Revista Internacional - Nuestra Epoca N°2 - febrero 1964

January 4, 2018 | Author: Oscar Dante Conejeros E. | Category: Conservative Party (Uk), Communism, United Kingdom, Cold War, Nato
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Nuestra Epoca N° 2 - febrero 1964 - Revista Internacional Revista Internacional (Problemas de la Paz y del Socialismo)...

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RIEVISTA

NI

RNACIONAI

DESTACAMOS:

JOHN GOLLAN

Inglaterra ante las elecciones generales KOSTAS KOLLIANNIS

Hay que dominar todas las formas de lucha revolucionaria FUAD NASSAR

El problema de la unidad de los pueblos árabes EZEKIAS

2 1964

PAPAIOANNU

¡Plena independencia a Chipre!

¡Proletarios de todos los países, unios!

Nuestra ÉPOCA REVISTA

1964

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INTERNACIONAL

AÑO III — FEBRERO

S U M A R I O

C O L A B O R A N EN ESTE N U M E R O

J. GO-LLiAN — Inglaterra ante las elecciones generales K. KOLiLIANNIS - - Haíy que dominar todas las formas de la lucha revolucionaria P, NASSAR — El problema de la unidad de los pueblos árabes . . . E. PAPAIOANNU — ¡Plena independencia a Chipre! W. BERGER - - La gestión económica socialista y la cooperación económica internacional O. REINHOLD —• El capital monopolista de la RFA y el Mercado Común Europeo Ante el centenario de la I Internacional

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EN LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS

C o n t é Ejecutivo del Parí Bretaña ROSTAS KOLLIANNIS Primer secretario del Comité Central del Partido C

J. RICHARBSON - - Los comunistas de Estados Unidos y sus tareas S. TANAKA — El Partido Comunista del Japón consolida el éxito MONGI — Superando las dificultades Z. ZANDAROW1SK3I - - E l problema de la educación del nuevo hombre P. ASCHNER -- La propaganda en el seno del Partido Comunista de Austria Plenos de comités centrales .

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TRIBUNA DE PROBLEMAS ACTUALES FUAD NASSAR Secretario general del Comité Central del Tari u EZEKIAS P A P A I O A N NÚ Secretario general del Partido Progresista d IB N E R L U N D Miembro del Buró Político y secretario del Comunista de Dinamarca et a™to JeM&lM OÍf.rnl ,1,, •

de Alemania OTTO REINHOLD Director del Instituto de Ciencias S o . i ; i l < del Partido Socialista Unificado de Alema! IDRIS COX Publicista inglés

En torno a la unidad de la clase obrera en los países capitalistas desarrollados

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NOTAS Y CORREO DE LA REDACCIÓN K. NAIR — Una reforma frustrada por la reacción A. ISKENDEROV Grandes cambios en Birmania P. FUENTES — Solidaridad con el pueblo panameño 3> H. Hornig - - Desarrollo de las ciencias sociales en la RDA $> I. Cox — Jamaica después de la indi pendencia J. Lérez — La táctica neocolonialista del franquísimo n i ' - o Partido so esforzará por conseguir la Unidad d . • aocióti con todos los sectores del Imlento obrero en la lucha por estos obje_ 1 . 1 H o r r ó l a d o los conservadores. KM tu un < ' M U • t orales en que no pi nos r ; m H ¡ » l a 1 ( > lia romos todo lo pO_ s i b l o par dol candidato laborista . N u o s t r a can era el medio más importante d por el nuevo programa. Constituí: i u ha. contra los conservadores y ofrecerá al pueblo inglés un programa que r e p r e s e n t a una. alternativa real. Debido al carácter ; m t ¡democrático de nuestro sistema e l o H o r . - i l , basado en la simple mayoría de voto i i ; i relativa pequenez de nuestro Partido, el t r i u n f o en las elecciones es nuestra tarea mó Pero nosotros \ . i m o ; extendiendo, firme y sistemáticamente, míe.-.ira actividad preelectoral. En las eleceiones municipales de la primavera p r e s e n t a r < o í o l noo candidatos, lo que constituyo UHO de ayores esfuerzos electorales jama ¡ H i H o por nosotros. En el momento o p o r t u n o haremos una propuesta oficial al Par t ".do Labori itü p;ira entablar una discusión electoral. Nosotros vamos ; a la vanguardia de la lucha contra los conservadores. Nuestra tarea principal consiste en realizar una propaganda destinada a convencer a los obreros con más con-

INGLATEKRA ANTE LAS ELECCIONES GENERALES

ciencia de clase de la necesidad de asegurar una representación comunista en el Parlamento y en los organismos de la administración local como rasgo central del nuevo progreso político en Inglaterra, para el cual la derrota de los conservadores abrirá el camino. La elección de un Gobierno laborista signi-

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ficaría un avance en el desarrollo de la situación política inglesa. Pero aún sería mayor la importancia del éxito del movimiento de masas al obligar a este Gobierno a realizar resueltas medidas progresistas y al conseguir la elección de un grupo de diputados comunistas que encabezarían esta lucha.

Hay que dominar todas las formas de la lucha revolucionaria por ROSTAS KOLLIANNIS

Ante los partidos comunistas se plantea en la actúalidad con toda agudeza la necesidad de dominar todas las formas de la lucha de clases, pues el proceso revolucionario .mundial, que conduce a la humanidad al socialismo y al comunismo, tiene hoy un carácter auténticamente omnicomprensivo. Todos los pueblos, todos los continentes se han incorporado a la obra de creación histórica. En el caudaloso torrente revolucionario se funden las corrientes y fuerzas políticosociales más diversas. Entre ellas se establecen complejas relaciones y vinculaciones que dan origen a una extraordinaria variedad de formas y métodos de lucha y de actividad politica. Los partidos comunistas están llamados a cohesionar las fuerzas de la revolución, a dirigirlas, a tener en cuenta los rasgos específicos de la nueva situación, la cual, más que nunca, impone a los comunistas, a la clase obrera y a sus aliados el deber de recordar y cumplir las indicaciones de Lenin de que « . . . la clase revolucionaria, para realizar su -misión, debe saber utilizar todas las formas o aspectos, sin la menor excepción, de la actividad social.., debe estar preparada para sustituir una forma por otra del modo más rápido ,e inesperado» i. El estudio de la rica experiencia de los largos años de actividad de los partidos comunistas del mundo entero tiene especial importancia también para el Partido Comunista de Grecia, para todo el movimiento revolucionario y progresista de nuestro país. En la lucha de clases no hay formas universales, aplicables en cualquier momento y en todas las circunstancias. Cada forma de lucha corresponde a RAZONES

1 Obras Completas, Cartago.

t. XXXI, págs. 90—91, EcLit.

una situación h n. n - t a , a una determinada esfera «lo la a r t ; < . dad humana. La lucha econón: l.-i ideológica están íntimamcnir !.,.•< m i r e sí y con frecuencia si i en o t r a . Pero cada una de ella I y su pluralidad d? forma ente enriquecidas por la vida. De p a r t i r í a . . - . ; la lucha política, que o í r u n - v a r i e d a d de formas. Esta lu« c por medios pacíficos y no p 1 1 , 1 legal y extralegal por motodd extraparlamentar: u < ! < • ma.sas de los t r a b a j a . ! " - • M Í Test aciones, huelgas p < > l ' Las desvia.. ; de derecha o de izquieida liU que m a lucha ininterrumpida a < 'oda. BU historia, pese a la diver.sid as políticas y de sus a r g ü i r i." • indas ellas a un mismo r mente les lleva su ad 1 extremo el arsenal de foí n í a ' ! • • lucha revolucionaria d? los p a r , t a s , limitándolos al estrecho otan • a oportunista y contraponiendo . « - n t ; » unas formas a otras. M u í , i i nstas de derecha insisten en i a ente las formas do ludia p a r i f i c a , como la actuación parlamrn: ,i i ; i. l.« económicas, las campa i i análogas, los oportunista dr el contrario, menosprecian " h a / a n los medios pacífico o ! » < > r los no pacíficos, como la i . oí movimiento g u e r r i l M n . la ;;n i i r . n e este modo, unol i d a d a la táctica r e v o l u c i o n a r.a l i m i t a n la po :l»:lidades de los c o m u n i . d a \ di - i r ( vnlucionario d e utilizar diveraOB tnedioa de lucha, y les impiden

HAY QUE DOMINAR TODAS LAS FOBMAS 1)B LA LUCHA REVOLUCIONARIA

prepararse a fondo para luchar con el enemigo en consonancia con una situación que cambia continuamente. En la actualidad, los comunistas y la clase obrera imponen con creciente frecuencia a la burguesía y a sus partidos políticos las formas de luchk que mejor corresponden a los intereses del progreso y de la emancipación social. Esto es justamente lo que no comprenden los dogmáticos, quienes, al proponer formas d e lucha superadas o inservibles para el momento presente, parten del supuesto de que las fuerzas del mundo viejo siguen siendo superiores a las del mundo nuevo y que, al igual que antes, son sólo nuestros enemigos quienes escogen las armas e imponen los métodos de lucha. El Partido Comunista de Grecia combate tanto las concepciones sectarias izquierdistas, que predominaron en nuestro Partido de 1946 a 1956, como las oportunistas de derecha. Las primeras subestiman las posibilidades legales, se aferran demagógicamente a métodos de lucha viejos, superados y también aventureros, que obstaculizan la reorganización de las fuerzas del Partido y de las fuerzas progresistas en general y encajonan los movimientos de masas en angostos marcos sectarios. Los elementos oportunistas de derecha niegan la necesidad de la actividad extralegal y propugnan el empleo exclusivo de las formas de lucha legales, lo que en realidad significa restringir las actividades del Partido, que quedan reducidas al estrechísimo cauce tolerado por el régimen antidemocrático, y equivale a un intento de imponer a nuestro movimiento la política del seguidismo. ¿Cuál es la condición ineludible para dominar todas las formas de lucha? Los cuadros (iel Partido Comunista, Estado Mayor de la lucha revolucionaria, están llamados ante todo :\ estudiar a fondo la experiencia pasada y presente de todo el movimiento revolucionario, a asimilar con espíritu creador y aplicarla con itfual espíritu a las condiciones del país. Subestimar o minimizar el valor de la experiencia de todo el movimiento comunista internacional y absolutizar la importancia de la experiencia propia equivale a encerrarse en el estrecho marco nacional y exponerse al peliv;ro de ser derrotados en la lucha. El Partido »'omunista de Grecia ha pasado por la amarga etapa de su antigua dirección, que no tuvo cuenta, la experiencia internacional. ISA experiencia del propio país, tanto positiITI como negativa, es particularmente valiosa u e cada expresión de la lucha revolucionaPasada y presente, constituye una especie n tésala de los futuros combates, mostran-

