Recuperándola… Para Siempre
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Recuperándola… Para Siempre Por Michael Webb
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INTRODUCCIÓN Bueno, ahora sí lo has estropeado. Te has metido en un buen lío, de verdad. Ella se ha ido, y por razones que exploraremos con ojo crítico, has decidido que quieres recuperarla. Quizás sepas precisamente por qué quieres recuperarla, y has concluido que reconectarse tiene sentido, que es mejor para ambos. O quizás es una decisión enteramente emocional, completamente desligada de cualquier lógica conocida para la humanidad. Por ejemplo: no puedes lidiar con el dolor del rechazo. O peor: simplemente no puedes soportar la idea de estar solo, sin importar la agonía que implique estar juntos, lo cual en una retrospectiva honesta, puede haber sido tan mala como la de haber sido botado. Por otra parte, puede que ella sea perfecta en todos los sentidos, y que realmente valga lo que sea que se necesite para recuperarla. Como sea. Bienvenido a la jungla de las relaciones, la cual está a punto de volverse un lugar aún más oscuro para ti, porque estás a punto de entrar al total y completo infierno de intentar ganar a la mujer que perdiste y hacer que vuelva a entrar en tu vida. Y si quieres tener éxito en ello – algo que no deberías dar por sentado, por cierto – tendrás que verla a ella, al mundo, y sobretodo a ti mismo, a través de un cristal completamente nuevo y diferente. Tienes que enfrentar la verdad acerca del hecho de que las acciones, actitudes y perspectiva del mundo que te han traído aquí, a este lugar terrible y solitario, no funcionaron del todo bien, y conoces esa vieja definición de la locura: intentar alcanzar resultados diferentes haciendo lo mismo que siempre. Si esa es tu estrategia – pensar que puedes recuperarla sin cambiar mucho de nada, simplemente emparchando las cosas con flores y disculpas – bueno, empaca ahora mismo y ahórrate el dolor de cabeza y de corazón de una sola vez, porque a no ser que tú estés dispuesto a cambiar, incluso si estás seguro de que todo fue culpa de ella (y si efectivamente piensas eso, sigue leyendo, porque tu globo está a punto de explotar) simplemente no sucederá. No
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sin que ella esté tan desesperada y asustada como tú. Y ésa no es la base para una reconciliación sana, en ninguna definición. Incluso así, las probabilidades están en tu contra, porque a diferencia de los hombres, las mujeres no son propensas a no mirar atrás sin importar lo sucedido en el pasado. No es que no debas intentarlo, pero estás debidamente advertido: cuando una mujer te deja, necesitarás algo parecido a un milagro y un ticket ganador del Powerball para recuperarla. Pero oye, sucede, y si haces las cosas bien, y por las razones correctas, podría pasarte a ti también. Así que ocupémonos de ese milagro (el cual, por cierto, tiene prácticamente las mismas probabilidades de éxito que el ticket de Powerball, pero no prestes atención a los números) y veamos qué pasa. Primero, sin embargo, unas pocas palabras acerca del horrendo viaje al que te enfrentas. O, mejor dicho, el ascenso, porque esto es ciertamente una montaña de proporciones monumentales, y debes escalarla con el mismo nivel de destreza que usarías para escalar el Everest, o morirás intentándolo. Comencemos con una analogía, quizás una que hayas experimentado. La mayoría de nosotros, en algún punto de nuestras vidas adultas, decidimos que nos gustaría bajar algunos kilos. Así que nos ponemos a dieta, y talvez bajemos algunos kilos, talvez no. Como sea, una cosa se vuelve evidente, y sin importar su validez, la gente no quiere oírla: las dietas en realidad no funcionan. Para perder peso de manera permanente, necesitas cambiar tu estilo de vida, y en más formas que sólo tus hábitos alimenticios. Incluso si pierdes un poco de peso en una “dieta” – la cual en este caso significa que sucede que logras recuperarla volverás a ganar esos kilos a no ser que algo en ti cambie, porque las dietas no funcionan. Sólo los cambios de estilo de vida funcionan. Así que, para sumergirnos en esta metáfora… la mayoría de los hombres simplemente están a dieta, podríamos decir, y al intentar recuperar a una mujer se las han arreglado para escapar. Hacen lo que sea necesario a corto plazo para “arreglar la situación”, sin importarles lo que se necesita para arreglarse a sí mismos en su lugar. Incluso puede que dediquen cierta atención a arreglarla a ella, si es lo que se necesita, pero todo esto es una dieta de moda, una curita para ocultar sus
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verdaderos problemas, y el problema casi siempre regresa. A no ser, por supuesto, que te cambies a ti mismo en el proceso. Existen muchas dietas basura allá afuera, en lo que refiere a recuperar a tu mujer. Hay una verdadera industria de literatura sobre el tema, y la mayoría no son nada más que manipulación barata y artimañas evidentes. Hablan mucho de las cosas superficiales que pueden llegar a captar su atención – disculparse, vestirse mejor, jugar a juegos de no-te-llamaré-primero, tretas de celos transparentes – todas pueden llegar a estar vinculadas con captar su atención, algo que definitivamente debes lograr en algún momento, pero ninguna arregla los problemas de raíz detrás de la ruptura. Este libro trata de esos problemas de raíz, con muy poco tiempo dedicado a las manipulaciones específicas que puedes necesitar para hacer que ella hable contigo. Y, con el riesgo de ofender las más profundas sensibilidades masculinas que muy probablemente te trajeron a este maldito agujero en primer lugar, es probablemente tu culpa. Y si hasta cierto punto no es tu culpa, la proposición se complica entonces, por una simple pregunta: ¿por qué quieres recuperarla si no fue tu culpa? Analiza bien tu respuesta antes de proseguir. Así que, aquí lo tienes: aféitate, consíguete amigos mejores, vístete mejor, juega a ser tímido y no seas tan necesitado, bla bla bla. Listo, hemos cubierto la basura superficial, las 101 ideas simplistas masculinas para cuando te botan. Algo de eso es válido – si el cómo te vestías fue un síntoma de tu gran problema de falta de autoestima, entonces es válido, pero no es el punto… y si eso es por lo que ella realmente te dejó, mejor déjasela a otro – pero a la larga es completamente insignificante, a no ser que te cambies a ti mismo en el proceso. El resto del libro trata de eso. Si puedes llegar a comprender la razón real por la cual la perdiste, sin importar quién dejó a quién, entonces tienes una oportunidad de recuperarla. E incluso así, entender y tomar acciones efectivas para alterar la situación son dos cosas muy diferentes, como entender cómo entrenar para una maratón es muy diferente a completar una con éxito. Y esa es otra metáfora bastante apta aquí: si no estás listo para el trayecto largo, sigue corriendo la carrera corta con otra mujer
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que nunca llegue a conocerte del todo. Igual terminarás sudoroso y sin aliento, pero no habrás invertido mucho tiempo en el proceso. ****** Existe un riesgo, una advertencia terriblemente crítica acerca de este material: lo que estás a punto de leer, puede llegar a funcionar. Esto significa que debes estar absolutamente seguro de que realmente quieres recuperarla. De que debes estar con ella, y no simplemente detener el dolor volviendo a una relación tóxica y co-dependiente que te permita continuar evitando el verdadero trabajo de curarte a ti mismo. Algunas mujeres se ven atraídas por los hombres dañados como las moscas a un cadáver, y si es ése el caso, todo acerca de tu reingreso será triste, incluso si funciona, porque si ella está contigo por la oscuridad que hay en ti – esto también sucede – el pasado se repetirá. Aquí aplica otro viejo refrán: ten cuidado con lo que deseas. Si ella no es la mujer con la que estás destinado a estar, o con la que deberías estar, o si no sabes por qué estás con ella… Si ella realmente no te merece, si realmente no es lo suficientemente buena para ti… si es cómoda, fácil y libre e riesgos, y si esas son las principales razones por las que quieres recuperarla… si tu autoestima es el problema y te lleva a “conformarte” con menos… si ella es adicta a la total y completa enfermedad de estar contigo… entonces quédate donde estás. Ese tema amerita un libro entero nuevo, pero es un análisis que deberías considerar a esta altura. Si ella te fue infiel, si tiene hábitos y adicciones que son tóxicos para tu relación, si te vuelve loco en una forma negativa más que en una positiva, si ella te gusta pero no sientes ese cosquilleo de locos que aparece cuando has encontrado a “la indicada”… entonces considera la sabiduría real (o falta de la misma) de intentar recuperarla o no. Piensa que para ti, esto se trata nada más que de detener el dolor de la pérdida – sí, duele perder una mujer, incluso si ella no era la indicada – y/o evitar la total desolación de existir sin una mujer en tu vida, ninguna mujer, durante un tiempo. Lo cual, si es tu caso, nos lleva de vuelta al otro libro acerca del autoestima, dondequiera de esté. Reitero, si ése es tu caso, entonces buena suerte. Puede que la recuperes, y Dios los ayude – a ti y a ella – si lo logras.
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Pero si has transitado el camino y tu conclusión es que ella lo vale – o quizás más importante, que tú lo vales – y todo por las razones correctas, entonces, como se dice: preparémonos para luchar. Porque la persona con la que realmente estás a punto de reconciliarte… eres tú. Advertencia: prometemos no ser amables. La ventana de la oportunidad de recuperarla es estrecha, y se está cerrando mientras que lees esto. Con eso dicho, tienes mucho trabajo que hacer, así que no hay tiempo para animar y mimar. Lo has estropeado, ahora averigüemos cómo arreglarlo… arreglándote a ti.
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Capítulo 1: La Razón Real por la que las Mujeres Dejan a sus Hombres Este es un hecho de la vida que pocos hombres comprenden: los hombres dejan a las mujeres por otra mujer. Casi siempre. Pero las mujeres dejan a los hombres por otra vida. Siempre. Sin excepción, toda ruptura puede ser explicada en dos niveles. Raramente es, sin embargo, porque la mayor parte del tiempo ninguna de las partes puede entender la razón real, subyacente detrás de la ruptura. Así que todo eso recibe titulares cuando surge el tópico de la ruptura, que es el primero de esos dos niveles, la explicación superficial: fuiste infiel, ella fue infiel, las cosas se volvieron rutinarias, no eres quien ella creía que eras, eres abusivo de varias maneras, no tienes ambiciones, eres un caso perdido en la cama, sus padres se horrorizaron cuando te conocieron, eres aburrido cuando no estás borracho, bebes demasiado, ella no puede perdonarte, ella ha encontrado a otro, ustedes son dos personas diferentes después de todo, están tomando direcciones diferentes a un ritmo diferentes, directamente no están tomando direcciones, discuten demasiado y de forma demasiado destructiva (esta puede estar perfectamente de su lado, pero eso no quita que es una razón superficial para dejarte), uno de ustedes tiene un lado oscuro inaceptable… y así continúa la lista de razones perfectamente razonables de por qué se ha ido. No importa si todo esto es verdad, o no. (De acuerdo, sí importa, pero no en términos de entender por qué se ha ido, sino sólo con respecto a lo que debes tratar en el transcurso de recuperarla, e incluso entonces, sólo en el contexto de las razones reales implícitas de por qué te dejó, el nivel más profundo, que está a punto de ser revelado). Muchas de estas son la proverbial “gota que derramó el
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vaso”, pero puedes estar seguro de que no es por eso que te ha dejado. Rara es la gota que logra derramar el vaso. No, es el caudal de basura con la que has llenado el pobre vaso de tu relación lo que ha hecho fatal a esta gota en particular, la que finalmente ha derramado el vaso de tu relación. No te engañes. Sin importar lo que ella diga, incluso si piensa que está siendo terriblemente honesta, ninguna de estas es la razón real por la que te ha dejado. Incluso si aún no se ha dado cuenta. De hecho, hay posibilidades de que nunca lo haga. Esta es la razón real de por qué se ha ido: en algún punto del camino, ella perdió la esperanza. Todo lo que aparece en esta oscura lista de razones superficiales para dejarte, es simplemente lo que le otorga acceso a la comprensión de que ha perdido la esperanza. Esperanza de que tú seas el hombre con el que ella quiere quedarse. Esperanza de que tú seas “el indicado” para ella. Esperanza de que valgas el tiempo, de que la merezcas, de que seas su futuro. Esperanzas de que sus sueños se hagan realidad junto a ti. Esperanza de un final feliz. Si ella dice que no puede perdonarte, lo que en verdad está diciendo es que ya no puede asirse de esa esperanza que una vez tuvo. La esperanza se ha ido. Si dice que no eres el hombre que ella creía que eras, lo que está diciendo es que su esperanza por ese hombre ya no está, porque tú no eres él. Sin importar lo que hayas hecho, sin importar cuál haya sido la razón publicada de su ruptura, puedes estar seguro de que ella perdió la esperanza. Es causa y efecto: su lista de motivos son la causa, su pérdida de esperanza es el efecto como resultado directo de esas causas. Y el resultado es que tú te quedas solo. Esta es la parte que realmente asusta: las enormes probabilidades de que tú le hayas dado todas las razones en este mundo para hacerlo. Si quieres recuperarla, si deseas soportar hasta la más remota chance de recuperarla, aunque sea sólo por un tiempo (con la excepción de que ella esté tan asustada o sola como tú, así que puede que ella vuelva a tu vida sólo por un tiempo, al menos hasta que le des algún otro recordatorio de que su esperanza se
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ha ido), debes devolverle su esperanza. Y esa esperanza deberá ser la suficiente como para darte otra oportunidad. Reitero… debes volver a encender su esperanza de que tú eres “el indicado” para ella. De que eres el futuro de lo que ella siempre ha soñado. De que estás a la altura, de que lo vales, de que vales el tiempo y el trabajo, de que eres absolutamente la fuente e inspiración de su esperanza y el centro de sus sueños. Una disculpa no resucitará su esperanza. Un nuevo corte de pelo, una ducha, un auto mejor, un trabajo mejor… lo más que pueden lograr es ayudar a recuperar su esperanza, pero siempre se requiere más que arreglos superficiales. Es difícil de realizar, cierto. Puedes ver rápidamente que recuperarla tiene mucho más que ver con tu carácter, con la estructura de quien tú eres, de lo que tiene que ver con lo que hiciste o cómo te vistes o con quién sales (todas las cuales, por cierto, pueden ser un síntoma de quien tú eres; sólo para estar claros en la diferencia entre síntomas y carácter verdadero), o con cualquier de las otras variables sujetas a tu manipulación que están cubiertas en su vasta mayoría por los libros para “recuperarla”. No te equivoques, recuperarla – para siempre – es mucho más complicado e implicará un cambio de vida mayor que cualquiera de esas cosas.
En algún punto del proceso, llegará el momento de hacer tu primera jugada, tu reingreso, tu disculpa, la inauguración de tu “nuevo tú”, y cuando llegue ese momento, todo depende de una cosa: el alcance de tu completa compresión de todas las maneras y medios que contribuyeron a su pérdida de esperanza. Y cuando seas completamente vulnerable a estas verdades y llegues a conocerlas, es probable que te des cuenta de que esta ruptura es algo parecido a tu propia creación. Lo cual es otra forma de decir que probablemente haya sido tu culpa. Ahora, antes de que llames a la policía testosterona, debe decirse que se necesitan dos para bailar tango, que nadie es perfecto, y que probablemente no todo sea tu culpa. De hecho, tal como tu comportamiento de baja categoría la ha
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llevado a la salida, es probable que algo de su lista de culpas sea la razón detrás de algunas de las cosas poco atractivas que haces o dices. Ojo por ojo, como quien dice. Eso podría ser muy cierto. Pero, ¿y qué? Si algo de esto – incluso un algo significativo – fue su culpa, debes aplicar el mismo análisis: ¿fueron las cosas que asignaste a su lista de problemas superficiales, o son problemas más profundos y correlacionados? ¿Fue ella la malvada porque no puede soportar tus quejas, o es la malvada porque ha perdido la esperanza en la relación, debido en parte a tus quejas permanentes? La diferencia es sutil pero crítica. ¿Fue infiel porque perdió la esperanza, o porque necesitaba un poco de variedad en la cama? ¿Cedió a sus acciones por su pérdida de esperanza, o porque la aburriste hasta las lágrimas? Si sus propias fallas en su carácter son, luego de un análisis honesto, el centro de la ruptura, entonces una vez más debes enfrentar la verdad acerca de por qué has declarado que quieres recuperarla, y deberías rever las razones. Porque ese es un paradigma enteramente diferente, un nuevo juego de resurrección, y las reglas son diferentes. ¿Por qué? Porque no puedes cambiarla. No tienes control sobre ninguna de esas cosas. Tu única esperanza es cambiar partes de su carácter que han contribuido a esta ruptura – no confundir con los problemas superficiales – es darle a ella una razón para cambiar cosas de sí misma por sí misma. La idea, lo mejor a lo que puedes aspirar, es a convertirte en algo lo suficientemente valioso para su deseo de cambiar. Lo cual nos trae nuevamente a donde estábamos. Necesitas encontrar una manera de revivir su esperanza. Y, sin importar la razón por la cual la perdió, deberás cambiar cosas de ti mismo para hacer que esas razones sean accesibles y obvias. No puedes arreglarla a ella. Sólo puedes arreglarte a ti mismo.
