Señales en El Camino Sayyid Qutb
September 19, 2020 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Señales en el Camino Sayyid Qutb Título en idioma Ingles MILESTONES
Índice
Introducción Capítulo 1 o La Única Generación Coránica Capítulo 2 o La Naturaleza del Método Coránico Capítulo 3 o Las Características de la Sociedad Islámica y El Método Correcto de su Formación Capítulo 4 o Yihad en La Causa de Dios Capítulo 5 o La Ilaha Illa Allah-La Forma de Vida del Islam Capítulo 6 o La Ley Universal Capítulo 7 o El Islam es La Real Civilización Capítulo 8 o La Cultura y Concepto Islámico Capítulo 9 o La Nacionalidad Islámica y su Creencia Capítulo 10 o Cambios de Largo Alcance Capítulo 11 o El Triunfo de La Fe Capítulo 12 o Este es El Camino
INTRODUCCION
La humanidad hoy en día está al borde de un precipicio, no por el peligro de la completa aniquilación que pende sobre su cabeza-esto es solo un síntoma y no la enfermedad real-sino porque la humanidad esta desprovista de aquellos valores vitales que son necesarios no solo para su desarrollo saludable sino también para su progreso real. Aún el Mundo Occidental se da cuenta que la civilización de occidente es incapaz de presentar cualquier valor saludable para la guía de la humanidad. Sabe que no posee ninguno que satisfaga su propia conciencia y justifique su existencia. La Democracia en poniente ha llegado a ser infértil hasta el punto que no es sino un préstamo de los sistemas del Bloque Oriental, especialmente en el sistema económico, bajo el nombre de Socialismo. Es igual con el Bloque Oriental. Sus teorías sociales, la principal entre ellas el Marxismo, en el inicio no solo atrajeron un gran número de personas del Este sino también del Oeste como una manera de vida basada en un credo. Pero ahora el Marxismo esta vencido en el plano del pensamiento, y, si está dicho que ni una sola nación en el mundo es verdaderamente Marxista, no será una exageración. En conjunto, esta teoría está en conflicto con la naturaleza humana y sus necesidades. Esta ideología solamente prospera en una sociedad degenerada o en una sociedad que ha llegado a acobardarse como resultado de alguna forma de dictadura prolongada. Pero ahora, aun bajo estas circunstancias, su sistema económico materialista está cayendo, aunque este fue el único fundamento en cuya estructura fue basado. Rusia, que es el líder de los países comunistas, sufre ella misma de escasez de alimentos. Aunque durante los tiempos de los Zares Rusia solía producir un superávit de alimentos, ahora tiene que importarlos del exterior y debe vender sus reservas de oro para este propósito. La razón principal de esto es el fallo del sistema de agricultura colectiva, o, alguien puede decir, el fallo de un sistema que está en contra de la naturaleza humana. ¡Es necesario para la humanidad tener un nuevo liderazgo! El liderazgo de la humanidad por el hombre occidental está en decadencia, no porque la cultura occidental haya llegado a ser pobre materialmente o porque su poder económico y militar se haya debilitado. El periodo del sistema occidental ha llegado a un final ante todo porque esta privado de aquellos valores vivificantes que le permitan ser el líder de la humanidad. Es necesario para el nuevo liderazgo preservar y desarrollar los frutos materiales del genio creativo de Europa, y también proveer a la humanidad de estos altos ideales y valores como lo han hecho hasta ahora permaneciendo no descubiertos por la humanidad, los cuales también informaran al género humano qué es harmonioso con la naturaleza humana, qué es positivo y constructivo, y qué es practicable. El Islam es el único sistema que posee estos valores y esta forma de vida. El periodo de resurgimiento de la ciencia ha llegado también a un final. Este periodo, que comenzó con el renacimiento en el siglo decimosexto después de Cristo y alcanzado su zénit en el decimoctavo y decimonoveno siglos, no posee un espíritu de reavivamiento.
Todas las ideologías nacionalistas y chauvinistas que hicieron su aparición en tiempos modernos, y todos los movimientos y teorías derivadas de ellas, han perdido también su vitalidad. En resumen, todas las teorías hechas por el hombre han probado ser fracasos. En esta desconcertante y crucial coyuntura, el turno del Islam y de la Comunidad Musulmana ha llegado –el turno del Islam, el cual no prohíbe las invenciones materiales. Por consiguiente, ello cuenta como una obligación en el hombre desde el mismo comienzo del tiempo, cuando Dios lo delegó como Su representante en la tierra, y consideró esto bajo ciertas condiciones, como la adoración de Dios y uno de los propósitos de la creación del hombre. “Y cuando tu Señor dijo a los ángeles: Voy a poner en la tierra un representante Mío.”(Corán 2:30) “Y no he creado los genios y al hombre excepto para que Me adoren.” Así el turno de la comunidad Musulmana ha llegado para completar la tarea para el género humano que Dios ha ordenado sobre él. “Sois la mejor comunidad que se ha hecho surgir para los hombres. Ordenáis lo reconocido, impedís lo reprobable y creéis en Alá.”(3:110) “De este modo hemos hecho de vosotros una comunidad de en medio, para que dierais testimonio de los hombres y para que el Mensajero lo diera de vosotros.”(2:143)
El Islam no puede completar su rol excepto tomando forma concreta en una sociedad, mejor dicho, en una nación. Porque el hombre, especialmente en esta época, no escucha una teoría abstracta que no se ve materializada en una sociedad viviente. Bajo este punto de vista, podemos decir que la comunidad Musulmana ha estado extinta por unos siglos, porque esta comunidad Musulmana no denota el nombre de un suelo en el cual el Islam reside, ni es la gente cuyos antepasados vivieron bajo el sistema Islámico en algún momento previo. Es el nombre de un grupo de personas cuyos modos, ideas y conceptos, reglas y regulaciones, valores y criterio, son todos derivados de la fuente Islámica. La comunidad Musulmana con estas características desapareció en el momento que las leyes de Dios llegaron a estar suspendidas en la tierra. Si el Islam nuevamente va a desempeñar el papel de líder de la humanidad, entonces es necesario que la comunidad Musulmana sea restaurada en su forma original. Es necesario revivir esa comunidad Musulmana sepultada bajo las ruinas de las tradiciones de varias generaciones hechas por el hombre y que esta aplastada bajo el peso de aquellas falsas leyes y costumbres que no están ni aun remotamente relacionadas con las enseñanzas Islámicas, las cuales, a pesar de todo esto, se llaman a sí mismas “Mundo del Islam”. Soy consciente que entre la tentativa del “Resurgimiento” y la consecución del “Liderazgo” hay una gran distancia, ya que la comunidad Musulmana desapareció de la existencia y de la observancia hace mucho tiempo, y el liderazgo de la humanidad tiempo hace que ha pasado a
otras ideologías y a otras naciones, otros conceptos y otros sistemas. Esta fue la época durante la cual el genio Europeo creó sus maravillosas obras en ciencia, cultura, leyes y producción material, tras lo cual la humanidad ha progresado a grandes alturas de creatividad y comodidad material. No es sencillo encontrar defectos con los inventores de semejantes maravillas, ante todo ya que lo que llamamos el “Mundo del Islam” está completamente desprovisto de toda esta belleza. Pero a pesar de todo esto, es necesario revivir el Islam. La distancia entre el renacimiento del Islam y la realización del liderazgo mundial puedes ser vasta, y pueden existir grandes dificultades en el camino, pero el primer paso para su restablecimiento debe ser tomado. Si estamos aquí para realizar nuestra tarea con visión y sabiduría, debemos conocer primeramente la naturaleza de esas cualidades en cuyas bases la comunidad Musulmana pueda completar su obligación como líder del mundo. Esto es esencial, de modo que no cometamos alguna torpeza en la primera etapa de su reconstrucción y resurgimiento. La comunidad Musulmana hoy en día no es capaz, ni requerida, de presentar ante la humanidad grandes genios en invenciones materiales, que harán al mundo inclinar la cabeza ante su supremacía, y así restablecer una vez más su liderazgo mundial. La mentalidad creativa europea está más adelantada en este área, y al menos por algunos siglos no podemos esperar competir con Europa y alcanzar la supremacía sobre estos campos. Por consiguiente debemos tener otra cualidad, aquella cualidad que la civilización moderna no posee. Esto no significa que debamos descuidar el progreso material. Debemos prestar nuestra total atención y esfuerzos en esta dirección, no porque esta etapa sea un requerimiento esencial para lograr el liderazgo de la humanidad, sino porque es una condición esencial para nuestra propia existencia, y el Islam mismo, que eleva al hombre a la condición de representante de Dios en la tierra, y que, bajo certeras condiciones considera las responsabilidades de este representante la adoración de Dios y el propósito de las creaciones del hombre, hacen del progreso material tema obligatorio para nosotros. Para lograr el liderazgo de la humanidad, debemos tener algo que ofrecer además del progreso material, y esta otra cualidad puede solamente ser una fe y un modo de vida que por un lado conserve los beneficios de la ciencia moderna y la tecnología, y por el otro satisfaga las necesidades humanas al mismo nivel de excelencia como la tecnología ha logrado ello en la esfera de la comodidad material. Y entonces, esta fe y este modo de vida, deben tomar forma concreta en una sociedad humana –en otras palabras, en una sociedad Musulmana.
Si observamos las fuentes y fundamentos de las modernas formas de vida, llega a ser claro que el mundo entero está dando pasos en la Jahiliya (Ignorancia de la guía Divina), y todas las maravillosas comodidades materiales e invenciones del más alto nivel no disminuyen esta ignorancia. Esta Jahiliya está basada en la rebelión contra la soberanía de Dios en la tierra. Esta
transfiere al hombre uno de los grandes atributos de Dios, llamado soberanía, y hace a algunos hombres señores sobre otros. Ya no es ahora bajo la simple y primitiva forma de la antigua Jahiliya, sino que asume la forma de reclamar que el derecho de crear valores, de legislar reglas de comportamiento colectivo, y de escoger alguna manera de vida descansa en el hombre, sin considerar lo que Dios ha prescrito. El resultado de esta rebelión contra la autoridad Divina es la opresión de sus criaturas. En consecuencia, la humillación del hombre común bajo los sistemas comunistas y la explotación de individuos y naciones debido a la codicia por la riqueza y el imperialismo bajo el sistema capitalista no son sino el corolario de la rebelión contra la autoridad de Dios y la negación de la dignidad del hombre dada a él por Dios. A este respecto, la manera de vida del Islam es única, porque en sistemas diferentes al Islam, la gente rinde culto a otros de una forma u otra. Solo en el modo de vida Islámico todos los hombres llegan a ser libres de la servidumbre de algunos hombres a otros y se consagran ellos mismos a la adoración de un Dios único, obteniendo guía solo de Él, e inclinándose solamente ante Él. Aquí es donde los caminos se separan, y este es el nuevo concepto que nosotros poseemos y podemos presentar a la humanidad –esto y la manera de vida que este concepto organiza para todos los aspectos prácticos de la vida del hombre. Este es el mensaje vital que la humanidad no conoce. No es un producto de la invención Occidental ni del genio Europeo, ya sea oriental u occidental.
Sin duda, nosotros poseemos este nuevo pensamiento que es perfecto al más alto grado, algo que la humanidad no conoce acerca de él y no es capaz de ´producir´. Pero como hemos dicho antes, la belleza de este nuevo sistema no puede ser apreciada a menos que tome una forma concreta. Por ello, es esencial que una comunidad arregle sus asuntos de acuerdo a ello y lo demuestre al mundo. Con el fin de llevar esto a cabo, necesitamos iniciar el movimiento del resurgimiento Islámico en algún país Musulmán. Solo tal movimiento de avivamiento eventualmente alcanzara el estatus de liderazgo mundial, ya sea la distancia cercana o lejana. ¿Cómo es posible empezar la tarea de restablecer el Islam? Es necesario que exista una vanguardia que emprenda la marcha con esta determinación y siga caminando en el sendero, marchando a través del vasto océano de la Jahiliya que ha rodeado el mundo entero. Durante este trayecto, debe mantenerse a sí misma apartada de alguna manera de la total inclusión en la Jahiliya y mantener también algunos vínculos con ella. Es necesario que esta vanguardia conozca los puntos de referencia y las señales del camino hacia la meta de tal manera que puedan reconocer el lugar de partida, la naturaleza, las responsabilidades y el propósito último de este largo viaje. No solo eso, sino que deben ser conscientes de su posición opuesta a esta Jahiliya, que ha arraigado sus estacas en toda la tierra, cuando cooperar con otros y cuando separarse de ellos, que características y cualidades deben cultivar, y con qué características y cualidades la Jahiliya que al instante los rodea esta armada,
como dirigirse a la gente de la Jahiliya en el lenguaje del Islam, y que temas y problemas deben ser discutidos; y donde y como obtener dirección en todos estos asuntos. Las señales en el camino necesariamente serán determinadas por la luz de la primera fuente de esta fe –el sagrado Corán- y de sus enseñanzas básicas, y del concepto que creó en el pensamiento del primer grupo de Musulmanes, aquellos a quienes Dios levantó para completar su voluntad, aquellos que una vez cambiaron el curso de la historia humana en la dirección ordenada por Dios.
He escrito “Señales en el camino” para esta vanguardia, la cual considero ser una realidad en espera, cercana de ser materializada. Cuatro capítulos (estos capítulos son “La naturaleza del Método Coránico”, “Cultura y Concepto Islámico”, “Yihad en el Camino de Dios” y “Resurgimiento de la Comunidad Islámica y sus Características”) son tomados de mi comentario, Fi Jilal al-Qur´an, (En las Sombras del Corán, un comentario en el Corán) que he cambiado aquí y allá ligeramente para adaptar el tema. La introducción y los otros capítulos los escribí en varios momentos. Al escribir estos capítulos he establecido las profundas verdades que capté durante mis meditaciones sobre la manera de vida presentada en el sagrado Corán. Estos pensamientos pueden parecer aleatorios y sin conexión, pero una cosa es común en todos ellos; esto es, estas reflexiones son señales en el camino, y es la naturaleza de los signos a lo largo del camino ser inconexos. Tomados juntos, estos escritos son la primera entrega de una serie, y con la ayuda de Dios espero escribir algunas colecciones más en este tema. Y la guía es de Dios.
CAPÍTULO 1 LA ÚNICA GENERACIÓN CORÁNICA Los que invitan al Islam en cada país y en cada época deben reflexionar en un aspecto en particular en la historia del Islam, y deben meditar sobre ello profundamente. Esto está relacionado al método de invitar personas al Islam y sus maneras de entrenamiento. En el pasado este mensaje creó una generación –la generación de los Compañeros del Profeta, pueda Dios estar agradado con ellos- sin comparación en la historia del Islam, aún en la completa historia del hombre. Después de esto, ninguna generación de este calibre mereció ser hallada. Es verdad que encontramos algunos individuos de esta estatura aquí y allá en la historia, pero nunca de nuevo un gran número de gente semejante existió en una región como fue el caso durante el primer periodo del Islam.
Esta es una verdad obvia y abierta de la historia y debemos considerar sobre esto profundamente para que podamos alcanzar sus secretos. El Corán de este mensaje esta aun en nuestras manos, y los hádices del Mensajero de Dios –paz sea con él, i.e. su guía en asuntos prácticos y la historia de su sagrada vida están también en nuestras manos, como estuvieron en las manos de la primera comunidad Musulmana cuya misma historia no podría producirse nuevamente. La única diferencia es la persona del Mensajero de Dios –paz sea con él- pero ¿Es este su secreto? ¿Ha sido la persona del Profeta –paz sea con él- absolutamente esencial para el establecimiento y realización de este mensaje? Dios no habría hecho del Islam un mensaje universal, decretado como religión de toda la humanidad, dado el estatus de último Mensaje Divino para el género humano, y hecho de él una guía para todos los habitantes de este planeta en todos los asuntos hasta el final del tiempo. Dios ha tomado la responsabilidad de preservar el Sagrado Corán sobre sí mismo porque Él sabe que el Islam puede ser establecido y puede beneficiar a la humanidad aún después del tiempo del Profeta –paz sea con él. Por ello, Él llamó de regreso a Su Profeta –paz sea con él- después de veintitrés años de mensajero y declaró esta religión para ser válida hasta el fin de los tiempos. Por lo tanto, la ausencia del Mensajero de Dios –paz sea con él- no es una causa real, ni explica, este fenómeno. Por ello, por algunas otras razones, y para este propósito miramos en ese manantial de agua clara del cual la primera generación de Musulmanes sofocó su sed. Quizás algo se ha mezclado con ese manantial de agua clara. Debemos mirar la manera en la cual ellos recibieron su entrenamiento. Quizás algunos cambios han encontrado su camino en ello. El manantial del cual los Compañeros del Profeta –paz sea con él- bebieron fue el Corán; solamente el Corán y los Hádices del Profeta, y sus enseñanzas fueron vástagos de esta fuente primigenia. Cuando alguien preguntó a la madre de los fieles, Aisha –pueda Dios estar agradado con ella- acerca del carácter del Profeta –paz sea con él- ella respondió, “Su carácter fue el Corán” (Al-Nisaa) El Sagrado Corán fue la única fuente de la cual ellos apagaron su sed, y este fue el único molde en el cual ellos modelaron sus vidas. Esta fue la única guía para ellos, no porque no hubiera civilización o cultura o ciencia o libros o escuelas. En realidad, estaba la cultura Romana, su civilización, sus libros y sus leyes, que aún hoy en día son considerados el fundamento de la cultura Europea. Estaba la herencia de la cultura Griega, su lógica, su filosofía y sus artes, los cuales son todavía una fuente de inspiración del pensamiento Occidental. Estaba la civilización Persa, su arte, su poesía y sus leyendas, su religión y su sistema de gobierno. Habían muchas otras civilizaciones, cerca o lejos, tales como la cultura Hindú o China, etc. La cultura Romana y Persa fueron establecidas en el norte y en el sur de la península Arábiga, cuando los Judíos y Cristianos se asentaron en el corazón de la península Arábiga. En consecuencia creemos que esta generación no puso exclusiva dependencia en el Libro de Dios para el entendimiento de su religión en razón de
alguna ignorancia de civilización y cultura, sino que fue todo de acuerdo a un plan y método bien pensados. Un ejemplo de este propósito es encontrado en el disgusto expresado por el Profeta de Dios –paz sea con él- cuando ´Umar -pueda Dios estar agradado con él- trajo algunas páginas de la Torá. El Mensajero de Dios -paz sea con él- dijo, “Por Dios, si aún Moisés estuviera vivo entre ustedes hoy, él no tendría recurso excepto seguirme” (reportado por al-Hafidh Abu Yala de Himad, de al-Shubi, de Jabir) Es claro de este incidente que el Mensajero de Dios –paz sea con él- deliberadamente limitó a la primera generación de Musulmanes, la cual fue sometida a las etapas iniciales de entrenamiento, a una sola fuente de guía, y que fue el Libro de Dios. Su intención fue que este grupo debía dedicarse en sí mismo puramente al Libro de Dios y arreglar sus vidas solamente de acuerdo a sus enseñanzas. Esto es por lo qué el Mensajero de Dios -paz sea con él- estuvo enojado cuando U´mar -pueda Dios estar agradado con él- cambió a una fuente distinta del Corán. A decir verdad, el Mensajero de Dios -paz sea con él- intentó preparar una generación pura en corazón, pura en pensamiento y pura en entendimiento. Su entrenamiento iba a estar basado en el método prescrito por Dios Quien dio el Corán, purificado de la influencia de todas las otras fuentes. Esta generación, entonces, bebió solamente de este manantial y así alcanzó una distinción única en la historia. En tiempos posteriores sucedió que otros orígenes se mezclaron con ella. Otras fuentes usadas por posteriores generaciones incluyendo filosofía Griega y lógica, antiguas leyendas Persas y sus ideas, inscripciones Judías y tradiciones, teología Cristiana, y, por añadidura a esto, fragmentos de otras religiones y civilizaciones. Esto confundido con los comentarios sobre el Corán y teología escolástica, donde fueron mezclados con jurisprudencia y sus principios. Posteriores generaciones después de esta generación obtuvieron su entrenamiento de esta fuente revuelta, y por lo tanto el estilo de esta generación nunca se levantó de nuevo. Así podemos decir sin ninguna reserva que la razón principal para esta diferencia entre el primer, único y distinguido grupo de Musulmanes y posteriores Musulmanes es que la pureza de la primera fuente de guía Islámica fue entreverada con otras varias fuentes, como hemos indicado.
Existe otra causa básica que ha contribuido en crear esta diferencia. Esta radica en el método de aprendizaje de esta generación única. Ellos, los de la primera generación, no se aproximaron al Corán con el propósito de adquirir cultura e información, ni con el propósito de experimentar o disfrutar. Ninguno de ellos vino al Corán para incrementar la suma total de sus conocimientos por el bien del saber mismo o para resolver algún problema científico o legal, o remover algún defecto en su entendimiento. Más bien voltearon su rostro hacia el Corán para descubrir lo que el Todopoderoso Creador había prescrito para ellos y para el grupo en que vivían, para sus vidas y para la vida del grupo. Se aproximaron para poner por obra inmediatamente aquello que habían escuchado, tal como un soldado en el campo de batalla
lee el “Boletín del Día” a fin de saber qué es lo que hay que hacer. No leían muchos versos del Corán en una sola vez, ya que entendieron que esto pondría una carga insoportable de deberes y responsabilidades sobre sus hombros. A lo sumo podrían leer diez versos, memorizarlos, y entonces actuar sobre ellos. Sabemos esto de una tradición reportada por Abdullah bin Mas´ood. Esta comprensión –el entendimiento que la instrucción es para la acción- abrió las puertas de la realización espiritual y del conocimiento. Si hubieran leído el Corán solamente con motivo de la información, aprendizaje y discusión, estas puertas no se hubieran abierto. Por otra parte, la acción resultó sencilla, el peso de las responsabilidades llegó a ser liviano, y el Corán se convirtió en parte de su personalidad, impregnando su carácter y vida de tal modo que llegaron a ser ejemplos vivientes de la fe –una fe no escondida en libros o intelectos, sino expresándose a sí misma en un movimiento dinámico que cambió las condiciones, eventos y el curso de la vida. En verdad, este Corán no abre sus tesoros excepto a aquel que lo acepta con este espíritu: El espíritu del conocimiento con la intención de actuar sobre él. No vino para ser un libro de contenido intelectual, o un libro de literatura, o para ser considerado como un libro de narraciones o historia, aunque tiene todas estas facetas. Vino para llegar a ser una forma de vida, un camino dedicado a Dios. Así Dios El Supremo lo impartió de una manera gradual, para ser leído a intervalos: “Es un Corán que hemos dividido en partes para que lo recites a los hombres gradualmente. Y así lo hemos hecho descender en revelaciones sucesivas.” (17:106) El Corán no fue transmitido todo de una vez; más bien vino de acuerdo a las necesidades de la sociedad Islámica al encarar nuevos problemas, de acuerdo al crecimiento de ideas y conceptos, conforme al progreso de la vida social en general y conforme a los nuevos retos enfrentados por la sociedad Musulmana en su vida práctica. Un verso o unos pocos versos podían ser revelados de acuerdo a eventos y circunstancias especiales, y podían dar respuesta a interrogantes que aparecían en la mente de las personas, podían explicar la naturaleza de una situación en particular y podían exponer el modo de tratar con ello. Estos versos podían corregir sus errores, tanto de entendimiento como de práctica, podían acercarlos a Dios y podían explicarles la sabiduría de varios aspectos del universo a la luz de los atributos Divinos. En consecuencia, claramente entendieron que cada momento de sus vidas estaba bajo la guía continua y dirección del Todopoderoso Creador y que podían atravesar el camino de la vida bajo las alas de la misericordia Divina. En razón de este sentido de relación constante con Dios, sus vidas fueron modeladas de acuerdo a este sendero sagrado de vida que estaba siendo instruido por Él. Así, la instrucción para ser traducida en acción fue el método del primer grupo de Musulmanes. El método de posteriores generaciones fue instrucción para discusión académica y disfrute. Y sin lugar a dudas este es el segundo factor mayor que hizo diferentes a las posteriores generaciones de la primera única generación del Islam. Una tercera causa está en vigor también en la historia de los Musulmanes; debemos considerarla igualmente.
Cuando una persona abrazaba el islam durante el tiempo del Profeta –paz sea con él- podía aislarse de la Jahiliya (El estado de ignorancia de la guía de Dios). Cuando caminaba en el círculo del Islam, podía empezar una nueva vida, separándose completamente de su pasada vida bajo la ignorancia de la Ley Divina. Podía mirar con recelo y miedo los actos durante su vida de ignorancia, con un sentimiento que estos fueron impuros y no podían ser tolerados en el Islam! Con este sentimiento, él podía cambiar de dirección hacia el Islam por una nueva guía; y si en algún momento las tentaciones lo vencían, o los viejos hábitos lo atraían, o si se volvía holgazan en llevar a cabo los mandatos Islámicos, se pondría inquieto con una sensación de culpa y sentiría la necesidad de purificarse a sí mismo de lo que había sucedido, y podía volver al Corán para moldearse conforme a su guía. Así, habría un cambio entre el presente Musulmán Islámico y su pasada Jahiliya, y esto después de una bien pensada decisión, como resultado del cual todas sus relaciones con la Jahiliya podían ser interrumpidas y él podría unirse completamente al Islam aunque habría algún dar y recibir con los politeístas en actividades comerciales y negocios cotidianos; a pesar de todo las relaciones de comprensión mutua son una cosa y tratos diarios son algo más. Esta renuncia al ambiente de la Jahiliya, sus costumbres y tradiciones, sus ideas y conceptos, procedían del remplazo del politeísmo por el concepto de la Unicidad de Dios, de la perspectiva Jahili de la vida y el mundo por la mirada Islámica y de la absorción dentro de la nueva comunidad Islámica bajo un nuevo liderazgo y dedicación a todos los compromisos y lealtades a esta nueva sociedad y a su nuevo liderazgo. Esta fue la separación de caminos y el comienzo de un nuevo viaje, un viaje libre de las presiones de los valores, conceptos y tradiciones de la sociedad Jahili. El Musulmán no encontró nada gravoso excepto la tortura y la opresión; pero él ya había decidido en las profundidades de su corazón que enfrentaría esto con ecuanimidad y desde ahora ninguna presión de la sociedad Jahili podría tener algún efecto en su continua firmeza. Estamos también rodeados de la Jahiliya hoy en día, que es de la misma naturaleza como fue durante el primer periodo del Islam, quizás un poco más profunda. Todo nuestro entorno, creencias e ideas de la gente, hábitos y arte, reglas y leyes son Jahiliya, aún al grado de lo que consideramos cultura Islámica, fuentes Islámicas, filosofía Islámica y pensamiento Islámico son también construcciones de la Jahiliya! Esto es porque los verdaderos valores Islámicos nunca penetran nuestros corazones, porque nuestras mentes nunca son iluminadas por los conceptos Islámicos, y porque ningún grupo de personas que sean del carácter de esta primera generación del Islam se levanta entre nosotros. Es necesario por consiguiente -en el camino del movimiento Islámico- que en las primeras etapas de nuestro entrenamiento y educación debamos separarnos a nosotros mismos de todas las influencias de la Jahiliya en las que vivimos y de las cuales obtenemos beneficios. Debemos regresar a esa fuente pura de la cual aquellas personas obtuvieron su guía, la fuente que está libre de cualquier mezcla o contaminación. Debemos regresar a ella para sacar provecho en nuestros
conceptos de la naturaleza del universo, la naturaleza de la existencia humana y de las relaciones de estos dos con el Perfecto, el Ser Real, el Supremo. De aquí debemos obtener nuestros conceptos de vida, nuestros principios de gobierno, política, economía y todos los aspectos de la vida. Debemos retornar a ella con un sentido de instrucción para la obediencia y la acción, y no para simple discusión académica y disfrute. Debemos regresar a ella para descubrir qué clase de persona se nos pide ser, y entonces serlo. Durante este proceso también descubriremos la belleza artística en el Corán, las maravillosas narraciones en el Corán, las escenas del Día del Juicio en el Corán, la lógica intuitiva del Corán, y todos los otros beneficios que son mirados detenidamente por académicos y literatos en el Corán. Disfrutaremos todos estos otros aspectos, pero este no es el principal objetivo de nuestro estudio. Nuestro propósito primario es conocer qué modo de vida es demandado de nosotros por el Corán, la total perspectiva del universo que el Corán desea tengamos, cual es la naturaleza de nuestro conocimiento de Dios enseñado a nosotros por el Corán, el tipo de moralidad y costumbres decretado, y la clase de sistema legal y constitucional nos pide establecer en el mundo. Debemos liberarnos a nosotros mismos del apretón de la sociedad Jahili, conceptos Jahili, tradiciones Jahili y liderazgo Jahili. Nuestra misión es no comprometernos con las prácticas de la sociedad Jahili, ni podemos ser leales a ellas. La sociedad Jahili, debido a sus características Jahili, no es digna para estar comprometido con ella. Nuestro objetivo es primeramente cambiarnos a nosotros mismos con el fin que podamos después cambiar la sociedad. Nuestro objetivo principal es cambiar las prácticas de esta sociedad. Nuestra meta es cambiar el sistema Jahjili en sus mismas raíces –este sistema que está reñido fundamentalmente con el Islam y que con ayuda de la fuerza y la opresión, nos impide vivir la clase de vida demandada por nuestro Creador. Nuestro primer paso será erigirnos a nosotros mismos ante la sociedad Jahili y todos sus valores y conceptos. No cambiaremos nuestros propios valores ni conceptos ni más ni menos para negociar con la sociedad Jahili. ¡Nunca! Nosotros y esta estamos en caminos diferentes, y si damos aún un paso en su compañía, perderemos enteramente nuestro objetivo así como nuestro camino. Sabemos que en esto enfrentaremos dificultades y pruebas, y tendremos que realizar grandes sacrificios. Pero si caminamos en los pasos de la primera generación de Musulmanes, mediante quienes Dios estableció su sistema y les dio la victoria sobre la Jahiliya, entonces no seremos dominados en nuestra propia voluntad. Es por lo tanto deseable que debamos ser consientes en todo momento de la naturaleza de nuestro curso de acción, de la naturaleza de nuestra posición, y de la naturaleza del camino que debemos atravesar para salir de la ignorancia, como la distinguida y única generación de los Compañeros del Profeta -paz sea con él- salieron de ella.
Capítulo 2 La Naturaleza del Método Coránico La porcion de la Meca en el Sagrado Corán, revelado al Profeta –paz sea con él- sobre un periodo de trece años, trató solamente con una cuestión. La naturaleza de este problema no cambió, aunque la manera de su presentación varió de acuerdo al estilo del Corán, que se refiere a esta cuestión en nuevas formas, siempre como si hubiera sido puesto en relieve por primera vez. Esta fue la cuestión primaria, la gran pregunta, el problema fundamental de esta nueva religión -una cuestión de fe con dos aspectos principales, la Divinidad y el hombre, y las relaciones entre ellos. Esta pregunta está dirigida al ´ser humano´ como un ser humano, y a este respecto el Árabe de una época o de cualquier otra, y el no Árabe, son iguales, así pertenezca a esta época o a épocas posteriores. Este es el problema humano que no cambia; es una cuestión de la existencia del hombre en el universo, su meta última, y su posición y relaciones con el universo; y la cuestión de la relación entre él y el Creador del universo. Este aspecto de la vida del hombre no puede cambiar, ya que está relacionado a su mismo ser. Durante el periodo de la Meca, el Corán explicó al hombre el secreto de su existencia y el secreto del universo que lo rodeaba. Le dijo quién es él, de donde había venido, con qué propósito y adonde iría al final, Quien lo trajo de la no existencia a la existencia, a Quien regresaría, y cuál será su disposición final. También le informó acerca de la naturaleza de las cosas que puede tocar y ver y de las cosas que puede sentir y concebir pero no puede ver, Quien creó y administra este maravilloso universo, Quien alterna el día y la noche, y Quien renueva y cambia las cosas. También le dijo como relacionarse con el Creador, con el mundo físico y con otros seres humanos. Esta es la gran pregunta sobre la cual la existencia humana depende y continuara dependiendo hasta el fin del tiempo. Y en consecuencia, los trece años del periodo de la Meca fueron usados en explicar y exponer esta cuestión fundamental, esta cuestión de la cual todas las demás preguntas y detalles pertinentes a la vida humana son deducidos. El Corán hizo de esta cuestión el único tema de su mensaje durante el periodo de la Meca y nunca discutió otros asuntos inferidos y auxiliares. Estos tópicos subsidiarios no fueron mencionados hasta que Él Dios Que Todo lo Sabe decidió que los problemas pertinentes a la fe habían sido
explicados completamente y que habían penetrado en el corazón de este grupo selecto de gente que iban a establecer Su religión e iban a darle forma práctica. Aquellos que invitan hacia la Religión de Dios y quieren establecer la forma de vida prescrita por esta Religión deben considerar en longitud este hecho significativo, que por trece años el Corán exclusivamente expuso esta fe y no se desvió de este asunto para describir los detalles del sistema que iba a ser establecido en esta fe o cualquier ley para la organización de la sociedad Musulmana. Fue la sabiduría Divina quien dispuso que esta cuestión fundamental de fe y creencia debía ser hecha el tema central de la llamada del Profeta a su gente. El primer mensaje que el Mensajero de Dios -paz sea con él- trajo a su gente fue que ellos dieran testimonio que “No hay Dios excepto Alá” y él consagró sus esfuerzos en hacer conocer a la gente Quien es su verdadero Sustentador y que ellos deben adorarlo a Él solamente. Desde el punto de vista del limitado entendimiento del hombre, no parece que esta fuera la manera más fácil de alcanzar los corazones de los Árabes. Ellos conocían bien su lenguaje y conocían bien el significado de ´Illah´ (Dios), y también conocían el significado de ´La ilaha illa Allah´ (no hay Dios excepto Alá). Ellos conocían que ´Uluhiyah´ significa ´soberanía´ y también entendieron que atribuir soberanía solamente a Dios significaba que la autoridad debía ser apartada de los sacerdotes, los líderes de las tribus, la riqueza y los gobernantes, y regresar a Dios. Esto significa que solamente la autoridad de Dios prevalecería en los corazones y las conciencias, en asuntos pertinentes a observancias religiosas y en los asuntos de la vida como los negocios, la distribución de la riqueza y la dispensa de justicia -en resumen, en las almas y corazones de los hombres. Ellos conocían muy bien que la declaración ´no hay Dios excepto Alá´ era un desafío a la autoridad terrenal, que había usurpado el más grande atributo de Dios, es decir, la Soberanía. Fue una rebelión contra todos los modos de conducta que habían sido planeados bajo esta usurpación y fue una declaración de guerra contra esta autoridad que legislaba leyes no permitidas por Dios. No era un secreto para los Árabes -que conocían muy bien su lengua y conocían el real significado del mensaje, ´La ilaha illa Allah´- que su significado estaba en relación a sus tradiciones, su autoridad y su poder. Por ello recibieron esta llamada -este mensaje revolucionario- con enojo y pelearon contra él con aquel vigor que es conocido por todos. ¿Porque esta llamada empezó de esta manera y porque la sabiduría Divina decidió que sea confrontada con adversidades en sus etapas iniciales?
En el tiempo de la llamada del Profeta como Mensajero, la tierra y la riqueza de los Árabes no estaban en las manos de los Árabes sino en manos de otra gente. En el norte, Siria estaba bajo los Romanos, que designaron gobernantes locales Árabes. Similarmente, en el sur, Yemen estaba bajo la tutela del imperio Persa y estaba gobernada por Árabes bajo su dominio. Los Árabes solo eran señores del Hijaz, Tihama y Najd, que eran desiertos sin agua con unos pocos oasis aquí y allá.
Es bien conocido que Muhammad -paz sea con él- era llamado ´al-Amin as-Sadiq´ (El Confiable y Veraz) por su gente. Quince años después que su Mensajería empezara los líderes de los Quraish habían hecho de él su árbitro en el incidente de la colocación de la Piedra Negra y habían quedado complacidos con su decisión. Su linaje era de los Banu Hashim, que era una de las ramas más nobles de los Quraish. Por tanto, puede ser dicho que Muhammad -paz sea con él- era capaz de atizar entre sus compañeros el fuego del nacionalismo Árabe y poder así unirlos. Ellos hubieran respondido alegremente a este llamado porque estaban cansados de las continuas guerras tribales y venganzas. Él entonces hubiera sido capaz de liberar las tierras Árabes de la dominación del imperialismo Romano y Persa y hubiera sido capaz de establecer un estado Árabe unido. Puede ser dicho que si el Profeta -paz sea con él- hubiera llamado a la gente de esta manera, en lugar de soportar suplicios durante trece años debido a la oposición de la gente en autoridad en la península, el total de Arabia lo hubiera aceptado. Puede ser dicho que si Arabia hubiera estado así unida bajo su liderazgo y la autoridad hubiera sido devuelta a sus manos, él hubiera podido usar esto para hacerles aceptar la creencia en la Unicidad de Dios, para cuyo propósito había sido enviado y traer a la gente al sometimiento a su Sustentador después que se hubieran sometido a su propia autoridad humana. Pero el Omnisapiente Dios no dirigió su Profeta -paz sea con él- en este camino. Él lo encauzó a declarar abiertamente que no hay Dios sino Alá, y a soportar pacientemente, con sus pocos Compañeros, cualquier adversidad que viniera a ellos. ¿Porque esto? Obviamente no fue por el motivo de sojuzgar a su Profeta -paz sea con él- y a los creyentes a la opresión. De hecho, Él sabía que no había otra manera. El camino no es liberar la tierra de la tiranía Romana o Persa a fin de remplazarlo con la tiranía Árabe. Toda tiranía es cruel! La tierra pertenece a Dios y debe ser purificada por Dios, y no puede ser purificada por Él a menos que el estandarte, “No hay Dios excepto Alá” sea desplegado a través de la tierra. El hombre es sirviente de Dios solamente, y puede permanecer así solo si despliega el estandarte ´no hay Dios excepto Alá´, -La Ilaha Illa Allah- tal que un Árabe con el conocimiento de su lengua lo entienda: No soberanía excepto la de Dios, no leyes excepto las de Dios, y no autoridad de un hombre sobre otro, ya que la autoridad bajo todas las consideraciones pertenece a Dios. El ´agrupamiento´ del hombre que el Islam proclama está basado solamente en la fe, la fe en la cual todas las gentes de cualquier raza o color –Árabes, Romanos o Persas- son iguales bajo la insignia de Dios. Y este es el camino. En el tiempo de la llamada del Profeta como Mensajero, la sociedad Árabe estaba desprovista de una adecuada distribución de la riqueza y vacía de justicia. Un pequeño grupo monopolizaba toda la riqueza y el comercio, que se incrementaba mediante la usura. La gran mayoría de la gente era pobre y hambrienta. Los ricos eran también considerados nobles y distinguidos, y la gente común no estaba solamente privada de riqueza, sino también de dignidad y honor.
