Psiquiatría y psicoanálisis 2. Perversos, psicópatas, antisociales, caracterópatas, canallas [Jacques-Alain Miller et al.].pdf

July 8, 2017 | Author: Maria Luz | Category: Jacques Lacan, Psychoanalysis, Sigmund Freud, Homosexuality, Libido
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Psiquiatría y psicoanálisis 2



Perversos, psicópatas, antisociales, cara~terópatas, canallas

Jacques-Aiain Miller Alfonso Carofile Miguel Furman Adriana Luka Adrián Scheinkestel Rafael Skiadaressis Néstor Yellati

Departamento de estudios sobre Psiquiatría y Psicoanálisis (CICBA)

IIUIQ!:~mª

IN DICE © GRAMA ediciones, 2008. Fondo de la Legua 2476, Edif. 3, Depto. 40 (1640) Martínez, Pcia. de Buenos Aires, Argentina Tel.: 4743-8766 • [email protected] http: 11www.grarnaediciones.corn.ar Psiquiatría y psicoanálisis : perversos, psicópatas, antisociales, caracterópatas, canallas 1 Jacques Allain Miller ... [et.al.].- la ed.- Buenos Aires : Grama Ediciones,

2008. v. 2, 252 p. ; 21x14 cm.

ISBN 978-987-1199-87-7 l. Psicoanálisis. l. Jacques Allain Miller

PRÓLOGO ....................................................................................... . Samuel Basz

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FUNDAMENTOS DE LA PERVERSIÓN .................................. . Jacques-Alain Miller

9

l. PERVERSIONES Y PERVERSIDADES a. Acerca del diagnóstico de perversión 1 Néstor Yellati ....... ..

31

Un homosexual en análisis 1 Osvaldo Delgado ................... ..

43

Comentario 1 Adrián Scheinkestel .......... .................................

47

CDD

Establecimiento del texto: Néstor Yellati Responsables del Departamento de Estudios sobre Psiquiatría y Psicoanálisis (CICBA): Miguel Furman, Adrián Scheinkestel, Rafael Skiadaressis, Néstor Yellati

Hecho el depósito que determina la ley 11.723 Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro por medios gráficos, fotostáticos, electrónicos o cualquier otro sin permiso del editor. IMPRESO EN ARGENTINA

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CANOA EDITORIAL ·Teléfono 1 fax: 934 242 391 [email protected] DISTRIBUYE EN BRASIL:

LNRo MERCADO AGENCIA LTDA. • Belo Horizonte- MGTel/Fax: (31) 3223 6444 -4- Rio de Janeiro- RJTel/Fax: (21) 2547 3600 [email protected]

b. Perversión y psicopatía. Las psicopatías. Una perspectiva 1 Horacio Vommaro .........

59

La misión perversa 1 Ernesto Sinatra ................................... ..

65

Un rasgo zoofílico en una psicosis 1 Miguel Furman ... .... .. .

73

Fabián Naparstek.. ....... ..

85

Tratamiento de un toxicómano 1 Luis Salamone ................ ..

93

d. La perversión como estructura, como rasgo y como suplencia 1 Miguel Furman ...................................... ..

101

Un caso de travestismo 1 Ernesto Pérez .................................

111

Comentario 1 Gloria Aksman ....... ........ ...... .... .. .... .... ... .......... ...

115

e. La perversión como suplencia en las psicosis 1 Gloria Aksman, María Marta Scorticatti, Gabriela Bordón, Vivían a Paz....................................................................................

123

c. La perversión en la época actual

5

f.

Módulo de investigación: Perversidades 1 Silvia Fischman Silv~na L. Garreta, Adriana_ Lajogiannis, Ana Lía Mayo, ' Adrzm_za P~~e, Eleonora Spznoso, Amalia Racciati, Ximena Uriz. Coordznaczon: Adriana Luka

Prólogo

·························································

139

a. El diagnóstico de psicopatía 1 Rafael Skiadaressis ............... .

153

¿Medicar las psicopatías? 1 Santiago Lev{n .......................... .

157

5AMUEL 8ASZ

2. PSICOPATÍAS

¿Rasgo psicopático o perversión? 1 Mar{a Marta Scorticntti 163 b. Psicópata, antisocial, canalla 1 Néstor Yellati ....................... .

177

Un espectador solitario 1 Catalina Bordón ...............................

