Resumen Filosofia PDF.
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PROGRAMA MÓDULO 1 Unidad Nº 1 1) Definiciones de la Filosofía: Definición de J. Maritain. Definición de Isaiah Berlín. Rol de la Filosofía en las propuestas de Deleuze y de Gadamer. La escuela crítica y su aporte al problema de la definición de la Filosofía. 2) La división de la Filosofía. 3) Los métodos. Unidad Nº 2 1) Qué es el hombre. Las ideas del Hombre y la Historia. Relación entre la idea predominante del hombre y la realidad social y jurídica. 2) La idea de Homo Sapiens. Características.
MÓDULO 2 Unidad Nº 3 1) El problema antropológico en Sócrates y los sofistas. 2) Platón El conocimiento. Realidad sensible y realidad inteligible. Doxa y Epísteme. El hombre y su relación con las ideas. Teoría política de Platón. La ciudad, las clases sociales y la Justicia. Las formas de gobierno. 3) Aristóteles Los grados del saber y las ciencias. El objeto de estudio de la Filosofía Primera. El hombre. Los principios del ser vivo. Clases de almas. La Ética. Bien y Felicidad. Las virtudes. La virtud de la Justicia. Clases. La equidad. La política. Causas de la sociabilidad humana. Las formas de gobierno. Las leyes. Unidad Nº 4 1) La teoría del Homo Sapiens y su recepción en la Filosofía Cristiana San Agustín de Hipona. Relaciones entre Fe y Razón. La teoría de la Ley. Santo Tomás de Aquino. La ley natural. El derecho y la Justicia.
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Unidad Nº 5 La idea de Homo Sapiens (continuación) 1) El Renacimiento. Constitución de la Nueva Ciencia El problema problema del método. 2) Descartes Los principios del método “Pienso luego existo” Dios y el Mundo. Consecuencias Consecuencias del cartesianismo. La crítica del empirismo. 3) Emmanuel Kant El problema de la Crítica. Las clases de Juicios Las funciones del conocimiento. La sensibilidad. El espacio y el tiempo. t iempo. El entendimiento y las categorías. Las ideas de la Razón. Crítica de la Razón Práctica. La conciencia moral y los imperativos. Postulados de la Razón Práctica.
MÓDULO 3 Unidad Nº 6 1) La idea de Homo Faber Notas fundamentales fundamentales Crítica a la idea de Homo Sapiens Los instintos básicos. 2) La antropología de Carlos Marx El hombre y el trabajo. Los modos de producción El Derecho y el Estado. Las ideologías. 3) La antropología naturalista de Sigmund Freud. El Yo, el Ello y el Super-Yo 4) El evolucionismo. Tesis fundamentales. fundamentales. Unidad Nº 7 1) El hombre como decadencia. La “enfermedad” y la vida. Nietzsche. El hombre hombre y el Superhombre. Superhombre. Consecuencias Consecuencias de la “muerte de Dios” El conocimiento como “mentira del intelecto”. 2) La antropología de M. Scheler. Los grados del saber psicofísico: Impulso afectivo, Instinto, Memoria asociativa e Inteligencia práctica. El espíritu. Sus notas. 3
MÓDULO 4 Unidad Nº 8 1) El problema moral. 2) El libre albedrío y la responsabilidad personal. personal. Importancia de la Ética en la vida jurídica. 3) La Metaética. Objeto. Teorías. Naturalismo ético. El no-naturalismo ético de Moore. El no-cognotivismo de Ayer. Posibilidad de una ética normativa. 4) Éticas normativas. El utilitarismo. Formas de utilitarismo. Felicidad del mayor número y felicidad individual Unidad Nº 9 Ética normativa (continuación) 1) La ética en la filosofía clásica. El fin último. Las leyes de la actividad moral. Los actos humanos. 2) La ética Kantiana. El puesto de la razón en la Ética. Función y desarrollo de la Ética. La noción de “deber moral”. Conflicto de deberes.
ELIDA AGÚERO- ABOGACÍA UBP DISTANCIA- SEPTIEMBRE 2014 4
MÓDULO 1 Unidad Nº 1
1) Definiciones de la Filosofía Filosofía: Conjunto de razonamientos y reflexiones encaminados a explicar las causas, relaciones y finalidades últimas del hombre y el universo. Definición de J. Maritain Defensor de la Filosofía cristiana, basada en la verdad, según la cual Cristo no planteó en su evangelio una filosofía porque Él mismo era la sabiduría y la verdad. El cristiano es una persona, por esa naturaleza puede ser filósofo, que es el empeño en identificarse con la verdad. Él plantea que si la filosofía es racional y verdadera, entonces es cristiana. Esa posición con ligeras modificaciones fue defendida también por Etienne Gibson, Blondel, entre otros. La filosofía cristiana es moral, subalterna a la teología; la primera trata la experiencia y el razonamiento, la segunda sobre datos de la fe. Para el hombre público, sea político, religioso, r eligioso, artista o historiador, es importante tener una sana filosofía del hombre, una cultura unificada, una justa apreciación de las diversas actividades del ser humano con sus valores morales. Un hombre de Estado, un político, un sindicalista, en fin, un hombre de acción debe estar provisto de una auténtica filosofía, para aplicar bien los buenos principios. Definición de Isaiah Berlín Para Berlín la historia de la Filosofía es paralela a la historia de los cambios en los modelos de conducta. El tiempo de permanencia de estos cambios no es la misma porque el mundo externo que percibimos a través de los sentidos cambia constantemente pero la interpretación que le damos a estos cambios es mucho más lenta para que el ser humano cambie su convicción de las cosas. Berlín basa su sistema filosófico en analizar las relaciones humanas, desde el concepto primario de su pensamiento hasta la coronación del deseo humano que es es la libertad como valor primario y sostiene que la filosofía es una investigación del compuesto de características que rodean al ser humano. El valor primario del ser humano es la libertad y le reconoce tres clases: *Libertad espiritual: es la purificación del espíritu para encontrar la libertad interior. *Libertad moral: la que permite al ser humano controlar los deseos y pasiones. *Libertad económica: es la que conduce al hombre a trabajar de lo que más le gusta para satisfacer así sus necesidades. El rol de la Filosofía en la l a propuesta de Gilles Deleuze Su visión de la Filosofía es la de una máquina de producir conceptos que acrecientan las posibilidades de vivir. Pero también es una máquina de guerra, una máquina que libra una batalla y que arremete con la mayor fuerza contra toda la filosofía heredada. De esta batalla que es una suerte de “desenmascaramiento” “desenmascaramiento” para retomar una imagen nietzscheniana o “desencantamiento” “desencantamiento” del mundo, surgen nuevos conceptos, nuevas ideas, nuevas formas de dedicarse a la filosofía. La producción deleuziana estará signada por el movimiento, por lo múltiple y por la invención; buscará constantemente la denuncia de toda institución y de toda sistematización, incluso revolucionarias o psicoanalíticas, psicoanalíticas, en nombre de los temas arcaicos del deseo (el hombre en tanto t anto “máquina deseante”) y de la locura, proponiendo una suerte de revolución permanente del pensamiento.
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Propuesta de Gadamer Inicia un debate en contra del cientificismo para luchar contra el positivismo ingenuo. Intenta rescatar un modo de saber moral aristotélico (qué hacer con nuestras vidas) y una recuperación del diálogo humano y del debate público sobre diferentes cuestiones. Su propuesta se basa en la necesidad de ver a qué forma de universalidad podemos llegar. Intenta recuperar el juicio reflexivo. La escuela crítica y su aporte al problema de la definición de Filosofía. Según esta escuela la Filosofía es el juicio del saber y lo que determina la capacidad de conocimiento del hombre. Es la Filosofía entonces, la Teoría del Conocimiento. Los representantes de esta teoría son Kant, Hume y los neo-kantianos. Los antecedentes de la filosofía kantiana son fundamentalmente tres: *El idealismo racionalista de Leibniz: toda explicación racional del universo se apoya en la demostración de la existencia de Dios. * El empirismo de Hume: con su más rotunda formulación sostiene que la existencia es algo meramente subjetivo y sólo median diferencias de grado entre la noción de “algo existente que en realidad poseemos o creemos poseer” y la impresión puramente imaginada de ese “algo existente”. *La física de Isaac Newton: la física permite un conocimiento exacto de la naturaleza. Si hay conocimiento verdadero, entonces, hay ciencia. Estas tres concepciones movilizan a Kant a formular la CRITICA DE LA RAZÓN PURA según la cual conocer equivale a captar el ser de las cosas. Por razón pura entiende una manera de conocimiento que no proviene de nuestros sentidos y que es independiente de toda experiencia.
2) La división de la Filosofía a) Filosofía Primera o Metafísica
Ontología: es una rama de la Metafísica que estudia lo que hay. Muchas preguntas tradicionales de la filosofía pueden ser entendidas como preguntas ontológicas: ¿Existe Dios? ¿Existen entidades abstractas como los números? La ontología estudia la manera en que se relacionan las entidades que existen. Por ejemplo: la relación entre una entidad universal (rojo) y una particular (manzana) o entre un evento (Sócrates bebió la cicuta) y sus participantes (Sócrates y la cicuta) Teología natural o teodicea : el objetivo es la demostración de la existencia del mal y la justificación de la bondad de Dios. Intenta probar la existencia de Dios a través de la razón natural. Gnoseología o Teoría del Conocimiento : es una rama de la filosofía que estudia la naturaleza, origen y alcance del conocimiento, no el particular, sino el general. Cosmología: es el estudio del universo en su conjunto, en el que se incluyen las teorías sobre su origen, su evolución, su estructura a gran escala y su futuro. Psicología racional : investiga las propiedades o atributos que afectan a la naturaleza y esencia del ser. Y por medio del raciocinio, lograremos entender que el alma, como afirmaba Aristóteles posee singulares atributos encarnados en su naturaleza y cuyos nombres se incluyen en la definición de alma, es decir, el sentir y el pensar.
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b) Filosofía Segunda
Lógica o Filosofía racional : se complementa con el criticismo de Kant. Es el sistema de pensamiento que acentúa el papel de la razón en la adquisición del conocimiento, en contraste con el empirismo que resalta el papel de la experiencia sobre todo el sentido de la percepción. Filosofía moral o ética : la moral es un conjunto de juicios relativos al bien y al mal, destinados a dirigir la conducta de los seres humanos. Estos juicios se concretan en normas de comportamiento. La ética es una reflexión sobre la moral. Se pregunta por qué consideramos válidos unos y no otros comportamientos. Estética: también llamada filosofía o teoría del arte. Se relaciona con la esencia y la percepción de la belleza y la fealdad. La estética se ocupa también de la cuestión de si estas cualidades están de manera objetiva presentes en las cosas, a las que pueden calificar, o si existen sólo en la mente del individuo.
3) Los Métodos El método es un camino, un modo de obrar ordenado para hacer una cosa. En filosofía significa el procedimiento que se sigue para la búsqueda de la verdad y también para transmitir esos conocimientos . La misma diversidad ontológica de sus objetos materiales y formales determina la diversidad de los métodos que deben emplearse en la investigación científica. Los métodos filosóficos más importantes se encuentran mencionados con sus características esenciales en el siguiente cuadro comparativo.
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Unidad Nº 2
1) Qué es el hombre A lo largo de la historia todos los filósofos trataron y tratan de contestar esta pregunta según su perspectiva. Para los presocráticos, el hombre en su aspecto subjetivo es el sujeto cognoscente, voluntario o moral y en su aspecto objetivo, una porción del cosmos. Platón y luego los escolásticos pensaban en el hombre como un animal razonable. Para Aristóteles el hombre era un animal político, llamado a vivir en la polis, integrado a la sociedad. Para Descartes, un ser que piensa, para Kant un ser que juzga, para Marx un ser que trabaja, para Bergson, un ser que crea. Es alguien que siente, que puede reflexionar y pensar, que evidencia cierta superioridad con respecto a los demás animales que domina, es un ser social, con capacidad para inventar el arte y las ciencias, que puede ser malo o bueno, que vive organizado, que tiene una cultura, leyes y normas. Es un hecho y una especie que puede convertirse en valor y en virtud. Tiene ciertos valores, deberes y obligaciones con respecto a otros de su misma especie, una moral. Todo hombre tiene la forma entera de la condición humana y ninguno carece de ella, el hombre nace hombre y se convierte en ser humano, recibe su humanidad, no la crea. Es algo natural más que cultural. El hombre no es Dios y sólo permanecerá plenamente humano si acepta su condición para no ser su propia destrucción. No es causa de sí mismo, es el resultado de una historia personal que forma su voluntad. Forma parte de la naturaleza sigue su orden aunque parezca lo contrario. Forma parte de la historia que él mismo construye y que lo hace a él. Forma parte de una sociedad, de una época, de una civilización. Es un animal que sabe que va a morir, que tiene impulsos, pasiones, iras y tanta violencia, tanto miedo, tantos deseos, que lo hacen peligroso para él mismo, para los demás y para el mundo. La humanidad es una especie que hay que preservar y que hay que valorar porque también ha hecho posible la civilización, el desarrollo del espíritu, de las ciencias, de la historia. De la humanidad depende que el hombre sea humano, que se eleve por encima de sí mismo y que mantenga su dignidad y no naufrague debajo de ella. 1 1
“Invitación a la filosofía”, André Comte-Sponville.
Las ideas del hombre y la historia. Se sabe que son muchos los estudios sobre el hombre que se han realizado a lo largo de toda la historia, pero se puede señalar que son cinco las ideas fundamentales que ofrece la teoría antropológica.
*La primera idea del hombre – idea dominante en los ambientes deístas (judíos y cristianos) y, en general, en todos los círculos vinculados a una Iglesia- no es producto de la filosofía y la ciencia, sino una idea de la fe religiosa, un resultado complejísimo del judaísmo religioso y sus documentos, sobre todo del Antiguo Testamento, de la historia antigua, de la religión y del Evangelio: el conocido mito de
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la creación (en cuerpo y alma), del hombre por el Dios personal. Concibe al hombre a imagen y semejanza de un Ser Supremo.
*La segunda idea sobre el hombre, también dominante, es la dada por la cultura griega y lo encumbra por encima de todos los demás seres, poniéndolo a la par de la divinidad misma . El H omo Sapiens es una separación entre el hombre y la animalidad. Es la conciencia humana por encima de toda otra naturaleza. A la especie humana corresponde un agente específico que sólo a ella conviene: la razón. Mediante esta razón, el hombre es poderoso para conocer el ser, como es en sí, para plasmar la naturaleza en obras llenas de sentido, para obrar el bien con respecto a sus semejantes. La razón humana posee la fuerza de las ideas y produce un eterno mover y plasmar. Este agente es absolutamente constante en la historia, en los pueblos y en las clases. *La tercera idea es la del H omo Faber . Esta idea infiere que entre el hombre y el animal no existe diferencia de esencia, sólo de grado; en el hombre según esta teoría actúan los mismos elementos, las mismas fuerzas y leyes que en todos los demás seres vivos sólo que con consecuencias más complejas. Así pues, el hombre no es en primer término un ser racional, un homo sapiens, sino un ser instintivo. *La cuarta idea, que corresponde a una nueva teoría de la historia consiste en colocar en oposición extrema a la creencia común de toda la antropología, de toda la doctrina histórica usada en Occidente. Frente al homo sapiens o al homo faber progresivos, frente al Adán cristiano, que cayó para volverse a levantar y obtuvo la salvación en el centro de los tiempos, frente al ser instintivo, que en varios aspectos se encumbra hasta sublimarse en ser espiritual, opone la cuarta idea, la afirmación de una necesaria decadencia del hombre a lo largo de la historia. Esta idea del hombre afirma que la decadencia está en la esencia misma y origen del hombre. Ante la pregunta de qué es el hombre, esta antropología responde que es un desertor de la vida, de sus leyes, de sus valores fundamentales, de su sentido sagrado y cósmico. Es un narcisista que se ha exaltado a sí mismo. *La quinta idea del hombre encumbra la conciencia que él tiene de sí mismo a una posición tan soberana y vertiginosa que tampoco se encuentra en ninguna doctrina conocida. Esta doctrina caracteriza al hombre como el único responsable, presto a asumir toda responsabilidad del creador, que le da sentido a la tierra, del único que legitima cuanto llamamos humanidad y pueblo, historia y acontecer cósmico. Le da al “superhombre” de Nietzsche una nueva base raciona l. Se manifiesta entonces, un ateísmo nuevo que constituye la base para la nueva idea del hombre. Relación entre la idea predominante del hombre y la realidad social y jurídica Si el hombre responde, pues, a una naturaleza racional, es precisamente la racionalidad, y sólo la racionalidad, la que le permitirá desenvolverse “correctamente” en la vida moral y jurídica. Es decir, cuando el hombre actúa, lo hace siempre en un entramado de relaciones muy complejo de orden moral, político y jurídico. Lo moral, lo político y lo jurídico están, pues, inscritos en la naturaleza humana. Nadie puede evitar la vida moral, política o jurídica; estamos por naturaleza llamados a participar en ella. El solo hecho de no querer participar en ella es un modo de participar. Al hombre le basta con su ser para ser, para perseverar en la existencia, pero no le basta su ser para participar en la vida práctica. Para esto último requiere actuar, desempeñar un papel, un rol, como el actor en el escenario. Requiere, pues, apersonarse, hacerse persona. Sólo se es o se llega a ser persona en la vida social y política – como sostendrán los filósofos griegos y la mayor parte de los pensadores medievales, los empiristas ingleses, Kant, Hegel y otros pensadores modernos – y no fuera de ella. Representar un rol es, en cierto modo, actuar, asumiendo una representación de sí mismo que no desvincula al representado del representante, y que permite participar del juego colectivo que estamos llamados a desempeñar en la 9
red jurídica y social. Así, pues, pasamos del hombre a la persona y de la persona al sujeto de derecho, de suerte que se observa una línea metafísica no interrumpida entre hombre, persona y sujeto de derecho, que coordina coherentemente la realidad y la visión metafísica con la jurídica y social.
2) La idea de Homo Sapiens Esta idea del hombre fue inventada por la burguesía política griega en el período de esplendor de sus polis y constituye uno de los descubrimientos más fecundos en la historia del pensamiento del hombre sobre sí mismo. Es la idea acuñada por Sócrates y los sofistas, por Platón y Aristóteles, cuya influencia sigue vigente, que abre una separación esencial entre el hombre y el resto de los seres vivos, asignando al hombre un lugar superior por su diferencia específica, la razón o l ogos . El logos, la razón, es el agente específico que permite al hombre conocer el ser tal como es en sí, plasmar la naturaleza en obras llenas de sentido, y obrar el bien en relación con sus semejantes. Está ligado a la verdad eterna más allá de los cambios del mundo que lo rodea. La razón organiza la vida política y las leyes, fundamenta la ética a través de las virtudes. Tiene poder y fuerza aún sin los instintos y la sensibilidad que son comunes al hombre y a los animales para realizar sus propios contenidos ideales. El hombre se define por la razón, es básicamente un homo sapiens.