Hay una gran pregunta que puede que válidamente te estés haciendo en este momento. ¿Esperanza de qué, exactamente? Si es así, de hecho, preguntarte esto es muy bueno o muy malo. Es muy bueno si estás viendo más profundo en la
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estructura de lo que hace tu relación, y has reconocido que no toda esperanza se crea igual. Es muy malo si simplemente no tienes idea de qué es lo que tu mujer quiere realmente de la vida. Si estás en el segundo grupo, simplemente quédate ahí, has el trabajo de conocerse a uno mismo (lo cual está a punto de golpearte entre los ojos) y volver a esto luego. Si ya estás avanzando en esto, el camino elevado, entonces veamos un poco más de cerca lo que esperanza significa para una mujer. Esperanza es sinónimo de sueños. En una temporada reciente del programa televisivo The Bachelorette, la encantadora Deanna Pappas pasó por alto al “buen partido” – un sujeto que era guapo como una estrella de cine, con un gran trabajo corporativo y valores y metas muy tradicionales – en favor de un chico más bien alternativo, pero aún así agradable, que era un snowboarder profesional, y de quien se podía notar fácilmente que nunca antes había salido con la reina de la preparatoria. La mayor parte del país estaba en contra de esta decisión, y las esposas de los country clubs de todas partes quedaron rascándose intrigadas sus exquisitamente peinadas cabezas. El hecho es que no hay ningún libro de reglas para los sueños, ni barómetros para el deseo. Deanna quería algo que considerara riesgoso y no tradicional. Fue químico, y a la vez acorde a la esperanza de su vida – no necesariamente casarse con un snowboarder, sino casarse con un hombre que hiciera sonar sus campanas como ningún aprendiz de banquero pudo antes. ¿Por qué algunas mujeres escogen al chico malo, mientras que otras siguen el olor del dinero? ¿Por qué algunas mujeres se casan con músicos, mientras que otras insisten en encontrar al próximo chico del póster de gran joven Republicano? Respuesta: nadie lo sabe. Es químico. Está tan arraigado en lo inexplicable como la versión de sus madres de “apropiado” y fortuito. Todo esto significa que tienes poco o ningún control sobre lo que ella espera. Todo lo que puedes hacer es ser tú mismo, ser el mejor hombre que puedas, y si funciona – o como dicen, “está destinado” – puede suceder. Pero es un gran error el intentar aventurarse a adivinar lo que ella de verdad quiere, cuáles son sus esperanzas, y luego intentar convertirte en ese hombre, reinventarte a ti mismo en ese molde especulativo. La buena noticia es que, si vio
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algo en ti al principio, hay probabilidades de que ese hombre haya sido alguien que encendió sus esperanzas, que encajó en “el sueño” hasta cierto punto. Si fuiste ese hombre alguna vez, puedes volver a serlo. Reza para que sus esperanzas no hayan cambiado. Y a veces lo hacen. Así que otra forma de mirar el proceso – o mejor dicho, de poner en perspectiva – de recuperarla para siempre, es entender quién fue ése de quien ella se enamoró en primer lugar, y por qué, y luego ver qué pasó desde entonces: cómo y por qué ella percibe que ya no eres ese hombre. Hay grandes probabilidades de que sus esperanzas hayan cambiado de alguna manera, pero más aún de que tú no hayas vivido de acuerdo al programa original como lo anunciabas, o mejor dicho, como ella lo percibía. Vuelve a encontrar a ese hombre, y luego preséntaselo, y puede que lo logres.
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Capítulo 2: La Cuestión Acerca de la “Estrategia” La estrategia en las relaciones es como un plan de juego, lo cual es verdaderamente mezclar manzanas con naranjas sin semillas. Necesitas una, pero sin jugadores, no tiene sentido. Aquí hay otra metáfora para lo que te enfrentas: debes meterte en el juego, volver al campo de juego, antes de poner cualquier tipo de estrategia en funcionamiento. Ahora, podría discutirse que puedes trazar una estrategia sólo para eso: hacer que ella vuelva al juego, pero ése es el gran error en todo esto. La mejor estrategia de todas, cuando se trata simplemente de captar su atención otra vez, es no tener una estrategia de ningún tipo, no jugar ningún juego, exhibir una total y completa falta de artimañas en tus acciones, y ser tan real, abierto y vulnerable como sea posible en todas las cosas, previo a cualquier impresión de que ella esté evaluando otro intento contigo. Sólo entonces, cuando hayas captado su atención, cualquier tipo de estrategia es apropiada, e incluso entonces, se trata más bien de evitar movimientos suicidas que de manipulación estratégica. La mayoría de los intentos en las estrategias “para recuperarla” son, en el campo de la literatura sobre este tópico, meramente jugadas de “cueste lo que cueste” para ocultar o enmascarar lo que salió mal en primer lugar, o crear la ilusión de cambiar, en lugar de la realidad del caso. Con eso dicho, hay algunas cosas que querrás evitar mientras consideras cualquier esfuerzo para recuperarla, y si bien no son exactamente estratégicas, sí existen en el mundo del sentido común. Primero, necesitarás evaluar la situación en términos de su estado de enfado o resentimiento hacia ti. Quizás ella diga que quiere ser tu amiga (pero no te fíes mucho de esto, puede tratarse de su forma de escapar a la culpa de seguir
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adelante sin ti). La regla es esta: no ingreses en el campo de energía de su enfado. Mientras que esté enfadada, tendrás pocas o ninguna posibilidad de ser evaluado – o mejor dicho, reevaluado – objetivamente, y con el resultado que deseas. Cómo y cuándo determinar el estado de disipación de su enfado depende de tu situación, así que no hay una regla empírica para esto. Pero ciertamente, debes permitir un tiempo y espacio para que las cosas se asienten luego del momento de la ruptura, así podrás aumentar tus posibilidades de que no te corte el teléfono o te salude con sarcasmo cuando vuelvas a aparecer en su campo visual. Algunos “expertos” dicen que hay que esperar tres meses, y hay una creencia ampliamente expendida de que mantener cero contacto es la mejor estrategia para manejar este período de enfriamiento. Pero sólo tú conoces la verdad de este asunto para tu situación en particular, y muchos hombres la desafían por impaciencia o por la urgencia de su necesidad de “hacer algo”. Cuando vuelves al juego demasiado pronto porque te urge, desde un sentido de pánico, no funcionará. Ella olerá tu miedo y lanzará aún más defensas que antes. Necesitas esperar el momento correcto, y el momento no es correcto hasta que hayas meditado seriamente y sin dolor inducido, y hayas hecho algunos cambios a raíz de ello. Tú sabrás cuándo es ese momento, y ella también lo sabrá. La otra “regla empírica” válida para el período post-ruptura – efectivamente, aquí comienza el momento en el que el martillo golpea todo el trayecto hasta la reconexión en sí misma, se podría decir – es evitar dispararte a ti mismo en un pie. O en este caso, poner otra bala en tu corazón al hacer lo incorrecto. ¿Qué es lo incorrecto? Es fácil. Cae en cuatro categorías: -
mostrarle tu enojo;
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mostrarle tu dolor;
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recurrir a estrategias basura (como intentar ponerla celosa);
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mostrarte herido y patético;
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Todo lo que sucede en contraste con estos asesinos de tratos puede parecer estratégico en su naturaleza, pero lo único que funciona aquí es ser la persona genuina, no estratégica, por la que ella no sentirá lástima o rechazo. Las mujeres aman a los hombres fuertes, y los aman más aún cuando otros hombres serían o deberían ser débiles. No quiere decir que te esté poniendo a prueba al romper contigo, pero puedes pensarlo de esa manera: si te quiebras, si le muestras tu dolor, si conviertes en tu objetivo el demostrarle tu rabia y resentimiento, sólo reafirmarás su decisión de haberte dejado. Puede que ella sienta lástima por ti (y puede que eso te haga sentir bien, porque cualquier forma de debilidad o atención de su parte a esta altura es como heroína), pero no hará que la recuperes. El objetivo es reconocer inmediatamente, lo más rápido posible, qué es eso de ti que ha contribuido a que ella perdiera la esperanza, como se demuestra a través de la dinámica de las relaciones e interacciones sintomáticas, y luego convertirte en alguien mejor y por encima de todo eso. Lo que significa, alguien que es honesto y abierto, lo cual puede incluir, por cierto, una confesión honesta de tu dolor, pero nunca al punto de la desesperación o necesidad patética. En el momento en que te vuelves patético, estás acabado. En el momento en que inventas tu fortaleza, te vuelves patético, y estás acabado nuevamente. La única esperanza es ser auténtico, pararse al otro lado del dolor y del pánico, ser fuerte frente a lo que estás sintiendo, y no demostrar una montaña de artimañas en ningún momento del proceso de la reconciliación. Es imposible convertirse en ese hombre si vuelves a aparecer demasiado pronto. Si quieres llamar a eso estrategia, pues que así sea. Dale espacio. Dale tiempo. Dale el mejor tú que haya en el momento, como sea y cuando sea que ese momento transcurra, y por sobre todas las cosas, hazlo auténtico. No te salgas del camino para “demostrarle” nada, simplemente sé tú mismo, y ese nuevo “tú mismo” es alguien que ella o no reconocerá, o le recordará su primera atracción hacia ti. Y sobretodo, hazlo teniendo en cuenta qué es lo que contribuyó a la ruptura de tu parte en primer lugar – lo cual, nuevamente, es su pérdida de esperanza – y no vuelvas a ello.
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Por definición, entonces, si no estás en posesión de esa conciencia, es un error el tener cualquier tipo de contacto significativo con ella. Sólo cuando estés listo para reconocer la verdad sobre ti mismo, de entender por completo tu contribución a su pérdida de esperanza, de tu rol en cualquier interacción sintomática que se volvió el “problema” o la gota que derramó el vaso de tu relación, y tu comprensión de sus necesidades y sus esperanzas, deberías recién empezar a considerar cualquier tipo de campaña para recuperarla. Cómo planear y ejecutar tu enfoque dentro de este contexto es tu decisión. Depende de lo que sucedió entre ustedes y el estado de carnicería que permanece. Como sus esperanzas desvanecidas, el método preciso e irracional detrás de tu decapitación podría venir de una larga lista de posibilidades, así que no hay una estrategia fácil para esto. Las cartas son a veces una buen vía de reingresar a su atmósfera (puede que te diga que no las leerá, pero puedes estar seguro de que lo hará), pero recuerda que es fácil sangrar sobre la página en una carta, así que ten cuidado en ese aspecto. La sangre es mala, y te hace parecer débil, y cualquier necesidad de sangrar por ella es simplemente un intento de apelar a su sentido de culpa. El tiempo es un aliado, pero no dejes pasar el tiempo suficiente para que ella se aleje emocionalmente. No hay ningún libro de mano para esto tampoco, sólo el requisito absoluto de controlarte antes de intentar. El cómo haces eso se vuelve el verdadero desafío y el verdadero trabajo de eventualmente recuperarla para siempre.
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Capítulo 3: “E.H.T.” – La Enfermedad que Debes Superar para Recuperarla Esto no te va a gustar, pero que no te guste no lo hace menos cierto. Hay un dicho muy cínico entre las personas con el corazón partido de ambos sexos: los hombres son estúpidos, las mujeres son malvadas. Ambas partes de esa proposición pueden ser atribuidas a que estás en el medio del derretimiento de una relación. Y sin importar la obviedad socialmente inaceptable de por qué esto no puede o no debe tomarse demasiado en serio, o al menos demasiado literalmente, hay una interpretación basada en la verdad: como regla, los hombres naturalmente no entienden – o Dios sabe, observan – la física de una relación exitosa, mientras que las mujeres a veces recurren a lo que debe ser reconocido como tácticas manipuladoras para mantener las cosas a flote, y – aquí viene la parte cínica – obtener lo que desean. Si eso es “maldad”, que así sea, porque el 50 por ciento de los matrimonios que de hecho perduran, y de la mitad de aquellos que realmente funcionan, la gran mayoría del crédito va para las mujeres, quienes tienen la capacidad de mostrarles a sus hombres cómo funciona. Hazte esta pregunta: de todas las relaciones en el campo visual de tu vida que se han estrellado contra las rocas de una forma o de otra, ¿cuántos de esos problemas pueden, al final del día, ser atribuidos a las mujeres? ¿Qué cónyuge, en el meollo de todo, fue realmente el eslabón débil, el factor de disminución causante en esa relación? Ahí lo tienes. Es un 10 a 1 a favor de los hombres en el rol de idiotas. Esto se debe a que el comportamiento y falta de carácter de los hombres es lo que mata la esperanza de sus mujeres. “Un buen hombre es difícil de encontrar” es
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una frase que desafortunadamente está basada en la verdad. Y cuando eso sucede, las mujeres se van. Se dan cuenta de que han perdido la esperanza. Se esfuman. Y cuando lo hacen, estás acabado. Y si no lo hacen, hay un infierno por recorrer en el ínterin. Existe esta cuestión acerca de los hombres. Incluso el mejor de nosotros la tiene y necesita conquistarla, sino curarla. Se llama E.H.T. – Enfermedad del Hombre Tonto. Es exclusiva de los hombres – cuando ocurre en las mujeres, tiene otro nombre, mucho menos cínico y quizás más clínico – y es un cáncer para la relación del peor grado. Antes de seguir definiendo la E.H.T. – como si necesitara mayor explicación – consideremos primero la paradoja que reside en su centro. Las mujeres adoran a los chicos malos. Les atrae el peligro, las asperezas, desde James Dean a Colin Ferrell. También les atraen el poder y la fuerza, lo cual tiene su propia marca de peligro alrededor. Las mujeres se enamoran con las perspectivas de cambiarnos, y de salvarnos. Y no pueden hacerlo. La Enfermedad del Hombre Tonto es mucho más compleja y está arraigada en la profundidad de nuestro ADN masculino. Y sin embargo, cuando se manifiesta como testosterona, lo cual siempre hace al principio, se ven atraídas por ella como las abejas por la miel. E incluso cuando buscan cambiarnos y salvarnos, quieren una cierta medida de ese jugo, de ese peligro y poder, para permanecer en la mezcla, sólo para ellas. Todo esto es otra forma de decir que demasiadas mujeres se casan con el hombre equivocado. Esto se debe a que valoran las cosas equivocadas, al menos al principio. Quieren las dos cosas: el chico malo que en realidad no lo es, el chico bueno y arriesgado. Esto puede ser perfectamente la explicación de su ruptura: simplemente eres el hombre equivocado. Comenzaste como un chico malo y nunca cambiaste, o nunca tuviste la pasta en primer lugar, ella cayó por la versión de “buen partido” de su madre y se aburrió a morir. No te equivoques, los hombres hacen lo mismo con las mujeres. Adoramos a las chicas malas. Sólo que rara vez nos casamos o comprometemos con ellas, y Dios sabrá por qué no queremos arreglarlas, mientras que las mujeres se apegan al paradójico prototipo de chico malo a largo plazo. Quizás tú.
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Las mujeres adoran a los hombres. Los hombres de verdad. Aman el olor de la testosterona en la mañana, o en cualquier otro momento del día. Como regla general, quieren a un hombre masculino, aunque esa definición varía mucho, como debería. Quieren a un hombre fuerte, pero en un sentido más superficial del que tú piensas – y en muchos sentidos, de la misma manera que los hombres quieren a una mujer “sexy” – quieren a un hombre con todo lo atrapante de la masculinidad. Literalmente, puede que llegue a excitarles un hombre que puede arreglar sus cañerías (quizás tanto metafórica como literalmente), el hombre con asperezas. Son fácilmente seducibles por el chico que se encarga de la piscina, por un hombre que puede arreglar su coche y cortar leña, cuanto más sudoroso, mejor. Aquel que caza y pesca y fuma cigarros apestosos y sale a tomar una cerveza con sus amigos. Si ése mismo hombre puede escribirle un poema en la noche, eso también funciona. Más que nada, sin embargo, en la raíz de todo esto, quieren a un hombre que pueda protegerlas, que sea su héroe, un proveedor, el hombre de sus fantasías, el hombre de la cubierta de su libro de romance. John Wayne, el Hombre Marlboro. Quieren salir con Matthew McCoughnahey, pero quieren casarse con George Clooney (con el que no pueden; presta atención, él es el inalcanzable de los hombres, quien emana testosterona y valores). No hace ninguna diferencia que la realidad de su vida – puede que se enorgullezca de ganar más que a su hombre, puede que se enloquezca con su esposo peluquero metro sexual – sobrepasa la fantasía, ésa es la esencia de la masculinidad, y la fantasía que ellas quieren (como sea que la definan). Es lo que hace sonar su campana, lo que hace hervir sus hormonas. Los hombres hacen lo mismo en relación con sus gustos sobre mujeres, pero con una complejidad conflictiva mucho menor. Aquí está la trampa en todo esto. Lo que le atrae a las mujeres de un hombre al principio, en un sentido químico, visual y fantástico, el cual puede por cierto activar alguna forma de “esperanza” en ella, es rara vez la cuestión que resulta en una relación exitosa. Es una química sexual, y por regla, una droga a corto plazo que debe ser reemplazada por algo más sustancial, e igual de esperanzadora. La atracción química de una mujer por un hombre normalmente no es más sustancial que la de un hombre por una mujer debido a sus tacos altos o a la manera en que peina su cabello. No hay forma de definir el campo de juego
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de la química sexual, y por eso son trampas de arena de la relación consiguiente nacida de la semilla de la química sexual con los cuerpos de aquellos que sucumben a esta, sin consideración más profunda. Ellas piensan que pueden salvar o cambiar su versión de fantasía del hombre de sus sueños, pero sin perder ese toque peligroso en el proceso. Y cuando no pueden, pierden la esperanza. Y se van. Así que, cuando el hombre Marlboro comienza a abrirse paso en la mitad de la noche, la fantasía es tentada y la realidad triunfa repentinamente sobre la esperanza. El sueño ha muerto. Si tú eres ese hombre, presta atención, porque quien fuiste, la oscura esperanza inherente a él, no tuvo éxito. Comenzaste a abrirte paso, y ella se percató súbitamente de que el olor a humo en tu ropa no es suficiente para sustentar su esperanza, ni tan intoxicante como lo fue una vez. De cualquier manera, ella no quería establecerse con ese perdedor. Resulta que tiene la enfermedad Terminal del Hombre Tonto, y ella no puede curarlo. Resulta que ella sólo quería tener sexo con él algunas veces y seguir adelante. Lo cual finalmente está entendiendo ahora.
