Reforma y Crecimiento en La Argentina

June 10, 2021 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Trabajo Práctico de Macroeconomía. Alumno: Agop Karagoz.

Registro: 860070

“Reforma y crecimiento en la Argentina” de Felipe A. M. de la Balze.

Reforma y crecimiento en la Argentina. Felipe A. M. de la Balze.

“La Argentina ha sido, y seguramente seguirá siendo, un país de grandes contrastes, de éxitos sorprendentes y de fracasos estrepitosos.”. De esta manera comenzó el autor su escrito, en donde prácticamente se resume la historia cíclica de la Argentina. Durante la segunda mitad del siglo XIX con las reformas institucionales se sientan las bases para organizar la economía a nivel nacional e internacional a partir de un modelo agroexportador la Argentina logra incorporarse al mercado global logrando una relación privilegiada con Gran Bretaña y también con el resto de Europa. Este desarrollo económico logrado permitió a la Argentina ubicarse entre los países más desarrollados del mundo (dentro de los 15 primeros en la Pre Segunda Guerra Mundial) lo que aseguraba, en un principio, un futuro promisorio para la nación. Sin embargo el modelo económico adoptado por nuestro país en la posguerra generó una economía rígida, de poco movimiento, incapaz de incorporar tecnología con rapidez y de reasignar los factores de producción a las actividades más productivas. Básicamente la crisis económica está relacionada con la crisis del Estado, que en las últimas décadas previas a la Segunda Guerra Mundial el Estado Argentino perdió gran parte de su autoridad y legitimidad, en donde “Quienes ocupan el Estado se consideran sus dueños” lo que se denominó “Estado Patrimonial”. Se debe considerar que el desarrollo económico es el proceso a través del cual una sociedad aumenta la cantidad de bienes y servicios que produce, lo cual se logra a través de un incremento de los recursos productivos y/o una mejoría en la eficiencia de los recursos utilizados en la producción de bienes y servicios, sin embargo, en nuestro país las rentas se originaron no en el trabajo productivo o en la innovación empresaria sino en actividades especulativas o relacionadas con privilegios a través del Estado. En el caso de un “país seguidor” la inversión en el capital humano y en el nivel de educación es un factor fundamental para que el país logre estar en el “lote de los países avanzados” ya que la teoría de la “convergencia” establece que los países seguidores podrán adquirir, con un proceso de acumulación de capital, tecnologías modernas de los países avanzados sin necesidad de invertir en el desarrollo de dichas tecnologías. Gracias a esto sus niveles de productividad lograrán aproximarse al de los países más avanzados.

