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April 24, 2017 | Author: paco canadas | Category: N/A
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RAPPORT -HIPNOSIS DE MILTON H. ERICKSON, M.D.-

Revista del Instituto MILTON H. ERICKSON de Buenos Aires (Argentina)

SEPTIEMBRE 2001

Año XI Nº 32

RAPPORT - HIPNOSIS de MILTON H. ERICKSON Revista del

Instituto MILTON H. ERICKSON de Buenos Aires (Argentina)

Director Internacional:

ERNEST L. ROSSI, Ph. D., Baywood Park, CA, U.S.A.

Directores:

EDGAR A. ETKIN y SYLVIA ETKIN

Propietario: EDGAR ALEJANDRO ETKIN

Dirigir correspondencia a: Sánchez de Bustamante1945 P.B. ‘‘A’’ (1425) Buenos Aires, Argentina

e-mail: [email protected] Tapa: IMHEBA

RAPPORT HIPNOSIS de MILTON H. ERICKSON Nº 32 - Septiembre de 2001

RAPPORT HIPNOSIS de MILTON H. ERICKSON Nº 32 - Septiembre de 2001

Obra Completa del Dr. Erickson en 50 números

© Copyright en español E. A. Etkin y S. Etkin 1993 Buenos Aires, Argentina

COMPROBACIONES

Existe una comprobación elemental biológica que prueba que dos cuerpos adversos – enemigos, blanco y negro tal vezcolocados en el mismo ataúd se pudren juntos como una sola materia - incluso se ha llegado a confundir al cabo de las lluvias la identidad correspondiente a las cenizas. Pero también existe otra comprobación que afirma que esos dos mismos hombres, posados sobre el mundo -puestos a vivir, inevitablementeacabarán diferenciándose, convirtiéndose en adversarios identificables. EMIR SILVA

‘‘Como ego primigenio, yo constituyo mi horizonte de otros trascendentales como cosujetos dentro de la intersubjetividad trascendental que constituye el mundo.’’ Edmund Husserl ‘‘La crisis de las ciencias europeas’’

CUATRO PRINCIPIOS DEL TRABAJO DE ERICKSON 1- No hay necesidad de que el inconsciente sea hecho consciente: los procesos inconscientes pueden ser facilitados de modo tal que puedan funcionar en forma autónoma a fin de resolver en forma individual los problemas de cada paciente. 2- No hay necesidad de que los mecanismos mentales y las características determinadas por la personalidad sean analizados para beneficio del paciente: los mismos pueden ser utilizados como procesos, dinamismos o sendas que faciliten las metas terapéuticas. 3- No hay necesidad de que la sugestión sea directa: las sugestiones indirectas pueden con frecuencia evitar las limitaciones aprendidas de un paciente y, de este modo, facilitar mejor procesos inconscientes. “Con estas sugestiones indirectas el paciente incorpora la habilidad de pasar a través de esos dificultosos procesos internos de desorganización, reorganización, reasociación y proyección de experiencias internas con el fin de ir al encuentro de los requerimientos de [metas terapéuticas].” 4- La sugestión terapéutica no es un proceso de programar al paciente con el punto de vista del terapeuta: antes bien, las mismas implican hacer “una nueva síntesis interna de la conducta del paciente - síntesis llevada a cabo por el paciente mismo.”

The Collected Papers of Milton H. Erickson on Hypnosis, Vol. IV, Edited by Ernest L. Rossi, Ph. D., Irvington Publishers, 1980. “I. General Introductions to Hypnotherapy”, p. l.

CARACTERISTICAS DE LA HIPNOTERAPIA ERICKSONIANA •

La Hipnoterapia Ericksoniana es un proceso complejo, mediante el cual, psicoterapeutas especializados ayudan a la gente a utilizar sus asociaciones mentales, recuerdos, experiencias, recursos y máximas expresiones de vida y salud para lograr sus propios objetivos terapéuticos.



Las Sugestiones Hipnoticas Indirectas facilitan la utilización de las habilidades que ya existen en una persona pero que no usa, usa incorrectamente o permanecen subdesarrolladas, debido a limitaciones aprendidas, inexperiencia, carencia de oportunidades, comprensión, o modelos exitosos a seguir.



El Hipnoterapeuta Ericksoniano (como interfase) crea las condiciones para que el paciente pueda “despertar” los datos operatorios aprendidos a lo largo de su vida (almacenados en su “disco rígido” biológico) que están disponibles sólo inconscientemente, y que lo limitan severamente cuando se enfrenta con situaciones indeseables (el “input” sensorial) que atraviesa en el presente.



La Hipnoterapia Ericksoniana utiliza el estado de trance hipnótico (fases alternas de la conciencia) para lograr en el paciente una compenetración más plena con su dinámica inconsciente y así facilitar y acelerar los cambios que llevarán a la solución de sus problemas. Implica los múltiples niveles mentales y por esta cualidad se constituye en una psicoterapia breve.



El Acceso Indirecto al Inconsciente, (mediante el lenguaje hipnótico, sugestiones indirectas y el acceso metafórico - metonímico) durante el trance hipnótico, evita y reemplaza, para beneficio del paciente, los dilatados y costosos procesos analíticos conscientes, característica de otras psicoterapias.



El Acceso Indirecto al Inconsciente hace posible que el paciente supere padecimientos psicológicos, psicosomáticos, y acelere la recuperación de la salud orgánica, llegando, según recientes investigaciones científicas, a influenciar la estructura y funcionalidad molecular y genética.



La Hipnoterapia Ericksoniana se destaca en el tratamiento grupal, ya que su tecnología simbólica potencia y atañe tanto al ámbito privado de cada integrante del grupo como a los objetivos compartidos socialmente por todos, abarcando el nivel consciente y el inconsciente de cada individuo. Edgar A. Etkin y Claudio López Andrés

RAPPORT HIPNOSIS de MILTON H. ERICKSON Nº 32 - Septiembre de 2001

Indice Investigación especial complementaria de la hipnosis. Realidades hipnóticas y no hipnóticas (1967) Milton H. Erickson M.D. ................................................................................ 2551

Realidades hipnóticas. La inducción de la hipnosis clínica y las formas de sugestión indirecta (1976) Milton H. Erickson, M.D., Ernest L. Rossi, Ph. D. y Sheila I. Rossi, Ph. D. ...... 2573

Hipnoterapia. Un libro exploratorio de casos (1979) Milton H. Erickson, M.D. y Ernest L. Rossi, Ph. D. ......................................... 2603

Reglamentación de la práctica de la hipnosis clínica en Capital Federal ........................................................................ 2617

RAPPORT - HIPNOSIS de MILTON H. ERICKSON - Nº 32 - Septiembre de 2001

INVESTIGACIÓN ESPECIAL COMPLEMENTARIA DE LA HIPNOSIS. REALIDADES HIPNOTICAS Y NO HIPNOTICAS (1967) Milton H. Erickson, D.M. 1. Publicado en The American Journal of Clinical Hypnosis, October 1967, 10, 87-135 2. Publicado en The Collected Papers of Milton H. Erickson on Hypnosis, Vol. I, Ed. by Ernest L. Rossi, Ph. D., Irvington Publishers, Inc., New York; 1980, 18-82 3. Con autorización de Ernest L. Rossi, Ph. D., Buenos Aires, 1993, para su publicación en Rapport.

(Viene de Rapport Nº 31) DEFINICION Y EXPLICACION DEL PROBLEMA POR INVESTIGAR A su debido tiempo, se tomó conciencia de que el problema fundamental centrado alrededor de la pregunta intrigante reside en saber ¿cuál es el significado de la situación de la realidad dentro y fuera del trance hipnótico, es decir, el hipnotizado aprehende, percibe o siente sus realidades circundantes de la misma manera en que lo hace una persona que no está bajo los efectos de un trance hipnótico?. Hull fue enfático al afirmar que cuando se le pidió a un sujeto hipnóti-

co-somnambulístico que mirara hacia donde estaba la persona “A” (una persona verdadera y no una alucinación) lo hizo de la misma forma en que lo había hecho cuando estaba en estado de vigilia. El autor, por motivos que él no explicó claramente en su momento, pero que los relacionó con las diferentes actitudes del sujeto en el estado de trance, no estaba de acuerdo con la opinión de Hull, pero lo sorprendió la pregunta sobre de qué forma podía diferenciarse la aprehensión que una persona hace en un estado de vigilia, con la que hace en un estado de trance hipnótico. Según, el autor, el estado de trance hipnótico se veía coloreado por lo que se deno-

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mina “armonía”. Destaca la presencia de dicho trance a través de elementos muy rígidos sobre el comportamiento como aquellos que derivan de la catalepsia así como de otras alteraciones físicas y del deterioro de la realidad misma, la disociación y las manifestaciones ideomotoras e ideosensoriales que aparentemente son importantes pero que no siempre están presentes de modo consistente: son las características del estado somnambulístico. Otra característica del estado de trance reside en la aparente toma de conciencia de los sujetos acerca de la realidad y de los correspondientes estímulos que no corresponden a sus respectivos trances ni a la potenciación de otros marcos mentales de referencia. Quizá la mejor analogía puede encontrarse en la persistencia que ofrecen las ilusiones visuales en el estado de vigilia del individuo, como por ejemplo lo es el bien conocido reconocimiento persistente de un florero y la falta de conocimiento de los dos perfiles parciales que componen el bosquejo de dicho florero. El autor ha empleado, asimismo, otro ejemplo con fines psicoterapéuticos, durante varios años. El mismo consistía en escribir el número “710” en una hoja de papel y en preguntarle y pedirle al paciente que “leyese lo que yo acabo de escribir en el papel de todas las formas posibles. “Se produciría una persistencia del marco numérico de re-

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ferencia a través de la lectura del número escrito mediante las múltiples modificaciones de los dígitos que componen dicho número, incluso cuando la hoja de papel fue dada vuelta hacia abajo. A veces, la rigidez del marco número no puede ser alterada ni siquiera por la medición que implica el escribir la palabra “SOIL” (“tierra” en inglés), y si se le quita la letra “S”, se obtendrá el término “OIL” (“aceite”, en inglés), saliéndose, de tal forma, del marco estricto de referencia. Analizando los puntos que acabamos de enumerar, el autor consideró que era posible (Erickson, 1938) que los sujetos bajo efectos de un estado de trance profundo pudiesen sentir los objetos de la realidad así como otros estímulos que estaban fuera del contexto de alguna manera distinta a la que lo podían hacer, pero cuando estaban en estado de vigilia. Erickson (Erickson, 1943a) también señaló que este principio podía aplicarse para todos los tipos de estímulos del marco del trance en sí mismo debido a que los sujetos hipnóticos presentan, aparentemente, una gran facilidad para variar las percepciones que tienen de los objetos o de los estímulos por medio de la substitución, en el nivel alucinatorio, respecto de las imágenes de la memoria. Este proceso de substitución o remplazo de las imágenes de la memoria correspondientes

Realidades hipnóticas y no hipnóticas

para los estímulos sensoriales que se perciben cuando una persona se encuentra en estado de trance hipnótico configura una manifestación tanto posible como frecuente de la hipnosis, pero, en verdad, no es una parte de la aprehensión ordinaria de la realidad que se tiene en un estado de vigilia, ni siquiera de una variación ordinaria de la misma. No obstante, aparentemente, parece ser sumamente característico que aquellos sujetos somnambulísticos que, por ejemplo, pueden ver un objeto de la realidad , pueden, consecuentemente, tener alucinaciones vivas con consecuencias fisiológicas apropiadas. (Erickson, 1943a). Hull objetó con severidad que todos los estímulos sensoriales continuasen siendo constantes en su efecto o en sus condiciones respecto del grado de atención en que se encuentra la persona que participa del experimento, pero, que sin embargo, se produjo un bloqueo que afectó sólo la comunicación de la experiencia de parte del sujeto para con el experimentador pero que no alteró la verdadera percepción que el sujeto tenía de la realidad y de sus respectivas experiencias. En este mismo sentido, el autor efectuó un significativo trabajo sobre la sordera causada por la hipnosis y sobre las respuestas condicionadas en las que participaba el estímulo auditivo. Los resultados de este estudio (Erickson, 1933) han revelado que el autor mismo tuviese

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dudas respecto de la identidad que ofrecía el hipnótico ante las realidades del estado de vigilia. Las discusiones entabladas sobre el tema condujo a una desaveniencia significativa entre Hull y el autor de este trabajo ya que Hull consideraba que los puntos de vista del autor eran desleales y poco apreciativos y se dejaba de lado, intencionalmente, la visión de Hull. (No debemos olvidar que, en el momento de las discusiones, el autor era sólo un estudiante, mientras que el Dr. Hull era el titular de la cátedra). En cualquier caso, como resultado de estas discusiones personales con el Dr. Hull, a veces ásperas de parte de los ambos protagonistas, el autor, siempre tuvo en mente la intención de crear su propia investigación experimental de los elementos que realmente configuraban un estado de trance hipnótico. El autor contó con la ayuda del procedimiento experimental científico elaborado por el profesor Joseph Jastrow, entonces Jefe del Departamento de Psicología; por el Dr. William F. Lorenz, Profesor de Psiquiatría y por el Dr. A. Loefengart, Profesor de Farmacología y experimentalista más entusiasmado debido a su insistencia en el procedimiento científico completamente controlado. Con posterioridad el Dr. William Blackwenn, del Departamento de Psiquiatría, y el Dr. Hans Rees, Pro-

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fesor de Neurología, quién había empleado muchísimo las técnicas de hipnosis durante la Primera Guerra Mundial en el ejército alemán, se ocuparon de brindar muchos consejos, instrucciones y apoyo hacia el proyecto del autor. Los consejeros aprobaron la necesidad de un cuidado intensivo en la formulación de conceptos de la metodología de procedimiento y dejaron en claro que era importante no intentar el logro de contrastes directos sino de aquellos procedimientos experimentales que resultasen ser una parte incidencial de un marco mayor de trabajo hipnótico. Fehacientemente, llegaron a la conclusión de que cualquier descubrimiento de una diferencia de conducta entre los estados hipnóticos y no hipnóticos tendría que ser una manifestación espontánea y natural y no una mera respuesta a una intervención o sugestión directa. Estos especialistas no pudieron ofrecer sugestiones acerca de cómo solucionar el problema pero, por el contrario, sí discutieron las dificultades con las que debía enfrentarse el autor quien, a su vez, tuvo siempre en cuenta el consejo que ellos le dieron durante el término de muchísimos años. El autor continuaba preocupado sobre las siguientes cuestiones: 1.- ¿Cuando un sujeto hipnótico está en un estado de trance profundo, percibe o aprehende un objeto de la realidad de

Milton H. Erickson

la misma manera en que lo hace cuando no está bajo los efectos de la hipnosis? 2.- ¿Aquellas personas que están hipnotizadas de alguna manera, “abstraen”, “extraen”, “aprehenden” y “sacan del contexto” de algún modo diferente a los ítems de la realidad del medio ambiente en que se encuentra, cuando tales ítems no son una parte integrante de la situación hipnótica que esa persona está viviendo? 3.- Un objeto de la realidad concreta que es percibida por el sujeto hipnotizado, en verdad, ¿es aprehendido, sentido, o comprendido de un modo diferente de aquél al que recurre el sujeto pero cuando no está hipnotizado? 4.- ¿Cómo se modifican los medio ambientes de los objetos de la realidad percibida o aprehendida o los medio ambientes de la realidad propia del sujeto de manera tal que las relaciones sujeto-objeto queden alteradas de una manera en especial, tal como ha sido indicado por los sujetos hipnóticos cuyas conductas sugieren la presencia de cambios tan grandes? 5.- ¿Qué elemento de la experiencia de aprehender una realidad en un estado de hipnosis permite que se produzca una sustitución efectiva de las imágenes de

Realidades hipnóticas y no hipnóticas

la memoria de otra especie por objetos del medio ambiente circundante? 6.- ¿La realidad del medio ambiente verdadero es la misma para un individuo que está bajo los efectos de un trance hipnótico que para aquél que esté en un estado de vigilia constante? 7.- ¿Existe alguna forma de exclusión o alteración de los hechos que forman parte de la realidad en el estado hipnótico que conforme una parte del estado de hipnosis? No se produjeron expectativas que permitiesen alcanzar respuestas para todos estos interrogantes y ni siquiera para garantizar una respuesta definitiva a alguno de ellos. Estas preguntas asimismo condujo al hecho de darse cuenta de la importancia de una situación experimental en la cual el sujeto podría reaccionar de acuerdo sólo con sí mismo, no estando influenciado por la conducta responsiva de otros sujetos experimentales y sin volverse complaciente cuando se trata de dar respuestas a las preguntas que se le formula. Solamente de esta forma se produciría una oportunidad verdadera para descubrir las diferencias posibles entre el estado hipnótico de la toma de conciencia y aquel estado de la toma de conciencia pero durante la vigilia, más que para comparar similitudes aprendi-

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das o intentadas. A grandes rasgos podemos ilustrar las consideraciones en las cuales se basan estas preguntas con el siguiente ejemplo: Las personas “A” y “B”, en el estado de vigilia ordinaria, están sentadas en un escritorio analizando una compleja fórmula matemática. Por más concentrados que ambos sujetos estén en el problema y en el significado de la fórmula matemática, existe un completo y valedero y disponible, aunque secundario, conocimiento y toma de conciencia del escritorio donde están sentados, así como de las cuatro paredes del cuarto donde los dos están, el día de la semana, de la hora aproximada, de la conclusión de la discusión entre las dos personas, del conocimiento de las opiniones de “X”, y etc. Aquellas personas que no están en un estado de trance no pierden un conocimiento general e inmediato del medio ambiente circundante a esa persona en particular ni del contexto general del acto de pensar y hablar. Lo hacen de modo parcial a tal punto que llegan a veces a explicar, sin que se les pida, que “Por un momento o dos me había olvidado de todo y estaba tan concentrado en el problema matemático”. En consecuencia esas personas tendrán que reorientarse a sí mismas para poder hablarles al medio circundante. Pero, en verdad, es el medio ambiente de la realidad la meta

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hacia la cual se encaminan dichas personas. No obstante, esto no sucede con los sujetos que sí están profundamente hipnotizados, aunque se trate de su primera experiencia con la hipnosis; los ojos pueden haber estado continuamente abiertos y pueden, en consecuencia haber sido hipnotizados por alguna técnica ritualista a través del empleo de ciertas palabras o términos claves, o por cualquier otro método que hubiese sido redactado o grabado con anterioridad y que, con posterioridad, pudiese ser examinado por significados escondidos o implícitos de las palabras usadas a tal efecto. Sin embargo, sin urgencias de ninguna clase, a medida que los sujetos se sientan cómodamente en las sillas, ya en un estado somnambulístico, se les puede preguntar simplemente “Qué está mirando? Y ellos responderán recurriendo a términos de su propia experiencia pasada: por ejemplo, “las montañas (árboles, lago, perro, bote, etc.)”. No obstante, las montañas no han sido mencionadas, no hay imágenes sugestivas o montañas en las paredes, pero los sujetos no sólo las describieron sino que ellos estaban orientándose de alguna forma hacia esos sitios, ya que iban en busca de la cabaña para cazadores ¿Y el laboratorio?. No existía para ellos. Aparentemente, en este caso, toda la absorción sensorial ha perdido su valor

