Revista ILLAPA nº 7, julio 2010.

September 21, 2017 | Author: revistaillapa | Category: Spanish Inquisition, Inquisition, Peru, New Spain, Spain
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Descripción: Último número de la revista ILLAPA....

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Illapa Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales Año 3. Número 7. Julio del 2010 Directores

Illapa Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales

DOSSIER: La independencia a puertas del Bicentenario.

Lic. Daniel Morán Lic. Frank Huamaní Paliza Bach. María Isabel Aguirre Comité Asesor

Dr. Heraclio Bonilla Dr. Waldemar Espinoza Dra. Hilda Sabato Dr. Luis Miguel Glave Dr. Víctor Peralta Ruiz Dr. Juan Gargurevich Dra. Claudia Rosas Mg. Nancy Calvo

Historia Argentina.

Colaboradores

La cultura y la contracultura en los estudios sociales.

Lic. Luis Cangalaya Lic. Yony Amanqui Tacar Lic. Javier Pérez Valdivia Lic. Héctor Palza Becerra

Primera edición, julio 2010 Tiraje: 200 ejemplares Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú: N° 2007 – 12853

ISSN 2077-8651

IMPRESO EN EL PERÚ Portada: Representación del dios Apo Catequil o Illapa, del libro La Civilización Inca de Waldemar Espinoza. España: Ediciones Istmo, 1995, p. 474.

Año 3. Número 7. Julio del 2010 Lima-Perú /Buenos Aires-Argentina ISSN 2077-8651

Blogst: http://revistaillapa.blogspot.com

Prohibida la reproducción de esta revista, sin el permiso expreso de sus directores. EL CONTENIDO DE LOS ARTÍCULOS PUBLICADOS EN ILLAPA ES RESPONSABILIDAD EXCLUSIVA DE LOS AUTORES. Diagramación: Illapa. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales CORRECCIÓN DE ESTILO: Lic. Luis Miguel Cangalaya Sevillano CONTÁCTENOS Celulares: 999418209 (Perú) / 0054-9-1156294967 (Argentina). E-mail: [email protected]

ÍNDICE Presentación 5 DOSSIER: LA INDEPENDENCIA A PUERTAS DEL BICENTENARIO El binomio sable y dinero en el mantenimiento del orden colonial. Perú, 1809-1816. Héctor Palza Becerra 7 Del poder al ocaso. La transición del tribunal del santo oficio de la inquisición hacia las Cortes de Cádiz. Perú colonial (1750-1813). Carlos Morales Cerón 17 Prensa y revolución. Debates y perspectivas de la historiografía peruana y argentina a puertas del bicentenario. Daniel Morán 33 La migración internacional de los capitales: La inflexión. Heraclio Bonilla 59 DOSSIER: HISTORIA ARGENTINA El callejón sin salida de la Convención de Santa Fe. El cura Francisco Castañeda discute con diarios porteños y con un diputado cordobés. Fabián Herrero 69 La emergencia de un actor en el campo educativo argentino. La nueva escuela normalista (1880-1900). Alejandro Herrero 85 Argentina frente a los Estados Unidos en la Tercera Conferencia Panamericana (Río de Janeiro, 1906). Leandro Morgenfeld 107

INVESTIGACIONES Síntesis de los sistemas contables prehispánicos en el Perú. Luis Miguel Manrique Loayza y Joel Pinto Esquía 129 Apuntes sobre el pensamiento peruano sobre la esclavitud durante el siglo XIX. Juan Carlos Torres Venegas 159 El catecismo en las aulas. Iglesias y modernidad en Puno a principios del siglo XX. Iván Caldas 183 Ironía histórica: El caso aprista entre el pasado y el presente. Christian Carrasco Celis 189 DOSSIER: LA CULTURA Y LA CONTRACULTURA EN LOS ESTUDIOS SOCIALES Breves apuntes sobre “Kloaka”, un movimiento cultural en Lima en los inicios de 1980. Frank Huamaní Paliza 223 Aproximaciones al desarrollo y discurso del rock subterráneo en Lima a inicios de los 80. Frank Huamaní Paliza 233 Construyendo ciudadanía desde los espacios del anonimato. Giorgio Guibovich 245 RESEÑAS Y COMENTARIOS La literatura clandestina e ilegal en el Antiguo Régimen. Algunas reflexiones a Los best sellers prohibidos en Francia antes de la revolución de Robert Darnton. Daniel Morán 255 Sobre la felicidad y el sentido de la vida. Luis Cangalaya 263

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PRESENTACIÓN Illapa, Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, aparece por séptima vez con varios meses de retraso. Razones de diversa índole han dilatado la publicación de este número. El apoyo comprometido y desinteresado de los investigadores y colaboradores de Illapa a lo largo de todo este tiempo ha permitido superar aquellas dificultades y materializar el nº 7 de la revista. En esta oportunidad Illapa trae tres dossiers sugerentes: 1) la independencia a puertas del bicentenario, con los trabajos de Héctor Palza, Carlos Morales, Heraclio Bonilla y Daniel Morán, reflexionan las intrincadas relaciones existentes entre los actores sociales y el poder político, la prensa y las redes de comunicación, la trayectoria de la inquisición y las implicancias financieras en todo este proceso de ruptura con España; 2) historia argentina, a partir de los artículos de Fabián Herrero, Alejandro Herrero y Leandro Morgenfeld, se puede comprender desde la actuación política e ideológica del padre Castañeda en la prensa posrevolucionaria, el surgimiento de la escuela normalista como un nuevo actor en el sector educativo y el papel asumido por Argentina ante los Estados Unidos en la tercera conferencia panamericana de 1906; y, 3) la cultura y la contracultura en los estudios sociales, presenta los estudios de Frank Huamaní sobre el rock subterráneo y movimiento Kloaka relacionado al ámbito social y cultural del Perú, y la contribución de Giorgio Guibovich sobre la construcción de ciudadanía desde los espacios del anonimato. Por otro lado, en la sección investigaciones Manrique y Pinto indagan sobre los sistemas contables en el Perú Prehispánico, Juan Carlos Torres realiza un detallado trabajo referente al pensamiento peruano sobre la esclavitud en el siglo XIX peruano, Iván Caldas intenta comprender la relación entre escuela, religión y modernidad en Puno a inicios del siglo XX y Christian Carrasco repasa el discurso aprista en todo el proceso de su desarrollo histórico. Finalmente, en la sección reseñas y comentarios, Daniel Morán hace un análisis del último libro de Robert Darnton Los best sellers

prohibidos en Francia antes de la revolución, y Luis Cangalaya reflexiona el tema de la felicidad y el sentido de la vida. Este nº 7 de Illapa de una temática diversa y con la participación de colaboradores de Lima, Arequipa y Buenos Aires, permite seguir en la difícil tarea de producir conocimiento histórico en el Perú y América Latina. En ese esfuerzo volvemos a expresar nuestro agradecimiento a estimados maestros y amigos como Heraclio Bonilla, Waldemar Espinoza, Juan Gargurevich y al comité asesor de Illapa. Asimismo, a todos los investigadores que publican en este séptimo número de la revista. Esperemos que esta nueva entrega de Illapa, Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, cubra las expectativas de nuestros lectores y de todos los interesados en Clío y en los problemas de las sociedades humanas. Atentamente, Los directores.

8 Illapa Nº 7, julio 2010, pp. 7-15 / ISSN 2077-8651

El binomio sable y dinero en el mantenimiento del orden colonial. Perú, 1809-1816. HÉCTOR PALZA BECERRA1 Universidad Nacional Mayor de San Marcos [email protected] Una serie de documentos dados a conocer por la historiografía pertinente, ha proporcionado evidencias -cuánticas y cualitativas- de la alianza estratégica que existió entre el gobierno colonial y el gremio de comerciantes durante el transcurso del proceso independentista. La frase «sable y dinero», aunque acuñada por los historiadores C. Contreras y M. Cueto (2000), para otro contexto, nos es útil por su significancia, para referirnos a la articulación que existió entre la administración gubernamental y los comerciantes grosarios limeños, en el marco de la crisis del Estado colonial, provocado por el estallido de la vorágine revolucionaria en varias partes de América del Sur. Este artículo, lejos de estudiar los aspectos fenoménicos y contextuales de dicha relación, examinará el planteamiento estratégico que direccionó e interactúo en la cooperación bilateral entre estos dos entes, con miras a sofocar los movimientos insurgentes, mantener el orden político colonial y restablecer el normal funcionamiento económico y financiero del Estado. La seguridad regional en peligro En el virreinato peruano y en los otros territorios bajo dominación española dentro del subcontinente, los años que transcurren entre 1809 y 1814 fueron un tiempo de perceptible intranquilidad social, motivada por el surgimiento de una amplia gama de movimientos rebeldes en distintas partes de América del Sur (Seiner 1985, 85). Cuya presencia vino a rebelar el estado en el que se encontraban estas regiones, al abrir espacios de debilitamiento de las fuerzas realistas (Nieto 2009, 77). Uno de esos espacios afectados fue el de la economía, ya que el accionar de las revoluciones independentistas provocó el 1

Historiador peruano.

estancamiento de las actividades económicas, lo cual representó un serio problema con que habrían de enfrentarse tanto las autoridades coloniales como los agentes económicos involucrados. Aspecto que es testimoniado por el virrey Abascal, quien señala que como producto de ello, se había generado la «[...] extinción del tributo para subvenir al cúmulo de gastos que demandan las extraordinarias ocurrencias del día [...]».2 Sin embargo, aunque por otras causas, esta situación presente en estos territorios de ultramar, en la metrópoli no eran del todo distintas, según se desprende de las declaraciones del general Manuel Belgrano, quien en base al manejo de información sensible de seguridad, refería en su exposición en la sesión secreta del 6 de julio de 1816, ante el Congreso Constituyente de Tucumán, que «el poder de España en la actualidad era demasiado débil […] por la ruina general, a que la habían reducido las armas francesas, discordias que la devoraban y poca probabilidad de que el gabinete inglés le auxiliase para subyugarnos […]» (Actas secretas del Congreso Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata [1816-1819] 1926, s/p). Esto pone en evidencia la poca capacidad de respuesta que tenía Madrid frente a la espiral revolucionaria americana. Con todo, aún con sus limitaciones, logró armar algunas expediciones con la finalidad de revertir la pérdida definitiva de sus posesiones transatlánticas (Escalona 2007, 40). Entre estas tenemos a la denominada Expedición Pacificadora de Costa Firme, organizada en 1815 y puesta al mando del general Pablo Morillo (Ibíd.), para recuperar los territorios de Colombia y Venezuela, pero que no tuvo ningún éxito. Posteriormente, la corona dispuso, en 1819, el envío de otro cuerpo expedicionario, esta vez bajo la denominación de Expedición a Ultramar, formada en Cádiz y puesta al mando del conde de La Bisbal. Este agrupamiento militar se subdividió en dos fuerzas principales, una era la Expedición Grande, que tenía como objetivo la reconquista de la Nueva España y el Río de la Plata, pero que debido al pronunciamiento liberal de Rafael de Riego, en 1820, fue impedida de embarcarse hacia América; la otra, la Expedición Chica, compuesta por una fuerza de tres mil hombres y a la cabeza del teniente general Manuel Cagigal, llegó a Cuba el 30 de agosto de 1819 y desde allí se dirigió al fuerte de San Juan de Ulúa (Veracruz), donde tras muchas penalidades y una dura resistencia de cuatro años (1821-1825), tuvo finalmente que capitular ante el nuevo Estado mexicano (Ibíd., 41 y ss.). 2

AGN. Sta., 00216, 1812, fol. 1.

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De modo que, considerando las pocas posibilidades de enviar una expedición a América del Sur, le tocaría al virreinato del Perú asumir la tarea de convertirse en el eje de contención de estos movimientos, máxime si se estima, como sostenía Abascal, que «[...] el estado de inquietud y alteración en que se hallan las provincias del Río de la Plata, Quito y Chile, […] exigen su pronto y eficaz remedio [...]».3 Empero, tal como B. Hamnett (1978) y T. Anna (2003) han detallado con bastante minuciosidad, los apremios y dificultades enfrentados por el erario real ante el embate insurgente, fueron para éste representante de la corte madrileña, un asunto de extrema gravedad, puesto que «[…] es uno de mis mayores conflictos no hallar medios de proporcionar fondos a fin de contener a los revolucionarios, cuyas miras se han extendido no sólo a alterar los pueblos de diferentes partidos, sino a envolver éste en el todo [...]».4 En vista de ello, al afectar la seguridad regional, el desarrollo de la insurgencia había creado un terreno fértil adverso a los intereses realistas, que obviamente debía ser contrarrestado y aniquilado. En estas condiciones, con la finalidad de preservar el orden colonial, Abascal y las demás autoridades coloniales subordinadas (intendentes y subdelegados), se aprestaron a armar fuerzas militares con financiación de la Caja de Lima y las Cajas regionales, cuyos fondos sirvieron para sufragar los pagos y equipamientos necesarios para reprimir a los insurrectos (Nieto op.cit.). No obstante, al no existir un fondo de contingencia que sirviese para enfrentar estas eventualidades, hizo que la atención prestada a los levantamientos insurgentes, como lo percibe el estudio de Seiner (op.cit., 95), incrementase los costes en los rubros de gastos de guerra y sueldos militares que aparecen en las cuentas de la Real Hacienda y las respectivas cajas reales. Esto agravó la crisis, que fue más fuerte de lo previsto, por lo que la administración de Abascal se encaminó a la búsqueda de nuevas fuentes de financiamiento que le permitiesen salir del paso, encontrando en la alianza estratégica que establece con los comerciantes limeños, el apoyo necesario para afianzar la supervivencia del sistema colonial. En defensa de la gobernabilidad colonial Frente a las estrecheces económicas, el gobierno realizó una reestructuración económica, que redireccionó el gasto a lo 3 4

AGN. Sta., loc.cit.. Ibíd.

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exclusivamente militar. Decisión que el virrey Abascal adoptó, previa evaluación de la situación, al considerar que «[…] el déficit abundante de esta Real Hacienda […] demandaba mi previo maduro examen y tratar el modo seguro de reemplazar con menos inconvenientes la falta de ingresos en los presentes, que son notorios […], pues cualquiera conoce que sin dinero no se pueden mantener tropas, ni costear infinitos artículos indispensables al objeto de contener las insidiosas miras de los que [...] conspiran a separar esta América de la dominación de su legítimo soberano [...]»5 Por ello, cuando las urgencias económicas comenzaron a asfixiar al Estado colonial, éste encontró la oxigenación que necesitaba en los comerciantes agremiados en el Consulado de Lima, quienes constituyeron una solución a la crisis económica, puesto que, al ser una institución prestamista de dinero, vino a recaer sobre ellos la cobertura de gastos del gobierno (Ibíd.).6 A partir de la materialización de esta coalición, en la historiografía contemporánea, desde la década del 70 del siglo pasado, mucho se ha discutido y debatido sobre la actitud de los comerciantes frente al proceso de la independencia. Estudios en los que, tomando como referencia sólo informes fenoménicos, se cuestiona su colaboracionismo y fidelismo con España. Es evidente que esta articulación tenía como destino unirse para salvar al sistema del peligro que representaban los alzamientos subversivos, pero ¿cuál fue el metahecho donde subyace la racionalidad rectora de esta relación? El análisis de la racionalidad presente en esta asociación nos revela que el gobierno colonial, al buscar el auxilio de los comerciantes para que éstos con su dinero alivien sus urgencias económicas, estaba poniendo en funcionamiento una praxis política propia de una sociedad tradicional, sustentado en un providencialismo político necesario para el mantenimiento del orden social (Lazo 2004, 206-207). En este sentido, al ser el Estado colonial un Estado patrimonialestamental, es decir, un mundo donde no sólo se defienden los intereses mayestáticos, sino también los intereses propios de los individuos que sirven a este Estado. Por tanto, la defensa del orden implicó asimismo, la defensa de los beneficios recibidos (convenio vasallático) (Palza 2008, 87). Esta sacralización del Estado y sus acciones de gobierno, expresado a través de la obediencia, la fidelidad política, el vasallaje y la servidumbre (Lazo op.cit.), conllevó al sostenimiento de la 5 6

Ibíd. Al respecto, véase también a Rivera (1994, 36) y Morales (2001, 81).

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gobernabilidad colonial, entendida como el resguardo de una práctica colonial constante (Palza op.cit.); por lo que, en concordancia con este principio, según lo precisaba Abascal: «[…] está obligado todo vasallo a concurrir para sostener al Estado y Gobierno de que es miembro; [...]».7 Por esta razón, yendo más allá de sus facultades, Abascal actúa como un ciudadano de Estado colonial que sabe lo que debe hacer para restablecer la permanencia del orden. De allí que, cuando recurre a los comerciantes para solicitar su ayuda, invoca ante ellos este principio. Estos acceden a tal petición, en función de la aplicación del pacto vasallático estamental, como lo da a conocer Luis de Albo, prior del Consulado, en oficio remitido al Superior Gobierno, el 2 de diciembre de 1809, al recalcar que: «Conoce el Tribunal que los auxilios pecuniarios, son los únicos con que pueden contribuir los que residen en las Américas; que suministrándolos protegen su misma causa, sus mismas propiedades y su bien estar […]».8 A cambio de esta asistencia, los comerciantes recibieron diversas ventajas y granjerías para sus negocios, con lo cual se aseguró su subsistencia y fidelidad (Morales op.cit., 81). En tales circunstancias, estos personajes obtuvieron los privilegios que sus riquezas demandan, orientan y exigen, como lo documentan las actas de las Juntas del Consulado, donde se pone en evidencia que los comerciantes aceptan prestar el dinero que necesitaba el gobierno, pero bajo ciertas condiciones. Entre algunas de estas, destacan:   

Uniformizar al 1.5%, el pago por toda exportación hecha por mar, de géneros y efectos procedentes de Europa, así como también de esclavos. Exonerar del citado impuesto a las importaciones traídas por tierra. Igualar el mismo gravamen a todas las exportaciones para Europa, ya sea en productos o dinero, incluyendo a las embarcaciones que partiesen del Callao o cualquier otro puerto del virreinato para cualquier destino.9

A la postre reclaman que las partidas de oro y plata le sean entregados a los interesados, pagando los mismos derechos que se cobraban en Cádiz (Junta del 8-nov-1814); y que se reserve a favor del Ibíd. AGN. RTCL, Adm., Cj. 2, Exp. 13, 1809, fol. 1. 9 Ibíd., 1810, fols. 16-17. 7 8

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Consulado el cobro del derecho de trigos y sebos, en garantía por los préstamos efectuados (Junta del 25-feb-1815).10 Evidentemente, con tal de conseguir fondos, el virrey otorgó todas las seguridades y concesiones especiales demandadas. El desgaste de esta alianza se produce frente a la férrea reacción de los rebeldes, por lo cual -como lo nota Anna (op.cit., 152)- Abascal se vio obligado a recurrir frecuentemente al Consulado por más ayuda. Cuando los comerciantes, en salvaguarda de su patrimonio, le responden que no les era posible reunir el dinero necesario,11 éste virrey opta por dar inicio a una total reorganización de la multitud de impuestos y derechos que existían en el virreinato (Ibíd., 153).12 Anna matiza esta posición, señalando que para el efecto, una Junta de Arbitrios comenzó a reunirse en febrero de 1815, cuyas reformas consistieron en incrementar los tres impuestos reales básicos: la alcabala, el almojarifazgo y el quinto de la plata. 13 Además, este investigador canadiense, indica que se creó un nuevo impuesto sobre las casas públicas de recreación y diversión (Ibíd., 153-154). De más está decir, en lo que atañe a esta política, que Abascal estaba convencido de su eficacia, pues ilustrando esta idea, refiriéndose a los levantiscos, exclamaba: «Hasta el día a fuerza de arbitrios he podido sostener la ardua empresa de contenerlos y aún rechazarlos [...]».14 Mas, lo cierto es que los resultados militares no fueron todo lo óptimo que se esperaba,15 lo cual dio lugar a un cambio en la correlación de fuerzas a favor de los alzados. Circunstancia que, sumada a los problemas económicos, se irá complicando a medida que transcurre el tiempo. Pasivo nada halagüeño que Abascal -muy a su pesar-, le tuvo que heredar a su sucesor, en 1816, al término de su mandato.

Ibíd., Exp. 23 y 28, 1814-1815. Esto no significa que los agremiados del Consulado dejaron de colaborar de plano con el gobierno, con sus reservas continuaron haciéndolo, pero muy a cuenta gotas. Sopesando en ello la defensa de sus intereses y la posibilidad de adecuarse, por conveniencia, a las situaciones cambiantes. 12 Sobre este extenso programa de impuestos de emergencia, véase el análisis cuántico contable que T. Anna presenta en su libro. 13 Para los detalles de las decisiones ejecutivas de esta Junta, véase a Anna (op.cit., 153 y ss.). 14 AGN. Sta., loc. cit., fol. 1v. 15 No obstante haber ocupado el Alto Perú y sofocado las insurrecciones en Chile y Quito, no logró derrotar a los revolucionarios de Buenos Aires, quienes se convirtieron en la punta de lanza que constantemente lo espoleo. 10 11

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El naufragio de la solución militar Ante la explosión de los brotes insurreccionales, el virrey Fernando de Abascal puso en ejecución una solución militar al conflicto, utilizando toda la potencia de fuego de que disponía. Para ello organizó un programa de actividades operacionales para el ejército y la armada realista, el cual incluía la aplicación de una serie de directivas, planes y procedimientos que contemplaban el despliegue de fuerzas terrestres para neutralizar a los focos insurgentes. Convirtiéndose en el operador de esta política, este personaje buscaba asegurar el logro de los objetivos estratégicos (reprimir los alzamientos sediciosos, salvaguardar el orden político colonial y restaurar el normal funcionamiento económico y financiero del Estado). Sin embargo, lo paradójico es que este poder militar realista estaba sostenido por una economía en ruinas, con síntomas de fuertes déficit económicos, que detrás de una aparente solidez revelaba la vulnerabilidad del virreinato. Punto de vista que se confirma en los estudios historiográficos recientes, donde es posible comprobar que el régimen español en el Perú, fue capaz de resistir y derrotar a sus enemigos en el campo militar y político, pero fue el desplome económico lo que finalmente destruyó al régimen (Anna op.cit., 150). Bases económicas que colapsaron por la guerra, la interrupción del comercio, los excesivos gastos del gobierno y por el abandono e inoperancia en que cayeron las haciendas, minas, obrajes y pueblos coloniales (Ibíd.; Gootenberg 1998, 43). En este ámbito, como bien lo ha documentado Fisher (2000, 14), los gastos militares realizados dentro del virreinato (aproximadamente dos millones de pesos) y los subsidios de más de un millón de pesos enviados para afianzar la resistencia realista en el Alto Perú, Chile y Quito, no sólo empeoraron la situación económica del Perú, sino que también -indica este autor-, a medida que avanzaba la década, aisló cada vez más al virreinato como defensor del fidelismo. Esta tendencia, caracterizada por la iliquidez presupuestal y el aumento de la deuda nacional, explica por qué en sus últimos años de gobierno, ante la insolvencia y la actitud reacia de los comerciantes a prestar más dinero, Abascal tuvo que convocar juntas de arbitraje para encontrar los medios de incrementar los ingresos del fisco (Hamnett op.cit., 118). Al no lograr completamente la consecución de sus objetivos políticos, por la vía militar, Abascal vio naufragar su proyecto contrarrevolucionario. Por ende, tuvo que afrontar un repliegue ante la metástasis que se había ya iniciado en la región. En contra de sus deseos, este representante regio comprobaría en carne propia que

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existen inercias que no se detienen y la decisión por la independencia era una determinación que no tenía vuelta atrás; premunidos de ella, los pueblos americanos le ultimaron a la monarquía española la entrega del poder político, para dar vida a una nueva nomenclatura política. Conclusiones Primero: La vulnerabilidad de la seguridad regional en el subcontinente, será el leitmotiv que guió la cooperación bilateral entre el gobierno colonial y los comerciantes limeños, quienes a través de esta alianza estratégica, buscaron apoyarse mutuamente para asegurar la permanencia del orden colonial. Segundo: La existencia de una estructura mental gran ordenadora, operativizó la defensa de la gobernabilidad colonial. La racionalidad de esta rectoría, se hizo efectiva a través de la conciencia del papel necesario que tenían las partes para el sostenimiento de la unidad y protección del todo social, comprendida en el marco del funcionamiento de un pacto vasallático-estamental. Tercero: La aplicación de la solución militar para sofocar a los insurgentes, significó para el régimen de Abascal, mantener un poderío militar sostenido sobre una economía en ruinas. Lo que a la larga, coronaría la afirmación e inexorabilidad de la independencia americana. Bibliografía Actas Secretas del Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata [1816-1819]. Buenos Aires: 1926. Anna, Timothy. La caída del gobierno español en el Perú: el dilema de la independencia. Lima: IEP, 2003. Contreras, Carlos y Marcos Cueto. Historia del Perú contemporáneo. Lima: IEP, 2da edic., 2000. Escalona Jiménez, Manuel. «La defensa de San Juan de Ulúa. El último bastión». En: La Aventura de la Historia No. 99. Madrid-ene. 2007: 40-45. Fisher, John. El Perú Borbónico, 1750-1824. Lima: IEP, 2000. Gootenberg, Paul. Imaginar el desarrollo: las ideas económicas en el Perú postcolonial. Lima: IEP/ BCRP, 1998. Hamnett, Brian. Revolución y contrarrevolución en México y el Perú. Liberalismo, realeza y separatismo (1800-1824). México: FCE, 1978. Lazo García, Carlos. «Ideas y conceptos constitutivos de la teoría del poder político durante el virreinato». En: Investigaciones Sociales No. 12. UNMSM, Lima 2004: 203-212.

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Morales, Carlos. «Aplicación de las Normas ISAD (G) en la Descripción de los Fondos Históricos del Archivo Colonial: El Fondo documental Tribunal del Consulado». En: Revista del AGN No. 23. Lima-dic. 2001: 77-100. Nieto Bonilla, Víctor. «Financiamiento económico regional para derrotar la revolución de 1812». En: Ukupacha No. 13. Lima-jul. 2009: 77-85. Palza Becerra, Héctor. Estado y política en una economía globalizada liberal. Tecnocracia, profesionalización y agencia comercial. Perú, 1760-1800. Lima: 2008. Rivera Serna, Raúl. Principios de archivología y paleografía. Lima: UNMSM, 1994. Seiner, Lizardo. «Economía, sociedad y política en una coyuntura rebelde: Tacna, 1811-1813». En: Pasado y Presente Nos. 2-3. Limajul. 1989: 85-99.

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Del poder al ocaso. La transición del tribunal del santo oficio de la inquisición hacia las Cortes de Cádiz. Perú colonial (1750-1813). CARLOS MORALES CERÓN16 Universidad Nacional Mayor de San Marcos camorce2009 @hotmail.com “La finalidad de los procesos y de la condena a muerte no es salvar el alma del acusado, si no mantener el bienestar público y aterrorizar al pueblo” (Francisco Peña: Siglo XVI). Introducción Nuestra investigación que se inscribe en la corriente de historia de las mentalidades, toma como caso de estudio al tribunal del Santo Oficio de la Inquisición. Con el presente estudio, se intenta proponer algunas ideas para explicar el proceso de transición del régimen colonial, al orden republicano. En este periodo, el Estado colonial, en un vano intento por legitimarse ante los sectores hegemónicos y subalternos de la capital, decidió acatar los acuerdos de las Cortez de Cádiz que disponían la supresión inmediata del tribunal inquisitorial. La abolición del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición durante el periodo de las Cortez y su posterior desaparición durante el proceso de la independencia, se produjo principalmente por dos factores: En primer lugar, fue resultado de una crítica eclesiástica y virreinal iniciada a mediados del siglo XVIII, la que estuvo influenciado principalmente por una fenoménica ilustración que causo impacto en algunas mentes de las oligarquías criollas y de algunos sectores miembros del estado eclesiástico. En segundo lugar, destaca las actividades propias del celebérrimo tribunal que al contradecir su discurso espiritual basado en la fe y su relación con el mundo temporal, desarrollaron una práctica económica y social muy lejana al entorno religioso. En ese sentido la imagen de poder que había logrado consolidar desde su primera instalación y su decisiva gestión para perseguir a los enemigos de la religión católica, determinaron que la Profesor de la EAP de Historia de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM, en la especialidad de historia colonial y filosofía de la historia. 16

censura y los límites impuestos a la tolerancia religiosa, sobrepasaran sus atribuciones jurisdiccionales, controlando a todos los miembros de la república de indios y españoles. Estos elementos y otros más fueron determinantes para que se produjera una lenta erosión de los mecanismos legitimadores del poder que detentaron durante muchos siglos, caracterizados principalmente por el dominio del secreto y una imagen sacrosanta que de forma sutil se había logrado interiorizar al interior del pensamiento y las conciencias de los diversos actores sociales y políticos del mundo virreinal. Con el impacto del reformismo borbónico, estos elementos de legitimación, perdieron su fuerza progresivamente, hasta desembocar en una crítica abierta al proceder inquisitorial. Esta pérdida de poder y legitimación se manifestó inicialmente con la imposición del poder real a determinar los conflictos de competencia, el hecho de que algunos de sus miembros fuesen agredidos físicamente, a ello se agrega la critica religiosa a su actividad de censura literaria, entre otros. Estos hechos vividos en la capital del virreinato peruano, alcanzaron su fase culminante durante las Cortes de Cádiz, cuando se produjo el asalto y el saqueo de sus oficinas, de la célebre sala de audiencias con toda la indumentaria religiosa y finalmente de los depósitos de documentos de sus archivos secretos. 1. La inquisición y el fortalecimiento del absolutismo en el siglo XVIII. En el transcurso del siglo XVIII, se implementaron en España y en América un proceso de reformas económicas, políticas, fiscales y militares, conocidas como Reformas Borbónicas, los objetivos principales que buscaba determinar, fueron básicamente, la reinserción de la economía colonial bajo el control de la metrópoli española, que a mediados del silgo XVII había logrado cierta autonomía con respecto al dominio colonial17. En el virreinato del Perú específicamente, el proyecto borbónico, intentó reinsertar a los principales agentes de la economía regional Sobre el reformismo borbónico son destacables los trabajos de Scarlett O` Phelan: El Perú en el siglo XVII. La era Borbónica. PUCP: IRA 1999., Carlos Lazo García: Historia de la economía colonial. Fondo Pedagógico san Marcos. Instituto de Ciencias y Humanidades. 2006, Carlos Lazo García, Alex Ortegal: el papel del providencialismo en el feudalismo peruano colonial. Revista del Archivo General de la Nación. Lima 1997. Nª 15. 117-132. 17

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provinciana, que habían logrado establecer circuitos de comercio regional alternativos que discurrirán al margen de los circuitos de comercio oficial, y que terminaron por conformar un fuerte sector social provinciano, que empezaron a desafiar y cuestionar el poder de los señores de Lima18. Este proceso muy bien estudiado por el historiador Carlos Lazo García, establece las motivaciones económicas que tenia la corona imperial para la aplicación de tales reformas, todas ellas inspiradas en la obra de José del Campillo y Cossio: “Nuevo sistema de Gobierno económico para América. 19 Este proyecto reformista para establecer el control social y político al interior de las colonias conllevo a reformar la política estatal, fiscal y eclesiástica, imponiendo el poder real sobre el local, en un afán decidido para establecer una centralización para prevalecer el regalismo borbónico. En este afán la corona imperial, para fortalecer su administración real frente a cualquier tipo de poder, se vio en la necesidad de enfrentar las aspiraciones políticas y económicas de cualquier poder local y eclesiástico, encontrándose en este proceso de legitimación con las competencias del Tribunal del Santo Oficio. La legitimación del poder real en el siglo XVIII, es materia de otro estudio, baste con señalar que tratadistas como Joseph del Campillo, Melchor Rafael de Macanaz, el conde de Campomanes y Antonio López de Oliver, fundamentaron el poder absolutista del monarca en este proceso. Antonio López de Oliver es quizá uno de los tratadistas políticos más importante del siglo XVIII, en sus escritos polemiza sobre el carácter de cada forma de gobierno existente para esa época. En su opinión, la monarquía es la forma de gobierno perfecta que destaca sobre otras, como la aristocracia y la república, (que presentan taras fundamentales, que se oponen a un principio natural: la estructura natural del cuerpo humano). Entre sus aseveraciones sostenía que el gobierno monárquico era superior y el más importante de todos por que encajaba con el mundo natural, también por que constituía la forma más antigua de gobierno, estos hechos en su opinión eran suficientes para explicar el por qué debía recaer el poder en una sola persona: “El gobierno monárquico es mas conforme a la naturaleza, pues así como el soberano autor de ella dispuso en la república del Carlos Lazo García. Obra citada. José del Campillo y Cossio. Nuevo sistema de Gobierno económico para América 18 19

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cuerpo humano, que todos sus miembros fuesen regidos por la cabeza como príncipe de todos; así el cuerpo místico y político de un estado, deben ser gobernados sus miembros por un solo príncipe, que los mande y dirija como cabeza,…”20 La inquisición y sus relaciones con el poder real Desde su fundación y posteriormente en el siglo XVII, la inquisición había logrado cimentar su imagen de poder religioso recurriendo a diversos estados de ansiedad colectiva expresadas en el miedo y terror que provocaba su praxis religiosa, al hacerla pública mediante los autos de fe. 21 Este miedo impartido entre la población y el temor reverencial que provocaban, se fueron cimentando paulatinamente al interior de la mentalidad colectiva de los grupos de abajo. Durante la época virreinal, caracterizada por un ambiente profuso donde predominaban los temores y castigos, el miedo al terror inducidos por las autoridades inquisitoriales mediante los autos de fe, actuaron como una manipulación del poder promoviendo un miedo religioso y una desconfianza entre los miembros de la plebe que se vigilaban uno al otro, lográndose cimentar de ese modo, el poder de la inquisición y las autoridades que la representaban22. La inquisición castigaba con firmeza a todos los que se atrevieran a cuestionar los artículos de fe, comprendiendo a cualesquier personas del estado político, social o religioso. Sin embargo en nuestro medio social, el ejercicio de su jurisdicción, se dirigió principalmente a los miembros de la plebe que conformaban la mayoría de la población urbana: mulatos, mulatas, taberneros, mercachifles, lavanderas, cuarteronas, mestizas, y en una pequeña proporción a miembros notables de la sociedad colonial, destacando canónigos e intelectuales,

Antonio López de Oliver. Verdadera Idea de un príncipe, formada de las leyes del reyno que tienen relación al derecho público. Valladolid. Imprenta de Francisco Antonio Garrido. MDCCLXXXVI. Capitulo 1. Véase mi libro: Historia de las instituciones coloniales peruanas. Lima 2008. Volumen 1. Capitulo2. 21 Ver Gloria Cristina Flórez. Prédica y espectáculo en los autos de fe en lima a inicios del siglo XVI. publicado en: Revista Uku Pacha, año 3 n° 6, Lima, 2003. Ver además mi artículo publicado en Illapa sobre la Inquisición. 22Sobre el miedo en el Perú. Véase el excelente libro de Claudia Rosas. El miedo en el Perú. Siglos XVI-XX. Lima, PUCP. 2005. 20

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incluido Peralta y Barrionuevo, aunque este último, como otros logro librarse de las garras de la inquisición. etc. 23. Con el transcurso del tiempo, ante Durante los siglos XVIII y XIX, el miedo a la revolución, a las rebeliones sociales, a los desastres naturales, a la piratería entre otros, tendían a crear una inseguridad social al interior de la plebe y los otros sectores sociales, que inducia a los miembros del cuerpo social a buscar refugio y esperanza en la religión y la iglesia24, pero a la vez fortalecía ampliamente la imagen real del monarca como única garantía de orden al interior del virreinato. Mucho antes de implementarse las reformas borbónicas a comienzos del siglo XVIII, la autoridad real empezó a poner restricciones al accionar del tribunal inquisitorial, hecho debido principalmente a la crisis económica por la que atravesaba el fisco real y la disminución de las remesas de los tesoros del virreinato a España 25. Para 1702 por real cedula de 16 de febrero se dispuso que la inquisición no gozara de ningún fuero en deudas de la Real Hacienda26. Una de las formas fue por estos años en que las autoridades virreinales y eclesiásticas del arzobispado al interior de los propios virreinatos empezaron a oponerse a las actividades de censura inquisitorial sobre todo con respecto al comercio marítimo, obstaculizando sus atribuciones de controlar el ingreso de materias prohibidas al virreinato, ello motivo a que en el año 1713, (en que se hizo más notable la crisis de recaudación por el fisco real), se expidiera un real cedula para que por ningún pretexto se incomode ni “embarace” a los miembros del Tribunal, cuando los navíos arribasen a los puertos. En 1719, ante el hecho de que el inquisidor Gaspar de Ibáñez asumiera el Curato de San Marcelo de Lima, algo totalmente incompatible con la Inquisición, el rey dispuso por cedula de 14 de noviembre que el virrey emplease todas la providencias necesarias para que el mencionado inquisidor renunciare al curato, debido a que era 23José

Toribio de Medina. Historia del tribunal del santo oficio de la Inquisición de Lima. Santiago 1887. Tomo 2. El libro de Medina, constituye por hoy, la fuente más importante con respecto al tribunal inquisitorial. 24 Claudia Rosas Lauro. El miedo en el Perú. Siglos XVI-XX. Lima, PUCP. 2005 25 Carlos Lazo. Historia de la economía colonial. Instituto de Ciencias y humanidades, Fondo editorial del pedagógico San Marcos. Lima 2006. Tomo 1. 26 Catalogo cronológico de reales cedulas, decretos, ordenes resoluciones reales generales emanados después de la recopilación de las leyes de las indias. Buenos Aires. Instituto de Investigaciones de Historia del Derecho. 1978. 292..

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incompatible con el de inquisidor. Otra real cedula de 20 de julio de 1751, recomendaba que los ministros del Santo Oficio gozaren del fuero pasivo en lo civil y criminal en algunos delitos no exceptuado por las “concordias”. Anteriormente desde el siglo XVI, se les había permitido a los ministros y miembros del tribunal gozar del fuero en todos los casos, incluidos familiares, comensales y oficiales que conformaban su estructura política. Sin embargo por otra real cedula de febrero de 1760, se disponía respetar el goce de fuero a la inquisición en materias judiciales, pero eliminando de todo fuero a los familiares, comensales y dependientes, en ninguna ocasión, con este hecho los miembros del tribunal inquisitorial se encontraban desprotegidos de cualquier privilegio. En la época de Carlos III, el poder real se logro imponer finalmente sobre otros fueros políticos y sobre las órdenes religiosas que habían logrado un poder excesivo, como fue el caso de la compañía de Jesús que fue exiliada de los reinos de España. Este gobierno considerado como ilustrado27, en realidad cimentó el poder real, siendo sordo al discurso ilustrado28. Con el reinado de Carlos IV, se continúo con esta política absolutista. Según una orden real de 4 de abril de 1791, el rey dispuso que los pertenecientes a las órdenes de los fueros militares quedasen exceptuados de declarar ante la Inquisición, salvo con el permiso expreso firmado por escrito de su superior o jefe inmediato. A pesar de ello la inquisición no se amilano, siempre intento estar de lado de la autoridad real y virreinal, mostrándose solicita siempre al apresto de ayudas económicas, otorgándole préstamos a censo para financiar campañas militares y hacer frente al gasto fiscal, sumándose a ello, otros agasajos. Es notable por ejemplo que a comienzos de 1790, durante el reinado de Carlos IV, la Inquisición por intermedio del Patronato Mateo Pastor de Velasco, gasto una suma cuantiosa durante siete días obsequiando toda cales de refrescos al publico de Lima, el motivo fue la exaltación del trono y reinado del monarca. Dichas bebidas fueron servidas durante “las siete tardes de toros que se

Antonio Domínguez Ortiz, Carlos III y la España de la Ilustración. Madrid: Alianza Editorial, 1990 28 Francisco Sánchez Blanco. El absolutismo y las luces en el reinado de Carlos III. Madrid. Marcial Pons Historia. 2002. Este autor califica el reinado de Carlos III, como el triunfo de la demencia frente a la razón. 27

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lidiaron en la plaza” 29. Solo en helados y dulces solicitados al maestro repostero que laboraba en el palacio virreinal, la suma ascendió a 380 pesos, incluyendo el traslado hecho por los peones. Otra suma de 386 pesos le fue abonada a la madre Josefa de Chaves, religiosa del convento de la Encarnación, por razón de los dulces y otras confiterías. Al año siguiente, el Santo Oficio, decidió agasajar al nuevo virrey, rindiéndole pleitesía. En esta ocasión para recibir de forma halagadora la entrada del virrey francisco Gil de Taboada, se invirtió la suma de cuatrocientos setenta y tres pesos con seis reales, sumando solo en helados la suma de doscientos noventa y ocho pesos 30.. En 1807 a un año del inicio de la invasión napoleónica, la corona dispuso en una real cedula de 12 de diciembre que las autoridades virreinales vigilen el cumplimiento con respecto a las competencias de la inquisición, con las autoridades virreinales. Entre estas medidas destacan el conocimiento que el virrey debía tener sobre el personal, el proceder y las actividades de la inquisición, como saber de sus actos públicos, su objeto y circunstanciaos. El extremo llego incluso a permitir el auxilio real si en el proceso judicial el asunto tratase sobre casos de fe, pero si este proceder no era lo suficientemente explicado, la autoridad real podía exigir de inmediato una declaración por escrito al tribunal para prestarle su apoyo. La inquisición y los conflictos de competencia Desde su establecimiento, la inquisición tuvo que hacer frente a otros poderes institucionales de naturaleza eclesiástica. Este fue el caso de los conflictos de competencias con la jurisdicción eclesiástica ordinaria. Los orígenes de estos conflictos se manifestaron desde el inicio de la gestión del tribunal con respecto a las causas de fe. Los obispos en su carácter de inquisidores ordinarios, tenían en las indias jurisdicciones en materias de fe, conociendo en detalle de cada una de ellas, antes del establecimiento de la inquisición. Era una función propia de la labor episcopal desde la época medieval. Sin embargo, cuando se dispuso su instauración en 1569, por el rey Felipe II, se dispuso que obispos y Archivo General de la Nación del Perú. Manuscrito. Petición de Miguel Manuel de Arrieta, donde solicita cantidad de pesos por los gastos ocasionados en la exaltación del trono de Carlos IV. Legajo 16 fundaciones 12/ 02 /1790 30 Archivo General de la Nación del Perú. Manuscrito. Petición de Miguel Manuel de Arrieta, donde solicita cantidad de pesos por los gastos ocasionados en el recibimiento del virrey Francisco Gil de Taboada. Legajo 16 fundaciones 10/ 03 /1791. 29

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arzobispos no se entrometieran con la inquisición sobre los asuntos de herejía, ordenando se les remitiese toda información31. A pesar de que no todas las prerrogativas jurisdiccionales sobre herejía les fueron quitadas a los obispos --ya que era obligación de los inquisidores citarlos cuando debía dictarse una sentencia definitiva – les fueron disminuidas ostensiblemente su jurisdicción en materias de fe, teniendo la preeminencia exclusiva sobre las causas de fe que involucraba a los indios. Este sería uno de los constantes motivos que enfrentaron a la inquisición con las autoridades eclesiásticas. Durante el siglo XVIII, con el avance de la política regalista implementada por los borbones, el Tribunal del Santo Oficio empezó progresivamente a perder conflictos de competencia, principalmente ante los fueros civiles y eclesiásticos. Estos conflictos sostenidos con las autoridades eclesiásticas, fueron en principio por las causas de fe, por el fuero de los ministros que eran integrantes de los tribunales eclesiásticos ordinarios y a la vez miembros de la Inquisición, otro motivo fue por la cobranza de la canonjía supresa y la administración de sus fundaciones. Los conflictos de competencia con la jurisdicción civil por el fuero de los ministros, sus dependientes y esclavos, por el fuero de su hacienda y de las fundaciones, y finalmente por las causas de fe, donde se involucraba el ejército y la práctica de la bigamia. Estos hechos se manifestaron notoriamente a partir de 1750 cuando los obispos tenían la intención de cercenarles su jurisdicción en materias privativas32., Los primeros conflictos de esta etapa han sido registrados por René Millar, quien testimonia las competencias sostenidas por la inquisición con el Obispo de Quito, cuando el vicario de Cuenca pretendía tener jurisdicción sobre una denuncia de solicitación, el caso llego hasta la Santa Sede. Mucho antes, desde el gobierno del virrey José de Armendáriz, se produjeron al parecer los conflictos de competencia más notorios que terminaron por poner en aprietos al Tribunal minando su prestigio frente a otros poderes. Entre muchos casos, destaca el conflicto provocado con la jurisdicción del Tribunal de Santa Cruzada y la autoridad judicial virreinal. En este caso resalto el escándalo provocado por Alfonso Marcotegui Comisario del Tribunal del Santo Oficio del Cusco, que acostumbraba celebrar celebraba misa en el pueblo de René Millar Carvacho. Inquisición y sociedad en el virreinato del Perú. Lima PUCP. IRA. Instituto de Historia, Ediciones de Universidad Católica de Chile. 1998. Segunda parte, capitulo V y siguientes. Páginas 213 y siguientes. 32 René Millar Carvacho. Obra citada. Pág. 174 31

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Quiquijana sin mayores problemas, sin embargo se logro detectar que la iglesia y capilla del mencionado comisario carecía de la licencia respectiva para realizarla misas, esta irregularidad determinó que el Tribunal de la Santa Cruzada por intermedio de su Comisario decretase la excomunión del mencionado ministro separándolo de la iglesia. La Inquisición apeló al cuerpo de leyes y bulas que la instituyeron, afirmando que el Santo Oficio poseía tal prerrogativa judicial, que no podía ser censurado por ningún Tribunal eclesiástico, y que por lo tanto el Tribunal de Cruzada no tenía competencia de jurisdicción sobre aquel, como se inscribe este juicio fue dirimente contra el tribunal. En otro caso, el Tribunal mostro un abuso de poder desmedido contra un vecino notable de la capital, tal vecino en su persecución contra un negro esclavo, logro ingresar hasta la casa de un miembro asalariado del Tribunal para capturar al dicho esclavo, ante este hecho, la inquisición terminó por ponerlo tras las rejas encarcelándolo. Tal abuso de poder contribuyo a despertar las iras del Fiscal del Rey, quien acusó al Tribunal del Santo Oficio de sobrepasar sus ámbitos jurisdiccionales, advirtiéndole que no debían entorpecer la justicia real en el caso antedicho, por lo que le exigía perentoriamente la inmediata liberación del notable33. Durante el reinado de Carlos III, la influencia de la ilustración también toco puertas de la Inquisición en España34. Como afirma Juan Antonio Llorente, la disminución de Autos de fe, fueron notorios en España, percibiéndose la diferencia en la forma de ejercer los juicios comparando los reinados de Felipe V con Carlos III, en este último, “el progreso de las luces fue rapidísimo”, fruto de ello, muchos procesos fueron suspendidos, cuando en la época de Felipe II hubiera bastado “para relajar”35. Otro problema que no supo capear la Inquisición, fue el tema de las competencias con el Tribunal del Consulado, y con algunos miembros notables de la sociedad limeña, principalmente por razones de índole económica. En esta coyuntura, el Santo Oficio intentaba Carlos Morales Ceron: El tribunal del santo oficio de la Inquisición de Lima. Una mirada historiográfica. En: Revista Illapa. Revista de estudios latinoamericanos. Lima 2008. Pp. 98-98. Ver también la Memoria de los virreyes que han gobernado el Perú, durante el tiempo del coloniaje. Lima, Librería Central de Felipe Baylli. 1853. Tomo tercero pagina 86 y siguientes. 34 Juan Antonio Llorente. Historia critica de la Inquisición de España. Madrid 1822. Tomo noveno, artículo 1, capítulo XLII. 35 Juan Antonio Llorente. Obra citada. Página 2. 33

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defender sus fueros para conservar sus preeminencias jurídicas sobre todo cuando se trataba de cobrar los réditos de censos. Hecho testimoniado en el expediente iniciado por Catalina Román de Aulestia, viuda del general Thomas Chacón Medina y Salazar, quien había sido caballero de la orden de Calatrava y Alguacil Mayor del Santo Oficio, en esta ocasión contra el ministro de la Audiencia Pablo de Olavide, sobre un censo que vendieron los padres del mencionado. El virrey decidió se forme una sala de competencias a solicitud del fiscal, aunque el tribunal de la inquisición se oponía36. La monarquía en este proceso reformista, empezó a minar poco a poco la autoridad de la inquisición. En 1768 se publico un edicto real limitando las prerrogativas del tribunal en materia de libros prohibidos. Ante el desencadenamiento de la Revolución Francesa, se estableció una alianza momentánea entre la corona y el santo oficio. Una real orden de 1792 dispone una suerte de inquisición aduanera compuesto de un funcionario real y de un comisario de la inquisición, para vigilar en las aduanas del reino el ingreso de libros prohibidos relativos a materias de fe, solo se permitía el ingreso de obras indiferentes: Matemáticas, artes y oficios, maquinas, medicina, física, etc. 37. La inquisición y la crítica eclesiástica Bajo el influjo de la modernidad europea del siglo XVIII, en el Perú virreinal se dieron un proceso de reformas que trastocaron costumbres, modas y cultura política virreinal, todo ello bajo el influjo de la modernidad ilustrada38. Esta época de cambios monitoreada por la metrópoli imperial, determinó la formación de una conciencia crítica en la mentalidad de la aristocracia criolla y de algunos miembros del aparato eclesiástico, que quedo impactada por el influjo racionalista, ello fue posible porque a pesar de existir la censura eclesiástica que regulaba el ingreso de literatura divergente al sistema ideológico de la época, los ideales en torno a la razón supieron ser difundidos de diversas maneras, en virtud del permiso concedido por las autoridades eclesiásticas para la lectura de libros prohibidos solicitados por algunos miembros de la intelectualidad criolla. Archivo General de la Nación del Perú. Manuscrito. SOCO CA 211 DOC 1865. Juan Antonio Llorente. La inquisición y los españoles. Segunda edición. Prologo y notas de Valentina Fernández Vargas. Madrid. 1967 (1812). Prologo página 18 y 19. 38 Carlos Lazo García: el papel del providencialismo en el feudalismo peruano colonial. Revista del Archivo General de la Nación. Lima 1997. Nª 15. 117-132. 36 37

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A este proceso no escapo algunos miembros de la iglesia, que poseían libros ilustrados y prohibidos, estos últimos impactaron para formar una crítica al sistema imperante, contribuyendo a crear en la mentalidad criolla y educada unos ideales de critica religiosa (aunque no cuestionadoras del orden social y político vigente), que influyo en cierta medida en la mentalidad criolla, hecho que fue favorecido por la expulsión de la compañía de Jesús. En el caso peruano virreinal, destaca la aparición de una prensa criolla impactada por la modernidad ilustrada, aunque defensora del régimen y los valores y principios religiosos que le daban sustento, como también la presencia de frailes protectores de una prensa reformista cuyo impacto sería muy notorio ante la elite educada, como fue entre otros casos, la actividad política del fraile geronimita español don Diego Cisneros, ex confesor de la reina María Luisa, radicado en el Perú, protector del Mercurio peruano, bibliotecario mayor de la librería de la Universidad Mayor de San Marcos y alentador de los precursores de la independencia, criticando el Índice Expurgatorio de la Inquisición de 1790 39. Este famoso fraile es autor de una controvertida y candente carta publicada de manera póstuma primero, en el periódico El Tribuno, en España, y se reprodujo, después, en Lima en el Investigador, en 1813. En dicho escrito el fraile cuestiona la desobediencia de la Inquisición a la real cédula expedida por el rey el año 1766 y a la bula Selicita et previda del Papa Benedicto XIV con respecto a sus atribuciones, asimismo su falta de conocimiento que el autor irónicamente lo atribuye a “malicia refinada y obstinación endurecida”, con respecto a las publicaciones prohibidas, ya que el índice incluía textos de la religión cristiana. Ante ello al fraile jeronimita, a riesgo de ser perseguido, no dudaba en exclamar con adjetivos al Santo oficio tildándolos de “fanática, de fariseos, hipócritas, miserables y fautores del fariscismo” acusándolos de impedir el conocimiento del cristianismo desde los primeros años de su gestión religiosa.

“Notable carta, expresiva de la libertad de espíritu del fraile geronimita español don Diego Cisneros, ex confesor de la reina María Luisa, radicado en el Perú, protector del Mercurio peruano y alentador de los precursores de la independencia, criticando el Índice Expurgatorio de la Inquisición de 1790”. En: José Toribio de Medina Historia del tribunal de la Inquisición de Lima: 15691820. Tomo II Francisco Javier Campos y Sevilla. El monje español fray Diego Cisneros, el Santo Oficio de Lima y el Inquisidor general. Anuario jurídico y económico escurialense. XLII 2009-511-530. 39

2. Abolición y saqueo del tribunal de la inquisición La crítica contra el tribunal inquisitorial continúo. Estas presiones culturales, terminaron poco a poco a colocar al Santo Oficio ante los ojos de la multitud como un tribunal pernicioso, contrario al espíritu emanado de la religión cristiana. Este proceso de deterioro político espiritual, no culminaría hasta la definitiva supresión del Tribunal del Santo Oficio. En el transcurso de este proceso, el golpe de gracia que le pondría fin de forma temporal, lo constituiría la invasión napoleónica en 1808 y la apertura de un nuevo símbolo de poder con la formación de las Cortes de Cádiz, que reemplazaron la antigua autoridad real por una nueva forma de gobierno, mucho más horizontal y mayormente redistributiva en el uso del poder en beneficio de las colonias americanas, hecho que permitió la abolición y el saqueo de la infraestructura inquisitorial. Con la invasión napoleónica, en España y el establecimiento de las Cortes de Cádiz, la suerte del Tribunal estaba echada. Muchos españoles abrazaron la causa napoleónica, entre ellos el controvertido Secretario general de la Inquisición Juan Antonio Llorente. Al ocurrir la invasión francesa Llorente como tantos otros españoles, decidieron apoyar el gobierno napoleónico. Llorente tomaría parte activa en la desamortización iniciada por José I y en supresión del Tribunal del Santo Oficio, siendo nombrado para tal efecto, Director General de Bienes Nacionales y Secretario General de Cruzada por Napoleón Bonaparte40. Ya en su cargo de director, Llorente, que había sido Vicario General del Obispado de Calahorra, escribió en 1811 Memoria histórica sobre cuál ha sido la opinión nacional de España acerca del tribunal de la inquisición, que fue un discurso preparado para ser leído, y así poder ser parte integrante de la Academia, completada con su ya famosa Historia critica de la inquisición en España. En este último libro Llorente expone una historia de la inquisición argumentando que su sola presencia constituyo un obstáculo serio para el progreso de España. En virtud de estos planteamientos, Llorente habiendo sido partidario para la reforma del tribunal inquisitorial, finalmente terminara por inclinarse por la supresión de este último.

Juan Antonio Llorente. La inquisición y los españoles. Segunda edición. Prologo y notas de Valentina Fernández Vargas. Madrid. 1967 (1812). Prologo pagina 19. 40

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Una de las primeras medidas de gobierno, tomada por Napoleón Bonaparte fue suprimir el Tribunal de la Inquisición, Juan Antonio Llorente decidió colaborar eficazmente en la labor de su supresión. Este hecho se efectuó el 4 de diciembre de 1808, el mismo día que capitulaba Madrid ante el invasor41. Sin embargo es pertinente subrayar que no todos fueron partidarios de su abolición, en territorios como Galicia y Tarragona sus autoridades se hicieron presente permitiendo su restablecimiento, sin embargo las Cortes de Cádiz decidieron finalmente su abolición en 1813. Los acuerdos de las Cortes decidieron su supresión en la metrópoli y en el virreinato peruano. El proyecto de extinción fue presentado a las Cortes de Cádiz el 08 de diciembre de 1812, y su discusión duro hasta el 5 de febrero42. En dichas actas que se encuentran impresas, se discutió ardorosamente sobre la Inquisición, ya sea en pro ó en contra, lo mismo acerca del establecimiento de los tribunales protectores de la fe, entre ellos el destino que debía dársele al Santo Oficio. A lo largo de las sesiones se sostenía que el Tribunal inquisitorial a lo largo de su historia, desde sus inicios, producía mas males que bienes al ser humano promoviendo su degradación, se le consideraba además como opuesta a la libertad individual, a la defensa judicial libre, y también practicar encerramientos de personas sin dar declaraciones ni mencionar al acusador, a estas críticas se sumaba el hecho de que el tribunal practicaba el secuestro de bienes e imponía el tormento a los acusados como un mecanismo para llegar a la verdad durante el proceso que duraba el juicio. Todos estos argumentos y otros más eran utilizados para demostrar como posteriormente se decreto, que el Tribunal de la Inquisición era incompatible con el espíritu liberal de la Constitución de Cádiz43.

La Inquisición fue extinguida por decreto expedido el 22 de febrero de 1813 en España. Con su extinción, se volvía a normar los asuntos de fe en función del espíritu de las Siete Partidas. En virtud del mencionado decreto se restablecía la Ley II, Tít. XXVI, Partida VII, que otorgaba facultades a los obispos y vicarios para conocer las causas de fe con arreglo al derecho canónico y común, y también a la de los jueces seculares para que puedan imponer las penas a los procesados y condenados por herejía de acuerdo a ley. Otro de los acuerdos importantes fue excluir de fuero en esta clase de delitos al sector militar44. El decreto de extinción llego a la ciudad de Lima recién a fines del mes de julio, y en virtud de aquel las autoridades virreinales decidieron embargar los locales y los edificios del tribunal, lo cual fue verificado el 31 de julio. Un día antes el vocal de la Diputación Provincial, Francisco Moreyra y Matute practicaba el inventario de los bienes; solo en joyas y con el dinero custodiado en el fuerte, la suma ascendió a setenta y tres mil ochocientos ochenta y ocho pesos, que fueron trasladados a las cajas reales, de otro lado por el valor de los capitales depositados a censo se determinó la suma de un millón quinientos ocho mil quinientos dieciocho pesos, lo que demostraba la importancia económica de la Inquisición45. Su extinción fue celebrada en la capital, destacando algunas opiniones y felicitaciones por parte de diversas instituciones a las Cortes, destacando entre todas ellas, las formuladas por el Cabildo de Lima y la Universidad de San Marcos. Sobre el impacto de dichas declaraciones y escritos en la mentalidad de la plebe, está aún por determinar. Lo cierto es que a raíz de aquellas declaraciones, se logro preparar el camino para soliviantar el ánimo social de la plebe que desemboco en un terrible saqueo de sus instalaciones determinando que su carisma de dominación tradicional y su imagen institucional

Juan Antonio Llorente. Memoria histórica sobre cuál ha sido la opinión nacional de España acerca del tribunal de la Inquisición. Madrid. En la Imprenta de Sancha. 1812. Exordio. 42 Ricardo Palma. Anales de la Inquisición de Lima. Lima, ediciones del Congreso de la República 1997. Página 196. 43 Discusión del Proyecto del Decreto sobre el Tribunal de la Inquisición. Cádiz en la Imprenta Nacional. 1813. Página 30, 31, 687. En virtud del decreto se restableció lo dispuesto por las leyes de Partida entregando a los obispos y vicarios todas las facultades para conocer asuntos de fe. Titulo XXVI, Partida VII.

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Discusión del Proyecto del Decreto sobre el Tribunal de la Inquisición. Cádiz en la Imprenta Nacional. 1813. Página 687 y siguientes. También reproducido en Juan Antonio Llorente: La inquisición y los españoles.(1967). Obra citada. Página 251. 45 AGNP. Colección Moreyra. D1-441326. AÑO 1813. “Testimonio de los autos originales formados por comisión dirigida al señor intendente de esta capital don Juan María de Gálvez con intervención del señor Don francisco Moreyra y Matute, vocal de la junta provincial, para la ocupación, inventario y efectos que poseía la extinguida inquisición. También José Toribio de Medina Historia del tribunal de la Inquisición de Lima: 1569-1820. Tomo II

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celosamente conservada ante la plebe sufrieran un progresivo deterioro. El Cabildo límense calificaba en términos muy duros la política inquisitorial. Para las autoridades edilicias, la abolición del Tribunal de la Inquisición se encontraba justificada por los resabios de fanatismo antiliberal que la institución caracterizaba, en opinión de ellos, el tribunal de la fe, expresaba el ejercicio de una política rastrera que era practicada impunemente bajo el pretexto incongruente de ser empleado en defensa de la religión católica. Al cumplimentar su abolición, reafirmaban que la monarquía española se convertía en un verdadero amigo de la nación46. De otro lado la Universidad de san Marcos expresaba sus felicitaciones por tal magno acontecimiento. En su un escrito fechado el 1 de septiembre de 1813 dirigido a las Cortes, la Universidad San Marcos calificaba al tribunal de practicar un sistema abortivo del poder en perjuicio de los notables intelectuales del virreinato, de la cual ni siquiera el sector eclesiástico se encontraba a salvo. El escrito obviamente se debía al control y censura que la Inquisición practicaba contra los intelectuales de la Universidad, decidiendo frecuentemente sobre el material de lecturas que debían impartirse como parte del material de enseñanza en las asignaturas. El control e intervención por parte del Santo Oficio de la Inquisición en la Universidad de San Marcos no era reciente, tenía una antigua tradición. El Tribunal de la Inquisición anulaba concursos y posiciones de cátedras, ordenaba nuevas votaciones (si estas no eran de su beneplácito), impedía la publicación de libros y vigilaba las Bibliotecas 47.. Ante la abolición del Tribunal, sesenta y cuatro catedráticos rubricaron el mencionado memorial donde acusaban a la Inquisición de tiranizar la razón, promover el error en los juicios y el temor entre la población por intermedio de las amenazas, a estas acusaciones agregaban además que la Inquisición inducían el provocar el furor

fanático de sus miembros, obviamente esto era producto de sus atribuciones jurisdiccionales, que conllevaban a imaginar la práctica de algún tipo de impunidad. En opinión de los catedráticos, el Santo Oficio arredraba los conocimientos, promovía la degradación del ser humano, establecía de hecho la mentira y el disimulo en los juicios presentados para evitar su propio sacrificio. Finalmente afirmaban, que las causas que permitían la existencia de ignorantes de la religión, .el atraso de las ciencias, la decadencia de las artes,. del comercio, de lo agricultura, la despoblación y pobreza eran responsabilidad del sistema inquisitorial, que promovía la represión del pensamiento 48. Luego de efectuado el inventario de todos los autos y papeles, índices de personas “notadas”, libros prohibidos y estampas deshonestas, recogidas por el Arzobispo, se produjo el saqueo del tribunal. Al parecer según las coincidencias en las fechas el detonante que motivara el momento propicio para el saqueo lo constituyó la promulgación que mando efectuar el virrey Abascal de los acuerdos de las Cortes el 23 de septiembre del mismo año, ese mismo día se produjo el asalto de sus instalaciones49. A este arbitrario saqueo, se sumo el decreto de las Cortes disponiendo retirar todas las imágenes y cuadros alusivos a la inquisición que se encontraban en las iglesias y conventos de Lima50.

José Toribio de Medina. Historia del tribunal de la Inquisición de Lima: 15691820. Tomo II. Anexos: “El Cabildo de Lima felicita a las Cortes españolas reunidas en Cádiz por el decreto de supresión de la Inquisición y pide que se extraiga de los Archivos de la Inquisición todos los libros y papeles infamantes para la buena fama de los ciudadanos perseguidos por ésta y se quemen públicamente”. Lima 27 de julio de 1813. 47 Luis Antonio Eguiguren. Alma Mater u Orígenes de la Universidad de San Marcos. Lima 1939. Página 464 y siguientes.

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Luis Antonio Eguiguren. Diccionario histórico cronológico de la Universidad Real Pontificia de San Marcos. Crónica e investigación. Lima 1951. Tomo 3. Página 1100, 1101. 49 “Aquí tenemos una divergencia de fechas. Según Ricardo Palma, el saqueo del tribunal fue el 23 de septiembre el mismo día que se publicara en la capital el decreto de abolición, pero para José Toribio de Medina basándose en el informe escrito por Francisco Moreyra y Matute el saqueo fue a fines del mes de julio. 50 Archivo de Límites del Ministerio de Relaciones Exteriores.

