Descripción: "MENSAJES DESDE EL RETIRO DE SAINT GERMAIN" Patricia Kirmond 226 Páginas...
Titulo original: MESSAGES FROM HEAVEN Amazing insights on Life After Death, Life’s Purpose and Earth’s Future By Patricia Kirmond Copyright© 1984, 1987 SUMMIT UNIVERSITY PRESS All Rights Reserved P.O. Box 5000, 1 East Gate Road, Gardiner, Montana 590305000, U.S.A. (Tel:406-848-9500 Fax: 406-848-9555 - Email:
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Copyright de la imagen que aparece en la portada: © 2001 Marius Michael-George. Impreso en España por Romanyà/Valls S. A. Printed in Spain
Índice de Capítulos Introducción 1 Nuestra historia 2 Los primeros mensajes 3 La experiencia de la transición 4 Continúan los primeros mensajes 5 El retiro de un Maestro 6 El elixir mágico 7 Encuentro con los Maestros 8 Karma y reencarnación: lecciones de vidas pasadas 9 El darma 10 Resolver la psicología personal 11 Escoge la vida, no la muerte 12 Trabajar con los niños y jóvenes 13 Condiciones sociales en el planeta Tierra 14 El estado del planeta a medida que nos acercamos al año 2000 15 Creación de comunidades espirituales 16 Convertirse en alquimista 17 La justicia Divina 18 Trabajar con el plano astral 19 El sendero espiritual 20 Enseñanzas sobre el sendero
Conclusión Otros títulos
¿Cómo es el cielo? Un alma de un ser que acaba de fallecer nos cuenta desde el cielo sus impresionantes experiencias en el otro lado. Este autor invisible explica cual es el verdadero propósito de la vida y nos recomienda que obtengamos el máximo provecho de nuestra estancia en la Tierra. El retiro etérico está formado por ciudades celestiales que no sufren de limitaciones de tiempo ni de espacio como ocurre en la Tierra. Los que residimos en el reino etérico, tenemos que llevar a cabo ciertas tareas, con frecuencia a favor del planeta Tierra o de otros sistemas donde hay vida. Asistimos a clases y tenemos lecciones que aprender. Disponemos de música, bibliotecas, salas de reuniones, lugares de oración y otras cosas. El reino etérico bulle de actividad… Cuanto más tiempo paso en el retiro de Saint Germain, más difícil me resulta expresar con palabras su increíble talla espiritual. La preocupación que tiene por su rebaño rebasa con mucho cuanto uno pueda imaginar sobre la compasión o el amor de padre. Este libro completara la tarea que se me encomendó por orden y con el permiso de los maestros ascendidos. Esta historia real de la vida de un alma después de la muerte cambiará tu manera de mirar la vida… y la muerte
Introducción Ésta es la historia de las extraordinarias e inesperadas comunicaciones que tuvieron lugar entre mi esposo y nosotros, su familia, desde su transición al mundo celestial en abril de 1995. Durante tres años nuestra familia asistió al crecimiento del alma de mi marido mientras él estudiaba con los maestros ascendidos en sus universidades del espíritu y en las ciudades celestiales. En el transcurso de ese periodo, nos comunico muchas de las verdades que allí aprender. Lo más sorprendente y “emocionante” es que los conocimientos espirituales que compartió con nosotros sobrepasan todo cuanto él mismo fue capaz de comprender mientras estaba en este plano físico, aportándonos un atisbo del cielo jamás conocido anteriormente. Por la gracia de Dios, se le permitió responder a muchas de nuestras preguntas y aportarnos valiosas percepciones de la vida del más allá. También nos enseño la manera en que hay que vivir mientras estamos en la Tierra a fin de alcanzar niveles superiores de espiritualidad a medida que proseguimos nuestro periplo hacia el cielo. Nos alerto acerca de lo que va a sucederle a la Tierra y del escaso tiempo que nos queda para impedir el cumplimiento de los peores presagios profetizados. Asimismo, nos reveló la importancia del servicio y el modo en que su ardiente deseo de ponerse al servicio del prójimo –hombres y mujeres- a lo largo de su vida, le ayudó a equilibrar algunos de los errores que había cometido. Esta dedicación al servicio fue lo que el ayudó a estudiar en el retiro etérico (1) en el que se halla en el momento en que escribió estas líneas.
Pese a la emoción que sentimos a raíz de la recepción de estos mensajes, no ha sido tarea fácil elaborar este libro. Abarca los recuerdos del momento más triste de mi vida: cuando el que fue mi esposo durante cincuenta años inesperadamente hizo su transición a un reino más elevado. En un principio, pensaba que estaba soportando bien el doloroso proceso, pero cuando empecé a revivir los días y las horas anteriores a su muerte mientras preparaba la redacción de la primera parte del libro, no pude impedir que me abrumara una gran tristeza. Las lágrimas manaban de mis ojos al revivir los recuerdos que, aún hoy día, me resultan difíciles de revisar. Sin embargo, me siento agradecida por la oportunidad de poder compartir estos mensajes con todos cuantos lean este libro. Resulto muy emocionante recibir estas comunicaciones: algo así como cuando un pariente viaja a rincones exóticos del planeta y esperas con ansia recibir sus postales y cartas para conocer los detalles del viaje. No obstante, en este caso, al tratarse de una comunicación de dos direcciones, más bien se parecería a una serie de llamadas telefónicas de larga distancia, o a llevar un audífono en el oído a través del cual te llegan instrucciones personales que nadie más puede oír. Durante el tiempo que transcurrió, a nuestra familia se le permitió hacer una serie de preguntas, algunas de las cuales fueron respondidas por mi esposo y otras no, alegando que no se le permitía comentarlas. En ocasiones, la respuesta fue en forma de silencio. Con frecuencia, empezaba diciéndonos: “Hoy me gustaría hablaros del capullo de la rosa”, seguido de una extensa explicación acerca de la apertura y expansión de nuestro corazón al que comparaba con una rosa, o de alguna otra exposición sobre un tema igualmente profundo.
A menudo, solía hablarnos acerca de las condiciones del mundo y de su preocupación por la Tierra, y le entristecía que la gente sintiera más curiosidad por saber cómo era el lugar donde se hallaba, que en intentar salvar el planeta o en recibir enseñanzas que les ayudaran a crecer espiritualmente.
(1) Los retiros etéricos son ciudades de luz que existen en la dimensión superior de la materia, llamada plano etérico. Éste “se experimenta a través de los sentidos del alma en una dimensión y una conciencia más allá de la conciencia física”. Saint Germain: Alquimia1. Formulas para la autotransformación, recopilado por Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet (próxima publicación de PORCIA EDICIONES, S.L.). Mensajes desde el retiro de Saint Germain constituye una paulatina revelación de estos mensajes. Empezaron inmediatamente después del fallecimiento de mi esposo en abril de 1995 y continuaron hasta abril de 1998. En un principio Summit University Press los publicó en una serie de tres libritos titulada A special dispensation (Una dispensación especial). Durante aquellos tres años se divulgó un gran caudal de conocimientos espirituales para nuestro asombro, y digo esto porque, si bien mi esposo había sido un hombre religioso y con un gran amor a Dios, también era practico y poco dado a especulaciones, es decir, nadie de quien se pudieran esperar enseñanzas avanzadas una vez abandonado este plano. Durante su vida en la Tierra había tenido un maravilloso sentido del humor y solía bromear acerca de nuestras ideas y creencias que consideraba muy poco espirituales.
Al principio, solíamos recibir mensajes y comentarios breves. Creímos que nuestra comunicación duraría poco tiempo mientras mi esposo se hallara en transición, por así decir. Nunca dudamos de que fuera él, dado que su personalidad era evidente en todo cuando decía. Sin embargo, aunque oírle nos producía una gran emoción, nos preocupaba que fuera lícito comunicarse con nosotros de aquella forma. En varias ocasiones, nuestra hija, que siempre se había mostrado muy protectora hacia su padre, le preguntó: “Papá, ¿estás seguro que es correcto que nos hables de este modo?”. Aunque mi esposo era católico, aceptaba la idea de la reencarnación. Asimismo, pertenecía a la “Fraternidad de los Guardianes de la Llama”, una organización que ha hecho la promesa de mantener la Llama de la Vida en la Tierra. Por mi parte pertenezco a una iglesia no sectaria que adopta las enseñanzas místicas de las religiones más importantes del mundo. La fundaron los santos de Oriente y Occidente, conocidos como maestros ascendidos que, como Elías y Jesús, ya son uno con Dios y habitan en los reinos superiores por toda la eternidad. Reciben el nombre de la Gran Hermandad Blanca, no por ninguna implicación racial, sino porque sus auras purificadas son blancas. E imparten sus enseñanzas al mundo a través de una persona especialmente preparada llamada “mensajero”. Al recibir cada vez más información de mi esposo, le pregunté sobre ello a la mensajera. Se sorprendió de que la comunicación continuara, de modo que consultó con los maestros ascendidos. Éstos le dijeron que mi esposo gozaba de una dispensación especial para poder hablarnos desde el mundo celestial a causa de los grandes desafíos que el planeta afrontará hasta el año
2002 y más adelante, y la grave situación con la que nos enfrentamos. Rara vez se concede un permiso de este tipo a un alma no ascendida, porque hasta que no está totalmente ascendida, es muy fácil que el error se deslice en sus comunicaciones. La mayoría de los “mensajes” de los que normalmente se oye hablar proceden del plano astral (o inferior) o de niveles más bajos de los mundos celestiales. Las escrituras nos alertan contra esta clase de comunicación porque suele proceder de un nivel aún no perfeccionado donde todavía habita el error. Una vez que un alma ha ascendido, su conciencia, si bien sigue siendo individual, participa plenamente de la conciencia de Dios y se comunica desde tal nivel. Es probable que nuestra familia nunca llegue a conocer el motivo de dicho permiso o dispensación hasta que nosotros mismos no hayamos llegado a planos superiores. Pero, a partir de lo poco que se nos ha dicho, creemos que un motivo para sus receptores desde este lado puede ser que siempre hemos orado por el discernimiento del alma y nunca hemos estado involucrados en ningún nivel de comunicación paranormal o astral. Asimismo, nuestras almas siempre han estado unidas por un lazo muy fuerte. Imagino, que desde el punto de los maestros ascendidos, valió la pena arriesgarse. Debían confiar en que alguien que hacía tan poco que había estado entre nosotros podría explicar con mayor facilidad a la gente la verdad acerca de la situación desesperada que vive el planeta. Si bien este tipo de comunicaciones resultan emocionantes y los amigos piensan, a menudo, que constituye una experiencia
maravillosa y que, gracias a ella, yo no debería sentirme tan sola, he de confesar que, como cualquier esposa, hecho mucho de menos a mi marido. Mientras se vive en el plano físico nada puede sustituir la presencia física de un ser amado. Todos los que han perdido a un ser querido lo saben. Ello no obstante, dicha dispensación constituyó una experiencia maravillosa y enriquecedora para toda nuestra familia. Aprender acerca del mundo celestial más de lo que jamás hayamos conocido y ver confirmados hechos que sabíamos ciertos es una gran recompensa. Pero saber que el alma de mi esposo está aprendiendo y creciendo a un ritmo tan acelerado es la recompensa mayor de todas. En verdad, nuestra copa rebosó y nuestra gratitud al Dios Padre/Madre es infinita.
1 Nuestra historia La primavera asomaba por debajo de la espesa capa blanca de un invierno en las Montañas Rocosas el día en que llevamos a toda prisa a mi esposo al hospital, distante de nuestra casa dos horas y media en auto. Aquella mañana íbamos a ver a su medico, una visita muy esperada porque el doctor había estado dos semanas fuera de la ciudad y andábamos algo preocupados por la salud de mi marido. A primeros del mes había permanecido ingresado en el hospital debido a una neumonía. Finalmente lo enviaron a casa pero con
ayuda de oxígeno que debía utilizar durante diez días, transcurridos los cuales debería hallarse recuperado. Sin embargo, habían pasado tres semanas y seguía dependiendo del oxígeno. Empezábamos a preguntarnos si el medico lo ingresaría de nuevo, con la esperanza de que no fuera necesario. Sumidos en tal estado de aturdimiento, llegó el cumpleaños de mi marido y nuestra hija venía en avión para celebrarlo con nosotros. ¡Ya era un joven de ochenta primaveras! Ni siquiera el médico podía creer que tuviera esa edad, pues era un hombre tan activo y mentalmente tan despierto y agudo que parecía mucho más joven de lo que era. Después de examinar la radiografía de los pulmones, el doctor se alarmó muchísimo y nos envió directamente al hospital donde contaban con el mejor equipo medico del estado. Nos desviamos un tanto para recoger a nuestra hija en el aeropuerto y salimos hacia nuestro destino. Una vez ingresado, los doctores le aseguraron que se trataba de una situación perfectamente controlable, con lo que todos respiramos algo más tranquilos. Bastaba con averiguar el tipo de bacteria o virus que causaba la infección pulmonar y prescribir el antibiótico adecuado. Y dado que había tres especialistas del pulmón dedicados al caso, nos quedamos tranquilos y confiamos en que todo iría bien. Mi esposo pareció mejorar tanto cuando mi hija le explicó que le había hecho un pastel de cumpleaños y que lo había traído consigo en el avión, que incluso consintió en comer un pedazo. Así que organizamos una pequeña celebración en la habitación del hospital. El hasta abrió unos regalos que mi hija había comprado de su parte y también
de la mía, porque con la enfermedad, apenas me había sido posible salir. Después de la fiesta de cumpleaños, se había recuperado de tal modo que el médico nos dio permiso a mi hija y a mí para volver a casa a pasar la noche, y así cerrarla y recoger algunas cosas para nuestra estancia en un motel cercano al hospital. Al volver al día siguiente, mi esposo se quejó de la cantidad de pruebas a las que le había sometido y, además, se sentía molesto por un extraño sueño que habían tenido la noche anterior. Soñó que había muerto y que cuando intentaba ponerse en contacto con nosotras, no le oíamos, cosa que el hacia sentirse frustrado porque sentía la necesidad de comunicarnos algo. No nos tomamos en serio el sueño, decididas a no permitir que ningún pensamiento negativo nos influyera; asimismo, nos tranquilizó el optimismo del medico y, con tanto trajín, nos olvidamos de ese sueño. No fue hasta que comencé este libro, que lo recordé y comprendí su importancia. Empezamos con la rutina del motel y del hospital. Los médicos se mostraban muy optimistas. Al cabo de varios días, nuestra hija volvió a su casa y a su trabajo puesto que había dejado pendientes importantes compromisos a los que no parecía necesario tener que faltar. Diez días más tarde, fui a casa para recoger el correo y otras cosas. Al volver al hospital, encontré a mi marido sentado en una silla y un tanto enfadado porque había tardado tanto. Le entregue el correo, lo abrió y pidió el talonario para extender algunos cheques con los que pagar unas facturas. A continuación dimos un paseo por los corredores, que aprovechó para saludar alegremente con la mano a las enfermeras con las que nos cruzábamos. Para entonces le habían reducido su dosis de oxígeno al mínimo, y ello le hizo
pensar que pronto se lo quitarían. Hablamos de cuándo le dejarían volver a su casa y comentamos que probablemente sería en unos pocos días. Aquello ocurrió en viernes, el día más favorable desde que había ingresado en el hospital. El mismo día por la noche, no obstante, empezó a tener muchos escalofríos y fiebre, a partir de lo cual fue de mal en peor. Me sorprendió aquel cambio cuando todo parecía ir tan bien y hasta me pregunté si no le habría atacado una nueva infección contraída en el mismo hospital. Llamé por teléfono a nuestra hija, que llegó en avión al día siguiente. Me pase toda la noche en la habitación del hospital con la esperanza de serle de alguna ayuda, mientras su cuerpo, ora hervía de fiebre, ora se estremecía por los escalofríos. Por primera vez empezó a preocuparse y a preguntarse si lo superaría. Los médicos, por su parte, se afanaban por encontrar el antibiótico adecuado para aquella nueva infección. El sábado por la noche pareció mejorar un poco. Nos animó saber que los temblores y la fiebre habían aminorado. Alrededor de la medianoche volvimos al motel con la esperanza de poder descansar bien. Mi hija se durmió a los pocos minutos, pero yo sentí que a pesar de mi cansancio, debía rezar antes unas oraciones silenciosas de curación por mi marido. Entre en el cuarto de baño para no molestar a mi hija, eché mano de mi libro (tengo una gruesa carpeta llena de oraciones para cada situación) y me dejé llevar para saber cuál era la oración adecuada en ese momento. Cuando observé la pauta que marcaban, de repente recordé que una amiga me había hablado de un nuevo ritual llamado “recuperación del alma”, celebrado recientemente en nuestra iglesia. Advertí que tenía
ante mí las mismas oraciones que se habían utilizado en aquel servicio. Lo único que sabía de la recuperación del alma era su importancia para la curación de ésta porque, cuando nuestras almas sufren experiencias traumáticas, se quebrantan y quedan fragmentadas en pedazos, lo que comporta que algunas partes se pierdan. Para recuperar nuestra integridad necesitamos recobrar las porciones perdidas y devolverlas al alma. En este proceso, la recuperación actúa como un imán que atrae los mencionados fragmentos. No tenía idea de si aquello ayudaría o no a mi esposo, pero tuve una sensación tan fuerte de que Dios deseaba que lo hiciera, asi que proseguí. Me dejé guiar en la elección de las oraciones y pedí a Dios que le sanara. Estuve rezando unas dos horas. Mientras oraba, empecé a notar una sensación ardiente en el centro del pecho que poco a poco fue invadiendo todo mi organismo hasta sentir como si todo mi cuerpo ardiera en llamas. Me aterroricé hasta el extremo de pensar si no ardería como en los casos de combustión espontánea sobre los que había leído algo. Pero, al mismo tiempo, me eché a reír por haber tenido semejante pensamiento. Acabé de rezar alrededor de las dos de la madrugada y volví a la cama. El ardor de mi cuerpo me calentaba como si tuviera una manta eléctrica encima; pensé que aquello debía indicar que mi marido sanaba y me dormí. A las dos horas nos despertó el teléfono y nos dijeron que los pulmones de mi esposo empezaban a no responder y que lo trasladaban a la unidad de cuidados intensivos. Nos vestimos y corrimos al hospital.
Cuando finalmente nos permitieron verle en la uci, parecía haber mejorado gracias a los diversos tratamientos. A la mañana siguiente estaba mucho mejor, de modo que pensó que no le mantendrían en la uci. Se trataba de un servicio muy caro, y dado que se hallaba muy recuperado, concluyó, no era justificable seguir teniéndole allí. Hacia el final de su día su estado volvió a empeorar. Los médicos decidieron administrarle respiración asistida convencidos de que, de a poco, la medicación surtiría su efecto. Sin embargo, ya no volvió a recuperar la conciencia. Mi yerno y otros miembros de la familia llegaron demasiado tarde para poder hablar con él, pero estuvieron con nosotros en el momento en que realmente los necesitábamos. Llegó un sacerdote y el administró los últimos sacramentos. También acudió un ministro de mi iglesia y se ofreció a ayudar en lo que pudiera. Después de haber agotado hasta el último aliento para ayudar a mi esposo, salimos a comer. Mientras estaba sentada en el restaurante, sentí un frió estremecimiento recorriendo todo mi cuerpo. No dije nada a nadie y me pregunté lo que podría significar, aunque creo que, en el fondo, lo sabía perfectamente. Al hacer una breve parada en el motel antes de volver al hospital, encontramos un mensaje diciendo que acudiéramos inmediatamente a la uci. Entonces supe el significado del escalofrío. Deseábamos recitar algunas oraciones en vos alta para ayudar a mi esposo en su transición de este mundo al otro, pero no se nos ocurría cómo podíamos hacerlo en aquel reducido cubículo de la uci sin molestar a los demás pacientes. Cuando llegamos, un joven muy amable nos informó de que los otros dos enfermos habían sido trasladados a otra sección y que en aquella ala sólo
quedaba mi marido. Eso significaba que podíamos quedarnos con él tanto tiempo como necesitáramos. Al entrar en el cubículo de mi esposo, me llegó un agradable aroma de perfume, como de flores. Se me ocurrió que quizá la enfermera había rociado el ambiente con algo, como una atención por su parte. De repente, me pregunté si quizá pudo haberlo dejado la Madre María. Había oído decir que algunas veces la gente huele a rosas cuando ella entra en una habitación. Al comentarlo más tarde, mi hija confirmó que ella también lo había sentido, aunque otras dos personas que estaban con nosotros no lo habían notado. Mi esposo había sido un gran devoto de la Virgen bendita. De hecho, mientras permaneció en el hospital, le dedicó una novena de rosarios. Durante mucho tiempo no pude olvidar la imagen del rosario sobre la mesilla de noche. No era lujoso, sino uno corriente de color marrón que le habían dado en el ejército, el tipo de rosario que un soldado se lleva de campaña. Permanecimos reunidos alrededor de su cama unos cuarenta minutos mientras orábamos para liberarle de su ya inútil cuerpo. Cuando acabamos el servicio y estábamos entonando un canto a la Madre María, oímos la voz de mi esposo que decía: “Menuda despedida me habéis ofrecido”. Nos embargo una emoción tan intensa que fuimos incapaces de decir una sola palabra mientras los ojos se nos llenaban de lágrimas. Entraron unas enfermeras en la uci acompañando a nuevos pacientes. Nos despedimos y salimos. Pensamos que probablemente se había permitido a mi esposo que dijera aquellas palabras en el momento en que abandonaba el plano físico y que allí terminaría todo. Nos sentíamos agradecidos por
la comunicación, con la seguridad de que nuestro amado ser aún vivía aunque su cuerpo hubiera muerto. No volvimos a oírle hasta que nos dirigimos a la población donde iba a realizarse la cremación. Dijo: “No creo que tardéis más de una hora en liberarme por que ya lo estoy en buena medida”. Aquella actitud tan típica de mi esposo nos hizo llorar pero también reír. Había sido un hombre siempre pendiente de la hora. Nuestra hija solía referirse a él como “mi padre, el reloj”. Aquel día quería asegurarse de que acabaríamos a tiempo para comer y recoger a los familiares en el aeropuerto. Los maestros ascendidos enseñan que la mejor manera de disponer de un cuerpo es la cremación porque, incluso después de la muerte, el alma tiende a estar apegada emocionalmente al cuerpo, y, a menudo, los amigos y seres amados se sienten a su vez apegados a la persona después de que ésta haya fallecido. Consumir el cuerpo en el fuego es el medio más rápido de liberar el alma de sus ataduras con el mundo físico. En nuestra iglesia, la incineración no se realiza hasta pasadas las setenta y dos horas desde la muerte, a fin de dar a la fuerza vital la oportunidad de abandonar el cuerpo antes de que sea consumido. La cremación suele contar con la sola asistencia de unos pocos seres amados y de un ministro que oran para que el alma se libere y alcance unos niveles superiores de existencia. No se trata de ninguna experiencia macabra, sino de algo maravillosamente espiritual. Después de presenciar cómo el fuego consume el cuerpo, se tiene plena conciencia, sin sombra de duda, de que aquél no es la verdadera persona.
Mi esposo había participado conmigo en varios de estos servicios y por ello decidió que, llegada la hora, también quería ser incinerado. En un principio, a los católicos no se les permitía la incineración, pero la situación cambió hace pocos años y un buen número de ellos se inclinan hoy en día por este método. Para mi éste ha sido siempre un sistema natural dado que desde hace tres generaciones en mi familia materna ya se sigue, aunque no asistían a la ceremonia como se hace actualmente en mi iglesia. A la cremación de mi marido asistimos quince personas, una multitud para una sala tan exigua. Al cabo de una hora, sentimos que habíamos hecho lo que teníamos que hacer y que ya podíamos irnos. Transcurridos unos días, celebramos un funeral en la Iglesia católica y otro en la capilla de la comunidad donde vivíamos y donde mi marido había sido una persona muy servicial. Era un hombre que sabía de muchas cosas y ayudaba a solucionar problemas sobre temas inmobiliarios, asuntos legales de escasa magnitud, cuestiones financieras y otros aspectos en los que la gente necesitara asistencia. No importaba lo cansado que estuviera: nunca dejaba de atender a nadie. Seguro que muchos de nuestros vecinos le iban a echar tanto de menos como yo misma. Sentada en el primer banco de la capilla durante el funeral celebrado en nuestra comunidad, mientras sentía el amor y la compasión que provenían de tantas personas, de repente me pareció ver a mi esposo de pie ante mí. A continuación se arrodilló y me abrazó. Era una figura tenue, no sólida. Parecía ir vestido de azul y blanco, algo así como si llevara uniforme. Durante un minuto pensé que la aparición había sido real, pero como no tardó en desaparecer, concluí que había sido producto de mi imaginación.
Algunos meses más tarde, cuando ya había establecido una fluida comunicación con nosotros, le pregunté acerca del funeral y me confirmó que efectivamente había estado presente y que se había arrodillado ante mí y me había abrazado. Tal confirmación fue muy importante para mí porque resulta muy fácil descartar cualquier visión espiritual y considerarla producto de la imaginación. Desde entonces le he vuelto a ver en su apariencia, tenue por lo general, cuando asisto a un servicio, aunque con el mismo aspecto de cuando contaba treinta años. Tan pronto hubimos sellado la vida de mi esposo con los tres servicios, empezamos a oírle de nuevo. Durante su enfermedad, habíamos abrigado tantas esperanzas de que viviría y nos quedamos tan desconcertados cuando murió, que mandamos hacerle una autopsia. Murió a causa de un ataque séptico, lo que se llama envenenamiento de la sangre. Le preguntamos si hubiera sido distinto de haberle llevado a otro hospital, y la respuesta fue: «No. Independientemente del hospital al que me hubierais llevado, aquél era el momento final de mi vida. No creo que hubiera podido vivir por más tiempo, salvo por intercesión divina». 2 Los primeros mensajes Al principio los mensajes de mi esposo eran cortos. No nos molestamos en ponerlos por escrito porque solían producirse en el transcurso de otras actividades y, aunque varias veces nos
sugirió que lo hiciéramos, nunca seguimos sus indicaciones. Finalmente, un día exclamó: «Los maestros están enojados con vosotras. Si no escribís los mensajes ¡no me permitirán volveros a hablar!». Nos dimos por «enteradas» y a partir de aquel momento así lo hicimos. Comenzamos un proceso de comunicación más formalizado, a base de meditación y oración durante al menos treinta minutos antes de preguntar a mi marido si tenía algo que decir, a fin de estar seguras de hallarnos en la vibración correcta para oírle de forma clara. A partir de entonces empezamos a recibir mensajes y enseñanzas más largos. Si bien todas sus comunicaciones son interesantes, a medida que vayas leyendo los primeros mensajes advertirás que rápidamente se produce un aumento en su comprensión y en su capacidad para enseñar. Hacia la segunda mitad del libro, la vibración de sus enseñanzas alcanza un nivel muy superior al que muestra al principio. Esto no significa que las primeras carecieran de valor, sino que conforman un criterio a partir del cual podemos medir el crecimiento de un alma que estudia y recibe lecciones en un retiro etérico. La naturaleza del cielo Mi esposo nos dijo que cuando llegó al otro lado, le sorprendió ver la actividad que reinaba en el lugar. Se estaba orientando a una serie de almas a fin de mostrarles lo que habían y no habían logrado en la vida que acababa de terminar. Se les decía que se alinearan a la derecha o a la izquierda según estuvieran destinadas a ascender o a reencarnar. A mi marido no lo mandaron a ninguno de ambos lados, sino que lo situaron en el medio. En aquel momento no comprendimos el significado de ello, pero lo supimos más tarde. También nos comentó cómo se organizaba la vida en el cielo:
Aquí las cosas están muy ordenadas. Existe planificación. Hay equipos trabajando intensamente, dedicados a dar apoyo a diferentes evoluciones en numerosos sistemas de mundos. Es mucho más hermoso y reina más paz de lo que podáis imaginar y, sin embargo, existe una gran actividad. Yo no hago más que aprender y aprender. Lo que recibo equivale en proporción a la punta de un iceberg terrestre. No empezamos teniendo acceso a todo cuanto nos es posible alcanzar: para ello hace falta la mente crística. También indicó que «recuerdas todo cuanto se te enseña». ¡Qué maravilloso sería —pensamos— si pudiéramos recordar todo cuanto se nos enseña en la Tierra! El valor del servicio Una de las primeras enseñanzas especiales de mi esposo trató sobre el valor del servicio: Deseo hacer hincapié en la gran importancia del servicio: ayudar a los demás. ¡El servicio que surge del corazón equivale a dinero en el cielo! Estoy muy agradecido por cada oportunidad que tuve de ayudar a alguien, ha constituido uno de los motivos de que me hayan permitido estudiar en este retiro. Haber servido a la vida ayuda enormemente. El servicio transforma al que sirve. Un servicio basado en motivos puros es como luz. La Tierra necesita más almas dispuestas a servir, y menos, a juzgar. La gente ha de buscar ocasiones para servir y no para ser servido. Este simple mensaje ha comportado cambios profundos en las actitudes de numerosas personas que lo han leído. Nos ayuda a
comprender que, en realidad, el servicio transforma al que sirve. Pero debe surgir del corazón, y no hemos de ofrecerlo a regañadientes sólo porque sintamos que debemos hacerlo. También dijo: «El amor debe ser nuestra respuesta inmediata al prójimo. Ni enjuiciar, ni odiar, ni envidiar. Sólo amar». El estado del planeta y su futuro Preguntamos a mi esposo acerca de la situación de nuestro país y del mundo. Respondió: Lo que más me asombra es que la mayoría de nosotros, incluso yo cuando estaba en la Tierra, somos incapaces de ver lo que está escrito en la pared. Sabía que muchas cosas empeoraban, pero estaba demasiado atrapado en el día a día para percibir lo que en muchos aspectos era tan visible. La nación está experimentando una situación muy parecida al momento de la caída del Imperio romano y al hundimiento de la Atlántida. Los sentidos de la gente se embotan. No perciben el deterioro del tejido moral básico del país, y los que se dan cuenta de ello no saben qué hacer al respecto. Sin embargo, los maestros no han perdido la esperanza. Lo que exigen es equivalente a luz, una cierta proporción de luz para contrarrestar la oscuridad. Muy poca cosa comparado con lo que podáis pensar. Unos meses después de su muerte le preguntamos sobre el futuro de la Tierra y, desde su ventajoso punto de vista, qué podía decirnos acerca de la posibilidad de un cataclismo. Cuando estaba encarnado, ya sabía que la Tierra corría un importante peligro, pero no me daba cuenta de lo mal que se estaban poniendo las cosas. Es como si la Tierra se hubiera
convertido en materia de estudio de ingenieros espirituales. Trabajan a los niveles más internos para asegurar los cimientos del edificio que se tambalea. No creo que podáis evitar totalmente el cataclismo, pero aún tenéis tiempo para cambiar los peores presagios. A la gente le resulta difícil comprender el nivel de sacrificio que se necesita para poder evitar lo peor. La gente se cansa. Vacilan sobre el camino que han de tomar. Prefieren oír noticias agradables. Basta con estudiar el estado de este planeta para advertir lo precisos que han sido y son los maestros ascendidos. Existe aún una gran oportunidad si la gente accede a sacrificarse. Cuando le preguntamos si deseaba decirnos algo más, replicó: La vida se creó con el fin de vivirla para Dios. ¿Recordáis que en el sector inmobiliario decimos que las tres cosas más importantes son «situación, situación y situación»? Pues bien, nosotros deberíamos pensar que son «Dios, Dios y Dios». Hemos de preguntarnos en todo momento: « ¿Es ésta la voluntad de Dios? ¿Lo aprobaría Dios? ¿Honraré a Dios con esta acción?». Si lo hiciéramos, la vida sería mucho más sencilla, menos penosa y más llena de paz. Hemos perdido nuestro centro que es Dios. Si no volvemos a él, las consecuencias serán desastrosas. Era natural que mi esposo hubiera puesto el ejemplo del sector inmobiliario. Después de retirarse del ejército, había ejercido durante veinte años una provechosa carrera en dicho sector. Nos fijamos en que, cuando le dejábamos elegir el tema, escogía asuntos mucho más serios. Aunque los agradecíamos
en gran medida, de vez en cuando nuestra curiosidad nos vencía y procurábamos que nos respondiera a ciertas preguntas que calificábamos de «divertidas». ¿Se come en el cielo? Para mi marido siempre fue muy importante una buena comida tomada a la hora acostumbrada, seguramente un legado de la parte francesa de su familia y de los cinco años que vivimos en París. Así que sentíamos curiosidad por este aspecto, seguras de que nos diría algo interesante: ¡Las comidas son espectaculares! Bebemos muchos jugos que son como la esencia más pura de cualquier vegetal o fruta que podáis imaginar. Todo lo que consumimos parece ligero, no es pesado ni denso. Tomamos las comidas habituales y en ocasiones celebramos banquetes. La mayor parte de los alimentos son completamente distintos de lo que solíamos consumir en la Tierra ¡y diez veces mejores! No se le da gran importancia al comer, pero forma parte del ritual de este retiro y parece que se disfruta de ello.
El templo corporal Acabaremos este capítulo con la primera enseñanza más larga que nos dio mi esposo. Trata sobre el cuidado de nuestros cuerpos —él los llama «nuestros templos sagrados»— como base para una vida espiritual equilibrada:
Hoy quiero hablaros acerca del templo sagrado. Al cuerpo hay que tratarlo como a un templo. Requiere atención a la alimentación, ejercicio físico, ejercicios espirituales, higiene general y buena apariencia. Imaginad que trabajáis para un maestro ascendido. ¿Cómo os presentaríais a diario en el trabajo? En realidad, Dios debería ser vuestro primer jefe, en cuyo caso seguro que miraríais a vuestro jefe terrenal con mayor equilibrio. La alimentación afecta al estado de salud de todo vuestro cuerpo. Para gozar de una alimentación sana se precisan conocimientos sobre nutrición y armonía con las propias necesidades. La dieta macrobiótica, por ejemplo, es excelente, pero requiere una adaptación sustancial de cada persona, ya que Occidente es distinto de Oriente hasta un punto que muchos pasan por alto. El ejercicio físico aporta energía a vuestras células. Es como un estímulo. No es complacencia, sino una necesidad que vuestro cuerpo sostenga el máximo de luz. Veinte minutos al día pueden ser suficientes, pero no hay que olvidarse. Cuando algo es sagrado, lo tratamos con atención y respeto. Lo honramos y estamos satisfechos de que se halle entre nosotros. Así debería ser con nuestros templos. Alojan al espíritu vivo. Si no los cuidamos, empeorarán de verdad. Deberíamos vivir mucho más tiempo y con mayor salud de los que gozamos actualmente. Mi cuerpo sencillamente dijo basta. Ya no pude luchar más. Me había sido muy útil pero ahora me doy cuenta de que hice muchas cosas que lo perjudicaron más de lo que lo beneficiaron. No debí haber fumado, ni bebido café o alcohol, y debí haber consumido muchas menos grasas. Era de constitución fuerte, lo cual es una bendición añadida a la hora de recorrer el sendero, pero hice un mal uso de mis energías debido a mi psicología no resuelta. En muchas ocasiones perdí la paciencia y me dejé
caer en estados de estrés por exceso de trabajo, preocupándome más de la cuenta o reaccionando de forma alterada. Una manera de honrar el sagrado templo corporal es reconducir lo que no está alineado. Es como la princesa y el guisante: no se puede cerrar la puerta a la psicología propia y pensar que se vive de acuerdo con la ley. Es como tapar un volcán: tarde o temprano entrará en erupción y causará más daños que si se le hubiera dejado libre. Los ejercicios espirituales son la fuerza conductora que impulsa la luz a través del cuerpo. Alimentan a las células. Otorgan santidad cuando el organismo está preparado para ella. Deben ser auténticos, motivados por causas puras, deseados, no impuestos. Deben ser una constante en la vida de una persona. La atención a la higiene y a la apariencia es simplemente respetar el vehículo que se nos ha dado. El dicho «la limpieza acompaña a la santidad»* es cierto. Cuando se elige ser limpio y cuidar la apariencia, uno se inclina por lo correcto. Sin embargo, cuando estos aspectos controlan vuestro tiempo o vuestros pensamientos, no estáis en equilibrio. La luz otorga a la persona más belleza que cualquier otra cosa que pueda comprarse. No obstante, es lícito tener una buena apariencia y representar a Dios dondequiera que uno vaya. La limpieza impide que los espíritus terrenales se os adhieran y agoten vuestra luz y vuestra fortaleza. * En inglés, «Cleanliness is next to Godliness».
3 La experiencia de la transición Llevábamos algún tiempo esperando que mi esposo nos contara algo más de su transición, pero no nos decía nada. Por tanto, decidimos preguntarle acerca de ello y ¡qué bonita historia oímos! ¿Qué ocurrió en el momento de tu transición? Sólo se me permite compartir con vosotras una parte de mi trayecto espiritual desde que abandoné el planeta Tierra. Os contaré cosas que he visto y comprendido y que pueden resultar desafiantes para algunos de los que las van a leer. No pasé por ningún túnel como cuentan las experiencias cercanas a la muerte, sino que me recibió un magnífico ser angélico que me saludó por mi nombre de pila diciéndome que iba a acompañarme durante el trayecto. Hay grupos de ángeles dedicados especialmente a ayudar en la transición de los portadores de luz*. Le hice algunas preguntas. Le pedí que me dijera si aquello significaba que no volvería y expresé inquietud por mi familia. Contemplé mi cuerpo y comprendí de inmediato que ya no podía volver a darme morada. Todo estaba claro. No sentía la confusión propia de la gente que muere en un accidente o de forma totalmente inesperada. Experimentas una libertad tal que te hace comprender la estrechez y las limitaciones del cuerpo. Y sin embargo, debemos estar agradecidos a nuestro cuerpo y tratarlo con respeto ya que lo necesitamos para progresar. Asistí a vuestras oraciones finales realizadas junto a mi cuerpo. Se me permitió hablaros. Me sentí muy feliz de poder hacerlo aunque ignoraba si aquello continuaría.
¡Tantas cosas me pasaron por la mente! ¡Cuánto deseé haber dejado arregladas las cosas a mi familia antes de partir definitivamente! El ángel me aseguró que seríais capaces de salir adelante y que se os protegería y guiaría. Encarnaba de tal manera la llama del consuelo y era una presencia de sabiduría tan amorosa y amable, que todas las dudas desaparecieron. En presencia de la Madre María Antes de ocupar mi sitio en el nivel etérico, la Madre María me dio la bienvenida. Me dijo: «Bienvenido, hijo mío» y me agradeció que rezase el rosario dedicado a ella. Me sorprendió que me diera las gracias. En su presencia se tiene la sensación de que te envuelve el amor materno más intenso que podáis imaginar. Sentí como si, de algún modo, ella hubiera sanado mi alma para el trayecto que tenía que recorrer. Fue ella quien esparció el aroma de flores en mi cubículo cuando fallecí.
* Un portador de luz es el que lleva la luz de Cristo y la responsabilidad de la cristeidad en él mismo y en otros, defendiendo la verdad y el honor de Dios. Saint Germain: Alquimia 1. Fórmulas para la autotransformación.
A la Madre María se la reverencia incluso en el cielo por sus numerosos intentos de interceder por este planeta. Su rosario es como un imán que hace descender la intercesión celestial. No debéis dejar de rezarlo. Ella no ha olvidado lo que implica la
crianza y educación de los hijos y la lucha en este planeta. No hay que ignorar sus avisos. Le preocupa que la Tierra no sea capaz de superar sus horas más oscuras. La reunión con amigos y familiares Al contrario que otras personas, no vi de inmediato a los amigos y familiares fallecidos anteriormente. Más adelante, sin embargo, me reunieron con algunos que me indicaron dónde se encontraba el resto. Evidentemente, muchas almas han reencarnado. Como yo lo interpreto, a un alma que no comprende la reencarnación se le permite inicialmente reunirse con algunos familiares o amigos. Más tarde recibe enseñanzas sobre el concepto de la reencarnación. Al llegar a este punto comprende quién se halla en los reinos etérico o astral o quién ha reencarnado. Como sabéis —y yo lo atestiguo a diario— para Dios todo es posible. Una de las primeras almas a las que se me permitió ver fue a Patrick [un amigo que había realizado su transición sólo seis meses antes]. Parecía más grande de lo que fue en vida, más alto y lleno de luz. Estaba ansioso por ayudarme a orientarme y conservaba intacto su maravilloso sentido del humor. Ahora estamos en lugares distintos cumpliendo diferentes misiones. Se debió a la misericordia y a la amorosa orientación de Dios el que pudiera ver a alguien que hacía tan poco habitaba en un entorno similar al mío. Estas palabras me afectaron en gran medida porque en el momento en que falleció nuestro amigo Patrick, yo me había sentido profundamente triste al imaginar lo duro que sería para su mujer. De repente, yo misma me había sorprendido pensando: « ¿Y si de aquí a seis meses muriera mi esposo?
¿Cómo me sentiría?». Había alejado el pensamiento de mi cabeza como algo negativo, fuera de lugar, y lo olvidé. Entonces la salud de mi marido era muy buena y no había nada que fuera motivo de preocupación. No obstante, al cabo de seis meses, había muerto. Niveles en el cielo y en el infierno El reino espiritual es mucho más magnífico pero también mucho más complejo de lo que nunca hubiera imaginado. Efectivamente el cielo existe, pero cuenta con muchas capas, niveles u octavas. No toda la gente va al mismo lugar. Si pensáis en la justicia divina, ¿cómo podría haber un solo cielo o un solo infierno cuando son tantos los tipos de almas que hay en la Tierra? ¿Acaso no conocemos al menos una persona que irradie una percepción espiritual mucho más intensa que la mayoría? El cielo consta de distintos niveles eterices con diferentes retiros eterices, los cuales están regidos por ángeles o huestes ascendidas. Dentro de lo que llamamos «infierno» hay un gran número de niveles del plano astral, incluyendo el mismo infierno. A medida que desciende el nivel de vibración, se intensifica la severidad que se impone en dicho nivel, así como la obstinación que poseen las almas allí enviadas. En el plano etérico, por otro lado, a medida que asciende el nivel de vibración, se intensifican la luz y la pureza espiritual de las almas que habitan en este plano. Entrada al retiro para almas nuevas en el cielo En primer lugar, me llevaron a un retiro del nivel etérico que también era un centro de orientación para las almas recién
llegadas. El amor y las atenciones tan perfectos que me dedicaron eran absolutamente pasmosos. Pensad en la experiencia espiritual más elevada y profunda que jamás hayáis tenido. Lo que allí experimenté, con toda probabilidad la supera. Me administraron baños de luz con la llama violeta. Así consiguieron elevar mi vibración y dotar de mayor integridad todo mi ser. Preguntamos a mi esposo acerca de estos baños. Dijo que los preparan los maestros alquimistas para proporcionar al violeta la exacta cantidad de color azul o rosado que cada alma necesita. Los maestros ascendidos enseñan que el violeta constituye la longitud de onda de la luz divina que transmuta la energía turbia y contaminada y la convierte en luz transparente. (Véanse los capítulos 4 y 6.) El azul es el color de la voluntad de Dios, y el rosado, el de Su amor. Por tanto, la parte azul del violeta contendría una mayor proporción del aspecto de la voluntad de Dios, mientras que el rosado, del amor de Dios. Todo el mundo se presenta con la más hermosa de sus apariencias, más altos y más jóvenes de lo que éramos algunos de nosotros cuando dejamos la Tierra a edad avanzada. Al parecer —en el cielo por lo menos— la apariencia es el producto de la conciencia. Análisis de la vida Ya de buen principio se me permitió analizar toda mi vida. Todo tenía un aspecto extraordinariamente vivido: cada momento en que había cedido a sentimientos de ira, impaciencia, temor o lástima de mí mismo, parecían tan desaprovechados... Percibí de inmediato los patrones o hábitos, positivos y negativos, que habían formado parte de mi vida. Estaba muy agradecido por
cada momento en que había servido de forma altruista y por las ocasiones en que había honrado y amado la vida u optado por la decisión justa. Era plenamente consciente de las formas en que había malgastado mis energías o impedido mi propio progreso a causa de hábitos necios pero a la vez incrustados en mi forma de ser. Las preguntas básicas son: ¿Cómo empleaste las horas de tu vida? ¿Qué proporción de tu actividad diaria dedicaste a servir a Dios y a tu prójimo? ¿Cómo desarrollaste el chakra del corazón, es decir, tu capacidad de amar? Se te permite hacer comentarios sobre los aspectos de tu vida. A continuación, se celebra una reunión junto con un consejo de seres celestiales que proceden a realizar un análisis sobre esa vida. Se te muestran vidas pasadas en las que puedes percibir más claramente el origen de tus hábitos y los motivos que originaron muchos de los sucesos ocurridos en esta última vida. Las palabras bíblicas «ojo por ojo» y «diente por diente» (Ex. 21:24) adquieren plena vigencia en el contexto de la comprensión de tus pasados éxitos y fracasos. Tenemos un ángel encargado de grabarlo todo. No se omite nada. A Dios no se le puede engañar o burlar. Con nuestros actos sólo engañamos a nuestro yo humano, cuando, en realidad, en lo más profundo, nuestra alma sabe perfectamente lo que es acertado y lo que es erróneo, aunque algunos intenten hacer oídos sordos a esa voz. Durante dicha revisión, se me permitió saber el karma que debía equilibrar y el que equilibré. El tono general de la revisión resultó amoroso y positivo, no crítico. Fue un gran momento de aprendizaje para mi alma. En numerosos casos uno es su propio juez porque es capaz de ver claramente dónde se ha equivocado. Me sentí muy motivado para seguir trabajando con lo que aún necesitaba transmutar. Pensé que ojala, mientras estuve encarnado, hubiera
comprendido un mayor número de cosas. Me siento un ser privilegiado por poder compartir todo esto, de manera que muchos otros puedan aprovechar la oportunidad de enfrentarse con ellos mismos mientras todavía están encarnados. Un buen ejercicio para todos sería revisar la película de la vida propia, por así decir, y empezar a ver en qué habéis empleado las horas de vuestra vida. Fijaos en los progresos realizados. Puede que seáis una persona totalmente diferente de la que erais diez años atrás. En el cielo, eso cuenta mucho. No os obsesionéis con el remordimiento. Procurad orientar cada nuevo día hacia la nueva dirección que deseáis tomar. Obtendréis puntos de más por cada lección que hayáis aprendido de veras y por las pruebas que hayáis superado, aunque no sea a la primera. Me esfuerzo por hallar maneras de ayudar a la gente para que se mida a diario con Dios. Resulta útil pensar que todo cuanto sucede tiene una causa. Las casualidades no existen. De ahí que cuando una persona conflictiva entre en vuestra vida, no malgastéis el tiempo condenándola, sino más bien preguntaos: ¿Qué puedo aprender de ella? ¿Qué me haría falta para no perder la armonía cuando estoy con esa persona? Eso no significa que permitáis que continúen los actos de dicha persona, sino más bien que os mantengáis alerta a la posible puesta a prueba de vuestro equilibrio y armonía. Mientras estuve encarnado, no siempre detecté que se trataba de una prueba, por lo que opté por irritarme con ciertos individuos. Mi salvación residió en que nunca guardé rencor ni malgasté ninguna hora de mi vida obsesionado por las ofensas que hubiera recibido de otros. Puede darse el caso de que permitáis que una persona os aleje de vuestra ascensión. Preguntaos: ¿Hay alguien a quien le permito que me aparte de mi progreso espiritual porque no puedo perdonarle?
