Resumen TPA2 - Historia Argentina III

August 8, 2017 | Author: Pipochipolatti | Category: Communism, Syndicalism, Trade Union, Labour Law, Politics
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Descripción: Resumen de los textos correspondientes al segundo teórico-práctico de Historia Argentina III - Catedra Vill...

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Autores: Del Campo – Korzeniewicz(p.5) – Camarero(p.7) – Portantiero(p.10) Del Campo: “Sindicalismo y Peronismo” (págs. 63-117). CAP 3 : EL MOVIMIENTO OBRERO EN LA DECADA DEL 30(I) Si bien a principios de la década del 30, el número de trabajadores organizados alcanzaba números inéditos, los mismos seguían representando una porción minoritaria de los asalariados (entre el 10% y el 15%). Asimismo, las organizaciones sindicales durante este período acentuaron su búsqueda de poyo en el poder político para concretar sus reivindicaciones y desarrollaron un proceso de creciente burocratización, dando origen a una nueva capa de dirigentes para quienes la vinculación con los factores de poder se convierte en el medio para conservar su posición. Sin embargo, la aspiración de los mismos por participar de manera activa y eficaz en la vida política se ve trabada por la imposibilidad de contar con el respaldo indiscutible de la clase a la que pretendían representar.  Hasta ese momento la clase obrera no había encontrado una identidad política que la unificara e hiciese valer su peso e importancia en la estructura productiva. 

La organización sindical

A lo largo de la segunda mitad de la década del 30 se observa entre los trabajadores organizados un crecimiento sostenido del peso de los obreros de las industrias manufactureras a costa de una caída en el peso de los trabajadores del transporte principalmente. Asimismo, a lo largo de toda la década, la CGT es la organización más importante, nucleando a más del 60% de los trabajadores organizados en todo momento y llegando a picos del 75% en 1941. 

La CGT sindicalista

El 27 de septiembre de 1930 se constituyó la CGT, como consecuencia de la fusión entre la COA socialista y la USA sindicalista. En la misma, los sindicalistas poseían una cómoda mayoría en los cuerpos directivos que les permitió mantener el control de la central, en la medida en que la convocatoria al Congreso Constituyente se postergaba indefinidamente. Sin embargo, como consecuencia del golpe de 1930, la crisis económica y la represión desatada, la vida de la central en sus primeros años fue poco activa. Cuando el General Justo, reemplazó a Uriburu, luego de fraudulentas elecciones, la CGT adopto una actitud de defensa al nuevo gobierno ante rumores de un nuevo golpe como consecuencia de la persecución que habían sufrido con el golpe de 1930  Esta actitud de prudencia y moderación le abrió a los dirigentes de las CGT contactos con el despacho presidencial.

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Por su parte, los socialistas, contrarios a la política de “prescindencia” del movimiento sindical que impulsaba la corriente sindicalista, pasaron a la ofensiva a partir del ingreso de La Fraternidad a la CGT, en agosto de 1933, lo que les otorgaba el peso suficiente como para desafiar a la mayoría sindicalista.



