Revista Internacional - Nuestra Epoca N°12 - diciembre 1964

January 4, 2018 | Author: Oscar Dante Conejeros E. | Category: Democracy, Capitalism, Communism, Socialism, Vladimir Lenin
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Nuestra Epoca N° 12 - diciembre 1964 - Revista Internacional Revista Internacional (Problemas de la Paz y del Socialis...

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REVISTA INTERNACIÓN A

ESTADOS UNIDOS: ¿CUAL ES EL FUTURO DE SU JUVENTUD?

¡Proletarios de todos los países, unios!

Nuestra

Época

(44) 12

REVISTA INTERNACIONAL

1964

ASO IV — DICIEMBRE

S U M A R I O P. KEUNEMAN - - Nuevos rasgos del movimiento de liberación nacional V. KOUCKY - - Algunas cuestiones d>e la lucha ideológica V. BONEV -- El Frente de la Patria, encarnación de la unidad del pueblo J. ZAKHARIA Y C. MAGIGWANA — Los sindicatos y la vida política en África J. MORRIEN — Nuevas vías hacia la unidad, la democracia y el progreso D. .RUBÍN — La juventud de EE.UU.: situación y perspectivas . . . . M. AHMED — La situación en Irak y la política del Partido Comunista . En memoria de Leslie Morris

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EN LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS

C O L A B O R A N EN ESTE N U M E R O : PIETER

KEUNEMAN

Secretario general del Comité Central del Partido Comunista de Ceilán VLADIMIR

KOUCKY

El PCUS aplica invariablemente la línea general leninista • EXPERIENCIAS DEL PARTIDO GUATEMALTECO DEL TRABAJO: J. M. FORTUNY — Bajo la bandera del internacionalismo proletario * J. MILLA — Algunos problemas del frente único democrático en Guatemala * S. CALDERÓN Estudiamos el marxismo-leninismo * C. TZUL — La recaudación de fondos, forma de fortalecer loe vínculos con las masas • G. OHMAN -- Éxitos del Partido Comunista de Suecia en las1 elecciones al Riksdag • K. REUTER Los jóvenes de la nueva época © B. MIAGMARZHAV - - El trabajo del Partido en las cooperativas de Mongolia

Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Checoslovaquia VL.ADIMIR

BONEV

Miembro del Comité Central del Partido Comunista Búlgaro y secretario general del Consejo Nacional del Frente de la Patria MUÑIR

NUESTROS COMENTARIOS

N. FREED -- La derrota de Goldwater • M. AL-BUSTANI — Fin de la dictadura militar en Sudán EI capital financiero en nuestros- días

ZAKHARIA

CUTHBERT

JOOP

MAGIGWANA

La teoría del capitalismo contemporáneo

Periodista holandés

CONTRA LA REPRESIÓN Y LAS PERSECUCIONES DEMÓCRATAS

RUBÍN

Dirigente de la Juventud Comunista de EE.UU. JOSÉ

MANUEL

FORTUNY

Miembro del Comité Central del Partido Guatemalteco ,de!« Trabajo

G UN N A R

Publicista sueco

NORMAN

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NOTAS Y CORREO DE LA REDACCIÓN

J. B. TAVARES DE SA — Reagrupación de las fuerzas democráticas en Brasil

MORRIEN

DANIEL,

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TRIBUNA DE PROBLEMAS ACTUALES

Secretario de la Federación Sindical Mundial Publicista africano

69

MESA REDONDA

AHMED

Miembro del Buró Político del- Comité Central del Partido Comunista de Irak IBRAHIM

51

OHMAN

88

DE LOS

S. ALMIROS — Los manejos de la reacción en Grecia • I. SUMAR —• Arde la tierra bajo las plantas de los agresores • J. MARAVILLA — Hay que terminar con el terror en Filipinas1

91

LIBROS Y REVISTAS FREED

Miembro del Comité Central del Partido Comunista de Canadá

I. KIZHIN -- Vidas consagradas a la lucha • E. ARAB-OGLI — La expliMUJión del pasado, clave dei futuro Bpoca

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Nuevos rasgos del movimiento de liberación nacional por PIETER KEUNEMAN

E

L proceso de disgregación y derirumbamiento definitivo del sistema colonial del imperialismo ha entrado en su última fase. En menos de dos decenios el movimiento de liberación nacional ha destruido los imperios coloniales cuya formación exigió siglos enteros. Sobre sus ruinas se han erigido más de sesenta Estados nacionales independientes. «El desmoronamiento total del colonialismo es inevitable —se dice en la Declaración de 1960—-. Después de la formación del sistema mundial del socialismo, el fenómeno de mayor importancia histórica es el hundimiento del sistema de la esclavitud colonial bajo el embate del movimiento nacional-liberador». En nuestra época el movimiento nacionalliberador ha adquirido nuevos rasgos cualitatiVüá.

Asi como antes estaba enfilado contra una u otra potencia imperialista, en la actualidad el movimiento nacional-liberador ha cobrado un carácter universal y arremete contra todo el sistema colonial. De un asunto interno que era antes, la cuestión nacional se ha convertido en un importante problema internacional. Otro nuevo rasgo es que la revolución nacional-liberadora ha conducido al surgimiento de nuevos Estados soberanos, que aunque hasta ahora siguen integrados en el sistema de la economía capitalista mundial, ya no forman parte, en su mayoría, del sistema político del imperialismo. Desempeñan un papel independiente, y ello contribuye de una manera objetiva a la caus-a de la paz y a la lucha contra el imperialismo y los monopolios capitalistas. El desarrollo del movimiento de liberación nacional ha confirmado la hipótesis de Lenin de que la lucha emancipadora de los pueblos oprimidos por el imperialismo se fundiría con la (revolución proletaria internacional en un proceso revolucionario mundial único. Hace algunos decenios, el movimiento nacional-libe-