Milton H. Erickson

salvo en lo referente a la toma de conciencia de la presencia del experimentador como parte integrante de la situación hipnótica. Por otro lado, los estímulos de la realidad han sido reemplazados en las respuestas conductas experimentales de los sujetos intervinientes en la experiencia por las imágenes de la memoria que no están relacionadas de ninguna forma, con la situación de la realidad. De manera similar, el estado de no trance de concentración puede contrastarse con un trance somnambulístico profundo repentinamente inducido en individuos voluntarios por medidas que no son conscientemente reconocidas por ellos. Por ejemplo, una mujer que estaba muy concentrada en sus propios conocimientos, agresivamente se adueñó de la plataforma del disertante e interrumpió la conferencia que estaba dando el autor, diciendo, en tono de arenga: “Lo desafío que me ponga ahora mismo en trance y verá que no existe nada de lo que usted llama “hipnosis”. El autor simplemente respondió: “¡Oh! No me atrevo. Eso es lo que usted tendrá que hacer por sí sola”. Luego, Erickson, giró sobre sus pasos, y siguió hablando a la audiencia, considerando que la mujer, psicológicamente, era vulnerable por el hecho de que su respuesta la había dejado sin un blanco para continuar con la agresión. Como resul-

Realidades hipnóticas y no hipnóticas

tado, en unos minutos, la mujer entró en un estado de trance profundo, reconocible y somnambulístico ,siendo aparente para todos los estudiantes presentes que la mujer estaba bajo los efectos de un estado de hipnosis. Inmediatamente, todo el mundo se dio cuenta de que únicamente el orador estaba concentrado en la audiencia, de sus sonidos, del podio de la plataforma, de la jarra de agua en el escritorio, etc. La mujer, no obstante, aparentemente, no notó la presencia del medio que la rodeaba en ese instante, salvo la presencia del orador, ni parecía escuchar lo que él le estaba diciendo a la audiencia. Ni parecía, asimismo, darse cuenta del paso del tiempo. Mientras que el autor continuaba con su conferencia, ella seguía inmóvil, sin parpadear, totalmente sin respuestas, hasta que el autor la observó y le preguntó si deseaba ser voluntaria para una experiencia de demostración del fenómeno hipnótico. Ella aceptó prontamente. Demostró ser una excelente voluntaria de demostraciones hipnóticas. Al despertarse del trance, la mujer expresó una actitud de confusión debido a su presencia en la plataforma del disertante, pero agregó: “No importa, sólo tuve cierta sensación en mi interior, pero aprendí mucho y me voy satisfecha”. Sus amigos que estaban presentes en la sala de conferencias, le informaron acerca de la serie de eventos que ella había protagonizado mien-

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tras estaba bajo efectos del trance profundo. Ella no creía en lo que le decían ni protestó ni puso objeciones en contrario, y ni siquiera pidió mayor información al respecto. Ella sólo se limitó a hacer caso omiso a los datos que le iban ofreciendo y, por último, manifestó que alguna vez le gustaría ser hipnotizada. Durante el transcurso de la demostración de los fenómenos hipnóticos con dicha mujer, la misma parecía no poder recordar nada hasta que el autor le dirigió la palabra directamente a ella. El podía guiar la atención de la mujer hacia cualquier objeto que conformara parte de la realidad circundante en tal situación, y la mujer, por su parte, podía identificarlo como un elemento aislado, sin ninguna clase de asociación con el significado de la realidad, ya sea temporal o física. Ese objeto sería identificado a solicitud del experimentador en términos de una situación de la realidad, si así quedase indicado. No obstante, la identificación resultaría ser espontánea únicamente en el marco especial hipnótico de referencia, perteneciente a la mujer, cualquiera que pudiese ser dicho marco de referencia. Por ejemplo, ella podía “ver” una silla que se le indicase, pero sólo podía identificarla fácilmente como una silla que pertenecía a su propio hogar, ya que la vería como una silla de la sala de confe-

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rencias. Ante esta situación, el autor permanecía confundido al preguntársele qué había sucedido en la mente de la mujer, respecto de la presencia del resto del auditorio. ¿Qué había sucedido con el resto de los estímulos que el autor había captado tan bien con anterioridad? A partir de la conducta hipnótica que evidenció la señorita “0”, en 1923, y a partir de la experiencia recién narrada, que tuvo lugar en 1930, se procedió a observar numerosos y diversos ejemplos comparables con los dos antedichos, no habiendo sido tales ejemplos esperados ni provocados de antemano. Estos hechos lograron confundir mucho al autor, pues lo llevaron a la conclusión de que el desarrollo de tales eventos significaba procesos internos de gran potencia para el sujeto interviniente. Mediante esta conclusión, el autor pudo comprender que, cuando él inducía a un trance a otra persona, no siendo su propósito de gran importancia para el sujeto que se había ofrecido como voluntario, tal circunstancia exigiría una labor prolongada e intensiva de parte del autor para proporcionarle al sujeto la conciencia de que el trabajo realizado poseía un valor intrínseco. Un ejemplo particular pareció confirmar lo antedicho. Un psicólogo que

Milton H. Erickson

estaba estudiando para lograr su doctorado había sido capacitado, con mucha labor, por supuesto, para convertirse en un “buen” individuo somnambulístico. En 1932, durante una discusión informal en un grupo acerca de la naturaleza de la hipnosis entrelazada con acotaciones casuales que no tenían que ver mucho con el tema en cuestión, este sujeto, una mujer, había hecho un comentario sobre el frío y la inestabilidad del tiempo, y señaló que deseaba que fuese primavera para estar en casa. El autor destacó que “Si los deseos fuesen caballos, hasta los mendigos cabalgarían”. Casi instantáneamente, el grupo se dio cuenta de que la mujer había entrado en un trance profundo y que, luego de ello, había asumido la posición de apoyar su mentón sobre sus manos y sus codos sobre sus rodillas. De inmediato, se descubrió que ella estaba fuera de toda armonía con el resto del grupo y que, en consecuencia, parecía estar en comunión únicamente con sus propios pensamientos, los cuales se apoderaban de su mente. De a poco, empezó a darse bofetazos en diversas partes del cuerpo, haciéndole referencia al autor de sus propias experiencias durante cada temporada primaveral. Se dijo a sí misma: “¡Malditos mosquitos! ¡Váyanse de aquí, de una vez por todas!”. Pero, luego de le-

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vantar su cabeza y hombros y de cambiar el aspecto de sus ojos, la dimensión de la mirada de la joven pareció modificarse. Ella había captado la presencia del autor, en el espectro de su visión. Erickson le preguntó: “¿Son tan malos los mosquitos?”. “¡Uy, uy! ¿Está esperando a mi papá?” preguntó la mujer. “El siempre viene un poquito tarde”. Le preguntaron: “¿Te gusta el colegio?”. “Si, y me interesa la hipnosis”. Ella se detuvo en su pensamiento, algo sorprendida, y luego continuó: “el pensamiento de estar en casa, en el pórtico, sentada a la luz de la luna, y con esos mosquitos tan malos que me hicieron volver a casa y vi a uno de los clientes de mi padre esperándome... todo pasó tan rápido por mi mente, de una manera tan vivaz, que hasta podía sentir las picaduras de los mosquitos”. Ante las preguntas ansiosas del resto del grupo, la mujer reveló que no se había dado cuenta de toda esa experiencia, y del paso del tiempo, de los diversos intentos para ponerse en contacto con ella misma hasta el momento en que el autor ajustó su acotación fortuita al marco mental de referencia que estaba experimentando. Muchas veces durante su carrera, el autor se ha tenido que enfrentar a estas experiencias totalmente inesperadas y no planeadas en donde ha participado

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el fenómeno de la hipnosis. El efecto acumulativo de las mismas ha hecho que el autor tomase conciencia verdadera de que el estado hipnótico es una experiencia que le pertenece al sujeto, que deriva de los aprendizajes y memorias que el sujeto mismo va acumulando en su mente y que no son necesariamente reconocidos sino que pueden ser manifestados en un estado especial carente de vigilia. De esta forma, el estado hipnótico le pertenece únicamente al sujeto: el operador se limita sólo a proferir estímulos y sugerencias que sirven para evocar la conducta responsiva basada en el pasado experimental del propio sujeto. Esta especie de experiencia que el autor ha tenido que enfrentar desde el comienzo mismo de su carrera profesional hipnótica, se encargó de encaminar a Erickson hacia un pensamiento por demás especulativo. ¿Qué quería decir o qué había de implícito cuando un sujeto con un doctorado en psicología se limitaba a responder “Aquí”, cuando se le preguntaba “¿Dónde está usted?”, o que respondía “Aquí, justo aquí”, cuando la pregunta era “Explique mejor dónde está usted?”. El sujeto contestaba “En frente de mí”, cuando se le preguntaba “¿Dónde estoy yo?”, o respondía “Aquí ”, a la pregunta “¿Qué es eso?”. Si uno luego dirige su mirada hacia la silla donde está sentado el sujeto y vuel-

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ve a preguntar “¿Dónde está usted?”, la posible respuesta sería “Aquí, en la silla”. Uno podría continuar con estas preguntas banales hasta el momento en que recurriese a un cambio en la mirada, o en el tono de voz, o directamente, a una pregunta más específica capaz de crear una expectativa a los efectos de obtener respuestas más elaboradas y comprensivas. Pero sería realmente necesario hacer algo para modificar el estado somnambulístico de la realidad. Solamente con instrucciones específicas emitidas por las palabras, tono de voz, manera o conducta, el sujeto somnambulístico podría dirigirse hacia la inclusión de realidades no hipnóticas, y ello podría alcanzarse con una intención no reconocible de parte del operador. Asimismo, serviría como ilustración la grabación del cassette vinculada con la experiencia que se le hizo a la trabajadora social psiquiátrica. Todos estos interrogantes que afectan a sujetos con un alto índice de educación no darían información rescatable sobre ellos si no se formulasen preguntas que sirvan de guía para obtener respuestas satisfactorias . No obstante, las mismas preguntas hechas antes o luego del estado de vigilia proporcionarían respuestas significativamente diferentes, incluyendo respuestas que podrían llegar a asombrar al operador mismo, como, por ejemplo: “¿Por qué me hace

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esas preguntas?” o ¿Por qué me dice tal cosa?”, “Usted está aquí, y yo sé que también lo estoy”. “Sus preguntas no tienen ningún sentido”. Es cierto que los sujetos somnambulísticos pueden incluir al operador en sus alucinaciones e incluso pueden sugerirle al operador que tome asiento en “Aquella cepa que está junto a la cabaña de caza”. Los sujetos hipnóticos y no hipnóticos perciben la presencia del experimentador en el medio ambiente en que están viviendo esa experiencia, pero, en el caso de los sujetos no hipnóticos, hay un ambiente real común para ambos y verificable para otros. A través del empleo de sujetos somnambulísticos el operador puede “insertar” la experiencia que implica el hecho de estar en un trance en un medio ambiente compuesto de imágenes de la memoria en las cuales los estímulos provenientes de la realidad circundante son excluidos, o si se los admite, pueden estar , aunque no necesariamente, sujetos a la transformación. De esta manera, el golpe en la puerta del laboratorio puede ser respondido por los sujetos como pasos en el sendero del edificio donde está dicho laboratorio (Todos los ejemplos ilustrativos citados o por citarse provienen de casos verdaderos). El verdadero significado de todas estas experiencias intrigó mucho al autor, pero, por el contrario, no le interesó a Hull, ya que este último estaba interesado en los proce-

Realidades hipnóticas y no hipnóticas

dimientos de laboratorio necesarios para llevar a cabo el estudio de respuestas deliberada y planeadamente evocadas. Por tal motivo, Hull no mostraba interés alguno en las observaciones de campo y en el estudio de las manifestaciones conductales espontáneas. No obstante, esta clase de comportamiento ha continuado siendo uno de los intereses que desafiaban al autor en todo su trabajo clínico y experimental hasta el día de la fecha, pues el presente trabajo no constituye una explicación definitiva del “qué “, “cómo” y “por qué” las realidades hipnóticas son tan diferentes de las realidades del estado de vigilia. En líneas generales, a medida que pasa el tiempo, se reconoció que cualquier procedimiento experimental satisfactorio tendría que involucrar la presentación de un ítem de la realidad para tantos sujetos como sea posible en los estados de vigilia y de trance hipnótico así como para un gran número de sujetos que, estando en el estado de vigilia, podrían o no convertirse en individuos hipnóticos. Este objeto o ítem de la realidad debería ser perceptible para los individuos somnambulísticos y en vigilia, y los resultados experimentales deben depender totalmente de los conocimientos que pertenecen a los sujetos que están en un estado de toma de

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conciencia especial, ya sea de vigilia o no. Este objeto de la realidad debe analizarse en relación con el medio ambiente de la realidad circundante, tal lo experimentado por cada sujeto en su propio modo. Pero a este hecho no se le debe dar una importancia por demás significativa. Debe ser sólo inherente a la tarea que se propone realizar. El procedimiento experimental derivó de conocimientos alcanzados a partir de experiencias hipnóticas repetidas y observadas durante el término de 10 años, y que eran aprehensibles sólo a través de un estado de trance somnambulístico satisfactorio. La toma de conciencia por casualidad condujo al reconocimiento de potencialidades experimentales que aquellas manifestaciones observadas ofrecieron para la diferenciación de las realidades del estado hipnótico de aquellas del estado de conciencia ordinaria. FORMULACION DEL EXPERIMENTO El experimento que fue formulado finalmente quedó centrado simplemente alrededor de la tarea de relacionar un objeto de la realidad con la realidad circundante de una situación experimental. No se ofrecieron situaciones explícitas respecto del rendimiento exacto del sujeto vinculado en la experiencia.

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En su lugar, todos los sujetos, hipnóticos y no hipnóticos, fueron analizados a través de una tarea simple que consistía en satisfacer una necesidad implícita de satisfacer la realidad de la situación experimental mientras la misma era aprehendida por los sujetos a medida que se iba ejecutando la tarea. El verdadero rendimiento de los sujetos hipnóticos no resultó ser el esperado para el experimentador y ni siquiera fue comprensible para los asistentes del experimentador. El rendimiento de los sujetos que no se hallaban en un estado de hipnosis fue el esperado. En un principio, se esperaba un rendimiento similar de parte de los sujetos hipnóticos. En ningún caso, las expectativas del experimentador influenciaron a los sujetos hipnóticos, ni a los no hipnóticos. La naturaleza y simplicidad de una tarea en sí excluyeron a los experimentadores como factores capaces de ejercer influencia sobre los resultados del experimento. Toda la capacitación hipnótica destinada a los sujetos empleados para este estudio se encontraba completamente relacionada con proyectos no vinculados con este estudio. Los otros proyectos sirvieron sólo para revelar incidentalmente qué sujetos podían desarrollar espontáneamente somnambulismo o quienes podían aprender el estado somnambulístico.

Milton H. Erickson

En el presente estudio no hubo diferencia en los resultados obtenidos de los sujetos que desarrollaron un estado somnambulístico durante la primera experiencia al ser hipnotizados, de aquellos sujetos que desarrollaron un estado somnambulístico espontáneamente mientras observaban el acto de hipnosis con otros sujetos, si bien no tenían expectativas en ser hipnotizados debido a su propio interés en observar dicho acto de hipnosis, y de aquellos sujetos que tenían la intención de ser capacitados para poder aprender a desarrollar el estado hipnótico. Asimismo, no fueron diferentes los resultados obtenidos a partir de sujetos somnambulísticos que eran empleados para realizar el experimento central de este informe por los propios asistentes del autor, quienes a su vez habían sido seleccionados ya que no tenían demasiada experiencia en materia de hipnosis, y no sabían que los sujetos que tendrían que tratar estaban en un estado somnambulístico. Como control complementario del presente estudio experimental, los mismos sujetos fueron testeados por asistentes del autor que habían sido orientados de distinto modo, para asegurarse que los diversos tipos de procedimientos no se verían influenciados por el conocimiento del experimentador ni

Realidades hipnóticas y no hipnóticas

por la falta de conocimiento del estudio experimental o del estado psicológico de los sujetos intervinientes. Esos hallazgos no fueron incluidos como resultados adicionales en el presente experimento. El objeto era evaluar la similitud e identidad común de los resultados experimentales obtenidos del mismo experimento a pesar de los cambios y variaciones en el procedimiento, en el personal, en los estados psicológicos y en las orientaciones que no eran pertinentes al método experimental, y en verdad, este hecho fue descubierto como tal. Los únicos resultados negativos significativos quedaron incluidos en el presente informe, y son muy pocos en número. En general, todos los estudios se hicieron sobre más de 260 sujetos, muchos de los cuales se usaron reiteradamente, no como medio de control de medición del experimento en sí, sino también como medio de control de los experimentadores que habían sido diferentemente orientados y que el autor los había empleado para que los ayudaran a conducir el experimento. Para llevar a cabo el experimento en una forma exitosa, se decidió que no sólo el autor actuaría en calidad de experimentador sino que otras personas, en calidad de asistentes del autor, deberían conducir experimentos similares.