Sabed que sólo he compartido un pequeño atisbo del intrincado pero magnífico viaje que Dios ha preparado para nosotros. Teníamos curiosidad por saber lo que realmente había ocurrido la noche en que hice los decretos (véase el capítulo 4) y recé las oraciones para la recuperación del alma mientras mi esposo estaba en el hospital. Así que le pregunté: ¿Realicé la recuperación del alma por tu bien o por el mío? Sin duda alguna, por el mío. Y constituiría un servicio maravilloso para quien se halle gravemente enfermo o cercano a la muerte y esté abierto a la luz de Dios. Me permitió recuperar partes de mi alma antes de mi transición y se produjo un nuevo alineamiento. También me ayudó a cruzar el umbral de la vida con un sentido más agudo de integridad interior, la cual me facilitó acceder más rápidamente a todo lo que constituía mi Cuerpo Causal** y sufrir una confusión sólo momentánea durante la transición. El concepto de recuperación del alma es en gran medida una enseñanza esotérica o del templo interno. Quizá a algunos les resulte difícil comprenderlo. Lo cierto es que numerosos sucesos de la vida, algunos impuestos por nosotros mismos y otros no, hacen el alma pedazos. Por ejemplo, un niño que sufre abusos padecerá este tipo de fragmentación. Por ello, aun cuando se le aplique una terapia, sin la comprensión y la realización de decretos (véase el capítulo 4), esta persona puede tardar años en recuperar su integridad y, aun así, no llegar a estar curado en un cien por cien. La terapia es fundamental, pero no siempre suficiente para una sanación total. La recuperación del alma puede conseguir un nivel de sanación que pocos ejercicios espirituales son capaces de proporcionar.
Combinada con la utilización de la llama violeta (véase capítulo 4), sería de gran ayuda para un individuo que haya sufrido abusos. Os he presentado un ejemplo muy dramático, pero hay multitud de otras experiencias menos graves susceptibles de originar la fragmentación del alma. Cuando ocurren, la mayoría de nosotros podemos percibir dicha fragmentación, siendo ésta un signo de la necesidad de su recuperación. En cuanto a la sensación de ardor que experimentaste, fue la luz que se te dio durante el momento de los decretos para ayudarte a soportar lo que estaba por venir. Así es el amor de Dios por el alma devota. *** Mientras meditaba en sus últimas palabras, me sentí profundamente agradecida a Dios por aquella luz que me infundió porque, de algún modo, me ayudó a pasar los días que siguieron a la muerte de mi esposo, aunque, al no estar en absoluto preparada para ello, tuve que lidiar la batalla en cada momento del proceso. No podía soportar el pensamiento de que él ya no volvería a estar conmigo. Nos habíamos conocido cuando yo tenía veinte años, durante la Segunda Guerra Mundial, y en ese mismo año nos casamos. En el momento de su muerte, hubiéramos celebrado las bodas de oro. Cuando falleció, pasé un tiempo sin saber quién era yo como persona, porque toda mi vida adulta la había pasado casada con él. Varios meses después de su fallecimiento, mi esposo me reveló que éramos llamas gemelas, almas individuales creadas en el principio como un solo espíritu; pero no se le había permitido decírmelo hasta entonces. Esto explica en gran parte el motivo de estar ahora trabajando juntos y, asimismo, algo que él escribió en una carta poco después de nuestra boda y que encontré recientemente. En ella me decía que desde el primer
momento en que me vio, supo que se casaría conmigo. Por mi parte no puedo decir que tuviera tan fina percepción como él. Se dice que a los ángeles les cuesta mucho trabajo unir almas destinadas a estar juntas en sus encarnaciones terrenales o incluso a relacionarse durante un corto período. Cuando han nacido en la misma región no resulta una tarea tan difícil, pero cuando encarnan en distintos lugares del país o del mundo, debe resultar todo un desafío. Mi esposo creció en la región de los Grandes Lagos de Estados Unidos y yo vivía en la costa oeste.
***El ritual de la recuperación del alma está auspiciada por los maestros ascendidos y se realiza cuatro veces al año. Para más información, llamar al nº de teléfono 1-800-2455445 (desde dentro de los EE.UU.) o al 406-8489500 (desde fuera de los EE.UU.). Las posibilidades de llegar a conocernos parecían más bien escasas, pero llegó la Segunda Guerra Mundial y hubo mucha gente, en especial hombres, que fueron trasladados por todo el país. Después de numerosos destinos, mi marido aterrizó en una población de California donde había un instituto de enseñanza secundaria al que asistía una de mis amigas. Decidió que la escuela podía ser un buen sitio para conocer chicas simpáticas. Así que, en compañía de otros soldados, se personó en la escuela y un profesor de arte les presentó a unas cuantas estudiantes. Una de ellas era mi amiga, que empezó a salir con uno de los soldados, al que invitó al rancho de sus padres a pasar un fin de semana, pero el muchacho, que era tímido, no quería ir a menos que le acompañara un amigo: mi futuro
marido. Así fue como los ángeles cumplieron su misión a pesar de mi resistencia a acudir a una cita a ciegas para ayudar a mi amiga.
4 Continúan los primeros mensajes Las semanas se sucedían y nuestro asombro crecía al paso que mi esposo nos iba transfiriendo cada vez más material. Finalmente, le preguntamos si se proponía escribir un libro. Ésta fue su respuesta: Soy un testigo de la gloria de Dios y de los maestros ascendidos, y asisto al aprendizaje de un ser recién ascendido o no ascendido. Soy un testigo de la misión de la Iglesia y de su mensajera. Soy un testigo de las necesidades del momento. No soy escritor ni propongo necesariamente que se escriba ningún libro. Ése es vuestro darma. Lo que comunico es para que lo compartáis con los demás en cualquier forma que pueda ser beneficiosa. A medida que los días pasaban, se hacía más evidente que se estaba gestando un libro. A los seis meses del fallecimiento de mi esposo, se imprimió el primer librito en inglés. Rápidamente se tradujo al español y luego al portugués y a otras lenguas. Durante los siguientes dos años y medio le siguieron dos libritos más y el alma que había negado que fuera escritor no tardó en hablar de «mi primer libro» y, más tarde, de «mi tercer libro». Cambio de idea después de la muerte
Una petición que mi esposo redactó como última voluntad a raíz de su operación cardíaca (unos dos años antes de fallecer) y que cambió después de su muerte, hizo que me cuestionara cuánta gente incluye solicitudes en sus testamentos y, después de haber realizado la transición, descubren que se han equivocado al pedir algo que no era la voluntad de Dios. Llegado el caso, siempre es demasiado tarde para rectificar. Mi esposo fue afortunado por disponer de permiso para hablarnos porque lo que había escrito antes de fallecer no era un documento legal. La petición que encontré después de su muerte establecía que, a su fallecimiento, yo tenía que pagar la celebración de misas perpetuas por su alma en varias organizaciones católicas. Asimismo, en el caso de que yo concediera algún diezmo a mi propia Iglesia, tenía que hacer lo mismo con la católica. Esto último me preocupaba, de modo que decidimos preguntárselo. Esto fue lo que dijo: No has de dar ningún diezmo a la Iglesia católica. Puedes hacer lo que quieras con el dinero a condición de que seas juiciosa y prudente en tus decisiones. Debes recordar que en muchas vidas fui católico e incluso ahora, mirando a la Iglesia católica, no puedo afirmar que se equivoca en todo, pero, de la misma manera, tampoco puedo afirmar que la tuya está totalmente en lo cierto. Cada una debe aprender algo de la otra. La Iglesia católica alberga algunas almas muy sinceras: La Madre Teresa* no es la única santa en la Tierra. Sin embargo, también abriga mucha corrupción y oculta ciertas verdades a la gente. Las misas perpetuas son buenas cuando las llevan a cabo almas de luz para ayudar a las personas que se hallan en transición. Para una Iglesia carente de servicios dedicados a
ayudar a las almas a ascender, estas misas son de gran auxilio para esas almas. Pero yo no las necesito porque ahora comprendo una enseñanza más elevada y me he beneficiado grandemente de los decretos que se me han dedicado. Recordad que en el cielo no hay denominaciones. Aunque no son necesariamente perjudiciales, cuando son fuente de odio y de división pierden el acceso a las bendiciones de Dios. A continuación le planteamos otra pregunta, dados los fuertes lazos de mi esposo con la Iglesia católica y la tendencia que tenía a indicar a los sacerdotes la forma en que debían llevar a cabo su trabajo, aunque siempre lo hiciera de forma muy amable. La pregunta en cuestión fue: ¿Fuiste alguna vez papa? No, nunca. Pero sí fui cardenal tres veces y obispo otras tres. Los decretos Llegado este punto, me gustaría definir brevemente en qué consisten los decretos ya que mi marido los menciona varias veces en el libro. Una oración es una petición o súplica devota, o bien una expresión de amor o de agradecimiento a Dios. Un decreto es una orden dada en nombre de Dios y del Cristo para que la voluntad de Dios se manifieste. Dios confirió esta autoridad en Isaías 45:11 cuando dijo: « ¿Vais a pedirme señales acerca de mis hijos y a darme órdenes acerca de la obra de mis manos?». En nuestra Iglesia, los decretos son mantras rítmicos y poéticos que se recitan en voz alta, a solas o en grupo. La acción vibratoria de este ejercicio espiritual construye un estanque de luz para que lo utilicen ángeles y maestros ascendidos. Los decretos pueden ser armas poderosas para llamar a los ángeles a la acción en la Tierra.
* Observará el lector que, cuando se habla aquí de la Madre Teresa, todavía estaba viva, mientras que en el capítulo 19 se vuelve a referir a ella con motivo de su fallecimiento, que tuvo lugar en las fechas en que se transmitieron esos últimos mensajes. [N. de E] Le preguntamos qué podía decirnos acerca de los efectos de la oración y de los decretos: Son como gasolina en el depósito. Impiden que ocurran numerosos sucesos negativos y permiten que otros positivos se produzcan. Nosotros podemos mirar hacia abajo y decir de inmediato quiénes decretan desde el corazón. Tienen más luz y protección a su alrededor. Es importante saber que mucha gente que cree hallarse en el sendero espiritual no irradia esa luz. Tratan de ocultarse tras sus oraciones y ejercicios espirituales, pero no son sinceros con ellos mismos ni con Dios. No puedes dedicarte al chismorreo en un momento dado, y al minuto ponerte a orar o a decretar. No puedes odiar y soltar gritos de ira, y al minuto siguiente llamar a Dios. Todos estos hábitos son reveladores de una psicología no resuelta. ¿Cómo resuelves tu psicología en el otro lado? Aquí resulta mucho más difícil. Podemos verlo todo, pero dependemos de determinadas situaciones que nos permitan poner solución a las cosas. Cuando estás encarnado, dispones de oportunidades constantes para cambiar, para escoger un sendero más elevado u orientar tu psicología. Y sin embargo, muchos permanecen ciegos a sus malos hábitos como me ocurrió a mí.
En este lado, hemos de orar pidiendo oportunidades para servir que nos permitan trascender dichos hábitos. Algunas nos llegan a este retiro a través de otros, pero a menudo, nuestro progreso depende de la oportunidad de serviros a todos. Por tanto, necesitamos vuestras plegarias porque algunos de los que están aquí no tienen otro remedio que reencarnar. Ningunas enseñanzas poseen más respuestas prácticas para la vida diaria que las impartidas por los maestros ascendidos. Los retiros están regidos por un claro sentido práctico. Y si bien sobrepasan todo aquello que nos es conocido, son eficientes y prácticos, lo cual, como podéis suponer, es algo que me encanta. Sonreímos ante el comentario que nos hizo porque mi marido había sido una persona sumamente práctica. A continuación pareció ansioso por impartirnos esta maravillosa enseñanza sobre el trabajo: El trabajo Hemos hablado del trabajo. He aprendido mucho acerca de los efectos beneficiosos del trabajo duro. Los maestros nos enseñan a percibir la gran importancia del esfuerzo por alcanzar la excelencia en todo cuanto llevemos a cabo, ya sea una brazada al nadar, una llamada telefónica o construir una casa. Si la vida existe para glorificar a Dios, cuanto más nos esforcemos por alcanzar la excelencia, más probabilidades tendremos de ser una unidad con la mente divina. Nunca hemos vivido una época en que la gente haya sido menos consciente de esta ley. Nos hemos convertido en una sociedad regida por la comodidad, la conveniencia, el engaño y el acoso.
El problema no es el fracaso, sino el no esforzarse en llegar al máximo, actitud que abre la conciencia a aceptar valores y patrones para la vida cotidiana cada vez más bajos, produciéndose así un declive general. La música moderna y las drogas han desempeñado un papel crucial en tanta mediocridad. Decretad para la sanación de la industria de la música. Sin el uso de los decretos, ningún discurso ni informe fruto de investigaciones lograrán causar impacto sobre dicha industria. ¡Aprendo tanto en un solo día! En la Tierra me costaría un mes lo que aquí aprendo en un día. Es magnífico. A la par soy consciente en todo momento de las tareas que hay que hacer. La mención de la música por parte de mi esposo nos recordó una interesante experiencia que una pariente nuestra tuvo una vez. Estaba en la peluquería con la cabeza dentro de un secador mientras mi esposo le hablaba. De repente, él exclamó: « ¡No puedo soportarlo! ¡No puedo soportarlo! ¡Esa música me saca de quicio!» Ella se apartó del secador y comprobó que alguien había sintonizado una cadena de radio con música rock. Fue tal vibración lo que impulsó a mi marido a salir del local. Se nos ocurrió pensar que este tipo de música probablemente ejercía el mismo efecto sobre los ángeles. Preguntamos a mi esposo si se le iba a permitir hablarnos en la forma en que lo estaba haciendo, a lo que respondió que no, que se trataba de una dispensación especial que se prolongaría un cierto espacio de tiempo. Al pasar los días sin oír de él, le preguntamos si sabía lo que hacíamos y dónde estaba el retiro en el que se hallaba. Respondió:
Soy consciente de la mayoría de las cosas que hacéis. Pero al mismo tiempo, soy estudiante en un retiro y ahora empiezo a encargarme de ciertas tareas a fin de ayudar en unos proyectos específicos que nuestro retiro se ha comprometido a llevar a cabo. Me hallo en un retiro situado en el plano etérico encima del continente norteamericano. La importancia de la llama violeta Mi esposo nos habló de la importancia de la llama violeta, la cual es una acción del Espíritu Santo que transmuta la energía negativa en positiva. Nos ayuda a transmutar nuestro karma negativo, el registro de los pensamientos, sentimientos y acciones negativos de otras vidas y de ésta. Nos indicó que la gente en el cielo trabaja con la llama violeta de forma regular y manifestó que ojalá hubiera dado más decretos de llama violeta cuando estaba en la Tierra. Sonreímos, porque cuando estaba encarnado, nunca quiso dar muchos decretos de llama violeta. Más adelante, habla de esta llama en detalle (capítulo 6). A través del estudio en los retiros, llegó a comprender y a apreciar las cualidades de dicha llama. Una manera muy sencilla de invocar la llama violeta es recitar este mantra cierto número de veces mientras se visualizan llamas espirituales con un matiz violeta alrededor del cuerpo: Yo Soy un ser de fuego violeta, Yo Soy la pureza que Dios desea.** Esta llama posee el poder de transmutar todo cuanto de negativo haya en el aura. También tiene la capacidad de
transmutar el karma nacional y el mundial, mitigar los cataclismos y acelerar el desarrollo espiritual. ¿Te hallas en el retiro de Saint Germain? Al cabo de un tiempo, le preguntamos a mi esposo si estaba con el maestro ascendido Saint Germain porque percibimos que se hallaba en un retiro de llama violeta. Respondió que efectivamente estaba en dicho retiro. Saint Germain es el maestro que introdujo la llama violeta para los buscadores espirituales a principios del siglo xx a través del movimiento YO SOY. Será el maestro de la inminente era de Acuario, del mismo modo que Jesús lo fue de la de Piscis. También patrocina a los Estados Unidos de América y afianza la luz de la libertad para el planeta. Asimismo utiliza el Retiro del Gran Tetón situado sobre la Montaña del Gran Tetón, cerca de Jackson Hole, en Wyoming, EE.UU. Le comentamos que pensábamos que pudiera estar en el retiro del Arcángel Miguel, de la Madre María o de Jesús. Respondió que, si bien amaba en gran medida a estos maestros y se sentía vinculado por naturaleza a ellos, mientras estaba en la Tierra no había comprendido —por ello necesitaba aprenderla importancia de la llama violeta. Así que una de las cosas que debe hacer es llevar el conocimiento de la llama violeta a la gente. Los ciclos de retorno del karma Mi marido quiso darnos algunos conocimientos acerca de los motivos de que tanta gente en todos los países tenga que enfrentarse hoy en día con tantos desastres y enfermedades:
El karma ha estado descendiendo durante siglos. En ningún otro momento de la historia, sin embargo, ha retornado tan rápida y severamente tanto al individuo como al planeta. Ello crea numerosas situaciones devastadoras para los que no entienden la ley de los ciclos. (Un nuevo ciclo no puede empezar hasta tanto no se haya limpiado el karma del ciclo anterior.) Debéis prepararos para el advenimiento de unos años muy duros a escala planetaria. Nadie se librará por completo de cataclismos y de los cambios que se producirán en la Tierra. Lo único que queda por determinar es el tipo de guerra y los posibles niveles de destrucción. Aún puede evitarse una guerra de gran magnitud, pero la ventana se está cerrando porque menos gente de la que se esperaba está respondiendo a las necesidades del momento con oraciones y decretos. Los centros espirituales de las personas se están debilitando en lugar de fortalecerse. Sus corazones y mentes se centran únicamente en los detalles de la vida diaria, en lograr altos niveles de comodidad o, en algunos casos, en un mero estado de supervivencia. La forma más efectiva de transmutar el karma y evitar o mitigar el cataclismo y la guerra es el uso de la llama violeta, la cual comentaremos más detalladamente en el capítulo 6.
** Véase Elizabeth Clare Prophet: La Llama Violeta para sanar cuerpo, mente y alma (México D.F.: Alamari, 2000). 5 El retiro de un Maestro
Después de muchas vidas sirviendo a la humanidad, Saint Germain ascendió el 1 de mayo de 1684 y empezó una inusual sucesión de interacciones con la gente de la Tierra. Los Señores del Karma le concedieron una dispensación especial para reaparecer de vez en cuando en un cuerpo físico*. Así empezó una serie de extraordinarios encuentros con cortesanos del siglo XVIII**, con revolucionarios americanos*** y con buscadores espirituales**** de los siglos XIX y XX. Todo ello tuvo lugar a lo largo de los últimos 300 años. La historia relata que conoció a la condesa de Georgy en Francia en 1710 y cuando ésta le vio nuevamente en 1767 él no había envejecido ni un ápice. Madame Adhemar, que le conoció en 1760, también comprobó en 1789 que no había envejecido. En el siglo XVIII, mucha gente quiso seguirle sólo para descubrir que, tan pronto salía por una puerta o daba la vuelta a la esquina, simplemente desaparecía. Su misión en aquellos años fue aliviar los dolores de parto de la incipiente democracia, tanto en Europa como en América. Más adelante, ayudó a establecer la República americana, intentó impedir la violencia de la Revolución francesa e inspiró en los masones la mística visión de un gobierno ideal compuesto por unos estados unidos pero soberanos*****. A finales del siglo XIX, ayudó a otros maestros ascendidos y a adeptos no ascendidos a fundar la Sociedad Teosófica a través de Helena P. Blavatsky. En los años treinta trabajó con Guy y Edna Ballard para fundar el movimiento YO SOY. En 1958, él y otros maestros ascendidos fundaron The Summit Lighthouse a través de Mark L. Prophet, y cuando Mark ascendió en 1973, continuaron trabajando a través de Elizabeth Clare Prophet. De vez en cuando, los dotados de visión interna pueden ver a Saint Germain, quien ya raramente aparece en cuerpo físico******. ¿Cómo es el retiro de un maestro ascendido?
El retiro de Saint Germain es como una ciudad de luz. Su esplendor y belleza rebasan nuestra imaginación terrenal. Está lleno de obras de arte que elevan el espíritu. Escuchamos una música que acelera cada ergio de energía de nuestro ser. Al contemplar el arte de aquí, advierto lo bajo que han caído los valores en el arte que se produce en la Tierra. Gran parte de lo que se vende y se expone como arte son simples muestras del plano astral y del tormento de las almas que se sienten atrapadas por estar separadas de Dios. En su expresión más sublime, el objetivo del arte es reconectar al hombre con Dios y con su verdadera identidad. Asimismo, el arte sirve para captar los aspectos multifacéticos de la historia y de la vida, del dolor y del sufrimiento, así como de la alegría y de la superación. Nunca fue su objetivo degradar, distorsionar, deprimir o dañar el espíritu de la persona que lo contempla. El arte capta la energía. Si sentís dolor en el tercer ojo, en el centro de la frente, no os halláis en presencia de algo inspirado por Dios. Puede reconocerse el estado de un planeta por el arte que produce. Juzgad vosotros mismos. ¿Qué imágenes ponemos ante los ojos de nuestros jóvenes? ¿Saben ellos dónde están los límites? ** Véase Isabel Cooper Oakley: Le Comte de Saint Germain [El Conde de Saint Germain] (Londres: Teosophical Publishing House, 1927). *** Saint Germain: Alquimia 1. Fórmulas para la autotransformación. **** Ibid. ***** Oakley: Le Comte de Saint Germain [El Conde de Saint Germain].
****** Saint Germain: Alquimia 1. Fórmulas para la autotransformación. Muchas de las paredes de nuestro retiro están hechas de finas capas de piedras preciosas. Las paredes de nuestra sala principal de reuniones son de amatista. Su belleza es indescriptible y el efecto de la luz reflejada en estas paredes es magnífico. Varias habitaciones e imágenes son de color violeta en reconocimiento a nuestra misión consistente en compartir y representar la llama violeta. También hay otras áreas de colores distintos. Normalmente son iridiscentes y trascienden los matices que solemos ver en la Tierra. Cada uno tiene su propia habitación cuyo color viene determinado por sus necesidades espirituales. Si necesitamos desarrollarnos en un rayo específico, suele reflejarse a menudo en el color de la habitación que tenemos asignada. La organización del retiro de Saint Germain El retiro está organizado con una eficacia, una fluidez y una armonía casi desconocidas en la Tierra. Aquí abajo se pasa tanto tiempo ocupado en la satisfacción del ego y de los deseos, que apenas se presta atención a la organización y a la solución y plan divinos. Si la gente se soltara y permitiera a Dios ser el hacedor en todos los aspectos de su vida, la era dorada sería una realidad. Aquí se nos permite trabajar a nuestro propio ritmo. Por ello la gente parece avanzar a ritmos distintos, pero todos informamos a los directores espirituales que nos ayudan en nuestros progresos. Yo estoy resuelto a transmutar lo máximo posible a fin de alcanzar el próximo nivel de logro. Algunos de los otros alumnos no ascendidos no parecen tan deseosos de avanzar. Quizá suene extraño, pero este retiro contiene mucho más de lo que
nunca se ha visto en la Tierra, tanto que para algunos resulta abrumador. Cada alma es única, tanto en sus logros como en los hábitos que ha de vencer. Hasta llegar a la ascensión, no hay garantías de quedarse en un nivel etérico específico a menos que continúes trascendiéndote. Una persona llega a un cierto peldaño de la escalera porque se ha ganado dicho nivel, pero mantenerse, ascender o descender, depende de él. Cuanta más maestría pueda alcanzarse aquí, más fácil será progresar si hay que reencarnar. Cuando una persona hace la transición, en el caso de que se le permita acceder al nivel etérico, hay cuatro posibilidades para su evolución en curso. Depende de su logro y del tipo de karma que tenga. La primera es que tenga necesariamente que reencarnar. En este caso, la plegaria ha de centrarse en que nazca en una familia de gran luz y comprensión espiritual. La segunda es que exista la posibilidad de que tenga que reencarnar, pero mediante un extraordinario esfuerzo de servicio y transmutación, se le pueda permitir quedarse en los retiros etéricos y convertirse en un candidato a la ascensión. La tercera es que no tenga que reencarnar y sea un claro candidato a la ascensión, incluso aunque tenga que pasar un cierto tiempo antes de que ésta tenga lugar. La última posibilidad y la más deseada es que ascienda y jamás deba volver a reencarnar *******. Yo me hallo en la segunda categoría y no sabré durante algún tiempo si continuaré aquí o si volveré a la Tierra. Es evidente que tengo la firme intención de convertirme en un candidato a la ascensión. Asimismo, deseo con todas mis fuerzas que todos vosotros lleguéis aquí, ya sea en la tercera o en la cuarta categoría.
*******Para más información acerca de la ascensión, véase Booth: The Path to Your Ascensión [ El Sendero hacia la Ascensión}. ¡La luz de Dios nunca falla! Debéis saber que la luz de Dios nunca falla. Cuando se dirige a una situación o circunstancia, siempre produce un resultado. Lo importante es la dirección y la pureza de los decretos u oraciones que dirigen esta luz. Si pudierais verla, lo cual ocurre en algunos casos, veríais cómo es emitida y ajustada de acuerdo con la voluntad de Dios. ¿La cuestión? En cierto modo, gran parte de lo que ocurre es matemático. El karma se examina y se sopesa, algunas veces a escala individual, y otras, a escala nacional o planetaria. La luz puede contribuir a aminorar o aliviar una situación, pero no la cambia por entero porque la corriente de vida debe trabajar a través del karma en concreto a fin de aprender una lección importante. De lo contrario, se permitiría que la luz invirtiera completamente esa situación. Mi muerte fue un buen ejemplo. Por una parte, todos los decretos y oraciones dados por mis familiares y amigos no me mantuvieron con vida, pero lograron que mi transición, tal como os la he descrito, resultara muy fácil. Comprendía con toda claridad todo cuanto se me presentaba gracias a los decretos realizados en mi auxilio. Asimismo también se me ahorró alargar mi estado de salud durante más tiempo del que ya se había prolongado. En otras ocasiones, por ejemplo, alguien puede sufrir un accidente y ocurre que el individuo perfecto aparece para ayudarle, o incluso salvarle. Todo ello gracias a la luz de Dios, que nunca falla a la hora de llevar a cabo lo que la ley permite, dadas las circunstancias kármicas de la situación en particular.
Lo más triste es ver a algunas personas que creen que Dios las ha abandonado. Dios nunca abandona a nadie, sino que muchos le abandonan a Él debido a la amargura y al dolor. Pretenden que Dios esté a su lado en cada decisión equivocada que toman y, sin embargo, cuando su karma se cumple, le culpan a El. Se nos ha dado la oportunidad de crear nuestra propia hoja con el debe y el haber. El problema es que las deudas vencen y hay que saldarlas. Cada buena acción que hacemos nos ayuda y nos proporciona misericordia, pero no puede borrar toda la deuda. Como comprobaréis si leéis las vidas de los santos, ni siquiera a ellos se les ahorraron pruebas muy duras y sufrimiento. Hay que reconocer que algunas de ellas se debieron a su voluntad de llevar el karma planetario, de forma que el planeta pudiera salvarse y, de este modo, avanzar hacia adelante. Sin embargo, hasta que no equilibraron su karma personal tuvieron que seguir enfrentándose con situaciones conflictivas. La lección reside en la luz, la fe y la comprensión con la cual han triunfado sobre las dificultades. Examinaos en lo profundo de vuestra alma y preguntaos: ¿Culpo de algo a Dios? ¿Qué necesito para librarme de ello? Cuanto más os unáis a la luz, más comprenderéis que nunca falla.
6 El elixir mágico El poder de la llama violeta
Si descubriera la llama violeta y pensara con mente de empresario, diría que he hallado la fuente de la juventud ideal para vender al público. La llama violeta es una llama polifacética. Si fuera un producto, podríamos decir: «Consiga siete por el precio de uno. Siete extraordinarios e incomparables usos al comprar sólo uno: misericordia, perdón, libertad, oportunidad, alquimia, diplomacia y transmutación». Creo que si algún aspecto de la llama violeta se olvida a menudo, es la llama de la oportunidad que Porcia —la llama gemela de Saint Germain— auspicia. Numerosos portadores de luz oran diariamente pidiendo nuevos, mejores o distintos empleos, pero rara vez piensan en invocar la llama de la oportunidad capaz de abrir la puerta a nuevas posibilidades. Como ya sabéis, mientras estuve encarnado no comprendí la llama violeta. Este es uno de mis mayores pesares cuando miro hacia atrás. La llama violeta es quizá la mayor dispensación que se os ha dado. Sin embargo, muchos estudiantes de los maestros ascendidos dan por sentada su permanencia entre nosotros. En su faceta más poderosa, el mayor don que posee es la capacidad de cambiar átomos y electrones. Fue así como Saint Germain resultó ser capaz de transformar piedras talladas a mano en gemas de calidad y de eliminar imperfecciones de los diamantes en la época de sus apariciones en Europa como Conde de Saint Germain. Jesús utilizó la llama violeta en muchos de sus milagros. El púrpura siempre se ha considerado un color real y sagrado. De hecho, adeptos de todas las épocas han conocido su poder. Los dones del Espíritu Santo están vinculados a esta llama. Si padeces una enfermedad, la llama violeta puede invertir totalmente tal estado, a menos que dicha enfermedad sea una necesidad kármica a los fines de tu evolución espiritual.
Los maestros creen en la conveniencia de consultar a un médico. Puede ser el karma de una persona tener que someterse a un tratamiento, incluidas la cirugía y la medicación. La llama violeta puede contribuir a la prontitud de la recuperación y al éxito de cualquier proceso. La terapia psicológica ayuda a la gente a comprender lo que hay detrás de algunas conductas, temores, humores o ataques de ira. La llama violeta contribuye, entonces, a disolver la causa y la esencia o núcleo de dichas conductas. Tenemos la responsabilidad de luchar con nuestras emociones y de alcanzar un estado de armonía con respecto a las decisiones tomadas y los sucesos ocurridos en esta vida. Si lo logramos, Dios, en su infinita misericordia, nos ayudará a transmutar los patrones de nuestras vidas pasadas que en la conciencia exterior no recordamos o no comprendemos. Cualquier circunstancia, tanto si es política como financiera, médica o psicológica, capaz de alterar a una persona, se beneficiará siempre que enviemos la llama violeta hacia la causa y el núcleo de dicha situación. La llama violeta constituye los cimientos para la nueva era. Entraremos con éxito en ella sólo en proporción al nivel de nuestra comprensión y utilización de la llama. Me siento muy satisfecho de servir con Saint Germain, pero dado que he estado en la Tierra hace tan poco tiempo, me pregunto si no es demasiada generosidad por su parte el dedicaros tanta energía y tanta luz. Es como un padre amoroso y preocupado que siempre ve el concepto inmaculado o la identidad más pura en sus hijos. Sabe lo que la cristeidad de incluso unos pocos es capaz de conseguir. Por favor, no le decepcionéis. Todo aquello que parece tan real (a mí me lo parecía) —la opinión y el reconocimiento de los demás, el éxito y la comodidad mundanos— aquí no vale nada. Se te mide por tu
corazón y por lo que has avanzado en compasión, sabiduría y uso del poder de Dios. Ello no significa que ciertas cosas sean un error. Los maestros honran la belleza y un hermoso entorno, y la Tierra es el plano en el que estáis destinados a realizar vuestro darma, es decir, vuestro plan divino. Sin embargo, el alma corre peligro cuando lo material empieza a predominar sobre lo espiritual. Los ángeles caídos son maestros de la sutileza al tentarnos astutamente con las cosas de este mundo. Os conquistan, no con lo evidente, sino con el más sutil de los compromisos, y luego se van abriendo terreno palmo a palmo. No es conveniente ni sano vivir con una sensación de carga o con un sentimiento de no ser digno. A los maestros les alegra cada paso que dais en la dirección adecuada y permiten que realicéis algunos desvíos en función de vuestras necesidades. En cambio, lloran al ver lo difícil que resulta para los que viven en la Tierra interiorizar y vivir a su manera. Orad para que la llama violeta elimine y disuelva toda ilusión en los portadores de luz y todo falso sentido de la realidad. El modo de actuar según los maestros nunca es fanático ni extremo. En toda mi vida en la Tierra nunca había experimentado tanto equilibrio y alegría como los que siento aquí. Verdaderamente, la llama violeta constituye la clave para penetrar en el fango de lo que os abruma. Al contaros todo cuanto la llama violeta puede lograr, es importante recordar que los decretos que le dedicáis deben surgir del corazón e ir acompañados de visualización y unidad con ellos, a fin de conseguir que el cambio se produzca. Cuanto más auténticamente comprendáis la alquimia, más efectivos seréis *. La llama violeta es el elixir mágico de esta era. Se puede utilizar para reparar los daños al medio ambiente y para limpiar el abastecimiento y las reservas de agua. El agua corresponde a la
Madre y al cuerpo emocional y se halla en gran peligro a nivel planetario. Haced sin demora todo cuanto podáis en beneficio de nuestros sistemas de abastecimiento de agua. La gente ha sido dura e ingrata con la Madre Tierra. Los elementales o espíritus de la naturaleza se hallan literalmente agobiados a causa del descuido y del abuso, e imploran más llama violeta. No debéis vacilar en usar la llama violeta en cada sala o habitación en las que entréis y en cada conversación que mantengáis. Podéis hacer un llamado como: «En el nombre de la Presencia de Dios y de mi propio Ser Crístico, pido que la llama violeta elimine cualquier cosa existente entre esta persona y yo que pudiera interferir en nuestra conversación hoy». Ya conocéis el aspecto de una sala recién limpiada o recién pintada. Pues bien, la llama violeta puede producir la misma sensación en una habitación de hotel, de hospital, de una oficina o de nuestra casa. Cuando llegué a este retiro, recibí unos baños de llama violeta para liberarme de cualquier sensación de conexión con mi cuerpo terrenal y mis lazos con la Tierra. Sentí una aceleración integral de todo mi ser. La llama violeta es el borrador, el limpiador y el regenerador cósmicos. El violeta es el color del chakra del alma en estado purificado. Se halla situado entre el chakra de la base y el del plexo solar. Por tanto, ese chakra necesita de la llama violeta; vuestra alma también la necesita para que la libere y la ayude a elevarse al nivel del Cristo.
* Para una mejor comprensión de la alquimia, véase Saint Germain On Alchemy [Saint Germain: Alquimia].
El plexo solar es morado y dorado con motas de rubí. El morado constituye la acción profunda de la llama violeta, necesaria para equilibrar las emociones y sanar la psicología. El plexo solar es el lugar donde se afianza el cuerpo emocional. Cuanto más capaces seáis de transmutar vuestras emociones negativas guiados por la luz dorada de la iluminación, más hallaréis la perfecta armonía. El plexo solar es morado porque necesita una mayor medida del azul de protección. Cuando os halléis en el aura de Saint Germain, sentiréis que todo es posible. Él, junto con su amada Porcia, encarna todas las cualidades de las cuales hemos estado hablando. La misericordia La misericordia es una cualidad de la llama violeta. Es el aspecto del rayo rosa de esta llama. Es una cualidad divina a la que cada cual debería aspirar. Observo que la gente ora constantemente pidiendo misericordia, pero se muestra muy poco proclive a concedérsela al prójimo. Todos cometemos errores y la misericordia constituye un ungüento de bienvenida. ¿Recordáis la historia de Jean Valjean en Los Miserables? El obispo le concede la misericordia de no denunciarlo cuando este ladrón le roba la cubertería de plata y, en lugar de ello, regala a Jean los candelabros también de plata. Este acto de misericordia conmueve en lo más íntimo a Jean Valjean. A partir de entonces, decide vivir con honor y generosidad durante el resto de su vida. No paséis por alto los Jean Valjean con los que podáis tropezaras en la vida. La misericordia cambia por igual al que da y al que recibe. No es un acto de lástima o permisión, sino de transformación.
Orad a Kwan Yin, la maestra oriental de la misericordia, la tutora de vuestra alma en la llama de la misericordia porque ella es la auténtica maestra de este sagrado atributo. ¿Por qué la llama violeta no se ha revelado durante las experiencias cercanas a la muerte? Suele ocurrir que las verdades espirituales que se les muestra a las personas tienen aspectos que, en mayor o menor grado, les son familiares. Un budista no ve a Cristo durante una experiencia cercana a la muerte ni los cristianos ven a Buda. Dios tiende a revelar una cierta cantidad de verdades a la vez. Ahora me doy cuenta de la escasa proporción de lo que se nos revela y de qué poco entiende de la verdad la mayoría de la gente. Se ha permitido a los maestros ascendidos compartir el grado más elevado de conocimientos espirituales y de la verdad, de entre todas las enseñanzas que conviven hoy día en este planeta. Pero incluso aquéllos se hallan limitados ya que las personas deben hacer méritos y estar preparadas para aprender las verdades que se les muestran. Las enseñanzas que Jesús conoció pudieron haber llenado al mundo, pero, al parecer, no pudieron darse en su totalidad durante la dispensación de Piscis. En general, hay un principio espiritual que dice que el alumno debe estar preparado antes de recibir ciertas enseñanzas o conocimientos. Yo soy un buen ejemplo de ello. Me fue revelada la llama violeta, pero sólo ahora la entiendo de verdad. Mi mente humana no estaba preparada para asumirlo ya que se hallaba fuera de contexto en relación con mis conocimientos espirituales. Para mí se trataba únicamente de un hermoso color y, al apreciar sólo una pequeña porción de lo que representaba, no comprendía en su pleno significado la importancia de esa llama.
Si pudierais entrevistar a varios buscadores espirituales del mundo, descubriríais que muchos de ellos han visto la llama violeta aunque no hayan comprendido plenamente lo que representa. Se me han mostrado muchas cosas de las que no se me permite hablar. La gente suele pensar que le gustaría saber más y muchos buscan experiencias espirituales. En realidad, no importa el sendero elegido si es legítimo a los ojos de Dios. El principio más importante es interiorizar la enseñanza. Recordad que algunas civilizaciones que recibieron una parte de verdad mayor que nosotros, cayeron. Por ello, los maestros dirigen su atención hacia el corazón y la psicología, junto con otros ejercicios espirituales y rituales. No hacen hincapié en los siddhis (poderes paranormales) o incluso en los milagros visibles, porque éstos no aseguraron en el pasado el crecimiento espiritual de las personas. Si la gente cumple con su destino espiritual, entraremos en un ciclo en el que un mayor número de personas mostrarán los dones del Espíritu Santo, lo cual se permitirá cuando el planeta se halle en el punto de mayor peligro y llegue el momento crítico en que deberán tomar la decisión definitiva: el sendero de Dios o el de las riquezas. Ahora he comprendido que a lo largo de los siglos un pequeño grupo de adeptos procedentes de senderos espirituales distintos ha recibido y ha comprendido verdades espirituales trascendentales. Sin embargo, estas verdades tenían que ganarse por mérito propio y no darse a la gente en general. Como alma recién llegada al reino etérico, yo no dejaba de preguntar: « ¿Por qué no comunicáis a la gente algunas de estas verdades?» Quería que mi propia Iglesia se apercibiera de numerosos aspectos que estaba pasando por alto. Pero, como todo aquí, existe una geometría, una fórmula espiritual. El nivel, antes de ser concedido, debe ganarse. Dios no revela la verdad
indiscriminadamente y, sin embargo, se halla a disposición de todos los que la buscan con corazón puro. El perdón Me gustaría hablaros acerca de la llama del perdón, otro aspecto de la llama violeta. El perdón es de una importancia mucho mayor de lo que cree la mayoría de la gente. Abre las puertas a vuestra evolución crística y su carencia las cierra al avance espiritual. Cuando comprendáis la elegancia del sistema de justicia cósmica, advertiréis que todos rinden y rendirán cuentas por sus actos. A nosotros nos toca perdonar y no juzgar. Cuando perdonáis, estáis perdonando al alma de otro, de modo que no estáis impidiendo el crecimiento de la otra persona ni el vuestro. No estáis siendo indulgentes con la acción. Si sois incapaces de perdonar, debéis ser conscientes de que estáis creando un espacio de vulnerabilidad en vuestra propia psicología, por lo que será necesario orar fervientemente a fin de cambiar de parecer. Recitar a diario el decreto del perdón os será de gran ayuda para acumular esa energía del perdón en vuestra aura para cuando os halléis en situaciones especialmente complicadas. El decreto que mi esposo recita para la llama violeta del perdón es como sigue: YO SOY el perdón aquí actuando, arrojando las dudas y los temores, la Victoria Cósmica despliega sus alas liberando por siempre a todos los hombres. YO SOY quien invoca con pleno poder
en todo momento la ley del perdón; a toda la vida y en todo lugar inundo con la Gracia del perdón. ** ** Véase Elizabeth Clare Prophet: Decretos de Corazón, Cabeza y Mano. Ciudad de México: Guillermo Montoya, 1995). Sobre la compensación La compensación es una parte necesaria del sendero espiritual. [Establece la ley kármica que] si se toma algo de otra persona, hay que reemplazarlo. Si se ha sido desagradable con alguien, hay que buscar el modo de mostrarse gentil con dicha persona. Si se ha arrebatado una vida por medio de un aborto, hay que buscar el medio de servir y patrocinar la vida y luchar contra esa creencia que un día se adoptó. Todo esto también puede aplicarse a las drogas. Si se ha promovido su consumo entre otras personas o se ha actuado como traficante, es absolutamente necesario que se dedique una parte del tiempo a la lucha contra el consumo de ellas. La compensación significa que se ha comprendido y aceptado el error propio cometido en la utilización de la energía de Dios y que ahora hay que repararlo. La mejor manera de hacerlo, en la medida de lo posible, es llevando a cabo lo opuesto a aquello que se hizo y que se sabe equivocado. Os imparto esta enseñanza porque, aun cuando pongáis todos vuestros errores en el fuego de la transmutación y del perdón, para completar el círculo son precisas acciones tangibles que os permitan servir a la vida allí donde la hayáis perjudicado. Casi peor que la acción negativa es la justificación, que puede impedir la expiación y la compensación. El objetivo final es
liberarse de estas cargas que no proceden del Yo real, y ser íntegros ante vuestro Dios. Los editores cuestionaron el uso por parte de mi esposo de la palabra retribución ***, opinando que realmente se refería a restitución. Sin embargo, cuando le preguntamos acerca de la intención de sustituirla, dijo que, aunque retribución implica castigo, no contiene posibilidad de ser mal interpretada. Se requiere una compensación kármica y esta acción restauradora o «tributo» no sería necesario si a priori no hubiera habido la acción incorrecta o el error. Explicó que, aunque la compensación ya se da con la comprensión y el arrepentimiento, a la postre, es una forma de castigo cósmico que precisa de una porción de tiempo, energía o abundancia, que en condiciones normales no haría falta que esa alma diera. Añadió que no se trata de llevar a cabo una mera acción noble o amable, sino de un paso necesario para eliminar el registro y sanar el alma. También nos comunicó que, para que se produzca la curación, la compensación no debe nacer como una obligación en el corazón de la persona que cometió la ofensa. El alma necesita de la misericordia y del perdón, pero no puede evolucionar si no experimenta alguna consecuencia en forma de compensación por sus acciones erróneas, lo cual es, a la vez, compensación y restitución. *** En la versión original en inglés se utiliza como epígrafe la palabra «retribución», la cual se relaciona especialmente con el significado al que se refiere la autora en este párrafo, cosa que no ocurre en español, idioma en el que se ha traducido por «compensación» al ser más acorde con el sentido real en el contexto de las explicaciones. [N. de E.]
