Resumen Giro Semiótico (Fabbri)

March 29, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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RESUMEN EL GIRO SEMIÓTICO

Fabbri observa que desde hace algo más de un siglo que se ha reflexionado de un modo más específico acerca del significado (aun cuando el interés siempre ha estado presente). Nos refiere en esta instancia acerca del giro que ha emprendido el estudio dela s emiótica, entendido este como un “pliegue”, “otra manera de plegar la tela muy compleja formada por el modo estratificado que tenemos de significar”. Este giro

semiótico, señala Fabbri, no se ha producido de golpe, sino que ha sido propiciado a causa de observar diversas reflexiones y debates.  Al exponernos esta idea i dea de d e giro semiótico, nos remite r emite al concepto de d e una generalización frágil f rágil a la base de de esta concepción, invitando de esta forma al lector a observar y responder frente a este estudio en que le inicia. En esta idea de giro, también observa la concepción de entendimiento que la revolución y el cambio supone al origen (desde la perspectiva de Nietzsche). CAPITULO 1: LA CAJA DE LOS ESLABONES QUE FALTAN F ALTAN 

Fabbri sitúa la consolidación de la semiótica como disciplina autónoma a principio de los años sesenta. A partir de esta época, la semiótica se organiza en 2 características fundamentales, las que se asocian con el nombre de un estudioso. Por una parte tenemos la semiología y tradición humanista, cuyo principal exponente es Roland Barthes, quien practicaba una semiología como crítica a las connotaciones ideológicas presentes en una hipersíntesis de signos que él entendía como lengua. El estudio que Barthes realizó comprendía la idea que los signos no eran estudiados uno por uno sino como regímenes de significación. Barthes piensa a la semiología como una disciplina de destruir y desconstruir las connotaciones culturales, sociales e ideológicas que la burguesía ha incorporado a la lengua. La finalidad de este ejercicio es la de liberar un “grado cero” de la lengua, una forma “blanca” de la lengua. Este estudio surge del giro lingüístico

propio de la tradición anglosajona, intento filosófico de situar al lenguaje como centro de la problemática, cuya finalidad era la de concebir al hombre como un sujeto separado, analizando la forma en que las personas se representan (idea de semiología entendida como translingüística). La disolución de la semiología barthesiana se origina por la vuelta al estudio de la antigua retórica, bajo la forma de razones prácticas, puesto que en ésta se llevaba a cabo el ejercicio que Barthes ya realizaba. A criterio de Fabbri esta vuelta a la retórica ha significado una nueva confusión, en la que se han incorporado teorías del lenguaje muy distintas, las que han concluido en relaciones inconmensurables entre sí.  A partir de la disolución de la semiología barthesiana surge otro tipo de semiótica, bajo el alero de los estudios de Umberto Eco, que como sabemos se encuentra más apegado al proyecto semiótico iniciado por Charles Sanders Peirce. Eco se remonta más allá de la tradición Saussuriana, reconociendo la idea de una “historia del signo” la cual se encuentra presente en los orígenes de nuestra cultura. La semiótica de Eco

implica una organización y categorización de los signos, para luego incorporar los modos en que se pasa de un signo a otro; explica este “traspaso” por medio de la “inferencia”, a través de procesos de inducción,

deducción y abducción. El marco de estudio de estos signos, de acuerdo a lo que plantea Eco, se encuentra referido al texto, particularmente al texto escrito.

 

Por otra parte, Fabbri nos refiere al estudio histórico que ha supuesto la noción de signo, la que a su visión, es compleja, debido a la falta de coherencia y construcción a la base de su nomenclatura. PARS DESTRUENS LA IMAGEN DEL LÉXICO: Fabbri señala que el signo que comúnmente pensamos al referirnos del signo, es

de carácter léxico; cada vez que decimos signo, estamos pensando en una palabra. Esta idea conlleva a dificultades respecto a la forma de entender el signo, puesto que, la definición es mucho más amplia e implica otros aspectos que se pueden resumir en la siguiente idea: “la lengua no es una suma de palabras y

un sistema de significación no es un conjunto de signos”.  CÓDIGOS Y DESCONSTRUCCIONISMO:  La organización de la gramática semiótica se ha traspuesto

gracias al modelo informacional bajo la idea de código. Esta idea surge en los años sesenta, como una especie de ordenamiento y reglas de funcionamiento, desde esta época se hace más fuerte la idea de descodificación o desconstrucción del código, entendida como una acción política tendiente a liberar al código de sus enemigos. Para este ejercicio se utilizó la idea presente en el libro “Obra Abierta” de Umberto Eco, utilizando la noción de “semiósis ilimitada” de Peirce.  