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Algunos de estos asistentes ya tenían cierto conocimiento de hipnosis, pero otros no lo tenían en absoluto; algunos sabían que un experimento de características de hipnosis estaba por llevarse a cabo; otros, no. Además, la verdadera tarea consistía en variar en ciertos detalles específicos, aunque el significado seguiría siendo el mismo. El experimento debía realizarse sobre sujetos no hipnóticos, sobre sujetos despiertos, que ya tenían ciertos antecedentes de experiencias hipnóticas, sobre sujetos que estaban en estado somnambulístico, y sobre sujetos despiertos que nunca antes habían sido hipnotizados, pero que deseaban ser entrenados a tal efecto, durante meses o, incluso, años para convertirse en sujetos hipnóticos para poder realizar exploraciones sobre nuevos problemas complementarios, o sobre el mismo problema. Todos estos sujetos debían ser usados en intervalos y por diversos experimentadores, incluyendo al autor, a sus colegas e incluso a amigos de los colegas quienes no sabían cuál era el propósito del autor. Se instruyó a los experimentadores señalándoles que los resultados experimentales no debían ser objetados de ninguna forma, sin dudas, sin manifestaciones de asombro o de carencia de conocimiento. En resumen, se instruyó a todos los experimentadores para que formularan una pregunta específica, re-

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curriendo a una manera práctica, y para que, del mismo modo, aceptaran cualquier respuesta vertida de la misma forma. El experimento en sí era bastante simple, fácil, ordinario y casual, siendo el procedimiento ejecutado de acuerdo con una fórmula bastante simple pero bajo una gran variedad de circunstancias situacionales. Los antecedentes educativos y culturales de los sujetos intervinientes eran bastante variables. Se encontraban estudiantes universitarios graduados y por graduarse, pacientes, residentes hospitalarios, trabajadores sociales, estudiantes de psicología graduados y por graduarse, secretarias, enfermeras, miembros de los equipos médicos, no profesionales e, incluso, pacientes psiquiátricos. No obstante, los resultados respecto de los pacientes psiquiátricos no fueron incluidos en los resultados totales del presente experimento. El autor estaba interesado simplemente en ver si el experimento también podía llevarse a cabo con sujetos psicóticos hipnotizables. Los asistentes contratados para ejecutar el experimento algunas veces tomaban conciencia de que el experimento en cuestión estaba relacionado con la hipnosis, pero algunos pensaban que sólo era un experimento psicológico. Otros lo consideraban no un experimen-

Milton H. Erickson

to sino una simple investigación ansiosa, sin gran significado, o, posiblemente con un significado no demasiado claro, o posiblemente con la intención de poner a prueba las capacidades de juicio y crítica de los participantes. Otros manifestaban que la tarea encomendada era algo que no tenía el menor sentido y propósito, aunque, por el contrario, no implicaba daño alguno durante el transcurso del experimento. Algunos fueron informados de que se trataba de un test de realidades hipnóticas y no hipnóticas pero no contaban con mayor información al respecto. In uso, este grado de sofisticación o refinamiento no llegó a alterar los resultados experimentales, aunque fue empleado por muchos psicólogos clínicos con grado de doctorado. Algunos de los experimentadores ya sabían que los sujetos se encontraban en un profundo estado de hipnosis. Otros, debido a la extensiva capacitación somnambulística de los individuos intervinientes, no constataron que estaban tratando con sujetos hipnóticos (Erickson, 1944). Un gran número de sujetos ya había sido entrenado para adoptar una postura somnambulística en estados de trance aún antes de que comenzara el experimento. Se procuró especialmente que los experimentadores no recurriesen a sus propios conocimientos en la situación experimental,

Realidades hipnóticas y no hipnóticas

a menudo a través de una simple medición de una sugestión posthipnótica hacia los sujetos la cual, al ejecutarse la tarea, produciría una amnesia total en el individuo luego de que el experimentador le dijese “Muchas gracias”, dando por concluida la participación de dicho individuo en el experimento. No obstante, se comprobó que los resultados experimentales eran dependientes no del conocimiento de los experimentadores acerca de la tarea ni de la actitud de los sujetos hacia el test. Los resultados derivaban únicamente del rendimiento de los sujetos durante la ejecución de las tareas. En otras palabras, se les pidió a los sujetos que cumpliesen una tarea que exigiese el ejercicio de sus propias habilidades sin que hubiese la necesidad alguna de guía, consejos, o instrucciones provenientes de los experimentadores. Una vez completada la tarea, el rendimiento individual pasaba a ser el resultado obtenido. Luego, surgió un hecho establecido e inalterable debido a que estaba compuesto de una expresión demostrada de una evaluación y juicio personal. Los sujetos no hipnóticos diferían de los sujetos hipnóticos en el hecho de aceptar la tarea de diversas maneras, con actitudes que iban de un interés serio a

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un total desinterés, indiferencia, asombro, curiosidad, aburrimiento, odio, desprecio, expectativa, etc. Incluso, las características y naturaleza de las respuestas dadas por los participantes eran consistentes y había un dejo de cierto resentimiento por “haber perdido el tiempo”. Por otro lado, los sujetos hipnóticos desarrollaron y demostraron, invariablemente, una actitud consistente de cooperatividad ansiosa e intencional, sin que se tenga en cuenta el uso anterior dado por los sujetos no hipnóticos, o por los sujetos que participaron de los experimentos de la primera época, ni se tuvo en cuenta la relación con las tareas encomendadas y narradas anteriormente en este mismo capítulo. Aparentemente, no se registró un criterio emocional y espontáneo acerca de la tarea en sí, tal como quedó demostrado en el caso de los sujetos que estaban en estado de vigilia. Se procedió a comparar los resultados hallados por los distintos experimentadores, incluso aquellos que no eran demasiado conocidos del autor. La simplicidad de la tarea de los experimentadores y la facilidad con la cual ellos pudieron evitar toda participación que influenciase el rendimiento de cada individuo en particular resultaron ser posiblemente los factores más importantes.

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Siempre que era posible, se hacía repeticiones (de dos a doce) en diferentes momentos del experimento y en varios sujetos, tanto en el estado de vigilia como en el estado hipnótico. Estas repeticiones no fueron contabilizadas como experimentos adicionales. No obstante, no era posible garantizar las repeticiones de un experimento en particular con los sujetos en estado de vigilia, y, de este modo, había un mayor número de sujetos que se habían despertado de una sola vez en comparación con aquellos sujetos que estaban siempre en un estado de vigilia, en cuyo caso las repeticiones resultaron ser menores. El objeto de las repeticiones era descubrir posibles errores de procedimiento. Se contaba con la presencia mucho mayor de sujetos en estado de vigilia que de sujetos en estado de hipnosis. Se hicieron esfuerzos para garantizar la presencia de tantos sujetos “despiertos” como “hipnotizados” como fuese posible, pero el número de los sujetos que se sometieron a una experiencia de trance hipnótico era inferior. Prácticamente todos los sujetos que se ofrecieron como sujetos “en estado de trance” se ofrecieron también como sujetos “en estado de vigilia”. A veces, empezaban por el experimento de trance hipnótico, otras veces por el estado de vigilia. Se intentó efectuar una distribución equitativa y randomizada de todas estas al-

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ternativas. Por lo general, los experimentadores provenían de una universidad o de un hospital, siendo los experimentos ejecutados en tales ámbitos. En otras ocasiones, se efectuaron en el salón de conferencias. El formato del experimento era simple y consistía en no más de una formulación de una pregunta bastante simple: Mientras estamos esperando (y a continuación se hacía referencia a una determinada situación que indujese al lector a que se quería cumplir con un propósito diferente al de un acto de hipnosis) ¿en qué parte de esta habitación, si usted tuviese un cuadro de 1,00 x 1,20 mts. de ........ (a continuación se especifica uno de estos cuatro ítems; una persona que sí está presente, una foto instantánea de alguien que le es conocido a cada sujeto interviniente en particular, un bol de frutas verdadero, y una foto instantánea real del cuadro en donde se pintó un bol con frutas), en qué parte de esta habitación colgaría tal cuadro? Piénselo detenidamente cuando se haya decidido, hágalo saber. La pregunta estaba redactada a máquina en una tarjeta. Esta tarjeta configuraba la clave de un experimento que estaba en desarrollo. Pero la pregunta

Realidades hipnóticas y no hipnóticas

no parecía garantizar una verdadera conclusión al respecto. Por el contrario, indicaba que la pregunta era seria. Al presentarse la pregunta, se procedió a colocar el objeto de la realidad que debía mencionarse. Por ejemplo, la persona que estaba presente en la realidad podría estar sentada en una silla al lado de una ventana o podría estar inclinada contra una ventana en alguna posición casual, o esa misma persona podría estar en frente de una biblioteca, en busca de algún libro en particular, o estando sentada o de pie junto a un escritorio en el medio del salón o en frente de un pizarrón ubicado diagonalmente a través de un rincón del salón, o bien en cualquier otra posición casual. Como en el caso de las fotos instantáneas, ellas eran sostenidas en una base de madera ranurada y estaban ubicadas casualmente, tal como lo era la posición situada en la parte superior de la biblioteca, en el apoyatizas al pie del pizarrón, en el apoyabrazos de una silla cercana a la ventana, en la parte superior del escritorio, en el medio de la habitación o del salón, o en una pequeña plataforma situada en un rincón de la habitación del salón. El bol con las frutas fue colocado en diversas y similares posiciones. El sujeto y el experimentador siempre caminaban hacia una posición situada cerca de un metro del objeto de la realidad, cuya presen-

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cia sería indicada a través de un gesto con la mano. Tanto con los sujetos hipnóticos como con los no hipnóticos, fue importante dentro de los 11 experimentos con cada tipo de sujeto que podía ubicarse un sitio múltiple del objeto de la realidad sin alterar, por ello, el significado de los resultados que se pudiesen obtener. Por ejemplo, podría formularse una pregunta en relación con la persona que, casualmente, está parada en la ventana, y luego, cuando la persona se dirigiese hacia la biblioteca, hacia el escritorio o hacia el pizarrón, se podría formular una pregunta para cada una de las posiciones. De la misma manera, se pueden modificar las posiciones del bol de frutas o de las fotos o de las fotos instantáneas. O bien, se podría optar por colocar todos los 4 objetos de la realidad y entonces se harían preguntas en sucesión para cada una de las posiciones que adopte cada objeto pertinente. Cada vez que se cambia la posición, se cambia la pregunta. Este múltiple testeo sobre una determinada ocasión no alteró de ninguna manera la conducta responsiva, salvo que el testeo fuese hecho varias veces, de tal modo que los sujetos que, aparentemente, están en un estado de vigilia, podrían llegar a impacientarse o irritarse. Las repeticiones, no obstante, no desgastaron a los sujetos en estado hipnótico.

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Otro efecto sobre los sujetos no hipnóticos, residió en el hecho de que las repeticiones, en un comienzo, tenderían a intrigar la curiosidad de los sujetos participantes, sin tener que cambiar por ello el carácter de las respuestas. Esto llevó a los sujetos a cuestionarse acerca de las contestaciones originales, de tal modo que se vieron obligados a suministrar una segunda y hasta una tercera respuesta. No surtieron efectos significativos como en el caso de los sujetos hipnóticos. Cada investigación y posición fue aceptada como una unidad completa en sí misma y no relacionada con ninguna otra cuestión o investigación sobre el mismo tema. Este descubrimiento hizo posible la realización de muchos otros tests con sujetos hipnóticos, si bien dichas repeticiones no fueron incluidas como experimentos adicionales. Los únicos resultados experimentales que fueron dejados de lado, fueron aquellos provenientes de sujetos no hipnóticos que consideraban que la formulación de la pregunta antes mencionada no tenía el menor de los sentidos. Los sujetos, entonces, optaban por rechazar la pregunta, o quedaban sorprendidos, dando a propósito respuestas también sin sentido, como, por ejemplo “¡Que lo cuelgue Papá Noel!”. No obstante, unos pocos sujetos, respondieron de esta forma ya que la tendencia general era aceptar la tarea como una simple pregunta

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directa sin ningún significado en especial. Más de 2.000 personas participaron de este experimento. En sólo tercio de ellos, surgió la posibilidad de que entrasen en un estado de trance somnambulístico, y de ello siempre se logró en relación con algún otro trabajo hipnótico. A veces, este “otro trabajo hipnótico” era sólo llevar a cabo una tarea de capacitación de hipnosis profunda. Esta capacitación de hipnosis profunda consistía en el uso de expresiones verbales tradicionalmente ritualísticas de técnicas de inducción hipnóticas que continuaron durante un par de horas y que luego se repitieron durante varias jornadas para estar seguro de que los sujetos se encontraban en un “estado de trance hipnótico profundo”. Los criterios a seguir para alcanzar un “estado de trance profundo” eran estos: una completa amnesia posthipnóticas para experiencias de trance; una pronta actividad ideomotora, tal como la escritura automática, y una actividad ideosensorial, tales como las alucinaciones visuales y auditivas. A veces, se optó por emplear una efectiva anestesia hipnótica sobre las manos y brazos según lo testeado por los choques eléctricos. Por lo general, se les pedía a los sujetos que recor-

Realidades hipnóticas y no hipnóticas

dasen algún hecho lejano y casi olvidados en sus memorias, y tal hecho, luego, sería analizado posthipnóticamente como una prueba de la amnesia posthipnótica de cada sujeto en particular. Se cumplió con el esfuerzo de verificar la validez de la recopilación de los datos contenidos en la memoria de los sujetos. Además, se efectuaron una innumerable cantidad de tests hipnóticos menores sobre las sorprendentes respuestas que proporcionaban ciertos sujetos, a fin de determinar alguna retención deliberada del contacto con el medio ambiente circundante. En este caso, el experimentador le pedía al sujeto que “durmiese plácida y profundamente, como si usted estuviese ahora en medio de un sueño profundo, en el medio de la noche, luego de una jornada muy agotadora. Quiero que ahora se duerma tan profundamente como un tronco”. Esta era la sugestión o instrucción más requerida. Los motivos para tomar tal medida fueron los siguientes: Aquellos individuos que estaban en un trance leve encontraron que era difícil mantenerse en ese estado de trance si tenían que abrir los ojos y realizar una tarea relacionada con la realidad externa; sentían la necesidad de despertarse del estado de trance para cumplir con la tarea; y ellos expresaron la creencia de que en verdad “lo harían mal”, si intentaban mantenerse en el estado de trance, tal lo pedido por el experimen-

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tador. Aquellos que estaban en trance medio también no se sentían demasiado inclinados a cooperar ya que, según ellos, el abrir los ojos y el hacer algo determinado, que no estaba en relación con ellos mismos, los molestaría y los despertaría; ellos deseaban hacer cosas que los afectasen como personas pero sentían que cualquier manipulación que se hiciese de los objetos externos sería una carga inadecuada para ellos mismos. Sin embargo, ante la insistencia, ellos aceptaron la decisión, aunque de mala gana, debiendo la mayoría de ellos aliviar el estado de trance o despertarse de él. Por tales motivos, se decidió emplear a sujetos que se encontraban totalmente en un estado de trance somnambulístico. Esto exigía un arduo trabajo y un prolongado lapso de tiempo para garantizar la presencia de varios de estos sujetos. No obstante, hubo una recompensa adicional en el sentido en que dichos sujetos somnambulísticos habían sido utilizados para otros estudios experimentales y para demostraciones de conferencias sobre el tema de la hipnosis. Resultaba vastamente posible garantizar resultados negativos con gran facilidad a través de una sobreentusiasta presentación de las instrucciones, a las cuales se les debe agregar un énfasis no intencional así como un mal manejo de los sujetos intervinientes. La corrección

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que el experimentador deseó efectuar sobre los resultados negativos se llevó a cabo con gran dificultad utilizando una práctica que el autor ya había empleado en sus comienzos como investigador hipnótico. Era una práctica regular que consistía en hacer que los sujetos sumamente inteligentes que habían sido hipnotizados desarrollasen espontáneamente el estado somnambulístico durante las primeras inducciones a trance, y que actuaran como críticos de las técnicas de inducción propias del autor mientras que los sujetos se hallaban en el estado somnambulístico y en armonía con el autor así como con un nuevo paciente hipnótico quien no sabía que la otra persona que estaba presente en ese momento estaba bajo los efectos de la hipnosis. Quizás el siguiente ejemplo será la mejor ilustración al respecto: El autor estaba disertando una conferencia con demostración frente a un pequeño grupo de médicos. Usaba, para ello, como voluntario a un miembro de un grupo similar al que dos días después le daría la misma charla, que se encontraba presenciando esta primera charla. Aparentemente, este sujeto había desarrollado un trance hipnótico, pero el autor notó “una nueva cualidad” en las manifestaciones hipnóticas. Pronto, Erickson se dio cuenta de que el sujeto voluntario estaba fingiendo. Tuvo cuidado de no

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ejercer demasiada presión sobre el simulador y de darle pie para que aceptara su comportamiento como “válido”. Al final del encuentro, se le preguntó al “sujeto hipnótico” si podría ayudar al autor a capacitar a otros estudiantes al día siguiente. Aceptó prontamente. El autor, por su parte, llegó a un acuerdo con otros tres sujetos experimentados en materia de hipnosis quienes ya habían actuado en hipnosis en diferentes ocasiones como críticos de las técnicas del autor. Les pidió que se encontrasen con el autor para que pudiesen desarrollar un estado hipnótico conjunto en plena armonía entre ellos mismos y con el autor, pero se había convenido que no debían revelar el estado de trance al recién llegado. Por el contrario, debían presentar una evaluación de su actitud en reaccionar silenciosamente ante las alucinaciones visuales y auditivas ya sean positivas o negativas, ante la catalepsia manifestada y ante la realización de una escritura automática. Cada uno de los nuevos 5 voluntarios debía analizar cada uno de estos ítems sucesivamente y ellos podían efectuar cualquier clase de comentario si así lo deseaban. En consecuencia, optaron por preguntarle al recién llegado si el sabía que ellos estaban en un estado de trance somnambulístico y luego le preguntaron si él podía reconocer cuándo se despertaría cada uno de esos 5 de su estado de trance. El recién llegado debía

Realidades hipnóticas y no hipnóticas

responder en forma separada, recurriendo a los números ordinales que iban del “1” al “5”, de modo tal que cada uno de los 5 voluntarios tuviese un determinado turno para despertarse. En el supuesto caso de que el simulador no lograse reconocer el estado de trance de cada uno de los 5 voluntarios que se le presentaron, se lo desafiaría a que respondiese cuál o cuáles de ellos sería(n) el(los) primeros en despertarse. Si fallaba, aquéllos que estaban aún bajo los efectos del trance deberían inspeccionar a su grupo y escribir en un anotador el orden correcto (de 1 a 5 ) de cómo se despertaron los individuos participantes, agregando el nombre o denominación del estado de conciencia en que se halaban. Tras efectuar las evaluaciones, los individuos tomaron sus anotaciones. Al despertarse, ellos recordarían la situación vivida pero no recordarían, debido a una amnesia total, la actuación individual del simulador y debido a las evaluaciones efectuadas, separadas una de la otra y para ser recordada de manera distinta e independiente.

Traducción: IMHEBA Continúa en Rapport Nº 33

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RAPPORT - HIPNOSIS de MILTON H. ERICKSON - Nº 32 - Septiembre de 2001

REALIDADES HIPNOTICAS LA INDUCCION DE LA HIPNOSIS CLINICA Y LAS FORMAS DE SUGESTION INDIRECTA (1976) ‘‘1º Parte’’ Milton H. Erickson, M.D., Ernest L. Rossi Ph. D. y Sheila I. Rossi, Ph. D. 1. Publicado por Irvington Publishers. Inc. New York, 1976, ® de Ernest L. Rossi, Ph. D. 326 páginas. 2. Autorización para Rapport por Ernest L. Rossi, Ph. D., Buenos Aires 1993.

