Resumen. La Historia Después Del Fin de La Historia. J. Fontana. F
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RESUMEN LA HISTORIA DESPUÉS DEL FIN DE LA HISTORIA. JOSEP J OSEP FONTANA. FONTANA.
La obra se divide en once capítulos, el primer capítulo lo emplea el autor para realizar la introducción al texto y para explicar el motivo fundamental para la realización de la obra; dentro de los antecedentes cita la frase: “El fin de la historia”, sealando haber sido una expresión !ue se puso de moda por un artículo publicado por "rancis "u#uyama en $%&%, para favorecer el vira'e a la derecha de la enseanza de las ciencias ciencias sociales( sociales( )dem*s se refiere a una serie de artículos artículos publicados publicados en la revista History revista History Today en Today en los !ue se declara la muerte del marxismo o el fin de la historia( )firma !ue el propósito del texto es ayudar a orientarse, a los !ue se interesan por el estudio de la historia, en el laberinto de corrientes, hasta hace poco tiempo limitada a la historia +marxista+, la acadmica conservadora y la escuela de los )nnales( La reflexión parte del fracaso en las expectativas depositadas en el marxismo como alternativa alternativa a la enseanza enseanza e investi-aci investi-ación ón tradicional tradicionales, es, adem*s de luchar por la reivindicac reivindicación ión del pensamiento marxiano, en oposición a la irracionalidad de !uienes ase-uran !ue, con el fracaso de re-ímenes del Este europeo, caducó el pensamiento marxiano( En el se-undo capítulo plantea el problema !ue representa el intento por recuperar la historia narrativa, narrativa, !ue se suele presentar presentar de forma expositiva, expositiva, neutra neutra y limpia limpia de car-a ideoló-ica, ideoló-ica, pero la narración narración implica implica un contenido, contenido, una ideolo-ía, ideolo-ía, status, status, modales, modales, simetría simetría,, contradicci contradicciones, ones, etc( La narración podría ser la solución del problema de la compartimentación de la investi-ación histórica, puede servir de hilo conductor en acontecimientos m*s o menos homo-neos, pero la solución no reside en volver a una explicación lineal y ordenada, sino la elaboración de un nuevo tipo de síntesis, la inte-ración coherente de los datos de la historia política, social y cultural( El retorno a la narrativa tradicional no es la solución, sería simplemente una historia !ue vuelve a ser( El problema debe enfrentarse asumindolo en toda su comple'idad( El tercer tercer capítu capítulo lo est* est* desti destinado nado para para analiza analizarr la ilusi ilusión ón cienti cientific ficist ista, a, en donde donde la cienci cienciaa histórica muestra otra modalidad de huida m*s com.n, !ue la lleva a buscar el auxilio de otras ciencias sociales, menos controvertidas !ue la ella y con mayor presti-io acadmico( /obre todo despus del sentimient sentimiento o de minusvalía minusvalía de al-unos al-unos historiadores historiadores ante la virulenta crítica crítica de 0arl 1opper en La miseria del historicismo( historicismo ( El desencanto por la historia y por el historicismo, condu'o a aproximarse a las ciencias +duras+, alimentando un af*n cientifista, refu-io de +científicos sociales+ desorientados( "ontana hace nfasis en la inutilidad del cientificismo !ue pretendió imitar mtodos de otras disciplinas estudiosas de un mundo de abstracciones, pero no se a'usta al de la realidad tal como hoy la
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experimentamos( 1or lo tanto, es hora de arrinconar la visión lineal de la historia como un ascenso continuo de la barbarie al pro-reso( El cuarto capítulo est* reservado a la +cliometría+, un e'emplo del cientifismo !ue tomando elementos metodoló-icos de la economía y recurriendo a tcnicas históricas para reco-er los datos, pretende constituirse en disciplina independiente( 1ero las pretensiones de independencia de la +nueva historia económica+, han mostrado !ue sólo sirve para corre-ir malos planteamientos y errores en la +historia económica tradicional+( 2uestro autor afirma !ue los fenómenos sociales son demasiado comple'os como para esperar !ue sean analizados satisfactoriamente por la econometría( 3ace mención de un texto de 4ipolla, !ue pretendiendo contribuir a devolver a la historia económica el e!uilibrio perdido, seala !ue la historia económica es eminentemente interdisciplinar, y no puede prescindir de la historia ni de la economía, sin embar-o, el problema es !ue la historia es una disciplina humanista, en cambio la economía se ha distanciado de la historia y de las ciencias humanas y se aferra a las +ciencias exactas+( 4oncluye el capítulo sealando !ue rechazar el cientifismo no si-nifica rechazar la ciencia, es decir, se pueden usan mtodos economtricos para estudiar un n.mero de variables, sin caer en la simplificación desnaturalizadora de la realidad( En el !uinto capítulo se ocupa de un e'emplo concreto, del problema del nivel y de la calidad de vida, al !ue el traba'o historio-r*fico le ha prestado -ran atención en los .ltimos aos, en especial al estudio de los salarios( /u an*lisis conduce a un tema m*s comple'o !ue es el de la estimación del nivel de vida, puesto !ue las cifras de los salarios no tienen sentido si se examinan al mar-en de las circunstancias sociales( 2o obstante, las dificultades para operar una investi-ación cuantitativa de los +salarios reales+, explica !ue una investi-ación !ue se pretende +dura+ haya optado por vías como las de la relación entre hambre, enfermedad y muerte( )naliza los estudios de )martya /en sobre la importancia de distin-uir entre disponibilidad de alimentos y acceso a ellos( 1or lo !ue respecta a la enfermedad, seala !ue estamos abandonando las interpretaciones mecanicistas !ue vinculan la reducción de la enfermedad al pro-reso económico o al avance mdico( Es decir, !ue necesitamos un repertorio de soluciones m*s comple'o, !ue reemplace las vie'as simplificaciones( )clara !ue no se trata de una actitud ne-ativa ante estudios !ue pretenden esclarecer problemas fundamentales para el historiador, sino al empleo de estudios simplistas para arribar a conclusiones poco sustentadas( En el sexto capítulo examina la creciente preocupación por la escasez o conservación de los recursos naturales, !ue ha dado lu-ar a los estudios sobre el espacio, el clima y los recursos naturales a travs de una corriente !ue se ha dado en llamar +ecohistoria+, una preocupación !ue no es nueva, 5
puesto !ue hay evidencia de !ue la historio-rafía europea le prestó atención a cuestiones como el dominio del hombre sobre la naturaleza para me'orarla, y la influencia del medio sobre la cultura( El autor hace nfasis en !ue nos hemos empeado en estudiar la influencia del cambio clim*tico, dramatizando sus efectos, sin reparar en !ue sus efectos pueden ser menores debido a la capacidad de adaptación a lar-o plazo( /eala !ue no se propone minimizar la importancia del estudio del medio natural asociado al del hombre( 1ero una cosa es pedir auxilio de los especialistas para la adecuada interpretación de sus resultados, y otra !ue el historiador haya de convertirse en científico aficionado( El sptimo capítulo est* destinado a plantear al-unas consideraciones acerca de las propuestas del cientifismo, como lo es, su inters por reemplazar una vie'a terminolo-ía 6clase, bur-uesía, feudal, capitalista7 !ue el +revisionismo+ ataca, ar-umentando !ue es imprecisa para propósitos analíticos; la reemplaza por otra 6preindustrial, tradicional, paternalismo, modernización7, !ue es i-ual de imprecisa, ar-umentando !ue los primeros trminos est*n limpios de car-a ideoló-ica( Los trminos !ue proponen abandonar est*n for'ados en conflictos reales entre los hombres, traducen una din*mica de enfrentamiento( /e trata pues de una operación de escamoteo intelectual !ue obli-a a renunciar a conceptos for'ados por los hombres en el pasado, car-ados de un contenido +histórico+ real( 4onsidera !ue pedirle a disciplinas como la sociolo-ía, la antropolo-ía o la psicolo-ía un fundamento para determinar una perspectiva adecuada para la historia, acarrea problemas de solidez en la cimentación y fra-mentación del ob'eto de estudio de la historia, pues una cosa es pensar !ue una explicación histórica m*s rica debe incluir m*s factores antes no considerados,
y otra !ue
interpretemos eso como una invitación a abrir nuevos campos separados !ue se convertir*n en disciplinas independientes( En el octavo capítulo hace referencia al an-ustioso llamamiento de La8rence /tone en favor de la vuelta a una historia !ue se ocupase de los acontecimientos y la conducta, operando sobre la base de textos contempor*neos y con la finalidad de explicar los cambios acaecidos a los hombres( El llamamiento se 'ustificaba por las consecuencias del +posmodernismo+ !ue, con la triple amenaza de la lin-9ística, la antropolo-ía cultural y el +nuevo+ historicismo+, estaba convirtiendo la ciencia histórica en una +especie en peli-ro de extinción+( orty había sealado !ue el +-iro lin-9ístico+ afectó seriamente la filosofía, toda vez !ue con el estructuralismo se concedió primacía al len-ua'e o al símbolo( Esta transformación habría derivado en una especie de cientifismo, al mtodo y la tcnica analítica 6semiótica7 y, +en ideolo-ías activas !ue conocemos como +posestructuralismo+, de la mano de autores como "oucault, eleuze o errida(