Eco busca diferenciarse de los desconstruccionistas más radicales y lo explica mediante la siguiente analogía: “meter grafito a la central nuclear”. Si todos los signos se remiten a otros signos, ya no hay

posibilidad de control, Eco busca introducir la racionalidad, para controlar la fuga de signos que remiten a otros signos. PARS CONSTRUENS

“El problema que la semiótica debe estudiar es el de los sistemas y procesos de significación”, este

enunciado implica considerar al signo y lexemas como estrategias semióticas necesarias para utilizar la lengua.  A partir del estudio de la glosemática de Louis Hjemslev se advierte un cambio respecto de las tradiciones semióticas. En esta perspectiva se observa una desconfianza hacia los signos, puesto que estos son considerados como determinados históricamente y cuya función es variable. Derrida en “De la Grammatologie” 

Significante: Asociado a lo perceptivo. Lo que llega al oído. Significado: Referido a lo conceptual. producida al momento de la recepción.

Articulación

Referente: Es expulsado fuera del signo. Realidad. Derrida introduce la idea, de que la semiótica no se ocupa de cosas reales, estableciendo de esta manera que por un lado existen las palabras y por otro las cosas. PALABRAS, COSAS, OBJETOS: La semiótica en algún momento planteó que no disponía de herramientas

para plantear la correlación entre palabras y cosas.

 

 A partir de los estudios realizados por Michel Foucault y Gilles Deleuze, se resaltó el interés por las llamadas “formaciones discursivas”. Foucault plantea que una formación discursiva referente a la cárcel, sólo sería el modo en que la gente representa la cárcel real. “No hay oposición entre las cosas y las palabras” refier e

Foucault; la única realidad no está en las palabras ni en las cosas, sino en los objetos (entendidos estos como resultado entre palabras y cosas). En este sentido, no existen cosas sino objetos, las cosas en tanto dichas expresadas son objetos. El giro semiótico, sigue la idea de la imposibilidad de descomponer el lenguaje en unidades mínimas para llegar a su significado. Busca la creación de universos de sentido, para reconstruir en su interior organizaciones específicas de sentido. EL HOJALDRE Y LOS DOS SESOS: Fabbri entiende al lenguaje como una especie de “hojaldre” constituido

por signos de valor distinto. Esta idea lleva a eliminar la clásica distinción entre lo analógico y lo digital.

 ANALÓGICO Cosas que se parecen a su referente. Continuo. Relacionado con el hemisferio











DIGITAL No se verifica en la realidad. Discontinuo. Relacionado con el hemisferio cerebral izquierdo.



cerebral derecho.

LENGUAJE: Utiliza simultáneamente los dos sistemas de signos. De manera que la distinción entre estos, carece de sentido. CUADROS, ÁTOMOS, PARTES DEL DISCURSO:   Existen dos niveles de organización del lenguaje:

Organización Expresiva y Organización de Contenido. Penrose plantea la idea, acerca de la existencia de una organización de pensamiento al margen de la expresión lingüística. Lo cual implica que formas distintas al lenguaje verbal organizan las formas de contenidos. La primera semiología suponía que “sólo lo que es decible es de alguna manera pensable”. Otra ilusión de

esta primera semiología, es la de que los signos se podían tratar como unidades más pequeñas o como unidades más grandes formadas por las primeras. Las explicaciones posteriores señalan que no existe ningún tamaño a priori  de   de los signos, pues esta depende del plano de pertinencia del análisis que se trate (no hay categorías antes de la comunicación, estas se combinan al momento de la comunicación). Existen categorías gradualmente concordadas que se usan para segmentar provisionalmente algunos fenómenos de sentido, y gracias a su interdefinición podemos ponerlas juntas con cierta eficacia interpretativa. ACCIÓN Y PASIÓN: La separación de la noción de signo y representación, supone la inclusión del concepto de “narratividad”, entendida como la puesta en movimiento de  la significación, por medio de la combinación

no sólo de palabras, sino de agentes semántico-sintácticos (actores, otros personajes).