Puede ser dicho que Muhammad -paz sea con él- era capaz de empezar un movimiento social declarando la guerra contra la clase de los nobles y los ricos, repartiendo su riqueza y distribuyéndola entre los pobres. Puede ser dicho que si hubiera el Profeta -paz sea con él- empezado semejante movimiento, la sociedad Árabe se habría dividido en dos clases, la gran mayoría apoyando el nuevo movimiento en razón que estaban enfermos de la tiranía de la riqueza, la nobleza y el poder y una pequeña minoría poseyendo estas cosas, en lugar de tener el Profeta que confrontar la sociedad con el mensaje de la Unicidad de Dios, que permanecía más allá del alcance de todos excepto unas pocas almas nobles. Puede ser dicho que después la mayoría hubiera integrado su movimiento y le hubieran entregado a él el liderazgo, y posteriormente habría conquistado el control de la minoría de los ricos, Muhammad -paz sea con él- podría entonces haber usado su posición y poder para imponer la creencia de la Unicidad de Dios, para cuya tarea Dios lo había señalado como su Profeta. Así, primeramente logrando que los seres humanos se inclinen ante su autoridad, él podría haber logrado que ellos reverenciaran al Verdadero Dios. Pero el Dios Que Todo lo Sabe no lo dirigió por este camino. Dios conocía que esta no era la manera. Él sabía que la verdadera justicia social puede llegar a una sociedad solamente después que todos sus asuntos hayan sido sometidos a las leyes de Dios y la sociedad en su conjunto esté deseosa de aceptar la justa distribución de la riqueza prescrita por Él, y cada individuo de la sociedad, ya sea donante o un beneficiario, firmemente crea que este sistema ha sido legislado por Dios Todopoderoso, obedeciendo, con lo cual no solamente prosperara en este mundo sino que será recompensado en el próximo. La sociedad no debe estar en tal condición que algunos sean manejados por la codicia mientras otros son consumidos por la envidia, que todos los asuntos de la sociedad sean decididos por la espada y las armas, por el miedo y las amenazas, que los corazones de la población estén desolados y sus espíritus quebrados, como es el caso bajo sistemas que están basados en cualquier autoridad diferente de la Divina.
En el tiempo de la llamada del Profeta como Mensajero, el nivel moral de Arabia era extremadamente bajo visto desde cualquier punto de vista. Solo unas cuantas costumbres tribales prevalecían. La opresión era la norma del día, como el famoso poeta Zuhair Salem ha descrito: “Quien no se defienda con armas perecerá, Y aquel que no oprima será oprimido” Otro dicho famoso de los Días de la Ignorancia señalaba a esto:
“Ayuda a tu hermano, si él es el opresor o está siendo oprimido” La bebida y el juego eran tradiciones de la sociedad y la gente se enorgullecía de esos hábitos. Toda la poesía de los Días de la Ignorancia gira alrededor del tema del vino y los juegos de azar. Turfah Abed dice: “Si no hubiera habido tres cosas para el disfrute del hombre joven, entonces no habría importado nada excepto algún alimento. Uno de ellos es, sobresaliendo a otros, la bebida de vino que es tan potente que si le adicionas agua, burbujea. La bebida, el entretenimiento y el gasto han sido mi vida, y aún lo son. Al final el tiempo ha llegado cuando toda la tribu me ha abandonado, como si fuera un camello con una terrible sarna”. La fornicación era galopante en varias formas y era considerado algo de lo cual enorgullecerse, como es el caso entre todas las sociedades Jahili, antiguas o nuevas. Aisha –pueda Dios estar agradado con ella- describe la condición de la sociedad en los Días de la Ignorancia con las siguientes palabras: “Existían cuatro tipos de matrimonio durante la Jahiliya. Uno era como lo tenemos hoy en día; esto es, un hombre podía pedir a una persona la mano de su hija, o su tutela en matrimonio, pagaría el regalo de matrimonio, y se casaría con ella. El segundo tipo consistía en que un hombre le pediría a su mujer, en medio de sus periodos menstruales, llamar a tal o cual hombre y llegar a estar embarazada por él. Su marido permanecería lejos de ella y no la tocaría hasta que los signos de embarazo aparecieran. Si él entonces deseaba, podría tener relaciones con ella. Se adoptaba este método para obtener un hijo de alto linaje. Una tercera forma de matrimonio era la poliandria. Un grupo de hombres, menos de diez, vendrían a una mujer y tendrían relaciones sexuales con ella. Si llegaba a estar embarazada y entonces daba a luz a un niño, y unas pocas noches pasaban después del nacimiento, ella podía llamarlos. Ninguno podía rehusar este llamado. Cuando estaban todos reunidos, ella podía decirles, ´Saben los resultados. He dado a luz a un niño´. Entonces ella podía señalar a uno de ellos y decir, ´Este es su hijo´. El niño podría entonces llevar el nombre de esta persona y ser considerado suyo, y él no podía resistirse a esto. Una cuarta forma de matrimonio era que muchos hombres iban a una mujer, y ella estaba dispuesta a aceptar a cualquiera, en realidad, estas eran prostitutas y ponían una bandera en frente de sus puertas como signo. Cualquiera que quisiera podría ir con ellas. Si semejante mujer llegaba a estar embarazada, después de la entrega mucha gente podría reunirse por ella y llamar a un experto en reconocimiento de semejanzas. A cualquiera se le atribuyera la paternidad del niño, el niño sería considerado suyo y él no podía rehusar esto.” (7 Bukhari, en el Libro del Matrimonio) Puede ser dicho que Muhammad -paz sea con él- era capaz de iniciar un movimiento de reforma moral por el establecimiento de estándares morales, por la purificación de la sociedad, y por la autoevaluación. Como es el caso con cada reformador, él podría haber encontrado alguna gente recta y derecha quienes también estuvieran descontentos acerca de la degeneración moral de su sociedad. Esta gente podría ciertamente haber venido a él para unirse a su movimiento reformista.
Así, uno puede decir que si el Profeta -paz sea con él- hubiera escogido este camino, él podría fácilmente haber reunido un considerable grupo. Por razón de su pureza moral y fortaleza espiritual, este grupo de gente, más que otros, hubieran aceptado la creencia en la Unicidad de Dios y asumido las responsabilidades pertinentes a esto. En consecuencia, la llamada del Profeta, “No hay Dios excepto Alá”, se habría ahorrado la vigorosa oposición que encontró. Pero El Dios Más Alto sabía que este modo no era el camino. Él sabía que la moralidad puede ser construida solamente en fe, una fe que provea criterio, cree valores, defina la autoridad de la cual estos criterios y valores tienen que ser derivados, y prescriba las recompensas de quien acepta esta autoridad y el castigo de aquellos que se desvían o se oponen. Sin este tipo de creencia o el concepto de una autoridad más alta, todo lo valorado permanece inestable, y similarmente la moralidad basada en ellos permanece inestable –sin contabilidad, sin autoridad, sin recompensa! Cuando, después de un arduo trabajo, la creencia llegó a ser firme y la autoridad a la cual esta creencia se remite fue conocida, cuando la gente reconoció a su Sustentador y le rindió culto a Él solamente, cuando llegaron a ser independientes no solo de otros seres humanos sino de sus propios deseos, y cuando “La Ilaha Illa Allah” llegó a estar impreso en sus corazones –entonces Dios, a través de la fe y por medio de los creyentes, proveyó todas las cosas que se necesitaban. El Dios de la tierra llegó a estar libre de ´Romanos y Persas´, no con tal que la autoridad de los Árabes prevaleciera, sino solamente con tal que la autoridad de Dios pueda ser establecida y la tierra pueda ser purificada de todos los rebeldes contra Él, sean ellos Romanos, Persas o Árabes. La sociedad fue liberada de toda opresión, y el sistema Islámico fue establecido en el cual la justicia fue la justicia de Dios y en el cual el equilibrio fue la ponderación de Dios. El estandarte de la justicia social fue levantado en el nombre de Un Dios y el nombre del estandarte fue Islam. Ningún otro nombre fue añadido a esto, y “La Ilaha Illa Allah” fue grabado en ello. La moralidad se elevó, los corazones y las almas fueron purificados, y con la excepción de unos pocos casos, no hubo ocasión aún de hacer cumplir los límites y escarmientos que Dios había prescrito; por ahora la conciencia fue el agente de la ley, y la complacencia de Dios, la esperanza en la recompensa Divina y el miedo de la ira de Dios tomó el lugar de policía y castigos. La humanidad fue edificada en su orden social, en su moralidad, en toda su vida, al zenit de la perfección que nunca había sido alcanzado antes y que no puede ser alcanzado después excepto por medio del Islam. Todo ello fue posible porque aquellos quienes establecieron esta religión en la forma de un estado, un sistema, leyes y regulaciones, habían primeramente establecido esto en sus corazones y vidas bajo la forma de la fe, el carácter, la adoración y las relaciones humanas. Habían sido prometidos solamente una cosa por el establecimiento de esta religión -no victoria o poder, ni aún que esta religión seria establecida por sus manos, ni relacionada a cualquier cosa de este mundouna promesa, la del Jardín. Esta fue la única promesa dada a ellos por todo su esfuerzo, por todas las penurias que habían soportado, por su firmeza en el enfrentamiento de la oposición de las
fuerzas de la Jahiliya a este llamado, “No hay Dios excepto Alá”, que es aborrecido por aquellos que ostentan el poder en cualquier época y lugar. Cuando Dios los probó y ellos demostraron firmeza, renunciando a sus deseos personales, y cuando El Dios Más Alto conoció que ellos no estaban esperando ninguna recompensa en este mundo, ahora deseosos de ver la victoria de este mensaje y el establecimiento de esta religión en la tierra por sus manos, cuando sus corazones llegaron a estar libres de orgullo de linaje, de nacionalidad, de país, de tribu, de familia -en resumen, cuando Dios El Más Alto vio en ellos ser moralmente puros- entonces Él les concedió la gran responsabilidad, la consiente presunción de ser los representantes de Dios en la tierra. Ya que ellos fueron puros en la fe, el requerimiento para la soberanía sola de Dios es que se extienda sobre sus corazones y conciencias en las relaciones humanas y la moralidad, en vidas y posesiones, en modos y maneras, El Dios Más Alto sabía que ellos serían verdaderos guardianes de la autoridad política, la cual podía ser encargada a ellos a fin que establecieran la ley y justicia Divinas. Él sabía que ellos no usarían esto en beneficio propio o de su tribu o nación, sino dedicarían esta autoridad puramente al servicio de la religión de Dios y sus leyes, ya que sabían que esta fuente verdadera de autoridad es Dios solo y que ellos eran solamente administradores. Si la llamada del Islam no hubiera empezado de esta manera, descartando todas las banderas diferentes a “No hay Dios excepto Alá”, y si no hubiera tomado este camino que aparentemente era difícil y molesto sino que en realidad es cómodo y bendecido, entonces no hubiera sido posible establecer este sistema bendito con este alto estándar. Si esta llamada hubiera llegado en sus fases iniciales como una llamada nacionalista o como un movimiento social o como un intento reformista, o si hubiera agregado otros rótulos a la llamada de “La Ilaha Illa Alá”, entonces este bendito sistema nunca hubiera sido por el motivo solamente de Dios.
El periodo de la Meca en el Corán ha tenido este glorioso atributo que estampa “No hay Dios excepto Alá” en corazones y mentes, y enseña a los Musulmanes a adoptar este método y no otro -a pesar del hecho que parece difícil- y a persistir en este método. El Corán concentró todas sus enseñanzas en la cuestión de la fe solamente, no mencionando los detalles del sistema en el cual ha de basarse o las leyes que regularan sus asuntos. La gente que invita a otros a esta religión debe reflexionar sobre esto. De hecho, esta es la naturaleza de esta religión que requiere este método particular, así como esta religión permanece en pie enteramente en la creencia de la Unicidad de Dios, y todas sus instituciones y leyes son deducidas de este gran principio. Una similitud para esta religión es un árbol fuerte y alto cuya sombra se extiende por todas partes y cuyas ramas alcanzan hasta el cielo. Semejante árbol pondría sus raíces en el fondo de la tierra y se extendería sobre un área amplia, en proporción a su tamaño. El caso de esta religión es similar. Su sistema se extiende dentro de
todos los aspectos de la vida; discute todos los asuntos mayores y menores de la humanidad; ordena la vida del hombre –no solo en este mundo sino en el mundo por venir; da información acerca del No visto así como del mundo visible; no solamente trata de las cosas materiales sino también purifica las intenciones e ideas. Es en consecuencia como un árbol fuerte y alto de amplia extensión; claramente sus raíces deben hundirse en lo profundo y estar en proporción a su tamaño. Este aspecto de la naturaleza del Islam define la manera en la cual está fundado y organizado: Por implantación y reforzamiento de la creencia de tal modo que se filtre dentro de las profundidades del alma humana. Esto es esencial para su correcto desenvolvimiento, porque mediante este método puede una relación ser afianzada entre la parte del árbol de la religión que se extienda hacia arriba y las raíces que están en lo profundo de la tierra. Cuando la creencia en “La Ilaha Illa Alá” penetra en lo más profundo del corazón, también penetra en el sistema completo de la vida, que es una interpretación práctica de esta fe. Por estos medios, aquellos que creen, están ya satisfechos con el sistema que esta fe únicamente determina y somete en principio a todas las leyes y mandatos y detalles aún antes que sean declarados. De hecho, el espíritu de sumisión es la primera exigencia de esta fe. A través de este espíritu de sumisión los creyentes aprenden las leyes y regulaciones Islámicas con ansia y agrado. Tan pronto como una orden es dada, las cabezas se inclinan, y nada más es requerido para su implementación excepto escucharla. De esta manera, la bebida fue prohibida, la usura fue prohibida, y el juego fue proscrito, y todos los hábitos de los Días de la Ignorancia fueron abolidos –abolidos por unos pocos versos del Corán o por unas pocas palabras de los labios del Profeta –paz sea con él. Comparen esto con los esfuerzos de gobiernos seculares. En cada etapa ellos deben confiar en la legislación, en las instituciones administrativas, la policía y el poder militar, la propaganda y la prensa, y aún estos pueden a lo sumo controlar lo que es hecho públicamente, y la sociedad permanece llena de cosas ilegales y prohibidas. Remitirse a Fi Thilal al-Qu´ran (A la Sombra del Corán), Vol. 5, pp. 78-85, para ver como Dios prohibió la ingesta de alcohol. Además remitirse al libro de Sayed Abdul Hasan Ali Nadvi, “La Perdición del Mundo por la Decadencia de los Musulmanes”, citando tanqihat Abul ´Ala Maududi para ver como los Estados Unidos fallaron en sus esfuerzos por prohibir el alcohol.)
Otro aspecto de esta religión debe ser considerado. Esta es una religión práctica; ha venido para ordenar los asuntos prácticos de la vida. En consecuencia enfrenta el problema de las condiciones prácticas y determina si mantenerlas, modificarlas o cambiarlas completamente. Su legislación esta por lo tanto relacionada solo con esas condiciones que realmente existen en una sociedad en particular que ya ha aceptado la soberanía de Dios. El Islam no es un “teoría” basada en “supuestos”; más bien es una manera de vida trabajando con “la realidad”. Por ello, es primeramente necesario que una comunidad Musulmana que cree que “No hay más Dios que Alá” llegue a la existencia, que se comprometa a si misma a obedecer a
nadie sino a Dios, negando toda otra autoridad, y que desafíe la legalidad de cualquier ley que no está basada en esta creencia. Solamente cuando semejante sociedad nace, enfrenta varios problemas prácticos, y necesita un sistema de leyes, entonces el Islam inicia la constitución de leyes y mandatos, reglas y regulaciones. Se dirige solamente a aquellas personas que en principio ya se han sometido a su autoridad y han repudiado todas las otras reglas y regulaciones. Es necesario que los creyentes en esta fe sean autónomos y tengan poder en su propia sociedad, a fin de que puedan ser capaces de implementar este sistema y dar circulación a todas sus leyes. Además, el poder es también necesario para legislar leyes de acuerdo a las necesidades del grupo donde estas se presenten en sus asuntos día a día. En la Meca los Musulmanes no eran autónomos, ni tenían alguna influencia en la sociedad. Su vida practica no había tomado una forma permanente tal que pudieran haberse organizado a si mismos de acuerdo a la ley Divina (al-Shari´ah); por lo tanto, no regulaciones ni leyes fueron dadas a ellos por Dios. Les fue enseñada solamente la creencia y aquellos principios morales que seguir de su fe después que penetrara su mente. Posteriormente, cuando un estado autónomo llegó a la existencia en Medina, las leyes generales fueron reveladas y este sistema que satisface las necesidades de la Comunidad Musulmana nació, y el poder del estado estuvo tras su aplicación. El Dios Más Alto no deseaba que todas las leyes y regulaciones sean reveladas durante el Periodo de la Meca a fin que los Musulmanes tuvieran un sistema ya listo para ser aplicado tan pronto ellos alcanzaran Medina; esto está fuera del carácter de esta religión. El Islam es más práctico que esto y tiene mayor previsión; no encuentra soluciones a problemas hipotéticos. Primeramente observa las condiciones imperantes, y si encuentra una sociedad viable, concordante a su forma, condiciones o temperamento, es una sociedad Musulmana, que se ha sometido a si misma a la ley de Dios y está cansada de leyes emanadas de otras fuentes, entonces de hecho esta religión provee un método para la legislación de leyes de acuerdo a las necesidades de tal sociedad. La gente que demanda del Islam que provea teorías, y que provea una constitución completa para su sistema, y que provea leyes, mientras ellos observan que no hay una sola sociedad en la tierra que haya rechazado los sistemas hechos por el hombre y convenido en hacer cumplir la Sharia, además de tener poder político para tal ejecución, muestran que son ignorantes del carácter de esta religión y la manera en que opera en la vida. Ellos también son ignorantes del propósito para el cual Dios reveló su religión. Lo que esta gente desea es que el Islam cambie su carácter, su método y su historia y sea reducido al nivel de teorías y leyes humanas ordinarias. Ellos desean un atajo como solución para satisfacer sus deseos inmediatos, que son simplemente un producto de la mentalidad derrotista en sus espíritus ante la faz de leyes sin ningún valor hechas por el hombre. Desean que el Islam se convierta en una mera colección de abstracciones y teorías, el tema de cuya aplicación sean condiciones no existentes. Pero el curso prescrito por Dios para esta religión es el mismo como lo fue tempranamente. Primeramente, la creencia debe ser grabada en los corazones y las reglas
sobre sus conciencias –esta creencia que demanda que la gente no se incline ante nadie excepto Dios o derive leyes de cualquier otra fuente. Entonces cuando semejante grupo esté listo y también alcance control directo de la sociedad, varias leyes serán legisladas de acuerdo a las necesidades prácticas de esa sociedad. Esta es la intención que Dios ha tenido para esta religión. No puede ser otra cosa que lo que Dios quiere, sin importar lo que la gente desee. Los llamadores al Islam deben entender que cuando invitan a las personas hacia el renacimiento de la religión, deben invitarlas a aceptar la creencia fundamental Islámica -aun cuando esta gente se auto nombre Musulmanes o su certificado de nacimiento los registre como Musulmanes. La gente debe conocer que Islam significa aceptar el credo “La Ilaha Illa Alá” en su más profundo sentido, cual es: Que cada aspecto de la vida debe estar bajo la soberanía de Dios, y que aquellos que se rebelan contra la soberanía de Dios y la usurpan para sí mismos deben ser combatidos; que esta creencia debe ser aceptada por sus corazones y mentes y debe ser aplicada en sus prácticas y sus modos de vida. Cuando el avivamiento de esta religión empiece entre alguna gente, este aspecto debe tener prioridad. El primer llamado Islámico fue basado en esto; trece años completos del periodo de la Meca fueron dedicados a este mensaje. Cuando un grupo de gente penetra en esta religión en el verdadero sentido, solamente entonces puede ser considerado este un “grupo Musulmán”. Solo semejante grupo tiene, en su vida social, la capacidad de dar forma concreta al sistema Islámico, porque tal grupo ha acordado basar su vida entera en el Islam y obedecer a Dios en todos los aspectos de la vida. Así, cuando esta sociedad nace y las enseñanzas básicas del Islam son su guía, procederá formular leyes y regulaciones porque la existencia práctica necesita estar conforme a las enseñanzas generales del Islam. Este es el orden correcto para producir un práctico, realista y acertado sistema Islámico. Algunas personas sinceras que no entienden el carácter real de nuestra religión están en un apuro. No han entendido que esta es la forma prescrita por el Omnisapiente y Omnisciente Dios. Dijeron que si la gente era enseñada en los fundamentos y leyes Islámicas, entonces la manera de invitarlos al Islam llegaría a ser fácil y la gente automáticamente se volvería comprensiva al Islam. Este es su ilusionado pensamiento, debido a su impaciencia. Es parecido a la idea que pudo haber sido presentada al Profeta mismo -paz sea con él- y que describimos en páginas anteriores; esto es, que si el Profeta -paz sea con él- hubiera empezado su llamado como nacionalismo, o revolución económica o un movimiento reformista, su camino hubiera resultado más fácil. Es esencial que los corazones estén dedicados exclusivamente solo a Dios, aceptando Su ley con completa sumisión y rechazando todas las otras leyes -desde el mismo principio, aun antes que los detalles sean expuestos para atraerlos.
El amor a la ley Divina (al-Shari´ah) debe ser una consecuencia de la sumisión pura a Dios y de la libertad de no servir a nadie más, y no porque sea superior a otros sistemas en tales y cuales detalles. No hay duda que la Sharia es lo mejor puesto que proviene de Dios; las leyes de sus criaturas pueden difícilmente ser comparadas a las leyes dadas por el creador. Pero este punto no es la base del llamado Islámico. La base del mensaje es que uno debe aceptar la Sharia sin ninguna pregunta y rechazar todas las demás leyes en cualquier forma y figura. Esto es Islam. No hay otro significado del Islam. Alguien que es atraído a este Islam básico ya ha resuelto este problema, no requerirá ninguna persuasión con motivo de mostrar su belleza y superioridad. Esta es una de las realidades de la fe.
Luego, debemos discutir como el Corán resolvió el problema de la creencia y la fe durante trece años de vida en la Meca. El Corán no presentó esto bajo la forma de una teoría o una teología, ni lo presentó en el estilo que es común a nuestros escritos escolásticos respecto al tema de la Unicidad de Dios. Nada de esto; el Corán siempre apela a la naturaleza humana y atrae nuestra atención a los signos de Dios que están en el alma misma del hombre y que son todo lo que lo rodea. Libera la naturaleza humana de supersticiones, pule la innata inteligencia del hombre al mayor grado, abre las ventanas del mundo y hace al hombre apreciar el intrincado proceso de la naturaleza de Dios. Este es un aspecto general. Un aspecto particular es que el Corán, en la base de su creencia, inicio una lucha en la vida real contra las falsas ideas y tradiciones bajo las cuales la naturaleza humana se había convertido en impotente. Para confrontar estas circunstancias especiales, no hubiera sido deseable presentar el Islam en la forma de una teoría. Tomó la forma de una confrontación directa, con la determinación de rasgar las cortinas que habían caído en los corazones y mentes de la gente y romper en pedazos todos aquellos muros que permanecían en pie entre el hombre y la verdad. Similarmente, la argumentación intelectual, basada en la lógica verbal que era el contraste de la teología escolástica de posteriores tiempos, no fue un estilo apropiado para ello. El Corán estaba luchando contra la totalidad del ambiente humano como este existía. Fue dirigiéndose él mismo a la totalidad de la humanidad que estaba ahogada bajo el vasto océano de la corrupción. El estilo de la teología hubiera sido inútil para él porqué, aunque la fe Islámica es una creencia, su programa principal esta en la esfera de la vida; no permanece circunscrito a discusiones teóricas y especulaciones teológicas. El Corán por un lado construye fe en los corazones de la comunidad Musulmana y por el otro ataca la Jahiliya circundante mediante su comunidad, que lucha para remover todas las influencias Jahili encontradas en las ideas, prácticas y moralidad de la comunidad Musulmana. La construcción de la creencia Islámica ocurrió bajo estas tormentosas condiciones, y no en la forma de una teoría o teología o argumento escolástico. Fue más bien como un movimiento activo, orgánico y vital; la concreta representación de lo que era la comunidad Musulmana. El crecimiento de la comunidad
Musulmana, incluyendo sus ideas, moralidad, educación y entrenamiento, fue debido a su fe. La evolución de este movimiento fue totalmente la manifestación práctica de la evolución de sus creencias, y este es el verdadero método del Islam el cual refleja su naturaleza y su espíritu. Los portadores del mensaje Islámico deben conservar en la mente este método dinámico del Islam que hemos descrito arriba. Deben saber que la etapa de la construcción de la creencia de este modo, que se extendió sobre el largo periodo de la vida en la Meca, no estuvo separada de la etapa de organización práctica, bajo la cual la comunidad Islámica llego a la existencia. ¡No fue una etapa de enseñanza y aprendizaje de “la teoría”! Fue un único peldaño en el cual, al mismo tiempo, la semilla de la fe fue implantada y la comunidad fue organizada, dando una estructura practica a las enseñanzas Islámicas. Por eso en el futuro, cada vez que haya intentos de avivar el Islam, este método exhaustivo debe ser adoptado. Así, la etapa de la construcción de la fe debe ser larga, y debe ser gradual. Cada paso debe ser asumido con firmeza. Este escalón no debe ser usado en enseñar la teoría de las creencias sino en traducir la creencia en una realidad viviente. Primeramente debe ser implantado en los corazones de los hombres; debe materializarse en un sistema social dinámico cuyo crecimiento interno como externo refleje la evolución de la creencia. Tiene que ser un movimiento dinámico que desafíe la Jahiliya tanto en la teoría como en la práctica, tal que se convierta en una fe viviente que aumenta mientras lucha contra las fuerzas circundantes. Es un error y ¡Que error! -pensar que el Islam puede evolucionar en la forma de una teoría abstracta limitada al aprendizaje espiritual y al conocimiento cultural. Guárdense de este peligro, ¡Tengan cuidado! El Corán no vino de una sola vez sino que tomó trece años construir y reforzar la estructura de la fe. Sí Dios hubiera querido, Él habría revelado el Corán completo de una vez y entonces dejado a los Compañeros aprenderlo por un periodo de aproximadamente trece años a fin que los creyentes pudieran dominar la “teoría Islámica”. Pero El Dios Mas Alto no eligió este método. Él deseaba algo más. Quería colocar los fundamentos de una comunidad, un movimiento y una fe simultáneamente. Deseaba la comunidad y el movimiento para ser fundados en convicción, que con el progreso dinámico de la comunidad la fe también se desarrollara. Él quería hacer crecer la fe con el progreso de la comunidad, que la vida práctica de la comunidad sea al mismo tiempo un reflejo de la fe. Él Dios Mas Alto sabía que el hombre y las sociedades no son fundados durante la noche, sino que toma tanto tiempo construir y desarrollar una fe como toma organizar una comunidad, de manera que cuando la fe es completa, simultáneamente una comunidad fuerte también nace, lo cual es la verdadera representación e interpretación práctica de la fe.
Este es el carácter de nuestra religión, y el periodo de la Meca del Corán lo testifica. Debemos ser conscientes de este carácter y no tratar de cambiarlo siendo impacientes o cayendo bajo la
influencia de una mentalidad derrotista ante la presencia de las teorías sin ningún valor hechas por el hombre. Mediante esta cualidad particular el Islam llegó a la existencia, y en el futuro, cada vez que una comunidad Musulmana sea creada en el mundo, solamente puede ser creada por este método y en relación a este carácter. Debemos ser conscientes que cualquier intento de cambiar la fe viviente del Islam, que está destinada a penetrar en la venas y arterias de una sociedad vital y ser un movimiento organizado concreto, en enseñanzas puramente teóricas y discusiones académicas, es un intento de mostrar la superioridad de la “teoría Islámica” sobre las teorías inútiles y sin ningún valor formuladas por el hombre, y es no solamente erróneo sino también peligroso. La exigencia de la creencia Islámica es que tome forma en almas vivientes, en una organización activa, y en una comunidad viable. Debe tomar la forma de un movimiento luchando contra el ambiente Jahili mientras trata de remover la influencia de la sociedad Jahili en sus seguidores, porque ellos eran gente de la Jahiliya antes que la fe penetrara sus almas, y la influencia de la Jahiliya puede haber permanecido en sus corazones y mentes, así como en sus vidas. La creencia Islámica tiene un mucho mayor rango de acción que simplemente las discusiones académicas, ya que no solo se dirige ella misma a los corazones y mentes sino también incluye las prácticas y la moralidad. Los atributos Divinos, el universo, la vida, el hombre, están todos incluidos en el concepto Islámico, que no solo es muy amplio y perfecto sino realista y constructivo. El Islam, por razón de su misma naturaleza, aborrece estar reducido a pura reflexión -está contra su propia naturaleza y objetivo último - y ama aparecer personificado en seres humanos, en una organización viviente y en un movimiento practico. Su método es crecer a través de la mediación de persona vivas y por medio de un movimiento dinámico y una organización activa de tal manera que su teoría llega a la realización al mismo tiempo que sus aplicaciones prácticas. Nunca permanece como una teoría abstracta sino que se desarrolla lado a lado con la práctica. En cuanto a la idea que debemos primeramente perfeccionar el Islam como una teoría, haciéndola girar después en el mundo de la acción, esto es un error y es peligroso, estando contra la naturaleza del Islam, su propósito y sus elementos estructurales. El Dios Mas Alto dice: “Es un Corán que hemos dividido en partes para que lo recites a los hombres gradualmente. Y así lo hemos hecho descender en revelaciones sucesivas” (17:106) Gradualidad y enseñanza en intervalos es deseable, a fin que una “Comunidad Viviente” basada en sus creencias pueda nacer y no ser simplemente una “teoría”. Los portadores del mensaje del Islam deben entender completamente que esta es una religión Divina y este es su método, que es harmonioso con su naturaleza, y esta también basado en la dirección Divina. No es posible establecer esta religión sin seguir su método particular.
Uno también debe entender que esta religión ha venido a cambiar no solo las creencias y prácticas de la gente sino también el método de producir estos cambios en creencias y prácticas. Esta religión construye fe a la vez que forma una comunidad; también desarrolla su sistema de pensamiento mientras gasta su energía en reforzar sus aspectos prácticos, en consecuencia el establecimiento de su particular sistema de pensamiento, sus particulares convicciones y su peculiar modo de vida no requieren métodos diferentes sino son completados simultáneamente. De la anterior explicación sabemos que esta religión tiene un método particular de acción. Ahora debemos saber que este método es eterno, no está relacionado a alguna etapa inicial o a algunas condiciones y ambientes peculiares a la primera comunidad Musulmana. De hecho, esta religión no puede ser establecida –en ningún tiempo- excepto mediante este método. La función del Islam es cambiar las acciones y creencias de la gente además de su perspectiva y su manera de pensar. Su método es Divinamente ordenado y es enteramente diferente de todos los métodos sin ningún valor de los seres humanos de visión corta. No podemos recibir la guía Divina o vivir de acuerdo a ella a menos que adoptemos el método Divinamente ordenado, el método que Dios destinó para reformar el entendimiento humano y la práctica. Cuando tratamos de hacer del Islam una teoría a ser estudiada, removemos el método Divino y la perspectiva Divina de su carácter, y lo reducimos al nivel de un sistema hecho por el hombre por medio del pensamiento, como si el método Divino fuera inferior a los métodos humanos, y como si deseáramos elevar el sistema de pensamiento y acción ordenado por Dios, ¡Al nivel de los sistemas de sus criaturas! Este punto de vista es extremadamente peligroso y este derrotismo es ruinoso. La función del sistema Divino que es dado a nosotros –quienes somos los llamadores al Islam- es proveer un estilo exacto de pensamiento, purificado de todos aquellos sistemas Jahili y maneras de pensar que son corrientes en el mundo y han envenenado nuestra cultura privándonos de nuestra propia reflexión. Si tratamos de cambiar esta religión en un modo que es extraño a su naturaleza y que es prestado de los modos de la Jahiliya predominante, le privaremos de la función que ha venido a ejecutar para la humanidad. Nos privaremos a nosotros mismos de la oportunidad de deshacernos del yugo de las formas Jahili comunes en nuestro tiempo, los cuales dominan nuestra reflexión. Este aspecto de la situación está lleno de peligro, y el extravío resultante será desastroso. Las formas de pensamiento y acción para el establecimiento del sistema Islámico no son menos importantes o menos necesarias que esta fe Islámica y forma de vida, ni están separados uno de otro. Aunque puede parecernos muy atractivo mantener expuestas las bellezas de la fe y sistema Islámicos, no debemos olvidar este hecho: El Islam no puede nunca llegar a ser un modo práctico de vida o un movimiento dinámico a través de estos medios. Debemos entender que esta manera de presentar el Islam no beneficia a nadie excepto a aquellos que están trabajando por el
movimiento Islámico, y aún este grupo puede beneficiarse de esto solamente al grado correspondiente con su etapa de desarrollo. Repito por lo tanto que la fe Islámica debe materializarse en seguida en un movimiento práctico, y desde el mismo instante que llega a la existencia, el movimiento debe resultar una real representación y un fiel espejo de su creencia. También repetiré que este es el método que es natural a la Divinamente revelada religión del Islam, y que este método es el más superior y perdurable y es extremadamente efectivo. Es más cercano a la naturaleza humana que todos estos métodos que presentan el Islam a la gente en la forma de una teoría completa y fija, antes que esta gente se haya enlistado en un movimiento practico y antes que esto haya llegado a ser una realidad viviente en sus corazones, creciendo paso a paso en traducir esta teoría en realidad.
Si este es el correcto método para los fundamentos de la fe Islámica, es aún más correcto con respecto a las particularidades de su estructura organizacional y sus detalles legales. La Jahiliya que nos ha rodeado, y que pesa duramente en las mentes de algunos sinceros trabajadores para el Islam, que llegaron a impacientarse y deseaban ver todas las etapas del sistema Islámico nacer rápidamente, ha levantado verdaderamente una cuestión muy delicada. Les pregunta: ¿Cuáles son los detalles del sistema al cual ustedes están llamando? –como si nada estuviera faltando para el reforzamiento de la ley Islámica excepto la búsqueda en la jurisprudencia (Fiqh) y sus detalles, como si cada uno hubiera convenido sobre la soberanía de Dios y estuvieran deseosos de someterse a sus leyes, como si el único factor restante fuera la no existencia del Mujtahidin (aquellos Musulmanes cuyo conocimiento de las fuentes islámicas de la ley es tan profundo que pueden con validez ejercer juicio independiente en asuntos pertinentes a detalles legales) que suministrarían una versión modernizada de la jurisprudencia Islámica. Esto es una broma vulgar en el Islam, y cada persona quien tiene algún respeto por esta religión debe levantarse él mismo ante esto. Por estas tácticas, la Jahiliya quiere encontrar una excusa para rechazar el sistema Divino y perpetuar la esclavitud de un hombre sobre otro. Desea alejar el poder de los Musulmanes del trabajo de establecer la Divinamente decretada forma de vida a fin que ellos no puedan ir más allá de la creencia a la etapa de movimiento dinámico. Desea distorsionar la misma naturaleza de este método. El método por el cual la fe Islámica madura por medio de la lucha de su movimiento, en el cual los detalles del sistema Islámico se desarrollan a través de los esfuerzos prácticos, y en el cual las leyes son diseminadas para resolver problemas prácticos y dificultades reales. Es el deber de los musulmanes exponer estas tácticas y reducirlas a polvo, de rechazar estas ridículas proposiciones de la “Reconstrucción de la ley Islámica” para una sociedad que no está deseosa de someterse a la ley de Dios ni expresa ningun hastío con leyes emanadas de fuentes diferentes a Dios. Semejante cháchara es una manera de desviar la atención del trabajo real y
serio, y es un método por el cual los trabajadores del Islam pueden ser llevados a desperdiciar su tiempo en construir castillos en el aire. En consecuencia, es su deber exponer estas tácticas traicioneras. Es su deber adoptar el método del movimiento Islámico que es armonioso con esta religión. Este método es la fuente del poder para esta religión, así como una fuente de poder para ellos. El Islam y el método de resurgimiento del Islam son ambos igualmente importantes; no hay diferencia entre ellos. Cualquier otro método, no obstante cuan atractivo pueda ser, no puede producir el establecimiento del Islam. Otros métodos pueden trabajar para el establecimiento de sistemas hechos por el hombre, pero son incapaces de establecer nuestro sistema. En consecuencia, es necesario seguir este método particular para el establecimiento del Islam como lo es obedecer la manera de vida que este bosqueja y creer en sus artículos de fe. “Es cierto que esta recitación guía a la vía mas recta.” (17:9)
Capítulo 3 Las características de la Sociedad Islámica y el método correcto de su Formación El mensaje del Islam, traído por el Mensajero de Dios, Muhammad –paz sea con el- fue el último eslabón en la larga cadena de invitaciones a Dios por los nobles Profetas. A través de la historia su mensaje ha permanecido el mismo: Los seres humanos deben reconocer que su verdadero Señor y Sustentador es un Único Dios, que deben someterse solamente a él, y que el señorío del hombre debe ser eliminado. Excepto por unas pocas personas aquí y allá en la historia, la humanidad como un todo nunca ha negado la existencia de Dios y su soberanía sobre el universo; más bien ha errado en comprender los reales atributos de Dios o en tomar otros Dioses además de Él cómo sus asociados. Esta asociación con Dios ha sido tanto en creencia y adoración como en aceptar la soberanía de otros además de Dios. Ambos aspectos son Shirk (Shirk es una palabra Árabe que se refiere a imputar los atributos, poder o autoridad de Dios a otros además de Él o la adoración a otros además de Él) en el sentido que ellos separan a los seres humanos de la religión de Dios, que ha sido traída por los Profetas. Después de cada Profeta, hubo un periodo durante el cual la gente entendió esta religión, pero entonces gradualmente posteriores generaciones olvidaron esto y retornaron a la Jahiliya. Ellos empezaron nuevamente en el camino del Shirk, algunas veces en su creencia y otras en su sumisión a la autoridad de otros, y algunas veces en ambos.