Cabe destacar que la “organización económica” hace referencia al marco institucional en el cual opera la economía y a través del cual se canalizan las inversiones y se toman las decisiones en cuanto a la asignación y administración de recursos por lo que afecta significativamente al bienestar de la sociedad de un país, ya que un gobierno generalmente se concentra en la provisión de bienes públicos como la justicia, seguridad, defensa, etc) por lo que dicho bienestar dependerá del funcionamiento del Estado y de las consecuencias de su calidad y capacidad organizativa de cada caso en particular. Esto nos permite deducir que los incrementos en la cantidad y calidad del capital físico y humano, junto con la innovación tecnológica, el tamaño del mercado y la calidad de la organización económica están profundamente relacionados y contribuyen a determinar el potencial de crecimiento de una sociedad. En las naciones económicamente más avanzadas la agricultura pierde importancia y su participación cae por debajo del 10% del PBI, mientras que el sector manufacurero crece rápidamente y participa entre el 20% y el 30% del PBI, mientras que en el sector servicios ocupa mínimo el 60% del PBI incluyendo los servicios de salud, educación, esparcimiento y la provisión de bienes y servicios públicos por parte del gobierno (en la Argentina la producción manufacturera en 1913 P/cápita era de un 15% superior a la de Italia y de un 50% a la de España). Durante la posguerra varios países en vías de desarrollo crearon una estrategia de desarrollo con el fin de subsistir de las importaciones pensando que el proteccionismo industrial aumentaría la estructura productiva y elevaría los niveles de productividad y reduciría la dependencia externa, sin embargo este modelo de “desarrollo hacia adentro” generaba una economía bajo crecimiento y con un sector industrial de altos costos y un sector rural debilitado por un fuerte sesgo anti exportación y un extremado intervencionismo estatal, básicamente lo opuesto a los países como Japón y los cuatro tigres asiáticos , que sin amplios recursos naturales, incrementaron su crecimiento en base a su excesiva mano de obra (permite salarios bajos) junto con la importación de nuevas tecnologías logrando así mayor productividad y producción y junto con sus políticas de orientación pro exportadora y que promovieron una fuerte competencia interna que generó un incremento en la rentabilidad del capital físico y de los recursos humanos. El “Crecimiento sostenido” dependerá de la capacidad de responder a dos desafíos: primero deberá preservar políticas que favorezcan a la acumulación del capital físico y humano conjuntamente con una organización económica que permita el uso eficiente de los recursos, segundo, deberán responder con éxito a ciertos desafíos políticos institucionales. Los Politicos deben aplicar políticas económicas racionales y no demagógicas las cuales ofrecen réditos a corto plazo pero que retrasan a los mecanismos que promueven el crecimiento económico en el largo plazo, a su vez, deberán negociar y resolver los conflictos sociales y políticos que caracterizan a todas las sociedades sin poner en peligro los engranajes fundamentales que permiten y facilitan la acumulación del capital.

Los Empresarios deben estar preparados para funcionar en un entorno económico competitivo, a pesar de que en un principio pueda llegar a resultar desfavorable tener tanta competencia entre ellos, sin embargo deben valorar la inserción de la económica local en la economía internacional. Por último la clase empresaria deberá confiar en el marco institucional y político con el fin de poder hacer valor sus contratos y derechos de propiedad. El Estado debe intervenir para promover la competencia y la innovación e implementar políticas sociales compensadoras que favorezcan la reasignación de los recursos hacia las actividades más productivas y simultáneamente minimicen los costos sociales que genera el crecimiento económico. “El Estado debe ser percibido por la mayoría de la población como un organismo que favorece el interés general del país y no como el instrumento de acción de intereses particulares.” El crecimiento sostenido depende en el largo plazo del equilibrio entre inversión y consumo, entre la productividad, la rentabilidad y los salarios. La economía Argentina entre los años 1870 y 1989 se caracterizan por tres grandes etapas: 1.- “Crecimiento y convergencia” (1870 a 1938) 2.- “Retraso relativo” (1940 a 1973) 3.- “Estancamiento” (1973 a 1989)

“Crecimiento y convergencia” (1870 a 1938): En este período la Argentina ocupaba los primeros lugares del mundo en relación al PBI per cápita, lo cual no llama la atención debido a que nuestro país poseía una escaza población y una amplia disponibilidad y abundancia de recursos naturales. El desarrollo industrial hasta la primera guerra mundial fue modesto salvo en los sectores agroindustriales orientados a la exportación, como fueron los frigoríficos, los molinos y también las industrias metalúrgicas. El constante aumento de la población, impulsado por las fuertes corrientes inmigratorias, fue creando un mercado de consumo interno importante que dio origen al establecimiento de empresas manufactureras de artículos alimenticios, indumentaria y artículos perecederos. Durante la primera guerra mundial el crecimiento se estanco, debido a que la economía Argentina estaba ligada fuertemente con el comercio exterior de las potencias europeas beligrantes, lo que bajaron muchos las exportaciones, sin embargo, la guerra al restringir las importaciones de una variedad de productos le dio un impulso significativo a la industria textil, a la química y a la

