"Mientras miro las viejas hojas"
Short Description
Descripción: "MIENTRAS MIRO LAS VIEJAS HOJAS. UNA MIRADA SEMIÓTICA SOBRE LA MUERTE DEL LIBRO" de Carlos A. Sco...
Description
MIENTRAS MIRO LAS VIEJAS HOJAS. UNA MIRADA SEMIÓTICA SOBRE LA MUERTE DEL LIBRO Carlos A. Scolari
Un libr, tr más, sbre el fin del libr (y de ls trs medis). La Mdernidad se pne de pie sbre las espaldas de sus gigantes para cntabilizar cntabiliza r ls cadáveres cadáv eres que ha dejad su avance ava nce arrlladr. arrlladr. La planificación de la bslescencia. La Pstmdernidad, Pstmdernidad, una metamuerte en sí misma, extiende un certificad de defunción sbre la Mdernidad y sus muerts. Fin de ls grandes relats (Lytard), fin de la histria (Fukuyama), fin de la nvela (Mendza), fin del trabaj (Rifkin)… Ahra que el debate sbre l pstmdern fue desterrad de las tertulias intelectuales, sól ns queda un mntícul de cenizas que ls nuevs vients se encargarán de ir llevand pr ahí. Cada medi de cmunicación, antes después, asiste a su prpi velatri. El cine ha reflexinad, reflexinad, si n sbre su muerte, al a l mens sbre el final de una épca drada dnde este medi n tenía cntendientes en el univers de las imágenes en mvimient. Nuovo Cinema Paradiso (G. Trnat Trnatre, re, 1988) ns hacía revivir esa épca, ép ca, un períd perí d que terminaba cm ls librs de Ray Bradbury en Fahrenheit 451: en medi de las llamas y cn lr a celulide quemad. A tds ls que ns gusta navegar pr las aguas semióticas llevams en nuestra retina tra imagen de librs quemándse: el incendi de la bibliteca en las últimas páginas de El Nombre de la Rosa. De estas csas tan actuales hablarems en este artícul.
34 Carlos a. sColari
1. La llegada de lo nuevo Cada vez que un “nuev medi” se integra al ecsistema de cmunicación se prducen de manera indefectible cierts mvimients desplazamients teórics que se indican a cntinuación: 1) De frma casi autmática se generan mvimients culturales de rechaz de aceptación acrítica de “l nuev”. El debate entre apcalíptics e integrads (Ec, 1964) alrededr de la televisión y la cultura de masas se repitió en ls añs nventa cn la web: frente a ls que ensalzarn l “nuev” de ls new media ls defensres de ls old media se refugiarn detrás de una trinchera de vlúmenes para resistir un ataque que sól ells veían . Cualquier discurs cn pretensines de cientificidad debe clcarse más allá de la razón dualista que reduce td a psicines maniqueas. 2) El discurs manique algunas veces pretende ser superad a glpes de instrumentalism: el medi, según está versión, es sól un instrument neutr neutr que, dependiend de quién cóm l utilice, puede tener efects psitivs negativs. Esta lectura apresurada –basada en la vulgata mcluhaniana- es refutada pr el mism McLuhan: ls instruments creads creads pr ls humans, lejs de ser una dócil prótesis en sus mans, ls remdelan. Ls “nuevs medis” n sn ni buens ni mals, per es indudable que están refrmateand nuestra cgnición y muchs aspects de la vida cultural y scial. 3) Cada vez que aparece una nueva tecnlgía y se la pretende encuadrar teóricamente, se prducen trs ds mvimients que tienden a anularse mutuamente. Pr Pr un lad surgen ls investigadres acríticos discontinuistas cuy plante puede reducirse al siguiente pstulad: el “nuev medi” es tan revlucinari e innvadr que td el saber científic acumulad hasta ahra n puede ser aplicad; la salida, bviamente, se encntraría en ls siempre citads y nunca explicitads “nuevs paradigmas” teórics. Pr tra parte, ls críticos continuistas sstienen que el “nuev medi” de “nuev” n tiene nada, y pr l tant se puede seguir trabajand cn ls mdels teórics y las metdlgías tradicinales. Se trata de seguir regand el prpi paradigma y seguir cmiend de sus magrs fruts (Sclari, 2008a).