Propósito y significado del séptimo día, de la semana Hoy día, en el mundo en que vivimos, las personas han compartimentado a Dios en el ámbito de su vida. Muchos tratan el tema de la religión casi como si fuera un pasatiempo para cuando les conviene o como un deporte que practican en horas determinadas. Para otros, Dios sólo es alguien al que se invoca en momentos de crisis agudas. Dios es la pura energía de la vida. Dios está en todo. Cuando eliminamos a Dios de nuestra vida y del planeta, el único resultado posible es la decadencia. Dios nunca ha estado destinado a ser un cajón más de una amplia cómoda de opciones. Él está destinado a ser la base y el marco de todo. Hemos perdido nuestra reverencia por la vida en los demás y en el medio ambiente. El propósito inicial era que el séptimo día fuera consagrado como un día de recreación divina. Su objetivo era recordarnos nuestro origen divino y concedernos fe y fortaleza para pasar el resto de la semana. Se instituyó para ser un día dedicado a reunir a la comunidad espiritual y a la familia. Hoy día, por razones de conveniencia, muchos establecimientos están abiertos el séptimo día. El materialismo reina sobre la espiritualidad. El precio que se paga es enorme. Cuando lleguéis a este lado, veréis las cosas tal cual son y os preguntaréis por qué no presentasteis más desafíos cuando estabais en la Tierra. La pregunta principal que las huestes ascendidas formulan es: « ¿Qué hará falta para que la gente despierte?»
7 Encuentro con los Maestros ¿Qué nos puedes decir acerca de las enseñanzas de Jesús? Los estudiantes de los maestros ascendidos han recibido las enseñanzas más profundas sobre el cristianismo desde que Cristo estuvo encarnado. El mundo cristiano aún no ha comprendido por entero la dispensación de Jesús y el verdadero propósito de su misión. Él anhela que se dé a los portadores de luz la verdad en su totalidad. Sin embargo, sabe que, en muchos casos, sus enseñanzas han sufrido tantos cambios que la gente no sería capaz de reconocer la verdad y hasta llegaría a defender lo que han expuesto los lobos con piel de oveja. Jesús está atónito ante la multitud de denominaciones que actualmente existen, cada una explicando o interpretando de una manera diferente las enseñanzas que él impartió. Siente profunda tristeza por hallarse tan aislado en las mentes de sus seguidores. No le parece lógico que la gente acepte una imagen del cielo que implique en su mayor parte a Dios, a Jesús y al Espíritu Santo. Lo que desea es que los cristianos entiendan que no es él, sino el Cristo al que encarnó quien en realidad constituye la puerta abierta al cielo. Su misión fue magnífica: demostrar a la humanidad su verdadera identidad en Dios. Tenía que ser el que mostrara el camino y su mensaje fue: «Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo». (Fil. 2:5) Pero la gente lo oye y no lo comprende. Hemos de convertirnos en el Cristo. Ello no significa de ningún modo que hayamos venido con el nivel de logro espiritual de Jesús, ni con su misión, ni en su lugar ante Dios; significa que existe un propósito en la
vida mucho más elevado de lo que la mayoría de la gente comprende. Asimismo, ello implica la gran responsabilidad que tenemos por nuestras acciones, así como la limpieza de nuestros templos a todos los niveles: espiritual, emocional, mental y físico. Significa que, a pesar de que quizá pequemos, nuestra verdadera identidad se halla en Dios y no como «un pecador». La mayoría de las personas se identifican en tal medida con su yo humano, que se han separado totalmente de su identidad espiritual. ¿Has visto a Jesús? Sí, he visto a Jesús. Es todo lo que nadie en la Tierra pueda imaginar y más que eso. Trabaja de manera infatigable a favor de este planeta. Incluso habló conmigo por ser yo alguien que había estado recientemente encarnado y me preguntó lo que pensaba de las limitaciones y malentendidos acerca de sus enseñanzas. Le conmueve cada devoto sincero, pero le entristece enormemente que se haya negado la verdad a esas almas. Asimismo, es cierto que se halla presente cuando dos o más se reúnen en su nombre. A medida que nos acercamos al final del ciclo de los dos mil años que hace que caminó sobre la Tierra, está resuelto a que la gente goce de la oportunidad de conocer la totalidad de sus enseñanzas. A pesar de ello, no quiero dejar de mencionar a los cristianos que han interiorizado sus enseñanzas y viven imitando a Cristo, así como a los que hablan por don del Espíritu Santo y poseen numerosos dones concedidos por éste. Son almas que viven con un fervor y un gozo espirituales propios de Dios. Sin embargo, hay que reconocer que ello no es cierto en la mayoría de los casos.
Algunos cristianos van cambiando de Iglesia en busca del ministro o pastor adecuado. Sus almas sienten que hay algo más, pero no han encontrado lo que buscan. Se entiende que el ministro es el maestro espiritual de su rebaño. Se trata de un llamado de Dios. Pero si el ministro es un recipiente vacío o con carencias espirituales, no puede transmitir los frutos de la enseñanza a la congregación y Dios no puede utilizar un vehículo tal para inspirar o transformar a las almas. Así, muchas almas sinceras se quedan hambrientas y tratan de hallar satisfacción en la consideración de los hombres mientras permanecen en el seno de la comunidad eclesial. No es esto lo que Jesús desea para su rebaño. Hay momentos en que literalmente llora cuando contempla a la Iglesia en su totalidad. También se aflige por los que abrazan otras religiones. En muchísimos casos, la luz que debería estar presente y ser tangible en la casa de Dios —sea ésta templo, mezquita, sinagoga o iglesia— se ha oscurecido. Los maestros intentan por todos los medios despertar a los hijos e hijas de Dios antes de que sea demasiado tarde. El Sagrado Corazón El Sagrado Corazón de Jesús constituye el epicentro del cristianismo. El Sagrado Corazón es el recipiente que contiene la esencia de la luz de Cristo. En el ritual de la comunión, celebramos el cuerpo y la sangre de Cristo. En términos físicos, el corazón es el órgano que bombea la sangre. En términos espirituales, el corazón bombea el puro amor y luz de Cristo y es con su corazón que hemos de buscar la unidad. Los nuestros han de arder en el fuego eterno que describe san Juan de la Cruz. La Biblia nos dice que cuidemos de nuestro corazón. Es una enseñanza que puede entenderse a diferentes niveles. Uno es
el del sentimiento. Si el corazón no es puro o no está centrado, puede que estemos generando insensibilidad (un corazón endurecido) o debilidad (un corazón débil), según las circunstancias. En general, todo cuanto hacemos afecta al corazón —la alimentación, el ejercicio, las palabras airadas o amables, el amor o el odio, el egoísmo o el desprendimiento, el estrés o la armonía—. El corazón refleja física y espiritual-mente nuestras acciones. Deberíais preguntaros: «¿Con qué he alimentado mi corazón en el día de hoy? ¿Cómo he cuidado la llama de mi corazón en este día?» Las enseñanzas de Jesús sobre la reencarnación Jesús fue el Mesías. Nos trajo el mensaje de salvación para nuestras almas, un mensaje que ha sido amañado y cambiado por muchas manos en el transcurso de los siglos. No debería sorprenderos, incluso mientras hablo, que numerosos eruditos estén sacando a la luz nuevas versiones de la Biblia. Nuestra mayor pérdida ha sido la enseñanza de Jesús sobre la reencarnación, es decir, hacernos comprender que el verdadero objetivo de la vida es convertirnos en uno con el Yo Superior, o el Yo Crístico, y que a la mayoría de las almas les cuesta varias vidas lograrlo. La teoría de la reencarnación ¿contradice realmente las enseñanzas de Cristo? En ese caso, ¿cómo habrían podido preguntarle sus discípulos si un hombre nacido ciego, lo era por sus pecados o por los de sus padres (Juan 9:2), si no hubieran comprendido la ley del karma y de la reencarnación? Muchos cristianos comprenden mal las enseñanzas de Jesús y consideran una blasfemia decir que cada uno de nosotros puede convertirse en el Cristo. Lo que no perciben es que para ello se
precisa una dedicación espiritual que pocos buscan o saben buscar. No estamos diciendo que el yo humano posea la unidad con el Cristo. Alcanzar la cristeidad es una elección que hacemos cada día, a menudo cada siglo, que el alma hace para purificar y fundirse con la luz de Cristo. Ello exige sacrificio, entrega y disciplina; caridad, sabiduría y humildad. Exige todo cuanto ejemplificó Cristo. La cristeidad individual no es la deificación de lo humano, sino el reconocimiento de lo divino en nuestro interior. Cuando pensáis en la justicia divina, ¿tiene sentido que sólo dispongamos de una oportunidad, de una vida, para aceptar a Cristo e ir al cielo o bien ser condenados a ir al infierno? Fijaos en las aparentes desigualdades con que los seres humanos nacen: algunos son ricos, otros pobres; algunos reciben amor y dulzura y otros, abusos o indiferencia; hay quien disfruta de salud mientras otros sufren enfermedades. Y la lista continúa. De igual forma, algunos nacen cristianos, mientras otros son hindúes, budistas, musulmanes, judíos, zoroastrianos, etc. ¿Resulta lógico que Dios haya instituido un sistema mediante el cual sólo los cristianos puedan ir al cielo? En mi más reciente encarnación visité en cierta ocasión unos pueblos aislados en el confín de la frontera turca con Rusia. Había gente cuyas familias habían sido musulmanas durante siglos y los misioneros cristianos jamás llegaron a aquellos lugares. ¿Significa ello que la gente que vivía allí merecía un lugar de inferior categoría en la casa de Dios? La verdad es que cuando estas almas cruzan el umbral de la vida, reciben la oportunidad de conocer al Yo Crístico y de aceptarlo. Un alma justa aceptará siempre al Cristo. Y así se cumplen las palabras de Jesús: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre sino por mí.» (Juan 14:6). El Cristo es la puerta abierta y el camino hacia Dios.
Jesús nos dijo que le hubieran salvado legiones de ángeles de haber elegido invocarlas. Sin embargo, hasta hace muy poco, muchos ignoraban o apenas daban importancia al reino angélico. Asimismo, la Madre María se ha aparecido a numerosas almas como intercesora entre ellos y Jesús y, no obstante, pocos salvo los católicos comprenden su papel. La Biblia habla de una anterior venida de Elías (Mateo 17:12). ¿Dónde estaba antes de volver? * En verdad, en el cielo hay santos que son las huestes ascendidas. Se han unido con el Cristo y reverencian a Jesús por la extraordinaria misión que llevó a cabo. Si encontráis difícil creer que la gente haya manipulado las enseñanzas de Jesús, investigad un poco la historia. ¿Por qué creéis que el libro del Apocalipsis incluye la admonición según la cual quien añada o quite algo de ese libro será privado del árbol de la Vida?: porque se precisaba que una enseñanza permaneciera pura. Fijaos en lo diferente que es respecto al resto de la Biblia y en la simbología. Pocos han sabido cómo interpretarla y muchos ignoran ese libro. Sin embargo, contiene muchas de las claves de la era en la que vivimos. También hallamos que, a la muerte de los santos, tanto orientales como occidentales, hay discusiones entre sus discípulos acerca del verdadero significado de sus enseñanzas. En ocasiones, hasta han nacido dos o más órdenes o sectas de lo que era la enseñanza única de un santo o de un gurú, dando lugar a nuevas interpretaciones de las enseñanzas del maestro. Asimismo, en la Tierra hay libros aún por descubrir. Otros han sido hallados, pero no se han traducido, y otros, que se conocen, se mantienen apartados del conocimiento público. Todos ellos corroborarían lo que acabo de deciros y lo que la mensajera os ha enseñado. ** ¿Por qué la gente cree que se minusvalora el papel de Jesús si aceptamos como herencia divina la elección de convertirnos en
Cristo? Jesús sigue siendo el ejemplo. Vino para compartir el camino de su cristeidad con nosotros. Le hemos negado el cumplimiento de su enseñanza y, al hacerlo, hemos protegido de muchas maneras nuestro yo inferior. Reconocer sus verdaderas enseñanzas significaría para este planeta una revolución de luz, dirección espiritual y propósito. * Véase Elizabeth Clare Prophet: Reencamación: el eslabón perdida de la Cristiandad (Madrid: Arkano Books, 2000) y Elizabeth Clare Prophet: Karma, reencarnación y cristianismo (Barcelona: PORCIA EDICIONES, S.L., 2002). ** Véase Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet: Las enseñanzas perdidas de Jesús, 1-4. Hoy día, multitud de iglesias se esfuerzan en hacer que el ser humano se sienta cómodo. Pero no se trata de entretenimiento y comodidad humanas. Lo que importa siempre ha sido la luz. Cuando la gente encuentra a las Madres Teresa de este mundo, sabe que se halla en presencia de un amor incondicional y de una extrema humildad, y sienten la luz y la irradiación de su presencia. La Madre Teresa cumple con la fórmula de la luz porque sirve al Cristo que hay en todos. Puede que no comprenda todo cuanto he compartido con vosotros, pero entiende el principio de ver a Cristo en todos los seres con los que se encuentra. Al hacerlo, mantiene el concepto inmaculado de la verdadera identidad divina de cada cual. El papel de Jesús en la salvación del planeta
Quisiera deciros algo más acerca del papel de Jesús en la salvación de este planeta. ¿Os dais cuenta de la importancia de este ciclo de 2.000 años? Durante siglos ha estado al lado de los portadores de luz, esperando que algún día despertáramos a la verdad de sus enseñanzas. Hasta ahora ha mantenido el equilibrio a favor nuestro, pero ya no se le permite seguir haciéndolo de la misma manera. Dios es un padre generoso. Pero llega un momento en que, o bien hemos de levantarnos y reflejar todo cuanto se nos ha dado, o bien hemos de caer en la desidia de no ver o vivir en la verdad. Nuestras cargas se hacen cada vez mayores Y más difíciles de soportar. Todas las respuestas se hallan en las enseñanzas de Cristo, pero debemos convertirnos en ellas. Jesús continuaría llevando de buena gana nuestras cargas, pero ya no resulta lícito. Dios no lo permitirá. Sólo serviría para que nosotros continuáramos igual. Ha llegado la hora de que la gente despierte, de que crezca espiritualmente. Se nos ha dado todo cuanto necesitamos, queda ahora en nuestras manos el trabajo duro. Cuando vuestra carga sea ligera, podréis cumplir con vuestro destino. Se lo debemos a Jesús y no podemos fallarle. El Buda Gautama Me gustaría hablar sobre el sendero búdico. Como ya sabéis, el Buda Gautama siempre me gustó y apreciaba su presencia en la estatua que teníamos en casa, aunque estaba muy lejos, todavía, de comprender el budismo. La mayoría de los cristianos nunca han ahondado en las enseñanzas orientales. Creen que Dios sólo permite salvarse mediante la creencia en Jesucristo. A pesar de que en cierto modo es verdad, lo que no tienen en cuenta es la programación prevista en el tiempo para que un alma devota y creyente en
Dios sea presentada ante Cristo. Hermosas almas de distintas creencias religiosas aceptan a Cristo cuando realizan la transición y advierten que la puerta hacia Dios es el Yo Crístico. Buda precedió a la dispensación del cristianismo. ¿Cómo puede una persona temerosa de Dios estudiar su vida y no ver que fue enviado con una misión por el mismo Dios? Muy pocas de sus enseñanzas contradicen nuestras creencias cristianas. Su forma de meditación es sumamente útil para cualquier alma empeñada en reducir el estrés y aumentar en comunión con Dios. Su sabiduría, sin paralelo, no tiene precedente. Sus enseñanzas sobre el deseo, las Cuatro Nobles Verdades y el Sendero Óctuple, son atempérales. El budismo ha sido pervertido en muchos templos, pero en los casos en que se conservan las auténticas enseñanzas, constituye uno de los senderos legítimos conducentes a Dios. El Buda nos ha visitado en nuestro retiro en dos ocasiones. La calidad de la paz que trae consigo y la iluminación son casi cegadoras. Mucho se opone a su llama en la Tierra. La gente reclama paz, pero excede los límites de esa paz, tanto en su vida interior como en la exterior. Si hubiera más personas poseedoras de armonía y paz interiores, el planeta iría en esa dirección. ¿Qué os mantiene alejados de la paz? Meditadlo. Luchad contra ello. ¡Atad a las fuerzas de la antipaz! La gente anhela la iluminación, pero no la reconocen cuando se hallan en su presencia. La sabiduría no está pasada de moda, aunque ciertamente no abunda. Se prefiere honrar al intelecto por encima de la sabiduría, incluso en muchos de los seminarios, sinagogas y templos de este planeta. Cuanto más se perfecciona el sistema educativo en el mundo, más abunda el intelecto y la inteligencia humana y menos la sabiduría. No ha de ser ni debería ser así. Orad para que nuestras universidades se conviertan en templos de sabiduría.
No elegimos líderes sabios porque hemos perdido de vista la verdadera sabiduría del liderazgo. La gente tiende a pensar que desear un dirigente ejemplar que posea integridad, sabiduría, honor y compasión, no es más que un sueño, una falsa esperanza, un cuento de hadas. Ello ocurre porque perdemos de vista todo cuanto es posible y correcto. Nos hemos convertido en unos cínicos. El maya nos rodea y aumenta en densidad. Hemos de pedir un nuevo día para el planeta Tierra. Hemos de invocar soluciones divinas para cada problema con el que nos enfrentemos. Los ángeles esperan que les asignemos tareas. Hemos de pedir un gobierno divino para el planeta. Mark Prophet En 1936 los maestros ascendidos entraron en contacto con Mark L Prophet cuando éste tenía 17 años, a fin de prepararlo para ser su mensajero. De 1952 a 1958 éste publicó una serie de cartas del maestro ascendido El Morya quien, en su última encarnación, siendo el Maestro M., ayudó a fundar la Sociedad Teosófica. En 1958, El Morya envió a Mark a Washington D.C. para que fundara The Summit Lighthouse con la misión de publicar las enseñanzas de los maestros ascendidos y empezar a pronunciar en vivo los dictados que recibía de aquéllos. Siete maestros ascendidos dieron los dictados, a través de Mark, que fundaron The Summit Lighthouse en presencia de los miembros del consejo directivo original el 7 de agosto de 1958 en Filadelfia. En 1961, su llama gemela, Elizabeth se unió a él y fue preparada para ser también mensajera, cargo que ocupó cuando Mark falleció y realizó su ascensión en 1973. ¿Has conocido al mensajero Mark Prophet?
Hay mucho que decir acerca de Mark Prophet, ahora llamado maestro ascendido Lanello. Ciertamente posee un corazón magnánimo y en el reino etérico se le conoce por esta cualidad, un atributo que todos haríamos bien en alcanzar. Cada persona puede preguntarse: « ¿Cómo es de magnánimo mi corazón?». He podido hablar con él en varias ocasiones ya que le ha interesado sobremanera esta dispensación y la oportunidad que se me ha dado de compartir algo de lo que he aprendido. Estoy impresionado por su sabiduría y humildad, y su humor me divierte. Me dijo que pocas personas se dan cuenta de lo desafiante y rigurosa que fue la preparación de su esposa y complemento divino, Elizabeth, para desempeñar el papel de mensajera. Ve cómo algunas personas abandonan el sendero o permanecen en él con el corazón herido o lleno de ira a causa de disciplina o exigencias mucho más simples que las que ella sobrellevó. Mencionó que uno de sus mayores retos fue no contener ni suavizar ninguna de las pruebas que ella necesitaba recibir a fin de cumplir con su destino espiritual. Desea que sepáis que su llama gemela, su alma gemela, se ha visto ahora en un papel similar. Ella percibe lo que necesita un alma para progresar, pero la verdadera esencia de la prueba para el alma consiste en no percibir por qué necesita lo que está recibiendo. Es la prueba de fuego. Pueden ser pruebas breves o durar años. La lección reside en mantenerse en el sendero con fe y seguir hacia adelante dando servicio y amor. Os recomiendo el estudio de la última encarnación de Lanello de la que aprenderéis mucho acerca de la fe, la sujeción a la voluntad de Dios, el vencimiento de cualquier obstáculo y también sobre la alegría. La siguiente pregunta se la formulamos al haber llegado a nuestro conocimiento que mi esposo había estado encarnado en
uno de los hermanos de la Orden de san Francisco. A propósito, este santo encarnó más tarde en el Maestro K.H. quien, junto con El Morya, fundó la Sociedad Teosófica. Su nombre de ser ascendido es Kuthumi y sirve en el rayo amarillo de la iluminación ***. ¿Has visto a Kuthumi? No sólo le he visto sino que he tenido el privilegio de mantener largas charlas con él. Como ya sabéis, es maestro de psicología. Ha dado varias conferencias a los que aún podemos hacer la ascensión sin ser todavía candidatos a ella. La pureza del amor que desarrolló siendo san Francisco y su capacidad para soportar los estigmas le proporcionaron un gran control sobre el cuerpo emocional. De entre nuestros cuerpos inferiores, el emocional es el que a la gente le cuesta más dominar. Con maestría, san Francisco consiguió controlar el plexo solar y obtuvo la presencia de la paz de Cristo. *** Saint Germain: Alquimia 1. Fórmulas para, la autotransformación. El control sobre las emociones, del que yo ciertamente carecía en mi última vida, sólo se obtiene cuando el vínculo con Dios y el deseo de convertirse en Cristo es mayor que cualquiera de los deseos mundanos. Al recorrer con la mirada, compruebo que poca gente posee este nivel de compromiso con el sendero. Muchos aman el sendero y desean crecer espiritualmente, pero su apego a las cosas del mundo tiene preferencia sobre su unión con Cristo. A fin de llegar a controlar el plexo solar y el cuerpo emocional, hay que enfrentarse con la psicología propia y dominarla hasta el último ergio. Kuthumi se propone impartir un nivel de enseñanza en esta área que sobrepase todo cuanto se ha
aprendido hasta ahora de psicología. Me siento ayudado y liberado de una forma que nunca había imaginado, gracias a la nueva comprensión que él me ha ofrecido. Estas enseñanzas podrían alterar sustancialmente el campo de la psicología, pero los portadores de luz aún no se han hecho merecedores de las dispensaciones que les han de ser dadas. Quizá podríais añadir esto a vuestros decretos y oraciones. ¿Qué día declararéis la guerra espiritual a los hábitos o impulsos que os hacen retroceder? ¿En qué instante alcanzaréis la humildad precisa para buscar el asesoramiento necesario, sea éste espiritual o psicológico, o para incrementar vuestro trabajo ante el altar? La respuesta es diferente para cada persona, pero la prueba consiste en no engañaros a vosotros mismos en lo que respecta a vuestras necesidades. Un manto de depresión cubre el planeta. Hay que eliminarlo. Pesa sobre los portadores de luz y todos los dotados de sensibilidad. Decretad para disolverlo. Esforzaos en estar por encima de él revestidos del espíritu de la alegría. En presencia de Kuthumi, todo vacío y división en mi psicología se hicieron tan evidentes como el sendero para su sanación de una vez por todas. Desearía que a los portadores de luz también les alcanzara el mismo regalo porque constituye el sendero hacia la libertad. En su presencia no hay nada en lo que escudarse; en el mundo, en cambio, hay mucho en lo que escudarse. Algunas veces sin saberlo y otras conscientemente, negamos, culpamos, ocultamos, odiamos y mentimos a fin de evitar tener que mirar la propia psicología. Así continúa a través de muchas vidas hasta el día en que exclamamos: « ¡Hasta aquí y no más! Anhelo la paz de Cristo en mi interior, su armonía y su amor. Estoy preparado para enfrentarme con todo lo que me aparta de mi Yo real». Y cuando lo deseéis de veras, la mano de Kuthumi se unirá a la vuestra.
No olvidéis la sanación de vuestra psicología en relación con el Dios Padre/Madre. Tendemos a centrarnos en nuestras relaciones humanas, pero ¿cuál es la naturaleza de vuestra relación con Dios? ¿De qué le culpáis? ¿Qué os mantiene enojados con Dios? ¿Qué os mantiene distanciados de Dios? ¿Cuándo permitís a Dios entrar en vuestra vida y cuándo le omitís? ¿Cómo veis y entendéis al Dios Padre/Madre? Ésta es una clave para vuestra sanación. Sobre la «oración de san Francisco» Creo que lo más duro de estar en este lado es contemplar las numerosas maneras en que el propio karma y el falso sentido de la realidad ciegan a la gente. Muchas personas realizan actividades que no valdrán para bien ni para mal en el reino etérico. Digo esto con total conocimiento de mi reciente permanencia en la Tierra y mi propensión a algunas de esas actividades e ilusiones. De ahí que, cuando seleccionéis vuestras actividades, os preguntéis: ¿Jesús habría ocupado sus horas de este modo? Siento un deseo profundo de salvar a cada portador de luz que pueda y de ayudarle a percibir lo que yo mismo no advertí en su momento. Y sin embargo, sólo estoy autorizado a compartir ciertas verdades. El resto, o han de adquirirse por propio mérito o en estos momentos no pueden revelarse. Orad para que se os muestre lo que os impide ver y comprender la mayor cantidad posible de enseñanzas de los maestros ascendidos. Si os detenéis a considerarlo, hay numerosas pistas y claves en mucho de lo que he compartido con vosotros. Muchas de las enseñanzas más profundas son muy sencillas y, sin embargo, nos exigen el total desafío de todo cuanto hay de irreal en nuestro interior. Gran parte de aquello a lo que habéis de aspirar
se halla contenido en la oración de san Francisco que yo llevé en mi cartera hasta el momento de mi fallecimiento. Esta oración puede interpretarse según dos niveles. El primero es que si os convertís en todo cuanto contiene la plegaria, llegaréis a ser un antídoto de todo lo que vaya en contra de la vida eterna. Vuestra presencia será similar a un auténtico rayo de luz sanadora ante quienquiera con que os tropecéis. En sus interacciones con vosotros, experimentará paz, amor, perdón, fe, esperanza, luz y alegría. Anhelará conocer la fuente de esta luz y vosotros podréis guiar a su alma. El segundo nivel según el cual podéis estudiar la oración es muy personal. Consiste en estudiar cada línea, examinando con toda franqueza vuestra posición en relación con los atributos que vayáis mencionando y, sobre todo, aquello en vuestro interior que ejemplifica mal lo citado. Señor, hazme un instrumento de tu paz. Tener una paz verdadera, que es la Presencia de Cristo, es irradiar y encarnar todo cuanto incluye esta oración. Si tenéis que ser un instrumento de la paz, debéis enfrentaros con todo cuanto impida la armonía en vuestro interior. Donde haya odio, déjame sembrar amor; Si tenéis que ser un instrumento del amor, debéis examinar todo cuanto haya de antiamor en vuestro interior. donde haya ofensa, perdón; Cuando os sintáis heridos, buscad el perdón, porque a través de él conservaréis la armonía y sostendréis el amor.
donde haya duda, fe; Cuando dudéis, enfrentaos con el núcleo de vuestras dudas. La fe supera a la duda si la abrazáis con sinceridad. Preguntaos: « ¿Por qué concedo tanto poder a esta duda en particular? ¿Por qué permito que supere mi fe?». donde haya desesperación, esperanza; Cuando la desesperación os abrume, acudid a la esperanza. La desesperación eclipsa al verdadero Yo. La esperanza permite seguir adelante. donde haya oscuridad, luz; En vuestros momentos más oscuros, intentad recordar la luz. La luz es la clave alquímica. y donde haya tristeza, alegría. Cuando estéis tristes, atad las energías de la antialegría que impregnan vuestra aura o que se hayan enviado contra vosotros. La tristeza atrae a entidades desencarnadas o espíritus terrestres de la antialegría y energías pesadas. Cuando estéis tristes, pueden ser de gran ayuda los decretos de llama violeta o la música. Oh Maestro Divino, concédeme que no busque tanto ser consolado como consolar; ser comprendido como comprender; Cuando os sintáis agobiados, uno de los mejores remedios es consolar a otra persona e intentar comprender las cargas o el dolor que esté experimentando. No se trata de ignorar vuestro propio dolor, pero es necesario enfrentarse con él. He hablado repetidamente de la importancia de resolver a través del asesoramiento profesional todo aquello que bloquea vuestra propia psique. Pero hundirse en el dolor propio un día tras otro
sólo aumenta la carga. Servir a los demás constituye un auténtico privilegio en el sendero. No olvidéis este llamado sagrado. ser amado como amar. Cuando se ama sin egoísmos, se recibe mucho más amor. Es la ley espiritual. Porque es al dar que recibimos, Cuando des desinteresadamente, recibirás. Es una ley espiritual. es al perdonar que somos perdonados, Cuando perdonéis y mostréis misericordia hacia los demás, recibiréis más misericordia. Es la ley espiritual. y es al morir que nacemos a la Vida eterna. Muriendo —a todo lo irreal y viviendo las palabras de esta plegaria, las cuales son reales— naceréis a la vida eterna. Yo conocí a san Francisco. Su vida y su oración eran una sola cosa. La paz sanadora de su presencia produjo una marca indeleble en mi alma, que he llevado durante siglos.
8 Karma y reencarnación: lecciones de vidas pasadas Equilibrar el karma
¿Os habéis fijado en cuántas veces los maestros os han aconsejado equilibrar el karma mientras estáis encarnados, en lugar de esperar a que lleguéis al otro lado? No puedo dejar de insistir en la importancia que tiene para vosotros interiorizar este mensaje. Mientras estáis encarnados, las oportunidades de transmutar el karma literalmente no cesan. Una y otra vez se os coloca en situaciones y junto a personas con las que necesitáis estar. Cuando se han completado determinados ciclos, soléis trasladaros a otro grupo, trabajo o vecindario. No fue mera casualidad que yo eligiera un trabajo que me permitiera vivir en diferentes lugares del país y del mundo. En cada una de las áreas donde viví tenía karma reciente y antiguo. Muchas de las situaciones, como aquéllas en las cuales un jefe o un colaborador pudieran parecer menos competentes que yo, tenían una correlación directa con lo que yo necesitaba aprender. He pasado muchas vidas en puestos directivos, por lo que he tenido la tendencia a tomar el poder y a mostrarme dominante sin dejar que los demás contribuyeran hasta donde su capacidad les permitiera llegar. Era amable pero, sin darme cuenta, limitaba el crecimiento de los demás. Necesitaba una encarnación en la cual pudiera dirigir con total efectividad, pero donde no fuera ni el jefe supremo ni el encargado de tomar decisiones. Necesitaba experimentar el hecho de tener una solución clara o una idea excelente sin gozar del poder de llevarla a cabo, a menos que mi superior me diera la oportunidad de hacerlo o compartiera mi punto de vista. Las decisiones que tomé en el transcurso de los años de rechazar lo que aparentemente eran excelentes oportunidades de trabajo, en realidad resultó ser un acierto con relación a lo que por encima de todo necesitaba aprender y transmutar. Abandoné esta vida sin rencores ni resentimientos y por ello me siento sumamente agradecido. Se es mucho más libre cuando
uno no se apega a una situación particular o a una persona debido a una falta de resolución o de armonía. Aquí, en el plano etérico, uno puede trabajar muchas cosas, pero no todas. Algunas requieren la reencarnación; otras, un servicio tremendo y muchos decretos. Se trata de un interesante contraste. Aquí se nos pide mucho más que en la Tierra; se ve claramente lo que hay que hacer, mientras que cuando se está encarnado, la visión suele ser turbia y confusa. Puede que veáis como una carga lo que es una oportunidad cósmica, y así dejéis de realizar los pasos necesarios o aprender las lecciones que os proporciona esa situación determinada. En este lado pagáis, por decirlo de algún modo, el no haber aprovechado la oportunidad, y seguís teniendo pendiente superar o trasmutar el karma de la situación. En este lado pueden recrearse algunas cosas, pero otras no. El precio de ello es la reencarnación. Desde los planos etéricos observamos numerosas situaciones en las que la gente se enoja o alberga resentimiento ante algunas de las circunstancias de su vida. Nunca se detienen a considerar que su auténtica salvación reside en superar con amor lo que la vida les ha puesto delante. Los primeros años de nuestro matrimonio fueron muy interesantes para toda la familia ya que recorrimos el mundo entero al servicio de nuestro país. En aquel tiempo, ninguno de nosotros sabía nada acerca del karma y solía preocuparme por algunas cosas aparentemente injustas que le ocurrían a mi marido. En un primer momento se enojaba, pero no tardaba en olvidarlo, y yo solfa preguntarme cómo era capaz de lograrlo. De ahí que escuchar el relato precedente resultó clarificador y liberador al mismo tiempo. Hubo momentos en que deseé que mi esposo abandonara el ejército, en especial cuando se le ofrecía lo que parecía ser una maravillosa oportunidad en la vida civil. Él reflexionaba sobre la
oferta, pero siempre decidía continuar prestando servicio. Ahora comprendo que había algo que le guiaba en todo momento a niveles internos y que su alma conocía el camino que debía seguir. Estando en el ejército, enviaron a mi esposo a Turquía para una estadía de un año, desde abril de 1963 hasta abril de 1964. Estaba con un pequeño grupo de estadounidenses en Erzurum, una población de alta montaña, cerca de la frontera rusa. Este grupo tenía como misión asesorar al ejército turco en la zona. Mi marido era el oficial administrativo a cargo del hotel donde vivían, desde el cual supervisaba toda la ayuda a los turcos. Organizaba todas las fiestas e incluso me pedía que le enviara por correo las recetas de los platos que quería enseñar a los cocineros turcos. De ahí que, por varios motivos, mantuviera una estrecha relación con la gente turca. Durante aquel año mi esposo me escribió 150 cartas. Recientemente las encontré y, tras su muerte, las he estado leyendo otra vez. Para llenar tanta correspondencia incluía abundantes detalles y, por tanto, muchas cosas que de otro modo no se hubiera molestado en contar. Los estadounidenses proporcionaban diversión a los comandantes del ejército turco y, a cambio, recibían numerosas invitaciones a fiestas turcas. Mi esposo tuvo ocasión de dialogar en muchas ocasiones con los generales turcos. Uno, en concreto, mostraba especial interés en poner en práctica sus habilidades lingüísticas hablando francés con él. Éste no es precisamente el tipo de relación que cabría esperar entre un general y un oficial de rango mucho menor. Me pregunto si los oficiales turcos se reconocerían a nivel del alma y recordarían tal
vez haber servido a sus órdenes en Turquía siglos antes, cuando quizá era mi marido el general. Aparte de ello, la estancia fue dura para la salud de mi esposo y llegó un momento en que se le hizo extremadamente difícil estar lejos de su familia. Un día preguntamos qué había aprendido acerca del objetivo espiritual de ese año en Turquía. ¿Qué nos puedes decir déla estadía de un año en Turquía? Puedo deciros que era absolutamente necesario que pasara un tiempo en Turquía. A causa de una encarnación anterior, debía mucho a ese país. Era muy importante que hiciera un excelente trabajo y estableciera buenas relaciones con los turcos. Muchos siglos atrás, yo había servido allí. Como general que había sido, se me había mostrado un gran aprecio, pero después de considerar todos los aspectos, puedo afirmar que más de una vez había defraudado a mi país. Había prestado servicio como militar en varias ocasiones y había ocupado numerosos cargos de alto rango, pero sin desempeñarlos con la mayor dignidad a causa del alcohol, el poder y las mujeres. Por tanto, era fundamental que ocupara un puesto más humilde y lo desempeñara con integridad y honor. Esto no significa que no hubiera realizado un buen trabajo en otras vidas. Pero la letra de la ley es precisa. Poseía unos desgraciados hábitos que tenía que vencer. Era absolutamente necesario que fueras mi compañera en esta vida, porque sin ti hubiera podido fracasar de nuevo. Mi deseo de ayudar a los demás, que de verdad era sincero y había permanecido en mi interior durante algún tiempo, me ha ayudado a equilibrar gran parte de lo que no he hecho correctamente. Lo que a la gente le cuesta comprender es que en este período ha llegado la hora de saldar la mayor parte del karma. La gente
tiene hábitos negativos que en ocasiones arrastra durante varias vidas. En algunos casos, una antigua aunque grave violación de la ley se presenta de repente, y hay que equilibrarla. Este tipo de carga es la más pesada de llevar porque no parece haber una razón lógica para la gravedad de la situación que se presenta. Nada ocurre porque sí. El sistema de justicia divina es elegante. En verdad, no hay injusticia en el cielo. Si se concediera a la gente la oportunidad de ver cuántas veces los ángeles y los maestros ascendidos han intentado mediar a su favor para paliar un sufrimiento que habría sido peor, se arrodillarían dando las gracias a Dios. Si me fuera concedido dar algún consejo, éste sería que orarais para que se os mostrasen vuestros puntos vulnerables y, así, poder trabajarlos por medio de decretos y terapia psicológica. Mi esposo fue destinado a Turquía unos siete años antes de retirarse. Si se hubiera retirado del ejército antes, habría perdido la oportunidad de equilibrar ese importante karma, y probablemente no habría tenido la oportunidad de ir al retiro de Saint Germain y gozar de esta dispensación para comunicarnos lo que está aprendiendo en aquel lugar. Los demás miembros de la familia asumimos que también nosotros debemos haber tenido karma en los distintos lugares donde hemos vivido. Y, sin embargo, no parece que hayamos tenido ningún vínculo con Turquía. Sólo estuvimos en dicho país un par de días haciendo escala en un crucero por el Mediterráneo, años antes de que mi esposo fuera enviado allí de servicio. No sentimos que existiera ningún vínculo como nos ocurrió al visitar otros lugares, como por ejemplo cuando estuvimos en Grecia.
Un año después de que mi esposo nos hubiera hablado por primera vez de Turquía, le pedimos de nuevo que nos contara algo de sus vidas pasadas y una vez más sacó a colación la encarnación que tuvo allí: ¿Puedes decirnos algo más de tus vidas anteriores? A comienzos de los años sesenta, me enviaron a un pueblo en las montañas de Turquía, que al poco de haberme marchado, fue destruido por un terremoto. Tuve la oportunidad de tratar con los jefes de las tribus, así como con miembros destacados del gobierno y del estamento militar. También visité el orfanato local. Fue un año muy solitario ya que estuve separado de mi familia y también fue muy agotador. Al pensar en todas las ciudades y pueblos del mundo a los que me podían enviar, seguramente os preguntaréis qué importaba que acabara en aquel pueblo concreto de Turquía. Pero si pudierais echar un vistazo a mi historial kármico, comprobaríais que tenía una deuda pendiente con este país y, en particular, con aquel pueblo. Como dirigente militar — general, para más señas — había permitido la violenta destrucción del lugar y de su gente, y aunque no había dirigido el ataque, permití a una persona de cuya opinión debí desconfiar que estuviera al mando de la unidad. Su ataque resultó tener un fondo cruel que dio como resultado una matanza y destrucción innecesarias. Había crecido con ese individuo y por ello permití que aquella antigua amistad me engañara. Cuando miro hacia atrás, veo cómo incitó en mí hábitos tales como beber en demasía y llevar una conducta sexual depravada, todo lo cual resultó destructivo para mi persona. Los ángeles caídos le utilizaron para llevarme hacia abajo mientras yo estaba ciego ante la verdadera naturaleza de su corazón.
La mayoría de mis colegas me respetaban porque me atenía a un código de principios en mi trabajo. No obstante, era responsable por haber confiado el poder a un hombre que no lo utilizó justa y sabiamente. La lección fundamental de aquel período de mi vida es la importancia de las compañías de las que nos rodeamos así como la forma en que nos proporcionan su compañía. Deberíamos mantener el concepto inmaculado para con todo el mundo, pero en especial, cuando nombramos a alguien para puestos de responsabilidad o los elegimos como amigos íntimos, debemos orar pidiendo discernimiento a Dios. Cuanto más elevado es el cargo directivo que ocupamos, mayor es nuestra responsabilidad para con la gente de la que nos rodeamos, a la que consultamos y a quien otorgamos capacidad de decisión. Los caídos hacen horas extraordinarias para colocar a su gente al lado de los portadores de luz, quienes, debido a su karma y a la carencia de discernimiento, pueden resultar influidos por aquéllos en los que confían equivocadamente. Nadie que ame sinceramente a nuestra alma nos alentará a llevar a cabo actos que hagan que nuestra naturaleza inferior progrese y que eclipsen al Cristo. Volviendo a aquel pueblo y sirviendo a su gente de forma amable y justa, guiado por la diplomacia de Saint Germain, pude equilibrar mi deuda con ese lugar. Muchas de esas almas continúan viviendo allí siglos después, por lo que serví a los mismos individuos a quienes aquel hombre había dañado de forma tan despiadada. ¿Puedes decirnos algo más acerca del alma que contribuyó a ese karma en Turquía? ¿Estuviste con él en otras vidas? ¿Sigue encamado?
Hay almas a las que sigues encontrando, en ocasiones por buen karma y, en otras, a causa de karma negativo no resuelto. Hay individuos con los que te cruzas sólo en una vida, otros que pueden compartir contigo una parte de dos vidas distintas, y luego hay los que te encuentras vida tras vida. Por lo que yo sé, este individuo había estado conmigo en Turquía en varias ocasiones antes del encuentro que he descrito. Después de aquello, tuvimos una última encarnación conjunta. Yo pude pasar la prueba y dejó de ser una figura presente en mis vidas subsiguientes. Sigue reencarnado y, hasta el día de hoy, no ha doblado la rodilla. Es un personaje importante de Oriente Medio. La última vez que lo encontré, fue de nuevo en una encarnación en la que fuimos militares. Éramos oficiales de igual rango. A veces resultaba un individuo encantador y sociable. Por un lado su personalidad me atraía, pero, por otro, su presencia me provocaba una especie de mal presentimiento. No estaba seguro acerca del origen de esos sentimientos, pero sí me hicieron ser más precavido. A medida que los meses pasaban, nos fuimos encontrando uno al lado del otro en diversas ocasiones. Descubrí que engañaba a nuestro comandante y que era un experto en esas artes. Recibía sobornos y pasaba información en clave a nuestros enemigos, pero yo no disponía de pruebas tangibles para presentarlas al comandante. Aunque sabía que se trataba de mi palabra contra la suya, le desafié e informé de cuanto sabía al comandante. Aunque éste no era un alma mala, no aceptó la verdad de lo que le dije. Me asignaron otro destino y aquel individuo permaneció en su sitio. Yo había pasado la prueba, el que la había fallado era el comandante. Éste es un ejemplo de cómo terminan algunos ciclos del karma y de cómo empiezan otros. Este caso trae consigo numerosas lecciones. La corrupción puede ser diestra ya que muestra diferentes caras: puede
vestirse con los ropajes de la aparente amistad y del encanto más atrayente, es experta en acariciar los egos de los demás y una artista de la manipulación. Orad para que los corruptos sean desenmascarados y posen desnudos al lado de sus malvadas acciones. Orad para que nunca resultéis engañados ni os hagáis vulnerables a las necesidades del ego. ¿Estuviste encarnado en tiempos de Jesús? En tiempos del nacimiento de Cristo yo era pastor. No pertenecía a la misma localidad que él, pero tenía un primo que fue enviado al pesebre y que vio al niño a poco de haber nacido. Un ángel le guió al lugar del nacimiento. Éramos gente sencilla y muy devota. Así que cuando mi primo volvió y me contó la historia, me produjo gran impresión en el corazón. Al ser pastor, disponía de muchas horas y de mucho tiempo para orar. Oré fervientemente por aquel niño durante largos años pero fallecí mucho antes de que éste pudiera realizar su misión. Le vi en algunas ocasiones pero no hablé con él. Nunca dudé de su propósito divino y de que, con toda probabilidad, era el Mesías. Mucha gente sencilla, a lo largo de los siglos, ha hecho el bien en nombre de Dios, ciertamente más que otros con mayor apariencia de eruditos y de posición más elevada. Aquella fue una de mis mejores vidas, ya que llevé a cabo un servicio del que nadie supo, pero que realicé con gran humildad y fe en los planes de Dios. No me sentí insatisfecho ni por mi granja ni por mi vida diaria, fue una de mis vidas más tranquilas, aunque, en un sentido humano, de gran sacrificio y escasez. ¿Has tenido alguna encarnación con la mensajera?
