Resumen de Los Proverbios

Capítulo 11: El Orgullo deshonra, la sabiduría está con los humildes Cuando el malvado muere perece su esperanza, y la ilusión puesta en la riqueza se desvanece. La mujer agraciada honra a su marido, la que odia la justicia es objeto de deshonra, el justo se libra del peligro y su lugar lo ocupa el malvado. El fruto del justo es árbol de vida. El sabio cautiva vidas, predicando la Palabra del Señor gana almas para Dios. Capítulo 12: Amar el saber es amar la disciplina La mala esposa es como un cáncer en los huesos, la mujer ejemplar hace de su marido un rey. Cada uno recoge el fruto de lo que dice, y recibe el pago de lo que hace. El Señor aborrece a los mentirosos, pero mira con agrado a los que actúan con verdad. El que trabaja dormirá, porque obtendrá la riqueza necesaria para contratar a otros jornaleros que trabajen para él. El perezoso, en cambio, tendrá que ponerse al servicio de otros. El camino de los rencorosos lleva a la muerte. Capítulo 13: El perezoso desea y no consigue; el que trabaja prosperará En la Biblia, la luz y la lámpara son frecuentemente símbolos de vida. El orgulloso solo provoca peleas, la sabiduría está con los humildes. El necio hace gala de su necedad. Júntate con sabios y obtendrás sabiduría; júntate con necios y te echarás a perder. El pecador amasa fortunas que serán del justo. Capítulo 14: La mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba Caminar en rectitud es temer a Jehová; el que lo desprecia tuerce su conducta. El intrigante será odiado, el pecador fracasará en la vida. El temor de Jehová es manantial de vida. En el corazón del prudente reposa la sabiduría. Capítulo 15: La blanda respuesta quita la ira, más la palabra áspera hace subir el furor. La lengua apacible es árbol de vida; la lengua perversa hace daño al espíritu. La oración de los justos es el gozo del Señor. Los pensamientos humanos, que no son tan profundos, no pueden esconderse de la mirada divina. Corazón alegre, cara feliz. Corazón enfermo, semblante triste. El Señor es el defensor de la viuda, el Señor destruye al orgulloso, pero mantiene invariable la propiedad de la viuda. Jehová esta lejos de los impíos, pero atiende la oración de los justos. Capítulo 16: Los planes son del Hombre; la Palabra final la tiene el Señor Los orgullos no desean arrepentirse y, por eso, se niegan a si mismos la posibilidad de ser perdonados. La oposición de Dios contra el orgullo y la soberbia, es también un tema fundamental de la literatura profética. Honrando al Señor se aleja uno del mal. Pesas y medidas caen bajo el juicio del Señor. Al que bien administra bien le va; ¡feliz aquel que confía en la Palabra del Señor! Tener buen juicio, es tener una fuente de vida. El malvado es un horno de maldad, el perverso provoca peleas. Al hablar de las canas, se aluda a una larga vida, que es el premio de una conducta recta. Esto implica que el pelo encanecido es propio de un hombre experimentado y sabio. Capítulo 17: el oro y la plata el fuego los prueba; los pensamientos los prueba el Señor. El imprudente da fianza por su amigo y se hace responsable por él. El malvado acepta soborno en secreto, para torcer el curso de la justicia. Los ojos del necio vagan hasta el fin de la tierra. El necio tiene dinero que no le sirve para comprar y ojos que no atinan a encontrar lo que buscan. Multar al inocente no es bueno; azotar al hombre honorable es todavía peor.

