Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - enero 1964

January 4, 2018 | Author: Oscar Dante Conejeros E. | Category: Communism, Communist Party Of China, International Politics, Soviet Union, Socialism
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Nuestra Epoca N° 1 - enero 1964 - Revista Internacional Revista Internacional (Problemas de la Paz y del Socialismo) ...

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*,Qué ha dicho el Partido Comunista de Chile y cuál ha sido su invariable conducta ideológica sobre los asuntos que se debaten hoy en el movimiento comunista internacional? Un documento con materiales políticos de viva actualidad*

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REVISTA

INTERNACIONAL

Solicitarlo a SILVIA HUERTA, Teatinos 416, SANTIAGO DE CHILE

EL PARTIDO COMUNISTA DE CHILE Y EL MOVIMIENTO COMUNISTA INTERNACIONAL

DESTACAMOS:

VACLAV SLAVIK, NORMAN FREED Y MURAD KUATLI

La unidad, garantía de las victorias de los comunistas de todo el mundo GIOCONDO DÍAS

Algunos problemas de la lucha de clases en el Brasil

1

KONNI ZILLIACUS

Las fuerzas inglesas de Izquierda JACQUES DUCLOS

El Partido Comunista francés en la lucha por la paz, el pan y la democracia

1964

¡Proletarios de todos los países, unios.!

Nuestra ÉPOCA REVISTA

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\

INTERNACIONAL

1964

AÑO III — ENERO

S U M A R I O V. SLAVIK, N. FREED y M. KUATLI — La unidad, garantía de las victorias de los comunistas de todo el mundo J. PÉREZ — El PCUS en la vanguardia del movimiento comunista mundial K. OESTERLING — La paz, las armas nucleares y la política . G. DÍAS — Algunos problemas de la lucha de clases en Brasil . E. VILENSKA — Importante tarea de los trabajadores de Israel . . A. DE LA PEÑA, P. MOTTA LIMA, H. BARRIOS KLEE, R. AMAYAAMADOR y J. CARDONA HOYOS — Los pueblos de América Latina defienden sus derechos EN LOS PARTIDOS

C O L A B O R A N EN E S T E N U M E R O J A C Q U E S D U C L O S Miembro dei Buró Político y secretario del Comité Central del Partido Comunista Francés J A I M E P É R E Z Miembro ded Comité Ejecutivo y secretario del Comité Central del Partido Comunista del Uruguay V A C L A V S L A V I K Miembro del Comité Central del Partido Comunista de Checoslovaquia N O R M A N F R E E D Miembro suplente del Comité Central- del Nacional dej. Partido Comunista de Canadá MURAD K U A T L I Publicista sirio E S T H E R V I L E N S K A Miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Israel G I O C O N D O DÍAS Destacada personalidad social brasileña A L C I R A DE LA P E t f A Miembro del- Comité Ejecutivo del Partido Comunista de la Argentina P E D R O M O T T A L I M A Publicista brasileño

HUGO

B A R R I O S

K L E E

Publicista guatemalteco R A M Ó N A M A Y A A M A D O R Publicista hondureno J O S É C A R D O N A H O Y O S Miembro del Comité Central del Partido Comunista do Colombia JUAN VIA NA Miembro del Comité Central del Partido Comunista do Colombia K J E L D O E S T E R L I N G Periodista danés

M I R O S L A V

LAB

Periodista checo K ON N I Z I L L I A CU S Publicista inglés, diputado H YMI E FAGAN Periodista inglés

3 11 19 26 32 39

COMUNISTAS Y OBREROS

J. DUCLOS - - El PC francés en la lucha por la paz, el pan y la democracia E. GARCÍA -- Hacia un gran Partido Comunista de masas en España M. LAB — La iniciativa popular J. VIANA — Experiencias de un comité regional del PC de Colombia Pleno del CC del Partido Comunista de Alemania

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NUESTROS COMENTARIOS J. THOMAS - - E l «mundo libre» y el crimen de Dallas 3> H. FAGAN — Lo que ha demostrado la Conferencia de los laboristas . . . .

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NUESTRAS ENTREVISTAS La voz de un continente

en pie

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TRIBUNA DE PROBLEMAS ACTUALES En torno a la unidad de la clase obrera en los países capitalistas desarrollados

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NOTAS Y CORREO DE LA REDACCIÓN

J. ROZAK -- Grecia después de las elecciones P. SÁNCHEZ — El golpe de Estado en Honduras, provocación yanqui K. ZILLIACUS — Las fuerzas inglesas de izquierda

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CONTRA LA REPRESIÓN Y LAS PERSECUCIONES DE LOS DEMÓCRATAS A. PEDRONCINI - - Derogar los decretos antipopulares

......

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LIBROS Y REVISTAS . SELNES -- Amanecer en Islandia el camino del progreso

M. KREMNIOV — África elige 97

La unidad, garantía de las victorias de los comunistas de todo el mundo por VACLAV SLAVIK, NORMAN FREED y MURAD KUATLI

JLi A SOLIDARIDAD INTERNACIONAL de lo.s proletarios de todos los países, la solidaridad de todos los trabajadores y la unidad de las filas comunistas en el ámbito nacional c internacional son la indispensable y más importante premisa de la lucha victoriosa contra el imperialismo, por la paz la indefn>ndencia nacional, la democracia y el socialismo. En los documentos conjuntos de los partidos comunistas y obreros aparecen definidos e mantienen las discrepancias, y más aún si se agravan, se causará al movimiento comunista un serio perjuicio. ¡Eso no debe ocurrir! El papel y la significación del movimiento comunista, de su unidad, no sólo son comprendidos por la clase obrera, sino que ya empiezan a resultar evidentes para todas las personas progresistas del mundo. La atención de toda la humanidad se centra en la dis-

cusión que se está llevando a cabo en -el movimiento comunista y en los problemas planteados por la misma. En los últimos tiempos, un número cada vez mayor de partidos comunistas formulan sus propuestas acerca del modo de superar las discrepancias en el movimiento comunista mundial. Los partidos comunistas consideran que -el primer paso que debe darse en -este sentido es el cese de la polémica pública y la elección de otras formas de discusión, sobre una base bilateral o multilateral, de los problemas surgidos, pues las proporciones alcanzadas por la polémica sólo pueden alegrar a los enemigos del comunismo. Se promueve la idea le convocar una Conferencia de los partidos comunistas después de una minuciosa preparación. Otra condición ineludible de la unidad es el cese de los ataques a los partidos y de la ingerencia en sus asuntos internos, el abandono de todas las formas y métodos de la labor de zapa, la renuncia a prestar apoyo de ningún género a los grupos escisionistas y a sus publicaciones. En asta situación adquiere una importancia de primer orden la actividad de cada partido marxista-leninista, su aportación a la lucha por la unidad, por la aplicación de los documentos elaborados colectivamente, por el desarrollo creador de la teoría y la práctica revolucionaria, por el progreso hacia el comunismo. La lucha por la unidad del movimiento comunista mundial no puede ser monopolio de ningún partido o grupo de partidos. Es la obligación internacional, el supremo deber histórico de cada Partido Comunista sin excepción, de todo el comunismo internacional. El movimiento comunista mundial se encuentra actualmente en una de las etapas decisivas de su desarrollo. Estamos firmemente convencidos de que logrará superar las discrepancias y acrecentará su unidad y su poderío.

El PCUS en la vanguardia del movimiento comunista mundial por JAIME PÉREZ

L

OS IMPERIALISTAS, a raíz de la actual polémica, plantean que el movimiento comunista mundial está en crisis. Hace 46 años que vienen hablando de crisis del comunismo, pero la realidad histórica demuestra que ellos confunden sus sueños con la realidad. El movimiento comunista ha pasado en su avance por muchas duras pruebas y de todas ellas ha salido más templado y vigorizado aún. Ello es todavía más justo para nuestra época, en que los hechos objetivos más que las palabras demuestran un auge sin precedentes del movimiento comunista y obrero en todo el mundo, un avance poderoso de las fuerzas del sistema socialista, que se conjuga con la lucha de todos los combatientes por la paz, la democracia, la liberación nacional y el socialismo. Estamos seguros de que el pueblo soviético, que construyó el primer Estado socialista del mundo, cumplirá en los plazos previstos el programa de la edificación del comunismo. Esto sacudirá la conciencia de millones y millones de personas y acelerará aún más el proceso revolucionario mundial. Sobre la base del avance del comunismo, de la defensa de la paz y del auge del proceso revolucionario de liberación, estaremos en condiciones de liquidar definitivamente el pleito histórico con el imperialismo. No existe fuerza capaz de impedir nuestra* histórica victoria. Cierto es que de la unidad de nuestro movimiento dependerá la rapidez de esta victoria. Por ello, los comunistas del mundo entero no pueden menos de sentir una seria preocupación ante la polémica abierta últimamente en nuestro movimiento, y en el curso de la cual se ponen en duda las tesis fundamenta-

les de las dos Declaraciones aprobadas por todos los partidos comunistas y obreros. Los partidos coCOMO SE ELABORO munistas han deLA ORIENTACIÓN finido su orienG13NERAL DEL tación por los MOVIMIENTO documentos de COMUNISTA 1957 y 1960. Ellos INTERNACIONAL son el programa del movimiento comunista mundial. Ellos reflejan la opinión de todos los partidos comunistas. La elaboración de estos documentos se realizó de la siguiente manera: De acuerdo con los deseos expresados por los partidos hermanos, el CC del PCUS llevó a cabo un intenso trabajo de organización para preparar la Conferencia de 1957. Elaboró y presentó previamente a los partidos comunistas y obreros del sistema socialista un proyecto de documento que más tarde sirvió de base para la Declaración. El proyecto de declaración fue presentado conjuntamente por el Partido Comunista de la Unión Soviética y el Partido Comunista de China a examen de la Conferencia. Las delegaciones de los partidos comunistas de los países capitalistas, en el curso de la Conferencia,, hicieron sus observaciones y enmiendas al proyecto. Así, pues, en la preparación de e'ste histórico documento intervinieron todas las delegaciones que estaban presentes en Moscú. Aunque la Declaración la firmaron los representantes de los 12 países socialistas, en realidad fue resultado del esfuerzo creador y de la discusión colectiva de los representantes de casi setenta partidos hermanos. Posteriormente la Declaración fue refren-

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J A I M E

dada por todos los partidos comunistas y obreros, adquiriendo el significado de un documento programático del movimiento comunista mundial. En la Declaración de 1960, llamada Declaración de los 81 partidos, el documento inicial fue preparado sobre la base de una comisión donde participaron más de 20 partidos, que se pusieron a trabajarlo idea por idea, tesis por tesis, frase por frase, palabra por palabra y luego el proyecto de esta declaración fue presentado al pleno de los 81 partidos para su aprobación. Quiere decir que en estos dos documentos se resumieron teóricamente toda la práctica del desarrollo del movimiento comunista contemporáneo, las luchas revolucionarias de las masas. En ambos documentos fueron contempladas las experiencias generales del movimiento y las particulares de cada partido. Esto permitió realizar toda una serie de deducciones importantes relativas a las vías de la edificación del socialismo, a la coexistencia pacífica, a la posibilidad de conjurar la guerra en la época actual, etc. Como se ha dicho ya, en esta elaboración de los documentos en pie de igualdad intervinieron todos los partidos, y desde luego en sus tesis tuvieron una participación mayor los partidos que habían hecho la revolución, o sea que podían sumar a esos documentos la experiencia práctica de la toma del Poder, de la construcción del socialismo. Todos los partiPOB QUE dos comunistas LOS COMUNISTAS

VEN EN EL PCUS LA VANGUARDIA

tienen en uno u

otro grado experiencia de la lucha de clases; pero la historia determinó que las experiencias más valiosas s-ean las del Partido Comunista de la Unión Soviética. Fue precisamente en la vieja Rusia zarista donde se produjo el primer resquebrajamiento de la cadena del imperialismo. Esta revolución se realizó bajo la dirección del Partido Comunista marxista-l-eninista, El PCUS tiene el mérito histórico de haber demostrado que el proletariado puede tomar el Poder y construir la sociedad socialista. El PCUS ha elaborado teóricamente y resuelto en la práctica los complicadísimos problemas de la construcción socialista y con ello ilumina el camino ds los demás países. También a la URSS le correspondió la- parte más pesada en la defensa de la revolución. Cuando sobre el mundo entero se cernieron las nubes del peligro pardo, fue la

F E K E Z

Unión Soviética quien entabló una lucha a muerte contra el fascismo. La segunda guerra mundial le costó millones de vidas humanas, el país sufrió una destrucción devastadora como ninguna nación ha sufrido. La historia demostró que sólo una poderosa potencia socialista era capaz de derrotar al fascismo. Hoy el pueblo soviético ha emprendido bajo la dirección del Partido Comunista la edificación de la sociedad comunista y abre con firmeza el camino hacia el comunismo para toda la humanidad. Al mismo tiempo que desenvuelve a un ritmo inusitadamente rápido su economía y eleva el nivel de vida del pueblo, la Unión Soviética presta una ayuda inapreciable a todos los países que integran hoy el sistema socialista mundial, como también a las naciones que una vez rotas las cadenas de la esclavitud colonial se han puesto a formar sus Estados independientes. Nosotros, latinoamericanos, vemos y sentimos más de cerca la ayuda prestada a Cuba. El camarada Arismendi ha dicho con razón que después de la Revolución Cubana todo ha cambiado en América Latina, y no es para menos. Contamos hoy en nuestro continente con una Cuba socialista. Para millones de latinoamericanos que veían a la URSS a través del lente deformado de la propaganda imperialista, la ayuda generosa y desinteresada de la URSS a Cuba produjo un sacudimiento muy profundo en su conciencia. Es de lamentar que no todos sepan que esta ayuda a Cuba no es más que una expresión parcial del colosal esfuerzo que la URSS realiza para ayudar en todos los aspectos a los países del socialismo, a las naciones que se han liberado del yugo colonial o están en vías de liberación. Refiriéndose a la desinteresada ayuda de la Unión Soviética, Fidel Castro subrayó que «se comprende en toda su grandeza el gesto de un país que, en defensa de una pequeña nación —a muchos miles de millas de distancia—, puso en la balanza de los riesgos de una guerra termonuclear el bienestar alcanzado en cuarenta y cinco años de trabajo creador y de inmensos sacrificios. El País Soviético, que en la Gran Guerra Patria contra el fascismo perdió muchas más vidas que el total de la población de Cuba para defender su derecho a existir y crear las enormes riquezas con que hoy cuenta, no vaciló en arriesgarse a una dura guerra en defensa de nuestro pequeño país. La- historia no conoce un ejemplo igual de solidaridad. ¡Eso es el internacionalismo, eso es el comunismo!»

EL PCUS EN LA VANGUARDIA DEL MOVIMIENTO COMUNISTA MUNDIAL Además de la ayuda que presta la Unión Soviética a otros países y pueblos, tiene sobre sus hombros la pesadísima carga de la defensa de todo el sistema socialista a través del perfeccionamiento de las armas nucleares. Si bien todos nos alegramos de la superioridad técnica-militar de la URSS sobre los países imperialistas [y éste es sin duda un factor principal de la paz], no es menos cierto que tal superioridad exige cuantiosas erogaciones no productivas del pueblo soviético. O sea que la Uñón Soviética, durante toda su gloriosa historia, ha demostrado en la práctica cómo se hace la revolución, cómo se construye el socialismo, y ahora avanza teórica y prácticamente en la construcción del comunismo. La Unión SoviéNO SE PUEDE SER COMUNISTA Y A LA VEZ ANTISOVIÉTICO

tica y el PCUS, a lo largo de 46 años, fue,ron

siempre el blanco preferido de la calumnia del imperialismo, de toda la reacción, y también por esta razón la actitud frente al Partido de Lenin, la actitud frente a la URSS, ha sido una piedra de toque para todos los comunistas a lo largo y a lo ancho del mundo. No se puede ser antisoviético y ser comunista. Nosotros, los comunistas de Uruguay, consideramos que asestar un golpe contra el PCUS, es dirigirlo contra todo el movimiento comunista internacional. No obstante, hay gentes que sostienen que eso era justo hasta la formación del sistema socialista, pero que luego dé formado el sistema socialista, esto ha dejado de ser justo* Con tal afirmación, estas gentes dan la espalda a la Declaración de los 81 partidos, que tiene un punto expreso en relación a lo que supone para todo el movimiento comunista el Partido Comunista de la Unión Soviética. Esta Declaración destaca lo siguiente: «Los partidos comunistas y obreros declaran unánimes que la vanguardia, por todos reconocida, del movimiento comunista mundial ha sido y seguirá siendo el Partido Comunista de la Unión Soviética, el destacamento de mayor experiencia y más templado del movimiento comunista internacional. La experiencia del PCUS, acumulada en la lucha por la victoria de la clase obrera» en la construcción < i Techos fundamentales de los ciudadano-; \ i : l s libertades democráticas. En ella lo mismo S€ califican de «traición» delitos cono el r.; piona je qu-e las ideas políticas en puKna con la posición del Gobierno. El objetivo de esta ley no es salvaguardar la seguridad dvl K s t a d o , sino la de los gobernantes. En v i r t u d d-I artículo 24, cualquier contacto con agentes extranjeros es castigado con penas que oscilan entre 15 años de reclusión y cadena perpetua. Si el acusado, sin sospechar nada de algún ciudadano extranjero, trató de establecer contacto con él, pero no llegó a establecerlo, de todos modos es considerado culpable de «contactos con agentes extranjeros». Si llegó a entrar -en contacto, pero no puede dar ninguna explicación

IMPORTANTE TABEA DE !LOS TRABAJADORES DE ISRAEL,

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satisfactoria de su conducta, se considera cul- tituir el sistema proporcional por el mayoripable de haber transmitido informaciones se- tario para impedir que las fuerzas de la decretas a dicho agente. Según esta ley no es mocracia y la paz puedan tener representación el fiscal el que tiene que demostrar la culpa- en el órgano legislativo nacional. La declarabilidad d-el acusado, sino éste quien ha de pro- ción conjunta hecha por los cinco primeros jebar su inocencia, lo cual re halla en contra- fes del Estado Mayor General en favor de la dicción con las normas habituales del Derecho supresión dsl sistema proporcional y publicada en la prensa israelí a comienzos de 1963, procesal. La ilógica e intolerable severidad de esta ley simboliza la indisoluble vinculación entre el draconiana quedó patentemente demostrada militarismo y el antidemocratismo. Esta opinión unánime de todos los jefas del durante el juicio contra Aharon Cohén, miembro del Comité Central del MAPAM. Según Estado Mayor General ce reduce en esencia a manifestó durante el proceso el miembro del -exigir la sustitución de la democracia parlaTribunal Supremo Landau, «aún en -el caso mentaria por un régimen que estructure la code que el tribunal esté convencido de que el munidad nacional al modo militar, de manera acusado no ha transmitido al agente ninguna que la vida civil quede regulada por las órdeinformación recreta, pero ha rechazado como nes de una camarilla castrens-e. Ben Gurion inverosímil su -explicación acerca de las cau- llegó a decir en el Knesset que ciertas persosas que le impelieron a -establecer contacto con nas [«no fascistas» en opinión suya] le habían el ag-ente, deberá dictarse un veredicto de cul- aconsejado que implantase un poder no supepabilidad por transmisón de informas secre- ditado al Parlamento y modificas-e sin la aprotos . . . » Es evidente que ni siquiera la preocu- bación de éste el sistema electoral. El peligroso carácter del militarismo israelí pación por la seguridad del Estado puede justificar s-emejante deformación de los medios se pu:o en -evidencia con motivo del llamado universales de prueba de la culpabilidad en «asunto Lavon», gran aventura emprendida en 1954 en la política exterior por un grupo de un proceso judicial. Al ser discutido en el Knesset el "proyecto militares cercanos a Ben Gurion y que costó de Ley de «Seguridad del Estado», los únicos la vida a muchas personas. Como se aclaró que votaron en contra fueron los comunistas, posteriormente, la aventura había sido iniciaquienes advirtieron que la misma podría ser da sin -el conocimiento del entonces Ministro utilizada contra todos los que se oponen a la de Defensa, P. Lavon, al que luego se trató política del Gobierno y que, s la vez, entra- de implicar mediante documentos apócrifos, ñaba un serio peligro para los derechos del falsos testimonios, etc. La comisión investigaindividuo y la democracia en general. El pro- dora estableció que Lavon no había tenido ceso contra Cohén vino a demostrar cuánta nada que ver con el asunto, pero Ben Gurion razón tenían al hacer esta advertencia. Lo se negó a presentar un informe completo ante absurdo de la ley quedó de manifiesto cuan- la Comisión parlamentaria de Asuntos Extedo uno de los magistrados votó por la abso- riores y Seguridad y a dar cuenta a sus prolución del acusado, mientras otros dos decla- pios ministros, al-egando razones de «seguriraban que la sentencia condenatoria tenía co- dad». El «asunto Lavon» vino a confirmar mo única base la extraordinaria severidad de una vez más que los problemas políticos de mayor importancia para el país son resueltos la ley. Sectores sociales muy amplios exigen la mo- por una camarilla militar, que se coloca no dificación de esta ley, que impide a los ma- sólo por encima del Parlamento, sino también gistrados juzgar de acuerdo con su conciencia. por encima del Gobierno. Con el pretexto de la «seguridad», los círcuA finales de 1962, cuatro minorías parlamentarias propusieron que la ley fuera modificada los gobernantes de Israel aplican una política en un sentido democrático. La opinión pública antinacional y antiobrera, que se manifiesta del país se da cada vez más cuenta del carác- en la hipertrofia del presupuesto militar, en ter reaccionario de esta ley draconiana y actúa la connivencia política y militar con el Gocada día más unida frente a los atentados del bierno de Bonn y en la promulgación d-e leyes que restringen los derechos democráticos. Pero (íobierno contra la democracia. la aureola que rodeaba en el pasado al concepto de «seguridad del Estado» se va eclipsanRELACIÓN ENTRE EL MILITARISMO do cada vez más, sobre todo desde que se hizo Y EL ANTIDEMOCRATISMO público y notorio que la camarilla castrense, Los medios militaristas de Israel tratan de con la aparente razón de proteger la seguriintroducir cambios de naturaleza reaccionaria dad d-el Estado, ha recurrido a tergiversacio«•n el régimen social del país y quieren sus- nes e incluso al crimen directo en la vida po-

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E S T H E B

lítica del país. Círculos cada vez más amplios de la población van dejando de estar hipnotizados por este concepto y se incorporan a la lucha contra 'el peligro de una dictadura de la casta militar. EN DEFENSA DE LA LEGALIDAD

IMPOBTAJííE TABEA DE LOS TBABAJADORES DE ISRAEL

le transportaba, así como el hecho de haber tratado de ocultar a la opinión pública israelí toda esta historia, prueban la dependencia del Gobierno de nuestro país respecto del Gobierno norteamericano. Y como escandaloso contraste, mientras que a uno de los mayores criminales del mundo, a A.dolfo Eichman, se le concedía el derecho a tener abogados para su defensa en el juicio, este derecho fue denegado al Dr. Soblen, hombre que por motivos políticos había huido de Estados Unidos, que durante la guerra había desplegado una actividad antinazi y que, como judío, podía, d-e acuerdo con las leyes israelíes, entrar libremente en nuestro país. La extradición del Dr. Soblen provocó una verdadera tempestad de indignación en la opinión pública del país. La lucha por los derechos cívicos se fundió en este caso con la lucha por el honor y la dignidad del Estado, por el respeto de la soberanía nacional, por el repudio de la presión que ejercen los imperialistas sobre la política de Israel.

Hoy es el día en que Israel no tiene aún su Constitución, y las esferas gobernantes se niegan a elaborar una Ley fundamental para el país. Siguen en vigor las disposiciones extraordinarias de las autoridades coloniales inblesas, pese a que ya en los primeros días de la existencia del Estado el Knesset adoptó un acuerdo en el que se señalaba que tales disposiciones estaban reñidas con los fundamentos de la democracia y debían ser derogadasr Sin embargo, no han sido abolidas y continúan formando la base jurídica de las sentencias dictadas por consejos sumarísimos y del mantenimiento de una rigurosa censura. Un ejemplo típico de violación de la libertad individual por los gobernantes nos lo ofrece el proyecto de ley que autoriza a los organisA DESPECHO DE LA POLÍTICA mos de seguridad a montar servicios de escuANTICOMÜNISTA cha secreta. A tal efecto se instalaron aparatos de escucha en los domicilios de diputaEl anticomunismo es uno de los principales dos comunistas, del diputado y ex Ministro del instrumentos de la ofensiva de los militaristas Partido Liberal P. Bernstein, del diputado M. israelíes contra la democracia. Los esfuerzos Yaari, líder del MAPAM, y de otros muchos. realizados por éstos para socavar la fuerza y La comisión interna del Knesset, que examinó la influencia del Partido Comunista y para esta cuestión, constató que «en el pasado se aislarlo responden a los propósitos del capital dieron casos fde escucha. — N. de la R.] que monopolista, cuya intención es separar a los rebasaban claramente el marco de los intere- trabajadores de su destacamento de vanguarses directos de la seguridad». dia. Muchos hechos de la realidad israelí muesLos atentados a la democracia son inseparables de la creciente dependencia de los círcu- tran que el boicot aplicado al Partido Comulos gobernantes respecto del imperialismo en nista se extiende con el transcurso del tiempo la vida económica, política y militar. Un claro a otras fuerzas de la oposición. Hace unos ejemplo de esta relación nos lo ofrece el trá- cuantos años, escudándose en la «seguridad gico caso del Dr. Soblen, que había abando- del Estado», los círculos gubernamentales prinado Estados Unidos, solicitando asilo político varon a los comunistas de representación en en Israel. El Gobierno israelí lo expulsó del la Comisión parlamentaria de Asuntos Extepaís y lo devolvió a Esta'dos Unidos [pese a riores y Seguridad. Posteriormente, Ben Guque entre dicho país e Israel no existe un rion mantuvo la tesis de que en esta cuestión acuerdo de extradición de refugiados políti- tampoco se podía confiar en otras fuerzas pocos]. Esta medida fue tomada bajo la presión líticas. Este fue el pretexto, como ya hemos directa de la Embajada norteamericana en indicado, de su negativa a presentar ante dicha Israel. Según confesó el propio B>en Gurion, Comisión un informe completo sobre el «asunel embajador norteamericano le había visitado to Lavon». para plantearle el asunto del Dr. Soblen. La Pero los adalidades del anticomunismo no coincidencia de la llegada del detective norte- logran aislar a los comunistas. La colaboraamericano McShane a Israel con la fecha se- ción entre el Partido Comunista y otras fuerñalada para la extradición de Soblen y el zas democráticas se desarrolla con buen éxiacuerdo entre el Gobierno y los servicios de to. La experiencia de la lucha por la abolición inteligencia norteamericanos respecto a la ho- de la administración militar en las zonas árara de salida y dirección de vuelo del avión que bes del país demuestra que es posible agluti-

nar a amplios sectores, tanto para las acciones aisladas —mítines y manifestaciones— como para largas campañas conjuntas dentro y fue* ra del Parlamento. Pese al anticomunismo de los medios gubernamentales, el movimiento obrero ha hecho grandes progresos en la unidad de acción, y no sólo en empresas aisladas, sino en ramas enteras de la economía e incluso en el ámbito de todo el país. La huelga del 25 de diciembre de 1962 contra la congelación de salarios, prevista por un decreto del Gobierno, abarcó a la mayoría de los centros industriales del país. Las capas medias también se organizan para luchar en defensa de sus intereses lesionados por la política del Gobierno. Así lo demuestra, entre otras cosas, la Conferencia de los representantes de todos los sectores laborales del campo, que se pronunció por la limitación de las importaciones de productos agrícolas, lesivas para la economía de los campesinos, así como en favor de la concesión de créditos a largo plazo por el Gobierno, lo que permitiría a los campesinos liberarse de la usura, y por la reducción de las cargas fiscales. Otro ejemplo de la creciente unidad ha sido el Congreso pro desarrollo de las relaciones culturales con la URSS, celebrado en Tel-Aviv a comienzos de 1963, en el que tuvieron representación círculos muy diversos. Los intentos de los gobernantes de restringir la democracia tropiezan con la resistencia cada vez mayor de las masas populares, que luchan no sólo en defensa de las normas democráticas ya existentes, sino también por el robustecimiento y desarrollo de la democracia en general. LA DIMISIÓN DEL GOBIERNO BEN GURION

La renuncia presentada por B-en Gurion a mediados del pasado año no fue voluntaria, sino que constituyó un reflejo de la crisis del sistema dictatorial imperante bajo su Gobierno. Ben Gurion se vio obligado a abandonar la presidencia del Gobierno ante la creciente resistencia- a su política por parte de vastos sectores de la opinión israelí. Es preciso señalar que la coalición gubernamental tiene una base bastante restringida [68 de los 120 diputados al Knesset]. De aquí que en tiempos de Ben Gurion, cada vez que éste trataba de imponer su política apelando n. la disciplina de la coalición, la votación en vi Knesset en torno a una serie de importantes problemas daba lugar con frecuencia a la división de los votos en partes casi iguales

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entre la coalición y la oposición. Así ocurrió al votarse sobre el problema de la administración militar, sobre las conclusiones de la comisión ministerial encargada' de estudiar el caso de la extradición del Dr. Soblen y sobre el artículo 24 del famoso proyecto de «Seguridad del Estado», también sé pusieron de manifiesto serias discrepancias durante la discusión de ciertos problemas relacionados con la política exterior. El Partido Comunista de Israel siempre propugnó la destitución de Ben Gurion, explicando a las masas la responsabilidad de su Gobierno por la crisis de la política israelí. La realidad na venido a demostrar la justeza del análisis de la situación hecho por el Partido Comunista. Ben Gurion se vio obligado a abandonar la jefatura del Gobierno, lo que creó condiciones más favorables para la prosecución y el desarrollo de la lucha por la democracia. El nuevo jefe del Gobierno, Levi Eshkol, ha insinuado que se proponía introducir algunos cambios en la política israelí. Pero en la práctica ha venido cediendo continuamente ante la presión de los ultras, que ocupan posiciones claves en -el aparato militar y policíaco. Este es el origen de la contradicción que se observa entre las palabras del Gobierno y la aplicación de su política. En política internacional, el nuevo Gobierno continúa colaborando con la OTAN. El Gobierno israelí ha firmado el Tratado de Moscú de prohibición parcial de los ensayos nucleares, pero al mismo tiempo sigue oponiéndose a que el Cercano Oriente se convierta en una zona desatomizada. Conviene señalar, no obstante, que Eshkol, a diferencia de Ben Gurion, ha declarado estar dispuesto a considerar la participación de Israel -en la solución del problema de los refugiados árabes. Además, durante el conflicto fronterizo con Siria, el nuevo Gobierno no recurrió a las acciones militares y apeló al Consejo de Seguridad. Sin embargo, a Eshkol, como Ministro de Defensa, se le ha autorizado a emprender acciones militares en el caso de que así lo exija la «situación». En el Gobierno se está librando una batalla entre las fuerzas más moderadas y los círculos rabiosamente militaristas, que se proponen «acumular fuerzas» para cercenar aún más los ya restringidos derechos democráticos. Las contradicciones en el seno del partido gobernante se han agudizado al extremo. Eshkol ha declarado que está dispuesto a examinar el problema de la abolición de la administración militar en las zonas pobladas por árabes, pero a él se oponen S. Peres y M. Dayan, que re-

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presentan a los militaristas más extremados, sosteniendo la tesis de que la administración militar e¡s indispensable para la seguridad del país. Mas a la vez el nuevo Gobierno ha recurrido a una serie de medidas antidemocráticas, como son el despido de los maestros árabes elegidos por la «Lista Democrática», apoyada por •el Partido Comunista, como candidatos a delegados de Congreso de la Unión de Maestros; a negativa a celebrar elecciones municipales en una serie de aldeas árabes y la anticipación de las elecciones a la Municipalidad de KufrYossif dirigida por ediles comunistas y otros demócratas; la prohibición del Congreso organizado por -el Comité Hebreo-Árabe de Taibee en defensa de los derechos de la población árabe. El Gobierno Eshkol sigue aplicando una política antiobrera y antipopular, expresada en el incesante aumento de la carestía de la vida, en la congelación de los salarios, en la supresión de los pluses de carestía para los obreros, en el menoscabo de los derechos sociales de los funcionarios públicos, etc. Ben Gurion se ha retirado, pero su política es mantenida hasta hoy día. La prosecución de esta política antipular no puede por menos de acrecentar la resistencia de la opinión pública israelí y de llevar a una intensificación de su lucha contra la política del nuevo Gobierno. La defensa de la democracia incumbe a las

V I L E N S K A

masas populares de Israel. El reforzamiento de la lucha en defensa de los derechos de los trabajadores y de las capas medias, en defensa de la democracia y de la paz permitirá conseguir que a la eliminación de Ben * Gurion siga la eliminación de su política.

