgar por el comportamiento de qevw < *dheu8-e/o- y rJevw < *sreu8-e/o-, con pérdida de /w/ intervocálica, hom. seuvomai (< *ki8eu8-e/o-), ceuvw (< *gh⁄ eu8-e/o-), ajleuvw (< *ajlev¸-o-, cf. ajluv-w) etc. son analógicos de los aoristos en -eusa- (con -s- restaurada, cf. Tema 10 de Fonética), lo cual queda confirmado por los dobletes con el resultado regular cevw, ajlevomai, etc. No obstante, hom. deuvomai (del que no existe un aoristo *deuvsasqai) debe relacionarse con una pronunciación hiperarticulada de /w/ entre vocales, artificio sin duda de origen eolio (cf. Balbila eu[(¸)ide < e[-¸ide, etc.), que los aedos aprovecharon para incorporar formas que de otro modo habrían resultado completamente inservibles en un hexámetro, cf. hom. aujivacoi con escansión qkka, frente a la forma original *aj-¸iv¸acoi con tres breves seguidas.
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3.3. En contacto con una consonante 3.3.1. Oclusiva + *-u8- (a excepción de *(-)tu8-) En posición inicial de palabra *ku8- y *ghu8- evolucionan del mismo modo que *ku8- y *ghu8-, cf. dor. pa'ma 'adquisición' < *ku8a@- (cf. ai. s!va-trá-) y qhvr, eol. fhvr < *gheu8dh- (cf. lit. z#veres). En i{ppo" < *ek⁄u8o- (cf. ai. áçvah≥) la secuencia intervocálica /kw/ ha evolucionado a /kkw/ (labiovelar geminada), cf. mic. i-qo, y luego regularmente a -pp(cf. Tema 9 de Fonética). La conservación del grupo /kw/ en mic. te-tu-ko-wo-a2 /thethukhwoha/, participio de perfecto de teuvcw equivalente a át. teteucovta, está motivada por la analogía con otros participios donde la consonante anterior al morfema *-u8os- no era una oclusiva, cf. a-ra-ru-wo-a /ararwoha/, de ajrarivskw (raíz ajrar-), e-qiti-wo-e /ekhu8thiwohes/, de fqivnw (raíz fqi-). En los ejemplos de *-tu8- y *-du8- conservados en micénico aparecen también involucrados morfemas, como el sufijo *-u8ent- de adjetivos, cf. o-da-twe-ta y o-da-tuwe-ta /odatwenta/ (a partir de *odn9t-), te-mi-dwe-ta y te-mi-de-we-ta /termidwenta/ (de *term-id-, relacionado con tevrma-t-o"), por lo que es posible que estemos ante formaciones creadas analógicamente sobre otras palabras donde /w/ se conserva regularmente, cf. pi-ti-ro2-we-sa /ptiljowesa/ < *ptilo-u8et-i8a (cf. ptivlon). Posteriormente, de la raíz *du8ei- 'temer' se conserva aún en corintio D¸Eniva", pero át. devo" < *du8ei8-es-, mientras que en la épica la presencia de una antigua -¸- se dedude de ejemplos como del hJmei'" de; deivsante" (Il. 9.236), donde dev debe escandirse como larga. En griego posterior, *-du8- se reduce a -d-, cf. devdimen, devdoika, etc., aunque en algunos casos se ha de postular un alargamiento de la vocal precedente como consecuencia de la pérdida de /w/ (tercera oleada de alargamientos compensatorios, cf. Tema 3 de Fonética), cf. perfecto hom. deivdw < *devd¸oa < *dedu8oi8a < *de-du8oi8-h2e, *odu8os > jon. oujdov", cir. wjdw'i, frente a át. ojdov" 'umbral'. Para la evolución reciente de *-tu8-, cf. § 8. 3.3.2. Sibilante + -u8El grupo *su8- en posición inicial da como resultado una semiconsonante ensordecida /w9/ o /wh/ (cf. Tema 10 de Fonética), notada con ¸˙-, con espíritu áspero o simplemente con ¸-: *su8ek⁄s (cf. galo suexos) > heracl. ¸evx, át. e{x *su8e- pronombre de 3ª sg. (cf. ai. sva-, lat. suus) > dat. cret., arg., délf., lesb. (Alc.) ¸oi, acaico, tes. ¸e, pero panf. ¸˙e, át. o{"; tes. ¸ekevdamo", pero beoc. -9© 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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¸˙ekadavmoe; délf. ¸ekatevrwi, pero át. eJkavtero"; délf., beoc. ¸ivdio", pero arg. ¸˙edievsta–", át. kaqæ iJdivan. *su8ed- (cf. lat. suadeo) > cret. e[-¸ade (aor. de aJndavnw), ¸adav–, pero cor. Ï˙ade– vsio", át. hJduv", aJndavnw. La épica conserva restos de este grupo antiguo, a juzgar por ejemplos como ajpo; e{o Il. 5.343 (e{o < *su8e-), donde la /o/ de ajpov se mide como larga. La notación ¸- < *su8- se explica bien porque la diferencia entre /w/ y /w9/ no era tanta como para que fuera necesaria su notación, bien porque tuvo lugar un cambio /w9/ > /w/, evolución confirmada por la grafía directa de cret. bekavtero", donde /wh/ ha tenido que coincidir con /w/ inicial antes de la espirantización (cf. § 5). Se trata del mismo fenómeno por el que /lh/ < *sl-, /mh/ < *sm-, etc. acabaron confudiéndose con /l/, /m/ en posición inicial (cf. Tema 10 de Fonética). En otros dialectos, sin embargo, /w9/ no se confundió con /w/, sino que evolucionó a /h/, lo que explica el espíritu áspero en ático. El beocio reciente testimonia también que *u8- y *su8- no dieron el mismo resultado en este dialecto, cf. ¸ikasth' (= eijkosth')/ , ¸ivkati (= ei[kosi), frente a e{kth (= e{kth/), e{x, donde la ausencia de signo indica sin lugar a dudas una /h/ inicial. En *-su8- entre vocales, al igual que los grupos *-sr- etc. (cf. Tema 10 de Fonética), la *-s- desaparece (via /h/) provocando el alargamiento de la vocal anterior y subsisten ejemplos de -¸- en algunos dialectos, cf. *nas-u8os 'templo' > át. newv" (< jón. nhov"), lac. na–¸ov". En eolio la /h/ se asimila a la semiconsonante, cf. lesb. nau`o" < *nav¸¸o". En el grupo -s¸- secundario (< *-t/dsu8-) conservado en beoc., arcad., cret., etc. ¸ivs¸o" la /w/ desaparece en ático, cf. i[so". El enmudecimiento de /w/ en esta posición provoca un alargamiento compensatorio en jónico, cf. i\so". 3.3.3. Líquida o nasal + *-u8Los grupos *-nu8-, *-ru8- y *-lu8- se conservan en algunos dialectos, cf. cor. Xevn¸o–n, arcad. kovr¸a–, cor. o[r¸o" y beoc. kal¸ov", mientras que en otros /w/ desaparece en fecha temprana, por lo general sin dejar huella, como en ático, cf. xevno", kovrh, o{ro" y kalov". Sin embargo, en unos pocos la /w/ desaparece y la vocal de la sílaba anterior se alarga (tercera oleada de alargamientos compensatorios, cf. Tema 3 de Fonética), cf. jon. xei'no", cret. provxhno", jon. kouvrh, cret. kwvra, jon., ter. ou\ro", cret., arg. w\ro" y jon. ka–lov". Esporádicamente se testimonia la geminación de una sonante, cf. meg. - 10 © 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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Kovrra, o[rro", aunque en lesb. xevnno", etc. quizás no sean más que formas creadas artificialmente por los poetas lesbios a partir de una ecuación jon. eijmiv: lesb. e[mmi :: jon. xei'no" : x, donde x = lesb. xevnno". 3.3.4. *-u8- + líquida En posición inicial sólo se atestiguan dos grupos de *u8- seguida de consonante. u8r- se conserva en inscripciones dialectales, cf. arcad. ¸rh'si", chip. we-re-ta ¸rh'ta, el. ¸ra– vtra–, pero át. rJhvtra, variante apofónica *u8reh1- de la raíz disilábica *u8erh1- 'decir' (cf. ejrevw, lat. uerbum). Hay restos de este grupo en algunos fenómenos prosódicos anómalos de la épica, cf. el primer hemistiquio pukna; rJwgalevhn Od. 13.438 (< *u8roh1g-), etc. (cf. § 3.1 para otros fenómenos semejantes). En los poetas lesbios aparece notado mediante br- (cf. § 5), cf. brivza, mic. wi-ri-za, át. rJivza. Aunque no se conservan ejemplos de ¸l-, la comparación permite reconstruir el grupo en dor. lh'n < *u8le'querer', cf. lat. uolo. Siguiendo los mecanismos de la apofonía morfológica, entre dos consonantes una /u/ presenta una realización silábica en el grado reducido de una raíz, mientras que en el grado pleno de la misma pasa a ser parte integrante del diptongo (cf. Tabla 2). Grado reducido ejpuqovmhn zugovn ejruqrov" h[luqon
