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March 21, 2018 | Author: Deyssi Nùñez | Category: Decision Making, Nature, Risk, Technology, Earthquakes
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UNIVERSIDAD DEL VALLE

VICERRECTORIA DE BIENESTAR UNIVERSITARIO COMITÉ CENTRAL DE EMERGENCIAS

Gestión de Riesgos en la Universidad del Valle Valle (CUARTA VERSION)

Santiago de Cali, Enero de 2006

Comité Central de Emergencias: Gestión de Riesgos en la Universidad del Valle

UNIVERSIDAD DEL VALLE

VICERRECTORIA DE BIENESTAR UNIVERSITARIO COMITÉ CENTRAL DE EMERGENCIAS

MIEMBROS DEL COMITÉ Nombres

Dr. Jaime Arturo Roa Bernal Dra. Ana Cristina Arias Adm. Alejandrino Zuleta Soc. Eugenio Renjifo Romero Dra. Sandra Lozano Geol. Andrés Velásquez Prof. Elkin De Jesús Salcedo Hurtado Dr. Luis Humberto Casas Prof. Fernando Castro Arq. Alvaro Gutiérrez Abog. Carlos Rodríguez Arq. Alvaro Poveda Ing. María Mercedes Gallego Dr. Iván Darío Zapata Castillo Adm. Alonso Paruma Tec. Juan Fernando Sánchez Dr. Hernán Otálvaro Dr. Héctor Fabio Torres Becaria. Luz Adriana Ávila

Unidad Académica

Vicerrector de Bienestar Universitario Directora Servicio de Salud Universitario Jefe División de Administración de Bienes y Servicios Jefe Sección Salud Ocupacional Directora Programa Atención Hospitalaria Director Observatorio Sismológico del Suroccidente Representante Departamento de Geografía Decano Facultad de Artes Integradas Docente Facultad de Ciencias Docente Escuela de Arquitectura Fiscal Sintraunicol Seccional Valle del Cauca Coordinador Area Planeación Física Jefe Sección Servicios Varios) Jefe Area Medicina Preventiva y del Trabajo Supervisor Sección Servicios Varios Coordinador Higiene y Seguridad Industrial Jefe Sección Seguridad y Vigilancia Jefe División de Administración de Bienes y Servicios Oficina de Comunicaciones Vic. de Bienestar Universitario

Santiago de Cali, Noviembre de 2005

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Comité Central de Emergencias: Gestión de Riesgos en la Universidad del Valle

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CONTENIDO

LA UNIVERSIDAD DEL VALLE: Misión, Visión, Principios y Propósitos .............................

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CAPÍTULO 1. MARCO DE REFERENCIA ......................................................................... 1.1. Marco conceptual ............................................................................................. 1.2. Marco legal ....................................................................................................... 1.3. Marco histórico de la gestión del riesgo ........................................................... 1.3.1. En el contexto Mundial y Nacional ........................................................ 1.3.2. En el contexto de la Universidad del Valle ..............................................

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CAPÍTULO 2. ELEMENTOS PARA LA GESTIÓN DE RIESGOS EN LA UNIVERSIDAD DEL VALLE.................................................................................................. 2.1. Objetivo general................................................................................................ 2.2. La Política de la gestión de riesgo en la Universidad del Valle.......................... 2.3. Principios generales de gestión de riesgo en la Universidad del valle............... 2.4. Diseño de matrices para la gestión de riesgo en la Universidad del valle .........

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CAPÍTULO 3. PLAN DE GESTIÓN DE RIESGOS EN LA UNIVERSIDAD DEL VALLE .... 3.1. Escenarios de riesgos por tipologías de amenazas, vulnerabilidades y capacidades institucionales de mitigación en la Universidad del Valle ............. 3.2. Protocolos de atención en urgencias ................................................................ 3.3. Plan para la atención de emergencias y urgencias ..........................................

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LA UNIVERSIDAD DEL VALLE Misión La Universidad del Valle, como Universidad Pública, tiene como misión educar en el nivel superior, mediante la generación y difusión del conocimiento en los ámbitos de la ciencia, la cultura y el arte, la técnica, la tecnología y las humanidades, con autonomía y vocación de servicio social. Atendiendo a su carácter de institución estatal, asume compromisos indelegables con la construcción de una sociedad justa y democrática. Visión La Universidad del Valle, como una de las más importantes instituciones públicas de educación superior de Colombia en cobertura, calidad y diversidad de sus servicios, aspira a consolidarse como una Universidad de excelencia, pertinente, innovadora, eficiente, competitiva, con proyección internacional y de investigación científica. Principios Para cumplir con su misión la Universidad del Valle define los siguientes principios y valores como fundamento para el ejercicio de sus tareas y funciones, y como guía para la orientación de su desarrollo: • El respeto y la prevalencia del interés colectivo sobre el particular y la defensa de la igualdad de oportunidades. • La libertad en el proceso enseñanza-aprendizaje, la investigación, la difusión del pensamiento en un ámbito de pluralismo ideológico y diversidad cultural que haga posible la promoción de la crítica y el debate público. • La integralidad en la formación, entendida como equilibrio entre los aspectos científico, tecnológico, artístico y humanístico en los procesos de aprendizaje. • El compromiso con la paz, la democracia, la defensa del interés público, el ejercicio de los derechos humanos, la promoción de los deberes civiles y el desarrollo de la civilidad. Propósitos La Universidad, en el marco de su misión y en el desarrollo de su visión, se propone: Ofrecer un servicio público de educación superior de acuerdo con los principios, derechos y deberes consagrados en la Carta Política y en las Leyes de la República. • Brindar oportunidades para una formación de excelencia, homologada internacionalmente, que le permita a sus egresados ejercer un liderazgo cultural y ciudadano, y cumplir a cabalidad sus funciones profesionales y de servicio a la comunidad. • Propiciar en los estudiantes un desarrollo personal, social y cultural basado en los valores de la razón, el compromiso ético y la sensibilidad estética que les permita desarrollar sus talentos y fortalecer su autoestima. •

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CAPITULO 1 MARCO DE REFERENCIA 1.1. Marco conceptual Las ideas acerca de los desastres como producto de la Naturaleza están siendo revaluadas. Hoy en día éstos son interpretados como el resultado del desajuste entre procesos de la Sociedad y los del Medio Ambiente. Se entiende que las vulnerabilidades y los riesgos crecen continuamente, que es necesario entender, además de los fenómenos naturales peligrosos, cómo operan los procesos mediante los cuales la Sociedad, sus organizaciones e instituciones, sus habitantes, sus gobiernos, el sector privado, etc., pueden incrementar o reducir este desajuste. Estas ideas empezaron a difundirse en nuestro medio con la constitución y con las publicaciones de la Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina (LA RED, 1992). Tales ideas son ahora parte de los cuerpos doctrinales de las declaraciones internacionales y mundiales de conferencias y congresos que sobre mitigación de riesgos se han realizado, en el marco del Decenio Internacional para la Reducción de Desastres 1990-2000, promovido por las Naciones Unidas y más recientemente de la Conferencia Interamericana sobre Gestión de Riesgos (Manizales, noviembre de 2004), preparatoria de la Conferencia Mundial que sobre el mismo tema se realizará en Yokohama, Japón en enero del 2005. Las preocupaciones del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo, y de otros prestamistas internacionales, sobre los riesgos de las inversiones, se habían orientado en las décadas pasadas hacia los grandes proyectos de infraestructura, tales como centrales hidroeléctricas, para los cuales exigían (y exigen previamente), estudios conducentes a la viabilidad material y sostenibilidad de cada obra, para asegurar el pago de la deuda contraída. Sin embargo, en ésta década diversidad de organismos han reorientado sus visiones y cada vez están más centrados en los problemas derivados del crecimiento urbanístico y demográfico en las ciudades, y de las amenazas y riesgos derivados de la interacción entre éstos y otros procesos de construcción de la Sociedad, con el Medio Ambiente, con las dinámicas propias de la Naturaleza, vistos como un encuentro inconcluso. Todavía no existe unificación en el manejo del vocabulario y conceptos relativos al problema de riesgos. En el marco de este Plan se adoptan los siguientes, tratando de ilustrar los alcances de cada uno de ellos: ¿Qué es amenaza? El término amenaza (en inglés, hazard) se refiere a la probabilidad de la ocurrencia de un fenómeno natural o tecnológico potencialmente peligroso. Generalmente se aplica a los fenómenos de ocurrencia sorpresiva, de evolución rápida y de relativa severidad (o violencia). Sin embargo, en rigor, la peligrosidad de los fenómenos naturales tiene que

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ser vista en relación con el grado de previsión de los elementos vulnerables y sobre todo, para las obras de infraestructura vital en plazos de tiempo relativamente largos; esto hace recomendable incluir en la categoría de amenazas también algunos fenómenos de evolución lenta (p. ej. cambios en cursos fluviales y fenómenos de erosión). Conviene, con la finalidad de orientar eficazmente las medidas de mitigación, distinguir aquellos fenómenos amenazantes que pueden ser híbridos, es decir, causados o incrementados por acción humana, como los deslizamientos y las inundaciones. Estrictamente, ningún fenómeno es inherente a una amenaza o peligro. Aunque por profundas razones antropológicas o psicológicas algunos, como los terremotos, jamás dejarán de ser así. Este carácter se lo da nuestra percepción, y más específicamente nuestra vulnerabilidad y exposición al fenómeno. Más allá de los fenómenos intempestivos y violentos que ponen en peligro directo las vidas humanas, un Plan como éste tiene que incluir en su enfoque, además, fenómenos que no atenten directamente contra la vida, que pueden ser producidos durante períodos largos (p. ej. clima, inversiones atmosféricas), por los efectos que éstos pueden tener sobre formas de vida modernas. Fenómenos asociados (o efectos secundarios). Se denominan así a aquellos que son causados por otros fenómenos amenazantes (p. ej. deslizamientos inducidos por terremotos). En algunos casos estos fenómenos asociados (que generalmente dependen de condiciones locales) pueden significar mayor peligro que su fenómeno causante (las tuberías enterradas, por ejemplo, son más sensibles a desplazamientos del suelo que a las fuerzas impuestas por vibración sísmica). Escenario de amenazas. Es una composición descriptiva de las características espacio-temporales de aquellos fenómenos más probables y relevantes en donde es más posible que ocurra un fenómeno que afecte a una comunidad, a una ciudad, o a un conjunto de sistemas vitales o de bienes y servicios. El término exposición se refiere a un área o región, expuesta a un fenómeno amenazante, o a un elemento potencialmente sometido a él (vidas, estructuras). Amenazas frecuentes. Los procesos y fenómenos periódicos y con lapsos de retorno cortos no son, en general, considerados como amenazas. Casi siempre las estrategias de adaptación a fenómenos estacionales, a las mareas oceánicas, a las inundaciones en llanuras o a las lluvias periódicas, son eficaces. Sin embargo, en ocasiones, la intervención humana sobre el medio ambiente físico desconoce aún estas manifestaciones tan frecuentes; como por ejemplo, cuando se obstruyen, mediante procesos de urbanización, los canales naturales de drenajes permanentes o intermitentes. Caracterización de amenazas Un fenómeno natural puede caracterizarse como amenaza en relación con tres variables que permiten identificarlo como peligroso:

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a. Ubicación. b. Severidad. c. Recurrencia. Los literales a y c caracterizan el comportamiento espacio-temporal del fenómeno, mientras que el literal b caracteriza la forma en que se manifiesta. Cada una de estas variables básicas puede ser reducida a componentes. Esta reducción, generalmente, es necesaria para la evaluación misma de la variable, en función de responder, mediante investigaciones pertinentes, a preguntas como las siguientes: a. Ubicación: ¿Cuáles son sus fuentes, cuáles sus extensiones, cuáles sus manifestaciones (sus áreas de ocurrencia), cuáles sus zonas de influencia?. b. Severidad: ¿Cuáles son los tipos de efectos esperables?. c. Recurrencia: ¿Cuáles son los lapsos de tiempo en que el fenómeno puede ocurrir, con un tamaño e intensidad definidos?. En la realidad, ante limitaciones fundamentales (conocimiento científico) y circunstanciales (información accesible o disponible), es más o menos difícil caracterizar estas tres variables con la deseable exactitud y resolución. La más difícil de caracterizar es la recurrencia. La ubicación se puede caracterizar mediante información y registro geológico, arqueológico e histórico, en combinación con características del ambiente físico natural tales como terrenos, topografía, drenajes, huellas de fenómenos anteriores y cercanía de fuentes de amenaza. La severidad también puede ser evaluada mediante registros naturales y documentales, por extensión y tipo de efectos observables o por comparación con regiones similares. Pero la recurrencia está sujeta a múltiples limitaciones. Muchos de los fenómenos ocurren en lapsos de tiempo promedio que pueden abarcar desde varias generaciones hasta miles de años, frente a los cuales el conocimiento científico todavía no puede establecer anticipaciones seguras de ocurrencia. Gran parte del riesgo asociado a los fenómenos naturales puede atribuirse a problemas de percepción. Así como el riesgo de los fenómenos de evolución rápida (p. ej. sismos) no se percibe bien por su escasa ocurrencia, el riesgo que causan fenómenos de evolución lenta, no es percibido adecuadamente por esa característica, su lento y poco violento desarrollo. La menguada percepción de riesgos también puede deberse a negaciones individuales y colectivas que, incluso en pocos años, puede borrar de la memoria colectiva la ocurrencia de fenómenos amenazantes.