La CGT disputada: socialistas y sindicalistas

A partir de 1933, los sindicatos socialistas comenzaron a presionar a la conducción de la CGT para que coordinara una acción conjunta con los partidos y otras organizaciones democráticas contra lo que caracterizaban como amenaza fascista, a lo que la conducción respondió con un manifiesto expresamente tibio y pro gobierno que generó un fuerte rechazo al interior de la misma central. Lejos de rectificarlo, la conducción reafirmo dicho manifiesto y atacó a los socialistas, agudizando el enfrentamiento entre estos últimos y los sindicalistas. En Mayo de 1934 se inició la discusión del anteproyecto de los estatutos con diferencias en tres puntos  Art 1: la mayoría llamaba a agruparse en la CGT a todos los “trabajadores asalariados”, mientras la minoría proponía incluir a las profesiones liberales  Art 5: la mayoría planteaba que la CGT no debía inmiscuirse en la forma que tengan de encarar los problemas sociales los partidos políticos o agrupaciones ideológicas, ni pretendía fijarles normas de orientación y, en reciprocidad, exigía que éstos observaran la misma conducta para con la central. La minoría proponía intervenir constantemente en todos los problemas nacionales que afecten a los trabajadores, defender las libertades individuales y recabar de quienes corresponda leyes que favorezcan a la clase obrera para el acceso a la dirección de la producción.  Art 29: la mayoría proponía que los miembros de los órganos directivos de la Central no podían ser candidatos a ninguna función política y que la presentación de su candidatura implicaba la renuncia al cargo confederal que ejercían, mientras la minoría planteaba eliminar este artículo En definitiva, la diferencia estaba en el rol que jugarían los partidos políticos dentro de los sindicatos. Finalmente, en 1934, los sindicalistas perderán su gremio más importante, la Unión Ferroviaria, a manos de una coalición con mayoría socialista, poniendo en riesgo su conducción de toda la central. 

Cambio de manos en la UF y “golpe de estado” en la CGT

Tramonti (conducción sindicalista de la UF) tuvo que enfrentar durante la crisis del 30 la ofensiva patronal de las empresas ferroviarias, que por medio de la amenaza de despedir trabajadores para reducir sus gastos, logró que la UF cediera alguna de sus conquistas y aceptara reducciones de salarios  Esta situación, a su vez, generó que

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tanto socialistas y comunistas redoblaran su crítica contra la conducción del gremio, acusándola de traidora, ante lo cual esta última reaccionó interviniendo seccionales y expulsando a opositores, lo que empeoró la situación. Finalmente, en 1934, una coalición opositora, liderada por Domenech (miembro del PS), logró acceder a la conducción del gremio. Sin embargo, desde ese momento, se vio obligada a aceptar el laudo presidencial favorable a las empresas, quedando expuesta a las mismas acusaciones que había lanzado contra el grupo de Tramonti. Asimismo, su posición no estaba consolidada y, en la asamblea de mayo – junio de 1935, su posición respecto al anteproyecto del estatuto perdió contra la de la mayoría del CC, comprometiendo a los delegados ante el Congreso Constituyente de la CGT a sostenerla, lo que tiraba por el piso la esperanza de los socialistas de anular las clausulas anti-políticas. A partir de entonces se inició una disputa entre la Junta Ejecutiva de la CGT y la Comisión Directiva de la CGT, respectó a la representatividad de los delegados ante el Congreso Constituyente, que finalizó con la UF suspendiendo el pago de las cotizaciones a la central y luego, con la ocupación del local donde funcionaba la CGT por parte de dirigentes de la Unión Ferroviaria, La Fraternidad, ATE, UOEM, y otros gremios socialistas. Desde ese momento, se constituyeron dos CGT, una en la sede de la UF de la calle Independencia (socialistas) y otra con sede en la central de la FOET, en la calle Catamarca (sindicalistas). CAP 4 : EL MOVIMIENTO OBRERO EN LA DECADA DEL 30(II) El ocaso del sindicalismo El Congreso Constituyente reunido por la CGT Independencia, el 30 de marzo de 1936 solo contó con 25 organizaciones y estaba totalmente dominado por los “asaltantes”. El mismo aprobó unos estatutos que fueron depurados de los artículos anti – políticos y nombró a Domenech como Secretario General. La principal lucha entre las dos facciones se dio por el control de la Unión Ferroviaria. El 30 de enero de 1936 la CD, manejada por Domenech, expulsó a Tramonti junto a otros doce socios por desacato por las notas que habían firmado sobre el “asalto” a la CGT. Los expulsados recurrieron a la Justicia, que suspendió las expulsiones e intervino las elecciones de la organización. De esta manera, por primera vez un organismo del Estado intervenía en los asuntos internos de una organización gremial, y lo hacía en la más importante y a pedido de una parte de los miembros. Sin embargo, por esta acción, el grupo de Tramonti y la facción sindicalista perdieron lo que les quedaba de prestigio y finalmente, en 1938, se separaron formando una nueva organización (FOEF) que tuvo escaso éxito en competir con la UF. Por otro lado, el peso de la UF junto a los demás sindicatos principales en el Congreso de 1936 inclinó la balanza a favor de la CGT Independencia, relegando definitivamente a los sindicalistas.

