"Mientras miro las viejas hojas"

August 1, 2018 | Author: Carlos A. Scolari | Category: Codex, Books, Semiotics, Printing Press, Manuscript
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MIENTRAS MIRO LAS VIEJAS HOJAS. UNA MIRADA SEMIÓTICA SOBRE LA MUERTE DEL LIBRO Carlos A. Scolari

Un libr, tr más, sbre el fin del libr (y de ls trs medis). La Mdernidad se pne de pie sbre las espaldas de sus gigantes para cntabilizar cntabiliza r ls cadáveres cadáv eres que ha dejad su avance ava nce arrlladr. arrlladr. La planificación de la bslescencia. La Pstmdernidad, Pstmdernidad, una metamuerte en sí misma, extiende un certificad de defunción sbre la Mdernidad y sus muerts. Fin de ls grandes relats (Lytard), fin de la histria (Fukuyama), fin de la nvela (Mendza), fin del trabaj (Rifkin)… Ahra que el debate sbre l pstmdern fue desterrad de las tertulias intelectuales, sól ns queda un mntícul de cenizas que ls nuevs vients se encargarán de ir llevand pr ahí. Cada medi de cmunicación, antes  después, asiste a su prpi  velatri. El cine ha reflexinad, reflexinad, si n sbre su muerte, al a l mens sbre el final de una épca drada dnde este medi n tenía cntendientes en el univers de las imágenes en mvimient.  Nuovo Cinema  Paradiso (G. Trnat Trnatre, re, 1988) ns hacía revivir esa épca, ép ca, un períd perí d que terminaba cm ls librs de Ray Bradbury en  Fahrenheit 451: en medi de las llamas y cn lr a celulide quemad. A tds ls que ns gusta navegar pr las aguas semióticas llevams en nuestra retina tra imagen de librs quemándse: el incendi de la bibliteca en las últimas páginas de  El Nombre de la Rosa. De estas csas tan actuales hablarems en este artícul.

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1. La llegada de lo nuevo Cada vez que un “nuev medi” se integra al ecsistema de cmunicación se prducen de manera indefectible cierts mvimients  desplazamients teórics que se indican a cntinuación: 1) De frma casi autmática se generan mvimients culturales de rechaz  de aceptación acrítica de “l nuev”. El debate entre apcalíptics e integrads (Ec, 1964) alrededr de la televisión y la cultura de masas se repitió en ls añs nventa cn la web: frente a ls que ensalzarn l “nuev” de ls  new media ls defensres de ls old media se refugiarn detrás de una trinchera de vlúmenes para resistir un ataque que sól ells veían . Cualquier discurs cn pretensines de cientificidad debe clcarse más allá de la razón dualista que reduce td a psicines maniqueas. 2) El discurs manique algunas veces pretende ser superad a glpes de instrumentalism: el medi, según está versión, es sól un instrument neutr neutr que, dependiend de quién  cóm l utilice, puede tener efects psitivs  negativs. Esta lectura apresurada –basada en la vulgata mcluhaniana- es refutada pr el mism McLuhan: ls instruments creads creads pr ls humans, lejs de ser una dócil prótesis en sus mans, ls remdelan. Ls “nuevs medis” n sn ni buens ni mals, per es indudable que están refrmateand nuestra cgnición y muchs aspects de la vida cultural y scial. 3) Cada vez que aparece una nueva tecnlgía y se la pretende encuadrar teóricamente, se prducen trs ds mvimients que tienden a anularse mutuamente. Pr Pr un lad surgen ls investigadres acríticos discontinuistas cuy plante puede reducirse al siguiente pstulad: el “nuev medi” es tan revlucinari e innvadr que td el saber científic acumulad hasta ahra n puede ser aplicad; la salida, bviamente, se encntraría en ls siempre citads  y nunca explicitads “nuevs paradigmas” teórics. Pr tra parte, ls críticos continuistas sstienen que el “nuev medi” de “nuev” n tiene nada, y pr l tant se puede seguir trabajand cn ls mdels teórics y las metdlgías tradicinales. Se trata de seguir regand el prpi paradigma y seguir cmiend de sus magrs fruts (Sclari, 2008a).

