Resumen Libro Filosofía de la psicología de Mario Bunge y Ruben Ardila
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Resumen del libro de Filosofá de la Psicologá de Bunge y Ardila...
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Libro Filosofía de la psicología de Mario Bunge y Ruben Ardila P18 Cuadro los diez principales puntos de vista sobre el problema mente cuerpo MONISMO PSICOFÍSICO M1 Idealismo, pampsiquismo pampsiquismo y fenomenalismo. fenomenalismo. Todo es Ψ (Berkeley,
Fichte, Hegel, Fechner, E. Mach y más adelante W. James, A.N. Whitehead, Teilhard de Chardin, B. Rensch). R ensch). M2 Monismo neutral o doctrina del doble aspecto: Φ y Ψ son otras
tantas manifestaciones de una sustancia única e incognoscible (Spinoza y en un momento W. James y B. Russell, R. Carnap, M Schlick y H. Feigl). M3 Materialismo Materialismo eliminativo: Nada es Ψ (J. B. Watson, B. F. Skinner
A. Turing, G. Ryle, C. Hempel). M4 Materialismo reductivo o fisc isista: los estados Ψ son estados Φ (Epicuro, Lucreco, Hobbes, La Mettrie, d’Holbach, I. P. Pavlov, K.S.
Lashley, J. J. Smart, D. Armstrong, W. V. Quine, los Churchland, la psicología computacionalista). computacionalista). M5 Materialismo Materialismo emergentista: Ψ es una biofunción muy especial (Diderot, S. Ramón y Cajal T. C. Schneirla, Schneirla, D. Hebb, A. R. Luria, D. Bindra, V. Mountcastle, J. Olds, H. Jerison, J. P. Changeux, A. Damasio. DUALISMO PSICOFÍSICO D1 Autonomismo Φ y Ψ son mutuamente independientes independientes
(Wittgenstein). D2
Paralelism o: Φ y Ψ son paralelos o sincrónicos (Leibnitz, R. H. Lotze, W. Wundt, J. H. Jackson, el joven Freud, algunos gestalistas). REVISAR LO QUE DICE RUSSELL DE LA SINCRONIZACIÓN EN DESCARTES. D3 Epifenomenismo: Φ produce o causa Ψ que a su vez no reacciona sobre Φ (Hobbes, C. Vogt, T. H. Huxley, C. D. Broad, A. J. Ayer, J.
Searle). D4 Animismo: Ψ anima, controla, causa o afecta a Φ que a su vez no reacciona sobre Ψ (Platón, Agustín, psicología cognitiva
computacionalista según la cual lo que gobierna a los individuos son programas inmateriales). D5 Interaccionismo: Φ y Ψ interaccionan, siendo el cerebro la “base material” de la mente (Descartes W. McDougall, el Freud maduro,
W. Penfield, R. Sperry, J. C. Eccles, K. R. Popper, N. Chomsky). NOTA Φ representa al cuerpo o lo físico y Ψ a la mente (o lo
mental). Sólo se citan algunos bien conocidos postulantes de cada punto de vista. Apartado de Bunge (1980). Las dos familias de soluciones propuestas al espinoso problema de la relación mentecuerpo tienen una serie de características que vale la pena destacar. Una de ellas es que la división monista-dualista no coincide con la dicotomía clásica idealismo-materialismo. En realidad, ambos cambos, el monista y el dualista incluyen tanto a idealistas como a materialistas. Por ejemplo, Platón y Hegel eran idealistas, pero mientras que el primero era dualista, el último era monista y Darwin, Vogt, Büchner y Moleschott eran al mismo tiempo materialistas y epifenomenistas pues sostenían que el cerebro segrega pensamientos al mismo modo que el hígado segrega bilis. Una segunda característica llamativa de la dicotomía monista
dualista es su independencia de cuestiones gnoseológicas. En particular no coincde con la división subjetivista-realista, ni con la división empirista-racionalsta. Así, mientras que Ayer y Quine son ambos empiristas, el primero es dualista y el último fiscicista y por otro lado aunque tanto Popper como Smart son realistas, el primero es dualista, mientras que el último es monista (recordar el cuadro 1.2). Una tercera característica que hay que destacar es que la mayor parte de las filosofías de la mente son incompletas y consecuentemente están sujetas a muchas controversias que no aclaran nada y que no concluyen en nada (en este argumento los comentaristas o críticos A y B no están de acuerdo acerca de lo que quiso decir realmente el autor C. En cambio en una controversia científica los desacuerdos se producen sobre el valor del plan de investigación, la fiabilidad del método o la verdad de un dato o una teoría y se supone que producen alguna evidencia que confirma determinado punto de vista). Recordemos tres ejemplos importantes de estas nebulosas filosofías de la mente. La opinión