A través de cada periodo de la historia humana la llamada hacia Dios ha tenido una naturaleza. Su propósito es “Islam”, lo cual significa traer a los seres humanos a la sumisión a Dios, liberarlos de la servidumbre a otros seres humanos a fin que puedan dedicarse ellos mismos al Único Verdadero Dios, para liberarlos de las tenazas del señorío humano y de las leyes hechas por el hombre, de sistemas de valores y tradiciones a fin que ellos puedan conocer la soberanía y autoridad del Único Verdadero Dios y seguir su ley en todas las esferas de la vida. El Islam de Muhammad -paz sea con él- vino para este propósito, tanto como los mensajes de los anteriores Profetas. El universo entero está bajo la autoridad de Dios, y el hombre, siendo una parte pequeña de esto, necesariamente obedece las leyes físicas que gobiernan el universo. Es también necesario que la misma autoridad sea conocida como el legislador para el género humano. El hombre no puede separarse el mismo de esta autoridad para desarrollar un sistema ajeno y un proyecto de vida separado. El desarrollo de un ser humano, sus condiciones de salud y enfermedad, y su vida y muerte están bajo el esquema de aquellas leyes naturales que vienen de Dios; aun en las consecuencias de sus acciones voluntarias es impotente frente a las leyes universales. El hombre no puede cambiar la práctica de Dios en las leyes que prevalecen en el universo. Es por lo tanto deseable que él deba seguir el Islam en aquellos aspectos de la vida en los cuales se le da una opción y debe hacer de la ley Divina el árbitro en todos los asuntos de la vida a fin que pueda haber armonía entre el hombre y el resto del universo. (Ver Hacia el Entendimiento del Islam, por A. A. Maududi, para una explicación de este punto.) Jahiliya, por el otro lado, es el señorío de un hombre sobre otro, y en este respecto está en contra del sistema del universo y trae el aspecto involuntario de la vida humana al conflicto con su aspecto voluntario. Esta fue aquella Jahiliya que confrontó cada Profeta de Dios, incluyendo al último Profeta -paz sea con él- en su llamada hacia la sumisión a un Único Dios. Esta Jahiliya no es una teoría abstracta, de hecho, bajo ciertas circunstancias no tiene una teoría del todo. Siempre toma la forma de un movimiento viviente en una sociedad que tiene su propio liderazgo, sus propios conceptos y valores, y sus propias tradiciones, hábitos y sentimientos. Es una sociedad organizada y existe una cercana cooperación y lealtad entre sus individuos, y siempre está lista y activa para defender su existencia consciente o inconscientemente. Ella aplasta a todos los elementos que parecen ser peligrosos para su personalidad. Cuando la Jahiliya toma la forma, no de una “teoría” sino de un movimiento activo de esta manera, entonces cualquier intento de abolir esta Jahiliya y de traer de regreso a la gente hacia un Dios que presenta al Islam simplemente como una teoría será indeseable, más bien inútil. La Jahiliya controla el mundo práctico y para este apoyo hay una viviente y organización activa. En esta situación, simples esfuerzos teóricos para luchar con ella no pueden ser equitativos, mucho menos superiores, a esto. Cuando el propósito es abolir el sistema existente y remplazarlo con un nuevo sistema, en cuyo carácter principios y aspectos particulares y generales son diferentes del sistema de control Jahili, entonces se mantiene en vigor la razón que este nuevo sistema debe también llegar al campo de batalla como un movimiento organizado y un grupo viable. Este debe venir al campo de batalla con la determinación que su estrategia, su organización social, y las
relaciones entre sus individuos deben ser más firmes y más poderosas que las existentes en el sistema Jahili. La fundación teórica del Islam, en cada periodo de la historia, ha sido atestiguar “La Ilaha Illa Alá” “No hay Dios excepto Alá”- lo cual significa portar testimonio que la única verdadera deidad es Dios, que Él es el sustentador, que Él es el gobernante del universo, y que Él es el Real Soberano; para creer en Él en el corazón de uno, para adorarle a Él solo, y poner en práctica Sus leyes. Sin esta completa aceptación de “La Ilaha Illa Alá”, que diferencia al que dice ser Musulmán de aquel no Musulmán, no puede haber ningún significado práctico a esta declaración, ni tener ningún peso de acuerdo a la ley Islámica. Teóricamente, establecer esto significa que la gente debe consagrar el total de sus vidas en sometimiento a Dios, no deben decidir sobre ningún asunto por su cuenta, sino remitirse a los mandatos de Dios referentes a estos y seguirlos. Sabemos de la guía de Dios solamente a través de una fuente, a través del Mensajero de Dios –paz sea con él. Así, en la segunda parte del credo Islámico, portamos testimonio “Wa ashhadu anna Muhammdar Rasul Allah” – “Y atestiguo que Muhammad es el Mensajero de Dios”. Es por lo tanto necesario que la fundación teórica del Islam -la fe- se materialice en la forma de un organizado y activo grupo desde el mismo comienzo. Es necesario que este grupo se separe a si mismo de la sociedad Jahili, llegando a ser independiente y distinto de la activa y organizada sociedad Jahili cuyo objetivo es bloquear el Islam. El centro de este nuevo grupo debe tener un nuevo liderazgo, el liderazgo que primero vino en la persona del Profeta mismo –paz sea con él-, y después de él fue delegado a aquellos que se esforzaron por traer de regreso a la gente a la soberanía de Dios, Su autoridad y Sus leyes. Una persona quien porta testimonio que no hay Dios excepto Alá y que Muhammad es el Mensajero de Dios debe cortar sus relaciones de lealtad con la sociedad Jahili, a la cual ha renunciado, y del liderazgo Jahili, sea este bajo el aspecto de sacerdotes, magos o astrólogos, o en la forma de liderazgo político, económico o social, como fue el caso de los Quraish en el tiempo del Profeta –paz sea con él. Tendrá que dar su completa lealtad a este nuevo movimiento Islámico y al liderazgo Musulmán. Este paso decisivo debe ser tomado en el mismo momento que la persona dice “La Ilaha Illa Allah, Muhammadar Rasul Allah” con su lengua. La sociedad Musulmana no puede nacer sin esto. No puede llegar a la existencia simplemente como un credo en los corazones de los individuos Musulmanes, no obstante cuan numerosos puedan ser, a menos que lleguen a ser un grupo activo, armonioso y cooperativo, distinto por sí mismo, cuyos elementos diferentes, como los miembros de un cuerpo humano, trabajen juntos para su formación, su fortalecimiento, su expansión, y para su defensa contra aquellos elementos que atacan su sistema, trabajando bajo un liderazgo que es independiente, que organiza sus esfuerzos varios en un propósito armonioso, el cual prepara para el fortalecimiento y difusión de su carácter Islámico y los dirige a abolir las influencias de su oponente, la vida Jahili. El Islam fue fundado de esta manera. Fundado en un credo que, aunque conciso, incluía el total de la vida. Este credo inmediatamente trajo a la acción un grupo de gente viable y dinámico que llegó
a ser independiente y separado de la sociedad Jahili, desafiándola inmediatamente; nunca vino como una teoría abstracta desprovista de existencia práctica. Y, en el futuro puede ser producido solamente de esta manera. No hay otra forma para el resurgimiento del Islam bajo la sombra de la Jahiliya, en cualquier época o país aparezca, excepto seguir su carácter natural y desarrollarlo bajo un movimiento y un sistema organizado.
Cuando el Islam, de acuerdo al método descrito anteriormente, inicia una comunidad Musulmana en esta base, forma esta en un grupo activo, y hace de esta fe el único basamento para las relaciones entre los individuos de este grupo, su objetivo último es despertar la “humanidad del hombre”, desarrollarla, hacerla fuerte y poderosa, y hacerla el factor más dominante entre todos los aspectos encontrados en el ser humano. Busca implementar este propósito por medio de sus enseñanzas, sus reglas, sus leyes y mandatos. Algunas características humanas son comunes con aquellas animales, aún con algunas de materia inorgánica. Esto ha extraviado a los exponentes de la “Jahiliya científica” a considerar al hombre ser nada más que un animal, ¡O aún que materia inorgánica! Pero a pesar de las características que el hombre comparte con animales y materia inorgánica, el hombre posee otras ciertas características que lo distinguen y hacen de él una creación única. Aún los exponentes de la “Ignorancia científica” se vieron forzados a admitir esto, la evidencia de hechos observacionales asfixiándolos; pero aún entonces, su reconocimiento de estos hechos no es sincero ni inequívoco. (El principal entre los Darwinistas es Julián Huxley.) A este respecto el servicio prestado por la manera pura de vida Islámica ha producido concretos y valiosos resultados. El Islam basa la sociedad Islámica en la asociación de la fe solamente, en lugar de bajas asociaciones basadas en raza y color, lenguaje o país, intereses regionales y nacionales. En lugar de subrayar aquellos rasgos que son comunes a ambos hombres y animales, promueve las cualidades humanas, las nutre y hace de ellas el factor dominante. Por medio de los concretos y brillantes resultados de esta actitud fue que la sociedad Islámica llego a ser una comunidad abierta e inclusiva en la cual la gente de varias razas, naciones, lenguajes y colores fueron miembros, no permaneciendo ni rastro de estos deficientes rasgos animales. Los ríos de talentos superiores y varias habilidades de todas las razas de la humanidad fluyeron en este vasto océano y se mezclaron en él. Su entremezcla dio origen al alto nivel de civilización en un muy corto lapso de tiempo, deslumbrando al mundo entero, y combinando las esencias de las capacidades humanas, ideas y sabiduría de este periodo, a pesar del hecho que en aquellos tiempos los viajes era difíciles y los medios de comunicación lentos. En esta gran sociedad Islámica, Árabes, Persas, sirios, Egipcios, Marroquíes, Turcos, Chinos, Hindúes, Romanos, Griegos, Indonesios, Africanos fueron juntados -en resumen, gente de todas las naciones y todas las razas; sus varias características fueron unidas y con cooperación mutua, harmonía y unidad ellos tomaron parte en la construcción de la comunidad Islámica y la cultura Islámica. Esta maravillosa civilización no fue una “Civilización Árabe”, ni tan siquiera por un solo
día; fue puramente una civilización Islámica. Nunca fue una “nacionalidad” sino siempre una comunidad de fe. Así, ellos se unieron en una posición igualitaria de amor, con sus mentes emprendieron un único objetivo; en consecuencia usaron sus mejores habilidades, desarrollaron las cualidades de su raza al máximo, y trajeron la esencia de sus experiencias personales, nacionales e históricas para el desarrollo de esta única comunidad, a la cual pertenecían en igual posición y en la cual su conexión común fue mediante su relación con su Sustentador. En esta comunidad su “humanidad” se desarrolló sin ningún obstáculo. ¡Estas características nunca fueron alcanzadas por ningún otro grupo de gente en la historia completa de la humanidad! La sociedad más conocida y distinguida en la historia antigua es considerada ser el Imperio Romano. Gente de varias razas, lenguajes y temperamentos se unieron en esta sociedad, pero todo esto no estuvo basado en “relaciones humanas” ni fue ninguna fe sublime el factor unitario entre ellos; más bien su sociedad fue ordenada en sistemas de clases, la clase de los “nobles” y la clase de los “esclavos” en todo el Imperio. Además, la raza Romana -en general- tenía el liderazgo y las otras razas eran consideradas sus súbditos. Por eso esta sociedad no podía alcanzar la altura que fue alcanzada por la sociedad Islámica y no trajo aquellas bendiciones que fueron traídas por la sociedad Islámica. Varias sociedades han también aparecido en tiempos modernos. Por ejemplo, consideremos el Imperio Británico. Es como la sociedad Romana de la cual es heredero. Está basado en una creencia nacional, en la cual la nación Británica tiene el liderazgo y explota aquellas colonias anexadas por el Imperio. Lo mismo es verdad para otros imperios Europeos. Los Imperios Español y Portugués en su tiempo, y el Imperio Francés, todos eran iguales con respecto a la opresión y explotación. El comunismo también quería establecer un nuevo tipo de sociedad, demoliendo los muros de raza y color, región geográfica y nación, pero no está basado en “relaciones humanas” sino en un “sistema de clases”. Así, la sociedad comunista es como la sociedad Romana con una inversión de énfasis; allí los nobles tenían distinción, cuando acá el proletariado tiene distinción. El rasgo subyacente de esta clase es detestado y envidiado por otras clases. Semejante sociedad, egoísta y vengativa, no puede sino excitar emociones básicas en sus individuos. La misma base de esto es establecida al excitar las características animales, al desarrollarlas y fortalecerlas. En consecuencia, en su opinión, las más fundamentales necesidades de un ser humano son aquellas que son comunes con los animales, esto es, comida, refugio y sexo. Bajo este punto de vista, el total de la historia humana es nada sino una lucha por alimento. El Islam, entonces es el único modo Divino de vida que saca a relucir las más nobles características humanas, desarrollando y usando estas para la construcción de la sociedad humana. El Islam ha permanecido único en este aspecto hasta este día. Aquellos que se desvían de este sistema y desean algún otro sistema, sea este basado en nacionalismo, color y raza, lucha de clases, o similares teorías corruptas, ¡Son verdaderamente enemigos de la humanidad! Ellos no desean que el hombre desarrolle estas nobles características que le han sido dadas por su Creador ni desean
ver una sociedad humana beneficiarse de la harmoniosa mezcla de todas estas capacidades, experiencias y características que han sido desarrolladas entre las varias razas del género humano. Dios El Más Alto dijo acerca de esta gente: “Di: ¿Queréis saber quiénes son los más perdedores por sus obras? Aquellos cuyo celo por la vida de este mundo los extravió mientras pensaban que hacían el bien con lo que hacían. Ésos serán los que habían negado los signos de su Señor y el encuentro con él, sus obras se hicieron inútiles y el Día del Levantamiento no tendrán ningún peso. Esta será su recompensa: Yahannam, a causa de lo que negaron por haber tomado Mis signos y Mis mensajeros a burla.” (18:103-106) Dios Todopoderoso habla la verdad.
Capítulo 4 Yihad en la causa de Dios Yihad (literalmente, “esfuerzo”. Esta palabra Árabe denota cualquier forma de actividad, ya sea personal o extendida a la comunidad, de Musulmanes en el intento de luchar por la causa de Dios y por el bien del Islam.) El gran erudito Ibn Qayyim, en su libro Zad al-Mitad, tiene un capítulo titulado “El tratamiento del Profeta de los No Creyentes y los Hipócritas Desde el Comienzo de Su Mensajería Hasta su Muerte.” En este capítulo, este erudito ha resumido la naturaleza de la Yihad Islámica. “La primera revelación de Dios que vino al Profeta -paz sea con él- fue “Iqraa, bisme Rabbika allahhee…” (“Lee, en el nombre de tu Sustentador, quien creó…”). Este fue el comienzo de la Profecía. Dios ordenó al Profeta -paz sea con él- recitar esto en la tierra. El mandamiento de predicar no había llegado aún. Entonces Dios reveló “Ya ayyuha al-Muddathir, qum fandhir” (“O tu que estas envuelto en tu manto, levántate y advierte”). Así, la revelación de “Iqraa” fue su señalamiento a profetizar, mientras que “Ya ayyuha al-Muddathir” fue su señalamiento a la mensajería. Después Dios ordenó a Su Profeta -paz sea con él- avisar a sus parientes cercanos, luego a su gente, después a los Árabes que estaban alrededor de ellos, posteriormente a toda Arabia, y finalmente al mundo entero. En consecuencia, por trece años siguientes al comienzo de su mensajería, él llamó a la gente hacia Dios a través de la predicación, sin pelear o aplicar la Jizyah, (un impuesto que grava a hombres No Musulmanes en áreas gobernadas por Musulmanes, en lugar del servicio militar.) y le fue ordenado contenerse a sí mismo y practicar la paciencia y el autodominio. Después fue ordenado de migrar, y posterior permiso le fue dado para pelear. En ese momento fue mandado de luchar contra aquellos que le combatieron, y refrenarse a sí mismo
de aquellos que no hacían guerra con él. Posteriormente fue ordenado de combatir a los politeístas hasta que la religión de Dios fuera completamente establecida. Después el mandato para la Yihad llegó, los No Creyentes fueron divididos en tres categorías: una, aquellos con quienes había paz; dos, la gente con quien los Musulmanes estaban en guerra; y tres, los Dhimmies. (Literalmente significa “responsabilidad”, Dhimmies se refiere a la gente No Musulmana que residían en un estado Musulmán de cuya protección y derechos el gobierno Musulmán era responsable.) Esto fue decretado mientras los No Creyentes con quienes él tenía un tratado de paz atendieran sus obligaciones, él debía cumplir los artículos del tratado, pero si ellos rompían este tratado, entonces ellos debían ser notificados de haberlo roto, hasta entonces, la guerra no sería declarada. Si ellos persistían, entonces él debía pelear con ellos. Cuando el capítulo titulado “bratt” fue revelado, los detalles del tratamiento de estos tres tipos de No Creyentes fueron descritos. También fue explicado que la guerra debía ser declarada contra aquellos de la “Gente del Libro” (Cristianos y Judíos) que abiertamente declaraban su enemistad, hasta que ellos convinieran en pagar la Jizyah o aceptaran el Islam. Relativo a los politeístas e hipócritas, fue decretado en este capítulo que la Yihad seria declarada contra ellos y que serían tratados duramente. El Profeta -paz sea con él- prosiguió la Yihad contra los politeístas por medio del combate y contra los hipócritas a través de la predicación y la argumentación. En el mismo capítulo fue ordenado que los tratados con los politeístas sean traídos a término en el periodo de su expiración. Respecto a esto, la gente con quien hubo tratos fueron divididos en tres categorías; la primera, aquellos que rompieron el trato y no cumplieron sus términos. Él fue ordenado de combatir contra ellos; peleó con ellos y fue victorioso. La segunda fueron aquellos con quienes el tratado fue hecho por un plazo señalado; ellos no habían roto este trato ni ayudado a nadie contra el Profeta -paz sea con él. Concerniente a ellos Dios ordenó que estos tratados sean cumplidos en toda su duración. El tercer tipo fueron aquellos con quienes no había un tratado ni estuvieran peleando contra el Profeta -paz sea con él-, o aquellos con quienes un término de expiración no fue señalado. Relativo a esto fue decretado que se les daría cuatro meses de plazo de expiración, al final del cual serían considerados enemigos abiertos y combatidos. Así, aquellos que rompían el tratado eran combatidos, y aquellos que no tenían ningún tratado o tenían un periodo indeterminado de expiración eran dados un periodo de cuatro meses de gracia, y los términos eran mantenidos con aquellos hasta que el tratado caducaba. Toda la última gente aceptaba el Islam aún antes que el término expirara, y los No Musulmanes del estado pagaban la Jizyah. En consecuencia, después del capítulo “bratt”, los No Creyentes eran de tres tipos: adversarios en guerra, gente con tratados, y Dhimmies. La gente con tratados eventualmente se convertían en Musulmanes, entonces solo quedaban dos clases: La gente en guerra y los Dhimmies. La gente en guerra estaba siempre temerosa de él. Ahora la gente del mundo entero eran de tres tipos: uno, el Musulmán que creía en él; dos, aquellos con quienes él tenia paz y tres, los oponentes que mantenían la lucha contra él. En lo que a los hipócritas se refiere, Dios ordenó al Profeta -paz sea con él- aceptar sus apariencias y dejar sus intenciones a Dios, y llevar la Yihad contra ellos por medio de la persuasión y los argumentos. Le fue ordenado no orar en sus funerales ni orar en sus tumbas, ni debía pedir perdón a Dios por ellos, ya que su asunto era con Dios. Por consiguiente esta fue la práctica del Profeta -paz sea con él- en lo que se refiere a sus enemigos entre los no creyentes y los hipócritas.
En esta descripción encontramos un sumario de las etapas de la Yihad Islámica presentada en una excelente manera. En este sumario hallamos todas las características distintas y de largo alcance del dinámico movimiento de la verdadera religión; debemos reflexionar sobre ellas para un estudio profundo. Aquí, sin embargo nos limitaremos a unos pocos comentarios aclaratorios. Primero, el método de esta religión es muy práctico. Este movimiento trata a la gente como realmente son y usa recursos que están en conformidad con condiciones prácticas. Desde que este movimiento entró en conflicto con la Jahiliya que prevalece sobre las ideas y creencias, y que tiene un sistema práctico de vida y una autoridad política y material tras ella, el movimiento Islámico tuvo que producir recursos paralelos para confrontar esta Jahiliya. Este movimiento usa los métodos de predicación y persuasión para reformar ideas y creencias y usa el poder físico y la Yihad para abolir las organizaciones y autoridades del sistema Jahili el cual impide a la gente reformar sus ideas y creencias pero los fuerza a obedecer sus erróneas maneras y los hace servir a señores humanos en lugar del Todopoderoso Dios. Este movimiento no se confina a sí mismo a la simple predicación para confrontar el poder físico, como tampoco usa la coerción para cambiar las ideas de la gente. Estos dos principios son igualmente importantes en el método de esta religión. Su propósito es liberar aquella gente que desea ser liberada de la esclavitud al hombre a fin que ellos puedan servir a solo Dios. El segundo aspecto de esta religión es que es un movimiento práctico que progresa peldaño a peldaño, y en cada etapa provee recursos de acuerdo a las necesidades prácticas de la situación y prepara el terreno para su siguiente paso. No enfrenta problemas prácticos con teorías abstractas ni confronta varios escenarios con medios inmodificables. Aquellos que hablan acerca de la Yihad en el Islam y citan versos Coránicos no toman en cuenta este aspecto ni entienden la naturaleza de las varios escenarios a través de los cuales este método se desarrolla, o la relación de los versos revelados en distintas ocasiones con cada escenario. Así, cuando ellos hablan acerca de la Yihad, hablan torpemente y confunden los varios escenarios, distorsionando el concepto completo de Yihad y derivando de los versos Coránicos principios finales y generalidades para las cuales no hay justificación. Esto es porque ellos consideran cada verso en el Corán como si este fuera el principio final de esta religión. Este grupo de pensadores que son producto del lamentable estado de la presente generación Musulmana, no tienen nada sino la etiqueta de Islam y han depuesto sus armas racionales y espirituales en derrota. Ellos dicen, “¡El Islam ha prescrito solamente la guerra defensiva”! y piensan que han hecho algo bueno por su religión privándola de su propio método, el cual es abolir toda la injusticia de la tierra, traer la gente a la adoración de un solo Dios, y traerlos fuera de la servidumbre a otros para ser los servidores de Dios. El Islam no fuerza a la gente a aceptar esta creencia, sino desea proveer un ambiente libre en el cual ellos tendrán opciones de fe. Lo que desea es abolir aquellos sistemas políticos opresivos bajo los cuales la gente está impedida de expresar su libertad de elegir cualquier creencia que deseen, y después que les dé la completa libertad de decidir si ellos aceptan el Islam o no. Un tercer aspecto de esta religión es que los nuevos recursos y métodos que usa durante su movimiento progresivo no la alejan de sus objetivos y principios fundamentales. Desde el mismo primer día, si el Profeta -paz sea con él- se dirigió a sus parientes cercanos, a los Quraish, a los
Árabes o al mundo entero, su llamada fue una y la misma. Él los llamó a la sumisión a un solo Dios y a rechazar el señorío de otros hombres. En este principio no hay transigencia ni alguna flexibilidad. Para lograr este propósito, esto procede de acuerdo a un plan, que tiene algunas etapas, y cada escenario tiene sus nuevos recursos, como hemos descrito anteriormente. Un cuarto aspecto es que el Islam provee una base legal para la relación de la comunidad Musulmana con otros grupos, como es claro de la cita de Zad al-Mitad. Esta formulación legal esta basada en el principio que el Islam –esto es, sumisión a Dios- es un mensaje universal que el total de la humanidad debe aceptar o hacer la paz con él. Ningún poder político o material debe poner obstáculos en el camino de predicación del Islam. Debe dejar a cada individuo ser libre de aceptarlo o rechazarlo, y si alguien desea aceptarlo no debe impedírselo o luchar contra él. Si alguien hace esto, entonces es el deber del Islam combatirlo hasta que sea acabado o hasta que declare su sumisión.
Cuando los escritores con mentalidades derrotistas y que se excusan escriben acerca de “la Yihad en el Islam”, tratando de remover esta “mancha” del Islam, entonces están mezclando dos cosas: Primero, que esta religión prohíbe la imposición de su fe por la fuerza, como es claro del verso “No hay coacción en la práctica de adoración.” (2:256), cuando del otro lado trata de aniquilar todos aquellos poderes políticos y materiales que permanecen de pie entre la gente y el Islam, que fuerzan a una persona a inclinarse ante otra persona y le impide aceptar la soberanía de Dios. Estos dos principios no tienen relación con cualquier otro ni hay lugar para mezclarlos. A pesar de esto, este tipo derrotista de gente trata de mezclar los dos aspectos y desean confinar la Yihad a lo que hoy es llamado “Guerra defensiva”. La Yihad islámica no tiene relación con la guerra moderna, ya sea en sus causas o en la manera en la cual es conducida. Las causas de la Yihad Islámica deben ser vistas en la misma naturaleza del Islam y su rol en el mundo, en sus altos principios, que le han sido dados por Dios y para la implementación de los cuales Dios señaló al Profeta -paz sea con élcomo Su Mensajero y lo declaró ser el último de los Profetas y Mensajeros. Esta religión es realmente una declaración universal de la libertad del hombre de la servidumbre a otros hombres y de la servidumbre a sus propios deseos que es también una forma de servidumbre humana; es una declaración que la soberanía pertenece solo a Dios y que Él es el Señor de todos los mundos. Esto significa un desafío a todos aquellos tipos y formas de sistemas que están basados en el concepto de la soberanía del hombre; en otras palabras, donde el hombre ha usurpado el atributo Divino. Cualquier sistema en el cual la decisión final está remitida a los seres humanos, y en la cual las fuentes de toda autoridad son humanas, endiosa a los seres humanos designando a otros en lugar de Dios como señores sobre el hombre. La declaración de esta religión significa que la usurpada autoridad de Dios es regresada a él y los usurpadores son desechados –aquellos que por sí mismos inventan leyes para que otros las sigan, así elevándose ellos mismos al estatus de señores y reduciendo a otros al estatus de esclavos. En resumen, proclamar la autoridad y soberanía de Dios significa eliminar toda monarquía humana y anunciar el gobierno del Sustentador del Universo sobre la tierra entera. En las palabras del Corán:
“Él es quien es Dios en el cielo y es Dios en la tierra y es el Sabio, el Conocedor.” (43:84) “El juicio solo pertenece a Allah que ha ordenado que lo adoréis únicamente a Él. Esta es la adoración recta.” (12:40) “Di: O gente del Libro, venid a aquello que es común entre nosotros; que no adoremos a nadie excepto a Dios, y no asociemos ninguna cosa con Él, y no tomemos señores de entre nosotros mismos además de Dios; y si ellos se alejan, entonces díganles que den testimonio que nosotros somos quienes se han sometido a Dios. “ (2:64) La manera de establecer el gobierno de Dios en la tierra no es que a alguna gente consagrada -los sacerdotes- les sea dada autoridad para gobernar, como es el caso con el gobierno de la iglesia, ni que algunos portavoces de Dios lleguen a ser gobernantes, como es el caso en una “Teocracia”. Establecer el gobierno de Dios significa que Sus leyes sean aplicadas y que la decisión final en todos los asuntos este acorde a estas leyes. El establecimiento del dominio de Dios en la tierra, la abolición del dominio del hombre, la toma de distancia de la soberanía del usurpador para revertirla a Dios, y el resultado de la aplicación de la ley Divina (Sharia) y la abolición de las leyes hechas por el hombre no pueden ser alcanzados solamente por medio de la predicación. Aquellos que han usurpado la autoridad Divina y están oprimiendo a las criaturas de Dios no renunciaran a su poder simplemente a través de la predicación; si hubiera sido así, ¡La tarea de establecer la religión de Dios en el mundo hubiera sido muy fácil para los Profetas de Dios! Esto es contrario a la evidencia de la historia de los Profetas y a la historia de la lucha de la verdadera religión, difundida durante generaciones. Esta declaración universal de la libertad del hombre de toda autoridad en la tierra excepto la Divina, y la declaración que la soberanía es solamente de Dios y que Él es el Señor del Universo, no es meramente una proclamación teórica, filosófica y pasiva. Es un mensaje positivo, práctico y dinámico con la visión de producir la implementación de la Sharia de Dios y realmente liberar a la gente de su servidumbre a otros hombres para traerlos al servicio de Dios, Él Único, sin asociados. Esto no puede ser alcanzado a menos que ambos, “Predicación” y “Movimiento” sean usados. Esto es así porque medios apropiados son necesitados para hacer frente a cualquier y cada una de las situaciones prácticas. En razón a que esta religión proclama la libertad del hombre en la tierra de toda autoridad excepto la de Dios, es confrontada en cada periodo de la historia humana –ayer, hoy o mañana- con impedimentos de creencias y conceptos, poder físico y obstáculos de estructuras políticas, sociales, económicas, raciales y de clase. En resumen, convicciones corruptas y supersticiones han llegado a mezclarse con esta religión trabajando lado a lado con ella y enraizándose en los corazones de la gente. Si mediante la “Predicación” creencias e ideas son confrontadas, mediante “el movimiento” material los obstáculos son atacados. Principal entre estos está aquel poder político que descansa en un aún complejo e interrelacionado sostén ideológico, racial, clasista, social y económico. En
consecuencia estos dos unidos – predicación y el movimiento-, confrontan la “situación humana” con todos los métodos necesarios para el logro de la libertad del hombre sobre la tierra – de toda la humanidad a todo lo largo de la tierra. Es necesario que estos dos métodos deban trabajar lado a lado. Este es un muy importante punto y no puede ser sobre entendido. Esta religión no es solamente una declaración de la libertad de los árabes, ni es su mensaje limitado a los Árabes. Él mismo se dirige a toda la humanidad y su esfera de trabajo es el mundo entero. Dios es el Sustentador no solamente de los Árabes, ni Su providencia se limita a aquellos que creen en la fe del Islam. Dios es el Sustentador del mundo entero. Esta religión desea devolver al mundo entero a su Sustentador y liberarlos de la esclavitud de cualquiera aparte de Dios. En la visión del Islam, la real servidumbre es seguir leyes ideadas por alguien, y esa es la servidumbre que en el Islam está reservada solamente a Dios. Cualquiera que sirve a otro aparte de Dios en este sentido está fuera de la religión Divina, aunque pueda pretender que profesa esta religión. El Profeta -paz sea con él- claramente estableció esto, de acuerdo a la Sharia, “Adorar” es “Obedecer”. Tomando este significado de adoración, cuando los Judíos y los Cristianos “desobedecen” a Dios, ellos se convierten como aquellos que “asocian a otros con Dios”. Tirmidhi ha relatado en la autoridad de ´Adi bin Hatim que cuando el mensaje del Profeta lo alcanzó, él escapó a Siria (Él había aceptado el Cristianismo antes del tiempo del Profeta), pero su hermana y alguna gente de su tribu se convirtieron en prisioneros de guerra. El Profeta -paz sea con él- trató a su hermana amablemente y le dio algunos obsequios. Ella regresó a su hermano y lo invitó al Islam, y le recomendó visitar al Profeta -paz sea con él. ´Adi convino con esto. La gente estaba muy ansiosa de verlo venir a Medina. Cuando vino a la presencia del Profeta, llevaba una cruz de plata. El Profeta -paz sea con él- estaba recitando el verso, “Ellos (la gente del libro) han tomado sus rabinos y sacerdotes como señores aparte de Dios”. ´Adi narra: “Yo dije, “Ellos no rinden culto a sus sacerdotes. El Mensajero de Dios replicó, “Cualquier cosa sus sacerdotes y rabinos llaman permisible, ellos lo aceptan como permisible; cualquier cosa declaran prohibido, ellos lo consideran como prohibido, y por consiguiente ellos les rinden culto.” Esta explicación del verso anterior por el Profeta -paz sea con él- aclara que la obediencia a las leyes y juicios es una especie de adoración, y cualquiera que hace esto es considerado fuera de esta religión. Esto es tomar algunos hombres como señores sobre otros, cuando esta religión ha venido a aniquilar semejantes prácticas, y declara que toda la gente de la tierra debe llegar a ser libre de la servidumbre de otro aparte de Dios. Si la vida real de los seres humanos es hallada ser diferente de esta declaración de libertad, entonces llega a ser obligatorio para el Islam penetrar el campo con la predicación así como con el movimiento, y golpear duro a todos aquellos sistemas políticos que fuerzan a la gente a inclinarse ante ellos, y que gobiernan sobre ellos, sin considerar las órdenes de Dios y que impiden a la gente escuchar la predicación y aceptar la fe si ellos desean hacerlo así. Después de aniquilar la fuerza de la tiranía, sea esta en forma política o racial, o en la forma de distinción de clases en la misma raza, el Islam establece un nuevo sistema social, económico y político en el cual el concepto de libertad del hombre es aplicado en la práctica.
No es la intención del Islam forzar esta creencia en la gente, pero el Islam no es simplemente una “creencia” cono hemos señalado, el Islam es una declaración de la libertad del hombre de la servidumbre a otros hombres. En consecuencia, lucha desde el comienzo para abolir todos aquellos sistemas y gobiernos que están basados en el gobierno del hombre sobre el hombre y en la servidumbre de un ser humano a otro. Cuando el Islam libera a la gente de esta presión política y les presenta su mensaje espiritual, apelando a su razón, les da completa libertad de aceptar o no su creencia. Sin embargo, esta libertad no significa que ellos pueden hacer de sus deseos dioses. Cualquier sistema a ser establecido en el mundo debe ser en la autoridad de Dios, derivando sus leyes de Él solo. Entonces cada individuo es libre, bajo la protección de este sistema universal, de adoptar cualquier creencia que desee adoptar. Esta es la única manera en la cual “la religión” puede ser purificada por Dios solo. La palabra “religión” incluye más que creencias; “religión” realmente significa un modo de vida, y en el Islam está basado en la fe. Pero en un sistema Islámico hay espacio para todos los tipos de gente de seguir sus propias creencias, cuando obedecen las leyes basadas en la autoridad Divina del país en el que están. Cualquiera que entienda este particular carácter de esta religión también entenderá el lugar de Jihaad bis saif (el esfuerzo a través del combate), que es para aclarar el camino del esfuerzo por medio de la predicación en la aplicación del movimiento Islámico. Él entenderá que el Islam no es un “movimiento defensivo” en el sentido estrecho que hoy en día es técnicamente llamada una “guerra defensiva”. Este significado reducido es atribuido a Él por aquellos que están bajo la presión de las circunstancias y son derrotados por los astutos ataques de los orientalistas, que distorsionan el concepto de Yihad Islámica. Este fue un movimiento para liquidar la tiranía y para introducir la verdadera libertad a la humanidad, usando recursos de acuerdo a la real situación humana, y tuvo escenarios concretos, para cada uno de los cuales utilizó nuevos métodos. Si insistimos en llamar Yihad Islámica a un movimiento defensivo, entonces debemos cambiar el significado de la palabra defensa y entender por ella “La defensa del hombre” contra todos aquellos elementos que limitan su libertad. Estos elementos toman la forma de creencias y conceptos, así como de sistemas políticos, basados en distinciones económicas, raciales o de clase. Cuando el Islam llegó a la existencia, el mundo estaba lleno de tales sistemas y la Jahiliya del presente día tiene también varios de semejantes sistemas. Cuando tomamos este amplio significado de la palabra “defensa”, entendemos el verdadero carácter del Islam, y que es una proclamación universal de la libertad el hombre de la servidumbre a otros hombres, el establecimiento de la soberanía de Dios y Su Señorío a través del mundo, el fin de la arrogancia y egoísmo humanos y la implementación del gobierno de la Divina Sharia en los asuntos humanos. Como las personas que intentan defender el concepto de Yihad Islámica interpretándola en el reducido sentido del concepto común de guerra defensiva, y quienes investigan para probar que las batallas luchadas en la Yihad Islámica fueron todas para la defensa de la tierra del islam algunos de ellos considerando la tierra del Islam ser solo la península Arábiga- contra la agresión de poderes vecinos, ellos carecen del entendimiento de la naturaleza del Islam y su objetivo
primario, tal intento es nada sino el producto de una mente derrotada por las difíciles condiciones presentes y por los ataques de los traicioneros orientalistas en la Yihad Islámica. ¿Puede alguien decir que si Abu Bakr, “Omar u Otman” hubieran estado convencidos que los poderes Romano y Persa no iban a atacar la península Arábiga, ellos no se habrían esforzado por difundir el mensaje del Islam a través del mundo? ¿Cómo podría el mensaje del Islam haberse extendido cuando enfrentó semejantes obstáculos materiales como el sistema político del estado, el sistema socioeconómico basado en razas y clases, y detrás de todo esto, el poder militar del gobierno? Sería ingenuo asumir que una llamada es erigida para liberar el total de la humanidad a través de la tierra, y es confinada a la predicación y la exposición. En realidad, se esfuerza a través de la predicación y la exposición cuando hay libertad de comunicación y cuando la gente es libre de todas esas influencias, ya que “No hay coacción en la religión”; pero cuando los anteriores obstáculos mencionados y dificultades prácticas están puestos de esta manera, no hay otro recurso sino removerlas por la fuerza a fin que cuando la llamada sea dirigida a los corazones y mentes de la gente ellos sean libres de aceptarla o rechazarla con una mentalidad abierta. Desde que el objetivo del mensaje del Islam es una decisiva declaración de la libertad del hombre, no solamente en el plano filosófico sino en las reales condiciones de vida, debe emplear la Yihad. Es inmaterial si la tierra del Islam –en el verdadero sentido, Dar al-Islam- está en una condición de paz o si está amenazada por sus vecinos. Cuando el Islam lucha por paz, su objetivo no es esa paz superficial que requiere que solamente esa parte de la tierra donde los seguidores del Islam residen permanezca segura. La paz que el Islam desea es que la religión (la ley de la sociedad) sea purificada por Dios, que la obediencia de toda la gente sea para Dios solamente, y que algunas personas no sean señores sobre otros. Después del periodo del Profeta -paz sea con él- solamente las etapas finales del movimiento de la Yihad han de ser seguidas; las etapas iniciales e intermedias no son aplicables, estas han terminado, y como Ibn Qayyim relata, “Así, después de la revelación del capítulo “bratt”, los No Creyentes fueron de tres tipos: Adversarios en guerra, gente con tratados, y Dhimmies. La gente con tratados eventualmente se convertían en Musulmanes, entonces quedaban solamente dos tipos: Gente en guerra y Dhimmies. La gente en guerra estaba siempre temerosa de él. Ahora la gente del mundo entero era de tres tipos: Uno, los Musulmanes que creían en él; dos, aquellos con quien había paz (y de la frase anterior entendemos que ellos era Dhimmies); y tres, los oponentes que mantenían la pelea con él.” Estas son las posiciones lógicas consonantes con el carácter y propósitos de esta religión, y no lo que es entendido por la gente que está derrotada por las condiciones presentes y por los ataques de los traicioneros orientalistas. Dios reprimió a los Musulmanes de pelear en la Meca y en el periodo temprano de su migración a Medina, y les dijo, “Refrenen sus manos, y establezcan oraciones regulares, y den el Zakat”. Después ellos fueron permitidos de pelear: “Permiso de pelear es dado a aquellos contra quienes la guerra es hecha, porque están oprimidos y Dios es fuerte para ayudarlos”. Estos eran la gente que fue expulsada de sus casas sin causa. La siguiente etapa vino cuando los Musulmanes fueron
ordenados de combatir a aquellos que peleaban contra ellos: “Pelead en la causa de Dios contra aquellos que os combaten.” Y finalmente, la guerra fue declarada contra todos los politeístas: “Y pelead contra todos los politeístas, así como ellos pelean contra vosotros”, “Pelead contra aquellos entre la Gente del Libro que no creen en Dios y en el Ultimo Día, quienes no prohíben lo que Dios y su Mensajero han prohibido, y que no consideran la verdadera religión como su religión, hasta que ellos sean sojuzgados y paguen la Jizyah.” Así, de acuerdo a la explicación del Imam Ibn Qayyim, los Musulmanes fueron primero reprimidos de pelear; después ellos fueron permitidos de luchar; posteriormente fueron ordenados de pelear contra los agresores; y finalmente fueron mandados de pelear contra todos los politeístas. Con estos versos del Corán y con muchas tradiciones del Profeta -paz sea con él- en alabanza de la Yihad, y con la total historia del Islam, que es plena de Yihad, el corazón de cada Musulmán rechaza esta explicación de la Yihad inventada por aquella gente cuyo pensamiento ha aceptado la derrota bajo condiciones desfavorables y bajo los ataques Islámica de los listos orientalistas acerca de la Yihad. ¿Qué clase de hombre es quien, después de escuchar los mandatos de Dios y las tradiciones del Profeta -paz sea con él- y después de leer los eventos que ocurrieron durante la Yihad Islámica, aún piensa que es un mandato temporal relacionado a condiciones pasajeras y que es referente solamente con la defensa de las fronteras? En el verso dando permiso para luchar Dios ha informado a los creyentes que la vida en este mundo es semejante al control de un grupo de personas por otras en la ley de Dios, a fin que la tierra sea limpiada de la corrupción. “El permiso para pelear es dado a aquellos contra quienes la guerra es hecha, en razón que ellos están oprimidos, y Dios es fuerte para ayudarlos. Esta es la gente que fue expulsada de sus hogares sin causa, excepto que dijeron que nuestro Señor es Dios. Si Dios no hubiera probado una gente por intermedio de otra, entonces seguramente sinagogas e iglesias y mezquitas hubieran sido derribadas, donde el nombre de Dios es recordado con frecuencia”. Así, esta lucha no es una fase temporal sino una condición eterna -un estado eterno, ya que la verdad y la falsedad no pueden coexistir en esta tierra. Cada vez que el Islam se levantó con la declaración universal que la adoración de Dios debe ser establecida sobre la totalidad de la tierra y que los hombres deben llegar a ser libres de la servidumbre a otros hombres, los usurpadores de la autoridad Divina en la tierra han atacado fieramente por fuera contra ella y nunca lo han tolerado. Llegó a ser obligatorio en el Islam devolver el golpe y liberar al hombre a todo lo largo de la tierra del control de estos usurpadores. La lucha eterna por la libertad del hombre continuara hasta que la religión sea purificada por Dios. La orden de refrenarse de pelear durante el periodo de la Meca fue una etapa temporal en un largo viaje. La misma razón fue operativa durante los primeros días de la Hégira, pero después de estas primeras etapas, la razón para la Yihad fue no simplemente defender Medina. En efecto, su defensa era necesaria, pero no fue su objetivo último. El objetivo fue proteger las fuentes y el centro del movimiento -el movimiento para liberar a la humanidad y demoler los obstáculos que impedían al género humano alcanzar esta libertad.