34 Illapa Nº 7, julio 2010, pp. 33-58 / ISSN 2077-8651

Prensa y revolución. Debates y perspectivas de la historiografía peruana y argentina a puertas del bicentenario. DANIEL MORÁN 51 Universidad Nacional de San Martín-IDAES, Argentina Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú [email protected] La independencia en América Latina viene siendo motivo de intensos debates y nuevas investigaciones que están reinterpretando, a partir de nuevas interrogantes, fuentes y métodos de análisis, un proceso por demás complicado, pero, a la vez, fabuloso de reflexionar a puertas de las celebraciones de los bicentenarios. En ese sentido, esta investigación tiene como objetivo principal ofrecer un recuento historiográfico de los procesos de independencia del Perú y la Argentina a partir de un análisis de la relación existente entre los estudios de la prensa y los imaginarios de la revolución. Es posible advertir en esa historiografía diversas tendencias de la historia de la independencia desarrollada en contextos específicos y con problemas de investigación propias de su tiempo. Así, desde una “sociología de la independencia” en donde los propios actores de la revolución expresaron sus puntos de vista hasta una historia más elaborada de corte positivista de la segunda parte del siglo XIX que influye en la historiografía nacionalista del centenario, se asiste, en estos últimos veinte años, a un renacimiento de la historiografía política, social y Licenciado en Historia por la Universidad Nacional Marcos de San Marcos (Perú, 2008), candidato a Magister en Historia por el IDAES de la Universidad Nacional de San Martín (Argentina) y Becario Roberto Carri (2009-2010). Ha publicado los libros: Sociedad colonial y vida cotidiana en Lima a través de las páginas de El Investigador del Perú, 1813-1814 (2007); Lima a través de la prensa (2008); y Reformistas, fidelistas y contrarrevolucionarios. Prensa, poder y discurso político en Lima durante las Cortes de Cádiz, 1810-1814 (versión digital, 2009). Además, ha publicado diversos artículos en revistas especializadas de España, Perú, Colombia, Brasil y Argentina. Actualmente, es codirector de Illapa. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales y del Boletín Digital El Investigador Latinoamericano. 51

cultural de los procesos de las independencias en donde la investigación de la prensa, los impresos políticos y las redes de comunicación jugaron un papel relevante en la configuración de la cultura política de los grupos de poder y de las clases populares. Entre la sociología de la independencia, la historia nacional, el revisionismo y la historia crítica. La independencia ha sido un proceso histórico fundamental para la conformación de las actuales naciones americanas. En la actualidad, esta constatación permite que estos países busquen reflexionar la dinámica de su propio proceso de ruptura e independencia. Sus objetivos se basan entonces en esclarecer y comprender tanto los cambios como las continuidades de ese período y la encrucijada económica, social y política de las sociedades, para ofrecer a sus contemporáneos una imagen renovada y cada vez más real de la independencia en cada uno de estos espacios hispanoamericanos. Pero estas preocupaciones no han sido recientes. Desde el momento mismo de las luchas independentistas los propios actores de esos acontecimientos habían escrito sendas historias en formato de memorias con una clara intención de dar a conocer su participación en las guerras a la vez que justificaban su actuación política. Estos tipos de textos, documentos de primera mano en sí mismos, venían a representar lo que sea denominado como una especie de sociología de la independencia. Por ejemplo, un paradigmático Bernardo Monteagudo ha mostrado a través de sus escritos los vaivenes del proceso de la independencia no solamente en el Río de la Plata, sino, además en Chile y el Perú.52 De estas memorias aunadas a una cantidad asombrosa de impresos y periódicos de la época, e influidas por los eventos políticos contemporáneos, un conjunto de historiadores comenzaron a investigar y publicar sendos libros de historia que hasta el día de hoy son clásicos imposibles de no revisar por cualquier historiografía que se califique de seria y científica. Para el Perú, Mariano Felipe Paz Soldán publicó Historia del Perú independiente (1868) y Biblioteca Peruana (1879)53,

BERNARDO DE MONTEAGUDO, Escritos políticos, Buenos Aires, La cultura argentina, 1916. 53 MARIANO FELIPE PAZ SOLDÁN, Biblioteca peruana, Lima, Imprenta Liberal, administrada por M. Fernández, 1879. 52

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Manuel Mendiburu Diccionario Histórico-biográfico del Perú (1874)54 y José Toribio Medina su Imprenta en Lima (1904).55 Estos autores han ofrecido textos importantes para el conocimiento de la época de nuestro análisis. Por su parte, en Argentina, son notables los estudios de Bartolomé Mitre Historia de Belgrano y de la independencia Argentina (1887) e Historia de San Martín y de la emancipación sud-americana (1889)56 y de Vicente Fidel López Historia de la República Argentina (1883).57 En todos estos textos encontramos una fascinación por el estudio de las luchas militares y dentro de esas acciones del papel conductor y político de los llamados “grandes hombres de la historia.” Así, es como se creó una historiografía que basó sus investigaciones en las memorias de los propios actores militares que participaron en la independencia. Muchas veces la historia se confundía con el juicio y el reproche por la praxis política de los actores sociales, por las loas y las diatribas sobre uno y otro personaje de la historia de las revoluciones. Pero estas memorias no eran suficientes, debemos mucho a esta historiografía la valorización de la prensa como fuente histórica. En términos efectivos, la historia del siglo XIX latinoamericano es fiel reflejo de la prensa de aquella misma época. Sin periódicos era imposible escribir historia decimonónica en América Latina. Esta tendencia historiográfica de corte positivista ofreció los cimientos para el desarrollo de la historiografía del centenario. En el Perú, gobernaba Augusto B. Leguía en su “Patria Nueva” y en Argentina estuvo primero José Figuera Alcorta y luego Roque Sanz Peña. Estos regímenes pusieron sus esfuerzos en las celebraciones de los centenarios. Tanto Lima como Buenos Aires fueron embellecidas por

estas efemérides nacionales. A la capital Argentina se le llamó la "París de Sudamérica"58 mientras que Lima edificó el Panteón de los Próceres. 59 Esta última idea está relacionada precisamente a la preocupación de la historiografía de esos años por rescatar los papeles protagónicos de los héroes, próceres e ideólogos de la independencia en la formación de la conciencia e identidad nacional.60 Sumemos a todo ello los acontecimientos internacionales de la primera guerra mundial, la revolución mexicana y la revolución rusa y sus respectivas consecuencias de alcances globales para entender el porqué de la preocupación por comprende los orígenes de la nación y de los forjadores de ella. Jorge Basadre, Jorge Guillermo Leguía y Raúl Porras Barrenechea representan a la historiografía peruana, mientras que Emilio Ravignani, Ricardo Levene y Juan Canter a la historiografía argentina denominada la Nueva Escuela Histórica. Es importante detenerse en estos investigadores porque tienen una consideración importante de la prensa, los escritos políticos y el papel fundamental de estos en las revoluciones. Por ejemplo, Raúl Porras Barrenechea señaló: “El movimiento de la independencia americana no pudo ser un hecho ni un impulso violento, sin la idea revolucionaria, fruto ésta de una obra civil e intelectual de la cátedra y del periódico.” 61 Ricardo Levene puso énfasis en las lecturas y comentarios de diversas obras de la época así como los discursos revolucionarios que se publicaban en los medios de prensa.62 Juan Canter utilizó periódicos y otros impresos políticos con la intención de entender la configuración política y literaria de las sociedades secretas de la época revolucionaria y dentro de ella del papel central de los revolucionarios de Mayo. 63 Por otro lado, es

MANUEL MENDIBURU, Diccionario Histórico-biográfico del Perú. Parte primera que corresponde a la época de dominación española, Lima, Imprenta de J. Francisco Solís, 1874. 55 JOSÉ TORIBIO MEDINA, La imprenta en Lima, Santiago de Chile, Fondo Histórico y Bibliográfico J. T. Medina, 4 tomos, 1965 (1904); y del mismo autor véase La Imprenta en Arequipa, el Cuzco, Trujillo y otros Pueblos del Perú durante las campañas de la independencia (1820-1825). Notas Bibliográficas, Santiago de Chile, 1904. 56 BARTOLOMÉ MITRE, Historia de Belgrano y de la independencia Argentina, Buenos Aires, Félix Lajuane editor, 1887; del mismo autor Historia de San Martín y de la emancipación sud-americana, Buenos Aires, Félix Lajuane editor, 1889. 57 VICENTE FIDEL LÓPEZ, Historia de la República Argentina. Su origen, su evolución y su desarrollo político, Buenos Aires, Kraft, 1913, 2da edición.

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MARÍA JOSÉ IRIARTE, “Centenario de la revolución de Mayo: Las exposiciones internacionales.” En línea: http://www.monografias.com/trabajos6/rema/rema.shtml?relacionados 59 CARLOTA CASALINO, “Centenario de la independencia y el próximo bicentenario: Diálogo entre los próceres, la Patria Nueva y el proyecto de comunidad cívica en el Perú.” En línea: http://blog.pucp.edu.pe/item/16593 60 PABLO A. CHAMI, Nación, identidad e independencia en Mitre, Levene y Chiaramonti, Buenos Aires, Prometeos Libros, 2008. 61 RAÚL PORRAS BARRENECHEA, Los ideólogos de la emancipación, Lima, Editorial Milla Batres, 1974, p. 53. 62 PABLO A. CHAMI, Nación, identidad e independencia…, pp. 70-72. 63 JUAN CANTER, Las sociedades secretas, políticas y literarias, Buenos Aires, Imprenta de la Universidad, 1942; La imprenta en el Río de la Plata: Síntesis histórica, Buenos Aires, 1938; Monteagudo, Pazos Silva y El Censor de 1812,

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necesario advertir la acuciosa investigación que Óscar Beltrán publicó en 1943 sobre la Historia del periodismo Argentino en donde dedicó la mitad de sus páginas a la prensa de la época revolucionaria y de la independencia.64 Tanto en el Perú la historiografía del centenario como en Argentina la Nueva Escuela Histórica impulsaron una historia patriótica que se identificó en cierta forma con los fines del Estado. Debemos a estas corrientes historiográficas la construcción de una historia oficial que perduraría en el siglo XX. Entre 1930 y 1960 en Argentina la Nueva Escuela Histórica convertida en historia oficial65 y dirigida por la Academia Nacional de la Historia estuvo en constante conflicto con el Revisionismo Histórico, tendencia historiográfica que surgió en defensa de la figura de Juan Manuel Rosas y que tuvo un interés más político y cultural que historiográfico. En el Perú, se mantuvo la línea de la historiografía del centenario. Fue José Agustín de la Puente Candamo quien llegó a crear una historia de la independencia en donde el Perú mestizo fue considerado el verdadero protagonista. El contexto internacional no era ajeno a la historiografía. La guerra fría, la revolución cubana, los sucesos del 68 en París y los propios acontecimientos internos de Perú y Argentina fueron el marco de la reflexión histórica de la segunda parte del siglo XX. A esto se sumó, respectivamente, las conmemoraciones de los sesquicentenarios de las independencias. Así, en 1960 el Senado de la Nación Argentina publicó la Biblioteca de Mayo en 20 volúmenes en donde se reproducía memorias, diarios, crónicas y periódicos de la época revolucionaria. La misma Academia Nacional de la Historia publicó varios periódicos en 1961 y Augusto Mallié entre 1965-67, La revolución de Mayo a través de los impresos de la época.66 Con esta documentación la historia oficial Argentina intentó probar el carácter revolucionario y las causales Buenos Aires, Peuser, 1924; y “La forma periódica porteña (1810-1821)”, El Diario, Buenos Aires, edición extraordinaria del 25 de enero de 1933. 64 ÓSCAR BELTRÁN, Historia del periodismo Argentino: Pensamiento y obra de los forjadores de la patria, Buenos Aires, 1943. 65 La prueba de este argumento estuvo en la elaboración de la colección Historia de la Nación Argentina, a cargo de Ricardo Levene en 1939, de la cual se editaron diversas ediciones posteriormente. Fue en definitiva la historia oficial del Estado en esos momentos. 66 AUGUSTO MALLIÉ, La revolución de Mayo a través de los impresos de la época, Buenos Aires, Comisión Nacional Ejecutiva del 150º Aniversario de la Revolución de Mayo, 1965-1967.

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internas de la independencia. Contra estas tesis nacionalistas aparecería una nueva corriente alternativa denominada Renovación en donde destacaron José Luis Romero y Tulio Halperín Donghi. 67 Este último es quien ha ofrecido un viraje en el estudio del proceso revolucionario al señalar que la independencia no fue fruto de un proceso de maduración interna, sino el resultado de la crisis de las monarquías ibéricas. 68 Por su parte, en el Perú, entre 1970 y 1974, se publicó la inmensa Colección Documental de la Independencia, los famosos “ladrillos blancos”, en más de 100 volúmenes. A esta euforia editorial de carácter nacionalista se añadió un intenso debate historiográfico, a veces ideológico, sobre el verdadero significado de la independencia peruana. Allí, estuvieron envueltos por la Nueva Historia, Heraclio Bonilla con su tesis de la independencia concedida y, por la historia oficial, José Agustín de la Puente Candamo y el carácter nacional de nuestra emancipación. Una visión intermedia fue propuesta por Scarlett O’Phelan Godoy al señalar como focos rebeldes los espacios regionales antes que la acción revolucionaria de la aristocrática Lima. 69 Estos debates no eran problemáticas particulares de estos dos espacios sudamericanos, sino representaban también una preocupación de la historiografía sobre los procesos de independencia, que se mantiene aún hasta la actualidad.70 GABRIEL DI MEGLIO, “La guerra de independencia en la historiografía argentina.” MANUEL CHUST y JOSÉ SERRANO (eds.), Debates sobre las independencias iberoamericanas, Madrid, Iberoamericana Vervuert-Estudios AHILA de Historia Latinoamericana, 3, 2007, pp. 39-41. 68 TULIO HALPERÍN DONGHI, Reforma y disolución de los imperios ibéricos, 1750-1850, Madrid, Alianza Editorial, 1985; y, del mismo autor, Revolución y guerra. Formación de una elite dirigente en la Argentina criolla, Buenos Aires, Siglo XXI Editores Argentina. 69 Para un interesante balance historiográfico del caso peruano véase DANIEL MORÁN, “Repensando nuestra historia: Entre la reforma, el discurso y la revolución en la independencia peruana”, Illapa, Lima, nº 1, 2007, pp. 55-93. 70 Para una visión general de la independencia en Hispanoamérica son importantes los libros de JOHN LYNCH, Las revoluciones hispanoamericanas, 1808-1826, Barcelona, Ariel, 1980; TULIO HALPERÍN DONGHI, Historia contemporánea de América Latina, Buenos Aires, Alianza Editorial, 2008; MANUEL CHUST y JOSÉ SERRANO (eds.), Debates sobre las independencias iberoamericanas…; MANUEL CHUST (ed.), 1808. La eclosión juntera en el mundo hispano, México, Fondo de Cultura Económica, 2007; MANUEL CHUST y JUAN MARCHENA (eds.), Las armas de la nación. Independencia y ciudadanía en Hispanoamérica (1750-1850), Madrid, Iberoamericana-Vervuert, 2007; JAIME E. RODRÍGUEZ O. (coord.), Revolución, independencia y las nuevas naciones de 67

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De estos dos momentos y espacios, que abarcan las investigaciones entre fines de 1950 y 1980, Pablo Macera y Carmen Villanueva, por el Perú, y Óscar Urquiza, en el caso Argentino, han indagado específicamente la prensa en la independencia. Por lo tanto, sus argumentos han estado circunscritos a sugerir, de acuerdo a la realidad de cada espacio colonial, el fuerte discurso revolucionario y contrarrevolucionario que la elite y los grupos de poder difunden con la intención de preservar la armonía social o, en su defecto, la transformación revolucionaria del sistema.71 Pablo Macera ha mostrado la imagen que estos impresos construyeron sobre la revolución. Los liberales peruanos que escribieron en la prensa constitucionalista (1810-1814) eran unánimes en su discurso crítico contra las rebeliones y revoluciones americanas porque estas suponían guerra, destrucción y ruptura del pacto colonial. Asimismo, señaló Macera, existió un temor de la elite por un movimiento revolucionario de carácter popular que acabara con el predominio de los más poderosos. En ese sentido, la prensa propugnó que era la cultura, las luces y la razón, las únicas claves que permitirían un sistema social benéfico. Así, fue cómo la elite difundió en la prensa un discurso para una educación popular que sustente y justifique el sistema colonial de dominación social. Por lo tanto, no podía existir una igualdad entre los hombres en el sentido moderno, sino una estrechamente ligada a la posición económica-social que estos grupos poseían. Sin embargo, Carmen Villanueva advirtió los mecanismos de censura que el poder colonial utilizó para desaparecer a algunos de América, Madrid, Fundación Mapfre Tavera, 2005; BRIAN HAMNETT, Revolución y contrarrevolución en México y el Perú. Liberalismo, realeza y separatismo, México, FCE, 1978; y TIMOTHY ANNA, La caída del gobierno español en el Perú. El dilema de la independencia, Lima, IEP, 2003. 71 PABLO MACERA, Tres etapas en el desarrollo de la conciencia nacional, Lima, Ediciones Fanal, 1956; del mismo autor “El periodismo en la independencia”, Trabajos de Historia, Lima, Instituto Nacional de Cultura, 1977, t. II, pp. 325-342; CARMEN VILLANUEVA, “El Peruano y la libertad de Imprenta”, Boletín del Instituto Riva Agüero, Lima, n° 8, 1969-1971, pp. 523-595; y, de la misma autora, un artículo reciente pero que conserva las ideas originales del anterior trabajo “Censura según las circunstancias. La aplicación del decreto de libertad de imprenta en Lima, 1811-1812”, LILIA OLIVER SÁNCHEZ (coord.), Convergencias y divergencias: México y Perú, siglo XVI-XX, México, Universidad de Guadalajara-El Colegio de Michoacán, 2006, pp. 187-203; y ÓSCAR URQUIZA, La cultura de Buenos Aires a través de su prensa periódica desde 1810 hasta 1820, Buenos Aires, 1972.

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estos periódicos que literalmente molestaban al gobierno. De allí, que Villanueva considere al Peruano como un periódico creador de una conciencia de identidad durante la independencia. Al respecto, Macera fue más cauto al señalar que en general estos impresos tuvieron un carácter reformista, con excepción del Diario Secreto y el Satélite, que criticaron al régimen, pero no buscaron al final su destrucción definitiva. Aún así, para Macera, esa crítica sería síntoma de descontento que abriría la posibilidad en la sociedad de pensar diferente la situación colonial. Óscar Urquiza, por el contrario, encuentra en la prensa porteña una búsqueda por la construcción de la cultura argentina. El autor advierte que no solamente la prensa informó y debatió los asuntos políticos y militares, sino que defendió el ideal de la ilustración y la formación de una conciencia popular propicia a los ideales de la revolución y la independencia. En ese sentido, la prensa porteña tuvo una función docente y fue clara expresión de la cultura política y el carácter transformador de la revolución. Entonces, mientras que en Lima la prensa fue utilizada para ilustrar manteniendo el statu quo, en el Río de la Plata se convirtió en arma de la revolución. El renacimiento de la historiografía: Diversas tendencias y múltiples temáticas. El renacimiento de la historiografía Argentina y peruana en la década de los 80 y principios de los 90 estuvo circunscrito a un contexto por demás complicado y paradójico. El regreso a la democracia en Latinoamérica, el afianzamiento de las nuevas derechas y populismos europeos, el bicentenario de la revolución francesa, la violencia política en el Perú, las guerras en el cercano oriente y la caída del Muro de Berlín, fueron sucesos que llevaron a que la historiografía se interesada en el estudio de la historia política y cultural. En ese sentido, el magnífico trabajo Modernidad e independencias que Francois-Xavier Guerra publicara en 1992, marcó un nuevo horizonte historiográfico en los estudios políticos y culturales en América Latina. 72 El autor propuso Por ejemplo, otras magníficas investigaciones de esta tendencia los tenemos en JAIME E. RODRÍGUEZ, La independencia de la América española, México, FCEColegio de México, 2005; y, del mismo autor, La revolución política durante la época de la independencia. El reino de Quito, 1808-1822, Quito, Universidad Andina Simón Bolívar-Corporación editora nacional, 2006; y de MARIE DANIELLE DÉMELAS, La invención política. Bolivia, Ecuador, Perú en el siglo XIX, Lima, IFEA-IEP, 2003. 72

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que el proceso revolucionario de las independencias debía estudiarse en forma paralela y vinculante con la revolución española porque ambos espacios representaban una misma unidad, el de la monarquía hispana. En esas revoluciones fue vital la formación de un “espacio público político” y una “opinión pública moderna” gracias a la proliferación de la prensa y los impresos políticos asociados a las nuevas formas de sociabilidad.73 Precisamente, estas últimas personificadas en tertulias y sociedades patrióticas asociadas a la elite y grupos de poder fueron difundiéndose hacia medios sociales más bajos. Así, en apreciación del autor: “Las reuniones saldrán entonces del ámbito privado para tener lugar en lugares públicos y semipúblicos: cafés, fondas, tabernas y pulperías, lo que va a hacer de ellos una de las articulaciones más importantes entre el mundo de las elites y el del pueblo: por las conversaciones, por la lectura pública de escritos y de periódicos […].”74 Sobre estas bases teóricas y metodológicas buena parte de la renovada historia política y cultural abordará el análisis de los procesos de las independencias y la utilización de la prensa y los impresos políticos como fuente histórica y como objeto mismo de investigación. 75 Pues no era solamente indagar el discurso, como lo habían hecho Macera, Villanueva y Urquiza, sino, relacionar y advertir las redes de comunicación, los espacios públicos de circulación y el poder de la opinión pública moderna en un contexto de transformaciones radicales. Esta realidad en el conocimiento histórico hispanoamericano ha permitido el surgimiento de una renovada historiografía política y cultural de la independencia. En esa evolución a la nueva historia política encontramos a tres historiadores que precedieron a los trabajos de Francois-Xavier Guerra. En Argentina son de suma importancia las

FRANCOIS-XAVIER GUERRA, Modernidad e independencias. Ensayos sobre las revoluciones hispánicas, Madrid, Editorial MAPFRE, S. A., 1992, p. 227. 74 FRANCOIS-XAVIER GUERRA, Modernidad e independencias…, pp. 99-100. 75 Desde el ámbito de la historia cultural asociada también a la historia política y la historia global ha resultado estimulante la monumental obra de ERIC VAN YOUNG, La otra rebelión. La lucha por la independencia de México, 1810-1821, México, FCE, 2006. 73

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investigaciones de José Carlos Chiaramonte76 y Noemí Goldman77 referente al estudio de la ilustración y los discursos políticos de la independencia. Goldman, en este trayecto de sus investigaciones, ha mostrado el papel fundamental de los revolucionarios en los vaivenes de los procesos de cambios. Son clásicas las imágenes de Mariano Moreno, Castelli y Monteagudo como los generadores de la revolución de Mayo. El análisis de los discursos revolucionarios muchos de ellos difundidos en la prensa prueban el carácter independentista de estos rebeldes contra el absolutismo español. Por su parte, Chiaramonte ha brindado particular atención a la ilustración relacionada a la cultura eclesiástica y la cultura laica. Además, de advertir las formas de identidad que se crearon en el Río de la Plata luego de la revolución de Mayo. En el caso peruano, la investigación de Ascensión Martínez Riaza (1985) propuso el análisis de los contenidos de los periódicos para aprehender la evolución del pensamiento y la praxis política de la elite limeña que transitó entre un reformismo y una dubitativa y luego radical idea separatista.78 En su texto se puede apreciar como la prensa asume una labor educativa y de difusión de la ideología dominante. En ese sentido, en las páginas de la prensa queda claro que “no entraba en los esquemas de los liberales la incorporación real del indio, el negro y las castas.” Es decir, la elite utilizó a los periódicos y su discurso para controlar la opinión pública. Martínez Riaza reflexiona también al igual que Macera (1956) sobre la construcción de la denominada conciencia nacional a partir de la prensa. Términos como patria, nación, nacionalidad, ideología están presentes en las hojas amarillentas de la prensa. En síntesis, la autora señala que la prensa constitucionalista JOSÉ CARLOS CHIARAMONTE, La ilustración en el Río de la Plata. Cultura eclesiástica y cultura laica durante el virreinato, Buenos Aires, Puntosur editores, 1989; y, del mismo autor, “Formas de Identidad en el Río de la Plata luego de 1810”, Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”, Buenos Aires, tercera serie, N° 1, 1989. 77 NOEMÍ GOLDMAN, El discurso como objeto de la historia. El discurso político de Mariano Moreno, Buenos Aires, Hachette, 1989; Historia y lenguaje. Los discursos de la revolución de mayo, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1992; "Libertad de imprenta, opinión pública y debate constitucional en el Río de la Plata (1810-1827)", Prismas. Revista de historia intelectual, nº 4, 2000, pp. 9-20. 78ASCENSIÓN MARTÍNEZ RIAZA, La prensa doctrinal en la independencia de Perú, 1811-1824, Madrid, Ediciones Cultura Hispánica-Instituto de Cooperación Iberoamericana, 1985. 76

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(1811-1814) generó un rechazo general a la posibilidad de la separación de España, mientras que, a partir de 1821, la prensa realista mantuvo esa línea de opinión matizándola con la necesidad de una unión en la crisis. En cambio, la prensa patriota mostró a la independencia como una consecución irreversible. Ya dentro del enfoque de Guerra se encuentra Joelle Chassin que analiza la opinión pública y la prensa en los últimos tiempos del virreinato peruano79 y Cristóbal Aljovín que vincula el estudio del discurso político liberal, reformista y revolucionario, el constitucionalismo, el gobierno representativo y los procesos electorales en la primera parte del siglo XIX. 80 Una mención aparte merecen las investigaciones de Sarah Chambers y Charles Walker en torno a la participación activa de las clases populares y la formación de la cultura política en el tránsito de la colonia a la república en Arequipa y Cusco, respectivamente.81 Esta tendencia regional de valoración de las clases populares como agentes dinámicos de la historia política en la independencia, para el caso Argentino, cuenta con los trabajos de Sara Mata de López sobre los conflictos de la revolución en Salta y Jujuy en donde Miguel de Güemes figura dominante de esos espacios regionales basó su poder en la movilización militar y política de la población rural. 82 Por ello, Gustavo Paz afirmó que en Jujuy se produjo una activa participación de los “gauchos” en la guerra y los asuntos políticos JOELLE CHASSIN, “Lima, sus elites y la opinión durante los últimos tiempos de la colonia”, FRANCOIS-XAVIER GUERRA y ANNICK LEMPÉRIÉRE (editores), Los espacios públicos en Iberoamérica. Ambigüedades y problemas. Siglos XVIIIXIX, México, Centro Francés de Estudios Mexicanos y Centroamericanos-Fondo de Cultura Económica, 1998, pp. 241-269. 80 CRISTÓBAL ALJOVÍN, Caudillos y Constituciones. Perú, 1820-1850, Lima, FCEIRA, 2000. 81 CHARLES WALKER, De Túpac Amaru a Gamarra. Cuzco y la formación del Perú republicano, 1780-1840, Cuzco, Centro Bartolomé de Las Casas, 2004; y SARAH CHAMBERS, De súbditos a ciudadanos: honor, género y política en Arequipa (1780-1854), Lima, Red para el desarrollo de las Ciencias Sociales en el Perú, 2003. 82 SARA MATA DE LÓPEZ, Los gauchos de Güemes. Guerras de independencia y conflicto social, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2008; “La guerra de independencia en Salta y la emergencia de nuevas relaciones de poder”, Andes, Salta, nº 13, 2002; y “Conflicto social, militarización y poder en Salta durante el gobierno de Martín Miguel de Güemes”, FABIÁN HERRERO (comp.), Revolución. Política e ideas en el Río de la Plata durante la década de 1810, Buenos Aires, Ediciones Cooperativas, 2004, pp. 125-147. 79

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llegando, incluso, los miembros de la “gente decente”, a temer un desborde popular serio.83 Estas investigaciones de la historia política regional en Argentina con énfasis en los sectores populares no pueden soslayar los textos de Gabriel Di Meglio y Marcela Ternavasio para el caso especifico de Buenos Aires. Gabriel Di Meglio ha demostrado como a partir de las invasiones inglesas y el descalabro político de la metrópoli de 1808, se produce en Buenos Aires la militarización y la politización de la plebe urbana.84 Entonces, la agitada vida política que inaugura la revolución de Mayo no involucró únicamente a los jefes militares de la época. Por el contrario, en la revolución se asiste a una inédita y activa participación de los sectores subalternos en los acontecimientos y en la vida política de la ciudad. Esa praxis política de la plebe en la coyuntura de la revolución delineó de manera significativa la trayectoria de Buenos Aires a lo largo de la primera mitad de siglo XIX. Lo interesante de la investigación de Di Meglio es que utilizó una cantidad importante de periódicos, folletos e impresos políticos, que circularon y se leyeron en las tertulias, calles, mercados, plazas, pulperías y todo espacio público en los momentos de la revolución. Por su parte, Marcela Ternavasio ha indagado los diversos poderes en disputa en el Río de la Plata entre la revolución de Mayo y la declaración de la independencia. El gran problema de esos años tumultuosos era gobernar la revolución, es decir, establecer los límites en el ejercicio del poder y afirmar la forma de gobierno. Ese período estuvo plagado de intensos debates políticos y luchas por el poder que mostraban las diversas alternativas que la revolución había creado; la

GUSTAVO PAZ, “Cariblancos y 'castas': gauchos, indígenas y campesinos en las guerras de independencia y civiles argentinas del siglo XIX”, Conferencia en el Seminario General del IDAES, Buenos Aires, lunes 18 de mayo del 2009; y del mismo autor “La hora del Cabildo: Jujuy y su defensa de los derechos del pueblo en 1811”, FABIÁN HERRERO (comp.), Revolución. Política e ideas en el Río de la Plata…, pp. 149-165. 84 GABRIEL DI MEGLIO, ¡Viva el bajo pueblo!: La plebe urbana de Buenos Aires y la política entre la revolución de Mayo y el rosismo (1810-1829), Buenos Aires, Prometeo Libros, 2007; y del mismo autor “"Os habéis hecho temibles". La milicia de la ciudad de Buenos Aires y la política entre las invasiones inglesas y el fin del proceso revolucionario, 1806-1820”, Tiempos de América, España, nº 13, 2006, pp. 151-166. 83

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autonomía, la independencia e incluso la sumisión a la metrópoli cuando la revolución parecía derrotada. 85 Esos discursos y luchas políticas enfrentadas han sido analizados también por Genevieve Verdo. Ella desarrolla cómo en el complejo proceso de la revolución se utilizó de diversas formas la representación política para asegurar la legitimidad del poder. Por una parte, los revolucionarios asentados en Buenos Aires asumen la representación de los pueblos pero terminan desfigurando el sentido primigenio de esa representación. Ante esto, los mismos pueblos usan la representación para promover su propio proyecto político. 86 Así, pueblo, revolución y representación política como ejes de investigación ha permitido que, recientemente, Raúl O. Fradkin y una gama selecta de historiadores de la independencia argentina editara un conjunto de trabajos con el sugerente título de ¿Y el pueblo dónde está? Contribuciones para una historia popular de la revolución de independencia en el Río de la Plata. 87 Todas estas tendencias en el análisis del período de independencia en Perú y Argentina establecen como característica central los vaivenes de las luchas por el poder político desde las esferas de poder y desde los sectores populares. Incluso, se observa los antagonismos regionales presentes al interior de las sociedades en proceso y dentro de los mismos grupos que disputan el predominio político durante la independencia. El conocimiento de estos argumentos resulta de suma importante para nuestra investigación. Porque permiten advertir el trasfondo historiográfico en que inscribe el estudio de la prensa y los espacios públicos de sociabilización en el proceso independentista. En el Perú, el análisis de la prensa como objeto de estudio, ha sido una preocupación reciente en la historiografía. A ello ayudó indudablemente los trabajos de Francois-Xavier Guerra. Uno de los MARCELA TERNAVASIO, Gobernar la revolución: Poderes en disputa en el Río de la Plata, 1810-1816, Buenos Aires, Siglo XXI Editores Argentina, 2007; y, de la misma autora, La revolución del voto: Política y elecciones en Buenos Aires, 18101852, Buenos Aires, Siglo XXI Editores Argentina, 2002. 86 GENEVIEVE VERDO, “El precio del poder: Formas y usos políticos de la representación en la independencia argentina (1810-1821)”, Revista de Indias, Madrid, vol. LXII, nº 225, mayo-agosto, 2002, pp. 385-408; y “Los diputados revolucionarios entre pueblos y nación: El ejemplo rioplatense, 1810-1821”, Tiempos de América, España, nº 10, 2003, pp. 89-98. 87 En este estudio publicado por Prometeo Libros (2008), encontramos las investigaciones del mismo Raúl O. Fradkin, de Gabriel Di Meglio, Beatriz Bragoni, Ana Frega, Sara Mata de López, Gustavo Paz y Silvia Ratto.

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primeros estudios fue el que Joelle Chassin publicó en una compilación hecha precisamente por Guerra. Chassin a partir del análisis de la prensa contestataria de Lima en la coyuntura de la crisis hispánica indicó el impacto que esta pudo tener en la opinión pública de las elites de poder, el pueblo y en las mismas autoridades coloniales. 88 Resulta interesante esta investigación porque el autor vincula el centro de poder virreinal peruano con las acciones revolucionarias del Río de la Plata. Esto lo realiza a partir del examen del Diario Secreto de Lima, manuscrito que circuló en tanto en el Perú y en la ciudad porteña al publicarse en la Gaceta de Buenos Aires en 1811. Esta constatación ha llevado a sugerir los vínculos entre los rebeldes soterrados de Lima y los revolucionarios porteños, al existir un discurso político claramente revolucionario en las páginas de esta prensa sediciosa. De allí, se entiende la fuerte represión del poder colonial hacia estos periódicos logrando en el corto plazo su total censura y eliminación. Al respecto, Víctor Peralta Ruiz ha precisado que esta censura oficial a la prensa tuvo variantes en el interregno constitucional. El poder censurador del régimen exterminó a los periódicos críticos, no oficiales, antidespóticos y de clara tendencia contestataria. En cambio, permitió la subsistencia de los impresos de retórica fidelista, oficialista y en connivencia con el gobierno colonial.89 Por otro lado, Víctor Peralta ha cuestionado la tesis de Francois-Xavier Guerra que señalaba que en América la opinión pública de corte moderno generado por los debates políticos en la prensa y los espacios públicos, al menos, para la etapa de 1808-1810, y en menor medida en la coyuntura de las Cortes de Cádiz, no tuvo una presencia dinámica. Esta crítica lo fundamenta Peralta cuando prueba documentalmente los debates suscitados por la prensa, que permiten advertir el tránsito de una polémica de contenido privado a una de interés público, incluso, desde 1791 hasta 1821.90 Luis Miguel Glave ha demostrado últimamente está dinámica de circulación y debate político

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JOELLE CHASSIN, “Lima, sus elites y la opinión… VÍCTOR PERALTA RUIZ, En defensa de la autoridad. Política y cultura bajo el gobierno del virrey Abascal. Perú, 1806-1816, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas-Instituto de Historia, 2002. 90 Los ejemplos tratan de la confrontación: “entre el Mercurio Peruano y el Semanario Crítico en 1791, de la contienda verbal entre El Argos Constitucional y el Anti-Argos en 1813, y por último el enfrentamiento entre El Triunfo de la Nación y El Pacificador del Perú en 1821.” Véase en VÍCTOR PERALTA RUIZ, “Prensa y redes de comunicación en el Virreinato del Perú, 1790-1821”, Tiempos de América, España, nº 12, 2005, pp. 113-131. 88 89

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generado por la prensa en la coyuntura de las Cortes de Cádiz en el espacio regional peruano. Para el autor la difusión y lectura de periódicos, sermones, gacetas, el intercambio de correspondencia, las proclamas, pasquines, panfletos y manuscritos, influyeron en los movimientos rebeldes de Huánuco y Cuzco de 1812 y 1814-15, respectivamente. El estado general de ebullición de ideas y discusión política a través de la prensa y los pasquines en espacios públicos compartidos más libremente por distintos estamentos sociales había ocasionado “una vehemente seducción” en la población del interior del virreinato por los sucesos tumultuosos de esos años. Entonces, la prensa y los impresos políticos que circularon en esa etapa fueron, en cierta manera, determinantes del proceso y el conflicto político de las rebeliones sociales.91 En ese sentido, Claudia Rosas Lauro ha destacado como en la prensa limeña y cuzqueña de carácter político y partidista la elite política criolla durante la independencia y los inicios de la República, “reinterpretó la memoria del glorioso pasado inca en función del presente” con la intención de construir el Estado-nación y la “legitimación de posturas independentistas.” Pero, paradójicamente, olvidó a los indígenas del presente. 92 En este punto, Rosas concuerda con Víctor Peralta y Luis Miguel Glave en el carácter político de la prensa y en el desenlace de peligrosidad revolucionaria que significaba en manos de los clases populares el recurso a la lectura y el debate público de los impresos políticos. Incluso, es sugerente aunque debatible, la tesis de Gustavo Montoya de la existencia de un tipo de prensa que él denomina popular y en donde se publicaron opiniones de carácter político redactado bajo un lenguaje religioso.93 Este argumento lleva a preguntarse por las redes y soportes de difusión de la prensa y la formación de una cultura LUIS MIGUEL GLAVE, “Cultura política, participación indígena y redes de comunicación en la crisis colonial. El virreinato peruano, 1809-1814”, Historia Mexicana, México, nº 229, 2008, pp. 369-426; y “Del pliego al periódico. Prensa, espacios públicos y construcción nacional en Iberoamérica”, Debate y Perspectivas, España, nº 3, 2003. 92 CLAUDIA ROSAS LAURO, “La reinvención de la memoria. Los Incas en los periódicos de Lima y Cusco de la colonia a la república”, LUIS MILLONES (editor), Ensayos de Historia Andina, Lima, Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM, 2005, pp. 119-152. 93 GUSTAVO MONTOYA, “Prensa popular y cultura política durante la iniciación de la república. Monárquicos, republicanos, heterodoxos y católicos”, Uku Pacha, Lima, nº 10, 2006, pp. 71-88. 91

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política popular en la independencia, que por cierto, el autor solamente lo enuncia sin probarlo documentalmente. Así, en nuestra opinión, la referencia de la situación del pueblo en el discurso periodístico no prueba realmente que esa sea su condición social de existencia ni mucho menos represente sus intereses políticos. Por ello, en vez de llamarle prensa popular sería conveniente atribuirle el carácter de prensa social. Estas directrices en el estudio de la prensa peruana en la independencia tienen sus matices con las investigaciones de la historiografía Argentina. En esta última sobresalen los textos de Jorge Myers, Klaus Gallo, Alejandra Pasino y Fabián Herrero. Por su parte, Elías Palti ha ensayado reflexiones teóricas y metodológicas referentes al estudio de la nación, la opinión pública, el discurso político y los espacios de sociabilidad.94 De todos estos autores, Jorge Myers y Klaus Gallo comparten su atracción por el estudio de la denominada “feliz experiencia” impulsada por el ministerio de Bernardino Rivadavia. Myers ha estudiado detenidamente a la prensa del período, especialmente al Argos de Buenos Aires, para comprender el discurso ilustrado y el rol de la prensa en la construcción de nuevas formas de sociabilidad. Así, es como las reformas rivadavianas dieron énfasis en el “gobierno de las luces” y el poder de la “opinión pública”, para la consolidación de un orden político legítimo. 95 En ese sentido, Klaus ELÍAS PALTI, El tiempo de la política. El siglo XIX reconsiderado, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2007; y La nación como problema: Los historiadores y la cuestión nacional. México: FCE, 2003. Recientemente, Elías Palti a expuesto su investigación “La Abeja Republicana: Emancipación y democracia en el Perú”, en el Congreso Internacional Independencia y democracia en el Perú, desarrollado del 12 al 14 de agosto del 2009 en Lima por el IRA y la PUCP. 95 JORGE MYERS, “Identidades porteñas. El discurso ilustrado en torno a la nación y el rol de la prensa: El Argos de Buenos Aires, 1821-1825”, PAULA ALONSO (comp.), Construcciones impresas. Panfletos, diarios y revistas en la formación de los estados nacionales en América Latina, 1820-1920, Buenos Aires, FCE, 2004, pp. 39-63; “Una revolución en las costumbres: las nuevas formas de sociabilidad de la elite porteña, 1800-1860”, FERNANDO DEVOTO y MARTA MADERO (directores), Historia de la vida privada en la Argentina. De la colonia a 1870, Buenos Aires, Taurus, 1999, t. 1, pp. 110-145; “La cultura literaria del período rivadaviano: Saber ilustrado y discurso republicano”, FERNANDO ALIATA y MARÍA LÍA MUNILLA LACASA (compiladores.), Carlo Zucchi y el neoclasicismo en el Río de la Plata, Buenos Aires, Instituto de Cultura Italiana de Buenos Aires y Eudeba, 1998, pp. 31-48; y “Las paradojas de la opinión. El discurso político rivadaviano y sus dos polos: el “gobierno de las luces” y “la 94

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Gallo ha mostrado que en estos años se va a manifestar una activa participación del gobierno por el control de los espacios públicos especialmente del teatro y los espectáculos populares aunado a una intensa circulación de la prensa como principal medio de difusión de la política rivadaviana y su discurso ilustrado.96 En esta temática, Juan Carlos Garavaglia ha desarrollado un estudio serio y documentado sobre la fiesta como un espacio de escenificación política que permite advertir la difusión de nuevas ideas y las transformaciones de los espacios públicos y las prácticas políticas tanto de los grupos de poder como de las clases populares.97 Por su parte, Alejandra Pasino y Fabián Herrero han indagado el discurso y las ideas políticas durante la década de la revolución. Pasino ha mostrado como en la prensa rioplatense se reprodujo diversos artículos del periódico El Español de José María Blanco-White, editado en Londres y reproducido tanto en España como en América, con el objetivo de usarlos políticamente para legitimar el propio accionar político de los revolucionarios de Mayo.98 Herrero en cambio ha afirmado el carácter de ruptura del modelo monárquico español, la incidencia popular de los sucesos de Mayo de 1810 y la tendencia de los actores sociales por concebir y crear diversas formas de variantes políticas que al final llegaron a plasmar otra vez la idea de la centralización del poder. Lo interesante de la propuesta de Herrero es la división que realiza de los “movimientos del pueblo”: Entre 1810-1815, las irrupciones políticas pueden ser consideradas revoluciones pues lograron ser exitosas derrocando al poder de turno, en cambio, las

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acciones desarrolladas entre 1816 a 1820, fueron generalmente movimientos frustrados. Sin embargo, de este último ciclo de levantamientos fracasados, sugiere el autor, es posible percibir mejor las reflexiones que se generaron sobre la problemática de la participación popular y el poder político de aquellos tiempos turbulentos.99 Más inmersos en el análisis de la prensa y la opinión pública, Valentina Ayrolo, Eugenia Molina y Verbena Córdula Almeida, vienen ofreciendo estudios sugerentes de la década revolucionaria. Mientras Ayrolo indaga el impacto de la prensa cordobesa en la primera parte del siglo XIX100, Molina ha enfocado su análisis en el poder de la opinión pública y las disputas por el poder en el Río de la Plata 101 y Córdula Almeida ha reflexionado en la prensa porteña la propaganda contra el dominio español y la diseminación de ideas por la independencia que estas difundieron destacando su forma singular de construir una opinión favorable a la causa revolucionaria. 102 En estos últimos años viene desarrollándose una extensa historiografía preocupada en indagar la historia del lenguaje y los conceptos políticos, específicamente, la comprensión profunda del nuevo vocabulario político que se desarrolló en los procesos de independencia en Iberoamérica. En un número monográfico de la Revista española Araucaria titulada El léxico de la política: El laboratorio conceptual iberoamericano, 1750-1850, se mostraron los primeros avances de investigación de un proyecto mayor para elaborar un Diccionario histórico del lenguaje político y social en Iberoamérica. 103 Al respecto, es FABIÁN HERRERO, “¿La revolución dentro de la revolución? Algunas respuestas ideológicas de la elite política de Buenos Aires”, FABIÁN HERRERO (comp.), Revolución. Política e ideas en el Río de la Plata…, pp. 101-124. 100 VALENTINA AYROLO, “Noticias sobre la opinión y la prensa periódica en la provincia autónoma de Córdoba: 1820-1852”, Quinto Sol, La Pampa, nº 9-10, 2005-2006, pp. 13-46. 101 EUGENIA MOLINA, El poder de la opinión pública. Trayectos y avatares de una nueva cultura política en el Río de la Plata, 1800-1852, Santa Fe, Universidad Nacional del Litoral, 2009; y, de la misma autora, “Opinión pública y revolución: El imaginario de una nueva autoridad (1810-1820)”, Revista de historia del derecho, Buenos Aires, nº 31, 2003, pp. 271-324. 102 VERBENA CÓRDULA ALMEIDA, “El Grito del Sud y El Independiente: Propaganda contra el dominio español”, Hologramática, Buenos Aires, nº 10, vol. 2, 2009, pp. 81-107. 103 JAVIER FERNÁNDEZ SEBASTIÁN y NOEMÍ GOLDMAN (editores), El léxico de la política: El laboratorio conceptual iberoamericano, 1750-1850, Araucaria, Sevilla, nº 17, 2007. Para un estudio amplio véase: JAVIER FERNÁNDEZ 99

opinión pública, reina del mundo”, HILDA SÁBATO y ALBERTO LETTIERI (compiladores), La vida política en la Argentina del siglo XIX. Armas, votos y voces, Buenos Aires, FCE, 2003, pp. 75-95. 96 KLAUS GALLO, “En búsqueda de la ¨república ilustrada.¨ La introducción del utilitarismo la idéologie en el Río de la Plata a fines de la primera década revolucionaria”, FABIÁN HERRERO (comp.), Revolución. Política e ideas en el Río de la Plata…, pp. 85-100; y “Un escenario para la “feliz experiencia”. Teatro, política y vida pública en Buenos Aires. 1820-1827”, GABRIELA BATTICUORE, KLAUS GALLO y JORGE MYERS (compiladores), Resonancias románticas. Ensayos sobre historia de la cultura argentina (1820-1890), Buenos Aires, Eudeba, 2005, pp. 121-133. 97 JUAN CARLOS GARAVAGLIA, Construir el estado, inventar la nación. El Río de la Plata, siglos XVIII-XIX, Buenos Aires, Prometeo Libros, 2007. 98 ALEJANDRA PASINO, “El Español de José María Blanco-White en la prensa porteña (1810-1814)”, FABIÁN HERRERO (comp.), Revolución. Política e ideas en el Río de la Plata…, pp. 55-84.

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en Argentina en donde se está llevando a cabo los estudios más acuciosos. Por ejemplo, ha sido fundamental el libro dirigido por Noemí Goldman y un selecto grupo de historiadores titulado Lenguaje y revolución: Conceptos políticos clave en el Río de la Plata, 1780-1850, porque nos permite observar los significados de conceptos como soberanía, ciudadano-vecino, Constitución, derechos, liberalliberalismo, nación, opinión pública, patria, pueblo-pueblos, república, revolución y unidad-federación, relacionados a su propio contexto y sin anacronismos e intereses errados que muchas veces los historiadores los hemos atribuido pensando más en nuestra realidad contemporánea que la realidad histórica materia de nuestro análisis. 104 Lo interesante de estos trabajos y que se relaciona a nuestros intereses de investigación está circunscrito a la utilización de periódicos, sermones, correspondencia, debates parlamentarios y una cantidad asombrosa de impresos que hacen palpable la realidad del discurso y las ideas políticas desarrolladas en su respectivo contexto social. Se percibe así que estos conceptos han sufrido cambios y han adquirido diversos significados de acuerdo a los espacios en donde circulan, los grupos que lo utilizan y los intereses que están llamamos a defender o representar en aquellos años de turbulencias sociales. Noemí Goldman ha indagado sobre los términos soberanía y Constitución, sobre el primero, lo ha denominado como un verdadero concepto bisagra del período, porque aparece asociado o en tensión con el resto de vocablos, en cuanto al segundo concepto, es evidente su importancia a pesar de su carácter incierto asociado precisamente a la “indefinición del sistema político” y las disputas por la “determinación del sujeto de imputación del poder constituyente.”105 Por su parte, Fabio Wasserman ha mostrado inteligentemente bien los significados y los usos políticos de conceptos como liberalismo, nación y revolución. De este último vocablo, Wasserman ha precisado que en el área rioplatense se comenzó a usar a partir de acontecimientos como la revolución francesa y el inicio de la

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revolución de Mayo, que puso el concepto en el léxico de la mayor parte de los grupos sociales. Así, el término revolución adquirió amplitud conceptual y sirvió no solamente para describir o indicar, sino, también, para “explicar cambios políticos o sociales”, sumados a los de “índole moral, científica o intelectual.”106 Precisamente, en un estudio más amplio, Wasserman ha revelado las características y las representaciones del debate político rioplatense generado por la revolución de Mayo a lo largo del siglo XIX. 107 Por otro lado, Vicente Oieni y Roland Anrup desde el número monográfico de la revista Anales de la Universidad de Goteborg dedicado al tema de la Ciudadanía y nación, han venido reflexionando estos conceptos desde el ámbito hispanoamericano. Han prestado atención al concepto de ciudadanía relacionada al de nación en las independencias de Nueva Granada, Río de la Plata y Chile.108 Igualmente, Vicente Oieni hace algunos años ha desarrollado la forma como se produjo la introducción del concepto de ciudadano en el Río de la Plata en pleno proceso de independencia, subrayando que dicho término estuvo relacionado al de patriotismo, como vocablo de combate y fundamento legitimizador del nuevo orden político basado en la razón.109 Finalmente, y volviendo otra vez al espacio iberoamericano, las últimas investigaciones de José Carlos Chiaramonte han puesto en el debate historiográfico los estudios referente a la emergencia de la nación. En sus reflexiones, Chiaramonte ha permitido observar los diversos usos del concepto de nación en los siglos XVIII y XIX, en el mundo europeo y americano. Específicamente, ha prestado atención a la realidad argentina para captar y comprender el lenguaje político y la identidad rioplatense en el proceso de su independencia.110

NOEMÍ GOLDMAN (editora), Lenguaje y revolución…, p. 159. FABIO WASSERMAN, “¿Pasado o presente? La revolución de Mayo en el debate político rioplatense”, FABIÁN HERRERO (comp.), Revolución. Política e ideas en el Río de la Plata…, pp. 29-53. 108 VICENTE OIENI y ROLAND ANRUP, “Ciudadanía y nación en el proceso de emancipación”, Anales, Universidad de Goteborg, nº 2, 1999, pp.13-44. 109 VICENTE OIENI, “Imaginar al ciudadano. Introducción del concepto de ciudadano en el proceso de emancipación en Río de la Plata”, e-l@tina. Buenos Aires, nº 2, 2003, pp. 3-11. 110 JOSÉ CARLOS CHIARAMONTE, Nación y Estado en Iberoamérica. El lenguaje político en tiempos de las independencias, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2004. 106 107

SEBASTIÁN, Diccionario político y social del mundo iberoamericano. Conceptos políticos en la era de las revoluciones, 1750-1850, Madrid, Fundación Carolina, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2009. 104 Véase NOEMÍ GOLDMAN (editora), Lenguaje y revolución: Conceptos políticos clave en el Río de la Plata, 1780-1850, Buenos Aires, Prometeo Libros, 2008. En este libro han participado la misma Noemí Goldman, Orestes Carlos Cansanello, Fabio Wasserman, Nora Souto, Alejandra Pasino y Gabriel Di Meglio. 105 NOEMÍ GOLDMAN (editora), Lenguaje y revolución…, p. 35.

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Si bien en Argentina los estudios de la historia del lenguaje y los conceptos políticos han calado plasmándose en investigaciones de suma importancia, la situación peruana no ha sido la más prometedora, pues apenas contamos con los trabajos de Francisco Núñez y Carmen Mc Evoy. De estos dos historiadores, destaca el estudio realizado por Núñez sobre la trayectoria que tuvo el concepto vecino/ciudadano en el Perú entre 1750 y 1850.111 Insiste el autor en analizar dichos conceptos en su propio contexto histórico y a partir de los intereses sociales y políticos que tuvieron los grupos que lo utilizaron, para comprender los diversos significados que adquirió en ese proceso. Estos conceptos tuvieron como punto de inflexión la coyuntura de las Cortes de Cádiz y los años del desenlace de la independencia. El término ciudadano como aquel vecino de la ciudad va alejándose de lo local para adquirir la acepción de “ciudadano de la nación.” Incluso, la palabra vecino se transforma en esos años en un término negativo para aquellos que deseaban la independencia. Así, el concepto ciudadano será el más empleado en el discurso político haciendo referencia a lo nacional, a la defensa de la patria incluso con las armas, porque ser militar en ese período era sinónimo de ciudadano virtuoso y de ascenso social. Por su parte, Mc Evoy ha realizado un detenido estudio de la prensa republicana y el cambio social en los tiempos de la independencia. 112 Tres han sido sus focos de atención, entre 1791 y 1822, en donde las palabras reemplazaron a las balas y el acontecer político fue expresado en el espacio de discusión ideológica creado por la prensa. Así, Mc Evoy sustenta que desde la creación del Mercurio Peruano pasando por el Peruano y la propuesta republicana de la Abeja, se mantiene una esfera pública que, en un primer momento, la denomina “república de las letras”, y que se transforma en los años de la experiencia gaditana en la de los “ciudadanos lectores”, para terminar convertida en un espacio político en donde se expresó el debate entre la propuesta republicana y monárquica de gobierno. En esa esfera pública se hizo evidente que la intelectualidad limeña algunas veces asociada al régimen y otras en abierta oposición expresara los gérmenes del republicanismo y el lenguaje político en conceptos como república, ciudadanía, patria, FRANCISCO NÚÑEZ, “El concepto de vecino/ciudadano en Perú (17501850)”, Araucaria, Sevilla, nº 17, 2007, pp. 235-253. 112 CARMEN MC. EVOY, “Seríamos excelentes vasallos, y nunca ciudadanos: Prensa republicana y cambio social en Lima (1791-1822)”, MARGARITA GUERRA (ed.), Sobre el Perú. Homenaje a José A. de la Puente Candamo, Lima, PUCP, 2002, t. II, pp. 825-862. 111

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nación, orden, virtud y lo que se ha venido en llamar ilustración cristiana. Entonces, existe una vinculación estrecha entre ese ciudadano nacional y virtuoso que propone Núñez y el lenguaje político del republicanismo de la inteligencia peruana que sustenta Mc Evoy, asociado a los cambios sociales adherentes al proceso de independencia. Finalmente, otro aspecto que la historiografía de la independencia no ha pasado desapercibida son las reflexiones que la moderna historia religiosa y política ha prestado a la relación del trono con el altar y de la iglesia con el Estado. En Argentina, tenemos los estudios de Roberto Di Stefano, Nancy Calvo, Miranda Lida y Thomas Duve. Para Di Stefano la participación del clero en la revolución no era solamente el resultado de un fervor patriota de estos religiosos, sino, principalmente, la consecuencia de un proceso de agravios, resentimientos, conflictos y pérdida de posicionamiento social y espiritual en la relación que estos grupos mantuvieron con el Estado colonial. 113 De ahí que resulte evidente que la vinculación de la esfera religiosa y política fue una realidad adherente a la sociedad colonial hispanoamericana. Estas mismas relaciones pueden explicar las rencillas que existieron entre las autoridades eclesiásticas y el clero no solamente desde la revolución de Mayo, pues, la necesidad de legitimación que el nuevo orden instaurado requería conllevó a situaciones conflictivas propias de un proceso de politización revolucionaria. En ese sentido, es importante como Di Stefano ha podido mostrar las lecturas políticas de la Biblia que los religiosos porteños realizaron de los sucesos de la revolución, buscando justificar el nuevo orden instaurado por esos acontecimientos radicales de 1810. Lo interesante de este análisis es que Di Stefano lo realiza a partir de la exploración sistemática de los sermones y la prensa porteña de esos años, además de brindarnos propuestas metodológicas interesantes para comprender el manejo de este tipo de fuentes históricas.

ROBERTO DI STEFANO, “Lecturas políticas de la Biblia en la revolución rioplatense (1810-1835)”, Anuario de Historia de la Iglesia, Navarra, nº XII, 2003, pp. 201-224; del mismo autor “La revolución de las almas: Religión y política en el Río de la Plata insurrecto (1806-1830)”, NANCY CALVO, ROBERTO DI STEFANO y KLAUS GALLO (coordinadores), Los curas de la revolución. Vida de eclesiásticos en los orígenes de la nación, Buenos Aires, Editorial Emecé, 2002, pp. 13-27; y El púlpito y la plaza: Clero, sociedad y política de la monarquía católica a la república rosista, Buenos Aires, Siglo XXI Editores Argentina, 2004. 113

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Precisamente, Nancy Calvo ha realizado un estudio atrayente de la prensa política argentina que desarrolla los intensos debates generados por la reforma religiosa rivadaviana de 1822-23. 114 Después de explicar la autora el surgimiento y el proceso por el cual la prensa porteña se convierte en una tribuna de lucha política en donde se percibe diversas voces en pugna, se dedica a explorar cómo en esos periódicos se unían el interés cultural y pedagógico al político y religioso. La prensa argentina tuvo un amplio espacio de circulación a través de sociedades literarias, discusiones en el teatro, los cafés, las tertulias y academias e incluso en ámbitos públicos menos convencionales para la cultura letrada, pero de gran importancia en la plebe urbana como la calle, la plaza, el mercado y las pulperías. En todos estos espacios de sociabilidad se advierte un intento orgánico por parte del reformismo rivadaviano para crear y sostener una opinión favorable a su programa de reforma eclesiástica y otras de índole política. Así, es como Nancy Calvo se acerca a los postulados desarrollados por Jorge Myers y Klaus Gallo sobre la prensa, las redes y espacios de circulación y el inminente manejo y contenido político de éstos durante la “feliz experiencia.” Miranda Lida por su parte ha intentado ver en esos años una innegable fragmentación política asociada también a una inminente fragmentación religiosa.115 En los tiempos de la independencia esas fragmentaciones ocasionaron serias dificultades en dos vertientes: por un lado, y luego de la revolución, las diócesis rioplatenses se vieron huérfanas con respecto a la jurisdicción de la Metrópoli y sin comunicación con la santa sede y, por otro lado, las diversas ciudades insertas en el proceso revolucionario adquirieron claros intereses de autonomía por recomponer las estructuras diocesanas y arrogarse el derecho del patronato. Así, es comprensible que en esos procesos gobernar la religión y al clero fuera una tarea tan difícil como la de gobernar a los pueblos. Y más aún si existían los problemas de la NANCY CALVO, “Voces en pugna. Prensa política y religión en los orígenes de la república argentina”, Hispania Sacra, Madrid, vol. LX, nº 122, julio-diciembre, 2008, pp. 575-596; también de la autora junto a RODOLFO PASTORE, “De viajeros y periodismo ilustrado. Los aportes del naturalista Tadeo Haenke en el Telégrafo Mercantil del Río de la Plata (1801-1802)”, Dieciocho, 28, 2, 2005; e “Ilustración y economía en el primer periódico impreso del Virreinato del Río de la Plata: el Telégrafo Mercantil (1801-1802)”, Bulletin Hispanique, Bordeaux, t. 107, nº 2, 2005, pp. 433-462. 115 MIRANDA LIDA, “Fragmentación política y fragmentación eclesiástica. La revolución de independencia y las iglesias rioplatenses (1810-1830)”, Revista de Indias, Madrid, vol. LXIV, nº 231, 2004, pp. 383-404.

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representación política y el establecimiento de la unidad religiosa. En esas mismas reflexiones, Thomas Duve ha mostrado como en la década revolucionaria “las prácticas religiosas seguían acompañando a todas las acciones políticas”, más aún, los revolucionarios eran como “una comunidad humana que se pensaba a sí misma desde lo religioso.”116 Pero, estas relaciones entre la esfera política y religiosa, en frases de Di Stefano y Duve, permitió a las nuevas autoridades controlar el ejercicio del Patronato y ganar cierta autonomía con respecto a España atribuyéndose la “defensa de la doctrina.” Para esta defensa se percibe como el nuevo orden junto a las autoridades religiosas buscaron controlar en las publicaciones periodísticas toda referencia negativa e insidiosa sobre los asuntos de la religión. Así, en todos esos años se puede observar la consideración a la “religión católica como la religión del Estado.” Incluso, la reforma religiosa emprendida por la administración de Bernardino Rivadavia no buscó el debilitamiento de la iglesia, sino el fortalecimiento del clero secular y al mismo tiempo su propio control por la gran influencia que estos tenían en la opinión pública desde los púlpitos. Entonces, era notoria la realidad que revelaba que “la cuestión religiosa se había amalgamado con el problema fundamental del orden constitucional unitario o federal”, dando muestra al mismo tiempo de una intrincada relación entre Estado, política, religión y sociedad. Estas preocupaciones de la historiografía argentina por el análisis político vinculado al ámbito religioso, para el caso peruano, son exiguos casi endebles. Sin embargo, hemos podido advertir algunos estudios que merecerían ser profundizados. Al respecto, Démelas ha ensayado algunas ideas sobre la guerra religiosa como modelo para explicar las acciones políticas y militares de los insurgentes cristianos en Quito, Cuzco y el Alto Perú. 117 Francisco Quiroz ha insistido en estudiar la religiosidad popular en la praxis del clero rebelde 118, mientras que el americanista John Lynch ha sugerido una sistematización y clasificación

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THOMAS DUVE, “La cuestión religiosa en los proyectos constitucionales argentinos (1810-1829)”, Anuario de Historia de la Iglesia, Navarra, nº XVII, 2008, pp. 219-231. 117 MARIE-DANIELLE DÉMELAS, “Insurrecciones andinas (1809-1825): La guerra religiosa como modelo”, ROSANA BARRAGÁN, DORA CAJÍAS y SEEMIN QAYUN (comp.), El Siglo XIX. Bolivia y América Latina, Bolivia, IFEA, 1997, pp. 79-95. 118 FRANCISCO QUIROZ, “Religiosidad popular e independencia en el Perú”, Historia 8, Arequipa, nº 8, 2006, pp. 89-108. 116

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de los fundamentos teóricos para entender la religión popular en los procesos de independencia en Hispanoamérica. 119 Nuestros propios estudios del fenómeno religioso en la coyuntura de las Cortes de Cádiz han incidido en advertir la presencia tradicionalista del fundamento religioso en la prensa y los sermones en esos años de la crisis colonial. 120 Esta última idea se encuentra relacionada a las investigaciones que para el Río de la Plata vienen desarrollando Roberto Di Stefano y Nancy Calvo. Sin embargo, en el Perú aún hace falta indagaciones sistemáticas que den cuenta de la relación entre la religión y la política en el proceso de independencia, porque los estudios que existen a pesar de ofrecer argumentos sugerentes han dejado el campo abierto y muchas interrogantes pendientes que esperan a su historiador. 121

JOHN LYNCH, América Latina, entre colonia y nación, Barcelona, Crítica, 2001. DANIEL MORÁN, “El fenómeno religioso y la ideología providencialista en la prensa y los sermones de Lima durante las Cortes de Cádiz”, Uku Pacha, Lima, nº 12, 2008; y del mismo autor junto a MARÍA ISABEL AGUIRRE, “Un periódico amante de la religión y la patria: El Clamor de la Verdad en la coyuntura de la independencia. Lima, 1814 (Estudio y anexo documental)”, Illapa, Lima, nº 4, 2009, pp. 33-57. 121 Entre algunas de estas investigaciones véanse, por ejemplo, el clásico texto de RUBÉN VARGAS UGARTE, El episcopado en los tiempos de la emancipación sudamericana, Buenos Aires, Ediciones Huarpes, 1945; JEFFREY L. KLAIBER, La Iglesia en el Perú: Su historia social desde la independencia, Lima, PUCP, 1996; del mismo autor Independencia, iglesia y clases populares, Lima, Universidad del Pacífico, 1980; PILAR GARCÍA JORDÁN, “Notas sobre la participación del clero en la independencia del Perú. Aporte documental”, Boletín Americanista, Barcelona, nº 32, 1982, pp. 139-147; de la misma autora “¿Poder eclesiástico frente al poder civil? Algunas reflexiones sobre la iglesia peruana ante la formación del Estado moderno (1808-1860)”, Boletín Americanista, Barcelona, nº 34, 1984, pp. 45-74; LUIS GÓMEZ ACUÑA, “Iglesia y emancipación: Claves interpretativas (1808-1825)”, FERNANDO ARMAS ASÍN (comp.), La construcción de la iglesia en los andes (siglos XVI-XX), Lima, PUCP, 1999, pp. 333387; y, en el mismo libro, el trabajo de MARGARITA GUERRA, “El clero ilustrado en el tránsito de la colonia a la república”, pp. 301-331. Últimamente, ERNESTO ROJAS INGUNZA ha indagado sobre estos temas en “A propósito de 1808: el clero arequipeño y el liberalismo español”, Anuario de Historia de la Iglesia, Navarra, nº XVII, 2008, pp. 149-161 y en su libro El báculo y la espada. El obispo Goyeneche y la Iglesia ante la “Iniciación de la República”, Perú, 1825-1841, Lima, PUCP-IRA-Fundación Manuel J. Bustamante De la Fuente, 2007. 119 120

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Epílogo En este balance historiográfico hemos advertido como la historia de la independencia en el Perú y la Argentina ha pasado a lo largo de su desarrollo por un proceso de variaciones relacionadas al contexto histórico y a los intereses y problemáticas más apremiantes de su época. Con el influjo de una “sociología de la independencia” hasta el análisis de los “grandes hombres en la historia” de corte positivista en el siglo XIX, la historiografía del siglo XX ha transcurrido en sus inicios entre una tendencia de valoración de los ideólogos y héroes nacionales como portavoces de la creación de la conciencia y la identidad nacional, pasando por una renovación crítica, de los años 60 y 70, que apuesta por una historia social y económica que encuentra en la vinculación de los factores internos y externos los elementos generadores de los procesos de la independencia, hasta llegar en las últimas dos décadas, a un renacimiento de la historiografía que muestra diversas tendencias y múltiples temáticas asociadas al análisis político, social y cultural de estos procesos. No obstante, en todos estos esfuerzos no se ha podido percibir un análisis comparativo de estas dos realidades y áreas sudamericanas, razón suficiente para emprender en próximas investigaciones aquel trabajo y a partir de una fuente fundamental de reflexión como la prensa, los sermones y los impresos políticos generados en aquellos turbulentos tiempos de crisis y transformaciones sociales.

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La migración internacional de los capitales: La inflexión. HERACLIO BONILLA Universidad Nacional de Colombia [email protected] Otro de los cambios generados como consecuencia de la independencia de España fue la inflexión producida en el comportamiento del capital internacional. En efecto, hasta fines de la época colonial el papel fundamental de las colonias que España tuvo en América fue la de alimentar el proceso de acumulación mundial de capitales exportando sus recursos en metales preciosos a Europa, a través de España. Este proceso cesó casi completamente con la independencia, para convertir más bien a la América Latina en una importadora neta de las mismas, con las consecuencias conocidas, en el corto y en el largo plazo, de endeudamiento, cesación de pagos, bancarrotas, es decir los problemas bien conocidos que caracterizan a las economías de la América Latina de ayer y de hoy. Una mutación tan dramática amerita un análisis riguroso, y esa tarea ha sido emprendida por Carlos Marichal (1988), a nivel del conjunto de la América Latina, y para el Perú, en una perspectiva de largo plazo, por Heraclio Bonilla (1977) y Carlos Palacios Moreyra (1983). Pero aquí se trata de un análisis mucho más puntual: la génesis, los mecanismos de la concesión de los dos primeros empréstitos al Perú (el de 1822 y el de 1825), y el impacto que tuvieron tanto en la configuración como en el derrotero seguido por el Perú hasta la gran crisis en la antesala misma de la guerra del Pacífico en 1879. No fue una paradoja menor que la “liberación” del Perú se financiara recurriendo a un mecanismo, el ahorro externo, que al mismo tiempo generara un nuevo tipo de subordinación que lo atara a las nuevas fuerzas del mercado internacional, muchas de las cuales escapaban al control del tambaleante “Estado” peruano. La información puntual que sustenta este razonamiento proviene del importante libro del académico y banquero inglés Frank Griffith Dawson The First Latin American Debt Crisis. The City of London and the 1822-25 Loan Bubble, publicado en 1990 por Yale University Press, es decir década y media después de mi libro mencionado en el apartado anterior. Y si bien el de Dawson trata del endeudamiento inicial del

conjunto de la América Latina, la información que proporciona sobre el caso específico del Perú permite un tratamiento más acotado y en una perspectiva que tal vez el autor no comparta por completo. La coyuntura inmediata de la independencia de la América Latina, como se sabe, estuvo estrechamente asociada a la acción de las armas de Napoleón Bonaparte. La invasión de su ejército a la península ibérica, Bayona, la destitución y la prisión de Fernando VII crearon las premisas del derrumbe, y cuya expresión primera fue la constitución de las Juntas de Gobierno en ambos lados del Atlántico. Pero las consecuencias de sus acciones no se limitaron al dominio militar y político sino que rediseñaron el nuevo escenario financiero. Como recuerda Dawson (1990: 14), su intervención en Holanda cancela la preeminencia que hasta ese momento tenía Ámsterdam y asegura su reemplazo por Londres, situación que se consolida al término de la guerra como consecuencia de la bancarrota de los países en conflicto. Si bien la banca inglesa se había establecido en 1604 como banco privado, asumió no obstante funciones semi-públicas como la emisión de la moneda, el descuento de papeles de otras instituciones y la concesión de fondos al gobierno, pero los préstamos no se incrementaron después de la revolución francesa porque Inglaterra apoyaba a sus aliados con pertrechos de guerra y otros bienes, y por lo tanto no hubo operaciones en las que el público pudiera participar. Esta situación cambió en 1817 porque Baring Brothers, en alianza con la casa bancaria Hope and Co. de Ámsterdam, a partir de la experiencia acumulada en la City de Londres, lanzó un préstamo para financiar las reparaciones que Francia debía pagar. Los aliados le habían impuesto una reparación de 700 millones de francos, pagable en cinco años, además de 150 millones adicionales para mantener al ejército de ocupación del Duque de Wellington. Dado que las arcas estaban vacías, no quedaba otra alternativa que recurrir a los empréstitos. El primero, en francos, fue emitido con un 58 % de descuento, al cual siguieron otros con un 5 % de interés anual. El total emitido fue el equivalente de 28 millones de libras esterlinas, percibiendo Baring un 5.5 % a título de comisión. Rothschild, el otro gran banquero europeo, siguió su ejemplo emitiendo un préstamo a Prusia por cinco millones de libras esterlinas, el primero en esa moneda, en bonos con un 5 % de interés y un precio de emisión de 78. Esta operación, seguida por otras a favor de Austria, Rusia y España, establecieron las coordenadas que luego serían seguidas por los países de la América Latina (Dawson, 1990: 15-21).