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do en forma práctica el alineamiento de las fuerzas y los métodos de lucha que pueden ser utilizados en lo sucesivo. La experiencia del Partido Comunista de Grecia no es pequeña ni desdeñable. Nuestro Partido se ha ido templando en un combate duro íy difícil, en el curso del cual ha recurrido a las distintas formas de lucha, desde las más simples, pacíficas, legales, semilegales y extralegales [25 años de ilegalidad], hasta la lucha armada. Cuanto mejor estudien los comunistas griegos esta rica experiencia, positiva y negativa, acumulada por nuestro Partido en largos años de lucha, vinculándola estrechamente a la experiencia internacional, más eficiente será su trabajo, cualquiera que sea la esfera en que actúen. Como es sabido, la mejor escuela para educar a las "masas y a los cuadros del Partido es la vida práctica, la lucha revolucionaria. La participación en esta lucha, la lucidez en el análisis de cada acontecimiento importante de la misma, la deducción de enseñanzas y la crítica de los errores y de las fallas es un medio insustituible, y a la vez el mejor, para aprender a dirigir con acierto la lucha, a dejar a un lado todo lo caduco e inservible, a hallar y elaborar nuevas formas de lucha, que sean las más aceptables. En la tercera etapa de la crisis general del capitalismo, que es la etapa presente, y dadas las particularidades esenciales de la situación, surgen muchas formas nuevas de lucha, a la vez que las viejas y tradicionales adquieren un nuevo contenido. Los partidos comunistas no pueden dejar de tener en cuenta estas nuevas condiciones. Al mismo tiempo se pronuncian contra el voluntarismo en la aplicación de las formas ya conocidas de lucha, que son impuestas por la situación objetiva, y no admiten que se inventen arbitrariamente nuevas formas, pues éstas son producto de la propia lucha de las masas. Los partidos estudian con atención la experiencia de la lucha de masas, apoyan las mejores formas de esta lucha y se esfuerzan por difundirlas. El culto de la personalidad de Zachariadis y el régimen anormal impuesto al Partido en los años 1946 a 1956 le impidieron examinar su propia actuación con espíritu crítico y extraer las necesarias enseñanzas, lo cual acarreó graves consecuencias. El VI Pleno ampliado del Comité Central y de la Comisión Central de Control del PCG, celebrado en 1956, y más tarde su VIII Congreso, pusieron fin a esta situación, corrigieren la equivocada línea del Partido y crearon así la posibilidad de que pudiera cumplir su misión histórica.

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K O S T A S

K O L L I A N N I S

arte equivale a traicionar el marxismo y a En la actualidad traicionar la revolución» i. adquiere particuLos comunistas conceden, pues, mucha imFORMAS DE LUCHA lar agudeza el proportancia al arte de determinar con precisión PACIFICAS íblema de la reíaY NO PACIFICAS cita entr€ las for- el momento (ie la insurrección y de dirigirla con acierto para asegurar su triunfo. mas de lucha pacíEn aquellos casos en que el cambio de la ficas y no (pacífisituación impone la necesidad de renunciar a cas. Es sabido que la orientación de los partila lucha armada, es preciso saber actuar a dos comunistas hacia un amplio desarrollo da tiempo, para poner a cubierto del fuego enemilas formas pacíficas de lucha .es uno d-e los go las fuerza.s de la revolución, reagrupar sus blancos principales del desenfrenado ataque filas y recurrir a nuevas formas de lucha que lanzado en la actualidad por los dirigentes chipermitan consolidar lo.s triunfos conseguidos nos contra la estrategia del movimiento comuen la etapa ya terminada de la revolución y nista internacional, elaborada conjuntamente desarrollarlos en las nuevas condiciones. por los partidos comunistas, y contra los doPero cada ve/ que, por causas distintas, alcumentos de las Conferencias internacionales. gún Partido Comunista no conseguía orientarLos dirigentes chinos, que propugnan conse debidamente en la nueva situación y adopcepciones dogmáticas y sectarias, sostienen que tar la oportuna decisión de pasar a las formas la violencia armada es casi la única forma de pacíficas de lucha, el movimiento revolucionalucha revolucionaria, califican de oportunismo rio se veía colocado en una situación muy dicualquier esfuerzo de hallar ly aplicar también fícil. La historia remota y reciente del moviformas de lucha pacíficas y tratan de impomiento comunista Internacional ofrece ejemplos lucha, do los trabajadores. Igual orientación sigue la actividad municipal de lo.s com Antes, los pocos d i p u t a d o . - ; comunistas sólo podían actuar en el r.-irl.-i m e n t ó denunciando la política reaccionaria del (ioblcrno, pero ahora las i m p o r t a n i .. {ti ir lamentarías comunistas de v. apoyadas fuera del Parlamento p»i a.s de electores, constituyen una ¡ - h t i c a real. Están en condiciones de fq foques con otros grupos parlamentar a r una oposición eficaz y conseguir la Aprobación de determinadas leyes que amplíen < - l j n a n o de la democracia y faciliten el de. del proceso revolucionario. La lal i i n c n t a r i a . d e los partidos comunistas, conju. >n otras formas de lucha, ha convertido < n realidad las perspectivas de llevar a cabo \ . i . IM., Clanes de reformas estructurales, de t r a n s f o r m a c i o n e s agrarias, de nacionalización de la industria, de control obrero sobre la p r o d u c c i ó n y de ampliación de la democracia. El movimiento coFORMAS I ) i ; MICHAS munista tropezó I,K< ¿ AM r la plena. in_ res, también despliegan una gran actividad en dependencia n a c i o n a l . la isla los imperialistas norteamericanos y ger_ Una justa p o l í t i c a de d e s a r r o l l o de la. indusmano-occidentales. Ya en el período de la ocutria y de la economía chipriota, significa que pación inglesa, los norteamericanos instalaron Se cierre la entrada al c a p i t a l extranjero y que

¡PLENA INDEPENDENCIA A CHIPRE!

se deje la solución de esta tarea en manos del pueblo chipriota. Cuando haya necesidad de capital, será preferible obtener empréstitos en el exterior a bajo interés y convertir los fondos recibidos en capital chipriota, en lugar de permitir al capital extranjero que explote los recursos naturales del país. Esta es la política que apoyan el AKEL y el movimiento demo_ crático de Chipre. EL MERCADO COMÚN EUROPEO'Y CHIPRE

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Durante este período, la exportación de Chipre a los países del MCE se tradujo en una su_ ma de 5.815.400 libras esterlinas, de la cual 5.518.044 libras esterlinas procedían de la venta de hierro y otros minerales, cuyas condiciones de exportación no cambiarían si Chipre se asociase al MCE, ya que para estos minerales no existen tarifas aduaneras de importación. Por tanto, el valor de los productos agropecuarios importados de Chipre por los países del MCE sólo ascendió a 297.356 libras esterlinas. Inglaterra es la principal compradora de los productos agrícolas de Chipre. Esto no obedece únicamente a que tenga establecidas tarifas aduaneras preferenciales, sino ante todo a que Chipre es el mejor cliente de Inglaterra, pues le compra tres veces más artículos industriales y otras mercancías de lo que ella importa de Chipre. El problema de la venta de la producción agropecuaria de Chipre no lo resolverá la incorporación de nuestro país al Mercado Común, sino el desarrollo del comercio con todos los países, en particular con los que pueden adquirir los productos chipriotas en condiciones equitativas. En los dos últimos años, como resultado de acuerdos comerciales bilaterales, los países socialistas han importado de Chipre productos por valor de dos millones de libras esterlinas. La incorporación de Chipre al Mercado Co_ mún, además de que repercutiría catastrófica. menta en su economía, sería funesta para su política independiente. El pueblo chipriota percibe este peligro y lucha para impedir que Chipre ingrese, bajo cualquier forma, en el Mercado Común.

En el período en que Inglaterra sostenía negociaciones para ingresar en el Mercado Común Europeo [MCE], el Gobierno de la. República de Chipre también pidió asociarse a él. El argumento principal de los partidarios de la asociación de Chipre al MCE era qrae des_ pues de que Inglaterra ingresara en él, Chipre se vería obligada a seguir su ejemplo, ya que el mercado inglés es el mejor para la venta de los productos chipriotas. Como resultado de la incorporación al MCE, decían, podremos vender productos agrícolas en una zona que abarca unos 200 millones de habitantes, y la industria chipriota obtendrá apoyo para su desarrollo. Al ser denegado a Inglaterra el ingreso en el MCE, este problema no se plantea por el momento ante Chipre. Sin embargo, no se puede dejar de ver las catastróficas consecuencias que en el aspecto económico y político podría haber acarreado la incorporación de nuestro país al Mercado Común. En primer lugar, Chipre, como país que todavía lucha por lograr su independencia completa, no puede ejercer influencia alguna entre los LA POLÍTICA DE NUESTRO PARTIDO países de la OTAN que forman la base del Mercado Común. De todo lo expuesto se desprende que el pueEn segundo lugar, Chipre es un país subdesblo chipriota debe afrontar difíciles problemas. ariollado, con una agricultura atrasada, gran Todos ellos dimanan del convenio de Zurich, número de parados parciales y una industria y una artesanía muy reducidas. En 1960 la ren- que menoscaba la libertad del pueblo y es fuenta nacional de Chipre se elevó a 52,8 millones te de choques entre las comunidades griega y turca. Un gran obstáculo a la feliz solución de de libras esterlinas, en precios fitfmes de 1950, estos problemas es también el trabajo de zapa o a 78,4 millones, en precios actuales. El prode los imperialistas y sus agentes, enfilado a ducto obtenido por Chipre de la agricultura disgregar las fuerzas del pueblo, a desorientarconstituyó en 1959 el 25,4%, y en 1960 el 23,3%, lo y a hacer pasar a Chipre por las horcas cau_ de la renta nacional. El de la industria se cifro dinas de los neocolonialistas. en el 13% y el 12,5%, respectivamente, de nuesNo cabe la menor duda de que el imperialistra renta nacional. mo es el enemigo número uno de todo el pueblo Los principales productos agropecuarios de chipriota, tanto de la población de origen grieChipre son los agrios tnaranjas, limones, togo como de la de origen turco. Sin embargo, ronjas, etc.], uva, hortalizas, tabaco, pasas, vila dirección chovinista turca no quiere reconono, queso y otros. Actualmente, el mercado funcer esta verdad y favorece con su actuación damental de venta de los productos agropecuano a la comunidad turca de Chipre, sino a los rios es Inglaterra. Según datos oficiales, en imperialistas. En el seno de la comunidad tur1961 Chipre exportó productos agropecuarios, ca impera un régimen terrorista, y bastantes bebidas y tabaco por una suma de 6.581.192 lipatriotas demócratas de origen turco han sido bras esterlinas, de la cual el 65% [4.277.773 liasesinados por el solo hecho de expresar" su bras] correspondió a Inglaterra.