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El avance de los comunistas

 En 1929, se forma el Comité de Unidad Sindical Clasista (CUSC), conducido por los comunistas, el cual fue progresivamente adquiriendo el carácter de otra central sindical y se centró en promover el desarrollo de comités de fábrica independientes de los sindicatos. Durante los siguientes años, los comunistas lograron a partir de dichos comités, organizar importantes sindicatos por rama industrial, reuniendo a las organizaciones de oficio y comenzaron a dirigir las huelgas más importantes de todo el período.  En 1935, el COMINTERN lanza la consigna del frente popular y, en consecuencia, se disuelve la CUSC y los sindicatos controlados por los comunistas iniciaron gestiones para ingresar en la CGT  Inicialmente son rechazados por los sindicalistas.  Los socialistas permitieron el ingreso de los sindicatos comunistas, y recién en 1939, pudieron participar con plenos derechos. Solo con el comienzo de la 2GM, las diferencias con los socialistas al respecto, generaran profundos enfrentamientos que desembocaran en una nueva escisión.



Socialistas y comunistas: una difícil convivencia.

A partir de la firma del pacto germano-soviético, los comunistas comenzaron a sostener una postura de estricta neutralidad, caracterizando a la contienda bélica como una disputa “inter-imperialista”. Esta posición chocaba de frente contra las posiciones sostenidas por los socialistas (que hasta hace poco los comunistas habían acompañado) de condena total al nazi-fascismo. Esta situación se modificó a partir de la invasión nazi a la URSS en junio de 1941 A partir de entonces se eliminaba la principal de las causas de la discordia, pero no la única. La dirección de la central fue criticada por someter a la clase obrera a un “neutralismo político”, de manera similar a la crítica que los socialistas habían esgrimido contra los sindicalistas. Los comunistas de esta manera comenzaban a preparar el terreno para desplazar al grupo dominante, el cual se defendía concentrando sus ataques en los comunistas, acusándolos de divisionistas, inconsecuentes y de actuar conforme a consignas externes. En medio de este enfrentamiento, aparecía un tercer grupo, encabezado por Pérez Leirós y Borlenghi, que destacaba por poseer posiciones más ambiguas y conciliadores. Fue la alianza de los comunistas con este grupo lo que desencadenaría la división. 

1943: La CGT dividida

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En el II Congreso de la CG en 1942, la división se consumó cunado luego de que uno de los delegados de la Unión Ferroviaria inclinara la balanza a favor de la lista de los comunistas, el grupo de Domenech aprobó un cuarto intermedio sin votarlo y luego reemplazo a dicho delegado para recuperar ese voto. A partir de dicho escándalo, los dos bandos se atribuyeron la victoria, consolidando la división de la central. 

