Resumen La Camara Lúcida

July 7, 2019 | Author: Pol Lanski | Category: Fotografía aérea, Pinturas, Teatro, Ciencia filosófica, Ciencia
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La cá c ámara ma ra lúc l úcida ida

Prólogo Tratado del Tiempo, de la Nostalgia y de la Muerte. Se ocupa del lenguaje que surge en torno a la Muerte; es un trabajo sobre la fotografía que contiene a la vez una reflexión sobre la muerte. Difi Dificu cult ltad ades es en el anál anális isis is semi semiol ológ ógic ico o prop propue uest sto o por por Bart Barthe hes s para para la fotografía y el cine era que I 1: 2: 3: 4: 5: 6: 7: 8:

Especialidad de la foto La Foto inclasificable La emoción como principio Operator, Spectrum y Spectator Aquel que es fotografiado El Spectator: desorden de los gustos La Fotografía como aventura Una fenomenología desenvuelta

Bifur Bifurca caci ción ón:: en ve vez z de segu seguir ir la vía vía de un una a lógi lógica ca form formal al me dete detení nía a guardando conmigo mi deseo o mi pesadumbre, la esencia prevista de la Foto no podía separarse de lo patético que la compone. Como Spectator sólo me interesaba la Fotografía por sentimiento y yo quería profundizarlo como una herida: veo, siento, luego noto, miro y pienso. 9: Dualidad Foto de la insurrección en Nicaragua: dos soldados patrullan, en 2º plano pasan dos monjas. Me gustaba o no? Simplemente existía para mi, su exis ex iste tenc ncia ia,, su aven aventu tura ra prov proven enía ía de la pres presen enci cia a de dos dos elem elemen ento tos s heterogéneos, no pertenecientes al mismo mundo. Foto de Koen Wessing, sus fotos me atraían pk comportaban una dualidad. Foto de los padres descubrie descubriendo ndo el cadáver cadáver de su hijo. Otras fotos fotos del reportaje, reportaje, aún siendo siendo bell bellas as y mos mostran trando do la dign digniidad dad y el hor horror ror de la insur nsurre rec cción ión no compo omporrtaba taban n a mis mis ojos jos nin ninguna guna mar marca, se trat tratab aba a de esce escena nas s. Seguramente faltaba la aventura de la dualidad. 10: Studium y Punctum Dos Dos elem elemen ento tos s cuya cuya copr copres esen enci cia a esta establ blec ecía ía el inte interrés espe especi cial al que que provocaban esas fotos. 1º una extensión de un campo, que remite siempre a un una a infor informa maci ción ón clás clásic ica, a, por por ejem ejempl plo, o, la insu insurr rrec ecci ción ón,, Nica Nicara ragu gua, a, combatientes, pobres, calles en ruina, muertos, dolor, el sol, los pesados ojos indios. Millares de fotos hechas con este campo, emoción por el interés humana. En latín, Studium, que significa la aplicación de una cosa, el gusto de alguien, una suerte de dedicación general, pero sin agudeza especial. Por medio del Studium me intereso por muchas fotos, pues es como participo de los rostros, de los gestos y las acciones. 2º elemento viene a dividir el Studium. No soy yo quien va a buscarlo, es él quien sale de la escena como una flecha y viene a punzarme. En latín existe una un a palab alabra ra par para des designa ignarr esta esta he herrida, ida, esta marc marca a hecha echa por por un instrumento puntiagudo, como también remite a la idea de puntuación. Este