187

c. Psicopatías 1 Dr. Alfonso Carofile ........................................... .

197

3. EL NIÑO DISOCIAL El niño que dormía parado 1 Gimena Barandela

··················· 205

El joven de la ventanilla 1 Marta Eugenia Serrano ............... .

209

Comentarios 1 Paula Grnbow y Silvia Baudini ...................... .

213

4. LOS PACIENTES JUDICIALIZADOS Personalidad y marginalidad 1 Adriana Luka

·······················

Psicoanálisis e instituciones carcelarias 1 José Marta Fernández y Silvia Vetrano

··················································

231 235

5. CARACTEROPATÍAS Las caracteropatías 1 Adrián Scheinkestel

······························· 241

Del no-grupo al residuo singular ¿.tres añ~s ~,e una experiencia inédita con pacientes refractanos 1 Emilio Vaschetto y Jorge Faraoni .................. .

En este libro se discuten y establecen los fundamentos teóricos necesarios para actualizar la pertinencia que tiene la perversión como estructura clínica. Si bien lo que orienta el recorrido conceptual es la clínica analítica, el interés de su lectura no se limita a los practicantes del psicoanálisis, que seguramente encontrarán una profunda revisión del tema. También debe valorarse lo que aporta a la psiquiatría, al menos lo que le aporta a una psiquiatría que, en tanto disciplina clínica, es heredera de la que produjo el saber semiológico que nombró las estructuras que -preexistiendo al discurso analítico- fueron tomadas por éste. La caracterización diferencial entre el acto, el pasaje al acto y el acting-out, junto a la revisión del par falo-castración en referencia al estatuto del objeto a, son los ejes conceptuales que orientan la investigación. Desde el punto de vista de los practicantes del psicoanálisis, al menos para los que no quieren retroceder a los desafíos que implica el psicoanálisis aplicado a la terapéutica, es un libro brújula. Trabajar la clínica de nuestros días en la interfase psiquiatría-psicoanálisis alumbra zonas que permanecían estabilizadas en una oscuridad que hacía presumir una impotencia operatoria para el psicoanalista. Se puede entender, recorriendo los casos que se trabajan en el libro, cuánto prejuicio puede haber en esta atribución. Se trata de precisar y reconocer el punto de imposible que caracteriza al núcleo de goce de todo síntoma, sin descuidar la envoltura formal que muchas veces es necesario saber hacer construir.

247 * Presidente del Consejo Asociativo del Instituto Clínico de Buenos Aires (ICBA).

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Ese imposible, ese irreductible de sentido ausente, no se puede demostrar ni transmitirse de cualquier manera, porque se trata del imposible que concierne al ser hablante en tanto sujeto ético. Lo imposible del que se trata aquí remite a lo que no cesa de no escribirse en el inconsciente, y eso constituye el núcleo del síntoma (que en tanto tal es lo que no deja de escribirse, lo que participa de la modalidad de lo necesario). La virtud clínica del psicoanálisis tiene que ver con que es el único discurso que aborda ese imposible en la doble vertiente de la demostración y la transmisión. Lo imposible en psicoanálisis, lo imposible del ser hablante, se demuestra por la contingencia de los encuentros, a diferencia de la ciencia que lo hace por lo necesario de la ley. Y se transmite por la certeza, que es la posición subjetiva resultado de la experiencia analítica del operador. Esto quiere decir que el practicante mismo se hubo implicado a su vez, en su propio análisis, en la perspectiva de consentir con la singularidad de su propio síntoma como resultante de esa experiencia. De ahí obtiene la certeza con la que puede transmitir la modalidad clínica singular, es decir como cada quien puede gozar de su inconsciente. Así no solo puede alojar los síntomas singulares de los sujetos que recibe, también se entiende porqué el analista puede ser una placa sensible que permite el pase de estos síntomas singulares a una variedad estructural pertinente. Es por eso mismo que el uno por uno de la clínica analítica puede hacer paradigmático y darle valor científico a lo que de otro modo quedaría como una experiencia inefable. En este libro se muestra elocuentemente cómo desde la práctica analítica se puede precisar y aún enriquecer la fenomenología de la mejor tradición clínica en psiquiatría. La lógica que lo anima rompe los impases de la tradicional dupla de las indicaciones-contraindicaciones del psicoanálisis. Sus fundamentos epistémicos permiten afirmar que no hay contraindicaciones para el psicoanálisis aplicado a la terapéutica. Así como no hay, no puede haber, indicaciones para el psicoanálisis puro. Como verán se trata, siempre, del deseo del analista. o o