 

En este sentido Fabbri observa que, el sentido de un poema no depende del conjunto de palabras o frases, sino de la articulación semántica global que es de tipo narrativo y configura un universo de significado autónomo. Esta noción de narratividad convierte a la semiótica en una teoría de la acción, modificando el paradigma de Barthes y Eco. Resulta importante añadir a la narratividad como acción en un estudio de las pasiones, que configuran el relato. Esta relación entre acción y pasión sirve para incorporar la idea de afectividad; Fabbri señala “la

llegada de la afectividad altera el viejo modelo semiótico construido sobre la cognición y la referencia”  NIVELES SEMIÓTICOS Y ESLABONES QUE FALTAN:

1) Nivel Empírico: La semiótica se pone en contacto con las prácticas complejas de significación. Se trata de una disciplina filosófica porque trabaja con imágenes de pensamiento subyacente en los textos que se quiere analizar. 2) Nivel Metodológico: Necesario para descubrir movimientos de sentido. Método como serie de conceptos formados e interdefinidos, responsables de su interdefinición entre Sujeto-Objeto o Sujeto-Predicado. Semiótica como un método encargado de explicar la relación entre estos elementos. 3) Nivel Teórico: Semiótica encargada de definir y justificar las categorías que se usan en los niveles empíricos y metodológicos. Fabbri señala “la semiótica debe dotarse de un lenguaje teórico que se responsable en relación al método”.  

4) Nivel Epistemológico: Considerada como orientación filosófica. La teoría será más fuerte en la medida que sepa explicar los mecanismos epistemológicos de fondo. Los eslabones son los encargados de unir estos cuatro niveles. Los eslabones que faltan son: 1) Aquellos que unen la epistemología y la teoría. 2) Los que une la teoría y el método. 3) Los que unen método y descripción empírica. CAPÍTULO 2: LO CONOCIBLE Y LOS MODELOS LA ESLASTICIDAD Y LA PALABRA DADA:   El lenguaje es elástico, permite procesos de paráfrasis y

condensación. La paráfrasis depende de la posibilidad de extensión del significante con respecto al significado, de una organización de las formas de expresión posterior a las formas de contenido. El lenguaje se reduce a propiedades Fóricas: 1) Anafórica: Referencia a lo dicho (compromiso adquirido, que luego es actualizado) 2) Catafórica: Anuncia lo que se dirá a continuación. De acuerdo a las categorías de Aristóteles, se habla de lo conocible como sustancia del conocimiento a la espera de articulación significativa. Lo conocible para llegar a ser sensato requiere de modelos.

 

Las palabras no son únicamente representativas, también compromete como en el caso de la “palabra dada”

situación que ejemplifica la capacidad del lenguaje de crear relaciones, llevándolo más allá de la función conectiva de transmisión de saberes. LA NARRATIVIDAD: La acepción semiótica tradicional la identifica con el estudio de los relatos, orales y

escritos. La acepción semiótica propuesta por Fabbri: entiende a la narratividad como concatenaciones y transformaciones de acciones y pasiones. Es un acto de configuración de sentido variable de acciones y pasiones organizadas en forma de su contenido. En este sentido, el Signo se entiende como una presuposición recíproca, entre formas expresivas y formas de contendidos y organización contemporánea de los contenidos semánticos y las sustancias expresivas. Es posible la narratividad antes de la semiósis, antes del encuentro entre formas de expresión y organizaciones de sentido. Es posible estudiar la narratividad como organización de significaciones (esta hipótesis se configura como el eslabón que falta entre la teoría semiótica y la base filosófica). LA PASIONALIDAD: La novedad de la semiótica actual, es la comprensión no sólo de carácter performativo

