Romance Elegíaco Por Luis de Miranda

July 13, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Romance Elegíaco por Luis de Miranda Romance Elegíaco por Luis de Miranda de Villafaña Escritor español que nació en Plasencia, aproximadamente en 1500, y falleció hacia 1575. Llegó a Sudamérica con Pedro de Mendoza y se vio envuelto en la política de Paraguay en el e l bando de  Alvar Núñez Cabeza Cab eza defue Vaca. Tras el encarcelamiento deprisión. éste, Fray Luis Luis conspiró para conseguir conseguir su liberación, y por ello sentenciado a ocho meses de Romance elegíaco trata de la conquista del Río de la Plata y es uno de los primeros poemas que habla del Paraguay. Su primera obra teatral la escribió en Asunción; se trata de un drama en siete actos titulado Comedia pródiga, pródiga, en ella combina elementos sacados de la Celestina, con la historia bíblica del hijo pródigo.   Más tarde tarde Mujica Láinez va a escribir "El hambre", hambre", cuento integrado en Misteriosa Misteriosa Buenos Aires, donde establece una relación intratextual con el Romance.

 Año de mil y quinientos quinientos que de veinte se decía, cuando fue la gran porfía de Castilla, sin quedar ciudad ni villa,

Dios haya quien lo mandó tan sin tiento tan sin ley ni fundamento, con tan sobrado temor, con tanta envidia y rencor 

que a todas inficionó, por los malos, digo yo, comuneros,  que los buenos caballeros quedaron tan señalados afirmados y acendrados como el oro. Semejante al mal que lloro cual fue la comunidad tuvimos otra en verdad subsecuente: en las partes del poniente, en el Río de la plata. Conquista la más ingrata, a su señor  desleal y sin temor, enemiga del marido, que manceba siempre ha sido que no alabo, cual los principios al cabo aquesto ha tenido cierto que seis maridos ha muerto la señora. Y comenzó la traidora tan a ciegas y siniestro, que luego mata al maestro que tenía, Juan Osorio se decía el valiente capitán Juan de Ayolas y Luján y Medrano. Salazar por cuya mano tanto mal nos sucedió;

y cobardía. En punto desde aquel día, todo fue de mal en mal, la gente y el general y capitanes. Trabajos, hambres y afanes nunca nos faltó en la tierra y así nos hizo la guerra la cruel. Frontera de San Gabriel a do se hizo el asiento, allí fue el enterramiento de la armada; cosa jamás no pensada, que cuando no nos catamos de dos mil aun no quedamos en doscientos. Por los malos tratamientos muchos buenos acabaron y otros los indios mataron en un punto.  Y lo que más que esto junto nos causó ruina tamaña, fue la hambre más extraña que se vio. La ración que allí se dio de harina y bizcocho, fueron seis onzas u ocho, mal pesadas. Las viandas más usadas eran cardos que buscaban y aun estos no los hallaban todas veces.

 

El estiércol y las heces que algunos no digerían, muchos tristes los comían, que era espanto.  Allegó la cosa a tanto que como en Jerusalén, la carne del hombre también la comieron. Las cosas que alli vieron, no se han visto en se escritura. ¡Comer la propia asadura de su hermano! ¡Oh, juicio soberano que notó nuestra avaricia y vio la recta justicia que allí obraste!  A todos nos derribaste derribaste la soberbia por tal modo que era nuestra casa y lodo todo uno. Pocos fueron o ninguno que no se viese citado, sentenciado y emplazado de la muerte. Más tullido el que más fuerte, el más sabio más perdido, el más valiente caído y hambriento.  Almas puestas en tormento tormento en vernos, cierto, a todos. De mil maneras y modos ya penando. Unos contillo llorando por las calles derribados, otro lamentando echados tras los fuegos, del humo y ceniza ciegos, y flacos, descoloridos, otros de desfallecidos tartamudos. Otros del todo ya mudos que huelgo echar no podían; así los tristes morían rabiando. Los que quedaban, gritando, decían: Nuestro General ha causado aqueste mal, que no ha sabido gobernarse, y ha venido aquesta necesidad. Causa fue su enfermedad, que, si tuviera más fuerzas y más pudiera no nos viéramos a punto de vernos así tan juntos a la muerte.

¡Múdenos tan triste suerte, dando Dios un buen marido, sabio, fuerte y atrevido a la viuda!

