Robinson, J.M. et al. - El Documento Q, ed. española S. Guijarro (BEB 107, Sígueme, 2002, 239pp)

January 21, 2017 | Author: santelmo | Category: N/A
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EL DOCUMENTO Q Jame,,· :H. Robinson Paul Hojfmann Joh11 S. Kloppenborg

EDICI.NES

PEETERS

S GUEME

Pl.~BLISIII-:HS

El Documento Q en griego y en español, con paralelos del evangelio de Marcos y el evangelio de Tomás. Nos encontramos ante el resultado del trabajo de una generación llevado e/ cabo por el equipo del Proyecto Internaciona( Q. Ellos han reconstruido la colección de dichos atribuidos a Jesús (y algunos a Juan) que está detrás de los evangelios de Mateo y Lucas. Este libro pone a nuestra disposición, de la manera más apropiada, la fuente más importante para reconstruir el mensaje de los primeros seguidores galileos de Jesús, tal como ellos proclamaron, tras la muerte del Maestro, su anuncio del reino de Dios. Debido a todo ello, Q es la fuente .singular más importante para el estudio del Jesús histórico. Imprescindible para todo el que esté seriamente interesado en conocer más sobre Jesús. El volumen presenta, en páginas enfrentadas, la reconstrucción en griego y en español del texto de Q. Va precedido de una sustanciosa introducción, y completado con la concordancia de Q.• Han elaborado este libró James M. Robinson, Paul Hoffmann, John S. KlopJenborg (eds.) y Mi/ton C. More/and (ed, ejecutivo). La· edición en español ha sido preparada por Santiago Guijarro.

EDICIONES

SIGUEME

n" 1 O 7

Biblioteca de Estudios Bíblicos

BIBLIOTECA DE ESTUDIOS BÍBLICOS 107

Otras obras publicadas Por Ediciones Sígueme: -R. Bultmann, Historia de la tradición sinóptica (BEB 102) - G. Theissen-A. Merz, El Jesús histórico (BEB lOO) - G. Theissen, La religión de los primeros cristianos (BEB 108) - tJ. Luz, El evangelio según san Mateo 1-III (BEB 74, 103, 104) - G. Theissen, Colorido local y contexto histórico en los evangelios (BEB 95) -Ji. Balz-G. Schneider, Diccionario exegético del NTI-11 (BEB 90-91) - li. Koster, Introducción al Nuevo Testamento (BEB 59) - R. Bultmann, Teología del Nuevo Testamento (BEB 32) - J. Jerernias, Palabras desconocidas de Jesús (BEB 14)

EL DOCUMENTO Q EN GRIEGO Y EN ESPAÑOL Con paralelos del evangelio de Marcos y del evangelio de Tomás

JAMES M. ROBINSON, PAUL HOFFMANN, JOHN S. KLOPPENBORG (EDITORES) MILTON C. MORELAND (EDITOR EJECUTIVO) SANTIAGO GUIJARRO (EDICIÓN ESPAÑOLA)

PEETERS LEUVEN 2002

EDICIONES SÍGUEME SALAMANCA 2002

Cubierta diseñada por Christian Hugo Martín Título original: The Sayings Gospe/ Q in Greek and English with Paral/els from the Gospels ofMarlc and Thomas Traducción del texto griego: Santiago Guijano Tradución de la introducción inglesa: Esther Miquel O Peeters, Leuven 2001

e> Ediciones Sigueme S.A., 2002 García Tejado, 23-37 - E-37007 - Salamanca 1 España www.sigueme.es ISBN: 84-301-1464-5 Depósito legal: S. 1.055-2002 Fotocomposición Rico Adrados S.L., Bmgos Impreso en España 1 UE Imprime: Gráficas Varona Polígono El Montalvo, Salamanca 2002

COMITÉ EDITORIAL DEL PROYECTO INTERNACIONAL Q Stanley D. Anderson Robert A. Derrenbacker, Jr. Christoph Heil Thomas Hieke Paul Hoffinann Steven R. Johnson John S. Kloppenborg Milton C. Moreland James M. Robinson

CONTENIDO

/Jrá/ogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

11

1,us textos de Q en el orden de Mateo

...............