del lenguaje, sino que estos actos están relacionados con sus efectos sobre el otro, es decir las pasiones. Barthes en su libro ¨”El placer del texto” se encuentra con una dificultad  de elaborar una teoría semiótica, que

pudiera dar cuenta de la afectividad. Posteriormente en su libro “Fragmentos de un discurso amoroso” constituye el primer intento de incluir los afectos a la semiótica. Para dar solución a esta dificultad, Barthes decide buscar en Lacan lo que no encontrón Saussure, creyendo que en el psicoanálisis lacaniano encontró el plano afectivo que necesitaba apara su teoría semiótica. Barthes al unir a Saussure con Lacan lo único que alcanzó fue, evidenciar que la problemática de la afectividad quedaba fuera de sus análisis. Se considera la pasión desde la concepción de Descartes, quien en “Pasiones del alma” plantea la noción de pasión como alguien que actúa sobre otro, quien le impresiona o “afecta” en el sentido de afecto como

afección. Fabbri propone que en la significación, encontramos una narratividad intrínseca. Con esto se refiere a que aquello que se representa con signos no son cosas, sino procesos (resulta evidente aquí que el foco está puesto en las acciones, poniendo en paréntesis las representaciones).  Al igual que la lingüística performativa, la semiótica debe concebir los signos como acciones, como transformaciones de espacios, actores y tiempos. TIPOLOGÍAS Y CONFIGURACIONES PASIONALES: Fabbri señala que existen dos modos de acercarse a

la dimensión pasional. 1) Noción tradicional: Propuesta en la “Retórica” de Aristóteles, en la que se distingue entre argumentaciones y tratado de pasiones. 2) Noción menos tradicional: Consistente en el ejercicio de fundir los dos libros de la “Retórica” en uno.  

 

Las pasiones (para su estudio) se organizaban binariamente, tomando por ejemplo el amor y el odio, las que se combinaban progresivamente con otras pasiones, obteniendo de esta forma jerarquías complejas. La semiótica actual en lugar de descomponer un fenómeno pasional, parte de unos universos discursivos específicos, tomando varias formas pasionales; trata de describirlas en su estructuración interna global, en las transformaciones narrativas a las que dan lugar o son efecto.

CUATRO COMPONENTES DE LA PASIÓN:

1) Componente Modal: Referido a las modalidades clásicas del Poder, Saber, Querer, Deber, pero también a los otros otros tipos de modalidades: cierto/incierto, posible/imposible. La visión general es que las pasiones son de carácter volitivo, con el Querer como elemento central. Se suele decir que el Deseo es la base de toda pasión. El Poder es una extraordinaria forma de pasión (de acuerdo a Nietzsche). Encontramos muchas pasiones del Deber, como en el caso de la venganza. Finalmente tenemos a la curiosidad como pasión del Saber. Saber, Querer, Poder, Deber, son fenómenos modales intrínsecos de cada pasión. 2) Componente Temporal: En la pasión interviene además la temporalidad. Como en el caso de la esperanza, el cual es entendido como un querer referido al futuro. 3) Componente Aspectual: Concierne al proceso con el que se desarrolla la pasión, vista por un observador exterior. Plantea cuestiones como la Duración, Incoación, Terminación. Si hay diferencia entre el miedo y el temor, este depende de aspectos implicados en estas dos pasiones, la primera puede ser durativa, mientras que la segunda sólo puntual. En este sentido el ritmo y el tiempo constituyen una dimensión pasional, brindando reflexiones sobre la semiótica de la danza y la gimnasia. 4) Componente Estésico: Relacionado con lo sensorial, el estudio de la pasión señala que “no hay pasión sin cuerpo”. La transformación pasional siempre implica una transformación de la estesia es decir, de la

percepción de la expresión corporal.

