Rodríguez, Sonia E. - Metacomunicación No Verbal. El Lenguaje Corporal, Una Herramienta de La Psicología Clínica
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Metacomunicación No Verbal El lenguaje corporal: Una herramienta de la psicología clínica
Sonia E. Rodriguez Psicóloga Creadora de New Vewe ®
Metacomunicación No Verbal El lenguaje corporal: Una herramienta de la psicología clínica
Copyright © 2014 by Sonia E. Rodriguez Todos los derechos reservados, ninguna parte de este libro puede ser reproducida en ninguna de sus formas sin el permiso escrito del autor. Este libro no provee de un consejo o prescripción profesional como un modo de tratamiento psicológico, el objetivo es dar información para mejorar la calidad de vida y el lector queda bajo aviso de que el autor no asume responsabilidad por sus actos, interpretaciones y resultados que se originen del uso de esta información.
Mi más profundo agradecimiento A mi marido Alex, mi padre Carpio y mi madre Choly A uno de mis maestros: Dr. Horacio A. Serebrinsky .
ACERCA DEL LIBRO
Metacomunicación No Verbal El lenguaje corporal: una herramienta de la psicología clínica
En este trabajo, nos sumergiremos en el fascinante mundo de los gestos para concluir presentando una herramienta psicoterapéutica a la que he llamado “Metacomunicación No Verbal”. Partiendo de que los gestos revelan emociones y actitudes profundizaremos en sus particularidades y posibles significados, realizando un minucioso recorrido por la gestualidad del rostro, del tronco y de las extremidades. En esta dirección, describiremos la gestualidad que expresa las emociones básicas y daremos respuesta a preguntas, como por ejemplo: ¿Cómo conocer las emociones a través de la observación del lenguaje corporal?, ¿los gestos son innatos o adquiridos?, ¿son siempre genuinos o pueden ser falsos? Por último, reflexionaremos acerca de la importancia de conocer las emociones a través de la observación del lenguaje corporal y la metacomunicación, proceso que conforma la intervención denominada “Metacomunicación No Verbal”, la cual constituye una pieza fundamental en el dominio de la práctica de la psicología clínica. Siguiendo lo planteado he desarrollado dos trabajos de investigación al respecto, uno de ellos, presentado en este libro, el cual fue realizado en el marco de mis estudios de postgrado en la especialidad en Terapia Sistémica y fue dirigido por el Dr. Horacio Serebrinsky
INDICE ACERCA DEL LIBRO INTRODUCCION CAPITULO 1 LA COMUNICACION 1.1. La comunicación humana. 1.2. La comunicación no verbal. 1.3. El impacto del mensaje. CAPITULO 2 LAS EMOCIONES 2.1. Conceptualización. 2.2. La activación del proceso emocional. 2.3. Clasificación de las emociones. 2.4. Teorías sobre la expresión de las emociones. CAPITULO 3 LA COMUNICACION NO VERBAL Y LA EXPRESION DE LAS EMOCIONES 3.1. Particularidades de la expresión no verbal de las emociones. 3.2. Significados de los elementos del lenguaje corporal. 3.2.1. La gestualidad del rostro: 3.2.2. La gestualidad del tronco y las extremidades: CAPITULO 4 EL LENGUAJE CORPORAL 4.1. La codificación del lenguaje corporal. 4.2. Significados del lenguaje corporal. 4.2.1. El lenguaje corporal y las emociones: 4.2.2. El lenguaje corporal en la clínica: CAPITULO 5 “METACOMUNICACION NO VERBAL”,
UNA HERRAMIENTA PSICOTERAPEUTICA 5.1. Hacia la construcción de una herramienta psicoterapéutica. 5.1.1. Qué observar en la guestalt no verbal: 5.1.2. Cómo y cuándo utilizar la hipótesis: 5.2. Conceptualización de la herramienta ‘Metacomunicación No Verbal’. 5.3. Consideraciones para la utilización de la ‘M-NV’. CONCLUSION BIBLIOGRAFIA GRACIAS POR SU TIEMPO OTROS LIBROS ACERCA DE LA AUTORA CONTACTAR LA PROPUESTA de New Vewe® QUE ES “New Vewe Book Collection” SABIAS? GRACIAS POR TU TIEMPO Apreciaría tu valiosa opinión
INTRODUCCION El universo de la comunicación nos introduce en una temática compleja donde la gestualidad y la palabra componen una danza que es puesta en escena por dos o más actores, quienes a través de un interjuego recursivo y el trazado de distinciones le otorgan un sentido. La comunicación no verbal ha sido estudiada a lo largo del tiempo con especial énfasis en lo que refiere a la expresión de las emociones y actitudes, pero solo en los últimos treinta años pasó de considerarse pseudo–ciencia a ser un tema de interés científico de diversas disciplinas como la psicología, sociología, antropología y etnología. Es un campo de estudio relativamente nuevo, sin embargo la primera obra que denota la importancia de la comunicación no verbal data de 1872, ‘The expression of emotion in man and animals’ de Charles Darwin quien, basado en los resultados de su estudio experimental sobre la expresión de las emociones, describió los gestos faciales y su valor expresivo, como así también enunció las leyes que gobiernan la evolución de la expresión de las emociones. El estudio de la comunicación en su modalidad no verbal fue abordado por destacados autores, entre ellos Bateson realizó investigaciones en los campos de la antropología, etología y psiquiatría sobre la comunicación no verbal en función de las relaciones humanas, siendo uno de los pioneros en delinear su aspecto pragmático. Mehrabian investigó el lenguaje corporal y el impacto que producen sobre el receptor los aspectos verbales y no verbales de la comunicación. Más tarde Birdwhistell realizó un estudio de los movimientos corporales y acuñó el término kinesis para denominar a la comunicación realizada a través de ellos, constituyendo uno de los sistemas de la comunicación no verbal. Hall estudió la comunicación no verbal en relación al espacio instaurando otro de los sistemas, la proxémica. Watzlawick teorizó acerca de la comunicación y colocó el énfasis en el aspecto pragmático, enunciando cinco axiomas de la comunicación humana.
A partir de los años setenta se intensificaron los estudios al respecto, figuras relevantes como Ekman y Friesen realizaron un importante aporte a través de su estudio experimental sobre los gestos. En la actualidad se continúan realizando estudios científicos de la mano de diferentes disciplinas como la psicología, la sociología, la antropología, la etología y las neurociencias. En ellos se registran gestos y particularidades de la voz de personas de diferentes culturas; estas investigaciones se realizan en laboratorio, mediante el estudio de filmaciones o por observaciones de campo y la mayoría confluyen en un mismo resultado, la codificación y significación de determinados elementos de la comunicación no verbal en contextos naturales o artificiales bajo una mirada anatómica y reduccionista; solo algunos estudios refieren al significado de la comunicación no verbal como un todo. Con respecto a las modalidades de intervención psicoterapéutica más empleadas en nuestros días, para todas ellas es evidente que se trabaja con las emociones tanto del paciente como del terapeuta, pero solo algunas han dado relevancia al conocimiento de estas a través de observar la comunicación no verbal, la gran mayoría han concedido un valor fundamental a la palabra, a las cogniciones y en ocasiones a la pragmática de la comunicación. En esta dirección, la comunicación no verbal, y en especial el sistema kinésico, es escasamente tenido en cuenta o bien recortado a la observación de ciertos elementos no verbales como las posturas corporales, dejando de lado por ejemplo, los gestos de las manos o la expresión del rostro y de la mirada, perdiendo de esta manera una fuente inmensa e inmediata de información en lo que refiere a las emociones y actitudes del paciente. La importancia de esta investigación radica en el hecho de que conocer las emociones del otro a partir de la observación de la comunicación no verbal podría permitir un acceso directo, rápido y efectivo al motivo del sufrimiento o malestar del otro, al motivo latente. El estudio de la comunicación no verbal, en tanto expresión de las emociones y
actitudes, y el uso de la observación de la comunicación no verbal como parte de una herramienta psicoterapéutica permitiría una mejor dinámica en el acceso al motivo latente de consulta y en consecuencia podría dar como beneficio la posibilidad de realizar una intervención adecuada en tiempo y forma para que en la terapia se logre co-construir una nueva experiencia, una nueva realidad acompañada de un estado emocional diferente. El objetivo del presente trabajo es analizar la relevancia y el beneficio de conocer las emociones a través de la observación de la comunicación no verbal, e investigar cómo desde esta observación podría conocerse el estado emocional del paciente y constituiría una herramienta psicoterapéutica. En este sentido, para el desarrollo de esta temática se plantean las siguientes preguntas que guiarán la investigación: -
¿Cómo se definen los términos comunicación y emoción?.
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¿Cómo conocer las emociones a través de la observación de la comunicación no verbal? En este sentido,
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¿es valioso poseer un conocimiento previo acerca de la comunicación no verbal?,
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¿es suficiente con significar una señal no verbal?,
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¿hay patrones universales?,
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¿la gestualidad es innata o adquirida?,
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¿el contexto social podría condicionar la expresión de las emociones?
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¿existen expresiones que den cuenta de cada emoción?,
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¿qué se debe tener en cuenta al observar la gestualidad?,
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¿el mensaje no verbal es descifrado?
Para responder a las preguntas planteadas y arribar a una conclusión en función de los objetivos enunciados se partirá de una concepción de hombre como unidad integral, se analizarán factores biopsicosocioculturales que pueden incidir en la
comunicación tomando los aportes realizados por diferentes disciplinas como la psicología, la antropología, la sociología y la psiquiatría. Para ello serán abordados autores como Ray Birdwhistell, Paul Ekman, Edward Hall, entre otros. En el trabajo se realizará el siguiente recorrido temático: primero se presentarán los cinco axiomas de la comunicación humana que constituirán el punto de partida en la búsqueda de una nueva definición de la comunicación que describa sus funciones y clasifique los elementos que la componen. En este sentido, se explicará qué significa comunicación no verbal y se distinguirán los sistemas en los cuales se divide para su estudio. A continuación se explorarán los significados del término emoción para luego comprender cómo se activa el proceso emocional y mostrar una clasificación de las emociones. También se hará referencia a las diferentes teorías sobre la expresión de las emociones. Posteriormente se profundizará en las particularidades y posibles significados de los elementos del lenguaje no verbal, realizando un minucioso recorrido por la gestualidad del rostro, del tronco y de las extremidades, para luego pasar a reflexionar sobre cómo reconocer las emociones a través de la observación del lenguaje corporal. En esta dirección, se describirá la gestualidad que expresa las emociones básicas y se mostrarán algunos ejemplos en referencia a cómo se presenta el lenguaje gestual en la clínica. Por último, se desarrollará el proceso que va desde la observación de la gestualidad hasta su significación. En este mismo sentido, se reflexionará acerca de su utilidad en la clínica en la pesquisa de una definición que pueda conceptualizar a este proceso en el marco de una intervención psicoterapéutica. Será a modo de conclusión donde se demostrará la importancia de conocer las emociones a través de la observación de la comunicación no verbal en la sesión de psicoterapia y el beneficio que brindaría, constituyendo una pieza fundamental en el dominio de la práctica clínica.
CAPITULO 1 LA COMUNICACION
1.1. La comunicación humana. El término comunicación ha sido definido por varios autores como un proceso circular en el que se realiza un intercambio de mensajes entre dos o más personas en un contexto determinado; entre ellos Watzlawick (1997) enunció cinco axiomas de la comunicación humana, el primero establece que ‘es imposible no comunicar’ ya que todo comportamiento es comunicación. El segundo manifiesta que ‘la comunicación posee un aspecto de contenido y otro relacional’, donde el primero remite a la información que se transmite y el aspecto relacional significa que el modo en que se expresa el mensaje define un tipo particular de relación. El tercer axioma enuncia la ‘puntuación de la secuencia de hechos’, señalando que en el intercambio recursivo de mensajes cada persona efectúa una construcción a partir del trazado de distinciones que realiza. El cuarto enunciado hace mención a las dos formas en que puede ser transmitido un mensaje, otorgándoles el nombre de ‘comunicación digital y analógica’, refiriendo a la comunicación verbal y no verbal respectivamente. Por último, en referencia al aspecto relacional de la comunicación, el quinto axioma señala que la interacción puede ser simétrica o complementaria; en la primera hay una relación de igualdad y la segunda está basada en la diferencia. A partir de una elaboración personal se define a la comunicación como un proceso circular en el que se realiza un intercambio recursivo de mensajes en un contexto determinado, donde los mensajes están compuestos por elementos o señales interrelacionadas conformando subsistemas dentro del proceso de la comunicación, que pueden manifestarse a través de dos modalidades: verbal y no verbal, y en ambas la forma de transmisión puede ser analógica o digital. La comunicación posee dos aspectos que constituyen sus dos funciones principales: el aspecto informativo y el pragmático. Es importante esclarecer los términos utilizados dentro del marco de la definición elaborada. En primer lugar, el término ‘modalidades de la comunicación’ alude a las
dos maneras a través de las cuales el mensaje puede presentarse: en la modalidad verbal se manifiesta a través de la palabra y en la no verbal por toda expresión que trascienda a la palabra. Ambas modalidades pueden darse en simultaneo y ser congruentes entre si o bien contradecirse. Las ‘formas de transmisión analógica y digital’ pueden ser parte de las dos modalidades de comunicación, ya que la diferencia entre ambas es que en la forma digital la “… relación entre el nombre y la cosa es arbitraria, en cambio, en la comunicación analógica existe cierta similitud entre lo referido y lo referente, entre la cosa a representar y la representación.” (Serebrinsky, 2009, p.89). La modalidad verbal se puede transmitir en forma analógica, por ejemplo a través de una metáfora y en forma digital a través de una palabra que refiere directamente a la cosa, como también en la modalidad no verbal la forma de transmisión digital podría constituirse en la emisión de un gesto que nombra algo, como ocurre en el lenguaje de señas. Las dos funciones de la comunicación constituyen los ‘aspectos informativo y pragmático’. En el aspecto informativo el mensaje transmite información que puede aludir a una cosa o a las emociones y actitudes. Cuando alude a una cosa puede manifestarse a través de la modalidad verbal oral (la palabra), verbal no oral (la escritura) o por medio de la modalidad no verbal (lenguaje de señas, gestos ilustradores de situaciones u objetos). Cuando transmite información acerca de las emociones y actitudes puede manifestarse a través de las dos modalidades de la comunicación, aunque la palabra hace mención a un sentimiento que pone en palabras a la emoción. Por último, la segunda función de la comunicación, el aspecto pragmático, refiere al efecto que causa el mensaje en el receptor y resulta posible formular aquí dos subfunciones: por un lado establece un tipo de relación a través de la modalidad no verbal y por el otro regula el ritmo de la comunicación sirviéndose de la modalidad verbal y de la no verbal. A la luz de lo enunciado se pude ampliar lo precisado respecto de la circularidad
del proceso de la comunicación y enunciar que la comunicación no es la suma de segmentos lineales. La clásica definición describe a un emisor y a un receptor, el primero emite un mensaje a través de un canal y en un código determinado, y el receptor luego de captar el mensaje emite un feedback (información de regreso o retroalimentación) que es recibido por el emisor, formando de esta manera una circularidad. Esta definición parecería apoyarse en la apreciación de la comunicación solamente en su modalidad verbal y con una visión lineal, donde el emisor habla y el receptor escucha para luego confirmar que recibió el mensaje. En contraste con ello, la comunicación es un sistema donde la emisión de un mensaje y la retroalimentación se dan en un continuo recursivo. Durante la emisión del mensaje la persona ‘a’ recibe información, principalmente no verbal, de la persona ‘b’, que va moldeando la construcción del mensaje que se encuentra emitiendo. Así mismo, la persona ‘b’ recibe y emite información en forma constante aunque aparentemente sea quien ‘recibe el mensaje del emisor’. Por ejemplo, la persona ‘a’ está hablando y realiza diferentes gestos y la persona ‘b’ se encuentra escuchando y enviando señales no verbales. Aparentemente hay un emisor y un receptor, no obstante ambas personas se encuentran enviando y recibiendo información que a su vez modifica la información que enviará segundos después. Resulta posible formular, a partir de una elaboración personal, que la comunicación es un proceso circular en el que se realiza un intercambio de mensajes en un contexto determinado, donde la emisión de un mensaje y la retroalimentación se dan en un continuo interjuego recursivo, y en el cual cada integrante del proceso será a la vez emisor y receptor de la información que irá moldeando la construcción del mensaje. A continuación se examinará la modalidad no verbal de la comunicación, comúnmente llamada comunicación no verbal.