Grado pleno peuvqomai zeu'go" ejreuvqw eijlhvlouqa Tabla 2
También la alternancia apofónica generaba un diptongo /ew/, que sufría una disimilación si iba inmediatamente precedido por /w/, cf. el aoristo reduplicado *u8e-u8ku8> *u8ei8ku8- > part. eijpwvn, cret. ¸eipovnte" (cf. ai. a-voc-am) y probablemente *h2u8e-u8dH- > *au8eu8- > ajeivdw, etc. (donde -ei- nota un diptongo). Sin embargo, cuando fuera de la posición inicial *-u8- va seguida de *-r- o *-l-, secuencia originada por diversos procesos de composición o por la aparición de una vocal protética, el griego testimonia tres evoluciones distintas: a) como es esperable, la semiconsonante forma un diptongo con la vocal anterior, aunque esto sólo se aprecia sistemáticamente en determinados compuestos de origen eolio, cf. lesb. eujravgh < *ej-¸ravgh, au[rhkto" < a[¸rhkto", au[lax < *a[-¸lax, hom. talauvrino" < *talav-¸rino", ajpouvra–" < - 11 © 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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*ajpov-¸ra–". Esporádicamente este tratamiento se encuentra en otros dialectos en formas aisladas del paradigma, cf. eujruv" (< ej¸ruv" < *Hu8rú-, ver § 3.1.2), y dentro del paradigma, ha quedado enmascarado por la disimilación /weu/ > /wei/ en algunos perfectos, cf. jón.-át. ei[rhmai < *¸euvrhmai < *¸ev-¸rh-mai y ei[lumai < *¸euvlu-mai < *¸ev-¸lu-mai. b) *-u8r- presenta un resultado -rr- en la mayor parte de los compuestos cuyos dos formantes eran fácilmente reconocibles, cf. a[rrhto" (< *n9-u8reh1-tó-), e[rrhqen (< *h1e-u8reh1-), délf. ˙e–mirrhvnion (de hJmi-¸rhvn), cret. perfecto ¸er(r)hmevnon, etc. c) la ortografía -¸r- en el compuesto arg. ¸e-¸re–mevna, y no **¸eure–mevna, relacionado con (¸)rJhvtra, y -¸l- en el compuesto eleo de la raíz *u8el- aj¸lanevo–" 'completamente', y no **aujlanevo–" (*aJ-¸la-nes- < *sm9-u8l9-nes-, cf. jon. aj–lhv" 'reunido' < *aJ-¸hl-es- < *aJ-¸al-nes-) está íntimamente ligada a las formas simples correspondientes. En el caso de *-u8s-, tratado en profundidad en el Tema 10 de Fonética, la aspiración de /s/ y su posterior desaparición provocaba el alargamiento en todos los dialectos, cf. nom. sg. *h2u8s-ó@s > át. e{w" (< jón. hjwv"), arg. occid. aj–¸wv", dor. a–jwv", excepto en lesbio y tesalio, donde la /h/ se asimilaba a la /w/ dando lugar a una secuencia /ww/, cf. lesb. au[w" (< *au[¸w"). Verbos como eu{w, por el esperable *ei{w o *e{w < *e@u8-e/o- < *h1eus-e/o- deben de ser por tanto creaciones analógicas recientes sobre el aoristo sigmático eu|-sai < *h1us-s-. 3.3.5. *-u8i8La secuencia *-u8i8- resulta del contacto de un segundo elemento de diptongo /u/ con distintos sufijos (presentes sufijados en *-i8e/o-, femeninos de moción en *-i8h2 y comparativos en *-i8os-). En micénico subsiste aún, como confirma qa-si-re-wi-jo-te /kwasilewjontes/, donde -wi-jo- no puede notar /wijo/, ya que no existe una variante *-ii8e/o- del sufijo de presente. Posteriormente *-u8i8- evoluciona por asimilación a *-i8i8-, segmento que se une a la vocal anterior para formar un diptongo con segundo elemento en /i/, cf. át. kaivw < *kau8-i8e/o-, adj. fem. glukei'a < *gluk-ev¸-i8a, iJevreia < *iJevr-h¸-i8a, meivwn < *meii8-i8os-< *meiu8-i8os-, etc. El resultado -eivw < *-e@u8-i8e/o- esperable en los denominativos de temas en -euv" se conserva sólo en eleo, cf. el. latreivw, cuyo equivalente ático latreuvw es - 12 © 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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analógico del aoristo ejlavtreusa. Sin embargo, los femeninos del tipo mic. i-je-re-ja plantean un problema, puesto que a juzgar por qa-si-re-wi-jo-te, esperaríamos **i-je-re-wi-ja o **i-je-re-u-ja. Se ha propuesto que -e-ja revelaría un proceso *-u8i8- > *-i8i8- temprano, que habría afectado a todas las secuencias, mientras que qa-si-re-wi-jo-te se ha creado secundariamente, a partir de la analogía *ka–ruk-o" : *ka–ruk-i8o- :: *basilh'¸-o" : x, donde x = *basilh'¸-i8o-. Posteriormente estos nuevos grupos secundarios se habrían alterado. Pero esta hipótesis no puede explicar por qué esta analogía no habría afectado a los derivados femeninos en *-i8h2, dando lugar a nuevas creaciones como **i-je-re-wi-ja a partir de melit-i8a, etc. Para otros micenólogos, estos grupos no habían evolucionado aún en micénico y -e-ja en los derivados de los temas en -hu- es un sufijo tomado de una lengua pregriega o analógico de -e-ja < *-es-i8h2, cf. a3-pu-ke-ne-ja /Aipugeneja/. 4. Cronología de la evolución de *(-)u8Aunque no puede establecerse una cronología general del fenómeno, dadas las diferencias entre unos dialectos y otros, las siguientes consideraciones cronológicas son claras: a) la eliminación de ¸ inicial e intervocálica tiene lugar en época postmicénica, incluso en inicial ante /o/ b) -¸- intervocálica desaparece en cretense con posterioridad al paso -eo- > io-, cf. ijovnte" < *h1s-ónt-es, kosmivonte" < *kosme-i8o-nte", pero -eopermanece en el genitivo del tema uiJuv", cf. uijevo" < *uijev¸-o" y de los temas en -euv", cf. ¸oikevo" < *¸oikev¸-o" < *¸oikh'¸-o". c) en ático su desaparición es datable en relación a los siguientes fenómenos fonéticos: c1) es posterior al cambio /œ…/ > /a…/ tras -r- ("primera retroversión"), como demuestra kovrh < *kovr¸a–, frente a hJmevra– (jon. hJmevrh). Si el paso /œ…/ > /a…/ tras -r- hubiera seguido actuando tras la pérdida de -¸- esperaríamos *kovra–. c2) es anterior al cambio /œ…/ > /a…/ tras -e- e -i- ("segunda retroversión"), como sugiere el hecho de que nea–niva–" < *ne¸a–niva–" y dexiva– < *dexiv¸a– presenten el mismo resultado que genea–v y kardiva–, donde no había -¸intervocálica, o de lo contrario habríamos tenido nehniva–" y dexivh.