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4) Cada discurs que ensalza la aparición de un “nuev medi” se cmplementa cn un discurs que extiende un certificad de defunción a un “viej “ viej medi”. Alguns predijern predijern la muerte del teatr pr la llegada del cine, la desaparición del cine pr la difusión de la radi y la televisión, la extinción extinción del libr pr culpa de la l a web. Cm se puede deducir a partir del párraf pár raf anterir, anterir, la histria de ls medis se repite, primer cm irrupción innvadra –la radi era un new media en la década del veinte, y la televisión l fue en ls cincuenta- y después cm velri. Alguns intelectuales sienten un especial placer en extender extender certificads de defunción a ls old media. Cm dice la primera línea de Fahrenheit  Fahrenheit 451 , “ it was a pleasure to burn ”.1

2. Libros + bibliotecas + incendios = Eco 2 Escribe Umbert Ec en las Apostillas  Apostill as al Nombre de la Rosa Rosa : “Quería un cieg que custdiase una bibliteca (me parecía una buena idea narrativa), y bibliteca más cieg sól puede dar Brges, también prque las deudas se pagan” (1989:515).  Mutatis mutandis , si hablams de incendis y librs, una figura se abre pas entre ls anaqueles de la bibliteca: el mism Umbert Ec. Tant su prducción teórica cm narrativa, sin lvidar su pasión cm bibliófil, l clcan cm referencia ineludible en el debate sbre el fin de libr. Recapitulems Recapitulems este recrrid. Rbert Cver abrió la discusión cn un artícul titulad The End of Books y publicad pr The New The New York Times en 1992:  El hipertexto es ciertamente un entorno nuevo y único. Los  artistas que trabajan en ese entorno deben ser leídos ahí. Y probablemente serán juzgados en ese mismo entorno: la crítica, al igual que la ficción, se está moviendo fuera  de la página (ff the page) para irse al nline , donde es susceptible de continuos cambios textuales y de estado. 1

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 Ver en Sclari et. al (2008) algunas reflexines reflexines en esta línea de análisis sbre la aparición de un “nuev medi”: ls dispsitivs móviles de cmunicación. Esta sección se basa en Sclari (2009).

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  Fluidez, contingencia, indeterminación, pluralismo,   discontinuidad son las claves del hipertexto, y se están convirtiendo rápidamente en principios, de la misma  manera que la relatividad relatividad hace no tanto tiempo desplazó a (Cver, 1992). 1992 ). la manzana cayéndose (Cver,

En ls cmienzs de la era digital parecía que tds ls texts texts se estaban mviend, m viend, cm decía dec ía Cver, Cver, “off the page”. Después de 500 añs de librs impress y 2.000 añs de pasar páginas cn la yema del ded la web afectó frmas muy radicadas de prducir y hacer circular el cncimient. En este cntext ls librs de Gutenberg, cm ls grandes depredadres del jurásic, parecían cndenads a la extinción. extinción. Umbert Ec n pdía quedar al margen de este debate. En 1994 rganizó en el Centro Internazionale di Studi Semiotici e Cognitivi (San Marin) un seminari titulad The Future of the Book que cnvcó a especialistas de td el mund. Cm resultad de este seminari, n pdía ser de tra frma, Geffrey Nunberg Nunberg publicó un libr titulad The Future of the Book (University f Califrnia Pr Press, ess, 1997). En este seminari Ec dejó caer aquellas que serían sus reflexines reflexines más destacadas sbre el fin del libr. Ec identificó una serie de núcles temátics en el discurs sbre el “fin del libr” y trató de ir más allá de las psicines maniqueas (nuev/viej, vida/muerte, pasad/futur, etc.). Escuchems l que Ec decía sbre el más imprtante dispsitiv para la transmisión cultural desde el sigl XV: Imágenes versus cultura alfabética

Las respnsabilidades y las tareas deben ser cuidadsamente balanceadas. Si para aprender idimas las cintas sn mejres que ls librs, cuidems ls casetes. Si una presentación de Chpin cn cmentaris en CD ayuda a que la gente entienda a Chpin, n ns precupems si n cmpran ls cinc vlúmenes de la histria de la música. Aunque fuera ciert que la cmunicación visual en la actualidad sbrepasa a la cmunicacin escrita, el prblema n es pner la cmunicación visual a la escrita. El prblema es cóm mejrarlas (Ec, 1997b).

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[…] Esty segur de que las nuevas tecnlgías vl verán bslets muchs tips de librs, cm las enciclpedias  ls manuales […] Ls librs seguirán siend indispensables n sól para la literatura, sin en cualquier circunstancia dnde se necesite leer cn cuidad, n sól recibiend infrmación sin también especuland y reflexinand sbre ella (Ec, 1997b).