Las razones para la abstención de pelear durante el periodo de la Meca eran fácilmente entendibles. En la Meca la predicación estaba permitida. El Mensajero –paz sea con él- estaba bajo la protección de los Banu Hashim y por ello tuvo la oportunidad de proclamar su mensaje abiertamente; tuvo la libertad de hablar a individuos y a grupos y atraer sus corazones y mentes. No había un poder político organizado que pudiera impedirle predicar y evitar a la gente escuchar. En este escenario no hubo necesidad para el uso de la fuerza. Además de esto, había otras razones y he detallado estas razones en mi comentario, En las Sombras del Corán, en explicación del verso. “Habéis visto a la gente a quienes fue dicho, refrenen sus manos, y establezcan oraciones regulares, y entreguen el Zakat?” (3:77) Puede ser útil reproducir 5 partes de esta explicación aquí: “Una razón para la prohibición del uso de la fuerza durante el periodo de la Meca puede haber sido que era una etapa de entrenamiento y preparación en un ambiente particular, para una nación en particular y bajo condiciones particulares. Bajo estas circunstancias, un factor importante en el entrenamiento y preparación fue orientar al individuo Árabe a ser paciente bajo la opresión a si mismo o a aquellos que amaba, a conquistar su orgullo, y a no realizar venganzas personales o hacer de la venganza por los seres queridos de uno el propósito de la vida. El entrenamiento era también necesitado a fin que pudiera controlar sus nervios, para no perder su temple a la primera provocación tal como era su temperamento, ni excitarse al primer impulso, sino de tal modo que pudiera desarrollar dignidad y compostura en su temperamento y en su acción. Iba a ser entrenado a seguir la disciplina de la comunidad, la cual está bajo la dirección de un líder, y a remitirse a ese líder en cada asunto y a obedecer sus mandatos aun cuando pudieran estar contra sus hábitos o gusto. El objetivo era desarrollar individuos de carácter superior que pudieran constituir la comunidad Musulmana, que pudieran seguir las direcciones del líder y quienes serían civilizados y progresistas, libres de hábitos insensatos y tribalismo.” “Otra razón para ello puede haber sido que los Quraish eran orgullos de su linaje y honor, y en semejante ambiente solamente la predicación podía ser lo más atractivo y efectivo. En este escenario, la pelea hubiera terminado por encender los fuegos de la venganza. Ya existia mucha guerra tribal basada en enemistades mortales, tal como las guerras de Dahis, Gabra y Basus, que continuaron por años y aniquilaron tribu tras tribu. Si las enemistades mortales llegaban a estar asociadas en sus mentes con el Islam, entonces esta impresión nunca hubiera sido removida. Consecuentemente, el Islam, en lugar de ser una llamada a la verdadera religión, se hubiera convertido en una secuencia inacabable de tribales odios de sangre y sus enseñanzas básicas hubieran sido olvidadas desde el mismo principio”. “Otra razón puede haber sido para evitar sembrar la semilla de la discordia y la matanza en cada clan familiar. En ese tiempo no había un gobierno organizado que persiguiese y torture a los Creyentes; el Creyente era perseguido, torturado y enseñado una lección por sus propios patronos. Bajo estas circunstancias, permiso para pelear pudo haber significado que cada casa se convirtiese en un campo de batalla. La gente podría haber dicho, ”¡Así que esto es Islam!” De hecho, esto fue dicho acerca del Islam, aun cuando la pelea no estaba permitida. Durante la temporada cuando la gente de Arabia venía a la Meca para la peregrinación y el comercio, los Quraish hubieran ido a ellos y dicho, “¡Muhammad no solo está dividiendo la nación y su tribu,
está aun dividiendo hijos de padres! ¿Qué tipo de cosa es esta que incita al hijo a matar a su padre, al esclavo a matar a su dueño, en cada casa y cada localidad?” “Otra razón pudo haber sido que Dios sabía que una gran mayoría de aquellos que perseguían y torturaban a los tempranos Musulmanes podrían algún día llegar a ser los leales soldados del Islam, aun sus grandes líderes. ¿No fue ‘Umar Ibn al-Khattab uno de ellos?” “Otra razón pudo haber sido que el sentido de honor de los Árabes, especialmente en el marco de referencia tribal, viene a la ayuda de una persona que estando perseguida aun no admite la derrota, especialmente si los perseguidos son honrados por su gente. Muchos incidentes semejantes pueden ser citados para sustentar esta tesis. Cuando Abu Bakr, quien era un hombre honorable, dejó la Meca con el fin de migrar a otro lugar Ibn al-Daghna no pudo soportar esto y lo contuvo de hacerlo porque él consideraba esto una desgracia para los Árabes; le ofreció a Abu Bakr su propia protección. El mejor ejemplo de este incidente es la interrupción del trato bajo el cual los Banu Hashim estaban confinados al valle de Abu Talib cuando el periodo de necesidad y privación pareció excesivamente largo. Esta caballerosidad era peculiar de los Árabes mientras que en antiguas “civilizaciones”, que estaban acostumbradas a ver a la gente humillada, se burlaban de aquellos quienes sufrían y eran perseguidos ridiculizándolos y tratándolos con desprecio, y el opresor y el tirano eran respetados”. “Otra razón pudo haber sido que los Musulmanes eran pocos en número y vivían solamente en la Meca ya que el mensaje del Islam no había alcanzado otras partes de Arabia o había llegado solamente como rumor. Otras tribus consideraron esto como una riña domestica de los Quraish; ellos estaban esperando por el resultado de esta lucha. Bajo estas circunstancias, si pelear hubiera sido permitido, esta guerra limitada hubiera resultado en la completa aniquilación de los Musulmanes; aún si ellos hubieran matado un gran número de sus oponentes, habrían sido completamente aniquilados. La idolatría hubiera continuado y el nacimiento del sistema Islámico no hubiera arribado nunca y nunca hubiera alcanzado su zenit, ya que el Islam es revelado para ser una manera práctica de vida para toda la humanidad”. En el temprano periodo Medinense la lucha también estaba prohibida. La razón para esto fue que el Profeta -paz sea con él- había firmado un pacto con los Judíos de Medina y con los Árabes incrédulos en y alrededor de Medina, una acción que era necesaria en esta etapa. Primeramente, había una oportunidad abierta para la predicación y la persuasión. No había un poder político al cual circunscribir esta libertad; el total de la población aceptó al nuevo estado Musulmán y acordó el liderazgo sobre el Profeta -paz sea con él- en todas las conductas políticas. En el pacto fue convenido por todos los partidos que nadie haría un tratado de paz o declararía la guerra o establecería relaciones con ningún intruso sin el expreso permiso del Profeta-paz sea con él. Así, el poder real en Medina estaba en las manos del liderazgo Musulmán. Las puertas fueron también abiertas para la predicación del Islam y hubo libertad de creencia. En segundo lugar, en esta etapa el Profeta -paz sea con él- quería conservar todos sus esfuerzos para combatir a los Quraish, cuya implacable oposición era un gran obstáculo para la difusión del
Islam a otras tribus que estaban esperando ver el resultado final de la lucha entre los dos grupos de los Quraish. Esta es la causa por la cual el Profeta -paz sea con él-se apresuró en mandar grupos exploratorios en varias direcciones. El primero de tales destacamentos fue comandado por Hamza bin Abdul Muttalib, y salió durante el mes de Ramadán, solamente seis meses después de la inmigración. Después de esto hubo otros equipos exploratorios, uno durante el noveno mes después de la Hégira, el siguiente en el decimotercer mes, el tercero dieciséis meses después de la Hégira, y el decimoséptimo mes él envió un grupo bajo el liderazgo de Abdullah bin Jahash. Este grupo encontró alguna resistencia y algo de sangre fue derramada. Esto ocurrió en el mes de Rajab, que es considerado un mes sagrado. El siguiente verso del capítulo Baqara se refiere a ello: “Te preguntan si se puede combatir durante los meses inviolables. Di: hacerlo es grave, pero es aún más grave para Allah, que se aparte a la gente de Su camino, que no se crea en Él, que se impida el acceso a la Mezquita Inviolable y que se expulse a los que están en ella. La oposición a la creencia es más grave que matar.” (2:217) Durante Ramadán del mismo año, la batalla de Badr tuvo lugar, y en el capítulo Anfal esta batalla fue reseñada. Si esta etapa del movimiento Islámico es vista bajo una perspectiva correcta, entonces no hay lugar para decir que el objetivo básico del movimiento Islámico fue “defensivo” en el sentido estrecho que alguna gente le imputa hoy en día, ¡Derrotados por los ataques de los traicioneros orientalistas! Aquellos que buscan causas de una naturaleza defensiva en la historia de la expansión del Islam están atrapados por los agresivos ataques de los orientalistas en un tiempo cuando los Musulmanes no poseen gloria ni poseen Islam. Sin embargo, por la gracia de Dios, hay aquellos que permanecen firmes en el punto que el Islam es una declaración de la libertad del hombre en la tierra de cualquier autoridad excepto de la autoridad de Dios y que la religión debe ser purificada por Dios; y continúan escribiendo relativo a la Yihad islámica. Pero el movimiento Islamista no necesita ningún argumento tomado de la literatura, tal como permanece en los claros versos del Corán: “Que combatan en el camino de Allah aquellos que venden la vida de este mundo por la Última. Y a quien combata en el camino de Allah, ya muera o resulte victorioso, le daremos una enorme recompensa. ¿Y cómo es que no combatís en el camino de Allah, mientras esos hombres, mujeres y niños oprimidos, dicen: ¡Señor nuestro! Sácanos de esta ciudad cuyas gentes son injustas y danos, procedente de Ti, un protector y un auxiliador? Los que creen, combaten en el camino de Allah, y los que se niegan a creer, combaten en el camino del rebelde. ¡Combatid a los aliados del Shaytan! Ciertamente la trampa del Shaytan es débil.” (4:74-76) “Di a los que se niegan a creer que si cesan les será perdonado lo que hayan hecho y este consumado, pero si reinciden… Ya hay precedente de cuál fue la práctica acostumbrada con los
antiguos. Y combátelos hasta que no haya más oposición y la práctica de adoración se dedique por completo a Allah. Y si cesan… Es cierto que Allah ve perfectamente lo que hacen. Y si se alejan sabed que Allah es vuestro Protector. ¡Y que excelente Protector! ¡Y que excelente Defensor!” (8:38-40) “Combatid contra aquellos de los que recibieron el libro, que no crean en Allah ni en el Ultimo Día, no hagan ilícito lo que Allah y su mensajero han hecho ilícito y no sigan la verdadera práctica de adoración; hasta que paguen la Yizia con sumisión y aceptando estar por debajo. Y dicen los Judíos: Uzair es el hijo de Allah. Y dicen los Cristianos: el Ungido es el hijo de Allah. Eso lo dicen con sus bocas repitiendo las palabras de los que anteriormente cayeron en la incredulidad. ¡Que Allah los destruya! ¡Como falsean! Han tomado a sus señores y sacerdotes en vez de Allah, igual que al Ungido, Hijo de Maryam; cuando solamente se les ordenó que adoraran a un Único Dios. No hay Dios sino Él. ¡Glorificado sea por encima de lo que Le asocian! Quieren apagar con sus bocas la luz de Allah, pero Allah rechaza todo lo que no sea completar Su luz, aunque les repugne a los incrédulos.” (9:29-32) Las razones para la Yihad que han sido escritas en los versos anteriores son estas: Para establecer la autoridad de Dios en la tierra; para disponer los asuntos humanos de acuerdo a la verdadera dirección provista por Dios; para abolir todas las fuerzas Satánicas y sistemas Satánicos de vida; para terminar el señorío de un hombre sobre otros dado que todos los hombres son criaturas de Dios y nadie tiene la autoridad de hacerlos sus sirvientes o crear leyes arbitrarias para ellos. Estas razones son suficientes para proclamar la Yihad. Sin embargo, uno debe siempre tener en mente que no hay coacción en la religión; esto es, una vez la gente sea libre del señorío del hombre, la ley gobernante de asuntos civiles será purificada por Dios, mientras que nadie será forzado a cambiar sus creencias y aceptar el Islam. La Yihad del Islam es para asegurar completa libertad para cada hombre a través del mundo liberándolo de la servidumbre a otros seres humanos a fin que él pueda servir a su Dios, Quien es Uno y Quien no tiene asociados. Esta es en sí misma una razón suficiente para la Yihad. Estas fueron las únicas razones en los corazones de los guerreros Musulmanes. Si hubieran sido preguntados, “¿Por qué estan peleando?” ninguno de ellos hubiera respondido, “Mi país está en peligro; estoy peleando por su defensa” o “Los Persas y los Romanos han venido sobre nosotros”, o, “Deseamos extender nuestro dominio y queremos más botines”. Ellos hubieran respondido lo mismo como Rabati bin ´Amer, Huzaifa bin Mushin y Mughira bin Shtuba contestando al general Persa Rustum cuando les preguntó uno a uno durante tres días sucesivos anteriores a la batalla de Qadisiyyah, “¿Con que propósito han venido?” Su respuesta fue la misma: “Dios nos ha enviado para traer a cualquiera que desee de la servidumbre del hombre al servicio de Dios solo, de la estrechez de este mundo a la vastedad de ese mundo y de la otra vida, y de la tiranía de las religiones a la justicia del Islam. Dios levantó un Mensajero para este propósito para enseñar a Sus criaturas Su camino. Si alguien acepta esta manera de vida, retrocedemos y le devolvemos su país, y peleamos con aquellos que se rebelan hasta que somos martirizados o nos convertimos en victoriosos. “
Estas son las razones inherentes en la misma naturaleza de esta religión. Similarmente, su proclamación de libertad universal, su manera práctica de combatir las reales condiciones humanas con métodos apropiados, su desarrollo de nuevos recursos en varios escenarios, es también inherente en su mensaje desde el mismo comienzo –y no en razón a ninguna amenaza de agresión contra tierras Islámicas o contra los Musulmanes residentes en ellas. La razón para la Yihad existe en la naturaleza de su mensaje y en las reales condiciones que encuentra en sociedades humanas, y no simplemente en la necesidad por defenderse, que puede ser temporal o de grado limitado. Un Musulmán pelea con su riqueza y su persona “en el camino de Dios” para el bien de estos valores en los cuales no hay ganancia personal ni la avidez es un motivo para él. Antes que un Musulmán de pasos en el campo de batalla, él ya ha peleado una gran batalla en sí mismo contra Satán -contra sus propios deseos y ambiciones, sus intereses e inclinaciones personales, los intereses de su familia y de su nación, contra lo que no es del Islam; contra cada obstáculo que viene al camino de adorar a Dios y de la implementación de la autoridad Divina en la tierra, retornando esta autoridad a Dios y apartándola de los rebeldes usurpadores. Aquellos quienes dicen que la Yihad Islámica era simplemente para la defensa de la “tierra natal del Islam” disminuyen la grandeza de la manera Islámica de vida y la consideran menos importante que su “tierra natal”. Este no es el punto de vista Islámico, y su mirada es una creación de la época moderna y es completamente alienada a la conciencia Islámica. Lo que es aceptable a la conciencia Islámica es su fe. El suelo de la tierra natal no tiene en si mismo valor o peso. Del punto de vista Islámico, el único valor que el suelo puede alcanzar es porque en ese suelo la autoridad de Dios es establecida y la guía de Dios es seguida; y en consecuencia se convierte en una fortaleza para la fe, un lugar para su forma de vida a ser titulado como la “tierra natal” del Islam, un centro para el movimiento de la total liberación del hombre. Por supuesto, en este caso la defensa de la “tierra natal del Islam” es la defensa de las creencias Islámicas, de la manera de vida Islámica y de la comunidad Musulmana. Sin embargo, su defensa no es el objetivo último del movimiento Islámico de Yihad sino un medio de establecer la autoridad Divina en ella a fin que llegue a ser la casa matriz para el movimiento del Islam, el cual entonces debe ser llevado por todas partes de la tierra al total de la humanidad, ya que el objeto de esta religión es toda la humanidad y su esfera de acción es la totalidad de la tierra. Como hemos descrito tempranamente, hay muchos obstáculos prácticos en el establecimiento del gobierno de Dios en la tierra, tal como el poder del estado, el sistema social y las tradiciones y, en general, el conjunto del ambiente humano. El Islam usa la fuerza solamente para remover estos obstáculos a fin que no permanezca en pie ningún muro entre el Islam y los seres humanos individuales, y de tal manera que pueda dirigir sus corazones y mentes después de liberarlos de aquellos obstáculo materiales, y entonces dejarlos libres de aceptarlo o rechazarlo. No debemos ser engañados o avergonzados por los ataques de los orientalistas en el origen de la Yihad, ni perder la propia confianza bajo la presión de las presentes condiciones y el peso de los grandes poderes del mundo a tal grado que tratemos de encontrar las razones de la Yihad Islámica fuera de la naturaleza de esta religión y tratar de mostrar que era una medida defensiva bajo
condiciones temporales. ¡La necesidad para la Yihad permanece, y continuará permaneciendo, así estas condiciones existan o no! En la reflexión bajo eventos históricos, no debemos descuidar los aspectos inherentes a la naturaleza de esta religión, su declaración de libertad universal, y su método practico. No debemos confundirnos con estas necesidades temporales de defensa. No hay duda que esta religión se debe defender contra los agresores. Su misma existencia en la forma de una declaración general del Señorío universal de Dios y de la libertad del hombre de la servidumbre a otro ser aparte de Dios, y su organización como movimiento bajo un nuevo liderazgo aparte del liderazgo Jahili existente, y su creación como sociedad permanente y distinta basada en la autoridad Divina y la sumisión a Un Dios, es causa suficiente para la circundante sociedad Jahili, que está basada en autoridad humana de una forma u otra, se levante contra ella por su propia preservación y por la supresión del Islam. Claramente, bajo estas condiciones, la recientemente organizada comunidad Islámica tendrá que preparase a sí misma para la defensa. Estas condiciones inevitablemente ocurren y llegan a la existencia simultáneamente con el advenimiento del Islam en cualquier sociedad. Semejante situación no es una cuestión de agrado o desagrado del Islam, ya que la lucha es impuesta al Islam; este es un conflicto natural entre dos sistemas que no pueden coexistir por mucho. Es un hecho que no puede ser negado, y por ello el Islam no tiene elección sino defenderse contra la agresión. Pero hay otro hecho que es mucho más importante que este hecho. Está en la misma naturaleza del Islam tomar la iniciativa para liberar a los seres humanos a lo largo de la tierra de la servidumbre de cualquiera aparte de Dios; y así no puede ser restringido por ningún límite geográfico o racial, dejando a toda la humanidad en la totalidad de la tierra en el mal, en el caos y en la servidumbre a otros señores aparte de Dios. Puede suceder que los enemigos del Islam consideren conveniente no tomar ninguna acción contra él, si el Islam los deja solos en sus fronteras geográficas continuar con el señorío de algún hombre sobre otros y no extiende su mensaje y su declaración de libertad universal dentro de su dominio, pero el Islam no puede aprobar esto a menos ellos se sometan a su autoridad pagando la Jizyah, que será una garantía que ellos han abierto sus puertas para la predicación del Islam y no pondrán ningún obstáculo en su camino a través del poder del estado. Este es el carácter de esta religión y esta su función, ya que es una declaración del señorío de Dios y de la libertad del hombre de la servidumbre a cualquiera aparte de Dios, para toda la gente. Hay una gran diferencia entre este concepto del Islam y el otro, que lo considera confinado a límites geográficos y raciales, y no toma ninguna acción excepto fuera del miedo de la agresión. En el último caso, todo su dinamismo inherente está perdido. Para entender el dinamismo del Islam con claridad y profundidad, es necesario recordar que el Islam es una manera de vida prescrita por Dios. No es un sistema hecho por el hombre, ni una ideología de un grupo de gente, ni una manera de vida peculiar a una raza dada. No podemos
hablar acerca de razones externas para la Yihad a menos que pasemos por alto esta gran verdad y a menos que olvidemos que el asunto fundamental aquí es la soberanía de Dios y la obediencia de Sus criaturas, es imposible para una persona recordar esta gran verdad y aún buscar otras razones para la Yihad Islámica. La verdadera apreciación de la diferencia entre el concepto que la guerra fue forzada sobre el Islam por la Jahiliya en razón que su misma naturaleza demandó que las sociedades Jahili lo atacaran, y el concepto que el Islam toma la iniciativa y entra en este conflicto, no puede ser hecha en los tempranos estadios de este movimiento. En los estadios iniciales del movimiento Islámico es difícil discriminar entre estos dos conceptos, porque en ambos casos el Islam tendrá que dar batalla. Sin embargo, en las etapas finales, cuando las batallas iniciales son ganadas, los dos conceptos hacen una gran diferencia -una gran diferencia en entender los propósitos y el significado del mensaje Islámico. Y aquí yace el peligro. Hay también una gran diferencia en la idea que el Islam es una forma divinamente decretada de vida y en la idea que es un sistema geográficamente limitado. De acuerdo la primera idea, el Islam vino a este mundo para establecer el gobierno de Dios de la tierra de Dios, a invitar a toda la gente hacia la adoración de Dios, y a hacer una realidad concreta su mensaje en la forma de una comunidad Musulmana en la cual los individuos son libres de la servidumbre al hombre y se han reunido juntos bajo la servidumbre a Dios y para seguir solamente la Sharia de Dios. Este Islam tiene el derecho de remover todos aquellos obstáculos que están en su camino, a fin que pueda dirigirse a la razón e intuición humanas sin ninguna interferencia y oposición de sistemas políticos. De acuerdo a la segunda idea, el Islam es simplemente un sistema nacional que tiene el derecho de tomar las armas solamente cuando su tierra natal es atacada. En el caso de uno u otro concepto, el Islam tiene que esforzarse y luchar; pero sus propósitos y sus resultados son complemente diferentes, a la vez conceptual y prácticamente. Verdaderamente, el Islam tiene el derecho de tomar la iniciativa. El Islam no es herencia de ninguna raza o país en particular; esta es la religión de Dios y es para el mundo entero. Tiene el derecho de destruir todos los obstáculos bajo la forma de instituciones y tradiciones que limitan la libertad de elección del hombre. No ataca individuos ni los fuerza a aceptar sus creencias; ataca instituciones y tradiciones para liberar a los seres humanos de sus venenosas influencias, que distorsionan la naturaleza humana y que disminuyen su libertad. Es el derecho del Islam liberar al género humano de la servidumbre a seres humanos a fin que puedan servir a Dios solo, darle significado practico a su declaración que Dios es el verdadero Señor de todo y que todos los hombres son libres bajo Él. De acuerdo al concepto Islámico y en realidad, el gobierno de Dios en la tierra puede ser establecido solamente a través del sistema Islámico, ya que es el único sistema ordenado por Dios para todos los seres humanos, sean estos gobernantes o gobernados, blancos o negros, ricos o pobres, ignorantes o cultos. Su ley es uniforme para todos, y todos los seres humanos son igualmente responsables en ella. En otros sistemas, los seres humanos obedecen a otros seres humanos y siguen leyes hechas por el
hombre. La legislación es un atributo Divino; cualquier persona que conceda este derecho a semejante solicitante, lo considere Divino o no, lo ha aceptado como Divino. El Islam no es simplemente una creencia, de tal modo que sea suficiente simplemente predicarlo. El Islam, que es una manera de vida, toma pasos prácticos para organizar un movimiento que libere al hombre. Otras sociedades no dan ninguna oportunidad de organizar a sus seguidores de acuerdo a su propio método, y en verdad es el deber del Islam aniquilar semejantes sistemas, ya que son obstáculos en el camino de la libertad universal. Solamente de esta manera puede este modo de vida ser completamente dedicado a Dios, a fin que ninguna autoridad humana ni el problema de la servidumbre continúe, como es el caso de todos los demás sistemas que están basados en la servidumbre del hombre al hombre. Aquellos de nuestros eruditos Musulmanes contemporáneos que están derrotados por la presión de las presentes condiciones y los ataques de los traicioneros orientalistas no suscriben esta característica del Islam. Los orientalistas han pintado una imagen del Islam como un movimiento violento que impuso su fe sobre la gente por medio de la espada. Estos viciosos orientalistas saben muy bien que esto no es verdad, sino que por este medio ellos tratan de distorsionar los verdaderos motivos de la Yihad Islámica. Pero nuestros eruditos Musulmanes, aquella gente derrotada, miran por razones defensivas con las cuales negar esta acusación. Ellos son ignorantes de la naturaleza del Islam y de su función, y que tiene un derecho de tomar la iniciativa por la libertad humana. Estos eruditos estudiosos, con su mentalidad derrotada, han adoptado el concepto occidental de “religión”, que es simplemente un nombre para la “creencia “ en el corazón, no teniendo relación a los asuntos prácticos de la vida, y por lo tanto ellos conciben la guerra religiosa como un guerra para imponer la fe en los corazones de la gente. Pero este no es el caso con el Islam, ya que el Islam es la manera de vida ordenada por Dios para toda la humanidad y esta manera establece solamente el Señorío de Dios –esto es, la soberanía de Dios- y ordena la vida práctica en todos sus detalles cotidianos. La Yihad en el Islam es simplemente un nombre para el esfuerzo de hacer dominante en el mundo este sistema de vida. Hasta donde concierne a la fe, claramente depende en la opinión personal, bajo la protección de un sistema general en el cual todos los obstáculos para la libertad de creencia personal han sido removidos. Claramente esto es un asunto completamente diferente y arroja una total nueva luz en la Yihad Islámica. En consecuencia, cada vez que una comunidad Islámica existe, que es un ejemplo concreto del Divinamente decretado sistema de vida, tiene un derecho dado por Dios de caminar hacia adelante y tomar el control de la autoridad política de tal modo que pueda establecer el sistema Divino en la tierra, mientras deja el asunto de la creencia a las conciencias individuales. Cuando Dios refrenó a los Musulmanes de hacer la Yihad por un cierto periodo, fue una cuestión de estrategia en lugar de un principio; este fue un asunto pertinente a los requerimientos del movimiento y no de la fe. Solamente a la luz de esta explicación pueden ser entendidos aquellos versos del Sagrado Corán que son concernientes a los varios estadios de este movimiento. En la lectura de estos versos, debemos siempre tener en mente que uno de sus significados está
relacionado a los escenarios particulares del desarrollo del Islam mientras hay otro significado general que está relacionado al inmutable y eterno mensaje del Islam. No debemos confundir estos dos aspectos.
Capítulo 5 La Ilaha Illa Allah -la forma de vida del Islam “La Ilaha Illa Allah” - “No hay Dios excepto Alá” -es la primera parte de la declaración Islámica de fe, significa que no hay nadie a ser adorado excepto Dios; “Muhammadar Rasul Allah” “Muhammad es el mensajero de Dios” -es la segunda parte, significa que esta adoración tiene que ser llevada a cabo de acuerdo a la enseñanza del Profeta -paz sea con él. Un creyente Musulmán es aquel en cuyo corazón esta declaración ha penetrado completamente, como los otros pilares del Islam y los artículos de fe son derivados de esto. Así, la creencia en ángeles y en los Libros de Dios y en los Mensajeros de Dios y en la otra vida y en al-Qadr (la dimensión del bien y el mal), en al-Salat (oraciones), al-Siyam (ayuno), al-Zakat (deber con el pobre) y al-Hajj (peregrinación), y los limites puestos por Dios de cosas prohibidas y permitidas, los asuntos humanos, las leyes, las enseñanzas morales islámicas, y demás, todas están basadas en la base de la adoración de Dios, y la fuente de todas estas enseñanzas es la persona del Profeta paz sea con él- mediante el cual Dios nos las ha revelado. Una comunidad Musulmana es aquella que es una interpretación práctica de la declaración de fe y todas sus características; y la sociedad que no traduce en práctica esta fe y sus características no es Musulmana. Así la declaración de fe provee el fundamento para un sistema completo de vida para la comunidad Musulmana en todos sus detalles. Esta manera de vida no puede nacer sin asegurar la base primero. Similarmente, si el sistema de vida es construido en algún otro fundamento, o si otras fuentes son mezcladas con esta base, entonces la comunidad no puede ser considerada Islámica. Dios dice: “El juicio solo pertenece a Allah que ha ordenado que lo adoréis únicamente a Él. Esta es la adoración recta.” (12:40) “Quien obedezca al mensajero habrá obedecido a Allah” (4:80) Esta concisa y decisiva declaración nos guía en las cuestiones básicas de nuestra religión y en su movimiento practico. Primero, nos guía a la naturaleza de la comunidad Musulmana; segundo, nos muestra el método de construcción de tal comunidad; tercero, nos dice como confrontar las
sociedades Jahili; y cuarto, determina el método por el cual el Islam cambia las condiciones de la vida humana. Todos estos problemas siempre han sido y permanecerán de gran importancia en los varios escenarios del movimiento Islámico.
La característica distintiva de una comunidad Musulmana es esta: Que en todos sus asuntos está basada en la adoración de Dios solo. La declaración de fe expresa este principio y determina su carácter, en creencias, en actos devocionales, en reglas y regulaciones esta declaración toma forma concreta. Una persona que no cree en la Unicidad de Dios no adora a Dios solamente. “Y Allah dice: No toméis dos dioses, Él es un Dios Unico. Temedme solo a Mí. A Él le pertenece cuanto hay en los cielos y la tierra y a Él le es debida la adoración siempre… ¿Acaso temeréis a otro que Allah?” (16:51-52) Cualquiera que realiza actos devocionales ante algún otro que Dios –en adición a Él o exclusivamente- no adora a Dios solamente. “Di: En verdad mi oración, el sacrificio que pueda ofrecer, mi vida y mi muerte son para Allah, el Señor de los mundos. Él no tiene coparticipe. Eso es lo que se me ha ordenado. Soy el primero de los Musulmanes.” (6:162-163) Cualquiera que deriva leyes de una fuente diferente a Dios, en otra manera aparte a la que Él nos enseñó por medio del Profeta -paz sea con él- no adora solo a Dios. “¿O es que tienen asociados que les han legitimado cosas en la práctica de Adoración que Allah no ha autorizado?” (42:21) “Y lo que os da el Mensajero tomadlo, pero lo que os prohíba dejadlo” (59:7) Esta es la sociedad Musulmana. En esta sociedad, las creencias e ideas de los individuos, sus actos devocionales y observancias religiosas, y su sistema social y sus leyes, están todos basadas en la sumisión a Dios solamente. Si esta actitud es eliminada de cualquiera de estos aspectos, el total del Islam es eliminado, así como el pilar del Islam –que es la declaración, “No hay mas Dios excepto Alá, y Muhammad es el Mensajero de Dios”- queda eliminada. Así, y solamente así, puede este grupo convertirse en un grupo Musulmán y la comunidad que organiza es Musulmana. Antes de adoptar esta pureza de actitud ningún grupo puede ser un grupo Musulmán y antes de organizar su sistema de vida en este principio ninguna sociedad puede ser una sociedad Musulmana. La razón para esto es que el primer principio en el cual la comunidad Musulmana está basado, que es, “La Illaha Illa Allah, Muhammadar Rasul Allah”, no está establecido con respecto a sus dos partes.
Es necesario por ello, antes de establecer el sistema social Islámico y de organizar una comunidad Musulmana, que uno deba prestar atención a la purificación de la gente de la adoración de cualquier otro aparte de Dios, en la manera como lo hemos descrito antes. Solo aquellos cuyos corazones que están de este modo purificados vendrán juntos a formar un grupo, y solamente tal grupo de gente, cuyas creencias y conceptos, cuyos actos devocionales, están completamente libres de la servidumbre a cualquier otro aparte de Dios pueden iniciar una comunidad Musulmana. Cualquiera que desee vivir una vida Islámica automáticamente ingresara en esta comunidad, y sus creencias, sus actos de adoración y las leyes que sigue serán también purificadas por Dios solo. En otras palabras, él será una encarnación de “La Illaha Illa Allah, Muhammadar Rasul Allah”. Esta es la manera en la cual la primera comunidad Musulmana fue formada que eventualmente evolucionó en la primera comunidad Musulmana. Esta es la única manera en la que cualquier grupo Musulmán es iniciado y una comunidad Musulmana nace. Una comunidad Musulmana puede llegar a la existencia solamente cuando los individuos y grupos de gente rechazan la servidumbre a cualquiera excepto Dios -en adición a Él o exclusivamente- y llegan a la sumisión a Dios, Quien no tiene asociados, y deciden que deben organizar su proyecto de vida en base de esta sumisión. De esto una nueva comunidad nace, emergiendo desde dentro de la vieja sociedad Jahili, que inmediatamente es confrontada con una nueva fe y una nueva forma de vida basada en esta fe, presentando una encarnación concreta del credo “No hay Dios excepto Alá, y Muhammad es el Mensajero de Dios”. La vieja sociedad Jahili puede quedar sumergida dentro de la nueva sociedad Islámica o puede que no, y puede hacer la paz con la sociedad Musulmana o puede combatirla. Sin embargo, la historia nos narra que la sociedad Jahili escoge pelear y no hacer la paz, atacando a la vanguardia del Islam en su mismo comienzo, ya sea de unos pocos individuos o sean grupos, y aún después que esta vanguardia haya llegado a ser una comunidad bien establecida. Desde Noé hasta Muhammad -paz sea con ellos- sin excepción, este ha sido el curso de los eventos en cada comienzo Islámico. Está claro, entonces, que una sociedad Musulmana no puede ser formada o continuar existiendo hasta que alcance el poder suficiente para confrontar la existente sociedad Jahili. Este poder debe ser en todos los niveles; es decir, en el poder de la fe y en el concepto, en el poder del entrenamiento y del carácter moral, en el poder de organizar y sostener una comunidad, y semejante poder físico como sea necesario, si no para dominar, al menos para resistir contra las embestidas violentas de la sociedad Jahili.
Pero que es la sociedad Jahili y ¿Por cuál método el Islam la confronta? La sociedad Jahili es cualquier sociedad distinta de la sociedad Musulmana; y si deseamos una definición más específica, podemos decir que cualquier sociedad que no se dedica en si misma a la
sumisión a un solo Dios es un sociedad Jahili, en sus creencias e ideas, en sus observancias de adoración, y en sus regulaciones legales. De acuerdo a esta definición, todas las sociedades existentes en el mundo son Jahili. Incluidas entre estas esta la sociedad Comunista, primero porque ella niega la existencia de El Dios Más Alto y cree que el universo fue creado por la “materia” o por la “naturaleza”, mientras que todas las actividades del hombre y su historia han sido creadas por la “economía” o por “los medios de producción”; segundo, porque la manera de vida que esta adopta está basada en la sumisión al Partido Comunista y no a Dios. Una prueba de ello es que en todos los países comunistas el Partido Comunista ha tomado el control y el liderazgo. Además, las consecuencias prácticas de esta ideología son que las necesidades básicas de los seres humanos son consideradas idénticas con aquellas de los animales, que son comida y bebida, vestido, refugio y sexo. Esta priva a la gente de sus necesidades espirituales, que diferencian a los seres humanos de los animales. Principal entre estas es la creencia en Dios y la libertad de adoptar y proclamar la fe. Similarmente, priva a la gente de la libertad de expresarse individualmente, lo cual es una muy especial característica humana. La individualidad de una persona es expresada en varias formas, tales como la propiedad privada, la elección de trabajo y el logro de la especialización, la expresión en varias formas de arte; esto lo distingue de los animales o las maquinas. La ideología Comunista y el sistema Comunista reducen al ser humano al nivel de un animal o aún al nivel de una máquina. Todas las sociedades idolatras están también entre las sociedades Jahili. Semejantes sociedades son encontradas en la India, Japón, Filipinas y África. Su carácter Jahili consiste primeramente en el hecho que ellas creen en otros dioses además de Dios, en adición a Él o sin Él; segundo, han construido un elaborado sistema de actos devocionales para propiciar a estas deidades. Similarmente, las leyes y regulaciones que ellos siguen son derivados de otras fuentes aparte de Dios y Su Ley, así estas fuentes sean sacerdotes o astrólogos o magos, los ancianos de la nación, o las instituciones seculares que formulan leyes sin considerar la ley de Dios, y que alcanzan absoluta autoridad en el nombre de la nación o un partido o alguna otra base, cuando la autoridad absoluta pertenece a Dios solo, y esta puede ser traída a la acción solamente en la forma mostrada a nosotros por los Profetas de Dios. Todas las sociedades Judías y Cristianas son también sociedades Jahili. Ellas han distorsionado las creencias originales y atribuyen ciertos atributos de Dios a otros seres. Esta asociación con Dios ha tomado muchas formas, tales como la Filiación de Dios o la Trinidad, algunas veces esto es expresado en un concepto de Dios que es remoto de la verdadera realidad de Dios. “Y dicen los Judíos: Uzayr es el hijo de Allah. Y dicen los cristianos: El Ungido es el hijo de Allah. Eso es lo que dicen sus bocas repitiendo las palabras de los que anteriormente cayeron en la incredulidad. ¡Que Allah los destruya! ¡Como falsean!” (9:30) “Y han caído en la incredulidad los que dicen: Allah es el tercero de tres, cuando no hay sino un Único Dios. Si no dejan de decir lo que dicen, a ésos que han caído en la incredulidad les tocará un castigo doloroso.” (5:73)
“Dicen los Judíos: La mano de Allah está cerrada. ¡Que se cierren sus manos y sean malditos por lo que dicen! Por el contrario Sus dos manos están abiertas del todo y gasta como quiere.” (5:64) “Y dicen los Judíos y los Cristianos: Nosotros somos los hijos de Allah y Sus amados. Di: ¿Por qué entonces os castiga por vuestras transgresiones? Solo sois unos más entre los hombres que ha creado.” (5:18) Estas sociedades son Jahili también por sus formas de adoración, sus costumbres y maneras derivadas de sus falsas y distorsionadas creencias. Ellas son también sociedades Jahili porque sus instituciones y sus leyes no están basadas en la sumisión a Dios solamente. No aceptan el gobierno de Dios ni consideran los mandatos de Dios como la única base valida de todas las leyes; por el contrario, han establecido asambleas de hombres que tienen poder absoluto para legislar leyes, así usurpando el derecho que pertenece solo a Dios. En el tiempo de la revelación, el Corán los clasificó entre aquellos que asocian otros con Dios, ya que ellos habían dado a sus sacerdotes y rabinos la autoridad de inventar leyes en cualquier cosa a ellos les parezca. “Han tomado sus rabinos y sacerdotes como señores aparte de Dios, y al Mesías, hijo de Maryam; y fueron ordenados de adorar a nadie sino Un Dios. ¡No hay dios sino Él, gloria sea a Él por encima de lo que le asocian!” (5:31) Esta gente no considera a sus sacerdotes o rabinos como divinidades, ni los adoran; pero les han dado la autoridad de hacer leyes, obedeciendo leyes no permitidas por Dios que fueron hechas por ellos. Si en ese tiempo el Corán los llamó asociadores de otros con Dios y expulsadores de la verdad entonces hoy ellos son también lo mismo, porque hoy esta autoridad no está en las manos de sacerdotes y rabinos sino en las manos de individuos escogidos de entre ellos mismos. Por último, todas las sociedades existentes así llamadas “Musulmanas” son también sociedades Jahili. Las clasificamos entre las sociedades Jahili no porque ellas crean en otras divinidades además de Dios o porque ellos adoren a cualquier otro aparte de Dios, sino porque su manera de vida no está basada en la sumisión a Dios solamente. Aunque ellos crean en la Unidad de Dios, aún han relegado el atributo legislativo de Dios a otros y se someten a esta autoridad, y de esta autoridad derivan sus sistemas, sus tradiciones y costumbres, sus leyes, sus valores y estándares, y casi cada practica de vida. El Dios Más alto dice respecto de los gobernantes: “Aquel que no juzgue según lo que Allah ha hecho descender… Esos son los incrédulos.” (5:44), y concerniente a los gobernados: “¿No has visto a los que dicen creer en lo que se te ha hecho descender y en lo que se hizo descender antes de ti? Quieren recurrir al juicio del impostor a pesar de que se les ha ordenado rechazarlo.” (4:60)
“Pero no, por tu Señor, que no creerán hasta que te acepten como árbitro en todo lo que sea motivo de litigio entre ellos y luego no encuentren en sí mismos nada que les impida aceptar lo que decidas y se sometan por completo.” (4:65) Antes de esto, Dios acusó a los Judíos y a los Cristianos de cometer Shirk (asociación de otras deidades con Dios) y de incredulidad, y de tomar sacerdotes y rabinos como señores en adición a Dios, solamente porque ellos habían dado ciertos derechos y privilegios a sus sacerdotes y rabinos, que hoy en día aquellos que se llaman a sí mismos “Musulmanes” han dado a alguna gente entre ellos mismos. Esta acción de los Judíos y los Cristianos fue considerada por Dios en la misma categoría de Shirk como aquella de los Cristianos haciendo a Jesús el Hijo de Dios y adorándolo. La última es una asociación contra la Unicidad de Dios, mientras que la anterior es una rebelión contra Su prescrita manera de vida y una negación de “No hay otro Dios excepto Alá”. Entre las sociedades Musulmanas, algunas declaran abiertamente su “secularismo” y niegan todas sus relaciones con la religión; algunas otras prestan respeto a la religión solamente con sus bocas, pero en su vida social ellas tienen completamente abandonado ello. Ellas dicen que no creen en el “No visto” y desean construir su sistema social en la base de la “ciencia” ¡Como si la ciencia y el No visto fueran contradictorios! Esta pretensión de ellos es simple ignorancia, y solamente gente ignorante puede hablar así. (Referirse a la discusión en el Volumen 7 de Fi-Thilal en explicación del verso: “Él tiene las llaves del No visto; nadie lo conoce excepto él”). Hay algunas otras sociedades que han dado la autoridad de legislar a otros además de Dios; ellos hacen cualquier ley de su agrado y dicen, “Esta es la Sharia de Alá”. Todas estas sociedades son lo mismo en un aspecto, que ninguna de ellas esta basada en la sumisión a Dios solamente. Después de explicar estos hechos, la posición del Islam en relación a todas estas sociedades Jahili puede ser descrita en una frase: Este considera todas estas sociedades no Islamicas e ilegales. El Islam no mira en las etiquetas o títulos que estas sociedades han adoptado; todas ellas tienen una cosa en común, y que es que su manera de vida no está basada en completa sumisión a Dios solo. En este aspecto, ellas comparten la misma característica con una sociedad politeísta, la característica de la Jahiliya.