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5. Espirantización de /w/ Con relativa frecuencia una /w/ inicial o intervocálica aparece notada en las inscripciones recientes y en los manuscritos mediante ãbÃ, lo que revela un proceso histórico /w/ > /B/ (concomitante con el de /b/ > /B/, sobre el cual véase Tema 8 de Fonética), cf. lac. diabevth" < dia¸evth", Bwrqeva frente al arcaico Ïorqeva, arg. Purbalivwn frente al arcaico Pur¸alivo–n, cret. diabeipavmeno" frente al arcaico pro¸eivphi, etc. Los manuscritos de Safo y Alceo presentan esta notación exclusivamente en br- (brovdon, bradinov", etc. aunque cf. ¸rh'xi" Alc. fr. 410) y el proceso parece ser muy temprano en corintio, a juzgar por la grafía directa de ãbà por ã¸Ã, cf. ajmoi¸avn (jón. ajmoibhvn). En panfilio hay dos signos para /w/, ã¸Ã y ãHà (convencionalmente transcrito como w o v), que parecen intercambiables a juzgar por algunos ejemplos donde notan /w/ con seguridad, ∆Apelawruwi" (por -aurui") y Punamuv¸au (por -muvau). Con todo, el cambio /w/ > /B/ queda confirmado por la grafía directa ˙e–wotaisªiº, relacionado con h{bh, y por la evolución posterior /B/ > /F/ o /f/, representada por fivkati < ¸ivkati, donde ãfà sólo puede notar un sonido sordo. La variación ãwà vs. ã¸Ã es discutida, pero es verosímil que la espirantización se produjera en unas posiciones con mayor frecuencia que en otras, de ahí que se empleara quizá un signo para /w/ y otro para /B/, que con el tiempo se hicieron intercambiables cuando /w/ > /B/ se extendió a cualquier posición, cf. Wanaxivwno" y Ïanaxivwno". 6. Evolución de *i8 No hay restos de *-i8- heredada en el griego del I milenio, pero sí en micénico. Frente a /w/, la semiconsonante palatal alteró en no pocas ocasiones la articulación de las consonantes que la preceden. 6.1. *i8- en posición inicial ante vocal Según la visión tradicional, una *i8- inicial presenta en griego dos evoluciones distintas: •
Resultado z-/d- (sobre la distribución z- o d- según los dialectos, cf. § 7.4): zugovn, mic. ze-u-ke-si, cf. lat. iugum; zevw, mic. ze-so-me-no, cf. ai. yásati; zwstov", cf. av. ya@sto@.
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•
Resultado /h/ inicial: h|par < *i8e@ku8r9, cf. av. ya@kar´; w{ra, cf. av. yara@; hom. eijnavtere" (con psilosis y eijn- = eJn- por alargamiento métrico), cf. lat. ianitrices.
Este doble tratamiento (paralelo del acaecido en español, cf. IAM > ya vs. IOCAR(E) > jugar) se ha intentado explicar de diversos modos: a) la protolengua contaba con dos semiconsonantes distintas *i8-, idea que debe abandonarse, dado que esta doble naturaleza de *-i8- no aparece en ninguna otra lengua. b) el tratamiento regular habría sido /h/ inicial, mientras que el resultado z- era propio de una lengua pregriega y sólo se habría reflejado en el vocabulario rural, como zugovn, zuvmh, etc. (Melena 1976). Sin embargo, teniendo en cuenta que zhtevw/za–tevw (cf. ai. ya@-), zwrov" (aesl. jaru), etc. difícilmente encajan dentro de este grupo de palabras, esta explicación resulta muy improbable. c) finalmente, la opción más plausible es que uno de los dos sea el resultado regular de *i8-, y que el otro proceda de un grupo más antiguo con una laringal. Teóricamente existen dos posibilidades: c1) *Hi8- > z-/d- y *i8- > /h/. Esta hipótesis se sustenta en las formas indias con aumento a@-yunak, a@-yukta, relacionados con la raíz de zugovn, o en el compuesto ai. su@-yávasa-, relacionado con gr. zeiaiv, donde el inesperado alargamiento de -a- y -u- se explicaría partiendo de *h1eHi8eug- y de *su-Hi8e- respectivamente. Sin embargo, en ambos casos la vocal larga responde con seguridad a evoluciones propias de la poesía védica. c2) más verosímil resulta que z- proceda regularmente de *i8- inicial y /h/ de *Hi8- (cf. García Ramón 1999, con bibliografía anterior). Se explican satisfactoriamente de este modo no sólo i{–hmi, mic. i-je-si, a partir del presente reduplicado *H(i8)i-Hieh1-, cf. lat. iacio, sino también el relativo o{" < *h1i8o- cf. lat. eum, y uJsmivnh < *Hi8udh-m-, cf. ai. amitra@-yúdh-, con a@- por efecto de la laringal, todos los cuales a su vez constituyen una sólida prueba a favor de una reconstrucción *Hi8- allí donde tradicionalmente se reconstruye sólo *i8- (h|par, w{ra, etc., cf. supra). El desarrollo /h/ < *Hi8- está relativamente cercano en el tiempo a las tablillas micénicas, puesto que en ellas aparecen grafías conservadoras como jo-di-do-si /jo@s - 15 © 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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didonsi/, junto a formas innovadoras, como o-di-do-si /ho@s didonsi/, ambas equivalentes a át. wJ" didovasi. Sin embargo, la evolución de *i8- está totalmente consolidada, cf. ze-u-ke-si y no **je-u-ke-si. 6.2. *-i8- en posición intervocálica Una *-i8- intervocálica desaparece sin dejar rastro en el I milenio, pero aún quedan huellas en micénico, cf. to-ro-qe-jo-me-no /trokwejomenos/, participio de hom. tropevw = trevpw. Las alternancias -e-jo vs. -e-o en los adjetivos de materia, tipo e-re-pa-te-jo vs. e-re-pa-te-o, sugieren que a finales del II milenio coexistían la pronunciación conservadora y la innovadora. El sonido desaparece posteriormente sin dejar huella alguna, tanto en raíces, cf. el antiguo perfecto deivdw < *devd¸oa < * dedu8oi8a < *dedu8oi8-h2e, hom. kevatai < *kei8atai < *kei8-n9toi, cf. kei'mai, cret. treve", át. trei'" < *trei8-es, como en sufijos, cf. los presentes en *-i8e/o- tras vocal, como -evw < *-e-i8e/o-, -avw < *-ai8e/o-, etc. Para explicar la anómala conservación de /j/ intervocálica en los optativos atemáticos qeivhn < *thh1-i8eh1-m, staivhn < *sth2-i8eh1-m, doivhn < *dh3-i8eh1-m, etc., y los temáticos como arcad. ejx-elauvnoia < *-o-i8h1-m9 (= át. -oimi) así como en los adjetivos de materia poéticos cruvseio" < *-ei8o-, se ha supuesto que la evolución *-Vi8V- > /V(h)V/ provocaba una geminación de /j/ conducente a frenar su debilitamiento. Sin embargo, resulta más verosímil que staivhn, etc. y ejx-elauvnoia procedan de la refección analógica a partir del plural stai'men < *steh2-ih1-mes, fevroimen < *pher-o-ih1-mes etc. o incluso que respondan a una evolución regular con asimilación de la laringal a la semiconsonante, *steh2-i8eh1-m > *stai8i8e@m (cf. ai. stheyá@m) y *-o-i8h2-m9 > *-oi8i8a (cf. ai. bháreyam) etc. En cuanto a los adjetivos hom. en -eio" no son más que el producto de un alargamiento métrico artificial. Como en el caso de ã¸Ã (cf. § 2) el sonido semiconsonántico que se genera entre una /i/ y una vocal siguiente sólo se nota esporádicamente, cf. jon. Diiofavnh", aunque en zonas como Panfilia, la Argólide y Chipre alcanzó un alto grado de sistematicidad, cf. panf. diiav, ˙iiaroi'si, arg. Poliiavdi, qiioi'n, chip. i-ja-te-ra-ne ijyate'ran, i-e-re-wi-jane ijere–¸ivyan etc., notación también frecuente en los diptongos acabados en /i/, cf. arg. ∆Aqanaivia", Karneivia", etc. Frecuente en las inscripciones más antiguas de algunos dialectos, esta ortografía desapareció paulatinamente. Como paralelo de este uso debe citarse el umbro, donde es sistemático, cf. triia lat. tria, Vehiies lat. Veiis, etc.
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7. Consonante seguida de *-i8- y los procesos de palatalización Bajo la etiqueta de 'procesos de palatalización' se agrupa vulgarmente la serie de procesos que afectan a las secuencias de consonantes seguidas de *-i8-, aunque en realidad engloba fenómenos tan dispares como la geminación, la metátesis, la africación o el alargamiento compensatorio de vocales. Para *-u8i8-, cf. § 3.3.5. 7.1. Líquida o nasal + *-i8Los resultados de *-ni8- (< *-mi8- y *-ni8-) o de *-ri8- dependen de la vocal que precede al grupo: •
Tras /a/ u /o/ tiene lugar la desaparición de *-i8- y la creación un diptongo con segundo elemento -i- en todos los dialectos, cf. baivnw < *gu8am-i8e/o-, cf. lat. uen-io; faivnw < *phan-i8e/o-, cf. ej-favn-h-n; a[gkoina < *ankon-i8a, cf. ajgkwvn; caivrw < *khar-i8e/o-, cf. car-av; moi'ra < *mor-i8a, cf. movr-o".
•
cuando se trata de /e/ o /i/, la evolución no es idéntica en todos los dialectos. Mientras en lesbio y tesalio, la desaparición de *-i8- se ve acompañada de la geminación de la consonante, los restantes dialectos atestiguan un alargamiento compensatorio (1ª oleada de alargamientos compensatorios, cf. Tema 3 de Fonética), cf. los verbos en *-i8o- át. fqeivrw (con ãeià notando /e…/), arcad. fqhvrw, lesb. fqevrrw, kteivnw, ktevnnw, kriv–nw, krivnnw, tes. krevnnw, etc. El resultado geminado está asegurado en micénico, a juzgar por -ti-ra2 < /-tirra/ < *-tori8a < *-tr-ih2, ya que -ra2- se emplea también para el resultado /rr/ < *-rs- (cf. Tema 10 de Fonética).
