Reseña Sobre Pavarini, Control y dominación

June 12, 2018 | Author: Manu Manuela | Category: Criminology, Felony, Punishments, Capitalism, Poverty
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Descripción: Reseña sobre el texto de Pavarini realizada para el seminario de Desafíos en la investigación de las agenci...

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Díaz, Manuela

Reseña de Pavarini, M.: Control y Dominación. Teorías criminológicas burguesas y proyecto hegemónico.. Primera parte. Capítulo 1. hegemónico Primeramente, vamos a hacer un breve resumen con la propuesta central del texto citado, para luego analizar más en profundidad algunos términos que tienen que ver con el desarrollo histórico del castigo y con el paso de la sociedad feudal a la capitalista. El ee central de este primer cap!tulo de "#ontrol y $ominación% está puesto en las nuevas estrategias de control y disciplina social que se llevaron adelante para garantizar la  paz y el orden en la transición del orden feudal al capitalista. Estas ideas fueron elaboradas y llevadas adelante por la escuela criminológica positivista, en esta etapa. Pavarini va a indicar que este esfuerzo no se trata &nicamente de controlar a la  población, sino también de educar a los proletarios en la conformidad de ser no propietarios en un nuevo modo de producción que diferencia taantemente a quienes poseen de quienes no. ' el gran desaf!o planteado para la clase dominante es e l de garantizar, al tiempo que se controla y disciplina, la libertad y autonom!as suficientes para que el mercado se autorregule. Para garantizar esto, se basan en el modelo contractualista, y enuncian que el  poder de castigar se entrega al "pr!ncipe% (con este término el autor se refiere al Estado)* lo &nico que no se cede por contrato es la propia vida, que es un bien más valioso que la paz social, y por eso no puede haber pena de muerte. Esto <imo es una gran diferencia con respecto a los modelos penales anteriores, y corresponde a una reforma penal y procesal p rocesal que se desarrolló ustamente para garantizar el funcionamiento del mercado capitalista. +ncluso, la disciplina social se va a dividir en dos grandes grupos de usuarios los pobres inocentes, que son contenidos por un cuerpo institucional de encierro de tipo asistencial (hospitales, manicomios, orfanatos, etc.) y los pobres culpables, que van a ser contenidos  por instituciones de encierro coactivo (penitenciar!a, -orhouses, etc.). Particularmente sobre las -orhouses, Pavarini explica su funcionamiento

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Díaz, Manuela -“[…] en estos lugares, ociosos, vagabundos, pequeños transgresores de la ley, etc., serán obligados al trabajo, un trabajo ciertamente más duro y más alienante que aquel que era posible encontrar en el mercado libre, para que el terror de acabar  internados obligase a la fuera de trabajo desocupada a aceptar las condiciones de empleo más intolerables.!- (Pavarini, /00/, p.11) En esta época, los criminólogos advierten la necesidad de definir al criminal como un enemigo de clase, como otro distinto* pero, al mismo tiempo, esto genera una contradicción con respecto a la premisa pregonada de una sociedad libre y entre iguales. #on respecto a este punto, la criminolog!a positivista de la época no va a poder resolver esta contradicción, sino que va a crear un corpus teórico muy heterogéneo. El autor de este cap!tulo aclara que el encierro no siempre fue el método de castigo  predilecto de las sociedades, sino que se pudo dar precisamente en este punto de transición hacia un tipo de sociedad espec!fico como es la capitalista. +ndica que, para esto, primero es necesario que se reconozca como com&n denominador de todas las formas de riqueza social al trabao humano requerido y medido en un determinado tiempo, es necesario el surgimiento del trabao asalariado. 2uego, si se priva a alguien de un quantum de libertad, se lo priva también de un quantum de tiempo, aquel tiempo que precisaba para generar riqueza. $e esta forma, observamos que la prisión priva de riqueza, pero también se impuso  porque tiene la capacidad de disciplinar a los desviados y obligarlos a conformarse* con esta pol!tica se pretende reintegrar a aquellos suetos que se ponen fuera del contrato social  por delinquir, pero esta reintegración ser!a siempre en condición de proletarios. 2a prisión, además, funciona como observatorio para la ciencia criminológica. Entre sus contradicciones e inconsistencias, encontramos que el o beto de estudio de la criminolog!a se limita &nicamente al sueto encerrado, equiparando de esta forma a los criminales con los presos, y sin tener en cuen ta el contexto pol!tico y cultural. 3 pesar de este equ!voco fundacional, la ciencia criminológica se va a presentar no sólo como observadora sino también como educadora, su obetivo en este sentido es educar al criminal  para que se conforme con su condición de proletario* y, además, sirve como saber práctico  para las pol!ticas de prevención y represión de la criminalidad. #on los novedosos métodos estad!sticos del momento, la relación entre la delincuencia y la miseria era innegable y, por

