psicoterapia- Duarte

February 2, 2017 | Author: Anaclaudiaya | Category: N/A
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Dr. Ariel Duarte

EL ENSUEÑO DIRIGIDO DE DESOILLE CREACIÓN - EVOLUCIÓN - MANEJO — Manual —

Colaboración y correcciones: Dr. Milton Gagliardi «El aporte de la Gestalt al E. D. y del E. D. a la Gestalt»: Psicot. Gest. Adriana Hosner de Caracó Imagen de cubierta: Andrea Ronchi Duarte

S.U.E.D. Montevideo 2007

A la manera del Yoga, el Ensueño Dirigido es un modo de estar en lo Imaginario, para lograr un modo se ser en lo Real. A.D.

Doy gracias a un espíritu generoso por enseñarme a buscar «mar adentro». Aprendí con él a explorar en lo profundo del océano imaginario y a manejar la estrategia de tender las redes. Guié así a quienes estuvieron dispuestos a mostrar y demostrarse sus hallazgos. También para los que por haber entendido las metamorfosis de sus imágenes, lograron los cambios que buscaban, frente a mí. Los que no lo lograron tienen aún otras luchas posibles, que solo exigen como siempre, entrega, constancia y honestidad total en el en el desafío de saber. Y gracias a los que se preparan ahora, para dirigir en este otro nivel. Que ello sea con la indispensable dedicación, intuición, comprensión y sutileza. El lado profundo del mar se alcanza lejos de la orilla. En ésta siempre hallaremos lo que sólo arrastra la marea. Al partir hacia lo oculto iniciaremos el viaje verdadero. Testigos del descubrir el guardado secreto de los símbolos, aconsejando siempre el persistir. El final es alcanzar las respuestas propias y las conductas anticipadas. A. D. -5-

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CONTENIDO

PROPÓSITOS DE LA PUBLICACIÓN ................................................... 11 CAPÍTULO I .................................................................................................... 17 LO IMAGINARIO 1) Lo imaginario. 2) El sueño nocturno. 3) El Ensueño Dirigido de Desoille. • Razones de utilidad. La relación consigo mismo: el hombre es lo que imagina. Una técnica experimental original. La posibilidad del darse cuenta. La aptitud de cambio y la capacidad de elegir.

4) La eficacia simbólica y la mentalidad primitiva. CAPÍTULO II ................................................................................................... 39 LA PSICOTERAPIA 1) Definición y discusión de las condiciones que la definen. 2) Planteo de bases y reglas exigibles para su práctica. 3) Importancia del concepto de psicoactivación.

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CAPÍTULO III .................................................................................................. 49 RESEÑA HISTÓRICA 1) 2) 3) 4) 5)

Orígenes. Información general. Mención de los distintos intentos. Evolución en el siglo XX. Desoille y la creación del E. D. Método experimental original. Ampliaciones del Prof. Dr. Mario Berta. Qué es y qué no es el E. D.

CAPÍTULO IV ................................................................................................. 61 LA TÉCNICA 1) 2) 3) 4) 5)

Condiciones ambientales. El acuerdo con la espontaneidad. La relajación muscular. Su inducción y el nivel aconsejable. Serie temática inicial y sus razones. Variantes posibles. Elección de propuestas ulteriores. Las imágenes de partidas personales (sueños - recuerdos - síntomas - situaciones reales - etc.). 6) Tiempos habituales. 7) La sesión creadora. 8) Análisis del material. Participación del paciente. El autoentrenamiento. 9) El aprendizaje de la espontaneidad. Su evolución. 10) Etapas sucesivas. • La función eficaz de la «información» sentida como propia. • La utilidad sumatoria de las conductas positivas simbólicas. • La persistencia de lo visto y reconocido para nuevos mecanismos de conducta estables. • La aplicabilidad en lo real del deseo de cambio y su desarrollo.

CAPÍTULO V ................................................................................................... 75 LA DEVOLUCIÓN DEL MATERIAL 1) Función del terapeuta. • La prudencia y lo mínimo de la transferencia. • El abandono de la rigidez interpretativa. Cada símbolo es propio. • La inexistencia de diccionarios para las significaciones.

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• El «manejo» estimulador y la participación del paciente. • La función catalizadora respetuosa.

2) Los posibles planes de psicoactivación. CAPÍTULO VI ................................................................................................. 79 LAS CONDICIONES DEL ENCUENTRO CLÍNICO 1) Las tres etapas de información previa: • Entrevista clínica detallada. • Biografía personal del paciente. Sus temas básicos. El compromiso. • La prueba de anticipación y su importancia. Descripción. Utilidad diagnóstica y pronóstica. Autoaplicación (si corresponde).

2) El registro escrito y los comentarios sobre el E. D. del paciente. 3) ¿Es necesario un porcentaje del factor «empatico»? 4) Complementos intervinientes en el análisis del material: asociaciones - recuerdos - hechos - etc. 5) El señalamiento o destaque del «darse cuenta». 6) La función básica de la consigna «secreto», estímulo de la búsqueda del E. D. 7) Los «objetos» secundarios destacados en el relato. Significaciones potenciales ¿complementarias? 8) Las funciones del movimiento vertical. Lo esencial de su uso y la realidad de sus efectos. 9) La posibilidad del E. D. Colectivo. Sus razones. Metodología. CAPÍTULO VII ............................................................................................. 113 LA INDUCCIÓN FARMACOLÓGICA 1) El E. D. activado con sustancias psicolíticas. Fundamentación. • Historia de antecedentes. • La Escuela Uruguaya desarrollada por el Prof. Dr. Mario Berta. • Método original empleado. Manejo de la sesión. Tiempo.

2) Resultados en los casos difíciles. Ejemplos de casos. Proporción de éxitos. Seguridad comprobada. Ensayos en otros medios científicos. 3) La circunstancial suspensión del procedimiento. -9-

CAPÍTULO VIII ............................................................................................ 137 TERAPEUTA DE ENSUEÑO DIRIGIDO 1) La importancia de la formación regulada. 2) Condiciones básicas exigidas. • Experiencia propia. Cursos. Pruebas. Controles. Tiempo.

3) La utilidad del conocimiento en los aportes complementarios. Métodos. Situaciones oportunas para su efecto ampliatorio. 4) Las «resistencias» bloqueadoras. Técnicas de resolución. Enumeración. CAPÍTULO IX ............................................................................................... 149 VISIÓN GLOBAL 1) La utilidad confirmada 2) El rechazo al unilaterismo teórico 3) La polivalencia aconsejable y los «trucos» circunstanciales de solución. 4) El objetivo permanente: la vivencia legítima y los «otros» niveles posibles 5) El síntoma como señal y los caminos de la solución conflictual 6) Qué es lo que constituye la condición neurótica. Qué supone la curación. CAPÍTULO X ................................................................................................ 161 SITUACIÓN ACTUAL 1) La Sociedad Uruguaya de Ensueño Dirigido. Sus 8 años de trabajo. Realizaciones. Resumen. 2) Las ventajas terapéuticas de un modo de proceder que entiende al individuo como un todo bipolar, qeu busca su nivel. SELECCIÓN

BIBLIOGRÁFICA

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PROPÓSITOS DE LA PUBLICACIÓN El autor intenta con la creación de este texto, que tiene el carácter de Manual, describir y demostrar lo que consideramos las muy especiales virtudes de una metodología terapéutica en uso en nuestro país desde 1960. A partir de la primera publicación en la revista de Psiquiatría del Uruguay en 1961 de los objetivos y principios técnicos del Ensueño Dirigido, su redactor el Prof. Dr. Mario Berta señaló clara y fundadamente, la modalidad original y la utilidad de este singular procedimiento, lo que ha reiterado de una manera u otra en sus diversas y numerosas obras publicadas hasta ahora, destacándose al respecto por su análisis profundo «Imágenes que curan» del año 2000, junto con el Dr. J. C. Benoit. Por tal razón básica mi aspiración actual sólo se justifica en la búsqueda de organizar lo que denominamos una estructura de consulta y formación basal, que pretende compilar las nociones y principio que la sustentan, acompañada de lo que son modelos de directivas aconsejables para su correcta aplicación. - 11 -

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Todo ello por supuesto integrándolo con el desarrollo y perfeccionamiento paulatino en el tiempo hasta su estado actual, incluidas las variantes propuestas y los procedimientos complementarios demostrados útiles, que amplían sus resultados. Como sabemos el encuentro terapéutico tiene múltiples técnicas. El E. D. Se destaca entre ellas por sus diferencias conceptuales básicas y la proporción de sus éxitos estables. Ello se explica porque determina el desarrollo evolutivo –en un tiempo comparablemente menor– de los potenciales siempre latentes en el ser. El uso de la IMAGINACIÓN DIRIGIDA según los procedimientos establecidos que vamos a describir –dedicándonos fundamentalmente solo a ello– exigen lógicamente la aplicación de normas determinadas para que sea eficaz, así como el conocimiento de las reglas de preparación exigibles para ser un psicoterapeuta. Este Manual tiene entonces en cuenta especialmente informar primariamente a quienes se puedan acercar con interés al tema, para que dispongan de los que llamamos una «estructura de guía» en los pasos para el primer manejo respetuoso y prudente de un material pleno de significaciones a resolver, siempre con la participación activa del paciente. Se aspira lograr con él un práctico acercamiento, productivo y estimulador, para la construcción de una conducta técnica básica y comparable. Las posibles «libertades» dentro de estrategias propias a poder desarrollar serán sin duda, ulteriormente, la consecuencia de la disciplina previa. - 12 -

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La consulta bibliográfica abundante –que se citará– ampliará seguramente el conocimiento que se desee más completo y profundizado. Estamos entre un punto de partida y el camino puede ser un «modo de ver» muy fértil con el cual sea posible construir, un nuevo «modo de vivir» en otro nivel existencial de cambio. Liberar ese «otro» que nos habita es la verdadera conquista que nos desafía como tratantes que persiguen ese fin. Para que con el «otro», los dos «sean uno».

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En mí habita un otro En mí habita un otro que se expresa por pausas, que tiene alas ligeras y sabe de palabras. A veces no lo escucho, tal vez por la distancia que posee el espacio, en esta breve casa en la que compartimos un no se qué, del alma. O tal vez porque el eco sube muy alto al cielo en un vuelo muy ágil, donde mi voz no alcanza. Él, es todo el asombro. Yo, soy sólo sustancia que transita en las redes de días habituales, que repiten los gestos y tiene sólo ansias de cosas cotidianas que siguen los modelos e ignoran las fragancias. A veces lo comprendo, a veces estoy cerca, a veces no sé nada. Y me quedo a su lado como sombra empañada de un cristal que refleja esa esencia inefable, de una verdad profunda que viene de la Nada. A. D. – 2003. - 15 -

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Capítulo I

LO IMAGINARIO «La imaginación es más importante que el conocimiento». Albert Einstein

El paso primario de nuestra relación con el mundo es el reconocimiento de la realidad a través de los sentidos y el asumir su exterioridad, como algo separado del Yo. Pensamos que lo calificable de segunda etapa sería la aparición de un modo de «ver», donde aceptamos lo general de las cosas. En ella al concebir un concepto global, sobre un objeto, un hecho, o una situación nos estamos refiriendo a la imagen o al término totalizador, creado por la síntesis a través de la percepción y utilizado con intención de expresar un «resumen» estable de lo real, dentro de la corriente del pensamiento. - 17 -

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Su valor de permanencia se adquiere en general, a través de una presencia representativa –variable o no– que es extraída de las imágenes infinitas de la objetividad concreta. El término conceptual «animal» por ejemplo, no es específico. Nace y se instala individualmente en cada uno y traduce nuestra idea del referente. En este concepto final concentramos la captación de lo objetivo de una cosa a la cual se le agregan después, todas las valencias posibles y espontáneas del Yo, que le suman los significados afectivos, simbólicos, metafóricos, etc. En lo que podemos llamar el nivel de lo imaginario, aunque se sigan cumpliendo las leyes de una estructura ligada al pensamiento racional, podemos desarrollar en una creación interna, la posibilidad de variar las reglas físicas y adquirir una diferente libertad, sobre todo a través de lo simbólico, que tiene la magia de los cambios y las posibilidades más diversas. Adquirimos en ese nivel la capacidad de variar las reglas y hacerlas tan elásticas como lo deseamos, abandonando los límites habituales y fijos. Por eso aún siguiendo dentro de los mecanismos básicos y por ellos saber que no poseemos alas, nos podemos «ver» fácilmente planeando como un cóndor sobre las alturas de los Andes. Esta dimensión distinta de la que todos tenemos conciencia y experiencia, representa un instrumento típicamente humano y se constituye en una constante actividad psíquica que representa sin duda la condición de ser persona. Somos resultado de la existencia de lo imaginario, habitamos dos realidades: la exterior concreta, a la que nos debemos y la interior invisible para los otros y solo nuestra. - 18 -

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Es en este plano de representaciones creativas, personales y sin límites, donde practicamos todos los poderes, nos vestimos con todos los disfraces y construimos en paralelo, otra dimensión, para nuestros deseos, nuestros odios, o nuestros amores. Allí se liberan los potenciales de transformación y el símbolo reina inadvertido y se expresa con su real poder. Allí inventamos una materia diferente que está a menudo más allá, de lo que nos creemos capaces. La imaginación tiene entonces una condición complementaria, convirtiéndose en un segundo lenguaje indispensable. Tanto como para presentarse en nuestra psiquis todas las noches, o para ser nuestro refugio o nuestra fuente de inspiración en el período diurno. Su comprensión es indiscutiblemente de gran utilidad terapéutica, porque a favor de lo imaginario y de su explicación –que es posible para el observador con metodología científica– se llega a la intimidad de las intenciones, a la de las causas, a las anticipaciones y las advertencias, etc. Lo imaginario se nos revela, como un fertilísimo «campo» para la comprensión de contenidos significativos, puesto que es precisamente en esa especial virtud de la psiquis, donde estos contenidos se siembran crecen y florecen, dentro de esa otra vida con un alter ego que nos representa. Se puede «estar en el mundo», porque así debe ser, pero de continuo también pertenecemos a un segundo modelo existencial (podría decirse en cierto modo virtual) que hay que conocer, para que esa revelación se pueda constituir en terapia. Hemos dicho virtual, no para definirla con ese término, con tantas implicancias, sino porque ha aparecido en - 19 -

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Internet curiosamente un juego de mucho éxito, que apela a su creación en la pantalla, «online». Allí los usuarios inventan una segunda oportunidad para vivir, lo que no son, experimentando «lo imposible», para su cotidiana existencia. Su creador Philip Rosedale, llama a su juego «Second Life» («Segunda Vida») y lo define como «un país». Lástima es decirlo, sin intención dirigida hacia el cambio, ni como plan terapéutico. Desde la génesis de esta «realidad haciéndose» interiormente, debajo de la «realidad mecánica» (Bergson) se puede afirmar sin dudas que es una de las que más ha permitido un «movedizo» modo de relación interna con la vida y la libertad de las metáforas. Después en su evolución, tomó el carácter de uno de los mediadores permanentes e indispensables con los objetos, los hechos y las situaciones, con la función de contribuir junto a lo puramente racional, a la interpretación y el descubrimiento de lo universal en lo singular y de anticipar el futuro, basándose en la percepción del presente, la experiencia del pasado, en el manejo de la capacidad de construir lo nuevo, etc. Una de las mayores potencialidades del acto de imaginar, es su poder o su magia de estimular y abrir el Yo, a la intuición de correspondencias y a los símbolos. Al afirmar lo expresado no hemos pretendido definir su naturaleza, ni sus fuentes, ni sus mecanismos. Lo que deseamos subrayar es que todas las especulaciones, los estudios y las investigaciones realizadas a lo largo de la historia de la Filosofía sobre este capítulo del pensamiento, realzan la descripción que subraya lo imaginario como una capacidad ilimitada, que logra plantear en una dimensión creada, diríamos con «los ojos cerrados», lo que nos desa- 20 -

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fía en lo cotidiano o lo extraordinario de la vida, en el juego del niño, en la expresión artística, en la búsqueda de explicación científica de los que nos rodea, en los mitos y las religiones, en los sueños nocturnos, en los ensueños diurnos, etc. Es evidente pues que la capacidad de pensar imaginariamente y de vivir racionalmente, son aspectos asociados de una global función totalizadora y definidora de nuestro Yo, que a la postre están siempre unidas. Es posible decir entonces que lo capital de los imaginario como plano psíquico, es su condición natural de llevar una mayor libertad en si, más su innegable valor para ser una base anticipada para la modificación de lo que nos rodea o nos compone, para estructurar nuevos modos de actuar, o para soñar los deseos de la fantasía y lograr ser de otra manera. La imaginación conduce entonces por definición a la conciencia y la construcción de otras posibilidades –sólidas o no– y también a la búsqueda de su realización, para aprender otras conductas en el espacio exterior o en el interno, aún haciéndolo a veces a través de una comunicación misteriosamente «cifrada» como en los sueños.