El paradigma semiótico habría separado del cuerpo de la valoración de los signos, considerándola en términos puramente cognitivos y conceptuales, la vuelta a la dimensión afectiva implica una preocupación por el papel de la implicación del carácter físico del signo. LA CONTINUIDAD: El vínculo entre cuerpo y emociones lleva a la hipótesis de signos Discontinuos y No

 Arbitrarios. El modelo saussureano nos presenta un signo, como signo arbitrario con respecto a su objeto, para él la diferencia entre significante y significado carece de motivación. Durante mucho tiempo se ha creído que la lengua es un logos natural, una razón, un criterio distintivo. Los lingüistas consideran que las interjecciones no corresponden a elementos naturales de la lengua, puesto que estas no vinculan (mucho de lo que se refiere a la afectividad se encuentra en las interjecciones).

 

Dwight Bolinger afirma que la entonación no se necesita solo para saber que es la frase, se utiliza para determinar la segmentación del lenguaje a través de criterios de entonación (que se encuentran relacionados con la emoción). Se trata de imágenes de la pasionalidad, que los lingüistas de la entonación llaman “gestos vocales”, la emoción por tanto tiene algo de gestual, de visible y continuo.  

EL SENTIMIENTO DE DUDA: Entonación como gesto e imagen a la vez. Fabbri señala que se ha obviado

esta noción de la entonación, debido a una lectura parcial de los textos. Pierce escribió muchos textos sobre el problema de las emociones, dedica uno de estos a los sentimientos lógicos. Asume que las inferencias proceden de la duda, concebida esta como una pasión epistémica, relacionada con el conocimiento. La duda debe resolverse, puesto que si conviviéramos tranquilamente con la duda, no podríamos realizar inferencias (la operación inferencial es un modo de calmar la turbación constitutiva del hombre, entendida como un sentimiento lógico) EL ANÁLISIS PASIONAL: Este puede introducir un modo de tratamiento de los fenómenos de la afectividad

en términos reconocibles y manejables. Vertiente operativa que descubre este tratamiento de la pasionalidad, como el caso de la acción persuasiva indica unos componentes pasionales no caracterizados por una pasión definida, sino capaces de entrar de modo complejo en el discurso, permitiendo su modificación. LA IMAGEN Y EL GESTO: Los intentos de desarrollar una semiótica del cine, televisión y pintura han sido

en vano, debido a la dificultad de proyectar un modelo lingüístico a la imagen. La imagen no tiene características que puedan traducirse de manera lingüística, ya que, posee una sustancia expresiva específica, expresa sentidos propios que no pueden reducirse lingüísticamente debido a su lenguaje específico. El caso de lenguaje de señas ( sign language), tenemos que no existe un lenguaje universal de señas, sino que incluso se presentan dialectos. Se trata en este caso de un lenguaje visual, en el que existen diferencias lexicológicas las que se expresan icónicamente de maneras distintas (se trata de un lenguaje que posee características icónicas, pero por otro lado tiene características abstractas). Este lenguaje de señas, corresponde a una forma expresiva paralela al lenguaje, capaz de expresar la sintaxis en sus configuraciones. IMAGEN

GESTO

GRAMATICALIDAD

La gramaticalidad habría hecho evolucionar (especializar) al lenguaje en una dirección más icónica, más analógica adquiriendo de esta forma una dimensión más abstracta. Se plantean dos tesis fundamentales del nacimiento del lenguaje: 1) El lenguaje evolucionó con el gesto, por lo tanto el lenguaje no es sólo fonético.

 

2) El lenguaje verbal surgió como facultad en sí misma, separada de otra capacidad de comunicación (en sintonía con la capacidad de raciocinio). Esta hipótesis de la evolución conjunta de verbalidad y gesto implica superar la idea de que los signos lingüísticos son arbitrarios, discontinuos o digitales. LA HERMENÉUTICA SEMIÓTICA: La hermenéutica es entendida como la explicación de la lengua natural,

con los medios de la propia lengua natural. Fabbri plantea que se puede imaginar una hermenéutica de sistemas de signos distintos a la lengua, como por ejemplo hermenéutica del cine o de la pintura. LA ENUNCIACIÓN Y EL INTERPRETANTE: En la semiótica de Peirce y de Eco, un signo no está articulado