Entonces, ¿qué es la Enfermedad del Hombre Tonto? ¿Cuáles son los síntomas? ¿Cómo se manifiesta en una relación y sabotea su esperanza? Oh, enumeremos las vías. La Enfermedad del Hombre Tonto es todo lo que un hombre hace con total y completa falta de conciencia – al contrario de total y completa maldad – que ofende la sensibilidad de una mujer y su forma de ver el mundo. La maldad es un pecado perdonable y corregible. La inconciencia es, sin embargo, un caso perdido, y eso, como hemos establecido, es fatal. Es un hombre que no tiene idea de lo que excita a su mujer en la cama, para él todo se trata de sacarse las ganas. Para este hombre, el sexo se trata de frecuencia más que de intimidad. Para él, “hacer el amor” es cosa de mujeres, y dado que el calor sexual se disipa demasiado seguido y el sexo se vuelve un hecho obligatorio en la vida, sucede cada vez menos con el correr del tiempo, así que ahora hasta la frecuencia es inadecuada para ambos.
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Pero va más allá del sexo. E.H.T. está haciendo lo menos posible para recordar cumpleaños y aniversarios, todo el tiempo con una sensación de obligación más que de amor o romance. Es una adherencia a los modelos basados en los sexos, que dicen que ella cocina, él come, ella limpia, él se relaja, ella cuida a los chicos, él juega al golf y al fútbol. Es un sentido de intelecto superior inapropiado, el síndrome de “ella nunca podría manejar eso”, incluso si te ganara por lejos en un test de coeficiente intelectual. Es subestimar y esperar demasiado, todo con total falta de respeto y honor. E.H.T. es que no te guste su familia, o ninguna familia. Es aferrarse a la basura psicológica que se manifiesta como celos e inseguridad, la última siendo la cosa más destructiva que un hombre puede mostrarle a su mujer, seguido de cerca por la anterior. Es la parte oculta de él que una mujer nunca puede revelar a sus amigas porque es demasiado vergonzoso (y cuando finalmente comienza a contarle a sus amigas, puedes estar seguro de que es el principio del fin). Es el niño asustado que asoma sólo detrás de la fachada de seguridad que percibe en su relación, y quien comienza a tomar control sobre él. Si esta es su versión de intimidad, entonces ese hombre está arruinado. Es el momento cruel, el momento de no pensar en el fragor de la ira, el que deja una marca. O peor, es la total y completa falta de conciencia en ese momento. Es la oportunidad perdida de conectarse. Es una falta de intimidad, y de cualquier otra habilidad para siquiera comprender lo que significa. Hasta la mujer más fría y distante comienza a tener ansias de intimidad en su relación con su hombre. Luego de unos cuantos años jugando al billar y bebiendo cerveza durante las citas, seguidas por sexo con las luces apagadas donde no se intercambia una sola palabra, súbitamente la mujer tendrá un fuerte deseo de tener una conversación real. La intimidad es, en esencia, el destino de una relación. La evolución es inevitable, no podrás detenerla, así que mejor que te dejes llevar por ella. Y si la intimidad no es hacia donde se dirigen como pareja, sin importar de quién sea la culpa, ella abandonará el barco, ya sea literal o espiritualmente, en algún momento. En esencia, E.H.T. es el agua que golpea las rocas durante años, y va suavizando la superficie, borrando el riesgo y la pasión que ella apreciaba al
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principio. Es la pérdida del romance, del esfuerzo, de la pasión. Es la pereza y el egoísmo personificados. Es, al final del día, su pérdida de esperanza. Si te ves reflejado en esto, al menos un poco, entonces estás transitando el camino para entender por qué te has quedado solo.
Entonces, ¿cómo se vincula la E.H.T. a su pérdida de esperanza? ¿Recuerdas la esperanza, la cosa que hace que te hace o deshace como pareja? Es fácil. Ella se enamoró de un hombre duro, macho, divertido y controlado – reitero, como sea que ella defina esas cosas – que se ve igualmente bien en un traje de tres piezas como en una sudadera encerando su coche. Él era un “hombre verdadero”, y eso era sexy. Él era el “hombre de sus sueños”, con énfasis en “hombre”. Hasta que, por supuesto, E.H.T. emergió. Y entonces, todo el lado malo de la incapacidad del hombre de entender las necesidades de ella, leer su mente, tolerar sus inconsistencias, mantener el status quo romántico, recordar lo que debe ser recordado, y no mostrar un solo indicio de debilidad masculina en el trayecto, pero manteniéndose sensible, maravilloso, heroico e icónico debajo de ese exterior escabroso… bueno, eso es pedir demasiado, ¿verdad? Y tienes razón, es una receta destinada a fracasar… a no ser que la mujer cambie sus prioridades, y a no ser que el hombre de alguna forma evite que los daños colaterales de la realidad arruinen totalmente la esperanza de ella. A no ser que ellos hablaran de vez en cuando. Al principio todo funcionaba. Eras el chico divertido de la fiesta. El exitoso triunfador con el lado bueno. El hombre con un plan. El que siempre llegaba primero. Pero las grietas comenzaron a verse. El problema de la ira. La cuestión de la bebida. Siempre poniéndole el ojo a otras mujeres. El egocéntrico insensible. El sexualmente exigente. Las barriga. El juicio, la impaciencia, la intolerancia, el ego inapropiado, la inseguridad emergente que estaba tan bien escondida en otro tiempo, el miedo, la cobardía, los empobrecidos límites de la moral… resumiendo, la emergente debilidad humana de aquel que fue un héroe.
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De aquel que representaba la esperanza, pero ahora es… bueno… algo menos que eso. Aquí es donde se complica, y donde una legión de terapeutas, abogados y cantineros encuentran su Mercado. Porque nadie es perfecto, y todas las relaciones – de ambas partes – son desafiadas por alguna combinación de todas estas repentinas realidades que revolotean en la cara de la química sexual inicial, de los sueños, de la esperanza. Es un tema de grado, de crecimiento, de tolerancia, de madurez del egoísmo y de la aceptación – la mismísima naturaleza del amor y del compromiso, como se manifiesta por la voluntad de ver el vaso medio lleno, mientras se sigue rellenando lo que falta – eso define el futuro de la relación. Obviamente, su vaso está perdiendo por alguna parte. Y a esta altura, depende de ti – no de ella – descifrar por dónde, y aplicar esa comprensión para lo que sucederá a continuación. Quizás puedas rellenar ese vaso, quizás no. Pero al menos sabiendo que existe un vaso medio lleno en la mesa entre ustedes dos, puede que sea suficiente para fomentar una magnífica conversación y la consiguiente luz de esperanza. Hay grandes probabilidades de que, si te evalúas honestamente, encuentres alguna variante de E.H.T. en la raíz de lo que causó que tu mujer perdiera su esperanza. En lo que hizo que el vaso comenzara a derramarse. ¿Eres remotamente el hombre que fuiste una vez? ¿Qué ha emergido en ti con el tiempo? ¿Has madurado? ¿Cómo has cultivado tu amor por esta mujer, y cómo has aceptado y cuidado lo que sea que haya surgido en ella con el tiempo? ¿Eres un bulto en un sofá con una prioridad irremediable de ver fútbol en lugar de compartir tu vida y tus pasiones con ella? ¿O de aceptar las suyas como propias? ¿Es tu barriga del tamaño de una piscina? Y cuando se trata de darse cuenta de algo de esto, ¿eres defensivo y resentido, o reconoces tímidamente que de alguna forma, con los años, te has convertido en alguien que la aburre hasta el cansancio? ¿Representas la realización de un sueño, o la encarnación de una pesadilla? No importa para nada que ella haya contribuido a la deterioración de su relación con el tiempo. Probablemente lo haya hecho, pero en un contexto reactivo fácilmente confundido con defectos de carácter. Y cuando se trata de la
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perspectiva de recuperarla, no importa mucho al fin y al cabo. Ciertamente deberás ser exitoso tanto al recuperarla como en hacer que funcione de aquí en más. Entonces necesitas, por todos los medios, trabajar en la doble vía de la contribución a la tensión y el aburrimiento. Pero por ahora, se trata de ti. Si requieres una disculpa de su parte para volver a la relación, si necesitas que ella cambie, entonces no estás listo o no eres siquiera capaz de recuperarla. No puedo enfatizar esto lo suficiente: desde donde estás sentado ahora, solo y desolado, el rol de ella en todo esto no interesa. Seguro, querrás explorar su rol más adelante, pero por ahora, sólo quieres que vuelva al estadio, con la esperanza de recuperarla en el campo de juego. La idea a esta altura no es ganar, es simplemente volver a ponerse el uniforme. Y, justo o no, ella tiene las llaves del vestuario. Cuando más te enojes y/o quieras lidiar con la equidad de eso, menores son tus chances de recuperarla. Si las palabras “sí, pero…” se encuentran en el horizonte de tu respuesta, es demasiado pronto para intentar recuperarla. Y, talvez, no deberías siquiera pensarlo, mucho menos decirlo en voz alta. Es así de simple. ¿Estás pensando “sí, pero…” en este momento? Tenlo presente si lo estás haciendo. Si sientes que algo de esto es verdad, apenas un poco, pero no tienes idea de qué, específicamente, entonces al menos tienes un punto para comenzar a avanzar. El truco consiste en comunicarle a tu media naranja que se aleja que estás abierto para recibir este “feedback”. Y si lo estás, sincera y verdaderamente, la “estrategia”, si lo quieres, es pedirle que te ayude a entender qué es lo que pasa contigo, cómo has cambiado, cómo ambos como unidad han cambiado, qué ha contribuido al enfriamiento de sus sentimientos hacia ti. Ella notará que tú lo pediste, incluso sabrá apreciarlo (si no se queda sin palabras en ese momento), y probablemente, a no ser que esté demasiado enojada y herida o que ya no le importe, ella estará dispuesta a ayudarte, quizás con su propia agenda secreta para ver si queda alguna esperanza. No estás en control de nada de esto, todo lo que puedes hacer es dar un paso al frente y sincerarte, y desde ahí eres tanto el pasajero como el piloto. Sólo asegúrate de no estrellarte y arder en el proceso al permitir que el antiguo tú intente pilotear el avión.
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No se trata de quién tiene la razón. No si realmente quieres recuperarla. Si ella vale el tiempo y el esfuerzo que se necesita, retomará su rol tarde o temprano. Por ahora puedes estar tranquilo; definitivamente será más adelante. Por ahora, ella sólo necesita asegurarse de que tu Enfermedad del Hombre Tonto no sea Terminal.
Existe una increíble oportunidad para los hombres que comprenden esta dinámica sutil y con frecuencia aparentemente contradictoria de las mujeres, la que quiere a su pastel de fantasía, a su chico malo, a su química sexual, todo junto cenando en la mesa de la realidad. Algunas mujeres todavía quieren a su héroe, aquel que alimenta todo ese néctar sexual y esperanza en primer lugar, pero luego no quieren saber nada de todas las patrañas que vienen con él (la materialización de la Enfermedad del Hombre Tonto). Quieren a ese chico malo, al chico rudo, pero sólo en la superficie, sin los problemas de ira que generalmente emergen en poco tiempo. Quieren al hombre lanzado, enfocado, pero no quieren que él las acomode en el asiento trasero en el proceso. Puede que sea injusta, irracional, y puede que ni siquiera sea conciente de por qué te ha dejado. O cómo, si es ése el caso, afectó su comportamiento al extremo de que tú la has dejado a ella. No importa. Es lo que es, y está allí. Así que lidia con eso. Ahora, después de que haya pasado un tiempo tras la ruptura, lo que tu mujer quiere es un compañero, héroe y protector evolucionado, generoso, sensible y vulnerable debajo de todo ese pavoneo, un hombre que se mantenga en contacto con aquella imagen de la fantasía original (o cualquier tipo de química sexual que estuviera en juego al principio) mientras que avanza con ella dentro de una nueva era, con los pies bien plantados en la realidad. Si tu mujer tiene un fetiche por, digamos, los bomberos, entonces eso lo dice todo – el hombre fuerte, heroico, macho, para quien todo se trata de la familia y los valores, quien sabe cómo tratar a una dama, quien tiene una visión y un sueño propios y está dispuesto a compartirlos, quien camina sobre la línea que está entre un hombre masculino y el hombre de su amada, y lo hace con gracia y sin esfuerzo. Un hombre que esté totalmente perdido por ella, que dé todo por ella, sin perderse a
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sí mismo en el proceso. Un hombre que no deteste las funciones de la familia porque eso es “lo que hace un verdadero hombre”, porque eso es lo que hizo su padre, que no tenga miedo de bailar. Lo que ellas no quieren es un hombre que exija que su comida esté pronta a las seis cada noche, para quien el golf y la pesca sean religión sobre la cual nada tiene prioridad, un hombre que no se haya olvidado de cómo hacer el amor o perder la urgencia de hacerlo, que no se haya transformado en su padre (tú sabes, el imbécil que culpas por toda la basura que trajiste a tu relación), que todavía tiene una relación con la verdad y no ha perdido el toque de su moral, que no ha fomentado sus propios defectos en sus niños, que no define su masculinidad por sus hábitos y pasatiempos (el síndrome de “los hombres de verdad no hacen esa basura”), que de alguna forma se las arregla para hacer que su mujer se sienta femenina, sexy y apreciada, que tiene al menos algún sentido de romance… una especie rara por cierto, en esta era de la E.H.T. galopante. Galopante como lo es, coincidentemente, la tasa de divorcios. (Y si piensas que es malo ahora, pregúntale a tu madre acerca de tu padre, y agradece que esos tiempos hayan pasado.) La verdad es que las mujeres no quieren realmente al bombero, quieren el traje que viste. La persona. Sin ninguna de las cosas humanas y decepcionantes de los hombres que se acumulan dentro de la descripción del trabajo. Para recuperarla, deberás volver a ponerte el traje, pero hazlo al mismo tiempo que lidias con la verdad, viabilidad y sustancia del hombre dentro de él, quien en este caso, eres tú. No es cosa sencilla. Es casi imposible. Por lo cual fuiste advertido al comienzo acerca de tus posibilidades y la montaña que representa este esfuerzo. Pero ésas son las cartas, y ahora depende de ti jugar esta mano. Desafortunadamente, la mayoría de nosotros no somos bomberos, ni tenemos el traje metafórico de un bombero, y por suerte, pocas mujeres admiten esa fantasía. Pero el modelo y la paradoja permanecen en su lugar, a pesar de las presiones y la equidad de la realidad. Las mujeres quieren las dos cosas, lo quieren todo, y si no pueden tenerlo todo, el precio inevitable será la erosión de su esperanza. Es la aceptación del compromiso, personificado en ti. En algún punto hay una línea, y una vez que ha sido cruzada, una vez que la has empujado
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al otro lado, se acabó. Y de alguna manera, la has empujado al otro lado de esa línea. Debes encontrar una manera de que ella lo tenga todo, para darle todo lo que ella siempre quiso en un hombre. Si eso significa ser otra persona y no tú mismo, lo cual casi siempre es así, es una advertencia para que comiences a dedicarte a madurar. Por otra parte… claro, nosotros los hombres también tenemos fantasías y esperanzas propias, pero el fracaso de tu mujer de vivir a la altura de ellas no es la causa de tu ruptura, ¿verdad? No la pusiste a empacar porque ya no usaba esa lencería en la cama, o siquiera mostraba un rastro de su lado sensual en el diario vivir. No, tú la has aceptado, has archivado la fantasía de la chica mala, entonces, ¿por qué ella no puede aceptarte? Respuesta: porque los hombres se acostumbran, las mujeres no. Porque los hombres están tan hundidos en su E.H.T. que ni siquiera se dan cuenta. Sin importar qué tan extenso es tu entendimiento de cómo te has quedado corto en cualquiera de los dos lados de la paradoja del hombre fantasía, lo cual depende en gran parte del grado en el que te haya afectado la E.H.T., esto define tu oportunidad de una conversación profunda con tu mujer, una vez que tengas la posibilidad, porque puede que te sorprenda. Tu voluntad de llegar a eso, de verlo y poseerlo, incluso si (aún) no lo tienes, es tu clave para hacer que ella vuelva al estadio. Si te deja volver al juego o no, es una cuestión mucho más compleja, una que desafía la lógica, porque reside en el medio de lo que debe ser definido adecuadamente como tierra de nadie: sus emociones. Y no te equivoques, la esperanza no es otra cosa que una emoción. Puede que en el alguna parte de este análisis encuentres la verdadera razón por la cual ella perdió la esperanza en ti, lo cual es el contrapuesto a su caída en conciencia de por qué se enamoró de ti en primer lugar, o al menos creyó haberlo hecho. Y si ese hombre sigue allí, en alguna parte, puede que logres convencerla de que sus sueños aún están vivos. Y de que tú eres el hombre que se lo dará. Ahora sólo debes mirar en un espejo e intentar encontrar a ese hombre de vuelta.