r'ador no era más que una reserva potencial de la revolución socialista mundial. Ahora es parte importante de todo el proceso de tránsito revolucionario del capitalismo \y del imperialismo al socialismo y al comunismo en la escala mundial. En esto estriba su tercer rasgo nuevo. El cuarto rasgo nuevo de las revoluciones de liberación nacional se expresa en que desbordan ampliamente los» objetivos planteados en el pasado ante las revoluciones1 democrático-burguesas, que desbrozaron el camino de desarrollo del capitalismo. Hoy se ven encarnadas en la realidad las palabras pronunciadas por Lenin, el 5 de julio de 1921, en el III Congreso de la Internacional Comunista, acerca de que «en las futuras batallas decisivas de la revolución mundial, el movimiento de la mayoría de la población del globo terráqueo, encaminado en sus« comienzos1 hacia la liberación nacional, se volverá contra el capitalismo y el imperialismo...» Por supuesto, la disgregación y el derrumbamiento del sistema colonial no pueden equipararse a la destrucción del propio imperialismo. Todavía hay que derrocar1 en las metrópolis el capitalismo monopolista, ante todo el capitalismo monopolista de Estado. Cerca de cuarenta millones de seres- humanos padecen aún bajo la esclavitud colonial y tienen que conquistar la independencia nacional. Existen países donde se conservan regímenes proimperialistas. Los imperialistas tratan por todos los medios, incluso la agresión armada, de restaurar' el viejo orden colonial en los* países emancipados. Todavía hay que librar una ardua lucha. No obstante, es justa la conclusión de que la nueva fase del movimiento de emancipación nacional en su conjunto se inició en el momento en que la lucha- por la independencia económica, por el progreso social y por profundas transformaciones económicas y so-

¿l

P I E T E B

cíales pasó a ser el problema número uno. En cierto sentido, puede decirse que la economía es el campo de batalla principal para el movimiento nacional-liberador en la etapa que estarno© viviendo. Todo esto concuerda por entero con la tesis leninista de que ei movimiento nacional-liberador no alcanza su meta con la conquista de la independencia política. Si esta revolución no resuelve los problemas acuciantes del resurgimiento de la nación y no conduce a profundos cambios en la vida social y económica, la independencia política se hace inconsistente y puede convertirse en1 algo puramente formal. Los pueblo© de los jóvenes Estados nacionales comprenden que las magníficas victorias logradas por ellos han sido posibles no sólo como resultado de sus propios esfuerzos, sino gracias también al desarrollo de todo el proceso revolucionario mundial. La Gran Revolución Sociali©ta de Octubre, además de poner comienzo al tránsito revolucionario de la humanidad del capitalismo al socialismo en el ámbito universal —lo que constituye la principal orientación y el contenido fundamental de nuestra época—, dio inicio asimismo al proceso de disgregación y desmoronamiento del sistema colonial. Este proceso se vio acelerado y ampliado después de la derrota del fascismo en la ©egunda guerra mundial y de la formación del sistema socialista, que alcanza constantemente nuevas victorias sobre el capitalismo en las condiciones de la competición económica pacífica entre los dos sistemas sociales1. No sólo los comunistas, sino también los demócratas revolucionarios e incluso las capas antiimperialistas de la burguesía nacional de los nuevos Estados independientes, comprenden la íntima e indisoluble conexión del destino de estos paí©es con las realizaciones' del sistema socialista mundial y con la ayuda permanente que han recibido y siguen recibiendo de las naciones socialistas, sobre todo de la URSS, y del proletariado revolucionario de los países capitalistas1 avanzados. El imperialismo habría ahogado en ©angre las revoluciones de liberación nacional si no hubies-e existido el sistema socialista mundial, que ejerce un influjo cada vez más determinante sobre el desarrollo de la sociedad humana y, en particular, si no hubieran existido el PCUS y la Unión Soviética, que se guían firmemente por los principios del internacionalismo proletario y: ¡prestan a lo© movimientos nacional-libertadores apoyo moral y político y una amplia ayuda material y técnica e incluso militar. La unidad entre los nuevos Estados nacionales y el sistema socialista mundial es ne-

I E U N E M A N

cesaría sobre todo hoy, cuando el objetivo fundamental de la mayoría de Ion pnlxi* emancipados con©iste en fortalocer *ui w>bí>ranía nacional y luchar por la independencia económica y el progreso social, cuando ante lo.s pueblos de muchos jóvenes Estados soberanos se han abierto grandes posibilidades para avanzar por la vía del socialismo, salvando la. fas-e de desarrollo capitalista. La idea marxista-leninista de que los pueblos económicamente atrasados pueden, con ayuda de los países del socialismo victorioso, pasar al socialismo salvando la fa©e capitalista, aparece expresada con claridad en el informe presentado por Lenin el 26 de julio de 1920 ante el II Congreso de la Internacional Comunista. Lenin habló así: «El planteamiento del problema ha sido el siguiente: ¿podemos estimar justa la afirmación de que la fase capitalista de desarrollo de la economía nacional es inevitable para los pueblos atra©ados que ahora se liberan y entre los que, después de la guerra, se observa un movimiento por el camino del progreso? Hemos respondido negativamente. Si el proletariado revolucionario triunfante realiza entre ellos una propaganda sistemática y los gobiernos soviéticos acuden en su ayuda con todos los medios de que disponen, entonces no e© justo suponer que la fase capitalista de desarrollo sea inevitable para los pueblos atrasados.» La vida ha confirmado la justeza de las palabras de Lenin. La experiencia de las repúblicas soviéticas de Asia Central, de la República Popular Mongola y, también, de la República Popular China, de la República Democrática Popular de Corea, de la República Democrática del Vietnam y de1 Cuba muestra que en nue©tra época las viejas colonias y semicoloniafí no tienen que recorrer obligatoriamente la etapa de desarrollo capitalista o la fase de capitalismo avanzado antes de alcanzar la fase del socialismo. La vía de desarrollo no capitalista de las colonias y semicolonias era irrealizable cuando -el imperialismo y ei capitalismo dominaban absolutamente en el mundo. Se hizo posible, aunque difícil, después de la victoria de la Revolución de Octubre, cuando el ©ociali&mo se afianzó en un país, al que cercaban por todas partes Estados capitalistas. Luego, la formación del sistema socialista mundial y la continua elevación de su papel en la política mundial crearon amplias posibilidade* puní que un gran número de naciones roción ««mancipadas de la opresión colonial cmpwulknm la vía de desarrollo no capltalluU, qu0 conduce al socialismo. Por tanto, u medida «JUP el socialismo ha ido multiplicando «u* éftlto* en la es-

