Ramiro de Granada 10 p.

August 15, 2017 | Author: Carlos Carlos Aguero | Category: Slavery, Ethnicity, Race & Gender, Racism, Race (Human Categorization), Love
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ATANDO CABOS:

"HISTORIA Y METAPOLÍTICA"

Ramiro de Granada

Andando por los infinitos caminos de América, he encontrado siempre un sello común en todas las culturas más o menos escondidas, en la verde inmensidad amazónica o la laberíntica topografía andina, ya sean aborígenes "caboclos" (mestizos semi-civilizados), o Jíbaros puros del Matto Grosso, Coyas y Aymaráes del Altiplano peruano-boliviano o Huiliches del sur argentino-chileno. Ese sello común, es la impronta dejada por los creadores de los Imperios Americanos precolombinos. Esos "bárbaros", eran muy diferentes a lo que la historia oficial interesada nos ha pintado. Los Vikingos -al margen de las discusiones que plantearía la historia oficial- eran un pueblo sumamente culto, con profundo sentido ético y estético. El adjetivo de "bárbaro" -una de las tribus vikingas más grandes en Europa- aplicado a los autores de tropelías y desmanes, es una injusticia producida por la interesada acción perversora de un arquetipo opuesto al Vikingo. El término viene de una práctica de la Yoga Rúnica -gimnasia psicofísica correspondiente a la raza Aria-, utilizada por los vikingos para las mismas finalidades que la gimnasia asánica de los Indos, el rito tibetano de los Amarillos o la Danza Yoga de los Negros. Las gimnasias yóguicas tienen como objetivo despertar los centros de conciencia del cuerpo vital, activar funciones cerebrales dormidas, movilizar energías aletargadas por procesos genéticos involutivos, etc., todo lo cual lleva a la "unión" -eso significa yoga- del aspecto mundano del Ser humano, con su propio aspecto divino. En la Yoga Aria, consistente en posiciones corporales de pie, y mantrams (sonidos vocales), los ejercicios se llaman Runas, así como en la Yoga Indo, se llaman asanas, bandas, mudras, etc.. Estos ejercicios fueron dados por los Hombres primordiales o primigenios a los mortales, para que ellos recuperaran su condición natural de "dioses", escapando de la reencarnación o cualquier forma de involución. Para que no las olvidaran, las formas adoptadas por el cuerpo para el ejercicio, fueron expresadas en dibujos; y esos dibujos tienen, como el ejercicio que representan, un sentido o significado. Así es como nace el símbolo. Tanto por lo que un sólo símbolo representa, como por las combinaciones de ideas que pueden armarse con ellos, estos símbolos fueron grabados en piedra, madera, etc., y a cada uno se le asignó un valor fonético, naciendo así las letras. Al usar las letras estamos activando mecanismos muy sutiles a nivel del Alma, que es de estructura magnética, como la información y los programas de los ordenadores, pero en frecuencias altísimas. El problema con las letras es que tienen unos seiscientos millones de años y en diferentes épocas se han desfigurado mucho, y alternativamente se han recuperado y vuelto a usar. Pero todas las letras del mundo -salvo las ideografías chinas, japonesas y derivadas- son originadas en las Runas. Los Vikingos y "Bárbaros" (Vikingos Germanos) fueron los últimos pueblos que usaron las runas completamente, practicando a pleno las modalidades de yoga adecuada para la raza blanca (Todas las personas de piel blanca son de raíz Aria, aunque ciertos intereses hayan trabajado arduamente para tergiversar las cosas). Esos ejercicios les permitían un desarrollo mucho más completo que los limitados márgenes establecidos en el patrón genético, porque mantienen activo el sistema glandular, por mucho más tiempo. Así, los procesos de envejecimiento son retardados de modo notable, y en algunos casos se produce la reversión del proceso mediante un cambio en la orientación del balance de muerte y regeneración celular. Esto equivale directamente a "Vencer a la muerte", es decir, convertirse en inmortal físicamente; y aunque resulte increíble admitir siquiera tal posibilidad, para las aturdidas y engañadas mentes de la mayoría humana, existen sobradas pruebas de esta realidad tan