13

1)ivcrgencias respecto del orden de Lucas . . . . . . . . . . . .

17

Introducción (James M. Robinson) . . . . . . . . . . . . . . . . . .

19

Siglas

99

........................................

El texto de Q en griego y en español

. . . . . . . . . . . . . . . . 103

( 'oncordancias de Q (John S. Kloppenborg)

. . . . . . . . . . 203

Lecturas recomendadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231

PRÓLOGO

El Documento Q en griego y español con paralelos del evande Marcos y del evangelio de Tomás es esencialmente una versión abreviada y simplificada de The Critica/ Edition of Q: S¡•nopsis including the Gospels of Matthew and Luke, Mark and '11wmas with English, German, and French Translations of Q tllld Thomas, editada por James M. Robinson, Paul Hoffinann, y .Ioim S. Kloppenborg (Milton Moreland, editor ejecutivo), que fue publicada en el 2000 por Fortress Press para Norteamérica y por Peeters Publishers para la Unión Europea. Fortress Press ha puhlicado también en el2001 un librito titulado The Sayings of k.ms: The Sayings Gospel Q in English, sin el texto griego. El texto critico de Q, que es el resultado del trabajo que han reulizado de forma continuada durante casi dos décadas los miembros del Proyecto Internacional Q, se presenta aquí en pál!tinas enfrentadas, con el texto griego a la izquierda y su traducción española a la derecha. Ambos utilizan la versión simplificuda que ya fue publicada en The Critica/ Edition of Q. Allí uparecía resaltada en la parte inferior de las páginas de la izquierda para facilitar su consulta. Esta versión libera al lector de la amplia batería de siglas que fueron necesarias para presentar In reconstrucción del texto crítico. Por esa razón ahora sólo aparecen las siglas necesarias para indicar el grado de certeza del texto en cada caso (véanse las siglas más adelante, en p. 99). La Concordancia del vocabulario de Q preparada por John S. Kloppenborg, que aparece en su versión completa en la Critica/ Hdition oJQ, se reproduce aquí en un formato más asequible, en el sentido de que sólo se incluye el vocabulario más significativo, aunque se amplía incluyendo la traducción española de cada término griego. ~l'lio

12

El Documento Q

Las amplísimas bases de datos preparadas por el Intemational Q Project, en las que se basa la reconstrucción del texto crítico de Q, han sido publicadas en una serie de varios volúmenes, bajo el título: Documenta Q: Reconstntctions of Q Through Two Centuries ofGmpe/ Research Excerpted, Sorted, and Eva/uated (Peetcrs Press, Leuven l996ss).

LOS TEXTOS DE

ilCO

Duplicado en Mateo

qun

Q EN EL ORDEN DE MATEO

Q (Lucas) 3, [OJ

1,1.5

3, 13; ll, IOb

3, 2b-3a

'· 7-1 'ta AóyLa auve'tá~am, ~Q¡..ti¡veu­ n~::v &' au'ta w~ ~V buva'tO~ EXUO'tO~, lo cual fue interpretado

por Schleiermacher así: «Mateo compuso los dichos en el dialecto hebreo [= arameo], y cada uno los interpretó como pudo». Schleiermacher defendió la tesis de que la fuente aramea no era 3. Eusebio, Hist. ecc/. 3, 39, 16. Los textos de Papías son ahora accesibles en Synopsis Quattuor Evangeliorum (Deutsche Bibelgesellschaft 15), ed. Kurt Aland, Stuttgart, redivierte Aufl. 1996, 2. korrigierter Druck 1997, 547.

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El Documento Q

lo mismo que el evangelio canónico de Mateo (como Papías había erróneamente supuesto), sino una fuente perdida, escrita por el apóstol y subyacente al actual evangelio canónico de Mateo (otorgándole, así, el nombre y la autoridad del apóstol). Dicha fuente estaría formada por «logia>>, término erróneamente entendido por Schleiermacher, quien creía que se refería a «dichos»: Mateo escribió una colección de dichos de Jesús, que contenía bien sentencias individuales, o discursos más extensos, o ambas cosas a la vez, sin duda lo más probable; ya que la propia expresión de Papias no puede haber querido decir otra cosa 4 •