Publicar versus comunicar

La gente puede cmunicar directamente sin la intermediación de las editriales. Mucha gente n quiere publicar; simplemente quieren cmunicarse entre sí. El hech de que en el futur l harán pr crre eletrónic  pr Internet será un gran benefici para ls librs, la cultura y el mercad de librs. Miren una librería. Hay demasiads librs (Ec, 1997b).

Cambio versus integración

En la histria de la cultura nunca alg ha simplemente matad tra csa. Alg ha cambiad tra csa […] Me parece que la psición real n es entre cmputadras  y librs,  entre escritura electrónica y escritura manual  impresa (Ec, 1997b).

En ls añs siguientes Ec siguió participand en el debate sbre el fin del libr en diferentes cnferencias y events, per ls fundaments de su discurs siguiern siend aquells presentads en San Marin en 1994. En una serie de entrevistas - A Conversation on Information (Ec, 1995b), Le notizie sono troppe, imparate a decimarle, subito (Ec, 1996a) y The World According to Eco (Ec, 1997a)- el destacad semiólg describió muchas circunstancias y experiencias persnales relativas al us de la cmputadra y la sbrecarga infrmativa ( information  information overflow ).  Antes, si yo necesitaba una bibliografía sobre Noruega y la  semiótica, iba a una biblioteca y probablemente encontraba 4 ítems. Tomaba notas y encontraba otras referencias bibliográficas. Ahora con Internet puedo tener 10.000  ítems. A estas alturas quedo paralizado. Tengo que elegir otro tema (Ec, 1995b).

Las primeras reflexines reflexines de Ec sbre las textualidades digitales estaban fcalizadas en ls CD-Rms, per la difusión de la Wrld

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 Wide Web enriqueció su discurs sbre la hipertextualidad. Según Ec la web puede ser cnsiderada un “sistema acéfal”, per al mism tiemp se pregunta “¿hasta qué punt este sistema permanece acéfal?”. La sbrecarga de infrmación en la red impndrá en algún mment la necesidad de un filtr, y llegads a ese punt “n sabrems qué puede pasar”. Ec prpnía establecer “filtrs prfesinales”, experts cualificads que trabajaran cm “asesres infrmativs”  “ gatekeepers” (1995).3 En 1996 Ec realiza una cnferencia en la   Italian Academy for  Advanced Studies in America. Su presentación – titulada  From Internet to Gutenberg (Ec, 1996b) – fue un increíble tour de force hipertextual que incluyó referencias a Platón, Prust, McLuhan, Gutenberg, Mallarmé, Queneau, Napleón, Descartes, Daguerre, Aquin,  Jyce, Saprta, Kant, Balestrini, Shakespeare, Debray, Allen, Tlstj, Dickinsn, etc. En esta cnferencia cnferencia Ec revisitó el cncept de “textualidad digital”, tal cm vlvería a hacerl uns añs más tarde durante su discurs en la recién inaugurada Bibliteca de Alejandría (Vegetal and Mineral Memory: The Future of Books, 2003). Tdas estas cnferencias e intervencines fuern cndimentadas cn las habituales perlas que caracterizan el discurs de Umbert Ec. Cm Marshall McLuhan, Ec psee una enrme capacidad para crear ptentes imágenes verbales de las transfrmacines y desafís culturales: Una catedral medieval era una especie de programa televisivo fijo y permanente que le decía a la gente todo lo indispensable para su vida cotidiana, como así también  para su salvación eterna (Ec, 1996b). Si McLuhan estuviera todavía entre nosotros, sería el Gutenberg strikes   primero en escribir algo así como ‘ Gutenberg back’. Por Por cierto, una computadora co mputadora es un instrumento inst rumento que 3

Cincuenta añs antes de Umbert Ec el piner de la hipertextualidad  Vannevar  Vannevar Bush Bu sh prpnía la figura fig ura del “ trail blazer ”, un expert en la navegación de la infrmación: “hay una nueva prfesión, la de ls trail blazers, aquells que se deleitan en la tarea de establecer recrrids útiles a través de la enrme masa de archivs” (Bush, 1945).

