Reflexión EL NOMBRE DE LA ROSA.docx

Juan Camilo Muñoz Solórzano A00305376

Reflexión película: “El nombre de la rosa” Obediencia ciega, fanatismo y la sinrazón de la Edad Media, palabras de un fanático entusiasmado.

El nombre de la rosa, una obra que podría ser catalogada como una de las más exitosas al momento de llevar al público la experiencia de vivir en la Edad Media, gracias a imágenes crudas, fuertes momentos y personajes, aunque no extensamente desarrollados, que logran imbuir al espectador completamente de los sentimientos medievales. Es interesante considerar como los monjes benedictinos mostrados en el filme se ahogan en un sinsentido producto de un fanatismo sobrenatural. Estas personas consideraban que todas las injurias que los aquejaban eran producto de Satán. Estos sucesos eran misteriosos asesinatos, que solo tuvieron explicación hasta el final de la cinta. Lo importante de ver esta película no solo radica en el hecho de que lo bien producida que esta asegura un momento agradable, sino la gran cantidad de información que logra ofrecer. La película es ambientada en época de inquisición, donde las leyes católicas estaban en su punto más álgido. Pero, también, momento en que los líderes de esta Iglesia temían por la pérdida de control debido a movimientos “insurgentes” de parte de personas denominadas herejes. Estos herejes eran catalogados como personas revolucionarias que se encargarían de contradecir las leyes divinas y acercarían el diablo a la sociedad. Para evitar lo anteriormente mencionado y como se muestra en la película, los monjes benedictinos se encargaban de guardar con recelo las escrituras que pudieran tener información que permitieran “tergiversar”  la historia y esto ser usado en contra de la religión. Es muy importante también resaltar, que no solo hablamos de información que desmienta o amplié las fronteras de las religiones. Sino que, por ejemplo, los sombríos asesinatos que son eje central de la película son producto del envenenamiento de las páginas de un libro. Un libro “prohibido” cuyo único pecado era tratar sobre la “risa”. Es increíble siquiera pensar que algo tan básico en la vida cotidiana fuera prohibido en ese entonces. Y como lo menciona Fray Guillermo de Baskerville, “La risa mata el miedo, y sin miedo no  puede  puede haber fe. Porque sin miedo al diablo no hay necesidad de Dios”. No obstante, no bastaba solo con co n envenenar libros o prohibir su acceso a las perso nas. Si no que las acusaciones de herejía se expandían rápidamente y eran excesivamente fáciles de concretar. Prácticamente cualquier persona, por cualquier motivo podía acusar a otra de hereje, Lo anterior se ve en la película cuando la chica (sin nombre a lo largo del filme) y Salvatore (hombre con problemas mentales) son encontrados en lo que se denominaría una escena de brujería. Y, también, Remigio de Varagine, quien fue encontrado escapando del castillo y por eso fue acusado de asesinar a un monje. A partir de esto, se genera un juicio realmente hipócrita y desalmado donde prácticamente obligan a estas personas a confesar. Obviamente, todo esto luego de pasar días y noches siendo to rturados y privados del sueño. Para, finalmente ser sentenciados a ser quemados vivos por sus “pecados”. También se debe mencionar como los tres acusados prefirieron confesar falsos pecados en vez de ser torturados nuevamente, algo muy común en tiempos de inquisición, donde realmente se asesinaron centenares de personas inocentes.

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Además, debo mencionar la voz de la razón, en este caso Fray Guillermo de Baskerville, personaje principal de la obra, quien no descansó hasta lograr descifrar el acertijo tras la muerte de los monjes. El nunca creyó que los asesinatos fueran producto de una fuerza maligna sobrenatural si no que siempre tuvieron una explicación lógica, confrontándolo con los monjes que realmente sabían la verdad. Es importante considerar este personaje porque, sin ser un hereje, no era un fanático empedernido y ciego que era guiado sin titubeos por escrituras dudosas. Este personaje se erige como alguien fuerte, que escucha la voz de la razón y avanza siempre buscando explicaciones lógicas. No es difícil imaginar entonces, que este personaje advierte a los monjes que los asesinatos no son culpa del malévolo, ya que la única manifestación que ve de este son las ansias de todos porque el mismo haga su trabajo. Hablamos de lo denominado como sugestión. Sin embargo, también debo mencionar a Jorge de Burgos y a Bernardo Gui. Ambos personajes representan la represión y el control que la iglesia ejercía sobre todas las personas. El primero, un anciano ciego, que controlaba la biblioteca de la abadía, que representa el mundo antiguo, un mundo que no quiere abrir los ojos y aceptar que los tiempos están cambiando. Por otro lado, Gui era la voz tirana, uno de los más grandes inquisidores, representando el poder de la iglesia, la intolerancia y la represión. Sin duda, una película muy recomendada que logra abrir la mente del espectador frente a los pasos de la iglesia católica y su recorrido, quizá macabro, por las vidas de miles de personas.