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Ejemplo típico de esto es el fenómeno El Niño, la anomalía climática global más importante conocida hasta hoy. Sólo después del "Super Niño" de 1982/1983, cuyos efectos sobre la economía del Perú fueron desastrosos (en donde su impacto es más directo), recibió la atención científica y de los medios que merecía. Aún cuando este Niño también afectó a Colombia, el fenómeno solo llegó a percibirse como grave para el país cuando su ocurrencia, en 1991/1992, lo dejó -entonces dependiente de la energía hidroeléctrica como nunca antes- sumido en una prolongada y muy costosa crisis de racionamiento eléctrico. La falta de previsión en sectores modernos y estratégicos de la economía -pesca industrial en el Perú y generación eléctrica en Colombia- causó pérdidas socio económicas de largo alcance. ¿Qué es vulnerabilidad? Este término tiene múltiples connotaciones, dependiendo si se trata de personas, de conjuntos sociales o de obras físicas. En su definición latina significa que puede ser herido o sufrir daño. Según esto, puede definirse como el grado de propensión a sufrir daño por las manifestaciones físicas de un fenómeno de origen natural o causado por el hombre. La vulnerabilidad de una comunidad o de un bien material depende de varios factores, entre los cuales pueden destacarse los siguientes: •

Su grado de exposición a un tipo de amenaza (localizado sobre un terreno inundable o no inundable, corrientes de viento que arrastran substancias contaminantes, suelos blandos que pueden amplificar las ondas sísmicas, sobre (o aledaño) a un terreno que puede deslizarse, etc.).



El grado de incorporación en la Cultura de la educación y de los conocimientos que permita a los pobladores reconocer las amenazas a las cuales están expuestos. Es decir, el grado de entendimiento sobre los procesos naturales y tecnológicos que pueden afectarlos, como insumo básico para prevenir y mitigar (evitar o disminuir) los efectos de los fenómenos considerados como peligrosos. Es más vulnerable una comunidad que ignora o desafía los procesos del Medio Ambiente en el cual vive, que una consciente de ellos.



La calidad del diseño y de la construcción de las viviendas y de otras edificaciones, y de la urbanización (p. ej. la disposición de suficientes espacios libres y de vías amplias); la calidad de los servicios públicos; la calidad de los terrenos sobre los cuales se habita o se construye o la presencia o ausencia de medidas físicas adecuadas de protección.



El grado de organización de la Sociedad y la capacidad de interacción y de diálogo entre sus diversas instituciones: las de la comunidad, las del Estado, las de las Organizaciones No Gubernamentales, las de las empresas privadas, las de los gremios y las asociaciones profesionales, etc.



La voluntad política de los dirigentes y de quienes toman decisiones (incluyendo a las organizaciones comunitarias de base), y la capacidad de los equipos de planificación para orientar el desarrollo físico, socioeconómico y cultural, teniendo en

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cuenta medidas de prevención y de mitigación de riesgos. •

Las capacidades de las instituciones que prestan apoyo en las emergencias, como los sistemas locales de servicios de salud y los organismos de socorro (Cuerpo de Bomberos, Cruz Roja, Defensa Civil, etc.).

¿Qué es un desastre? En el marco de este Plan, un desastre es un evento o conjunto de eventos, causados por la Naturaleza (terremotos, sequías, inundaciones, etc.) o por actividades humanas (incendios, accidentes de transporte, etc.), durante el cual hay pérdidas humanas y materiales tales como muertos, heridos, destrucción de bienes, interrupción de procesos socioeconómicos, etc. ¿Cuál es la escala espacio-temporal de los desastres? Los desastres ocurren en una gama amplia de escenarios del territorio y en períodos de tiempo variables. Por ejemplo: un pequeño deslizamiento que afecta a una familia y que puede ocurrir en cosa de pocos minutos; un terremoto que afecta a una gran región, causando muchos daños y que salvo excepciones, no se percibe por más de un minuto; una inundación que dura horas, días o incluso meses, afectando a una comunidad, a una ciudad o a una extensa región; una sequía o déficit de lluvias que conduce a racionamientos de energía y que puede durar meses o años. Todavía es común que esta palabra se utilice solamente para aquellos fenómenos que generan muchos muertos, heridos y destrucción de bienes materiales. Esta idea parece haber surgido de las agencias y organismos internacionales especializados en el socorro y la asistencia postdesastre, para quienes se trata por ejemplo, de "una perturbación ecológica abrumadora que excede la capacidad de ajuste de la comunidad afectada y, en consecuencia, requiere de asistencia externa" (OPS-OMS, 1994). Sin embargo, una investigación reciente en varios países de América Latina, partiendo de hipótesis tales como que los pequeños y medianos desastres son cada vez más frecuentes por las condiciones crecientes de vulnerabilidad de los pobladores y que tras un gran desastre realmente existen múltiples desastres, dependiendo de cómo sean afectados los diferentes territorios municipales y las diferentes comunidades, ha recopilado y evaluado la ocurrencia de más de 25.000 en un período promedio de 15 años en 9 países de la región (OSSO - LA RED, 1996, 2004). Lo anterior es mucho más explícito si es que se dispone de la información con mayores niveles de resolución. Pero es mucho más impactante, si es que se observa como en un lapso de 3 años (aunque no sean considerados como desastres), se han reportado más de 9.000 daños en las redes de acueducto, o si se observan las 17.595 emergencias atendidas por el Cuerpo de Bomberos en Cali en un lapso de 8 años. Todo esto en una ciudad que durante los últimos 4 decenios no se ha visto enfrentada a un gran desastre. En este Plan se utiliza también el término emergencia, denotando con ello situaciones

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en las cuales se requieren operaciones fuera de las actividades normales, para volver a la normalidad. En este sentido, no existe un límite definido entre las emergencias y las situaciones de desastre, aunque estas últimas se diferencian porque en ellas se produjeron pérdidas directas asociadas a un evento. ¿Puede hablarse de "desastres naturales"? No. Hay fenómenos de origen natural (amenazas), que por sí mismos no son desastres. El desastre ocurre cuando el fenómeno encuentra un núcleo social (comunidad, ciudad, región, etc.) al cual las manifestaciones físicas del fenómeno pueden hacerle daño, es decir, cuando ese núcleo es vulnerable. ¿Qué es riesgo? El riesgo es la probabilidad de ocurrencia de efectos adversos sobre el medio natural y humano en su área de influencia. En este sentido, es una conjugación de las características de las amenazas y de las vulnerabilidades. Estrictamente, es el cálculo anticipado de pérdidas esperables (en vidas y en bienes), para un fenómeno de origen natural o tecnológico, que actúa sobre el conjunto social y sobre su infraestructura. Riesgos primarios. Son aquellos que pueden ocurrir como efecto directo de las manifestaciones físicas de un fenómeno (licuación de suelos y consecuente destrucción de edificaciones y ruptura de tuberías; daños en equipos de control de una industria o de un sistema de línea vital; destrucción de viviendas por deslizamientos o por crecientes torrenciales de un río, etc.). Riesgos secundarios son aquéllos que los efectos directos pueden inducir, o sea, impactos sobre la salud, sobre el hábitat, sobre el medio ambiente, sobre los costos y rentas de la operación de un sistema social productivo. El conjunto de riesgos constituye una cadena, distribuida en el espacio y en el tiempo. ¿Qué es riesgo aceptable? Es una decisión sobre el nivel de pérdidas esperables que se asume como resultado de aceptar que ocurrirán fenómenos naturales o tecnológicos, los cuales incidirán sobre las vidas y bienes expuestos. En la toma de esta decisión para cada tipo de riesgo es óptimo que se balanceen los conocimientos disponibles sobre las amenazas (ubicación, severidad y recurrencia), y los costos de medidas preventivas y de mitigación (reducción de las vulnerabilidades). Las decisiones sobre el riesgo aceptable son, entonces, producto de la conjugación de consideraciones y de variables técnicas, económicas, sociales y políticas en el marco de un proyecto cualquiera. En nuestro caso particular y a la escala de la ciudad (Universidad), este Plan provee algunos de los anteriores insumos en la búsqueda de una optimización del futuro.

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¿Qué son líneas vitales? Se utiliza el término línea vital (del Inglés lifeline) para referirse a los sistemas y redes que proveen bienes y servicios públicos imprescindibles para las formas de vida modernas (en este Plan, los sistemas y redes de acueducto, alcantarillado, energía, hidrocarburos, transporte y comunicaciones). Por su carácter esencial se considera que el nivel de riesgo aceptable debe ser comparativamente muy bajo, es decir, todas sus componentes deben ser virtualmente invulnerables a influencias adversas probables, como por ejemplo, fenómenos naturales peligrosos. Una primera aproximación al diagnóstico y prioridades, a la escala de este Plan deberá fundamentarse en los aportes del Plan Maestro de la Oficina de Planeación de la Universidad. ¿Qué es mitigación? El término mitigación (sinónimo de reducción) abarca todas aquellas acciones tendientes a reducir la exposición o la vulnerabilidad de una comunidad, de un elemento o de un sistema, amenazados por uno o por varios fenómenos de origen natural o tecnológico previsibles. Las principales medidas de mitigación se conciben en el mediano y largo plazo, e incluyen tanto medidas de planificación del desarrollo (p. ej. estatutos de usos del suelo, áreas de reserva, áreas no urbanizables por amenazas, normatividad constructiva y urbanizadora, medidas de educación continuada), medidas ingenieriles tales como obras de protección, y medidas de relocalización. Éstas últimas normalmente se toman cuando la exposición a un fenómeno previsible es considerada como alta; se trata, entonces, de alejar a la población y/o a los bienes de esa exposición, para disminuir su vulnerabilidad. ¿Qué es prevención? Prevención es el conjunto de medidas anticipadas, principalmente de corto y mediano plazo, para evitar o reducir los efectos de los desastres. Por ejemplo: preparación de organismos de socorro e instituciones públicas y privadas y de líderes de la comunidad; coordinación de los mismos; evacuación de áreas de peligro inminente; elaboración de planes de contingencia para atender escenarios previsibles de emergencias, etc. ¿Qué es atención? Todas las acciones dirigidas a controlar los efectos de un fenómeno desastroso, desde el momento de su ocurrencia (o si ello es posible, desde el instante en que se prevee su inminencia), hasta la superación de las consecuencias más graves y básicas (atención de heridos, alojamiento provisional de damnificados, suministro de elementos de supervivencia tales como carpas, raciones de alimentación, etc.). Estas medidas están, principalmente, a cargo de organismos como la Defensa Civil, la Cruz Roja y los Cuerpos de Bomberos, y del Sector Salud.

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El énfasis en la atención y en los preparativos institucionales para emergencias por parte de este tipo de organismos ha empezado a variar en los últimos años, reorientándose hacia estrategias de prevención y de mitigación. Un ejemplo de esto puede ilustrarse con varios hechos: •





A raíz del terremoto que afectó a la Ciudad de México en 1985, en el cual el caos fue mayúsculo y las comunidades afectadas actuaron por sí solas durante horas y días, se reconoció que en complejos urbanos, los pobladores mismos juegan un papel determinante, incluso en contra de instituciones paternalistas del Estado, de las ONGs, o de organismos internacionales (Carbó, et al, 1987). Después del terremoto de Loma Prieta en California (Estados Unidos, 1989), instituciones técnicas de planificación y de socorro, difundieron ampliamente un documento conjunto en el cual los conceptos de mitigación y de prevención priman sobre los de atención (USGS, American Red Cross, United Way, 1990). A escala local, desde mediados de la década pasada, instituciones del área de atención de desastres, agrupadas en el CLE de Cali, están haciendo esfuerzos por mantener, pero también por superar, sus actividades centradas en la operación ante emergencias. Entre estos esfuerzos destacan cursos semestrales sobre prevención, dictados a líderes comunitarios (Velásquez, et al, 1994).