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Fundamentos de la perversión* )ACQUES-ALA/N M!LLER

Un esfuerzo más, están cansados. Yo también. Así que digamos ... Sade lill esfuerzo más. Sade lo dijo en una invocación: "Francomo n m esfuerzo más para ser revolucwnanos . Aparentemente, l S S ce e, · h no , _ se , a es t e último esfuerzo, que Sade decía que era necesano, materializado en Francia. Así que Francia se entrego unos anos mas tarde a Napoleón Bonaparte y éste mandó a Sade a prisión. De mod_o que no diré, ya que no fue exitoso: "A~ericanos, ur_: esfuerzo mas para ser lacanianos". Dios no, 1? pern;Ita. Se me diJO. ay~r por la . "Si La can triunfa en Amen ca sera un La can amencaruzado, ya noche . f preembalado para los supermercados". Entonces, no diré ""Lm es ue:zo más para ser lacanianos". Solo diré, "americanos un es~"L~erzo mas antes de irse a casa ... ". En realidad, ésa podría ser la cuestwn: volver a casa. El goce sexuat ¿está o no alojado en c~s-a? Ese es _quizás el de nuestra precrunta: Género y Perverswn. Pero, Ciertamenn ecrativo CJ ' te no diré "americanosCJun esfuerzo mas para ser gays " . A pesar d e q~e la perversión, a veces, se ve conducida al proselitismo, lo cual significa que, a veces, el perverso puede presentarse como capaz de revelar la verdad del goce al no-perverso. Y a veces, un perverso sufre al detentar un conocimiento del goce sexual que no puede comunicar, entonces el perverso vive, en nuestra sociedad huma~a, a veces en una sociedad secreta de iniciados, más pequeña y reduoda. Pero ~o digo "¡un esfuerzo más para ser gays!". No vengo a alabar la perversión ni tampoco a enterrarla. Vengo a d~: las co?rdenadas principales de mi práctica narrativa de la perverswn. Podna llamar a esta charla, aunque sería Lill poco ambiguo: "Una llave _para la _rerversión". Digamos que, si acierto a condensar lo que qUiero decir en 1

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* Conferencia pronunciada por Jacques-Alain Miller en la Kent State N Universiry de los Estados Unidos, en 1989. 9

una hora, más las preguntas y respuestas, esta charla se llamará, a lo sumo: "Fundamentos de la perversión", un sumario de acuerdo con el psicoanálisis clásico. Una palabra solam.ente ~obre el psicoanálisis clásico. Digo de entrad.a que_r:o.es la psicologia del yo, porque ésta es una desviación del psicoanahsis. Se ~e~vía de la. construcción teórica principal de F:eud, de ~u descubnm1ento del mconsciente. Se desvía según dos v;a~; en pnmer l~g~r, la psicología del yo se separa de la primera top1ca de Freud ehmmando así el concepto mismo de inconsciente (y su fundamento en la estructura del lenguaje) como función de discurso. En seg~~do lugar, la psicología del yo aparta, indebidamente, la segunda top1ca de Freud y cambia, diría invierte, su significado. Cu~ndo F~eu.d,. con la segunda tópica, explora el corazón loco más all~ del p~mc1~10 de placer, la psicología del yo establece al yo como la mstanCia mas verdadera, cuya autonomía se supone que la cura analítica debe restaurar. El psicoa~~lisis clásico no es la teoría de las relaciones de objeto, que e~ tam~Ien ~n_a desviación que proviene de Karl Abraham y ~el~~Ie Kle1~ y dma que es la negación dialéctica de la primera desVIacwn. ~1 ps1coanáli~~s clásico no es la mezcla de la psicología del yo Y l~ teona de la rel~cwn de objeto como intentan mostrar los psicoanahs.tas norteam~~Icanos _co~temporáneos, por ejemplo T. King, que considera la relacwn semantica a los otros y retiene la estructura básica de la psicologí~ del yo. El psicoanálisis clásico es la teoría integral de Freud mar:t:mda co~ la lógica interna de su pensamiento a través de su expreswn cambiante, y a veces conflictiva~ explicitada por Lacan.