metalúrgica, esto produjo que entre los años ´19 y ´29 la economía Argentina creciera hacia una tasa anual promedio del 6,8% lo que fue un record internacional para la economía mundial para un país en ese entonces democrático, un privilegio de la época, lo que produjo un aumento de la inversión en nuestro país y grandes empresas se instalaran tales como General Electric, Philips, etc. En la década del ´30 se produjo un punto de inflexión haciendo referencia en la organización institucional y económica del país. En lo institucional el golpe militar del ´30 y el fraude electoral posterior rompieron la continuidad de la democracia lo que provocó una gran incertidumbre y un conflicto político social que tendría graves consecuencias en las futuras décadas.

2.- “Retraso Relativo” (1940-1973)

Durante este periodo la economía Argentina crece a tasas inferiores a las de las naciones más avanzadas, y más aún de los países en vías de desarrollo que supieron crecer aceleradamente, lo que produjo que el país comenzó a perder ligeramente su posición relativa respecto a las naciones más avanzadas a pesar de no haber participado en la guerra. La economía comenzó a desmonetizarse y el agregado monetario se redujo de un 50% del PBI a un 25%, y a su vez también el rol del sector público en la economía creció demasiado debido al auge de las regulaciones estatales y al creciente rol del Estado en el sistema de jubilaciones, en el sector bancario, en el comercio exterior y en la promoción de las inversiones, lo que produjo unos déficits fiscales muy altos, los cuales fueron un promedio de más de un 8% del PBI. Si comparamos las tasas de Argentina con la de los países más avanzados y con las los “nuevos países industriales” es por eso que consideramos al crecimiento de este país como en un “retraso relativo”. Los nuevos países industriales desarrollaron relaciones políticas amistosas no contestatarias y preferenciales con los países económicamente más avanzados, en particular con los Estados Unidos. Su estrategia de crecimiento económico está basada en una activa participación en el comercio internacional a partir de ciertos niveles mínimos de desarrollo y de capacitación en los recursos humanos, para favorecer a incorporar las nuevas tecnologías a la economía local. La competencia importada produce nuevas variedades de productos, presiona los márgenes de ganancia de los productores locales y los obliga a innovar y a invertir. Estos países mantuvieron a través del tiempo políticas macroeconómicas racionales y realizaron inversiones importantes en el desarrollo de los recursos humanos expandiendo la educación primaria y secundaria promoviendo el entrenamiento técnico y científico. Sus sistemas políticos estables facilitaron la continuidad de las políticas económicas y dicha estabilidad motivó a los inversores locales e internacionales.

Desafortunadamente, una Argentina aislada desde 1940 de la economía internacional, no solo que participó poco del proceso de difusión tecnológica, lo que significo sus tasas de crecimiento fueron modestas, lo que produjo que el Estado fuera incapaz de resolver con eficacia todas las funciones que se había fijado. Con el nuevo orden económico de la posguerra, la Argentina se enfrentó a los países más avanzados y criticó intensamente al nuevo orden impulsado por Estados Unidos y los aliados, esto es la “manifestación externa de un creciente espíritu aislacionista”. La estrategia de desarrollo hacia adentro produjo beneficios iniciales sin embargo se creó una estructura industrial de altos costos relativos en términos internacionales con una fuerte dependencia de la importación de bienes intermedios, bienes de capital y de tecnología y debilitaron el potencial exportador de la economía domestica. El “desarrollo hacia adentro” y el aislamiento autoimpuesto fueron los factores claves que pueden explicar el deterioro económico Argentino. Otro factor esencial es la incongruencia entre la capacidad organizativa y la eficacia administrativa del aparato estatal Argentino, ya que nunca tuvo funcionarios capacitados y leales como para llevar adelante una administración racionable de los intereses públicos, sumándole a esto que el único requisito para entrar a la función pública era ser ciudadano con 18 años recién cumplidos. Por otro lado el Estado Argentino que estaba bajo presión de intereses sectoriales o regionales el Estado subvencionó sectores económicos en declinación como empresas en bancarrota y salvo a empresarios de la quiebra.