1.2. La comunicación no verbal. A partir de la elaboración realizada puede definirse a la comunicación no verbal como uno de los modos en que se manifiesta la comunicación cuando los elementos que componen el mensaje trascienden la palabra. Los elementos o señales se interrelacionan y forman unidades mayores o sistemas, que pueden expresarse de forma analógica o digital y cumplir dos funciones: transmitir información aludiendo a la cosa misma o a las emociones y actitudes (aspecto informativo de la comunicación no verbal), como también establecer relaciones y regular el ritmo de la comunicación (aspecto pragmático). Los sistemas o conjuntos de señales que integran la comunicación solo pueden separarse para su estudio, en este sentido, existen diferentes clasificaciones y una de las más utilizadas los agrupa en cuatro sistemas de la comunicación no verbal: el sistema kinésico, el proxémico, el paralingüístico y el cronémico. El primero de los sistemas, el sistema kinésico, estudia el movimiento corporal. El termino kinesis significa movimiento y fue utilizado en 1952 por Birdwhistell para denominar a la comunicación realizada a través del lenguaje corporal. La kinesis es un sistema en el cual se aprecian diferentes movimientos llamados kinemas y donde la unidad mínima de movimiento y apenas perceptible visualmente se denomina kine. Birdwhistell dividió a este sistema en tres subgrupos: el primero comprende a las posturas corporales, los movimientos del tronco y de las extremidades; el segundo a los gestos de las manos y el tercero agrupa a la gestualidad facial, que a su vez se subdivide en las expresiones de la boca y los ojos. Eckman y Friesen (1969) clasificaron a los elementos de este sistema en cinco categorías. La primera de ellas llamada ‘los emblemas’ incluye a aquellos movimientos que sustituyen a una palabra o frase, por ejemplo el movimiento con la cabeza o la mano para afirmar o negar, o el gesto que indica hacer silencio. La segunda categoría, ‘los ilustradores’, son movimientos que ilustran y acompañan la palabra, por ejemplo, al señalar objetos mencionados verbalmente o al
realizar movimientos que describen el ritmo que poseen los acontecimientos relatados. La tercera categoría llamada ‘los signos de emoción’ agrupa a la gestualidad que expresa emociones, por ejemplo una sonrisa genuina. La cuarta categoría, ‘los reguladores’, son señales no verbales que regulan el ritmo del discurso, el hablar y escuchar, por ejemplo mirar al interlocutor en forma más prolongada al terminar un párrafo cediendo la palabra. La quinta categoría denominada ‘los adaptadores’ agrupa a los movimientos repetidos por un lapso de tiempo y que están ligados al dominar las emociones, pueden darse de tres maneras: Las dos primeras refieren a los movimientos dirigidos al propio cuerpo (como rascarse) y a los movimientos insistentes realizados con los pies o con las manos; ambos indican que se ha incrementado la angustia, en el primero el movimiento surge como un intento de control y en el segundo como la necesidad de huida de una situación. Por último, el tercer adaptador incluye a los movimientos dirigidos hacia un objeto que se manipula, como fumar o escribir, siendo estos más aceptados socialmente. Realizando un análisis de lo enunciado se desprende que los ‘signos de emoción’ y ‘los adaptadores’ están comprendidos en el aspecto informativo de la comunicación en su parte vinculada a la expresión de las emociones. Por otra parte, los ‘emblemas’ y los ‘ilustradores’ se encuentran dentro del aspecto informativo cuando la expresión no verbal hace referencia a la palabra en la comunicación, por último la categoría llamada ‘reguladores’ pertenece a la modalidad no verbal de la comunicación en su aspecto pragmático, cuando este refiere a regular la comunicación con un interlocutor. El segundo de los sistemas que integra la comunicación no verbal es el proxémico. Hall (2003) acuñó el término proxémica definiendo con él al estudio del uso y la percepción del espacio social y personal. Al estudiar la utilización del espacio tomó en cuenta no solo la distancia que
mantienen las personas, sino también las disposiciones espaciales que adoptan al sentarse y la influencia que tienen los elementos del ambiente sobre la comunicación. Concluyó que las normas proxémicas dan cuenta de las diferencias culturales en cuanto a la distancia que mantienen las personas según su interés afectivo. Según el autor, hay cuatro distancias que adoptan las personas en la comunicación. La primera es la ‘distancia intima’, constituida por un espacio que abarca hasta los 45 cm de distancia y que se mantiene, por ejemplo, en las relaciones de pareja. La segunda, la ‘distancia personal’, es el espacio que se sitúa entre los 45 cm y los 122 cm del cuerpo, dentro de este espacio se desarrollan las comunicaciones habituales entre las personas, por ejemplo entre amigos y familiares; donde se coloca el énfasis en la observación de la gestualidad facial y la mirada. “La distancia personal es el nombre que dio Heideger al espaciado normal que los animales de no contacto mantienen entre sí mismos y sus congéneres. Esta distancia es el ámpula invisible que rodea el organismo.”(Hall, 2003, p.22) La tercera de las clasificaciones es la ‘distancia social’, la cual puede variar según el interés afectivo de las personas entre un metro y tres metros y medio. A esta distancia se aprecia la postura y gestos de la persona pero no se enfatiza la observación de la gestualidad del rostro y la mirada. Por último, la ‘distancia pública’ es aquella en la que está por fuera del interés afectivo de las personas, es el espacio que mantiene una persona con quien da un discurso público. El tercero de los sistemas es denominado paralingüístico, este refiere “… al espectro de señales vocales no verbales establecidas alrededor del comportamiento común del habla.” (Knapp, 1982, p.24). Este sistema está compuesto por las cualidades de la voz (volumen, entonación, ritmo, pausas, silencios, acentos, etc.) y por vocalizaciones exceptuando la palabra (llanto, suspiros, risa, bostezo y palabras onomatopéyicas como ‘ah!’, ‘um’, etc.).
Se puede percibir cuando la voz expresa un mensaje diferente al de las palabras, siendo algunos de los indicadores de ello las pausas largas o frecuentes y principalmente cuando no corresponde el ‘cómo’ con el ‘qué’ del mensaje, cuando no hay congruencia entre lo verbal y lo paraverbal o paralingüístico. El cuarto sistema que forma parte de la comunicación no verbal es el sistema cronémico, el cual refiere a la estructuración y uso del tiempo durante la comunicación. Algunos autores agregan nuevas clasificaciones, por ejemplo para Knapp (1982) habría otras cuatro. La primera, llamada ‘características físicas’, incluye a las particularidades corporales como elementos que transmiten un mensaje no verbal, en especial en lo que refiere al aspecto pragmático de la comunicación. En segundo lugar describe al sistema llamado ‘conducta táctil’, el cual comprende desde una caricia hasta un golpe. El tercer sistema denominado ‘artefactos’ está vinculado a la manipulación de objetos (lentes, ropa, etc.) y a los objetos en sí (pelucas, maquillaje del rostro, etc.). Finalmente la cuarta categoría es llamada ‘factores del entorno’, incluye los elementos que interfieren en la comunicación pero que no son parte directa de ella.
1.3. El impacto del mensaje. La modalidad de comunicación en los inicios de la especie humana fue la no verbal, posteriormente evolucionó el lenguaje hablado y con el tiempo se transformó en la vía de expresión más valorada en la comunicación, aunque los gestos, la tonalidad de la voz, entre otros elementos de la comunicación no verbal, siguen teniendo el reinado en tanto transmitir emociones y actitudes. Mehrabian, en los años setenta, realizó un estudio sobre el impacto del mensaje y concluyó que si bien la comunicación es un todo sus partes poseen diferente grado de impacto en el receptor, correspondiendo un cincuenta y cinco por ciento al lenguaje corporal, un treinta y ocho por ciento a lo paraverbal y un siete por ciento a lo verbal. Estamos familiarizados a comunicarnos en forma no verbal aunque pocas veces somos conscientes de eso; … efectuamos la mayor parte de de nuestras comunicaciones … por medio de señales cinéticas y paralingüísticas, como los movimientos corporales, las tensiones de los músculos voluntarios, cambios de la expresión facial, vacilaciones, alteraciones en el ritmo del lenguaje o del movimiento, sobretodo de la voz e irregularidades de la respiración. (Bateson, 1985, p.397) Cabe destacar que la comunicación es una totalidad en la cual sus elementos se encuentran intrínsecamente unidos y lo no verbal es solo una parte de este proceso global. A efectos del presente trabajo se realizará un recorte para profundizar en el estudio de la modalidad no verbal de la comunicación y dentro de ella se focalizará en el aspecto informativo en los casos en que este alude a las emociones y actitudes. Así mismo, dada la complejidad que presenta el estudio de la comunicación en su modalidad no verbal se ahondará en el análisis del sistema kinésico. Vale aclarar que todo recorte es arbitrario y no debe dejarse de considerar a la comunicación como una unidad en donde la palabra y el gesto son inseparables, donde lo digital y analógico aparecen en escena, en donde el aspecto informativo y pragmático son inseparables ya que “… una comunicación no sólo transmite información sino que, al mismo tiempo, impone conductas”. (Watzlawick, 1997, p.52)
CAPITULO 2 LAS EMOCIONES
2.1. Conceptualización. A lo largo de la historia importantes autores se han ocupado del estudio de las emociones, entre ellos Aristóteles las clasificó y advirtió de la importancia de incluir al contexto para su análisis. En la edad media el interés recayó sobre el conocimiento de los humores corporales como causales de las emociones. Descartes se refirió a las emociones mencionando que en ellas interviene el cuerpo y la mente. Hume estableció la relación existente entre las emociones, la cognición, la percepción y la dimensión fisiológica. Actualmente no hay una definición precisa para el término emoción, aunque en general se hace referencia a una reacción afectiva o a un fenómeno. Por un lado, la emoción es definida como una “Reacción afectiva intensa de aparición aguda y de breve duración, determinada por un estimulo ambiental. Su aparición provoca una modificación en el nivel somático, vegetativo y psíquico.”(Gallimberti, 2002, p.377). Por otra parte, Argyle (1975) argumenta que la emoción es en realidad una experiencia emocional en la cual hay un estado corporal particular que responde a los procesos que ocurren en el sistema nervioso y el cerebro, una experiencia consciente y signos no verbales específicos que expresan dicho fenómeno. En esta misma dirección, Izard (1977) sostiene que la emoción no es un fenómeno simple y no puede ser descripto completamente cuando una persona solo refiere a su experiencia emocional, como tampoco puede ser graficado en su totalidad por lo que ocurre en el sistema nervioso o en la actividad cerebral, ni puede ser entendido mediante la observación de los patrones de la expresión. Una definición completa del fenómeno emocional debe incluir los tres aspectos. Así mismo, Parrot (2001) señala que emoción es sinónimo de experiencia emocional y que para comprender el significado habría que sustituir del término emoción por está teniendo una emoción. Habiendo señalado que la experiencia emocional es un fenómeno que incluye tres aspectos y uno de ellos es la experiencia subjetiva del fenómeno, es conveniente definir
el término sentimiento. Según Argyle (1975) refiere a la experiencia consciente de un estado emocional. Greenberg y Paivio (2000) agregan que también hay sentimientos más complejos que contienen un significado acerca del sí mismo, por ejemplo sentirse derrotado o inferior. Un aspecto importante a considerar es la diferencia entre experiencia emocional y tendencia emocional. Izard (1977) manifestó que una experiencia emocional puede durar desde segundos a horas y variar en su intensidad, aunque en el caso de prolongarse y cronificarse en el tiempo o bien aparecer en frecuentes episodios con alta intensidad indicarían una psicopatología. En cambio la tendencia emocional refiere a tener habitualmente una misma experiencia emocional. De la misma manera, Parrot (2001) distingue la tendencia a experimentar una emoción y la experiencia actual de una emoción; lo ilustra mencionando que cuando una persona dice que está triste desde hace un mes no corresponde usar el término emoción, más indicado es decir que la persona posee una disposición para experimentar cierta emoción, la tristeza. Finalmente, es interesante pensar en cuál es la función de una experiencia emocional. Para Greenberg y Paivio (2000) las emociones constituyen un sistema de información que tiene por finalidad configurar una conducta adaptativa, son señales que alertan de que algo está afectando a la persona y la predispone a una acción determinada; así por ejemplo, la felicidad prepara para la cooperación, la tristeza para la retirada o la búsqueda de ayuda, el enfado para establecer límites.