¿Y, las amenazas tecnológicas y ambientales? En la sociedad moderna, urbana e industrial, las amenazas tecnológicas y el deterioro ambiental cobran cada vez mayor importancia. La ruptura de una presa en Italia, el escape de gases mortíferos en la India y en Chile, explosiones de alcantarillados saturados de gases derivados del petróleo en México, la explosión de una fábrica de armamento en Argentina, incendios de edificaciones en Brasil o en Bogotá, escapes de gases y explosiones en Cali, ..., la contaminación de los ríos, la polución del aire con consecuentes aumentos en los índices de enfermedades respiratorias, ..., son algunos de los ejemplos que ilustran la cotidianidad de las noticias en los medios de comunicación. Gestión del Riesgo La conceptualización de la gestión de riesgo está definida por aquellos saberes disciplinarios que permiten identificar, comprender, reconocer, generar, impulsar y consolidar procesos sociales e institucionales orientados hacia la asunción del fenómeno en sus distintas manifestaciones. Desde la perspectiva social implica procesos educativos que estimulen el desarrollo de la capacidad analítica e interpretativa frente a la relación del hombre con la naturaleza, en tanto relación primigenia, en constante transformación y generadora de riesgo. Desde la perspectiva institucional significa el desarrollo de una serie de competencias académicas, administrativas y técnicas que permitan un posicionamiento mediador y conciliador entre los conocimientos, experiencias, percepciones y valoraciones de los actores territoriales y los trazados, formulaciones e implementación de políticas públicas. En este contexto, la gestión es una capacidad para desarrollar la gestio (etimológicamente

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hablando) o la consecución, la puesta en marcha, el recabamiento; implica diseño, desarrollo y evaluación de procesos que se aplican a los recursos materiales y simbólicos que se disponen en forma potencial y efectiva de cara al fenómeno. En consecuencia, de lo que se trata es de un estado complejo de interacciones entre el hombre y la naturaleza, interacciones que están y estarán condicionadas por la dependencia o independencia del hombre respecto de la incertidumbre del entorno con el intercambio de materia, energía e información. Esta interacción es variable en el tiempo y en espacio y estará gobernada por el estado de adaptación del sistema humano (sociedad) en cuanto al papel y valor asignado a la naturaleza y la situación reactiva que ésta adopte en su funcionamiento dinámico y progresivo. No obstante el carácter dialéctico de la relación, el funcionamiento dinámico natural genera ciertos procesos que desencadenan sucesos o eventos extremos que exceden la capacidad de respuesta de los grupos humanos y develan los bajos niveles culturales y tecnológicos para predecirlos, y amortiguarlos o absorber sus efectos. Al analizar esta situación dentro de un contexto espacial y temporal, esto es, en un contexto geográfico e histórico se puede decir que el riesgo “natural” no es más que la situación desfavorable que en un momento determinado experimenta un grupo humano expuesto a las condiciones, regulaciones y modificaciones de la naturaleza o del medio que lo rodea. Esta situación crea una alta probabilidad (incertidumbre) de generación de pérdidas, daños, modificaciones negativas de las actividades normales del grupo, deterioro de su medio ambiente y trastornos individuales y/o colectivos a nivel de la población y de la sociedad en general. El riesgo puede ser variable, modificable o mitigable. Puede, así mismo, convertirse en permanente para un grupo poblacional específico, dependiendo de la capacidad organizativa y de gestión que dentro de sus patrones y niveles culturales y tecnológicos se pueda desarrollar para la interpretación y anticipación a las manifestaciones y regularidades de la naturaleza y para elaborar y poner en marcha planes, programas y acciones que permitan absorber, reducir y mitigar los efectos reales y posibles. En este contexto, la gestión del riesgo debe empezar por determinar las posibles manifestaciones de la naturaleza, producidas por su propio dinamismo y funcionamiento (las de sus propias relaciones internas) y las provocadas por la intervención del hombre que se expresan por alteración o aceleración de sus procesos (alteraciones antrópicas). Los procesos de gestión identifican diversos referentes y asumen distintos modelos analíticos; sin embargo, una primera etapa insoslayable consiste en determinar los diferentes tipos de riesgo a los cuales está expuesta la población. Desde una metodología con perspectiva sistémica y compleja, resulta pertinente iniciar la etapa con el análisis de las relaciones entre riesgo y peligro. El punto de partida se sitúa en la identificación del peligro para luego avanzar en la evaluación a su exposición y hacia la evaluación de la exposición-respuesta para, finalmente, caracterizar el riesgo e iniciar la búsqueda de opciones para su administración (Figura 2). Una primera distinción conceptual acerca de riesgo y peligro involucra elementos de tipo político y se relaciona con la participación de los sujetos sociales por la vía de la decisión y por la vía de la

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exposición. Mientras en el peligro la decisión y “la lógica” vienen de afuera, en el riesgo la decisión - de exponerse al peligro- viene desde dentro. El tema del debate fundamental lo constituye, obviamente, los límites del sistema, los criterios para fijar la delimitación. Una vez conocidos o identificados los diferentes tipos de peligros que amenazan una población es necesario determinar los niveles de exposición y de adaptabilidad que ésta desarrolla o debe desarrollar. Al igual que en la etapa de identificación de los peligros, esta etapa también representa un proceso complejo en tanto involucra las diferentes actividades productivas, ocupacionales, sectoriales, niveles culturales, políticos, sociales, económicos de los individuos y colectivos que hacen parte del grupo poblacional. Es decir, es necesario descifrar y proyectar las diversas interrelaciones de los denominados actores y decisores en la gestión del riesgo, donde se involucran, con funciones y roles específicos, los diferentes poderes públicos, la comunidad científica y la población en general. La evaluación y administración de riesgos utiliza actualmente métodos de análisis de sistema para integrar aspectos de la ecología, química ambiental, toxicología ambiental, hidrología y otras ciencias de la tierra para estimar probabilidades condicionales de la ocurrencia de acontecimientos o sucesos catastróficos. Un sistema metodológico que permite definir metas, identificar reducción, oportunidades de riesgos y asignar recursos (Kolloru & Brooks, 2000)1, consta de cinco pasos fundamentales, a saber: a. Definir objetivos y metas La definición de objetivos proporciona la conexión estratégica de los programas de prevención y mitigación de desastres y será una responsabilidad de los tomadores de decisiones involucrando a los diferentes actores, que en últimas son quienes ejecutan los diferentes programas y acciones para reducir la vulnerabilidad. Las metas de reducción de riesgos pueden derivarse de objetivos de programas corporativos generales, políticas y normas de prevención, y criterios de adaptación al riesgo. b. Identificar los recursos en riesgo y evaluar los riesgos Para una población amenazada y expuesta, los recursos casi siempre incluyen vidas humanas y no humanas, bienes materiales públicos y privados, infraestructura física, recursos naturales (dentro y fuera del sitio), vías de transporte, tierras agrícolas y suelos, así como activos financieros (por ejemplo, daños a equipos, maquinaria, muebles, pérdidas en la producción). La evaluación del riesgo implica la valoración del costo total de los daños directos (que ocurre simultáneamente o inmediatamente después del desastre, incluyendo capital, inventarios de producción terminada o en proceso, materias primas y repuestos) e indirectos, que corresponden a los daños en los flujos (producción que no se realizará, bienes y servicios que no se van a encarecer como consecuencia del desastre). En ambos casos siempre implica la valoración en términos monetarios.

1

Kolluru R. V. & Brooks D. G., 2000. Evaluación de riesgos integrada y administración estratégica. En: Manual de Evaluación y administración de riesgos.

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c. Desarrollar alternativas de reducir y evitar riesgos En la administración o gestión del riesgo, es claro que el proceso de su reducción se inicia con la determinación de los peligros asociados y la revisión de los recursos en riesgo. Esto conlleva a esto a la búsqueda de las mejores alternativas y soluciones e introduce una nueva etapa histórica que manifiesta algunos cambios del énfasis tradicional; por ejemplo, de costos y cumplimientos, a ventajas sostenibles; de conflicto a colaboración; de destrucción a conservación y preservación; de asistencia a prevención, de pensar en el paso de la eficiencia a un modo de efectividad; del análisis de los simple a lo complejo; de la mirada especializada al diálogo interdisciplinario y la complementariedad. En esta mirada, con mucha efectividad, se puede pensar que dependiendo del contexto, los riesgos pueden ser reducidos al atacarse uno o más enlaces en la secuencia de causa-efecto-causa por eliminación o reducción del número y tamaño de las fuentes de peligro, posibilidades de iniciar y propagar acontecimientos recursos o receptores del riesgo (en especial receptores humanos y ecológicos sensibles) y la posibilidad de exposición y severidad del efecto (magnitud de las consecuencias). d. Asignar prioridades a las oportunidades de reducir y evitar riesgos Además de todas las posibles medidas de reducción del riesgo señaladas en el paso anterior, se deben considerar los requerimientos de umbral. Son cuestiones de tipo de cumplimiento, por ejemplo, requerimientos reglamentarios que deben ser cumplidos, dando penalización a los responsables de su no acatamiento. En este caso podemos decir que este ha sido uno de los grandes inconvenientes que se han tenido en la reducción del riesgo debido a que casi siempre hay flexibilidad en los medios para lograr el cumplimiento con implicaciones financieras y de otro tipo (por ejemplo, permitir excesos, multas, reacción pública). La asignación de prioridades generalmente resulta del análisis de costo-beneficio de las diferentes alternativas; esto significa no solo ver los métodos tradicionales de flujo de efectivo, sino el prestar atención especial a los impactos ambientales potenciales de un acción demorada; por ejemplo, ¿Qué sucedería si una fuga en el sitio tiene un 10% de oportunidad de contaminar un depósito de agua potable o dañar tierras húmedas o áreas de pesca en 5 años? ¿Qué sucederá si los reglamentos o los legisladores cambian. e. Poner en practica proyectos selectos y revisar su avance Esta etapa es fundamental y es la que le da la efectividad a las políticas y medidas tomadas en cuenta para la gestión del riesgo con miras a la prevención y mitigación de los impactos de los desastres. Una vez realizadas todas las medidas señaladas para reducir riesgos, y analizadas todas las alternativas, se debe seguir el criterio de aquellas que muestren los índices más elevados de costo-beneficios según lo cual son las primeras en llevarse a la en práctica. Dado que la administración de riesgos es un proceso continuo, los riesgos deben ser revisados periódicamente y administrados como parte del ciclo de planificación de un sistema de prevención y mitigación de desastres.

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Es preciso esbozar que el detalle de discusión y aclaración conceptual fue fundamental para iniciar el compromiso institucional y la participación ciudadana para la toma de decisiones y la planificación del desarrollo incluyendo la variable del riesgo, bien sea disparado por amenazas de tipo natural o antrópicas. De esta manera, el deber institucional y responsabilidad civil ante las inaplazables tareas de mitigación del riesgo o del impacto de posibles situaciones de desastres, es un asunto de gestión en el cual se identifican diversas etapas, que por su conectividad temporal y espacial, se le ha denominado “ciclo” de gestión del riesgo o del desastre, caracterizado por tres fases fundamentales (Figura 1):

Predicción

ETAPAS PRE-DESASTRE Requieren planes y programas de educación individual y/o colectiva, inversión de recursos

Prevención Mitigación Alerta

Estado de Crisis

SITUACION DE DESASTRE

ETAPAS POST-DESASTRE Requieren intervención de organismos gubernamentales, instituciones públicas y privadas y la sociedad civil, inversión de grandes sumas

Emergencia Rehabilitación Restauración Reconstrucción

Figura 1. Esquema de la secuencia de la gestión en caso de un desastres

Es claro que por mucho tiempo la sociedad estuvo sometida a muchos factores de tipo político, administrativo, social, conceptuales, etc., que hacían más clara la preparación y la toma de decisiones en la fase posterior a la situación de desastre, es decir, todos los recursos aunque más costosos se dedicaban a atender las consecuencias del desastres, se hacía pura gestión del desastre. Hoy día, los avances en esta materia son significativos, se habla de la gestión del riesgo, concepto que se entiende como las acciones a ser llevadas a cabo “antes”, con consecuencias para el “durante” y el “después” de la situación del desastre. Esta nueva forma de afrontar la problemática del riesgo se entiende como un conjunto de acciones donde intervienen diversos actores de la sociedad, permitiendo en éstos tres agrupaciones básicas (poderes públicos, comunidad científica y comunidad en general). Entre estos tres grupos de actores existe una existe una mucha interacción e interrelación que destaca la responsabilidad que se tiene ante la problemática y el papel que cada uno debe jugar en la reducción o mitigación del impacto que una posible

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situación de desastre podría causar. Esto hace que la gestión del riesgo se vea como un asunto de alta complejidad en el sentido de las múltiples relaciones (causa-efecto-causa), que existen inicialmente entre los diversos actores sociales y, luego, entre éstos y el medio ambiente. Razón por la cual hemos considerado que la gestión o administración del riesgo es un asunto integral y complejo. Este nuevo enfoque de ver el riesgo claramente va de la mano de las políticas que los gobiernos y la sociedad deben adelantar en la búsqueda de un mejor desarrollo social, el cual siguiendo a Amartya Sen, entendemos como un proceso de expansión de las libertades reales de que disfrutan los individuos; estas libertades dependen de determinantes como las Instituciones sociales y económicas, derechos políticos y humanos, la industrialización, el progreso tecnológico. Entendido de esta manera, el desarrollo exige la eliminación de las principales fuentes de privación de la libertad: la pobreza, la tiranía, la escasez de oportunidades económicas y las privaciones sociales sistemáticas, el abandono de los servicios públicos, la intolerancia y la intervención de los estados represivos. Justamente, son estas las principales reducciones que causan las situaciones de desastres, que independientemente del tipo de evento detonador (natural, antrópico o complejo), son considerados como grandes “truncadotes” del desarrollo. Así, la administración o gestión del riesgo, como se muestra en la Figura 2, implica un proceso que al iniciarse con la identificación y valoración del peligro o amenaza, para la determinación de los elementos expuestos y vulnerables al peligro y termina con la toma de acciones o medidas que conlleven a tener una sociedad más segura en caso de presentarse el fenómeno o evento considerado como peligroso o amenazante. Esto hace que introduzcamos en este resumen principales elementos conceptuales que caracterizan esta visión de gestión del riesgo.

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IDENTIFICACIÓN DEL PELIGRO (AMENAZA)

EVALUACIÓN DE LA EXPOSICIÓN

EVALUACIÓN DE EXPOSICIÓN -

CARACTERIZACIÓN DEL RIESGO

ADMINISTRACIÓN O GESTIÓN DEL RIESGO Figura 2. Diagrama de flujo para la evaluación del Riesgo (Adaptado de Bartell, 2000)

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1.2. Marco Legal Basados inicialmente en la Resolución de Rectoría 2259 de Septiembre 6 de 2004, se plantea la necesidad de revisar las obligaciones legales que tiene la Universidad del Valle ante situaciones de emergencia. Previo a la Constitución de 1991, se estableció una normatividad soportada en el Artículo 2 del decreto 3489 de 1982, que definió el desastre como toda situación de emergencia que altere gravemente las condiciones normales de vida y que requieran la atención del Estado, de organismos de carácter humanitario o servicio social. Por tal razón, es pertinente mirar y caracterizar las situaciones de emergencia que vive la Universidad y luego definir un programa que funcione en torno a ellas. Las situaciones de emergencia que se consideran son las siguientes:    

Fenómenos naturales o artificiales de gran intensidad o violencia. Sucesos infaustos únicos, no repetidos. Enfermedades o afecciones de carácter epidémico. Actos de hostilidad o conflictos armados internos o internacionales con los cuales la población se halle amenazada.

