Que Prediques La Palabra - Emilio Núñez

March 31, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Que prediques la Palabra - Emilio Antonio Núnez Algunos observ Algunos observado adores res han afirma afirmado do que distin distinguen guen señale señales s alarma alarmantes ntes de «analfabetismo bíblico» en la comunidad evangélica latinoamericana. Por otro lado, otros siervos líderes, que son bastantes realistas en su evaluación de la iglesia evangélica latinoamericana, se regocijan en el crecimiento numérico de esta iglesia ... Hace veintidós años, en una reunión internacional de líderes evangélicos sin énfasi énf asis s en alguna alguna denomi denominac nación ión,, leímos leímos una ponenc ponencia ia en la que hablam hablamos os br brev evem ement ente e de la acti actitu tud d de los los evan evangé géli lico cos s lati latino noam amer eric ican anos os haci hacia a las las Sagradas Sagra das Escrituras Escrituras judeocrist judeocristianas ianas.. Pudimos Pudimos haber mencionado mencionado solamente solamente aspectos positivos al respecto, pero también admitimos que la Biblia todavía perman per manecí ecía a cerrad cerrada a en las manos manos de muchos muchos que profes profesab aban an conoc conocerl erla a y creerla. En nuestras grandes ciudades, especialmente los domingos por la mañana, mill mi llar ares es de evan evangé géli lico cos s pres presen enta tan n un cuad cuadro ro mara maravi vill llos oso o yend yendo o a su sus s respectivas iglesias con una Biblia bajo el brazo. Sin embargo nos preguntamos cuánto cuá ntos s de ellos ellos la estudi estudian an con concie cienzu nzudam damente ente en la congre congregac gación ión,, y qué estímulo estím ulo reciben allí para leerla leerla y estudiarla estudiarla a solas —y en comunión comunión con los suyos— en la intimidad in timidad del hogar. ¿Analfabetismo bíblico? Algunos observ Algunos observado adores res han afirma afirmado do que distin distinguen guen señale señales s alarma alarmantes ntes de «analf «an alfabe abetis tismo mo bíblic bíblico» o» en la comuni comunidad dad evangé evangélic lica a latino latinoame americ ricana ana.. No hemos visto estadísticas sobre este asunto particular, ni información alguna en cuanto al grado de conocimiento de las Sagradas Escrituras que debiéramos pose po seer er para para que que re reci ciba bamo mos s la cali califi fica caci ción ón de pers person onas as bíbl bíblic icam amen ente te alfabe alf abetiz tizada adas. s. De cualqu cualquier ier manera manera,, valdrí valdría a la pena averig averiguar uar si nuestro nuestros s observadores han exagerado la nota o si están describiendo acertadamente lo que nos sucede.   Tambi También én se encuent encuentran ran entre entre nosotr nosotros os pasto pastores, res, maestr maestros, os, evange evangelis listas tas,, teólogos, teólo gos, misioneros, misioneros, y otros otros siervos siervos líderes líderes que son bastantes bastantes realistas en su eval ev alua uaci ción ón de la igle iglesi sia a evan evangé géli lica ca lati latino noam amer eric ican ana. a. Se re rego goci cija jan n en el crecimiento numérico de esta iglesia pero reconocen que, en general, ella no goza del nivel de conocimiento bíblico que debería haber alcanzado a través de los años. Recien Reci ente teme ment nte e un jove joven n past pastor or nos nos seña señaló ló que él y sus cole colega gas s habí habían an advertido «mucha espuma» en el crecimiento numérico de su iglesia, y que en consecuencia sentían la necesidad de darle más tiempo al estudio sistemático de la Pala Palab bra de Dios Dios en las re reun unio ione nes s de líd líder eres es y en las las de toda oda la congregación. Al escuchar esto le dimos gloria al Señor.