maravillosa como vedada para el Homo mortalis "normal". La historia real de Jesús revela que su enseñanza incluía esta cuestión. No hubo realmente Resurrección (eso lo hizo con Lázaro), sino que hubo Ascensión. Pero dejemos ese cabo por el momento, y atemos otros menos largos. La secuencia de las runas Bar y Os, (Bar-Bar-Os) realizadas en horas previas a los combates es lo que motivó el mote de "bárbaros" entre sus enemigos. Esta secuencia estimula las glándulas pineal e hipófisis, equilibra los balances de producción de adrenalina e impide que los excesos de ésta substancia -producida en grandes cantidades en las batallas- dañen la corteza cerebral (lo que equivaldría a un gran estrés). Sondeando los gentilicios antiguos con los nombres de las runas en la mano, veremos que muchos pueblos de raíz aria, cobriza, hindú o arábiga, eran conocidos y nominados según las secuencias rúnicas que utilizaban. Un ejemplo de ello son los Bereberes, una de las más antiguas tribus de estirpe árabe, por lo tanto de raíz indoaria. Dado que tuvieron aproximadamente un 25 % de mezclas con mulatos durante los primeros siglos del período postatlántico (14.000 años atrás), y una re-evolución que demandó a ese grupo étnico unos ocho mil años, las runas originales debieron ser levemente modificadas. La "Bar" se convirtió en "Ber", y la agresividad de esta gente tan hostigada permanentemente por elementos que llamaremos "démicos" (también semitas pero de arquetipos opuestos) obligó a los sacerdotes a modificar varias runas y cambiar las secuencias. En vez de Bar-Bar-Os que significa "Tu vida está en manos de Dios, confía en el dios que está dentro de Tí " (dos veces) y "La Fuerza de tu Espíritu te da la Libertad", debieron hacer Ber-Ber-Is, en que Ber significa lo mismo que Bar, pero Os es reemplazada por IS, que significa "Domínate a Tí mismo y controlarás los poderes del enemigo". Hoy la cinematografía y la televisión -dos elementos que dan fuerza y poder a la Imagen de la Bestia apocalíptica- hacen que la gente crea las cosas más absurdas, que le dé importancia a las vanalidades de los famosos que forman ese circo de engaños (llámese "Indiana Jhones", "La Lista de Schlinder", "E.T."., "Holocausto" u "Hombres de Negro"), y saquen sus ojos de las cosas realmente importantes, es decir: sus propias raíces raciales, culturales, espirituales, las causas de la Vida y su significado, las causas de los desmanes políticos y las posibles soluciones. Ya la re-creación de los monstruos prehistóricos de Parque Jurásico ha salido de la ciencia-ficción, hallándose en el terreno de la especulación científica concreta. Si no se ha podido clonar esos bichos es sólo porque no se han encontrado los mosquitos con su sangre, pero ya se han hecho clonaciones completas -como la oveja Dolly-, lo cual -conociendo los "ideales" y modus operandi de los "démicos" que poseen el poder económico mundial-, quiere decir que deben haber clonado humanos, y posiblemente haga bastante tiempo; sólo que la masa es desinformada mediante el secreto, la manipulación de los medios masivos de comunicación, y entretenida con la pornografía (expectación improductiva) en sus diferentes formas (sexual, futbolística, biográfica -de los famosos-, culebrones, etc.). La Historia ha sido adulterada mediante la eliminación de toneladas de libros auténticos, y su reemplazo mediante la producción de millones de ediciones de libros de poco o ningún valor real, novelas creadoras de opinión -generalmente errada- y libros absolutamente falsos en sus postulados y explicaciones, y últimamente, mediante el cine y la T.V.. No sólo la Historia ha sufrido esta manipulación, sino todas las ciencias, sometidas hoy al poder económico mundial que gobierna los divididos estamentos de la civilización. Con el control del dinero, el oculto Monopolio mundial (que es un Anti-imperio, doctrinariamente hablando) maneja la Ciencia, la Política y las Religiones, hallando aún una fuerte resistencia en grupos humanos específicos, cuyos arquetipos no son de esclavistas ni de esclavos. Esos grupos de resistencia principal son el Islam, el pueblo Germano y algunos grupos importantes del Sur y del Norte de China. Grupos menores son los Massais africanos, los Jíbaros del Centrooccidente Amazónico y algunas comunidades de la India.