en varios niveles, sino que remite a otros signos constantemente, puesto que no queda claro quien reenvía, quien realiza la operación inferencial. Desde esta concepción, un signo requiere de un Interpretante para su reenvío. Eco señala que el interpretante no se refiere a una persona física. El interpretante es un signo en sí mismo, corresponde a un signo posterior que relaciona el reenvío de signos, formando parte de la semiosis. El signo que interpreta el interpretante, puede ser signo para otro signo, hasta el infinito. La dificultad de la semiótica de Pierce, se encuentra en identificar la forma de conexión entre un signo y otro. La lingüística saussureana da solución a este aspecto por medio de la introducción de la Enunciación, la que corresponde a la operación de reenvío de un signo a otro. La enunciación es una instancia particular en la que la intersubjetividad (emisor-receptor) se inscribe en el discurso (por medio del sistema pronominal). La idea de la enunciación es que en textos semióticos de distinto tipo (música, pintura, literatura) hay simulacros de interacción inscritos en el texto. En el caso del texto pictórico, Fabbri señala que este por medios propios, puede expresar modos de inscripción de la intersubjetividad, igualmente que el sistema pronominal de la lengua. Beneviste plantea “El sentido tiene cara de meducas”. Con esta afirmación se refiere a que en el lenguaje no

sólo hay representaciones conceptuales, ni tampoco solo representaciones de acciones y pasiones. En el lenguaje interviene una instancia de enunciación que transforma el texto en discurso (Lotman señala “un texto contiene sus propios principios de comunicación”).  

El texto no es una serie de estados del mundo, es una representación de muchos estados del mundo. Lleva inscrito en forma de sistema enunciativo, las representaciones de cómo quiere ser considerado dicho texto. En este sentido se puede hablar de Pragmática Interna del texto, una pragmática escrita semánticamente. METÁFORAS Y COGNICIÓN: Nuestra tradición retórica acepta la idea de metáfora sólo cuando los términos

se nombran. Respecto de las metáforas pronominales, en textos muy distintos lo que es considerado una atribución a la subjetividad (“Yo soy mi lunes”) puede ser tratado como metáfora. De esta forma podemos hablar de metáforas no sólo a nivel de enunciado, pues existen metáforas narrativas como en el caso de la parábola (entendida como narraciones que remiten a otras narraciones, constituyendo metáforas mutuas).

 

 A partir de estas indagaciones, Fabbri propone que el uso de la metáfora es extensivo, ya que, puede ser utilizado como inferencia silogística, como extensión del conocimiento. En este punto se reúnen (chocan) dos semióticas: por una parte la corriente semiótica de Pierce y Eco (con la idea del signo que remite a otro signo mediante inferencias) y por otra la semiótica de la corriente de Saussure, Hjelmslev y Greimas (que supone al signo como remisor de otro signo mediante metáforas y relatos). Desde esta última perspectiva (narrativa) se realiza un salto respecto de la tradición retórica, la cual considera a la metáfora (figuras retóricas en general) como una función decorativa. La nueva imagen semiótica prescinde de la oposición entre tropos decorativos de la metaforicidad por un lado y la prueba silogística por otro. Es así que se le asigna a la metáfora, una capacidad cognitiva inferencial, además se reconoce que algunos silogismos son sólo decorativos. La corriente semiótica de Peirce y Greimas, puede ser agrupada en lo que Kuhn denomina Tensión Esencial. Esta se refiere a la capacidad de los investigadores de producir grandes conocimientos en forma de experimento narrativo, sin necesidad de inferenciales explícitos. CAPÍTULO 3: CUERPO E INTERACCIÓN AFIRMAR Y ENUNCIAR: Enunciación entendida no como un fenómeno lingüístico, sino como un fenómeno