Mientras Miro las viejas hojas. Una Mirada seMiótiCa sobre la MUerte del libro 35
4) Cada discurs que ensalza la aparición de un “nuev medi” se cmplementa cn un discurs que extiende un certificad de defunción a un “viej “ viej medi”. Alguns predijern predijern la muerte del teatr pr la llegada del cine, la desaparición del cine pr la difusión de la radi y la televisión, la extinción extinción del libr pr culpa de la l a web. Cm se puede deducir a partir del párraf pár raf anterir, anterir, la histria de ls medis se repite, primer cm irrupción innvadra –la radi era un new media en la década del veinte, y la televisión l fue en ls cincuenta- y después cm velri. Alguns intelectuales sienten un especial placer en extender extender certificads de defunción a ls old media. Cm dice la primera línea de Fahrenheit Fahrenheit 451 , “ it was a pleasure to burn ”.1
2. Libros + bibliotecas + incendios = Eco 2 Escribe Umbert Ec en las Apostillas Apostill as al Nombre de la Rosa Rosa : “Quería un cieg que custdiase una bibliteca (me parecía una buena idea narrativa), y bibliteca más cieg sól puede dar Brges, también prque las deudas se pagan” (1989:515). Mutatis mutandis , si hablams de incendis y librs, una figura se abre pas entre ls anaqueles de la bibliteca: el mism Umbert Ec. Tant su prducción teórica cm narrativa, sin lvidar su pasión cm bibliófil, l clcan cm referencia ineludible en el debate sbre el fin de libr. Recapitulems Recapitulems este recrrid. Rbert Cver abrió la discusión cn un artícul titulad The End of Books y publicad pr The New The New York Times en 1992: El hipertexto es ciertamente un entorno nuevo y único. Los artistas que trabajan en ese entorno deben ser leídos ahí. Y probablemente serán juzgados en ese mismo entorno: la crítica, al igual que la ficción, se está moviendo fuera de la página (ff the page) para irse al nline , donde es susceptible de continuos cambios textuales y de estado. 1
2
Ver en Sclari et. al (2008) algunas reflexines reflexines en esta línea de análisis sbre la aparición de un “nuev medi”: ls dispsitivs móviles de cmunicación. Esta sección se basa en Sclari (2009).
36 Carlos a. sColari
Fluidez, contingencia, indeterminación, pluralismo, discontinuidad son las claves del hipertexto, y se están convirtiendo rápidamente en principios, de la misma manera que la relatividad relatividad hace no tanto tiempo desplazó a (Cver, 1992). 1992 ). la manzana cayéndose (Cver,
En ls cmienzs de la era digital parecía que tds ls texts texts se estaban mviend, m viend, cm decía dec ía Cver, Cver, “off the page”. Después de 500 añs de librs impress y 2.000 añs de pasar páginas cn la yema del ded la web afectó frmas muy radicadas de prducir y hacer circular el cncimient. En este cntext ls librs de Gutenberg, cm ls grandes depredadres del jurásic, parecían cndenads a la extinción. extinción. Umbert Ec n pdía quedar al margen de este debate. En 1994 rganizó en el Centro Internazionale di Studi Semiotici e Cognitivi (San Marin) un seminari titulad The Future of the Book que cnvcó a especialistas de td el mund. Cm resultad de este seminari, n pdía ser de tra frma, Geffrey Nunberg Nunberg publicó un libr titulad The Future of the Book (University f Califrnia Pr Press, ess, 1997). En este seminari Ec dejó caer aquellas que serían sus reflexines reflexines más destacadas sbre el fin del libr. Ec identificó una serie de núcles temátics en el discurs sbre el “fin del libr” y trató de ir más allá de las psicines maniqueas (nuev/viej, vida/muerte, pasad/futur, etc.). Escuchems l que Ec decía sbre el más imprtante dispsitiv para la transmisión cultural desde el sigl XV: Imágenes versus cultura alfabética
Las respnsabilidades y las tareas deben ser cuidadsamente balanceadas. Si para aprender idimas las cintas sn mejres que ls librs, cuidems ls casetes. Si una presentación de Chpin cn cmentaris en CD ayuda a que la gente entienda a Chpin, n ns precupems si n cmpran ls cinc vlúmenes de la histria de la música. Aunque fuera ciert que la cmunicación visual en la actualidad sbrepasa a la cmunicacin escrita, el prblema n es pner la cmunicación visual a la escrita. El prblema es cóm mejrarlas (Ec, 1997b).