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Que Inglaterra se haya convertido en el “workshop” del mundo y en el ápice de sus finanzas fue el resultado no sólo de la destrucción de sus rivales sino también la consecuencia de la revolución industrial, del desempeño óptimo de su agricultura y de su comercio internacional, de tal modo que parte de su población contaba con los recursos necesarios para ser movilizados en la compra de títulos de la deuda externa requeridos por países reales o ficticios, como lo demuestra el escándalo de Poyais y su “representante” el inescrupuloso Mac.Gregor. Estos recursos se incrementaron en 1822 cuando Inglaterra decide consolidar su deuda nacional puesto que no requería de seguir endeudándose por razones de guerra. Hasta ese momento, según Dawson, los ahorros de los ingleses habían sido invertidos en consols que generaban un interés del 5 %, a cuyos tenedores se les ofreció la opción, en un plazo de doce días, de aceptar su reducción al 4 %, con lo cual se afectaba un stock de 214 millones de libras esterlinas, o de proceder a la redención del principal y de los intereses. Ante la expectativa de inversiones más rentables, muchos procedieron a cobrarlos, con lo cual recursos por 2, 800,000 libras esterlinas estaban ahora disponibles para nuevas colocaciones. Era el momento, por otra parte, en que las ilusiones sobre América Latina se encontraban en su punto más alto y que Bolívar se aprestaba a obtener sus victorias decisivas (Dawson, 1990: 20-21). La movilización de estos capitales hacia la compra de los títulos de la deuda externa de los países extranjeros implicaba la participación de varios actores: los agentes del gobierno interesado, el contratista encargado de la emisión, los merchant bankers encargados de la recepción de los recursos generados por la compra de los bonos, los jobbers, encargados de la manipulación de los precios de los títulos, y los bondholders, los tenedores de esos bonos como resultado de su compra. A diferencia de ahora, por lo tanto, en que los préstamos los realizan bancos o agencias internacionales de crédito, se trataba de numerosos y anónimos ahorristas, quienes adquirían papeles al portador y para lo cual la participación, no exenta de abusos y extorsiones, de estos intermediarios era fundamental. Los agentes del gobierno imprimían y difundían folletos sobre la solidez del gobierno y de sus finanzas en términos hiperbólicos, los operadores subían o bajaban su cotización a través de rumores infundados, los contratistas se beneficiaban, al igual que los agentes, con las comisiones que cobraban, con la tasa de interés de los fondos retenidos para el pago del principal y de los intereses, y de la brecha entre el precio de emisión y el precio de venta, todo lo cual convertía a los gobiernos y a los bonistas en las principales víctimas de esta especulación.

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Por el momento, no obstante, el clima de euforia provocada por la América Latina se tradujo que entre 1822 y 1825 se realizaran catorce operaciones por un valor nominal de 21, 129,000 libras esterlinas (Rippy, 1977:19). Abre esta ruta la Gran Colombia, siendo México el principal cliente al obtener 7 millones, incluyendo 600 mil para la municipalidad de Guadalajara; la segunda en importancia fue Colombia con 6,750,000 libras; luego Brasil con 3,200,000; Perú con 1,816,000; Chile con 1,000,000; la Provincia de Buenos Aires con 1,000,000; las Provincias Unidas de la América Central con 163,000 e incluso, como ya se mencionó, el imaginario reino de Poyais logró obtener 200 mil libras esterlinas (Rippy, 1977: 19). Los precios de estos bonos oscilaron entre 58 y 89.75, mientras que la tasa nominal de interés era usualmente del 6 %. Frente a la ruina de los tenedores y de los gobiernos recipientes, quienes se beneficiaban eran los intermediarios cuyas ganancias eran conocidas sólo por ellos y los gobiernos, pero todo indica que eran enormes: entre 4 y 5 millones de libras esterlinas. Según Rippy (1977:22), después del pago de comisiones, honorarios, descuentos, publicidad, y el servicio de la deuda por los primeros 18 meses, los gobiernos terminaban recibiendo aproximadamente el 60 % de la deuda contraída. Cabe anotar, que de manera paralela a estas colocaciones, igualmente se movilizaron capitales por un valor autorizado de 24, 120,000 y efectivamente pagados de 3, 508,500 libras esterlinas (Rippy, 1977:24) en la conformación de varias empresas con el propósito de reactivar minas abandonadas, lo que terminó en un fiasco similar y más bien coadyuvó al estallido de la crisis financiera de 1825. Este fue el contexto en que James Paroissien, médico inglés al servicio de San Martín, y Juan García del Río, antiguo ministro de Relaciones Exteriores llegaron a Londres en septiembre de 1822 con el encargo del Libertador de buscar el reconocimiento diplomático del Perú, de un príncipe para su gobierno, y de gestionar el primer empréstito. La ocasión no podía ser mejor, luego del éxito del empréstito de 1822 para Colombia y de la victoria de Bolívar en Carabobo. Luego de contactar a Herring, Graham y Powles, los contratistas del empréstito para Colombia, persuadieron a su rival Thomas Kinder, un comerciante, de realizar la emisión al precio más ventajoso de 75, por un valor de 1, 200,000 libras esterlinas, a un 6 % de interés, en bonos al portador de 100, 200 y 500 libras esterlinas que debían ser pagados semestralmente (Dawson, 1990:35-36). El préstamo debía ser ejecutado en cuatro entregas en seis meses, a partir del 22 de octubre de 1822, durante el cual los rendimientos estarían

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disponibles para el prestamista en seis entregas periódicas. Estos bonos debían ser redimidos en su valor nominal hasta su madurez en 1856, y tenían la garantía de todas las rentas nacionales, especialmente las de la aduana y de la Casa de la Moneda. Los impresos no aludían a la situación del país y solamente se decía que “el monto de las riquezas del país era bien conocida como para requerir relacionarlas”. No se mencionó que la comisión de los contratistas era del 2 % del valor nominal de la emisión. Estos podían utilizar los recursos adelantados del préstamo en el pago de los intereses y del fondo de amortización, y estuvieron autorizados para retener para sí la diferencia entre el precio de suscripción y el de venta de los títulos emitidos. Luego de estos descuentos, lo máximo que podía obtener el gobierno peruano eran unas 600 mil libras, en circunstancias además en que las tropas españolas no habían sido desalojadas del país (Dawson, 1990: 36-37). El lanzamiento se hizo en medio de un tumulto. Kinder en lugar de anunciar los precios de emisión, recibió las ofertas verbales de quienes ya estaban reunidos en el Exchange. La operación fue entusiastamente recibida al punto que una semana después de la apertura, Kinder pudo depositar 120 mil libras en la cuenta del gobierno con los banqueros Everett, Walter, Maltby y Ellis. Los tenedores de bonos estaban igualmente satisfechos porque al precio de 88 en lugar del de la emisión de 75, significaba que en el momento de la redención final la tasa su interés aumentaba de un 6 a un 6.8 % por año (Dawson, 1990:38-39). Pero este entusiasmo inicial fue efímero, en razón a que la ratificación de Lima al contrato suscrito se demoraba, a que circulaban noticias en Londres sobre el regreso de los realistas, y al informe de la destitución de Francisco Antonio Zea, el agente de Colombia para la negociación de la deuda, por parte de su gobierno. La reacción de los contratistas ante estos hechos fue suspender la suscripción del segundo y tercer paquete de bonos, aunque Kinder fue persuadido de consignar 50 mil libras esterlinas en la cuenta del gobierno. En la espera de la ratificación, Paroissien y García del Río enviaron un emisario a Lima para arreglar los mecanismos de transferencia del dinero de Londres a Lima, y de Lima a Londres por concepto de pagos del principal y de los intereses del préstamo. No era costumbre transferir físicamente el dinero, sino que los prestamistas emitían letras de cambio sobre los banqueros de la City como pago de los bienes importados. En el caso del gobierno peruano, éste vendía letras a cambio de efectivo, las cuales eran presentadas en Londres a los titulares de las casas comerciales que operaban en el país, quienes a su

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vez las entregaban para su pago a los contratistas o a sus banqueros. (Dawson, 1990: 56). Los agentes tuvieron además que hacer frente a demandas legales en contra del uso de los dineros del empréstito. Por ejemplo, en noviembre de 1822 en el pleito Hodgson vs. San Martín, un comerciante inglés solicitó bloquear 3 mil libras esterlinas del empréstito de 1822 alegando que una embarcación privada a las órdenes de San Martín se había apropiado ilegalmente de una carga con sus pertenencias. En febrero del año siguiente, tres suscriptores ante el temor de haber sido engañados obtuvieron una orden de la Corte para retener los fondos y evitar que se enviaran fuera del país. Por otra parte, ante la insistencia de los agentes por su ratificación, recibieron como respuesta el texto del decreto de noviembre de 1822, por el cual se rescindía sus poderes para buscar un príncipe, sin que se precisara si también se incluía sus poderes financieros (Dawson, 1990:57-58). El Congreso peruano, finalmente, ratificó provisionalmente el empréstito en marzo y lo formalizó el 1 de junio de 1823, por considerarlo necesario a la supervivencia del país. No obstante, Paroissien y Del Río fueron reemplazados como agentes del gobierno por John Parish Robertson, un comerciante inglés que residía en el Perú, quien se embarcó con destino a Londres en agosto de 1823 con instrucciones de levantar un segundo empréstito, en circunstancias que ante la apelación de los contratistas se levantó el embargo, y liberados los capitales luego de cinco meses de congelamiento. Con todo, las dificultades persistieron ante la falta de una confirmación oficial de la ratificación del empréstito: los suscriptores rechazaron el pago de sus cuotas y Everett & Co. declinó liberar 144 mil libras ante la incertidumbre del cambio del nuevo gobierno. Por su parte, el gobierno peruano frente a necesidades urgentes había vendido a los comerciantes ingleses locales letras por un valor de 200 mil libras esterlinas sobre la casa Kinder, las que no fueron aceptadas cuando fueron presentadas, dañándose el crédito del país, al tiempo que los tenedores de los bonos reclamaban sus dividendos. Ante esa presión, Paroissien y Kinder demandaron a los banqueros a fin de recuperar los depósitos. A su llegada a Londres, en diciembre de 1823, Robertson informó a Paroissien y Del Río que su misión había concluido y que en tres o cuatro meses un nuevo agente, Ignacio Ortiz de Zevallos, los reemplazaría en sus funciones políticas (Dawson, 1990: 59). Pese a las decisiones tomadas en su contra, aún en febrero de 1824 Everett & Co. rechazaban la liberación de los fondos depositados, situación que llevó a un grupo de tenedores a pedir que Kinder,

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Robertson y los banqueros buscaran un arbitraje que decidiera la controversia. Y cuando fue adversa al banquero, Robertson se dirigió a París para preparar y firmar los bonos para su canje, provocando el alza de los mismos a 78, aunque por debajo de su precio reemisión. Fue en el marco de esa euforia que banqueros importantes como Baring Brothers y Rothschild decidieran ingresar también a estos negocios, apoyando los empréstitos a la Provincia del Río de la Plata y del Brasil, respectivamente. Las circunstancias parecían entonces propicias para la venta del saldo del empréstito de 1822, unas 750 mil libras esterlinas. La emisión fue bien recibida a 82, y se esperaba que subieran aún mas tan pronto las fuerzas realistas desocuparan el Perú. Era tanto la confianza que el 13 de abril se anunció tentativamente un segundo empréstito con los banqueros de la City Fry and Chapman. Y si bien las letras impagas podían ser ahora canceladas, lo recibido por el gobierno era inferior al 1, 200,000 libras solicitadas. El descuento al que fue suscrito por Kinder la redujo a 900 mil libras, de las cuales 20 mil fueron usadas para el pago de Paroissien y Del Río y otras 72 mil fueron retenidas para el pago del interés del primer año. Si se suman otras 20 mil para el pago de comisión y gastos, además de otras deducciones, el monto que Robertson pudo obtener se redujo a 744,293 libras esterlinas (Dawson, 1990: 7-76). El clima financiero volvió a cambiar y fue nuevamente negativo, con una contracción económica que se vislumbra en el último cuarto de 1825 y que llega a su clímax en diciembre de ese año. En ese contexto Robertson celebró un nuevo empréstito por 616 mil libras esterlinas, a un precio de 78 y contraído nuevamente con Kinder. Si bien había sido firmado en enero de 1825, su lanzamiento fue postergado hasta el 21 de mayo de ese año, en la espera de contar con informaciones confiables sobre la derrota definitiva de las tropas españolas. Entretanto, Kinder había adelantado 166,000 libras, y cobró otras 11 mil por gastos incurridos. Luego de deducir 46,200 libras de adelanto para cubrir los 15 meses de intereses, y de pagar el 2 % como comisión para Robertson, cerca de la mitad de este nuevo empréstito fue destinado al pago de los intereses de la primera obligación de 1822. (Dawson, 1990: 97) Así se iniciaba el círculo recurrente de realizar nuevos empréstitos para el pago de los anteriores. Intentando contener en algo la depresión del mercado de títulos The Morning Chronicle, informó a sus lectores el 17 de octubre que los vales peruanos habían sido totalmente pagados y que ahora eran stocks representados por bonos, información falsa porque más bien 250 mil fueron retenidas por Robertson para ser vendidas gradualmente entre

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diciembre de 1825 y mayo de 1826, a medida que los precios de los títulos fueran mejorando (Dawson, 1990: 111). Esperanzas vanas porque sus precios cayeron a 46 en diciembre de 1825, a 33 en diciembre de 1826, a 24 en diciembre de 1824, a 11.5 en diciembre de 1827… El gráfico adjunto, tomado del libro tan citado de Frank Griffith Dawson, ilustra con elocuencia la brutalidad de esta caída. Ni la contribución obligatoria de 50 pesos establecida en diciembre de 1826 sobre los varones entre 18 y 50 años de edad, ni los embargos y extorsiones de la deuda interna puntualmente registrada por Alfonso Quiroz, ni las protestas del Cónsul inglés Belford Hinton Wilson en 1833, quejándose de la “miseria y ruina” que afligía a un “grupo considerable de ingleses como consecuencia de la insolvencia del gobierno, pudieron revertir esta dramática situación. El cambio ocurrirá en 1849, cuando el maná de la renta guanera permitirá una primera reestructuración de la deuda externa, y según la cual los intereses atrasados de los empréstitos de 1822 y 1825 cifrados en 2,615,000 libras esterlinas fueron capitalizados en bonos diferidos con un interés gradual del 1 al 5 % anual, mientras que el principal no pagado por las emisiones de 1822 y 1825, unos 1.816,000 libras adicionales, fueron refinanciados con nuevos bonos al 4 % de interés anual, que se incrementaría con un medio por ciento por año hasta alcanzar el 6 %. Fueron garantizados con el ingreso de las ventas del fertilizante realizadas por la casa de Anthony Gibas & Co en Inglaterra e Irlanda. Que se trató de una pausa y de una victoria pírrica para el gobierno y los bondholders lo sabemos por los estudios de Bonilla (1974), Hunt (1973) y Levin (1964). A manera de conclusión, debiera subrayarse la naturaleza de la paradoja que encierra el círculo vicioso del proceso de endeudamiento. Su inicio fue el resultado de la necesidad de contar con los recursos externos para financiar el gasto público del país, como consecuencia de los escombros que produjeron las guerras por la independencia, y ante la imposibilidad de disponer con recursos domésticos alternativos. Pero financiar el gasto público, significaba sobre todo asumir los gastos de una burocracia civil y militar, cuyas filas se engrosaban como consecuencia de su convicción que sólo el “Estado” generaba las prebendas indispensables para mantenerse, y atender la eclosión de los conflictos internos y externos resultantes de la dispersión política producida por la cancelación del Estado colonial, de modo tal que esos préstamos contribuyeron en una gran medida al incremento de la inestabilidad política. En una mezcla de lamento y sarcasmo, los tenedores de bonos ingleses no dejaron de observar con asombro que

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sus dineros eran utilizados en la compra de armas de su antigua colonia americana, con lo cual no sólo terminaban transfiriendo esos recursos a los Estados Unidos de Norteamérica sino que también actuaban en contra de sus propios intereses al favorecer a su rival en el control del espacio latinoamericano y sobre el cual tenían cifradas sus expectativas de expansión. En la operación se lesionaron duramente las expectativas tanto de los tenedores de bonos ingleses como los del gobierno peruano, como consecuencia de las condiciones cambiantes del ciclo económico, de la actuación inescrupulosa de negociantes y especuladores, de la avaricia y de la incompetencia de los agentes. Los primeros eran impotentes por su fragilidad política, ya que ni siquiera pudieron obtener el decisivo respaldo a sus reclamos de parte de su gobierno y de sus agentes consulares, quienes consideraban, no sin razón, que poco tenían que hacer en los tratos de agentes privados movidos por su avaricia y gobiernos extranjeros. Pero las consecuencias para el gobierno peruano, en el corto y en el largo plazo, merecen comentarios menos cáusticos, porque no resolvieron sus estrecheces inmediatas sino que mas bien consolidaban el dispositivo por el cual por lo menos la mitad de la renta generada por la venta del guano fue desviada para la atención de los pagos de la deuda externa, en circunstancias que esta crecía desmesuradamente, no en función de las necesidades del país sino para pagar, una y otra vez, las obligaciones de la deuda. Para decirlo con candor, fue una manera muy extraña de iniciar el camino de la libertad. Referencias Bonilla, Heraclio (1974), Guano y burguesía en el Perú (Lima: Instituto de Estudios Peruanos). ______, (1977), Gran Bretaña y el Perú: los mecanismos de un control económico (Lima: Instituto de Estudios Peruanos). Dawson, Frank Griffith (1990), The First Latin American Debt Crisis. The City of London and the 1822-25 Loan Bubble (New Haven: Yale University Press). Hunt, Shane (1973), Growth and Guano in Nineteenth Century Peru (Princeton: Discussion Paper No. 34). Levin, Jonathan (1964), Las economías de exportación (México: Uteha). Marichal, Carlos (1988), Historia de la deuda externa de América Latina (Madrid: Alianza Editorial). Palacios Moreyra, Carlos (1983), La deuda anglo peruana 1822-1890 (Lima: Studium).

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Quiroz, Alfonso (1987), La deuda defraudada. Consolidación de 1850 y dominio económico en el Perú (Lima: Instituto Nacional de Cultura). Rippy, J. Fred (1977), British Investments in Latin America, 1822-1949 (New York: Arno Press).

70 Illapa Nº 7, julio 2010, pp. 69-83 / ISSN 2077-8651

El callejón sin salida de la Convención de Santa Fe. El cura Francisco Castañeda discute con diarios porteños y con un diputado cordobés. FABIÁN HERRER0 Conicet-Instituto Ravignani Universidad de Buenos Aires. El segundo diario que Castañeda redacta y edita por la imprenta de la Convención de Santa Fe es el Ven acá Portugués que aquí es. Hace su aparición pública justamente cuando se inician las sesiones de esa reunión nacional. Desde sus páginas se dan a conocer los documentos que forman parte de las primeras medidas adoptadas en la Convención. Me refiero particularmente a la comunicación del gobernador porteño Manuel Dorrego pidiendo a aquel cuerpo político apruebe el Tratado de Paz que, en rigor, pone fin a la guerra llevada adelante contra los portugueses, y, al mismo tiempo, la respuesta del presidente de la Representación Nacional, Vicente Anastasio Echeverría, aceptando esa solicitud. 122 Paz, unión entre las provincias, y Constitución, es la consigna que nuestro cura hace propia y la reproduce en las columnas de su órgano de prensa, empleando, como nota particular, un lenguaje religioso. “Dar las debidas gracias al Dios de nuestros padres, escribe en esta línea el fraile franciscano, por el triple beneficio de haberse instalado la Convención Nacional, para darnos, como nos ha dado ya, la paz tan deseada de todos los buenos y para promover como está promoviendo ya, la unión de las provincias hermanas, sin la cual será imposible constituirnos.”123 Por supuesto, en su esquema argumental vuelve sobre cosas dichas en su diario anterior, el Vete portugués que aquí no es. Así, cuestiona duramente a los novadores, a los sabios que se burlan de la religión, y a los 18 años de la denominada “impolítica”. En los primeros tramos de la Convención el principal eje de la discusión radica casi sustancialmente en las esperanzas o en las

posibles tormentas que la rodean. Los interrogantes que pueden leerse en las publicaciones periódicas tanto de Santa Fe como de Buenos Aires repiten algunos núcleos comunes. La Convención, ¿es legal, es nacional, es representativa de las provincias? En términos de decisión política ¿Es útil o es perjudicial? Por lo demás, es bueno notar que la propuesta de la nueva publicación periódica tiene su particularidad. Sus objetivos, por una parte, no son presentados en un prospecto (algo común en la prensa del período), y, por otra parte, el primer número del diario no comienza con el uno sino con el veinte. “Este nuevo periódico, se lee en el último número del Vete Portugués, empezará con el número 20 haciéndose cargo del registro oficial de las misiones orientales, y discursos pendientes en este periódico y continuará en el mismo tomo 1 del Vete Portugués, pues es hijo de una misma madre. Los S.S. subscriptores pueden seguir si gustan las colecciones al Vete con dicho periódico.” 124 El propósito que lo guía no cambia demasiado. Lo que ha mutado es el contexto, por eso ahora los portugueses son vistos como el “otro” con quien se ha llegado a un acuerdo. “Su objeto, señala el redactor, será asegurar a los lusitanos de nuestra cordialidad y del positivo interés que nos asiste de preferir y anteponer nuestras relaciones con esa potencia limítrofe a todos los demás del globo, la circunstancia de ser el Sr. emperador D. Pedro I tan decididamente constitucional lo hace también acreedor a que nos resolvamos en nuestra estimación de otra testa coronada”.125 ¿Tiene otros objetivos? En este preciso sentido, aclara que, como ya lo venía haciendo en el diario anterior, también aquí se ocupará de las circunstancias que rodean la política nacional y, obviamente, no dejará de lado la cuestión religiosa. Justamente con relación a este último aspecto señala que “de religión no tratará sino provocado.” 126 A sus ojos, el ingrediente más importante de la realidad nacional no remite a las ideas políticas en boga, unitarios o federales, sino que la base está en la religión. Desde este supuesto, sostiene que “el principio de nuestra unión es la religión nacional, esta misma es el medio de nuestra unión y ella también será la consumación de la unión no federal

“Muerte y juicio final del Vete Portugués”, Vete Portugués que aquí no es, Santa Fe, 17 de setiembre de 1828. Número 19. 125 Ibid. 126 Ibid. 124

Ven acá Portugués, que aquí es, Santa Fe, 11 de octubre de 1828. Número 20. 123 “Augusta corporación representativa de la Nación Argentina”, Ven acá Portugués, que aquí es, Santa Fe, 11 de octubre de 1828. Número 20. 122

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sino perfecta, que es en mi concepto la que nos conviene: sobre este participar he formado ya dictamen práctico.” 127 Para comprender la intervención de nuestro cura, conviene precisar previamente algunos aspectos relacionados con el cuadro político en el que se desarrolla la Convención Nacional. 1. El marco político. La Convención, apoyos y deserciones En el mes de julio de 1828 varios Diputados de diferentes provincias están presentes en Santa Fe. Las negociaciones entre ellos se desarrollaron inmediatamente, las cuales generaron una inesperada repercusión pública y, sobre todo, claras consecuencias políticas. Este efecto se advirtió particularmente en la llamada “conferencia” que se realizó el día 29 de ese mismo mes en el domicilio del Diputado de Buenos Aires, Vicente Echeverría, reunión a la que asistieron los doce legisladores que ya se encontraban en la ciudad santafesina. Luego de un momento en que como es natural hubo intercambio de opiniones se adoptó una resolución de importancia: se declararon en sesiones preparatorias. Esta decisión tuvo como fundamento dos razones principales, una de ellas fueron las graves circunstancias por la que atravesaba el país con motivo de la guerra contra el imperio del Brasil, y la otra es la necesidad de organizar el país bajo el sistema federal como establecían las instrucciones de los Diputados. Sin embargo, en esa entrevista no formaron parte todos los representantes de los pueblos. No asistieron a ella los Diputados de Córdoba. Esta actitud fue fundamentada por su legislador, José María Castro, en la sesión del día 31, cuando dijo precisamente “que le extrañaba ver en aquella reunión un Presidente y el aparato de sesión pública, porque él había concurrido en la inteligencia de que sería una conferencia privada y amistosa...que no reconocía pública representación en los D. D. Electos por las provincias, distributiva ni colectivamente y que si los otros SS persistían en continuar en sesión como aparecía, se vería en la necesidad de retirarse.” 128 De esta manera, los Diputados de Córdoba se opusieron a la Constitución de la asamblea sin expresar claramente sus motivos. Alegó más tarde el gobierno de esa provincia que las instrucciones de sus Diputados les prohibían

Ibid. José Luis Busaniche, Publicación oficial del gobierno de la provincia. Representación Nacional en Santa Fe, 1828-1829, Santa Fe, 1928. Pág. XXXIX.

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reunirse en asamblea hasta tanto no llegaran los representantes de las demás provincias invitadas a la Convención. 129 El efecto político es inmediato. Desde el vamos hay una verdadera divisoria de aguas. Las provincias bonaerense y mediterránea definen estrategias diferentes. El Gobernador Bustos empezaba a limitar su colaboración a la obra de Dorrego, ya que este amenazaba el predominio de su influencia en el interior como dirigente de la política nacional. Este último, por otra parte, contraído a la política exterior, no había logrado todavía uniformar en forma eficaz las aspiraciones de los distintos gobiernos, cuando aún se presentan sentimientos de verdadera hostilidad al Congreso anterior. En ese marco no es extraño observar recelos entre las provincias que ahora vuelven a reunirse. En este paisaje político confuso, Buenos Aires debió encargarse de dar ayuda económica a aquellas unidades provinciales que por falta de recursos no enviaban sus Diputados a Santa Fe. Es posible suponer que, como se ha llamado la atención, todo un cúmulo de circunstancias no le fueron favorables. Rivadavia, sobre todo, había preparado en un momento paz, durante tres años, el Congreso de 1824-1827: la Convención convocada en Santa Fe carecía de la preparación necesaria para asegurar su composición y la uniformidad de sus fines, y, como circunstancia desfavorable, contaba con un período previo de disturbios militares y enconos partidarios.130 El 22 de setiembre, se resolvió que la Convención iniciaría las sesiones ordinarias con el número de Diputados que estuvieran presentes en el momento que se recibieran de Buenos Aires los tratados de paz con el Brasil. Como se ha visto ya, el primer asunto de importancia que trató la Convención fue precisamente aprobar y autorizar a Dorrego a ratificar el tratado de paz concertado con el Gobierno de Río de Janeiro en la sesión secreta del 26 de setiembre. Cuarenta días más tarde, el 4 de noviembre, se retiraron los Diputados de la Banda Oriental como consecuencia de haberse declarado la independencia de esa provincia. La misma actitud de Córdoba habían tomado los diputados de Corrientes y de San Luis y al irse la representación oriental “solo estaban representadas ocho provincias que al decir del Diputado por la Rioja coronel Lucio Mansilla formaban las dos terceras partes y tenían derecho a formar cuerpo de Nación.” 131 Ibid. Ibid. 131 Ibid.

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Como puede apreciarse, la etapa preliminar y la primera parte de las sesiones de la Convención están dominadas por la lucha por el predominio político, el liderazgo de las acciones y directivas a seguir y, en este cuadro, la lucha entre los Diputados que pretenden que la Convención funcione con normalidad y los que quieren invalidarla. En ese marco, resulta sumamente importante estudiar estas disputas a partir de la tribuna periodística de Castañeda, en cuanto intenta ganar el oído de la “opinión” en un momento en que la Convención Nacional se encuentra en pleno funcionamiento y en una dura y cotidiana tarea de sobrevivencia. 2. “Más bien que Diputados debían llamarse buscapleitos”. La polémica con el representante de Córdoba La disputa con los Diputados de Córdoba tiene su primer episodio a partir de los reclamos que estos últimos le hicieron llegar cara a cara al primer mandatario santafesino. El reclamo se basa en un duro cuestionamiento que tiene como protagonista a Castañeda y al número 19 del Vete Portugués, en donde se describe supuestamente de manera equivocada los festejos desarrollados en la ciudad de Santa Fe. Concretamente se habría señalado que algunos concurrentes llamaron disidentes a los representantes mediterráneos. Nuestro cura alude a este hecho sin dejar de mostrar su indignación. “Unos señores que se llaman Diputados sin haberse hasta ahora incorporado a la Convención, ni canjeado sus poderes, se presentaron al Sr. Gobernador imputándole al finado D Vete no sé qué expresiones incendiarias, el Sr. Gobernador los recibió con benignidad para acreditar hasta el último extremo cuanto desea la unión.”132 En su defensa señala dos cuestiones puntuales. En primer lugar, confiesa que su crónica la hizo a partir de los dichos que oportunamente le brindaron algunos hombres conocidos, al mismo tiempo, admite no haber estado en el lugar del hecho, situación que obviamente no puede advertirse en su nota. En este sentido señala, “yo no lo vi (alude a los festejos) porque me hallaba en la Bajada del Paraná, pero personas de crédito que puedo citar, así me lo aseguraron”. 133 Y en esta misma línea de razonamiento aclara que aunque “tampoco estuve yo en estas jaranas”, sí estuvieron presentes “sujetos del más alto carácter que

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puedo nombrar me aseguraron haber oído esos y otros muchos chistes que omití porque no venían al caso...esta es mi satisfacción”. 134 En segundo término, sostiene que su descripción fue moderada. En este sentido señala que “expresamente hago distinción del pueblo alto de Santa Fe, y lo introduzco a V. E presidiendo con espada en mano un acto tan respetable”, al mismo tiempo me “refiero a los excesos inocentes del pueblo bajo, las jaranas, los campanillazos, los vivas, los responsos y responsorios contra los disidentes.” 135 Pues bien, ¿quiénes son los disidentes? “Estos disidentes ni son, ni pueden ser los cordobeses, ni los puntanos (1. Los Diputados cordobeses no sé verdaderamente con que carácter han tomado cera en el entierro de D. Vete, pues no han presentado poderes, el de San Luis aunque los presentó pero estos no lo habilitarán sino para los negocios nacionales, más bien que diputados debían llamarse buscapleitos) que apuradamente son los que con más escrúpulos que nadie siguen nuestras marcha, cuidando...que no se omita el menor ápice de lo que ellos juzgan necesario para que la Convención sea eminentemente legal.” 136 Seguidamente, ofrece una mayor precisión de su argumento al señalar que “los disidentes” tienen un nombre preciso, “son los unitarios que nos tratan de indecentes y de hombres de la marca de pajarito.” 137 El tema finalmente se resuelve a su favor. En las páginas de su diario, se reproduce una pequeña comunicación del Gobernador delegado de Santa Fe, Pascual Echagüe, fechada el 10 de octubre de 1828, en donde se señala que puede “continuarse la impresión, esperando el gobierno de su patriotismo y luces y ellos sean empleados...en la ilustración y en la unión.”138 Un segundo episodio remite a la citada actuación del Diputado de Córdoba. Se publica el oficio del Diputado de Córdoba, Marcos Castro,

Ibid. Ibid. 136 Ibid. 137 Ibid. 138 Véase, Ven acá Portugués, que aquí es, Santa Fe, 11 de octubre de 1828. Número 20. 134 135

“Honores póstumos del finado Vete Portugués que aquí no es”, Ven acá Portugués, que aquí es, Santa Fe, 11 de octubre de 1828. Número 20. 133 Ibid. 132

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fechado en Santa Fe el 2 de octubre de El texto aparece con reiteradas llamadas en donde nuestro cura va contestando las acusaciones vertidas allí. El Diputado sostiene que su rechazo al número del Vete Portugués del día 24 del mes anterior, es por que ha observado dentro de la escena pública santafesina el desplazamiento de disidentes, quienes a sus ojos ponen en un plano de guerra a unas provincias con otras. Castañeda contesta que aquel “ni funda los agravios, ni señala en que le ofende el pasaje al caso”. 140 Por otro lado afirma que la provincia mediterránea ha merecido siempre elogios por parte de su diario, “El VP siempre que se ha ofrecido ha alabado a la provincia de Córdoba hasta llegar a decir que ella en estos 18 años ha sido el valuarte firmísimo de la religión”. 141 De este modo, y colocando ahora los argumentos patas arriba, sostiene que teniendo en cuenta esta buena relación “el Sr. Diputado es a quien le incumbe probar esa decidida prevención” 142 En esta misma línea de análisis, nuestro cura le pide al representante de Córdoba que aclare porque señala dos descalificaciones: que el diario quiere poner a las provincias en “alarma y disidencia unas con otras” y que se trata de un órgano de prensa “incendiario”. 143 Al respecto, en una nota de respuesta Castañeda da su punto de vista, acusando al mencionado diputado de organizar una revolución contra López.

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“Ese incendiario: este modo de hablar impersonal es de mucho desprecio, y lo de incendiario es un sarcasmo o una calumnia de bulto lo tuyo dices, pues no hace un mes, vida mía, que andabas entrándote por las casas como un judas vendiendo a todos los Diputados de la Convención y asegurando que unidos y complotados con el Gobernador sustituto, iban a hacer una revolución contra el Sr. López, muchos santafesinos creyéndote se habían vuelto ya a amarrar a todos los Diputados en una noche, y no lo hicieron porque el Sr. sustituto te sorprendió hijito en tus manos y tomándote declaración respondiste que todos Oficio firmado por el diputado de Córdoba Marcos Castro, Santa Fe 2 de octubre de 1828. Ven acá Portugués, que aquí es, Santa Fe, 15 de octubre de 1828. Número 21. Las notas del diario se titulan “Notas al oficio”. 140 Ibid. 141 Ibid. 142 Ibid. 143 Ibid. 139

eran mentiras tuyas para hacer llorar a los santafesinos digamos niño mimoso tomarme satisfacción de lo que aquí digo y veras qué ovillo de la madeja de tus chismes incendiarios con que has puesto en ridículo a mi muy amada tu provincia.” 144 El Diputado de Córdoba señala además que dirige su oficio al Gobernador de Santa Fe para que no deje impune al autor del diario que ha insultado a las provincias y prepara “asaltos y graves daños”. 145 El padre franciscano responde nuevamente con dureza. “No pudiendo pues el diputado de Córdoba silenciar” ¿pero como ha de silenciar nada un hombre tan chismoso? El pueblo de Santa Fe ha sabido silenciar los enormes crímenes del incendiario D Marcos Castro, pero ese incendiario no escarmienta y así es preciso que salga a volar en gaceta junto con el godo Beaudot su amigo, bajo el merecido epígrafe Vete Castro que aquí no es, Vete Beaudot que aquí no es, Vete Castro a Córdoba, que hay es donde debes ser castigado por calumniador, por incendiario, por buscapleitos y por agavillado al español Beaudot.” 146 Finalmente, el Diputado señala que dirige su mensaje al gobernador de Santa Fe, de quien obviamente espera algún tipo de resolución favorable. Para Castañeda esta afirmación debe tomarse como una amenaza y como tal no debe darse ningún tipo de respuesta formal. “Esta es una amenaza de que se quejará también al Sr. López a buen puerto va, apostemos dos reales a que el tal Diputado no se atreve a ponerse delante del señor López, ni aun para darle la bienvenida a lo menos en ocho días no ha hecho, item antes de ayer le pasó el tal Diputado un oficio al Sr. López y este Sr. se le devolvió sin leerlo y aun sin abrirlo porque así deben ser tratados los incendiarios públicos)”. 147 Para comprender los dichos del dirigente cordobés resulta conveniente precisar la situación política de los representantes mediterráneos. Su situación es la que insinuamos más arriba. Para Ibid. Ibid. 146 Ibid. 147 Ibid. 144 145

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decirlo directamente: aceptan la paz pero se niegan a participar de la Convención hasta que estén presentes todos los representantes de las provincias. “El 28 del pasado mes de setiembre acordó la Legislatura de Córdoba que sus Diputados en esta se incorporasen a los demás Sres. al solo objeto de ver los tratados de paz y autorizar para su ratificación quedando después de esto, vigente la otra ley que les prohíbe la incorporación mientras no se hallan reunidos los Diputados de todas las provincias invitadas.”148 Esta resolución les llegó por un chasque el 3 del corriente y en ese mismo día llegó también una posta del Gobernador general con el artículo adicional a cuya vista y sanción para aprobar la “ratificación que había hecho el gobierno impulsado de graves motivos, no concurrieron dichos SS porque nada han avisado a la representación nacional.” 149 Las criticas de tono negativo también mojan los pies de los Diputados de Córdoba quienes lamentablemente tomaron la opción del “veto al acto de la inauguración” 150 de la Convención. Esta línea de acción de negarse a “incorporarse es innoble y de puro capricho”. 151 A su juicio, la intención final de los representantes de Catamarca pero sobre todo los de Córdoba es la “destrucción” de la Asamblea Nacional.

Que la situación que señala Castañeda es de primera importancia política puede advertirse también si examinamos cómo otro diario editado en Santa Fe sostiene una posición similar. Me refiero a El Satélite, en cuyas columnas se cuestiona “el silencio” que los Diputados de Catamarca mantienen sobre su situación con respecto a la Convención, especialmente cuando es sabido que por su actividad específica de “funcionarios públicos” están obligados a “sincerarse”, esto es, a dar explicaciones sobre sus actos públicos. 154

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Resulta en verdad interesante el artículo “Destemplanza del tiempo”, en donde se reproduce un párrafo de ese número de El Tiempo y luego bajo otros títulos distintos nuestro cura le contesta desde las páginas del Ven Acá Portugués.156 Examinemos, entonces, algunos de esos cuestionamientos y algunas de las respuestas. El Tiempo cuestiona a la Convención. A su juicio no tiene ningún tipo de legitimidad ni representación genuina. “Ese puñado de hombres reunidos en Santa Fe sin carácter ninguno público”, dice su redactor, los cuales se hallan “divididos entre sí, convencidos de que aquella nada es.”157 Esos hombres, continúa en este mismo sentido, declaran “hoy en vano está instalada la Convención, tal declaración no podrá dar ese cuerpo una existencia legal, y antes y después de ella, él no modificará en manera alguna los destinos de la patria.” 158

3. La discusión con los diarios de Buenos Aires Particularmente dos publicaciones periódicas, El Liberal y El Tiempo, editados y redactados en esa provincia, dedican extensos artículos para probar que la ausencia de los diputados de Catamarca, y, sobre todo, la falta de actividades concretas de la Convención, constituyen, señales muy claras que anuncian su pronta disolución. Conviene aclarar que los representantes de aquella provincia prometen que su llegada se dará de un momento para otro, pero en realidad esas promesas resultan cada vez menos creíbles. Este tipo de cuestionamientos merecen un tratamiento especial por parte del Ven Acá Portugués, quien niega de modo categórico la idea de que la reunión nacional no pueda funcionar correctamente.153 “Convención”, Ven acá Portugués, que aquí es, Santa Fe, 15 de octubre de 1828. Número 21. 149 Ibid. 150 Ibid. 151 Ibid. 152 Ibid. 153 Ibid. 148

“La constelación de sabios” que están detrás de los escritos de El Tiempo, resultan al fin de cuentas unos individuos engreídos que solo creen que son los únicos que pueden hablar y ser escuchados. Luego de tantos años en el que los sueños y las esperanzas de estos filósofos solo han mostrado resultados sombríos, es necesario de que se “convenzan de que no son ellos solos los que tienen “opinión” y que también por fuera de su pequeño circulo hay muchos hombres no solo capaces de “formar opinión” sino que efectivamente la han formado” 155

El Satélite, Santa Fe, 19 de noviembre de 1828, número 3. “Número 115 del Tiempo”, Ven acá Portugués, que aquí es, Santa Fe, 29 de octubre de 1828. Número 25. 156 “Destemplanza del tiempo”, Ven acá Portugués, que aquí es, Santa Fe, 29 de octubre de 1828. Número 25 157 Ibid. 158 Ibid. 154 155

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Como puede apreciarse, la acusación es tan directa como contundente. Por este motivo la respuesta de Castañeda, sin ahorrar el empleo de la ironía, comienza señalando el por lo menos extraño manejo legal de los unitarios en distintas experiencias políticas. “Seguramente no irán a presentar los tratados preliminares al embajador español, ante quien los de la constelación se presentaron en el Janeiro pidiendo perdón de haber sido patriotas, ni a la corte de París pidiendo a Luca.”159 Lo que el diario porteño no entiende, o no quiere entender, razona nuestro fraile, es que la Asamblea de Santa Fe es una auténtica y pura creación de las provincias que quieren “salir de esa memoria eterna, en que los quieren mantener los que se llaman unitarios, porque todo lo quieren unir a si mismos para que todo sea propiedad suya sin excluir los conventos.” 160 El segundo cuestionamiento que formula El Tiempo es que la Asamblea no puede tener un carácter nacional solo porque “se diga, aun cuando hubiesen concurrido a ella todos los pueblos de la República”. 161 El motivo en que se funda este razonamiento, es, en su opinión, bastante simple de entender, en los días que corren “no estamos en circunstancias de poder consultar la voluntad de la nación.” 162 Nuestro cura sostiene que una afirmación de este tipo constituye simplemente un punto ciego, una retórica vacía. “Todo esto no es mas que hablar, hablar sin decir nada, a no ser que esa transición sea alguna reacción o alguna contrarrevolución que desencante a los que se esta imaginando”.163 En este sentido recuerda que “El Tiempo en sus artículos anteriores era de parecer que las provincias dejándose de Convención se reconcentraran hasta que cesase la guerra y las circunstancias presenten el momento.”164 Sin embargo, concluida la guerra parece que nada ha cambiado, ya que como se puede apreciar siguen sosteniendo el mismo argumento. En la visión de El Tiempo las “Provincias importantes de la República, Salta y Tucumán, por ejemplo, ni han mandado, ni piensan “Conjuro del Ven Acá portugués, contra este granizo” , Ven acá Portugués, que aquí es, Santa Fe, 29 de octubre de 1828. Número 25. 160 Ibid. 161 “Destemplanza del tiempo” , Ven acá Portugués, que aquí es, Santa Fe, 29 de octubre de 1828. Número 25. 162 Ibid. 163 “Para-rayo de D Ven Acá portugués que aquí es” , Ven acá Portugués, que aquí es, Santa Fe, 29 de octubre de 1828. Número 25. 164 Ibid.

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mandar sus Diputados a Santa Fe, otras provincias de inferior orden están en el mismo caso.” 165 Y en esta misma línea señala que “los que han enviado sus representantes tampoco están animados por identidad de intereses, y principios, es decir, sus respectivos gobiernos no están acordes entre sí, dígalo Córdoba que retiró sus diputados...(y ellos han resuelto) que no se incorporen mientras no concurran todos los pueblos que accedieron a la invitación...dígalo Córdoba cuyos representantes han dado ratos bien amargos a los más decididos por la concentración.” 166

Para Castañeda estas conclusiones no pueden ser consideradas razones valederas. “Estas provincias que ahora no vienen podrán venir después o aprobarán los actos de la Convención” cuando les plazca, sin embargo, “nada les quita esa libertad, los que han enviado sus representantes, sino están animados por identidad de principios e intereses se trabajará con paciencia y con todo lo que con estos lances sugiere la política y la prudencia”.167 Posteriormente, el padre franciscano se pregunta. “Pero, Sr. Tiempo, dígame ¿Por qué la Convención no puede ser nacional, aunque todos así lo digan, y aunque todos los pueblos de la nación concurran y conspiren a que sea nacional?168 Porque “no estamos, dice Ud. en circunstancias de poder consultar la voluntad de la nación”. Esta no puede ser, como ya se dijo, una razón de peso. En su nueva respuesta nuestro cura propone otro argumento. Si no hay un contexto acorde a las necesidades actuales “tanto mejor, Sr. Tiempo, pues con ese caso la nación deberá considerarse como un menor, un pupilo, y la Convención como un tutor, que no pudiendo por ahora averiguar, o consultar la voluntad expresa de su menor se empeña a lo menos en averiguar y declarar la voluntad nacional o lo que debe hacer para no ser buena presa de los jacobinos”. 169

Finalmente, desde las columnas de la publicación periódica unitaria se señala la necesidad de dejar las cosas como hasta ahora están. En este sentido, afirma que hay que “considerar a eso que se llama

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“Destemplanza del tiempo” , Ven acá Portugués, que aquí es, Santa Fe, 29 de octubre de 1828. Número 25. 166 Ibid. 167 “Abrigo del Ven Acá portugués que aquí es, contra esta intemperie”, Ven acá Portugués, que aquí es, Santa Fe, 29 de octubre de 1828. Número 25. 168 “Chanzas a parte” , Ven acá Portugués, que aquí es, Santa Fe, 29 de octubre de 1828. Número 25. 169 Ibid. 165

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Convención como ella es en sí el día de hoy, y como ella es en el momento en que ha llegado la paz y en que naturalmente va a hacerse una transición a un distinto orden de cosas”. 170 Nuestro fraile insiste con una respuesta anterior. En su opinión, “la Convención en el día de hoy,” no hay ningún tipo de duda que “podrá ser el centro de unidad nacional si todos cooperan, no a quitarle, sino a añadirle grados y más grados de importancia; el que sean pocas las provincias que hacen cuerpo no impide en manera alguna el que este cuerpo ser legal, y si alguna elección de Diputados ha sido viciosa, mejor es corregirla y enmendarla que disolver este ciñuelo y quemar esta esperanza de la nación.” 171 En cuanto a la idea de transición, vuelve una vez a preguntarse, “Sr Tiempo ¿no está cansado de transiciones, de revoluciones y de esos cambios que en 18 años nos han consumido y acabado? A la Cárcel, a la cárcel, a la cárcel: andad incendiarios a la cárcel para que se os tome residencia: solo así podremos tener Convención.” 172 Su conclusión, entonces, no escapa a la iniciativa que señalamos en otro trabajo, en el que analizamos el primer diario que edita Castañeda en Santa Fe.173 La salida es el juicio a los que se oponen a la Convención, el problema es que esos grupos son cada vez más numerosos y pueden saltar tanto de las filas unitarias como también de las federales. La apuesta por la Convención, entonces, entra en un callejón sin salida. 4. El callejón sin salida de la Convención La apuesta de Castañeda tiene una línea de continuidad con su diario anterior. Paz, nueva organización del poder y Constitución, juicio y castigo a los unitarios que pretenden destruir esta nueva estrategia política y, por supuesto, su defensa de la religión y su intransigente impugnación a las acciones y los dichos de los reformadores Rivadavianos. De esta manera, no tiene una postura alternativa al Gobernador federal López, sino que justamente respalda su iniciativa política en la Convención. En esta precisa línea, elogia la gestión al frente del gobierno de la provincia de Buenos Aires de Manuel Dorrego. ¿Por qué? Por que es, en Ibid. Ibid. 172 Ibid. 173 Véase el análisis del diario Vete Portugues que aquí no es, en Fabián Herrero, ¿El cura de la revolución? Francisco Castañeda, del proceso revolucionario de Mayo a la Argentina Rosista. (inédito) 170 171

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efecto, quien resiste y enfrenta a estos “sabios unitarios”. “Dorrego enfrentó a los partidarios que hicieron 18 años de impolítica con su “espíritu forzador”, cuyo objetivo principal fue desmembrar a las provincias.174 Por este motivo, no puede extrañar a nadie que “El Tiempo tira piedras contra el Sr. Dorrego porque marcha sereno y consecuente a sus principios que son unirse con los buenos y residenciar a los que tiran piedras para escapar del juicio y de la residencia”.175 Los hechos más recientes prueban las virtudes de esa administración federalista. “La gloria del Sr. Dorrego no es el habernos dado la paz sino el haber accedido a la invitación de las provincias, dándoles con esto una satisfacción de los agravios de cuatro entrometidos de Buenos Aires que les han hecho con espíritu forzador.”176 Esa Convención tiene límites políticos claros.177 El cuadro político es abierto y dinámico, pero lentamente va ir mostrando esas dificultades. Recordemos que los pilares de la idea de una Convención recaen básicamente en Buenos Aires y Córdoba. Con el aval de Santa Fe, aquellas provincias poderosas y federales garantizan que esa posibilidad se ponga en marcha. Sin embargo, toda esa esperanza política comienza a erosionarse primero y a desplomarse después. Córdoba va mudando su perspectiva. Si en un comienzo participa de las primeras iniciativas junto a los bonaerenses, posteriormente su posición es de resistencia al ver que sus posibilidades de hegemonizar esa reunión nacional se desvanecen frente al poderío e iniciativa de Buenos Aires. Por eso lentamente desde la provincia mediterránea comienza una política de obstaculización y finalmente de abierta ruptura. Buenos Aires, por su lado, es uno de los que sostienen a la Convención no sólo con su respaldo político sino también económicamente, pagando, como he señalado en otro estudio, los gastos de todos los Diputados o con el valioso envío de la imprenta de la Convención, con la cual se editan varias publicaciones periódicas. 178 No “Preservativo de D. Vete Portugués que aquí es, contra este aguacero”, Ven acá Portugués, que aquí es, Santa Fe, 29 de octubre de 1828. Número 25. 175 “Baño y sudor de Ven Acá portugués que aquí es, contra este catarro” , Ven acá Portugués, que aquí es, Santa Fe, 29 de octubre de 1828. Número 25. 176 “Capotón de Ven Acá portugués que aquí es, contra el chuvasco” , Ven acá Portugués, que aquí es, Santa Fe, 29 de octubre de 1828. Número 25. 177 Tulio Halperin, Historia Argentina. De la revolución de independencia a la confederación rosista, Piados, 1993, pág. 252. 178 Véase, Fabián Herrero, ¿El cura de la revolución?...ob. cit. 174

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obstante, el gobernador bonaerense no pudo sortear la oposición unitaria en su territorio y finalmente es desplazado del poder y luego asesinado por los miembros de una revolución unitaria en diciembre de 1828. Desde la otra orilla política, los unitarios forman lo que se llaman “puntos de reacción”, como es el caso de Salta primero y Tucumán después, en donde se cuestiona cualquier validez de lo actuado en tierra santafesina. A ellos se le suman también una serie importante de publicaciones porteñas de ese origen ideológico que sostienen un discurso similar. En este contexto, la Convención está fuertemente limitada. Sin sus dos apoyos centrales, Buenos Aires y Córdoba, y con algunas zonas de poder unitario en el interior del país, Santa Fe queda sola y aislada. ¿Qué sucede entonces con la asamblea nacional que funciona allí? Solo funcionara durante los meses de 1829. Su principal iniciativa política es la de convertirse en un verdadero espacio de resistencia frente al avance de los unitarios que ocupan ahora el poder en Buenos Aires. Bien podría decirse que Castañeda apuesta a la Convención, y la Convención está en el medio de varios frentes de oposición de importancia, lo cual lo conduce lenta pero inexorablemente a un callejón sin salida. En este marco político se entiende porqué apuesta todas sus fichas a defender la continuidad de esa reunión de carácter nacional y para ello polemiza con los federales cordobeses y con los diarios unitarios porteños, quienes son justamente los que tratan de impugnar cualquier idea de este tipo. La retórica de nuestro cura escritor o la de El Satélite adopta la forma dramática de las posiciones definitivas, esto es, sin matices, y justifica de algún modo el empleo de métodos represivos (se pide castigo y cárcel), en la medida que esos grupos quieren la destrucción de la Convención. Son, para decirlo con sus palabras, “los incendiarios”.

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La emergencia de un actor en el campo educativo argentino. La nueva escuela normalista (1880-1900). ALEJANDRO HERRERO Conicet-Argentina [email protected] Introducción Elevar la figura del maestro, tanto simbólica como materialmente, luchar por la autonomía del normalismo en el campo educativo, y, a su vez, enfrentar en el espacio normalista a la vieja escuela, son algunos de los objetivos de la auto-denominada nueva escuela. Recordemos, de manera rápida, algunas dificultades que se les presentan en el camino.179 Primero, el sistema de instrucción pública argentino tiene una marcada tendencia centralista, hay poco espacio autónomo para los maestros. Segundo, las áreas de decisión son, en la mayoría de los casos, para los doctores, para los normalistas de la vieja escuela, o para el movimiento católico (marcadamente en algunas provincias). Tercero, en Santa Fe o en Córdoba, para señalar dos casos emblemáticos, se dictaron leyes que promueven la enseñanza católica, y además el catolicismo en esas provincias, y en otras, ha entablado un duro enfrentamiento con las escuelas normales, y los normalistas se han convertido en su principal enemigo. Cuarto, la comunidades extranjeras crean sus propias escuelas, educan sus hijos nacidos en Argentina con la cultura de sus países de origen, y ya Domingo Faustino Sarmiento había advertido el peligro de perder el gobierno propio en manos de argentinos culturalmente formados como italianos, etc.; en un momento en que las potencias europeas, entre ellas Italia (siempre apuntada por Sarmiento), tiene planes, y de hecho lleva a cabo empresas imperiales y colonialistas. Quinto, la cuestión de Alejandro Herrero y Héctor Muzzopappa, “La recepción alberdiana en la política educativa de los gobiernos de Julio Argentino Roca”, en: Perspectivas Metodológicas, n. 9, año 9, noviembre 2009, pp. 29-45; y A. Herrero, “¿República posible o república verdadera? Sobre un dilema de roquistas y normalistas”, en: Revista Épocas, Buenos Aires, Universidad del Salvador, n. 2, 2008, pp. 147-176. 179

nacionalizar la educación es señalada como una necesidad en la década del 90, y en estrecha relación con esto, hay que indicar que ha cambiado la situación que originó la contratación de docentes extranjeros, ya existe un número importante de maestros formados en las escuelas normales.180 Estos problemas y estas respuestas, que siempre estuvieron latentes en el campo normalista, se tornan nítidos a finales del siglo XIX.181 El normalismo, como toda denominación, agrupa y aplana diferencias entre sus integrantes. En realidad existen distintas Imperan en las aulas argentinas, como se sabe, docentes norteamericanos y de otras nacionalidades, maestros y maestras que no saben castellano o apenas si pueden hablarlo, y a esto se suma, entre otras cuestiones problemáticas, su desconocimiento de la historia argentina, de la geografía y literatura nacional, y usan, además, textos de otras naciones. Los artículos, informes y noticias sobre este problema se multiplican. Indicaré, a título ilustrativo, un ejemplo para que se visualice el tono en que se expresa esta cuestión en un informe de inspección de escuelas particulares: El Dr. Tahier hace notar que una parte de los referidos establecimientos no reúnen las condiciones exigidas por la ley (...) manifiesta que una gran parte de los directores son extranjeros que no poseen título profesional que los habilite suficientemente para la enseñanza (...) que muchos profesores desconocen el idioma nacional y que la preparación en las asignaturas que enseñan es dudosa. En cuanto al plan de estudios, ha observado que no se cumple con la parte relativa a la enseñanza de la gimnasia y ejercicios militares; que la enseñanza de la geografía y de la historia es defectuosa. “Colegios particulares”, en: La Educación. Periódico Quincenal, Buenos Aires, noviembre 15, 1889, año 4, n. 88. 181 Juan Carlos Tedesco, Educación y sociedad en la argentina, 1880-1945 (1era edición: 1970), Buenos Aires, Hachette, 1986, cap. III: “Función política de la educación”; Fernando Barba, “El debate Parlamentario sobre el proyecto de ley de colegios secundarios (1900)”, en: Trabajos y comunicaciones, n. 20, Universidad Nacional de La Plata, 1970, pp. 35-50; Roberto Alfredo Miranda y Osvaldo Miguel Lazzetta, Proyectos políticos y escuela 1890-1920, Rosario, 1982; Néstor Auza, El modelo educativo de la sociedad argentina entre 1852-1880, Buenos Aires, Editorial Docencia, 1983, Tomo II, pp. 415-449; Adriana Puiggrós (dirección), Historia de la educación argentina, Tomo II: Sociedad civil y Estado. En los orígenes del sistema educativo argentino, Buenos Aires, Galerna, 1991; Inés Dussel, Currículum, humanismo y democracia en la enseñanza media (1863-1920); Buenos Aires, edición UBA-Flacso; 1997, pp. 83-104; Lucía Lionetti, La misión política de la escuela pública. Formar a los ciudadanos de la república (1870-1916), Buenos Aires, 2007; y Claudia Shmidt, “De la escuelapalacio al templo del saber. Edificios para la educación moderna en Buenos Aires, 1884-1902”, en: Estudios Sociales, Revista Universitaria Semestral, Santa Fe, Universidad Nacional del Litoral, n. 18, 2000, pp. 65-88. 180

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posiciones, y las discusiones son frecuentes entre ellos ¿cómo podría ser de otro manera? Estudiar un actor nuevo que surge en la década del 80, -la nueva generación de maestros, la llamada o auto-llamada nueva escuela- y analizar su lucha en el espacio normalista y de manera más general en el campo educativo, es el propósito de este trabajo. La nueva escuela y el campo educativo ¿Quién está autorizado para decir y para decidir en una sociedad? La nueva generación de maestros, en la década de 1880 y 1890, está luchando por la palabra y por la decisión en temas del magisterio y de la educación en general, ya que son los doctores, la dirigencia política gobernante,182 la vieja escuela normalista,183 y en algunas provincias el La mirada de la nueva generación de maestros sobre los poderes públicos de manera amplia, o de hombres de gobierno en el área educativa es de crítica y de reconocimiento. Un ejemplo ilustrativo es su relación con el Consejo Nacional de Educación: si bien le hacen llegar su quejas y le proponen soluciones sobre temas puntuales del ámbito escolar, no dejan de reconocer y de valorar la tarea de su presidente, Zorrilla, que lucha por reivindicaciones tan vitales como la ley de Jubilaciones, la solicitud de pensiones, los subsidios para las provincias, el pago de salarios atrasados, entre otras demandas del magisterio, y en muchos casos sus luchas se convierten en celebraciones. Pero no dejemos de citar, al menos un pasaje, donde aparece también el tono crítico, ya que la nueva escuela se presenta como portadora de un saber superador de los saberes de los otros miembros del área educativa: Entre las medidas que demuestran la falta de sentido práctico que revisten una gran parte de los actos del actual Consejo Nacional de Educación y que se explican por la falta de preparación técnica de sus miembros o por la poca meditación con que se sancionan, está la que concede autorización a un señor que se dirige a Europa para contratar algunos maestros alemanes que se destinarán a la dirección y enseñanza en algunas escuelas graduadas de la capital. Es natural que esos maestros no poseerán bien, a lo menos, nuestro idioma y que no serán tampoco de los mejores, pues en este caso tendrán en su país posiciones espectables que no les convendrá abandonar para ocupar otra que puede ser muy eventual. “Maestros alemanes”, en: La Educación. Periódico Quincenal, Buenos Aires, marzo 1, 1887, año 2, n. 24. 183 Sus opiniones sobre la vieja escuela, representada por José María Torres, es por momentos de crítica, y por momentos de gratitud. Esto se advierte en la mayoría de los integrantes de la nueva escuela. Le publican artículos en sus publicaciones, le rinden homenajes. Citemos un ejemplo ilustrativo. En el primer número de La Educación se reproduce una carta al maestro: Señor don José María Torres: Su enseñanza nos dio impulso en la carrera del magisterio. Hoy tenemos el honor de dirigirnos a usted, pidiéndole el apoyo de su respetada y

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movimiento católico,184 solo para citar los actores más relevantes, los que tienen la palabra y el poder de decisión en las áreas educativas más relevantes. Esto no quiere decir que la nueva generación esté totalmente al margen de los espacios de decisión y del uso de la palabra, ubiquemos a la nueva generación en el campo educativo. Los miembros de la nueva escuela han fundado asociaciones nacionales, revistas de gran repercusión, escuelas particulares, y si lo han hecho, entre otras cosas, es porque tienen cargos estatales a nivel nacional, por ejemplo, José B. Zubiaur, Raúl Díaz, entre otros, son inspectores nacionales, es decir, deben inspeccionar escuelas en capital y territorios nacionales, pero también deben concurrir, por cuestiones problemáticas que suceden en escuelas normales o colegios nacionales, a distintos puntos del país. Varios de sus integrantes son directores de escuelas normales, o colegios nacionales. Algunos de ellos además del título de maestro y/o de profesor han obtenido el

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alentadora palabra, a favor de la empresa que hemos iniciado, fundando la Asociación Nacional de Educación y que llevaremos adelante con La Educación, periódico que aparecerá el 1ero de marzo próximo. Esperamos que Usted honre esta publicación, enviándonos para ella algunos consejos de su ilustrada experiencia. Tienen el honor de saludar a Usted con el mayor respeto. José B. Zubiaur, Carlos N. Vergara, Manuel S. Escobar. La Educación. Periódico Quincenal, Buenos Aires, marzo 1, 1886, año 1, n. 1. 184 Artículos, informes, noticias, referidas a la lucha contra el movimiento católico fervientemente opositor a los normalistas es una constante en las publicaciones de la nueva escuela. También en esta cuestión reproduciré algunos pasajes de una noticia para verificar el tono de la confrontación. Leemos en un colega de San Luis: Algunos creadores sagrados de esta ciudad en su afán de llevar un respetable número de almas por el camino del cielo y otro de billetes a su bolsillo, consideran como un gran obstáculo a su misión, la asistencia de nuestra juventud a las escuelas normales, a las que, en la plática del viernes, el padre Viscarra calificó de focos de corrupción. Tan culto modo de expresarse respecto de una de las instituciones más benéficas y de más positivo progreso de los pueblos, sólo puede esperarse de los retrógrados que esquivan su frente a toda civilización, y que viendo desmoronarse su castillo de añejas preocupaciones, esgrimen en su desesperación, como arma de combate, del insulto, la calumnia a todo lo que importa en adelanto (...) Es en vano que quieran destruir una de las creaciones más hermosas de la época: las Escuelas Normales están asentadas en la base inconmovible de las necesidades sociales y de su importancia real (...) Cesen, pues, en sus ataques, los señores clericales, que es hasta antipatriótica prédica semejante. “Siempre el clericalismo retrógrado”, en: La Educación. Periódico Quincenal, Buenos Aires, diciembre 15 de 1889 y enero 1 de 1890, año 4, n. 90 y 91.

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título de doctor como José Bianco, maestro normal y doctor en derecho, o son egresados de colegios nacionales, han logrado el título de doctor en derecho, han ejercido como profesores en escuelas normales, tienen funciones en el ministerio de instrucción pública, como es el caso de José B. Zubiaur. Sus tareas también se desarrollan fuera de la patria, ya que gracias a viajes de estudios, o a eventos educativos, son enviados por el Estado argentino tanto para perfeccionarse como para estudiar temas educativos en otros países. De este modo, al alcanzar títulos importantes como el de doctor, al ejercer cargos en las áreas educativas del Estado nacional o Estados provinciales, al poder recorrer el país como inspectores, o ocupando cargos en escuelas y colegios, consiguen comunicarse con otros maestros, profesores, directores de escuelas, autoridades políticas y de educación en diferentes zonas de la república, circunstancia que les permite, gracias a su esfuerzo y perseverancia, poder pensarse a nivel nacional, poder materializar sus proyectos, como fundar, de manera efectiva, en 1886 la Asociación Nacional de Educación, o en esa misma década el Centro Unión Normalista de la capital que poco años después se transforma en un centro nacional, así como promover, como lo hace José Bianco, la creación de la Asociación Nacional de la Enseñanza del Trabajo Manual, para citar sólo algunos ejemplos ilustrativos. Los viajes al exterior, costeados por el Estado, también les permiten comunicarse con experiencias educativas de otros países, aprender nuevos saberes (actualizarse sobre nuevos temas, como la enseñanza del trabajo manual, o la gimnasia y el deporte en las escuelas), entrar en contacto con educadores de los diferentes lugares del mundo, y hasta poder convocarlos para trabajar en las escuelas argentinas, como a los maestros de la enseñanza del trabajo manual de Suecia. Sus redes, por lo tanto, son nacionales e internacionales. Advertimos, a partir de estas breves referencias, que a fines de los años 80 y ya en la década del 90, período que se acota este estudio, la nueva generación de maestros tiene la palabra, y tiene cierto poder de decisión en un determinado nivel del campo educativo, ocupando espacios en la sociedad civil con sus asociaciones, publicaciones y escuelas particulares, y en espacios del Estado nacional o Estados provinciales, pero aspiran, y esto debe ser subrayado, a los cargos más elevados en el Consejo Nacional de Educación, en la Dirección General de escuelas de provincias, y en el Ministerio de Instrucción Pública, entre otros.

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La nueva escuela y su voluntad de verdad El saber es un capital decisivo en esta lucha: la nueva escuela se presenta como la portadora de un saber científico que exhibe como diferente y superador del saber de todos los actores que participan del campo educativo: superadora de la vieja escuela normalista, del movimiento católico, y de la dirigencia política, para indicar sólo algunos actores en pugna. El que está autorizado para hablar y para decidir debe acreditar, entre otras cuestiones, un saber que lo califique y legitime, un saber que le permita descubrir los problemas y pueda, sobre todo, resolverlos. La voluntad científica es uno de los rasgos que definen a la nueva escuela, pero también es visible la voluntad democrática, la voluntad liberal, la voluntad patriótica y republicana, la invocación de un lenguaje religioso y de un lenguaje militar, entre otros, que forman parte del ideario del normalismo y no sólo de la nueva generación de maestros. Mi hipótesis es que los diferentes registros argumentativos están asociados a luchas específicas, cada invocación de un saber (científico, democrático, liberal, patriótico, republicano, religión cívica etc.,) es utilizado para describir una realidad, justificar una determinada cuestión y es interrumpido o violentado cuando lesiona un interés o principio caro al normalismo, y en especial de la nueva escuela.185 Veamos esto más detenidamente, siempre analizando el discurso de los jóvenes maestros.