2.2. La activación del proceso emocional. Cuando se produce un cambio significativo en la dinámica psíquica producto de la percepción de uno o múltiples estímulos provenientes del interior, exterior o ambos, se inicia el fenómeno emocional a partir de cambios psíquicos y biológicos, acompañados por la expresión no verbal del estado que se vivencia y de una experiencia subjetiva, a la cual se aplicarán filtros cognitivos para que la acción sea ajustada al contexto sociocultural. Es conveniente mencionar que al percibir se trazan distinciones, se percibe aquello que se considera relevante entre múltiples opciones, por lo que percibir es construir realidades y en base a ellas se iniciará el proceso emocional. Por lo tanto, las emociones están en íntima relación con la significación dada a una situación y con lo que es relevante para la persona. La dinámica del proceso es circular, por lo que se puede pensar que luego de efectuar una comunicación no verbal, configurar una experiencia emocional y llevar a cabo una acción se producen efectos relacionales de los cuales se obtendrá una nueva percepción que retroalimenta el proceso anterior pudiendo ampliar, disminuir o cambiar la emoción originada inicialmente. Según Frijda (2007) existen principios que gobiernan el fenómeno emocional, en base a ellos formuló diez leyes, que se resumen a continuación: La primera es la “ley del significado situacional”: las emociones surgen como respuesta a la significación dada a una situación, producto de la percepción individual de la misma. La segunda es la ‘ley del interés’ y explica el ‘por qué’ de las emociones, ya que estas se originan como respuesta a lo que es significativo en un momento determinado. En el caso de haber dos valoraciones encontradas solo triunfara una a la hora de originar una emoción determinada. La tercera, “ley de la realidad aparente”, enuncia que la intensidad de una emoción será proporcional al grado de realidad que se le otorgue a la situación percibida y esto se basa en la idea de que el grado de realidad otorgado a un evento
determinara el grado de bienestar o displacer que se produzca. La cuarta es la “ley del cambio, la habituación y el sentimiento comparado” y la quinta ley “de la asimetría hedónica” se complementan para enunciar que las emociones tienen su origen cuando es percibido un cambio valorado como positivo o negativo; y que ante situaciones sostenidas en el tiempo el placer desaparece pero el displacer persiste o se incrementa. La sexta es la “ley de la conservación del momento emocional”, sostiene que cada vez que se evoque una determinada situación se producirá la misma emoción. La séptima es la “ley del cierre”, el cierre refiere a que en los casos en que se produce una emoción y toma la primacía por sobre otras, cierra la posibilidad de experienciar emociones diferentes. La octava llamada “ley del control de las consecuencias” enuncia que ante una emoción básica son elicitadas otras emociones que tienden a modificarla. Las dos últimas leyes, la “ley de la menor carga” y la “ley de la mayor ganancia”, ambas refieren a que existe una tendencia a percibir una situación de manera tal que se minimicen las emociones negativas para obtener mayor ganancia en términos de maximizar lo placentero.
2.3. Clasificación de las emociones. Las emociones reciben comúnmente dos clasificaciones: emociones primarias y secundarias, y emociones negativas y positivas. La primera clasificación se basa en que las emociones primarias o básicas son aquellas biológicamente primitivas, entendiendo que están presentes en toda cultura, especie y que pueden observarse en el niño recién nacido. Las emociones secundarias son las que se adquieren en el transcurso de la vida y reciben influencia del entorno. Las emociones básicas son: la alegría, la tristeza, el miedo, la sorpresa, la ira y el asco o disgusto; las emociones secundarias son: la vergüenza, la culpa, los celos, el orgullo, entre otras. “La concepción de la existencia de emociones básicas se apoya en la idea de Darwin de que la emoción es un mecanismo de adaptación que asegura la supervivencia del individuo y de la especie.”(Schlosky, 2002, p.300) Greenberg y Paivio (2000) han formulado claramente que las emociones secundarias pueden tener su origen en vivencias más básicas, constituyen una respuesta secundaria ante emociones primarias y una de sus funciones es evitar la emergencia de emociones más dolorosas o amenazantes. Por ejemplo, los celos pueden estar encubriendo el miedo. Además sostienen que las emociones forman constelaciones y las secundarias pueden encontrarse asociadas a diferentes emociones primarias o son estimuladas ante una determinada percepción. Por ejemplo, la manifestarse en forma directa o ser encubierta mediante la expresión de secundarias como la culpa.
emociones que fueron ira puede emociones
La segunda clasificación distingue a las emociones positivas y a las negativas. Las primeras están asociadas a estados placenteros, como por ejemplo la alegría y las emociones negativas están coligadas a estados displacenteros, por ejemplo, la tristeza, el miedo o la ira. “Parece que hemos desarrollado más y más emociones negativas y una mejor diferenciación entre ellas como un modo de ayuda en nuestra búsqueda de la supervivencia”. (Greenberg & Paivio, 2000, p.24) Según Izard (1977) es útil esta categorización siempre y cuando no se olvide que
una emoción clasificada como negativa puede ser útil y adecuada en determinadas situaciones en función de la supervivencia, por lo tanto las emociones solo pueden ser consideradas como positivas o negativas para una persona según la situación en que se presentan. Otra de las clasificaciones hace mención a las emociones instrumentales. “Se trata de emociones que se experimentan y expresan debido a que la persona ha aprendido que producen un efecto sobre los demás”. (Greenberg & Paivio, 2000, p.73). Por ejemplo, una persona puede sentir y expresar tristeza para obtener un beneficio secundario como: afecto, compañía, ayuda. La expresión de estas emociones se caracteriza por su superficialidad, por ejemplo, un llanto poco profundo que parece solo provenir de la garganta y no del pecho.
2.4. Teorías sobre la expresión de las emociones. Darwin fue el pionero en teorizar acerca de la comunicación no verbal y la expresión de las emociones. En su teoría sostiene que la expresión de las emociones está ligada a la adaptación ya que se comunica el estado emocional y permite con ello generar respuestas en el otro congruentes con la situación. En la década de 1880 James y Lange, cada uno en forma independiente, propusieron que la emoción es experimentada luego de percibir cambios corporales que pueden haber sido originados por un estimulo interno o externo. Los cambios corporales refieren a variaciones en el sistema nervioso autónomo y cada emoción coincidiría con determinados patrones fisiológicos que la producen. En años posteriores Cannon cuestiona el enunciado de James y Lange al observar que los cambios fisiológicos suceden en forma simultánea y no anteceden a la experiencia emocional, además dichos cambios son similares en toda la variedad de estados emocionales. La teoría de Tomkins sostiene que existe una retroalimentación entre las expresiones faciales y la voz, con la experiencia emocional, de modo que una expresión facial desencadenaría una emoción determinada y así recursivamente. Así mismo, destacó que existen expresiones emocionales innatas y otras adquiridas, como también estas manifestaciones pueden expresar emociones o bien ser realizadas en forma voluntaria para minimizar, ocultar o mostrar una emoción no verdadera ante la demanda social En su teoría Izard afirmó los postulados de Tomkins y sostuvo que hay diez emociones fundamentales que poseen un patrón de expresión y un sentimiento asociado que las caracteriza. Por otra parte, afirmando lo postulado por Darwin, sostiene que las emociones y su expresión poseen una función adaptativa, se producen varias emociones que interactúan modificándose y que además influyen sobre los procesos cognitivos y motores, estableciendo así la triada recursiva ‘emoción – cognición – conducta’. Rusell planteo un modelo circular de la emoción donde todas las emociones serian variantes de dos estados básicos: lo agradable y lo desagradable. Dentro de este
abanico de emociones se asignarían palabra para dar cuenta de la experiencia emocional. Hasta aquí se realizó solo un breve recorrido donde fueron descriptos conceptos relevantes acerca de la emoción, pero dista de ser una explicación acabada del tema debido a que no constituye el objeto de estudio central del presente trabajo. Se hizo necesaria la descripción de las emociones ya que la comunicación no verbal, en su aspecto informativo alude a ellas proporcionando información acerca de las misma dando cuenta del sentir.
CAPITULO 3 LA COMUNICACION NO VERBAL Y LA EXPRESION DE LAS EMOCIONES A través de la comunicación se expresan pensamientos, emociones, sentimientos y actitudes. Es importante recordar que toda comunicación se da en un contexto y posee dos funciones: informativa y pragmática, las cuales revisten igual importancia a la hora de comprender la comunicación humana en tanto conocer el significado y el efecto que causa en el receptor un mensaje. Por ejemplo, el bostezo puede significar cansancio o aburrimiento, también puede ser producto de una baja en el oxígeno del ambiente y desmotivar al interlocutor y finalizar la comunicación. A efectos del presente trabajo, y dada la complejidad del objeto de estudio, se profundizará en el estudio de la función informativa de la comunicación no verbal cuando esta expresa emociones y actitudes. En este punto es conveniente introducir el término expresión el cual refiere a la exteriorización de contenidos psíquicos; se expresan ideas, sentimientos y emociones a través de palabras o gestos, ambos portadores de una semántica, por tanto de una significación.
3.1. Particularidades de la expresión no verbal de las emociones. Al pensar en la expresión de las emociones y actitudes mediante la comunicación en su modalidad no verbal se plantean algunos interrogantes acerca de la universalidad de las expresiones, si los gestos son innatos o aprendidos y si son genuinos o pueden ser falseados con la intención de demostrar una emoción. Darwin (1852), luego de su estudio experimental sobre la expresión de las emociones, concluyó que existen emociones básicas que se representan por gestos característicos de valor universal y que estarían relacionadas con la supervivencia ya que permiten, tanto en los animales como en el hombre, predecir la conducta del otro y modular el propio accionar. Posteriores hallazgos demostraron que los niños en sus primeros años de vida, independientemente de su cultura, muestran expresiones comunes para comunicar la tristeza, la alegría, el miedo, etc. Izard (1977) sugiere que si bien hay mecanismos innatos podrían ser moldeados por el aprendizaje. Por ejemplo, la expresión de rabia estaría dada de forma innata por la exposición de los dientes, no obstante, con el aprendizaje puede variar y expresarse mediante la acción de apretar los labios. En esta misma dirección, Bateson (1985) mencionó que el sistema cultural organiza la expresión de las emociones de los individuos, pudiendo ser controladas en función de adaptarse a las pautas socioculturales. Cada cultura posee códigos y costumbres que establecen aquello que es aceptado socialmente, así se podría mencionar: los hombres no lloran o la sonrisa es un gesto cordial al saludar. Las personas se ajustan a los mandatos socioculturales para no convivir en disonancia con el contexto en el que se encuentran y para ello aprenden a controlar la expresión de las emociones. También es conveniente tener en cuenta que “…. algunos comportamientos que han sido enseñados primordialmente por vía cultural en una época de la historia humana pueden ser más tarde genéticamente transmitidos si el comportamiento desempeña un papel importante en la continuación y la supervivencia de la especie.” (Knapp, 1982,
p.49). Por consiguiente, resulta posible formular claramente que el modo en el cual se expresan las emociones se apoya tanto en mecanismos heredados como en el aprendizaje. Este aprendizaje se basa en que la expresión de ciertas emociones será adecuada o no según el lugar en el que se encuentre la persona, al estatus que posea o al rol que se encuentre realizando. Es interesante observar que los niños expresan sus emociones de manera menos sutil que los adultos, quienes se encuentran influenciados por su cultura en mayor o menor medida. En este sentido, no se puede negar la existencia de un componente innato y de la existencia de expresiones de valor universal, como tampoco el hecho de que la expresión de las emociones puede ser aprendida y está íntimamente relacionada con la cultura, la familia y las características individuales. El segundo punto a considerar es si la expresión de una emoción puede ser genuina o falseada voluntariamente. Cuando es genuina se caracteriza por la sincronía entre los diferentes signos expresivos que componen la comunicación no verbal. Cuando es falseada se puede observar, por ejemplo en el rostro, que la duración de la expresión es más prolongada en el tiempo, no hay sincronía entre los signos expresivos y se aprecia una contracción asimétrica de la musculatura facial. Así mismo, la expresión del rostro será más o menos creíble según la convergencia o divergencia que guarde con la gestualidad de todo el cuerpo, por ejemplo, si un rostro expresa una sonrisa prolongada, se observa en el cuerpo que los brazos están cruzados fuertemente y los pies realizan un repiqueteo continuo sobre el piso, se puede pensar que lejos estará la persona de sentir alegría a pesar de la sonrisa efectuada, más bien podría inferirse tensión, ira o desprecio. Knapp (1982) resume diferentes estudios realizados sobre conductas asociadas a expresiones falsas, destacando que la persona al mentir mantiene menos tiempo la mirada, realiza mayores movimientos con las manos, cambia el ritmo y tonalidad del habla, pasa su mano por la boca antes de responder, adopta posiciones tensas en las
piernas, realiza frecuentes cambios de postura corporal o sonrisas demasiado prolongadas. Al hablar de gestualidades más o menos prolongadas cabe remarcar que “… cada medida cuantitativa no puede ni debe universalizarse, porque lo que resulta una variable de mímica correcta para una persona, en otra puede resultar sobreactuación o actuación por debajo de lo esperable” (Ceberio, 2009, p.147).
3.2. Significados de los elementos del lenguaje corporal. Se ha presentado una definición de la comunicación humana en la cual se formuló que posee dos modalidades verbal y no verbal, y que un mensaje puede ser expresado de forma analógica o digital, cumpliendo una función informativa y una pragmática. Para comprender a los elementos o señales que componen la comunicación es necesario ampliar lo formulado. Por lo tanto, a través de una elaboración personal se presenta una segunda definición: la comunicación no verbal es una guestalt, un todo, que contiene dentro de ella grandes sistemas no verbales y cada uno de estos está a su vez compuesto por subsistemas formados por elementos o señales. A modo de graficar esta definición se puede pensar en cuatro niveles: al primero se le da el nombre de ‘guestalt no verbal’, sinónimo de la comunicación no verbal. -
El segundo nivel está integrado por los sistemas kinésico, proxémico y paralingüístico, entre otros.
-
El tercer nivel está compuesto por subsistemas (por ejemplo el sistema kinésico está conformado por los subsistemas: gestualidad del rostro, de las extremidades y del tronco).
-
El cuarto nivel está integrado por elementos o unidades menores (por ejemplo, dentro del subsistema ‘gestualidad del rostro’ una unidad es el gesto de la boca).
En dirección contraria, de las partes al todo, se podría observar el gesto de la boca dentro de la gestualidad del rostro y a su vez inmerso en la gestualidad corporal, que se acompaña del uso particular del espacio y de la voz, formando parte de la guestalt no verbal. En función de lo expuesto, es necesario precisar que un gesto es “… un movimiento o disposición de las manos o de otros miembros del cuerpo, que es utilizado para establecer comunicación con otros seres humanos en relación directa e inmediata”(Ceberio, 2009, p.119) . Por consiguiente, el gesto puede ser un movimiento fugaz, realizado por ejemplo
con los ojos, o puede obedecer a la contracción muscular más sostenida en el tiempo, una postura corporal. También cabe considerar que un movimiento es una acción producto de la contracción muscular. Dentro de la totalidad de movimientos que puede realizar el cuerpo hay movimientos funcionales que responden a procesos fisiológicos normales o patológicos, otros que son relativos a la locomoción o la prensión y movimientos expresivos que manifiestan el estado emocional y el modo de ser y relacionarse con el mundo de una persona, estos movimientos son los gestos. Por tanto, el gesto es un movimiento con valor semántico, poseedor de una significación. “En cada gesto, en efecto, está la relación del sujeto con el mundo, su forma de verlo, de sentirlo, su herencia, su educación, su ambiente, su constitución psicológica.” (Gallimberti, 2002, p.534). A partir de lo expuesto, se concluye que la expresión de las emociones y actitudes se realiza mediante diferentes señales o elementos no verbales, gestos innatos o aprendidos, y que la expresión de una emoción puede ser genuina e involuntaria o falseada. Si bien es importante destacar que cada persona presenta características individuales en su gestualidad habría gestos característicos de valor universal, por ejemplo una sonrisa genuina en sincronía con la gestualidad del rostro y del cuerpo es significada como expresión de alegría, más allá de la cultura. Habiendo argumentado que un gesto expresa emociones y actitudes es conveniente considerar que el término actitud puede definirse como una “Disposición relativamente constante para responder de ciertas maneras particulares a las situaciones del mundo por el residuo de experiencia pasada que de algún modo guía, orienta e influye de una u otra forma en el comportamiento.” (Gallimberti, 2002, p.12). A continuación se realizará un análisis de los elementos del sistema kinésico, también llamado lenguaje corporal, el cual en este trabajo es dividido en dos subsistemas: la gestualidad facial y la gestualidad del tronco y las extremidades. Serán tomados algunos de los posibles significados de cada elemento no verbal en base a lo
descripto por autores como Ceberio (2009), Davis (1975), Ekman (1982, 1999, 2003, 2005), Knapp (1982) y Pease (2006).