EL SUEÑO NOCTURNO Vamos a intentar describir muy resumidamente, esta diferenciada manifestación nocturna, que aparece como una distinta y especial conducta cotidiana. Esta sucede constantemente cuando dormimos y se repite de cuatro a seis veces por noche, durante períodos que duran de cinco a treinta minutos. Tal episodio siempre reiterado, pone de relieve la significación indiscutible que posee, porque implica - 21 -

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biológicamente, una necesidad basal del proceso mental normal. Su intencionalidad permanece aún más allá de la explicación científica completa, pero su presencia demostrable experimentalmente en todos los mamíferos, pone el acento en la importancia de una programación genética que se traduce en ese «lenguaje» nocturno repetitivo, que nos habla con imágenes y palabras y que se ha puesto en evidencia perfectamente en los estudios de laboratorio como algo indispensable para el sistema nervioso central y el Yo. Lo que está totalmente certificado por su constancia inevitable. Su descubrimiento en 1953 lo realizaron Aserinsky y col., los que hallaron un estado hípnico, ignorado hasta entonces, que se presentaba con rápidos movimientos oculares y activación en el electroencefalograma. Si se despertaba a la persona, se recordaba haber soñado en el 85% de los durmientes. Había aparecido un procedimiento técnico experimental objetivo que podía registrar, ese nivel de actividad diferente y pudo afirmarse científicamente que no era entonces el sueño, un estado homogéneo. El electroencefalograma, el electromiograma, etc. Y sus nuevos resultados, lo habían convertido en un fenómeno complejo. Se pudo comprobar –sin dudas– que ciertos períodos del E.E.G. mostraban en frecuentes ocasiones, trenes de ondas rápidas y de escasa amplitud, atonía muscular y variabilidad de la frecuencia cardiaca, movimientos oculares rápidos conjugados y subida de la presión arterial, acompañados de activación de los órganos sexuales. Este período se llamó R.E.M. (rápidos movimientos oculares en inglés) y su presentación gráfica, era equiparable a la de la vigilia. - 22 -

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Se pudo comprobar también que su importancia para la salud primaria del sujeto de experimentación es de tal significación, que si el sueño de ese período era interrumpido artificialmente, se volvían más frecuentes los intentos de lograrlos primero y en una segunda etapa era posible, la aparición de un estado pasajero, próximo al ánimo delirante. Como dijimos no se conoce todavía la genuina función de esos especiales episodios, pero es notorio que resultan absolutamente indispensables para dormir. Corresponde agregar que existe también, un demostrado pico de secreción de la hormona de crecimiento en la sangre y se produce un notorio aumento de la irrigación y del metabolismo cerebral. El dormir «onírico» no resulta entonces una etapa de simple reposo. Por lo contrario se da, como una cíclica e inevitable manifestación de ese «otro nivel» diferente que señalamos al principio y que divide el descanso en dos partes: 75% para el llamado sueño lento y el 25% en estado de sueño rápido o paradójico (R.E.M.). Profundo el primero y cercano a lo vigil el segundo. La comprobación de su infaltable vigencia, estudiada a lo largo y a lo ancho de los centros científicos y del tiempo, pone de relieve que nos hallamos frente a un hecho biológico y psíquico, primario, que existe con carácter de indispensable. Se ha dicho desde el punto de vista psicológico, que como existencia el hombre posee una estructura con dos compartimentos: la Vigilia y el sueño, cumpliéndose así una vez más con la dinámica bipolar que se presenta de continuo, en la totalidad de la existencia. El cuerpo y la psiquis, lo externo y lo interno, etc., integrando siempre dos mitades complementarias. - 23 -

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En este caso, una conciente de lo real y la otra inconsciente en parte, de los significados en su razón de ser intencional, pero vivida noche a noche en base a la presencia de este singular e insustituible nivel, con su particular gramática. Sabemos que en esta realidad onírica, el espacio y el tiempo adquieren otro significado, que en ella el temor puede ocultar un deseo y que lo aparentemente imposible puede ser una anticipación, etc. Estamos entonces ante dos realidades, en una de las cuales el valor simbólico es lo primordial y que este, no es agotable en una interpretación única, siendo sus imágenes componentes, un probable «mensaje», con un sentido a descubrir (según las escuelas teóricas utilizadas). Cuando esta estructura imaginaria se da en nosotros mismos y se nos aparece como un mundo propio innegable –aunque de argumento habitualmente oscuro– si bien oculta más o menos su contenido y su planteable intención, «espera», por así decir, ser comprendido como la manifestación críptica de las profundidades más íntimas que nos habitan. Paradójicamente es así mismo, una típica manifestación simbolizada para «decir» lo reprimido o la oportunidad de una expresión de «fuerzas» para crear el futuro. Muestra también a la vez la profunda permanencia de los arquetipos de Jung y especialmente la vivencia, de un interior absolutamente personal, donde somos dueños únicos y estamos auténticamente solos. Sin saberlo el soñante asiste como único testigo y se abre sin apoyo alguno, a su propio misterio y al «milagro» de crear un universo donde es posible potencialmente, obtener la información suficiente que le permite aprender y comprender de si mismo. - 24 -

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El sueño en suma –psicológicamente considerado– puede ser en ese período nocturno una prefiguración dramatizada metafóricamente, que se presenta con un lenguaje condensado, desplazado, encubierto, etc., donde puede estar la señal o la solución de una verdad afectiva, de un futuro que espera, etc. Es de destacar la ciertamente sorprendente captación –espontáneo intuitiva– de sus posibilidades, reconocidas y utilizadas y firmemente creídas, a lo largo de los seis mil años de historia escrita. Los pueblos, las culturas, las religiones, los mitos, el arte, la filosofía, etc., supieron comprenderlo –no científicamente– sino «sintiéndolo» como un lenguaje interior o de los Dioses, a tener prioritariamente en cuenta o a seguir con absoluta fe. Tanto en los libros sagrados como en las tradiciones, en las creencias populares como en las interpretaciones «sabias» de cada época, su comprensión o su desciframiento, fueron –y son entre los grupos más primitivos– de capital importancia. Para terminar el tema decimos: en este vasto universo de lo imaginario, onírico u oniroide, que emerge a pesar de lo conciente racional –de forma similar y en una estructura que en parte se parece– se apoya el planteo del Ensueño Dirigido de Desoille y es con él con el cual accederemos por imitación, a la puesta en marcha de «otro modo de ver» y de vivir comprometidamente, una realidad inventada, no condicionada por la lógica cotidiana, aunque conserve las reglas básicas del pensamiento y finalice también con un mensaje a descubrir, sin que sea notado mientras se desarrolla, pero con la singular participación de un «guía», que es un testigo neutro y autorizado, por el paciente. - 25 -

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EL ENSUEÑO DIRIGIDO DE DESOILLE Como inicio del tema básico de nuestro Manual, vamos a exponer un resumido historial de las bases que explican el desarrollo del E. D. por R. Desoille, su metodología original y la importancia del hallazgo experimental, como inducido «mecanismo» psíquico, que le permitió alcanzar un excepcional potencial de posibilidades terapéuticas, en menos tiempo y con una sesión semanal. El E. D. o sueño despierto dirigido como se le dice en otros medios, que demostró ser un original y muy útil método de acercamiento al inconsciente, fue utilizado y perfeccionado en la práctica, hasta lograr constituirse en un instrumento técnico que R. Desoille presentó en la década del 30 del siglo pasado. Este excelente investigador, realizando su tarea con absoluto rigor científico y especial captación intuitiva, sobre la base del ejemplo de procedimientos, en experiencias con otra finalidad de E. Caslant –las cuales presenció– advirtió en ellas un valor de movilización psíquica, que supo ampliar y utilizar inteligentemente. Su comprensión no habitual, le permitió trabajar sistemáticamente y en profundidad en la dirección final, de un especial autoconocimiento del paciente a través de lo que surgía como posibles causas o motivaciones personales, acompañadas a menudo, de vivencias de liberación afectiva o de inesperados logros, dentro de una experiencia de tipo oniroide. A través de dicho material surgente reconoció que a menudo conducían a cambios existenciales, reveladores, progresivos y ulteriormente exitosos. Así aprendió paulatinamente, a «orientar» al sujeto de experimentación, hacia «un nuevo modo de verse», estableciendo una dirección que guiaba la secuencia, - 26 -

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con breves y prudentes intervenciones y cuyo fin era tratar de mantener el flujo de la producción de imágenes y lograr así que se estructurara una «aventura» con cierta trama. Sin duda esto se diferenciaba totalmente de un sueño nocturno, ya que constituía un proceso creativo que tenía un principio y un fin y sobre todo producía un material completo, en lo anecdótico, el cual mostraba una sugerente cosecha de significaciones, mediante simbolizaciones propias o de tipo arquetípico. Su creación máxima implicó en especial, la utilización de un elemento original, fundamental y diferenciado de otras propuestas de la época y constituido por intervenciones muy breves y la presencia de un «testigo» que orientaba discretamente, con ciertas sugerencias mínimas, para que no se interrumpiera la expresión espontánea, y cuya función era solucionar impedimentos emocionales, obstáculos infranqueables o parálisis momentáneas, en los hechos relatados. Fue con esas directivas, que se puso en evidencia la existencia infaltable en el producto oniroide –expresado en voz alta describiendo el escenario imaginario– que en lo que aparecía era posible comprobar que los sucesos y los personajes en su presentación, tenían evidentes significaciones y que en los análisis ulteriores que realizaba junto al paciente, había una clara intencionalidad profunda, no percibida por el soñante, el cual en forma ingenua vertía sus inventados argumentos y sus diversas «aventuras», sin comprender que podían ser «mensajes» simbólicos o representaciones metafóricas de su mundo más oculto, tanto conflictual como presentador de posibilidades de cambio existencial. Las sesiones en que lograba las experiencias eran y así lo fue percibiendo, la manifestación de estructuras con sen- 27 -

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tido, que surgían libremente hilvanadas, respondiendo a la propuesta de un tema, una búsqueda en él, con diversas peripecias, las que finalizaban con un ascenso en el plano vertical de función fundamental. Estaba en cierto modo, frente a un producto asimilable en parte, al sueño nocturno, pero transcurriendo dentro de una esencial condición diferente básica: no caía en el desarrollo caótico o arbitrario, no perdía el motivo primario propuesto, no había interrupciones o cambios y por sobre todo la persona permanecía totalmente conciente, lo que aseguraba una secuencia. Lo más importante dentro de ese estado inducido libremente, en un tiempo de algo más de una hora, era la completa ausencia de captación de un análisis racional de lo que se decía. Agregándose a ello el sentimiento de producir algo propio, lo que lo convertía en innegable y por sobre todo indiscutiblemente ajeno al terapeuta. Es lógico que la intención profunda y simbólica, al no ser interpretada, adquiere el carácter de «representar» problemas o soluciones personales lo que podía permitir acercarse a los «orígenes», en las causas conflictuales o asumir un futuro, en un proceso de evolución hacia el cambio. En el Ensueño Dirigido, la persona como definición existencial, adquiere la condición, paso a paso, mediante este material que le pertenece íntimamente, a ser por si mismo el «hacedor –junto con su terapeuta– de una nueva estructura para su Yo conflictual, liberándose de su rigidez y del error, en soluciones adoptadas primariamente en la vida. Así lo interno y lo externo, la relación con el pasado, el presente y el posible proyecto de futuro, pueden transformarse en una realidad que se va aprendiendo a cambiar, - 28 -

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justificándose la afirmación de que este método es una terapia mayor, con efectos exitosos, demostrablemente estables y con una técnica repetible. R. Desoille (1880 – 1964) no fue el primero ni el último que utilizó lo imaginario para intentar crear un procedimiento terapéutico. Fue su consagración a la tarea y su particular actitud científica y sistemática, la que le valió por sus resultados, el manifiesto reconocimiento y respeto de sus contemporáneos, que apreciaron su conducta seriamente experimental y prudente. Es oportuno decir sin embargo, que su lúcida labor se realizó en una época que comprende un particular período fértil –que respetó las reglas científicas– iniciado, según se ha escrito, con Galton en 1883 y unos pocos años después con Binet y Janet, hasta comprender la totalidad del siglo XX. Largo período en el cual múltiples autores –al decir de Fretigni y Virel, por el año 60 sumaban más de 50– procuraron centrar en el manejo de lo imaginario, con diversos modelos de experimentación, el uso terapéutico de esta facultad del pensamiento que se apoya en la creación espontánea de un mundo personal. No obstante pensamos, es justo decirlo, que pese a sus indiscutibles méritos y a su utilidad, no llegaron como Desoille a la útil creación de una experiencia inducida, que facilitaba el autoconocimiento y las posibilidades de comprensión y cambio. Corresponde destacar especialmente que en nuestro país el Prof. Dr. Mario Berta, alumno del maestro, supo ampliar los límites de este método, haciéndolo alcanzar mayores niveles de funcionamiento, agregando detalles y campos de utilidad y completando con un enfoque existencial, la interpretación de sus significaciones simbólicas, fundando en 1960 el primer grupo de trabajo sistemático, en el Uruguay. - 29 -

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Para terminar esta introducción al Ensueño Dirigido de Desoille, resumiremos lo dicho con los siguientes conceptos básicos (El tema completo se tratará en el Cap. 4). ¿Qué es el E. D. –como se le denomina entre nosotros– y cuales son sus cualidades terapéuticas probadas? 1. Es especialmente útil porque es «un encuentro consigo mismo», en un plano de espontánea legitimidad, siendo además sólido por su demostrada eficacia, ya que es una creación propia, que se desarrolla ante los «ojos interiores» de cada uno, con un sentimiento de pertenencia total, Además todo lo que sucede depende mínimamente del terapeuta, que solo interviene brevemente para evitar el posible «caos» de lo inventado al azar, en lo imaginario del ensueño. La intervención mínima del guía consiste en «sostener» el tema dentro de sus consignas, pero nunca determina ni la trama, ni las peripecias, ni las imágenes, ni los desenlaces. Su presencia como observador autorizado, es la de un «solucionador» ocasional, intencionalmente breve, que ayuda a salvar un obstáculo o un impedimento en el argumento: una puerta cerrada insalvable, un muro sellando un pasillo, un personaje formidable que ataca, etc. 2. La intervención es pues, un «levantamiento» de las trabas que pretenden inconscientemente, imponerse, logrando así asegurar una continuidad y conservar cierta «dirección» hacia un final con intención metafórica. 3. En el proceso de análisis del material –en la semana siguiente– junto al soñante, se inicia un proceso de relación y comprensión con lo personal del sujeto y de sus síntomas, según directivas y la forma de procesarlo, que describiremos después con detalle. - 30 -

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4. Estamos pues, por la creación de Desoille y las importantes contribuciones de los sucesivos Investigadores, ante la utilización de un proceso imaginario inducido, que conserva la libertad básica y esencialmente permite ser y hacer, sin trabas lógicas, dentro de ese personaje en una «segunda vida», que lo puede conducir al encuentro de vivencias de cambio, a través de la experiencia de «ser otro», todo con plena resonancia afectiva. 5. Darse cuenta mediante los ensueños y su análisis, prueba que en el hombre ese vital plano de vida interior, resulta ser en parte, el «hacedor» potencial de lo que somos o podemos ser, volviéndose así un recurso terapéutico superior. 6. Finalmente, toda esta rica y utilizable dinámica interior y propia jerarquiza y señala al máximo nuestra capacidad de elegir, congelada por múltiples factores.

LA EFICACIA SIMBÓLICA Y LA MENTALIDAD PRIMITIVA Claude Levi Strauss*.-

1) El resumen de lo esencial de este artículo, por su importancia y sus implicaciones, merece una atención muy especial, por su relación directa con el mundo de las significaciones, que maneja el Ensueño Dirigido.