Seguidamente, se creó la ley 46 de 1988 que organizó un Sistema Nacional de Atención de Desastres, definiendo Sistema como la integridad funcional de las entidades responsables en la reducción de riesgos y atención de desastres. La Universidad del Valle como Entidad pública y descentralizada forma parte de ese Sistema responsable. Los objetivos principales de este Sistema están encaminados a definir las responsabilidades y funciones de todos los organismos y entidades públicas en las fases de prevención, manejo, rehabilitación, reconstrucción y desarrollo, a las que da lugar las situaciones de desastre; a integrar esfuerzos públicos y privados para la adecuada atención y prevención de desastres y garantizar un manejo oportuno de todos los recursos humanos, técnicos y económicos que sean indispensables. Posteriormente se expide el Decreto - Ley 919 de 1989, que reitera la participación de las Entidades públicas, Territoriales y Descentralizadas, en el Sistema Nacional de Atención de Desastres y cuyo compromiso se centra en la realización de planes, programas, proyectos y acciones específicas. Por lo tanto, la responsabilidad del Comité Central de Emergencias de la Universidad del Valle, es constituir un programa que se ajuste a las exigencias de Ley. Finalmente, en el artículo 4 de este Decreto, se determina la designación de una dependencia y/o persona a la cual se le confiere específicamente la responsabilidad de realizar las actividades indispensables para su ejecución. Para el caso de la universidad del Valle, la Oficina de Planeación debería ser la encargada de liderar ese proceso y además incluir el componente de atención y prevención de desastres, dentro del Plan de Desarrollo 2004 - 2010.

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Así mismo, El Comité Central de Emergencias tiene la responsabilidad de construir un programa en las 2 áreas de prevención y atención, identificando previamente los riesgos. 1.3. Marco histórico de la gestión de riesgos 1.3.1. En el contexto mundial y Nacional En lo nacional la dependencia de la DNPAD del Ministerio del Interior le quitó al Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres su capacidad de convocatoria, con respecto a su anterior localización en la Presidencia. Por otro lado al Fondo Nacional de Calamidades se le adjudicó también a la atención de desplazados por la violencia, hecho que mermó significativamente su capacidad de apoyo y cofinanciación a los entes locales y regionales del Sistema. A pesar de lo anterior se reconoce que en Colombia el tema de gestión de riesgos dejó de ser del exclusivo fuero de instituciones especializadas y cada vez hace más parte de las estrategias y planes de desarrollo sectoriales. El contexto regional del tema de gestión de riesgos fue muy deficiente. En los 15 años transcurridos desde la promulgación de la Ley 46 (1989) que creó el Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres, el Departamento apenas empieza a proveerse de una visión regional sobre el tema (Plan Departamental para la Gestión de Riesgos, diciembre de 2003). En el contexto regional destacan las instituciones de voluntarios: Cuerpos de Bomberos, Cruz Roja y Defensa Civil y actividades puntuales de evaluación de amenazas y vulnerabilidades por las entidades técnicas. Por otro lado, la creación de la Corporación Fondo de Solidaridad del Valle del Cauca, que promovió el desarrollo del Plan Departamental, es un aliciente a considerar en la región. Como todas de las poblaciones latinoamericanas, Santiago de Cali tuvo desde sus inicios actividades de interacción entre sus pobladores, instituciones y las dinámicas del medio ambiente. Durante el periodo colonial y republicano hasta principios del Siglo XX, se enfrentaron amenazas y desastres como sequías, plagas (hormiga arriera), epidemias, crecientes del río Cali, inundaciones por el Cauca y sus afluentes, incendios, vendavales y terremotos, entre otras. Hacia 1919, en la construcción del Acueducto de San Antonio, se incluyen hidrantes para facilitar el control de incendios hasta entonces apagados “a balde”, desde las acequias que recorrían muchas de las calles En 1924 se fundó la Cruz Roja y en 1928 el Cuerpo de Bomberos. Grandes inundaciones por el río Cauca en las décadas de 1930 y 1950 plantearon la necesidad de un programa regional de control de las mismas, lo que dio origen a la C.V.C. a mediados de la década de 1950, con base en el modelo de la Corporación del Valle del Tenesse (USA).

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La ciudad había crecido y se había industrializado desde la segunda guerra mundial, para satisfacer necesidades de insumos que antes se importaban; los accidentes de tránsito e incendios comerciales e industriales se volvieron más frecuentes. Quizás fue la explosión del 7 de agosto de 1956 el evento que marcó la necesidad de contar con acciones gubernamentales y de otras instituciones en la prevención de desastres. La Universidad del Valle y en particular la Escuela de Medicina jugaron un papel de primer orden en la atención de este desastre, que marcaría a toda una generación que posteriormente jugó un papel de primer orden con iniciativas de organización y gestión en los temas de emergencias y desastres. Desde principios de los años 1960, una vez concluidas las obras del Distrito de Aguablanca, la ciudad se expandió ocupando terrenos de la antigua llanura de inundación del río Cauca. A su vez las laderas en la Cordillera Occidental, inicialmente ocupadas por mineros, empezaron a urbanizarse mediante procesos informales y, ocasionalmente, planificados o al menos con el visto bueno de las administraciones municipales. Los terremotos del 23 de noviembre de 1979 (Norte del Valle, Eje Cafetero) y del 12 de diciembre del mismo año (Costa del Pacífico), mostraron la necesidad de nuevas medidas; así, en 1980, por iniciativa de médicos del área de Medicina Social de la Universidad del Valle se creó el Comité Operacional de Emergencias – COE, primero en su género en Colombia y en 1981 el Fondo FES – Emergencia Ciudadana, con participación de la FES, Cámara de Comercio, Municipio de Cali y Beneficencia del Valle, también pionero en Colombia. En 1982 el Municipio creó el Fondo de Vigilancia y Seguridad de Cali, Fondo que lideró el CLE y apoyó a las entidades técnicas y de socorro hasta su desaparición en la Reforma Administrativa Municipal de 1996. Por otro lado, a raiz del sismo del 31 de marzo de 1983 en Popayán, la ciudad adoptó como norma municipal el Código Colombiano de Construcciones Sismorresistentes, que sería Ley de la República un año más tarde. En 1987 se fundó el Observatorio Sismológico del Suroccidente, pionero de la sismología moderna en el país y en 1989 la ciudad se dotó del “Plan General para la Atención de Emergencias”, el cual fue actualizado como “Plan para la mitigación de riesgos en Cali” en 1996 y adoptado por decreto municipal como instrumento de planificación en 1997. Sin embargo, a raíz de cambios institucionales y reformas administrativas, durante los últimos años la ciudad perdió el liderazgo que sobre la gestión de riesgos tuvo durante muchos años: El Fondo de Vigilancia y Seguridad de Cali se abolió, desapareció o dejó de funcionar el Fondo FES – Emergencia Ciudadana, la coordinación del Comité Local para la Prevención y Atención de Desastres (CLOPAD) empezó a cumplir un papel de segundo o tercer orden y perdió su liderazgo y capacidad de convocatoria local, de tal manera que muchas de las instituciones de larga trayectoria continuaron su actuación con aceptables niveles de coordinación operativa (en gran medida con el apoyo de la Red de Urgencias), pero con un perfil individual y poca cohesión en términos de visión de ciudad, región y país.

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Durante el periodo 1987 a 1994, aproximadamente, la ciudad, el Municipio y las instituciones técnicas y de socorro tuvieron una rica y dinámica multitud de experiencias: se amplió la base social de la gestión de riesgos incluyendo comunidades y formación de líderes comunitarios prevencionistas, Planeación Municipal inició la incorporación de variables de amenazas y vulnerabilidades en las actividades de planificación, se creó el DAGMA, para tratar los asuntos del Medio Ambiente en el Municipio, las Empresas Públicas y otras entidades iniciaron estudios de vulnerabilidad y reforzamiento de algunas edificaciones. Sin embargo, durante los 10 años pasados la situación de liderazgo de Cali en los temas de gestión de riesgos decayó. Las instancias responsables del Estado desde el Municipio tuvieron sus prioridades en aspectos operativos, las reuniones interinstitucionales del CLOPAD se centraron en aspectos puntuales de atención o prevención (prevención por ejemplo en espectáculos públicos callejeros y en recintos) y sus comisiones actuaron, cuando lo hicieron, sin mayor coordinación, sin un plan de acción integrado y sin mayores horizontes. Así, por ejemplo, el DAGMA contrató y ejecutó proyectos ligados a la gestión de riesgos que no fueron conocidos por el CLOPAD; Planeación Municipal continuó sus actividades de evaluación de amenazas, sin ser plenamente socializadas y las demás entidades técnicas y de socorro tuvieron que dedicarse a sobrevivir con sus propias experiencias y necesidades, al margen de un programa conjunto. 1.3.2. En el contexto de la Universidad

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ELEMENTOS PARA LA GESTIÓN DE RIESGOS EN LA UNIVERSIDAD DEL VALLE 2.1. OBJETIVO GENERAL En el marco de su Misión, Visión, Principios y Propósitos, la Universidad del Valle buscará el liderazgo académico, investigativo y operativo en materia de gestión de riesgos asociados con sus campus, la ciudad y la región, con proyección nacional e internacional. Este Objetivo general bucará contribuir a la construcción de tejidos sociales, intra y extrauniversitarios, involucrando diversos actores: grupos académicos y de investigación, docencia, grupos de emergencias, comunidad profesoral, estudiantil y de trabajadores del sector operativo y administrativo, por un lado, y por el otro, la Universidad entendida como un referente y partícipe de la sociedad local, regional, nacional e internacional. 2.2. LA POLITICA DE GESTIÓN DE RIESGOS EN LA UNIVERSIDAD DEL VALLE Para el desarrollo del objetivo general ser proponen los siguientes específicos en el mediano y largo plazo. Incorporación de la gestión de riesgos 1. Incorporar la gestión de riesgos como tarea básica de planeación (incluyendo la planificación física). Una primera aproximación al diagnóstico y prioridades, a la escala de este Plan deberá fundamentarse en los aportes del Plan Maestro de la Oficina de Planeación de la Universidad. Fomentar la investigación en gestión de riesgos 2. Impulsar la construcción consensuada de una visión regional y nacional de los riesgos teniendo en cuenta la importancia de Cali y ciudades aledañas en dos aspectos: a) los riesgos a los que están sujetas y su importancia para el país, b) sus capacidades para apoyar gestión de riesgos en otras regiones y para la atención de desastres. 3. Apoyar capacidades institucionales instaladas en investigación de amenazas y riesgos. 4. Apoyar la formación académica en temas ligados a la gestión de riesgos (p. ej., saneamiento básico, agua potable, residuos, ingeniería de obras civiles, evaluaciones socieconómicas y culturales de emergencias y desastres, el papel de la Facultad de Salud y del HUV).

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Programas de Gestión del riesgo 5. Desarrollar un Programa de mitigación de riesgos: Evaluación y reducción de vulnerabilidad de edificaciones; Evaluación y reducción de vulnerabilidades de sistemas vitales (acueducto, alcantarillado, telecomunicaciones, energía); fomento a acciones individuales y colectivas de reducción de vulnerabilidades 6. Fortalecer las capacidades de respuesta de la institución frente a emergencias y desastres. 7. Apoyar la generación, actualización y mantenimiento de un sistema de información sobre amenazas y ocurrencia de emergencias como soporte para los procesos de planificación mitigadora en la Universidad. Esto incluye desde acopio y puesta a disposición de información existente y bases de datos, hasta eficientes sistemas de comunicación intra e interinstitucional. PRINCIPIOS GENERALES DE GESTIÓN DE RIESGOS EN LA UNIVERSIDAD DEL VALLE Principio 1: La gestión de riesgos en la Universidad del Valle debe adoptar un enfoque estructural. Los elementos de un enfoque estructural para la gestión de riesgos son los siguientes: evaluación de riesgos, evaluación de opciones de gestión de riesgos, aplicación de la decisión sobre gestión, seguimiento y examen. Principio 2: La protección de la Comunidad Universitaria debe ser la consideración primordial en las decisiones sobre gestión de riesgos en la Universidad del Valle. Las decisiones relativas a los niveles de riesgo aceptables deben estar determinadas principalmente por consideraciones relacionadas con las personas que conforman la Comunidad Universitaria; además deberán evitarse diferencias arbitrarias o injustificadas en los niveles de riesgo. En determinados contextos de gestión de riesgos, y especialmente para la determinación de las medidas que han de adoptarse, quizás resulte apropiado tomar en cuenta otros factores (por ej., costos económicos, beneficios, viabilidad técnica y preferencias sociales). Estas consideraciones habrán de explicitarse y no deberán ser arbitrarias. Principio 3: Las decisiones y prácticas de gestión de riesgos en la Universidad del Valle deben ser transparentes. La gestión de riesgos debe incluir la identificación y documentación sistemática de todos los elementos del proceso y en particular de la adopción de decisiones, a fin de que su fundamento resulte transparente para todas los estamentos que conforman la Comunidad Universitaria.