•
Correspondencias del tipo lesb. ojlofuvrrw vs. jón.-át.
ojlufuv–rw < *-r-i8e/o-
podrían hacer suponer que cuando es una /u/ la que precede al grupo el tratamiento es igual que cuando precede /e/ o /i/ (pero cf. infra para otra explicación). En cuanto a *-li8-, todos los dialectos muestran una geminada -ll-, cf. *ali-o- (cf. lat. alius) > *ali8o > a[llo", stevllw < *stel-i8o-, etc., aunque el resultado con metátesis aparece esporádicamente, cf. chip. a-i-lo ai\lo". Las explicaciones de la evolución de *-ni8- etc. son casi tantas como los autores que se han interesado por el asunto. Para unos (Hipótesis A, cf. esquema 1), todos los dialectos pasaron por una fase de geminadas palatalizadas /njnj/ etc. que evolucionaba de distinta manera dependiendo de la vocal anterior. Si se trataba de una vocal no palatal, i. e. /a/ y /o/, la primera parte de la consonante geminada palatalizada formaba - 17 © 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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un diptongo con la vocal anterior, mientras que la segunda acababa despalatalizando. Por el contrario, cuando la vocal precedente era de articulación palatal, i.e. /e/ o /i/, tenía lugar una disimilación que provocaba la despalatalización de la geminada. Esta geminada (al igual que la procedente de la asimilación de *-ns-, etc.) terminó por simplificarse en todos los dialectos excepto en lesbio y tesalio. A su vez, *-li8- habría evolucionado en todos los dialectos a /ljlj/ y luego se habría despalatalizado en /ll/, salvo en chipriota. Para los defensores de esta teoría, como /u/ no es una vocal palatal, el desarrollo de *-uni8-
fue semejante al de *-ani8-, etc., pero el diptongo
resultante se contrajo en época temprana, ojlofuv–rw < *ojlofuivrw, incluso en lesbio, donde las formas con -urr-, -unn- deben interpretarse como hipereolismos creados por los gramáticos (Ruipérez 1972). *-ani8- > *-eni8- >
/anjnj/ > /anjnj/ > /enjnj/ > /enn/ >
/enn/
/ain/ /enn/ /e:n/
(todos los dialectos) (lesbio y tesalio) (resto de dialectos)
Esquema 1. Evolución de los grupos *-ni8- etc. Hipótesis A Según otros (Hipótesis B, ver el esquema 2), mientras que en la secuencia *-ani8etc. tuvo lugar una metátesis o epéntesis de la semiconsonante sin geminación a través de la palatalización de la consonante, en *-eni8- etc. la evolución es semejante a la de *-ns-, etc. (cf. Tema 10 de Fonética): en lesbio y tesalio hubo geminación, mientras que en el resto de dialectos la semiconsonante desaparece y provoca el alargamiento de la vocal anterior. *-ani8- > *-eni8-
/anjj/ > /enjj/
/ain/ /enjnj/ > /e:n/
/enn/
(todos los dialectos) (lesbio y tesalio) (resto de dialectos)
Esquema 2. Evolución de los grupos *-ni8- etc. Hipótesis B A pesar de los evidentes atractivos de la primera hipótesis, pues explica de forma unitaria y por fragmentación sucesiva los resultados dialectales, se enfrenta a varios inconvenientes. En primer lugar, resulta imposible explicar desde un punto de vista estrictamente fonético por qué /ljlj/ y otras geminadas no palatalizadas habrían escapado a la degeminación con alargamiento compensatorio. En segundo lugar, no hay paralelos en otras lenguas de una degeminación que provoque un alargamiento compensatorio de la vocal anterior. Por el contrario, la metátesis o epéntesis sin geminación está presente en la evolución de otras lenguas, cf. area(m) > gallego eira (esp. era), lat. -ariu(m) > gallego -eiro (esp. -ero). Por otro lado, en estas secuencias el alargamiento compensatorio y la geminación no están relacionados en absoluto con la palatalización, sino con la pérdida de la semiconsonante /j/. Ambos procesos cuentan - 18 © 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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con paralelos, además de en otras lenguas, en griego antiguo, cf. por ejemplo la evolución de *-ru8- etc. en § 3.3.3. 7.2. Sibilante + *-i8La evolución de *-si8- ha sido tratada por extenso en el Tema 10 de Fonética, cf. a modo de ejemplo opt. *h1s-i8eh1-m > *ehi8e@m > *ei8i8e@n > ei[hn, gen. sg. -osi8o > hom. -oio, etc. 7.3. Oclusiva labial + *-i8Un grupo de labial seguida de *-i8- presenta en todos los dialectos el mismo resultado, cf. *skep-i8e/o- > skevptomai (cf. skop-ov"), *klep-i8e/o- > klevptw (cf. klop-hv). A pesar de que no existen testimonios directos que muestren el comportamiento de *-p(h)i8- en micénico, como prueba qavptw < *thaph-i8e/o (y no **tavptw, cf. tavf-o"), *-p(h)i8- > /pt/ tuvo lugar con anterioridad a la ley de Grassmann, proceso que se fecha con seguridad en el periodo postmicénico (cf. Tema 8 de Fonética). Aunque las fases intermedias son discutidas, la evolución no es desconocida en otras lenguas, cf. retorromano saptia < lat. sapiat, etc. 7.4. Evolución de *(-)di8-, *(-)g(u8)i8Los distintos grupos heredados de una oclusiva sonora no labial seguida de *-i8evolucionan del mismo modo, y el resultado de su desarrollo se nota en ático mediante el signo z-. •
Ejemplos de *(-)di8- hay en inicial, cf. *di8e@us > Zeuv", y en posición interior, en verbos primarios, cf. o[zw < *od-i8o- (: ojdmhv), e{zomai < *sed-i8o- (: e{d-o") y en denominativos en -ivzw, -avzw < *-d-i8e/o-, cf. ejlpivzw < *u8elp-id-i8e/o- (: ejlpivdo") y en algunos sustantivos aislados como pezov" < *pedi8-o- (probable hipóstasis a partir de una antigua forma adverbial *ped-i).
•
*-gi8- y *-gu8i8- se confunden y dan lugar al mismo resultado (vid. Tema 9 de Fonética), cf. en posición inicial zwvw < gu8i8o@-, cf. ejbivwn, y en posición interior denominativos como rJevzw < *u8reg-i8o-, cf. (¸)evrgon y en comparativos, cf. jon. mevzwn < *meg-i8os-, cf. mevga".
Estos dos grupos coinciden con la evolución de *i8- en posición inicial (cf. § 6.1). En micénico el resultado se nota mediante los signos de la serie -z-, cf. to-pe-za < *tr9-pedi8a, travpeza, wi-ri-za, rJivza, cf. lat. rad-ix, me-zo < *meg-i8os-, wo-ze < *u8r9g-i8e/o-, etc. den posición inicial y -dd- en posición intervocálica se testimonian con seguridad en - 19 © 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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beocio, cf. grammativddonto" (= grammativzw), Deuv" (= Zeuv"), en el tesalio de la Tesaliótide, cf. ejxxanakavd(d)e–n (= ejxanagkavzein), en eleo, cf. dikavd(d)oi (= dikavzoi), en cretense, cf. ¸ergavdde(q)qai (= ejrgavzesqai), Dh'na (= Zh'na) y en laconio, cf. mikiciddovmeno", aunque en laconio y cretense hay ejemplos arcaicos de notación mediante -z-, cf. cret. ¸ergazeª---º y lac. carizovmeno". En lesbio literario se documenta la notación -sd-, cf. brivsda (= rJivza), frontivsdhn (= frontivzein), etc. El hallazgo de ojstrakivd(d)o– en un óstrakon ateniense muestra una variante rural ática compartida con el beocio (cf. Colvin 2004), algo no inesperado si tenemos en cuenta la isoglosa común entre ambos dialectos en el caso de -tt- < *-t(h)i8- heteromorfemático (para este término, cf. § 7.5.1). En eleo y cretense, -dd- se ensordece con posterioridad en -tt-, cf. cret. frontivttw, Thvna, el. nostivttw, ajttavmio" (= ajzhvmio"). Se han dado diversas explicaciones para la evolución de estos grupos y su relación con la de *i8- inicial. Según la primera hipótesis (Lejeune 1972, Hipotesis A en el esquema 3), *-di8-, *-g(u8)i8- y *i8- coincidieron en una primera fase /dj/ (dental sonora palatalizada), que evolucionó a una africada sonora /dz/. Esta evolución se encuentra en otras lenguas del mundo, cf. lat. iugu(m) > esp. yugo /"dZuYo/ y podiu(m) > poyo /"podZo/. Esta africada simple habría experimentado en época de comunidad dialectal un proceso de metátesis (cf. infra) y a partir de /zd/ los dialectos evolucionaron diversamente. /zd/ *-di8-
/dz/
/zd/ /dd/
Esquema 3. Evolución de *-di8-, etc. Hipótesis A En jónico-ático y lesbio /zd/ se conservó, aunque con posterioridad este grupo evolucionó a /zz/ por asimilación perseverativa, dando lugar a una sibilante sonora geminada /zz/, precursor inmediato de la /z/ sonora del griego actual. Testimonio de esta pronunciación son las notaciones -zm- por -sm- (cf. Tema 10 de Fonética). Pero en los dialectos con -dd- el grupo se habría alterado mediante una asimilación anticipatoria /zd/ > /dd/. Además del testimonio de algunos gramáticos tardíos, la metátesis /dz/ > /zd/ se ve respaldada por argumentos lingüísticos bastante concluyentes: •
los resultados de *(-)di8- etc. coinciden con el de *-sd-, como demuestra el hecho de que en ático se noten de la misma forma, cf. i{zw < *si-sd-e/o-, o[zo" < *osd-o. - 20 © 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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•
∆Aqhvna-ze, Qhvba-ze proceden de la evolución *-ans-de > /-azde/, y por tanto -z- sólo puede notar /zd/.
