Resumen. Consejos Al Médico Sobre El Tratamiento Psicoanalítico
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Descripción: Resumen de Freud: consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalitico....
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Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico Técnica que propone Freud, considerada como la más adecuada, la manera más acorde para tratar a neuróticos. a. La tarea más difícil es que el médico guarde en su memoria los nombres, fechas, detalles del recuerdo, ocurrencias y producciones patológicas que se presentan durante la cura, sin confundirlos con un material parecido de otros pacientes analizados antes o al mismo tiempo. Esto es sumamente difícil ya que se analizan muchos pacientes por día. La técnica más adecuada es simple y consiste en no querer fijarse en nada en particular y en prestar a todo cuanto uno escucha la “misma atención parejamente flotante”. Es ilícito, si en la selección uno sigue sus expectativas, corre el riesgo de no hallar nunca más de lo que ya sabe; y si se entrega a sus inclinaciones, con toda seguridad falseará la percepción posible. -Regla para el paciente: que refiera todo cuanto se le ocurra, sin crítica ni selección previa. -Regla para el terapeuta: debe dejar que cualquier injerencia consciente sobre su capacidad de fijarse, y abandonarse por entero a sus “memorias inconscientes”, “uno debe escuchar y no hacer caso de si se fija en algo”. b. Mientras uno toma apuntes, forzosamente practica una dañina selección en el material. Se pueden hacer excepciones solo con fines científicos (anotar fechas, textos de sueños o ciertos resultados dignos de nota). La forma más adecuada es “registrar por escrito de memoria al anochecer”, después de haber terminado el trabajo; y con respecto a los textos de sueños, se hace que el paciente los anote por escrito luego de relatarlos. c. Tomar notas en sesión es justificado por el designio de convertir el caso tratado, en tema de publicación científica. Pero generalmente son fatigosos para el lector y no consiguen sustituirle su presencia en el análisis. d. Es ideal que en el trabajo analítico haya una coincidencia de investigación y tratamiento, pero si el tratamiento de un caso no está cerrado, no es prudente elaborarlo científicamente. El éxito es mayor cuando uno procede en sesión como al azar sin una premisa clara –en comparación a los que de antemano destinan el tratamiento al empleo científico-. Para el analista, la conducta correcta será pasar de una actitud psíquica a otra al compás de sus necesidades, en no especular ni cavilar mientras analiza y en someter e material adquirido al trabajo sintético del pensar sólo después de concluido el análisis. e. Para el tratamiento psicoanalítico se debe tomar por modelo al cirujano: realiza la operación lo más acorde posible a la regla del arte, dejando de lado sus afectos y compasión humana. El médico tiene la ambición de tener un logro convincente para los demás, teniendo una disposición de ánimo desfavorable para el trabajo, exponiéndose indefenso a resistencias del paciente. La “frialdad de sentimiento” del analista es justificado para (1) el médico cuidando de su propia vida afectiva y para (2) el paciente dándole el máximo grado de socorro. f.
Todos los puntos anteriores pretenden crear la “regla analítica fundamental” instituida para el analizado. Médico debe ponerse en estado de valorizar todo cuanto se le comunique: debe volver al inconsciente emisor del enfermo su propio inconsciente como órgano receptor, “acomodarse al analizado como el auricular del teléfono se acomoda al micrófono”. Es necesario exigirle al médico que se someta a una purificación psicoanalítica, tornando noticia de sus propios complejos que pudieran perturbarlo para aprehender lo
que el analizado le ofrece. El “punto ciego” –cualquier represión no solucionada en el médico- en la percepción analítica. Por esto, todo el que pretenda llevar a cabo análisis en otros, debe someterse antes a un análisis con un experto. Las ventajas de esto es que no solo realizará uno en menos tiempo y con menor gasto afectivo su propósito de tomar noticia de lo escondido en la persona propia sino que el médico también obtendrá –vivenciándolas uno mismo- impresiones y convicciones que en vano buscaría en libros o conferencias. Entonces, quien sepa apreciar el elevado valor del conocimiento de sí adquirido con tal análisis, obtendrá mayor autogobierno, autoanálisis y podrá esperar siempre nuevos hallazgos dentro como fuera de él mismo. g. Si el médico le dejara ver al paciente sus propios defectos y conflictos anímicos, posibilitando ponerse en igualdad mediante comunicaciones sobre su vida hechas de confianza, uno abandonaría el terreno psicoanalítico y se aproximaría a los tratamientos de sugestión. El médico NO debe ser trasparente para el analizado sino como la luna de un espejo: mostrar sólo lo que le es mostrado. Freud establece que el método sugestivo no es el psicoanálisis correcto ya que no ayuda a descubrir el inconsciente del enfermo, lo inhabilita aún más. h. No se debe caer en la actividad pedagógica. Como médico, es preciso ser tolerante con las debilidades del enfermo, darse por contento si él ha recuperado un poco de la capacidad de producir y de gozar. i.
Paciente debe aprender que ni en virtud de una actividad mental como la reflexión, ni de un esfuerzo de atención y de voluntad, se resolverán los enigmas de la neurosis, sino sólo por la paciente obediencia de la regla psicoanalítica que ordena desconcertar la crítica a lo inconsciente y sus retoños. Por eso, no se debe recurrir con los pacientes a la lectura de escritos psicoanalíticos, se espera que lo aprendan de su propia persona y de esta forma averiguarán más cosas que si los leyesen de un libro. Si los pacientes leen bibliografía psicoanalítica, podrían caer en una hostilidad al tratamiento psicoanalítico, a tal extremo que no podrán siquiera iniciarlo. Respecto del tratamiento de los parientes del analista, Freud confía poco en este tratamiento individual.
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