NUEVOS RASGOS DEL MOVIMIENTO DE LIBERACIÓN NACIONAL

cala mundial, ha aumentado también la posibilidad del avance de los países económicamente atrasados, por la vía no capitalista. La posibilidad de que nuevos Estados nacionales1 marchen hacia el socialismo por la vía de desarrollo no capitalista se deriva del entrelazamiento de favorables factores objetivos exteriores e interiores. Entre los factores exteriores figuran los siguientes: la formación del sistema socialista mundial; el comienzo de la construcción desplegada del comunismo en la URSS; la disgregación y el desmoronamiento del sistema colonial del imperialismo; la entrada del capitalismo ¡mundial en la tercera etapa de su crisis general, y, finalmente, los éxitos de la política de coexistencia pacífica entre los Estados de regímenes sociales opuestos. De estos factores, los más decisivos son la formación del sistema socialista mundial y la influencia política y el poderío económico y militar cada vez mayores de la URSS. Los factores interiores tienen su raíz en la nueva etapa cualitativa del movimiento nacional-liberador en la- época contemporánea, así como en los procesos políticos, económicos y sociales que se operan en estos países. Desde el punto de vista de los factores interiores y de las posibilidades de desarrollo no capitalista, los nuevos Estados nacionales pueden clasificarse en dos grande© grupos1. Al primero pertenecen aquellos en lo® que no han adquirido consistencia las relaciones capitalistas y en cuya economía imperan los monopolios extranjeros. La agricultura, que constituye la base económica de estos países, adolece de una trabazón de relaciones1 feudales*, semifeudales e incluso prefeudales. En este grupo puede incluirse a muchos Estados africanos en los que existen mayores posibilidades para emprender la vía de desarrollo no capitalista. El segundo grupo lo forman los Estados que ya marchan por la vía de desarrollo capitalista. Su economía tiene un carácter semicolonial y semifeudal. En algunas de sus ramas se han configurado elementos más o menos desarrollados de capitalismo. Sin embargo, también en la economía de estos países1 loe monopolios extranjeros continúan manteniendo fuertes posiciones. Este grupo lo integran la mayoría de los nuevos Estados nacionales de Asia y algunos países de África. ¿Es factible la vía de desarrollo no capita1 ota para eete grupo de nuevos- Estados? Sí, lo es. Existen las condiciones necesarias para el; o. En estos países las relaciones capitalistas no son predominantes, sobre todo en la agricultura, que abarca a la masa fundamental de la población. La burguesía nacional es débil, en general, e©tá supeditada en enorme medi-

da a la protección y a la ayuda del Estado y no dispone de recursos suficientes para un desarrollo autónomo. A esto debe agregarse que el capitalismo está desprestigiado ante los pueblos emancipados, 'mientras que las ideas1 socialista© gozan de inmensa popularidad. La experiencia del último decenio muestra que los intentos de los gobiernos burgueses de conducir por la vía capitalista a los países hace poco liberados han hecho1 que el ritmo de desarrollo económico de estos países sea totalmente insuficiente para salir de ©u atraso secular y alcanzar en un corto plazo histórico el nivel de los países industriales adelantados. Al ritmo actual de desarrollo económico, los nuevos Estados libres necesitarían siglos enteros para alcanzar este objetivo. Lo© datos acreditan que, lejcs de reducirle, aumenta el1 desnivel absoluto entre los países adelantados y los atrasados. Según cálculos del Fondo Especial de la ONU, en los últimos diez año© la renta anual per cápita en los nuevos Estados nacionales sólo ha crecido en un dólar, mientras que en Inglaterra se elevó en 30, y en Estados Unidos, en 50 dólares. Así, pues, la vida muestra que la vía no capitalista e© el medio más eficiente para que los pueblos de los Estados emancipados puedan resolver los apremiantes problemas del resurgimiento nacional. A través de diversas etapas pueden llegar, desde la fase de las relaciones presociali©tas e incluso precapitalistas, al socialismo. He aquí por qué muchos partidos hermanos de los países afro-asiáticos, entre ellos el Partido Comunista de Cellán, han llegado a la conclusión de que la vía de desarrollo no capitalista corresponde a las condiciones sociales» existentes en estos países. Nuestro Partido lo declaró así en su VII Congreso, celebrado en abril de 1964. Marchando por este camino, los pueblos de las nuevas naciones soberanas podrán detener el des-arrollo del capitalismo, evitar el doloroso tránsito a través de todas su© fases, limitar y, finalmente, suprimir las relaciones capitalistas en las ramas donde se han extendido, y pasar al socialismo salvando la fase del capitalismo desarrollado. A este propósito es muy importante subr'ayar que la vía no capitalista no equivale al desarrollo socialista, para el cual no han madurado aún las condiciones objetivas en lo© nuevos Estados nacionales. En esencia, el desarrollo no 1capitalista es la vía de las transformaciones democráticas revolucionarias. Su objetivo es llevar hasta sus últimas con©ecuencias la revolución antiimperialista y antifeudaí y preparar las condiciones materiales y sociales para seguir avanzando hacia el socia-

NUEVOS RASGOS DEL MOVIMIENTO DE LIBERACIÓN NACIONAL P I E T E R

K E U N E M A N

lismo. Precisamente en este sentido la vía no capitalista cumple una función histórica análoga a la que asumió el capitalismo en sus primeras etapas. La vía no capitalista no tiene nada de común con las concepciones reformistas de tránsito gradual al socialismo. Presupone una exacerbada lucha de clases contra el imperialismo y la reacción interior, el desplazamiento efectivo de aquél y de ésta de una posición tras otra. Esta vía es hacedera únicamente en la medida que la© masas se incorporan a una lucha activa para profundizar, extender y llevar a su etapa final la revolución democrática antiimperialista y antifeudal. En estrecho vínculo con el problema del des. arrollo no capitalista está la cuestión del Estado de democracia nacional, planteada por primera vez en la Conferencia de Moscú de 1960. En honor de los comunistas debe decirse que ellos han sabido ¡proponer una nueva solución a un problema que surge de la propia vida. La concepción del Estado de democracia nacional dimana del convencimiento de que la victoria en la lucha por la vía no capitalista depende de la capacidad de las fuerzas1 patriótica© nacionales, incluida la clase obrera, para tomar en sus manos la dirección del Estado y de la sociedad. Esta nueva forma de organización estatal está en consonancia con el nivel alcanzado por el movimiento nacional libertador contemporáneo. Huelga decir que el Estado de democracia nacional no es la forma única o invariable de realización de las tareas del desarrollo no capitalista. Es muy posible también que las forma» específicas que adquiera el Estado de democracia nacional^ en diferentes países se distingan unas de otras en concordancia con el nivel de su desarrollo social y económico, la correlación de las fuerzas- de clase, las posiciones de la burguesía nacional, el grado de organización y de conciencia de la clase obrera y otros factores. En el VII Congreso de nuestro Partido llegamos a la conclusión de que las condiciones de Ceilán permiten pensar en la posibilidad de formar Un Estado de democracia nacional en nuestro país. Consideramos que esta cuestión, lo mismo que el problema del desarrollo no capitalista, es primordial para los países donde, como en el nuestro, la independencia política está asegurada en medida considerable, pero no han madurado todavía las condiciones objetivas para la transformación socialista de la sociedad. El Estado de democracia nacional constituye nuestra respuesta a la crisis de la democracia burguesa y a los intentos de la reacción extranjera e interior de espe-