Esta defensa de la autonomía del normalismo puede advertirse además en su mirada sobre la política, y sobre todo la política partidaria. La vieja escuela y la nueva escuela se oponen a la lucha de partidos, dicen que la educación debe estar por encima de los partidos políticos, y que estos no deben invadir el espacio escolar. Pero en la década del 90 diferentes normalistas obtienen cargos en el campo político, son elegios diputados nacionales o gobernadores. Aquí los normalistas dicen que está bien, en tanto defiendan los intereses y valores de la educación común. Prescindencia política, o partidaria, o apoyo a la participación en partidos, todo es bueno o malo si defienden la educación común. En esta línea se advierte también en la década del 90 que miembros de la nueva escuela acceden a la gobernación de provincias (San Luis) o al parlamento nacional al ser elegidos diputados (Carbó); hechos que se celebran como un enorme triunfo de la nueva escuela. El título de doctor, es clave la lucha política, y este también es otro hecho que se celebra, cada vez que un normalista obtiene el título de doctor permite al normalismo tener más poder en la lucha en el campo educativo o en el campo político. 185

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Voluntad científica El maestro, para los integrantes de la nueva escuela, debe ser un científico y un artista. Invocan una pedagogía científica que los lleva a postular que cada alumno accede a la verdad personalmente, y el maestro debe guiarlo a esa meta, que se consigue en la experiencia, y mediante una demostración empírica. La nueva escuela habla de la libertad y de la actividad del niño para descubrir la verdad, en oposición a la vieja escuela erudita, repetitiva, que ve la cabeza del niño como un recipiente que hay que llenar con conocimientos, y forma, invariablemente, un individuo pasivo. La vieja escuela instruye, apela a los libros, a la repetición y la memorización, en cambio la nueva escuela educa (además de instruir). La voluntad científica, en este caso, le permite diferenciarse de la vieja escuela, y presentarse como portadores de un saber superior. Les permite, en segundo lugar, unir, efectivamente186 y no de modo declarativo, ciencia y liberalismo: ya que el alumno logra autonomía, es un sujeto activo que descubre personalmente la verdad mediante una constatación empírica, experimental. Y en tercer término, le permite sostener, al igual que la vieja escuela, que solo en las escuelas normales se puede formar un maestro científico y con el arte para enseñar, arte que solo se aprende en las escuelas normales. La voluntad científica es utilizada en otras luchas, por ejemplo cuando se da la discusión sobre si los niños deben trabajar en los talleres o concurrir a las escuelas. Su argumentación se apoya en autoridades científicas, invocan una multiplicidad de datos y estadísticas de ensayos científicos sobre el desarrollo de los músculos de niños y de personas adultas, y concluyen que un niño no puede trabajar en un taller porque sus músculos aún no están formados, y que su lugar es la escuela. Aquí ciencia y educación se complementan, son dos caras de la misma moneda. Algo parecido sucede cuando se plantea el tema de los bancos en las escuelas y su relación con la salud La nueva escuela suponía que efectivamente el alumno es autónomo al descubrir por sí mismo la verdad. Pero no dejemos escapar que las clases ya están preparadas por el maestro, y como buenos positivistas, ya saben cuál es la verdad que debe descubrirse, por lo tanto, no existe un actividad autónoma por parte del alumno, ya que será guiado por el maestro hacia ella. Digamos que existe una pretensión científica, una pretensión de autonomía por parte de los alumnos, pero esto en los hechos no se produce, la verdad ya ha sido descubierta, los alumnos no descubrirán otra verdad más que la que ya sabe de antemano el docente. 186

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física de los niños: se postula que solo maestros y médicos están preparados para hablar y decidir sobre esta cuestión. La voluntad científica es clara y legitima su discurso, la ciencia le permite interpretar la realidad, y dar una respuesta en temas tan diferentes como si un niño puede trabajar en un taller o cuáles son los bancos adecuados para un alumno. Sin embargo, dicha voluntad científica en otros temas parece oponerse al magisterio. Al introducir el tema de la niñez y la moral, se separan de Spencer, autoridad siempre citada positivamente, ya que sostiene que la moral está ligada a la herencia biológica.187 Aceptar esta premisa spenceriana significa que la educación no tiene sentido, no cumple ninguna función, puesto que todo está dado por la naturaleza. Invocan a Darwin y otros científicos para atacar la posición spenceriana. En este caso se critica a un científico, pero desde una argumentación científica. La voluntad científica no puede dar cuenta de todos sus argumentos, y deben acudir a otros saberes de dudosa cientificidad, como la analogía del maestro con el apóstol y de la escuela con un templo, o identificar su lucha contra la ignorancia como una cruzada. Por qué invocan argumentos que entran en tensión, la voluntad spenceriana, la voluntad científica y este lenguaje religioso. ¿Cuál es su función? Permítasenos hacer un rodeo para advertir cómo en cada demanda de los normalistas (salarios, sistema de jubilación, pedido de pensiones etc.) se invoca un saber diferente. Voluntad democrática, el valor de la igualdad Los normalistas, de la vieja o de la nueva escuela, asocian el espacio escolar con la igualdad, con la democracia, opuesta a los colegios nacionales y las universidades. En la primera convive el hijo de una familia rica y el hijo de una familia pobre, todos son formados iguales y libres, todos son formados como ciudadanos, contrariamente en el colegio nacional y en la universidad se violenta el principio de igualdad, el principio democrático, ya que se educa una elite dirigente, se educa a los mejores. El maestro se encuentra en la escuela con el lado oscuro de la realidad: niños de familias pobres, niños que no tienen posibilidad de vestirse para asistir a la escuela, niños que necesitan becas o que son requeridos por sus padres para el trabajo y son sacados del ámbito escolar por ese motivo. En los colegios y en las “El desarrollo del sentimiento moral en el niño”, en: Revista Pedagógica Argentina. Órgano del Centro Unión de Normalistas, año III, n. XXV, octubre 1890, pp. 520-522; y año III, n. XXVII, diciembre de 1890, pp. 589-592. 187

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universidades esta parte de la realidad argentina no existe o se ve muy tenuemente, por lo general concurren los hijos de familias con dinero o de familias que están en condiciones de sostenerlos en el nivel secundario. Maestros y alumnos son parte de la misma condición social, esto es, el maestro se proclama obrero de la cultura, obrero de la civilización, depende de su salario para vivir, existen becas para hijos de docentes con el fin que accedan a la escuela, o celebran que han sido beneficiados con el sistema de Jubilación a fines de la década de 1880. Democracia versus aristocracia y elitismo, igualdad versus jerarquías, son oposiciones que se esgrimen en la lucha por la defensa de los intereses del magisterio. Los maestros y maestras son los que forman al pueblo, sin deferencias de clases sociales, y bajo los principios de la constitución: república y democracia. Los otros niveles violentan estos principios, ya que solo forman una elite, una clase dirigente, y de este modo no son democráticos, sino aristocráticos, forman a los mejores. Todos estos razonamientos concluyen en una misma cuestión: poder sostener, como decía Sarmiento, que es la educación común, la escuela primaria el nivel fundamental del sistema educativo, y que el presupuesto, la atención del Estado, debe apuntar en primer lugar a ese nivel y luego a los otros. Su voluntad democrática esta ligada estrechamente a demandas puntuales: mejorar el salario de los docentes, justificar la obtención de la ley de jubilación para los maestros, avalar que la mayor parte del presupuesto sea mayoritariamente a la educación común, o pedir una pensión para la viuda o viudo del docente, entre otras reivindicaciones. Maestro apóstol, maestro soldado, un cruzado en lucha contra la ignorancia Por otro lado se sostiene que el maestro no es un empleado más del Estado, sino diferente, debe tener privilegios que otros no tienen, aquí la igualdad empieza a ser desplazada por la apelación a la jerarquía. Es necesario hacer un nuevo rodeo. Templo del saber, apóstoles de la educación, son algunas de sus invocaciones. De este modo, se indica que su trabajo, su tarea en la escuela, no es terrenal igual que la de los demás empleados del Estado nacional o Estados provinciales, sino trascendente. Por lo tanto, al maestro no se lo puede considerar como otro empleado del Estado, tiene privilegios, porque entrega su vida, y su vida es sagrada, es un cruzado que lucha contra la ignorancia. El maestro es comparado también con un soldado que entrega su vida por la patria, por la república, si el soldado defiende el territorio de la

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patria (soberanía territorial), el maestro defiende al niño de la ignorancia, lo forma como ciudadano (soberanía política, ilustración que implica que un pueblo ilustrado no elegirá un tirano o un caudillo, tal como decía Sarmiento), y dicha actividad no casualmente se la define como una cruzada, noción que une al guerreo y al santo. Si la apelación obreros de la cultura, obreros de la civilización conduce, entre otros cosas, a la defensa de los salarios docentes, y la ley de jubilaciones para los maestros, la apelación a la docencia como apostolado o asociado al soldado, conduce a otra demanda: así como la viuda del soldado obtiene del Estado argentino una pensión, lo mismo debe suceder, sostienen los normalistas, con la viuda o viudo de un docente.188 El maestro y los textos escolares La autonomía del maestro se advierte en otra cuestión, y de manera extrema cuando se debate cómo deben ser los manuales escolares. Por un lado se acepta que sean profesores argentinos los que escriban estos libros, y se celebra el llamado a concurso público para elegir los mejores textos. Recordemos que hasta comienzos de los años 90 los textos son en muchos casos foráneos, las maestras norteamericanas, por ejemplo, traducían textos de su país de nacimiento, o los sacerdotes que enseñan en las escuelas, generalmente extranjeros, enseñaban con textos de otros países. Aquí aparece una lucha del normalismo por la nacionalización de la educación: maestros argentinos, textos argentinos, enseñaza impartida en idioma nacional, contenido nacional de asignatura tales como historia, literatura, geografía, etc. Sin embargo, en otro registro de discusión se postula que si bien es pertinente que los manuales sean escritos por profesores argentinos, el maestro es más importante que el manual, a sus ojos no es necesario el libro ya que es el maestro y el alumno son el Así como se identifican con el soldado para justificar su demanda por la pensión del docente, se separan del mundo militar cuando se lucha por el presupuesto, por ejemplo cuando se expresa el gasto que significa los batallones escolares. Aubin escribe un artículo sobre el tema, y su planteo es que ante la crisis económica que existe en 1890, hay que privilegiar la escuela (el salario del docente, de los empleados, el alquiler del local etc.,) en los gastos del presupuesto y evitar la compra de armas y uniformes para los niños soldados, es decir, no niega la idea de los batallones escolares, ni la idea de niños soldados, pero lo ubica en segundo lugar de prioridades. En otros artículos otros maestros se oponen a los batallones escolares porque pueden herir o matar a los niños, hecho que ocurrió en más de un caso. 188

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centro de la enseñanza (aunque se acepta al manual en esta coyuntura particular del sistema educativo argentino). 189 Esto se vincula a la ciencia y al arte de enseñar: los integrantes de la nueva escuela postulan que la verdad debe ser encontrada, descubierta por el alumno y que es el maestro un guía en este camino llamado aprendizaje.190 El manual en todo caso puede ser a menudo un obstáculo porque el alumno tiende a memorizar, a repetir lo que dicen sus páginas, y le impide descubrir por él mismo la verdad. La lucha es, recordemos, con la vieja escuela: el texto es usado por la vieja escuela porque ve al niño como un “loro” que repite, como un “recipiente” que debe llenarse de conocimientos.191 Normalismo y partidos políticos Cómo dejar escapar otro tema encadenado a la defensa del espacio autónomo del maestro: la vinculación entre normalismo y partidos políticos. En el mismo prospecto de La Educación en su primer número se sostiene que los maestros no pueden hacer política partidaria, los “Menos libro y más observación”, en: Revista Pedagógica Argentina. Órgano del Centro Unión Normalista, Buenos Aires, año III, julio 1890, n. XXIII; y “Textos de enseñanza primaria”, en: Revista Pedagógica Argentina. Órgano del Centro Unión Normalista, Buenos Aires, año III, agosto 15 de 1891, n. 34; “Sobre el mismo tema”, en: Revista Pedagógica Argentina. Órgano del Centro Unión Normalista, Buenos Aires, año IV, agosto 31 de 1891, n. 35; y sigue en los números siguientes con el mismo título: setiembre 15 de 1891, n. 36, setiembre 30, n. 37; octubre 15 de 1891, n. 38. 190 Los artículos que aluden al maestro como un científico y un artista se multiplican, citemos al menos dos ejemplos: “Lo que debe ser el maestro. Necesidad de las escuelas normales por el Profesor Normal D. Ernesto Bavio”, en: La Educación. Periódico Quincenal, Buenos Aires, marzo 1, 1886, año 1, n. 1; La Educación. Periódico Quincenal, Buenos Aires, marzo 31, 1886, año 1, n. 3; y “La ciencia y el arte de la educación”, en: Revista Pedagógica Argentina. Órgano del Centro Unión Normalista, Buenos Aires, año III, junio 1890, n. XXII. 191 Carlos N. Vergara tiene una posición aún más extrema: para lograr la autonomía y actividad del alumno, el maestro apenas tiene que intervenir, debe dejar que el alumno aprenda de manera espontánea y activa. Véase, Tedesco, Juan Carlos, “La instancia educativa”, en: Biagini, Hugo (compilador) El movimiento positivista argentino, Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1985, pp. 333-360; Roig, Arturo A., Los krausistas argentinas (primera edición: 1969), Buenos Aires, Ediciones El Andariego, 2006, pp. 98-101; y Carli, Sandra, Niñez, pedagogía y política. Transformaciones de los discursos acerca de la infancia en la historia de la educación argentina entre 1880 y 1955, Madrid, Miño y Dávila, 2005, pp. 126-146. 189

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intereses de la educación están por encima de los partidos políticos, y a su vez reclaman a los políticos que no se entrometan en las escuelas:192 campo normalista y campo político no deben invadirse unos a otros. Este postulado se repite invariablemente en los primeros años. Sin embargo, todo cambia a partir de la crisis económica y política de 1890, momento en que la política adquiere otro tono en la sociedad y también entre los normalistas.193 Empiezan a surgir figuras notorias del normalismo en diferentes puntos del país que aceptan la apuesta de participar en elecciones, a pesar que se produce todo un debate en el espacio normalista, finalmente los buenos resultados electorales saldan la discusión. Es más, no sólo se celebra cada vez que un maestro o miembro de una asociación de educación accede a un cargo, sino que se los empieza a promover para las elecciones de cargos legislativos o ejecutivos, en un escenario, vale la pena recordar y subrayar, donde impera el fraude y la violencia en las elecciones (precisamente, uno de los justificativos es que el maestro debe intervenir en la política para reformar las malas prácticas electorales).194 ¿Qué une a uno y otro momento? Que siempre se defiende la autonomía del espacio normalista, sea luchando para que “Prospecto”, en: La Educación. Periódico Quincenal, Buenos Aires, marzo 1, 1886, año 1, n. 1. Y en el siguiente número puede leerse el artículo “La política en el profesorado”, en: La Educación. Periódico Quincenal, Buenos Aires, marzo 15, 1886, año 1, n. 2. Es un tema recurrente y desde el inicio de la publicación, en adelante se multiplican los artículos y columnas con estos contenidos hasta la crisis de 1890. 193 “Discurso del Sr. Alejandro Carbó. Director de la Escuela Normal del Paraná, en el Acto de la repartición de diplomas a los alumnos últimamente graduados”, en: La Educación. Periódico Quincenal, Buenos Aires, enero 1 y 15, 1891, año V, números 115 y 116. 194 Leamos al menos uno de las tantas columnas que se repiten: El número de Normalistas en el Congreso de la Nación aumenta rápidamente, y a este paso no estará lejano el día en que hubiese mayoría de maestros y profesores normalistas en las Cámaras Nacionales. Los que actualmente existen ocupando una banca del augusto recinto son: Pedro Barrasa en el Senado, por Santiago; en la cámara de diputados: Sergio Alvarado, por Jujuy, Gustavo Ferrari y Adolfo Castellanos, por Catamarca. En las últimas elecciones que acaban de efectuarse en toda la República han salido normalistas más como diputados: Lidoro Avellaneda por La Rioja, y M. Astrada por Córdoba. Ahora solo falta que esos profesores tan altamente colocados hagan oír su voz y hagan sentir su acción como dignos representantes de la cultura nacional. “Noticias. Normalistas en el Congreso”, en: La Educación. Publicación Quincenal, Buenos Aires, Marzo 15 de 1896, año XI, n. 228. 192

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los partidos políticos, la llamada politiquería, no irrumpa en la escuela, o sea apoyando a los normalistas diputados, senadores, gobernadores, que tienen, entre sus banderas, la defensa de los intereses y valores del magisterio. Patria, república y normalismo Es conocido que los maestros y maestras, y su lugar, la escuela, están asociados a la patria, a la república: ¿asociar patria y república a la enseñanza común lesiona sus intereses y principios o son, por el contrario, su fuente de legitimidad? Veamos algunos ejemplos para examinar la voluntad patriótica y la voluntad republicana de los normalistas. José Bianco escribe una “Carta Abierta abierta” a J. Alfredo Ferreira.195 Se edita en La Educación, una publicación de la nueva escuela, en febrero y marzo de 1890. El motivo es construir un monumento a D. F. Sarmiento, emblema del normalismo. La propuesta no se origina en la mejor situación, ya que, a sus ojos, reina la indiferencia en el espacio público. Un esquema se repite en los enunciados y en las prácticas de la nueva escuela: se pregonan ideales liberales, pero ante una sociedad poco activa, se acude a la intervención del Estado Nacional y de los Estados provinciales, y se invocan, para justificar el argumento, ideales patrióticos. 196 Alumnos, maestros, padres, abuelos, entre otros actores, deben ser movilizados por órganos educativos de las esferas estatales para hacer una suscrición con un objeto preciso: recaudar fondos para levantar el monumento.197 “Carta Abierta. Monumento a Sarmiento, eregido por la niñez argentina en la capital federal”, en: La Educación, periódico quincenal, Buenos Aires, febrero 1 y marzo 1, 1890, año IV, n. 94 y 95, pp. 1567-1569. 196 Tras luengas dudas y vacilaciones, una vez concebido el pensamiento, me atreví a comunicárselo públicamente: harto sabía y sé que los tiempos que corren no son muy a propósito para honras póstumas (...) pero es necesario arrostrar la indiferencia de unos, el desprecio, quizás, de otros, para levantar un tanto el espíritu público e inocular los gérmenes de un patriotismo viril, puro y desinteresado, en el corazón de la niñez, que mañana está llamada a regir los destinos de la patria hermosa. Ibid., 1567. 197 La empresa es noble, generosa y muy digna de llevarse a cabo. Los medios para ello son sencillos, muy sencillos. Funcionan en el país unas 4.000 escuelas primarias donde se educan unos 350.000 niños. Tomando la iniciativa el Consejo Nacional de Educación, solicitaría por medio de sus inspectores la cooperación de todos los Consejos Provinciales que a su vez ordenarían oficialmente a sus 195

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El plan está legitimado por un relato que intenta motivar a los actores de la comunidad educativa, y hacerlos partícipe de dicha tradición escolar. Se trata de una historia del país que tiene como protagonista a Sarmiento y a sus compañeros del exilio chileno en momentos que gobernaba Juan Manuel de Rosas y la ignorancia engendraba el gobierno de los caudillos (idea recurrente en Sarmiento y en las filas liberales), y en dicha epopeya, una vez que éste fue derrocado, comenzaron a establecerse las escuelas primarias y las escuelas normales que combatieron el analfabetismo, formando la ciudadanía, formando al pueblo, creando la patria, la república. 198 El relato se comunica con el presente: la participación de todas las escuelas del país en esta suscrición los incorpora a esta historia (iniciada con Sarmiento, y con la fundación de la enseñanza común y las sedes normalistas). La suscrición y el monumento están asociados a una misma operación: actores (alumnos, maestros, padres, familiares, vecinos) formando parte de esta historia que continúa en el representantes en los departamentos o distritos que impartieran a los maestros de su jurisdicción la orden de promover una sucrición entre sus alumnos. Algunos de ellos cumplirían el mandato por ser oficial, y nada más; otros, verdaderos maestros, es decir, maestros de corazón y no del estómago, harían que sus niños organizaran pequeños conciertos y certámenes, donde todo el pueblos acudiría por ver, quien a su hijo, quien a sus hermanitos, quien a sus nietecitos o sobrinitos, leyendo o declamando un alinda poesía, etc., y que salieran, también, a golpear de puerta en puerta pidiendo unos centavitos para el primer educador argentino, que nadie se negaría a dar porque nadie niega lo que es solicitado por labios inocentes. De esta manera cada escuela, término medio, daría unos 50 pesos, y en menos de seis meses, con un poco de actividad que desplegara la Comisión central y sus auxilios se tendrían unos 200.000 pesos moneda nacional, cantidad suficiente para costear el monumento, que podría colocarse –modificando la idea en este detalle- en la Recoleta, sobre la tumba que guardan sus restos inmortales, a fin de que el 11 de Setiembre se reunieran en su derredor los niños de la Capital y los representantes de todas las provincias para cubrirlo de flores (...) ¡Qué cuadro hermoso! Ibid., p. 1567. 198 Pero no hay noche sin aurora, ha dicho el poeta, y tras la noche de la tiranía, la hermosa aurora del año cincuenta y dos que anuncia el día de la libertad, que con Mitre, Rawson, Velez Sarsfield y otros vió constituirse definitivamente la República, asentada en la amplia base de la federación, y con Sarmiento fundar la fragua donde se forja el yugo del hombre libre: la escuela primaria (...) cuya honda misión es formar ciudadanos patriotas, héroes cuando el caso lo requiera (...) formando el carácter y fortaleciendo la conciencia del elector, a fin de que escriba en su boleta, no el nombre de un embaucador popular o el del caudillejo de aldea (...). Ibid., 1568

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presente, actualizándola con su suscrición, y el monumento, a la vez, hace visible a todos los ojos, subraya Bianco, sean de la comunidad escolar o ajena a ella, del hombre que sintetiza en su figura a unos de los grandes héroes del relato nacional. 199 Levantar un monumento a Sarmiento, o escribir un canto asociando su vida, a la educación primaria y a la patria, es parte de la operación de incorporar a un héroe del normalismo en el Panteón Nacional, y de inscribir al mismo tiempo al normalismo en el gran relato de la república. Esta operación no tiene nada de inocente. Se está redactando, o redefiniendo el diccionario político y educativo: el vínculo entre nación, república y magisterio es, en el discurso de la vieja y de la nueva escuela, nociones que se necesitan, una no puede existir sin la otra, no puede haber una nación republicana sin ciudadanos ilustrados, y no puede haber educación que no cumpla esta función en el mundo moderno. La patria, la república son, sin duda, la gran fuente de legitimidad de los maestros, ya que si tienen la palabra y la decisión en el aula es porque al formar ciudadanos ilustrados están haciendo, precisamente, la patria, la república. Su fuente de legitimidad los obliga a decir, (nada puede estar por encima de la patria y la república) y al obligarlos a decir la ciudadanía, la república, la patria, los conduce a lesionar ciertos valores y principios que ellos pregonan. Los integrantes de la nueva escuela, en la mayoría de los casos, adhieren a los postulados liberales, y adhieren al modelo norteamericano de sociedad y de Estado, sin embargo, están obligados a decir que la patria, la república se ubican por encima de todo, y desde ya de los individuos. Bianco sostiene en su carta: “Por que las naciones caen y desaparecen del haz de la tierra cuando sus hijos anteponen al interés de la patria los intereses particulares; cuando hacen del manejo de la cosa pública un manejo comercial (...) cuando la intensidad del amor patrio, se evalúa con el manómetro mercantil (...) ¡Qué trascendental es la misión de la escuela, amigo mío!” 200

¡Cuántas ideas despertaría aquel monumento que en su infancia les cupo la gloria de elevar! Nuestra historia, con sus sombras y sus luces, objetivándose, adquiriría la plasticidad tangible de la realidad que en inmenso panorama contemplarían sus ojos. Ibid., 1568. 200 Ibid., p. 1569. 199

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Esto no es todo, hasta la ciencia, en algún tramo de sus argumentos, se pone al servicio de la patria y de la república: “La escuela primaria, anota Bianco, cuya honda misión es formar ciudadanos patriotas, héroes cuando el caso lo requiera (...) la escuela primaria, que inocula en la cabeza y en el corazón del repúblico las dos ciencias del héroe: saber padecer y saber morir, (...) que son las dos ciencias del patriota...” 201 Estos pasajes no deben sorprendernos, ya que bien sabemos que la ciencia (desde los siglos XVII y XVIII, más aún en pleno siglo XIX) ha reemplazado (o pretende reemplazar) a Dios, pero mantiene su carácter religioso (por ende, sagrado, trascendental), y así como Dios se identificaba con el orden político (en las Monarquías de Derecho Divino), posteriormente la ciencia se identificó, en el caso rioplatense, con la república, con la patria, y la escuela es el espacio donde se forman los patriotas, los repúblicos, y todas estas nociones son evocadas (por el mismísimo Sarmiento que Bianco reproduce) con imágenes religiosas: “Amar, amar la Patria; hacer de ella el objeto de vuestros amores y el culto de vuestra religión; que sea el numen que os inspire vuestros balbuceos de niños y vuestros cantos de hombres; con las antorchas de la ciencia; y no olvidéis sobre todo, la obra en que se asienta su grandeza: la educación popular son las aguas del Jordán de las sociedades modernas que purifican todo lo que bañan.” 202 Una nueva conclusión se impone: en esta carta de Bianco a Ferreira se observa que la voluntad patriótica, la voluntad republicana violenta, por momentos, tanto la voluntad liberal como la voluntad científica para legitimar demandas normalistas: ubicar a Sarmiento, emblema del normalismo, en el Panteón Nacional, y unir normalismo y patria, normalismo y república como dos caras de la misma moneda, nada está por encima de la patria, de la república, y del normalismo. De este modo, se abre la puerta a otra disputa: ¿cual es el contenido de la nación, de la patria, de la república? ¿con qué atributos se forma un ciudadano argentino? ¿Quines son los héroes nacionales 201 202

Ibid., p. 1568. Bianco cita este pasaje de Sarmiento en los tramos finales de su carta. Ibid.

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de la educación? Las preguntas pueden multiplicarse. El debate se produce al interior del normalismo, y en la confrontación con otros actores. Esto se desarrolla, y no podía ser de otro modo, en un campo de batalla, donde hay ganadores y perdedores, siempre coyunturales, o que ganan en un lugar y pierden en otro. La lucha por entrar al Panteón Nacional, para tomar uno de estos interrogantes, nunca se da un mar sereno.... Así como Bianco plantea levantar un monumento a Sarmiento, y otros promueven editar sus obras completas desde el Estado argentino, en provincias como Santa Fe, para citar sólo un ejemplo, la enseñanza primaria se rige por la ley provincial de 1886 que establece la enseñanza religiosa obligatoria, y la formación de la ciudadanía se asocia al catolicismo, para ser argentino hay que ser católico (de allí las imputaciones de grupos católicos a la ciudad de Rosario poblaba de un número importante de masones o de religiones ajenas al catolicismo, donde la nacionalidad, a sus ojos, carece de fe católica para consolidarse, o peor aún, para existir). Además, la elite de la ciudad de Santa Fe estudia, en el nivel secundario, en el colegio de la Inmaculada, y esta idea de ciudadanía, de patria, siempre asociada al catolicismo, se refuerza en la formación de los hombres dirigentes. El campo de lucha tiene numerosos actores, y la batalla entre normalistas y católicos es solo una de las disputas visibles, pero existen otras, por ejemplo, la lucha de los normalistas con las comunidades extranjeras que también postulan sus héroes y reivindican su cultura de origen. No dejemos de señalar algo elemental: la lucha entre normalistas y católicos, o entre normalistas y comunidades extranjeras, indicada por razones de espacio tan esquemáticamente, no es simplemente entre dos bloques homogéneos, ya que al interior tanto del normalismo como del catolicismo o de cada colectividad también se verifican disputas y rencillas permanentes. Veamos el caso normalista. Bien sabemos que Sarmiento cuestiona el programa alberdiano de la república posible, (de la república del habitante productor de riqueza), ya que señalaba, como advertimos, una posible colonización, o pérdida del gobierno propio en manos de argentinos hijos de italianos. Bien sabemos que Alberdi y Sarmiento, después de la batalla de Caseros (en 1852) que pone fin del orden de Rosas, se distancian, y alimentan una batalla verbal (de tono cruento) hasta el fin de sus días, sólo con algún saludo de cortesía que ni uno ni otro suponía sincero. Algunos integrantes de la nueva generación maestros, ya sea porque comparten ciertos postulados alberdianos, o por afán, quizás, de diferenciarse al interior del normalismo, componen un razonamiento

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que indaga los problemas educativos y nacionales y ofrecen soluciones con argumentos que combinan razonamientos tanto de Sarmiento como de Alberdi. Y así como pueden promover la figura del primero al Panteón Nacional, también promueven, al mismo tiempo, la figura del segundo. La conferencia de José B. Zubiaur, “Gobernar es educar” (1896), su libro La enseñanza práctica e industrial en la República Argentina (1900) y su discurso de 1904, al inaugurar la escuela Juan Bautista Alberdi en el barrio de Belgrano en la capital, son tres textos, de géneros diferentes, que nos permitirá mostrar, en un ejemplo ilustrativo y acotado, de qué manera se articula un discurso donde conviven argumentos de Sarmiento y de Alberdi. 203 Sarmiento, en los escritos de la década del 80, señala que el gran problema es la posibilidad de una nueva colonización (y su destinatario es, sobre todo, la comunidad italiana), y que la respuesta debe centrarse en formar ciudadanos argentinos. Zubiaur atesora este señalamiento, pero visualiza, además otro problema, ya que los inmigrantes se enriquecen con mucha más facilidad, y en mayor número que los criollos (poco aptos para las empresas económicas), por lo tanto, la respuesta no sólo debe apuntar a la formación de ciudadanos desde un punto de vista político y cultural,204 sino también formarlos para competir en el mercado laboral. Aquí es introducido el libro Bases de Alberdi, y más precisamente aquellas pocas páginas que J. B. Zubiaur, “Gobernar es educar. Conferencia leída por el Dr. J. B. Zubiaur. Rector del Colegio Nacional del Uruguay. En los salones de la “Sociedad Unión Uruguaya”, en: La Educación, Publicación Quincenal, 15 de octubre y 1 de noviembre de 1896, año XI, n. 242 y 243. pp. 626-631; La enseñanza práctica e industrial en la República Argentina, Buenos Aires, 1900; y “Discurso de inauguración de la escuela Juan Bautista Alberdi”, en: Monitor de la Educación Común, año 23, n. 361, pp. 104-108. 204 La pretensión de algunas colectividades extranjeras de dar a sus hijos una enseñanza reñida con nuestra historia y nuestras instituciones, no subsistirá el día en que nuestras incipientes escuelas y colegios preparen al hombre y a la mujer para la vida completa y no lo entreguen, como ahora, mutilados de cuerpo y espíritu sólo capaces de convertirse en esclavos de sus pasiones, de sus apetitos o de sus sentimientos egoístas (...) La suprema aspiración argentina, concorde con las más elevadas propensiones humanas, debe ser, pues, la de impartir una educación nacional que se caracterice por una tendencia que involucre estos elementos: ciencia, americanismo, democracia, liberalismo, y que viva al calor de la influencia popular y sea eficazmente secundada por la acción oficial. José Benjamín Zubiaur, “Gobernar es educar”, ob. cit., p.628. 203

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sostienen una educación para el trabajo. Gobernar es poblar es redefinido por Zubiaur como Gobernar es educar, estableciendo que la respuesta a los problemas nacionales (inmigrantes que pueden colonizar el país, la posibilidad de perder el gobierno propio, y un mercado que muestra que los extranjeros se enriquecen en contraste con los criollos que no pueden hacerlo, o lo hacen muy precariamente) provendrá de la escuela, hijos de nativos o de extranjeros se educarán como ciudadanos argentinos, y se los preparará además, para la inserción exitosa en el mercado laboral.205 Sarmiento, a sus ojos, no visualizó el problema de una escuela normal que forme al maestro rural, o una escuela normal superior, y esta es una de las diferentes propuestas que la nueva escuela indica como renovadores en esta

Dije entonces que el censo que se levantaba en el país importaría una decepción (...) El demostrará (...) que, después de haber fundado nuestros padres una nacionalidad a costa de grandes sacrificios; de haber ayudado a constituir cuatro más; así como a sacudir el yugo extranjero en toda la América latina; estábamos, en caracteres sociológicos primordiales importancia, tales como el comercio, la industria y la agricultura que son las primeras y las más fecundas fuentes de la riqueza, en condiciones muy inferiores a los elementos extranjeros que en forma de aluvión han inundado casi todo el país y se han adueñado de sus partes más importantes mediante el trabajo propio o la riqueza importada.(...) Es de suponer que esa gran masa que forma el éxodo moderno y llena las fértiles riberas de nuestros grandes ríos y se lanza ya, en alas de locomotora, a conquistar pampas, valles y montañas mediterráneas, no se adapte a nuestros usos y costumbres, y trate de imponer los suyos, no solo en el orden privado y social, lo que podría ser ventajoso, sino también en el político, que no puede, en realidad, según el concepto institucional moderno, mejorarse nada más que en la práctica, porque en la teoría y en la letra nuestras instituciones son las más perfectas, es decir, las que mejor realizan, en el momento actual, el ideal filosófico para el amplio desarrollo de la entidad humana y de la entidad social, molécula de aquel átomo, y hasta haga peligrar la integridad nacional. Las tituladas colonias extranjeras, con sus escuelas y tendencias propias, no serían, entonces, más que el primer jalón puesto en el campo de conquistas futuras (...) Deduje de estas simples premisas la forzosa conclusión de que la fórmula de Alberdi, “gobernar es poblar” ha hecho ya su reinado, no porque necesite más población extranjera que signifique progreso moral o material, sino porque la corriente inmigratoria está ya establecida debido a la libertad de nuestras leyes y a la fecundidad y riqueza de nuestro suelo, y que debe ser reemplazada por la que tienda a mantener, estimular y desarrollar el espíritu genuinamente nacional-americano y democrático-liberal. José Benjamín Zubiaur, “Gobernar es educar”, pp. 626-627. 205

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tradición educativa.206 Y en estrecha vinculación con esto, Zubiaur señala que al redefinir la sentencia de Bases lo hace sin negar el legado alberdiano, ya que gobernar es educar significa educar alberdianamente, esto es, formando para el trabajo, y subraya que ese ideario ha sido aceptado por todo el mundo civilizado.207 Zubiaur cita un pasaje de Alberdi208 para sostener, posteriormente, que su ideario se está poniendo en práctica:

Se presentan como continuadores, en concepción educativa, de Moreno, Belgrano, Rivadavia, y por otro lado, de Sarmiento, de Alberdi, de quiénes toman diferentes aspectos, se trata de una continuidad y de un programa nuevo, que denominan como “moderno”, de una educación “integral”, el sistema de instrucción, a sus ojos, hay que “completarlo”, “perfeccionarlo”, esto es, reivindican ciertas continuidades y se presentan como lo que poseen el saber adecuado para continuar y completar la tarea iniciada por los patriotas: Hay que completarlo y perfeccionarlo creando los establecimientos que aún faltan, formando el maestro y el profesor que no existen, (...) Faltan, en efecto, para completarlo la Escuela Normal Superior, de cuya institución no es un remedo siquiera la reciente Facultad de Filosofía y Letras que responde a otro objeto, y faltan las escuelas normales que formen al maestro de campaña, así como las agrícolas, industriales y de artes y oficios, que formen obreros y las de economía doméstica que devuelvan a la mujer argentina el cetro (...) del hogar, que la convertirá en reina y señora de la humanidad. Para perfeccionarlo falta la tendencia práctico-científico, nacional-americana y democrático-liberal que debe informarlo y, naturalmente, la ley, planes, programas y demás disposiciones que den vida y realidad a esa tendencia y haga de la educación lo que debe ser: preparación para la vida completa; desarrollo en consecuencia de todos los poderes y aptitudes del ser humano tanto físico como morales, intelectuales y técnicos (...). José Benjamín Zubiaur, “Gobernar es educar”, p.629). 207 Nuevos tiempos acarrean nuevas necesidades. La fórmula más conocida del eminente Alberdi no ha caducado; pero debe ser reemplazada por esta otra más comprensiva y que satisface mejor las necesidades del momento actual “Gobernar es educar” y, educar en el sentido que él pregonó y ratifica, ahora, todo el mundo civilizado. José Benjamín Zubiaur, “Discurso...”, ob. cit., p. 1108. 208 Estas son las palabras de Alberdi: Nuestra juventud debe ser educada para la vida industrial y para ello ser instruida en las ciencias o en las artes auxiliares de la industria. El tipo de nuestro hombre sudameriano debe ser el hombre formado para vencer al grande y agobiante enemigo de nuestro progreso, el desierto, el atraso material, la naturaleza bruta y primitiva de nuestro continente. La industria es el gran medio de moralización. Facilitando los medios de vivir previene el delito, hijo las más de las veces de la miseria y del ocio. En vano llenaréis la inteligencia de la juventud de nociones abstractas sobre religión, si la dejáis ocioso y pobre, a menos que no la entreguéis a la mendicidad monacal, será 206

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“El Consejo Nacional está practicando ya estas verdades por prescripción legal, la enseñanza es laica, y talleres y cocinas, jardines, huertas y excursiones escolares quiebran ya la monotonía de la enseñanza teórica, que solo forma pretenciosas marisavidillas, declamadores, demagogos; y bajo la égida del nombre esclarecido con que ha sido bautizada esta escuela ha colocado el taller industrial de que aprovecharán, desde hoy los alumnos de los grados superiores de este distrito, como aprovecharán de la cocina inaugurada en la escuela Casto- Munita las alumnas de esos grados hasta que sea una verdad que en el seno de nuestros institutos primaria se preparen buenas madres futuras, y hombres útiles, que tengan los primeros rudimentos del trabajo manual siempre honroso y garantía de independencia material y moral.” 209

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el gran emblema del magisterio el motivo del homenaje, pero los tres escritos de J. B. Zubiaur, recién examinados muy rápidamente, contrasta de manera franca con la vieja escuela que no menciona la figura de Alberdi asociada a la instrucción pública, y menos para igualarlo a la figura de Sarmiento. Pero así como la nueva y la vieja escuela tienen diferencias en relación a la tradición educativa que activan, a su concepción pedagógica, a los atributos que debe poseer un ciudadano, a los problemas de la república, entre otras cuestiones, también los integrantes de la nueva generación de maestros tienen diferencias entre ellos. La disputa se produce en el campo educativo, en el campo normalista y en el mismo espacio de la nueva generación de maestros (esto último forma parte de otro trabajo 212).

Así como se inicia una empresa, a nivel nacional, para construir un monumento a Sarmiento, también Alberdi es recordado, en este caso por Zubiaur, como aquel educador que se adelantó 50 años al plantear la función económica de la educación argentina, y que los gobiernos actuales siguen en sus verdades. En estos relatos, sea los de Bianco210 o los de Zubiaur, tanto Sarmiento como Alberdi son los héroes de la educación argentina, y por ende, constructores en el pasado y en el presente de la patria y de la república.211 La carta de José Bianco a Ferreira seguramente fue compartido por gran parte de los integrantes del normalismo, ya que es Sarmiento, arrastrada a la corrupción. Será corrompida sin dejar de ser fanática. José Benjamín Zubiaur, “Discurso...”, pp. 1106-1107. 209 Ibid. 210 Observaremos en el capítulo 4 que también José Bianco adhiere positivamente al ideario educativo de Alberdi. 211 Cuando su nombre sea entregado por los maestros a la admiración de los niños, habrá empezado en realidad su apoteosis popular, la que requiere el convencimiento de los adultos y el cariño de los niños para ser tal y perpetuarse. Rivadavia y Sarmiento la han conseguido ya con justos méritos y porque ellos pudieron pregonar y realizar o imponer en parte sus ideas. Alberdi la merece a la par de ellos, sino por lo que hizo materialmente a favor de la educación, por lo que escribió con su concisión admirable y que se condensa en estas palabras que deben formar el credo del educacionista sudamericano, como lo es ya del norteamericano (...). José Benjamín Zubiaur, “Discurso...”, p. 1106; y José Benjamín Zubiaur, La enseñanza práctica e industrial..., pp. 367-409.

Alejandro Herrero, “El estudio de un caso emblemático de la nueva generación de maestros en Argentina: La educación pública. Ensayo sociológico (1896), de José Bianco”, Informe de trabajo, Universidad Nacional de Lanús, Buenos Aires, 2010. 212

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Argentina frente a Estados Unidos en la tercera conferencia panamericana (Rio de Janeiro, 1906). LEANDRO MORGENFELD 213 UBA-CONICET [email protected] Introducción Este artículo se enmarca en una investigación más general sobre el proceso de construcción de la Unión Panamericana, desde su inicio, en 1889, hasta la segunda guerra mundial, en la que se pone el énfasis en la conflictiva relación entre Estados Unidos y Argentina. Estos países pugnaron por décadas: el primero, en pos de consolidar una organización continental que consolidara su hegemonía en la región; el segundo, desplegando una política exterior de corte europeísta, liberal y atlantista, y muy escéptica en relación a la profundización de una organización panamericana, que juzgaba como “anti-europea”. Desde la famosa intervención de Roque Sáenz Peña en Washington, proclamando en la Primera Conferencia Panamericana “Sea América para la humanidad”, en claro contraste con la doctrina monroista de “América para los (norte) americanos”, Argentina y Estados Unidos chocaron en los cónclaves regionales. Este artículo analiza un capítulo de ese enfrentamiento, en la Tercera Conferencia Panamericana, que tuvo lugar en la capital brasilera en 1906, en un momento particular en el que el gobierno de Theodore Roosevelt impulsaba un expansionismo imperialista en la región: el “gran garrote”. Se analiza en el mismo, en primer lugar, el contexto previo a la reunión de Río de Janeiro, luego de estudian los principales temas de debate y, finalmente, se realiza un balance de este crucial cónclave americano.

Lic. y Prof. de Historia (FFyL-UBA), Especialista y Magíster en Historia Económica y de las Políticas Económicas (FCE-UBA), Doctor en Historia (FFyLUBA). Docente en las Facultades de Ciencias Sociales, Económicas y Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Investigador del IDEHESI y becario posdoctoral del CONICET. 213

Antecedentes de la convocatoria: la “doctrina Drago” y el “corolario Roosevelt”. En el período que separó la Segunda Conferencia Panamericana (México, 1901-1902) de la de Río de Janeiro (1906) ocurrieron algunos sucesos fundamentales en la relación entre Estados Unidos y América Latina. Entre los antecedentes de la Tercera Conferencia Panamericana debe citarse, en primer lugar, el conflicto por la invasión a Venezuela y las “doctrinas” que de allí se plantearon, que sin duda marcaron el ritmo del congreso de Río. El origen de este diferendo radica en el conflicto derivado de la intervención militar de Alemania y Gran Bretaña (y más tarde Italia) en Venezuela, en diciembre de 1902, para obligar al gobierno de ese país a pagar las deudas que había contraído con ciudadanos europeos. Los reclamos diplomáticos que habían realizado para defender a sus ciudadanos fueron desestimados por el gobierno venezolano, entendiendo que correspondían al derecho privado y no al internacional público. Las potencias europeas, entonces, bloquearon puertos y bombardearon objetivos militares venezolanos. Previo al ataque, Gran Bretaña y Alemania habían comunicado al gobierno estadounidense que no abrigaban intenciones de ocupar definitivamente o anexionarse parte del territorio venezolano, con lo cual ese ataque quedaría, según esta particular interpretación, fuera de la órbita de la doctrina Monroe. Pese a la lucha inter-imperialista desatada años atrás entre Estados Unidos y Europa por el control de América del Sur, y a que la intervención militar en el país caribeño violaba el espíritu de la doctrina Monroe, la política exterior norteamericana desplegada por el presidente Theodore Roosevelt justificó esta intervención militar en Venezuela, cuyas costas fueron bombardeadas por unidades navales inglesas y alemanas, relativizando la aplicación de la doctrina de Monroe en el caso venezolano, país que había incumplido compromisos con extranjeros. Tras el ataque, el gobierno venezolano denunció el avasallamiento y pidió la adhesión a su causa del resto de los países del continente. Ante esta situación, el presidente argentino Julio A. Roca instó a su ministro de relaciones exteriores, Luis María Drago, a que hiciera consultas y sentase la posición argentina frente al gobierno de Estados Unidos. Éste planteó la ilegitimidad del empleo de la fuerza para el cobro de deudas: “la deuda pública no puede dar lugar a la intervención armada, ni menos a la ocupación material del suelo de las naciones

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europea”214.

americanas por una potencia Se reafirmaba, contra los intereses norteamericanos y estableciendo una doctrina que se discutiría durante largo tiempo, el principio de no intervención. ¿Cuáles eran los principios que se planteaban en esta comunicación de Drago? Quienes prestaban dinero a un Estado extranjero debían estimar previamente el riesgo: un estado soberano no podía estar sujeto unilateralmente a procedimientos judiciales; no podía forzarse a un estado a pagar sus deudas; el uso de la fuerza en Venezuela implicaba de hecho la ocupación territorial, o sea era contrario a la doctrina Monroe; la expansión europea se dirigiría ahora hacia América Latina, por lo cual se requería una declaración de Estados Unidos, en el sentido de la doctrina Monroe, que defendiera el principio de no intervención (por parte de fuerzas extra continentales) predicado en 1823. Era la primera vez que un alto representante de la Argentina reconocía de hecho la validez de la doctrina Monroe. El intercambio suscitado a partir del escrito de Drago suscitó la atención de la prensa estadounidense y latinoamericana. La respuesta estadounidense, a través del Secretario de Estado John Hay, llegó el 17 de febrero de 1903: la doctrina Monroe no garantizaba protección contra ataque de otra potencia a países que hubieran procedido mal -que no hubieran pagado sus deudas, por ejemplo-. Desde esta perspectiva, la “protección estadounidense” del resto del continente sólo podría aplicarse cuando el ataque exterior implicara adquisición territorial por parte de una potencia no americana. El diferendo en cuanto a la postura que debía llevarse adelante en América se profundizó en 1904, momento en que Roosevelt planteó el “corolario” que llevaría su nombre, que suponía que Estados Unidos se erigiera como el virtual “gendarme” continental, al autoproclamarse facultado para intervenir en los países más caóticos de América, en caso de que el orden no estuviera garantizado. El “corolario Roosevelt a la doctrina de Monroe” era la formalización del autoproclamado derecho de gendarme en el Caribe. Estados Unidos se planteaba como el custodio de las naciones débiles, previniéndolas de insolvencias financieras que justificaran el uso de la fuerza (de potencias europeas). La forma de Estados Unidos de contrarrestar el avance europeo no fue plantear, junto al resto de los países americanos, Nota enviada por Saavedra Lamas al Secretario de Estado John Hay, a través del Ministro Martín García Merou, el 29 de diciembre de 1902 (Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto –AMREC-, Tercera Conferencia Panamericana).

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y como se desprendía de la propuesta de Drago, un rechazo de plano a la intervención en Venezuela y organizar cómo prevenir esos ataques, sino auto-nombrarse gendarme, con atributos para intervenir aquellos países en los que no se respetara el orden y la seguridad financiera. En este punto, las doctrinas Monroe y Drago se hicieron mutuamente excluyentes. Era el momento en que Estados Unidos protagonizaba una expansión creciente en el continente -entre otras acciones, impulsó la independencia de Panamá y la construcción allí de un canal interoceánico que controlaría por muchos años- y no estaba dispuesto a consensuar su política exterior con el resto de los países americanos. En ese particular momento de la relación entre Estados Unidos y América Latina se produjo la convocatoria a la Tercera Conferencia Panamericana. Esta vez, para algunos analistas argentinos, la conferencia tenía un nuevo desafío: Brasil. Si en la Primera Conferencia (Washington, 1889-1890) Argentina había buscado limitar la supremacía económica estadounidense y en la Segunda había confrontado con Chile por sus diferendos limítrofes, el desafío en esta Tercera Conferencia era evitar que el tándem Estados Unidos-Brasil acotaran la capacidad de liderazgo argentina en América del Sur y ampliaran el ámbito de influencia del país del norte, ahora en alianza con el anfitrión de este tercer cónclave. Argentina y Brasil estaban en plena carrera armamentista. Un tema que preocupaba a Argentina y Estados Unidos era si serían abordadas en la Conferencia de Río las doctrinas Drago y Monroe. Argentina insistía con que se incluyera la doctrina Drago, pero con la condición de que fuera sin ninguna modificación 215. Así instruía el canciller Montes de Oca al ministro argentino en Washington, el 3 de abril de 1906, en un telegrama cifrado: “Haga saber á quien corresponda que V.E. ha tomado y seguirá tomando ingerencia en el programa al solo objeto de facilitar la concurrencia de la República Argentina á la Conferencia y sin que ello importe comprometer opiniones sobre los diversos tópicos. Exprese además que el gobierno decidirá si concurre ó no después de conocer la importancia de los temas y de estudiar si las soluciones recomendadas armonizan con las normas de la política internacional argentina. Debe

214

Epifanio Portela, ministro argentino en Washington, envió al Ministro de Relaciones Exteriores de la Argentina un telegrama cifrado el 23 de abril de 1906 poniéndolo al tanto de las negociaciones sobre ese punto. 215

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establecerse con claridad que en caso de concurrir la república podrá sostener ampliamente sus propias teorías. Si el Bureau no recomienda la doctrina Drago en términos categóricos y sin modificación alguna V.E. debe oponerse á que se haga alusión a ella y á que se incluya en el programa cualquier referencia directa, indirecta, tácita ó expresa”216. Argentina seguía la línea “tradicional” y continuaba reforzando el escepticismo con respecto al panamericanismo e incluso ponía en duda su participación en la reunión de Río, si no se cumplían ciertas condiciones. Y llegó, además, a hacer gestiones para que se suspendiera la Tercera Conferencia. Una preocupación de Estados Unidos estaba dada por este posible “boicot” a la Conferencia de Río, cuestión que podía concertarse si además coincidía con la Conferencia de Paz de La Haya. Estados Unidos negoció con Rusia para evitar que coincidieran las fechas de ambas conferencias y para acordar un aplazamiento de esta última. Acusaba a Alemania de querer convencer a Rusia de convocar para julio de 1906 al cónclave de La Haya, creando dificultades para los países latinoamericanos que quisieran concurrir a la conferencia panamericana. Y planteaba que eran los manejos alemanes -destinados a generar desinteligencias entre las dos Américas- los que estaban por detrás de los obstáculos que estaba poniendo Argentina 217. Ésta es otra de las manifestaciones de la disputa entre Estados Unidos y distintas potencias europeas por reforzar su influencia en América del Sur. Hubo en los primeros meses de 1906 múltiples rumores, informes y artículos en la prensa americana sobre las idas y vueltas en la convocatoria de la conferencia y en el temario que allí sería tratado. Argentina, una vez más, hizo lo posible para que naufragara la convocatoria. Características de la Conferencia La Conferencia duró desde el 23 de julio hasta el 27 de agosto de 1906. Participaron delegaciones de 19 países: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Telegrama cifrado enviado por el Ministro de Relaciones Exteriores, M. A. Montes de Oca al ministro argentino en Washington, Buenos Aires, 3 de abril de 1906 (AMREC, III Conferencia Panamericana, Legajo II, Folio 192). [El subrayado es nuestro] [Se ha conservado la redacción y ortografía tal cual está en los documentos citados] 217 Un artículo de La Prensa, Buenos Aires, 8 de abril de 1906, cita un artículo del New York Herald del 7 de abril en el que aparecen estas apreciaciones.

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Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay. Los delegados argentinos fueron José A. Terry, Joaquín V. González, Epifano Portela y Eduardo Bidau. Los representantes de Estados Unidos fueron William I. Buchanan, Leo S. Rowe, A. J. Montague, Tulio Larrinaga, Paul S. Reinsch y Van Leer Polk. Además, el propio Secretario de Estado, Elihu Root, concurrió a Brasil, siendo la primera vez que un funcionario de esa jerarquía visitaba un país extranjero. La conferencia estuvo presidida por Joaquim Nabuco. Esta vez, el objetivo estadounidense fue lograr la mayor cordialidad posible entre las delegaciones, con el fin de evitar el naufragio del proyecto panamericano, aún a expensas de reducirlo a la mínima expresión. Esto se desprende de las instrucciones que Root dio a sus delegados en junio de 1906, que ponían el énfasis en evitar cualquier tema que pudiera generar controversias o hiciera peligrar la conferencia218. En Río, declaró: “No deseamos más victorias que las de la paz; ni territorio alguno fuera del nuestro; ni más soberanía que la soberanía sobre nosotros mismos. Estimamos que la independencia y los derechos iguales del miembro más pequeño y débil de la familia de las naciones, son acreedores a tanto respeto como los del más grande imperio, y estimamos la observancia de ese respeto como la garantía principal del débil contra la opresión del fuerte. No reclamamos ni deseamos derechos, privilegios o facultades que no concedamos libremente a todas las repúblicas americanas”219. Las palabras de Root apuntaban a alejar de las discusiones de la conferencia el malestar general despertado en las naciones latinoamericanas producto del expansionismo estadounidense de la última década. Estados Unidos, además, preveía la oposición argentina y, para contrarrestarla, profundizó la alianza con Brasil, que venía consolidándose desde principios del siglo XX. Además, en los últimos años, los capitales estadounidenses avanzaban cada vez más en Brasil,

216

Las instrucciones completas del Secretario de Estado a sus delegados, así como el informe final que estos remitieron al final de la conferencia, pueden verse completos en Foreign Relations of the United States, 1906, pp. 1565-1625. 219 Este discurso de Root, en inglés, está publicado en Third Internacional Conference of American States, Minutes, Resolutions and Documents (Rio de Janeiro, 1907), p. 131-132. 218

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base material de esa alianza estratégica y situación distinta a la de Argentina, donde la primacía británica aún era incuestionable y el comercio y las inversiones provenientes de ese país, muy superiores. Estados Unidos requería de la alianza con Brasil, para neutralizar a Argentina y para disputar en mejores condiciones con Europa, y en especial con Gran Bretaña, su posición predominante en América del Sur. Brasil se veía beneficiado, supuestamente, al evitar que una confluencia entre sus vecinos de habla hispana lo relegara en la región y al conseguir respaldo estadounidense para rearmarse. Estados Unidos, en este sentido, resolvió que la representación diplomática estadounidense en Río se elevara al rango de embajada, situación que en el caso de Buenos Aires demoró hasta 1914 220. Tampoco el gobierno argentino abrigaba muchas expectativas sobre el congreso. En las instrucciones a los delegados argentinos se insistía con la vieja línea de orientación europeísta, aún cuando existían expectativas en profundizar el vínculo con Estados Unidos, para contrarrestar el acercamiento de aquel país con Brasil: “El cultivo de la amistad con los Estados Unidos se hace tanto más necesario en estos momentos, cuanto que el Gobierno se prepara para agasajar al Secretario de Estado Mr. Elihu Root, quien a invitación nuestra se prepara a visitar la ciudad de Buenos Aires durante el próximo mes de Agosto, y se espera cosechar algunos resultados prácticos de esa visita. El Gobierno está dispuesto a demostrar sinceramente su amistad hacia los Estados Unidos, sin contrariar por eso la politica argentina, constantemente practicada, de estrechar los lazos con las naciones de Europa, a las que debemos brazos y capitales, que han contribuido, en primera linea, a nuestro desenvolvimiento material. En general, las concesiones que pueden hacerse a los Estados Unidos, y las facilidades que puedan otorgárseles, deben reconocer como base la necesidad de acordarlas, en igual extensión a las naciones europeas”221.

Véase Moniz Bandeira, Alberto 2004 Argentina, Brasil y Estados Unidos. De la Triple Alianza al Mercosur (Buenos Aires: Norma). 221 Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto 1906 “Instrucciones dadas a los Delegados de la República Argentina a la III Conferencia Panamericana” (Buenos Aires: División Política MREC), p. 191. 220

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En las instrucciones se advertía, también, que la delegación argentina debía prestar atención especial a tres países: Estados Unidos, Brasil y Chile. Se aconsejaba, en los tres casos, eludir los “tropiezos” y los temas que pudieran generan controversias. En este punto hubo coincidencia en las instrucciones estadounidenses y argentinas, lo cual explica, como se desarrollará a continuación, que la conferencia haya sido mucho más armoniosa que las dos anteriores y de lo que podía preverse, según las tensiones que acosaban al continente americano producto de la expansiva y agresiva política exterior de Roosevelt. Se firmaron las siguientes Convenciones, Resoluciones y Mociones: Convención que fija la condición de los ciudadanos naturalizados que renuevan su residencia en el país de origen; Convención sobre reclamaciones pecuniarias; Convención sobre patentes de invención, dibujos y modelos industriales, marcas de fábrica y comercio, y propiedad literaria y artística; Moción para que la conferencia felicite a los presidentes de México y Estados Unidos por su mediación para el ajuste de la paz entre Guatemala, Honduras y El Salvador y Moción sobre el desastre del terremoto de Valparaíso; y Resoluciones sobre: arbitraje; Reorganización de la Oficina Internacional de las Repúblicas Americanas; Profesiones liberales; Policía Sanitaria; Ferrocarril PanAmericano; Relaciones Comerciales; Futuras Conferencias; Sistema monetario; y Recursos naturales222. A continuación, los principales temas de debate: i. Arbitraje El tema más controvertido de la conferencia anterior, el arbitraje, esta vez fue abordado sin las posiciones irreductibles de las conferencias anteriores. Argentina había intentado infructuosamente, en los meses de febrero y marzo, cuando se discutía el programa de la conferencia, introducir en el mismo el arbitraje obligatorio, siguiendo la tradición de Washington y México. La certeza de que pocos meses después se realizaría la reunión de La Haya, a la cual esta vez sí fueron invitadas todas las naciones latinoamericanas, hizo que hubiera un consenso general para que la cuestión fuera tratada en ese ámbito, desplazándose entonces un punto que había sido ríspido en las dos conferencias anteriores. Se había rechazado, previamente, una propuesta conjunta de Bolivia y Perú de que la Conferencia se declarase a favor del arbitraje compulsivo. En cambio, y según lo acordado, los 19 países participantes 222

Cfr. Third International American Conference 1907, Op. Cit.

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apoyaron la recomendación de la comisión de arbitraje, en el sentido de que los países americanos debían pelear en La Haya para lograr un convenio general y definitivo con respecto al arbitraje. Según el informe de la Delegación Argentina, en la subcomisión que trató este tema, se dieron largos e intensos debates hasta acordar una posición común. Las distintas opiniones lograron uniformarse y se llegó a la siguiente resolución, votada unánimemente por los 19 países: “Ratificar la adhesión al principio del arbitraje: y, á fin de hacer práctico tan elevado propósito, recomienda á las Naciones representadas en ella que den instrucciones á sus Delegados á la Segunda Conferencia de La Haya para que procuren que en esa Asamblea, de carácter mundial, se celebre una Convención General de Arbitraje, tan eficaz y definida que, por merecer la aprobación del mundo civilizado, sea aceptada y puesta en vigor por todas las naciones”223. Bidau, en su discurso sobre el tema, explicó que se había dejado de lado la cláusula “compromisoria” -que haría al arbitraje obligatorio, como venía exigiendo la Argentina desde México- y la del funcionamiento de la jurisdicción arbitral -que determinaría cómo se concretaría el principio de arbitraje-: “Inoportuna y fuera de lugar hubiera sido, por lo tanto, toda declaración tendiente a señalar normas y soluciones concretas, anticipándose a las declaraciones de La Haya”224. Esta solución de compromiso tuvo el objetivo de avanzar en una redacción unánime que reconociera el principio del arbitraje para la resolución de controversias, a la vez que instaba a ampliar y perfeccionar lo referido al mismo en la Conferencia de La Haya de 1899, fundamentalmente ligando a todos los países (en esa oportunidad sólo Estados Unidos y México habían participado, no así el resto de los países americanos). Argentina, ya varios meses antes del inicio de la reunión de Río, estaba al tanto de que debería ceder en su posición, para no quedar aislada. Así lo expresaba, en un telegrama cifrado de Portela, el representante argentino en Washington, enviado al Ministro de Relaciones Exteriores el 17 de marzo de 1906: Dotación Carnegie para la Paz Internacional 1943 Conferencias Internacionales Americanas. Primer suplemento 1938-1942 (Washington), p. 131. 224 Delegación Argentina a la Tercera Conferencia Panamericana 1906 “Informe de los delegados á la Tercera Conferencia Panamericana”, 12 de noviembre de 1906 (AMREC, Tercera Conferencia Panamericana).

“Los Estados Unidos de América no apoyan el arbitraje obligatorio y reafirmo esta es disposición prevalente Bureau. Yo lo he propuesto á Comisión programa, teniendo esta seguridad, de acuerdo con las instrucciones y antecedentes República Argentina. Se presenta como transacción entre las tendencias extremas una proposición según la cual tercera conferencia declararia que el arbitraje deberia ser la solución de todo litigio internacional y á La Haya su reglamento y alcance”225. Esto es lo que finalmente se acordó en Río. Estados Unidos logró evitar, como era el objetivo del Departamento de Estado, un punto del programa que podía ser espinoso y que podía limitar su política expansionista en el continente. Argentina, por su parte, debió ceder, aunque lo hizo “elegantemente”, en tanto el tema sería tratado en un ámbito internacional que estaba por encima del panamericano, con lo cual se respetaba su orientación “universalista”, que en realidad no era otra cosa que la forma de menoscabar el panamericanismo que alentaba Estados Unidos. Esta solución de compromiso, que evitaba discutir un tratado general de arbitraje, sirvió para evitar una ríspida confrontación como las que se habían dado en las Conferencias de Washington y México. ii. Reclamaciones pecuniarias Sobre este punto, que tanto debate había generado en la conferencia anterior, finalmente se acordó prorrogar el Tratado de México sobre reclamaciones pecuniarias por daños y perjuicios. Esta convención, también votada unánimemente, ratificaba lo votado en 1902, extendiendo su duración hasta 1912, con excepción del artículo 3 (que suponía que sólo sería válido para los países que hubieran subscrito la Convención de La Haya). En su artículo 1, señala: “Las Altas Partes Contratantes se obligan a someter todas las reclamaciones por daños y perjuicios pecuniarios que sean presentadas por sus ciudadanos respectivos y que no puedan resolverse amistosamente por la vía

223

Telegrama enviado por Portela al Ministro de Relaciones Exteriores, Washington, 17 de marzo de 1906 (AMREC, Tercera Conferencia Panamericana). 225

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diplomática, siempre que dichas reclamaciones sean de suficiente importancia para ameritar los gastos del arbitraje”226. Según la Delegación Argentina, la forma en que estaba redactado el mismo podía llevar a una interpretación errónea, en el sentido de que se podía dar a entender que en todos los casos el tribunal arbitral sustituiría la acción de los tribunales nacionales, violando así un principio básico de soberanía, que debería dar preferencia a los tribunales locales. A instancias de esta preocupación planteada por la delegación argentina, el informe de la subcomisión aclaró la cuestión: “Bien se comprende que tal interpretación no es en manera alguna acertada. Si se establece que deben ser sometidas a juicio arbitral todas las reclamaciones por daños y perjuicios que deduzcan contra un Estado los ciudadanos de otro y que no puedan resolverse por la vía diplomática, debe razonablemente entenderse que se trata del caso en que la vía diplomática esté justificada. La soberanía interna de un Estado, condición esencial de su existencia como poder internacional independiente, consiste precisamente en el derecho que conserva siempre de regir por sus leyes y juzgar por sus tribunales los actos jurídicos que se consuman en su territorio, salvo que el caso, por razones especiales, que tiene muy en cuenta del Derecho de Gentes, se convierta en cuestión de carácter internacional”227. Para los delegados argentinos, tal aclaración ponía a resguardo la soberanía de los estados. Lo resuelto era exactamente lo que se había negociado en la comisión que redactó el programa y coincidía con el punto VI de las instrucciones que había recibido la delegación argentina: “El gobierno argentino adhiere á la idea de subscribir otra vez el tratado de arbitraje sobre reclamaciones pecuniarias, celebrado entre las diferentes repúblicas en la Conferencia de México ó á la celebración de otro análogo”228. Las instrucciones estadounidenses también eran coincidentes en este punto, y en las mismas se planteaba, como fue acordado, extender por un lustro la vigencia de lo acordado en México.

Delegación Argentina a la Tercera Conferencia Panamericana, Op. Cit., folios 9-10. 227 Ibidem. 228 Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Op. Cit., p. 193. 226

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iii. Cobro de deudas públicas. Doctrinas Monroe y Drago La “serenidad” de la conferencia dependía de que se mantuvieran al margen los temas conflictivos. El principal, como se podía preveer a partir de las discusiones acerca del programa que se habían dado los meses anteriores, sería seguramente el debate entre las doctrinas Monroe y Drago. Si bien la primera no fue incluida de ninguna forma en el programa, flotaba en el aire la sensación de que tanto los anfitriones como Argentina o Estados Unidos podían introducirla en cualquier momento. Sólo existió una mínima referencia por parte de Bolivia, que pretendía introducir en la discusión su litigio con Chile y planteaba que la misma se extendiera no sólo a los casos de conquista territorial o intervención por parte de potencias europeas, sino también en casos de conquistas territoriales realizadas por estados americanos. Si bien Argentina avaló al principio esta presentación de Bolivia, para esmerilar las posiciones de su rival trasandino, el tema no tuvo mayor repercusión. La doctrina Drago, en cambio, sí tuvo un cierto protagonismo, dejando totalmente en segundo plano a la de Monroe. Esto llevó a un primer “incidente” entre las delegaciones argentinas y estadounidense, aún antes de que se iniciara la conferencia. La primera no estaba de acuerdo con la primera fórmula expresada por Root sobre recaudación de deudas, porque sostenía que el texto podría consentir la intervención violenta para el cobro de las mismas. El ministro de Relaciones Exteriores envió un telegrama a su representante en Washington para que pidiera la suspensión de la conferencia de Río en caso de que esto no se modificara. Argentina, una vez más, usaba su posición particular para ejercer el “veto” en el naciente sistema interamericano. La movida resultó exitosa ya que el Secretario de Estado terminó cambiando la frase aludida para satisfacer la demanda argentina. En la formulación del programa realizada por el Consejo Directivo de la Oficina de las Repúblicas Americanas el 4 de abril de 1906, en el punto V, se planteaba que en la Conferencia se buscaría un acuerdo recomendando que la Segunda Conferencia de la Paz de La Haya fuera invitada a considerar si era admisible el uso de la fuerza para el cobro de las deudas públicas y, en caso de serlo, hasta qué punto. Como se ve, ya en este planteo se dejaba un resquicio para evitar la condena de la misma, según lo estipulaba la doctrina Drago. Argentina tenía instrucciones de “máxima” y de “mínima”. El objetivo sería que la doctrina Drago pasara a ser una política americana aprobada por todos los países. De no ser posible, al menos habría que

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impulsar que se recomendara su discusión en La Haya. Así lo estipulaba el Ministerio de Relaciones Exteriores en sus instrucciones: “Aunque la Doctrina Drago fue expuesta como tesis de política Americana según lo ha manifestado su autor, los Sres. Delegados estudiaran la forma en que sea menos difícil su aceptación, sea que termine su consideración en el Congreso de Rio, sea que se persista en llevarla al de la Haya. Principios jurídicos claros y precisos conducen a la conclusión de que no es admisible ninguna forma de gestión o intervención de un Estado para el cobro de las deudas publicas de otro Estado. La formula inserta en el Programa es deficiente a todas luces. El Congreso de Rio debe afirmar el principio y hacer conocer al de La Haya (caso que no sea dado proceder así) las ideas que abriga al respecto.” 229 Estados Unidos elaboró una táctica para evitar un resultado adverso en la conferencia. Su objetivo era evitar que la doctrina Drago fuera aprobada como doctrina continental y que se declarase cualquier fórmula que condenara en forma absoluta el derecho al uso de la fuerza para cobrar deudas impagas. Esto hubiera impedido al país del norte justificar sus intervenciones militares en el Caribe, para “defender a sus ciudadanos y a sus inversiones y propiedades”. De acuerdo a las instrucciones de Root, los delegados estadounidenses declararon que la doctrina Drago era “excelente” y que los Estados Unidos hacía mucho tiempo que habían renunciado al uso de la fuerza para el cobro compulsivo de las deudas contractuales de otros gobiernos para con ciudadanos de su país. Sin embargo, sostenían, como la mayor parte de los estados americanos estaban fuertemente endeudados, cualquier declaración de la conferencia a favor de la doctrina Drago podría ser interpretada como una conspiración de deudores contra sus acreedores, que eran mayoritariamente europeos. En ese sentido, sostenían hábilmente, sería mejor elevar un pedido a la Conferencia de Paz de La Haya para que estudiara el problema acuciante del cobro compulsivo de deudas. La delegación argentina se ocupó especialmente de especificar los términos de la llamada doctrina Drago y el cobro compulsivo de deudas en una comunicación enviada al Presidente de la Tercera Conferencia el 22 de agosto de 1906: “Las deudas públicas son contratos entre estados y 229

Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Op. Cit., pp. 193-194.