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 nos permite crear y editar imágenes, cuyas instrucciones   son introducidas por medio de iconos; pero también es cierto que la computadora se ha convertido, ante todo, en  un instrumento alfabético (Ec, 1996b).   La WWW es la Abuela de Todos los Hipertextos, una biblioteca mundial donde uno puede, o podrá dentro de  poco tiempo, tener acceso a todos los libros que desee. La web es el sistema general de todos los hipertextos existentes (Ec, 1996b). Tenemos tres tipos de memoria. La primera es orgánica, es la memoria de carne y sangre (flesh and blood)  administrada por nuestro cerebro. La segunda es mineral.   En este sentido la humanidad ha conocido dos tipos de  memoria mineral: hace algunos milenios era la memoria  representada por las tablas de arcilla y los obeliscos, muy conocidos en este país (Egipto, N.d.T.), donde la gente   grababa sus textos. Sin embargo, el segundo tipo de  memoria mineral es la actual, la de nuestras computadoras basadas en el silicio. También hemos conocido otro tipo de  memoria, la vegetal, representada en los primeros papiros, también muy conocida en este país, y los libros, hechos de  papel […] Este lugar (la Biblioteca Alejandrina, N.d.T.)  ha estado en el pasado y lo estará en el futuro destinado a la conservación de libros; por lo tanto es y será un templo  de la memoria vegetal (Ec, 2003).  Inclusive si se imprime en papel ácido moderno, un libro  dura unos 70 años más o menos, pero siempre siempre es más que  un soporte magnético. Es más, ellos no sufren por los cortes eléctricos ni las caídas de tensión, y son más resistentes a las descargas (Ec, 2003).   Por favor recuerden que tanto los hebreos como las  primeras civilizaciones árabes estaban basadas en un libro,  y esto no es independiente del hecho de que ambas fueran civilizaciones nómades. Los antiguos egipcios pudieron  grabar sus textos en obeliscos de piedra; Moisés y Mahoma   no pudieron. Si uno quiere cruzar el Mar Rojo, o ir  desde la península arábiga hasta España, un rollo es un

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 instrumento más práctico que un obelisco para registrar y transportar la Biblia o el Corán (Ec, 2003).  Después de haber pasado doce horas en una computadora,   mis ojos quedan como dos pelotas de tenis, y siento la   necesidad de sentarme confortablemente en un sillón  y leer el diario, o quizás un buen poema. Creo que las computadoras están difundiendo un nuevo tipo de   alfabetismo, pero son incapaces de satisfacer todas las   necesidades intelectuales que ellas mismas estimulan (Ec, 2003).

Para cncluir esta sección, pdems decir que la visión de Umbert Ec sbre el futur del libr n se aleja demasiad de las cncepcines de Marshall McLuhan y trs miembrs de la llamada Escuela de Trnt (Harld Innis, Derrick de Kerkhve, Rbert Lgan). Cm hems vist, Ec cnsidera que ls librs n desaparecerán: simplemente están redefiniend su lugar en el sistema de medis. Si bien en la actualidad “el cncept de alfabetism cmprende muchs medis”, el libr es tdavía “el más ecnómic, flexible, lava-y-list sistema para transprtar infrmación a muy baj cst” (1997b). El libr n ha muert, larga vida a la memria vegetal.

3. Soportes, semiosis e interfaces ¿Cuál Ec se interesa pr el fin del libr? ¿El prfesr de semiótica de Blña  el bibliófil empedernid? En tras palabras: p alabras: ¿Debe la semiótica cuparse del fin del libr? ¿Entra dentr de su mirada científica la desaparición de un sprte material? ¿Debe la semiótica extender su análisis hacia el sprte material  está limitada al estudi de ls prcess semiósics de prducción e interpretación de significads? Esbz una primera hipótesis: el bibliófil se interesa pr el b jet-libr, el semiótic pr ls sistemas de significación que se expresan en sus páginas y ls crrespndientes prcess de prducción/ recncimient de sentids que desencadenan. Explica Ec en su  Lectio magistralis durante la Feria del Libr de Turín del 2007:

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Claro que hay bibliófilos que […] incluso leen los libros  que acumulan. Pero para leer tantos libros hay que ser un  ratón de biblioteca. El bibliófilo, en cambio, si bien está   atento al contenido, quiere el objeto, y si es posible que  sea el primero que salió de la imprenta. imprenta. Existen bibliófilos,  que yo no apruebo pero comprendo, que si tienen un libro con las páginas pegadas no las separan para no violar el objeto que han conquistado. Cortar las páginas de un libro  raro sería como si un coleccionista de relojes rompiera la caja para ver el mecanismo (Ec, 2007).