cular con el desengaño y la in i a de las masas, provocados» por la incapacidad de la democracia burguesa para cumplir loa compromisos asumidos por ella misma. La tesis del Estado de democracia nacional descansa en la doctrina de Lenin sobre el Estado y la revolución y, en (particular, sobre el alcance revolucionario de la lucha por la democracia en el proceso de preparación de las condiciones para llevar a cabo las transformaciones socialistas, y desarrolla esta doctrina. En 1916, Lenin escribió: «Nosotros, los socialdemócratas, somos siempre partidarios de la democracia, pero no "en nombre1 del ca¡pitalismo", sino con vistas- a desbrozar el camino para nuestro movimiento...». La democracia nacional es el Estado de la revolución nacional-liberadora; su carácter' transitorio y su forma especial provienen de que no -es el Estado ni la dictadura de una sola clase [la burguesía o el proletariado], ni el Estado o la dictadura de dos clases [por ejemplo, los obreros y los- campesinos]. No surge en el curso de la lucha por el derrocamiento de una clase y la instauración de la dictadura de otra clase, sino en el proceso de la lucha de diferentes clases y grupos sociales contra el enemigo común: el imperialismo y el colonialismo. Por ello, el Estado de democracia nacional será el reflejo de la voluntad y de los intereses- del bloque de las fuerzas y de las capas sociales democráticas y antiimperialista.s. En una palabra, es el Estado de todas las fuerzas1 patrióticas del país, que utilizan la independencia política —la principa1 conquista de la revolución de liberación nació nal para profundizar y extender esta revolución, conseguir la independencia económica y continuar el desarrollo de la nación sobre la base de una amplia democracia y del progreso social. Para ei Estado de democracia nacional son características, por una parte, la alianza relativamente prolongada de diversas clases y capas sociales1, y, por otra, su emulación y lucha por el logro de un auténtico resurgimiento nacional en el marco de esta alianza. El objetivo de esta emulación es persuadir a las masas de la justeza de las concepciones del proletariado, que es la clase más avanzada, y no permitir que algunas fuerzan por ejemplo, la burguesía nacional, p u b o n i i n r n los intereses de toda la nación a HU* atrochas ambiciones- de clase. En H i i esta lucha cambiarán, claro cMa, In* IWMtelónos y la función social de IIIH huuw que componen eflta n ¡ i lorio del K lado .!• posibilidad que ofrt< I I fuerzas

democráticas para determinar la orientación del movimiento. La dirección de la clase obrera, que actúa en alianza- con el campesinado, ee la condición esencial para llevar a «efecto las transformaciones socialistas y la garantía de un invariable y continuo avance por la vía democrática nacional y por la vía no capitalista. Pero también otras fuerzas democráticas participantes en este bloque pueden, sobre todo en los primeros tiempos, intervenir como fuerza orientadora. La lucha por la formación del Estado de democracia nacional es a la vez una lucha para asegurar algunos de su& fundamentos políticos, económicos e ideológieps. La lucha ipor la paz y la coexistencia pacífica constituye la principal premisa exterior del desarrollo de este Estado. La posibilidad de formación del Estado de democracia nacional ha surgido en las condiciones de la coexistencia pacífica. Por esto, debe ser un Estado adicto a la paz, que rechace la participación en loe bloques bélicos imperialistas, que no autorice a instalar en su territorio fuerzas de otros Estados y que aplique en política exterior la línea de la coexistencia pacífica y del desarme. El fortalecimiento de las relaciones con el sistema socialista mundial es otra de las principales premisas exteriores del desarrollo del Estado de democracia nacional. Ello es necesario en la lucha contra el viejo y el nuevo colonialismo y contra el intercambio comercial no equivalente, que es impuesto por los países del sistema capitalista mundial y frena el progreso de los nuevos Estados nacionales. La amplia ayuda de todo género del sistema socialista mundial e e «independientes», prestándoles ayuda . < onómica y sobornando a los líderes sindicales. Con el concurso directo y el apoyo de las ras gobernantes de los Estados occidentay la ayuda de las autoridades coloniales, la CIOSL consiguió, en algunos casos, llevar a ¡irección de las organizaciones1 sindicales* a

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hombree suyos y escindir en ciertos países el movimiento sindical. Mas a medida que crecían la conciencia y la actividad política del proletariado africano, la política de división de los trabajadores y de adaptación del (movimiento sindical africano a ios intereses de lots monopolios extranjeros, política aplicada por la CIOSL, encontraba una repulsa cada vez más1 enérgica de la parte consciente de la clase obrera y de las combativas organizaciones sindicales. El creciente anhelo de unidad del proletariado africano condujo a que el 25 de mayo de 1961 &e constituyera en Casablanca la Federación Sindical Panafricana [FSPA]. Integraron la misma 15 de las agrupaciones más influyentes y masivas de África, con más de dos millones- de afiliados. La formación de la FSPA fue un gran éxito de las fuerzas democráticas de África. La FSPA proclamó que su tarea fundamental era luchar contra el colonialismo y el imperialismo, contra los trusts capitalistas internacionales. EI programa de acción de la FSPA consignaba que los sindicatos lucharían por alcanzar y consolidar la independencia nacional de los países africanos-, contra las nuevas formas de colonialismo y la política de subordinar los- Estados africanos a las asociaciones no africanas, en defensa de las libertades democráticas y sindicales. Los1 esfuerzos de les sindicatos africanos tendentes a cohesionar su,3 filas en la FSPA contaron con el apoyo de la clase obrera internacional. Lo© líderes de la CIOSL y los círculos imperialistas de las potencias occidentales que les respaldan intentaron debilitar la FSPA inmediatamente que fue formada. En enero de 1962 y con su ayuda se constituyó en Dakar otra central sindical: la Confederación Sindical Africana [CSA], integrada por 21 organizaciones sindicales pertenecientes a la CIO'SL y 12 organizaciones adheridas a la CISC. Este grupo de sindicatos africanos contaba con cerca de 800.000 afiliados*. Los líderes de la CIOSL pensaban utilizar a la Confederación Sindical Africana contra la Federación Sindical Panafricana como instrumento de división del movimiento sindical africano. Sin embargo, ante la influencia del ascenso general de la actividad revolucionaria del proletariado africano y del movimiento de liberación nacional en su conjunto, ante la influencia de las ideas de unidad africana, particularmente después de la Conferencia de Addi6 Abeba de 32 Estados africanos independientes, y también bajo la presión de los militantes de base de los sindicatos-, en la dirección de la CSA tomó cuerpo la tendencia al acercamiento con la FSPA y a la unidad del movimiento sindical. En octubre de 1963 se ce-