Mientras Miro las viejas hojas. Una Mirada seMiótiCa sobre la MUerte del libro 37 Libros versus otros soportes
[…] Esty segur de que las nuevas tecnlgías vl verán bslets muchs tips de librs, cm las enciclpedias ls manuales […] Ls librs seguirán siend indispensables n sól para la literatura, sin en cualquier circunstancia dnde se necesite leer cn cuidad, n sól recibiend infrmación sin también especuland y reflexinand sbre ella (Ec, 1997b).
Publicar versus comunicar
La gente puede cmunicar directamente sin la intermediación de las editriales. Mucha gente n quiere publicar; simplemente quieren cmunicarse entre sí. El hech de que en el futur l harán pr crre eletrónic pr Internet será un gran benefici para ls librs, la cultura y el mercad de librs. Miren una librería. Hay demasiads librs (Ec, 1997b).
Cambio versus integración
En la histria de la cultura nunca alg ha simplemente matad tra csa. Alg ha cambiad tra csa […] Me parece que la psición real n es entre cmputadras y librs, entre escritura electrónica y escritura manual impresa (Ec, 1997b).
En ls añs siguientes Ec siguió participand en el debate sbre el fin del libr en diferentes cnferencias y events, per ls fundaments de su discurs siguiern siend aquells presentads en San Marin en 1994. En una serie de entrevistas - A Conversation on Information (Ec, 1995b), Le notizie sono troppe, imparate a decimarle, subito (Ec, 1996a) y The World According to Eco (Ec, 1997a)- el destacad semiólg describió muchas circunstancias y experiencias persnales relativas al us de la cmputadra y la sbrecarga infrmativa ( information information overflow ). Antes, si yo necesitaba una bibliografía sobre Noruega y la semiótica, iba a una biblioteca y probablemente encontraba 4 ítems. Tomaba notas y encontraba otras referencias bibliográficas. Ahora con Internet puedo tener 10.000 ítems. A estas alturas quedo paralizado. Tengo que elegir otro tema (Ec, 1995b).