Ella y yo hemos vivido en el mismo período en varias ocasiones. De las que tengo mayor conocimiento, tuvieron que ver con la Iglesia católica y con el sector militar. Fui su primer confesor en la vida en que fue Catalina de Siena. También fui un hermano de la orden de san Francisco cuando ella estaba encarnada en Clara. Fui soldado de rango destacado en una ocasión en la que ella pertenecía a la nobleza. En todas estas vidas, le presté mi apoyo aunque no adquirí el nivel espiritual que debí haber alcanzado dada la santidad de mis compañeros. Podía comprender que una mujer alcanzara la santidad siendo monja o desde una posición de poder en una monarquía, ya que he vivido muchas vidas en el seno de la Iglesia católica y en el sector militar de numerosas naciones gobernadas por la monarquía, pero no podía aceptar que una mujer fuera un líder espiritual. La mayoría de mis vidas más recientes las he pasado en el seno de la Iglesia católica, que se caracteriza por su sentido patriarcal, y ello me impidió ser capaz de reconocer a Elizabeth Prophet como cabeza espiritual de una iglesia. Sin embargo, a pesar de mi ceguera exterior, con frecuencia di apoyo y ayudé a su Iglesia porque creía firmemente en la libertad de religión. Ahora me doy cuenta de que a menudo se me llevaba de noche a estudiar a los retiros. Por ello los mensajeros de Dios siempre han prevenido contra la costumbre de juzgar a los demás. Nadie puede juzgar a qué parte del sendero ha llegado otra persona basándose en las apariencias externas. Mis encarnaciones con Francisco y Clara Creo que una de mis vidas más interesantes fue cuando estuve en la orden de san Francisco. Cuando ingresé, él ya había desarrollado en mayor grado tanto las reglas como la propia
orden, lo cual significa que no presencié los comienzos de sus enseñanzas. Yo no me opuse a las exigencias del sendero tal como hacían muchos hermanos. No obstante, pasé por alto lo más importante, que era aspirar a convertirme en todo aquello que había logrado Francisco. Lo que intento explicaros es que se pueden llevar a cabo todos los actos externos necesarios. Yo viví en pobreza, oré, serví, pero no alcancé la verdadera parte transformadora de la enseñanza. Amaba y admiraba a Francisco y en ningún momento fui de los que se rebelaron contra sus reglas, pero es posible que lo idealizara en lugar de fijarme en lo que yo debía llegar a ser. No interpretéis mal mis palabras: realicé progresos, pero debí haber comprendido e interiorizado más. No sólo conocí a san Francisco, sino que en varias ocasiones tuve tratos con santa Clara. Os lo digo porque muchas personas creen que podrían cambiar tan sólo si pudieran ver a un maestro, o si Jesús caminara hoy día entre nosotros. La realidad es que muchos de nosotros vivimos en tiempos de Jesús y a día de hoy todavía seguimos aquí. También muchos hemos conocido santos, pero ellos se han ido y nosotros continuamos aquí. No descuidéis todo cuanto podáis aprender de la mensajera, pero estad atentos a los engaños sutiles de la idolatría. Los maestros os indican el camino, no os pueden entregar en mano vuestro logro espiritual, debéis ganarlo con vuestro esfuerzo. Ellos son el modelo y ejemplo de lo que es posible y os ofrecen las herramientas espirituales para ayudaros en vuestros progresos.
9 El Darma El darma es un concepto hindú que se refiere por igual a la ley cósmica y al deber de ajustarse a esa ley o a la propia naturaleza de cada uno como manifestación de dicha ley *. Mi esposo utilizaba este término para describir el proyecto de vida para cada persona, con el que cada una nace.
* Noveno nuevo Diccionario Webster colegiado (Springfield Mass.: Merriam-Webster, 1987), entrada «darma». Cumplir con el darma propio Muchas almas no dan prioridad al hecho de aspirar a la realización de su darma. El darma es lo que habéis venido a cumplir. Es lo único a lo que sólo vosotros podéis contribuir en esta vida. Al hallar vuestro verdadero darma y al cumplirlo, ayudáis a los demás porque, en un sentido espiritual, el planeta se beneficia cuando cada individuo conecta con ese acorde tan único que él ha de tocar en esta vida. En lugar de ello, veo a individuos que emprenden con poco atino una arriesgada aventura económica tras otra. A menudo, son almas buenas que creen equivocadamente que han elegido la manera perfecta para la obtención de grandes beneficios aunque sea arriesgada, confusa y no basada en principios económicos acertados. Suelen esperar obtener de forma rápida grandes ganancias para su propio sustento, para el de otros, el de su Iglesia o de su causa preferida. Se trata de esperanzas legítimas pero con frecuencia no están basadas en la realidad
divina y nada arroja pista alguna sobre el cumplimiento del darma. Siempre habrá aquéllos que realizan inversiones que les proporcionan una gran libertad financiera y otros que, por casualidad, ganan loterías y concursos. La mayoría de nosotros no pertenecemos a estas categorías y, lo más importante es que no deben tener precedencia sobre el darma y nuestra liberación espiritual. Existen otras formas en que la gente evita el darma. Algunos se limitan a aceptar el primer trabajo que se les ofrece sin esfuerzo alguno; otros aceptan un empleo seguro pero poco satisfactorio y permanecen en él durante años. Son desgraciados pero, sin duda alguna, se sienten seguros. El sendero espiritual exige un sentido práctico. Las facturas han de pagarse, la gente debe comer y tener un techo que les dé cobijo. Si ello requiere pasar un período de tiempo en un trabajo no satisfactorio, quizá sea el momento de tomar una decisión. Sin embargo, en ese trance, la persona debería realizar una novena para descubrir el verdadero llamado. El gran contentamiento del Padre es mostrarnos estas cosas, pero debemos pedírselo, no hemos de perder de vista ni dejar de creer en nuestro darma. Es propósito cósmico que todos alcancemos la prosperidad, pero la prosperidad espiritual constituye el auténtico tesoro descubierto en función del cual todo lo demás puede hallarse. Orad para tener discernimiento en vuestra vida laboral. Examinad los móviles de vuestro trabajo y la dirección hacia la cual os impulsan. ¿Habéis estado evitando vuestro darma o cumpliéndolo? Hay paz en dicho cumplimiento, y cuando no se ha reconocido o descubierto, se desencadena la lucha. Orad a fin de que os asistan la guía y dirección divinas para reconocer y perseguir vuestro darma. El darma no siempre se halla revestido de glamour, ni necesariamente os coloca en el centro del escenario. El vuestro
puede ser el extraordinario darma de servir a los demás con paciencia, sabiduría y compasión amorosa. Las necesidades legítimas del planeta son vastas y variadas y constituyen nuestro darma. Dios no nos juzga por la fama o fortuna adquiridas, sino más bien por si escuchamos los dictados internos y colocamos en primer lugar Sus leyes. Mensaje de Viernes Santo sobre el cumplimiento del darma y del karma Al someterse a la crucifixión, Jesús cumplió con las horas más duras de su sendero en la Tierra, pero de su sacrificio y obediencia al plan que Dios tenía para él nació el cristianismo. Todos debemos reflexionar sobre nuestra buena voluntad para realizar el plan divino. Es fácil ser un seguidor de un sendero verdadero cuando el camino es cómodo y no nos pide demasiado. Pero ¿estamos dispuestos a soportar los momentos difíciles? ¿Sacrificaremos de buena gana lo que más nos importa a fin de permanecer fieles al plan divino? Cada vida tiene sus momentos decisivos. Sólo vosotros sabéis cómo habéis respondido cuando Dios ha llamado. Muchos desean saber cuál es su darma, pero no todos se hallan dispuestos a los sacrificios necesarios para llevarlo a cabo. Por otro lado existe el karma. Nunca nos libramos de él. Podemos transmutarlo y recibir dispensaciones, pero de una forma u otra, hay que resolverlo. Posponer lo inevitable sólo prolonga nuestro propio sendero y brinda más oportunidades para acumular más karma. La vida no consiste en no cometer errores, sino en tener la firme voluntad de enfrentarse con ellos y corregirlos. Empleos que no parecen cumplir con el darma
Nadie se queda nunca «atascado» en algún sitio por orden de Dios. La gente posee libre albedrío. Una parte del deseo de Dios es que actúen y lo hagan con fe. Muchos esperan que El lo haga todo, pero la prueba de la fe es reconocer lo que Dios nos sugiere y actuar en el sentido de Su indicación. Llegado un cierto punto en el sendero, Dios deja de mimarnos. Se nos exhorta a que vistamos el manto de hijo o hija de Dios, pero este manto tiene su precio y se gana respondiendo a las indicaciones internas del Señor. No podemos pedir guía divina y no responder o actuar de acuerdo con ella. A algunos el cambio les resulta muy difícil. En cierto modo, yo fui uno de ellos. Fui capaz de recorrer el mundo y cambiar de escenario con cierta facilidad, pero siempre deseé que mi vida diaria obedeciera a la rutina que me era familiar. En varias ocasiones, preferí la seguridad de una profesión conocida que aceptar el riesgo de las nuevas oportunidades que se me ofrecían. Hubo momentos en que reaccioné negativamente a las enseñanzas de los maestros porque no coincidían con el modo en que los demás pensaban o hablaban al tratar temas espirituales. Ahora veo que establecí falsas fronteras en mi vida y también la forma en que limité a Dios. La clave reside en no ser impulsivo ni cambiar sólo por el placer de cambiar, sino en comulgar con Dios y escuchar la clara incitación o indicación cuando se produce. La fe exige decisiones difíciles y, en ocasiones, hace la vida muy incómoda. La fe se puede equiparar con la intrepidez. Sí, Dios es práctico. Para un alma, el camino puede consistir en aceptar el riesgo; para otra, en asegurar el puesto de trabajo. La respuesta siempre se halla en el corazón del alma de quien acepta la necesidad de orar y ayunar, y de seguir el consejo de Dios.
Mayormente, somos nosotros quienes creamos nuestras propias prisiones y limitaciones. Estamos cegados por lo que sabemos y por lo que deseamos ver. Algunos somos demasiado impulsivos y otros demasiado temerosos. En su nivel, cada persona conoce su posición y lo que revelan sus propios hábitos. No os sintáis decepcionados cuando parezca que Dios no responde. Puede ser que seáis vosotros los que no respondéis a Sus señales y a Sus claras respuestas. La conservación del cargo espiritual Hay un concepto que deseo compartir: la función espiritual que cada persona desempeña para Dios. Aquí nos referiremos al «cargo espiritual». Dondequiera que hayáis escogido vivir, lo más importante es conservar vuestro cargo espiritual. Dicho cargo es como una lámpara provista de una cierta potencia en vatios que, por tanto, ilumina un determinado espacio. Dios cuenta con vuestra luz garantizada para ayudar a que contribuya más a fondo en Su obra y para mantener el equilibrio del planeta. No impórtalo que un individuo persiga en lo relativo a profesión o estudios, su primer llamado debe dirigirse a dicho cargo. A diferencia de la lámpara, a medida que os trascendéis espiritualmente, la potencia en vatios de vuestra luz nunca debería bajar de aquélla con la que os habéis comprometido. Los desafíos son muchos. En primer lugar, las personas deben comprender y creer en que están desempeñando un cargo espiritual. Deben poseer el logro y la discriminación necesarios para entender lo que el cambio significa y lo que no significa. Necesitan ser sabios a la manera del mundo. Veo gente que pierde su anclaje espiritual y sucumbe a las sutiles y no tan
sutiles maneras con las que el mundo puede hacer desaparecer la luz. Orad para que se os muestre vuestro cargo espiritual y con qué servicio vuestra cuenta Dios para que hagáis a diario. Si este concepto no os atrae, mirad en vuestro interior para averiguar lo que realmente buscáis o quizá de qué huís. Recordad el antiguo precepto: «A quien se le dio mucho, se le reclamará mucho» (Lucas 12:48). La luz ha de honrarse y compartirse a fin de que la obra de Dios pueda manifestarse en este planeta. Si en una habitación la luz se apaga, se va oscureciendo y en algunos casos queda a oscuras. Así ocurre con el planeta y con el cargo que desempeñáis. Que vuestra luz enseñe el camino con brillo y bondad.
10 Resolver la psicología personal La psicología personal y la expansión del corazón No es extraño que la mensajera indique a las personas que su corazón no ha crecido en proporción a los años que han pasado en el sendero. Por eso, en estos últimos años los maestros se han centrado mucho en la psicología. Puede parecer que la gente hace lo correcto en cuanto a espiritualidad se refiere, pero
si no se enfrenta con lo que bloquea su psicología, suele permanecer estancada en un determinado nivel de expansión del corazón. Percibo que hay más hombres que mujeres que eligen ignorar las sugerencias que inspiran los maestros relativas a la necesidad de trabajar su psicología. No hay nada que temer. Simplemente es otro paso en el camino hacia la libertad. Todos tenemos agujeros en nuestros cuerpos emocionales que necesitan reparación. Seguro que no dudaríamos en arreglar los boquetes en la pared de una casa, o un auto con un agujero en el motor o en el tubo de escape. De forma parecida nuestra psicología necesita que se cuide de ella. En mi generación, mucha menos gente buscaba ayuda psicológica. Pero os puedo asegurar que, examinando mi propia psicología, los hábitos negativos que tenía los hubiera podido superar dedicándoles muy poco tiempo. Solía ser bueno en captar la psicología de los demás, pero no necesariamente la mía. Kuthumi es el maestro psicólogo. Podéis invocarle para que coloque su presencia sobre el terapeuta de vuestra elección. Por supuesto, es conveniente que de antemano oréis para que seáis guiados al que sea mejor para vosotros. Hay numerosas claves que alertan acerca de una psicología no resuelta: si criticáis constantemente a los demás, si sufrís de miedos específicos que no desaparecen, si estáis normalmente de mal humor, si os domina la ira, si habéis tenido una educación desafiante o disfuncional; todos éstos y otros síntomas os revelarán que en vuestra psicología hay partes no resueltas. La libertad consiste en solucionarla y seguir adelante en el sendero. Vuestros decretos pueden acelerar todo el proceso y muy probablemente experimentaréis un nivel distinto de fuego en el corazón.
Quizá os preguntéis acerca de personas como san Juan de la Cruz, que comprendió y experimentó el poder total del corazón sin necesidad de consultar con ningún psicólogo. Es cierto, pero aquellos tiempos eran más duros con relación a lo que se exigía a un aspirante espiritual. Pocos hicieron los progresos que él realizó. Él también se enfrentó con su morador * y su propia psicología, pero de una forma mucho más difícil de la que ahora se os pide a vosotros. Las enseñanzas que dan los maestros ascendidos llegan al final de un milenio, del mismo modo que las de Cristo fueron revolucionarias y dieron comienzo a un nuevo milenio. Una cosa que aprendes de los maestros es que no desperdician palabras y no se sientan a charlar. Existe un significado detrás de todo cuanto dicen y en sus palabras hay un mensaje para todos. Al final, cada cual tiene libre albedrío para decidir lo que le hace y lo que no le hace falta. Rezo para que no permanezcáis ciegos cuando aparezca algo que os pueda ayudar a avanzar.
* El morador en el umbral es el yo sintético o la mente carnal, creado por nosotros mismos mediante un uso desordenado del libre albedrío. [N. de E.]
Comentarios acerca de la trágica y prematura muerte de la princesa Diana El calendario de la Tierra y el del cielo son muy diferentes. Las almas vienen para un cierto tiempo y para un propósito, y luego, se las llevan. En ocasiones, lo que a la conciencia humana le
parece una tragedia es, en un sentido divino, el cumplimiento de la fórmula kármica para un alma determinada. De la vida de Diana pueden extraerse numerosas lecciones. No fue una santa, pero sin duda fue una portadora de luz en las circunstancias más desafiantes. Cometió muchos errores y creyó en la mentira de que era indigna. Pero su alma reconoció varias verdades importantes y no se desvió de ellas. Comprendió el poder del amor y de la compasión dados libremente y sin juzgar. No dio de manera superficial cuando más le dolía sino desde el interior del corazón, y lo hizo en un terreno que otros habrían temido pisar. No lo hizo para obtener aprobación ni para llamar la atención, sino porque en su alma sabía que así debía ser y que, de alguna manera, ello era digno ante los ojos de Dios. Lo que muchos no saben es que ella daba constantemente incluso cuando los fiases de los fotógrafos no estaban allí y, desde el punto de vista externo, nada la beneficiaba. Algunos han preguntado con arrogancia: « ¿Por qué tanta atención hacia ella cuando hay almas sencillas y desconocidas que hacen mucho más?». En primer lugar, ¿cómo pueden saber el alcance de lo que hizo y a expensas de qué sacrificios personales? ¿Quién puede saber algo así de otras personas? En segundo lugar, no comprenden la noción de «cargo» en este planeta. Nadie es más importante que otro, aunque algunos nacen con cierta categoría social o con cierto cargo, y otros lo obtienen a través del matrimonio o de sus propias obras. Sea cual sea el medio, el cargo constituye su campo de pruebas. Cuando se ostenta poder y reconocimiento, surge la oportunidad de ennoblecer los asuntos de Dios o de ignorarlos, o incluso de calumniarlos. Lo que hacen puede repercutir en millones de personas. Recordad la analogía de Jesús según la cual es más difícil que un rico entre en el reino de los cielos que el que un camello entre por el ojo de una aguja (Mt. 1:24).
Diana, a través de sus obras auténticamente buenas y la dedicación a sus propios hijos, hizo un muy buen uso de una parte de su cargo. No me juzguéis equivocadamente. Hubo esferas en las que Diana no utilizó el discernimiento y en las que no comprendió las más elevadas verdades. En sus relaciones con los hombres y en el mundo de la diversión era especialmente vulnerable, así como en aprender a entender sus propias emociones. Libró una gran batalla interna que muchos no conocerán jamás y se enfrentó con fuerzas externas sobre las que sólo se revelará todo a su debido tiempo. La prensa se ha convertido en algo difícil de manejar y su poder ha crecido hasta un punto que el hombre corriente no puede ni imaginar. Recibimos la verdad de forma sesgada y, a menudo, la corrupción y la intriga obtienen mayor relevancia que la bondad. Es cierto, además, que algunas personas sufren el acecho de la prensa, pero no hay que culpar únicamente a los paparazzi. Tal vez la muerte de Diana ayude, aunque sea de manera leve, a desafiar a la corrupción de estos medios y empiece a equilibrar la balanza. No me refiero a las numerosas almas que trabajan en los medios de comunicación que son honradas y que muestran buen criterio a la hora de fijar límites en lo concerniente al acceso a la vida privada de la gente. Me estoy refiriendo a los que dirigen el negocio y a los que mueven los hilos del poder en la prensa. Saben quiénes son y, como todo en esta vida, nadie escapa al ojo omnividente de Dios. En estos momentos (septiembre de 1997), la princesa Diana aún descansa de su súbita e inesperada transición **. Durante algunos meses y antes de dar los pasos siguientes, necesitará una curación espiritual.
** La princesa Diana falleció el 31 de agosto de 1997. [N. de E.] ¿Qué puedes decirnos de la indignidad? El sentimiento de indignidad que no desaparece ha estado presente en más de una vida. Todos hemos realizado actos que no eran dignos a los ojos de Dios; de lo contrario ya habríamos dejado de encarnar. Alguna gente le teme al hecho de sentirse completo. Si abandonara de verdad esa sensación de ser indigno, tendría que reconocer su integridad con Cristo. El sentimiento de indignidad crea un poderoso obstáculo entre el individuo y el cumplimiento de su plan divino. Cuando os aferráis a ese sentimiento es como si dijerais: «Creo en mi morador (el yo sintético o la mente carnal) más que en mi Santo Ser Crístico». Asimismo constituye una negación de la justicia divina. Confiad en que dispondréis de oportunidades para resolver cualquier infracción de las leyes de Dios. No necesitáis imponeros una condena a cadena perpetua. Preguntaos: « ¿Por qué no estoy dispuesto a perdonarme y a confiar en la justicia divina?» Repetid este mantra durante varias semanas: «Cristo en mí es digno». Asimismo, pedid a Dios que elimine de vosotros cualquier sensación de indignidad, interna y externa, ¡Se han impartido tantas enseñanzas sobre este asunto! (De por sí, constituiría el tema de un interesante libro.) Los maestros ya no saben de cuántas maneras pueden deciros que sois valiosos a los ojos de Dios. Recordad utilizar la llama violeta y pedir la transmutación de toda sensación de indignidad desde la primera encarnación en la Tierra. Haced este llamado a diario. Pedid a los maestros que os revelen aquella parte de vuestra psicología que obstaculiza vuestra liberación de ese hábito.
No podemos juzgarnos, ni a nosotros ni a los demás. Sólo Dios puede hacerlo. Dondequiera que os halléis hoy, seguid adelante. No sigáis en el pasado. Si no podéis liberaros a vosotros mismos, buscad guía o consejo espiritual. No aceptéis que sois indignos. Es lo mismo que aceptar la palabra de Satanás por encima de la de Dios. Una buena analogía sería el ejemplo de un hijo que traicionara vuestra confianza al desobedeceros y no le dierais otra oportunidad para recuperarla. Esto crearía un sentimiento de desesperación en el niño y la sensación de no ser comprendido, lo que, con frecuencia, conduce a mayores desobediencias y al desencadenamiento de ira interna. Vosotros sois el progenitor de vuestra alma. La limitáis de la misma manera cuando decís: «Nada de lo que hagas —no importa cuántos decretos, buenas acciones o actos de amabilidad realices— hará que te considere digno ante mis ojos». El sentimiento de indignidad puede conducir a una falsa idolatría para con los demás porque os negáis a reconocer la propia valía. Cuando observo al mundo, me entristece ver que muchas de las almas más sinceras son las que llevan consigo este veneno de la indignidad. Hay gente que lo arrastra por algo que ni siquiera fue culpa suya. Si un niño es víctima de abusos, si uno de los padres muere cuando el hijo aún es pequeño, si los padres discuten acerca de sus hijos y más tarde se divorcian, si uno sufre algún daño y el otro se salva, todas son situaciones que pueden hacer surgir un sentido de culpabilidad y, más tarde, de indignidad, incluso aunque la culpa nunca fuera del sujeto en cuestión. Puede existir un karma que permita que estas cosas le ocurran a ese individuo, pero el resultado final no implica que el receptor sea indigno. Veos a vosotros mismos ante Saint Germain y Porcia (la llama gemela de Saint Germain) en una habitación de paredes hechas
de amatista. Entregadles vuestra carga — un fardo de indignidad— y fijaos en cómo la arrojan al interior de la llama violeta de una vez para siempre. Luego encaminaos, libres, a servir a la luz. El matrimonio Me gustaría hablaros del matrimonio, que es un sacramento y no se puede tomar a la ligera. Constituye el propósito de Dios que la mayoría, no todos, se casen y trabajen el karma que tienen con su pareja. En los tiempos que corren, se tiende a tomar el matrimonio demasiado a la ligera. Se le han aplicado demasiados tintes románticos más allá de lo que resulta saludable. Del mismo modo que hemos perdido nuestro compromiso con la excelencia, también hemos perdido la comprensión del compromiso de llevar la carga mutua. Mantener el concepto inmaculado para con vuestra pareja o considerarla como el Cristo no es sólo algo «agradable» que hacéis con ella, ¡es imprescindible! De otro modo, uno y otro quedan atrapados en sus respectivos hábitos, quejándose y dirigiendo su atención hacia los defectos del otro, y echándole todas las culpas, en lugar de detenerse a considerar su potencial divino. Esta época abunda en deudas kármicas que hay que saldar, y por ello hay más matrimonios que acaban en divorcio. El problema es que había muchos más destinados a perdurar y no a acabar. Hay que orar mucho y fervientemente antes de romper un matrimonio. Nunca se debería permitir que la relación con un tercero fuera la causa de ello. En un matrimonio, se lucha con el morador del otro. «El morador en el umbral» es el no yo, el ego que nos hemos
creado nosotros mismos con el uso desordenado del libre albedrío. Si no se atan a diario ambos moradores ello hace estragos en la relación. Los ángeles caídos van en busca de los puntos vulnerables en todas las relaciones de luz. Por tanto, debéis envolver vuestras relaciones a diario con el rayo rubí —el poder íntegro del amor de Dios— ***. Si las personas se atrevieran a enfrentarse con su propia psicología, muchos menos matrimonios fracasarían. En lugar de ello, hacen cualquier cosa para evitar la confrontación con el morador que ha contribuido a crear patrones y hábitos negativos durante eones. La libertad espiritual y una psicología integrada son sinónimos. A medida que el siglo va llegando a su fin, mayores presiones se cernirán sobre las relaciones. La gente debería proteger bien lo que tiene, así como orar y decretar por la protección de sus matrimonios. El final de un ciclo como éste de dos mil años es mucho más dramático de lo que parece. Un cataclismo puede azotar al planeta, y también a familias e individuos si no están alerta. A los caídos les encanta surcar las olas de nuestro karma y de nuestras vulnerabilidades. Vigilad bien lo que Dios os ha dado y no tendréis nada que temer. Cada corriente de vida es distinta. Cada matrimonio es único a los ojos de Dios. Sólo Él puede daros a conocer el devenir de los aspectos de vuestra vida. Nada debería hacerse precipitadamente o sin conciencia de la voluntad de Dios: ni el inicio de un matrimonio ni su terminación. La gente cree que la respuesta reside en encontrar su llama gemela: el complemento divino concebido en el mismo fuego blanco de Dios. Pero, realmente, descubrir el verdadero yo y solucionar la psicología propia es el regalo más grande que se puede dar a la llama gemela.
*** El rayo rubí es la esencia concentrada de amor divino que puede producir un profundo cambio en nuestra vida y en el mundo.
La negligencia Me gustaría hablaros del delito de la negligencia o descuido. Existe una falta de compromiso con los deberes de la vida. Si alguien tiene un hijo, debe hallar el tiempo para criarlo y educarlo. No debería dejársele al cuidado exclusivo de otros o incluso permitir que él cuide de sí mismo horas y horas. Si una persona acepta un empleo, debe al empleador la obligación de hacer su labor con excelencia, así como el respeto al horario y a las condiciones del contrato. Si se compra una casa, debe cuidarla y mantenerla limpia en todo momento y tenerla lista para que la visiten los ángeles. Si siembra un jardín, ha de cuidarlo y regarlo, fertilizarlo; en fin, hacer todo cuanto sea necesario. Debe existir un sentido de santidad y respeto en toda relación que entablemos, en cada contrato que firmemos. Actualmente la gente se deja atrapar demasiado por detalles insignificantes, olvida el deber y descuida honrar la obligación propia y la palabra dada. La negligencia engendra mediocridad y, al final, una disminución de la conciencia y del respeto por la vida y por los demás. La negligencia conduce a la decadencia. He utilizado la palabra «delito» al comienzo porque en sentido kármico la negligencia lo es. Va contra el estilo de los maestros.
No prometáis aquello que no podáis cumplir. Cumplid con lo que prometáis. En otras palabras, no incumpláis vuestra palabra. La constancia Lo que más me preocupa son los altibajos en las tareas que emprenden muchos estudiantes. Una semana la dedican a la meditación, la oración, el estudio y a afrontar su psicología y, a la semana siguiente, se rinden a las exigencias de la vida diaria, dejando escapar los anteriores compromisos. Los maestros quieren constancia. Es mejor prometer menos y ser firmes y constantes, que en un momento dado de exuberancia espiritual prometer el oro y el moro, para luego incumplir lo que se ha prometido. Cada día constituye un nuevo comienzo. No os encerréis en determinados sentimientos de culpa por el pasado. Expiadlos y seguid adelante. Ese planteamiento acorde con los altibajos os hace vulnerables, mientras que la constancia facilita el compromiso, se refuerzan los hábitos positivos y se hace posible el crecimiento. Examinad vuestros días. ¿Cómo de constantes sois en vuestro servicio a Dios y en vuestra práctica espiritual? Buscad maneras de crecer ajustadas a la realidad divina y comprometeos de una vez para siempre. Hacer más de lo que uno se proponía no es ningún problema. Es la dejación constante en el cumplimiento de lo que se había prometido lo que hace que los maestros se pregunten en qué medida pueden confiar en vosotros. A la postre, se trata de una cuestión de respeto a la palabra dada. Cuando estaba encarnado era muy consciente de que mi promesa de hacer una novena, por ejemplo, era un compromiso que mi alma había adquirido con Dios, como un contrato que hubiera firmado y cuyo cumplimiento estuviera fuera de toda
discusión. No quisiera daros la impresión de que hice centenares de estas promesas, porque no fue así. Pero cuando hice alguna, siempre la cumplí. Todos pasamos por ciclos que exigen más o menos de nosotros mismos. Por tanto, estableced un compromiso mínimo que, ocurra lo que ocurra, podáis cumplir, y os daréis cuenta de que os ayudará a soportar el más duro de los ciclos. La Presencia YO SOY Creo que los portadores de luz no avanzan por carecer de una verdadera comprensión de la Presencia YO SOY, de la chispa del Espíritu, del Dios interior. Dios os ha dado una parte de Su ser, la cual constituye vuestra verdadera identidad y lo único que os pide a cambio es ¡que lo deseéis por encima de todo y reclaméis vuestra unidad con ella! Si en cada situación con que os encontréis, llamáis a la Presencia YO SOY diciendo algo como: «Presencia YO SOY, entra delante de mí a esta habitación y habla a través de mí» o «Poderosa Presencia YO SOY, estoy en una situación de peligro. Hazte cargo de ella. Nada me perturbará», en tal caso, veréis como vuestra vida cambiará. Conservar siempre la armonía Hallarse enteramente presente en cada momento significa estar alerta y despierto. Si sois capaces de estar del todo presentes, seréis uno con la Presencia YO SOY y actuaréis y responderéis de una forma totalmente acorde con la voluntad de Dios. A muchos, un encuentro imprevisto o una llamada telefónica inesperada les pilla desprevenidos y, en este estado, no siempre reaccionan o hablan de la mejor manera. Uno está más cerca de ejemplificar al Cristo con palabras cuando posee la
conciencia de «Yo Soy el guarda» y se halla en comunión frecuente con la Presencia YO SOY y el Santo Ser Crístico. El objetivo no es proteger al ser humano, sino honrar al Cristo en todas las interacciones. Si ésta fuera nuestra norma, hablaríamos menos pero con mucho más amor, sabiduría y poder de lo que hacemos. Pensad en vuestras conversaciones de los últimos días. ¿Cuál era vuestro estado de conciencia? ¿Qué os preocupaba y en qué grado honrabais a Cristo? El mal uso del chakra de la garganta resulta agresivo. Considerad cada palabra como una perla y tratadla como tal. Tened cuidado con el chismorreo, la conversación frívola y el uso de palabrotas. Todos ellos son usos incorrectos de la Palabra que os harán vulnerables. Como ya sabéis, cuando algunas veces me dominaba la ira y a menudo cuando me enojaba, decía palabrotas. Ambos comportamientos son negativos. El destino de las palabras es ser como copas de luz. Se han de utilizar para educar, elevar, alabar, desafiar al mal, informar e ilustrar, y para otros muchos propósitos positivos. Las entidades y las palabrotas van de la mano. A medida que el hábito crece, la entidad se pone más contenta ya que puede establecer su hogar en el aura de la persona. Decir palabrotas cuando se está airado puede destruir todo un campo de fuerza y ocasionar rasgaduras en el aura de quien las usa. Asimismo, ese hábito erosiona lentamente el poder de las palabras y del aura debido a la compañía de una entidad que nunca se propone ennoblecer sino destruir. Es como aceptar de buena gana una manera de autodestruirse, independientemente de lo excelente que se pueda ser en un montón de otros aspectos. No hay verdadero poder en la ira. Hay poder en el equilibrio y la armonía. En ellos reside la fortaleza de los adeptos.
Un conocido nuestro había sido encarcelado injustamente y le preguntamos acerca de aquella situación. El encarcelamiento cuando no se debe al karma propio Se trata de una situación muy compleja. Recordad que Gandhi fue encarcelado por sus convicciones, del mismo modo que lo fueron muchos combatientes que defendían la verdad y la libertad. Cuando se encarcela a un inocente y no es su karma lo que le lleva a experimentar una situación como ésta, nos encontramos ante el caso típico de un alma que se ha prestado de forma voluntaria como instrumento para que se juzgue un sistema corrupto o un grupo de individuos con un pasado de corrupción y fraude en el transcurso de varias vidas. Se trata de un sacrificio que el individuo realiza para provocar el advenimiento de un sistema justo o para el juicio espiritual de aquéllos que se han comprometido, a sabiendas, a dañar a otros. Aunque el encarcelado no sea portador de un karma que implique tal situación, lo cierto es que, si el individuo en cuestión es capaz de pasar la prueba que tan severo trato le comporta, se transmuta una cantidad enorme de karma. Por ello, a lo largo del tiempo, ha habido prisioneros religiosos y políticos resurgiendo con una profundidad espiritual y un resplandor que no tenían cuando ingresaron en prisión. Dios recompensa a los que aguantan y honran Su nombre cuando sufren persecución. La persecución forma parte del sendero espiritual. Se aparece bajo muchas formas y en muy distintos niveles de intensidad. La severidad de un encarcelamiento erróneo es muy intensa. Pero como establece la Biblia, «bienaventurados son los perseguidos por causa de la justicia», que grande será su recompensa (Mt. 5:10). Como ya sabéis, Richard Wurmbrand **** pasó por esta
experiencia durante los numerosos años en que sufrió prisión y tortura. Desde el punto de vista humano, nos da la sensación de que, con una experiencia tal, se desperdicia la vida de una persona, pero desde una perspectiva espiritual, puede ser uno de los logros más importantes alcanzados en varias vidas. Equivocaciones, pecado y error Muchas veces nos castigamos internamente una y otra vez, y es por una equivocación que consideramos tan grave que creemos que nunca nos podrán perdonar. Así, jamás nos perdonamos a nosotros mismos y decidimos que Dios tampoco es capaz de hacerlo. La ironía es que los actos de los que nos arrepentimos de verdad se nos han perdonado mucho antes de que nosotros nos perdonáramos, aunque ello no tiene nada que ver con la compensación kármica que se nos pueda pedir en ésta o en otra vida. De lo que la gente raramente se da cuenta, que espiritualmente es mucho más grave, es de ciertas pautas y hábitos como los de la ira, el chismorreo y las palabrotas, el egoísmo y la irritabilidad, de los cuales muchos jamás se arrepienten. Esos hábitos arrojan energía a otros y limitan a la gente y a su crecimiento espiritual, mucho más que cualquier acto que el alma expíe. Ello constituyó una sorpresa para mí al llegar aquí. Yo pensaba lo contrario, de modo que tuve que ponerme cara a cara frente a diversos hábitos de mi carácter que no eran ni admirables ni mucho menos ventajosos. Orad para que se os muestren esos hábitos, con frecuencia antiguos y procedentes de vidas pasadas, que os impiden avanzar. A continuación, rezad para que se os libere de ellos. La historia de un alma que conocí
Me gustaría compartir con vosotros la historia de un alma a la que conocí bien y que recientemente ha hecho la transición. Llegó a esta vida con determinados registros que debía superar, pero no fue capaz de entenderlas pruebas que se le presentaron. Los hábitos que vino a desafiar acabaron por dominar su vida y murió habiendo retrocedido en lugar de haber adelantado. Sufría de un deseo irracional de controlar a los demás, en especial a sus seres más íntimos. Deseaba desesperadamente que la amaran y la apreciaran, pero controlaba a la gente hasta tal punto que los alejaba de ella, o estimulaba en ellos la ira o el pavor. Un profundo hábito de temor alimentaba su ansia de control, al mismo tiempo que la centraba en sí misma hasta el punto de cerrarle el corazón a todos cuantos podían ayudarla o amarla. No tengo palabras para describir la tristeza que ello me causó. Sólo puedo orar para que se le conceda otra oportunidad y que esta vez no falle. **** Richard Wurmbrand fue un ministro evangélico rumano encarcelado durante catorce años y torturado severamente por defender al pueblo rumano de la situación de esclavitud impuesta por la invasión rusa. Su problema empezó en la infancia. Su madre reconoció esos hábitos, pero afanada en criar tantos hijos seguidos, no disciplinó o desafió de forma acertada esas pautas de comportamiento. Aunque era muy amorosa con sus hijos y un ejemplo de fe cristiana, no proporcionó la firmeza psicológica y propia de un progenitor que el alma de su hija necesitaba. El padre no se dio cuenta hasta que ella fue mucho mayor, y lo que hizo entonces fue evitarla aislándose de ella hasta que se hiciera más accesible. Nunca intentó desafiar esos hábitos desde el nivel del Cristo. En definitiva, los más cercanos a ella
no la ayudaron a enfrentarse consigo misma en una etapa en la que hubiera sido mucho más fácil cambiar esas pautas. Es importante señalar la responsabilidad de los padres tanto si miman demasiado como si descuidan a sus hijos. Han de orar para ser unos buenos tutores de esas almas. Un hijo puede requerir un trato educativo distinto que otro. Cada uno posee una psicología única formada a partir de experiencias pasadas que ahora es amoldada por la vida presente. Los primeros años del hijo brindan la oportunidad de facilitar una temprana solución de esos hábitos que intentarán gobernar su vida a menos que se les ponga freno y se les desafíe. Ocuparse de lo único y especial que hay en cada alma que se nos ha confiado exige amor profundo y mucha paciencia. Pero os aseguro que conseguirlo es como tener oro en una cuenta corriente celestial. Es evidente que el niño posee libre albedrío, pero la claridad de los mensajes, así como las pautas y disciplina que enseñan los padres durante los doce primeros años, le ayudan durante el resto de su vida. Recordad que el alma de la que estoy hablando no era mala, sino que permitió que su morador reinara sobre su Yo Superior. En su vida laboral y en otras áreas llevó a cabo diversas acciones positivas, lo que le reportó algo de buen karma. Oraba, pero con frecuencia sus oraciones nacían del propio temor, y por todo ello no fue capaz de entender en su totalidad la prueba para la cual había encarnado. En mi opinión, ésta es la gran tragedia de su vida. No cerréis los ojos a vuestros hábitos negativos. Identificadlos y liberaos de ellos. Al morador le encanta la auto-justificación y la ceguera espiritual propia. Al Yo Superior, en cambio, le encanta enfrentarse con todo cuanto libere al alma del morador. ¿Cuál de los dos dirige vuestra vida? Por lo que a mí respecta, tengo mi propia parte de responsabilidad en la situación que he relatado. Cuando miro
hacia atrás en mi vida, hallo varias personas a las que debiera haber hablado más en cuanto se refiere a paz y amor por sus almas. No lo hice, y dos de ellos en particular han tenido que enfrentarse con un karma importante. No me culpo de sus actos, pero nunca sabré en qué habría contribuido o ayudado un consejo acertado, y por lo menos, sabría que habría actuado a favor del Yo Superior y no del yo humano. Es muy fácil caer en la trampa de preferir mantener tranquilo al morador de alguien, en lugar de procurar que alcance el Yo Superior. Pensad en vuestras propias relaciones. ¿Hay alguien en vuestra vida cuyo morador hayáis alimentado, evitándole así la lucha al alma? Con respecto al alma de la que he estado hablando, el afán de controlar todo el correo que recibía, incluso la propaganda y cualquier objeto que llegara a sus manos, como cajas y envases de plástico, se convirtió en una obsesión. No se desprendía de nada por temor a necesitarlo alguna vez. No dejaba que nadie controlara las cosas. Dejó de tener cualquier apariencia de una vida normal a medida que correo, papeles y otros artículos fueron invadiendo su casa. Saboteaba cualquier tipo de ayuda que se le ofreciera. De joven, era capaz de mantener un orden y un control meticulosos, pero de mayor, cuando la salud empezó a fallarle, optó por preferir el control al orden. La suya era una obsesión alimentada por el miedo. Sospechaba de todos y era incapaz de ver nada de bueno aunque lo tuviera enfrente.
Si os sorprendéis juzgando a todo el mundo, deteneos y evaluaos. Si os volvéis sospechosos de las intenciones del prójimo, examinad las propias. Si vivís una vida en la cual no disponéis de tiempo para ayudar a los demás y todo gira a
vuestro alrededor, algo va mal. El miedo puede impediros vivir. El miedo puede cegaros a la hora de percibir la bondad de las personas; el miedo puede destruir vuestra salud y paralizar vuestros sentimientos; el miedo puede usurpar vuestro darma y convertirse en vuestro dueño. Controlar a los demás o perseguir el control sobre el reino de lo material, nunca reducirá ese miedo. El amor desvanece el miedo, así como la humildad y el amor por el Yo Superior disipan el control. Recordad que no sois auténticamente libres si deseáis controlar a los demás o si os controlan a vosotros. Del mismo modo, no podréis conocer el verdadero amor si vivís dominados por el miedo. Procurad alcanzar el control y el amor divino y la maestría crística. No me ha complacido tener que contaros esta historia, pero creo que puede brindar algún servicio. Mi oración es para que el hacer mención de ello pueda ayudar a avanzar al alma que he descrito. La ira El hecho de despejar toda ira del ser es vital para la curación, la victoria espiritual y la libertad individual. La ira es como un parásito que vive de una persona y agota su fuente de luz. Puede estar enterrada en lo profundo de la psique o descansar en la superficie. De uno u otro modo, la persona es vulnerable. Los casos más difíciles son aquéllos en los que la ira se desató antes de la vida presente. Algunos individuos la arrastran durante siglos y, con frecuencia, se dirige contra Dios, al que muchos culpan por las circunstancias de su vida. Algunos no han sabido defender su fe en un momento crítico y, sin embargo, siguen haciendo responsable a Dios en lugar de a sí mismos. Normalmente, tras la ira se esconden el miedo y el odio. Nos hemos convertido en un planeta donde tales atributos
prosperan. Gran parte de ello podría evitarse si la gente comprendiera los principios de la responsabilidad individual y de una auténtica fe, y si desearan cultivar la compasión amorosa en sus corazones. Para libraros de esta energía insidiosa, debéis orar a fin de que se os muestre cualquier manifestación de ira que haya en vuestra alma o psique desde la primera encarnación. Debéis pedir que se os muestre el mejor método a fin de libraros de ella. Normalmente, consistirá en una combinación de terapia, trabajo espiritual y un deseo sincero de curarse. La ira no puede pasarse por alto porque, si no os ocupáis de ella, os dominará a vosotros y a todos aquéllos que son importantes en vuestra vida. No importa a cuántos servicios asistáis o cuántas oraciones hagáis. Si salís de los momentos de devoción sólo para perder lo que habéis ganado en la oración abandonándoos a arrebatos de ira, no estaréis progresando espiritualmente. La ira no quiere que la toquen. Le gusta controlar a la persona. Debéis luchar contra esta fuerza o barrera y empezar a desenmarañar sus orígenes en vuestro interior. Incluso aunque creas que son los demás quienes provocan tu ira, sigues siendo tú el enojado y debes disipar esa energía. Si te tiene dominado, deberías explorar el motivo que te hace permanecer a su lado ¿Qué la está alimentando? ¿Qué oculta? Cualquier poder que aparente tener la ira, está vacío y es ilusorio. Puede utilizarse para manipular a personas y situaciones, pero al final sois vosotros los manipulados al crearos, como consecuencia, más karma. La ira puede bloquear el crecimiento de vuestro corazón y su capacidad de amar. También puede afectar a vuestro corazón físico. En numerosas ocasiones, los maestros ascendidos han mencionado la ira como un grave peligro que impide el progreso. Es absolutamente necesario que os enfrentéis con cualquier
vestigio de ira que pueda permanecer en vuestro interior y liberaros de semejante esclavitud. El dominio de la mente Continuamente me pregunto el motivo por el cual las tentaciones del mundo ilusorio son tan poderosas, incluso entre los hijos e hijas de Dios. Reflexiono sobre mis vidas pasadas que, por la gracia de Dios, se nos permiten estudiar a fin de ayudarnos a examinar nuestros propios hábitos y las áreas que tenemos que vencer. He descubierto que lo que sobresale de mi última encarnación es el papel que desempeñó mi mente. Conferí poder a un montón de pensamientos y distracciones que ahora me parecen insensatos. Existen muchos aspectos de la vida a los que otorgamos poder. Recuerdo lo maravilloso que me parecía tener una embarcación y, cuando finalmente la conseguí, pasó a tener escasa importancia. Nuestros pensamientos abarcan una amplia extensión: de deseos a temores, de crítica a ira y odio. Asimismo, pueden ser inventivos y creativos, afirmativos y alentadores, santos y puros. Mucho de lo que he compartido con vosotros versa sobre el corazón y su papel primordial en el sendero, pero me doy cuenta de que apenas he hablado acerca de la comprensión y la superación de las perversiones de la mente que, con frecuencia, las emociones desencadenan. Existe cierta maestría sobre la mente que ha de alcanzarse juntamente con el corazón. Es importante examinar el concepto de maya e ilusión y comprender de verdad las estrategias del yo sintético tendentes a manteneros eternamente ligados a lo que no es real. Una de las prácticas que he estado estudiando y con la que he trabajado es la meditación. Como podéis imaginar, la meditación no me ha sido tan fácil como otras prácticas y conocimientos.