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Capítulo 4: El Mortífero Fenómeno de “Quiebre” Dios sabe que las mujeres son flexibles en sus relaciones. Ellas toleran, soportan en silencio. De acuerdo, quizás no en silencio, pero es raro ver a una mujer que tira la toalla a la primera señal de decepción. Mucho ruido y temperamento preceden al lanzamiento de la bomba. Y aún entonces, la morgue de las relaciones está llena de cadáveres de hombres que dicen que nunca se la vieron venir, pero al mirar hacia atrás, de repente se dan cuenta de que ella estaba lanzando advertencias constantes mientras que ellos, en la nebulosa de la E.H.T., siguieron tropezándose por la vida con los ojos vendados (el hecho de que exista un logo de Packers al costado de esa venda es parte del problema aquí). Una incapacidad de ver las señales de su pérdida de esperanza e inminente partida es, de hecho, el mayor síntoma de la Enfermedad del Hombre Tonto… el estado fatal. Un día llega el punto en que esa gota final cae en el vaso, ese rebasado vaso que representa tu relación. A veces no es siquiera una gota, sino simplemente el tiempo, que erosiona toda la voluntad que a ella le quedaba, desgastándola, como el susurro incitador de sus amigas la incita a enfrentarse a su miedo, y dejarte. Y luego el sonido de tu corazón, ese “quiebre”, es el ruido de la columna de su futuro juntos que se rompe. Ahí es cuando las mujeres parecen más malvadas que nunca. Jim Morrison de The Doors lo dijo mejor que nadie: “Las mujeres parecen malvadas, cuando no te desean…” Amen por eso. Los hombres rara vez se quiebran. Más bien se van derritiendo, o desgastando. Podemos quejarnos mucho. O simplemente soportarlo y aceptar las cosas como son, permitiendo que nuestros resentimientos y preocupaciones, sin
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importar si son legítimas, se conviertan en un factor ácido en nuestra vida diaria. Cuando finalmente se van – lo cual es raro – usualmente es debido a algo mejor, es decir, otra mujer. Cuando una mujer deja a un hombre por otro hombre, lo cual también es raro, no es por causa del otro hombre en sí, sino que es porque ha perdido la esperanza en su relación primaria y se ha quebrado en silencio sin que el pobre tipo lo sepa. El nuevo hombre se convierte en su roca y su destino, el que enciende su coraje y voluntad de terminar la relación, más que ser la fuente del quiebre en sí mismo. Esto no quiere decir que una mujer sea incapaz de cometer una infidelidad como tal, pero cuando sucede, es usualmente un síntoma de un quiebre inminente, pero no necesariamente el quiebre en sí mismo. La frecuencia con que las mujeres simplemente están excitadas y no tienen códigos morales es minúscula en comparación con las legiones de hombres que se ajustan a esa descripción. Si ése eres tú, y ésa es la razón por la que ella se ha ido – en otras palabras, fuiste infiel y te atrapó – olvídate de recuperarla por un buen tiempo, y dedica más tiempo, mucho tiempo, en trabajar en ti mismo primero. Es tu única oportunidad de recuperarla algún día, pero más probablemente (porque no sucederá si ella tiene un gramo de autoestima) pagará dividendos en tu próxima relación, si eres lo suficientemente afortunado de encontrar una. Cuando la mujer se quiebra, es prácticamente un caso cerrado. El quiebre es la puerta bruscamente cerrada en una negociación, una disculpa o cualquier posibilidad de dar vuelta el espejo en su dirección, garantizado. Simplemente se cansó. Nada importa ya. Puedes tener toda la razón acerca de tus quejas y de las formas en que ella ha contribuido a la desaparición del sueño, pero ahora no vale nada. Es como si estuvieras muerto para ella. Porque en su mente, la relación ha muerto. Se acabó, pasen los créditos, enciendan las luces, arrojen tierra en la tumba y váyanse a casa. Suena imposible, ¿verdad? Lo cual es una forma irónica de verlo, porque cuando lo haces, te das cuenta del vacío que se siente perder la esperanza. Lo cual es precisamente lo que acaba de pasarle a ella. La naturaleza y la física del “quiebre” merecen un estudio más profundo. Con frecuencia existe una serie de “pre-quiebres” que ella muy probablemente
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confundirá con el verdadero asunto. Un quiebre verdadero es la confluencia de una decisión emocional con una racional. Cualquiera de ellas por sí sola puede verse, oler y sentirse como un quiebre real, cuando en realidad es un pre-quiebre con un gran eco. Un pre-quiebre es frecuentemente una reacción emocional al suceso de la “última gota”. Ella dirá y creerá que ya no da para más, que se ha acabado, y lo creerá absolutamente cuando lo diga. Pero si la equidad de la relación tiene alguna profundidad, y si ella es una persona razonable que te quiere y, si bien no quiera admitirlo en el momento, aún se aferra a la esperanza en su relación, entonces la emoción del pre-quiebre va a menguar, y ahí es cuando tienes la oportunidad de volver a entrar en su vida, apelando a la mejor parte de ella. Puedes estar seguro de que, si no cambias algo, si no te arreglas a ti mismo, ella volverá a quebrarse, esta vez de verdad, y pronto. Las mujeres tienen unos pocos y preciosos pre-quiebres en sus circuitos, así que nunca des uno por sentado. Si se quiebra y resulta que tienes una segunda oportunidad, mejor que la aproveches, porque normalmente la segunda va en serio. Y si lo es, eres historia. Puedes discutir que el quiebre es un fundamento artificial para una decisión de cambio de vida. Esa mujer no puede estar enamorada de ti un día y luego pasar a un extremo en el que ya no te ama al día siguiente. Pero como sugirió Tina, el amor no tiene nada que ver con eso. Puedes amar a alguien que dejas atrás, y la razón por la que lo haces es que te has rendido, que has perdido la esperanza. Aún amamos a gente en nuestras vidas que ha muerto. Y como no hay esperanza, comenzamos inmediatamente, desde el momento en que nos enteramos de su muerte, el doloroso proceso de seguir adelante. El “quiebre” de una mujer es, en esencia, la muerte de su relación. Ella la mató, allí mismo. Desconectó una relación con muerte cerebral porque ya no había vida en ella. No creas que porque aún te ama el quiebre es falso, o ni siquiera que porque aún te ama éste es un pre-quiebre que la está engañando. El amor no tiene nada que ver con ello. Esto se trata de perder la esperanza. Darte cuenta de esto es tu pasaporte para conseguir lo que deseas, que es recuperarla. Todo lo que hagas desde ese punto en adelante debería tratarse de recuperar su esperanza en ti, y en el futuro de la relación, en lo que refiere a sus
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sueños. No puedes revivir a los muertos. Pero a veces puedes despertar a una relación que está comatosa – fácilmente confundible con la muerte, porque el miembro de la pareja que quedó atrás, sigue adelante – y en cualquier caso, tienes que hacer un inventario de ti mismo y de tu rol en todo eso, y luego arreglar lo que fue roto, para tener siquiera una oportunidad. El fenómeno del quiebre tiene mucho que ver con tu Enfermedad del Hombre Tonto. Cada vez que tienes un brote de E.H.T., es como lanzarte a un pozo. Cuando eso sucede, tu mujer se ve forzada a arrojarte una soga emocional dentro de ese pozo, la cual utiliza para sacarte, para traerte de nuevo junto a ella. Es un acto generoso de amor y voluntad de su parte, pero tanto el amor como la voluntad tienen límites. A veces sigues agitando los brazos frenéticamente como una criatura demente desde el otro extremo de la misma soga que ella te ha arrojado, y de todas formas ella sigue tirando. Porque si te quedas en ese pozo, la habrás perdido. Y por ahora, no es lo que ella quiere. Pero ésta es la cuestión con la soga metafórica: no es infinita. De hecho, cada vez que la usa, se acorta un poco. Al principio hay mucha soga, mucho perdón y tolerancia y segundas oportunidades. Su mantra de “Oh, él es así” se vuelve tu pasaporte gratuito para salir de la cárcel. Pero nunca es gratuito, porque la soga se acorta cada vez. Y los pozos a los cuales te lanzas tienen distintas profundidades, algunas mayores que otras, las cuales requieren una longitud de soga extra para esas caídas profundas y oscuras en particular. Y entonces, un día, cuando tu E.H.T. lance esa fatal “gota final”, te encontrarás en un pozo que no parece ser tan profundo en comparación con otros de tu creación, y aún así te quedas sentado esperando que ella te lance esa soga inevitable que te hará volver. Pero esta vez la soga no te alcanza. Puede que ella la lance y no se dé cuenta de que no tiene soga suficiente, o puede que se pare al borde del pozo, mire hacia abajo y escoja directamente no lanzarte la soga. Éste es el quiebre en sí mismo, metafóricamente hablando. El lanzamiento de la cuerda que no llega a alcanzarte del todo es el pre-quiebre, el falso quiebre, y si brincas lo suficientemente alto, con ferviente amor y voluntad suficiente, puede que logres alcanzarla y sacarte del pozo a ti mismo. Pero si ella solamente se para allí mirando hacia abajo, esa sonrisita malvada que parece engreída pero en
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realidad es una mezcla de tristeza y libertad por haber terminado el dolor, estás viendo la cara del Quiebre en sí mismo, y ya no puedes ser salvado. Piensa en lo que sucedió, que resultó en el momento preciso del final de tu relación. ¿Cuál es la naturaleza y la profundidad del pozo en que te encuentras? Piensa en cuántas veces ella te lanzó esa soga emocional y, con fuerzas que aún no comprendes, se obligó a sí misma a traerte de vuelta hacia ella. Y ahora, mientras que estás allí parado en el fondo del pozo, mirando hacia arriba, al precipicio donde ella una vez se paró, percatándote de que se ha ido, y de que no hay soga a la vista, pregúntate cómo terminaste metido allí, y luego reconócelo. Puede que tengas o no tengas una oportunidad de brincar hasta otra soga y escapar de tu destino en el fondo del pozo en el cual ahora resides. Pero si lo haces, debes saber que la única manera en que ella te hará salir es si realmente lo reconoces, si realmente has cambiado, y en el proceso y producto de haber cambiado, te las has arreglado para resucitar su esperanza. No tienes tres strikes esta vez. Normalmente no tienes ni siquiera dos. Agradece si se te da una segunda oportunidad. Unas breves palabras acerca de la cuestión del perdón. Por más que sea difícil aceptarlo, el perdón puede o no puede ser una parte del proceso de recuperarla. Eso depende de lo que hayas hecho, o de lo que ella haya hecho, o en la misma naturaleza de la última gota. Así que no apuestes al perdón, incluso si lo pides, incluso si te lo dan libremente. Cuando un perro muerde a su dueño, el dueño puede perdonar al animal y aceptarlo de vuelta, pero a no ser que ése comportamiento que resultó en un ataque sea tratado, el perro está destinado a ser sacrificado, perdonado o no. La cuestión acerca del perdón es que en realidad es un regalo del que perdona, más que del perdonado. Así que si le has dado ese regalo a tu mujer, pidiéndole perdón, debes comprender que nada acerca de que te lo conceda implica que te has salvado. Aún necesitas arreglarte a ti mismo antes de tener la oportunidad de recuperarla…para siempre.
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No es justo dispararle a un hombre que mira desde el fondo de un pozo y asegura que no se lo vio venir, o simplemente se da cuenta ahora de que ciertos comportamiento y señales fueron, de hecho, indicadores de una implosión inminente, y luego no iluminar la verdad acerca de lo que se perdón en el camino de las advertencias. Hay señales preventivas específicas que deberías preocuparte de notar en una relación, y más importante, tenerlas en cuenta. Un síntoma común de la E.H.T. es, de hecho, notar una advertencia (aunque el síntoma más común es no notarlas), y luego no tenerla en cuenta para nada, asumiendo que pasará, o no darle el significado adecuado. Ahora que estás en el pozo y buscando una salida, puede que digas que es demasiado tarde, pero el proceso de volver sobre lo que te perdiste durante el camino de las advertencias y luego reconocérselo a ella cuando tengas la oportunidad – si la tienes – podría ser un elemento muy valioso en tu plan de reingreso. Si nada indica que lo has comprendido, es demasiado tarde. Pero para algunas mujeres, es mejor tarde que nunca, y si ésa es tu dama, ésta puede ser tu única oportunidad. Aquí hay algunas advertencias que puedes llegar a ver:
• Te dijo sin vueltas lo que le molestaba. Ha admitido que está aburrida, que está preocupada, que siente que está cambiando, que tú estás cambiando. Quizás ella sea específica acerca de lo que es – como ser, que piensa que ya no la amas tanto – quizás solamente describa síntomas y diga que no les está asignando un significado, simplemente “le molestan”. Pero si es ése el caso, te está mintiendo. Las mujeres le asignan un significado a absolutamente todo. Y si lo malinterpretan, es tu trabajo corregirlas. Y si aciertan, usualmente es peor. La mayoría de las mujeres intentan esta aproximación en algún momento (usualmente como un último intento de comunicarse contigo), y a la mayoría de los hombres afectados por la E.H.T. les entra por un oído y les sale por el otro, sin llegar a “entenderlo” del todo.
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• Alguien cercano a ella o a ti te lo ha dicho sin vueltas. Ésta será más directa, sin tapujos. Puede que el lenguaje incluya un intento de gentileza, pero escucha con atención, porque estás siendo increpado. Si llega a este punto, el quiebre está a la vuelta de la esquina.
• Te ha insinuado cosas que le gustaría que cambies. Ésta, por otro lado, es la que se va por las ramas, por excelencia. Si te dice que cree que necesitas un pasatiempo, significa que: o quiere salir de la casa – malo – o cree que te has vuelto rutinario. De cualquier manera, es para que reacciones.
• Ella ha cambiado, y no para bien. De pronto, está diferente. Se está inscribiendo a actividades, saliendo más seguido, se está volviendo más espiritual o intelectual contigo. Mientras tanto, se muestra un poco fría, ni remotamente sexual (si antes lo era). Esto no es simplemente mal humor, y no es una crisis de la mediana edad; esos sí juegan un papel en el desvanecimiento de las relaciones rutinarias a mediana edad. Lo que sí es, es una flamante bandera de advertencia para ti. La respuesta deseada es que te sientes a hablar con ella y ver qué le sucede. Nuevamente, si eres tú el que provoca los cambios, probablemente ni se te ocurra, incluso puede gustarte el nuevo espacio que estás consiguiendo. Mantén esa actitud y tendrás todo el espacio que puedas manejar.
• No admite que algo anda mal, pero es obvio. Bienvenido a este pequeño juego de atrápame si puedes. Ella quiere que te des cuenta, porque es la manera segura de decirte que no todo está bien, en lugar de simplemente decirlo sin vueltas. Es una forma de exteriorizar, de mostrar su dolor y aburrimiento y hacerte responsable por ellos al hacerte sufrir sus consecuencias.
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• La atrapas mirándote, y cuando sus miradas se encuentran… …ella mira para otro lado. Y quizás antes de hacerlo, ves una pequeña sonrisita, una leve sacudida de cabeza, ojos en blanco, como si no pudiera creer lo que está viendo. Talvez como si te estuviera viendo claramente por primera vez, y no en una forma agradable. Se siente como ser juzgado, como una desaprobación o completa ofuscación por las cosas que dices, las cosas que haces, la forma en que te vistes, la manera en que comes… y lo es. Cualquiera de estas señales es un síntoma de que ella desea algo diferente de ti y de la relación. Obviamente, dado que se ha ido, no lo notaste, no te importó, o no respondiste adecuadamente. Así que ahora estás en una habitación comiendo chatarra en soledad, preguntándote qué estará haciendo. ¿Por qué, entonces, algo de esto puede ser importante para ti? Es como ver la filmación de un juego. Los atletas estudian su desempeño luego del suceso, con el simple propósito de hacerlo mejor la próxima vez. En tu caso, estás esperando que el siguiente juego sea con ella, y necesitas prepararte para jugar bien si es que obtienes la oportunidad. Es así de simple. No subestimes el poder persuasivo de darte cuenta de la profundidad de tu propia Enfermedad del Hombre Tonto, y admitirla ante ella. No tienes la cura, pero admitir tu culpa y el no tener idea llamará su atención. De hecho, el admitir eso es un grito de ayuda implícito, y si hay algo que las mujeres adoran hacer, es convertirse en las rescatadoras de los hombres que las necesitan. Especialmente si hay un gran “Te lo dije” de por medio. Así que otórgale eso. Ríndete ante tu inhabilidad de interpretar las señales. Puede que sacuda su cabeza y te diga que es un poco tarde, pero por otra parte, puede que no. Todo el mundo disfruta un regreso, y tú puedes ser ese hombre si te das cuenta de dónde te saliste del camino en primer lugar.