Las primeras reflexines reflexines de Ec sbre las textualidades digitales estaban fcalizadas en ls CD-Rms, per la difusión de la Wrld
38 Carlos a. sColari
Wide Web enriqueció su discurs sbre la hipertextualidad. Según Ec la web puede ser cnsiderada un “sistema acéfal”, per al mism tiemp se pregunta “¿hasta qué punt este sistema permanece acéfal?”. La sbrecarga de infrmación en la red impndrá en algún mment la necesidad de un filtr, y llegads a ese punt “n sabrems qué puede pasar”. Ec prpnía establecer “filtrs prfesinales”, experts cualificads que trabajaran cm “asesres infrmativs” “ gatekeepers” (1995).3 En 1996 Ec realiza una cnferencia en la Italian Academy for Advanced Studies in America. Su presentación – titulada From Internet to Gutenberg (Ec, 1996b) – fue un increíble tour de force hipertextual que incluyó referencias a Platón, Prust, McLuhan, Gutenberg, Mallarmé, Queneau, Napleón, Descartes, Daguerre, Aquin, Jyce, Saprta, Kant, Balestrini, Shakespeare, Debray, Allen, Tlstj, Dickinsn, etc. En esta cnferencia cnferencia Ec revisitó el cncept de “textualidad digital”, tal cm vlvería a hacerl uns añs más tarde durante su discurs en la recién inaugurada Bibliteca de Alejandría (Vegetal and Mineral Memory: The Future of Books, 2003). Tdas estas cnferencias e intervencines fuern cndimentadas cn las habituales perlas que caracterizan el discurs de Umbert Ec. Cm Marshall McLuhan, Ec psee una enrme capacidad para crear ptentes imágenes verbales de las transfrmacines y desafís culturales: Una catedral medieval era una especie de programa televisivo fijo y permanente que le decía a la gente todo lo indispensable para su vida cotidiana, como así también para su salvación eterna (Ec, 1996b). Si McLuhan estuviera todavía entre nosotros, sería el Gutenberg strikes primero en escribir algo así como ‘ Gutenberg back’. Por Por cierto, una computadora co mputadora es un instrumento inst rumento que 3
Cincuenta añs antes de Umbert Ec el piner de la hipertextualidad Vannevar Vannevar Bush Bu sh prpnía la figura fig ura del “ trail blazer ”, un expert en la navegación de la infrmación: “hay una nueva prfesión, la de ls trail blazers, aquells que se deleitan en la tarea de establecer recrrids útiles a través de la enrme masa de archivs” (Bush, 1945).
Mientras Miro las viejas hojas. Una Mirada seMiótiCa sobre la MUerte del libro 39
nos permite crear y editar imágenes, cuyas instrucciones son introducidas por medio de iconos; pero también es cierto que la computadora se ha convertido, ante todo, en un instrumento alfabético (Ec, 1996b). La WWW es la Abuela de Todos los Hipertextos, una biblioteca mundial donde uno puede, o podrá dentro de poco tiempo, tener acceso a todos los libros que desee. La web es el sistema general de todos los hipertextos existentes (Ec, 1996b). Tenemos tres tipos de memoria. La primera es orgánica, es la memoria de carne y sangre (flesh and blood) administrada por nuestro cerebro. La segunda es mineral. En este sentido la humanidad ha conocido dos tipos de memoria mineral: hace algunos milenios era la memoria representada por las tablas de arcilla y los obeliscos, muy conocidos en este país (Egipto, N.d.T.), donde la gente grababa sus textos. Sin embargo, el segundo tipo de memoria mineral es la actual, la de nuestras computadoras basadas en el silicio. También hemos conocido otro tipo de memoria, la vegetal, representada en los primeros papiros, también muy conocida en este país, y los libros, hechos de papel […] Este lugar (la Biblioteca Alejandrina, N.d.T.) ha estado en el pasado y lo estará en el futuro destinado a la conservación de libros; por lo tanto es y será un templo de la memoria vegetal (Ec, 2003). Inclusive si se imprime en papel ácido moderno, un libro dura unos 70 años más o menos, pero siempre siempre es más que un soporte magnético. Es más, ellos no sufren por los cortes eléctricos ni las caídas de tensión, y son más resistentes a las descargas (Ec, 2003). Por favor recuerden que tanto los hebreos como las primeras civilizaciones árabes estaban basadas en un libro, y esto no es independiente del hecho de que ambas fueran civilizaciones nómades. Los antiguos egipcios pudieron grabar sus textos en obeliscos de piedra; Moisés y Mahoma no pudieron. Si uno quiere cruzar el Mar Rojo, o ir desde la península arábiga hasta España, un rollo es un
40 Carlos a. sColari
instrumento más práctico que un obelisco para registrar y transportar la Biblia o el Corán (Ec, 2003). Después de haber pasado doce horas en una computadora, mis ojos quedan como dos pelotas de tenis, y siento la necesidad de sentarme confortablemente en un sillón y leer el diario, o quizás un buen poema. Creo que las computadoras están difundiendo un nuevo tipo de alfabetismo, pero son incapaces de satisfacer todas las necesidades intelectuales que ellas mismas estimulan (Ec, 2003).
