Que Es La Psicologia Cultural

January 21, 2019 | Author: Abraham Ferrer Cuatepotzo | Category: Psyche (Psychology), Sicología y ciencia cognitiva, Homo Sapiens, Evolution, Mind
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¿Qué es la Psicología Culural?  Anthony Sampson

   l   a   r   u   t    l   u    C   a    í   g   o    l   o   c    i   s    P    E    L    L    A    V    L    E    D    D    A    D    I    S    R    E    V    I    N    U

La Psicología Culural consiuye un novedoso enoque eórico-meodológico (en gesación probablemene desde nales de los años seena —y aún anes, si se oman en cuena las enaivas de G.H.Mead y de Lev Vygosski que permanecieron marginales con respeco a las corrienes principales de la psicología académica—, pero bauizado como al sólo a parir de mediados de los años ochena) para la exploración y análisis de la consiución y consrucción de la dimensión psicológica del ser humano. Dicho enoque comienza a rucicar y engendrar un número cada vez más amplio de esudios 1 que demuesran la deerminación esencialmene culural e hisórica de odos los procesoss calicables de psicológicos: cogniivos, emocionales, inencionales, proceso inencionales, percepivos y en general odos los llamados esados menales y unciones psíquicas. Se raa, sin duda, de un enoque que, por su ecundidad, se ha exendido rápidamene por odos los cenros de invesigación ano en los Esados Unidos como en Europa. Por ano, es de paricular inerés que esa orienación eórica y meodológica sea acogida ambién en Colombia para poner a prueba, en el conexo socio-culural especícamene colombiano, la novedad  y valor de sus sus concepos. concepos. Enre las diversas innovaciones que ese enoque eecúa, conviene subrayar la que consise en arrancar la psicología de su aislamieno eórico  y disciplinario, el cual radicionalmene la ha connado denro de una comparimenalización académica muy esrecha. La segmenación académica de los saberes llevó a que la psicología académica, durane décadas, le diera la espalda a prácicamene la oalidad de las diversas ciencias humanas. El parido omado por una cienicidad decimonónica semejane a la que aparene1 Para no no recargar ese ese exo con una bibliograía pesada, señalo señalo solamene solamene los úlimos exos exos de  Jerome Bruner, Bruner, La Construcción del Sentido (con Helen Hase), Madrid, Paidós, 1992, Realidad  Mental y Mundos Mundos Posibles , Barcelona, Gedisa, 1989, Actos de Sentido , Madrid, Alianza Ediorial, 1991, además de diversos arículos poseriores a esos libros; Donald E. Polkinghorne,  Narr  NarraaSUNY,, 1988; y especialmene: Cultural Psytive Knowing and the Human Sciences , New York, SUNY James W. W. Sigler, Richard A. Schweder, Schweder, chology, Essays on Compara Comparative tive Human Development  , ed. James Gilber Herd, New York, Cambridge Universiy Press, 1990, 625 páginas.