Ahora hemos llegado al último de los puntos mencionados en el comienzo de este capítulo, y este punto se refiere al método que el Islam adopta –hoy, mañana o en el futuro remoto- al confrontar las reales condiciones humanas. Este método ha sido descrito en nuestra discusión sobre la naturaleza de la sociedad Musulmana, cual es, en resumen, que una sociedad Musulmana basa todas sus decisiones en la sumisión a Dios solamente. Después de definir esta naturaleza, podemos inmediatamente contestar la siguiente pregunta: ¿Cuál es el principio en el cual la vida humana debe estar basado: la religión de Dios y su sistema de vida o algún sistema hecho por el hombre?
El Islam contesta esta pregunta en un claro corte y sin ambigüedades: el único principio en el cual la totalidad de la vida humana tiene que estar basada es la religión de Dios y su sistema de vida, si este principio está ausente, el mismo primer pilar del Islam –que es portar testimonio de -“La Ilaha Illa Allah, Muhammadar Rasul Allah”- no será establecido ni su real influencia sentida. A menos que este principio sea aceptado sin ninguna pregunta y seguido fielmente, la completa sumisión a Dios como fue enseñada por el Mensajero de Dios –paz sea con él- no puede ser realizada. “Y lo que os da el Mensajero tomadlo, pero lo que os prohíba dejadlo.” (59:7) Además, el Islam pregunta: “¿Sabes tú o sabe Dios?” y entonces contesta: Dios sabe y tú no sabes”, y “Se te dado solamente una pequeña parte del (verdadero) conocimiento.” Aquel Quien conoce, Quien ha creado al hombre, y Quien es su Sustentador debe ser el Gobernante, y Su religión debe ser el modo de vida, y el hombre debe regresar a Él por dirección. En tanto las teorías hechas por el hombre y las religiones estén relacionadas, estas se convierten en anticuadas y distorsionadas, mientras estén basadas en el conocimiento del hombre -aquellos que no saben, y a aquellos a los cuales solamente un poco del verdadero conocimiento es dado. La religión de Dios no es un enredo ni su manera de vida una cosa fluida, como la segunda parte de la declaración de fe, “Muhammad es el Mensajero de Dios”, claramente limita esto. Está confinada por aquellos principios que han venido del Mensajero de Dios -paz sea con él-. Si hay un claro texto disponible del Corán o de él, entonces esto será decisivo y no habrá lugar para la Ijtihad (uso del juicio propio). Si un juicio claro no está disponible, entonces el tiempo llega para la Ijtihad -y de acuerdo a principios bien definidos que son consistentes con la religión de Dios y no simplemente siguiendo opiniones o deseos. “Y si disputáis sobre algo, remitidlo a Allah y al Mensajero.” (4:59) Los principios de la Ijtihad y la deducción son bien conocidos y no hay vaguedad o imprecisión en ellos. Nadie es permitido de inventar una ley y decir que está de acuerdo a la ley de Dios a menos este declarado que Dios es el Legislador, y que la fuente de la autoridad es Dios mismo y no alguna nación o grupo o individuo, y un sincero intento sea hecho para descubrir la voluntad de Dios por medio de la referencia a Su Libro y las enseñanzas del Mensajero -paz sea con él. Pero este derecho no puede ser delegado a una persona o personas que desean establecer la autoridad tomando el nombre de Dios, como fue el caso en Europa bajo el atuendo de “la Iglesia”. No hay “Iglesia” en el Islam; nadie puede hablar en el nombre de Dios excepto Su Mensajero -paz sea con él. Hay mandatos claros que definen los límites de la ley Divina, la Sharia. “Al-din lil-waq´i” (“La religión es para vivirla”) es una declaración que es bastante malentendida y que está siendo usada en un sentido equivocado. Ciertamente esta religión es para vivirla, pero ¿Para qué tipo de vida? Esta religión es para una vida que está basada en los principios del Islam, que es desarrollada de acuerdo a sus métodos. Esta vida es completamente armoniosa con la naturaleza humana y satisface todas las necesidades humanas, necesidades que son determinadas solamente por el Único que crea y Que conoce a Sus criaturas:
“¿No habría de tener conocimiento Aquel que ha creado y es el Sutil, al que nada se Le oculta?” (67:14) No es la función de la religión proveer justificación a cualquier tipo de vida alguien esté conduciendo y producir una autoridad que él pueda usar para justificar sus acciones. La religión ha de ser un criterio, para aprobar que es bueno y descartar lo que es malo. Si el sistema completo de vida está contra la religión, entonces su función es abolir este sistema y construir uno nuevo. Este es el significado, de acuerdo al Islam, del dicho “La religión es para vivirla”; uno debe entender esto con su correcto significado. La cuestión puede ser preguntada, ”¿No es el bien de la humanidad el criterio para resolver los problemas reales?” Pero nuevamente enarbolaremos la cuestión que el Islam mismo levanta, y que responde; esto es, “¿Sabes tú mejor, o Dios?” y, “Dios sabe, y tú no sabes”. El bien de la humanidad es inherente en las Leyes Divinas enviadas abajo por Dios al Profeta -paz sea con él- que han venido a nosotros a través de su vida. Si en algún momento los hombres pensaron que su bien esta en ir contra lo que Dios ha legislado, entonces primero que todo, ellos están engañados en su pensamiento. “No siguen sino suposiciones y deseos de sus almas, a pesar que les ha llegado ya la guía de su Señor. ¿Acaso ha de tener el hombre lo que él quiera? De Allah son la Última Vida y la Primera” (53:23-25) Segundo, ellos son incrédulos. No es posible para una persona declarar que en su opinión el bien yace en ir contra lo que Dios ha legislado, y simultáneamente ser un seguidor de esta religión, o ser considerado su erudito, aún por un solo instante.
Capítulo 6 La Ley Universal El Islam construye su fundamento de fe y acción en el principio de la total sumisión a Dios solo. Sus creencias, formas de adoración y reglas de vida son uniformemente una expresión de esta sumisión y son una interpretación práctica de la declaración que no hay Dios excepto Alá. Los detalles de vida son derivados de la práctica del Mensajero de Dios -paz sea con él- y son una consecuencia práctica de la declaración que Muhammad es el Mensajero de Dios. El Islam construye una estructura completa en tal forma que estas dos partes de la declaración determinan su sistema y sus características. Cuando el Islam construye su estructura de esta manera, dándole una posición única y separada entre todos los demás sistemas conocidos por el
hombre, entonces el Islam realmente llega a ser harmonioso con la ley universal, que es operativa no solo en la existencia humana sino a todo lo largo del universo completo también. De acuerdo al concepto Islámico, el universo entero ha sido creado por Dios. El universo nació cuando Dios lo deseó, y entonces Él ordenó ciertas leyes naturales que este sigue y de acuerdo a las cuales sus varias partes operan harmoniosamente: “Ciertamente cuando queremos que algo sea, simplemente le decimos: Sé, y es.” (16:40) “Él ha creado cada cosa y la ha determinado en todo.” (25:2) Tras este universo hay una voluntad que lo administra, un poder que lo mueve, una ley que lo regula. Este poder mantiene un balance entre las varias partes de este universo y controla sus movimientos; así ellos no chocan entre sí ni llegan a desorganizarse. Esto continuara todo el tiempo que la voluntad Divina desee que continúe. El universo entero es obediente a la voluntad de Dios, Su poder y Su autoridad; no es posible para este desobedecer la voluntad Divina y su ordenada ley ni por un solo instante. Debido a esta obediencia y sumisión, el universo continúa avanzando de un modo harmonioso y ni la destrucción, o la dispersión o cualquier perturbación pueden penetrar en él a menos Dios lo desee. “Realmente vuestro Señor es Allah, Quien creó los cielos y la tierra en seis días, luego se asentó en el trono. La noche cubre al día que le sigue rápidamente y el sol, la luna y las estrellas están, por Su mandato, sometidos. ¿Acaso no Le pertenecen el Mandato y la creación? Bendito sea Allah el Señor de los mundos.” (7:54)
El hombre es una parte del universo; las leyes que gobiernan la naturaleza humana no son diferentes de las leyes que gobiernan el universo. Dios es el Creador del universo así como del hombre. El cuerpo del hombre está hecho de materiales terrenales, aún Dios le ha conferido ciertas características que hacen de él más que la tierra de la cual está hecho; Dios le provee de acuerdo a una medida. En sus funciones corporales el hombre involuntariamente sigue las mismas leyes de la naturaleza como otras criaturas. Su creación está de acuerdo a la voluntad de Dios en lugar que a la de su padre o madre. El padre y la madre son capaces de unirse, aun ellos no son capaces de transformar un esperma en un ser humano. El hombre nace de acuerdo al método de desarrollo y al método de nacimiento que Dios ha prescrito para él; él respira el aire de Dios en la cantidad y modo prescrito por Dios; tiene sentimientos y entendimiento, experimenta dolor, llega a estar hambriento y sediento, come y bebe –en resumen, él tiene que vivir de acuerdo a las leyes de Dios y no tiene elección en este asunto. A este respecto no hay diferencias entre él y otros objetos animados o inanimados del universo. Todo incondicionalmente se remite a la voluntad de Dios y a las leyes de Su Creación. El, Quien ha creado el universo y al hombre, y Quien hizo al hombre obediente de las leyes que también gobiernan el universo, ha prescrito además una Sharia para sus actos voluntarios. Si el hombre sigue esta ley, entonces su vida está en armonía con su propia naturaleza. Desde este
punto de vista, esta Sharia es también parte de esta ley universal que gobierna el universo entero, incluyendo los aspectos físicos y biológicos del hombre. Cada palabra de Dios, sea esta un mandato o una prohibición, una promesa o una advertencia, una regla o una guía, es una parte de la ley universal y es tan perfecta como la verdad conocida como las “Leyes de la naturaleza” -las Divinamente decretadas leyes para el universo- que encontramos estar operativas cada momento de acuerdo a lo que Dios ha prescrito para ellas desde el amanecer de la creación. En consecuencia, la Sharia que Dios ha dado al hombre para organizar su vida es también una ley universal, ya que está relacionada a la ley general del universo y es armoniosa con ella. Esta obediencia a la Sharia llega a ser una necesidad para los seres humanos de tal modo que sus vidas lleguen a ser armoniosas y en consonancia con el resto del universo; no solamente esto, sino que la única manera en la cual la armonía puede ser producida entre las leyes físicas que son operativas en la vida biológica del hombre y las leyes morales que gobiernan sus acciones voluntarias es solamente por medio de la obediencia a la Sharia. Solo esta manera hace a la personalidad del hombre, interna y externa, llegar a estar integrada. El hombre no puede entender todas las leyes del universo, ni puede comprender la unidad de este sistema; él no puede aún entender las leyes que gobiernan su propia persona, de las cuales no puede desviarse ni el ancho de un cabello. Así, él es incapaz de hacer leyes para un sistema de vida que pueda estar en completa armonía con el universo o que puedan aun armonizar sus necesidades físicas con su comportamiento externo. Esta capacidad pertenece solo al Creador del universo y de los hombres, Quien no solo controla el universo sino también los asuntos humanos, y Quien implementa una ley uniforme de acuerdo a su voluntad. Esta obediencia a la Sharia de Dios es necesaria por el motivo de esta armonía, aún más necesaria que el establecimiento de la fe Islámica, ya que individuos o grupos de individuos no pueden ser verdaderamente Musulmanes hasta que se sometan completamente a Dios solo, en la manera enseñada por el Mensajero de Dios -paz sea con él, así testificando por medio de sus acciones que no hay deidad excepto Dios y que Muhammad es el Mensajero de Dios. La total harmonía entre la vida humana y la ley del universo es completamente beneficiosa para la humanidad, ya que esta es la única garantía contra cualquier tipo de discordia en la vida. Solamente en este estado estarán ellos en paz consigo mismos y en paz con el universo, viviendo de acuerdo a sus leyes y sus movimientos. Del mismo modo, ellos tendrán paz de pensamiento, ya que sus acciones coincidirán con sus verdaderas demandas naturales, sin ningún conflicto entre ellas dos. De verdad, la Sharia de Dios armoniza el comportamiento externo del hombre con esta naturaleza interna en una forma fácil. Cuando un hombre hace la paz con su propia naturaleza, paz y cooperación entre individuos llegan después automáticamente, ya que todos viven juntos bajo un sistema, que es parte del sistema general del universo. En consecuencia, bendiciones descienden a toda la humanidad, ya que este camino conduce de una forma fácil al conocimiento de los secretos de la naturaleza, sus fuerzas escondidas, y los
tesoros ocultos en la extensión del universo. El hombre usa esto para el beneficio de toda la humanidad, bajo la dirección de la Sharia de Dios, sin ningún conflicto o competencia. En contraste a la Sharia de Dios están los caprichos del hombre: “Si la verdad siguiera sus deseos, los cielos y la tierra y lo que hay en ellos se corromperían.” (23:71) De esto podemos saber que la verdad es una y no muchas. Este es el fundamento de la religión, los cielos y la tierra están basados sobre esto, todos los asuntos de este mundo y del siguiente están establecidos por esto, el hombre rendirá cuentas a Dios en base de esto, y aquellos que se desvían de la verdad serán castigados por esto, y la gente será juzgada por Dios de acuerdo a esto. La verdad es indivisible, y es el nombre de esta ley general que Dios ha ordenado para todos los asuntos; y cada cosa en existencia o sigue esto o es castigado por esto. “Y es cierto que hemos hecho que descendiera a vosotros un libro en el que esta vuestro recuerdo. ¿No vais a razonar? ¿Cuántas ciudades que eran injustas arrasamos, dando origen después a otra gente? Cuando sintieron Nuestra furia, huyeron precipitadamente de ellas. No huyáis, volved a la vida placentera que llevabais y a vuestras moradas, tal vez se os pidan explicaciones. Dijeron: ¡Ay de nosotros! Verdaderamente hemos sido injustos. Y esta fue su continua llamada hasta que los dejamos extintos, como mies segada. No hemos creado el cielo, la tierra y lo que entre ambos hay como un juego. Si quisiéramos tomar alguna distracción, de hacerlo, lo haríamos de junto a Nos. Sin embargo arrojamos la verdad contra la falsedad para que la derrote y entonces se desvanezca. Tendréis la perdición por lo que decíais. De Él son quienes hay en los cielos y en la tierra; y quienes están a Su lado no desprecian por soberbia adorarlo; ni se cansan. Glorifican día y noche sin decaer.” (21:10-20) La naturaleza humana en sus profundidades tiene total conciencia de esta verdad. La forma del hombre y el cuerpo, y la organización del vasto universo alrededor de él, le recuerdan que este universo está basado en la verdad, y la verdad es su esencia, y está relacionado a una ley central que lo sostiene. Así, no hay perturbación en ella, no hay conflicto entre sus partes; no se mueve de manera casual, ni depende en el azar, ni está desprovista de un plan en conjunto; ni es un deporte en las manos de los caprichos humanos, sino se ejecuta suavemente en un curso preciso, detallado y prescrito. El conflicto empieza cuando el hombre se desvía de la verdad que está escondida en las profundidades de su propia naturaleza, bajo la influencia de sus deseos, y cuando él sigue leyes basadas en sus opiniones en lugar de seguir los mandatos de Dios. En lugar de someterse a su Verdadero Maestro junto con el resto del universo, él se revela y se subleva. Cuando este conflicto entre el hombre y su propia naturaleza, y el hombre y el universo, se extiende a los grupos humanos, naciones y razas, entonces todas las fuerzas y recursos del universo son utilizados no para el beneficio de toda la humanidad, sino para su destrucción y la violencia en contra de otros.
Llega a ser claro de la discusión anterior que el propósito para el establecimiento de la ley de Dios en la tierra es no solamente para el bien del siguiente mundo. Este mundo y el siguiente no son dos entidades separadas, sino son etapas complementarias a cada una. La ley dada por Dios no solamente armoniza estas dos etapas sino también armoniza la vida humana con la ley general del universo, así, cuando la armonía entre la vida humana y el universo sobreviene, sus resultados no son pospuestos para el siguiente mundo sino son operativos aún en este mundo. Sin embargo, estos alcanzaran la perfección en la otra vida.
Esto, entonces, es el fundamento del concepto Islámico del Universo y de la vida humana como una parte de este universo. Por su misma naturaleza, este concepto es diferente de todos aquellos otros conceptos conocidos por la humanidad. Esto es porque este concepto implica ciertas responsabilidades y obligaciones que no son encontrados en otros conceptos de vida. De acuerdo a este concepto, la obediencia a la Sharia de Dios es realmente una consecuencia de la necesidad de armonizar la vida humana con aquella ley que es operativa entre el hombre mismo y el resto del universo. Esta necesidad demanda que la ley que gobierna los asuntos sociales de los seres humanos debe estar en concordancia con la ley general del universo; esto demanda que el hombre se someta a Dios solo, con el resto del universo, y que ningún hombre debe reclamar señorío sobre otros. Una sugerencia para la necesidad de armonía de la cual hemos estado hablando es encontrada en la conversación entre Abraham -paz sea con él- el padre de la comunidad Musulmana, y Nimrod. Este hombre era un tirano y reclamaba absoluta soberanía sobre sus súbditos; a pesar de que no reclamaba soberanía sobre los cielos, los planetas y las estrellas. Cuando el Profeta Abraham –paz sea con él- presentó el argumento que El Que tiene autoridad sobre el universo es el Único en tener autoridad sobre los seres humanos también, él quedó sin palabras: “¿No has visto a aquel que, porque Allah le había dado soberanía, desafió a Ibrahim discutiéndole a su Señor? Dijo Ibrahim: Mi Señor da la vida y da la muerte. Dijo él: Yo doy la vida y doy la muerte. Dijo Ibrahim: Allah trae el sol desde el oriente, tráelo tú desde occidente. Y quedó confundido el que se negaba a creer. Allah no guía a los que son injustos”. (2:258) “¿Acaso desearan algo distinto a la práctica de Adoración aceptada por Allah, cuando todos los que están en los cielos y en la tierra están sometidos a Él, de grado o por fuerza, y a Él han de volver?” (3:83)
Capítulo 7
El Islam es la Real Civilización El Islam conoce solamente dos tipos de sociedades, la Islámica y la Jahili. La sociedad Islámica es aquella que sigue el Islam en fe y en modos de adoración, en ley y organización, en moralidad y maneras. La sociedad Jahili es aquella que no sigue al Islam y en la cual ni la creencia o conceptos Islámicos, ni los valores o estándares Islámicos, ni las leyes y regulaciones Islámicas, ni tampoco moralidad y maneras Islámicas son atendidos. La sociedad Islámica no es una en la cual las personas se llamen a sí mismas “Musulmanes” pero en la cual la ley Islámica no tenga estatus, aun cuando la oración, el ayuno y la peregrinación sean regularmente observados; y la sociedad Islámica no es una en la cual la gente invente su propia versión del Islam, otra a lo que Dios y Su Mensajero -paz sea con él- han prescrito y explicado, y llamada, por ejemplo, “Islam progresivo”. La sociedad Jahili aparece en varias formas, todas ellas ignorantes de la guía Divina. Algunas veces toma la forma de una sociedad en la cual la creencia en Dios no es negada, pero Su dominio está restringido a los cielos y Su gobierno en la tierra está suspendido. Ni la Sharia ni los valores prescritos por Dios y ordenados por Él como eternos e invariables encuentran algún lugar en el esquema de vida. En esta sociedad, la gente es permitida de ir a las mezquitas, iglesias y sinagogas; a pesar de que no tolera la demanda de la gente que la Sharia de Dios sea aplicada en sus asuntos diarios. En consecuencia, tal sociedad niega o suspende la soberanía de Dios en la tierra, cuando Dios dice claramente: “Él es Quien es Dios en el cielo y es Dios en la tierra y es el sabio, el conocedor.” (43:84) En razón de este comportamiento, tal sociedad no sigue la religión de Dios como es definida por Él: “El juicio solo pertenece a Allah que Ha ordenado que lo adoréis únicamente a Él. Esa es la adoración recta; sin embargo la mayor parte de los hombres son saben.” (12:40) En razón de esto, tal sociedad ha de ser contada entre las sociedades Jahili, aunque podría proclamar fe en Dios y permitir a la gente observar su devoción en mezquitas, iglesias y sinagogas. La sociedad Islámica es, por su misma naturaleza, la única sociedad civilizada, y las sociedades Jahili, en todas sus varias formas, son sociedades atrasadas. Es necesario dilucidar esta gran verdad. Una vez yo anuncie el título de un libro mío que estaba en la prensa como, La Civilizada Sociedad del Islam, pero en mi siguiente anuncio obvié la palabra “civilizada” de él. Por este cambio, un autor Argelino (quien escribe en Francés) comentó que la razón para este cambio era la psicología que opera en la mente de una persona cuando defiende el Islam. ¡El autor expresó pesar que esta fuese una expresión de inmadurez que estaba impidiéndome de enfrentar la realidad!
Yo disculpo a este autor Argelino porque en un tiempo yo mismo fui de la misma opinión En ese tiempo, mi proceso de pensamiento era similar a su reflexión de hoy. Encontré la misma dificultad que él ha encontrado hoy; esto es, entender el significado de “civilización”. Hasta entonces, no me había librado de las influencias culturales que habían penetrado mi mente además de mi inclinación y actitud islámica. La fuente de estas influencias era ajena -alienada a mi conciencia Islámica-, con todo estas influencias habían nublado mi intuición y conceptos. El concepto occidental de civilización era mi estándar; y me había prevenido de ver con visión clara y penetrante. Sin embargo, después vi muy claro que la sociedad Musulmana era la sociedad civilizada. Por consiguiente la palabra “civilizada” en el título de mi libro era redundante y no aportaba nada nuevo; en lugar de ello esto podría haber obscurecido el pensamiento del lector en la misma manera como mis propias ideas habían sido obscurecidas. Ahora la cuestión es, ¿Cuál es el significado de “civilización”? Déjennos explicar esto. Cuando, en una sociedad, la soberanía pertenece a Dios solo, expresada en su obediencia a la ley Divina, solamente entonces cada persona en esa sociedad es libre de la servidumbre a otros, y solamente entonces prueba la verdadera libertad. Solamente esto es la “Sociedad Civilizada”, donde la base de la civilización humana es la completa y verdadera libertad de cada persona y la total dignidad de cada individuo de la sociedad. De otro lado, en una sociedad en la cual algunas personas son señores que legislan y algunos otros son esclavos que obedecen, entonces no hay libertad en el real sentido, ni dignidad para todos y cada individuo. Es necesario que aclaremos el punto que la legislación no está limitada solo a asuntos legales, como alguna gente asigna este reducido significado a la Sharia. El hecho es que las actitudes, la manera de vida, los valores, el criterio, los hábitos y tradiciones, están todos legislados y afectan a la gente. Si un grupo particular de gente forja todas estas cadenas y aprisiona a otros en ellas, esto no será una sociedad libre. En tal sociedad alguna gente tiene la posición de autoridad, cuando otros son sirvientes a ellos; por lo tanto esta sociedad será atrasada, y en la terminología Islámica es llamada una sociedad “Jahili”. Solo el Islam tiene la distinción de basar la fundamental relación obligatoria de su sociedad en la fe; y en la base de esta fe, negro y blanco, rojo y amarillo, Árabes y Griegos, Persas y africanos, y todas las naciones que habitan la tierra llegan a ser una sola comunidad. En esta sociedad Dios es el señor y solo Él es adorado, el más honorable es el Uno que es el más noble en carácter, y todos los individuos son igualmente subditos a una ley que no es hecha por el hombre sino hecha por su Creador.
Una sociedad que reconoce los más altos valores en la “humanidad” del hombre y honra las “humanas” nobles características es verdaderamente civilizada. Si al materialismo, no importa en qué forma, le es dado el más alto valor, sea en la forma de una “teoría”, tal como la interpretación
marxista de la historia, o en la forma de la producción material, como es el caso de los Estados Unidos y países Europeos, y todos los otros valores humanos son sacrificados en su altar, entonces tal sociedad es atrasada, o, en la terminología Islámica, es una “sociedad Jahili”. La sociedad civilizada -esto es, la sociedad Islámica-no asigna un grado más bajo a la materia, ya sea en teoría o en la forma de producción material, ya que considera el universo en el que vive, por el cual está influenciado, y el cual influimos, estar hecho de materia, y considera la producción material ser la columna vertebral en la viceregencia de Dios en la tierra. Sin embargo, en la sociedad Islámica las comodidades materiales no son hechas el más alto valor con el costo de las humanas características –libertad y honor, familia y sus obligaciones, moralidad y valores, y asícomo es el caso en la sociedad Jahili. Si la sociedad está basada en “Valores humanos” y “Moralidad humana” y estos permanecen dominantes en ella, entonces esta sociedad será civilizada. Los valores humanos y la moralidad humana no son algo misterioso e indefinible, ni son “progresivos” ni cambiables, no teniendo raíces ni estabilidad, como es pretendido por los exponentes de la interpretación materialista de la historia o del “socialismo científico”. Estos son los valores y la moralidad que desarrolla estas características en un ser humano que lo distingue de los animales y que enfatiza los aspectos de su personalidad que lo elevan por encima de los animales; estos no son valores tales y moralidad que desarrollen y enfaticen aquellas características en el hombre que son comunes con los animales. Cuando la pregunta es vista de esta manera, una arreglada y bien definida línea de separación es obtenida que no puede ser borrada por los incesantes intentos de los “progresistas” y las sociedades científicas para tacharla. De acuerdo a esta perspectiva los estándares morales no son determinados por el ambiente y las condiciones cambiantes; más bien son criterios ajustados por encima y más allá de la diferencia en ambientes. Uno puede decir que algunos valores morales son “agrícolas” y otros “industriales”, algunos son “capitalistas” y algunos otros “socialistas”, algunos son “burgueses” y otros “proletarios”. Acá, los estándares de moralidad son independientes del ambiente, del status económico, y de la etapa de desarrollo de una sociedad; no son nada sino variaciones superficiales. Más allá de estos, arribamos a moralidad y valores “humanos” y a moralidad y valores “animales”, siendo esta la correcta separación o, en terminología Islámica, a moralidad y valores “Islámicos “, y moralidad y valores “Jahili”. Por consiguiente, el Islam establece la moralidad y los valores que son “humanos” -aquellos que desarrollan características en el ser humano que lo distinguen de los animales. En cualquier sociedad el Islam es dominante, sea esta una sociedad agrícola o industrial, nómada y pastoral o urbana y asentada, rica o pobre, implanta esta moralidad y valores humanos, los nutre y fortalece; estos desarrollan las características humanas progresivamente y preservan contra la degeneración hacia la animalidad. La dirección de la línea que separa valores humanos de gustos animales es ascendente, pero si esta dirección es revocada, ¡Entonces a pesar de todo el progreso material la civilización será “atrasada”, “degenerada”, y “Jahili”!
Si la familia es la base de la sociedad, y la base de la familia es la división del trabajo entre esposo y esposa y la crianza de los hijos es la más importante función de la familia, entonces tal sociedad es verdaderamente civilizada. En el sistema de vida Islámico, este tipo de familia provee el ambiente bajo el cual la moralidad y los valores humanos se desarrollan y crecen en la nueva generación; esta moralidad y valores no pueden existir apartados de la unidad familiar. Si, por el otro lado, relaciones sexuales libres e hijos ilegítimos llegan a ser la base de la sociedad, y si las relaciones entre hombre y mujer están basadas en lujuria, pasión e impulso, y la división del trabajo no está basada en la responsabilidad familiar y dones naturales; si el rol de la mujer es simplemente ser atractiva, sexy y coqueta, y si la mujer está libre de su responsabilidad básica de educar hijos; y si, bajo su propia demanda o presión social, ella prefiere convertirse en anfitriona o una azafata en un hotel o avión o compañía aérea, así usando su habilidad para la producción material en lugar que en el entrenamiento de seres humanos, en razón que la producción material es considerada más importante, más valiosa y más honorable que el desarrollo del carácter humano, entonces tal civilización es ”atrasada” desde el punto de vista humano, o “Jahili” en la terminología Islámica. El sistema familiar y las relaciones entre los sexos determinan el total carácter de una sociedad y si es atrasada o civilizada, jahili o Islámica. Aquellas sociedades que dan ascenso a deseos físicos y moralidad animalista no pueden ser consideradas civilizadas, no importa cuánto progreso puedan lograr en industria o ciencia, esta es la única medida que no se equivoca en estimar el verdadero progreso humano. En todas las sociedades Jahili modernas, el significado de “moralidad” está limitado a tal grado que todos aquellos aspectos que distinguen al hombre del animal son considerados más allá de esta esfera. En estas sociedades, las relaciones sexuales ilegitimas, aun la homosexualidad, no son consideradas inmorales. El significado de ética está limitado a asuntos económicos o algunas veces a asuntos políticos que caen en la categoría de “intereses gubernamentales”. Por ejemplo, el escándalo de Christine Keeler y el ministro Británico Profumo no fue considerado serio por la sociedad Británica por su aspecto sexual; fue condenable porque Christine Keeler estaba también involucrada con un agregado naval de la embajada rusa, ¡Y así su asociación con un ministro del gabinete se expusó ante el parlamento Británico! Escándalos similares vienen a la luz en el Senado Americano. Ingleses y Americanos que se vieron involucrados en tales escándalos de espionaje usualmente logran refugio en Rusia. ¡Estos asuntos no son considerados inmorales por su desviación sexual, sino en razón del peligro de ser secretos de estado! Entre las sociedades Jahili, escritores, periodistas y editores aconsejan a los casados y no casados que las relaciones sexuales libres no son inmorales. Sin embargo, es inmoral si un chico o una chica usan a su pareja para el sexo sin sentir amor en su corazón. Es malo si una esposa continua guardando su castidad cuando su amor por su marido se ha desvanecido; es admirable si ella encuentra otro amante. Docenas de historias son escritas acerca de este tema; muchos editoriales periodísticos, artículos, caricaturas, columnas serias y triviales, todas invitan a esta manera de vida.
Desde el punto de vista del progreso “humano”, semejantes sociedades no son civilizadas sino son atrasadas. La línea del progreso humano va hacia delante, de los deseos animales hacia valores más altos. Para controlar los deseos animales, una sociedad progresiva establece el fundamento del sistema familiar en el cual los deseos humanos encuentran satisfacción, además de proveer para la futura generación a ser traída en tal manera que continúe la civilización humana, en la cual las características humanas florezcan para su total eclosión. Obviamente una sociedad que intenta controlar las características animales, mientras provee todas las oportunidades para el desarrollo y perfeccionamiento de las características humanas, requiere fuertes salvaguardias para la paz y estabilidad de la familia, a fin que pueda ejecutar sus tareas básicas libre de las influencias de pasiones impulsivas. De otro lado, si en una sociedad inmoral las enseñanzas y sugerencias venenosas son galopantes, y la actividad sexual es considerada fuera de la esfera de la moralidad, entonces en aquella sociedad la humanidad del hombre puede difícilmente encontrar un lugar para desarrollarse. En consecuencia, solamente la moralidad y valores Islámicos, las salvaguardias y enseñanzas Islámicas, son valiosas para la humanidad, y de esta inmutable y verdadera medida de progreso humano, el Islam es la real civilización y la sociedad Islámica es verdaderamente civilizada.
Por último, cuando el hombre establece la representación de Dios en la tierra en todos los aspectos, dedicándose el mismo al servicio de Dios y liberándose de la servidumbre a otros, estableciendo el sistema de vida prescrito por Dios y rechazando todos los otros sistemas, arreglando su vida de acuerdo a la Sharia de Dios y abandonando las otras leyes, adoptando los valores y estándares de moralidad que son del agrado de Dios y rechazando todos los otros estándares y, después de esto, cuando él investiga las leyes que gobiernan el universo y las usa para el beneficio de la humanidad, aplicándolas a los recursos escondidos de la tierra de acuerdo a la obligación impuesta en él por Dios como viceregente en la tierra, desenterrando los tesoros y recursos de comida y materias primas para la industria, y usa su técnica y conocimiento profesional para el desarrollo de varios tipos de industrias, haciendo todas estas cosas como una persona temerosa de Dios y como representante de Dios; y cuando su actitud hacia los aspectos materiales y morales de la vida están infundidos con este espíritu, solamente entonces el hombre llega a ser completamente civilizado y la sociedad alcanza la altura de la civilización. En el Islam, simples invenciones materiales no son consideradas como civilización, ya que la sociedad Jahili también puede alcanzar prosperidad material. En muchos sitios del Corán, Dios ha descrito sociedades de este tipo, que han alcanzado prosperidad material mientras permanecían Jahili. (Hud dijo a su gente) “¿Cómo es que edificáis señales en los lugares elevados de cada camino por capricho? ¿Y os construís fortalezas como si fuerais inmortales? ¿Y cuándo atacáis os comportáis como tiranos? ¡Temed a Allah y obedecedme! ¡Temed a aquel que os ha agraciado con lo que sabéis! Os ha agraciado con ganado e hijos, jardines y manantiales. De verdad temo para vosotros el castigo de un día grave.” (26:128-125)
(Salih dijo a su gente) “¿Acaso vais a ser dejados a salvo en lo que tenéis? ¿En jardines y manantiales, cereales y palmeras de tiernos brotes? ¿Y esculpís casas en las montañas con arrogancia? Temed a Allah y obedecedme. Y no obedezcáis lo que os mandan los que sobrepasan los límites. Ésos que siembran corrupción en la tierra en vez de poner orden.” (26:146-152) “Cuando olvidaron lo que se les había recordado, les abrimos las puertas de todas las cosas y ya que estaban contentos con lo que les habíamos dado, los agarramos de improviso y quedaron desesperados. Así fue exterminado hasta el último de la gente injusta. Y las alabanzas pertenecen a Allah, el Señor de los mundos.” (6:44-45) “La vida del mundo se parece al agua que hacemos caer del cielo y se mezcla con las plantas de la tierra de las que comen hombres y ganado. Y cuando la tierra ha florecido, se ha embellecido y sus habitantes se creen con poder sobre ella, viene entonces Nuestra orden de noche o de día y la dejamos lisa como si el día anterior no hubiera sido fértil.” (10:24) Pero como dije antes, el Islam no mira con desprecio el progreso material y las invenciones materiales; de hecho, las considera cuando son usadas bajo el sistema Divino de vida, como regalos de Dios. En el Corán encontramos que Dios promete Su generosidad a la gente cuando ellos son obedientes a Él. (Noé dijo) “Y les he dicho: Pedid perdón a vuestro Señor, Él es muy Perdonador. Enviara sobre vosotros el cielo con lluvias abundantes y os dará más riquezas e hijos, así como jardines y ríos.” (71:10-12) “Si las gentes de las ciudades hubieran creído y se hubieran guardado, les habríamos abierto las bendiciones del cielo y de la tierra. Sin embargo negaron la verdad y los castigamos a causa de lo que adquirieron.” (7:96) Pero lo importante es el fundamento en el cual la estructura industrial está construida, y aquellos valores que unen una sociedad, y mediante los cuales una sociedad adquiere las características de “civilización humana”.