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. ~sto. :ambién quiere decir que es todo Freud contra cualquier parCiahzacwn de Freud y es también Freud logificado. Así, es la contradicción de Freud mismo usada contra él. Lo que hoy llamo psicoanálisis clásico es, creo, la base de nuestra acción aquí, Y es la razón por la cual una cantidad de contribuciones trató de mostrar có:no Lacan extiende a Freud, al mismo tiempo que reordena su ensenanza y le da una secuencia consistente; en segundo tuSar~ un s~~undo estilo de contribuciones: asentamos, exploramos la practica chmca que se deriva de esto. En un sentido general es nueslra coordenada de trabajo. ~hora, ~1 ~abiar de perversión, no pude evitar pensar en mis pacientes chmc~ente pe~ersos. Diría que, principalmente, hornosexuales m_ascuhno~ ~~e VIenen a análisis día tras día, año tras año y a los que 01mos deCir somos los más honestos", los que piensan más verdaderamente, los más self-shooting de mis pacientes. Espero no sonar muy moralista. Pero estoy preparado para sonar más moralis-

- si es necesario, para dispersar inmediatamente del paisaje la ta aun, d ·- L 1 b de infamia de un llamado deseo ocu1to e perverswn. acan o ~oe sabiamente con un juego de palabras n:an~o h~b~ó de eso en francés: pére-version, o sea, perversión en ~rances e mgles ¡ugando con una palabra que es intraducibl~, pére-verston; dos palabras, de las cuaal padre, un Hales pére es padre. Diríamos: haaa el padre, una vuelta ., . , tid mado al padre, lo que recuerda que la perverswn en mngun sen o . , , es una subversión. Esta perversión, esta vuelta al padre, en mngun l~gar es. mas patente, más explícita, que en las ~om~sexuales ~ememnasÍ q~;en~s constantemente vienen con el testlmomo de una Intensa re acwn e amor con el padre que legitima, en este caso, el uso de la. palabra freudiana "fijación", eterna fijación de la homosexual fememna. Una fijación con una memoria de la insatisfacción encontrada por este amor del padre, encontrada con el padre com? o~jeto de am~r, una insatisfacción de este amor seguido por un ale¡am1ento del ob¡eto de amor que se troca en identificación con él, de acuerdo con .la deducción clásica de Freud y Lacan. Los homosexuales masculmos y femeninos vienen a análisis, pueden . ser analizantes. Respecto d~l sadismo, masoquismo, voyeurismo, no he visto analizantes en sentido propio, ya que su patología muestra clara evidencia de la primacía de tal modo de obtener gratificación sexual. Algunas veces viene alguno pero no se queda; de esta escasez puedo nombrar el hecho de que actualmente estoy super.visando un caso de un verdadero exhibicionista que está en tratamiento y que está produciendo en mí, debo decido, un cierto de~conciert?. . Un analista que recibe homosexuales como anal1zante~ tiene CI~r­ tamente una autoinvestigación que hacer al respecto. D1go automvestigación para enfatizar que la perversión clínica pone en _cue~tión los juicios más íntimos del analista y el punto hasta el cual el mismo ha llegado en la huella del goce sexua~. Cie.rtamente~. él tiem;, ~u e visualizar sus prejuicios, su vida matnmo~1al, los h1¡os, ¡el b~:n supremo"! de acuerdo con el psicoanálisis. Esta no es un~ cu~~tion abstracta, es algo que ustedes deben preguntarse en esta sltuacwr:~ ¿El analista es un estilo que, quizás, ha r~~hazado ur:~ elecc10n homosexual o quizás es amistoso con esa elecc10n? ¿~s sufloente su~pender cualquier deseo de normal~zar? .Pero, ¿es pos1ble para unan~lisis llegar al propio fin de su cammo sm levantar el temor a la fe~Inidad? ·Qué hacer con la homosexual femenina?, una perverswn desde la¿perspectiva psicoanalítica, tan paradójica que Lacan una vez propuso llamar heterosexuales a "todos aquellos que amen a las mujeres". . . La perversión prueba al analista para que entierre, para que supn-