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MÓDULO 2 Unidad Nº 3
1) El problema antropológico en Sócrates y los sofistas. Para desarrollar este tema se hace necesario mencionar al período que antecede y que nos ocupa en particular. Es el llamado Período cosmológico considerado el momento histórico en el que surge la actitud del hombre de filosofar (Siglo VI a C) Aparece entonces la pregunta de cómo nace la filosofía. Nace por una actitud en los hombres de preguntarse tratando de descubrir el fundamento, el principio de las cosas, de todo lo que les rodeaba. Se preguntaban por el arjé que significaba precisamente principio o fundamento. Y ese continuo preguntar era la consecuencia inmediata del asombro que experimentaban por ejemplo, al observar la armonía de los fenómenos naturales y su carácter cíclico. Se preguntaban cómo podía ser eso posible. Para dar una respuesta era necesario buscar las razones, los motivos que tuviesen que ver con lo mundano y no con lo mitológico. Esa búsqueda, esa pretensión de dar respuesta a todos los interrogantes, dio paso a la razón que fue progresivamente desplazando al mito. La urgencia de los filósofos era entonces encontrar una respuesta única y racional que englobase a todos los hechos. Para los griegos el origen de todas las cosas era la physis o naturaleza. El origen entonces, era la naturaleza. De ella surgía todo y a ella volvía todo luego de transcurrir su existencia. Así para Tales de Mileto el principio de todo estaba en el agua. Para Anaxímenes era el aire. Para Anaximandro era el infinito. Para Pitágoras el fundamento de todas las cosas eran los números. Este período culmina con dos grandes pensadores cuyas obras van a influir en el pensamiento filosófico antropológico de Sócrates, Platón y Aristóteles. Ellos fueron Heráclito y Parménides. *Heráclito: le interesaba encontrar un fundamento común a todas las cosas que sea inmanente a ellas mismas, encontrar la unidad. Para llegar a ese fundamento sostiene que existen dos formas de lograr conocer: una verdadera, que responde al logo o razón y otra ficticia que se apoya en los sentidos. La interpretación de los sentidos es falsa porque está sujeta a cambios, al movimiento constante. Lo que se logra captar por los sentidos y que constituye la experiencia está en un constante devenir. De allí su expresión: “Todo cambia, todo fluye”. *Parménides : pensó en el ser como inmutable, estático, fijo, sin lugar para el devenir. Pero resulta que al darle estas características al ser entra en contradicción con la experiencia cotidiana, la de todos los días que nos muestra que muchas cosas no son eternas, que no son inmutables pues todo el tiempo cambian y que no son fijos sino que se mueven. Ante esta contradicción Parménides resuelve este dilema sosteniendo que el resultado de la experiencia, lo que obtenemos con ella, no constituye la verdad de la ciencia, sino una simple opinión o doxa. Los Sofistas En la segunda mitad del Siglo V crece un nuevo movimiento sin conexión ni ligazón con ninguna doctrina determinada. Es más bien un modo de ver al hombre y de transmitirle enseñanzas a ese hombre. Ese movimiento es la Sofística. Los sofistas eran maestros que recorrían las ciudades griegas enseñando a sus jóvenes a actuar en política. Su fin no era la educación, ni enseñar un contenido de verdad, sino el arte de la persuasión. Tenían como objetivo formar conductores, dirigentes de un pueblo que estaba en franco proceso de democratización. Transmitir verdades no se identificaba con los contenidos objetivos del saber. Al 11
sofista sólo le interesaba el éxito que lograba tener su discurso frente a un público que aceptaba sus enseñanzas con aplausos. Entre las doctrinas político-morales de los sofistas encontramos la afirmación según la cual tanto las instituciones políticas como las normas e ideas morales vigentes, eran convencionales, esto es, producto de acuerdos entre los hombres. Esto se fundamentaba en que en sus numerosos viajes habían observado que las leyes y costumbres diferían entre un pueblo y otro. Esto les alcanzaba para descartar planteamientos que apelaban a un ser fijo y de naturaleza inmutable, tanto en el terreno de la Physis, como en el de la ética y la política. Se llega así a plantearse dos actitudes intelectuales: el relativismo y el escepticismo. El primero supone que no hay verdad absoluta en materia moral y política. El segundo, que el conocimiento humano está limitado. Estas actitudes eran complementarias y no se concebían la una sin la otra. El escéptico dice que no sabe y se aferra a su ignorancia. El sofista afirma o niega sin ningún rigor ni método. Entre los más famosos sofistas, Protágoras afirma que el hombre es la medida de todas las cosas. Está muy lejos de afirmar que la sabiduría existe y llama hombre sabio a quien le haga parecer como buenas las cosas que le parecían malas. Los sofistas se suman a este pensamiento. No llegan a conocerse, a aprehenderse a sí mismos y por tal, su pensamiento desordenado se mueve con total arbitrariedad. Sócrates (470-399 a C) En la vereda de enfrente a los sofistas que enseñaban que el hombre individual, con su individual razón era la medida de todas las cosas, nos encontramos con Sócrates. Para Sócrates, la razón individual era una razón común a todos los hombres. Esta razón o logos que estaba en cada individuo posibilitaba adquirir un conocimiento universal y así superar el relativismo. Pero para lograr un conocimiento universal el hombre no podía encerrarse en sí mismo, sino que debía transitar ese camino junto con los otros hombres, obteniendo el conocimiento a través del diá-logo. Si estamos de acuerdo en buscar lo que ignoramos, por qué no hacerlo juntos? Para ello, caminaba incansablemente por las calles de Atenas conversando con todos, especialmente con los jóvenes, invitándolos a ir en busca de la verdad y del conocimiento de sí mismos. Le preocupaban temas como el hombre, su alma, sus virtudes, su felicidad. Es por ello que abandona su vieja preocupación, herencia de la cosmología, por la physis porque consideraba que los objetos del conocimiento sensible son sólo pasibles de opinión. Para él el verdadero conocimiento se fundaba en conceptos universales, presentes en la razón universal común en los hombres. A partir de allí su preocupación se va a centrar en el problema antropológico y moral. Entre las diferencias con los sofistas podemos nombrar: *Frente al conocimiento relativo, sitúa el conocimiento universal al cual cada hombre debe llegar. *Enseña a aprender. No lo hace para que los hombres puedan aprender a persuadir y dirigir masas, sino para formarlos en las ciencias y en la virtud. *Su enseñanza es gratuita, no cobra por ello. Por tanto está al alcance de quien lo quiera escuchar. *Considera al hombre, no como un ciudadano del mundo, desarraigado, sino inserto en la polis, cuyas leyes debía obedecer por ser el hombre un animal político. Las leyes de la ciudad eran para Sócrates, divinas y expresaban la Justicia. La moral de Sócrates es finalista porque está orientada hacia un fin último que es el bien universal. Ese bien al que se llega por la virtud es la felicidad. Felicidad, virtud, bien y fin último forman parte de una unidad dentro del pensamiento Socrático. Para llegar a ese fin último era indispensable, el uso de la razón. Para Sócrates la sabiduría sólo es propiedad de los dioses. Los hombres, por sus propias limitaciones, no pueden ser sabios. Como no tienen, no poseen sabiduría, la buscan. Sócrates tiene conciencia de esa limitación. Tiene conciencia de que no es sabio. Tiene conciencia de que nada sabe. De allí su expresión “Sólo sé que no se nada”. 12
“Conócete a ti mismo” como principio de la sabiduría que consiste en reconocer los propios límites, lo que equivale a conocerse a sí mismo. El Método Socrático El primer paso de su método para lograr un verdadero conocimiento es la refutación a todo contenido del saber que muestra cualquiera que entra en diálogo con él. Es una clara actitud crítica a toda respuesta que obtiene en su preguntar porque nunca la acepta como definitiva. Pero tampoco la contradice totalmente. Utilizaba la ironía como manera de preguntar y con la que quedaba en evidencia la ignorancia de aquellos con quienes dialogaba. La segunda parte del método es la Mayéutica. Dice haberlo heredado de su madre que era partera. En su tarea, la mujer ayudaba al nacimiento de los niños, ayudaba a que viesen por primera vez la luz. Y él, Sócrates, también colaboraba a dar a luz, en este caso las ideas. Ayuda al nacimiento de la verdad.
2) Platón (427-347 a C) El conocimiento. Realidad sensible y realidad inteligible. Doxa y Epísteme. El mito de la caverna, que sintetiza la filosofía platónica, refleja claramente la dualidad de mundos (el dualismo ontológico): hay un mundo sensible y un mundo inteligible, representados en el mito por el interior de la cueva y el exterior de la misma. En efecto, la vida en el interior de la gruta quiere simbolizar nuestra vida en este mundo, mientras que la salida al exterior significa la elevación del alma al mundo de la verdad y de las Ideas. La vida en la caverna es una vida de ignorancia, de oscuridad, de limitaciones y ataduras, de sometimiento a las pasiones. La ascensión y salida al mundo exterior, luminoso e inmensamente más grande, significa la liberación del alma respecto de esas pasiones inferiores, así como el progreso en el conocimiento y el descubrimiento gradual de la verdad. Esta dualidad característica en Platón tiene su reflejo en el ser humano, con la dualidad cuerpo-alma. El cuerpo es perecedero, el alma inmortal. El cuerpo es una cárcel o un sepulcro para el alma del mismo modo que el mundo material, imperfecto y equívoco de las pasiones y las sensaciones lo es para la única y verdadera realidad que mora desde siempre en el alma. El mundo sensible es material, limitado, imperfecto e impermanente. Está sometido al espacio y al tiempo. Por ser cambiante no puede ser objeto de ciencia. De él sólo obtenemos una mera opinión o Doxa.
El mundo inteligible, en cambio, es inmaterial, esencial, eterno, inmutable. Es el ámbito de lo universal, de las Ideas eternas. Como no cambia, es objeto de ciencia. Constituye el ser verdadero, lo auténticamente real. De él proviene el conocimiento verdadero que Platón llama Episteme. El conocimiento verdadero debe ser infalible, ha de versar sobre lo universal y permanente, lo que es verdad para todos, lo que no es relativo ni depende de lo que unos y otros piensen o dejen de pensar. El verdadero conocimiento consiste en captar la verdadera realidad o esencia de las cosas. A eso que hace que una cosa sea lo que es Platón la llamó “Idea” o “Arquetipo eterno”. Este conocimiento es un recordar, una reminiscencia – o anamnesis-. Son las Ideas que han estado eternamente en el alma antes de reencarnarse y caer presa nuevamente en un cuerpo. El conocimiento es una búsqueda de sí mismo y el aprender no es aumentar conocimientos, sino recuperar los ya poseídos, recordar lo ya conocido. El conocimiento es para Platón, innato. Platón, en un célebre pasaje de su obra La República nos habla de una correspondencia entre los grados del ser y los grados del conocer. Y dice: “A cada grado del ser le corresponde un grado del conocer” 13
ETAPA (Grados del Conocer) Epísteme (Ciencia)
SUBETAPA Noesis: (Arquetipos o ideas) Es el grado más alto del conocimiento considerado como tal. Dianoia: Es la transición entre la opinión (doxa) y el conocimiento verdadero.
LO QUE REPRESENTA (Grados del Ser)
EL MUNDO INTELIGIBLE (O realidad verdadera)
Pistis: Objetos reales
Doxa (Opinión)
Eikasia: (Imágenes o sombras) Representa el nivel más bajo.
EL MUNDO SENSIBLE ( O realidad aparente)
Método para llegar al conocimiento verdadero Para alcanzar las Ideas, para llegar a conocerlas, Platón propone como método la Dialéctica. Según palabras del propio Platón, es la ciencia que consiste en dar y recibir una explicación de las cosas. Es el conocimiento superior que se identifica con la filosofía y que Platón la concibe como método racional que no usa signos sensibles, ni descansa en hipótesis, pues no deja ninguna cuestión sin examen o evaluación. El objetivo de la dialéctica es descubrir las relaciones existentes entre las Ideas. La auténtica filosofía es una “ascensión al ser”: el filósofo (el dialéctico) debe “ascender” del mundo sensible al mundo inteligible de las Ideas, y de éstas a la Idea del Bien, fundamento de todo lo verdadero y real. El hombre y su relación con las Ideas – Dimensión antropológica de la Teoría de las Ideas. Para Platón el alma nos iguala a los dioses y permite el conocimiento de las Ideas. Distingue tres partes en ella: la racional , representada en el mito del carro alado por el cochero, es la más noble y elevada y su función es conocer intelectivamente y guiar a las otras dos; la ir ascible , representada por el caballo bueno, símbolo del valor y la voluntad; y la parte concupiscible , representada por el caballo malo, difícil de guiar, símbolo del deseo y la pasión sensible inmoderados. El alma busca la liberación del cuerpo y esa búsqueda practica la filosofía como aproximación intelectual al mundo que le es propio. La parte racional del alma debe intentar purificar al individuo de los apetitos sensibles, y le corresponde dirigir la conducta humana. El dualismo antropológico de Platón se caracteriza por mantener una radical separación en el hombre: el alma inmortal, lo más divino, principio de conocimiento y moralidad, sitio propio de las Ideas, y el cuerpo, origen de la ignorancia y del mal. Para Platón el cuerpo y sus pasiones son responsables de todos nuestros sufrimientos y desgracias. La tarea más importante del hombre será por ello, la práctica de la virtud, basada en la renuncia de los apetitos corporales, y la práctica de la filosofía. La purificación moral e intelectual tiene como objeto que las almas se dejen guiar por lo que es justo y recto y de ese modo cumplan con su destino último, la morada divina, en donde preexistían.
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Teoría política de Platón. La ciudad, las clases sociales y la Justicia. Las formas de gobierno A diferencia de los sofistas, para quienes la sociedad era el resultado de una convención o pacto entre los individuos, para Platón la sociedad es el medio de vida natural del ser humano. Si atendemos a las características de la vida humana, podemos observar que el ser humano no es autosuficiente ni en cuanto a la producción de bienes materiales necesarios para su supervivencia, ni en los aspectos morales y espirituales en su inclinación natural al amor, a la amistad y a la convivencia en general. Forma parte de las convicciones sociales firmemente asentadas en la época, la idea de que la vida del hombre se identifica con su vida social. El predominio de la ciudad-estado como forma de organización de la sociedad en Grecia fortalecería el desarrollo de la vida comunal, hasta el punto en que difícilmente se podría concebir la vida del hombre manteniéndose ajena al Estado. De ahí las similitudes que establecerá Platón en su obra La República entre la moral individual y la moral colectiva, comparando la naturaleza del hombre con la del Estado con el fin de avanzar en sus investigaciones sobre la genuina función del mismo. Parte de la propuesta de un Estado ideal, como un modelo que todas las ciudades deberían imitar. Platón estaba convencido que todo gobernante de un Estado ideal debe saber en qué consiste el arte de gobernar y qué es lo que debe hacer, porque si no lo sabe, o no tiene la habilidad para ejercer eficazmente esa función, puede llevar a la ruina al Estado y sus habitantes. En su análisis del Estado, Platón utiliza una división tripartita análoga a su división del alma ya que el Estado tiene las mismas necesidades materiales y los mismos fines éticos que el hombre. Cada parte del alma se puede relacionar con una clase social: * L a parte racional se relaciona con la clase de los gobernantes, cuya virtud que es la sabiduría los hace aptos para el gobierno. No tienen acceso a la propiedad privada ni a la familia, debiendo velar únicamente por el gobierno de la ciudad. * L a parte ir ascible con la clase social de los guerreros y auxiliares , quienes no tienen acceso a la riqueza ni a la familia para evitar la tentación de defender sus intereses privados en lugar de los intereses colectivos. Deben defender y guardar la polis. * L a par te concupiscibl e que corresponde a la clase de los artesanos que realizan las actividades productivas pero no obtienen los beneficios económicos de su producción. Es la única clase (según el concepto de ciudad ideal) que tiene derecho a la propiedad privada y a la familia. De esta comparación entre el individuo y el Estado Platón establece que la virtud que corresponde a cada clase social ha de corresponder a los individuos que la constituyen. Así, la virtud de la clase de los artesanos es la templanza que se sitúa por encima del cuerpo impidiendo que el alma sea esclavizada por las pasiones de aquel. La virtud propia de la clase de los guerreros es la valentía o fortaleza para soportar adecuadamente las dificultades y los ataques de los demás. Y la virtud de los verdaderos gobernantes que es la sabiduría que ayuda a encontrar lo verdadero y lo bueno como fines esenciales de la vida de una sociedad. La ética platónica es fácilmente deducible de lo expuesto hasta aquí: la Justicia tal como la entiende Platón es la virtud del alma en su conjunto, es decir, la armonía u orden entre las tres partes del alma. Es la síntesis y el resultado directo de aquellas. Frente a las ideas corrientes de la Justicia, basadas en el cumplimiento de las normas y en un ir y venir de derechos y deberes legales, Platón introduce una nueva concepción que sostiene que la Justicia es el ejercicio de la función propia, ya sea del individuo o del Estado. La Justicia en la polis consiste en que cada uno debe atender a una sola de las cosas de la ciudad, es decir, aquello para lo que su naturaleza está mejor dotada, y no pretender desplegar múltiples tareas. Platón cambia la expresión “dar o recibir lo que a cada cual corresponde” por “HACER CADA UNO LO SUYO”. Tanto la posesión como la práctica de lo que a cada uno es propio serán reconocidas como Justicia. En una sociedad en la que cada uno cumpla lo que le es propio, estará asegurado que cada cual tenga lo que le corresponde. En función de la propuesta de ciudad-estado ideal Platón realiza un análisis de las formas de gobierno que irá graduando de mayor a menor, de acuerdo a su importancia. 15
En primer lugar sitúa a la Aristocracia, es decir, el gobierno de los mejores, representado por el filósofo-rey de la ciudad ideal. En ella sólo los filósofos conocen las ideas y su gobierno estaría dominado por la sabiduría. La segunda forma de gobierno es la Timocracia, representada por la clase de los guardianes, que no estaba dirigida ya por la sabiduría sino por el desarrollo de la ambición que daba paso a la siguiente forma de gobierno. La Oligarquía o gobierno de los ricos, cuyo único deseo se cifraba en la acumulación de riquezas. La Demagogia o dominación tiránica de la plebe. La Tiranía situada en el lugar más bajo de la escala, representaba el gobierno del despotismo y la ignorancia que daba lugar a la crueldad y brutalidad.