semiótico. Deleuze a propósito del análisis del estilo indirecto libre de Pasolini, nos señala que en este estilo se observa una transcripción del cogito cartesiano en la enunciación visual. La enunciación el cine es objetiva y personal a la vez, una clase de discurso indirecto libre. Los juegos de enunciación de shifting, embrayage o débrayage  pueden estar presentes en dimensiones semióticas no necesariamente lingüísticas. La enunciación posee una raíz proveniente de neuma griego, el cual comprende el movimiento de cabeza, un gesto, un movimiento significativo, la enunciación es un gesto para afirmar. La enunciación lingüística corresponde a una transposición del lenguaje verbal de un movimiento de tipo gestual. CUERPOS Y ESQUEMAS ABSTRACTOS: La metaforicidad implica la inclusión de un efecto Abductivo, en

los términos de Bateson (ensanchamiento lateral del fenómeno narrativo que causará el descubrimiento). La semántica contemporánea ha evolucionado en la utilización de las metáforas como portadoras de esquemas corporales. Lakoff y Johnson a partir del estudio de la ira, continuaron realizando análisis metaforológico, narrativizando una serie de metáforas. La idea de estos investigadores es que las metáforas, se ordenan de acuerdo a un principio de simulación de un suceso físico, en el que el cuerpo se concibe como recipiente, en el que se presentan fenómenos de transición (calor, chispas, explosión de la ira) aspectos que se encuentran contenidos en el funcionamiento semántico del lenguaje (por debajo de metáforas de la ira, se encuentran verdaderas historias que se refieren a la percepción del cuerpo).

 

Rorty es sagaz al observar, la crisis presente en la capacidad instrumental de los conceptos filosóficos. De esta crisis surge un extraño juego: Quienes trabajan en lenguaje, esperan hallar definiciones de su oficio en teorías (filosóficas). Por otro lado la filosofía demanda a quienes trabajan en el campo de la textualidad, instrumentos para renovar su reflexión. EL ORGANÓN SEMIÓTICO: Bruno Latour señala que la semiótica debería ser un organon para un estudio

de las ciencias o un estudio de la tecnología. Latour se ha especializado en el estudio de la Interobjetividad, entendida como prótesis recíprocas entre objetos y sujetos. De acuerdo a lo propuesto por Latour, ya no existen “humanos” en estricto sensu, pues nos encontramos vinculados a un instrumento que construye

nuestra

subjetividad.

Latour expone la idea de formación de Unidades Complejas, relaciones entre personas y cosas-instrumentos que producen lo que en semiótica se denomina Agentes Colectivos (caso de un sujeto en automóvil, quien puede ser estudiado comunicativamente como unidad). HECHOS Y FACTICHES: F ACTICHES: En el proceso de surgimiento de los objetos científicos se observan dos momentos

fundamentales, debate y luego conversación; para luego llegar a la transformación textual del relato del experimento en el que el “objeto” aparece de modo distinto.   Mediante el proceso de traducción se forma lo que Latour llama Factiche, que corresponde a “fetiches del hecho”. Este luego se convertirá en el Hecho, al momento de ser reconocido por la comuni dad científica.

LIDES TEXTUALES: Fabbri observa dos nuevas maneras de abordar la cuestión semiótica: dimensión

agonística y dimensión simbólica. En cuanto al agonismo: la comunidad científica es un lugar de controversia; los textos científicos pese a sus relaciones sobre evidencias del mundo, en realidad corresponden a defensas contra refutaciones, respuestas implícitas ante posibles contrahipótesis. Esto implica un desplazamiento del estudio semiótico, desde la discursividad y representación, hacia la conflictividad implícita en la producción de la representación del objeto. La conflictividad textual, no sólo existe donde hay conflictos (reales o simulados), también se presenta en el lenguaje común; lo que los investigadores norteamericanos llaman el estu dio de la “fuerza” y “contra fuerza”.   La conflictividad se entiende en términos de secreto y misterio. En el conflicto no nos empleamos a nosotros mismos contra el otro, sino que, empleamos al otro contra una parte de nosotros mismos para influir en él. EFICACIA SIMBÓLICA: El lenguaje no es sólo representativo del mundo, sino que es eficaz sobre el hombre