Las diferencias raciales no son en absoluto un obstáculo para que estos grupos puedan defenderse del enemigo común. Es más: Las diferencias raciales (cuanto más marcadas, mejor) son el mayor obstáculo para que los esclavistas de FMI y el Banco Mundial alcancen sus objetivos de someter a todas las naciones en nombre de su terrorífico dios, del que hablaremos luego. Es que ellos, en nombre de la igualdad (todos los esclavos son iguales), en nombre de la libertad (libertinaje social y sexual, pero con condicionamiento económico), y la fraternidad (que no tienen para con nadie), están cumpliendo un mandato bíblico que nada tiene de cristiano. La instigación permanente a la mestización racial, a la homogeneización y a la "tolerancia" extrema, tienen una finalidad con la que la misma sociedad occidental engañada y sometida, colabora desde todos los ámbitos. Ello ocurre porque la masa tiene un total desconocimiento de la mística, de la cultura, de los valores y ventajas naturales que tiene cada raza y cada cultura en su estado puro, pues se ha inculcado, con un doble juego de extremos, la idea de que "todos somos iguales", cuando tal afirmación es destructiva de esos valores primordiales. Cierto es que todos tenemos coincidencias espirituales, pero éticamente no tenemos derecho a obligar a los Negros Massais a vivir en el mercado de la coca-cola, ni tenemos derecho a obligar a los Jíbaros a vestirse, ni a las mujeres musulmanas a descubrirse la cara. Menos derecho tenemos ante la Naturaleza Divina, que hizo a las especies o razas diferentes, y magníficas todas, cada una en sus caraterísticas, a generar hijos que no tendrán una autoidentidad clara. Ya no existen en el mundo -salvo excepciones que nos permiten estudiar y comparar- grupos de razas puras. La civilización occidental actual los ha masacrado. Masacró a los Negros Watusis durante cuatro siglos (muchos más de seis millones, y nadie les pagó indemnización a sus escasos supervivientes). Masacró a los Pieles Rojas, a los Siux, a los Cheyenes y muchos otros en América del Norte, a los Mongulas, a los Inkas, a los Diaguitas, a los Onas, a los Pehuenches y cincuenta etnias más en Sudamérica. Los asesinos no fueron Germanos ni Musulmanes. Fue una tribu judía la que llegó a las costas chilenas hace mil años y masacró a media Araucanía. Los invasores tomaron mujeres araucanas y procrearon con ellas, formando la raza mapuche -que continuó la obra arquetípica de molestar, invadir y someter a sus vecinos-, al punto que el mismísimo Inka Virgötch debió movilizarse hacia la Araucanía con sus fuerzas, para aquietar a los brutales mapuches que hacían holocausto con su vecinos cercanos y hasta con los huarpes, del lado oriental de la Cordillera. La cuestión palestina es sólo una repetición -a modo de brasa encendida- de ese fuego permanente entre dos arquetipos opuestos: Unos -los démicos- que pretenden someter a todas las naciones en nombre de su dios maldecidor, y los otros pueblos, que no se dejan someter. Tampoco fueron los Vikingos que viajaban a América desde hace tres milenios, los que acabaron con los aborígenes, sino que les "civilizaron" en el mejor sentido de la palabra, enseñándoles a vivir sin egoísmos, sin esclavitudes, en un orden tribal-imperial absolutamente democrático. Esa historia se aprende de los propios nativos, conviviendo con las tribus que aún quedan en América, pero jamás en las universidades (donde decir ésto es motivo de la más implacable persecución, ridiculización pública y desacreditación oficial). La masacre de 142 millones de aborígenes americanos no fue efectuada por los enviados de la Corona Española, sino por los respondientes a ese arquetipo establecido en Europa tras la derrota del Imperio Romano (la Institución europea más calumniada de la antigüedad). Ese arquetipo asesino no es otro que el del oro, el de buscar riquezas materiales y someter a otros. Si bien no se trataba de algo nuevo -pues los métodos y objetivos ya están definidos en el Antiguo Testamento- hacía mucho tiempo que no se practicaba con tanta saña y en tan gran escala. No fueron los Germanos, ni los Godos ni los Musulmanes los que secuestraban a los Negros sobrevivientes de matanzas anteriores para venderlos en América. Ni

fueron allí Germanos ni Musulmanes quienes los compraban. Muchas veces, las familias españolas o criollas los compraban para salvarlos de las minas de diamante, oro y plata de Brasil y Perú, donde la vida humana valía menos aún. Tomaban a los Negros como "criados", y las Leyes y bandos -tanto reales como autóctonas- daban a los criados Negros más derechos que los que tiene un empleado actual. Los grupos de presión que coadyuvaron a la abolición de la esclavitud, fueron la Iglesia -no el Vaticano, sino los sacerdotes locales, especialmente jesuitas-, la Corona Española -que nunca aceptó la esclavitud- y los criollos autóctonos (descendientes de españoles y aborígenes). La masonería -dirigida por lo menos desde el siglo XII por judíos-, intentó falsear documentación contrariante, pero fueron los "Hermanos" masones y los démicos reconocidos los más habituales compradores de esclavos en las minas de oro y plata. Además eran quienes tenían los más extensos cultivos de tabaco y caña. En la única lista de vendedores de esclavos que llegó a mis manos, figuran cuatro nombres. Los cuatro son hebreos. Los barcos de transporte de esclavos más grandes entre los que atracaban cerca de la desembocadura del Río de la Plata fueron dos muy conocidos: el "Sarah" cuyo dueño era un tal Ezequiel Colombo -que decía ser descendiente de Cristóforo Colombo-, y el "See of Silver" propiedad de un judío inglés -Isaac Thomas Foster- que murió a manos de sus secuestrados que habían logrado liberarse, apenas tocaron puerto (en abril o mayo de l795) en la costa de la Banda Oriental (actual Uruguay). Los Negros (setenta hombres, noventa y dos mujeres y quince niños), Watusis bastante puros, mataron a toda la tripulación, y no sabiendo que se hallaban en otro continente, se internaron en el Amazonas creyendo que se hallaban al Este de su tierra. Huyendo de los fríos de la región subtropical (donde hiela hasta -5º C. en las noches de invierno), tomaron rumbo hacia el Noroeste. Fueron interceptados por aborígenes Guaraníes, quienes les atendieron en su desgracia y dieron cobijo durante algunos meses. Cuando estuvieron repuestos de la terrible experiencia (unos sesenta días encerrados en el barco y quizá otro tanto de caminar desorientados), los Guaraníes les proveyeron de armas y les ayudaron a cruzar los caudalosos ríos Uruguay y Paraná, evitando pasar por las misiones, destacamentos y caminos transitados por la "Yataí cuzú". Literalmente significa "descendencia grande y brava", en referencia a que los blancos que se imponían en la región eran descendientes de los Vikingos, Troyanos y Visigodos que ya habían conocido mucho antes, pero que a diferencia de aquellos civilizadores, exploradores pacíficos, amistosos y cultos, éstos eran sometedores, codiciosos de las cosas que para ellos no tenían más valor que la utilidad práctica (minerales y piedras), y ciertamente tenían una actitud muy diferente. Sólo les quedaba, de sus ancestros, los rasgos y el color de la piel. Ni siquiera el tamaño era igual, pues algunos de los anteriores eran muy grandes -de hasta 2,5 mts.- y sus espadas eran justicieras. Estos nuevos visitantes usaban armas de fuego, tenían otros valores de cambio (dinero, oro, plata), y muchos consideraban a las razas autóctonas como "especies animales", para justificar su sometimiento a la esclavitud. Los Watusis ayudados por sus nuevos amigos, se despidieron y llegaron hasta el Matto Grosso del Sur, donde fueron diezmados por una fiebre -posiblemente catapora o caladiña, pues los Watusis son inmunes al paludismo y la malaria- y quedaron menos de la mitad. Se unieron a la tribu Yarubá -posiblemente una rama de los Ranqueles, pues son Jíbaros bastante puros- y mientras respetaron la raza, evitando la mestización, convivieron y evolucionaron bien. Cuando violaron esta Ley Natural tan conocida y cuidada, nacieron varios niños enfermos y defectuosos. El jefe Yarubá condenó a los progenitores causantes de las mestizaciones al destierro. Hoy forman un pequeño grupo de tribus en extinción por enfermedades y luchas internas.