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mene caracerizaba a las ciencias ísicas pre-einseinianas, no sólo implicó la adopción de una posura episemológica cada vez más insosenible en dichas ciencias mismas, sino que conllevó el repudio de oda noción de subjeividad e incluso puso en peligro la idea misma de lo psicológico como campo de despliegue de las acividades de una psique como al: la mene y el llamado menalismo ueron cubieros de anaema y abandonados a la losoía, que presamene recogió lo que los psicólogos habían despecivamene desechado. Las únicas uenes de inspiración para los esudios psicológicos provinieron de campos que no podían aporar más que esquemas mecánicos o ormalisas y, por ende, reduccionisas. Esos esquemas, o más bien meáoras, uvieron la aal consecuencia de despojar al ser humano de uno de sus rasgos deniorios  y más esenciales: el de ser un ser de lenguaje. Dicho en oros érminos, ue  borrado del campo de la psicología el hecho de que el hombre es, por encima de odo, un ransmisor y generador de signicaciones. El posulado del cual pare la psicología culural consise en armar que la psicología no consiuye una dimensión comparable a la que la doación siológica le ha conerido al ser humano. A ese propósio cabe anoar que se considera que la evolución de la especie hace iempos ha llegado, por lo esencial, a su límie nal, y, por ano que nada signicaivamene nuevo ha de esperarse como ransormación vial —salvo alguna caásroe de ipo nuclear, por ejemplo, que aece drásicamene a la conguración genéica—; en cambio, la evolución culural se ha susiuido a la evolución biológica e inclusive ha logrado eludir las consricciones selecivas de orden orgánico. 2 Las invenciones ecnológicas han doado al ser humano de una pléora de próesis, u órganos exosomáicos, que compensan ampliamene las resricciones que la siología impone. odas esas invenciones, eminenemene culurales, no pueden considerarse como carenes de eeco sobre la dimensión psicológica. No simplemene poencian, por ejemplo, la compeencia cogniiva, sino que hacen que posibilidades laenes, viruales, en cieras circunsancias se despliegan de una manera insospechada. En úlimas, el saber nunca puede pensarse como algo connado esencialmene denro de un espacio inerior —aunque uese el espacio cerebral mismo. El saber esá, como se dice conemporáneamene, “disribuido” en un conexo. El adenro y el auera esán en una permanene inerracción. Y de esa inerracción, y del empleo de insrumenos que ella presupone, dependemos de manera radical. La amosa rase de Einsein de que su lápiz era más ineligene que él ilusra esa proposición grácamene. Enonces, si el conexo socio-culural posee una imporancia an crucial como lo pregona la psicología culural, es jusamene debido a la nauraleza de la siología humana misma, y en paricular la del cerebro. Es la llamada epigénesis la que hace posible que la culura incida de una manera an deci2 C., Jacques Rué, Le Sexe et la Mort  , París, Odile Jacob, 1986: “...la evolución biológica...a nuesro juicio esá erminada en la escala humana”, p.224.

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siva sobre la consiución psicológica. Dicho de oro modo, la exraordinaria plasicidad del equipo siológico humano, en paricular las poencialidades del cerebro, no imponen un único parón que es inexorable y universalmene seguido. Al conrario, la esis undamenal de la psicología culural es la de que dicha plasicidad es moldeada, de una manera inniamene variable, de acuerdo con las esrucuras culurales hisóricamene consiuidas que conguran los sisemas de signicación peculiares a cada sociedad humana. Asi, la psicología culural se propone esudiar las variadísimas maneras en las que las radiciones culurales y las prácicas sociales regulan, expresan, ransorman y ransmuan la psique humana. Es el esudio de las ormas como el sujeo se consiuye en una permanene inerrelación con el oro, en el marco de los sisemas culurales que rigen las prácicas sociales en un momeno hisórico dado. La psique no se da sino en una culura paricular y es esa culura la que conere su paricularidad a al psique. La inerdependencia, la deerminación recíproca, la dinámica de una dialécica son algunos de los corolarios que se desprenden de ese axioma de parida. Así, no se llega a la unidad de un subsrao universal, aemporal, ahisorico, y aculural sino a la prolieración de divergencias, es decir de modos de signicación dierenciales que consiuyen la singularidad y especicidad de cada culura humana. Es una concepción, enonces, ani-esencialisa, ani-susancialisa y resuelamene relaivisa en la que es el orden o sisema de la culura el que, a iempo que deermina al sujeo, permie la realización concrea de sí, permie que el sujeo se complee a sí mismo y devenga lo que su culura le capacia —y auoriza— para ser. De oro modo no endría sino esa orma de exisencia de lo puramene incoaivo que no ha podido desplegar su poencialidad. Y   ya se sabe que aquel que no advenga como sujeo en el lapso debido permanece para siempre por uera de su plena realización humana (el ejemplo más paéico son los amosos “enans sauvages” que ascinaron a los psicólogos y  educadores del siglo XIX y los auisas conemporáneos 3). Digámoslo en palabras de Marshall Sahlins: “...las esrucuras de la mene no son ano los imperaivos de la culura cuano sus implemenos. Componen un conjuno de posibilidades organizacionales a disposición del proyeco culural humano, proyeco que, no obsane, gobierna su implemenación de acuerdo con su nauraleza, así como gobierna su invesimieno con diversos conenidos signicaivos. ¿De qué oro modo explicar la presencia en las culuras de esrucuras universales que, sin embargo, no esán universalmene presenes?”. 4 De ese modo, los disposiivos menales humanos son los insrumenos a ravés de los cuales la culura se ejerce, mas no son los deerminanes de ella. Pero, si la culura es el conjuno de los sisemas de ransmisión y  3 C., Lucien Malson, Les Enfants Sauvages , París, 10/18, 1964; y Bruno Betelheim, Te Empty Fortress , New York, Te Free Press, 1967. 4 Marshall Sahlins, Culture and Practical Reason , Te Universiy o Chicago Press, Chicago, 1976, p. 122-3.