El bibliófil practica el cult del sprte rgánic, es incapaz de maltratar un vlumen, se esmera pr mantenerl en vida y nunca se le curriría subrayar una frase. El semiótic, pr el cntrari, desarrlla una mirada cn rays X dnde el sprte tiende a desaparecer y se fija en la estructura ósea del corpus textual. Cuand i n Fabula Fabula (1979) el Ec-semiólg analiza Sylvie de Nerval en Lector in n ns dice nada del ejemplar impres sbre el cual está traba  jand. N sabems si era un ejemplar  hardcover  de blsill, si estaba subrayad cn lápiz  antad en sus márgenes cn tinta. Esta aprximación semiótica que ignra al sprte se cnvierte en el gest especular del Ec-bibliófil, el cual c ual se deleita en  El Nombre pá ginas  de la Rosa describiend cn luj de detalles el estad de las páginas de un manuscrit del sigl XII (per sin entrar a analizar su dispdisp sitiv de significación).  Vlvams a nuestr debate sbre el fin de libr. Si el libr desaparece en tant sprte rgánic de la escritura, la prfesión (que es también pasión) del bibliófil se extinguirá de a pc, hasta que quede desfigurada  absrbida ttalmente pr la del arqueólg. Es sól una cuestión de tiemp: ls bibliófils se cupan de incunables  y ls arqueólgs de papirs. Al César l que es del César. Per si el libr muere, el lenguaje verbal e icónic que se expresa en sus páginas de papel n se irá cn él: encntrará trs sprtes para expresarse. El semiólg, desde esta perspectiva, tiene su futur prfesinal (y pasinal) asegurad. Siempre habrá textualidades minerales, vegetales  digitales para analizar: si n sn ls librs, ns cuparems de ls texts que aparecen en algunas de las pantallas que ns rdean.

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¿Es psible cruzar estas ds tradicines, la del bibliófil (que se centra en el sprte material y descarta el cntenid) y la del semiólg (que se reserva para sí el estudi de ls sistemas semiótics, más allá de la materia en que se expresen)? Cre Cre que sí. El punt de encuentr sería una semiótica de las interfaces (Sclari, 2004), en este cas una semiótica especializada en las interfaces de la escritura cm aquella desarrllada pr Alessandr Zinna en Le interfacce degli oggetti di scrittura (2004). Si las interfaces sn semitizadas, es decir, analizadas en tant dispsitivs que también hacen su aprte en la cnstrucción del significad, entnces esa zna vacía que queda entre el sprte y el text cmienza a cmpletarse. En tras palabras: si cnsiderams a las interfaces cm un dispsitiv de significación, es psible juntar alrededr de una misma mesa la tradición bibliófila de ls estudis de ls sprtes materiales de la escritura y la tradición semiótica. Este festín imaginari, dnde estarían invitads investigadres cm Guglielm Cavall, Rger Chartier, Lucien Febvre y Henri Jean Martín, se pdría cmpletar cn l más granad de la escuela semiótica textual, pr ejempl Algirdas Greimas, Elise Verón, Mijail Bajtín y Jurij Ltman. Umbert Ec, pr su triple cndición de bibliófil, semiólg e italian, debería presidir el event cupand el lugar del capotavolo. Enfrente a Ec, en el tr extrem de la mesa, una silla debería estar reservada a Rland Barthes. ¿Pr qué n sentar a Barthes junt a Greimas, Verón, Bajtín  Ltman? Al final de ls añs 60, después de recger el guante semilógic que ls discípuls de Saussure habían dejad caer en el 1916, Rland Rland Barthes fue recnfigurand sus ideas de l que era un text, text, un autr  una interpretación. Este últim Barthes, tan amad pr la escuela decnstruccinista e hipertextual (Landw, 1992), se fue acercand a la práctica de la escritura, sbre td después de 4

Si bien existen numersas definicines de /interfaz/, cada una de las cuales reenvía a una metáfra (interfaz cm instrument, cm cnversación, cm superficie, etc.), la mejr de tdas ellas es la que cnsidera a la interfaz cm “el espaci de la interacción”. En ese “espaci” pasan csas, se cruzan estrategias de diseñ/us y se negcian (y vilan) cntrats de interacción (Sclari, 2004).