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Capítulo 5: El Poder del Ahora (Versus Luego) Todo lo que hemos discutido hasta aquí tiene que ver con los problemas que han desembocado en tu ruptura, y con el estado de patética soledad en que te encuentras. Hemos intentado enfocar esta historia triste como algo que necesitas entender, porque si no lo haces, y no caes en la cuenta de tu rol en todo eso, no tienes una sola posibilidad de recuperarla. Con eso dicho, y cierto como es, nada de esto importa ya, al menos en un nivel. Lo mejor que el pasado puede darte ahora es una lección, para que aprendas. Una vez que eso sucede, necesitas mostrar tu entendimiento antes de que ella se fije en un nuevo anillo de diamantes, porque necesita saber que el antiguo tú, y la antigua vida que tuviste con ella – en la que perdió la esperanza – se han ido. Lo que nos lleva a la parte más difícil del proceso de resurrección: el presente. Puede que ella acepte la disculpa que le ofrezcas, puede que te perdone, puede que elogie tu habilidad de tomar responsabilidad por tus pecados pasados y falta de ideas, puede que aprecie tu declaración de que estás en rehabilitación por tu E.H.T., y sin embargo… nada de esto importará al final. Nada de esto cambia una cosa… no estás entre los afortunados, al menos no todavía. Todo lo que importa ahora… es el ahora. Todo esto de mirar hacia atrás es como sentarse a charlar con la víctima de un accidente y discutir la tragedia que le ha puesto en esa silla de ruedas. Puede entenderlo, perdonarlo, olvidarlo… pero seguirá en la silla. Ése es el estado mental de la mujer que acaba de dejarte. El pasado ha generado lo que ella siente ahora, y una gran parte de eso es una muralla de defensa bien armada en contra del futuro dolor… causado por ti. Así que si bien te hemos hecho entender al antiguo tú y tomar responsabilidad por él, e incluso comenzar el proceso de reinventarte a ti mismo así como de deshacerte de tanta E.H.T. como sea posible, todo queda
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subordinado a cómo actúes de ahora en más. Puedes estropear tus posibilidades de recuperarla simplemente haciendo y diciendo las cosas incorrectas antes de tiempo. Esto es lo que quiere ella de ti, ahora mismo, sin excepciones: • Quiere que seas fuerte. Cualquier cosa que se aproxime a mostrarle lo patético que eres, como derramar tus lágrimas, demostrar lo perdido y desesperado que estás sin ella, la alejará. • Quiere su parte. Quiere un reconocimiento del pasado, y quiere que su partida sea valorada, preferiblemente por ti. Simplemente no quiere que la uses contra ella como culpa. Confía en nosotros, no se siente culpable, así que no tomes ese camino. • Probablemente diga que no hace diferencia – puedes contar con ello – pero quiere ver que estás en un camino nuevo y diferente. Que estás intentando cambiar, y que el cambio no se trata de ella, se trata de ti y de tu vida de aquí en adelante – y esta es la clave – sin ella. Ella no quiere que cambies para ella, quiere que cambies por ti. Eso es algo que ella notará y admirará. Puede parecer irónico, pero no te querrá de vuelta para que las cosas estén bien para ambos, sólo te querrá de vuelta cuando sepa que las cosas ya están bien… o sea, que el antiguo tú es historia. • Quiere que honres su decisión de seguir adelante con su vida sin ti. No quiere que tú lo aceptes del todo, solamente que lo honres al no intentar decirle que se equivoca. Más bien lo opuesto: quiere que le reconozcas lo bien que hace en dejarte. • Quiere ver que no queda rastro de la Enfermedad del Hombre Tonto. No espera que seas perfecto, pero cerca. Perfecto implica la adición de un criterio irrealista y al revés, lo cual no espera de ti. Pero ella está buscando la completa eliminación el completo tonto que fuiste una vez, al menos en su opinión.
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• Quiere percibir el “Nuevo tú”. No puede ser de la boca hacia afuera o una declaración de intención, necesitas estar realmente en un camino de crecimiento, uno con nuevas actividades, nuevos valores, nuevos compromisos, nuevas metas y nueva pasión, todas las cuales necesitan ser cosas que ella aprueba y admira. • Ella sigue queriendo lo mejor del “antiguo tú”. Hubo algo en ti que le atrajo en primer lugar, y ella responderá al ver la mejor parte de eso volviendo al frente de tu ser. Si fue el “chico malo”, tu reto es mostrarle que su hombre sigue allí, esperando a ser domesticado (o viceversa), pero ahora con una nueva apariencia que no se parece en lo más mínimo a su lista de quejas acerca de ti. • No quiere discutir acerca de cómo te dejó, acerca de lo fría y cruel que fue. Qué injusto. No quiere tu ira y resentimiento hacia ella, y el menor rastro de ella la alejará inmediatamente. • En algún momento, una vez que la perspectiva de darle a su relación otra oportunidad tome vuelo, los dos podrán tener una conversación sana acerca de su culpa en el deceso de la antigua relación. Puedes aclarar que de verdad se necesitan dos para el tango, y que ella no se lució mucho en esa pista de baile tampoco. Sin embargo, por ahora – esto es crítico – déjala que ella saque el tema (no te aguantes), y no te acerques a nada que insinúe que tú también quieres tu parte. La conseguirás eventualmente, pero sólo si te ganas el derecho primero. Recuerda, nadie dijo que este proceso sería justo. Si quieres justicia, recurre a la Jueza Judy. Pero si quieres recuperarla, necesitas darle lo que ella necesita, aquí y ahora.
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Capítulo 6: Unas Palabras Acerca de Herramientas Poetas, dramaturgos, novelistas, compositores y hombres con el corazón roto han intentado definir la esencia del amor durante siglos. Las mujeres dedican menos tiempo a preocuparse por ello, simplemente lo sienten y se sumergen en él, y se dejan llevar por la corriente. Pero los hombres, eternos mecánicos, buscan desarmarlo y examinar los elementos. El problema es que somos realmente malos en rearmarlo ordenadamente. El amor es, en esencia, la suma del total de las partes móviles, ninguna de las cuales incluye un manual. Inicialmente, cualquiera de estas partes puede unirlo, y usualmente se llaman Lujuria y Química Sexual. Pero pronto las otras variables aparecen y demandan ser manejadas, y ahí es cuando las cosas se complican. Demasiadas parejas – las mujeres son tan culpables de esto como los hombres, por cierto – tienden a poner sus relaciones en piloto automático, y como un avión que pasa demasiado tiempo en piloto automático, eventualmente se queda sin combustible y requiere alguna atención manual justo antes de estrellarse. Si bien la lista de atributos y hábitos personales que componen la cultura y el estilo de vida de una relación es larga y variada, en realidad hay sólo un puñado de herramientas – piensa en ellas como herramientas eléctricas, porque pueden hacer mucho daño si se manejan incorrectamente, y pueden arreglar casi cualquier cosa si se usan correctamente – que se utilizan para que las relaciones funcionen correctamente. El amor es la suma de estas cosas, más la química sexual y la conveniencia lógica (lo cual significa que el amor tiene problemas para florecer entre un granjero en el Tibet y una cirujana plástica en Beverly Hills).
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No puedes forzar a alguien a que te ame. Y es muy probable que sea exactamente lo que intentes hacer al tratar de recuperarla luego de una ruptura. Lamentablemente, sí puedes hacer que alguien se desenamore de ti, y ahí es donde entran las herramientas, como una prevención efectiva y, en tu caso, una medida de recuperación. Pero no todo está perdido en esta cuenta, porque si bien no puedes hacer que ella vuelva a enamorarse de ti proactivamente – es mejor si nunca se llegó a desenamorar de ti en primer lugar, simplemente decidió que no hay esperanza para ti – hay cosas que pueden influenciar su opinión y sentimientos hacia ti en forma relativa. Aquí están algunas de las herramientas de las relaciones, cosas que puedes controlar, cosas que puedes trabajar y cultivar, cosas que pueden hacer una gran diferencia en cómo eres visto: • Respeto – tanto por ella, como por ti mismo. • Confianza –a los hombres les gustan los pechos, a las mujeres los hombres seguros. • Clase – definida por cómo ambos ven el mundo. • Habilidad para comunicarse – al final, te salvará o te arruinará. • Intimidad – sigue leyendo. La mayoría de los hombres no pueden deletrear esta palabra. • Pasión (sí, esto significa cómo eres en la cama) – la mayoría de los hombres apestan en esto. • Habilidades sociales – ella quiere sentarse y admirarte. ¿Lo hace? • Habilidad para resolver conflictos – el tácito incumplidor de tratos. Si alguna de estas cosas es lo suficientemente débil, puede llegar a descarrilar tu relación. Cuantas más sean pobres, más probable es que ella pierda la esperanza en que tú seas “el adecuado” para ella. Si eso ya sucedió, tu reto es resucitar su esperanza en cada una de estas áreas, demostrándole tu voluntad de cambiar y crecer. La mayoría requieren un poco de elaboración, y el abrir esa lata de gusanos, se vuelve una biblioteca entera de literatura de autoayuda. Sabes cuando no rindes en clase – los pantalones a cuadros con la camisa a rayas es una pista –
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y has recibido los comentarios de que eres igual de entretenido en la cama que el Wall Street Journal de ayer y una taza de café frío. Hay cursos y remedios para cada una de estas áreas, y si sientes que no estás rindiendo, el dinero bien invertido dice que tus probabilidades de recuperarla aumentan proporcionalmente a tu esfuerzo en mejorar y tu habilidad de expresar ese crecimiento frente a ella durante el proceso de resurrección. Con eso dicho, algunas merecen un vistazo más profundo.
El talón de Aquiles de las relaciones, y el mayor asesino de esperanza, es la falta de intimidad en una relación. O peor, el aumento exponencial de esa falta, porque muchas parejas están juntas porque son compañeros y la pasan muy bien jugando juntos al billar, lo cual es muy bueno y agradable, pero no es suficiente para mantener una relación a largo plazo. ¿Qué es intimidad? Cada uno de ustedes tiene su propia definición, pero si estás solo mientras lees esto, hay grandes probabilidades de que no estés en la misma página que tu amante recientemente partida, como sea que la definas. Los hombres son clásicamente idiotas cuando se trata de intimidad, y las mujeres son conocidas por sus necesidades en esta área… no es una buena combinación. Debes saber también que la intimidad nunca está nivelada ni es una variable estática. Siempre está cambiando y creciendo, tanto en términos de necesidad de ella, de su naturaleza y los medios por los cuales se comparte. Cuando escuchas las explicaciones de una ruptura que dice “simplemente nos distanciamos”, significa que había falta de intimidad, pura y simplemente. La palabra "intimidad" implica la sexualidad, pero el sexo es sólo una parte poderosa del potencial inherente en general y de expresión de la intimidad. Más exactamente, la intimidad es el intercambio de uno mismo - su naturaleza, sus pensamientos, sus sueños, sus propias fantasías, sus temores, por no hablar de su tiempo, atención y recursos - de una manera que hace que la persona que la recibe y la persona que la brinda no se sientan "solos". Si te sientes solo en tu relación – puedes apostar tu iPod por que ella lo sintió - los problemas de intimidad están a la orden del día. Algunas personas se sienten terriblemente
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solas, incluso si están sentados en la misma lóbrega habitación mirando el mismo televisor gastado, o peor, el nuevo plasma de 60 pulgadas que él debía tener, aún cuando le había dicho a ella que no podían pagar cortinas nuevas para el cuarto de los niños (un ejemplo típico de E.H.T.). Si a ella le encanta la comedia musical y tú le has dejado claro que necesitará una orden judicial para llevarte a la próxima presentación de Wicked, eso se vuelve un problema real de intimidad, y reitero, es para un libro de estudio de E.H.T. ¿Por qué? Porque la hace sentirse sola con sus deseos. Peor aún, tú la has hecho sentir así. Eso no es bueno. Si no puedes hacer que tenga un orgasmo en la cama, y si sientes que ése es su problema porque ciertamente tú no tienes dificultades en esa área, entonces hay un problema de intimidad al alcance de la mano. Eso tampoco es bueno. La lista continúa, y es larga y tendida. Deberías hacer tu propia lista y memorizarla antes de siquiera pensar en recuperarla. Párate frente a un espejo y hazte las preguntas difíciles. ¿Qué tan íntimo eras con ella? ¿Qué tan dispuesto estabas a profundizar, compartir, conectarse a un nivel íntimo? No sólo sexualmente, es lo que separa a los amantes verdaderos de los amigos con privilegios. La intimidad es la gran droga de las relaciones exitosas, es el combustible que hace que las cosas funcionen, es la medicina que cura las heridas inevitables de una relación cercana, y es la fuente de toda esperanza. Nuevamente, el simple hecho de ser conciente de esto y decírselo en tu conversación con ella, y en un contexto en el cual tu voluntad sea vulnerable al crecimiento, quizás sea todo lo que necesitas para recuperarla. Al menos, ayudará a abrir apenas la puerta. Muéstrale que deseas un nuevo nivel de intimidad en su próxima relación, y que entiendes cómo y por qué contribuiste a la falta de intimidad en la relación anterior, y ella será todo oídos. Pero no te apresures. Hay otros asuntos que pueden enviarte directamente al piso si lo intentas.
Una de las explicaciones más frustrantes para una ruptura es la forma en que ambos discuten. Es común encontrar parejas que son muy íntimas,
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totalmente compatibles sexualmente, tienen todo en común, pero rompen luego de un extenso período de resolución de conflictos de forma destructiva. Esto también es un problema de intimidad. Si discuten mal, puede ser una violación de la confianza y abuso de la intimidad, y tanto una como la otra pueden hacer que estés empacando en breve. En un extremo de las terroríficas historias de resolución de conflictos está el compañero físicamente abusivo, quien se merece todo lo que inevitablemente recibe en el camino de ser echado a la calle, sin remedio. Si ése eres tú, entonces tu montaña es realmente alta – necesitas mostrarle que no existe ni la más remota chance de que repitas esa conducta con ella, e incluso así, es posible que hayas roto el molde y que ella se haya ido para siempre. Vive y aprende, luego sigue adelante. Porque si una mujer acepta de vuelta a un hombre físicamente abusivo, eso dice algo de ella, y no es algo bueno. Pero uno puede ser abusivo en el área de resolución de conflictos sin tocar al toro. Las palabras pueden ser afiladas y letales, y cuando usas su intimidad como plataforma para palabras nocivas y mensajes hirientes, has cruzado la línea. Ésta es un área donde la terapia puede ayudar, porque las emociones pueden triunfar sobre el libro de resolución de conflictos en tiempos de estrés y presiones, y no importa quién tiene la razón. Si ése eres tú, eres un mal discutidor, necesitas trabajar en esto al punto en el que puedas probarle que las cosas serán diferentes en este ámbito. Y dada su resistencia hacia ti durante este período post-ruptura, probar es algo difícil de lograr. Y cuando ese momento del primer conflicto surge en la relación resucitada, puedes estar seguro de que estarás siendo evaluado, y todo depende de tu habilidad de mantener ese momento como algo productivo, centrado y emocionalmente saludable.
Conclusión: la voluntad, disculparte, incluso reconocer tus errores, no es suficiente para recuperarla. Un abusador crónico puede quebrarse ante su adicción frente a la audiencia de la televisión nacional, pueden ponerse de rodillas y disculparse con el aplomo de Jimmy Swaggert, pero si es eso lo que
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alejó a su mujer, tomará más que un monólogo merecedor de un Oscar para recuperarla. Ella quiere una estrategia de juego, quiere ver algo en marcha, quiere verte sudar. Resumiendo, y en esencia, quiere esperanza. Esperanza real, sustancial, tangible, de que algo va a cambiar. Que tú vas a cambiar. De que de alguna forma adquirirás un poco de clase. De que de alguna manera descifrarás cómo hacer que el amor vaya por el camino correcto, su camino (no asumas nada aquí, no hay reglas, debes descifrarla a ella para hacer las cosas bien). De que puedes dejar de ser abusivo cuando las cosas se calientan. De que te dejarás de estupideces de una vez por todas.
