Rumbo A Lima

 

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Rumbo a Lima, 1965 El autobús en el que Fernando viajó a Lima merece una mención. Era uno de aquellos trastos cuyas piezas se mantienen unidas por puro ingenio, construido usando partes de otros vehículos gracias al refinado arte de “arreglárselas como uno pueda”: descubrir lo que puede rendir el motor y olvidarse de sus sentimientos, sus deseos y sus caprichos.

labios y sienes. Fernando los observaba. Eran sus contemporáneos. Sus paisanos. Vio cómo sacaban unos pocos soles de sus bolsillos, regateaban con el conductor, negaban con la cabeza y gesticulaban con las manos. Tenían la piel curtida por el sol y por el viento. Algunos de ellos solo hablaban quechua y otros daban la impresión de no hablar en absoluto.

Las reparaciones eran crueles cirugías de conveniencia, y con cada una el autobús se volvía más duro e indiferente, avanzaba impulsado impulsado por rencor y asco, cruzaba los desfiladeros de los  Andes resollando y maldiciendo el carguero de proa ancha que lo trajo desde Alemania, los Estados Unidos o Suecia. No pasó mucho antes de que sus asientos estuvieran rajados y cubiertos de polvo, las ventanas se estremecieron con cada golpe, cada bache, cada tramo de piedras

En algún momento de la tarde, el conductor perdió el control del autobús. En una espantosa fracción de segundo las llantas patinaron sobre la grava y el camino se deslizó por debajo de ellas. Con un duro golpe, el autobús chocó contra la valla lateral de la carretera, viró bruscamente hacia la montaña, a la seguridad, y finalmente se detuvo, medio inclinado, medio

ásperas de trocha afirmar. viajaban otratando de sin robarle algoLos de pasajeros sueño al atronador ruido de metal y vidrio, y a los humos asesinos del combustible. Fue así como Fernando llegó a Lima a los diecisiete años: vistiendo una chompa marrón sobre una modesta camisa de cuello, un pantalón azul y zapatos negros con la suela gastada. A bordo de este autobús, sentado en la última fila  junto a otras seis personas, un revoltijo de almas viajando para cumplir con alguno de los muchos encargos que te da la vida: comprar, vender, visitar a alguien, casarse, encontrar a alguien o, en muchos casos, olvidar.

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Varios jóvenes subieron al autobús en medio de la noche, dejando atrás ruinosos y miserables pueblitos de casas de adobe, y gélidos campos de algodón y maíz. Llevaban consigo una muda de ropa, una fotografía, algo de comida, un peine de plástico, una carta de presentación, una bolsa con hojas de coca o un crucifijo. Dejaron sus bultos en el pasillo y viajaron de pie durante doce horas, hasta que el sol se elevó abrasador en el cielo y el autobús se volvió sofocante y aletargado; a pesar de todo ellos seguían allí, de pie, con gotas de sudor resbalando por sus

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Evaluación / Unidad 6

balanceándose contra tierra quebradiza y pedregosa a un lado del camino. A su derecha, un poco más allá de la valla, se veía un abismo irregular y más abajo, el valle. La gente recobró la compostura lentamente. Hicieron a un lado el equipaje y las mantas. Fernando estaba tendido sobre tres desconocidos. La gente deshizo los amasijos madres se ocuparon de de piernas sus hijosy brazos. llorosos.Las Alguien le entregó sus anteojos sonriendo y le preguntó si estaba bien. Todos parecían estar razonablemente bien, aunque conmocionados, todos con excepción del conductor, que había llevado la peor parte, quizás porque había visto ese espantoso destello azul en su ventana cuando el autobús se detuvo junto al borde del abismo. Él sabía mejor que nadie lo cerca que habían estado. La fuerza del accidente lo había tumbado de su asiento, pero él se había encaramado nuevamente en su lugar, había abierto la puerta y se había quedado inmóvil, pálido, con las manos sujetas al timón, moviendo la cabeza de atrás hacia adelante, reviviendo el accidente con los ojos vidriosos. Algunos pasajeros se acercaron a ver cómo se encontraba, a darle una palmadita en el hombro, a pedirle que saliera del vehículo, pero él los ignoraba. Los hombres, con la ayuda entusiasta de Fernando, emprendieron la labor de enderezar el autobús. Estaba apoyado de manera precaria contra la pared rocosa del camino, con las llantas del lado derecho a un metro del suelo. La carga amarrada a la parrilla del autobús se había soltado. Ahora descansaba sobre el borde de las ventanas del lado derecho. La lona que

se imaginó esto, o se forzó a hacerlo, o simplemente adoptó la silenciosa rectitud de sus compañeros de viaje, que asentían y gesticulaban más de lo que hablaban. Fernando anhelaba poder entender su lengua.

