Roles de Genero

September 3, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Las parejas de hoy en día no se manejan con los mismos códigos que las de antaño. Seguramente haya haya cosas que pasen entre tu y tu marido, o tu novio, que tus abuelos reprobarían con vergüenza.El hecho es que los tiempos cambian y los roles dentro de la pareja no se parecen a los de 20 o 50 años atrás, el único problema es que ante tantos y tan bruscos cambios, muchas cosas no han quedado claras. La mujer perfecta, ama de casa, madre ejemplar, que atendía todo y a la perfección pero que ni soñaba con trabajar fuera de casa, está casi en extinción; y con ella toda la lista de “deberes sociales” que debía seguir al pie de la letra. Algunos hombres siguen viviendo con el pensamiento en ese modelo de mujer y eso no permite delimitar correctamente los límites de la pareja, de hecho, muchos hombres se sienten menos varoniles al dejar de ser el único ingreso monetario del hogar, o al tener que desempeñar alguna tarea doméstica. Separar el dinero de la relación es el primer paso: es bueno que la pareja se siente y ponga en claro desde cero la igualdad y reciprocidad de la relación. Aunque uno pueda trabajar menos horas o ganar más que el otro, el aporte tiene el mismo valor y no transforma inmediatamente al otro individuo en un empleado al servicio del hogar. Es bueno delimitar los roles y las tareas del hogar basándose en el compañerismo y el respeto mutuo. Otro mito a derribar es aquél que desde muchas revistas o programas de televisión prometen, que versa en que la mujer debe ser una máquina perfecta de satisfactorias placer sexual. ¡Por supuesto que mantener relaciones íntimas satisfactorias es uno de los principales puntos dentro de una pareja! Pero es bueno delimitar los roles, y poner en claro que ninguno de los dos debe estar al servicio entero del placer del otro. Nuevamente repetimos el concepto: las relaciones sexuales basadas en una relación de amor y respeto son cosa de dos . Para lograr ello es necesario un pleno conocimiento del otro; eliminar por completo los complejos cuando se está en la cama, poner mucha actitud e imaginación y, sobre todo, disfrutar mucho al tiempo que te asegures de que el otro también está pasando bien. Sin obligaciones ni metas, el rol es compartido.  Como resumen y a modo de finalización es preciso aclarar que es necesario delimitar siempre los roles en una relación de pareja, desde lo doméstico a lo sentimental pasando por lo sexual o lo económico; la igualdad debe ser lo más importante para mantener vivo el amor y llevar adelante una vida satisfactoria de pareja.

 

Una buena  comunicación n de pareja pareja,, plantear desde el comienzo lo que se espera buena comunicació del otro y no querer cambiarlo o exigirle cosas que no desea hacer son parte de ese mismo proceso.

Los roles masculinos y femeninos según la sociedad El concepto biológico de “sexo” “sexo” se  se refiere al hecho de haber nacido varón o mujer. En cambio, el concepto sociocultural de “género” “género” se  se refiere a lo que significa ser varón o mujer en una sociedad y un momento histórico determinado. El género establece expectativas sobre cómo deberían actuar las personas de uno y otro sexo en diversas situaciones.  En casi todas las sociedades hay diferencias claras entre el comportamiento de niñas y niños. Los varones no sólo muestran más actividad física, juego y exploración bruscos y agitados, sino que también tienen otros intereses y prefieren, por ejemplo, juegos de guerra; en contraste con las preferencias de las niñas por los papeles domésticos.

 





En nuestra cultura se espera que los adolescentes varones mantengan relaciones sexuales con la mayor cantidad posible de parejas, mientras que las adolescentes deben permanecer vírgenes hasta el matrimonio.

Las mujeres son percibidas prefiriendo la  la abstinencia sexual, sexual, con poco poder en las relaciones sexuales, y con dificultades para solicitar el uso del condón a sus parejas masculinas, puesto que esto está virtualmente censurado, al menos en el caso de mujeres casadas.   Los varones son educados como “depredadores” “depredadores” que  que deben ser temidos, que no sienten miedo y que aprenden a lograr metas manteniendo una actitud agresiva. Aprenden a asumir las situaciones potencialmente peligrosas como insignificantes. Si el peligro es alto, deben desafiarlo directamente para no ser tildados de cobardes o “histéricos”, “histéricos”, una  una característica atribuida a las mujeres.   Las niñas, en cambio, son educadas generalmente como presa potencial de hombres peligrosos a quienes deben temer y aprender a evitar, manteniendo una actitud defensiva y cautelosa ante ellos. Las mujeres aprenden a reconocer las  





 

situaciones potencialmente peligrosas, a vivir evadiendo, evitando o escapando de la fuente de peligro. También puedes leer: Deberes de los niños y niñas: “Los más olvidados”  “¡Tira, tira si eres hombre!” , es un ejemplo macabro de cómo operan las expectativas de actitudes de género en la cultura dominicana, cuando un hombre encañona a otro con un arma de fuego para demostrar su bravura bra vura y masculinidad. En consecuencia, los hombres tienden a no prestar atención a los mensajes preventivos que producen temor.