Desde que la base de la sociedad Islámica y la naturaleza de su crecimiento, que dan lugar a su comunidad, tienen un carácter único, uno no puede aplicar a esto aquellas teorías que explican el establecimiento y crecimiento de sociedades Jahili. La sociedad Islámica es nacida de un movimiento, y este movimiento continua en ella; esto determina los lugares y posiciones de los individuos en la comunidad y entonces les asigna roles y responsabilidades. El origen de este movimiento, del cual esta comunidad es nacida, está fuera de la esfera humana y fuera de este mundo. Su fuente es una fe que ha venido de Dios a la humanidad, y que le da un concepto particular del universo, de la vida, de la historia humana, de valores y propósitos, y que define para ella un camino de vida reflejando este concepto. Así los ímpetus iniciales para el movimiento no vienen de mentes humanas, ni del mundo físico, sino, como hemos escrito antes,
vienen de fuera de este mundo y de fuera de la esfera humana; y este es el primer rasgo distintivo de la sociedad Islámica y su organización. En verdad, el origen de este movimiento es un elemento fuera de la esfera del hombre y fuera del mundo físico. Este elemento, que nace de la voluntad Divina, no es algo esperado por ningún ser humano o tomado en consideración por nadie, y en el comienzo, ningún empeño humano entra en esto. Este elemento Divino siembra la semilla del movimiento Islámico y al mismo tiempo prepara al ser humano para la acción -prepara a aquel que cree en la fe que lo alcanza de la fuente Divina. Tan pronto como este singular individuo cree en esta fe, la comunidad Islámica nace (potencialmente). Este individuo no permanece satisfecho teniendo esta fe, sino se pone de pie para dar este mensaje. Es la naturaleza de esta fe ser un movimiento viril y dinámico; el poder que alumbra esta fe en el corazón sabe que no permanecerá encubierta sino que saldrá a lo abierto y contagiara a otros. Cuando el número de creyentes alcanza tres, entonces esta fe les dice, “Ahora ustedes son una comunidad, una comunidad inconfundible, diferente de aquella sociedad Jahili que no vive de acuerdo a esta fe o acepta su premisa básica.” Ahora la sociedad Islámica ha nacido (realmente). Estos tres individuos se incrementan a diez, los diez a cien, los cien a mil, y los mil aumentan a veinte mil -y la sociedad Islámica crece y llega a establecerse. Durante el proceso de este movimiento, un conflicto podría ya haber empezado en la sociedad Jahili. De un lado está la recién nacida sociedad, que en sus creencias y conceptos, valores y estándares, existencia y organización se ha separado a si mima de la sociedad Jahili, de la cual la sociedad Islámica absorbe individuos. Este movimiento, desde el momento de su inicio hasta que el crecimiento y la existencia permanente de esta sociedad ocurren, evalúa cada individuo y le asigna una posición de responsabilidad de acuerdo a su capacidad, tal como es medido por los estándares y balances Islámicos. La sociedad automáticamente reconoce sus capacidades, y él no necesita presentarse y anunciar su candidatura; de hecho, su fe y los valores a los cuales él y su sociedad se suscriben lo obligan a mantenerse oculto de los ojos de aquellos que desean darle una posición responsable. Pero el movimiento, que es una extensión natural de la fe Islámica y que es la esencia de la sociedad Islámica, no permite a ningún individuo esconderse. ¡Cada individuo de esta sociedad debe moverse! Debe haber un movimiento en su fe, un movimiento en su sangre, un movimiento en su comunidad, y en la estructura de esta sociedad orgánica; y como la Jahiliya está en todo su alrededor, y sus influencias residuales en su mente y en la mente de aquellos que lo rodean, la lucha sigue adelante y la Yihad continua hasta el Día de la Resurrección. Las altas y bajas a través del cual este movimiento pasa determinan la posición y actividad de cada individuo en el movimiento, el cuerpo orgánico de esta sociedad es completado por medio de la armonía entre sus individuos y sus actividades.
Este tipo de inicio y este método de organización son dos características de la sociedad Islámica que la distinguen de otras sociedades con respecto a su existencia y su estructura, su naturaleza y su forma, su sistema y el método de regulación de este sistema, y la hacen una entidad única y separada. No puede ser entendida por medio de teorías sociales alienadas a ella, ni puede ser enseñada por métodos extraños a su naturaleza, ni puede llegar a la existencia por caminos prestados de otros sistemas.
De acuerdo a nuestra invariable definición de civilización, la sociedad Islámica no es solo una entidad del pasado, a ser estudiada por la historia, sino que es una demanda para el presente y una esperanza para el futuro. La humanidad puede ser dignificada, hoy o mañana, por medio de la lucha hacia esta noble civilización, arrancada a si misma del abismo de la Jahiliya en la cual está cayendo. Esto es verdad no solamente para naciones industrial y económicamente desarrolladas, sino también para naciones atrasadas. Los valores a los cuales me referí anteriormente como valores humanos nunca fueron alcanzados por la humanidad excepto en el periodo de la civilización Islámica. También debemos recordar que bajo el término “Civilización Islámica” queremos decir aquella civilización en la cual estos valores son encontrados al más alto grado, y no una civilización que pueda hacer progresos en industria, economía y ciencia pero en la cual los valores humanos son suprimidos. Estos valores no son ideales sino son valores prácticos que pueden ser alcanzados por medio del esfuerzo humano. Aplicando las enseñanzas del Islam correctamente. Estos valores pueden ser conseguidos en cualquier ambiente, cualquiera pueda ser su nivel de progreso industrial y científico, ya que no hay contradicción; de hecho, la prosperidad material y el progreso científico son estimulados por las enseñanzas del Islam, ya que ellos conservan el rol del hombre como el representante de Dios en la tierra. Similarmente, en países que son industrial y científicamente atrasados, estos valores enseñan a la gente a no permanecer solo como espectadores silenciosos sino en luchar por el progreso industrial y científico. Una civilización con estos valores puede desarrollarse en cualquier lugar y en cualquier ambiente; sin embargo, la real forma que esto toma no es una, sino depende en las condiciones y ambiente existentes en la sociedad en la cual estos valores se desarrollan. La sociedad islámica, en esta forma y grado y su forma de vida, no es una entidad histórica fija; pero su existencia y su civilización están basadas en valores que son realidades históricas fijas. La palabra “histórico” usada en este contexto solo significa que estos valores toman forma concreta en un periodo particular de la historia humana. De hecho, estos valores, por su naturaleza, no pertenecen a ningún periodo particular; ellos son la verdad que ha venido al hombre de la fuente Divina -más allá de la esfera de la humanidad y más allá de la esfera del universo físico. La civilización Islámica puede tomar varias formas en su estructura material y organizacional, pero los principios y valores en los cuales está basada son eternos e inmutables. Estos son; la adoración
a Dios solo, el fundamento de las relaciones humanas en la fe en la Unicidad de Dios, la supremacía de la humanidad del hombre sobre las cosas materiales, el desarrollo de los valores humanos y el control de los deseos animales, respeto por la familia, la presunción de ser el representante de Dios en la tierra de acuerdo a Su guía e instrucción, y en todos los asuntos de esta viceregencia el gobierno de la ley de Dios (la Sharia), y la manera de vida prescrita por Él. Las formas de la civilización Islámica, construidos en estos principios fijos, dependen y están influenciados por las reales condiciones y cambian de acuerdo a la etapa de progreso industrial, económico o científico. Estas formas son necesariamente diferentes y son una consecuencia del hecho que el Islam posee suficiente flexibilidad para entrar en cualquier sistema y amoldar este de acuerdo a sus propósitos, pero esta flexibilidad en las formas externas de la civilización Islámica no significa ninguna flexibilidad en la creencia Islámica, que es la fuente primaria de esta civilización, ni ser considerado como prestado de fuera, porque este es el carácter de esta religión. Sin embargo, la flexibilidad no será confundida con inestabilidad. Hay una gran diferencia entre estos dos. Cuando el Islam penetró la parte central de África, vistió seres humanos desnudos, los socializó, los sacó de los profundos nichos del aislamiento, y les enseñó la alegría del trabajo para explorar los recursos materiales. Los sacó del reducido círculo de tribu y clan al vasto circulo de la comunidad Islámica, y fuera de la adoración de dioses paganos a la adoración del Creador de los mundos. Si esto no es civilización, entonces ¿Qué es esto? Esta civilización fue para este ambiente, entonces esta civilización también tomara otra forma –pero con valores que son eternos-, basada en los recursos existentes de ese ambiente particular. En consecuencia el desarrollo de la civilización, de acuerdo al método y manera del Islam, no depende de algún nivel particular de progreso industrial, económico o científico. En cualquier lugar esta civilización sea establecida, esta usara todos los recursos, los desarrollara, y si en cierto lugar estos recursos no existen, entonces los suministrara y proveerá los medios para su crecimiento y progreso. Pero en todas las situaciones será basada en sus inmutables y eternos principios, y donde quiera una sociedad Islámica llegue a la existencia, su carácter particular y su movimiento particular también nacerá, y hará de ella distinguida y distinta de todas las sociedades Jahili. “El tinte de Allah. ¿Y quién es mejor que Allah tiñendo?” (2:138)
Capítulo 8 La Cultura y Concepto Islámico
En el sexto capítulo hemos mostrado que la primera parte del primer pilar del Islam es la dedicación de la vida de uno a Dios solo, este es el significado de “La Ilaha Illa Allah”. La segunda parte significa que el camino de esta dedicación solo proviene del Profeta Muhammad: “Muhammadar Rasul Allah” señala este hecho. La completa sumisión a Dios viene de la sumisión a Él por medio de la fe, la practica y la ley. Ningún Musulmán puede creer que otro ser pueda ser una “deidad”, ni puede creer que uno pueda “adorar” una criatura de Dios o que a esta pueda ser dada una posición de “soberanía”. Explicamos en este capítulo el significado de adoración, fe y soberanía. En lo que sigue mostraremos el verdadero significado de soberanía y su relación a la cultura. En el concepto Islámico, la soberanía de Dios significa que uno no debe simplemente derivar todos los mandatos legales de Dios y juzgar de acuerdo a estos mandatos; en el Islam el significado de “Sharia” no está limitado a simples mandatos legales, sino incluye los principios de administración, su sistema y sus modos. Este reducido significado (que la Sharia está limitada a mandatos legales) no se aplica a la Sharia ni corresponde al concepto Islámico. Por la Sharia de Dios se entiende todas las cosas legisladas por Dios para ordenar la vida del hombre; esto incluye los principios de la fe, principios de administración y justicia, principios de moralidad y relaciones humanas y principios de conocimiento. La Sharia incluye los conceptos y creencias Islámicas y su trascendencia concerniente a los atributos de Dios, la naturaleza de la vida, que es aparente y que está escondido en ella, la naturaleza del hombre, y la interrelación entre estos. Similarmente, incluye asuntos políticos, sociales y económicos y sus principios, con el propósito que ellos reflejen la completa sumisión a Dios solo. También incluye asuntos legales (esto es lo que hoy en día es relacionado como la “Sharia”, cuando el verdadero significado de la “Sharia” en el Islam es completamente diferente). Trata con la moral, las maneras, los valores y los estándares de la sociedad, de acuerdo a que personas, acciones y eventos son medidos. También trata con todos los aspectos del conocimiento y principios de arte y ciencia. En todos estos la guía de Dios es necesaria, precisamente como es necesaria en asuntos legales. Hemos discutido la soberanía de Dios en relación al gobierno y al sistema legal, y también en relación a asuntos de moral, relaciones humanas, y valores y estándares que prevalecen en la sociedad. El punto a tener en cuenta fue que los valores y estándares, la moralidad y maneras, están todos basados en las creencias y conceptos prevalentes en la sociedad y son derivados de la misma fuente Divina de la cual las creencias son derivadas. La cosa que parecerá extraña, no solamente al hombre común sino a los escritores acerca del Islam, es nuestra vuelta al Islam y a la fuente Divina por guía en esferas de ciencia y arte. Un libro ya ha sido publicado en el tema del arte en el cual ha sido señalado que todos los esfuerzos artísticos no son sino una reflexión de los conceptos del hombre, las creencias e intuiciones; ellos reflejan cualquier imagen de la vida y del mundo encontrados en la intuición del hombre. Todos estos asuntos no son solamente gobernados por los conceptos Islámicos, sino, de hecho, este concepto es un poder motivador para la creatividad Musulmana. El concepto Islámico
del universo define las relaciones humanas con el resto del universo y Su Creador. Su tema básico es la naturaleza del hombre y su posición en el universo, el propósito de su vida, su función y el verdadero valor de su vida. Todo esto está incluido en el concepto Islámico, que no es simplemente una idea abstracta sino es una fuerza viviente y motivadora que influencia las acciones y emociones del hombre. (El Libro, Los principio del Arte Islámico, por Muhammad Qutb.) En breve, la cuestión del arte y la literatura a través de su relación con la guía Divina requiere una detallada discusión, y, como hemos escrito antes, esta discusión parecerá extraña no solamente a la gente educada sino aun a aquellos Musulmanes que creen en la soberanía de Dios en asuntos de ley. Un Musulmán no puede ir a ninguna otra fuente aparte de Dios por dirección en asuntos de fe, en el concepto de la vida, en las acciones de adoración, en la moralidad y asuntos humanos, en los valores y estándares, en los principios de temas económicos y políticos y en la interpretación de procesos históricos. Es su deber, por lo tanto, aprender todo esto de un Musulmán cuya piedad y carácter, fe y acción, estén más allá de reproche. Sin embargo, un Musulmán puede ir a un Musulmán o a un No Musulmán para aprender ciencias abstractas como química, física, biología, astronomía, medicina, industria, agricultura, administración (limitada a su aspecto técnico), tecnología, arte y ciencia militar y artes; aunque el principio fundamental es que cuando la comunidad Musulmana nace debe proveer expertos de todos estos campos en abundancia, ya que todas estas ciencias y artes son una obligación suficiente (Fard al-Kifayah) en los Musulmanes (que es decir, debe haber suficiente número de gente que se especialice en estas artes y ciencias varias para satisfacer las necesidades de la comunidad). Si una atmosfera apropiada no es provista bajo la cual estas ciencias y artes desarrollen una sociedad Musulmana, la completa sociedad será considerada pecadora, todo el tiempo que estas condiciones no sean alcanzadas. Es permitido para un Musulmán aprender de un Musulmán o de un No Musulmán y ganar experiencia bajo su dirección, sin ninguna distinción de religión. Estos son aquellos asuntos que son incluidos en el Hadiz, “Ustedes conocen mejor los temas de sus negocios”. Estas ciencias no están relacionadas a los conceptos básicos de un Musulmán acerca de la vida, el universo, el hombre, el propósito de su creación, sus responsabilidades, su relación con el mundo físico y con el Creador; tampoco están estos relacionados a los principios de la ley, las reglas y regulaciones que ordenan la vida de los individuos y grupos, ni están ellas relacionadas a moralidad, maneras , tradiciones, hábitos, valores y estándares que prevalecen en la sociedad y que le dan su condición y forma. Así, no hay peligro que un Musulmán, aprendiendo estas ciencias de un no Musulmán, distorsionara su fe o regresara a la Jahiliya. Pero en lo que a interpretación del esfuerzo humano se refiere, sea este empeño individual o colectivo, este relaciona las teorías de la naturaleza del hombre y del proceso histórico. Similarmente, la explicación del origen del universo, el origen de la vida del hombre, son parte de la metafísica (no relacionada a las ciencias abstractas como la química, física, astronomía o medicina, etc.); y así su posición es similar a los temas legales, reglas y regulaciones que ordenan
la vida humana. Estas afectan indirectamente las creencias del hombre; no es por consiguiente permisible para un Musulmán aprender estas de nadie aparte de un temeroso de Dios y pio Musulmán, quien conoce que la guía en estas materias viene de Dios. El principal propósito es, un Musulmán debe darse cuenta, que todos estos asuntos estén relacionados a su fe, y que buscar la guía de Dios en estas materias es una consecuencia necesaria de la fe en la Unicidad de Dios y la Mensajería de Muhammad. Sin embargo, un Musulmán puede estudiar todas las opiniones y reflexiones de escritores Jahili no desde el punto de vista de construir sus propias creencias y conceptos, sino para el propósito de conocer las desviaciones adoptadas por la Jahiliya, de tal manera que él pueda conocer como corregir estas desviaciones hechas por el hombre en la luz de la verdadera fe Islámica y refutarlas de acuerdo a los sólidos principios de las enseñanzas Islámicas. Filosofía, la interpretación de la historia, sicología (excepto por aquellas observaciones y resultados experimentales que no son parte de la opinión de nadie), ética, teología y religión comparativa, sociología (excluyendo estadística y sus observaciones) -todas estas ciencias tienen una dirección que en el pasado o en el presente han sido influenciados por las tradiciones y creencias Jahili. Esto es porque todas estas ciencias llegaron al conflicto, explícita o implícitamente, con el fundamentalismo de cualquier religión, y especialmente con el Islam. La situación referente a estas áreas del pensamiento y conocimiento humano no es la misma como con la física, química, astronomía, biología, medicina, etc. -mientras que estas perduren. Estas ciencias mencionadas se limitan en sí mismas a experimentos prácticos y sus resultados, y no van más allá de la esfera de acción a filosofía especulativa. Por ejemplo, la biología Darwinista va más allá del ámbito de sus observaciones, sin ninguna rima o razón y solamente por el motivo de expresar una opinión; haciendo la suposición que explica el comienzo de la vida y su evolución no hay necesidad de asumir un poder exterior al mundo físico. Concerniente a estas materias, la verdadera dirección de su Sustentador es suficiente para un Musulmán. Esta guía hacia la completa sumisión a Dios solo es muy superior a todos los especulativos intentos humanos en estos asuntos que parecen absolutamente ridículos y absurdos. La frase que “La cultura es la herencia humana” y que no tiene país, nacionalidad o religión es correcta solamente en relación a la ciencia y la tecnología –mientras que no saltemos los límites de estas ciencias y ahondemos en interpretaciones metafísicas y empecemos a explicar el propósito del hombre y su rol histórico en términos filosóficos, incluso explicando filosóficamente en sentido opuesto el arte y la literatura y la intuición humana. Más allá de este significado limitado, esta frase acerca de la cultura es una de los ardides colocados por el mundo Judío, cuyo propósito es eliminar todas las limitaciones impuestas por la fe y la religión, a fin que los Judíos puedan penetrar en el cuerpo político del mundo entero y entonces puedan ser libres de perpetuar sus malignos designios. En el tope de esta lista de actividades esta la usura, el objetivo del cual es que toda la riqueza de la humanidad termine en las manos de las instituciones nacionales Judías que se manejan en el interés.
Sin embargo, el Islam considera que -excepto las ciencias abstractas y su aplicación practica –hay dos clases de cultura; la cultura Islámica, que está basada en el concepto Islámico, y la cultura Jahili, que se manifiesta ella misma en varios modos de vida que están no obstante basados todos en una cosa, y que es dar al pensamiento humano el estatus de dios de tal manera que su verdad o falsedad no sea juzgada de acuerdo a la guía de Dios. La cultura Islámica está preocupada con todos estos asuntos teóricos y prácticos, y ella contiene principios, métodos y características que garantizan el desenvolvimiento y la perpetuación de todas las actividades culturales. Uno debe recordar el hecho que el método experimental que es el espíritu dinámico de la moderna cultura industrial Europea, no se originó en Europa sino se originó en las universidades Islámicas de Andalucía y del Este. El principio del método experimental fue un vástago del concepto Islámico y sus explicaciones del mundo físico, su fenómeno, sus fuerzas y sus secretos. Después, adoptando el método experimental, Europa entró en el periodo de avivamiento científico, que lo llevó paso a paso a grandes alturas científicas. Entretanto, el mundo Musulmán gradualmente se alejó del Islam, como una consecuencia del cual el movimiento científico primeramente llego a ser inerte y posteriormente finalizó por completo. Algunas de las causas que condujeron a este estado de inercia fueron internas a la sociedad Musulmana y algunas fueron externas, como la invasión del mundo Musulmán por Cristianos y Sionistas. Europa removió el fundamento de la creencia Islámica de la metodología de las ciencias empíricas, y finalmente, cuando Europa se rebeló contra la Iglesia, que en el nombre de Dios oprimía a la gente común, ella privó a las ciencias empíricas de su método Islámico de relacionarlas con la guía de Dios. Así, la entera base del pensamiento Europeo llegó a ser Jahili y completamente distanciado del concepto Islámico, y se convirtió en contradictorio y conflictivo con este. Es necesario para un Musulmán, por lo tanto, retornar a la dirección de Dios a fin de aprender el concepto Islámico de vida -por su cuenta, si es posible, o de otro modo buscar el conocimiento de un Musulmán temeroso de Dios cuya piedad y fe sean confiables.
En el Islam el dicho, “Busca el saber de aquel que conoce”, no es aceptable con respecto a aquellas ciencias que establecen una conexión con la fe, la religión, la moralidad y valores, las costumbres y hábitos, y todos aquellos temas que conciernen a las relaciones humanas. No hay duda que el Islam permite al Musulmán aprender química, física, astronomía, medicina, tecnología y agricultura, administración y ciencias técnicas similares de un No Musulmán quién no es pio –y esto, bajo la condición que un científico Musulmán temeroso de Dios no esté disponible para enseñar estas ciencias. Esta es la situación que existe ahora, porque los Musulmanes se han alejado de su religión y de su manera de vida, y han olvidado que el Islam los señaló como representantes de Dios y los hizo responsables para aprender todas las ciencias y desarrollar capacidades varias para cumplir esta alta posición que Dios les ha concedido. Pero el Islam no permite a los Musulmanes aprender principios de su fe, las implicaciones de su concepto, la interpretación del Corán, los Hadices acerca del Profeta –paz sea con él-, la filosofía de la historia, las tradiciones de su sociedad, la constitución de su gobierno, la forma de su política, y ramas
similares del conocimiento, de fuentes no Islámicas o de cualquier otro que no sea un pio Musulmán cuya fe y entendimiento religioso son conocidos de ser confiables. La persona que está escribiendo estas líneas ha gastado cuarenta años de su vida leyendo libros e investigando en casi todos los aspectos del conocimiento humano. Él se especializó en algunas ramas del conocimiento y estudió otras debido a su interés personal. Entonces regresó a la fuente primigenia de su fe. Él vino a sentir que cualquier cosa había leído hasta entonces era nada en comparación a lo que encontró aquí. Él no lamenta gastar cuarenta años de su vida en la búsqueda de estas ciencias, porque llegó a saber la naturaleza de la Jahiliya, sus desviaciones, sus errores y su ignorancia, tan bien como su pompa y bullicio, y sus arrogantes y presumidas pretensiones. Finalmente, él fue convencido que un Musulmán no puede combinar estas dos fuentes -la fuente de la guía Divina y la fuente de la Jahiliya- para su educación. Aun entonces, esta no es mi opinión personal; esto es un asunto grave para ser decidido simplemente por la opinión de algunas personas, y la cuestión de depender en la opinión de un Musulmán no se plantea cuando el estándar Divino nos provee de un modo de juzgar el asunto. Esta es la decisión de Dios y de Su Mensajero –paz sea con él- y remitimos esto a ellos en la misma forma como es propio para un Creyente, tanto como las decisiones controversiales tienen que ser remitidas al juicio de Dios y Su Profeta –paz sea con él. El Dios Mas Alto declara en términos generales referente al objetivo último de los Judíos y Cristianos contra los Musulmanes: “Muchos de la gente del libro desearían que renegarais después de haber creído y una vez que la verdad se les haya hecho patente, por la envidia que sienten sus almas. No obstante perdonad y pasad por alto hasta que Allah traiga su mandato; ciertamente Allah tiene poder sobre todas las cosas.” (2:109) “Los Judíos y los Cristianos no estarán satisfechos contigo hasta que no sigas sus creencias. Di: La guía de Allah es la guía. Si siguieras sus deseos después de la guía que te ha venido, no tendrías ante Allah quien te protegiera ni auxiliara.” (2:120) “¡Vosotros que creéis! Si obedecéis a algunos de los que recibieron el libro, conseguirán haceros caer en la incredulidad después de lo que habéis creído.” (3:100) Como reportó Hafiz Abu Y´ala, el Mensajero de Dios -paz sea con él- dijo: “No pregunten a la gente del libro acerca de nada. Ellos no los guiaran a ustedes. De hecho, ellos están mal aconsejándose a sí mismos. Si ustedes los escuchan, pueden terminar aceptando alguna falsedad o negando alguna verdad. Por Dios, si Moisés estuviera vivo entre ustedes, no le sería permitido (por Dios) nada excepto seguirme.” Después de esta advertencia de Dios a los Musulmanes referente a la intención última de los Judíos y los Cristianos, sería extremadamente miope de nuestra parte caer en la ilusión que cuando los Judíos y los Cristianos discuten las creencias Islámicas o la historia Islámica, o cuando ellos hacen propuestas concernientes a la sociedad Musulmana o la economía o la política
Musulmanas, lo estén haciendo con buenas intenciones, o con el bienestar de los Musulmanes en el corazón, o a fin de buscar la guía y la luz. La gente que, después de esta clara sentencia de Dios, aun piensa de esta manera esta verdaderamente engañada. Similarmente, el dicho del Dios Mas alto: “Di, La guía de Allah es la guía”, determina la única fuente a la cual cada Musulmán debe tornar por guía en todos estos asuntos, como cualquier cosa que este más allá de la guía de Dios es equivocación y nadie sino Él puede guiar, como es claro del énfasis en el verso, “Di, La guía de Allah es la guía”. No hay ambigüedad en el significado de este verso y ninguna otra interpretación es posible. Existe también un mandato decisivo para evitar a la persona que retrocede sobre sus pasos del recuerdo de Dios y cuyo único objetivo es este mundo. Esta explicado que tal persona sigue simples especulaciones –y un Musulmán está prohibido de seguir especulaciones– y él conoce solamente lo que es aparente en la vida de este mundo y no posee el verdadero conocimiento. “Apártate de quien le da la espalda a Nuestro recuerdo y solo quiere la vida de este mundo. Ese es todo el conocimiento al que llegan. Cierto que tu señor sabe mejor quien se extravía de Su camino y sabe mejor quien tiene la guía.” (53:29-39) Una persona que es negligente en el recuerdo de Dios y esta completamente ocupado con los asuntos de esta vida –y este es el caso con todos los científicos de hoy- conoce solamente lo que es aparente y este no es el tipo de conocimiento para el cual un Musulmán puede confiar completamente en su poseedor, excepto por aquello permitido a ser aprendido de ellos al grado de conocimiento técnico. Él debe ignorar sus interpretaciones referentes a asuntos sicológicos y conceptuales. Este no es ese conocimiento elogiado repetidamente en el Corán por ejemplo en el verso, “¿Son iguales los que saben y los que no saben?” Aquellos que toman tales versos fuera de contexto y discuten están en un error. El verso completo en el cual esta pregunta retórica está formulada es el siguiente: “¿Acaso quien se entrega a la adoración en las horas de la noche, postrado y en pie, ocupándose de la Última vida y esperando la misericordia de su Señor…? Di: ¿Son iguales los que saben y los que no saben? Solo recapacitaran los que saben reconocer lo esencial.” (39:9) Solamente tal persona que, en la oscuridad de la noche, permanece en adoración, de pie o postrado, quien teme la próxima vida, y espera en la misericordia de su Sustentador, es verdaderamente conocedor, y este es el conocimiento al que los versos anteriores se refieren; es decir, el conocimiento que conduce hacia Dios y al recuerdo de Él, y no ese conocimiento que distorsiona la naturaleza humana hacia la negación de Dios. La esfera del conocimiento no está limitada a artículos de fe, obligaciones religiosas, o leyes acercas de lo que es permitido y lo que está prohibido; su esfera es mucho más amplia. Esta incluye todo esto y también el conocimiento de las leyes naturales y todos los problemas referentes al rol delegado del hombre ante Dios. Sin embargo, cualquier conocimiento, el fundamento del cual no esté basado en la fe, está fuera de la definición de este conocimiento que
esta referido en el Corán y los poseedores del cual son considerados encomiables. Hay una firme relación entre la fe y todas aquellas ciencias que tratan con el universo y las leyes naturales, tal como la astronomía, biología, física, química y geología. Todas estas ciencias conducen al hombre hacia Dios, a menos que estén pervertidas por opiniones personales y especulaciones, y presentadas desprovistas del concepto de Dios. Semejante situación lamentable realmente ocurrió en Europa. De hecho, vino un tiempo en la historia Europea cuando diferencias muy penosas y detestables se levantaron entre científicos y la opresiva iglesia; consecuentemente el total del movimiento científico en Europa empezó en la impiedad. Este movimiento afectó muy profundamente todos los aspectos de la vida; a decir verdad, cambió por completo el carácter del pensamiento Europeo. El efecto de esta hostilidad de la comunidad científica hacia la iglesia no permaneció limitado a la iglesia o a sus creencias, sino fue dirigida contra toda religión, tanto así que todas las ciencias se volvieron contra la religión, sean ellas filosofía especulativa o ciencias técnicas o abstractas, sin tener nada que ver con la religión [remitirse al capítulo, “Al-Fisam alNakad”, en el libro El Futuro Pertenece a Esta Religión.] Las formas occidentales de pensamiento y todas las ciencias empezaron en la base de estas influencias venenosas con una enemistad hacia toda religión, y en particular con gran hostilidad hacia el Islam. Esta rivalidad hacia el Islam, especialmente pronunciada muchas veces, es el resultado de una muy bien pensada maquinación, el objetivo de la cual es primeramente sacudir los fundamentos de la fe Islámica y después gradualmente demoler la estructura de la sociedad Islámica. Si, a pesar de conocer esto, confiamos en las formas occidentales de pensamiento, aun en la enseñanza de las ciencias Islámicas, será una imperdonable ceguera de nuestra parte. Verdaderamente, llega a ser obligatorio para nosotros, cuando aprendemos temas puramente científicos o tecnológicos para los cuales no tenemos otras fuentes excepto las fuentes occidentales, permanecer en guardia y mantener estas ciencias lejos de la posibilidad de especulaciones filosóficas, ya que estas especulaciones están generalmente contra la religión y en particular contra el Islam. Una leve influencia de ellas puede contaminar el manantial de agua clara del Islam.
Capítulo 9 La Nacionalidad Islámica y su Creencia El día que el Islam dio a la humanidad un nuevo concepto de valores y estándares y evidenció el modo de aprender estos valores y estándares, también le proveyó con un nuevo concepto de relaciones humanas. El Islam vino para regresar al hombre a su Sustentador y para hacer de Su guía la única fuente de la cual los valores y estándares han de ser obtenidos, ya que Él es el
Proveedor y Originador. Todas las relaciones deben estar basadas en Él, ya que nosotros vinimos a la existencia por medio de su voluntad y regresaremos a Él. El Islam vino para establecer solamente una relación que enlaza juntamente a los hombres en la visión de Dios, y si esta relación es firmemente establecida, entonces todas las otras relaciones basadas en la sangre u otras consideraciones serán eliminadas. “No encontrareis a nadie que creyendo en Allah y en el Último día sienta afecto por quien se opone a Allah y a Su mensajero, aunque se trate de sus padres, sus hijos, sus hermanos o los de su tribu.” (58:22) En el mundo hay solo un partido de Dios; todos los otros son partidos de Satán y de la rebelión. “Los que creen pelean en el camino de Allah, y aquellos que son incrédulos pelean en la causa de la rebelión. Pelead contra los aliados de Satán. Verdaderamente, la estrategia de Satán es débil.” (3:78) Hay un único camino para alcanzar a Dios; todos los otros caminos no conducen a Él. “Este es Mi camino recto. ¡Seguidlo! Y no sigáis los caminos diversos, pues ello os separaría y os apartaría de Su camino.” (6:.153) Para la vida humana, solamente hay un verdadero sistema, y este es el Islam; todos los otros sistemas son Jahiliya. “¿Acaso quieren que se juzgue con el juicio de la ignorancia? ¿Y qué mejor juez sino Allah, para unas gentes que saben con certeza?” (5:50) Existe solamente una ley que debe ser seguida, y esta es la Sharia de Dios; cualquier otra es simple emoción e impulsividad. “Luego a ti, dentro de la misma vía, te hemos dado un camino ya trazado. Síguelo, y no sigas los deseos de los que no saben.” (45:18) La verdad es una e indivisible; cualquier cosa diferente de ella es error. “¿Y que hay más allá de la verdad sino el extravió?, ¿Cómo es que os apartáis?” (10:32) Hay solamente un lugar en la tierra que puede ser llamado el hogar del Islam (Dar-ul-Islam), y es aquel lugar donde el estado Islámico es establecido y la Sharia es la autoridad y los límites de Dios son observados, y donde todos los Musulmanes administran los asuntos del estado en mutua consulta. El resto del mundo es la casa de la Hostilidad (Dar-ul-Harb). Un Musulmán puede tener solamente dos relaciones posibles con Dar-ul-Harb: Paz con un acuerdo contractual, o guerra. Un país con el cual hay un tratado no será considerado la casa del Islam. “Verdaderamente los que creen y emigraron y lucharon con sus bienes y personas en el camino de Allah y los que les dieron refugio y les auxiliaron, esos son Mis amigos aliados y son amigos aliados
entre sí. Y los que creen y no emigraron, no tenéis ningún vínculo con ellos hasta que no emigren. Pero si os piden ayuda en defensa de la Práctica de Adoración, entonces si tenéis la obligación de ayudarles, a no ser que sea contra una gente con la que hayáis hecho algún pacto. Y Allah ve lo que hacéis. Los que creen son amigos aliados unos de otros. Si no lo hacéis habrá conflicto en la tierra y una gran corrupción. Y los que hayan creído y hayan emigrado y luchado en el camino de Allah, así como los que les hayan dado refugio y auxilio, esos son los Creyentes de verdad. Tendrán perdón y una generosa provisión. Y los que creyeron después, emigraron y lucharon con vosotros, esos son de los vuestros.” (8:72-75) El Islam vino con esta guía total y enseñanza decisiva. Vino para elevar al hombre por encima, y liberarlo de las ligaduras de la tierra y el suelo, de las ligaduras de la carne y la sangre –que son también las cadenas de la tierra y del suelo. Un Musulmán no tiene país excepto la parte de la tierra donde la Sharia de Dios está establecida y las relaciónes humanas están basadas en el fundamento de la relación con Dios; un Musulmán no tiene nacionalidad excepto su fe, lo que lo hace un miembro de la comunidad Musulmana en Dar-ul-Islam; un Musulmán no tiene parientes excepto aquellos que comparten la fe en Dios, y así un vínculo es establecido entre él y otros Creyentes por medio de sus relaciones con Dios. Un Musulmán no tiene relación con su madre, padre, hermano, esposa y otros miembros de la familia excepto por medio de sus relaciones con el Creador, y después ellos están también unidos por medio de la sangre. “¡Hombres! Temed a vuestro Señor que os creó a partir de un solo ser, creando de él a su pareja y generando a partir de ambos muchos hombres y mujeres. Y temed a Allah, por quien os pedís unos a otros, y respetad los lazos de sangre. Realmente Allah os está observando.” (4:1) Sin embargo, las relaciones Divinas no prohíben a un Musulmán de tratar a sus padres con bondad y consideración a pesar de las diferencias de fe, siempre y cuando ellos no se unan a las líneas frontales de los enemigos del Islam. No obstante, si ellos declaran abiertamente su alianza con los enemigos del Islam, entonces todas las relaciones filiales de un Musulmán son interrumpidas y él no está obligado a ser amable y considerado con ellos. Abdullah, hijo de Abdullah bin Ubayy, nos ha presentado un vivo ejemplo a este respecto. Ibn Jarir, en la autoridad de Ibn Ziad, ha reportado que el Profeta llamó a Abdullah, hijo de Abdullah bin Ubayy, y dijo, “¿Sabes lo que tu padre dijo?” Abdullah preguntó: “¿Pueden mis padres ser una redención para ti? ¿Que dijo mi padre?” El Profeta replicó, “Él dijo, si regresamos a Medina (de la batalla), el único con honor arrojara al que es menospreciado.” Abdullah entonces dijo, “O Mensajero de Dios, por Allah, él dijo la verdad, tu eres el único con honor y él es el único que esta menospreciado. O mensajero de Dios, la gente de Medina sabe esto antes que tú vinieras a Medina, nadie fue más obediente a su padre como lo fui yo. Pero ahora, si es la complacencia de Dios y de su Profeta que corte su cabeza, entonces lo hare así.” El profeta replicó, “No”. Cuando los Musulmanes regresaron a Medina, Abdullah permaneció en frente de la puerta con su espada extendida sobre la cabeza de su padre, diciéndole, “¿Dijiste que si regresábamos a Medina entonces el único con honor arrojaría fuera al que es menospreciado? ¡Por Dios, ahora sabrás si
tienes honor, o el Mensajero de Dios! ¡Por Dios, hasta que Allah y su Mensajero den el permiso, no podrás entrar a Medina, ni tendrás refugio de mí! Ibn Ubayy lloró ruidosamente y dijo dos veces, “¡Gente de Khazraj, vean como mi hijo está impidiéndome entrar a mi casa!” Pero su hijo Abdullah se mantuvo repitiendo que a menos que el Profeta diera permiso él no le permitiría entrar a Medina. Escuchando el bullicio, alguna gente se reunió alrededor y empezó a alegar con Abdullah, pero él se mantuvo firme. Alguna gente fue al Profeta y le reportó este incidente. Él les dijo, “Digan a Abdullah que permita a su padre entrar”. Cuando Abdullah escuchó este mensaje, entonces le dijo a su padre, “Ya que el Profeta ha dado permiso, puedes entrar ahora.” Cuando la relación de la fe es establecida, sea que exista una relación de sangre o no, los Creyentes llegan a ser hermanos. El Dios Más Alto dice, “En verdad, los Creyentes son hermanos” lo cual es una limitación además de una prescripción. Él también dice: “Verdaderamente los que creen y emigraron y lucharon con sus bienes y personas en el camino de Allah y los que les dieron refugio y les auxiliaron, esos son Mis amigos aliados y son amigos aliados entre sí.” (8:72) La protección a la que se refiere en este verso no está limitada a una simple generación sino abarca futuras generaciones también, enlazando así las futuras generaciones con la generación pasada en un vínculo eterno y sagrado de amor, lealtad y benevolencia. “Y los que antes que ellos se habían asentado en la morada y en la creencia, aman a quienes emigraron a ellos y los prefieren a sí mismos, aun estando en extrema necesidad. El que está libre de su propia avaricia… Esos son los que tendrán éxito. Y los que han venido después de ellos dicen: ¡Señor nuestro! Perdónanos a nosotros y a nuestros hermanos que nos precedieron en creer y no pongas en nuestros corazones ningún rencor hacia los que creen. ¡Señor nuestro! Realmente Tú eres Clemente y Compasivo.” (59:9-10) El Dios Más Alto ha relatado las historias de los Profetas anteriores en el Corán como un ejemplo para los Creyentes. En varias épocas los Profetas de Dios encendieron el fuego de la fe y guiaron a los Creyentes. “Y Noé llamó a su Señor y dijo: ¡Señor mío! Mi hijo es parte de mi familia, Tu promesa es verdadera y Tú eres el más justo de los jueces. Dijo: ¡Noé! Realmente él no es de tu familia, él es una obra que no es recta y no me preguntes por aquello de lo que no tienes conocimiento. Te advierto para que no estés entre los ignorantes. Dijo: ¡Señor mío!, verdaderamente me refugio en Ti de preguntarte aquello de lo que no tengo conocimiento, y si no me perdonas y tienes misericordia de mi estaré entre los perdidos.” (11:45-47) “Y cuando su Señor puso a prueba a Ibrahim con palabras que éste cumplió, le dijo: Voy a hacer de ti un dirigente y un ejemplo para los hombres. Dijo: ¿Y lo harás también con mis descendientes? Dijo: Mi pacto no alcanza a los injustos.” (2:124)
“Y cuando dijo Ibrahim: ¡Señor mío! Haz de este territorio un lugar seguro y provee de frutos a aquéllos de sus habitantes que crean en Allah y en el Último día. Dijo: Y al que se niegue a creer le hare disfrutar un tiempo y luego lo llevare a rastras al castigo del Fuego. ¡Qué mal fin!” (2:126) Cuando el Profeta Abraham vio a su padre y a su gente persistir en su error, él volvió la cara de ellos y dijo: “Me alejare de vosotros y de lo que adoráis fuera de Allah e invocare a mi Señor, tal vez no quede decepcionado de mi suplica de Él.” (19:48) En relación a la historia de Abraham y su gente, Dios ha destacado aquellos aspectos que han de ser un ejemplo para los Creyentes. “En Ibrahim y con los que con él estaban tenéis un hermoso ejemplo, cuando le dijeron a su gente: No respondemos de vosotros y de lo que adoráis fuera de Allah, sino que renegamos de vosotros. La enemistad y el odio habrán surgido entre nosotros para siempre a menos que creáis en Allah y en nadie más.” (60:4) Cuando aquellos jóvenes y valerosos amigos que son conocidos como los Compañeros de la caverna vieron el mismo rechazo entre su familia y tribu, ellos los dejaron a todos, migraron de su país, y corrieron hacia su Sustentador a fin que pudieran vivir como Sus sirvientes. “Eran unos jóvenes que creían en su Señor y los habíamos acrecentado en guía. Y habíamos puesto firmeza en sus corazones, de manera que se levantaron y dijeron: Nuestro Señor es el Señor de los cielos y de la tierra, no invocaremos aparte de Él a ningún dios, pues si lo hiciéramos estaríamos diciendo una atrocidad. Estos, nuestra gente, han tomado dioses fuera de Él. ¿Porque no les aportan una clara evidencia? ¿Quién es más injusto que quien inventa mentiras contra Allah? Una vez que os hayáis apartado de ellos y de lo que adoran fuera de Allah, refugiaros en la caverna y vuestro Señor os cubrirá con Su misericordia y resolverá vuestro asunto favorablemente.” (18:1316) La esposa de Noé y la esposa de Lot fueron separadas de sus esposos solamente porque sus creencias eran diferentes. “Allah les pone un ejemplo a los que se niegan a creer: La mujer de Noé y la mujer de Lot, ambas estuvieron bajo dos de nuestros siervos justos y ambas los traicionaron. Pero no les sirvió de nada ante Allah y se dijo: Entrad en el fuego en compañía de los que han de entrar.” (66:10) El Corán también describe ejemplos de diferentes tipos de relaciones. En la historia de Noé tenemos un ejemplo de relación paternal; en la historia de Abraham, un ejemplo del hijo y del país; en la historia de los Compañeros de la caverna un exhaustivo ejemplo de parentesco, tribu y país de origen. En las historias de Noé, Lot y Faraón hay un ejemplo de relaciones maritales. Después de una descripción de las vidas de los grandes Profetas y sus relaciones, ahora volteemos a la comunidad media, esto es, aquella de los Musulmanes tempranos. Encontramos ejemplos similares y experiencias en grandes números en esta comunidad. Esta comunidad siguió el camino Divino que Dios ha elegido para los creyentes. Cuando la relación común de fe fue quebrada,
entonces las personas de la misma familia o tribu fueron divididas en diferentes grupos. El Dios Más Alto dice en elogio de los creyentes: “No encontrareis a nadie que creyendo en Allah y en el Último día sienta afecto por quien se opone a Allah y Su Mensajero, aunque se trate de sus padres, sus hijos, sus hermanos o los de su tribu. Ha escrito la creencia en sus corazones, les ha ayudado con un espíritu procedente de Él y les hará entrar en jardines por cuyo suelo corren los ríos, donde serán inmortales. Allah estará satisfecho de ellos y ellos lo estarán de Él, esos son del partido de Allah. ¿Acaso no son los del partido de Allah los triunfadores?“ (58:22) Vemos que las relaciones de sangre entre Muhammad -paz sea con él- y su tío Abu Lahab y su primo Abu Jahl fueron rotas, y que los Emigrantes de la Meca estuvieron luchando contra su familia y parientes y estuvieron en las líneas frontales de Badr, cuando de otro lado sus relaciones con los colaboradores de Medina llegaron a ser fortalecidas en la base de una fe común. Ellos llegaron a ser como hermanos, aún más que parientes de sangre. Esta relación estableció una nueva hermandad de Musulmanes en la cual fueron incluidos Árabes y no Árabes. Suhaib de Roma y Bilal de Abisinia y Selman de Persia fueron todos hermanos. No hubo partidismo tribal entre ellos. El orgullo de linaje concluyó, la voz del nacionalismo fue silenciada, y el Mensajero de Dios se dirigió a ellos: “Desháganse de este partidismo; estas son vilezas”, y “No es uno de nosotros quien llama hacia el partidismo, quien pelea por partidismos, y quien muere por partidismos.” En consecuencia este partidismo –el partidismo de linaje- terminó; y este slogan –el slogan de la raza- se extinguió; y este orgullo –el orgullo de la nacionalidad- se esfumó; y el espíritu del hombre se elevó a mayores horizontes, se liberó del cautiverio de la carne y la sangre y del orgullo del suelo y del país. Desde este día, la tierra natal Musulmana no ha sido un pedazo de tierra, sino la patria del Islam (Dar-ul-Islam) –la patria donde la fe gobierna y la Sharia de Dios mantiene el control, la patria en la cual tiene refugio y la cual defiende, y al tratar de extenderla, llega a ser martirizada. Esta patria Islámica es un refugio para cualquiera que acepte que la Sharia Islámica es la ley del estado, como es el caso con los Dhimmies. Pero cualquier lugar donde la Sharia Islámica no sea aplicada y donde el Islam no sea dominante llegara a ser el hogar de la hostilidad (Dar-ulHarb) para ambos, Musulmanes y Dhimmies. Un Musulmán permanecerá preparado para luchar contra esto, sea este su lugar de nacimiento o un lugar donde sus familiares residen o donde su propiedad o cualquier otro interés material esté localizado. Y por ello Muhammad –paz sea con él- luchó contra la ciudad de la Meca, aun cuando era su tierra natal, y sus familiares vivían allí, y él y sus Compañeros tuvieron casas y bienes allí que habían dejado cuando emigraron, a pesar de que el suelo de la Meca no llegó a ser Dar-ul-Islam para él y sus seguidores hasta que se rindió al Islam y la Sharia llegó a ser operativa en ella. Esto, y solo esto, es Islam. Islam no son unas pocas palabras pronunciadas por la lengua, o nacer en un país llamado Islámico, o un legado de un padre Musulmán.