•
al entrar en composición con palabras con st- y z- iniciales, el preverbio suno pierde en ambos casos la nasal, cf. suvn + stavsi" > suvstasi" y suvn + zh'n > suzh'n. Los presentes como plavzw < *plang-i8o- y salpivzw < *salpingi8o- presentan igualmente la pérdida de /n/, por lo que necesariamente deben de haber atravesado una fase *plan-zd-e/o- y *salpin-zd-e/o- y por tanto, la metátesis /dz/ > /zd/ resulta ineludible.
•
la notación de las formas persas con /zd/ mediante -z- en la prosa ática, cf. ∆Artavozo" = Artavazda, etc.
•
el dígrafo -sd- del lesbio literario, empleado para los resultados de *(-)di8- etc., cf. brivsda = rJivza, etc.
Sin embargo, aunque esta metátesis resulta un hecho incuestionable en jónicoático y en lesbio, no tuvo lugar ni en época de comunidad dialectal ni en todos los dialectos, como prueban los siguientes hechos: •
cret. salpivnden demuestra que el grupo nunca ha pasado por una fase /nzd/ en este dialecto, o de lo contrario encontraríamos *salpivden.
•
en cretense arcaico -z- se emplea tanto para el resultado de *-di8- etc. como el de *-t(h)i8- (cf. § 7.5.6a), lo que invita a pensar que el signo notaba una variante sonora y sorda de un mismo fonema o grupo. Puesto que /st/ es un resultado impensable para *-t(h)i8- , -z- no puede notar /zd/ en cretense.
•
en osco y umbro el signo convencionalmente transcrito como -z- deriva de ãzà y nota un sonido africado /ts/ (cf. osco húrz < *horts < *hortos), lo que prueba claramente que los griegos que transmitieron la escritura a los habitantes de Italia contaban entonces en su dialecto con un sonido /dz/, para el que empleaban el signo ãzÃ. /zd/ *-di8-
/dz/ /dd/
Esquema 4. Evolución de *-di8-, etc. Hipótesis B Estos contrargumentos han llevado a una ligera reformulación de la hipótesis expuesta (Brixhe 1996, Hipótesis B en el esquema 4), siempre partiendo de una evolución protohistórica /dj/ > /dz/. Mientras en algunos dialectos, como el ático, tuvo lugar la interversión del grupo que dio lugar a /zd/, en otros /dz/ se asimila - 21 © 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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directamente a /zz/. Finalmente, en otros dialectos el grupo /dz/ evoluciona por asimilación perseverativa a /dd/. Con todo, tampoco la última hipótesis resuelve todos los problemas, entre los cuales debemos destacar que la evolución /dz/ > /dd/ no parece ser un cambio fonético natural (todo lo contrario que /zd/ > /dd/, pero ya hemos visto que no todos los dialectos pueden haber pasado por esta fase). Por tanto se ha propuesto una tercera hipótesis (Risch 1979, Méndez Dosuna 1991-1993, Hipótesis C en la el esquema 5), según la cual, todos los segmentos coinciden en una fase de oclusiva dental palatalizada geminada /djdj/ en posición intervocálica y simple en posición inicial absoluta. La geminada intervocálica, a pesar de las apariencias, no estaba provocada por la palatalización, sino por la silabación originaria de los grupos (cf. Tema 8 de Fonética). /djdj/
*-di8-
/ddz/
/zd/
/dd/ Esquema 5. Evolución de *-di8-, etc. Hipótesis C Pruebas directas más o menos fiables de una fase primitiva con un segmento palatalizado son: •
en micénico los silabogramas de la serie -za- etc., que aparecen para el resultado de *(-)di8- etc., se emplean también para notar la palatalización contextual de una oclusiva velar en la secuencia /ske/, cf. a-ze-ti-ri-ja vs. ake-ti-ri-ja.
•
en cretense, las inscripciones más arcaicas emplean -z- para la palatalización esporádica de una velar, cf. ¸oizh'a < ¸oikh'a y hjlizivai < h[ ajlikivai.
•
en laconio y cretense, la grafía arcaica ãzà prueba una fase /djdj/ previa a la gemina -dd- en época histórica, dado que una equivalencia ãzà = /(d)dz/ es improbable, pues la evolución /(d)dz/ > /dd/ no es natural.
Según los partidarios de esta explicación, a partir de esta fase /djdj/ entre vocales y /dj/ en posición inicial y tras consonante, tenía lugar o bien una simple despalatalización, dejando como resultado respectivamente /dd/ y /d/ en los dialectos con -dd- o d-, o bien una evolución a una africada geminada /ddz/ y simple /dz/, con la subsiguiente evolución a /zd/ en jónico-ático y en lesbio. En los demás dialectos no es fácil determinar el desarrollo, puesto que ãzà puede notar tanto una africada /(d)dz/ como la variante con metátesis /zd/. - 22 © 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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7.5. Evolución de *(-)t(h)i8-, *(-)k(h)(u8)i87.5.1. *-t(h)i8- entre vocales Para el grupo intervocálico *-t(h)i8- encontramos tres resultados distintos en el primer milenio: •
-s- sólo aparece en jónico-ático y arcadio en un grupo reducido de palabras: jón.-át. o{so" < *(H)i8ot-i8o-, jon. o[son, eub. oJ-povrai < oJ-povsai (con rotacismo), y jón.-át. mevso" < *medhi8-o-, arcad. mesakovqen.
•
-ss- se testimonia en todas las palabras sin excepción en la mayor parte de los dialectos dorios y en lesbio y tesalio, cf. *methi8o- > lesb., heracleota, argivo mevsso", tesalio o{ssaper, dór. o{sso". En los femeninos en *-i8a, cf. part. pres. fem. de eijmiv *h1es-n9t-i8a > dor. e[assa, cir. kat-ivassa; de eJkwvn *u8ek!-n9t-i8a > cir. e{kassa, de *-u8et-i8a > panf. timav¸es(s)a, etc. También aparece en jónico y arcadio, pero exclusivamente en tres categorías morfológicas: i) presentes sufijados en *-i8e/o-, tipo koruvssw (cf. kovruq-o"), ii) femeninos en *-i8h2, como mevlissa (cf. mevlit-o"), y iii) comparativos en *-i8os-, cf. jon. krevsswn (cf. kravt-o").
•
-tt- se documenta fundamentalmente en beocio y cretense en todas las palabras, cf. cret. mevtton, ijavtta", beoc. mevttw, oJpovtta, cariv¸ettan. En ático y euboico sólo aparece -tt- en las categorías antes mencionadas, cf. át. koruvttw, mevlitta, eub. Mevlitta, át. kreivttwn.