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de generación de signicaciones —siempre discreas, dierenciales, relaivas al sisema en el cual se engendran y que al mismo iempo consiuyen—, ¿cómo dejar de reconocer que la culura es un orden simbólico, y por ende, sólo pensable y analizable en érminos semióicos? De nuevo, eso equivale a poner en un lugar crucial y cenral la dimensión lingüísica del ser humano; equivale, dicho con mayor precisión, a posular que no hay psicología sino de un ser hablane. O, en aún oros érminos, no puede haber psicología sino en la esrica medida en que odas las consecuencias de ese hecho primordial pueden ser rasreadas, caalogadas, comparadas, evaluadas y plenamene concepualizadas. La esrucuración semióica del universo humano, concreándose cada vez en una lengua y en una culura dadas, se exiende sobre cada aspeco y acea de la exisencia humana. Es esa inerpeneración de la culura y de la lengua, y sus eecos consiuivos sobre el sujeo humano que acúa en dicha culura y que habla dicha lengua, la que la psicología culural quiere esudiar. Sujeo, lengua y culura no son disociables  y cieramene no pueden ser raados como variables independienes. No pueden, por ano, conraponerse el individuo y su sociedad, ni el sujeo y el objeo escindirse y manenerse en aislamieno el uno del oro. No es de asombrarse, por ano, si enre los auores de épocas pasadas la obra de Lev Vygoski (pero ambién la de George Herber Mead 5) haya adquirido una nueva imporancia para los invesigadores conemporáneos en la psicología culural. Y la edición de sus voluminosos escrios que, por primera  vez, se comienzan a ediar de una manera complea y relaivamene acepable 6 , sin duda aumenará aún más el valor de su orienación para los pracicanes de la psicología culural. Se sabe desde los años sesena, por supueso, especialmene enre los esudiosos de la eoría psicológica del aprendizaje, del inerés e imporancia del concepo de la “zona del próximo desarrollo”. En cambio, sólo hasa hace poco, se ha comenzado a reconocer que “el corazón de la eoría hisórico-culural de Vigoski es la concepción de la organización semióica peculiar de odas las ormas propiamene humanas de la psiquis”. 7 Es digno de señalarse, aunque sea de paso, que en ese puno cenral hay un acuerdo imporane enre Vygoski y el padre de la lingüísica Ferdinand de Saussure. Según esa concepción vigoskiana, los límies radicionales asignadas al campo de la psicología debían ser desplazados para ensanchar su erriorio, pues ése se había deslindado de modo excesivamene esrecho. Así, se ha bía cercenado a la psicología imporanes áreas que legíimamene le correspondían. Vasas zonas para la invesigación se habían dejado compleamene abandonadas, y Vigoski se propuso, enonces, inaugurar su análisis, abriendo 5 C., George Herber Mead,  Mind, Self and Society , Chicago, Te Universiy o Chicago Press, 1934. 6 C., Liev Semiónovich Vygoski, Obras Escogidas (2 omos), Madrid, Visor, 1991 y 1993. 7 C. A. Puziréi,  El Proceso de Formación de la Psicología Marxista: L.Vigotski, A.Leontiev, A.Luria , Moscú, Ediorial Progreso, 1989, p. 8-9.