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Principio 4: La determinación de la política de evaluación de riesgos debe constituir un componente específico de la gestión de riesgos en la Universidad del Valle. La política de gestión de riesgos establece las directrices para los juicios de valor y elecciones normativas que podría ser necesario aplicar en determinadas fases decisorias del proceso de evaluación de riesgos; es preferible que se determine previamente a la evaluación de riesgos, y que sea generada por el Comité Central de Emergencias (C.C.E), ente gestor y asesor de la gestión de riesgos de la Dirección Universitaria.

Principio 5: La gestión de riesgos en la Universidad del Valle debe ser elemento constitutivo de la actividad académica y de investigación, para garantizar la integridad científica del proceso de evaluación de riesgos manteniendo la separación funcional entre la gestión y la evaluación de los riesgos. La integración de la gestión de riesgos con los procesos académicos y de investigación institucional permite establecer la separación funcional entre gestión y evaluación de los riesgos para garantizar la integridad científica del proceso de evaluación de riesgos y reduce los eventuales conflictos de intereses entre evaluación de riesgos y gestión de riesgos. Sin embargo, se reconoce que el análisis de riesgos es un proceso iterativo y que la interacción entre los gestores y evaluadores del riesgo es esencial para su aplicación práctica. Principio 6: La gestión del riesgo en la Universidad del Valle debe comprender una comunicación clara e interactiva que contribuya con la construcción de tejidos sociales, intra y extra universitarios, involucrando a los diferentes actores de la comunidad universitaria y sociedad, teniendo como base el principio de Universidad como referente y partícipe de los procesos de desarrollo del escenario social local, regional, nacional e internacional. La continua comunicación entre todas las partes interesadas es parte integrante del proceso de gestión de riesgos. La comunicación del riesgo no se limita a la divulgación de información; una de sus funciones principales es el proceso mediante el cual se incorporan a la decisión, la información y las opiniones esenciales de la comunidad y su entorno para una gestión de riesgos eficaz. Principio 7: La gestión de riesgos en la Universidad del Valle debe ser un proceso continuo, que toma en cuenta todos los datos que se van generando en la evaluación y el examen de las decisiones adoptadas. Una vez que una decisión de gestión de riesgos se ha puesto en práctica, deberá ser objeto de evaluaciones periódicas a fin de determinar su eficacia para alcanzar sus objetivos propuestos. Para que este examen sea eficaz probablemente se hará necesario recurrir al seguimiento y a otras actividades pertinentes.

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DISEÑO DE MATRICES PARA LA GESTIÓN DE RIESGOS EN LA UNIVERSIDAD DEL VALLE ¡OJO! Escribir introducción

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PLAN PARA LA GESTIÓN DEL RIESGO EN LA UNIVERSIDAD DEL VALLE MOMENTO

ETAPAS

PREDICCIÓN

ANTES DE LA EMERGENCIA O EL DESASTRE

PREVENCIÓN

DEFINICIÓN

PLAN

Identificación de cada uno de los peligros o amenazas posibles y evaluación de la probabilidad de que ellos se presenten en el contexto de la Universidad del Valle

Participación de la comunidad universitaria en el estudio de valorar las amenazas que se pueden generar por la ocurrencia de eventos naturales o antrópicos al interior de la Universidad del Valle y aquellos externos que la puedan afectar.

Participación de los diferentes estamentos que conozcan de la ocurrencia de eventos amenazantes dentro de la Universidad del Valle, separándolos en naturales y antrópicos.

ESTRATEGIAS

Levantar el diagnóstico de las amaneras o peligros existentes para la Universidad del Valle.

METAS

Acción (es) (programas, Proyectos) con objeto de adelantarse a las consecuencias negativas que puede tener un evento de origen natural (hidrometereológico, sísmico, tectónico, geológico, etc.) o antrópicos a fin de evitarlas. Conjunto de medidas y acciones dispuestas con anticipación con el fin de evitar la ocurrencia de un impacto ambiental desfavorable o de reducir sus consecuencias sobre la población, los bienes y servicios y el medio ambiente

Insertar explícitamente el tema de la gestión del riesgo como una política en los planes de desarrollo y maestro de la Universidad del Valle.

Desarrollar acciones operativas y organizativas y de capacitación de los grupos o poblaciones potencialmente afectados para que puedan enfrentar las amenazas de origen natural o antrópico.

Lograr una sensibilización y concientización de la comunidad universitaria ante los peligros y amenazas que lo rodean.

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MOMENTO

ETAPAS

DEFINICIÓN Acción (es) (programas, proyectos) con objeto de evitar (reducir el impacto negativo) de un evento.

ANTES DE LA EMERGENCIA O EL DESASTRE

MITIGACIÓN

Se trata de medidas de intervención dirigidas a reducir o atenuar el riesgo. La mitigación es el resultado de la decisión política respecto de un nivel de riesgo aceptable obtenido de un análisis extensivo del mismo y bajo el criterio de que dicho riesgo es imposible de reducir totalmente.

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PLAN

ESTRATEGIAS

METAS

Desarrollar campañas y programas de intervención física de los edificios vulnerables y otros sitios dentro del campus universitario donde se puedan generar situaciones de riesgo.

Desarrollar acciones que incluyan: reforzamiento de estructuras, rediseño o alteración de la situación existente y mitigar su vulnerabilidad, capacitación y organización (institucional, comunitaria).

Lograr sensibilización y búsqueda de una mejor convivencia.

Establecer planes, programas y normas sobre el manejo de laboratorios. Modificación de comportamientos de los miembros de la comunidad universitaria que permitan una mejor convivencia y un ambiente más seguro.

Mitigar el riesgo presentado por elementos vulnerables a una determinada amenaza en un momento dado para resolver problemas inmediatos enfrentados por la comunidad universitaria.

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MOMENTO

ETAPAS

PREPARACIÓN

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DEFINICIÓN

PLAN

ESTRATEGIAS

Medidas cuyo objeto es organizar y facilitar los operativos para los procesos de evacuación, rescate, salvamento y rehabilitación en caso de situaciones de emergencias o desastre.

Diseño y ejecución de planes de simulación de evacuación y salvamento para el perfeccionamiento de la capacidad de respuesta institucional y de la comunidad.

Fortalecimiento institucional en el ámbito administrativo, del talento humano, logístico, tecnológico, etc.

Generar una cultura institucional de gestión del riesgo.

METAS

Establecer un código de alerta que se difunda ante la comunidad universitaria y sus visitantes.

Establecer en la Universidad del Valle una Línea única para la Atención de emergencias.

Oficializar al interior de la Universidad del Valle, el momento y funcionarios indicados para decretar el estado de alerta de acuerdo con los códigos establecidos.

Contar con un grupo de reacción permanente y los Puestos de Control e información inmediata.

Establecer un plan de señalización de sitios de concentración, áreas peligrosas y vías de evacuación en cada uno de los edificios y en todo el campus universitario.

ANTES DE LA EMERGENCIA O EL DESASTRE

ALERTA

Estado previo que se declara ante inminente ocurrencia de de un fenómeno con posibilidades de generar una situación de desastre, con el fin de que los organismos de socorro activen sus procedimientos preestablecidos y probados, y para que la población tome precauciones específicas.

Estructurar un programa de comunicación y difusión del código establecido, involucrando a los medios de con que cuenta la Universidad del Valle. Crear una red de comunicación permanente entre el CCE y las directivas universitarias.

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MOMENTO

DURANTE LA EMERGENCIA O EL DESASTRE

ETAPAS

ATENCIÓN

DEFINICIÓN Acciones de respuesta al estado de crisis presentado durante la situación de emergencia o el desastre cuyos objetivos primordiales van encaminados a acabar con el evento, en caso de que esto sea posible, o mitigar el impacto originado.

PLAN Poner en operación protocolos o procedimientos operativos establecidos.

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ESTRATEGIAS

METAS

Manejar los tres niveles de respuesta: estratégico, táctico y tareas, para los protocolos o procedimientos de incendio, materiales peligrosos, amenazas de origen social, amenazas biológicas, intoxicaciones, inundaciones, deslizamientos, terremotos; rescate y atención prehospitalaria.

Acabar con el evento, en caso de que esto sea posible, o mitigar el impacto originado.

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CAPITULO 3 PLAN DE GESTIÓN DE RIESGOS EN LA UNIVERSIDAD DEL VALLE 3.1

ESCENARIOS DE RIESGOS POR TIPOLOGÍAS DE AMENAZAS, VULNERABILIDADES Y CAPACIDADES INSTITUCIONALES DE MITIGACIÓN EN LA UNIVERSIDAD DEL VALLE.

RESUMEN. Con base en el inventario y reportes históricos de amenazas y emergencias que ocurren o tienen potencial de ocurrencia en la Universidad se desarrolla y aplica una metodología de tipo heurístico, semi cuantitativa, para la valoración de riesgos. El modelo general parte de concebir los riesgos (valoración anticipada de pérdidas) como una función de las amenazas y vulnerabilidades que pueden ser disminuidos mediante acciones de mitigación, prevención y atención. Para cada tipo de amenaza se elaboran tres escenarios de riesgo con base en sus características: área de impacto, recurrencia, pronosticabilidad y mitigabilidad, por un lado, y por el otro considerando las condiciones de exposición y vulnerabilidades de las personas, el medio físico y la funcionalidad social (Comunidad universitaria) y física de edificaciones y campus. Para cada término utilizado se provee una definición sintética. Con base en los escenarios presentados se espera fortalecer, entre otros, el Plan de Desarrollo de la Universidad, la toma de decisiones para la mitigación de riesgos y contribuir a construir y fortalecer tejidos sociales en el seno de la Comunidad Universitaria y entre ésta y el entorno. Los escenarios de riesgos presentados podrán ser desarrollados en el futuro, hasta obtener una valoración detallada o específica de los mismos. Esto se podrá hacer aprovechando recursos académicos, de investigación y acción en gran parte disponibles en la misma universidad. La valoración de riesgos sugiere que algunos, por ejemplo asociados a la labor, son manejables si se mantienen y fortalecen actividades de mantenimiento y renovación de equipos y partes, mientras que los mayores riesgos, orden público por sus impactos y frecuencia y sísmico por el mayor impacto esperable, dependen, por un lado, de construir y fortalecer tejidos sociales en el marco de un política universitaria de gestión de riesgos y, por el otro, de programas, planes y proyectos de evaluación

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de vulnerabilidades específicas, de medidas para mejorar la funcionalidad social y física (investigación, programas académicos, simulacros, brigadas de emergencia, disposición de salidas de emergencia, reforzamiento de estructuras), todo ello en el marco de una concepción según la cual todas las personas, estamentos y dependencias pueden y deben jugar un papel central en la reducción de riesgos de la Institución.

1. EL MODELO GENERAL2. 1.1. ¿Qué es riesgo? El riesgo es la probabilidad de ocurrencia de efectos adversos sobre el medio físico y humano en un área de influencia. En este sentido, es una conjugación de las características de las amenazas y de las vulnerabilidades. Estrictamente, es el cálculo anticipado de pérdidas (en vidas y en bienes), para un fenómeno de origen natural o tecnológico, o situación de tipo social que actúa sobre el conjunto social o una porción del mismo y sus bienes. 1.2. ¿Qué es riesgo aceptable? Es una decisión sobre el nivel de pérdidas esperables que se asume como resultado de aceptar que ocurrirán fenómenos naturales, tecnológicos, o situaciones sociales, los cuales incidirán sobre las vidas y bienes expuestos. En la toma de decisiones para cada tipo de riesgo es óptimo que se balanceen los conocimientos disponibles sobre las amenazas (ubicación, severidad, recurrencia, etc.), las vulnerabilidades y los costos de pérdidas si no se realizan intervenciones así como los costos de medidas de mitigación, prevención y atención (reducción de las vulnerabilidades y en la mayoría de los casos también de las amenazas). Las decisiones sobre el riesgo aceptable son, entonces, producto de la conjugación de consideraciones y de variables técnicas, económicas, sociales y políticas en el marco del proyecto de Universidad Pública de la Universidad del Valle. En nuestro caso particular y a la escala de la Comunidad Universitaria, este Plan provee algunos de los anteriores insumos en la búsqueda de una optimización del futuro.

Este modelo se puede expresar de la siguiente manera: 2

Adaptado de Meyer Hj (1995), en OSSO para Corpes de Occidente: "Evaluación de amenazas, vulnerabilidades y estrategias para la mitigación de riesgos en el Occidente de Colombia" y de OSSO, Editor (1996), para Municipio de Cali, Plan para la Mitigación de Riesgos en Cali.

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R=

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A x V x (Costos) (M + P + At)

R : Riesgo A : Amenazas naturales, tecnológicas, antrópicas; incluye conflictos sociales. V : Exposición y grado de vulnerabilidad de población y bienes muebles e inmuebles. M : Mitigación (reducción) con medidas de planificación y físicas en el mediano y largo plazo. P : Medidas de prevención de corto y mediano plazo At: Preparativos para la atención. Costos: Son los valores económicos directos o indirectos, producto de la interacción de amenazas y vulnerabilidades; también son los costos sociales (p. ej., asociados a cierres temporales de la Universidad) y los inmateriales, como la imagen de la institución. 2. LAS AMENAZAS3. De acuerdo con la información institucional disponible en diversas fuentes de las vicerrectorías de Bienestar Universitario y Administrativa y en la Oficina de Planeación, los tipos de amenazas y situaciones de emergencia que afectan la universidad se pueden agrupar en naturales, antrópicas - tecnológicas, conflictos sociales, asociadas con la labor y de manejo ambiental. 2.1. Naturales: Encharcamiento - inundación Deslizamientos Sismos Tormenta eléctrica Vendaval. 3

. Con base en Taller de Gestión de Riesgos y reuniones del C.C.E. (2004 - 2005). Las definiciones de cada amenaza se presentan en la matriz respectiva de cada una, en proceso de calificación experta en reunión - taller del C.C.E.