 

El púlpito marca la pauta Salvo contadas excepciones, una iglesia local no va a mostrar más interés en la tarea tar ea de escudr escudriña iñarr sistem sistemáti ática ca y progre progresiv sivame amente nte el texto texto bíbli bíblico co,, que el inte interé rés s puest puesto o en ello ello por por su pr prop opio ios s líde lídere res. s. Y se sobr sobree eent ntie iend nde e que que la responsabilidad de enseñar la Palabra no recae solamente en el pastor. Los maestros de escuela dominical, y todos los que tienen el privilegio de guiar a otros espiritualmente espiritualmente en la congr congregac egación, ión, deben también también despertar despertar y cultivar cultivar en ellos el deseo de leer, estudiar, y practicar lo que la Biblia misma enseña tocante a la vida y el servicio cristianos. Asimismo, es también el deber y privilegio de los padres de familia convertir sus hogares en un aula donde el libro de texto por excelencia sea la palabra escrita de Dios. Sin embargo, en cuanto al crecimiento de la iglesia en conocimiento bíblico, es grande la responsabilidad que descansa en los que orientan desde el púlpito al pueblo de Dios. Ya sea que la congregación funcione con un solo pastor o con un equipo, es el sermón, dirigido a toda la iglesia, el que en la mayoría de los casos marca las pautas que los miembros deben seguir en su vida y en el cumplimien cumpl imiento to de su misión. De allí la importanc importancia ia de que la proclamación proclamación sea bíblica en verdad y ocupe el lugar central en nuestra liturgia. Es necesario, por lo tanto, hacer un alto en el camino para evaluar nuestros se serm rmon ones es.. Debe Debemo mos s cons consid ider erar ar espe especi cial alme ment nte e su cont conten enid ido. o. Lo más más importante impo rtante no es, al fin y al cabo, el cómo sino el qué de nuestra predicación. predicación. Es muy importante la forma, pero lo es mucho más el contenido fundamental de nuestro nuestros s sermon sermones. es. La di difer ferenc encia ia básica básica entre un discur discurso so sec secula ularr y la predicación evangélica es el contenido bíblico del sermón. Ante la posibilida posibilidad d de evaluarnos evaluarnos en este sentido sentido en el púlpito —cuántos —cuántos de nuestros sermones son un verdadero esfuerzo por explicar el texto bíblico en su contexto, y cuántos de esos sermones procuran relacionar el significado del te text xto o con con la las s neces ecesid idad ades es re rea ales de los los cre reye yent ntes es— — es pos osiible que descubramos que, en general, nuestra predicación no ha sido lo que debería ser. Si tal es el caso, deberemos efectuar cambios positivos en nuestros sermones. Pero, sobre todo, necesitaremos darle siempre prioridad en el púlpito a la tarea de expl explic icar ar la Bi Bibl blia ia mism misma. a. De ella ella depe depend nde e nues nuestr tra a edif edific icac ació ión n y la de nuestro nues tros s oyente oyentes, s, a fin de que todos crezcamo crezcamos s en el conocimi conocimient ento o de la Palabra y de la persona de Jesucristo, siempre en busca, en todos los aspectos de nuestra vida, de satisfacer la voluntad de Dios. Los evangélicos nos gloriamos en afirmar que la Biblia, por ser la revelación de Di Dios os para para su pueb pueblo lo,, es nuest nuestra ra auto autori rida dad d fi fina nall en to todo do asunt asunto o de fe y conduc con ducta. ta. Pero… Pero… ¿ realme realmente nte estamo estamos s estudi estudiand ando o y enseña enseñando ndo este este libro libro incomparable?

 