Puesto que Schleiermacher creyó que la colección de dichos de Mateo no había sido utilizada en los demás evangelios canónicos y, consecuentemente, tampoco por Lucas 5, no puede ser considerado el descubridor de Q. Sin embargo, al fundamentar su tesis en un testimonio patrístico tan antiguo, inevitablemente sugirió que la colección tenía origen apostólico. Dificilmente puede exagerarse el peso que este argumento ha tenido a lo largo de todo el siglo XIX. Fue también él quien empezó a utilizar el término logia, procedente de Papías, como término técnico (inexacto) para designar lo que mucho después llegarla a conocerse como Q. b)

«El auténtico Mateo» que también utilizó Lucas. Christian Hermann Weisse

En 1838, el filósofo de Leipzig Christian Hermano Weisse presentó por vez primera el argumento sobre el que se fundamenta la existencia de Q, a saber: que tanto Mateo como Lucas utilizaron, además del evangelio de Marcos, una colección de dichos: Si aceptamos en relación con la obra mencionada [el evangelio de Lucas] que se sitúa respecto a Marcos en una relación similar a la del evangelio de Mateo; y que, como éste último 4. F. Scheleiermacher, Ueber die Zeugnisse des Papias von unsern beiden ersten Evangelien: TSK 5 (1832) 735-768, aquí 738. 5. /bid., 757.

Introducción

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[Mateo], sólo que con más libertad y buscando un cierto pragmatismo en la narración, entreteje en la trama de la narración de Marcos los l..óyw de Mateo además de un impresionante número de otras informaciones adicionales, permaneciendo sin embargo a lo largo del proceso completamente independiente de nuestro evangelio de Mateo así como [Mateo] se mantiene independiente respecto de [Lucas], se constatará que, en la medida en que esta tesis no contradice los testimonios históricos sobre el evangelio de Lucas, tampoco es necesaria ninguna justificación preliminar externa de la misma. En las palabras iniciales de su obra, el propio Lucas nos dice que ha utilizado testimonios externos sobre el itinerario vital del Redentor, los cuales estarían más cerca de la primera fuente [Marcos] ... Pero, después de todo lo que hasta ahora hemos ido haciendo notar, el supuesto de que entre las fuentes por él utilizadas se encuentran los escritos de Marcos y el auténtico Mateo [es decir, Q] resulta tan verosímil que deberíamos sorprendernos extraordinariamente si ese no fuera el caso. Por tanto, podemos avanzar confiadamente por el camino que hemos emprendido en relación también con Lucas, con la conciencia de que precisamente de esta forma damos cuenta de los testimonios históricos del mejor modo posible 6•

Esto nos conduce a reflexionar brevemente acerca de la relación entre los otros dos sinópticos al margen de su conexión común con Marcos. Como previamente hemos indicado, pensamos que dichas relaciones son independientes, entendiendo por ello que cada uno de los dos evangelistas usó las fuentes comunes de forma independiente, no que cada uno de ellos recurriera, en toda o la mayor parte de su obra, a fuentes no utilizadas por el otro. Nuestra convicción más firme es que, no sólo Marcos, sino también la colección de dichos de Mateo es fuente común para ambos 7• 6. Ch. H. Weisse, Die evange/ische Geschichte kritisch und philosophisch hmrbeitet (2 vols.) 1, Breitkopfund Hiirtel, Leipzig 1838, 55-56. 7. /bid., 83. Este es el decisivo pasaje en relación al origen de la hipóte~is Q citado por W. G. Kümmel, Das Neue Testament: Geschichte der Erfor.~chung seiner Probleme (Orbis Academicus 3.3: Problemgeschichten des WisNcnschaft in Dokumenten und Darstellungen), Karl Alber, Freiburg-München 1958, 185.

