Resumen de La Obra El Arte Del Buen Vivir Arthur Schopenhauer
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Descripción: Resumen de un Capitulo de Parerga y Paralipomena...
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Resumen de la obra el arte del buen vivir Arthur Schopenhauer En la flosoía de Schopenhauer concibe la idea de elicidad como una meta inal inalca canz nzab able le para para los los ser seres huma humano nos s e incl inclus uso o el mism mismo o conc concep epto to de elicidad, aplicado a la vida humana, no es más que un euemismo euemismo dentro de la pers perspe pect ctiv iva a de su meta metaí ísi sica ca pesi pesimi mist sta. a. Incl Inclus usiv ive, e, al fnal fnal de su Eudemonología, declara: a defnici!n de una e"istencia eliz seria: una que, vista de una manera puramente ob#etiva o seg$n un razonamiento rio % maduro, seria seria decid decidida idame mente nte pree preerib rible le a la no e"ist e"istenc encia& ia& nos sentim sentimos os apegados por ella % por ella misma' pero no solo por temor a la muerte' % de esto se sigue, a su vez, que quisi(ramos que uese de durac duraci!n i!n infnit infnita. a. Si la vida vida human humana a corre correspo sponde nde al concep concepto to de seme#ante e"istencia es una pregunta a la que mi flosoía responde negativamente... sin embargo, presupone sin más su afrmaci!n )*rthur Schopenhauer, en El arte de ser feliz , + * partir de la convicci!n pesimista de que la vida de los seres humanos oscila entre el dolor % el tedio % que, en consecuencia, este mundo no es otra otra cosa cosa que un valle valle de lágrim lágrimas as,, Schope Schopenha nhauer uer se vale vale del ingen ingenio io humano % la prudencia practica para encontrar reglas de conducta % de vida que nos a%uden a evitar las penurias % golpes del destino, con la esperanza de que, si bien la elicidad absoluta es inalcanzable, podamos llegar a esa elicidad relativa que consiste en la ausencia de dolor.
«De lo que uno es» estaca el autor que lo primero que tenemos que tener conciencia es la valía de nuestra personalidad personalidad todo lo demás act$a indirectamente. indirectamente. -ara Schopenhauer lo que más aporta a la elicidad, tras lo cual el autor pasa a concretar qu( es lo que recae entre las cosas que uno es. Entre (stas, la primera % más importante, asegura, es tener alegría alegría de de espíritu, la cual nada tiene que ver con la posesi!n de riquezas riquezas % % sí mucho con la de una buena salud salud,, pues las nueve d(cimas partes de nuestra elicidad se undan solamente en la salud/.0 -or eso mismo, E"pr E"pres esa a Scho Schope penh nhau auer er:: es es la más más grav grave e locu locura ra sacr sacrif ifca carr la salud salud a cualquier otra cosa: riqueza, carrera, estudios, ama, por no hablar de la voluptuosidad % los goces ugitivos' más bien ha% que subordinarlo todo a ella/. a salud es condici!n sufciente de aquella alegría, la cual parece depender much mucho o del temperamento temperamento:: por por e#empl e#emplo, o, los melanc!licos melanc!licos tienden a verlo todo negro' seg$n sean las personas, tienen ma%or o menor receptividad
para lo agradable o lo desagradable, etc. . -or ello el autor recomienda a la preservaci!n de la salud el e#ercicio o movimiento. *unque suene parad!#ico se1ala que los hombres que han sobresalido en las ciencias siempre han tenido un espíritu melanc!lico. a belleza contribu%e indirectamente a la elicidad por la impresi!n que produce sobre los demás, sirviendo como una carta abierta de recomendaci!n, que nos gana los corazones de antemano/. 2efri(ndose como en todo el libro a los espíritus superiores, es decir a las personalidades cultivadas que opones a los indigentes de espíritu que atesoren este espíritu. -ara ello tendrán que separarse del grupo donde convivía o ormaba grupo para vivir separadamente: & %, si es un espíritu mu% superior, escogerá la soledad. -orque cuanto más posee en si mismo, un hombre, menos necesidad tiene del mundo e"terior % menos $tiles le pueden ser los demás./ a soledad es condici!n necesaria para el genio % conducente por ello a la insociabilidad. &.3ah cuando la calidad de la sociedad pueda sustituir a la cantidad merecerá la pena vivir en el gran mundo' pero cien necios puestos en mont!n no producen un genio/ os dos enemigos de la elicidad son el dolor % el tedio' la vida humana oscila entre uno % otro, pues cuando la necesidad % el dolor cesan, se presenta el aburrimiento. a capacidad de ale#arse de (ste depende de las uerzas intelectuales: en este sentido ha% personas que tienen un gran vacío interior, lo que les mueve a buscar con avidez estímulos e"ternos' a ello se opone la riqueza interior , espiritual, que, sin embargo, conlleva una ma%or sensibilidad para los dolores morales en general. 4 Esto se relaciona asimismo con la sociabilidad, pues 5uanto más tiene uno en sí mismo, tanto menos necesita de uera % tanto menos pueden, asimismo, ser los demás para (l. -or eso conduce la eminencia del espíritu a la insociabilidad./ En otro pasa#e Schopenhauer insiste en esta distinci!n, % escribe: a gente vulgar se preocupa tan s!lo de pasar el tiempo' quien tiene alg$n talento, en aprovecharlo/. *sí, las cabezas limitadas/ andan siempre pendientes de buscar, para escapar al tedio, motivos que les distraigan' recuerda para ello el e#emplo, de los #uegos de naipes. Seg$n este criterio, pues, es la riqueza interior la que a%uda más a la elicidad, % además está libre de los peligros de depender de lo e"terior: -ues de los demás, % en general del e"terior, en ning$n aspecto puede esperarse mucho. o que uno puede ser para otro tiene límites mu% estrechos: al fnal, cada uno se queda solo, % entonces todo depende de quién es ahora el que está solo./