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E Z E K I A S

P A P A I O A N N U

disconformidad con la política proimperialista de la dirección chovinista turca de Chipre. Mas a pesar del desenfrenado terror1, millares de trabajadores turcos de Chipre ven que los intereses de la comunidad turca sólo estarán asegurados si ésta, aunada con los chipriotas de origen griego, lucha contra el imperialismo, enemigo común de todo el pueblo. Los grupos terroristas, al servicio -del imperialismo, actúan también entre la comunidad griega. No son pocos los casos en que luchado. res por la causa del pueblo han sido atacados ferozmente por esos grupos. Sirviéndose de los grupos terroristas, los imperialistas calculan que podrán intimidar' al pueblo, desorientarlo y distraerlo del objetivo principal de la lucha, que es derrotar al imperialismo y conseguir la plenitud de la independencia de Chipre. El pueblo de Chipre se encuentra hoy en el umbral de acontecimientos políticos que serán decisivos ípara su futuro. El propósito del presidente Makarios de introducir algunos cambios en la Constitución, con vistas a fortalecer la soberanía y la independencia del país, fue el pretexto formal de que se valieron los extremistas turcos de Chipre para provocar choques armados en diciembre del año pasado. A espaldas de ellos actúan las fuerzas reaccionarlas imperialistas, que han utilizado estos sucesos para inmiscuirse en los asuntos internos de la República. El Buró Político del OC del AKEL ha decía, rado, en una resolución aprobada por unanimidad, que los disturbios habidos en Nikosia y, con menor amplitud, en otras ciudades y pueblos, cuya trágica consecuencia ha sido la muerte de muchos griegos y turcos, deben atribuirse ante todo a que el problema nacional en Chipre no ha sido resuelto sobre la base de la concesión del derecho de autodeterminación al pueblo. Apoyándose en la fuerza, los imperialistas no sólo han privado de este derecho al pueblo chipriota, sino que, al amparo de los convenios de Zurich y de Londres, han impuesto unas condiciones que provocan la constante tensión y el enfrentamiento entre los chipriotas griegos y turcos. La principal responsabilidad por ios disturbios y la anormal situación creada, se dice en la resolución, recae sobre el Gobierno de Turquía, que con sus continuas amenazas de invasión armada contra Chipre ha atizado el fanatismo chovinista de los elementos extremistas de la comunidad turca. El tratado de «garantía», que forma parte de los convenios de Zurich y de Londres, lo esgrime el Gobierno turco para justificar su desafiadora política contra Chipre e invocar su «derecho» a inmiscuirse en los asuntos puramente internos de la República.

Los tres años largos de existencia de la República de Chipre han hecho evidente que el funcionamiento normal del Estado y su desarrollo político y económico exigen la abolición de los avasalladores convenios de Zurich y de Londres y la revisión de una serie de antidemocráticos preceptos constitucionales. Las propuestas del arzobispo Makarios sobre la reforma de la Constitución, que podrían haber sido discutidas por la vía de la negociación entre los representantes de las comunidades griega y turca, fueron rechazadas terminantemente por el Gobierno de Ankara, Esta provo_ cadora actitud de Turquía impulsó a la dirección de la comunidad turca de Chipre a negarse a examinar las propuestas del presidente de la República. Turquía empezó a amenazar con la intervención. En estas circunstancias, bastó un incidente entre los extremistas armados ilegalmente y la policía para que los destacamentos armados de los turcos iniciaran su -ataque contra las fuer, zas legales del Estado, dando origen a los sangrientos choques acaecidos. En la actual situación, nuestro Partido reitera su decisión de prestar pleno apoyo y la má_ xima ayuda al Gobierno de la República para restablecer la normalidad y rechazar la agresión por parte de Turquía. El AKEL considera que la condición principal para poner a buen recaudo los intereses de la República es la unidad de todos los chipriotas, tanto los de origen griego como turco, sin distinción alguna de con. vicciones políticas. En la declaración del AKEL publicada a comienzos de enero se dice que el Partido apoya la decisión del presidente Makarios d la economía nacional. Para alcanzar esto.s objetivos es menester organizar la producción de una serie de artícu_ los en proporciones qu ( > rebasen la demanda del mercado interior de e;ul;i pan socialista. En este sentido, sólo la Unión Soviética constituye una excepción: cuenta, por im;i parte, con un inmen_ so mercado interior y dispone, por otra, de los potenciales científicos y t r e n ico.-; y de los re_ cursos económicos \>;\r;\. asegurar la producción más modcrn,-! en su propio país. De ahí se desprende que la URSS, ; i l pronunciarse en todo momento por n con j u n t a y con_ cordada de los países < I < > 1 n i -sigue in_ tereses egoístas, sino que se x\\\n P () i' los inte_ reses del internar La RDA es un Est.-ido Industrial desarrollado. Mas en el ámbito muí un país pequeño, que, por añadid u n í . BÓlO di ¡ » > i u k de una parta insignificante d r n primas. Por ello, todo lo expuesto m;is ; i r r i l > ; i se refiere completamente a ella. Conforme a las dr< fa j u n i o de 1962? el VI Congreso del PSUA aprobó un programa económico que determina < - 1 dr. arrollo de la economía de la RDA . d r m a económico socialista mundial y, en particular, en el marco del CIÉ. En el nuevo programa del PSUA se dice: «En la c o n s t r u í sn economía, la República Democn'i t ica Alemana tiene en cuenta la acción de la 1-ey du lio armónico y proporcional en la escala de Loa países miembros del Consejo de foterayuda Keonómica y de todo el siste.ma BOCialíflta m u n d i a l . La RDA se convierte cada vez más en un sólido eslabón del sistema económico socialista mundial y participa con creciente actividad en la competición económica con el ,s;stema imperialista mundial. Por esta vía s-e superarán paulatinamente las desproporciones existentes en nuestra economía, originadas por la división de Alemania».

LA GESTIÓN ECONÓMICA SOCIALISTA Y LA COOPERACIÓN ECONÓMICA INTERNACIONAL

Aunque la RDA es un país industrial desarrollado, va a la zaga de Alemania Occidental en el nivel de la productividad del trabajo, en un promedio del 25%. Podrían aducirse muchos argumentos justificativos de este retraso, pero ellos no modifican la realidad de ese hecho. Estimamos que toda nuestra atención deba centrarse en la tarea de liquidar este rezagamiento de la RDA respecto a la RFA. Ello es una cuestión política de primera magnitud en nuestra lucha contra el imperialismo germanooccidental. Ahora bien, en este sentido nuestra situación no se diferencia, en principio, de la de los fraternos países socialistas. Sólo podría decirse que nosotros percibimos más directamente, tanto en la política como en la economía, las consecuencias de este retraso con relación a las potencias capitalistas. Ante todos los países socialistas se plantea el problema de cómo superar mejor este retraso. Con frecuencia se dice que el medio más adecuado para ello es coordinar los planes para largo plazo y los planes inmediatos de nuestros países. Sin duda alguna, esto es justo. Pero no se puede enfocar la coordinación de los planes de una manera esquemática. La experiencia nacional de la RDA muestra que la implantación racional de la nueva técnica en las ramas determinantes de la economía es la clave para la rápida elevac'ón general de la productividad del trabajo. De ahí que el sucesivo desarrollo económico de la RDA dependa de la consecución del más alto nivel científico y técnico en las ramas de cabecera, sobre todo en lía petroquímica, la industria de transformados métameos, la electrónica, la producción de medios de automatización, etc. Resolver este problema tan sólo con nuestras propias fuerzas significaría para la RDA un gran gasto de energías y de tiempo que exigiría una tensión extraordinaria. Lo mismo puede decirse, sin duda, respecto a la situación y a las perspectivas de los demás países socialistas, pues es sabido que ninguno de ellos ha alcanzado hasta ahora el más alto nivel científico y técnico en las ramas es-enciales. Veamos algunos hechos. Los especialistas de los países socialistas opinan unánimemente que el procedimiento de fundición de acero con inyección de oxígeno [procedimiento Lienz-Donawitz] constituye una revolución técnica en la obtención de acero. Permite reducir las inversiones po>r toneladas de acero fundido y disminuye considerablemente los costos de producción. Mas a pesar de sus evidentes ventajas sobre el procedimiento Martin, hasta ahora es insignificante en extremo su peso relativo en la producción global de acero en nuestros países. En este sentido vamos muy a la zaga de los países capitalistas desarrollados en el aspecto industrial. Ello obedece principalmente

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a que en ninguno de nuestros países se ha elaborado la técnica y la tecnología del procedimiento de inyección de oxígeno. Y así resulta que seguimos construyendo acerías que ya desde el momento de su puesta en servicio están rezagadas desde el punto de vista técnico y económico de los mejores prototipos occidentales . Análogas dificultades frenan el desarrollo de otras ramas rectoras de la industria. Por ejemplo, en la petroquímica ninguno de nuestros países dispone de un procedimiento propio de obtención de polietileno a grandes presiones. En nuestros países no se fabrican grandes máquinas acopladas para la desagregación del gas. Podríamos citar más hechos. ¿Qué nos dice esto? Ante todo, que todavía nuestros países dependen -en cierta medida de los suministros de los consorcios capitalistas, lo que ya no está justificado en modo alguno. Consciente de estas dificultades comunes y 'de los intereses comunes redacicnados con ellas, la dirección del PSUA no ceja en sus esfuerzos por resolver este problema mediante la acción conjunta de los países interesados. Con este fin, el camarada Ulbricht presentó en las dos últimas conferencias de los dirigentes de los países miembros del CIÉ una serie de propuestas encaminadas a encontrar la forma de realización conjunta de los planes de importancia primordial para el desarrollo de la técnica. Consideramos que la realización conjunta, organizada con precisión, de los planes de desarroíllo ¡técnico en las direcciones )?undamentales es el método principal para el rápido IO§TO del más alto nivel técnico en las ramas rectoras de la economía nacional. El método de organización del trabajo conjunto en las direcciones fundamentales comunes debe servir de base, a nuestro juicio, a la coordinación de los planes de nuestros países. La experiencia adquirida por los organismos del CIÉ desde la Conferencia de junio de 1962 pone de relieve que la determinación conjunta de las tareas esenciales [como, por ejemplo, las medidas necesarias para cubrir las necesidades de combustible y energía eléctrica de los países democrático-populares miembros del CIÉ] es de una gran efectividad en la escala internacional. Es evidente que al coordinar los planes hay que tener en cuenta, ante todo, las tareas decisivas en las ramas más importantes de la economía, de la ciencia y de la técnica. A nuestro parecer, la coordinación debe coadyuvar a resolver, en primer término, estas tareas. Si desde el principio se quieren abarcar plenamente todas las ramas de la economía, difícilmente se obtendrá un gran provecho. En cam bio, la organización del trabajo conjunto en

