Saldo Óptimo Efectivo
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Existen diferentes formas de determinar el Saldo Óptimo de Efectivo, entre ellos tendremos a considerar las siguientes: El Saldo de Efectivo Óptimo puede ser determinado en forma gráfica. El Saldo Efectivo Óptimo va a ser aquel donde se minimiza el costo de mantener efectivo; en donde se van a considerar tres tipos de costos y que ya se describieron anteriormente; estos son: Costo de Saldo Excesivo. Costo de Saldo Insuficiente. Costo de Administración y Manejo.
Los costos de saldo excesivo van a aumentar a medida que aumenta los saldos de efectivo; los costos de saldo insuficiente disminuyen a medida que se aumenta los saldos en efectivo y los costos de administración y manejo van a ser fijos. Entonces el objetivo es minimizar estos costos, es decir determinar la cantidad de efectivo en donde la suma de estos tres costos sea mínima, ya que los costos de saldo insuficiente y excesivos son inversamente proporcional. En forma algebraica se tiene: TCE=TCI+TCE+GA TCE: Total Costos de Mantener efectivo. TCI : Total Costos de Saldo Insuficiente. TCE: Total Costos de Saldo Excesivos. GA : Gastos de Administración. Observando de manera gráfica notaremos lo siguiente:
Saldo de Efectivo
K*: Representa el Saldo de Efectivo Óptimo. Nota: Si el Efectivo se sitúa en K 1 se tendrá que comprar (K 1-K*) en valores negociables
para ubicarse en el saldo óptimo.
Cuando no exista una limitante obligatoria de mantener saldos compensatorios, los niveles óptimos de efectivo y valores realizables se determinarán por un compromiso entre el ingreso por intereses y los costos de operaciones. Si se conociera el futuro, con seguridad sería un asunto sencillo determinar estos niveles óptimos. El efectivo proyectado se invertiría siempre que los ingresos por intereses excedieran los costos por operaciones e inconveniencias y en tanto las demoras en la conversión entre el efectivo y los valores realizables no eviten que la empresa pague sus cuentas. Si los costos de operaciones e inconveniencias fueran cero y la conversión entre los dos activos fuera instantánea, la empresa no mantendría efectivo. Simplemente vendería valores para pagar sus cuentas. Sin embargo cuando los costos de operaciones e inconveniencias son positivos, la empresa deseará mantener efectivo cuando el periodo en que se espera que mantendrá la inversión no sea lo suficientemente largo para producir los intereses necesarios para compensarlos. Por el mismo motivo, cuando existen demoras en la conversión, la empresa puede necesitar mantener efectivo. Por consiguiente, incluso si se conocieran los flujos de efectivo futuros con seguridad, es probable que la empresa mantuviera algún efectivo. El Modelo de Inventario supone que se conocen con seguridad los flujos de efectivo de la empresa, mientras que los Modelos Fortuitos indican que los flujos de efectivo fluctúan al azar. Sin embargo en ambos modelos presentan los extremos de la seguridad de los flujos de efectivo, con lo cual dan a notar puntos de comparación útiles para terminaciones de toma de decisión.
Según la situación, se puede utilizar uno de los modelos que se acaban de estudiar, como el (EQQ, fortuito de probabilidades para determinar el nivel apropiado de efectivo). Muchas de las suposiciones se pueden modificar, de acuerdo con las circunstancias. Cuando estos modelos de optimización no ofrecen ventajas sobre reglas de decisión más sencillas, no deben ser utilizados. Su propósito es ayudar a determinar el nivel apropiado de inversión en valores realizables. Cuando se conocen el nivel total de activos líquidos, la determinación de un nivel apropiado de efectivo también será un cálculo del nivel de inversiones en valores realizables.
Por lo general el nivel óptimo de los saldos promedio de efectivo será la mayor de dos limitantes: el requisito de saldos compensatorios impuesto por un banco y un nivel promedio de efectivo sugerido por un modelo apropiado de efectivo (valores realizables). En la mayor parte de los casos el primero excederá al último. Cuando los costos fijos de una operación de valores son altos, el costo de oportunidad de mantener efectivo es bajo o los flujos de efectivo están sujetos a una gran fluctuación, el saldo promedio sugerido por un modelo adecuado puede ser el más alto que el requerido por el banco. Por consiguiente se deben mantener saldos promedios en exceso de aquellos considerados como de compensación. Además de estas consideraciones, el nivel óptimo de efectivo puede ser afectado por el hecho de que el banco permita que se paguen los servicios sobre una base de honorarios y no con saldos compensatorios. Si existe un programa de honorarios, la empresa debe comparar el honorario con las utilidades disponibles sobre los fondos que quedarían inmovilizados en los saldos compensatorios. Cuando las utilidades son mayores, resultan más adecuados los honorarios. En estas circunstancias, el nivel óptimo de saldo de efectivo se puede determinar mediante un modelo apropiado de efectivo-valor realizable. En la medida en que la empresa pueda usar el saldo de efectivo así determinado, como compensación parcial o total al banco, por los servicios prestados, los honorarios que se paguen se reducirán o eliminarán.
Si bien es cierto que el interés que se puede obtener en los mercados del dinero es bajo, la mayoría del efectivo que la empresa decide mantener se coloca en títulosvalores negociables, es así que se puede obtener casi el doble de interés. Para las empresas no financieras, incluso el rendimiento de los títulos-valores resulta insuficiente para justificar su posesión, porque el costo promedio de capital es mucho más alto, posiblemente cercano al rendimiento sobre el patrimonio. Entonces, esto significa que la existencia de saldo en efectivo, aunque sea en títulosvalores, implica un costo de oportunidades, y este costo aumenta de manera proporcional a la parte de efectivo que se mantenga en esa situación: cuanto menos proyecto se aborden, mayor será su rendimiento. Pero el hecho de no tener efectivo disponible también representa un costo, que puede llegar a ser extremadamente alto si se tiene poco dinero en efectivo. Por ejemplo: Puede dificultar una rápida intervención en caso de crisis o que se pierdan oportunidades por falta de dinero. A medida que los saldos de efectivo aumenten, el costo de no tener suficiente efectivo a la mano disminuye, y se vuelve asintótico con el costo de un anticipo sobre una línea de crédito, que es mínimo. Matemáticamente, el nivel óptimo de efectivo es el que corresponde al mínimo del costo combinado de tener dinero disponible y de carecer de él.
También se ve afectado por la capacidad de la empresa para conseguir préstamos o nuevos fondos (por ejemplo, emitiendo acciones). Estas consideraciones son difíciles de cuantificar. Además, los pagos diarios son continuos, pero los grandes desembolsos en nuevos proyectos de gran escala se hacen en meses, años. Por tanto, el manejo del efectivo consta de dos partes: La primera se refiere a los flujos de recaudaciones y desembolsos regulares, los cuales requieren un saldo en efectivo disponible durante todo el año (que puede tener que aumentar en época de grandes pagos). Para gestionar esta parte, lo más indicado es el presupuesto de efectivo. La segunda parte implica la acumulación de efectivo para necesidades de más largo plazo y posibles catástrofes inesperadas.
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