3.2.1. La gestualidad del rostro: Hay posturas teóricas que argumentan que la expresión facial por sí misma es suficiente para realizar la identificación precisa de una emoción, pero se podría pensar que para inferir una emoción intervienen un conjunto de manifestaciones no verbales, por lo que la significación aislada de una expresión podría ser insuficiente y conducir a una conclusión equivocada. En esta dirección, Rusell (1997) defiende la postura relativista en cuanto a la significación de una emoción a través de la expresión del rostro, ya que la observación de la expresión facial debe combinarse con la valoración del contexto y otras expresiones no verbales de la persona para poder identificar una emoción. El rostro es el blanco principal a la hora de significar las emociones del otro, por ejemplo, se dice que una persona está alegre, triste o colérica por su expresión facial. Según Knapp (1982) el rostro no siempre expresa estados emocionales puros, ya que en general se dan en simultáneo múltiples emociones. Cada zona facial puede mostrar una emoción diferente en forma simultánea, por ejemplo, las cejas levantadas junto a los labios apretados expresan sorpresa y cólera, o bien un rostro en el cual los ojos muestran ira y los labios tristeza. La gestualidad facial, uno de los dos subsistemas del sistema kinésico, es delineada por los movimientos, micro-movimientos y posturas de la boca, las cejas, la frente, la nariz y los ojos, como también por las particularidades de la mirada, que constituyen los elementos o unidades menores de este subsistema. En primer lugar, se considerará la gestualidad de la boca y los labios, por ejemplo en una sonrisa que expresa alegría las comisuras de los labios se encuentran hacia arriba y los labios extendidos sin tensión, o puede mencionarse el gesto en el cual
los labios se encuentran con las comisuras hacia abajo expresando tristeza, cuando la mandíbula cae manifestando sorpresa, los labios tensos ante el miedo o se muerden los labios ante la ira. Al pensar en la gestualidad de la boca es interesante detenerse y analizar la sonrisa. Cuando es un gesto asociado a estados de bienestar se lo denomina sonrisa genuina, pero además existen sonrisas falsas que simulan alegría, la sonrisa social realizada para abrir el canal de comunicación y la sonrisa que encubre a la tristeza, el temor, la melancolía, etc. La sonrisa genuina se caracteriza por la activación del músculo cigomático que acciona los labios estirándolos pero no en tensión, las comisuras de la boca se elevan en forma simétrica, se elevan las mejillas y se produce la contracción de los músculos orbiculares que provocan las arrugas junto a los ojos conocidas como ‘patas de gallo’. La sonrisa falsa se utiliza para simular alegría y se caracteriza por ser un gesto incongruente con otros signos expresivos, en ella no intervienen los orbiculares de los ojos ni se elevan las mejillas, además permanece más tiempo en su fase máxima de expresión, las comisuras de los labios se estiran hacia los lados pero no hacia arriba y los labios están separados o juntos pero siempre tensos. Pease (2006) describe otro tipo de sonrisa falsa lograda mediante el descenso de la mandíbula, la boca queda abierta con los labios estirados y dará la impresión de una amplia sonrisa. Comparando la sonrisa genuina y la falseada se puede ver que la primera presenta, en comparación con la sonrisa falseada, mayor actividad de los músculos de los ojos e irregularidad en las etapas de inicio, punto máximo y desaparición, siendo de mayor duración el punto máximo. Por lo tanto, “Las sonrisas que no son de felicidad o diversión implican solo unos labios sonrientes.” (Pease, 2006, p.82). La sonrisa social muestra predisposición al dialogo y simpatía, en este gesto los labios se encuentran extendidos hacia los lados y no está involucrada la musculatura de los ojos. Si la sonrisa social es un gesto auténtico la musculatura del rostro se encuentra relajada, por el contrario si es falseada para demostrar simpatía tanto los labios como
la musculatura facial denotan tensión. Por último, la sonrisa puede encubrir emociones y actitudes, entre ellos, la sonrisa suave en la que se extienden los labios hacia los laterales del rostro puede expresar melancolía cuando la mirada se dirige hacia arriba y se sostiene por unos instantes, o bien puede encubrir la tristeza si se baja la mirada, desciende el parpado superior y pierden tensión o tiemblan los labios, también puede indicar soberbia cuando acompaña una mirada sostenida y fija. Así mismo, puede significar desprecio si junto a ella se frunce la nariz, como también encubrir el enojo si se frunce el ceño y la mirada es sostenida. El segundo grupo de elementos del subsistema gestualidad facial a considerar es la gestualidad de la frente, las cejas y la nariz. Las cejas: -
Las cejas se elevan con la intención de llamar la atención, ante la sorpresa, el miedo o mostrando una actitud de sumisión.
-
Por el contrario las cejas bajas muestran agresión, actitud de dominio, disgusto o tristeza.
-
Bajar la cabeza y elevar las cejas indica sumisión, complicidad o seducción.
La nariz: -
La nariz se contrae mostrando arrugas en la piel expresando asco o disgusto, enfado o irritación, y las fosas nasales se abren ante la ira.
La frente: -
La frente se encuentra relajada en la alegría;
-
La frente se contrae presentando arrugas más pronunciadas en el centro ante el enojo, la tristeza o en una actitud reflexiva;
-
Las arrugas en la frente pueden adoptar un dibujo lineal y recto al elevarse las cejas ante la sorpresa o el miedo.
En tercer lugar se analizará la gestualidad de los ojos y la mirada. La mirada
refiere a la conducta visual, al modo de ver que tiene una persona. De acuerdo a Knapp (1982) hay condiciones que influyen en la mirada, por ejemplo las características personales, los temas, la distancia y el trasfondo cultural. La primera condición remite a las características personales, cada persona posee una conducta visual particular que puede variar según el contexto y el estado emocional. Por ejemplo, una persona posee una conducta visual caracterizada por mantener el contacto visual con su interlocutor, sin embargo ante un superior suele desviar la mirada y mantener menor contacto visual, o en momentos en que siente ira aumenta la duración del contacto visual aunque la mirada es más intensa y fría. La segunda condición que influye en la mirada es el tema que se este comunicando. Cuando una persona habla o escucha acerca un tema que le produce culpa, pena o tristeza, suele disminuir la frecuencia y duración de la mirada. Además podría apartar la mirada como signo de protección o para ocultar sentimientos íntimos que no desea revelar al interlocutor. La tercera condición que interviene en la conducta visual es la distancia. La mirada puede reducirse en frecuencia y duración en la medida que se acorta la distancia interpersonal, siendo un modo de agrandar la distancia que se encuentra disminuida físicamente y que permitiría que el otro se introduzca dentro de los límites del espacio personal. Es interesante señalar aquí que hay una tendencia a apartar la mirada cuanto se pasa de procesar estímulos exteriores a interiores, el desvío de la mirada podría indicar un cambio en la atención dirigiéndola a cuestiones internas, un cambio que indica reflexión. La última condición es la cultura, ya que en cada cultura y subcultura existen reglas que indican a quien se debe mirar o no y cuanto tiempo debe sostenerse la mirada. De ello se desprende que una mirada sostenida en el tiempo puede ser leída por el interlocutor como ira o como una falta de respeto, así mismo evitar el contacto visual puede interpretarse como tristeza, timidez, reflexión o deshonestidad.
Al estudiar la conducta visual deben considerarse: la duración (tiempo en que se sostiene la mirada), la frecuencia (cantidad de veces en que se dirige la mirada al interlocutor), la fijeza (movimientos de los ojos), la dirección y las posiciones de los parpados. En base a estos parámetros y dentro de los vastos ejemplos que pueden considerarse para mostrar los posibles significados de la mirada se mencionaran algunos ejemplos: -
Ante el miedo se eleva el parpado superior
-
En la sorpresa los parpados se abren dejando ver la totalidad del globo ocular.
-
La ira se expresa con una mirada dura y fija, con los parpados tensos y elevándose el inferior.
-
Ante el asco o el disgusto los ojos se entrecierran por la elevación del parpado inferior.
-
En la alegría pueden elevarse los parpados pero no se encuentran en tensión y los ojos están brillosos y vivaces.
-
En la tristeza los ojos se entrecierran por el descenso del parpado superior y la mirada es poco intensa.
La mirada, como todo gesto, no solo expresa emociones sino también actitudes y aspectos de la personalidad, por ejemplo: -
cuando la mirada no se mantiene sobre el interlocutor, sino que los ojos se mueven de un lado al otro muestra inseguridad;
-
si los ojos cambian continuamente de foco podría indicar desinterés y distracción;
-
esquivar la mirada del otro indicaría evitación, temor, vergüenza, culpa o timidez;
-
la mirada que se dirige al techo puede significar reflexión o hartazgo;
-
cuando los ojos se cierran y se acompaña con el gesto de frotar un ojo significaría cansancio, aburrimiento o rechazo.
Considerando la mirada desde los aspectos frecuencia y duración, puede decirse que estos varían en cada persona, pero normalmente “… cuando hablamos, mantenemos entre un cuarenta y un sesenta por ciento el contacto visual, mientras que cuando escuchamos, la media de contacto visual es del ochenta por ciento.” (Pease, 2006, p.194). En esta línea, la mirada es de mayor frecuencia y duración: -
cuando se mantiene la distancia personal con el interlocutor;
-
si hay interés y compromiso con el interlocutor la mirada será frecuente y sostenida pero no fija;
-
los sentimientos de dependencia, inferioridad o la necesidad de aceptación se expresan con un mayor número de contactos visuales de corta duración;
-
cuando la persona posee la actitud de manipular, dominar o controlar la mirada no solo es sostenida sino que presenta cierta fijeza;
-
en la hostilidad la mirada es notablemente sostenida y fija;
-
si posee un estatus superior la mirada es más sostenida;
-
cuando la persona es extrovertida realiza más cantidad de contactos visuales.
Así mismo, la mirada será de menor frecuencia y duración: -
cuando la persona se encuentra muy próximo al interlocutor;
-
si se hablan temas que requieren reflexión, cuestiones intimas o que producen vergüenza, culpa o tristeza;
-
cuando no hay interés por el interlocutor o se lo considera de mayor estatus;
-
si la cultura sanciona la mirada sostenida;
-
cuando no posee necesidad de ser incluido en la interacción,
-
cuando es sumiso o trata de ocultar algo.
Cabe aclarar que “Así como los movimientos oculares pueden transmitir actitudes y sentimientos, también expresan la personalidad.” (Davis, 1975, p. 90). Por último, es importante mencionar a las posiciones que puede adoptar la cabeza, entre ellas: -
cuando se encuentra el mentón levantado muestra una actitud desafiante, que indica superioridad o arrogancia;
-
la cabeza ladeada es sinónimo de sumisión y también puede demostrar una actitud de interés,
-
en posición hacia abajo muestra una actitud critica o negativa, tristeza, desaprobación o cansancio.
3.2.2. La gestualidad del tronco y las extremidades: Los gestos de las manos, los brazos, los pies, las piernas y el tronco son los elementos del subsistema ‘gestualidad del tronco y extremidades” que forma parte del sistema kinésico. En primer lugar se analizará la gestualidad de las manos y los brazos. Las manos son sumamente expresivas, en muchas ocasiones suelen realizar movimientos que están clasificados dentro de la modalidad no verbal de la comunicación en su función informativa y aludiendo a la cosa, o sea acompañan o sustituyen a la palabra, por ejemplo, al expresar en palabras lejanía se mueven las manos alejándolas del cuerpo, o bien se unen los dedos de ambas manos para indicar interconexión. Por otra parte, la comunicación en su modalidad no verbal y en su aspecto informativo alude a las emociones y actitudes, temática en la que se centra el presente trabajo.
Las manos adoptan posiciones o realizan movimientos asociados a ciertas emociones y actitudes como por ejemplo: -
las manos al moverse insistentemente demuestran tensión o ansiedad,
-
realizan movimientos rígidos ante la ira o el enojo,
-
se cierra el puño expresando bronca o ira,
-
el puño con un dedo apuntando guardaría relación con una actitud amenazante y agresiva.
-
mostrar la palma de las manos está asociado a la honestidad, sinceridad, sumisión o a una actitud abierta hacia el otro, por el contrario
-
la palma hacia abajo denotaría autoridad y poder.
Si bien las manos presentan movimientos propios, en general son vistas junto a los movimientos y posturas de los brazos. Las extremidades superiores pueden encontrarse relajadas, entrecruzadas, apretadas junto al cuerpo o realizar diferentes movimientos. Para realizar una síntesis de la gran cantidad de variantes que se presentan, en este trabajo se concentraran los gestos realizados con los brazos y manos en seis grupos: brazos cruzados, manos unidas, brazos detrás de la espalda, manos junto a la cabeza, manos cerca de la cadera y finalmente los movimientos de los brazos. En el primer grupo se considerarán variantes de ‘brazos cruzados’. Pease (2006) señala que los brazos delante del cuerpo o cruzados sobre el tronco forman una barrera para proteger a la persona que se siente amenazada, desea ocultarse o no quiere formar parte de la interacción con otros. El mensaje podría mostrar ansiedad, timidez, necesidad de protección, o una actitud negativa o defensiva. Los brazos cruzados presentan variantes, por ejemplo: -
si se encuentran los brazos cruzados con los puños de las manos cerrados remite a la hostilidad, la ira;
-
cuando se cruzan dejando ambas manos por delante apoyadas sobre la parte superior de los brazos muestra la necesidad de protección, inseguridad, actitud negativa y represión de las emociones.
-
si están cruzados y los pulgares de las manos hacia arriba revela orgullo y una actitud defensiva aunque la persona siente que controla la situación en la que se encuentra.
-
si solo se cruza un brazo, con la mano tomando el brazo contrario, podría manifestar falta de confianza en sí mismo.
