Revista Adventista - Ayuno y Oración RESALTADO

March 4, 2024 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Mayo 2021

RESTAURACIÓN H0000011721

AFRONTAR LAS CRISIS CON AYUNO Y ORACIÓN

PR. STANLEY ARCO: NUEVO PRESIDENTE DE LA DIVISIÓN SUDAMERICANA

RESTAURACIÓN: AFRONTAR LAS CRISIS CON AYUNO Y ORACIÓN

Los tiempos difíciles nos impulsan a buscar a Dios de manera más ferviente.

P

asó 2020. Llegó 2021, y con él muchos renovaron la esperanza de un contexto mejor. Nada de esto sucedió. Al contrario. El auge de nuevas cepas de coronavirus, nuevas cuarentenas, más crisis económicas, más incertidumbres sobre el futuro y –por sobre todo– más muertes de personas lejanas y cercanas. Por otro lado, en muchos países de Latinoamérica la solución de la vacuna aún parece una pequeña tabla de salvataje en medio de un mar embravecido: muy pocos pueden acceder a alguna dosis de ella. ¿Qué hacer ante esta situación de inestabilidad general, de riesgos de contagios, de vivir con barbijos puestos todo el tiempo, de no poder saludar con un abrazo a nuestros amigos y familiares, esperando el peor desenlace cada día? Considerando la seriedad de los tiempos que vivimos, este 1º de mayo se realizará un evento especial en todo el territorio de la División Sudamericana: “Restauración”. Se trata de diez horas de ayuno estudiando las Escrituras y orando por diez razones especiales y motivos específicos; a saber: 1- Por la restauración de los enfermos. 2- Por las familias en duelo. 3- Por solidaridad. 4- Por los matrimonios. 5- Por el culto familiar. 6- Por fortaleza para los profesionales de la salud. 7- Por tener más confianza en Dios. 8- Por más compromiso espiritual. 9- Por más estudio de la Biblia. 10- Por la restauración de los que se han apartado de Jesús. Todos los adventistas están invitados a formar parte de este día especial. ¡Prepárate y haz planes para participar, aunque sea para un ayuno parcial o uno absoluto! Vivimos en tiempos de crisis, y el ayuno puede preparar nuestro corazón para la resolución de los conflictos, para recibir bendiciones o para aceptar humildemente la voluntad de Dios en nuestra vida. Para ayudar en la programación de este día, la RA comparte dos breves artículos a fin de motivarnos a practicar la oración y el ayuno.

La oración eficaz Por José Plescia

S

antiago dijo que “la oración eficaz del justo puede mucho” (Sant. 5:16). Pero ¿qué se entiende por “eficaz”? Cuando leemos, especialmente, Hechos de los apóstoles, encontramos milagros, maravillas, victorias y conversiones numerosas en respuesta a la oración. ¿Qué

1 Reyes 19:4 y 5. Elías temía las amenazas de la reina Jezabel y escapó al desierto. Cansado, después de un día de camino y con un gran bajón anímico, se sentó debajo de un enebro y, deseando morirse, dijo: “Basta ya, Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres”. Cuando los hijos de

este pueblo? [...] No puedo yo solo soportar a todo este pueblo: es una carga demasiado pesada para mí. Y si así vas a hacer tú conmigo, te ruego que me des muerte [...] para que yo no vea mi mal’ ” (Núm. 11:11-15). Tal vez esta sea la peor oración pronunciada por un siervo de Dios.

se necesitará hoy para que lo mismo se vea con más frecuencia? Edward Bounds escribió, a fines del siglo XIX: “La iglesia hoy busca mejores métodos. Dios busca mejores hombres. Lo que la iglesia necesita hoy día no es maquinaria más abundante o perfeccionada, ni nuevas organizaciones, ni métodos más modernos, sino hombres que puedan ser usados por el Espíritu Santo. Hombres de oración, poderosos en la oración” (La oración, fuente de poder, p. 14). El mismo Santiago habla de dos errores humanos con respecto a la oración: “No tenéis lo que deseáis, porque no pedís” (Sant. 4:2) y “Pedís, pero no recibís, porque pedís mal” (Sant. 4:3). Entre las oraciones mal hechas, encontramos la de

Dios oran de este modo, después de orar se sienten peor que antes de hacerlo. Ante las dificultades, en lugar de mirar a Dios, se meten debajo del enebro. Si, como humanos que somos, alguna vez nos toca estar debajo del enebro, no tomemos decisiones, pues todo lo juzgaríamos bajo el prisma de nuestra condición. Orar con ese estado de ánimo y para contarle al Señor solamente nuestra autocompasión solo sirve para alimentar la depresión. Otra oración que Dios no pudo contestar tal como fue expresada fue la de Moisés: “‘¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿Y por qué no he hallado gracia a tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? ¿Concebí yo a todo este pueblo [...] para que me digas: Llévalo en tu seno? ¿De dónde conseguiré yo carne para dar a todo