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Díaz, Manuela tanto, se genera un c!rculo vicioso desde lo teórico entre el proletario, que puede devenir  pobre, y a su vez este <imo puede devenir criminal* as! se le impone el atributo de  peligrosidad a la clase obrera. Es interesante analizar cómo, en una "sociedad de iguales% como la que plantea la nueva burgues!a capitalista, a las clases criminales se les otorgan atributos espec!ficos ligados a lo bestial, lo salvae, lo inhumano, lo inmaduro y degenerado. $e esta forma, al colocarlas en un plano discursivo distinto del resto de la sociedad humana, se les pueden aplicar otras reglas y reprimir o incluso eliminar fuera del derecho burgués y en contra de toda garant!a ur!dica. ' todo esto sólo por la necesidad de higiene social. 2a criminolog!a positivista toma a la delincuencia como un hecho natural que no tiene que ver con el contexto pol!tico o cultural. ', por eso mismo, considera que existe una resolución racional y cient!fica para ella. 4i un sueto está condicionado al delito, será necesaria entonces una operación de ingenier!a médico5social que lo lleve hacia el conformismo. $e esta forma, la represión se legitima como una acción que neutraliza a los suetos condicionados al delito, es decir, que son socialmente peligrosos* y no se los considera peligrosos por representar una alteridad ideológica o moral, sino por el hecho de ser irracionales. 2a represión es, en este marco, la acción racional que contrarresta al crimen irracional. ' al presentarse de esta forma racional y cient!fica, se comprende porqué el  positivismo criminológico toma tantos conceptos del vocabulario médico (el criminal es un enfermo, los estudios criminológicos son diagnósticos y la represión es la terapia). #omo conclusión de este cap!tulo, se puede decir que Pavarini nos muestra el  bagae teórico y el contexto pol!tico y social en el que surge el encierro como castigo. 2a  prisión es algo que tomamos como natural en nuestra sociedad, pero es necesario hacer el eercicio de reflexión y de genealog!a para poder entender a qué intereses responde y qué función tiene. ' en este sentido, podemos identificar algunos conceptos claves que ayudan a analizar este dispositivo punitivo tan particular. 2os conceptos trabaados en este escrito y tomados de la consigna propuesta son castigo, orden feudal6orden capitalista, escuela