3) Aristóteles (384-322 a C) Los grados del Saber y la Ciencia Paulatinamente Aristóteles, el genial discípulo de Platón, fue alejándose del platonismo. Aún en vida de Platón, Aristóteles se opuso a la doctrina de las Ideas, aunque la ruptura definitiva se produjo después de la muerte de su maestro. Manifiesta que le parece imposible aceptar aquella doctrina aún a riesgo de ser acusado de ingrato. Pero frente a la verdad, hasta los sentimientos más entrañables deben ser sacrificados. De allí el proverbio “ Amicus Plato, sed magis amica veritas” (Amigo de Platón pero más amigo de la verdad). En definitiva el mundo de las Ideas muestra para Aristóteles su total inutilidad y cuando por medio de él se quiere explicar la realidad en la cual vivimos sólo se logran expresar frases vacías. Para llegar a la verdad había que buscarla en el mundo sensible que reconoce como real. A través del proceso mental de abstracción obteníamos las características particulares de las cosas para poder llegar al conocimiento universal. De este modo lo universal no puede existir como sucedía con la idea platónica, fuera de los individuos porque nunca lo universal posee existencia independiente. En su Metafísica, Aristóteles expone la necesidad que poseen todos los hombres del universo de conocer. Es como un impulso, como algo connatural al hombre y afirma: “ Todos los hombres tienen por naturaleza el deseo de conocer”. Luego hace una génesis del conocimiento otorgándole al saber distintos grados, ya que se produce un verdadero proceso evolutivo que va desde la sensibilidad elemental hasta la sabiduría o ciencia que es el conocimiento de lo más preciso, de lo más difícil de conocer, de los principios y de las causas. Aristóteles basó todo principio en la observación de los hechos y dedujo de ellos las consecuencias. Su punto de partida fue la observación de la naturaleza para lo cual el hombre se vale de sus sentidos, pues son ellos los que reciben la primera impresión de lo observado. Sus sentidos le transmitieron al hombre sus impresiones y dieron lugar el primer grado del saber que llamó Sensación común al hombre y a los animales. Un paso más en ese proceso evolutivo es considerar la primera actividad universalizadora del alma humana: la Memoria . Gracias a ella nos relacionamos con el pasado y aprendemos. La memoria es la facultad por la cual conservamos a través del tiempo, la primera percepción, y aunque ésta no esté presente, la memoria la evoca. Por naturaleza los animales están dotados de sensación, pero en algunos casos la sensación engendra la memoria, mientras que ella no engendra otras facultades. En el hombre, en cambio, se eleva hasta los grados supremos del conocimiento convirtiéndose en Experiencia , porque muchos recuerdos de un mimo objeto constituyen juntos el valor de una experiencia. De la experiencia nace la Tekhne o arte de hacer cosas, de producir. Es la técnica centrada en la producción de las cosas. El énfasis de la Tekhne no recae tanto en el hacer cosas, sino en el saber hacer esas cosas. Un peldaño más en este proceso ascendente lo constituye la Ci enci a o Epísteme que es el conocimiento de la esencia de las cosas. Esencia que no debe ser buscada en casos particulares, sino en la idea general que une los casos semejantes. La ciencia 16
o sabiduría consiste en atribuir la pura verdad con toda precisión y exactitud. El acento de la ciencia no cae en la causa, sino en la necesidad que de esa causa siga indefectiblemente un efecto. El saber que la ciencia proporciona es riguroso y necesario y corona en la intuición de los primeros principios. Aristóteles divide a las ciencias en teoréticas o teóricas, prácticas y productivas o poéticas. Todas ellas tienen como fin inmediato conocer, pero sus fines son el saber mismo o la verdad. *Las ciencias teóricas se subdividen en Teología (o Filosofía Primera o Metafísica), Física y Matemática. *Las ciencias prácticas se caracterizan porque el conocimiento es buscado para servir la regla de la conducta. La ciencia práctica suprema es la Política. *Las ciencias poéticas versan sobre la producción, comprenden las artes útiles y las Bellas Artes. Por fuera de esta clasificación se encuentra la Lógica, como instrumento de la Filosofía. El objeto de estudio de la Filosofía Primera La ciencia, vista como el grado más elevado del saber, culmina en la exigencia de un saber supremo: la ciencia de los primeros principios y primeras causas, llamada también Filosofía Primera. Para Aristóteles, la Metafísica o filosofía primera es la Sabiduría por excelencia, el conocimiento más preciso, cuyos objetos de estudio son los más abstractos. La Metafísica versa sobre el ser en cuanto tal: es el estudio del ser en cuanto ser. Las ciencias particulares aíslan una esfera especial del ser y lo consideran desde un punto de vista determinado como viviente. Como unidad, lo cual, es atributo esencial del ser. El ser en cuanto ser, es inmutable y existe de por sí. Esta naturaleza inmóvil que abarca todo del ser, tiene la característica de la divinidad, de manera que la Metafísica es también ciencia divina o Teología. La Metafísica se ocupa del ser en cuanto ser (del ente), de Dios, que es el ente por excelencia, y de la sustancia que está presente en los distintos modos del ente. Si la Metafísica se ocupa de la sustancia, es necesario saber qué es la sustancia. La sustancia (ousía) es el sujeto individual, el ser que es en sí, el ente, el soporte de todo lo que afecta a esa sustancia, o lo que es igual, los accidentes. Cuando se habla de que un ente, una cosa es se puede tener una doble significación: puede referirse a que esa cosa tenga realidad o exista, o por medio de ese “ es ” podemos predicar algo de esa cosa. La sustancia es el ente que no necesita de otro porque se basta a sí mismo, hace alusión de sí mismo a través de los predicados esenciales. Todo lo que se predica de la sustancia es el accidente o predicados accidentales. Esencia , es por tanto, lo que esencialmente se predica de la sustancia, pero mientras ésta cae en lo individual, la esencia cae en lo universal. Sustancia y esencia son la misma cosa, pero consideradas desde perspectivas distintas. A los géneros supremos de predicación, Aristóteles los llama categorías o accidentes. En el Tratado de las Categorías, Aristóteles ofrece una lista de diez:
La sustancia: hombre, caballo, árbol. La cantidad: dos metros de largo, un kilómetro. La cualidad: blanco, negro, rojo. La relación: doble, mitad. El lugar: en el campo, en la casa. El tiempo: ayer, mañana. La posición: sentado, parado. El estado: calzado, armado. La acción: cortar, quemar. La pasión: cortado, quemado. 17
Pero en la naturaleza, las sustancias están sometidas al devenir y por ello, en permanente proceso de generación y cambio. Toda sustancia proviene de algo ya existente, ya que de la nada, nada sale. Y eso de donde proviene la sustancia, Aristóteles la llama materia . La materia permanece como algo indeterminado hasta que no recibe una forma determinada que la determina a ser esto o aquello. Materia y forma dice Aristóteles son principios correlativos que no existen separados sino como elementos constitutivos de la sustancia e inmanentes a ella. La materia sin la forma es algo indeterminado, es casi-ser, es algo que actualmente no es, pero que está orientada a serlo, es una sustancia en potencia. La relación materia-forma nos conduce a otra relación fundamental en Aristóteles: la de potencia-acto. La primera relación nos muestra una unión estática, la segunda nos muestra cómo las sustancias están en permanente dinamismo y cambian. Potencia – dýnamis- es lo que una cosa puede y tiene que llegar a ser pero todavía no lo es. Acto – enérgeia- es, esa misma cosa que ha llegado a ser lo que tenía que ser. La semilla es un árbol en potencia, el árbol es la actualización de la semilla. Todas las cosas de la realidad están en potencia y acto. Son actualmente algo y están en potencia de ser otra cosa. La potencia va actualizándose en su respectivo acto por medio del movimiento . El movimiento es precisamente, el paso de la potencia al acto. Aristóteles distingue diversos tipos de cambio o movimiento:
Cambio sustancial : cuando desaparece una sustancia y da lugar a otra (quemar papel que se convierte en cenizas) Cambio accidental : cuando una sustancia se modifica en alguno de sus atributos pero permanece siendo la misma. Este cambio se divide a su vez, en:
Según la cualidad: una hoja de un árbol que cambia de color en otoño. Según la cantidad: la tiza que se desgasta en su uso. Según el lugar: trasladarse de un lugar a otro.
Para que una cosa que está en potencia pueda actualizarse, pueda llegar a ser, se necesitan causas. Las causas según Aristóteles son cuatro:
La causa material: es aquello de lo cual está hecha una cosa. La causa formal: es lo que informa a la materia. La causa eficiente: es lo que origina el movimiento para que la cosa llegue a ser lo que es. La causa final: aquella en razón de la cual una cosa es hecha.
Dado el hecho del cambio, del movimiento en el mundo, es necesario explicarlo. Si, como se expresó hasta aquí, todo cambio necesita de la acción de una cosa actual, si todo movimiento tiene una causa y no es posible remontarse al infinito para buscarla, se habrá de postular que hay una causa primera que necesariamente está en Acto, de la que proviene todo cambio, un primer motor i nmóvil que mueve sin ser movido, en otras palabras Dios, causa incausada de todas las causas. Él es la condición absoluta de la vida y del pensamiento. Acto puro porque no hay nada en Él que esté en potencia. Forma absoluta (ya que la materia está siempre en potencia para recibir una forma) exenta de toda materialidad. Vida completa en sí misma y autosuficiente. El Dios de Aristóteles, Dios metafísico, no es un Dios personal como el judeocristiano, sino que es el transcendente. Absoluto, que está más allá de toda individualidad concreta. Es el soporte racional del Universo. Es el Dios de los filósofos.
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El hombre. Los principios del ser vivo. Clases de alma. Al comienzo del “De Ánima” Aristóteles hace ver cuánto importa una investigación acerca del alma, dado que ésta es el principio vital de los seres vivientes que están compuestos de materia y forma, o cuerpo y alma. El ser vivo como toda sustancia natural es un compuesto de materia y forma. El principio por el cual el cuerpo natural posee vida es el alma. Cuando el compuesto se destruye, el hombre deja de existir. Su cuerpo no es inmortal y tampoco lo es su alma. Nada hace pensar que el alma sobreviva como algo separado del cuerpo. El alma puede definirse como la primera actualidad de un cuerpo natural que posee potencialmente la vida y es tal cualquier cuerpo que posea órganos. La palabra vivir tiene distintos sentidos, y decimos que una cosa vive si en ella están presentes: mente o pensamiento, sensación, movimiento o reposo, nutrición, crecimiento y muerte. Hay, para Aristóteles, tres clases de seres vivos y por consiguiente tres tipos de almas: el alma vegetativa, el alma sensitiva y el alma racional. El alma vegetativa es el tipo de alma propio de las plantas. Ejerce las funciones de asimilación y de reproducción, de mantenimiento de la vida. El alma sensitiva es el alma propia de los animales. Además de ejercer las funciones vegetativas o nutritivas, controla la percepción sensible, el deseo y el movimiento local, lo que permite a los animales disponer de todas las sensaciones necesarias para garantizar su supervivencia tales como el gusto y el tacto. Ello permite también a los animales disponer de imaginación y memoria, dos facultades que, para Aristóteles derivan directamente de la capacidad sensitiva de los animales. El alma racional es superior a las dos anteriores. Además de las funciones propias de las almas inferiores, el alma racional está capacitada para ejercer funciones intelectivas. Estas funciones son: el conocimiento de la verdad en sí misma (conocimiento científico) y el conocimiento de la verdad con fines prácticos (capacidad deliberativa). Para Aristóteles, al igual que para Platón, el alma es el principio del conocimiento. La Ética. Bien y Felicidad. Las virtudes. La Ética de Aristóteles es teleológica. Considera la acción no por su bondad en sí misma sino en cuanto conduce al bien del hombre que es en definitiva, su finalidad. Apunta siempre a la consecución de algún bien. Pero hay bienes y bienes. Algunos son simples medios para conseguir otros que estimamos de mayor importancia o jerarquía. Si hay un bien que es el fin que deseamos por él mismo y no como medio para conseguir otro, entonces ese será el Bien que en definitiva apetecemos. Aristóteles se propone descubrir cuál es ese bien y cuál es la ciencia que le corresponde. Considera a la ética como una rama de la filosofía. Con respecto a cuál es el bien del hombre no le es posible dar con exactitud una respuesta porque el objeto de la ética son las acciones humanas que no pueden determinarse exactamente en razón de la libertad. Pero sí hay un acuerdo general, tanto en la masa como en los hombres cultos, de que el bien es la Felicidad , que toma diferentes dimensiones en función de las apetencias personales. Unos creen que la felicidad está en el placer, la riqueza y los honores. Para otros la respuesta es diferente y ocurre con frecuencia que varía en el mismo individuo según las circunstancias en las cuales se encuentra. Así, cuando está enfermo, piensa que el bien es la salud. Si es pobre, la felicidad está en la riqueza. Para determinar la naturaleza de la felicidad es necesario investigar cómo la construye el hombre. Para Aristóteles, es la actividad del alma en consonancia con la razón. Por lo tanto, es una actividad propia del hombre que sólo él es capaz de desarrollar. La felicidad consiste en una actividad conforme a la virtud, en la actividad virtuosa. La Virtud es un hábito selectivo, consistente en una posición intermedia determinada por la razón del hombre prudente. Posición intermedia entre dos vicios, el uno por exceso y el otro por defecto de lo 19
debido en las pasiones y acciones, mientras que la virtud encuentra y elige el término medio. Para establecer lo que es mucho o poco en asuntos relativos al bien de las personas es preciso atender a las circunstancias, al sujeto que realiza la acción, sus necesidades y posibilidades. El término medio es lo que no sobra ni falta, y no es único ni igual para todos. Distingue dos tipos de virtudes, las intelectuales y las éticas o morales. Para esta división Aristóteles parte de su concepto del hombre como una sustancia compuesta de alma y cuerpo, por lo que junto a las tendencias apetitivas propias de su naturaleza animal, encontramos tendencias intelectivas propias de su naturaleza racional. Habrá por lo tanto, dos formas de comportamiento y por ende, dos tipos de virtudes: las virtudes éticas y las virtudes dianoéticas. ti cas *Virtu des di anoé : o intelectuales, es el fruto de la experiencia y del tiempo. El hombre dedicado al cultivo de la inteligencia, será feliz. ticas *Virtudes é : o morales, es un hábito que el hombre adquiere al repetir las buenas decisiones que lo conducen a elegir el camino correcto para conseguir un fin propuesto. Es un hábito de obrar conforme a las reglas. No es una disposición innata, sino fruto del ejercicio de la libertad. La virtud de la Justicia. Clases. La Equidad. La Política. Causas de la sociabilidad humana. Las formas de gobierno. Las leyes. En su obra “Ética a Nicómaco” Aristóteles sostiene que la justicia es la más necesaria de todas las virtudes, es en definitiva, la suma de todas las virtudes. Es la virtud completa que se refiere a otr as personas y por lo tanto la de más difícil ejercicio (es más difícil ejercer la virtud con los demás que solamente consigo mismo) Entiende a la justicia de dos maneras: como lo que es legal y como lo que es igual. La primera clase de justicia es propia de la ordenación al bien común, de la adecuación entre lo dispuesto por la norma (natural o positiva) y la conducta del individuo. Junto a esta justicia entendida como virtud completa o general, existe una justicia particular: es la justicia en el sentido de igualdad. Ambos significados de justicia están referidos a las relaciones de las personas entre sí, en un juego de alteridad. Y nos habla Aristóteles de varias especies o aplicaciones de justicia: L a ju sticia distri butiva se aplica al reparto de los honores y de los bienes y consiste en que cada uno de los asociados al Estado reciba una porción adecuada a sus méritos. Ya que, si las personas no son iguales, tampoco deberán darse cosas iguales. Consiste entonces en una relación proporcional. L a ju sticia corr ectiva , igualadora o rectificativa aplica el principio de igualdad pero de forma distinta a la anterior. La justicia correctiva trata como iguales a las partes que interactúan y no toma en cuenta ningún criterio basado en mérito, necesidad o cualquier otra característica distributiva. Preocupado por las dificultades que ofrece la aplicación de las leyes abstractas a los casos concretos y particulares Aristóteles indicó un medio correctivo de la rigidez de la justicia. Esto es la Equidad . La equidad es el criterio de aplicación de las leyes que permite adaptarlas al caso singular, templando su rigor. La aplicación de la equidad puede llegar a sugerir normas nuevas en los casos no previstos por el legislador. Es por ello que recurrir a la equidad en el Derecho equivale a resolver el caso como si el legislador hubiese considerado las particularidades del mismo. Para Aristóteles la equidad es la justicia aplicada al caso concreto. La Ética a Nicómaco se cierra con un capítulo que permite el enlace con la Política y el eslabón de unión es el tema de la L ey . Los hombres no practican la virtud por razonamientos ya que la mayoría está más dispuesta a escuchar la voz de la pasión que la de la razón. Para enseñar a los hombres a vivir rectamente son necesarias las leyes que amenazan con castigos a los desobedientes. La elaboración de las leyes es función principal de la Política que será la encargada de llevar a la práctica los preceptos de la ética. Las leyes no sólo tienen una misión educativa, sino que son instrumentos para una convivencia social ordenada. La esencia de la ley, es el orden. La ley, inteligencia desprovista de pasión, racionaliza la vida social sustituyendo el dominio de los apetitos por la razón y esto le confiere un valor casi divino. 20
Aristóteles expuso en su obra La Política la teoría clásica de las formas de gobierno, misma que sin grandes cambios y a pesar de los siglos transcurridos aún conserva el vigor que le otorgan los hechos. Las formas de gobierno para Aristóteles, se dividen en: *Formas Puras:
Monarquía: la autoridad suprema recae en una sola persona (el monarca o rey) que procura el bien general. Aristocracia: la autoridad es conferida a un grupo reducido de personas que teóricamente son los más capaces para gobernar. Democracia: la autoridad recae en el pueblo quien ejerce el gobierno a través de sus representantes.
*Formas Impuras:
Tiranía: la autoridad recae sobre una sola persona que atiende sólo sus intereses personales. Oligarquía: es el gobierno de un grupo reducido que atiendo sus intereses personales, fundamentalmente de la clase económica poderosa. Demagogia: el poder se consigue con halagos y concesiones a los ciudadanos.
Estas formas de gobierno, no las presenta Aristóteles como cristalizadas e inmóviles, sino como algo en continua transformación en atención a los factores sociales y económicos operados en las polis griegas. Él hace referencia a la polis como paradigma de sociedad, como un sistema de vida y no como un mero agregado de individuos. Los fines últimos del hombre, el bien y la felicidad, únicamente se alcanzan de modo adecuado en sociedad. La disposición humana a vivir en sociedad es una consecuencia de su propia esencia, pues el hombre es un ser social, un animal social (zoon politikon) por naturaleza. Es un ser que necesita de los otros de su especie para sobrevivir y para realizar las actividades que le son propias y que constituyen sus fines. La vida en comunidad es un fin natural del ser humano. A diferencia de otros animales, el hombre dispone del lenguaje como un instrumento de comunicación que requiere necesariamente del otro para poder ejercitarse. Esta característica refuerza la idea del hombre como ser social que necesita desarrollarse en una comunidad. Según Aristóteles existen tres formas de comunidades naturales:
La familia: es el núcleo originario de la comunidad social y política. Es la comunidad establecida por naturaleza para la convivencia de todos los días. La aldea: es una agrupación de familias con idénticos intereses y necesidades que éstas. La ciudad o polis: es un conjunto o asociaciones de aldeas.