Mientras tanto, los Watusis y Yarubáes viven "casi-juntos" -sin mestizarse y muy felices- escondidos en el Amazonas, aunque siempre preparados para enfrentar juntos a la civilización y morir antes de ser esclavizados. Los antropólogos que han visto este y otros ejemplos de convivencia armónica entre dos razas completamente diferentes, han callado la ubicación, porque esos grupos ejemplares -en los que la gente vive dos siglos sin enfermedades y sin nacimientos anormales- tiran abajo toda la estantería del sistema de mentiras creadas por la civilización del mercado y las universidades de los manuales, que necesita esclavos con bajo nivel psicofísico, para que no reaccionen ni se den cuenta de sus sutiles estrategias. Algunos Jíbaros aún practican Runas modificadas y adaptadas a su raza originada en la Cobriza, la Aria y la Amarilla. Pero la mayoría no puede efectuarlas correctamente porque las mezclas confunden la identidad arquetípica; y los arquetipos son como "programas informáticos" en los niveles más sutiles de la mente (que es magnética). Esos "bailes exóticos" de cada cultura, se corresponden con las necesidades psicofísicas de desarrollo de cada raza. No son costumbres innocuas. La danza ayuda a recuperar los atributos propios; las canciones y sus formas producen modulaciones con efectos cerebrales específicos, -los mantrams- acordes a caracteres fisiológicos que no son iguales en todas las razas, ni en todos los grupos étnicos, aunque todos los humanos tengamos un patrón creacional común. El arquetipo démico es esclavista y hace que unas personas intenten someter a otras, promueven la competencia estéril, y el egoísmo; mientras el arquetipo contrario es justiciero, busca ser libre y liberar, promueve la solidaridad y la generosidad. Y si ello ocurre es porque hay diferencias insoslayables mucho más importantes que el color de la piel, aunque ésta nos sirva para ver las diferencias y saber qué debe hacer cada individuo para trascender, para vivir mejor, para desarrollarse y retardar el envejecimiento, para vencer a la muerte, y -sólo esto último ya lo justifica- Ser Libre. Las diferencias deben ser respetadas porque cada raza tiene su Yoga y cada grupo étnico derivado de mestizaciones debe hacer adaptaciones, lo que dificulta enormemente tarea. Pero la diferencia más importante a observar, es la diferencia de arquetipos conductuales, que nada tienen que ver con las Yogas. Justamente, el enemigo de todas las razas, de todos los pueblos, de todas las culturas y de todos los folklores, es aquel que dice "Todos son iguales, a todos los exploto por igual, a todos les vendo por igual, a todos les hago consumir, a todos los endeudo y hasta les compro su alma". Ese arquetipo dice además: "Todos son iguales menos Yo, porque yo soy del pueblo elegido por el Señor para gobernar a todos los goyims". Prudentemente traducido como "gentiles", pero que etimológicamente significa "bestias". Los arquetipos de cada raza son válidos para cada una en particular, y hay que respetarlos, porque además de todo el desarrollo y utilidades ya mencionadas, nos dan identidad grupal, la que de ningún modo obstaculizan la confraternidad con otras culturas y razas. Pero el arquetipo jehovítico o démico que ordena "dominar a todas las naciones en nombre del Señor", es enemigo de todos los demás. Para debilitarlos, debe confundirlos, para confundirlos debe estropear las razas, para estropearlas debe mestizarlas, para mestizarlas promueve el "todos somos iguales" y confunde la idea del verdadero Amor, con deseo sexual, que es apenas su última expresión, la consecuencia natural, pero que las parejas ya desculturizadas de lo espiritual creen que es lo más importante. Confunden la consecuencia con la causa. Ese arquetipo esclavista necesita ocultar a rajatabla la cantidad enorme de monstruos genéticos, enfermos y mogólicos que nacen en todo el mundo, producto de las mezclas raciales, achacándole esas mutaciones a las drogas (aunque ésto también es causal de deformaciones en muchos casos). Hablar de los mogólicos es tema tabú en casi todo el mundo, porque esos mismos esclavistas producen o financian campañas de extremismo ideológico,