24

e)

El Documento Q

«A» (L) para A.óyLa. Heinrich Julius Holtzmann

En 1863, Heinrich Julius Holtzmann presentó una comparación detallada entre los dichos de Mateo y Lucas de un modo tan convincente que consiguió la aceptación general de Q 8 • En efecto, a pesar de la persistencia de algunos puntos de vista minoritarios, la hipótesis que afirma la existencia de esta fuente continúa siendo hasta hoy la posición predominante, aunque, evidentemente, a lo largo de todos estos años haya sido perfeccionada en varios aspectos. Holtzmann, todavía por deferencia a los logia de Papías, llamó a esta fuente de dichos «A» (L): Más bien nos adherimos a la hipótesis, perfectamente sencilla, de que existe otra fuente griega compartida por Mateo y Lucas. En lo sucesivo, y en espera de que se demuestre cuál es su naturaleza precisa, designaremos dicha fuente con la sigla A {Aóyt.a) 9•

2.

Los A.óym del Evangelio de Tomás

a)

P. Oxy. l. Bernhard P. Grenfell y Arthur S. Hunt

En 1897, la publicación realizada por Bernhard P. Grenfell y Arthur S. Hunt del P. Oxy. 1, formado por fragmentos procedentes de una colección desconocida de dichos (en la que ahora reconocemos al Evangelio de Tomás), con el título de AOriA IEl:OY, ilustra hasta qué punto se había extendido el uso del término A.óyLa para designar estas colecciones de dichos. En la reedición de la obra, un año después, los autores resumían la recepción inicial de aquella publicación: Finalmente, respecto a las cuestiones sobre los orígenes y la historia, declarábamos en dicha edición nuestro convencimiento en relación a cuatro puntos: 1) que estamos en presencia de una colección de dichos, no de extractos procedentes de una narración evangélica; 2) que no son dichos heréticos; 3) que son 8. H. J. Holzmann, Die synoptischen Evangelien: lhr Ursprung und geschicht/icher Charakter, Engelmann, Leipzig 1863. 9. /bid., 128.

Introducción

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independientes de los cuatro evangelios en su forma actual; 4) que son anteriores al año 140 d.C. y podrían incluso retrotraerse hasta el siglo l. Como es natural, estas afirmaciones, especialmente la primera, han sido calurosamente discutidas. Se ha intentado mostrar que los «Logia» son extractos del Evangelio de los Egipcios (Harnack), del Evangelio de los Hebreos (Batiffol) o del Evangelio de los Ebionitas (Zahn); y, a partir de diferentes puntos de vista, se han descubierto en ellos tendencias místicas, ebionitas o terapéuticas. Por otro lado, nuestra posición ha recibido el apoyo general de críticos tales como Swete, Rendel Harris, Heinrici y Lock; y, hasta el momento, la discusión ha tendido a confirmarnos en nuestra opinión original 10 • h)

Recordando los A.óyta 1 A.óym de Jesús. J. Rendel Harris y Walter Lock

Evidentemente, P. Oxy. 1 provocó una discusión considerable. J. Rendel Harris llamó la atención sobre la fórmula de introducción repetida en cada uno de los dichos, Myet 'I(TJOOü)~. 1dcsús dice», relacionándola con la fórmula de Hch 20, 35:

llVTJI!OVE'ÚELV 'tE 'tOOV A.óywv 'tOÜ X'UQLO'U 'ITJOOÜ O'tL aÜ'to~ eirrrv, «para recordar las sentencias de Jesús, el cual dijo ... >>. Dado que prácticamente la misma fórmula aparece también en 1 t'lcm 13, 1; 46, 7 y Poi. Fil. 2, 3, Rendel concluía: Aquí encontramos la misma peculiaridad, es decir, una citación de Logia, que no proceden de nuestros evangelios, junto con un prólogo que hace referencia al recuerdo de lo que Él dijo. Además, hemos visto que este fenómeno se repite cuatro veces. Concluimos que dicho prólogo fue la fórmula introductoria del libro, el cual empezaría seguramente de un modo parecido a este: «Debemos recordar qué cosas dijo nuestro Señor en sus enseñanzas, pues Él dijo ... » y, a continuación, vendría probablemente el primer Logion 11 • 10. B. P. Grenfell-A. S. Hunt, AOriA IIU:OY: Sayings ofour Lord, Henry Frowde for the Egypt Exploration Found, London 1897, vuelto a publicar como: ''l. AOrlA IIU:OY», en The Oxyrhynchus Papyri 1, Egyptian Exploration Fund, London 1898, 1-3, aquí 2. 1 l. J. R. Harris, The Logia and the Gospels: Contemporary Review ( 1R97) 346-348, aquí 348.