Un nuevo tipo de sindicalismo

Esta escisión se distinguía de las anteriores, por el hecho de que la línea divisoria entre las dos centrales era confusa, ya que ambas centrales estaban encabezadas por afiliados socialistas. La principal diferencia radicaba en que quienes apoyaban a la CGT N°2(apoyada por los comunistas) aspiraban a que la central tuviese una participación más activa en cuestiones de política nacional e internacional. Entre otros de los factores divisores, se destacaba el hecho de que los cargos directivos eran codiciosamente disputados por el poder personal que otorgaban a quienes los ejercía, además de favorecer los intereses de las organizaciones que los controlaban  Tanto la CGT como los sindicatos más importantes se habían comenzado a convertir en factores de poder con una importante capacidad de movilización y el respeto de las autoridades estatales, los patrones y los políticos. Esto, generaba una tendencia a la burocratización que, sin embargo, tenía algunos obstáculos:  En primer lugar, el hecho de que no hubiese impedimentos legales para la existencia de varias organizaciones por gremio, obligaba a los dirigentes a buscar ciertos modos de convivencia con los grupos opositores para evitar divisiones que minaran su poder.  En segundo lugar, como la afiliación era voluntaria, el descontento de las bases se manifestaba en una caída de las afiliaciones, que afectaba el número de cotizantes de la organización afectando su capacidad de acción y su peso específico. Muchos de los rasgos que caracterizarían al sindicalismo peronista (oficialismo, vocación de participación política basada en la propia organización sindical) comienzan a aparecer en este momento. Lo que se modificó a partir de 1943, entonces, no fue la actitud del movimiento obrero respecto del poder político, sino que fue la actitud de éste frente a los trabajadores. En ese sentido, desde que Perón se hizo cargo de la política sindical del nuevo gobierno militar, los contactos comenzaron a ser buscados y cultivados con mayor intensidad y se convirtieron en la principal preocupación del personaje más importante del nuevo gobierno.

Korzeniewicz: “Las vísperas del peronismo. Los conflictos laborales entre 1930 y 1943”

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Los años 30 y comienzos de los 40 han sido caracterizados en el ámbito gremial como un período de transición, o sea un lapso en el que coexistieron viejas y nuevas instituciones. El autor propone  En primer lugar sostener que la ola de huelgas de mediados de los 30 puso de manifiesto que los trabajadores de virtualmente todos los sectores de trabajo estaban adoptando formas de organización y de acción de alcance sectorial, al mismo tiempo que buscaban obtener la mediación del Estado en favor de sus demandas.  En segundo lugar que la transición hacia estas nuevas formas de articulación laboral suministró a los comunistas nuevas oportunidades para fortalecer su presenciad entro del movimiento obrero  Finalmente, que las nuevas formas de acción y organización permitió a los trabajadores aumentar su poder de negociación política, lo cual condujo a que los empresarios y las autoridades estatales procurasen responder a estos cambios propiciando una mayor regulación formal de las relaciones capital – trabajo. 

La distribución sectorial y geográfica de los conflictos en los años 30.

En el período entre 1930-1943 se observa una caída en el peso de las huelgas portuarias, mientras que crecen las de los obreros de la construcción y los trabajadores rurales principalmente Si a principios de siglo la mayoría de los conflictos se concentraban en la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, en el período 1930-1943, solo 27% de las huelgas se desarrollan en dicha área.  Critica la posición de Germani que sostiene que hubo una dicotomía entre la fuerte experiencia de los trabajadores urbanos establecidos y la falta de exposición a la acción colectiva previa por parte de los trabajadores rurales en la emergencia del peronismo  Sostiene que la alta intensidad de la conflictividad laboral en los sectores agrícolas del interior durante todo el período 1930-1943 refuta esa posición.

La conflictividad laboral en el sector agrario Los conflictos en el campo eran ocasionados en su mayoría, por la práctica de los patrono de emplear o contratar para las tareas rurales a elementos extraños a la localidad en que se realizan esos trabajos, así como por la falta de pliegos de condiciones de trabajo  Desde el punto de vista de los sindicatos, los migrantes son contratados en un esfuerzo por reducir los salarios y minar el poder de las organizaciones laborales.

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Al reducir los salarios, el empleo de trabajadores migrantes también reducía el consumo local y, por esa razón, se consideraba que el empleo de migrantes también perjudicaba al comercio a la población de las localidades, generando apoyos de estos sectores a los trabajadores rurales. Hacia fines de la década del 30 los sindicatos habían logrado imponer mayores regulaciones al empleo, muchas veces por medio de presiones políticas sobre las agencias estatales. 