RECONOCIMIENTOS Queremos reconocer nuestro agradecimiento por la ayuda recibida de los siguientes amigos y colegas:

tal de la persona individual dentro de sí mismo separada y simultáneamente en relación con el prójimo y el ambiente total. MHE

ROXANE ERICKSON Dedicado a aquellos clínicos e investigadores que exploran más detalladamente algunas de las aproximaciones aquí descriptas para aumentar los potenciales humanos. ELR

CHRISTIE ERICKSON JOHN HEDENBERG JACK. A. OLIVER ROBERT PEARSON KAY THOMPSON DEDICADO A Dedicado a una comprensión siempre progresiva del funcionamiento to-

Dedicado a todas aquellas personas que aprenden la hipnoterapia para el crecimiento personal y el desarrollo profesional. SIR

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ADVERTENCIA PRELIMINAR Para los muchos que nunca han tenido la oportunidad y que no la tendrán de asistir a workshops dirigidos por Milton H. Erickson, este trabajo les servirá como un inapreciable sustituto. Los psicoterapeutas, en general, tanto como los hipnoterapeutas, encontrarán en este trabajo una lectura y un estudio provechosos, ya que Erickson es ante todo un psicoterapeuta, y su modus operandi trasciende el hipnotismo clínico. En el caso de los académicos e investigadores, creo que van a encontrar aquí bastante material para pensar e investigar, de modo que se van a mantener algún tiempo ocupados con él. Mi primer encuentro con Milton Erickson fue en 1954 o en 1955, en una Sociedad para la Hipnosis Clínica y Experimental, en Chicago. Cuando me reuní con él, estaba conversando con un pequeño grupo de colegas en un pasillo del hotel. Yo nunca lo había visto, ni siquiera en fotos. Sin embargo, y de un modo extraño, según me pareció, cuando lo vi desde cierta distancia, fuera del campo auditivo, supe que ese era Milton Erickson. He reflexionado sobre este incidente un buen número de veces. Se puede pensar que yo había oído en alguna parte que él había tenido polio, y que el hecho de que se apoyara en un bastón haya sido la cla-

Milton H. Erickson, Ernest Rossi y Sheila Rossi

ve para identificarlo. No puedo estar seguro, pero me he inclinado a creer que las claves son más sutiles. De alguna manera, yo ya me había encontrado con Erickson otras veces a través de sus escritos que había estudiado exhaustivamente. A través de ellos, yo había comenzado a apreciar lo singular de su persona. Creo que algunas de las cualidades que han hecho de él el individuo que es me fueron comunicadas a través de esos escritos, y que yo las experimenté en forma más directa de lo que ellas se manifiestan cuando él interactúa con otros. En los años que siguieron, tuve otras ocasiones, muy pocas como para sentirme conforme, de encontrarme con él, de verlo hacer demostraciones, de verlo hacer terapia y de escucharlo hablar de hipnosis y de otros temas. Más particularmente, tuve la oportunidad de ver por qué‚ con el transcurso de los años él había crecido hasta convertirse en una figura casi legendaria a la que se le había otorgado el título de “Mr. Hipnosis”. Además he tenido la oportunidad de ver en acción a los famosos hipnotistas del escenario de los años cuarenta y cincuenta, tales como Ralph Slater, Franz Polgar, y otros, muchos de los cuales se anunciaban como el “Principal Hipnotista de América”, el “Hipnotista más Rápido del Mundo”, etc., quienes exaltaban sus fantásticas

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proezas ad nauseam. Buenos actores, sí. Como hipnotistas, sin embargo, alcanzaron la altura de pobres segundos de Milton Erickson, y ni siquiera en ese lugar secundario, se mostraron más tranquilos y modestos. No sorprende, entonces, que muchos profesionales hayan tratado de imitarlo. Ninguno, hasta el momento, ha tenido verdaderamente mucho éxito, aunque unos pocos han llegado a una regular aproximación. Algunas de las razones de esto se aclaran con la lectura de este trabajo. Otras, todavía quedaron sin aclararse. Si los autores han fallado al tratarlas por no alcanzar el nivel que la importancia de ellas exigía, esto se debe solamente al hecho de que no son el tipo de cosas que uno puede enseñar adecuadamente sólo con la palabra escrita. Además, se debe también a que no son enseñables y, supongo, a que hay un cierto desgano, por parte de ellas mismas y por parte del lector, respecto a su enseñanza. Como este trabajo lo muestra con más claridad, no es solamente lo que uno le dice al paciente o al sujeto, cómo se lo dice, cuándo se lo dice, y dónde se lo dice, factores, todos sumamente importantes en el uso efectivo de la hipnosis, particularmente en el marco clínico y terapéutico. Va a quedar claro que, además de esto, uno tiene que ver

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la interacción terapéutica en su totalidad y no fragmentariamente, y dar un paso más allá hasta verla dentro de la totalidad de su utilización. Esto pone al uso de la sugestión y, en general de la hipnosis, fuera del dominio del uso de simples fórmulas mágicas y las ubica en el marco de la ciencia de las redes interaccionales y de comunicación. Erickson, no obstante, no es solamente un maestro de la comunicación verbal, como lo pone de manifiesto este trabajo. Él es igualmente un experto en la comunicación no verbal, que es uno de los aspectos a los que el trabajo no hace ni, realmente puede, hacer justicia. Esto es algo desafortunado, pero inevitable, y no es un descuido por parte de los autores. Una de las más memorables demostraciones de su habilidad en la comunicación no-verbal que ha dado en su carrera, fue en la ciudad de México, en 1959, cuando hipnotizó a un sujeto y mostró con él varios fenómenos hipnóticos. Era un sujeto con el que la comunicación verbal era imposible. Erickson no hablaba el español y el sujeto no hablaba el inglés. Desde el comienzo hasta el fin, la comunicación transcurrió de un modo no-verbal, a través de la pantomima. Yo puedo testimoniar personalmente la eficacia de sus comunicaciones noverbales, a través de una experiencia

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que tuve con Milton Erickson hace unos 15 o 16 años. Sobre esto, pienso que tendría que aclarar que, que yo sepa, nunca había sido hipnotizado por él, al menos formalmente. Un grupo de nosotros se reunió en Filadelfia con Milton, en un seminario especial que apuntaba a que llegáramos a comprender un poco su modus operandi. Una mañana, yo estaba sólo desayunando con él. Estábamos frente a frente, yo un poco oblicuo hacia su izquierda. Según recuerdo yo hacía más que hablar. Mientras hablaba, absorto parcialmente en mis pensamientos, yo llegaba a ser vagamente consciente, periféricamente, de que Milton hacía ciertos gestos peculiares y repetidos con sus manos. En un primer momento no hice nada respecto a esto, luego, al incrementarse mi conciencia de lo que pasaba, ocurrieron dos cosas, en apretada secuencia. Mi mano derecha se movió, casi espontánea, para tomar la cafetera, que estaba sobre la mesa, y comenzó a levantarla. Casi al mismo tiempo, me surge la comprensión de que Erickson quería café. En ese momento, para usar la terminología de este trabajo, mi “mente consciente” tomó parte de la acción y yo completé‚ el acto, mientras que ahora me doy cuenta que la gesticulación de Erickson indicaba claramente y expresaba literalmente el pedido no-verbal de que se le sirviera

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café. Esta clase de cosas, según fui aprendiendo con el tiempo, es una de sus formas preferidas de enseñar o de responder a una pregunta acerca de algún tema en cuestión. Es también su modo de controlar la sugestibilidad o hipnotizabilidad de cada individuo. Además, es su manera de mantenerse en estado, por así decirlo. Yo dije, al comienzo de este párrafo, que nunca había sido “formalmente” hipnotizado por Milton Erickson. Es verdad, si por “inducción formal”, entendemos que no se ha usado ninguna de las técnicas clásicas y semiclásicas usuales, descriptas una y otra vez en varios textos de hipnosis. Por razones que empiezo a ver claro ahora, y ciertamente después de leer el presente trabajo, estoy seguro de que los autores dirán que yo fui efectivamente hipnotizado por Milton, al menos en esa ocasión en particular. Hay, por supuesto mucho más que la comunicación verbal efectiva que resulta de decir palabras concordantes según la sintaxis apropiada y las demás reglas lingüísticas, o de la introducción de elementos no-verbales en el momento y lugar correctos. En mis experiencias con Milton Erickson, me he encontrado con que su control de rasgos característicos tales como la entonación y la modulación de

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la voz, por mencionar sólo estos dos aspectos, forma una parte intrínseca de su aproximación a la hipnosis. Hay que oírlo y verlo para tener el pleno sabor de su manera de hablar. Decir que él habla dulce, aunque incisivamente, pausadamente, tranquilamente, suavemente, enunciando clara y cuidadosamente cada palabra, algunas veces cada sílaba, todo con cierta cadencia, sólo puede dar una caricatura del sabor del proceso. Desafortunadamente, no hay manera de que un libro le lleve al lector el tipo de información que permita duplicar estos rasgos característicos. Sin embargo, se puede prestar atención a este elemento, de tal manera que, después de estudiar el libro, si el lector descubre que es un poco menos eficaz que Erickson, pese a sus esfuerzos por lograr algunas de las cosas que él hace, no sacará conclusiones pesimistas. Otro elemento que creo que incluye la efectividad de Milton y que, en mi opinión, este trabajo no lo destaca suficientemente, es la sosegada confianza y a la vez la autoridad, extremadamente suficiente, considerando lo permisivo de su aproximación, que él rezuma. Hay una convicción que expresan su voz y sus acciones de que algo es o va a ser, como él dice. Quizás, parte de esta convicción rezumada tiene sus raíces en

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otro rasgo característico de la interacción de Erickson con sus sujetos y pacientes. Cuando uno lo ve, se vuelve mucho más consciente de su habilidad para comunicarle al sujeto y al paciente que él está participando en alguna de sus experiencias y que la está compartiendo con él. Esto es particularmente evidente cuando obtiene fenómenos alucinatorios. Cuando uno lo ve a Erickson contarle a un sujeto acerca de un esquiador “allí afuera”, en una distante colina cubierta de nieve que él describe con algún detalle, o acerca de un conejo “allí abajo, a sus pies -y, ¿de qué color es?”, uno frecuentemente tiene el misterioso sentimiento de que él también vio al esquiador, la colina, la nieve y el conejo. Entonces, ¿cómo puede el sujeto dejar de verlos? Sea que Erickson, o no, realmente comparta las experiencias subjetivas del sujeto, la impresión final, comunicada verbal y no-verbalmente, es la de que lo hace. En mi opinión, esto es un accesorio extremadamente poderoso en su obtención de respuestas deseadas. Hay que decir, como advertencia a los lectores que puedan esperar mucho más de lo razonable de este trabajo, que creo que hay importantes elementos que Erickson pone en funcionamiento en su producción y utilización de la hipnosis, a los que no se les da la mucha atención que merecen. No digo esto como si se

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tratara de una sentencia judicial, algo que sería muy poco apropiado a una advertencia preliminar. Aquel aspecto de la inducción y de la utilización de la hipnosis que los autores han decidido enfocar es suficientemente complejo y central como para justificar ciertas omisiones, particularmente de todo aquel material que es extremadamente dificultoso consignar en un escrito. Ciertamente, como todos los educadores modernos saben, los tres mejores modos de comunicación, auditivo, visual y escrito, contribuyen cada uno de un modo único y no-intercambiable al proceso total de educación. Lo que acabo yo de afirmar meramente refleja este hecho. En tanto que comunicación escrita, el presente trabajo cumple una superlativa tarea de aclaración de las complejidades de las aproximaciones de Erickson a la hipnosis clínica. Efectivamente, cumple admirablemente con aquello que es mejor hacer por medio de la palabra escrita. Todo esto me lleva a un último punto que quisiera desarrollar, dirigido a todos aquellos lectores que pudieran aspirar a llegar a ser otro Milton Erickson. El libro les enseñará algunos de los “secretos” de Milton, que realmente nunca fueron del todo secretos. Se trata simplemente de lo que hizo, y aún hace, era tan obvio y natural para

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él que dio por supuesto que cada uno sabía el camino que tenía que seguir. Si va a ser suficiente con conocer los secretos, es una cuestión discutible. Milton no se transformó en el “Sr. Hipnosis” de la noche a la mañana. Muchos sucesos y experiencias precedieron sus 50 -y aún más- años de experiencia con la hipnosis. Muchos otros sucesos han ocupado esos 50 años. ¿Quiénes han contribuido materialmente para producir el hombre, el hipnotista y el clínico que él es? No se puede hablar de uno solo, ni siquiera de Milton mismo. Puede especificarse alguno. De ellos, algunos podrían ser duplicados, otros no podrían serlo, y hay algunos que uno difícilmente quisiera duplicar. Una dilatada experiencia con la fenomenología de la hipnosis, especialmente en un marco naturalista, una amplia y prolongada experiencia enseñando, aplicando, demostrando y experimentando con la hipnosis, todo esto debe ser visto como algo que indudablemente jugó un papel esencial en el espectacular éxito de Erickson. Y son duplicables. Potencialmente duplicables por medio de una deliberada inoculación, pero difícilmente sea una experiencia que uno esté demasiado dispuesto a padecer el sufrir dos veces la enfermedad de la poliomielitis, como Erickson. Ciertamente no es duplicable el ser sordo de nacimiento a los tonos, o el ser ciego a los colores. Erickson

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atribuye gran parte de su sensibilidad a los indicadores (cues) sinestéticos, a las dinámicas del cuerpo y a los modos alterados de funcionamiento sensorioperceptivo, a su lucha de toda la vida contra sus enfermedades innatas y adquiridas. En su estudio y en su esfuerzo por mitigar esos problemas, él adquirió una conciencia personal de los modelos alterados de funcionamiento que se canalizó en su trabajo de toda la vida como médico. Además, Erickson le ha agregado a su trabajo de toda la vida una notable imaginación y creatividad, un alto grado de sensibilidad y de intuición, un penetrante poder de observación, una prodigiosa memoria para los hechos y sucesos, y una particular habilidad para organizar lo que experimenta de un momento a otro. Poco de esto puede duplicarse a pedido. Si uno no es la persona apropiada para ser un nuevo Milton Erickson, uno puede por lo menos aprender algo sobre su modus operandi y utilizar esto del modo más completo posible, dentro de las propias posibilidades de uno y en términos del propio capital personal. Si este trabajo no hace nada más que ayudar al lector a hacerlo, habrá alcanzado su propósito. Al aproximarse a este trabajo el lector tendría que tener en mente que se trata de un producto de pragmatistas,

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acerca del hipnotismo terapéutico o clínico específicamente, y no acerca del hipnotismo teórico o experimental. El lector debe saber bien desde un principio que no encontrará en este libro ninguna teoría bien definida o elaborada, ni ninguna documentación científica sólida de muchos de los hechos afirmados. Muy claramente, los autores adhieren a una determinada posición teórica con respecto a la naturaleza de la hipnosis, de los fenómenos hipnóticos, o de la sugestión, y de la conducta sugerida. Uno puede estar de acuerdo con ella o no, y muchas explicaciones alternativas le vendrán a la mente al lector cuando siga las explicaciones de los autores acerca de lo que ocurre cuando Erickson tiene cierta intervención o da un paso determinado. No obstante, para sacar el máximo resultado de este trabajo, uno tiene que tener en mente que su foco no apunta demasiado a desarrollar una teoría científica, sino a aclarar cómo obtiene Milton Erickson el tipo de resultados que alcanza; resultados que más bien implican la conducta que puede ser calificada como “sugerida” y/o “hipnótica”. Desde un punto de vista práctico, pragmático, relativamente no interesa si esas conductas que se obtienen son verídicas, “actuadas”, “un producto de reestructuración cognitiva”, si implican alguna clase de “proceso disociativo”, o son consecuencia de un proceso de “modelado”, etc. Al fin y al

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cabo, son los “verdaderos” científicos los que quieren saber qué es qué. Esto lo han reconocido claramente los autores, señalando frecuentemente áreas de investigación y sugiriendo experimentos que podrían hacerse. Pero para el clínico activo, y para el paciente que sufre desde hace mucho tiempo, estos resultados, y que sean rápidos, son los que cuentan. La eficacia es la clave. Por esta razón, los hipnoterapeutas eficaces, como lo son los tres autores, no se limitan a los procesos hipnóticos per se. Por el contrario, como se hace evidente a partir de este libro, y aun más a partir de otros escritos de Erickson y de Rossi, la hipnoterapia eficaz constantemente implica la utilización de procesos de conducta hipnótica y no-hipnótica. Por tomar solamente un ejemplo mínimo, el uso del “doble vínculo”, tal como lo entiende Bateson, o en el sentido especial en que los autores lo usan, no es una técnica hipnótica o una aproximación per se, ni implica un proceso hipnótico o de sugestión, sino que puede ser usado como un instrumento específico para inducir la hipnosis y/o como un instrumento para obtener más conductas de un individuo hipnotizado. Aunque la teoría no es el fuerte ni el foco de este libro, el modus operandi de Erickson refleja una posición teórica bien definida, o al menos es guiado por ella. La misma ha sido tradicional, y aún se da mucho, para ver la conduc-

Milton H. Erickson, Ernest Rossi y Sheila Rossi

ta hipnótica como una conducta obtenida por medio de “sugestiones” dadas mientras el sujeto está en un estado de “hipnosis”. Sin embargo, aún antes de Bernheim, y más temprano, se había reconocido ampliamente que las sugestiones que conducen al tipo de conductas exhibidas por individuos hipnotizados pueden también ser eficazmente utilizadas en ausencia de cualquier inducción de hipnosis. O sea que ellas pueden ser eficaces con personas que presumiblemente no han sido hipnotizadas. Una interpretación de esta observación, a la que un pequeño número de investigadores modernos han adscripto, es la de que la hipnosis es no sólo innecesaria para la producción de una conducta hipnótica, sino que además es un concepto realmente innecesario. Esta interpretación lleva a la posición de que no hay hipnosis como un estado. No obstante, una alternativa a esta posición, que es la asumida por los autores, es la de que todas las respuestas bone fide a las sugestiones están asociadas, ipso facto, con un estado hipnótico o de trance. Desde este punto de vista ya no existe más ninguna distinción entre sugestiones “despiertas” e “hipnóticas”, o, si se prefiere, entre sugestiones extra e intrahipnóticas. Para responder adecuadamente a la sugestión hay que estar hipnotizado. Por decirlo de un modo li-

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geramente distinto, de acuerdo con los autores, uno no puede responder adecuadamente a una sugestión sin primero, o al mismo tiempo, desarrollar un trance hipnótico. Esta particular visión de la situación gira en dos sentidos: para los autores, si una respuesta tiene que ser una respuesta adecuada a una sugestión, debe ser mediatizada por un aspecto de la mente diferente al llamado conducta consciente. De manera que ellos distinguen entre conducta ejecutada por la mente “inconsciente” y por la mente “consciente” del sujeto. Normalmente, la consciente domina a la inconsciente. Las inducciones tradicionales de la hipnosis no son ni más ni menos que una liberación del inconsciente de la dominación del consciente, que es lo que ellos ven como algo que además existe momentáneamente, por un tiempo, en cuanto respuesta individual adecuada a una sugestión. Para ellos, para funcionar completamente en el nivel inconsciente hay que estar en estado de trance o en estado hipnótico, evidentemente. Todo cambio del funcionamiento inconsciente al funcionamiento consciente es un pasaje de un estado de no-trance a un estado de trance (de un estado “despierto” a un “estado hipnótico”). Si bien esto parecerá bastante claro a muchos lectores, habría que puntualizar bien aquí que la concepción de los autores del “inconsciente” definitivamente no es la concebida por

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Freud. El “subconsciente” de Morton Prince es quizás lo más cercano a esto. En todo caso, se trata de un nivel de funcionamiento mental inteligente, complejo, que parece retener ciertas funciones del yo que tiene la mente consciente, mientras que abandona, o no es afectado por algunas de las otras funciones usualmente asociadas con el yo. Una consecuencia de la visión de la sugestión y del hipnotismo antedicha es que la noción de hipnosis como un estado de hipersugestibilidad queda vacía de significado. Ser sugestionable es ser hipnotizado. Son solamente modos distintos de hablar de lo mismo. Se sigue de esto que también es vacío de significado hablar de test de una sugestibilidad individual despierta o no hipnótica, como pronóstico de su hipnotizabilidad. Finalmente, una inducción formal de hipnosis, cuando tiene éxito, debe ser vista en este marco nada más que como una técnica obstructiva que produce un cambio en el grado de participación inconsciente creciente en un paso. El impacto real de ver la conducta hipnótica y sugerida como lo hacen los autores, no obstante, tiene que establecerse como el tónico central de este trabajo. Cómo facilitar, activar, cultivar, extender un poco, utilizar los niveles inconscientes de funcionamiento. De esto se trata este libro.

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He hablado largamente acerca de Milton Erickson, lo que es justificable, desde el momento en que‚ este es un libro sobre su aproximación a la utilización terapéutica de la hipnosis. También este trabajo es un esfuerzo conjunto, aunque no les haya tocado a los otros autores, en particular a Ernest L. Rossi, la misma atención: debería sin embargo mostrarse su labor. Rossi ha hecho mucho más que grabar y transmitir lo que Erickson hace y dice. El ha dedicado una enorme cantidad de tiempo y esfuerzo haciéndole explicar lo que ha sido tan claro para Milton pero tan oscuro para los demás. Al hacerlo, Rossi ha precedido a desenmarañar, discernir, analizar, traducir, organizar, y finalmente integrar lo que debe haberle parecido en un principio una colección desconcertante de datos. Esta no ha sido una tarea pequeña, como puedo testimoniarlo a partir de mis propios esfuerzos -que no han tenido ningún éxitopara hacer algo similar en una escala mucho menor. Además, Rossi ha tenido éxito, creo, al brindarnos una oportunidad de ver de un modo único lo que Erickson hace a través de sus propios y muy recientes ojos. La particular contribución de Ernet Rossi no termina aquí, sin embargo, sino que hay que agregar su compilación de interesantes, útiles e incitadores ejercicios y preguntas, comentarios y sugerencias incitadoras a la reflexión.