 

Damos com Damos comien ienzo, zo, con est esta a pri prime mera ra par parte, te, a una serie de textos referidos a la historia de la poesía argentina desde sus comienzos, en el siglo XVI, hasta la actualidad (L.B.)   El período colonial: Colonizar y poetizar o lo uno con lo otro Los orígenes de la poesía argentina se remontan, desd de sde e lu lueg ego, o, a lo los s co comi mien enzo zos s mi mism smos os de la colonización española de los extensos territorios que ter termin minarí arían an por con conver vertir tirse, se, en 177 1776 6 –el mism mi smo o añ año o en qu que e lo los s EE EE.U .UU. U. de decl clar arar aron on su independencia de Inglaterra- en el virreinato del Río Rí o de la Pl Plat ata. a. Ha Hast sta a en ento tonc nces es,, al me meno nos s nominalmen nomin almente, te, dich dichos os territ territorios orios forma formaban ban parte del virreinato del Perú, establecido mucho antes y de una impo importanc rtancia ia econó económica mica,, polít política ica y soci social al mucho mayor. Este período, definido como colonial, se extiende hast ha sta a el mo mome ment nto o de la em eman anci cipa paci ción ón de la corona española, y presenta distintos problemas para la comp comprensi rensión ón de sus característ características icas.. En principio, resulta complejo discernir entre la poesía española españ ola y la hispa hispanoam noamerica ericana, na, producida en el Nuevo Mundo desde el siglo XVI hasta fines del XVIII. XVI II. Par Para a ell ello, o, ent entre re otr otros os pro proced cedimi imient entos, os, deberíamos ser capaces de establecer que tales y cuales obras poéticas del período y del contexto conf co nfor orma man n un una a “l “lit iter erat atur ura a na naci cion onal al”” o, po porr lo menos, “protonacional”, en una época en la que nues nu estr tra a na naci ción ón no ex exis istí tía a ni si siqu quie iera ra en la imag im agin inac ació ión n de al algu guie ien. n. Lo Los s cr crit iter erio ios s pa para ra establecer esta distinción son impensables, dado que a la referida inexistencia de la nación se unen otro ot ros s he hech chos os,, ta tale les s co como mo la las s di dife fere renc ncia ias s fronterizas entre nuestro país actual y aquel su primerr bosqu prime bosquejo, ejo, anter anterior ior al esta estableci blecimient miento o del virreinato. Asimismo, la nacionalidad de los poetas ofrece ofr ece otr otras as dif dificu iculta ltades des:: ci ciert ertos os est estudi udioso osos s acep ac epta tan n la id idea ea de su supo pone nerr a un au auto torr co como mo aportante al período mencionado, aunque se trate de un poeta nacido en España, como Martín del Barco Centenera, o Luis de Miranda, por el hecho de que la obra a catalogar como “protonacional” tien ti ene e po porr tem ema a nu nue est stro ro ter erri rittor orio io y/o sus características, aunque la obra se haya editado muchos muc hos año años s des despué pués, s, en sit sitios ios tan dis distan tantes tes como com o Lis Lisboa boa o Mad Madrid rid.. Otr Otra a pos postur tura a sob sobre re la misma cuestión, asume como autores prot pr oton onac acio iona nale les s excl ex clus usiv ivam amen ente te a aque aq uell llos os nacidos en el actual territorio argentino o en la más extensa superficie constituida por el virreinato esta es tabl blec ecid ido o com omo o ta tall lue uego go de qu que e el elllos escribieron sus obras. Esta corriente –que es la que estimamos como válida y sobre la cual nos basamos para establecer la primera parte de esta