6ras desarrollar un poco más esta idea, Schopenhauer, inspirándose en la afrmaci!n aristot(lica conorme a la cual el goce radica en la actividad de las uerzas, plantea una divisi!n de las tres uerzas fsiol!gicas undamentales % sus correspondientes goces: + los goces de la fuerza reproductiva/: comer, beber, digerir, reposar, dormir' + los de la irritabilidad /: via#es, baile, deporte, etc.' % + los de la sensibilidad /: contemplar, pensar, sentir, escribir poesía, esculpir, pintar, hacer m$sica, estudiar, leer, etc. -ara el ser humano, los más importantes son los terceros, pues son los que le distinguen de los animales: son los placeres espirituales.0 as $ltimas páginas del capítulo se consagran a reorzar todas estas $ltimas ideas, insistiendo sobre todo entre el contraste entre la vida de los inteligentes % la gente ordinaria. 5omo nota fnal, recuerda que en el 7 de Sobre el fundamento de la moral %a e"puso que la excelencia moral hace inmediatamente eliz/.0
Cap. . «De lo que uno tiene» e acuerdo con la divisi!n de Epicuro de las necesidades humanas )o los placeres+, las posesiones % el lu#o han de contarse entre las que no son ni naturales ni necesarias/. En eecto, el límite de la riqueza que se desea depende del horizonte de necesidades de cada cual % siempre es relativo. as aspiraciones dependen, pues, del horizonte de lo que se considera posible alcanzar, % la riqueza se aseme#a al agua salada: cuanto más se bebe, más sediento está uno. o mismo vale para la ama/. 0 a raz!n por la que los hombres desean siempre más dinero )incluso el poder se desea, seg$n Schopenhauer, por la riqueza a la que conduce+ es que es un -roteo inatigable/, que se convierte en cada ob#eto deseado en cada momento: S!lo el dinero es el bien absoluto: pues no provee meramente a una sola necesidad in concreto, sino a la necesidad en general, in abstracto./ *segura además que los que siempre tuvieron ortuna ella les es indierente en sus necesidades por que el dinero no siempre les alto mas lo tuvieron a su lado siempre, mientras que el que ha vivido en la pobreza esto le pareci! lo más natural. En este capítulo menciona a las mu#eres que tuvieron poco ortuna vieron siempre el corto plazo % derrocharon el dinero. 2ecomienda que las personas que tiene ortuna o la han heredado no les es menester desempe1arse en un traba#o porque tienen para vivir % prescindir del salario. Si el aortunado goza de bienes, debiera el dedicarlo a la ma%or de los menesteres es decir al estudio a la adquisici!n de conocimientos. -or el contrario quien tuviera ortuna % no la dedicase al conocimiento % solo al disrute de placeres hedonísticos no valdría la pena los ad#etivos le dedica el autor.
as siguientes páginas del capítulo se dedican a algunos conse#os % re8e"iones sobre el ahorro % una breve psicología del servilismo. 5omo nota fnal, Schopenhauer observa humorísticamente que en este capítulo no ha contado mu#er e hi#os como algo que uno tiene, pues más bien uno es tenido por ellos/.
Cap. «De lo que uno representa» Se trata en este capítulo de nuestra e"istencia en la opini!n de los demás/, la cual, a causa de alguna debilidad especial de nuestra naturaleza, se valora universalmente en e"ceso, aunque %a la menor re8e"i!n podría ense1arnos que en sí misma es inesencial para nuestra elicidad/.El #uicio de los demás nos aecta sobremanera, tanto cuando se trata de elogios como de críticas' Schopenhauer recomienda moderar en lo posible esa gran sensibilidad hacia la opini!n a#ena/ tanto en un caso como en el otro' si no, uno permanece esclavo de la opini!n % el parecer a#eno/. 9na correcta apreciaci!n del valor de lo que somos en % por nosotros mismos, rente a lo que somos a o#os de los demás, ha de contribuir, pues, a nuestra elicidad. es que quien atribu%e gran valor a la opini!n de los hombres, les hace demasiado honor/. o esencial, como se di#o en los capítulos previos, es la salud %, en segundo lugar, los medios para mantenernos' a estos bienes ha% que subordinar el valor del honor, la ama, etc. ;o obstante, si se persiguen empleos, títulos, condecoraciones % aun la riqueza, la ciencia % las artes, es principalmente con el fn de obtener ma%or respeto de los demás, lo cual, para Schopenhauer, viene a demostrar la magnitud de la necedad humana/. a preocupaci!n e"cesiva por el 3qu( dirán
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