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IBBAHIM ZAKHABIA3T CTJTHBERT M A G I G W A N A

lebró en Dakar una reunión conjunta de representantes de la FSPA y de la OSA, en la que se decidió agrupar a ambas organizaciones en una nueva central sindical, en escala continental, que funcionará como órgano único, democrático, antiimperialista y anticolonial, independiente de toda central sindical internacional. Un importante paso para fortalecer la unidad del movimiento sindical africano fue dado por el II Congreso de la Federación Sindical Panafricana, reunido del 10 al 14 de junio de 1964 en Bamako. A pesar de las serias dificultades con que tropezó la preparación directa del Congreso a causa de las actividades escisionistas y de las vacilaciones de algunos 'líderes sindicales, en sus labores tomaron parte 37 organizaciones de 36 países1. Todas ellas aprobaron por unanimidad los principios fundamentales mantenidos por la F'SPA: independencia y unidad sindical en escala nacional y continental. En la resolución general, aprobada unánimemente, se expresa «el incondicional apoyo y la solidaridad efectiva con las organizaciones sindicales que aún luchan contra el colonialismo y el racismo, por la independencia y la libertad» . El Congreso llamó a estas organizaciones1 a elevar la conciencia de la» masas, dando a su lucha por la emancipación nacional un contenido social y revolucionario. En la resolución se determinan las tareas de los sindicatos en los países que han conquistado la independencia política y se proclama la solidaridad con las organizaciones sindicales que «están al servicio del Estado, de1 los obreros y campesinos ty que, de común acuerdo con el aparato político revolucionario, asumen responsabilidades en orden a la gestión económica, al mejoramiento constante de la producción, a la formación de cuadros en la esfera política, económica y social y a la instrucción de la clase obrera». Además, el Congreso exhortó a los trabajadores a mantenerse vigilantes y a hacer" frente a los1 elemento© reaccionarios y oportunistas que, encubiertos con una fraseología revolucionaria, tratan de utilizar a la clase obrera con fines egoístas. La Conferencia conjunta de representantes de la FSPA y de la CSA en Dakar y particularmente el II Congreso de la FSPA hicieron una importante contribución al desarrollo del movimiento sindical de África y al fortalecimiento de su unidad. Sin embargo, no resolvieron todos los problemas planteados ante el movimiento sindical africano. El llamamiento de las1 centrales sindicales africanas a desprenderse de los lazos internacionales tendía en realidad a romper los vínculos orgánicos con la CIOSL y a superar la dependencia [fundamentalmente económica] de la misma. Muchos

sindicatos africanos han resuelto o están re-? solviendo esta tarea. En 1963, antes de la Conferencia de Dakar, los sindicatos de Argelia y algunos sindicatos de Nigeria se apartaron de la CIOSL. Tomaron la decifiÓD < ! » • romper cor* ésta los sindicatos de Zanzíbar, Kenia, Tanganica ¡y üganda. Mas algunas centrales .sindicales de otros países africanos t n a aplicar las recomendaciones de la ConlVrrn»-\:\ conjunta o se muestran vacilant^. A consecuencia de esto se demora el r u m p l i m i r r i t o de la resolución de la Conferencia lObre la lu.sión de la FSPA y de la CSA en una c e n t r a l .sindical única de África. La c o n s e r v a c i ó n m muchospaíses africanos de varias r m t rale.s .sindicales representa una seria d i f i c u l t a d pan n-solver el problema de la unidad del m o v i m i m t o sindical en África. En los últimos1 años ha aparecido im:i ten- . dencia orientada a aislar el movimiento .sindi- ; cal africano de la lucha < l r i proletariado internacional. Sin embargo, est;i parición no es com-i; partida por la mayoría < i r d i < • a t os de África, que considera que rl fortalecimiento de la unidad del movimrenlo Blndical a 1 1 • « . - a.siático no debe alcanzarse sobre la i > i < de que los sindicatois de África se a i s l e n di li Clase obre- > ra internacional, sino, por el OODtrariO, a tfa-'•-' vés de la máxima cohesión de t o d o < - i movi- > miento obrero y sindical Lntei ti. «La FSPA no está dispuesta ;i los trabajadores del mundo —man;: nombre de la FSPA en el II Congn- o n.iko, Bubacar Diallo, secretario dr la CJni6n Nacional de Trabajadores de Malí . KM el marco de la solidaridad y del interna» ni dietario colaborará con los traba ja d« • : • . - . , | , i m u n d o entero y con todas las or^an idicales ! internacionales». «En m. lOOhfl africana- 1 —se dice en la Carta d« la i : i ' \ cualquier manifestación de aislacionismo a. falso y tendría un carácter . » lucha es la lucha de todas la. M P i i. democráticas del mundo. Y al igual < | i i c [ai t n r r / a s de la ; opresión y de la e x p l o t a c i ó n no n - c M - i M c r n - f r o n teras1 ni naciones, nu« i i i a s de los trabajadores del mundo entero, independientemente de su raza y de su e-exo». El movimiento obrero y s i n d i c a l ,|r África es una parte integrante « • Indivisible dr todo el. movimiento revolucionario i n i « - r n a c i o n a l de la clase obrera. Los traba ja d « » r r . - . dr África conseguirán la unidad y la realización de las tareas de su emancipación económica y social con tanta mayor rapidez cuanto ¡mas se penetren, del espíritu del internacionalismo proletario y j consoliden sus1 vínculos con la clase obrera internacional y el movimiento antiimperialista ge-*-, neral de los pueblos del mundo entero.

