Rostros Moche-1
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El ROSTRO MOCHE: Ayer y Hoy Enrique Vergara Montero
El hombre de la cultura moche fue genial conocedor y protector de su naturaleza, naturaleza, creador y constr construct uctor or de impres impresiona ionante ntess monume monumento ntoss arquite arquitectón ctónico icos, s, de una infinida infinidadd de utensil utensilios ios suntuo suntuosos sos y domés doméstic ticos; os; estuv estuvoo involu involucra crado do en una ideolog ideología ía altame altamente nte religiosa y sacra, personificada en una divinidad de grandes colmillos llamado APAEC ,
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cuya presencia se hizo sentir en todo su proceso cultural y político.
El artista moche de ninguna ninguna manera obvió obvió representar y plasmar de manera escultórica y realista realista el rostro de sus pobladore pobladoress en una expresión expresión artística-tecnol artística-tecnológica ógica denominad denominadaa “Huaco Retrato”. Aquí se encuentra el abecedario de este lenguaje: los ojos y todo su entorno –los párpados, las pupilas y las cejas-, la frente, la nariz, la boca, las mejillas e incluso cada pliegue cutáneo y los cambios de estado de ánimo; todos estos elementos fueron de dominio dominio del artista moche, moche, con el objetivo objetivo de perennizar perennizar su presencia presencia en la historia. El rostro es una fuente primaria de información acerca de las personas; a través del estudio estudio,, anális análisis is y exp explica licació ciónn de sus caract caracterí erístic sticas as facial faciales es es posible posible deduc deducir ir sus características psicológicas y étnicas, así como formular juicios de la personalidad del representado. Por ello, el “Huaco Retrato”, debe ser considerado como un extraordinario documento de estudio, para conocer el tipo de personas que habitaron estos espacios de costa, sierra y selva, selva, y a través de ellos conocer conocer el sentido de su vida espiritual espiritual y material. material. Allí, está representado el poblador Moche con sus desbordantes gestos de alegría, tristeza, amor, odio, dolor, soberbia, placer, vejez, procreación, sexualidad y muerte en su más alta representación de ternura y realismo, tan bien concebido que nada tienen que envidiar a otras manifestaciones del arte universal. El Antropólogo Físico y amigo Mario Millones, pionero en este tipo de estudios afirmó que “el realismo mencionado de las vasija-retrato tiende a amalgamar fisionomías con interpretaciones plásticas y nos hace olvidar que lo que estamos realmente observando es la representación de ciertos rostros. Sin embargo, una ventaja de utilizar el fenotipo facial
como criterio de organización de estas vasijas es que parece coincidir con el motivo para el cual fueron creadas. Si bien esto último es objetable como aseveración, no lo es como premisa de estudio”. Afirmando finalmente, “al observar las vasija-retrato, dada la familiaridad del rostro y por el hecho de que estos objetos son hallados acompañando esqueletos humanos en entierros arqueológicos, no es difícil imaginar la posibilidad de que las vasijas-retrato puedan dar pautas para llenar los vacíos ahí donde la reconstrucción forense se haya limitada”. El artista Mochero Pedro Azabache, en una brillante descripción del rostro moche del ayer y hoy refirió: “nosotros los mocheros somos de cara ancha, pómulos anchos, ojos grandes, nariz bastante pronunciada, no de caballete, aquí son de frente y bastante roma. Cara cuadrada, ancha difícilmente fina. La altura de la frente al mentón y de pómulo a pómulo casi de la misma dimensión. El ángulo facial era recto (como el griego), siempre hay una hendidura, el ángulo recto no ha sido muy pronunciado”. En estos “Huacos Retrato” estamos: Yo, Tú, Él, Ella, Ellos, y Alguien. Allí está el rostro de cada uno de los Moche, como seres únicos, exclusivos, identificables, constituyéndose en su marca de vida, huellas de familia, de culto, de cultura, de orgullo, de honestidad, bondad, trabajo, creación y herencia ancestral. Porque no sólo es el rostro que continúa vivo en el presente, sino también es el espíritu del pueblo Moche actual en su más alta y admirable presencia, que nos llena de admiración, allí están sus herederos, tales como los Sachún, Quesquén, Asmat, Ucañán, Azabache, Capristán, Huamán, Anhuamán, Piminchumo, Huamanchumo, Nique, Ascoy, Aquino, Siccha, Chunas, Uca, etc, familias progresistas que aún conservan vivo su legado. Invitamos al público trujillano a esta exposición temporal del Museo de Arqueología, Antropología e Historia de la Universidad Nacional de Trujillo: El Rostro Moche: Ayer y Hoy.
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