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particulares, regidos por la ley del deudor, no crean relaciones internacionales, las cuales suponen necesaria y esencialmente vínculos entre Estados”230. Sin embargo, más allá de exponer largamente los fundamentos de la doctrina ya ampliamente conocida -y de hacer que esta exposición se agregara al acta de la sesión respectiva-, la delegación argentina no consiguió que la Conferencia la subscribiera ni que se manifestara sobre el problema. Finalmente, en cuanto al crucial tema del cobro compulsivo de las deudas públicas, se logró una resolución más que limitada, que seguía al pie de la letra las instrucciones de Root, en el sentido de postergar este conflictivo tema para la conferencia de La Haya: “Recomendar á los Gobiernos representados en ella, que consideren el punto de invitar á la Segunda Conferencia de la Paz, de la Haya, para que examine el caso del cobro compulsivo de las deudas públicas y, en general, los medios tendientes á disminuir entre las Naciones los conflictos de origen exclusivamente pecuniario”231. Fue el resultado de una transacción, frente a diversas posturas que se manifestaron. Algunas delegaciones resistían el compromiso inmediato de llevar el asunto a La Haya, prefiriendo conservar a sus gobiernos la entera libertad de acción; otras proponían votar una declaración americana, considerando inoportuno e inconveniente provocar, con el consiguiente riesgo de no obtenerlo, un pronunciamiento de la Asamblea universal; y otros, por último, eran partidarios de prescindir totalmente de la consideración del tema, limitándose a enviarlo a La Haya, sin comprometer ninguna opinión. Esta última moción, impulsada por Estados Unidos, es la que se terminó imponiendo. El conflictivo tema, entonces, se trasladó al ámbito universal de La Haya. Los propios delegados argentinos reconocieron que debieron dar marcha atrás respecto de su objetivo inicial, al terminar votando la resolución de trasladar la discusión a La Haya. En la resolución final que se votó, ni siquiera se planteaba que, como colectivo, la conferencia panamericana hacía la recomendación de que se tratara el tema del cobro compulsivo de deudas en La Haya, sino que planteaba que cada gobierno americano, individualmente, instruyera a sus delegados para que llevaran el tema a discusión. Este Carta de los tres delegados argentinos al Dr. Joaquín Nabuco, Presidente de la Tercera Conferencia, publicada como Anexo VII del Informe de la Delegación Argentina (Delegación Argentina a la Tercera Conferencia Panamericana, Op. Cit., folios 76 a 85). 231 Dotación Carnegie para la Paz Internacional, Op. Cit., p. 140. 230

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punto que parece menor, refleja otro aspecto del “triunfo” estadounidense, ya que al año siguiente, justamente en La Haya, presentarían otra moción, conocida como la “moción Porter” -para contraponer a la de Drago-, que no condenaba en forma absoluta el uso de la fuerza para el cobro de deudas públicas232. En el informe final de la delegación estadounidense, así aparece señalado en forma explícita: dejaba a cada república la posibilidad, o no, de plantear la cuestión en La Haya233. Ya en esa ambigua y amplia recomendación votada en Río, se allanaba el camino para que cada país presentara la moción que considerara más justa, evitando que se diera un apoyo continental a la doctrina Drago, que contaba con la simpatía de muchos países latinoamericanos endeudados. Estados Unidos, en este punto crucial, logró su cometido.

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continente e inmigración europea en Argentina. El comercio con el resto de América, y en especial con Estados Unidos, argumentaban, sólo se incrementaría cuando existieran condiciones similares y reciprocidad. En cuanto a los tratados de comercio, la Delegación argentina presentó las siguientes conclusiones, para que fueran incorporadas: “1. Dada la naturaleza del comercio y de sus intereses, no es posible establecer una regla general, aceptando ó rechazando el sistema de los tratados de reciprocidad comercial y arancelaria; 2. El sistema de la tarifa autónoma no excluye la posibilidad de realizar tratados de reciprocidad comercial, cuando los intereses bien entendidos del comercio y de la industria así lo requieran; 3. El tratado comercial fomenta el desarrollo amistoso de las relaciones comerciales entre los Estados cuando, detenidamente estudiado del punto de vista de los intereses del presente y del porvenir, consulte durante el término de su vigencia las conveniencias recíprocas de los países contratantes; 4. Si así no fuera, en lugar de ser prenda de paz y causa de acercamiento, sería fuente de fecunda desconfianza y desavenencias recíprocas; 5. Y por último, conviene tener presente que la carencia ó insignificancia del comercio recíproco entre la mayor parte de las repúblicas americanas, responde a diversas causas, entre ellas las cuales hay algunas que por ahora hacen imposible todo tratado comercial; 6. No obstante y en los casos de realización de tratados comerciales por ser estos posibles, estar bien justificados y ser de notoria conveniencia recíproca, se aconseja: a. Que sean tratados arancelarios, b. Que el término sea de cinco años como máximo, c. Que sean denunciables durante el término por cualquiera de las partes, con aviso anticipado de seis meses, d. Que si contiene la cláusula de la Nación más favorecida, ésta sea con carácter remuneratorio, e. Que se establezca el arbitraje como único medio de dirimir las diferencias que se susciten en el cumplimiento del tratado” 234. Por lo negativo de las conclusiones, las ideas planteadas por la Argentina no podían traducirse en una convención, pero sí se agregó, en los considerandos del despacho, la conclusión desarrollada en el punto 1.

iv. Aduanas, Comercio y Comunicaciones Hubo grandes discusiones en otros temas, como aduanas, comunicaciones y comercio. En este punto, la iniciativa volvió a manos del gobierno argentino, que presentó un informe a la Tercera Conferencia, en el cual se destacaban los avances del país en la aplicación de los acuerdos alcanzados en las dos conferencias anteriores, a la vez que se destacaba lo exitoso de su comercio exterior, que había logrado en 1905 exportaciones récord, tres cuartas partes de las cuales iban dirigidas a Europa. En este informe, una vez más, se atacaba el proteccionismo estadounidense, y en particular la Tarifa Dingley, que afectaba el ingreso de las exportaciones de lana argentina en el preciado mercado del norte. Se destacaba, como en otras oportunidades, que el comercio argentino con los países americanos era mucho menor que el que mantenía con Europa y se enumeraban algunas razones para esta situación: menores tarifas europeas, mejores medios de transporte, con cargas en ambas direcciones, mayor crédito, mejor calidad de los productos europeos, turismo argentino en el viejo La Segunda Conferencia de La Haya trató el problema del cobro compulsivo de las deudas y Argentina estuvo representada por el propio Drago. Sin embargo, en la conferencia prevaleció la noción del delegado estadounidense Porter, según la cual el cobro compulsivo no era aceptado, excepto cuando el país deudor se negara a someter el asunto a arbitraje o cuando lo aceptara, pero no nombrara árbitro o cuando, realizado el fallo, no aceptara el laudo. 233 Cfr. “Report of Delegates of the United States to the Secretary of State”, en FRUS, 1906. 232

234

Delegación Argentina a la Tercera Conferencia Panamericana, Op. Cit., p. 23.

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Apenas se pudo aprobar una resolución que reclamaba mejorías en la red de transportes y comunicaciones, así como una declaración para aconsejar que la Oficina de Repúblicas Americanas estudiara el problema de las complejas y caóticas reglamentaciones aduaneras, proyectara las bases de un contrato para el establecimiento de líneas de navegación que unieran los principales puertos, recomendara a los Estados que estimularan el servicio rápido de comunicaciones por vías férreas, vapores y líneas telegráficas y para el transporte de encomiendas y que las mercancías en tránsito fueran libres de impuestos, debiendo pagar únicamente los servicios prestados por las instalaciones adecuadas de los puertos o caminos recorridos. Se plasmaba así, la idea de Argentina, que decía apoyar el avance de leyes aduaneras comunes, pero oponerse a la concretización de cualquier tipo de unión aduanera. Así se expresaba en las instrucciones a los delegados argentinos: “Sin contraer compromisos concretos al respecto, los señores Delegados pueden adherir al pensamiento teórico de tender á la simplificación y unificación de las leyes aduaneras y consulares que se refieren á la entrada y despacho de los buques y mercancías”235. Frente a los varios proyectos presentados, se adoptó esta fórmula difusa, que en concreto no avanzaba nada en la materia, en consonancia con lo que había ocurrido en las dos conferencias anteriores. Tampoco se dieron demasiados pasos adelante en cuanto al Ferrocarril Panamericano, ya que sólo existía idealmente y en esta Tercera Conferencia apenas se le otorgó un apoyo superficial a la Comisión Permanente del Ferrocarril Continental, con el objetivo de que continuara existiendo, pero sin fijarle ningún plazo, ni plan de trabajo, ni presupuesto especial. La posición argentina, renuente a toda concreción de los proyectos panamericanos, pareció primar también en este punto, que había sido considerado crucial en las dos conferencias anteriores, y que había movilizado a importantes hombres de negocios que veían en dicha obra la oportunidad de obtener grandes ganancias. Estados Unidos seguía preocupado por el tema y por las dilaciones, al cabo de tres conferencias. Eso se desprende claramente de la carta enviada por el delegado Larrinaga a Buchanan el 27 de diciembre de 1906, intentando convencerlo de la necesidad de impulsar cuando antes

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el proyecto del ferrocarril panamericano, sobre el que poco se había avanzado luego de su aprobación hacía más de quince años 236. Balance de la Tercera Conferencia Panamericana Los miedos y temores suscitados entre los países latinoamericanos, luego de los sucesos en Panamá, la indiferencia frente a la intervención europea en Venezuela, el establecimiento de protectorados en Cuba y Panamá, el control de las aduanas de República Dominicana y el autoproclamado derecho de gendarme de Roosevelt –a través de la big stick policy-, cambiaron el escenario registrado en la anterior Conferencia de México. El Secretario de Estado Root debía evitar, por todos los medios, que la reunión de Río se transformara en un foro de denuncia del imperialismo estadounidense y de su política intervencionista en América Central y el Caribe. Para evitar esto, el precio fue reducir el sistema panamericano a su mínima expresión y evitar todos los temas o iniciativas que pudieran generar controversias. El hecho de que pocos meses después habría de celebrarse la Segunda Conferencia de La Haya sirvió como válvula de escape para los temas más espinosos, cuya resolución se pospuso hasta esa conferencia internacional en la que ahora sí participarían los países latinoamericanos que no habían asistido a la primera. Dos ejes fueron centrales, entonces, para el “éxito” en esta Conferencia de Río: la importancia dada a la Segunda Conferencia en La Haya, a reunirse en 1907, y el aplazamiento en el tratamiento de los asuntos que más fricciones habían generado en los dos cónclaves anteriores. Así, la clave del “éxito” de la Conferencia de Río –en términos de los deseos estadounidenses de evitar que se impugnase su política exterior hacia América Latina y al mismo tiempo se mantuviese con vida el naciente sistema de organización continentalfue el debilitamiento extremo del ámbito de construcción del panamericanismo. La relativa armonía de las delegaciones argentina y estadounidense -más allá de las controversias descritas más arriba, el enfrentamiento no igualó las tensiones alcanzadas en las primeras dos conferencias panamericanas- también se debió a circunstancias particulares, que llevaron en los temas centrales a un acuerdo argentino-estadounidense para trasladar a La Haya las principales controversias, como la doctrina Drago o el arbitraje. Por parte de Carta de Tulio Larrinaga a William Buchanan, el 27 de diciembre de 1927 (NARA, Department of State, Third Internacional Conference of American States). 236

235

Ministerio de Relaciones Exteriores, Op. Cit., p. 195.

125

Argentina, no fueron parte de las negociaciones tres figuras como Roca, Drago y García Merou, que habían sido protagonistas en la Conferencia de México. Al mismo tiempo, aparecía en escena el Secretario de Estado Root, haciéndose presente en Río de Janeiro -donde fue especialmente acogido en la Conferencia- y protagonizando visitas oficiales en primer lugar a Brasil y luego a otros países latinoamericanos, incluyendo una visita a Argentina, en agosto, en la que fue calurosamente recibido y agasajado. Tampoco hubo referencias a la Doctrina Monroe, excepto una efectuada por la delegación boliviana para intentar volver a poner en discusión su litigio con Chile. Esta presentación, como ya fue señalado, recibió el respaldo de la delegación argentina, pero no encontró eco en la Conferencia. Sí se debatió sobre la doctrina Drago y la Argentina utilizó la Conferencia como tribuna internacional para defenderla. De todas formas, la resolución de la cuestión de fondo fue derivada a la Conferencia de La Haya, que se realizaría al año siguiente, y que terminó adoptando la moción Porter, con una condena al cobro compulsivo de deudas que no tenía el carácter absoluto que se planteaba en la doctrina Drago. En Río no se trataron los principales temas políticos que acosaban al continente, ni se puso en discusión la política expansionista estadounidense, incluyendo el espinoso tema de Panamá. Y, sobre todo, se evitaron las definiciones sobre la Doctrina Drago. En este sentido, Estados Unidos logró su objetivo central, tal como fue destacado líneas arriba. ¿Cuál fue el balance de la delegación estadounidense? Toda la delegación, en su informe final, destacaba, más allá de las resoluciones alcanzadas, lo productivo de la conferencia, en el sentido de estrechar lazos con las demás naciones del continente, situación que se había potenciado por la visita de Root. El delegado Rowe, en esa línea, pensaba que se había conseguido algo, al haber evitado las “trampas” en las que su país había caído en las dos conferencias anteriores. Paul Reinsch, otro de los delegados, fue algo más crítico y escéptico en cuanto a los resultados de la conferencia, al afirmar que hasta ese momento el resultado de las mismas “escasamente podría ser menor de lo que era”, aunque coincidía con sus compañeros delegados en que lo mejor para Estados Unidos fue haberse opuesto a proyectos de gran escala237. En realidad, ambos tenían razón: la preparación de un Cfr. Reinsch, Paul S. 1906 “Special Reporto of Paul. S. Reinsch, delegate of the United States to the Third International Conference of the American Republics”. University of Wisconsin, Madison, 12 de noviembre. En NARA, Department of 237

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programa acotado y menos pretencioso que los de Washington y México había evitado los tropiezos anteriores, pero el precio era lo poco que se avanzaba en el sistema panamericano, si se tienen en cuenta cuáles eran los objetivos trazados en tiempos de James Blaine. La razón del viaje de Root, en parte, fue disipar cualquier recelo por la actitud expansionista de Estados Unidos en el continente y también profundizar las relaciones con Brasil, que necesitaba del país del norte para abastecerse de armamentos. Así lo expresó el propio presidente Roosevelt en el mensaje anual al Congreso en diciembre de 1906. Negó que la doctrina Monroe implicara alguna superioridad de Estados Unidos o deseo de establecer un protectorado sobre América Latina, pero también explicó cómo esa extendida interpretación había requerido el viaje de Root, para echar por tierra esa “creencia”. Este gesto diplomático marcó el inicio de un período de calma en las relaciones argentino-estadounidenses. Este relativo relajamiento de la tensión bilateral se explica por las expectativas argentinas de un incremento del intercambio comercial bilateral. En los periódicos argentinos otrora más anti-estadounidenses, como La Nación o La Prensa, ahora las críticas casi habían desaparecido. El panamericanismo sobrevivió, tras la conferencia de Río, al precio de reducirse al mínimo. Y esa táctica estadounidense fue crucial. Un conflicto de proporciones entre Argentina y Estados Unidos, como el que se había producido en Washington, quizás ahora hubiera significado el fin de la organización panamericana, por el generalizado rechazo a la política intervencionista estadounidense, que hubiera podido ser utilizado por los delegados argentinos en caso de que éste país se hubiera planteado objetivos más ambiciosos. Esto es lo que expresaban los delegados argentinos, pocos días después de terminada la conferencia: “Una característica de esta Conferencia y acaso una de las razones de su éxito, ha sido la escasez de discusiones públicas; lo cual se explica por el procedimiento adoptado, y por la forma de su constitución, que trasladó todos los debates al seno de las comisiones, cuyas actas, llevadas prolijamente, informarán a su

State; Rowe, Leo S. “The Significance of the Third Pan-American Conference”, en The Independent, 08/11/1906 y Reinsch, Paul S. “The Third International Conference of American States”, en The American Political Science Review, N. 1 (febrero de 1907).

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tiempo de la labor personal realizada por cada uno de los miembros de la Delegación.” 238 Argentina, una vez más, se ocupó por dificultar todo lo posible el avance de cualquier proyecto que implicara una sustanciación mayor del panamericanismo. Al mismo tiempo, manifestó, como había hecho en México, su desacuerdo por la política proteccionista estadounidense y reclamó por un verdadero libre comercio continental. Pero, en esta oportunidad, primó la calma, y los desacuerdos fueron licuados lo más posible. Incluso en los puntos en los que no pudo imponer su parecer, la delegación argentina cedió para no confrontar abiertamente con Estados Unidos o los otros países. Sin dudas, la proximidad de la Conferencia Internacional de La Haya, en la que por primera vez participarían todos los países representados en Río de Janeiro, operó como línea de fuga de las tensiones al interior del congreso continental. Y Estados Unidos consiguió lo que había ido a buscar: que no se cuestionaran su avance en Cuba, Panamá y República Dominicana y ni tampoco el “corolario Roosevelt” a la doctrina Monroe.

238

Delegación Argentina a la Tercera Conferencia Panamericana, Op. Cit., p. 2.

130 Illapa Nº 7, julio 2010, pp. 129- 157 / ISSN 2077-8651

Síntesis de los sistemas contables prehispánicos en el Perú. LUIS MIGUEL MANRIQUE LOAYZA JOEL PINTO ESQUÍA Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa [email protected] Exordio Lo que vamos a demostrar a continuación, es una especie de recuento de estudiosos en las diferentes formas o sistemas contables prehispánicos en el Perú; como verbigracia, los megalitos de chavin, los pallares de mochica, las taptanas y las yupanas,los quipus y las quilcas;asimismo,debemos de recordar que estos sistemas de contabilidad o registro primordial en aquellos tiempos, representa todavía, una especie de controversia, por saber si en realidad son registros contables o eran más bien una forma de escritura primigenia (los quipus), por la forma y el estado en que se encuentran, dadas las estructuras a través del tiempo y porque toda cultura ancestral, asentada por sus diferentes avances y apogeos, quisieron dejar huella con sus innumerables aportes culturales prehispánicos. Asimismo, dejamos constancia que este pequeño artículo no pretende escapar a las críticas, más bien, invitamos a los científicos sociales a debatir y aportar, para que no seamos presa de las criticas facilistas, porque no tenemos la verdad absoluta .Esperamos contribuir de alguna u otra forma con la historia este pequeño detalle. 1. Sistemas contables prehispánicos 1.1 Los megalitos chavines Chavín se encuentra ubicado en el inicio de un estrecho callejón, formado por el río Pukcha o Mosna, el que se forma con los deshielos de la Cordillera Blanca y conduce sus aguas hacia el río Marañón. Está, pues, en el corazón mismo de los Andes, a 3180 msnm, formando parte del llamado Callejón de Conchucos, que corre de sur a norte, paralelo al Callejón de Huaylas, formado por el río Santa que también se nutre de las aguas de la Cordillera Blanca, pero que, por estar al occidente, desagua en el océano Pacífico.

Los megalitos de la Civilización Chavín y también los que se encuentran en Sechín han despertado la curiosidad de los estudiosos desde Raymondi hasta Julio C. Tello. Se ha especulado cuál era el significado de los intrincados diseños de estas piedras labradas. Se las ha asociado a ritos mágico-religiosos como sacrificios humanos y ceremonias relacionadas con la guerra, se las ha identificado con representaciones de sus dioses e incluso, por su aspecto, como una forma de disuadir a sus posibles invasores. Sin embargo, nunca se las ha presentado como formas de contabilidad, y de que las diversas formas geométricas a su interior encierran números y diversas operaciones aritméticas, además de toda una filosofía y cosmovisión basada en los números. En este campo, no podemos dejar de mencionar la obra de Don Félix Gallegos Rosado, quien sostiene la existencia de operaciones aritméticas en las piedras de Chavín y presenta una posible interpretación de las mismas. A través del análisis de las figuras geométricas presentes en la Estela Raymondi239, Gallegos logra descifrar una compleja cosmovisión que estaría presente a manera de una estructura religiosa en todas las civilizaciones del mundo andino, pues, efectivamente el dios de las Varas está presente en la iconografía de las principales culturas andinas hasta Tiahuanaco. Algunos investigadores lo identifican con el dios

La estela Raymondi: Está hecha en una losa rosada, de casi dos metros de altura y 73 cm de ancho y sólo 17 cm de espesor. Tiene una cara grabada y otra lisa. No se sabe dónde estaba ubicada originalmente; cuando fue hallada, ya los pobladores de Chavín la habían trasladado al pueblo y allí la usaban para fines domésticos (como mesa de comedor y como batán). Debió estar en algún lugar del templo nuevo, pegada a alguno de sus muros, como una lápida que está hecha para enchapar paredes. Es una pieza, en realidad, atípica. La imagen de un ser antropomorfo, parado y que sostiene unas varas o báculos en ambas manos, es muy antigua y popular en el sur de los Andes: en los desiertos de Ica, en Ayacucho, el valle del Cusco y el altiplano del Titicaca. Allí aparecen en la misma época que en Chavín o aun antes. Bien pudiera ser producto del contacto entre los pueblos de Ica y Chavín, en los tiempos iniciales de Paracas. Se trata de un personaje cuyo aspecto es extraño. Un ser antropomorfo, con fauces de felino y garras en las manos y los pies, que sostiene unos báculos frondosos de volutas y serpientes. Encima de la cabeza, como si fuera un tocado emplumado, una sucesión de 4 personajes que pudieran ser una suerte de elaboradas imágenes de serpientes. Todas tienen una boca en forma de U, con pares de dientes, un par de colmillos y un diente triangular central que cubren el labio inferior (bocas agnáticas). Luis Guillermo Lumbreras. 239

131

Wiracocha de los Incas y con el dios Tunupa de amplia difusión en el sur del Perú. Para Gallegos, la imagen de la Estela Raymondi simboliza al dios Chavín y al génesis de la humanidad. Además, sostiene que la manera más efectiva de enviar y trasmitir un mensaje es por medio de los números. Al estar representado en la Estela solo un personaje, es precisamente el número 1 el que representa al dios de Chavín.

A continuación presentamos la lista de los números encontrados por Gallegos a partir del análisis de la Estela Raimondi: NÚMERO ARÁBIGO

NÚMERO ARÁBIGO

SIGNIFICADO

1

El dios de Chavín, el inicio.

2

La dualidad: opuestos

3

La creación del mundo

4

Lo abstracto

5

La materia

8

El bien

10

El mal

20

La multiplicación del mal en el

complementarios

mundo 30 60

132 120 180 240 300 360

* Como podemos observar solo los primeros números gozan de un significado claro. El diez es el número con mayor cantidad de representaciones y constituye la base de los números veinte y treinta. El sesenta que tiene un grafema semejante a una “J” es base de los demás números a partir de una Multiplicación, cada cuadradito nos indica el multiplicador.

Si bien es cierto, que es posible la existencia de números representados en las figuras geométricas de Chavín, es imposible que logremos identificar el fonema que pudieran haber tenido. Por otro lado, Gallegos afirma que los pobladores de Chavín conocían perfectamente las 4 operaciones básicas, pero que además, estas tenían un significado mágico-religioso relacionado con la creación y destrucción del universo, así la suma y la multiplicación son operaciones creadoras y por el contrario la resta y la división muestran el fin de los tiempos. A partir de la matriz obtenida de la Estela Raymondi, Gallegos asegura no solamente poder descifrar otros monolitos semejantes como: el Lanzón Monolítico o el Obelisco Tello, sino también, algunas de las demás grandes pictografías del mundo andino como las Líneas de Nazca, las imágenes de Toro Muerto, entre otras. Finalmente, no podemos dejar de anotar que las imágenes representadas en la Iconografía Chavín están íntimamente relacionadas con las constelaciones australes, así, Gallegos ha identificado al dios Chavín con la constelación de Orión, cosa semejante ocurre con las Falcónidas que están presentes en Chavín de Huántar. 1.2 Los pallares mochicas La civilización Mochica o Moche surge y se desarrolla en los siglos I y VII, teniendo como escenario la larga y angosta franja desértica de la costa norte del Perú donde se encuentran los restos de sus templos piramidales, palacios, fortificaciones, obras de irrigación y cementerios

133

que testimonian su alto desarrollo artístico, tecnológico y compleja organización. Larco Hoyle sostiene que los personajes humanos y zoomorfos que parecían correr, estaban relacionados con los chasquis y que los personajes que parecían jugar con frejoles o pallares y palitos se relacionaban con los quipucamayocs del incario en su calidad de contadores en el mundo andino y que, por ende, las manchas de los frejoles podían reemplazar a los nudos de los quipus y formar una escritura rudimentaria o por lo menos una forma de contabilidad.

134

éstos eran los que llevaban los mensajes en sus pequeñas bolsas de largas puntas, que les permitía pasarlas de una mano a otra con presteza, quedaba por saber cuál era su contenido a fin de comprender la importancia del medio de comunicación escrito que existía. Era indudable que este medio existía ya perfeccionado, y no quedaba sino echarse a buscarlo. Analizando más y más las pictografías, pudimos notar que en muchas de ellas se presentaban, junto a los brazos de los “mensajeros”, y muy cerca de las bolsas, unos raros frutos, además de numerosos granos de pallares. ¿Cuál era el significado de esta proximidad y qué papel desempeñaban los frutos y pallares? ¿Qué relación existía entre los mensajeros y estos pallares que continuamente se veían pictografiados?”240

Pictografía que representa a los mensajeros en plena carrera. Obsérvese la gran vivacidad de los movimientos y el vuelo de las aves en sentido contrario. Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera Larco Hoyle. Op.cit. p. 147.

* La figura Nº 54 en: Hocquenghem (1987)

“Ahora bien, conociendo el gran simbolismo mochica –que hemos advertido ya en muchas escenas de índole diversa a la que tratamos, bien pronto pudimos cerciorarnos de que los personajes con caracteres de aves eran los “mensajeros”, a quienes los artistas mochicas habían querido caracterizar de tal forma, por tratarse de hombres tan veloces como los pájaros; y aquellos que aparecen con el cuerpo de un miriópodo demostraban la gran rapidez de la carrera y la multiplicidad de los pies en el servicio, pues, efectivamente, tenían cien pies para desarrollar las velocidades que los casos requerían. Y este simbolismo no sólo ha representado al “mensajero” diurno con aves de raudo vuelo que se presentan en el día hendiendo los espacios, sino también ha querido simbolizar a los “mensajeros” nocturnos, representados por lechuzas, que están también ataviadas en las pictografías con la misma indumentaria. (…) los mochicas pudieron llegar a establecer un sistema de comunicaciones eficiente, que permitió difundir simultáneamente todos los adelantos que paso a paso fueron alcanzando, y a enterarse de todo lo que ocurría dentro de su territorio en poco tiempo. (…) Pero si

Podemos coincidir con Larco Hoyle en la existencia de un grupo de mensajeros mochicas antecesores de los chasquis incas, pero aún no se ha podido confirmar que efectivamente los Pallares fueran una forma de escritura.

Mensajeros idealizados. Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera. Larco Hoyle op.cit. p 147

240

LARCO HOYLE (1939 - 1939)p. 149

135

Para A.M. Hocquenghem, los pallares y los palitos de los que habla Larco Hoyle no son más que un juego adivinatorio relacionado con los funerales, y las escenas de carreras y de combates se refieren a ceremonias agrícolas para propiciar la fertilidad y la cosecha, éstas se realizaban dos veces por año antes de los solsticios: “según los datos icnográficos, nos parece que los ‘pallares’ utilizados en el juego no están retocados y efectivamente pueden servir como dados o marcas”241. Es necesario anotar que Hocquenghem basa sus teorías en las crónicas y por ende en la teoría de que las ceremonias y ritos andinos se han mantenido casi inalterables desde remota época, por tanto, su análisis de la Iconografía Mochica consiste en “hacer hablar” a las imágenes con las crónicas que nos muestran “las idolatrías”y costumbres en el mundo andino al llegar los hispanos.

Los personajes simbólicos de la institución en la tarea de descifrar los mensajes y ordenarlos convenientemente. Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera. Larco Hoyle op.cit. p. 147

El juego del duelo según Hocquenghem, es lo que representan las imágenes mochicas de los pallares, que consiste en: “Lo juegan en el momento de la muerte del adulto, hombres y mujeres. Se necesita un dado de madera, huso o piedra, con varias caras de valores diferentes, un damero de piedra, madera, u hoja de

136

agave o también dibujado en el suelo, y fichas, granos o pequeñas piedras.(…)el juego, a pesar de la apariencia, no es un simple juego de azar, es el espíritu del muerto que manifiesta su voluntad, permitiendo al dado caer de una manera o de otra” 242. En lo que se refiere a los pallares, Hocquenghem, nos dice: “(…) hoy en día Huayro, Huayru, Huayruru, son nombres actuales de una semilla de color rojo y negro que se supone tiene propiedades sobrenaturales. Estas semillas protegen contra la mala suerte, son ofrecidos a los ancestros míticos, las huacas y forman parte de las pócimas que dan fuerzas y son utilizadas, como los granos de maíz y hojas de coca, con fines adivinatorios.”243, es decir, los pallares serían huairuros y la escena correspondería a una ceremonia de ofrendas a los dioses. Tanto Larco como Hocquenghem, coinciden en la posibilidad de que estos frejoles, pallares o Huairuros pudieran ser usados como formas de Contabilidad, esta posición será recogida por Carlos Radicati en su teoría sobre la evolución de las taptanas a yupanas como formas de contabilidad andina, pero eso lo trataremos más adelante. Debemos también dar cuenta de las aseveraciones del Dr.Walter Recuenco Chimpén244, un lambayecano que desde hace 40 años dejó su profesión de médico-obstetra para dedicarse a descifrar la frondosa cantidad de símbolos, figuras impresas en ceramios, paneles de barro, telares, objetos de metal, etc.; el cual asegura haber logrado descifrar la iconografía mochica y que ésta es en realidad una forma de escritura, basa sus hallazgos en su conocimiento del muchik, el idioma de los moches, pero hasta que no se publique su investigación de manera completa, aún las imágenes moches seguirán siendo un enigma. 1.3 Las Taptanas y Las Yupanas. De los juegos mágico–religiosos a la contabilidad andina Entre los estudiosos ha concitado interés, el descubrimiento en diversos lugares del Mundo Andino de tableros con escaques o casilleros de diversos materiales como madera, hueso, cerámica, entre otros. El primero se encontró en 1986 por Chordeleg en la provincia de Cuenca (Ecuador). “Se trata de un tablero de madera de forma rectangular (33 x

Ibidem. P.154 Loc. Cit. 244 vid. RECUENCO (2004) 242 243

241

Hocquenghem. Op. Cit. p. 146

137

27 cm.) en cuya cara superior hay 17 compartimientos, de los cuales 14 son cuadrados, 2 rectangulares y un octogonal”245. Luego, se ha encontrado diversos tableros semejantes en Chan Chan (madera), Ancash (piedra), Carhua en Pisco (arcilla y otro de hueso de cachalote), Huancarcucho en Ecuador, y en otros lugares de la extensa área andina. Esto suscitó varias hipótesis sobre la función que cumplían estos artefactos. Se pensó que eran maquetas de fortificaciones, pero finalmente se llegó a la conclusión de que eran Taptanas o tableros de juegos rituales que se realizaban a la muerte de un familiar, en este se repartían las pertenencias del difunto y a su vez se creía que al efectuar el juego se ayudaba a la alma del difunto a encontrar el descanso. Luego se sugirió que estos tableros eran semejantes a ábacos o tableros de cálculo. El autor de esta tesis fue Carlos Wiener; sin embargo, sólo los tableros más simples son susceptibles a convertirse en Yupanas o ábacos andinos. De ahí surge la tesis de Carlos Radicati, quien sostiene que existió una evolución desde las Taptanas, de cuya evidencia data desde Moche, hasta tableros de cálculo denominados Yupanas durante el incario. Las Yupanas son un fácil sistema de contabilidad, basado en el sistema decimal: “la yupana es el ábaco que utilizaron los Quipucamayucs o contadores del imperio incaico. El vocablo ‘Yupana’ deriva de la palabra quechua “Yupay” que significa contar”246. Las Yupanas constituyeron el sistema de cálculo de cada ayllu y que era manejado por lo quipucamayocs para luego trasladar los resultados a los quipus a manera de archivos o libros contables. Esto les permitió a las diversas organizaciones y pueblos del mundo andino llevar contabilizada de manera correcta su producción agrícola, demografía, ganadería, etc. “Un Estado de esta naturaleza resultaba indispensable la perenne elaboración de estadísticas, derivadas de una metódica obtención de toda clase de datos, y también, el constante cómputo de las personas, cosas inclusive acciones, en sus aspectos más diferentes. (…) el ábaco o yupana permitió realizar rápidamente y con exactitud los cálculos; y el quipu que

RADICATI (S/a) p. 13 CASTAÑEDA (1988), p. 35. Cita a Villavicencio Ubillus, Martha. “La Yupana” Manual del Maestro. 1986. 59 pp.

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fue una especie de libro en que se registraban los resultados de los cálculos y la información estadística.”247

La forma de operar con la Yupana es sumamente sencilla en la suma y en la resta como a continuación mostramos según la propuesta de Carlos Radicati: Para Suma: recoloca “(…) los varios sumandos en los respectivos casilleros de cada una de las columnas del ábaco. A fin de comprender el procedimiento que se debió seguir para sumar con la yupana, escogeremos las mismas cifras del ábaco de Guamán Poma, representadas por los puntos negros de los casilleros. Estas cifras, leídas verticalmente, corresponden a cuatro cantidades (21.512, 11.013, 20.110 y 1.001) que, sumadas horizontalmente, de acuerdo con el sencillo método de agrupación de fichas en un solo casillero, arrojan un total de 53.636. El planteamiento de la operación y la manera de realizarla es como sigue: 1° Comenzando por la primera columna de escaques de la izquierda (A), se colocan dos fichas en la casilla de primera posición (unidades), una ficha en la de segunda posición (decenas), cinco fichas en la de tercera posición (centenas), una ficha en la de cuarta posición (millares) y dos fichas en la de quinta posición (decenas de millares), con lo cual se consigna la cantidad de 21,512. Igual procedimiento se sigue para representar las otras tres cantidades o números (11.013, 20.110 y 1.001) en las restantes tres columnas (B, C y D). A

5. Decenas de millares 4. Millares 3. Centenas 2. Decenas 1. Unidades







●●● ●● ● ●●

247

CASTAÑEDA (1988) p. 41

C

D

●● ● ●





●● ●

210512 11013

245 246

B

●●



20110

1001

139

2° En seguida se reúnen en la columna D todas las fichas de los otros casilleros, de acuerdo con la respectiva altura o posición. El resultado será el siguiente: seis fichas en el casillero de primera posición, tres en el de la segunda, seis en el de la tercera, tres en el de la cuarta y cinco en el de la quinta; numeración que, leída verticalmente de arriba hacia abajo, resulta 53.636 y representa el total de la suma”248.

140

5. Decenas de millares 4. Millares 3. Centenas

A 5. Decenas de millares 4. Millares 3. Centenas 2. Decenas 1. Unidades

B

C

D ●●● ●● ●● ● ●●● ●●● ●● ● ●●● ●●●

5 3 6 3 6

Hay que señalar que tanto en los quipus como en las Yupanas no existe un signo especial para indicar el vacío como nosotros lo hacemos con el “0”. En las Yupanas el cero simplemente se representa con un casillero vacío. Por otro lado, los incas conocían la simplificación en la suma, lo que nosotros solemos llamar “llevar”. Además existieron Yupanas de todos los tamaños, según las cantidades que se quisieran calcular u operar. Para la resta: “Por lo que toca a la resta, podríamos imaginarnos que fuera preciso restar 1.665 de 16.222 unidades. Para la realización de una operación semejante se debería emplear la yupana de la siguiente manera: 1° Se principiaría por plantear la operación mediante la colocación en la columna A de las fichas que forman el minuendo (16.222) y en la columna B de aquellas que indican el sustraendo (1.665).

248

RADICATI (S/a) pp. 37 – 40

A ● ●●● ●●● ●●

2. Decenas

●●

1. Unidades

●● 16222

B

C

D

● ●●● ●●● ●●● ●●● ●●● ●● 1665

2° A continuación se retiraría del casillero de primera posición de la columna A (minuendo) un número de fichas igual al de la columna B (sustraendo); pero como esto resulta imposible, pues no se pueden retirar cinco fichas donde sólo hay dos, se tendría que "tomar prestada" una ficha del casillero de segunda posición de la columna A, que al descender al de primera posición, quedaría convertido en diez fichas propias de este casillero, las cuales, agregadas a las dos originales, sumarían doce: de ellas se retirarían las cinco del sustraendo, permaneciendo siete fichas en el casillero. En seguida, se aplicaría el mismo procedimiento para la resta de los casilleros de segunda y tercera posición: de cada uno de ellos se haría descender una ficha que, convertida en diez y agregada a las originales haría posible retirar el número indicado en el sustraendo; en otras palabras, de las once fichas de cada uno de estos casilleros, se retirarían seis, quedando solamente cinco. En la cuarta posición, en que no se precisa "pedir prestada" ninguna ficha, se retiraría simplemente una del conjunto original de cinco, quedando en el casillero cuatro fichas. Por último, en la quinta posición, la ficha del minuendo permanecería en su mismo casillero porque el casillero de la columna del sustraendo, por estar vacío, indica cero fichas. Para hacer más comprensible la operación, hemos, en este esquema, rodeado con un. Círculo (circulo blanco) los puntos negros que indican las fichas que han descendido al casillero inmediatamente inferior, y tarjado (raya oblicua) aquellos que, por corresponder a la cantidad del sustraendo, señalan las fichas que han sido retiradas del casillero. Como ya se habrá comprendido, los casilleros de la columna A,

141

142

que al inicio de la operación indican el minuendo, se convierten al final de ella, en casilleros que marcan el resultado de la resta (14.557), la cual resulta ser, precisamente, de carácter residual”249.

1 4 5 5 7

A ●

B

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La resta en los quipus Pruebas de que en los quipus se planteaban y efectuaban substracciones, las hallamos, algunas veces, en el cifrado de las cuerdas subsidiarias (infra) y también, con cierta frecuencia, en la práctica de cortar o desanudar las cuerdas. Carlos Radicati pone como prueba, las operaciones realizadas en los llamados quipus etnográficos: “En la sierra peruana, los pastores que emplean los quipus suelen señalar las cantidades, substraídas, con nudos situados en hilos que amarran a las cuerdas principales. Por ejemplo, si en una de éstas se señala la cantidad de ovejas que el pastor ha recibido en custodia, en los hilos secundarios se indica el número de las que han muerto, se han perdido o han sido devueltas al dueño del rebaño. Sin embargo, al registrar de esta manera las disminuciones no se consigue reproducir por completo la operación, porque, si bien se deja constancia de los sustraendos, no se precisa el residuo o resultado de la resta. Algo semejante ocurre también con las substracciones por corte o por desanudadura de las cuerdas, que 249

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son operaciones defectuosas por faltarles siempre la indicación de algunos de sus elementos. Más que registro de cuentas, parecen ser formas de cálculo, iguales a las del ábaco. El corte de las colgantes se presenta a varias alturas sobre la extensión de las cuerdas: a menudo tan cerca del amarre, que sólo queda el lazo que las sujetaba a la transversal; otras veces, coincide con las distintas posiciones de los nudos, especialmente con la de las unidades. En el primer caso, la substracción es total y en el segundo resulta parcial cuando hay nudos en las posiciones que están encima del corte. De todos modos, en ambos casos, la operación es aún más defectuosa de la que se realiza empleando las cuerdas subsidiarias, puesto que con el corte desaparece tanto la cifra que había antes de que la cuerda fuera cortada como la que corresponde al sustraendo: sólo se deja constancia del residuo, que puede ser el cero o la cantidad que indican los nudos situados en las posiciones superiores al corte”250. La multiplicación y la división por ser operaciones más complejas aún no se tiene claro cómo se realizaban, para el caso de la Multiplicación existe una propuesta de Carlos Radicati, un tanto confusa pero entendible; para el caso de la división la situación es más compleja pues no se ha resuelto el problema de los números decimales que se obtendrían como resultado. Para resolver estos problemas es probable que se utilizara fichas de diferente color para indicar distintos elementos de la operación. Para Carlos Radicati, el quipu es una derivación de la yupana como ésta lo fue de la taptana: “El quipu es, a todas luces, una derivación de la yupana, lo mismo que ésta a su vez lo fue de la taptana o tablero de juego. El parecido, inclusive externo, del ábaco y el quipu es tan notable que se puede establecer con facilidad el paralelismo entre ambos instrumentos, comparando simplemente las columnas de escaques de la yupana con las cuerdas del quipu, donde los nudos están dispuestos, al igual que las fichas en los casilleros del ábaco, de acuerdo con una colocación por altura que les otorga su exacto valor. Realizados los cálculos con la yupana, el resultado era trasladado, con igual procedimiento de notación vertical, al quipu, cuya función era 250

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esencialmente registradora y ofrecía, mejor que la yupana, la posibilidad de reunir y perpetuar una cantidad mayor de datos contables.”251 1.4 Los Quipus y Las Quilcas: ¿sistemas contables o una forma de escritura? Al llegar los españoles al Perú en 1532, no sólo se maravillaron de lo imponente de sus construcciones, de los ingeniosos sistemas de riego, de la fuerte organización social, del sistema redistributivo de los incas, sino también, del ingeniosos sistema de cuerdas y nudos por el cual los especialistas llamados quipucamayocs, no solo podían dar cuenta exacta de los ingresos y egresos de productos de una colca, sino también , según los cronistas, de los hechos del pasado, de la historia, de la literatura y de las leyendas incas.

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Qquipu: Nudo, cuenta por (todos) nudos” 253. [Asimismo, Hernando Pizarro, dice de los quipus:] “E cuentan por unos nudos en cuerdas lo que cada cacique ha traído: E cuando nos habrían de traer algunas cargas de leña u oveja o maíz o chicha, quitaban de los nudos de los que tenían a cargo e anudabanlos en otra parte. De esta manera que en todo tiene [que] muy gran cuenta y razón” (BURNS GLYNN). Por otro lado: “El quipus era una cuerda de dos pies de largo, compuesta de dos hilos de diferentes colores fuertemente retorcidos y entrelazados, de la cual salía una multitud de hilos más pequeños en forma de franja. Los hilos eran de diferentes colores y había en ellos muchos nudos; y efectivamente la palabra quipu significa nudo”254 (G. PRESCOTT). María Rostworowsky apunta lo siguiente: “Cabe señalar que en los quipus sólo se anudaban los resultados de las operaciones matemáticas realizadas anteriormente en los ábacos o yupana. Los ábacos podían ser de piedra tallada o de barro. Ambos tenían casilleros que correspondían a las unidades decimales y se contaba con la ayuda de piedrecitas o granos de maíz. Los quipus formaban un sistema mnemotécnico mediante el cual se registraba la información necesaria. Podía tratarse de noticias censales, de montos de productos y de subsistencias conservadas en los depósitos estatales. Los cronistas mencionan también quipus con noticias históricas pero no se ha descubierto aún como funcionaban. En el Incario, personal especializado manejaba las cuerdas y el quipucamayo mayor tenía a su cargo las cuerdas de toda una región o suyu. Los quipus se siguen usando como instrumentos mnemotécnicos en los poblados indígenas donde sirven para registrar los productos de las cosechas y los animales de las comunidades.”255 (MARIA ROSTWOROWSKI).

“En aquella ciudad se hallaron muchos viejos oficiales antiguos del Inga, así de la religión como del gobierno y otra cosa que no pudieron creer si no la viera, que por hilos y nudos se hallan figuradas las leyes y estatutos, así de lo uno como de lo otro, y las sucesiones de los reyes y tiempo que gobernaron: y hallase lo que todo esto tenía a su cargo no fue poco, y aun tuve alguna claridad de los estatutos que en tiempo de cada uno se habían puesto” 252. De ahí surge el debate, sobre la existencia de una forma de escritura durante el incario, o si los quipus sólo son un sistema contable admirable o además una novísima forma de escritura. Hay que anotar que es imposible administrar un territorio de más de 3 millones de Km2, con más de 10 millones de habitantes con diferentes costumbres, religiones y lenguas con sólo órdenes orales. Luego de esta reflexión se hace plausible la existencia no solamente de un sistema contable, sino también de un sistema de escritura que aún esta por descifrarse, nos referimos a las quilcas. Veamos qué es un quipu en opinión de diversas personalidades:

El cronista Pedro Cieza de León dice:

“La palabra quipu está anotada en lengua quechua en la obra de Diego Gonzáles Holguín, que traduce esta voz de la siguiente manera: BURNS GLYNN, (2002). P. 67 G. PRESCOTT, (1972). p. 95 Tomado por: Conq.; pob. Del Pirú, M.S. – Sarmiento, relación, M.S., Cap IX – Acosta, Lib. VI, Cáp. VIII.- Garcilazo, parte I, Lib. VI, Cap. III. 255 ROSTWOROWSKI En: http://incas.perucultural.org.pe 253 254 251 252

RADICATI (S/a) p. 45 BURNS GLYNN, (2002). Pp. 63. Testimonio: Polo de Ondegardo.

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“Y esto fue los quipus, que son ramales grandes de cuerdas amarradas y los que desato eran contadores y entendían el guarismo de esos nudos, daban por ello razón de los gastos que se habían hecho, o de otras cosas que hubiesen pasado de muchos años atrás. Y en estos nudos contaban de uno hasta diez, de diez hasta ciento, y de ciento hasta mil, y en uno de esos ramales está la cuenta de lo uno, y en otro lo del otro, de tal manera que para nosotros es una cuenta donosa y ciega, y para ellos singular. En cada cabeza de provincia había contadores a quien llamaban quiposcamayos y por esos nudos tenían la cuenta y razón de lo que habían de tributar lo que estaban en aquel distrito, desde la plata, oro…”256 (PEDRO CIEZA DE LEÓN)

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establecieron en ciertas ciudades depósitos de quipus, a donde concurrían los empleados con sus manojos, colocándolos por materias en departamentos adecuados. El mayor de estos archivos indígenas era e del Cuzco, que fue destruido por los españoles cuando entraron en la ciudad imperial”258 Funciones de los quipus Se ha especulado mucho sobre las posibles funciones de los quipus, se ha hablado de los quipus estadísticos y de los históricos. Éstos últimos se relacionan con la teoría de la escritura inca y de la escritura en quilcas que trataremos más adelante. “La estadística por medio de los Quipus servía para registrar el movimiento demográfico, según Sarmiento. Cada provincia al fin de año, mandaba sentar en los quipus por la cuenta de sus nudos, todos los hombres que habían muerto en ella en aquel año y por consiguiente de los que habían nacido y por principio del año que entraba, venían con los quipus al Cusco”259

De las aseveraciones de estudiosos y de los cronistas podemos sacar en limpio que los quipus son un sistema de contabilidad que se basaban en el sistema decimal al igual que nuestro sistema y que era totalmente exacto en sus cálculos. Además es necesario agregar que los quipus no son una invención de los incas, por el contrario, los primeros quipus datan de Wari. Pero es indudable la importancia y grado de institucionalización que le dieron los incas a la profesión de quipucamayo: “aunque fue opinión muy común aquella que decía que los quipus los inventó el amauta llla en tiempos de Mayta Cápac, hoy sabemos que tienen origen preincaico. Los incas los hicieron suyos y los perfeccionaron, vinculándolos a la contabilidad de los tributos y también a sus historias y antiguallas”257. Los quipucamayos tenían que estudiar varios años para ejercer su profesión, eran prácticamente un estamento, era imposible que cualquier advenedizo ejerciera tal profesión, como lamentablemente si se dio durante gran parte de la colonia en el caso de los contadores.

“La estadística de la población se completaba con la estadística de la producción de lo que se recogía para los depósitos del Inca. Como en muchas ocasiones el Inca acudía en vía asistencial a muchos ayllus con estos depósitos o para completar los tributos. Baudin afirma que la producción y el consumo estaban perfectamente regulados en el Tawantinsuyo no por un mecanismo de precios como pasaría en una organización actual o por las largas de la oferta y de la demanda, sino por la forma más simplista, esto es la estadística de la población y de la producción. Así el Imperio de los Incas presenta un acabado e increíble ejemplo de realidad de Estado Socialista, al menos en este aspecto tan importante”260.

“Hizo (Pachacutec) también en Pacarictambo un modo de universidad, donde los nobles atendían a los ejercicios de la milicia, y a los muchachos se les enseñaba el modo de contar con quipus, añadiendo diversos colores que servían de letras’. También organizaron los incas esa enseñanza en el Cuzco y en las diversas provincias, honraron a los jóvenes que bajo la dirección de los amautas, (…) se consagraba a la Carrera de quipucamayoc; y es que BURNS GLYNN, (2002). P. 57. Cita a: Pedro Cieza de León. Crónica: “Del Señorío de los Incas”. 257 DEL BUSTO Duthurburu, José Antonio (1970) Historia General del Perú. 256

“(…) los quipus bastaban para todas las necesidades aritméticas de los peruanos, no podían representar la multitud de ideas e imágenes que expresa la escritura. Sin embargo, aún para esto la invención no dejaba de tener su uso; porque, además de la representación directa de objetos sencillos y aún de ideas WIESSE (1913) p.279 ROMERO (1937) p. 81 (cita a: Sarmiento. Relación. Capitulo 16). 260 ROMERO (1937) p. 81 cita a: Baudin. L’ Empire Socialista de Incas. París 258 259

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abstractas dentro de un corto límite, como (….), era un poderoso auxilio para la memoria por medio de la asociación. El nudo o el color peculiar indicaban de este modo lo que no podía representar, (….), como dice un antiguo escritor, que el número del mandamiento recuerda el mandamiento mismo. Así usado el quipu, podía considerase como el sistema mnemónico de los peruanos”261.

b)

Descifrando los Quipus Dos investigadores que han dedicado todas sus vidas al estudio de los quipus son, en primer lugar, Carlos Radicati, que ha hecho toda una tipología de los quipus, es autor de la teoría de que las taptanas evolucionaron en yupanas y de éstas surgió el quipu, así la yupana era la calculadora y los quipus los “libros de contabilidad” que se archivaban para posteriormente ser utilizarlos cuando la administración inca lo necesitara. Admite también la existencia de quipus numéricos y de quipus extra numéricos, los primeros servían para el cálculo y los segundos para expresar ideas asociadas a ideas que se representaban con colores y diferentes materiales al interior de las hebras del quipu. Esto último según un sistema o código que relacionaba cada color o combinación de ellos con un objeto en particular, hasta ahí el quipu es un sistema de cálculo y que expresa ideas gracias a un sistema mnemotécnico de uso cotidiano. El segundo es Burns Glynn, para quien no sólo los quipus son un sistema mnemotécnico, sino también, un sistema de escritura, que en su proceso de desciframiento ha alcanzado algunos logros importantes, basándose también en la decodificación de las quilcas. Pero antes de entrar a la decodificación de los quipus, es necesario familiarizarse con sus características262 y particular nomenclatura:

c)

d)

e)

a) Los Quipus constan de una cuerda de unos cuatro o cinco milímetros de diámetro, de la cual cuelgan, a manera de franja con flecos, cuerdecitas más pequeñas (dos o tres milímetros) en las que se distinguen nudos; quienes han tenido, además, la posibilidad de examinar con mayor detenimiento algunos ejemplares, habrán igualmente comprobado que, tanto la cuerda principal, llamada también cuerda madre o transversal,

261 262

G. PRESCOTT, (1972), p. 96. Las características se basan en las opiniones de Burns y Radicati.

f)

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como sus colgantes, son a menudo de diferentes colores y los nudos no tienen siempre la misma forma y tamaño. El material empleado en la confección de las cuerdas era principalmente algodón, seguido de lana de alpaca o de llama, y según los cronistas y Radicati también los había de Maguey. Es posible que para la confección de los quipus se usase también metales como el oro y la plata, estos, como es de suponer sólo eran para uso del inca y desaparecieron totalmente gracias a la ambición desmedida de los hispanos. También, existen quipus confeccionados con cabello humano en una o varias de sus colgantes. Las cuerdas nunca son trenzadas sino retorcidas hacia la derecha, aunque a veces, se manifiesta también el retorcido en sentido izquierdo. Su longitud varía para la cuerda principal, de "tres cuartas de vara", como dice el Inca Garcilaso, hasta varios metros, y para las colgantes, de cuarenta a sesenta centímetros, si bien las hay más cortas, de diez a veinte centímetros; el hecho es que no existe uniformidad en la longitud como tampoco en el grosor de los cordeles. ”Consta de un condón o cuerda principal retorcido que termina en nudo sujetador del retorcido, con atados que suelen ser llamados pendientes o colgantes”263. El número de cuerdas es también diferente, existiendo ejemplares de unos cuantos cordeles solamente mientras que otros tienen varios centenares. La manera más común de unir las colgantes a la transversal es mediante un lazo en forma de nudo corredizo que, debidamente ajustado, las sujeta en el lugar requerido. Además de las cuerdas colgantes, muchos quipus presentan otras que han sido denominadas auxiliares o subsidiarias, puesto que no están atadas a la cuerda transversal sino a una cuerda colgante: dentro de este tipo se incluyen también las que dependen, a su vez, de otra subsidiaria. En las cuerdas subsidiarias repararon los cronistas, que las definieron "como hijuelas de las otras". Los hilos colgantes eran de dos o tres cabos y variaban en longitud y en número de pocos a muchos. La dirección de los colgantes era hacia abajo, hay ejemplares con cuerdas aisladas dispuestas hacia arriba. En ciertos quipus se nota que dichas

BURNS GLYNN, (2000). p. 59

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cuerdas que van hacia arriba no cogen en su lazo la cuerda transversal sino todo un grupo de colgantes dispuestas en sentido contrario. Esta curiosa forma de unión se consigue de la siguiente manera: una vez colocado en la transversal el grupo de cuerdas que va hacia abajo, se hace pasar por el lazo de cada una de ellas, mantenido al efecto algo flojo, el lazo de la cuerda que va hacia arriba; se sujetan luego, al mismo tiempo, todos los lazos, con lo cual aparece en el punto de unión de las cuerdas, la representación de una especie de llave o corchete. g) “Raramente las colgantes ocupan toda la cuerda transversal, sino que, partiendo de uno de sus extremos, aquel en que se encuentra el ojalillo que se formó al retorcerla, se prolongan a lo largo de su extensión, sin llegar casi nunca al otro extremo donde está el nudo que retiene el retorcido; el resto de ella, por consiguiente, continúa suelto como si quien confeccionó el quipu no hubiese terminado de agregar nuevas colgantes. Esta particularidad resuelve, creemos, un problema que se considera de difícil solución, aquel del inicio del quipu, o sea de cual de las cuerdas dentro del mismo, debe ser considerada como la primera. Es indudable que ella es siempre la colgante que está más cerca del doblez de la transversal” 264. h) Los nudos aparecen a veces en la cuerda principal, pero lo más corriente es que se encuentren en las cuerdas colgantes, inclusive las que van hacia arriba, y también en las subsidiarias. Los nudos que hasta ahora han sido señalados son: el simple, que es el nudo normal, llamado comúnmente "nudo de dedal". En segundo lugar, el flamenco, que ha sido denominado también "nudo doble" o "nudo en ocho" porque parece ser como dos nudos en uno o representar, mediante la trayectoria que sigue la cuerda al confeccionarlo, la cifra ocho. En tercer lugar, el compuesto, que Garcilaso define "a manera de los nudos que se dan en el cordón de San Francisco" y que está formado por vueltas de la cuerda en forma de espirales que van de dos a nueve. En cuarto lugar, el nudo a ojal, de varias modalidades, entre ellas la del "nudo a medio

i)

j)

265 264

RADICATI (S/A)p. 66

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hacer". Y por último, el nudo que sujeta alguna cosa, como por ejemplo, hilitos de diferentes materiales y colores, mechones de algodón o de lana, etc. Varios tipos de nudos pueden encontrarse en el mismo cordel, de los cuales los que mas abundan son los nudos simples y los flamencos. “Los nudos están colocados a distintas distancias de la cuerda transversal, siendo (de la cuerda) lo más frecuente que el compuesto y flamenco se ubique en la parte media y superior de los colgantes” 265 Las cuerdas colgantes pueden ser de uno o varios colores. Un grupo puede tener un solo color y continuar en el siguiente con distinto color. “Los hilos colgantes tenían un color, dos o tres combinaciones de colores, en la misma cuerda, habiéndose encontrado también un color para la cuerda Torcida. La cuerda principal se preparaba retorciendo hilos de colores” 266. Por lo que toca a los colores, aparecen en primer lugar los que son naturales, o sea propios de la lana y el algodón; luego, los que son producidos por el teñido, con gran variedad de tonos. Los colores que predominan son el blanco, el azul, el amarillo, el rojo, el negro y el verde, y, más que todos, el marrón. Ellos se distribuyen: I°, un solo color para toda la cuerda; 2', dos o tres colores para una misma cuerda, o sea uno para cada torzal; 3°, dos o más colores, también para la misma cuerda, pero mezclados dentro de cada torzal mediante hilos de diferentes colores; 4 ° , dos y hasta tres colores en la misma cuerda, colocados por altura, o sea, por ejemplo, en la parte superior, en la central y en la inferior. De acuerdo con esta distribución las combinaciones cromáticas resultan muy abundantes, habiéndose registrado hasta diecisiete colores en un mismo ejemplar. Además, el cromatismo se acentúa en aquellos quipus en que se manifiesta también la presencia de especies de cartuchos o canutos de hilos de diferentes colores, o sea de forros policromados que cubren las cuerdas en gran parte de su extensión.

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Luego de tener una idea mucho más amplia de cómo eran los quipus, vamos a tratar de entender hasta dónde han llegado las investigaciones sobre cómo decodificar un quipu. I. En primer lugar, debemos aclarar que sólo los quipus numéricos se han logrado decodificar satisfactoriamente, aún falta mucho para entender los quipus extra numéricos. Por otro lado, el quipu numérico o contable se basa directamente en la yupana y en la forma cómo se posiciona cada cifra, por ende, cada nudo hace las veces de una ficha. “Es sabido por las crónicas que los incas tuvieron un sistema de numeración decimal y que practicaron inclusive la notación basada en el principio de posición de las cifras, las cuales, en los quipus, estuvieron representadas por los nudos. Este sistema de numeración lo expuso y comentó el Inca Garcilaso, quien conoció "tanto como los indios" el mecanismo del quipu numeral, porque siendo joven ayudaba a los indígenas tributarios de su padre a trasladar las cuentas de los tributos, que ellos traían dos veces al año, de los nudos de los quipus a la escritura castellana. Su explicación, sin embargo, no resulta tan completa y precisa como sería de desear porque, según él mismo confiesa, "por no atreverme a darme a entender, dejo de decir todo lo que se de ello". Después de afirmar que con los nudos "se dice el número" y que éstos "se daban por orden de unidad, decena, centena, millar, decena de millar. . . y, si se ofrecía, por centena de millar", agrega que "cada número estaba dividido de otro", lo cual significa que en cada cuerda había una sola cifra. Explica también que "en lo más alto de los hilos se ponía el número mayor, que era de decena de millar, y más abajo el millar y así hasta la unidad". Termina diciendo que "los nudos de cada número y de cada hilo iban parejos unos con otros, ni más ni menos que los pone un buen contador para hacer una suma grande"”267. “Los nudos servían de números y se podían combinar de manera que representasen cualquier cantidad que se quisiese. Por medio de ellos hacían sus cálculos con mucha rapidez, y los primeros españoles que fueron a aquel país atestiguan la exactitud de 267

RADICATI (s/a)p.71

estos”268. Además, “Cada nudo (o vuelta de nudo largo 269) atado en la parte inferior del colgante indicaba una unidad, mientras que los nudos atados en grupos hacia arriba indicaban, respectivamente, decenas, centenas y millares. El quipu empleó el sistema decimal, aún en la ausencia de un símbolo explícito equivalente al cero del sistema arábigo. Ciertos cordeles expresaban totales u otros derivados aritméticos de números en los colgantes. Atributos importantes de los colgantes son los colores, por ejemplo, o la torsión de sus nudos, que comunicaban otras variables”270. II. El cero al igual que en la yupana se representa sencillamente con el vacio. “En los Quipus, el cero se representa al no tener nudos en una posición del grupo, mientras más cuidadosamente se alinean las posiciones de grupo de cordel a cordel, se hace más obvia una posición vacía en un cordel al relacionarlo con otros.”271 III. Para Carlos Radicati la lectura de un quipu se inicia desde donde se encuentra el doblez u ojalillo y se avanza de derecha a izquierda. La unidad se representa con un nudo flamenco, las demás cifras con nudos simples y compuestos, según su altura representa decenas de millar, unidades de millar, centenas, decenas y unidades, los nudos que se encuentre a más altura tienen un mayor valor. IV. Las llamadas cuerdas “corchete” o puestas “hacia arriba”, son en realidad cuerdas totalizadoras, en donde se representa el resultado de las colgantes que están amarrados en grupo de bajo de la misma.