Las modalidades de las luchas obreras

 Poder de negociación laboral: Los comunistas jugaron un papel importante en las nuevas organizaciones del agro argentino, lo que generó una fuerte respuesta estatal para reducir los conflictos laborales. Los trabajadores rurales poseían un poder de negociación fuerte únicamente durante las cosechas. Por otro lado, los trabajadores ferroviarios fueron quienes mostraron mayor habilidad para parar la producción a través de huelgas cortas y repentinas  La naturaleza de la red ferroviaria junto a los códigos de trabajo formalizados para asegurar el flujo de tráfico, otorgo a los trabajadores de este sector un considerable poder de negociación en el propio lugar de trabajo.  Sindicatos de tipo industrial: Las huelgas de 1935 en la construcción y los sectores manufactureros fueron canalizados a través de sindicatos de sector o rama de actividad industriales. Estos se caracterizaban por el crecimiento de burocracias internas y por descansar fuertemente en la negociación política para resolver los conflictos.  Alianzas políticas: Los sindicatos de tipo industrial de las áreas rurales buscaron generar alianzas políticas más amplias con otros sectores sociales y del campo laboral, buscando beneficios para la comunidad, subsidios estatales a los precios y mejoras de los servicios  Capacidad organizativa comunista y represión: Los comunistas lograron alcanzar y establecer rápidamente una posición fuerte dentro de los nuevos sindicatos industriales gracias a su habilidad para suscitar y unificar demandas de los trabajadores sindicalizados.  Las autoridades estatales por su parte, introdujeron regulaciones dirigidas contra los sindicatos influidos por los comunistas, así como la ley de represión del comunismo. Sin embargo eran conscientes de que la represión era insuficiente para asegurar la armonía social y por esa razón comenzaron a apostar a la intervención del DNT. 

La regulación estatal

 Papel de los Departamentos del Trabajo: Desde 1935, comienza a reaparecer la DNT en la escena política. En muchos casos la mediación estatal frenaba las represalias de los empleadores, mientras que en otras ocasiones incrementaba salarios regulaba condiciones laborales etc. Tras la huelga de

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1935 y principios de 1936, los obreros de la construcción procuraron la mediación estatal para resolver sus conflictos con la patronal  Las organizaciones sociales y políticas ante la mediación estatal: la creciente regulación estatal fue, en parte, una respuesta a las demandas formadas por las organizaciones sociales y políticas. Los propios empleadores en muchos casos también buscaban una mayor regulación estatal. Los trabajadores persiguieron activamente la mediación estatal para conseguir un reconocimiento oficial de la DNT. Además, se esforzaron por mantener canales abiertos de comunicación con el gobierno.  Las autoridades estatales y la mediación: Las autoridades estatales justificaban la regulación del Estado como un elemento clave en el control del conflicto laboral.



El fin de la guerra, la cuestión obrera y el comunismo.

El rápido crecimiento de los sindicatos industriales en la década del 30 y principios de la del 40 en muchos sectores de la fuerza de trabajo, el papel desempeñado por los comunistas en dichos sindicatos y la creencia de que el movimiento obrero sería proclive a generar una nueva ola de conflictos laborales una vez que termine la guerra, fueron elementos determinantes en el desarrollo del golpe de 1943. CONCLUSIONES Durante la postguerra el movimiento obrero adopto diversas formas de acción y organización diseñadas para elevar el poder de negociación político y generando el marco para una serie de acuerdos institucionales el trabajo, el capital y el Estado. A medida que los trabajadores crecieron en número se volvió más difícil para el movimiento obrero operar a partir de una estrategia de negociación basada fundamentalmente en el sindicalismo de oficio y se comenzó a impulsar la formación de sindicatos de tipo industrial, caracterizados por estructuras de decisión centralizadas y mayores controles institucionales sobre las bases. En Argentina, los militantes comunistas se destacaron en promover estos nuevos sindicatos y cobraron un peso creciente que se evidencio en la ola de huelgas de mediados de los años 30. Los conflictos laborales y la influencia comunista al interior del movimiento obrero tuvieron dos consecuencias importantes: en primer lugar, el Estado amplió el abanico de mecanismos oficiales de regulación de las relaciones entre el capital y el trabajo y , en segundo lugar, se generó una creciente resistencia contra los comunistas en un amplio espectro político , que buscaba revertir los progresos de estos.