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las direcciones fundamentales, la coordinación de los planes de desarrollo científico y técnico y la organización de la fabricación de bienes de equipo que todavía no se producen en los países socialistas nos ayudarían a acabar rápidamente con nuestra sensible dependencia respecto de los consorcios capitalistas, sobre todo en lo que se refiere a importantes bienes de -equipo para la industria metalúrgica y la petroquímica. Además, es indudable que la adopción de este método nos permitiría adquirir una valiosa experiencia, de gran utilidad para el sucesivo trabajo conjunto en la esfera de la coordinación y la especialización. El método de concentración de nuestros esfuerzos en la dirección principal permitiría asimismo resolver en breve plazo el problema de la organización en nuestros países de la fabricación masiva en cadenas de importantes producciones de las industrias de maquinaria, el-ectrotécnica y electrónica a base de convenios obligatorios sobre la especialización de la producción y la cooperación entre los países participantes. Sería muy pernicioso para nuestra lucha común contra el imperialismo que en el futuro siguiéramos perdiendo de vista que justamente en el método de la producción masiva en serie y en la automatización reside una de las fuentes principales de la elevada productividad del trabajo en las empresas de los consorcios capitalistas. Sólo podremos dejar atrás al capitalismo en el orden económico si concentramos nuestros esfuerzos comunes en la elaboración de los procesos tecnológicos que aseguren la máxima productividad. Este problema no es sólo económico, sino también genuinamente político. En las condiciones del socialismo conserva todo su vigor la ley económica de la concentración de la producción, descubierta por Carlos Marx. Los efectos de esta ley se dejarán sentir cada vez más a medida que progresen la técnica y la tecnología. La concentración de la producción en las empresas más grandes, utilizando medios de producción modernos cuya potencia aumenta sin cesar, se realiza sobre la base de una creciente división social del trabajo, del desarrollo de la especialización y la cooperación. Por* ello, la capacidad para llevar a cabo certeramente la especialización y la cooperación es la premisa decisiva que permitirá aprovechar plenamente la ley económica de la concentración de la producción. Y por

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ser así, hay que estudiar minuciosamente cómo se realiza la especialización y, en particular, la cooperación entre dos o más países socialistas. La experiencia de la RDA hace ver que la especialización puede dar sólidos resultados tan sólo en el caso de que tenga como base la tipificación y la estandarización. Muestra también que ya la cooperación entre varias empresas dentro de un país presenta exigencias muy elevadas en orden a la calidad de la dirección. Esas exigencias son mayores aún cuando se trata de empresas interdependientes de varios países socialistas que funcionan en el marco de una acentuada división del trabajo, sin roces ni interrupciones, a fin de obtener, mediante el método tecnológico óptimo y los menores costos, un producto acabado común que responda a todas las normas de calidad. El beneficio que reporta la reducción del costo de producción cerno resultado de la especialización no debe ser absorbido en ningún caso por otros costos originados por la deficiente organización de la cooperación. Por ello mismo, la organización de la cooperación regida por convenios económicos obligatorios exige cuando menos un trabajo tan concienzudo como la solución de los problemas técnicos de la especialización de la producción. Laborando conjuntamente para conseguir el nivel científico y técnico más elevado en las ramas claves de la economía nacional, los países socialistas interesados crean en común las condiciones para equilibrar el nivel de desarrollo económico de estos países, de manera que todos ellos sean beneficiados. Cuando la industrialización se realice al nivel técnico más alto difícilmente existirán diferencias en el grado de la productividad del trabajo en las nuevas empresas modernas construidas en distintos Estados socialistas. Se incrementará el producto neto obtenido en estas empresas, aumentarán las acumulaciones y disminuirá rápidamente la diferencia en los niveles de desarrollo. La rápida industrialización de los países socialistas sobre la base de la división socialista internacional del trabajo, en concordancia con el nivel científico y técnico más elevado, coincide con los intereses de la RDA, tanto por causas ligadas a su desarrollo económico nacional como por1 formar parte del sistema económico socialista mundial.

El capital monopolista de la República Federal Alemana y el Mercado Común Europeo por OTTO REINHOLD

N LOS ÚLTIMOS TIEMPOS, los marxistas han conseguido, en lo fundamental, ver con claridad los problemas relacionados con el carácter y las perspectivas de la «integración» monopolista europea, Este hecho tiene gran importancia para la elaboración de una estrategia y una táctica acertada del movimiento comunista y obrero. A la vez, aún habrá que analizar una serie de problemas de actualidad palpitante, entre los que figura la apreciación del papel y de la política del imperialismo germanooccidental en el seno de la Comunidad Económica Europea [CEE]. El resurgimiento del poder del imperialismo germano en Alemania Occidental, realizado por iniciativa y con el apoyo de los Estados Unidos y otras potencias occidentales, ha seguido vías y métodos muy diversos y con frecuencia bastante complejos. Pero difícilmente podría haberse hallado una institución u organización que respondiese mejor a sus tendencias agresivas que lia CEE, con sus planes de «integración» europea. Aunque, naturalmente, la CEE no surgió por el solo deseo de los monopolios de la RPA. Lo que determina la intensa actividad de los monopolios de la RFA en la CEE y en otras organizaciones internacionales análogas de carácter monopolista-estatal es lo siguiente. En primer término, después de la guerra sobrevino en la RFA un rápido desarrollo de las fuerzas productivas y del volumen de la producción industrial, des arrallo para que desde hacía tiempo venía siendo estrecho el marco nacional. El considerable impulso alcanzado por muchas ramas de las industrias química,

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de construcciones mecánicas, electrotécnica y del automóvil ha sido posible porque deil 40 al 50 por ciento de su producción, e incluso más, es exportada. En otras ramas, como en la industria del acero, han surgido nuevas formas de agrupación monopolista que han impuesto como una necesidad cierta división internacional del trabajo. En segundo término, como consecuencia del desarrollo desigual del capitalismo, las posibilidades y el poder económicos de los monopolios de la RFA se han acrecentado considerablemente en los últimos años. La parte correspondiente a Alemania Occidental en la producción industrial del mundo capitalista pasó del 3,6% en 1948 al 9,2% en 1961, ocupando en este aspecto el segundo lugar entre las potencias imperialistas. De nuevo hizo acto de presencia una contradicción tan típica como fatal para el imperialismo alemán: la contradicción entre sus posibilidades económicas y su influencia en los mercados mundiales de venta, de inversión de capitales, etc. En consecuencia, el nuevo reparto de los mercados y de otras esferas de influencia ha vuelto a ser uno de los objetivos de los monopolios alemanes. Pero hoy difícilmente puede conseguirse este nuevo reparto entre las potencias imperialistas por la vía militar, y menos aún a costa de los países socialistas. Una guerra entre las principales potencias imperialistas [dado el poderío del campo socialista y de las fuerzas adictas a la paz en el mundo entero] pondría en juego la existencia misma del capitalismo. De ahí que los monopolios germanooccidentales traten >de conseguir los mismos resultados en Europa Occidental y de poner en práctica sus planes neocolonialistas recurriendo ante todo a la ayuda

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de la CEE y de otras organizaciones internacionales de carácter monopolista-estatal. Es muy significativa a este respecto da declaración de uno de los delegados de la RFA al día siguiente de la firma de los acuerdos de Roma: «Lo corriente —dijo— era que los acontecimientos de este género se abriesen paso con ayuda de generales y batallas, pero hoy lo conseguimos con ayuda de tratados. Lo que de este modo hemos obtenido mediante cláusulas jurídicas es a mi entender, por lo menos, tan bueno como lo otro». Por último, el ingreso en la CEE responde plenamente a la política revanchista de Bonn, cuyo filo va dirigido contra la Unión Soviética la RDA y otros países socialistas. El Mercado Común, la OTAN y demás organizaciones imperialistas internacionales son consideradas por ellos como el medio y la forma decisiva que habrán de permitirles «revisar la historia». La necesidad objetiva de internacionalizar la vida económica, impuesta por el desarrollo de las fuerzas productivas, favorece en cierta medida a la política agresiva de la RFA y contribuye al afianzamiento de sus posiciones económicas, políticas y militares y a la extensión de su influencia en el mundo capitalista. Sin embargo, la realización de estos propósitos agresivos tropieza hoy cada vez más con la nueva correlación de fuerzas en el ámbito internacional. Altos representantes del Gobierno de Bonn sostienen insistentemente que la experiencia práctica de la CEE refuta una serie de tesis de la teoría marxista-leninista. Pero los planes y el papel del imperialismo germanooccidental en el seno de la CEE, así como las crecientes contradicciones entre las potencias imperialistas vienen a confirmar plenamente la predicción hecha por Lenin en 1915 en su trabajo Sobre la consigna de los Estados Unidos de Euroipa: «Desde el punto de vista de las condiciones económicas del imperialismo... los Estados Unidos de Europa, bajo el capitalismo, o bien son imposibles, o bien son reaccionarios. .. Por supuesto, son posibles acuerdos temporales entre los capitalistas y entre las potencias... como acuerdo de los capitalistas europeos... ¿sobre qué? S»ólo sobre cómo aplastar conjuntamente el socialismo en Europa...» y, como decía también Lenin, sobre cómo defender juntos las colonias robadas contra sus rivales imperialistas i. El potencial económico de la RPA es la prin-

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1 Obras Completas, t. XXI, págs. 344, 345 y 346. Edit. Cartago.

cipal palanca con ayuda de la cual Bonn se prepone utilizar los organismos internacionales de tipo monopolista-estata/1 para poner en práctica sus planas agresivos. Los monopolios germanooccidentales han logrado ocupar posiciones dominantes en todas las esferas decisivas de la economía de la CEE, posiciones que se han reforzado sustancialmente desde la firma de los acuerdos de Roma. Esta ha sido la base objetiva del incremento de la influencia de la RFA en las principales esferas de la vida económica y política de los países de la Pequeña Europa, En la actualidad, la exportación de los otros países de la CEE depende mucho más del mercado germanooccidental que la exportación de la RFA de los mercados de estos países [para algunos de ellos esta deipendencia es varias veces mayor]. De la exportación de capitales oficialmente reconocida por la RFA durante el período 1958—1961 [3.300 millones de marcos], más del 75% se encaminó a los países de la CEE. A finales de 1961 habían hecho inversiones en Francia casi 200 sociedades anónimas gerimanooccidentales, de las cuales 65 eran sociedades industriales; 130, comerciales, y 3., de seguros. Los monopolios de la Alemania Oeste muestran particular actividad en Alsacia y Lorena. La cuarta parte de las empresas de estas dos regiones están en sus manos. En el VI Congreso del Partido Socialista Unificado de Alemania se señaló que los monopolios germanooccidentales utilizan sus posibilidades económicas, así como la tendencia a la internacionalización de la economía, para extender rápidamente su influencia en el seno de la CEE a través de nuevas formas de entroncamiento de capitales. Estas conducen a la formación de poderosos .monopolios internacionales, en muchos de los cuales el capital germanooccidental ejerce una influencia determinante. Entr e las distintas formas de entroncamiento de capitales desempeñan un papel especial las empresas filiales, los consorcios «supranacionales», la fabricación conjunta de armas, la transmisión de patentes, la especialización y la cooperación, la realización conjunta de trabajos de investigación, etc. Aquí ejercen una gran influencia la.s asociaciones empresariales internacionales croada* en el marco de la CEE. En 1959, el número de estas asociaciones era de 50 en la industria y 40 en el comercio, la banca y otras esferas de la actividad económica. En marzo d e 1961 su numero global ya ascendía a 140. Los .monopolios germanooccidentales y el Gobierno de Bonn despliegan particular1 actividad en la producción conjunta de armas. El proyecto denominado «'Starfighter», al que se