Algo curioso acerca de las estupideces. Tus “estupideces” son la carga emocional e histórica que arrastras dentro de la relación. Es la suma del total de tus inseguridades, tu dolor, tu infancia infeliz y padres ineptos, tus corazones rotos pasados, tus miedos, tus resentimientos, tus prejuicios, tu ignorancia, tu necesidad, tu juicio, tu arrogancia, tu intolerancia, tu egoísmo, tu competitividad, tu necesidad de tener la razón siempre, tu inhabilidad de equivocarte, tus problemas de autocontrol, tus adicciones, tu completa falta de ideas… en general, el archivo completo de la E.H.T., incluyendo la porquería que resulta en comportamientos específicos y momentos rotos, todos los cuales se suman con el tiempo a aplastar eventualmente su esperanza y hacer que ella se aleje. No te equivoques, esta oscura lista es lo que la ha alejado. Estos son los asuntos que definieron tu falta de clase, tu incapacidad de comunicarte, tu triangulación (definición: evitas enfocarte en el verdadero problema al evocar otra cosa en el momento, que te permita tener razón, porque definitivamente no puedes tenerla en el asunto en cuestión). La manera en que finalmente logras acercarte a ella, tu tal “estrategia” para recuperarla, no significa nada si no has abordado estos asuntos, si no sabes lo que son y cómo arreglarlos, si no has comenzado a transitar ese camino, y sin no puedes pensar en una manera de demostrarle tus intenciones y tu progreso luego de haberlo hecho. Todo el mundo tiene sus estupideces. La cuestión es cómo se manifiestan, qué tan seguido, y qué tan severamente impactan en tu relación. Es tu habilidad
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para manejar tus estupideces, para salir de ellas, lo que la mantendrá en casa. Hay una posibilidad de que incluso se vea atraída por tus estupideces de vez en cuando – eras el tipo fuerte y silencioso, y a ella le gustaba eso, pero en poco tiempo se dio cuenta de que tu “silencio” era, en efecto, una inseguridad enraizada que compensas con malos juicios, arrogancia y distancia emocional. O quizás se dio cuenta de que no hay nada, que el silencio es simplemente el interior de un espacio vacío llamado tu mente. Éste no es el lugar para intentar remediar tus estupideces. Para eso están los psiquiatras. De eso se trata el ala entera de Barnes & Noble llamada “autoayuda”. Suerte con eso. Sólo ten presente que tus estupideces son tu albatros, tu impedimento, nunca son tus amigas, nunca son buenas o productivas a largo plazo (incluso si te permiten esconderte del trabajo duro de crecer), y cuanto más te aferres a ellas – lo cual sucede en esta época de dolor que sigue a una ruptura, porque son tus estupideces las que te susurran que esto es en parte su culpa y que tu ira es justificada – no tienes una sola posibilidad de recuperarla. Así que sal en busca de un psiquiatra. Comienza leyendo al Dr. Phil y el resto de los libros en esa estantería. Escucha la opinión de tu familia y amigos (incluyéndola a ella, si es apropiado… es una buena forma de demostrar tus intenciones). Sólo ten en cuenta que nada cambiará hasta que te vuelvas abierto y vulnerable (una de las palabras más poderosas y menos comprendidas en el vocabulario masculino) a ello. Tienes que perder tu resistencia al cambio. Si eres uno de esos hombres que dicen (para sí mismos y para el mundo), “Soy como soy, nunca cambiaré”, entonces estás destinado a tener razón. Y sin dudas a estar solo. Acostúmbrate. El proceso de recuperarla comienza y acaba con tu relación con tus estupideces. Si no entiendes eso, ella se ha ido para siempre. Si lo entiendes, ahora debes descifrar qué hacer al respecto. Ella ya ha perdido la esperanza de que domines tus estupideces. Por eso se ha ido. Ahora es tu trabajo hacer que ella esté equivocada al respecto. Muchos se aventuran (oye, lo que sea que se necesite, ¿verdad?) pero pocos lo logran. Necesitas ser el hombre que lo logra. Limpiar tus estupideces no se trata de recuperarla. Se trata de ti. Recuperarla para siempre depende totalmente de ello.
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Capítulo 7: Por Qué Apestas en la Cama Ella nunca admitirá que tu incapacidad de satisfacerla en la cama es una de las razones por las que se ha ido. Pero dado que cómo eres en la cama es un reflejo directo de cómo eres en el mundo – egoísta, inepto, con buenas intenciones pero falto de ideas, conflictuado, tenso, o directamente irresponsable… como sea – ella usará su evaluación de esto para reforzar cualquiera sea la historia que te está inventando para justificar su partida. Hay muchas razones para abordar este tema, incluso si no parece ser el tema. El sexo es la base de la intimidad, y la intimidad es la base del amor y de la viabilidad de una relación. El sexo es una expresión de muchas cosas, incluso de lo que sientes hacia ella, de lo que sientes hacia ti mismo, de tu visión del mundo – sí, un hombre tenso en la cama probablemente no se divierta mucho en la playa – y una ventana a tu larga lista de estupideces. Necesitas hacer esto bien, porque cuando lo hagas, cuando seas un amante bueno y generoso, muchos de tus otros pecados serán más fácilmente tolerables, sino perdonados, y la intimidad que fomenta el buen sexo se vuelve la base para ti, acerca de cómo abordar y resolver otros asuntos. El sexo es la esencia de ambos, despojados de sus estupideces. Si ella se ha ido, y si realmente no tienes idea de por qué, entonces probablemente fuiste un amante terrible. Porque si fueras bueno en la cama, ella iría hasta el final del mundo para arreglar lo que sea que está mal. Lo cual significa que lo sabrías. Una de las ironías que aquí se plantean, es que puede que no tengas la oportunidad de hacer que vuelva a la cama para probarle que eres un hombre nuevo en este aspecto. No importa. Porque en algún punto de tu proceso de reingreso, tendrás la oportunidad de hablar acerca de su vida sexual, juntos,
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pasado y futuro, y ésa es tu oportunidad de brillar y progresar un poco. Sí, en esta instancia es tan importante hablarlo como demostrárselo físicamente. De hecho, hablar de sexo es una de las cosas más eróticas y generadoras de intimidad que existen. Pero para aprovechar esta instancia, primero necesitas entender de qué estás hablando. Y sólo unos pocos hombres lo entienden. Esto es lo que necesitas entender: los hombres usan el romance como un medio para obtener sexo. Las mujeres usan el sexo como medio para obtener romance. Si puedes entender eso, y meterte en su contexto en este tema, tienes la mitad del camino hecho. El sexo no se trata de orgasmos, se trata de intimidad. El sexo no se trata de la técnica, ni siquiera de la carne. No, el órgano sexual más poderoso del cuerpo humano - tanto del tuyo como del de ella – es la mente. Todo lo que hagas en la cama debería ser enfocado y ejecutado con conciencia de lo que ella siente y de lo que ella piensa. Esto es lo que separa a los grandes amantes de los promedio, y ciertamente de los malos amantes. Las mujeres hablan entre ellas acerca de cómo les hacen el amor sus hombres. La diferencia entre “Oh, Dios, es muuuuy bueno…” y “Se puede decir que es menos de lo que esperaba” no es el tamaño del pene o su técnica (aunque al combinarse con el juego mental, es muy importante que sepas cómo funciona para ella), es lo que dices, tanto con palabras como con acciones y actitudes. Nuevamente, este tópico excede los parámetros de tiempo y espacio de este libro. Es por eso que he escrito varios libros específicos acerca de cómo tener sexo fascinante (puedes ver la lista al final de este libro). Pero aquí hay algunas reglas básicas para que comiences a transitar el camino de Richard Gere. Todo se trata de su cerebro, no de sus pechos. Todo gira alrededor de la conexión: mente, cuerpo y espíritu. El contacto visual es fundamental. Asegúrate de que puedan verse uno al otro (una palabra: velas). Aprende cómo hablarle en la cama. Conviértete en un ferviente narrador sexual que se desempeña en tiempo real. Encuentra sus puntos calientes, sus fantasías, y sin juicio, excede sus expectativas. Sé su amante soñado. Haz que todo gire en torno a ella, sé un dador. Sé aventurero. No aceptes límites que no sean lo que ella te imponga luego.
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Aquí hay una historia de la Enfermedad del Hombre Tonto, a ver si te sientes identificado. Una mujer estaba hablando con sus amigas acerca de su vida sexual. Estas mujeres ya eran veteranas del sexo marital monógamo, con más de 20 años de casadas, y estaban muy aburridas e impacientes con sus vidas sexuales (lo cual es lo último que quieres, porque poco después sigue su pérdida de esperanza de una vida sexual plena, y sabes a dónde lleva eso). Una de las mujeres había dado con un pequeño toque travieso que según comentaba había vuelto loco a su marido, y había abierto las puertas hacia un nuevo y excitante ámbito de intimidad sexual entre ellos: ella usaba guantes de cuero negro en la cama, durante la noche. Transformó totalmente a su esposo. No hacen falta detalles, sólo guiarse por lo visual. Hizo que ambos “sintieran” cosas, cosas excitantes. Fue agradable para sus mentes. Entonces a la otra mujer se lo ocurrió intentarlo. Esa noche, sacó los guantes de cuero negro. Los ojos de su esposo eran del tamaño de platillos mientras la observaba deslizarse los guantes sobre sus manos, y luego usarlos para acariciar su cara y su espalda mientras hacían el amor. No fue una coincidencia que él le “permitiera” ir arriba esa noche. Más tarde, cuando ella le preguntó acerca de eso – incluso esto, el pedir un comentario, fue algo nuevo y excitante – él le dijo que había sido la noche más sensual y emocionante de su vida. Y que nunca, nunca quería volver a hacerlo. Fin de la conversación. Gracias, pero por favor, nunca más. Su deseo fue concedido. Se divorciaron menos de un año después. No por su respuesta a los guantes, sino porque su respuesta contribuyó a la pérdida de la esperanza de ella. Porque su E.H.T. – sus estupideces – estaba más allá de cualquier alcance. Qué tan estúpido es eso… amar algo pero anunciar que está fuera de los límites. Puede que funcione cuando se trata de sustancias tóxicas y adictivas, pero en lo que compete al sexo, ten cuidado de qué etiquetas como “inapropiado”, porque puede hacer que vuelvas a ser soltero. El hombre sabio lee entre las líneas de esta historia, y aprende. Los guantes pueden parecer la antítesis de la intimidad, y la E.H.T. te haría decir “oye, ¿no se suponía que todo gira en torno a la intimidad?”. Sí, es cierto. Pero necesitas ir más profundo. Se trata de una conexión. Todo se trata de la mente, de secretos y fantasías, de cómo las cosas te hacen sentir en el momento, de
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variedad y de emoción. Los guantes la hacían sentir sexy, un poco malvada y aventurera. Le dieron una sensación de control, algo que nunca había sentido antes en la cama. Le dieron esperanza. Los guantes lo hicieron vulnerable, asustado, fuera de control (lo cual puede ser fuente de gran excitación para algunos hombres, obviamente no es el caso de este tipo). Dispararon sus estupideces. Y dándole a ella ese comentario, acabó con su esperanza. Si hubieran podido ir más profundo, incluso poniéndose de acuerdo en que los guantes no eran su estilo, puede que hubieran sido capaces de usar el incidente como trampolín hacia una mayor intimidad, y eventualmente revigorizado su vida sexual con lo que sí funcionó para ellos. Pero no este hombre. No, E.H.T. no es tan profunda. Es la antítesis de la profundidad. No fue que su E.H.T. le impidiera asignarle cualquier significado o sentimiento a los guantes – de hecho, admitió que lo excitaron, así que funcionó a ese nivel – sino que fue la E.H.T. que lo usó en contra de él. Cayó en sus propias maneras, y eso le costó su matrimonio. Es probable que aún esté sentado en un apartamento de un dormitorio, preguntándose qué hizo mal. Porque los hombre así no tienen idea. Medita acerca del amante que solías ser, y no la culpes a ella, aunque puede que sea la conflictuada, limitada, asustada, remilgada o cualquier otro tipo de factor limitante. Puede que lo sea, pero puedes estar seguro a morir acerca de eso, con énfasis en morir. Lo que una mujer dice sobre el sexo puede no ser la realidad de lo que realmente siente y desea. El sexo se trata de explorar las posibilidades y luego comunicarse claramente acerca de lo que funciona, pero sin el factor de opacidad de tus estupideces. El sexo no se trata de frecuencia. Y contrario a la creencia popular de parte de ambos géneros, no se trata sólo de orgasmos. Ni siquiera se trata de ti. Debería tratarse de ella. De crear un ambiente, de expectativa, de escenarios y fantasías, de expresión y pasión, de la creatividad y de evitar urgentemente la rutina y la previsibilidad. Necesitas ser la encarnación de sus fantasías, su mentor, su amo, su esclavo (oye, eso es un llamado mutuo), su profesor, su estudiante, su guía turístico, su narrador, su retador, su deseo más oscuro, un libro abierto, un compañero voluntarioso, un compañero amoroso. Necesitas hacer que ella sienta cosas, creer que acudes al acto sexual no por un orgasmo, sino por ella. Sólo para
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tocarla, para mirarla, para adorarla, para tomarla y consumirla, para someterte a ella, para perderte en ella, para encontrar su esencia, para acariciar sus lugares más secretos, literal y metafóricamente. Para recibir con entusiasmo la intimidad, con avaricia y deseo, pero con el toque de un escultor y la sensibilidad de un poeta romántico. Sí, ése eres tú. O al menos deberías serlo, si quieres recuperarla. Y más que nada, necesitas comunicarte acerca de todo eso… antes, durante y después. Si ella muestra resistencia a esto, necesitas hablar de esa resistencia, y juntos explorar lo que significa. Puede que descubras que ella no es tan resistente como pensabas, o como ella dice. Y cuando lleguen juntos, tú tendrás el crédito, tú serás el hombre del que hablará cuando le diga a sus amigas “¡Es muuuuuuuy bueno!”. Siempre recuerda, no hay reglas cuando se trata de sexo. Especialmente no las tuyas. Lo que funciona para algunos, no funciona para todos. Necesitas descubrir y definir su personalidad sexual – sus límites, sus sueños, sus deseos más secretos, sus preferencias, sus frustraciones, su química sexual completa y su perfil psicológico. No el tuyo, el de ella. Los compañeros exitosos, aquellos que la recuperaron y la conservaron, saben que todo gira en torno a ella cuando se trata de sexo. Si no puedes aceptar esto, entonces aprende a aceptar que ella está fuera de tu vida, porque allí se quedará. Si puedes hacerlo, entonces éste es tu pasaporte a todo lo que siempre has deseado, sexualmente o en otro ámbito, por parte de ella o de cualquier mujer. No te equivoques, esta bola está en tu campo. Todo ello se presta a la intimidad. Y ésa es la oportunidad real del sexo. Si puedes entender esto, y si puedes hacer que ella entienda que hacia allí te diriges sexualmente – ojalá con ella, porque cuando llegues allí, todo será por ella y para ella – luego obtendrás su atención. Habrás dado un gran paso hacia la resurrección de su esperanza de que seas, después de todo y en el contexto de abordar todos los otros problemas, “el adecuado”.
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Una nota final acerca del sexo. Las mejores y más íntimas relaciones tienen, en su esencia, pequeños secretos. Algunos son sexuales. Los guantes, por ejemplo, si hubieran funcionado, hubieran sido uno de ellos. El secreto provee el néctar, esa cosa deliciosa, silenciosa que tienen en común, una sensación de expectativa que mantiene a la relación viva, apasionada y hacia delante. Este pequeño secreto es la antítesis del aburrimiento, la esencia absoluta de la intimidad, y el pegamento que los hace a ambos una unidad cohesiva que puede soportar todas las presiones del mundo real para llevarse bien. Lo que es el secreto, específicamente, se vuelve algo de su propia elección y que ustedes mismos fabricarán. Ambos lo definirán. Sólo sepan que ese pequeño secreto entre amantes es una de las cosas más poderosas que pueden incorporar a una relación. Es un regalo que no puede ser sobrevaluado. Y simplemente decirle a ella que eso es lo que intentarás hacer si vuelven a estar juntos, es lo que anhelas desarrollar y compartir con ella, pondrá una semilla de obligación en su mente, una semilla que pude florecer en la resurrección de su esperanza… en ti, y en ambos.
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Capítulo 8: Acercamiento Final, Despejado para Aterrizar Si hojeaste esta sección primero, te has perdido una gran oportunidad, sin mencionar que quizás hayas perdido el barco enteramente. De hecho, si es aquí donde planeas empezar tu escalada para recuperarla, haciendo trampa y saltando a la conclusión, entonces no tendrás éxito, porque eso dice algo de ti, algo que es la esencia de por qué ella te dejó en primer lugar. Nada en este capítulo vale un centavo hasta que leas y entiendas todo lo que le precede. Y cuando lo hagas, entenderás por qué comenzar aquí, sin realizar el verdadero trabajo que precede a este punto, es el lugar equivocado para comenzar. Primero debes arreglarte a ti mismo. Punto. Sin negociación, sin excepciones. Si no lo haces, ella no te aceptará de vuelta en forma duradera. Si ella llega a aceptar al antiguo tú, es solamente su subconsciente intentando afirmarle por qué te ha dejado en primer lugar, lo cual es precisamente lo que sucederá. Así que supongamos que has comenzado el proceso de reparación. Supongamos que ahora te ves a ti mismo de manera distinta, que estás los suficientemente del otro lado de tu dolor y rabia por su partida para volcar tu atención hacia adentro, en lugar de hacia ella. Que ahora lo entiendes, que comprendes cómo has creado este punto de inflexión en tu vida, cómo contribuiste a la ruptura, cómo tú eres la razón de trasfondo de que ella haya perdido la esperanza en ti y en la relación. Y más que nada, que tu trabajo ahora consiste en restablecer esa esperanza. Todo depende de ello. La primera etapa consiste en comenzar a resucitar su esperanza. Puede que ella sea amable contigo, puede que acepte salir contigo, incluso puede que acepte tener sexo contigo. Pero no habrás abierto la puerta
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para recuperarla hasta que hayas vuelto a encender una luz de esperanza en ella. Hasta que eso suceda, todo lo que haga relacionado contigo es por pura culpa, o por honrar el pasado, o por no tener nada mejor que hacer, o para reafirmar su decisión de dejarte, quizás porque está aburrida, o por propósitos puramente recreativos y sociales. Si no puedes ver eso, saca la cabeza de tu trasero y cae en la realidad. Todo gira en torno a su esperanza. Si trabajas en ti mismo, si puedes hacer que ella entienda que reconoces lo que sucedió en tu relación con ella (o sea, tu E.H.T.) y que estás en guerra con tu antiguo tú (eso también sería tu E.H.T.), con ella como premio (o, si no quiere escuchar eso – y puede que no quiera – con tu futuro en juego, lo cual es quizás hasta más cierto), habrás creado la única avenida verdadera y válida hacia la resurrección de tu relación. O no. Nadie dijo que esto es una ciencia exacta, que es justa o lógica. Después de todo, ella es una mujer, y por lo tanto escapa totalmente a nuestra comprensión de testosterona. Todo lo que puedes hacer es intentar, y si has leído el libro entero hasta esta parte, ahora sabes cómo hacer el mejor esfuerzo posible. A no ser que lo estropees apenas empieces, lo cual es fácil de hacer. Aquí se explica cómo no cometer ese error.