publicando que "los esoteristas auspiciamos la matanza de esos individuos inferiores", y cosas por el estilo, mientras que por otro lado se utiliza masivamente la estupidización televisiva apelando a la sensibilidad emocional. Pero nadie explica las reales causas del mongolismo y sus variantes genéticas (producido en un 85 % o más entre familias judías), cosa estadísticamente muy visible en ciudades como New York, Israel o Miramar (en Argentina), donde las colonias judías son más importantes. Antropológica y genéticamente, el mongolismo es una mutación involutiva que nadie desea padecer, y que es previsible si la pareja hace estudios genéticos adecuados. La genética no es una ciencia exacta, pero acierta con menos de un cinco por ciento de error. Otras mezclas raciales producen otros tipos de males o tendencias patológicas -físicas y/o psíquicas- pero esas cosas "no se pueden decir", pues supuestamente se atenta contra la "tolerancia". Entonces hay que tolerar la progenie cada vez más defectuosa de la humanidad. Nadie puede explicarse porqué en los programas de televisión -dirigidos por gente nada seria- se establecen debates sobre temas tan espinosos como racismo, xenofobia, y marginalidad, en los que opinan actores, actrices, tiracartas raramente disfrazados, show-curas, prostitutas y ciudadanos de currículum dudoso, en vez de dar lugar a los antropólogos, genetistas, sociólogos y médicos, que en todo caso -y aunque opinen opuestamente entre sí-, tienen al menos el conocimiento mínimo indispensable para hablar ante millones de espectadores. Es indiscutible el manejo ideológico y político de estos programas. La clara intencionalidad es confundir, mezclar, homogeneizar, hacer tabla rasa hacia abajo en todos estos asuntos que son lo importante, a diferencia de lo interesante, pues lo interesante para unos puede no afectar a otros, pero lo importante es aquello que nos afecta a todos, directa o indirectamente, conciente o inconscientemente. Entre las cosas importantes, está el conocimiento de la Historia auténtica, pero esa debe ser ocultada, porque revelaría a las masas la intención, el método, la estrategia y las tretas de dominio planetario de los ancestros de los actuales esclavistas. Revelaría a las masas el hecho de que siempre sufrió y sufre por las mismas causas, y que la humanidad no evoluciona desde el mono, sino hacia el mono. La genética, la antropología esotérica, la geomorfología y la paleontología, unidas en equipos de trabajo no condicionados política y/o económicamente ni por razones de status académico, revelan que todas las especies de simios son los remanentes raciales de otras épocas, y que puede saberse de qué raza humana deriva cada especie de simio. Que puede saberse dónde está el "eslabón perdido" de Darwin, y que éste no se hallará buscando huesos de cavernícolas, sino en escuelas diferenciales, donde atendemos a las víctimas de nuestra irresponsabilidad racial. Los que hemos formado esos equipos de auténtica investigación científica no condicionada por intereses personales, curriculares ni financieros, hemos sufrido la persecuta implacable de los que manejan la civilización occidental mediante el dinero e influyen muy destructivamente en todas las demás. La razón de fondo es siempre la misma: A los diligentes y serviciales esclavos del Señor, que a su vez esclavizan para su gloria a todos los pueblos de la Tierra Prometida (toda la Tierra), les obstaculiza sobremanera que se descubran cosas, a menos que tales descubrimientos sean factibles de comercializar y utilizar para sus fines. Esa es la causa por la cual a las masas occidentales se les venden millones de libros de Yoga asánica (indoaria), cuyos ejercicios son para las diversas etnias blancas -en el mejor de los casos- formas de hedonismo psicofísico, en vez de verdaderos métodos de desarrollo. A su vez, las Runas que