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con particular evidencia que ninguna «inteconcede un lugar de primer orden en la creagración» de esta índole es capaz de suprimir ción de las fuerzas aéreas de la RFA, se está las principales contradicciones del mercado carealizando bajo su dirección, en colaboración pitalista. Pero el ejemplo del imperialismo gercon Bélgica, Holanda e Italia y con licencia de manooccidental patentiza con toda claridad que fabricación cedida por la compañía norteamela CEE y otras «comunidades» económicas inricana Lockheed. El cohete norteamericano ternacionales provocan cambios tanto tempora.«Hawk» es fabricado por el consorcio eléctrico les como duraderos [en el marco del capitalisgermanocccidental AEG juntamente con sus mo] en la estructura del imperialismo de Eurofiliales en Francia y con grandes monopolios pa Occidental, cambios que, por supuesto, in_ italianos, holandeses y belgas. A la vez &e esfluyen también en el mercado. En este aspecto tá diseñando un cohete «europeo». De hecho desempeña, a juicio nuestro, un importante pahan sido abolidas todas las limitaciones impel la circunstancia de que estas agrupaciones puestas a Bonn en lo que respecta a los armonopolistas-estatales no se crean aisladamen. mamentos. te, sino en conexión con factores condicionados Los imperialistas germanooccidentales han por la influencia del sistema socialista munlogrado ejercer1 una influencia decisiva en el dial, la tercera etapa de la crisis general del seno de la CEE. Los monopolios de la RFA docapitalismo, la actual revolución técnica y minan hoy en la producción y el mercado de científica, etc. muchas ramas muy importantes. Sus actos no El influjo del sistema socialista mundial dejar lugar a dudas en cuanto al propósito de acrecienta la fuerza de combate de la clase utilizar el Mercado Común para extender su obrera de los países capitalistas, obliga a los poder mucho más allá de los límites de la monopolios dominantes a hacer distintas conCEE. En junio del pasado año, en una edición cesiones a la clase obrera y a los demás traespecial del importante periódico del partido bajadores e impide que los círculos gobernangobernante Bheinisciier Merkur se publicó con tes apliquen una política que tienda exclusiel título de «La RFA en 1973» un artículo en el vamente a satisfacer sus intereses, ligados con que se decía sin tapujos: «La CEE es demasiala percepción de beneficios. La competición do pequeña, sobr'e todo si se tiene en cuenta económica con el sistema socialista mundial que sus fronteras pasan por la principal zona obliga a los monopolios a aplicar medidas que industrial de Europa. En realidad todo parece aceleran el progreso científico-técnico, exigen indicar que las potentes fuerzas del desarrollo una mayor inversión de capitales, etc. La CEE económico habrán de conducir al cabo de 10 y otras agrupaciones monopolistas-estatales años a una gran integración europea. Para la constituyen un intento de resolver estos nuevos economía alemana todo depende de esto... La problemas planteados por la lucha contra el actual integración europea termina en las socialismo. De ahí que al analizar y enjuiciar fronteras de Europa. Podría quedar limitada a la CEE y otras «comunidades» no se pueda las principales zonas industriales —en las que llegar a conclusiones acertadas a menos que se encuentran las palancas de la política cose proceda a examinar la política imperialista yuntural— y a la libre asociación comercial de de «integración» a la luz de la influencia ejerlas regiones periféricas.» cida por el sistema socialista mundial y de la El peligro de la influencia decisiva del impecreciente presión ds la clase obrera, de las rialismo germanooccidental en la CEE se debe fuerzas democráticas en general, a la luz de ante todo a que mediante la «integración» estala influencia del progreso técnico-científico y blece su dominio sobre la base económica de de otros factores1. A la vez es preciso tener en la OTAN en Europa, lo que a su vez -es aprovecuenta ante todo el desigual desarrollo de los chado para conseguir plenamente el derecho a distintos países imperialistas y grupos monodisponer de armas atómicas. polistas, lo que permite a algunos de ellos am.. En el intercambio de opiniones entre marxispliar sustancialmente sus posiciones, su podetas de diversos países celebrado en Moscú en río económico y su influencia. agosto—septiembre de 1962 y en el artículo Lo,s grupos monopolistas germanooccidenta, «Problemas económicos teóricos del Mercado les dominantes han desplegado una gran acComún» [publicado el mismo año en el número tividad en la creación y el desarrollo de la CEE, 10 de la revista Mirovaia ekonomika i mezhya que ésta les proporciona grandes ventajas dimarodnie otnoshenia («Economía mundial y económicas, políticas y militares. Examinemos Relaciones internacionales»)], el académico brevemente dichas ventajas: E. Varga plantea la pregunta de si la formación d e la CEE y de otras organizaciones monopolistas-estatales afines a ella puede 1 Para más detalles sobre esta cuestión véase en producir cambios radicales en el mercado capilos números 11 y 12 de 1962 de NUESTRA ÉPOCA el intercambio do opiniones «Problemas del capitalistalista europeo. Nuestra opinión es que el desmo contemporáneo». arrollo operado en los últimos años muestra

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a] La supresión de las barreras que se oponían al movimiento de mercancías y capitales entre los países de la CEE facilitó considerablemente a los principales monopolios de la RFA la tarea de extender su poder y su influencia más allá de los límites de Alemania Occidental y de proceder a un aprovechamiento más racional de la ciencia y la técnica en muchas esferas de la vida económica, lo que acrecentó sus beneficios y aumentó su capacidad competitiva. b] Los monopolios germanooccidentales afian_ zaron sus posiciones dentro de la CEE y pudieron, gracias a esto, ampliar también los mercados para sus productos más allá de! marco de los Seis. La circunstancia de ser la RFA el país donde más desarrolladas estaban las industrias de importancia decisiva para el progreso científico-técnico [construcciones mecánicas, electro-técnica, química, etc.], proporcionó a la expansión germanooccidentail venta, jas muy especiales. c] Los gobernantes de la RFA hicieron amplio uso de la libertad de movimiento de la mano de obra en el seno de la CEE para reclutar mano de obra barata en aquellos países de la CEE y en aquellos Estados «asociados» en los que existe un bajo nivel de empleo y de salarios. En la actualidad hay en la RFA 800.000 obreros extranjeros, cuyas condiciones de vida y de trabajo son mucho peores que la de los trabajadores alemanes. Esto quiere decir que en su lucha por los beneficios máximos y por la extensión de su influencia, la oligarquía germanooccidental utiliza el ejército industrial de reserva de toda la CEE y de los países ligados a ella. d] La CEE y las organizaciones internacionales afines de tipo monopolista-estatal desempeñan un gran papel en los apetitos neocolonialistas del imperialismo de Bonn. Mediante la «asociación» de las antiguas colonias y el llamado «fondo de desarrollo», en el cual las participaciones mayores corresponden a la RFA y a Francia, los monopolios germanooccidentales tratan de ampliar y fortalecer sus posiciones en África. Para ellos tiene gran importancia facilitar al máximo las relaciones comerciales con los países «asociados», ya que el continuo descenso de los precios de los artículos exportados por los países africanos y el aumento de los precios de muchos artículos de la industria de construcciones mecánicas propicia el incremento de los beneficios. Esta sola diferencia de precios proporciona anualmente unas ganancias muy superiores a los recursos destinados por la CEE para «ayuda» a los países africanos. e] Los grupos más agresivos del capital monopolista de la RFA, los ultras de Bonn, que siguen determinando la política de Alemania

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Occidental, utilizan las posiciones económicas dominantes conseguidas en el seno de la CEE para poner en práctica sus planes de agresión. Los gobernantes de la RFA siempre han dicho inequívocamente que la CEE y el predominio económico dentro de ella les son necesarios para adquirir en la OTAN la influencia que 1-es permita lograr1 sus fines revanchistas. De aquí que las razones «integra. cionistas» que mueven a los principales grupos monopolistas de la RFA no puedan ser enjuiciadas exclusivamente desde un punto de vista económico. A medida que iba incrementando su influencia en la CEE, la RFA presentaba exigencias cada vez mayores: aumento de su potencial militar y obtención de nuevas posiciones claves en la OTAN, incluida la reivindicación de armas atómicas. Como es sabido, todo esto no eran palabras vacías. La mayor parte de sus exigencias ya han sido satisfechas. La táctica de chantaje aplicada por Bonn con respecto a las demás potencias imperialistas se ve facilitada en medida considerable por la política occidental «de fuerza», de guerra fría y de carrera armamentista. Podemos ir viendo, paso a paso, cómo cada aumento de la influencia económica de los monopolios 'germanooccidentales en la CEE iba acompañado de las correspondientes concesiones políticas y militares por parte de los demás países de la OTAN. Sin ello, los ultras de Bonn no habrían podido, por supuesto, aproximarse a lo que constituye el más importante de sus objetivos: la posibilidad de disponer sin trabas de las armas atómicas. Hoy, mías que nunca, el imperialismo germanooccidental aprovecha estas posiciones econó_ micas para conseguir las armas atómicas, aunque sea en un principio en forma de «fuerzas nucleares multilaterales». Uno de los líderes del partido gobernante de Alemania Occidental, Von Guttemberig, escribió a este respecto en un artículo titulado «La concepción de Occidente» que la Europa del Mercado Común dispondrá en el futuro de un potencial técnico y científico equiparable al de Estados Unidos, por lo que no hay «ninguna razón para impedir que esa Europa, en camino de la unificación, pía. nifique sus propias armas atómicas bajo una égida política central. Ni tampoco la hay para que la potencia atómica norteamericana tenga en la potencia atómica europea menos confianza de la que hoy tienen las potencias no atómicas de Europa en Estados Unidos». El deseo de los ultras de Bonn de aprovechar al máximo la CEE para luchar contra la distensión internacional, el desarme y la política de coexistencia pacífica de Estados de distinto régimen social, y para el logro de sus