Para cncluir esta sección, pdems decir que la visión de Umbert Ec sbre el futur del libr n se aleja demasiad de las cncepcines de Marshall McLuhan y trs miembrs de la llamada Escuela de Trnt (Harld Innis, Derrick de Kerkhve, Rbert Lgan). Cm hems vist, Ec cnsidera que ls librs n desaparecerán: simplemente están redefiniend su lugar en el sistema de medis. Si bien en la actualidad “el cncept de alfabetism cmprende muchs medis”, el libr es tdavía “el más ecnómic, flexible, lava-y-list sistema para transprtar infrmación a muy baj cst” (1997b). El libr n ha muert, larga vida a la memria vegetal.
3. Soportes, semiosis e interfaces ¿Cuál Ec se interesa pr el fin del libr? ¿El prfesr de semiótica de Blña el bibliófil empedernid? En tras palabras: p alabras: ¿Debe la semiótica cuparse del fin del libr? ¿Entra dentr de su mirada científica la desaparición de un sprte material? ¿Debe la semiótica extender su análisis hacia el sprte material está limitada al estudi de ls prcess semiósics de prducción e interpretación de significads? Esbz una primera hipótesis: el bibliófil se interesa pr el b jet-libr, el semiótic pr ls sistemas de significación que se expresan en sus páginas y ls crrespndientes prcess de prducción/ recncimient de sentids que desencadenan. Explica Ec en su Lectio magistralis durante la Feria del Libr de Turín del 2007:
Mientras Miro las viejas hojas. Una Mirada seMiótiCa sobre la MUerte del libro 41
Claro que hay bibliófilos que […] incluso leen los libros que acumulan. Pero para leer tantos libros hay que ser un ratón de biblioteca. El bibliófilo, en cambio, si bien está atento al contenido, quiere el objeto, y si es posible que sea el primero que salió de la imprenta. imprenta. Existen bibliófilos, que yo no apruebo pero comprendo, que si tienen un libro con las páginas pegadas no las separan para no violar el objeto que han conquistado. Cortar las páginas de un libro raro sería como si un coleccionista de relojes rompiera la caja para ver el mecanismo (Ec, 2007).
El bibliófil practica el cult del sprte rgánic, es incapaz de maltratar un vlumen, se esmera pr mantenerl en vida y nunca se le curriría subrayar una frase. El semiótic, pr el cntrari, desarrlla una mirada cn rays X dnde el sprte tiende a desaparecer y se fija en la estructura ósea del corpus textual. Cuand i n Fabula Fabula (1979) el Ec-semiólg analiza Sylvie de Nerval en Lector in n ns dice nada del ejemplar impres sbre el cual está traba jand. N sabems si era un ejemplar hardcover de blsill, si estaba subrayad cn lápiz antad en sus márgenes cn tinta. Esta aprximación semiótica que ignra al sprte se cnvierte en el gest especular del Ec-bibliófil, el cual c ual se deleita en El Nombre pá ginas de la Rosa describiend cn luj de detalles el estad de las páginas de un manuscrit del sigl XII (per sin entrar a analizar su dispdisp sitiv de significación). Vlvams a nuestr debate sbre el fin de libr. Si el libr desaparece en tant sprte rgánic de la escritura, la prfesión (que es también pasión) del bibliófil se extinguirá de a pc, hasta que quede desfigurada absrbida ttalmente pr la del arqueólg. Es sól una cuestión de tiemp: ls bibliófils se cupan de incunables y ls arqueólgs de papirs. Al César l que es del César. Per si el libr muere, el lenguaje verbal e icónic que se expresa en sus páginas de papel n se irá cn él: encntrará trs sprtes para expresarse. El semiólg, desde esta perspectiva, tiene su futur prfesinal (y pasinal) asegurad. Siempre habrá textualidades minerales, vegetales digitales para analizar: si n sn ls librs, ns cuparems de ls texts que aparecen en algunas de las pantallas que ns rdean.