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Aunque la fórmula de recuerdo resultó estar ausente de la primera línea del Evangelio de Tomás, Rendel Harris tenía razón al intuir que la fórmula estándar mediante la cual se introduce cada dicho había sido tomada de esa frase inicial. No reparó, sin embargo, en el hecho de que esa fórmula de recuerdo sólo habla de A.óym, nunca de A.óyta (aunque Poi. Fil. 2, 3 no usa ninguno de los dos términos). Walter Lock, también bajo el estímulo de P. Oxy. 1, defendió ese mismo año una tesis muy parecida en la que, sin embargo, conjeturaba con más coherencia que el título del escrito debía ser Aóyot 'lfiOO'Ü: Además, existen dos puntos en los que yo introduciría un caveat, un caveat que la historia de la discusión parece hacer necesario. Pienso, en primer lugar, que deberíamos adoptar una posición flexible en relación al título exacto Aóyta. No digo que sea incorrecto, pero es preciso recordar que carece de cualquier autoridad como título de este documento. A muchos puede parecerles una sugerencia muy probable, sin embargo, teniendo en cuenta que la frase A.óyta 'h¡ooü no aparece en ninguna parte, que el término A.óyta o 'ta Aóyta con E>eoü o 'tO'Ü KuQÍ.OU o KuQtaxá, parece significar en la mayor parte de los casos, tanto en el siglo 1 como en el 11, bien el Antiguo Testamento bien la totalidad del mensaje evangélico, y considerando pasajes tales como Hch 20, 35; Ap 21, 5, Clem. Rom. XIII y los JtW'tOL Aóym de las Epístolas pastorales, me parece al menos igualmente probable que el título real fuera Aóym 'h¡ooü. De cualquier forma, si Logia fuera correcto, «dichos» seria una traducción poco adecuada. La expresión «sentencias solemnes» u «oráculos» reproduciría mejor las connotaciones autoritativas del término 12 •

e)

Petición de principio en el uso de A.óyta.

J. Armitage Robinson Partiendo de aquí, ya en 1902 Armitage Robinson rechazó el uso del término A.óyta para Q por considerarlo una «petición de 12. W. Lock, Ch. 3. Interpreta/ion ofthe Text, en W. Lock-W. Sanday, Two Lectures on the «Sayings ofJesus» Recently Discovered at Oxyrhynchus, C1arendon, Oxford 1897, 15-27, aquí 16.

Introducción

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Jll'lncipim>, ya que sugería que Q debía ser identificado con los lo~ia de Mateo mencionados por Papías: Querría dar aquí un aviso extremadamente necesario en relación a la confusión introducida por el intento de dar un nombre a este documento perdido ... No tenemos ninguna evidencia de que alguna vez haya existido un libro titulado Logia, y aplicar este nombre al documento que estamos considerando supone cometer una petición de principio y prejuzgar nuestro estudio. Debemos conformarnos con hablar de nuestro documento perdido como el documento griego no-marcano utilizado por san Mateo y san Lucas. Logia es un nombre cargado de presupuestos. Desearía que no volviéramos a oírlo en conexión con esto 13 •

1\sta crítica a la etiqueta logia, como título que presupone petición de principio, ha sido repetida con tanta frecuencia 14, liiiC entre los estudiosos de lengua inglesa ha dejado de utilizarHe por completo en referencia a Q. En Alemania, sin embargo, nlm continúa en uso. 111111