Milton H. Erickson, Ernest Rossi y Sheila Rossi

Finalmente, creo que los que estudian a Erickson encontrarán en este libro respuestas a las preguntas que quisieran que él les pudiera contestar; pero no da ni puede dar respuestas para lo que ellos buscaron y no lograron.

André M. Weitzenhoffer Oklahoma City

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INTRODUCCION Este volumen es la grabación de una demostración única, por parte de Milton H. Erickson, del arte de inducir la hipnosis clínica y las formas indirectas de sugestión hipnótica. Es la grabación de un proceso de adiestramiento y descubrimiento. Inicialmente el mayor de los autores, Erickson, participó en el adiestramiento de los autores más jóvenes, los Rossi, en hipnosis clínica. Como este entrenamiento siguió, llegó a ser un análisis de los aspectos básicos del trabajo de Erickson. Desde el momento que los Rossi eran principiantes en esta especialidad, Erickson tuvo que introducir y demostrar los principios básicos de la hipnosis clínica, de manera de hacer de este volumen un texto apropiado como introducción a esta área. Desde el mismo momento que Erickson es un creativo innovador, permite que buena parte del material sea de gran interés para todos los psicoterapeutas, cualquiera sea su nivel de entrenamiento o campo de especialización. Se verá en las páginas siguientes que la hipnosis clínica y el trance terapéutico (usando estos términos como sinónimos) son extensiones cuidadosamente dirigidas de procesos cotidianos de la vida normal. Sin darnos cuenta completamente de esto, todos nosotros ex-

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perimentamos “trances cotidianos comunes” en donde estamos absortos en ensueños internos o preocupaciones. Durante tales períodos emprendemos nuestra rutina diaria un tanto automáticamente; una gran parte de nuestra atención está realmente enfocada hacia adentro cuando tenemos una experiencia de nosotros mismos un poco más profunda y posiblemente ganemos una perspectiva nueva o incluso logremos resolver un problema. De modo semejante, en la utilización clínica del trance podemos ser más receptivos a nuestra propia experiencia interna y los potenciales de los que no nos damos cuenta de modos más que sorprendentes. Con la ayuda de las sugestiones del terapeuta, esos potenciales pueden explorarse y desarrollarse más ampliamente. Los hipnoterapeutas comparten muchos criterios comunes con otros psicoterapeutas bien entrenados: una comprensión de la dinámica de los procesos inconscientes de la conducta; una apreciación del significado tanto del aprendizaje emocional y experiencial como del conocimiento intelectual; un gran respeto por la experiencia de vida única de cada individuo; etc. Los hipnoterapeutas son diferentes en la práctica, no obstante, y la diferencia radica en que ellos están más espe-

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cializados en la utilización deliberada de esos procesos interiores de los individuos para ayudarlos a alcanzar sus propios fines terapéuticos por sus propios y únicos caminos. En estas páginas Erickson demuestra una mirada de aproximaciones por medio de las cuales psicoterapeutas de todas las tendencias pueden facilitar el desarrollo psicológico con o sin la inducción formal de trance. El cree que el trance mismo es una experiencia diferente para cada persona; por supuesto que el trance clínico puede ser entendido como un período libre en el que la individualidad puede florecer. Desde este punto de vista se va a comprender el trabajo de Erickson como una aproximación activa a los intentos básicos de toda psicoterapia: ayudar a los individuos a crecer más allá de las limitaciones aprendidas de manera que los potenciales internos puedan ser reconocidos para alcanzar fines terapéuticos.

LA FORMA DE ESTE VOLUMEN Cada capítulo comienza con una cuidadosa grabación transcripta de la inducción de Erickson de la hipnosis clínica y su trabajo con un sujeto, junto con un comentario para aclarar sus procedimientos. Su conducta no-verbal (gestos, pantomima, etc) se escribe entre paréntesis. En estas grabaciones hay

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alguna repetición en los procedimientos utilizados, las preguntas respondidas, y los asuntos discutidos. Esta repetición se hace casi natural puesto que Erickson se ocupó del entrenamiento de los Rossi en hipnoterapia. Los Rossi muchas veces tienen que hacer la misma pregunta una y otra vez para estar seguros de haber comprendido lo que Erickson estaba tratando de transmitirles. La repetición de temas similares en diferentes contextos permite al lector explorar los rasgos distintivos significantes del trabajo de Erickson y cómo los utiliza él en su práctica diaria. La sección de inducción de cada sesión es una transcripción extremadamente cuidadosa de las palabras exactas de Erickson. Cuando él hace una pausa momentánea, sus palabras se resaltan por medio de un espacio extra entre palabras o frases. Cuando él hace una pausa mayor de 20 o 30 segundos, esto se indica por medio de la palabra “pausa” entre paréntesis. Al momento en que este material se grabó, Erickson tenía 72 años y se trabajó con una grabadora común, por tanto hay ocasiones en que las palabras se pierden. Esto se indica cuidadosamente con elipsis (....). La sección de inducción, entonces, provee al lector de los datos empíricos puros del trabajo de Erickson, no mez-

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clado con ninguna clase de preconceptos. Erickson leyó cuidadosamente y aprobó estas transcripciones de su trabajo. La sección de inducción, entonces, puede servir como una grabación objetiva que otros trabajadores de la investigación pueden analizar en futuros estudios de la aproximación de Erickson. Las secciones de comentario, escritas en tipo común, son una discusión entre Erickson (E) y Ernest Rossi (R) donde Erickson explica su trabajo con la sujeto (S). El contenido de estos comentarios fue determinado en partes iguales a través de lo que Erickson consideró un material relevante para ser enseñado y a través de lo que Rossi consideró que tenía que preguntar para comprender. Estas discusiones son complejas y a veces lo llevan a uno lejos de las cuestiones que se manejaban. Para los propósitos prácticos de publicación, algunas de estas discusiones han sido editadas o parafraseadas para hacer que su significado sea más claro. Si bien algunos de estos comentarios están enfocados en cierta medida a través de las lentes de la comprensión y de las necesidades de los Rossi, también es cierto que fueron cuidadosamente leídos y a veces modificados por Erickson para enfatizar un punto aquí o clarificar una cuestión allá.

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Cada capítulo finaliza con un cierto número de secciones a cargo de Ernst Rossi, para clarificar y elaborar explicaciones más detalladas sobre las cuestiones más relevantes que hacen al trabajo de Erickson recién ilustrado. A veces Rossi intenta analizar la aproximación clínica de Erickson con el objeto de descubrir algunas de las variables básicas que pueden aislarse y controlarse a través del trabajo experimental futuro. Estas secciones pueden entenderse como un esfuerzo destinado a construir un puente entre el arte clínico de la hipnoterapia de Erickson y los esfuerzos sistemáticos de la ciencia de la psicología para comprender la conducta humana. Al estudiar este volumen, los lectores harán bien en comenzar leyendo las secciones de inducción, que son las indicaciones “más puras” del trabajo de Erickson. Los lectores, de este modo, pueden sacar sus propias conclusiones y formular sus propias preguntas antes de seguir con las secciones de comentario. De este modo, pueden determinar por sí mismos la adecuación de las explicaciones de las inducciones. Luego los lectores pueden escribir sus propios análisis de las variables relevantes y quizás aumentar el conocimiento general sometiéndolas a tests.

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Al final de cada capítulo o sección donde se haya introducido algún material nuevo, se ofrece un cierto número de ejercicios graduales como una guía para ayudar a los hipnoterapeutas a desarrollar sus propias habilidades en las técnicas clínicas de observación, inducción hipnótica, y formulación de sugestiones indirectas. Muchos de estos ejercicios serán de valor para los psicoterapeutas en general, con o sin la inducción formal de la hipnosis clínica. De este modo, este volumen puede servir como una heurística, estimular a los psicoterapeutas a practicar para perfeccionar su propia educación y entrenamiento. También provee a los investigadores de una fuente clínica de hipótesis acerca de los fenómenos hipnóticos y de la hipnoterapia que puede someterse a tests de un modo experimental más controlado.

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PRIMERA SESION UNA INDUCCION DURANTE LA CONVERSACION: EL CONJUNTO DE APRENDIZAJES TEMPRANOS La Dra. S. era una psicóloga y madre que estaba dispuesta a colaborar en una única demostración para averiguar si era posible adiestrar a una persona profesional para que llegue a ser una psicoterapeuta por medio de su aprendizaje de experimentar la hipnosis personalmente. La Dra. S. no tenía ninguna experiencia con la hipnosis fuera de una demostración donde ella experimentó una breve inducción. Esto sirvió para despertar su interés en el asunto, y ella estuvo de acuerdo en ser grabada en un tape a cambio del entrenamiento gratuito que recibiría. Erickson inició el proceso en esta primera sesión con lo que se puede llamar la inducción de “El Conjunto de Aprendizajes Tempranos”. El simplemente solicitó que S enfocara hacia algún lugar mientras hablaba con ella. Su aproximación es casual, amable, cálida y amistosa. Erickson simplemente habla del jardín de infantes y del aprendizaje de imágenes y de la comodidad, de las habilidades del inconsciente y de algunas alteraciones del reflejo de parpadear. Este es un ejemplo de la inducción durante la conversación, tan inno-

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cua e indirecta que frecuentemente es difícil reconocer que se está induciendo el trance. El principiante impaciente espera en vano comenzar la H*I*P*N*O*S*I*S. ¿Dónde están las famosas manipulaciones que tomarán posesión de la mente y del cuerpo del sujeto? ¿Dónde está la postración frenética, el estupor y las gesticulaciones extrañas que los antiguos litógrafos médicos han ilustrado como posesión y trance? La hipnoterapia moderna es bastante diferente de la concepción popular de la hipnosis como un drama misterioso. Los terapeutas no son showmen. Ellos, no obstante, están altamente preparados para la observación y pueden reconocer aún las mínimas variaciones de las conductas que brindan importantes indicios del interés y de las habilidades del paciente. Estos indicios son utilizados luego para ayudar en la guía del paciente hacia esos interesantes estados de conciencia alterada, que generalmente se llama “trance”. La terapia, procede entonces “tomando los aprendizajes que la persona ya tiene y aplicándolos de otras formas”. Erickson es cauteloso a propósito de sugerir o agregarle algo nuevo al paciente: él prefiere facilitar que se ponga en acción la habilidad del paciente para utilizar creativamente y para desarro-

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llar lo que él ya tiene. En esta primera sesión Erickson introduce un cierto número de temas que se repetirán en contextos cada vez más amplios, en las sesiones posteriores: enfocar al paciente hacia dentro, liberar los procesos inconscientes (autónomos) de las limitaciones de los instrumentos conscientes del paciente, algunos principios y formas de sugestión indirecta, y la ética del trance y de la hipnoterapia. El estudiante que se inicia en la hipnoterapia frecuentemente quiere aprender todo de una vez. Esa aproximación realmente no puede tener éxito. La comprensión del material se desarrolla naturalmente al cabo de un tiempo, cuando Erickson revisa una y otra vez los temas fundamentales, en las sucesivas sesiones. Frecuentemente, el significado del material de las primeras sesiones no es enteramente comprendido hasta más tarde. Por esto, los estudiantes serios tienen que volver a estudiar cada sesión muchas veces antes de haber comprendido bien.

OBSERVACION E: Mire el ángulo superior más alejado de esa foto.

Ahora usted (R) mira su cara. El ángulo superior más alejado de esa foto. Ahora voy a hablarle. (Pausa) E: Muchas veces el terapeuta ni siquiera le mira la cara al paciente. No obstante, los cambios en la expresión facial, el tono muscular de todas las partes del cuerpo, y la respiración le dicen a usted qué cantidad de atención del paciente se le dirige al problema que se está manejando. No tiene sentido tratar de trabajar con un paciente que se está moviendo inquietamente. R: Más quieto está el paciente, más dirige su energía a lo que se está diciendo. E: ¡Claro! Y usted además sabe si el paciente puede distraerse respecto de la terapia. ¿El paciente puede perturbarse por un ómnibus que pasa afuera o por una sirena? Menos perturbados están por este tipo de distracciones externas, más enfocan su energía sobre la terapia. Usted solamente puede distinguir estas cosas si observa cuidadosamente al paciente.

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CONJUNTO DE APRENDIZAJES TEMPRANOS Cuando usted empezaba a ir al jardín de infantes, a la escuela primaria, esta cuestión de aprender las letras y los números parecía ser una tarea insuperable. E: Ahora, acá usted meramente está tomando los aprendizajes. que la persona ya tiene y los está aplicando de otras formas. Pero no está creando nada nuevo. R: Usted está utilizando un conjunto de aprendizajes que ya existen en el paciente. Es un conjunto de aprendizajes que usted está evocando por medio de esta inducción particular. E: Sí. PEROGRULLADAS COMO LA FORMA BASICA DE SUGESTION HIPNOTICA Reconocer la letra A distinguir una Q de una O era muy, muy difícil. Y después también escribirlas ya era otra cosa. Pero usted aprendió a formar una imagen mental de este tipo.

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Usted no lo sabía en ese mismo momento, pero era una imagen mental permanente. R: Usted está usando una serie de verdades muy obvias, perogrulladas, como sugestiones acá. Cuando usted habla de estas experiencias tempranas, sus palabras tienden a evocar recuerdos tempranos y pueden facilitar una real regresión en la edad en algunos sujetos. E: Sí. Las sugestiones siempre se dan de forma tal que el paciente pueda aceptarlas fácilmente. Las sugestiones son afirmaciones que el paciente posiblemente no puede discutir. IMAGENES (*) INTERNAS Y, más tarde, en la escuela secundaria usted formó otras imágenes (**) de las palabras o del cuadro de las frases. Usted desarrolló más y más imágenes mentales sin saber que usted estaba desarrollando imágenes mentales. Y usted puede recordar todas esas imágenes. (Pausa)

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(*)El significado del vocablo inglés imagery es el de “imagen” en el sentido específicamente literario (N. del T.) (**) Aquí la palabra es images -como antes, al comienzo de esta misma página donde dice “imagen mental”- cuyas acepciones son las mismas que tiene el término castellano “imagen” (N. del T.) E: El hipnoterapeuta común dice, “Mire este punto”, y trata de enfocar la atención del paciente hacia ese punto. Pero es más fácil el trato con las imágenes que la persona tiene en su mente. Hay una vasta variedad de imágenes en su mente, y él puede pasar fácilmente de una a otra sin salir de la situación. R: De modo que la imagen interna por esto es mucho más efectiva para mantener la atención. E: Una cosa externa no tiene un real valor para ellos, pero las imágenes que tienen dentro son valiosas. Además, usted está hablando solamente de lo que ocurrió en el pasado de ellos. Es el pasado de ellos y no los estoy forzando a nada. Ellos aprendieron el alfabeto y sus números. Aprendieron muchas, muchas imágenes. Pueden sentirse a gusto y seleccionar la imagen que quieran. R: Lejos de despertar una resistencia, usted realmente se pone de su lado, en simpatía con ellos. Simpatiza con sus

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dificultades en el aprendizaje, y así se pone del lado de las dificultades del paciente. E: Exacto. Y usted sabe, a partir de su propia experiencia, que esto es arduo. R: Con todos esos logros tempranos que usted va formulando, también despierta la motivación de ellos para su trabajo actual en hipnosis.

RELACIONES DE LA CONCIENCIA Y EL INCONSCIENTE Ahora usted puede ir a donde quiera y transportarse a alguna situación. Puede sentir el agua puede querer nadar en ella. (Pausa). Puede hacer lo que quiera. E: Esto suena como un gran convenio de libertad, pero note que he dado la sugestión para “transportar” su conciencia a otra situación. Puede ser en cualquier lugar, donde quiera. La situación probablemente va a estar asociada con el agua y puede hacer lo que quiera, pero su conciencia precisa no está enfocada acá en el consultorio terapéu-

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tico.

FUNCIONAMIENTO INCONSCIENTE:PERMITIR QUE LA MENTE CONSCIENTE SE RETIRE Usted ni siquiera tiene que escuchar mi voz porque su inconsciente la oirá. Su inconsciente puede intentar algo que usted quiera intentar. Pero su mente consciente no está por hacer nada importante. E: El paciente no me está prestando atención con su mente consciente, sino que el inconsciente quiere aprender lo que estoy diciendo. R: De manera que su método toma directamente al inconsciente sin la intervención y la distorsión de la conciencia. E: A veces el paciente dirá más tarde, “Quiero que me deje estar en el agua o en el jardín un poco más”. R: El estar en un “jardín interno” es una forma que usted tiene para mantener la atención consciente de ellos. Us-

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ted está haciendo que la atención consciente de ellos se enfoque sobre una imagen interna, igual que mirar un punto enfoca su atención sobre otra imagen. Pero estar absorto en una imagen interna es mucho más eficaz para enfocar la atención. E: ¡Mucho más eficaz! R: Y mientras ellos están así, absortos, su conciencia se distrae y así usted puede hacer sugestiones directamente a su inconsciente. E: Ellos se interesan mucho más en las cosas conscientes. No están prestando atención a lo que digo conscientemente. Están prestando atención inconscientemente, y así no hay interferencia de la conciencia. R: Esa es la importancia del uso de imágenes: atan a la atención consciente de la persona mientras usted hace otras (p. ej. terapéuticas) sugestiones directamente al inconsciente de ellos. E: Y es muy importante para una persona saber que su inconsciente es más inteligente que ellos. Hay una gran riqueza de material almacenado en el inconsciente. Sabemos que el inconsciente puede hacer cosas, y es importante asegurar a su paciente en cuanto a lo que puede hacer. Ellos tienen que

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querer dejar a su inconsciente hacer las cosas y no depender tanto de su mente consciente. Esto es una gran ayuda para su funcionamiento. De modo que uno construye su técnica alrededor de instrucciones que permitan que su mente consciente se retire del trabajo y que dejen que surja el inconsciente.

miento ligero de los párpados durante la fase inicial de una inducción, frecuentemente es tomado como un indicio del comienzo del trance.

R: Usted no quiere que tengan control consciente sino permitir que su inconsciente funcione tranquilamente por sí mismo.

Pero, usted alteró su ritmo respiratorio.

E: Y después los resultados de ese funcionamiento inconsciente pueden volverse conscientes. Pero primero tienen que mantener alejada su comprensión consciente de lo que es posible.

Ha alterado su presión sanguínea.

LIMITAR LAS RESPUESTAS INTERNAS Usted notará que su mente consciente está algo preocupada, ya que le está haciendo mover ligeramente los párpados. E: Acá limité el movimiento ligero a los párpados, antes que dejarla generalizarlo, en la creencia que su sistema íntegro se estaba moviendo ligeramente o estaba vacilante. R: Ese leve, rápido, vibrátil movi-

PROBAR UN ESTADO ALTERADO

Ha alterado su pulso.