Previamente vimos el estado de dimensión desconocida que define al período que sigue inmediatamente a la ruptura. Desde el momento en que se separan, hasta el segundo en que ambos aceptan que se ha terminado y que deben seguir adelante (lo cual, si estás intentando recuperarla, definitivamente no es tu caso), estás en un lugar donde el tiempo y el espacio tienen sus propias reglas, y más importante, sus propios riesgos. Porque por más que hagas todo bien, todavía puedes meter la pata y estropearlo todo diciendo o haciendo algo equivocado en el momento equivocado, incluso por buenas razones. Mucho de esto depende de las circunstancias específicas y dinámicas de tu relación, y los medios por los cuales rompieron. Intentar recuperarse de una infidelidad es muy diferente que intentar convencerla de que dejarás de ver tanto fútbol los fines de semana. Pueden ser diferentes puntas del mismo iceberg, pero
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la naturaleza de la pared emocional levantada entre ustedes desde la ruptura se compone de muchas cosas diferentes, y necesitarás las herramientas correctas para atravesarla. Algunas rupturas requieren absolutamente una disculpa y arrepentimiento antes de poder iniciar un nuevo patrón de acercamiento. Es un puente que debes cruzar, y ella está esperando por eso, quizás para poder hincártelo en tu trasero de buena gana antes de seguir adelante. Como sea, necesitas darle la oportunidad de responder de la forma que mejor satisfaga sus necesidades. Otras situaciones no dependen de una disculpa – no puedes disculparte efectivamente por ser simplemente un insensible – pero en su lugar, dependen del remedio. Necesitas mostrarle que entiendes el error de tus maneras y la ineficacia del “antiguo tú”, y que estás en un camino diferente. No necesariamente precisas haber completado un retapizado completo de tu personalidad y de tu vida – ésa es su decisión, y está fuera de tu control, sólo ella sabe si has hecho lo suficiente como para revivir su esperanza – sólo que estás por las tuyas. Diferentes combinaciones de circunstancias requieren distintos patrones de acercamiento en tus esfuerzos iniciales por recuperarla. A continuación están los más comunes. Es interesante que, cuando les prestas atención, hallarás que son etiquetas distintas para el mismo conjunto de causas subyacentes. No importa, necesitas planear tu acercamiento en el contexto de la razón evidente por la que te dejó. Fuiste infiel, y ella te echó. Comencemos por aquí, dado que es el reingreso más duro, y el que tiene menores posibilidades. Antes de que comiences a hacer transmisiones desde el corazón, tienes que probar la temperatura del agua para saber si ella está al menos un poco abierta a saber de ti. Intenta una nota, luego una carta, talvez una llamada telefónica veloz. Tu argumento debe ser que sólo deseas saber si ella está bien (ella se indignará por esto, pero que no te engañe, también se conmoverá), y bajo ninguna circunstancia muestres un solo rastro de tu rabia o dolor, ni siquiera tu culpa (pero no te pases al punto de sonar poco arrepentido, necesitas caminar sobre una línea muy fina). En algún punto plantearás la idea de que
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sería bueno dedicar unos minutos para hablar, sólo para aclarar el ambiente y con suerte establecer la base para una amistad futura. Si no cae con eso, retírate por un tiempo, vive tu vida y espera que el tiempo sane la herida (la que tiene tu nombre) para permitirte comenzar de nuevo. Hacer despegar el avión es el desafío aquí, así que no intentes ninguna maniobra hasta que estés en el aire. Sólo sé paciente y ve despacio con el acelerador, y piensa con cuidado tu camino hacia la pista. Talvez obtengas autorización, talvez no, pero en cualquier caso, quieres evitar estrellarte y arder primero. Ella fue infiel, pero quieres recuperarla de todas formas. Este acercamiento supone que has lidiado con el contexto de que ella haya sido infiel, y que has repasado una lista de razones por las cuales la quieres de vuelta. Si ella pasa la prueba (estaba borracha, era un viejo amor, tuvieron una discusión grande, tú fuiste infiel primero y ella se la cobró, lo que sea) y estás verdaderamente dispuesto a dejarlo en el pasado y perdonarla, entonces el truco aquí es seguir adelante como si la ruptura hubiese sido por tu culpa. Lee eso de nuevo para entenderlo bien. Tu culpa. Porque en su cabeza, lo fue. Ella fue infiel porque algo acerca de ti y de su relación no era suficiente para ella, debilitando sus defensas y su moral. El truco es volver a ella en este contexto – fue tu culpa, al menos en un sentido causal – sin el sacrificio de tu orgullo o dignidad, y sin castigarla por su trasgresión. Si intentas provocarle culpa, si intentas herirla, estarás alejándote de tu meta. Las cosas simplemente se enfriaron. En cierta forma, éste ofrece una gran entrada. Tienes el derecho de saber qué fue lo que la apagó, por qué se alejó de ti emocionalmente. Desde ese punto, podrás aplicar todo lo que has aprendido de ti mismo y mostrarle que ha captado tu atención (no es que quieras reforzar el tratamiento del “desprecio” como medio para un fin, es mejor ser honesto y enfrentar juntos las cosas). Hay una conversación que surge de este evento catastrófico de la ruptura, y tu trabajo es llegar a ella sin empeorar las cosas. Si realmente has cambiado cuando llegues a ese punto, y ella te cree, entonces tienes una buena chance de recuperarla.
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Ella no pudo soportarlo – o soportarte – más. Al igual que el anterior, tienes una plataforma para una gran conversación, y existe un sentir de que te debe una explicación, o al menos de que mereces una. Cuando llegue, se enfocará directamente en ti y en tus fallas, así que estate listo y lanza tus defensas. Diablos, si has hecho el trabajo sobre ti mismo, el cual necesitas absolutamente al menos para intervenir, entonces ya sabes lo que ella dirá. Sólo asegúrate de permanecer humilde, ni remotamente a la defensiva, para evitar la triangulación a cualquier costo, y para entregar los bienes en términos de que te has dado cuenta de que ella tuvo una buena razón para marcharse. Sorpréndela y adelántate en el juego, y ella estará abierta para reevaluar las cosas. Dice que simplemente se “desenamoró” de ti. Éste es difícil, porque no sólo debes lograr que se siente a hablar contigo, a no ser que esté mintiendo (como mecanismo de defensa), tendrás que comenzar de nuevo y hacer que vuelva a enamorarse de ti. Con el “nuevo tú” debería ser más fácil, ¿verdad? No necesariamente, porque ella recordará (llámale carga) al antiguo tú en la primera fila de su mente, y tomará un poco de tiempo y esfuerzo superarlo. El truco es ser paciente, crear el tiempo y la oportunidad de mostrarle, versus prometerle, que eres un hombre nuevo. No eres el hombre que ella pensó que eras. Éste es muy parecido a desenamorarse de ti. En este caso, ella decidió que se equivocó contigo (puede que te siga amando, o al menos a la mejor parte del antiguo tú, aunque no lo admita). El truco ahora consiste en hacer que te desee también. Y como antes, debes crear la dinámica para probarlo, más allá de hablarlo. No puedes apurar al amor más de lo que puedes apurar a una mujer para que cambie de idea, así que debes aceptar que esto llevará tiempo.
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Quiere algo diferente. Ouch. Puede que se haya inventado a sí misma la historia de que eres un buen tipo después de todo, es ella que ha cambiado. Tiene nuevas prioridades y metas diferentes. Talvez. Si eso es verdad, todavía tienes una chance, porque hay un “nuevo tú” sentado en la mesa frente a ella, y quizás ese nuevo tú es el adecuado para la nueva ella. Una vez más, el truco es crear el momento y la oportunidad para probárselo. Si lo de que espera algo diferente es solamente una pantalla para justificar su partida, tu trabajo es desmantelar esa justificación, mostrándole al nuevo tú de cualquier manera. Está enamorada de otro. Esto en realidad no es tan distinto. Todas las razones por las cuales se fue siguen allí – las mujeres no dejan a su hombre por otro hombre, incluso si aparenta ser de esa manera-. Primero habrá decidido que su antigua vida no era la “adecuada” para ella, habrá renunciado a la esperanza en ella. Sólo entonces se abre la puerta para ser infiel o incluso para ver el mercado. Así que no es realmente el nuevo hombre contra quien estás luchando, es contra el antiguo tú. Mantén esto en mente mientras avanzas. El peor error aquí: cualquier tipo de concentración o atención sobre el hombre nuevo. De hecho, ella querrá que estés celoso, pero lo único que puedes hacer es mostrarte caballerosamente amable, una suerte de tristeza de que le hayas dado una razón para buscar en otra parte. De hecho, reconocer a regañadientes que es un hombre afortunado y que debe tener un buen currículo (¿sino por qué una mujer bella y elegante estaría interesada en él?) puede funcionar a tu favor. Ten cuidado de nunca compararte con el hombre nuevo, y nunca, nunca ser sarcástico o auto-despreciarte (como “seguro, porque es muuuucho más genial que yo, jaja” – te lo aseguro, ella no se reirá). La autocompasión o cualquier intento de generarle culpa o lástima es lo peor que puedes hacer en tu situación. Quiere un poco de espacio. Entonces, dáselo. Felizmente, porque ahora entiendes lo que pasó y tu deseo es darle lo que quiere y lo que necesita. Sólo asegúrate de que ella sepa que
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ésta es tu voluntad, no tu sumisión, y que estás allí para ella cuando esté lista. Incluido en ese proceso está el emergente “nuevo tú”, así que asegúrate de que ella lo vea. No tienes idea de por qué se fue, y no te lo dice. De hecho, esto es bueno para ti. Porque una vez más, existe la sensación de que en algún punto ella deberá darte una explicación (si no lo hace, reexamina por qué la quieres de vuelta). Y cuando llegue ese momento, ella se sorprenderá de qué tan abierto y poco defensivo estás. Puede que incluso le guste el “nuevo tú” que está escuchándola tan atentamente mientras que ella enumera todas las razones por las cuales era infeliz junto al antiguo tú. Tienes las herramientas, tienes la audiencia, ahora súmale la paciencia y la buena onda, y estarás de vuelta en el juego. Qué no hacer, bajo ninguna circunstancia, si quieres recuperarla. Hay un catálogo completo de formas en las cuales puedes estropearlo todo durante el período de dimensión desconocida luego de la ruptura, el cual desafortunadamente es el mismo tiempo durante el cual estarás planeando y montando tu plan de reingreso (y si has prestado atención, todo ese trabajo se trata de ti, no de ella). Lo cual significa que, incluso si lo has hecho bien, si dices o haces las cosas equivocadas en el momento equivocado, estás aún más frito que antes. Así que evita estas caídas a toda costa: • Nunca le digas cuánto te ha lastimado. No le importa. De hecho, te dirá que te lo merecías, y tu única respuesta será que tiene razón. • No te hagas el desinteresado. Éste es un tema serio, están en crisis, y necesitas demostrarlo, al mismo tiempo que demuestras que eres fuerte y controlado. Las mujeres se ven atraídas por los hombres fuertes, y si existe un momento en que quieres que se sienta atraída por ti, es ahora.
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• No sientas la necesidad o te apresures en hablar acerca de lo que ella también hizo mal en la relación. No le interesa, e incluso si tienes razón, no es eso lo que te hará colocarte nuevamente en su lado bueno. Quizás más adelante. E incluso entonces, hazlo con mucho cuidado, porque si bien has hecho todo este trabajo sobre ti mismo, probablemente ella haya trabajado poco en sus estupideces. Y tanto estar a la defensiva como la triangulación no son nada más que estupideces, así que no le des una razón para mostrar las suyas. No es más productivo escucharlo de ella que de ti. • No asumas nada con respecto al “futuro”. Tu argumento trata de lo que aprendiste como resultado del pasado y la ruptura resultante, no una disculpa por él, y definitivamente no una suposición de que se darán otra oportunidad. Simplemente cuéntale con humildad lo que has aprendido y lo que sientes (ahorrándote la parte del dolor) y ve qué sucede de ahí en más. De hecho, si puedes añadir un sentimiento de agradecimiento por este desarrollo de eventos, porque ha causado que te detuvieras y te reinventaras a ti mismo, ella también lo tomará a bien. • No te acerques a nada que se parezca a un saco de tristeza. Tu lado adusto y negativo sólo reforzará su decisión de permanecer fuera de tu vida. Habla en serio, sé considerado, y nunca aparentes jovialidad que ella no creerá… pero no seas dramático ni nada por el estilo. La idea es mostrarle qué tan bien estás manejando esta situación, lo mucho que has progresado gracias a ella, y que estás listo para mayor consideración. La energía negativa vuela en la cara de esto, y tus deseos serán sus órdenes. • No digas absolutamente nada ni remotamente crítico o negativo acerca de sus amigas, sus hábitos, sus diversiones, y más que nada, de cualquier nuevo amigo masculino en su vida. Tu posición y energía deberán salir de una perspectiva de “Te deseo sólo lo mejor”.
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• No pongas tu vida en espera hasta recuperarla. Necesitas seguir adelante, y la base de eso es mantenerse ocupado, mantenerse positivo, y trabajar en el nuevo tú (en lugar de beber, salir de fiesta, citas seriales y promiscuidad, etc.). Intentar ponerla celosa es suicida; sólo reforzará su decisión de marcharse. En su lugar, haz que te extrañe porque eres sano, divertido y sexy. Cuando sepas la diferencia entre ambas, estarás posicionado para futura consideración. Sorpréndela con lo bien que te está yendo, lo considerado que eres, cuán profundo te has vuelto con esto. Muéstrale el “nuevo tú”, y hazlo real. Si lo logras, tendrás su atención, la cual puede ser sospechosa al principio. Deberás trabajar duro para tener una segunda o tercera oportunidad de mostrarle el nuevo tú, pero sé paciente, espera allí, porque es el único camino de reingreso. Lo que sí necesitas decirle, llegado el momento. Ella querrá y probablemente necesitará escuchar todo lo que sigue de ti, si tu plan de recuperarla tiene una oportunidad. Y necesitas ser sincero en cada palabra, desde el corazón. Ella descubrirá los inventos y la basura en un instante; de hecho, los estará esperando. Si es real como necesita serlo, eso implica que has pensado en ello, te has sometido a ello, te has dado cuenta de cómo apestabas en esto antes, y de cómo vas a manifestar estos nuevos valores en su futura vida juntos, si tienes la suerte. Ni se te ocurra ofrecer esto de la boca para afuera, será tu perdición. Y si algo de esto parece irracional, o peor, equivocado para ti, significa que no estás listo para escalar la montaña. Vuelve a la base, y asegúrate de llevar un espejo contigo. En tus propias palabras, con tus propios modos, debes decirle… • … que sabes que no es tu madre, y que no es su trabajo curarte, alimentarte, vestirte y aceptarte incondicionalmente.
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• … que sabes que no es tu subordinada, empleada, limpiadora, cocinera, enfermera o lavaplatos, y que cualquier prejuicio de género que tuvieras en este aspecto es algo en lo que estás trabajando para mejorar. • … que ella era tu compañera, y que esperas que lo sea de nuevo, iguales en todo ámbito, aunque ambos negocien el significado de ese término, y que ella pueda hacer aportes a esa definición. • … que ahora entiendes conceptos nuevos y extraños como el compromiso, la paciencia, el respeto, el romance, darle las riendas, darle su parte, basándote en tu nuevo descubrimiento de que ella es, después de todo, humana, y tampoco es perfecta. • … que esperas que ella te considere responsable de todo lo que dices que quieres ser, en todo aspecto y matiz de tu anunciado crecimiento personal, y que súbitamente proclamas que la entiendes, que entiendes a las mujeres en general, que ahora te conoces a ti mismo y tienes una nueva perspectiva de la vida… y que estás en total control de cada pedazo de porquería que vuelvas a introducir en la relación contigo. • … que entiendes que ella tiene sueños, aspiraciones, metas y fantasías, y que quieres ser parte de todas ellas y, cuando puedas, ayudar en su realización, y cuando no puedas ayudar, estar allí para apoyarla y observar y abrazarla si lo necesita. • … que esperas que pueda perdonarte. Y, si es necesario y apropiado, que tú la has perdonado (pero… ten cuidado con ésta, tienes que estar en la misma página que ella en este asunto, y en este momento está muchas páginas por delante de ti).