del gran Aristóteles acerca del problema mentecuerpo era tan imprecisa que no hemos podido encontrarle sitio en la tabla 1.2 (lo mismo vale para la de Kant). Por un lado criticó el idealismo y el innatismo de Platón EL PROBLEMA DE BUNGE ES QUE QUIERE METER AHÍ SUS PREJUICIOS MARXISTAS CIENTIFICISTAS LLAMANDO IDEALISMO A LO QUE NO LO ES Y DIVIDIENDO COMO HACEN LOS MARXISTAS CUANDO LA DIVISIÓN ES REALISMO, UNIVERSALISMO Y GNOSTICISMO POR UNA PARTE Y POLÍTICAMENTE LIBERAL, CONSERVADOR Y RADICAL POR OTRA. Formuló una visión empirista del aprendizaje y afirmó claramente que la mente humana no tiene existencia independiente sino que es la “forma”
del cuerpo. Pero por otro lado llenó el cuerpo de espíritus animales y admitió la existencia de entidades supranaturales PUES SÍ Esta ambigüedad dio origen a una escisión entre sus muchos seguidores. Los hubo monistas y criptomaterialistas como Teofrasto y Averroes y
también dualistas como Santo tomás de Aquino y la mayoría de los otros escolásticos (cf. Calvo 1978). Otro caso de ambigüedad es el de Lenin (1947) quien se creía materialista pero que dio un traspié cuando se encontró con el problema de la relación mente-cuerpo. Efectivamente criticó al filósofo materialista J. Dietzgen por sostener que el pensamiento es material y afirmó en cambio que lo mental es lo opuesto a lo material. Razonó que si se negara esta oposición, no habría contraste entre idealismo y materialismo (parecería que, en este caso, Lenin sacrificaba l materialismo en el altar de la dialéctica). Su influencia sobre la filosofía marxista de hoy día es tal que, en los países en los que predominó la filosofía marxista lennista, lo mismo que en otros sitios, el dualismo psicológico pareció ser la filosofía de la mente más popular. Así, el famoso historiador soviético de la psicología Jarochewski (1975, p. 168) rechazó como “materialismo vulgar” la tesis que “identifica conciencia y procesos fisiológicos del cerebro.”
Un tercer e interesante ejemplo de confusión es la doctrina de los tres mundos, de Popper (Eccles y Robinson, 1985; Popper y Eccles 1977). De acuerdo con ella, la realidad se compone de tres “mundos”: el Mundo I (físico), el Mundo 2 (experiencia subjetiva) y
el Mundo 3 (cultura). El mundo 1 es material, el mundo 2 es inmaterial y el Mundo 3 es un saco en el que se ven mezclados objetos materiales como libros e inmateriales como los “contenidos” de los libros. Los Mundos 1 y 2 interactúan (según Eccles en el hasta ahora no identificado “cerebro de unión” [“Liaison brain”]; y el Mundo 3, producto del mundo 2 reacciona a
su vez sobre el Mundo 2. En nngún sitio de sus escritos acerca de esta doctrina, ni Popper n sus colaboradores o seguidores se molestan en aclarar (por ejemplo definir) ninguno de los conceptos clave que tienen lugar en la nueva trnidad. En partcular, no nos dicen a) qué clase de objetos son sus “munsos”, si conjuntos, colecciones, agregados o sistemas, b) qué es un estado mental, salvo que no es el estado de una cosa concreta y c) de qué
mecanismo de la interacción mente-cuerpo podría tratarse salvo la sugerenca de que pudiera ser un caso de telekinesis. El dualismo interaccionista es pues tan vago hoy como lo explicó Descartes (1649). (En realidad es todavía más vago hoy, pues Descartes se arriesgó y enunció al conjetura de que la glándula plneal era el lugar de encuentro entre mente y cuerpo NO SERÁ ESTA UNA SUERTE DE HIPÓSTASIS? Mientras que Eccles buscó nfructuosamente el presunto “liasion Brain”). En lo que no cabe
duda con respecto a la filosofía de la mente de Popper-Eccles es en lo siguiente. En primer lugar, que está a medio elaborar, debido a la falta de defnición de sus conceptos clave —notablemente los relativos al mundo, la mente y la interacción —y a que no contiene ninguna hipótesis precisa sobre la naturaleza de la mente o su pretendda interación con el cerebro. En segundo l ugar, viola “un prncipio fundamental de la física”, el llamado principio de la
conservación de la energía pues postula que la mente inmaterial puede mover la materia. En tercer lugar, viola un supuesto táctico de toda la ciencia experimental, a saber, el de que la mente no puede actuar directamente sobre la materia.
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