La participación de sectores cada vez más amplios en la lucha por la democracia es para ellos una escuela política de primordial importancia. En el curso de la lucha los trabajadores van cobrando conciencia de la importancia vital que tiene la defensa de la democracia, pero a la vez se van dando cuenta de que el régimen social existente limita las posibilidades de dicha lucha. El combate en defensa de la democracia y por su ampliación dentro del marco de este régimen no se halla en pugna con la lucha por transformaciones sociales básicas, sino que, por el contrario, contribuye al desarrollo de la misma. «... Así como es imposible un socialismo victorioso que no reaJlizara la democracia total, así no puede prepararse para la victoria sobre la burguesía un proletariado que no libre una lucha revolucionaria general y consecuente por la democracia» i. 1 V. I. Lenin, Obras Completas, t. XXII, pág. 151, Edit. Cartago. Buenos Aires.

Los pueblos de América Latina defienden sus derechos por ALCIRA DE LA PEÑA, PEDRO MOTTA LIMA, HUGO BARRIOS KLEE, RAMÓN AMAYA-AMADOR y JOSÉ CARDONA HOYOS

H.L AÑO 1963 ha sido de intensas luchas en América Latina, suscitadas por condiciones objetivas. La pretensión reaccionaria de buscar las causas fuera de los países del continente no engaña a nadie. Los bajos salarios, la desocupación creciente y la carestía hacen más duras las ya agudas condiciones de vida de los obreros y de las extensas capas medias, que son objeto de una cruel explotación y en quienes descansa principalmente la carga tributaria de estos países. Los impuestos directos e indirectos establecidos apenas si afectan los cuantiosos beneficios de monopolios extranjeros y de capitalistas y terratenientes locales, que disponen del Poder y de subterfugios para evadirlos. El ingreso medio per cápita anual es de 120 dólares. El Banco Interamericano de Desarrollo afirma que en 1963 alrededor de la mitad de los 20 millones de familias existentes en las regiones rurales cuentan con niveles de ingreso por debajo de los mínimos aceptables. Las masas laboriosas de las ciudades y del campo no quieren resignarse con esta situación y combaten por sus derechos. Huelgas exigiendo el pago de salarios atrasados, por su aumento y por el establecimiento de otras prestaciones hubo en Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Guatemala, etc. Contra la carestía de la vida se manifestaron las poblaciones en Brasil, Chile, Colombia y otros países. En Perú, en la región de Cuzco, y en Ecuador, campesinos indios ocupan tierras; de igual manera proceden campesinos en Pernambuco, Paraíba, Estado de Río y otras regiones del Brasil y en los Estados de Coahuila, Durango y Chihuahua en

México. En este país, en Torreón, los campesinos desfilan portando carteles con leyendas como ésta: «Hay hambre en el campo», pidiendo tierras y créditos agrícolas. Esta demanda de tierras extiende su eco por todo el continente. El movimiento popular reviste caracteres políticos cada vez más marcados. Son testimonio de ello las grandes acciones populares en Brasil, donde se acentúa cada vez más la influencia de un potente movimiento obrero bajo la dirección única de su CGT, en amplio frente democrático y nacional que cuenta, inclusive, con apoyo entre las fuerzas armadas. Las huelgas políticas de ámbito nacional, con la participación de tres millones de huelguistas, han sido el factor decisivo en el fracaso de las tentativas de golpes reaccionarios. Lo mismo puede decirce de Argentina, donde acaba de tener lugar, auspiciado por la Confederación General del Trabajo, partidos políticos y organizaciones democráticas, un paro general de actividades laborales y una gran concentración ante el Congreso Nacional, para reclamar la derogación de las leyes represivas y otras reivindicaciones económicosociales. Así, pues, la lucha de 1963 es parte de un proceso que no culmina en este año. La victoria de la Revolución Cubana marca una nueva etapa en el aceleramiento de la batalla de los pueblos latinoamericanos por la independencia y la dignidad nacionales, por el rescate de las libertades y derechos ciudadanos. La Revolución Cubana es la aurora en el despertar de un continente que se mueve por el impulso de las aspiraciones de sus pue-

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blos a una vida más noble. De ahí la preocupación de sus enemigos por apagar la luz que irradia el ejemplo de Cuba. Por eso ahora, cuando se cumple el quinto aniversario de la heroica Revolución Cubana, cuando ésta sigue señalando el irreversible camino de las revoluciones de liberación nacional hacia el socialismo, los pueblos de América Latina perciben cada vez más nítidamente la .trascendencia: de su ejemplo y la necesidad de su defensa. ) El primero de agosto de 1963, el asesinado Presidente Kennedy, refiriéndose al plan de la «Alianza para el Progreso», habló en una conferencia de prensa, de una «revolución» para América Latina. En efecto, la necesidad de una revolución es una verdad que se palpa en el ambiente continental. Lo dudoso es que la revolución que los pueblos desdan se pueda «programar» desde Washington. Esa supuesta «revolución democrática pacífica» sería, según palabras del senador norteamericano Hubert Humphrey, «un acontecimiento único en la historia1, particularmente en regiones donde la opresión, la explotación, la pobreza y la discriminación se hallan establecidas desde hace muchas generaciones». Pero, como ha dicho el gobernador del Estado de Nueva York, Rockefeller, «la "Alianza, para el Progreso" no -es alianza ni progreso». Por lo tanto, no ha pasado de ser una promesa panamericana más de reformas, que choca con la oposición oligárquica y monopolista y con la desconfianza de las masas, que ven en este plan yanqui una nueva forma de perpetuar su dominio en América Latina. La política neocolonial del imperialismo yanqui, que por un lado ofrece demagógicamente modificaciones sin derramamiento de sangre, trata, a la vez, de asegurarse con medidas que tienen como objetivo primordial contener el avance de la lucha democrática. La conferencia de Kennedy con los presidentes centroamericanos en San José, Costa Rica [marzo, 1963], seguida de la de ministros del Interior con representantes del Departamento de Estado de EE. UU. en Managua, Nicaragua; los acuerdos emanados de la Organización de Estados Americanos, sobre control de pasaportes y coordinación de actividades contra la «subversión comunista»; los cursillos antiguerrilleros de Panamá; las operaciones «Fraternidad», «Unitas IV» y «América» de los ejércitos y fuerzas navales latinoamericanos bajo la dirección de oficiales yanquis, señalan los claros objetivos de la política imperialista. Pero no sólo son los imperialistas yanquis

los que tratan de contener el desarrollo de la lucha por la democracia en América Latina. Temerosas de que las reformas de la «Alianza» canalicen la acción de los pueblos, las oligarquías locales, en connivencia con los monopolios yanquis, asaltan el Poder incluso en aquellos países en donde había regímenes que iban a remolque de la reacción, como Honduras y Ecuador, o en aquellos donde reinaba un reformismo inofensivo, como en la República Dominicana i. Ante el crecimiento del movimiento popular, la reacción sobresaltada trata de imponer abiertamente el terror, liquidando las pocas libertades democráticas existentes hasta hace poco tiempo. Por ejemplo, en Ecuador, Guatemala, Honduras, República Dominicana y El Salvador, a lo largo de los dos últimos años se han registrado golpes militares dirigidos a liquidar definitivamente los derechos democráticos de los ciudadanos; en Venezuela, este proceso avanza a plena marcha; en Haití, el régimen reaccionario de Duvalier hace ya tiempo que privó a los ciudadanos de toda posibilidad de influir en la elección de los gobernantes y en las acciones de éstos. En aquellos países donde el temor a una revolución inminente todavía no se percibe, pero es potencial en el batallar de las fuerzas democráticas, las represiones se aplican en los marcos de un supuesto estado de legalidad, como en México.

Bajo la batuta de los imperialistas yanquis, las oligarquías criollas desatan las más bárbaras represiones en América Latina, Los manoseados y gastados mitos sobre el «mundo libre», la «democracia occidental» y la «cultura cristiana» son apenas subterfugios para ocultar la escarnecedora y sangrienta farsa que amenaza con cubrir de terror y abominación al continente bolivariano. Las débiles libertades democráticas se tor1 Explicando los motivos de su derrocamiento, el ex presidente Juan Bosch dice: «Mi gobierno había estado oficiando por sólo cinco meses y medio y aunque todavía no habíamos alcfanzado un programa que diera trabajo al desempleo [cuyo número es de 400.000 en una población de 3,3 millones], estábamos haciendo muchas cosas para restaurar la economía nacional». . . «Estábamos comprometidos en grandes estudios y la reforma agraria había alcanzado el punto de que 330 familias se habían establecido cerca de La Herradura en tierras del Estado». [Socialist International Information, 46, dea 16 de noviembre de 1963].

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nan cada día más un ambiente insoportable para los millonarios nacionales y extranjeros que explotan las riquezas y el trabajo de las gentes de esta región. La llamada «democracia representativa» es, en la generalidad de los casos en América Latina, un huero cascarón. Todo cuanto es esencial en el clásico democratismo burgués está aquí ausente o va en camino de desaparecer. Incluso el mismo «Estado de derecho» ha sucumbido en un alto porcentaje ante el aparato militar, que es el supremo recurso del imperialismo y de las castas cuando quiera que se encuentran detenidos o limitados por los estatutos legales. Es cierto que en varios casos subsiste alguna forma suya, pero casi siempre es una parodia montada sobre la trágica realidad de una vasta opresión de las masas laboriosas. Y así, la célebre alianza panamericana, cuyos integrantes son todos signatarios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la ONU, en la práctica es un sistema organizado para la violación de los principios básicos de la Declaración. ¿En qué consiste, entonces, la «democracia representativa»? En el establecimiento de regímenes reaccionarios sobre la base de elecciones amañadas o en medio de una situación bajo estricto control militar. Son el caso de México, en donde el monopolio del Poder se ejercita con la imposición de los candidatos del partido gubernamental y con arteras disposiciones anticonstitucionales que impiden la concurrencia a las elecciones de las fuerzas más representativas de la izquierda; o el ejemplo de Colombia, en donde un bipartidismo legalizado en una Constitución ad hoc no permite participación en el proceso electoral más que a los dos partidos que se turnan monopolísticamente en el gobierno; o el caso de El Salvador, en donde disposiciones arbitrarias convierten el «diálogo cívico» electoral en monólogo gubernamental-reaccionario, con la asistencia de un solo candidato, el del gobierno; o el ejemplo de Perú, con el encarcelamiento de comunistas y otros demócratas; o de Argentina, en donde, de conformidad con el «Estatuto de los Partidos Políticos» y de otras leyes represivas, se anulan casi todos los derechos democráticos del pueblo1; el caso de Paraguay y Nicaragua, en donde continúan las mismas dictaduras. Así constituidos los «poderes» del Estado, el Congreso es dócil instrumento del Ejecutivo, y los tribunales, el «poder judicial», aplicadores de una legislación reaccionaria emanada de 1 Véase en este número el artículo de A. Pedroncini.

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un Congreso «representativo» de los intereses extranjeros y oligárquicos. Pero aun este tipo de «democracia representativa» constituye ya una red que atrapa a la reacción más cerril. Y por eso, contra tales limitadas libertades que permiten desenvolver alguna acción de masas [en los debates electorales y en algunas otras escasas circunstancias] embisten los golpes de Estado, como en los casos de Guatemala, Ecuador, Honduras2 y República Dominicana. El «gorilismo» depone a los sumisos gobernantes que, después de haber cumplido fielmente el programa antinacional que les trazaron desde Washington, no pueden articular ya la continuidad antidemocrática en sus países. Sin embargo, los sucesores de Arosemena, Villeda Morales e Ydígoras Fuentes también presumen de ser pilares de la «democracia». Lo mismo dice la pandilla militarista que derribó al Presidente Bosch en la República Dominicana, que para demostrar que es un régimen de «leyes» el suyo ha recurrido a restablecer la Constitución de la nefasta y sombría «era de Trujillo». El sangriento gobierno de Stroessner lleva un decenio defendiendo la «democracia representativa», sembrando todo el territorio del Paraguay de muerte, miseria y desolación. El hecho de que medio millón de paraguayos vivan en el destierro [de una población de 1.800.000 habitantes] es un dato bren elocuente sobre la manera de cómo ese régimen practica las garantías y los derechos humanos. En una palabra, los órganos del Poder público han sido eliminados en casi todos los países por el Ejecutivo, o padecen una oprobiosa mediatización que los hace incapaces para ejercer contrapeso alguno a la voluntad presidencial. Y el resto del viejo formulismo jurídico que aún sobrevive no es sino el camino de cauteloso leguleyismo en su marcha hacia la dictadura desembozada. Tal es el caso de Colombia, donde aún existen Parlamento y tribunales sujetos a ciertas normas «constitucionales». Algunas formalidades exteriores de la «democracia representativa» parecen a salvo. Pero a poco que se examine el sistema se descubre que es una auténtica dictadura de las camarilla! oligárquicas. La misma «alternación presidencial», en virtud de la cual cada cuatro años la máxima posición del Estado pasa de manos de uno de los partidos a las del otro, tiene por objeto eliminar la deliberación popular y la selección de sus gobernantes. El ropaje «civi2 Véase en este número el artículo de P. Sánchez.

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lista» de este régimen no es ninguna virtud republicana: es una hipocresía que le permite ejecutar «ordenadamente» la violencia contra las masas populares. Ni uno solo de los gobiernos mencionados reconoce en la práctica los derechos humanos. Los encarcelamientos arbitrarios e indefinidamente prolongados, en particular contra los campesinos, son ya algo consuetudinario. Otro tanto ocurre con el sistema de juzgamiento por vía policíaca, que tanto sirve para reprimir a los trabajadores como para liquidar el papel del órgano judicial. Con frecuencia se impone la pena de muerte tras un brevísimo juicio castrense. Las matanzas de campesinos realizadas por agentes oficiales y por bandas de reaccionarios apoyados por el gobierno, no se dan tregua. Leyes especiales, con increíble irrisión impuestas bajo el signo de la «defensa de las instituciones democráticas», existen en Argentina, Guatemala, El Salvador, Paraguay, etc., para privar de derechos y perseguir a los comunistas y otros adversarios de los gobiernos. Como en todas partes del mundo también en nuestro continente la barbarie y el terror se escudan tras el símbolo contemporáneo de regresión y oscurantismo de1! «anticomunismo». Desde luego, la reacción golpea tan rudamente como puede a los comunistas, combatientes de vanguardia por los intereses de los trabajadores y de la nación, pero, con el mismo pretexto, trata de eliminar y destruir a todas las fuerzas democráticas. En la mayoría de los países latinoamericanos no existe una sola entidad de masas que, al tratar de defender los principios elementales de la democracia, no haya tenido que soportar la aplicación de la política «anticomunista». Muchas veces ni siquiera es necesario ser demócrata para padecerla. Las facciones reaccionarias apelan a denominar indiscriminadamente «comunista» a todo el que, por cualquier causa, estorba sus designios. A tal extremo que, sobre todo cuando ya el terror es desenfrenado, la amenaza del «anticomunismo» se convierte en una verdadera pesadilla hasta para las personas más alejadas de las luchas políticas. Por «comunistas» han sido asesinados millares y millares de trabajadores liberales en Colombia; por ello mismo sufren los más viles tratamientos liberales y comunistas que se encuentran como presos políticos en Honduras desde el golpe militar de octubre. Lo mismo sucede en otros países del continente. Por temor a que sus prédicas sobre temas sociales llegaran eventualmente a alentar al

comunismo, se le clausuró en Colombia un programa de radio a un sacerdote católico, y a otro, en Guatemala, se le amenazó de cancelarle un programa por televisión porque a fu-erza de hablar contra el comunismo hacía pensar demasiado a su auditorio sobre temas políticos de actualidad.

II Las fuerzas antidemocráticas intentan extender ese proceso reaccionario y represivo a todo el continente, mediante maniobras y golpes de Estado. Sin embargo, a esa tendencia del imperialismo y de la reacción se contrapone la lucha popular por la consolidación de la legalidad democrática, como en Brasil, Chile y Uruguay, o por su reconquista paulatina, como en Argentina y Perú. Una cosa es el propósito de los monopolios y de los terratenientes, y otra muy distinta es la voluntad de lucha de los pueblos, que responden con la violencia a la violencia allí donde la reacción hace imposible el desarrollo pacífico, como en Venezuela, Paraguay, Guatemala, Nicaragua, etc. La tendencia a la unificación continental bajo el signo reaccionario tiene un propósito definido: mantener por el terror las posiciones que la evolución histórica y la conciencia de las masas están a punto de echar a pique. Ante el hecho concreto de la feroz represión contra los movimientos políticos y sociales es sarcástico recordar los compromisos internacionales sobre los derechos humanos. Con el fin de impedir la participación de las masas populares en la vida pública, casi todos los gobiernos latinoamericanos utilizan formas de silenciamiento diversas: desde la cencura de comunicaciones y del pensamiento escrito y hablado, hasta la masacre, pasando por los más inicuos métodos de tortura. La prensa comunista y la del movimiento obrero independiente es en esos países, casi siempre, ilegal o tiene que apelar a fórmulas de ocultamiento que limitan en grado sumo las posibilidades de su influencia. En contados países [Brasil, Chile, Uruguay] se le reconocen sus derechos, aunque no siempre «coincide» la autorización para editarla con la «voluntad» policíaca de dejarla circular. Se dan casos, como el reciente de Colombia, en que, ante las maniobras rabulescas del gobierno para eliminarlo, nuestros camaradas se ven forzados, con los consiguientes perjuicios, a

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cambiar apresuradamente el nombre de su semanario. El derecho de reunión, de organización y de manifestación pública es cada vez más minimizado. D-e hecho no existe en toda la América Central. En el resto de los países, con contadas excepciones, si no está abolido, hay que someterse para su ejercicio al cumplimiento os requisitos que lo convierten en impracticable. Las autoridades se reservan la facultad de señalar la hora, duración, ruta del desfile, lugares para los discursos, e incluso, la de cambiar súbitamente las disposiciones previamente convenidas. Para reprimir las manifestaciones que se producen a pesar de las prohibiciones, o las que siendo permitidas, ha logrado descomponer mediante sus provocaciones, la policía apela al terror bestial. Y esto no es meramente metafórico: las alambradas, los gases lacrimógenos, las cargas de caballería y el mortífero empleo de cachiporras y fusiles son coadyuvados con la acción de feroces perros amaestrados. Cada huelga, aun en -el caco de ser reconocida como lícita, debe enfrentar la violencia patronal y policial. Los patronos prolongan indefinidamente la solución del arreglo de los conflictos laborales para desgastar las energías de los obreros. El gobierno es cómplice en tales hechos. Las provocaciones contra los trabajadores parados s-e dirigen sistemáticamente a crearles irritación e incitarlos a cometer actos desesperados. Contra los dirigentes políticos y sindicales pende siempre la amenaza reaccionaria. Incluso se llega a fraguar las provocaciones más perversas para tomarlas como fundamento de la represión y eliminar, por la vía de la cárcel, de la tumba o del miedo, a los cuadros proletarios. Esto es lo que ocurrió hace poco en la huelga de los petroleros de Colombia *. En México, en aplicación de la fórmula sobre el «delito de disolución social» 2 guardan prisión numerosos dirigentes ferroviarios, del magisterio y políticos, a raíz de un movimiento de los trabajadores del ferrocarril nacional. En el momento en que se escriben estas líneas purgan en penitenciarías de Venezuela su arnor y su fidelidad al pueblo un gran número de líderes comunistas: Jesús Faría, Gustavo y Eduardo Machado, Guillermo García

1 Véase el núm. 10 de 1963 de NUESTRA ÉPOCA. 2 FórmuLa jurídica inventada por el régimen «revo1 u ionario» mexicano para sofocar el movimiento obrero y democrático.

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Ponce, Héctor Rodríguez Bauza y otros, así como dirigentes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria. La privación de la libertad de estos dirigentes es una violación además al orden público de la nación, dada su investidura de parlamentarios. En la feroz represión contra el pueblo desatada por los militares ecuatorianos, los dirigentes comunistas Pedro Saad, Enrique Gil Gilbert y otros han ido a la cárcel. En Ecuador mismo, a causa de malos tratos y pésimas condiciones sanitarias en que fue colocado, falleció el camarada Newton Moreno, cuya muerte es una acusación contra los opresores de su pueblo. En la República Dominicana son encarcelados dirigentes y militantes revolucionarios a consecuencia del miedo cerval que experimenta la reacción ante la creciente resistencia de las masas y de sus desesperadas tentativas de aplastarla. La ferocidad de Stroessner, en Paraguay, es uno de los espectáculos más crueles que conoz'ca la historia de América. El ametrallamiento de domicilios como método para hacer capturas de opositores políticos es corriente. En uno de esos asaltos bandidescos fue herido, y asesinado posteriormente, cuando ya estaba preso, el camarada Wilfredo Alvarez Jara, miembro de la Comisión Política del CC del Partido Comunista Paraguayo, La brutalidad de las torturas a que son sometidos hace temer siempre por la suerte de los presos políticos. Así han permanecido bajo constante peligro de muerte desde hace varios años el maestro Antonio Maidana y numerosos patriotas comunistas y febreristas. La reacción no respeta a mujeres y niños, a quienes se encarcela y obliga a trabajos inhumanos bajo el látigo de los salvajes capataces. Tal es el caso de Ofelia de Peralta y de sus hijos. La sádica crueldad toma especiales características cuando la represión se endereza contra los campesinos. En Colombia, Guatemala, Ecuador y Nicaragua se suceden unos tras otros los asesinatos, en una siembra rural del terror que sirve de inmediato a la extensión del latifundio. Asustados por el terror^ los campesinos venden sus parcelas a precios irrisorios o huyen abandonando sus tierras, que los latifundistas se apropian. En Colombia se hacen esfuerzos para destruir las organizaciones agrarias que en distintos modos combaten por la posesión d-e la tierra. Y el sadismo llega hasta el extremo de que los campesinos víctimas de los bandidos son decapitados y mutilados para después exhibir

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los horripilantes trofeos. De esta barbarie no se libran ni ancianos, mujeres y niños. La familia del dirigente campesino mexicano Rubén Jaramillo fue liquidada por elementos del ejército. En Venezuela, Rómülo Betancourt, apoyándose en policías de la dictadura de Pérez Jiménez y en expertos torturadores batistianos fugitivos de Cuba, pretende someter al heroico pueblo venezolano al dominio imperialista y a que acepte a perpetuidad el saqueo de sus riquezas naturales y la pérdida de su soberanía nacional. Este gobierno acaba de protagonizar unas supuestas elecciones bajo el signo de la más tremenda- violencia de las fuerzas armadas y del matonismo gubernamental. Simultáneamente con el terror desatado en el interior del país, la opinión fue amedrentada con la amenaza de invasión por las tropas panamericanas que realizaban maniobras en el vecino territorio colombiano. Así, lo que se expresó en las urnas no fue la voluntad del pueblo, sino la del monopolio petrolero y del betancurismo antinacional. En El Salvador, la represión golpea incluso a ancianos dirigentes obreros, como lo está demostrando actualmente con Miguel Mármol, destacado activista del movimiento sindical y campesino desde 1930, quien fue en esa época «fusilado» por la dictadura de Hernández Martínez; no lo remataron por pura casualidad, gracias a lo cual logró salvar la vida y curar sus heridas. Ahora la nueva tiranía que mancilla a su patria vuelve a ensañarse con él, encarcelándolo a pesar de su edad y su estado de salud. El «revolucionario» gobierno de México mantiene en prisión, por «disolución social», a virtud de la imposición de penas infamantes, a eminentes personalidades que son gloria nacional, como el pintor David Alfaro Siqueiros y el anciano periodista Filomeno Mata. Pero los -encarcelamientos en América Latina no s-8 detienen en las personalidades y en los cuadros políticos y sindicales. En realidad se dirigen contra las masas mismas. Por eso cuando los viLes testaferros al servicio del imperialismo y de las oligarquías ya no tienen espacio para más presos políticos en cárceles comunes, establecen campos de concentración, en donde, a las palizas y tormentos que aplican los verdugos oficiales, se suman los sufrimientos que imponen las inclemencias naturales en una vida a la intemperie. Campos de concentración se han establecido en Armero [Colombia], en Orchila [Venezuela], en La Fortaleza [Honduras], y muchos otros en Paraguay, Ecuador, etc.

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III Cada vez que las fuerzas de un pueblo se unen y luchan por un objetivo determinado, logran éxitos y avanzan hacia la conquista d-e nuevas victorias. La aspiración a la democracia, a la libertad y a la legalidad, la condena de los atropellos e injusticias, la repulsa a la aplicación de torturas y al asesinato del opositor político, mueven la adhesión de los más diversos y alejados sectores, de las personalidades y agrupaciones políticas y sociales con las más encontradas concepciones y posiciones. El cáncer de las cruentas dictaduras reaccionarias latinoamericanas puede no sólo ser localizado, sino liquidarse definitivamente. La experiencia comprueba que los avances de la unidad de acción de todas las fuerzas patrióticas, por el respeto a los derechos humanos, contiene el desborde represivo reaccionario. Los comunistas, en contra de lo que afirman la reacción y los reformistas de toda laya que hacen el juego al imperialismo, desean sinceramente el pleno desenvolvimiento de la democracia y de la legalidad en nuestros países. No es que les atemorice el estado de represión en que han vivido los partidos -en décadas, ya que se ha comprobado que nunca, ni -en las épocas de más férrea dictadura, fue posible liquidarlos. La vida legal brinda a las fuerzas democráticas, especialmente a la vanguardia del proletariado, las condiciones necesarias para ligarse con las grandes masas, sus organizaciones y sus batallas. Esto es lo que más alecciona, desarrolla la conciencia de clase, infunde confianza, en la propia fuerza, da vigor a los partidos comunistas y obreros y a las organizaciones de masas. «La ironía de la historia universal lo pone todo patas arriba —decía ya Engels -en su introducción a Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850, de Marx—. Nosotros, los "revolucionarios", los "elementos subversivos", prosperamos mucho más con los medios legales que con medios ilegales y la subversión. Los partidos del orden, como ellos se llaman, se van a pique con la legalidad creada por ellos mismos» *. Así, es una verdad históricamente comprobada que las embestidas reaccionarias se realizan con el pretexto «anticomunista», pero sus alcances siempre rebasan los límites de la vanguardia de la clase obrera. Quienes un día 1 Carlos Marx y Federico Engels. Obras Escogidas, pág. 85. Edit. Cartago, Buenos Aires, 1957.