El resultado de *-t(h)i8- ofrece un paralelismo evidente con dos grupos en los que interviene una sibilante. Coincide con *-ts- en todos los dialectos, cf. lesb. dat. pl. de pouv", possiv(n) < *podsiv, heracl. ejdassavmeqa, argivo eJssavmenoi < *sed-s-, cirenaico i{ssanto < *si-sd-s-, cret. davttaqqai < *dat-s-, beocio ejyafivttato, etc. En jónicoático y en arcadio, el resultado es -s-, cf. ejdivkasa, arcadio davsasqai, fugavsi < *fugavd-si, etc. *-ss- por su parte coincide en casi todos los dialectos con el resultado de *-t(h)i8-: -s- en jón.-át. ático gevnesi y probablemente en arcadio, aunque no hay ejemplos seguros, y -ss- en casi todos los demás dialectos, fut. e[ssontai, 2ª sg. dor. ejssiv, dat. pl. "eolio" -essi, etc., excepto en cretense y beocio donde hay diferencia entre -tt- (< *-t(h)i8-) y -ss- (< *ss-), cf. beocio dat. pl. -essi, fut. e[sseth (= e[setai), cretense sunessevomai, etc.
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El texto homérico presenta una variación -s-/-ss- en las palabras como mevs(s)o", o{s(s)o", que también se da en el producto de *-ts- y de *-ss- (cf. Tema 10 de Fonética), que los aedos emplean indistintamente por conveniencias métricas. Esto puede reflejar la competencia entre un arcaísmo y la evolución posterior o un préstamo de la lengua poética eolia. 7.5.2. *-k(h)(u8)i8- entre vocales Los resultados del grupo intervocálico *-k(h)(u8)i8- muestran una distribución parecida a los de *-t(h)i8-, excepto que no existe nunca -s- en los dialectos meridionales: •
-ss-: jon. khruvssw (cf. khvruk-o"), ejlavsswn (cf. ejlac-uv"); relacionado con el adverbio h\ka, comp. *he@k-i8os- > arc. h|sson, hom. h{sswn; con ajllacou`, *allakh-i8o/e- > arcad. katal(l)avsse–, jón. katallavssw; etolio diafulavssein (cf. fuvlak-o"), Cos karuvssonti, ejlavssono", selinuntio glo's(s)an (cf. glw'c-e"), lesb. karussevtw etc.
•
-tt-: beoc. diafulavtti (= diafulavttei), ático khruvttw, ejlavttwn, glw'tta.
Muchas veces se pone como ejemplo del tratamiento de *-k(h)(u8)i8- el verbo át. pravttw, jon. prhvssw, beoc. pravttw, selinuntio pravs(s)w, etc. Sin embargo, la raíz no presentaba originariamente una sorda *-k- final, sino una sorda *-g-, como demuestran cret. pravddw (posteriormente pravttw), rodio ejsªpºravzen
( = eijspravttein;
no
ejsªpºravten, cf. Méndez Dosuna 2005) y el perfecto pev-pra–g-a. Con todo, en los dialectos en los que no hay ejemplos del tratamiento de *-k(h)(u8)i8-, este verbo es un testimonio seguro de la evolución del grupo, p. ej. eub. prhvttw, tes. pravssw, puesto que la terminación de presente -ttw o -ssw < *-k(h)(u8)-i8e/o- es indispensable para que haya tenido lugar la ecuación analógica causante del cambio *pravzw → pravttw (ejfuvlaxe : fulavttei :: e[praxe : x, donde x = pravttei). La variación -ss-/-tt- se aprecia también en un número considerable de palabras procedentes del sustrato pregriego, tanto en nombres comunes, cf. kupavrisso"/kupavritto", qavlassa/qavlatta, como en topónimos y antropónimos, cf. ÔAlikarnassov", Lukabhttov", etc. Es verosímil que la lengua de la que se tomaron estas palabras tuviera un sonido cercano a algunas de las fases de la evolución de *t(h)i8- y *-k(h)(u8)i8-. La variante -ss- por la esperable -tt- en en la prosa ática del s. V a. C. es una concesión a los usos literarios jonios. - 24 © 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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7.5.3. -*t(h)i8- y *-k(h)(u8)i8- tras consonante, vocal larga o diptongo -*t(h)i8- y *-k(h)(u8)i8- tras una consonante da como resultado -s-, incluso en aquellos dialectos con -tt- < -*t(h)(+)i8- y *-k(h)(u8)i8- intervocálicos, cf. dixov" < *dikhth-i8o-, cf. dicq-av, participios femeninos -onsa,
-wsa,
-ousa
< *-ont-i8h2, etc. (para los distintos
resultados, cf. Tema 3 de fonética), comparativo dor. kavrswn, kavrrwn < *kart-i8os-. Se ha pensado en una evolución semejante a la intervocálica a partir de cret. kavrt-ona" = kreivttona" < *kart-i8os-, con -t- como mevtto" < *medhi8-o-, y de jon. a[sswn < *an-ssos< *ankh-i8os- (cf. a[gc-i) con -ss- como khruvssw. Sin embargo, como demuestra el propio vocalismo *kart- (frente al esperable kret-, cf. krevsswn), -t- es analógico de kavrto" (= kravto"), karterov", etc., y jon. a[sswn es una refección analógica sobre qavsswn < *thakh-i8os- (con el vocalismo de tac-uv" < *thakh-u-, por el esperable **qeivswn < *thens-oh-), como demuestran lac. y el. a[sista, cuya -s- sólo puede explicarse a partir de *a[swn < *ankh-i8os-. En micénico, el resultado se nota con -sa-, cf. pa-sa, probablemente /pansa/. Este resultado también se testimonia en el caso de *-ts- y *-sstras vocal larga, diptongo o consonante (cf. Tema 10 de Fonética), incluso en cretense y beocio, cf. cret. ejpe–vleusan < *ejp-hvleuq-san, frente a davttaqqai tras vocal breve, cret. dat. pl. ejpibavllonsi < *ejpibavllont-si (át. ejpibavllousi), cret. me–nsiv < *mhns-siv. Aunque en los manuales suele citarse como un tratamiento pandialectal, *-t(h)i8tras una vocal larga o diptongo evoluciona a una -s- simple realmente en los dialectos meridionales exclusivamente, a juzgar por la correspondencia át. bh'sa, dor. ba'ssa < *gu8a@th-i8h2 (cf. bevnqo", etc.) y también jón.-át ai\sa < *ait-i8h2 (cf. aijt-evw), etc. Todos los ejemplos de *-k(h)(u)8 i8- tras una vocal larga o diptongo muestran siempre -ss- o -tt-, cf. leuvssw < *leuk-i8e/o-, etc., comparativo h{sswn, cf. h\ka. 7.5.4. *t(h)i8- y *k(h)(u8)i8- en posición inicial El grupo *t(h)i8- en posición inicial aparece en todos los dialectos representado mediante s-, cf. ti8egu8- > sevbomai, *thi8a@- > dor. sa`ma, beoc. Ssamov–, jón.-át. sh`ma. La secuencia *k(h)(u8)i8- en este contexto tiene el resultado simple correspondiente a la geminada en posición intervocálica: s- en los dialectos con -ss- y t- en los dialectos con -tt-. Así lo prueban las correspondencias át. thvmeron vs. jon. shvmeron < *ki8a@mero-, compuesto de *kio y oaJmer-, cf. lat. ci-ter), beot. tav vs. meg. sav (cf. lat. quia). En composición, aparecen -ss- y -tt-, cf. hom. ejpi-sseuvesqai, át. a{tta < *haki8a.
Sin embargo, beoc. saveto" < *ki8a@u8etos- (originariamente *ki-u8etos-, por - 25 © 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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contaminación con *ki8-a@mero- > thvmeron), donde esperaríamos *tavete", cf. dor. sa`te", parece indicar que a veces el grupo evolucionaba como *-k(h)(u8)i8- tras consonante. 7.5.5. Interpretación de la evolución de *-t(h)i8- y *-k(h)(u8)i8Se admite universalmente que la evolución de *-k(h)(u8)i8- y *-t(h)i8- parte de una palatalización de la oclusiva en contacto con la semiconsonante, que posteriormente da lugar a un proceso de africación y uno de asibilación aún más tarde y sólo en algunas variedades. Dejando de lado el caso particular del doble tratamiento de *-t(h)i8en los dialectos meridionales (cf. § 7.5.1), los estudiosos se dividen en dos corrientes (los detalles de las teorías son muy variados y el esquema expuesto aquí está necesariamente simplificado, cf. del Barrio Vega 1990). Según algunos (Hipótesis A, ver esquema 6), *-t(h)i8- y *-k(h)(u8)i8- habrían evolucionado a -ts- en la mayoría de los dialectos. Luego, en unos /ts/ pasó a /ss/ por asimilación regresiva, mientras que en beocio y cretense habría tenido lugar una asimilación progresiva a /tt/. *-t(h)i8*-ts-
/ss/ /ts/
*-k(h)(u)8 i8-
/tt/ (h)
Esquema 6. Evolución de*-t i8- y *-k(h)(u8)i8-. Hipótesis A Para otros (Hipótesis B, ver esquema 7), el estadio en que habrían coincidido ambos grupos fue /tjtj/, una oclusiva geminada palatalizada, cuya evolución es la que da lugar a los distintos resultados históricos. El estadio anterior a todos los dialectos con -ss- habría sido una africación /tjtj/ > /tts/, mientras que en los dialectos con -ttsimplemente se ha producido la despalatalización /tjtj/ > /tt/, semejante a a la de /djdj/ > /dd/ vista en § 7.4. Esta teoría supone que *-ts- originario en una fase probable /tts/ se confundió por proximidad acústica con /tjtj/, para que ambos resultados pudieran coincidir en cretense y beocio. Esta segunda teoría cuenta con dos argumentos a su favor: *-t(h)i8*-ts*-k(h)(u8)i8-
/tts/ > /ss/ /tjtj/ /tt/ (h)
Esquema 7. Evolución de*-t i8- y *-k(h)(u8)i8-. Hipótesis B
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•
como se ha visto en § 7.4, el valor de -z- (usado para *-t(h)i8-, cf. o[zoi = o{ssoi) en cretense parece más próximo a una oclusiva palatalizada.