obra, la referente a los siglos XVI a XVIII- define a los poetas de origen peninsular que escribieron sus obras entre los siglos XVI y XVII en aquellos ter erri rittor orio ios s que qu e ser eríían ente en tend ndid idos os com omo o pert pe rten enec ecie ient ntes es al po post ster erio iorr vi virre rrein inat ato o co como mo “precursores” de la poesía argentina, dada su muy posible influencia sobre los posteriores, pero los separa definitivamente de éstos, con lo cual, de acuerdo con el material bibliográfico disponible, la poesía comienza con el cordobés Luis de “protonacional” Tejeda. El mismo criterio admite a poetas como com o Bar Bartol tolomé omé Hid Hidalg algo, o, nac nacido ido en el act actual ual territorio del Uruguay, como miembro de nuestra poesía poe sía,, dad dado o que cua cuando ndo Hid Hidalg algo o esc escrib ribió ió sus poemas este país rioplatense pertenecía a nuestro territorio bajo el nombre de la Banda Oriental.  A los inconvenientes conceptuales que hemos referi ref erido, do, se une otr otra a com compli plicac cación ión,, de índ índole ole documenta docu mental: l: el mate material rial bibliográfico bibliográfico del que se dispone resulta escaso, en ocasiones fragmentario (caracter (cara cterísti ística ca que se extiende a autor autores es de la centuria siguiente) y ello definitivamente no obra a favor de definir claramente importantes aspectos del asunto. En mucha muchas s oport oportunida unidades, des, lo único que ha quedado de la obra de un autor del siglo XVII XV II o XVI XVIII II son fra fragme gmento ntos s rep reprod roduci ucidos dos en textos tex tos y rec recopi opilac lacion iones es muy pos poster terior iores es a su época, époc a, a menud menudo o cont contradic radictorio torios s en relac relación ión al resto de la documentación. Del mismo modo, esta escasez de bibliografía subraya la posibilidad de que las obras de muchos poetas contemporáneos de aquellos incluidos aquí como pertenecientes al períod per íodo o pro proton tonaci aciona onall est estén én def defini initiv tivame amente nte desaparecidas o, por lo menos perdidas hasta la fecha, fec ha, con lo cua cuall tod toda a ase asever veraci ación ón rel releva evante nte respecto del período resulta momentánea y sujeta a mo modi difi fica caci cion ones es fu futu tura ras, s, fr frut uto o de dell tr trab abaj ajo o investigativo de los estudiosos de mañana. En lo que hace a esta obra, nos hemos basado en las fue fuente ntes s gen genera eralme lmente nte ace acepta ptadas das,, que se indica indi can n en entr tre e lo los s da dato tos s bi biob obib ibli liog ográ ráfi fico cos s – generalmente escasos- de los autores a los que hacemos referencia. Volviendo a los orígenes de la poesía argentina, señalemos que nuestro territorio fue descubierto por la expedición comandada por Juan de Solís en 1516, fundando fundando otro adelantado, adelantado, don Pedro de Mendoza, la población llamada Santa María de los Buenos Aires en 1536. Es precisamente uno de los integrantes de esta expedición fundacional uno de lo los s pr prim imer eros os pr prec ecur urso sore res s de la po poes esía ía argentina. Se trata del religioso español Luis de Mira Mi rand nda, a, au auto torr de un una a ob obra ra co cono noci cida da co como mo el Romance Elegíaco, Elegíaco, escrita probablemente entre 1540 y 1546. Se trata de 150 versos octosílabos de pie quebrado, con de los la que Mirandade retrata sus impresiones respecto hostilidad la región

 

del Plat Plata, a, inspi inspirado rado en las terribles penalidades penalidades sopo so port rtad adas as po porr aq aque uell llos os pr prim imer eros os co colo lono nos s españoles: el acoso de los naturales, hist hi stór óric icam amen ente te pr prod oduc ucid ido o po porr la las s in inju just stic icia ias s cometidas comet idas contra ellos por los peninsulares, peninsulares, el hambre que llegó documentadamente a episodios de canibalismo, y la angustia y la desesperación originadas origin adas en la falt falta a de socorro. socorro. Se trata de una crónica en verso, muy al estilo de las realizadas

Pedro de Men Pedro Mendoz doza a fun fundó dó Bue Buenos nos Aires y fra fray y Martín del Barco Centenera contaba sólo un año de edad, ya se llamaba como ahora. Y Argen Argentina tina era el nombre que los españoles le daban a la región reg ión que se ext extend endía ía a sus orillas, orillas, vocablo vocablo proveniente del latín argentum argentum,, plata, porque era éstta la que bu és bus scab aban an en ell lla. a. Del Bar arc co Centenera llamó a su poema La Argentina, Argentina, porque los hombres de la expedición de Ortiz de Zárate,

en prosa hasta esano fecha, trataban cuenta cue nta del fenóme fen ómeno del que descub des cubrim rimien iento todeydar  la colonización de inmensos territorios caract car acteri erizad zados os por la pre presen sencia cia de hom hombre bres s y anim an imal ales es,, espe es peci cies es ve vege geta tale les s y pais pa isaj ajes es absolutamente distintos de los conocidos por los españoles. Esta alteridad es la fuente primera de los numerosos relatos históricos y pseudohistóricos, crónicas de viajes, relatos más o menos fabulosos fabulosos y la abunda abundante nte epist epistologr olografía afía resultantes del contacto con un topós topós nuev  nuevo, o, del que había que apropiarse también a través del lenguaje. En este sentido, el Romance Elegíaco  del fraile Miranda es más una Elegíaco cons co nsec ecue uenc ncia ia y un de deri riva vado do de di disc scip ipli lina nas s escr es crit itur ural ales es di dife fere rent ntes es de la po poét étic ica a qu que e un dechado de originalidad, por otra parte tardío en

co con n lo los s qu que e en entr tró ó en la décadas regi re gión ón,, a yanombrarla esta es taba ban n acostumbrados desde hacía así. Conque la explicación del nombre de nuestro país paí s es inv invers ersa a a la ver versió sión n más difundi difundida: da: la región le dio el nombre al poema y no éste a aquélla.