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Camarero: “A la Conquista de la Clase Obrera. Los comunistas y el mundo del trabajo en la Argentina, 1920-1935.”(CAP III y IV) CAP 3: HUELGAS REVOLUCIONARIAS Y REPRESION ESTATAL: EL COMUNISMO BAJO LA ESTRATEGIA DE CLASE CONTRA CLASE 1929-1935. En 1929, el COMINTERN lanza la línea de clase contra clase. A partir de entonces, todo el discurso y las prácticas del PC se abocaron a la urgencia revolucionaria. En ese sentido, se caracterizó al gobierno radical de Yrigoyen cada vez más como reaccionario.  Si bien existía una creciente hostilidad contra el PC, hasta el golpe militar de septiembre de 1930, los comunistas se desenvolvieron en márgenes casi plenos de legalidad. 

1- 1929-1930: Surgimiento del CUSC y oposición frontal a Yrigoyen

A partir de su nueva orientación partidaria, el PC comenzó a plantear en el campo sindical que una posible unidad entre las tres centrales existentes solo debía realizarse sobre principios revolucionarios. En ese sentido, se opuso al proceso de unificación entre la COA y la USA y, en mayo de 1929 constituyó su propio organismo de unidad sindical con la creación del Comité Nacional de Unidad Sindical (CUSC).  Tanto el PC, como el CUSC denunciaban como colaboracionistas a la USA, la COA y al PS. El CUSC comenzó a impulsar paros por su propia iniciativa en toda la geografía laboral, sobre todo, en donde el partido estaba mejor implantado y existía mayor insatisfacción laboral. Esta combatividad y autonomía que desplegó el CUSC redundó en un mayor deterioro de sus relaciones con las demás corrientes sindicales.  Los comunistas desencadenaban conflictos violentos y radicales con el objetivo de conformar luego “sindicatos revolucionarios”. Sin embargo, en septiembre de 1930, el Golpe de Estado tomó por sorpresa al PC, que se encontró sin ninguna estrategia definida para enfrentar al mismo. 

2- La dictadura de Uriburu y la represión al comunismo.

El Gobierno de facto impuso el estado de sitio, la ley marcial y el restablecimiento de la pena de muerte, al mismo tiempo que impulso una política represiva sobre las oposiciones mas abiertas, donde se destacó el débil movimiento obrero. Los comunistas caracterizaron al golpe como un zarpazo contrarrevolucionario de la oligarquía y el capital extranjero, que habían derrocado a un gobierno reaccionario. Sin embargo, a diferencia del gobierno de Yrigoyen, la política represiva del nuevo gobierno, obligó al comunismo a replegarse a la clandestinidad inmediatamente.