* Artículo publicado en la Revista de la Historia de las Religiones en 1949. Interpolado en su libro «Antropología Structural» –Edición Pilon 1958–. - 31 -

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Se trata de un extenso canto o sortilegio, practicado entre los indios «Cuna» del Panamá, que según el autor, ocupa una versión de 18 páginas, desarrollada por el traductor indígena en 535 versículos. El tema describe la conducta del Chaman que libera con su acción, a la «Purba», porción del alma del útero – de una mujer en trabajo de parto prolongado y difícil–. Esta se halla dominada y trabada en su comportamiento normal –en determinado sector orgánico, que el autor prueba ser el útero– por la influencia, pasada de límite o desviada, en su poder habitual del «Muu», que es la potencia responsable de la formación del feto. Todo el canto constituye pues, una verdadera demanda del «alma perdida», a fin de lograr su restitución luego de múltiples peripecias, tales como destrucción de obstáculos, victorias sobre animales feroces, gran torneo final, etc. Vencido «el Muu» –esa fuerza en el momento maligna– se libera «la Purba» de la enferma y el parto detenido tiene lugar, sin permitir –precaución esencial– que el factor perturbador, abandone el cuerpo de la mujer, porque le es indispensable. 2) Análisis y reflexiones del autor, a las cuales agregamos, con toda prudencia nuestra impresión. Todo el ceremonial transcurre obviamente, recurriendo a conductas y «fuerzas» del mismo plano mágico. La liberación es el fruto de una lucha que no significa la destrucción de la parte, actualmente «mala». En efecto, solo se busca frenar abusos –síntomas– mediante la acción del Chaman y sus colaboradores –espíritus protectores–, en una acción coordinada, según un plan, para - 32 -

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recuperar la fuerza vital –«Niga»–, constituida por la suma de los «dobles espirituales», particulares a cada órgano. Es evidente la importancia de este «manejo» que demuestra ser atávicamente comprendido y que implica la sutil captación de una «integridad anímica», que debe funcionar siempre completa, en todas sus partes. Tanto es así que al final del proceso se despiden dichas «partes», con una invitación a la reconciliación, tal como en una terapia que da ocasión a la conciencia a comprender y ajustar sus acciones más adecuadas. Siguiendo la observación de esta riquísima experiencia y de sus bases de primitiva espontaneidad, cabe señalar que el término, para esta clase especial de oficiante es el de «Nele», que lleva implícita la noción de sabiduría intuitiva y que además consiste en una capacidad de «visión» más allá de los objetivos concretos –al modo de un psicoterapeuta–. Para reforzar esta similitud, obsérvese que la cura del sufrimiento por haber perdido «su doble espiritual» –que equivale al control del alma–, consiste en un «viaje» en el mundo sobrenatural imaginario, que ha de liberar la porción dominada por lo negativo, que la ha capturado y de restituirla a su propietario, por el dominio del «infractor». Es de hacer notar que el autor señala por su cuenta, que tanto el «Muu», la ruta y la liberación, no son más que la representación del aparato genital femenino –sobre todo útero y vagina– en cuyo terreno se libra el combate, precisamente agregamos, por ser el sector problema de la distocia. Su asimilación a nuestros conceptos es tan sorprendente que se llega a hacer diferencia entre «alma», como idea geográfica –«Purba»– que tiene la posibilidad de serle hur- 33 -

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tada a su poseedor y la fuerza vital – «Niga»– que por ser la suma armoniosa de toda las «Purba», permanece trabada, mientras persiste el problema –distocia–. Es como si se dijera que el tratamiento, se apoya en una fuerza interior vital, siempre dispuesta a redimirse, cuando se conoce como conjurar cada alma de cada órgano, de modo de lograr su concurso armoniosos para la recuperación, que no puede darse si no se está totalmente integrado –en el «cuerpo jefe»–. Además para completar esa asimilación asombrosa, no solo se pierde esa armonía vital, cuando el «Muu» desordena las almas, sino que el órgano en cuestión más afectado –en este caso útero– es el responsable a la vez. Es evidente que este enfoque es asimilable al que considera el síntoma como «señal» y «defensa» o bastión de lo neurótico, cumpliendo el doble papel, precisamente por su condición básica, de pertenecer justamente al sector clave del problema. Otro detalle importante es que el sujeto no debe quedar sin el «Muu» –que es la causa del disturbio– so pena de «vaciarse» de fuerza, lo que se evita en el ritual con numerosísimas precauciones, largas de detallar. Todo sucede como si se supiera que el manejo de las situaciones debe evitar a toda costa, la simplista negación, jerarquizándose en especial, la importancia del control de las «partes». Es decir y medítese bien el significado, «el síntoma no es una fuerza mala sino una fuerza desviada». Resulta fácil comprender que el pensamiento indígena intuyó, tras la situación patológica orgánica, el mecanismo afectivo–emocional, que también la integra y puede - 34 -

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ser prioritario. Naturalmente de manera vaga, imprecisa y no formulada en nuestros términos actuales. Y no sólo tal principio es fundamental, sino también se capta la convicción de que en la ceremonia chamánica – con algo de la estructura del E. D.– el «guía y sus asistentes simbólicos» aparecen en cierto modo igual al terapeuta y los poderes mágicos. Los dos transitan una determinada ruta, lo que es bien ostensible en el texto del antropólogo. Y la entrada a esa ruta está señalada en el caso, precisamente en la vagina, que constituye el tema de relación directa con el problema (tal como lo hacemos en el E. D.). La «manipulación» ritual y simbólica a posteriori, del propio órgano enfermo –útero–, es lo que determinará finalmente la cura. No podemos menos que expresar la admiración que nos produce, en un pueblo primitivo, que con ella está claramente demostrándonos saber que su conducta, a través de un manejo simbólico–terapéutico es su fin ritual y natural concepto de eficacia. Nos sorprendió también, porque esa lucha dramática que se entrevé en la ceremonia –tan bien y tan intensamente expresada, entre «partes» buenas y malas– para la reconquista del alma, consagra a la acción directa, relativa poca extensión, destacándose en cambio los preliminares y desarrollándolos al máximo, con descripción cuidadosa de preparativos, equipo, itinerario, lugares, etc. En cierto modo al igual que en el E. D. Esta actitud singularmente sugestiva para nosotros, es destacada con énfasis, sobre todo en el principio, donde el citado autor señala el especial interés, en la «descripción de los incidentes de importancia retrospectiva». - 35 -

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Todo sucede –y es lo impactantemente igual al ensueño– como si el «oficiante» ensayara conducir a la «poseída», cuya atención a lo real está sin duda disminuida por el sufrimiento, a revivir de manera precisa e intensa, una situación inicial «y a percibir mentalmente los menores detalles». Y el parecido es tan hondo, que la situación mientras transcurre, introduce una serie de acontecimientos donde el cuerpo y los órganos internos, constituyen el escenario y el drama a la vez. En ese plano el «paciente» –como en el ensueño– olvida las «diferencias» entre lo psicológico y lo fisiológico –entre sus síntomas y sus respectivas imágenes– «permitiéndose» la expresión total del conflicto sin «temor» facilitándose y apoyando la evolución con los «espíritus invocados», de los cuales se hace una minuciosa descripción en cuando a «equipamiento y poder». Imaginemos por nuestra parte, que fuerza deben tener las imágenes en un mundo de tal naturaleza, puesto en marcha por un «ritual». Naturalmente y como consecuencia, reunidas todas las partes positivas, la participación vivencial del individuo y los efectos de esa «penetración», a través de todas las sensaciones, subjetivas o físicas, ha de ser incalculable. El primitivismo atávico de estos seres, les permite con «fácil capacidad mágica» –por la propia influencia de su nivel cultural– mover el universo simbólico y resolver en ese plano habitual para su mente, toda la situación en curso. Esta acción se produce dentro de una sorprendente y profunda intuición del plano psíquico, que aparece ma- 36 -

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nejado con estrategia y sabiduría, dentro de ese marco primitivo señalado. Ello les permite al final, con una «invitación a la reconciliación», evitándose con expresa intención –dice el autor– todo lo que signifique la destrucción de la «parte actualmente mala». Vemos así como se subraya con ingenua desconcertante capacidad de captación, un concepto esencial en el proceso psicológico de las modernas psicoterapias de enfoque profundo y existencial. En efecto, el punto de partida del ritual es que, un sector «natural y propio», perteneciente sin duda al individuo, constituye la parte perturbadora que incapacita, por hallarse fuera de la «armonía» habitual. Esto nos lleva de la mano, a una conclusión obvia y fundamental, que es un argumento de nuestro modo de proceder con los simbolismos del Ensueño Dirigido. Se trata de la idea básica de que la reparación o corrección –como se quiera decir– debe realizarse mediante un proceso de conducción, hacia la expresión de las metáforas, cargadas de significación y sobre todo el valor, de un encuentro consigo mismo.

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Capítulo II

LA PSICOTERAPIA Propuesta en un tema especialmente delicado. Trabajo presentado en la Sociedad Uruguaya de Ensueño Dirigido el 21 de agosto 2002. 1. 2. 3. 4.

Qué es Psicoterapia. Qué es ser Psicoterapeuta Cómo se define un Criterio de Curación. La importancia de la Psicoactivación.

1) Se hace psicoterapia cuanto una técnica elegida se concreta en un procedimiento psicológico que cumple con estas directivas: • Es sistemático – repetible – confirmado. • Es resolutivo de la sintomatología. • Procura y logra comportamientos nuevos, positivos y estables. - 39 -

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• Con un modo de relación específico con el paciente. • Tiene un enfoque teórico particular y científico. • Esa Psicoterapia será así consistente y potencialmente eficaz. 2) Es psicoterapeuta el técnico universitario que observa y trata de comprender, lo que señala o significa el fenómeno psíquico perturbado –sea síntoma o signo– de una alteración que pueda involucrar: • El carácter, • el rendimiento; • la adaptación a lo real, • la conciencia; • los sentimientos, etc. y que, una vez logrado el diagnóstico de la posible causa psíquica, a través de la historia personal, la clínica, los exámenes complementarios, la Prueba de Anticipación, etc., propone –entre las que pueda manejar– la más factible para el caso. Se puede afirmar que llega a esta etapa porque: a. Ha aprendido previamente a entender las posibles causas en juego, según sea la posición doctrinal asumida; b. ha aprendido a definir un proyecto terapéutico adecuado al paciente; c. ha aprendido a elegir la técnica psicológica para tratarlo. Sabiendo además que con su propuesta específica de tratamiento le demuestra al paciente: • Que es comprendido; • que tiene ayuda técnica con un método determinado; - 40 -

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• que su «mal» es conocido y tiene explicación y causa; • que se posee noción de pronóstico; • que se sabe lo que es posible hacer, de acuerdo con su individualidad y su situación. No está demás destacar que esto promueve, en general: • Una expectativa positiva. • Una tendencia a la tranquilización esperanzadora. • Una posible condición calificable de potencialmente «más permeabilizadora». Por lo dicho una PSICOTERAPIA por parte de un PSICOTERAPEUTA es: • Un encuentro o alianza con ciertas reglas, entre dos personas; • que trabajaran juntas en una tarea en común; • buscando poner en marcha capacidades de evolución, detenidas o alteradas; • todo lo cual puede conducir al desbloqueo de la rigidez conflictiva y estimulará el retorno de las conductas libres y exitosas. La psicoterapia es entonces una ayuda programada en un tiempo dado donde se siguen siempre estos pasos: • Definir claramente el o los problemas en juego. • Explorar las causas próximas o lejanas. • Tener en cuenta el pasado y el futuro. • Imaginar las potenciales estrategias para las posibles soluciones. • Seleccionar lo que es apto para el caso (una o varias técnicas). • Aplicar el método científico elegido, sistemáticamente. - 41 -

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• Calificar los resultados en un tiempo acordado aproximadamente. • Saber intercambiar en forma oportuna, las técnicas de trabajo. • Conocer los criterios de curación. Ubicado en esta posición proporcionalmente segura, el terapeuta ha de elegir: • Si es descondicionamiento o profundización en el inconsciente; • si es aprendizaje o elaboración conflictiva; • si es el encuentro con las posibilidades o el cambio del mundo exterior; • o si es, como puede suceder, la combinación oportuna. Su responsabilidad básica es por tanto realizar los cambios de tácticas para irse adaptando a las circunstancias y al tipo de cuadro cíclico. Por todo lo afirmado –desde mi punto de vista– se puede plantear NO ES PSICOTERAPIA consistente y legítima: • El diálogo de intercambio clínico, si no existe un método; • el apoyo simplemente empático; • la sugestión «paternalista»; • la explicación teórica. EL PSICOTERAPEUTA que quiere ser eficaz tiene por tanto en la formación su tema capital, porque: • Siguió y cumplió todos sus cursos y obtuvo su reconocimiento final; - 42 -

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• Hizo o hace un tratamiento personal con algún método reconocido, a fin de ser «sabedor» de sus problemas propios. • Tiene una actitud respetuosa frente a todas las metodologías. • No es rígido en su técnica y sabe ser abierto, para considerar al hombre y sus circunstancias. • Adapta su tarea a lo que es posible hacer y al medio cultural del paciente. Desde mi punto de vista, por tanto, no será pertinente confiar: • En el «curador» autodeclarado; • en el formado sin concluir programas bien calificados; • en el «actuante» que no tiene conciencia de sus propios conflictos; • en el que procede sin los asesoramientos oportunos cuando son necesarios o sin las nociones de las patologías orgánicas; • en el que rechaza de antemano los posibles factores biológicos y el concepto de un eclecticismo equilibrado. 3) Los criterios de curación. Seguimos estrictamente en este capítulo, lo que estableciera y publicara el Prof. Lagache (Francia) por los años de la década del 50. a. «La salud mental es un equilibrio evolutivo y dinámico, entre una personalidad y su entorno». b. «Esto no significa que no existan índices de conflicto (de sufrimiento o de fracaso) que son atributos de la vida». «Es básico saber que la salud se constituye y se reconstituye». - 43 -

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Por ello Lagache atribuye a la curación de la salud mental ciertos caracteres generales, que varían en función de la realidad externa y son los definidores de su existencia: a. «Capacidad de producir y tolerar tensiones suficientemente elevadas y de reducirlas de una manera satisfactorias». b. «Capacidad de realizar sus posibilidades y de expresarlas». c. «Capacidad de organizar un plan de vida, que permite la satisfacción periódica y armoniosa de la mayoría de las necesidades y el progreso hacia fines alejados». d. «Capacidad de ajustar la conducta en los modos de relación con los otros». e. «Capacidad de adaptar sus aspiraciones a los hechos concretos». f. «Ausencia de angustia habitual o de sus equivalentes neuróticos». Es mi opinión –luego de lo expresado, resumiendo las múltiples afirmaciones de Lagache– que con la planteada guía posible en este tema, debiera llegarse en nuestro medio a una estructura de reglas básicas y exigencias estables que definan un modelo para las conductas y las normas a seguir, a fin de cumplir con los parámetros científicos. Creo que ellas señalan un camino ordenador y aconsejable.