relac relación la abund abundancia ancia de laismo, prosísti prosística anterior  anter ior  sobreión laamism misma a tópic tópica. a. Asim Asimismo , loscaaspec aspectos tos formales de este poema no permiten afirmar que el primer trabajo trabajo del géner género o fechado en el Río de la Pl Plat ata a co cons nsti titu tuya ya un ej ejem empl plo o de ha hall llaz azgo gos s formales forma les e innov innovacio aciones nes esti estilíst lísticas icas:: de fact factura ura modesta y hasta mediocre, adolece de numerosos defectos defec tos de ritmo y vers versific ificació ación, n, denot denotando ando las muy medianas capacidades autorales de don Luis de Miranda. De me mejo jorr fa fact ctur ura a –a –all me meno nos, s, co comp mpar arad ado o co con n el Romance Elegíaco – es el mucho más famoso y extens ext enso o poe poema ma del tam tambié bién n clé clérig rigo o Mar Martín tín del Barco Cente Centenera: nera: La La  Argentina  Argentina y conquista del  Río de la Plata, con otros acaescimientos de los Reynos del Perú, Tucumán y estado del Brasil , conocido conoc ido más popul popularmen armente te como La Argentina. Argentina. Publicado en Lisboa, Portugal, en 1602, consta de más de diez mil versos endecasílabos en octavas reales,, divi reales divididos didos en veint veintiocho iocho cantos. cantos. Debe su llegada llega da a la posteridad posteridad a la errónea creencia creencia –no por ello menos difundida- de que nuestro país fue “bau “b auti tiza zado do”” de al algu guna na ma mane nera ra po porr De Dell Ba Barc rco o Centen Cen tenera era,, ado adopta ptando ndo la nac nación ión su nom nombre bre a partir del largo y farragoso poema de su autoría. En realidad, el término Argentina es muy anterior a la fa fact ctur ura a de dell po poem ema a ho homó móni nimo mo y au aun n a la existencia del mismo autor. Los adelantados, la soldadesc solda desca a que los acompañaba acompañaba y los colonos daba da ban n no nom mbr bres es de me meta talles pr prec ecio ioso sos s a numerosos puntos del territorio americano, pues el interés mayor que tenía su presencia allí era la obtención de los mismos. Al descubrir el Río de la Plata en 1516, Juan de Solís lo llamó inicialmente Mar Dul Dulce; ce; sól sólo o vei veinte nte año años s des despué pués, s, cua cuando ndo

Existía otra razón, además de la ya expresada de dar cuenta de la alteridad que proponía América desde el lenguaje, para que fueran tan numerosas las la s cr crón ónic icas as,, re rela lato tos s de vi viaj ajes es,, me memo mori rias as,, descripciones y aun extensos poemas que vieran la luz de la imprenta europea en el siglo XVI. Ella era el interés del mercado lector de la época por  cuanto se relacionara con el Nuevo Mundo. Así se explica la profusión de ediciones, que pese a ser  costosas, no dejaban por ello de agotarse a poco de ser puestas a la venta en las vidrieras de las impr im pren enta tas, s, an ante tece cede dent ntes es de las la s libr li brer ería ías s posteriores. Para quien pudiera pagarlas, aquellas ediciones edic iones que trata trataban ban sobre América esta estaban ban dotadas dotad as de un inter interés és irres irresisti istible, ble, tan crec creciente iente,, que qu e la li lite tera ratu tura ra in insp spir irad ada a en lo los s su suce ceso sos, s, características y peculiaridades del Nuevo Mundo iban iba n des despla plazan zando do len lenta ta per pero o evi eviden dentem tement ente e al género gén ero fav favori orito to del púb públic lico o lec lector tor eur europe opeo: o: los libros de caballería. Pese a que el best-seller  del  del Siglo de Oro español seguía siendo el Amadís de Gaul Ga ula, a, la las s “c “cró róni nica cas s de In Indi dias as”, ”, co como mo se la las s denominaba denom inaba genéricamente genéricamente en ese enton entonces, ces, no dejaban dejab an de disputarle disputarle el interés del lect lector. or. En las nacientes metrópolis americanas, mientras tanto, el interés por conocer más sobre el mismo suelo que los lectores estaban pisando no le iba en saga al del lector europeo, pero con un obstáculo que definitivamente obraba también como un aliciente: el Santo Oficio y la burocracia española prohibían el ing ingres reso o a Am Améri érica… ca… de lib libros ros que ver versar saran an sobre ella. Del mismo modo que estaba vedada la impo im port rtac ació ión n a ti tier erra ras s de dell Nu Nuev evo o Mu Mund ndo o de volúmenes de ficción, por considerarlos malsanos, aquellos aquel los que trata trataban ban tema temas s ameri americanos canos tenían prohibido el retorno impreso a las tierras que les habí ha bían an da dado do or orig igen en te temá máti tico co.. Pe Pese se a el ello lo o precisamen preci samente te graci gracias as a ello, el contr contraband abando o de litera lit eratur tura a de fic ficció ción, n, tan tanto to en pro prosa sa com como o en poesía, fue un negocio floreciente desde el siglo XVII has XV hasta ta bie bien n ent entrad rado o el XV XVIII III,, con la ayu ayuda da inte in tere resa sada da de lo los s pr pref efec ecto tos s de pu puer erto to y lo los s capitanes de buque que conseguían sus buenas ganancias con la violación de las reales cédulas al respecto. Los contados allanamientos realizados en naves que hacían el trayecto entre los puertos