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El PC definía al régimen de Uriburu como una Junta Militar Fascista, contra la cual el PC y el CUSC debían organizar la resistencia de las masas y llevarlas a la conquista del poder soviético. Se evaluaba el golpe como pro yanqui y una continuidad del gobierno radical en sus objetivos imperialistas y reaccionarios. A partir de estas posiciones, y su diferencia con las adoptadas por la CGT, los militantes comunistas comenzaron a ser vistos, en el activismo obrero, como ejemplos del combate abierto contra la dictadura, incluso por encima de los anarquistas, cuya presencia en el proletariado industrial experimentaba una franca decadencia. Con la caída del gobierno de Uriburu y la llegada al gobierno del General Justo, la izquierda encontró momentáneamente márgenes para retomar sus actividades, pero pronto volvió a ser perseguida. A lo largo de 1931, el PC logró grandes progresos en su proceso de implantación y organización del proletariado, donde cumplieron un papel destacado los planes de “emulación sindical revolucionaria”, en el marco de un programa metódico del CUSC, con el objetivo de expandir o establecer, desde las células partidarias, una estructura sindical. El Gobierno de Justo, por su parte reaccionó frente a la conflictividad laboral, según la posición que el sindicato ocupara en la estructura económica, su filiación política y la visibilidad que los conflictos tenían en la opinión pública. En ese sentido, mientras adoptó una vía negociadora frente a las huelgas promovidas por socialistas y sindicalistas, se optó por una política represiva contra los comunistas. 

4- El Regreso de la persecución.

A partir de mayo – junio de 1932 el gobierno de Justo adoptó una política de creciente hostilidad contra los sectores más combativos del movimiento obrero, lo que implicó que los integrantes del PC fueran nuevamente perseguidos. Al mismo tiempo, se fue consolidando un extenso bloque social donde confluían el anticomunismo, el nacionalismo, el catolicismo, el militarismo, el antisemitismo y el fascismo que concebía como su enemigo a la “amenaza bolchevique” caracterizada como un fenómeno foráneo y extraño a la comunidad nacional. 

5 – El CUSC, la CGT y los conflictos sindicales en el sector industrial

La decisión de crear centrales sindicales propias o fuertemente influidas por el comunismo fue una característica de la estrategia del tercer período que impulsó la Internacional Comunista en todo el mundo. Al respecto, el CUSC sostuvo que la conducta de la CGT era de carácter burocrática y capituladora e, incluso, pro-fascista. Sin embargo, hacia 1935, el CUSC no era competencia para el poder de la CGT, que agrupaba a más de 200.000 trabajadores y a 400 sindicatos, aunque no había logrado una sólida base en el proletariado industrial. Asimismo, al interior de la CGT, se agudizaron las pujas entre los sindicalistas y los socialismos, que se vieron reforzados desde 1933, con el ingreso de La Fraternidad

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a la central, y cuestionaron a la dirección por su demora en convocar un Congreso Constituyente y por su carácter colaboracionista y prescindente. La discusión se daba por la posición de la central, ya que mientras los sindicalistas defendían su autonomía, los socialistas buscaban que la central se plegara a la lucha anti-fascista junto a los partidos opositores y privilegiara al Parlamento, donde el PS tenía una bancada fuerte, como su interlocutor con el poder político. Por su parte, hacia mediados de los años 30, el comunismo comenzó a posicionarse como la corriente mejor ubicada para organizar y liderar sindicalmente al proletariado industrial. Al respecto, los comunistas fueron predominantes en los sectores más dinámicos del movimiento obrero y las huelgas dirigidas por estos se transformaron en movimientos que tenían un doble objetivo, el primero era conseguir mejoras para los trabajadores y, el segundo, era la expansión de los sindicatos únicos por rama. Hacia 1935, en un contexto local de creciente recuperación del movimiento obrero y crecimiento de conflictividad laboral, la Internacional Comunista lanzó la orientación del “Frente Popular”, donde se planteaba la necesidad de confluir con las direcciones antifascistas y antiimperialistas del movimiento obrero. En consecuencia, los comunistas disolvieron el CUSC e iniciaron las gestiones para ingresar a la CGT. Dado que la conducción sindicalista entendía que el PC no acataría los principios de independencia de la CGT de cualquier partido, el ingreso tuvo que esperar a que la central pasara a manos de los socialistas en 1936. En este escenario, la lucha de los obreros de la construcción, termino de convertir al PC en la corriente predominante del sindicalismo industrial, hasta la llegada del peronismo. Portantiero: “Imagen de la crisis: el socialismo argentino en la década de 1930” La crisis económica, con sus secuelas de desocupación, políticas proteccionistas de las economías centrales, ascenso de los autoritarismos y reanudación del fraude en la política argentina tras el retorno de las oligarquías conservadoras obligaron a un replanteo de las posiciones del Partido Socialista. En ese sentido, el partido asumió una posición ambigua frente al golpe de Uriburu, ya que por su oposición al gobierno de Yrigoyen, no pudo dejar de verlo como un alivio. Sin embargo, en la medida en que el Gobierno de Uriburu intentaba concretar sus ideas corporatista y alentaba el fraude electoral, los socialistas fueron pasando rápidamente a oponerse al nuevo régimen. 