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• … que tiene derecho a tener un pasado sin que la cuestiones, y derecho a su espacio personal sin que la cuestiones, sin mencionar tu confianza completa y liberal de aquí en más. • … que entiendes que debe pasar un tiempo para que las heridas sanen, y que estás preparado para ser paciente, y para hacer lo que sea necesario para cultivarlo. • … que entiendes que debes ser muchas cosas para ella en muchos niveles, incluyendo un amigo, confidente, amante, compañero, entrenador, fanático, compañero, explorador y viajero, y finalmente alguien con el que disfrute pasar el tiempo y que esté orgullosa de presentar a sus amigos, incluso a aquellos que dices que nunca te gustaron, pero que estás dispuesto a trabajar en tu actitud hacia ellos, porque ahora que sabes que se trataba de tus estupideces, no las suyas, las que se imponían en el camino hacia tu aprobación, la cual ellos y ella no requieren. • … que el antiguo tú se ha ido, al menos esas partes de ti que la alejaron, mientras que las partes de ti que ella una vez amó, admiró y disfrutó, son el motivo de mucho trabajo y atención de tu parte. • … que estás bien, y que seguirás bien (aunque un poco vacío) si finalmente ella decide seguir adelante sin ti, y tras un largo análisis te has dado cuenta de que prefieres seguir adelante juntos. • … que pretendes explorar nuevos terrenos como amante, como explorador de todo lo que sea romántico y pasional, incluso oscuro y prohibido. Quieres llevarla a esos lugares, exceder sus sueños más salvajes y expectativas, todo a un nivel en que ella se sienta cómoda. • … que ella te haya mostrado la verdad sobre ti mismo, sobre la vida, y sobre lo que te perderás si ella sale de tu vida.
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• … que aceptarás agradecido su amistad, si es todo lo que ella siente que puede ofrecer, pero que ansías más que eso de ella, y desde la profundidad de tu alma, la cual extraña a su compañera. • … que la vida es demasiado corta y que el mundo es muy grande y frío como para no tenerla en el tuyo. Debes ser sincero en cada palabra de esto también. En todo. Si has hecho el trabajo duro para realmente ser sincero en todas estas cosas, y si ofreces estos sentimientos con más honestidad y urgencia que cualquier otra cosa que hayas dicho antes (no obstante, controlado y ni remotamente desesperado)… y que incluso después de eso, si nada de esto la alcanza, entonces ya se ha ido. Toma todo lo que aprendiste de esta experiencia y sigue adelante para aplicarlo en tu próxima relación. Si puedes entregar la mitad de lo que has prometido, es probable que no la estropees como lo hiciste con ésta. Una cosa más para decirle… Puede que pida ver algo en lo que has estado trabajando. Siéntete libre de mostrarle este libro. Ella se verá a sí misma aquí, y apreciará el contexto de ponerla a ella al frente de todo. Sumado a eso, haz anotaciones en los márgenes y subraya libremente, tanto para ti como para ella.
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Capítulo 9: Los Círculos Concéntricos de las Relaciones Íntimas Exitosas Comenzamos con una metáfora, así que concluiremos con otra. Tu campaña para recuperar el afecto de la mujer que te dejó involucra una combinación de habilidades y prácticas, situación muy parecida a la de un atleta profesional, que debe combinar distintos elementos para ser exitoso en su área. En el baseball, por ejemplo, necesitas poder correr, batear, proteger la base con dos strikes, y lanzar. Los mejores jugadores hacen todo. Así que tú también debes combinar una cantidad de cosas – tanto en términos de comprensión, actitud y habilidades manuales – para tener una oportunidad de recuperarla. No es tan fácil como disculparse o soltarlo todo. No se trata de quién tiene razón y quien no, o de mostrarle un buen momento de nuevo. Y no se trata tanto del pasado como del futuro, más que de la comprensión inteligente de que fue el pasado el que le ha amargado su futuro – la pérdida de esperanza – y eso es lo que la ha llevado a empacar. También se trata de diferentes niveles de comprensión. Hasta el más sincero y arrepentido de los hombres fallará al intentar recuperarla, o mejor dicho, en conservarla una vez que ella decida darle otra oportunidad, a no ser que también busque entender la naturaleza de las mujeres, la dinámica de las relaciones íntimas, el mundo de hacer el amor satisfactoriamente, el efecto de su pasado en sus actitudes y comportamientos, su nivel de Enfermedad del Hombre Tonto, y lo más importante de ella: sus esperanzas, sus sueños, sus límites, sus preferencias y su perspectiva de la vida, del amor, y de él. Todo tiene que ser sólido, todo tiene que unirse.
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Es probable que, para ti, no haya sido el caso. Por eso se ha ido. Alguna combinación de estas cosas ha conspirado para descarrilar sus esperanzas de un futuro contigo. No significa que no te quiera, o incluso que no te ame, o que no disfrute tu compañía. Simplemente significa que ya no guarda ninguna esperanza en ti. La esperanza es el combustible para todo en una relación seria. Ella la ha perdido, y es muy probable que haya sido por tu culpa. La única forma en que puedes ser un factor en la resurrección de su esperanza es no meramente entender tu papel en su desaparición, sino todas las maneras en que debes manifestar un cambio genuino de aquí en más. Hemos invertido mucho tiempo enfocando nuestra atención en ti, el hombre que ella dejó. El hombre dolido, aturdido e indudablemente confundido. Quizás el hombre que está negado. Ciertamente el hombre que quiere recuperarla. Y, con suerte, el hombre que está dispuesto a hacer los cambios que se requieren para tener éxito en su campaña, pero corriendo el riesgo de hacer de esta foto oscura una aún más sombría – y hemos dicho esto varias veces anteriormente – puedes hacer todo correctamente, puedes acercarte a la versión perfecta de ti más que nadie, incluyéndola a ella, y aún así… puede fallar. Y aquí está el por qué. No todo se trata de ti, después de todo. No realmente. Eres sólo un eslabón en la cadena que lleva a su sensación de esperanza. Todo se trata de la pérdida y recuperación de su esperanza. Y la esperanza excede la definición de tú. A veces la “vida” conspira para crear el fin de un a relación. A veces las parejas concluyen que simplemente son personas diferentes, en caminos diferentes, con diferentes valores y prioridades, y que el futuro está nublado por esa comprensión. Así que siguen adelante. En este caso no se trata de lo que está mal en ti. Nadie “hizo” nada mal, las cosas simplemente salieron mal. Se trata de lo que no está bien con la dinámica de la relación, especialmente en términos de seguir adelante. Porque la esperanza mira hacia adelante, y sin importar lo bien que las cosas aparenten estar, si la esperanza no puede sobrevivir por una nube logística o con base en los valores cubriendo el futuro, la relación está condenada. Si esta nube es lo que ella percibe, te dejará, sin importar qué tan controlado, saludable, sensual, generoso o incluso qué tan rico o maravilloso puedas ser.
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Puedes ser perfecto, pero si no eres un “buen partido” en un montón de frías y prácticas formas, bien puede dejarte atrás. Una píldora difícil de tragar, ciertamente. Pero para ayudar a que baje, te ofrecemos el siguiente modelo de relación de por vida para que consideres. Son las cinco áreas de tu existencia en lo que refiere a tu relación, que en el mejor escenario se alinearán. Son cosas separadas, pero están conectadas. Se alimentan unas de las otras, ya sea nutriéndose o volviéndose tóxicas para otras que coexisten con ellas. Imagínalas como círculos concéntricos… cuanto más se alinean, más te vuelves “uno” con cada uno de estos elementos, y mejores son sus probabilidades. Puedes usar este modelo para analizar lo que puede haber salido mal para desembocar en tu ruptura, y en lo que necesitas enfocarte para recuperarla. Mucho de esto está fuera de tu control pero la conciencia puede ser muy poderosa. Al menos, este modelo puede generar la conversación más íntima, honesta y enriquecedora que nunca hayas tenido con tu amante alejada. Imagina eso. Esto por sí solo puede llevarte a un lugar cercano a la reconciliación. Y si no lo hace, al menos puede acercarte a una aceptación pacífica de lo que es que ella siga adelante sin ti. Aquí, entonces, están los Cinco Círculos Concéntricos de las Relaciones. Intenta alinearte con tu amante. Porque si lo haces, y puedes arreglarte a ti mismo en el proceso, tendrás una base real y sólida sobre la cual construir un futuro juntos. Y si no lo haces, bueno, hay realidades que debes considerar y aceptar. Al menos sabrás cuáles son, y podrás hallar consuelo en saber que puede que no haya sido todo tu culpa después de todo. Necesitan ser amigos cercanos, íntimos y leales. Por obvio que sea, esto es frecuentemente pasado por alto al analizar lo que salió mal. Observa la separación de muchas parejas a largo plazo, y podrás ver fácilmente es evidente el hecho de que, a pesar de todo lo “práctico” y de la solidez – dos buenas personas viviendo en un buen hogar, con una buena vida, teniendo sexo bueno pero obligatorio – simplemente ya no se atraen un o al otro. No es disgustar, no discuten, pero la chispa se ha ido. Se han distanciado, han
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dejado de intentar, su relación se ha hundido al nivel más bajo en su lista de prioridades. Ya no son amigos de verdad, y la amistad es el pegamento que mantiene unida una relación en momentos de estrés. Porque inherente a la amistad hay un sentido de generosidad, respeto, apoyo y compromiso. Puedes amar a alguien, puedes tener buen sexo con alguien, y aún así no ser verdaderos amigos. Y una relación primaria íntima exitosa se construye sobre la base de la verdadera amistad. Pregúntate sobre la naturaleza de tu amistad con tu media naranja, separadamente de su conexión como amantes. Quizás haya sabiduría allí, y la oportunidad de reconstruir algo mejor de lo que era antes. Porque mientras que el criterio para ser un amante y compañero maravilloso puede ser vago y elusivo, el criterio para ser un amigo maravilloso no lo es. Deben ser amantes atentos, apasionados y excitantes. Por otra parte, ser amigos no es suficiente. Especialmente al principio. El problema es que todo puede ser fabuloso, pero si el sexo es mediocre o incluso malo, después de un tiempo se vuelve un factor, y no uno bueno. La sabiduría de las relaciones convencionales sostiene que, cuando el sexo es fabuloso, sólo es un 10% del enfoque de la relación. Y cuando no lo es, parece ser el 90% de ella. Así que, ¿cómo eras en ese aspecto antes de ser dejado? ¿Por qué no le preguntas a ella? Es probable que te lo diga sin rodeos ahora que oficialmente no está “contigo”. Si las noticias son malas, es difícil saber hacia dónde ir desde allí. No puedes anunciar exactamente que saldrás a practicar, y que volverás a ella cuando hayas adquirido más experiencia. En su lugar, en algún punto, puedes aceptar tu responsabilidad por haber contribuido a su opinión, y luego volverte vulnerable a ella. Intenta moverte hacia un punto en el que hablen abiertamente de ello, donde ella se ubique posición de mentora. A ella le encantará, porque no hay nada como un amante forjado con el fuego de tus propios deseos de mantener tu cabeza en el juego. Dile que eres una página en blanco, que estás listo para ser lo que sea que ella necesite en ese aspecto. Y no pongas límites a lo que pase a continuación, porque nunca sabes por lo que ella ha estado esperando todo este tiempo.
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Deben tener morales compatibles. Probablemente no discuten que el respeto es importante para una relación exitosa. Estar en la misma página en lo que refiere a lo que es aceptable y correcto en términos de actitudes y comportamientos es esencial para ganarse el respeto de tu media naranja. No quiere decir que ambos tengan que postularse al ciudadano del año, pero si uno de ustedes no siente vergüenza en evadir impuestos, mientras que el otro no desobedecería un cartel de “Pare” en una esquina por más que su madre estuviera muriendo, entonces quizás tengan un problema que va más allá de encontrar algo que hacer en los fines de semana. Es un indicio de que son personas realmente distintas en la esencia de sus seres. Y eso no es una buena señal para el futuro. De hecho, puede que ella ya se haya dado cuenta, y porque es sutil y le resulta difícil decirlo, puede que invente historias acerca de ti en otros asuntos para justificar su partida. Sus visiones personales del mundo deben ser compatibles. Ésta puede ser tramposa, una que no sale a la superficie como problema hasta que alguna experiencia de vida haya pasado por debajo del puente. Hay una afinidad natural entre las personas que ven el mundo de la misma manera, desde divisiones de clase y raza no oficiales, a diferencias menos distinguidas de nivel socio-económico y estilo de vida. Es raro que un mestizo pescador de cangrejos de Louisiana termine felizmente conectado con una banquera judía blanca como un lirio que vive en los Hamptons. Es más que una función de convergencia, es una función de niveles de confort y logística. El rango de posibles combinaciones de categorías posibles aturde a la mente, y mientras que nosotros, con nuestra cultura moderna y progresista que rechaza los estúpidos prejuicios de nuestros padres, buscamos subvertir el reconocimiento de que cualquier divergencia en la forma de ver el mundo significa algo en llamas, puede absolutamente ser un factor en un futuro incompatible. Puede erosionar la esperanza, lo cual significa que también puede ser un factor por el cual te haya dejado. ¿Están en la misma sintonía, en el mismo nivel en lo que refiere a política, dinero, prejuicios y religión? ¿Y qué hay de la higiene personal, apuestas, alcohol,
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drogas, crianza de los hijos, y cuántas noches a la semana uno debe ir a jugar bolos con los amigos? Cómo pasan su tiempo, y con quién lo pasan, juntos y por separado, es una consecuencia de la visión del mundo de cada uno, porque es nuestra visión del mundo lo que crea el contexto, el cristal a través del cual definimos nuestra realidad. Si vives en otro planeta que el de la mujer con la que estás buscando reconciliarte, sólo debes saber que necesitarás un traje espacial y mucha suerte para lograrlo. Deben tener visiones compatibles de su vida. Aquí está el asesino de tratos. Es primo del asunto de la “visión del mundo”, pero quizás más inmediato en sus efectos en el tono y dirección de la relación. Permanecer juntos con éxito se trata más de lo que hacen cada noche, el sexo que tienen, las risas que comparten, los amigos con los que pasan el tiempo, incluso las cosas que tienen en común. Porque si se mueven en direcciones diferentes, nada de eso tiene mucho valor, incluso si es divertido. Recuerda, su valoración completa de la viabilidad de su relación radica en la esperanza, y cuando es obvio que no llegarán a ninguna parte cercana a donde ella pretende ir en su vida en un futuro cercano, tanto literalmente (Pittsburgh, por ejemplo), y figurativamente (días llenos de comida saludable, ejercicio y sexo tántrico), se avecinan problemas. O en tu caso, hubo problemas recientemente, y fue eso lo que te dejó solo y rascándote la cabeza. La comprensión de estos Cinco Círculos Concéntricos de las Relaciones pueden contribuir mucho al alivio del rasqueteo de cabeza. Porque aquí hay sabiduría y verdades, incluso si desafían a la lógica. Puede que esto vuele en la cara de la creencia de que “el amor lo conquista todo”, la cual está allí afuera junto con “cuando las vacas vuelen” y “cuando el infierno se congele”, en la categoría de viabilidad. Nunca subestimes el poder de la esperanza en el corazón y la mente de tu mujer. Es lo que la mantendrá cerca, lo que debes nutrir, y lo que, al menguar, la enviará a empacar.
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Todo lo que has leído hasta aquí trata de la resurrección de su esperanza. Sin importar si la esperanza se perdió por ti y tu Enfermedad del Hombre Tonto, o porque simplemente no pudiste seguirle el ritmo mientras que ella avanzaba en otra dirección, a pesar de que todo lo demás permanecía bien, o que uno o más de uno de los Cinco Círculos Concéntricos no funcionó apropiadamente… aún se trata de encontrar una manera de recuperar su esperanza en el contexto de su relación. Si puedes hacerlo, si puedes cambiar en una forma significativa que reviva su esperanza, si puedes evolucionar hacia un lugar en tu vida que se alinee con sus esperanzas, entonces puede que la recuperes… y la conserves. Todo lo que necesitas comprender acerca de cómo proceder, está ahora sobre la mesa. Ahora depende de ti. ¿Eres lo suficientemente hombre como para volverte vulnerable y abierto a estas verdades? ¿Para enfrentar la verdad sobre ti mismo, sobre ella, y sobre el futuro de su relación, tanto con o sin esos cambios? ¿O te aferrarás a tu rectitud, tu hombría que dice que no puedes no tener idea? ¿Triangularás y defenderás, o te volverás vulnerable y abierto? ¿Buscas amor o control? ¿Estás realmente preparado para recuperarla, para siempre esta vez? Sin importar qué tan enojada esté o por qué te ha dejado, debes proceder con la creencia de que ella espera que estés listo. Es esa creencia la que te sostendrá. Así que sal y recupérala. Porque aunque no lo logres, si das lo mejor de ti y aún así debes despedirte de ella, serás un mejor hombre por el esfuerzo. Y con lo que hayas aprendido aquí firmemente plantado en tu cabeza y en tu corazón, tienes mayores probabilidades de las que tú crees.
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Publicaciones de Michael Webb, el Experto en Relaciones más recomendado, en Oprah y en otros 500 programas de TV y radio.
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