Y sin saberlo, usted está demostrando la inmovilidad que un sujeto hipnótico puede mostrar. E: No lo saben, pero cuando usted les dice que han alterado su funcionamiento, ellos pueden llegar a ser conscientes de esto. Su funcionamiento ya está alterado, de manera que no pueden resistirse ni negarlo. Tienen su prueba interna. R: Tienen la prueba de un estado alterado. Usted le informa al paciente estas cosas para probar el estado hipnótico antes que usar un desafío. E: Correcto. No me gusta usar como desafío la falta del reflejo de tragar porque ellos tienden a controlarlo. Yo más

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bien uso cosas que ellos no pueden controlar. R: Como los pacientes tienden a tragar menos durante el trance, algunos terapeutas han usado ese dato como un test del trance profundo. Ellos “desafiarán” a los pacientes diciéndoles que no pueden tragar. Durante los estados iniciales de preparación del trance, sin embargo, cosas como un desafío pueden realmente despertar a algunos pacientes.

BAJAR EL GRADO DE LAS DISTRACCIONES No hay nada realmente importante excepto la actividad de su mente inconsciente. E: Esto baja el grado de los sonidos del tráfico o cualquier otra distracción externa sin enfatizar que son distracciones externas. Después ellos pueden aplicar esto de bajar el grado a cualquier estímulo irrelevante que pueda introducirse. R: Usted no proyecta sus distracciones sobre el paciente y ni siquiera sugiere que se trata de distracciones. Pero si son distracciones, esta frase ayuda a la persona a bajarles su grado.

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IMPLICACION Y LIBERTAD ILUSORIA EN LA DINAMICA DE LA SUGESTION Y eso puede ser todo lo que su mente inconsciente desee. E: Esto es un ejemplo de lo que Kubie llama “libertad ilusoria”. La persona tiene un gran sentimiento de libertad de elección, pero realmente yo hago que mi sujeto se atenga al trabajo que se está manejando, a través de sutiles directivas e implicaciones. Por ejemplo, antes había dicho: “Usted puede ir a donde quiera”, pero enseguida definí un lugar: el agua. R: De modo que el arte de dar sugestiones consiste en dar una dirección cuidadosa, pero usted deja que la persona tenga una cierta ilusión de libertad dentro del modelo de trabajo que usted ha construido. E: Cuando antes yo dije: “Su inconsciente puede intentar todo lo que usted quiera”, suena como si yo le estuviera dando libertad, pero realmente esa palabra “intentar” implica lo opuesto. La palabra “intentar” implica un obstáculo. Usted usa la palabra “intentar” según sus propósitos, cuando quiere implicar un obstáculo.

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R: El uso de la palabra “intentar” en ese momento realmente obstaculizó o ató al inconsciente hasta que recibió nuevas directivas de usted. E: Después, cuando yo digo: “Su conciencia no está por hacer nada importante”, esto implica que su inconsciente va a hacer algo importante. R: Y el inconsciente no puede hacer lo que quiera porque usted ya lo ha atado. En suma, esto implica que el inconsciente va a hacer algo importante, y que va a hacer lo que usted sugiera.

NO CONOCER, NO HACER Ahora hay un confort físico, pero usted ni siquiera tiene necesidad de prestar atención a su relajación y a su confort. E: Note cómo enfatizo “ni siquiera tiene necesidad”. Los pacientes arrastran demasiado como para que usted enfatice todo lo que tienen necesidad de hacer; así, la energía puede enfocarse al trabajo que se tiene entre manos. R: Esto refuerza su observación anterior de que, “Usted ni siquiera tiene

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que escuchar mi voz”. Esto facilita la inducción del trance, toda vez que el paciente no tiene que conocer ni que hacer nada.

IMPLICACION Puedo decirle a su mente inconsciente que usted es un excelente sujeto hipnótico, y siempre que lo necesite o quiera, su mente inconsciente le va a permitir usar esto. E: “Puedo decirle que su mente inconsciente” implica que no tengo que convencer a su conciencia. R: En otras palabras, cada oración tiene implicaciones, y es en estas implicaciones que se da el mensaje importante. E: ¡Claro!

IMPLICACION Y TIEMPO Y él se puede tomar un tiempo, su propio tiempo

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al dejar que usted entre en un trance,

prestar atención cuando usted se le dirija.

al ayudarla a comprender algo razonable.

SIGNOS DE TRANCE

E: Usted puede tomarse su tiempo, pero está por hacer eso. Esa es la implicación importante. Y ellos no saben cuánto tiempo más, así que tienen que confiar en usted.

Dr. Rossi, pienso que usted está viendo una serie de conductas de gran interés.

RAPPORT

la alteración en los músculos faciales, la inmovilidad total.

Puedo hablarle a usted o elegir algún otro, pero sólo cuando le hablo a usted es necesario que escuche. Puedo dirigir mi voz a otra parte

La alteración del reflejo del parpadeo,

R: El retardo del reflejo del parpadeo, anterior al cierre final de los ojos y la relajación de los músculos faciales, de modo tal que la cara tiene una expresión más lisa o “planchada”; son índices típicos del trance.

y usted sabrá que no le estoy hablando,

PRINCIPIO ETICO

así que no tiene necesidad de prestar ninguna atención.

R: ¿Querría ahora usted continuar y mostrar más fenómenos?

E: Acá estoy estableciéndome, para mí mismo en el trabajo futuro, un campo de libertad.

E: Pudo ser que yo quisiera, pero no lo discutí con ella conscientemente. Por lo tanto, si continúo, primero tengo que despertarla y pedirle permiso. El inconsciente siempre protege a la conciencia.

R: También está dando sugestiones para el rapport, en donde ella sólo va a

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¿Querría usted despertarse ahora? E: No puedo pedirle permiso para hacer algo en trance mientras ella está en trance. Pedir permiso corresponde al estado normal de conciencia, y por eso tenemos que pedirlo mientras ella está despierta.Usted tiene que ser cuidadoso para proteger la integridad de la personalidad y no explotar el estado de trance. R: Eso quebraría la confianza y sólo despertaría la llamada resistencia.

ORIENTACION DEL CUERPOAL DESPERTAR DEL TRANCE (S abre los ojos y se estira un poco.) Noten la reorientación del cuerpo cuando ella volvió. Ahora, ¿hay algo que quiera decirnos? R: Esta reorientación hacia el cuerpo al terminar es otro pie que el terapeuta puede usar para reconocer que el paciente ha estado en trance. El estirarse, parpadear, cambiar la postura del cuerpo, bostezar, humedecerse los labios, alisarse el cabello, tocarse varias partes del cuerpo, etc., son todas indicaciones de que el paciente se está reorientando desde el trance hacia el estado de despierto.

Milton H. Erickson, Ernest Rossi y Sheila Rossi

ALTERACIONES PERCEPTUALES:FENOMENO DE NUBLARSE LA VISTA S: Oh, me gustó mucho, ¡qué paz!. Estaba mirando un punto allá arriba con la vista nublada. R: Ya veo, una alteración perceptual. R: Este informe de un nublarse el campo visual es otra indicación bastante común del desarrollo de un trance. Otros pueden indicar una visión borrosa, una visión de túnel, alteraciones en el color de fondo o en el tamaño y en la forma de las cosas, etc.

RELAJACION Y ABSORCION INTERNA S: Al comienzo intenté escuchar pero después fui a lo mío. Habría sido aburrido escucharlo a usted, Dr. Erickson. Sólo sentí como que me relajaba. (Después el grabador se apagó y la sesión formalmente terminó, S menciona su experiencia de “ir a la deriva” en las primeras etapas de la inducción al trance.) R: Su relajación y absorción interna hasta el punto de que ella no hizo por

Realidades Hipnóticas

más tiempo ningún esfuerzo por escucharlo, son otras indicaciones del trance. Además, ella estaba siguiendo su sugestión anterior de que no necesitaba escuchar su voz conscientemente porque su inconsciente podía saber lo que usted estaba diciendo. Ella obviamente estaba respondiendo en un nivel inconsciente desde el mismo momento en que puso fin a su absorción interna cuando usted le habló de despertar.

OBSERCACION Y APROXIMACION BASICA DE ERICKSON La observación es el aspecto más importante de la temprana formación del hipnoterapeuta. Para Erickson esta formación comenzó en la juventud y ha continuado a través de su vida. La observación de las constantes y correlaciones en la conducta humana es el sine qua non, el capital del hipnoterapeuta creativo. Las anécdotas e historias que Erickson cuenta en las siguientes páginas lo revelan como un observador agudo de las regularidades de la conducta humana. Erickson disfruta con el humor, y todas sus originales bromas se basan en un firme conocimiento de lo que la gente haría en una situación dada. Como un chico caminando a través de la nieve de Wisconsin hacia la escuela, por ejemplo, se deleita saliendo

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temprano de la casa para poder marcar un camino de huellas torcidas sobre los caminos rectos de la lisa llanura y observar más tarde cómo alguien que fue por ese camino después que él siguió exactamente sus pisadas. La gente no siguió el camino recto que sabían que estaba ahí; aparentemente encontraron más fácil seguir el camino de huellas torcidas que él había hecho hasta que comenzó a enderezarlas al hacer algunas de las curvas del resto de su camino hacia la escuela. Estas son las regularidades de la conducta que son de una gran significación. Estas regularidades son instrumentos que él usa para conformar los fenómenos y la conducta hipnóticos. Dados ciertos estímulos, lo útil para él es saber que seguirá una cierta respuesta. O, si puede evocar un fragmento de conducta, lo importante para él es conocer qué otro fragmento de conducta está íntimamente relacionado con aquél y es probable que ocurra. De este modo, él puede usar un estímulo para evocar cierta respuesta y luego usar esa respuesta para evocar, por asociación, otra respuesta específica. La situación es subjetivamente experimentada como hipnótica cuando estas respuestas parecen tener lugar sin intención consciente pues los pacientes

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no son conscientes de estas asociaciones que se pueden predecir, que ocurren dentro de sí mismos. Los pacientes no conocen todas las posibilidades que hay dentro de su propio repertorio de conductas. Consecuentemente, cuando experimentan algo que no podían haber predicho (mientras que el terapeuta sí puede hacerlo, por su conocimiento de las asociaciones de conductas de los pacientes), suponen que el hipnoterapeuta lo causó de alguna manera. El hipnoterapeuta arregló la situación de conducta de manera que siguiera naturalmente cierta respuesta de parte del paciente pero el hipnoterapeuta fue capaz de “causar” la respuesta sólo porque sabe cómo utilizar las estructuras preexistentes dentro de la matriz de conducta del paciente. De esto se sigue que cuanto más saben los terapeutas acerca de la legitimidad de la conducta, más serán capaces de evocar adecuadamente respuestas deseadas dentro de una situación específica. Cuanto más puedan los terapeutas observar las regularidades específicas de los pacientes individuales, más van a ser capaces de facilitar las respuestas terapéuticas en esos individuos.

Milton H. Erickson, Ernest Rossi y Sheila Rossi

EJERCICIOS DE OBSERVACION 1. Buscar y estudiar cuidadosamente las regularidades de conducta de los pacientes. Estas regularidades pueden extenderse desde las peculiaridades y rituales de decir “Hola” y acomodarse en el primer o en los primeros dos minutos a la sesión de terapia, hasta los modelos habituales en la estructura asociativa de ellos cuando hablan acerca de los “problemas”. ¿Hasta qué punto pueden observar cómo se define un problema del paciente por medio de un “circuito cercado de asociaciones”, un habitual y constante modelo de asociaciones del que el paciente no sabe cómo salir? ¿Qué clase de intervención pueden hacer ustedes para ayudar al paciente a salir? (Rossi, 1968, 1972a, 1973a). 2. Observar hasta qué punto los distintos pacientes están abiertos y dispuestos a cambiar y son capaces de seguirlos a ustedes, y hasta qué punto están fijos, cerrados, no dispuestos para cambiar -y realmente esperan que ustedes los sigan a ellos. Erickson busca la “atención de respuesta” (el grado en que una persona podría ser un sujeto hipnótico capaz). Cuanto más atención de respuesta tiene, mejor es el sujeto. Por esto podemos suponer que cuanto más está un paciente abierto a la dirección del terapeuta y mayor sea su capacidad

Realidades Hipnóticas

de absorberse en lo que el terapeuta está diciendo, mayor será su capacidad en cuanto que sujeto hipnótico. Esto requiere que los terapeutas enfoquen tanto el aspecto del “proceso” como el de “contenido”, de su relación con la conducta de los pacientes. Los terapeutas que llegan a ser expertos en hipnoterapia se adiestran a sí mismos en la observación de la dinámica de “disponibilidad” y “seguir” dentro de la relación transferencia-contratransferencia. Cuanto mayor sea la apertura y disponibilidad, mayor será el seguir y la capacidad de respuesta hipnótica. ¿En qué ayuda que un paciente particular se vuelva más abierto y dispuesto ante los terapeutas? ¿Qué pueden hacer los terapeutas para volverlos más abiertos y dispuestos a cada uno de los pacientes? Nosotros remarcamos que la disponibilidad y el seguir comprenden un camino de dos direcciones. Más sensitivamente son los terapeutas capaces de responder a las necesidades, a las emociones y a la cosmovisión de los pacientes, más aprenden los pacientes a estar abiertos y dispuestos a seguir las sugestiones terapéuticas. Más adecuadamente se relacionan los terapeutas con los pacientes en la experiencia yousted, más relevante y por tanto aceptable serán la comprensión de ellos y las sugestiones.

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3. La técnica práctica de la inducción a trance requiere que el terapeuta aprenda a observar la conducta y las sugestiones vinculadas con ella. ¿Qué cambios están ocurriendo en la conducta facial? ¿Se observa un estremecimiento preliminar de los párpados? Si es así, puede entonces sugerirse pronto que el paciente parpadee. ¿El reflejo de parpadeo se hace más lento? En tal caso, el terapeuta puede tenerlo en cuenta y sugerir pronto mayores pausas hasta que finalmente los párpados se cierren. Cuando se observa que el paciente acaba de exhalar, es el momento preciso para sugerir que respire profundamente. Cuando se observa que los movimientos del cuerpo se están haciendo más lentos, se puede sugerir que el paciente vaya llegando a quedar inmóvil y que pronto se quede completamente quieto y cómodo. Los terapeutas pueden llegar así a conocer bien las sugestiones que pueden asociar automáticamente la conducta manifiesta del paciente con nuevas sugestiones. Ellos desarrollan gradualmente una fluidez de lenguaje que les permite hablar y reflexionar, mientras estudian cuidadosamente la conducta del paciente para determinar cuál va a ser la próxima sugestión. Se puede practicar este tipo de observaciones cuidadosas en muchas situaciones de todos

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los días. La gente en las audiencias y los pasajeros que viajan juntos en un colectivo, en un avión o en un tren, van a estar en un rango de estados que van desde la tensión y la alerta hasta el trance. Hay que aprender a reconocer los correlatos de conducta de tales estados. En las primeras inducciones prácticas se puede aprender la técnica de observar la conducta, comentarla y preparar las sugestiones que se anticiparon y desarrollaron más la conducta. En las secciones siguientes vamos a introducir las distintas formas de sugestión hipnótica indirecta que pueden aprenderse en la medida que se va ganando experiencia.

EL CONSCIENTE Y EL INCONSCIENTE EN HIPNOSIS CLINICA Erickson enfatiza ciertos aspectos de las relaciones entre el consciente y el inconsciente y los muchos modos de utilizarlos según los propósitos terapéuticos al trabajar en hipnosis clínica. Este es un tema principal que se introduce en este primer comentario y que va a ser discutido más ampliamente en todas las secciones siguientes. Creemos que la conciencia, programada por las actitudes típicas y por las creencias del “racionalístico” hombre moderno, está penosamente limitada. Se ha estimado que, en el mejor de los casos, la mayo-

Milton H. Erickson, Ernest Rossi y Sheila Rossi

ría de la gente no utiliza más que el 10% de su capacidad mental. La mayor parte de nosotros simplemente no sabemos cómo utilizar nuestras capacidades individuales. Nuestro sistema educativo nos enseña cómo estar a la altura de ciertos criterios externos de aprendizaje, solamente. Aprendemos nuestro A B C, cómo leer y escribir, y parecidas destrezas. La adecuación de nuestro aprendizaje se mide por nuestras puntuaciones en tests de actuación estandarizados, antes que por el grado en que utilizamos nuestros propios y únicos circuitos neurales para nuestros fines individuales. Nuestro sistema educativo hasta ahora tiene pocos o ningún medio para formar y para medir la habilidad de cada individuo para utilizar su propia y única matriz de conducta y sus procesos asociativos aún cuando esta habilidad interna sea parte esencial en la creatividad y en el desarrollo de la personalidad. La conciencia está programada de este modo para satisfacer standars de actuación externos y consensuales, cuando todo lo que es único dentro del individuo queda como en suspenso. O sea que la mayor parte de nuestra individualidad permanece inconsciente y desconocida. Erickson puede decir, “Es muy importante para la gente conocer

Realidades Hipnóticas

que su inconsciente es más inteligente que ellos. “Hay una gran riqueza de material almacenado en el inconsciente”. Los pacientes tienen problemas porque su programación consciente ha limitado muy fuertemente sus capacidades. La solución es ayudarlos a romper completamente las limitaciones de sus actitudes conscientes para liberar a su potencial inconsciente a fin de solucionar su problema. Una y otra vez nos encontramos con que las aproximaciones de Erickson para inducir al trance y para solucionar un problema, por lo general se dirigen a burlar las limitaciones regidas y aprendidas del consciente del paciente y las actitudes habituales. Más adelante demostraremos y discutiremos algunos de los modos de “despotenciar series conscientes”, “imitar con la conciencia” y otros medios semejantes. Todas estas frases denotan un mismo esfuerzo por liberar a los individuos de sus limitaciones aprendidas. Como tan claramente lo establece Erickson, “usted construye su técnica en torno de las instrucciones que permitan a la mente consciente de ellos irse al trabajo, y lo dejan todo en manos del inconsciente”. Para implementar este fin de liberar

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los potenciales inconscientes de las limitaciones de la conciencia, Erickson ha promovido las aproximaciones indirectas a la sugestión hipnótica. Estas aproximaciones están marcando contraste con la mayoría de los trabajos previos y corrientes en hipnosis, en los que las sugestiones directas aún se consideran una modalidad terapéutica mayor. Las sesiones y los comentarios siguientes van a ser una introducción gradual a estas aproximaciones indirectas. Son tan multifacéticas y vastas las posibilidades de estas aproximaciones indirectas que Erickson no ha podido nunca organizarlas en un sistema comprensivo; en efecto, él no siempre comprende porqué‚ y cómo trabajan ellas. Las aproximaciones indirectas son de este modo un campo virgen aún, una tierra ignota, que algunos lectores explorarán en forma optimista, ampliando más sus propias investigaciones y su práctica terapéutica.

Traducción: IMHEBA Continúa en RAPPORT Nº 33

RAPPORT - HIPNOSIS de MILTON H. ERICKSON - Nº 32 - Septiembre de 2001

HIPNOTERAPIA. UN LIBRO EXPLORATORIO DE CASOS (1979) ‘‘1º Parte’’

Milton H. Erickson, D. M. y Ernest L. Rossi Ph. D. 1. Publicado por Irvington Publishers, Inc. New York, 1979. © de Ernest L. Rossi Ph. D., 495 páginas. 2. Autorización para Rapport por Ernest L. Rossi, Ph. D., Buenos Aires, 1993.

PROLOGO

pidió que escriba este prólogo?”