G. PRESCOTT, (1972). P. 95. Tomado por (de): Conq.: del Piru, M.S. – Sarmiento, relación, M-S, Cap. IZ-Acosta, Lib. VI, Cap. VIII.- Gracilazo, Parte I, Lab. VI, Cap. II 269 Nudo Flamenco. 270 BURNS GLYNN, (2002). p. 88 271 BRUNS GLYNN, (2002). P. 89 268

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Comparación interlingüística de los numerales Numeral

Puquina

Qallawaya

Uru

Quechua

1

Pesq

2

So

3

Qapa

Aymara

Uksi

Shi

Uj Shug

Naya

Soo

Pisqe

Isqay

Paya

Qapi

Chep

Kimsa

Kimsa

4

Sper

Pili

Pakpik

Tawa

Pusi

5

Taqpa

Chisma

Paanuqo

Pisqa

Pisqa

6

Chichun

Tajwa

Pachuy

Sojta

Sojta (Qallqo)

7

Stu

Kajsi

Tohonqo

Kanchis

Pa qallqo

8

Kina

Wasa

Qonqo

Pusaj

Kimsa qallqo

9

Cheqa

Nuki

Sanqaw

Isq’on

Lla-tunqa

10

Sqara

Jocha

Qalo

Chunqa

Tunqa

* Realizado a partir de: Aguiló (2000) pp. 204 - 205

Hasta aquí, se ha llegado en la comprensión de los quipus numerales, a continuación haremos referencia a los avances a los que han arribado los investigadores sobre los elementos extranumerales que básicamente comprenden los colores, la posición de los colgantes y de los nudos, y el significado de las cuerdas subsidiarias. En esta parte se dan los primeros elementos que aseguran que los incas tuvieron un tipo de escritura a partir de los nudos y que luego se tangibilizarían en las quilcas. I. Los colores representan ideas asociadas a los números (nudos y cuerdas) “Los colores representaban objetos tangibles, así, por ejemplo, blanco significa plata, y amarillo, oro. También indicaban algunas veces ideas abstractas, así blanco quería decir paz y rojo, guerra. Pero lo quipus se usaban principalmente para cálculos aritméticos”272. La primer dificultad que se nos presenta es entender cómo con unos cuantos colores se podía representar una gran variedad de G. PRESCOTT, (1972). P. 95. Tomado por: “Conq. Pob. Del M.S. – Sarmiento, relación, M.S., Cap.IX- Acosta, Lib. VI Cap. VIII – Gracilazo, Parte I, Lib. VI, Cap. III. 272

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conceptos y de ideas abstractas para que den sentido los cálculos contables; sin embargo, el mundo andino logro superar este inconveniente apelando a la gran variedad de combinaciones cromáticas en los quipus. Además del significado de los colores que antes hemos mencionado, gracias a las crónicas, también se conoce el significado de los siguientes colores: rojo (guerrero), negro (tiempo), morado (curaca), pardo (gobierno), el pajizo (curacazgo o tribu), verde (conquista) y el carmesí (inca). Por otro lado, en cuanto a las combinaciones, una cuerda de tres torzales azul, amarillo y blanco, se refiere al culto y fiestas al sol. Hasta hoy se han encontrado los siguientes colores en los quipus: marrón en cuatro tonos, blanco en dos tonalidades, el azul claro y oscuro, verde claro y oscuro, rojo fuerte y tenue, amarillo intenso y brillante, y el negro teñido y desteñido; de los cuales los que más abundan son el marrón y el blanco. En cuanto a las combinaciones de colores se presentan: en primer lugar, en la modalidad jaspeado, cuando los torzales de la cuerda, que normalmente son dos, presentan la misma tonalidad gracias a una combinación de hilos de diferentes colores. En segundo lugar, torzal más torzal, cuando cada torzal tiene diferentes colores. Y por último, la modalidad de distribución de colores por altura, consiste en que cada cuerda se coloque en la parte superior un color y en la inferior otro. Según Burns partiendo del análisis de hilos teñidos en los Quipus, se observa que ello satisface una necesidad cuya función es primaria creando un simbolismo que relaciona colores con fonemas de la lengua quechua. El hilo teñido representa un uso más sofisticado que el no teñido, por ende, de la interacción de colores y nudos, podemos obtener fonemas y por tanto, palabras. II. Del valor de la posición de las cuerdas, que consiste en el significado de las cuerdas según su posición, para el Inca Garcilaso de la Vega, esto se refería a que las cosas que no tenían un color especifico, iban puestas en orden, empezando por las de más calidad hasta las de menor calidad, cada cosa en su género, es decir que, en el rubro armas se empezaba por las que eran consideradas de mayor valor y terminaban por las más insignificantes. Para determinar el orden, prácticamente no hay datos, y es casi imposible determinarlos con las crónicas. Hasta hoy sabemos que el orden era el siguiente:

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seres humanos, camélidos, tejidos, alimentos, objetos de cabuya, cerámica, aves, productos vegetales no cultivados, comestibles no cultivados; Esta lista proviene de las aseveraciones Jhon Murra, además es necesario aclarar que en la época colonial los objetos rancheados o robados por los españoles estaban posicionados debajo de los objetos de normal obtención. III. Otro elemento dentro de los quipus eran las cuerdas subsidiarias, que Garcilaso las llama “hijuelas de las otras cuerdas”, éstas además de contener un significado numeral identificaban excepciones de la regla o rasgos particulares de los que se enuncia en la cuerda principal. Se han encontrado hasta hoy subsidiarias de hasta cuarto orden, además, según su posición hacia la derecha o izquierda obtenían significados diferentes y contradictorios como: vivo–muerto, bueno–malo, etc. IV. Otros elementos extranumerales presentes en los quipus son: los mechones de lana o algodón de varios colores que están insertados en el dobladillo o lazo de la cuerda transversal, posiblemente eran señales para ubicar al quipu en su respectivo repositorio, algo así, como los códigos de los libros de una biblioteca. Además de los mechones de cabello humano que se encuentran anudados a algunas cuerdas, para Carlos Radicati estos mechones eran como las firmas de las personas que hacían el quipu o de quienes se refería el mismo. Es interesante la afirmación de Carlos Radicati en torno a que los quipus ya planteaban elementos de la Partida Doble: “Otro aspecto interesante, fácilmente comprobable en los quipus contables, es la tendencia a establecer la comparación entre el débito y el crédito mediante la presentación simultánea, en diferentes series de cuerdas, de aumentos y disminuciones de las cantidades registradas. Con los quipus, afirma Garcilazo, se daba cuenta "por cargo y descargo", "quitando de los nudos —según precisa a su vez, Hernando Pizarro al hablar de la contabilidad de los depósitos— lo que había sido entregado, para amularlo en otra parte". Esto significa, evidentemente, la adopción de un sistema contable adelantado, que se parece al de la Partida Doble,

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porque la cantidad que estaba asentada en el Haber de una cuenta se anotaba también en el Debe de otra o viceversa”273. Para terminar, hay que anotar que la gran mayoría de los quipus que se han encontrado pertenecen al norte del país, especialmente a las zonas de: Chancay, Ica, Huando, Medialima, Chuquitanta, Cajamarquilla, Nazca, Pachacamac, Ancón, Valle del río Santa, Puruchuco; siendo sólo un quipu encontrado en Chala, el más cercano a Arequipa, este quipu pertenece a la colección Mackey. Bibliografía AGUILÓ, P. Federico (2000), “El Idioma del Pueblo Puquina”. Un Enigma que va aclarándose. UINPI. Quito-Ecuador. BERNEDO M., Leónidas (1958), “La Cultura Puquina”, Ediciones Populibro, Arequipa. BURNS Glynn, William (2002), “Decodificación de Quipus”, BCR, Universidad alas Peruanas, Lima. GALDOS R., Guillermo (1988), “Naciones oriundas, en expansión y mitmaqs, en el Valle de Arequipa”, Tokio. ------------ (2000), “El Puquina y lo Puquina”. Comentarios de una Lengua que ya no se habla, de la que mucho se habla, FCHS-UNSA, Arequipa. GALLEGOS Rosado, Félix (2005), “Chavín, el Mito creador de una gran Cultura. El lenguaje de las Piedras”, Eligraf, Arequipa. GUAMÁN Poma de Ayala, Felipe (1936) [1613], “Nueva crónica y buen gobierno”, Institut d’Ethnologie, Université de Paris, Francia. HOCQUEGHEM, Anne Marie (1989), “Iconografía Mochica”, Tercera edición, PUCP, Lima. LARCO HOYLE, Rafael (1938 – 1939), “Los Mochicas”, T. I-II, Lima, Versión “on line”, en: http://losmochicas.perucultural.org.pe MÁLAGA M., Alejandro (Director) (1983), “Historia” nº 2, Departamento de Historia, Geografía y Antropología, UNSA, Arequipa. MEYERS, Rodica (2002), “Cuando el Sol caminaba sobre la tierra”, Orígenes de la Intermediación Kallawaya, Plural Editores, La Paz Bolivia. MOSTAJO, Francisco (1998), “Etimología de Arequipa”, en: Revista de Ciencias Sociales nº 5, FCHS-UNSA, Arequipa. PERALTILLA D., Artemio (1972), “Vocablo Arequipa y su real significado”, Editorial “El Sol”, Arequipa. 273

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160 Illapa Nº 7, julio 2010, pp. 159-181 / ISSN 2077-8651

Apuntes sobre el pensamiento peruano sobre la esclavitud durante el siglo XIX. JUAN CARLOS TORRES VENEGAS Universidad Nacional Mayor de San Marcos [email protected] Introducción En el presente trabajo de investigación se plantearán algunas controversias ideológicas274 acerca de la esclavitud que se suscitó en el Perú. La esclavitud peruana estaba languideciendo debido a los quebrantos de la guerra de independencia, al difícil tráfico de esclavo. Se les hacía muy difícil a los hacendados conseguir la preciada mercancía. Gran parte de la población esclava radicaba en el sector urbano, pero aun así los hacendados supieron retener la esclavitud, como bien anota el historiador Carlos Aguirre. La mayoría de la población esclava se dedicaba a los trabajos domésticos de carácter

El concepto de ideología comprende un conjunto de ideas que justifica y predomina sobre la sociedad, producto de un antagonismo de clases. Para Karl Mannheim, la ideología es contradicción propia de la modernidad, mas no reconoce al mundo precapitalista y mucho menos a las ideas religiosas. La ideología es aplicable al precapitalismo, sobretodo a sociedades jerárquicas. Tiene su propia racionalidad conceptual y está en plena relación antagónica dentro sus leyes históricas. Los teólogos coloniales consideraban que la esclavitud y la servidumbre eran una forma de prueba de fe , en las cuales se buscaba la expiación de los pecados, el derecho jurídico castellano te daba una garantía a la vida servil , primero la evangelización social a los explotados permite a los explotados a alcanzar una esperanza de ser protegido por la justicia regia y por otro lado alcanzar la gloria de Dios, en caso que la vida terrenal es injusta con los desgraciados. Planteamos que la ideología es como un conjunto de ideas que justifican la dominación, pero a la vez la cuestionan, y tiene sus propios criterios racionales y políticos, por más que sean religiosos. Es más, la teología colonial ayudó, en gran medida, en la construcción conceptual del Estado y de ejercicio del poder de España sobre la servidumbre india y esclava. Revisen el trabajo MANNHEIM Karl Ideología y Utopía Fondo. p. 11. 274

urbano, cuya consecuencia fue el surgimiento de una suerte de esclavo jornalero. Las Historias de las ideas de los hombres de su época marcan pautas necesarias con el fin de conocer los planteamientos, los proyectos dentro del marco de sus intereses. Para el historiador Paul Gootenberg, las ideas de su tiempo histórico buscan cubrir un vacío general de la historia del pensamiento económico (Gootenberg 1998: 32). En efecto, el pensamiento peruano sobre la esclavitud estaba enmarcado dentro de las influencias doctrinales de su tiempo. En este caso, el librecambismo abogaba el libre desenvolvimiento del mercado, trayendo consigo la alegría de la nación. Naturalmente la esclavitud formaba parte de la pretendida felicidad comercial, pensamiento que compartían los hacendados del Perú Colonial y Republicano. Por otro lado, los abolicionistas pretenden abolir el tráfico y la supresión de la esclavitud, desatando la polémica de acuerdo a la circunstancia histórica; sobre todo los intereses clasistas empresariales (artesanos, panaderos, terratenientes). Al parecer, la abolición de la esclavitud en el Perú no tuvo viso de dramatismo, como guerras, finales o crisis de los Estados que se amparaban en la esclavitud como sustento de su poder (Mascaraque 1988: 72). Por ejemplo, el abolicionismo español del siglo XIX tenía que enfrentarse a los grandes intereses coloniales de la monarquía. Si se eliminaba la esclavitud, significaría que el colonialismo habría entrado en crisis. Este trabajo pretende exponer ideas relacionadas a la esclavitud, sin que ello signifique el agotamiento de este estudio. Para ello, se ha recurrido a la Biblioteca Nacional de Lima. Gran parte de la polémica se daba, sobre todo, en los hacendados de la costa, quienes aducían que había escasez de mano de obra, y mediante el apoyo de políticos, alargaron el tráfico de esclavos hasta 1854, año de la abolición. Sin embargo, para ese entonces, iba a ser remplazado por el trabajo de los Coolíes. En el capítulo uno, se tratarán algunos elementos teóricos e hipotéticos con relación a la esclavitud; en el capítulo dos, una cronología sobre la temática de la esclavitud; y finalmente, en el capítulo 3, se mencionarán las ideas de algunos pensadores peruanos del siglo XIX sobre los inconvenientes o convenientes de la servicia esclava. I. Puntos teóricos de la esclavitud del siglo XIX. a) La esclavitud como concepto y su vigencia permanente

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El significado de la esclavitud se funda en una pretendida relación jurídica conceptual greco-romana, es decir el derecho del Amo que ejerce sobre la vida y la muerte del esclavo. Sus tres componentes conceptuales son: Usus, Fructus, Abusus. El USUS es la asignación del trabajo que encomienda el amo. El FRUCTUS comprende las utilidades gratuitas que percibe el amo. Finalmente el ABUSUS se da mediante el uso de la violencia o la amenaza coercitiva. En otras palabras, el esclavo se convierte en un muerto viviente, es decir su vida productiva es succionada totalmente. El esclavismo clásico antiguo tuvo su racionalidad económica, lo que permitió sentar sus bases jurídicas de la vida normativa. El pensamiento greco romano tiene el mérito de darle un refinamiento conceptual, lo que permitió justificarlo ideológicamente a lo largo de la historia económica. Hoy es considerado ilegal, sin embargo se ejerce subrepticiamente y se mantienen la magia del hambre plus valor o de obtener beneficios a costa del trabajo social. El legado del pensamiento greco-romano perdurará gracias a la explotación del hombre por el hombre, fundamento estructural Histórico. La esclavitud es una relación de dominación y de explotación primaria y primordial, a partir de la cual provienen la servidumbre y el obrero moderno. Es necesario revisar las proposiciones clásicas de los pensadores greco romanos sobre la esclavitud, puesto que son los primeros en exponer la problemática de su concepto. Para Aristóteles, en su obra La Política, la diferenciación esencial entre la relación amo esclavo es la siguiente: mandar y hacerse obedecer (Aristóteles 1985: 38). Según él filosofo Demóstenes, en sus disertaciones sobre Economía, el sentido del mando del amo sobre el esclavo no viene a ser el arte de la gerencia del amo (Jenofonte 1968: 156). Lo que se crea es una imagen del respeto señorial en la mente del esclavo, en la cual éste va a esforzase hasta alcanzar la estima del amo y el sentido del gasto señorial, para ello tendrá que demostrar su poder. En otras palabras, estamos hablando de una economía renta cuyo fin es la autosuficiencia domestica, propia de la racionalidad precapitalista. En pocas palabras, el amo se beneficia del trabajo gratuito del esclavo. Para el economista Pierre Dokes, la esclavitud se presenta como un constante renacimiento que perdura en el contexto del desarrollo de la humanidad (Dockes 1995: 11-12), donde existe como un remanente histórico. El Capitalismo contemporáneo ha adoptado a su mentor ancestral según las necesidades del mercado, aunque no reconocido oficialmente.

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El esclavismo del siglo XIX ayudó a consolidar al capitalismo de la libre competencia, para así dar paso al Capitalismo Financiero, capaz de crear nuevas condiciones de vida, y trayendo consigo el sistema libre asalariado. En la medida de que deja de ser necesaria la esclavitud como “acumulación originaria del capital”, los Estados proclaman la firme intención de suprimir la trata de esclavo, pero será en circunstancias políticas calculadas, como la firma del convenio de Viena de 1815 donde se reafirma el poderío inglés sobre la ruina del Imperio Napoleónico. De ahí se daría una serie de compromisos abolicionistas de las potencias capitalistas, como el acta de Berlín de 1885 y de Bruselas de 1889; sin embargo, los firmantes son potencias capitalistas que utilizarán el colonialismo y las formas de trabajos salarial, que en el fondo no son otra cosa que formas de trabajo forzados que se asemejan a la esclavitud. Finalmente la firma de la Convención de Ginebra de 1926 también juega un papel importante, donde por primera vez, dentro de los órganos defensores de los derechos humanos, se define el concepto de esclavitud275. Es bien curioso que detrás de todas las buenas intenciones, los Estados capitalistas democráticos comprendieran finalmente de dónde procedía su poder y su progreso social, negando así su pasado histórico infantil: el sistema esclavista. La esclavitud contribuyó, en gran medida, al desarrollo del Capitalismo. Hoy es negada por la postmodernidad, la cual declara que estamos en un proceso de democratización, pero nunca cuestionarán al Régimen Mundial Productivo Capitalista como sistema que articula y reviven las formas de trabajo serviles y esclavas. La esclavitud renacerá durante el régimen del Tercer Reich. En efecto, el capitalismo germánico usará toda su tecnología con el fin de que prisioneros y judíos trabajen hasta morir, beneficiando así a sus opresores, después de todo “son sus rebaños” (Poliakov 1964: 50). Actualmente, según los estimados modestos de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), hay cerca de 27 millones de esclavos a nivel mundial, de los cuales 8 millones son niños. Anualmente 1’200’000 niños son comercializados, y lo peor es que no se sabe cuánto es el total de niños sometidos a la esclavitud. La UNICEF pondera hasta 400 millones de niños forzados al trabajo gratuito. Aparentemente son cifras menores comparadas con la gigantesca población laboral asalarial del mundo contemporáneo, empero la OIT Derecho internacional general y obligaciones impuestas por el Convenio sobre el trabajo forzoso. 1930 (núm. 29). 275

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esclavitud contemporánea es horriblemente cruel. El esclavismo contemporáneo se acopla informalmente y criminalmente a la gigantesca demanda del mercado mundial capitalista276. Ni la esclavitud precapitalista alcanzó esas dimensiones astronómicas. El capitalismo277 triunfante es el único sistema de producción que puede articular y revivir todas las formas de explotación pretéritas, estimulando su reproducción social y, además, quién sabe que el consumo de esas mercancías sea hecha por esclavos. En el Perú, la esclavitud se manifiesta a través del trabajo forzoso de los aborígenes en los centros madereros278, el trabajo infantil en los cocales279, en las minas informales, donde trabajan en condiciones infrahumanas 50 000 niño280. Son signos de la extrema pobreza el hecho de que las mismas familias pobres tengan que esclavizar a sus hijos, con el fin de satisfacer la manutención social demuestra que los Angola, Ruanda, Sierra Leona son las naciones Africanas que han producido diamantes para la satisfacción lujosa de los ricos, no menoscaban en estas naciones el uso de mano de obra esclava infantil. El coltán mineral usado para el desarrollo de los dispositivos electrónicos , todo ello a conllevado a la esclavitud y al genocidio mas terrible llevados por los caudillos, que en su afán de llegar al poder desencadenaron la guerra del Coltán o la segunda guerra de Congo de 1998-2003 , el conflicto costo 5 millones de seres humanos , asesinados , y esclavizados. 277 Ni los regimenes socialista pudieron romper la necesidad imperiosa de hacer uso de los sistemas de trabajo forzado, pese a sus prédicas de construir una sociedad igualitaria, donde la explotación del hombre por el hombre sería el fin de la dominación social, impusieron campos de concentraciones la ex Unión Soviética , el ex régimen Camboyano, el régimen norcoreano. En el caso del Perú, Sendero Luminoso llevo prácticas de explotación esclavistas con las tribus ashánincas, para el uso de las necesidades de guerra. La historia ayuda a demostrar que la esclavitud no se ha desterrado, porque es el principio de toda forma de acumulación social y brutal del dominio del hombre por el hombre. Si se destierra el principio de la explotación social histórica del ser por el ser: la esclavitud, la servidumbre y el proletariado como formas de trabajo que construyen la sociedad como devenir histórico , entonces estaríamos hablando de un socialismo igualitario y por ende el fin de la historia de los dominantes y dominados, lo cual es una ilusión. 278 Según Roger Plant, jefe del programa especial para combatir el trabajo forzoso de la OIT, hay 40 000 esclavos en la selva peruana. Ver también el Informe de CEHIS La Trata de Personas en el Perú 279 Diario El Comercio, “pequeños rehenes de la coca”, 4 de febrero del 2007. 280 Informe de la OIT Sacar de las minas el trabajo infantil en Santa Filomena de Ayacucho 2004. 276

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pobres esclavizan a sus seres queridos, son reflejos del grado expoliador y explotador que exige el mercado clasista, si tienes que satisfacer una necesidad hay que aplastar al otro, y los infantes con el fin de ayudar a sus familias trabajan como esclavos, recicladores, ladrilleros, cargadores. Aproximadamente dos millones de niños y adolescente trabajan 45 horas -según el informe presentado ante el Congreso peruano en el 2005 por la legisladora Dora Núñez, presidenta la Comisión de Trabajo. De modo que nuestro pasado colonial siempre estará presente en nuestra realidad. El Estado Peruano “hipócrita” habla de la existencia de democracia, de modernidad y de órganos institucionales que velan por una democratización social, empero no ven la raíz del fondo: su carácter clasista del Estado velador del orden social. El Estado siempre representará los intereses de las clases dominantes, pues conciente o inconscientemente, la sociedad vigilará la vida normativa del dominante y dominado, al menos que tomemos decisiones políticas para cambiar no como nación, sino como humanidad. Sin embargo las bases de la civilización humana se basan en la expoliación social a la masa trabajadora, como esclavos, siervos y obreros, y se construyen sociedades de la dominación humana. b) La esclavitud americana del siglo XIX ¿Por qué la esclavitud tuvo vigor durante el siglo XIX? En primer lugar, se debe a la gran demanda de esclavos que necesitaban tanto las colonias del Imperio español, francés e inglés, como las naciones libres americanas. Otro factor fue en razón al desarrollo del capital de la libre competencia (siglo XVIII-XIX), constituyendo una etapa del desarrollo histórico del Capitalismo. Su estructura productiva en sus mercados internos era la manufactura y el incipiente desarrollo industrial. El capital de la libre competencia necesitaba del esclavismo como un medio acumulador de su desarrollo. Todavía no estaba en capacidad de expandir el sistema asalariado, su tecnología industrial era incipiente aún. La esclavitud dinamizó la economía mundial hasta fines del siglo XIX: Brasil, Cuba, Estados Unidos, el Caribe y en menor medida el Perú, eran los principales mercados que se apegaban a este esquema. Para recalcar esta cuestión, el prestigioso historiador Moses Finley plantea que la esclavitud se dio en un escenario general basado en el trabajo asalariado (Finley 1980: 101). Los países que estaban alcanzando su madurez capitalista necesitaban inevitablemente la servicia esclava.

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Durante el siglo XVIII, aproximadamente, se exportó cerca de 3 millones de esclavos a América. Pese a las grandes campañas abolicionistas del siglo XIX, promovidas por los Estados, se traficó 1 millón 700 mil esclavos. En pleno proceso transitivo del capitalismo de la libre competencia al Capitalismo Financiero o Imperialista, los esclavos son remplazados lentamente por el sistema asalariado. Una de las cuestiones preliminares que planteaba el antropólogo Eric Wolf era saber por qué África se convirtió en la fuente principal de carne humana para América (Wolf 1993: 247). La esclavitud se practicaba en Europa en el contexto del siglo XIV y XVI. La trata blanca fue común, e incluso no solo fue el comercio en el mediterráneo, sino que hubo esclavos blancos de procedencia inglesa. En plena colonización de Norteamérica, los esclavos blancos fueron sometidos a la modalidad del contrato. De 10 esclavos blancos inmigrantes, solo dos lograban sobrevivir. Lo mismo sucedió con la población indígena caribeña, de principios del siglo XVI, y con los indígenas del Brasil, que llegaron a tener en sus dominios señoriales portugueses cerca de 350 000 sometidos a la esclavitud. La esclavitud no distingue raza ni credo. Ella genera patrones de sometimiento según las circunstancias históricas, los cuales se aplicaron en el devenir de nuestra humanidad. El racismo fue la denominación subjetiva. Tuvo como fin aplastar psicológicamente al esclavo, integrándolo mediante la coacción a la sociedad colonial. África constituyó el punto de partida del tráfico de esclavos. Formaría así parte de la división mundial del trabajo junto con América, acelerando el fenómeno de la acumulación originaria del capital. El color y su origen étnico africano toman un matiz ideológico de identificar al esclavo: el color negro va ser el común denominador. La esclavitud se enlazaba con el mercado mundial, por eso la tendencia de la exportación de carne humana aumentaba y las ganancias del tráfico de esclavos sobrepasaban el 100 %. Brasil y Cuba eran los países que tenían la mayor población esclava de América. Entre los años de 1811 y 1871, Brasil importó más de 1.900.000 esclavos, dando como promedio de más de 32.000 por año. Por su parte, Cuba importó 550.000 esclavos. En Brasil, a los hacendados no les preocupaba mucho la reproducción de sus esclavos. Preferían comprar africanos adultos, pues sabían perfectamente que mantener una población esclava infantil era costoso. En 1831, un Tratado Anglo– Brasileño, firmado en 1827, declaraba ilegal la introducción de esta mercancía; sin embargo, durante veinte años se violó sistemáticamente

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dicho tratado, trasportándose seiscientos mil esclavos durante toda la centuria. En Estados Unidos, las grandes plantaciones sureñas -aunque fuera paradójico decirlo- fueron estimuladas por el desarrollo industrial. Por ejemplo, la máquina de Ely Witney, quien creó la desmotadora de algodón, podía ser trabajada por cualquier esclavo. En estos Estados, se vivía una verdadera oligarquía esclavista, aspirando expandir su modo de producción. Para 1820, se firma el Tratado de Missouri, en el cual se establece los límites expansivos de los terratenientes esclavistas: “Lo que el Sur anhelaba por encima de todo eran nuevas tierras para la institución esclavista. Los sureños abrigaron esperanzas de obtenerlas en parte más allá de las fronteras de EE.UU. y sus intentos de conquistar Cuba, Nicaragua y otros territorios fronterizos ennegrecieron las páginas de la diplomacia norteamericana. Durante los paréntesis del predominio demócrata de la década de 1850. Pero era indudable que tendrían que procurarse la mayor parte de las tierras dentro del país, y la presión ejercida por los demócratas para lograr desencadeno el conflicto regional” (Billington 1967: 229 Tomo II). En el norte, su sistema industrial estaba basado en el trabajo libre, pues no iba a permitir el expansionismo esclavista. Los Estados del norte tenían planes de conquistar el Oeste. Las elecciones de Estados Unidos de 1860 manifestarían ese antagonismo del sur y norte, a partir de la pugna entre los candidatos Stephen Douglas (Demócrata) por el sur, y por el norte Abraham Lincoln (republicano). Éste último ganaría. Su primera medida sería la abolición definitiva de la esclavización, marcando así los inicios de la sangrienta guerra civil de 1863. En el caso peruano, la esclavitud tuvo sus características peculiares que son necesarias anotarlas en algunas ideas hipotéticas: Primero. La población esclava no tiene una predominancia en la economía colonial y republicana, es más no crece. Segundo. Durante la colonia, el esclavismo estuvo bien relacionado con el mercado internacional e interno, cuya principal producto era el azúcar. Tercero. Al caer los precios del azúcar, la economía esclavista se contrae y se reduce a una economía doméstica de subsistencia. El esclavo se convierte así en una suerte de campesino o siervo como bien

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anota el historiador Flores Galindo. Una tendencia que sería interesante estudiar para el periodo republicano. Cuarto. El tráfico negrero, proveniente del Atlántico al Perú, era costoso. Con el tiempo sería remplazado por una nueva mano de obra esclava del pacifico: los chinos. Quinto. La servicia y las duras condiciones de vida del esclavo generaban el desgano como repuesta al trabajo. El esclavo desfogaba todo su odio de clase en los instrumentos de trabajo, para ello los destruía o trataba en lo posible de no trabajar más; de esa forma, protegía su vida social fisiológica. Sexto. La fuerza de trabajo se reducía a un sistema de labor cooperativo, es decir la mayor parte se hacía con el uso de su fuerza física auxiliado con primitivos instrumentos laborales. Entre las características más saltantes del trabajo esclavo es la de no requerir ningún tipo de especialización en un área laboral determinada. El esclavo negro no era partícipe de ninguna instrucción, solo era aleccionado en las tareas más inmediatas, entre las que se encontraban todo lo que signifique labor manual. En la agricultura, su actividad se circunscribía a la siembra y cosecha. Eran muy pocos los que desarrollaban sus actitudes intelectuales, y los que sí las desarrollaban eran comprendidos a aprender un oficio determinado como oficiales o maestros. Entre estos, tenemos los casos de esclavos maestros en el trapiche del azúcar, dándole esta especialidad un valor considerable que podría llegar a los mil pesos. Uno de los casos fue el del esclavo de Juan Ríos de cuarenta años de edad. 281 Séptimo. El esclavo era considerado mercancía282. Los hacendados de la Colonia y durante los inicios de la República tenían por costumbre

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incluir a sus esclavos como parte del capital constante: la tierra, los instrumentos de labranza, las instalaciones y el ganado. En los inventarios de haciendas y chacras, se puede encontrar esta costumbre; y en las tasaciones de las mismas, el valor de cada uno de estas unidades. Por ejemplo, tenemos el caso documentado de la hacienda “Huachipa La Grande” que hacia 1824 incluía en el rubro de valores a los esclavos diferenciados en hombres, mujeres y niños, cada uno con sus respectivas edades y precios283 . II. Cronología de la esclavitud en el Perú republicano. En este capítulo, reseñamos los principales hechos políticos, económicos y sociales adyacentes a la esclavitud del Perú Republicano. Incluimos aquí tanto a los esclavos negros como a los inmigrantes de origen chino por considerarlos a ambos dentro de la categoría de trabajo esclavo. 

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 AGN-P. Siglo XIX, Prot. 37. Año: 1821. 282 En efecto, la condición de mercancía o cosa ya era planteado por la filosofía greco-romana. Se comprendió a medias que el valor de una mercancía y de un esclavo se manifestaba en el mercado. El liberalismo lo consideraba mercancía también, aunque intuía que la riqueza social provenía del trabajo. Fue Carlos Marx quien descubriría el “misterio de la mercancía”, pues es en el mercado donde se mide el valor de las cosas, pero sobretodo el valor del trabajo, de la producción social. Esto se da al considerar al trabajo como articulador Histórico material de las civilizaciones, lo cual crea las condiciones sociales de dominación clasista, permitiendo construir la vida normativa social a costa de labor social de los trabajadores. MARX. El Capital, libro Primer, El Proceso del capital. La relación dominante y dominado es el fundamento y principio de la construcción de la civilización humana. El problema es cómo destruir ese 281

Por decreto del 12 de agosto de 1821, el General D. José de San Martín decreta la Ley de vientre libre, en tal razón los nacidos después del 28 de Julio del mismo año tendrían la condición de libres. Por Decreto del 20 de octubre de 1822, se prohíbe los ex regímenes de Fundos rústicos donde se señala el régimen de trabajo del negro esclavo. Entre 1825 a 1829 existe una demanda de azúcar, lo que hace subir sus precios de 10 a 50 pesos el quintal, luego el precio cae hasta llegar de 8 a 12 pesos, lo cual produjo malestar entre los hacendados por los altos intereses invertidos. El Presidente Salaverry decretó el 10 de marzo de 1835 la legalidad del comercio negrero con las repúblicas vecinas,

sistema histórico y crear una Nueva Historia, a lo que Marx llama comunista. En MARX La Ideología Alemana La sociedad capitalista comprendió finalmente de dónde provenía su poder, por esas razones solo solucionaría parcialmente los males de la esclavitud a través de sus órganos democráticos. Lo único que hizo el capital fue crear las condiciones necesarias para la división mundial del trabajo salarial. El sistema capitalista nunca renunciará a su felicidad y lo defenderá contra cualquier pretensión política que siga los derroteros marcado por el marxismo, ayudando a crear conciencia en la mente auto vigilante de los explotados. 283 AGN-P. Siglo XIX, Prot. 124. Año: 1824.

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dándole el gusto a los hacendados y contraviniendo las cartas constitucionales de 1823, 1828 y 1834. Esta medida solo fue transitoria. Hacia 1836, Lima contaba con una población de 54.628 habitantes de los cuales 4.797 eran esclavos negros. Por la Constitución de 1839, se declara que “nadie nace esclavo” en el territorio de la República, pero efectivamente deja una posibilidad abierta para la existencia de esclavos. En su artículo 5, se decía hombres libres a los nacidos en la República, al que se reconocía como peruano, incluyendo tácitamente la existencia de esclavos. En 1845, el representante de los hacendados, D. Francisco Calvo, pidió la autorización al Congreso para el tráfico de esclavos del África. El Consejo de Estado se opuso. El 14 de enero de 1846, el Ministro Paz Soldán autorizó a Manuel Suárez Fernández, en representación de 53 hacendados de Lima, la importación de esclavos de Colombia, aprovechando el tratado que Ecuador firmaba con Gran Bretaña acerca de la prohibición de este comercio. El 17 de noviembre de 1849 se promulgó la Ley General de la Inmigración China. Como argumento de su necesidad, se expresaba que “por el grado de postración de la agricultura por la falta de brazos”. En ella, se estipulaba un incentivo para los importadores de 30 pesos por cada colono de cualquier sexo, siempre y cuando su número no bajara de 50 personas. A Domingo Elías y a Juan Rodríguez se les concedió la exclusividad por 4 años. Por el primer Código Civil del Perú (1852), se reconoce el derecho a la propiedad que los esclavos podían tener. Se les reconoce como personas, pero con ciertas limitaciones. El 18 de noviembre de 1854, siendo Presidente D. Rufino Echenique, y estando subvertido el orden por el levantamiento de Ramón Castilla, y para asegurar “el triunfo del orden”, se declara la libertad de todos los negros. Los esclavos que prestaban servicios en el Ejército, por lo menos dos años, quedaban libres. Esta libertad se hacia extensiva a su mujer. El Presidente Provisorio D. Ramón Castilla, junto con su ministro de Hacienda, Justicia y Culto, D. Manuel Toribio Ureta, estando en Huancayo el 3 diciembre de 1854, decreta la

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libertad de todos los esclavos negros que se encuentren en el territorio de la República. Por decreto del 5 de mayo de 1855, se proclamó la libertad de todos los esclavos del país. Según el Decreto del 9 de mayo de 1855, se dispuso que el Estado abonara 300 pesos por cada esclavo manumitido. Se dispuso asimismo que los subprefectos y dos propietarios de reconocida rectitud repartan las cartas de libertad. Por Decreto del 5 mayo de 1856, dado por Castilla, se prohíbe la inmigración de individuos de nacionalidad china. Los esclavos manumitidos, hasta el año de 1860, llegan al número de 25.505 personas, por las cuales se pagaron 7.651.500 pesos a razón de 300 pesos por pieza.284 El Congreso dicta la Ley del 15 de enero de 1861 donde restablece la importación de coolíes chinos, bajo la condición de que trabajen en los fundos rústicos de la costa, por contratos directos. Se calcula que entre 1850 a 1874 llegaron al Perú 87,247 chinos (todos varones), debido a que en estos momentos el azúcar y el algodón tenían un papel importante en el mercado europeo, actuando así como un estimulante para esta inmigración. En la construcción de los ferrocarriles del Perú, hecho por E. Meigs, se empleó simultáneamente más de 5.000 chinos.

III. Polémica sobre la esclavitud negra del siglo XIX. Entre los elementos necesarios para tener una cabal idea acerca de la importancia del esclavo negro durante el siglo XIX, se ha visto conveniente y oportuno contar con los testimonios directos de algunos dueños de esclavos, poniendo énfasis en que sus opiniones serán indicadores de la actitud asumida por los propietarios en general. Para ello, se ha consultado los testimonios de cuatro individuos que representan a los sectores de la sociedad que estaban completamente relacionados directamente con esta problemática: los comerciantes, los del ejército, los propietarios de haciendas, y los abogados y juristas. Se ha tenido por conveniente presentarlos en un orden temporal, tal como aparecieron en el tiempo, resaltando la coyuntura económica y política del momento mismo que lanzan sus escritos, logrando de esta

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Cifras tomadas de: Basadre, Jorge “Historia de la República” Tomos I-II-III-IV.

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manera unir al interés particular, sus suscriptores, las motivaciones económica y extraeconómicas. Entre los comerciantes, tenemos a D. Gaspar Rico Angulo, aquel que propiciara la introducción de los grandes interés españoles compuestos en Los Cinco Gremios Mayores de Madrid, siendo él mismo su representante en tierras americanas y su: “Proyecto relativo al comercio, suerte y servidumbre, de los esclavos, inclinando a su transición oportuna a libres, durante el tiempo que debe continuar la introducción en territorios españoles”, (1813) y algunos artículos de los periodismos de “El Depositario” (1824). Continuamos luego con quien sería Coronel del Ejercito Peruano D. Domingo Orué y su reclamo ante la Constituyente: “Expediente Promovido por el ciudadano General de Brigada de los Ejércitos del Perú pidiendo el cumplimiento de una ley cual es el Decreto de 15 de febrero de 825, dictado en su favor por el Primer Congreso Constituyente” (1829). Se sigue con el representante de los hacendados de Lima y propietarios de esclavos, José María Pando, en: “Reclamación de los vulnerados derechos de los Hacendados de las Provincias Litorales del Departamento de Lima” (1833). Se verán las opiniones vertidas por el jurista Santiago Távara, el mismo poseedor de esclavos y autor de “La Abolición de la Esclavitud” (1854). Por último, terminamos este capítulo con la apreciación del historiador Felipe Mariano Paz Soldán, uno de los primeros que redactaron una historia del Perú en su etapa republicana. a) Un comerciante fidelista: Gaspar Rico (1769-1824) El tiempo de Gaspar Rico fue el de un comerciante español que vino al Perú a los 24 años, siendo nombrado como apoderado de los 5 gremios de Madrid, un poderoso órgano comercial que le hizo una dura competencia al consulado de Lima. Posteriormente fue director de la lotería en 1814, un asiduo fidelista y un defensor del libre comercio. Hacia 1807, Gaspar Rico inicia sus reclamaciones con un manifiesto dirigido al Virrey Abascal y al Rey Carlos IV. En el manifiesto incide en la necesidad de la introducción de esclavos negros a las colonias, debido a la carencia de brazos en la agricultura y la labor de las minas. En 1813, vuelve a retomar el tema. Esta vez, en un texto más extenso, propone, entre otras cosas, su importación y su comercialización en forma directa y sin intermediarios extranjeros a los cuales se les ha permitido comercializarlos, los mismos que encarecen el precio.

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Haciendo cálculos porcentuales, el autor manifiesta que si al Puerto de Buenos Aires llegan con un valor que oscila entre los 180 a 200 pesos cada uno, se debía sumar a esa cantidad los costes y riesgos entre los que se incluyen fletes y alimentación de las piezas en 60 pesos más hasta llegar a Lima. Por tanto, un esclavo debe superar los 260 pesos, pero esta cantidad es del todo pequeña en un 100 a 130 % comparada con los 400 a 550 pesos con los que se adquieren en el mercado de plaza, siendo esto perjudicial a los comerciantes metropolitanos, americanos y a los que necesitan de esta mercancía como mano de obra. Expone como razones primordiales para su importación: “Los esclavos y el azogue pueden y deben venir al Perú, de manera que desde el lugar donde existen y reproducen, hasta el que los necesita y consume, no se interpongan manos indolentes o corrompidas” (Gaspar Rico: 1813: 25). Este encarecimiento convierte al esclavo en una herramienta difícil de adquirir por los señores de la tierra, y los dueños de minas que requieren de esa mano de obra para el desarrollo de sus actividades económicas. Desarrollando sus conocimientos de comerciante exitoso, Rico propone que el desarrollo del país se da mediante el fomento de la agricultura y la minería, únicos pilares en los que se especializa toda la América Meridional, no necesitando de otros ramos de subsistencia y no otorgados “por dote”, a decir productores de carnes, trigos, maderas, minerales, etc. Sostiene que si se hace efectivo un tráfico, tal como lo propone en tan solo cuatro años, se incrementarán las riquezas del virreinato en dos millones de pesos. Influido por una política económica de exportador de materias primas y de las ventajas comparativas, Rico sostiene que es el cambio de productos lo que formará una cadena de comunicación y consumo entre los países, obviando por completo la formulación de un mercado interno-nacional o indiano. Como se ha visto en las líneas precedentes, Gaspar Rico formula, en forma directa, los intereses que él mismo representa. Propone el monopolio del comercio negrero por los Cinco Gremios Mayores de Madrid. Siendo él su apoderado legal, lo convierte en promotor de la trata de negros, parcializado, y aun haciendo creer a sus iguales que la riqueza del Perú se encuentra en el intercambio y en la producción primaria. Al momento de dar estos criterios acerca del libre tráfico de esclavos, Rico evidencia un conflicto de intereses, en sus ideas expuestas, entre el objetivo económico, partidario del esclavismo, y el subjetivo individual, anti esclavista, por ser comercio de hombres. Sin embargo, ganan sus ambiciones de obtener una óptima ganancia:

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“Yo tengo horror positivo a las especulaciones mercantiles o granjerías en la esclavatura; pero me docilita o impele a entrar en este tráfico la consideración de que no siendo el único y reciente daño que padece la humanidad en las sociedades numerosas, si otros lo establecieron injustamente no debemos nosotros prohibirlo en la actualidad”285 Años después, y con la llegada del ejercito Libertador, Gaspar Rico tomará una posición mucho más fidelista. Comentando la Proclama del General San Martín con respecto a la manumisión de esclavos que se alisten al ejércitos patriota, Rico considera que la masa de los esclavos son escasos de pensamiento y no tienen racionalidad en distinguir lo bueno de lo malo, cosa que sus amos si pueden hacer. Además el pueblo sentencia que no tienen principios ni instrucción para tan altos temas. Estos razonamientos los expone en “El Depositario”286: “La guerra es la oposición o el remate de la fuerza pública, el vulgo no es jurista, políticos, ni filosofo; se dirige fácilmente por sensaciones; los hechos o sus apariencias le mueven más que todos los raciocinios... y es que lo reduce y revoluciona con delirios algunos o con promesas lisonjeras que no han de cumplirse... por lo común no hacen otra cosa que causar desastres y merecer de ello la execración de todos los gobiernos justos y todos los hombres racional y sensibles, esta verdades eternas consignadas en la historia y en la experiencia, y las obligaciones mutuas y los numerosos de todo su cuerpo”287 En su opinión de realista, Rico sostiene que el gobierno de Lima es moderado y fiel en el cumplimiento de las órdenes del soberano Rey. Incluye aquí sus sentimientos sobre el servicio de los esclavos, haciendo un llamado a los propietarios para que se ocupen de sus esclavos y así no caigan del ejército patriota: “Debió mantener y dejar sin alteración el sistema de servidumbre de los esclavos por ser un recurso de primer orden en diferentes sentidos, y no haber acusado a nadie ni nunca de el en el servicio de las armas”288 Op. Cit. p. 36. Gaspar Rico. “El Depositario”: 1821, 24 de mayo. 287 Gaspar Rico. “El Depositario”: 1821, 24 de mayo. 288 Gaspar Rico. “El Depositario”: 1821, 24 de mayo 285

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Gaspar Rico tenía la intención de que los habitantes de Lima no entreguen a sus esclavos, pues se iba a establecer “su independencia” con el menor número posible de sacrificio de su habitantes, gracias a que sus negros serian los que se encargarían de formar la primera línea en las batalla. Sostiene que el amo de los esclavos tiene un carácter paternalista, quien los ve como a sus hijos y los trata con amor y cariño; por ello, no se prestarán a acceder a las intenciones de esta proclama, tratando así de demostrar que si bien San Martín puede liberarlos, el Virrey también lo puede hacer por su gran bondad: “San Martín tiene miedo de que el señor virrey del Perú arme 1.500 esclavos honrados y valientes haciéndolos libres; lo que en su alta señoría es miedo, lo que nosotros es justa obediencia”289 b) Militar de carrera: Domingo Orué Un interés más restringido es el que nos muestra el coronel Domingo Orué en su expediente reclamo publicado en Lima en 1829, en el cual hace referencia a hechos sucedidos entre 1821 y 1828 con respecto a los pedidos de indemnización por sus esclavos secuestrados. Para Orué, el sentido explícito de la esclavitud radica evidentemente en la agricultura. Como propietario de la Hacienda Huayto y miembro del ejército regular, reclamó al naciente estado peruano una indemnización por los más de 400 esclavos que, según afirma, fueron a parar al ejercito Libertador cuando el General San Martín pasó por su hacienda y extrajo “sus pertenencias”. Sin embargo, esta argumentación nos es útil para comprender el grado de conciencia y de propiedad que están presentes en sus alegatos jurídicos. El más importante de ellos es la elaboración de un cuadro general de los gastos producidos en la manutención de un esclavo desde que su madre lo engendra, considerándose así los gastos que ocasionan: la temporada que la madre deja de trabajar (cuatro meses antes y dos después del nacimiento), de la vestimenta requerida por cada niño (solo dos chaquetitas y dos pañales, etc.), del régimen alimenticio consistente en frijoles y menudencias del ganado, entre otras. El resultado final de esta evaluación de gastos es hacer un cálculo porcentual: los costos en la crianza de un esclavo negro, desde que está en el vientre de la madre hasta que cumple la edad de 12 años, es calculada en 812 pesos, teniendo en cuenta esta edad límite en razón de

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Gaspar Rico. “El Depositario”: 1821, 24 de mayo.

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dar a conocer su incorporación como elemento de trabajo a la masa laboral. En el razonamiento de Orué (que no se aleja mucho de los demás propietarios), sobre los costos alcanzados representan una cantidad altísima, la misma que no le permitiría colocarlo por tener un precio que oscila de 100 a 120 pesos en el mercado comercial local. Es por ello que el resultado final de su argumento debe derivar necesariamente en la introducción de piezas en edad suficientemente para el trabajo inmediato, sin la ocasión de reproducirlos como mercancía ellos mismos. En consecuencia, esto fomentaría en especial las actividades agrícolas y ganaderas. c) El propietarios de esclavos: José María Pando (1787-1848) José María Pando, de origen noble de la Casa Pando, fue ministro de Hacienda y Ministros de Relaciones de los gobiernos caudillistas. Tuvo sus dotes de intelectual y un pro separatista del Perú durante la Independencia. Pocos años después y en representación de un número mayor de 50 hacendados de Lima, D. José María Pando hace público un manifiesto que contenía su parecer acerca de los resultados que la ley de vientre libre venía produciendo en el desarrollo de sus actividades económicas. Los objetivos esenciales que perseguía con esta publicación eran los siguientes: manifestar los derechos que tenían los hacendados sobre sus propiedades (incluidas los esclavos); demostrar lo injusto y fatal de las leyes dictadas por San Martín y ratificadas posteriormente por el Congreso; pedir su derogatoria; y por último, desvanecer todos los paralogismo expuestos por los defensores de la supresión del trabajo esclavo y de la libertad de los negros a quienes llaman filántropos equívocos. Su autor pone en evidencia, en este escrito, su cultura aristocrática demostrada en el dominio del idioma inglés, pues cita al The Times y la Revista Norte Americana en artículos que contiene esta temática (18311833). También se documenta con los debates llevados a cabo en la Cámara de los Comunes de Inglaterra sobre él tráfico negrero de 1824. Con la Ley de Manumisión (1822) y la Ley de Partos de Esclavos (1825) de los Congresos Nacionales de la vecina república de la Gran Colombia. Y sobre el tema del trabajo esclavo en la isla de Santo Domingo, por medio del periódico El Español efectuadas en el año de 1811. Es su parecer el hecho de que esta medida viola directamente los derechos de propiedad que los dueños de esclavos tienen sobre sus negros, considerando además que fueron los hacendados los que

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afrontaron los costos de la guerra de Independencia. Es más, este decreto fue ordenado por una autoridad intrusa, extranjera e incompetente. Éstas son expresiones referidas específicamente a San Martín: “Ninguna de las clases del estado ha sufrido perdidas tan considerables, ni agravios tan manifiestos, como la de los hacendados... Desde el momento que el ejército Libertador piso las playas del Perú... no solo se sometieron a soportar los grandes sacrificios, que casi exclusivamente se les exigieron, sino que igualmente se prestaron gustosos a consagrar espontáneamente sus servicios a la santa causa... con un celo que sin duda merecía mejor recompensa que la que ha recibido” (José Pando,1833: 24). Analizando las leyes que los perjudican, señala que ellas no pueden conciliarse con el interés de propiedad con “el voto de la razón y la naturaleza”. Visto de esta manera, se torna insultante para los hacendados, pues se les quita los que es suyo, su legítima propiedad, y se les impone una gravísima carga. En su juicio, los decretos son nulos por la falta de autoridad de quien los expidió, pues vulnera los derechos a la propiedad privada, cercena la riqueza pública al paralizar la producción de las haciendas, y por último compromete la tranquilidad del propio Estado al subvertir un orden ancestralmente aceptado y que causa malestar en todos aquellos que, teniendo esta forma de propiedad, temen perderla. En su concepto, los esclavos son una mercancía legítima reconocida en todos los tiempos: “La esclavitud no ha sido otra cosa en nuestro país (tomada económicamente) que la garantía que dio el gobierno a los propietarios de esclavos de que el usufructo de sus obras sería perpetuo por medio de los partos. De aquí proviene que los esclavos han circulado en toda clase de contratos como un papel moneda o emitido por la autoridad pública. El último tenedor que ha adquirido esclavos con las economías de su industria de muchos años, ha empleado un capital bajo la buena fe de las garantías legales.”290

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Op. Cit. pg. 37-38.

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Entre sus afirmaciones, encontramos que vaticina si se continúa con esta corriente que dentro de seis u ocho años el clima políticoeconómico se volverá intolerable. Viendo esto, se remorderán la conciencia los partidarios del humanismo benevolente, pues al querer servir a la “filosofía” querrán lograr transformar a la República en “común ruina” de la riqueza y propiedad que tiene el Estado. Pero en donde se conoce verdaderamente al esclavista que fue, es su concepción de que el esclavo debe ganarse su libertad por medio de su propio sudor y trabajo, por medio de su propia compra. Claro está que ello resultaba, en estas condiciones, algo verdaderamente imposible. Según Pando, un decreto que les otorga la libertad de un día a otro, en forma repentina, les concede un plato extremadamente indigesto que no sabrían como digerirlo; además de no tener los recursos manuales e intelectuales para que puedan mantenerse por sí mismos, olvidando por todo lo alto que su fuerza de trabajo tiene un precio estimado. Poniéndose en un plano fatalista, Pando sostiene que, en un futuro no muy lejano (dentro de 6 u 8 años), las condiciones se tornarán intolerables debido a la falta de brazos; entonces las riquezas del Perú se convertirán en ruinas, pues la agricultura tendrá que cesar sus actividades.291 Sin embargo, el tiempo no le dio la razón, pues, gracias a una coyuntura comercial positiva, los mercados se equilibraron con el descubrimiento europeo del guano de isla como fertilizante exportable. d) El jurista y político: Santiago Távara (1790-1874) El abogado y médico, el limeño D. Santiago Távara, se pronunciará por la condición servil del negro. Partiendo de su condición de jurista, el autor, en el mismo año en que se produce la liberación de los esclavos, redacta un escrito con el título de “La Esclavitud en el Perú” (Lima, 1854), en donde pone de manifiesto su condición filantrópica al contestar con claridad a otros autores que tienen un desprecio a los negros. Los mensajes de tales autores se encuentran cargados de racismo y de desprecio al esclavo. Entre los cargos que se le imputan, se encuentran los relativos a su supuesta propensión a la vida delincuencial, teniendo como actividades comunes el robo, los homicidios, el vagabundaje, el bandolerismo. Estas aseveraciones también se apoyan en el supuesto aumento de los actos criminales en la ciudad de Lima y sus alrededores.

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La respuesta de Távara es contundente: con el estudio de las estadísticas publicadas en “El Peruano”, de las causas tratadas por los Tribunales de Justicia de la Capital del año en curso, el autor expresa que no solo no se han elevado los casos de delincuencia común, sino que entre el 100 por ciento de los procesados, el 3 % es negro. Dentro de esta categoría están los libertos, manumisos y esclavos (Távara 1855: 54). e) El historiador académico: Felipe Mariano Paz Soldán (18211886) La esclavitud de los negros, a los pocos años después de la manumisión, era entendida con criterios de mayor liberalidad, pues una economía exportadora de materias primas en demanda en Europa hace que se tenga menos necesidad del trabajo esclavo y el sector productivo se oriente hacia éstos. Es en esta coyuntura que, hacia 1868, se hace público el libro “Historia del Perú Independiente”, cuyo autor Mariano Felipe Paz Soldán, erudito, intelectual e historiador, conjuga el pensamiento académico de su época y sostiene que: “La esclavitud, ese anacronismo del siglo, ese abuso de la fuerza sobre la libertad del hombre, ese crimen nacido en épocas de barbarie, fomentado por el despotismo y la codicia, y tolerado por la costumbre, fue abolida” (Paz Soldán 1888: 223). En su obra, están presentes las mejores frases para San Martín y Monteagudo292, dándoles la condición de héroes por haberse atrevido a dictar esos decretos que conjugaron la grandeza de sus ideas. Estas medidas, según sus ideas, no alterarían el orden público en un principio, y en poco menos de dos generaciones, llegaría a su fin la esclavitud, a la par que se eliminaría el peligro, en el futuro, de una guerra de castas. Conclusiones La esclavitud en el Perú proyectó una gran polémica en los diversos actores sociales, delineándose un pensamiento económico en relación al comercio costeño. A través de los escritos pro o contra la esclavitud, se ve su riqueza material y argumental. Sería necesario examinar los libros del debate en cuanto a la definición del esclavo y su postura frente a esa fuerza de trabajo de parte del proteccionismo y liberalismo.

Sobre Monteagudo, se expresaría en términos racista el viajero inglés Stevenson. 292

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Op. Cit. pg. 31.

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Para el liberalismo, y según el mundialmente conocido filósofo, alabado por la intelectualidad colonial criolla y republicana, Adam Smith, imbuido en su entusiasmo ideológico sobre el comercio libre, la esclavitud se ve como parte del engranaje comercial; sin embargo, tiene que estar sujeto a las leyes que lo protege su condición infeliz: “Así como las ganancias y utilidades del cultivo ejecutado con ganado dependen del buen manejo y trato del ganado mismo, así también las de aquel que se hace por esclavo habrá de estribar en gran parte en el buen trato y modo de conducirse con ellos, y en cuanto al tratamiento de estos infelices no se duda que son muy superiores los ingleses y franceses” (Smith 1983: 361). Finalmente, se hace necesario estudiar los medios de comunicación y los diarios del debate del Congreso sobre la polémica de la esclavitud. De esta forma, se puede delinear sus matices teóricas acerca de por qué se busca una mano de obra barata y gratuita. Bibliografía Aguirre, Carlos. Agentes de su propia libertad: los esclavos de Lima y la desintegración en la esclavitud. 1821-1854. Lima, Fondo de Ediciones de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 1993. Aristóteles. La Política. Barcelona, Ediciones Orbis, 1985. Basadre, Jorge. Historia de la República. Lima, Editorial Universitaria, 1969. Billington, Ray Allen. La Expansión Hacia el Oeste. Dos tomos. Buenos Aires, Editorial Bibliográfica, 1967. Dockes, Pierre. La Liberación Medieval. México, FCE, 1995. Finley, Moses. Esclavitud Antigua e Ideología Moderna. México, FCE, 1980. Flores Galindo, Alberto. Aristocracia y Plebe: Lima 1760-1830. Lima, Mosca Azul Editores, 1984. Gootenberg, Paul. Imaginar El Desarrollo. Lima, IEP-BCRP, 1998. Hunefeldt, Christine. "Jornales y esclavitud en la primera mitad del Siglo XIX". En: Economía Nro. 19. Vol. I. Ediciones PUCE, Lima, 1987. Jenofonte. Economía. Volumen XXIII. México, W. M Jackson Editores, 1968. Mannheim, Kart. Ideología y Utopía. México, Fondo de Cultura Económico. Primera edición, 1941. Marx, Carlos. El Capital. Madrid, Editorial Akal, 1976.

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El catecismo en las aulas. Iglesias y modernidad en Puno a principios del siglo XX. IVÁN CALDAS FIGUEROLA Universidad de Ciencias y Humanidades [email protected] Los inicios del siglo XX estuvieron llenos de novedades en las esferas de la economía, la política y la cultura educacional. La influencia de los sucesos de La Revolución Bolchevique, el trauma de la Primera Guerra Mundial y el entusiasmo por el liberalismo, fue un impacto para los pueblos del mundo, del Perú y también, específicamente, para el altiplano. Los aires modernos de la esfera y la opinión pública, y del movimiento obrero organizado, fueron impresionantes. Pero, debemos preguntarnos ¿qué modernidad se reflejó a nivel del imaginario religioso? Y en las ideas y en la búsqueda de elementos de ciudadanía, ¿qué papel cumplió el conjunto de conceptos del cristianismo protestante o de la palabra anticlerical que trae esta corriente? Hubo o no un desarrollo de las concepciones educacionales en el conjunto de grupos evangélicos que ingresaron por el sur andino, en las primeras décadas del siglo XX. El anarquismo y los brotes de la reforma universitaria, ¿fueron acaso los únicos rasgos de modernidad que llegaron desde Argentina? ¿o es que también se sintió la modernidad en el campo de la religiosidad? Veremos. A dios rogando y con el mazo dando Las autoridades de la prefectura en Puno de inicios del siglo XX estaban muy preocupados por las escandalosas muestras de actitudes del clero de la zona. Los comunicados de las autoridades locales, durante los años de 1895 hasta 1910 aproximadamente, son reveladores de la situación puneña, como: “…los párrocos, que con raras y escasas excepciones, observan una conducta poco edificante como miembros de la sociedad, no son muy escrupulosos en el cumplimiento de sus obligaciones y a pesar de que aseguran profesar la santa religión de cristo…” 293 Samuel Benavides, Memoria de Subprefecto de Puno del 8 junio 1899, folio 7 ayb 293

Por otro lado la iglesia católica no tenia rivales durante los años de virreinato, por ello no se molestó en argumentar sus prédicas de forma filosófica, no tenía necesidad de basarse en ideologías, en una filosofía tomista o aristotélica, tampoco se inquietaba por cumplir una vida formal de aparente sobriedad, pues el poder económico y político no le era ajeno, es más, desde el segundo gobierno de Ramón Castilla recibía un ingreso económico que suplía al diezmo. Tradicionalmente, se guió de la arcaica extirpación de idolatrías y de suplantar -de forma sangrienta muchas veces- las Huacas por Conventos. Así en la sociedad del altiplano los clérigos mantuvieron un cierto poder estable articulado con el gamonalismo, casi en un mimetismo político, según lo que cuenta el Subprefecto e Intendente Antonio Cesar Ponce: “…un punto muy delicado de tratar es el que se refiere a la conducta de los párrocos, lo poco edificante de ella da lugar a frecuentes y escandalosas censuras del público sensato. Aparte de esto último la desgraciada raza indígena no encuentra en ellos al pastor indulgente, sabio y caritativo, sino al mandón tiránico, ignorante y expoliador de sus miserables bienes” 294 Justamente las muestras de desconfianza de los intelectuales y profesionales del altiplano crecían más. Había factores bien identificados por muchos autores que acrecentaban este proceso de desconfianza en el clero; la modernización de las clases medias, el mayor acceso de la población a la escuela, la penetración de las ideas anarquistas y socialistas desde Buenos Aires, así como la reacción peruana nacionalista de los años de postguerra del salitre y la inigualable campaña del poeta y anarquista peruano Don Manuel Gonzales Prada, generaron una oleada de intelectuales saturados de civilismo, hartos de la modorra de la Reconstrucción Nacional y de la administración centralista e hispanófila. El sistema político e ideológico imperante de la llamada República Aristocrática no garantizaba un impulso a las provincias, ni a los indígenas, ni a los intelectuales del interior. No tardaron en aparecer poetas, educadores, pintores (Rénique cap. 2). Todos ellos, hijos de pequeños hacendados, de abogados, jueces, docentes, burócratas, pinchados con el flechazo de Atenea, con el aguijón de la modernidad. Estaban comprometidos con la búsqueda de 294

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Informe enviado al Coronel Prefecto de Puno, el 6 de junio de 1900, folios 6

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la nacionalidad, eran conscientes de la postración que sepultó a la población indígena. José Antonio Encinas, un profesor puneño, formado en La Escuela Normal de Varones de Lima y que dirigía el centro escolar Nº 881 de Puno desde 1907, denunciaba a los gamonales y exigía tierras para los campesinos. Se quejaba de que “…mientras continúe la influencia odiosa del cura, mientras la religión sea en esta raza un puro fetichismo nada podrá hacerse en orden a la educación indígena” (Encinas 1913: 30), por ello era un docente que provocaba escozor entre los conservadores de la época; era temido y odiado al igual que el viejo Gonzales Prada en su tiempo. Puno era una zona de indígenas en constante movimiento social; recordemos las oleadas de revueltas y rebeliones primitivas -al decir del historiador Eric Hobsbawm, movimientos sin organización partidaria ni doctrina política definida- que estallaron en esta región a inicios del siglo XX. También recordemos a los grupos de profesionales de medicina, de arqueología y el derecho, entre las clases medias, cada vez más politizadas, que se enfilaban contra lo que consideraban uno de los pilares más sólidos del poder tradicional, la Iglesia Católica. La voz protestante La Iglesia Adventista, liderada por el pastor Fernando Stahl, llegó a Puno y se instaló en el barrio de la Platería, entre Chucuito y Acora. Había recorrido muchos países del continente, sus feligreses salieron de Nueva York y ya estaban fundando sedes en Buenos Aires, la central de los adventistas, también en La Paz, así como más adelante siguieron a Mollendo, Arequipa. Rápidamente consiguieron 700 seguidores. Fundaron además 15 escuelas y servicios médicos. La población, se acogió a esta nueva forma de hacer cristianismo. Los artesanos y los campesinos asimilaron esta prédica, pues ya tenían anticuerpos frente al catolicismo, incluso en Puno existían agrupaciones de librepensadores, logias como La Cuna de los Incas, intelectuales modernos, lectores de los ilustrados. Además de predicar el evangelio, los adventistas mostraban rasgos de cultura política con énfasis en la consecución de derechos y acceso a la educación, una formación académica más laborista y el ya clásico y weberiano concepto de la ética del protestante; elementos de ciudadanía y de laboriosidad pragmática. En un sentido, esto asustó a muchos grandes hacendados pero por otro lado, llamó la atención de muchos intelectuales, empleados, librepensadores y educadores. La Central Adventista llamada La Unión Incaica administraba seis misiones que comprendían las repúblicas de Ecuador, Bolivia y Perú. En

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Puno se ubicaba la Misión Sur295 que se encargaba de ordenar la misión en Apurímac, Arequipa, Cusco, Madre de Dios, Moquegua y Tacna. El maestro Encinas, cuenta que los pilares de la fusión de adventismo y escuela laica (modernidad y laborismo) en Puno, se debió a dos gigantes de la educación de esa zona, Telésforo Catacora y Francisco Chuquihuanca Ayulo, ambos ligados a la Escuela de la Perfección. Igualmente reconoce a Demetrio Peralta como el artífice de la avanzada adventista (Encinas 1958). Muchos seguidores de los protestantes, sea de manera directa o indirecta, fueron posteriormente, poetas de reconocida trayectoria, pedagogos de intenciones reformistas, políticos de tendencia descentralista y accionar legislativo con una retórica punzante. El ya mencionado José Antonio Encinas, y otros más, como los jóvenes Emilio Vásquez y los hermanos Peralta (uno de ellos, Arturo, más conocido por su seudónimo, Gamaliel Churata296, el conocido poeta) convirtieron sus aulas, sea como maestros o como estudiantes, en el Convictorio de Puno, versión siglo XX, así como lo fue el de San Carlos en el siglo XVIII. Una pléyade de intelectuales enrropados de cristianismo protestante y antipapista anticlerical, de formación moderna, liberal, de proyectos educativos laicos, buscaron organizarse y conformar un movimiento político social y regionalista que irrumpió en los años del centenario, una promoción de pensadores que llegó a fundar el Partido Descentralista. Los provincianos se hacían indigenistas y conformaban una inttelligentsia, un conjunto de intelectuales con inclinaciones políticas de participar en la lucha por el poder y conquistar espacios de un Cuerpo Legislativo, buscando la soñada inclusión en la sociedad civil, conformar pues una opinión pública, de fuertes intenciones antilimeñistas, anticivilistas. Los colportores, no se debe soslayar, fueron un factor importante en el crecimiento explosivo de los adventistas en Puno; eran muy hábiles vendedores de biblias, en acercarse a las personas, en comunicar sus prédicas de diferente manera a la de los católicos. El maestro Encinas cuenta que en el colegio, donde él era el director, no oraba en las Alfonso Torres Luna en su libro Puno Histórico de 1968 afirma que esta Misión adventista tenía en Puno 51 escuelas primarias y un Colegio de secundaria llamado Titicaca, mixto y con internado; además contaba con 3147 alumnos, 619 maestros y 46 templos, p.295-296 296 Leer el reciente trabajo de Guissela Gonzales Fernández, “El Dolor Americano” publicado por el Fondo Editorial del Pedagógico San Marcos, un análisis de los artículos del poeta. 295

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mañanas, no dictaba el curso de religión, y que esto le trajo una campaña de desprestigio, de injurias contra su actividad profesional. Así, los brotes de enfrentamiento entre el clero católico y los adventistas se sintieron en la lucha por la educación, en copar las escuelas, en ganar adeptos y en acercarse a las autoridades para sobrevivir. Los padres de familia conservadores, comandados por el obispo Monseñor Valentín Ampuero, se quejaron de la escuela de los “modernos”, como la de Encinas, quien era ajeno a la oración y además enemigo del modelo educativo que las monjas del catolicismo ejercían en las escuelas de niñas “…la forma dogmática en la que la educación de la mujer se desarrolla actualmente…” (José Antonio Encinas, El Comercio, 28 de marzo de 1923). Por cierto recordamos que en Puno existía el Centro Escolar de niñas Nº 882 donde se practicaba la educación tradicional, machista. La educación mixta, propuesta por los pedagogos modernos, era severamente sancionada por el obispado, el cual exigía que se enseñe religión al estilo católico, irrumpiendo muchas veces en las instituciones locales para presionar y mantener la tutela clerical. Curiosamente muchos autores expresan su admiración y análisis sobre los sucesos de la educación puneña de aquellos días “…el caso del sur andino, y en particular, el de Puno, es el mejor laboratorio de experiencias educativas” (Montoya 1987: 81). Afirmación elogiosa sobre la dirección de aquellos intelectuales influidos por el progresismo, el liberalismo y el adventismo, pues “…participaron positivistas, también protestantes…” (Armas 1998: 187), en especial, ello se mostró en la legendaria escuela de primaria Nº 881, dirigida por Encinas, calificada por muchos como un laboratorio de pedagogía. Estamos ante una mirada de las iglesias como bastión de las ideas y de la Historia Cultural, todavía no muy entendida, ni desarrollada, especialmente un enfoque histórico antropológico de las regiones y de una articulación historia-educación-religiosidad que queremos forjar. Bibliografía ARMAS, Fernando. Liberales, protestantes y masones. Lima, PUCP, 1998. BIBLIOTECA NACIONAL. Manuscritos, Informes de Prefectos, 18901917. DE LA CADENA, Marisol. “De Raza a Clase”, en Steve Stern (comp.), Los Senderos Insólitos del Perú, UNSCH, 1999. ENCINAS, José Antonio. Un Ensayo de Escuela Nueva en el Perú, 1958.

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ENCINAS, José Antonio, La Educación Su función social en el Perú, Tesis de Bachiller, 1913. ESCARRACHI PACHECO, Marcial. Doctrina Educacional de Encinas, UNMSM, Tesis de Bachiller, 1966. MONTOYA, Rodrigo. “Escuela Rural”, en Revista Debate Agraria, nº 1, 1987. TORRES LUNA, Alfonso. Puno Histórico. Colegio Unión Nana, 1968. RÉNIQUE, José Luis. Los Sueños de la Sierra, Cusco en el Siglo XX, cap. 2

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combatimos al capitalismo, entonces no luchamos contra la explotación, y si no luchamos contra la explotación, no tenemos el derecho de llamarnos ni socialistas, ni comunistas, ni revolucionarios. El APRA es anti-imperialista porque es anticapitalista”297.

Ironía histórica: El caso aprista entre el pasado y el presente. CHRISTIAN CARRASCO CELIS Universidad Nacional Mayor de San Marcos [email protected] ¡«Oh ironía, santa ironía, deja que me incline ante ti»! (J. Plejanov. La Ideología del Pequeño Burgués). “Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de mofa” (Demócrito). El ensayar algunas aproximaciones históricas nos permite dilucidar y curiosear, frente al hecho histórico, posibles respuestas con respecto al desenvolvimiento de los agentes históricos. Por ello el presente trabajo tiene como objetivo principal analizar la decadencia de una institución política como es el PAP (Partido Aprista Peruano), desde el aspecto de sus prácticas políticas, económicas y discursivas en la actualidad frente a lo que en un momento se planteó por los años 30’, sin dejar de hacer un recorrido histórico desde los 30’, pasando por los años 40’, 70’ y 80’ hasta llegar a nuestros días con su respectivo análisis. No quisiera iniciar el trabajo sin dejar de lado textos valiosos que no hacen otra cosa que reafirmar lo que voy a explicar más adelante. Textos cono el de W. Obelson, César Jiménez, César A. Guardia Mayorga, Julio Antonio Mela, Juan Alarcón Portocarrero, Rodney Arismendi, Luís Eduardo Enriquez y Mario Valderrama. Además de artículos como los de José María Salcedo, Eduardo Bueno y Raúl González. Por ello, refresquemos un poco nuestra memoria. Se ha dicho mucho que el PAP y especialmente sobre sus dirigentes: Que fueron traidores innatos; que sus actitudes respondían al envejecimiento y decaimiento mental y moral de sus líderes; que es un partido oportunista y traidor, que son maestros del camuflaje frente al obrero, etc. Si para los años 30’ Haya de la Torre decía: “Para nosotros, con Marx y con Lenin, el imperialismo es el capitalismo en su forma más refinada y si nosotros no lo combatimos, entonces no combatimos al capitalismo, y si no

Además: “Nuestra generación sabe, o va aprendiendo que el avance del dominio yanqui en tal o cual país de nuestra América es una simple cuestión de cifras, un cálculo de finanzas. Nuestra generación sabe que toda la máquina política yanqui con su cristianismo hipócrita, con su diplomacia falaz, con su periodismo cínico, con su panamericanismo sentimental, está movido por los motores de Wall Street” 298. Por otro lado, para fines de la década del 40’ indicaba que: “La diplomacia del dólar y las formas antiguas e incomprensivas constituyen un pasado que debe servir de aleccionadora experiencia para no retornar a métodos que fueron producto de errores sicológicos y conceptos primitivos, egoístas e infecundos”299. “El capital norteamericano no se parece ni remotamente al viejo capital que estudiaron Marx y Engels. Ahora tiende a hacerse más social, más demócrata, más del pueblo” 300. “Yo no le tengo miedo al imperialismo de Wall Street, porque ese nos adiestra como al imperialismo de Hollywood, porque eso nos corrompe. Lo grave no es el poderío de los pueblos grandes como los Estados Unidos, sino nuestro complejo de inferioridad”301. Otra comparación

Haya de la Torre: La Estafa más grande de América. Luís Eduardo Enríquez. Ediciones del Pacífico. Lima-Perú. 1951.183 pp. Del documento “secreto” del Comité Ejecutivo Internacional del APRA, con sede temporal en Berlín, febrero 25 de 1930. (firmado) Haya de la Torre. Documento llevado por L.E. Enríquez de Berlín a Cusco. 298 Teoría y Táctica de la Acción Renovadora y Anti-imperialista de la Juventud de América Latina. Haya de la Torre. Lima-Perú. Pág. 25. En: Haya de la Torre: La Estafa más grande de América. Luís Eduardo Enríquez. 299 Declaraciones de Haya en EE.UU. publicadas en “La Tribuna”, Lima, mayo 20 de 1848. 300 “En un brillante discurso rindió el Jefe su informe anteanoche, a su regreso de EE.UU.”. La Tribuna, de Lima, 10 de junio de 1948. En: Haya de la Torre: La Estafa más grande de América. Luís Eduardo Enríquez. 301 Discurso de Haya en el Teatro Colón de Bogotá, 18 de septiembre de 1946. Reproducido en La Tribuna, de Lima, 23 de septiembre de 1946. pág. 9. En: Haya de la Torre: La Estafa más grande de América. Luís Eduardo Enríquez. 297

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que podemos rescatar es la sugerida por Mariano Valderrama 302 en torno al APRA de lo años 50’ y las contradicciones que ya venía presentando en comparación a sus principios primigenios, que a continuación reproducimos y que hemos comparado con las obras completas de Haya de la Torre303. “TREINTA AÑOS DE APRISMO” Enfatizando diferencias con el movimiento comunista dirá sobre el Congreso de Bruselas: "En los debates nos opusimos a quedar incluidos bajo el comando de la Liga Antiimperialista Mundial, era una organización enteramente controlada por la III Internacional, no para interés de la lucha antiimperialista sino para servicio del comunismo". Ob. Cit. Tomo 6. pág. 267. " . . . es imperativo reconocer que la aplicación global y simplista a nuestro medio de doctrinas y normas de interpretación europeas deben estar sujetas a profundas modificaciones... En lo que la interpretación de una realidad nueva, tenga que negar o modificar los preceptos que se creyeron universales y eternos se cumplirán las leyes de las contradicciones del devenir... Ob. Cit. Tomo 6. pág. 270. "Esa doctrina y ese programa se articulaban en una filosofía de emancipación integral cuyas ideas informan la trayectoria de nuestro movimiento destinado a promover la independencia de los pueblos indoamericanos por obra de ellos mismos: (Nota haciendo referencia a "El Antiimperialismo" como fuente) independencia económica social y política pero esencialmente cultural. Del legado de la civilización europea —cuyo crepúsculo fue previsible a partir del año decisorio de 1918— Indoamérica debía recoger los valores universales perdurables de la cultura y decidirse a buscar sus propios caminos. —Indoamérica debe aprovechar la experiencia de la historia pero sin caer en la imitación servil— era nuestro lema. —El APRA aprovecha la experiencia de la historia, la verifica en nuestro suelo y desechando criticas absurdas se afirma realistamente en la dialéctica de los hechos'. Ob. Cit. Tomo 6. pág. 279. EL APRA: Un Camino de esperanza y frustraciones. Mariano Valderrama, Jorge Chullen, Nicolás Lynch y Carlos Malpica. Ediciones El Gallo Rojo. LimaPerú. 1980. pàgs. 68-72. 303 Víctor Raúl Haya de la Torre. Obras Completas. Editorial Juan Mejía Baca. 1976. Tomo 6 y 7 302

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(Es decir se ubican los párrafos citados del Antiimperialismo como referidos a cultura europea, tergiversándose la cita original que se refería elogiosamente a la experiencia rusa). "Por consecuencia, el aprismo definió al imperialismo —desde el escenario válido de nuevos términos formulados desde 1924—. Estos figuran en el Capítulo III de El Antiimperialismo y el APRA: El imperialismo que implica en nuestros países el advenimiento de la era capitalista industrial bajo formas características de penetración, trae consigo los fenómenos económicos y .sociales que trae el capitalismo donde aparece originalmente'". (Evade terminar la cita para no mencionar aspectos negativos del imperialismo denunciados originalmente). Ob. Cit. Tomo 6. pág. 298. "El gran capitalismo, la gran industria, no han insurgido en Indoamérica como producto de su evolución económica: han advenido, han invadido conquistadoramente y se han abierto paso en nuestro medio destruyendo toda posible competencia". Ob. Cit. Tomo 6. pág. 299. (Esta cita del Antiimperiali smo no incluye la frase precedente en que se asumía la posición antiimperialista, asumiendo la teoría " marxista de la lucha de clases). Haya de la Torre cita del "Antiimperialismo": "El tipo de imperialismo moderno, especialmente del imperialismo norteamericano —tan avanzado y refinado en sus métodos— sólo ofrece ventajas y progresos en su iniciación. Y produce en nuestros pueblos un movimiento ascendente de las masas trabajadoras que pasan de la semiesclavitud y la servidumbre, o de las formas elementales de trabajo a su definición proletaria". Ob. Cit. Tomo 6. pág. 316. (Sacando citas fuera de contexto se busca ahora presentar al imperialismo como positivo, recortando de textos originales descripción de características negativas. Igualmente se deja de lado referencia a incidencia destructora del imperialismo sobre clases medias. Esta ausencia de la reivindicación de las clases medias frente al imperialismo no es casual. El aprismo de las años 50 representará los intereses de la gran burguesía y del imperialismo; no más los de las clases medias).