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antes fueron indiferentes al llamamiento de los comunistas a detener unidos la avalancha reaccionaria, alucinados por el canto de sirena del «anticomunismo», comparten luego con los comunistas la cárcel, la celda de torturas. De esta manera, al plantearnos el objetivo concreto de combatir por la legalidad democrática, debemos tener siempre presentes las palabras del Manifiesto Comunista cuando dice: «Los comunistas trabajan -en todas partes por la unión y el acuerdo entre los partidos democráticos de todos los países». En las condiciones actuales es justo el acuerdo con todos los grupos y asociaciones y personalidades que tienen la misma disposición de lucha. Consecuentes con esta orientación, cuando el fascismo amenazó a la humanidad, en el s-eno del movimiento obrero internacional la voz de los comunistas resonó clara y terminante. Dimitrov, en su informe al VII Congreso de la Internacional Comunista, señaló que ésta «no pone para la unidad de acción ninguna clase de condiciones, con excepción de una elemental, aceptable para todos los obreros, a saber: Que la unidad de acción vaya encaminada contra el fascismo, contra la ofensiva del capital, contra la amenaza de guerra, contra el enemigo de clase. He aquí nuestra condición». Y lo que entonces era válido para la unidad de clase contra el enemigo común, es ahora válido, estableciendo las distancias, para la unidad de todos los demócratas y patriotas, a quienes los comunistas no ponen más condición que la de combatir juntos contra la ofensiva reaccionaria y por el restablecimiento de la democracia y la libertad agredidas en América Latina por la tendencia del imperialismo a asegurar su dominio en el continente. Nacionalmente, la unidad de todos los partidos democráticos y de todas las fuerzas sociales y personalidades, bajo la consigna de la lucha contra la dictadura reaccionaria y sus métodos brutales, es posible. Así lo prueba la experiencia ya mencionada del Brasil, Argentina y otros países. Gran ejemplo de la unidad de acción y sus consecuencias positivas lo demuestra el cohesionado movimiento obrero y popular en Chile, que está librando una gran batalla por la legalidad y por las reivindicaciones de las masas. En Guatemala jugó un importante papel la «Unión patriótica guatemalteca por la libertad de los presos políticos y retorno de los desterrados», que obtuvo no pocos éxitos. Y así muchos otros ejemplos se pueden presentar en nuestros países. Ante el acrecentamiento de las represiones impuestas por la política neocolonialista de los monopolios norteamericanos a los pueblos de

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América Latina, las masas no se muestran pasivas -en ningún lugar. En las repúblicas centroamericanas, las acciones de masas son reprimidas con la violencia, pero los pueblos no se han intimidado. Obreros, campesinos, estudiantes e intelectuales se agrupan, actúan, protestan por las condiciones políticas y sociales imperantes. En Panamá, las acciones de masas y los sentimientos patrióticos se proyectan hacia la unidad nacional del pueblo contra las condiciones discriminatorias y de explotación emanadas de la injusta posesión del Canal de Panamá por los EE. UU. Esta reivindicación nacional de soberanía tiene capacidad movilizadora en las más amplias capas de la población y exige una lucha constante por las libertades democráticas . En la República Dominicana, a pesar de las condiciones tan duras impuestas por los militares, la lucha de masas por elevar un régimen democrático y nacional tiene diversas formas. El Partido Socialista Popular, puesto en la ilegalidad, se esfuerza por obtener la unidad de acción de esas fuerzas democráticas que están en pie de lucha, como premisa indispensable para futuros éxitos. Las masas populares en Colombia han realizado numerosas acciones durante el último año. Así lo evidencian las manifestaciones conjuntas de diversos grupos de izquierda en ciudades como Bogotá, Cali, Ibagué y Cúcuta. La batalla por la plenitud de derechos del Partido Comunista se abre camino multitudinario y llega ya al Congreso Nacional. El movimiento huelguístico [petróleo, oro, cemento, metalúrgicos, textiles, magisterio, transporte aéreo, etc.] no sólo ha reivindicado mejoras económicas: ha combatido también por hacer real el derecho de asociación, el de manifestación y un auténtico ejercicio democrático. Los campesinos que luchan por la tierra, llegando hasta la ocupación de ella en algunos casos, exigen también las libertades públicas. La masa estudiantil, especialmente de la capital, ha librado vigorosas acciones por la defensa de la cátedra libre, la vigencia de los principios sobre los cuales se fundó la Universidad Libre y por una verdadera autonomía universitaria que ponga a los institutos superiores a salvo de la ingerencia yanqui en la vida cultural colombiana. Y así en Perú, Bolivia, México, etc., las masas están en lucha por sus reivindicaciones inmediatas, qu-e guardan una relación directa con las demandas del movimiento nacional liberador. Las acciones de solidaridad con los pueblos

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que luchan por la defensa de los derechos humanos, siendo activa y permanente, pueden convertirse, nacionalmente, en fuertes movimientos sociales, de masas y extensos, ampliamente representativos. La colidaridad permite extender la lucha de las fuerz'as democráticas y sumar a éstas a diferentes capas sociales y vastas masas. La conculcación de principios legales, el irrespeto a la integridad personal, los abusos de poder, etc., enardecen la conciencia de todos los hombres y mujeres que ven en estos hechos no sólo el ataque aun individuo, a un grupo o a un partido político, sino la amenaza de su extensión a todo el pueblo. La solidaridad internacional con los pueblos que luchan en situación difícil, ha desempeñado y desempeña en América Latina un papel relevante en la tarea por contener la represión criminal de la reacción en el Poder. Las Ligas antiimperialistas que proliferaron en este continente en las décadas del 20 y 30, fueron un instrumento efectivo en apoyo a la acción patriótica de Augusto César Sandino en Nicaragua por batir la intervención armada del imperialismo. Actualmente la frolidaridad con el heroico pueblo paraguayo detiene en gran medida la brutalidad del régimen de StrO'?ssner y obliga a regímenes como el de Nicaragua, Ecuador, Guatemala, República Dominicana, a escuchar la voz de la opinión pública, a contener sus procedimientos criminales con los patriotas encarcelados e incluso a ponerlos en libertad.

Los medios modernos de comunicación [radio, televisión, prensa] acercan a los pueblos, haciendo posible que no pasen inadvertidas para ellos las acciones punitivas de la reacción. De ahí que cuando militares golpistas coma el actual jefe del gobierno de Honduras quieren eludir su responsabilidad en el asesinato y encarcelamiento de patriotas, aduciendo que quienes protestan desde el exterior carecen de información veraz, ignoran cínicamente la extensa divulgación mundial de cus vandálicos actos, que levantan oleadas de indignación. Esta es una muestra del valor práctico de la solidaridad internacional, fuerza de que se podrían citar numerosos casos en que la solidaridad logró arrancar de las manos de la reacción a patriotas y revolucionarios. La experiencia nos dice que es posible impulsar internacionalmente, y en el caso de América La.tina continentalmente, la solidaridad de los demócratas con ios pueblos oprimidos y que luchan por cu liberación. Cada vez se va haciendo más necesario darle a esta solidaridad un carácter más orgánico, que responda en la misma medida a la propensión imperialista por organizar continentalmente la represión contra los pueblos. Es indispensable oponer a la acción represiva de las fuerzas reaccionarias, la acción combativa de todos los demócratas y de todos los pueblos en defensa de la integridad personal, del derecho a la democracia y a la libertad.

El Pariido Comunista Francés en la lucha por la paz, el pan y la democracia El año 1963 se ha caracterizado en Francia por un pujante desarrollo de las luchas populares en favor de la paz, el progreso social y la democracia. La firma del Tratado de Moscú sobre la prohibición parcial de los ensayos nucleares ha impulsado la combatividad por la paz.1 A iniciativa del Movimiento de la Paz se comenzó una campaña de peticiones en pro de la adhesión de Francia al Tratado de Moscú. Al suscribir las peticiones presentadas a su consideración, centenares de miles (ie francesas y franceses han afirmado y afirman la adhesión del pueblo de Francia al Tratado de Moscú, y por lo mismo su oposición a la fuerza de choque atómica que está creando ahora el poder degolista. La potencia del movimiento de masas en favor de la paz ha permitido la constitución de un amplio Comité temporal contra la fuerza de choque y por el desarme general y controlado. En él participan el Partido Comunista Francés, el Partido Socialista [SFIO], el Partido Socialista Unificado [PSU], el Partido Radical Socialista, el Movimiento de la Paz, la CGT, el Sindicato Nacional de Maestros, la Federación de Educación Nacional, agrupaciones de jóvenes y muchas otras organizaciones. El Comité prevé continuar su actividad y organizar una gran manifestación nacional que será el proseguimiento de las acciones que, del 17 al 24 de noviembre, movilizaron en diferentes ciudades de Francia y en París a más de 250.000 personas. De esta manera se ha manifestado claramente la voluntad del pueblo francés de exigir la adhesión de Francia al Tratado de Moscú, el desarme general y controlado y de oponerse a la fuerza de choque atómica. Estas acciones y las que se preparan inquietan al poder degolista, que piensa seguir la vía funesta que ha elegido. Ayudan al pueblo francés a comprender mejor las profundas razones de las dificultades inherentes a la política y a la existencia del régimen de poder personal. Cada vez es mayor el número de francesas

y de franceses que comprenden la ligazón directa existente entre las fabulosas sumas derrochadas en la carrera de armamentos atómicos y la-3 dificultades económicas, la subida de precios, el bloqueo de los salarios, la mísera situación de las escuelas y de las universidades, la agravación de la crisis de vivienda. Un periódico degolista se vio obligado a escribir, criticando la lucha de las fuerzas de la paz: «Así, pues, resulta mucho más cómodo afirmar, como se hace, y no sin éxito, que sería suficiente suprimir "la fuerza de choque" para que las escuelas y las viviendas crezcan como las setas. Hay que reconocer que este argumento prende». Los mantenedores del poder personal reconocen de esta manera que los sofismas tendentes a justificar la carrera de armamentos atómicos, aunque con ellos se consigue engañar a. demasiados franceses, pueden ser eficazmente combatidos. Esto exige una tenaz lucha ideológica, ya que hay que demostrar que la política de poder personal, lejos de ser un factor de acrecentamiento del prestigio de Francia, conduce, por el contrario, a su aislamiento en el plano internacional. Al mismo tiempo, que la acción unida por la paz, se desarrollan las luchas reivindicativas. E^tas luchan han sido particularmente importantes en los servicios públicos y entre los funcionarios, pero también tienen lugar eu el sector privado. Según cálculos válidos, el número de jornadas laborales perdidas por lan huelgas ascendió a 9 millones sólo en 1963. Esta es la cifra más elevada después de las grandes huelgas de agosto de 1953. ¡Qué lejos está esto de la afirmación optimista de De Gaulle cuando declaró con cierta jactancia que en Francia había habido en 1961 sólo un millón de días de huelga, argumentando sobre esta base que las huelgas son «anacrónicas» y que la lucha de clases es una ¿moción anticuada»! El descontento no se limita a la clase obre-

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ra. Entre los campesinos han tenido lugar grandes manifestaciones contra la política del Gobierno encaminada a liquidar centenares de rniles de pequeñas y medianas explotaciones agrícolas familiares. Los campesinos se niegan a pagar las consecuencias de una política de aceleración de las contradicciones capitalistas en el campo, quieren poner fin a la disparidad de precios de los productos agrícolas e industriales, que asegura a los monopolios capitalistas sustanciales beneficios. El mes de noviembre se ha significado por la gran huelga de estudiantes y profesores. Las universidades se han pronunciado contra la nefasta política degolista que asfixia la enseñanza, las investigaciones científicas, la cultura. En respuesta a la lucha nacional de los universitarios, que quieren salvaguardar y desarrollar el patrimonio cultural de Francia, las autoridades emplearon como argumentos esenciales las amenazas y las porras dé la policía. Así, en todos los dominios, se confirma el verdadero carácter del poder personal, expresión del dominio reforzado de los monopolios capitalistas. La pujanza- y la diversidad del movimiento de protesta de las masas populares ponen en primer plano la necesidad de terminar con el régimen de poder personal. Es cierto que no todos los que están descontentos de la política degolista y que lo expresan en numerosas acciones, se dan cuenta de la necesidad de cambiar de sistema. Por eso el Partido Comunista Francés trata de descubrir las causas profundas del legítimo descontento de las masas, a saber, el poder personal y su nefasta política, y se esfuerza por mostrar a las masas una salida democrática a la situación creada por el régimen degolista. Para ello el Partido desarrolla su programa por una verdadera democracia, muestra los puntos comunes que existen sobre los grandes problemas de política interior y exterior en los programas del Partido Comunista, del Partido Socialista y de otros partidos democráticos. La idea de una Asamblea Constituyente ele-

EN LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBBEKOS

gida por sufragio universal y a base de la representación proporcional, para elaborar una Constitución democrática, progresa. Esta idea ha sido aceptada incluso por los dirigentes del Partido Socialista [SFIO]. Claro es que la necesidad de la nacionalización de todos los monopolios de facto no es compartida en la actualidad por los otros partidos democráticos. Pero el Partido Socialista, por ejemplo, demanda, como el Partido Comunista, la nacionalización de los bancos comerciares, lo que afectaría a bancos ligados directamente al Poder, como el Banco Rothschild, el Banco de París y de los Países Bajos, el Banco de la Unión Parisina, el Banco Lazará, etc. La nacionalización de los monopolios de facto, en el cuadro de una verdadera democracia, contribuiría al aislamiento de los grupos monopolistas, a debilitar su poderío y a destacar el papel de la clase obrera en la vida del país. Esta concepción se abre camino en la conciencia de las masas. El número y la importancia de los puntos de coincidencia que figuran en los programas de los partidos democráticos, ciertamente hacen posible la elaboración de un programa común de las fuerzas obreras y democráticas opuestas al poder personal. La elaboración de un tal programa contribuiría a dar una amplitud excepcional a la lucha de la clase obrera y del pueblo de Francia para poner fin al poder de los monopolios y para crear una democracia verdadera y estable que goce del apoyo de las más amplias masas de nuestro pueblo. Partiendo de este punto de vista, el Pleno del Comité Central del Partido, reunido los días 5 y 6 de octubre, decidió emprender una gran campaña nacional para desarrollar y exponer la necesidad de elaborar un programa común a todos los partidos y organizaciones democráticas con miras a poner fin al poder personal. El éxito de los numerosos mítines y manifestaciones organizados con este objeto muestra que una tal actividad está en correspondencia con la voluntad de la clase obrera y de las fuerzas democráticas. Desarrollando esta gran lucha por la paz, el pan y la democracia, el Partido se encamina hacia su XVII Congreso Nacional. Jacques DUCLOS

Hacia un gran Partido Comunista de masas en España Fechada en una cárcel franquista el día 20 de abril de 1963, cuando fue conocido el monstruoso asesinato de uuno,n de nuestro nuestro canituraua camarada Julián Grimau, recibió la esposa del héroe la siguiencarta: te «En carta: estos días tan dolorosos para ti, que-

remos hacerte llegar un saludo sentido y emocionado. Hemos seguido día tras día las vicisitudes ^oj.uu.u.^=, de ^ los *~~ últimos momentos de Julián. Nos quedamos atónitos ante las manifiestas ír^fekn/Mrvnac! del ripi régimen, rpp-imp.n. al propio oroüio tiempo que intenciones nos entusiasmaba la enérgica firmeza de un J..^W

V-UJI^VA»^,***^^

hombre ante una muerte cierta. No éramos comunistas. Nos faltaba el argumento final que viniese a precipitar la decisión de pedir nuestro ingreso en el Partido Comunista de España. El día que se nos comunicó el trágico fin de tu compañero Julián, sentimos la necesidad espontánea e individual de cubrir con nuestra presencia el hueco irreparable que Julián había dejado en el Partido que precisamente por ser el más nacional viene siendo el más perseguido. Su actitud y su sacrificio nos ha abierto definitivamente los ojos y ha conseguido, con el último gesto de su vida, lo que sus ejecutores trataron con toda fuerza de impedir: que el pueblo estreche sus filas, que de todas partes surjan hombres dispuestos a tener el honor de pertenecer a un partido que cuenta con una multitud de hombres decididos a luchar contra la opresión, por una vida mejor y por una sociedad justa». Esta emocionante carta está firmada por dos jóvenes, uno obrero, otro estudiante, que actualmente se encuentran condenados en una cárcel de España, por actividades antifranquistas. En esos Irnismos días posteriores al crimen, otro intelectual español, también encarcelado, se dirigió a la sufrida y valerosa compañera de nuestro inolvidable camarada solicitando el ingreso en el Partido de Grimau. «Por mi parte —dice nuestro camarada— puedo deciros que el nombre de Julián Grimau irá unic'o a mí hasta la muerte. Si yo, como tantos otros compatriotas, he pedido el ingreso en su causa, al saber su sacrificio, y guiado por su ejemplar vida, a su causa consagraré mis energías mientras viva. Y estoy seguro —termina diciendo este nuevo camarada— que con él, con vuestro y nuestro Julián, iremos a inaugurar el alba para nuestro sufrido pueblo». Cartas semejantes, llenas de emoción, de sinceridad y de entusiasmo revolucionario, solicitando el ingreso en el Partido y en la Juventud Comunista, han recibido la compañera del héroe y nuestro Partido en gran cantidad, después del odioso crimen cometido en Madrid con el patriota preclaro y miembro del Comité Central de nuestro Partido Julián Grimau. A la promoción «Asturias» comenzada en octubr-e de 1962 se enlazó otra promoción espontánea que llevaba el nombre de nuestro camarada. Millares de hombres y mujeres han ingresado en el Partido o en la Juventud en estos últimos meses. Al mismo tiempo se han constituido gran cantidad de nuevas organizaciones en las fábricas, en los pueblos y en las universidades y otros centros de enseñanza. Todos los camaradas recientemente ingresados vienen con el deseo de contribuir personalmente a la preparación y organización de la huelga general política, que es en este momento el objetivo más inmediato que se propone nuestro Partido. En la célula de la Juventud Comunista de Sama de Langreo, que 4 -N. Eipoca

lleva el nombre de Julián Grimau, solicitaron su ingreso un joven estudiante y otro obrero, de 16 y 17 años respectivamente. En su petición escrita decían lo siguiente: «Para vengar la muerte dé nuestro entrañable Julián, lucharemos por la organización y el completo desarrollo de la huelga general política. Julián será vengado con los efectos de la misma». Entre los millares de nuevos camaradas están en primer lugar obreros de la ciudad y del campo, pero también muchos estudiantes e intelectuales. La inmensa mayoría de los nuevos ingresos lo han hecho en las organizaciones existentes en los diferentes lugares del país. Pero hay también muchos trabajadores emigrados que se han adherido al Partido y a la Juventud Comunista en los diferentes países de Europa, donde existe una emigración económica. Son también muchos centenares los que se han dirigido por carta a Radío España Independiente solicitando su ingreso en las filas de los comunistas españoles. En general, sin que esto quiera decir que nos damos por satisfechos, podemos afirmar que la campaña de reclutamiento comenzada en octubre pasado con la promoción «Asturias» e incrementada considerablemente después del sacrificio de Grimau, ha constituido un éxito considerable que va a permitir y facilitar la realización de las grandes tareas políticas de nuestro Partido. Es evidente que nuestra organización, al incrementarse con nuevos militantes, se ha fortalecido políticamente. No nos es posible, por razones de la clandestinidad, dar datos precisos. Pero lo que vamos a decir a continuación permitirá hacerse una idea del reforzamiento del Partido en estos últimos meses. En una sola organización, probablemente la más numerosa en la actualidad, han ingresado en el Partido y en la Juventud Comunista más de dos mil nuevos camaradas. Otra organización que contaba antes de la promoción «Asturias» con quinientos militantes, tiene actualmente cerca de mil doscientos. En Madrid, la ciudad que vio nacer a nuestro inolvidable camarada Grimau, donde fue detenido y martirizado hasta la muerte, han venido al Partido y a la Juventud gran cantidad de nuevos militantes obreros y estudiantes e intelectuales, que se cuentan por centenares. En Asturias la heroica, donde el pasado verano estuvieron en huelga decenas de miles de mineros, son también varios centenares los trabajadores que se han adherido al Partido y a la Juventud. Y así en todas partes, en Cataluña, en Levante, en Andalucía y Extremadura, en Castilla, Aragón, Galicia y Euzkadi. Gracias a la campaña de reclutamiento nos encontramos hoy, a pesar de las dificultades propias de la clandestinidad, con importantes empresas industriales donde la organización del Partido y de la Juventud encuadra a más de cien comunistas, lo que significa una fuer-

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za muy considerable. En no pocos pueblos, las organizaciones del Partido cuentan con cien o doscientos militantes. También se han producido cambios cuantitativos y cualitativos muy serios en las universidades españolas y en otros centros d-e enseñanza. ¿Quiénes son estos nuevos camaradas? El análisis y estudio de los que han venido al Partido o a la Juventud en estos meses últimos es muy aleccionador. Destacan en primer lugar los jóvenes trabajadores y estudiantes. La inmensa mayoría de los recientes ingresos no pasan de los treinta años. Hay que decir que en todas las organizaciones de nuestro Partido predominan con mucho las nuevas generaciones, que no solamente son simples militantes de bas-e, sino que ocupan cargos de gran responsabilidad en los comités de empresa, de pueblos, de otros lugares de trabajo, así como en los comités locales, comarcales y provinciales. Muchos de los jóvenes que pidieron su ingreso después del fusilamiento de Julián Grimau, son hijos de asesinados por el régimen. Estos muchachos y muchachas sienten un odio ilimitado por este régimen fascista que ha ocasionado tantas lágrimas, culpable del atraso de nuestra patria. Esta juventud es una fuerza extraordinaria, plena de fe en la victoria, combativa y dispuesta a poner fin al -estado actual de coras. Pero entre los jóvenes que solicitaron su ingreso en el Partido y en la Juventud hay también multitud de ellos que vienen de familias que combatieron contra la República. La justa política de nuestro Partido ~ tendente a terminar con la divisoria establecida durante la guerra civil y que Franco estaba muy interesado en perpetuar, ha facr litado considerablemente este fenómeno tan positivo. Y todos esos jóvenes, los unos y los ot^os, conviven perfectamente en «1 seno del Partido, luchan juntos con abnegación por ^reparar la huelga general, se ayudan mutuamente y se comprenden a la perfección. He aquí el resultado de la política de reconciliación nacional que defiende y aplica nuestro Partido desde 1956, que está permitiendo aunar esfuerzos, fundir en un mismo anhelo a todos los españoles, que independientemente del lado -en que combatieron ellos o sus pa dres durante la guerra civil, han tomado conciencia de la monstruosidad que es la dictadura del general Franco y del anacronismo que supone -este régimen defensor de los intereses de la oligarquía financiera y terrateniente. En el seno de nuestro Partido se funden hoy admirablemente decenas de miles de españoles que animados por un espíritu combativo se preparan para dar la batalla decisiva a la dictadura sangrienta que nos oprime Otra experiencia interesante de la campaña de reclutamiento es la incorporación al Partido de muchos trabajadores e intelectuales que pertenecieron anteriormente a otras organizaciones obreras y democráticas y muy particularmente al Partido Socialista Obrero Es-

pañol, a la Confederación Nacional del Trabajo y a grupos de las Javentudes Obreras Católicas y de las Hermandades Obreras de Acción Católica. Un veterano militante socialista, dirigiéndose al Partido, solicitaba su ingreso con estas palabras: «Llevo muchos años militando en el Partido Socialista. Pero considero que ha llegado el momento de continuar mi accjón revolucionaria en el único Partido que actúa heroicamente por conquistar los objetivos que a mí me llevaron al Partido Socialista. Ese Partido es el Comunista». Otras cartas 'emocionantes hemos recibido de camaradas anarquistas y de trabajadores católicos. Hay que decir que buena parte de estos nuevos ingresos son hombres prestigiosos, con un largo historial de lucha y con gran influencia entre las masas. También nuestra política justa ha facilitado en gran medida la incorporación al Partido de estos hombres que han dado erte paso después de una larga y difícil meditación. Nosotros, todos nuestros camaradas, viejos y jóvenes militantes, les recibimos con los brazos abiertos y nos esforzaremos por crearles las mejores condiciones para que sientan de verdad que entre nosotros están continuando su vida de revolucionarios y que no son considerados como advenedizos, sino que tenemos -en cuenta su veteranía de revolucionarios. También son numerosas las mujeres y las muchachas que se han adheridlo al Partido y a la Juventud. La incorporación a la actividad política de las mujeres españolas es un hecho evidente y de gran importancia y significación. Además de las militantes de base de las células femeninas, centenares de mujeres -encuentran ocupando puestos de responsabilidad, demostrando, en ellos iniciativa, competencia y -espíritu de Partido. El factor esencial de la creciente actividad de las mujeres es la agudización de la situación política en el país, la maduración progresiva de las contradicciones del régimen y la elevación de la combatividad de las masas y en particular de las mujeres. Desde Asturias se dirige a Radio España Independiente una mujer asturiana con las siguientes palabras: «Soy asturiana y tengo a mi marido en huelga, Tengo hijos y los quiero con todo mi corazón. Quisiera que todas las mujeres de los huelguistas nos uniéramos a nuestros maridos y lucháramos todos juntos hasta morir si fuera preciso. Que no haya ningún asturiano que se deje engañar por este mal Gobierno. No dejéis a vuestros maridos ir al trabajo mientras no tengamos sindicatos libres y pongan en libertad a todos los detenidos que son martirizados por quien pudiéramos llamar verdugo de Asturias, que es el comisario de policía Ramos. Saludo a la vez al Partido Comunista y felicito a todos los mineros asturianos que tan fielmente luchan por nuestro pueblo. ¡Viva Asturias y sus valientes luchadores!» Eso mejor que nada demuestra el espíritu que anima a buen número de mujeres españolas, y no solamente a las mujeres trabaja-

EN LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS

doras, sino a las intelectuale- y universitarias. Todo esto prueba que el Partido de masas que concebíamos en el VI Congreso, con muchas decenas de miles de militantes, -está convirtiéndose en una magnífica realidad. La represión policíaca y las dificultades de todo género con que nos enfrentamos diariamente los comunistas españoles no pueden impedir que se cumpla ese exaltante objetivo. La promoción «Asturias» y el ejemplo grandioso de Julián Grimau han robustecido considerablemente las filas de los comunistas de España. Los hechos demuestran elocuentemente la justeza de nuestra política de organización aprobada por el VI Congreso, que planteaba la posibilidad de un Partido Comunista con decenas de rníles de miembros en un régimen de dictadura fascista en franca descomposición. Sin ese gran Partido que estamos creando, no podríamos hacer frente a las grandes e históricas tareas que tenemos delante. Nuestros militantes están generalmente muy vinculados a las masas, son hombres y mujeres con una vida social activa y saben, cada día mejor, combinar las formas legales y extralegales de lucha. E~-. así, en los hechos de cada día, cómo el Partido asegura de verdad su papel dirigente. En nuestro Partido existe una gran unidad en torno a su política justa y a su Comité Central. Nuestro Partido y todos sus miembros son fieles al internacionalismo proletario y s-e educan en los principios creadores del marxismo-leninismo. Nosotros estamos orgullosos de sentirnos totalmente identificados y aprobamos la lucha que sostiene el gran pueblo soviético, dirigido por su Partido Comunista, por salvaguardar la paz y construir el comunismo. Nada ni nadie podrá debilitar nuestra unidad, que es cada día más colida y consciente. Este crecimiento del Partido nos obliga a mantener formas de organización muy flexibles y originales, que están a la vez determinadas por las condiciones concretas de nue~~ tro país. Permitimos incluso la afiliación directa de determinados camaradas que por su situación especial no pueden o no conviene que estén encuadrados en una organización de ba~e. Gracias a esto, muchos eanmradas actúan eficazmente y con el máximo posible de garantías de seguridad. También mantenemos una separación o descentralización de unas organizaciones con otras, no sólo entre unas y otras provincias, sino incluso en ?l interior de una misma ciudad. Las organizaciones de la Juventud Comunista actúan desligadas de las organizaciones del Partido. Los problemas que crea esta separación y decentralización tratamos de resolverlos desde arriba con la intervención del CC y de otros organismos responsables. Pero los resultados obtenidos no son todavía suficientes. Es evidente que necesitamos marchar hacia adelante con más rapidez y audacia, sin caer, naturalmente, -en aventurerismos. Existe aún no poco sectarismo en

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ciertos camaradas responsables, jóvenes y adultos, que entorpecen inconscientemente el desarrollo de la organización. Con estos carnaradas tenemos que sostener una lucha cordial, pero constante, con el fin de ayudarles a ver claro, a comprender los cambios operados en nuestro país, que no solamente permiten, sino que hacen indispensable una concepción verdaderamente revolucionaria y creadora como es la de convertir nuestra organización en un poderoso Partido d-e masas. Los resultados obtenidos en el campo, concretamente entre los campesinos pobres y medios, nos estimulan a ser mucho más cuidadosos y consecuentes para incrementar nuestra organización y nuestra influencia entre esos millones de españoles, que son una gran fuerza -en nuestro país. El Partido Comunista de España, quo defiende la consigna de «La tierra para quien la trabaja», *es al mismo tiempo el mejor defensor de loo intereses de los campesinos trabajadores, de sus propiedades y de sus justas reivindicaciones. Esos sufridos campesinos de Castilla, de Galicia, de Levante, de Andalucía y Extremadura, -expoliados por la política económica de la dictadura, se van dando cuenta de que los comunistas, contrariamente a lo que dicen los franquistas, somos sus únicos defensores. Nuestro Partido no es únicamente el Partido de los obreros industriales y agrícolas. Es también el Partido de los campesinos trabajadores, que sufren y penan, pero que también luchan, en los campos de España. En este importante sector podemos y debemos obtener mayores resultados. Actualmente avanzamos hacia grandes acciones de masas en nuestro país. La huelga política de los mineros de Asturias y León, -en la que han participado 40.000 trabajadores y en la que las mujeres han alentado y sostenido a los huelguistas con admirable coraje y abnegación, ha confirmado que la perspectiva de la huelga general política es correcta y real, y que esta perspectiva la ha hecho suya el sector que hoy marcha a la cabeza de la clase obrera española. Después de las huelgas de Asturias, el Comité Central, cuyo Pleno ampliado se celebro en los primeros días de noviembre del ano pasado, ha comprobado con satisfacción el fortalecimiento numérico, político y organizativo del Partido. Los golpes terroristas de la dictadura han producido dolorosas bajas en nuestras filas y en los órganos dirigentes dej Partido, pero —se constató en el Pleno— no han conseguido debilitarlo. Ante los comunistas -están planteadas tareas sumamente responsables y complicadas. Estamos seguros de que sabremos afrontarlas y darles la solución adecuada. No cabe duda que en este camino, lleno de obstáculos, a veces tropezaremos. Los comunistas se forman en la lucha —esa es la mejor escuela—, aprendiendo en sus aciertos y en sus errores, es decir, en la propia experiencia. Una cosa está clara para todos nosotros: la

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necesidad de hacer un Partido cada día más fuerte, no sólo por el número de sus miembros, sino por su alto nivel ideológico, su fidelidad y abnegación -en la lucha. Así podremos, junto con todo nuestro pueblo, junto con todas las demás fuerzas democráticas de

nuestro país, alcanzar lo que tanto ansia la inmensa mayoría de los españoles, esto es, el restablecimiento de la democracia, etapa indispensable para marchar más allá, hacia el socialismo, Eduardo GARCÍA

La iniciativa popular [Notas de Checoslovaquia] A cada paso puede verse en Checoslovaquia la iniciativa de las masas. Este típico fenómeno de la sociedad socialista no es privativo de personas o grupos aislados. Descansa sobre una sólida base: la propiedad social de los medios de producción, él objetivo común de la construcción del socialismo y del comunismo y la auténtica igualdad y la fraternal colaboración entre los hombres. Por lo tanto, el surgimiento de la iniciativa popular está determinado directamente por el propio régimen social y por las nuevas relaciones humanas. La iniciativa creadora de las masas no sólo es fruto de la nueva sociedad, sino también una premisa de su desarrollo. La construcción de esta sociedad exige la participación directa de millones de personas. En empresas y talleres y en diversos sectores de la actividad económica es ya corriente que en las asambleas de producción se discutan diferentes problemas del desarrollo de la industria y del trabajo de toda la colectividad y de algunos de sus miembros por separado. Sólo en 1962 se celebraron más de un millón de asambleas de este carácter. Esto es exponente del gran interés que muestran los trabajadores por la producción, por mejorar la organización de la misma y por elevar el nivel técnico. A lograrlo contribuyen la resuelta y amplia crítica de las deficiencias, como también las propuestas que se hacen en dichas asambleas. La emulación socialista desplegada en el país por la superación de los planes y la búsqueda de nuevos métodos y de formas más perfectas de organización laboral son la expresión más generalizada de la nueva actitud hacia el trabajo. Tres millones y medio de trabajadores participan voluntariamente en distintas formas de emulación, que les reportan beneficio a ellos mismos y sirven de provecho a toda la sociedad. Una de las formas de la emulación es el movimiento por conquistar el honroso título de colectividad de trabajo socialista. Este movimiento, que se ha extendido ampliamente entre el pueblo, no sólo abarca la producción, sino que trasciende también a la fisonomía moral de los trabajadores. Para con-

quistar este título de honor no basta con trabajar bien. Es preciso además que los miembros de la colectividad laboral eleven sus conocimientos y calificación profesionales, mejoren su formación cultural y observen ejemplarmente las normas de la moral socialista. A este movimiento se han incorporado más de un millón de trabajadores. El trabajo con espíritu creador y la iniciativa de las masas se ven reflejados también en -el movimiento de los racionalizadores e inventores. En el transcurso de cuatro años [1959-1962] los trabajadores checoslovacos presentaron 1.227.722 propuestas encaminadas a mejorar y racionalizar la producción. Las 618.947 propuestas que ya han sido aplicadas han permitido economizar unos 5.000 millones de coronas. Esta economía, además de beneficiar a la sociedad, es provechosa para los propios racionalizadores, que reciben premios al ser puestas en práctica sus sugerencias. El invierno de 1962-63 fue muy crudo en Checoslovaquia. Los intensos fríos repercutieron sensiblemente en el funcionamiento de las centrales eléctricas y de las empresas. Sin embargo, la iniciativa y el entusiasmo de los trabajadores han permitido recuperar el tiempo perdido a comienzos de año. Haciéndose eco del llamamiento del CC del Partido Comunista de Checoslovaquia a aumentar la producción, el personal de las empresas industriales asumió el compromiso de obtener en 1963 una producción equivalente a 1.200 millones de coronas por encima de la prevista en el plan. A finales de septiembre este compromiso se había cumplido ya en el 70,5%: el país recibió por encima del plan mercancías valoradas en 846 millones de coronas. A iniciativa de obreros miembros de la Unión de la Juventud Checoslovaca, en las empresas, cooperativas rurales e instituciones se han constituido numerosos grupos que ostentan loa nombres poco comunes de «omnipresentes» y «reflectores». Estos grupos de jóvenes inculcan el sentido de la buena administración en el ámbito de la producción. Denuncian las deficiencias en la industria,, en el comercio y en la organización de los servicios y procuran subsanarlas, ayudan a acelerar la aplicación de las propuestas racionalizadoras y luchan por una elevada calidad de la producción.