“Hablale a la pared para que la puerta pueda oir” DICHO SUFI

Después de todo, Erickson ha publicado casi 150 artículos en un período de 50 años, pero sólo dos libros y relativamente menores: “Distorsión del tiempo en hipnosis”, escrito en 1954 con L. S. Cooper, y “Las aplicaciones prácticas de la hipnosis médica y odontológica”, en 1961, con S. Hershman, MD y I.I. Sector, DDS. Es fácil de comprender que al llegar a los 70 años, él bien pudo estar impaciente de dejar un legado, un resumen definitivo, una última oportunidad para los otros de comprenderlo realmente y quizás emularlo.

Todos los que conocen a Milton Erickson saben que él raramente hace algo sin un propósito. En efecto, su estar dirigido a un fin puede ser la característica más importante de su vida y de su trabajo. ¿Por qué es, entonces, que antes de escribir “Realidades Hipnóticas” con Ernest Rossi (Irvington, 1976) él ha evitado presentar su trabajo en forma de libro? ¿Por qué eligió a Ernest Rossi como coautor de ese libro y del presente libro? Y, finalmente, yo no puedo ayudar sino preguntarme, “¿Por qué me

Rossi como coautor es una excelente elección. Es un clínico experimentado que se ha formado con varios gigan-

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tes de la psiquiatría. Franz Alenxander, entre otros. Es un analista de formación jungueana. Es un autor prolífico y ha dedicado la mayor parte de su tiempo, en los últimos 6 años, a la observación esmerada, grabación y discusión del trabajo de Erickson. Nuevamente, ¿”Por qué yo?”. Yo también tengo una formación psicoanalítica, pero con un grupo diferente -el Instituto Americano de Psicoanálisis (Karen Horney)-. Yo he sido practicante de psiquiatría durante casi 30 años. Durante casi 15 años además he trabajado bastante con pacientes discapacitados. He estado 35 años dentro de la hipnosis, desde que escuché por primera vez hablar de Milton Erickson, que entonces estaba viviendo en Eloise, Michigan. Ambos, Rossi y yo, tenemos amplios, pero diferentes fundamentos clínicos y teóricos. Ninguno de los dos ha trabajado primariamente con “hipnosis”. Por consiguiente, ninguno de nosotros tiene intereses creados en promover teorías hipnóticas propias. Nosotros nos dedicamos genuinamente a presentar las teorías y las ideas de Erickson, no sólo a los practicantes de hipnosis, sino también a la comunidad de psicoterapeutas y psicoanalistas que tienen cierta familiaridad con la hipnosis. Con este fin, Rossi asume la postura de

Milton H. Erickson y Ernest L. Rossi

un estudiante bastante ingenuo que actúa en nombre del resto de nosotros. Margaret Mead, que además se cuenta como una de sus estudiantes, escribe sobre “la originalidad de Milton Erickson” en la edición de la Revista Americana de Hipnosis Clínica, dedicada a él en su cumpleaños número 75 (Mead, M. “La originalidad de Milton Erickson”, AJCH, Vol.20, N°1, Julio de 1977, páf.4-5). Ella comenta que se ha interesado siempre en su originalidad, desde que lo encontró por primera vez en el verano de 1940, desarrollando esta idea con la afirmación de que, “Puede decirse con seguridad que Milton Erickson nunca resolvió un problema con un procedimiento viejo si él puede pensar en uno nuevo y, normalmente, puede”. Ella siente, sin embargo, que su “insaciable, ardiente originalidad era una barrera para la transmisión de buena parte de lo que él sabía” y que “Los estudiantes más inquietos quedarían aturdidos con la extraordinaria e inesperada calidad de cada una de las distintas demostraciones, perdidos en tratar de imitar la intrincada, idiosincrática respuesta y los principios subyacentes que él estaba iluminando. En “Realidades hipnóticas” y en este libro, Ernest Rossi da largos pasos hacia la dilucidación de estos principios subyacentes. Hace esto de una manera muy estricta, organizándolos y extrayéndolos del

Hipnoterapia

material de los casos de Erickson. Aún más, si bien de una manera amable, él lo anima a Erickson a detallarle algunos de estos principios. Los estudiantes que estudien este volumen cuidadosamente, como yo lo hice, encontrarán que los autores han hecho la mejor tarea que se conozca hasta la fecha en lo que se refiere a la clarificación de las ideas de Erickson sobre la naturaleza de la hipnosis y de la terapia hipnótica, sobre las técnicas de inducción hipnótica, sobre las maneras de inducir el cambio terapéutico, y de verificar este cambio. Entretanto, han relevado una gran cantidad de provechosos datos acerca de la filosofía de la vida y de la terapia de Erickson. Muchos terapeutas, psicoanalistas y no psicoanalistas, encontrarán las aproximaciones de Erickson compatibles con las suyas propias y bastante alejadas de sus preconceptos acerca de la “hipnosis”. Como los autores puntualizan, “La hipnosis no cambia a la persona ni le hace alterar su pasada vida de experiencia. Ella sirve para permitirle aprender más acerca de sí misma y a expresarse más adecuadamente... El trance terapéutico ayuda a la gente a esquivar sus propias limitaciones aprendidas de manera tal de que pueda explorar y utilizar más plenamente sus potenciales.” Aquellos que lean el generoso ofre-

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cimiento de Erickson de fascinantes historias de casos, y después intenten emularlo, indudablemente se van a encontrar con que los resultados que logran no son todos comparables con los que logra él. En esta situación, ellos pueden darse por vencidos, diciendo que la técnica de Erickson es únicamente para él. Ellos pueden notar que Erickson tiene varios handicaps que siempre lo han puesto aparte de los otros, y que, ciertamente pueden permitirle tener una manera de ver y de responder que es única. Él nació con una visión de colores deficiente, sordera de matices tonales, dislexia, y carencia del sentido del ritmo. Él sufrió dos serios ataques de poliomielitis; él se vio obligado a usar una silla de ruedas muchos años a raíz de los efectos del daño neurológico complementado con artritis y miocitosis. Algunos no estarán contentos con la racionalización que dice que Erickson es un genio terapéutico o un genio inimitable. Y se van a encontrar con que, con la ayuda de gente que le clarifica y facilita su comprensión, como Ernest Rossi, hay mucho de su forma de trabajar que puede aprenderse, pensarse y ser utilizada por otros. Erickson mismo avisa, en “Realidades Hipnóticas” (pág. 258) “Al trabajar en un problema dificultoso, usted trata de hacer un diseño interesante de cómo manejarlo. De esta forma, usted

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tiene una respuesta al problema dificultoso. Se interesa en el diseño y no se fija en el trabajo más pesado”. Al enfrentarse con el dificultoso problema de analizar y enseñar las técnicas de Erickson, los diseños de Rossi pueden ser lo más útil. Que cada lector opte por aceptar la sugestión de Rossi de que practique los ejercicios recomendados en este libro, es un asunto individual; dentro de mi experiencia, ha sido valioso practicar algunos de ellos. En efecto, aplicando deliberada y planificadamente algunas de las técnicas de Erickson, como están subrayadas por Rossi, yo me encontré con que he sido capaz de ayudar a los pacientes a experimentar estados de trance más profundos y a estar más abiertos al cambio, como una aparente consecuencia de esto. Me han sido particularmente útiles el establecer un doble vínculo terapéutico, dar sugestiones posthipnóticas indirectas, hacer preguntas para facilitar la capacidad de respuesta terapéutica, y establecer sugestiones compuestas. El repetido énfasis que ponen Erickson y Rossi sobre lo que llaman la “técnica de utilización” ciertamente está justificado. En este libro ellos dan muchos, vívidos y útiles ejemplos de “aceptar y utilizar la conducta manifiesta del paciente, utilizar las realidades internas del paciente, utilizar las resistencias del paciente, y utilizar los afectos y síntomas negativos del paciente”.

Milton H. Erickson y Ernest L. Rossi

El uso creativo que hace Erickson de los chistes, juegos de palabras, metáforas y símbolos han sido analizados por otros, especialmente Haley, Bandler y Grinder, pero los ejemplos y la discusión que se dan en este libro agrega mucho para nuestra comprensión. A veces, Erickson va a trabajar con un paciente en un trance ligero, a lo que él llama “trance cotidiano común”, o directamente en ningún trance. Él no se limita a la terapia de corto plazo. Esto está ejemplificado en un trabajo con su paciente, durante 9 meses, con Pietro, el flautista del labio hinchado, descrito en uno de los dramáticos casos delineados en este libro. No obstante, su pericia en el trabajo con pacientes en los trances más profundos, frecuentemente con amnesia para el trabajo terapéutico, siempre ha interesado a los observadores. La cuestión de inducir o no trances más profundos, y a dar direcciones o sugestiones indirectamente antes que en forma directa, lleva a resultados clínicos más profundos o duraderos, es investigable. Ciertamente mi experiencia me indica que si uno no cree en los trances más profundos, o no les da valor, ni se esfuerza por llegar a ellos, frecuentemente uno no es la persona más adecuada para verlos. Mi experiencia me indica además, que el logro de los

Hipnoterapia

trances más profundos, que incluyen frecuentemente fenómenos tales como la disociación, distorsión del tiempo, amnesia y regresión respecto de la edad, lleva a cambios más rápidos y aparentemente más profundos en los síntomas y actitudes de los pacientes. Erickson enfatiza el valor de ayudar a los pacientes a trabajar al modo de los que él llamaría el “inconsciente”. Él le adjudica bastante valor a la sabiduría del inconsciente. En efecto, frecuentemente, él llega al extremo de evitar que el trabajo terapéutico sea examinado y potencialmente destruido por la mente consciente del paciente. Los métodos según los cuales él hace esto son delineados más explícitamente en este libro que en los otros escritos de que se dispone hasta la fecha. Es verdad que él tiende a no distinguir entre la inducción de trance o las técnicas hipnóticas y las técnicas o maniobras terapéuticas. El siente que es una pérdida de tiempo para el terapeuta usar frases repetitivas, insignificantes en la inducción del trance, cuando este tiempo puede ser empleado útilmente introduciendo sugestiones terapéuticas o preparando al paciente para el cambio. Como Rossi lo ha puntualizado, ambas, la terapia y la inducción a trance, implican, en las etapas más tempranas, una “depotenciación de los apara-

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tos mentales normales y limitados del paciente”. Erickson nunca se contenta simplemente con inducir un trance, sino que le interesa siempre asumir algún rol terapéutico. Él puntualiza la efectividad limitada de la sugestión directa, aunque, por cierto, se da cuenta que las técnicas hipnóticas que usan la sugestión directa frecuentemente aumentan la efectividad de aproximaciones de la modificación de la conducta tales como la desensibilización y la reeducación cognitiva. El advierte que “la sugestión directa... no evoca la reasociación y la reorganización de ideas, comprensiones y recuerdos, tan esencial para una curación real... los resultados efectivos en la psicoterapia hipnótica... derivan sólo de las actividades del paciente. El terapeuta meramente estimula al paciente a la actividad, frecuentemente sin saber cuál puede ser esa actividad. Y después él guía al paciente y ejercita el juicio clínico para determinar la cantidad de trabajo que debe darse para lograr los resultados deseados” (Erickson 1948). De este comentario, y de la lectura de los casos, ofrecidos en este volumen y en otras publicaciones, se manifiesta que Erickson solicita y evoca un “acuerdo doctrinal” mucho menor que el de la mayoría de los terapeutas. Es obvio que el “juicio clínico” se

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da solamente como el resultado de muchos años de intenso estudio de la dinámica, patología y salud, y del trabajo real con los pacientes. El juicio del terapeuta además estará influenciado por su propia filosofía y fines de su vida. La propia filosofía de Erickson se manifiesta por su énfasis en conceptos de “crecimiento, deleite y gozo”. A esto, él agrega, “la vida no es algo sobre lo que usted pueda dar una respuesta hasta hoy. Usted podría disfrutar del proceso de esperar, el proceso de esperar, el proceso de devenir lo que usted es. No hay nada más delicioso que plantar semillas de flores y no saber qué clase de flores están por brotar”. Mi propia experiencia a este respecto, está graficada por la visita que le hice en 1970, cuando después de consumir 4 horas de sesión con él, me quedé con la sensación de haber consumido este tiempo, en su mayor parte, en escuchar historias acerca de su familia y de sus pacientes. No lo vi de nuevo hasta el verano de 1977. Entonces, a las 5 AM en el hotel Phoenix, mientras volvía a ver unos tapes de Erickson trabajando, algunas intuiciones psicológicas (insight) muy importantes se me hicieron nítidamente evidentes. Obviamente, ellas se relacionaban con el trabajo que comenzó durante nuestra sesión de

Milton H. Erickson y Ernest L. Rossi

1970 y con el autoanálisis que yo había hecho durante esos 7 años. Más tarde, esa mañana, cuando yo le mencioné excitado estas intuiciones a Erickson, como es típico en él, simplemente se sonrió y no intentó elaborarlas de ninguna manera. Cuando nosotros leemos algunos escritos basados en otras formas de terapia, como la terapia familiar o la terapia de Gestalt, nos impresionamos de cómo han sido muchas de ellas influenciadas por Erickson. Esto no es accidental en la medida que muchos de los primeros terapeutas de estas escuelas empezaron trabajando con la hipnosis o incluso con Erickson. Yo espero que Rossi trace algunas de estas influencias en sus futuros escritos. He aludido a algunas de ellas en mi artículo. “Experiencias recientes con el encuentro de la Gestalt y las técnicas hipnóticas” (Rosen, S. Am. J. Psychoanalysis, Vol 32 Nº 1, pp.90105). Junto con el primer volumen de Erickson y Rossi, “Realidades Hipnóticas”, “Hipnoterapia: un libro exploratorio de casos” debiera servir como una base firme para los cursos de terapia ericksoniana. Estos cursos pueden ser complementados con otros libros, que incluyen aquellos escritos de

Hipnoterapia

J. Haley y de Bandler y Grinder. En síntesis, nosotros tenemos ahora la fortuna de tener, a nuestra disposición, una bibliografía de los 147 artículos escritos por Erickson mismo (ver Gravitz. MA, RF, “Bibliografía completa 19291977, Revista Americana de Hipnosis Clínica, 1977,20,84-94). Rossi me ha contado que al trabajar con Erickson siempre se ha impresionado del hecho de que Erickson parece ser un ateórico. Él ha notado que esto se adecua a Erickson en cuanto es una persona abierta; pero, por cierto, no se adecua al énfasis que pone sobre el crecimiento o a sus puntos de vista humanísticos o de orientación social. Rossi y otros están redescubriendo constantemente el hecho de que Erickson siempre trabaja hacia fines, los de sus pacientes, no los propios. Esto puede no parecer hoy una idea tan revolucionaria cuando es la reconocida intención de casi todos los terapeutas; pero quizás, muchos de nosotros estamos limitados en nuestra capacidad de realizar este intento. Es significativo que ambos, el intento y la práctica, se coordinan y realizan más exitosamente con el trabajo de este hombre que es probablemente el maestro mundial de hipnosis clínica; sin embargo, la hipnosis es asociada por casi todos con la manipulación y la sugestión, una típica paradoja ericksoniana.

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¡El maestro manipulador permite y estimula la mayor libertad! SIDNEY ROSEN, MD. New York

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PREFACIO El presente trabajo es el segundo de una serie de volúmenes, escritos por los autores, que comenzaron con la publicación de “Realidades Hipnóticas” (Irvington, 1976). Como ese primer volumen, el presente trabajo es esencialmente la grabación de los esfuerzos del mayor de los autores en formar al más joven de los autores en el campo de la hipnoterapia clínica. Como tal, el presente trabajo no tiene una naturaleza académica o escolar, sino que más bien se trata de un estudio práctico de algunas de las actitudes, orientaciones, y habilidades que requiere la hipnoterapia moderna. En el primer capítulo delineamos la técnica de la utilización para la hipnoterapia, como la orientación básica de nuestro trabajo. En el segundo capítulo ensayamos una presentación más sistemática de las formas indirectas de sugestión, que se seleccionan originalmente de las presentaciones de los casos de nuestro primer volumen. Nosotros creemos ahora en la “técnica de la utilización” y las “formas indirectas de sugestión” como la esencia de las innovaciones terapéuticas del mayor de los autores de los últimos cincuenta años y dan cuenta de

Milton H. Erickson y Ernest L. Rossi

muchas de sus habilidades hipnoterapéuticas únicas. En el capítulo tres ejemplificamos cómo la técnica de la utilización y las formas indirectas de sugestión pueden integrarse para facilitar la inducción del trance terapéutico de una manera que simultáneamente orienta al paciente hacia el cambio terapéutico. En nuestro cuarto capítulo ilustramos las técnicas de la sugestión posthipnótica que el mayor de los autores ha encontrado como las más eficaces en su práctica clínica de todos los días. En estos primeros cuatro capítulos delinean algunos de los principios básicos de las técnicas del mayor de los autores. Esperamos que esta presentación provea a los otros clínicos de una perspectiva amplia y práctica del mayor de los autores y sirva como una fuente de hipótesis acerca de la naturaleza del trance terapéutico que puedan ser confirmadas con más estudios experimentales controlados, por parte de los investigadores. Al final de cada uno de estos primeros cuatro capítulos hemos sugerido un

Hipnoterapia

cierto número de ejercicios para facilitar el aprendizaje de la orientación, actitudes, y habilidades necesarias para todos aquellos que quieran incluir algo de este material en su práctica real. La simple lectura y comprensión del material no es suficiente. Se requiere un gran esfuerzo para adquirir nuevos hábitos de observación e interacción interpersonal. Todos los ejercicios sugeridos han sido puestos en práctica cuando procuramos afilar nuestras propias habilidades y aprender otras. Cada uno de los restantes seis capítulos presentan el estudio de casos que ilustran y exploran con más amplitud el trabajo clínico del mayor de los autores con pacientes. Seis de estos casos (los casos 1, 5, 8, 10, 11, 12) son estudios mayores como los que hay en nuestro primer volumen. “Realidades Hipnóticas”, donde transcribimos grabaciones de tapes de las palabras reales del mayor de los autores y sus modelos de interacción con los pacientes. El equipo de grabación con el que hemos contado para estos estudios fue aportado por una beca de investigación de la Sociedad Americana de Hipnosis Clínica - Fundación para la Educación e Investigación-.

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En nuestros comentarios de estas sesiones hemos presentado nuestra comprensión corriente de la dinámica de los procesos hipnoterapéuticos y hemos discutido un buen número de cuestiones tales como la facilitación del proceso creativo y las funciones de los hemisferios izquierdo y derecho. La mayor parte de los restantes casos, más cortos, fueron extraídos del archivo de apuntes no publicados de su trabajo en la práctica privada, algunos de ellos de carpetas que no se habían abierto desde hacía mucho tiempo y que tenían páginas amarillentas de más de un cuarto de siglo de antigüedad. Estos casos fueron revisados y reeditados con comentarios frescos, que proveen una perspectiva apropiada de la creatividad espontánea y del atrevimiento que se le requiere al hipnoterapeuta en la práctica clínica. En suma, hemos examinado a grandes rasgos muchos tapes y grabaciones de las lecturas y los workshops del mayor de los autores en las reuniones de la Sociedad Americana de Hipnosis Clínica. Algunos de ellos ya fueron tipeados y editados parcialmente por Florence Sharp, Ph. D, y otros miembros de la Sociedad. La mayor parte de ellos aparece bajo el encabezamiento de “Casos cortos seleccionados: ejercicios

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Milton H. Erickson y Ernest L. Rossi

para análisis.” Algunos de ellos repetidos y publicados con tanta frecuencia (Haley, 1973) que parecen anécdotas, parte del folklore de la hipnosis en los últimos 50 años. Pueden servir como maravillosos ejercicios para el análisis sin embargo. Al final de cada uno de estos casos hemos puesto en letras itálicas algunos de los principios que sentimos que estaban implicados. El lector puede divertirse buscando otros.

nuevo también para los otros? Tenemos que confiar en usted, nuestro lector, para tener una valoración independiente de la cuestión y, quizás, llevar al trabajo un paso más allá.