•
al igual que en el caso de *-di8- > /dz/ > /dd/, la asimilación /ts/ > /tt/ no es un proceso fonético natural.
-k(h)(u8)i8- y *-t(h)i8- tras consonante tendieron rápidamente a la asibilación en todos los dialectos (cf. § 7.5.3), como demuestra la evolución *pant-i8a en ático y euboico pa'sa, beocio pa'sa y cretense pavnsa, y no *pavnta como sería de esperar a juzgar por -tt- < *-t(h)i8- en posición intervocálica. 7.5.6. Cronología de la evolución de *-t(h)i8- y *-k(h)(u8)i8La cronología de la evolución de estas secuencias se obtiene de las siguientes pruebas: a) la notación de los resultados en los dialectos del I milenio; b) la evolución de los grupos en los dialectos meridionales; c) la notación de los resultados en micénico; d) la cronología relativa con respecto a la ley de Grassmann. a) Cronología y notación de los resultados en los dialectos del I milenio En cretense las inscripciones más arcaicas no distinguen gráficamente los resultados de *-di8- etc. (cf. § 7.4) de los de *-t(h)i8- (y verosímilmente de *-k(h)(u8)i8-, aunque de momento no hay testimonios seguros), cf. o[zoi = o{ssoi, más tarde o[tton. Así pues, el uso de -z- en Creta para el resultado de *-t(h)i8- refleja un estadio aún más arcaico, que luego evoluciona a -tt-. A partir del s. V a. C., pero sobre todo posteriormente, -qqaparece como reflejo de *-t(h)i8-, cf. ojq(q)avªkiº" = oJsavki", portivaqqan = prosou'san. Esta notación -qq- coincide en Creta con la de -sq-, cf. inf. med. -qqai = -sqai, etc. En el jonio minorasiático se emplean los signos o (sampi) para la notación del resultado *-k(h)(u8)i8-, cf. ejlavtono" = ejlavttono", y en algunas palabras con ss-/-tt- originariamente no griegas, cf. ÔAlikarnatevwn = ÔAlikarnassevwn, etc. El uso del signo también se documenta para el resultado de *-t(h)i8- > -ss- en dialectos no meridionales, gracias al testimonio de la inscripción monetal Metambrianw'n por Mesambrinw'n de Mesambria del Ponto, colonia megarense. En panfilio se emplea el signo para el resultado de *-k(h)(u8)i8-, cf. HavnaTa < *u8anak-i8a (no **u8anakt-i8a, cf. infra c). Aunque el origen de , y es discutido, su empleo muestra que en época temprana existió un sonido anterior a -ss-. Puesto que se emplea también en Jonia para el resultado de *-tu8-, cf. tevtara" = tevttara", el sonido era verosímilmente una africada /tts/, y no una geminada palatalizada como en cretense. - 27 © 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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b) Cronología y evolución de los grupos en los dialectos meridionales La cuestión más interesante para la cronología la plantean los dialectos meridionales, pues, al contrario que el resto de dialectos, *-t(h)i8- y *-k(h)(u8)i8- presentan dos resultados distintos, tovso" vs. fulavttw / fulavssw, y además, no todas las secuencias de *-t(h)i8presentan el mismo resultado, tovso" vs. koruvttw / koruvssw. El primer problema (tovso" vs. fulavttw / fulavssw) se explica fácilmente admitiendo que hubo dos procesos de palatalización-africación cronológicamente diferentes. Mientras el primero afectó exclusivamente a *-t(h)i8-, cuya evolución regular era /tts/ > /ss/ > /s/, el segundo alcanzó exclusivamente a *-k(h)(u8)i8-. La idea de que *t(h)i8- se vio afectada antes por la palatalización-africación encuentra apoyo en tres hechos: •
teniendo en cuenta que en griego meridional la secuencia *-ti ha sufrido un proceso de asibiliación también provocada por la palatalización, y puesto que de forma natural /j/ es más proclive a la coarticulación que /i/, naturalmente la secuencia *-t(h)i8- ha tenido que evolucionar al mismo tiempo o incluso antes que *-ti. Esta asibilación de *-ti es un proceso común a todos los dialectos meridionales y anterior al testimonio de las tablillas micénicas (cf. Tema 10 de Fonética).
•
la africación de *-t(h)i8- coincide en el tiempo con la evolución regular de *-ts- > /ss/ > /s/ y de *-ss- > /s/, reducción que debe ser bastante antigua, pues es común a todos los dialectos meridionales. Sin embargo, el resultado -ss- de *-k(h)(u8)i8- intervocálico (nunca -s-) producto también de una evolución /tts/ > /ss/, debe de ser necesariamente posterior al paso /ss/ > /s/.
Para resolver el segundo problema (tovso" vs. koruvttw / koruvssw), dos son las teorías propuestas. Para unos (Risch 1979), en la primera oleada se ven afectadas las secuencias de *-t(h)i8- homomorfemático, es decir, aquellas secuencias donde /t(h)/ y /j/ no están separadas por una frontera de morfema, como *toti8o-, *medhi8o-, etc. Cuando entre *-t(h)- y -i8- existía una frontera morfológicamente identificable, como en los presentes en *-i8e/o-, los femeninos en *-i8a- y los comparativos en *-i8os-, la africación no tenía lugar y el grupo se mantuvo intacto hasta el momento de la segunda oleada, donde se unió a las secuencias de *-k(h)(u8)i8- etc. Para otros (Ruijgh 1985), la primera oleada de palatalización consistió en la africación de todas las secuencias de *-t(h)i8-, independientemente de la palabra. Posteriormente a este proceso la analogía provocaba que en las categorías mencionadas se restauraran las secuencias *-t(h)i8-. Así, por ejemplo, como *toti8o-, - 28 © 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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*eret-i8e/o- siguió la evolución *eretse/o- > *eresse/o-, pero a partir de derivaciones transparentes como *phulak-os → *phulak-i8e/o-, *elpid-os → *elpid-i8e/o-, *angelo- → *angel-i8e/o-, etc. se crea analógicamente un presente *eret-i8e/o- ← *eret-a@-, desechando el resultado fonético regular. Estos nuevos grupos de *-t(h)i8- nuevamente creados experimentan junto a *-k(h)(u8)i8- la segunda oleada de palatalización-africación. c) Cronología y notación de los resultados en micénico El micénico nos da algunas pistas sobre la prehistoria de estos grupos, pues to-so = tovso" con *-t(h)i8- homomorfemático y pe-de-we-sa con *-t(h)i8- heteromorfemático se notan con el mismo símbolo, aunque esto no quiere decir que reflejen el mismo sonido. to-so podría esconder una sibilante geminada o simple., i. e. tovs(s)o" (situación semejante a la testimoniada por la épica homérica), y pe-de-we-sa podría reflejar una sibilante geminada, como en arcadio, o aun una africada geminada. En segundo lugar, para algunos *-t(h)i8- y *-k(h)(u8)i8- se notarían en micénico con grafías distintas (sV para el primer grupo, zV para el segundo), mostrando así una confirmación positiva de la doble palatalización (Crespo Güemes 1985, cf. Tabla 3). Según esta visión de los hechos, el proceso por el que *-t(h)i8- heteromorfemático y *k(h)(u8)i8- han coincidido ha tenido lugar en época posterior al testimonio micénico. *-t(h)(+)i8a-pe-a-sa pe-de-we-sa to-so me-sa-to
*-k(h)(u8)i8su-za ka-zo-e za-we-te Tabla 3