ti 1 P. Oxy. 654: A.óyoL La publicación en 1904 del P. Oxy. 654, en el que se conservan has palabras introductorias de la misma colección de dichos ya testimoniada por P. Oxy. 1 (demostrando con ello que se trataba del Evangelio de Tomás), hizo que el rechazo de A.óyw. a favor de ).óym resultara insoslayable 15 • En efecto, la fórmula con la que 13. J. A. Robinson, The Study ofthe Gospels, Longmans-Green & Co., l.undon-NewYork-Bombay-Calcuta 1902, quinta reimpresión (citada en el ori¡¡lnlll inglés) 1909, 68-70. 14. El argumento de la «petición de principio» fue repetido por B. W. Bawn, A Turning Point in Synoptic Criticism: HTR 1 ( 1908) 55; Id., Studies in M1111hew, Henry Holt, London 1930, 92, en su critica a los exegetas alemanes, I(Uienes presuponían que la frase de Papías O'Úvtal;~ 'tWV A.oyí.wv se refería a , destaca la fe del centurión en la autoridad del A.óyo¡; de Jesús (Q 7, 7). 3. Pablo ( 1 Tes 4, 15) utiliza A.óyo¡; en la fórmula introducloriu de un dicho que atribuye al Señor (ev A.óycp xugí.ou, «en un ti il:ho del Señor»). 4. Hch 20, 35 hace uso del término A.óym en lo que parece huberse convertido en una fórmula estereotipada, que se utiliza Jlura introducir dichos de Jesús: f..I.VfJf..tOVE'ÚELV 'tE 't&v A.óywv to'Ü 'K1JQÍ.01J '1 TJOO'Ü O'tL au'to¡; ElJtEV («recordar los dichos del Señor Jesús, que Él dijo ... »). Reaparece en 1 Clem 13, 1: f..I.Ef..I.VTJItfvOL 'tÜ>V A.óywv 'tO'Ü xugí.ou 'lfJOO'Ü, o'Ü¡; eA.áA.rJOEV («recordando los dichos que pronunció el Señor Jesús»), seguida de la exhortación a obedecer los «dichos santos» de Jesús (mi:¡; á.ytollllls

(UNS), Michael Glazier, Wilmington DE 1987; reimpresión Liturgical Press,

>, como si se tratara él mismo de un judaísmo tardío (cf. el caso anterior de A. Schweitzer). Pero en realidad, durante la «antigüedad tardía» lo que se tiene es el judaísmo primitivo.

Introducción

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apunta al contenido conceptual de esta esfera de la tradición; y en Le 11, 49-51 encontramos una unidad tradicional claramente formulada que se deriva de ella 109 •

Aun que Q 11, 49 está efectivamente introducido como si fueun dicho de la Sabiduría, y el envío de emisarios desde la ncución del mundo no se adecua a un orador humano, ni siquie11111 Jesús, es realmente en Q 13,34-35 donde el lenguaje presupone con más claridad a la Sabiduría personificada. Steck mostró que, como en el caso de Q 11,49-51, sus raíces se hallan en In literatura sapiencial judía: In

Por tanto, después de todo, creo poder concluir, junto con muchos estudiosos, que la Sabiduría personificada era el sujeto original del dicho ... ¡El sujeto del dicho sobre Jerusalén es, pues, la Sabiduría de Eclo 24 que habita en Jerusalén, el lugar que Dios le ha concedido como residencia, y que se identifica con la ley! De aquí que Le 13, 34-35 muestre cómo -yendo aún más allá de 11, 49-50- esta forma de entender la Sabiduría ha sido ahora conectada con la visión deuteronomista de la historia Si ya en Eclo 24 el mito de la Sabiduría juega un papel en el hecho de que la Sabiduría. tras ser despreciada por las demás naciones, encuentra un lugar de residencia precisamente en Israel, de nuevo vuelve a jugarlo en Le 13, 35ba [«no me volveréis a ver ... »]. Pues, en definitiva. en el trasfondo de esta declaración está la imagen de la Sabiduría que claudica y asciende al cielo. Por tanto, en el dicho sobre Jerusalén se produce un avance en el desarrollo de la tradición de Eclo 24, mucho más radical de lo que parecía posible imaginar: es precisamente la Sabiduría. que carece de morada entre las naciones, pero que ha encontrado residencia en Israel, la que ahora

se dispone a abandonar también Israel 110 • Según Steck, esta forma drástica de aplicar las consecuencias !le la visión deuteronomista de la historia sólo encaja en el con109. O. H. Steck, Israel und das gewaltsame Geschick der Propheten: lllff¡•rsuchungen zur Oberlieferung des deuteronomistischen Geschichtsbildes lm .4/ten Testament, Spiitjudentum und Urchristentum (WMANT 23), NeukirchcnerVerlag, Neukirchen-VIuyn 1967,286. 11 o. /bid., 230-232

