Resumen de La Teoría de Darwin

February 26, 2018 | Author: canutox16 | Category: Charles Darwin, Evolution, On The Origin Of Species, Homology (Biology), Creationism
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Descripción: teoria evolucionista...

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Resumen de la Teoría de Darwin, el Origen de las Especies En 1859 se inicia el Evolucionismo cuando Darwin publica el libro “El Origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas preferidas en la lucha por la vida”. Este libro es el inicio de la teoría de la evolución por medio de la selección natural. Lo que significa que el medioambiente donde viven los seres vivos ofrece recursos limitados. Los organismos compiten por ellos y los que consigan adaptarse mejor al medio lograrán más recursos y se reproducirán más y mejor. Con su publicación, la teoría de la evolución produjo un gran impacto en la sociedad de su tiempo. La teoría de Darwin generó gran polémica en diversos ámbitos sociales. Su teoría propone un origen no sobrenatural de la vida y las especies, y considera que la especie humana está sometida a las mismas leyes que el resto de los animales , incluyendo la selección natural. Preguntas: ¿Cómo se originó la vida? ¿Es posible que desde que se inició la vida, en este lapso de tiempo, se formen estructuras complejas como el ADN? ¿Cómo es posible que se formen órganos complejos si la evolución es gradual, teniendo en cuenta que las estructuras intermedias no serían útiles?

Antecedentes de la Teoría de Darwin, el Origen de las Especies El 27 de diciembre de 1831 se inició un viaje alrededor del mundo, el del HMS Beagle, a bordo del cual iba un naturalista y geólogo llamado Charles R. Darwin (12 de febrero de 1809 – 19 de abril de 1882) con el objeto de estudiar la historia natural de los diferentes países que visitara.

Las observaciones realizadas en aquel viaje de cinco años de duración, la experimentación e investigación realizada con posterioridad sobre la transmutación de las especies, la lectura del ensayo sobre la población de Malthus (este afirmaba que si no se controlaba, la población humana crecería en progresión geométrica y pronto excedería los suministros de alimentos, dando lugar a la catástrofe de su propio nombre, la catástrofe de Malthus), le permitieron visualizar la lucha por la existencia que se da en todas partes. A partir de observaciones de los hábitos de animales y plantas, las variaciones favorables tenderían a ser preservadas, mientras que las desfavorables serían destruidas. El resultado de esto sería la formación de nuevas especies. Esta conexión de visiones le permitió concebir su teoría de la selección natural en 1838. Andaba Darwin por el año 1858 , si 20 años después, con sus investigaciones, sus dudas, algunos dirían que buscando el ultimo decimal que refrendara sus hipótesis, cuando un joven impetuoso e impaciente, como de sí mismo llegaría a decir, llamado Alfred Russel Wallace, le envió una carta, un manuscrito en la que, para su asombro, le esbozaba las mismas ideas. Esto debió suponer un acicate para Darwin, uno se le puede imaginar (… veintiún años dándole a la sesera y ahora llega este jovenzuelo…), aquí debieron de llegar las prisas de última hora. El 1 de julio de 1858, Darwin y Wallace presentaron de forma simultánea en la Sociedad Lineana de Londres sendos artículos sobre la teoría. Un año después, en 1859, Darwin publicó su gran libro, donde se recogían sus estudios , hipótesis, etc., la que sería su obra fundamental, “On the Origin of Species by Means of Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life” (El Origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas preferidas en la lucha por la vida), con este título uno se puede imaginar a los londinenses yendo a la librería a comprarla o en los cafés (.¿te has leído…); alguien con sentido común debió pensar que este título era demasiado largo (6ª edición) y que era más practico acortarlo a El Origen de las Epecies, y así es como la conocemos la mayoría del público, bueno el que la

conoce. En España no tuvimos que pasar por este sufrimiento ya que fue la sexta edición la que se tradujo al español en 1877.

