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NOMBRE: DIANA XIMENA MACHUCA PÉREZ COD. 622326
MORLINO, Leonardo: Problemas y opciones de la Comparación; SARTORI, Gioviani: Comparación y Método Comparativo; COLLIER, David: El método Comparativo, dos décadas de Cambio. En, MORLINO, Leonardo y SARTORI, Gioviani. (Comp.) (1994) “La comparación en las Ciencias Sociales”. Traducción Juan Russo y Miguel Ángel Ruíz. Alianza editorial. Madrid pags 11 – 79
Los tres artículos enunciados anteriormente corresponden al contenido del libro La comparación en las Ciencias Sociales, el cual intenta abordar la lógica comparativa desde una perspectiva interdisciplinar y no sólo politológica, resolviendo los cuestionamientos esenciales que se plantean en el análisis comparativo: ¿Porqué Comparar?, ¿Qué comparar? , ¿Cómo comparar?, y todas las preguntas que desembocan de los anteriores interrogantes. En cuanto al aspecto interdisciplinar que trata el libro, sus autores señalan que su contenido está dirigido a cualquier estudioso o investigador de las ciencias sociales. En el primer texto referenciado, Morlino expone una breve introducción hacia la investigación comparada, desarrollando algunos puntos que deben considerarse en el diseño de investigación dentro del énfasis comparativo. Bajo este marco temático, el autor plantea la relevancia de considerar la comparación dentro de la investigación social en tanto ésta permite el alcance de objetivos y resultados importantes, sin considerarse un problema u obstáculo el nivel de generalidad del problema de investigación, las intenciones de los investigadores o los puntos de vista tomados (nacional-global). Expuesta esta precisa opinión sobre la relevancia de la comparación, Morlino continúa su apuesta metodológica, indicando que el tema transversal en su escrito considera el interrogante sobre el por qué comparar. En este sentido, el autor pretende examinar los problemas que necesita evaluar el investigador, las opciones que debe afrontar y los procedimientos a utilizar bajo un enfoque comparativo, usando las perspectivas de diferentes autores que ayuden de una mejor forma a la comprensión del lector. De la mano de la intención de Morlino sobre el por qué comparar desarrollando los diferentes estadios en el diseño de investigación comparativa, Sartori retoma ese mismo interrogante aunque con una preocupación diferente a la del primer autor. Si Morlino sustenta su argumentación en el presupuesto de la importancia de aplicar la comparación en las investigaciones sociales, Sartori encuentra necesario retomar ese debate sobre la importancia de la comparación volviendo a lo básico, es decir, a la misma definición de lo que significa comparar en la medida en que los enfoques comparativos han sido planteados de forma errónea lo que demuestra un avance para el enfoque que lamentablemente ha ocasionado su mismo detrimento. Finalmente partiendo de las definiciones y problemáticas abordadas tanta por Morlino como Sartori al igual que la literatura producido en las décadas de los sesenta y setenta, Collier va a valorar los desarrollos y las discusiones posteriores que han sido llevadas a cabo por los diferentes académicos sobre los análisis comparativos y su respectivo método, concentrándose principalmente en lo que expone Arend Lipjhart como punto de partida. En este sentido, el principal debate que va a encontrar Collier sobre el método comparativo y su posterior evolución metodológica, va centrarse precisamente en lo aportado por Lipjhart sobre el número de casos y el número de variables Siguiendo la preocupación sobre establecer el diseño de investigación desde una perspectiva comparativa, el primer punto de análisis que establece Morlino consiste en el problema de
investigación. Dentro de este punto se plantea una idea mayor: la elaboración del problema tiene una significativa relevancia en tanto que esta fase del diseño investigativo determina también qué método es el adecuado usar. Bajo este condicionamiento que subyace en el problema de investigación sobre el método usado, el autor afirma que no todo problema de investigación conduciría a un método comparativo, luego las preguntas que se formulen dentro de un problema establecido constituyen otro indicio para establecer que método usar. En este sentido los cuestionamientos que giren en torno a las instituciones, grupos y normas sociales, y sus diferentes interacciones, constituyen el espacio académico recurrente por los investigadores comparatistas. Un segundo punto que retoma el texto, después de abordar la definición del problema investigativo, es el aspecto conceptual que involucra, para el caso de la comparación, la correcta clasificación que determine qué es lo que se quiere estudiar. De ahí, Morlino expone las dos funciones de la clasificación que permitirá alcanzar el objetivo anterior. La primera de ellas consiste en utilizar la escala de abstracción que se retoma de Sartori, es decir, ir de conceptos, clases o hipótesis generales a las más particulares teniendo en cuenta la siguiente regla de transformación: “a mayor extensión o inclusividad corresponde menor intención o espacio de los atributos”1. La segunda función de la clasificación se refiere a la parametrización, es decir, la influencia de un factor explicativo