Nuevas vías hacia la unidad, la democracia y el progreso por J. MORRIEN

EN

el movimiento obrero holandés ¡se están produciendo grandes cambios, que abren nuevas vías hacia una unidad más compacta de la clase obrera. Estos cambios están directamente ligados con los1 que han tenido lugar vn la esfera de las relaciones internacionales y «•M la vida política del país. Los cambios operados han creado, por una parte, nuevas posibilidades para la unidad de acción, y, por otra, la l i a n h-echo más- necesaria. La nueva correlación de fuerzas en el mundo, resultado del desarrollo de los países so• iai¡-3tas y de los éxitos obtenidos en la lucha ! > < > r 1a coexistencia pacífica, ha robustecido la idea de que el sistema socialista es pacífico por naturaleza. La política de guerra fría y el aniiunismo de que va acompañada sufren dei. tras» derrota. También ha suscitado una Kran evolución en la conciencia de los hombres -smoronamiento del sistema colonial, que se r abajo por los golpes del movimiento na, i I-liberador, apoyado por la clase obrera >ea y por los países socialistas. 1 : 1 amplío movimiento popular en Holanda, 'Tipidió el desencadenamiento de una guecolonial por Nueva Guinea [Irián Occi1 1 ] y contribuyó a la solución pacífica del v.ma de la entrega de este territorio a Ina puso de manifiesto la ingente fuerza i unidad y sirvió de ejemplo estimulador la misma. «¡sámente por ello todo estancamiento en «•eso de distensión internacional en el munta una gran inquietud. Preocupan ante las intervenciones de los militaristas y rei as germanooccidentales, que quieren reñías atómicas con vistas a utilizar más i ¡amenté aún su potencial económico y mi' n beneficio de los- monopolios. Aspiran a de las fuerzas nucleares multilátera '•uyo plan de creación se trata de ultimar* a , como trampolín para alcanzar la pode armas nucleares propias, camufladas

por el momento como «europeas». En el militar is-mo germano occidental, que para llevar a efecto sus planes también cifra esperanzas en el eje Bonn-París, vemos el principal peligro para la paz. Esta amenaza se percibe cada vez más en Holanda. En todas las capas de la población gana terreno la idea de que Holanda no debe coadyuvar a estos planes. Es sobre todo en el seno del movimiento obrero donde se comprende más claramente la necesidad de luchar contra el militarismo germanooceidental. El combate contra la política de explotación que siguen los monopolios exige asimismo una unidad más estrecha. Merced a la acción conjunta de los socialistas y los comunistas en la lucha por aumentos de salarios, en el otoño de 1963 se consiguieron importantes resultados. Este hecho influyó muy positivamente sobre los trabajadores' creyentes. Entre los campesinos-, las capas medias de la población, los pequeños empresarios y los intelectuales se acentúa la resistencia a la política de los monopolios y del Gobierno, controlado por ellos. Los monopolios tratan de frenar de algún modo esta elevación del espíritu antimonopolista. Con ese fin han intensificado sus ataques contra la democracia parlamentaria, pretendiendo sustituir el actual sistema electoral por otro, reaccionario. En la lucha por los intereses vitales de los trabajadores, en defensa de la democracia y, ante todo, en la lucha contra la amenaza de una guerra atómica se produce un acercamiento entre los socialistas y los comunistas. En la mentalidad de las masas1 ee observan cambios considerables.

Sin embargo, las acciones conjuntas no empiezan por sí mismas, automáticamente, como resultado de las nuevas relaciones existentes entre los partidos. Para conducir a las masas

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VÍAS HACIA lA ÜNIDAl), Í.A DEMOCRACIA t ÉL PROGRESÓ

O B K I E N

a la lucha unida, el Partido Comunista debe realizar una labor intensa y creadora. Teniendo en cuenta estos cambios iy la nueva situación en el movimiento obrero, el Partido Comunista de Holanda [PCH] aprobó en su XXI Congreso, celebrado a finales de marzo de 1964, una resolución sobre la nueva orientación en todas las esferas de su actividad. Con frecuencia el Partido se ve ante la necesidad de elaborar una nueva orientación. En sus 45 años- de existencia, ante el PCH surgió más de una vez esa necesidad. Por ejemplo, hace tres decenios, cuando ya eran evidentes los objetivos- del fascismo alemán, el Partido cambió decididamente sus línea política, puso fin a los errores y a las equivocaciones del pasado y concentró toda su fuerza en la organización de la lucha común contra el fascismo. El PCH actuó entonces unido a las1 demás fuerzas democráticas, aunque entre ellas y los comunistas no existía una identidad de criterio sobre todos los problemas. La finalidad de la nueva orientación del Partido elaborada en su XXI Congre.ao estriba en prestar el máximo apoyo al movimiento que se extiende en Holanda contra el rearme atómico de Alemania Occidental. El nuevo rumbo significa que el Partido concentra seriamente toda su atención en la realidad holandesa, en el cumplimiento de las tareas planteadas ante nuestro país, y quiere que se dé una solución positiva a todos los problemas de las masas trabajadoras y a los problemas nacionales. Deseamos que la coincidencia de criterio entre el Partido Comunista de Holanda, el Partido del Trabajo de Holanda [PTH] y el Partido Socialista Pacifista [PSP] sobre muchos problemas que inquietan a los trabajadores se convierta en acciones conjuntas irrestrictas de estos partidos-. La unidad de acción de los socialistas y los comunistas es un problema de viva actualidad que está puesto en el orden del día. En los últimos años ha imejorado en grado considerable el entendimiento entre socialistas y comunistas directaímente en las empresas. Intervienen juntos en la lucha por aumentos de salarios, contra la política colonial en el problema de Nueva Guinea y en la lucha por la paz. Esto3 cambios hay que atribuirlos en parte a la nueva política sindical que nuestro Partido viene realizando desde hace algunos años-. Los comunistas siguen la línea de fortalecer la unidad del movimiento sindical y apoyar a la Unión Sindical Holandesa [USH]. Antes, los comunistas y otros obreros combativos estaban adheridos a la Central Sindical Única, que actuaba aisladamente. Estos cambios en la política sindical se adoptaron a despecho del grupo revisionista de Gortzak-Wagenaar. Los