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“EL ANTIIMPERIALISMO Y EL APRA” "En los debates nos opusi mos a quedar incluidos bajo el comando de la Liga Antiimperialista Mundial que sabíamos era una organización enteramente controlada por la III Internacional, no para interés de la lucha antiimperialista sino para servicio del comunismo. Empero, cooperamos sinceramente a dar al congreso los mejores resultados constructivos". (Se acepta ponencia de Haya) Ob. Cit. Tomo 4 pág. 86 " . . . es imperativo reconocer que la aplicación global y simplista a nuestro medio de doctrinas y normas de interpretación europeas deben estar sujetas a profundas modificaciones. He aquí el sentido, la dirección, el contenido doctrinario del APRA dentro de la línea dialéctica del marxismo interpreta la realidad indoamericana. En lo que la interpretación de una realidad nueva, tenga que negar o modificar los preceptos... Ob. Cit. Tomo 4 pág. 150. "Y esto es lo que enseña la moderna Rusia: el país se ha liberado del imperialismo por la nacionalización de la industria, por el monopolio estatal del comercio y por el control del ingreso de capitales extranjeros. La forma socialista está aún lejana. Pero la victoria sobre el imperialismo prácticamente se ha cumplido de acuerdo con las necesidades del nuevo Estado proletario. Indoamérica debe aprovechar la experiencia de la historia sin caer en la imitación servil. La realidad geográfica, étnica, económica y política de Rusia es muy diferente a la nuestra. Empero hay hechos de valor universal que implican lecciones y ejemplos para todas las latitudes y para todas las épocas. Y Rusia ofrece al mundo el primer caso de liberación económica antiimperialista de la historia contemporánea". Ob. Cit. Tomo 4 pág. 112-113. "El imperialismo que implica en todos nuestros países el advenimiento de la era capitalista industrial bajo formas características de penetración, trae consigo los fenómenos económicos y sociales que produce el capitalismo donde aparece originalmente: la gran concentración industrial y agrícola, el monopolio de la producción y la circulación de la riqueza; \s. progresiva destrucción o absorción del pequeño capital, de la pequeña manufactura, de la pequeña propiedad y del pequeño comercio, y la formación de una verdadera clase industrial". Ob. Cit. Tomo 4 pág. 100.

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"Sostenemos pues que la actual tarea histórica de estos pueblos es la lucha contra el imperialismo. Tarea de nuestro tiempo, de nuestra época, de nuestra evolución. Ella nos impone subordinar temporalmente todas las otras luchas que resulten de las contradicciones sociales de nuestra realidad social —y que no sean coadyuvantes del imperialismo—, a la necesidad de la lucha común. Vale decir que nosotros aceptamos marxistamente la división de la sociedad en clases y la lucha de esas clases como expresión de la historia; pero consideramos que la ciase opresora mayor —la que realmente respalda todo el sistema refinado y moderno que impera sobre nuestros pueblos— es la que el imperialismo representa. Porque el imperialismo desempeña en ellos la función que la gran burguesía cumple en los países de más alto desarrollo económico. Examinada esta posición se hallará que es inobjetable. El gran capitalismo, la gran industria no han insurgido en Indoamérica como producto de su evolución..." Ob. Cit. Tomo 4 pág. 151-152. " . . . l a s masas trabajadoras que se transforman en proletariado moderno no perciben la violencia de la explotación del imperialismo hasta mucho más tarde. El tipo de imperialismo moderno especialmente del imperialismo norteamericano tan avanzado y refinado en sus métodos, sólo ofrece ventajas y progresos en su iniciación. Antes de ahora ya he estudiado algunas de estas contradicciones características del moderno imperialismo, cuyas vastas y temibles proporciones no percibe inicialmente el naciente proletariado. Pero el monopolio que el imperialismo impone, no puede evitar la destrucción, el estancamiento o la regresión de la que genéricamente llamamos la clase media... La conquista de nuestros campos económicos viene de fuera bajo un sistema ultramoderno y poderoso. Al llegar, hiere intereses, plantea irresistible competencia, absorbe, rinde y se impone. Mientras la penetración imperialista produce en nuestros pueblos un movimiento ascendente de las masas tra bajadoras que pasan de la semiesclavitud y servidumbre o de las formas elementales de trabajo libre a su definición proletaria, las clases medias sufren la primera embestida. Su organismo económico cae bajo el freno imperialista. Ob. Cit. Tomo 4 pág. 101-103.

Tengamos en cuenta que durante el periodo que va de los años 30’ hasta los 60’, se produce intelectualmente una gama de estudios que nos han ayudado a comprender el tema, cosa contraria a lo que piensa

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Felipe Portocarrero M., quien indica que durante el mismo periodo “se produce un estancamiento casi completo de la reflexión e investigación sobre la sociedad peruana, generándose sólo repeticiones, muchas veces empobrecidas, de las posiciones desarrolladas en la década del veinte”304. Haya planteaba que: "Un partido como el Apra no cierra el camino a ninguna posibilidad realista del presente o del futuro” 305. “La victoria del Frente Único transformará al Estado en un instrumento de defensa de las tres clases contra el imperialismo que las amenaza. Todos los conflictos dentro del Frente estarán subordinados a la lucha antiimperialista, constituyéndose un "Estado Antiimperialista". La nueva organización del Estado deberá establecer a un nuevo sistema de economía y un nuevo mecanismo estatal, bajo la forma de un Estado de guerra, que limite el ejercicio de la libertad económica a fin de no beneficiar al imperialismo306. El Estado antiimperialista desarrollará el capitalismo de Estado "como un sistema de transición hacia una nueva sociedad", en beneficio de las clases productoras, capacitándolas gradualmente para el propio dominio de la riqueza que producen 307. De esta manera se constituiría el nuevo sistema económico. A fin de evitar un retorno al sistema del capitalismo clásico por la vía de la formación de una burguesía nacional que caería inevitablemente bajo el dominio del imperialismo es necesaria la organización científica de un sistema cooperativo nacionalizado y la adopción de una estructura política de democracia funcio nal basada en las categorías del trabajo 308…Se sentaría así las bases para la evolución hacia un nuevo sistema económico que se aparta definitivamente del actual, nacionalizándose progresivamente la tierra y la industria y asegurándose la emancipación y la unidad de los pueblos latinoamericanos. Revista Análisis. Nº 1. Enero-Marzo, 1977. Perugraph Editores S.A. pág. 37. El antiimperialismo y el APRA. Víctor Raúl Haya de la Torre. Ed. Amauta, Lima-Perú. Tercera edición. 1970. pág. 870. 306 Ob. Cit. Pág. 101. 307 Ob. Cit. Pág. 103. 308 Ob. Cit. Pág. 104.

Este capitalismo de Estado se diferenciaría del implantado por Lenin en Rusia, que se ha desarrollado bajo la dictadura del proletariado y en contra de las clases medias como un mecanismo de transición hacia el socialismo. En América Latina la dictadura del proletariado es históricamente imposible mientras no se realice la previa desfeudalización de sus economías y no exista una definida clase proletaria con conciencia de clase” 309. Felipe Portocarrero, con respecto a las ideas citadas líneas arriba, indica que: “Haya caracteriza al Estado como semicolonial y semifeudal, anotando que representa los intereses de las diversas fracciones de los sectores dominantes pero sin llegar a un análisis de su rol en la reproducción de las relaciones capitalistas de producción bajo el dominio del capital imperialista. De esta manera no reconstruye el papel que juega el Estado para los sectores políticamente dominantes en tanto les abre una vía para desarrollar una base económica de carácter capitalista.Como se ha señalado, la concepción del imperialismo de Haya conduce a privilegiar el problema nacional, a reducirlo al hecho político do la opresión de una nación sobre otra sin examinar su fundamento. E3 decir, la dominación de clase de la burguesía imperialista y sus aliados internos sobre los sectores populares. Se sientan así las premisas para propugnar una unificación de la clase media, el proletariado y el campesinado en la lucha por la liberación nacional, sin examinar las diferentes raíces y consecuencias de la actitud antiimperialista de las diversas clases. De esta manera Haya puede separar la etapa antiimperialista y antifeudal de la revolución de las transformaciones socialistas, que son postergadas a un futuro indeterminado, posible sólo cuando haya concluido la etapa de desarrollo capitalista. Organizativamente esta separación se refleja en la constitución de un Frente Único que integra a las diferentes clases en un solo partido, por encima de sus antagonismos

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Ob. Cit. Pág. 108.

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internos, bajo la dirección de las clases medias. En este frente la clase obrera no podría desarrollar su autonomía y menos aún constituirse en el polo hegemónico, política e ideológicamente, de las clases dominadas. El Frente Único se propone como meta estratégica un desarrollo capitalista orientado y canalizado por el Estado, conformando un capitalismo de Estado por la vía de la nacionalización progresiva de la riqueza y de la extensión del sistema cooperativo. Al aceptar las inversiones de capital extranjero como el único camino que permita desarrollar las fuerzas productivas se articula esta expansión del capitalismo con las necesidades de valorización del capital internacional, reconstituyéndose con la intervención estatal las bases del dominio del imperialismo y del capital en general, cuyo campo de valorización se ampliaría y profundizaría…El desarrollo del Estado antiimperialista haría aparecer inevitable mente los antagonismos fundamentales de interés entre las clases que integran el Frente Único, especialmente en relación al proletariado interesado en la cancelación del dominio del capital. Es justamente por el carácter incompleto y fragmentario de su reflexión sobre el capitalismo y las distintas fuerzas sociales que Haya no puede plantear de manera concreta la transición al socialismo, que es relegada a un plano de casi total indeterminación. Señala solamente que el desarrollo del capitalismo fortalecerá a la clase obrera abriéndole nuevas perspectivas de acción. Sin embargo, este proletariado estaría sometido a la dominación política del Estado antiimperialista bajo formas de control político corporativo que impiden o dificultarían en sumo grado el desarrollo de la autonomía política de clase, condición indispensable para plantear de manera concreta el tránsito al socialismo. En el fondo el carácter utópico de este proyecto jacobino deriva de su naturaleza pequeña burguesa, que se manifiesta en la consideración exclusiva y abstracta de la superestructura ideológica-política, que aparece como totalmente autónoma, sin que se pueda rescatar la determinación de la base, ni por lo tanto analizar las relaciones sociales de producción. De ahí la imposibilidad de una concreción real del análisis que

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pueda mostrar con claridad las condiciones de una transición al socialismo” 310. Muchos de los autores tenían desconocimiento, quizás, de los documentos que posteriormente en la década del 70’ 311 que serán dados a conocer, lo que les hubiera permitido tener una mejor visión de la situación y percibir que las malas prácticas no eran desde el año 40’ sino que desde los inicios del PAP dos caras de la misma moneda de un personaje y representante político de un sector de nuestra sociedad, el que jugo con conciencias, intereses y aspiraciones de una población y que al fin al cabo es una muestra de la constante de nuestra politiquería peruana., por que mientras en un momento planteaba ser “comunista” sin decirlo y criticaba en la Plaza de Acho la política norteamericana, por otro lado se mostraba complaciente y amical con los que atacaba. Por ello reproducimos a continuación en sus partes fundamentales y que se encuentran aludidas en la cita Nº 14. CARTA ENTRE PAVLETICH Y HAYA DE LA TORRE

Entre las actuales organizaciones obreras de América Latina hay abismos insalvables. El odio de los anarquistas por los comunistas y por los sindicalistas, las divisiones, los insultos de burdel, las calumnias de comadres, toda esa porquería que es la lucha de unos grupos o camarillas obreras unas con otras no la podremos curar uniéndonos o uniendo nuestro movimiento a NINGUNO de los bandos. Todos están llenos de odio anticlasista y reaccionario y la manera de matar esa "enfermedad de infancia" no es acostarse con NINGUNO de los enfermos porque nos contagiarnos, sino tratarlos a todos desde un poco lejos aplicándoles inyecciones de revolucionarismo auténtico por igual y tratando de unirlos ya curados de sus histerismos infantiles. Eso es el Frente ÚNICO antiimperialista que debemos formar, NO AL SERVICIO DE NINGUNA DE LAS FRACCIONES EXISTENTES sino al servicio de la clase trabajadora latinoamericana…..No sé si me explico. La cuestión es dar a nuestro movimiento un carácter realmente comunista, marxista, leninista SIN DECIRLO, SIN LLAMARNOS COMUNISTAS O LENINISTAS, sino procediendo como tales. Nada menos marxista o leninista que expulsar a Mella del P.C. de Cuba por ejemplo o que dar a nuestro movimiento antiimperialista una gran apariencia comunista, como manejado por 310

Revista Análisis. Nº 1. Enero-Marzo, 1977. Perugraph Editores S.A. pág. 46-

48. Revista Marka. Año VI, Nº 167, 21 de agosto de 1980, págs. 22-25. Y Revista Análisis. Nº 1. Enero-Marzo, 1977. Perugraph Editores S.A. págs. 89-93. 311

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el Workers Party de América y dando a la reacción una arma que sirve para alarmar a las masas y alejarnos de ella al presentarnos como empujados por los yanquis o los rusos….LA ÚNICA MANERA de dar a nuestro movimiento antiimperialista fuerza de masas, fuerza revolucionaria, es hacerlo típicamente latinoamericano, como el movimiento chino, como el movimiento moro si se quiere. La Única manera de darle fuerza y simpatía es no ponerle letrero anunciando que es una cosa fabricada en Moscú y pagada en Chicago. Por eso estoy luchando por la organización de la A.P.R.A. (Alianza Popular Revolucionaria Americana) que será el Frente Único de Trabajadores manuales e Intelectuales de América Latina. Su primer papel es ser un partido internacional antiimperialista de forma y hasta táctica y disciplina comunistas pero sin decirlo, sin gritar a todo el mundo como prostitutas histéricas: "Véanme, soy comunista, soy leninista y rusa!!". Eso me parece ridículo. Nuestra A.P.R.A. será el gran partido de masa antiimperialista y tratará de agitar la América Latina a una acción de aspecto nacionalista revolucionaria contra los yanquis (boicots, etc.) tratando al mismo tiempo de organizar en cada sección nacional del partido el asalto del poder. Para agitar las masas contra el imperialismo usará de todos los medios y muy en especial de la racista, basándose en el desprecio casi universal del yanqui por el indio y el negro…..Creo que al yanqui sólo se le abatiría provocando contra él una guerra sin cuartel, despertando odio en nuestras masas contra su presencia en América Latina, tratando de que se le hostilice sin piedad. Si no provocamos una guerra insurreccional antiyanqui, una rebeldía revolucionario-nacionalista en toda América Latina, el yanqui se nos vendré encima muy pronto, con su pesada aristocracia obrera y sus universales prejuicios de raza….Por lo pronto la A.P.R.A. se está organizando y creo que en Perú va bien y va justamente ganando adeptos entre las masas. Se trata ahora de darle una disciplina de hierro, militar, de verdadero "ejército rojo " —Nuestra A.P.R.A. será un gran ejército rojo o no será nada. Pero no se llamará ejército rojo porque nosotros como las mujeres y como los peces morimos por la boca. Nos ocupamos demasiado de las palabras, de las denominaciones. Eso es una característica "enfermedad infantil". Lo primero que se hace con nuestros países es ponerse nombres, anunciar que se es tal o cual cosa.

LA CARTA QUE FRED MORRIS DEARING ENVÍA AL SECRETARIO DE ESTADO DE WASHINGTON. 7 DE SEPTIEMBRE DE 1931. Hacia mediados de julio, en una recepción en la legación brasileña, Bácula estaba presente. El mismo se presentó a Mr. Starrett y le comentó que deseaba conocerme; cuando entré Mr. Starrett me lo presentó. Inmediatamente empezó a hablar de Haya de la Torre e indicó que le agradaría mucho que ambos nos conociéramos. Yo respondí que había

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tenido el placer de conocer a la mayor parte de los líderes políticos del Perú, que la embajada estaba abierta a cualquiera que decidiera hacerme el honor de venir, y que yo estaría encantado de ver al señor Haya de la Torre en cualquier momento en que él deseara venir a verme. El señor Bácula dijo que hablaría con el señor Haya de la Torre y vería si podría ser arreglada una reunión. Durante varias semanas nada ocurrió y yo supuse que el asunto no tenía un interés suficiente para el señor Haya de la Torre como para hacerlo actuar. La semana pasada, sin embargo, recibí una invitación del Sr. Bácula para una comida que tendría lugar en sus aposentos privados del Hotel Bolívar y en la que también estarían presentes uno o dos representantes latinoamericanos. El señor Bácula me informó que el señor Haya de la Torre estaría allí y que ésa era su forma de reunimos. Le pedí a Mr. Starrett visitar al señor Bácula y comunicarle que en vista de la presente situación política sería poco prudente de mi parte entrevistarme tan notoriamente con un líder político que era foco de encontrados sentimientos políticos, que una reunión en el hotel provocaría comentarios en muchos círculos y no podría ser mantenida en secreto, que de todas maneras era discutible tratar de guardarla en secreto, que una comida en sus aposentos privados no me parecía un plan bien concebido, y que si iba a haber alguna franqueza en la discusión, sería poco deseable para Haya de la Torre y para mí reunimos en presencia de otros representantes latinoamericanos que pudieran sacar conclusiones sin fundamento y conceder indebida significación a cualquier cosa que pudieran ver u oír. Expresé mi aprecio por la invitación del señor Bácula y sugerí que posiblemente el señor Haya de la Torre tenía de alguna manera los mismos escrúpulos para- venir a la Embajada que yo para ir al hotel. Dije que conocía que él estaba siendo atacado y acusado de abandonar algunos de sus principios y de entenderse con los odiados "imperialistas" y que posiblemente esto lo hacía reticente a visitar la Embajada, aunque yo preferiría muchísimo más verlo allá y le pedí que le renovara mi invitación para venir y verme ahí. El señor Haya de la Torre habló sentidamente de la necesidad de ser sincero en todo lo que tenía que hacer y dijo que consideraba su primer y más grande problema aquél de lograr en el pueblo un cierto desarrollo de su responsabilidad hacia una participación positiva en la conducción del gobierno. Desechó la idea de que era un destructor o un ultra-radical y dio la impresión de tener sincera estima por nuestro país, al que ha visitado varias veces. El señor Haya de la Torre claramente indicó que si su partido triunfara alguna vez, él esperaba la mayor comprensión y ayuda posible de parte de nuestro Gobierno y una real cooperación entre nuestros dos países; él sólo deseaba que aquello se hiciera en forma responsable, considerada y justa. Le dije que no había nada que nuestro Gobierno y pueblo desearan más que el ver al Perú

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convertirse en una nación fuerte, próspera y poderosa, y que si nosotros podíamos contribuir a un tal resultado, ello nos daría un enorme gusto. Señalé que el Perú debía ya bastante a la cooperación americana y que tal cooperación había sido, en su mayor parte, con el sincero deseo de beneficiar intereses tanto peruanos como americanos y que las lecciones de la presente depresión económica y la necesidad de proceder con previsión y mesura en toda futura cooperación no serían dejadas de lado por aquellos americanos interesados en invertir en el Perú. El señor Haya de la Torre pareció muy contento de oír esto e indicó que, en lo que a él concernía, nosotros podíamos esperar una cooperación franca y mutuamente ventajosa. En esos momentos la situación en los campos mineros de la Northern Perú Mining and Smelting Company estaba convulsa, y el señor Haya de la Torre me dijo, en parte a modo de evidencia de lo que sentía respecto a los intereses americanos, que a través de sus múltiples conexiones él había aconsejado a toda su gente del distrito de Trujillo y sus cercanías impedir toda violencia de cualquier clase y ejercer su influencia a fin de lograr un arreglo pacífico con una serena aceptación de lo inevitable (?) Me pidió sin embargo decirle a los de la Compañía (Northern) que confiaba en que ellos lograrían encontrar algún medio para no cerrar por completo la explotación, de modo que pudieran ser protegidos tantos trabajadores como fuese posible y que el comercio del distrito, Trujillo particularmente, no fuera adversamente afectado más de lo necesario. Le dije al señor Haya de la Torre que estaríamos gustoso de hacerlo y así lo hice. Sin embargo, a partir de lo que yo sé hasta este momento, puedo pensar que si llegara a ser Presidente del Perú, no tendríamos nosotros nada que temer y por el contrario podríamos esperar una excelente y benéfica administración de tendencia fuertemente liberal en la que en general se haría justicia y se daría inicio a un período de confianza y bienestar. Desde ya Haya de la Torre parece estar tratando de atraer hacia sí hombres capaces que puedan ayudarlo, y durante los líos de los últimos días brindó su influencia y apoyo a la Junta en favor del orden y de elecciones. Estuvimos de acuerdo en nuestra reunión que el Perú no podía dar al mundo mejor ejemplo en estos tiempos que teniendo elecciones limpias y eligiendo por Presidente un hombre a quien todos los peruanos pudieran comprometer su lealtad y esfuerzo.

Los años 50, 60 y 70 transcurren desde la “Convivencia” con Prado, la alianza con la UNO (Unión Nacional Odriísta), la lucha contra las guerrillas de Luís de la Puente Uceda y su alianza con Francisco Morales Bermúdez (representante de la segunda etapa de la Revolución de la FF.AA. en el Perú). En los 80’ vemos las luchas intestinas entre las facciones dentro del PAP y el primer gobierno de Alan García Pérez,

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quien plantearía en el discurso al Congreso de la República del 28 de julio de 1986, a un año de su gobierno: 







El Estado como dirigente dentro de la tarea de desarrollo socioeconómico, con una “economía de resistencia” que implica tomar las reservas como recurso estratégico y la sólida alianza con el capital productivo; y político, que asume posiciones de transformación, con apoyo de los elementos organizados de la población. En lo social, se reconoce la estructura social dividida en grandes grupos de poder económico, los empresarios y clases medias (considerados como uno solo); campesinado y una tímida mención, casi inexistente, de los obreros, siendo ubicados en la clase media; sin hacer mención a los más pobres. Con respecto a la democracia, se hace referencia al aspecto formal y restringido de la misma, apelando a la realización de las elecciones y a la democracia económica, por lo que se vive un carácter incompleto. Con respecto al conflicto interno, plantea que caerá todo el peso de la ley sobre quienes violen los derechos elementales, aplicando un enfrentamiento represivo, e incrementar progresivamente los recursos financieros otorgados a las instituciones estatales de las zonas más comprometidas.

Para los años 80’ el PAP es un conjunto de variedad de posiciones, que se ha entretegido con las estructuras tradicionales del poder; porque si en algún momento hizo quitar el toldo de los “notables” para que tanto los campesinos como los del partido sufrieran por igual la inclemencia del sol serrano en una presentación pública de Alan garcía, sólo fue para brindar un ambiente de horizontalidad a las personas a las que se dirigía. Pero, ¿cómo vemos al PAP actualmente en los diversos aspectos de la realidad? Para eso vamos a describirlo en cada uno de ellos. Por lo tanto, con respecto a lo que considera como democrático, durante su primer gobierno Alan garcía decía: “El gobierno del Perú mantendrá invariable su defensa de la soberanía continental amenazada por el intervencionismo imperialista en Centroamérica y apoyará sin reservas ni subterfugios la causa revolucionaria

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del pueblo de Nicaragua. El gobierno del Perú hará de la crisis un instrumento de conciencia social y una palanca para la democracia. El gobierno del Perú mantendrá como objetivo una revolución democrática que nos permita construir una sociedad de libertad, de igualdad y de solidaridad…Cuando el pueblo vota por la justicia y el nacionalismo, vota también porque se respete su decisión….[con respecto al develamiento de la toma de los penales]…..Pero se ha rescatado un principio que es fundamental, la autoridad. No es la fuerza bruta de una dictadura ni de una tiranía. Es la autoridad y la fuerza moral del pueblo. Es la autoridad y la fuerza inflexible de la ley porque el gobierno debe ser firme y severo para hacer respetar al pueblo, porque sólo con esa autoridad popular emanada del sufragio construiremos un Estado Nacionalista y Democrático que abra las puertas a la sociedad de los hombres libres en la que no haya ni explotación, ni odio, ni injusticia y para eso la democracia del pueblo si defenderá con firmeza de sus enemigos de la derecha, pero también del totalitarismo y del crimen312”. En la actualidad, el gobierno alanista-aprista la entiende como el acto del libre tránsito, del diálogo, de “la conciliación de clases” (a lo fascista), de la participación electoral (con respecto a lo que se ha venido a llamar la democracia representativa, a lo acciopopulista de inicios de los años 80’), de la paz, de la unidad nacional (al expresar que “el Perú es uno solo”) y la lucha por el futuro (por medio de la sumisión frente a la política privatista que nos desprende de los mejores bienes de explotación que deberían quedarse en el país). Por otro lado, nada hace ver la necesidad de la participación de las clases populares en el poder, salvo el remedo de los “núcleos ejecutores” con Arana, ni la participación de los trabajadores en una mejor distribución de los ingresos en beneficio de ellos. Más bien se ha planteado el aumento de una política represiva que acalle las protestas justas de la población y que éstas van acorde con los derechos constitucionales para no decir que se plantea algo distinto a los concebido o establecido. En lo político, es una organización de derecha que se hace pasar como de “Centro de Izquierda” o “Izquierda Democrática”, oponiéndose Discurso del Presidente del Perú Alan García Pérez en la inauguración del XVII Congreso de La Internacional Socialista. “Democracia y Socialismo”. Lima, 20 de junio de 1986. pág. 5-8.

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a todo acto de protesta, impulsando la penalización de la protesta y etiquetando a toda aquella persona que quiera hacer uso de su derecho según Título I, Capítulo I, artículo 2º inciso 4, de la Constitución de 1993, en la que se indica: Toda persona tiene derecho “a las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de comunicación social, sin previa autorización ni censura ni impedimento algunos, bajo las responsabilidades de ley”. Por otro lado, en el inciso 17 se señala: Toda persona tiene derecho “a participar, en forma individual o asociada, en la vida política, económica, social y cultural de la nación. Los ciudadanos tienen, conforme a ley, los derechos de elección, de remoción o revocación de autoridades, de iniciativa legislativa y de referéndum”. Además, en la Declaración Universal de los derechos Humanos, en el artículo 20, dice: “Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas”. En las actuales condiciones, el gobierno alanista -no podemos hablar de APRA o de PAP totalmente por que desde su división y debacle después del fallecimiento de Víctor Raúl Haya de la Torre a fines de la década del 70’, dejó de existir como tal y asumió aspectos de grupo- ha planteado una formula entre “buenos” y “malos”: “Buenos”= Demócratas, desideologizados, pasivos, dependientes, oportunistas, arribistas, “trabajadores”, los que “usan la fuerza para defenderse”, etc. “Malos”= Comunistas, terroristas, violentistas, los “ociosos”, los “perros del hortelano”, los concientes de su realidad, los libre pensantes los reflexivos, etc. Si hacemos un poco de historia, recordemos que ésta práctica es producto de toda una política fomentada por los sectores que ostentan el poder (Ver Anexo 1). De esta forma, se trata de explicar cada acción de protesta planteada por algunas organizaciones sociales del país. Por ejemplo en el diario “La Tribuna” se decía: “Apoyo y respaldo al Gobierno Democrático del Perú. Advertimos Nuevo Fracaso de la CGTP Comunista”313; aunque tengamos presente que el anticomunismo es de fines del siglo XIX y se observa con frecuencia durante el siglo XX. En un trabajo anterior se plantea la actitud pragmática del PAP de los años 30’

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“La Tribuna” del 10 de junio del 2008, página 13.

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frente al uso y deformación de los principios marxistas-leninistas (Ver Anexo 2). Con lo que respecta a lo económico, vemos la justificación de la actitud del gobierno en los 3 artículos de Alan García que presentó en el diario “El Comercio”, titulados “El Síndrome del Perro del Hortelano, Receta para acabar con el Perro del Hortelano y el Perro del Hortelano contra el Pobre”. En el primer artículo, nos dice: “El reclamo por la titulación de la vivienda es muy grande. Cada peruano sabe que con una propiedad legalizada, vendible, hipotecable o transmisible por herencia puede mejorar su situación. Pero el Perú como conjunto tiene el mismo problema y no lo sabe. Muchos de sus bienes no se pueden poner en valor, ni vender, ni se puede invertir en ellos, ni generar empleos con ellos. Hay millones de hectáreas para madera que están ociosas, otros millones de hectáreas que las comunidades y asociaciones no han cultivado ni cultivarán, además cientos de depósitos minerales que no se pueden trabajar y millones de hectáreas de mar a los que no entran jamás la maricultura ni la producción. Los ríos que bajan a uno y otro lado de la cordillera son una fortuna que se va al mar sin producir energía eléctrica. Hay, además, millones de trabajadores que no existen, aunque hagan labores, pues su trabajo no les sirve para tener seguro social o una pensión más adelante, porque no aportan multiplicando el ahorro nacional. Así pues, hay muchos recursos sin uso que no son transables, que no reciben inversión y que no generan trabajo. Y todo ello por el tabú de ideologías superadas, por ociosidad, por indolencia o por la ley del perro del hortelano que reza: “Sino lo hago yo que no lo haga nadie”. El primer recurso es la Amazonia. Tiene 63 millones de hectáreas y lluvia abundante. En ella, se puede hacer forestación maderera especialmente en los 8 millones de hectáreas destruidas, pero para eso se necesita propiedad, es decir un terreno seguro sobre 5.000,10.000 o 20.000 hectáreas, pues en menos terreno no hay inversión formal de largo plazo y de alta tecnología. Un segundo tema demuestra lo mismo, es la tierra. Para que haya inversión se necesita propiedad segura, pero hemos caído en el engaño de entregar pequeños lotes de terreno a familias pobres que no tienen un centavo para invertir, entonces aparte de la tierra, deberán pedirle al Estado para fertilizantes, semillas, tecnología de riego y además precios protegidos. Este modelo minifundista

y sin tecnología es un círculo vicioso de miseria, debemos impulsar la mediana propiedad, la clase media de la agricultura que sabe conseguir recursos, buscar mercados y puede crear trabajo formal. El tercer tema es el de los recursos mineros en los que el Perú tiene la riqueza más grande del mundo, no solo por la cantidad sino también por la variedad de recursos mineros, o que permite que si un producto baja de precio, se compense con otros productos. Sin embargo, apenas la décima parte de esos recursos está en proceso de explotación, porque aquí todavía discutimos si la técnica minera destruye el medio ambiente, lo que es un tema del siglo pasado, claro que antes lo destruía y los problemas ambientales de hoy son básicamente por las minas de ayer, pero en la actualidad las minas conviven con las ciudades sin que existan problemas y en todo caso eso depende de lo estricto que sea el Estado en la exigencia tecnológica a las empresas mineras y en negociar mayor participación económica y laboral para los departamentos donde estén las minas. Un cuarto tema es el del mar: Japón tiene menos riqueza pesquera pero come cinco veces más pescado por año y por habitante que el Perú, porque ha desarrollado su maricultura. Pero aquí, cada vez que se quiere otorgar un lote de mar para que un inversionista ponga sus jaulas de crianza artificial, aumente la producción y cree trabajo, reaccionan los pescadores artesanales de la caleta cercana, que ven nacer una competencia más moderna y dicen que se está bloqueando su derecho al libre paso, que se contamina el mar y o otros invocan lo sagrado del Mar de Grau, en vez de aceptar esta nueva actividad que podría generar cientos de miles de empleos314”. En éste primer artículo García alaba y trata de “vender” la necesidad de fomentar las prácticas privatistas con respecto al proceso de producción de nuestra economía; pero cabe preguntarnos: ¿Por qué no plantear el aprovechamiento de los recursos por nosotros mismos? ¿Qué es lo que encubre entre líneas sus propuestas? Es cierto que somos un país muy rico en recursos minerales y otros más, pero insistir en a venta de nuestros medios de producción conlleva al afianzamiento de la dependencia económica hacia los inversionista y no fomenta una autonomía productiva. García hace referencia a que todo aquel que se opone a sus planteamientos es defensor de ideologías desfasadas, pero 314

El Comercio. 28 de octubre del 2007. pág. a4.

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de dónde saca el bagaje intelectual para sustentar y defender sus ideas, surgió de la nada o es que adquiere y reformula lo ya planteado hace más de 100 años. Indica que la cuestión esencial es lo referente a la ley del perro del hortelano, pero que de incorrecto hay en que los recursos sean aprovechados por sus propios habitantes, por que Japón, Holanda, Canadá, China y otros países más lo hacen. Por ello, las falacias con que trata de argumentar su propuesta ya han sido rechazadas por la población y lo que hace en sí es implantar por medio de manipuleos políticos sus intereses. En un según artículo plantea:

6. Dar al trabajo un nuevo valor de ahorro. Hay millones de peruanos que no tienen jubilación ni seguro social ni vacaciones ni jornada de ocho horas. Resulta así que su trabajo no tiene valor futurible. Trabajan en pequeñas y microempresas y los dirigentes sindicales de la gran empresa y del Estado no los defienden sino que se defienden a sí mismos. Es absurdo. Al poner como condicional “el todo o nada”, exigiendo a la microempresa costos que solo la mediana y gran empresa pueden pagar… Lo inteligente es conciliar el avance de los derechos con la realidad del pequeño empresario, que no es un gran capitalista sino un trabajador que ha creado trabajo. Por eso, defenderé ante el Congreso el Proyecto de Acceso Progresivo a los Derechos Laborales315”. En este segundo artículo, ya se estructura la característica principista y legal para afianzar las prácticas que actualmente el Capitalismo desea, entorno, principalmente a su lucha por los recursos naturales, con un matiz de preocupación por lo trabajadores y su llamado a la comprensión de la explotación y del estímulo de “la acumulación de capital” que no hace ver García.

“Hoy todos reconocen que hay dinero privado y público para invertir, que existe un mercado internacional creciente y que se puede incorporar las áreas ociosas ala producción, creando más trabajo con derechos sociales y garantizando el medio ambiente. Añadiré una reflexión. Cada uno de nosotros sufre algo de lo que he llamado “síndrome del perro del hortelano”. Muchas veces el Estado, las instituciones y las personas padecen de “patrimonialismo”. Es decir, de la voluntad de no ceder ningún espacio y reservar para sí, para el ministerio o para la empresa, todas las funciones, los trámites y las decisiones. Ocurre también cuando un grupo que captura el poder, una región o un municipio, decide gobernar solo y bloquea el aporte técnico y profesional de muchos otros ciudadanos. En este caso, el perro del hortelano dice: “Si no lo hago yo, nadie debe hacerlo”, y concluye: “Solo puede hacerlo la gente de mi propio equipo”. Permítanme enumerar algunos síntomas del mal y unas propuestas de solución: 1. Quitar al Estado la obsesión del control total. Ocurre que no se abre una ventana, no se arregla una vereda, ni se pone una torre de telefonía celular sin que el Estado central, regional o municipal lo apruebe. 2. Estimular al empleado público que preste el mejor servicio. 3. Liberar los bienes que el Estado no usa ni trabaja. El Estado, en sus niveles central, regional o municipal, debe ceder los espacios necesarios para la inversión. 4. Abrir a la producción y al trabajo las áreas sin uso que tiene el país. Esto exige una gran reflexión de los ciudadanos para dejar atrás los prejuicios ideológicos. 5. Nuevos procedimientos para fomentar la inversión.

Por último, en un tercer artículo nos llama a reflexionar sobre: Las imágenes de tina turista alemana, desesperada por el bloqueo de las carreteras, gritando que nunca volverá y que pedirá a todos los alemanes no venir al Cusco, nos conducen otra vez a la profundidad psicológica del perro del hortelano que existe en muchos de nosotros. El perro del hortelano no sale de su pobreza intelectual ni quiere que los peruanos salgan de la pobreza material y educativa. Además, sostiene que sólo los radicales y extremista pueden luchar contra la pobreza porque ellos tienen el monopolio del corazón social. I. El perro del hortelano ya perdió la lucha que sostuvo contra la economía moderna: Su letanía fue que todo capital es un robo del trabajo ajeno y que la inversión siempre es explotación y dominación. Era fanáticamente estatista, pero nunca pudo explicar de dónde saldrían los recursos para asegurar el crecimiento y el empleo. Ahora la revolución tecnológica en la informática y las comunicaciones ha impul315

El Comercio. 25 de noviembre. Pág. a6.

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sado el enorme crecimiento del comercio y la economía mundiales y por un largo período el Perú se ha beneficiado por esa expansión. II. Dice: “El Gobierno nada para reducir la pobreza”: Pero en este tema, igual que antes, niega la realidad que ve, porque si se suman los gastos que el Estado actualmente hace a favor de los pobres, se obtiene las siguientes cantidades ejecutadas daño 2007. 1. Programa Juntos: S/.497 millones para 373.000 hogares, con un total de 1'9 34 000 beneficiados. 2. Pronaa: distribución de alimentos por S/.595 miñones para 1’222.600 familias, con un total de 6’113.000 beneficiados. 3. Programa de lucha contra el analfabetismo: que ya alfabetizó a 660.000 peruanos, comenzando por Huancavelica y Ayacucho, con un total de S/.88 millones ejecutados en 718 distritos. 4. Agua para Todos (Pronasar): S/.654 millones en 404 obras en lima y provincias para un total de 2’500.000 beneficiarios en 288 distritos. 5. Electrificación rural por un total de S/. 262 millones en 310 obras, de las cuales ya se concluyeron 62, con 44.000 conexiones domiciliarias, beneficiando a 220.000 habitantes. 6. Vaso de Leche que, aunque es un programa municipal, es financiado directamente por el Estado por un total de S/.352 millones para 5'000.000 de niños beneficiados. 7. Provías Descentralizado, con un monto total de S/.108 millones para rehabilitar y dar mantenimiento a 390 Km. de caminos vecinales, mejorar 233 Km. de caminos departamentales y la conclusión de los puentes Socabaya, en Arequipa; Coporaque, en Cusco; Carrasquíllo, en Piura y Franco, en Tumbes. 8. Pronamachcs con S/.129 millones en proyectos de infraestructura agraria para un total de 687.000 beneficiarios, destacando en este año la ejecución de 7.275 cobertizos para ganado que permitirán a los ganaderos y alpaqueros evitar la mortandad de sus animales. 9. El Seguro Integral de Salud (SIS), que ha incorporado a 6’983.000 peruanos en los últimos l8 meses, con un presupuesto de S/320 millones en atenciones y medicinas, que es 17% superior al presupuesto del ano 2005. 10. Programa de Internet y Servicio de Banda Ancha Rural para 7.000 localidades, la mayor parte de ellas situadas en los 811

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distritos más pobres del país y que permitirá la comunicación y comercialización de bienes. 11. Construyendo Perú, con un presupuesto de S/. 202 millones, dio trabajo temporal a 214.000 personas en períodos de 4meses, brindando capacitación a 30.000 de ellas. 12. Cofopri, que con una inversión de S/.7l millones ha entregado ya un total de 250.000 títulos urbanos y rurales. Todo esto hace un total de S/. 3.278 millones para el año 2007 sólo en estas acciones directas para los más pobres. Y en el año 2008 esta cifra alcanzará a S/.4.500 millones. III. El perro del hortelano acepta: “Hay programas contra la pobreza: Pero dice: “No están debidamente articulados”: Tiene que objetar porque para él opinar significa oponerse y, a fin de cuentas, la culpa siempre es de los demás, jamás de él. IV. No sale de su pobreza intelectual y quiere impedir que otros salgan de su pobreza material y educativa: Escribe y opina repitiendo su letanía, desalentando, empujando a los extremistas a protestar por todo y contra todo, pero jamás llega a movilizar entre bloqueos y marchas a más de 10.000 activistas agresivos y callejeros. Usa esa tropa, arrastrándola con premeditado engaño: “Se van a privatizar los colegios”, “Se va a vender Machu Picchu”, “Se va a chilenizar la selva”, “Se va a recortar los derechos laborales”, etc. Y como nuestra educación de precarios contenidos y mala calidad no enseña a comprender, ni a razonar críticamente, aún tiene algunos crédulos que lo escuchan. Por eso no acepta una verdadera revolución educativa. Siempre hay que oponerse para que quien se cree tuerto sea rey en el país que quiere mantener en la ceguera. Ahora que la batalla ya no es económica porque el mundo aplastó en ese tema al perro del hortelano, este se presenta como antiminero pluriculturalista y patriotero. Dice: “Que los terrenos eriazos se queden como están, que la riqueza forestal de la Amazonía no se aproveche, que no se construyan hoteles cerca de los monumentos arqueológicos”. Error o ignorancia. El perro del hortelano tiene una visión parroquial y acomplejada. Para él todo es estratégico: los puertos, los terrenos desforestados, los aeropuertos como antes decía que eran estratégicos y estatales el arroz (Ecasa), la sal (Emsal), la leche (Enci), el tabaco (Enaco), las comunicaciones (Compañía Peruana de Teléfonos), todas las

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minas, el cemento, el pescado, la televisión y las radios, etc. Por ese razonamiento nunca hubo inversión y perdimos la carrera ante nuestro rival económico del Pacífico…momentáneamente. Lo único que podemos apreciar, por medio de la presentación de los artículos de Alan García, es simplemente la búsqueda de justificar la existencia de la aplicación de un conjunto de decretos y leyes correspondientes a satisfacer las necesidades legales, dentro de un nuevo contexto histórico, de luchas y resistencia social, para poder explotar las grandes reservas de recursos naturales con las que cuenta el país. En tal sentido, divide a la población entre “aquellos que buscan el desarrollo y progreso del país” contra “aquellos que mantienen ideologías superadas y retardatarias, socialistas, desfasados, pro trabajadores, etc.”; con ello estaría negando su lema de que “El Perú es uno solo”. Además, durante las 3 fechas se esforzó por negar la participación del Estado en la nueva configuración del aparto productivo, pero cuando hace referencia a la actividad minera y petrolera presenta al Estado como aquel ente que debe de regular de manera correcta y justa la aplicación de la explotación de los recursos para evitar el daño ambiental, en el que el Estado se convierte en un aparato regulador de la inversión privada, planteamientos que vienen de la década del 70’ y por lo tanto quién estaría aplicando y rescatando métodos del pasado. Por ello, la inconsistencia de sus planteamientos radica en que no son nuevos sino que se aprovecha de un mal de la población peruana: su ignorancia y su falta de conciencia histórica. Por otro lado, con respecto al socialismo, que está tanto en boga actualmente, y su relación con la economía Alan García antes decía: “La justicia y la libertad son los objetivos comunes del progreso social a lo largo de la historia; pero somos conscientes que desde el Siglo XIX y debido fundamentalmente a la inmortal concepción de Carlos Marx los objetivos revolucionarios sé identifican con la concepción socialista y también porque el Socialismo como palabra tiene una raíz y una semántica que dieron enorme atractivo a la doctrina. Socialismo significaba vocación colectiva por superar el egoísmo individualista. Socialismo significaba superar el provecho personal por la satisfacción de las necesidades humanas. Socialismo significaba dignidad, bienestar y gestión de todos. El nombre mismo de la doctrina y su raíz en la palabra social la hizo bandera fundamental de multitudes que sintieron su llamado sin entender, tal vez, la complejidad de sus conceptos.

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Así desde el Siglo XIX, revolución se identificó con socialismo. Fueron múltiples las acepciones y doctrinas, los modelos y las figuras protagónicas, pero el Socialismo como término mágico unificó casi todas las concepciones por la justicia. Por eso, de todos los significados del Socialismo, se levantó triunfadora la doctrina marxista del Socialismo Científico porque se presentó con la fuerza de una estructura racional metodológica y porque, en su interpretación más difundida, proclamó que el sistema socialista era el futuro inevitable que aguardaba a la humanidad 316”. Además, cuando hace referencia del Imperialismo, tomando los planteamiento de V.R. Haya de la Torre indica: “Por eso definió a la América Latina y su historia como una zona de expansión e influencia del capitalismo mundial y señaló como primer propósito revolucionario la construcción de un Estado antiimperialista que, rescatando la soberanía histórica, representara a los grupos sociales oprimidos para construir establemente la nación. El análisis del imperialismo ya había sido anteriormente hecho, pero, desde Europa y como fenómeno expansivo. El mérito do Haya de la Torre es haberlo descrito desde el espacio-tiempo de una zona a la que el imperialismo llega y haber propuesto ante él la construcción de un Estado nacional antiimperialista. Porque de esta manera se enriquecía la teoría de la política dentro del mismo socialismo. Por ello hoy, sesenta años después, cuando los socialistas del mundo cantan como hace un siglo arriba los pobres del mundo, deben saber que los pobres ya no están en los países más desarrollados, deben saber que los pobres están en los pueblos del Tercer Mundo amenazados por el colonialismo económico y deben comprender que el antiimperialismo es una bandera coincidente con los ideales socialistas en cuyo nombre se canta la Internacional317”. Y concluye indicando: “El gobierno del Perú es un gobierno que lucha por sus ideales y principios, es un gobierno compañero de sus aspiraciones. Muchos han creído, a la manera europea,' que el socialismo sólo es posible como distribución de abundancia, y que la democracia es la solución inmediata Discurso del Presidente del Perú Alan García Pérez en la inauguración del XVII Congreso de La Internacional Socialista. “Democracia y Socialismo”. Lima, 20 de junio de 1986. pág. 8-10. 317 Ob.Cit. pág.12-13. 316

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de los más graves problemas históricos. Están tremendamente equivocados. En nuestros pueblos pobres la justicia es construcción paciente, (requiere tiempo, esfuerzo, sacrificio. Caer en la desilusión o la impaciencia significa no tener la fuerza y la constancia del socialismo. Hoy el Perú, 11 meses después de iniciado el gobierno aprista, vive todavía bajo el imperio de la más grave crisis de su historia. Los precios internacionales de nuestros productos siguen bajando. Sólo por ello recibiremos 500 millones de dólares menos que el año pasado por nuestras exportaciones. El peso de la deuda externa se hace cada vez mayor en la economía del país, y la inflación desatada por anteriores gobiernos ha sido disminuida pero no detenida para impaciencia de quienes no entienden el Perú como un deber…… Pero el nacionalismo que enarbolamos como principio de justicia debe ser continental. Siglo y medio de existencia independiente comprueba que los caminos nacionales aislados están agotados… Para nosotros la democracia es la reestructuración de la riqueza y la propiedad, es la reconstrucción del Estado, es la democratización de sus servicios y la posibilidad de que participen en sus instituciones todos los grupos sociales. Por eso, nuestros esfuerzos por satisfacer las necesidades elementales de una población marginada que reclama agua, electricidad y trabajo. Por eso, nuestro esfuerzo por rescatar del olvido al Perú Andino y del viejo imperio cuya huella pervive en la comunidad campesina y de cuyo trabajo solidario queremos tomar el ejemplo para una nueva democracia 318”. En contraposición, a todo lo señalado, el gobierno actual ha expresado: “El presidente peruano, Alan García, lanzó sus dardos en contra del denominado “Socialismo del siglo XXI”, modelo económico que es impulsado por el gobierno del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías. Durante una reunión con un grupo de empresarios españoles, García aseguró que este tipo de socialismo “no conduce sino al hambre, al desempleo y al retraso

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tecnológico”. Sin mencionar directamente a Chávez, el jefe de Estado peruano consignó que su país “es visto por otras naciones que pretenden imponer su modelo de Socialismo del Siglo XXI a fin de expandir dicha opción en Sudamérica”. No obstante, García afirmó que su país “resistirá esas pretensiones apostando por la democracia, la descentralización, el libre mercado, la inversión, la libertad económica, la responsabilidad fiscal y el respeto a los derechos humanos”. “El pueblo peruano tiene claras las cosas: simpatías o antipatías aparte, tiene claras las cosas de por dónde es el camino y hacia ahí va a continuar”, afirmó García, en presencia de los integrantes de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales319”. Por todo lo expuesto, trata de justificar la inversión privada y la venta de “las últimas prendas del país”, en vez de que el mismo gobierno impulse su aprovechamiento apoyando a “cierto sector dirigente” de la economía peruana por lo que se ve que no existe ninguna situación nacional sino que para el capital no hay nación, y de esa forma adjetivizar a todos aquellos que están en contra de él; y por otro lado plantear cosa distinta a lo que en un momento de la historia defendió. Con respecto a lo social, no da ningún carácter estructural de clase, plantea la idea de “El Perú es uno solo” y que no puede ser dividido, más de lo que ya esta, para el tercer año de gobierno se habla de “pueblo” y su relación con los “núcleos ejecutores”, por que trata de acercarse a ciertos sectores partidarios pauperizados con el fin de realizarse un “baño de popularidad”, poniendo al otro lado de la orilla a todo aquello que “quieren hacerle daño” al país y al “progreso-desarrollo” y que todo aquel que se oponga a ello es un “rojo” decimonónico que no ha “evolucionado” y desfasado. La práctica que emprende el gobierno es el “cooperativismo fascista” y lo que muchos investigadores sociales conocen como “conciliación de clases”, que producto del análisis y la observación se podría deducir (Ver Anexo 3). Con respecto a los grupos residuales alzados en armas, la acción del Estado, el cual representa Alan García, a respondido con una ofensiva militar que hasta el momento, según varios estudiosos, no ha cumplido sus objetivos, por lo mal de su aplicación y la falta de un análisis coherente que responda a las causas mismas de la situación que se le está yendo de las manos al gobierno. http://www.librered.net/wordpress/?p=7500. Alan García afirma que socialismo del siglo XXI conduce al hambre. Martes, Septiembre 15, 2009. 17:38. 319

318

Ob.Cit. pág.16-20.

215

Por otro lado, así como en su primer gobierno, ésta no es la excepción, la corrupción campea incesantemente debido a que hay varios sectores de la clase media alta que tratan de que les llegue parte del “Gran Pastel” que representa la firma de los tratados de privatización dentro del proceso económico del país; y lo que no se llega a entender o no se quiere decir es que es en esencia una práctica necesario de estos sectores para poder enriquecerse, acumular capital, porque sino expliquémonos el cómo hacen fortuna en tan poco tiempo pasando a una mejor situación económica con poco esfuerzo. Podemos concluir indicando que el PAP actual se diferencia totalmente de sus inicios en lo que respecta a la visión externa que la población tenía de él, aunque la puesta a luz y el rescate de nuevas fuentes de investigación que han tratado de explicar sus orígenes nos demuestran de que en lo esencial no se diferencian en tanto; lo que sucede es que se han ido desarrollando acciones de reacomodo para llegar al poder dentro de un proceso en que se vinculan diversas constantes históricas, unas siendo dejadas de lado y otras evolucionando y a la vez apareciendo “nuevas” que se desvinculan de sus inicios. Como es el trato que se le daba al capital extranjero, la inversión privada, la importancia de los sectores trabajadores, el papel del campesinado en todo el proceso histórico y su relación con el poder, el significado de la democracia y su relación con el socialismo.

217

218

ANEXO 1

Actitud del gobierno alanista, en la ciudad de Huaraz, frente al Paro Nacional convocado para el 8 y 9 de julio del 2008

Todo aquel que protesta se merece llamar “violentista y terrorista” según el gobierno.

ANEXO 2

Propaganda difundida por la ciudad de Lima desde el 2008 frente a las convocatorias de Paros Nacionales.

Tres aspectos de una realidad. Acciones y respuestas frente a la convocatoria de la Jornada de Protesta del 8 de julio del 2009.

219

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ANEXO 3

La ironía histórica entre el pasado y el presente, que nos ayude a tomar conciencia de las manipulaciones existentes en la realidad.

Dos caras de una misma moneda: El Perú. Los sectores populares que luchan por mejores condiciones de vida mas no por cambiar el sistema sino reformarlo; y el Gobierno que trata de dar una visión de unidad donde no la existe que por otro lado se hace oídos sordos y se aplica la violencia a la que tanto se le lucha.

221

Los acontecimientos de Bagua fue el punto cumbre que demostró cuán fracturado se encuentra el país y cuáles son los verdaderos intereses de los grupos dominantesintermediarios.

224 Illapa Nº 7, julio 2010, pp. 223-232 / ISSN 2077-8651

Breves apuntes sobre “Kloaka”, un movimiento cultural en Lima en los inicios de 1980.

movida alterna y cultural que se empezó a gestar en los 80 y que continúa en la actualidad, dicho movimiento lo integró una novel generación de poetas, literatos, intelectuales sanmarquinos, y que representó: “….uno de los pilares del inicial rock subterráneo, ya que fue una de las primera tribunas que le dieron a los primeros grupos denominados proto-subtes, tales como Kola Rock, Del Pueblo, Durazno Sangrado, Leusemia, etc. Además las ideologías del movimiento “Kloaka" fueron tomadas, posteriormente, como una de las principales ideologías dentro del movimiento subterráneo.” 323

PALIZA320

FRANK DAVID HUAMANÍ Universidad Nacional Mayor de San Marcos-INC [email protected]

Una 'Costra' va, orinando en un rincón, 'macho cabrío', vomita en un balcón, y las ratas van, visitando a la kloaka, ke luce hoy algo en sombras, pero siempre al borde, De una subversiva cantata u oda De una poesia, un verso un nada De una subversiva tendencia a mirar De una letania (A la Kloaka - Daniel F – Patíbulo de Langostas - 1990)321 Lado B322 En este artículo daremos algunos alcances sobre uno de los movimientos culturales mas genuinos e importantes de nuestro historia contemporanea, el movimiento “Kloaka” que fue uno de los pilares de la Historiador titulado en la UNMSM, Licenciado en Educación por esa misma universidad, viene estudiando la maestría de Gestión Cultural, Patrimonio y Turismo en la USMP, actualmente es investigador de la Dirección de Estudios sobre Paisaje Cultural del INC, se encuentra investigando temas sobre patrimonio, educación y cultura. Además es codirector de Illapa, Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales. 321 Extraído de la revista fanzine “Kursiles Romanzas” de Daniel F donde incluye sus 10 maquetas: Kursiles Romanzas, Kursiles Sobrantes, Patíbulo de Langostas, Generatriz del acero pasional, Tanke Diatriba, El Método de la anti-critica estructuralista dual contra los espejos de la fundamentalidad cuántica, Leusemia los 12 primeros meses (volumen 1), Leusemia los 12 primeros meses (volumen 2), Unidad Vecinal N° 3, Ecce Homo. 322 Agradecimientos a mis padres, hermanas, sobrinas y mí cuñado Galo Soriano. A mis amigos de la UNMSM, UNE y USMP, a Daniel Morán y Carolina Murga por su amistad, a mis amigos de la Dirección de Estudios sobre Paisaje Cultural del INC. 320

Por ello que consideramos esencial conocer este movimiento cultural para comprender los diversos movimientos culturales que se dieron en los 80 (en especial el movimiento subterraneo y urbanoliterario). Pero primero daremos una pequeña descripción del contexto social, político y cultural donde se gestó dicho movimiento. Los 80 empezó con aires de democracia, debido a la reciente Constitución de 1979 y la posterior victoria de Belaunde, en dicho ámbito político existían 3 partidos fuertes: Acción Popular, Partido Aprista Peruano e Izquierda Unida. Acción popular empezó a gobernar a inicios de los 80, pero dicho gobierno estuvo plagado de una fuerte crisis económica y social que desencadeno en un casi “desgobierno” que se vio agravada por el inicio de las acciones terroristas de “Sendero Luminoso” en el interior del país, todo ello desencadenó una serie de agudas protestas desde diversos sectores sociales, y generó el auge del sector izquierda de los partidos que por ese entonces se agruparon en “Izquierda Unida”, y que ganaron las elecciones municipales con su representante Alfonso Barrantes, pero tuvieron un revés en las elecciones de 1985 y su posterior cisma que nunca se volvieron a recuperar y unificar en un único frente de izquierda. El APRA empezó los 80 con una grave crisis debido a la muerte de su líder Víctor Raúl Haya de la Torre, esto produjo disputas internas que mellaron en las votaciones de las elecciones de 1980, sin embargo, con Alan García, el partido tuvo una nueva imagen y logró ganar las elecciones de 1985 con

Véase “El rock a través de la prensa oficial y la prensa subterránea en la sociedad limeña (1982 - 1985” en Illapa N° 1 Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Diciembre del 2007, Pág. 124. 323

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un abrumador 53% de votos válidos324, pero la crisis se agudizó, y la guerra interna contra sendero cobró tintes nacionales y se produjo una crisis estructural de la economía y de la sociedad en general. Podemos apreciar que los partidos tradicionales coparon el poder en los años que hemos abarcado (1982-1985) y tuvieron en común las crisis que atravesaron en diversos contextos, además de las malas políticas aplicadas. Es por ello que los jóvenes se desencantan de la política y del orden establecido, prueba de ello es que en esta época cuando se gestaría -según Martín Tanaka- “el colapso de los sistemas de partidos”325, es decir, los partidos en esta etapa afrontaron la mayor crisis política y social en toda la historia Republicana del país. La década de 1980 representó también un cambio en el aspecto social, ya que el regreso de la democracia trajo consigo el restablecimiento de los partidos del sistema, pero no lograron encaminar adecuadamente los intereses de las masas. Se observa que la informalidad y la ilegalidad se hicieron un aspecto cotidiano en la vida civil, además se nota la ausencia de paradigmas en los jóvenes limeños. Estos últimos ya no se identifican con los códigos civiles, por lo que ven sus sueños y anhelos cada vez más lejos debido a la crisis y los diversos acontecimientos que le ocurrían cotidianamente. Matos Mar señala este proceso en su libro “Desborde Popular” 326 donde menciona que las clases populares al ver la crisis y fracasó de la sociedad legal; recurren a estrategias propias de sobrevivencia fuera de la legalidad y del código civil. En consecuencia, los jóvenes buscaron asociaciones, nuevos códigos y patrones de conducta para tener un espacio de identidades común y formar grupos con los mismos intereses. Uno de esos grupos serían el movimiento “Kloaka” que lo explicaremos más adelante. Además esta década significó en Lima nuevos patrones de conducta, los jóvenes se apropiaron de la sociedad, sus principales paradigmas se cayeron en los 70 con el gobierno militar327, y estos no tenían ejemplos el cual seguir. En el mundo se dio el boom del punk a Véase Martín Tanaka en su libro “Los espejismos de la democracia. El colapso de los sistemas de partidos en el Perú”. I.E.P. 1era Edición, 1998, Lima-Perú. 325 Loc. Cit. Pág 109 y 164. 326 Véase José Matos Mar en “Desborde Popular y crisis del estado: Veinte años después”, Fondo Editorial del Congreso, 2004, Lima-Perú, Pág. 92. 327 Véase “El rock a través de la prensa oficial y la prensa subterránea en la sociedad limeña (1982 – 1985)”, en Illapa N° 1 Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Diciembre del 2007, Pág. 117.

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mediados de los 70 y dicha corriente llegó al Perú a inicios de los 80, y difundió la ideología contestataria y rebeldes de combinar la creación con la actitud, asimismo las importantes consecuencias del fenómeno migratorio dado en los años anteriores, dio como consecuencia una generación “hibrida” que genero nuevos contextos y actores sociales que buscaban tener una identidad y peculiaridad original, por ello que empezaron a buscar conductas y rasgos que los identifiquen y ayuden a buscar su ciudadanía. Podemos apreciar, que la ciudad de Lima se encontraba en una aguda crisis no solo política, sino, principalmente, social, ya que el desborde de masas era inminente, generando así nuevas formas de abordar la vida, por lo cual las masas buscaron nuevas estrategias de sobrevivencia no importando el código civil ni el aparato estatal. Es por ello que los jóvenes ya no se identificaban con la sociedad ni con el estado que les rodeaba, por ello buscaron nuevos lenguajes, asociaciones, patrones de conducta y una de estas manifestaciones vendría a ser el movimiento Kloaka, que pasaré a detallar a continuación. Cuelga un cuerpo al borde de un sofá Esperanza que yace en un sillón Calle abajo va una patrula, un ulular Noche eterna, no es una entre un millón Una kloaka esta visitable En una sombra de luz algo roja Y siempre al borde De una subversiva cantata u oda De una poesía, un verso un nada Pero siempre al borde Aunque a veces adentro (A la Kloaka - Daniel F – Patíbulo de Langostas - 1990)328

324

Extraído de la revista fanzine “Kursiles Romanzas” de Daniel F donde incluye 10 de sus maquetas: Kursiles Romanzas, Kursiles Sobrantes, Patíbulo de Langostas, Generatriz del acero pasional, Tanke Diatriba, El Método de la anticritica estructuralista dual contra los espejos de la fundamentalidad cuántica, Leusemia los 12 primeros meses (volumen 1), Leusemia los 12 primeros meses (volumen 2), Unidad Vecinal N° 3, Ecce Homo. 328

227

Lado A Apreciamos que a inicios de los 80 existía una fuerte crisis social, política y cultural en Lima, los jóvenes se encontraron sin paradigmas que perseguir y buscaron novedosas formas de expresión y manifiesto, el movimiento Kloaka nace el 7 de setiembre de 1982 (previa conversa y consigna entre Roger Santivañez y Mariela Dreyfus en un espacio conocido en Lima) los integrantes iniciales fueron además Guillermo Gutiérrez, Edián Novoa329 y el 7 de Octubre redactaron el 1er Manifiesto del Movimiento Kloaka donde dan por sentado su antisistema y crítica a todo lo establecido, al respecto: “….se forma el colectivo poético-marginal y contracultural autodenominado “Kloaka” con Mariela Dreyfus y Roger Santibáñez a la cabeza, con la consigna de “Hay que romperlo todo, organizar un movimiento literario […] contra la sociedad establecida””330 Apreciamos que Kloaka es un movimiento cultural que busca cambiar el establishment no solo literario sino también cultural, esto tiene la peculiaridad de ser uno de los primeros en dicha década, ya que por esas fechas no se registra en ningún movimiento cultural similar o contestatario en los periódicos o revistas revisadas (de la magnitud mencionada), por tanto lo consideramos pionero y que dejará sentada un precedente fundamental para el posterior “movimiento subterráneo” que se registró algunos meses después, ahondaremos este punto algunas líneas más abajo, ahora nos centraremos en la definición específico sobre este movimiento cultural. Al respecto el movimiento Kloaka es denominado como: “……..un movimiento artístico contestatario e irreverente ante el establishment poético de Lima”331 Otros la señalan como: “...el movimiento Kloaka, el más brillante cometa que atravesó volando el cielo de la poesía peruana”.332 Además: “Una revolución poética que nace en los Posteriormente se le unieron Mary Soto, José Alberto Velarde, Julio Heredia (de la Revista Gente), Lelis Rebolledo, el pintor Enrique Polanco y sus aliados Dalmacia Ruiz Rosas, Bruno Mendizábal y José A. Mazzotti 330 Véase la revista “Flecha en el Azul” N° 19, Octubre 2002, CEAPAZ, Pág. 53 331 Véase Enrique Rosas Paravicino; En “Revista de Crítica Literaria Latinoamericana” Año XXIX, Nº 57. Lima-Hanover, 1er. Semestre de 2003; Pág. 277 332 Loc. Cit. Pág. 277 329

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desagües”333 Daniel F lo define como: “…..rejunta de poetoides, inflapelotas, chanceros, y chiflados…...”334 Y finalmente: “……….un movimiento artístico”, ajeno a cualquier acción política de organización específica……...la poesía hecha exasperación, denuncia, autoafirmación, esclarecimiento y revaloración de la dignidad, y la esperanza.”335 Apreciamos diversas opiniones sobre el movimiento “Kloaka”, pero todas ellas tienen en común su tinte contestatario, innovador, paradigmático y contracultural, para esa época donde la política y sociedad en general se encontraba en una fuerte crisis existencial, este movimiento resultó una llamada de atención para el establishment oficial, pero no se hizo caso de ello y pasó desapercibido (las notas aparecidas en los diarios y revistas son contadísimas). El Movimiento Kloaka aglutino poetas, pintores, comunicadores sociales, literatos, filósofos, etc. Sacaron diversos manifiestos, y dieron diversas puestas en escena de su obra poética, en dichos festivales participaron Oscar Malca, Edgar Kilowatt, Del Pueblo, Kolarock, etc. Es importante mencionar que los eventos del movimiento “Kloaka” constituyeron uno de los poquísimos espacios iniciales que encontraron los iniciales grupos de rock denominados protosubtes, entre los principales tenemos a: 



Del Pueblo.- Uno de los grupos más emblemáticos del ambiente subterráneo y que continua en actividad hasta la actualidad, combina ingeniosamente la música andina con letras con sentido y contestatarias, entre sus principales integrantes tenemos a Piero Bustos y Jorge “El Negro” Acosta. Kolarock.- Uno de los grupos iniciales en la escena rockera, tocaban covers de grupos punks y lo mas resaltante era su vocalista, Edgar Kilowatt que es considerado uno de los

Véase Revista “Caretas” N° 747, 9 de Mayo de 1983, Pág. 73 al 74 cuyo artículo se titula: “En la Kloaka”. 334 Extraído de la revista fanzine “Kursiles Romanzas” en el índice del disco “patíbulo de langostas” de Daniel F donde incluye sus 10 maquetas: Kursiles Romanzas, Kursiles Sobrantes, Patíbulo de Langostas, Generatriz del acero pasional, Tanke Diatriba, El Método de la anti-critica estructuralista dual contra los espejos de la fundamentalidad cuántica, Leusemia los 12 primeros meses (volumen 1), Leusemia los 12 primeros meses (volumen 2), Unidad Vecinal N° 3, Ecce Homo. 335 Véase Enrique Rosas Paravicino; En “Revista de Crítica Literaria Latinoamericana” Año XXIX, Nº 57. Lima-Hanover, 1er. Semestre de 2003; Pág. 278 333

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rockeros subtes más influyentes e importantes en el ámbito rockero. Durazno Sangrado.- Un grupo original que combino la chica con el rock y que es considerado importante en los inicios del rock subterráneo en Lima.