LA IMPORTANCIA DE LA PSICOACTIVACIÓN Corresponde en el final de este especial capítulo sobre la Psicoterapia y sus reglas, abordar de la manera mas clara posible –y sobre todo conceptual–, el tema cada vez más - 44 -

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vigente en la Psicoterapia actual, de la llamada psicoactivación, calificada de «Tercera Revolución en la Psicoterapia» por el Prof. Dr. Mario Berta. Hemos seguido paso a paso sus lineamientos tratando de expresar en forma concisa solo sus bases, como corresponde a la presentación de un Manual. Antes de plantear el tema nos permitimos desde ya aconsejar la lectura de la citada obra para más detalles la cual fue escrita y editada en el 2001. En ella se expone la certidumbre conceptual de la estimulación activadora, que se basa en una teoría que busca cambiar la parcialidad doctrinal de un modelo que implica, el embanderamiento del Psicoterapeuta, sustituyéndolo por una actitud libre en su accionar y sobre todo optativa, ya que considera que el comportamiento unilateral, es el producto de una rigidez en el manejo de un tratamiento sin variantes oportunas. La natural multiplicidad de los Métodos Terapéuticos, sus razones, la diversidad de las teorías, la particularidad personal de cada paciente y la variedad de las situaciones vigentes, han mostrado puntos ciegos en la práctica de la Psicoterapia. Son esos puntos precisamente los que están complementados en la Psicoactivación. Además considera básico destacar en cada caso, que los elementos psicológicos actuantes, pueden intervenir en las más dispares situaciones y por ello variar la «ecuación». Confía el autor citado –y en consecuencia también pretende– que el conocimiento adquirido por el operador, le haga percibir bien y elegir lo mas adecuado para el que viene a buscar ayuda real, sumándole en lo posible el apoyo de una disponibilidad prudente y propiciadora de confianza. - 45 -

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Todo unido a una permanente y activa colaboración mutua, en el plan de trabajo. Se formaría así una unidad funcional de dos, siempre con la consideración de que ese «otro», es un cuerpo, un espíritu y una situación rodeándolo, por lo que debe ser considerado como una Totalidad indivisible. La finalidad a alcanzar será entonces sucesivamente, un diagnóstico, un proyecto y una terapia adaptada al caso, – activadora y autoactivadora– con la final intención de obtener un compromiso con todas las dimensiones existenciales. Estas afirmaciones que desarrolla extensamente el Prof. Berta en su libro, tienen íntima relación con la «Teoría de los Sistemas Generales» de Bertalanffy desarrollada en 1947, la que demuestra que todo es interdependiente y consagra una idea unificadora del comportamiento humano. Su noción de sistema tiene su raíz en la concepción orgánica de la biología y está centrada en el funcionamiento armonioso de un conjunto de elementos, que interactúan entre ellos y con su entorno. En esa «base de dinámicas interconectadas y armónica, la que se da en toda la realidad» (Bertalanffy), es la que explica y da razón de la interdependencia en lo real, justificando que la personalidad tenga las propiedades de un Sistema. «Resulta entonces que organismo es igual a orden dinámico de partes y procesos en interacción mutua», demostrando que ello se aplica a todas las disciplinas científicas. Estos conceptos llevados a la Psicoterapia conducen a una ampliación de la base clínico–práctica, denominada globalmente Psicoactivación. - 46 -

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Resumiendo, por supuesto en nuestras palabras, el listado panorámico de las opiniones, anotaremos en formulaciones cortas lo siguiente: 1) La unidad funcional cuerpo, espíritu, situación, son indisolubles. 2) La función del Psicoterapeuta es reconocer y comprender la importancia de la integración oportuna, en cada caso, de un manejo abierto y politécnico, según las situaciones. 3) La terapia debe considerarse siempre una activación, antes que nada. 4) El diagnóstico, el proyecto y la terapia adecuada son etapas que es necesario considerar básicamente intercambiables, puesto que constituyen una metodológica actitud intencionada, para lograr la eficacia del procedimiento. 5) Es necesario el decidido empeño mutuo y abierto de los dos participantes, sumándola a la consideración de la variable de la realidad, en una relación en la que los dos están implicados o asociados. 6) Se debe procurar en el procedimiento, que el paciente «aprenda de su enfermedad» y obtenga finalmente una «ganancia» de su congelado «error». No hay duda que los síntomas plantean siempre la exigencia de comprender y resolver. 7) Para esto es capital aprender a «dialogar» con esa manifestación o estructura sintomática adquirida y comprender en profundidad, que está transformada en imagen y es de hecho poseedora de una intención. 8) Todo proyecto terapéutico debe considerar toda la realidad individual que condiciona al paciente y lograr además que perciba la sensación de ser comprendi- 47 -

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do, no olvidando lo que cada uno es y lo que cada uno puede ser. 9) La personalidad del consultante pone ante nosotros su dimensión existencial y a ella es que adaptamos el proyecto de la acción, a conducir. Finalizamos volviendo a destacar estos básicos conceptos, señalados en el texto. • El hombre de ciencia necesita prepararse para «soltar y relativizar» la validez de su teoría y para poder cambiar si así lo demuestran los hechos. • Los modelos únicos por serlo, son siempre unilaterales y por definición no sirven para todo. • No es deseable que el Psicoterapeuta se identifique sin crítica, con un modelo –o instrumento metodológico– que por ser fijo, le quite su libertad. • Ser abierto, libre y flexible, sabiéndose adaptar al momento, comprendiendo además la estrategia de la eficacia según la situación, evita el peligro de ignorar, lo que es realmente útil y correcto para la circunstancia. • No se debe adjudicar al paciente algo que solo está en la mente del terapeuta, y es fruto de su «aferramiento» a una tesis. • El reduccionismo –a veces mezquino en una interpretación– dando una única explicación de un posible dinamismo, sobre una situación mucho más compleja, es un error demostrable, que limita la interpretación completa. Concluimos con este especial sector del Capítulo II con el deseo de haber traducido adecuadamente, lo mas destacado de la bases, de un nuevo modo de pensar y encarar las terapias psicológicas. - 48 -

Capítulo III

RESEÑA HISTÓRICA A lo largo del Manual hemos tomado contacto con detalles de la historia de este método experimental. En este capítulo de información global proporcionaremos solo un panorama resumido, de un momento especial en la evolución del uso de lo imaginario por el hombre. Para posibles referencias más extensas, remitimos a la Bibliografía. No será este un planteo de un aspecto que se pretende agotar. Únicamente daremos nociones de los momentos que posean relevancia y tengan que ver más, con el relativamente corto período que llamaremos científico. Entendemos que será suficiente conocer los cambios fundamentales que se produjeron en esa etapa, la que trajo notoriamente un crecimiento casi «explosivo» de las investigaciones y los resultados, en el curso del siglo XX y su generalización internacional. - 49 -

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Con esta noción general se podrá comprender la dimensión de su importancia. A fines del siglo XIX y de todo el siglo XX, comenzó lo calificable de primer uso conocido de una conducta científica bien organizada, para este nivel psíquico, utilizando procedimientos sometidos a reglas repetibles en el análisis experimental y realizando un planteo final de sus posibilidades terapéuticas. Fueron entonces las publicaciones de Galton en 1883, las que definieron en ese tiempo, los que serían los potenciales de la «creatividad como expresión interior profunda». Consideraba así lo imaginario un instrumento específico para el inventor, para el artista, para el investigador, etc. Propuso asimismo por primera vez su utilización, como futura ciencia pedagógica. Abría de esta forma una fértil página por fuera de los comportamientos mágicos, míticos, especulativos, etc., de carácter intuitivo y emocional, que no asumían el análisis correcto y sin subjetividad. No se interprete que olvidamos la legítima importancia de la captación natural que se da en los profundos niveles del ser. Que además era un instrumento constante de comunicación, a través de sueños y vivencias, con sus Dioses. Por supuesto a favor de símbolos y signos interpretables y que ese comportamiento era continuo en las épocas y seguramente generalizado, instalándose como proceso espontáneo en todas las culturas. No calificamos este modo de actuar de equivocado. Solo queremos destacar la modificación del modo de ver, que el experimentador posee, regido por otras leyes. No fue por lo tanto lo de Galton –no ha sido posible hallar otro nombre– un «descubrimiento». Lo que se pro- 50 -

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dujo fue un cambio y constituyó algo diferente, que estaba determinado por sus exigencias para definir y aplicar una técnica científica, en el global sentido de la palabra, para encarar este plano de la mente. Lo significativo es que se dio el paso trascendente en el tema, mediante el análisis sistemático y el uso reglado de la reiteración y comparación de resultados sometidos a un plan con un propósito analítico de comprensión, de todos los factores en juego discernibles. Este manejo diferente con la conducta imaginaria ya aplicado en otras ramas de la ciencia, fue el que provocó la modificación y despertó la atención sobre esta posibilidad psíquica –que Freud inexplicablemente no exploró como podía haberlo hecho, pese a que sus estudios fueron prácticamente concomitantes–. Esta actitud dio la dimensión de Galton y provocó la apertura hacia el uso de otros modos de observación y explicación a través de nuevas experiencias metódicas. Así aparecieron a fines de siglo los aportes de Binet y Janet, ampliando conceptos y explicaciones. Es evidente que lo que importó para el tema específico, es lo que se amplió en el especialmente productivo siglo XX, donde está situado no solo el creador de la técnica del E. D. –que se constituyó en su realizador básico– Robert Desoille, sino que demostró ser el prototipo del verdadero estudioso, cuidadoso e interesado que abrió el camino a una conducta con los ensueños diurnos. Su proposición de temas específicos en estado de relajación, la estimulación cuidadosa y mínima de la creación, la propuesta de un desenlace final, el uso de lo mágico, el movimiento en la línea vertical, fueron sus «trucos» intuidos y exitosos, inspirados en experiencias de Caslant con otras intenciones. - 51 -

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Probó así que los resultados finales hacían surgir un material interior, espontáneo y productivo, con símbolos y sensaciones afectivas y con un posible sentido. El consiguiente análisis posterior de lo expresado verbalmente, descubría o guiaba hacia significantes y mostraba modelos de nuevas actitudes que con las imágenes proporcionaban útiles informaciones conflictuales que servían a los dos participantes. Haciendo además del testigo –el terapeuta– un elemento catalizador insustituible para colaborar prudentemente en la comprensión. Este mérito de Desoille, como hemos repetido a lo largo del Manual, fue convertido poco a poco en una terapia dirigida, según reglas que formaron un núcleo destinado a ser completado en las décadas siguientes, por nuevos aportes fundamentales. No implican estas afirmaciones la no existencia de otras técnicas ni la falta de dedicados y valiosos experimentadores. Como es lógico, ellos exploraron la imaginación con otros procedimientos de campo y con diversos enfoques para su utilización. Para demostrarlo bastará mencionar una comunicación ante la Société de Recherches Psychothérapiques de Langue Française, en noviembre de 1968, presentada por Fretigni y Virel –dos prestigiosos operadores en este nivel psíquico, titulada «La Créativité comme voie de guérison». En ella historian precisamente desde 1883, el estudio de esta actividad. El número de las publicaciones anotadas y de sus realizadores, año a año –antes y después de Desoille– es de cincuenta y siete. La lista se detiene en el sesenta y seis. Algunos son: Clark, Happich, Daudet, Guillery, Virel, Fretigni, Arthus, Bachelard, Thomas, Jung, Berta, etc. - 52 -

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Informamos estos datos muy generales para cumplir con el tema 1º del capítulo. Es evidente que este no posee una completud suficiente, pero lo hemos hecho con la finalidad de demostrar que la evolución permanente es el hilo conductor de la ciencia y la seguridad de su utilidad, comprobada en su repetición. Es posible repetir que su desarrollo en el siglo XX fue intenso, determinando por sus ventajas y resultados una vigencia destacada, utilizándose en numerosos centros científicos, en distintas naciones. Llegamos así a la que fue la importante participación de nuestro país, iniciada y continuada hasta hoy por el Prof. Mario Berta. Fue este autor e investigador reconocido y prestigioso en la patria del creador primario, quien alcanzó la posibilidad de sumar factores de perfeccionamiento de la técnica y del análisis del material, mejorándolo si es necesario con complementaciones favorecedoras. Luego de sus primeras experiencias personales en París con el maestro, entendió la importancia instrumental del E. D. y sobre todo, el potencial encare existencial que admitía el método. Al procedimiento básico se le hizo aportes de los cuales se probó la utilidad y se plantearon enfoques que no modificaban lo básico del modelo ni la estructura de trabajo, pero que demostraron poder ampliar las posibilidades, por ser útiles complementos con los que se dio un aumento de la eficacia final. En una categoría simplemente informativa haremos mención (en una lista) de los «cambios» que junto a sus colaboradores perfeccionó y publicó, primero en nuestros - 53 -

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medios especializados y después en Francia, siempre acompañado en ese país por autores e investigadores reconocidos. El E.D. tal como se le conoce ahora, posee lo nuclear de Desoille, más las contribuciones personales con diversos encares de Fretigni y Virel, Favez– Boutonnier, Fabre, Sivadon, Van Der Berg, Bachelard, Thomas, etc. Sin olvidar otros que como Sutter cultivaron aspectos fundamentales para el diagnóstico de lo psíquico –nos referimos a la anticipación– o que oficiaron de guías, como Jung o Teilhard de Chardin. Un colaborador especial ha sido siempre el Dr. J.C. Benoit, compañero constante del Dr. Berta con el cual ha sido coautor de varios textos. Resulta notorio que entre nosotros el citado especialista, figura original y guía fue quien propuso las ampliaciones en el proceso de aplicación. Todo esto justifica enumerar lo que sigue como «ventajas» metodológicas, que en sus procesos de progreso constante, deben procurar las creaciones que tienen capacidad de adaptación y futuro para los cambios. Los cuales son siempre posibles en un sistema abierto.

Normas metodológicas seguidas en Uruguay 1) Concepto de secreto Particular énfasis en su halllazgo. La indicación dentro del tema de una búsqueda de algo oculto, que se presume custodiado y es necesario hallar, eleva el valor simbólico de la aventura. Su naturaleza y su conversión mágica final, es muy rica y significativa, dándole un objetivo al desarrollo. - 54 -

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2) Concepto del grado de libertad creadora Afirmación –frente a otras variante técnicas– de la no existencia de una creatividad «caótica». Ésta debe tener una finalidad mantenida (no rígida). Se trata de no aceptar entonces el fantaseo de la «rêverie», con un claro juego de imágenes, precisamente sin dirección. Si fuera así no hay productividad y la estructura laxa no es tan útil. Dirigir, por supuesto sin imponer, es diferente a aceptar «salirse» de las consignas implícitas en un argumento.

3) Concepto de dirección del E. D. El propósito de establecer grados de manejo conservando cierta neutralidad correcta en el testigo –terapeuta– no significan un «dejar hacer», en el curso del E. D. El mismo siempre debe conservar una coherencia mínima, que mantenga el tema. Esta oportuna «limitación» es lógica frente a las evitaciones defensivas, que deberán ser resueltas, siguiendo las consignas. Sólo si se produce la constatación clínica de una reacción de tipo angustioso –no frecuente– frente a una situación traumatizante, se aconseja detener la trama, la cual será suspendida utilizando las vivencias tranquilizadoras del ascenso, para calmar y resolver la situación en esos pocos casos.

4) Concepto sobre el proyecto La jerarquía de este, para el completar el diagnóstico, implica haber comprendido la situación existencial total del paciente y haber ajustado las estrategias en el proceder. Las variantes que sean oportunas, se ajustarán según las circunstancias evolutivas. - 55 -

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5) Concepto de interpretación del material Fundamentalmente debe estar libre de rigidez teórica y unilateral. Siempre será abierta a los distintos modos de «ver» los significados. Es necesario admitir básicamente que lo global del sujeto no está solo en una etapa conflictual del pasado. Es indispensable captar lo que expresa la enfermedad, las posibilidades potenciales de ese ser y los valores latentes. Por eso es capital la «diversidad de las bases interpretativas y el énfasis en el estímulo para que sea el paciente quien busque y encuentre los significados de sus imágenes, que así serán sentidas como legítimas.

6) Concepto de la jerarquía de la verticalidad Como función capital, tanto en el descenso como en el ascenso, la vivencia del movimiento en sus direcciones, son portadoras de significados arquetípicos, conflictuales personales y de factores de cambio, que se hacen o se vuelven factores de evolución. La noción del polo negativo al cual sucede la vivencia y el descubrimiento del positivo, es un instrumento de la curación ya que implica la respuesta con la anticipación de otro modo existencial.

7) Concepto de la anticipación y su diagnóstico Su uso como Prueba –fácil y rápida– es indispensable. Ella completa el diagnóstico y proporciona información de lo conflictual, de los cambios potenciales y de las soluciones. Ella es también productiva en imágenes a utilizar en E. D., en la explicación de síntomas y en el análisis de «fuerzas» coartadas. - 56 -

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8) Concepto de complementación Esta conducta en el curso del tratamiento con E. D. que aconseja el uso de otras técnicas auxiliares y circunstanciales, tiene dos motivos: • El 1º es resolver defensas rígidas y dar solución a los puntos ciegos en una evolución, que se mantienen sin resolver. • El 2º es destacar que la polivalencia técnica es una ventaja que tiene en cuenta los beneficios para el paciente, considera sus tiempos y no tiene reparos en usar recursos que puedan ser «destrabadores» y activadores. Esa actitud debe ser natural en el terapeuta y la meta que siempre debe proponerse alcanzar. Como vemos la permanencia, que destacamos, de este manejo y la constancia de mantener la estructura primaria de Desoille, hace de la Escuela Uruguaya un ejemplo de amplitud metodológica que conduce a este abierto comportamiento, cuando las circunstancias lo requieren. Al fin y al cabo estas son las normas que rigen las actuales tendencias a la Psicoactivación, siempre dispuesta ante los procedimientos y recursos complementarios oportunos, que consideran al hombre como una totalidad evolutiva.