comunistas han aplicado con tesón la nueva política sindical. Fruto de ella ha sido el reforzamiento de la unidad y de la combatividad de la USH, el aumento de la influencia de las fuerzas progresistas en la» empresas y la eficaz lucha por la elevación de salarios. Verdad es que los dirigentes sindicales de derecha siguen expulsando de la USH a los comunistas y a los obreros m.i.s dinámicos. Pero ésto -enseñanza gratuita y la prestacinn < ! « • una ayuda especial que facilite el eatlldl juventud negra, 'Cumpliendo riguro - ; : i n n M i i . - l , i disposición del Tribunal Supremo lObfC IM a 'nolición d-e la segregación en lo.s c e n t r o .!.• «-nsrñanza. — Conceder subsidios de pal loa los- jóvenes que ingresan en la '.a clase obrera y no pueden coir '.mnr trabaj — Aumentar al doble H . n i n a l programa de formación profesional de la juventud, concediendo garantías con t i - a H d.-. p i d o :\ los obreros de mayor edad y d a n d o : ; i de ingreso a los jóvenes nc^¡ representante;"- d-e otras D klti,

v.-i hemoa PERSPECTIVA: Ll < II \

dO d i - lo.s fenómeno. de crisis < i u i ' c a r a el erizan la situación de la j u v e n t u d i - n K K . U U . y de la calamito a situación < ' n gUC B6 encuentran millones de jóv-i'ne : n o r t ,-a M U T H :\ no • - , blancos y «da color . Todo esto o c u r r e en un p a í s que £¡••3 presenta COOIO el n í a rÍCO y -el de mayor productividad del m u n d o , en un pai.s donde el beneficio neto [una vez descontados los impuestos] de las 2.730 compañía:- p ú n t e l a s aumen-

taron de 1961 a 1962 en un 13 por 100 y de 1962 a 1963 en un 10 por 100 i. Todo esto ocurre en un país que dispone efectivamente de una clase obrera altamente calificada, una técnica muy desarrollada, empresas de elevado rendimiento y abundantes recursos naturales. Pero todo esto es más que ¿suficiente para reconocer como inservible un sistema ¡social que no es capaz de asegurar un futuro estable a su joven generación. Esta disparidad entre las condiciones reales •en que vive la juventud y las posibilidades del país, así como el ejemplo de lo» países socialistas y de los pueblos que luchan por su independencia impulsan a grupos1 cada vez más numerosos de la juventud a emprender enérgicas acciones destinadas a buscar soluciones progresistas- a los problemas con que se enfrentan. En 'la lucha general por la adopción de medidas efectivas para acabar con la desocupación y la miseria ocupa un lugar especial el movimiento del pueblo negro y de sus numerosos aliados blancos en defensa de los derechos civiles. Este movimiento exige con erecíente insistencia que se ponga fin a la discriminación en el trabajo, que se dé empleo a ¡los desocupados y se solucionen los problemas económicos fundamentales. En esto corresponde un papel de excepcional importancia a la juventud. En la ciudad de San Francisco, por ejemplo, varios miles de jóvenes, apoyados por otros miles- de portuarios, organizaron piquetes y huelgas sedentes, hasta que consiguieron obligar a la dirección de varios hoteles a admitir a 1.500 trabajadores negros. Posteriormente consiguieron una victoria análoga los obreros1 de la General Motors. Las manifestaciones que han tenido lugar durante la inauguración de la Exposición Mundial de Nueva York, en las cual e» tomaron parte miles de negros y blancos, principalmente jóvenes, convirtieron los stands d-e las grandes compañías en blanco de sus ataques contra la discriminación en el trabajo aplicada por fichas compañías1. En signo de protesta contra el inferior nivel de enseñanza en las es-cuelas segregadas, de la cuarta parte a la mitad de los alumnos de 15 a 18 años de decenas de ciudades boicotearon durante un día las clases. En estas manifestaciones tomaron parte 500.000 escolares de Nueva York, entre ellos 50.000 blancos. El hecho más significativo de estos- aconte 1 First National City Bank, Monthly Economic I. ^ . .> . >, .

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NOTAS Y CORREO DE LA REDACCIÓN

AHMADI M. Las fronteras africanas deben ser fronteras de paz ...,, ..... BARRERA E. y MEDINA C. De las «nuevas fronteras» a ía política «de. mano dura» . . . . . . . . . .... • • , » ,:. t. ,-., • BRLITBURD G. y SURKOV A. Fructíferos contactos entre escritores ,. COX I. Jamaica después de la independencia . . . • - c . 'CURSTS -JOSEPH R É& unidad, garantía ''da la victoria' . ( . . . . . DIENNE M. Los sindicatos, de Malí defienden los intereses de los trabajadores . . . . . . . . .'.. . , . . , ' . . . . r . . .•• • EL TRABAJO CULTURAL DE MASAS Y LA LUCHA POLÍTICA: Finlandia, Francia, Islandia e Italia . . . . ( . . . . . . . . , - . • : FONER Ph. Instituto' dé Estudios Marxistas en EE.UU. . . /. . . FUENTES P.- Solidaridad con el pueblo panameño . . . . . . . ... .' , . HORNIG H. Desarrollo de tías ciencias sociales en la RPA ., r . . ÍIUSSEIN L. La lucha libertadora d>e los -pueblos ^e Arabia del Sur A . . KAIE V. • Casualidad, ''no: cons-ecuencia lógica . ,. . • • ; , ^ • • KARIAKIN Y. Un episodio de Ja actual lucha de ideas- . ,f KREMNIOV M.1 Éxitos1 y dificultades de la RAU . . . V ^ . .