Una diferencia importante radica en la tensión y ubicación de los brazos cruzados, si estos se encuentran cruzados a la altura del abdomen dejando el torso despejado, con las manos y los hombros relajados podría ser una postura que responda a un hábito de la persona no portando un significado. En cambio si los brazos se cruzan fuertemente a la altura del pecho, contrayendo los hombros, pudiendo las manos encontrarse: rígidas, cerradas, agarrando fuertemente la parte superior del brazo o bien ocultas y abrazando firmemente el tronco, podría significar enojo, rechazo o mostrar una actitud negativa y cerrada hacia la comunicación. El segundo grupo ‘las manos unidas’ incluye diferentes posiciones: las dos manos juntas a la altura del abdomen o del pecho con los dedos entrecruzados muestra sentimientos de vulnerabilidad, inseguridad, timidez, ansiedad o tensión. En cambio si está en posición elevada cerca del rostro revelan frustración, ansiedad, actitud negativa, represión de las emociones o desacuerdo. En ambas variantes si la unión de las manos es muy fuerte indica mayor tensión. Las manos pueden estar unidas mediante el contacto de las yemas de los dedos, al juntar ambas palmas o bien colocando una mano sobre otra. Las manos que enfrentan sus palmas con los dedos extendidos contactando las yemas de los dedos, pueden ubicarse cerca del rostro, a la altura del pecho, o sobre las piernas, mostrando una actitud confiada e interés. Esta misma posición pero con los
dedos muy extendidos revela tensión y duda. Otra variante es cuando las manos están unidas como rezo o ruego frente al rostro manifestando presunción, arrogancia o preocupación. Cuando se ubican extendidas una sobre la otra ofreciendo una base donde se apoya el mentón reflejan actitudes positivas y admiración. Por último, estando de pie una mano puede tomar a la otra y ubicarse delante de la pelvis adoptando tres variantes. En la primera, ambas manos abiertas se superponen, este gesto puede revelar sentimientos de indefensión, una actitud defensiva o incomodidad. En la segunda variante, una mano toma la muñeca del otro brazo mostrando tensión, represión de emociones negativas, incertidumbre y nerviosismo camuflados por el amarre de las manos. En la tercera variante, una mano envuelve a la otra que se encuentra con el puño cerrado manifestando hostilidad, actitud dominante, rechazo, arrogancia o bien una actitud de iniciativa hacia la acción si los brazos están relajados. En el tercer grupo ‘brazos detrás de la espalda’ reúne diferentes posiciones en las que ambos brazos están detrás de la espalda y las manos adoptan ciertas posturas, por ejemplo: -
cuando las manos están juntas, con varazos detrás de la espalda, reflejan autoridad, poder, sentimientos de superioridad y confianza en sí mismo;
-
si una mano toma el antebrazo opuesto refleja frustración y autocontrol de emociones como la ira y actitudes agresivas, esta posición seria un intento de autocontrol de lo que le produce displacer y permite camuflar el nerviosismo.
El cuarto grupo ‘las manos junto a la cabeza’ refiere a las posturas en las cuales las manos se encuentran en contacto con la cabeza o le sirven como superficie de apoyo. Por ejemplo: -
cuando la cabeza reposa sobre la palma de una mano o sobre el pulgar de una mano entrecerrada manifiesta aburrimiento, desinterés o cansancio;
-
si la cabeza descansa sobre el puño muestra asertividad y autoconfianza.
-
la mano cerrada con el dedo índice extendido junto a la mejilla o tocando la sien revela reflexión, interés o bien una actitud negativa y crítica;
-
si la mano se encuentra junto a la cara con los dedos por delante de la boca muestra reflexión;
-
la palma de la mano y los dedos extendidos junto a una mejilla revelan desilusión o preocupación.
El quinto grupo ‘manos cerca de la cadera’ abarca gestos en los cuales las manos están cerca de la cadera o la cintura. Algunos ejemplos: -
El gesto de los brazos abiertos con las manos apoyadas sobre la cadera deja ver una actitud decidida, predisposición o amenaza.
-
Cuando las manos se colocan en la cintura y los pulgares se esconden dentro de la ropa muestra que la persona no siente miedo o es señal de una actitud sexualmente agresiva o decidida.
-
De manera invertida, si las manos se encuentran dentro de los bolsillos y se exhiben los pulgares refleja sentimientos de superioridad, vanidad, estatus superior, sentimientos de dominio o una actitud agresiva.
Por último, dentro del sexto grupo ‘Movimientos de brazos y manos’ se puede hacer mención a: -
El gesto de rascarse la parte posterior de la cabeza podría significar inseguridad, olvido, frustración o mentira. Frotarse las manos revela entusiasmo, disposición para la tarea o ansiedad.
-
Llevarse una mano a la boca y apoyar el pulgar bajo los dientes manifiesta tensión, ansiedad, incertidumbre o duda.
-
Pasarse la mano sobre la cabeza yendo desde la frente a la nuca expresa
angustia, cansancio o preocupación. -
tocar con un dedo la comisura labial o masajear el lóbulo de la oreja muestra interés; en cambio tirar del lóbulo de la oreja hacia afuera revela incomodidad y molestia. frotarse los nudillos puede significar autocontrol de impulsos agresivos o frustración.
Se pasará a considerar la gestualidad de las piernas, otro elemento del subsistema ‘gestualidad del tronco y las extremidades’ que compone el sistema kinésico. En el ser humano las piernas evolucionaron con dos objetivos principales: avanzar para conseguir comida y huir del peligro… Es decir, las piernas y los pies muestran el compromiso de una persona a continuar con una conversación o dejarla correr. (Pease, 2006, p.229). Las piernas y los pies pueden realizar diferentes movimientos o adoptar posturas como: estirar las piernas, entrecruzarlas, cruzarlas y descruzarlas en forma continua, movimientos repetidos con los pies sobre el suelo, etc. En términos generales, las piernas abiertas indican una actitud abierta o dominante y cerradas revelan actitudes negativas o incertidumbre. En este trabajo serán agrupadas las variantes de posturas y movimientos de las piernas y pies en dos grupos: ‘posturas en posición sentado’ y ‘posturas en posición de pie’. Dentro del primer grupo, las ‘posturas en posición sentado’, se puede observar las piernas cruzadas manifestando una actitud cerrada y poca predisposición para comunicarse. Pease (2006) aclara que muchas mujeres acostumbran cruzarse de piernas en especial si usan falda corta, sin ser este un gesto portador de una semántica. El cruce de piernas puede adoptar diferentes variantes, por ejemplo, cuando la parte inferior de una pierna se apoya sobre el muslo de la otra puede remitir a una
actitud competitiva, dominante o agresiva, como también a una actitud relajada y cómoda. Otra variante es cuando las piernas están cruzadas y además se coloca el pie que quedaría en el aire enroscado por detrás de la pierna que apoya en el piso, este gesto expresa timidez, introversión y una actitud de inseguridad. La posición en la cual se cruza un tobillo por delante del otro pude indicar que la persona reprime emociones negativas como la ira o el miedo, como también timidez o aflicción. Si los tobillos y pies se juntan y se colocan debajo de la silla podría mostrar retraimiento. En el segundo grupo ‘posturas en posición de pie’ pueden observarse: -
las piernas muy juntas lo cual reflejaría respeto o bien una actitud neutral;
-
las piernas separadas expresarían firmeza y una actitud de dominio;
-
pararse con las piernas cruzadas muestra una actitud cerrada, sumisa o defensiva, ansiedad o inseguridad.
Finalmente, dentro del subsistema ‘gestualidad del tronco y las extremidades’ se analizará la gestualidad del tronco, donde pueden observarse inclinaciones, movimientos y posturas del tronco y de los hombros. Al observar a una persona “La sola posición de sus hombros nos da la pauta de las penurias sufridas, de su furia contenida o de una personalidad tímida.”(Davis, 1975, p.122). por ejemplo: -
Encogerse de hombros puede indicar sumisión, vulnerabilidad o una actitud de disculpa;
-
cuando los hombros permanecen hacia arriba y la cabeza parece esconderse entre ellos refleja timidez, ocultamiento.
-
el tronco puede inclinarse adelante como señal de interés e inclusión o buscando complicidad; o bien
-
encorvarse manifestando repliegue, tristeza, abatimiento; o por el contrario
-
extenderse rígidamente expresando dominio y superioridad; recostarse sobre el respaldo del asiento manifestando predisposición, confianza y relajación o desinterés y desgano.
La descripción efectuada, basada en la expresión de las emociones y actitudes a través de la gestualidad facial y corporal, es solo una de las funciones de la comunicación en su modalidad no verbal, cabe recordar que toda expresión no verbal siempre ejerce una función pragmática que regula y establece diferentes tipos de relaciones. Así mismo, se han mostrado solo algunos de los gestos y significaciones de valor universal ya que seria infinita la lista que podría enumerarse, y mayor aun la cantidad de posibles significaciones atribuidas a cada uno de ellos. Por otra parte, el hecho de conocer las posibles significaciones de un gesto es solo un punto de partida, debido a que cada movimiento corporal deberá ser ubicado dentro de la totalidad de los elementos que componen a una comunicación, para ello se hace necesario pasar a examinar de qué manera se pueden reconocer las emociones a través de la observación del lenguaje corporal como un todo.
CAPITULO 4 EL LENGUAJE CORPORAL Es interesante subrayar que la guestalt no verbal es una totalidad poseedora de un significado, por tanto la significación no es dada por la suma de sus partes, ni tampoco por un elemento aislado. Watzlawick (1997) señala que la comunicación no verbal carece de calificadores para indicar cual de los significados dispares está implícito en una expresión no verbal, citando como ejemplo la existencia de lágrimas de tristeza y de alegría, sonrisas de simpatía o desprecio. En este sentido, se puede pensar que la significación de un elemento de la comunicación no verbal en forma aislada sin duda abrirá un abanico de posibilidades de significación, aunque si este elemento es entendido dentro de la guestalt no verbal, se podrá arribar a una significación más aproximada a la otorgada por el emisor del mensaje. Así mismo, resulta posible formular que no se puede otorgar un significado arbitrario a una guestalt no verbal, ya que se requiere integrar en esta observación al contexto y tener en cuenta diferentes variables relativas a la persona observada y al observador.
4.1. La codificación del lenguaje corporal. Entendiendo que la comunicación no verbal se produce a través de un conjunto de señales que integran la guestalt no verbal y que la comunicación es portadora de un significado, resta esclarecer cómo puede ser reconocida una emoción o una actitud a través de la observación. “El lenguaje de los movimientos corporales y de la gestualidad resulta un universo de transmisión de mensajes que no siempre son decodificados – o mejor dicho, codificados – de manera correcta.” (Ceberio, 2009, p.26). Al respecto el autor esclarece que el receptor no decodifica el mensaje que recibe ya que no descifra su contenido, sino que construye el mensaje, lo que equivale a decir que codifica el mensaje otorgándole un sentido que puede ser más o menos equivalente al significado que el emisor intento transmitir. En esta dirección, cuando se dice que el mensaje es comprendido, leído o interpretado por el receptor, hay que tener en cuenta que “Comprender el mensaje es interpretarlo de acuerdo a los parámetros particulares de las propias estructuras conceptuales.”(Ceberio, 2006, p.105), seria más acertado decir que es codificado por el receptor. El resultado de la codificación es una hipótesis, una inferencia en la cual se otorgó un significado a lo percibido. Una hipótesis es un supuesto, lo cual no garantiza la correspondencia con el significado atribuido al mensaje por parte del emisor. Por ello no se habla de certezas al significar un mensaje sino de aproximaciones más o menos precisas. Teniendo en cuenta que la codificación es una construcción personal se deberá dar especial atención a la percepción de la guestalt no verbal y no a elementos aislados, se deben evitar … simples explicaciones de causa y efecto de la conducta observada. Únicamente después de estudiar minuciosamente la totalidad del contexto del acontecimiento podemos comenzar a hacer inferencias,… y aun entonces debemos avanzar solo en términos de grados variables de probabilidad, jamás con una
seguridad absoluta. (Knapp, 1982, p.348). Al codificar un mensaje son captados diferentes elementos o señales de la comunicación, pero no todos los elementos del campo perceptivo son aprehendidos ya que durante el proceso de la percepción se realiza un recorte del campo que obedece al trazado de distinciones pautadas por la epistemología personal y la emocionalidad de quien recibe el mensaje. Cabe señalar que sumado a que se realiza un recorte al percibir y que se efectúa una construcción personal de lo observado, cuando se codifica un mensaje no verbal se realiza la traducción del lenguaje no verbal al verbal, lo cual implica una perdida importante de información. A partir de lo expuesto, se utilizará el término codificar para referir a la percepción y significación de un mensaje, así mismo, se puede formular que el mensaje transmitido por el lenguaje corporal no posee reglas explicitas de codificación y que la misma se ve influida por diversos factores. A modo de síntesis estos factores se clasificarán en cuatro grupos: el contexto, la congruencia entre elementos y subsistemas de la comunicación, la familiaridad con la expresión del interlocutor y las diferencias individuales. El primero de los factores que influye al codificar un mensaje es el contexto, debido a que las conductas no verbales se desarrollan y cobran sentido en un contexto determinado, así “… un fenómeno permanece inexplicable en tanto el margen de observación no es suficientemente amplio como para incluir el contexto en el que dicho fenómeno tiene lugar.” (Watzlawick, 1997, p.22). Por ejemplo, la postura de brazos cruzados mal podría significarse como reveladora de tensión o actitudes negativas, si no se tuvo en cuenta que la persona se encuentra en un ambiente frio. El segundo de los factores a considerar es el grado de congruencia en la comunicación, congruencia que se da entre: los diferentes elementos que componen un mismo subsistema no verbal, por ejemplo el gesto de la boca dentro de la gestualidad del rostro; entre los subsistemas de un sistema no verbal, por ejemplo entre la
gestualidad del rostro y del cuerpo dentro del sistema kinésico. Así mismo, influye el grado de congruencia entre los diferentes sistemas no verbales, por ejemplo entre los sistemas kinésico, proxémico y paralingüístico; como también el grado de congruencia entre la guestalt no verbal y la comunicación verbal. Cuando se produce una incongruencia en la comunicación, entre el mensaje verbal y el no verbal o bien entre diferentes señales no verbales, se percibe que la misma no es sincera. La autenticidad se caracteriza por combinaciones apropiadas de los diferentes elementos de la comunicación que se producen en forma simultánea para expresar una emoción. Si bien para cada emoción se puede pensar en ciertas unidades de acción características, no siempre se dan todas ellas con cada emoción ya que existe la variable individual ajustada al momento actual. El tercero de los factores es la familiaridad que posee el receptor del modo de expresión de su interlocutor. Las personas poseen características propias con respecto a su repertorio gestual, “… más allá del contexto en la que pueden caber gestualidades ocasionales…, hay una actitud general en algunas tipologías de sujetos que excede el marco situacional y conforma un estilo de personalidad”. (Ceberio, 2009, p.156). En esta misma dirección, si se está familiarizado con una persona, por lo tanto con el modo de expresión de sus emociones y actitudes, se estará en mejores condiciones de codificar acertadamente la información recibida. Por ejemplo, si es habitual que la persona sonría y en un momento presenta un cambio en su expresión habitual observándose los labios juntos y temblorosos, el ceño fruncido y una mirada menos intensa, se podrá pensar que la persona se encuentra triste. Por tanto, cuanto más familiarizado se esté con el rostro de una persona, mayores las posibilidades de conocer la emoción que vivencia. El cuarto factor que influye en la codificación del mensaje son las diferencias individuales, debido a que cada persona posee una habilidad diferente para codificar la comunicación no verbal. En este sentido, la codificación de un mensaje se verá influida
por el estado emocional del observador, los sesgos y las expectativas que posea con respecto a su interlocutor. El estado emocional del observador, al igual que las expectativas que posea acerca del estado emocional del otro, intervienen directamente en su percepción, por lo tanto en el reconocimiento de una expresión. Los sesgos, según Fernández Abascal (1997) se basan en categorizaciones realizadas con anterioridad, por ejemplo al identificar un rostro con una determinada expresión se realiza una categorización y posteriormente al observar el mismo rostro se significa en base a la categorización realizada en un primer momento. De esta manera el contenido mnémico adquiere importancia y sesga la percepción otorgándose una significación basada en información anteriormente registrada.
