Resumen: La Estructura Ausente, de Umberto Eco

March 22, 2018 | Author: Alejandra Cotero | Category: Semiotics, Communication, Academic Discipline Interactions, Science, Psychology & Cognitive Science
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Descripción: Un resumen acerca del libro "La Estructura Ausente" de Umberto Eco, que habla de la semiótica den...

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LA ESTRUCTURA AUSENTE. Umberto Eco. >. La semiótica puede definirse como campo o como disciplina. La primera se justifica por el mero hecho de existir y se induce mediante las tendencias constantes en la rama de la investigación. Por otro lado, si lo vemos como disciplina, el investigador tendría que proponer un modelo semiótico que sirva como modelo para inducir o excluir las distintas investigaciones. Si bien es cierto que, la semiótica se presenta en un sin fin de variedad y desorden, sus inicios se deben a los metalenguajes que intentan explicar la variedad de lenguajes por los cuales se constituye la cultura. Par abordar éste tema será necesario entender primero que la semiótica funciona por códigos, que son símbolos que representan y transmiten la información desde la fuente hasta el punto de destino, que estos mismos signos existen bajo cualquier proceso de comunicación y se apoyan en una convención cultural y que, a su vez, estos son las premisas en los que ésta se funda. Por otro lado, también debemos tener claro que la semiótica no sólo abarcará al signo como una unión entre el significado y el significante, si no también todo el proceso que permite su circulación. A partir de estos conceptos podemos generar una hipótesis que se planteará que la semiótica no sólo es la ciencia que estudia todos los signos reconocidos, si no que también se puede considerar como la ciencia que estudia todos los fenómenos culturales como si fueran sistemas de signos y que requieren generar algún tipo de comunicación. En este punto es donde la semiótica entra en conflicto con la arquitectura, pues, aparentemente, la arquitectura no comunica, si no que funciona. Es un hecho que los elementos de la arquitectura tienen un fin y una función específica pero, si la semiótica pretende explicar los fenómenos culturales, entonces bien puede explicar las razones de estos mismos fenómenos que se desarrollan dentro de distintos elementos funcionales y que, a su vez, nos logrará explicar su forma de funcionar, permitiéndonos comprenderlos y definirlos mejor para descubrir nuevos tipos de funcionalidad. El hombre ha aprendido, desde sus inicios, a identificar las cosas por su función, y es capaz de reconocer esta misma función en objetos aún

cuando se componen de diferentes elementos (signos). Al mismo tiempo, el hombre también logra comprender que el objeto no va a dejar de comunicar su función aunque esta misma no se cumpla. “ Desde el momento en que existe la sociedad, cualquier uso se convierte en signo de este uso”. Los elementos manufacturados (llamémosle puerta) son creados para promover y concientizar una función, y decir que un objeto (puerta) promueve la función ( acceso/acceder a un lugar), ya quiere decir que realiza una función comunicativa: comunicar la función que debe ser ejercida. Dejando claro que la arquitectura se puede entender como un tipo de comunicación, también se puede entender que utiliza un sistema de signos para su expresión misma. El objeto (puerta) tendrá en sí diferentes elementos (signos) que servirán para comunicar su función. Pero en este punto la arquitectura y la semiótica entran de nuevo en conflicto pues los signos como tales, dentro del objeto, pueden denotar y significar, no siempre al mismo tiempo. Los signos de los diferentes elementos de la arquitectura, así como la arquitectura misma (construcciones) pueden llevar en sí el significado que su autor le dio, para lo que fue hecho, pero el uso que le pueda dar el usuario, sin importar el signo que presente, es lo que le dará su denotación. “..el significado de un signo se ha de comprobar por medio de series de reacciones o de objetos que pueden ser experimentados”. La estructura de un objeto, los signos que lo representan, pueden estar planteadas y construidas para significar algo, para dar a entender al usuario la función de este mismo objeto, y para que el objeto pueda significarse a sí mismo; sin embargo, el paso del tiempo y el uso cotidiano al objeto puede hacer que se denoten los significados de sus signos, o sea, la permanencia del objeto en un espacio inconstante y transitorio hace cambiar las circunstancias en las que se deberán interpretar los signos arquitectónicos y, con esto, todo el significado del objeto en sí. Es aquí donde nos preguntamos, ¿existe algún tipo de estructura que nos permita entender y ligar a un objeto y sus signos dentro de diferentes contextos y que nos pueda comunicar una función universal? “Que se limite al examen de una sola sociedad o que se extienda a varias sociedades, es preciso llevar el análisis de los diferentes aspectos de la vida social, para llegar a un nivel en que sea posible el paso de un ámbito a otro; o lo que es lo mismo, elaborar una especie de código universal, capaz de expresar las propiedades comunes de las estructuras específicas captadas bajo cualquier aspecto…” En este punto entendemos que es deber del arquitecto responder esa pregunta, no solo se trata de formar estructuras universales para objetos

en circunstancias específicas, si no de prever que la sociedad se encuentra en un estado cambiante y desordenado, que el hombre no se parece a otro hombre y que su modo de pensar, actuar y desenvolverse puede significar de diferente forma para otro. Es deber del arquitecto involucrarse en estos cambios y adaptar sus objetos y formas para que sean igual de cambiantes, y que los signos evolucionen junto con su contexto para que no pierdan su significado. Alejandra Pérez Cotero Barros. 9no. A

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