Fundamental es el aporte de Aristóteles a la Filosofía Jurídica: el descubrimiento y formulación de los caracteres esenciales del derecho como alteridad, objetividad en la medida, legitimidad; l a elaboración de una teoría sobre la justicia que ha marcado indeleblemente al pensamiento de Occidente y la formulación de los postulados del estado de derecho por primera vez en la historia
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Unidad Nº 4
1) La Teoría del Homo Sapiens y su recepción en la Filosofía Cristiana. Desde el estricto punto de vista filosófico la Edad Media continúa el pensamiento griego, especialmente el de Platón y Aristóteles. Los cambios radicales no son el resultado de una intrínseca necesidad del pensamiento mismo, sino del encuentro de éste con la Fe en la Revelación judeo-cristiana. Es el encuentro de la filosofía griega con la filosofía cristiana. La relación Fe-Razón será uno de los temas claves de la filosofía cristiana. Así, por citar algunas ideas claves del judaísmo, Dios es creador del Universo, creador desde la nada, que aparece como dueño absoluto del mundo y de la vida. Padre del Universo, idea a partir de la cual nace la fraternidad e igualdad humanas. Con una finalidad didáctica puede dividirse a la Filosofía Cristiana en Patrística y Escolástica. La Patrística Se llama así a la filosofía de los Padres de la Iglesia en los ocho primeros siglos del cristianismo. En un primer período no se observa distinción formal alguna entre teología y filosofía. La filosofía griega, principalmente neoplatónica, constituye el fundamento de la naciente filosofía cristiana. Por la lengua que utilizaron los padres en sus escritos, se dividen en orientales y occidentales, griegos los primeros, latinos los segundos. Las dos tendencias confluyen y concilian en la figura de San Agustín de Hipona. La Escolástica Se denomina así a la filosofía cristiana medieval de los siglos posteriores al IX. Los grandes problemas de la Escolástica fueron: La relación Fe-Razón (filosofía y teología). Los universales. La creación del mundo. Paralelamente al desarrollo de la Escolástica europea, en los países dominados por el Islam se originó un movimiento semejante, el cual impulsado notablemente por el redescubrimiento de Aristóteles alcanzó su máximo apogeo durante el siglo XII con el filósofo Averroes. Desde el siglo V el pensamiento filosófico de la cristiandad se encontraba influenciado por los escritos de San Agustín, netamente platonizantes. Una verdadera revolución tuvo lugar a fines del siglo XII cuando, por obra de los traductores de la Escuela de Toledo, se conoció el pensamiento de Aristóteles y el carácter universal de la ciencia. El Estagirita les brindaba una explicación coherente del mundo y de la vida por causas propias, que no tenían relación con el Génesis, porque el Dios de Aristóteles no es el Dios del pensamiento judeo-cristiano. La brusca irrupción de este pensamiento, la influencia de Averroes y el efervescente ambiente universitario provocaron reacciones en el clero preocupado por las desviaciones de la fe. La Iglesia Cristiana llegó a prohibir la enseñanza de Aristóteles. La oposición a esta medida fue encabezada por Alberto Magno, maestro de Tomás de Aquino. San Agustín. Relaciones entre Fe y Razón. La teoría de la ley (354-430) Nacido de padre pagano y de madre cristiana Aurelio Agustín llegó al cristianismo tras diversas peripecias filosóficas y religiosas, para ser finalmente atraído por el neoplatonismo. Se convirtió a la fe cristiana y fue bautizado en ella hacia el año 387. Llegó a ser obispo de Hipona. Toda la parte filosófica de su obra nos muestra el esfuerzo de una fe cristiana que intenta llevar lo más lejos posible la inteligencia de su propio contenido. La relación F e-Razón fue uno de los problemas capitales de la Patrística. Agustín se interesa por esta relación porque para él la comprensión de la Verdad revelada es el último objetivo del conocimiento humano, llegando a expresar “Comprender para creer, cree para comprender”. 22
La Razón presupone la Fe, porque por sí sola no puede alcanzar la Verdad ya que es imperfecta. Pero la Fe precisa de la Razón antes y después de la Verdad revelada: antes porque presenta al hombre los motivos racionales que le inducirán a creer, luego porque esclarecerá la verdad aceptada por la fe. Con influencia platónica notoria, sostendrá que el hombre es esencialmente alma y mente que se sirve de un cuerpo. Autor de la Teoría de la Iluminación llegará a la conclusión de que hay una Verdad eterna, necesaria e inmutable que el hombre llega a conocer gracias a la iluminación que Dios hace al entendimiento de aquel. Dios es el Sol a cuya luz la razón ve la verdad. El “maestro interior” que responde desde adentro a la razón que lo interroga. En “La Ciudad de Dios” expresa “Si la Sabiduría es Dios, el verdadero filósofo es amador de Dios” . Dios es el ser mismo, la realidad total y plena, es inmutable y es el Bien. El mal es, por contraposición, la privación del ser. Agustín explica de este modo la presencia del mal en el mundo. Influenciado por su propia teoría, su pensamiento sobre la L ey y el Derecho se constituye en la obra de mayor profundidad y trascendencia a lo largo de toda la Edad Media. La filosofía jurídica de Agustín se divide en dos períodos. En el primer período escalona a la ley en una división tripartita: ley eterna, l ey natur al y l ey positi va . La ley eterna es la Razón o voluntad de Dios que manda conservar el orden natural y permite turbarlo. Aunque esta ley está fuera del alcance de la razón humana, no puede ser contraria a ésta. Es el fundamento base de la ley natural. La ley natural está impuesta en los corazones de los hombres y manda realizar el bien y apartarse del mal. Es una proyección de la ley eterna en la razón humana. La ley positiva es una prolongación de la ley natural y constituye el conjunto de normas morales que le permiten al hombre vivir en sociedad. Su fin es mantener el orden y la paz. Ya en un segundo período nos deja su doctrina sobre la esencia y justificación de la sociedad política como producto de la tendencia natural en los hombres: el instinto de sociabilidad y orden. La primera sociedad natural es la familia y de ella nace la ciudad. En fin de la sociedad política es la consecución de la paz. Tomás de Aquino. La ley natural. El Derecho y la Justicia (1224-1274) La obra de adaptación del aristotelismo al pensamiento cristiano iniciada por Alberto Magno, fue concluida por su discípulo Tomás de Aquino. La filosofía de Santo Tomás gira en torno al problema capital de la Escolástica: las relaciones entre razón y fe. Las verdades de la fe no se conocen sino a través de la revelación. Estas verdades no están en oposición con la razón, por el contrario, la razón es el preámbulo de la fe, esclarece sus verdades y deshace las objeciones que a la fe se efectúan. Las verdades de la fe son también verdades de la razón. En su filosofía, netamente influída por el aristotelismo, reconoce un orden del universo, paralelo al orden del conocimiento. Hay en primer lugar un orden que la mente encuentra en la existencia de las cosas reales, de la naturaleza. En segundo lugar hay un orden del pensamiento, objeto de la filosofía racional o lógica. Y finalmente un orden de los actos de voluntad producidos por el hombre, que es el objeto de la Ética y la Política. En cuanto al hombre como compuesto de cuerpo y alma, el tomismo retiene lo que en Aristóteles parece verdadero. La teoría tomista de la ley, sigue la tradición escalonándola en tres grados: la ley eterna, la ley natural y la ley positiva. L a ley eterna es la Divina Sabiduría, que gobierna el Universo y a la que está sometida toda la creación, participando loss seres de distinta manera según su naturaleza. La criatura racional debe conocer la ley y sus fines. Pero puede negarse a seguir sus dictados en ejercicio de su libertad. 23
L a ley natural que manda hacer el bien y evitar el mal, es universal e inmutable en sus primeros
principios. Es la participación de la criatura racional en la ley eterna. La ley natural tomista no es un código normativo al estilo de los códigos del derecho natural racionalista, sino simplemente una pequeña serie de principios orientadores para la vida. L a ley humana positi va determina lo que es debido hacer y acompaña con sanciones sus mandatos. Con ella se preserva el orden social y se busca el bien común. Conocedor profundo de los juristas romanos y de Aristóteles los va a seguir en la delicada misión de definir al Derecho. El Derecho , dice, es una res iusta (cosa justa); con ésto quiere señalar que no es una mera idea, sino una acción por la que se da al otro lo que le corresponde. El derecho es una acción, dación u omisión debida al otro. Como notas características del derecho en sentido estricto, se menciona: a- La alteridad ya que es conducta debida al otro. b- La exterioridad, el bien que se busca no es el del agente, sino el del alter. c- La objetividad es la medida en lo jurídico y no depende de la subjetividad de del agente. Dado que el derecho consiste en una acción dirigida al bien ajeno, aparecen como accidentes propios la coercibilidad y la obligatoriedad. Para Tomás de Aquino, la palabra derecho tenía otras acepciones. Así, entendía al derecho como la ciencia de discernir lo justo (Derecho como ciencia), el lugar donde se otorga el derecho (Tribunal) y la sentencia propiamente. Divide al derecho en derecho natural y derecho positivo. El derecho natural es el que resulta de la naturaleza misma de las cosas, el positivo, el que resulta de la convención pública o privada. En relación al tema de la Justicia Santo Tomás entiende que ésta reacae sobre las cosas relativas a otro, es el dar a cada uno lo suyo. Distingue una justicia general y una justicia particular. La general rige las relaciones de reciprocidad entre lo individual y lo social, en lo que el individuo debe a la sociedad. La justicia particular se divide en conmutativa y distributiva. La posición racionalista de Santo Tomás respecto al tema de la ley, tuvo una consecuencia política muy importante. La ley nunca podía ser mandato arbitrario de la voluntad normativa. Si carece de un mínimo de racionalidad, no obliga a los sujetos normativos. Pronuncia así postulados de las doctrinas constitucionalistas que se desarrollarán en los siglos venideros.
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Unidad Nº 5
1) Renacimiento. La idea de Homo Sapiens (Continuación) Los siglos XV y XVI asisten a la disolución de un modo de concebir la realidad, dado por el mundo medieval y al nacimiento de uno nuevo que va a recibir el nombre de Renacimiento. La visión medieval del mundo es sustituida por otra que contrasta con ella. Además de ser una reacción contra la Escolástica hay otras notas que se deben señalar: a- El intento de recuperar las formas de la cultura grecorromana. b- La fuerte inquietud científica y artística, fruto de una mayor observación de la naturaleza. c- La crisis de los valores morales y la teología, acompañada de la exigencia de una nueva lectura de los textos sacros (La Biblia). d- La rebeldía contra la autoridad establecida sea ésta política, religiosa o filosófica. Íntimamente relacionada con este proceso aparece la crisis de la Iglesia, con pretensiones encubiertas de una reforma socio-económica. La Reforma romperá la unidad religiosa de Europa y se extenderá muy pronto a todas las esferas de la vida, principalmente a los ámbitos políticos y filosóficos. En el plano estrictamente filosófico, puede afirmarse que sus representantes (Nicolás de Cusa, Pico de la Mirándola, Giordano Bruno, entre otros) son la transición de la Escolástica a la Modernidad. La preocupación por el sujeto, la autoconciencia de su dignidad y de la fragilidad de lo existente se hace presente en este momento de la historia. Desde el siglo XII han comenzado a cambiar las condiciones de existencia, se han modificado las técnicas de producción agrícola, se ha iniciado un proceso de creciente urbanización y se ha difundido el instrumento monetario, lo que ha hecho que se produzca un emerger del individuo insertado, hasta ese instante en las envolturas del universo medieval, con una vida social que lo contenía, con la Iglesia que lo aplastaba con su peso ideológico y con una ciencia atada más atada a la autoridad que a la observación. El Yo aparece en el arte, en la literatura y también en la filosofía. El papel de los filósofos no fue tanto el de crear, sino el de renovar las escuelas de la Antigüedad. Junto a estos renacimientos, algunas ramas de la filosofía son renovadas totalmente como la filosofía política (Maquiavelo) y la filosofía del derecho (Hugo Crocio). Otro factor que coadyuva al nacimiento de la filosofía moderna fue el movimiento científico que se produjo en el Renacimiento. Comienza una tarea de sistematización de las ciencias con exigencias cada vez de mayor rigor en la investigación. En las ciencias naturales se rechaza el método deductivo y en cambio recalcan las ventajas del inductivo. Predomina una convicción epistemológica optimista: saber es poder . Constitución de la Nueva Ciencia. La ciencia moderna desde su inicio abandona la “autoridad” como criterio de verdad y apela a la experiencia. Se trata de una experiencia, por así decirlo, artificial, de laboratorio, en donde se necesita cada vez más de instrumentos y de la exposición de las matemáticas. Se definen los conceptos métricos “tiempo”, “materia”, “espacio”, “fuerza” sustituyendo los conceptos escolásticos de “sustancia” y “causa”. Es el siglo XII el que ofrece la apertura de la ruta sobre la que ha de transitar el pensamiento moderno. En el aspecto filosófico y científico tres nombres son insoslayables: Galileo, Francis Bacon y Renato Descartes. La contribución de cada uno de ellos es diversa. Descartes inicia un nuevo modo de filosofar que podemos llamar racionalismo o idealismo en sentido amplio. Galileo fue un hombre de ciencia que aportó en concreto una serie de descubrimientos científicos. Francis Bacon no fue un filósofo ni un hombre de ciencia en rigor, pero su aporte fue fundamental desde el punto de vista de la metodología, 25
ya que es el primero que expone en forma sistemática el método inductivo que tanto ha contribuido al desarrollo de las ciencias de la naturaleza. El problema del Método. El derrumbe de la Escolástica había aparejado el desprestigio de la lógica tradicional, del silogismo. En un mundo que quería iniciar un nuevo camino de nada servía lo lógica tradicional. Junto con la concepción aristotélico-tomista que imperaba cayó su instrumento metodológico. La reconstrucción había de comenzar por el descubrimiento de un nuevo método que fuera capaz de conducir a una nueva ciencia con fundamentos sólidos y firmes. El problema del método es por consiguiente la cuestión inicial y básica de la filosofía moderna y Descartes y Bacon sus máximos expositores. El método es necesario para la investigación de la verdad. En las críticas a la lógica aristotélica, Descartes ha insistido en el carácter formal del silogismo. Ocupado en obedecer las reglas de la deducción el espíritu pierde de vista las ideas y se aparta de la intuición directa de las naturalezas simples. Los métodos propuestos son diferentes. El método propuesto por Bacon fue la inducción incompleta. El conocimiento por el saber mismo no le interesa. El conocimiento importa en tanto es instrumento de la acción. El hombre puede en la medida en que sabe, porque el saber es poder, “knowledge is power” . Bacon fue el precursor en la preocupación metodológica que sería el fundamento, la razón de ser, del pensador considerado el verdadero iniciador de la filosofía moderna: René Descartes.
2) Descartes. Los principios del método. “Pienso luego existo”. Dios y el Mundo (159 6-1650) Con Descartes, físico y matemático brillante, se inicia la filosofía moderna. Eludiendo los mandatos paternos fue fiel a su destino de pensador dedicando su vida no sólo al estudio y a la ciencia, sino a algo previo y más importante: prestar atención y sumergirse en el acto mismo del pensamiento, supuesto anterior a toda ciencia posible. Como sucedió con los filósofos griegos su actitud inicial, su punto de partida estará orientado a la búsqueda de un fundamento, no como origen de todas las cosas, sino como certeza. Busca en definitiva algo firme de lo que no pudiese dudarse, una verdad que fuese en sí misma patente y evidente. Para el hallazgo de ese fundamento de certeza que busca, comienza por eliminar todo aquello que se muestre como inmediatamente verdadero. Ir eliminando todo aquello que se creía saber, pero que ante una mirada minuciosa, aparece como dudoso. Esta tarea Descartes la lleva a cabo por medio de la duda metódica. La duda cartesiana es un método que utiliza para echar por tierra todo aquello que no ofreciese certeza. Es una duda provisoria, que la hace extensiva a todo. No es un fin en sí mismo como la aplicaban los escépticos sin posibilidad de superarla. Es sólo un medio, un punto cero del cual partir para encontrar los verdaderos fundamentos de la filosofía y la ciencia. Para poder probar las verdades científicas. En El Discurso del Método define cuatro preceptos: 1. La evidencia intelectual: que permite aceptar como verdadero sólo lo que es evidente. 2. El análisis o resolución: dividiendo las dificultades en tantas partes como fuese necesario para lograr un mejor resultado. 3. La síntesis o composición: yendo de las verdades más simples a las más complejas. 4. La enumeración: haciendo un recuento para no omitir nada. Pero ¿Qué es lo que hace que un conocimiento primero, sea evidente? Su claridad y distinción. Es claro el conocimiento que se presenta a nuestro espíritu imponiendo su verdad. Distinto es un conocimiento claro que se distingue perfectamente de otro conocimiento claro. Clar idad y distinción es el criterio de verdad y la primera regla de su método. 26
La duda metódica se extiende en primer lugar a lo que aprehendemos por medio de nuestros sentidos. Pero ocurre que los sentidos muchas veces nos han engañado. Por lo tanto lo que proviene de los sentidos se torna dudoso. Se permite dudar hasta de la vivencia actual, apelando a la tesis del sueño, según lo cual lo soñado parece ser real y no puede distinguir así sueño de vigilia Descartes extiende la duda a todo. Pero de lo que no puede dudar es de su existencia. La verdad de su existencia es una verdad inmune a la duda, porque para dudar precisa pensar y para pensar es preciso ser. La primera verdad que ha encontrado y que percibe de manera clara y distinta es la que afirma de sí mismo “Cogito, ergo sum” “Pienso, luego existo” lo que equivale a decir “Pienso, por lo tanto existo”. Para no hacer fracasar su método, radicaliza la duda y la extiende a algo tan sólido como las matemáticas. Pareciera ser que, tanto dormido como despierto, dos más dos son cuatro, que el triángulo tiene tres ángulos, etc. Parece entonces que no hay posibilidad de dudar de las proposiciones matemáticas. Es por ello que necesita postular la idea de un genio malvado y engañoso que emplea sus energías precisamente en hacernos creer que las matemáticas son proposiciones verdaderas cuando no lo son. Para probar la certeza de las proposiciones matemáticas necesita indefectiblemente desechar la hipótesis del genio maligno. Descartes estima que sólo probando la existencia de Dios será posible destruir tal hipótesis. Un Dios que por ser perfecto no puede engañarme ni permitir que ningún ente fruto de la maldad pueda hacerlo. Para ser fiel a su método necesita ahora probar la existencia de Dios. ¿Y por qué necesita probar la existencia de Dios? Porque no puede intuir la existencia de Dios de manera directa, por más que sí intuya la idea de perfección. Descartes, a diferencia de los griegos, atribuye al Ser Supremo notas de trascendente, creador y omnipotente como una clara influencia del cristianismo con el cual él se formó. Emprende el camino de demostrar la existencia de Dios señalando que en nuestro pensamiento hay tres tipos de ideas: *Las ideas innatas: nacen con nosotros, no provienen de los sentidos. Han sido puestas en el espíritu del hombre sólo por un ser perfecto: Dios. De allí proviene la idea de la perfección. *Las ideas adventicias: son externas al pensamiento y provienen de los sentidos, *Las ideas facticias: son ideas inventadas o creadas por el hombre y su resultado es la ficción. ¿Cuál de estas ideas será entonces la que permita demostrar la existencia de Dios? De las ideas adventicias no, porque son el producto del mundo sensible en el que no podemos confiar para obtener verdad. De las ideas facticias tampoco porque son pura ficción. Descartadas éstas, la única idea que queda en pie, es la innata. Con el argumento ontológico de la idea de la perfección demuestra la existencia de Dios como realidad objetiva infinita y perfecta. Esta idea de perfecto e infinito es anterior a la idea que el hombre tiene de sí mismo que lo hace finito e imperfecto. Descartes desarrolla una variante de esta prueba demostrando la existencia de Dios a partir de su propia existencia. Comienza preguntándose si él podría existir si no existiese Dios. No podría darse a sí mismo la existencia por ser finito e imperfecto. Su existencia tiene una causa y si esa causa tiene su origen y su existencia por sí misma, esa causa sólo puede ser Dios. Su existencia tiene por causa Dios. Por lo tanto, Dios existe. Descartes ya está en posesión de dos realidades existentes: su propia existencia y la existencia de Dios. Pero ¿Existe algo más? ¿Existe el mundo, lo material? En su pensamiento está la idea de cuerpo cuya esencia es distinta a la del alma. La esencia del cuerpo es la extensión, como lo estudian los geómetras, que se extiende en largo, ancho y profundidad. 27
En su pensamiento ve con claridad y distinción la idea de cuerpo. Pero lo que aún no puede afirmar es si esos cuerpos que ve existen realmente o sólo están en sus pensamientos. La existencia del cuerpo, aunque no sea evidente, sí está presente en la gran inclinación que tiene en pensar que los cuerpos realmente existen. Pero puede ocurrir que esa inclinación lo esté engañando. No hay forma que así sea, porque para eso ya está en posesión de la evidencia de la existencia de Dios que por ser infinito y perfecto es garantía de verdad de todo lo que se presenta con evidencia. Luego de todo este proceso Descartes está en posesión de tres sustancias a las cuales conoce con claridad y distinción: *Sustancia pensante (res cogitans). *Sustancia divina. *Sustancia extensa (res extensa) Sustancia es, para Descartes, algo que no necesita de otra cosa para existir. La sustancia pensante y extensa necesitan de Dios para existir por lo que sólo Dios es sustancia pues es el único que tiene total independencia. Consecuencias del cartesianismo. La crítica del empirismo. La herencia legada por Descartes se compone de algunas ideas que inspirarán toda la filosofía moderna. El espíritu cartesiano: constituido por la idea de la matemática universal por ser el tipo de conocimiento único y perfecto aplicable a toda realidad. Corresponde a la tesis racionalista que reduce al mínimo el papel de la experiencia. La idea crítica: se inicia con Descartes la tendencia de la filosofía moderna de indagar sobre la facultad cognocitiva. La idea del cógito según la cual toda realidad dada al espíritu es el pensamiento. El pensamiento racionalista cartesiano es la base sobre la que se desarrolla el empirismo de Locke, al negar en primera instancia la defensa del innatismo que formuló Descartes. Nuestra mente es como una hoja en blanco, un papel vacío cuando nacemos y la vamos llenando por lo que llamamos educación que se ve influenciada y moldeada por la sociedad. Todo lo que sabemos, lo sabemos por experiencia o porque alguien nos lo contó. Las ideas que el hombre posee las ha grabado en su mente gracias a la experiencia. Esta experiencia por la que el hombre adquiere conocimientos puede ser externa (proveniente de las sensaciones) o interna (surgida de la reflexión). Locke argumenta que las ideas innatas no existen porque no son pensadas. Si existiese algún conocimiento innato sería superfluo enseñar y todos lo poseeríamos desde la infancia, pero esto no ocurre así, pues hasta los principios lógicos necesitan aprehenderse para que estén en nuestra mente.