4.2. Significados del lenguaje corporal. Si bien el significado de un mensaje no verbal es individual y particular en cada persona se puede pensar en ciertos patrones compartidos que caracterizan a la expresión de una emoción o que muestran cierta actitud. Resulta posible pensar que cada gesto y cada guestalt no verbal poseen innumerables significados para el observador, pero conocer la codificación gestual realizada por diferentes especialistas en el tema es de gran utilidad en función de perfeccionar la habilidad para codificar un mensaje no verbal. En función de lo explicitado, a continuación se realizará una descripción de la gestualidad asociada a las emociones según la información proporcionada por los trabajos de Ceberio (2009), Davis (1975), Ekman (1982, 1999, 2003, 2005), Knapp (1982) y Pease (2006).
4.2.1. El lenguaje corporal y las emociones: Hay gestos cuya significación, si bien no se encuentra sistematizada, está asociada a las emociones básicas: la alegría, la tristeza, el miedo, la ira, la sorpresa y el disgusto. Se realizara un breve recorrido por los indicadores gestuales, ya que profundizar en ellos requeriría de una extensa revisión que se desviaría del objetivo de este trabajo. Considerando algunos indicadores puede verse que: La alegría se manifiesta en el rostro con una expresión relajada, la frente despejada, los labios juntos con las comisuras levemente hacia arriba mostrando una suave sonrisa. La mirada es vivaz, brillante y presenta gran actividad ocular. La alegría también se manifiesta con una sonrisa genuina caracterizada por la activación del músculo que estira los labios al elevar en forma simétrica las comisuras de la boca y los músculos que producen las arrugas laterales de los ojos. Las piernas y brazos suelen encontrarse abiertos o cruzados sin tensión (si esta postura obedece a una costumbre de la persona no revistiendo una significación).
El tronco no se encuentra en tensión, adoptando posturas flexibles y realizando movimientos suaves. La tristeza se revela en el rostro cuando los labios se encuentran juntos con las comisuras hacia abajo o juntos y contraídos concéntricamente pudiendo sobresalir el labio inferior sobre el superior o cuando presentan temblor. La frente se contrae en forma concéntrica presentando arrugas centrales, el ceño está fruncido y las cejas bajas. Los parpados superiores descienden entrecerrándose los ojos. La mirada es menos sostenida e intensa, el contacto visual es menor, se dirige hacia abajo y se observa una reducción de la actividad ocular. De manera guestáltica puede verse una expresión cansada y de bajo tono muscular. También podría observarse una sonrisa fingida efectuada con los labios juntos y temblorosos que acompañan la gestualidad de los ojos descripta. Los brazos pueden ubicarse cruzados frente al pecho acompañando un tronco encorvado y muchas veces con los hombros contraídos que dan la sensación de un cuello menos extenso. Las piernas pueden estar cruzadas, muy juntas o con ambos tobillos unidos y ubicados bajo el asiento. El miedo se manifiesta en el rostro con las cejas levantadas y contraídas, la frente se encuentra contraída mostrando arrugas centrales. La gestualidad de los ojos muestra una elevación del parpado superior pero no desciende el inferior como ocurre ante la sorpresa, pudiendo verse la parte superior del globo ocular y casi la totalidad del iris. La mirada puede fiarse en el objeto temido, aunque se caracteriza por una alta frecuencia y poca duración y por la conducta de esquivar la mirada, así mismo hay poco movimiento ocular. La boca puede estar abierta o semi-cerrada siempre con los labios en tensión; también podría observarse una sonrisa que encubre el temor configurada por las comisuras de la boca al extender hacia los lados los labios en tensión.
Respecto del tronco y las extremidades se presentan dos variantes. En la primera el tronco adopta una posición de repliegue y protección, se lo ve encorvado con los brazos cruzados sobre el pecho y en tensión, pudiendo adoptar la postura de brazos cruzados con las manos abrazando firmemente el tronco; las piernas suelen estar cruzadas o muy juntas. En la segunda variante la posición es de huida pudiendo verse las piernas tensas y abiertas con ambos pies firmemente sobre el suelo y uno de ellos adelantado en posición de fuga, los brazos en tensión con las manos apoyadas sobre el asiento en posición de listo para levantarse rápidamente. La ira o cólera se expresa en el rostro mediante las cejas bajas y contraídas, pudiendo aparecer arrugas en la zona superior de la nariz y abrirse las fosas nasales. Los párpados se encuentran tensos, los ojos más abiertos que lo normal y con un brillo intenso. La mirada es rígida, fija y sostenida en el tiempo. Los labios pueden estar desde apretados con las comisuras rectas, hasta fuertemente presionados no siendo visibles, o bien se muerde uno de los labios con firmeza, como también pueden verse abiertos y tensos en posición de grito. La gestualidad corporal expresa tensión, hay una notable contracción muscular del tronco y las extremidades, principalmente en el cuello y los hombros. Pueden observarse puños cerrados, brazos cruzados con los puños cerrados o manos que realizan movimientos enérgicos y rígidos. El tronco puede estar extendido en demasía o inflarse el pecho. A mayor grado de ira mayor será la tensión y exacerbación de los gestos. La sorpresa se manifiesta en el rostro con las cejas muy levantadas y curvas; la frente contraída con arrugas pronunciadas y horizontales. Se eleva el parpado superior y desciende el inferior dejando los ojos bien abiertos, lo que permiten ver el globo ocular (blanco del ojo) rodeando el iris. El rasgo principal que es la mandíbula desciende dejando la boca abierta con los labios relajados. El disgusto o asco se expresa por un rasgo principal: la nariz contraída, con la
piel fruncida y la elevación de las mejillas. Además, la boca presenta el labio superior elevado mostrando los dientes o ambos labios elevados y fruncidos ligeramente hacia adelante. Las cejas están bajas y los párpados superiores son levemente empujados hacia abajo. La mirada es fría y poco constante. Esta emoción puede encontrarse encubierta tras una sonrisa que se caracteriza por ser una media sonrisa efectuada con el labio inferior extendido, conjuntamente con el labio superior que se eleva dejando ver los dientes, en esta expresión la contracción de la nariz es menor y los ojos muestran la gestualidad descripta para esta emoción.
4.2.2. El lenguaje corporal en la clínica: Habiendo descripto la gestualidad atribuida a las emociones básicas, se puede hacer mención de algunas características gestuales que denotan actitudes y características de la personalidad. La inmensidad de gestos que pueden integrar un sistema no verbal para expresar una actitud hace dificultoso el estudio si se piensa, por ejemplo, en los gestos que pueden expresar una actitud critica. En este sentido, podría describirse una inmensa lista de gestos y significados que tendrían poca utilidad a la hora de observar la conducta gestual de una persona en la sesión psicoterapéutica. Por lo tanto, resulta conveniente realizar un análisis agrupando a las personas según determinadas características, para luego partiendo de esta clasificación poder ver algunas variantes de la gestualidad que hablaría de una determinada conducta. A partir de una elaboración personal, y a modo de ejemplo para la clínica, se pueden clasificar diferentes comportamientos según actitudes y características de la personalidad en cinco grupos: las personas que confían en el terapeuta y poseen una actitud abierta y reflexiva; los que por el contrario están centrados en la crítica o la sospecha; quienes se colocan en una posición de superioridad, autoritaria o amenazante; o en contraposición quienes se sienten atacados, inseguros e inferiores, y por último
aquellas personas que desean irse lo antes posible de la sesión o abandonar el tema que se esta tratando. Los comportamientos mencionados podrían manifestarse durante toda la sesión siendo un rasgo de la personalidad o una actitud que predomina en la persona, o podrían presentarse en determinados momentos de la sesión. Así mismo, la actitud que muestra la persona puede estar dirigida hacia el terapeuta, hacia otro miembro de la sesión familiar o de pareja, o hacia algún tema en particular.
El primer grupo reúne señales que indican que la persona confía en el terapeuta y posee una actitud abierta, reflexiva y propicia para el trabajo terapéutico. Pueden observarse algunas de las siguientes señales no verbales: -
En el rostro la boca presenta una sonrisa social que predispone al dialogo, los labios están estirados pero no tensos con las comisuras hacia los laterales (predisposición y actitud positiva).
-
Las cejas están algo elevadas (sumisión e interés).
-
La mirada es frecuente y sostenida pero no fija (interés y compromiso).
-
La cabeza está en posición ladeada (sumisión, reflexión e interés).
Los brazos y las manos adoptan diferentes posturas, en este grupo,: pueden estar: -
cruzados sobre el abdomen dejando el torso libre y con las manos relajadas (apertura y confianza) o
-
los brazos están flexionados y las manos enfrentadas con las yemas de los dedos de una mano en contacto con la otra (confianza, asertividad), o bien
-
las manos están unidas como rezo con los dedos algo flexionados (actitud abierta, preocupación y atención).
-
una mano está sobre la otra en posición de bandeja sobre la cual se apoya el mentón (atención, admiración, interés).
-
la mano está suavemente cerrada con el dedo índice extendido y sobre la
mejilla (reflexión). -
el puño está cerrado y sobre él se apoya el mentón (confianza, interés).
-
las manos se mueven mostrando las palmas hacia arriba (sinceridad y actitud abierta).
-
el tronco, mostrando predisposición y relajación podría encontrarse levemente inclinado hacia adelante o recostado sobre el asiento y relajado
-
las piernas pueden adoptar la posición cruzada con la parte inferior de una pierna sobre el muslo de la otra (confianza, comodidad) o
-
Piernas abiertas (actitud abierta) y Piernas abiertas con los pies totalmente apoyados sobre el suelo (asertividad).
El segundo grupo incluye a las personas que están centradas en la crítica o la sospecha, el enfado o el desacuerdo. Dentro de este grupo podrán observarse señales como por ejemplo: -
-
la boca muestra una sonrisa falsa encubriendo el enfado, con los labios tensos y extendidos hacia los laterales siendo mantenida por un período de tiempo extenso (enfado encubierto) , se muerde los labios (bronca), o también los labios se presentan con las comisuras hacia abajo y contraídos (disgusto, enfado).
-
las cejas están hacia abajo y la frente fruncida (critica y sospecha).
-
la nariz está contraída, arrugándose la piel (disgusto, enfado).
-
los ojos están entrecerrados por la elevación del parpado inferior (disgusto, rechazo).
-
la mirada puede dirigirse en un movimiento brusco hacia el techo (crítica, hartazgo, enfado).
-
la cabeza está algo baja y la mirada se dirige al interlocutor de reojo (sospecha). los puños se encuentran fuertemente cerrados (ira, bronca, enfado). los brazos están cruzados firmemente sobre el pecho con las manos tensas o los puños cerrados (ira, hostilidad). las manos pueden encontrarse
-
-entrecruzadas firmemente y ubicadas delante del rostro (desacuerdo y tensión), o bien
-
ambas palmas enfrentadas con los dedos rígidos y extendidos contactándose ambas manos a través de las yemas de los dedos (critica, duda, tensión); o quizás
-
cierra la mano con el dedo índice extendido junto a la cara, acompañando un rostro y cuello en tensión (critica).
-
las piernas están cruzadas firmemente y en tensión (oposición, desacuerdo).
El tercer grupo incluye a quienes se colocan en una posición de superioridad, autoritaria o amenazante, agresiva o de intimidación. Se puede observar -
una falsa sonrisa junto a una mirada fija, sostenida y con los parpados tensos (desprecio, soberbia) o bien
-
baja el mentón y mira desde abajo (superioridad, arrogancia, desafío).
-
La persona eleva una de las cejas (soberbia) o
-
coloca ambas cejas bajas (agresión, dominancia) y frunce la nariz (desprecio).
Al observar los brazos y las manos se pueden ver algunas de estas variantes: -
las palmas de las manos se encuentran hacia abajo (autoridad, poder) o bien las manos están cerradas en puño y con un dedo apuntando hacia arriba o al
interlocutor (amenaza, agresividad). -
Los brazos están cruzados con los pulgares de las manos hacia arriba (orgullo, control, superioridad) o
-
las manos están juntas y una mano puede estar con el puno cerrado y la otra envolverla (hostilidad, arrogancia).
-
también las manos realizan el gesto de rezo con los dedos extendidos firmemente (arrogancia) o
-
las manos se ubican dentro de los bolsillos quedando el pulgar por fuera (superioridad, vanidad, dominio), como también
-
las manos pueden estar unidas por detrás de la nuca (superioridad).
-
El tronco está erguido en demasía (soberbia).
-
Las piernas pueden cruzarse a modo de colocar el tobillo de una sobre el muslo de la otra y la musculatura en tensión (agresión, dominio, competencia).
El cuarto grupo incluye las personas que se sienten atacadas, inseguras e inferiores, se pueden observar señales como: -
la boca con el labio inferior sobre el superior (duda).
-
la mirada se desvía constantemente del interlocutor (inferioridad, sumisión, aislamiento) o
-
la mirada es poco intensa y están los ojos entrecerrados (abatimiento, tristeza).
-
quizás realiza mayor cantidad de contactos visuales pero de corta duración (necesidad de aceptación, inferioridad) o
-
la mirada es muy frecuente y muy breve (vergüenza, culpa, inseguridad), a veces mueve los ojos de un lado al otro incesantemente al hablar (inseguridad y ansiedad),
-
esquiva la mirada (evitación y timidez) o se encuentra mirando al piso constantemente (inseguridad, ocultamiento, evitación). la cabeza está baja (tristeza, sumisión).
Por otra parte es interesante observar en este grupo los brazos y las manos, presentando diferentes combinaciones de posturas y con ella expresando su significado, por ejemplo: -
Los brazos están cruzados y exhibe ambas manos apoyándolas sobre la parte superior de los brazos (inseguridad, emociones reprimidas), o Los brazos están pegados al cuerpo (inferioridad).
-
Las manos están juntas y enfrentadas con los dedos entrecruzados y ubicadas frente al abdomen o el pecho (inseguridad, timidez y tensión).
-
Una mano toma la otra en forma de apretón de manos o una palma se apoya sobre la otra mano (indefensión).
Por último, pueden considerarse algunos gestos en este grupo con énfasis en las posturas del tronco y las extremidades inferiores: -
El tronco está encorvado y los hombros encogidos (sumisión e indefensión).
-
Las piernas están cruzadas y enroscadas (timidez, inseguridad, sumisión),
-
también podría cruzar los tobillos o juntarlos y retraerlos bajo el asiento (timidez retraimiento, reprime emociones).
El quinto grupo incluye a aquellas personas que desean irse lo antes posible de la sesión o terminar de tratar determinada temática. Presentan signos de impaciencia, actitud de huida, aburrimiento y desinterés. Por ejemplo se observa que:
-
desvía la mirada constantemente (huida, ocultamiento); o
-
mira otros objetos del lugar y no al interlocutor (desinterés, distracción).
-
cierra los ojos y los frota con una mano (aburrimiento, cansancio, desinterés).
-
la cabeza está baja (cansancio, desaprobación, aburrimiento) o \
-
la cabeza está apoyada sobre la palma de la mano abierta o sobre el pulgar de una mano (aburrimiento, desinterés).