EN LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS

EL, PARTIDO, ORGANIZADOR DE LA ACTIVIDAD CREADORA DE LAS MASAS

La iniciativa popular se manifiesta bajo determinadas formas que ya han arraigado profundamente en la vida de los trabajadores. Mas estas formas del movimiento no surgieron de manera espontánea. Han plasmado y se han desarrollado con el apoyo del Partido, de sus organizaciones; las impulsa y anima el abnegado trabajo de los comunistas. En la actualidad se está operando en el Partido un proceso que se distingue, entre otras cosas, por la búsqueda de vías que permitan mejorar la actividad de sus organizaciones y aprovechar más plenamente la energía y la capacidad de cada comunista a fin de cumplir con todo éxito las tareas de la construcción del socialismo. Al buscar estas vías se ha visto con claridad que los conocimientos y las aptitudes de cada comunista sólo podrán aprovecharse de la mejor manera cuando se les encomienden tareas concretas de partido. Esta idea se ha visto expresáTda en la iniciativa de los comunistas de la región de Moravia Meridional, que han lanzado esta consigna: «A cada comunista, una tarea concreta en la producción material». Las organizaciones del Partido envían a los comunistas a trabajar -en los sectores rezagados de la producción y les encargan de trabajos determinados en lo tocante al desarro lio de la técnica, a la elaboración e implantación de la nueva tecnología, a la -elevación de la productividad del trabajo y al mejoramiento de la calidad de la producción. ASÍ es como el Partido ayuda a superar las dificultades en la economía, influye en la dirección de la misma y orienta la abnegación y el entusiasmo de los trabajadores hacia los lugares donde son más necesarios. Los miembros del Partido aprenden los nuevos procesos tecnológicos, organizan el trabajo en los sectores rezagados y, al mismo tiempo, elevan su calificación. Es lógico que les secunden los trabajadores sin partido. Así, pues, está surgiendo un movimiento masivo que ejerce profundo influjo tanto sobre la producción como sobre las relaciones entre los hombres. La actividad organizativa concreta, cuando tiene como base el buen conocimiento de la producción industrial y agrícola y las condiciones específicas de cada lugar, ayuda a vencer las dificultades de la producción, imprime concreción y claridad a la labor de las organizaciones del Partido, haciendo que sea más rápida y eficaz y esté bien orientada. La convicción de que pueden mostrar plenamente sus aptitudes en un sector determinado de la producción también sirve de gran estímulo a los comunistas. De este modo, al participar n el cumplimiento de las impostergables tareas encaminadas a mejorar la producción, llevan a la práctica el llamamiento del CC fi-i'l Partido: obtener en 1963 más producción por encima del plan.

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El llamamiento del CC del PCCh «Por una actitud socialista1 hacia el trabajo, por el honor obrero, por el honor del campesino» ha despertado entusiasmo entre millones de trabajadores de la ciudad y del campo. Respondiendo a este llamamiento, un grupo de ingenieros y técnicos comunistas de la fábrica CKD, de Praga, ha presentado un proyecto de desarrollo técnico de esta gran empresa de construcciones mecánicas de la capital checoslovaca. Los ingenieros y técnicos, junto con los obreros, están realizando una intensa labor preparatoria para la completa modernización de algunos talleres de esta empresa. Su ejemplo se ha extendido a otras empresas del país. CAMPO ABIERTO A LA INICIATIVA CREADORA

Muchos trabajadores de Checoslovaquia habitan lejos de las empresas donde trabajan. Su vida cultural y social y la vida de sus familias está concentrada, generalmente, en las zonas residenciales. Y aquí podemos observar numerosas manifestaciones de la iniciativa popular. Una forma tradicional de esta iniciativa, surgida en los años de posguerra, es •el movimiento voluntario por la urbanización de ciudades y pueblos. Este movimiento, que nació como una forma de ayuda mutua para remediar los destrozos de la guerra, abarca hoy día a centenares de millares de ciudadanos. En 1962 trabajaron gratuitamente 145 millones de horas, cumpliendo labores estimadas en 1.870 millones de coronas. Con el concurso voluntario de los ciudadanos s-e han construido 28 gimnasios, más de 800 canchas deportivas, 145 casas de la Cultura, 39 edificios para los comités nacionales locales, se han tendido 80 kilómetros de tuberías para conducción de aguas y 931 kilómetros de caminos, *etc. La participación de cada ciudadano en estos trabajos, útiles para toda la sociedad, también lleva el signo de la acción impulsora de las organizaciones del Partido. En las barriadas urbanas actúan las organizaciones del Partido que agrupan a los comunistas domiciliados en ellas. Son en general miembros del PCCh no ocupados en la producción, por ejemplo, amas de casa y pensionistas. Entre ellos hay magníficos organizadores de las masas. Cuando se va por las calles de Praga y de otras grandes ciudades de Checoslovaquia saltan a la vista unas pequeñas placas fijadas en las fachadas de muchas casas. En esas placas se dice que los inquilinos de la casa aseguran colectivamente la conservación d-e la misma. Cuidan de que todo esté en orden y se reúnen para aconsejarse sobr-e cómo contribuir a la urbanización de su barriada. Con frecuencia, sus conversaciones se convierten en charlas políticas sobre los últimos acontecimientos en el país y en el extranjero. Es evidente que también aquí empieza a formarse una colectividad de personas no in-

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diferentes a las preocupaciones y necesidades de los deniá^ y que aunan sus esfuerzos y conocimientos para consagrarlos al bien común. Así, pues, el socialismo brinda el más va^to campo de acción a la voluntad, el talento y la capacidad del hombre. En nuestro país, donde los trabajadores, jóvenes y adultos, aprenden a ver todos los fenómenos en su concatenación, a descubrir sus eausai y prever sus efectos, el nivel político es bastante -elevado, Las formas mediante las cuales se estimula la participación de los ciudadano.3 en la solución de las tareas políticas presentan hoy un carácter distinto del que ofrecía en un reciente pasado, cuando no había televisión, que ahora, a la par de la radio, constituye en nuestro país un medio corriente de información y de recreo cultural de cada familia. Los medios de información masiva influyen cada vez más en •el pensar y el sentir de los trabajadores. Las organizaciones del Partido lanzan y propagan las más diversas consignas, en consonancia con las exigencias de la actividad de unos u otros sectores laborales. Por ejemplo, en la agricultura se ha difundido ampliamente la consigna «¡Cada trabajador calificado de la agricultura debe conocer el manejo del tractor!» Esta consigna impulsa en las cooperativas y en las haciendas del Estado la formación de grupos especiales de motocultores que se orientan a mecanizar en sus sectores de trabajo todas la-3 faenas, desde la siembra hasta la recolección. Esta medida permite utilizar grandes reservas, como lo muestran los siguientes datos: a finales del primer trimestre de 1963 ya se habían constituido en el campo 2.016 grupos de ese tipo, integrados por el 4%, más o menos, de todos los trabajadores ocupados en la agricultura, y que labraron el 30% de las tierras de sembradura. A fin de desarrollar la iniciativa no basta con aprovechar la experiencia de vanguardia que ya se posee, sino que es importante y necesario buscar constantemente nuevos métodos. Asimismo reviste gran alcance la publicación en la prensa y la transmisión por radio y televisión de informaciones sobre ei mejor aprovechamiento de la nueva técnica, de los procesos tecnológicos y de la organización del trabajo más avanzada, lo que de ordinario va ligado a la economía de tiempo, de materiales y de energía eléctrica. Bajo -el influjo de los ejemplos positivos de quienes van en vanguardia aparecen nuevas formas de trabajo colectivo y se fortalecen las relaciones de fraternal ayuda mutua. Sobr-e esta base ha surgido y ha encontrado amplio eco, por ejemplo, el método laboral del trabajador ganadero Trousil, miembro del Partido. Durante largo tiempo ensayó y perfeccionó un sistema de cuidado de las vacas, buscando las raciones de pienso más adecuadas. Fue comprobando su idea a través de los días, no cejó en los -ensayos, observó con la mayor atención todos los procesos del tra-

bajo y sus resultados, los analizó y sacó las debidas conclusiones, llegando en definitiva a obten?r un nuevo método de trabajo cuya aplicación ha permitido elevar la productividad del ganado -en toda la, región de Moravia Septentrional. Los ensayos y las búsquedas con sentido creador no sólo son necesarias en el dominio de la ciencia, sino también en los trabajos que a primera vista parecen sencillos y corrientes y en los que, apreciadas las cosas superficialmente, diríase que nada puede cambiarse. Como ha dicho el camarada Trousil, lo más difícil es empezar a dudar de los métodos de trabajo aceptados generalmente, librarse de la ciega imitación de las costumbres y tradiciones establecidas y comenzar a buscar nuevas y mejores vías. El Partido hace uso de toda su influencia para despertar e impulsar en todos los trabajadores un espíritu audaz, el afán de perfeccionamiento de los hábitos laborales, de superación constante de los resultados conseguidos. El Partido les exhorta continuamente a buscar con ánimo creador nuevos métodos y formas. Los trabajadores comprenden cada vez mejor que el desarrollo no puede interrumpirse, que el ritmo del progreso depende de ellos rnrmos. Esto les llena de orgullo y les hace cobrar conciencia de que con sus aportaciones al incremento de la producción marchan al lado de los mejores hombres de nuestro tiempo. Sin ^embargo, el desarrollo general de la iniciativa no es un proceso liso y llano. A menudo, en diversos lugares, como por ejemplo, en las cooperativas agrícolas, tropieza con la resistencia del egoísmo individual o de grupo; en algunas partes surge una lucha por los beneficios personales por el prestigio y por los intereses locales. El proceso de afirmación de lo nuevo, de lo progresivo, pasa a través de numerosos zigzags, que el Partido salva contraponiendo al egoísmo personal y a los estrechos intereses locales los intereses de toda la so-ciedad. Por regla general, vence precisamente -asta concepción social, ya que de su parte están la verdad y -el bien de toda la sociedad y responde a la lógica del desarrollo. La tendencia general muestra que la experiencia de vanguardia y el ensayo de nuevos métodos como medio para superar -el ego:smo local y la estrechez pequeñoburguesa se abren paso resueltamente, sirviendo de seguro instrumento de lucha contra lo viejo, contra el conservadorismo. La fuerza del ejemplo es un factor esencial del desarrollo de la iniciativa popular. El buen ejemplo invita a imitarlo. Su contenido positivo llama la atención, mientras que el ejemplo negativo pone en guardia, hace pararse a pensar. Por ello uno y otro tienen

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una significación política y educativa. A ambos les pertenece determinado papel en la labor política. Aducir solamente, de una forma rutinaria, numerosos ejemplos positivos, ocultando tras ellos las deficiencias y los fenómenos negativos, es ir a contrapelo d«e la filosofía y la experiencia del hombre sencillo y puede ejercer una influencia desmovilizadora. Al mismo tiempo tenemos en cuenta que el ejemplo positivo constituye un gran impulso para las masas populares, que aprenden a gobernar el Estado, a asimilar la nueva cultura laboral y la nueva moral. Esto puede apreciarle en la fuerza de atracción de las nuevas formas del trabajo en las -empresas industriales y en las cooperativas agrícolas. De ahí que la experiencia positiva desempeñe

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actualmente un gran papel y ocupe un considerable lugar en la información y en las publicaciones políticas. La iniciativa creadora es siempre una manifestación voluntaria de los afanes y de las aptitudes del hombre. No puede ser impuesta por medio de directivas, decde arriba. No es casual, pues, que la iniciativa popular haya adquirido tan vastas proporciones en Checoslovaquia. Ello es expresión de que los trabajadores ven en la construcción del socialismo una obra entrañable, vital para ellos. Y están dispuestos a no escatimar esfuerzos para conseguir nuevos éxitos en la creación de la nueva vida. Miroslav LAB

Experiencias de un comiié regional del Partido Comunista de Colombia En la estructura orgánica del Partido Comunista de Colombia figura el comité regional, organismo que se ha convertido en el soporte principal de las tareas y orientaciones del Comité Central. En la pr-esente nota sintetizamos las experiencias de uno de estos comités. Se trata de una ciudad densamente poblada, bastante industrializada, con un numeroso estudiantiado y grandes capas de artesanos y empleados. Fue a principios de 1958 cuando se constituyó en esta ciudad el primer comité regional. Todavía estaba -en el Poder la Junta Militar que había dejado en su fuga el dictador Rojas Pinilla. El Partido avanzaba tímidamente hacia su trabajo legal y abierto, debido en parte a que según la Reforma Constitucional del primero de diciembre de 1957, sólo se reconocía a los dos partidos llamados tradicionales [el Liberal y el Conservador], aunque ne había abolido el decreto de ilegalizaeión contra el Partido Comunista, Por otro lado, porque la organización era sumamente reducida y aislada de las masas, cuestión que no dejaba de influir en la mentalidad clandestina que predominaba por entonces. En aquel comité regional, la composición era de mayoría artesanal y pequeñoburguesa, pero el núcleo principal s-e trazó desde el primer momento la tarea de vencer la ficología de la ilegalidad y emprender el reclutamiento masivo de nuevos militantes. Dos tendencias peligrosas afloraban -entonces en -el seno del regional: una, sectaria, que se oponía al reclutamiento masivo alegando que -era mejor poquitos, pero buenos», concepción que tenía ^ius raíces eri los largos años de trabajo clandestino e ilegal en las condiciones de un part i d o débil orgánica e ideológicamente y, para

complemento, aislado y sin vínculos de masas. Esta misma concepción argumentaba que los que no habían luchado en la clandestinidad o en la resistencia no -eran de confiar, que se introducirían espías -en las filas del Partido, y que había, pocos dirigentes «probados» para atender el crecimiento d-el Partido. La otra tendencia, oportunista de derecha, pretendía convencer de que como la Reforma Constitucional había escamoteado los derechos del Partido y había dejado a los comunistas en condiciones de inferioridad al poder elegir, pero no ser elegidos, era necesario, decían, «disfrazarse» de liberales, ocultando el nombre del Partido, cosa que coincidía con la táctica de la gran burguesía, que se había orientado por no nombrar para nada al Partido Comunista, en vista del prestigio que éste hab'a conseguido en su justa línea de resistencia a la dictadura. Hay que señalar que esta tendencia provenía de los mismos elementos que en 1956 habían logrado que el comité municipal [era el organismo intermedio] aprobara con escasos votos en contra la proposición de organizar las «células piloto», según las cuales la militancia sería dividida en «activos» y «pasivos». Una vez establecida esta diferencia, los «activos» tomados de varias célulan compondrían una «célula piloto» y los «pasivos» quedaban fuera de la organización como «simpatizantes». Este acuerdo no pudo abrirse paso realmente porque la base hizo resistencia y se opuso resueltamente. La primera Conferencia regional en 1958 condenó esta tentativa de liquidación. Pero la tendencia oportunista volvió a manifestarse, proponiendo una «reforma» de la estructura, pidiendo el «autonomismo» por lo menos en las comisiones auxiliares del comité regional, de manera que cada una de ellas pudiera realizar su

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trabajo sin el control político de la dirección. Esta nueva exigencia también fracasó. A la discusión se le acompañaba de tareas prácticas, señalándole a cada dirigente su responsabilidad, siguiendo la, orientación del reclutamiento masivo, la vinculación con las masas y la formación de nuevos dirigentes. Hasta la fecha se han realizado cuatro conferencias regionales, que han hecho los balances del trabajo y han elegido sus comités de dirección. Los resultados están a la vista: el Partido ha crecido en unas 15 veces en relación a lo que era a principios de 1958; la organización en las fábricas y empresas se ha fortalecido a un nivel apreciable, lo mismo que la vinculación al movimiento sindical y obrero. La- autoridad del Partido ha crecido, cosa comprobada a través de tareas abiertas en las puertas de las fábricas, en los barrios, universidades y en los diálogos ideológicos públicos que se han librado con los estudiantes del socialismo cristiano, en los que los comunistas han expuesto sus principios, han distribuido miles de «cartas populares», propaganda, revistas, etc., con gran acogida popular y reclutando nuevos miembros para el Partido. En "el movimiento sindical se ha librado una firme lucha ideológica de principios, no sólo contra los elementos aburguesados que reciben orientaciones de la gran burguesía y del imperialismo yanqui, sino también contra los que despliegan actividad abierta anticomunista, buscando dividir y fomentar confusiones reformistas en el movimiento obrero. Aquí también el comité regional ha obtenido avances importantes, porque ha podido sacar de la influencia perniciosa a muchos obreros y dirigentes que hoy gozan de mucha autoridad en -el movimiento sindical y entre los obreros de fábricas, mientras los oportunistas de todos los matices son cada vez más desacreditados por sus propios actos en el desarrollo de las luchas de la clase obrera. Pero, además, el comité regional desarrolla una seria lucha ideológica a fin de esclarecer el papel de los dirigentes sindicales del Partido en la lucha de la clase obrera con el fin de cambiar la mentalidad sindicalista simple para acompañarla de la labor política y de la construcción del Partido. En este sentido progresa un equipo cada vez más numeroso de dirigentes formados en esta idea. El comité regional ha ganado una buena experiencia acerca de la política de alianzas con otros sectores políticos. En 1958 se hizo el primer ensayo con lo que se llamó Frente Liberal del Pueblo, movimiento primario que surgía como oposición a los exclusivismos constitucionales que le dieron al Frente Nacional de la gran burguesía y los latifundistas todas las ventajas del juego político partidista. Por entonces, la verdad es que todavía no s-e había desarrollado una auténtica corriente liberal democrática o de izquierda, porque el Frente Liberal del Pueblo era un movimiento puramente electoral en el que pre-

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dominaban los elementos «manzanillos» , oportunistas y no pocos «disfrazados». El elemento político con vínculos populares era escaso. Esta experiencia se ha ido enriqueciendo en el proceso político. Y no obstante las diversas dificultades que supone una política de alianzas en las que los comunistas colombianos podemos elegir, pero no podemos ser elegidos, lo cierto es que en la actualidad un buen sector democrático del liberalismo, de la izquierda, se opone al anticomunismo y trabaja en muchas acciones en alianza con el Partido. La política de alianzas se basa en fuerzas políticas que coinciden en determinados problemas nacionales o regionales y unen sus efectivos para realizar luchas concretas. Así sucedió en las elecciones de 1960 y 1962, en las que los comunistas apoyamos con sinceridad y con gran despliegue las listas del Movimiento Revolucionario Liberal [MRL], opuestas al liberalismo oficialista, que comparte el Poder con el conservantismo. El comité regional, al explicar a la militancia la conveniencia de desarrollar esta política y de fortalecerla, parte de que, en primer lugar, todo esto puede alcanzarse si el Partido al mismo tiempo no descuida su propio desarrollo masivo, si no olvida elevar su nivel ideológico y político. Si el Partido es cada vez más fuerte orgánicamente, con más influencia popular y con más cultura marxista-leninista, •entonces las alianzas, a no dudar, serán más sólidas y más amplias. En las tareas de solidaridad con la Revolución Cubana, el comité regional ha realizado numerosos actos de masas y ha divulgado miles de folletos y materiales que recogen la verdad de las conquistas del pueblo cubano, procurando ligar estas tareas a las tareas revolucionarias del pueblo colombiano, y en consonancia con la línea general de nuestro Partido en el actual momento de su lucha nacional. Puede decirse que en la actualidad la defensa de la Revolución Cubana es la base para ir definiendo entre un movimiento patriótico y democrático sin anticomunismo y con posiciones claras frente al imperialismo, y los oportunistas que al amparo de la solidaridad con Cuba no descuidan su labor antipartido, realizan actividades provocadoras y fomentan el fraccionalismo. Existe también una valiosa experiencia -en otras actividades. La labor de las células de fábrica o empresa es dirigida por un selecto equipo de la dirección y otros camaradas de absoluta confianza. Esta medida fue tomada en el momento en que algunos dirigentes y militantes pequeñoburgueses, so pretexto de que querían «proletarizarse», lograron acceso a ciertas células de fábrica adonde llevaron su espíritu de grupo y tendencias extremistas 1 «Manzanillos» liama el pueblo a los políticos burgue,ses inescrupulosos. Son gentes sin principios y para obtener una curul se valen de toda clase de maniobras y de falsas promesas.

de «izquierda» consistentes en querer mantener a los obreros en huelga permanente, elevando, las peticiones en la medida que progresaban las negociaciones de un pliego, pronunciando discursos ultrarrevolucionarios en las asambleas sindicales donde se discutían asuntos económicos, desconociendo los intereses inmediatos de los trabajadores, creando confusiones en el seno de las asambleas. La medida adoptada por el comité regional fue absolutamente justa; de no haberlo hecho, los daños de aventurerismo sindical hubieran sido enormes. La medida va aflojando, porque crece la conciencia de los mismos militantes obreros, quienes ayudan a ejercer la vigilancia. En el actual comité regional se puede apreciar la diferencia de clase así, nueve miembros son obreros de fábrica o dirigentes sindicales, siete profesionales revolucionarios, cuatro intelectuales y un artesano. Es bueno aclarar que los denominados intelectuales del regional son camaradas s-encillos, cuyas profesiones son técnicas o sociales, por cuya razón -están vinculados al trabajo diario de la producción y a las luchas de ma-sas. Con este equipo, la organización regional comunista puede ligar su política al movimiento obrero y sindical, a las mas populares y al trabajo interno del Partido, qus por cierto demanda muchos esfuerzos. El comité regional encarga a cada uno de sus miembros de un frente concreto de trabajo, a base del principio de dirección colectiva. Esto va acompañado de las comisiones auxiliares del regional, que se ocupan de poner en práctica las orientaciones generales del Partido. Ilustremos un ejemplo: la comisión de organización está compuesta por el secretario regional de organización y de todos los secretarios de organización de los comités de zona [organismos intermedios entre las células y el comité regional]. Esta comisión discute los problemas de organización del Partido, planifica las tareas que le encomienda el regional o las que por su iniciativa sean acordadas por la dirección. El s-ecretario de organización regional rinde cuentas de sus funciones al comité ejecutivo del regional o al Pleno Regional, según sea la magnitud de las tareas. La comisión sindical la componen todos los miembros del comité regional que están vinculados a los sindicatos, más otros camaradas obreros de confianza que no siendo de la direcció:n están ligados a la clase obrera. Esta comisión es la qus planifica las tareas del Partido en el movimiento sindical, buscando para ello nuevas relaciones sindicales y atrayendo nuevas fuerzas con sistemas sencillos y prácticos como los siguientes: encabezando la iniciativa en los sindicatos para apoyar las demandas obreras, tanto dentro de las fábricas como entre la población en general; orientando la solidaridad moral y material para que los sindicatos apoyen a los obreros en

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huelga no importa la central sindical a la que pertenezcan; relacionando a los obreros con los campesinos, logrando que muchas regiones campesinas colaboren con víveres, lo que ha impedido en buena parte que los patrones acorralen a las familias de los obreros en huelga por falta de alimentos; organizando la educación de los obreros en cursos de historia del movimiento obrero, contra el reformismo, sobre economía, filosofía, gramática, aritmética, etc., según los niveles; organizando conferencias públicas para obreros y trabajadores en general buscando los temas que ayuden a elevar la conciencia acerca del papel histórico del proletariado y de su vanguardia, etc.; organizando reuniones de militantes del Partido en las fábricas y con funcionarios sindicales comunistas a fin de precisar siempre la labor de los comunistas entre la clase obrera, luchar contra la ideología burguesa, contra el reformismo en los sindicatos, e insistiendo en ligar la labor sindical y económica con las tareas de construcción del Partido. Cuando la comisión ha tenido tino y ha podido orientar los intereses obreros a los de las amplias masas, la clase obrera ha jugado su papel dirigente, ganando autoridad y respaldo popular. El Partido ha reclutado así muchos militantes. El comité regional dirige muchos comités de zona que han sido organizados en diversos sectores de la ciudad. Esta forma de organización ha progresado porque el Partido se ha ido desarrollando. Esto se explica porque en nuestras condiciones, primero hay qua crear los organismos de base para después fundar la zona de Partido. Los comités de zona los eligen las asambleas de células de un mismo sector y son ellos los que le responden al comité regional por -el trabajo y la orientación política en la zona. La tarea de organizar estos comités zonales ha sido sumamente difícil y más difícil todavía es su consolidación, debido a que la militancia es fundamentalmente nueva, de modo que los elegidos para el comité no tienen experiencia, lo que exige del comité regional asistencia permanente. Por otra parte, la política de «puertas abiertas» sostenida por el regional facilitó el reingreso al Partido de viejos practicantes del fraccionalismo, muchos marginados de años atrás, cuestión que respondía en la práctica a la idea de amplitud de la nueva política del regional. Los reingresados honestos militan y se desarrollan, pero los incorregibles repitieron sus prácticas grupistas, ocasionando enormes daños -en algunos comités de zona. El comité regional -estimula la iniciativa de los comités de zona y les permite cierta autonomía para el desarrollo de sus tareas, pero no les permite que se pasen a una zona distinta en donde existe otro comité. Los comités de zona son una magnífica escuela de dirección. Lo atestigua el hecho de que en el actual comité regional ocupan cargos

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de dirección siete miembros que han sido formados -en los comités de zona. La atención de la bas-e se divide en dos partes: una, a cargo de los comités de zona para las células de barrio; otra, a cargo de un equipo selecto para las células de fábrica y -empresas. Las dos formas están íntimamente controladas y orientadas por el comité regional. Con esta organización, el comité regional procura unir la acción de la cías3 obrera con la de las capas trabajadoras de los barrios. Todavía es mucho lo que hay que hacer. Varios comités de zona no están consolidados, porque ci bien es verdad que funcionan organizativamente, en cambio la consolidación ideológica y política es una tarea más compleja, que no será alcanzada sino mediante una labor educativa y persistente. Algunas tareas, como la venta y divulgación de la prensa del Partido, no son suficientes. Las brigadas que ocasionalmente salen a vender el periódico a los barrios populares, tienen éxito y se entusiasman momentáneamente, pero esta labor no es sistematizada, lo que reduce las posibilidadeG de mayor circulación de la prensa partidaria. Los avances obtenidos dejaron muy atrás las tendencias insanas surgidas al comienzo mostrando que aquellos militantes o dirigentes que hicieron la lucha ideológica desde posiciones unitarias se han desarrollado y gozan de aprecio en el Partido, mientras que los

que hacían la lucha interna para dividir al Partido fueron aislados. Hoy estos elementos han renunciado a las tareas revolucionarias para colocarse en posiciones burocráticas en el Gobierno del Frente Nacional de la gran burguesía. Claro que también hoy existen tendencias erróneas, pero no podemos decir que sean las micmas. Por ejemplo, ahora se está practicando una lucha ideológica y política con los camaradas que se oponen a la construcción de un Partido Comunista de masas, porque, según ellos, -eso de «partido de masas es antileninista», que Lenin luchó por un Partido de «profesionales» revolucionarios, etc. Estas manifestaciones sólo se expresan en pequeños sectores de la militancia pequeñoburguesa, pero las discusiones se realizan desde posiciones ideológicas, al mismo tiempo que se trazan tareas prácticas de reclutamiento. El comité regional está viviendo su primera etapa en el proceso de construcción del Partido de masas, y su papel principal por ahora es el siguiente: consolidación y ampliación del equipo dirigente; consolidación y desarrollo de las numerosas organizaciones de base en fábricas y empresas, así como de los comités de zona; elevar la capacidad ideológica y política de todos los cuadros, viejos y nuevos, así como de toda la militancia; fortalecer y ampliar los vínculos con las organizaciones de masas, particularmente con los sindicatos. Juan VIANA

Plenos de comités centrales PARTIDO COMUNISTA DE ALEMANIA En noviembre pasado se celebró un Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Alemania. El camarada Wiüi Mohn pronunció el informe presentado por el Buró Político del CC. El primer secretario del CC del PC A, camarada Max Reimann, hizo un informe sobre el tema «Nuestra lucha por el alivio de la tensión, la democracia y él bienestar social». En los informes y en las intervenciones de los< participantes en el Pleno señalóse que la propia vida ha confirmado la justeza de las conclusiones y resoluciones del último Congreso del FCA sobre el combate por la paz y la democracia, el lugar de los

comunistas en esa pugna, la agudización de la lucha de clases en la RFA y en orden a que el lugar fundamental para el establecimiento de la unidad de acción de la clase obrera son las empresas y los sindicatos. La firma del Tratado de Moscú sobre la prohibición parcial do Ias< pruebas de armas nucleares ha sido un gran éxito de los partidos comunistas y obreros, de toólas las fuerzas de la paz y de la humanidad entera. La República Democrática Alemana —el Estado alemán obrero y campesino— ha sido uno de Jo© primeros países que ha firmado el Tratado de Moscú. Bajo la presión de la política de los Estados socialistas y de la lucha de los partidarios de la paz en la RFA, los mi-

litaristas germaiiooccidentales también se han visto obligados a firmar el Tratado de Moscú. Esto significa, dijo el camarada Reimann, que en la lucha por la paz «no han sido estériles la actividad de los sindicatos, la abnegada actuación de los adversarios de las armas nucleares, las marchas pascuales en señal de protesta contra el armamento atómico, los llamamientos de los representantes de la vida social y espiritual». En las intervenciones del Pleno se adujeron numerosos ejemplos de las acciones desplegarlas por los partidarios de la paz en la RFA en apoyo del Tratado de Moscú, como manifestaciones, proyección de películas, difusión de octavillas, recogida de firmas al pie de llamamientos, mar-