sobre otro factor que se tiene la necesidad de explicar. Bajo la escala de abstracción y la parametrización se da lugar no sólo a las posibles hipótesis de la investigación, sino a la estructura del marco teórico. De ahí que el papel de la clasificación en última instancia contribuya a la mejor focalización de la investigación por medio de la construcción de hipótesis precisas. El determinar cuántos y cuáles casos deben abordarse en la investigación es el siguiente paso dentro de la fase del diseño de investigación. Para el desarrollo de este punto, Morlino retoma la propuesta de Lipjhart con respecto al número de casos: el aumento de los números de casos contribuye a una sólida y rigurosa explicación sobre el fenómeno analizado, en tanto se busca presentar el mayor número de variaciones que demuestren mayor validez a los resultados, tratando la lógica comparativa como una lógica estadística. Esta consideración tiene dos implicaciones: la primera es que a mayor número de casos mayor número de variables, lo que ha hecho que la recolección de datos se torne difícil; y segundo, el número de casos también influye en el tipo de comparación, es decir, una investigación que tome pocos casos es predominantemente cualitativa, mientras que la abundancia de casos corresponde a un enfoque más cuantitativo. Finalmente con respecto a cuáles casos elegir, debe retomarse una vez más el problema de investigación, considerando tanto los factores comunes como los diferentes en cada caso a elegir. En este punto sobre el desarrollo del espacio (número de casos) en la investigación bajo un enfoque comparativo, hay un aporte más profundo que analiza Collier, la justificación del N pequeño. Si bien Lipjhart procede hacia el aumento de casos que representen la sofisticación de la investigación, un paso intermedio hacia este objetivo es precisamente la selección de pocos casos, sobre todo presentándolo como una solución al problema de recursos. Sin embargo, el desarrollo de posteriores trabajos han sostenido que la falta de recursos, que se argumentaba como la justificación del N pequeño en la década de los setenta no es suficiente ni válida afirmar; trabajar con pocos casos tiene una razón más metodológica, y se encuentra relacionada con el control de la 1
MORLINO, Leonardo: Problemas y opciones de la Comparación. En, MORLINO, Leonardo y SARTORI, Gioviani. (Editores) (1994) “La comparación en las Ciencias Sociales”. Traducción Juan Russo y Miguel Ángel Ruíz. Alianza editorial. Madrid P. 17
hipótesis y de la dificultad de abordar problemáticas aún más complejas que las de décadas anteriores, lo cual evidentemente limita los trabajos hacia escasos casos. Por otro lado, Collier retoma el argumento de Sartori con respecto al alargamiento de los conceptos, otro aspecto que debe considerarse para justificar el N pequeño. Para comprender la figura que presenta Sartori, es necesario contextualizar un poco el argumento. Como se mencionaba más atrás, Sartori tiene una fuerte preocupación sobre el desarrollo que ha tenido académicamente el método comparativo, pues se han incurrido en errores y en ignorar aspectos importantes -como qué es comparar-, que han contribuido a deslegitimar éste método. Dentro de esta exposición, Sartori utiliza una especie de metáfora que el menciona con el término perro-gato, determinando la grave falta que en la comparación se comete con respecto al parroquialismo, la incorrecta clasificación, el gradualismo, y el tema que interesa por el momento, el alargamiento de conceptos. Éste último se refiere a la generalización excesiva de algunos conceptos y su indebido uso en la comparación, que termina con un nivel de abstracción tan elevado que difícilmente puede realizarse una buena tarea de clasificación. Sartori menciona el ejemplo de constitución o de ideología, conceptos que terminan siendo tan generales, que categorizar casos dentro de ellos puede no significar mayor cosa. En este sentido, el mayor número de casos precisamente puede incurrir en el alargamiento de conceptos, en la medida que se quiere buscar categorías demasiado amplias que cobijen a elevado número de casos. Continuando con la exposición de Morlino, el siguiente punto que interesa a la investigación comparativa se desarrolla en el tiempo. Para considerar el tiempo en el enfoque comparativo se pueden tomar dos direcciones: la comparación sincrónica: el análisis de diferentes casos en un mismo período de tiempo; o la comparación diacrónica: analizar el mismo caso en momentos diferentes o estudiar diferentes casos en momentos diferentes. No obstante, debe considerarse que las comparaciones más complejas han apelado hacia el desarrollo de un periodo largo donde se desarrolle un fenómeno estudiado y se aborden casos diferentes. La obtención de variables es un siguiente paso que Morlino desarrolla a partir de lo presentado en Collier sobre el problema de muchas variables y N pequeño. Si bien se veía en el tema del espacio que la justificación del N pequeño era válida, aún sigue prevaleciendo la recomendación de Lipjhart sobre aumentar el número de casos. Sin embargo esta recomendación ha dejado que la investigación estadística correspondiente a un amplio número de casos sea la predominante, careciendo estos estudios de precisas hipótesis, y