Contenido de la Teoría de Darwin, el Origen de las Especies Charles Robert Darwin postuló que todas las especies de seres vivos han evolucionado con el tiempo a partir de un antepasado común, la teoría del origen común. Y la diversidad que se observa en la naturaleza se debe a las modificaciones acumuladas por la evolución a lo largo de las sucesivas generaciones mediante un proceso denominado selección natural. Una buena parte de la comunidad científica acepto esta visión de la evolución, dado que daba coherencia al conocimiento existente sobre el mundo vivo y las teorías sobre la evolución existentes con anterioridad. También por parte del público hubo aceptación en vida de Darwin, aunque se generaron grandes controversias en ambos ámbitos que llegan hasta hoy. El libro generó un debate científico, filosófico y religioso de primer orden. Acalorados debates que se

reflejaron en la prensa popular. Se tradujo a multitud de idiomas en los primeros años, lo que lo convirtió en un libro científico fundamental. En los años 1930 se presentó la tesis de la síntesis evolutiva moderna, la cual integra la teoría de la evolución por selección natural, la herencia mendeliana, la mutación genética aleatoria como fuente de variación y los modelos matemáticos de la genética de poblaciones. Aunque el tema del origen del hombre no está recogido en el libro del Origen de las especies, la mención de Darwin de que ayudaría a entender mejor la evolución de la especie humana, tuvo una reacción en el ámbito popular, en los periódicos y revistas de la época través de caricaturas y sátiras, solo superada por la publicación años antes de los Vestigios (Vestiges of the Natural History of Creation) de Robert Chambers publicado en 1844) donde ya se abordaba el parentesco entre el hombre y el mono. El vínculo genealógico entre el hombre y otros primates enfrentó a la comunidad científica. En 1871 Darwin publica El Origen del hombre.

Puntos Más Debiles de la Teoría de Darwin, el Origen de las Especies Se asume que los cambios o modificaciones genéticas son aleatorias. Se niega que la evolución tenga una fuerza impulsora real que permita la adptación de las especies al medio. Ni Darwin ni posteriormente se ha podido demostrar científicamente la aleatoriedad de los cambios en la información genética. Esto es un axioma para Darwin. Por ejemplo, no se sabe de dónde salen los genes que las bacterias incorporar a su genotipo para hacerse resistentes a los antibióticos. La teoría se basa en el método inductivo de la observación de determinados hechos. La generalización que efectúa debería cumplir los requisitos de consistencia y reproducibilidad. Pero los ejemplo que no cumplen la teoría implican la refutación de la misma: la selección natural no está provocando la aparición de los nuevos seres; los virus hacen cambios en el ADN de las células invadidas para reproducirse a sí mismos .... La teoría no explica saltos evolutivos. Lo resuelve argumentando cambios en la estructura básica del código genético a través de mutaciones. El cambio de procariotas a eucariotas pone de manifiesto una enorme discontinuidad evolutiva de la historia de la vida en la Tierra.

Teorías Modernas sobre la Evolución y Origen de las Especies Teoría de la Evolución Condicionada de la Vida (TGECV) considera la evolución se debe a un mecanismo interno de mejora que poseen los seres vivos y que se transmite a la descendencia. Pero cualquier teoría que suponga la existencia de un mecanismo interno de mejora de los seres vivos, supone cargarse literalmente la teoría de Darwin.

Consecuencias de la Teoría de Darwin, el Origen de las Especies En el marco religioso, las reacciones no fueron unívocas. Hoy sigue siendo la teoría de la evolución darwiniana un ámbito de discusión en parte de la comunidad cristiana, una parte de esta comunidad la rechaza al verla