La calle y la casa  

Entre los valores de la cultura dominicana figuran los espacios de la “calle” “calle” y  y de la “casa.” “casa.”   El espacio de la casa es visto como aquél que delimita las acciones aprobadas como: el matrimonio, la familia nuclear, las prácticas heterosexuales, los actos de género tradicionales, entre otros.

El espacio de la calle delimita las prácticas y situaciones no aprobadas oficialmente como: las relaciones sexuales extramaritales, el trabajo informal (especialmente dentro de la industria del sexo), prácticas sexuales diferentes, y el “tigueraje”. 

El uso del condón es visto como un símbolo de la desconfianza y la infidelidad: quien sugiere o acepta usarlo se culpa o acusa al otro de haber tenido sexo fuera de la pareja o de tener una infección de transmisión sexual. La fidelidad, la honestidad, y la confianza entre parejas tienen un conflicto permanente con una norma cultural de la “infidelidad “infidelidad   natural”” de los hombres, y la creencia popular de que al fin y al cabo, “nadie natural “nadie es  es de nadie”. nadie”.   Los valores como la fidelidad y la confianza, establecidos dentro del espacio de la “casa”, “casa”,   son vistos como necesarios para el establecimiento y mantenimiento de relaciones estables de pareja.

La posición del hombre  En la cultura de la calle, donde predomina la noción de virilidad o potencia sexual, el icono de hombre es el “tigre”. “tigre”. En  En la cultura de la casa, donde predomina la noción de hombría o poder, el icono es el león.

También puedes leer: MITO: “Las suegras, el peor enemigo de la pareja”  Desde una edad temprana, los niños varones son llevados a estar conscientes de su conducta y siempre actuar para demostrar socialmente que son  son  “hombres “hombres de  de verdad” verdad”.. En este proceso, personas cercanas a los niños, probablemente bajo el liderazgo de la

 

madre, se convierten en una especie de “policía “policía de  de género” género” y  y conspiran para generar la homofobia (rechazo a la homosexualidad) en el niño que va madurando. Los varones son socializados en un ambiente fuertemente restrictivo y prohibitivo, que deteriora su espontaneidad, autenticidad y alegría, produciendo mucha hipocresía y neurosis, lo que hemos llamado “el “el ser  ser y no ser” ser” del  del varón dominicano. Crecen con un miedo irracional de “convertirse” “convertirse” en  en el sexo opuesto, de “degenerarse”; “degenerarse”; este  este temor los ayuda a construir la “heterosexualidad “heterosexualidad  obligatoria” obligatoria” en  en el varón.

La posición de la mujer   Respecto a ellas, pueden existir múltiples “feminidades”. “feminidades”. Hemos  Hemos planteado la doble posición de la mujer como punto de partida de esta perspectiva. Existe la mujer de la noche, tal vez menos “femenina” “femenina” y  y posiblemente más “masculina”, “masculina”, que  que compite con el hombre, es más igual a él; es “mujer “mujer de  de la calle”, calle”, y  y por tanto, una amenaza para la descendencia de la superioridad masculina. Imaginariamente goza, y hace gozar.

Paradójicamente, vive deseando la posición de la mujer-madre, la que tiene el hombre y el hijo siempre para ella. En cambio, nos encontramos con otra posición más femenina o tal vez menos masculina, que no compite con el hombre y es “mujer “mujer de  de su casa”; casa”; mujer  mujer reproductiva, inclinada a una actitud maternal, la que renuncia al goce en nombre de la especie. Paradójicamente, vive eternamente amenazada en su posición de madre por el goce de otras.

También puedes leer: La actividad sexual mejora después del reemplazo de cadera  Algunos han señalado que no parece tratarse de dos tipos de mujeres, sino de un mito que las contiene a ambas como las dos caras de una misma moneda. Las mujeres dominicanas pueden atravesar estas dos posiciones alternativamente, fijarse en una o sostener ambas. Pero si se ubican en una suelen interrogarse sobre la otra.

Conclusión  En sentido general, las mujeres están en desventaja frente a los hombres en términos de vulnerabilidad social. Igualmente, podemos decir que también hombres y mujeres experimentan marcadas diferencias de poder dentro de sus propios sexos. Un modelo de cambio del cual podríamos beneficiarnos todos y todas, con menos desigualdades, sería aquél en que aprendiéramos desde pequeños a reconocer que cada quien es un ser humano único, imperfecto e insustituible, y que debemos ser quienes somos, y desarrollar nuestro potencial humano y nuestra diversidad en la vida, comparándonos con nosotros mismos, no con los demás.

 

La crianza familiar temprana debía basarse en el principio solidario de que todo niño o niña es un ser humano irrepetible, con necesidades, sentimientos y derechos como persona. Si desde pequeños aprendemos a decir nuestra palabra, sin temor y sin importarnos tanto el “qué “qué  dirán”, dirán”, sí  sí dijéramos que sí o no cuando queremos o no queremos algo, podríamos desarrollar una sociedad más fuerte, tolerante y democrática.

Sólo desarrollando la capacidad de expresar los derechos y sentimientos personales, sólo hablando por nosotros mismos, podremos sobrepasar los  los roles roles  inflexibles o estereotipados de género, con su gran carga de negación e hipocresía.

 

 

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