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El capital monopolista de la República Federal Alemana y el Mercado Común Europeo

fines agresivos, ha sido una de las causas del fracaso de las negociaciones mantenidas en Bruselas con Inglaterra para el ingreso de este país en la CEE y de la agudización de muchas contradicciones en el campo imperialista. Von Hassel, ministro de la Guerra de la RFA, expuso en febrero del pasado año, en una conferencia a puerta cerrada de la Unión Democrática Cristiana, las razones por las cuales el Gobierno de Bonn no podía aceptar incondicionalmente el ingreso de Inglaterra y de sus compañeros de la Asociación Europea de Libre Comercio en la CEE. Después de señalar ciertos peligros que esto supondría para las industrias minera, textil, de construcciones navales y pesquera, para la agricultura, etc., subrayó que los temores principales eran de carácter político. Al exponer esta parte del discurso de Von Hassel, el periódico Die Welt hacía el siguiente comentario: «El canciller dice: ¿Cómo habrá de extenderse esta Europa?, ¿cuál será entonces su fisonomía política? En_ trarán a formar parte de ella la Dinamarca so. cialista, la Noruega socialista e Islandia socialista y una Gran Bretaña gobernada posible, mente por los laboristas. La Suecia socialista ya es neutral; Finlandia, también. No se sabe lo que ocurrirá en el futuro en Italia, con sus derechas y sus izquierdas. El canciller federal teme, pues, por razones políticas, que si todos esos países entran a formar parte de ella, toda Eu_ ropa constituirá entonces, en determinadas cir_ cunstancias, una estructura en la que de pronto empezará a marcar la pauta el socialismo cuya orientación principal es el neutralismo.» Los grupos dominantes del capital monopolista germanooccidental tienen mucho miedo a que las masas populares, que reclaman la paz y la distensión internacional, ejerzan una pre_ sión cada vez mayor sobre los gobiernos de los países capitalistas de Europa. Por eso quieren utilizar el Mercado Común para impedir tal curso de los acontecimientos. Esa ha de ser también la misión del eje París—Bonn. Poco antes de abandonar el puesto de canciller, Adenauer manifestó públicamente que el •eje París—Bonn sirve ante todo para el logro de los objetivos expansionistas de los ultras de Bonn, incluso a expensas de los Estados imperialistas. En una interviú concedida al periódico Bild-Zeitung dijo: «...Después de lo ocurrido, ya no podemos impulsar solos la política mundial. Pero debemos impulsarla, y para ello nos ofrece su concurso nuestro vecino. Solos no podemos obtener ventajas ni hacer una política mundial para nosotros, para Europa, para el mundo entero...» Los padres del eje París—Bonn quieren utilizar su criatura, y a través de ella también la CEE, no sólo contra las masas populares, sino

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además contra aquella parte de la gran burguesía internacional —principalmente de Inglaterra y Estados Unidos— que comienza a apreciar con sentido realista la correlación de fuerzas en el plano internacional. De ahí que los ultras de Bonn pretendan apoyarse en el potencial económico de la CEE para tener sus propias armas atómicas, aplicar con indepen_ dencia su agresiva política belicista, enfilada contra los países socialistas, e impedir que Estados Unidos e Inglaterra lleguen a las necesarias conclusiones en política exterior partiendo de una apreciación más real de la correlación de fuerzas entre los dos sistemas mundiales. El profesor suizo Ropke, teórico y celoso apologista del imperialismo germano, explica en la revista Die aussprache la relación existente entre las posibilidades económicas y estos planes agresivos. Para él es indudable que existe una «paradójica desproporción» entre el po, derío económico y el prestigio cultural de la Europa capitalista, de un lado, y su «mísero papel» en la política mundial y en el frente común contra el campo socialista, por otro. Es preciso darse cuenta, dice Ropke, que « . . . el Gobierno norteamericano se ha vuelto tan débil, indeciso y adinámico que, si no queremos echarnos encima una catástrofe, Europa debe hacerse más fuerte en lo político y lo militar». Por lo cual exhorta a apoyar la actual política de De Gaulle «iy a desembarazarnos de la tutela para convertirnos en miembros de la Alianza Atlántica con iguales derechos y obli. gaciones». Cada vez es más evidente que, en manos de los grupos más reaccionarios y agresivos del capital monopolista germanoocidental y francés, la CEE sirve de instrumento en la lucha de estos grupos contra la paz y el progreso. Claro está que el imperialismo germanoocciden. tal depende en todas las cuestiones decisivas de Estados Unidos, está sometido a ellos y con_ fía en su ayuda para poner en práctica sus planes revanchistas. Pero, a la vez, el imperialismo de Bonn rivaliza con el norteamericano por el dominio en Europa Occidental. Como se señala en el programa del PSUA, gracias a la CEE, el imperialismo germanooccidental « . . . ha adquirido tanto peso que Estados Unidos dependen de su acuerdo para poner en práctica la política imperialista norteamericana en todo lo que se refiere a los problemas europeos». Después de la dimisión de Adenauer han aparecido ciertos síntomas de mayor flexibilidad en la política exterior de Bonn. Pero sólo se podrá hablar de una nueva política cuando el Gobierno de la RFA renuncie a su orientación agresiva.

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La ciencia y la técnica contemporáneas exigen la internacionalización de las fuerzas productivas. En fin de cuentas, esta tendencia objetiva está en la base misma de la CEE. Ahora bien, esta organización, creada por los Imperialistas y por métodos imperialistas, no sólo es la base económica de la OTAN en Europa, sino también el cimiento económico y el instrumento de los grupos del capital financiero más peligrosos para la causa de la paz. Y de aquí es de donde derivan hoy día las más grandes contradicciones. Es evidente que la política agresiva realizada por los revanchistas de Bonn y por De Gaulle con ayuda de la CEE no sólo se halla en pugna con el desarrollo histórico y con los intereses de la clase obrera y de todos los trabajadores en general, sino también con los intereses de una parte considerable de la burguesía. Esta política lleva implícitas profundas crisis en el campo imperialista y entraña el peligro de una nueva catástrofe bélica. El desarrollo de la CEE evidencia que tanto la economía y la política como las contradicciones económicas y políticas se entrelazan estrechamente y ejercen una influencia cada vez mayor sobre el desarrollo social de la RPA y de Europa Occidental. Entre las principales contradicciones económicas podemos citar las siguientes: 1. Las contradicciones entre las potencias imperialistas, y en primer término entre Alemania Occidental e Inglaterra. Prácticamente, la RFA ha alcanzado a Inglaterra en cuanto a nivel de producción industrial y volumen de comercio exterior. Pese a ello, Bonn teme que, dada la actual correlación de fuerzas, el ingreso de Inglaterra en la CEE acabaría con el dominio económico de la RFA en el Mercado Común, o en todo caso lo pondría en peligro. En efecto, el ingreso de Inglaterra agudizaría extraordinariamente la lucha competitiva en general y principalmente en las industrias minera, de construcciones navales, de construcciones mecánicas, del automóvil, textil y otras. La actitud de los monopolios germanoocidentales ante Inglaterra y los países de la Asociación Europea de Libre- Comercio es muy contradictoria. Por una parte, a la RFA le conviene que los países de la AELC queden al margen de la CEE, pues, aparte de las razones de carácter político, ello obedece también a consideraciones de orden económico, al deseo de impedir en lo posible, con ayuda de elevadas barreras arancelarias, la exportación de estos países a la Pequeña Europa. Por otra parte, los Estados de la AELC son los principales compradores de los artículos germano, occidentales de exportación, y el comercio con ellos proporciona a la RFA un saldo positivo

que supera en varias veces este índice en el comercio con los miembros del Mercado Común. Cualquier agudización de las contradicciones económicas y políticas entre los Seis y los Siete entraña, lógicamente, el peligro de un empeoramiento de las condiciones para la exportación germanoocidental. Como consecuencia del desarrollo desigual del capitalismo después de la segunda guerra mundial, los volúmenes de la producción industrial de Europa Occidental y Estados Unidos se han nivelado visiblemente, en tanto que la parte correspondiente a Europa Occidental en el comercio exterior del mundo capitalista es hoy incluso muy superior. Este solo hecho es causa de muchas contradicciones y ha conducido en más de una ocasión a la agudización de la lucha competitiva entre Estados Unidos y la CEE en esferas como la agricultura, la fabricación de automóviles, la química, la electrotecnia y otras. Aprovechando el estado'de dependencia de la RFA, los Estados Unidos llevan ya muchos años exportando a Alemania Occidental mercancías por un valor doble al de las que ésta exporta a Estados Unidos. La RFA no está dispuesta, como es natural, a tolerar indefinidamente tal situación. Para conservar en todas las condiciones su influencia en la CEE, los monopolios norteamericanos recurren en proporciones cada vez mayores al método del caballo de Troya. Mediante la exportación de capitales, la adquisición de empresas, la participación en ellas y la construcción de otras nuevas o la ampliación de las ya existentes robustecen su.s viejas posiciones económicas en la Europa capitalista y se crean posiciones nuevas. El aflujo de capitales norteamericanos, principalmente a la RFA, ha adquirido tales pr'op< que la prensa germanoocidental habla ata rodeos de una «segunda invasión nortéame, En 1961 y 1962, Europa O c c i d e n t a l a p a r e c e más netamente en primer plano como importadora de capitales norteamericano.;, destacándose sobre todo Alemania O c c i d e n t a l . Según datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos, el país exporto n I Í M . L » capi_ tales privados por valor d I . T ( Í O Millonea de dólares, de los cuales 1.810 millonei .\ Kuro. pa, sólo 928 millones a A m é r i c a L a t i n a y 1.100 millones a Canadá. En los años 1959 y 1900. las corporaciones norteamericanas obtuvieron en la K l < \ \ la más alta norma de beneficio, .superior i n c l u s o a la conseguida, en cierto.s pai.scs d e p e n d i e n t e s , pues a la par de un bajo n i v e l de salarios, Bonn les aseguró sustanciales ventajas fiscales y de ctra índole. Cabe s e ñ a l a r a la vez que las inversiones norteamericanas se concentran en las ramas de importancia decisiva para el progreso científico-técnico y para los armamentos:

El capital monopolista de la República Federal Alemana y el Mercado Común Europeo

industrias del petróleo, electrotecnia, electrónica, aparatos de medición, técnica de control y regulación, maquinaria para el transporte etc. Esta es otra circunstancia que no puede PÍÍI- menos de agudizar las contradicciones económicas entre los imperialistas de la RFA y de EE.UU. 2. El desarrollo de la CEE ha proporcionado a muchos importantes monopolios de la RFA grandes ventajas económicas y políticas, permitiéndoles incrementar sus beneficios y acelerar la concentración de la producción y del capital. A la vez, la «integración» ha tenido graves consecuencias para algunas ramas de la economía del país, en particular para la industria ligera y la agricultura, La reducción de las tarifas aduaneras para los tejidos ha hecho que la importación de estos haya aumentado durante los años de 1955 a 1961. La diferencia entre la importa, ción y la exportación de tejidos, que era de 200 millones de marcos, pasó en 1961 a 1.200 millones. La situación se agrava por el hecho de que los tejidos se importan fundamental, mente de países miembros de la CEE [Francia e Italia], que se aprovechan de la reducción de las tarifas dentro del Mercado Común, mientras que los tejidos germanoocidentales se exportan principalmente a terceros países. Una .situación análoga existe en la industria del cuero y en diversas ramas de la industria ali, menticia. Por una serie de causas, los precios de los productos agrícolas, incluidos los cereales, son en la RFA muy superiores a los de los demás países de la CEE. El programa de desarrollo de la CEE prevé una reducción considerable de estos precios, lo que, según datos germanocci.. dentales, aboca a la ruina a unas 800.000 fa_ milias campesinas. Esta es la razón de que los campesinos germanoocidentales organicen ac_ cienes de masas contra la política de «inte_ ^ración» del Gobierno de Bonn. 3. La experiencia de la CEE muestra que la comunidad» no puede suprimir las principales contradicciones capitalistas, cuya influencia condiciona el desarrollo de la economía. El análisis de la evolución seguida por la pro, ducción industrial y de la dinámica del produc, t o .social global muestra patentemente que des_ La fundación de la CEE no se ha producido ninguna aceleración perceptible del desarrollo lómico de los países a ella adheridos [a pción de Italia]. Al contrario, los ritmos recimiento se han atenuado y se diferen, muy poco de los de otros muchos países i a listas. KM efecto, durante el quinquenio 1953—1957, precedió a la entrada en vigor de los idos de Roma, la producción industrial de Seis creció en un 47%, y en los cinco años