2º elemento que viene a perturbar el Studium es el Punctum, k es también pinchazo, agujerito, pequeña mancha, corte, casualidad. El Punctum de una foto es ese azar que en ella me despunta, pero que también me lastima, me punza. 11: El Studium Muchas fotos permanecen inertes bajo mi mirada. Pero aun en aquellas que para mi existen, la mayoría no provocan en mí más que un interés general, educado, no tienen ningún Punctum. El Studium es el campo tan vasto del deseo indolente, del interés diverso, del gusto inconsecuente. Pertenece a la categoría del to like y no del to love, moviliza el deseo a medias, es un tipo de interés vago. Reconocer el Studium supone dar con las intenciones del fotógrafo, entrar en armonía con ellas, aprobarlas, desaprobarlas, pero siempre comprenderlas y discutirlas en mí mismo, pues la cultura, de la que depende el Studium, es un contrato firmado entre creadores y consumidores. El Studium e s una especie de educación de saber y cortesía, que me permite encontrar al Operator. Ocurre como si tuviese que leer en la Foto los mitos del Fotógrafo, fraternizando con ellos. Estos mitos tienden a reconciliar la foto con la sociedad, cosa necesaria ya que la Foto es peligrosa, dotándola de funciones / coartadas como por ejemplo informar, representar, sorprender, hacer significar, dar ganas. Yo como Spectator las reconozco con +/- placer, dedico a ello mi Studium, pero nunca mi goce o mi dolor. 12: Informar Como la fotografía es contingencia pura, revela enseguida detalles del saber etnológico. Cuando William Klein fotografía E lprimero de Mayo de 1959 en Moscú, nos enseña como se visten los soviéticos, noto la gorra del niño, la corbata de uno, el pañuelo de la vieja, el corte de pelo del joven. La Fotografía me permite el acceso un infra-saber, una colección de objetos parciales y puede deleitar un cierto fetichismo que hay en mí. Hay un yo que ama el saber, que siente hacia él un gusto amoroso. 13: Pintar El 1r hombre que vio la 1ª foto debió creer que se trataba de una pintura, el mismo marco, la misma perspectiva. La Fotografía está todavía atormentada per el fantasma de la Pintura, ha hecho de ella una referencia absoluta y paternal. Sin embargo, no es a través de la Pintura como la Fotografía entronca con el arte, es a través del Teatro. Daguerre explotaba en la Plaza del Château un teatro de panoramas animados por movimientos y juegos de luz. Pero si la foto me parece estar más próxima al Teatro es gracias a un mediador singular: la Muerte. Existía una relación original del Teatro con el culto a los Muertos, y esta misma relación es la que encuentro en la Foto: por viviente que nos esforcemos en concebirla (y esta pasión por  “sacar vivo” no puede ser más que la negación mítica de un malestar de muerte), la Foto es como un teatro primitivo, como un Cuadro Viviente, la figuración del aspecto inmóvil y pintarrajeado bajo el cual vemos a los muertos. 14: Sorprender

El gesto esencial del Operator consiste en sorprender algo o alguien y que tal gesto es perfecto cuando se efectúa sin que lo sepa el sujeto fotografiado. Desde este gesto derivan todas las fotos cuya justificación es el choque fotográfico, consistente en revelar lo que tan bien escondido estaba que hasta el actor lo ignoraba o no tenía consciencia de ello. Y por lo tanto toda una gama de sorpresas para el Spectator y éxitos para el Operator. La primera sorpresa es la de la rareza del referente, la segunda es la reproducción de un gesto captado en el punto de su recorrido en que el ojo normal no puede inmovilizarlo, la tercera es la de la proeza (la caída de una gota de leche a la millonésima de segundo), la cuarta es la de las contorsiones de la forma, como sobreimpresiones, anamorfosis, explotación voluntaria de los defectos, el quinto es el hallazgo. Todas estas sorpresas obedecen a un principio de desafio de las leyes de lo probable y de lo posible. En último término debe desafiar las leyes de lo interesante, la foto se hace “sorprendente” a partir del momento en que no se sabe por qué ha sido tomada. (fotos concurso de aficionados). En un 1r tiempo, la Fotografía, para sorprender, fotografía lo notable, pero muy pronto decreta notable lo que ella misma fotografía. El “cualquier cosa” se convierte entonces en el colmo sofisticado del valor. 15: Significar Puesto que toda foto es contingente (y por ello fuera de sentido), la fotografía sólo puede significar adoptando una máscara, como Calvino designa lo que convierte a un rostro en producto de una sociedad y su historia. Así ocurre en el retrato de William Casby de Richard Avedon: la esencia de la esclavitud se encuentra aquí al desnudo. La máscara es el sentido. Es por ello que los grandes retratistas son grandes mitólogos: Nadar con la burguesía francesa, Sander con la Alemania pre-nazi y Avedon con la high-class NY. La máscara es sin embargo la región difícil de la Fotografía, ya que la sociedad desconfía del sentido puro: quiere sentido, pero quiere al mismo tiempo que este sentido esté rodeado por un ruido que lo haga menos agudo. Por eso la foto cuyo sentido es demasiado impresivo es rápidamente apartada, se la consume estéticamente pero no políticamente. La Fotografía de la Máscara es suficientemente crítica como para inquietar (los nazis censuraron los “rostros del tiempo” de Sander), pero es demasiado discreta / distinguida para constituir verdaderamente una crítica social eficaz. Si exceptuamos el ámbito publicitario, en el que el sentido sólo debe ser claro y distinto en razón de su naturaleza mercantil, la semiología de la Fotografía se limita a los resultados admirables de ciertos retratistas. Para el resto de fotos corrientes, lo máximo que podemos decir que el objeto habla, que induce vagamente a pensar. Pero nada de sentido es más seguro, los redactores de Life rechazaron las fotos de Kertész porque sus imágenes hablaban demasiado, hacían reflexionar, sugerían un sentido. En el fondo, la Fotografía es subversiva, y no cuando asusta, transtorna o incluso estigmatiza, sino cuando es pensativa. 16: Dar ganas Foto de un caserón, porche con sombra, decoración árabe deslucida, un hombre sentado apoyado contra el muro, una calle desierta, un árbol mediterráneo.  Alhambra d de Charles Clifford. esta fotografía antigua me