Tenemos la impresión de que la práctica clínica de la hipnoterapia normalmente emerge desde un período de relativa quietud hacia un momento excitante de nuevos descubrimientos y fascinantes posibilidades. Aquellos que conocen la historia de la hipnosis ya están familiarizados con este modelo cíclico de excitación y quietud que es bastante característico en este campo. Algunos historiadores de la ciencia creen actualmente que este modelo cíclico es característico de todas las ramas de la ciencia y del arte: la excitación viene con períodos de nuevos descubrimientos, la quietud viene cuando estos últimos son asimilados.

Este trabajo puede reconocerse verdaderamente como el esfuerzo de una comunidad, en el que los individuos que contribuyeron a él son muchos más de los que podemos reconocer por nombrarlos. Los primeros entre éstos son nuestros pacientes, quienes frecuentemente reconocieron la naturaleza exploratoria de nuestro trabajo con ellos y cooperaron con el mismo. Su creatividad espontánea es verdaderamente la base de todo trabajo terapéutico innovador: nosotros simplemente damos a conocer lo que ellos aprenden a hacer, con la esperanza de que el éxito de ellos pueda ser una guía útil para los otros.

Como el más joven de los autores ha compuesto este volumen gradualmente, tuvo con frecuencia la sensación subjetiva del descubrimiento nuevo. Pero ¿era nuevo sólo para él o sería

Milton H. Erickson, M. D. Ernest L. Rossi Ph. D.

RECONOCIMIENTOS

Muchos de los profesores y participantes en los seminarios y workshops de la Sociedad Americana de Hipnosis Clínica han provisto una serie continua de intuiciones psicológicas (insight), ilustraciones, y comentarios que cada

Hipnoterapia

uno descubrió a su modo en este trabajo. Los principales entre éstos son: Leo Alexander, Ester Barlett, Franz Baumann, Neil D. Capua, David Cheek, Sheldom Cohen, Jerry Day, T.E. Von Dedenroth, Roxane y Christie Erickson, Fredericka Freytag, Melvin Gravitz, Frederick Hanley, H. Clagett Harding, Maurice Mc Dowell, Susan Mirow, Marion Moore, Robert Pearson, Bertha Rodger, Florence Sharp, Kay Thompson, Paul Van Dyke, M. Erik Wright. Para Robert Pearson nuestro especial reconocimiento por haber sido el primero en sugerir el formato básico de este trabajo, por su continuo animarnos durante su gestación, y por su lectura crítica de nuestro último borrador. Ruth Ingham y Margaret Ryan han contribuido significativamente con sus conocimientos del arte de editar que finalmente posibilitaron que nuestro trabajo alcance la prensa. Finalmente, deseamos reconocer a los siguientes editores que generosamente han permitido la reproducción de cinco de los artículos que contiene este volumen: La Sociedad Americana de Hipnosis Clínica, Journal Press, W. E. Saunders Company, y Springer Verlag.

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CAPITULO 1 LA APROXIMACION PARA LA UTILIZACION DE LA HIPNOTERAPIA Vemos la hipnoterapia como un proceso por el cual ayudamos a la gente a utilizar sus propias asociaciones mentales, recuerdos, y potenciales de vida para lograr sus propios fines terapéuticos. La sugestión hipnótica puede facilitar la utilización de las habilidades y potenciales que ya existen en una persona pero que no se usan o quedan subdesarrollados por falta de entrenamiento o de comprensión. El hipnoterapeuta explora cuidadosamente la individualidad del paciente para determinar cuáles son los aprendizajes de vida, experiencias, y habilidades mentales que están disponibles para enfrentarse con el problema. El terapeuta entonces facilita una aproximación a la experiencia del trance en la cual el paciente puede utilizar estas respuestas internas, personales únicas, para lograr fines terapéuticos. Nuestra aproximación puede verse como un proceso en tres estadios: (1) un “período de preparación” durante el cual el terapeuta explora el repertorio con el que cuentan los pacientes, de experiencias de vida, y facilitan modelos constructivos de referencia para

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orientar al paciente hacia el cambio terapéutico; (2) una activación y utilización de las habilidades mentales propias del paciente durante un período de “trance terapéutico”; (3) un cuidadoso “reconocimiento, evaluación, ratificación del cambio terapéutico” que tiene lugar. En este primer capítulo vamos a introducir algunos de los factores que contribuyen a la experiencia exitosa de cada uno de estos tres estadios. En los capítulos que siguen vamos a ejemplificarlos y a discutirlos con gran detalle. 1- PREPARACION La fase inicial del trabajo hipnoterapéutico consiste en un cauteloso período de observación y preparación. En un principio, el factor más importante de toda entrevista terapéutica es el de establecer un firme rapport eso es, un sentimiento positivo de comprensión y respeto mutuo entre el terapeuta y el paciente. A través de este rapport el terapeuta y el paciente, juntos, crean un nuevo modelo terapéutico de referencia que va a servir como medio crecimiento en el que se van a desarrollar las respuestas terapéuticas del paciente. El rapport es el medio por el que el terapeuta y el paciente se aseguran cada uno la atención del otro. Am-

Hipnoterapia

bos desarrollan una “serie sí” o aceptación del otro. El terapeuta, presumiblemente, tiene una bien desarrollada habilidad de observar y relacionar; el paciente está aprendiendo a observar y a alcanzar un estado de estar atento a la respuesta, ese estado de extrema atención de responder a los matices de la comunicación presentada por el terapeuta. En la entrevista inicial el terapeuta recoge los hechos relevantes respecto de los problemas del paciente y del “repertorio de experiencias de vida y aprendizajes que van a ser utilizados con propósitos terapéuticos”. Los pacientes tienen problemas a causa de limitaciones aprendidas. Ellos están atrapados en aparatos mentales, modelos de referencia, y sistemas de creencias que no les permiten explorar y utilizar sus propias habilidades, para obtener más ventajas de ellas. Los seres humanos están en un proceso de aprender a usar sus potenciales. La transacción terapéutica crea idealmente un nuevo mundo fenoménico en el que los pacientes pueden explorar sus potenciales, liberados hasta cierto punto de sus limitaciones aprendidas. Como lo veremos más tarde, el trance terapéutico es un período durante el cual los pacientes son capaces de destruir sus marcos limitados y sistemas de creencias de manera tal que pueden experimentar otros modelos de

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funcionamiento consigo mismos. Estos otros modelos son normalmente potenciales de respuestas que han sido aprendidos a partir de una experiencia de vida previa lo que, por una u otra razón, no quedaron a disposición del paciente. El terapeuta puede explorar las historias personales de los pacientes, el carácter, y la dinámica emocional, su área de trabajo, intereses, hobbies, etc. para evaluar la gama de experiencias de vida y habilidades de respuesta de las que puede disponer para alcanzar los fines terapéuticos. La mayoría de los casos de este libro va a ejemplificar este proceso. Cuando el terapeuta explora el mundo del paciente y facilita el rapport es casi inevitable que se “creen nuevos modelos de referencia y nuevos sistemas de creencias. Esto normalmente ocurre cada vez que la gente se reúne e interactúa íntimamente. En la hipnoterapia este abrirse espontáneo y cambiar de marcos mentales y sistemas de creencias es estudiado cuidadosamente, facilitado, y utilizado. El terapeuta está en un constante proceso de evaluación de qué limitaciones hay en la fuente del problema de los pacientes y qué nuevos horizontes pueden abrirse para ayudar al paciente a crecer más allá de esas limitaciones. En la fase preparatoria del trabajo hipnótico, los marcos mentales son facilitados de una ma-

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nera que posibilite que el paciente responda a las sugestiones que van a ser recibidas más tarde, durante el trance. Las sugestiones hechas durante el trance funcionan frecuentemente como llaves que giran los seguros de los procesos asociativos de un paciente que están dentro de la cerradura de ciertos marcos mentales que ya han sido establecidos. Un cierto número de profesionales (Weitzenhoffer, 1957; Schneck, 1970,1975) han descrito cómo lo que se dice antes de que el trance sea formalmente inducido puede intensificar la sugestión hipnótica. Nosotros estamos de acuerdo y enfatizamos que el trabajo de trance eficaz normalmente es precedido por una fase preparatoria durante la cual nosotros ayudamos a los pacientes a crear una actitud positiva óptima y un sistema de creencias para dar respuestas terapéuticas. Un aspecto especialmente importante de esa actitud óptima es la “expectativa”. Las expectativas de los pacientes respecto del cambio terapéutico les permiten suspender las limitaciones aprendidas y las experiencias de vida negativas, que están en la fuente de sus problemas. Una suspensión de la falta de creencia y una expectativa extraordinariamente alta de curación han sido usadas para dar cuenta de la “milagrosa” curación lograda a veces dentro de un sistema de creencias religioso. Como

Milton H. Erickson y Ernest L. Rossi

se verá en nuestro análisis global de la dinámica del cambio terapéutico en la siguiente sección, tales aparentemente milagrosas curaciones pueden comprenderse como una manifestación especial del proceso más general que utilizamos para facilitar las respuestas terapéuticas en la hipnoterapia.

Traducción: IMHEBA Continúa en RAPPORT Nº 33

REGLAMENTACION DE LA PRACTICA CLINICA DE LA HIPNOSIS EN CAPITAL FEDERAL El 28-8-89 el Dr. Mario Bromber, Psicólogo Clínico, dedicado a la psicoterapia por medio de la hipnosis, inicia el expediente número 1-2020-000-021584-89 - 4 del Ministerio de Salud de la Nación, solicitando la reglamentación del uso de la hipnosis clínica. TRANSCRIPCIONES parciales de la nota final del 18 de abril de 2000 del expediente, dirigida al Secretario de Política y Regulación Sanitaria del Ministerio de Salud de la Nación, Dr. Héctor C. Moguilevsky por parte de Guillermo M. Gaudio, Subsecretario de Planificación, Control, Regulación y Fiscalización del citado Ministerio. ‘‘...la hipnosis es un instrumento exclusivo de la medicina y por lo tanto debe ser controlado...’’ ¿Qué es la hipnosis? Del Código Etico de la Sociedad Internacional de Hipnosis... ‘‘Se considera la hipnosis un instrumento de la otra forma de funciones científicas o clínicas...’’ ‘‘...La hipnosis es una efectiva técnica...’’ ‘‘...El acto de hipnotizar constituye un instrumento del profesional de la salud, destinado exclusivamente a la terapéutica de las personas...’’ CODIGO PENAL El Código Penal en su Art. 208 -ley 11179, corregido por ley 11221, restablecido por ley 23177- establece... ‘‘-Será reprimido con prisión de 15 días a 1 año -1 -el que sin título ni autorización para el ejercicio de un arte de curar o excediendo los límites de su autorización, anunciare, prescribiere, administrare o aplicare habitualmente medicamentos, agua, electricidad, hipnotismo o cualquier medio destinado al tratamiento de las enfermedades de las personas, aún a título gratuito.’’

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EJERCICIO PROFESIONAL DE LA PSICOLOGIA DECRETO 905-95, ART. 2 DEL ANEXO 1, REGLAMENTARIO DE LA LEY 23277‘‘Las teorías, métodos, recursos, procedimientos y-o técnicas específicas que se apliquen en el ejercicio profesional de la Psicología deberán ser aquellos reconocidos en los ámbitos universitarios del país en los que se imparta enseñanza de Psicología.’’ CONCLUSION ‘‘Por lo expuesto esta Subsecretaría concluye que lo que se pretende en este expediente ya se encuentra legislado, no encontrando motivo suficiente por el momento, para normatizar en forma autónoma una técnica o procedimiento fuera del ámbito académico universitario y de los colegas y asociaciones profesionales pertinentes. ...por lo cual se delega al ámbito universitario académico los métodos o técnicas a emplear.’’ NOTA. -transcripción parcial- 1463-00 de la Secretaría de Política y Regulación Sanitaria del Ministerio de Salud, fechada el 28 de diciembre de 2000, dirigida al Dr. Mario Bromber. ‘‘En esta nota se expresa y comparten los términos de la conclusión mencionada. Y se agrega que -atento a la importancia de la hipnosis como técnica coadyuvante en el campo de la Psicología y la Medicina destaco su continua preocupación por jerarquizar esta técnica...’’

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OPINIONES RELEVANTES DE DISTINTOS ORGANISMOS, INSTITUCIONALES Y PERSONAS QUE FORMAN PARTE DEL EXPEDIENTE QUE NOS OCUPA Y QUE DEMANDO 12 AÑOS DE TRAMITACION

ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA DE BUENOS AIRES 13-7-99

a- La hipnosis fue reglamentada en el art. 9 de la ley 17132 que faculta para realizarla a los médicos y a los odontólogos. b- La norma citada en el párrafo que antecede ha sido derogada por la ley 23277 que regula el ejercicio de la profesión del psicólogo, la que en ninguno de sus preceptos se refiere a la hipnosis como actividad dentro de las profesiones del arte de curar. c- La hipnosis en cuanto a su definición y a la atribución de competencia profesional no resulta regulada por ninguna de las dos leyes citadas. d- La actividad de la hipnosis ha sido materia de regulación legal y las normas de la ley 23277 que se refiere al ejercicio de la Psicología no prevén en modo alguno la actividad de la hipnosis.

Acad. Oscar N Morelli Secretario General

Acad. Miguel de Tezanos Pino Vicepresidente

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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES -FACULTAD DE PSICOLOGIA5-3-97 ...Por encomienda del Sr. Decano de esta Facultad de Psicologia Lic. Raúl Courel, cumplo en informar que... 1- La práctica de la hipnosis no está expresamente incluida entre las incumbencias profesionales del psicólogo. Tengo la creencia que no está expresamente incluida como incumbencia particular de ninguna otra profesión en nuestro país. 2- Los planes de estudio de esta Carrera de Psicología no incluyen materias ni capacitación de otro tipo en esta actividad. 3- La práctica de la hipnosis necesita de una capacitación particular que suele adquirirse por fuera de las curricula de grado. José Topf Secretario Académico

LOS SIGUIENTES ORGANISMOS E INSTITUCIONES APOYAN LA PRACTICA DE LA HIPNOSIS CLINICA POR PSICOLOGOS... 1234567891011-

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación. La Secretaría de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Facultad de Medicina -Universidad de Buenos AiresFederación de Psicólogos de la República Argentina. Asociación Médica Argentina. Asociación de Psicólogos de Buenos Aires. ASIBA Asociación Civil de Psicoterapia Sistémica de Buenos Aires. Sociedad Argentina de Terapia Familiar. Instituto Milton H. Erickson de Buenos Aires. The Milton H. Erickson Foundation, Inc., Phoenix, AZ, USA. Gregorio Klimovsky, Profesor Emérito, Universidad de Buenos Aires.

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MENCION ESPECIAL Nota enviada al Ministro de Salud y Acción Social, Dr. Albero Maza el 11-8-99 por la Decana de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales y Directora de la Carrera de Psicología de la Universidad de la Marina Mercante, UDEMM, Lic. Sylvia Etkin. Se transcriben párrafos. ‘‘La UDEMM con más de 25 años de trayectoria académica a través de su Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, cumple en informar que la hipnosis clásica y la ericksoniana son técnicas psicológicas y responden a teorías psicológicas tal como el psicoanálisis, la gestalt, la sistémica, la cognitiva, etc., que son todas de la incumbencia del psicólogo, quien puede utilizarlas como instrumento de trabajo después de la capacitación correspondiente’’. ‘‘En nuestra carrera de Psicología se imparte enseñanza del uso de la teoría y de la técnica de la hipnosis como un coadyuvante en la psicoterapia de acuerdo a la currícula de materias específicas. Asimismo se dictan seminarios, cursos, etc. sobre el tema y se incluyen en la observación y práctica profesional la asistencia del alumnado a instituciones privadas prestigiosas dirigidas por psicólogos y dedicadas integralmente a la formación de Posgrado de psicólogos, médicos y odontólogos, como así también al tratamiento de pacientes con diversas patologías’’. Esta nota dejó demostrado que la hipnosis e hipnoterapia, su teoría, métodos, recursos, procedimientos y-o técnicas específicas es reconocida en ámbito universitario académico del país, según lo establece el párrafo 2 del art. 2 del anexo del decreto 905-95, reglamentario de la ley 23277, quedando como precedente para el futuro dentro de la Capital Federal y como referente para el resto de nuestro país. Históricamente es la primera Universidad de Argentina que reconoce a la hipnosis terapéutica como incumbencia del psicólogo.

RAPPORT

-HIPNOSIS de MILTON H. ERICKSON Revista del Instituto Milton H. Erickson de Buenos Aires Nº 32 - Septiembre de 2001 I.S.S.N. 0327-3792

RAPPORT - HIPNOSIS DE MILTON H. ERICKSON es una publicación del INSTITUTO MILTON H. ERICKSON DE BUENOS AIRES Filial (1986) The Milthon H. Erickson Foundation, Inc. Phoenix - AZ, USA

Sánchez de Bustamante 1945 P.B. ‘‘A’’ (1425) Buenos Aires, Argentina. Tel./Fax: 4823-1324

e-mail: [email protected] www.hipnosisericksoniana.turincon.com Supervisor Internacional: Jeffrey K. Zeig, Ph. D., Phoenix, AZ, U.S.A. Directores: Lic. Edgar A. Etkin, Psicólogo Lic. Sylvia Etkin, Psicóloga Dr. Alberto O. Bottini, Médico - Lic. Claudia A. Etkin, Psicopedagoga y Psicóloga - Lic. Sergio Etkin, Lingüista * TRATAMIENTOS CLINICOS: Individuales, Parejas, Familia. * TRATAMIENTOS PSICOPEDAGOGICOS Y CLINICOS: Niños y Adolecentes. Aprendizajes. Conductas, Familia. Cursos para Docentes. Orientación a padres. Directora: Lic. Claudia Etkin * CURSOS DE POSGRADO: Hipnosis e Hipnoterapia ericksoniana. Teoría y Práctica, con videotapes de Milton H. Erickson M.D. Individual y grupal. * Edición de la Revista RAPPORT -Hipnosis de Milton H. Erickson* Seminarios en el interior del país y en el exterior.

RAPPORT - HIPNOSIS de MILTON H. ERICKSON

Indice Investigación especial complementaria de la hipnosis. Realidades hipnóticas y no hipnóticas (1967) Milton H. Erickson M.D. ................................................................................ 2551

Realidades hipnóticas. La inducción de la hipnosis clínica y las formas de sugestión indirecta (1976) Milton H. Erickson, M.D., Ernest L. Rossi, Ph. D. y Sheila I. Rossi, Ph. D. ...... 2573

Hipnoterapia. Un libro exploratorio de casos (1979) Milton H. Erickson, M.D. y Ernest L. Rossi, Ph. D. ......................................... 2603

Reglamentación de la práctica de la hipnosis clínica en Capital Federal ........................................................................ 2617

I.S.S.N. 0327-3792

Revista del Instituto Milton H. Erickson de Buenos Aires (Argentina)

SEPTIEMBRE 2001

Año XI Nº 32

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