La discusión económica

La visión económica de la dirección partidaria frente a la crisis, se enmarcaba en los lineamientos tradicionales del partido en el período anterior: oposición a cualquier depreciación de la moneda y contra el proteccionismo comercial y a favor de una política de estabilidad monetaria y libertad comercial.

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Los socialistas consideraban que la crisis se había originado en un desequilibrio entre los precios agrícolas, a la baja, y los precios industriales, en alza, que obligaba a los agricultores a reducir su consumo afectando la producción industrial y generando un crecimiento del desempleo. En ese sentido, se puede caracterizar a la política económica del socialismo como una defensa del status quo que aparecía fundamentalmente como reivindicativa del salario de los trabajadores como motor del consumo. Su anti-proteccionismo y su oposición a la depreciación monetaria descansaban en esa visión del trabajador como un consumidor.

Otras miradas sobre la crisis Hacia 1933, se abrió una importante discusión en el socialismo local donde se destacaron tres líneas:  La línea tradicional, impulsada por Repetto y Dickman.  La línea de izquierda, que colocaba el eje en la dicotomía Reforma vs Revolución.  Los neorreformistas, que intentaba articular el reformismo económico con el reformismo económico a través del impulso de un programa de gobierno.  Plantean una “Revolución constructiva”, defienden la planificación e intervención estatal sobre la economía. 

Planismo e intervención

Los neorreformistas otorgaban a los sindicatos un papel central en la fijación de políticas de Estado. Sus propuestas se centraban en la idea de la planificación de la economía a través de la nacionalización de las industrias estratégicas, del sistema bancario y de la apropiación para la colectividad de las grandes extensiones agrarias, pero de manera progresiva y acompasada con la evolución mundial hacia formas de economía dirigida. Asimismo, sostenían la necesidad de que el movimiento obrero y socialista abandonase su posición pasiva frente a la crisis porque el reformismo de reparto ya había perdido vigencia y se imponía la instalación de una economía mixta y dirigida a través del uso del poder político de un Plan Nacional, La conquista del poder debía basarse en la constitución de una mayoría que englobase a las clases medias. 

Cambios al fin de la década

En el Congreso del PS de 1938, se formalizó el viraje hacia nuevas posiciones en materia económica que estaban inspiradas mayormente, en las posiciones neorreformistas y se explicitó la necesidad de construir frentes políticos en defensa de la democracia. En ese sentido, el punto central de la discusión se desarrolló en torno a las medidas económicas propuestas, las cuales marcaban un viraje hacia la defensa de la intervención estatal en la economía.

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El autor sostiene que este fue el punto más alto de la adaptación del PS al nuevo marco abierto por la crisis y el contexto mundial. Luego, el estallido de la guerra y la vuelta local al fraude tras la renuncia y muerte de Ortiz, moverán la discusión hacia la dicotomía fascismo – antifascismo, desplazando las orientaciones sancionadas en 1938 por la defensa de las libertades democráticas. Esta dicotomía era un tema de importancia para las clases medias, pero no para las trabajadoras, donde a partir de ese momento el socialismo comenzó a perder todo el terreno que había ganado en la década del 30.

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