42 Carlos a. sColari
¿Es psible cruzar estas ds tradicines, la del bibliófil (que se centra en el sprte material y descarta el cntenid) y la del semiólg (que se reserva para sí el estudi de ls sistemas semiótics, más allá de la materia en que se expresen)? Cre Cre que sí. El punt de encuentr sería una semiótica de las interfaces (Sclari, 2004), en este cas una semiótica especializada en las interfaces de la escritura cm aquella desarrllada pr Alessandr Zinna en Le interfacce degli oggetti di scrittura (2004). Si las interfaces sn semitizadas, es decir, analizadas en tant dispsitivs que también hacen su aprte en la cnstrucción del significad, entnces esa zna vacía que queda entre el sprte y el text cmienza a cmpletarse. En tras palabras: si cnsiderams a las interfaces cm un dispsitiv de significación, es psible juntar alrededr de una misma mesa la tradición bibliófila de ls estudis de ls sprtes materiales de la escritura y la tradición semiótica. Este festín imaginari, dnde estarían invitads investigadres cm Guglielm Cavall, Rger Chartier, Lucien Febvre y Henri Jean Martín, se pdría cmpletar cn l más granad de la escuela semiótica textual, pr ejempl Algirdas Greimas, Elise Verón, Mijail Bajtín y Jurij Ltman. Umbert Ec, pr su triple cndición de bibliófil, semiólg e italian, debería presidir el event cupand el lugar del capotavolo. Enfrente a Ec, en el tr extrem de la mesa, una silla debería estar reservada a Rland Barthes. ¿Pr qué n sentar a Barthes junt a Greimas, Verón, Bajtín Ltman? Al final de ls añs 60, después de recger el guante semilógic que ls discípuls de Saussure habían dejad caer en el 1916, Rland Rland Barthes fue recnfigurand sus ideas de l que era un text, text, un autr una interpretación. Este últim Barthes, tan amad pr la escuela decnstruccinista e hipertextual (Landw, 1992), se fue acercand a la práctica de la escritura, sbre td después de 4
Si bien existen numersas definicines de /interfaz/, cada una de las cuales reenvía a una metáfra (interfaz cm instrument, cm cnversación, cm superficie, etc.), la mejr de tdas ellas es la que cnsidera a la interfaz cm “el espaci de la interacción”. En ese “espaci” pasan csas, se cruzan estrategias de diseñ/us y se negcian (y vilan) cntrats de interacción (Sclari, 2004).