HISTÓRICAMENTE NACE DE DESCARTES UNA DOBLE CORRIENTE DE PENSAMIENTO: EL RACIONALISMO Y EL EMPIRISMO.
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3) Emmanuel Kant (1724-1804) El problema de la Crítica. Para introducirnos en la Filosofía de Kant es necesario conocer el ambiente filosófico y científico de su época, que transcurre casi dentro de los límites del siglo XVIII y que se conoce con el nombre de Ilustración o Iluminismo. La tarea de la razón es la de intentar penetrar y modificar las costumbres y modos de pensar, aceptando sólo lo que su propia luz ilumina y aclara. La Ilustración reconoce dos fuentes principales inmediatas: el racionalismo del siglo XVII que tiene su origen en Descartes y para el cual la razón era el lugar de las verdades eternas, y la ciencia de la naturaleza que con su prestigio pretendía invadir todas las direcciones del saber. La Ilustración hereda el concepto que de la razón imperaba en el siglo XVII pero le hace modificaciones. La principal de ellas consistía en no considerar que todo conocimiento sólo es obra de lo racional. Al lado de la razón la experiencia juega un rol fundamental. Es por ello que el siglo XVIII las figuras de Newton y Locke desempeñan un papel rector. Otra de las características de esta época es la de colocar al hombre en el centro de todas sus meditaciones. El siglo XVIII es un siglo esencialmente antropológico. En este contexto Kant inicia su tarea filosófica considerando que la crítica es la única actitud legítima tanto en la Filosofía, cuanto en las ciencias. Cr íti ca , palabra derivada del griego y que significa juzgar, es el juicio o examen que se hace de un hecho, de un principio, de modo tal que no se acepta ninguna afirmación de ese hecho o principio sin antes preguntarse por el contenido y origen de esa afirmación. En materia de conocimiento nada debe ser aceptado dogmáticamente, sino críticamente. Kant aparece entonces, como el filósofo que se interroga por la legitimidad de la razón para hacer una afirmación determinada. Toda su filosofía está movida por tres preguntas básicas: 1. ¿Qué puedo hacer? 2. ¿Qué debo hacer? 3. ¿Qué me está permitido esperar? Estas tres preguntas las hace la razón sobre ella misma, sobre sus posibilidades y alcances, ya sea como inteligencia, como voluntad o como sentimiento. A la primera pregunta la desarrolla en la Cr íti ca de la r azón pura . Esta crítica viene a anular todo lo que él antes había escrito de manera dogmática y establece la diferencia existente entre el conocimiento sensible y conocimiento intelectual. La sensibilidad supone una pasividad del sujeto, el cual es afectado por algo que existe exteriormente a él, sin constituir un conocimiento objetivo. Este conocimiento sensible sólo nos hace conocer la apariencia de las cosas, pero no lo que ellas son. El entendimiento, el trabajo intelectual, se dirige a lo que las cosas son en sí mismas. En esta distinción, Kant nos habla de fenómeno como sinónimo de lo sensible, del mundo tal como se nos presenta a nuestros sentidos y que, al ser el primer contacto que tenemos con las cosas, da como resultado la experiencia, y nóumeno , que es la cosa inteligible hacia la cual se dirige la inteligencia. Es la cosa en sí, no fenoménica, en su existencia pura, independiente de cualquier representación. Ahora, si no es posible tener un conocimiento de la cosa en sí, sino uno que provenga de la intuición empírica, ¿Cómo son posibles, por ejemplo, las ciencias? Para Kant la ciencia está constituida por juicios. Es necesario entonces remontarse hasta las condiciones que han hecho posibles esos juicios y les han dado legalidad. La condición de todo juicio es que indefectiblemente esté compuesto por conceptos universales. Preguntarnos por los fundamentos de esos juicios, es tarea de la filosofía, cuya actividad primera es precisamente, la búsqueda de fundamentos. Kant advierte que hay dos tipos de juicios. Unos son los analíticos y otros los sintéticos. 29
Un juicio analítico es aquel cuyo predicado está contenido en el concepto de sujeto, aquel cuyo predicado surge necesariamente del análisis del sujeto. Un ejemplo típico es decir, por ejemplo, que el triángulo tiene tres ángulos. Si se toma el concepto de triángulo y se lo analiza, se encontrará que efectivamente le corresponde tener tres ángulos. La relación sujeto-predicado está pensada por identidad ya que ambos son idénticos. El principio de identidad es el que los legitima, lo que hace que estos juicios sean verdaderos, universales y necesarios. No surgen de la experiencia, sino del análisis del concepto. Por eso Kant los llama “a priori” . No aumentan nuestro conocimiento, sólo exponen lo ya conocido. Y por esta razón no pueden fundar ningún tipo de ciencia porque nada agregan. Un j uicio sinté ti co es aquel cuyo predicado no está contenido en el sujeto. Si se habla, por ejemplo, de que en un aula hay cuarenta alumnos, se está en presencia de un juicio sintético porque por más que se analice la idea de aula no se deducirá el número de alumnos que pueda haber en ella. Los juicios sintéticos amplían nuestro conocimiento pero no pueden pretender una validez universal y necesaria ya que ellos son verdaderos mientras los avale la experiencia sensible que tiene validez aquí y ahora. Y como la ciencia requiere necesidad y universalidad no puede estar fundada en juicios sintéticos que Kant llama “a posteriori”. De esta manera, ni unos ni otros son aptos para fundar la ciencia. Por ello Kant apela a una tercera clase de juicios que por un lado son universales y necesarios y por el otro, aumentan nuestro conocimiento. Son los llamados juicios sinté ticos a pr ior i que precisamente de ellos se constituye la ciencia. El problema central de la Crítica será develar cómo son posibles los juicios sintéticos a priori y por consiguiente cómo son posibles las ciencias y la Metafísica. Para explicarlo, Kant distingue tres funciones del conocimiento:
ti ca Trascendental . La sensibilidad cuya crítica desarrolla en la Esté El entendimiento cuya crítica desarrolla en la Analíti ca Tr ascendental . cti ca T rascendental . La razón cuya crítica desarrolla en la Dial é
La Estética Transcendental La sensibilidad es la capacidad de recibir impresiones respondiendo al modo como nos afectan los objetos. La intuición sensible es el modo de conocimiento por el cual un objeto nos es dado. Expresa Kant que las impresiones de los sentidos dan el primer empuje para que se produzca el conocimiento y se lleve a cabo la experiencia, la cual encierra dos elementos muy diferentes entre sí: una materia para el conocimiento que son las sensaciones y una forma para ordenar dicha materia en un cuadro espaciotemporal donde se sitúan aquellas. Ambos elementos puestos en ejercicio producen conceptos. El espacio es la base a priori de las representaciones externas ya que podemos imaginarnos un espacio sin realidades pero no realidades que no se encuentren en ningún espacio. No es un dato de la experiencia, sino una condición de la experiencia. Toda sensación de un objeto externo supone una representación del espacio. El tiempo es la base de todas nuestras representaciones ya que podemos imaginarnos un tiempo sin objetos pero nunca objetos sin tiempo. Es la condición subjetiva de nuestra intuición. La Analítica Trascendental El entendimiento humano nace de dos fuentes principales. La primera, como ya se vio, es la sensibilidad o intuición sensible. La segunda facultad es la de pensar los datos recibidos por la intuición, por medio de conceptos o representaciones a las que se denomina entendimiento. La cooperación de ambas facultades es necesaria para el conocimiento de los objetos. Sin la sensibilidad no nos sería dado objeto alguno y sin el entendimiento ningún objeto sería pensado. El entendimiento es incapaz de intuir y los sentidos son incapaces de pensar. La Lógica Trascendental comprende la Analítica Trascendental y la Dialéctica Trascendental. En la Analítica Kant se pregunta si hay algún modo de saber cuáles son los conceptos a priori del entendimiento de modo sistemático. La facultad del entendimiento es la del pensamiento y éste se 30
expresa por medio de los juicios. Podemos clasificar los juicios atendiendo su forma. Los conceptos a priori del entendimiento también se llaman categorías. Las categorías son las condiciones a priori de pensar los objetos, de conocerlos. He aquí la tabla Kantiana de los tipos de juicios con sus correspondientes categorías.
JUICIOS
CATEGORÍAS
I- Cantidad Universal Particular Singular
I- Cantidad Unidad Pluralidad Totalidad
II- Cualidad Afirmativo Negativo Indeterminado
II- Cualidad Realidad Negación Limitación
III- Relación Categórico Hipotético Disyuntivo
III- Relación Inherencia y subsistencia Causalidad y dependencia Comunidad (reciprocidad)
IV- Modalidad Problemático Asertórico Apodíctico
IV- Modalidad Posibilidad - Imposibilidad Existencia – Inexistencia Necesidad - Contingencia
La aplicación de las categorías del entendimiento sobre el material dado a la intuición nos revela que, en la filosofía de Kant el papel del sujeto cognoscente es algo primordial. Esta posición de Kant ante el papel del sujeto como algo esencial en el conocer, suele resumirse afirmando que Kant realiza en el terreno epistemológico lo que Copérnico hizo en el terreno cosmológico: hasta ese momento se había admitido que todo nuestro conocimiento tiene que adecuarse a los objetos. Es decir, del mismo modo que Copérnico situó al sol, en vez de la Tierra, en el centro de su sistema cosmológico, Kant sitúa la base del conocimiento de que son los objetos quienes se adecúan al sujeto. En esto consiste su r evolu ción coperni cana . Por lo tanto, si conocemos la realidad y progresamos en su conocimiento, se debe, no tanto a que las cosas nos informan sobre lo que son, sino a que el sujeto posee ciertos conceptos puros o categorías a priori que imponen su ley sobre lo fenoménico.
Crítica de la Razón práctica. La conciencia moral y los imperativos. Postulados. La razón pura se ocupa del ser , la razón práctica del deber ser . La razón pura formula juicios y la razón práctica, imperativos . 31
Kant denomina imperativo a todo precepto de la moral que es reconocido y aceptado universalmente (lo que es bueno para mí, es bueno para el resto del mundo), y bajo el cual debe adecuarse nuestra voluntad. La universalidad de esa ley o precepto procede de la razón. En consecuencia nuestro actuar moral está regido por la razón. Para Kant la autonomía de la moral consiste en ser cada uno de nosotros su propia autoridad moral. El ser racional se da a sí mismo los mandatos de la moralidad, no se obedece más que a sí mismo. Pero esa obediencia no es automática porque no somos seres totalmente racionales. Somos también seres dotados de sensibilidad, lo que nos hace actuar con debilidad. Es por eso que Dios, que no necesita imperativos, sólo es autoridad en la medida en que nuestra naturaleza racional lo reconozca como tal y le asigne esa autoridad. Para Kant la ética es formal cuando carece de contenido, es decir, cuando no apela a un bien supremo, a una finalidad. Es formal porque sólo nos da la forma que debe tener el comportamiento humano. Un hombre actúa moralmente cuando lo hace por deber, es decir, de acuerdo a una ley, pero no por la utilidad o satisfacción de su cumplimiento, sino por respeto a la ley. Los imperativos o mandatos son principios prácticos objetivos que describen cómo nos debemos conducir. Kant distingue dos imperativos: El im perativo categórico o apodíctico es un mandato con carácter universal y necesario: prescribe una acción como buena de forma incondicionada, manda algo por la propia bondad de la acción, independientemente de lo que con ella se pueda conseguir. Declara la acción objetivamente necesaria en sí, sin referencia a ningún propósito extrínseco. Según Kant sólo este tipo de imperativo es propiamente un imperativo de la moralidad. Los imperativos categóricos tienen la forma general “debes hacer x”, o en su versión prohibitiva, “no debes hacer x”. Para averiguar si se trata de un imperativo categórico es preciso referi rse a lo que ha motivado nuestra voluntad: si no hemos robado, nuestra conducta es conforme al deber (no debes robar); pero si no hemos robado por miedo a la policía, el imperativo que hemos seguido es hipotético. Sin embargo, si no hemos robado porque la acción de robar es mala en sí misma, independientemente de si nos pueda detener o no la policía, entonces nuestro imperativo es categórico. Kant consideró que nunca se puede estar completamente seguro de que nuestra conducta no haya estado motivada por un interés o por algún temor, y por ello concluyó que cuando nos parece seguir un imperativo categórico siempre es posible que el imperativo por el que nos regimos sea hipotético. Los imperativos categóricos pueden presentarse según las siguientes fórmulas:
Fórmula de la ley universal: “Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal.” Fórmula de la ley de la naturaleza: “Obra como si la máxima de tu acción debiera tornarse, por tu voluntad, ley universal de la naturaleza.” Fórmula del fin en sí mismo: “Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio.” Fórmula de la autonomía: “Obra como si por medio de tus máximas fueras siempre un miembro legislador de un reino universal de fines.”
El imperati vo hipoté ti co es el que prescribe una acción como buena porque dicha acción es necesaria
para conseguir algún propósito. Hay dos clases de imperativo hipotético:
Imperativo hipotético problemático (regla de la habilidad) es aquel cuyo fin o propósito no es universal y puede por lo tanto, ser querido o no por los hombres. Imperativo hipotético asertórico (regla de la prudencia) cuando el fin en cuestión es real, es un fin al que se puede suponer tienden todos los hombres por naturaleza. Este fin es la felicidad.
Ambos imperativos, categórico e hipotético, se dirigen a la voluntad libre del destinatario de la norma y exigen del mismo una determinada conducta. 32
MÓDULO 3 Unidad Nº 6
1) La idea de Homo Faber. Notas fundamentales. Los instintos básicos. Las teorías que adhieren a la idea de Homo Faber niegan una facultad racional separada, específica en el hombre. No hay entre el hombre y el animal diferencias de esencias, sólo hay diferencias de grado. En el hombre actúan los mismos elementos, las mismas fuerzas y leyes que en todos los demás seres vivos, sólo que con consecuencias más complejas. Todo el alma, todo el espíritu ha de comprenderse por los instintos y sensaciones y sus derivados genéticos. Así pues, el hombre no es, en primer término un “ser racional”, un homo sapiens, sino un ser instintivo. Todo eso que el hombre llama sus pensamientos, su voluntad, sus emociones superiores es una especie de idioma de señales que cambian entre sí los impulsos instintivos. El hombre no es más que un ser viviente especialmente desarrollado, cuya inteligencia técnica tiene por fin la satisfacción de los mismos instintos fundamentales que pertenecen tanto al individuo como al animal. Lo que llamamos conocimiento no es más que una serie de imágenes cada vez más ricas, que se interponen entre el estímulo y la reacción del organismo, que llamamos verdaderas cuando provocan reacciones favorables a la vida y que se fijan en la mente cuando son útiles para la vida, y que llamamos falsas cuando no las provocan. El instinto es una disposición psicofísica innata, heredada, que incita al sujeto a actuar de una determinada forma frente a un estímulo o un objeto. Las variadísimas direcciones del instinto y el impulso pueden reducirse a tres potencias instintivas primordiales: 1- Instintos vitales: tienen por finalidad la conservación de la existencia del sujeto, de su familia o de su especie. Son los llamados instintos de supervivencia, que velan por el sustento y mantenimiento de la vida, y evitan la destrucción o la muerte. Entre ellos se destacan: Instinto de nutrición, dirigido a la obtención de alimento y agua. Instinto sexual, encaminado hacia la conservación de la especie. Instinto de lucha y huída, dirigido a la protección de la integridad física frente a la agresión externa. Instinto de guarida y búsqueda de calor, cuyo fin es protegerse de las inclemencias climáticas. 2- Instintos de placer: son más típicos del ser humano, aunque algunos animales, los más evolucionados, pueden poseerlos también en sus patrones de conducta. Tienen como finalidad el proporcionar placer y aumentar el bienestar individual. Generalmente, consisten en una selección y refinamiento de los instintos vitales. 3- Instintos sociales: incitan al individuo a la formación de colectividades y a situarse dentro de las mismas con un cierto rango. Entre ellos se destacan: la necesidad de compañía, de prestigio, de poder y de propiedad. Crítica a la idea de homo sapiens. La doctrina de homo sapiens, ante nuevo examen de los hechos, aparece por de pronto, sólo como una invención de los griegos. La soberanía de la razón encuentra su apoyo en toda la posición religiosa y metafísica de su época y rige lo mismo para Locke y Newton que para Galileo y Descartes. Según esta teoría, la razón es el principio de la construcción del universo y no un hecho episódico del planeta. Pero hoy ese fondo metafísico ya no es evidente. El análisis de la naturaleza parece ir prescindiendo poco a poco de 33
considerar la razón constructiva como principio, y todo nexo entre dicha naturaleza y un orden superior. La relación religiosa entre creador y criatura ya no es un hecho forzoso. Muchos filósofos combaten esta idea y no consideran a la razón como fondo universal del conjunto cósmico. La facultad de la razón de apoderarse de la realidad mediante el pensamiento, se convierte así en una hipótesis o postulado.