incompatible con el relato de la Creación narrado en la Biblia, en el Libro de Génesis; mientras que otra parte, más liberal, la ha incorporado a sus creencias, incluso la ve compatible con el hecho de que exista un creador y toma la selección natural como un instrumento del diseño divino. En esta época se genera un gran debate, en el que cogen todos los extremos, desde quien piensa que con esta concepción de la evolución vamos a la brutalización de la raza humana, pasando por quien intenta reconciliar la evolución con la fe y hasta quien organiza un club para luchar por liberar a la ciencia de los dogmas religiosos. En definitiva un partido en el que se enfrentaron científicos, filósofos y teólogos, y que permitió crecer en el conocimiento y ampliar la visión sobre la historia natural. La teoría de Darwin no fue aceptada por la comunidad científica como explicación del proceso evolutivo hasta el primer tercio siglo XX. Actualmente constituye la base de la síntesis evolutiva moderna. Con sus modificaciones, los descubrimientos científicos de Darwin aún siguen siendo el acta fundacional de la biología como ciencia. La teoría de Darwin supuso una revolución del pensamiento, como lo fue la teoría planetaria de Nicolás Copérnico, como lo fue Sigmund Freud por su explicación de la psique o como Albert Einstein por su teoría de la relatividad. Cada cierto tiempo se producen estas sacudidas, estas revoluciones del pensamiento, que tanto influyen hasta en el más común de los mortales.

LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN DARWIN CHARLES LA SELECCIÓN NATURAL Inicio » Temas Científicos » La teoría de la Evolución Darwin Charles La Selección Natural

La evolución es el proceso por el que una especie cambia con el de las generaciones. Dado que se lleva a cabo de manera muy lenta han de sucederse muchas generaciones antes de que empiece a hacerse evidente alguna variación. Desde la antigüedad, el modo de originarse la vida y la aparición de la gran variedad de organismos conocidos, constituyó un misterio que, en menor o mayor medida, despertó curiosidad de los científicos. Sin embargo, las supersticiones, los prejuicios, los dogmas religiosos y las teorías que se aventuraban debido a la imposibilidad de probarlas con el nivel de conocimiento de aquellas épocas, hicieron que la cuestión quedara a menudo en el olvido o que, simplemente, se aceptara la imposibilidad de averiguar los orígenes. No fue hasta épocas relativamente recientes cuando el hombre pudo finalmente abordar esta cuestión con unos criterios fiables y unos conocimientos científicos suficientes para demostrar sus hipótesis. Es así como podemos afirmar, que antes del siglo XIX existieron diversas hipótesis que intentaban explicar justamente esta cuestión, “el origen de la vida sobre la Tierra”. Las teorías creacionistas que hacían referencia a un hecho puntual de la creación divina; y por otra parte, las teorías de la generación espontánea que defendían que la aparición de los vivos se producía de manera natural, a partir de la materia inerte. Una primera aportación científica sobre el tema es el trabajo de Oparin (1924), El origen de la vida sobre la Tierra, donde el bioquímico y biólogo ruso propone una explicación, vigente aún hoy, de la manera natural en que de la materia surgieron las primeras formas pre-biológicas y, posteriormente el resto de los seres vivos. En segundo aspecto de la generación espontánea de la vida tiene una respuesta convincente desde mediados del siglo XIX. Esto es así, gracias a Pasteur y fundamentalmente a Darwin quienes realizaron experimentos al respecto. Este último, naturalista británico realizó una obra de vital trascendencia (1859): El origen de las especies. La cual tiene por objetivo aportar una explicación científica sobre la evolución o denominada “descendencia con modificación” (término utilizado para explicar estos fenómenos).

Evolución de los pinzones de Darwin

Sin lugar a dudas que existieron importantes antecedentes del tema, aunque siempre se manifiesta el honor de haber realizado esta teoría de manera científica e inexorable, a Charles Darwin. No muy lejos, fue su abuelo –Erasmo Darwin- quien aportó las primeras muestras de interés científico por estos temas. No obstante, quien fue precursor de una corriente de pensamiento sobre el estudio de la evolución de los seres vivos, es Jean Baptiste de Monet, caballero de Lamarck (1744-1829).