Incluso en mis vidas monásticas, acumulé un gran hábito en los campos de la acción, la planificación, la administración y la dirección, y bastante menos en los de la quietud y la contemplación. La meditación posee numerosos niveles, al igual que la verdadera oración. No es tarea mía ni es éste el lugar adecuado para impartir enseñanzas en este campo ya que aún tengo mucho que aprender; pero sí hay un ejercicio relevante a los efectos de lo que hoy intento explicaros: colocarse en una postura de meditación e intentar despejar la mente. A continuación hay que observar sin dar ningún poder a los pensamientos que pasan por la pantalla de la mente. Lo que este ejercicio muestra es el nivel de distracción del cuerpo mental. Creo que observar vuestros pensamientos, incluso ponerlos por escrito durante algún tiempo y desentrañar su naturaleza, ayudaría a muchos de vosotros. Luego, intentad alcanzar un punto en el que estos pensamientos pasen como si fueran una película y vosotros, los espectadores. Todo cuanto permitimos que nos controle nos zarandea de acá para allá, cuando en realidad el Santo Ser Crístico, y no el yo sintético, debería tener el control. Recordad que el mal se frustra cuando no le concedéis poder. Los maestros nos recomiendan meditar a diario en nuestra propia Presencia YO SOY. También sugieren la conveniencia de seleccionar una afirmación sagrada o mantra para mantener nuestras mentes centradas en Dios. Fijaos con cuánta frecuencia los maestros han mencionado que debemos prescindir de la conversación ociosa, pero no de la sagrada amistad o relación familiar que son legítimas y ennoblecedoras. Pero cuando observo, he de confesaros que veo cuánto tiempo se podría dedicar a Dios si se acabara con la conversación ociosa. Ello tampoco significa prescindir de las cortesías de la vida o los contactos con los demás cuando cumplimos con alguna tarea necesaria. La evolución espiritual
de un alma comprende pensamientos, palabras y hechos. Sois los administradores de vuestro propio ser. Sólo vosotros con honradez sagrada —o las huestes ascendidas— sabéis cómo manejáis estos tres conceptos en vuestra vida. Procurad morar en la llama de la conciencia abundante, libres de los pensamientos destructivos y afianzados en el sentido práctico de la Madre. Os prometo que la mayor parte de lo que anheláis y soñáis será vuestro si perseguís esta maestría. ¿Has aprendido algo acerca de la hipnosis? ¿Podemos practicarla sin riesgo? El problema con cualquier forma de hipnosis es que su práctica y un nivel de verdadero logro espiritual no van a la par. Se trata de una programación del cerebro realizada por otro o por vosotros mismos. Si alguien os hipnotiza, sois vulnerables a sus energías y sugerencias, o a fuerzas astrales que pueden utilizaros mientras estáis en estado hipnótico. Es mucho más seguro practicar la autohipnosis, pero es incluso mejor cuando se realiza a través de una afirmación, incluyendo el nombre y la voluntad de Dios. Hay numerosas técnicas que pueden ser de ayuda y dar resultado si las practica la persona adecuada con pureza en su motivación y claridad de mente. Hoy día vuelven un gran número de prácticas que existieron en la cima de antiguas civilizaciones mucho más avanzadas que la nuestra pero que, al final, se derrumbaron por carecer de una profunda comprensión espiritual, así como de una auténtica práctica. No dejéis nunca de examinar la fuente de lo que recibís. En un sentido humano hay numerosos atajos, pero en la realidad espiritual, muy pocos. El logro espiritual consiste en transformar los cuatro cuerpos inferiores, lo cual implica que pueden vencerse todos los malos
hábitos. El logro espiritual, además, es un sendero, no una fórmula instantánea. El calendario de Dios se basa siempre en una ecuación. Puede parecer que un milagro se realiza en un instante, pero en realidad, se trata de una fórmula espiritual completa que conduce a dicho momento, y se compone de logro, karma, gracia y misericordia. ¿Tienes alguna sugerencia para quienes libran tal batalla con la ansiedad que, a veces, les impide ser eficientes? La ansiedad puede sentirse como un cataclismo interno, es capaz de paralizar a la gente y llegar a tener preferencia sobre todos los demás aspectos de la vida. No puedo dar ni un consejo ni una enseñanza única para esta situación ya que sus causas son innumerables. La ansiedad que parece abrumadora, irresistible y sin origen aparente, suele tener sus raíces en un trauma de una vida anterior; otros tipos de ansiedad nacen de una crisis o de un trauma de esta vida, pero, a veces, la persona no es consciente de que el origen se relaciona con ese suceso. Hay quien sufre de una condición psicológico-química que la causa. Finalmente, muchas ansiedades surgen del afán de la gente por conquistar la aprobación por parte de la humanidad de los actos y apariencias del yo sintético. Esta clase de ansiedad representa generalmente el centro del no yo, emparejado con una falta de fe en la capacidad de Dios para solucionar nuestra mínima necesidad o preocupación. El éxito humano se torna más importante que la relación de uno con Dios. A medida que la ansiedad crece, se transforma en una especie de corriente eléctrica que crece en intensidad según se vaya añadiendo más miedo a la espiral. Por ello es necesario que resolvamos nuestra psique. En cada persona existe una determinada complejidad que no puede solucionarla un consejo superficial. Hay resolución divina para
cada corriente de vida que, con profunda sinceridad, busca la integridad. Es muy importante vencer los hábitos negativos y ser lo suficientemente humildes para buscar ayuda cuando sea necesario. La ansiedad nunca debería gobernar vuestros días ni acabar con vuestro sueño por las noches. Yo no era una persona ansiosa, pero sí tuve algunos miedos. Os prometo que me habría librado fácilmente de ellos si hubiera trabajado mi psicología. En la Iglesia católica nos estrechábamos las manos y nos deseábamos la paz en Cristo. Si lo piensas, es un hermoso ofrecimiento brindado a nuestros semejantes y quizá el que debería presidir cualquier encuentro. Ojalá que halléis esta paz, porque se encuentra en el interior de cada uno de vosotros. El empleo del tiempo Un ejercicio útil sería hacer una parada al final del día al menos durante una semana y evaluar a qué habéis dedicado el tiempo y la energía. ¿Cuánto tiempo habéis dedicado al chismorreo? ¿Cuánto tiempo habéis permanecido enojados o heridos? ¿Cuánto tiempo habéis dedicado a aprender? ¿Cuánto tiempo habéis estado mirando la televisión? ¿Cuánto tiempo habéis dedicado a conversaciones frivolas y ociosas? ¿Cuánto tiempo habéis dedicado a ayudar a los demás? ¿Cuánto tiempo habéis dedicado a la oración? ¿Cuánto tiempo habéis perdido sin darle significado o propósito? ¿Cuánto tiempo habéis dedicado a vuestro trabajo?
Veréis cómo surgen pautas y hábitos; mas si sois sinceros con vosotros mismos, seréis capaces de programar un mejor empleo del tiempo. Recordad que cuando la gente está despistada, se hace más difícil que perciba y luche contra las fuerzas del mal que trabajan sin descanso para destruir todo lo que es santo, puro y de Dios. Son fuerzas a las que hay que combatir, y hay que limpiar el planeta de todo lo que vaya contra la vida y contra la luz. Hoy es el día de acción de gracias *****. ¿Hay algo que puedas decirnos acerca de la gratitud? Sí. Creo que la mayoría de la gente sabe que es bueno dar las gracias a los demás y que es agradable que se te agradezca algo que has hecho o que eres. Lo que se pasa por alto o quizá no se comprende lo bastante es el absoluto y verdadero poder de la gratitud. El agradecimiento, en su expresión más elevada, es una puerta abierta a Dios. El corazón agradecido dalas gracias a Dios por todo lo que Él ha puesto en su camino —lo bueno y lo malo— porque comprende que todo ello representa una oportunidad para glorificar a Dios y crecer espiritualmente. No basta con la reciprocidad. Reflexionad en las siguientes preguntas: ¿Cómo sería si viviera en un estado de perpetua gratitud? y ¿qué es lo que soy incapaz de agradecer? Si pasáis por una situación muy difícil pero sois capaces de agradecer con sinceridad a Dios la oportunidad de crecer, de luchar o de experimentar el dolor, cualquiera que sea el caso, con toda probabilidad podréis atravesar o salir de la situación mucho más rápido que si os sumís en un estado de amargura o de lástima de vosotros mismos, o si cuestionáis los motivos de Dios.
La ceguera espiritual es lo que os mantiene apartados de la gratitud. Cuanto más se comprenda el principio del karma y del sistema de justicia divina, más se será capaz de abrazar el camino de la gratitud. La ingratitud puede provocar un estado de amargura que impida a un alma con un sustancial logro espiritual el avance en el sendero. Si el alma muere en tal estado, este cáncer, al que ha permitido que infecte su cuerpo y su espíritu, la debilitará y arrastrará indefectiblemente hacia abajo. ***** En los EE.UU., se trata de un día muy señalado que se celebra el cuarto jueves del mes de noviembre. [N. de E.]
11 Escoge la vida, no la muerte La máxima ingratitud Quizá el acto más ingrato y que se ha convertido en un peso enorme que gravita sobre la gente de los Estados Unidos de América y de otras partes del mundo, es la supresión de la vida mediante el aborto. Se ha engañado a muchas almas sinceras y de verdad hermosas, haciéndoles creer que el aborto es una opción lícita y «correcta». Sí, es cierto, Dios nos ha dado libre albedrío, pero ¿resulta probable que quitar la vida sea la voluntad de Dios? Somos responsables de nuestras decisiones. Si decidimos mantener relaciones sexuales, sabemos que el embarazo puede ser una consecuencia. La vida debe reverenciarse en todos los ámbitos. Resulta irónico que haya quienes honren el medio
ambiente, se horroricen ante la destrucción del planeta Tierra y luchen a favor de las especies en peligro de extinción, y en cambio no vean que el aborto también es una forma de destrucción de la vida, que es santa y que está llamada a ser protegida. Quizá la comprensión más irresistible llega cuando uno se halla en los reinos etéricos y se encuentra con almas a las que se ha negado la encarnación, no una sino varias veces, a través del aborto. La oportunidad de progresar sólo les puede venir mediante la reencarnación. El alma selecciona a su familia, está preparada para manejar la situación por difícil que sea y, sin embargo, si el padre o la madre deciden abortar, el alma pierde su oportunidad. Ello no debería considerarse con estrechez de miras relacionándolo con la religión, sino desde la óptica de todos aquéllos que entienden el principio de reverencia a la vida. Todo aquél que ha llegado al verdadero corazón de un auténtico sendero espiritual, debe saber que la vida es sagrada y se la debe honrar. La gente no niega que la vida empieza con la concepción, pero algunos se creen con el derecho de decidir si esa vida debería continuar o no. La mayoría de los abortos se producen después de registrarse los primeros latidos del corazón. ¿Es éste el significado de la libertad? No tengo las palabras adecuadas para transmitiros qué tremenda carga dejaría de pesar sobre el planeta si esta práctica cesara. El relato de un aborto Nuestro retiro cuenta con unas amplias pantallas como las del cine, utilizadas para informarnos de los acontecimientos que tienen lugar en el universo e impartirnos las lecciones que
necesitamos para avanzar. Hoy nos han enseñado los registros kármicos de una pareja de solteros que han decidido abortar al hijo que han concebido. En la pantalla vimos a la chica, una estudiante universitaria, y a su novio. Él también va a la universidad, pero es dos años mayor que ella y nunca se ha planteado otra alternativa que el aborto porque no quiere comprometer sus estudios o su futura profesión con un niño al que tener que cuidar. Por ello, presiona enormemente a la chica para que aborte. Lo que ella ignora es que ésta es la segunda relación en la que el muchacho ha insistido para que se realice el aborto. Se siente confusa y muy atormentada. Le gustaría contárselo a su familia pero teme que la rechacen o se nieguen a seguir pagándole los estudios. No obstante, al optar por no decir nada a sus padres, nunca sabrá lo que nosotros desde nuestra octava vemos claramente: que ellos, a pesar de quizá sentir sorpresa y decepción, le hubieran dado su apoyo para tener al niño y, más tarde, para decidir si criarlo o darlo en adopción. La chica se siente herida por la actitud de su novio, pero le ama. Y aunque cree que la mujer tiene derecho a decidir en lo concerniente a los embarazos, no está preparada para la sensación de vida que está creciendo en su interior. Con gran tormento, accede a abortar, como quería su novio, y después cae en una depresión como nunca ha experimentado hasta entonces. El alma que ambos jóvenes hubieran podido patrocinar era un ser hermoso que potencialmente hubiera podido encarnar por última vez, es decir, ascender al final de esa próxima vida. Pero este niño necesita nacer en una familia con el padre que lo concibió a fin de trabajar con él un karma muy difícil. Es la segunda vez que el chico ha eliminado la oportunidad de reencarnación de esta alma, la cual se siente frustrada a la vez
que su karma con él se intensifica. Realmente no se sabe cuándo dispondrá de una tercera oportunidad para encarnar. También hemos presenciado escenas en las cuales había mujeres que insistían en abortar contra los deseos de su novio o esposo. Hemos estudiado centenares de casos y las razones que impulsan a la gente a abortar, así como el karma que se deriva de tales decisiones. Los motivos encajan en un limitado número de categorías. Muchos creen que no están preparados para asumir la responsabilidad de ser padres y que tener un hijo alteraría de forma negativa sus planes; otros temen o bien perder su reputación, o bien la reacción de sus familias; hay casados que creen que no podrán mantener otro hijo; hay incluso quien cree que el planeta está superpoblado y no quieren aportar uno más; y hay a quienes la familia cercana obliga a abortar, o lo hacen por imposición de ciertos regímenes políticos. Muchos, pero no todos, toman esta decisión con tristeza y después de reflexionar. Pero en el fondo, la mayoría de estas decisiones se basan en sentimientos egoístas y ególatras. En última instancia, son decisiones basadas en conveniencia y reputación personales. Generalmente, se toman sin entendimiento de la reencarnación y con muy poca fe en la abundancia divina y en la posibilidad de hallar una solución a cualquier problema cuando se pide intercesión. Hay que enseñar las leyes del karma a la gente y debería mostrársele la importancia de cada alma que intenta encarnar ya que necesita un cuerpo en el cual trabajar su karma. A su vez, el alma selecciona a la familia que le permitirá cumplir con él de la mejor manera que sea posible. Cuando los que supuestamente van a ser sus padres deciden abortar, el alma que abortan puede que haya de esperar mucho tiempo antes de disponer de una nueva oportunidad con una familia distinta, o, en una fecha posterior, de nacer en el seno de la misma. Sin embargo, en tal
caso, puede llegar con una carga adicional de resentimiento o conflictividad como resultado directo del aborto. El tema del aborto no debería convertirse en una confrontación liberal-conservadora. Simplemente, debería considerarse como una verdad cósmica, que todos deberían entender, consistente en el hecho de que la vida empieza en el momento de la concepción y que, por tanto, no ha de destruirse. La superpoblación es el menor de nuestros problemas y para resolverlo existen soluciones divinas. Pero el odio, la avaricia, la lujuria, el orgullo, el prejuicio y la ingratitud, ciertamente pueden destruirnos. Sé que muchas almas se arrepienten profundamente de las decisiones que tomaron con relación al aborto. Puedo aseguraros que Dios, en su infinita misericordia, perdona y que Su justicia proporciona medios de expiación. Si habéis abortado, no os condenéis ni os sintáis indignas. No os servirá para nada, ni a vosotras ni a Dios. En lugar de ello, buscad maneras de servir y honrar la vida. Orad a la Madre María para hallar formas de solucionar este dilema que subsiste en nuestro planeta. Ella os aguarda con impaciencia.
12 Trabajar con niños y jóvenes Ayudar a nuestros hijos a experimentar el reino de los cielos Quiero hablaros del reino de los cielos. Su belleza es tal que merece cada sacrificio y cada decisión correcta que se tome en
aras de hacer lo «bueno» y lo «justo». No podéis tomar el cielo por asalto, debéis ganaros un sitio allá. La falsa piedad no significa nada en el cielo. En ocasiones, hablé sin pelos en la lengua y me mostré irritable, pero nunca fui falso, ni conmigo ni con los demás. Es sumamente importante ser quien uno es en el sentido más profundo, y ello sólo es posible si se afronta la psicología propia y los hábitos y pautas que la acompañan, y se alcanza el equilibrio adecuado en la vida espiritual. No podéis ser uno con vuestro Yo Superior sin dar a los demás. Sólo cuando lo hagáis, podréis empezar a descubrir quiénes sois. Esto forma parte de la incógnita aunque no de toda, sino de parte de ella. Una vida centrada en el yo inferior sólo puede progresar hasta allí, por ello es tan importante facilitar oportunidades a los niños para que aprendan a servir a los demás. Forma parte de la primera fase de desarrollo del corazón. También es importante desarrollar un juicio correcto. Forma parte de la llama de la sabiduría. Ayuda a los niños a lograrlo el brindarles la oportunidad de generar hábitos fuertes, tanto del corazón como de la mente. Los de la mente implican desarrollar afición hacia cualidades como la excelencia, la minuciosidad y la persistencia. Un juicio o criterio sabio es el resultado de un buen carácter, el cual, a su vez, ha de ser fomentado por los padres, la escuela, la sociedad y, evidentemente, la iglesia. Los niños necesitan oportunidades para practicar lo que han oído decir acerca del buen carácter y para ser de utilidad en las escuelas y comunidades, así como en su propia casa. La indulgencia con los niños nunca es provechosa, en cambio el respeto hacia ellos les ayuda a crecer alineados con los principios de Dios. En el peor de los casos, la indulgencia corrompe, al igual que un modelo de privación puede erosionar el espíritu. El trato con nuestros hijos y con los demás niños forma parte de la manera en que se nos prueba y se nos mide.
Debemos asumir y desarrollar el manto de persona adulta y parte de éste consiste en ser un modelo para cualquier joven que llegue a nuestra vida. Cada vez que dejamos de llevar ese manto, acumulamos más karma. No todo el mundo está destinado a tener hijos o a llevar a cabo una labor sagrada que implique tratar con ellos, pero todos deberían honrar al hijo y al potencial que Dios le ha concedido para convertirse en el Cristo. Estar aquí con Saint Germain sobrepasa todo cuanto hubiera podido imaginar. Me gustaría que todo el mundo dispusiera de esta oportunidad, pero sólo puede darse a través de una evaluación sincera de vuestra vida y de hacia dónde os dirigís. Debéis llegar a desear lo «bueno» y a practicar las virtudes en la vida diaria con sinceridad y alegría. ¿Qué significa mantener el concepto inmaculado para con los adolescentes? No hay límites cuando mantenéis el concepto inmaculado a fuerza de sostener la imagen crística de otra persona. Y, por supuesto, debería hacerse con nuestros hijos a fin de que tengan todas las oportunidades para alcanzar el potencial crístico. Mucha gente no advierte que ha de haber límites en el día a día. Las almas deben hacerse responsables de sus propios actos. Los niños aprenden cuando perciben consecuencias evidentes. Los padres que protegen a sus hijos a toda costa suelen despojarles de la oportunidad de aprender las lecciones que les ayudarían a forjar su carácter. Reprochar a un joven una mala acción no significa que seáis contrarios a la juventud. Todo el que es capaz de discernir con el corazón sabe la diferencia que hay entre quien «juzga» con intolerancia a la juventud y quien simplemente declara la verdad relativa a una conducta advertida.
Proteger a cualquiera de cumplir con su karma por lástima es crearle un gran perjuicio. La verdadera disciplina, basada en el amor, la sabiduría y el poder, ayuda a forjar futuros discípulos. Muchas veces, los padres, al mostrarse incapaces de ver las malas acciones de sus hijos, en realidad lo que hacen es protegerse a sí mismos de mirar hacia su propio interior. Deberíamos orar a diario por la victoria de nuestros jóvenes. Todo el mundo debería hallar la forma de prestar algún tipo de servicio a fin de proteger la pureza y la inocencia de nuestra juventud. Caritas (caridad) y la juventud Hoy me gustaría hablaros acerca de la caritas, la santa caridad. San Francisco de Paula (Italia, 1416-1567) lo hacía todo en nombre de la carita. Había un gran poder en aquella alma que vivía y respiraba para ser el vehículo de la caridad de Dios, es decir, el amor *. La juventud necesita tener la oportunidad de dar a los demás. Cada persona debe examinar su vida para ver el nivel de caridad que hay en ella. Cada vez que condenamos, criticamos o chismorreamos acerca de alguien, nos salimos del círculo de la caridad. Si sois dados a criticar a menudo, intentad hallar la causa y el núcleo de esa necesidad que os impulsa a hacerlo. El modo que utilizan los santos consiste en mantener el concepto inmaculado. Si disponéis de un lugar donde almacenar alimentos o ropa para donar, sería una buena idea que los jóvenes se ocuparan de ello e incluso lo administraran. Asimismo, también podrían llevar a cabo determinadas faenas para los jubilados y ayudar a resolver algunos problemas en el seno de la sociedad.
Los jóvenes necesitan experimentar la alegría y el significado de dar. Ello contribuirá a que se les expanda el corazón y el sentimiento de ser miembros importantes de la sociedad. Trabajar con adolescentes Los adolescentes son extremadamente críticos con los adultos que les rodean. No se dejan engañar con palabras. Buscan adultos que no se dejen manipular, alegres, equilibrados y con maestría. Al margen de cómo se comporten o lo que exijan, a nivel del alma los adolescentes reconocen al progenitor «verdadero» o al adulto justo. La pregunta para los padres es: « ¿Qué ejemplo he dado a mi hijo?» El fanatismo o la hipocresía de los padres influirán en gran medida en los hijos ya que éstos lo notan todo y, con frecuencia, interiorizan mucho más de lo que nos pueda parecer. Esto no significa que los padres deban vivir temerosos de cada acción que emprendan. Como todos nosotros, los padres cometen errores, pero el mensaje importante es ser lo más sincero posible con uno mismo. Es lógico que un padre religioso que ama a su hijo desee que éste abrace su religión. Los padres que no la descubrieron hasta que fueron adultos, creen que sus hijos son afortunados por crecer en el seno de dicha creencia. Evidentemente ello es cierto, pero para que la fórmula se complete, el padre o la madre han de comprender el papel de un buen padre y respetar a los niños. Han de saber la mejor manera de impartir una creencia religiosa a un niño. * La palabra caritas, en latín, significa cariño, amor. [N. de E.j]
Cada niño es único. Algunos llegan con una afinidad natural para la vía espiritual, mientras que a otros los domina el mundo y les resulta difícil vivir en una familia con fuertes creencias religiosas. La irrealidad bombardea al mundo adolescente. Si los adolescentes reciben una base sólida de realidad y equilibrio en sus primeros años, no la olvidarán. Queda grabada en sus almas. Incluso si abandonan su iglesia durante una temporada, es probable que vuelvan. Dadles la libertad de estudiar otras religiones. Dejad que descubran que al final deberán ser ellos quienes elijan una iglesia ya que nadie más podrá hacerlo por ellos. Todos pasamos por la prueba del llamado del mundo. Algunos nos dejamos engañar menos que otros y unos pocos poseen la visión divina en todo momento. El gran problema no reside en los adolescentes, sino en el buen o mal desempeño del rol de padres de que han sido testigos. Deben ver en ellos los frutos de la religión y cómo se aplican en la vida diaria. Han de experimentar los lazos familiares en un amplio contexto de la fe. Los padres que practican creencias distintas deben hacer resaltar las similitudes existentes entre ellas. ¿Cual es el mejor enfoque para enseñar religión a los adolescentes? Los adolescentes necesitan saber que tienen libertad para elegir su sendero espiritual. La tarea de los padres es establecer la base espiritual durante los primeros años de vida del niño. Los hijos aprenden más religión de cómo los padres viven que de lo que éstos dicen. La religión no puede ser únicamente una cuestión de reglas sobre lo que hay que hacer o de lo que se prohíbe. Debe
contener alegría y sentido práctico, amor y amabilidad, disciplina y responsabilidad. Es necesario que haya un espacio de tiempo dedicado a la familia y a la diversión, que más tarde los niños recordarán. También son importantes las celebraciones familiares y, en especial, el hecho de sentir que se les escucha. En el contexto de la familia, los niños aprenden a orar y a bendecir la mesa, y también asisten a la iglesia y a la escuela dominical. El culto se convierte en una parte importante de la vida familiar. Los niños crecen viendo que la fe constituye la base de la vida de sus padres y experimentan de muchas maneras que orar ayuda a la vida diaria de las personas, así como a la del planeta. ¿Qué deberíamos poner de relieve en nuestras escuelas? He de deciros que éste no es un tema que se me haya encargado en esta ocasión. Desde que llegué aquí, gran parte de mi formación se ha centrado en principios espirituales y en la ciencia que gobierna el universo. He estudiado en profundidad la ciencia de la Palabra hablada; también la alquimia. He pasado muchas horas estudiando la reencarnación y la ley del karma. Muchos de estos temas poseen amplia repercusión en la educación, pero no me he dedicado a investigar el actual sistema educativo. Sin embargo, voy a comunicaros algunos de mis pensamientos y observaciones relacionados con el tema. Hay que enseñar a los niños a que crean en sus potenciales divinos. Debe orientárseles hacia el principio de excelencia. Han de percibir su papel en el estudio y el aprendizaje como una necesidad que contribuye a su crecimiento. Les es preciso hallar un propósito en los estudios que realizan. Me preocupa que muchos de los que administran las escuelas públicas opinen que admitir la existencia de Dios (incluso sin mencionar una religión o confesión específica) sería perjudicial
para nuestra juventud. Lo que nuestras escuelas necesitan es el poder de la oración. Hemos eliminado el importante lazo de unión con Dios que durante muchos años contribuyó a proteger las escuelas. Es imperativo que halléis algún modo de implicar a los padres en la educación de sus hijos. En este mundo moderno de la electrónica, la ética y los valores morales sólidos desempeñan un papel fundamental. La juventud aprende a partir del ejemplo y de las oportunidades que surjan para participar en «hacer el bien». Hay que recalcarlo tanto a padres como a escuelas. Un sistema es defectuoso cuando una raza avanza menos que otra. Eso puede cambiarse. Debe cambiarse. Pero deberá contar con los padres, la formación de los maestros, la sociedad y Dios. La adopción de niños Hemos estudiado la difícil situación de los niños abandonados en este planeta. Muchos han sido arrancados de sus padres a causa de guerras y persecuciones. Otros han sido dados en adopción debido a políticas gubernamentales contrarias a las leyes de Dios como las que se aplican en China **. Algunos se dan en adopción porque sus padres son demasiado jóvenes o están poco preparados para asumir la paternidad o la maternidad. La lista de causas es larga. Tanto para el niño como para el progenitor, puede ser uno de los momentos de mayor aflicción en sus vidas, como si les arrancaran el corazón. Incluso los padres que han sido asesinados anhelan con toda su alma que se nutra y apoye a sus hijos. Recordad que uno de los aspectos según los cuales se juzga a una civilización, es el modo en que cuida de sus miembros jóvenes. Somos responsables de nuestra familia cercana, pero
también formamos parte de la familia de Dios. Para alguien que quiere adoptar una criatura, puede resultar poco factible o práctico, pero lo cierto es que llevar a cabo un determinado servicio o apoyo a un niño, ya sea dando dinero o mediante alguna otra acción, es una posibilidad al alcance de la mayoría de la gente. Y siempre queda libre la vía de la oración, para pedir la protección de la pureza e inocencia de nuestra juventud. Hay ángeles de la adopción que trabajan propiamente en la tarea de poner en contacto a futuros padres con almas a las que han de servir a través de la paternidad o la maternidad. Su trabajo no es sencillo ya que puede intervenir el libre albedrío en cualquier momento e invertir una situación que estaba destinada a tener lugar. Hay que recordar que no va a veniros un alma que no estaba destinada a ir a vuestro hogar si oráis para favorecer todos los aspectos de la adopción, desde antes de iniciar el proceso hasta tener al niño en vuestros brazos. Si algo no sale bien, incluso en el último momento, no debéis angustiaros si habéis realizado el trabajo espiritual necesario. Hay resplandecientes almas de luz esperando a que las adopten. También hay almas con karma y hábitos desafiantes. Vuestro propio karma siempre formará parte de la fórmula. La llama violeta puede ayudaros a transmutar lo máximo que se permita antes de la adopción, proporcionándoos así el privilegio de patrocinar a un alma muy especial. La adopción, aunque desde fuera parezca más complicada, puede traeros la misma alma que un nacimiento. Al hacerse mayores, algunas almas adoptadas pueden, con el tiempo, querer buscar a sus padres biológicos. Otras no lo harán o no podrán, por fallecimiento o por falta de documentos. Ocurra lo que ocurra, suele ser el resultado directo del karma de toda la gente implicada. Ello no ha de ser motivo de temor, sino entenderse como cumplimiento de la ley.
** China ha establecido la norma de un hijo por familia. Se obliga por la fuerza a abortar criaturas concebidas por encima de este límite.
Puede que no sea necesario adoptar un niño, a menos que la voluntad de Dios lo decrete. Más bien la gente debe estar abierta a patrocinarlo cuando sea posible económicamente. Si os estáis preguntando de qué manera podéis servir a la juventud, rezad una novena (una serie de oraciones durante nueve días) a la Madre María o a alguno de los otros maestros, pidiendo que os indiquen la dirección clara para vosotros, vuestro cónyuge o la familia. No os lancéis a actuar de forma impulsiva; dejaos guiar por la mano de Dios que nunca, nunca falla. A beneficio de nuestra juventud Nunca son bastantes las oraciones que se puedan dedicar al futuro de la juventud. Hay que salvarla. Mucha gente joven se siente confusa, enojada o sin esperanza ni valores claros. Eso no debería ser así. Hay que apelar a diario a los maestros patrocinadores de la juventud y a cada uno de los maestros ascendidos y ángeles que trabajan a favor de la juventud, mediante oraciones y decretos. Imagino un grupo de gente que se comprometiera a orar y decretar cada día por los santos inocentes durante un determinado período. La inocencia es hermosa a los ojos de Dios. La pureza es el estilo de Dios, pero somos una civilización que expone a nuestros jóvenes, a una edad temprana, a mucha
impureza y corrupción. Recordad que se juzga en parte a una civilización por el cuidado que dispensa a jóvenes y ancianos, y más concretamente a sus almas y a los progresos que éstas realizan en su camino hacia Dios. Es posible que haya una sociedad orientada a la juventud en la que, sin embargo, no se preste ninguna atención al alma y a su crecimiento. Es un concepto erróneo el centrarse únicamente en la salud y el éxito de nuestra propia familia y parientes. Si bien hemos de ser atentos, amorosos y honrosos en nuestras relaciones con los más cercanos a nosotros, no podemos olvidar ni descuidar nuestra responsabilidad hacia la vida misma y, en mayor medida, hacia el mundo. Puede que tengamos karma e incluso darma con ellos, pero deberíamos también buscar vías espirituales y físicas que contribuyan a solventar los problemas del planeta. ¿Cómo podemos hacer que la situación de pobreza y el abandono infantil cambien completamente? Jesús no pudo hablar más claro en lo concerniente a los pequeños. Cuando la gente se muestra insensible con la difícil situación de los niños, abre la puerta de su ser a una cierta insensibilidad y ceguera espiritual. No podemos taparlo a fuerza de afirmar que tal miseria es el karma de esas criaturas. Más bien son las personas las que hacen karma mediante las distintas formas en que desatienden a sus pequeños. Los niños merecen oportunidad. Merecen conocer el amor humano y el cariño en sus primeros años. Hay que hablarles de Dios, de la vía de la luz y del propósito divino. Los derechos humanos deberían empezar con el tratamiento adecuado de la infancia en todas partes. Nada resiste la solución divina. Si todas las religiones se unieran a propósito de
este problema y oraran a horas determinadas o días dedicados a este asunto, las soluciones no tardarían en aparecer. Bandas Muchas almas sinceras resultan engañadas o son arrastradas a formar parte de alguna banda. Estas son corno un cáncer que crece en la mayoría de las ciudades de esta nación. Hay que desafiarlas y detenerlas antes de que no podamos controlarlas. Hay que recuperar las ciudades para que se pueda tener en ellas una vida decente y respetuosa con las leyes. Los portadores de luz deben dar apoyo y alentar todos los esfuerzos que se realizan para proporcionar segundad a nuestras calles y esperanza a nuestros hijos. 13 Condiciones sociales en el Planeta Tierra Los medios de comunicación Nos hemos convertido en una sociedad que suele proteger más aquello que resulta pernicioso para la gente que lo que es mejor para el bien común. Tenemos tanto miedo de que nos controlen o limiten de alguna manera, que desconfiamos de la virtud o de lo que ésta pueda exigirnos. A veces protegemos al injusto antes que al justo. Los Estados Unidos se fundaron sobre la base de ciertos principios espirituales. Si estos principios sufren erosión, la estructura se viene abajo. La influencia de los medios de comunicación es mayor de lo que la mayoría de la gente piensa. Todos aquéllos que forman parte de esta industria llevan sobre sí una parte de responsabilidad por lo que no objetan. Poseen una gran
maestría en conducir hasta vosotros el nivel astral y es poco lo que os aporta una forma de vida superior. La generación actual sufre el bombardeo de la tecnología mediante aparatos de vídeo, televisores, computadoras, walkmans y cedes. Gran parte de la tecnología constituye un don de Dios, pero el uso que se ha hecho de ella ha caído en manos del libre albedrío de una humanidad que la ha utilizado muy a menudo con fines muy poco elevados. Los niños están creciendo con un debilitamiento de sus fundas áuricas. Pensad en la música, las películas y las obras de teatro que ven y preguntaos: « ¿Invitaría a Jesús, a la Madre María, a Moisés o al Buda Gautama a oírlas o a verlas?» Los niños necesitan distribuir el tiempo en diversas actividades: la naturaleza, aprendiendo a desarrollar su creatividad en las artes y en trabajos manuales, sirviendo al prójimo, compartiendo ocio y diversión en familia, rindiendo culto, estudiando, haciendo ejercicio y leyendo. Los medios de comunicación deberían ser una pequeña parte de su existencia, a menos que se utilizaran de verdad como herramienta educativa o como entretenimiento positivo a horas muy bien escogidas. Los maestros esperan con ganas para poder inspirar ciertas películas y obras de teatro. La gente lo acogería de buen grado y se acabaría con el mito de que lo que emiten los medios de comunicación —violencia y sexo explícito— es lo que el público quiere. Necesitamos erigir las artes divinas y pedir el plan divino de los maestros ascendidos para las artes y los medios de comunicación. Necesitamos gente de todas las culturas que respondan al llamado y reclamen el manto de artista divino. Recordad que Saint Germain, cuando estuvo encarnado en Francis Bacon, fue quien escribió las obras de Shakespeare. No hay límite en lo que él podría transmitiros en el género dramático
si estuvierais preparados para su ayuda. Necesitamos obras que ennoblezcan e inspiren, ya sea a través del drama, de la comedia o de comedias musicales. Hacen falta estudiantes expertos en tecnología que puedan asegurar que estos inventos se utilizarán para el bien. Si no lo logramos, nuevamente asistiremos a una era como la del hundimiento de la Atlántida. Confrontaciones entre razas En muchos aspectos la situación mundial es muy grave. Se extienden el odio y las desavenencias entre distintas razas. Los problemas no se centran únicamente en blancos y negros como muchos podrían pensar. Los EE.UU. son un experimento para la reunión de las doce tribus de Israel, que han reencarnado en todas las naciones y ambientes. Su identidad se halla en Dios y es de Dios y, en tal aspecto, son una sola. La solución a la situación racial es espiritual en el sentido más profundo. Con el transcurso de los siglos, las doce tribus han acumulado distintas vivencias y deudas kármicas; se han amado y han luchado entre sí una y otra vez. ¿Qué otro país en todo el planeta podemos hallar que sea tan diverso como lo son los Estados Unidos? Hay que sanar las heridas y reconocer los errores, compensándolos donde se precise. Pero lo más importante es descubrirnos de nuevo a nosotros mismos como hermanos y hermanas. Una mentalidad «nosotros-ellos» nunca funcionará. Será muy triste si llega el día en que se nos conquiste desde nuestro interior y, sin embargo, puede ser posible. La unicidad de las culturas también puede beneficiar a nuestra sociedad y aumentar el potencial de lo que podemos llegar a ser. Esta nación podría ser un ejemplo para el mundo; sin embargo, estamos fracasando, poco a poco, en el momento presente.
Hay fuerzas interesadas en que perdáis —y en que odiéis, destruyáis, temáis y acuséis—. Recordad que la regla de oro, en distintas formas, se halla presente en todas las religiones. Por tanto, ha salido de muchas naciones y grupos étnicos. Hay que revalorizarla a fin de unificarnos. Es la proclama que debe dar un giro a las relaciones entre razas: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado», «amad a vuestro hermano como a vosotros mismos», «Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacedlo también vosotros a ellos». El amor es la puerta abierta hacia Dios (Mt. 7:12, Le. 6:31). Deberíais decretar y orar para la curación de todas las heridas causadas por el odio racial. Debéis pedir la transmutación de todos los registros de odio e ira creados por la injusticia racial. Este planeta no es un experimento para ver si una raza sobrevive y las otras perecen. Dios sabe que si fuéramos capaces de mirar más allá de razas y credos para hallar la luz que hay en el prójimo, desde luego que podríamos traer una era dorada. A las fuerzas del mal les encanta manipular los temas raciales. No debéis permitir que esto continúe. Todos hemos llevado abrigos de distinto color. Porcia ha tratado con ahínco de impartir la llama de la oportunidad a su amada América, pero por respuesta ha obtenido insensibilidad, oídos sordos y el sufrimiento de muchos. Orad para que se realice la visión de Saint Germain de que América sea un faro de paz y libertad. Hablemos claro sobre los temas raciales Cuando los temas raciales salen a la superficie, es de vital importancia discernir la vibración de quienes discuten. Las palabras pueden ser engañosamente positivas. Sólo la vibración puede revelar la verdadera intención del interlocutor. Hay ángeles caídos cuyo verbo es poderoso e irresistible, pero sus
planes son manipular, destruir y dividir. No os dejéis engañar. Cualquier solución que intente dividir a las razas no procede del altar de los maestros ascendidos. Jesús no rechazó a nadie por razones de clase, credo o raza. Buda tampoco rechazó a nadie. ¿Por qué no podemos aprender de su ejemplo? Amar sólo a los que son como nosotros o que nos aman significa no haber entrado aún en la senda del amor. La Madre Teresa sirvió a personas de todos los credos y razas. Veía a Cristo en cada uno de ellos. ¿Vamos nosotros a ser menos? ¿Puedes decirnos algo de los seminarios que organizó nuestro amigo acerca de la igualdad racial? Los seminarios sólo consiguen algo en función de la capacidad de comprensión de los participantes. Nuestra igualdad procede y es de Dios. Experimentamos como una apariencia de desigualdad y de toma de represalias lo que en realidad es resultado del karma personal, nacional y planetario, así como continua insensibilidad de la humanidad. En numerosas ocasiones vuelven los que en otras vidas odiaron y negaron la igualdad a los demás, para experimentar en su propia piel odio, limitaciones y juicios injustos. Hace años que se organizan seminarios sobre temas raciales. Quien ofrezca uno en la actualidad debe orar para que su trabajo se impregne de un nuevo contenido y una verdad más elevada. Al mismo tiempo hay que ir al encuentro de la gente para elevarla y hacerla progresar. No importa el karma: nada legitima el continuo prejuicio dirigido contra cualquiera por motivos de religión, raza o cultura. Ha llegado el momento de que las personas se hagan responsables de sus palabras, sus acciones y de la purificación de sus corazones.
En los Estados Unidos existe una gran ignorancia acerca de razas y culturas diferentes. La mayoría de la gente llegó atraída por la llama de la libertad, pero muchos de los nacidos aquí han olvidado esa llama y su valor. Debemos afirmar los más elevados valores a cuyo alrededor podamos reunimos, y no centrarnos en los que nos dividen. En la actualidad corremos peligro a causa de las diferencias raciales, la ira y el odio acumulados. Necesitamos que intervengan los portadores de luz, pero deben estar seguros de que su mensaje lleva la cuestión a un nuevo y más alto horizonte, de lo contrario persistirán las actuales tendencias. Una vez que cruzamos el umbral de la vida y nos presentamos ante el tribunal que ha de juzgarnos, nuestras almas quedan desnudas ante Dios. Se miden las acciones y el grado de amor que hemos alcanzado y compartido. No se discute el color de la piel, ni se discute la cultura. Lo que se comenta es hasta qué punto hemos honrado a los que conocimos, independientemente de su raza o credo. Hace muchos años, hablé a un grupo multiétnico y multirracial de estudiantes de un instituto urbano alternativo acerca de sus derechos laborales. Al final de la charla recibí una gran ovación y la gente se puso de pie. Los que me habían invitado se quedaron sorprendidos porque nunca antes aquellos estudiantes habían ovacionado a nadie con tanta aclamación. Cuando recuerdo este episodio comprendo que fui bien recibido porque advirtieron que yo creía sinceramente en sus derechos como ciudadanos y que me había acercado a ellos con la llama del respeto y la igualdad. Los que imparten seminarios sobre igualdad deben hacer suya primero esa llama. La ira no ha de tener cabida en la conciencia de quien ofrezca un seminario que busque sinceramente el progreso de sus oyentes. Sin embargo, puede resultar de utilidad revelarnos a nosotros mismos las lecciones que hemos aprendido.
Los seminarios sólo pueden resultar provechosos si van precedidos por decretos de llama violeta ya que el perdón es un tema fundamental para el propósito de unir las razas. Se han cometido errores en todos los bandos y las equivocaciones se perpetúan entre naciones, razas y grupos religiosos. A Dios le disgusta la continua violación de la regla de oro. De todos modos, no se puede culpar a ningún grupo excepto a los ángeles caídos quienes disfrutan con cada acto de ira o de odio. Y sin embargo, no hay que olvidar que los portadores de luz también son responsables cada vez que se han engañado y han caído en las trampas tendidas por los caídos. La luz se está apagando en los EE.UU. Quiera vuestro amor y vuestra llama hacer revivir la luz basada en los principios divinos que arraigaron en los primeros documentos de este país, y que la mano de Dios guió a través de las huestes ascendidas hasta colocarlos allí. Ocasionalmente, con origen en informes policiales, oímos hablar de grupos satánicos. La mayoría de la gente no conoce su influencia. ¿Has aprendido algo sobre ellos? En este planeta, hay más practicantes de satanismo de lo que la mayoría de las almas de luz, puedan imaginar. Me quedé estupefacto al verlas estadísticas. Sabía de la existencia del mal y, de hecho, me tropecé con él varias veces, pero no me había dado cuenta de lo sólidas que son sus raíces en nuestra civilización. Lo que resulta en especial alarmante es ver el elevado número de personas situadas en puestos relativamente importantes que han vendido su alma para obtener lo que les parece una parcela de poder. Existe, en efecto, un porcentaje de gente interesada en la brujería y la magia negra, inconscientes de los peligros
potenciales a los que se someten. Lamentablemente, muchos adolescentes leen libros acerca de estos temas cuyas posibilidades les intrigan. Vuestras oraciones y llamados pueden contribuir a ayudar a estos jóvenes. Los más peligrosos son los que saben lo que hacen y eligen libremente continuar por este camino. Los expertos en satanismo, magia negra y brujería poseen un dominio de la energía semejante a Darth Vader *. Han perdido toda inocencia. Odian la pureza y la compasión. No les interesa la alegría pura o cualquier otra cualidad de Dios. Pero sólo vencen cuando la gente ignora y permanece ingenua ante sus intenciones. Por ello, son esenciales las oraciones pidiendo visión divina para su desenmascara-miento. Ellos temen al ojo de Dios. Saint Germain ha declarado que lo que los satánicos manejan peor es la llama violeta porque desvanece sus poderes, disfraces y manipulaciones. No comprenden lo que son las verdaderas libertades del alma y tampoco quieren que los demás las conozcan. La batalla no se ganará sin un uso constante de la llama violeta. Otra área que deseo comentar es la longevidad de algunos de los ángeles caídos. Si una persona cae en las artes satánicas por primera vez en esta encarnación es relativamente fácil liberarle de tal hábito. Podéis hacer llamados a los ángeles para que asistan a estos individuos. Lo que de verdad resulta peligroso es la conducta atrincherada de los que son cizaña en el campo de trigo, tal como se refieren a ellos el Antiguo Testamento y otros textos más antiguos. Son los que vida tras vida han elegido el sendero equivocado y lamentablemente han causado la ruina de numerosas civilizaciones y engañado a muchos portadores de luz.