Parecen abundar los sermones que usan determinado texto bíblico tan sólo como plataforma de lanzamiento para un mensaje que en lugar de explicar dicho texto se convierte en una serie de anécdotas y exhortaciones, y aun de especulaciones y conclusiones que se hallan muy lejos de lo que el Señor nos ha revelado en su Palabra. Si lo que escucha una iglesia se reduce nada más a se serm rmon ones es de esa esa índo índole le,, no se just justif ific ica a es espe pera rarr que que la mayo mayorí ría a de su sus s miembros muestren interés alguno en el estudio sistemático de las Escrituras. Lo más probable es que lleguen a las reuniones de la iglesia a emocionarse, pero no a pensar seriamente en lo que enseña la Palabra. Por supuesto, ellos corren el riesgo de depender tan sólo de opiniones humanas, y no de lo que el texto bíblico habla por sí mismo. Además, el error doctrinal es una amenaza, especi esp ecialm alment ente e para para los que están están debida debidamen mente te instrui instruidos dos en las verdad verdades es bíblicas. Que prediques la Palabra Le sobraba razón al Apóstol Pablo cuando exhortó a su discípulo Timoteo a predicar la Palabra (2Ti 4.2). El artículo determinante «la» indica que el apóstol no se refiere a cualquier palabra, sino a la que él ha especificado bajo el nombre de «las Sagradas Escrituras» en el capítulo anterior (3.15–17). Timoteo había conocido desde su niñez esa palabra sagrada en la enseñanza que le impartían en el hogar su madre Eunice y su abuela Loida (2Ti 1.5). Es obvio que la expres expresión ión las «Sagra «Sagradas das Escrit Escritura uras» s» en 2 Timote Timoteo o 3.15 3.15 refier refieren en el Anti An tigu guo o Test Testam amen ento to.. Timo Timote teo o verí vería a tamb tambié ién n como como Pala Palabr bra a de Dios Dios la enseña ens eñanza nza de Cristo Cristo y sus apósto apóstoles les,, la cual cual la estaba estaba convirti convirtiénd éndose ose en revela rev elació ción n escrit escrita a en el Nuevo Nuevo Testam Testament ento, o, bajo bajo la inspir inspiraci ación ón del Espíri Espíritu tu Santo (véanse 1Ti 1; 4.6, 16; 2Ti 1.13; 2.2; 2 Pe 3.2, 16). Desde su origen los libros neotestamentarios dieron evidencia de pertenecer al canon sagrado. De allí que para la Iglesia las «Sagradas Escrituras» signifiquen el contenido de ambos testamentos. El apóstol no le hace tan sóloLe una a Timoteo lo exhorta «que prediques la palabra». dasugerencia un mandamiento en cuando presencia de Dios a: el Padre y del Señor Jesucr ucristo. La ocasión es solemne y eno enorme rme la responsabilidad que el pastor Timoteo debe asumir. En el idioma original el verbo «predicar» está en el modo imperativo. El Señor no da sus mandatos para que se discutan, sino para que se cumplan. La mención del regreso de Cristo, el Juez de vivos y muertos, nos sugiere otra razón para predicar la Palabra: el señor viene otra vez, y pedirá cuentas a sus siervos del ministerio que qu e él le les s ha encom encomend endad ado. o. La Pala Palabr bra a debe debe pr pred edic icar arse se en es espe pera ra de la gloriosa epifanía del Señor. La urgencia

 

El mandato comunica también un sentido de urgencia por la amenaza de la falsa doctrina. Antes de la exhortación (contexto inmediatamente anterior 3.1– 9), y posteriormente a ella (4.3–5), el apóstol se refiere a los falsos maestros, especialmente a los que vendrían en «los postreros días» (3.1–5), aunque ya había algunos que estaban propagando el error, oponiéndose a la verdad, y resistiendo la autoridad apostólica (3.6–9; 4.14, 15). La presencia del error, y su proliferación en el futuro inmediato y mediato, apremian a la iglesia a que proclame fiel y constantemente la palabra de Dios. El antídoto para la mentira es la verdad revelada en las Sagradas Escrituras. El mandato también es de manera especial urgente, desde el punto de vista de Pablo, porque él ve que el tiempo de su partida de este mundo está cercano. Su carr carrera era ha te term rmin inad ado. o. Otro Otros s debe deben n segu seguir ir le leva vant ntan ando do la anto antorc rcha ha del del Evangelio en presencia del mundo gentil. Timoteo era uno de ellos, miembro privilegiado de aquella generación que había aprendido «la sana doctrina» a los pies del ilustre apóstol y maestro de los gentiles. Por la gracia de Dios, esa anto an torc rcha ha ha lleg llegad ado o a nuest nuestra ras s mano manos s y debe debemo mos s pasa pasarl rla a si sin n mácu mácula la a nuestros nuestro s sucesores sucesores en el ministerio ministerio evangélico. evangélico. Cumpliremo Cumpliremos s fielmente fielmente con nuestro cometido si predicamos la Palabra «a tiempo y fuera de tiempo», en toda oportunidad. El valor intrínseco y la obra de la Palabra Pablo también le da a entender a Timoteo que debe predicar la Palabra por lo que ella es en sí misma y por lo que sólo ella puede producir. «Toda escritura es inspirada por Dios». En 2 Pedro 1.21 leemos que el proceso de entrega de la revelación escrita se efectuó cuando los santos hombres de Dios, aquellos que sirvieron como instrumentos humanos de esa revelación, fueron impulsados por el Espíritu Santo. De manera que la Biblia es la revelación que Dios quiso darnos por escrito, en lenguaje humano. No existe otra palabra que posea esa autoridad divina. La Biblia es fruto de la inspiración del Espíritu. Sería insensato in sensato querer sustituir la palabra de Diospredicación. por palabras simplemente humanas en el contenido fundamental de nuestra Resulta imperativo predicar la Sagrada Escritura por lo que solamente ella es capaz de producir para bendición del ser humano. Pablo afirma que la Palabra provee «la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús» (3.15), y que es «útil» para realizar todo aquello que resulta necesario «con el fin de que el hombre de Dios esté capacitado y preparado a cabalidad para toda buena obra» (3.17). Es la palabra salvífica, que hace nacer de nuevo a los que confían en el Señor Jesús (Stg 1.18), y los instruye y santifica mientras van como peregrinos en el mundo hacia el encuentro con su Señor en gloria. La Palabra tiene que ver con la salvación como entrada en el reino de Dios por medio del nuevo nacimiento, y con ese proceso salvífico que culmina en la