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Luego el conductor, aún aturdido, bajó del vehículo y bajo la luz brillante del día empezó a señalar frenéticamente las bodegas del equipa je que se encontraban debajo del del autobús. Y de pronto todos oyeron los golpes y arañazos contra el metal, un sonido que hasta ese momento se había perdido en el viento. Los hombres se pusieron en acción, y en un instante abrieron la puerta, y de debajo de maletas y baúles surgió un hombre. Había estado durmiendo bajo el autobús luego de manejar toda la noche, recuperando fuerzas para reemplazar al conductor en la siguiente parada. Lo sacaron, sacudió las piernas y agitaba los brazos. El hombre había renacido, luego de morir a ciegas.  –¡Hermano! –gritó el mío! conductor abalanzándose sobre él–. ¡Hermano Fernando podía oír al hombre respirando, llenando sus pulmones de oxígeno, reponiéndose. Lloraba y se le veía asustado.  –Dios mío, mío, Dios mío, mío, Dios mío –murmuraba. –murmuraba. Un delgado hilo de sangre manaba de su labio inferior. Los hermanos se abrazaron, y Fernando se enamoró de su pueblo.

cubría carga aún había resistido, las maletas, los sacos ylabaúles estaban sujetos pero colgaban peligrosamente del techo del vehículo. Fernando caminó hasta el borde por donde el autobús casi había salido volando y miró el valle a sus pies. Era una vista impresionante, un espléndido paisaje andino, una maravillosa capa de roca plateada, un cielo azul intenso, y, a lo largo de las colinas, senderos por donde transitaban hombres y bestias. Quizás los propios mensajeros del Inca habían recorrido esas sendas en las épocas previas a la conquista española, antes de que Atahualpa arrojara al suelo la Biblia de Pizarro, antes de que empezara la masacre. Había una soledad impresionante en las montañas, en ese gran teatro del viento y cielo, de la montaña y del agua, tanta calma que Fernando sentía vergüenza de hablar. Quizás  –– 2 ––

D ANIEL ALARCÓN , Guerra a la luz de las velas ,

Lima, Alfaguara, 2006.

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Evaluación / Unidad 6 Recuperar información del texto

Reconocer elementos del cuento moderno

1. Subraya la afirmación afirmación correcta correcta según el el texto.

5. ¿Cuál de los siguientes elementos del cuento moderno están presentes en el relato leído? Subraya.

a) El autobús en el que viajaba Fernando estaba en condiciones deplorables.

a) Presenta dos historias, una de ellas inesperada.

b) Fernando iba a Lima con la finalidad de comprar y de visitar a alguien. c) El conductor era un hombre entusiasta

b) Los personajes son seres normales y corrientes.

y decidido. d) Fernando hablaba muy bien el quechua.

c) Se rompe con la estructura clásica y se dan saltos temporales.

Identificar la estructura del relato

Emplear interjecciones en el texto leído

2. ¿Qué hecho corresponde al nudo del relato? Escribe.

 _______________________________________   _______________________________________   _______________________________________   ________________________ _______________   _______________________________________   ________________________ _______________   _______________________________________   ________________________ _______________   _______________________________________   ________________________ _______________ 

6. Copia un fragmento del texto e incluye en él una interjección.

 _______________________________________   _______________________________________   _______________________________________   _______________________ ________________   _______________________________________   _______________________ ________________   _______________________________________   _______________________ ________________  Valorar a los narradores de la primera mitad Valorar del siglo XX

Realizar inferencias a partir del texto leído 3. ¿Qué sabe el narrador respecto a los hechos que narra? Marca.

  Solo lo que le ocurre a él, que es el personaje principal.

7. ¿Cuál de los autores estudiados en esta unidad te ha gustado más? Fundamenta tu elección mencionando las características de su obra.

 _______________________________________   _______________________________________   _______________________________________   _______________________ ________________   _______________________________________   _______________________ ________________   _______________________________________   _______________________ ________________ 

  Todo, aun lo que piensan y sienten los personajes.   Solo lo que ve que les ocurre a los personajes. Analizar el lenguaje empleado por el autor  4. Lee y analiza lo siguiente: ...al

NOS EXPRESAMOS Realizar una tertulia literaria

refinado arte de arreglárselas como uno pueda.

♦ ¿Qué ¿Qué

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relación encuentras entre las expresiones destacadas: se complementan o se oponen? Explica.  _____________________________________   _____________________ ________________   _____________________________________   _____________________ ________________   _____________________________________   _____________________ ________________   _____________________________________   _____________________ ________________ 

8. Formen grupos para realizar una tertulia literaria a partir de la pregunta planteada en la actividad anterior.

Escribir un cuento moderno que capte el interés del lector  9. Escriban un cuento moderno a partir de alguna experiencia que hayan leído en el periódico o visto en la televisión.

♦ ¿Cuál ¿Cuál

crees que fue la intención del autor al colocar las dos expresiones juntas? Marca.

♦ Sigan

  Ser irónico.   Expresar su molestia.   Mostrar preocupación.  –– 3 ––

las pautas aprendidas.

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Solucionario de la evaluación / Unidad 6       F       D       P

Rumbo a Lima, 1965 1.  a. 2.  El hecho de que el conductor pierde el control del autobús. 3.  Todo, aun lo que piensan y sienten los personajes. 4.  ♦ De

oposición. Un arte requiere de conocimiento y práctica. En cambio, “arreglárselas como uno pueda” se refiere a improvisar una tarea. ♦ Ser Ser irónico. 5.  b. 6.  Respuesta libre. 7.  Respuesta libre. 8.  Respuesta libre. 9.  Respuesta libre.

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