Mawlana Sheikh Nazim Prácticas Espirituales Sufís Mini Prologo Este es un relato que se asemeja a un cuento por por su forma forma y ha sido narrado dentro la Orden Sufi Naqshbandi desde hace 1400 años. El suceso que se narra aquí es verídico y el lector occidental deberá preparar preparar su atención más fina. fina. Esta historia ha sido narrada por Mawlana Shaik Nazim. Los murids de Mawlana Sheikh han compilado sus charlas en un libro. Al Al final final del relato encontrareis más información. Aquellas Aquellas personas personas que se encuentren atraídas o se sientan identificadas pueden pueden buscar la fuente fuente de este relato y acercarse a una tariqat Naqshbandi.
Pureza de Corazón Una vez el Profeta Muhammad estaba sentado con sus Compañeros, cuando viendo desde lejos a un hombre aproximándose, él dijo: "Oh mis Compañeros, si quieren contemplar a uno de los habitantes del Paraíso, miren a ese hombre que ahora se está aproximando". El hombre enseguida llegó y tomó su lugar entre la congregación. Al día siguiente, y aún el día próximo a ese, el Profeta dio a sus Compañeros las buenas nuevas de la felicidad eterna de ese hombre (sin decirle nada a él). A menudo he oído a la gente pretendiendo poseer corazones puros. Especialmente la gente que rechaza la religión y las prácticas místicas aman hacer tales afirmaciones. Nosotros no formulamos tales afirmaciones, pero creemos que nuestro camino es el Camino de la Purificación, y que nuestros esfuerzos deben ponernos en la dirección correcta. Quien piense en sí mismo como una persona de corazón puro debe prestar atención a este relato y reexaminar su afirmación teniéndolo en cuenta. Este relato ha llegado a nuestra época a través de Abdullah, el hijo de Umar, el segundo Califa del Islam.
Cuando Abdullah escuchó al Profeta alabar a esa persona tres veces, él decidió seguirlo hasta su casa y buscar sus bendiciones y conocimiento sobre los medios precisos que lo condujeron a alcanzar a tal elevada Estación de Perfección en esta vida. Cuando Abdullah llegó a la casa del hombre, golpeó su puerta y fue bienvenido. El hombre le preguntó: "¿Puedo saber el motivo de su visita?". Entonces, Ibn Umar le relató lo que el Sagrado Profeta había dicho acerca de él cada uno de los tres días anteriores. El hombre dijo: "Ya lo sé". Abdullah Ibn Umar continuó: "Oh mi hermano, también me gustaría ser una de esas personas afortunadas que tienen asegurado un lugar en el Paraíso, mientras todavía están viviendo en este inundo.
¿Qué has hecho exactamente para lograr tea distinción en la Divina Presencia?
¿A qué clase de austeridades ascéticas te has sometido? ¿Qué clase de actos de devoción superrogatoria has realizado?". A esto, el hombre respondió: "Oh Abdullah, yo no profeso más que tú ni otra persona. Me han sido dadas esas buenas nuevas no corlo un resultado de mis devociones, ni de mi austeridad, He, sin embargo, tres atributos que he cultivado y que yo valoro mucho, como alguien apreciaría tener raras perlas en su posesión. Primero de todo, cada noche cuando me acuesto antes de dormir le digo a mi Señor: 'Oh mi Señor, si alguno de Tus servidores me ha herido hoy, con su mano o con su lengua, yo lo he perdonado con perdón completo, y nunca levantaré una queja contra él a nadie, ni a Ti, ni hoy, ni en el Día del Juicio. Tú eres mi Testigo de que los he perdonado a todos: ahora y siempre, aquí y en el más allá". Yo debo preguntar a toda la gente que alega ser pura de corazón: ¿Podéis perdonar de este modo? ¿O corréis al juzgado juzgado por seis peniques, respondiendo por una simple palabra de abuso con una lluvia?. Cuando os abofetean ¿ponéis la otra mejilla, o respondéis con diez golpes? ¿Guardáis rencor por mucho
tiempo? Si reaccionáis de esta manera ante la provocación, debéis saber que estáis cultivando suciedad y enfermedad, no la pureza. No guardéis rencor, porque sus frutos son odio y enemistad. Entonces: ¿dónde está vuestra pureza?. Entonces, Abdullah Ibn Umar dijo: "Hmmm... ese es un atributo muy difícil para imitar. Dime el segundo atributo, quizás ese sea más fácil". El hombre dijo: "Mira, si me fueran dados todo el mundo y sus tesoros, y si la gente fuera a obedecerme, diciendo: “Te hacemos nuestro rey y ponemos ponemos un inmenso tesoro real a tu disposición. Por favor, toma tu lugar ahora en el trono imperial y ordénanos hacer lo que tú quieras, tu deseo es nuestra orden”.
Yo no estaría feliz ni complacido en absoluto.
Y, ¿cuál es el signo de que realmente me siento así? Ese es el tercer atributo, y confirma el segundo, es la prueba de que no me importan la riqueza ni el poder. Así, si esa misma gente viniese al día siguiente, abusaran de mí y me patearan fuera del trono, diciendo: “¡Vete!. No aceptamos a un rey tan tonto que ni si quiera está feliz feliz siendo al ser coronado rey, ni complacido de tener absoluta soberanía sobre todo el mundo, ni con una vasta riqueza y tesoros”.
Yo no estaría apenado de ninguna Manera, sino grandemente aliviado". ¿Son estos atributos tan fáciles de alcanzar que todos deberían estar afirmando tener pureza de corazón? Si alguien nos diera una casa común ‐olvidaos de los palacios‐ estaríamos felices y, ciertamente, si ellos volviesen al día siguiente y la reclamaran de vuelta, nos sentiríamos apenados. Entonces, ¿qué si tuviéramos a todo el mundo cl nuestras órdenes? Tal renunciación es un signo de que la cima de la Fe ha sido alcanzada. El Señor ha declarado: "Este mundo tiene menos valor para para mí que el ala de un mosquito".
Este hombre había alcanzado la certeza de esto, había llevado esta sabiduría al corazón y dejó de codiciar este mundo. El verdadero creyente dirá:
"¡Oh mi Señor!, tanto como el mundo material importe a Tu mirada, déjalo estar en la mía"
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