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siguientes [1958—1962] tan sólo en un 36%. Para los distintos países estas cifras han sido respectivamente: Alemania Occidental, 62 y 36%; Francia, 48 y 28%; Italia, 50 y 63%. En el Japón, que no forma ¡parte de la CEE, los índices correspondientes fueron: 102% para el primer quinquenio y 103% para el segundo. En los últimos años se ha visto considerable, mente frenado en Alemania Occidental el rit, mo del desarrollo industrial, habiendo pasado del 10,7% en 1960 al 4,9% en 1962 y al 34% aproximadamente en 1963 [enero—noviembre. Vemos, pues, que la «integración» no ha sido [ni podía ser] el factor determinante de la co_ yuntura económica. De aquí se desprenden dos conclusiones im_ portantes. Primera, las causas del rápido rit, mo de crecimiento económico que en determi, nados períodos se observó en los actuales países de la CEE no residen en el Mercado Común. Segunda; la CEE ha extendido el poder económico y político de ciertos grupos monopolistas y les ha proporcionado grandes beneficies adicionales. Los grupos monopolis, tas más agresivos, sobre todo el de la RFA, hac-en uso de la «integración» para conseguir el rearme atómico e impedir la distensión in_ ternacional. Pero el Mercado Común es ab_ solutamente incapaz de suprimir las contra, dicciones capitalistas y de asegurar a la RFA y a los demás países de la CEE un desarrollo estable de su economía nacional.

Las formas que ha adquirido en la RFA la lucha contra las consecuencias de la «integra, ción» y contra los grupos del capital mono, polista que dominan en la CEE son muy di, versas, comprendiendo desde las acciones de masas de los campesinos germanoocidentales hasta, las demandas de los sindicatos de que se amplíe la influencia de la clase obrera en las empresas. Esta pluralidad de formas y me, todos de lucha es necesaria para ir arrebatan, do a los monopolios una posición tr'as otra. Pero es evidente que no basta con luchar única mente por tal o cual reivindicación en las distintas esferas de la vida económica de la CEE. La vía imperialista de la internacionaliza, ción de la economía, bajo la forma de la CEE y otras organizaciones internacionales de tipo monopolista estatal, vía emprendida de muy buen grado por los principales grupos del ca. pital monopolista de la RFA, está ligada ne_ cesariamente a una profunda división de Europa y al desarrollo y la agudización de muchas contradicciones internacionales. No sólo ahonda el abismo entre los países socia.

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O T T O

R E I N H O L D

listas y capitalistas, sino que además inten_ sifica la lucha entre los distintos grupos y bloques imperialistas. La concentración de un poder exhorbitante en manos de los grupos agresivos y revan. chistas del capital monopolista germanoocci.. dental presenta graves peligros para la paz. Por eso la lucha de la clase obrera y de otras fuerzas progresistas de la RFA contra la po_ lítica de clan de los grupos del capital finan, ciero dominantes en la CEE debe propugnar* el desarrollo de relaciones comerciales, nor_ males e indiscriminadas en todo el mundo, particularmente entre los países capitalistas y socialistas, y en primer término [por lo que respecta a la RFA] entre los dos Estados alemanes. Para frustrar ¡los planes de utilización de la CEE con vistas a la aplicación de la política agresiva del imperialismo ger_ manoocidental es preciso incorporar a la lu_ cha a todas las fuerzas interesadas en el man, tenimiento de la paz. Con este fin, el Partido Socialista Unificado de Alemania y el Gobier_ no de la República Democrática Alemana han

promovido en los últimos años y en particular en el VI Congreso del PSUA, un progra. ma que abarca todos los aspectos de la co, existencia pacífica de los dos Estados ale. manes y cuya puesta en práctica establecería entre la RDA y la RFA unas relaciones económicas y políticas normales, que comprenderían desde el máximo desarrollo del comercio hasta la evitación del rearme atómico. En esencia, este programa, lo mismo que las propuestas del Vil Congreso de nuestro Partido [los cé_ lebres 7 puntos], se propone aislar* y refrenar al sector más agresivo de los imperialistas germanoocidentales, que son los que dictan hoy la política de la CEE. La auténtica alternativa a la política «inte. gracionista» de los ultras de Bonn presupone una vinculación orgánica entre la lucha por reivindicaciones económicas y sociales en las distintas esferas de la CEE y la lucha por la aplicación práctica de los principios de la co. existencia pacífica, por el desarme, la disten, sión internacional y un comercio mundial sin las barreras levantadas por los imperialistas.

ANTE EL CENTENARIO DE LA I INTERNACIONAL DATOS

HISTÓRICOS

El movimiento comunista y obrero mundial celebra ien 1964 una fecha memorable: el centenario tle ¡la fundación por Carlos Marx y Federico Engreís de la I Internacional [Asociación Internacional de los Trabajadores], La formación de la I Internacional reflejó el crecimiento de la conciencia política y la actividad de los /obreros avanzados de una serie de países de Europa y la necesidad imperiosa de la unión internacional del proletariado. ¡La I Internacional sentó los cimientos del movimiento comunista mundial contemporáneo. La I Internacional se fundó el 28 de septiembre de 1864 en el mitin de trabajadores de varios países celebrado en el Saint Martinas Hall de Londres. Marx fue el alma de esta organización, el autor del Manifiesto Inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores, de sus Estatutos, de múltiples resoluciones y de otros documentos. El Manifiesto Inaugural y los Estatutos establecían en rasgos generales, los objetivos del movimiento proletario y proclamaban que «la emancipación de la clase obrera debe ser obra de los obreros mismos...» La I Internacional se apoyó en las organi/aciones obreras ya existentes en diversos países, que Se constituyeron en secciones de la Internacional y se unificaron en federaciones nacionales. El Primer C o n g r e s o de la I I n t e i n a c i o n a l se celebró en Ginebra del 3 al 8 de septiembre de 1866. Participaron 60 delegados en representación de 25 secciones de Inglaterra, Francia, Suiza y Alemania. Las decisiones del Congreso, en consonancia ron las ideas del socialismo científico, 'constituyeron un potente golpe contra los proudhouianos. El Congreso reconoció la importancia i l i - l movimiento huelguístico, destacó el gran significado de la lucha por la jornada de ocho

horas y ; adoptó una resolución sobre la sustitución del ejército permanente por el pueblo en armas. La resolución aprobada por el Congreso sobre los sindicatos asestó un golpe a los proudhonianos, que negaban la necesidad de la organización de la clase obrera, a Jos lassalleanos, que menospreciaban los sindicatos, y a la estrechez del tradeunionismo inglés. El S e g u n d o Congrieso de la I I n t e r n a c i o n a l tuvo lugar en Lausana del 2 al 8 de septiembre de 1867. En él participaron 63 delegados. Estuvieron representadas las organizaciones obreras de Suiza, Francia, Alemania, Inglaterra, Italia y Bélgica. El Congreso formuló una importante tesis proclamando que la emancipación social de los obreros es inseparable de su emancipación política. El Congreso se pronunció por Ja propiedad estatal de los medios de transporte y comunicaciones, lo que significó una victoria de la idea marxista de la propiedad colectiva sobre los medios de producción. El Tercer C o n g r e s o de la I I n t e r n a c i o n a l transcurrió en Bruselas del 6 al 13 de septiembre de 1868. En sus labores intervinieron 99 delegados de 7 países. En este Congreso el marxismo obtuvo una nueva victoria sobre el proudhonismo. El Congreso revisó la resolución impuesta por los proudhonianos en Lausana y reconoció la huelga como un arma legítima y necesaria de la clase obrera. El Congreso aprobó una resolución antimilitarista, en la que llamaba a todas las secciones y asociaciones obreras a utilizar contra la guerra el arma de la huelga general. El C u a r t o C o n g r e s o d e la I I n t e r n a c i o n a l se reunió en Basilea del 6 al 11 de septiembre de 1869. Participaron en sus labores 78 delegados de 8 países. En el Congreso se produjo un fuerte choque

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ANTE EL, CENTENARIO DE LA I INTERNACIONAL,

con un nuevo y peligroso enemigo del movimiento revolucionario: los anarquistas, encabezados por Bakunin. En marzo de 1870 un grupo de socialistas rusos emigrados en Suiza fundó la sección rusa de la I Internacional y propuso a Marx ser su representante en el Congreso General. «Acepto con satisfacción la honrosa misión que me ofrecéis de ser vuestro representante en el Consejo General», contestó Marx a los miembros ¡de la sección rusa. Durante el período de la Comuna de París, Marx y Engels desplegaron en el Consejo General una enorme labor en apoyo de los comuneros. Llamaron a la solidaridad con ellos y a prestarles ayuda moral y material. Después de la derrota de la Comuna de París, la reacción internacional emprendió la ofensiva contra la I Internacional. En algunos países, el hecho de pertenecer a la I Internacional se consideraba delito de lesa patria. Sus secciones se vieron precisadas a pasar a la clandestinidad. En vista de la labor de zapa de los bakuninistas, el 5 de marzo de 1872 el Consejo General aprobó una circular redactada por Marx y Engels, bajo el título de «Las supuestas discrepancias en la Internacional», en la que se desenmascaraban los puntos de vista pequeñoburgueses y reaccionarios de Bakunin y su actividad hipócrita y escisionista.

El Quinto Congreso de la I I n t e r n a c i o n a l se celebró en La Haya del 2 al 7 de septiembre de 1872. Estuvieron presentes 65 delegados de 11 países. En las labores del Congreso participaron Marx y Engels. El Congreso confirmó el acuerdo de la Conferencia de Londres de crear en cada país un partido proletario independiente e introdujo el correspondiente punto en los Estatutos de la Internacional. Bakunin y su cercano colaborador Guillaume fueron expulsados de la Internacional por decisión del Congreso. Se acordó trasladar la sede del Consejo General a Estados Unidos. Este último Congreso de la I Internacional significó en el terreno de la ideologia y de la organización una victoria del marxismo sobre el socialismo sectario y pequeñoburgués. La I Internacional fue disuelta en 1876 por decisión de la Conferencia de Filadelfia. La I internacional cumplió su tarea histórica de llevar las ideas del socialismo científico a la conciencia de los obreros avanzados de los países capitalistas más importantes. «La I Internacional es inolvidable —dijo Lenin—, ha quedado inscrita en la historia de la lucha de los obreros por su liberación. Sentó los cimientos del edificio de la república socialista internacional que hoy tenemos la dicha de construir».