3.- Etapa del “Estancamiento” (1973 a 1989) Durante la década del ´70 y del ´80 la crisis se agravó por el altísimo nivel del déficit fiscal y por la inmensa inflación que junto con la inestabilidad económica hiso que la economía se desmonetizara gradualmente y el agregado monetario bajara hasta un 5,7% en el medio de la crisis hiperinflacionaria de los ´90. La suba de la tasa de interés, el aumento de la deuda pública y el simultáneo cierre de las fuentes de financiamiento internacionales se conjugaron para producir la llamada “crisis de la deuda externa” lo que provocó el deterioro fiscal del sector público. En este período el Estado Argentino fue perdiendo su capacidad de recaudar fondos y financiar sus crecientes déficit. El acceso al crédito internacional se perdió a partir de la crisis de la deuda externa en 1982. El grave deterioro del sistema judicial que regula los conflictos comerciales redujo el tamaño de los mercados y la eficiencia funcional de los mecanismos del mercado, lo que incentivó a los agentes

económicos a retirarse de los mercados formales. El empleo en negro, la huida de capitales, el crecimiento de la economía informal y la emigración de personas calificadas fueron comportamientos generalizados de esta época. La discrecionalidad gubernamental aumentó significativamente el riesgo de los inversores privados, lo que distorsionó los flujos de inversión a las áreas promovidas y protegidas y luego se invirtió en proyectos de rápida maduración y de baja rentabilidad. Conclusión: El autor puede resumir toda la historia económica de la Argentina en una sola frase “La opinión generalizada de la población es que la provisión de bienes y servicios públicos por el estado es deficitaria, que los niveles de calidad y de gestión son bajos y los de corrupción excesivamente altos.” Como conclusión personal podría afirmar que si el estado argentino hubiese sido fuerte y bien organizado, como en la época de organización nacional (de Rosas) y si hubiera elegido políticas económicas y sociales apropiadas en los diferentes intentos de desarrollo económico podría haber tenido éxito, como en un principio cuando se aprovecharon los recursos naturales que tiene nuestro país y se basaron en un modelo agro-ganadero, hasta el punto de ser considerado el semillero del mundo, sin embargo es el día de hoy, que no gozamos de una industria pesada desarrollada, en este aspecto seguro tiene mucho que ver la estrategia de desarrollo hacia adentro dentro del período 1940-1973 que por más que haya producido beneficios iniciales al paso del tiempo se creó una estructura industrial de altos costos relativos en términos internacionales y una fuerte dependencia de la importación de bienes intermedios, de capital y de tecnología y debilitaron el potencial exportador de nuestra economía domestica, lo que significa que redujo la productividad tanto del sector privado como del público. Por último, creo que la situación Argentina presenta estos inconvenientes de déficit no por un tema de falta de recursos sino que de una mala asignación y administración de los mismos por lo que será necesario cambiar especialmente una cuestión de los que nos gobiernan, que de aplicarse podrá modificar el bienestar de toda una sociedad, esta sería contradecir completamente lo que el autor establece en la siguiente frase: “Quienes ocupan el Estado se consideran sus dueños”, de esta manera se podrán fomentar políticas que no solamente

beneficien a ciertos grupos de interés junto con un sistema basado en la confianza. Esta acción producirá una expectativa positiva con respecto al futuro por lo que se podrá tener confianza y provocará un aumento en las inversiones nacionales e internacionales y así (atrayendo capitales) se podrá reactivar la economía nacional (deficitaria) junto con políticas adecuadas, pertinentes y prolongadas más allá del mandatario en cuestión, lo que podrá garantizar el bienestar económico-social de nuestra nación en vistas al futuro. “El Estado debe ser percibido por la mayoría de la población como un organismo que favorece el interés general del país y no como el instrumento de acción de intereses particulares.”

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