Un alto porcentaje de personas depresivas oran más que otros cristianos, pero usan la oración para alimentar su autoconmiseración. Estas oraciones son una cansadora repetición de fracasos y errores. Le recuerdan a Dios todo lo malos que son. Se castigan por medio de la oración. La fe y la gratitud están ausentes de estas oraciones, y terminan creyendo que el Señor no los puede bendecir por causa de lo que son. No creen merecer nada, no esperan nada. Se cuenta en la novela cristiana El peregrino, de John Bunyan, que el protagonista –llamado “Cristiano”–, distraído, cayó junto con Vacilante en el pantano del desánimo. Vacilante consiguió salir regresando hacia atrás. El pantano estaba formado por los temores y las dudas de los pecadores que se sienten perdidos. Cristiano solamente pudo salir y seguir adelante cuando se aferró de la mano de un hombre llamado Socorro. Al respecto, Elena de White escribió: “Muchos cometen un grave error en su vida religiosa al mantener la atención fija en sus sentimientos para juzgar si progresan o si declinan. Los sentimientos no son un criterio seguro. No hemos de buscar en nuestro interior la evidencia de nuestra aceptación por Dios. No encontraremos allí otra cosa que motivos de desaliento. Nuestra única esperanza consiste en mirar a Jesús, ‘autor y consumador de nuestra fe’ [Heb. 12:2]” (Joyas de los testimonios, t. 2, p. 60). Entonces, ¿cómo se ora eficazmente? Simplemente, orando de todo corazón. Pero puede ayudar tener en cuenta los siguientes aspectos.

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ORAR CON PROPÓSITOS ESPECÍFICOS Algunos orientales pegan oraciones en las paletas de los molinos para que estas, al dar vueltas, oren por ellos. Muchos cristianos también dan vueltas sin decir nada concreto. Puede ser útil tener cuatro tarjetitas y anotar en ellas nuestros motivos de oración: 1- Acción de gracias. “Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Fil. 4:6). “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1 Tes. 5:18). Podemos orar en negativo o en positivo, diciendo las mismas cosas, pero de modo diferente. Decía una señora, en su oración negativa: “Señor, tú sabes que hacemos mal las cosas y que somos pecadores miserables como trapo de inmundicia...” Bien, podría haberlo dicho así: “Señor te agradecemos porque, aunque somos pecadores, tenemos la seguridad de tu amor y tu perdón. Gracias por habernos salvado mediante el sacrificio de Jesús”. Y también orar ante alguna dificultad: “Gracias, Señor, porque, aunque no comprendo el propósito de esta prueba, sé que me darás la salida. Porque a los que te aman, todas las cosas les ayudan para bien”. 2- Confesión. “El que oculta sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y se aparta de ellos alcanzará misericordia” (Prov. 28:13). “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9). 3- Pedidos diversos. “Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, lo haré” (Juan 14:13). “Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo” (Juan 16:24). 4- Intercesión. “Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros” (Sant. 5:16). “No cesamos de orar por vosotros” (Col. 1:9). “Ruego [...] que me ayudéis orando por mí a Dios” (Rom. 15:30).

ORAR CON FERVOR Tres citas de Elena de White nos llevan a reflexionar en este aspecto: “Nuestras oraciones lánguidas y sin entusiasmo no tendrán respuesta del Cielo” (Nuestra elevada vocación, 5 de mayo). “Orar sin hambre

del alma ni fe viva no vale nada” (Obreros evangélicos, p. 272). “Al sonido de la oración ferviente, toda la hueste de Satanás tiembla” (Joyas de los testimonios, t. 1, p. 135). Un pastor realizaba un ciclo de conferencias de tres meses de duración acompañado por varios estudiantes de Teología. Mucha gente estaba estudiando la Biblia y pronto se harían los bautismos. Un día, el pastor fue llamado a su oficina por una abogada que dirigía una organización terrorista. La mujer lo intimó, bajo amenaza de muerte, a abandonar la ciudad en 24 horas. El pastor y su equipo oraron. ¿Cómo cree usted que oraron? Pasaron parte del día y toda la noche en ferviente ayuno y oración. Temprano en la mañana, decidieron confiar en Dios y continuar con la campaña. Esa misma mañana se enteraron de que el ejército había atacado a la organización subversiva y la había desbaratado. La Biblia rebosa de promesas: “Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis. Vendréis y oraréis a mí, y yo os escucharé. Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón” (Jer. 29:11-13).