sintetizan la Yoga y sabiduría Aria, fueron ocultadas y condenadas como "elementos de brujería". Ante su reciente recuperación por grupos antropológicos esotéricos y por investigadores gnósticos, se lanzó una campaña bibliográfica de adulteración, consistente en libros de "adivinación por las runas", del mismo modo que entre los grupos indoarios se hizo la "adivinación mediante los mandalas". Estas desvirtuaciones del significado y uso real de los sagrados elementos yoguísticos de cada raza, son propiciados por grupos editoriales muy conocidos por los "ratones de biblioteca". Cuando no son sionistas, son testaferros más o menos conocidos, pero siempre démicos. Su estrategia práctica más importante ha sido apoderarse de todos los medios de comunicación: Radios, canales de televisión, editoriales y cadenas de distribución. En América cuentan con el dominio de un 70 % de los medios masivos, pero en el resto tienen empleados que colaboran con ellos por razones económicas. Si un medio desobedece sus órdenes, no saldrá jamás de sus apuros bancarios, mientras que la "conspiración de reacción inmediata" usará la menor oportunidad para hundirle totalmente, irá a la quiebra y/o la cárcel. Los ministerios que la conspiración sionista ya poseen en toda América -cuando no las presidencias- hacen innecesaria la ejecución de planes alternativos como el Plan Andinia -elaborado a fines del siglo pasado por Teodoro Herlz para hacer un segundo Estado de Israel en la Patagonia Argentina-, y otros similares. El sionismo está estructurado mediante dos grandes divisiones de nivel: La Sinarquía Internacional, y el "Sionismo activo". Los jefes de la Sinarquía (significa "síntesis del poder") son un grupo pequeño de "genios del mal". Hombres desalmados, muy hábiles y conocedores de toda la realidad planetaria. Controlan mediante su inmenso poder económico, los grupos de poder científico y tecnológico. Por otro lado, controlan a las instituciones políticas -muchas de ellas creadas por ellos mismos- y a todos los gobiernos de occidente. La financiación de las campañas políticas implican condicionamientos previos de los gobiernos que van a asumir, y generalmente esos gobernantes son "preparados" en escuelas y universidades obsecuentes al sistema. Allí aprenden todo lo necesario para ser buenos "gobernantes títeres". La mayoría de los políticos occidentales, al "asumir el gobierno" ya saben que asumen un puesto de trabajo en el que los patrones no son los ciudadanos, sino quienes les formaron y financiaron. Si acaso no lo saben, pues lo aprenden sobre la marcha, cuando comprenden que un banquero puede ponerlos en la ruina personal y familiar muy fácilmente. Comprenden de repente que los que gobiernan el mundo son los dueños del dinero. Allí se preguntan si acaso algún gobierno del mundo -y con qué consenso ciudadano- ha autorizado el uso del código de barras dentro de sus fronteras, y se preguntan si acaso no son simples piezas inconscientes dentro de un macabro plan de "verdaderos políticos", que manejan el mundo sin que éste se dé apenas cuenta. Muchos lo pueden sospechar, pero comprobarlo requiere pensar un poco más y ver la realidad mundial inteligentemente, casi científicamente. Pues el Plan de Dominio Mundial en el que Occidente ya ha sido sometido, es un plan científico. Los Sabios de Sión no son aficionados, sino auténticos profesionales, por lo tanto su plan no es comprensible para las masas atiborradas de deseos, ambiciones vanales, miedos y odios. Las mentes entretenidas en la supervivencia, en medio de la economía de la pobreza generada por el mercado, poco a nada de tiempo disponen para meditar intelectualmente sobre las verdaderas causas de las cosas. Quienes pretenden informarse y cultivarse intelectualmente suelen creer que la sola lectura de las revistas, diarios y programas de opiniones que el sistema les ofrece, es suficiente para comprender las realidades políticas, científicas y religiosas, pero ello no sólo es insuficiente, puesto que los datos históricos llevan siglos -o milenios- de distorsiones, sino que además están intencionadamente orientados a formar opinión, criterio y creencias, a conveniencia de los intereses

económicos. La información sobre los hechos, sobre las causas e intenciones de personajes y pueblos, siempre está condicionada por las intenciones de los interesados. Así las cosas, no sólo resulta difícil hallar los datos correctos, pues para ello es necesario descartar todos aquellos datos incompatibles con la realidad o ilógicos en si mismos, sino que además hay que deducir las intenciones e intereses de esos personajes y pueblos a lo largo de la historia. Si bien en toda la naturaleza existen diversos órdenes o niveles de intencionalidad, la intención propia del ser humano es -de acuerdo a sus medios físicos e intelectuales- más efectiva o terminante que la de cualquier otro Reino Natural. Entonces, de ningún modo es posible que el desarrollo del propio Reino Humano sea el resultado de un azar, de una sucesión de hechos inconexos, o por un mero juego de intereses múltiples. Ciertamente existe ese juego de intereses múltiples, pero como en toda ecuación, por compleja que sea, esos intereses se resumen a dos intencionalidades definidas. Una intencionalidad es la que el Lector puede hallar en el Antiguo Testamento, partiendo de un "dios" fabricante de clones, que los hace mortales y cuando le desobedecen les expulsa llenándolos de maldiciones. Luego visita a parte de la descendencia adánica y les mete el terror de su ira junto con la vanidad de ser los "Elegidos del Señor"; los manda a masacrar y someter a otros pueblos, y ellos así lo hacen desde tiempos inmemoriales en la esperanza de "Heredar la Tierra". Unos 2.600 años en esta última etapa de la Humanidad. La intencionalidad sana y completamente opuesta, de esencia liberadora (no "liberal") es la representada en los Grandes Maestros como Jesús, Buda o Mahoma.