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2.2. Antrópicas - tecnológicas: Accidentes de tránsito. Principalmente accidentes dentro de los campus: vehiculares, motociclistas, bicicletas. Accidentes en vías periféricas que puedan afectar las labores cotidianas. Apagones. Suspensión del fluido eléctrico, generalizado, por zonas o por edificios, con efectos sobre clases, labores de servicios o administrativas y proyectos de investigación, incluidos apagones prolongados por racionamiento en el sistema eléctrico nacional. Cortocircuitos. Tanto al interior de edificios como en líneas de tensión o acometidas externas. Falta de agua. Bien sea por racionamiento programado o por daños en redes internas y externas a los campus, con efectos similares a los de Apagón. Intoxicación alimentaria. Asociada a ingesta colectiva de comidas contaminadas, bien sea en el Restaurante Universitario o en cafeterías en concesión. En la historia regional y nacional la mayoría de las intoxicaciones alimentarias se han producido por ingesta de alimentos contaminados (salmonella y otros) contratados para actos públicos (paseos, reuniones, etc.). Quemas de zonas verdes. Principalmente en el campus Meléndez durante periodos de sequías prolongadas. Deterioro agudo de edificaciones. Se trata tanto de humedades en cimentaciones, pisos, paredes o techos con efectos tales que limitan el uso de edificios o parte de éstos como deterioro por el uso cotidiano con déficit de mantenimiento. Incluye desprendimiento y caída de fachadas. 2.3. Conflictos sociales. Conflicto interno. Conflictos y acciones de uno o varios de los estamentos, o parte de ellos, generalmente asociados a reivindicaciones laborales o estudiantiles que se traducen en hechos que perturban el normal funcionamiento de actividades académicas y administrativas afectando procesos académicos y administrativos en edificios, zonas a campus. Orden público. Conflictos de uno o varios de los estamentos por reivindicaciones internas o movimientos sociales, económicos y políticos más amplios, que se traducen en marchas o en enfrentamientos con la fuerza pública.

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2.4. Asociadas con la labor. Derrame de sustancias químicas. Sustancias tóxicas, irritantes, corrosivas, contaminantes o inflamables. Sus efectos dependen del tipo de sustancia, flujo y cantidad derramada. Generalmente son derrames asociados a procesos en laboratorios. Escape de gases. Sustancias tóxicas, irritantes, corrosivas, contaminantes o inflamables. Sus efectos dependen del tipo de sustancia, flujo y cantidad escapada. Además de escapes asociados a procesos en laboratorios, pueden estar asociados a gas natural, tanques de gas propano o derivados del Cloro (sector Piscinas del CDU). Explosión. Causadas por liberación súbita de energía producto de mal función en procesos de fogones (restaurante, cafeterías), en laboratorios o por actos intencionales asociados con Conflictos sociales. Incendio. Incendios declarados en edificios. 2.5. De manejo ambiental. Desechos sólidos. Basuras generadas por el funcionamiento cotidiano de la Universidad que al acumularse pueden generar malos olores, contaminación y plagas. También desechos sólidos contaminantes, irritantes, corrosivos, inflamables o con efectos de mediano y largo plazo sobre la salud y el medio ambiente, principalmente asociados a inadecuado manejo y disposición de sustancias en proyectos de investigación y laboratorios. Plagas. Pueden ser generadas por condiciones ambientales y de saneamiento básico en los campus o a factores externos como clima o a epidemias de cobertura más amplia. Mosquitos propagadores de dengue y malaria, colonias de abejas africanizadas, roedores, hormiga arriera, etc.

3. VULNERABILIDADES Y EXPOSICIÓN. ¿Qué es vulnerabilidad? El término tiene múltiples connotaciones, dependiendo si se trata de personas, de conjuntos sociales o de obras físicas. En su definición latina significa que puede ser herido o sufrir daño. Según esto, puede definirse como el grado de propensión a sufrir daño por las manifestaciones físicas de un fenómeno de origen natural o causado por el hombre. La vulnerabilidad de una comunidad o de un bien material depende de varios factores, entre los cuales pueden destacarse los siguientes:

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Su grado de exposición a un tipo de amenaza (localizado sobre un terreno inundable o no inundable, corrientes de viento que arrastran substancias contaminantes, suelos blandos que pueden amplificar las ondas sísmicas, sobre o aledaño- a un terreno que puede deslizarse, etc.).



El grado de incorporación en la Cultura de la educación y de los conocimientos que permita a la comunidad universitaria reconocer las amenazas a las cuales está expuesta. Es decir, el grado de entendimiento sobre los procesos naturales, tecnológicos y políticos o sociales que pueden afectarla, como insumo básico para prevenir y mitigar (evitar o disminuir) los efectos de los fenómenos considerados como peligrosos



La calidad del diseño y de la construcción de las edificaciones y de la urbanización (p. ej. la disposición de suficientes espacios libres y de vías amplias); la calidad de los servicios públicos; la calidad de los terrenos o la presencia o ausencia de medidas físicas adecuadas de protección.



El grado de organización de la comunidad universitaria y la capacidad de interacción y de diálogo entre las personas y los grupos de todos los estamentos y de éstos con el entorno.



La voluntad política de la Dirección universitaria y de quienes toman decisiones (incluyendo a las organizaciones de los estamentos y grupos de base), y la capacidad de los equipos de planificación para orientar el desarrollo físico, socioeconómico y cultural, teniendo en cuenta medidas de prevención y de mitigación de riesgos. Las capacidades de la institución en cuanto a grupos de investigación en temas relacionados con la mitigación de riesgos; la inserción en la Academia de temas de gestión de riesgos; disponibilidad y capacitación de brigadas de emergencia, etc.

4. ZONIFICACIÓN DE LOS CAMPUS. Se espera que con base en criterios geográficos, técnicos, sociales y operacionales el CCE llegue adopte o mejore la zonificación presentada a continuación. 4.1. Meléndez: Zona 1. Entre la avenida interna Jorge Garcés y la Calle 100. Zona 2. Administración, Ciencias, Biblioteca Mario Carvajal, edificios CREE, idiomas, Tulio Ramírez, hasta la Avenida Pasoancho. Zona 3. Ingenierías, hasta la entrada Corelca

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4.2. San Fernando: Propuesta: Zona 1. Desde el piedemonte (futura Calle 3 B) hasta Calle 4 A. Odontología, Bacteriología, edificios Perlaza e Idelac. Zona 2. Entre calles 4 A y 4 B. Incluye edificios del Decanato, Microbiología, 116, Salud Pública, Alex Cobo y Facultad de Administración. Zona 3. De Calle 4 B hacia el Hospital Universitario del Valle. Incluye el CDU, Mantenimiento y Enfermería. Agregar Figuras xx xx (mapas o esquemas). 5. DEFINICIÓN DE VARIABLES Y CRITERIOS DE VALORACIÓN. Con la finalidad de desarrollar escenarios de riesgos las amenazas y vulnerabilidades se descomponen en las variables que dan cuenta de las mismas. A cada variable se le ha asignado una escala de valoración y a ésta se le asigna una calificación de uno (1), cinco (5) y diez (10), de acuerdo con su grado relativo de importancia, es decir de acuerdo a su contribución a los escenarios de riesgos. De esta manera se obtienen valores numéricos que permiten comparar los diversos escenarios de riesgos y, por lo tanto, facilitar la toma de decisiones para su intervención. 5.1. Variables de las amenazas. 5.1.1. Área de impacto. Es el sitio, zona, campus o éstos y su entorno que pueden ser afectadas por la amenaza. Se califica como puntual, zonal y total: Puntual (P = 1), efectos sobre un edificio, parte de él u otra pequeña área de los campus; Zonal (Z = 5)), afecta una zona de las zonas; Total (T = 10), impacta uno o los dos campus y, generalmente, también el entorno.

5.1.2. Recurrencia. Es el número de veces que la amenaza puede ocurrir durante un semestre. Poco frecuente (PF = 1), ocurre cada dos (2) o más semestres; Frecuente (F = 5)), ocurre una (1) o dos (2) veces por semestre; Muy frecuente (MF = 10), ocurre tres (3) o más veces por semestre.

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5.1.3 . Pronosticabilidad. Es el nivel de posibilidades científica, técnicas u operacionales de conocer anticipadamente la ocurrencia del fenómeno en términos de su fecha de ocurrencia, magnitud y área de impacto. Para las amenazas asociadas a la labor la pronosticabilidad se podría medir en función de rutinas de inspección, mantenimiento y reposición a cargo de las dependencias especializadas de la Universidad y reportes a las mismas por parte de la comunidad universitaria. No predecible (NP = 10). No se dispone de conocimientos científicos ni técnicas para hacer un pronóstico del evento. Predecible (P = 5). Normalmente la amenaza está asociada a condiciones naturales de ocurrencia periódica o semi periódica o a coyunturas socioeconómicas y políticas. Muy predecible (MP = 1). Se aplica a amenazas predecibles según la definición anterior cuyas manifestaciones se perciben claramente en el corto plazo (horas o días). 5.1.4. Mitigabilidad. Las causas primarias que generan la amenaza pueden ser intervenidas y reducidas mediante programas, planes, proyectos y acciones anticipadas. En general todas las amenazas consideradas, excepto sismos y vendavales, son mitigables de acuerdo con esta definición. No reducible (NR = 10). No se dispone de conocimientos, técnicas ni procedimientos para intervenir las causas del fenómeno y reducirlo, o se dispone de ellos, pero su aplicación desborda las capacidades de la Universidad para su inmediata implementación, razón por la cual se deben incorporar en el Plan de Desarrollo. Reducible (R =5 ). Existen conocimientos, técnicas, métodos e incluso políticas y actitudes que permiten intervenir con un grado de éxito acptable las causas que generan el fenómeno conduciendo a la reducción de sus impactos. Muy reducible (MR =1). Similar a la anterior pero las causas del fenómeno pueden ser intervenidas para lograr un alto nivel de éxito en la reducción de la amenaza. 5.2. Variables de vulnerabilidades. 5.2.1. Humanas. Comprende todas las personas, grupos y tejidos sociales que conforman los estamentos de la Comunidad Universitaria y su entorno que pueden ser impactados por una amenaza. Tratándose de una lesión personal o pérdida de una vida humana la calificación de la vulnerabilidad siempre tendrá los valores más altos. Vulnerabilidad humana baja (VHB = 1). Pueden ser afectadas algunas personas de la comunidad universitaria.

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Vulnerabilidad humana media (VHM = 5). Es afectada toda la comunidad universitaria de uno u ambos campus. Vulnerabilidad humana alta (VHA = 10). Es afectada toda la comunidad universitaria de uno u ambos campus y su entorno. 5.2.2. Físicas. Comprende todo el patrimonio físico, bienes muebles e inmuebles así como recursos de información e intangibles de la Universidad, que pueden ser impactados por una amenaza. Un alto número de los edificios de los campus San Fernando y Meléndez datan de hace 34 o más años, y fueron construidos con diseños, métodos y materiales que o bien han sufrido un proceso de deterioro progresivo o bien no cumplen especificaciones técnicas y normas hoy en día vigentes. Esto ha conducido a que varios espacios estén fuera de servicio, por ejemplo debido a deterioro por humedades, como es el caso de edificios del campus Meléndez, incluidos varios de la Facultad de Ingeniería. Es por ello que la evaluación de la vulnerabilidad física debe incluir el estado de deterioro de los bienes inmuebles, además de su capacidad de resistencia ante vibraciones sísmicas. Vulnerabilidad física baja (VFB = 1). Una edificación, una parte de la misma o una pequeña área de un campus. Vulnerabilidad física media (VFM = 5). Una de las zonas de cualquiera de los campus. Vulnerabilidad física alta (VFA =10). Un campus o los campus y su entorno.

5.2.3. Funcionales. Se refiere al grado de facilidad en épocas normales y durante emergencias que tengan o provean todos los componentes (personas, grupos y tejidos sociales) en relación con la disposición física de edificios, áreas de trabajo y campus, que faciliten la accesibilidad, fácil evacuación, adecuada operación de equipos de emergencia y rescate y, en general, que garanticen la salvaguarda de vidas y bienes de la institución. Se trata, en última instancia, de campus que brinden confort, sensu strictu, a la comunidad universitaria. No funcional (NF = 10). Edificios con un solo acceso; salidas de emergencias obstruidas o inexistentes; muebles y objetos impiden circulación; hacinamiento en sitios de trabajo o salones de clase; objetos colgantes, en cornisas o sin adecuados soportes y fijaciones; no hay señalización para emergencias; insuficientes, inexistentes o inadecuados equipos de extinción de incendios; déficit en

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comunicaciones. Funcional (F = 5). Salidas de emergencia disponibles con puertas que abren hacia afuera; sin hacinamiento; objetos y muebles adecuadamente distribuidos; equipos de extinción disponibles; señalización de emergencias disponible; usuarios permanentes entrenados en labores básicas de evacuación y emergencias; comunicaciones de emergencia conocidas por todos los usuarios y disponibles. Muy funcional (MF = 1). Similar al anterior, pero tiene sistemas de emergencia como salidas o equipos de extinción redundantes; hay brigada de emergencias; se hace al menos un simulacro de evacuación al año. 5.3. Costos. La valoración de los costos serán tema de trabajo durante los próximos meses, con la participación del personal del CCE, con el apoyo de investigadores de diversas profesiones y de los expertos de la Vicerrectoría Administrativa. En primera aproximación se pueden plantear de la siguiente manera: Costos directos. Por daño o mal función de edificios, equipos y procesos. Costos indirectos. Valoración de lucro cesante y costos de horas o días de cese de actividades con beneficio económico directo. Costos sociales. En principio se podrían valorar en términos de costos familiares de transporte, alimentación y días a futuro sin ingresos. Esto será tema a desarrollar. Inmateriales. También será tema a desarrollar, por ejemplo en términos de imagen pública, déficit de demanda u oferta de servicios académicos, de investigación y de extensión.