2) La antropología de Carlos Marx. El hombre y el trabajo (1818-1883) La total comprensión de Marx sólo resulta posible desde la lógica de Hegel. Hegel consideraba a la filosofía como el resultado del envejecimiento de una forma de vida que suponía el comienzo de un período crepuscular del cual podría nacer o no una nueva era. Este fue el pensamiento y el sentimiento que compartieron todos los movimientos posthegelianos entre los cuales está el marxismo. Una situación tal ya vivió la humanidad al término de la filosofía griega y comienzos del cristianismo, cuando el pensamiento alcanzó esa gran obra cumbre que fue la filosofía de Aristóteles para después comenzar un proceso de decadencia. Marx tuvo plena conciencia de la analogía existente entre la disolución de la filosofía griega con la disolución de la filosofía hegeliana, proceso en el cual él fue el protagonista. Resulta claro que la ruptura con Hegel va a significar al mismo tiempo una ruptura entre la filosofía y el cristianismo. Alejado definitivamente del cristianismo Marx ve en la religión el resultado de un desencuentro del hombre consigo mismo, la consecuencia de no haber encontrado el hombre su propia naturaleza o de haberla perdido. De allí que la primera tarea de la filosofía sea la de luchar contra todo lo que representa la religión. Comienza para ello, haciendo una profesión de ateísmo. El hombre se encuentra entonces perdido, dividido y alienado. Para Marx la alienación tiene vigencia a nivel de un hombre que se ha perdido a sí mismo, alienando su propia naturaleza. El hombre, según Marx, pertenece a la naturaleza y en ella encuentra su ser. Es un ser natural dotado de fuerza y facultad naturales, pero también es un ser condicionado y limitado como los animales y las plantas. Es un ser finito que no puede realizarse ni vivir desde sí mismo, sino desde la naturaleza. Ante ella, no es un ser pasivo. Está en relación dialéctica con la naturaleza, no de manera directa e inmediata, sino a través de su trabajo, su actividad y su praxis. Es un ser natural humano que no puede ser concebido de manera aislada. Siempre está entre otros hombres, siempre está en sociedad, con sus congéneres, con los que comparte una misma esencia que es la humanidad. Participa de la naturaleza modificándola a través de su praxis, de su trabajo. Él mismo se va transformando, va despertando todas las potencias que en él dormitan. L a esenci a del hombre es el r esul tado de su trabajo . Es en definitiva, su propio trabajo. Trabajo que, en determinadas circunstancias históricas provoca la alienación del hombre y se concreta en los productos u obras que son el resultado de la actividad humana. Lo que produce, lo beneficia de manera inmediata a él. Le sirve para su consumo. Pero cuando comienza a producir más de lo que requiere para sí, se percata que ese exceso de producción puede ser intercambiado con el exceso de producción de otro hombre. A la mercancía de intercambio se le da un valor que sirve para obtener otra mercancía de idéntico valor, participando el dinero como herramienta que facilita el intercambio. La mercancía se transforma en dinero y éste se transforma nuevamente en mercancía. Pero ocurre que en ese intercambio alguien puede obtener un beneficio mayor que el valor de su propia mercancía. El sentido del intercambio es, entonces, acrecentar ese valor mayor, esa pl usval ía , simbolizada en el dinero. Con esta transformación surge el principio del capitalismo. Propio es del capital su continuo acrecentamiento. ¿Cómo surge esta plusvalía? 34
Surge de un tipo de mercancía muy especial que es la fuerza del trabajo. L a fu erza del trabajo es la capacidad de una persona de trabajar. La fuerza del trabajo aparece en el mercado como una mercancía, siempre y cuando, sea ofrecida y vendida por la persona a quien pertenece y ésta a su vez no disponga de otra mercancía materializada con su trabajo que pueda vender, y se vea obligado a vender como una mercancía su propia fuerza de trabajo, identificada con su corporeidad viva. Comienza a crearse así un mundo que es independiente al hombre que trabaja y produce ese mundo. Un mundo en el que lo que produce, su trabajo, ya no le pertenece, sino que ahora será de quien lo compre. Ese mundo que es el del capital se vuelve hostil contra el trabajador que lo hace posible, porque a medida que aquel más crece, éste va empobreciéndose y perdiéndose cada vez más. A esto se refiere Marx cuando habla del trabajo enajenado o alienado. Consecuencia inmediata de ese trabajo enajenado es el régimen de la propiedad privada que pertenece no al trabajador sino a quien compra fuerza de trabajo porque tiene capital. Otra consecuencia más grave del trabajo enajenado es que el hombre se enajena a sí mismo. Es un tipo de trabajo negativo que se da en una determinada circunstancia histórica y en una determinada economía de mercado. Sólo alguien que encarne en sí mismo esa negación de la humanidad y de su trabajo podrá librar a esa humanidad de la enajenación. Ese alguien es el proletariado. Y puede hacerlo sólo con una actitud revolucionaria. La revolución del proletariado es universal porque está dirigida a todos los hombres. En el Manifiesto comunista Marx expresa que esta revolución será la que instaure la sociedad sin clases, la sociedad comunista. El comunismo es la abolición positiva de la propiedad privada, de la autoenajenación humana y por lo tanto la apropiación real de la naturaleza humana a través del hombre y para el hombre. La necesidad natural del hombre, que lo hace vivir en sociedad, es la que lo convierte en una fuerza de producción (resultante de la unión de la fuerza de trabajo y de los medios de producción que son las máquinas herramientas e instrumentos que el hombre precisa para producir) que entra en r elacion es de producción con otras fuerzas técnicas o sociales y que en su conjunto forman la estructura básica de la sociedad a la que configuran y caracterizan. L a inf raestructura económico-social constituye el fundamento de la conciencia del hombre. Materialismo histórico Las fu erzas productivas y las relacion es de producción se organizan en una unidad que se denomina modo de producción . Del modo de producción depende la estructura básica de la sociedad. Este modo es decisivo porque nos permite entender que las relaciones de producción en su totalidad constituyen la base real sobre la cual se levantan las superestructuras jurídicas y políticas. El mater ial ismo hi stór ico , una de las disciplinas teóricas de la doctrina marxista, tiene precisamente por objeto investigar los modos de producción en la historia, su estructura propia, su funcionamiento y las formas de organización que hacen pasar de un modo a otro. Es la ciencia de lo social, según la cual los hombres comienzan a diferenciarse de los animales desde el momento en que empiezan a producir sus medios de subsistencia y, de manera indirecta, su vida material. El modo de producción de la vida material determina el proceso de la vida social, política y espiritual. No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino que, es su ser social el que determina su conciencia. Para Marx la historia muestra cinco modos de producción: El modo arcaico propio de las comunidades primitivas donde el fruto de lo producido pertenece a todos. El modo esclavista: los medios de producción como los hombres que se sirven de ellos en su trabajo, son propiedad de otros hombres. 35
El modo feudal: unía la prestación política y militar a la posesión de tierras con el propósito de preservar a la Europa medieval de su desintegración en innumerables señoríos independientes tras el hundimiento del imperio Carolingio. El modo capitalista. en el que la única propiedad del obrero es la fuerza de su trabajo. Los medios de producción son propiedad del sector capitalista. El modo socialista: propugna la propiedad y la administración de los medios de producción por parte de las clases trabajadoras con el fin de lograr la igualdad política, social y económica de todas las personas.
Las ideologías Si la conciencia es una resultante del ser social en un momento dado de su desarrollo histórico, resulta evidente pensar que quien tenga el dominio en ese momento será quien imponga las ideas vigentes. Ese conjunto de ideas será el instrumento del que se servirá la clase dominante para lograr su propósito de dominación. Este conjunto de ideas es lo que Marx llama ideol ogía. Las ideologías son el reflejo en la conciencia de relaciones de dominación que una clase ejerce y que quiere imponer como si fuese verdad absoluta. Una conciencia ideológica no referida a cualquier verdad absoluta sino a lo jurídico, a lo religioso, a lo artístico, a lo filosófico. Materialismo dialéctico El materialismo dialéctico se define como la historia de la producción de los conocimientos en tanto conocimientos. Es más que una teoría del conocimiento clásica, ya que incluye el estudio de las condiciones reales, materiales y sociales de la producción del conocimiento. El materialismo dialéctico era distinto de las teorías del conocimiento tradicionales como la cartesiana o la kantiana. La nueva manera de concebir la teoría del conocimiento trataba de encontrar cuales son los mecanismos de surgimiento del conocimiento en cuanto tal. No se interesa en primer lugar por las garantías de la verdad de un conocimiento, que era la preocupación primera de otras teorías gnoseológicas. Ella reflexiona principalmente sobre los modos de producción del conocimiento en otras áreas (Derecho, Economía, Política) y su articulación con la realidad, buscando develar las causas de la formación de esos conocimientos, causas sociales vinculadas con las posiciones estratégicas en el tejido social, es decir, en el poder. El Derecho y el Estado. La teoría marxista del Derecho es una teoría metajurídica que trata de explicar al Derecho según los lineamientos generales de su filosofía, dotada de una cierta objetividad, no científica, sino ideológica, transitoria y relativa y que por expresar la conciencia de un período histórico, perecería con él. No gozaría de los atributos del conocimiento científico que perdura más allá del tiempo que lo vio nacer. Algo similar sucedería con el Derecho y el Estado ubicados en la superestructura dependiente de las condiciones de base y que sólo tendrían valor en el período de tiempo que los vio surgir. Marx explica el Derecho desde un punto de vista sociológico y económico y al igual que otras formas sociales, evoluciona y se determina por los modos de producción. Visto así, el Derecho como sistema normativo, constituye una realidad dependiente y correlativa. Si a través de la historia encontramos que las normas jurídicas han variado, no es porque los hombres en un esfuerzo intelectual hayan querido perfeccionarlas siguiendo un ideal de justicia, sino porque las formas de producción se han modificado. Piensa que detrás de cada opinión sobre el Derecho está presente la realidad económica, situando a la ciencia del Derecho como una ideología carente de autonomía. 36
Si la realidad engendra la ideología, hablar de Derecho Natural conocido a priori, es una mera ilusión ideológica. El Derecho para él, no tiene otro fin más que ser un instrumento al servicio de la clase dominante y adquiere forma política a través del Estado. Éste es la forma bajo la cual los individuos de una clase dominante hacen valer sus intereses comunes y en la que se condensa toda la sociedad civil de su época. La fuente material del Derecho es para Marx la infraestructura económica, mientras que la fuente formal está constituída por la voluntad de la clase socialmente dominante, expresada en las leyes del Estado. Las normas jurídicas constituyen el medio por el cual la clase dominante se asegura el rol histórico que le cabe cumplir. Siempre ha sido así y nada hace pensar que esta idea no se aplicaría también al proletariado si llegare a ser clase dominante. El fundamento último del Estado son las relaciones de producción, no es creado por ninguna voluntad, ni tiene voluntad propia. Es simplemente un poder organizado por una clase para oprimir a las otras. En suma, tanto el Derecho como el Estado aparecen como superestructuras y elementos de opresión, destinados a desaparecer en la utópica sociedad sin clases, postulada por el marxismo como hipótesis revolucionaria.
3) La Antropología Naturalista de Sigmund Freud (1856-1939) La teoría de Freud no es verdaderamente una antropología, aunque tiene por base una antropología de tipo naturalista. Si revisamos la antropología que se encuentra en la base del Psicoanálisis obtendremos los siguientes aportes a la idea de Homo Faber: *El hombre es un ser natural e impulsivo. No es esencialmente distinto del animal. En su obra “Más allá del principio del placer” dice Freud textualmente: …”El desarrollo humano hasta el presente me parece no necesitar explicación distinta del de los animales, y lo que dé impulso incansable a una mayor perfección, se observa en una minoría de individuos humanos, puede comprenderse sin dificultad como consecuencia de la represión de los instintos, proceso al que se debe lo más valioso de la naturaleza humana.”
*El hombre es un ser sexual. *Todo espíritu, toda cultura procede de la esfera impulsiva y tiene lugar gracias a la sublimación de la libido. *El hombre al nacer trae tendencias instintivas que podrían calificarse como impulsos de búsqueda de placer que exigen ser satisfechas pero como es un ser social, para poder integrarse en la sociedad se ve obligado a sacrificar en mayor o menor grado dichas tendencias. El primer grupo social al que el hombre pertenece, la familia, mediante la educación, irá modelando su conducta, según las normas que acepta el grupo, apelando a premios o castigos para ese fin. Por lo mencionado antes, el sujeto quitará de su conciencia ciertos recuerdos de conductas turbadoras para su adaptación al grupo, las que continuarán presentes en el inconsciente, actuando en la determinación de muchas de nuestras acciones presentes y algunas veces originando trastornos mentales. Freud propone que lo verdaderamente constitutivo del psiquismo es la pulsión o conflicto entre los instintos de vida y los instintos de muerte. Para Freud existen dos pulsiones antagónicas que constituyen la subjetividad sobre la que los hombres construyen su destino: la pulsión de vida y la pulsión de muerte. Con esta perspectiva de lucha permanente entre Eros (vida) y Tánatos (muerte) es que los hombres forjamos la tragedia de nuestra existencia. De la misma manera que encontramos matices esenciales en la pulsión de vida, es necesario diferenciar los planos que se presentan al interior de la pulsión de muerte. 37
Esos planos nos muestran que la existencia se encuentra marcada por la conciencia de su finitud, de su muerte. Así Freud nos acerca la idea de nuestra condición mortal, sin la cual podríamos creer que somos inmortales y posponer las cosas importantes de nuestra vida, aquellas que tenemos que enfrentar. Pero es el saber que moriremos lo que nos impulsa a vivir. Sin esa concepción de la muerte como fin y límite a la existencia no hay apremio de vida. Aquellos que huyen de aceptar su condición mortal, no tienen otra posibilidad que estar como seres automatizados, atrapados en las repeticiones. Huir de la muerte conduce a confundir que durar no es vivir, que pensar que la seguridad se encuentra en los automatismos. Esta sería una muerte-viviente. Vivir la muerte para caer en la cuenta de que somos únicamente la expresión de las cosas que revelan nuestra existencia es lo que nos hace sentir que estamos vivos. El Yo, el Ello y el Súper-Yo Se denomina represión al proceso por el cual se rechaza de la conciencia o se mantiene en el inconsciente a las experiencias que representan potenciales peligros para la adaptación del sujeto al grupo social. Dichas experiencias permanecerán en el inconsciente por un mecanismo de autodefensa. Pero allí seguirán actuando en busca de satisfacción. Estando reprimidas buscarán surgir de algún modo; una de las maneras de hacerlo será el proceso de sublimación, por él se aplicarán como energía creativa a las actividades del hombre, haciendo al sujeto socialmente útil. La vida psíquica está constituida por tres procesos: el Yo, el Súper-Yo y el Ello, que se mezclan e interactúan. El Ello representa el inconsciente reprimido, es la naturaleza instintiva, siendo la irracionalidad y el egoísmo sus características específicas. Está gobernado por el principio del placer o libido. En el comienzo la vida psíquica está regida por el Ello. A medida que el bebé crece se va conectando y adaptando al medio, diferenciando su ello del yo. El Yo es la parte organizada del Ello y se forma de la transformación del material inconsciente por la influencia del mundo exterior. El Yo destituye al principio del placer, por el principio de realidad que asegura más éxito en la vida social. Pero el Yo es débil, y para controlar al Ello necesita del Súper-Yo. El Súper-Yo indica lo que debe ser, el ideal al que yo debo tender, colaborando con él en la represión de los impulsos del Ello. Es el inconsciente represor. De este modo el Yo sirve a tres severos amos: el Ello con sus impulsos de búsqueda del placer, el Súper-Yo que lo controla y lo fuerza a seguir el ideal que le plantea, y el mundo exterior del que provienen impulsos y estímulo, para que organice y ordene. La energía psíquica que pone en funcionamiento las tres instancias del Yo, del Ello y del Súper-Yo se obtiene de los instintos, a los que Freud denomina instintos de conservación del individuo. La antropología freudiana se asienta en supuestos materialistas y peca de unilateralidad en la explicación, basando la esencia del hombre y de su forma de vida cultural en la esfera instintiva. La principal crítica a esta teoría es que considera al ser humano como simple producto de represiones impulsivas que ve al hombre a medias. Sólo capta el lado natural del ser, sólo lo que tiene en común con los restantes seres de la naturaleza. Incurre además, en una notoria contradicción al negar el espíritu que es, como lo expresa Max Scheler, lo que verifica la represión mediante la voluntad. La interna contradicción de la antropología freudiana es que presupone necesariamente al espíritu que niega.
4) El evolucionismo. Tesis fundamentales. En la historia de la biología se han manifestado siempre tendencias fundamentalistas o conservadoras que tienden a aceptar más o menos literalmente las afirmaciones bíblicas a propósito de la creación de especies animales y vegetales. De acuerdo con las Escrituras, Dios las había creado a la vez en un 38
único acto de creación y a partir de allí habrían perdurado sin modificaciones hasta la actualidad, salvo como excepción, en el caso de aquellas que pudieran haber desaparecido por la ocurrencia de cataclismos o cambios climáticos. Quienes adoptan esta posición, los seguidores del fijismo no acepatan que las especies cambien con el tiempo, ni que puedan existir en la actualidad especies que no existieran ya en épocas anteriores. Pero si Dios había creado de una sola vez todas las especies ¿cuál era entonces el origen de las especies más recientes, de las cuales no había rastros en los estratos geológicos más antiguos? Una primera respuesta fue dada por una serie de teorías conocidas como catastrofismo que suponía un ecadenamiento de etapas geológicas separadas por grandes cataclismos, en cada una de las cuales Dios habría efectuado un nuevo acto de creación. Se advierte que en la historia geológica, aunque incluye catástrofes y períodos de cambios bruscos, nunca pudo concebir desastres de tal magnitud que eliminaran todo lo creado hasta el momento y requiriesen de un nuevo acto de creación. Por estas razones los biólogos de pensamiento científico se inclinaron a buscar otras explicaciones, no en términos del fijismo, sino del evolucionismo. La evolución se basaría en la capacidad de los individuos de alterar su fisiología, su conducta o atributos como resultado del desafío del ambiente. Científicos como Lamarck, creían que tales cambios eran hereditarios y por consiguiente, que se perpetuaban en la especie. Pese a las críticas que hoy se pueden formular a la teoría evolucionista de Lamarck y a su concepción de las características adquiridas heredables, no hay duda de que significó un importante avance en el camino hacia el evolucionismo moderno. Eliminó las explicaciones metafísicas o religiosas y trató de justificar la aparición, diversidad y evolución de las especies a partir de las causas naturales. En este sentido preparó el camino a Darwin, quien advirtió las dificultades de la teoría lamarckiana y propuso un mecanismo evolutivo diferente. Darwin era un naturalista aficionado que logró ser finalmente aceptado en 1831 como biólogo en una nave oceanográfica que realizaría un viaje de cinco años alrededor del mundo. Este viaje resultó ser el más importante en la historia de la biología, ya que al cabo del mismo, Darwin había concebido a grandes rasgos su teor ía de l a evol ución . La teoría de Darwin tiene tres hipótesis fundamentales. En la primera hipótesis intenta describir cómo la cantidad de individuos de una especie tiende a aumentar a medida que transcurren las generaciones. En general habrá que multiplicar la población en cierto momento por un número “x” para obtener la población siguiente, llamando a este crecimiento, exponencial o geométrico. Para la segunda hipótesis trató de imaginar lo que ocurre en una región geográfica donde la flora y la fauna están confinadas y a la cual no pueden abandonar, como una isla, por ejemplo. Luego de varios trabajos con cálculos, concluye afirmando que el número efectivo de miembros de una especie de un hábitat cerrado, está acotado ya que no puede aumentar más allá de cierto número debido a la limitación impuesta por los recursos alimentarios. La cantidad de alimentos disponible en un hábitat cerrado es limitada por lo que el crecimiento real de la población no puede ser exponencial. La tercera hipótesis fundamental, la hipótesis de las variaciones, expresa lo siguiente: en la descendencia de los individuos aparecen con frecuencia variaciones, es decir, características que los padres no poseen y que son, en la mayoría de los casos, heredables. Hoy se sabe que estas variaciones son casuales y provienen de una modificación accidental de lo genético y que puede acontecer de distintas maneras. Algunas de estas variaciones son favorables para la supervivencia y otras no. Esto significa que, en un hábitat determinado, aparecen en tanto individuos con caracteristicas más ventajosas para la competencia o la lucha por la existencia que tienen otros individuos. De las hipótesis fundamentales enunciadas hasta aquí, se desprenden otras no menos importantes. La cuarta hipótesis conocida como “lucha por la existencia” nos muestra que si el alimento está limitado y las especies tienden a aumentar de manera exponencial, debe llegar un momento en que habrá más candidatos a alimentarse que alimento disponible. Para Darwin acontecerá una lucha entre los individuos por el alimento y finalmente, algunos de ellos derrotarán a los competidores, que morirán de hambre. Por lo tanto, en la naturaleza debe existir la violencia. 39
Hoy en día, esta idea de violencia, se entiende de modo atenuado, describiendo la llamada lucha por la existencia más bien como un fenómeno de competencia en la que los individuos tratan de ejercer mejor sus facultades para aventajar a los otros. De lo anterior se deduce, casi como una consecuencia natural, la quinta hipótesis llamada “supervivencia del más apto” según la cual los individuos que tengan características más favo rables entre los que compiten, han de sobrevivir, en tanto los que no las tengan, desaparecerán. De la supervivencia del más apto y de la existencia de variaciones, unas favorables y otras desfavorables, aparece la sexta hipótesis que describe el mecanism o de “selección natural”. Este mecanismo permite que los hijos de aquellos en mejores condiciones de competir hereden esa característica y a medida que transcurren las generaciones aumenta el número de individuos que poseen las características favorables y disminuyen los que no las tienen. Al cabo de muchas generaciones, los primeros ocuparán todo el hábitat y los segundos habrán desaparecido. Ha aparecido una nueva especie y desaparecido otra. En la suposición darwiniana, el hombre habría aparecido por selección natural a partir de ciertos monos antropoides. En la actualidad se cree que las líneas evolutivas que conducen a la especie humana son muy complicadas y que el hombre no deriva directamente de los monos antropoides, sino, en una etapa posterior a la aparición de éstos, de ciertos homínidos y de otros animales con algunas características de monos antropoides a modo de eslabones.