La estrategia de los démicos consiste en llevar a todos a los extremos de las cosas. Por un lado hacen pelear burdamente a los pueblos en los cuales se infiltran, metiéndoles odios raciales, xenofobia, supuestos derechos territoriales, etc.. Cuando ambos pueblos se dan cuenta de las maniobras de los agitadores, o han quedado en la ruina por sus estériles enfrentamientos, surge la actitud opuesta. Los mismos instigadores auspician la mezcla racial, la asimilación cultural mediante el mercado, la sumisión de los países a los tiranos que previamente preparan, las mal llamadas democracias en que los partidos políticos gastan la energía económica y mental del pueblo por simple enfrentamiento, del cual sacan tajada momentánea y personal los políticos menos éticos, y sacan provecho los idealistas del mercado que ya han sumido a parte de Asia, a Africa y América en la miseria cultural, económica, moral y espiritual. ¿No nos basta ver los más de ocho millones de personas que viven en las "fabelas" de São Pablo, y ochenta millones en toda América, sin raza definible, sin cultura, sin comida, viviendo peor que animales, como sucedáneo de la mestización irresponsable y la pérdida de la cultura?. ¿Podemos seguir dejándonos llevar a los extremos de la xenofobia, cuando el enemigo común de todos los pueblos, razas y culturas es ahora más visible que nunca?. ¿Por qué no van los sionistas a trabajar a Israel?, ¿Por qué no van los démicos a trabajar a los extensos territorios que han comprado en diferentes partes de América, en los que nadie puede pisar sin su permiso y trabajando para ellos?. Todo ésto no es un conjunto de casualidades ni cosas inconexas. Tiene que ver con las Runas de las que hablábamos antes, pues la escritura ibérica antigua son las runas muy poco modificadas, y son esos los símbolos primordiales del cristianismo, que han combatido con tanto empeño los antropólogos fieles al arquetipo jehovítico, adjudicándoles una antigüedad de no más de algunos siglos. Toda la historia tiene que ver con las yogas, ocultadas para impedir al hombre su liberación psicofísica. Si los pueblos tuvieran una enseñanza yoguística adecuada, los grandes laboratorios

farmacéuticos no existirían, o sus ingresos serían muy escasos. No ocuparían, junto con las armas, el mayor volumen de ganancias netas. Todo ésto tiene que ver con el desconocimiento, por parte de los pueblos en Europa, de la existencia de América, cuando los que sabían -especialmente los templarios- viajaban, y cambiaban acero español por pura plata peruana, a los Vikingos de Cuzco, y maderas extraordinarias por artesanía italiana de vidrio. Ello ocurría mucho antes del año 1.000, pero se guardaba muy bien el secreto, porque el Plan de entonces consistía en mantener el monopolio del oro y en hacerle creer a los Europeos que no podía existir una civilización sin el dinero con que ellos ya manejaban la política y la religión. A tal efecto se acuñaban supuestas monedas históricas, creando el negocio de la numismática, porque la real historia de la lucha del Imperio Romano, es que éste no aceptaba la economía financiera y el uso de la moneda privada (el talento era una medalla a modo de carnét de identidad, intransferible) y -aunque miles de manuales digan lo contrario- el Imperio era enemigo de ese arquetipo del dominio mediante el dinero. El Emperador no compartía su responsabilidad política ni dejaba al pueblo en manos de banqueros o acuñadores de monedas. Los fraudes de la antropología oficial, como los falsos huesos de "eslabones perdidos", denunciados en varias ocasiones por científicos honestos, han sido fraudes menores en comparación con los realizados a lo largo de los siglos por los ancestros de los que hoy manejan la banca internacional. Mejor ni hablar -por ahora- de las adulteraciones de La Biblia. Hubieron en América algunos intentos de crear supuestas monedas que habrían usado los Imperios Maya, Azteca, Chibcha, Mongula e Inka, pero los truhanes fracasaron porque el exterminio de aborígenes no pudo ser total, debido a que la Corona Española castigaba severamente los asesinatos, y los Jesuitas protegían cuanto podían a los nativos. Así la historia americana puede hoy estudiarse en vivo y en directo, no sólo por relatos empíricos (que además son imposibles de adulterar), sino porque muchos pueblos -aunque son pequeñas tribus- viven igual que cuando llegó Colón. Y ya que mencionamos este interesante cabo suelto, vale mencionar que no era casualidad o mero gusto estético, el que tuviera cruces templarias en las velas, en vez de los escudos de la Corona que lo financió tras su insistencia y promesas, y la de los banqueros de la época. Colón sabía muy bien que los Templarios viajaban a América muy seguido, él era dibujante de cartas de navegación, y guiado muy claramente por el arquetipo inhumano de la riqueza a costa de quien sea, aprovechó toda oportunidad de hacerse con información y usarla en su favor. Como ha demostrado documentalmente el extraordinario antropólogo Jacques De Maieu, Colón era un gran embustero y asesinó a seis sobrevivientes de un barco que volvió averiado de un viaje por América. Sabía que los Templarios conocían América, y que durante la persecución a los mismos, casi cuatro siglos antes, éstos podrían haberse refugiado allá. Colón, judío como los Templarios, llegando a América, es apenas conciente de que forma parte de un Plan Mayor. Lo guía su ambición desmedida de riqueza material -quien lo dude investigue las condiciones que aceptó la Corona, sobre lo que hallara-, pero también lo guían desde las sombras de la historia, los banqueros que presionan a los Reyes Católicos para que financien la expedición.