6. MITIGACIÓN, PREVENCIÓN Y ATENCIÓN. Por desarrollar colectivamente.

7. VALORACIÓN INICIAL. Debido a la complejidad inherente a la valoración de costos, se propone que en una primer fase se desarrollen los indicadores cualitativos (sin costos) y que se creen grupos de discusión y desarrollo de los riesgos con aproximaciones más cuantitativas.

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UNIVERSIDAD DEL VALLE VICCERRECTORÍA DE BIENESTAR UNIVERSITARIO COMITÉ CENTRAL DE EMERGENCIAS - C.C.E. Matrices de valoración de riesgos en función de amenazas, vulnerabilidades y capacidades institucionales de mitigación. Evento y descripción: ___________________________________________________________________________ ___________________________________________________________________________

Variables de las amenazas (A) Área de impacto Recurrencia Pronosticabilidad Mitigabilidad Exposición y vulnerabilidades (V) Humanas Físicas Funcionales AxV= Capacidades de mitigación (M) Medidas de prevención (P) Capacidades de atención (At) (M + P + At) =

1*

2*

3*

Descripción. Puntual (1), Zonal (5), Total (10) Poco frecuente (1), Frecuente (5), Muy frecuente (10) No predecible (10), Predecible (5), Muy predecible (1) No reducible (10), Reducible (5), Muy reducible (1)

Baja (1), Media (5), Alta (10). Baja (1), Media (5), Alta (10). No funcional (10), Funcional (5), Muy funcional (1). Alta (10), Media (5), Baja (1). Alta (10), Media (5), Baja (1). Alta (10), Media (5), Baja (1).

Observaciones:

AxV Riesgo = -------------(M+P+ At) (*) Escenarios de riesgo - impactos: 1 = Bajo, 2 = Alto, 3 = Prevalente.

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TABLA. Descripción de amenazas y sus efectos PROCESO, SUCESO, EVENTO

TIPO DE AMENAZA

DESCRIPCIÓN

EFECTOS

 

1. DERRAMES

2. ESCAPES

Descarga accidental de un material peligroso en estado líquido.

Liberación accidental de un material peligroso en estado gaseoso o de vapor

   





Encharcamiento Emanación de vapores  Contaminación ambiental Incendio       Nube tóxica,  corrosiva, explosiva, irritante, contaminante.  Contaminación  ambiental   

Liberación 3. EXPLOSIONES súbita de energía

   

 4. INCENDIO

Fuego fuera de control

   

Incendio Derrames Escape de vapores Contaminación ambiental Contaminación ambiental Explosión Derrame Escape de gases Generación de vapores



  

Daños a equipos y muebles Impactos de salud: o Quemaduras o Intoxicación o Muerte Pérdida de labores académicas, administrativas, investigativas. Impacto económico negativo Explosiones Pérdida de imagen Incendios Explosiones Pérdida de imagen Impacto de salud: o Quemadura o Intoxicación química o Muerte Pérdida de labores Impacto económico negativo Daños a equipos y muebles Daños estructurales a construcción e infraestructura Daños estructurales a construcción e infraestructura Impacto de salud: o Quemadura o Muerte,desmembramiento, trauma, lesiones múltiples. Pérdida de labores Gran impacto económico Pérdida de imagen corporativa

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3.2.

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PROTOCOLOS DE ATENCION EN URGENCIAS

MANEJO DEL PACIENTE CON TRAUMA PROTOCOLO 1

INTRODUCCION La Universidad como Entidad estatal que se visiona como una de las mas importantes instituciones publicas de educación superior de Colombia con cobertura, calidad y diversidad de sus servicios, debe ser ejemplo en lo concerniente a la gestión del riesgo mediante la construcción de un plan que responda a sus necesidades y que sea modelo para la sociedad en la cual se encuentra inmersa. Por lo tanto se hace necesario identificar y evaluar las diferentes amenazas naturales y antrópicas a las cuales esta expuesta la Institución en la ciudad de Cali, la ciudad universitaria de Meléndez y la sede de San Fernando; así mismo es necesario la identificación de la vulnerabilidad y de esta manera la priorización del riesgo. Dentro de dichas amenazas la mas frecuentemente encontrada teniendo en cuenta los eventos presentados durante los últimos anos, es el psicosocial concerniente a la alteración del orden publico, donde la probabilidad de tener victimas con lesiones traumáticas es alto, es por este motivo que es importante construir protocolos de atención para dichos pacientes. Las personas que sufren situaciones de emergencias o urgencias por trauma presentan tres momentos críticos como causas de muerte: hay un primer gran grupo que muere inmediatamente como consecuencia de grandes lesiones craneoencefálicas o cardiovasculares, un segundo grupo de personas morirán en la primera hora siguiente al trauma, siendo la intervención en estos momentos decisiva para salvar vidas y en un tercer grupo de personas traumatizadas la muerte puede ocurrir días o semanas después, generalmente por infecciones o disfunción de sus diversos sistemas. Muchas de estas muertes se podrían evitar si las acciones en los primeros momentos de emergencia fueran manejadas por personas debidamente formadas en intervención prehospitalaria de acuerdo a nuestra realidad epidemiológica en trauma y emergencias; igualmente muchas lesiones definitivas como pérdida de miembros, lesiones irreparables de columna vertebral y secuelas que incapacitan parcial o totalmente a la persona, pueden también evitarse con acciones iniciales que

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respondan a una formación adecuada de quienes actúan. La incalculable inversión económica que implican las complicaciones hospitalarias en personas que sufren situaciones de emergencia tanto de tipo médico como traumático, las secuelas y la pérdida de vidas humanas, pueden ser claramente impactadas si se logra una cultura de la adecuada y oportuna atención prehospitalaria y el desarrollo de verdaderos sistemas de atención a personas en situaciones de emergencia o desastres, en los que la atención prehospitalaria sea una realidad. Es por lo anteriormente expuesto que es de vital importancia el seguimiento de protocolos claros en el momento de abordar el paciente que ha sido victima de una lesión de causa externa de origen traumático, protocolos que hoy se manejan a nivel mundial y que han sido probados a lo largo de las innumerables experiencias de los diferentes grupos de atención prehospitalaria. Se presenta a continuación una sugerencia de protocolo de atención inicial a victimas de lesiones de causa externa traumáticas y que debe usarse independiente del mecanismo o cinemática de trauma presentado. SEGURIDAD DE LA ESCENA Una vez se active el sistema de emergencia dentro de la ciudad universitaria y haya sido evaluado y confirmada por el Comité Central de Emergencias de la Universidad y el grupo de primera respuesta, que en adelante se llamara de contacto inicial, conformado al menos por un medico y cinco brigadistas y/o tecnólogos en atención prehospitalaria, deberán desplazarse al sitio del evento llevando consigo los equipos de inmovilización, maletín de vía aérea y maletín de circulación. (Anexo 1). Al llegar al sitio del evento el grupo deberá antes que nada confirmar la seguridad del área apoyándose en el grupo de seguridad y vigilancia de la Universidad y en el caso de estar presente, las autoridades competentes, quienes serán los encargados de acordonar el área del evento y evitar el acceso al mismo, así como de definir el momento en que el sitio sea seguro para que el grupo de contacto inicial pueda ingresar. El área debe ser acordonada con cinta de balizar Dentro de la verificación de la escena cabe mencionar que debe estarse seguro de que no existan situaciones que pongan en riesgo al personal de salud, tales como artefactos explosivos, conflicto armado con cruce de disparos, gases, personas agresivas y violentas, objetos que obstaculicen y puedan producir traumatismos, conflagraciones, etc. Es importante ratificar que mientras la escena no este segura, el Grupo de Contacto inicial NO DEBE INGRESAR AL AREA BAJO NINGUN MOTIVO. Esta es la primera norma en la atención de los pacientes victimas de traumatismo.

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CLASIFICACION DE VICTIMAS Dentro del grupo de contacto inicial se designara a los brigadistas y/o Tecnólogos en Atención Prehospitalaria, la función de ingresar al área de impacto para llevar a cabo una clasificación inicial de los pacientes por orden de prioridad de atención identificándolos con bandas de colores según su estado. Cuando se trata de situaciones en las cuales la capacidad de repuesta por parte del grupo de contacto es superada y no se puede tener una relación 1:1 o 2:1 con respecto al personal asistencial, se deberá realizar una clasificación inicial o clasificación de campo. Dicha clasificación se basara en el protocolo de Triage start reconocido internacionalmente el cual se describe a continuación. * TRIAGE START (Clasificación inicial o Nivel I) Una vez en el sitio del evento y asegurado el área, el personal asignado para la clasificación, siendo elegido el (los ) de mas experiencia, con cintas o bandas de color amarillo, rojo y blanco iniciara un barrido sistemático, ininterrumpido, permanente y en un solo sentido, dará la orden clara y concisa a todos los pacientes que aquellos que puedan desplazarse por sus propios medios (verde) lo hagan, indicándoles además claramente el sitio de encuentro el cual debe estar alejada del sitio del evento o zona de impacto y debe ser segura para la atención posterior de los mismos. Luego procederán a definir los pacientes que deben ser atendidos de manera prioritaria (rojo), aquellos que son diferibles (amarillo) o aquellos que han fallecido (blancos). 1. Heridos que caminan: Verdes o Lesionados menores, que se identificaran al dar la orden de evacuación. 2. 3. Heridos que no caminan: A. Respiración a. Si. Contar frecuencia I. Mayor 30: Paciente rojo o de atención inmediata II. Menor a 30: pasar a b b. No. Maniobras básicas de despeje: inclinación de la cabeza elevación del mentón o subluxacion mandibular) I. Respira: Contar la frecuencia y pasar a a. II. No respira: Fallecidos = muertos B. Pulso radial a. Presente: Pasar a C. b. Ausente: Controlar hemorragias y trasladar = rojo

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C. Estado mental a. Obedece ordenes: Amarillos = Diferibles b. No obedece ordenes: Rojos = Inmediatos

* EVACUACIÓN. Cuando la clasificación inicial o nivel I haya concluido, el grupo de contacto inicial, entrara al campo para realizar la evacuación de los pacientes por orden de prioridad como sigue: 1. Paciente con etiqueta roja 2. paciente con etiqueta amarilla 3. paciente con etiqueta blanca Durante el proceso de evacuación no solo se tendrá en cuenta técnicas de inmovilización y uso de dispositivos como tablas rígidas con sus respectivas arañas, scoop y collares cervicales, sino maniobras básicas de manejo de la vía aérea y del compromiso circulatorio (anexo 2). Una vez los pacientes son evacuados de la zona de impacto usando dispositivos como tablas rígidas o scoop según el estado de los mismos y teniendo en cuenta las consideraciones anteriormente mencionadas, serán llevados al sitio definido como Centro de Atención y Clasificación de Heridos – CACH o Modulo de Estabilización y Clasificación – MEC, el cual se encuentra ubicado en el área del Centro Deportivo Universitario – CDU, al lado del Coliseo en el caso de la ciudad Universitaria de Meléndez. En el caso de la Ciudad Universitaria de San Fernando el sitio habilitado para el MEC es en el CDU o en el área de mantenimiento. El modo de transportar a los pacientes evacuados del sitio o zona de impacto se definirá en el momento según disponibilidad de un automotor adecuado, la distancia existente entre la zona del evento y el CACH y el número de pacientes. * CLASIFICACION SECUNDARIA: CENTRO DE ATENCION Y CLASIFICACION DE HERIDOS - CACH El Centro de Atención y Clasificación de Heridos CACH se encuentra ubicado en la zona del Centro Deportivo Universitario tanto en la Ciudad Universitaria de Meléndez como la de San Fernando, donde se contara con la presencia de un grupo de médicos, profesionales de enfermería, auxiliares de enfermería y tecnólogos en atención Prehospitalaria. Además es importante personal administrativo quienes deberán apoyar actividades tales como registro, ubicación de familiares, verificación de la seguridad social e incluso dar información a terceros que así lo requieran. (Debe existir un sistema de información, sistema de radio con banda de frecuencia