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Unidad Nº 7
1) El hombre como decadencia Frente al Homo Sapiens y al Homo Faber progresivos, frente al Adán que cayó para volverse a levantar, aparece la afirmación de una decadencia del hombre que se encuentra inscripta en su propia naturaleza. A la pregunta de qué es el hombre, esta antropología responde que es un desertor de la vida, de sus leyes, del sentido cósmico. El hombre individual puede no estar enfermo, puede estar muy sano dentro de su organización específica, pero aún así el hombre es una enfermedad, un débil frente al torrente de la vida. La perspectiva de Nietzsche (1844-1900) El hombre según Nietzsche, es ante todo, una parte de la naturaleza. Es un animal que, sin embargo, constantemente debe luchar contra su animalidad. En oposición a los animales que reposan tranquilamente sobre su propia esencia y cada uno de los cuales pertenece a un tipo determinado, el hombre no tiene esencia determinada, sino que aún es algo indeterminado. La indeterminación de sus posibilidades ilimitadas pone al hombre frente a un desorden amenazante y lo angustia. Por ello el hombre aparece como un desequilibrado, como un enfermo. El hombre es el animal enfermo por excelencia, porque se ha atrevido a más, ha desafiado y provocado más al destino que todos los demás animales juntos. Es el gran insatisfecho, el insaciable que lucha por el poder supremo con el animal, con la naturaleza, y con los dioses, hasta extinguirse y enfermar. El haber logrado distancia con el animal y el haberse liberado de prejuicios morales y religiosos supone una primera gran conquista en la lucha emprendida por el hombre superior, de lo que Nietzsche llama el Súperhombre. Representa un tipo ascendente de vida. Sin embargo, a pesar de la grandeza alcanzada, el hombre superior aún sigue siendo un hombre, un individuo encarnando a la humanidad. Y la humanidad según Nietzsche, es lo que debe ser superado porque es ella la que produce desprecio. Por más grande que sea la grandeza de un hombre, siempre se trata de un ser finito. Si la grandeza que el hombre alcanza es suficiente y se desvanece, algo superior a ella debe ser posible. Se trata entonces de sobrepasar cualquier forma posible de hombre. Se trata de sobrepasar la humanidad. Para Nietzsche el hombre es como un río sucio que precisa ser mar. Ese mar es el Superhombre. El mar que el Superhombre es no supone una heterogeneidad con el hombre. Hay, por el contrario, una perfecta continuidad e inmanencia. El Superhombre es en cierta medida, la muerte del hombre como el mar es la del río. Pero no se trata de una muerte total sino más bien un modo de suprimir, conservar y superar todo lo propio del hombre. Superhombre es la expresión que Nietzsche utiliza para mentar el Todo simbolizado por él en la imagen del mar. Pero antes el mar era otro. Se decía antiguamente que ese otro mar era Dios. Estas palabras nos enseñan con claridad que la idea de Superhombre está reemplazando a la de Dios. La idea de Dios para Nietzsche está identificada con el Dios cristiano trascendente al mundo y creador de él a partir de la nada. El Superhombre, en cambio, no es un mar lejano, sino un mar formado por nosotros mismos y en el cual estamos inmersos; el Superhombre es el Todo del cual somos un fragmento. Pero el Todo no admite que nada pueda haber fuera de él y por ello el Superhombre rechaza la posibilidad de que pueda existir un Dios trascendente. La idea de Superhombre entonces, postula necesariamente la muerte de Dios. Con la frase central “Dios ha muerto” logrará el fundamento último de su pensamiento y la transvaloración de todos los valores. La muerte de Dios no ha significado la desaparición del mar sino sólo su desplazamiento. Nosotros lo hemos sorbido, hemos llegado a ser ese mar. Con la muerte de Dios la creencia en este Dios cristiano, se ha convertido en incredulidad. La conciencia del hombre ha sido invadida por la Nada y la Nada es el único horizonte en el cual ella se mueve. El hombre camina entonces, en medio de un desierto que crece y que todo lo corroe. 41
La muerte de Dios significa la caducidad del mundo trascendente y como este mundo era el fundamento de toda realidad, resulta entonces que es la realidad misma la que ha perdido su fundamento, su razón de ser y ha devenido en una pura Nada. Ya nada tiene fundamento, ni sentido, ni meta; ya no hay valores ni ideales, ni siquiera realidad. Al haber borrado el mundo de trascendencia con la muerte de Dios, ya nada nos sostiene sino que vagamos como a través de una Nada infinita. La moral para Nietzsche. El problema moral del bien y del mal es casi una obsesión para Nietzsche. Entiende que la moral es un sistema de valoraciones referido a las condiciones de vida de un ser. Es, en definitiva, la interpretación de ciertos hechos que realiza el hombre, y es efectuada por la vida. La validez de una moral consiste en que ella esté realmente al servicio de la vida y de la voluntad de poder. Esa voluntad tiene dos formas de manifestarse: el poder y la impotencia. Ello origina a su vez dos tipos de vida: la vida plena que aspira a más vida y a más poder y que Nietzsche relaciona con los hombres superiores, fuertes, nobles, y la vida decadente que sólo desea conservarse y defenderse de la agresión que supone el otro modo de vida. Con esta vida miserable se identifican los hombres inferiores y débiles. Estos dos tipos de hombres fundan dos tipos diversos de moral: la moral de los señores y la moral de los esclavos. En la moral de los señores es el hombre superior, el noble, el que determina lo que es bueno para él y lo eleva en la vida, lo que le da grandeza, lo que lo hace auténtico. Es una moral creadora porque la crea el propio hombre, es una proyección de su pura subjetividad, de sus pasiones, de sus sentimientos e intereses. Posee voluntad de poder, esto es, el carácter para juzgar al mundo y obrar ejerciendo plena libertad, alejándose de los razonamientos a priori y los castigos de conciencia. Es él el creador de valores. La moral de los esclavos, en cambio, es la moral de la vida decadente, de debilidad, miserable. Es la moral que no admite grandeza. Por el contrario, la censura, busca igualarla, pero no en la grandeza a la que nunca llega, sino en la miseria de su nivel, de su mediocridad. En su actitud defensiva esta moral inventa a Dios, es su refugio, lo ama y le teme. Crítica a la moral Aristotélica-Platónica. Crítica a la moral Judeo-cristiana. Acusa a la moral aristotélica-platónica-socrática por ir, en primer lugar, en contra de los instintos vitales del hombre. Las pasiones deben ser controladas por el Logos, por el razonamiento que no permite desbordes, que todo lo controla y somete a reglas inmutables. Nace así el dualismo platónico y luego cristiano, razónsentimiento, razón-sensibilidad, alma-cuerpo, que produce una especie de amputamiento de la realidad. En aras de la claridad de la lógica se ignora la realidad de las pasiones. Desde Sócrates el pensamiento occidental sólo ha desarrollado una cara del espíritu, el factor lógico racional. El hombre de su siglo se encuentra inclinado bajo el yugo de la Metafísica, la Religión y la Moral pero descubre que a la vida no la limitan estas instancias, sino que es libre. La libertad se comprende al percibir de manera clara el carácter de riesgo que implica existir. Para Nietzsche es el pueblo judío, pueblo fundamentalmente sacerdotal, el que llevó a cabo en la historia la funesta inversión de todo auténtico valorar. Ha encarnizado un odio sin límites y ha afirmado que los que sufren, los necesitados, los miserables, los enfermos, son únicamente los buenos. Sin embargo, los más acentuados embates no los lleva Nietzsche contra el judaísmo sino contra el cristianismo. El cristianismo continuó la rebelión de los esclavos iniciada por los judíos y la consolidó en Europa. La moral judeo-cristiana, idéntica según él a la moral de Sócrates, es la que se ha impuesto en Europa. Para aquel, el cristianismo significó la muerte definitiva de esa grandeza espiritual que fue la Grecia presocrática. El cristianismo – dice- nos robó la cosecha de la civilización antigua y ha tomado partido por todo lo que es débil, humilde y fracasado. 42
En “Más allá del bien y del mal” Nietzsche sostiene que para él la fe cristiana es, desde su origen un sacrificio de toda independencia, de toda libertad de espíritu y al mismo tiempo, servilismo y mutilación de sí mismo. Es la moral del rebaño, cuyas principales cualidades son la fe ciega, el alejamiento de lo vital y la baja estima. Este panorama que empalidece la imagen del cristianismo debe hacer que el hombre con voluntad se aleje de lo religioso. La religión es quizás, el punto que con mayor rigor ataca Nietzsche, puesto que ha contribuido más al deterioro de la pura vitalidad del hombre. El cristianismo ha convertido todo lo soberano, dominador y libre, en remordimiento de conciencia, culpa y pecado. La idea de pecado es una de las ideas más enfermizas levantada por el cristianismo: con ella, el sujeto sufre y se aniquila a partir de algo f icticio; no existe ningún Dios (Dios ha muerto) al que tengamos que rendir cuentas por nuestra conducta. Sin embargo el cristiano se siente culpable ante los ojos de Dios, se siente observado, cuestionado, valorado por un Dios inexistente, del que incluso, espera un castigo. El conocimiento como mentira del intelecto La ciencia constituye la base de una civilización más madura, menos violenta o pasional. Funciona como modelo e ideal metódico, como actividad que se valora más allá de los resultados cognoscitivos porque cumple un papel fundamental al despejar el pensamiento volviéndolo menos fanático, sobrio y objetivo, en el sentido de que es capaz de juzgar al margen del inmediato apremio de las pasiones. En la ciencia se produce una actitud de mayor libertad del hombre ante el mundo. No obstante, en el aforismo 19 de “Humano, demasiado humano” Nietzsche expone los errores de la ciencia que son la base de nuestra representación del mundo. Lo que llamamos mundo es el resultado de una cantidad de errores y fantasías que han surgido paulatinamente en la evolución general de los seres orgánicos. La ciencia puede iluminar progresivamente la historia del nacimiento del mundo como representación y elevarnos por algunos momentos por encima de todo el proceso pero no puede evitar que la capacidad humana para el conocimiento sea una mentira del intelecto.
2) La antropología de Max Scheler (1874-1928) Constituye la quinta idea del hombre y la historia. Según Scheler hay dos conceptos de hombre: uno de tipo científico natural y otro filosófico o esencial. El primer concepto indica los caracteres morfológicos distintivos que posee el hombre como subgrupo de los vertebrados y los mamíferos. El segundo concepto designa en el lenguaje corriente algo totalmente distinto, un conjunto de cosas que se oponen del modo más riguroso al concepto de animal en general. Es la idea esencial del hombre. El tema es si ese segundo concepto que concede al hombre como tal un puesto singular, incomparable con el que ocupan las demás especies vivas, tiene alguna base legítima. Los grados del ser psicofísico: Impulso afectivo, Instinto, Memoria asociativa e Inteligencia práctica. En la concepción de Scheler hay tres supuestos: a) Lo anímico se identifica con lo vivo. b) Es constitutivo de lo viviente un ser para sí, un ser interior. c) Hay una estructura estratificada de las funciones de la vida psíquica. Sólo es posible aclarar el puesto del hombre en el cosmos, inspeccionando la totalidad del mundo biopsíquico, constituido por diversos grados o estratos. 43
El primer estrato, el más bajo, está constituido por el I mpul so afectivo que no tiene conciencia, sensación o representación. Lo encontramos en los tropismos y atropismos de las plantas. El segundo grado de lo psíquico es el Instinto o conducta del ser vivo que: 1. Tiene sentido: es adecuada al ser vivo (o a otro ser vivo que está en simbiosis vital con el primero) 2. Transcurre con cierto ritmo. 3. Está al servicio de la especie. 4. Es innato y hereditario. Se encuentra sólo en los animales, no en las plantas. Es una especialización del impulso afectivo.
En tercer lugar nos encontramos con la M emori a asociativa o hábito. Se la atribuye a todo ser vivo cuya conducta se modifica lenta y continuamente de manera útil a la vida, por tanto de un modo dotado de sentido sobre la base de unas conductas anteriores de la misma índole coronadas por el éxito. En cuarto lugar encontramos la I nteligenci a pr áctica de los animales superiores. Es “inteligente” porque resuelve situaciones nuevas y es “práctica” porque está dirigida a resolver situaciones muy concretas de la vida cotidiana y nuevas (inéditas) para el individuo. Se diferencia de la memoria asociativa porque en ella tiene lugar una conducta con sentido frente a nuevas situaciones, conducta que ocurre además súbitamente y es temporalmente anterior a nuevos ensayos de prueba e independientemente del número de ensayos previos.
El Espíritu. Sus notas. La idea fundamental de Scheler es que existe entre el ser humano y el animal una diferencia esencial y el principio que constituye la esencia del hombre: su espíritu. Cree Scheler que lo que hace a un hombre, hombre, es el espíritu cuyo centro activo se llama la persona. El espíritu es abierto al mundo, es libertad y ante todo, conciencia de sí y objetividad (en cuanto es capaz de llevar los centros de resistencia del mundo exterior y los propios estados psíquicos a la categoría de objetos). El espíritu es superior a la vida en la medida en que puede decirle “no”. El hombre es el ser vivo que puede adoptar una conducta ascética frente a la vida, vida que lo estremece con violencia. El hombre puede reprimir y someter los propios impulsos. El acto fundamental del espíritu es el acto de ideación por el cual se abre al Absoluto. La antropología de Scheler supera el dualismo alma-cuerpo y constituye uno de los mejores intentos de teoría antropológica formulada hasta el presente.
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MÓDULO 4 Unidad Nº 8
1) El problema moral Las palabras ética y moral hacen referencia a hábitos y costumbres. Aunque en el uso cotidiano aparecen como sinónimos, no son iguales. La moral es un conjunto de normas, valores y costumbres que rigen a un grupo (social, cultural, étnico, religioso) y es por ello que en una misma sociedad pueden coexistir morales distintas. *Para algunos, hablar de moral es hacer referencia a determinadas concepciones del bien de orden religioso. *Otras personas pueden hacer referencia a concepciones del bien, fundadas en las tradiciones y costumbres de una comunidad o grupo determinado. *Para otros, las concepciones religiosas y no religiosas no bastan para alcanzar una adecuada orientación para sus acciones, si no que es por medio de la autonomía que pueden hacerlo. La autonomía de una persona es la capacidad racional y crítica para revisar las posibilidades que estén a su alcance y que le permite decidir en libertad lo que pretende realizar. tica es la reflexión sobre el origen y fundamento de los conjuntos de normas, valores y costumbres La é de los grupos sociales. No es un conjunto de normas, es la reflexión sobre esas normas.
2) El libre albedrío y la responsabilidad personal. Importancia de la Ética en la vida jurídica. Cada ser tiene su propia naturaleza, por lo tanto, podemos hablar de naturaleza humana como el modo de ser propio del hombre, que lo tipifica y distingue de otros seres. Las notas que caracterizan al hombre son su naturaleza ética y social. El hombre actúa a partir de su inteligencia y voluntad libre. Cuenta con libertad para elegir, pero esta libertad va acompañada de la responsabilidad. La responsabilidad ética consiste en la capacidad de dar respuesta, en la habilidad de responder por lo que se obra, es decir, justificar lo que se hace. Es propio del hombre saber por qué obra de un modo determinado y no de otro. Esta capacidad de dar respuesta nace de nuestra libertad y de nuestra esencia misma de seres humanos. Es lo que se conoce como libre albedrío. Pero la responsabilidad ética significa también, aceptar y asumir las consecuencias de la decisión tomada, ya que si se elige bien o mal, esta elección no es indiferente. De la capacidad de elegir surge el compromiso. Comprometerse significa que, a partir de una elección, la persona comienza a depender de ella. La ética busca dar respuestas de cómo debe vivir el hombre y cómo debe establecer relaciones con los demás personas en su vida de sociedad. De esas respuestas dependerá la forma en que se configure una sociedad y su sistema jurídico de normas. Es en este punto donde se produce el encuentro entre lo ético y lo jurídico. Ya que la ética como disciplina filosófica debe partir de la realidad para analizar los valores que se encarnan en la vida humana y orientar al Derecho en la formulación de sistemas jurídicos más justos donde el valor del ser humano prevalezca en una jerarquía superior sobre el resto de los valores que a su vez, se encuentran en el mundo.
3) La Metaética. Objetos. Teorías. Con la palabra “ética” designamos al menos tres tipos diferentes de disciplinas que se ocupan del problema moral. Se distinguen tres niveles de disciplinas éticas: 45
1. La ética descriptiva , que estudia el desarrollo de las ideas morales en cada fase de la evolución humana. Es una investigación predominantemente sociológica e histórica, auxiliar de la ética filosófica. Es el estudio empírico de los fenómenos morales. 2. La ética crítica o metaética , es la disciplina que estudia el significado de las palabras éticas, es decir, el estudio del lenguaje de la moral. 3. La ética normativa, que pretende describir cuales son las conductas buenas, deseables o correctas moralmente y que persigue fines normativos. La Metaética estudia la naturaleza de nuestras preguntas y conceptos morales, estudia la naturaleza misma de la moralidad. Dicho de otro modo, la metaética estudia los presupuestos y los compromisos que subyacen al pensamiento y a las acciónes morales: compromisos metafísicos, epistemológicos, semánticos y psicológicos. Así, la metaética se hace preguntas como ¿hay verdades morales? ¿hay conocimiento moral? ¿es la moralidad relativa o hay reglas morales universales? También trata de analizar conceptos morales como “deber”, “obligación”, “virtud”, “bondad”, entre muchos otros. Entre los objetos de estudio más importantes de la metaética, podríamos señalar aquellos que tienen que ver con: a) el significado: la metaética hace preguntas acerca del significado de los términos morales como “bueno”, “malo”, “debido”, etc. b) la metafísica: la metaética puede postular la existencia o no de valores morales. c) la epistemología moral: la metaética se pregunta si los juicios morales tienen valores de verdad que pudiesen constituir conocimientos morales. d) la psicología moral: la metaética nos explica los procesos psicológicos implicados en los estados mentales como el deseo, las creencias, las emociones, etc. Las principales teorías metaéticas son el Naturalismo ético, el No-naturalismo ético y el Nocognocitivismo ético. *El Naturalismo ético. Naturalista ético es quien define las palabras o términos morales tales como “bueno”, “recto”,“debido”, “prohibido”, apelando a propiedades naturales como “lo que produce placer”, o “lo que satisface a Dios” o “lo agradable”. Dentro de esta corriente se encuentra J.S. Mill . Mill es considerado un naturalista ético porque:
1. Daría por sentado que los juicios éticos son juicios genuinos, susceptibles de verificar su verdad o falsedad. 2. La verdad o falsedad se determinaría por medio de patrones empíricos. 3. Los términos éticos pueden ser cambiados por propiedades de objetos o estado de cosas. El naturalismo ético presupone que es posible redefinir los términos éticos en términos que designan propiedades que pueden ser objeto de la experiencia. Así, según Mill, “bueno” equivaldría a “lo que produce felicidad”, “lo deseable”. Para el naturalista ético es posible construir una ética normativa a posteriori de descubrir y probar, empleando un método específico, que lo que es bueno es deseable. Es común distinguir dentro del área de las teorías naturalistas entre los objetivistas y los subjetivistas. Los objetivistas apelan al supuesto juicio ético de un observador imparcial. Los subjetivistas definen los términos morales en relación a deseos o intereses de una persona o grupo de personas. La principal crítica realizada al naturalismo proviene del No-naturalismo.