También, en este grupo, los signos de impaciencia, actitud de huida, aburrimiento y desinterés se observan en el tronco y las extremidades, por ejemlo: -
El tronco se ubica inclinado adelante y en tensión (tensión, huida) o
-
tronco relajado y hacia atrás (desinterés y relajación).
-
Los brazos están cruzados firmemente sobre el pecho (actitud cerrada, desinterés) o
-
Brazos extendidos tomando con las manos firmemente el asiento o las rodillas (huida).
-
se rasca la nuca, la cabeza o un ojo (desinterés, evitación). Las piernas se encuentran tensas y realizan repiqueteos con los pies sobre el piso (huida, desinterés y tensión);
-
cruza las piernas en tensión (negación, actitud cerrada),
-
coloca las piernas abiertas con un pie más adelantado que el otro (huida), o
-
piernas abiertas y cruzando los pies (reprime emociones)
Sin duda la descripción realizada es solo un marco introductorio al estudio del universo de significados de la gestualidad
CAPITULO 5 “METACOMUNICACION NO VERBAL”, UNA HERRAMIENTA PSICOTERAPEUTICA Hasta aquí se ha analizado la comunicación humana colocando el énfasis en su modalidad no verbal y en la función informativa cuando esta expresa emociones y muestra actitudes. Además, se profundizó en el estudio del sistema kinésico y en los subsistemas del lenguaje corporal que lo componen, aportando vastos ejemplos de la gestualidad y sus posibles significaciones. En esta dirección, se formuló que el lenguaje es codificado por el receptor quien otorga una significación a lo percibido. En función de lo formulado, se examinará cómo logar en la práctica clínica observar la infinita cantidad de gestos que se despliegan continuamente y lograr codificar el mensaje, como también cuál es la utilidad en la psicoterapia.
5.1. Hacia la construcción de una herramienta psicoterapéutica. Ante la inmensidad de variantes que presenta la comunicación no verbal se plantea el interrogante acerca de qué observar en el lenguaje no verbal del paciente, como también qué se requiere para esta observación y finalmente es preciso definir cómo y cuando utilizar en psicoterapia la inferencia obtenida con respecto a las emociones y actitudes del paciente en función de lograr una mayor eficacia en la sesión psicoterapéutica.
5.1.1. Qué observar en la guestalt no verbal: Cada mensaje no verbal es expresado por medio de la guestalt no verbal, o sea por un conjunto se señales que solo pueden dividirse en subsistemas y sistemas para su estudio. Así mismo, el mensaje no expresa solo una emoción o una actitud, sino un todo en relación al estado emocional y las actitudes de la persona en un momento dado. Además, en una comunicación se transmiten numerosos mensajes que se encadenan de manera recursiva unos a otros. Sumado a esto, no se debe perder de vista que el observador realiza un recorte al percibir. En otras palabras, “La comunicación humana es extremadamente compleja – no tiene reglas fijas y simples – y en ausencia de tales reglas, … tendré una tendencia a ver solamente lo que quiero ver y prestar atención a lo que considero conveniente saber”. (Davis, 1975, p.243). Por consiguiente, podría pensarse en la dificultad que se presenta al pensar qué observar en el otro para codificar de la manera más acertada posible el mensaje que intenta transmitir. En respuesta a lo planteado, y basado en una elaboración personal, se puede formular que si bien se debe observar el todo que compone la comunicación no verbal, es importante dar atención a los cambios repentinos en el uso de los elementos no verbales que utiliza el emisor del mensaje, a la repetición de ciertas señales y a los elementos que resulten incongruentes con el todo. En primer lugar se puede mencionar que es importante dar atención a aquellas señales no verbales que aparecen en forma repentina y a los cambios notorios que se
produzcan en toda la guestalt no verbal; tanto lo nuevo que aparece de manera súbita como los cambios en el todo pueden ser apreciados en contraste con la gestualidad que venia realizando el paciente. Cabe advertir que muchas veces podría haber una tendencia a prestar más atención a una conducta no conocida o infrecuente para el observador, de acuerdo al repertorio de gestos que son más esperados o normales para él. Son múltiples las gestualidades que realiza un cuerpo para construir una semántica. Razón por la que no puede decirse que es sólo un gesto el portador de la significación, pero, tal vez uno de ellos es el que alerta al interlocutor. (Ceberio, 2009, p.139). Con estas palabras claramente se comprende que si bien un elemento no verbal no da cuenta en sí mismo de un estado emocional, un cambio en la expresión no verbal o una señal que aparece en forma repentina, llama la atención de que se produjo en la persona una emoción diferente que remite a una multiplicidad de factores. Por ejemplo, se observará un notorio cambio en la gestualidad de una persona al recibir la mirada de un familiar en la sesión, al recordar algo o pensar acerca de su presente o de su futuro, al hablar de alguna temática en particular, luego de alguna intervención del terapeuta o posterior a un cambio en los factores del entorno. Luego de lo expuesto podría pensarse que si un gesto no es aprendido daría como resultado que el observador perdería la oportunidad de captar cierto mensaje, el cual podría ser de importancia para comprender el estado emocional del otro. No obstante ello, la persona posee un repertorio gestual que le es característico y que revela aspectos de su personalidad, además de acuerdo a su estado emocional realizará uno o más gestos repetitivos que revelaran como se siente. Si bien los gestos pueden durar instantes y múltiples gestos componen una guestalt no verbal, recursivamente diferentes señales no verbales conformarán nuevos conjuntos que darán cuenta del mensaje que intenta transmitir una persona, consciente o inconscientemente. Por tanto, la gestualidad insiste en transmitir un mensaje, en este caso solo hay que saber esperar y observar su repetición.
Por último, además de dar atención a los cambios repentinos en la gestualidad y a la repetición de ciertas señales no verbales, es importante prestar atención a aquellos elementos que resultan incongruentes dentro de la guestalt no verbal. Por ejemplo, cuando la persona presenta una postura relajada, se encuentra con la espalda recostada sobre el asiento, las piernas abiertas y sin tensión, frunce el ceño y expresa verbalmente que le da mucha rabia lo que dijo su familiar, se podrá observar la incongruencia entre el lenguaje verbal y no verbal, como también la falta de correspondencia entre la gestualidad del rostro y la corporal. Si bien, en el presente trabajo no se analizó la gestualidad que suele manifestarse en ciertas psicopatologías, es importante tener en cuenta que existen casos en que hay una alteración en la expresión de las emociones debido a patologías donde la movilidad corporal se ve restringida, o patologías mentales donde los elementos que utiliza la persona para conformar la expresión no verbal difieren de aquellos usados en general por las personas con un estado relativo de salud. Es importante pensar que no tendría sentido tratar de codificar cada gesto en forma constante ya que ante la inmensidad de señales no verbales seria imposible dicha tarea, pero sí es importante estar atentos a la repetición, a los cambios y a las incongruencias entre los elementos de la comunicación no verbal, considerando siempre la sincronía entre las dos modalidades de la comunicación: verbal y no verbal y a los elementos que influyen en la comunicación. Hasta aquí se consideró todo lo referente a la observación del mensaje no verbal, por lo que es conveniente analizar cómo deberá ser usada la codificación realizada a partir del mensaje no verbal del paciente observado. Cabe recordar que el resultado de la observación y la codificación de un mensaje es una hipótesis, un supuesto construido por el observador. Así mismo, es importante analizar cuándo debe utilizarse el supuesto en función de proporcionar al paciente una variable que le permita realizar una nueva codificación acerca de su sentir, pensar y actuar. Por lo tanto, resta profundizar acerca de cómo y cuándo utilizar la hipótesis formulada.
5.1.2. Cómo y cuándo utilizar la hipótesis: En primer lugar se analizará cómo utilizar la hipótesis. Para utilizar la inferencia realizada a partir de la observación de la comunicación no verbal se deberá metacomunicar. En función del término empleado, es apropiado mencionar que “Cuando dejamos de utilizar la comunicación para comunicarnos, y la usamos para comunicar algo acerca de la comunicación, …, utilizamos conceptualizaciones que no son partes de la comunicación, sino que se refieren a ella”. (Watzlawick, 1997, p.41). A partir de esta definición se comprende que metacomunicar es comunicar acerca de la comunicación y es sinónimo de preguntar en lugar de suponer que quiso expresar el otro. En este sentido, la metacomunicación permite entender que intentó comunicar el emisor del mensaje, cuál es el significado que intento transmitir y de esta manera evitar pensar que lo inferido por la simple observación de la comunicación del otro posee una certeza basada en las atribuciones realizadas en el acto perceptivo. Por lo tanto, entendiendo que la metacomunicación es el camino indicado para comprender el mensaje del otro, o sea que la respuesta al cómo utilizar la hipótesis obtenida luego de la observación es metacomunicando, resta explicar de qué manera puede ser utilizada la metacomunicación en la clínica y en función de lo expresado a través de un mensaje no verbal. La metacomunicación en función de esclarecer la codificación realizada a partir de un mensaje no verbal puede emplearse de dos modos: realizando un señalamiento o bajando la hipótesis al campo. La primera opción consiste en metacomunicar sobre la comunicación no verbal realizando un señalamiento sobre una guestalt o elemento no verbal que previamente fue observado y codificado. Así mismo puede remarcarse el momento en que se observó un gesto, un tono de voz, etc. y preguntar por su significado.
Por ejemplo, al observar que la persona cierra los puños, tensa el tronco y aprieta fuertemente los labios cuando habla su hermano, se infiere que siente rabia o ira hacia él o hacia el tema que está relatando, por lo tanto el terapeuta preguntaría: ‘¿Que te pasó que estás con los puños cerrados y apretás los labios, significa algo para vos?’, o bien ‘¿Qué sentiste cuando recién hablaba tu hermano, me pareció ver que cerraste los puños y apretabas lo labios?’ La segunda manera de metacomunicar se puede realizar ‘bajando la hipótesis al campo’. El término ‘bajar la hipótesis al campo’, en este trabajo alude a expresar verbalmente el supuesto significado que surgió de la codificación del mensaje no verbal percibido en un contexto determinado. Tomando el ejemplo anterior el terapeuta podría decir en la sesión: ‘Observaba recién que cerraste los puños y apretabas los labios cuando hablaba tu hermano, ¿podría ser que lo que dice te produce ira?’. La diferencia entre las dos modalidades propuestas es que en la primera se señalan la comunicación no verbal observada y se pregunta por el significado que posee para el paciente. En cambio en la segunda modalidad, no solo se realiza un señalamiento sino también se pregunta si el significado inferido coincide con la significación atribuida por la persona a su mensaje. Ambas modalidades de metacomunicar pueden ser usadas según el terapeuta lo crea más conveniente, teniendo en cuanta que la segunda modalidad podría otorgar una significación que el emisor adopte como propia, creando una nueva realidad en base a la construcción comunicada por el terapeuta. Si bien la modalidad ‘bajar la hipótesis al campo’ no es la adecuada en muchas ocasiones, puede ser necesaria cuando ya se utilizó la primera modalidad, habiéndose realizado un señalamiento en función de la codificación del mensaje no verbal recibido, y ante la misma el paciente responde no saber que siente o desconoce que significado tiene la gestualidad realizada momentos atrás. Por ejemplo, si ante la pregunta: ‘cerraste los puños, ¿significa algo para vos?’, la respuesta es ‘no se’, o ‘no significa nada’, el terapeuta puede decir: ‘¿Podría ser que
cerraste los puños porque te produce ira lo que dice tu hermano?’. Una de las reglas en psicoterapia … es no dejar de preguntar acerca de la semántica del gesto, pero no solamente, también advertir al paciente acerca de su gestualidad si no tomó consciencia de ella y a partir de allí intentar profundizar sobre su significado. A pesar de que el terapeuta se encuentre profundamente enraizado con su paciente, y tenga de él el más centrado conocimiento, no deberá confiarse en sus atribuciones a las mímicas o actitudes y las traducirá en preguntas estratégicas. (Ceberio, 2009, p.191) Por último, es conveniente analizar cuándo se utilizara la hipótesis obtenida a través de la observación de las señales no verbales del emisor, o sea cuándo metacomunicar acerca de la comunicación no verbal. El uso adecuado de una hipótesis es sinónimo de uso oportuno, en el momento correcto, y este momento en la clínica es aquel en el cual el paciente pueda tomar provecho de la intervención y profundizar en el significado del mensaje que transmitió de modo no verbal. La metacomunicación, como toda intervención psicoterapéutica, realizada fuera de lugar y tiempo podría ser inocua o provocar mayores resistencias en el paciente, resistencias a pensar en aquello que le causa displacer y en darse la posibilidad de coconstruir una nueva realidad. El paciente suele alejarse del problema que realmente le causa displacer, el problema latente, refugiándose en el discurso que refiere al problema manifiesto, problema que dice tener, el cual funciona como anestesia y como sinónimo de no cambio. En esta dirección, es importante destacar que como toda intervención solo tendrá valor si se emplea en la medida justa. Seria un error metacomunicar continuamente sobre cada mensaje no verbal que se codifica, ya que por una parte interrumpiría el libre fluir de la comunicación por parte del paciente que intenta expresar su pensar y sentir, y por otra se dificultaría la posibilidad del paciente de integrar las emociones a cogniciones y acciones, no conduciendo esta maniobra al objetivo de resignificar para
construir una historia libre de padecer. Como toda herramienta psicoterapéutica no debe emplearse indiscriminadamente, y para ello debe considerarse que elementos no verbales codificados son significativos y ameritan la metacomunicación. En este sentido, Knapp (1982) manifiesta que debe determinarse cuando una conducta es importante en tanto portadora de un significado, por ejemplo si la persona se inclino hacia adelante, se deberá pensar cuál es el grado de esa inclinación, durante cuánto tiempo permaneció en esa posición, en qué momento de la interacción se produjo esa conducta no verbal, etc. Por consiguiente, es importante discriminar qué conductas no verbales y portadoras de una semántica son relevantes para ser metacomunicadas en el momento oportuno.