El Documento Q

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texto del sitio de Jerusalén, tiempo en el que también otras fuentes judías hacen predicciones parecidas: ¿Es acaso posible concebir en la tradición judía un anuncio de juicio tan horrendo como este? Las dificultades para entender los dichos como una creación cristiana, así como el resultado de nuestro análisis en términos de la historia de las tradiciones, según el cual existe una conexión entre las tradiciones sapiencial y deuteronómica en sus formulaciones tardías, y el hecho de que no se detecte un solo elemento específicamente cristiano, señalan, definitivamente, en esta dirección. Este anuncio judío de juicio, que arranca toda esperanza de futuro al propio pueblo, resulta más comprensible si pensamos que debió ser pronunciado bajo la impresión inmediata de ver la catástrofe cerniéndose sobre Jerusalén ... Consecuentemente, todo parece corroborar la hipótesis de que el dicho sobre Jerusalén es un anuncio judío de juicio pronunciado entre los años 66 y 70 d. C. en el interior de Jerusalén o sus cercanías. Si se examinan los paralelos mencionados, el supuesto de que se podria tratar de un vaticinium ex eventu resulta innecesario e, incluso, tiene hechos históricos claros en su contra. Si se pasa revista a las distintas facciones presentes en Jerusalén durante el tiempo de la guerra judía, comprobamos que el autor del dicho no pudo encontrarse entre los zelotas ni, en general, entre los partidarios de la guerra; por el contrario, debió seguramente pertenecer al grupo de los partidarios de la paz, quienes veían en el movimiento de resistencia la razón para temer el juicio de Dios, que se baria realidad en la captura y destrucción de la ciudad. El análisis de la situación en términos de la historia de las tradiciones sugiere que Le 13, 34-35 nació en los mismos círculos, liderados por maestros de sabiduría, que el dicho de juicio recogido en Le 11, 49-59, anterior a él en el tiempo 111 • Esto condujo a Steck a la conclusión, hasta cierto punto extraña, de que Mt 23, 37-39 par. Le 13, 34-35 no pudo haber pertenecido a Q, ya que, a pesar de que el alto grado de coincidencia verbal entre Mateo y Lucas habría conducido en otras 111.

/bid., 237-239.

Introducción

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l'il'cunstancias a esta conclusión, la datación tradicional situaba a en época mucho más temprana:

1)

Ponemos aquí entre paréntesis el dicho sobre Jerusalén, pues, a pesar de la amplia coincidencia entre las formulaciones de Mateo y Lucas, su relación con la fuente de dichos no es clara ... La razón por la que el dicho fue incorporado en la tradición cristiana pudo ser la expectación ante la caída de Jerusalén, de la que también habrían participado los cristianos palestinos, los cuales se habrían apropiado del dicho y lo habrían puesto en boca de Jesús 112 •

Más aún, la revitalización de la visión deuteronomista de la historia en el tiempo inmediatamente anterior al sitio de Jerusalcn ofreció a Steck la idea clave para entender Q: Admitimos que la visión deuteronomista de la historia, en la formulación que de ella hace el judaísmo tardío, no está como tal temáticamente presente en Q. Pero, como ciertamente ocurre en el caso de la tradición judía tardía, puede estar, a modo de conocimiento implicito, sólo en el trasfondo de la presentación y, sin embargo, haber sido también presupuesta como marco conceptual comprehensivo en el que se situarían las sentencias individuales, y con cuya estructura conceptual estarían relacionadas 113 • e)

La redacción de Q. Dieter Lührmann

Aunque Steck no había hecho extensivo a otros textos de Q {con la excepción de Q 6, 23c 114 ) el tipo de análisis que su hipótesis de trabajo avalaba, Dieter Lührmann (profesor asistente en llcidelberg entre 1965-1968), en su habilitación de 1968 dedicada a Bornkamm, elevó la tesis de Steck a la categoría de Tendenz curacterística de toda la redacción de Q 115 • Lührmann constató que, dado el alto grado de coincidencia verbal entre Mt 23, 37112. /bid., 283, nota 1 113. /bid., 286. 114. /bid., 257-260. 115. D. Lührmann, Die Redaktion der Logienquelle (WMANT 33 ), Neukirchcner Ver1ag, Neukirchen-V1uyn 1969.