Su tesis fundamental es la transmisión de los caracteres adquiridos como origen de la evolución (es decir, que las características que un individuo adquiere en su interacción con el medio se transmiten después a su descendencia); denominada este principio como Lamarckismo. La causa de las modificaciones de dichos caracteres se encuentra en el uso o no de los diversos

órganos, tesis que se resume en la siguiente frase: «La función crea el órgano». Lamarck resume sus ideas en Filosofía zoológica (1809), el primer trabajo científico donde se expone de manera clara y razonada una teoría sobre la evolución. Así, por ejemplo, los lamarckistas explicaban la aparición del cuello largo en las jirafas como un proceso paulatino de adaptación de un animal a ir comiendo hojas situadas cada vez más altas. Lo que supondría que sus hijos heredarían un cuello más largo aún. En lo que respecta al científico británico, Charles Darwin, viajando a bordo del Beagle, durante largos años (1831- 1836) recogió datos botánicos, zoológicos y geológicos que le permitieron establecer un conjunto de hipótesis que cuestionaban las ideas precedentes sobre la generación espontánea de la vida. La diversidad observada durante esos veinte años siguientes se intentó explicar de manera coherente mediante la formulación de los datos obtenidos. Una de las etapas que más influyó en el fue su paso por las islas Galápagos, donde encontró 14 subespecies distintas de pinzones, que se diferencian únicamente en la forma del pico. Es decir, que cada una de ellas, estaba adaptada a un tipo de alimentación y vivía en un hábitat diferente en las diversas islas. Sin embargo, en 1858, Darwin se vio obligado a presentar sus trabajos, cuando recibió el manuscrito de un joven naturalista, Alfred Russel Wallace (1823/1913), que había llegado de manera independiente a las mismas conclusiones que él, es decir, a la idea de la evolución por medio de la selección natural. La obra de Malthus sobre el crecimiento de la población, fue la base que habría tomado para sus estudios, tanto Darwin como Wallace. La misma establece que este factor (crecimiento de la población) tiende a ser muy elevado, la cual al disponibilidad de alimento y espacio son limitados lo mantendrá constantes, de aquí surge esta proposición de la idea de competencia. Ambos científicos de acuerdo a esta base argumental sustentan sus teorías estableciendo dos aspectos relevantes, dando por sentado que los seres vivos pueden presentar clones. Justamente la noción de competencia establecida anteriormente por Malthus y finalmente esta última idea, es lo que los lleva a establecer que estas variaciones pueden ser ventajosas o no en el marco de dicha competencia. Entonces la conquista por los recursos necesarios para la vida, dará como resultado una lucha que determinará una selección natural la cual favorecerá a los individuos con variaciones ventajosas y eliminará a los menos eficaces. Pese a ello, no todo es compartido por ambos, ya que existe un punto discordante entre ellos. Y es que esta idea de Darwin de selección natural expresada en su obra El origen del hombre (1871), nunca fue compartida por Wallace. Al respeto, Darwin argumenta que algunos caracteres son preservados sólo porque permiten a los machos mayor eficacia en relación con las hembras. Pero cabe decir, que ciento cincuenta años después, hay quienes aún lo veneran y quienes lo deploran, pero El Origen de las especies sigue aún ejerciendo una influencia extraordinaria.

Cuando Darwin regresó de su viaje por América del Sur y el Pacífico, era capaz de empezar a responder una pregunta muy sencilla que no parecía tener una respuesta fácil: ¿por qué las plantas y los animales cambian? El problema se le presentó al advertir que en América del Sur encontraba muchas especies que conocía, pero con algunas diferencias. Asimismo, en las Galápagos pudo clasificar dieciséis