LOS COMUNISTAS DE EE. UU. Y SUS TAREAS En fecha reciente se ha celebrado una reunión de dirigentes del Partido Comunista de Estados Unidos en la que se han examinado una sarie de cuestiones relacionadas con el trabajo del Partido en el período presente. En el informe pronunciado por Guss Hall, uno de sus dirigentes, se formuló la tarea principal que actualmente tienen planteada los comunistas norteamericanos, o sea renovar el Partido y toda su labor. A fin de cumplir con mayor efectividad las crecientes tareas del Partido y elevar su papel en la vida política de EE. UU., el informante propuso reconsiderar las perspectivas de la participación de los comunistas en los movimientos políticos de masas del país, movilizando durante los próximos meses todas sus fuerzas para renovar, reanimar y rearmar al Partido en el sentido ideológico y orgánico. «Debemos encontrar fuerzas en nosotros mismos para elevar en estos tiempos el nivel de nuestra actividad —dijo Guss Hall—... El nuevo ascenso político exige un trabajo más perfecto. Tenemos que elevar a un grado superior la labor de nuestros dirigentes. .. También debemos cultivar en nosotros mismos esa cualidad merced a la cual nuestro Partido se convierta en destacado protagonista de la vida social». La necesidad de semejantes medidas viene determinada por factores objetivos, como son los cambios producidos en la vida social del país en los últimos años, y por factores subjetivos, a saber1, el desarrollo de nuestro Partido, su mayor actividad y el perfeccionamiento de su dirección. Durante los últimos 15 años, a raíz de las detenciones de los líderes del Partido en 1948, oí Partido Comunista de EE. UU. ha pasado por las pruebas más duras de su historia, que crearon unas condiciones extraordinariamente difíciles para su actuación. En estas pruebas, en la lucha contra el peligro de la guerra y del fascismo demostró ser un partido marxista-leninista combativo y escribió una de las más brillantes páginas en la hi.sto.ria del movimiento obrero norteamericaNo obstante —escribió William Foster—-,

se cometieron varios errores graves». En su •mayor parte los errores de la dirección fueron de carácter izquierdista sectario, lo que junto a otros factores, como subrayaba Foster, contribuyó a aislar al Partido de las masas. En ese período se acentuó asimismo la desviación derechista, cuyo objetivo político principal consistía en socavar las bases orgánicas del Partido y en transformarlo en una amorfa «asociación de acción política». Dicho de otro modo, esto significaba prácticamente la liquidación del Partido. Los factores objetivos y subjetivos condujeron a una situación que William Foster calificó de crisis en el Partido Comunista de EE. UU. La situación crítica en el Partido alcanzó su punto culminante en el XVI Congreso Nacional de 1957, cuando el Partido se vio amenazado de escisión: los derechistas plantearon entonces que en EE. UU. era innecesario un partido marxista-leninista. El éxito principal de este Congreso consistió en haber" impedido la escisión del Partido. La propuesta liquidacionista de los derechistas de transformar el Partido en una asociación de acción política fue rechazada por el núcleo más firme de comunistas. Actualmente, en la vida pública de EE. UU. comienzan a manifestarse con más precisión cada día las profundas contradicciones de la sociedad capitalista. Entre las diversas capas de la población de EE. UU. tiene lugar una amplia discusión sobre las cuestiones cardinales del desarrollo del país. Los movimientos contra la discriminación racial, por la paz y la coexistencia pacífica, el incremento de la actividad de los sindicatos, el auge del movimiento estudiantil, las acciones de los intelectuales norteamericanos son síntomas del viraje que se -está operando entre los trabajadores norteamericanos hacia la lucha activa por sus derechos mediante la solución democrática de las contradicciones sociales de EE. UU. Los estudiantes y los obreros jóvenes discuten ampliamente las cuestiones que conciernen al desarrollo del campo socialista y a la ideología del comunismo. Este ascenso del movimiento democrático

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EN LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS

plantea ía cuestión de una dirección organizada capaz de fusionar en un todo único los diversos movimientos democráticos y progresistas del país. Las propuestas (hechas por Guss Hall en la reunión de dirigentes del Partido constituyen un plan concreto de trabajo orgánico del Partido que tiene en cuenta los nuevos fenómenos en la vida social del país y la situación real del Partido en el período presente. «La lucha por el Partido —dijo Guss Hall— no es en modo alguno una abstracción. Es la luclha por un partido dado y por los rasgos concretos de su organización. Un partido debe tener siempre una forma orgánica determinada, pues el partido que carece de estructura orgánica no puede subsistir, y el partido que empieza a perder su forma desaparece gradualmente. Hablar de la lucha por un partido marxistaleninista y no luchar por él no es más que pura demagogia. Hay gente que habla de organizar un nuevo partido si el partido dado muere. Mas la experiencia del pasado muestra que su muerte sólo se utilizaría para Sepultar' la propia ciencia marxista-leninista. Por fortuna, nuestros adversarios, que toman _sus deseos por realidades y quieren destruir nuestro Partido, se han visto decepcionados más de una vez, mientras que la ciencia y el Partido siguen existiendo. No luchar por este Partido significa estar de acuerdo con la tesis de «la huida al desierto». Significa coincidir con la afirmación de Monthly Beview de que la clase obrera no puede tener hoy un partido del socialismo científico. La aceptación de estas concepciones equivaldría a renunciar a la lucha por nuestro Partido, sin contar con ninguna otra cosa en el horizonte. Por otra parte, íio se puede permitir que arraigue la idea de que nuestro Partido es un «partido transitorio», que vivirá mientras tanto no aparezca «algo nuevo». Semejante idea sólo es una sentencia de muerte dictada por' estados de espíritu liquidacionistas. Ningún partido marxista-leninista con alguna solvencia puede ser un «partido transitorio». /«iSi algún camarada piensa que en el marxismo-leninismo existen tendencias que compiten entre sí, ese camarada no luchará por el Partido. No podemos aceptar ese modo de ver las cosas. Sólo puede haber una ciencia marxista^leninista, un solo socialismo científico. Esta ciencia no puede estar representada por dos partidos y por dos líneas políticas en un mismo país. Existen las desviaciones oportunistas de la justa línea de esta ciencia. Puede haber discrepancias tácticas en cuanto a su aplicación y a su desarrollo, pero no puede haber dos variedades de esta ciencia, que es úni-

ca. No se puede luchar por el Partido y por el marxismo-leninismo si se supone que son dos cosas opuestas». La línea del Partido se comprueba en la lucha por sus formas orgánicas, por su sistema de organización, por su estructura y su poli tica. En el informe se subraya que ahora es preciso concentrar la atención principal en la construcción del Partido. A nuestro Partido, dijo Guss Hall, se le plantean dos tareas: liquidar el daño causado por los excesos cometidos en aras de la seguridad y reconsiderar los problemas y las tareas de la construcción del Partido. A pesar de todos los obstáculos que se nos oponen para la construcción del Partido y para editar nuestra prensa, debemos encontrar el modo de impulsar nuestra actividad pública. Las fuerzas que hay tienen una activa participación en la reanimación del trabajo de masas afrontan un determinado riesgo y pueden llegar a una abierta insubordinación. Esto hay que tenerlo presente en todo examen que se haga respecto a cómo solventar problemas de esta índole. No podemos esperar que una organización del Partido en una zona cualquiera aumente sus efectivos guardando silencio. El silencio no es una virtud del Partido. La decisivo en el sistema orgánico, destacó Guss Hall, es la organización de base. Por consiguiente, es preciso luchar por las células, por su funcionamiento regular, por su participación en la construcción del Partido. El Partido que no recluta nuevos .militantes se convierte en un partido moribundo. Para asegurar la afluencia de nuevos miembros es imprescindible establecer los correspondientes contactos con las masas, hacerles llegar la literatura marxista, participar junto con ellas en movimientos multitudinarios, utilizar la prensa, etc. Estos son elementos del sistema de organización. «Las exigencias políticas actuales —dijo Guss Hall—• hacen real el avance decisivo. Debemos asegurarlo. En cuanto a la correlación entre el trabajo de masas y la labor intrínseca del Partido, no es estática, ni mucho menos, y debemos revisarla constantemente. Hemos tenido que luchar para superar el aislamiento de nuestro Partido y necesitamos seguir luchando también ahora. Además, el erecimiento numérico de nuestro Partido todavía no corresponde al aumento de nuestra influencia. Podemos y debemos lograr mayores resultados. Hoy tenemos que hacer mayor hincapié en la labor independiente de nuestro Partido en muchas esferas. Por ejemplo, en la campaña electoral debemos incrementar nuestros esfuerzos para que el Partido tenga la oportunidad

EN LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS

fíe expresar su punto de vista a través de uno o de varios candidatos». La iniciativa comunista ha sido siempre el rasgo inalienable de nuestro Partido. Siempre que aparezca la calma monótona y pierda fuerza la iniciativa de los comunistas, se precisa .superar esta debilidad. La tarea de los comunistas estriba en anticipar ideas, en ser los iniciadores de toda clase de movimientos y acciones. El deber de los comunistas consiste en desarrollar la iniciativa de las fuerzas de izquierda y de los militantes de nuestro propio Partido. «Con demasiada frecuencia nos limitamos a hacernos eco de una iniciativa y la apoyamos -dijo Gus Hall—, pero debemos ser también iniciadores y, participando en los movimientos d3 .masas, tenemos que asegurar un mayor nivel de dirección y desempeñar una función de vanguardia... No basta con hacerse eco de los acontecimientos y apoyar iniciativas de los demás. Debemos hacer una cosa y la otra: dar iniciativas y apoyarlas». En el informe se planteó la necesidad de esclarecer conceptos como la «combatividad» y el «izquierdismo». Naturalmente, dijo el informante, esto no es una y la misma cosa. La combatividad hay que desarrollarla, pero debemos luchar contra el izquierdismo. Luchar contra el izquierd:"smo y el aventurerismo no .significa luchar contra la combatividad. La combatividad depende siempre del nivel de la lucha y de las fuerzas que en ella participen. Los comunistas deben dedicar más atención a la combatividad por ser un rasgo característico de su actividad y tienen que oponerse a la rutina mecánica e indolente que a veces se observa en las filas del Partido. En nuestros días, semejante rutina constituye una especie de precursor de la evasión de la realidad. En el informe se señaló que un factor muy importante en la construcción del Partido es el desarrollo de su prensa, la ampliación de su tirada y el apoyo al periódico Worker, a la revista Política! Affairs y, en un plano algo dist i n t o , al semanario Peoples World. Hay otro momento más —dijo Gus Hall— < i u e no se puede soslayar. Se trata de que las nicas proclamadas por nosotros significarán muy poco si no se comprueban en la práctica. T < > < i a nuestra discusión, ya sea política o ideo. ca, deberá pasar la prueba de la práctica. Y subrayo especialmente esto porque ahora van i^ndo mayores posibilidades de comprobar
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