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ma ~oda contratransferencia en este acto en beneficio del deseo del anahsta,_ ? sea, para beneficio de este deseo que opera a través de la susp~~s10n de to_da creencia y conocimiento; opera mediante la intro~uc~I~n de un eJe, de la marca de una interrogación en el lugar del sigmficado. De modo que el enunciado y la enunciación puedan separarse y aparezca el significante amo en una desnudez sin-sentido con la constante _cri~t~lización del joui-sens que Lacan llamó objeto a. No se toma al md1v1duo diciéndole en la cara que valorizan su notific~~ión d~ que es homosexual, no lo dan por sentado, creo que :ya lo diJ~ aqUI una vez: uno puede creer que es homosexual porque se acosto una vez con un chico cuando tenía 14 años y otro puede creer que no es homosexual cuando se acuesta con dos o tres chicos por semana. Es una cuestión de significado. Y están en análisis tan pronto como ya no saben lo que significan las palabras. Lo están tan pronto com? e~ ~ignificado lexical se deshace progresivamente por un, ~l.:evo sigruficado que surge del discurso actual, construido en anahs1s ~aso a paso o casi error por error. Es una regla que no se puede evitar, el preguntar al que viene a verlos por análisis acerca de este gancho: ¿qué espera del análisis? Llamaría a esto la pregunta gancho. ~ el analista debe dar algo como respuesta prometida. Ustedes tienen que sortear esta esperanza contra lo que pueden o no prometer. ~ay ya algo en un sujeto que se define como homosexual, es decir que el, al ~~esentarse así, subraya su posición subjetiva en referencia ~ su eleccwn de objeto. Para él, aparece que la característica más Importante de su posición subjetiva, cuando se define como un ho~osexual: es el objeto, o sea, es una traducción de la elección de ObJeto freud1ana, .es decir que se caracteriza a sí mismo por el sexo de la persona de la que espera lo que podemos llamar gratificación sexual (para no usar todos esos insultos). De modo que usemos ésta alguna vez, cuando sea necesario, cuando otras expresiones no puedan emplearse. Cuando el sujeto se define a sí mismo como homosexual puede es~erar un cambio de elección de su objeto o puede esper~: curar s_us smtomas, o sea varias insatisfacciones, angustia, depreswn, que el cree _que se deben a esta elección de objeto. Y la pregunt~ _es: ¿es c~mceb1ble para un analista prometer un cambio en la eleccwn de obJeto? El analista no promete pero, especialmente, no puede prometer un cambio de objeto. · Como dice Lacan, el homosexual concurre pero ustedes no se ocupan ~e- curarlo. Ya vemos la diferencia entre la posición subjetiva del neurotlco y la del perverso, digamos el perverso clínico. El neurótico, bueno, su juicio es algo simple, el neurótico está en la incertidumbre fundamentalmente sobre la gratificación sexual; el neurótico

no sabe dónde atraparla, lo que mejor sabe es que hay una dificultad en algún lado a este respecto, que hay un déficit en algún lado acerca de la gratificación sexual. Así que el neurótico busca el objeto perdido en una persecución laberíntica y esto es lo que llamamos deseo, la verdadera palabra deseo, en su origen. Origen latino, ustedes tienen algo así en 'longing Jor' que es una ausencia. El perverso ha encontrado el objeto, éste es su problema, él tiene certidumbre sobre su modo de obtener gratificación sexual pero, cuando viene a análisis, quizás siente que no es lo que debería ser, ha encontrado la gratificación sexual y no es buena. Así que, o no la encuentran o la encuentran y no es buena. Podría decir esto de muchos perversos; ellos no piden análisis. Podemos llamar a esto la inanalizabilidad del perverso, que solo se traduce en el hecho de que ellos no vienen a vernos para buscar el objeto perdido, así que es de sentido común creer que, de algún modo, lo han encontrado y no tienen nada que esperar del análisis. Con el verdadero perverso, el efecto conocido desde Lacan como sujeto supuesto saber no surge. Y esto muestra, en contradicción, que el efecto llamado sujeto supuesto saber siempre surge en lugar del goce sexual. Se necesita una cierta evacuación, un cierto vacío en el lugar del goce sexual para que pueda surgir el efecto sujeto supuesto saber. Y usualmente yo presento esto así: digo que el perverso tiene la respuesta, la respuesta que se produce de lo real de su constitución subjetiva. Tiene una constante inmutable, una acción siempre lista para ser usada. Decimos en francés 'sous la mair', en inglés diríamos 'at hand' (a mano), un goce a mano. El deseo es algo más, como 'longing for', el deseo supone una tolerancia de la ausencia, un no tener, y el deseo, en este sentido, es esencialmente una pregunta, eventualmente una pregunta sobre el deseo mismo. Así que digamos que es el modo que encontré para simplifi- • carel asunto: oponer el deseo como pregunta y la constancia del goce como respuesta, una respuesta que ya está allí. Entonces el perverso -o analizante es un analizante paradójico, diría, y mucho, al abocarse a .o e ello. Al ser analizante, para un verdadero analizante siempre hay una J> pregunta. Y de algún modo podemos decir que la perversión se eclip- ;i sa en el diván o el paciente abandona el diván. Pero en algún sentido J> entiendo muy bien a Jean-Pierre Klotz al decir -y tiene una práctica -< muy importante en Burdeos- que él realmente creía que nunca había ~ visto a un verdadero perverso. 8 Si decimos perverso analizante, debemos decir al mismo tiempo ~ que, como perverso, él expresa su certidumbre respecto de los modos ¡::· y medios de su goce sexual (es una condición de la condición, cénit); ~ él expresa certidumbre y eventualmente sufre de esta certidumbre; al N mismo tiempo argumenta la cuestión de su deseo. Como si a otro 13