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Díaz, Manuela clásica6escuela positiva, defensa social, disciplina, criminolog!a, paradigma etiológico, corrección6integración, cárcel, clases peligrosas6clases laboriosas. 4i bien muchos de estos conceptos aparecen en el resumen elaborado, en esta parte se analizan con mayor profundidad. Para ello, es necesario comenzar por la definición del castigo y su desarrollo. 4obre todo teniendo en cuenta el paso de la sociedad feudal a la capitalista, que es el momento analizado, observamos que el castigo cambia radicalmente. En las sociedades de tipo feudal, el castigo ten!a que ver con aplicar una pena que contrarrestara el crimen cometido en términos similares (en el caso de un robo se aplicaba una multa, en el caso de una infamia se horadaba el honor, en el caso de un asesinato se castigaba con la pena de muerte), y el encierro era utilizado &nicamente para retener a una  persona y que no se escapara antes de cumplir la pena, pero no como castigo en s!.  "“# esto, simplemente, porque la libertad no era considerada un valor cuya  privaci$n pudiese considerarse como un sufrimiento, como un mal!- (Pavarini, /00/, p.17) #on el paso a la sociedad capitalista, el castigo va a ir mutando hacia el encierro en -orhouses y luego en la penitenciar!a, consolidándose, como lo es hoy en d!a, en la pena más leg!tima y casi &nica de una sociedad para cualquier tipo de delito. #omo figura en el resumen del cap!tulo, Pavarini explica bien cómo es posible la ocurrencia de este tipo de  pena en la que se priva al delincuente de un quantum de su libertad y de su riqueza. En esta diferencia entre orden feudal y capitalista, también podemos distinguir dos escuelas criminológicas la clásica y la positivista. 8ientras la criminolog!a clásica plantea el castigo como devolución al delito en términos similares, la positivista va a renovar toda la cuestión penal y criminal con una reforma muy importante y va a traer también este nuevo castigo, que es la cárcel. 3demás, la escuela positivista trae consigo el obetivo de ordenar la sociedad y garantizar la paz y el orden social* tiene que tener en cuenta una sociedad considerablemente más numerosa en donde las desviaciones criminales entorpecen el funcionamiento del mercado capitalista. El positivismo criminológico se encuentra con la tarea de legitimar al capitalismo naciente y la división entre burgues!a y  proletariado, contemplando que la clase proletaria considere leg!timo y deseable ese orden.

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Díaz, Manuela En cuanto a la defensa social, el positivismo logró hacer aparecer a la represión y a la penalidad como defensa no de los intereses de la clase dominante, sino de la sociedad toda. ' este movimiento no lo logró poniendo al criminal como un sueto con intereses o valores distintos, sino haciéndolo ver como un irracional. 2a criminalidad, as!, es la irracionalidad peligrosa que hay que combatir y que puede da9ar al conunto de la sociedad. Para combatir la criminalidad, se recurre a la disciplina social. Esto es la educación de aquella parte que no se atenga a las reglas del capitalismo y a la división clasista que  propone el nuevo modelo. :anto los dispositivos asistenciales como los coactivos sirven  para disciplinar a un sector de la población excluido y mantenerlo siempre bao las normas del sistema. Por eemplo, a un criminal se lo encierra y se lo hace trabaar forzosamente en condiciones terribles para que, as!, prefiera las condiciones laborales del proletariado no encerrado y se adapte al rol que debe cumplir para garantizar la supervivencia del capitalismo y el dominio de la clase burguesa. En este sentido, vemos también que la ciencia criminológica hace una diferenciación entre aquellos pobres que no son aptos para el trabao (ni9os, ancianos, inválidos) y los encierra en instituciones asistenciales para que no puedan delinquir* y aquellos pobres válidos, que encerrándolos en instituciones coactivas, luego pueden servir como mano de obra disciplinada para el mercado laboral. 2uego de la ;evolución +ndustrial, la criminalidad de extendió a otros suetos y fue más abarcativa. 4i antes se hac!a una diferenciación entre los pobres buenos, que se adaptan al sistema y aceptan su rol social, y los pobres malos, que delinquen, con el nacimiento de distintas organizaciones en las fábricas esto se va a ver modificado, extendiendo el atributo de peligrosidad -“%a desigual distribuci$n de las riqueas no era ya un accidente que se pod&a e'orciar en la enunciaci$n fide&sta de que en una sociedad de iguales s$lo el m(rito  personal )ac&a a algunos *pocos+ ricos y a otros *muc)os+ pobres. %a miseria deb&a ser  aceptada a)ora como un )ec)o social. ero de este conocimiento obtenido, que sacud&a irremediablemente las antiguas seguridades, tomaban formas nuevos temores, nuevos miedos colectivos. i de un lado, en efecto, el desarrollo de la sociedad capitalista )ab&a creado definitivamente las nuevas clases laboriosas -e'propiadas de los medios de  producci$n y que aceptaban como natural la disciplina de fábrica-, por otra parte estas

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Díaz, Manuela mismas clases maduraban cada ve más una conciencia antag$nica, es decir una verdadera y precisa conciencia de clase respecto de los intereses del capital.!- (Pavarini, /00/, p.
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