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exclusiva) Es en este sitio donde debe estar ubicada la ambulancia perteneciente a la Universidad y de acuerdo al lugar del suceso, su evacuación fuera de la ciudad universitaria podría hacerse por la puerta sobre la calle quinta o por la puerta sobre la calle 19 de acuerdo al sitio en que haya ocurrido el suceso. En el caso de la Ciudad Universitaria de San Fernando la evacuación se hará sobre la calle 4. Por lo tanto dentro del equipo que permanece en la zona de estabilización, debe haber la participación de uno o dos representantes del grupo de seguridad y vigilancia de la Institución. En este lugar se llevara a cabo la clasificación secundaria, basada en la urgencia de evacuación para el tratamiento definitivo. (Anexo 3). El responsable de esta segunda clasificación será del medico de mayor experiencia en el manejo del paciente con traumatismo o en su defecto por el profesional de enfermería con iguales características. Cuando los pacientes hayan sido clasificados por orden de prioridad de atención, el resto del grupo de médicos, enfermero y auxiliares, iniciaran la estabilización y tratamiento de inicial de los pacientes, así como la preparación para el traslado al centro hospitalario cuando así este indicado. Debe llevarse un registro minucioso y estricto de los pacientes que ingresan al MEC con datos de identificación tan completos como la situación lo permita. Así mismo debe quedar un registro medico de todas las atenciones realizadas donde se informe no solo el estado del paciente sino los diferentes procedimientos. Uno de los enfermeros (a) jefe(s) será el encargado de proveer los diferentes suministros que se requiera apoyado si es del caso de un representante de almacén o farmacia. Un profesional de enfermería será el encargado de coordinar la remisión de cada uno de los pacientes mediante la comunicación con los centros hospitales públicos y privados en sus diferentes niveles, definido por el medico tratante, a través del Centro Regulador de Urgencias (CRU) de la ciudad con quien se tendrá comunicación permanente durante el evento. El o la enfermera profesional estará acompañada de un representante del servicio medico universitario administrativo quien tiene que tener pleno conocimiento de los tramites concernientes a la atención de los pacientes en diferentes centros de la tales convenios vigentes. Debe llevarse un registro minucioso y detallado acerca de los pacientes trasladados, su estado y destino final. Un Tecnólogo en Atención Prehospitalaria será el encargado de coordinar los traslados en la ambulancia de la Universidad y en aquellas que lleguen a apoyar a la Institución durante el evento, teniendo en cuenta la orientación dada por el Profesional en Enfermería que coordina la remisión de los mismos. Así mismo estará en constante comunicación con el Representante del Comité Central de Emergencias y el Centro Regulador de Urgencias de la Ciudad. Por ningún motivo tomara decisiones en cuanto al sitio de remisión de los pacientes al menos que sea autorizado por el coordinador de dicha actividad. Tendrá el apoyo del personal de seguridad y vigilancia de la Universidad, en cuanto a la definición y la zona del

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parqueo para así evitar congestiones y posibles accidentes. Se debe llevar un registro minucioso sobre las diferentes salidas de las ambulancias donde se consigne los datos del paciente y su destino. Cuando se tome la decisión de traslada a las victimas y de acuerdo a su condición debe definirse el grupo que acompañe al paciente durante el mismo, para lo cual debe existir un grupo de traslado conformado por Medico y Tecnólogos. Dentro del MEC o cerca de el, debe ubicarse una sala de radio y comunicaciones con el equipo necesario para mantener una comunicación continua con la zona de impacto, el Comité Central de Emergencias, el Vicerrector de Bienestar Universitario, el Servicio Medico Universitario, el Centro Regulador de Urgencias. El sitio escogido como MEC o CACH deberá estar permanentemente habilitado con una revisión periódica estricta para determinar el estado de los equipos, vencimiento de medicamentos y necesidad de reposición o cambio de los mismos. Debe contar un mínimo de equipos y suministros para la atención de los pacientes tal como se proponen en el anexo 4. Será el Comité Central de Emergencias en cabeza del señor Vicerrector de Bienestar Universitario, quien defina el momento de finalización del evento y el llamado al retorno de las actividades ordinarias.

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ANEXO 1 KIT DE VIA AEREA 1. 2. 3. 4.

Cánulas oro faríngeas Cánulas nasofaringes Bala de oxigeno de transporte Mascarilla de no reinhalación con reservorio

KIT DE CIRCULACION 1. Compresas estériles 2. Apositos especiales estériles 3. Vendajes elásticos EQUIPOS DE MOVILIZACION E INMOVILIZACION 1. Collares cervicales stifneck y Filadelfia 2. Tablas rígidas con su respectiva arana 3. Scoop EQUIPO DE IDENTIFICACION Y CLASIFICACION DE PACIENTES 1. Cintas de balizar 2. Cintas o bandas de colores: rojo, blanco y amarillo

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ANEXO 2 A. Vía aérea y control de la columna cervical. Deberá identificarse si existe una vía aérea despejada y se procederá a retirar cualquier cuerpo extraño presente en la misma, así como la limpieza de secreciones tipo sangre o vomito. En caso de ser necesario, por alteraciones en el estado de la conciencia, deberá usarse dispositivos tales como la cánula oro faríngea que permita temporalmente un despeje de la vía aérea superior. Además se procederá a realizar una adecuada alineación e inmovilización manual de la columna cervical así como la colocación del collar cervical siempre y cuando exista la necesidad del mismo, como los citados a continuación: a. Dolor cervical a la palpación de los procesos espinosos de la columna cervical. b. Sensación de parestesias y disminución de la fuerza en las extremidades c. Alteraciones en el estado de la conciencia que no permita una evaluación adecuada y confiable. En caso de no existir alguna de estas indicaciones, o si el paciente presenta en el momento de la alineación cervical: dificultad respiratoria, espasmo muscular cervical marcado, intenso dolor cervical o alteraciones neurológicas como parestesias o cambios en la fuerza muscular de sus extremidades, se suspenderá la maniobra y se trasladara el paciente sin este dispositivo y con inmovilización manual hasta donde sea posible. B. Circulación. Deberá hacerse un control primario de sangrados externos evidentes, mediante la utilización de compresas y vendajes compresivos, evitando en lo máximo el uso de torniquetes, el cual solo se contemplara en aquellos casos donde el sangrado es tan excesivo que sino se controla el paciente podría fallecer. Por ningún motivo se deberá retrasar la evacuación del paciente en espera de obtener un acceso venoso

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ANEXO 3 Durante la clasificación de Nivel II o secundario, se persiguen los siguientes objetivos: -

Revisar la prioridad de los lesionados provenientes de la zona de impacto y evaluar su estado clínico. Estabilizar los lesionados de acuerdo con la valoración clínica Brindar tratamiento prehospitalario a los lesionados que no requieren atención institucional. Trasladar los lesionados hacia las unidades hospitalarias de acuerdo con la prioridad asignada y la complejidad de cada institución. Llevar un registro colectivo adecuado de todos los casos atendidos.

Las fases a seguir de manera secuencial y cronológica en la medida que los lesionados ingresan provenientes de la zona de impacto son: FASE I:

Identificación y tratamiento de los lesionados con prioridad roja.

FASE II:

Estabilización de lesionados prioridad roja. Iniciar tratamiento de lesionados prioridad amarilla.

FASE III:

Evacuación lesionados prioridad roja. Estabilización lesionados prioridad amarilla. Iniciar tratamiento lesionados prioridad negra.

FASE IV:

Evacuación lesionados prioridad amarilla. Evacuación lesionados prioridad negra. Iniciar tratamiento lesionados prioridad verde (definir alta o evacuación)

Los PRINCIPIOS GENERALES en la atención de los lesionados son: - Salvar vidas es la prioridad - Aplazar actividades electivas o de mayor complejidad (aplazar cierre de heridas primarias, utilizar férulas en vez de yesos) - Simplificar al máximo los procedimientos - Asignar funciones a todo el personal de salud y de socorro. - Llevar registros en forma adecuada.

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- INFORMAR oportunamente al Comité Central de Emergencias – Vicerrectora de Bienestar Universitario. Clasificación de Pacientes A. Atención a lesionados críticos recuperables – Prioridad ROJA Los lesionados considerados en este grupo son: * Problemas respiratorios en general: - Heridas en tórax con dificultad respiratoria - Paro respiratorio o cardiorrespiratorio presenciado o reciente - Neumotórax a tensión - Asfixia traumática - Asfixia por gases inhalados - Heridas deformantes en cara o maxilofaciales - múltiples heridas - Evisceracion - Abdomen agudo - Lesión de columna con compromiso cervical incompleto. * Shock o amenaza de shock por: - Hemorragias - Síndrome de aplastamiento - Quemaduras eléctricas - Quemaduras de 2º grado y mayores de 20% de extensión. - Quemaduras de 3 o grado en cara, manos, pies mayores del 10% - Taponamiento cardiaco - Avulsiones extensas - Fracturas abiertas o múltiples heridas graves - Exposición de vísceras - Histéricos o en estado de excitación máxima. - TEC grado III (Glasgow 4-8) - Status convulsivo * Gineco – obstétricas - Trabajo de parto activo - Sangrado vaginal abundante * Personal de apoyo - Auxiliadores con lesiones de alguna consideración, quienes puedan por esto desviar la atención del resto de los compañeros del grupo. B. Atención a lesionados de cuidados intermedios o diferibles – Prioridad AMARILLA

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Los lesionados considerados dentro de este grupo son: •

Dolor torácico y arritmias sin compromiso hemodinámica: - Angor pectoris - Infarto agudo de Miocardio - Arritmias



Crisis convulsivas - Trauma craneoencefálico - Hipoxia

• • • •

Perdida de conciencia sin dificultad respiratoria TEC moderado Trauma toráxico sin disnea Fracturas mayores sin signos de shock - Pelvis - Fémur Otras lesiones sin shock Quemaduras de 10-20% en extensión y 2º grado en profundidad Quemaduras menores del 10% en extensión y de 3 grado Ingestión de tóxicos sin compromiso hemodinámica o dificultad respiratoria.

• • • •

C. Atención a lesionados de cuidados mínimos o moribundos – Prioridad NEGRA Los lesionados considerados en este grupo son los que presentan: • • • • • • • •

Paro cardiorrespiratorio no presenciado o prolongado (mas de 20 minutos) Aquellos cuyas lesiones impiden las medidas de reanimación Paro cardiorrespiratorio en desastres con gran numero de lesionados Quemaduras de más del 60% en extensión y de 2 o 3 grado en quienes la muerte es inminente. Quemaduras de mas del 50% en extensión corporal, asociadas a lesiones mayores ( TEC, trauma de tórax y abdomen, fracturas múltiples) Lesiones cerebrales con salida de masa encefálica. TEC con estupor profundo o coma (Glasgow menor de 4) Lesiones de columna cervical con signos de sección medular

Este tipo de lesionados es necesario tener en cuenta factores como la edad, el tipo de lesión, estado de conciencia, posibilidad de reanimación, presencia de sangrado profuso, anemia y calidad de la respiración. Es obligatorio evitar o aliviar el dolor, además de mantener la hidratación. Un medico clasificador debe valorar regularmente los lesionados de este grupo, ya

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que cuadros clínicos que pueden cambiar de clasificación cuando la fase de emergencia ha pasado. D. Atención a lesionados de cuidados menores o leves – Prioridad VERDE Los lesionados considerados en este grupo son: • • • • • • • •

Heridas en piel y tejidos blandos, que no presenten signos de shock o perdida de pulso distal Fracturas cerradas sin signos de hemorragia interna. Quemaduras de 1 grado en profundidad sin importar su extensión Quemaduras de 2 grado menores del 15% en extensión Quemaduras de 3 grado menores del 2% en extensión Lesiones en columna a nivel dorsolumbar Shock psíquico sin agitación Afectados

E. Manejo de Cadáveres – Prioridad BLANCA La ultima prioridad, por su puesto, se asigna a las personas que fallecen como consecuencia de la emergencia.

En el CACH el grupo de médicos y demás profesionales de la salud, tendrán a su cargo la evaluación inicial de los pacientes que permitirá no solo la clasificación por prioridades de cada uno de ellos, sino identificar patologías que están amenazando su vida y así mismo estabilizarlos para iniciar la remisión y traslado de la manera mas optima y al centro hospitalario mas adecuado. Esta evaluación se realizara conforme al protocolo internacionalmente utilizado en el campo prehospitalario e intrahospitalario conocido como “ABCDE del paciente traumatizado”.

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ANEXO 4 KIT DE VIA AEREA 1. Bala de oxigeno o fuente de oxigeno 2. Bala de oxigeno portátil reservorio 3. Humedificadores 4. Mascarilla de oxigeno 5. Cánulas oro faríngeas 6. Cánulas nasofaringes 7. Bolsa válvula mascarilla con reservorio y conector a fuente de oxigeno 8. Laringoscopio con diferentes hojas rectas y curvas 9. Tubos oro traqueales de diferentes tamaños 10. Guías para tubos oro traqueales 11. Aspirador de secreciones 12. Sondas de succión 13. Fijación para tubos 14. Pinzas de magill 15. Combitubo 16. Fastrachs 17. Medicamentos: Atropina amp de 1 mg Lidocaina fco de 1 y 2% sin epinefrina Midazolam amp de 5 y 15 mg Succinil colina fco

18. Monitor electrocardiográfico, medidor de saturación de oxigeno y tensión arterial. 19. Mangueras corrugadas 20. Tubos en T KIT DE CIRCULACION 1. 2. 3. 4. 5. 6. 4. 5. 6. 7.

Equipo de sutura Equipo de toracostomia Equipo de venodisceccion Fonendoscopio Tensiometro Compresas estériles Apositos especiales estériles Vendajes elásticos Líquidos cristaloides Venocath de varios tamaños preferiblemente 14, 16

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8. Macrogoteros

KIT DE VALORACION NEUROLOGICA 1. Linterna 2. Martillo de reflejos KIT DE MOVILIZACION E INMOVILIZACION 1. Tabla rígida con inmovilizadores laterales y arañas 2. Scoop o cuchara 3. Collares cervicales stifneck y Filadelfia EQUIPO DE IDENTIFICACION Y CLASIFICACION DE PACIENTES 1. 2. 3. 4.

Cintas de balizar Cintas o bandas de colores: rojo, blanco, negro, amarillo y verde Hojas de evaluacion de paciente y de remision Tarjetas de clasificación

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