impresiona: tengo ganas de vivir allí. Para mí, las fotografías de paisajes, urbanos o campesinos, deben ser habitables, y no visitables. Este deseo de habitación no es onírico ni empírico es fantasmático, deriva de una especie de videncia que parece impulsarme hacia delante, hacia un tiempo utópico, o volverme hacia atrás, no sé donde de mí mismo. Es el doble movimiento que Baudelarie ha cantado: ante los paisajes predilectos, todo sucede como si yo estuviese seguro de haber estado en ellos o de tener que ir. 17: La Fotografía unaria El Studium, si no es atravesado por un detalle, un Punctum, engendra un tipo de foto muy difundido: la fotografía unaria. La Fotografía es unaria cuando transforma enfáticamente la “realidad” sin desdoblarla, sin hacerla vacilar (el énfasis es una fuerza de cohesión): ningún dual, ningún indirecto, ninguna disturbancia.. tiene todo lo que ser requiere para ser trivial, siendo la “unidad” de la composición la primera reglad de la retórica vulgar. Las fotos de reportaje son muy a menudo fotos unarias (la foto unaria no es necesariamente apacible. Nada de punctum en las imágenes: choque sí, pero nada de transtorno, la foto puede gritar, nunca herir. Me intereso por la foto unaria, igual que me intereso por el mundo, pero no me gusta. Otra foto unaria es la foto pornográfica, no existe nada más homogéneo: es una foto siempre ingenua, sin intención, sin cálculo, presenta una sola cosa, el sexo. 18: Copresencia del Studium y del Punctum en este espacio tan unario, a veces un detalle me atrae. Ese detalle es el Punctum, lo que me punza. No es posible establecer una regla de enlace entre el Studium y el Punctum cuando se encuentran juntos. Se trata de una copresencia: las mojas se encontraban allí, pasando por el fondo, cuando Wessing fotografió los soldados nicaragüenses. Desde el punto de vista de la realidad, el del Operator, una causalidad explica la presencia del detalle: la Iglesia está implantada en América Latina, las monjas son enfermeras y las dejan circular. Pero des del punto de vista del Spectator, el detalle es dado por la suerte, el cuadro no tiene nada de compuesto, la foto es sin duda dual. 19: El Punctum: rasgo parcial Muy a menudo el Punctum es un detalle, un objeto parcial. Asimismo, dar ejemplos de Punctum es entregarme. Familia negra norteamericana fototgrafiada en 1926 por James Van der Zeee. El Studium es claro: el interés simpático de un sujeto cultural por lo que dice la foto. Como se trata de una buena foto, habla de la respetabilidad, la familia, el conformismo, el esfuerzo de promoción social al engalanarse con los atributos del blanco, un esfuerzo conmovedor de tan ingenuo. El espectáculo me interesa, pero no me punza. Lo que me punza es el enorme cinturón de la hermana o hija, y sobre todo sus zapatos con tiras, mueve en mi gran benevolencia, ternura. Pero el Punctum no hace acepción de moral o buen gusto, puede ser maleducado. William Klein fotografió a los chicos de un barrio italiano en NY 1954. Es conmovedor, pero lo que yo veo con obstinación son los dientes estropeados del muchachito. O en el retrato de Tzara de Kertész, lo que observo, la gracia del Punctum, es la mano grande de Tzara con las uñas poco limpias.