ORAR CON PERSEVERANCIA La Palabra de Dios nos recomienda ser “constantes en la oración” (Rom. 12:12) y orar “sin cesar” (1 Tes. 5:17). Y nos presenta a los grandes hombres de Dios como a hombres que perseveraron en la oración. Jacob luchó toda la noche con el Ángel de Jehová. “No te dejaré, si no me bendices [...]. Y lo bendijo allí mismo” (Gén. 32:22-30). Moisés ayunó y oró durante cuarenta días (Éxo. 24:18; 34:28, 29). Jesús ayunó y oró cuarenta días en el desierto, y muchas otras veces se pasó la noche orando (Mat. 4:2; Luc. 6:12). ¿De qué forma caminó Enoc con Dios trescientos años? “Ora en tu habitación y, tan a menudo como puedas, eleva tu corazón a Dios al realizar tu trabajo cotidiano. Fue así como Enoc caminó con Dios” (Elena de White, El camino a Cristo, p. 84). En tiempos más cercanos a nosotros, Juan Wesley oraba de 4 a 6 de la mañana; José Allein, de 4 a 8 de cada mañana; Juan Knox se levantaba a orar por las noches. Martín Lutero escribió: “Si dejo de pasar dos horas

“LUTERO DEDICABA AL MENOS TRES HORAS CADA MAÑANA PARA ORAR. JAIME WHITE GASTÓ SUS PANTALONES EN LAS RODILLAS, Y DAVID LIVINGSTONE MURIÓ DE RODILLAS”.

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“ORA EN TU HABITACIÓN Y, TAN A MENUDO COMO PUEDAS, ELEVA TU CORAZÓN A DIOS AL REALIZAR TU TRABAJO COTIDIANO”. en oración cada mañana, el enemigo obtiene

después de la muerte del Salvador, se deci-

la victoria durante el día. Tengo tantas cosas que hacer que voy a dedicar tres horas a la oración” (La oración, fuente de poder, p. 43). “Yo juzgo que mi oración es más poderosa que Satanás. Si no fuera así, Lutero habría sido tratado de una manera muy diferente hace mucho tiempo [...]. Si abandonara la oración por un solo día, perdería una gran parte del fuego de la fe” (ibíd., p. 91). Dicen que el pastor Payson gastó las maderas del piso en el lugar donde siempre oraba, que Jaime White gastó sus pantalones en las rodillas y que David Livingstone murió de rodillas. Los primeros cristianos no eran perseverantes en la oración (Mar. 14:37, 38). Pero,

dieron a orar con perseverancia (Hech. 1:14), y así ocurrieron los triunfos y las maravillas relatados en Hechos de los apóstoles. Sin duda, “Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y por los siglos” (Heb. 13:8); si algo es diferente de aquella época, somos nosotros. Un pastor muy consagrado me contó que en cierta oportunidad su salud estaba muy mal y fue internado. Su primo, un prestigioso médico, le dijo: “Juan, debo ser sincero, no sabemos si pasarás esta noche y estarás vivo por la mañana”. El pastor decidió que, si esa sería su última noche, la pasaría orando. Por la mañana encontraron la solución para su salud, y vivió unos noventa años. ¿Qué haríamos si supiéramos que este es nuestro

último día de vida? No siempre podemos saberlo. ¿Hemos orado hoy lo suficiente?

ORAR CON FE Un relato cuenta que comenzaban las clases y el niño tenía que ir a la escuela al día siguiente, pero no tenía zapatos. Oraron con su madre pidiéndole a Dios los zapatos que necesitaba. Por la tarde, llegaron algunas mujeres trayéndoles alimentos, ropa y un par de zapatos. Entusiasmada, la madre llamó al niño para probárselos, a lo que el chico respondió: “No hace falta mamá, Dios sabe mi número de zapatos”. Otra historia cuenta que todo un pueblo se reunió en la plaza para orar por lluvia para los campos. Algunos sonrieron cuando vieron que una niña llevó un paraguas. En la mañana siguiente, al despertar, una señora se apresuró a abrir las ventanas y dijo: “Yo sabía que no iba a llover”. ¿Cuál es tu actitud al orar? Jesús preguntó: “¿Creéis que puedo hacer esto?” (Mat. 9:28). Y reiteradas veces, después de un milagro, dijo: “Vete, y como creíste te sea hecho” (Mat. 8:13; 9:29). “‘Vete, tu fe te ha salvado’” (Mar. 10:52; Luc. 7:50; 8:48; 17:19; 18:42). “‘Si puedes creer, al que cree todo le es posible’” (Mar. 9:23). “Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis” (Mat. 21:22).RA JOSÉ PLESCIA, pastor jubilado. Fue evangelista de la Unión Argentina y director y orador del programa Una luz en el camino. El texto fue extraído de su libro Todavía hace milagros (Buenos Aires: ACES, 2017), pp. 67-73.