5.2. Conceptualización de la herramienta ‘Metacomunicación No Verbal’. A partir de lo expuesto, resulta posible formular claramente que luego de observar una expresión no verbal, se codifica lo observado construyendo una significación que conforma una hipótesis de trabajo en la clínica, la cual podrá ser utilizada de manera adecuada y en el momento oportuno con el fin de realizar una intervención eficaz. Por consiguiente, y a partir de una elaboración personal, se considera que la observación de la comunicación en su modalidad no verbal en conjunto con el contexto y la comunicación verbal si la hubiera; la codificación de lo observado, lo cual implica una significación supuesta que constituye una hipótesis del significado que el emisor del mensaje intentó transmitir; más la utilización de la hipótesis obtenida mediante la metacomunicación en la sesión psicoterapéutica mediante sus dos modalidades: a modo de señalamiento o bajando la hipótesis al campo, constituye un proceso y este proceso es una intervención psicoterapéutica. A este proceso se le dará el nombre de ‘Metacomunicación No Verbal’, término que se abreviará como: ‘M-NV’. Por tanto, la ‘Metacomunicación No Verbal’ es definida como una herramienta psicoterapéutica, la cual remite a un proceso constituido por: la observación de la guestalt no verbal, la codificación, la formulación de una hipótesis y la metacomunicación no verbal a través de dos modalidades: señalamiento y bajar la hipótesis al campo. Metacomunicación no verbal significa comunicar acerca de la comunicación y específicamente acerca del mensaje emitido a través de su modalidad no verbal. La herramienta psicoterapéutica denominada Metacomunicación No Verbal permite acercarse al conocimiento de la experiencia emocional del otro y es la puerta de entrada a la interconexión de esta emoción con las posibles causas en las que se apoya, permitiendo así redefinir pensamientos, conductas y sentimientos que permitirán al paciente un estado psíquico más saludable. En este punto es conveniente esclarecer el significado de ‘herramienta psicoterapéutica’. La misma, remite a toda intervención que realiza el terapeuta en la
sesión, pudiendo realizarse a través la modalidad verbal o no verbal y que apunta a lograr un efecto determinado sobre el o los pacientes presentes en la sesión psicoterapéutica. Si bien la comunicación que se produce con la sola presencia de los pacientes y el terapeuta produce efectos terapéuticos, se le da el nombre de intervención a las acciones, comunicaciones y prescripciones que realiza el terapeuta, siendo esta tan solo una distinción explicativa para utilizar un lenguaje común en función de pensar en una estrategia de trabajo y también para abreviar explicaciones a la hora de una supervisión. De lo anterior se desprende que las herramientas psicoterapéuticas son recursos, intervenciones que llevan un nombre para identificarlas y que poseen un solo objetivo: solucionar los problemas del paciente a través de modificaciones que son producto de una reconstrucción o nueva codificación y percepción de la realidad por parte del paciente. La reestructuración alude a un cambio del mapa mental de la persona y junto a este, un cambio en el sentir y el actuar. Por consiguiente, la reestructuración se logra al romper el equilibrio de la lógica preexistente en la persona utilizando la intervención adecuada para cada persona y para cada momento.
5.3. Consideraciones para la utilización de la ‘M-NV’. Se ha ofrecido una amplia explicación referente a un modo de intervención aquí denominado ‘M – NV’, por tanto es oportuno considerar qué se requiere para utilizar esta herramienta psicoterapéutica. Si bien hay personas más sensibles a captar el lenguaje no verbal, la observación de la gestualidad es una habilidad que puede desarrollarse. Al observar a una persona “… necesitamos saber que mirar y como registrarlo…. tendremos que comenzar de alguna manera; necesitamos poner cierto orden en un conjunto muy complejo de acontecimientos”. (Knapp, 1982, p.342) Por consiguiente, se puede formular que la capacidad de observar y codificar un mensaje no verbal para utilizar la inferencia en la clínica, puede lograrse mediante el entrenamiento y el conocimiento teórico acerca del lenguaje no verbal. Por una parte, el conocimiento teórico remite al estudio de la significación de los elementos no verbales descripta por los diferentes estudiosos en el tema, para de esta manera ampliar la mirada a la hora de observar y codificar un mensaje. Estudiar y conocer los posibles gestos y sus significados permitirá obtener un marco de referencia general que posibilitará observar con mayor atención la comunicación humana, captar mayor cantidad de elementos no verbales y pensar en diferentes posibilidades respecto de su significación. Las siguientes palabras ilustran lo argumentado. Es probable que los observadores eficaces hayan pasado por una muy variada gama de experiencias educativas y personales. Esta base experiencial ayuda al observador a procesar estímulos complejos y fugaces y a situar más tarde las observaciones en la perspectiva adecuada…. El observador ha de tener la habilidad suficiente como para descubrir el hilo unificador y los conceptos generales que conectan las múltiples observaciones asiladas. (Knapp, 1982, p.343) Además de los conocimientos teóricos necesarios para poder observar los elementos de la comunicación, se requiere de práctica en la observación de los mismos.
El entrenamiento es fundamental para mejorar una habilidad personal, la persona entrenada y capacitada podrá captar mayor cantidad de señales no verbales y codificarlas pudiendo utilizar esta información en la clínica. Es interesante pensar que en los primeros momentos cuando se coloca la atención voluntaria sobre un elemento nuevo otras partes del todo dejan de ser percibidas, se realiza un recorte muy pequeño de la totalidad y en este recorte pocos elementos se encuentran en un primer plano. Así por ejemplo, el hecho de focalizar la atención sobre un gesto estaría en desmedro de la percepción de la guestalt no verbal y de la observación de la comunicación como un todo, donde lo verbal y no verbal son inseparables para significar el mensaje. Con la observación repetida se logrará captar mayor cantidad de elementos significativos que presenta el complejo universo gestual, dando como resultado una percepción más completa de la guestalt no verbal. En función de ello se pueden considerar algunos lineamientos básicos para entrenar la habilidad mencionada. Es posible pensar que un punto de partida en el entrenamiento de la observación y codificación de la comunicación no verbal es observar en primer lugar solo un sistema no verbal, por ejemplo, se podría comenzar con la observación del sistema kinésico centrando la atención en los gestos faciales y corporales, luego se podría poner atención al uso del espacio; más tarde se pasaría a entrenar la percepción de elementos no verbales expresados a través del sistema paralingüístico como los diferentes tonos de voz, los silencios, etc. El siguiente objetivo es integrar todos los sistemas y observar la guestalt no verbal, para finalmente lograr observar la comunicación en su modalidad verbal y no verbal. Por ejemplo, podrían observarse determinados gestos en el rostro sumados a un cambio en la postura del tronco y las extremidades, conjuntamente con un tono de voz más elevado del que sostenía en la conversación y escuchar las palabras que enuncio de modo verbal.
A partir de lo expuesto se entiende que el percibir y codificar la comunicación no verbal no es un don sino una adquisición. “Aquellos recursos con los que no se cuenta, es necesario intentar crearlos hasta que puedan aflorar en la interacción de manera espontánea haciéndose carne del terapeuta”. (Ceberio, 2009, p.164) El terapeuta podrá aumentar el número de intervenciones posibles, para disponer de mayor movilidad a la hora de implementar la intervención terapéutica adecuada a cada persona y cada momento de la sesión psicoterapéutica. Siendo la herramienta ‘MNV’ una intervención más y de gran valor para lo que concierne al trabajo con las emociones y actitudes del paciente. Finalmente, es importante considerar que si no se metacomunica y se brinda a la persona una lectura a modo de certeza con respecto a lo que expresó verbal o gestualmente se imprime un rótulo en el otro, que no solo condiciona a la persona, sino también determina la mirada del terapeuta y esto conlleva a limitar o anular la posibilidad de ingresar nueva información al sistema de la comunicación y al universo cognitivo del paciente, recorriendo de esta manera el sentido contrario a la posibilidad de construir una nueva realidad en beneficio del paciente y de cara a un cambio cualitativo. Intervenir sobre el sentir es solo una vía de acceso y una parte de la triada sentirpensar-actuar. La importancia de intervenir en esta área radica en que es la forma más directa cuando se trata de las emociones y una de las formas de intervenir es a través de la herramienta propuesta en este trabajo denominada ‘Metacomunicación No Verbal’. La meta de esta intervención es la de identificar aquello que causa displacer o también placer para luego co-construir una nueva realidad, la cual irá ligada de una nueva emocionalidad. Se podrán con-construir una nueva visión de una situación, un nuevo tipo de relación, nuevas conductas, es decir, nuevas realidades.
CONCLUSION En el trabajo se realizó un recorrido temático a través de la comunicación y las emociones para concluir presentando una nueva herramienta psicoterapéutica. Con respecto a las emociones se explicó que el término es sinónimo de experiencia emocional y esta incluye: un estado corporal y psíquico particular, la experiencia subjetiva y la manifestación de un conjunto de señales no verbales. Se subrayó que un estado emocional es consecuencia de la percepción de estímulos exteriores o interiores y que está relacionado con la significación dada a una situación. Así mismo, se mostró una clasificación distinguiendo a las emociones básicas como la alegría, la tristeza, el miedo, la sorpresa y el asco o disgusto, y las emociones secundarias, como la vergüenza o los celos. En este sentido, se mencionó que las emociones positivas están asociadas a estados placenteros y las negativas a los displacenteros, pudiendo estos últimos ser útiles en función de la supervivencia. La comunicación humana fue definida como un proceso circular en el que se realiza un intercambio de mensajes en un contexto determinado, donde la emisión de un mensaje y la retroalimentación se dan en un continuo interjuego recursivo, en el cual cada integrante del proceso será a la vez emisor y receptor de la información que irá moldeando la construcción del mensaje. La comunicación puede manifestarse a través de dos modalidades: verbal y no verbal, posee dos funciones: informativa y pragmática y se transmite en forma analógica o digital. En esta dirección, se profundizó en el estudio de la comunicación en su modalidad no verbal y fue definida como: el modo en que se manifiesta la comunicación cuando los elementos que componen el mensaje trascienden la palabra, siendo sus elementos señales que se agrupan en subsistemas y sistemas para conformar la guestalt no verbal. Por tanto, la guestalt no verbal es un conjunto de señales que se manifiestan para ejercer de modo no verbal la función informativa y pragmática de la comunicación. La importancia de haber elaborado dos nuevas definiciones radica en poder
comprender, a partir de estas premisas, la circularidad del proceso de la comunicación evitando una mirada lineal, causalista y atomista; como también entender cómo se manifiesta y qué informa un mensaje, cual es el efecto que produce y conocer los elementos que la componen agrupándose en sistemas y subsistemas. Así mismo, la terminología utilizada apunta a eliminar ambigüedades al momento de estudiar o hacer referencia a la comunicación. Luego de efectuadas las conceptualizaciones necesarias el camino continuó adentrándose en el estudio del lenguaje corporal. Se explicó que un gesto es un movimiento que tiene valor semántico y que si bien algunos poseen una significación universal nunca están exentos de las particularidades de cada persona. Los gestos expresan un mensaje y su contenido puede ser genuino o falseado, aunque en este último caso puede apreciarse la incongruencia dentro de la guestalt no verbal. En este sentido, se exploraron los posibles significados de los gestos correspondientes a los subsistemas: gestualidad del rostro y gestualidad del tronco y las extremidades, se remarcó que conocer las posibles significaciones es solo un punto de partida ya que cada expresión cobra sentido dentro de la totalidad en la que se manifiesta. Tomando las posibles significaciones del lenguaje corporal se elaboraron ejemplos que permiten observar la gestualidad en la clínica en aquellos pacientes que confían en el terapeuta y presentan una actitud abierta y reflexiva; quienes están centrados en la critica o la sospecha; los que se colocan en una posición de superioridad o presentan una actitud autoritaria y desafiante; quienes se sienten atacados, inseguros o inferiores, y por último los que desean irse de la sesión o abandonar el tema que se está tratando. A continuación se exploró cómo puede ser reconocido un estado emocional mediante la observación. Se explicó que al percibir un mensaje se trazan distinciones realizando un recorte en el cual son captadas ciertas señales no verbales en base a las cuales se codifica el mensaje otorgándole un sentido que puede ser más o menos equivalente al significado que el emisor intento transmitir, por lo cual el mensaje no es
decodificado ni interpretado sino codificado resultando en un supuesto acerca de la significación del mensaje. En base a que no se obtienen certezas al observar y codificar un lenguaje corporal se destacó la necesidad de metacomunicar acerca de la comunicación no verbal para conocer el significado de un mensaje. Finalmente se le dio el nombre de ‘Metacomunicación No Verbal’ a la herramienta psicoterapéutica que remite al proceso constituido por: la observación de la guestalt no verbal, la codificación, la formulación de una hipótesis y la metacomunicación no verbal a través de dos modalidades: señalamiento y bajar la hipótesis al campo. En este sentido se analizó cómo y cuándo utilizar esta herramienta psicoterapéutica y se subrayó que para su empleo es necesaria la práctica y el estudio de la comunicación no verbal para poder codificar un mensaje basándose en un repertorio más amplio de posibles significaciones. La importancia de haber dado un nombre a esta intervención es por un lado, comprender que refiere a un proceso, y por otro para identificar una intervención rápidamente y sin ambigüedades al momento de pensar en una estrategia de trabajo, como también para hacer mención a esta intervención al supervisar una sesión psicoterapéutica. Los objetivos planteados para este trabajo fueron alcanzados, por un lado mediante el desarrollo de la herramienta M-NV fue demostrado que la observación es el punto de partida de un proceso que constituye una intervención en la clínica. Por otra parte, se demostró que la importancia y el beneficio de conocer las emociones, a través de la observación de la comunicación no verbal, radica en que la palabra no logra expresar con total fidelidad un estado emocional porque en la traducción del lenguaje verbal al no verbal se pierde información, en cambio el lenguaje corporal tiene íntima relación con el mundo emocional. Para concluir, puede precisarse que el objeto de estudio de la psicología es la conducta y la conducta es comunicación, por lo tanto el estudio de esta no debe
reducirse a una definición, por el contrario la comunicación es una ciencia que merece ser estudiada en forma detenida. Así mismo, se considera que apelar a la comprensión de la comunicación no verbal y utilizar la M-NV serviría para incrementar las técnicas que posee el terapeuta para intervenir y para conocer el estado emocional del paciente en el aquí y ahora para luego asociarlo a los motivos que cambiaran su condición latente a manifiesta y en consecuencia será posible co-construir una nueva visión de una situación, un nuevo tipo de relación, nuevas conductas, es decir, una nueva realidad acompañada de un estado emocional diferente. Por consiguiente, la comprensión de la comunicación no verbal es de gran importancia para el diagnóstico y para realizar una intervención apropiada en la sesión psicoterapéutica, por lo cual la M-NV constituye una pieza fundamental en el dominio de la practica clínica. Finalmente, cabe destacar que si bien se tomó en este trabajo una de las partes de la comunicación, se entiende que es necesario relacionar circularmente todas las partes del sistema para apreciar la totalidad. En este sentido, se considera que la circularidad y la recursividad son la guía del pensamiento del terapeuta que toma como modelo a las ciencias modernas. Desde esta perspectiva toda causa es efecto y todo fin un principio, aludiendo a ello este trabajo finaliza con las palabras que fueron elaboradas en su inicio: ‘El universo de la comunicación nos introduce en una temática compleja donde la gestualidad y la palabra componen una danza que es puesta en escena por dos o más actores, quienes a través de un interjuego recursivo y el trazado de distinciones le otorgan un sentido’.
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SABIAS? Vewe es una palabra de la lengua inglesa de la edad media que data desde los inicios del siglo XVI. La forma que adquiere en el inglés moderno es View, que significa: la habilidad de ver algo desde un lugar particular y una manera individual de considerar las cosas. Este es el origen del nombre de esta colección de libros y también su objetivo:
NEW VEWE es construir un Nuevo Punto de Vista para lograr una mejor calidad de vida
GRACIAS POR TU TIEMPO Apreciaría tu valiosa opinión Quiero agradecerte por tu valioso tiempo de lectura, confío en haberte dado algo de valor y sinceramente espero que sea de mucha utilidad. Apreciaría tu valiosa opinión, escribiendo tu review GRACIAS !!! Sonia E. Rodriguez Psicóloga Creadora de New
Vewe®
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