El final de este siglo asistirá a la batalla espiritual de los siglos. Orad para que se libre en una batalla espiritual y no en una guerra física. Nos estamos acercando al punto «Y», la encrucijada del camino En anteriores comentarios he tenido ocasión de hablar sobre mi preocupación por el planeta. Habéis de saber que, en gran parte, se me concedió esta dispensación para comunicarme desde el reino etérico con la esperanza de que mis palabras pudieran ayudar a la gente a advertir la gravedad de la situación del planeta Tierra. Los maestros pensaron que quizá escucharíais de otra manera a alguien que hace tan poco tiempo todavía andaba entre vosotros y que aún ha de aprender tanto. La cuestión no es si hay suficientes almas de luz para salvar al planeta. Las hay. La cuestión es si estas almas advertirán que han de salvarlo y, en tal caso, si accederán a sacrificarse para lograrlo. Se me ha pedido transmitiros lo que no comprendí de forma suficiente cuando estaba encarnado. Así, os diré que me mantenía enterado de las decisiones políticas y de los votos que me preocupaban y sabía que el estado general del planeta no era estable. Asimismo era consciente de la extensión planetaria que alcanzaban los odios étnicos y religiosos y sabía que el soborno, la corrupción y la conspiración estaban presentes en numerosas naciones. Lo que no percibía era el papel que yo desempeñaba en todo ello. No veía lo que podía hacer.
* Personaje de la película «La guerra de las galaxias» que personifica al mal. Si tuvierais un atisbo, aunque leve, de lo que yo veo a diario, sabríais que nos acercamos velozmente a la encrucijada, la «Y», del camino, con lo que desearíais sacrificaros día y noche para impedir los peores pronósticos. Me pregunto a cada momento: ¿Qué puedo decir para hacer que la gente despierte? ¿Qué palabras me habrían llegado al alma cuando estaba allí? Sé que si acudís al altar interno de vuestro corazón y pedís que se os muestre la necesidad del momento, Dios os transmitirá la respuesta. No podéis depender de los demás para llevarlo a cabo; no obstante, vuestro ejemplo puede ayudar a que alguien más se una al llamado. Será preciso el mándala ** completo de los portadores de luz para darle la vuelta a la situación en el planeta a fin de que pueda cumplirse su destino divino. La Tierra se halla en su momento más crítico Debéis saber que la oportunidad que se me ha dado de hablaros no tiene paralelo en recientes dispensaciones de los maestros ***. Mi tarea es no fracasar en lo que comunico o intento comunicar a los portadores de luz. A veces me parece que la gente se deja llevar más por la curiosidad acerca de este lado que por comprender y superar las actuales condiciones del planeta Tierra. He de vigilar un gigantesco reloj de arena que marca que la Tierra se halla en sus horas más críticas. Y, aunque la victoria todavía es posible, no veo el fervor y la dedicación que quisiera a fin de que dicha victoria se consiga. Hacen falta oraciones intensas y sinceras
** En el sentido de un patrón conectado de relaciones espirituales.
*** En los últimos ciento cincuenta años ha habido cuatro dispensaciones de los maestros ascendidos: 1) La Sociedad Teosófica a través de Helena P. Blavatsky; 2) La Sociedad Agni Yoga a través de Nicholas y Helena Roerich; 3) El Movimiento YO SOY a través de Guy y Edna Ballard y 4) The Summit Lighthouse y la Iglesia Universal y Triunfante a través de Mark L. y Elizabeth Clare Prophet. (Saint Germain: Alquimia 1. Fórmulas para la autotransformación.}
14 El estado del planeta a medida que nos acercamos al año 2000 Día de Año Nuevo de 1998 Por lo que yo mismo alcanzo a ver y por lo que se me ha mostrado, cabe afirmar que será un año, por así decir, de las dos caras de la moneda. Traerá grandes cambios y grandes victorias; en definitiva, es un año para ponerse a hacer que las cosas funcionen. Pero también lo es para planificar y mantenerse alerta. Es un año para buscar la armonía con Cristo y la gracia de la escucha. Será un año de abundancia y de escasez, de alegría y de lamentos. En verdad podéis afirmar que cada año tiene esas características, pero el año 1998 las presentará de forma mucho más acusada.
Es posible que muchos de vosotros os halléis fatigados y algo dubitativos acerca de cuál es vuestro sendero y hasta qué punto debéis preocuparos por el futuro de este planeta. Si no sois capaces de leer las señales de los tiempos o estáis cansados de oír hablar tanto de ellos, centraos en convertiros en lo máximo que podáis llegar a ser. El sendero del decreto y de la oración es el destinado a los que creen en la Presencia YO SOY, conocen la Presencia de Dios en su interior y creen en el fuego del corazón. Es la vía para los que buscan la santidad con sincera humildad. Si no sentís la preocupación por el planeta y no deseáis buscar la unión mística con Dios, puede que éste no sea vuestro camino en 1998. Puedo asegurar que las energías se están intensificando y, cuando esto ocurre, la gente suele tener que pasar pruebas inauditas, como nunca antes había visto. Cuando ello ocurre, quieren culpar al sendero en lugar de reconocer el devenir natural de los ciclos espirituales. Muchas almas pueden alcanzar su cristeidad y recibir los dones del Espíritu Santo. Cuanto más cerca os halléis de este estado, más oscuros y densos serán vuestros días. La respuesta es amar siempre en mayor medida, orar más, servir más y mantenerse aferrado a los cimientos espirituales que sabéis son ciertos. No permitáis que vuestros días os abrumen ni caigáis en estados de desequilibrio. En cuanto perdéis el equilibrio, perdéis efectividad tanto en relación con vuestros maestros como con vuestro propio progreso espiritual. En último término, la espiritualidad debe ser práctica; en caso contrario, muchos perderán su asidero. Lo que es práctico para una persona, puede no serlo para otra. Gran parte de lo que ganéis espiritualmente se reflejará en la forma en que tratáis a la gente a diario y en vuestras actitudes hacia la vida y hacia Dios. Cada llamado que dediquéis a Dios, cada decreto, cada oración hermosa y centrada en el fuego, repercutirá a favor de la bondad
y de Dios. Y cada repercusión auténtica disminuye la severidad del retorno del karma. Por otra parte, este retorno puede que no sea evitado totalmente, pero no dudéis del poder de cada buena acción y de cada fíat y decreto que realicéis. Todo ello se basa en porcentajes, y el del planeta disminuye cuando la gente buena hace lo mejor. Sabéis cuánto podéis dar y seguir sintiéndoos alegres y victoriosos. Lo mejor es empezar el año con una sincera evaluación acerca de dónde estáis y adonde os queréis dirigir espiritualmente. Para hallar la verdadera respuesta practicad la unidad con la Presencia de Dios. No hay sitio para el temor, la crítica, los celos o cualquier otra perversión de la luz de Dios cuando camináis en la Presencia —la Presencia YO SOY—, vuestra verdadera identidad con Dios. Cuando hablo de «ponerse a hacer que las cosas funcionen», me refiero a un plan espiritual para todo el año que implique cada aspecto de vuestra vida. No permitáis que los sucesos determinen vuestro camino. Sed el capitán de vuestro propio barco. Desde este lado, veo lo cerca que algunos os halláis de la victoria espiritual. Me gustaría daros unos golpecitos en la espalda y deciros: «Seguid adelante con el trabajo bien hecho. ¡Ya estáis cerca!»; lo cual, por supuesto, no está permitido. Algunas veces, lo que parece ser un año de pruebas constantes, confusión y reestructuración, puede convertirse en un año en el cual hayáis pasado todas las pruebas. Se equivoca quien identifica el progreso espiritual con los días fáciles en los cuales se cumple instantáneamente cada deseo y se nada en la abundancia. El progreso espiritual adopta muchas apariencias y el sendero se hace a la medida de cada alma. La comprensión de las profecías de los maestros ascendidos
Mucha gente tiene dificultades para discernir el significado de las profecías de los maestros ascendidos. Algunos se dejan dominar por el miedo y esperan lo peor, mientras que otros creen estar a salvo por ser «los elegidos». Ni lo uno ni lo otro es acertado. Durante años, los maestros ascendidos han estado alertando a los portadores de luz con respecto a la necesidad del cambio mundial y los posibles cambios de la Tierra que deberán tener lugar como resultado del mal uso que la humanidad ha hecho de la energía. Han hablado de mitigación gracias a decretos y oraciones, acciones correctas, corazones puros, el retorno al gobierno de Dios y a la educación crística y la adhesión a la voluntad de Dios. Se trata de una fórmula planetaria. Cuanta más gente viva para y por la luz y se sacrifique por su preservación, menos cataclismos ocurrirán. Los maestros afirman que, pase lo que pase, habrá un cierto grado de cataclismo y nadie, ni los portadores de luz, escapará por completo a sus efectos. Las excepciones son similares a lo que ocurrió en tiempos de Noé. Se le dio tiempo para prepararse, podía escoger entre obedecer y creer, desobedecer y no creer, o creer pero sin jamás reunir la energía necesaria para actuar. Así, cuando descendió el karma final, no se libró de estar en medio del desastre. No obstante, se le dieron los medios para sobrevivir mediante su preparación y habilidad para leer lo escrito en la pared. Las respuestas siempre se hallan al alcance de los que saben ver y oír con corazón sincero. He mencionado varias veces que las huestes ascendidas no hablan ociosamente. No se dedican al negocio del ocio y la diversión. Cada palabra que emiten viene cargada de significado e importancia. Estudiadlas para obtener un atisbo del futuro. En verdad, todavía podemos mitigar cierto nivel de karma, pero hemos de tomarnos en serio la labor. De todos modos, hay otro
nivel en el cual el brazo del cielo ya ha descendido hasta un punto en el que han de llegar a ocurrir determinados sucesos. Pero desde luego no hay que perder la esperanza. Aún pueden suceder muchas cosas buenas. Sin embargo, escuchad, leed y estudiad los mensajes más actuales de vuestros santos hermanos y hermanas que están en el cielo. Invertir las espirales de desintegración y decadencia Hay un tema del que anhelo hablaros pero que es arduo, largo y no necesariamente agradable para la mente humana: la absoluta necesidad de invertir las espirales de desintegración y decadencia del cuerpo planetario. La Tierra, desde un punto de vista cósmico, se está muriendo y, sin embargo, ni debe ocurrir ni ha llegado ya su hora. La Tierra es como un cuerpo que se debilita rápidamente y necesita un trasplante de corazón. Utilizo la analogía del corazón porque, en muchos aspectos, lo que hace falta en este planeta es pureza de corazón. Las aguas están cada vez más contaminadas, las plagas se extienden sin que la mayoría de las personas se percaten y los climas cambian mientras ios elementales intentan desesperadamente mantener el equilibrio. Estos espíritus de la naturaleza piden a gritos vuestra ayuda. No podrán seguir cargando con este peso kármico más que un cierto tiempo antes del azote de desastres más devastadores. La Tierra no está en paz, en ningún ámbito, desde el planetario o medioambiental hasta el individual. La armonía pura es uno de los artículos más escasos del planeta. No quisiera ser agorero porque siempre queda la esperanza y las cosas pueden cambiar, pero no veo la necesaria respuesta de los que deberían saber. Si no logro que estas palabras lleguen al alma de la gente, sentiré que mi dispensación ha sido un fracaso.
Es cuestión de prioridades. Hay que mantener el concepto inmaculado de la Tierra. Deben predominar los pensamientos y acciones positivos. Debemos desafiar y desenmascarar a las fuerzas del mal. Los que saben la verdad, deben honrarla y practicarla. Vuestros hogares deben ser centros de luz, y vuestros corazones, faros de luz. El Espíritu Santo ha de ser más importante que ninguna otra cosa que os pueda ofrecer este planeta. El viento del Señor sopla: fijaos en qué dirección. No os dirijáis ni a la derecha ni a la izquierda, sino conservad siempre la armonía y el equilibrio por encima de todas las cosas. Cada uno tiene que desempeñar un papel. No debéis temer a nada mientras Dios sea vuestro guía. Deberéis temer cualquier cosa si negáis, posponéis o abandonáis el camino que Dios establece para vosotros. No perdáis el tiempo decidiendo qué es lo que los demás hacen bien o mal, más bien vigilad atentos vuestro propio sendero. Ya sé que muchos desearían oírme hablar de otros temas, pero prefiero comunicaros lo que me pesa más en el corazón. De buena gana os contaría una bonita historia para entreteneros, pues esa es mi forma de ser, y los reinos eterices rebosan de maravillas, belleza, humor y relatos cósmicos sin fin; pero también contienen los registros de las civilizaciones que no escucharon ni fueron capaces de ver la escritura en la pared. Ruego a Dios para que no seamos una más añadida a la lista de dichos registros. La oportunidad todavía está disponible por la misericordia y gracia de Dios, pero tampoco aquélla puede prolongarse demasiado. La importancia de la llama violeta durante la transición planetaria
La llama violeta adquiere una importancia añadida al final de una era o milenio. Ahora es el momento en que hay que lograr la máxima transmutación de todos los registros del milenio presente y hacer borrón y cuenta nueva para empezar una nueva vida en el próximo. Durante este período de retorno kármico sin precedentes, es imposible hallar un ungüento más efectivo que la llama violeta. Reza un principio cósmico que la llama violeta es la única ayuda posible en situaciones críticas de confluencia de dos eras, como la que estamos experimentando en la actualidad. La capacidad de gobernar o el liderazgo Habéis de saber que lo que alcanzáis a ver del escenario del mundo no es más que la punta del iceberg. Con respecto a cuestiones en manos de los dirigentes políticos mundiales, resulta que gran parte de lo que ocurre queda oculto a la vista del público. No me refiero a los asuntos que tienen que ver con la protección de la seguridad de las naciones, sino a las cuestionables alianzas, conspiraciones y engaños que no deberían existir; y también a las en apariencia elocuentes pero en realidad vacías palabras y promesas. Nunca como en la actualidad habíamos estado más lejos de la llama del gobierno divino. Sin embargo, esta llama puede reavivarse y la luz volver a guiar los destinos de los hombres. El gobierno no es el lugar para los que buscan el poder individual por encima de todo. Tampoco lo es para los egotistas o para los que presumen de integridad y, en cambio, la denigran a cada esquina. El hecho de gobernar está destinado a los capaces de regir sus cuatro cuerpos inferiores —el físico, el emocional, el mental y el espiritual—, a los que comprenden y viven como dirigentes o líderes servidores, y a los que tienen acceso al poder divino porque no ambicionan el de este mundo.
Deberíamos orar por el establecimiento del gobierno de Dios en cada nación, ciudad y aldea del planeta y pedir que los portadores de luz de la próxima generación no rehúsen tan noble vocación. No puede rechazarse la moralidad ni justificarse la inmoralidad. Porque todo aquél a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho (Lucas 12:48). Es una ley espiritual. El manto del liderazgo lo otorga Dios y debe ser respetado y honrado por aquéllos en cuyos hombros descansa. Asimismo, acompaña al manto la promesa de cumplir con el deber. El placer personal y la satisfacción humana son secundarios al cargo. Dios no nos pide que jamás seamos débiles o que nunca cometamos errores, sino que aprendamos de éstos. Todos los líderes o dirigentes necesitan de nuestras oraciones, tanto si son de la luz como si caminan por la vía del engaño o de los arreglos consistentes en términos medios. A éstos les dominan energías como la crítica, la condenación, el chismorreo y el desafío. Pedid protección, guía y sostenimiento de los que sirven a la luz. Orad por el desenmascaramiento y el destronamiento de los que prefieren al mal, y que ello se produzca con el menor daño posible a los ciudadanos y al país. Llegará el día en que la gente anhelará que un alma de luz los dirija. Esperemos que esos futuros líderes estén disponibles y accedan a serlo. Una advertencia Dios creó el universo. No obstante, lo que me parece irónico es que el universo resulte más importante para el hombre que su Creador. Es como cuando se cruzan los cables eléctricos o cuando una estatua se vuelve más importante que la persona a la cual representa. Cada individuo debe preguntarse a sí mismo:
« ¿De qué modo mi vida diaria (familia, trabajo, aficiones, estudio, ocio) ha llegado a ser más importante que Dios?» Cuando Dios constituye la piedra angular de vuestra vida, todo lo demás encaja en el lugar adecuado. Pero, si el pilar son la familia o el trabajo, las cosas se van desequilibrando poco a poco y el alma se torna vulnerable. El padre o la madre que coloca la voluntad de Dios en primer lugar, se vuelve un mejor padre o una mejor madre. El trabajador que desea que la voluntad de Dios guíe todo cuanto realice en su labor, será un mejor empleado. La acción es la clave No debéis dar por hecho que la era dorada vaya a venir. Sólo ocurrirá mediante la comprensión y el compromiso por parte de los portadores de luz de cumplir con el destino al cual han sido llamados. Se han retirado o reducido muchas otras dispensaciones a causa de la obstinación de los corazones de quienes deberían haber sabido. Las chucherías y las baratijas de los caídos han tentado y engañado durante siglos a muchos portadores de luz. El defecto que hallo más común es la carencia de discernimiento. Orad por ello día y noche, tanto para vosotros mismos como para los otros buscadores. Si estudiáis el libro «Señores de los Siete Rayos» *, advertiréis que el discernimiento del alma constituye una cualidad del tercer rayo, el del amor. Por ello resulta tan difícil la adquisición del discernimiento, porque la ira, el odio o el miedo bloquean el chakra del corazón. La otra cualidad que debéis perseguir es la visión divina, de forma que podáis advertir cuál es de verdad la fórmula espiritual y la necesidad en cada momento y a cada hora. La Tierra está
en una encrucijada en la que no podrá triunfar sin la visión divina. Recordad que la alquimia de la llama violeta puede ayudaros a avanzar en cualquier área de la vida. Sin embargo, debéis estudiar la ciencia espiritual de la alquimia y manejar la llama violeta con alegría y firmeza **.
* Véase Elizabeth Clare Prophet: Señores de los Siete Rayos. (Madrid: Arkano Books, 2000.) ** Véase Saint Germain: Alquimia 1. Fórmulas para la autotransformación. Mientras estaba con vosotros apenas comprendía nada de todo esto y, en cambio, se hallaba ante mí y lo hubiera advertido de haber prestado mayor atención y de haberme aplicado más en mi búsqueda. Muchos de vosotros ya sabéis que estas cosas son ciertas, pero el conocimiento no va a seros de gran ayuda a menos que lo practiquéis. Nos hallamos en un ciclo físico ¡y la acción es la clave! Yo siempre fui un hombre de acción, una cualidad que me resultó de gran utilidad. Si comprendía que había alguna necesidad, me esforzaba en satisfacerla. Si prometía algo, lo cumplía. Cuando Dios ve la buena voluntad de un alma para realizar la acción justa y correcta, puede en tal caso concederle más oportunidad. Por favor, fijaos en las cosas que sabéis ciertas pero que no os hacen actuar. Examinad las razones por las que no actuáis a pesar de las enseñanzas recibidas que proclamáis amar y creer. Os sentiréis más completos a medida que integréis vuestras creencias en la llama de la acción. Debéis estar prestos para los asuntos de vuestro Dios Padre/Madre.
¿Qué puedes decirnos acerca de la posibilidad de una guerra biológica? La amenaza de una guerra biológica es real, tanto la procedente del interior como la del exterior del país. No puedo decir lo que va a ocurrir. El hombre posee libre albedrío y el desarrollo de agentes biológicos no significa que vayan a ser utilizados. Lo que está claro en lo que concierne al planeta es que la tecnología ha dejado atrás los progresos espirituales en los corazones de muchos. Sin embargo, mediante un esfuerzo concertado, el valor espiritual puede neutralizar y contener toda la tecnología realmente destructiva. Los maestros os instan a que alcancéis la cristeidad y los dones del Espíritu Santo por muchas razones. Recordad que Jesús dijo a sus discípulos que aunque bebieran veneno, no les haría ningún daño (Marcos 16:18). Así es la vía de los santos. Pueden transmutar cualquier cosa que les entre en el cuerpo. Con Dios todo es posible. Si en una ciudad u hogar vivieran las suficientes almas espiritualmente adeptas, dicha ciudad u hogar tendría encima una cúpula de protección tal que nada la podría penetrar. Éste es un momento importante para bendecir todo lo que toquéis y todo lo que entre en vuestra boca. Un llamado a la llama violeta debe ser vuestra primera acogida a lo que vais a comer o a beber. Podéis pedir que se coloque alrededor vuestro durante las veinticuatro horas del día un escudo impenetrable de relámpago azul y fuego violeta, que se sustentará sólo sobre la base de la pureza de vuestro corazón y de vuestro sendero. Mientras tanto, también deberán realizarse llamados de forma permanente para desenmascarar todos los planes y conspiraciones contra nuestras ciudades y nuestra gente, para pedir la protección de todos los portadores de luz y para hallar
soluciones divinas a todos los problemas. El miedo jamás es la respuesta apropiada: la preparación física y la espiritual son siempre la solución legítima. ¿Por qué aumentan los casos de padecimiento de cienos enfermedades? La fórmula para cada corriente de vida es distinta. Cada persona es vulnerable en mayor o menor grado según el karma, la alimentación, el ejercicio y la integridad de los cuatros cuerpos inferiores. Una persona con un profundo estrés emocional es mucho más susceptible de padecer un resfriado, una gripe o cualquier otro virus. A algunos, las peores enfermedades les llegan al final de la vida, de forma que puedan equilibrar el karma decisivo que les permita o bien reencarnar en una situación mejor o hacer la ascensión. Yo fui uno de estos casos ya que, durante la mayor parte de mi vida, me mantuve bastante sano y, cuando enfermaba, me recuperaba con relativa facilidad. A la misma fórmula se le añaden nuevas cadenas de virus más virulentos y difíciles de combatir según nuestros actuales conocimientos médicos. Forman parte de las plagas mencionadas en la Biblia. Provienen de diversas fuentes, algunas de las cuales sorprenderían y atemorizarían a la mayoría de la gente. E n última instancia, es la negativa de la humanidad a doblar la rodilla ante Dios lo que permite su existencia. Las personas tienden a orar pidiendo curación sólo cuando están enfermos. Sería prudente mantener una vigilia diaria a favor de vuestra salud ya que, mientas estáis encarnados, el espíritu necesita del templo físico. La prevención siempre es el mejor de los recursos. Pedid que la llama violeta arda penetrando cada célula y átomo de vuestros cuatro cuerpos
inferiores limpiándolos de todas las sustancias y hábitos dañinos. Los ángeles caídos gozan surcando las olas de nuestro karma y creándonos obstáculos y oposición. Esta, sin embargo, es una amenaza mucho menor de la que representan nuestros propios hábitos que nos hacen vulnerables a la enfermedad y a las dolencias. No se puede ignorar al cuerpo y hay que dedicarle los cuidados necesarios para poder contar con él. Parte del sendero consiste en mantener una alimentación adecuada y el equilibrio de los cuatro cuerpos inferiores. Constituye una forma sutil de rebelión y de deseo equivocado el hecho de abstenerse de corregir los hábitos alimenticios y la falta de ejercicio. Esto no significa que nunca podáis permitiros ningún placer, sino que no ha de convertirse en una indulgencia habitual. La bendición del alimento Bendecir el alimento no es únicamente un acto que resulta agradable, sino una sabia y prudente acción, dada la gran cantidad de gérmenes y contaminantes que existen en el mundo actual. Antes que nada, damos gracias a Dios por procurarnos el alimento que necesitamos. Cuando bendecimos la comida, pedimos que sea purificada de cualquier cosa inferior a la perfección que la haya tocado, en especial en el caso del agua, ya que tantos manantiales se hallan contaminados. Asimismo, es una forma excelente de proteger vuestra salud en aviones y restaurantes. Podéis cargar vuestro alimento de llama violeta pidiendo la transmutación de cualquier cosa impura que contenga. Debéis aspirar a lograr tal maestría. ¿Puedes decirnos algo acerca del problema del año 2000 («efecto 2000») con las computadoras?
Como con todas las cosas, habéis de manteneros alerta y estar informados. Y lo más importante: leer entre líneas. Personalmente, yo me preocuparía por esta situación. Será necesario un supremo milagro para que todo el mundo que precisa estar preparado esté listo para la llegada del año 2000. Evidentemente, la cuestión está en la gravedad de las posibles consecuencias. En realidad, se ignoran porque aún queda tiempo para solucionar el problema. A principios de 1999 ya podréis detectar con precisión cuántas empresas y agencias federales o estatales quedarían afectadas por el cambio. Queda por ver el nivel de gravedad. Mientras os mantengáis informados de la situación, incluso escribiendo a las organizaciones que puedan afectar a vuestras finanzas, debéis saber cuándo y cómo prepararos a medida que la escritura en la pared se hace más evidente. La respuesta jamás es dejarse dominar por el miedo o el pánico, sino prepararse, no sólo en el plano meramente físico, sino en los cuatro cuerpos inferiores. Yo no permitiría que ni ésta ni cualquier otra situación dominara mi vida, sino que la situaría justo frente a mi ángulo de visión y la seguiría atento, pidiendo soluciones divinas que son inmediatas y milagrosas. «La oración ferviente del justo tiene mucho poder» (Santiago 5:16).
15 Creación de comunidades espirituales Quisiera hablaros del capullo de la rosa El corazón es como una semilla que crece poco a poco hasta convertirse en el capullo de una rosa y posee el potencial de
convertirse en una flor de múltiples pétalos en todo MI esplendor. La semilla debe plantarse en suelo adecuado, hay que regarla, procurarle la luz necesaria y alimentarla para que llegue a florecer. De igual forma, cuando la gente desea crecer en la cualidad del amor, o cuando una organización quiere ser una organización basada en el amor, debe empezar por la etapa de la semilla. Tener un deseo como éste constituye un objetivo de elevado valor, pero sólo es el primer paso en la consecución del pleno potencial del fuego del amor. No existe en realidad un sendero más difícil que el sendero del amor y, sin embargo, ésta es una necesidad imperiosa del momento presente. Sería bueno comenzar examinando todo cuanto hay de antiamor en vuestro propio interior y en vuestra psique, así como dentro del funcionamiento de vuestra organización. Las perversiones pueden adoptar numerosas apariencias. Como la Madre María ya ha señalado, la leve antipatía tiene tanto de antiamor como la insensibilidad, el odio, la incapacidad de perdonar, la impaciencia, el encasillar a la gente y no permitir que crezcan o cambien, o cerrar el corazón a personas y entornos difíciles. Entre tantos obstáculos que se levantan ante el amor, también cabe mencionar el egoísmo, el juicio, el miedo, la presunción, la avaricia, la ignorancia, la ingratitud y el resentimiento. Una vez que hayáis identificado vuestras debilidades, el siguiente paso importante es empezar a ponerlas en la llama violeta para que sean transmutadas. Si os halláis atascados en un hábito en particular, puede que necesitéis asesoramiento para ayudaros a comprender las razones que os hacen permanecer aferrados a dicho hábito que os es destructivo y que alimenta alguna parte disfuncional de vuestro ser en la cual prospera el yo inferior.
Cuando, finalmente, hayáis alcanzado el objetivo, no necesitaréis proclamarlo. La gente sentirá la energía del amor que irradiará de vuestro ser y vosotros lo conoceréis por la constancia del fuego en vuestro corazón. Una organización puede declarar que ama a sus miembros. Una iglesia puede decir que ama a sus feligreses, pero como dice el refrán «buenas son razones y no buenos amores». Si no demostráis vuestro amor, vuestras palabras carecerán de sentido. Ello resulta particularmente difícil para una iglesia en la que el amor que debe reinar es el amor del Cristo, no un falso amor humano que da de comer a sus miembros pero olvida sus almas. Los verdaderos representantes del Dios Padre/Madre conocen las necesidades de su rebaño y poseen un oído atento a sus inquietudes. La cuna debe existir con el fin de que el niño pueda utilizarla para descansar y crecer. Es así como alguna gente, cuando entra en una organización o en una iglesia, necesita pasos y estadios graduales para llegar a amar. El amor no puede vibrar con sonido falso ni exagerado ya que la verdadera compasión habla su propio lenguaje y no necesita modificación. « ¡Marchaos, fuerzas del antiamor!» puede ser un llamado magnífico para vosotros y para este planeta. Como con todas las cosas espirituales, el sendero del antiamor empieza con la voluntad de mirarse uno mismo. Si veis siempre la mancha en el alma de otra persona pero no en la vuestra, lo más probable es que os hayáis hecho vulnerables a las fuerzas del antiamor. Cuando yo estaba encarnado, no desafié por completo esas fuerzas que había en mi interior. Nunca comprendí la verdadera importancia que ello tenía para mi alma, pero sí puedo aseguraros que cuando permitía que estas fuerzas dominaran mi vida, me encontraba mucho más agitado y mucho menos en paz. En estos momentos me enorgullezco mucho más de las
ocasiones en que las fuerzas del antiamor no fueron capaces de limitar mis actos y actitudes. Fue en tales momentos cuando hice buen karma y mi alma pudo prosperar. Ojala éste sea un año en que logréis combatir todo cuanto ha limitado el fuego de vuestro corazón para que la semilla de este fuego fructifique plenamente en vuestra cristeidad. Cambios necesarios A medida que finaliza el milenio, vamos entrando en unos momentos de profunda reestructuración, tanto a nivel organizativo como personal. En las viejas matrices no pueden encajar los nuevos modelos necesarios para iniciar el próximo siglo y el próximo milenio. Se trata de discernir dónde se necesita el cambio y dónde es preferible la continuación de la situación anterior. Percibo que muchas personas están respondiendo como si un tornado hubiera azotado sus vidas y mandado pedazos en todas direcciones. La prueba espiritual consiste en mantenerse aferrado a la voluntad de Dios y al plan divino para vuestra vida. En momentos como éste, la gente se enfrenta con un retorno kármico incrementado a fin de equilibrar la máxima cantidad antes del cambio de ciclo. Puede tratarse de una prueba que os coloque al límite de lo que creéis que sois capaces de manejar. Recordad que, cuando todo parezca sumirse en el caos, debéis manteneros afianzados en Dios. Imaginaos literalmente que andáis de la mano de Jesús, de la de la Madre María, de la del Buda Gautama o de la de cualquiera de las huestes ascendidas con quienes tengáis un vínculo especial. Caminad con cuidado pero firmemente, sin miedo. Además del retorno del karma, estamos experimentando un cambio de ciclo a escala planetaria. Ello no significa que cada oportunidad que se os presente sea necesariamente la mejor
opción de vuestra vida: puede proporcionar una oportunidad humana y en cambio eclipsar vuestro progreso divino. La fórmula nunca cambia: si hacéis que vuestro progreso espiritual sea prioritario, el resto vendrá después. Si erróneamente consideráis el éxito mundano como vuestra prioridad principal, un día os descubriréis muy alejados de lo que afirmabais era vuestro objetivo original: la unión con Dios. Dios os desea el éxito pero no para que adoréis lo humano por encima de lo divino. No paro de ver a algunos de entre vosotros que colocan el progreso económico por encima del sendero personal hacia la unión con Cristo. Si buscáis la seguridad, la obtendréis mucho más si colocáis a Cristo en primer lugar y, de ahí, el resto le seguirá. Si lo hacéis a la inversa, en cambio, no obtendréis ninguna garantía espiritual. Entre tanta agitación y frenesí por estos cambios, no olvidéis quiénes sois y el propósito divino para el cual nacisteis. No os aferréis a lo viejo ni os apresuréis hacia lo nuevo, sino adheríos al corazón de la voluntad de Dios y así, cuanto se edifique a vuestro alrededor será seguro y puro y tendrá santo propósito. Observaros desde el nivel etérico es como ver una película a cámara rápida: tantas cosas ocurren tan rápido a tantas almas... Muchas de estas experiencias resultarían abrumadoras sin Dios y sin la confianza de que todo tiene su momento y su respuesta divina. Comunidades es establecer la unión de unos con otros Los retiros etéricos son comunidades del Espíritu. Existe un flujo rítmico en la forma en que operan. Vibran de armonía y paz. Después que las almas recién llegadas reciben sanación e instrucción, asisten a un curso exhaustivo sobre comunidad que, por así decir, es obligatorio en el plan o programa de estudios.
Aunque cada retiro posee su propio y único foco, decoración y rituales, todos se construyen sobre los más puros principios de comunidad. Creedme, en un retiro etérico no se pueden esconder ni los hábitos ni los defectos de la personalidad. Por mi parte, he tenido que afrontar todo cuanto era contrario a la comunidad en mi interior y como ser no ascendido aún sigo en este proceso. Es un hecho reconocido que en un momento dado tendremos que enfrentarnos con nosotros mismos y con todo cuanto bloquea nuestro Yo real. Hacerlo es una alegría, ya que la verdadera libertad es nuestra recompensa final. Voy a hacer algunos comentarios acerca de la comunidad que espero sean de ayuda. Comunidad significa «participar o establecer la unidad» * y es importante reflexionar sobre ello. ¿En qué ámbito debe producirse tal unidad? Ha de manifestarse en los cuatro cuadrantes: a nivel etérico, a través del proyecto divino original; en el mental, a través de la sabiduría que proporciona la comprensión de la dinámica y de las facetas de la comunidad; en el emocional, mediante un deseo interno y un compromiso con la paz y el control del plexo solar; y en el nivel físico, mediante las construcciones, estructuras y gente que proporcionará la manifestación concreta de la comunidad. Comunidad es ante todo un concepto espiritual. Es el proyecto del Espíritu Santo para los hijos e hijas de Dios. Por tanto, debe infundirse en cada aspecto de comprensión espiritual y de iluminación crística. En puridad, la comunidad no es un grupo de gente que vive en la misma área o comparte el día a día, o incluso sigue una misma enseñanza. Todo esto puede darse en el seno de una comunidad, pero, en realidad, ésta es una unidad formada por el yo superior de cada uno de sus miembros **. La comunidad se sustenta mucho mejor cuando hay en ella gente ejemplar, unida a su Santo Ser Crístico, al Espíritu Santo.
Un hombre o una mujer verdaderamente justos son de un valor inapreciable para una comunidad. Comunidad es trabajo. La comunidad requiere que la gente se enfrente consigo misma —su psicología y su estilo comunicativo —. Requiere que sus miembros compartan un compromiso auténtico conformado por las mismas visiones y objetivos. Las personas que forman la comunidad son interdependientes y no dependientes. Las comunidades florecen donde se ha interiorizado la regla de oro. Se basan en la confianza y el respeto. Los retiros etéricos son comunidades del más elevado nivel. Muchos de vosotros poseéis el registro y el recuerdo de comunidades verdaderas en vuestros cuerpos causales. Estos registros os ayudarán a ser constructores y creadores de la comunidad. Asimismo muchos habéis asistido a la desintegración de comunidades y otros habéis contribuido a que ello ocurriera. Una auténtica comunidad honra cada llama divina individual; pero es la acción recíproca, en armonía, de estas llamas divinas, lo que crea comunidad. En una comunidad del Espíritu Santo no hay lugar para la crítica o el chismorreo. Hay que compartir y trabajar las diferencias de opinión pero sin juicio, malicia, ni discusiones «laterales» acerca de los implicados. La comunidad requiere un compromiso encaminado a determinados procesos de comunicación. La identidad de la comunidad ha de alimentarse de valores y principios en los que la gente se halle de acuerdo y con los cuales se haya comprometido a través de su libre albedrío.
* La palabra «comunidad» en inglés es community, que está formada por las palabras «come into unity». [N. de E.]
** Para más información acerca de la comunidad, véase A Different Drum: Community Making and Peace [Un sonido diferente: Organización dé la Comunidad y la Paz] M. Scott Peck (Nueva York: Simón & Schuster, 1987). Las ciudades y sus habitantes claman por el establecimiento de comunidades. La gente desea sentirse a salvo y amada. Quieren sentir la luz sanadora de Dios penetrando en su ser y en sus vidas. La verdadera comunidad puede proporcionar estas cualidades, y dondequiera que se establezca una comunidad del Espíritu Santo los portadores de luz se sentirán atraídos hacia ella. Sin embargo, el nivel más difícil de alcanzar es la comunidad del Espíritu Santo porque exige amor divino. Todo cuanto los caídos temen y aborrecen lo representa este tipo de comunidad. Realizarán cualquier cosa para provocar actitudes de «divide y vencerás» en el seno de la comunidad. Recordad: la luz de Dios nunca falla si no falláis vosotros a la hora de invocarla y dejáis que sea vuestra guía a medida que iniciáis este viaje hacia la comunidad. Formar o construir una comunidad La comunidad nace del cáliz del corazón, y toda aquélla que es verdadera no puede crecer ni sobrevivir si procede de otro lugar. La comunidad nace de un estado de conciencia que proclama: «Yo soy el guardián de mi hermano. Mi hermano y yo somos uno. Mi hermana y yo somos uno». No puede nacer de una conciencia de crítica ni de juicio. Una comunidad en la que nadie haya alcanzado el equilibrio de amor, sabiduría y poder, resulta difícil de sostener. Podéis crear una comunidad magnífica dondequiera que estéis, iniciándola en primer lugar en vuestro propio corazón, añadiéndole el sentido comunal de corazón de todo el grupo. No progresará si ponéis
vuestra atención en los defectos y anteriores errores de los demás. Sin embargo, se descubrirá cuando empecéis a apreciar lo único y especial que cada persona es capaz de ofrecer por insignificante que parezca. Recordad que el óbolo de la viuda valía más que los donativos más cuantiosos (Lucas 21:2-4). Comunidad tiene que ver con formar, construir. La construcción es un proceso gradual, progresivo, es una alquimia y una ciencia. Buscad lo que bloquea vuestra capacidad de convertiros en una contribución positiva para la comunidad. ¿Es dolor? ¿Desconfianza? ¿Miedo? ¿Es la carencia de las habilidades o aptitudes necesarias para compartir y comunicarse con los demás? Todo puede superarse, pero hay que reconocer qué es y combatirlo. En Dios —y sólo en Dios— todas las cosas son posibles. Comunidades en el trance del cambio El psicólogo y especialista en comunidades, M. Scott Peck, afirma que la verdadera comunidad sólo se alcanza después de un proceso de cambio en el cual se pasa de una seudocomunidad a una verdadera comunidad, con frecuencia atravesando un angustioso período de caos y desesperación ***. Conseguirlo significa que cada miembro de la comunidad vea al otro de una forma distinta, por ejemplo, percibiendo que están pasando por un cambio de paradigma ****. Cuando se cambia un paradigma, las personas deben contar con la oportunidad de aprender, de expresar sus opiniones y de crecer. La oportunidad de cambiar ha de ofrecerse
*** Ob. cit. **** Para más información acerca de los cambios de paradigma, véase Joel A. Barker: Paradigms: The Business of Discovering the Future [Paradigmas: el negocio de descubrir el futuro] (New York: Harper Business, 1993). a todos. Si la gente decide no cambiar, siempre será el resultado de su libre albedrío. La oportunidad es uno de los componentes clave en el cambio de paradigma. Si un grupo limitado de personas toma todas las decisiones y diseña unas instrucciones nuevas, habrá un defecto inherente al cambio. El equilibrio entre el liderazgo y la voz de la comunidad es muy sutil, pero al mismo tiempo vital. La dirección o liderazgo nunca ha de faltar, pero jamás de forma exclusiva ignorando a los que han de contribuir de verdad. La verdadera habilidad consiste en comprometer a la gente en el proceso, de manera que tengan la oportunidad de controlar y solventar el problema. Hay una gran diferencia entre la organización formada por muchos que se relacionan auténticamente con los demás de una forma integral y la que preparan unos pocos creando con ello una falsa sensación de conexión. El primer grupo es un mándala auténtico, un patrón sagrado; el segundo, su impostor. El verdadero mándala se forma cuando los corazones de la gente rebosan del deseo y la creencia de que lo más elevado se puede lograr y se logrará. Este logro implica a todo el mundo. Cada persona es responsable del espíritu y de la armonía con los cuales contribuye al proceso del cambio. Es fácil hallar defectos. Es más duro ser un auténtico colaborador que nunca pierde el concepto inmaculado para con la comunidad que se encuentra en el proceso de convertirse en todo lo que puede y está destinada a ser.
Nuestra comunidad La familia que formamos vive en una comunidad de buscadores espirituales. Está abierta a todos, pero esperamos que Dios nos traiga aquellas almas que realmente deseen vivir allí y ayudar a construir un lugar que de verdad se convierta en una comunidad de la era dorada, un modelo que personas de todo el planeta puedan emular. Deseamos que sea un lugar donde los buscadores de todas las religiones del mundo, de todas las razas, que alberguen el deseo de una comunidad en sus corazones, vengan y participen en este gran experimento. Mi esposo y yo fuimos parte de los iniciadores de esta comunidad. Nos mudamos aquí y construimos una casa en 1988. Es un lugar escabroso pero bello, a unos 1.500 metros de altitud (5.000 pies) con una vista espectacular de una montaña que tiene unos 3.360 metros (11.000 pies). El valle donde vivimos es uno de los lugares más hermosos que uno pueda encontrar. Está rodeado de montañas y un río lo atraviesa. A veces, los rayos del sol poniente aterrizan sobre las blancas nubes que flotan en un despejado cielo azul cercano a las cimas nevadas. Los espléndidos colores me recuerdan a las imágenes del Himalaya de Nicholas Roerich. Mi esposo dijo lo siguiente acerca de nuestra comunidad: Vuestra comunidad está destinada a ser un ejemplo de una verdadera comunidad espiritual donde la gente acate la regla de oro. Ha de ser un lugar que atraiga a los portadores de luz de todas partes.
También ha de ser un lugar donde los maestros ascendidos se sientan bienvenidos. Debe ser tierra sagrada, y la iglesia y la comunidad han de ser el centro. Los iniciadores establecieron, paso a paso, los primeros peldaños de este lugar especial. El trabajo de estas almas no pasa desapercibido en el reino celestial porque ser pionero jamás resulta fácil. Los pioneros colocan los cimientos y deben tener visión de futuro. A veces, sin embargo, se preguntan, después de tanta lucha, si la batalla valía la pena. Creedme, sí vale la pena y puede llevarse a cabo. Pero, como ya he dicho en otros comentarios, precisa de una evaluación sincera —personal y comunal— de dónde estáis y adonde necesitáis ir. Erigir esta comunidad no es tarea para egoístas, bocazas o quejicas. Es una obra sagrada para los que sinceramente traen en sus corazones la visión de lo que esta comunidad puede ser. 16 Convertirse en alquimista Antes de impartirnos esta enseñanza, mi esposo nos pidió que estudiáramos el libro de Saint Germain sobre alquimia *. De hecho, nos pidió que lo leyéramos tres veces antes de empezar a dictarnos. La alquimia es ante todo la ciencia de la auto transformación. Los textos medievales sobre alquimia usan el simbolismo de cambiar el plomo en oro para referirse a la espiritualización de la conciencia humana. El ser humano se troca en divino mediante la aplicación de la piedra filosofal —las antiguas enseñanzas místicas—.