especies de pinzones y se preguntó por qué un pájaro, que conocía de Europa, presentaba tal grado de variación. LA TEORÍA DE DARWIN Darwin parte de las ideas, del economista Thomas Malthus. Malthus postulaba que la población crece en forma geométrica y se preguntaba qué sucedería con el crecimiento de la población humana en un habitat cerrado, como por ejemplo una isla. La conclusión era que el crecimiento estaría limitado por la cantidad de alimento, que crece en proporción aritmética. Si la cantidad de alimento es restringida, debemos suponer que llegará un momento en que existirán más animales con necesidad de alimentarse que alimento disponible. Entonces, se producirá una competencia entre los individuos por el alimento, y algunos individuos resultarán vencedores y los otros morirán de hambre. De esta idea, Darwin concluye que sobrevivirán aquellos individuos con características más favorables, idea conocida como la “supervivencia del más apto”. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, a menudo, se registran variaciones, hecho que Darwin había observado en las Galápagos. Conectando este hecho con la idea de la supervivencia del más apto, se deduce que aquellos individuos que poseen las características más favorables compiten en mejores condiciones y, al cabo del tiempo, se produce la selección natural; es decir, los más aptos ocupan todo el habitat y los menos “adaptados” desaparecen. Desarrollo de la teoría de la evolución A finales del siglo XIX, el llamado neodarvinismo primitivo, que se basa en el principio de la selección natural como base de la evolución, encuentra en el biólogo alemán A. Weismann uno de sus principales exponentes. Esta hipótesis admite que las variaciones sobre las que actúa la selección se transmiten según las teorías de la herencia enunciadas por Mendel, elemento que no pudo ser resuelto Darwin, pues en su época aún no se conocían las ideas del religioso austríaco. Durante el siglo XX, desde 1930 a 1950, se desarrolla la teoría neodarwinista moderna o teoría sintética,: denominada así porque surge a partir de la fusión de tres disciplinas diferentes: la genética, la sistemática y la paleontología. La creación de esta corriente viene marcada por la aparición de tres obra. La primera, relativa a los aspectos genéticos de la herencia, es Genetics and the origin of species (1937). Su autor, T. H. Dobzhansky, plantea que las variaciones genéticas implicadas en la evolución son esencialmente mínimas y heredables, de acuerdo con las teorías de Mendel. El cambio que se introduce, y que coincide posteriormente con las aportaciones de otras disciplinas científicas, es a consideración de los seres vivos no como formas aisladas, sino como partícipes de una población. Esto implica entender los cambios como frecuencia génica de los alelos que determinan un carácter concreto. Si esta frecuencia es muy alta en lo que se refiere a la población, esto puede suponer la creación de una nueva especie.

Más adelante, E. Mayr desarrollará en sus obras Systematics and the origin of the species(1942) y Animal species evolution (1963) dos conceptos muy importantes: por un lado, el concepto biológico de especie; por otra parte, Mayr plantea que la variación geográfica y las condiciones ambientales pueden llevar a la formación de nuevas especies. De este modo, se pueden originar dos especies distintas como consecuencia del aislamiento geográfico, o lo que es lo mismo, dando lugar, cuando intentamos el cruzamiento de dos individuos de cada una de estas poblaciones, a un descendiente no fértil. Atendiendo a las condiciones ambientales, en consonancia con las ideas de Dobzhansky., la selección actuaría conservando los alelos mejor adaptados a estas condiciones y eliminando los menos adaptados. En 1944 el paleontólogo G. G. Simpson publica la tercera obra clave para poder comprender esta corriente de pensamiento: en Tempo and mode in evolutionestablece la unión entre la paleontología y la genética de poblaciones. Durante la segunda mitad del siglo XX se han planteado dos tendencias fundamentales, la denominada innovadora y el darvinismo conservador. La primera de ellas, cuyo máximo exponente es M. Kimura, propone una teoría llamada neutralista, que resta importancia al papel de la selección natural en la evolución, dejando paso al azar. Por su parte, el neodarvinismo conservador, representado por E. O. Wilson, R. Dawkins y R. L Trivers, queda sustentada en el concepto de «gen egoísta»; según esta hipótesis, todo ocurre en la evolución como si cada gen tuviera por finalidad propagarse en la población. Por tanto, la competición no se produce entre individuos, sino entre los aletos rivales. Así, los animales y las plantas serían simplemente estrategias de supervivencia para los genes. Pruebas de la evolución Son pruebas basadas en criterios de morfología y anatomía comparada. Los conceptos de homología y analogía adquieren especial relevancia para la comprensión de las pruebas anatómicas. Se entiende por estructuras homólogas aquellas que tienen un origen común pero no cumplen necesariamente una misma función; por el contrario, las estructuras que pueden cumplir una misión similar pero poseen origen diferente, serían análogas. De esta manera, las alas de los insectos y las aves serían estructuras análogas, mientras que las extremidades anteriores de los mamíferos, que presentan un mismo origen pero que llevan a cabo funciones diversas —locomotora, natatoria, etc.—, constituirían estructuras homólogas. En relación a las pruebas embriológicas, hay que distinguir entre ontogenia —las distintas fases del desarrollo embrionario— y filogenia, concepto que hace referencia a las distintas formas evolutivas por las que han pasado los antecesores de un individuo, es decir, su desarrollo evolutivo. En los vertebrados, cuanto más cerca de la fase inicial se sitúan los embriones, más parecidos son; posteriormente, se van diferenciando progresivamente cuanto más cerca de la fase de adulto terminal se encuentran.