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chas con antorchas, etc. Lo nuevo, a diferencia del año pasado, ha sido que en la organización de muchas acciones han participado los sindicatos y que en los mítines han intervenido destacados dirigentes sindicales. Han hecho asimismo su aporte a la lucha por la paz los jóvenes, que se han destacado sobre todo por su actividad en ocasión de la Semana Internacional de la Juventud celebrada en Stuttgart y del Congreso Juvenil de Baden-Wurtembcr, en el que participaron 8.000 obreros metalúrgicos. Todo e&to evidencia que cada vez es mayor la posibilidad de incorporar a la juventud a una lucha más enérgica por la paz y la democracia. De nuestro Partido, de la clase obrera y de todos los hombres amantes de la paz en la RFA, dijo el camarada Reimann, depende que Alemania Occidental siga entorpeciendo el alivio de la tensión internacional o, por el contrario, apoye los sucesivos pasos hacia la distensión y el entendimiento mutuo en .Alemania. En las intervenciones délos oradores se subrayó la creciente fuerza y el prestigio internacional de la RDA. A ello han contribuido y contribuyen la propuesta de concertar un acuerdo de inteligencia y de buena voluntad, hecha por el camarada W. Ulbricht en el VI Congrego del PSTJA, y el cumplimiento del programa de la construcción desplegada del socialismo en la RDA, En todas partes aumentan las fuerzas que insisten en el reconocimiento de la República Democrática Alemana y en la normalización de las relaciones prácticas entre los dos Estados alemanes. El conocimiento directo de los éxitos de la RDA por los ciudadanos de la RFA podría ser la mejor manera de cooperar al acercamiento y a unas buenas relaciones entre los dos. Estados. W. Ulbricht ha dicho recientemente: que cada ciudadano de la RFA visítela RDA. La tarea de los comunistas consiste en interesar-

les en que frecuenten la RDA, y después ayudarles a oue cuenten la verdad a sus amigos y conocidos. En relación con el cambio de gobierno en la RFA el Pleno subrayó que el PC A dirige el golpe principal contra las fuerzas más agresivas del capital monopolista, contra los instigadores que representan la política de dichas fuerzas en los partidos dirigentes reaccionarios y en el Gobierno de Bonn. Esto contribuirá al proceso de diferenciación en el campo de la burguesía, como resultado de lo cual entre la población desaparecerán las ilusiones respecto al Gobierno Erhard, cuyos objetivos no se diferencian, de los del Gobierno de Adenauer. Se trata de las armas nucleares, de los planes revanchistas, de las pretensiones de anexionar la RDA a la RFA, de suprimir la democracia mediante las leyes de excepción y de liquidar los derechos sociales. El Pleno dedicó una gran atención a la mudad de acción de la clase obrera, sobre todo en las empresas y en los sindicatos. El Partido ha logrado determinados éxitos en el cumplimiento de esta tarea. «Los obreros de Mannheim —-dijo el camarada Reimann— nos han demostrado cómo deben desarrollarse los acontecimientos. El 7 de noviembre, a las tres de la tarde, 70.000 obreros cebaron el trabajo e iniciaron la huelga. Abandoi naron sus empresa-s y desfilaron con banderas rojas en una gran manifestación en la que, pese a la lluvia torrencial, participaron más de 40 mil trabajadores. Los tranvías de Mannheim pararon por un cuarto de hora. A lasi columnas fabriles se unieron los taxistas ide toda la ciudad». Los trabajadores de Mannheim se manifestaron bajo las consignas de «¡La economía monopolista significa subida de precios!», «¡Precios estables y fuera los tanques!», «¡Abajo los SS y las leyes de excepción!» Al final, los manifestantes entonaron la canción proletaria de combate «¡En pie, camaradas!». Esta

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potente acción, llena de espíritu de lucha de clase, fue el resultado de la acción conjunta de comunistas y socialdemócratas en las empresas y en los sindicatos. Muchossocialdemócratas ponen en entredicho la justeza de la línea de entendimiento de los líderes derechistas del PSA con las altas esferas de los partidos gobernantes. Se dan cuenta de que esta línea no corresponde a los intereses de la clase obrera y del resto de los trabajadores. Actualmente, algunos funcionarios ¡dirigentes del PSA se plantean asimismo la cuestión de qué actitud adoptar en lo sucesivo ante la política del PSA. «Estamos convencidos —dijo el camarada Reimann— de que hoy es posible no sólo conversar, sino también desplegar acciones conjuntas de comunistas y socialdemócratasu Lo fundamental para ello es el interés común en el mantenimiento de la paz, en conjurar el rearme atómico y la dictadura que se desprende de la declaración del estado de excepción, en la defensa de los derechos democráticos, en la satisfacción de las reivindicaciones económicas y sociales de los trabajadores». Las divergencias entre el PC A y el PSA no deben constituir un entorpecimiento para el acuerdo entre los dos partidos sobre las acciones unidas. En tanto los socialdemócratas no se muestren dispuestos a concertar un acuerdo con los comunistas, al menos unos y otros deben luchar juntos por las mismas reivindicaciones. El Pleno aprobó unánimemente el informe presentado por el Buró Político y el informe del camarada Max Reimann, así como también adoptó una resolución sobre las divergencias de la direccfón del Partido Comunista de China con el movimiento comunista internacional. El CC del PCA dirigió un mensaje de salutación a todos los combatientes' por la paz encarcelados y perseguidos y exigió del Gobierno de Bonn la amnistía para las víctimas de las persecuciones políticas.

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El "mundo libre" y el crimen de Dallas El bárbaro asesinato del Presidente John F. Kennedy ha estremecido y conmovido al mundo entero. Este insólito suceso ha planteado muchas graves interrogaciones, ante el pueblo de Estados Unidos y los pueblos de otros países. Ante todo, ¿cómo ha podido perpetrarse tan brutal acto de terror político en un país que tiene fama de civilizado y 'que pretende dirigir el «mundo libre»? ¿Qué sucede en Estados Unidos, si allí no es posible garantizar la vida y la seguridad del jefe del Estado y protegerle contra las balas de los asesinos? ¿Quiénes han cometido este crimen y quiénes han guiado la mano del asesino o de los a/sesiiios? Finalmente, ¿qué curso seguirá el nuevo Presidente Lyndon B. Johnson en política exterior e interior? ¿Continuará por la vía de su antecesor, que en una serie de casos valoró con sentido realista la situación política y la correlación de fuerzas en el mundo contemporáneo y se orientó hacia la solución de importantes problemas internacionales por medio de negociaciones? Estas preguntas no son dictadas por la curiosidad. Están en juego las perspectivas de Estados Unidos y las líneas directrices del desarrollo de la política mundial. Las sanas fuerzas democráticas de Norteamérica insisten en que se haga una investigación a fondo, en que se averigüen todos los hechos relacionados con el asesinato del Presidente. Confían en que una investigación completa no sólo permitirá descubrir sin lugar a dudas a los verdaderos culpables del monsitruoso crimen, sino que, a la vez, servirá de estímulo para que se operen importantes, cambios en la vida política de Estados Unidos. Aunque en la actualidad no se puede dar respuesta a todas esas interrogaciones que adelanta a primer plano el asesinato de John Kennedy, sí es posible y necesario desenmascarar a las fuerzas* que se esconden detrás del crimen y señalar los cauces y las tendencias del probable desarrollo de los acontecimientos. El magnicidio fue perpetrado en Dallas [Tejas], cindadela de los ultras norteamericanos. Fue precisamente allí: en el semillero de la reacción y del neofascismo, donde imperan el gangsterismo político, la corrupción, el racismo

y el anhihumanismo. Allí no es difícil encontrar ejecutores «ideológicamente» maduros para cualquier atentado, sobre todo cuando se trata de ahogar aspiraciones de progreso y de democracia. De Tejasi se suele decir que es el «Estado del oro fluido», del petróleo. Es, además,, el lugar de residencia de los millonarios de la industria ganadera. El petróleo de Tejas engrasa las ruedas de los ultras. El difunto senador McCarthy era el favorito de la oligarquía petrolera y de los acaudalados ganaderos. Ahora actúan allí insolentemente, con el visto bueno de las autoridades, el doctor Fred Schwarz, jefe de la organización denominada Cruzada Anticomunista de los Cristianos; Kobert Welch, que preside la Sociedad John Birch; la organización conocida bajo el nombre de los Téjanos para América, que cuenta con el apoyo de la sociedad Hijas de la Revolución Americana, y otras» organizaciones terroristas, fascistas y racistas. Los monopolios de Tejas no están solos en su siniestra actividad conspirativa. Obran de consuno con otros/ representantes del gran business norteamericano. Sin su dinero, los ultras carecerían de fuerza. Nada más que un mes. antes del asesinato del Presidente Kennedy, los ultraderechisitas organizaron una tumultuosa manifestación contra Adlay Stevenson durante su visita a Dallas. Por esas mismas fechas un grupo de ultras formó piquetes en la sala donde habló el juez Warren. Portaban carteles en los que se leía: «¡Linchad a Warren!» «¡Expulsad a Warren!» ¿Puede sorprender, pues, que Stevenson y el gobernador Connally trataran de hacer desistir a Kennedy del viaje a Dallas? El mismo día en que el Presidente llegó a la capital tejana, el D a l l a s Mo r n i n g N e w s . , archirreaccionario periódico local, publicó en una de sus páginas una «salutación» a Kennedy, insertada dentro del marco negro de las esquelas de defunción. En ella se decía: «Bien venido a Dallas, señor Kennedy, a la ciudad que rechazó su filosofía y su política en 1960 y que en 1964 la volverá a rechazar más expresivamente que antes». A la vista de esto, ¿quién puede dudar de cuáles son las fuerzas

responsables del asesinato y a quién puede extrañar que el crimen se cometiera precisamente en Dallas? Cuando la radio norteamericana anunció al mundo el asesinato de Kennedy, nadie dudó de que este crimen había sido obra de los ultras. Sin embargo, el cuadro cambió cuando poco después fue detenido y acusado de haber dado muerte al Presidente el «xnarxista» Lee Harvey Oswald. Viose claramente que se estaba tramando una conjura para encubrir a los verdaderos culpables y atizar una nueva ola de histeria anticomunista, antisoviética y anticubana. Todo hacía pens-ar que se fraguaba la variante norteamericana de un proceso semejante al del incendio del Reichstag. Eso era justamente lo que necesitaban los ultras, los neofascistas, los racistas de la Sociedad John 'Birch'' y sus caudillos ideológicos, el general Walker y el senador Goldwater. Eran palmarios los indicios de una operación provocadora planeada de antemano y emprendida para suscitar el pánico y acrecentar de ese modo las posibilidades de las fuerzas ultraderechistas de arribar al Poder en EE. UU. Pero los organizadores de esta siniestra conjura han fallado en sus cálculos. La Norteamérica de 1963 no es la Alemania de 1933. El mundo no es hoy el mismo que era hace treinta años. Desde que se pegó fuego al Reichstag como preludio del incendio universal, en nuestro planeta se han producido profundas transformaciones. Los hechos posteriores al magnicidio se han desarrollado tan velozmente, las diversas versiones de las «pruebas» han sido tan contradictorias y la policía de Dallas ha desplegado una actividad tan burda, que incluso la prensa reaccionaria burguesa ha dejado de creer en la absurda fábula de una «nueva amenaza comunista». El monstruoso caleidoscopio de los sucesos inmediatos al crimen vino a embrollar definitivamente todo el asunto. Antes de que se hubiera presentado oficialmente contra Oswald la acusación por el asesinato que se le imputaba, a él mismo le dio muerte el gángster Jack «Ruby», dueño de un club nocturno. Las circunstancias en que se perpetró este nuevo homicidio se desarrollaron ante los ojos de muchas personas, que pudieron ver cómo la policía de Dallas había organizado el traslado de Oswald a la cárcel. Todo se desarrolló con arreglo al plan concebido: Oswald fue muerto y calló para siempre. Existía, por lo visto, el peligro de que Oswald dijese ante el tribunal los nombres de los verdaderos responsables del asesinato del Presidente. No en vano en cuanto murió Oswald, el jefe de policía de Dallas anunció gozoso a los enviados de la prensa, la televisión y la radio: «Señores, todo ha concluido». El inusitado apresuramiento de las autoridades tejanas para cancelar el crimen había sido calculado de antemano. Era una burda tentativa más para «•ncubrir a los auténticos culpables, un intento do impedir que se esclarecieran las circunstan-

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cias determinantes del asesinato y fuesen desenmascaradas las fuerzas responsables de su consumación. La investigación sucesiva del crimen, llevada a efecto por las autoridades federales de Estados Unidos, ha mostrado que Oswald era un anticomunista. Los comunistas de EE. UU. han declarado en forma categórica que Lee Oswald no fue n u n c , a miembro del Partido Comunista y que no tenía a b s o l u t a m e n te n a d a id e c o m ú n con el comunismo. Al mismo tiempo que exigían una investigación exhaustiva de todas las circunstancias que habían concurrido en este infame asesinato, señalaban el deletéreo clima de cuya creación son responsables los ultras. En su deliberación, el Partido Comunista de EE. UU. ha subrayado que «tales actos de violencia y de terror son diametralmente opuestos a la política y al programa del Partido Comunista». En la declaración se dice también que nadie de los que propugnan o practican actos de terror y de violencia puede ser miembro del Partido Comunista. En los momentos de conmoción y de tristeza, los comunistas de EE. UU. hacían este llamamiento: «¡Defended a Norteamérica! ¡Castigad a los asesinos! ¡Unios en bien de la democracia!» Con estas exhortaciones expresaban los sentimientos patrióticos, democráticos y humanos del pueblo norteamericano. Por supuesto, los comunistas no sobrestiman la política del finado Presidente. Señalan su inconsecuencia, su contradictoriedad, sus concesiones a la presión de las fuerzas reaccionarias. Sin embargo, Kennedy se caracterizaba, en un grado mucho mayor que sus antecesores de la postguerra, por un enfoque sensato y realista de la solución de los problemas internacionales en litigio; comprendía, aunque no siempre con claridad, la necesidad de la coexistencia pacífica, de la colaboración pacífica entre los Estados de distinto régimen social. Lo principal es que John Kennedy se daba perfecta cuenta de que una guerra termonuclear mundial era absurda y funesta. De ahí que diera ciertos pasos y realizara algunas acciones políticas orientados hacia la distensión internacional. La medida más efectiva en esta dirección fue, sin duda, la firma del Tratado sobre la prohibición de las pruebas nucleares en tres medios. Al pronunciarse en apoyo de este tratado, Kennedy declaró que el mismo «evitaba la expansión de las armas nucleares a otros países y que, por tanto, infundía esperanzas en la creación de una comunidad mundial más pacífica y sólida». Los frenéticos de Norteamérica y los magnates del gran business, que atacaban con furor la política exterior del joven Presidente, no comprendían que él no era sino un clarividente defensor del régimen capitalista, un calculador y sensato mandatario de la clase gobernante de su país. En sus ataques al Presidente, los frenéticos y los ultras formaban bloque con los racistas sureños, que no podían per-

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emponzoña el aire que respira la gente. Este donar a Kennedy sus muy modestos planes diabólico clima lo promueven las fuerzas que para aliviar la suerte de la minoría negra en forman el llamado «complejo industrial-béliNorteamérica y su propósito de hacer aprobar co». De esas fuerzas habló más de una vez en el Congreso la ley de derechos civiles. John Kennedy. En la creación de un clima hostil en torno Martin Luther King, uno de los dirigentes al Presidente Kennedy desempeñaron gran pamás destacados de la «revolución negra de pel algunas agrupaciones monopolistas, a las 1963», ha dicho con gran acierto: que inquieta la posibilidad de restricciones en «Para ver el futuro es. necesario conocer el la carrera armamentista por efecto de la dispasado. El asesinato del presidente, sin entrar tensión internacional. en el exacto esclarecimiento de la identidad Tampoco fue escogido casualmente el model homicida, se ha cometido en una situamento del asesinato. Se aproximan las elección en que en nuestro país vienen aumentanciones de un nuevo Presidente, y las probabido a lo largo de los últimos años los actos lidades de Kennedy eran bastante considerade violencia y de odio. bles. En cambio, en las filas de sus adversaHemos sido testigos de cómo en las iglesias rios se libraba una lucha encarnizada para se mataba a niños, de cómo se asesinaba por elegir el candidato capaz de enfrentarse a John la espalda a hombres, en circunstancias muy Kennedy. parecidas, por cierto, a las de la muerte del Los ultras no podían resignarse a la perspresidente Kennedy. De ahí surge una conclupectiva de ver Presidente a Kennedy cinco sión inevitable: nos hallamos ante una enferaños más. Incluso los tímidos pasos adelante medad social que, si no fijamos la atención del Gobierno de Kennedy eran inaceptables en ella o la dejamos avanzar, como ha ocupara estos apóstoles de la reacción y de la rrido, llevará en germen un mortal peligro». guerra. Se opusieron obstinadamente al TraSe sobreentiende que en Norteamérica no tado de Moscú sobre la proscripción parcial de sólo hay gangsters, racistas y maníacos atólas pruebas nucleares e hicieron todo lo posimicos. La inmensa mayoría del pueblo norteble para impedir su ratificación por el Senaamericano desea la paz, la justicia y la dedo. Han combatido con rigor la limitada ley mocracia. Se enorgullece de sus instituciones de derechos civiles, firmemente dispuestos a y tradiciones democráticas. La desesperación estorbar incluso un lento proceso de nivelación y el rencor de los ultras, y sus partidarios rede los derechos de los. blancos y los negros. flejan el miedo de la reacción ante el crecienILos ultras se resistían a toda concesión a la te vigor de las fuerzas pacíficas y democráclase obrera, a toda medida de asistencia soticas de Estados Unidos. Este vigor se pone cial. Luchaban contra la ampliación del code manifiesto en los variados combates sosmercio con la Unión Soviética y otros países tenidos en distintos frentes, en la luc,ha por socialistas. Les asustaba la tendencia hacia la los derechos civiles, por el trabajo y por la distensión internacional y el debilitamiento de paz. la guerra fría, hacia el arreglo negociado de El pueblo norteamericano reclama que el los problemas en litigio. Les dolía en el alma ejército de EE.UU. abandone Vietnam Meriel desarrollo de los intercambios culturales y dional. Desea el establecimiento de relaciones cientícos con la Unión Soviética y otros paínormales con Cuba, la ampliación del comerses socialistas. Les exasperaba todo paso encio con los países socialistas, el mejoramiento caminado hacia el desarme. de la asistencia social, mayores posibilidades El asesinato de John Kennedy ha puerto al de instrucción para la juventud, etc. En todas desnudo ante todo el mundo el trágico cuadro estas reivindicaciones se advierte la presencia de descomposición y decadencia de la sociedad de las sanas fuerzas democráticas de Nortenorteamericana, de la clase gobernante en américa. EE. UU. Ha sido, pues, la atmósfera de vioLos norteamericanos formarán juicio sobre lencia y de amenazas creada por los frenéticos el nuevo presidente por su actitud hacia las la que, quiérase o no, instigó al asesino y le aspiraciones del pueblo y presionarán sobre su movió a disparar sus balas. Gobierno, como presionaron sobre el Gobierno Estados Unidos han alcanzado un nivel reKennedy, para que no ceda ante las amenalativamente alto de producción por habitante. zas y las violencias de los ultras. Saludarán Pero esto no ha resuelto el problema del decada paso por el camino de la paz y de la sarrollo de la persona humana, los problemas democracia. En su claro llamamiento «¡Dede la libertad y de la moral del individuo. fended a Norteamérica! ¡Castigad a los culSucede precisamente todo lo contrario. En pables! ¡Unios en bien de la democracia!», los EE.UU. se atraviesa una profunda crisis en comunistas de EE.UU. han marcado la orienel terreno de la ideología y de la valoración tación y la línea política que deberán seguirse del hombre. La avidez de ganancias nubla toahora y en el futuro próximo. das las mentes y mueve las pasiones. El ambiente de bandolerismo y de crimen y la hisJ. THOMA& teria anticomunista, antinegra y militarista

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Lo que ha demostrado la Conferencia de los laboristas Del 30 de septiembre al 4 de octubre se reunió en Scarborough la Conferencia Anual del Partido Laborista, a la que asistieron 1.200 delegados de los sindicatos, de los comités sectoriales, regionales y territoriales del partido y de otros organismos afiliados, como la Sociedad Fabiana, que apoyan los fines y objetivos del Partido Laborista. La Conferencia se NUEVO AMBIENTE celebró en unos EN UNA NUEVA momentos en que SITUACIÓN se habían producido importantes cambios en el frente político. Los doce años de Gobierno conservador han llevado al país a un estancamiento económico. La desocupación ha llegado a su máximo nivel desde los años 30. La política de guerra fría ha exigido enormes gastos militares que han inferido un grave daño al país. Pese a las loas de los conservadores, la «fuerza nuclear independiente de disuación» no es más que un mito. Inglaterra sigue sometida a una humillante dependencia de Estados Unidos. Las crecientes dificultades para la mayoría de la población, el bajo nivel de los salarios y de las pensiones, la amenaza cada vez más palpable de la automatización, generadora del desempleo y que afecta no sólo a los obreros industriales, sino también a los «cuellos blancos» —empleados y profesionales—, la subida de los alquileres y la escasez de viviendas son otros tantos factores que han enfrentado a la mayoría del pueblo con el Gobierno conservador. Así lo han evidenciado en repetidas ocasiones las elecciones parciales y las distintas consultas a la opinión pública. La desilusión y el disgusto se han apoderado también de las capas medias de la población, que venían constituyendo el apoyo tradicional de los conservadores. [Aunque estas capas, según han demostrado varias elecciones parciales de los últimos tiempos, se han inclinado hacia los liberales y no hacia los laboristas]. Pero ante todo y sobre todo hay un nuevo elemento sumamente esperanzador. Nos referimos a los cambios operados en la situación internacional. Ha sido concluido el Tratado sobre la prohibición parcial de lasi pruebas nucleares. La primera brecha, aunque sea pequeña, ha sido abierta en el muro de la guerra fría. Las probabilidades de los laboristas de encabezar el futuro Gobierno son en los momentos actuales excepcionalmente favorables. Esta seguridad constituyó el elemento dominante en la Conferencia. La nueva situación y las perspectivas del triunfo electoral han provocado una doble reacción en el movimiento laborista. Por un lado, una militancia más

elevada y una mayor conciencia de clase, claramente manifestadas en el Congreso de las Trade Unions, que se reunió poco antes de la Conferencia. Los delegados se negaron a aprobar la resolución oficial en apoyo de la congelación de los salarios. Se aprobó en cambio la resolución propuesta por Ted Hill, líder del Sindicato de Caldereros, en la que se condenaba la congelación de salarios. El Congreso adoptó, además, varias resoluciones propugnando la nacionalización del transporte por carretera, de las industrias de aviación, del acero, de construcciones navales, material eléctrico y del automóvil. Una moción sobre la semana laboral de 40 horas —vieja reivindicación de la clase obrera inglesa— fue acogida con un «sí» tan unánime que no hubo necesidad de recurrir a la votación. Pero la perspectiva de las elecciones —y del triunfo en ellas— dio lugar a otras actitudes, en cierto modo peligrosas. Nos referimos al movimiento casi instintivo de «cerrar filas» ante el contraataque de la clase gobernante en las elecciones generales. Si el movimiento obrero ha de luchar, debe hacerlo unido, estrechando filas. Tal ha sido siempre la actitud de la clase obrera, actitud que se ha acentuado ahora con la proximidad de las elecciones¡. Harold Wilson y los demás líderes hacen continuos llamamientos a la unidad sobre la base de su línea política. Acudir a las elecciones generales con las filas divididas, poner de manifiesto la existencia de discrepancias en el partido, sobre todo en cuestiones tan importantes como los problemas internacionales y la defensa del país, significaría, dicen, buscar a ciencia cierta una desgracia y convertir en derrota una victoria segura. Se comprende que la dirección del partido haya adoptado esta actitud. Pero este llamamiento fue apoyado también por el grupo «Victoria para el Socialismo», el más impor* tante del ala izquierda laborista y el que llevó el peso de la lucha contra Gaitskell. La izquierda ha exhortado a los obreros a no crearle obstáculos a Wilson y dejar para desipués de las elecciones generales las discusiones sobre la política del Gobierno laborista, Se ha dado a entender a los obreros: que lo verdaderamente importante ahora no son estos problemas, sino la obtención de una mayoría laborista en las elecciones generales. Todo esto ha dado ímpetu al movimiento de unidad en torno de una política discutible. Con el fin de señalar los peligros/ de tal actitud, John Gollan invitó a los obreros, en nombre del Partido Comunista, a reconsiderar la situación. Después de señalar que la victoria de los laboristas en las próxima» elecciones tiene, en efecto, extraordinaria importancia, Gollan mostró las peligrosas consecuen-

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cias que sobrevendrían si los laboristas obtuviesen la mayoría en el Parlamento sobre la base de una política errónea y unos principios equivocados. El abandono, en nombre de la unidad, de la lucha de principios por una línea política correcta equivale a «causar un grave daño a todo el porvenir del movimiento obrero», dijo Gollan. Y advirtió también que la renuncia a la lucha por una política correcta robustecería las posiciones del ala derecha. Los acontecimientos han venido a demostrar que tenía razón. Desde el comienzo mismo de la Conferencia, la dirección se dedicó a ejercer presión sobre el curso de los debates. Su llamamiento «No volquéis el bote» se convirtió en el s l o g a n de la Conferencia. Es ya tradición del Partido LaPOLITICA EXTERIOR borista celebrar la Y DEFENSA DEL, PAÍS víspera de la Conferencia un mitin con participación de los delegados, en él cual el líder del partido pronuncia un discurso que «marca la tónica». Wilson insistió esta vez en los problemas de la política exterior y de la defensa. En la mes¡a presidencial aparecía Willy Brandt, como símbolo del proceso de unificación de la socialdemocracia europea y de que está en marcha lo que a juicio de Wilson es la creación de una Europa socialdemócrata. Harold Wilson trata de ganar al Partido Socialdemócrata Alemán para las concepciones laboristas, particularmente en lo que se refiere el reconocimiento de facto de la República Democrática Alemana y en orden a crear en el «clima tan tenso de Europa Central» una zona desnuclearizada y áreas de desarme controlado. Su opinión es que, «si no se producen cambios en la correlación de fuerzas entre el Este y el Oeste», tales medidas «aliviarían considerablemente la tensión en esta parte del mundo... y contribuirían a crear condiciones favorables para la formación de una Alemania democrática unida». Harold Wilson aparece más estrechamente unido al movimiento obrero que su predecesor Gaitskell. En la Conferencia respaldó la propuesta de prohibir la venta de armas a África del Sur, propuesta que fue recogida en la correspondiente resolución. Wilson apoya la lucha del pueblo español y quiere que la República Popular China esté representada en la Organización de las Naciones Unidas. A juicio suyo, «un programa dinámico e imaginativo de comercio entre el Este y el Oeste podría ser una poderosa ayuda para la paz». Todo esto, en efecto, es propugnado por él. Pero hay en su política otra faceta. En la Conferencia anunció su propósito de seguir la línea general de política exterior sentada por Gaitskell, aunque su interpretación de ciertos aspectos de dicha política sea distinta. Wilson no quiere la diseminación de las armas nucleares y se opone a que Inglaterra tenga un arma nuclear «independiente». Mantiene el criterio de que debe dejarse a Estados Unidos el monopolio y la dirección de la

política nuclear, incluyendo las bases atómicas en Inglaterra. También considera que Alemania Occidental debe tener los mismos derechos que los demás miembros de la OTAN al decidir las cuestiones de la política nuclear, pero a condición de que el Gobierno norteamericano ejerza el control de todas las armas nucleares. En este punto, Wilson ha modificado claramente y en forma sustancial su actitud hacia Alemania Occidental. En el curso de dos debates celebrados por el Parlamento en 1963, declaró «oponerse total, resuelta e inequívocamente y en todas las circunstancias a cualquier sugestión de que Alemania Occidental u Oriental pueda, directa o indirectamente, poner el dedo en el gatillo de las armas nucleares o tener alguna responsabilidad, directa o i n d i r e c t a , en la decisión de emplear dichas armas». Pero en su discurso la víspera de la Conferencia ya no mencionó la responsabilidad « i n d i r e c t a » , refiriéndose tan sólo a que «el hecho de dotar a Alemania de un poder nuclear independiente» sería un acto «irreversible». No habló para nada del control «indirecto». Cabe señalar que, después de la apertura de la Conferencia, la presidencia trató de evitar a todo trance los debates sobre cuestiones de política internacional y defensa. En lugar de las 26 resoluciones sobre estos problemas enviadas a la Conferencia se elaboraron e incluyeron en la agenda tres «resoluciones sumarias», después de una larga discusión del Comité Organizador de la Conferencia con los delegados de las organizaciones autoras de las resoluciones. Pero al empezar la Conferencia, el presidente de dicho Comité anunció tranquilamente que en vista de la falta de tiempo las resoluciones no serían sometidas a debate, que estos problemas habían sido discutidos repetidas veces en estos últimos años y que en el mundo no había ocurrido nada nuevo que hiciese necesario el debate en torno a los mismos. Igual actitud fue adoptada ante la resolución sobre las nacionalizaciones. Este era otro problema que podía haber dividido a la Conferencia, por lo que el Comité Organizador se negó a conceder tiempo para su discusión. La nacionalización, dijo el presidente, ha sido discutida muchosi años y ya «existe un programa de acición». ¿Para qué gastar más tiempo en tan «espinoso problema»? Varios delegados pidieron a la Conferencia que rechazara estas propuestas, pero sus esfuerzos» resultaron vanos. No consiguieron el apoyo de ninguno de los líderes de los grandes sindicatos, tales como Frank Cousins, cuyos votos juegan el papel decisivo en la Conferencia. En consecuencia fue aprobada por aplastante mayoría la propuesta de no discutir las nacionalizaciones, la política exterior ni los problemas de la defensa. Algunos delegados hablaron de contradicciones en la posición de Wilson ante estas cuestiones. Sus repetidos llamamientos a la creación de una zona desnuclearizada en Europa y al reconocimiento de facto de la RDA con-

cuerdan mal con su apoyo al fortalecimiento de la OTAN. Wilson habla de la necesidad de explorar las posibilidades de una negociación fructífera con la URSS sobre el desarme controlado, diciendo que la Unión Soviética desea la coexistencia pacífica y que es preciso aprovechar las nuevasi posibilidades que ofrece el Tratado sobre la prohibición de los ensayos nucleares. Pero a renglón seguido apoya el punto de vista oficial de los conservadores, según el cual «no debemos bajar la guardia», sino procurar la reorganización de la OTAN para hacerla mási eficaz. Estas contradicciones tienen su razón de ser. Ante el eje Bonn-París con exclusión de la Gran Bretaña, ante la incesante presión económica y política de Estados Unidos, ante la agravación de los problemas económicos resultantes de la política de guerra fría, cada vez es más apremiante la necesidad de llegar a acuerdos con la URSS e incrementar el comercio con ella. Por eso, es de esperar que Wilson desarrolle los aspectos positivos de su enfoque de los problemas internacionales. Mas, por otra parte, si los laboristas siguen encadenados a la estrategia nuclear de la OTAN y a su política de guerra fría, defendida por George Brown y otros líderes del ala derecha del Partido Laborista, ello pondrá en peligro la existencia de esa magnífica sociedad basada en la ciencia, cuyos perfiles fueron trazados ante la Conferencia con tanta brillantez por Harold Wilson. Si los laboristas no renuncian a la política bipartidista en las cuestiones internacionales y de la defensa, sustituyéndola por una política propia de paz, que acabe con la subordinación a los Estados Unidos, con las bases de submarinos equipados con cohetes Polaris y otras bases norteamericanas; si no renuncian a las armas nucleares, todos sus planes de progreso de Inglaterra bajo un Gobierno laborista no valdrán lo que el papel en que han sido escritos. En cuanto la presidencia pudo OTROS PROBLEMAS controlar la Conferencia, lo demás fue coser y cantar. Los delegados se dejaron apartar del debate sobre la nacionalización de las industrias básicas, aceptando la promesa de Wilson de que serán nacionalizadas la industria del acero y el transporte por agua y por carretera, aunque no precisó en qué condiciones. La exigencia de que fuera nacionalizada la industria de la construcción fue rechazada, lo mismo que la nacionalización de la tierra. Algunos delegados de base abogaron valientemente por una política más activa, por una política de la clase obrera. Exigieron el cierre de las escuelas «públicas», que son en realidad escuelas privadas para los ricos, e instaron a realizar reformas radicales en la previsión social. Pero sus proposiciones fueron rechazadas. Los principales debates giraron en torno del problema de la planificación, comprendida la «política de ingresos». A pesar de que, como hemos dicho ya, el Congreso de las Trade 5—N. Época