QUÉ ES Y QUÉ NO ES EL E. D. Terminamos este capítulo mencionando conceptos sobre este tema que creemos necesario plantear. Establecer como lo hemos hecho, lo que es la esencia de este tratamiento y su proceder, es más que una base teórico–práctica. Constituye además una conducta siste- 57 -

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mática con decenas de años de prueba. Expresarlo no es una posición extrema, sino una apreciación que pretende ubicar al lector dentro de los límites que una tecnología posee para seguir siendo tal. Nadie acepta con toda razón que no existan variaciones y que estas se hayan producido en el E. D. Pero es también cierto que en su natural evolución en el tiempo, la práctica y la búsqueda de complementos favorecedores, se hicieron, conservando siempre los lineamientos básicos de Desoille ateniéndose a sus fundamentales condiciones. Ninguno de los «agregados» cambió su estructura primordial. La advertencia a tener en cuenta, es que si cambiamos más allá de cierto grado el procedimiento: inducción, dirección, argumento finalista, interpretación, etc., indudablemente se está procediendo a establecer una variación de la base metodológica que podrá posiblemente ser útil a las ideas y enfoque del técnico, pero es cierto que ya no será un E. D… , claramente. Este comentario o mejor dicho juicio, no quiere ser una condición rígida que pretenda determinar únicas posibilidades, pero apunta a que las variantes que se «salen» demasiado fuera de las normas de Desoille y modifican la estructura de su proceso primitivo, están sin duda constituyendo en realidad, otra psicoterapia –con todo derecho sin discusión– pero no pueden recibir la calificación de E. D. Por lo que afirmamos nos proponemos señalar las «fronteras» necesarias a tener en cuenta: 1) Un E. D. sin secuencia productiva –establecida y probada en resultados– que omite además la constante finalidad de: un desarrollo, un hallazgo, un cambio mágico, etc. en la línea vertical, no cumple las con- 58 -

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signas y se aparta de las directivas que son el fundamento de su acción. Se ha propuesto por ejemplo, la libre ensoñación o la intervención más frecuente del testigo, etc. No estamos entonces ante lo que es la esencia misma del Ensueño Dirigido de Desoille, que posee una estructura teórica y probada. 2) Cumplida la secuencia imaginaria, el traducir a través de una única forma de interpretación teórica – siempre parcial por definición– es una conducta limitada, que está ignorando los propósitos metodológicos de la conducta abierta, activadora y existencial del operador que aplica el procedimiento. Este debe ser siempre consecuente con las bases de una actitud y de un manejo técnico bien entendido. Ella es el deber del psicoterapeuta que aplica este sistema, que establecemos a lo largo del Manual. 3) La complementación bien elegida según las circunstancias, no será un proceder permanente, sino un comportamiento del técnico, de uso estimulador, resolutivo y de «ayuda». Es de hacer notar que asociaciones «instrumentales» permanentes no han demostrado un beneficio defendible solidamente. 4) Las imágenes–símbolos, están cargadas de la totalidad del ser y no sólo son conflictos esquemáticos del pasado para su única interpretación. En ellos está también el futuro potencialmente junto a sus posibles soluciones, junto a los Valores, mundanos o trascendentes, semillas del juego bipolar del espíritu. No se dejen de lado estas reflexiones. Por lo contrario deben estar siempre presentes de parte del futuro especializado en su delicada tarea. - 59 -

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Capítulo IV

LA TÉCNICA El autor desea explicitar un preámbulo aclaratorio, para este sector del Manual, el cual trata sobre las reglas a cumplir para la aplicación del método. En él expresamos nuestro deseo de que en la descripción detallada del procedimiento, todo lo que afirmamos, sea claro y concisamente explicitado, dentro de los límites más didácticos posibles y con una obligada brevedad. Lo que vamos a afirmar y sobre todo tratar de justificar, buscará ser una fundamentación y a la vez una «guía primera», para la comprensión sólida de las bases que lo sustentan, mediante una descripción de lo esencial de las directivas que son la razón del método. Creemos que en la expresión del proceso de una técnica se debe enseñar, para ser atendida y entendida, un núcleo básico de primer contacto, que de la noción más precisa posible, de la creadora estructura activadora de Desoille - 61 -

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y de las sucesivas normas y ampliaciones de su desarrollo pragmático en el tiempo. La explicación y justificación –repetimos– en la presentación a realizar, dará las razones de sus resultados exitosos y la constatación de las ventajas de su utilización, dentro del nivel psíquico simbólico –individual y arquetípico– en que se produce. Las justificaciones más profundas están en la Bibliografía. Por cierto lo que sigue será la repetición resumida de lo escrito, en la profusa literatura especializada, por tantos autores reconocidos –y entre nosotros especialmente, la sólida y abundante obra del Prof. Mario Berta–. Pese a ello nuestro propósito se conserva en su intención, por ser un intento de presentar en este Manual, un panorama global básico de conocimiento primario para dar a conocer este modo terapéutico, como primer paso hacia la información de ese demostrado «nudo de relaciones», que es ser hombre y que nos permite acercar a su conocimiento, en su totalidad. Todo será por cierto mejor alcanzado, en profundidad y ampliación, si se completa con la correspondiente Bibliografía, que seguramente ha de ser consultada. Deseamos por tanto que sea factible ayudar a alcanzar la mayor comprensión, reveladora de una captación y del aprendizaje del manejo de ese potencial devenir que nos habita y espera y que además, es un desafío para el cambio, a fin de «ser otro». Pasaremos al correspondiente desarrollo, advirtiendo que el orden de los temas que lo componen y de cada una de las condiciones y conductas a describir, para la obtención de este particular material imaginario, serán un personal logro técnico del operador, el cual ha de tratar de plan- 62 -

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tear en sucesivos escenarios y sus peripecias, una conducta activa del paciente –siempre con clara conciencia– viviéndola en otra dimensión interna, fuera de los tiempos, los espacios y los principios lógicos habituales. Será así, desde ese momento, como un habitante de un mundo mágico absolutamente personal y estará entregado a sus reglas y a sus fuerzas, dentro de la estructura espontánea creada, con un pasado, un presente, y un futuro, paradójicamente, todos intervinientes en mayor o menor grado. La sorpresa para el «soñador» es que ese conjunto será demostrable en los personajes, los hechos, las transformaciones, en los detalles de apariencia secundaria, etc. Será y así lo debe asumir el aspirante, un «sembrador, cultivador y cosechador», de una aventura inventada libremente, siempre con un sentido y con el potencial más o menos oculto, de las que han de ser las «respuestas» buscadas a las conflictivas.

CONDICIONES AMBIENTALES 1) Para proceder adecuadamente y facilitar la «entrega» del paciente a su mundo interior, es básico el procurar un medio ambiente, donde se halle apto para esa indispensable concentración en las imágenes espontáneas y alcanzar en ellas la creatividad diferente. Todo ha de transcurrir en un preparado ámbito de relativo silencio y el posible mejor aislamiento, con una comodidad para el cuerpo, que vuelve de preferencia casi absoluta, el decúbito dorsal, agregándose una media luz discreta. La voz del operador será tranquila y se emitirá sin énfasis ni comentarios, hablándose únicamente en las ocasiones indispensables para mantener el flujo o para sal- 63 -

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var impedimentos en el curso del tema propuesto, o bien sugerir acciones oportunas en ciertas ocasiones. Siempre se buscará mantener una basal empatía, asegurándose la falta de toda crítica, desacuerdo o estímulo impropio. Las expresadas condiciones deben considerarse inquebrantables –lo que será fácil de comprobar con las experiencias propias exigidas– en las cuales será demostrado su valor productivo. Cabe aquí subrayar el planteo y el indispensable acuerdo previo, con el principio de la libre creación para el paciente, la cual será ampliamente justificada en su utilidad, a medida que se suceden las Sesiones y aumenta la resonancia emocional. En general no es difícil –salvo en ciertos casos de rigidez estructural– llegar al grado deseable de libertad imaginaria, la cual se va «soltando», a medida que se suceden las sesiones. Otro detalle a señalar es que no es rara la aparición de inhibiciones inconscientes, que son obstáculo en el camino de la secuencia imaginada. En esos casos el técnico debe mantener una «suave insistencia» en la meta final o el hallazgo del objetivo no admitiendo el recurso del «caos» salvador, con la sugerencia discretamente manifestada, de retomar la consigna. «Fluido» o accidentado, en cada experiencia el sujeto se hace más confiado y capaz en el manejo propio de su creación y aprende a reconocer –y evocar después– sus vivencias y las descubiertas implicancias, ejercitando las posibilidades de su yo y la reelaboración de su sistema relacional sin propiciarse la Transferencia, reducida a la proporción habitual de dos seres que se comunican. - 64 -

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2) Como facilitador orgánico directo habrá, previo al inicio, la necesidad de promover una relajación muscular y también anímica, que crea el estado hipnagógico –especie de Schultz intermedio– ni total ni demasiado poco, que se incorpora a la completud sistémica interrelacionada, como nivel de indispensable necesidad. El modo de inducción será aprendido en los Cursos, aunque ello no implicará ser un experto. A propósito del tiempo que insume, puede calcularse en no más de cinco a diez minutos. La voz a utilizar, su cadencia y tono y las palabras adecuadas, colaboran en alcanzar el estado favorable para «el dejarse ir» hacia adentro del universo imaginario personal, desarrollándose el tema en unos sesenta minutos. Es oportuno resaltar el habitual comentario positivo ulterior, como vivencia reconocida, el grado de entrega alcanzado y muchas veces el énfasis, en el bienestar final. Siempre constituye una ventaja real, ese modo de estar, que frecuentemente se convierte en un recurso de tranquilización repetible, que el sujeto elige alcanzar por sí mismo, lo que es de positiva utilidad terapéutica. 3) Inducida la indispensable relajación –en las condiciones ambientales citadas–, todo lo cual es siempre explicado claramente en las primeras entrevistas a la persona que aceptó el tratamiento, se procede entonces –una vez cumplidas las etapas de diagnóstico previas a la técnica en sí– al comienzo del método, en su clásica secuencia. Antes de continuar con los puntos de las etapas anotadas en el índice, corresponde hacer notar enfáticamente la importancia del movimiento vertical en el espacio interior del E. D. –descenso y ascenso–. Este factor de primer orden en la técnica, tendrá la extensión que corresponda a su valor. Aquí sólo anotare- 65 -

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mos su permanente presencia y su significación esencial, en la dinámica que contribuye a explicar y completar el cambio existencial del paciente. Por ser entonces esta experiencia especialmente diferenciada, anotaremos anticipadamente las tres razones de su uso y de su especial jerarquía –que advirtió con sabia intuición Desoille, en su período de participación en las investigaciones de Caslant–. Las tres razones que mencionamos son las siguientes: A) Su rol indiscutiblemente psicoactivador, capaz de contribuir al cambio de la actitud en el mecanismo terapéutico. B) La productividad manifiesta del uso de las «direcciones» en el espacio imaginario, que demuestran estar vinculadas a fuertes sentimientos –positivos o negativos–, dicho en términos generales y que prueban ser vinculables en parte, a las consecuencias terapéuticas y a la evolución progresiva de los cambios. C) Los niveles de vivencia alcanzados en él, por ejemplo en el ascenso, incluso provocan intensos sentimientos de paz, luz purificadora, armonía, poder, etc. Tales atributos, innegables en la práctica, fueron los que advirtió con anticipación Desoille, incorporándolos definitivamente como un componente infaltable en su trabajo de investigación, a través del cual progresaba aprendiendo. En el sector correspondiente a esta etapa del manejo técnico –ítem Nº 50– realizaremos más ampliamente, su desarrollo práctico y teórico. 4) Propiciada la relajación en un lugar con las condiciones ambientales citadas –todo lo cual ha sido siempre - 66 -

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explicado claramente en las primeras entrevistas diagnósticas, se procede al inicio del método en una atmósfera que demuestre una expectativa atenta. La experiencia de Desoille le demostró –ya ha sido dicho– la reiteración de ciertos «personajes», comprendiendo sus posibles implicancias significativas. Así constituyó una serie temática para el comienzo, relativamente estable, con el objeto de conocer el potencial de relación con las figuras primarias o la importancia de la visión de sí. Es útil saber que las eligió como señales o representaciones «cargadas» con un mensaje. La fértil serie – más amplia– tenía como temas: la espada (virilidad), la copa (feminidad), el brujo (objeto paterno), la bruja (objeto materno), el fondo del mar (lo profundo de sí), el castillo (posición frente al mundo), el dragón (lo custodiado), la Bella Durmiente (lo que espera), etc. A esas imágenes de búsqueda se agregaron en nuestro medio el espejo (imagen de sí), el teatro (el yo y el mundo), la flecha (el futuro), la cortina (lo disimulado), el tumor (la patología más íntima), la llave (la salida o la entrada), etc. Es de destacar el importante concepto de que la serie no es rígida ni obligatoria ni siquiera indispensable. Resultan a menudo más productivos los temas que podemos denominar propios: sueños – recuerdos – síntomas – situaciones reales – imágenes de la Prueba de Anticipación – etc. En el relato el personaje o el motivo clave del E. D. debe conservar su carácter de finalidad a buscar, dando a conocer sus reacciones y actitudes. En la inmensa mayoría de los casos se vuelve con el hallazgo dominado, en las más diversas condiciones, lo que ha de ser siempre un logro a alcanzar, aunque deba utilizarse cualquier tipo de recurso mágico. - 67 -

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La visión total de la técnica –Manual, cursos, experiencias personales, etc.– permitirá comprender mejor el papel que ha jugado en el drama visual. A ello llegaremos en el momento del análisis global. 5) Los tiempos habituales Este breve tema tiene el valor de un detalle que sin duda es relativamente secundario –en una técnica–, cuando lo que se persigue es de otro nivel. Sin embargo su planteo constituye una indicación para la orientación en las respuestas al paciente, que espera conocer no sólo su duración aproximada, sino también lo que ha de ser la dedicación que deberá dar a su situación terapéutica y qué período tendrá que esperar para llegar a un final exitoso. Contestando en términos generales fijaremos un promedio basado en la experiencia repetida de muchos técnicos. Con esta previa aclaración se puede afirmar que contando sesión por sesión es posible lograr resultados exitosos en un período que calculamos así: Tres entrevistas de encuentro clínico para: a) la historia personal completa; b) biografía escrita por el paciente y su análisis; c) consideración de los exámenes de laboratorio si son necesarios; d) la Prueba de Anticipación, que debe ser infaltable y siempre es reveladora de orientaciones para el tratamiento y su proyecto y lleva unos veinte minutos. El tiempo de las entrevistas citadas es generalmente de una hora (a veces hora y media). Una cuarta o quinta sesión, para la explicación completa y detallada de la metodología, con las aclaraciones de todas las dudas y reparos. - 68 -

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Inicio del método que se practica con un encuentro una vez por semana. Alternándose la creación del ensueño más o menos en una hora y dedicando la siguiente al análisis con la participación activa del paciente, realizada sobre su material escrito en su casa, el que con las preguntas del técnico, realizará asociaciones, aportará recuerdos, vinculará hechos, expresará sus desacuerdos o sus críticas y será estimulado a comprender, dentro de sus posibilidades y paulatinamente. Si sumamos el total habitual de ensueños realizados – contando los del inicio, que son además orientación para el operador y familiarizan al sujeto con el procedimiento–, debemos calcular por la experiencia de todos los terapeutas, un total de doce a quince temas, que van acompañados de sus análisis correspondientes. En consecuencia tendríamos entonces, un período calculable de seis a ocho meses en total. Esto sólo significa una cifra comprensiblemente cercana al promedio y tiene en cuenta lo común de un proceso evolutivo positivo, en los casos que intuimos tienden hacia la curación. No se consideran aquí las «barreras» presentadas por las personalidades complejas, los factores externos negativos, etc., que puedan interferir en la lógica esperable de los casos comunes. Aquí procede y es útil destacar, que la clave de esos tiempos se apoye también en el básico proceso de la Psicoactivación y tiene el sustento que determina la concientización progresiva, que el paciente va logrando, el cual pasa a ser cada vez más colaborador y sobre todo más permeable –porque el material es sólo suyo–, para asumir el rol que busca, en su lucha por ser otro. - 69 -

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Es oportuno anotar finalmente, que en los casos más complejos, la capacitación politécnica y la utilización de procedimientos complementarios circunstanciales, pueden resolver las paralizaciones, por rigidez, defensas neuróticas muy poderosas u otros factores negativos. 6) El autoentrenamiento. Pasamos ahora a destacar dos aspectos del tratamiento que corresponden en buena proporción a la responsabilidad del paciente. Son además una demostración clínica de su adecuación a la situación y de la captación de su papel como personaje que se compromete con su tarea y demuestra su deseo de éxito. Aparte de que ello debe ser aconsejado sistemáticamente –hay casos que lo hacen por iniciativa propia–, siempre corresponde plantear al utilidad real de la «tarea», que es denominada de autoentrenamiento. Con ella se trata de desarrollar una conducta que puede ser practicada sin dificultad en la propia casa. La situación hipnagógica autoinducida resulta de formularse a sí mismo las consignas de relajación –dándose tiempo– tal como se hace en la sesión con el terapeuta, tratando de lograr condiciones ambientales más o menos similares. Ese «ensayo» repetido sin apuro, abandonándose a la sensación de peso corporal y tranquilización anímica, siguiendo, repetimos, las directivas aprendidas, puede llegar a ser una relativa realidad, con el agregado de un desarrollo de una imaginería propia, con temas espontáneos y a veces referidos a situaciones vinculadas. Si eso se consigue más o menos establemente, se aconseja que sea anotado para su análisis. Su valor de complementación a la situación de tratamiento, es indiscutible y «puede aligerar» su evolución. - 70 -