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su experiencia en Japón. Si en   L’Empire des Signes (1970) Barthes reflexinaba sbre la escritura idegráfica japnesa y el gest del pincel deslizándse sbre la superficie del papel, en 1977 abrió la lección inaugural al Collège de France ssteniend que la literatura, más que un corpus de bras, es “el cmplej gráfic de las huellas de una práctica: la práctica de la escritura” (Barthes, 1981: 11). Es ahí, en el papel tdavía húmed pr el pas del pincel, en la superficie  vegetal marcada pr ls tips de plm entintads, en la pantalla plana de las máquinas digitales, dnde la semiótica de las interfaces de la escritura cnstruye su corpus y encuentra su mtiv de ser. Per ns vlvims a alejar del tema de este artícul: ¿Desaparecen ls librs? Es muy prbable. Las tablas de arcilla durarn varis milenis, ls papirs sbreviviern tr tant, ls códices de pergamin tuviern su mment de glria glri a durante uns trece sigls… sigl s… ¿Pr ¿Pr qué habrían de ser eterns ests bjets de papel impres? Cm ya dijims, que el sprte material desaparezca n significa que la escritura  las prácticas de lectura mueran ni que sus interfaces pasen a mejr vida.  Veams rápidamente ests cambis. El pas del rll de papir al códice de pergamin hace uns 2.000 añs significó ds cambis: una mdificación del sprte (de una trama de juncs a la piel) y un cambi de interfaz (de un text que se desenrllaba a un text que se hjeaba). Pr Pr tr lad, el pas del códice de pergamin al códice de papel en el sigl XIII n fue tan traumátic: cambió el sprte material per la interfaz siguió siend la misma. La llegada de la imprenta, revlucinaria baj tants aspects, apenas mdificó la interfaz de ls librs que se cpiaban a man a cmienzs del sigl XV. En la Bibliteca del Cngres de ls Estads Unids se encuentran expuests ds ejemplares enfrentads: pr un lad la Biblia de Gutenberg Gutenberg (una de las mejres edicines salidas de su imprenta), pr tr la Biblia Gigante de Mainz (manuscrita). Ambas fuern realizadas alrededr del 1450. Resulta cuant mens interesante ver cóm ls impresres hiciern td l psible para reprducir cn medis mecánics l que hasta ese mment se hacía a man.  5

 Ambas bras se pueden cmparar en una aplicación multimedia dispnible en: http://mylc.gv/Exhibitins/Bibles/Interactives/html/index.html.

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Siguiend cn esta rápida lectura histórica, ls actuales librs digitales reprducen en la pantalla interactiva el gest de “pasar página” prveniente de ls códices manuscrits nacids cn la era Cristiana, al mism tiemp que ls prgramas de videescritura se presentan en la pantalla baj la frma de un rll vertical sin slución de cntinuidad… Si ls sprtes materiales de la escritura pueden terminar en un muse, las interfaces nunca mueren: se transfrman y aparecen apa recen en trs sprtes (Sclari, 2004). Si trasladams este plante desde las interfaces a ls medis ns encntrams cn lógicas similares. Ls medis rara vez desaparecen: suelen adaptarse al nuev ecsistema para sbrevivir, pr ejempl adptand  simuland ls rasgs pertinentes de ls recién llegads  integrándse dentr del nuev medi (Sclari, 2008a, 2008b). Según Marshall McLuhan el cntenid de un nuev medi es siempre tr tr medi. El cine deglutió al teatr, la televisión al cine, la web a la televisión. Las apasinadas discusines que enfrentan a ls adalides de la memria de silici cntra ls defensres defensres de la memria vegetal deberían ser encuadradas dentr de una evlución histórica de larga duración. Más de un escriba se habrá querid tirar de la Pirámide de Keps cuand apareciern ls primers códices de pergamin, y mejr n pensar en las reaccines de ls cpistas medievales a la “nueva tecnlgía” inventada inve ntada pr Gutenberg Gutenb erg a mediads del sigl XV. XV. Ls sprtes materiales y las discusines pasan, las interfaces y ls prcess semiósics de prducción de sentid e interpretación, interpretación, quedan.

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  Ver ls sistemas cm Issu (http://issuu.cm) pensads para la web  el prgrama Stanza (http://www.lexcycle.cm) diseñad para ls terminales móviles. Ambs simulan sbre las pantallas ls dispsitivs de navegación textual y la gestualidad típica de la lectura de librs.

Mientras Miro las viejas hojas. Una Mirada seMiótiCa sobre la MUerte del libro 45

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