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nuevos caminos para la psicología. Reveló la dimensión especícamene psicológica de mucho de lo que hasa enonces no se había considerado como propiamene psíquico: los sisemas mnemoécnicos semióicos (desde el nudo que se hace en un pañuelo como méodo para recordar hasa los comple jos sisemas de represenación mnemoécnica en los que Vigoski mismo era un consumado expero), los sisemas de escriura (desde las primeras incisiones de los “primiivos” hasa el sisema alabéico con su violena disrupción de la unidad silábica naural), los sisemas de anoación numérica (que Brian Roman8 esudia modernamene desde la misma perspeciva semióica), los esquemas y diagramas, las obras de are (ano la lieraura —la novela, la gran ragedia y especialmene la poesía lírica—, así como las ares plásicas: odas áreas que la psicología académica, a pesar de aislados esuerzos por consiuir una psicología del are, consideraba provincia de las aculades de losoía y  leras y no del dominio de una disciplina ansiosa por ganarse el reconocimieno general como ciencia pura y dura), la hisoria de los vesidos, los auajes y  en general odos los sisemas de signos que consiuyen el “medio ambiene” propiamene humano. Por ano, aun el sisema de los llamados “lunares” o “moscas” que, en la moda de los siglos XVIII-XIX, las europeas se complacían en lucir en pares visibles del cuerpo (rosro o escoe) era, para él, objeo digno de la aención del psicólogo. Pues, Vygoski se negó siempre a que la psicología o bien se redujera a una concepción siologisa en la que odas “las ormas superiores de comporamieno, que deben su origen al desarrollo hisórico de la humanidad, se ponen en una misma línea con los procesos siológicos, orgánicos”, o bien se absrajera en un río cálculo de los disposiivos menales, caso en el cual dichas ormas superiores “se liberan de odo lo maerial y comienzan una vida nueva, en ese caso eerna, supraemporal y libre en el reino de las ideas, revelándose al conocimieno inuiivo, que oma la orma de una ‘maemáica del espíriu’ uera del iempo”. 9 De ahí su insisencia en una concepción hisórico-culural, y en una nueva manera de considerar el desarrollo inanil que rechaza odo “el oculo preormismo remanene” que aún perdura en la eoría del desarrollo del niño.  Vygoski proporciona las bases para una críica de la noción, pericliada en embriología pero perinaz en psicología, de “génesis”. Pues, dicho llana y escueamene, la noción de génesis se oorga a sí misma de enrada jusamene lo que sólo al nal debería poder explicar: esá desde el origen ya allí aquello cuyo surgimieno habría que explicar, exacamene como la belloa de un ro ble coniene ya odo el uuro roble con sus raíces, ronco y ramas, pero en miniaura. Ese evolucionismo oculo e insidioso ue objeo de las más severas críicas de Vigoski quien le reprochaba a “la psicología inanil no [querer] 8 C., Brian Roman, Signifying Nothing, Te Semiotics of Zero , Sanord, Te Sandord Universiy  Press, 1993. 9 Ciado por A. Puziréi, op.cit ., p.88.