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El No-naturalismo ético de Moore. El no-naturalismo ético sostiene que es imposible reducir o traducir los términos éticos a términos que denoten propiedades naturales verificables empíricamente. Una ley lógica férrea indica que de premisas del ser no se puede pasar a una conclusión del deber ser. Entre el ser y el deber ser hay un abismo lógico. Por ello los términos lógicos pueden ser definidos sólo por medio de otros términos éticos. En “Principia Éthica” Moore sostuvo la siguiente tesis: a) Hay propiedades simples y propiedades compuestas. Estas últimas pueden ser analizadas en sus partes componentes. Así sucede con la propiedad de la triangularidad de un objeto. Las propiedades simples, en cambio, son indefinibles. b) Las propiedades simples pueden ser naturales o no-naturales. Propiedades no naturales son aquellas a las que se hace referencia por medio de términos éticos. c) Las proposiciones referentes al deber no son directamente aprehensibles sino que están fundadas en circunstancias de hecho que supone relaciones de tipo casual y en proposiciones referentes a la bondad de algo. La propiedad denotada por el término “bueno” es en todo diferente a la denotada por el término “amarillo”. Por eso es imposible definir mezclando, por así decirlo, c ategorías ontológicas diferentes en la definición. Este “Postulado de distinción” establece la imposibilidad de definir los términos éticos por propiedades no éticas. La indefinibilidad de “bueno” deviene además de su carácter de propiedad simple. Para el no naturalismo los términos éticos fundamentales son propiedades no sensorialmente discriminables, que califican en forma objetiva a las acciones. Como llamamos propiedades naturales a las propiedades empíricas, las propiedades éticas no podrían Ellamarse sino normativas o no-naturales. Para el no naturalismo los enunciados éticos son juicios, verdaderos o falsos, cuya verdad o falsedad es conocida a priori mediante una intuición racional directa. Si el intuicionismo ético es correcto, la ética estaría obligada a ser racionalista, por lo que sería posible elaborar una ética normativa cuyos principios serían juicios sintéticos a priori. El no naturalismo ha sido objeto de numerosas críticas, una de ellas muy importante: no hay criterio que permita distinguir las propiedades no naturales, y la intuición parece un método poco seguro para resolver controversias.
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NATURALISMO ÉTICO
NO NATURALISMO ÉTICO
DEFINICIONES
Define los términos morales como Sostiene que es imposible reducir los “bueno”, “recto”, “debido”, términos éticos asociándolos con “prohibido” asociándolo con lo que propiedades naturales verificables produce placer, lo que agrada, lo que empíricamente. Los términos éticos sólo satisface a Dios. Los términos éticos pueden ser definidos por otros términos pueden ser definidos con éticos. propiedades objeto de la experiencia.
AFIRMACIONES
*Los juicios éticos son juicios genuinos susceptibles de verificar su verdad o falsedad. *La verdad o falsedad se determina empíricamente. *Los términos éticos pueden ser cambiados por propiedades de objetos o estado de cosas (lo agradable, lo placentero)
*Hay propiedades de los términos que son simples y propiedades compuestas. *Las propiedades simples son indefinibles porque no pueden ser analizadas por partes. “Bueno” denota una propiedad simple por lo tanto es indefinible. *Los términos éticos fundamentales son propiedades no sensorialmente discriminables que califican en forma objetiva a las acciones. *Los enunciados éticos son juicios verdaderos o falsos que se conocen mediante una intuición racional directa (no empíricamente)
ÉTICA NORMATIVA
Es posible construir una ética normativa a posteriori de descubrir y probar empleando un método específico para el cual lo que es bueno es deseable
Si el intuicionismo ético es correcto, la ética debe ser racionalista. Se construye así una ética normativa cuyos principios serían juicios sintéticos a priori
CRÍTICAS
Señalada por los no naturalistas como falacia porque:
La intuición aparece como un método poco seguro para resolver controversias.
-Lo bueno como deseable, donde deseable no significa susceptible de ser deseado. -Identifica la felicidad individual con felicidad general. Ambos términos no son idénticos.
REPRESENTANTES
J. S. Mill
G.E. Moore, F.H. Bradley, B. Russell, entre otros. 48
El No-cognitivismo de Ayer. El no cognitivismo sostiene básicamente que: a) Los enunciados éticos no son enunciados descriptivos y que en consecuencia no son ni verdaderos ni falsos. b) Que los términos éticos “bueno”, “malo”, etc. no designan propiedades de los sujetos o eventos de los que se predican. c) Los juicios éticos tienen como función básica expresar la actitud personal del que los formula para provocar una reacción similar en quien los escucha. ¿Qué hacen entonces las oraciones éticas, si no expresan proposiciones? ¿Cuál es su función? Su función específica es expresar los sentimientos y las actitudes del hablante. Los sistemas éticos de los grandes filósofos contienen en general cuatro tipos principales de proposiciones: 1. 2. 3. 4.
Proposiciones que definen los términos éticos. Proposiciones que describen la experiencia moral y sus causas. Exhortaciones para adquirir virtudes morales. Verdaderos juicios éticos.
Los juicios éticos son simplemente expresiones de deseos de los sujetos. Las expresiones significativas son básicamente de cuatro tipos de enunciados: 1. Los lógicamente verdaderos como “el triángulo tiene tres ángulos”. 2. Los lógicamente falsos (negaciones de los anteriores) como “el triángulo no tienen tres ángulos.” 3. Los empíricamente verificables como verdaderos “Stalin murió en Rusia.” 4. Los empíricamente falsos como “el tiburón es una clase de ave.” Los enunciados éticos no son reducibles a ninguno de los anteriores, no son certificables lógicamente ni verificables empíricamente. Las palabras éticas tienen una peculiar fuerza emotiva que lleva al hablante y al escucha a creer que se están describiendo realidades. Pero la oración que las contiene no tiene significado cognoscitivo: expresa el agrado o desagrado interior sobre la acción, a la vez que incita al interlocutor a realizar (o no) la acción de que se trata. Ayer dice que es imposible encontrar criterios para determinar la validez de los juicios éticos. Ellos son puras expresiones de sentimientos y como tales, no corresponden las categorías veritativas. Un no-cognitivista no necesita limitarse a la tesis de que las emisiones lingüísticas éticas sólo sirven para expresar sentimientos, porque ellas también cumplen otras funciones: la de constituir mandatos, provocar actitudes, educar, etc. Sean o no susceptibles de prueba los principios éticos, ellos cumplen una importante función de salvaguardia de las valoraciones positivas que la moralidad establecida expresa respecto de la benevolencia, la solidaridad y el respeto a la persona humana. Posibilidad de una ética normativa. Las teorías normativas tratan, en primer lugar, de determinar qué estados de cosas son buenos y, en función de ellos, identificar y justificar las normas generales que servirán de criterios de evaluación de acciones, creencias, emociones, juicios evaluativos, políticas públicas, leyes, instituciones, etc. Estas normas generales se suelen poner en términos de principios, normas con las que deberíamos guiar nuestras acciones y nuestras vidas, si queremos llevar una vida moral. 49
Una gran cantidad de teorías éticas normativas se han propuesto con la idea de ayudarnos a evaluar y guiar nuestra conducta moral. Sin embargo, tradicionalmente se ha afirmado que hay dos tipos de teorías normativas: las teorías teleológicas y las deontológicas. Las teorías teleológicas definen el valor moral en términos de alcanzar algún bien o evitar un mal. Entre estas teorías, el utilitarismo es probablemente la teoría más conocida. Las teorías deontológicas definen el valor moral no en términos de las consecuencias que tenga una acción o su finalidad, sino de algún deber. Entre estas teorías encontramos básicamente a la ética kantiana.
4) Éticas normativas. El utilitarismo. Formas de utilitarismo. John Stuart Mill será quien popularice la filosofía utilitarista, la defienda de sus críticos y la r efine en su libro “El utilitarismo”. Mill formula el principio utilitarista como el credo que acepta como fundamento de la moral, la Utilidad o el Principio de la mayor felicidad, mantiene que las acciones son correctas en la medida en que tienden a promover la felicidad, incorrectas en cuanto tienden a producir lo contrario a la felicidad. Para Mill y los utilitaristas, la moral se define en función de la felicidad, entendida en términos de placer: la moral es el intento de producir la mayor cantidad de felicidad en la mayor cantidad de gente que sea posible. Al proponer esta idea de moralidad, la teoría utilitarista puede explicar cuál es el ámbito de extensión de la moralidad: morales serán aquellas acciones que tiendan a aumentar la felicidad o disminuir la infelicidad y el dolor, de las partes cuyos intereses se vean afectados por una acción. La moral está definida en términos de felicidad. Hedonismo Se define como hedonismo toda doctrina que considera el placer (hedoné en griego) como fin supremo de la vida. El hedonismo no consiste en afirmar que el placer es un bien, sino en considerar que el placer es el único y supremo bien. Tiene carácter individualista. Epicureísmo. La finalidad de esta filosofía no era teórica, sino más bien práctica. Buscaba sobre todo procurar el sosiego necesario para una vida feliz y placentera en la que los temores al destino, los dioses o la muerte quedaran definitivamente eliminados. El utilitarismo toma esta herencia epicúrea y le suma una visión cristiana, la consideración de los otros, del prójimo. Felicidad del mayor número y felicidad individual. Es la diferencia sustancial que existe entre el hedonismo y el epicureísmo. Mientras que el hedonista busca su propio placer, el epicureísmo o utilitarismo considera al placer como un bien común, tiene en cuenta al grupo, considerándose a sí mismo como una parte de éste, sin privilegios, extendiendo la idea de felicidad al conjunto social.
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Unidad Nº 9
1) La Ética en la filosofía clásica. Las leyes de la actividad moral.El fin último. El hombre vive de cara a la exigencia de hacer el bien en su vida, de cara, por tanto al imperativo de las leyes de la actividad moral. En el obrar moral están en juego la realización de los más altos valores: se trata del hombre mismo en cuanto obligado a llevar a cumplimiento su vocación específica por medio de la entrega a Dios y a sus semejantes. Es precisamente la ley de la actividad moral que orienta el obrar humano hacia su fin último, el Bien Supremo, Dios. Podemos establecer una doble división de las leyes de la actividad moral: a) La Ley de Dios. b) Las Leyes de los hombres. De la Ley de Dios habremos de considerar: 1. La ley eterna: que es inmutable porque procede del entendimiento infalible de Dios y de su voluntad soberana. Como domina toda la realidad creada es el fundamento de todas las demás leyes tanto físicas como morales. 2. La ley natural: Dios, al crear al hombre, imprimió en su naturaleza racional el ordenamiento que Él ha impuesto desde toda la eternidad de lo que conviene a la naturaleza creada. Es así como la ley natural participa de la ley eterna. Concierne a todos los hombres por igual. 3. La ley revelada: El hombre destinado y finalmente elevado al orden sobrenatural, necesita de la ayudad de Dios para alcanzar este fin. Es decir, requiere un cuerpo de preceptos que esclarezcan y completen los de la simple ley natural. De aquí la ley revelada de Dios: es aquella ley que procede de la libre e inmediata determinación de Dios, comunicada y promulgada al hombre por la divina revelación en orden al fin sobrenatural. Se articula en dos fases: La ley antigua (o Antiguo Testamento) y La ley nueva promulgada por Cristo y más perfecta que la primera por su espiritualidad (Nuevo Testamento). De las leyes humanas positivas. La ley positiva es una prolongación de la ley natural. Constituye el conjunto de normas que le permite al hombre vivir en sociedad. Puesto que se basa en la ley natural, la organización del Estado debe adecuarse a ella y, en última instancia, a la ley divina. Los actos humanos La ética clásica ha definido al acto humano como un acto que realiza el hombre de una manera que le pertenece en sí y le es específica, es decir que es un acto que procede de la voluntad libre. Eso lo diferencia de los actos del hombre – como comer, respirar- que no proceden directamente de la voluntad libre. Dentro del acto voluntario podemos distinguir dos tipos de actos humanos: *El acto elícito que es el que procede directamente de la voluntad como el amor o el odio. *El acto imperado que procede de otras facultades que se dirigen a la voluntad (la cual procede entonces de forma mediata a imponerlos) como estudiar, trabajar. El acto voluntario, ya sea elícito o imperado supone el conocimiento del fin y la libre decisión del sujeto. Hay obstáculos que al suprimir o atenuar la libertad o el conocimiento del fin, disminuyen o anulan la voluntariedad del acto. Esos obstáculos son en modo inmediato el temor, las pasiones, la violencia y la ignorancia. 51
Los actos humanos, por voluntarios y libres, son morales. Al ser morales deben adecuarse a los imperativos de la ley moral, al principio fundamental: “Debes hacer el bien y evitar el mal.”
2) La ética Kantiana. El puesto de la razón en la Ética. La actitud de Kant frente a la problemática metafísica es por cierto, algo ambigua en tanto afirma por un lado que no conocemos ni podemos conocer el absoluto (puesto que el conocimiento humano se limita a la experiencia) pero, al mismo tiempo, considera al hombre un ente dotado de razón, facultad de lo incondicionado, de manera tal que la metafísica es considerada una necesidad natural en el hombre. El hombre no puede ser indiferente a la problemática metafísica, y es por ello que siempre tomamos alguna posición al respecto. Kan busca resolver esta aparente contradicción, pero no el plano gnoseológico sino en el moral, en el campo de la razón práctica (es decir, la razón en tanto determina la acción del hombre) Si bien no podemos alcanzar el absoluto, sí tenemos acceso a algo que se le acerca. Este contacto de aproximación se da en la conciencia moral, o la conciencia del bien y del mal, lo justo y lo injusto, lo que debemos hacer y lo que no debemos hacer. La conciencia moral, es para Kant, la presencia de lo absoluto o al menos, parte del absoluto en el hombre. La conciencia moral manda de modo absoluto, ordena de modo incondicionado. El mandato de la conciencia no está condicionado por las circunstancias. El deber no supone conveniencias, satisfacciones o estrategias, es un fin en sí mismo. La conciencia moral es entonces, la conciencia de una exigencia absoluta que no se explica y que no tiene sentido alguno desde el punto de vista de los fenómenos de la naturaleza. En la naturaleza no hay deber sino tan sólo suceder.
Función y desarrollo de la Ética. La ética de Kant está recogida de un gran número de ensayos sobre temas políticos, históricos y religiosos. Sin embargo, las posiciones fundamentales se examinan a fondo en su obra maestra “La crítica de la razón pura” (1781). La cuestión central entorno a la cual dispone Kant su doctrina ética es la de ¿qué debo hacer? Kant intenta identificar las máximas o los principios fundamentales de acción que debemos adoptar. Su respuesta se formula sin referencia alguna a una concepción supuestamente objetiva del bien para el hombre, como las propuestas por las concepciones perfeccionistas asociadas a Platón, Aristóteles y a gran parte de la ética cristiana. Tampoco basa su posición en pretensión alguna sobre una concepción subjetiva del bien, los deseos, las preferencias o las creencias morales comúnmente compartidas que podamos tener, tal y como hacen los utilitaristas y comunitaristas. Al igual que en su metafísica, en su ética no introduce pretensión alguna sobre una realidad moral que vaya más allá de la experiencia ni otorga un peso real a las creencias reales. Rechaza tanto el marco realista como el teológico en que se habían formulado la teoría del derecho natural y la doctrina de la virtud, así como la apelación a un consenso contingente de sentimientos o creencias como el que definen muchos pensadores del siglo XVIII. La noción de deber moral. El deber refiere a que la buena voluntad, bajo ciertas limitaciones, no puede manifestarse por sí sola. 52
El hombre no es un ser puramente racional. Es también sensible. Kant observará que las acciones del hombre en parte están determinadas por la razón pero existen también en él inclinaciones como el amor, el odio, la simpatía, el orgullo, la avaricia, el placer, que también ejercen su influencia. Entonces, la buena voluntad se manifiesta en cierta tensión o lucha con estas inclinaciones, como una fuerza que parece oponerse. En la medida en que el conflicto se hace presente, la buena voluntad se llama deber. En el hombre, la ley moral suele estar en conflicto con sus deseos. Se formulan así tres tipos de actos relacionados con el deber moral: 1. Actos contrarios al deber: cuando se obra por inclinación o conveniencia. 2. Actos de acuerdo al deber y por inclinación mediata: cuando el deber coincide con la inclinación o conveniencia. Desde el punto de vista ético, es un acto neutro (ni bueno, ni malo). 3. Actos de acuerdo al deber y por inclinación inmediata: en este caso el deber también coincide con la inclinación. Para Kant también es un acto neutro. 4. Actos cumplidos por deber: cuando se procede conforme al deber, contrariando la inclinación. Este es el único caso en que Kant considera que se trata de un acto moralmente bueno. Conflictos de deberes. La exposición más detallada de Kant acerca del deber introduce determinadas distinciones tradicionales. Así, contrapone los deberes para con uno mismo y para con los demás y en cada uno de estos tipos distingue entre deberes perfectos e imperfectos. Los deberes perfectos son completos en el sentido de que valen para todos los agentes en todas sus acciones con otras personas. Además de abstenerse de prometer en falso, otros ejemplos de principios de deberes perfectos para con los demás son abstenerse de la coerción y la violencia. Kant deduce los principios de la obligación imperfecta introduciendo un supuesto adicional: supone que no sólo tenemos que tratar con una pluralidad de agentes racionales que comparten un mundo, sino que estos agentes no son autosuficientes, y por lo tanto son mutuamente vulnerables. Estos agentes – afirma- no podrían querer racionalmente que se adoptase de manera universal un principio de negarse a ayudar a los demás o de descuidar el desarrollo del propio potencial: como saben que no son autosuficientes, saben que querer un mundo así sería despojarse (irracionalmente) de medios indispensables al menos para algunos de sus propios fines. Sin embargo los principios de no dejar de ayudar a los necesitados o de desarrollar el potencial propio son principios de obligación menos completos (y por lo tanto imperfectos). Pues no podemos ayudar a todos los demás de todas las maneras necesarias, ni podemos desplegar todos los talentos posibles en nosotros. Por ello estas obligaciones son no sólo necesariamente selectivas sino también indeterminadas. Carecen de derechos como contrapartida y son la base de deberes imperfectos. Las implicaciones de esta formulación de los deberes se desarrollan de forma detallada en La metafísica de las costumbres, cuya primera parte trata acerca de los principios de justicia que son objeto de obligación perfecta y cuya segunda parte trata acerca de los principios de la virtud que son objeto de obligación imperfecta.
Bibliografía consultada “Temas de filosofía” Castro de Cabanillas. “Introducción a la filosofía” Arturo García Astrada. “Desventuras del conocimiento científico” Gregorio Klimosky “Teoría general de las leyes” Hans Kelsen
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