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Unions se negó a apoyar la política de congelación de salarios, también aquí ejerció su influencia el Comité Ejecutivo Nacional. La Conferencia aprobó una política que, de hecho, supone un apoyo a la congelación de salarios. Para dorar la pildora, Frank Cousins propuso para esta política el nombre de «crecimiento planificado de los salarios». La «política de ingresos» de los laboristas comprenderá «el control de salarios y sueldos, de los dividendos, de los beneficios [incluyendo los de carácter especulativo] y de los subsidios de la seguridad social». Pero los delegados señalaron que no se comprendía cómo iban a ser controlados los dividendos en una economía capitalista. J. Callaghan, que habló en nombre del Comité Ejecutivo Nacional, ni siquiera trató de responder a esta pregunta, pero aceptó que los beneficios y los dividendos eran «muy difíciles» de controlar, y dijo que «los laboristas 110 sabían aún cómo habría de ejercerse dicho control». La incapacidad de los laboristas para controlar los dividendos fue señalada también por Ted Hill, quien dijo que ningún Gobierno laborista podrá tener éxito a menos que defienda los salarios y las pensiones. Manifestó que sólo prestará su apoyo a una «política de ingresos» que abarque a todos los tipos de ingresos. Y añadió: «Si no podéis congelar los dividendos, no habléis de congelar los salarios». Pese a todas las maniobras y a PERSPECTIVAS los intentos de DEL MOVIMIENTO bloquear la disLABORISTA cusión de tantos y tan importantes problemas, en la Conferencia de Scarborough volvieron a tener brillante confirmación las aspiraciones socialistas de los trabajadores ingleses. Ha sido este ardiente deseo de convertir a Inglaterra en un país socialista el que impulsó a los delegados a aceptar las posiciones de la dirección sin las protestas habituales. La base quiere la derrota y la eliminación de los conservadores y hará todo cuanto sea preciso para conseguirlo. Actualmente, cuando, después de doce años de oposición, el objetivo parece estar al alcance de la mano, no quiere que ningún obstáculo se alce en su camino. Esta es la razón de la impaciencia manifestada por los delegados frente a quienes planteaban cuestiones de orden o insistían en un esclarecimiento de la línea política, Creían sinceramente que la discusión de tales cuestiones llevaría la división al seno de la Conferencia, por lo que tal debate debería ser pospuesto para después de la derrota de los conservadores, para cuando los laboristas estén en el Poder. Las filas deben mantenerse unidas para derrotar al atrincherado enemigo tory, Las discusiones deben aplazarse para después de la victoria. Sostenerlas antes de la bátala sería debilitar las fuerzas propias. Los delegados ardían en deseos de retornar cuanto antes a sus lugares de origen e ini-

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ciar la edificación de los cimientos de esa nueva Inglaterra. ¿Para qué perder el tiempo en discusiones!? Llevan discutiendo desde 1959. Ahora Wilson ha conseguido establecer la unidad. Los delegados tienen confianza en él y lo aceptan como jamás aceptaron a Gaitskell. ¡Adelante, pues, hacia la victoria y el socialismo! «Un rasgo extraordinario de esta Conferencia —escribía uno de los periódicos burgueses ingleses— es el entusiasmo por los principios socialistas. Parece ser que Hugh Gaitskell luchó en vano por hacer más moderadas las concepciones de los delegados». Nada más cierto podía haberse dicho de la Conferencia. Los delegados aclamaron cualquier discurso combativo en favor del socialismo. Silenciosos y molestos ante las soflamas de los derechistas, acogían con clamorosos aplausos las palabras de los representantes del ala izquierda que exhortaban a luchar contra el capitalismo. Cuando subió a la tribuna un pensionista de 78 años y lanzó un apasionado llamamiento a combatir por una Inglaterra socialista, todos los delegados puestos en pie le tributaron una cálida ovación, «¡He luchado toda mi vida —dijo-— y antes de morir quiero ver a Inglaterra socialista!...» «¿Por qué nosotros, los/ viejos, no hemos de poder vivir bajo el socialismo como vosotros, los jóvenes?» Y terminó diciendo: «Un Gobierno laborista habrá de ser un Gobierno socialista o no será nada».

La presente situación brinda a los laboristas posibilidades excepcionales de triunfar en las elecciones. La renuncia de Macmillan y la forma en que Home ha sido impuesto al país no han hecho más que aumentar sus probabilidades. La apremiante demanda de la hora actual es. el cese de la guerra fría y la supresión de las armas nucleares. Ahora existe la posibilidad real de avanzar por la senda que ha abierto el Tratado de interdicción de las pruebas nucleares, la posibilidad de asegurar la coexistencia pacífica de los países de diferente régimen social, con un gradual y extenso entendimiento entre el Este y el Oeste y una nueva política en el comercio mundial basada en dicho entendimiento. La alianza y la amistad con los países recién liberados de la dependencia colonial constituye también una urgente necesidad, claramente reconocida por la Conferencia. El pueblo necesita hoy, más que nunca, una política verdaderamente nueva, análoga a la ya propuesta por el Partido Comunista. La lucha en pro de la alternativa representada por una política eficaz responde a las exigencias y los sentimientos de la hora actual. Elévase el nivel de conciencia de la clase

obrera, aumenta su combatividad. Como lo han demostrado las elecciones en Francia e Italia, en la Europa Continental crecen también los sentimientos genuinamente unitarios entre los obreros, y las fuerzas democráticas. El ascenso del movimiento de liberación nacional acrecienta la combatividad de las fuerzas de izquierda. El poderío del mundo socialista ejerce una influencia cada vez más intensa sobre las masas populares. El programa propuesto como alternativa por el Partido Comunista subraya que la base objetiva de la desigualdad entre las clases, del estancamiento relativo de la industria, de la falta de planificación y del caos económico es el dominio de 500 monopolios ingleses. Si no son nacionalizados seguirán dominando en la vida económica y política del país con los laboristas, como han venido haciéndolo con los conservadores. De ahí que para alcanzar incluso los limitados objetivos de política interior planteados en la Conferencia, y en particular para poner en práctica una auténtica y amplia planificación, sea preciso quebrar el poder de los monopolios y llevar a cabo una nacionalización en vasta escala. Las resoluciones aprobadas por el Congreso de las Trade Unions darán evidentemente un impulso aún mayor a las acciones de la clase obrera. Esta no ha rechazado la política de congelación de salarios en el Congrego de las Trade Unions para aceptarla en la Conferencia laborista, cualquiera que sea el nombre que se le ponga. La clase obrera no tiene la intención de permanecer pasiva ante el creciente peligro que representan los grandes monoplios con su política de automatización y de despidos en masa. Los comunistas comparten con los delegados a la Conferencia de Scarborough la idea de que el objetivo supremo del momento es apartar a los conservadores del Poder. La siguiente etapa práctica en la lucha es la constitución de un Gobierno laborista, aunque no menos importante es la política que este Gobierno haya de aplicar. La propugnada por el ala derecha no puede ser jamás la base del éxito de un Gobierno laborista. Si los laboristas se proponen ser reelegidos para un nuevo quinquenio cuando terminen los cinco años de su próximo ejercicio del Poder, deben comprender que la aplicación de la política derechista no les brindará probabilidades de éxito. La experiencia de 1945-1951 ha sido bien elocuente a este respecto. Para asegurar el triunfo sobre los conservadores en las elecciones se requiere el reforzamiento de todas las formas de la l u c h a de masas y una c a m p a ñ a n a c i o n a l p a r a a p a r t a r a l o s . t o r i e s d e l Pod e r . Esto y la atracción ejercida por una política que constituya una auténtica alternativa serán las condiciones para que la victoria en las próximas elecciones marque un viraje en la evolución política de Inglaterra. H. FAGAN

La voz de un continente en pie En la sesión del Consejo Mundial de la Paz celebrada en Varsovia del 28 de noviembre ai 2 de diciembre de 1963, un corresponsal de REVISTA INTERNACIONAL se* entrevistó con M a r * . , c e l i n o Dos S a n t o s , caracterizada personalidad del movimiento de liberación nacional de las colonias portuguesas, secretario de relaciones exteriores del Frente de Liberación de Mozambique. Dos Santos habló de la aportación que hace el movimiento de liberación nacional de África a la lucha por la paz, por !«a coexistencia pacífica, por el desarme general y completo. A continuación insertamos un extracto de esta entrevista.

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¿OS PUEBLOS de África han entrado en la etapa culminante de la lucha por la liberación nacional. En el continente aumenta sin cesar el número de Estados independientes. El imperialismo se ve obligado a ceder una posición tras otra, aunque no está dispuesto a capitular de manera total, y con todas sus energías y todos sus medios trata de mantenerse en el continente africano. Entre los imperialistas más «recalcitrantes» figuran los colonialistas portugueses, Utilizando los métodos de opresión más bárbaros, apoyados en las bayonetas y en las bombas de napalm, mantienen bajo su férula a más de 11 millones de africanos que viven en Angola, Mozambique, la llamada Guinea Portuguesa, las islas de Cabo Verde, Santo Tomé y Príncipe. Citemos algunos hechos que caracterizan la barbarie de los colonialistas portugueses. En la isla de Santo Tomé, cuya población total no pasa de 60.000 habitantes, cerca de mil patriotas fueron muertos por negarse a realizar trabajos forzados. En 1959, más de 50 portuarios fueron asesinados en la Guinea Portuguesa por haber reivindicado aumento de su mísero salario. Bajo las balas de los destacamentos represivos portugueses sucumbieron centenares de campesinos de la región de Mueda [Mozambique! por haber exigido que se les concediera el derecho a cultivar sus propias tierras. En julio de 1960, varios centenares de patriotas fueron masacrados en Angola por reclamar la libertad de uno de los líderes del movimiento de emancipación nacional que se encontraba ilegalmente detenido. Sólo en un breve período —de febrero a junio de 1961—, la agresiva guerra colonial

en Angola, que todavía continúa, segó más de 50.000 vidas humanas. Los hechos demuestran que el colonialismo portugués no está solo, que cuenta con poderosos aliados. Portugal lleva a cabo una política represiva contra nuestros pueblos con el apoyo de los países de la OTAN. Y no es casual que representantes de algunas potencias occidentales consideraran necesario expresar su aprobación al discurso pronunciado por el dictador Salazar en agosto de 1963, en el que ensalzó la política colonial portuguesa. Aunque de palabra manifiestan estar de acuerdo con el derecho de autodeterminación de los pueblos coloniales africanos, potencias occidentales como Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Alemania Occidental sustentan en la práctica posiciones que muestran palpablemente su complicidad con la política de opresión que el Gobierno portugués aplica en África. En lugar de emprender acciones positivas en apoyo de los pueblos que luchan por su emancipación, los Estados Unidos, Inglaterra y Francia se encubren con bellas palabras. Consideramos que la posición de las potencias occidentales es amoral. No podemos tolerar que en nuestros días algunos gobiernos recurran a toda clase de argucias para defender un sistema tan antidemocrático como el régimen colonial de Portugal. Ha llegado la hora de que las potencias occidentales elijan entre la amistad con nuestros pueblos y el apoyo al Gobierno fascista portugués. Es evidente que el imperialismo mundial en su conjunto se interpone en el camino de nuestra libertad. La OTAN suministra armas a Portugal para la guerra en Angola. Las bombas de napalm que utilizan los destaca-

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NUESTRAS ENTREVISTAS

NUESTRAS ENTREVISTAS

mentos punitivos en la Guinea Portuguesa, llevan la marca «made in USA». La OTAN ayuda a Portugal a construir aeródromos militares en Mozambique. La lucha contra el colonialismo y el imperialismo es para nuestros pueblos una necesidad históric¡a. La experiencia de esta justa y noble lucha muestra que en las condiciones actuales el colonialismo portugués puede ser en definitiva derrotado únicamente con las armas. En el transcurso de la larga noche colonial, repetidlas veces y en las más diversas formas hemos expresado nuestro desacuerdo con el dominio extranjero. Ahora, pasando a través de la etapa de la resistencia pasiva, hemos iniciado un combate decisivo para derrocar el yugo portugués. El objetivo que nos planteamos es destruir totalmente las relaciones de tipo colonial, liquidar la explotación de nuestros pueblos y el saqueo de nuestros recursos naturales por los monopolios extranjeros. Queremos ser dueños de nuestro destino y gozar íntegramente del fruto de nuestro trabajo. En el transcurso de la lucha hemos hecho todo lo posible para que el conflicto entre la administración colonial y nuestros pueblos, conflicto cuya solución histórica sólo puede ser alcanzada por nuestros pueblos c,on la independencia nacional, sea resuelto por medios pacíficos, En reiteradas ocasiones hemos intentado hacer que el Gobierno portugués entablara negociaciones, con la única condición previa de reconocer nuestro derecho a la autodeterminación y a la independencia nacional. Sin embargo, el régimen fascista colonial de Salazar ha demostrado que no es> capaz de comprender la realidad de nuestros tiempos, Los colonialistas prefirieron la vía sangrienta. Al negarse a reconocer nuestros legítimos derechos, hicieron inevitable el conflicto armado. Algunos se preguntan: ¿Pueden hombres como nosotros, hombres que libran una lucha armada en sus países, participar en una reunión que discute problemas de mantenimiento de la paz? A los amigos nuestros que a veces, dudan de la justeza de nuestra presencia en la reunión, debemos responderles que no conocen suficientemente bien el carácter de los problemas concretos de la lucha por la paz en nuestros días. El quid de la cuestión radica en que, al luchar por la liquidación del colonialismo portugués, debilitamos el sistema imperialista. La liberación de pueblos enteros del yugo colonial priva al imperialismo de una gran fuente de beneficios y por tanto debilita las fuerzas de la guerra. Luchando por la destrucción total del colonialismo, nuestros pueblos cumplen, en las condiciones de hoy, su deber histórico en el movimiento general de todos los pueblos en defensa de la paz. Así, pues, la lucha contra el colonialismo portugués constituye en primer lugar una aportación real nuestra a la causa de la paz. Sin embargo, esto no significa que estemos al margen de otras formas del movimiento por la paz, de la corriente general de lucha

contra la destructora guerra termonuclear. Comprendemos que en el mundo de hoy, de tan impetuoso desarrollo de la ciencia y de la técnica, los medios de exterminio en masa han alcanzado un nivel tan espantoso que su empleo representa una amenaza a la propia existencia del género humano. La encarnizada lucha contra el colonialismo, en la que nuestros pueblos soportan duros sacrificios, es la lucha por una nueva vida, por la paz y la felicidad. No podemos imaginarnos un futuro luminoso sobre las ruinas de la civilización mundial, en una atmósfera envenenada por las lluvias radiactivas. No creemos que una guerra mundial no afectaría a África, y consideramos que la lucha por la paz no es un privilegio de la raza blanca, amarilla o negra. Estimamos que es una obra común de toda la humanidad. Por eso los africanos presentes en la sesión de Varsovia votaron unánimemente a favor del documento propuesto por la presidencia llamando a todos los hombres de buena voluntad a unirse en la más noble lucha de nuestro tiempo: la lucha por la paz. *--»L COLONIALISMO es una fuente permanente de guerras injustas, de guerras de rapiña. Nuestros pueblos son explotados y oprimidos por los imperialistas extranjeros. Mientras exista el yugo foráneo no podremos hablar del establecimiento de una paz firme en África. Nuestro camino hacia la paz marcha inevitablemente a través de la derrota total del colonialismo portugués. Mas al afirmar que los pueblos esclavizados no pueden vivir en paz con los opresores, no negamos en manera alguna la política de coexistencia pacífica en escala mundial. Comprendemos la política de coexistenca pacífica como una forma de lucha de los dos sistemas sociales y económicos existentes en el mundo: el socialismo y el capitalismo. Esta forma excluye la guerra como medio de solucionar las cuestiones litigiosas entre ambos sistemas. Sin embargo, de ningún modo consideramos la coexistencia pacífica en la arena internacional como una coexistencia entre oprimidos y opresores. Algunos identifican erróneamente el mantenimiento de la paz mundial con las exhortaciones a mantener el statu quo. Su concepción es profundamente equivocada. En efecto, ¿cuáles son las principales fuerzas que se pronuncian hoy por la paz en el mundo entero, por el cese de la guerra fría y por el desarme general y completo? Son las mismas fuerzas que marchan en la vanguardia del movimiento por la transformación revolucionaria del mundo, por la liberación nacional de los pueblos coloniales, por suprimir la explotación del hombre por el hombre. En la lucha por la paz se funden en un solo torrente los países del campo socialista, el proletariado internacional y el movimiento de liberación nacional. África tiene hoy planteadas grandes y urgentes tareas. Deberá suprimir para siempre todas las formas de colonialismo, alcanzar la

unidad y el auge económico y cultural del continente. Mas al resolver esas tareas sería insensato no pensar en los problemas que inquietan a la humanidad en su conjunto. Lo que sucede en el mundo afecta también directamente a África. No podremos cumplir nuestras tareas internas sin hacer nuestra aportación a la solución |de los problemas mundiales, a la lucha por la coexistencia pacífica, por el mantenimiento de la paz universal, por frustrar los criminales planes agresivos del imperialismo. La lucha de los pueblos de África debilita la fuerza del imperialismo y le obliga a realizar concesiones, a aceptar la política de coexistencia pacífica que le es impuesta por el socialismo. ¿Qué reporta la coexistencia pacífica a los pueblos de África? En primer lugar atenúa el peligro de guerra termonuclear mundial. En una atmósfera de coexistencia pacífica de los dos sistemas y de solución de todas las cuestiones litigiosas por medios pacíficos se limitan sustancialmente lasi posibilidades imperialistas de desencadenar y hacer las llamadas guerras locales, de sostener una lucha armada contra el movimiento de liberación nacional. La coexistencia pacífica sanea la situación internacional, crea condiciones en las que cada agresión y cualquier acto de barbarie o de violencia constituyen una disonancia respecto al tono general de las relaciones internacionales y originan una viva reacción de la opinión mundial. La voz de la opinión mundial, la voz de los pueblos es cada día más potente y segura y eso no pueden dejar de tenerlo en cuenta los imperialistas. La salvaje política racista de Salazar llena de ira e indignación a los pueblos. La cuestión de las colonias portuguesas no desaparece del orden del día de las reuniones internacionales. Más de una vez ha sido discutida en la ONU. Tampoco la ha soslayado en sus resoluciones la presente sesión del Consejo Mundial de la Paz, al destacar que un sagrado derecho de nuestros pueblos es emanciparse del yugo colonial, condenado por todo el mundo, y que las acciones del Gobierno portugués contra los pueblos africanos representan un atentado contra la paz en África y crean un peligro para la paz en el mundo entero.

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' A LUCHA por el desarme general y completo es una parte integrante de la política de coexistencia pacífica. Los conflictos militares con los colonialistas contribuyen en gran modo a que se tenga una idea errónea sobre la importancia del desarme general y completo para el África combatiente. Los pueblos afri-

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canos en lucha saben bien lo que significan las armas y cuánto trabajo cuesta conseguirlas. Los imperialistas quisieran, naturalmente, que el desarme significara la renuncia de los combatientes de la libertad a las armas y el mantenimiento de la superioridad militar de los colonialistas, que les permite continuar sojuzgando a los pueblos. Las fuerzas de liberación nacional y los ejércitos de los nuevos países independientes sólo poseen una ínfima parte del potencial militar mundial. El desarme general y completo implica en primer término la destrucción de la gigantesca máquina bélica de los Estados altamente desarrollados. Las victorias que obtuvo y obtiene el movimiento libertador sobre el imperialismo son logradas en unas condiciones de superioridad militar del imperialismo sobre los pueblos que tratan de manumitirse del yugo colonial. Estas victorias han sido y son determinadas en gran medida por la correlación mundial de fuerzas, que ha cambiado en favor de la paz, de la libertad y del socialismo. Son determinadas por la pujanza de todo el proceso revolucionario mundial. En su lucha los pueblos de África cuentan no sólo con sus propias fuerzas, sino también con el fraternal apoyo de los pueblos de los países socialistas, con la solidaridad de la clase obrera internacional y de los pueblos que en otros continentes están en pie de lucha. Todos estos factores contribuyeron al triunfo del heroico pueblo argelino. Estos factores infunden también seguridad en nuestros corazones, abren la perspectiva de la victoria final de los pueblos de las colonias portuguesas, que en el sentido militar son incomparablemente más débiles que el imperialismo lusitano, armado hasta los dientes, y que además se apoya en sus aliados de la OTAN. El triunfo final del movimiento de liberación nacional y la liquidación del colonialismo son Inevitables, están predeterminados por la marcha de la historia. Pero el precio de este triunfo no sería tan caro y el número de víctimas del pueblo sería bastante inferior si el imperialismo fuera más débil en el sentido militar. Por esta razón, incluso las medidas parciales de reducción de armamentos favorecen la causa de la liberación de los pueblos africanos. En lo que respecta al desarme general y completo, significaría en realidad el final del colonialismo, que siempre se ha mantenido y continúa manteniéndose en algunas zonas del mundo, y en particular en nuestros países, sólo y exclusivamente por la fuerza de las armas. Arrancar esas armas de manos de los imperialistas es facilitar y acelerar la emancipación de los pueblos.

TORNO A LA UNIDAD DE L.A CLASE OBRERA EN LOS PAÍSES CAPITALISTAS DESARROLLADOS

Tribuna de problemas actuales

En torno a la unidad de la clase obrera en los países capitalistas desarrollados El principal obstáculo para el logro de los objetivos de la clase obrera de los países capitalistas sigue siendo la división de sus filas, La Conferencia de Moscú de representantes de los partidos comunistas y obreros [1960] subrayó que los comunistas se pronuncian resueltamente por superar esta división. Están firmemente convencidos de que la unidad de acción es la garantía fundamental para resolver felizmente los problemas planteados ante el movimiento obrero de Occidente, es la prenda de nuevas victorias de los trabajadores en la lucha por la paz, la democracia y el socialismo. Hoy día las condiciones internacionales y el desarrollo interior de los países imperialistas facilitan nías que nunca los progresos de la unidad de las filas de la clase obrera. Los grandes movimientos masivos de los últimos años en Italia, Francia, Japón, Bélgica, Alemania Occidental, España, Finlandia y otros países han denotado el desarrollo de nuevos procesos unitarios. Puede decirse que estas acciones, reflejo de la exacerbación de viejos conflictos sociales y de la acumulación de otros nuevos, han tenido éxito a medida que en el curso de la propia lucha de las masas se alcanzaba uno u otro grado de /colaboración entre los diversos destacamentos del movimiento obrero. Los partidos comunistas de los países capitalistas desarrollados han adquirido una copiosa experiencia de lucha por la unidad, experiencia en la que están expresadas las peculiaridades concretas del movimiento obrero en sus respectivos países. En los materiales recibidos en nuestra Redacción se abordan diferentes aspectos de esta experiencia,

se hace ver la necesidad del intercambio de información sobre las realizaciones y las dificultades de la lucha por la unidad y se plantean problemas de principio, trascendentales para avanzar por la vía de la unidad, Se trata ante todo de problemas importantes e n función d e las n u e v a s p o s i b i l i d a d e s y p e r s p e c t i v a s que se abren en nuestra época para lograr la-' unidad de la clase obrera, de los o b s t á c u l o s que entorpecen esta unidad y de la búsqueda d e m e d i o s p a r a f r a n q u e a r l o s . Por supuesto, el debate fructífero y eficiente en torno a estos problemas requiere la participación de representantes de otras tendencias del movimiento obrero, entre ellas la socialdemócrata. Los comunistas, se dice en Ja Declaración de 1960, «están dispuestos a sostener discusiones con los socialdremóclrkr tas, segures de que es el mejor medio de confrontar los puntos de vista, las ideas y la experiencia acumulada, con el fin de acabar con los prejuicios arraigados, superar la escisión entre los trabajadores y establecer la colaboración». Al tiempo que publica en este número los materiales recibidos de Alemania Occidental y de Finlandia1, nuestra Redacción invita a los lectores de REVISTA INTERNACIONAL a los activistas de los partidos comunistas y obreros de los sindicatos, a comunistas y no comunistas, a exponer su opinión sobre los problemas planteados, Confiamos en que ello servirá de impulso para un ulterior debate, que será una útil aportación al desarrollo de la unidad del movimiento obrero.

LA ACTITUD DE LOS COMUNISTAS DE ALEMANIA OCCIDENTAL 1. Nuevas posibilidades En Alemania Occidental, el período de debilitamiento de la conciencia d9 clase del, proletariado, surgido por -efecto de la prolongada coyuntura •económica y del desenfreno del antioomunismo, del chovinismo y del espíritu de revancha, está siendo re-emplazado

por un período en el qus los intereses económicos, sociales y democráticos de la clase obrera, bajo el influjo de la nueva correlación de fuerzas en el mundo y de la agravación de las contradicciones de clase, -entran en cho1 Los materiales se insertan ¡con ligeras reducciones.

que cada vez más violento con el sistema monopolista estatal. Aumenta el interés del proletariado por los problemas cardinales del movimiento obrero. Además, gracias a la existencia de la RDA, todo lo relacionado con la lucha por el socialismo y la creación del régimen socialista es objeto de la lucha política cotidiana. Las condiciones interiores en medio de las cuales se desarrolla hoy la lucha de clases de la RFA están determinadas, de un laido, por el dominio de los gigantescos monopolios y de lo~: grupos militaristas más reaccionarios y agresivos ,y, de otro lado, por las aspiraciones de paz, democracia y seguridad social del pueblo. En el marco de -esta contradicción existen crecientes posibilidades de acción conjunta de diferentes clases y capas de la población . La lucha huelguística de los trabajadores metalúrgicos en la primavera de 1963 inauguró una nueva etapa del movimiento obrero en la RFA. Al mismo tiempo que intensifican la carrera armamentista y la militarización, los círculos imperialistas y militaristas intentan —en las condiciones de una agudización de la lucha competitiva en el mercado mundial— descargar el peso de su política sobre lias espaldas de la clase obrera y obligarla a que acepte el bloqueo de los salarlos. La huelga de los metalúrgicos ha- mostrado que pasaron ya los tiempos en que la clase obrera germanoocoidental podía alcanzar con relativa facilidad victorias económicas. Más ha puesto de relieve también la creciente disposición de la clase obrera a defender cus intereses vitales. Un rasgo distintivo de la huelga fue la unidad y el combativo espíritu de cías a de todos los que participaron en ella, incluidos los obreros extranjeros. La profundización de las contradicciones entre loo monopolios y las masas populares, que tan bruscamente se puso de manifiesto durante la huelga de los metalúrgicos, ha hecho surgir ante la clase obrera toda una serie de problemas sustanciales, como son, entre otros, el de la actitud de los sindicatos hacia los monopolios y el aparato estatal da Bonn y el del papel de los sindicatos en la sociedad. Estos nuevos fenómenos que se producen en la RFA se han visto reflejados, por ejemplo, en la discusión sobre el nuevo programa de la Unión de Sindicatos Alemanes [USA]. Las organizaciones sindicales de base presentaron al Congreso -extraordinario de la USA [Dusseldorf, noviembre de 1963] más de un millar de propuestas y adiciones al proyecto de programa. Ellas acreditan el afán de los activistas sindicales por determinar con más precisión la línea de la lucha antimonopolista de sus organizaciones, por contraponer un programa de reformas democráticas a los planes autoritarios de los monopolios y por conseguir que los sindicatos intervengan más enérgicamente en favor de la política de distensión internacional . El interés general en el mantenimiento de la paz es el principal factor político que agru-

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pa a la mayoría de la población de la RFA: a los obreros, campesinos e intelectuales. Mientras que antes Adenauer y los agresivos círculos monopolistas lograban, atizando el anticomunismo -e invocando la «amenaza del Este», contener la lucha de la clase obrera contra la remilitarización y por el mantenimiento y la garantía de la paz, en el último tiempo se observa la aparición de nuevos aspectos en el enfoque de los problemas de la guerra y la paz por la clase obrera. En ligazón con los esfuerzos internacionales encaminados a lograr la distensión y el desarme, en el seno del movimiento sindical germano occidental se ha exigido que también la UFA haga su aportación a estos esfuerzos. En su declaración sobre la situación internacional y en su llamamiento «A todas las personas de buena voluntad», -el VI Congreso de la USA [Hannóver, 1962] reclamó que no sea desechado ningún medio para zanjar por vía pacífica las divergencias existentes. No hay ningún problema, se decía en estos documentos, que no pueda ser resuelto mediante negociaciones. La guerra como instrumento de la política no tiene razón de ser. En estas exigencias se ven reflejados ya ciertos elementos de la política de coexistencia pacjfica. En ello, pues, hay algo nuevo, porque antes el problema del mantenimiento de la paz se planteaba en la mayoría de los casos sólo de una manera general. El Tratado de Moscú sobre la prohibición parcial de las pruebas nucleares ha impelido también a la clase obrera germanooccidental a definir su actitud a este propósito. Los sindicatos saludaron este tratado y exigieron que lo firmara la RFA. Bajo la presión de toda la opinión pública, las esferas gobernantes no tuvieron más remedio que hacerlo así. Y aunque los dirigentes del Partido Comunista de China afirmen que el tratado condena a las masas a la pasividad, nuestra experiencia permite demostrar todo lo contrario. El Tratado de Mo~cú ha infundido esperanzas a las masas populares de Alemania Occidental. Para la RFA ha tenido, por lo menos, dos efectos: s-e ha intensificado 'la acción de las masas y aparecen más claras las tareas concretas de la lucha por la paz. El Tratado de Moscú es un importante estímulo para la acción mancomunada de los comunistas, los socialdemócratas y los sindicatos en la lucha por la política de coexistencia pacífica. El influjo del Tratado de Moscú se manifiesta en diversas formas. Constituyen un gran paso adelante el acuerdo del sindicato de trabajadores de la industria química condenando el rearme atómico de la Hundeswehr y el resuelto apoyo de este sindicato a la marcha de Pascua contra el rearme atómico señjalada para 1964. Esta decisión ayudará a que en la marcha de Pascua participe una amplia masa de miembros de los sindicatos y, como resultado de ello, a organizar acciones más intensas en la lucha contra el, rearme atómico de la RFA. El año pasado los sindicatos, por vez primera, también participaron activamente en la organización y celebración de la Jornada

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antibélica, que tuvo lugar -el I de septiembre. La falta de claridad en la actitud hacia la RDA es. la mayor dificultad con que se tropieza para seguir robusteciendo y cohesionando las fuerzas pacíficas y democráticas. Para nosotros, en Alemania Occidental el aspecto más importante de la nueva correlación mundial de fuerzas reside en la existencia de la RDA y en las relaciones entre la clase obrera de la RDA y de la RFA. Hoy el peligro de guerra exige imperiosamente la aplicación de una política de coexistencia pacífica entre los dos Estados alemanes. La condición fundamental para que haya paz en Alemania es el reconocimiento de la existencia de dos Estados alemanes y la coexistencia pacífica entre ellos. Consideramos que nuestra tarea primordial estriba en establecer también en torno a este problema, y sobre la base de la" decisiones de los sindicatos, la colaboración de socialdemócratas, comunistas, cristianos y trabajadores sin filiación política definida. En algunas resoluciones presentadas por las organizaciones de base al Congreso extraordinario de la USA se exige enfocar con sentido práctico el problema de las relaciones entre los dos Estados alemanes. Por lo tanto, también en esta cuestión se registran los primeros avances en el seno del movimiento sindical.