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39 y su paralelo Le 13, 34-35, su exclusión de Q era inaceptable. «Sus argumentos (ausencia de contexto, datación tardía) nada dicen sobre la posibilidad o imposibilidad de que pertenezca a Q» 116 • Por el contrario, sería preferible modificar la datación habitual de Q, fijada a mediados del siglo 1 o incluso antes, para ajustarla a un marco temporal posterior 117 • Pero incluso Lührmann sólo pudo avanzar con mucha cautela en esta dirección, aunque forzado por la necesidad: «Todas estas observaciones indican que la redacción de Q no debería datarse en fecha demasiado temprana, sino, más bien, en el contexto de la comunidad helenística de los años 50 o 60» 118• El desplazamiento gradual de la datación de Q que ha tenido lugar a lo largo de la última generación, desde su supuesta localización en tomo al año 50 d.C. hasta alrededor del 70 d.C., ha conseguido de forma sutil que algunas de las perennes cuestiones problemáticas de la investigación de Q hayan sido nuevamente sopesadas. Si Q no fue compuesta en la generación anterior a Marcos, sino que los dos escritos son contemporáneos, entonces el uso de Q por parte de Marcos sería, consecuentemente, menos probable 119• Más aún, esta datación tardía de la redacción de Q haría aún más necesario suponer la existencia de colecciones anteriores insertas en Q; tal como había argumentado Dibelius. Este periodo de intensa investigación en tomo a Q alcanzó sus conclusiones preliminares en 1972, con la monografia sobre Q publicada por Siegfried Schulz 120• Este autor consideró Q como un texto escrito en griego y mostró que era razonable com116. /bid., 44, nota 5. 117. Representativo de las muchas fechas que pueden proponerse es T. W. Manson, The Mission and Message of Jesus, 312: «About the middle of the first century, probably rather before than after A. D. 50» 118. D. Lührmann, Die Redaktion der Logienquelle, 88. 119. El estudio reciente más exhaustivo en tomo al uso de Q por parte de Marcos es el de H. T. Fleddermann, Mark and Q: A Study ofthe Overlap Texts (BETL 122), Leuven University Press-Peeters, Leuven 1995. Pero la Los corchetes angulares señalan la corrección del editor &ll' una omisión o error del escriba: EvTom 33, 1 (P. Oxy. 1) en Q ll, 3. Todo cuanto no aparece en el texto copto original pero que es necesario añadir para que la traducción al español resulte fluida "l' inserta entre paréntesis. El texto completo del Evangelio de Tomás se ha preservado nasi íntegramente en la traducción copta del Códice 11, Tratado 2 &le Nag Hammadi. El texto griego que aquí presentamos es la relroversión realizada por la Berliner Arbeitskreis für koptischwnostische Schriften. Las abreviaturas en las referencias a la literatura académica Non las del Handbook ofStyle: For Ancient Near Eastern, Biblir·al, and Early Christian Studies, ed. Patrick H. Alexander et al., llcndrickson, Peabody MA 1999, complementado con el IATCJl en caso de necesidad.

ELTEXTODEQ EN GRIEGO Y EN ESPAÑOL

El Documento Q

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El texto de Q en gnego con los paralelos de los Evangelios de Marcos y de Tomás

Q3, Mt3,0

Le 3, O

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Q 3, 2b-3a Presentación de Juan Mt 3, 1-6

Le 3, 2b-3a

2b < ... > "IooáVVYJ ... 3a < ... > rtÜ €;oflol..oyoÚf.1EVOL tó.~ ÓflOQtÍ.a~ aúroov.

Q 3, 16b-17 Juan y el que viene detrás Mt 3, 11-12

Le 3, 16b-17

16b ey J.l.eV ÚJ.I.cl~ ~a3t'tt~(l) [evD iíbatL, ó be C)Jtto(l) J.I.OU EQ)CÓJ.I.EVO~ t.

Ev :JtVEÚflO-

Q 3, [El bautismo de JesúsD Mt3, 13.16-17

Le3,21-22

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