“Pero no, por tu Señor que no te creerán hasta que no te acepten como árbitro en todo lo que sea motivo de litigio entre ellos y luego no encuentren en sí mismos nada que les impida aceptar lo que decidas y se sometan por completo.” (4:65) Solamente esto es Islam, y solamente esto es Dar-ul-Islam -no el suelo, no la raza, no la alcurnia, no la tribu, y no la familia. El Islam liberó a toda la humanidad de las ataduras de la tierra a fin que ellos puedan remontarse hacia los cielos, y los libró de las cadenas de las relaciones de consanguinidad –las cadenas biológicas- a fin que ellos puedan elevarse por encima de los ángeles. La patria del Musulmán, en la cual él vive y la cual él defiende, no es un pedazo de suelo; la nacionalidad de un Musulmán, en la cual él está identificado, no es la nacionalidad determinada por un gobierno; la familia de un Musulmán, en la cual él encuentra consuelo y la cual él defiende, no es una relación de consanguinidad; la bandera del Musulmán, la cual él honra y bajo la cual él es martirizado, no es la bandera de un país; y la victoria del Musulmán, que él celebra y por la cual él está agradecido a Dios, no es una victoria militar. Esto es lo que Dios ha descrito: “Cuando llegue la victoria de Allah y la conquista y veas a la gente entrar por grupos en la adoración de Allah. Glorifica a tu Señor con Su alabanza y pídele perdón. Él siempre acepta a quien a Él se vuelve.” (110:1-3) La victoria es alcanzada bajo el estandarte de la fe, y no bajo otras banderas; la lucha es puramente por el motivo de Dios, por el triunfo de Su religión y Su ley, para la protección de Darul-Islam, las particularidades de lo cual hemos descrito anteriormente, y no para otro propósito. No es por los trofeos o por la gloria, ni por la honra de un país o nación, ni por simple protección de la familia de uno excepto cuando se les ayuda contra la persecución religiosa. El honor del martirio solamente es alcanzado cuando uno está luchando en el camino de Dios, y si uno es muerto por cualquier otro propósito esta honra no será alcanzada. Cualquier país que combate contra el Musulmán en razón de su fe y le impide practicar su religión, y en el cual la Sharia está suspendida, es Dar-ul-Harb, aun cuando su familia o su parentela o su gente vivan en él, o su capital este invertido y sus negocios o comercios estén en este país; y cualquier país donde la fe Islámica sea dominante y su Sharia esté operativa es Dar-ul-Islam, aun cuando la familia del Musulmán o sus parientes o su gente no vivan allí, y él no tenga ninguna relación comercial con él. La patria es aquel lugar donde la fe Islámica, la manera Islámica de vida, y la Sharia de Dios son dominantes; solamente este significado de “Patria” es digno para el ser humano. Similarmente, “Nacionalidad” significa fe y un modo de vida, y solamente esta relación es meritoria de la dignidad humana. El agrupamiento de acuerdo a la familia y tribu y nación, y raza y color y país, son residuos del primitivo estado del hombre; estos agrupamientos Jahili son de una época cuando los valores
espirituales del hombre estaban a un bajo nivel. El Profeta –paz sea con él- los ha llamado “criaturas muertas” contra lo cual el espíritu del hombre debe rebelarse. Cuando los Judíos pretendieron ser el pueblo elegido por Dios en la base de su raza y nacionalidad, el Dios Más Alto rechazó su afirmación y declaró que en cada época, en cada raza y en cada nación, solamente hay un único criterio: La fe. “Y dicen: ¡Tenéis que ser judíos o cristianos! Di: Al contrario, (seguimos) la religión de Ibrahim que era puro en la fe, y no uno de los asociadores. Decir: Creemos en Allah, en lo que se nos ha hecho descender, en lo que se hizo descender a Ibrahim, Ismael, Isaac, Jacob y a las tribus, en lo que le fue dado a Moisés y Jesús y en lo que le fue dado a los profetas procedente de su Señor. No hacemos distinciones entre ninguno de ellos y estamos sometidos a Él. Si creen en lo mismo que creéis vosotros, habrán seguido la Guía, pero si se apartan de ello… (Sabe) que están en contra. Allah te basta contra ellos, Él es Quien oye y Quien sabe. El tinte de Allah. ¿Y quién es mejor que Allah tiñendo? Es a Él a Quien adoramos.” (2:135-138) La gente que en verdad es elegida por Dios es la comunidad Musulmana que se ha reunido bajo el estandarte de Dios sin considerar las diferencias de razas, naciones, colores y países. “Sois la mejor comunidad que se ha hecho surgir para (bien de) los hombres. Ordenáis lo reconocido, impedís lo reprobable y creéis en Allah.” (3:110) Esta es aquella comunidad en la primera generación en la cual estuvieron Abu Bakr de Arabia, Bilal de Abisinia, Suhaib de Siria, Selman de Persia y sus hermanos en la fe. Las generaciones que los siguieron fueron similares. El nacionalismo acá es la fe, la patria es Dar-ul-Islam, el soberano es Dios, y la constitución es el Corán. Esta noble concepción de patria, de nacionalidad, y de relaciones debe llegar a estar impresa en los corazones de aquellos que invitan a otros hacia Dios. Ellos deben remover todas las influencias de Jahiliya que hace este concepto impuro y que pueda tener el más leve elemento de Shirk (Politeísmo) escondido, tal como Shirk en relación a la patria, o en relación a la raza o nación, o en relación a la estirpe o a intereses materiales. Todo esto ha sido mencionado por el Dios Más Alto en un verso, en el cual Él los ha colocado en un lado de la balanza y la fe y sus responsabilidades en el otro lado, e invita a la gente a elegir. “Di: Si vuestros padres, hijos, hermanos, esposas, vuestro clan familiar, los bienes que habéis obtenido, el negocio cuya falta de beneficio teméis, las moradas que os satisfacen, os son más queridos que Allah, Su mensajero y la lucha en Su camino… Esperad hasta que Allah llegue con Su orden. Allah no guía a gente descarriada.” (9:24) Los llamadores al Islam no deben tener ninguna duda superficial en sus corazones en lo concerniente a la naturaleza de la Jahiliya y a la naturaleza del Islam, y a las características de Darul-Harb y de Dar-ul-Islam, porque a través de estas dudas muchos pueden ser conducidos a confusión. En realidad, no hay Islam en un lugar donde el Islam no sea dominante y donde su Sharia no esté establecida; y este lugar no es Dar-ul-Islam donde la manera de vida del Islam y sus
leyes no sean practicadas. No hay nada más allá de la fe excepto la incredulidad, nada más allá del Islam excepto la Jahiliya, nada más allá de la verdad excepto la falsedad.
Capítulo 10 Cambios de largo alcance Cuando invitemos a la gente al Islam, sean ellos Creyentes o No Creyentes, debemos tomar en cuenta una realidad, un hecho que es característico del Islam en sí mismo y que puede ser visto en su historia. El Islam es un exhaustivo concepto de vida y del universo con sus características únicas propias. El concepto de vida humana en todos sus aspectos y relaciones que son derivados de él es también un sistema completo que tiene sus características peculiares. Este concepto está básicamente contra todos los nuevos y antiguos conceptos Jahili. Aunque pueden haber algunos detalles en los cuales hay similitudes entre el Islam y los conceptos Jahili en relación a los principios de los cuales estas particularidades son derivadas, el concepto Islámico es diferente de todos las demás teorías con las cuales el hombre ha estado familiarizado. La primera función del Islam es moldear la vida humana de acuerdo a este concepto y darle una forma práctica, y establecer un sistema en el mundo que ha sido prescrito por Dios; y para este mismo propósito Dios ha elevado esta nación Musulmana a ser un ejemplo práctico para la humanidad. El Dios Más Alto dice: “Sois la mejor comunidad que se ha hecho surgir para (bien de) los hombres. Ordenáis lo reconocido, impedís lo reprobable y creéis en Allah.” (3:110) Y Él caracteriza esta comunidad como sigue: “Esos que si les damos poder en la tierra establecen el salat, entregan el zakat y ordenan lo reconocido y prohíben lo reprobable.” (22:41)
No es la función del Islam comprometerse con los conceptos de la Jahiliya que son comunes en el mundo o coexistir en el mismo terreno con el sistema Jahili. Este no fue el caso cuando primero apareció en el mundo, ni lo será hoy o en el futuro. La Jahiliya, cualquiera sea el periodo al que pertenezca, es Jahiliya; esto es, desviación de la adoración de un Único Dios y de la forma de vida prescrita por Dios. Esta deriva su sistema y leyes y regulaciones y hábitos y estándares y valores de una fuente distinta a Dios. De otro lado, el Islam es la sumisión a Dios, y su función es invitar a la gente en sentido opuesto de la Jahiliya hacia el Islam.
Jahiliya es la adoración de alguna gente por otros; que es decir, alguna gente llega ser dominante y hace leyes para otros, sin considerar si estas leyes están contra los mandatos de Dios y sin importar el uso o mal uso de su autoridad. Islam, por otra parte, es la adoración de la gente a un Dios solo, y derivar conceptos y creencias, leyes y regulaciones y valores de la autoridad de Dios, y liberarse ellos mismos de la servidumbre a los siervos de Dios. Esta es la misma esencia del Islam y de su rol en la tierra. Este punto debe ser enfatizado a quienquiera invitemos al Islam, sean ellos Musulmanes o No Musulmanes. El Islam no puede aceptar ninguna mezcla con la Jahiliya, uno u otro sea su concepto o los modos de vida que son derivados de este concepto. Cualquiera de los dos permanecerá, ya sea el Islam, o la Jahiliya: El Islam no puede aceptar o concordar en una situación que es mitad Islam y mitad Jahiliya. En este respecto la posición del Islam es muy clara. Esta dice que la verdad es una y no puede ser dividida; si no es verdad, entonces tiene que ser falsedad. La mezcla y coexistencia de la verdad y la falsedad es imposible. El mandato pertenece a Dios, o de otra manera a la Jahiliya; la Sharia de Dios prevalecerá, o de otro modo los deseos de las personas. “Y juzga entre ellos según lo que Allah ha hecho descender, no sigas sus deseos y ten cuidado con ellos, para que no te pongan a prueba desviándote de algo de lo que Allah te ha hecho descender.” (5:49) “Por eso, extiende la llamada, se recto como se te ha ordenado, no sigas sus deseos.” (42:15) “Y si no te responden sabe que únicamente están siguiendo sus pasiones. ¿Y quién está más extraviado que aquél que sigue sus pasiones sin ninguna guía de Allah? Es cierto que Allah no guía a la gente injusta.” (28:50) “Luego a ti, dentro de la misma vía, te hemos dado un camino ya trazado. Síguelo, y no sigas los deseos de los que no saben. Ellos no te van a servir de nada ante Allah. Es cierto que los injustos son amigos unos de otros, pero Allah es el Amigo de los que Le temen.” (45:18-19) “¿Acaso quieren que se juzgue con el juicio de la ignorancia? ¿Y qué mejor juez sino Allah, para unas gentes que saben con certeza?” (5:50) Estos versos hacen claro que solamente hay dos caminos, y una tercera posibilidad no existe: Ya sea someterse a Dios y a Su Mensajero –paz sea con él- o de otro modo seguir la Jahiliya. Si la ley dada por Dios no es hecha el árbitro, entonces uno naturalmente se desviara de ella. Después de este claro y decisivo mandato de Dios El Más Alto no hay lugar para ninguna controversia ni elaborada excusa. El deber principal del Islam en este mundo es destituir la Jahiliya del liderazgo del hombre, y tomar el liderazgo en sus propias manos e imponer este modo de vida que es su característica permanente. El propósito de este rectamente guiado liderazgo es el bien y el triunfo de la humanidad, el bien que procede de regresar al creador y el triunfo que viene de estar en armonía con el resto del universo. La intención es elevar a los seres humanos a la alta posición que Dios ha
elegido para ellos y de liberarlos de la esclavitud de los deseos. Este propósito está explicado por Raba´i bin ´Amer, cuando respondió al comandante en jefe del ejército Persa Rustum. Rustum preguntó, “¿Con que propósito has venido?” Raba´i contestó, “Dios nos ha enviado a traer a cualquiera que desee de la servidumbre del hombre al servicio de Dios solo, de la estrechez de este mundo a la vastedad de este mundo y el próximo, de la tiranía de las religiones a la justicia del Islam.” El Islam no vino para sustentar los deseos de la gente, que están expresados en sus conceptos, instituciones, modos de vida, hábitos y tradiciones, si estos fueron predominantes en el advenimiento del Islam o son frecuentes ahora, ambos en el Este y el Oeste. El Islam no consagra la soberanía de los deseos egoístas. Ha venido a abolir tales conceptos, leyes, costumbres y tradiciones en su totalidad, y a remplazarlos con un nuevo concepto de vida humana, a crear un nuevo mundo en el fundamento de la sumisión al Creador. Algunas veces pareciera que algunas partes del Islam se asemejan a algunos aspectos de la vida de la gente en la Jahiliya; pero estos aspectos no son Jahili ni son de la Jahiliya. Esta semejanza aparente en algunos aspectos menores es una simple coincidencia; las raíces de los dos árboles son completamente diferentes. El árbol del Islam ha sido sembrado y nutrido por la sabiduría de Dios, mientras que el árbol de la Jahiliya es el producto del suelo de los deseos humanos. “Y la buena tierra da sus frutos con permiso de Su Señor, pero la mala no da sino escasez.” (7:58) La Jahiliya es funesta y corrupta, ya sea de una variedad antigua o moderna. Sus manifestaciones exteriores pueden ser diferentes durante épocas distintas, aunque sus raíces son las mismas. Sus raíces son los deseos humanos, que no permiten a la gente salir de su ignorancia y presunciones propias, deseos que son usados en los intereses de algunas personas o algunas clases o algunas naciones o algunas razas, cuyos intereses prevalecen por sobre la demanda de justicia, bondad y verdad. Pero la verdad pura de Dios corta a través de estas raíces y provee un sistema de leyes que no tiene interferencia humana, y no están influenciadas por la ignorancia o el deseo humano o por los intereses de un grupo particular de gente. Este es la diferencia básica entre el concepto de vida enseñado por Dios y las teorías hechas por el hombre, y por ello es imposible reunirlas juntas bajo un único sistema. Es infructuoso tratar de construir un sistema de vida que es mitad Islam y mitad Jahiliya. Dios no perdona ninguna asociación con Su persona, y Él no acepta ninguna asociación con Su revelada manera de vida. Ambos son igualmente Shirk en la visión de Dios, como ambos son producto de la misma mentalidad. Esta verdad debe estar firme y claramente impresa en nuestras mentes, y cuando presentemos el Islam a la gente nuestras lenguas no necesitaran pronunciarla, ni debemos estar avergonzados, ni debemos dejar ninguna duda en el pensamiento de la gente, ni dejarlos hasta que ellos estén seguros que si siguen el Islam sus vidas serán completamente cambiadas. El Islam cambiara sus conceptos de vida completamente tanto como su manera de comportarse. Mientras este los cambia, les otorga en ellos bendiciones más allá de la imaginación edificando sus conceptos, mejorando sus modos de conducta, y trayéndolos más cerca de la posición de dignidad meritoria
de la vida humana. Nada quedara de los modos de la Jahiliya en la cual estaban empapados, excepto algunos aspectos menores similares a algunos aspectos del Islam. Incluso estos no permanecerán igual cuando ellos se unan a la gran raíz del Islam, que es claramente diferente de la raíz a la cual ellos habían estado unidos hasta aquí, la infructuosa y funesta raíz de la Jahiliya. Durante este proceso esto no les privara a ellos de ningún conocimiento basado en la observación científica; en realidad, esto da un gran ímpetu en esta dirección. Cuando llamamos a la gente al Islam, es nuestro deber hacerles entender que esta no es una de las religiones o ideologías hechas por el hombre, ni es un sistema de manufactura humana –con varios nombres, etiquetas y parafernalia- sino que es Islam, nada más. El Islam tiene su propia personalidad y concepto y modos permanentes. El Islam garantiza para la humanidad una bendición más grande que todos esos sistemas hechos por el hombre. El Islam es noble, puro, justo, bello, brotando de la fuente del Más Alto, el Más Grande Dios.
Cuando entendemos la esencia del Islam de esta manera, este entendimiento en sí mismo crea en nosotros una confianza y poder y compasión y simpatía, cuando presentamos el Islam a la gente: La confianza de un hombre que conoce que él esta con la verdad, mientras lo que tiene la gente es falsedad; y la compasión de una persona que ve el sufrimiento de la humanidad y conoce como traerla al alivio; y la simpatía de una persona que ve el error de la gente y conoce cual es la guía suprema. No necesitamos racionalizar el Islam para ellos, como tampoco aplacar sus deseos y conceptos distorsionados. Seremos extremadamente francos con ellos: “La ignorancia en la cual ustedes están viviendo los hace impuros, y Dios desea purificarlos; las costumbres que ustedes siguen son profanas, y Dios desea limpiarlos; la vida que ustedes viven es vil, y Dios desea darles un alivio, misericordia y benevolencia. El Islam cambiara sus conceptos, sus modos de vida y sus valores; los elevara a otra vida de tal manera que ustedes miraran con disgusto la vida que ahora viven; les mostrara modos de vida tal que miraran con desprecio sobre todos los demás modos, sean Orientales u Occidentales; y les introducirá a valores tales que miraran con desdén por encima de todos los valores corrientes en el mundo. Y si, en razón del lastimoso estado en el que están, no pueden ver la imagen real de la vida Islámica, ya que sus enemigos –los enemigos de esta religiónestán todos unidos en contra del establecimiento de esta forma de vida, contra su adopción de una forma práctica, entonces permitirá mostrársela a ustedes; y, gracias a Dios, su imagen esta en vuestros corazones, vista a través de las ventanas de nuestro Corán, de nuestra Sharia, de nuestra historia, de nuestro concepto del futuro, ¡Cuya venida no dudamos!”
Esta es la manera en que debemos dirigirnos a la gente cuando presentemos el Islam. Esta es la verdad, y esta fue la forma en la cual el Islam se dirigió a la gente la primera vez; esta fue la forma, sea si fue en la península Arábiga, en Persia o en las provincias Romanas o en cualquier otro lugar.
El Islam los miró desde una altura, tal como esta es su verdadera posición, y se dirigió a ellos con amor y bondad extremos, ya que este es su verdadero temperamento, y explicó cada cosa a ellos con completa claridad, sin ninguna ambigüedad, ya que este es su método. Nunca les dijo que no tocaría su forma de vida, sus modos, sus conceptos y sus valores excepto quizás levemente; no propuso similitudes con sus sistemas o modos para agradarlos, tal como algunos hacen hoy cuando presentan el Islam a la gente bajo los nombres de “Democracia Islámica” o “Socialismo Islámico”, o algunas veces diciendo que los sistemas económicos o políticos o legales en el mundo no necesitan ser cambiados excepto quizás un poco para ser Islámicamente aceptables. ¡El propósito de esta racionalización es sosegar los deseos de la gente! En realidad, ¡El asunto es completamente diferente! El cambio de esta Jahiliya que ha abarcado la tierra, el Islam, es vasto y de largo alcance; y la vida Islámica es lo opuesto de todos los modos de vida Jahili, sean antiguos o modernos. El miserable estado de la humanidad no es aligerado por unos pocos cambios menores en modos y sistemas comunes. El género humano nunca florecerá de este sin este cambio vasto y de largo alcance –el cambio de las maneras de lo creado a la manera del Creador, de los sistemas del hombre al sistema del Señor de los hombres, y del mandato de los sirvientes a la soberanía del Señor de los sirvientes. Este es un hecho –un hecho que proclamamos, y que proclamamos en voz alta, sin dejar ninguna duda o ambigüedad en el entendimiento de la gente. Al comienzo, la gente puede sentir aversión a este método de dar el mensaje, puede escapar de él, y puede sentirse temeroso de él. Pero la gente sintió antipatía de él, escapó de él, y estuvo temerosa de él cuándo el Islam fue presentado por primera vez. Ellos lo odiaron y fueron heridos cuando Muhammad –paz sea con él- criticó sus conceptos, ridiculizó sus dioses, rechazó sus modos de comportamiento, volvió la cara de sus hábitos y costumbres, y adoptó para sí mismo y para los pocos creyentes que estaban con él modos de conducta, valores y costumbres distintas de los modos, valores y costumbres de la Jahiliya. ¿Entonces qué sucedió? Ellos amaron la misma verdad que al principio parecía tan ajena a ellos, de la que escaparon “Como si fueran asnos espantados que huyen de un león…” (74:50-51), contra la cual pelearon con todo su poder y estrategia, torturando cruelmente a sus adherentes cuando fueron débiles en la Meca y peleando con ellos incesantemente cuando fueron fuertes en Medina. Las condiciones que la Llamada Islámica tuvo que enfrentar en su primer periodo no fueron más favorables o mejores que las condiciones hoy en día. Fue algo desconocido, rechazado por la Jahiliya; fue confinado al valle de la Meca, perseguido por la gente en poder y autoridad; y, en este tiempo, fue completamente extraño al mundo entero. Fue rodeada por imperios orgullosos y poderosos quienes estaban en contra de sus enseñanzas y propósitos básicos. A pesar de todo fue un Llamada poderosa, tal como es poderosa hoy y permanecerá poderosa mañana. La fuente de su poder real esta oculta en la misma naturaleza de su fe; esto es que puede operar bajo las peores condiciones y enfrentando de la más severa oposición. Deriva su poder de la simple y clara verdad en la cual se encuentra. Sus equilibradas enseñanzas están de acuerdo a la naturaleza humana –esta naturaleza que no puede tolerar ninguna resistencia por mucho- y está en su poder
liderar al género humano hacia el progreso, sin importar en qué estado de atraso económico, social, científico o intelectual este pueda estar. Otro secreto de su poder es que desafía a la Jahiliya y su poder físico, sin consentir cambiar una una sola letra de sus principios. No se compromete con las inclinaciones Jahili ni usa racionalizaciones. Proclama la verdad valientemente de tal modo que la gente pueda entender que esto es provechoso, que esto es una misericordia y una bendición. Es Dios Quien creó al hombre y Quien conoce su naturaleza y los pasadizos en sus corazones. Él sabe cómo ellos aceptan la verdad cuando esta es proclamada valientemente, claramente, ¡Con fuerza y sin vacilación ni duda! En efecto, la capacidad existe en la naturaleza humana de cambiar completamente de una forma de vida a otra; y esto es más fácil para ella que muchos cambios parciales. Y si el cambio fuera a ser de un sistema de vida a otro que es más alto, más perfecto y más puro que el anterior, este cambio completo está conforme a la sicología humana. Pero ¿Quien estaría conforme a cambiar de un sistema de Jahiliya al sistema del Islam si el sistema Islámico no fuera más que un pequeño cambio aquí y una pequeña variación allá? Continuar con el anterior sistema seria más lógico. Al menos es un orden establecido, sujeto a la reforma y al cambio; entonces ¿Cuál es la necesidad de abandonarlo por un orden aun no establecido o aplicado, cuando continua asemejándose al viejo orden en todas sus mayores características?
También encontramos alguna gente que, cuando habla acerca del Islam, lo presenta a la gente como si fuera algo que está siendo acusado y ellos quieren defenderlo contra la acusación. Entre sus defensas, una va como sigue: “Esta dicho que los sistemas modernos han hecho tal o cual, mientras que el Islam no hizo nada comparable. ¡Pero escuchen! ¡Este hizo todo esto aproximadamente catorce cientos de años antes que la civilización moderna!” ¡Aflicción a semejante defensa! ¡Vergüenza en tal defensa! Verdaderamente, el Islam no toma sus justificaciones de los sistemas Jahili y sus terribles derivados. Y estas "Civilizaciones”, que han deslumbrado a muchos y han derrotado sus espíritus, son nada sino un sistema Jahili en el corazón, y este sistema es erróneo, vacío e indigno en comparación con el Islam. El argumento que la gente viviendo bajo ella está en una mejor condición que la gente de un así llamado país Islámico o “El mundo Islámico” no tiene valor. La gente en estos países ha alcanzado este miserable estado abandonando el Islam, y no porque sean Musulmanes. El argumento que el Islam presenta a la gente es este: Ciertamente el Islam es mejor mucho más allá de la imaginación, ha venido a cambiar la Jahiliya, no a continuarla; a redimir a la humanidad de su depravación, y no a santificar su manifestación que ha tomado el ropaje de “Civilización”. No debemos ser derrotados a tal grado que empecemos a buscar similitudes con el Islam en los sistemas corrientes o en algunas religiones actuales o en algunas ideas comunes; rechazamos
estos sistemas en el Este como en el Oeste. Los rechazamos todos, ya que verdaderamente son retrógrados y en oposición a la dirección hacia la cual el Islam intenta llevar a la humanidad. Cuando nos dirigimos a la gente de este modo y les presentamos el mensaje básico del exhaustivo concepto del islam, la justificación para el cambio de un concepto a otro, de una forma de vida a otra, vendrá de las mismas profundidades de su ser. Pero no nos dirigiremos a ellos con este argumento inoperante, diciendo: “Vengan de un sistema que está actualmente establecido a un sistema que no está aún aplicado; este solo hará un pequeño cambio en el orden establecido. No deben presentar objeción; ustedes pueden continuar lo que estaban haciendo. Esto no los incomodara excepto para invitar a unos pocos cambios en sus hábitos, maneras e inclinaciones, y preservara para ustedes cualquier cosa les agrade y no la afectara sino ligeramente.” En la superficie este método parece fácil, pero no hay atracción en esto; por otra parte, no está basado en la verdad. La verdad es que el Islam no solo cambia conceptos y actitudes, sino también los sistemas y modos, leyes y costumbres, ya que este cambio es tan fundamental que ninguna relación puede permanecer con la manera de vida Jahili, la vida que la humanidad está viviendo, es suficiente decir que los trae a ambos en general y en particular de la servidumbre al hombre al servicio de Dios, Quien es Único: “Creer si uno desea o rechazar si uno desea.” “Y si uno lo rechaza, entonces Dios es independiente de Su creación.” El asunto en esencia es aquel de la incredulidad o la fe, de asociar a otros con Dios o de la Unicidad de Dios, y de la Jahiliya o del Islam, esto debe hacerse claro. En verdad, las personas no son Musulmanas, como ellos proclaman ser, todo el tiempo que vivan en la vida de la Jahiliya. Si alguien desea engañarse a si mismo o engañar a otros por creer que el Islam puede alinearse con esta Jahiliya, depende de él. Pero si este engaño es para otros, no puede cambiar nada de la verdadera realidad. Esto no es Islam, y ellos no son Musulmanes. Hoy en día la tarea de la Llamada es regresar esta gente ignorante al Islam y hacerla Musulmana nuevamente. No estamos invitando al Islam para obtener alguna premio de ellos, no deseamos nada en absoluto para nosotros ni esta nuestra contabilidad y recompensa con las personas. Verdaderamente, invitamos al Islam a la gente porque los amamos y les deseamos bien, aunque ellos nos puedan torturar; y esta es la característica del llamador al Islam y esta su motivación. La gente tiene el derecho a aprender de nosotros la naturaleza del Islam y la naturaleza de las obligaciones que este nos impone, tan bien como la gran bendición que este otorga en ellos. Ellos también están autorizados a conocer que la naturaleza de lo que están haciendo es nada sino Jahiliya; esta es en efecto Jahiliya, con nada de Islam en ella. Es un simple deseo todo el tiempo que no sea la Sharia; y es falsedad siempre que no sea la verdad –¡Y que está más allá de la verdad sino la falsedad! No hay nada en nuestro Islam de lo cual estemos avergonzados o ansiosos acerca de su defensa; no hay nada en él a ser pasado de contrabando a la gente con engaño, ni aliviamos la estrepitosa
verdad que proclama. Esta es la mentalidad rendida, derrotada ante el Este y el Oeste y ante este modo de Jahiliya, que es encontrada en alguna gente –“Musulmanes”- quienes buscan semejanzas al Islam en sistemas hechas por el hombre, o que encuentran justificación para las acciones del Islam o sus decisiones concernientes a ciertos asuntos por medio de acciones de la civilización Jahili. Una persona que siente la necesidad de la defensa, justificación y disculpa no es capaz de presentar el Islam a la gente. En efecto, él es una persona que vive la vida de la Jahiliya, vacía y llena de contradicciones, defectos y maldades, e intenta proveer justificación para la Jahiliya en la que está. Estos son los ofensores contra el Islam y ellos distraen a algunas persona sinceras. Confunden la verdadera naturaleza del Islam por medio de su defensa, como si el Islam fuera algo que es acusado en un juicio, ansioso por su propia defensa. Durante mi estancia en los Estados unidos, había alguna gente de este tipo que solía argumentar con nosotros –con unos pocos que estábamos considerados de estar en el lado del Islam. Algunos de ellos tomaron la posición de la defensa y la justificación. Yo, del otro lado, tome la posición de atacar la Jahiliya Occidental, sus poco solidas creencias, sus modos sociales y económicos, y sus inmoralidades: “Miren este concepto de la Trinidad, el Pecado Original, el Sacrificio y la Redención, que no son conformes a la razón ni a la conciencia. Miren el Capitalismo con sus monopolios, su usura y cualquier cosa más que es injusta en ella; en su libertad individual, desprovista de compasión y responsabilidad por los familiares excepto bajo la fuerza de la ley, en su actitud materialista que amortigua el espíritu, en su comportamiento como los animales, el cual ustedes llaman “Libre intercambio de sexos”; en su vulgaridad que ustedes llaman “Emancipación de la mujer”; y estas injustas e incomodas leyes de matrimonio y divorcio, que son contrarias a la demanda de la vida practica; y al Islam, que es lógico, bello, humano y dichoso, que alcanza los horizontes a los cuales el hombre se esfuerza pero no llega. Es una manera práctica de vida y sus soluciones están basadas en el fundamento de la sana naturaleza del hombre.” Estas fueron las realidades de la vida Occidental que encontramos. Estos hechos, cuando se ven a la luz del Islam, hacen sonrojarse a la gente Americana. Aún hay gente –exponentes del Islam- que están derrotados ante esta inmundicia en la cual la Jahiliya está escalonada, incluso al grado que ellos buscan por similitudes al Islam entre este montón de basura de Occidente, y también entre el terrible y sucio materialismo de Oriente.
Después de esto, no hay necesidad para mí de decir: Ciertamente nosotros quienes presentamos el Islam a la gente no somos los únicos en marchar con ninguno de los conceptos, modos y tradiciones de la Jahiliya no obstante cuán grande su presión en nosotros pueda ser. Nuestra primera tarea es remplazar esta Jahiliya con ideas y tradiciones Islámicas. Esto no puede ser producido por medio de concordar con la Jahiliya y avanzar unos pocos pasos con ella desde el mismo principio, como algunos de nosotros piensan que debemos hacer, porque esto simplemente significa que desde el mismo inicio hemos aceptado la derrota.
Por supuesto las ideas corrientes de la sociedad y sus predominantes tradiciones aplican gran presión –presión asesina, especialmente en el caso de las mujeres; la mujer Musulmana está realmente bajo una presión extrema y opresiva -pero esta es la situación y debemos enfrentarla. Primeramente debemos ser firmes; después debemos prevalecer sobre ella; después debemos mostrar el bajo estado de la Jahiliya que está realmente tiene comparada con los sublimes y radiantes horizontes de la vida Islámica que deseamos alcanzar. Esto no sucederá por ir a pasos poco a poco con la Jahiliya, ni cortando relaciones con ella y alejandonos a una esquina separada; nunca. El procedimiento correcto es mezclar con discreción, dar y tomar con dignidad, hablar la verdad con amor, y mostrar la superioridad de la fe con humildad. Después de todo, debemos darnos cuenta del hecho que vivimos en medio de la Jahiliya, que nuestra manera de vida es más recta que la de la Jahilita, y que el cambio de la Jahiliya al Islam es vasto y de largo alcance. El abismo entre el Islam y la Jahiliya es grande y ningún puente puede ser construido para cruzarlo a fin que los dos lados puedan confundirse el uno al otro. Sino solamente a fin que la gente de la Jahiliya pueda llegar al Islam, sea que ellos residan en un supuesto país Musulmán y se consideren ellos mismos como Musulmanes o estén fuera del país “Musulmán”, a fin que puedan rebelarse de la oscuridad a la luz y deshacerse de su condición miserable, disfrutando de aquellas bendiciones que hemos probado –nosotros quienes hemos entendido el Islam y vivido en su atmosfera. Si no, entonces publicaremos que Dios ordenó a Su Mensajero –paz sea con él- decir: “Para vosotros vuestra adoración y para mí la mía.” (109:6)
Capítulo 11 El Triunfo de la Fe “No desfallezcáis ni os apenéis, porque, si sois creyentes, seréis superiores.” (3:139) El primer pensamiento que viene a la mente al leer este verso es que está relacionado a la forma de Yihad que es la lucha real; pero el espíritu de este mensaje y su aplicación, con sus múltiples implicaciones, es más grande y más amplio que este aspecto en particular. Verdaderamente, describe aquel eterno estado de la mente que debe inspirar a la conciencia del Creyente, sus pensamientos, sus estimaciones de las cosas, eventos, valores y personas. Describe un estado triunfal que debe permanecer fijado en el corazón del creyente en la confrontación de cada cosa, cada condición, cada estándar y cada persona; la superioridad de la fe y su mérito por encima de todos los valores que son derivados de una fuente distinta que la fuente de la fe.
Significa estar por encima de todos los poderes de la tierra que se han desviado de la manera de la fe, por encima de todos los valores de la tierra no derivados de la fuente de la fe, por encima de todas las costumbres de la tierra no teñidas con los colores de la fe, por encima de todas las leyes de la tierra no aprobadas por la fe, y por encima de todas las tradiciones no originadas en la fe. Significa sentirse superior a otros cuando seamos débiles, pocos y pobres, así como cuando seamos fuertes, numerosos y ricos. Significa el sentido de supremacía que no se rinde ante ninguna fuerza rebelde, ante ninguna costumbre social y tradición errónea, ante ninguna conducta que pueda ser popular entre la gente pero que no tiene autoridad en la fe. La firmeza y la fortaleza en el campo de batalla no son sino una expresión entre muchas del espíritu triunfante que está incluido en esta declaración de Dios Todopoderoso.