Los banqueros sabían muy bien lo que había tras el mar, y ya era hora de lanzarse a la conquista, pero no podían financiar a Colón y exponerse públicamente porque hacerlo equivalía ponerse al descubierto en lo inmediato y a futuro. Necesitaban que un Gobierno se hiciese responsable moral de las tropelías que hicieran sus enviados, y al mismo tiempo que tal Gobierno pusiese a su disposición, en lo futuro, las armas y ejércitos que necesitaran. Así, quienes realmente gobernaban,

lo hacían -igual que hoy- tras la fachada de los políticos, aunque en aquella época los Reyes se defendían en lo posible y en la medida que intuían lo que ocurría. No es casualidad que Colón zarpara del Puerto de Palos el mismo día que vencía el plazo de destierro de los judíos, y se llevara treinta y nueve de ellos en la bodega de la "Niña". Estos hombres que planean el destino de los pueblos, son muy inteligentes y tienen también una voluntad tan férrea que sólo es comprensible si uno se pone en su lugar, y para ello es preciso comprender su religión, la cual ha sido preparada por una mente más hábil aún. Obedecen a un dios que no es ni por asomo el Dios del Universo, el Dios de Amor, que nos presenta el Arquetipo espiritual opuesto. No se trata del Dios que nos enseñó Jesús, que es el mismo Alá que nos enseñara Mahoma, o el Brahma que nos enseñó Buda. A este Dios de Amor que podemos llamar con noventa y nueve nombres maravillosos y distintos, se le opone un dios tirano con una actitud completamente opuesta, que busca someter a todas las naciones de Hombres mortales y reinar sobre la miseria de todas, sin importar su raza o cultura. Para cumplir esos designios usa a su "Pueblo Elegido", y les provee de sus mismos atributos espirituales: Inteligencia y Voluntad. Pero el otro elemento de la Santísima Trinidad, es el Amor. En los démicos -sus acólitos- el Amor es distorsionado mediante el terror. Quien teme a su dios -lo más alto que imagina-, en vez de respetarlo y reverenciarlo amorosamente, tendrá una psicología de terror, y buscará producir terror en todos los demás pueblos. El Amor será llevado por esa religión a una sensiblería emocional en el mejor de los casos, y en general a la pasión fornicaria del sexo irresponsable. Para eso ese dios permitía muy tranquilamente que sus criaturas vivan en el incesto, la prostitución de sus propias mujeres para infiltrar a otras naciones y seducir a los Faraones o Reyes (Leer las azañas de Abraham en el Antiguo Testamento). Como ya habrá comprendido el Lector, no existen casualidades ni cosas inconexas en la Historia ni en ninguna ciencia. Mucho menos en la política. Todo está relacionado con todo, y es necesario que cada uno viva conscientemente, hallando esas conexiones. Existen algunas actitudes imprevisibles porque no se puede saber a qué arquetipo responderá en un momento dado un político, un científico o un grupo humano, pero siempre -aunque con muy variados matices- la ecuación se resume a dos ponencias: Libertad o esclavitud. Y por lo tanto, a dos intenciones: Liberar o someter. En el terreno intelectual, en el de las publicaciones y la formación de opinión, también hay dos actitudes: Revelar o engañar. Y son perfectamente derivadas de lo anterior. Quien enseña, libera; y quien engaña, somete. Hemos atado cabos muy dispares, pero el Lector sabrá -aunque tenga que releer algunas veces este artículo para poder digerirlo- que nuestra intención es revelar verdades y destruir mitos. Por lo tanto, liberar en el plano de las ideas y la mente. "Conoced la Verdad y ella os hará Libres". Y no lo dijimos nosotros.

Ramiro De Granada

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