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7) El aprendizaje de la espontaneidad es un natural factor personal evolutivo y progresa no sólo en la medida de la entrega y la confianza, sino sobre todo nace del «descubrimiento» de sí y la calidad, perceptible, de lo que emerge de una producción imaginaria legítima y paulatinamente, cada vez más significativa para su conciencia lúcida. No cuesta comprender que con el diálogo simbólico consigo mismo, progresivamente más claro y el «armado de una explicación», que se va constituyendo en respuestas de utilidad real –por supuesto en un tiempo con variación personal–. Llegamos así a la meta de la citada espontaneidad que se vuelve una conducta de progreso clínico. 8) Las etapas sumatorias positivas. Con esta calificación nos estamos refiriendo al progreso en la actitud del paciente, que va siendo constatada, a medida que transcurre el tratamiento que es exitoso. Hay para el observador una clara evolución comprobable clínicamente –en distintos ritmos personales, lógicamente– desde el principio, no sólo en cuanto a la adaptación en sí al procedimiento y en la convicción de su utilidad, sino también en un paulatino cambio del tono afectivo y de la resonancia cada vez mayor, que provocan la sucesión de las sesiones y sus análisis correspondientes. Esas experiencias van dando una especial comprensión que se va haciendo creciente y que va desarrollando la capacidad curativa. Ella se manifiesta en una mejor adecuación a la tarea personal y se expresa también en los comentarios y en los aportes de hechos del pasado relacionados o en reflexiones espontáneas – más o menos profundas– o a «Encuentros» con situa- 71 -

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ciones de significación, acompañadas o no de autoexplicaciones, que se insinúan o se descubren, sobre síntomas o características personales. A eso nos referimos cuando señalamos la eficacia constatada de la información, en sus efectos a través de imágenes y vivencias y a la utilidad sumatoria, en virtud de la acción de los comportamientos positivos simbólicos, que se acumulan y de las respuestas «visibles», en las conversiones propias. Sobre estas últimas debemos jerarquizar en especial el efecto «empujador» de lo nacido en uno mismo y que está esperando… como factor capital y dinámico, removedor o activador, para que lo potencial se haga manifiesto. Lo sumatorio, entonces, es la acción, la consecuencia y el efecto natural del encuentro que el paciente hace, con sus raíces conflictuales y el creciente desarrollo de otro modo de estar en el mundo, que está pasando de las imágenes a las capacidades progresivas y que es producto de la persistencia de lo visto, reconocido y sentido, sin influencias ajenas ni fruto de comentarios de un testigo. Se alcanza así –naturalmente a un ritmo personal– vívidos cambios de conducta en el plano de lo imaginario, a lo que se agrega una evolutiva comprensión, con la ayuda del terapeuta, todo lo cual se va transformando paso a paso en posibles y estables comportamientos adaptados a su ideal de no estar sometido a sus síntomas. No es lo afirmado una aspiración o una idealización por adherencia a un modelo que proyecta sus deseos de éxito, sino la real posibilidad que se reconoce en las sucesivas y legítimas tentativas del paciente que tienen realidad clínica, por ser fruto del deseo de cam- 72 -

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bio y resultado esperable de su lucha –como ya dijimos– por ser «otro». Esos cambios, al fin y al cabo estaban en lo que determinó la razón de su consulta.

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Capítulo V

LA DEVOLUCIÓN DEL MATERIAL La función del terapeuta en este sector del trabajo es fundamental y se define según parámetros, que deben considerarse siempre vigentes y determinadores de la conducta del técnico especializado. Los conceptos de manejo de análisis del material escrito por el paciente en su casa y que han de tenerse siempre en cuenta, son las guías de la relación mutua, que han de cumplirse y que tienen el carácter de permanentes, en lo que constituye la denominable terapia de las consecuencias significativas del ensueño. Ya que este aporta una información analizable en la que se pondrá de manifiesto, los significados latentes y también el compromiso del consultante con la terapia. Es indispensable en consecuencia, ser un buen conocedor de las variables de los potenciales «mensajes». De como deben encararse y sobre todo, de los posibles efectos de - 75 -

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su «traducción». Al respecto es necesario aconsejar que se escriba detalladamente en casa. Y que se intente la comprensión o se plantee una probable intención posible. Se aconsejan anotaciones al terapeuta. La tarea del psicoactivador tiene que ser esencialmente prudente en este aspecto, siguiendo un método definido, en el caso del E. D. El operador del E. D. le hará al paciente, no afirmaciones o explicaciones en las que siga un único modelo teórico. Siempre planteará preguntas y esperará las respuestas espontáneas. Únicamente después, dará en tono de interrogación o de planteo posible, una opinión o una propuesta probable, sobre dinamismos implícitos, razones existenciales, factores activos presentes o pasados, o sobre decisiones, que pudieran ser erróneas, en momentos conflictivos o críticos. No existe mayor error que el que se produce cuando un técnico es un «parcial» interpretador que se adueña del sentido del E. D. o del símbolo. Sobre todo si ésta lateralización es proyectada sin darse cuenta, cultivando así, en diversos grados, la transferencia, siendo ésta convertida en un lastre evolutivo y fomentador de dependencia. Precisamente será un deber en la estrategia a utilizar en esta etapa, no fomentar en los análisis, la expectativa sobre lo que no deja de ser nunca una explicación ajena, la cual el paciente percibirá íntimamente que no le pertenece. Todo este Manual pretende, en su brevedad, poner precisamente el acento en el cambio de la situación neurótica, a través de si mismo y en la mayor proporción que sea lograble. Un desarrollo mayor del punto, se hallará en la Bibliografía. - 76 -

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El factor a considerar ahora se refiere al total rechazo que es aconsejable tener, hacia una rigidez interpretativa, que clasifica o califica la validez de los símbolos. Estos pese a su natural «porcentaje» arquetípico, poseen además una condición absolutamente individual, que está condicionada por las circunstancias personales inigualables, con su carga, clara e indiscutible de representatividad, y también por la intrínseca e infinita variedad de los dinamismos. Por ello si no se consideran estas características, la actitud interpretadora, –sin matices– puede traicionar, con un desciframiento sesgado o equivocado, hecho por el más «sabio» simbologista. Tener prudencia e ir despacio, cautelosamente y con amplitud de información, es capital en esta parte basal. Porque se debe poner el acento del análisis en el creador del ensueño y sobre todo en el valor personal de lo que descubre por si mismo. Estas afirmaciones tajantes ponen de nuevo el acento, en lo que designamos como la no existencia de «diccionarios». Y eso es sin duda porque el «idioma» del paciente, como dijimos, es propio y fue creado solo por su imaginario, en el curso de su evolución. La significación es comparable a la producción artística original, única e inspirada, por las fuentes más íntimas. Y así debe ser manejada para que haga útil y productiva la expresión espontánea. Dos puntos que merecen especial atención en este central capítulo del procedimiento, es el referente a la proporción en la tarea común del análisis de las intervenciones del terapeuta, que se realizan siempre dentro de ciertos límites sea en la comprensión profunda de lo soñado - 77 -

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como en el estímulo para tratar de hacerle captar las significaciones, orientándolo, hacia la conciencia de la búsqueda. Siempre es deber animarlo y esperar sus reflexiones, sus asociaciones, sus recuerdos y los hechos vinculables, subrayando ese papel básico en el examen interpretativo que pueda plantearse. Así se le hace responsable y ejecutor de la mayor parte posible de la «traducción» del ensueño. La intervención ulteriormente más profunda, solo está justificada, cuando es realmente oportuna o mismo indispensable, pero siempre manteniendo el carácter de un planteo probable y sin el concepto de la definición. Terminamos diciendo, como se menciona al final del capítulo, lo que llamamos la función o mejor el papel catalizador del técnico, que guía sin involucrarse al soñante. Por eso lo primero a responder es «¿qué dice su alma?» Luego vendrá la reacción y la consiguiente participación del terapeuta. Proceder de esta forma en las directivas y cumplir estas reglas, es una exigible actitud respetuosa y responsable, que precisamente desarrolló un psicoactivador ejemplar como Desoille. Todo lo afirmado significa cumplir con la debida técnica y estar dentro de sus límites. Lo que equivale rechazar las conductas rígidas o demasiado participativas, cuando se lleva a cabo la acción de curar. Lo aconsejado en el ítem final del Capítulo II –La Psicoactivación– expone todas las normas que entendemos en este momento, son las vigentes en la Psicología Terapéutica moderna y ellas han estado implícitas en cada uno de los pasos que aconsejamos.

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Capítulo VI

LAS CONDICIONES DEL ENCUENTRO CLÍNICO Las tres etapas de información que siempre deben ser consideradas al comienzo de un tratamiento constituyen las necesarias referencias del encuentro clínico, siendo ellas de indispensable uso. Todo especialista universitario sabe que cualquier técnico vinculado a la especialidad de la psicopatología está de acuerdo en que su uso es la base insustituible para el diagnóstico y el proyecto que regirá el tratamiento. Esta información es la que permitirá el futuro manejo metadológico activador con una estrategia correcta para el proceso de cambio que se pretende. Ninguno de ellos puede dejarse de lado, siendo en su conjunto los principales guías, para el proceder terapéutico. - 79 -

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La entrevista clínica y la biografía personal ya conocidas como procedimientos indiscutibles deben ser bien detalladas, buscando la ubicación sindromática del cuadro siendo por lo tanto primordiales, en la conducta que ha de definir el encuentro. Ellas inician, el compromiso para el cambio existencial que se desea. Es por esa razón que ha de tener para el técnico, un interés real y una constante atención en los detalles, dentro de una atmósfera empática. No se pueden ignorar por tanto, la necesidad que en el interrogatorio tenga, el cuidado de anotar lo que ha sido la vida del sujeto, los detalles de interés conflictual, las descripciones para definir su carácter y sus conductas en los diversos planos, la evolución personal en el tiempo, el estilo de sus familiares y todos los pormenores que demuestran ser señales de relación con sus personajes significativos. No olvidando los planes de futuro y su confianza en ellos. Su vida y el desarrollo de la situación patológica, serán siempre decisivos para que sea posible la definición correcta en el aspecto clínico. Una vez finalizada esta primera etapa, bien conocida en la formación previa del aspirante, se procede a la realización de la esencial Prueba de Anticipación componente insustituible en el proceso de conocimiento del caso, para estructurar un sólido procedimiento curativo, en el proyecto a seguir. La concurrencia de otros métodos complementarios posibles en el tratamiento, serán decididos oportunamente. - 80 -

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Luego de lo dicho brevemente y siguiendo la escala de resumen, corresponde mostrar la importancia de la descripción detallada de la Prueba de Anticipación y justificar su especial utilidad. Al practicarla, lo que es muy fácil y no lleva más que 20 ó 30 minutos a lo máximo, podrá captarse y entender su riqueza y la intervención básica en el conocimiento del paciente. Las respuestas espontáneas obtenidas resaltan como manifestaciones intuitivas inconcientes, que el sujeto posee de su bipolaridad y de la dinámica de su estructura interior profunda, que para el operador se convierten en señales fundamentales. A propósito de lo dicho existe un muy buen libro escrito por el Prof. M Berta –¿Quién soy yo ahora?– donde se trata en profundidad la historia y la evolución de dicha prueba que demuestra las perspectivas fenomenológicas y las ventajas de su aplicabilidad. Al ser imposible y fuera de los planes, resumir la vastedad de su análisis y sus datos, aconsejamos la lectura del texto, editado en 1998. Debe subrayarse que el proceso de utilización y ampliación, tiene en el autor, su legítimo y reconocido creador, que tomó de base un inicio primario (prueba de expresión desiderativa), muy primitiva en sus reglas sencillas, publicada por J. M. Pigem Serra en 1947. Damos entonces, en lo que sigue, solo una sumaria anotación de las bases conceptuales sintetizadas y la descripción de la prueba, únicamente en lo que se denomina nivel primario –mínimo y básico– que en su final se expresa en un planigrama, que representa la bipolaridad dialéctica. Precisamente para quien comienza o ya trabaja con el E. D. esta estructura experimental, es un instrumento de aplicación permanente por su probada utilidad. - 81 -

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El siguiente nivel llamado secundario de alta significación complementaria, será aprendido durante la formación teórica, las experiencias propias en el E. D. y los cursos a seguir. Daremos a continuación los fundamentos generales resumidos y después las etapas de la prueba en sí, con sus preguntas de uso siempre iguales, para lograr una adecuada secuencia de respuestas, que en su orden siempre se repiten. Por su presentación y consignas, se demostrará el relativo poco tiempo que requiere.

Resumen de los fundamentos de la Prueba de Anticipación 1) El ser humano vive en un mundo saturado de polaridades. 2) Ellas están todas naturalmente, en los hechos que lo rodean presentándose de continuo y alternando su valencia. 3) La luz y la sombra, la expansión y la contracción, la calma y la violencia, la vida y la muerte… 4) Esa polaridad que en lo básico es complementación no puede separarse o dividirse, sin ser desvirtuada como realidad. 5) Esa realidad externa –tal como la capta la mente– crea en el pensamiento una realidad interna especular. 6) Nuestro psiquismo funciona en consecuencia, sobre esa base bipolar. 7) Todas nuestras conductas –auto o hétero referidas– están definidas por la acción de ese concepto. - 82 -

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8) Al tener conciencia permanentemente, de esa dualidad, se da como resultancia lógica, la necesidad de elección. 9) En tanto, que elegimos estamos anticipando. 10) La anticipación determina la formación de proyectos existenciales lógicos o no 11) Esos proyectos –que involucran el pasado el presente y el futuro– constituyen una de las fuerzas dinámicas de la creatividad. 12) Es posible decir que «el hombre es» aquello que constituye su propio proyecto y que su actitud en el mundo, depende de éste. 13) Conocer los polos activadores de ese proyecto, permite comprender el eje alrededor del cual, su personalidad se organiza, en ese momento de la prueba… 14) La Prueba de Anticipación es una toma de conciencia de la dialéctica de los opuestos, así como de entender sus resultados posibles. 15) Constituye entonces, un preconocimiento dado en forma de símbolos imaginarios espontáneos, completado por un proceso de elaboración ulterior. Evidentemente que no nos referimos a la Anticipación Racional, que establece las condiciones a partir de fundamentos causales o probabilísticos. 16) La dialéctica imaginada, que impregna el campo de los valores íntimos, implica conductas de atracción y de aproximación y conductas de rechazo y de evitación. 17) A partir de su conocimiento se hace posible elegir con conciencia y libertad, poniéndose en el camino de una solución, al comenzar la «unión» de los contrarios. - 83 -

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Todo lo afirmado de razón para decir que en la persona, son ambos opuestos los que definen la estructura psíquica y que su existencia es constante. Es un error considerar uno solo de los polos y desechar la energía dinámica del otro. Es precisamente esta compresión esencial de la estructura psíquica, la que el terapeuta debe considerar siempre activa, para conocer, entender, modificar y utilizar en el desarrollo del futuro del paciente, en cuanto a su cambio. Los opuestos en juego son precisamente las energías que constituyen fuerzas de evolución y los componentes que deben ser conciliados, a fin de lograr el verdadero éxito del proceso de cura. Querer ser algo y rechazar determinado ser o cosa, es expresar en lo negado, los aspectos componentes actuales, definiendo en ellos lo que se percibe sobre uno mismo, con características repudiables. Lo aceptado, en cambio es el ideal de lo que se anhela y precisamente, es posible desarrollar. Comprender esa dualidad proporciona «poder de compresión y acción» con el paciente. En nuestro interior sabemos lo que somos y también lo que queremos ser. Comprensiblemente tendemos a ocultar lo primero y mostrar lo segundo. Y el terapeuta debe saberlo rápidamente diagnosticar, para demostrar ulteriormente que ello es un «par», paradójicamente útil e indispensable, a tener básicamente en cuenta, a fin de concretar el proyecto de cambio. La obra citada desarrolla profundamente esta dinámica y resultará importante para el aspirante. - 84 -

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TÉCNICA DE PRUEBA DE ANTICIPACIÓN Etapas sucesivas:

1) Símbolo positivo 1.1

Advertencia preliminar. «Le voy a hacer una pregunta absurda, pero que se puede contestar» (evitar que esa pregunta sea interpretada como trampa).