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nivel no estuviera satisfecho con su cabal satisfacción. Por lo tanto, este hecho nos obliga ya a separar, distinguir deseo y goce. O sea, de un lado goce caracterizado por su inercia, y Freud mismo habla de inercia de la libido y a través de los años y años de análisis, de verdadero análisis, esto puede permanecer inamovible y, al mismo tiempo, del otro lado de la separación: el deseo como una pregunta, el deseo metonímico, esto es el deseo libre, que corre, se enmascara, se oculta, fulgura o inhibe eventualmente y, fundamentalmente, lo deja perplejo. Ésta es la paradoja del perverso analizante: alguien que tiene, en . un cierto nivel, una respuesta segura y que, sin embargo, está perplejo y trabaja, es su perplejidad. Así que ustedes ven algo un poco común, no me acerco a la perversión del lado de la criminalidad, me acerco a la perversión, diría, del lado de la moralidad. Sobre este asunto hay realmente gente más ubicada; más informada que yo. Pregunto: ¿creen que Gilles de Rais 1 hubiera entrado en análisis? No sé si ustedes pueden responder, quizás la respuesta posible, si aceptásemos a Gilles de Rais en análisis, es que probablemente él pondría a su analista en una caja y lo tiraría al río como hizo con su suegra. Así que esto es una suposición. Ya expresaré algo en defensa de Gilles de Rais un poco después. Entonces debo decir tJue estoy muy preocupado por el mejor perverso, quiero decir, el perverso o el supuesto perverso en análisis. Si ustedes me han seguido, han aceptado considerar al perverso, supuesto perverso pero perverso clínicamente, diría, desde el punto de vista de l.a psiquiatría clínica, han aceptado considerar al perverso como un SUJeto completamente eclipsado. Cómo no reconocer a este perverso corno un sujeto completamente eclipsado respecto del perverso en análisis, así que quizás ahora ustedes acepten lo que enuncio, diría una tesis sobre la perversión, que es una foto y creo que es parte del psicoanálisis clásico. Reconocernos al perverso como un s~.jeto, quiere decir tJue no considerarnos a la perversión y su rneca~s~o com~ i~ras~bjetivo~, o sea que la perversión no es un empuje mstmhtal bas1co remando libremente como algunos han interpretado