Otra de las pruebas clásicas es el estudio de los fósiles. El análisis de los distintos estratos geológicos demuestra la presencia de fósiles de invertebrados en los más antiguos; gradualmente, van apareciendo en los más recientes peces primitivos, y, finalmente, los fósiles correspondientes a los mamíferos y las aves. EVIDENCIAS SOBRE ESTA TEORÍA: En El origen de las especies, Darwin decía: “No vemos ninguno de estos lentos cambios en el momento en que ocurren sino hasta que el transcurso del tiempo los ha marcado”. Muchas personas, tal como lo pensaba Darwin, suponen que todo ocurrió en un pasado distante, Los biólogos actuales, por su parte, sostienen que la evolución no solo es un fenómeno del pasado, sino que continúa hoy en día. Así, pueden citarse ejemplos del proceso evolutivo llevado a cabo en tiempos coitos, como los originados por la fuerte intervención producida por el hombre sobre el ambiente durante los siglos XIX y XX. Uno de los ejemplos más conocidos es el de la polilla del abedul, cuyo nombre científico es Biston betularía. Los bosques británicos, cuyos árboles en general están cubiertos de líquenes de color claro, son el habitat natural de estas polillas de hábitos nocturnos. Antes de la Revolución Industrial (mitad del siglo XIX), la mayor parte de la población de polillas era de color claro, con algunas motas oscuras. Debido a que las polillas descansaban durante el día sobre los troncos de los árboles, no eran vistas por las aves depredadoras. Sin embargo, entre la población de polillas, se podían encontrar algunos individuos mutantes de Color oscuro, que eran fácilmente detectados y devorados por las aves. Durante la Revolución Industrial, la floreciente industria británica comenzó a quemar grandes cantidades de carbón como combustible. Debido a la falta de control de la contaminación, el hollín se diseminó por los bosques, lo que provocó la muerte de los líquenes claros. De este modo, solo quedaron a la vista los troncos de los árboles, que se ennegrecieron por la contaminación. La polilla de color claro contrastaba con el color oscuro de los troncos y era fácilmente detectada por los depredadores, pero no así la oscura: estas últimas, que hasta ese momento habían sido escasas, sobrevivían y se reproducían, y pasaban esta característica a sus descendientes. Hacia el final del siglo XIX, el 98 % de las polillas en los alrededores de la ciudad de Manchester eran de color oscuro. Esta tendencia de las variedades de color oscuro de reemplazar a las de color claro es conocida como melanismo industrial. Pero es importante recordar que la coloración negra de las polillas no fue producida por la contaminación: la selección natural “trabaja” sobre variaciones que ya existen en las poblaciones. Las medidas adoptadas en la última mitad del siglo XX para el control de la contaminación han revertido esta situación, y en las poblaciones de Biston betularía de las islas británicas, los individuos de color claro han vuelto a ser mayoría.

Existen otros ejemplos que ponen de manifiesto en tiempos cortos el proceso evolutivo, tales como la resistencia de algunos insectos a los insecticidas o la resistencia de las bacterias a algunos antibióticos.

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