“AL SONIDO DE LA ORACIÓN FERVIENTE, TODA LA HUESTE DE SATANÁS TIEMBLA”.

“Ayunen por mí” Por Adolfo Suárez

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a crisis era nacional: el decreto ordenaba la muerte de los judíos. Muy afligida, la reina Ester le envió este mensaje a Mardoqueo: “Ve y reúne a todos los judíos de Susa, para que ayunen por mí” (Est. 4:16, DHH). Frente a la crisis, la reina propuso un ayuno como

ciertos eventos motivaban el ayuno. Mencionaremos algunos de ellos: 1. Se hacía ayuno en época de guerra: Israel ayunó en Bet-el en la guerra contra los benjaminitas (Juec. 20:26). 2. Se practicaba el ayuno ante la enfermedad: El rey David ayunó y lloró por su

preparación para la resolución del conflicto. Y ¿qué sucedió? Dios libró la vida de los judíos, y transformó la angustia en paz y alegría.

hijo mientras el bebé estaba enfermo (2 Sam. 12:16). 3. Se observa que había ayuno en períodos de luto: Los hombres valientes de Jabes-galaad ayunaron siete días por Saúl (1 Sam. 31:13). 4. Se ayunó como un acto de penitencia: Así ocurrió en la época de Esdras (Neh. 9:1). 5. Otro motivo para el ayuno era el peligro inminente: El rey Josafat proclamó un ayuno en todo Judá cuando se sintió amenazado por los moabitas y los amonitas (2 Crón. 20:3). 6. Ante una travesía de viaje probablemente peligrosa, Esdras proclamó un ayuno (Esd. 8:21). 7. También se ayunaba en tiempos de aflicción: Afligido por la situación de Daniel, el rey Darío pasó la noche en ayunas (Dan. 6:18). Hay que destacar que la práctica del ayuno era acompañada por algunas actitudes muy importantes: oraciones y ruegos (Dan. 9:3), confesión de pecados (1 Sam. 7:6; Neh. 9:1, 2), humillación (Deut. 9:18) y lectura de las Sagradas Escrituras (Jer. 36:5, 6). Finalmente, es bueno recordar que generalmente se reconocen tres tipos de ayuno a lo largo de la historia del cristianismo: 1. El parcial, en el que la dieta es limitada, aunque se permiten algunos alimentos. 2. El normal, en el que no se ingieren alimentos por un período de tiempo prescrito, aunque se puedan ingerir líquidos. 3. El absoluto, que consiste en abstenerse totalmente de alimentos y líquidos en todas sus formas. Recordando estas consideraciones bíblicas,

EL VERDADERO SIGNIFICADO El ayuno era considerado una práctica muy importante en los tiempos bíblicos. Pero ¿qué significaba? Un rápido vistazo a las palabras de la Biblia es esclarecedor. Al igual que en español, el término hebreo tsom, que se traduce como “ayuno”, significa “abstinencia de alimentos”. Además, la expresión hebrea “afligir el alma” también se refiere al ayuno, lo que muestra que era más un ejercicio espiritual que la tentativa de castigar la carne de algún modo. Por otro lado, el ayuno también enfatizaba que la vida espiritual del pueblo de Dios era más importante que su existencia física. En el Nuevo Testamento también encontramos palabras referidas al ayuno, y estas tienen la idea básica de “tener el estómago vacío”. Tanto en su forma verbal (“ayunar”) como en sustantivo (“ayuno”), las palabras griegas significan “no comer”, “abstenerse de comida”, “pasar hambre”.1 Así, tanto las palabras bíblicas como las prácticas del pueblo nos muestran que ayunar generalmente significaba permanecer sin comer ni beber por un período, y no tan solo abstenerse de algunos alimentos.

RAZONES PARA LA PRÁCTICA DEL AYUNO No había un mandamiento específico que orientara el ayuno de los israelitas, pero la lectura de la Biblia deja en evidencia que

invitamos a toda la iglesia a participar este 1º de mayo de “Restauración”, la jornada de 10 horas de ayuno y oración. ¡Será de gran bendición para todos!RA ADOLFO SUÁREZ, pastor y Doctor en Teología, actualmente sirve en la División Sudamericana como director del SALT (Seminario Adventista Latinoamericano de Teología).

Referencias 1

Lothar Coenen y Colin Brown. Dicionário

Internacional de Teologia do Novo Testamento (San Pablo, Brasil: Vida Nova, 2000), p. 1.066.

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