La ciencia de la alquimia puede tener una manifestación tanto física como espiritual, pero, como nos enseñó mi esposo, empieza con el cambio de uno mismo. Enseñanzas de Saint Germain sobre alquimia Cuando los portadores de luz se proponen comprender la alquimia, han de empezar por considerarla una ciencia sagrada que no debería ser profanada bajo ningún pretexto. Imaginaos que Jesús os hubiera sentado en su regazo como si fuerais un niño para explicaros que vuestro padre en el cielo nos ha brindado una ciencia sagrada según la cual cada regalo o don legítimo pudiera ser vuestro. Esta ciencia exige disciplina y un gran amor y sabiduría. Pero, al final, podría salvar al planeta ¿Os habría interesado? Hago esta mención del aspecto sagrado de la alquimia a modo de introducción porque, sin esta clave, la gente es vulnerable a su mal uso. En realidad, la alquimia es neutra. Puede utilizarse para mal, lo que comporta una gran responsabilidad kármica, y puede usarse para obtener beneficio a través de la creación de oro y de gemas perfeccionadas, faceta, esta última, que, a menos que se lleve a cabo para ayudar a los demás o se use una pequeña porción para provecho propio, no halla honor ante Dios. El uso verdadero y más elevado de la alquimia sería ayudar a transformar este planeta para alcanzar la abundancia e iluminación que constituían su herencia primigenia antes de que empezara el mal uso de la energía. ¿Dónde empieza el proceso alquímico? Donde usualmente nos olvidamos de mirar: dentro de nosotros mismos. Solemos dejarnos arrastrar por las fuentes externas de felicidad o por las que parecen aportarnos un destello del futuro y, sin embargo, dejamos de mirar en nuestro interior. La alquimia requiere la conquista del yo finito e implica creación. A fin de crear con
belleza y responsabilidad, debéis estar en contacto con vuestro Yo Superior. Esto nos trae de regreso a la necesidad de comprender y dominar la psicología de cada uno, un concepto ya recalcado. Mientras el yo finito lleve las riendas, no podréis alcanzar la verdadera libertad espiritual. Aunque una persona pueda tener que dominar muchos de sus hábitos negativos, en realidad una buena cantidad de los que provocan desvíos o levantan barreras pertenecen a un reducido número de categorías. Los que he descubierto como verdaderas plagas para la vasta mayoría de personas son: el miedo, la falta de valía o valoración de uno mismo, la ira, la falta de resolución con la familia (normalmente con los padres), el orgullo, la envidia, el egoísmo y la ignorancia. A la vez, de cada uno de ellos se derivan otros también numerosos. * Saint Germain: Alquimia 1. Fórmulas para la auto transformación. El yo finito permite que penséis cosas como: «No seré capaz de aprender esta nueva tarea», «ese vestido le sienta mal», «él es tan guapo y tan inteligente que nadie se va a fijar en mí», «no merezco clamor o el perdón de Dios». ¿Reconocéis algunos de estos pensamientos? La mayoría de los repertorios que usa la gente son sustanciosos y muy reveladores y constituyen la típica charla del yo sintético que limita al individuo o a los demás con quienes uno se relaciona. Si pudierais escuchar una grabación con los comentarios que emitís durante un mes ¿qué patrón destacaría? ¿De qué os sirven esos hábitos? ¿Cuál es la fuente última de la que proceden? Como remedio, intentad desafiarlos y afirmad la luz de Dios en vuestro interior y en los demás. Admitid con franqueza la posibilidad de que exista una parcela de vuestra
psicología que necesita ser desenmarañada mediante asesoramiento y, siempre, aplicad la llama violeta. Recordad que la libertad espiritual no llega a vuestro umbral sin más. Hay que ganársela, tal como se hace con cada puntada de un vestido de boda. Cada vez más nos estamos volviendo más la sociedad del «instante». Alerta con las recetas para un logro espiritual instantáneo pues no es éste el estilo de las huestes ascendidas. Concentración en vuestro Yo Superior Uno de los conceptos más importantes que los alquimistas deben comprender es el de dejar que Dios sea el hacedor. «Soltadlo y dejadlo en manos de Dios» sería un dicho apropiado. Cada situación en la que os encontréis debe entregarse a vuestro Yo Superior para el logro de una solución divina. Vuestro Yo Superior se halla a vuestra disposición las veinticuatro horas del día, y sin embargo, la mayoría lo tratáis como si fuera una figurilla hermosa que se saca de la vitrina de vez en cuando para admirarla. Este Yo Superior es el mayor regalo que jamás se os ha dado. Se trata de vuestro Yo real y debería ser vuestro mejor amigo y consejero. Pensad en la vida como si fuera una multitud de canales de televisión. ¿En qué canal estáis y qué tipo de programación seleccionáis? ¿Es el de la charla humana? ¿El de la preocupación, la duda y el miedo? ¿El del chismorreo y la crítica? ¿El del trabajo y el estudio? ¿El de los dramas familiares y las relaciones? ¿El del entretenimiento humano? ¿O es el canal de vuestro Yo real? Yo, personalmente, pasé mucho tiempo en el canal del trabajo. Solía pensar con frecuencia en lo que había que hacer, en cómo lo realizaría o cómo manejaría las relaciones laborales difíciles.
También pasé mucho tiempo en el canal de la familia y las relaciones y en la mayoría de los demás que he mencionado. Hay quien busca los canales que literalmente le conectan con el plano astral, y su conexión con el Yo real se torna cada vez más parecida a un cable deshilachado. Al final, el cable se rompe. Conocer vuestro Yo real es una decisión producto del libre albedrío, que requiere disciplina y deseo de conocer a Dios por encima de todo lo demás. Ignorar vuestra identidad real es decidir ser un vagabundo sin un ancla o una clara visión en la vida. Una cosa que me ayudó fue pedir que me llevaran de noche a estudiar a los retiros espirituales. No tengo palabras para decir lo útil que rué resultó. Tan sólo con hacer esto podréis mantener el lazo con vuestro Yo real y con el reino etérico. Gran parte del bien que hice fue inspirado durante las noches en que viajé a los retiros. La auto maestría La alquimia requiere el desprendimiento de todo egoísmo. Saint Germain ha declarado que muchos de los secretos de la alquimia no se desvelarán hasta que por lo menos el cincuenta por ciento de la población de este planeta esté limpia de egoísmo. Haced llamados para atar y eliminar la bestia del egoísmo planetario. Esta misma bestia es la que ha permitido la creación en este mundo de degradantes formas astrales. Yace detrás de numerosos hechos, incluidos la profanación del medio ambiente y la negación de la vida del no nacido. No puedo afirmar que yo haya cumplido con todo cuanto os he estado sugiriendo, porque no es cierto, pero, en cambio, puedo aseguraros que lamento profundamente las cosas que ignoré o desdeñé y, en especial, no haber hecho el poco esfuerzo que precisaba para lograr una libertad espiritual mucho mayor.
La conducta del yo finito nos mira de frente todos los días; no obstante, nos hemos adaptado tan cómodamente a esos hábitos que, o bien no somos capaces de desafiarlos, o bien nos sentimos incapaces de cambiarlos. Con Dios, todas las cosas son posibles. En la alquimia, todas las cosas son posibles, pero es preciso empezar a tomar medidas para dejar de ser esclavos del no yo. Orad para que se os muestren los impedimentos que obstaculizan vuestro progreso espiritual. La automaestría constituye la clave de la alquimia y lo es también de vuestra cristeidad. ¡Ojalá que conozcáis la alegría de la superación! Romper el molde Quisiera inculcaros, aspirantes a alquimistas, que Saint Germain utiliza los primeros seis capítulos de su libro sobre alquimia ** para tratar de encontrar cualquier forma creativa que nos ayude a comprender la importancia de realizar cambios personales allí donde se necesiten. Desde el momento en que encarnamos por primera vez, ciertos patrones y experiencias formaron lo que Saint Germain denomina un «molde». En muchos casos, este molde se ha quedado anticuado a medida que nos hemos ido adaptando a los estilos del mundo. Ya ha dejado de reflejar los patrones puros del Cristo. Debemos romper el molde que nos limita y que nos impulsa a afirmar que lo imposible no es posible y que lo invisible no puede existir. De estos moldes surgen el sentido de la infelicidad y los rasgos negativos. Reflexionad acerca del molde que os rodea y de las experiencias que os han moldeado en esta vida. ¿Cuáles de ellas habéis permitido que os sometan a alguna forma de esclavitud? Saint Germain nos insta a vivir en el «ahora» del momento presente y a creer en la realidad de la ley que dice que el cambio es posible. Hemos de saber lo que Dios en nosotros es
capaz de lograr y dar testimonio de ello. Debemos creer en la posibilidad del cielo en la Tierra y perseguir la voluntad de Dios porque es la del Yo real. El amor de Saint Germain por cada uno de vosotros se halla más allá de lo que la mayoría de la gente haya podido conocer nunca. Él estará presente para alegraros y animaros cuando os enfrentéis con lo que parece imposible y cuando verdaderamente os coloquéis el manto de vuestra cristeidad y dejéis atrás a la vieja persona que erais. En las clases de alquimia que hemos recibido, he adquirido una mayor comprensión de mi Yo real y de los falsos patrones con los que me identifiqué, en ocasiones durante siglos. Cuando la misión personal es clara, como la mía lo es ahora, no resulta difícil romper el viejo molde. Puede resultar hasta familiar, pero ha servido para eclipsar al Yo real y realmente no es quien de verdad sois. El estudio de la alquimia os ayudará a clarificar vuestra misión en la vida ya que requiere que seáis muy claros acerca de lo que realmente esperáis conseguir. No redactéis una misión que refleje lo que creéis que «deberíais hacer», sino lo que, llegados a este punto del sendero, es totalmente cierto para vosotros. Afrontar la verdad es mucho mejor que crear una falsedad para complacer a los demás. Si creéis que vuestra misión, tal como la habéis escrito, es espiritualmente deficiente, reflexionad acerca de qué os está reteniendo. Quizá tengáis que cumplir con vuestra misión actual a fin de poder aspirar a otra. ** Ob. cit. Dejad las cosas en manos de Dios
Cuando estudiéis los primeros capítulos de Saint Germain sobre alquimia, es posible que os asombre profundamente la sencillez de algunos conceptos que aparecen en ellos. Sin embargo, es esta sencillez lo que tantos buscadores no logran percibir. El último capítulo de la primera parte habla en profundidad acerca de llegar a conocer vuestro Yo Divino y de identificarse con él. Si permanecéis en la Presencia Divina y en el Santo Ser Crístico, la envidia y los celos no tienen lugar. La crítica y la condenación de los demás o del mundo en general, tampoco. Cuando se afirma constantemente la degradación del planeta, se contribuye a su muerte. Cuando se es celoso de los demás, se restringe el poder de Dios para recibir de El en abundancia. Si culpáis a Dios de vuestra lucha o consideráis que tiene favoritos, es que no le conocéis ni le comprendéis. Dios es amor y Dios es justo. Nada de lo que ocurre es arbitrario. Ya he comentado extensamente el tema del karma, así que no seguiré profundizando en este concepto, pero es cierto que, sin una comprensión de él, todo cuanto ocurre a las personas en una sola vida puede parecer confuso e injustificable. Sólo en el contexto de la necesidad de equilibrar cada jota y cada tilde de la ley a lo largo de las vidas de cada persona puede percibirse la absoluta perfección del sistema de justicia cósmica. No sólo este sistema es absolutamente justo, sino que, de pecar de algo, lo hace de misericordia por los que honran la voluntad de Dios. Ya he mencionado el dicho «soltadlo y dejadlo en manos de Dios». ¿Permitís que Dios ocupe el lugar central de vuestra vida, de cada uno de vuestros pensamientos y acciones? Tener fe verdadera significa que Dios es el guía de vuestro viaje y, por ello, no teméis la ruta por la que os lleve. Ahora advierto cuánta energía malgasté y cuánto luché cuando creía que yo era el guía, olvidando pedir la ayuda de Dios. Siempre creí en Dios, pero olvidé confiar en Él en algunos
momentos clave de mi vida. Incluso me resulta difícil expresar hasta qué punto esos momentos me parecen ahora una tontería. Resulta tan ridículo como tener a tu lado al mejor goleador del mundo en un partido de fútbol y no sólo chutar el balón prescindiendo de él, sino hacerlo ¡sin apenas haber entrenado y con un dedo del pie roto! Dejad todo en manos de Dios. Ojalá que conozcáis la abundancia de Dios mientras le permitáis ser el capitán de vuestra vida. La voluntad de Dios La comprensión de la libertad es fundamental para el progreso espiritual. Una persona no es realmente libre hasta que todo cuanto desee y quiera para su vida se ajuste a la voluntad de Dios. Mientras haga planes desde el yo inferior —deseo de llamar la atención, afán de riqueza y fama o de colocarse por encima de los demás—, no será libre. Cuando uno es libre, es realmente uno con la mente del Cristo. La capacidad de crear es una explosión natural de tal libertad. La verdadera creatividad es de Dios, no del hombre. He reflexionado mucho sobre las trampas de la mente humana. Cuando se tiene una percepción clara del plan que Dios ha establecido para nosotros y su deseo de que recibamos nuestra herencia legítima, las trampas del no yo ¡se hacen tan obvias y tan ridículas! Pero cuando uno se halla enfrascado en esta quimera, todo parece tan real... Muchos restringen a Dios proyectando limitaciones sobre ellos mismos y sobre sus semejantes. La envidia o los celos, por ejemplo, constituyen la ilusión según la cual Dios no puede proveernos igual de bien como lo ha hecho con cualquier otra alma. Cuando al principio Dios indicó que domináramos la tierra (GN. 1:26), Su intención era que lo lleváramos a cabo con la mente
de Cristo y en ella. En lugar de ello, hemos destruido y dañado gran parte de nuestra herencia natural principalmente debido al miedo, la avaricia, la ignorancia y la falta de discernimiento acerca de la diferencia que hay entre las voces de los portadores de luz y las manipulaciones de la oscuridad. Es cierto que nuestro karma puede limitarnos, pero nosotros nos hemos limitado mucho más. Os recomiendo que tengáis en cuenta la necesidad de cambiar vuestra vida a fin de que la voluntad de Dios se convierta en la piedra angular de cada acción que realicéis. Si deseáis ser alquimistas, debéis ser uno con la voluntad de Dios. Si lo lográis, experimentaréis la libertad que es la puerta abierta a los poderes creativos de Dios. Con Él ¡todo es posible! La incapacidad de hacer daño Una de las cosas más profundas que presencié durante mi encarnación con san Francisco fue su comprensión del voto de no dañar a nadie. No tenía intención de dañar y jamás actuó de manera perjudicial o dañina hacia ningún aspecto de la vida. Todo su ser vibraba de reverencia por ella. Como resultado, los animales se le acercaban y también los niños. Para progresar en alquimia, es absolutamente necesario comprender el concepto de no dañar. Si albergáis sentimientos o pensamientos dañinos hacia alguien, o si habláis de él de forma condenatoria, estáis creando un efecto bumerán de modo que esas mismas energías os retornarán. El alquimista debe desear alcanzar el dominio sobre los cuatro cuerpos inferiores porque busca liberarse de toda ansiedad y condena. Mientras la emoción gobierne vuestra vida en lugar de la fe, y persigáis ejercer el control sobre los demás, no seréis libres para fusionaros con vuestro Yo Superior.
Cuando estudias las vidas de los santos, te das cuenta de que si bien no están exentas de pruebas y desafíos, sí lograron superarlas y vencerlas. Con frecuencia, aquéllos son inocentes como los niños y atraen todo cuanto necesitan para cumplir con su plan divino. Se enfrentan de buena gana con cualquier obstáculo que se presente en su camino. Mantener el concepto inmaculado para toda vida La capacidad de mantener el concepto inmaculado para con toda forma de vida debería practicarse hasta que formase parte de uno mismo. Se trata de un principio de alquimia. Cuando se es capaz de mantener el concepto inmaculado para con cada persona que se encuentra y en cada situación que uno afronta, la vida se vuelve menos complicada, más fluida y más abundante. La capacidad para lograrlo se acumula con el tiempo y corre pareja con la verdadera comprensión de las leyes de Dios. La precipitación se relaciona por completo con vuestra capacidad de mantener el concepto inmaculado. Aun cuando la gente cree en este concepto y desea dominarlo, con frecuencia se deja llevar por el desaliento, el miedo o el juicio que pasan por encima de su Yo Superior y se inclinan por afirmar lo humano en lugar de lo divino. Intentad pasar todo un día sin hacer otra cosa que mantener el concepto inmaculado. Fijaos en qué pensamientos os sorprenden e intentan introducirse subrepticiamente en vuestra conciencia. Observad lo que sentís durante todo un día sin aferraras ni esperar menos que lo más sublime y elevado. Aunque seguiréis estando sometidos a pruebas y desafíos, es absolutamente liberador. También hay ocasiones en que las cosas no se desarrollarán como esperabais; no obstante, permaneceréis en calma rodeados de la tempestad. Habrá quien
se sienta atraído por vuestra calma y por vuestra aura en constante expansión.
Comentarios relativos al libro «Alquimia» de Saint Germain Os recomiendo que estudiéis este libro *** y lo sigáis haciendo hasta que os convirtáis en esa enseñanza. Ha sido un factor clave en mi propia transformación. Yo tenía cierto hábito de dudas y afirmaciones limitadoras. Ahora esta parte de mí mismo parece haberse transmutado. La fe me indujo a ser alquimista y, sin embargo, la alquimia ha aumentado mi fe. Hay a quien le molesta la palabra alquimia porche, no le parece espiritual. Lo cierto es que, para convertirse en alquimista, son necesarios numerosos principios espirituales importantes. Jesús fue un maestro alquimista, del mismo modo que lo fueron varios santos occidentales y orientales. La fe, el dominio del yo, el perfecto amor, mantener el concepto inmaculado, creer en lo que parece imposible, comprender la luz; todos éstos y otros tantos son conceptos que el alquimista necesita. ¿Cuáles son las mejores estrategias para vencer la duda y el miedo? La capacidad de vencer la duda y el miedo depende de la maestría que uno tenga. Para alcanzar la maestría divina primero hemos de lograr la maestría sobre nosotros mismos. Éste es precisamente el aspecto al que las personas parecen resistirse en mayor medida. Andan de aquí para allá en busca
de lo que les satisface. Albergan resentimiento por lo que otros han hecho. Se justifican constantemente por todos sus odios y por cada decisión que toman. El auténtico camino espiritual exige la conquista y, por consiguiente, la capacidad de enfrentarse con uno mismo. A la gente le cuesta percibir hasta qué punto limita su propio progreso. Cada duda, por sutil que sea, levanta una barrera entre el individuo y su comprensión divina. La fe es un compromiso de veinticuatro horas, día tras día, con la vida abundante. Es una absoluta confianza en Dios sin importar aquello que llegue a nuestro umbral. La fe es expansiva, nunca limitadora. La fe es la creencia en el poder de Dios de hacer lo que sea. Id en busca del amor perfecto y el mismo proceso os transformará. El amor perfecto ve a Cristo en todos. El amor perfecto no limita ni es amigo de las dudas propias ni del sentimiento de indignidad. Tenéis acceso a la mente de Dios y debéis reivindicarla. Cada año dejan de concederse un cierto número de becas y ayudas por falta de solicitantes. De igual forma, gran parte de la herencia que Dios nos tiene reservada queda sin explotar porque no aplicamos los principios que nos ha enseñado. Saint Germain opina que, lastimosamente, no se ha hecho caso a sus enseñanzas sobre alquimia, y que, cuando se leen, apenas se entienden. Me ha pedido que os diga que dichas enseñanzas se hallan entre lo primero que estudiamos en su retiro y que él, personalmente, nos imparte una parte del curso. El mejor profesor de alquimia es un verdadero alquimista. Antiguamente había muchos más alquimistas que ahora. Con tantas enseñanzas que se nos han dado, la situación debería ser justamente la contraria.
¿Puedes añadir más comentarios acerca de cómo vencer el miedo? El miedo es la antítesis de la fe, es una perversión de la maestría divina. El miedo posee una energía insidiosa, erosiona la salud y el bienestar de la persona en la cual reside, paraliza, provoca el fracaso, obstaculiza el valor y la capacidad de aprender cosas nuevas. El miedo es un veneno mortífero. Los ángeles caídos poseen una gran maestría en lo que se refiere a crear miedo. Nuestra respuesta al miedo puede convertirse en un patrón o un hábito. Hay que luchar contra él a toda costa. No hay lugar para él en el corazón del discípulo. El dicho «el amor perfecto expulsa el temor» es acertado (1 Jn. 4:18). *** Ob. cit. Muchos portadores de luz experimentaron al principio de sus vidas sucesos terribles que engendraron un patrón de miedo. Cada vez que permitimos que ese miedo nos domine, produce la negación del Cristo en nuestro interior y del poder de Dios para vencerlo. Examinad vuestros miedos e intentad clasificarlos. ¿Tenéis miedo de sufrir una pérdida, de parecer necios, de estar solos, o alguna otra categoría de miedo? ¿Habéis pensado en buscar asesoramiento en el caso de algún miedo recalcitrante o recurrente?
17 La justicia divina La verdadera justicia
La gente se pregunta el porqué de tanta lucha y tantas pruebas, desafiantes pruebas. Pensad en los siglos pasados en los que hubo grupos de gente que se rebelaron contra Dios. El Antiguo Testamento rebosa de historias que son ejemplo. Antes de que pueda llegar una era dorada, cada jota y cada tilde de karma salen a la superficie para ser equilibradas. La llama violeta puede transmutar una gran porción de ese karma. La gracia puede redimir de una parte. Sin embargo, la parte final han de resolverla físicamente las personas mientras están encarnadas. El sistema de justicia cósmica es una de las cosas más increíbles que he llegado a comprender. Se nos ha otorgado el libre albedrío para crear y elegir lo que deseemos, pero también se nos ha concedido responsabilidad. A la mayoría de nosotros no nos gusta nuestro karma cuando llega la hora de saldar cuentas. Con frecuencia, yo solía enfadarme o no comprendía los sufrimientos que la gente tenía que soportar. Pero ahora veo que tanto el sufrimiento como la forma en que se lleva, constituyen un paso justo y necesario en la progresión de cada uno hacia Dios. Nos has contado bastante acerca de Saint Germain. ¿Podrías decirnos algo de su llama gemela, Porcia, a la que conocemos como la encarnación de la Justicia Divina? Porcia no es un ser recientemente ascendido. Ha estado trabajando durante siglos en los reinos etéricos. Existen seres tan avanzados que mantienen el equilibrio de sistemas de mundos y no resultan tan fácilmente accesibles a nosotros o a este planeta, como ocurre con los maestros que han ascendido hace poco. Constituye una dispensación a su amado Saint Germain que Porcia se halle más a nuestra disposición durante
este período. Como podéis imaginar, un ser no ascendido como yo disfruta de escasas oportunidades de relacionarse con tales maha o grandes seres. Incluso a nivel etérico, su presencia puede sentirse por encima de la de los demás. Se me concedió ver a Porcia a fin de completar una parte de mi misión. Si examináis todo cuanto he escrito, advertiréis que existe un tema recurrente relacionado con la justicia divina. Puedo afirmar tal cual que estoy enamorado del sistema de justicia que Porcia encarna. Constituye una gran carga para su corazón el hecho de que la humanidad se haya alejado tanto de la comprensión de la justicia divina. Dicha comprensión empieza por la creencia en el karma y la reencarnación: un sistema divino de responsabilidad, justo, misericordioso y muy preciso. Por mucho que la humanidad se esfuerce en evitarla, manipularla o sabotearla, la justicia inevitablemente llegará, ya sea a través de un retorno instantáneo del karma o por un suceso que ocurra siglos más tarde. Es importante recordar nuestra historia más antigua. Durante las pasadas eras doradas, la vida era pacífica y reinaba la justicia. No existía el sentimiento con respecto a «los que tienen» y «los que no tienen». Pero en cuanto el hombre empezó a transgredir cada vez más las leyes de Dios, la humanidad empezó a sufrir restricciones. La era dorada es el universo que todos anhelamos y muchos se preguntan la causa de que Dios permita que existan tantas desigualdades en nuestro planeta. Lo que ahora tenemos es el resultado de siglos de violar las leyes de Dios, en mayor o menor medida, mediante el uso del libre albedrío y de un sistema justo de medición de responsabilidades. Un padre sabio no pone un juguete sofisticado en manos de un niño que ya ha destrozado uno parecido o si se ha hecho daño con él. Asimismo, nuestros padres espirituales no pueden concedernos la misma cantidad de luz y abundancia que se nos
dio en un principio si hemos desperdiciado la luz o, aún peor, la hemos usado para frustrar los planes de Dios. A fin de cuentas, nuestra responsabilidad es para con Dios y para con nuestro Santo Ser Crístico. Si los individuos vivieran como si creyeran con sinceridad en esto, el planeta sería un lugar completamente diferente. En lugar de ello, se muestran prácticamente ciegos y sordos en cuanto se relaciona con el concepto de la justicia divina. Algunos pecan de lástima humana; otros, de avaricia, lujuria y ansia de poder. Si pudierais pasar media hora con Porcia ¿qué le preguntaríais? ¿Qué aspecto de vuestra vida que os parece injusto os retiene? ¿Hay partes de vuestra vida de las que os neguéis a ser responsables? ¿Tenéis realmente fe en el plan que Dios os tiene reservado y en la pureza, honor y amor que conforman las bases de la justicia divina? Pedid que se os lleve a estudiar con Porcia a los retiros. Rogad que se os ayude en todos los problemas que tengáis con la justicia divina. Porcia necesita que la ayudéis mediante vuestros llamados por nuestro actual sistema judicial. Podemos y debemos retornar a un nivel superior. El declive de los gobiernos y el de la justicia van de la mano. El fervor y la constancia de vuestros llamados pueden elevarlos a ambos. Las balanzas de la justicia están desequilibradas Las balanzas de la justicia han perdido su equilibrio. Nuestro propio sistema judicial se halla en peligro. La justicia se basa en unos principios inalienables. Si se ignoran estos pilares fundacionales o si se trata al sistema como si fuera un juego, no se puede lograr una verdadera justicia. La justicia precisa de la honradez bajo juramento y del honor, por encima de la intriga y el deseo de ganar. Exige una actitud de ausencia de parcialidad que prevalezca por encima de otra de prejuicio. Todas esas y
otras condiciones se incumplieron en el caso de la niñera británica que en 1997 fue acusada de asesinato del niño al que cuidaba. Un auténtico sistema de justicia trata a todos por igual y los principios de imparcialidad y equidad rigen la formulación inicial de acusaciones, el desarrollo del juicio y la declaración de culpabilidad. No es eso lo que ocurre en el sistema judicial de los EE.UU. Los ricos y poderosos lo manipulan, mientras que los pobres están en manos de aquéllos. A algunos de los que deberían estar en prisión no se les acusa nunca y otros que se hallan encarcelados deberían ser liberados. La fama que un caso puede reportar a un departamento de policía, a un abogado o a un juez no debería influir en el sistema judicial, pero ocurre. No debería permitirse retransmitir los juicios por televisión porque pone trabas a la justicia y crea falsos héroes, en lugar de fomentar la verdad y la exactitud de los veredictos. No debería ser tan difícil modificar el sistema en los EE.UU. ya que sus bases son buenas y justas. Es necesario un examen del sistema actual y la firme resolución de arrancar de raíz todo lo que ha usurpado el propósito original. Cuando las balanzas de la justicia se desequilibran de forma constante, el karma retorna a esa nación por evadirse de lo que es justo y honrado a los ojos de Dios. Ya os he hablado del concepto de «cargo». Un juez nunca ha de ser nombrado simplemente por estrategia política. Los jueces deben representar la nobleza dentro de la profesión legal y poseer reconocida integridad. En lugar de ello, algunos que visten toga de juez constituyen una abominación para Porcia y para las leyes de la justicia divina en la Tierra. Otros cumplen bien con su oficio y merecen el manto, pero suelen estar abrumados por un peso considerable que no comprenden, ya que ello se debe a que mantienen el equilibrio contra tanta corrupción y desalineación en el sistema.
Orad por el sistema judicial allá donde estéis y por los funcionarios que trabajan en él. Los tentáculos de las disfunciones que le afectan hacen vulnerables a todos. Ojalá la justicia de Dios empiece a impregnar a nuestro país y a sus tribunales. Más acerca del caso de la niñera El juez del caso de la niñera tuvo que hacer frente a un importante dilema kármico. Sabía que no existían pruebas suficientes para condenar a la joven, y también que se estaban desencadenando fuertes emociones, además de que pocos jueces optarían por hacer lo que se proponía: revocar el veredicto. No era un hombre que persiguiera fama o fortuna, sino alguien que creía en el verdadero propósito por el cual se había concebido la ley. Como no era omnisciente ignoraba lo que había ocurrido y quién era, a la postre, el verdadero culpable. También sabía que no se serviría a la justicia si se mantenía el veredicto del jurado. Eligió mantenerse fiel a su conciencia y a su verdadera comprensión de la ley. Os puedo asegurar que pasó una prueba importante. No se me permite comentar los entresijos del caso, mucho más complejo de lo que parece a simple vista; sólo puedo decir que, basándose en las pruebas aportadas, el juez actuó con coraje y sentido de la integridad judicial al dar un giro completo a lo que llegó a sus manos. De mis comentarios no hay que inferir quién era o no era culpable. Ello no obstante, no se puede funcionar en un sistema de verdadera justicia si nos inclinamos por condenar sin que haya una causa clara y suficiente. Los tribunales, aunque sean el escenario de problemas con una profunda y kármica carga emocional, no están destinados a emitir veredictos basados en las emociones, sino en la ley, los hechos y las pruebas. Han de
contar con la honradez de los testigos que prestarán juramento, lo honrarán y se comprometerán a no cometer perjurio. Hemos de conceder a los demás lo que quisiéramos para nosotros mismos. ¿Tienes algún comentario que hacer respecto a los que toman dinero prestado y no lo devuelven? Varias veces os he mencionado la importancia del honor y del respeto a la palabra dada. Es el yo inferior, el no yo, el que permite que una persona retarde el pago y justifique el impago de aquello que nunca debió retener. Si vuestro prójimo no puede confiar en vosotros, tampoco podrá Dios confiaros Su luz. Lo que observo es que la gente concede préstamos sin establecer desde buen principio un programa claro de devolución de aquéllos. Es mejor pagar algo mensualmente, aunque sean sólo diez dólares o incluso uno, que dejar pasar los meses sin hacer un solo pago. El esfuerzo por pagar contribuye a la alquimia de la situación actuando de forma similar al principio del diezmo. El peor pecado es, no sólo no pagar el préstamo, sino actuar de forma desvergonzada como si no se debiera nada a quien prestó o, peor aún, mentir acerca de la situación. Debéis ser sinceros con vosotros mismos. Sois responsables de cada acción que realizáis. Eliminad y atad toda auto justificación, intriga, irrealidad y desobediencia a la ley, que haya en vuestra psique. Los préstamos por sí mismos no tienen nada de malo. Pero son muy importantes los términos en los que se presta y la actitud de prestamista y prestatario. No devolver un préstamo puede bloquear la abundancia de los años venideros. Para ser tratado con confianza y respeto, hay que vivir la vida con el sello de la honradez y la integrida
18 Trabajar con el plano astral Biplano astral Hay muchas almas buenas atrapadas en el plano astral * a causa de hábitos relacionados con alcohol y drogas, falta de perdón, suicidio, o por vivir una vida centrada en el materialismo y no en Dios. Y la lista sigue. El plano astral se enrosca con extraordinaria tenacidad. Su objetivo es manteneros atados a vuestros hábitos negativos. Carece de alegría espiritual y de luz, y aumenta en densidad a medida que se desciende a niveles cada vez más bajos. Quedar atrapado en el plano astral es como una condena a prisión. Mientras trabajas con el plano astral, a veces tropiezas con almas que has conocido en ésta o en otras vidas. Aunque resulta desgarrador, incluso en ese nivel es motivo de alegría el atenderles y ayudarles a liberarse. Sin embargo, el proceso no es sencillo. Sin la gran luz celestial que muchos dais por garantizada, la gente es tarda para el cambio y poco presta a ver con claridad las grandes oportunidades que le están reservadas si es capaz de avanzar. ¿Qué nos puedes decir acerca del trabajo con el plano astral? He de dedicar parte del tiempo a intentar salvar almas del plano astral. Trabajar con ese plano es una de las mejores maneras de dar servicio desde este lado, aunque no es una tarea sencilla ni placentera. Debéis orar también para ayudar a salvar almas del plano astral. Es una forma a vuestra disposición para transmutar
karma, predicando la Palabra mientras os halláis fuera del cuerpo durante el sueño o la meditación. No se os enviará solos en tal misión, siempre contaréis con la compañía de las huestes angélicas, aunque mientras predicáis y atendéis a las almas no os llevarán de la mano. Cada uno de nosotros está vinculado con alguien o, muy probablemente, con un buen número de individuos que han aterrizado en el plano astral. Puede ser vuestro deber, o tan solo un modo de hacer buen karma, atender a las almas que se os han asignado para que las ayudéis. Lo que dificulta la labor es que la permanencia en el plano astral puede ocasionar que la gente olvide los lazos que les unen a vosotros y dude del auténtico propósito de la vida, con lo que se desencadena una guerra espiritual de gran intensidad. De ahí que debáis estar profundamente armonizados frente a las fuerzas que os desafían mientras mantenéis el perfecto amor para con el alma a la que os esforzáis en liberar. * El plano astral es «el almacén o depósito de los patrones colectivos de pensamiento o sentimiento, consciente e inconsciente, de la humanidad». Existe «en una frecuencia de tiempo y espacio más allá del físico pero por debajo del mental, que corresponde al cuerpo emocional del hombre y al inconsciente colectivo de la raza». Pero este nivel emocional «se ha enturbiado con los pensamientos y sentimientos impuros del hombre». En él hallamos almas atrapadas en su negatividad hasta que su propio deseo de algo más elevado las haga salir o las rescate de ese nivel. La tradición católica y episcopaliana de Jesús predicando a las almas del infierno constituye un tipo de rescate. (Saint Germain: Alquimia 1. Fórmulas para la autotransformación.)
Por mi parte, he servido a gente a la que conocí en vidas pasadas, así como en la actual. Estoy lejos del cien por cien. Permanecer en el plano astral se parece al consumo de drogas. Los principiantes puede que no tengan intención de seguir tomándolas e incluso puede que ni les gusten, pero a medida que pasan las semanas y los meses, su identidad se alinea cada vez más con las drogas y con los colegas que las consumen, en lugar de con su Yo real y sus verdaderos amigos. Lo que es real a sus ojos se torna irreal y lo irreal, real. Asimismo, el plano astral crece en el seno de las almas, de modo que éstas cada vez se acostumbran o incluso se atan más a su entorno. Del mismo modo que los colegas drogadictos no les recomendarán dejarlo, otras almas del mismo nivel astral desearán retenerles. Cuanto más cerca del nivel eterice se halla un alma, más fácil resulta de conquistar. No obstante, a medida que pasa el tiempo, incluso estas almas pueden enfriarse al llamado de la luz. Si deseáis practicar cómo se predica ante una audiencia difícil, éste es el lugar adecuado. A la vez, podréis ayudar a los que trabajan para liberar almas, mediante llamados diarios dirigidos a liberar a las almas de luz atrapadas en el plano astral que ya están preparadas para ser llevadas al plano etérico. Rescatara un familiar del plano astral Es muy difícil servir a almas en el plano astral, ya que la permanencia en aquél debilita el cuerpo de la memoria y la capacidad de recordar la luz, así como el verdadero propósito del ser. A medida que los años pasan y las almas cesan en su búsqueda, se tornan pasivas. Es mucho mejor rescatarlas así que entran en el plano astral que esperar a años más tarde. Quizá el episodio más intenso que viví fue cuando tuve la oportunidad de liberar a mi propio sobrino. Se hallaba en los
niveles superiores del plano astral. Era un alma de luz que había dejado que el alcohol destruyera su oportunidad de avanzar espiritualmente y de cumplir con su darma. Me reconoció de inmediato pero necesitaba alguna orientación para comprender dónde se hallaba y qué era lo que le había atrapado en aquel entorno astral. No podemos apartar a un alma de dicho plano a menos que ella exprese, en alguna medida, su deseo de liberarse o dé algún tipo de consentimiento. Una vez liberado del plano astral, fue llevado al nivel etérico más bajo. Allí se le asignó un lugar en un retiro hospitalario donde están los que necesitan sanación y reparación de sus cuerpos más sutiles. Estas almas se hallan dispuestas, entonces, para recibir un curso de ley cósmica y, una vez sanados en suficiente medida, se les puede enviar a retiros específicos. Cuando un alma deja el plano astral por el etérico, es como un paciente al que se le quitan los vendajes después de meses de enfermedad o recuperación de una intervención quirúrgica. La curación no es instantánea sino gradual. Asimismo, lo es el ajuste, que precisa de la compasión y la comprensión de los demás. El servicio que se presta en esos retiros hospitalarios es indescriptible por el amor y la paciencia que prodigan. Es interesante que mi esposo hubiera rescatado a nuestro sobrino del plano astral porque ya lo había hecho en esta vida numerosas veces. Cuando tenía cuatro años, el padre de este muchacho murió en Corea y mi marido se convirtió en la figura masculina relevante de su vida. La mayoría de los apuros en que se metió fueron bastante graciosos y siempre tuvo «karma instantáneo». Por desgracia, años más tarde se convirtió en un alcohólico. Un día, estando bebido, se puso a caminar por una autopista y un camión lo mató. Fue un alivio saber que después de su muerte recibió ayuda y que para las almas que escogen la luz, la curación no tiene fin.
¿Qué lecciones aprendiste de los que se hallan en el plano astral? El trabajo en el plano astral es muy duro y presenta muchos desafíos. Intentar ayudar a las almas de ese lugar es como convertirse en un guerrero espiritual. Aconsejarles puede resultar muy difícil. A veces, me parece que nadie me escucha y que han aceptado el horrible estado en el que se encuentran. Algunos incluso blasfeman contra Dios y no quieren ni oír hablar de la luz, la pureza, la santidad, etc. Otros son almas buenas cuyas acciones les han atrapado en un lugar donde realmente no deberían estar. He visto la fealdad del abuso del alcohol y de las drogas. Por culpa de éstas, la gente destruye sus vidas, dañan a otros y cometen delitos. Todo ello puede atarlos al plano astral. Las entidades ** que se aferraron a ellos en vida, continúan sin soltarlos y hay que expulsarlas antes de que podamos alcanzar el alma. Para conseguir un trabajo efectivo en el plano astral se necesita el poder de expulsar demonio citado en la Biblia (Mt. 10). Hay que luchar ferozmente contra esas fuerzas. Se nos dan clases para aprender a salvar almas. Nos llena de gozo cada alma que logramos elevar aunque sea al nivel eterice más bajo. El otro día conocí a un hombre que había permanecido veinticuatro años en el plano astral por haber sido un alcohólico que se había suicidado después de tocar fondo tras abandonarle su familia. Lo triste era que había sido un hombre bueno y admirable, abogado con esposa y dos hijos, pero los había perdido por culpa de la desidia y del alcohol. Cuando se suicidó, ya había quebrantado un buen número de mandamientos y, en verdad, era un caso lamentable.
Lo cierto, sin embargo, es que básicamente se trata de un alma buena que en una sola vida hizo un karma tremendo que lo ató al plano astral. Se me permitió decirle cómo era él antes de que el alcohol tomara protagonismo en su vida. Le hablé de su verdadero destino y de la bondad de su ser. Liberarle fue un proceso muy lento ya que el plano astral alimenta la sensación de inutilidad y desaliento respecto a aquello por lo que se ha sido vulnerable. Gracias al amor y a la luz, a la acción protectora de la llama azul y a la llama violeta, nos es posible hacer que las almas se liberen. En primer lugar, hay que atenderlas con sabiduría y amor, y luego liberarlas con poder. Se trata ciertamente de un trabajo asombroso y de un privilegio. A pesar de ello, su sino es tan triste que prefiero orar para que viváis de manera que nunca corráis el peligro de acabar en el plano astral. ** Las entidades pueden ser demonios o espíritus desencarnados ligados a la Tierra.
19 El sendero espiritual La vía dolorosa. Mensaje navideño de 1997 Si tuviera que reencarnar sabiendo lo que ahora sé, elegiría el sendero de la vía dolorosa por encima de cualquier otro. Los placeres del mundo son engañosos y efímeros. Todo cuanto se
sufra por Dios es como poner dinero en nuestra cuenta bancaria espiritual. No hay que temer la vía dolorosa, el camino de la cruz. La Madre Teresa caminó por él y fijaos en la alegría y el resplandor que ella y sus monjas irradian! Sólo sacrificándose por Dios se nace a la vida eterna. Muchos de los niños a los que se ha aparecido la Virgen María han recibido la inspiración para sacrificarse por la salvación del mundo y no han vacilado en hacerlo, porque han comprendido la necesidad y el poder de semejante acto para el tesoro de la obra de Dios. Asimismo, debido a esa devoción y obediencia, su recompensa se ha centuplicado. Podéis iniciar este sendero examinando vuestra vida y buscando algo por lo que sacrificaros por Dios: quizá dedicando una parte del tiempo libre a orar o ayudar a algún enfermo, o a alguien emocionalmente débil; quizá ayunando o renunciando a algún alimento que os guste demasiado. La clave es adquirir un compromiso y cumplir con él. La vida de cada persona es única, de manera que el sacrificio de uno puede ser, en cambio, la rutina diaria de otro que no lo considerará como tal. No podéis compararos con los demás. Debéis ser sinceros con vosotros mismos y avanzar hacia Dios y hacia la unión con vuestro Santo Ser Crístico. Es posible que una persona que esté de verdad en este sendero sufra persecución, afecciones de salud o total y absoluta entrega por amor a Dios. Vuestra mensajera ha sufrido más de lo que la mayoría de vosotros jamás podréis imaginar. Tal es su compromiso con los maestros ascendidos y con la misión que se le ha encomendado. ¿Ha de merecer este sendero vuestro miedo? En verdad, constituye el sendero del amor, del gozo y de la pureza más profundos. Sólo si teméis a tales atributos, vacilaréis en embarcaros en este viaje: el que va al corazón de Cristo. Si
deseáis conocerlo y poseerlo, debéis empezar a caminar dando vuestros propios pasos de sacrificio. Cada uno de ellos casará con las gotas de misericordia y de compasión surgidas del corazón de Kuan Yin *. Si verdaderamente poseéis el amor de Cristo, sufriréis al ver la profanación de la luz en este planeta. La pureza y la inocencia de nuestra juventud sufren desafíos a cada paso. No se reverencia la santidad de la vida. El honor de Dios en el gobierno y en nuestro sistema de justicia se erosionan sin cesar. Por eso, la Madre María llora. Y cuando los hijos e hijas de Dios están despiertos pero dormidos, los santos sufren aun más. ¿Cómo dé grande es vuestro deseo de conocer a Dios a través de los dones del Espíritu Santo? Dichos dones tienen un precio que implica el sacrificio del yo humano por el yo crístico. Si Jesucristo se os apareciera y os pidiera una parte importante de vuestro tiempo y de vuestra energía y abundancia ¿os negaríais? ¿O le obedeceríais? La respuesta que deis tiene mucho que ver con vuestra fe y con la solidez de vuestro compromiso con el progreso espiritual, así como se relaciona con vuestra sintonía con la Palabra. Orad para que estéis disponibles a fin de responder al llamado de Dios dondequiera que ocurra y en el momento en que se produzca. Es posible que os preguntéis por qué quiero compartir esto con vosotros durante la Navidad. Precisamente porque ha sido en esta fecha cuando os he hablado de la vía dolorosa. Los miembros de la sagrada familia siguieron este sendero, cada ** Kwan Yin ascendió hace miles de años y se la conoce como la Diosa de la Misericordia y la Madre Divina oriental. Se la venera en China, Japón y otros países asiáticos. Véase Saint Germain: Alquimia 1. Fórmulas para la autotransformación. uno a su manera, empezando con Ana y Joaquín que se sacrificaron para ser dignos de alumbrar a María. A
continuación, María, siendo una mujer joven, se sacrificó en preparación para ser la madre de Jesús. Se le pidió el tiempo y el sacrificio de la maternidad humana a fin de honrar la misión de su hijo. José vivió una vida sacrificada dedicada a Dios antes de ser elegido el padre de Jesús. El mismo Jesús hizo un enorme sacrificio sólo por tener que encarnar y cumplir con la agotadora misión que le exigió a cada paso. Los que caminan y hablan con Dios deberían saber que éste es el verdadero relato de la Navidad: Cristo nace a costa de mucho amor y sacrificio. Convertirse en el Cristo Llega un punto en el sendero de cada discípulo en que debe escoger a quién servir: a Dios o a las riquezas. La prueba llega cuando el aspirante ha progresado y realizado numerosos cambios internos y externos, muchas novenas y ha purificado su vida. Sin embargo, lo cierto es que permanecen los vínculos, sutiles y evidentes, con el mundo de las riquezas. El momento crucial llega cuando la persona desea de verdad a Dios —al Espíritu Santo— por encima de todo lo demás. Muchos nunca alcanzan este último paso. Esto es lo que distingue a los santos de los nobles y decentes aspirantes. Esos años vitales exigen que al menos algunos de vosotros deseéis más que cualquier cosa la cristeidad y el sacrificio que conllevará. A diferencia de otras decisiones que se toman en la vida, de ésta nunca os arrepentiréis. Sin embargo, no es para los medrosos o cobardes. Cuando vuestros objetivos estén suficientemente claros y zarpéis hacia el reino de Dios, todo puede alcanzarse y cualquier sufrimiento, soportarse. Cuanto más dais a Dios, más recibís. Como todas las cosas del Espíritu, ésta es una fórmula perfecta.