 

salvación final. No hay otra palabra salvadora, sino la que el Espíritu nos revela en las Sagradas Escrituras. En el idioma original, el verbo «predicar» sugiere la forma de la exposición. Nos recuerda la función del heraldo que proclamaba un edicto real, o anunciaba la llegada del rey mismo. No realizaba su tarea en un susurro sino en voz alta, para alcanzar el mayor número posible de personas. Era una proclama que podía podí a ser ser pr prec eced edid ida a por por el sonid sonido o de tr trom ompe peta tas. s. Es en el espí espíri ritu tu de una proclama que viene del trono de Dios como debemos predicar. No es necesario que gritemos como energúmenos en el púlpito; nos asiste ahora la técnica de la amplificación del sonido. Pero como decía un predicador hace muchos años, no debemos llegar simplemente a conservar, ni mucho menos a hablar entre dientes en el púlpito. Predicación con gracia Hagamos de alguna manera sentir el calor de nuestra emoción, junto a nuestra convicción cuando prediquemos la Palabra. Y más que todo, que los oyentes sientan el toque de nuestro amor fraternal en Cristo. Que nuestra predicación sea con gracia, sazonada. De la contextualización de la Palabra y de la nota personal y hasta emotiva que debe acompañar al mensaje, el apóstol nos ha dado hermoso ejemplo en todas sus cartas. Prediquemos la Palabra, porque solamente ella es inspirada por el Espíritu de Dios; porque solamente ella trae salvación —la salvación en Cristo—; porque el error err or está está cons consta tant ntem ement ente e al acec acecho ho;; porq porque ue debe debemo mos s pasa pasarr a nuest nuestra ra generación la antorcha del Evangelio; porque el tiempo apremia; porque el Señor viene a pedirnos cuentas de nuestra mayordomía y a darnos el premio que nuestro ministerio merezca. Prediquemos la Palabra… •

…porque sólo ella es inspirada por Dios.



…porque sólo ella trae salvación.



…porque el error está siempre al acecho.



…porque debemos pasar la antorcha a otras generaciones.



…porque el tiempo es corto.



…porque el Señor viene.



…porque el Señor lo mandó y él nos pedirá cuentas.

 

©Apuntes Pastorales, Volumen X – Número 4, todos los derechos reservados. © Copyright 1990-02008, Desarrollo Cristiano Internacional. In ternacional. © Copyright 2003-2010, Desarrollo Cristiano Internacional. Todos los derechos reser res erva vado dos. s. Pr Proh ohib ibid ido o el uso parc parcia iall o to tota tall de este este mate materi rial al sin sin expr expres esa a autorización. http://www.desarrollocristiano.com/articulo.php?id=2056&c=all

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