No obstante, esta explicación queda en entredicho por wa-na-so-i, dativo dual de ¸avnassa, y no **wa-na-zo-i, notación esperable siguiendo a los que creen que la evolución de *-k(h)(u8)i8- se nota sistemáticamente con los signos de la serie -za- etc. Es cierto que, puesto que el masculino en micénico es wa-na-ka-te con /kt/, se ha intentado explicar wa-na-so-i como el resultado de *u8anakt-i8a > *u8ana(t)t-i8a, pero no hay ninguna otra prueba de tal evolución. De hecho, lo que esperaríamos si la protoforma hubiera sido *u8anakt-i8a sería **¸avnaxa, cf. dixov" < *dicqi8o-. Resulta más convincente y más simple que wa-na-so-i derive de *u8anak-i8a-, con la variante *u8anakde la raíz, cf. ¸avnake". Así pues, wa-na-so-i y pe-de-we-sa confirmarían que el proceso por el que *-k(h)(u8)i8- y *-t(h)i8- heteromorfemático han confluido, había tenido lugar ya a finales del II milenio y que en algunas variedades como el micénico la innovación había alcanzado ya un estadio de africada /tts/. - 29 © 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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Origen *-t(h)i8- > *-t(h)+i8- > *-k(h)(u8)i8- > *i8- > *-gi8-, *-di8- > *ki(i8)- > *-ki(i8)- >
Grafía to-so, me-sa-to a-pe-a-sa wa-na-so-i ze-u-ke-si me-zo-e, to-pe-za za-we-te ka-zo-e, su-za
*-ske- >
a-ze-ti-ri-ja
Pronunciación probable Africada sorda / Sibilante -s(s)Oclusiva palatalizada sonora
Oclusiva palatalizada sorda reciente Tabla 4
Teniendo en cuenta que los signos de la serie zV pueden notar el resultado de una palatalización de la velar sorda ante /i/ o /e/, como prueban las alternancias a-zeti-ri-ja vs. a-ke-ti-ri-ja, ze-i-ja-ka-ra-na vs. ke-i-ja-ka-ra-na, las formas su-za, ka-zo-e y za-we-te se explican mejor como reflejo de un proceso propio del micénico por el que secuencias antiguas *-ki(i8)V- o *-gi(i8)V- han pasado a /kj/ y /gj/ y luego se han palatalizado (cf. § 9), y consecuentemente no son ejemplos válidos de la evolución de *-k(h)(u)8 i8- heredado (¡cuyo único ejemplo seguro es wa-na-so-i!). No en vano, a su-za y ka-zo-e les corresponden en el griego del I milenio variantes con /i/ vocálica, cf. sukiva o sukeva y kakivwn, mientras que kudi-avneira, ajrgi-ovdonte", etc. muestran que el hiato originario supuesto para *ki(i8)a@wetes- es la norma en este tipo de compuestos, y por tanto za-we-te no es una prueba directa del desarrollo de *ki8- originario. Si ka-za es una variante de ka-ki-jo cavlkio" (= cavlkeo"), confirmaría el carácter reciente de esta palatalización. La tabla 4 resumen la hipótesis más verosímil sobre la situación micénica. d) Cronología relativa con respecto a ley de Grassmann Como prueba la evolución particular de qavsswn < *thakh-i8os-< *dhn9kh-i8os- (cf. tac-uv") la generación de la geminada palatalizada /tjtj/ o africada /tts/ ha debido de tener lugar antes de la disimilación de aspiradas, que tuvo lugar en época postmicénica (ley de Grassmann, cf. Tema 8 de Fonética) o de lo contrario encontraríamos **tavsswn. 8. Evolución de *-tu8El grupo *-tu8- debe ser tratado junto con *-k(h)(u8)i8- y *-t(h)i8- en tanto que presentan parcialmente el mismo comportamiento. •
-ss-: jon. tevssere", arcadio, dorio, jonio h{misso" < *h{mit¸-o-, cf. jón.-át. h{misu" < *h{mitu" - 30 © 2008, E-Excellence -www.liceus.com
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•
-tt- exclusivamente en ático tevttare", beocio ˙ev–mitta, pevttare" y tesalio pettarou'n. La isoglosa *-tu8- > -tt- está restringida únicamente a la Grecia Central.
En posición inicial *tu8- evoluciona en todos los dialectos a s-, incluso en ático, beocio y cretense, cf. los antropónimos áticos en -sao", el beocio Sau-kravte–" y en Creta el adjetivo so–melev" y el antropónimo So–vtimo", todos ellos relacionados con la raíz *tu8au8o-. Según la teoría tradicional, *-tu8- habría coincidido con el resultado de *-t(h)i8- y *-k(h)(u8)i8- en la fase /ts/, dando lugar a una asimilación progresiva /tt/ o regresiva /ss/, dependiendo del dialecto. Sin embargo, esta idea se enfrenta a varios problemas: •
ya se ha visto que una evolución /ts/ > /tt/ no es fonéticamente natural (cf. § 7.5.5).
•
la diferencia de resultado en el dialecto tesalio, donde constrastan los resultados de *-t(h)i8-, cf. o{ssaper, *-k(h)(u8)i8-, cf. pravssoun y de *-tu8-, cf. pettarou'n es indicio de que estos grupos no coincidieron en /tts/ en todos los dialectos.
•
el resultado s- < *tu8- en inicial contrasta con el resultado -tt- entre vocales en ático y beocio, lo que invita a pensar que la africación y la geminación no eran hechos necesariamente concomitantes.
Los resultados pueden explicarse fácilmente admitiendo que en los dialectos griegos tuvieron lugar dos evoluciones distintas del grupo: •
GEMINACIÓN.
No pocas lenguas ofrecen casos de geminación de una
consonante en contacto con una semiconsonante labiovelar, cf. para el mismo grupo lat. quattuor < *ku8etu8o@r, osco dekkvirarím 'Decurialem', lat. potui > italiano potti, etc., y hemos visto también la geminación de una /r/ seguida de *-u8- en griego (§ 3.3.3). •
AFRICACIÓN.
Aunque menos frecuente que ante su correlato palatal, es
posible encontrar casos de africación de oclusivas dentales ante una semiconsonante labiovelar, como por ejemplo en lomongo (lengua bantú), donde el afijo /w/, marca de pasiva, es el causante de la aparición de la africada dental, cf. activa mat-a 'comprar', pasiva mats-w-a, kund-a 'enterrar', pasiva kundz-w-a.
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Aunque *-t(h)i8- y *-k(h)(u8)i8- aparecen ya evolucionados en micénico (cf. § 7.5.6c), no hay rastro de esta evolución en micénico, cf. o-da-twe-ta y o-da-tu-we-ta /odatwenta/ (§ 3.3.1). 9. Nuevas semiconsonantes /j/ y /w/ en época histórica En época histórica existen algunos fenómenos que dan lugar a una nueva /j/ no heredada: •
/i/ ante vocal puede perder su silabicidad y transformarse en /j/ (recuérdese que /j/ no es sino una /i/ muy breve, cf. § 1). El proceso se aprecia fundamentalmente
en
los
textos
métricos,
donde
-i-
no
cuenta
métricamente, cf. por ejemplo di8av monosilábico en la comedia ática. Esta nueva /j/ provoca a su vez algunos fenómenos fonéticos, palatalizando una oclusiva anterior, cf. lesb. zav = diav, kavrza = kardiva, mic. ka-zo-e < *kakjoes < *kakioes (cf. § 7.5.6c) y a3-za < *aigja < *aigia < *aigii8a- (relacionado con ai[geo" = *ai[gio", cf. la variación de sufijos en micénico wi-ri-ne-jo vs. wi-ri-nijo), o incluso ocasionando una geminación en lesbio y tesalio, cf. lesb. metevrro" < metevrio" < mevtrio", tes. povllio" < povlio" = povlew". •
también /e/ ante una vocal puede perder la silabicidad, dando lugar a /e8/ (cf. hom. povlea" escandido como bisílabo) y reduciéndose luego a /j/, que se escribe -i-, cf. tes., beoc., lac., arg. qiov" < qeov", cret. ijovnto" < ejovnto", heracl. ajnaggevli8onti < ajnaggelevonti. Para una discusión de este proceso, cf. Tema 5 de Fonética. El fenómeno continúa posteriormente en la historia del griego, generando nuevas secuencias con /j/ antevocálica, cf. la evolución palaiov" > /pa"leos/ > /pa"le8os/ > gr. mod. paliov" /pa"ljos/ o /pa"¥os/.
•
en préstamos semíticos, cf. ijw'ta, ∆Iwshvf, ∆Iakwvb etc.
Aparte de los préstamos de otras lenguas con ¸- inicial, cf. ¸au', Ïaxov" (= Axos), Ïelh(tevwn) (étnico de Velia) etc., apenas se encuentran ejemplos de /w/ no heredada y la pérdida de silabicidad de /u/ se limita a algunos casos en textos métricos, cf. du8oi'n monosilábico.
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