La superioridad por medio de la fe no es un simple acto de voluntad ni una euforia pasajera ni una pasión momentánea, sino es un sentido de superioridad basado en la verdad permanente centrada en la misma naturaleza de la existencia. Esta verdad eterna está por encima de la lógica de la fuerza, del concepto del ambiente circundante, de la terminología de la sociedad, y de las costumbres de la gente, como de hecho esta unido con el Dios Vivo Quién no muere. Una sociedad tiene una lógica de gobierno y un modo común, su presión es fuerte y su autoridad pesada en cualquiera que no está protegido por algún miembro poderoso de la sociedad o que la desafía sin una fuerza vigorosa. Conceptos aceptados e ideas comunes tienen un ambiente en sí mismos, y es difícil deshacerse de ellos sin un profundo sentido de la verdad, a la luz de la cual todos estos conceptos e ideas se reducen a nada, y sin la ayuda de una fuente que es superior, más grande y más fuerte que la fuente de estos conceptos e ideas. La persona que toma una posición contra la dirección de la sociedad –su lógica gobernante, su modo común, sus valores y estándares, sus ideas y conceptos, sus errores y desviaciones- se encontrara a sí misma como un extraño, así como un desamparado, a menos que su autoridad provenga de una fuente que sea más poderosa que la gente, mas permanente que la tierra, y más noble que la vida. En verdad, Dios no deja al Creyente solo en la confrontación de la opresión gemir bajo su peso, sufrir abatimiento y aflicción, sino que lo socorre de todo esto con el mensaje: “No os desaniméis ni apesadumbréis; seréis los predominantes si sois creyentes.” Este mensaje lo libera de ambos, desaliento y duelo, estos dos sentimientos que son naturales para el ser humano en esta situación. Lo libera de ambos, no solamente a través de la paciencia y la firmeza, sino también por medio de un sentido de superioridad desde cuyas alturas el poder de
la opresión, los valores dominantes, los estándares, las leyes, las costumbres y hábitos, y la gente empapada en el error, todos parecen pequeños. Verdaderamente, el Creyente es predominante –principal en base de la autoridad que está detrás de él y su fuente de guía. Entonces ¿Qué será dicho de esta tierra, Que de esta gente, Que de los valores dominantes del mundo, de los estándares comunes entre la gente, mientas él es inspirado por Dios, regresa a Dios por dirección, y viaja en Su camino? El Creyente es el más superior en su entendimiento y su concepto de la naturaleza del mundo, por la creencia en un Único Dios, en la forma que ha venido a él del Islam; es la forma más perfecta de entendimiento, la verdad más grande. La imagen del mundo que esta fe presenta esta bastante arriba del cúmulo de conceptos, creencias y religiones, y no es alcanzada por ningún filósofo, antiguo o moderno, ni alcanzado por idolatras o los seguidores de escrituras distorsionadas, ni enfocado por la base materialista. Esta imagen es muy luminosa, clara, bella y equilibrada de modo que la gloria de la fe Islámica brilla adelante como nunca antes. Y sin duda aquellos quienes han entendido este conocimiento son superiores a todos los otros. [Ver el capítulo “Teeh wa rukam.” En el libro, “Khasais al-Tasawwar al-Islami wa Muqawwimatuhu”, por el autor.] El Creyente es más superior en sus valores y estándares, por cuyos medios el mide la vida, los eventos, las cosas y las personas. La fuente de su fe es el conocimiento de Dios y Sus atributos tal como están descritos en el Islam, y el conocimiento de las realidades predominantes en el universo en general, no simplemente en la pequeña tierra. Esta fe con su grandeza, provee al Creyente con valores que son superiores y más firmes que los engañosos estándares hechos por el hombre, quien no conoce nada excepto que está bajo su pie. Ellos no concuerdan en el mismo estándar en la misma generación; incluso la misma persona cambia su estándar de un momento a otro. El Creyente es más superior en su conciencia y entendimiento, en su moral y maneras, ya que él cree en Dios Quien tiene excelentes titulos y atributos. Esto por sí mismo crea en él un sentido de dignidad, pureza y limpieza, modestia y piedad, y un deseo por buenas obras y de ser un representante de Dios en la tierra rectamente guiado. Además, su creencia le da la seguridad que la recompensa está en la otra vida, la recompensa ante la cual los problemas del mundo y todos sus pesares se vuelven insignificantes. El corazón del Creyente está satisfecho, aunque él pueda pasar a través de su vida sin éxito aparente. Y él es más superior en su ley y sistema de vida. Cuando el Creyente explora cualquier cosa que el hombre, antiguo o moderno ha conocido, y compara esto con su propia ley y sistema, él se da cuenta que todo esto es como los juguetes de los niños o las búsquedas de un hombre ciego en comparación con el sistema perfecto y ley completa del Islam. Y cuando él mira desde su altura a la humanidad errante con compasión y comprension por su desamparo y equivocación, él no encuentra en su corazón excepto un sentido de triunfo sobre el error y el sin sentido.
Esta fue la actitud de los Musulmanes tempranos hacia las vacuas expresiones de pompa y poder y las tradiciones que habían esclavizado al hombre de los días de la ignorancia. La ignorancia no está limitada a alguna época en particular, sino que es una condición que reaparece cada vez que el hombre se desvía del camino del Islam, sea en el pasado, presente o futuro. Esta fue la respuesta de al-Mughira ibn Shtuba cuando él encontró las formas, maneras, estándares, y expresiones de la Jahiliya en el campo de Rustum, el famoso general Persa. Abi Uthman al-Nahdi reporta: Cuando al-Mughira cruzó el puente y alcanzó a la armada Persa, ellos lo sentaron y pidieron el permiso de Rustum para una audiencia. A pesar de su derrota, ellos no habían cambiado ninguno de sus alardes de pompa. Al-Mughira avanzó. La gente estaba en sus uniformes militares, muchos usando coronas, y vestidos enhebrados en oro. El piso era gruesamente alfombrado (la alfombra se extendía por trescientos o cuatrocientos pasos) y tenía que ser atravesada para alcanzar al general. Al-Mughira siguió, su cabello trenzado en cuatro trenzas y escaló el trono y se sentó al lado de Rustum. Los asistentes saltaron sobre él y lo derribaron. Él entonces dijo, “Habíamos escuchado que ustedes eran una gente susceptible pero veo que son la nación más necia. Entre los Árabes todos somos iguales y nadie es esclavo de otro, excepto cuando uno es capturado en el campo de batalla. Imagino que ustedes tratan el uno al otro de la misma forma que nosotros. Hubiera sido mejor si me hubieran informado que algunos de ustedes son señores sobre otros en lugar de tratarme de esta forma. Estas no son buenas maneras, y nosotros no hacemos esto. He venido por su petición y no por mi propia cuenta. Se ahora que vuestra situación es débil y que ustedes serán derrotados. Ningún reino puede sobrevivir con esta condición y mentalidad.” Una actitud similar fue mostrada por Rabati bin ´Amer en frente de Rustum y sus cortes antes de la batalla de al-Qadisyyah: “Antes de la batalla de al-Qadisyyah, S´ad bin Waqqas envió a Rabati bin ´Amer como un mensajero a Rustum, el comandante de la armada Persa y su gobernante. Él entró a la tienda que estaba toda alfombrada y encortinada con seda y terciopelo. Rustum se sentó en un trono dorado, coronado y usando piedras preciosas y perlas. Rabati, en vestidos harapientos, con un escudo, y sentado en un pequeño caballo, entró. Él no se apeó de su caballo por alguna distancia; entonces se apeó y ató su caballo a un gran cojín. Avanzó armado y encasquetado. Ellos le dijeron: ´Quítate las armas´. Él replicó: ´Yo no he venido por mi cuenta sino por vuestra solicitud. Si a ustedes no les gusta esto, entonces yo me iré de vuelta´. Rustum dijo: ´Permitidle venir´. Él vino hacia adelante apoyándose en su lanza, haciendo agujeros en la alfombra. Rustum le dijo: ´¿Con que propósito has venido?´. Él replicó: ´Dios nos ha enviado a ustedes para traer a quienquiera de la servidumbre a los hombres al servicio de Dios solo, de la estrechez de este mundo a la vastedad de este mundo y el próximo, de la tiranía de las religiones a la justicia del Islam”. (Ibn Kathir: Al-Bidayah wa alNihayah)
Las condiciones cambian, el Musulmán pierde su poder físico y es conquistado, aun la conciencia que es lo más superior no se aparta de él. Si permanece como Creyente, él mira por encima de su conquistador desde una posición superior. Él permanece seguro que esto es una condición temporal que desaparecerá y que la fe volteara la corriente de la cual no hay escape. Incluso si la muerte es su parte, él nunca inclinara su cabeza. La muerte le llega a todos, pero para él hay martirio. Él avanzara al Jardín, mientras sus conquistadores se irán al fuego. ¡Vaya diferencia! Y él escucha la voz de su Generoso Señor: “Que no te llame a engaño la libertad de movimientos por el país de los que no creen. Es un disfrute exiguo y luego su morada será Yahannam. ¡Qué mal lecho! Sin embargo los que temen a su Señor, tendrán jardines por cuyo suelo corren los ríos y en los que serán inmortales; como hospedaje que Allah les dará junto a Él. Y lo que hay junto a Allah es mejor para los justos.” (3:196198) La sociedad puede estar ahogada en deseos queridos, empapada en bajas pasiones, revolcándose en inmundicia y suciedad, pensando que tiene placer y libertad de cadenas y restricciones, tal sociedad puede llegar a ser vacía de cualquier disfrute limpio y aun de comida licita, y nada puede permanecer excepto un montón de basura, o porquería y fango. Él Creyente desde su altura mira a la gente ahogándose en la porquería y el cieno, él puede ser el único; aun no desfallece ni es afligido, ni su corazón desea quitarse sus puras e inmaculadas prendas y unirse a la multitud. Él permanece el más elevado con el disfrute de la fe y el sabor de la creencia. El Creyente resiste en su religión como el receptáculo de una piedra preciosa en la sociedad desprovista de religión, de carácter, de altos valores, de nobles maneras y de cualquier cosa que sea limpia, pura y bella. Los otros se mofan de su tenacidad, ridiculizan sus ideas, ríen con sus valores, pero esto no hace débil de corazón al Creyente: y el mira desde su altura a aquellos que se burlan, ridiculizan y ríen, y él dice, como una de las grandes almas –aquellos que lo precedieron en el largo y luminoso camino de la fe, Noé (paz sea sobre él): “Dijo: Si os burláis de nosotros, ya nos burlaremos nosotros de vosotros como os burláis ahora.” (11:38) Y el ve el final de este brillante camino, y también el fin del camino oscuro en las palabras de Dios: “Ciertamente los que cometían maldades se reían de los que eran creyentes. Y cuando pasaban a su lado se hacían guiños entre ellos. Y cuando regresaban a su familia lo hacían divertidos. Y al verlos decían: Estos están extraviados. Pero ellos no habían sido enviados como guardianes suyos. Y hoy los que creen se reirán de los incrédulos. Los observaran reclinados sobre los lechos. ¿No han sido recompensados los incrédulos por lo que hacían? (83:29-36) Antes de eso, el sagrado Corán nos dice que los incrédulos dirán a los Creyentes: “Y cuando Nuestros signos claros se les recitan, los que se niegan a creer les dicen a los que creen: ¿Cuál de las dos partes tiene mejor situación y mejor lugar en la reunión?” (19:73)
¿Cuál de las dos partes? ¿Los grandes hombres que no creen en Muhammad, o la gente pobre que se reúne alrededor de él? ¿Cuál de las dos partes? ¿Al-Nadr bin al-Harith y ´Amr bin Hisham y alWalid bin al-Mughira y Abu Sufyan bin Harb? ¿O Bilal y ´Ammar y Khabbab? Si la llamada de Muhammad hubiera sido mejor, ¿Solamente semejante gente lo hubiera seguido, quienes no tenían ningún poder o posición entre los Quraish, quienes se reunieron en un lugar humilde como la casa de al-Arqam, mientras sus oponentes eran los señores de al-Nadwah, el gran y glorioso salón de actos, y ellos poseían poder y grandeza? Esta es la lógica de este mundo, la lógica de aquellos en cualquier época y cualquier lugar que no pueden ver los más elevados horizontes. Es la sabiduría de Dios que la fe permanezca independiente del resplandor y glamur de los atractivos terrenales, tales como la cercanía a quien ejerce el poder, el favor del gobierno, la popularidad entre la gente o la satisfacción del deseo. Es solamente el esfuerzo, el trabajo duro, la lucha y el martirio. Dejad aceptar esto a quien pueda aceptarlo, quien tenga la certeza en su corazón que esto es puramente para la gloria de Dios y no para el bien de la gente, o por las atracciones y atractivos tan queridos para la gente. Dejad que permanezca alejado de esto quien desea placeres y beneficios, quien es codicioso de pompa y espectáculo, quien esta tras la riqueza y las posesiones, y quien da peso a las consideraciones de los hombres a pesar que estas puedan ser ligeras en la balanza de Dios. Verdaderamente, el Creyente no toma prestados sus valores, conceptos y estándares de la gente a fin que él sea dependiente de la estimación de la gente; él los toma del Sustentador de la gente, y esto es suficiente para él. Él no sigue los deseos de los hombres de tal modo que tenga que fluctuar con sus deseos cambiantes; él depende en la firme balanza de la verdad que no fluctúa o se inclina a un lado. En verdad, su inspiración no viene de este mundo finito y pasajero; la inspiración de su alma proviene de las fuentes centrales del universo. Entonces ¿Cómo podría él encontrar decepción en su alma o aflicción en su corazón, cuando esta enlazado al Sustentador de la gente, a la balanza de la verdad, y a las fuentes centrales del universo? En efecto, él esta con la verdad –y ¿Que está más allá de la verdad sino la falsedad?. Permitid a la falsedad tener poder, permítanle tener sus tambores y banderas, y permítanle tener sus muchedumbres y multitudes; todo esto no cambiara nada de la verdad. Verdaderamente él esta con la verdad, y nada está más allá de la verdad excepto el error, y el Creyente no puede preferir el error a la verdad. Él es un Creyente, y cualesquiera sean las condiciones y la situación, él no puede cambiar el error por la verdad. “¡Señor nuestro! No desvíes nuestros corazones después de habernos guiado y concédenos misericordia procedente de Ti, ciertamente Tu eres el Dador Generoso. ¡Señor nuestro! Es verdad que vas a reunir a los hombres en un día sobre el que no hay duda. Allah no falta a la promesa.” (3:8-9)
Capítulo 12 Este es el Camino “¡Por el cielo de las constelaciones! ¡Por el día prometido! ¡Por un testigo y un atestiguado! ¡Que mueran los dueños del foso! El fuego bien alimentado. Cuando ellos estaban a su alrededor sentados y eran testigos de lo que hacían con los Creyentes. Y solo se vengaron de ellos por creer en Allah, el Insuperable sin igual, el Digno de alabanza. Aquel a Quien pertenece el dominio de los cielos y de la tierra. Y Allah es testigo de todas las cosas. Los que pusieron a prueba con tormento a los Creyentes y a las Creyentes y no se volvieron en arrepentimiento, tendrán el castigo de Yahannam y tendrán el castigo del Hariq. Los que creen y practican las acciones de bien, tendrán jardines por cuyo suelo corren los ríos. Ese es el gran triunfo. Realmente la violencia de Tu señor es grande. Él es el que da origen y lo repite de nuevo. Y Él es el Perdonador, el Amoroso. Dueño del Trono sublime. El que hace lo que quiere.” (85:1-16) La historia de los Hacedores del Foso tal como está dicha en el capítulo “Al-Buruj” (“Las Constelaciones”) requiere profunda reflexión por aquellos entre los Creyentes, en cualquier tiempo y lugar al que ellos pertenezcan, quienes invitan a la gente hacia Dios. La historia, con su introducción, descripción, comentarios y moralidad, tal como está relatada en el Corán, apunta algunas verdades profundas referentes a la naturaleza de la Llamada hacia Dios, la reacción de la gente a esta Llamada, y las consecuencias que son posibles en el vasto ámbito de esta Llamada –el alcance cuya vastedad abarca al mundo entero, esta vida y la vida más allá de ella. El Corán a través de esta historia, apunta a los Creyentes el camino que permanece ante ellos y los prepara a aceptarlo con fortaleza sea lo que venga a su camino, aun cuando sea desconocido para ellos, con el permiso del Omnisciente Dios. Esta es la historia de un grupo de gente quienes creían en Dios y abiertamente proclamaron su fe. Ellos encontraron enemigos tiranos y opresivos quienes estaban decididos a negar el derecho de un ser humano a creer en el Todopoderoso, el Todo elogiable Dios. Ellos intentaron privar al hombre de esta dignidad que ha sido conferida sobre él por Dios y sin la cual esta reducido a un simple juguete en las manos de los tiranos, a ser torturado, quemado vivo, y a proveer entretenimiento a sus atormentadores a través de sus gritos de agonía. Pero la fe en los corazones de los Creyentes los elevó por encima de toda persecución. La fe triunfó sobre la vida. La amenaza de tortura no los sacudió, ellos nunca se retractaron, y ardieron en el fuego hasta la muerte. Por lo tanto, sus corazones fueron librados de la adoración de esta vida. Ni el amor a la vida ni el miedo a una muerte agonizante pudo hacerles someterse a aceptar el deshonor. Ellos se liberaron a sí mismos de esta tierra y todas sus atracciones triunfando sobre la vida a través de una fe sublime.
En contra de estas almas Creyentes, justas, sublimes y honorables estaba escarnecida gente arrogante, dañina, criminal y degradada. Y estos criminales se sentaron junto al foso de fuego, observando como los Creyentes sufrían y se retorcían de dolor. Ellos se sentaron allí para disfrutar la visión de cómo el fuego consumía seres humanos vivos y como los cuerpos de estas almas nobles eran reducidos a cenizas y despojos mortales. Y cuando algún hombre o mujer joven, algún niño o anciano de entre estos Creyentes justos era arrojado dentro del fuego, su placer diabólico podía alcanzar una nueva altura, y gritos de locura escaparían de sus labios con la visión de la sangre y los pedazos de carne. Este espeluznante incidente muestra que esta gente rebelde se había hundido a estos niveles de depravación, encontrando placer a través de torturar a otros, los cuales no habían sido aún alcanzados por ninguna bestia salvaje. Una bestia salvaje mata su presa por comida, nunca por obtener placer por medio de atormentarla. El mismo incidente muestra la altura a la cual el espíritu de un Creyente puede remontarse, liberado y redimido –esta altura, el logro de la cual ha sido el más alto honor en todas las generaciones y en todas las épocas. A través de este ajuste de cuentas terrenal, la tiranía triunfó sobre la fe, y esta fe, aunque alcanzó su cenit en los corazones de este grupo recto, noble, firme y sublime, no tuvo valor en la lucha entre la tiranía y la fe. Las tradiciones relacionadas a este incidente, como el texto en el Corán, no dicen nada concerniente a si Dios castigó esta tiranía en esta vida por sus crímenes como Él castigó a la gente de Noé, la gente de Hud, la gente de Salih, la gente de Sh´uaib, y la gente de Lot, o así como Él capturó al Faraón con su armada en todo su esplendor y poder. En consecuencia desde un mundano punto de vista, el final fue lastimoso y trágico. ¿Pero terminó aquí este asunto? ¿Se desvaneció el grupo de Creyentes, con todo lo sublime de su fe? – ¿Se desvaneció en el foso de fuego con sus tormentos? ¿Y quedó impune el grupo de criminales, con toda la depravación de su crimen? Desde un punto de vista terrenal, ¡Este final trágico turba la tierra! Pero el Corán enseña a los Creyentes algo más, les revela otra realidad, les muestra otra escala con la cual pesar todos los asuntos, y les ilumina en lo referente al alcance del esfuerzo. Los placeres y sufrimientos de la vida, los logros y frustraciones, no tienen ningún gran peso en la escala, y no determinan el beneficio o pérdida. El triunfo no está limitado a la victoria inmediata, lo cual no es sino una de las formas de triunfo. En la escala de Dios, el valor real es el peso de la fe; en el mercado de Dios la única mercancía en demanda es el artículo de la fe. La más alta forma de triunfo es la victoria del alma sobre la materia, la victoria de la fe sobre el sufrimiento, y la victoria de la fe sobre la persecución. En el
incidente descrito anteriormente, las almas de los Creyentes fueron victoriosas sobre el miedo y el dolor, sobre las atracciones de la tierra y de la vida, y ellos ganaron tal victoria sobre la tortura que es un honor para toda la humanidad por todos los tiempos y esta es la verdadera victoria. Todos los hombres mueren, y de muchas causas; pero no todos ganan semejante victoria, ni alcanzan semejantes alturas, ni prueban semejante libertad, ni se remontan a tales límites del horizonte. Es la elección y la honra de Dios a un grupo de gente quienes comparten la muerte con el resto de la humanidad pero que son individualizados de otras personas para ser honrados honrados entre los más nobles ángeles, mejor dicho, aun entre toda la humanidad, si los medimos a través de los estándares de la historia total de las generaciones de los hombres. ¿Fue posible para estos Creyentes salvar sus vidas renunciando a su fe; pero con cuanta perdida para ellos mismos, y con qué gran pérdida para toda la humanidad? Ellos hubieran perdido y matado esta gran verdad, que la vida sin fe es indigna, sin libertad es degradante, y si los tiranos son permitidos de dominar a las almas de los hombres así como sus cuerpos, entonces esto es enteramente depravado. Esta era esa noble verdad, que los Creyentes supieron mientras estaban vivos en la tierra; ellos entendieron y hallaron esta mientras el fuego lamia y quemaba sus cuerpos mortales. Esta noble verdad triunfó sobre el tormento del fuego. El ámbito de esta lucha no está limitado a esta tierra o a esta vida. Los observadores de este conflicto no son simplemente una generación de hombres. Los ángeles son también participes de los sucesos en la tierra; ellos los observan y son un testigo para ellos, y ellos los pesan en una escala que es distinta que la escala de una generación o aun de todas las generaciones de los hombres. Los ángeles son almas nobles que muchas veces suman más que la gente en la tierra. Indudablemente la alabanza y el respeto de los ángeles es lejanamente más grande en esta escala que la opinión y el juicio de la gente en la tierra. Y después esta la otra vida. Esta será la esfera real la cual es inmediata a la esfera terrenal y no está separada de ella, en la actualidad como en la percepción de los Creyentes de esta realidad. En consecuencia el conflicto no termina aquí, y la decisión real no puede ser alcanzada acá, cualquier juicio basado en parte de esto que toma lugar en la tierra es por lo tanto incorrecto, así como este juicio tendrá que ver con solamente una pequeña y más bien insignificante parte de esta batalla.
El anterior punto de vista, esto es, aquel de la escala mundana, es limitado y reducido, hospedado por un hombre apresurado. El último punto de vista es comprensivo y clarividente, y tal punto de vista es nutrido en un Creyente por medio de las enseñanzas del Corán, tal es el espejo de la realidad y la base de una creencia correcta.
Entre las recompensas que Dios ha prometido a los Creyentes por su fe, la obediencia, la firmeza en la confrontación de la calamidad, y la victoria sobre la persecución está el contentamiento del corazón: “Los que creen y tranquilizan sus corazones por medio del recuerdo de Allah. ¿Pues no es acaso con el recuerdo de Allah con lo que se tranquilizan los corazones?” (13:28) Y este es el placer y el amor del Todo Misericordioso: “Realmente los que creen y practican las acciones de rectitud, el Misericordioso les asignara amor.” (19:96) Y su recuerdo en lo Alto: El Mensajero de Dios –paz sea con él—dijo: “Cuando el hijo de cierta persona muere, Dios pregunta a los ángeles: ¿Separaron el alma del hijo de Mi sirviente? Ellos dicen: Si. Entonces Él dice: ¿Apartaron la manzana de su ojo? Ellos dicen Sí. Entonces Él dice: ¿Qué dijo Mi sirviente? Ellos dicen: Él Te alabó y dijo, ´Verdaderamente, pertenecemos a Dios y a Él regresaremos´. Entonces Él dice: Construid una casa para Mi sirviente en el jardín y llamadla ´La Casa de la Alabanza.” (Tirmidhi) Él también dijo: “Dios Él Mas Alto dice: Yo soy a Mi sirviente de acuerdo a su pensamiento referente a Mi; cuando él Me recuerda, Yo estoy con él; cuando él Me recuerda a sí mismo, yo le recuerdo a Mi mismo; cuando él Me menciona a un grupo, Yo lo menciono en un mejor grupo. Si él viene hacia Mi un palmo, Yo voy hacia él el largo de un brazo; si él viene hacia Mi el largo de un brazo, Yo voy hacia él un paso; si él camina hacia Mí, Yo corro hacia él.” (Bukhari y Muslim) Y este es el entusiasta interés de los ángeles en los asuntos de los Creyentes en la tierra: “Los que llevan el trono y están a Su alrededor, glorifican a su Señor con alabanzas, creen en Él y piden perdón por los que creen. ¡Señor nuestro! Tu misericordia y conocimiento abarcan todas las cosas, perdona pues a los que a Ti se vuelven y siguen Tu sendero y líbralos del castigo del Yahim.” (40:7) Y esta es la vida de Dios para los mártires: “Y no tengáis por muertos a los que han muerto en el camino de Allah; están vivos y reciben provisión junto a su Señor. Contentos por lo que Allah les ha dado de Su favor y regocijándose por aquellos que habrán de venir después y que aún no se les han unido, porque esos no tendrán que temer ni se entristecerán. Regocijándose por una gracia de Allah y un favor, y porque Allah no deja que se pierda la recompensa de los Creyentes.” (3:169-171) Y en cuanto a los rechazadores de la fe, los Tiranos y los Criminales, Dios ha prometido repetidamente que Él los capturara en la otra vida, mientras les daba un periodo limitado de tiempo en la tierra: aunque Él también ha cogido a algunos de ellos en este mundo, con todo para el castigo final el énfasis está en la otra vida:
“Que no te llame a engaño la libertad de movimiento por el país de los que no creen. Es un disfrute exiguo y luego su morada será Yahannam. ¡Qué mal lecho!” (3: 196-197) “Y no contéis con que Allah está descuidado de lo que hacen los injustos. Simplemente los aplaza hasta un día en el que las miradas se quedaran fijas. Se moverán apresuradamente con la cabeza hacia arriba, sin poder pestañear y con los corazones vacíos.” (14:42-43) “Déjalos que discutan y jueguen hasta que se encuentren con su día, ese que se les ha prometido. El día en que salgan apresuradamente de las tumbas como si corrieran hacia una meta. La mirada rendida, los cubrirá la humillación. Ése es el día que se les había prometido.” (70:42-44) Así, la vida del género humano está unida con aquella de los ángeles; esta vida pasa a la vida en el más allá; y el campo de lucha entre el bien y el mal, entre la verdad y la falsedad, y entre la fe y la tiranía, no está limitada a esta tierra. Este asunto no termina aquí, ni es la decisión hecha en este mundo. Esta vida y todos sus placeres y dolores, logros y frustraciones, no pesan mucho en la escala. El campo de conflicto es muy extenso en espacio y tiempo, en medida y en escalas. Esta comprensión agranda los horizontes del Creyente y aumenta sus aspiraciones, de tal modo que esta tierra y cualquier cosa en ella, esta vida y sus lazos, se encogen en su visión. La grandeza del Creyente se incrementa en proporción a aquellos que él ve y entiende de la amplitud y los horizontes. En la creación de semejante concepto de fe, extenso, exhaustivo, noble y puro, la historia de los Hacedores del Foso es un gran ejemplo.
Luz también es arrojada en otro aspecto de la Llamada hacia Dios y su situación con respecto a todas las posibilidades en la historia de los Hacedores del Foso y el capítulo “Constelaciones” (“AlBuruj”). La historia de la Llamada hacia Dios ha atestiguado varios finales en este mundo y su conflicto con otros movimientos. Ha atestiguado la aniquilación de la gente de Noé, de la gente de Hud, de la gente de Sh´uaib, y de la gente de Lot, y el escape –el escueto escape de un pequeño grupo de Creyentes. Pero el Corán no expone que hicieron estos huidos en el mundo y en la vida después de su escape. Estos ejemplo nos cuentan que algunas veces Dios Él Mas Alto da a los rebeldes y tiranos una probada del castigo en este mundo, mientras el castigo completo aún les espera en el más allá. Esta historia de la Llamada atestigua la aniquilación del Faraón y su ejército, y el escape de Moisés y su gente y el establecimiento de su autoridad en la región. Aquella gente de ese tiempo eran los más rectos de toda su historia (de los Israelitas), aunque ellos no alcanzaron completa firmeza ni establecieron en su totalidad la religión de Dios en la tierra; y este ejemplo es diferente de los anteriores.
La historia de la llamada atestigua la aniquilación de los politeístas quienes voltearon su rostro de la guía y fe en Muhammad –paz sea con él- y atestigua la completa victoria de los Creyentes con la asombrosa victoria de la fe en sus corazones. Y por vez primera en la historia de la humanidad el camino de Dios fue establecido de manera tan completa como no había sido visto por el hombre, ni antes ni después. Y atestigua, como hemos visto antes, el ejemplo de los Hacedores del Foso. Y atestigua muchos otros ejemplos en tiempos tempranos o últimos con pequeños ejemplos en la historia de la fe. Y aun hoy en día atestigua tales ejemplos, que alcanzan uno u otro de los finales posibles registrados en la historia por siglos. Entre los varios ejemplos tempranos o últimos, el ejemplo de los Hacedores del Foso no debe ser olvidado. ¡El ejemplo en el cual los Creyentes no tienen escapatoria y los incrédulos no son castigados no debe ser olvidado! Esto es a fin que los Creyentes –los llamadores hacia Dios- permanezcan completamente conscientes que ellos también pueden encontrar este final extremo en el camino de Dios, y ellos no tienen nada que decir en ello. Su asunto y el asunto de la fe descansan con Dios. Su tarea es completar su obligación, y obrar enérgicamente. Su obligación es elegir a Dios, preferir la fe sobre la vida, erigirse a ellos mismos por encima de la persecución por medio de la fe, y dar testimonio a Dios con hechos así como con intenciones. Depende de Dios tratar con ellos y sus enemigos, con Su Religión y Su Llamado, como Él juzgue por conveniente. Él puede elegir para ellos cualquiera de los finales conocidos en la historia, o algún otro final que solamente Él conoce y ve. Ellos son trabajadores para Dios. Cada vez que Él, cualquier cosa que Él, de todos modos desee de ellos que hagan su trabajo, ellos deben hacerlo y tomar la recompensa conocida. Decidir cuál será el final de su empeño no está en su poder ni en su responsabilidad. Esta es la responsabilidad del Único en autoridad, no de aquellos que son simples obreros. Ellos reciben la primera parte de su recompensa en la forma de contentamiento del corazón, elevado entendimiento, belleza de ideas, redención de deseos y atracciones, y libertad del miedo y la tristeza, en cualquier condición ellos puedan estar. Ellos reciben la segunda parte de su recompensa en alabanza, recordación y honra entre los ángeles, en adición a estos entre la gente de esta tierra. Posteriormente ellos reciben la última parte de su recompensa en la próxima vida: Contabilidad sencilla y grandes favores. Con cada tipo de recompensa, ellos también reciben la más grande de las recompensas: El agrado de Dios. Es Su generosidad en ellos lo que Él elige de ellos para Su propósito, un instrumento de Su poder, de tal manera que Él hace uso de ellos en esta tierra como Él considera apropiado.
El entrenamiento Coránico en la primera generación noble de Musulmanes fue de este carácter al más alto grado. Ellos dejaron atras sus personalidades e identidades en este asunto, actuando como obreros para el Único en autoridad, y estuvieron satisfechos con Dios en cada decisión y en cada condición. El entrenamiento por medio del Profeta –paz sea con él- fue lado a lado con las enseñanzas Coránicas, volteando sus corazones y ojos hacia el Jardín, y hacia perseverar pacientemente en su tarea asignada hasta que Dios ordene lo que Él destina a este mundo así como lo que Le es agradable en la próxima vida. El Profeta –paz sea con él- vio la intensidad de las torturas amontonadas sobre ´Ammar, su padre y su madre –pueda Dios estar agradado con ellos- pero no dijo nada más que esto: “¡Paciencia, familia de Yasir! El Jardín esta prometido para ustedes.” Y Khabbab bin al-Aratt –pueda Dios estar agradado con él- reportó: “Nos quejamos al Mensajero de Dios –paz sea con él- mientras descansaba a la sombra de la Ka´aba, diciendo, ´¿Porque no pides a Dios que nos ayude? ¿Por qué no oras por nosotros? Entonces él respondió: ´Antes de ustedes, había gente que podía coger a un hombre, enterrarlo a medio camino en un hueco cavado en el suelo, después ver su cabeza hasta que se dividiera en dos; o podían peinar con peines de metal entre su carne y sus huesos; aun esto no hacía que él renegara de su religión. ¡Por Dios! Dios traerá este asunto a terminación, y un tiempo vendrá cuando un jinete pueda cabalgar solo desde Santa a Hadramut y él no tendrá miedo excepto de Dios, o de un lobo contra su oveja; pero ustedes gente están en un aprieto”. (Bukhari) La sabiduría de Dios es la verdadera razón que está detrás de cada decisión y cada condición. Él administra el universo entero, y, Él está informado de su comienzo y su final, controla sus eventos y sus interrelaciones. Él conoce la sabiduría, oculta de nosotros tras las cortinas del No Visto –la sabiduría que, en conjunción con Su voluntad, despliega el largo proceso de la historia. Algunas veces, después de generaciones y siglos, Dios nos devela la sabiduría de un evento que no fue entendido por la gente contemporánea. Ellos pueden haberse sorprendido: ¿Por qué esto? O Señor! ¿Por qué sucedió esto? La pregunta misma es debido a la ignorancia de la cual el Creyente se salva a sí mismo. Él ya conoce que detrás de cada decisión hay sabiduría. Su hálito del concepto y su clarividencia en el espacio y tiempo, y en valores y escalas, lo eleva por encima de esta incredulidad cuyo comienzo es semejante a una pregunta. Él transita en el curso ordenado por Dios con sumisión y contentamiento. El Corán estaba creando corazones dignos de portar la verdad de ser los representantes de Dios en la tierra. Fue necesario que estos corazones fueran muy sólidos, muy fuertes y muy puros, dejando tras de sí todo y soportando pacientemente todo, como para no fijar su visión en algo de esta tierra, sino observando más allá, en la próxima vida, no buscando nada excepto el agrado de Dios y estando dispuestos a atravesar el camino de la vida hasta la muerte en pobreza, dificultad,
frustración, tormento y sacrificio. Ellos no estaban buscando ninguna recompensa precipitada en esta tierra, sea que fuera la recompensa de la victoria de la Llamada, el dominio del Islam, la gloria de los Musulmanes, o aun que su recompensa fuera la aniquilación de los tiranos, como el Todopoderoso, el Omnipotente había asestado a anteriores generaciones de incrédulos. Cuando tales corazones fueron encontrados que sabían que durante el curso de esta vida no tendrían expectativas, y que la decisión entre la verdad y la falsedad seria en la próxima vida –cuando tales corazones fueron encontrados, y Dios conocía la sinceridad de sus intenciones en lo concerniente a lo que ellos se habían comprometido, Él les dio la victoria en la tierra y otorgó sobre ellos la verdad. Esta verdad no fue por su beneficio, sino a fin que ellos pudieran establecer el sistema Divino. Llegaron a ser los portadores de esta verdad cuando ninguna promesa de beneficios terrenales que ellos podrían haber demandado fue hecha a ellos, ni estuvo fijada su visión en adquirir tales beneficios. Ellos fueron sirvientes dedicados de Dios desde el día que ellos sabían de ninguna recompensa excepto Su agrado. Todos los versos del Corán en los cuales la victoria es prometida, o en los cuales los botines son mencionados o donde es dicho que los politeístas serán castigados en este mundo por medio de las manos de los Creyentes, fueron revelados en Medina. Estos fueron revelados solamente después que todos estos problemas fueran excluidos de la esfera de acción de los Creyentes, sus expectativas y sus deseos. La ayuda de Dios vino por cuenta propia, cuando Dios destinó que esta manera de vida llegara a ser real en la vida de la humanidad, a fin que las generaciones de hombres pudieran verla en una forma concreta y práctica, y no como una recompensa para los empeñosos, el trabajo duro, el sacrificio y los sufrimientos. Esto fue en efecto una decisión de Dios, la sabiduría del cual tratamos de sondear hoy. Este intrincado punto requiere profunda reflexión de todos los Llamadores hacia Dios, de cualquier país o periodo de tiempo al que pertenezcan; porque esto garantiza que ellos serán capaces de reconocer las señales del camino claramente y sin ambigüedad, y establecer el camino para aquellos que desean cruzarlo hasta el final, cualquiera pueda ser este final; pues lo que Dios destina hacer con su Llamado y con ellos depende de Él. Dado esto ellos no estarán ansiosos, mientras recorren este camino aun adoquinado con cráneos y extremidades, sangre y sudor, para encontrar ayuda y victoria, o deseosos que las decisiones entre la verdad y la falsedad sean hechas en esta tierra. Sin embargo, si Dios mismo destina completar la terminación de Su llamado y Su religión por medio de sus esfuerzos, Él hará Su voluntad –pero no como una recompensa por sus sufrimientos y sacrificios. En verdad, este mundo no es un lugar de recompensas.
Otro hecho para ponderar aquí es un comentario del Corán en la historia de los Hacedores del Foso donde Dios Él Mas Alto dice: “Y solo se vengaron de ellos por creer en Allah, el Insuperable sin igual, el Digno de alabanza.”
Los llamadores a Dios, de cualquier periodo o generación, deben pensar sobre esta verdad profunda. La lucha entre los Creyentes y sus enemigos es en esencia una lucha de fe, y no de ningún otro tipo. Los enemigos están enojados solamente en razón de su fe, furiosos solamente en razón de su fe. Esta no fue un conflicto político o económico o racial; si hubiera sido cualquiera de estos, su solución hubiera sido sencilla, la solución de sus dificultades hubiera sido simple. Pero esencialmente fue una lucha entre creencias –uno u otro, incredulidad o fe, Jahiliya o Islam. Esta es la razón por la cual los líderes de los politeístas de la Meca ofrecieron al Mensajero de Dios –paz sea con él- riqueza, dignidad real y cosas mundanas a cambio de solamente una cosa: Que él abandonara el conflicto de la fe y acordara con ellos en este asunto. Si hubiera él aceptado –pueda Dios perdonarnos por decir esto- lo que ellos le pidieron, ninguna diferencia hubiera permanecido entre ellos y él. Verdaderamente, esta fue una cuestión de fe y una batalla de fe. Los Creyentes deben estar ciertos de esto, cualquiera sea la declaración de sus enemigos. Ellos son sus enemigos solamente en razón de su fe –“Y solo se vengaron de ellos por creer en Allah, el Insuperable sin igual, el Digno de alabanza”- y porque ellos purificaron para Él solo su obediencia y sumisión. Los enemigos de los Creyentes pueden desear alterar el sentido de esta lucha como un conflicto económico o político o racial, a fin que los Creyentes se confundan en lo referente a la verdadera naturaleza de la lucha y la llama de la fe en sus corazones llegue a extinguirse. Los Creyentes no deben ser engañados y deben entender que esto es una trampa. El enemigo, por medio de cambiar la naturaleza del conflicto, intenta privarles de su arma para la victoria real, la victoria que puede tomar cualquier forma, sea esta la victoria de la libertad de espíritu como fue el caso de las Creyentes en la historia de los Hacedores del Foso, o la dominación en el mundo –como una consecuencia de la libertad de espíritu. Como sucedió en el caso de la primera generación de Musulmanes. Vemos un ejemplo de esto hoy en los intentos de la Cristiandad de tratar de engañarnos a través de distorsionar la historia y decir que las Cruzadas fueron una forma de imperialismo. La verdad del asunto es que el imperialismo de la época moderna no es sino una máscara para la cruzada espiritual, y que no es posible para ella aparecer en su forma real, como fue posible en la época medieval. El espíritu de la develada cruzada fue aplastado contra la roca de la fe del liderazgo Musulmán que vino de varios elementos, incluyendo a Salahuddin el Kurdo y Turan Shah el Mameluco, quienes olvidaron las diferencias de nacionalidades y recordaron su fe, y fueron victoriosos bajo el estandarte del Islam. “Y solo se vengaron de ellos por creer en Allah, el Insuperable sin igual, el Digno de alabanza”. ¡El Todopoderoso Dios habla la verdad, y estos traicioneros engañadores son mentirosos!
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