Mientras Miro las viejas hojas. Una Mirada seMiótiCa sobre la MUerte del libro 43
su experiencia en Japón. Si en L’Empire des Signes (1970) Barthes reflexinaba sbre la escritura idegráfica japnesa y el gest del pincel deslizándse sbre la superficie del papel, en 1977 abrió la lección inaugural al Collège de France ssteniend que la literatura, más que un corpus de bras, es “el cmplej gráfic de las huellas de una práctica: la práctica de la escritura” (Barthes, 1981: 11). Es ahí, en el papel tdavía húmed pr el pas del pincel, en la superficie vegetal marcada pr ls tips de plm entintads, en la pantalla plana de las máquinas digitales, dnde la semiótica de las interfaces de la escritura cnstruye su corpus y encuentra su mtiv de ser. Per ns vlvims a alejar del tema de este artícul: ¿Desaparecen ls librs? Es muy prbable. Las tablas de arcilla durarn varis milenis, ls papirs sbreviviern tr tant, ls códices de pergamin tuviern su mment de glria glri a durante uns trece sigls… sigl s… ¿Pr ¿Pr qué habrían de ser eterns ests bjets de papel impres? Cm ya dijims, que el sprte material desaparezca n significa que la escritura las prácticas de lectura mueran ni que sus interfaces pasen a mejr vida. Veams rápidamente ests cambis. El pas del rll de papir al códice de pergamin hace uns 2.000 añs significó ds cambis: una mdificación del sprte (de una trama de juncs a la piel) y un cambi de interfaz (de un text que se desenrllaba a un text que se hjeaba). Pr Pr tr lad, el pas del códice de pergamin al códice de papel en el sigl XIII n fue tan traumátic: cambió el sprte material per la interfaz siguió siend la misma. La llegada de la imprenta, revlucinaria baj tants aspects, apenas mdificó la interfaz de ls librs que se cpiaban a man a cmienzs del sigl XV. En la Bibliteca del Cngres de ls Estads Unids se encuentran expuests ds ejemplares enfrentads: pr un lad la Biblia de Gutenberg Gutenberg (una de las mejres edicines salidas de su imprenta), pr tr la Biblia Gigante de Mainz (manuscrita). Ambas fuern realizadas alrededr del 1450. Resulta cuant mens interesante ver cóm ls impresres hiciern td l psible para reprducir cn medis mecánics l que hasta ese mment se hacía a man. 5
Ambas bras se pueden cmparar en una aplicación multimedia dispnible en: http://mylc.gv/Exhibitins/Bibles/Interactives/html/index.html.
44 Carlos a. sColari
Siguiend cn esta rápida lectura histórica, ls actuales librs digitales reprducen en la pantalla interactiva el gest de “pasar página” prveniente de ls códices manuscrits nacids cn la era Cristiana, al mism tiemp que ls prgramas de videescritura se presentan en la pantalla baj la frma de un rll vertical sin slución de cntinuidad… Si ls sprtes materiales de la escritura pueden terminar en un muse, las interfaces nunca mueren: se transfrman y aparecen apa recen en trs sprtes (Sclari, 2004). Si trasladams este plante desde las interfaces a ls medis ns encntrams cn lógicas similares. Ls medis rara vez desaparecen: suelen adaptarse al nuev ecsistema para sbrevivir, pr ejempl adptand simuland ls rasgs pertinentes de ls recién llegads integrándse dentr del nuev medi (Sclari, 2008a, 2008b). Según Marshall McLuhan el cntenid de un nuev medi es siempre tr tr medi. El cine deglutió al teatr, la televisión al cine, la web a la televisión. Las apasinadas discusines que enfrentan a ls adalides de la memria de silici cntra ls defensres defensres de la memria vegetal deberían ser encuadradas dentr de una evlución histórica de larga duración. Más de un escriba se habrá querid tirar de la Pirámide de Keps cuand apareciern ls primers códices de pergamin, y mejr n pensar en las reaccines de ls cpistas medievales a la “nueva tecnlgía” inventada inve ntada pr Gutenberg Gutenb erg a mediads del sigl XV. XV. Ls sprtes materiales y las discusines pasan, las interfaces y ls prcess semiósics de prducción de sentid e interpretación, interpretación, quedan.
Bibliografía Tdas las webs han sid cnsultadas en marz de 2009. BARTHES, Rland (1981). Lezioni. Turín: Einaudi.
6
Ver ls sistemas cm Issu (http://issuu.cm) pensads para la web el prgrama Stanza (http://www.lexcycle.cm) diseñad para ls terminales móviles. Ambs simulan sbre las pantallas ls dispsitivs de navegación textual y la gestualidad típica de la lectura de librs.