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Núm. La Yugoslavia de hoy ' . . . LEREZ J. La táctica neocolonialista del franquismo MALLER T. Por una política municipal progresista . ' !' . . MORA VALVERDE V. Palabras y hechos de las dirigente:; drl PCCh NADAR G. Auge del movimiento popular en India NAIR K. Una reforma frustrada por la reacción STADLER H. Franco diálogo entre los alemanes RICHARD MBAYA E. El pueblo del Congo no se pondrá de rodillas PAJETTA G. Encu-entro con la nueva Argelia . . RÜZAK J. Grecia d-erpués de las1 eleccion«es . . . . . . SÁNCHEZ P. El golpe de Ee-tado en Honduras, provocación yanqui SHERMAN V. La5, enseñanzas de Gabón . . . . ' . . . DA SILVA M. y SHEPPARD W. El movimiento de liberación en las colonias portuguesas . . . . . . ' • •. - • * TAVARES DE SA J. B. Reagrupación d-a las fuerzas democráticas en Brasil TOBO VIL M. Fracaso de un Viejo mito . . . . . . i: .— . . . ZAGLADIN V. y PUSHEV G. En él. Congreso de los campé.inos aiemane» ZILLIACUS K. Las fuerzas inglesas de izquierda j. } . ; • v f . v

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CONTRA L.A REPRESIÓN Y LAS PERSECUCIONES BE LOS DEMÓCRATAS

AHMADI M. Maquinaciones de la r-eacción en Marruecos . . . . A. L. ¡Libertad a los héroes de Sudáfrica! . . . . . ALMIROS S. , Los manejos de la reacción en Grecia . .' . . AMIDU A. ¡Sangre en las calles de Dakar! . . . - i . . . . AMIDU A. Desafueros policíacos en Senegal . ; . . ' . . . BACHIR A. Palabras y realidades . . . . . V* . . . CARDONA HOYOS J. ¿Otra voz la guerra civil en Colombia? . CARDONA HOYOS J. La reacción 'Colombiana venga e«us fracasos CARRERA J. La lucha pro-aoinis'tía en Venezuela CHAGURI A. Los crímenes de los baasistas. en Siria DIENNE M. Rodesia del Sur bajo una doble opresión ENCARNACIÓN PÉREZ GAYTAN J. ¡Libertad para los presos políticos! FALKE R. Cruzada contra los comunistas y los demócratas en Alemania Occidental GOR M. El Partido Africano de la Independencia vencerá . . . . JEAN-JACQUEiS M. Terror en Haití LAKKAS D. Victoria del pueblo griego LAKKAS D. El pueblo griego no está coló L. J. Cuando se picotean las1 leyes __. Llamamiento a la solidaridad [República Dominicana] MARAVILLA J. Hay que terminar con el terror en Filipinas . . . . MODESTO J. EI arma mellada da la represión franquista MOHAMMED A. En Irak continúa el terror MOIX J. En defensa de io.3 derechos sindicales cío los 'trabajadores MUSTAFA I. La clase obrera de Sudán, paladín de la democracia NURI A. patriotas marroquíes recobran la libertad OVANDO SÁNCHEZ A. El valor de la solidaridad con nuestra lucha l'KnRONCINI A. Derogar loi decretos antipopulares I M O S D. La lógica de la lucha -exige unidad RUBIO C, Ofensiva de la reacción en Brasil

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Núm. SÁNCHEZ B. El franquismo tiene que hacer concesiones . . . . . SCHREINER G. La voluntad de los, comunistas es inquebrantable SCHULZ W. En la RFA aumenta la resistencia de las fuerzas democráticas SUMAR I. Arde la tierra- bajo las plantas de los agresores . . . . TANAKA S. Algunas enseñanzas del «proceso de Matsukawa» . TZUL C. ¡Libertad para Carlos Al varado Jerez! TZUL C. Desenfreno de la reacción *en Guatemala VASQUEZ L. Bajo el terror policíaco VELEZ J. La gran fuerza de la solidaridad . . . . . . . . . ZAKHARIA I. Ola de detenciones en (Sudán ZAPIRAIN S. La campaña por la amnistía sigue en pie . . . . . ZAVALA F. Cuando los «gorilas» están en el Poder

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LIBROS Y REVISTAS AHMADT M. Algunos problemas de la revolución argelina . . . . ARAB-OGL1 E. La explicación del pasado, clave del futuro . . . . BURNS E. Enseñanzas de un ¡período de gobierno de la socialdemocracia inglesa FREED N. ¿A dónde van los Estados- Unidos? KREMNIOV M. El camino del progreso MUSTAFA I . E l camino d e l progreso africano . . . . . . . . REIMAN P. Un libro sobre los comunistas de Austria . . . . . . SELNES K. Amanecer en Islandia SHEPPARD W. El sistema monopartidista y la democracia en África . KIZHIN I. Vidas consagradas a la lucha SOKOLOV R. Las enseñanzas de una historia milenaria . . . . . WODDIS J. El neocolonialrmo y las- organizaciones1 sindicales de la clase obrera

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SUPLEMENTO El socialismo y el tiempo libre

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Manifiesto

del Partido Comunista C. MARX - F. ENCELS

"El Manifiesto Comunista, por su concisión y su grandioso contenido, es la obra más importante entre todos los escritos del marxismo-leninismo. El Manifiesto Comunista es la partida del nacimiento del socialismo científico. El Manifiesto Comunista representa el programa del Partido Comunista. El Manifiesto Comunista es el alegato político más importante de la humanidad. El Manifiesto se caracteriza por la magnitud de la meta que nos fija, por la cantidad y profundidad de las ideas que en él se desarrollan, por la fuerza del estilo en que ellas han sido expresadas y, finalmente, por la repercusión universal que ha causado este alegato original. No existe otra obra polémica en la historia de la humanidad que en el curso de 100 años haya tenido tal repercusión universal".

uestra

Época Propietario: Atilio Cáete Alcántara. Director responsable: Jorge Soza Egaña. Subdirector: Raúl Mellado- Castro. Oficinas de redacción: Avenida Bmlnea 143, Depto. 82, Impresores: "Sociedad1 Impresora Horizonte Ltda."r Mra 363, Santiago-

En pocos días más aparecerá una nueva edición de esta obra que debe ser estudiada por todo militante del movimiento progresista. A fin de facilitar su comprensión, se ha incluido el trabajo de Hermann Duncker "Para el Estudio del Manifiesta Comunista" en el que este profesor alemán analiza profundamente su contenido en forma clara y amena. Esta nueva obra de Editora AUSTRAL se puede pedir próximamente en Librería Araueo, San Francisco 36; Librería Teatinos, Teatinos 416 y Feria del Libro, local N9 7. Santiago.

LA SOCIEDAD HUMARA SUS DIFERENTES ETAPAS DE DESARROLLO

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