Capítulo 18: El necio no tiene deseos de aprender; solo le importa presumir de lo que sabe, solo le importa descubrir su corazón. Descubrir el corazón, en este contexto, no significa ser sincero, sino ser presumido en el hablar. Tras el orgullo viene el fracaso; tras la humildad, la prosperidad. Un hermano ayudado por su hermano es más que una ciudad amurallada, es fuerte como un palacio. Algunas amistades se rompen fácilmente, pero hay amigos más fieles que un hermano. Capítulo 19: Mas vale ser pobre y honrado, que necio y calumniador. El testigo falso no quedará sin castigo; el mentiroso no saldrá bien librado, no escapará. El necio o insolente necesita ser castigado para aprender; al sabio, le basta con una reprensión verbal. Hijo mío, deja de atender a la reprensión, y te apartarás de los buenos consejos. Capítulo 20: Felices los hijos que dejó quien a vivido con rectitud y honradez. El Señor dirige los pasos del hombre, nadie conoce su propio destino. El Espíritu que Dios ha dado al hombre es luz que alumbra los mas profundo de su ser. Es peligroso que el hombre le prometa algo a Dios, y después reconsidere su promesa. Las cualidades de un buen gobierno son: autoridad con amor y veracidad. Capítulo 21: Practica la rectitud y la justicia, pues Dios prefiere eso a los sacrificios. Ojos altivos, mente orgullosa, la luz de los malvados es pecado. El justo observa como el malvado se arruina. El que busca ser recto y leal encuentra vida, honor y justicia. El justo da sin tacañerías. El testigo falso será destruido. El cabalo se alista para el día de la batalla; mas Jehová es el que da la victoria. Capítulo 22: El pobre y el rico tienen algo en común: a los dos los a creado el Señor. La humildad y la reverencia al Señor traen como premio riqueza, honores y vida. Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. El ojo misericordioso será bendito, porque dio de su pan al indigente. Presta toda tu atención a los dichos de los sabios; concéntrate en lo que te enseño. Hoy te los hago saber para que pongas tu confianza en el Señor. Capítulo 23: Dios es nuestro poderoso libertador, que sale en nuestra defensa, cuando trata de hacernos daño nuestros enemigos. No dejes de corregir al joven, porque si lo castigas con vara no morirá, por el contrario, si lo corriges lo libraras de la muerte. No seas de aquellos que se comprometen, ni los que salen por fiadores de dudas. No tenga tu corazón envidia de los pecadores, antes persevera en el Temor de Jehová todo el tiempo. Dame hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos. Capítulo 24: Con sabiduría se construye la casa, y con inteligencia se ponen sus cimientos. Come hijo mío, la dulce miel del panal; prueba lo delicioso que esta. A si de dulces te parecerán la sabiduría y el conocimiento; si los encuentras, tendrás un buen fin y tu esperanza jamás será destruida. El hijo que atiende y obedece la Palabra escapará de la destrucción. Dios es un juez imparcial e insobornable. No declares sin razón contra tu prójimo. Capítulo 25: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber; así harás que le arda la cara de vergüenza, y el Señor te lo pagará. Los impulsos fuera de control, son una debilidad, no una fuerza. Capítulo 26: En el mundo antiguo se creía que la maldiciones tenían un poder temible, pero si la maldición es injustificada, Dios no puede prestarle atención y por lo tanto carece de eficacia. A veces, la persona prudente pasa por tonta si se pone a litigar con un necio; otras veces es conveniente dar al necio una respuesta oportuna, para impedir que se crea sabio.

El perro vuelve a su vomito y el necio a su necedad. El perro era considerado un animal impuro para los judíos; ser comparado con este animal era uno de los peores insultos. El que se cree muy sabio piensa que ha llegado a la perfección del saber; por eso puede esperarse mas del necio que de él, ya que el necio puede al menos reconocer su ignorancia. Capítulo 27: No esta bien que te alabes tu mismo. Lo mismo es una mujer pendenciera que una gotera constante en tiempo de lluvia. Querer detenerla es querer detener el viento o retener el aceite en la mano. Mantente al tanto de tus ovejas, preocúpate por tus rebaños. Capítulo 28: Cuando el país anda mal, los gobernantes aumentan, pero el buen dirigente sabe mantener el orden. Los malvados no entienden nada de la justicia, pero los que recurren al Señor lo entienden todo. El que encubre sus pecados no prosperará; más el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. Feliz el hombre que honra siempre al Señor, pero el que endurece su corazón caerá en el mal; más el que confía en el Señor prosperará. El que da al pobre no tendrá pobreza, más el que aparta sus ojos tendrá muchas maldiciones. Capítulo 29: El fin del terco y el malvado es el mismo; la trampa del malvado son su propios pecados. Donde no hay dirección divina, no hay orden; ¡Feliz el pueblo que cumple la ley de Dios!, (instrucción, enseñanza). Corrige a tu hijo y te hará vivir tranquilo, y te dará muchas satisfacciones. El cómplice del ladrón es enemigo de sí mismo. El que confía en el Señor estará protegido. El miedo a los hombres es una trampa, pero el que confía en el Señor estará protegido. Capítulo 30: El salmista también reconoce su falta de entendimiento. El Señor protege a los que en Él confían, no añadas nada a lo que Él diga. El camino del hombre en la mujer; ésta expresión no se refiere a lo que el hombre hace para enamorar a la mujer, sino al misterio de matrimonio y la procreación.