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En el terreno del estudio de la sociedad y la cultura, los efectos m*s importantes del -iro lin-9ístico se han manifestado en los estudios literarios( Esta eliminación -radual de la literatura repercutió en la universidad, lle-*ndose a la conclusión de !ue las obras literarias eran innecesarias y !ue los estudiantes podían aprender teoría literaria sin leer literatura( En el terreno de la historia los efectos del -iro lin-9ístico han sido tardíos( 1aradó'icamente, su influencia se ha ido extendiendo entre los historiadores y una invasión de an*lisis del discurso amenaza con reemplazar la realidad( Lo cierto es !ue el historiador traba'a, adem*s, con evidencias no textuales como las de la ar!ueolo-ía y con otro tipo de datos( Lo !ue han hecho los partidarios del an*lisis del discurso es ayudar a le-itimar la vaciedad, +teoriz*ndola+( En el capítulo noveno expresa !ue la vie'a historia intelectual de las ideas o de la cultura, fue siempre terreno frtil para las formas m*s extremas de fra-mentación, !ue conducían a una visión endó-ena de su evolución( Esto daba lu-ar a !ue hubiera unas historias de las ciencias, una historia de la tecnolo-ía, del arte, de la literatura, etc(, sin !ue sus cultivadores acadmicos se preocupen por la posibilidad de relacionar estos campos para alcanzar una visión homo-nea de la cultura, condición previa para inte-rarla en un an*lisis de la sociedad( 4on anterioridad hubo !uienes avanzaban, a partir de las huellas del pensamiento de =arx, hacia una visión de la historia de la cultura, como >ramsci( ?en'amin, Lu#*cs, >urevich o ?a'tin( esulta inaceptable !ue ese esfuerzo por recuperar para la ciencia histórica el campo de las ideas, los sentimientos y la cultura, conduzca a al-unos a sostener !ue lo !ue conviene es hacer de las representaciones mentales el motor fundamental de la historia, lo !ue e!uivale a repetir los mismos errores mecanicistas del pasado( /e pasa de una visión de la historia sentada en el estudio de la sociedad, a otra !ue considera como su primer motor a la cultura( 3ay ries-o de se-mentar el estudio de lo !ue tradicionalmente eran dos campos !ue se analizaban en su interrelación @el de la +cultura popular+ y el de la +cultura patricia+@ convirtindolos en dos territorios separados !ue se explican cada uno por sí mismo y no por su confrontación( El trmino +historia de las mentalidades+ es va-o, se utiliza cuando se habla de actitudes, creencias y sentimientos( A1or !u exponer el estudio de la historia a nuevos peli-ros de se-mentaciónB En el pen.ltimo capítulo propone al-unas recomendaciones elementales, empezando por el marxismo, !ue proporcionaba un marco -lobal para situar y explicar el con'unto de los acontecimientos históricos y proporcionaba un sentido al traba'o del historiador, al contribuir a la crítica de la sociedad vi-ente y de su le-itimación ideoló-ica, para un futuro m*s i-ualitario y m*s 'usto( /on muchos los !ue desean se-uir orientando su traba'o de acuerdo con un ob'etivo !ue trascienda la ciencia, explicar el mundo real y ensear a otros a verlo con o'os críticos, para ayudar a C
transformarlo( 1arece anunciarse el reflu'o de una +ola revisionista+( El revisionismo tuvo cierta utilidad en su función estrictamente crítica, pero ha demostrado su incapacidad para proponer una alternativa coherente, pero no se puede propu-nar por la vuelta al vie'o positivismo narrativo( En el .ltimo capítulo afirma !ue la caída de los re-ímenes del +socialismo real+ desde el punto de vista de su fracaso político, no es lo m*s importante( Lo !ue la caída ha revelado es su fracaso económico, su incapacidad para cumplir con ob'etivos de crecimiento !ue se proponía alcanzar, pero esto mismo ocurre con el crecimiento económico de otros países desarrollados( e la poca en !ue se nos prometía un ao 5DDD de opulencia hemos pasado a la amar-a realidad con previsiones tan pesimistas sobre el próximo +fin del mundo occidental+, pero cuyos responsables no ser*n a!uí los partidos comunistas, sino los ban!ueros( La visión de la historia elaborada inicialmente por los ilustrados no sólo sirvió para le-itimar el nuevo orden bur-us en Europa, sino para 'ustificar la con!uista y expoliación del resto del mundo, con el pretexto de civilizarlo y -uiarlo al pro-reso económico( 3emos sido educados en una
visión esencialmente
+optimista+
del
proceso
industrializador, !ue se propone como modelo .nico( La propuesta es romper la línea continua postulada por la interpretación histórica, para la realización del tipo de historia !ue pedía ?en'amín cuando proponía elaborar un materialismo histórico liberado de la noción de pro-reso, !ue tuvo una función crítica en el si-lo FGGG, pero !ue la perdió en el G, cuando se popularizó la idea, reforzada por el dar8inismo, de !ue el pro-reso se daba autom*ticamente( /e debería realizar una +revolución copernicana+ invirtiendo la visión tradicional !ue considera al pasado como centro fi'o y estable en torno al cual hacemos -irar el presente( Fivimos momentos de desconcierto ideoló-ico en !ue los propios per'udicados insisten en votar a !uienes les est*n empobreciendo, temerosos !ue cual!uier cambio pueda empobrecerlos m*s( La enseanza crítica recae en los historiadores y, no nos encontramos preparados para asumirla( /e necesita renovar los +mtodos+ y enri!uecer el ba-a'e +teórico+, en colaboración con los filósofos( =erece la pena el esfuerzo por reco-er del polvo del abandono y el desconcierto esta esplndida herramienta de conocimiento de la realidad(
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