 

es espa paño ñole les s y lo los s am amer eric ican anos os da dan n cu cuen enta ta de dell decomiso de abundante material literario de ficción escondido en la estructura de los barcos, a punto tal que se ahuecaban hasta las arboladuras de las naves para ocultar en ellas el material prohibido. De este modo, aunque absurdamente censurados, los poemas de Luis de Miranda y Martín del Barco Centenera, los precursores de la poesía argentina, circulaban circ ulaban activamente activamente por las colonias, con el enca en cant nto o ag agre rega gado do de lo cl clan ande dest stin ino, o, de desd sde e California hasta México, Lima y Asunción, Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, desde la Capitanía Gene Ge nera rall de Chi hile le ha has sta Mon onttev eviide deo, o, ya comenzado el siglo XVII. Precisamente en esta época, en 1604, nació en la Córdob Cór doba a ame americ ricana ana,, en el sen seno o de una fam famili ilia a acomodada, aquel que iba a ser considerado el primer poeta “argentino”: Luis de Tejeda. Recibió una educación esmerada en el colegio de los jesuitas, sin duda la mejor que podía brindarse más allá de Lima. Tras una vida militar, De Tejeda se retiró unribió convento en acalidad de la hermano lego. leg o. Allí Al lí aesc escrib ió la pri primer mera obra obr a de poesí poe sía a argentina, El peregrino en Babilonia (circa Babilonia  (circa 1663), y posteriormente un grupo de poemas religiosos de meno me norr cua uant ntíía, ag agru rupa pado dos s ba bajjo el tít ítul ulo o de Poesías místicas. místicas. El per peregr egrino ino en Bab Babilo ilonia nia  es una autob autobiogra iografía fía poética: poéti ca: en este extenso poema narrativo/lír narrativo/lírico ico -consta de 1.332 octosílabos sólo en su primera parte, la narrativa y profana, de estilo romance- el autor se refiere a temas tan seculares como sus aventuras eróticas de juventud y a episodios de su vida militar, destacándose el correspondiente a su partic par ticipa ipació ción n en las luc luchas has con contra tra las fue fuerza rzas s holandesas que invadieron Buenos Aires en 1625. Para detallar su arrepentimiento por el tipo de vida que hab había ía lle llevad vado o has hasta ta su ace acerca rcamie miento nto a la religión, De Tejeda cambió en la segunda parte inclusive la forma misma del poema, pasando a los lo s en ende deca casí síla labo bos s y he hept ptas asíl ílab abos os ri rima mado dos, s, abandonando el tono narrativo y hasta accediendo a ciertas alturas líricas bastante forzadas. Luis de Tejeda no deja de ser algo bastante común en la época: un imitador de Luis de Góngora y Argote, pero esta característica nos obliga a introducirnos, siqu si quie iera ra br brev evem eme ent nte, e, en un as aspe pec cto qu que e caracteriz carac teriza a a nuest nuestra ra poesí poesía a en sus comienzos comienzos coloniales.

© All rights reserved Luis Benítez 

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