1.2

Pregunta: «Supóngase que Ud. volviese a vivir una nueva vida y que en esa nueva vida no pudiese ser persona. De todas las cosas o seres que hay en el mundo, sin ser persona, ¿qué es lo que elegiría para ser? Cualquiera, sin ser persona» (las repeticiones nos aseguran la comprensión).

1.3

Respuesta. Se anota –constituye al símbolo positivo–.

1.4

Explicación: Se solicita que diga «qué es» (un león por ejemplo) —y se aclara— «como si yo no lo supiese». Anotar con detalles. Si se explica muy poco insistir con preguntas no sugestivas. «¿Qué más…? «¿Qué quiere decir con…?».

1.5

Lo más característico: Preguntar qué es lo más característico de…? Anotar lo expresado.

1.6

«Porque habrá elegido ser… en una nueva vida?» Anotar razones.

2) Símbolo negativo 2.1

Se repite textualmente la primera advertencia de 1.1. - 85 -

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2.2

Se repite. «Supóngase que…» –como en el 1.2, con el agregado de «lo que nunca elegiría ser»–.

2.3

Respuesta –constituye el símbolo negativo–: Se anota cuidadosamente.

En los ítems 2.4, 2.5 y 2.6 se reiteran las preguntas sobre Explicación: «Lo más característico» y «Por qué habrá elegido no ser…».

3) Opuestos 3.1

Pregunta: «¿Qué es lo opuesto de…?» «¿Por qué?» –aclaración– (símbolo positivo).

3.2

Segunda pregunta: Igual a la anterior, pero para el símbolo negativo.

Recogido el material se procede al análisis de lo anotado, lo que pone de manifiesto la estructura dinámica de fondo, activa y siempre presente. Esta etapa debe ser cuidadosa en las conclusiones y el manejo será siempre insistiendo en el «parecer» del paciente sin apurarse en las conclusiones. Debe conocerse la importancia ulterior de esas imágenes, en las propuestas de los ensueños futuros. También su riqueza en sugestiones de dinamismos especialmente activos.

Resumen conceptual 1. Anticipar es una «necesidad vital», siempre activa y determinadora. 2. Conciente o no, es una conducta implícita constante. - 86 -

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3. Encarar un problema con sus dos dimensiones en oposición, lo más claro que se pueda, es asumirla en su potencial y reconocerla como factor de cura. 4. Lo que se aspira está unido siempre, a lo que se rechaza. 5. La polaridad está apoyada en una escala valórica, totalmente personal, pero no rígida en el tiempo. 6. Si los contenidos opuestos quedan representados en imágenes, podemos «abrirnos a la expresión simbólica de una realidad dual, interna y utilizable». 7. Anticipar para crear es un continuo y la auténtica toma de conciencia de los polos, facilita la compresión para tomar opciones y alcanzar metas.

En consecuencia La prueba de Anticipación: descodifica, psicodramatiza lo que no se ve, califica en la profundidad nuestras relaciones en el mundo, da orientación para traducir el síntoma y expresa el potencial de cambio. La técnica descripta, puede ser usada igualmente para medir el factor «constrasferencial» del terapeuta. Nadie escapa totalmente, a una posición reactiva natural, más allá de las normas lógicas, que involucran un signo positivo o negativo, en la reacción del Tratante en relación más o menos conciente, a la conducta sintomática o a la personalidad de aquel que consulta. Es normal, una porción – seguramente mínima– de calificación o valoración sobre quien nos entrevista. Para que eso no suceda sin se controlado ni se tenga percepción, la prueba es también un instrumento autoaplicable excelente. Sometiéndonos a las mismas nor- 87 -

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mas e igual desarrollo con la mayor honestidad, podemos corregir con los resultados o tomar conocimiento de una actitud, que puede comprometer el manejo de la estrategia y sobre todo introducirse indebidamente en la conducta que nos guía. La noción de ello es capital y debe ser descubierta.

EL REGISTRO ESCRITO Y LOS COMENTARIOS Cuando apuntamos a esta conducta sistemática en el paciente, es dable señalar su potencial de doble capacidad, en los efectos sobre la evolución. 1) Por la aparición de un comportamiento que promueve la autobservación y la independencia, a través de lo que se anota y la consiguiente relación con su propia vida, sus síntomas y sus personajes. Ello lo vincula, mucho más y progresivamente, con hallazgos que son propios, sobre razones de su actuar, sobre su estilo y carácter y los «modos de ser» en el comportamiento habitual, presente o pasado. La adquirente nueva capacidad, de enfrentar y orientarse ante símbolos y hechos representativos, con sus cambiantes personajes y con un valor diverso, lo enriquece cada vez más, en su confianza y su entrega al trabajo compartido. Aún en los casos de un desconocimiento total de dinamismo o de una intuición poco hábil, es notorio para el observador, el adelanto paulatino de ese análisis «colateral» y repetido, que implica escribir, sobre los hechos y los detalles soñados. Este es capaz de provocar o estimular su interés personal y en especial su entrega más conciente. - 88 -

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Por eso se puede confirmar que con gran frecuencia, existe un real despertar de la captación de significaciones y de una actitud que tiende evolutivamente a una mayor productividad. 2) Lo que ha podido llamarse «el autoentrenamiento», estimula una condición, siempre latente, que es la de alcanzar otro nivel de participación y de sentirse no solo un objeto, sometido al trabajo de otro, sino de alcanzar una fuerte sensación –siempre a estimular– de volverse un factor en el cambio, comprendiendo cada vez más, que es en el mismo, donde están las respuestas. Su psiquismo –en esta fase terapéutica– se hace un elemento esencial en la ecuación y se siembra un sentimiento de un compromiso, autónomo y activador, de «compañía» con el técnico que le permite vivir realmente, una tarea de incorporación legítima y responsable, en la paulatina solución de lo que padece. Todo lo que anote, observe o comente en la sesión de análisis, se transformará en un compromiso con la evolución, interviniendo con conciencia de participación en la construcción de un futuro a donde quiere llegar. Lo cual sin duda, es un complemento muy positivo, en el proceso de curación.

FACTOR EMPÁTICO Cabe aquí destacar lo que se conoce como tal y se refiere especialmente a la actitud del terapeuta. Hay por supuesto una dotación natural, en el estilo personal en cada uno, pero el manejo a realizar de esa con- 89 -

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dición de una manera u otra, debe ser infaltable durante las entrevistas. Y es necesario que sea legítimo en su realidad, siempre prudente, mesurada y más o menos oportuna en su presencia, para poder ser calificable de estímulo relacional positivo. Esa atmósfera que es básica, conservará constantemente la natural distancia, tranquila y comprensiva que nos debe guiar. No hacemos aquí un simple resalte de una determinada conducta. Lo que pretendemos destacar es su acción estimuladora, para dar paso a la entrega –no transferencial– del consultante. El mismo aprende así, de otra manera gestual, que nuestra relación –no paternalista– es un punto de «apoyo», para la modificación y el crecimiento bloqueado por su patología.

LOS COMPLEMENTOS Lo que definimos como complementos fundamentales en la realización del Análisis: asociaciones, recuerdos, hechos significativos, etc., son de obvia importancia. No vamos a realizar un elogio innecesario a su ya conocida y trascendente papel. Solo anotaremos su valor de referencia indiscutible por su significación personal, al poseer un poder de aclaración o ser un camino a seguir, donde el paciente –su dueño absoluto– cosecha información y sobre todo le da sentido a la presencia de sus síntomas. Por supuesto ello es así también para el técnico. Los dos obtienen beneficios innegables, por lo que su contribución al análisis en curso debe ser estimulada por oportunas preguntas. No creemos necesario insistir ni enfatizar más. - 90 -

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DARSE CUENTA El destaque especial del «darse cuenta», es también una resultante de acción indiscutible e indispensable. Despertar la honda conciencia de algo que provoca resonancia, no es otra cosa que lo que buscan todos los métodos terápicos y el interés constante que mantiene al hombre en la búsqueda a través de las ciencias, las filosofías y las propias religiones. El «darse cuenta» tiene la finalidad de obtener una convicción, de descubrir un mecanismo o una causa sobre algo, hecho, idea o sentimiento revelador. Darse cuenta es comprender, encontrar o saber, en profundidad, más allá de la superficie, sobre una cosa externa o interna, descubriendo un origen o teniendo la noción de una respuesta legítima y aceptada, en lo más íntimo de la persona. Su función en el ensueño dirigido es capital, para el avance hacia la curación y para lograr un verdadero proceso evolutivo, en el plano psíquico. Todo aspirante debe aprender a propiciar, lo que en tiempos de otros modelos de tratamiento se llamó el «insigth». Preferimos el darse cuenta, más exacto y claro.

LA BÚSQUEDA DEL SECRETO EN EL ENSUEÑO DIRIGIDO Motivación infaltable Sus razones en la secuencia directriz Nuestro planteo se respalda en las siguientes bases de la psicología dinámica: - 91 -

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a) El fenómeno psíquico del cual somos testigos activos es una conducta con contenido intencional. b) Este fenómeno debe ser por ello entendido y estimulado a desarrollarse hasta el final, como expresión de un proceso inconciente manifestado en las imágenes. c) El manejo de la técnica y el curso del tratamiento, deben propiciar como se ha destacado entre sus intenciones fundamentales, un diálogo consigo mismo por parte del paciente, facilitado por la búsqueda del secreto y el desarrollo posible de un futuro diferente. Es por ello que considero esencial conservar esa consigna en el desarrollo del E. D. como complemento del tema activador, porque propone algo así como un «catalizador» en el desarrollo de lo imaginario. Es más, entiendo que en el relato creado, es como una brújula que mantiene el objetivo propuesto. No dudo que esa palabra –secreto o su equivalente en cualquier idioma– está involucrada con las raíces más íntimas del hombre, ya que la conducta natural de ocultamiento, conciente o inconsciente, está en el fondo de la naturaleza humana desde siempre. Todos en la práctica del E. D. hemos constatado esa afirmación capital que dice «no sabemos que sabemos» lo que determina que el primer sorprendido por así decir, sea el propio paciente, cuando realizado el E. D. y su análisis, comprende ese descubrimiento de si mismo. No creo equivocarme al haber considerado que la búsqueda del secreto, es un comportamiento que apunta a las siempre constantes vivencias arquetípicas además de las propias. Y que son innumerables los ejemplos de la histo- 92 -

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ria, en las múltiples religiones y creencias, en el Ocultismo, las tradiciones, el arte, etc., que demuestran ese afán eterno, de hallar una respuesta escondida detrás de nuestros actos, sueños o pensamientos en los que el misterio es un componente continuo. Destaco que lo que está oculto, si es inconsciente –simboliza en cierto modo un poder al que nos sometemos y que por su origen más allá del Yo, nos perturba. Desprenderse de él –como señaló Jung– descarga la tensión conflictual y proporciona un sentimiento de hallazgo y de «respuesta» personal, generadora de crecimiento y maduración paulatina que no depende del terapeuta –como hemos destacado ya–. Tales son las razones para definirlo como un camino a recorrer, «obligatoriamente» desde mi punto de vista, ya que constituye la llave que irá abriendo las puertas de una revelación totalmente personal, que da sentido al argumento espontáneo del sueño y es una pieza capital de la estructura de respuestas que se está construyendo a través de la terapia. El mensaje encerrado en el secreto debajo del disfraz de la figura u objeto hallado se vuelve una comunicación de la «profundidad» a la «superficie», indispensable de conocer.

En consecuencia 1) Dentro del manejo habitual de los temas del E. D. la proposición de la búsqueda de un secreto oculto en el «fondo» de la aventura creada como un motivo de exploración, es según mi experiencia un potencial factor de respuestas complementarias, altamente significativas. - 93 -

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Dicho recurso técnico fue utilizado por nuestro grupo, desde sus comienzos, a propuesta original del Prof. Mario Berta. 2) La elección libre de los «objetos» que destaca o elige el soñante además, –técnica que personalmente sugerimos– son «agregados» útiles en la configuración final de las respuestas, que se logran con las transformaciones en el ascenso final. A continuación un breve resumen de una experiencia demostrativa presentada en las Primeras Jornadas Uruguayas de Psiquiatría e Higiene Mental en Diciembre de 1967 en mi trabajo «El Manejo con Aproximación Analítica del Rêve Eveille Dirige» (Este es un ejemplo de mi estilo de trabajo con los temas del E. D.).

Caso: Paciente de 19 años, estudiante de Veterinaria, nivel intelectual superior al término medio, con importantes trastornos del carácter y una fobia paralizante a los animales con plumas. Crisis de angustia graves. Madre maestra. Padre cría gallos de riña y tiene mala relación con ella. Se presenta no creyendo en una mejoría posible y con actitud negativa. No posee información cultural sobre posibles conflictivas en sus síntomas. E. D. Nº 4. Tema propuesto: El brujo y su secreto. Texto escrito por ella. Ubica la exploración en el Mar. «Barrera de pulpos entrelazados y amenazantes». «Siento miedo» –dice– «no quiero seguir» (terapeuta: recurso mágico). «¡Paso estremecida…! «Es como un muro». «No quiero seguir…» – - 94 -

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repite–. Sobrepasa obstáculo y señala: «hay total ausencia de vida». «Es un desierto total». «Me siento muy sola…». Sugerimos proximidad del brujo –lo que conduce a un cambio total de escenario y de conducta–. «Cruzo un endeble puentecillo sobre un cauce seco… veo una choza primitiva que no me gusta… sé que es del brujo… abro la puerta y el brujo está vestido de plumas negras, ¡me asquea profundamente…! Y me molesta profundamente su cara sarcástica y fea…». «Hay numerosas máscaras de tótem colgadas… todas malas, impávidas e indiferentes…». Pedir el secreto (también puede ser buscar el secreto). Lo hace y es «una piedra verde romboidal, etc.». Destaco que en vez de proponer el clásico ascenso ya, pregunto si siente que desea hacer algo con esa figura y contesta «lo inmovilizo y lo intento matar con un cuchillo» quedándose callada y sorprendida. Pregunto porque habrá hecho eso y responde con una secuencia – «me conduce por un paisaje extraño, cruzamos un puente colgante sobre un torrente impetuoso y desbordante… temo caerme… hay un viento horrible!» «el Brujo va hacia una roca y saca detrás de ella un cofre recamado de piedras preciosas, forrado de terciopelo rojo, del cual extrae un anillo y me lo ofrece»… «me lo pongo, no se porque, feliz… ! «además me entrega un pez grande y redondo. Regresa convencida de que no tiene más que hacer. Le pedimos que diga si en su camino de vuela tiene algo que decir de lo que ve. «El agua está calma… no hay viento… las máscaras están caídas… las cuelgo y se caen de nuevo… los pulpos están muertos… etc.». En el ascenso sube no sólo al personaje central y su secreto –piedra verde– sino también, las que fueron para - 95 -

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ella, cosas que eligió llevar. Destaco que son estos elementos precisamente, los que armarán la estructura total de lo buscado, siendo por tanto complementos de la transformación principal, de la misma manera que retenemos, por ejemplo, como se presenta vestida y su gesto, la imagen que aparece del otro lado en el sueño del espejo. En este caso hemos sumado al brujo, algunos de los elementos que lo rodean –elegidos libremente– y que se transformarán en significantes muy útiles, pues determinan el enfrentamiento mágico con lo oculto bajo el simbolismo del disfraz. Ascenso. Sensación de «liberación... de calma, etc.». Conversiones en la plataforma: Piedra verde Máscara Anillo Pez Brujo

Patito «tierno y suave que puedo tocar». Estatuilla de un hombre triste. Ramo de flores de azahar. Moneda de oro Un gallo… «que se va».