_ conc~pto, sino ver que provienen de la misma cuestión, cuál es ~é!!_ͧ.tacción fuera de la cópula, y tenémos que suponer que hay otras satisfacciones en la vida, si no, no duraríamos ni dos días con ~staS'bases ... piensen en estas oscuras bases francesas. Entonces esto implica, si me siguen de cerca, p~so a paso, espero ·que no error por error porque no estamos en análisis aquí, porque, si n?, .sería el ~ío .. ~sto implica un nuevo concepto del objeto, que es distmto del Sigruficado que tiene en la expresión "elección de objeto". Sabemos lo que queremos decir cuando decimos "elección de obje.:. to": el objeto de la elección -un hombre con un bigote grande o chico, muy fuerte ... una mujer, pervertida, etc. Todo lo imaginario puede tener lugar allí, eso es el olti_eto de la elección. Pero necesitamos otro concepto del objeto, si tomamos en serio lo que acabarnos de decir. Necesitamos un objeto también para la satisfacción de escribir, de pensa~, ~e caminar, e:c. Y ~l~~émoslo "obje~~_de libido", es un objeto de libido para el obJeto hb1dmal. Al objeto de libido podemos creer que lo vemos materialmente, por ejemplo, e~ el fetichismo, donde el objeto de la elección puede ser... es usualmente una mujer, ella puede ser hermosa o no, pero el fetichismo significa que esta belleza no es nada, sin_el~~n-parael objeto de libido y hasta el punto de que ~:e obj~to de_ libido tomará el lugar de este objeto de la eleccióll, Pnmero, la mujer con tacos altos y luego solo los tacos altos, así que, con el ejemplo del fetichismo que es tan instrumental para distinguir lo que Lacan llama "la causa del deseo", vemos al fetiche como una condición del goce sexual del -oojet(; de la eleccióri: -Pero al mi~ ~~~E e_~-errórieo-limitar este objeto de libido a la materialidad del ~et:i_ct!e. Po_r ejemplo, cuando Freud habla en su artículo''Fetichismo"~ un ar:ículo que tiene este título y en el que no toma ni~gún objeto matenat por el contrario, el ejemplo que él propone es primero un efecto de una traducción equívoca. Ustedes conocen el ejemplo del "brillo en la nariz" que es solo un error de traducción del alemán al inglés. Así que, no digamos que este objeto de libido es necesariamente material o que la materialidad es este pequeño brillo en la nariz, ~onde la muj.er parece no ser nada más que lo necesario para este bnllo en la nanz. Entonces, además, usualmente la nariz de las mujeres no brilla porque se la empolvan. Así que, digamos solamente que en esta línea de reflexión debe-

·sti'nguir entre objeto de la elección y objeto de libido. Pero, · mos d I . · 1 's a d ema, necesitamos también . un nuevo . . concepto de mstinto, cua 11 es 1 de impulsión hacia el ob¡eto de hbido. Eso es lo que Freud. ama ed · -::;:;rz'eb. Este obJ'eto de libido, "¿qué es?; no es nada matenal. Es, nve, 1' . • , b o-r. · b" 1 . , -lo vemos en la pulsión- una satisfaccwn que usca 1 rze , a d 1na · 1 · pulsión freudiana no busca ningún ?bjeto en pa:ticu ar, es una ~atisfacción que busca Trieb, o sea necesitamos el obJeto correspondiente la satisfacción como objeto. Esto es lo que propongo y como una edsf. 'ción del obJ'eto a de Lacan, el objeto a es satisfacción como objeeim -sea al mismo tiempo que distinguimos entre instinto y pu1swn, t o, o ' distinguir entre el_~!?i~~o e~~ 1~ ~!~~qó_n y ~eto 1 b' d e l'b. debemos I Id o que es la satisfacción como ob'eto. . . ., Así, a pregunta ¿existe el Trieb sexual defirudo como ~a pul:wn e iría hacia el otro sexo como tal? Ustedes tienen en la misma lmea qu · 1swnes · 1 1as _FU1 de problemas, los probl~mas ~~!as Impu mu'lti' pes, siones múltiples, y en psicoanahsis el problema recurre~te de 1~ mtegración de múltiples pulsiones. Por lo tanto, ~~~Ife:_:_~~':!~:;!l psi~oan

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de un ~ü:C:.tJ.itQ, Entonces, !a_ p11lsión es lenguaje y es esencialme_nt~ un ~m.a. La pulsión e!:) un prograina· Es algo e~crito .!:l_Tit~s, y es ~~~~~!~~~~en su texto clásico sobre.la pulsión, se acercó a ella desde ~!_puJl.!() 9-e__ ~~ta de la gramática y de la inversión gramática. Afmismo tiempo -y esto es frecuentemente citado por Lacan-, esto conduce a Freud a sostener una simetría entre el sadismo y el masoquismo, el exhibicionismo y el voyeurismo que son criticados por D e Ste Lacan. Pero, ¿entienden por qué a partir de la escritura$ () D, Freud E d $ habla del silencio de las pulsiones?, o ¿podría hablar del sile:rt~-~~e.!l:~_i_~~l!-~.r~y:.~r la posici_c?n
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