y el mundo. La eficacia simbólica corresponde a la transformación recíproca, debida a fenómenos aparentemente informativos. Encontramos fenómenos de eficacia simbólica, que no se basan en transmisión de información, sino que en procesos que afectan al cuerpo. Heidegger señala en “Ser y Tiempo”, que en la angustia y miedo hay un componente fundamental: la

esperanza (esperanza de salvarse). Cuando no se tiene ninguna esperanza, no se tiene miedo. Fabbri analiza la catarsis aristotélica, la cual se basa en 2 pasiones Eleos y Phobos (piedad y miedo). Según  Aristóteles los ritmos internos de la música actúan sobre el ánimo humano. La idea de la catarsis surge inicialmente de la medicina hipocrática, que la entiende como expurgación de los flujos negativos que causan

 

enfermedades. Según la visión semiótica, las pasiones son entendidas como transformación pasional. En este sentido la catarsis aristotélica no es liberación de las pasiones, sino se presenta como proceso de transformación; el miedo se transforma en valor y la piedad en egoísmo. LA FUERZA DE LOS MODELOS: Los sofistas imaginaban el lenguaje como una especie de pelea. Fabbri lo

piensa como controversia, como modelo para explicar una teoría general de las estrategias de sentido, lo que implica considerar los actos del lenguaje desde el punto de vista no sólo lingüístico, sino semiótico en general. Fabbri plantea para el análisis de las controversias, el estudio de los procesos que subyacen a la hipnosis. En este punto nos refiere a los estudios realizados por la escuela de Palo Alto, quienes revelaron que la hipnosis se produce en un marco de relación interpersonal, en la que el problema no es la capacidad del hipnotizador, sino la disposición positiva del hipnotizado. El hipnotizado, “provoca” al hipnotizador para medir

su capacidad y hacerlo terminar hipnotizado de verdad. De esta misma manera existe una interrelación entre semiótica y el mundo. La semiótica puede mantener si calidad de trabajo, solo si brinda a las otras disciplinas modelos generales de explicación de los fenómenos de la cultura humana. El problema radica en que la semiótica se presenta como un subcategoría fe la filosofía general del lenguaje. Fabbri nos presenta el ejemplo del trabajo realizado por Jakobson (concepto poético), para ilustrar la importación de un modelo semiótico a otros sectores. Jakobson llegó a la conclusión, que una de las características de lo poético es el autotelismo del signo. Posteriormente esta concepción es tomada por Greimas, para explicar lo narrativo (comprendido como un linealización de una jerarquía de valores). En el campo de la imagen, se señala que una forma de estudio es a través del modelo poético, se comprende a la imagen como un medio en el que tanto el código como el mensaje están presentes (en forma de linealización de la codificación). La imagen se comporta como la poesía, por una parte linealiza, plantea y ordena sucesiones, peor por otra mantiene simultaneidad. LA SEMIÓTICA DEL SOBREPENSAMIENTO: La transducción o traducción son entendidas como posibilidad de los conceptos semióticos para encontrar su propia forma gramática, que permita

comparaciones entre varios tipos de signos. Esto comprende la capacidad de traducir entre varios tipos de discursividad (por ejemplo discurso científico en discurso poético). Fabbri señala que gran parte de la semiótica actual se encuentra en un proceso de “sobrepensamiento” , lo

que significa que produce pocos modelos transducibles en sistemas de signos distintos. Fabbri realiza una fuerte crítica a la distinción de “semióticas” que realiza Umberto Eco; en las que distingue

ente: Semiótica Aplicada entendida como aquella que trabaja con el lenguaje, sonidos, textos, y por otra parte la Semiótica Pura, aquella se muestra interesada por la filosofía (filosofía del lenguaje). Fabbri señala que esta distinción es discutible, ya que, considera que detrás de esta se oculta una estrategia retórica utilizada por los investigadores para sobrevivir.

 

Finalmente agrega Fabbri que el reto de la semiótica no es sólo proporcionar modelos adecuados, sino también demostrar a la ciencia la capacidad descriptiva que esta disciplina puede realizar respecto de los textos y vivencias.

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