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dependiente. Nos referimos a las reivindicaciones sindicales orientadas en defensa de la paz, contra el rearme atómico, hacia la garantía de la democracia y de la justicia social, contra el peligro de una dictadura, que dimana de las llamadas «leyes de excepción», contra la liquidación de las conquistas sociales y en defensa de la independencia del movimiento sindical. Esta línea encuentra apoyo ante todo en los tres principales sindicatos de industria adheridos a la USA: el sindicato de metalúrgicos, el sindicato de trabajadores del transporte público y de comunicaciones y el sindicato de trabajadores de las industrias química, papelera y de cerámica. Dicha línea se ha visto expresada asimismo en el nuevo programa de la USA, aprobado en el Congreso extraordinario de Dusseldorf. Las principales reivindicaciones del programa son de carácter antimonopolista1 y constituyen importantes puntos de partida para seguir desarrollando una fundamental crítica de clase del despótico dominio de los monopolios. El programa reitera la necesidad de una dinámica política de salarios. En él se proclama como una de las tareas centrales la lucha por la conquista del derecho a participar en la dirección de la economía y de la sociedad. La paz y la democracia son declaradas principios ineludibles de la política sindical. En las Vemos, pues, que la existencia de la RDA diversas partes del, programa figuran numeconfiere un matiz específicamente nacional a rosas reivindicaciones sociales y democrátilos problemas de la unidad de acción de la cas que los comunistas apoyamos plenamente, clase obrera alemana. El Partido Comunista como, por ejemplo, las de ocupación completa, de Alemania se esfuerza por hacer compren- derecho al trabajo, inviolabilidad del derecho der a Xa clase obrera germanooceidental que de huelga, libre actividad de los sindicatos, sala construcción del socialismo en la RDA res- lario igual por igual trabajo, vacaciones reponde también a sus propios intereses y que tribuidas más prolongadas, mejora de las mela clase obrera de la RDA, que ejerce en ella didas de protección del trabajo, instrucción esel Poder, desempeña un papel decisivo en la colar de diez grados, abolición del arbitraje determinación del futuro de toda Alemania. obligatorio, etc. También es muy importante la reivindicaEl envío a la RDA de las delegaciones obreras más diversas, a fin de que estudien lo que ción de que se distribuyan equitativamente los significa prácticamente el Poder de los obre- ingresos y la propiedad. La USA no sólo proro y campesinos y la edificación del socialis- pugna la participación de los trabajadores en mo y puedan persuadirse de que la RDA apli- la riqueza nacional que se crea, sino además ca un política de paz, en contraposición a la en la ya existente. El medio para alcanzarlo política agresiva del imperialismo alemán, es reside en una política dinámica en cuestiones uno de los métodos que empleamos para man- salariales que asegure una mayor participación tener y reforzar los lazos que unen a toda la de los obreros y empleados en el producto soclase obrera alemana. A la elaboración de ta- cial. Estas demandas crean grandes posibilireas combativas conjuntas de toda la clase dades para la lucha de la clase obrera por obrera alemana y a la discusión de las cues- mejores condiciones de existencia y contra el tiones ideológicas contribuyen grandemente las saqueo del pueblo por los monopolios. Muchas conferencias de obreros alemanes que se cele- de ellas han sido formuladas bajo la influenbran en Leipzig dos veces al año durante las cia de las grandes conquistas de los obreras y campesinos de la RDA y reflejan el camferias de primavera y de otoño. bio operado en la correlación de fuerzas en el mundo y particularmente en Alemania. 2. La plataforma de la unidad de acción Pero debe tenerse en cuenta además la inLa clase obrera tiene una plataforma con- fluencia de los líderes de derecha del Partido creta para la unidad de acción; las resolucio- Socialdemócrata Alemán y de la USA, que tranes de la Unión de Sindicatos Alemanes. En tan de desviar a los sindicatos del cumpliel VI Congreso de la USA triunfaron en por- miento de sus tareas de clase. Las dos líneas fiada pugna las fuerzas cuya actitud respecto existentes en el movimiento sindical aparecen a muchos problemas contiene importantes ele- expresadas también en el programa de la USA. mentos de una política obrera y sindical in- Ante todo no se ve en él una posición clasic-

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ta respecto al problema de la reunificación de Alemania. Exige que se realice el derecho del pueblo alemán a la autodeterminación, sin explicar qué es la verdadera autodeterminación. Como es sabido, los monopolios y el Estado monopolista falsifican este concepto, interpretándolo como revanchismo y como liquidación de la RDA. En el programa han encontrado eco igualmente las ideas de los partidarios de la «política mancomunada» con la Unión Democrática Cristiana y la Unión Social Cristiana y de convertir a los sindicatos en un «factor de orden». El principal portavoz de estas ideas es Leber, presidente del sindicato de obreros de la construcción, canteros y peones en general. Que el programa obedece a un compromiso lo demuestra, entre otros, el hecho de que a diferencia del programa de Munich aprobado en 1949, «expresa su conformidad con los principios de la economía mercantil y de la concurrencia capitalistas. Las numerosas contradicciones de que adolece el programa reveilan también que está basado en el compromiso. Pero aún tomando en consideración este carácter del programa de la USA puede apreciarse que muchas de sus reivindicaciones se acercan o incluso coinciden con nuestros objetivos sobre la ampliación de la democracia y el mejoramiento de la situación social de la clase obrera, expuestos en la Declaración programática del último Congreso del Partido Comunista de Alemania. Las reformas sociales y democráticas que proponen los sindicatos —y que nosotros queremos conseguir mediante la acción conjunta con los camaradas socialdemócratas y los miembros cristianos y sin partido de los sindicatos— pueden servir de punto de arranque para la lucha por futuras reformas más profundas. En el curso de esta lucha, gracias a la nueva experiencia adquirida, se fortalecerá la unidad y se elevará la conciencia de clase de los obreros germanooccidentales, acrecentándose, como resultado de ello su espíritu combativo. Advirtamos que por primera vez en la historia del movimiento obrero alemán los sindicatos están situados a la izquierda del PSA tanto por el contenido de su programa como por el planteamiento de las tareas prácticas. Ello obedece a que algunos líderes de derecha del PSA se han embarcado en la nave de la política reaccionaria de los monopolios. En su hostilidad al comunismo y al Poder obrero y campesino en la RDA, estos líderes derechistas del PSA van tan lejos que se dan la mano con los antiguos dirigentes hitlerianos de la economía de guerra y los ultrarreaccionarios Strauss, Brentano y Von Hassel. El proceso de diferenciación ideológica en el seno del PSA transcurre en una forma muy contradictoria. Muchos miembros y simpatizantes del Partido Socialdemócrata, pese a algunas vacilaciones, siguen creyendo en general que la táctica de la dirección del partido hará triunfar a éste y conducirá a cambios favorables en la RFA. En ello se dejan sentir an-

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te todo la nociva repercusión de la propaganda anticomunista y las falsas ilusiones respecto a la coyuntura y al Estado germanooccidental. Sin embargo, una peculiaridad de la situación consiste en que si hasta ahora la gran masa de miembros del PSA sigue aceptando pasivamente en el partido la línea política de sus líderes de derecha, en la USA esos mismos socialdemócratas se orientan ya hacia las soluciones propuetas por el movimiento sindical y despliegan cierta actividad. La decantada «política mancomunada» con la Unión Democrática Cristiana y la Unión Social Cristiana, seguida por los líderes de derecha del PSA, está en plena contradicción con los intereses de la clase obrera y de todos los trabajadores. Esta contradicción se ha acentuado después de la Conferencia de Essen del PSA sobre cuestiones de la política económica [1963] y de la aprobación de los principios de la llamada economía mercantil libre y de la lucha competitiva. En la acción encaminada a aplicar las resoluciones sindicales, los miembros y los funcionarios del PSA van comprendiendo cada vez mejor el divorcio que existe entre la política de la dirección derechista del PSA y los intereses de la clase obrera. Así, pues, aparecen nuevas posibilidades para aislar a los líderes de derecha del PSA en el curso de la lucha por la realización d-e las decisiones sindicales, para conseguir que el PSA renuncie a la política mancomunada con la Unión Democrática Cristiana y la Unión Social Cristiana y para formular una nueva política Socialdemócrata. Una nueva orientación de la política socialdemócrata o, por lo menos, el surgimiento de una fuerte oposición en el seno del PSA no sólo facilitarían el desarrollo del movimiento obrero, sino que son verdaderamente necesarios en la actualidad. Desde la firma del Tratado de Moscú, en el PSA se han intensificado las discusiones sobr-e la contribución a la distensión internacional y al desarme. También es objeto de debate el problema de la defensa de la democracia. En esta polémica, que llega hasta la dirección del PSA, influye positivamente ahora la actitud adoptada por la mayoría de los partidos socialdemócratas europeos a'cerca de la distensión y del entendimiento internacionales. El Partido Comunista de Alemania considera que la solución de las tareas democráticas en la RFA creará también mejores condiciones para luchar por los objetivos finales de la clase obrera y será parte sustancial de la lucha por el socialismo. A medida que la clase obrera y las amplias masas populares vayan viendo más claramente que el obstáculo fundamental lo constituyen el militarismo y el poder del capital monopolista que lo protege, la lucha por la paz y por la garantía de los derechos democráticos se convertirá en lucha por la supresión del podar del militarismo y del capital monopolista y por la instauración de un régimen democrático y pacífico apoyado por el pueblo. El desarrollo y el fortalecimiento de la unidad obrera y la alianza y la acción

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conjunta de todas las fuerzas populares llevarán animismo a un cambio radical de la composición y de las funciones del Parlamento y a la formación de un Gobierno popular. El régimen democrático y pacífico surgido del movimiento popular contra el militarismo y el dominio de los monopolios se apoyará en la clase obrera, los campesinos, los intelectuales, la^) capas medias urbanas y los círculos pacíficos de la burguesía, El nuevo régimen democrático, después de hacer saltar las bases del dominio de los monopolios, dejará abierto el camino para las reformas más profundas que desda 1945 viene exigiendo la inmensa mayoría de nuestro pueblo. Estas reformas son: la nacionalización de los grandes consorcios industriales y bancarios, su sujeción a la dirección y al control democráticos y -el reconocimiento del pleno derecho de los consejos de producción y de los sindicatos a participar en la dirección de las empresas y del conjunto de la economía. Ahora -en -el movimiento sindical germanooccidental empiezan a darse ciertas condiciones para la realización de estas tareas democráticas. El nuevo programa de la USA exige que se amplíe la propiedad social y que pasen a ser de propiedad social las empresas que dominan en -el mercado y -en la economía, como medio de control sobra el poder económico. El sindicato de trabajadores de la industria química reclama la nacionalización de las ramas claves de la industria, la ampliación del derecho de participación en la dirección de la economía y el establecimiento de la planificación económica. Reivindicaciones análogas o par-ecidas presentan los sindicatos de metalúrgicos y de mineros. En la D«eclaración programática del PCA, aprobada en su último Congreso, se expresa la esperanza de que el movimiento en defensa de la paz y de los derechos constitucionales en la RFA pueda plantearse en el futuro, merc-ed a su experiencia y combatividad crecientes, objetivos democráticos más elevados y de más largo alcance. Estamos seguros de que la clase obrera y la inmensa mayoría de la población germanooccidental, basándose -en las nuevas experiencias y en los resultados de su lucha, combatirán por estos objetivos y —siguiendo el ej-emplo de la RDA socialista— por el socialismo. Para nosotros no ofrece duda que las luchas por las reformas democráticas, por la transformación del régimen social y por el socialismo -en la RFA están ligadas muy *e~trechamente a la, construcción del socialismo -en la RDA y a la lucha por el restablecimiento de la unidad de Alemania a través de la confederación entre la RFA y la RDA. Esta perspectiva impone también nuevos formas de unidad de acción de la clase obrera alemana. 3. L,a política y las formas de la unidad de acción En la RFA sólo hay sindicatos únicos. Esto significa que en un sindicato están agrupados los trabajadores comunistas, socialdemócratas,

cristianos y sin partido. Tal unidad sindical constituye una gran realización, y la tarea de robustecerla es común a los trabajadores socialdemócratas, comunistas, cristianos y sin filiación política determinada. Ahora bien, en la USA hay diversas corrientes ideológicas. La línea más peligrosa para el desarrollo de la lucha sindical y de la política de clase en los sindicatos es la que sigua Leber. Este y sus partidarios aplican en los sindicatos la política del grupo W-ehner-Erler, de la dirección del PSA, y tratan de convertir el movimiento sindical en un «factor de orden» en el marco del sistema monopolista•estatal. La tendencia acaudillada por Leber tiene puntos de contacto con la llamada «doctrina social católica», cuya esencia consiste en correr un velo sobre las contradicciones de clase, debilitar la lucha de clases y adaptar los sindicatos a la política de los monopolios. La tendencia reformista ejerce una gran influencia ideológica en los sindicatos. Sirve de punto de arranque a una línea que, en general, es anticapitalista y antimonopolista. Pero los representantes de esta tendencia, al demandar reformas sociales y democráticas, apelan al Gobierno y a!l Parlamento. No creen lo suficiente en las mar as, y por ello hacen poco para movilizarlas a fin de imponer las decisiones sindicales. El influjo de esta ideología reformista se refleja sobre todo en las opiniones formadas sobre el Estado germanooccidental. El concepto que se tiene acerca de los caminos y las formas para conseguir la realización de las decisiones sindicales dimana de las grandes y falsas ilusiones existentes todavía. La lucha sindical exige constantes discusiones ideológicas que es preciso sostener con un •espíritu de camaradería. El deber de los comunistas estriba en coadyuvar al desarrollo de la conciencia socialista en los sindicatos, apoyándose en la propia experiencia de los obreros. En la lucha práctica por el logro de las reivindicaciones sociales y democráticas promovidas por el movimiento sindical y que reflejan los intereses comunes de la clase obrera, aparece cada vez más latente la inconsistencia de las ideologías promonopolista y reformista,. Un elocuente ejemplo de ello es la última huelga de los metalúrgicos de BadenWurtemberg, que ha descargado un sensible golpe sobre la teoría de la «coparticipación social». Esta huelga ha marcado el comienzo de choques más fuertes y abiertos con la política sindical de Leber. Por lo tanto, la Jucha por la realización de las decisiones sindicales crea simultáneamente una base para elevar la conciencia de clase en los sindicatos. El sistema de escuelas sindicales ofrece también campo propicio para combatir ideológicamente las concepciones extrañas a la clase obrera. Una participación más amplia de los comunistas en la labor de estas escuelas crea mejores posibilidades para discutir los problemas fundamentales de la política sindical. En los últimos años, en algunas ciudades de la RFA se han fundado sociedades cultu-

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rales socialistas. En ellas se estudian, partiendo de la teorja marxista, las cuestiones actuales de la actividad en las empresas y en los sindicatos. Estas sociedades culturales, que todavía no cuentan con gran número de oyentes, de tiempo en tiempo publican sus conferencias y las difunden entre los obreros. En esta labor creemos ver una buena oportunidad para establecer contactos -entre las distintas corrientes del movimiento obrero. La tarea de intensificar entre la clase obrera la influencia ideológica orientada a desarrollar la conciencia socialista de clase reviste gran importancia también porque actualmente trabajan en la industria germanooccidental, codo con codo con sus compañeros alemanes, unos 800.000 obreros extranjeros. La actitud de los obreros alemanes hacia los obreros extranjeros depende del nivel de su conciencia de clase. El bajo grado de desarrollo de la conciencia de clase re pone de manifiesto con frecuencia en actitudes de tipo nacionalista con respecto a los obreros emigrados. Esto no sólo dificulta la lucha de los propios obreros1 alemanes, sino también la incorporación de lo> trabajadores extranjeros al movimiento sindical. Durante la huelga de los metalúrgicos de Badén-Wurtemberg en la primavera de 1963, los obreros inmigrantes se solidarizaron plenamente con los huelguistas. En algunas empresas formaron comités de huelga y -editaron materiales informativos. Los obreros extranjeros asisten cada vez en mayor número a las manifestaciones sindicales de protesta y a las marchas de Pascua contra el rearme atómico. A veces han sido los iniciadores de acciones políticas, tales como las manifestaciones de protesta contra el asesinato del patriota español Julián Grimau. Así, pues, en la RFA se desarrollan formas de acción conjunta sobre la base de la sjVüdaridad internacional. La estrecha colaboración con los obreros extranjeros es a la vez un buen punto de partida para establecer contactos entre los sindicatos de sus países y los sindicatos germanooccidentales y para que se consulten mutuamente, con lo cual se logra su acercamiento. En los organismos directivos de la USA se abrigan grandes ilusiones acerca de la Comunidad Económica Europea [CEE]. Sin embargo, el cuadro ideal de la «Europa unida» contrasta, cada vez más con las consecuencias prácticas de la política de la CEE. De ahí que en la prensa sindical germanooccidental se oigan ya las primeras voces de alarma. Se están dando las condiciones para la negociación entre los sindicatos nacionales sobre el apoyo solidario a la lucha de los trabajadores en cada país y sobre la aprobación de un programa da acción conjunta de todas las centrales sindicales de los países de la CEE, Esta idea fue sugerida, por ejemplo, en el VI Congreso de la USA. Mas a este propósito también el anticomunismo es el obstáculo principal para 3a colaboración. La consigna de «ninguna colabora-

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ción con los comunistas», extendida a todos los países d-e la CEE, significa para la clase obrera germanooccidental la renuncia al apoyo de las más fuertes centrales sindicales de los países vecinos y, por consiguiente, d-e los sindicatos cristianos y otras organizaciones sindicales que actúan conjuntamente con esas grandes centrales obreras. Sin embargo, ese criterio, como puso de relieve la huelga de los mineros franceses, puede ser superado mediante la resuelta acción de los miembros de los sindicatos. La huelga de los mineros franceses causó gran impresión entre la clase obrera germanooccidental, suscitando un gran movimiento de solidaridad en el seno de los trabajadores. El aparato central de la USA y las direcciones de los sindicatos de industria no tuvieron más remedio que expresar también su solidaridad con los huelguistas. La experiencia adquirida en nuestro país acredita que empiezan a crearse condiciones más favorables para la unidad de acción, sobre la base de los sindicatos únicos, orientada a realizar una política obrera independiente en ios sindicatos y en el propio PSA. El Partido Comunista de Alemania se esfuerza por aprovechar las nuevas tendencias aparecidas en el movimiento obrero germanooccidental para elevar la conciencia de clase de los trabajadores, superar la ideología hostil a la clase obrera y desarrollar la conciencia socialista. Por supuesto, sería muy importante conocer lo que opinan sobre estos problemas los camaradas de los partidos hermanos. 4. Las perspectivas próximas El curso de los acontecimientos en -el último tiempo permite deducir fundadamente que en el próximo futuro so acentuará la lucha de las masas por las reivindicaciones económicas, sociales y democrática^. El año pasado, la elevación de salarios lograda por medio de la lucha ha quedado otra vez por bajo del aumento del llamado producto social y del alza de lOíS precios. Para muchos obreros esto significa la reducción del salario real. Indigna sobre todo a los trabajadores el incesante encarecimiento de la leche y los alquileres. En relación con ello, ya se observa cierta actividad de los sindicatos, y -en muchos lugares los obreros exigen pluses de carestía de la vida. El aumento de salarios, completamente insuficiente, conseguido el año pasado al revisarse los convenios sobre tarifas intentan anularlo ahora los monopolios mediante la supresión de los llamados «gastos sociales» de las empresas y la revisión de las tarifas de los salarios a destajo. Ello acentúa el descontento de los obreros. Por añadidura, existe la denominada «cartera social» del Gobierno, que comprende, entre otros proyectos de ley, una medida tan reaccionaria como la reforma de las Cajas de enfermedad. En diversas ciudades de la RFA se han celebrado grandes mítines en los que los trabajadores han expresado su protesta contra

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la nueva ofensiva de los monopolios, de la que forman parte la «cartera social», las «leyes de excepción» y los crecientes gastos en armamento. Esto demuestra que se ele,va la conciencia de clase y se va comprendiendo más profundamente la conexión entre estas cosas. En ello vemos premisas concretas y actuales para la acción conjunta de los socialdemócratas y los comunistas, sobre todo en los sindicatos. Allí donde ios comunistas han llevado a la práctica en su actividad sindical esta orientación del PCA, han logrado vincularse más sólidamente con las masas sindicares. En el período de la discusión del proyecto de nuevo programa pudo observarse que los argumentos y las propuestas de los comunistas eran reconocidos y aprobados en un grado mucho mayor que en tiempos pasados. Muchas discusiones entre los comunistas y los socialdemócratas, por muy porfiadas que hayan podido ser, se han sostenido en un acentuado clima de enfoque práctico. Sin embargo, esta orientación del Partido no ha calado aún en todos los comunistas. Muchos camaradas no han roto todavía con los hábitos sectarios. No se guían por lo que se puede realizar directamente ahora, no ponen en primer plano lo que hay de común y son poco activos en la búsqueda de contactos con los hermanos de clase socialdemóoratas. De la política del grupo Wenner-Erler en la dirección del PSA responsabilizan a la masa de dicho partido, y en el mejor de los casos sólo están dispuestos a colaborar con algunos socialdemócratas de izquierda. Estos comunistas consideran que forman la oposición en los sindicatos únicos y no ligan su crítica a propuestas constructivas para la realización de los acuerdos sindicales. De otro lado, hay camaradas que se orientan exclusivamente a defender reivindicaciones económicas y sociales, rechazan las discusiones ideológicas y sólo participan en la lucha por la consecución de las decisiones sindicales en la medida que ella es organizada por la dirección superior de los sindicatos. A pesar de las dificultades derivadas de su situación ilegal, el Partido Comunista de Alemania procura vencer estas tendencias izquierdistas y derechistas intensificando el trabajo ideológico en el seno del Partido y haciendo ver con ejemplos prácticos cómo se actúa justamente en los sindicatos en el espíritu del Partido. Para lograr la unidad de acción de la cla:-e obrera desempañan un importante papel los delegados sindicales en las empresas y los consejos de producción. Los delegados sindicales son el eslabón de enlace entre el sindicato y el personal de la empresa; transmiten las exigencias de éste al sindicato y, recíprocamente, dan a conocer al personal las decisiones sindicales y lo movilizan para conseguir que sean aceptadas. A los delegadas sindicales les corresponde

cumplir una gran tarea en la preparación y realización de las acciones masivas. Como entre los delegados hay trabajadores comunistas, socialdemócratas, cristianos y sin partido, con ello se asegura la incorporación de todo el persona;! de las empresas a la lucha sindical. Durante las huelgas, los delegados intervienen como fuerza movilizadora y dirigente. De la unidad entre los delegados sindicales depende principalmente la unidad de toda la colectividad laboral. Otro factor importante para la acción conjunta son los consejos de producción. En las elecciones a los mismos- nuestro Partido lucha por la confección de listas sindicales únicas. De este modo se desarrolla y robustece la idea de la unidad en las empresas y los sindicatos. Al mismo tiempo, las listas únicas son una premisa fundamental de la acción conjunta de los consejos de producción en beneficio de toda la colectividad laboral, como órgano combativo de la misma. Ya al participar en la confección de una lista sindical única actuamos contra toda tentativa de escisión. En la organización de la unidad de acción también desempeñan un gran papel los comités de huelga, que se constituyen sobre la base de la colaboración de los delegados sindicales, los consejos de producción y los órganos directivos locales d£ los sindicatos. La huelga de metalúrgicos de Baden-Wurtemberg ofreció magníficos ejemplos de cómo la acertada composición de los comités de huelga asegura la unidad de acción. A impulsar la acción conjunta contribuyen en extraordinaria medida las conferencias de delegados sindicales y de consejos de producción en escala distrital, comarcal y de todo el país. Estas conferencias, que son convocadas por los sindicatos, analizan la situación de la clase obrera y sus reivindicaciones y han sido con frecuencia puntos de partida de acciones sindicales. En la lucha de la clase obrera y de otras capas de la población por la paz y las reivindicaciones económicas, sociales y democráticas han surgido diversas formas de acción, como los comités de «lucha contra la muerte alómica», el movimiento de las marchas de Pascua, los comités locales en defensa de los derechos democráticos, los comités de lucha contra las bases de cohetes y en defensa de los campesinos contra la confiscación de tierras para fines militares, las sociedades campesinas de lucha contra las consecuencias de la política de la CEE, etc. En su Declaración programática, nuestro Partido subraya que la acción conjunta de todas las fuerzas populares exige la igualdad de derechos de las diferentes organizaciones y de los ciudadanos. No debe ocurrir que unos tengan más derechos y deberes que otros, ya sean socialdemócratas, comunistas, cristianos, liberales o pacifistas. La ampliación y el éxito de la lucha de todas las fuerzas populares dependen en grado decisivo de la actividad política y de la uni-

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dad de acción de la clase obrera. El PCA seguirá impulsando las nuevas formas de lucha por la paz, la democracia y la justicia social, sin escatimar energías para que la cla-

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se obrera desempeñe realmente en esta lucha su función de fuerza rectora. HUGO Miembro del CC del PCA

POR LA UNIDAD DE ACCIÓN DE L A CLASE OBRERA DE FINLANDIA 1. La división del movimiento obrero finlandés

El Partido Comunista de Finlandia lucha en unas condiciones singularmente complejas por el restablecimiento y la consolidación de la unidad del movimiento obrero. Existen en el país tres partidos políticos con base en la clase obrera y dos centrales sindicales, más grupos sindicales autónomos. Otras varias organizaciones obreras de masas se encuentran asimismo divididas. La dirección del Partido Socialdemócrata de Finlandia [PSF], al perder después de la huelga general de 1956 el control de la Unión Central de Sindicatos de Finlandia [UCSF], se vio privada del respaldo de las fuerzas en las que se había venido apoyando a lo largo de decenios. Habiendo fracasado en sus intentos de recobrar sus anteriores posiciones en el seno de la UCSF, la dirección del PSF decidió en noviembre de 1960 crear la Agrupación Sindical Central de Filandia [ASCF]. Con anterioridad, dentro del movimiento socialdemócrata había surgido una fuerte tendencia escisionista. La oposición, existente desde hacía largo tiempo, se constituyó en partido independiente con el nombre de Unión Socialdemócrata de Obreros y Pequeños Agricultores [USOPA]. Una parte de los diputados socialdemócratas formaron una minora oposicionista en el Parlamento. En las últimas elecciones generales [año 1962] el movimiento socialdemócrata estuvo representado por dos partidos, el PSF y la USOPA, que obtuvieron el 19,7 y el 4,4% respectivamente del total de los votos emitidos. Las divergencias entre los líderes del movimiento socialdemócrata tienen frecuentemente un carácter personal y otras veces están relacionadas con los métodos de trabajo. Pero también afectan a cuestiones tales como la actitud hacia la Unión Soviética, el Mercado Común Europeo, ios problemas de la paz. Han surgido agudas divergencias respecto a cuáles agrupaciones burguesas debe orientarse la socialdemocracia en su política de alianzas. En estos casos las contradicciones revisten un carácter de principios, son profundas en ambos partidos socialdemócratas, repercuten en la vida y en la actividad de las organizaciones de masas e influyen en sus militantes de base. Esta situación conduce con frecuencia a la desintegración de las organizaciones obreras de masas e impide la movilización y la organización de los trabajadores.