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saber nada de las ransormaciones críicas, disconinuas y revolucionarias de las que esá llena la hisoria del desarrollo inanil y que an recuenemene se encuenran en la hisoria del desarrollo culural”. 10 Vygoski hallaba la huella de esas disconinuidades y rupuras en lo que él llamaba, ciando a Freud, los “desechos del mundo de los enómenos”.  Jusamene ales “desechos” les habían parecido a los psicólogos, hasa enonces, perecamene desdeñables e insignicanes. Pero en ellos Vygoski veía, al conrario, la maniesación de la adquisición de lo que él denomina “las unciones psíquicas rudimenarias” que son “documenos del desarrollo, esigos  vivienes de viejas épocas,...imporanísimos sínomas hisóricos”. 11 Así como el zoólogo, a parir de un pequeño ragmeno de hueso de algún animal osilizado, reconsruye odo su esqueleo, o como el arqueólogo basándose en una moneda anigua desprovisa de odo valor descubre una compleja muación hisórica, o como el hisoriador al descirar un jeroglíco puede llegar a leer oda una época perdida de la hisoria, así ambién el psicólogo puede leer en lo pequeño lo grande. Y así se produce la sorprendene conuencia del pensamieno de Vigoski con él de Freud: “La psicología sólo en los úlimos iempos esá superando el error que experimenaba en la evaluación vial de los enómenos y aprende a ver en menudencias insignicanes —esos desechos del mundo de los enómenos, si usamos la expresión de S. Freud, quien presó aención, jusamene, a la psicología de la vida coidiana— imporanes documenos psicológicos. Nosoros quisiéramos seguir el mismo camino  y mosrar en el problema que nos ineresa cómo lo grande se maniesa en lo más pequeño, como dice Freud al respeco”.12 Enre esas pequeñas insignicancias en las que el méodo “analíicoobjeivo” del joven Vygoski se deiene, podemos señalar esa asombrosa lisa: “La máquina, el chise, la lírica, el nudo mnemoécnico, la orden miliar”. Nos llevaría demasiado iempo desmenuzar esa colección aparenemene heeróclia que yuxapone elemenos a primera visa an disímiles. No obsane, señalo, aunque sea de paso, que odos consiuyen, en la nomenclaura de Vyigoski, “rampas” (rampas para la nauraleza y rampas para la psique), en las que algo es apresado, aprehendido, y en las que una acividad humana de dominio a ravés de sisemas mediadores —semióicos— se ejerce. La premaura muere de Vygoski y la subsiguiene iranía saliniana hizo que su vaso programa quedara sepulado con él. Por lo demás, por genial que  Vygoski uese, es por compleo evidene que él solo no habría podido avanzar sino por unos cuanos caminos denro de ese exensísimo campo de la psicología hisórico-culural. De hecho, ese programa de invesigación ampoco puede llevarse a 10 Op.cit. , p.139 11 Op.cit ., p.107. 12  Ibid.

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cabo si es concebido como el dominio exclusivo de los psicólogos propiamene dichos. Y de hecho, los impulsadores conemporáneos de la psicología culural pregonan la urgene necesidad de acoplar sus esuerzos a los de los anropólogos, hisoriadores, sociólogos, lósoos, jurisas, semióicos y psicoanalisas. Sus invesigaciones concreas (los simposia de Chicago de 1986  y de 1987, bajo los íulos respecivos de “Culura y Desarrollo Humano” y de “Vidas de Niños en Conexo Culural”, son una clara ilusración del ejercicio de esa inerdisciplinariedad) recurren abundanemene a odas esas disciplinas para la elaboración de los insrumenos eóricos indispensables para el raamieno de los hechos esudiados. Hay que señalar ambién la aparición reciene de nuevas revisas especializadas, como  Psycholgy and Culture , dirigida por Jaan Valsiner. En eeco, los reuerzos necesarios se hallan ya a la mano o esán siendo producidos por muchísimos invesigadores en odos los campos mencionados, pues sosengo que en realidad muchos esudios de psicología culural, especialmene en lo que concierne a civilizaciones pasadas, así como a civilizaciones no occidenales, ya han sido ampliamene desarrollados - con la salvedad de que no han sido hechos por esudiosos que se denominan a sí mismos como psicólogos, sino como hisoriadores o anropólogos. 13

13 Jerome Bruner, quizá el más conspícuo de los psicólogos culurales, ha enconrado agua para su molino ano en los hisoriadores de menalidades ( Historia de la Vida Privada ), como en anropólogos (Cliford Geerz, Marshall Sahlins, Renao y Michelle Rosaldo), como en semióicos (Barhes, odorov, Greimas, ec.), como en lósoos (Goodman, Rory, Quine, Grice, ec.) y en psicoanalisas (Schaer y Spence en paricular). Pero, cabe anoar que odos los invesigadores en psicología culural beben de esas uenes y aún oras.

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