Sólo vosotros podéis tomar la decisión final acerca del punto de la montaña hasta donde querréis ascender. Es algo entre vuestra alma y Dios. Orad por el deseo divino, la fortaleza y la claridad de propósito. Vuestras oraciones recibirán respuesta si son sinceras y surgen del corazón. Ideas del plano etérico que bajan El plano etérico está compuesto de varios niveles, al igual que de retiros especializados en campos concretos como la curación, la ciencia, el arte o el amor. Al final, las almas terminan en un retiro que representa la especialización de su servicio a lo largo de muchas vidas. El trabajo creativo en esas destacadas áreas de estudio continúa en los niveles etéricos. Por eso, a algunas personas les vienen las ideas mientras duermen, después de haber viajado a un retiro etérico. Otros las traen de su propia casa/tesoro, el Cuerpo Causal, edificada en el transcurso de tantas vidas. Hay muchas ideas esperando allí arriba que podrían transformar la Tierra, ya que el planeta aún no se halla preparado. En realidad, en muchos y peligrosos aspectos no está nada preparado. De ahí que no esté garantizada la aparición de una era dorada ya que depende en gran medida de los que están encarnados, no de los que están en el reino etérico. Desgraciadamente observo en la Tierra el mal uso de cada chakra y una gran corrupción, con frecuencia en puestos elevados. A diario los científicos abren nuevos horizontes y posibilidades a través de la investigación genética y en otras áreas. El hombre no está preparado para emitir juicios sobre todo cuanto se está trayendo. Algunos descubrimientos pueden llegar a ser vehículos excelentes de curación, pero otros pueden constituir la abominación erigida donde no debe **. Orad por
todo aquello de lo que os enteréis. La dirección y solución divinas están a disposición de todos, pero debéis hacer los llamados ***. ** Marcos 13:14 (Biblia de Jerusalén): «Pero cuando veáis la abominación de la desolación, erigida donde no debe (el que lea, que entienda), los que estén en Judea huyan a los montes». *** A los ángeles no se les permite interceder a favor de la humanidad a menos que se les pida. Acabamos de enterarnos de la muerte de la Madre Teresa. ¿Puedes decirnos algo al respecto? Sabemos que siempre la amaste y respetaste La Madre Teresa fue en todos los aspectos una santa. Recibió su llamado de los maestros, a niveles internos, y cumplió con él más allá de toda expectativa. Algunos escritores con poco discernimiento y un ego enorme han insinuado que la Madre Teresa debiera haber hecho cambiar la política relativa a los pobres, o que se había equivocado al recoger el dinero que obtuvo para sus misiones. A Dios no le complacen estos comentarios ya que proceden de gente con afán de erigirse en jueces sin poseer el manto adecuado ni haber lugar a ello. El llamado de cada persona es único. El de la Madre Teresa fue servir a los más pobres de entre los pobres. Y lo hizo con tan profundo amor y percepción de la dignidad de cada alma, que alargó el tiempo de este planeta. Veía al Cristo en cada persona. Su propia presencia motivaba a mejorar, a dar y servir más y fue una fuerza sanadora por sí misma. Su obra fue espiritualmente práctica pero también de una gran profundidad espiritual. No sólo decía lo que tenía que decir, sino que era un vivo ejemplo de lo que decía. Vivía las enseñanzas de Cristo.
Nunca buscó la fama que obtuvo. En realidad, más bien le causó angustia espiritual y dolor físico. La fama pertenecía a Cristo y no a ella. Así lo entendía, pero no del todo los que relataron su biografía. No obstante, la abundancia llegó a sus misiones. Así es como funciona la alquimia espiritual. Ella fue el recipiente de Dios. Como ella misma dijo en una ocasión: «Sólo soy un lápiz en la mano del Señor». Dios provee abundancia cuando la obra de un santo la necesita. Carecía de avaricia, odio, codicia y de otras debilidades terrenales. Su único deseo era salvar almas y servir a los pobres, y lo hizo magníficamente. A pesar de ser católica hasta la médula, la Madre Teresa honró las costumbres de todos aquéllos con los que estuvo en contacto. No condenó a nadie por su creencia espiritual y sirvió a todos los que encontró en su camino. Hay muchas lecciones que aprender de ello. Existe un motivo por el que el hogar de la Madre Teresa estaba en la India. Ella representaba la llama de la Madre y la India la honró como Madre. El cielo esperaba su llegada. Su vida fue motivo de celebración en el reino eterice. De hecho, las palabras «bien hecho» resonaron en todas nuestras salas y todos compartimos la alegría de cada uno de sus logros. Esta hija de Dios comprendió el gozo como pocos lo han conocido. Es importante señalar que su llamado no se produjo ni fácilmente ni de buen principio. Pocas veces es así. La Madre Teresa oró sin cesar y estudió e interiorizó el significado más profundo de las enseñanzas de Cristo. Fue guiada hacia su misión debido a la pureza de su propósito y a su dedicación a la voluntad de Dios. Sin embargo, su evolución hacia la santidad precisó de un sendero y un proceso. La pena más grande será que haya quien no advierta que este sendero está abierto a todos los que lo buscan con el fervor y el compromiso que ella personificó.
¿Cuál es el don del Espíritu Santo por el que primero hemos de orar? Probablemente, el don más importante que hay que pedir al Espíritu Santo es el discernimiento. Sin discernimiento, el buscador se hace vulnerable a que le hagan ir de acá para allá y a utilizar mal otros dones o no distinguir las verdaderas enseñanzas de las falsas. Con la ayuda del discernimiento se reconoce la vibración de la verdad y la de lo que no es verdad, del bien y del mal, de pureza y de impureza, de santidad y de los impostores de la santidad. Se puede tomar un libro en las manos y conocer el grado de verdad que contiene. Muchos buscadores que carecen de discernimiento se dejan arrastrar por libros o individuos que no son de la luz, o a lo sumo, de la vibración más alta. Debería ser una práctica diaria pedir este santo don. Yo mismo, en cierta medida carecí de él y por ello me sentí atraído por cierto tipo de anuncios y por determinados políticos, porque decían lo que yo deseaba oír. Sobre el corazón La complejidad de cada corriente de vida, compuesta por un conjunto de decisiones tomadas a lo largo de los siglos, es vasta. Constituye una pérdida de tiempo y una conducta espiritual equivocada ocupar el asiento de acusador de los hermanos. Incluso el que aparenta ser terco puede estar mucho más cerca de la cristeidad que aquél que se muestra educado y amable externamente. El corazón se halla en el centro de todas las cosas y sólo Dios discierne en nuestros corazones. Si raras veces lográis experimentar el fuego en vuestro corazón, os recomiendo encarecidamente las «Meditaciones
para el corazón, de Saint Germain»4. Debéis desembarazaros de lo que lo bloquea. La gente suele confundir la eficacia humana —un sólido intelecto y la capacidad de seguir las reglas — con un buen discipulado. Pero ser discípulo sin ponerle corazón engendra una mentalidad mecánica en lugar de verdadero discipulado. Es como un invierno en Montana sin rastro de calor. Los corazones pueden bloquearse por innumerables razones. No os condenéis ni supongáis lo peor si no sentís la llama del corazón. Reconoced, en cambio, que hay que hacer algo. Hay quien cierra su corazón debido a traumas o sucesos dolorosos que no puede manejar. Otros se vuelven avaros o sus egos se vuelven egocéntricos, olvidando las dificultades de los demás. Somos los guardianes de nuestros hermanos, y llevamos cada uno las cargas del otro. Vuestra misma presencia debería ser un refugio para los que buscan el amor de Dios y esto no puede ocurrir sin atender al corazón. Como muestra de una buena visualización pensad en la llama violeta transmutando toda vuestra insensibilidad y todo cuanto bloquea el equilibrio del corazón. Sobre el desaliento No hay una fuerza más sutil que el desaliento. Lo digo porque poca gente lo considera peligroso en las esferas espiritual o emocional. Y, sin embargo, esta energía la utilizan las fuerzas del mal para hacer dudar a la gente de su Dios y para que abandonen su verdadero propósito. El sendero de unión con el Espíritu Santo no es un paseo por el parque. Requiere la voluntad de entrar en el fuego purificador que se intensifica a medida que se llega a mayores alturas en el sendero. Por su propia naturaleza, este fuego trae el desafío a vuestro umbral y halla formas para ayudaros a percibir vuestra
dependencia de Dios y de la Presencia YO SOY. Cuando os halláis bajo el auxilio del consuelo humano y físico, no es probable que ello ocurra. Todos necesitamos un estímulo. Si incluso Jesús experimentó momentos de abandono, cuan mayor será nuestra necesidad de sentirnos solos y sin objetivo. Este período siempre resulta más corto para aquella alma que reconoce la presencia y el amor de Dios y acepta con benevolencia el desafío que ha de afrontar. Es cuando permitimos que el desaliento prevalezca, que el alma pierde impulso y prolonga la prueba y la agonía.
**** Disponible en cásete en inglés (Summit University Press, PO Box 5000, Corwin Springs, MT 59030-5000 o llamar al n° de teléfono 1-800-245-5445 dentro de los EE.UU.). El desaliento es la antítesis de una conciencia abundante. Bloquea la gratitud y la alquimia. La gente desalentada suele estar tan ciega a lo que tiene y a lo que ha recibido debido a su obcecación por lo que desea, ya sea un suceso, una persona o un determinado estado, que no es capaz de ver todo cuanto ya se le ha dado. Sobre la responsabilidad Debo hablaros de la responsabilidad. Es propio de la condición humana y del yo inferior querer olvidar lo que el alma sabe en lo más profundo, en lo más recóndito de su corazón. Es el modus
operandi del morador que, junto con las tentaciones de Satanás, trata de arrancarnos de nuestros amarres o raíces espirituales y arrastrarnos hacia las seducciones sutiles o no tan sutiles de este mundo. Al mirar desde el otro lado, veo numerosas almas sinceras atrapadas en un constante vaivén que las hace oscilar entre el propósito divino y el deseo humano. Cuanto más logro espiritual tiene el alma, menos obvias son las tentaciones que la apartan de la voluntad de Dios. Aunque, con todo, siguen estando ahí. Mientras quede al descubierto una mínima parte de su talón de Aquiles, el alma sigue siendo vulnerable. Por ello, los maestros recomiendan a sus estudiantes que sean sabios en lo que a su propia psicología se refiere y sinceros en sus deseos. Sólo enfrentándonos con nuestros hábitos negativos podremos liberarnos. Hablo por experiencia. Muchos aspectos de mi conciencia me hicieron vulnerable y no siempre estuve lo suficientemente atento o fui lo bastante sabio como para detectar aquellas partes de mí mismo. Muchas veces, hay personas dispuestas a traer a nuestro umbral las circunstancias a las que somos vulnerables. La prueba consiste en reconocer a la serpiente al margen del disfraz que lleve, y desafiar a la tentación. Sabemos por la Biblia que algunas de las mayores pruebas pueden venir de «los que convivan con nosotros» (Mt. 10:36). Ello puede referirse tanto a los miembros de nuestra propia comunidad, a nosotros mismos o a aquéllos con los que vivimos o estamos relacionados. Esto no quiere decir que no sean almas con un buen corazón o firmes portadores de luz. Simplemente significa que las fuerzas del mal son astutas y nos retarán donde menos lo esperemos, usando cuanto esté a su alcance a la mínima oportunidad que se les presente. ¿En qué momento entra en juego la responsabilidad?, preguntaréis. No somos juguetes de un destino predeterminado.
Disponemos de oportunidad y de libre albedrío. Son dones y obligaciones tanto lo que se nos ha enseñado espiritualmente en lo exterior como en lo interior, a nivel del alma. Con el conocimiento y la sabiduría viene la responsabilidad. Lo que he observado y se me ha mostrado es la tendencia humana a repetir errores similares ciclo tras ciclo. Los profetas tienen una tarea muy poco envidiable. Si no es porque repiten las cosas a diario, la gente tiende a olvidarlo o a decidir que ya no es de utilidad; desean únicamente pasarlo bien y estar cómodos. Se tornan unos expertos en justificarse a sí mismos. Negocian con Dios cuando deberían prestar atención a Sus palabras henchidos de gratitud. Muchos adultos se comportan igual que niños cuando dicen cosas como: «Los padres de Susie le permiten hacer esto y los de Nora también. ¿Por qué yo no puedo?» Asimismo, los adultos se exclaman a sí mismos: «Harry se mudó, luego interrumpió sus ejercicios espirituales y le va mejor que a mí. ¿Por qué no hago yo lo mismo?» O: «He sacrificado mi situación financiera y personal para seguir este sendero, en cambio mi primo Bob jamás ha sacrificado nada y, sin embargo, tiene mucho más que yo después de todos estos años y es un hombre feliz con una familia estupenda». Jamás podemos juzgar el sendero o logro de otra persona. Debemos seguir por el nuestro en constante búsqueda de la comunión con el propósito de Dios para nuestra vida. Somos responsables de lo que se nos ha mostrado y de lo que hemos aprendido en el ámbito espiritual. El objetivo que persiguen las enseñanzas de los emisarios de Dios es elevarnos hasta nuestro Yo Superior, no apaciguar nuestros egos inferiores o satisfacer nuestros deseos y antojos humanos. Sí, existen la misericordia y el perdón, pero es mucho mejor escuchar lo que se conoce y obedecer, que tener que aprenderlo todo a las malas, a fuerza de pruebas y errores.
Cuanto más precarios son los momentos, como los que estamos experimentando ahora, más importante es atender a lo que sabemos en lugar de comportarnos como niños que quieren tomar el sol y divertirse, cuando el destino nos llama a otros lugares. La responsabilidad es un concepto fundamental del cual se nos habla en los reinos etéricos. De una forma u otra hay que equilibrar cada jota y cada tilde. Cuando la gente se niega a aprender esta lección hace cosas que más tarde lamenta, y el arrepentimiento es uno de los peores castigos que podemos imponernos a nosotros mismos. Implica que sufrimos por una oportunidad perdida, por algo que podíamos haber hecho pero decidimos no hacer. Sinceramente, quisiera ahorrároslo. El fuego del corazón La gente suele pedir a Dios que las cosas sucedan de acuerdo con sus deseos. Sin embargo, lo que determina los acontecimientos es la proporción del esfuerzo hacia el progreso espiritual y la expansión del corazón. Pueden conseguir más los que se esfuerzan por llegar a algo que los estudiantes que se interesan superficialmente o lo toman y lo dejan una y otra vez. El compromiso con el propósito sagrado vale mucho en el cielo, al igual que el compromiso y la seriedad valen en la Tierra. ¿Qué calidad tiene la leña —o las obras— que colocáis en la hoguera de vuestro corazón? ¿Con cuánta frecuencia la alimentáis? ¿Sirve para calentar vuestro templo, o crece y disminuye a medida que vuestra atención se dispersa en todas direcciones? ¿Qué hace falta para que consideréis la acumulación del fuego en vuestro corazón como parte de vuestra labor divina?
Acostumbrarse a la presencia de Dios y alimentar el fuego de vuestro corazón son de la máxima importancia para vuestro progreso. Ojalá persigáis ambas metas con alegría y gratitud. El eslabón perdido Me gustaría hablaros del eslabón perdido. A medida que he ido observando y examinando a los estudiantes que están en el sendero, he visto que a muchos les parece que les falta una pieza del rompecabezas cuando se trata de aprender cómo equilibrar el tener que ganarse la vida, con la familia y el deseo de progresar espiritualmente. En realidad este componente que falta consiste en un auténtico deseo, por encima de todo, de convertirse en el Cristo. Si realmente perseguís la meta final, los maestros han dado numerosas enseñanzas para conseguirlo. La verdad brilla en cada auténtico sendero que conduce a Dios. Cuando el estudiante se halla preparado y el deseo de convertirse en Cristo no está lejos, ni es intenso durante una hora y relajado a la siguiente, cada cosa va a colocarse en su lugar. Cuando yo estaba encarnado, no era ésta mi meta final. De cierto deseaba servir a Dios y al prójimo en Su nombre; quería ser una «buena persona».Todos ellos eran deseos legítimos que me ayudaron a progresar, pero, sin embargo, no era suficiente ya que buena parte de lo que deseaba sólo podía alcanzarse mediante la unidad con el Yo Crístico. Sí, el camino parece exigirnos mucho. Pero, en realidad, nos toca soportar mucho más si lo que hacemos es aplazar la libertad y claridad que trae implícito el sendero de la cristeidad. Mucha gente aplaza su propio progreso al dedicarse a discutir sobre la capacidad de los demás de tomar decisiones correctas, o se molestan o se sienten heridos por la manera en que algún compañero del sendero los ha tratado. No hay nadie —ni un
santo— que no haya experimentado momentos difíciles con sus compañeros, maestros espirituales o familia. Esto constituye parte del paquete de que se compone un auténtico sendero espiritual. Sería mucho mejor centrarse en cómo podemos servir a los demás, crecer en compasión y misericordia hacia la vida y en caminar imitando al Cristo. Las personas están mejor preparadas para elevarse espiritualmente si mantenemos hacia ellas el concepto inmaculado, en lugar de someter a escrutinio, análisis o debate cada rasgo de la personalidad que poseen. Muchos de vosotros ya os halláis cerca de desear verdaderamente la cristeidad. Intentad descubrir lo que os impide alcanzar el deseo total y si estáis en paz con ese impedimento o si, por el contrario, vais a ir directos en su búsqueda. En estos momentos algunos de vosotros deseáis más encontrar una pareja para casaros, obtener un título universitario, alcanzar seguridad económica o tener una casa, antes que avanzar espiritualmente. Todos ellos son deseos legítimos pero es posible alcanzarlos sin dejar la cristeidad en segundo o tercer lugar. Es una cuestión de darma. Hay varias cosas que cada alma ha de realizar antes de cumplir con el llamado del darma. En lo más profundo de vuestro corazón sabéis perfectamente si Dios ocupa el primer o segundo lugar en vuestra lista de objetivos. Cuando uno permite que lo más elevado gobierne su vida por completo, todo lo demás encaja. Comprender al Instructor o Gurú La historia de la rebelión de los portadores de luz llena más volúmenes de lo que podamos imaginar. Es todo un desafío comprender al Instructor viviente, en especial para las mentes occidentales. Este Instructor puede que cometa errores graves,
pero lo que importa es que goza del manto, del patrocinio de Dios. Mientras la vibración de la enseñanza sea pura, Dios está con el profeta. Puede ocurrir que el Gurú acepte un consejo equivocado. El Instructor puede permitir que haya personas que sin ser la mejor opción, ocupen cargos directivos y aparentemente detenten el poder. El Gurú puede hacer karma. Vuestra Instructora jamás ha proclamado lo contrario. Nunca se ha apartado de los demás, sólo proclama el manto de mensajera porque es portadora de él. La gente tiende a proyectar en el Gurú toda su psicología no resuelta. Los portadores de luz han dudado con frecuencia de su Instructor, en especial cuando el mensaje ha sido duro, o cuando, a pesar del transcurso de los años, las exigencias prosiguen. Parece que nos resistimos al amor disciplinado que el sendero comporta. Occidente no comprende el concepto del sendero. En las religiones orientales, en cambio, se entiende la importancia del Instructor y de la Enseñanza como postes indicadores de la vía hacia Dios y hacia la verdadera identidad de cada cual. El rosario de la Madre María crea un cáliz gigantesco de luz El rosario ha perdido popularidad. Se ha comprendido poco fuera de la Iglesia católica y de la Iglesia Universal y Triunfante. Fue creado como vehículo de intercesión para todos los portadores de luz cristianos y para cualquiera que comprendiese su poder y propósito. El rosario, rezado con regularidad y pureza de corazón, ayuda a encender la llama interna. Cada rosario ofrecido con el fervor de un suplicante sincero se suma al cáliz gigantesco de luz específicamente creado por dicha oración. No sólo beneficia a quien lo reza, sino que también ayuda a mantener un equilibrio importante a favor del planeta.
En el transcurso de los siglos, se han ido concediendo dispensaciones que han ofrecido a los portadores de luz los medios para multiplicar y aumentar sus plegarias. El rosario es una dispensación de gran importancia. No se ha creado para someterse a los dictados de las modas, ni para que las generaciones más recientes lo consideren «anticuado». Es un don concedido a los portadores de luz —un método para acelerar la luz en su vida— y al planeta. No se trata de una vana repetición, sino más bien de una meditación sobre la vida de Cristo y una plegaria surgida del corazón. Sigue siendo una de las mejores formas de oración para la curación de un ser querido. Asimismo, es de gran importancia la oración de consagración rezada en vuestra iglesia después del rosario *****. Permite un intercambio entre el país o la persona consagrada y el poder del Corazón Inmaculado de María, y ayuda a cumplir con la petición que la Virgen María hizo en Fátima para la consagración de Rusia a ella. En varios de mis escritos he dado testimonio de los efectos del rosario. Acababa de terminar una novena de rosarios antes de mi muerte. La acabé en el hospital a pesar de lo débil que me sentía porque había dado mi palabra. En mi transición, no sólo mi promesa, sino las mismas oraciones recibieron honra. Desdeñar el rosario es ignorar a la Madre María y a su ardiente corazón que anhela salvar a cada uno de nosotros. Al rezarlo procurad, no sólo uniros con su Inmaculado Corazón, sino incrementar el fuego en el vuestro. Os garantizo que ello cambiará vuestra vida. Después de este mensaje, se nos pidió que inmediatamente rezáramos el rosario y que colocáramos cerca del lugar donde orábamos una imagen de la Virgen María mostrando su Corazón Inmaculado. Burlara los ángeles caídos
Al principio, os hablaba más de mí que ahora. Sé que esto constituirá mi dispensación final. Por otra parte, siento que debo ayudar con urgencia a la gente a reconocer las señales de los tiempos que estamos viviendo y no me han instruido en lo que debo decir, si bien, en ciertos aspectos, estoy limitado en lo que puedo compartir. He manifestado muchos otros defectos en mis encarnaciones que podía haber compartido. Asimismo, he sido testigo de muy hermosos y asombrosos acontecimientos aquí arriba. Sin embargo, creo que mi mayor oportunidad es recomendaros que advirtáis lo que ya tenéis, hacia dónde se dirige el planeta sin intervención y cómo vosotros podéis marcar una notable diferencia. Advierto que muchos se sorprenden por el advenimiento en su camino de ciertas situaciones difíciles aun cuando hubieron cumplido de forma diligente con los decretos y oraciones en el día concreto en que encontraron resistencia u oposición. Ello puede ocurrir por varios motivos. En primer lugar, debéis ser lo más explícitos que os sea posible en vuestros llamados. Si trabajáis en un nuevo proyecto o aspiráis a un determinado empleo, hay que proteger todos sus aspectos. Los decretos y las oraciones no deberían ser generales ni vagos sino tan precisos como podáis. En segundo lugar, lo que a. veces parece oposición, puede en realidad ser un acto de misericordia. En cuestión de karma, puede estarse debiendo algo mucho peor. Al final, los caídos se oponen a todos los acontecimientos importantes. La luz prevalecerá siempre, pero suele ser necesario librar la batalla. Los caídos no descansan ni un solo día, y nunca pierden la esperanza de derrotar a la luz mediante el desaliento, la confusión, la tentación, la sensación de ser indigno o no merecedor, la falta de capacidad de perdonar, la ira y el chismorreo. Les encanta atrapar a la gente en su propio
karma ya que saben que, sin tales manipulaciones más o menos sutiles, la Luz siempre vencerá. La solución es burlarlos a través de la fe, la esperanza, la pureza, el amor, el honor, la obediencia, el perdón y el resto de cualidades divinas. Los que albergan la fe de un niño, con una inequívoca confianza en que Dios lo solucionará todo, siempre han perseverado y prevalecido. Examinad vuestras áreas vulnerables y trabajad para superarlas. Sed diligentes en vuestros llamados diarios para proteger todos los aspectos de vuestras idas y venidas y las de vuestros seres amados. La luz penetrante constituye la clave alquímica.
***** Puedes recitar la siguiente consagración al Inmaculado Corazón de María después de rezar el rosario: «En el nombre de mi Poderosa Presencia Yo Soy y por la autoridad del Vicario del Cristo, yo consagro [citar nombre del país o de la persona] al Inmaculado Corazón de María». El verdadero espíritu deservicio Deseo hablaros acerca del servicio al Señor. Muchos fingen servir por obligación o para parecer buenas personas a los ojos de los hombres. Éste no es un verdadero servicio. El verdadero es una forma de ser, tener el convencimiento de haber nacido para servir. Forma parte de vuestra naturaleza y lo necesitáis como alimento de vuestra alma y para el latido de vuestro corazón. El verdadero servicio es una alegría. Pedimos tanto a Dios y, sin embargo, dependemos de Él para obtener Su gracia y misericordia. Dios sólo nos pide el servicio auténtico nacido de
nuestros corazones. Cuando servís de corazón, los demás lo perciben y se os acercan y conectan con vosotros impulsados por la pureza de vuestro afán. En algunos, el espíritu de servicio es connatural, pero en la mayoría hay que despertarlo o desarrollarlo. Es necesario poner al alcance de los niños oportunidades significativas para servir a la sociedad, a la iglesia y en casa, así como para que lleguen al corazón de otros integrantes de la comunidad mundial. El servicio engendra significado, autoestima, responsabilidad y honor en los jóvenes a medida que están formando su identidad en esta vida. Con frecuencia, necesitamos servir a los demás más de lo que ellos nos necesitan a nosotros. Deberíamos dar gracias a Dios por cada oportunidad que tenemos de servir. Hoy es el día de acción de gracias, un día de gratitud rendida a Dios por la oportunidad de vivir y por la belleza que nos toca reclamar. Jesús vivió una vida de servicio. Estudiadla para comprender la llama del servicio. Cuando realicéis la transición, os sentiréis agradecidos hasta lo indecible por cada auténtico acto de servicio que hayáis realizado. Es cierto que en el plano etérico uno se encuentra con almas a las que ha servido, algunas veces hace muchas vidas, que paran para darte las gracias porque son conscientes de la importancia de tu servicio para su progreso espiritual. E l peor freno al servicio es el ensimismamiento. Hay gente que cree que su dolor es demasiado profundo o sus problemas demasiado grandes para prestar atención a las necesidades de los demás. Vigilad que estos estados de conciencia no os dominen. El mínimo acto de amor hacia cualquiera puede contribuir a vuestra propia curación o a vuestra capacidad de resistir. Hay quien se halla demasiado absorto en su trabajo o en amasar dinero para prestar atención a los que le rodean. Ninguna vida está completa sin servicio y ninguna circunstancia
es excusa para que una persona deje de pensar en el bienestar de los demás. Hay quien por nombramiento propio toma el cetro de acusador para erigirse en crítico de algunos de los mejores servidores de Dios. Cada vez que condenáis a otro, os condenáis a vosotros en cierta medida. Examinad el servicio que habéis prestado esta última semana. ¿Qué lo motivó? ¿A quién servís? Interiorizar la Palabra Destacaría de mis más recientes observaciones el hecho de que pocas personas comprenden la interiorización de la Palabra. Para lograrlo hay que convertirse en ella. Las enseñanzas de los maestros ascendidos no pueden separarse de vuestro ser, no son como un libro que se coloca en una estantería y se consulta de vez en cuando, sino que son vivas, son luz, son la puerta abierta a vuestro sendero espiritual y a vuestra superación. ¿Sois capaces de imaginar la paciencia de las huestes ascendidas cuando advierten cómo algunos no acertamos a comprender, vida tras vida, lo que significa interiorizar las verdades más importantes? ¿Imagináis la paciencia que tienen cuando no hacen más que observar hábitos de chismorreo, crítica, indignidad, miedo y orgullo repetidos siglo tras siglo? Sería interesante examinar el motivo que nos hace aferrar-nos a determinados patrones tales como la crítica durante varias vidas. ¿A qué fin sirve? ¿Qué nos permite alcanzar? ¿Quién tiene el control cuando chismorreamos o criticamos? Aun cuando la mensajera o los maestros ascendidos nos han dado enseñanzas acerca de ello, muchos no perciben su propia culpabilidad. El karma es cegador, pero ello no implica que hayamos de permanecer en dicho estado. Los Maestros han hablado mucho del orgullo, que puede ser patente y mostrarse de forma evidente, aunque la mayor parte
de las veces es sutil pero mortífero. Recordad que ellos han afirmado que es el orgullo lo que nos hace sentirnos indignos del perdón divino. Es el orgullo lo que hace pensar que hemos de hacerlo todo nosotros mismos sin aceptar la ayuda de nadie. Yo tenía fama por pensar que había de encargarme de levantar la caja más pesada o el objeto más voluminoso cualquiera que fuera el trabajo manual de que se tratase. Sólo quería ayudar, o así lo creía. Pero, en realidad, nunca tuve en cuenta la necesidad de alguna otra persona de ayudar o la realidad de mi propia resistencia física. Me sentía orgulloso de mi capacidad de igualar a cualquiera que tuviera la mitad de años que yo. Ni lo percibía ni lo admitía. Ahora sí. La autojustificación tiene sus raíces en el orgullo, al que hay que considerar como uno de los hábitos negativos más peligrosos. En la peor de sus facetas, puede utilizarse para justificar los actos más viles. Sólo la voluntad de Dios es justificable. Buscadla
20 Enseñanzas sobre el sendero La Madre Maria La Madre María, nuestra infatigable Madre, trabaja día y noche para despertar a sus hijos y sigue creyendo en ellos incluso cuando otros habrían abandonado toda esperanza. La Virgen María desempeña numerosos papeles. Es intercesora y mediadora. Es sanadora, consejera y portadora de milagros. Sus mensajes aportan esperanza, guía, castigo y aviso. Aunque parezcan simples, si les prestáramos atención transformaríamos el mundo y ahorraríamos mucho dolor. En sus
apariciones siempre ha repetido ciertas peticiones. Nos pide que busquemos la paz en nuestros corazones, la cual se consigue a través del perdón a los demás y a nosotros mismos. El sendero hacia la paz se logra a través del amor divino. Los ejercicios espirituales que recomienda son la oración, el rezo del rosario y el ayuno regular. Nos pide el sacrificio de hoy en aras de un futuro mejor. Castiga la avaricia, la falta de honradez y la supremacía del materialismo con respecto a Dios, así como todas las formas de egoísmo y egolatría. Se llama a sí misma «Madre de todas las naciones» y no quiere quedar relegada únicamente a los católicos, ya que sirve en la llama de la Madre a todos los que buscan su consuelo y amor. ¿Qué ha evitado que sus mensajes fueran recibidos por una comunidad cristiana más amplia? ¿No puede el pueblo de Dios superar su apego a falsas doctrinas y reconocer a un emisario de Dios y de su hijo Jesucristo? Ya es hora de comprender a la Madre María en el sentido más amplio de su papel, que no se limita a la típica representación navideña en la iglesia local. Lo que he aprendido después de mi transición es la importancia de la Madre María como pilar de luz y fortaleza después de la ascensión de Jesús. En numerosos aspectos, es la Madre de nuestra dispensación cristiana. Aunque fue devota, modesta y humilde, su papel y el impacto que causó fueron extraordinarios. Jesús le hizo muchas confidencias y después de su ascensión ella pudo comprender en profundidad la misión que él había llevado a cabo y el trabajo que hacía falta para asegurar el establecimiento de la era de Piscis. Como sabemos por la Biblia, la Madre María guardaba muchas verdades en su corazón (Le. 2:19), lo cual significa que oyó las enseñanzas internas de Dios y Sus ángeles y las siguió. Por lo general, ha escogido a los humildes y a los menos afortunados (en el sentido mundano) para que recibieran sus mensajes. Sabe que el orgullo de los arrogantes y el
materialismo de los ricos impiden la obediencia y la pureza y constituyen un modo de consentir ante la humanidad una cierta apariencia de ridiculez si se sigue a Dios. Como ya os he contado, la Madre María me dio la bienvenida en el momento de mi transición de la Tierra al reino etérico. Para mí, aquella experiencia fue como estar en presencia de la esencia del amor divino, la belleza y la sanación. ¡Imaginad cuando le ocurre a alguien que aún ha de permanecer encarnado! Crea una huella indeleble, mucho más poderosa que cualquier cosa que la persona haya experimentado nunca. Es tangible y accesible como palabras de fuego vivo. Por eso, los que reciben sus mensajes son capaces de retenerlos y todos los que asisten a una misma aparición describen siempre la misma escena y los mismos detalles. La Madre María ha sanado a un número incontable de personas, ha estado a la sombra de muchos más proyectos de mérito y ha estado presente en más grupos que rezan el rosario de lo que se pueda llegar a imaginar. Cuando la llama gemela ha ascendido Las llamas gemelas ascendidas no pueden interferirse en el libre albedrío de sus complementos que todavía están encarnados. Pueden hacer llamados y mantener un cierto equilibrio, pero no proteger a ningún encarnado del retorno del karma. Cada ser ascendido alberga en su corazón el deseo de la victoria de los portadores de luz. Cada llama gemela anhela el retorno y la victoria de su complemento divino, pero no en un sentido humano. El ser encarnado puede que experimente una profunda sensación de soledad, de que hay algo que no puede hallar en la Tierra. Y, sin embargo, puede estar felizmente casado y seguir sintiendo que le falta algo intangible. La solución es convertirse
en el Cristo, cumplir con el darma. Cada acto de bondad y de amor dedicado a los demás también sirve a la llama gemela. Es legítimo hacerle llamados, y si se sabe que ya ha ascendido, puede pedírsele de forma habitual su asistencia desde el lugar donde esté en el reino etérico. Parece que todo el mundo que está encarnado busca una llama gemela. Es importante recordar que hay muchas llamas gemelas ascendidas esperando que sus complementos divinos se unan a ellas. El mejor favor que podéis ofrecer a una llama gemela es vuestra disposición a enfrentaros y vencer al yo humano. Es este yo sintético el que os ha apartado o reunido, sólo para volveros a separar. Hay quienes sacrifican el sendero mientras creen que buscan a su llama gemela. Es mucho más probable que, si por encima de todo hacéis que prevalezca el sendero, la llama gemela os encuentre o se os aparezca. También hay almas maravillosas con las que algunos de vosotros tenéis determinadas misiones o un excelente karma. Es posible que el alma hacia la cual os sintáis atraídos no sea vuestra llama gemela, pero podéis amarla y honrarla como si lo fuera. Personalmente, no puedo mostrar mayor amor a mi llama gemela que a realizar la misión que se me ha encargado. El saberlo me impulsa a avanzar con la mayor rapidez. De todos modos, es lo que tengo que hacer independientemente de que mi llama gemela avance o se retrase en el sendero. Si vuestra llama gemela ha ascendido, nunca estáis solos. Aunque en lo humano estéis separados, espiritualmente estáis conectados. Procurad conocer la conexión espiritual y la soledad desaparecerá. Le hicimos la siguiente pregunta acerca de Patricia Johnson, un miembro de nuestra comunidad amada por todos los que la conocían. Como ministro, había oficiado muchas bodas y
siempre estaba aconsejando y ayudando a la gente. Al llegar a los sesenta enfermó gravemente y, durante algunos años, libró una valiente batalla contra la muerte. La mayoría de la gente nunca conoció los instantes de intenso sufrimiento que padeció. El día en el que finalmente abandonó su cuerpo supimos que algo especial había ocurrido. Todo el cielo sobre el valle se tornó de un glorioso color rosa dorado. Poco después, la mensajera anunciaba que Patricia haría la ascensión y que deseaba que todos participáramos en la ceremonia que tendría lugar un mes más tarde. ¿Hay algo que te gustaría decirnos acerca de la ascensión de Patricia Johnson? La vida de Patricia Johnson contiene lecciones para todos. La gente debería estudiar las vidas de los que ascienden. Patricia era muy accesible. En muchos aspectos vivía según la oración de san Francisco. Prefería consolar antes que buscar consuelo. Más que perseguir lo que pudiera obtener para sí misma, procuraba dar a los demás. Fue una buena madre y compartió la llama de la Madre con todos los que conoció. Era una mujer muy práctica. Había muy poco de irreal en ella. Profesaba una profunda reverencia por la voluntad de Dios y procuraba honrarla en todo cuanto hacía. Comprendía el papel de la obediencia espiritual y se preocupaba si algo se desviaba con respecto a su comprensión de la ley. Quizá lo más importante era su entendimiento de que, cuando el amor falta, no sirve de nada enojarse ni juzgar a nadie, más bien la clave definitiva para llenar el vacío consiste en alimentar el amor ausente. La mejor manera de aprender del amor es experimentar el verdadero amor que procede del corazón de otro. Castigar o acusar a otro por no amar nunca obrará la
transformación que el amor por sí mismo es capaz de proporcionar. Los que hablaron en el funeral de Patricia apenas fueron una pequeña representación de la multitud de que ella se ocupó de uno u otro modo, que, en cualquier caso, resultó duradero y espiritualmente transformador. Sus acciones dejaron una huella importante en la mayoría de la gente que la conoció, huella que perdurará en ellos y les inspirará hasta que les llegue el momento de la transición. Patricia también era muy organizada. Es ésta una cualidad divina. La organización permite que todo fluya sin interrupciones ni retrasos. Un organizador con orientación divina está abierto a cualquier sugerencia encaminada al cambio o a la creatividad. La organización proporciona un marco donde el progreso acontece más fácilmente que en un ambiente de caos constante. Creedme, en los retiros etéricos existe un orden basado en la verdad y el conocimiento puro, que permite la trascendencia y es flexible, pero también preciso. Asimismo Patricia amaba la limpieza y era pulcra por excelencia; cosa nada extraña, por otro lado, en alguien que pertenece al rayo de la pureza. Lo que es tolerable a los ojos de los demás, no es aceptable para quienes conocen la verdadera vibración de la pureza, puesto que se dedican a recrearla y establecerla dondequiera que vayan. Aunque sufrió enormemente en el aspecto humano, lo sobrellevó con nobleza. Pocos conocieron la intensidad de su sufrimiento porque lo padecía en silencio. Patricia es uno de los que han triunfado. Su vida nos aporta numerosas claves para guiar a todo aquél que recorre el sendero de los maestros ascendidos en la Tierra. Ahora que ya ha salido victoriosa, ha vuelto a su hogar y a su llama gemela. Si hoy tuvierais que despediros de la Tierra, ¿qué dirían los demás de vosotros? ¿Qué ejemplo les dejaríais? Es el día a día
y el vencimiento de los obstáculos que se interponen en el camino lo que condiciona en gran parte la vida. Apreciad las horas que se os conceden y evaluad el uso que hacéis de ellas. Yo viví hasta los ochenta. En muchos aspectos me pareció que mi vida transcurría en un abrir y cerrar de ojos. Los años pasan rápido y las oportunidades se producen a diario. No permitáis que vuestra psicología impida realizar los progresos que os corresponde llevar a cabo. Las decisiones correctas son motivo de celebración en el cielo, son luz; las equivocadas son como un equipaje, una carga que se puede transmutar. Tomad decisiones que cuenten como luz. El día de la ascensión de Patricia, varios miembros de nuestra Iglesia acudimos al servicio en el que cantamos, oramos y decretamos en pro de la victoria de su alma. La mensajera describió el servicio que estaba teniendo lugar en el templo etérico de la ascensión, situado sobre el hermoso y antiguo templo en ruinas de Luxor, en Egipto. Sentimos como si realmente estuviéramos allí. Más tarde, preguntamos a mi esposo si también había asistido a la ceremonia. Acerca de la ceremonia de la ascensión La ceremonia de la ascensión de Patricia Johnson ha sido magnífica, regia, etérica y victoriosa incluso aquí. Toda la celebración durará el equivalente de varios días, y comparto esta experiencia con vosotros desde aquí mismo, en Luxor. Muchos de nosotros —seres ascendidos y no ascendidos— venimos de otros retiros. Todos vestimos de blanco. Los que no estamos ascendidos, llevamos unas tiras de tela del color del rayo de nuestros retiros que penden de detrás del cuello y bajan por cada uno de los lados. Las que llevo yo, evidentemente, son de color violeta.
La ceremonia de Patricia, de carácter más público que la mayoría, ha sido un regalo que ella os ha concedido con la esperanza de que la ascensión resulte más alcanzable y deseable para los que se hallan en el sendero. Aquéllos de vosotros que conocisteis a Patricia quizá no la reconoceríais ahora. Es más alta y lleva el pelo rojizo largo y suelto. Su aspecto es radiante. Resulta difícil describir el tono de la ceremonia. Somos uno en concentración por la aceleración final y la ascensión de esta alma. El retiro de Luxor no alcanza a ser perturbado por ningún pensamiento de curiosidad, envidia, chismorreo, ni ninguna vibración negativa. Es absolutamente puro. La música acelera la conciencia de todos los que estamos aquí. Siento que, de alguna manera, esta ceremonia me ha transformado, y sé que muchos de los que habéis participado en ella también os habéis sentido elevados de forma considerable. Conclusión La naturaleza de la octava etérica Recordad que Dios creó al hombre a Su imagen y que esperaba que éste creara un cielo en la Tierra. Fue así durante bastante tiempo. Los relatos de Lemuria y de la Atlántida se refieren a ese período. Sin embargo, cuando el hombre «cayó», las cosas cambiaron y la vida en la Tierra se tornó ardua y densa. El reino etérico está formado por ciudades celestiales que no sufren de limitaciones de tiempo ni de espacio como ocurre en la Tierra. Dios es trascendente y todo lo que ha creado también, incluidos el reino angélico y las almas que evolucionan.
Los que residimos en el reino etérico tenemos que llevar a cabo ciertas tareas, con frecuencia a favor del planeta Tierra o de otros sistemas donde hay vida. Asistimos a clases y tenemos lecciones que aprender. Disponemos de música, bibliotecas, salas de reuniones, lugares de oración y otras cosas. El reino etérico bulle de actividad, toda con un fin sagrado y en honor de la luz y de nuestros creadores. Es un entorno amoroso bendecido por la armonía, la sabiduría y el poder de Dios. Los que no hemos ascendido pero tenemos la oportunidad de conseguirlo a partir de este nivel, tenemos una rutina fijada y unos objetivos claros en función de lo que hemos de realizar con el fin de ascender. Vivimos en una parte específica del retiro de Saint Germain. No se nos muestra todo cuanto allí acontece, pero lo que he visto os llenaría de asombro, o no, si de verdad tuvierais en cuenta la milagrosa naturaleza de Dios. Como ya os he contado, hay varios niveles en el plano etérico. Los que se hallan en los más bajos son principalmente el tipo de almas que con toda seguridad reencarnarán. El trabajo que realizan y el tipo de retiro son algo diferentes pero, básicamente, se apoyan en los mismos principios. Todos nosotros servimos en el plano astral con el fin de liberar almas. Todos estudiamos para contribuir a nuestra propia evolución y se nos dan misiones específicas en beneficio de la vida encarnada. Nuestros cuerpos son eterices y, sin embargo, tienen forma y dimensión. Todos los no ascendidos que estamos aquí somos profundamente conscientes del regalo de la encarnación. Recordad que tenéis que afrontar las lecciones que se os presentan ya que cada obstáculo vencido será causa de alegría cuando lleguéis a este lado. La vida en la Tierra os brinda oportunidades de hacer frente a todo lo que necesitáis para crecer y trascender. Cuanto más tiempo paso en el retiro de Saint Germain, más difícil me resulta expresar con palabras su increíble talla
espiritual. La preocupación que tiene por su rebaño rebasa con mucho cuanto uno pueda imaginar sobre la compasión o el amor de padre. Su sola presencia es capaz de transformarme cada vez. No hacen falta palabras y, sin embargo, cuando habla, posee tal autoridad, sabiduría y alegría que constituyen el reflejo de todo cuanto él es. Escucharle da significado al concepto de la Palabra. Este libro completará la tarea que se me encomendó por orden y con el permiso de los maestros ascendidos. Me sentiré profundamente satisfecho si su lectura os ha permitido a muchos crecer o adquirir conciencia espiritual. He sido tan sincero como he podido acerca de mi propio pasado con la esperanza de que- aprendáis de mis errores para mejorar. Asimismo he nacido de señalar algunas de las cosas que me ayudaron a avanzar. He aprovechado esta oportunidad para tratar temas más amplios de relevancia espiritual. Todo cuanto he escogido se basa en mis observaciones sobre los portadores de luz y las facetas de su vida que, de cambiar, podrían contribuir a su éxito espiritual. En este momento en que la dispensación llega a su fin, he de confesaros que para mí esta oportunidad ha sido un honor tras muchas vidas. Estoy admirado por el amor de los maestros ascendidos hacia cada uno de vosotros y su deseo de que logréis el éxito. Para llevar a cabo esta misión recibí clases especiales. Muchos maestros ascendidos hablaron conmigo para educarme y pedir mi opinión en relación con algunos sucesos actuales que han ocurrido en el planeta en el que estuve encarnado hace muy poco. Os recomiendo encarecidamente que les llaméis, que os unáis a ellos y, al final, os convirtáis en uno con ellos. Hay muchos más aspectos que podía haber compartido con vosotros acerca del reino etérico y de otras lecciones que he
aprendido desde que llegué aquí, pero ésta no era la misión de esta dispensación. Se os ha dado todo cuanto se suponía que debía comunicaros, junto con algunas respuestas adicionales a las preguntas que me hicisteis y que se me permitió contestar. Rezo para que todos quienes lean este libro hallen alguna perla que les permita avanzar en el sendero. Quedo eternamente agradecido a todo aquél a quien este libro le llegue a las manos y lo lea. Ojalá, en el viaje de regreso a vuestro hogar, conozcáis las más profundas bendiciones y la guía de Dios.