El proceso de fraccionamiento de las bases orgánicas del movimiento obrero ha consolidado las posiciones del gran capital en su lucha contra los intereses de las masas trabajadoras. Esto se evidencia aunque sólo sea por el hecho de que el salario real de los obreros ha disminudo en los últimos años. Según datos de la patronal, en el período comprendido entre 1956 y 1962 el costo de la vida se elevó en el 47%, mientras que el salario sólo subió un 34,7%. Todas las ventajas del aumento de la productividad del trabajo fueron para los capitalistas. En 1963 la carestía de la vida se elevó de nuevo en un 6%, como mínimo. La profundización de la escisión del movimiento obrero fue asimismo la causa fundamental de que los partidos obreros perdieran la mayoría en las elecciones parlamentarias de 1962 y de que la representación de las organizaciones socialdemócratas en el Parlamento se redujera de 51 diputados a 40. La actual división de la clase obrera se debe al tannerismo, o sea a la línea de la dirección del ala derecha del PSF de colaboración con la gran burguesía, de apoyo a las posiciones de ésta en las cuestiones principales de política interior, exterior y económica. A Tanner y a sus correligitfharios no se les debe identificar con el Partido Socialdemócrata y sus simpatizantes. Cuando los comunistas critican a esta corriente ultraderechista ello no significa que recriminen a todos los socialdemócratas ni a la totalidad de los líderes del PSDF como prosélitos de Tanner. Sin embargo, no podemos cerrar los ojos ante el hecho de que el tannerismo ha ejercido y ejerce un gran influjo en la actividad práctica y en el programa de este partido. El programa del Partido Socialdemócrata afirma que «el sistema capitalista se basa ya en la propiedad estatal y en el modo de producción social, y que la orientación de su desarrollo es la economía planificada socialista». Según Tanner y sus seguidores, en Finlandia ya no existe la explotación y todo lo que se diga respecto a las contradicciones entre el proletariado y los capitalistas ha pasado de moda. El objetivo fundamental de su actividad lo ven en la lucha contra el comunismo y el socialismo, lo que viene a convertirlos en cómplices de los representantes ultraderechistas de la burguesía, en enemigos de la amistad y la colaboración entre Finlandia y la Unión Soviética. El punto culminante de esta política fue el bloque concertado por la dirección del PSF con el Partido Coalicionista, el más reaccio-

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nario de todos los partidos burguesa, así como también con otras fuerzas burguesas de extrema derecha, en ocasión da las elecciones presidenciales celebradas a comienzos de 1962. El propósito fundamental que perseguía este bloque era cambiar el curso de la política exterior del país. «En vista de que todos los componentes del bloque electoral mantienen la misma posición en este punto concreto —manifestó poco antes de las elecciones el secretario del PSF, K. Pitsinki—, no tiene mucha importancia cuál de los candidatos del bloque triunfe en este o aquel distrito». Semejante línea, claro está, -es acogida con •entusiasmo en loa círculos derechistas, que son quienes cosechan los frutos del rumbo tanneriano seguido por la dirección del PSF. Sobre este particular ha escrito con bastante franqueza en su libro T. Yunnila, uno de los más empedernidos reaccionarios, ex diputado del Partido Coalicionista y director de Banco: « . . . E n el momento presente, la fundamental divisoria política en nuestro país no pasa entre la "burguesía" y los ''socialistas", sino entre los partidarios de la democracia occidental y nórdica, de un lado, y los partidarios de los comunistas y sus simpatizantes, de otro... En la lucha por la conquista de las conciencian de los obreros industriales, sólo los socialdemócratas pueden constituir la gran fuerza que se contraponga a los comunistas. Si la soc'aldemocracia' pierde esta, batalla ello puede significar el fin de la democracia en Finlandia. De ahí que yo, que soy un conservador burgués, me vea precisado a decir que nos hace falta un partido socialdemócrata unido, combativo y que apoye decididamente la democracia nórdica». Y pese a que la maniobra del bloque electoral terminó de manera bien deplorable, puesto que se disgregó en vísperas de las elecciones y el PSF, que participaba en él, sufrió una seria derrota Den el colegio de compromisarios obtuvo 36 puestos contra 72 en las anteriores elecciones presidenciales], el ala tanneriana del Partido Socialdemócrata no h'i desistido de sus antiguas concepciones y actitudes. La colaboración de los comunistas ron el ala ultraderechista tanneriana del PSF, o sea con los heraldos de la guerra fr'a, aliados de los grupos burgueses más reaccionarios y antidemocráticos, es imposible. Por el contrario, la premisa para las acciones conjuntas estriba en la lucha contra tales concepciones y actitudes. Hay que explicar esto a los obreros y demostrarles que la política de los socialdemócratas ultraderechistas entorpece la unidad de acción de los trabajadores y la defensa d-e sus intereses de clase. 2. Posibilidades, y vías de lucha por la unidad A pesar de la política anticomunista y disgregadora que practica la dirección tanneriana del PSF y de la división orgánica del

movimiento obrero no se puede decir que en nuestro país no hay unidad de acción de los trabajadores. Pese a etea división el anhelo de unidad de acción c-e acentúa y tiene su expresión sobre todo en la lucha económica conjunta de los trabajadores. [Aunque, como ya se ha dicho, la división orgánica, claro está, debilita esta lucha]. Las acciones de masas de ios trabajadores y, en particular, los abiertos choques de clase habidos a finales de 1962 y comienzos da 1963 han desempeñado un importante papel en la vida política y económica del país. Ello comprueba la agudización de las contradicciones de clase y asimismo los grandes cambios operados en la situación de los funcionarios del Estado y empleados de entidades privadas, quienes por primera vez en la historia, del país han participado ampliamente en la lucha abierta de clases L . Cerca de 400.000 obreros y 100.000 empleados lanzáronse simultáneamente a un movimiento por mejores salarios, que ce tradujo en huelgas, manifestaciones, trabajo lento, grandes campañas de solidaridad con los huelguistas, etc. Estas acciones, que fusron el movimiento más amplio y más combativo de los trabajadoras desde la huelga general de 1956, demostraron la disposición y capacidad de las masas para luchar a pesar de las desfavorables condiciones derivadas de la división orgánica. Testimonio de la consolidación de la idea de la unidad de acción son asimismo las discusiones que sobre este tema y la actitud respecto a los comunistas tienen lugar en los círculos socialdemócratas. En junio de 1963, en vísperas del Congreso del Partido Socialdemócrata y durante el mismo muchos sociald?mócratas refiriéronse a la necesidad de la colaboración. Incluso en las páginas del órgano central del PSF ce habló de una «prudente colaboración con los comunistas a fin de defender los intereses de toda la clase obrera», como posición que el Partido deb'a. adoptar ante la situación creada. La destitución de V. Leskinen, dirigente del PSF, acordada por el Congreso, demuestra que los militantes de base están descontentos de la posición escisionista que mantienen los elementos derechistas. La política del PSF respecto a la Unión Soviética fue en -el Congreso. La construcción del socialismo y del comunismo en los países socialistas, y en particular en la Unión Soviética, contribuye a acentuar la tendencia unitaria, La razonable política de coexistencia pacífica que aplica la Unión Soviética ej-erce también una influencia po~i1 Entre 1950 y 1960, el número de obreros industriales en Finlandia aumentó en 2,5%, o sea, en 49.000; y el de los empleados en 42,8%, es decir, en 137.000, mientras que la cantidad do trabajadores de la agricultura y la selvicultura se redujo en 21%, o sea en 191.000. Los nuevos empleados son fundamentalmente los df; retribuciones bajas, lo que ha venido a aproximar aún más a esta categoría al resto de los asalariados .

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tiva en los socialdemócratas, -e incluso en sus dirigentes. La dirección de la USOPA, que en los problemas interiores y económicos sigue una política casi análoga a la del PSF, tiene una actitud más favorable hacia la Unión Soviética y hacia el movimiento de la paz. Por ejemplo, la USOPA ha participado en la reciente recogida de firmas para el Llamamiento del Pueblo Finlandés en apoyo de la coexistencia pacífica [mientras que sólo unos cuantos dirigentes y organizaciones del Partido Socialdemócrata se sumaron a esta campaña]. El programa del PSF no es un programa marxista. Y en los postulados programáticos de la USOPA hay asimismo mucho de erróneo. No obstante, en ellos se pueden encontrar numerosos puntos de coincidencia con el programa de los comunistas en cuestionen político-sociales, por ejemplo, en orden a la reducción de la jornada laboral, a la revisión del sistema tributario, a las medidas culturales, etc. Sobre la base de estas reivindicaciones, los comunistas procuran conseguir la máxima amplitud de la unidad de acción -en el Parlamento, los organismos comunales, las empresas, los sindicatos, etc. Aunque por su contenido estas reivindicaciones no pueden ser calificadas de socialistas, los comunistas concedemos una enorme importancia a la unidad de acción en la lucha por su satisfacción, puesto que comprendemos que muchas cuestiones ideológicas pueden ser esclarecidas en el transcurso de la lucha conjunta por objetivos inmediatos. En primer lugar, los trabajadores se percatan de que ellos tienen intereses comunes, opuestos a los interese^ y a los posiciones de los capitalistas. Las acciones conjuntas ayudan a establecer relaciones de camaradería entre socialdemócratas y comunistas, permiten ir poniendo fin a. ]as ofensas mutuas, etc. Toda acción unitaria en apoyo de una reforma, por ínfima que rea, contribuye a alejar a los obreros del influjo de las tendencias anticomunistas y escisionistas, ya que el propio desenvolvimiento de la lucha demuestra a los trabajadores que •esas reforman pueden ser obtenidas sólo a base de sus acciones mancomunadas. 3. El problema de la unidad sindical Próximamente expira en Finlandia el plazo de los contratos laborales que afectan a más de medio millón de obreros y empheados y que deben ser renovados a comienzos de 1964. Los trabajadores se preparan para una nueva etapa de lucha por aumentos de salarios. La división orgánica del movimiento sindical dificulta -en gran medida estos preparativos. La mayor central sindical del país, que agrupa a los obreros industriales, sigue siendo la UCSF. Está integrada por 24 sindicatos, que cuentan con unos 220.000 miembros. La mayoría de los comunistas y partidarios de la USOPA están afiliados a esta central. Una expresión del anhelo de unidad de los

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obreros es que, pese a las exhortaciones del PSF, muchos trabajadores adheridos al; PSF continúan militando en la UCSF. Varios sindicatos desgajados de la UCSF se han quedado al marguen de las centrales sindicales. Estos sindicatos «independientes» son ocho y cuentan con 50 ó 60.000 miembros. La Agrupación Sindical Central de Finlandia, creada por iniciativa del PSF y que funciona bajo su dirección, está integrada por 17 sindicatos con unos efectivos que oscilan entre 55 y 60.000 afiliados. La ASCF ce basa en la sindicación de obreros de un mismo signo político. En su programa se dice que para los puestos directivos de la agrupación no s-e debe elegir a «antidemócratas», es decir, a obreros comunistas. Por último, además de estas centrales sindicales, compuestas casi exclusivamente de obreros, existen varios sindicatos más a los que pertenece una gran parte de Jos funcionarios públicos y empleados de empresas privadas. A p-esar de la división orgánica, puede señalarse que el número total de afiliados a la UCSF, a los sindicatos «independientes» y a la ASCF es ahora mayor que los efectivos con que contaba la UCSF en 1957 [hasta la escisión]. Por consiguiente, la escisión no ha conducido actualmente a una reducción del nivel de organización del proletariado, aunque es evidente que el movimiento rindical unido se hubiera desarrollado a un ritmo más rápido. Los intereses comunes de todos los trabajadores exigen que las distintas organizaciones no malgasten sus fuerzas en mutuos ataques. La tarea fundamental de las centrales sindicales y de los sindicatos «independientes» estriba en dirigir conjuntamente la lucha contra la explotación capitalista, por salarios más altos y por mejores condiciones de trabajo. Si no se logra la unidad de acción, los obreros no podrán defender con éxito sus intereses ni conquistar nuevos derechos. Los comunistas consideran que es inadmisible utilizar la lucha de los trabajadores por mejores salarios como un «medio auxiliar» en el juego político. Cada partido obrero y cada organización proletaria debe apoyar de manera incondicional la lucha de los trabajadores y preocuparse de que la dirección de estas organizaciones no altere ni viole las decisiones adoptadas democráticamente por las organizaciones de base. Todas las demandas de aumento de salarios y de mejora de las condiciones de trabajo deben examinarse sobre una base democrática lo más amplia posible. En cada empresa y -en todas las organizaciones sindicales de un mismo sector se debe llegar a acuerdos que satisfagan a todos los obreros, tanto sobre las propias reivindicaciones como sobre las formas de lucha para verlas satisfechas. Estos acuerdos presuponen amplias discusiones -entre los trabajadores y conversaciones entre los dirigentes sindicales, delegados, etc. Consideramos que una condición previa pa-

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ra estas conversaciones y discusiones debe ser la igualdad de derechos de cuantos participen en ellas, la renuncia a toda discriminación, el derecho y la libertad inalienables de cada uno de pertenecer a la organización que estime conveniente. La hostilidad hacia los «disidentes» no contribuye al éxito de la lucha de los trabajadores. Por consiguiente, no se puede proclamar la unificación de todos los sindicatos bajo una dirección única centralizada como condición previa de la lucha conjunta por mejores salarios. En el desarrollo de la lucha contra la patronal, tos trabajadores comprenderán con más facilidad y mejor lo importante que es la unidad, la existencia de una sola central sindical. En el curso de la lucha surgirán asimismo las premisas para el desarrollo de la democracia interna en el movimiento sindical, que servirán de garantía contra las restricciones y la violación de los derechos de los sindicatos. 4. Algunos aspectos políticos de la lucha por la unidad

Parte de los dirigentes y de los miembros del movimiento socialdemócrata temen que la unidad de acción venga a reforzar las posiciones y la influencia del Partido Comunista a costa- de los socialdemócratas. Incluso manifiestan que tan pronto como el Partido Comunista acumule fuerzas, establecerá su propia dictadura. Por esta razón, nuestro Partido trata constantemente de explicar a las masas trabajadoras su verdadera posición. Ya en 1954, el CC del PCF, en el Llamamiento «¡Trabajadores, a la unidad de acción!» expresó su criterio de que «el paso de los obreros socialdemócratas a las filas comunistas no es, ni mucho menos, el único camino que lleva a la unidad. Los socialdemócratas pueden servir eficazmente al fortalecimiento de la unidad en el seno de sus propias organizaciones, apoyando a aquellos de sus compañeros que son honestos paladines de la causa de los trabajadores». En 1960, en su llamamiento a la unidad de acción, nuestro Partido subrayó de nuevo que «la unidad de acción para defender los intereses y los derecho^ de la clase obrera no puede debilitar a ningún partido verdaderamente obrero... La actividad práctica, seria y honrada en defensa de los intereses comunes y de los derechos de los obreros es el único venero de fuerzas de un partido obrero, mientras que la colaboración con los enemigos de la clase obrera es el camino más seguro para la disgregación de las filas de un tal partido y el debilitamiento de su influencia». En el programa de nuestro Partido se dice que el PCF «desea colaborar eficazmente con todos los partidos que cuenten con el apoyo de lan masas trabajadoras, tanto bajo el capitalismo como en -el período de transición al socialismo y de edificación del socialismo». Es evidente, por lo tanto, que nuestra política de unidad de acción tiene un carácter

prolongado y no puede estar basada en «maniobras y subterfugios», de lo que los socialdemócratas nos acusan a los comunistas. Los intereses de un partido que tiene como objetivo la edificación del socialismo no pueden ser contrarios a los intereses de otros partidos que luchan por la causa de los trabajadores. Ya en el Manifiesto Comunista se subrayaba la verdad de que los comunistas no tienen intereses distintos a los intereses del proletariado. Con -este problema está muy estrechamente ligada la discusión sobre las vías y los resultados de la lucha por la unidad del movimiento obrero en las democracias populares. Los líderes socialdemócratas afirman que la unificación de los partidos obreros en estos países fue conseguida mediante el cese de la actividad y la supresión d'e hecho de los partidos socialdemócratas. El estudio y el esclarecimiento a fondo de esta cuestión es muy actual e importante para nosotros. La discusión sobre la unidad atañe también directamente a la actitud hacia los países socialistas. A este respecto, en -el Partido Socialdemócrata —en sus líderes y entre sus miembros de filas— existen las ideas más. diversas: unas, sumamente negativas; otras, «razonablemente prácticas», «cautelosamente benévolas», -etc. Nuestro Partido considera que la diferencia de puntos de vista en este problema no debe ser un obstáculo para la unidad de acción en otras cuestiones. Al mismo tiempo, el PCF muestra que ningún partido ganó nuevos adeptos manteniendo una posición hostil hacia la Unión Soviética y los países socialistas. Los comunistas expresan su hondo convencimiento de que los éxitos de los países socialistas hicieron y hacen más fácil la lucha de los obreros de los países capitalistas y el desarrollo de otros movimientos progresistas de nuestro tiempo. Esto se aprecia de manera singular en Finlandia, ya que fue precisamente la victoria de la Unión Soviética sobre Hitler la que hizo posible restablecer y ampliar en nuestro país las libertades y las instituciones democráticas. El ejemplo de la edificación cocialista tiene una importancia inmensa, si no determinante, para todos los pueblos oprimidos. Como manifestó el secretario general de nuestro Partido, Ville Pessi, «los éxitos sociales de la Unión Soviética, así como sus éxitos en el dominio de la ciencia y la técnica, hacen más para extender las ideas socialistas entre las amplias masas que lo que habría podido hacer la "exportación de la revolución", que, como es sabido, el marxismo-leninismo rechaza totalmente». La actitud hacia la política de coexistencia pacífica de los Estados con diferentes sistemas sociales desempeñan un importante papel en las acciones conjuntas de los trabajadores y de las fuerzas democráticas en Finlandia. Las relaciones entre Finlandia y la Unión Soviética constituyen el principal aspecto de la política de coexistencia pacífica en nuestro país.

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En las relaciones entre los dos países tuvo positiva hacia la Unión Soviética. En los úllugar un viraje después de que Finlandia fir- timos años, el Partido Socialdemócrata se ha mó el armisticio el 19 de septiembre de 1944, visto ante el dilema de proseguir su anterior La terminación de la guerra y la conclusión rumbo antisoviético, lo que amenazaba con del Tratado de Paz originaron un cambio ra- debilitar aún más su influencia, o revisar los dical en Finlandia y en las relaciones entre principios fundamentales de su orientación en nuestros dos países. Hasta entonces, en los política exterior. 26 años transcurridos desde 1918. Finlandia Hasta ahora la dirección derechista del había seguido una política exterior de ene- PSF no ha efectuado ningún cambio de prinmistad con la Unión Soviética. Ul único par- cipos en su política antisoviética. Es cierto tido político que luchó por la amistad entre que los órganos de prensa del PSF y su diFinlandia y la Unión Soviética fue el Partido rección tienen más cuidado al elegir las exComunista de Finlandia. Pero actuaba en presiones cuando hablan de la Unión Soviéunas condiciones de rigurosa clandestinidad en tica. A esto les ha obligado la propia vida. medio de persecuciones y del terror. En el Congreso celebrado en el verano de En 1948 entre Finlandia y la Unión Sovié- 1963 se aprobó una resolución sobre los protica fue concluido el Tratado de amistad, co- blemas internacionales, en la que las relalaboración y ayuda mutua, que, junto con el ciones entre Finlandia y la Unión Soviética Tratado de Paz, sirve de base para nuestras ocupan un lugar bastante importante. El PSF relaciones recíprocas. Al principio, el Partido manifiesta- en esta resolución que ha tratado Socialdemócrata se pronunció contra el Tra- siempre de «establecer y reforzar las relaciotado de amistad, colaboración y ayuda mu- nes amistosas entre Finlandia y la Unión Sotua, pero más tarde, al ser discutido en el viética» y que «el Partido Socialdemócrata apoya Parlamento, votó a favor del mismo. todas las medidas dirigidas realmente a aproxiAhora bien, los 15 años transcurridos han mar a los pueblos de Finlandia y de la Unión mostrado que el Partido Socialdemócrata no Soviética. Es muy importante que ambas partes ha variado su anterior orientación en política divulguen una información veraz que disipe exterior. En realidad, la base -de dicha orien- los prejuicios y contribuya al entendimiento tación sigue siendo la política de guerra fría, mutuo». funesta para los intereses de Finlandia. Se Mas desde el Congreso, el Partido Socialdepuede también decir que cuanto más fuertes mócrata no ha mostrado ninguna iniciativa son la Unión Soviética y otros países socia- ni ha dado ningún paso que indique su deseo listas, más hostil es la actitud de los líderes de llevar a la práctica esta resolución. Por de derecha del Partido Socialdemócrata ha- otra parte es necesario señalar que, de hecho, cia estos países. Como hemos recordado más el propio Congreso se encargó de desmentir arriba, en las elecciones presidenciales de cuanto se decía en esa resolución sobre las 1962, en las que la atención se centraba en relaciones amistosas entre Finlandia y la las relaciones fino-soviéticas, la dirección del Unión Soviética. En efecto, el Congreso anunPartido Socialdemócrata formó un bloque con ció la «adhesión del PSF» a las declaraciolas fuerzas ultraderechistas con la esperanza nes hechas por la Internacional Socialista en de cambiar la política exterior de nuestro Francfort [1951] y en Oslo [1962] sobre la país, basada en la amistad entre Finlandia y posición del movimiento socialdemócrata en la Unión Soviética. Las enérgicas acciones da los problemas internacionales. La política exlas masas populares contra este bloque hizo terior de la dirección del Partido Socialdemóque se disgregara en vísperas de las elec- crata de Finlandia está basada cabalmente en ciones. estas declaraciones de carácter antisoviético. El XIII Congreso de nuestro Partido consLa posición del PSF en las cuestiones d« tató con toda justeza que «la inmensa mayo- política exterior y de la guerra y la paz consría de nuestro pueblo apoya la política de tituye un enorme obstáculo para la unidad de amistad y colaboración entre Finlandia y la acción de los trabajadores en todos los terreUnión Soviética». Sin embargo, el Congreso nos. En su política exterior, nuestro Partido hubo de señalar que en el país «existen aún no puede contraer ningún compromiso con la círculos reaccionarios que realizan una labor política antisoviética. Esto no iría en benefide zapa contra estas relaciones amistosas. Los cio de los trabajadores, ya que su verdadera partidarios burgueses y socialdemócratas de unidad sólo puede estar basada en una políderecha de la orientación dura quieren uncir tica de paz y de relaciones de buena vea Finlandia al carro de las potencias impe- cindad. ralistas, lo que iría en detrimento de la independencia y de la seguridad de Finlandia». La política de la dirección socialdemócrata, fomentadora del odio hacia la Unión SoviétiEn el programa del Partido Comunista de ca, origina serias divergencias entre los obre- Finlandia se dice: ros. Las discusiones en los medios obreros gi«El Partido Comunista de Finlanda apoya ran en torno a los problemas vinculados a la las aspiraciones emancipadoras de todos los actitud hacia la Unión Soviética. Y cuando grupos sociales que sufren la presión de la más amplias son las relaciones entre Finlan- dictadura del gran capital, y a este fin está dia y la Unión Soviética, tanto más disipan dispuesto a colaborar con las organizaciones toda clase de prejuicios y más coadyuvan a y con las personas que representen a estos que se mantenga una actitud cada vez más grupos. El Partido considera que una sólida O -N. Época

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unidad de acción obrera es una premisa decisiva para la satisfacción de reivindicaciones en las que están interesados por igual todos los obreros con vistas a asegurar la victoria de la causa de la clase obrera». Los intereses de clase comunes del proletariado y la agudización de las contradicciones entre el proletariado y los capitalistas, especialmente el gran capital, constituyen la base objetiva natural de la unidad del movimiento obrero. Mas la unidad no se desarrolla espontáneamente: los obstáculos que se alzan en su camino son muy grandes, la burguesía

está muy interesada en la división del movimiento obrero. Para realizar esta unidad se requiere un esfuerzo consciente de los trabajadores y de todas sus organizaciones, sobre todo de los partidos obreros, por la unidad de acción. «Ningún esfuerzo —se indicaba en el Llamamiento del CC del PCF sobre la unidad [1954]— es excesivo si reduce el abismo que separa a los trabajadores y si contribuye a la gran causa de la unidad». T. SINISALO P. AURA

Grecia después de las elecciones La palabra «democracia» es de origen griego. El régimen político designado por este vocablo surgió en la antigua Grecia. Las fuerzas reaccionarias de la Grecia contemporánea, y en especial su partido Unión Nacional Radical [ERE!, que hasta hace poco gobernaba el Estado, crearon en el país una tal situación de arbitrariedad y terror contra los comunistas, contra las personalidades de izquierda y contra todos los patriotas, que incluso el periódico Akropolis, próximo a la ERE, hubo de reconocer con descarado cinismo: «¡Sí, en Grecia no hay democracia!» Mas el pueblo griego continuó la lucha. Cuando los reaccionarios asesinaron al diputado de izquierda Lambrakis explotó la ira popular, que originó la dimisión del Gobierno y la fijación de nuevas elecciones al Parlamento. Se abrió una encarnizada lucha electoral y el 3 de noviembre de 1963 tuvieron lugar las elecciones, en las que el pueblo alcanzó una importante victoria sobre' las fuerzas de la reacción y sus valederos extranjeros de la OTAN y del Mercado Común Europeo. El pueblo aspiraba a desalojar del Poder al partido derechista reaccionario ERE y entregó sus votos a los partidos democráticos de la oposición: Unión del Centro y Partido Democrático Unido de Izquierda [EDA]. Apartar del Poder al Gobierno de las derechas, que durante 11 años habían monopolizado la, dirección del país, no fue cosa fácil. En las condiciones específicas creadas después de la guerra civil, en pleno apogeo de la guerra fría, las fuerzas reaccionarias montaron un complejo y ramificado aparato represivo y terrorista. Utilizando como base ideológica el anticomunismo y la doctrina de la guerra fría y aplicando una política de división nacional y de odio, las derechas no vacilaron en hacer uso de este aparato para aplastar cualquier acción do las masas populares contra su política. La demagogia, la falsificación del censo y las le-

yes electorales antidemocráticas hicieron el resto. Mas en estas últimas elecciones, al contrario de lo que había sucedido en 1961, el pueblo griego derribó la barrera del miedo, impidió en lo fundamental la acción del aparato terrorista y, entregando sus votos a los partidos de la oposición democrática, hizo ineficaz la falsificación. De esta manera se confirmó que merced a la lucha del pueblo se había creado en el país una nueva situación, que condujo al derrocamiento del Gobierno Karamanlis. Al mismo tiempo, el pueblo condenó con sus votos la política de la Corte, favorable a los partidos reaccionarios. Señalemos que en la historia de las dinastías reales de Grecia ha habido no pocos casos de violación de los preceptos constitucionales y democráticos en beneficio de las fuerzas derechistas, habiendo llegado incluso a apoyar abiertamente a la dictadura fascista de Metaxas. Así, pues, la condenación de esta política, cuyos rasgos fundamentales se pusieron de manifiesto con singular fuerza durante los ocho años de gobierno de Karamanlis, es una especie de advertencia. Al poner fin al duro hoy, el pueblo griego ha evitado un mañana aún más difícil. Ha hecho fracasar los planes de revisión de la Constitución en un espíritu neofascista, revisión que las fuerzas reaccionarias intentaron imponer al Parlamento anterior y que incluyeron de nuevo en su programa electoral. El pueblo impidió que se estableciera en el país de forma legal, con el supuesto «beneplácito» de las masas un régimen neofacista. La importante victoria del pueblo griego es el producto de una prolongada, áspera y heroica lucha. En esta reñida batalla, en la que también participó —sobre todo en el último bienio— la Unión del Centro, se encontraban en las primeras filas las fuerzas de izquierda. Con un claro y concreto programa, llenas de fe en el derecho y la fuerza del pueblo, fueron ellas precisamente, con su espíritu consecuente y abnegado, el alma y la vanguardia de la lucha. Cabalmente ellas asumieron la carga fundamental y soportaron el mayor número de sacrificios. Esto no es una exageración. Sin las fuerzas de izquierda, sin su acertada política y su tesonera actuación no se habría conseguido el triunfo sobre la reacción en Grecia. Y por eso su éxito no se determina por el número de actas y de votos obtenidos por el EDA, cantidad que, dicho sea de paso, está muy lejos de reflejar sus fuerzas reales. El EDA es el verdadero triunfador moral y político de las elecciones del 3 de noviembre. El Partido Comunista de Grecia, que apoyaba al EDA, también entregó todas sus fuerzas a la causa de la victoria del pueblo. Además, la solidaridad democrática internacional prestó una sustancial ayuda a esta victoria. Las campañas internacionales por la liberación de los presos políticos y por el restablecimiento de la democracia en Grecia, el enérgico repudio en Londres de la pareja real griega como representantes y mascarones de proa del régimen profacista, la indignación

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NOTAS Y CORREO DE LA REDACCIÓN

mundial con motivo del asesinato de Lambrakis y ante la transformación del aparato estatal griego en un mecanismo de represión contra los adversarios políticos, todo esto indica el incremento y las proporciones de la solicfaridad mundial. El apoyo internacional adquirió singular importancia, ya que era prestado a un pueblo que había visto que todas sus desgracias son resultado de la ingerencia del «omnipotente» imperialismo extranjero y de sus arbitrarlas maquinaciones. Por otra parte, la solidaridad internacional fue para los inspiradores y organizadores de la violencia un freno en la realización de sus planes. Impidió que se repitiera el golpe electoral de 1961. ¿Qué sentido tiene el veredicto popular? ¿Cuál fue el mandato del pueblo al votar por los partidos de la oposición democrática? Es bien claro. Basta tener en cuenta la política que el pueblo condenó: la política de la ERE, que, en rasgos generales, consistió en esquilmar a los trabajadores en beneficio de los monopolios nacionales y extranjeros, en subastar las riquezas y los derechos nacionales, en continuar la guerra fría, en convertir Grecia en una plaza de armas de agresión nuclear y, finalmente, en utilizar el terror y la violencia como métodos fundamentales para hacer realidad estos objetivos. A esta política antinacional, el pueblo contrapuso sus reivindicaciones. En particular exigió: a] restablecimiento de las instituciones democráticas, del sistema constitucional y de la vida política normal; b] mejoramiento de la situación material del pueblo y desarrollo económico del país; c] aplicación de una política exterior de paz. El~piieblo bregó en pro de estas reivindicaciones en el curso de la tenaz lucha de masas que precedió - a la victoria electoral y que, abarcando a todas las capas sociales, adquirió enormes proporciones Los partidos de la oposición democrática prometieron aplicar una política que asegurase el cumplimiento de estas demandas. Por eso, el pueblo les expresó su confianza y les dio fuerzas para la realización de una tal política. Si se hubiera respetado la voluntad popular y la democracia, habríase formado un gobierno conjunto de la Unión del Centro y del EDA sobre la base de un" programa mínimo común. Ahora, la dirección de la Unión del Centro incluso rehusa el apoyo de las izquierdas a un gobierno de dicho partido, apoyo que el EDA presta con una sola condición: que la Unión del Centro cumpla sus propias promesas electorales. Pero la dirección de la Unión del Centro piensa más en ganarse la benevolencia de la Corte y de los norteamericanos que en los Intereses populares. Trata de aglutinar una «mayoría autónoma» colaborando con un sector del partido derechista condenado por el pueblo. De esta manera crea el peligro de que se falsifique la voluntad popular y hace posibles nuevas intrigas de las fuerzas reaccionarias contra la democracia, contra el pueblo y el país. Sobre la base de los resultados de la vota-

ción, la Unión del Centro formó un gobierno capaz de cumplir su cometido únicamente con el concurso de los diputados del EDA, en los que de hecho se apoya. La Unión del Centro podría, reconociendo oficialmente este apoyo, acometer el cumplimiento de sus promesas electorales. En este caso tendría garantizada una firme mayoría, más que suficiente para gobernar con seguridad y eficacia. En lugar de esto, el Gobierno de la Unión del Centro siguió otro camino. Hizo haber [y en cierto sentido lo ha realizado ya] que iba a llevar a cabo diversas medidas, principalmente para aliviar la situación económica del pueblo, presentándolas como cumplimiento de sus promesas electorales. Al mismo tiempo, la dirección de la Unión del Centro manifiesta que si el Gobierno no se asegura en el Parlamento una «mayoría autónoma» [con los votos de los diputados derechistas], se esforzará por conseguir como «única solución posible», la celebración de nuevas elecciones a fines de enero. Sin embargo, no ha tomado ninguna clase de medidas para democratizar el aparato estatal a pesar de que la Unión del Centro manifestó repetidas veces que esta era una condición precisa para efectuar elecciones libres. El Gobierno no ha hecho nada para incoar proceso a los asesinos de Lambrakis, lo que habría puesto al descubierto el aparato terrorista de las derechas incrustrado en organismos estatales. No ha disuelto las organizaciones neofascistas ni ha abolido ninguna de las leyes antidemocráticas. Incluso en la cuestión de los presos políticos, el Gobierno, en un proyecto de ley que ha preparado, reconoce la validez de la ley fascista N
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