El rock inicial limeño empieza a tener un espacio donde difundir su música y su mensaje, este espacio fue vital para el posterior desenvolvimiento del rock subterráneo, Al respecto: “En el 83 Roger Santivañez nos invita a tocar en los eventos de ‘Kloaka’, y Kolarock le comenzó a dar la imagen ‘punk’ a Kloaka. Yo no me consideraba un ‘punk’, pero a Roger le fascinó nuestra postura”.336 Por otro lado: “…….El mensaje y la locura de “Kloaka” fueron discutidos intensamente por muchos jóvenes en el Rimac (grupos Temporal, Derrame cerebral), Breña (Soljani), Comas (Kola Rock), El Agustino, San Juan de Miraflores, Villa El Salvador y las esquinas mistivas y new wave de San Felipe y Lince, con los poetas Bruno Mendizabal y Gino Ravina y la banda Medias Sucias………”337 Apreciamos que los eventos de “Kloaka” fueron una ventana importante para la naciente escena rockera subterránea en Lima, inclusive se toma a Kloaka como el punto de inicio para el movimiento subterráneo en Lima, al respecto encontramos: “……De hecho hay otras opiniones kon respecto a estos ‘periodos’. Tal vez para unos se inicia en 1983 kon Leusemia y Kloaka….” 338 Asimismo: “……el movimiento Kloaka fue uno de los principales medios de difusión del primigenio movimiento subterráneo en Lima. Allí se conocieron los diversos integrantes de la posterior escena musical y, además, se hizo público su marginalidad y sus ganas

Véase “Los pasos sumergidos del amor”, de Daniel F, Martínez Compañón Editores, 2007, Cajamarca, Perú. 337 Véase la revista “Flecha en el Azul” N° 19, Octubre 2002, CEAPAZ, Pág. 55. 338 Véase “Los pasos sumergidos del amor”, de Daniel F, Martínez Compañón Editores, 2007, Cajamarca, Perú. 336

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de formar algo tradicional…..”339

que

vaya

en

contra

de

la

cultura

Es notable la importancia del movimiento “Kloaka” para los rockeros subterráneos, pero también llama la atención la calidad y variedad de los integrantes que en la actualidad constituyen nuestros mejores representantes en la cultura local, por ejemplo:    

Mariela Dreyfus.- Una de las máximas exponentes de la poesía latinoamericana en la actualidad. Roger Santivañez.- Uno de los mejores poetas urbanos que ha dado el Perú, actualmente se encuentra en EEUU. Dalmacia Ruiz Rosas.- Es poeta, periodista, fotógrafa y productora de rock de gran reconocimiento a nivel internacional y nacional, ha sido promotora de diversas actividades rockeras en el Perú. Enrique Polanco.- Uno de los mejores pintores en la actualidad, de clara influencia de Humareda y con un estilo expresionista marcado.

Apreciamos que dicho grupo aglutinó una excelente intelectualidad limeña, que en la actualidad moldea nuestra identidad cultural y los principales rasgos de nuestra cultura literaria, poética y artística en general. Bonus En suma, el movimiento “Kloaka” representó un movimiento de ruptura que buscaba responder a la decidía de inicios de los 80, todo ello con palabras y manifestaciones artísticas que tengan un valor simbólico y vital en la forma cotidiana de ver la sociedad (por los diversos jóvenes y actores sociales), “Kloaka” fue un punto de partida para buscar formas “no violentas” de protestar y generar ese cambio que toda la sociedad urgía y aclamaba, este movimiento fue de corta existencia, pero de mucha vitalidad, que en la actualidad es estudiado y analizado por los diversos intelectuales nacionales e internacionales, y que requiere de un estudio mucho más minucioso y ambicioso, ya que solo así comprenderemos las diversas manifestaciones culturales de los 80, 90 y en la actualidad, y solo así seremos capaces de buscar un camino y una reconciliación de nuestras diversas propuestas alternativas con el establishment oficial, por ende llegar a la ansiada reconciliación cultural y social. Véase “El rock a través de la prensa oficial y la prensa subterránea en la sociedad limeña (1982 - 1985” en Illapa N° 1 Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Diciembre del 2007, Pág. 120. 339

231

Bibliografía ADORNO, Theodor. “La industria cultural”, Cholonautas, 2004, Lima. BARBERO JESÚS, Martín. “De los medios a las mediaciones”, Comunicación, cultura y hegemonía, MassMedia, México, 2001, 6ta edición. CORNEJO GUINASSI Pedro. Juegos sin fronteras, aproximaciones al rock contemporáneo Local. Ediciones Santo oficio, Lima. 1994. “El sonido y la Furia, Violencia y Catarsis en una de las manifestaciones juveniles más importantes de nuestro medio.” En: ¿Nacidos para ser salvajes? identidad y violencia juvenil. Lima. Ed. Sur: Casa de Estudios del socialismo, CEAPAZ. 1998. Alta tensión, La Historia del rock en el Perú, Emedece, Lima. 2001. GUIBOVICH RAMÍREZ, Giorgio. “Construyendo ciudadanía desde los espacios del anonimato: La juventud y construcción de la conciencia ciudadana”, Publicación inédita, UNMSM, 2005. VÉLEZ, Odette. El rock subterráneo en Lima, PUCP, 1987, Lima. VALDIVIA, DANIEL. Folleto de Kúrsiles Romanzas, Gj Records Lima. Los pasos sumergidos del amor, Martínez Compañón Editores, 2007, Cajamarca, Perú. Fuentes utilizadas Periódicos oficiales  El Comercio, 1982-1986.  La Republica, 1982-1986.  El Diario Marka, 1981 – 1986.  Ojo, 1984-1986.  Primera Plana, 1986. Revista oficiales  Caretas, 1980-1986.  Gente, 1982-1986.  Oiga, 1983-1986.  El Zorro de Abajo, 1983-1986.  Taxi, 1986.  Flecha en el Azul. Revistas no oficiales  Macho Cabrio, 1983 – 1984.

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   

Ave rock ,1985-1986. Rockola, 1986. Esquina Rock, 1986. Caleta, 1996.

234 Illapa Nº 7, julio 2010, pp. 233-243 / ISSN 2077-8651

Aproximaciones al desarrollo y discurso subterráneo en Lima a inicios de los 80.340

del

rock

FRANK DAVID HUAMANÍ PALIZA341 Universidad Nacional Mayor de San Marcos-INC [email protected] Hoy fui al hemicirco a ver a los padres de la patria, Hoy fui al hemicirco a ver a los padres de la nada Todos muy correctos y formales, comienzan hablando, terminan ladrando..... Dicen que trabajan muy duro, elaborando miles de leyes Dicen que se sacrifican mucho hasta altas horas de la noche Pero lo único que hacen es robar tu dinero muy fácilmente Elaborando las leyes que más les convenga... (Narcosis – Primera Dosis – Hemicirco - 1985) A inicios de 1980 surgió en Lima un movimiento musical que se denomino “Rock Subterráneo”, estos grupos a diferencia del resto; mostraron un rechazo a la sociedad, al sistema político y en general a la realidad total del entorno; Dicho movimiento musical empezó el año Este texto corresponde al año 2004-2005 cuyo título era “Algunos alcances sobre el desarrollo del rock y los jóvenes subterráneos de Lima: 1982 – 1986”, que vino a ser mi primera ponencia como estudiante, para efectos de esta publicación he suprimido algunos párrafos y he actualizado y corregido algunos textos, pero en sí, representa mi pensar en esos años de joven estudiante sanmarquino. 341 Historiador titulado en la UNMSM, Licenciado en Educación por esa misma universidad, viene estudiando la maestría de Gestión Cultural, Patrimonio y Turismo en la USMP, actualmente es investigador de la Dirección de Estudios sobre Paisaje Cultural del INC, se encuentra investigando temas sobre patrimonio, educación y cultura. Además es director de Illapa, Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales. 342 Agradecimientos a mis padres, hermanas, sobrinas y cuñado por su ayuda y paciencia. A mis amigos de la UNMSM, UNE y USMP, a Daniel Morán y Josué Gonzales por su amistad, a mis amigos de la Dirección de Estudios sobre Paisaje Cultural del INC por compartir su tiempo conmigo, a todos ellos gratitudes miles. 340

1982 y tuvo su apogeo en 1985 y su posterior ocaso en 1986. En estas líneas analizaremos la letra de las canciones de 3 de los principales grupos subterráneos de la época (Leusemia, Narcosis y Zcuela Crrada), además lo asociaremos a su contexto y desarrollo de dicho movimiento El surgimiento de este movimiento musical no tiene precedentes, ni legados en el Perú, vale decir que antes de este movimiento la mayoría de los grupos de rock de Lima eran de status acomodados y la mayoría de las letras de sus canciones eran interpretadas en ingles con clara influencia Americana. El movimiento punk de los suburbios de Inglaterra ocurridos a fines de los 70 sacudió e influencio a toda la sociedad europea, se expandió a todo el mundo y no tardó en llegar al Perú a inicios de los 80. Todo este movimiento “subterráneo” surge en el Perú en el contexto de la vuelta a la democracia luego de un largo periodo de dictadura, el avance del capitalismo de estado y la globalización del mundo. Los 70 significa para los jóvenes una gran ruptura de los paradigmas establecidos y esto produjo que la mayoría de los jóvenes formen en su conciencia una extrema apatía y una desconfianza hacia la política. Los grupos subterráneos limeños surgidos en los 80 tuvieron una clara influencia del movimiento punk ingles y americano (grupos como Sex Pistols, The Clash, The Ramones, etc), es común encontrar en sus letras un mensaje anarquista:   

“No hay futuro, no existe tu” (Leusemia – “No hay futuro” – 1983) “Hay que destruir, para volver a construir” (Narcosis – “Destruir”-1984) “No hay más que anarquía” (Zcuela Crrada - 1985)

Vemos en sus letras un rechazo a la sociedad actual establecida, y es notorio el contraste con el rock anteriormente producido (Frágil, Belkins, Los Doltons, etc.). Estos grupos que surgieron tuvieron distintos discursos e ideologías, mencionaremos algunos;  

LEUZEMIA.- (1983-86) discurso anarquista con una música mersey beat de temática urbano marginal. ZCUELA CRRADA.- (1984-86) discurso anarquista y de estilo musical punk.

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NARCOSIS.- (1984-86) discurso anarquista y con música netamente punk.

Los jóvenes que asistían a estos conciertos “subterráneos” eran de clase urbano marginal, pero en realidad tuvieron poca participación política ya que desconfiaron extremadamente de ellos, descargaron toda su rabia y energía en los conciertos subterráneos, además en las reuniones que se organizaban entre los integrantes de este movimientos se empezó a formar su ciudadanía y es por todo eso que me atrevo a formular que este movimiento “subterráneo” fue una gran catalizador de las energías de los jóvenes y que evito que a inicios de los 80 muchos jóvenes de Lima adoptaran la postura senderista que se proliferaba en dicha época. El inicio de la movida subterránea en Lima Que se vayan y no vuelvan los días de sol, Que venga el invierno, frio, sin calor Todo el día triste falto de color...... Solo Punk, Punk Punk solo se oye el Punk Las ratas que transitan por la oscuridad Los edificios fríos sin vida apestan, El pavimento llenas de muertos están, Cadáveres regados de esquina a esquina (En una invernal Noche de Surf – Leuzemia - 1982) 343 En esta parte haré una descripción general acerca de los principales hechos que ocurrieron dentro del fenómeno subterráneo en la década de los 80 y las asociaré con algunas de las letras de las canciones más conocidas de dichos grupos. La formación En dicha época empezó a llegar a Sudamérica la música punk, en Lima empezó a desarrollarse dentro de las zonas céntricas y periféricas de nuestra capital, dicha música empezó a calar con fuerza en nuestra sociedad (especialmente en los jóvenes), que estaban en búsqueda de una respuesta de protesta a la sociedad imperante.

Según Daniel F fue la primera canción que tocaron en concierto en el local de la Caverna y es considerado el inicio de toda la movida subterránea. 343

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Este movimiento tuvo su foco en la Unidad Vecinal # 3, Rímac y el Cercado de Lima, así como en los espacios Miraflorinos. Dichos grupos salieron en contraposición de los grupos nacionales de rock de los 70 que interpretaban sus canciones en inglés y tenían una conducta pasiva con el régimen de turno, en contraposición a todo esto dichos grupos subterráneos empezaron a interpretar sus temas en castellano y en sus letras prolifero un mensaje de cambio social y generacional, empezaron a utilizar la temática punk de “hazlo tu mismo”, y empezaron a tocar, grabar, producir, organizar, vender, marquetear su propio material. Dentro de esta etapa consideramos 2 eventos como punto de inicio de la movida subterránea en Lima: 1. Los recitales dados por el movimiento “Kloaka” que al final de sus eventos tocaban diversos grupos proto-subtes, entre ellos: Del Pueblo, Durazno Sangrado, Kola Rock, etc. 2. El Surgimiento de Leusemia como grupo autónomo y de tendencia urbano-marginal. El auge Nos movemos sin tener ningún punto de referencia No podemos apreciar nuestra velocidad Avanzamos y nada cambia Esto no es una navegación... más bien es un sueño (“Nadie cambia – Autopsia – 1985”) A inicios de la década de los 80 el contexto estaba dado para el resurgimiento del Rock peruano pero faltaba un pequeño empuje final para lograrlo, eso empuje se dio en 1983 cuando surge en la Unidad Vecinal # 3 el grupo Leusemia, posteriormente nace Narcosis (1984), Así mismo Zcuela Crrada (1984), Guerrilla urbana (1984) y Autopsia (1984). Dichos grupos tocaron en diversas partes de la ciudad, formándose así una pequeña escena local, donde todos los grupos se apoyaban entre sí, teniendo para ello un solo fin; Tocar y expresar lo que sienten libremente. Pero al analizar a dichos grupos podemos apreciar que cada uno de ellos tenía un estilo y una forma diferente de transmitir su mensaje, además sus discursos varían notablemente, para ejemplificar mejor mencionare algunas de las principales características de algunos grupos que salieron en los inicios del movimiento subterráneo, además de un pequeño análisis de las letras de sus canciones.

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Leusemia Surgió el año 1983, formado por jóvenes de clase media marginal (Daniel F, Kimba Vilis, Leo Escoria, Raúl Montaña) de la Unidad Vecinal # 3 del Callao, su música era un claro mersey beat, y además algunas de sus canciones de tendencia punk rock, influenciada por grupos clásicos como Sex Pistols, The Who, Pink Floyd, etc. la temática de sus letras era urbano marginal donde narraban las vivencias, sueños, metas y diversas conductas de los jóvenes de la clase media marginal. Para ejemplificarlo mejor acotare lo siguiente: Sabes de qué hablo, se acerca el fin, Es nuestro destino, el que hacen los políticos, Necesario impase y estar al margen, Ni un ídolo, un ejemplo, todo está en ti............ .......Lima angustiada, Lima violenta, Lima injusta, Lima morirá, Lima sin nada, Lima sórdida, Lima de mierda, Lima morirá, morirá… morirá...... (Leusemia, 1985, Astalculo)344 En este fragmento podemos apreciar la apatía y la decadencia con la cual un joven enfoca su sociedad actual, se nota un desconfianza extrema a la política del sistema y además una extrema apatía por mejorar las cosas, proponen destruir y rechazar dicha situación (propio del discurso anarquista de la época). ....................Peruanicemos la patria dicen, si nunca te oyeron cantar, Empero la hora del relevo se acerca y al fin oirán tu voz, Cantando en plena calle, cantando en reuniones Junto a ti me veré, Guitarras callejeras alzaran su voz... Alzaran su voz ........ Oirán tu voz, Oirán nuestra voz....... (Leuzemia, 1985, Oirán tu voz, oirán nuestra voz) En estas letras podemos apreciar el mensaje social que intentó pregonar dicho grupo (una autonomía y originalidad salida de las calles), además se aprecia la forma como veían a la sociedad y como no Del primer disco de Leusemia titulado “1985” editado por la disquera el Virrey el año en mención, las ventas fue todo un boom y rompió records. 344

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se identificaron con la generación anterior -a la cual criticaron mucho(uno fue por cuestión del idioma, otro fue por actitud pasiva con la problemática de la sociedad). Gente desolada que no habita en un mundo de idiotas y de grandes fantasías, Gente que se arma sin pinturas en la cara, y en vuelos y cadenas hasta los pies. Gente dispensada en suburbios y cloacas provisiones, situaciones y mísera sociedad. No adoran a un líder solo piden anarquía en un grito que vomitan! Ooohh odiamos la prisión, ohhhh es hora de cambiar... (Leusemia, 1985, Rata Sucia) En este fragmento se aprecia claramente una descripción del movimiento subterráneo de la época, enfocada desde la perspectiva de un integrante de dicho movimiento, se observa su apatía y su crítica a la sociedad, también lo enfoca hacia la anarquía generalizada de la situación, el joven no encuentra respuestas y soluciones a su realidad y describe todo ello como una ilusión decadente e hipócrita. Narcosis Este grupo se formo a finales de 1984, sus integrantes eran de la clase media emergente de la sociedad limeña (“Wicho” García, “Pelo” Madueño, “Cachorro” Vial), se desarrollaron en los alrededores del Cercado de Lima, Propagaron una música netamente punk de clara influencia de Sex Pistols. Las letras de sus canciones a diferencia de Leusemia eran de clara influencia anarquista, criticaron la sociedad en todos sus contextos (al estado, a la alineación, a los congresistas, a la TV, a la elite, a las autoridades, etc) además en sus conciertos divulgaron su discurso anarquista. Aspectos horrorosos se posesionan de ti, ni lo que dices ni lo que haces vienen realmente de ti Estas rodeado por las barreras que estacan tu mente, están todos cubiertos por las leyes llenas de tu conformismo. Represión, la infame represión corroe tu mente, Represión la puta represión. Tu crees ser hombre libre y estas todo cuadriculado, Tu cabeza la llenan de leyes e insultos que ni siquiera entiendes, Robas y mientes todo el año y en Octubre te pones morado

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La tabla de los mandamientos es solo in afiche pegado en tu cuarto. (Narcosis – Primero Dosis - Represión).345 Aquí podemos apreciar la forma como tomaron el discurso anarquista y como enfocaron y criticaron a la sociedad, la veían como hipócrita, decadente, arrogante, arruinada, etc. este grupo enfocó claramente las sensaciones de los jóvenes con su sociedad, también la grave crisis de identidad que atravesaban y además la forma como se asimiló el discurso anarquista. Vemos cierta similitud con las diatribas que pregonaron el “Movimiento Kloaka”, pero a diferencia de ellos, los Narcosis solo critican y no proponen alternativas ni visos de solución al respecto (clara posición anarquista). ............Hay mucho movimiento, pero todo está muerto, La gente no se da cuenta que camina sobre ruinas, La ciudad se me hace chica, toda esta mierda me asfixia, Tengo que destruirlos antes que ellos me destruyan..... Hay que destruir, para volver a construir..... (Narcosis – Primera Dosis - Destruir) En este fragmento apreciamos el discurso anarquista en esencia, podemos ver que proponen a la anarquía como solución final a la sociedad, todo esto nos hace ver la grave crisis que afrontaba la sociedad de los 80, como decaen los valores sociales básicos y como así el mundo se empieza a globalizar, todo esto trajo consigo que la teoría anarquista renazca y vuelva a ser difundida en varias partes del mundo. Sucio Policía verde, actúas por conveniencia, Sucio policía verde, defiendes la decadencia, Sucia policía, sucio policía, sucio policía hay El honor no es tu divisa, tu divisa es la corrupción, Abusas de tu autoridad, porque en la otra mano llevas la pistola. Defiendes a los gobiernos y políticos que estén de turno, Porque ellos solo prometen huevadas y benefician solo a sus bolsillos Actúas por conveniencia, defiendes la decadencia, te vendes por dinero, eres más sucio que un perro... Disco titulado Primera Dosis que salió en 1985, pero posteriormente en el año 2001 salió en formato Cd, el disco en la década de los 80 es considerado el himno generacional y además se dice que es el disco más vendido y pirateado de la historia del rock subterráneo. 345

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(Narcosis – Primera Dosis – Sucio Policía) Apreciamos como se les tenía una absoluta desconfianza a las principales autoridades gubernamentales, estas letras reflejan el descontento hacia ellos y sobre todo la necesidad de una reforma radical que cambie todo el panorama de la sociedad. Podemos ver que los jóvenes no se sienten identificados como ciudadanos y menos aun con la sociedad, así que buscan alternativas para ello, y eso mediante el rock que expresan su malestar y disconformidad con la sociedad. Estos párrafos los predijo Matos Mar en su libro “Desborde Popular”, donde la ciudadanía cansada del desgobierno, buscará su propia lógica de coexistencia y vida en la ciudad. Zcuela Crrada Este grupo se formo casi paralelamente a Leusemia (Edwin Pérez, Kimba Vilis, Raúl Montaña, Leo Scoria etc.) y se desarrolló también en los alrededores de la Unidad Vecinal # 3. Tuvo una temática parecida a Leusemia, pues describía la sociedad actual y sobre todo criticaba la conducta pasiva ante toda esa situación, su letra se guió a lo contestatario y era mucho menos elaborado que Narcosis, su discurso también fue de una anarquía donde difundieron su temática marginal urbana. “Me lloras, tu rostro libre/ de cueros negros caminos rojos / que esperas virgen – No hay más que anarquía” (“Anarquía” – Zcuela Crrada-1984) En este pequeño fragmento describe a los supuestos izquierdistas que fingen sentirse oprimido, pero que en el fondo tampoco ofrecen ninguna solución con su discurso marxista, aquí se aprecia como los modelos tanto Capitalistas como Socialistas decayeron y no significaron ninguna vía de solución para mejorar la sociedad. “En esta urbe nada existe / Todos son puercos que reciben todos lo miran por la TV y los escuchan confundidos. A nadie engañas hijo de perra!” (Zcuela Crrada - 1984) Aquí podemos apreciar que se hace una fuerte crítica a la sociedad actual, a sus costumbres y a las autoridades que “representan” al

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pueblo, ven que todo es una hipocresía y una artimaña apoyados por los principales medios de comunicación. Luego de analizar estos 3 grupos subterráneos se aprecia que los 3 usaron el discurso punk para proliferar su malestar con la sociedad y plantearon de cierta manera el camino anárquico para solucionar dicha situación ya que todos están cegados antes lo “evidente” (la opresión). Estos jóvenes subterráneos asumen el papel que Nietzsche califico de “Voluntad de dominio” esto lo tomamos de Cesar Delgado Güembés que afirma: “Los actores del rock subte pretenden fabricar su identidad y condición de sujetos políticos en la escena nacional. Se presentan como un movimiento, como una tendencia, como una experiencia, como un temperamento, como una actitud. Son bloques espontáneos y no una asociación formal; no son una organización. No aspiran a su institucionalización. Eso sería caer en el estereotipo. Lo suyo es la espontaneidad, la provisionalidad. No las permanencias precarias de la formalidad reconocida. Además el sujeto subte disputa con su entorno y con las fuerzas internas de su ser interior para que aflore una representación visible de él mismo fiel a su intimidad. El sujeto subte afirma la tesis nietzscheana. Él sí tiene la voluntad de ser sí mismo, de opinar sobre sí mismo y de interpretarse a sí mismo. De otorgarse su propia subjetividad.346”. Aquí el autor analiza al joven subterráneo y lo cataloga dentro del análisis de Nietzsche, aquí si puede afirmar que el sujeto subte es un actor que se diferencia del resto de los integrantes de la sociedad, pues piensan y actúan muy diferente, las movidas del rock usualmente siempre arrastran consigo una conducta, un estereotipo, un discurso, etc. El mismo autor nos señala lo siguiente; “Los actores del rock subterráneo ocupan hoy un puesto similar al que les correspondió a los insensatos en la historia de la locura de los siglos XVIII y XIX, según nos lo describe Foucault en su Historia de la Locura en la Época Clásica . Los insensatos formaban parte de ese grupo de habitantes del territorio a los 346

Ver Cesar Delgado “La Pulsión del rock subte peruano”, texto inédito.

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que se encerraba con diagnósticos que hoy día serían injustificados e inaceptables. El insensato merecía el mismo destino que los psicóticos o los paranoicos y debía recluírselo en los hospitales mentales. Su patología consistía en la irracionalidad de padecer desórdenes del espíritu tales como ser alegador empedernido, ser un hombre pleitista, ser un hombre muy malvado y tramposo, ser un hombre que pasa las noches y días aturdiendo a las otras personas con sus canciones y profiriendo las blasfemias más horribles. El desarrollo de la medicina y los decurrires sinuosos de la cultura de la modernidad, junto con una distribución más homogénea de la irracionalidad consistente en los desórdenes del espíritu ha derivado en que hoy a insensatos como los sujetos subte no se los necesite recluir en un nosocomio mental. Los nosocomios en los que viven, sin embargo, son hoy espacios sin paredes y sin la vigilancia de terapeutas o clínicos.” El autor compara a los rockeros subterráneos con los antisociales (locos) del siglo XVI y además observa que esto sigue vigente pero con diferentes matices, ya que la sociedad ve a los jóvenes subterráneos como inadaptados, resentidos, rebeldes y en consecuencia no le es fácil integrarse a ella, debido a su diferente percepción que tienen de ella En suma, apreciamos que los diversos grupos de rock tuvieron en sus letras un mensaje anarquista y contestatario, buscaron formar una identidad propia a través de la destrucción de lo anteriormente establecido, fue un grito de urgencia y de desesperación por la crisis social y cultural que atravesaba Lima, estos grupos subterráneos lograron canalizar muchas actitudes y pasiones de los jóvenes limeños de los 80, por ello de su gran acogida e impacto, ya que de todo ello se formó el circuito alternativo del rock peruano. La caída “..criaturas hambrulientas cuya suerte está ya echada, mientras otros beben champagne” (“Fascistas en el Billar de la Avenida Mussolini”- Leusemia/1982) ta ta ta ta ya ya ya ya ya hechemos abajo la estación del tren demoler, demoler, demoler

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(Los Saicos – 1964 – Demolición) Luego del auge inicial del movimiento subterráneo en los años 1985 donde incluso empezaron a sonar en las radios y TV, vino así su posterior caída. A fines de 1985 Leusemia se desintegra debido a conflictos internos, lo mismo ocurre con Narcosis y de igual forma con Zcuela Crrada, Guerrilla Urbana y Autopsia, todos estos grupos se disolvieron debido a peleas internas y además de la poca solidez que presentaba el movimiento subterráneo. A pesar de su caída, diversos grupos siguieron apareciendo tácitamente, pero ya no con la intensidad de sus inicios, debido a que la violencia social del país empezó a agravarse y además la crisis del APRA detuvo un nuevo avance de la movida subterránea. En mi opinión este movimiento subterráneo es importante en el desarrollo de los jóvenes de la sociedad Limeña y me atrevería a pensar que gracias al fenómeno subterráneo muchos jóvenes formaron su ciudadanía347, su opinión crítica y sobre todo que guió sus penas y rencores hacia la música y no pasaron así a la parte activa de la crítica (no se pasaron al lado del terrorismo activo), obviamente que afirmar esta hipótesis requiere de un estudio detenido y complejo.

347

Loc. Cit Guibovich

246 Illapa Nº 7, julio 2010, pp. 245-253 / ISSN 2077-8651

Construyendo anonimato.348

ciudadanía

desde

los

espacios

del

GIORGIO GUIBOVICH RAMÍREZ Universidad Nacional Mayor de San Marcos [email protected] Esta es la historia de un mundo sin dios Donde solo reina el egoísmo Siempre es lo mismo El más fuerte sobrevive Y los más débiles tienen que extinguirse Todo es lo mismo, nada cambia Siempre el cinismo nos domina, si ¡Lo lamento!, ¡lo lamento! ¡Si tu quieres yo no lo digo! ¡Pero igual lo sienten todos! (“La historia de siempre”. Abulia, 2005). Los jóvenes siempre se han caracterizado por ser el grupo social discordante y rebelde con el orden sociablemente establecido, es decir, frente a la sociedad adulta que pronto les cobijará, esto representa el punto de partida de este ensayo. Dentro de un contexto caracterizado por la rapidez, la inmediatez y lo efímero; las nuevas generaciones de jóvenes crecen dentro de las ventajas y desventajas de la modernidad: los avances tecnológicos, los que se han constituido en uno de los principales referentes de las relaciones sociales. De esta manera, jóvenes en el mundo, con diversos credos, costumbres, filosofías, lenguas, etc.; se insertan dentro de una sociedad red que se caracteriza:

El presente ensayo fue escrito a finales del 2005 con motivos de un congreso de antropología realizado entre la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) y Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), por lo que no refleja del todo la opinión que pueda tener ahora sobre él mismo, debido a que las diversas puertas que abrí a lo largo de mi vida, me alejaron de esta investigación. 348

“Por la globalización de las actividades económicas decisivas desde el punto de vista estratégico, por su forma de organización en redes, por la flexibilidad e inestabilidad del trabajo y su individualización, por una cultura de la virtualidad real construida mediante un sistema de medios de comunicación omnipresentes, interconectados y diversificados, y por la transformación de los cimientos materiales de la vida, el espacio y el tiempo” (Castells 1998: 23). Entendemos por espacio de los flujos, la manera simultánea en la que se organizan las prácticas sociales a distancia por medio de las telecomunicaciones y los sistemas de información. Estos han ganado terreno frente al espacio de los lugares que privilegian “la interacción social y la organización institucional atendiendo a la contigüidad física”. (Castells 1998:148). Se corre así, con el riesgo de crear un otro virtual. La práctica de imaginar al otro en vez de verlo se hace fuerte, puesto que: “Lo que distingue a la nueva estructura social, la sociedad red, es que la mayoría de los procesos dominantes, que concentran poder, riqueza e información, se organizan en el espacio de los flujos. La mayor parte de la experiencia y el sentido humanos siguen teniendo una base local – sin embargo- la disyunción entre las dos lógicas espaciales es un mecanismo fundamental de dominio en nuestras sociedades porque desplaza el núcleo de los procesos económicos, simbólicos y políticos del ámbito donde puede construirse sentido social y puede ejercerse control político.” (Castells.1998: 148-149). Este proceso corroe poco a poco las relaciones e interacciones locales, afectando los sistemas culturales, sociales, políticos, religiosos y económicos, ya que “como las instituciones del estado y las organizaciones de las sociedad civil se basan en la cultura, la historia y la geografía, la aceleración repentina del tiempo histórico y la abstracción del poder en una red de ordenadores están desintegrando los mecanismos de control social y representación política existentes” (Castells 1998:91-92). Entendemos así que la influencia que ejercen los Estados sobre sus ciudadanos, ya no está sujeto del todo a las instituciones políticas, pues esta influencia se ve desvanecida en entramados globales de poder, informaciones e imágenes que circulan y se transforman para dar vida a un nuevo sistema global, la sociedad red.

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Así, el poder y la representatividad estatal se pierden frente a un nuevo poder que se mueve a través de la concentración de códigos informativos e imágenes producidos por un ente virtual. La mediación de los nuevos canales de comunicación implica que el emisor imagine e idealice al receptor. En las prácticas sociales esto puede interpretarse, como una pérdida del sentido local, el cual se basa en la interacción de los individuos entre unos y otros en actividades o eventos conjuntos que permitan por su misma participación en estos, la revitalización del sentido de pertenencia local. La ciudadanía definida como una categoría de persona que es reconocida dentro de un ordenamiento a la cual se le exigen ciertas obligaciones y se le conceden ciertos derechos, corre el riesgo de perder esta conexión, por un lado; con las relaciones locales y por otro; con el ente administrador de las ciudadanías: el Estado. Así: “Hablar de ciudadanía es hablar de la política y del poder. Ciudadanía refiere a una comunidad política de personas que se tratan como iguales en derechos y deberes. Esto supone constituir un espacio público político donde quienes discrepemos, precisamente porque no podemos estar de acuerdo en todo, establecemos reglas que permitan la administración política de la comunidad y la regulación de la vida social” (Venturo 2003: 49). De este modo, la utilización de espacios virtuales tiene por consecuencia que “los sujetos, cuando se construyen, ya no lo hacen basándose en las sociedades civiles, que están en proceso de desintegración, sino como una prolongación de la resistencia comunal” (Castells 1998: 34). De este modo, en el presente ensayo se examinará, a través de distintas etapas en la vida de cuatro jóvenes, la construcción de su identidad en un contexto generacional, la cual se definió por su contacto con otros jóvenes a través de la música. Asimismo, se explorará la construcción de espacios ciudadanos que reaccionan de alguna manera en contra del carácter virtual de la sociedad red y a lo efímero de la modernidad. Estos espacios se convierten en depositarios de identidad, representación, acción, socialización, encuentro intercultural, prácticas y comportamientos propios, reglas, ideas, pensamientos, ideales, sentimientos y experiencias. Estos lugares permiten reafirmar la presencia física y real de un otro no muy lejano y distinto, de otro que se

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rige bajo las mismas reglas, de un otro ciudadano que busca, como uno, un lugar al que pueda ingresar sin ser vetado, en el que opinará y expresará sus ideas, temores y sentimientos. En este lugar, a veces transitorio, los jóvenes encontraran experiencias similares y cobijo. Asimismo, este lugar servirá de canalizador de de toda la carga emotiva (incomodidades, insatisfacciones, frustraciones, remordimientos y sentimientos) que acumularán hasta su adultez. Esta identidad formulada e inspirada a partir de su contacto con la música, en este caso el rock y a su asistencia a conciertos de rock, se constituyó en buena parte, como base de la construcción de su ciudadanía, en cuanto reconocen que la música les permitió, además de acceder a un ámbito de diversión, a desarrollar una critica social no sólo típica del “rebelde sin causa” –de la cual son conscientes está presente en la mayoría de sus contemporáneos y que responde de alguna manera a actitudes propias de la edad- sino, a construir su ciudadanía. Los conciertos de rock se caracterizan por ser espacios de socialización e integración creados para quebrantar las reglas de la sociedad adulta. En los conciertos, los jóvenes se inscriben, registran, y participan en un espacio en el que expresan su opinión, discuten o reflexionan, afirman, rechazan o muestran indiferencia respecto a temas sociales, económicos, políticos, culturales, religiosos, etc., tratados en algunos casos en los grupos que escuchan. En tal sentido, los conciertos de rock son una expresión de la esfera pública. Por lo tanto, los conciertos entendidos como la esfera pública, y las letras de las canciones, como temas de reflexión social, brindan y se constituyen en las experiencias y reflexiones que el joven utiliza en el proceso de construcción de su ciudadana. Lo descrito anteriormente se expresa en la siguiente afirmación realizada por un joven de 22 años: “Creo que todos tenemos esa rabia acumulada por la forma como se vienen llevando las cosas en la sociedad, creo que todos nos sentimos insatisfechos de la manera como vivimos y la forma como se nos maneja, estamos cansados de ser los conejillos de indias de las mierdas de elites, estamos cansados que nos impongan la forma como nos debemos comportar y hasta la forma de pensar, las letras de esas canciones tratan de personificar esa rabia interna común que tenemos todos nosotros”.

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Cuando la apatía es más grande que los sueños. ¿Que se puede hacer para creer otra vez en las mentiras que nos gobiernan sin saber? Que la ingenuidad llegó a la adultez y que es tiempo de madurar para aprender… Tratan de ver lo que nos conviene Quieren creer que somos inocentes y no quieren ver que somos pensantes. !Ahora las mentiras van a ser derrocadas¡ De los torreones de una absurda inequidad Ahora no habrá más de esas miradas que producen regicidio como un ideal El poder corrompe a cualquiera… Hay que ser lo más fuerte que uno pueda Siempre luchar por una vida lucida. (“Actualidad relativa”. Abulia. 2005.) “El paso a la etapa adulta resulta así particularmente difícil y ambiguo. Es muy probable que el sujeto experimente un desarrollo marcadamente desigual en su incorporación a la vida adulta” (Cortazar 2003: 83). Es frecuente encontrar en muchas letras de canciones y en conversaciones con distintos jóvenes, la sensación de un vacío, la sensación de que algo les falta, de que no encajan dentro del nuevo sistema adulto al que acaban de entrar. La canción “invierno” del grupo de Abulia por ejemplo nos dice: “perdido en algún lugar, siempre busco respuestas, todos se niegan a darme soluciones…!Siento¡, !Tengo¡, !Busco¡, !Me pierdo¡”. La canción “Tiernas cuitas” del grupo Arcana dice: “la verdad da temor, no mirarla es mejor, otro oscuro callejón, eres justo un bufón…yo nunca sabré los que quiero, pues hoy me busqué y pierdo el tiempo”. Esto nos permite observar que el adolescente que tiene problemas de adaptación dentro del nuevo cuerpo de de reglas y deberes ciudadanos. Si bien, el proceso de conversión de joven a adulto supone todo una cambio a nivel emocional y psicológico, el joven convertido en ciudadano debería haber obtenido las herramientas y conocimientos necesarios para desenvolverse exitosamente y conscientemente como ciudadano. Sin embargo, el cuadro que se presenta es el de un individuo un tanto inexperto de formular propias nociones, direccionar su propio

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camino, que pide ayuda y consejo al adulto que paradójicamente ve como una imagen caduca, un futuro no muy alentador. Por lo tanto se niega a ser aquel adulto que tiene como imagen, como individuo pendiente. Sin embargo el ímpetu, las ganas de cambiar y mejorar son pospuestas o derrumbadas por factores que bloquean este proceso de maduración y conversión hacia la adultez. Sus metas y sueños de cambio se ven corroídos por el temor, la duda, el descreimiento. Estos sentimientos experimentados dentro de la sociedad tienen su génesis en factores como la inmediatez y la efimeridad de un mundo cambiante. La respuesta a ello se expresa en su reclusión y aparente indiferencia. Lo anteriormente descrito se pone en manifiesto en las declaraciones del joven de 22 años citado anteriormente. Al respecto señala: “Pienso que a todos los jóvenes de nuestra generación nos une esa falta de paradigmas y de modelos a seguir. Mi generación está pasando por una recomposición de paradigmas internos y eso hace que no nos identifiquemos tanto con algún tipo de conducta o pensamiento, en realidad no hay muchos tipos de conducta coherente que nos atrape de sobremanera, eso es lo malo de nuestra generación ya que no hemos tenido iconos paradigmáticos a los cuales seguir, así que los problemas de todos nosotros vendrían a ser la tan poca identificación que tenemos hacia nuestra sociedad y contra nosotros mismos, creo que en esta etapa de la sociedad los jóvenes de esta época les cuesta mucho identificarse con determinada conducta o forma de sentir.” El otro joven de 21 años dice: “Creo que el denominador común de este tiempo es el pesimismo. Hablar de términos totalizadores o generalizantes me parece apropiado, te diré que los jóvenes de mi generación no son un grupo sino una pluralidad de grupos que pueden ser muy diferentes entre sí; jóvenes que intentan ordenarse por estándares o modelos de conducta qué funcionan muy bien de manera interna, pero que fracasan a la hora de expresarse ante la sociedad. Creo que al final de cuentas la despreocupación por los problemas de nuestra sociedad es lo que encuentro en común.”

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Ambas declaraciones pueden interpretarse como el reclamo de los jóvenes frente a la ciudadanía adulta que en la que no encuentran modelos legítimos a seguir. Ante ello, el joven experimenta la necesidad de formar y participar en un espacio en el que pueda, a partir de prácticas e interacciones sociales, generar una pertenencia de grupo, aunque ésta a veces sea fragmentada y difusa. En este espacio el nuevo ciudadano es capaz de encontrar lo que le aqueja a la sociedad, así por ejemplo canciones como “la historia de siempre” y “actualidad relativa”, nos hablan de un ciudadano lúcido, consciente, expectante y no huraño e indiferente. La característica integradora del concierto de rock y la identificación con este espacio, es expresada por un joven de 21 años en la afirmación siguiente: “Me gustaba el hecho de que pueda coincidir en un mismo espacio gente de diversos estratos, y esto gracias a los relativos bajos costos de este tipo de espectáculos. Ojo, no estoy diciendo que se vivía de igualdad allí, sino que era chévere entrar a un lugar donde sabias que no van a dejar fuera a un serrano o un negro… definitivamente eso a uno lo hace identificarse con esos espacios, al menos mínimamente”. Otra opinión señala: “Pienso que allí no me sentía rechazado por nadie, o sea que no se fijaban en tu manera de sentarte o tu manera de hablar ni tampoco de tu manera de vestirte, sino más bien que con ellos compartías un gusto musical similar a ellos y por ese sólo hecho ya pertenecías a su ámbito musical, por eso digo que es bien fácil volverse subte para un joven. La gente de allí tiene otro patrón de conducta que nos une uno a los otros, y que todos tenemos de cierta manera la misma forma de comportarse a la de los demás, hemos vivido las mismas cosas y sentimos las mismas cosas, es divertido estar en esos conciertos pues parece que allí no existen clases sociales y que todos perseguimos el mismo fin; divertirnos y gastar las energías y la rabia que tenemos acumuladas dentro de nosotros”. Ambas manifestaciones permiten entender lo descrito en párrafos anteriores. Castells nos ofrece una reflexión que nos aproxima a ver los

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conciertos de rock como espacios que permiten que los jóvenes puedan inscribirse fácilmente en ellos, cuando señala: “En contraste con las sociedades civiles diferenciadas y pluralistas, las comunas culturales muestran escasa diferenciación interna. En efecto, su fuerza y su capacidad para proporcionar refugio, consuelo, incertidumbre y protección provienen necesariamente de su carácter comunal, de su responsabilidad colectiva, que borra los proyectos individuales”. (Castells 1998: 90). Sin embargo, ¿este espacio sólo se constituye en un lugar de diversión? Al parecer no únicamente. Como podemos apreciar en las manifestaciones rescatadas, hay cierta simpatía por la formulación de un espacio donde las puertas siempre se encuentran abiertas. Un espacio en el que nadie será excluido por su forma de hablar, vestir, pensar. Por lo tanto, se reconoce además, la importancia de los conciertos de rock como expresión de la esfera pública, si entendemos por esfera pública el ámbito social en el que uno vive, hacia donde encamina el proyecto de vida en tanto requiera participar de acciones socialmente relevantes. En este sentido, las letras y opiniones intercambiadas en los conciertos son importantes puesto que revelan cómo se señaló anteriormente, a un ciudadano joven consciente, lúcido y reflexivo sobre su sociedad. Evidentemente criticamos algo que está mal porque queremos algo mejor. Bibliografía Castells, Manuel (1998), El poder de la identidad, Alianza editorial, Madrid. Cornejo Guinassi, Pedro (1998), “El sonido y la Furia, Violencia y Catarsis en una de las manifestaciones juveniles más importantes de nuestro medio”, En: ¿Nacidos para ser salvajes? identidad y violencia juvenil, Lima, Ed. Sur, casa de estudios del socialismo, CEAPAZ. Cortázar, Juan Carlos (2000), “La Juventud como fenómeno social. Sociedad Peruana de adolescencia y juventud. Perú”, (pp.23-41). Tomado de Cultura Juvenil y desarrollo. Guía didáctica Curso: Ciudadanía y Cultura de paz, PUCP, Lima, 2003 (pp.75-90). Cortina, Adela (1996), “La educación del hombre y del ciudadano”, En el quehacer ético. Aula 21 Santillana, Madrid (pp. 105-128), Tomado

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256 Illapa Nº 7, julio 2010, pp. 255-261 / ISSN 2077-8651

La literatura clandestina e ilegal en el antiguo régimen. Algunas reflexiones a Los best sellers prohibidos en Francia antes de la revolución de Robert Darnton349 DANIEL MORÁN Universidad Nacional de San Martín-IDAES, Argentina Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú [email protected] La historia del libro, de la literatura del siglo XVIII y de la revolución francesa ha suscitado la profunda preocupación de la historiografía por entender y repensar aquella compleja relación entre ilustración y revolución. Si bien se han realizado estudios importantes de los filósofos de la ilustración y la importancia de sus obras en el ciclo revolucionario francés, no se había prestado atención al análisis de la literatura de alcantarilla, ilegal y clandestina que circuló profusamente en Francia durante el Antiguo Régimen. Precisamente, el estudio metódico de esta literatura ilegal ha sido el objetivo principal del libro de Darnton Los best sellers prohibidos en Francia antes de la revolución. Investigación novedosa, extensa y documentada, comprensible y bien escrita, que cuenta con argumentos sólidos y atrayentes que permiten repensar muchas de los argumentos planteados por la historiografía francesa. El trabajo basa su originalidad en el análisis sistemático de aquella literatura olvidada de Francia antes de la revolución, aquellos libros filosóficos prohibidos, la literatura ilegal y libertaria de los Rousseaus de alcantarilla, los libelos políticos, panfletos, crónicas escandalosas, gacetas manuscritas, es decir, todo aquel sector prohibido que se convirtió en el siglo XVIII en los best sellers de los franceses y que contribuirían a erosionar la legitimidad del antiguo régimen. Ciertamente, la utilización de todo este cúmulo de evidencias, recogidas y estudiadas por Darnton por más de dos décadas, ubicadas en su gran mayoría en los repositorios de Sociéte typograpphique de Neuchatel (STN), llevan al autor a señalar que los documentos de la STN Robert Darnton, Los best sellers prohibidos en Francia antes de la revolución, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2008, p. 554. 349

“representan el carácter general del ramo en los libros prohibidos.” Esta última comprobación resultado a su vez de una investigación comparativa con documentación de otros archivos permite que Darnton clarifique bien su objetivo principal de investigación; el análisis metódico y vinculante de la literatura prohibida en Francia entre 17691789, para acercarse a la comprensión más real de ¿qué leían los franceses en el siglo XVIII?, y ¿cuál fue la importancia de esta literatura ilegal en el complejo mundo del Antiguo Régimen? De este objetivo se desprenden varias ideas necesarias de explicar. En primer lugar, Darnton abre una perspectiva nueva en el análisis de la historia del libro y otros impresos que antes eran ignorados, pero que a partir de su análisis cobra vigencia y permite tener una imagen más amplia de la trayectoria de esa literatura clandestina y de todo aquel entramado que conllevó su producción, circulación y lectura en la sociedad francesa del XVIII. En segundo lugar, el análisis de los libros prohibidos y de una documentación inédita de más de 50 mil cartas de la STN permite vislumbrar al autor el valor de esta literatura y su incidencia en la erosión de la legitimidad de la autoridad política. Y, en tercer lugar, que estos “libros filosóficos” fueron obras que tuvieron repercusiones determinadas y que representaron un grupo importante de la literatura francesa del siglo XVIII. Todos estos argumentos que realiza Darnton de la literatura ilegal antes de la revolución lo llevan a sustentar su tesis central: que la difusión de los libros filosóficos minó la legitimidad del Antiguo Régimen en Francia. De esta tesis se desprende entonces que los best sellers prohibidos eran los libros más peligrosos y escandalosos de aquellos años porque hacían circular críticas abiertas a la autoridad real, a la situación decadente de la monarquía y el despotismo ministerial que asechaba a los franceses, haciendo ver así que se trataba también de libros con un evidente mensaje político. Para demostrar aquellos argumentos Robert Darnton dividió su investigación en cuatro partes definidas. En la primera, La literatura prohibida y el mercado literario, el autor desarrolla en forma consistente la producción, edición, intercambio, pedidos, comercialización y los determinados precios de los libros ilegales en Francia del XVIII. Una de las preguntas clave de esta sección era la determinación de los canales del comercio clandestino de estos libros filosóficos. Darnton subraya que si bien era cierta la idea de la fuerte represión y confiscación de esta literatura ilegal por parte de las autoridades, era igualmente verdad que estos libros circulaban profusamente en secreto y que las mismas autoridades no pudieron controlar todo este torrente

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de impresos de la denominada filosofía por debajo de la manga. La represión de la policía sobre esta literatura estuvo reglada por la transgresión de tres puntos: “menoscabar la autoridad del rey, de la iglesia o de la moral convencional.” Además, los libros confiscados eran clasificados en: “libros prohibidos”, “libros no permitidos” y “libros piratas.” Los primeros eran los que debían ser recogidos y destruidos por su peligrosidad, pero en ese proceso de confiscación todos estos libros terminaron confundidos con los otros dando la sensación de que la mayor parte de ellos olían a ilegalidad. Entonces, tanto para la policía de esos años como para los historiadores actuales la dificultad estaría en determinar al elemento peligroso en la literatura que circuló en Francia antes de la revolución. En apreciación de Darnton podemos identificar a esta literatura ilegal a partir “del examen de las prácticas de los libreros del siglo XVIII”, al conocer las jergas de su ramo, el intercambio de estos libros, sus ventas, las solicitudes que se hacían, cómo se “empacaban, embarcaban y vendían” en todo aquel sistema con el objetivo de hacer llegar la literatura prohibida a sus lectores fuera de los límites de la ley. Por ejemplo, la etiqueta de “filosófico” debía llevar a que los agentes del comercio del libro tomaran las debidas precauciones al momento de intercambiar y comercializar sus pedidos en el mercado ilegal. En ese sentido, la STN realizaba sus intercambios con sumo cuidado, siempre adquirían los libros prohibidos a través de otros impresores, pues no se arriesgaron a imprimir ellos mismos estas obras por el inminente peligro de esta práctica y las serias dificultades que les podía ocasionar todo ello con las autoridades. Este riesgo hacía que los libros filosóficos tuvieran una gran demanda y recibieran un trato especial al momento de las ventas o los intercambios. Los pedidos y los envíos representaban también otra parte importante del proceso del negocio de los libros, por ello, se utilizaron diversas formas para enmascarar en un todo tanto los libros legales, ilegales y cuasi legales, el objetivo era evitar la confiscación, la perdida de los libros prohibidos y garantizar su arribo satisfactorio hasta los asiduos lectores en Francia. De todas estas ideas se puede concluir que la literatura ilegal en el Antiguo Régimen era en sí misma un mundo aparte, un sector importante del comercio del libro que en determinadas coyunturas políticas relacionadas a la oferta y la demanda de estos libros filosóficos mantenían fascinados a los franceses. En este mundo de la literatura ilegal queda por determinar cuáles eran precisamente estos libros prohibidos que navegaron por los canales del comercio clandestino. Darnton ofrece en este punto de la investigación varios cuadros

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sugerentes que prueban la diversidad de esta literatura, su importancia y el manantial de evidencias que guardan los documentos de la STN. Los estudios de caso que señala el autor muestran que existía una fuerte demanda de los libros filosóficos, los libelos políticos y las crónicas escandalosas clasificadas todas estas en el ámbito de lo religioso, filosófico, político y en el mundo de la actualidad y el sexo. Sin embargo, esta comprobación nos sumerge en la interrogante de la representatividad de todas las evidencias ubicadas en la STN. Sobre este problema Darnton es claro en su argumentación de que la documentación de la STN nos ofrece un panorama fidedigno del comercio clandestino de la literatura ilegal en Francia al menos en los 20 años antes de la revolución. El cúmulo de las 50 mil cartas y la docena de libros de contabilidad de la STN sumados a la comparación del material encontrado en tres archivos más como “los registros de los libros confiscados en la Aduana de Paris” (280 títulos); “los inventarios de las librerías que se realizaban durante las redadas policiales” (300 títulos); y “los catálogos de los libros filosóficos de otros impresores editores suizos” (261 títulos), nos sugieren considerar a los materiales de la STN (457 títulos) como los más representativos del comercio clandestino del libro en Francia. Incluso, en opinión de Darnton, sumando y amalgamando los títulos de estos libros ilegales hallados en estos 4 repositorios podemos obtener una bibliografía en cierta forma completa de la literatura ilegal “que se compro y vendió en Francia antes de la revolución, un total de 720 títulos.” Precisamente, en Textos clave, segunda parte del trabajo, el autor analiza tres libros distintivos de esta literatura prohibida en Francia. El primero de ellos Thérèse philosophe escrita posiblemente en 1748 puede ser calificada como una obra de filosofía pornográfica. Darnton había advertido que las autoridades que controlaban el comercio del libro siempre se preocuparon en confiscar los textos que ofendían a la iglesia, al Estado y la moral, pero en la realidad la policía centró sus operaciones en las obras que eran calificadas de obscenas y que atentaban abiertamente a la moral. Es importante señalar también que la publicación de Thérèse philosophe estuvo inmersa en la aparición de un conjunto de obras características de la ilustración como las de Montesquieu, Diderot, Buffon, Rousseau y Voltaire entre 1748-1751. Thérèse forma parte de los libros que relataban el mundo de la alcahuetería y la insolencia de los inicios de la ilustración en donde todo era cuestionado y nada se consideraba sagrado. En forma general, Thérèse philosophe al mostrar en su relato lo relativo al sexo, la filosofía

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y una crítica a la iglesia estaba desafiando los valores subyacentes del Antiguo Régimen en Francia. El segundo libro, L’An 2440 escrito por Mercier en 1771 fue el best sellers supremo de los catálogos de la STN con aproximadamente 25 ediciones evidenciando así su amplia difusión y demanda en el mundo de la literatura clandestina. Se puede observar a partir de la lectura del libro la fuerte influencia de Rousseau y que el texto debía ser leído “como una guía seria hacia el futuro.” En esa perspectiva, L’An 2440 desarrolla su trama principal en Francia del año 2440 insertándole a la misma, en notas a pie de página, el presente francés del siglo XVIII como un pasado bien distante. Ese pasado recibía una crítica fuerte de parte de Mercier, sin embargo, nunca llegó a discutir seriamente “la legitimidad de la monarquía como tal.” Se percibe también en L’An 2440 la intención del autor por sostener que habría profetizado el advenimiento de la revolución francesa, además, es evidente el desafío al orden sociopolítico al pronunciar serios cuestionamientos a la religión y al gobierno. Entonces, L’An 2440 es un best sellers de la literatura ilegal que expresa una fantasía utópica que podía ser vista como una promesa de liberación. Las Anecdotes sur Mme la comtesse du Brarry (1775), es el último libro estudiado por Darnton, en esta segunda parte de su trabajo. Anecdotes es otro best sellers de intensa circulación en Francia que ofrece una mirada distinta a las obras analizadas anteriormente, el centro de atención de Anecdotes está en el mundo secreto de los burdeles y de las recámaras en donde se podía percibir como ciertos personajes públicos manejaban en la intimidad las vidas de las personas y el futuro de la nación. En sentido estricto este texto era un libelo político que encontraría en la difamación política su fuerza de atracción en el público lector francés antes de la revolución. La historia relata el trayecto de Bu Barry transcurrido desde su humilde cuna pasando de lecho en lecho por diversos burdeles hasta llegar al lecho real. Así, el libro al ir describiendo ese recorrido de éxito sexual de Bu Barry permite advertir la historia confidencial de la vida de Versalles contada desde dentro por una de sus propias protagonistas. Se presenta la naturaleza del sistema político inmersa en luchas por el poder y los conflictos de personalidades relacionadas a ese sistema de la esfera política francesa. En esa tendencia, Anecdotes, que se alimenta de una diversidad de fuentes como las gacetas clandestinas, permite observar la degeneración de la monarquía, convirtiéndose así en algo más que unas simples anécdotas de alcoba, se trataría de un escrito ilegal y

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revolucionario para su época por ocuparse de la desacralización del rey y atacar la legitimidad de la monarquía en sus propias bases. La tercera parte de la investigación de Darnton, Los libros ¿provocan revoluciones?, se inserta en una de las mayores dificultades de la historiografía del siglo XVIII vinculadas a las grandes interrogantes de la relación ilustración y revolución francesa. La intención del autor es advertir cómo la difusión de los libros afecta a la opinión pública y cómo esta última influye en las acciones políticas. No obstante, insiste Darnton, que este entendimiento se puede desarrollar únicamente cuando reflexionemos esas interrogantes a partir del estudio de las diversas redes de comunicación en donde circularon aquellos libros. Entonces, la penetración de estos best sellers en la sociedad francesa se produce a través de la existencia de una compleja red de información que se enlaza con el proceso de producción y difusión de la literatura ilegal del XVIII. Esas redes de comunicación que conectan medios (libros, rumores, chismes, canciones, noticias orales, manuscritas e impresas), y ambientes (calles, mercados, cafés, tabernas, jardines públicos, salones, círculos privados, librerías, bibliotecas, grupos de lectura), ilustran la forma en que los mensajes se trasmitían por diferentes circuitos y abarcaban una población más amplia de lo que normalmente se creía. Así, la difusión y la asimilación de aquellos mensajes se constituyen en una interrogante fundamental si comprendemos que los libros prohibidos moldearon la opinión pública al fijar en sus páginas el descontento y acomodarlos en una narración coherente. En aquella línea, la historia del libelo político, caracterizado por los ataques calumniosos a figuras públicas, ofrece una entrada sugerente para comprender las agresiones a la legitimación de la autoridad política antes de la revolución. Desde el renacimiento esta clase de impresos venían dañando la imagen de diversas personalidades, pero sería en la coyuntura de 1770-1780 cuando desarrollen características diferentes y singulares. Por ejemplo, los libelos antes de pocas páginas ahora podían llegar a tener varios volúmenes y una mayor circulación que sus precedentes, además, sus ataques sobre “la vida sexual del rey” fueron más fuertes y directos, incluso, ya no protestaban solo contra la tiranía ahora acusaban a la monarquía “de haber degenerado en despotismo.” A pesar de toda esta carga crítica los libelos políticos no incitaron a la revolución, pero crearon una tendencia cuestionadora que minó la legitimidad del sistema con mayor eficacia que otros impresos. Por ello, para Darnton, se debe entender los orígenes ideológicos de la

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revolución francesa “como un proceso de deslegitimación del Antiguo Régimen más que como la profecía de un régimen nuevo.” En ese esfuerzo el autor establece algunos argumentos sugestivos para entender la respuesta del lector ante esta literatura ilegal en Francia. Afirma que es complicado percibir como los lectores asimilaron y redefinieron su propia lectura de estas obras filosóficas, sin embargo, advierte que por el material analizado es evidente que el siglo XVIII se consumió grandes cantidades de literatura clandestina, y que la lectura que de ella se realizó fue muy diversa y ocasionó reacciones divergentes. Todos estos argumentos mostrados por Darnton lo llevan a responder la interrogante final de su investigación: ¿Cómo los libros filosóficos participaron en la radicalización de la opinión pública? La existencia de una amplia gama de “espionaje” de parte de la autoridades por conocer lo que se leía, discutía y pensaba en los espacios públicos hacen advertir la preocupación del gobierno por seguir el desarrollo de la opinión pública y controlar sus posibles efectos. Pero la profusión de los libelos políticos y de toda la literatura ilegal en el Antiguo Régimen no pudo ser controlada, los franceses cada día perdían el respeto por la monarquía, la sacralidad del rey y alimentaban los “ruidos públicos” a partir de una asidua lectura de los libros prohibidos. Esta literatura clandestina ayudó a polarizar la opinión pública que terminó saliéndose de las manos al gobierno ocasionando la perdida de la legitimidad política ante el advenimiento de la revolución francesa. Finalmente, la cuarta parte del estudio de Darnton, Libros filosóficos: Breve antología, presenta fragmentos centrales de las tres obras analizadas a lo largo de la investigación con la intención de que los lectores actuales puedan disfrutar de esta literatura prohibida y, a su vez, puedan entender desde su propia percepción la importancia de estos textos en la precipitación de la revolución francesa. Esta tendencia de Darnton prueba que en Los best sellers prohibidos en Francia antes de la revolución, no solamente se indague a los grandes libros de los filósofos más excelsos de la ilustración, sino que en su insistencia en explorar la historia de las ideas desde abajo, desarrolle extensamente a esa literatura clandestina e ilegal del siglo XVIII, literatura escrita en su gran mayoría por aquellos Rousseaus de alcantarilla y que reflejan además el influjo de estas ideas en la cotidianidad de la sociedad de Antiguo Régimen en Francia prerrevolucionaria.

264 Illapa Nº 7, julio 2010, pp. 263-266 / ISSN 2077-8651

Sobre la felicidad y el sentido de la vida LUIS MIGUEL CANGALAYA SEVILLANO350 Universidad Nacional Federico Villarreal Universidad Nacional Mayor de San Marcos [email protected] “¿Es verdad que todos nosotros, los hombres, deseamos ser felices? ¿O es ésta pregunta, tal vez, una de aquellas preguntas que hace un instante temía que provocaran el ridículo? En efecto, es sin duda cosa de locos plantearse siquiera semejante cuestión”. Platón351. El epígrafe es axiomático: todos queremos ser felices o al menos intentamos serlo. La lucha quijotesca, aquella que se libra desde siempre, está abierta para alentar a la condición humana en busca del sentido de la vida, de su vida. La búsqueda de la felicidad o ir a su encuentro constante es un hecho del que se hablaba remotamente desde los griegos, quienes entendían la felicidad como un bien perfecto, tal es el caso de Aristóteles. Entiéndase como bien perfecto aquel que se busca por sí mismo y todos los demás por él, o en palabras de Aristóteles: “fin que queramos por sí mismo, y las demás cosas por él” 352. Este bien perfecto se busca en la vida virtuosa, y éste – en la visión aristotélica – en el intelecto, es decir, en la contemplación. En efecto, la felicidad es la realidad óptima, ya que las realidades óptimas no se ordenan a otra cosa, sino todo lo contrario, las otras se ordenan a ellas. Por eso, el fin del ser humano es la felicidad, pues toda Educador y redactor. Es egresado de la UNFV donde estudió Literatura y de la UNMSM donde realizó estudios de Educación. Publica en diversos medios escritos de corte periodístico y cultural y ha obtenido menciones importantes en distintos concursos de narrativa. Actualmente se encuentra cursando la Maestría en Lengua y Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 351 Platón. “Eutidemo”, en Diálogos II; Barcelona – Gredos 2003. 352 Aristóteles. Ética a Nicómaco, 19-20. 350

acción humana la tiene como móvil. En otras palabras: todo lo que realizamos en nuestra vida, nuestros trabajos, nuestros esfuerzos, todo ello lo hacemos para alcanzar finalmente la felicidad. En la Edad Media, la idea de Aristóteles toma una prolongación. La noción de felicidad no solo se remitía al “contemplar” aristotélico, sino además a mantener ese estado de contemplación, a no perderlo, esto es, la bienaventuranza eterna. No se trata solo de contemplar, sino además de mantenerse en ese estado para alcanzar la felicidad. Para la idea cristiana, la bienaventuranza eterna no se alcanza en esta vida, sino que se obtiene después de la vida terrenal, puesto que aquí puede perderse el equilibrio de la contemplación. Ese equilibrio perfecto se conseguirá en la otra vida, y para ello se precisa necesariamente de la fe. Por ejemplo, para Santo Tomás de Aquino 353, lo único que puede hacer al hombre feliz es el bien imperecedero, y por tanto, espiritual, y esto no podría conseguirse sin el acto de fe. ¿El placer es felicidad? El placer es un deleite breve. No puede ser felicidad por cuanto el placer es un bien que acompaña a otro bien que es superior a él, es decir, “no es un fin en sí mismo”. La naturaleza del placer es la fugacidad, por tanto, el hombre sometido al placer (acaso el hedonista) buscará su repetición para lograr su permanencia. Como sabemos, esto podrá ocasionar el hastío, y de ahí que el placer será a la vez lo que más se quiera y lo que más se odie354. La vida voluptuosa del hedonista apuesta a la felicidad con el disfrute de sus sentidos. Centrar la felicidad solo en el disfrute de los sentidos no es plenamente humano porque el hombre es mucho más que sus sentidos y porque, además, hasta los animales experimentan placer de esa forma tan simple. Forzosamente, el hombre es mucho más que eso. Debido a que el placer es momentáneo, apostar todo por él es destruir los bienes futuros. Al centrarse en lo inmediato se mirará con desconfianza y temor al futuro. Si alguien apuesta por el placer, éste se consume en el presente, pues solo vive el momento sin ir más allá. Vivir solo en el presente contradice la idea de que la felicidad tiene que ver con la esperanza y entra en contradicción con su esencia misma.

353 354

Santo Tomás de Aquino. Suma de Teología, I, II. 2-8. Esto es conocido como “la contradicción del hedonista”.

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¿El bienestar es felicidad? El bienestar es concebir la vida sin dolor: se relaciona mucho el bienestar con la comodidad. Para quien siga estas ideas, la felicidad consistirá en la búsqueda del mayor número y la mayor cantidad de placer al mínimo dolor, es decir, extirpando el dolor. Pero, ¿puede concebirse una existencia humana con una ausencia total de sufrimiento? Consideramos al dolor como el verdadero mal y tratamos siempre de evitarlo, pero eso no implica cancelarlo por completo. El dolor es, pues, inherente al ser humano, y ante él, el hombre puede dar respuesta de tres maneras diferentes: primero, con desesperación y amargura; segundo, con estoicismo o resistencia; y tercero, dando un sentido al dolor, es decir, tomando el dolor como un medio de superación personal355. Al identificar la felicidad con la comodidad también se pierde la esencia de dicha felicidad. Equivocadamente se cree que basta con tener unas condiciones apropiadas para ser feliz, y como consecuencia de ello, la felicidad se buscará en el consumo lo cual se aleja del verdadero sentido de la felicidad que apunta a algo más que eso. El bienestar entendido como comodidad implica el ideal de sentir seguridad, una seguridad confusa, aparente. Esto es, eliminar todos los riesgos, y por consiguiente, también suprimir el riesgo de los riesgos: el riesgo de vivir. No se trata, entonces, de renunciar a vivir, de negarse la novedad y el descubrimiento, sino de evitar el enclaustramiento que nos somete la vida. Con ello, queda claro que la felicidad no implica la pasividad que nos ofrece el bienestar. La felicidad es, pues, el sentido de la vida, siempre que éste sea consistente. Y, ¿qué es el sentido de la vida? El sentido de la vida tiene que ver con la forma en que el hombre se enfrenta con su futuro, sabiendo, además, que el futuro siempre está influyendo en su presente. Solo una persona que es feliz puede hacer que otra también lo sea, siempre y cuando las relaciones sean personales, sin que se introduzca la cosificación, es decir, cuando uno no ve en el otro un medio para lograr o alcanzar algo. En líneas generales, la felicidad no consiste simplemente en estar bien, sino en estar haciendo algo que llene la vida, esto es, la realización personal y para con los demás. Además, ocurre que para nuestro caso,

355

Esta última es una concepción del Cristianismo.

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no importa mucho saber qué es la felicidad, sino ser verdaderamente felices y evitar el dilema platónico que es evidentemente axiomático.

Illapa. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, nº 7. Se terminó de diagramar en Lima (Perú) el viernes 30 de julio del 2010, asimismo se concluyó de imprimir en Lima el lunes 2 de agosto del mismo año. Celulares: 999418209 (Perú) / 0054-9-1156294967 (Argentina).

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