Por fulgurante que sea, el Punctum tiene una fuerza de expansión, a menudo metonímica. Fotografía de Kertész de un violinista cíngaro, ciego, conducido por un chiquillo. Lo que yo veo es la calzada de tierra batida, me produce la certidumbre de estar en Europa central, percibo el referente, reconozco con mi cuerpo entero las aldeas por donde pasé en antiguos viajes por Rumanía y Hungría. Aquí la fotografía se sobrepasa a sí misma: no es acaso la única prueba de su arte anularse como medium, no ser ya un signo, sino la cosa misma?. Existe otra expansión del Punctum: cuando, paradoja, permanece como un detalle pero llena toda la foto. Fotografía de Duane Michaals donde Andy Warhol aparece con las dos manos tapándole la cara. El Punctum no es el gesto, es la materia algo repulsiva de esas uñas espatuladas, suaves y contorneadas al mismo tiempo. 20: Rasgo involuntario Ciertos detalles podrían punzarme, si no lo hacen es porque han sido puestos allí intencionadamente por el fotógrafo. Los artificios en la toma, los contrastes acentuados no funcionan. Así el detalle que me interesa no es intencional, aparece en el campo de mira como un suplemento inevitable y a la vez gratuito, no testifica obligatoriamente sobre el arte del fotógrafo. Dice tan sólo que el fotógrafo estaba allí o no podia dejar de fotografiar al mismo tiempo el objeto parcial ai el total. La videncia del Fotógrafo no consiste en “ver”, sino en encontrarse allí. 21: Satori un detalle arrastra toda mi lectura, es mi fulguración, gracias a la marca de algo, la foto deja de ser cualquiera. Ese algo me ha hecho vibrar, ha provocado en mí un pequeño estremecimiento, un satori , el paso de un vacío. El gesto vituoso que se apodera de las fotos “serias”, investidas de un simple Studium, es un gesto perezoso; por el contrario, la lectura del Punctum es corta y activa, recogida como una fiera. En la experiencia de Ombredane, los negros sólo ven en la pantalla la gallina minúscula que cruza por la plaza del pueblo. Yo, de los dos menores disminuidos de una institución de Nueva Jersey, fotografiados en 1924 por Lewis H. Hine, solo veo el detalle descentrado, el inmenso cuello a lo Danton del chiquillo, el dedil en el dedo de la chica. Soy un salvaje, un niño: olvido todo saber, cultura, me abstengo de heredar otra mirada. 22: Efecto retardado y silencio 23: Campo ciego 24: Palidonia II 25: “Una tarde...”  26: La Historia como separación 27: Reconocer

28: La Fotografía del Invernadero 29: La niña 30: Ariadna 31: La Familia, la Madre 32: “Esto ha sido”  33: La pose 34: Los rayos luminosos, el color 35: La Sorpresa 36: La autentificación 37: La estasis 38: La muerte llana 39: El Tiempo como punctum 40: Privado / Público 41: Escrutar 42: El parecido 43: El linaje 44: La cámara lúcida 45: El “aire”  46: La Mirada 47: Locura, Piedad 48: La Fotografía domesticada

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