Mientras Miro las viejas hojas. Una Mirada seMiótiCa sobre la MUerte del libro 45
BUSH, Vanneva Vannevarr (1945). (1945) . “As “As We May Think”, Thin k”, Atlantic Monthly, Juli. Dispnible en línea: http://www.theatlantic.cm/dc/194 http://www.theatlantic.cm/dc/194507/bush 507/bush CooVER, Rbert (1992). “The End f Bks”, The New Yrk Times, June 21. Dispnible en línea: http://www.nytimes.cm/bks/98/09/27/specials/cver-end.html ks/98/09/27/specials/cver-end.html Sól para p ara suscriptres. ECo, Umbert (1964). Apocalittici e integrati . Milán: Bmpiani. ______ (1979). Lector in Fabula. Milán: Bmpiani. ______ (1989). “Pstille a Il Nome de la Rosa”, apéndice de Il Nome de la Rosa. Milán: Bmpiani. ______ (1995). Conversation on Information, entrevista de P. P. Cppck. Cpp ck. Dispnible en línea: http://carbn.cudenver.edu/~mryder/itc_data/ ec/ec.html ______ (1996a). Le notizie sono troppe, imparate a decimarle, subito , entrevista de Paul Claessn y Kevin Billinghurst, Telema, vl. 4, pp. 14-18. ______ (1996b). From Internet to Gutenberg, cnferencia en la Italian Academy for Advanced Studies in America . Dispnible en línea: http://www.hf.ntnu.n/anv/Finnb/tekster/Ec/Internet.htm ______ (1997a). The World World According to Eco , entrevista de Lee Marshall, Wired 5 (03). Dispnible en línea: http://www.wired.cm/wired/archi ve/5.03/ff_ec_pr.html ______ (1997b). “The Future f the Bk”, en Nunberg, G. (ed.) The Future of the Book , Berkeley, University f Califrnia Press. ______ (2003). Vegetal and Mineral Memory: The Future of Books . Cnferencia Cnferencia en la nueva Bibliteca de Alejandría. Publicad pr Al Ahram Weekly Online, 665. Dispnible en línea: http://weekly.ahram. rg.eg/2003/665/b3.htm ______ (2007).“Umbert Ec, Avventure di un bibliófil”, La Stampa , 11 de may. Dispnible en línea: http://www.lastampa. it/_web/cmstp/tmplrubriche/Libri/grubrica.asp?ID_blg=54&ID_ articl=791&ID_sezine=81&sezine=News LANDoW LAN DoW,, Gerge (1992). (1992) . Hypertext: The Convergence of Contemporary Critical Theory and Technology . Baltimre: The Jhns Hpkins University Press. SCoLARI, SCoLARI, Carls (2004). Hacer Clic. Hacia una Sociosemiótica de las
46 Carlos a. sColari
Interacciones Digitales. Barcelna: Gedisa.
______ (2008a). Hipermediaciones. Elementos para una teoría de la comu nicación digital interactiva . Barcelna: Gedisa. ______ (2008b). “Hacia la hipertelevisión. Ls primers síntmas de una nueva cnfiguración del dispsitiv televisiv”, Diálogos de la Comunicación 77. Dispnible en línea: http://www.dialgsfelafacs.net/77/articul_resultad.php?v_idcdig=88=11 ______ (2009). “Digital Ec_lgy. Umbert Ec and a Semitic Apprach t Digital Cmmunicatin”, Information, Communication and Society , 12:1, p. 129-148. SCoLARI, Carls et al. (2008). Comunicació i dispositius mòbils a Catalunya: actors, continguts i tendències . Barcelna: Cnsell de l’Audivisual de Catalunya. Dispnible en línea: http://www.cac.cat/ pfw_files/cma/recerca/estudis_re pfw_files/cma/recerca/estudis_recerca/dispsitius_m cerca/dispsitius_m_bils.pdf _bils.pdf ZINNA, Alessandr (2004). Le interfacce degli oggetti di scrittura . Rma: Meltemi.
View more...
Comments