una fuerte estructura teórica. Por otro lado, la elevada cantidad de variables también puede presentarse como un obstáculo para el investigador. En este sentido Collier propone que la reducción del número de variables es efectiva en la medida en que la investigación se oriente hacia una teoría más fuerte que pueda disminuir los factores explicativos. Una teoría fuerte puede ser la alternativa hacia el primer caso que se presentaba sobre la inconsistente combinación entre el aumento de casos y la aplicación modelos estadísticos inadecuados. Por último, Morlino expone la importancia del control dentro del método comparativo. Aunque no enfatiza realmente, sería bueno abordar los aportes de Sartori en este asunto. El control es eje central del método comparativo. La comparación derivada del control permite precisamente controlar la hipótesis por medio de diferentes procedimientos que sostenía Morlino a propósito de la clasificación, parametrización y la derivación de los factores explicativos. Sin embargo, por más que la comparación se distinga como método de control, para Sartori los diferentes trabajos y académicos que han trabajado sobre el tema, no emplean el control como asunto de la comparación. El desuso del control en la comparación es problemático, en la medida en que se
vuelve un asunto holístico en las ciencias sociales, y como tiende a ser tan general y aplicable, pierde su particularidad como método. Principalmente ese desuso del control se ha dado en tanto el término tiene una connotación fisicalista, es decir, si se habla de control, se puede caer en el error de controlar leyes universales que no son aplicables a las ciencias sociales. No obstante, Sartori resuelve el dilema insistiendo que las generalizaciones en las ciencias sociales no son equivalentes a las de la física, simplemente son leyes de tendencia y, en este sentido, aunque haya motivos diversos que conducen hacia la comparación, en última instancia usarla implica querer controlar algo, querer saber que tan aplicable, válido o falso es una generalización dada. Encontrar excepcionalidades a las reglas y hasta qué momento son sostenibles es un punto importante para Sartori que concretiza su apuesta por la comparación como método de control. Siguiendo con el argumento de Sartori, su otra preocupación reside en el qué comparar. El autor comienza explorando que hay una tendencia a confundir el método comparativo como una particularidad del método científico, al igual que se tiende a difuminar con respecto a otros métodos como el experimental, estadístico e histórico. En este sentido, con el fin de dar especificidad a la comparación, Sartori expone: “comparar implica asimilar y diferenciar en los límites. Si dos entidades son iguales en todo, es como si fuesen la misma entidad. A la inversa, si dos entidades son diferentes en todo, aquí es inútil compararlas. Las comparaciones que sensatamente nos interesan se llevan a cabo entre entidades que poseen atributos compartidos y no compartidos.”2 De ahí, que la comparación como el establecimiento de ciertos límites debe considerar que antes de averiguar si dos cosas son comparables, debe apelarse por preguntar comparables en ¿cuáles aspectos? Resolviendo la pregunta sobre el qué, Sartori enfatiza que dependiendo de las intenciones y objetivos del trabajo, el investigador puede decidir que situaciones examinar: si las de diferencias o por el contrario las de semejanza. En la primera de ellas el investigador puede relacionar casos que difieran en la mayoría de aspectos, mientras que en la segunda, el investigador debe diseñar una investigación que elija los casos más parecidos o similares. La articulación de los tres textos referenciados permite constituir un primer panorama ante la investigación comparada y la importancia de la comparación en sí misma, a partir de diversas definiciones, recomendaciones, debates y discusiones planteadas en torno al tema. Examinando cada texto individualmente, puede inferirse cuestiones un poco diferentes. Para el caso de Morlino, su interés en presentar una breve introducción hacia los elementos básicos de la investigación comparativa dan luces hacia la importancia de ésta en el área de las ciencias sociales, mientras para Sartori, la redefinición de la comparación y de lo que no significa comparar, al igual que los errores comunes en los que se cae al incurrir en este método orientan al lector hacia una idea un poco más clara sobre el Por qué, Cómo y Qué se compara. Finalmente retomando algunos debates que se propusieron sutilmente en los textos de Morlino y Sartori, Collier termina esa larga introducción a los estudios de la política comparativa con algunas discusiones enfocadas en el número de variables y en los problemas y justificaciones presentes en el uso de pocos casos, resultando de esos una gran importancia hacia la teoría muy bien estructurada y hacia el proceso conceptual de clasificación que debe ser adecuada para cada trabajo que requiera un enfoque comparativo. 2
SARTORI, Gioviani: Comparación y Método Comparativo En, MORLINO, Leonardo y SARTORI, Gioviani. (Editores) (1994) “La comparación en las Ciencias Sociales”. Traducción Juan Russo y Miguel Ángel Ruíz. Alianza editorial. Madrid P. 35
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