En este vuelo final selecciona para llevar el ramo y la estatuilla. De su relato muy detallado comenta especialmente: «no entiendo nada» y «de qué puede servir esto…» En el Análisis (resumido al extremo) asocia: Mar Barrera - pulpos Desierto marino

Misterio, me gustaría vivir frente a él… Miedo, algo infranqueable… Ausencia de vida, falta de protección, soledad, pesadumbre… - 96 -

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Puente endeble Choza

Inútil… una locura allí… Vida primitiva, suciedad… y todo eso (?) promiscuidad…

Un momento callada, recuerda con asombro que la proximidad de su hermano en ocasiones, le hizo temer enamorarse de él y que más joven, tuvo parecido temor de amar a su primo, lo que sintió «horrible e incestuoso»… , «porque era pariente»… Al preguntársele que piensa del vínculo fobia plumas – Brujo emplumado, tiene el gesto de quien se enfrenta a un hallazgo con una expresión de sumo interés, en un movimiento de confianza por primera vez, por el material. Es entonces que recuerda inesperadamente para ella, su antigua preferencia por el Padre, las diferencias de «trato» que su familia hacía con el hermano, al que llama «engendro», critica a su Madre que «no comprende» a su progenitor, se complace en tener los mismos gustos que éste, etc. (por supuesto este análisis fue mucho más extenso). En suma y yendo a la raíz de la técnica: Hacemos trabajar el sueño en su tema principal y además con una motivación que completa el flujo hacia este componente no secundario que es el secreto, este fertiliza el desarrollo y mantiene la ruta. Preguntando oportunamente por él, dentro del contexto y sin sugerir: ¿lo halló?… ¿cómo?… ¿qué hace? ¿qué ve alrededor?… ¿nota algo especial?… etc. para que logre alcanzarlo y lo sienta como tal. Para nosotros el efecto de esa conducción es útil, porque a veces lo que parece frustrarse por la angustia, en este caso, al tener el estímulo de una misión definida, abre nuevas posibilidades imaginarias que reimplantan el tema. - 97 -

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En este sentido llamamos la atención como ejemplo, que en el uso del ácido lisérgico, fue lo esencial en la dirección del flujo caótico espontáneo. En la mayoría de los casos la misión era enfrentar al personaje del tema, para encontrar el secreto. En el trabajo siguiente sobre drogas alucinógenas y psicoterapia relataremos un caso especialmente demostrativo. Siempre fue la dificultad mayor que debía vencerse con este recurso, por ser invadido de continuo por diferentes vivencias. El manejo de esta propuesta demostró el valor de esta consigna, que aconsejamos como condición infaltable. El caso especialmente demostrativo está totalmente incluido en el «El Manejo con Aproximación Analítica del Rêve Eveille Dirigée» (E. D.) publicado en el Tomo I de las Primeras Jornadas de Psiquiatría e Higiene Mental de diciembre de 1967.

FUNCIÓN DEL SECRETO Concepto personal de la Secuencia directriz • Sugiere como objetivo clave –además del tema– el hallazgo de un secreto. • Éste, dentro de la creación, mantiene la intención de un objetivo. • La intencionalidad de la consigna genera parte de la estructura dinámica. • La estructura total tiende a ser espontáneamente coherente, aun en su «oscuridad». - 98 -

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• La coherencia –espontánea o sostenida por la dirección prudente– mantiene el tema, aún con sus naturales variantes. • El tema se complementa con los detalles surgentes, lo que «arma» un argumento con significación. • Ese «todo» logrado, tiende naturalmente al descubrimiento de una respuesta causal. • La causalidad guía hacia una posible revelación. • La revelación es ulteriormente «traducida», en las transformaciones del ascenso y de la acción mágica. • La presencia de esas transformaciones son significantes personales comprensibles. • Su compresibilidad se constituye en respuestas propias. • Esta propiedad de las respuestas conduce a una planteable «pista» en lo conflictual y hacia una posible solución que se organiza. • Lo conflictual así «explicado», genera la toma de conciencia y la evolución de ambos polos. • La conciencia y la paulatina evolución, activa el aprendizaje reflexivo. • Éste «descubre» el cambio que se inicia y estimula la realización del futuro anticipado. En conclusión: El E. D. constituye una totalidad momentánea, con capacidad de creación activadora, que se arma sobre una consigna que provoca: 1) El encuentro con el pasado –de nuevo simbolizado en lo imaginario– extendido como un panorama ente el paciente. Éste se vuelve a vivir en sus máscaras, conductas y afectos. - 99 -

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2) El hallazgo de las intenciones latentes, que se «muestran» al darse a través de los cambios, que producen la evolución de la porción rígida del yo. El terapeuta debe señalar esos cambios como «otro» nivel de libertad. 3) Demostración de que la anticipación puede definir el futuro y se halla «oculta» en los síntomas, que son sus señales. Por este razonamiento es que en el manejo del E. D. destaco siempre: 1. Tratar de desarrollarlo sin perder las consignas iniciales (Desoille). 2. Éstas poseen el papel de «conductores», con un resultado útil. 3. En nuestra experiencia resultó siempre significativa y complementaria la descripción del entorno del secreto y de sus detalles. 4. La inclusión de los «objetos» elegidos por su especial destaque, amplía en las transformaciones los significados complementadores del dinamismo en juego. 5. Nos resultó fundamental tratar de lograr siempre una secuencia completa: partida-descenso a lo profundo-hallazgos y personajes-ascenso-transformaciones-desenlace-resonancia afectiva en ese nivel superior. Tales son las bases esquemáticamente explicitadas, que se organizan espontáneamente en una estructura significativa. Cumplir con el procedimiento técnico descripto en el Manual, es lograrlo y hacer finalmente emerger el «mensaje» que pretendemos, con la proposición del tema. - 100 -

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LAS FUNCIONES DEL MOVIMIENTO VERTICAL Hablar con un buen decir, con la información y con la vasta cultura general y necesaria, es un logro realizado con especial profundidad en el libro «Imágenes que curan». El Prof. Berta hace en esta obra una demostración de su saber y la misma deberá ser bien conocida, por quienes quieran aproximarse al nivel superior y sobreordenado de la Totalidad humana. Se prueba en él y en sus afirmaciones, hasta donde es posible descubrir y elegir nuestro futuro, a veces con conciencia o sin ella. Pero no es intención ni labor de este Manual pretender alcanzar esos niveles desde el comienzo del aprendizaje. Por el contrario pensando precisamente en un primer encuentro con el E. D. y buscando no llevar al aspirante desde el inicio, a un plano de conocimiento superior, informaremos lo esencial. Lo completo se hará posible, con los cursos, la vivencia personal de los E. D., la Bibliografía apta y el cumplimiento de las pruebas exigibles. Aquí solo pretendemos enseñar su función, su significación y sus especiales virtudes en el proceso del tratamiento por el E. D. intentando dejar justificado claramente su rol singular y sus efectos constantes y comprobables. En la fantasía cargada de significaciones simbólicas y anticipaciones de un E. D. donde el paciente es un héroe comprometido, se deberá conocer la particular importancia de fondo arquetípico, que poseen los desplazamientos, en la dimensión vertical, creada y vivida en lo imaginario. Bajar o subir –descender o ascender– no son simples cambios en el plano espacial, en que se actúa. Esos movi- 101 -

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mientos en el mundo interior –y ello es experiencia en todos– en sueño y en ensueños son su más simple prueba. Y ello incluye especialmente la dirección en que lo hacemos. Intuimos perfectamente que no es posible «bajar al Cielo» o «subir al infierno». Esta reflexión demuestra fácilmente su realidad, cuando se observa el espontáneo cambio en la calidad de las vivencias, la reactividad de los sentimientos y la agudeza descriminativa e intuitiva, que aparecen a lo largo de esa línea simbólica. Esa casa interior –que todos poseemos– está poblada siempre de contenidos múltiples y representables, cuya relación bipolar puede construirse y repetirse en todos los espacios posibles. Cuando en un E. D. proponemos un descenso al fondo del mar, estamos propiciando en el paciente un encuentro con su mundo interior profundo y con el medimos su capacidad de hallazgos y de contenidos simbólicos en ese momento, en sus zonas más íntimas. Al finalizar la desafiante exploración con la ayuda mágica y se indica el ascenso con lo hallado, la invitación es en realidad, además de una medida de su «poderosa capacidad arquetípica» (Desoille), un examen de su plasticidad para el cambio. Esas vivencias en parte parecidas a las del sueño nocturno, por su repercusión emocional, podrían compararse a las de la fantasía poética, por su percepción y sensibilidad. Y todo está ocurriendo sin conciencia racional, presentándose con legítimas emociones, intuiciones inesperadas, o sentimientos de serenidad, luminosidad, paz, etc., las que se convierten en altamente positivas y sobre todo en durables y evocables, oportunamente. No es esto el resultado de una sugestión provocada por el guía ni por un exagerado énfasis. El descubrimiento de - 102 -

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la resonancia de las imágenes emergentes en esos niveles, es muy beneficioso para un «soñador» comprometido y legítimo, al alcanzar más o menos fácilmente, esa experiencia de completud, que de modo natural y propio, se da en esa dimensión del ser que imagina, cuando está bien ligado a su tema y a su momento. La importancia terapéutica del movimiento vertical en sus dos direcciones, conduce a la noción figurativa de los opuestos y a comprender la dialéctica de las pulsiones positivas y negativas. «Vistas» estas se constituyen en los índices, de su potencial y de sus contenidos. Se puede afirmar que el E. D. es no completo sin este desplazamiento, ni es posible realizarlo reduciendo la tarea imaginaria a un fantaseo con el criterio de obtener un material espontáneo. Sentimos que con razón Berta considera «el movimiento vertical como una base principal en el proceso de eficacia», sin desechar por supuesto, otros elementos, como las significaciones simbólico– conflictuales, las anticipaciones de soluciones posibles, etc. En la secuencia del ensueño esta conducta de la verticalidad como directiva esencial en el desarrollo del tema, está siempre presente. No solo cumple con la finalidad de inducir el poder de los cambios bien demostrados en los efectos del descenso y el ascenso –con su propia dimensión para cada uno– sino que implica el logro de los hallazgos y las transformaciones que se rebelan en el final y proporcionan el implícito triunfo de otro modo de vivirse. La verticalidad también permite sentir la realidad – acumulativa– de una modificación interior la cual con frecuencia, permanece. Por ejemplo como imagen de una paz final inefable o se usa como recurso oportunamente evocable para utilizar en distintas situaciones. - 103 -

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No es difícil que el ensueño se constituya en un estado psíquico que el paciente repite con similares sensaciones y termine siendo un instrumento de búsqueda personal, que el consultante decide repetir o que se propone practicar, destacándolo como un recurso tranquilizador descubierto por el mismo. A continuación tres breves ejemplos, muy resumidos, pero bien demostrativos.

Caso 1º Tartamudez severa. Conductor de taxi. Mínima cultura. Tema: subida a una «montaña» e ingreso en gruta. Apuntes sumarios: «cerro abrupto, totalmente rocoso, subida muy difícil, etc., llegada, ingreso a un túnel. Oscuridad, estrechez… descenso… llegada a la bóveda muy alta. En su centro dice (textual) «un hombre de esos… de antes… de lo que fueron primeros… (primitivos) está encadenado, todo atado y encogido… no se que hacer («decida usted» pausa)… lo desato y entonces se hace muy grande… abre la montaña en dos y en un grito llega hasta el cielo, sube, sube en la luz… yo subo con él porque me lleva en una mano… es enorme… pero el cielo es más grande y estoy feliz»… etc. No se puede ahorrar el término de patético para calificar esta liberación. Liberación de una coraza de coartaciones que se realiza espontáneamente, en un hombre «simple»… y tartamudo. Subida vertical y un grito que constituyen una intuición de sí.

Caso 2º Tareas rurales. Caracteropatía. Tema «flecha». Arco potente… «lanzo la flecha hasta el cielo… al dar en el blanco - 104 -

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es como si pegara en un papel, rasgándolo… yo que iba detrás de la flecha vi que lo que había más arriba del cielo era un lugar todo blanco… de paz y tranquilidad, como si el piso fuera de nubes sólidas y suaves… seguí hasta dar con la flecha… estaba clavada en un gran portón, tirando de ella se abrieron las dos hojas y vi un camino de nubes… y a lo lejos… en lo alto… una iglesia… la construcción era enorme y hermosa… sentí deseos de orar… era tanta la paz…

Caso 3º Empleada de oficina de categoría menor. Fobias. Tema «bola de cristal». Resumen de un sector del E. D.: Ve en el interior de la bola un águila cuyo cuerpo llena totalmente el lugar, su cabeza empuja el cristal… como invitándome a salir y a mi me gusta la idea de abandonar ese recinto que nos resulta tan pequeño… empujamos con fuerza juntas hasta que el cristal; cede… y al fin nos encontramos afuera… Que increíble sensación de libertad sentimos… sencillamente siento que estoy dentro de ella… en todo su cuerpo… (describe luego el vuelo y sus vivencias)… pasamos las nubes… únicas pobladoras de ese espacio infinito… ellas parecen separar dos dimensiones netamente distintas… una hacia la altura y la luz… la otra hacia abajo… hacia la tierra… que desde aquí es pequeña… etc. (sigue desarrollo que omitimos). En los tres se da la libertad a través del ascenso –las experiencias del descenso no fueron incorporadas al texto por razones de limitación –, saliendo los tres de un espacio oprimido. La verticalidad conlleva la conquista de la expansión sin límites, en vivencias totalmente espontáneas. - 105 -

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Esa verticalidad como movimiento en un espacio propio, se transforma en un instrumento que combina tanto lo ilimitado de la fantasía como la visión de la más baja de las posibilidades. Es así que se convierte en parte esencial del E. D. y del proceso hacia la curación. Con esta técnica, el conocimiento de su uso y sus hallazgos aumentan la capacidad potencial de experimentarla, encontrándola por sí mismo. El espacio psíquico interior tiene la condición en sus imágenes, de alcanzar metamorfosis asombrosas por su significación, siempre dispuestas a expresarse. Ellas pueden ser convocadas en ese universo propio. Tal es precisamente su rol psicoactivador y la explicación de su evocación frecuente, como recurso de liberación, repetición de vivencias positivas, tranquilización, etc.

LA POSIBILIDAD DEL E. D. COLECTIVO, JUSTIFICACIÓN Y EXPERIENCIAS. Lo útil para este tema actual sería la trascripción de las experiencias realizadas. Lamentablemente no existe material publicado al respecto, donde se analicen resultados obtenidos en experimentaciones sistemáticas. En nuestro medio, no he conseguido saber sobre resultados, que sean repetibles, porque cumplieron con las pruebas correspondientes. Sabemos que las iniciativas y los intentos han sido realizados por varios autores, pero no se han presentado oficialmente ni han sido sometidos a otras opiniones. No existen en consecuencia, reglas a seguir ni lo que afirmaré tiene el carácter de una guía, a ensayar con seguridad. - 106 -

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Sabemos si, que existen resultados positivos y yo mismo lo he logrado en mis cursos del Hospital de Clínicas, por sugerencia del Prof. Berta, quien fue el primero en practicarlo. Conocemos las de otros colegas –el Dr. Milton Gagliarde– y que otros especialistas lo han aplicado. La carencia del intercambio indispensable, no nos permite disponer de las conclusiones. Por supuesto ellas existen a nivel internacional, pero se hallan solo en otros idiomas y en la Red. Su traducción está en proceso. Mi experiencia personal se hizo durante los cursos de Post Grado de Psiquiatría, en los semestres correspondientes a la enseñanza del E. D. en el Hospital de Clínicas, durante dos años. Ella se llevó a cabo con distintos grupos de colegas, que asistían por decisión voluntaria –el curso era optativo –. Dichas experiencias que pasaremos a referir en sus condiciones y resultados primarios, fueron pese a todo, lo suficientemente ilustrativas y experimentalmente satisfactorias, como para permitirnos dar, lo que es un esbozo de conclusiones, a las que acompañan algunas recomendaciones basadas en lo anotado, durante su realización. Historiando muy brevemente decimos que en ese curso sobre E. D. manejamos grupos de no más de diez integrantes, que asistían regularmente y cumplían con interés las sesiones de ensueño individual ante testigos –con excelentes resultados– y aceptaron el E. D. colectivo con legítimo entusiasmo, por sus vivencias compartidas y discutidas abiertamente. El E. D. colectivo se regía por las mismas directivas que se describen en este Manual y se llevó a cabo luego de las correspondientes sesiones individuales, no diferenciándo- 107 -

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se más que en el proceso de creación del tema, en estas ocasiones, viviéndolo cada uno en su propia imaginación. Ulteriormente se analizaban resultados e imágenes con sus posibles significaciones y conclusiones. Todo dentro de la prudencia elemental que lo grupal exige. Previamente, aclaramos se había cumplido con las reglas habituales. Una biografía personal y luego una entrevista, ambas limitadas y discretas. Éstas proporcionaban datos primarios generales, incluyendo el compromiso que todos cumplieron en forma casi general, de realizar de ocho a diez experiencias personales a solas, que se realizaban en mi domicilio. Como es lógico la enseñanza del E. D. colectivo incluía también el estímulo al comentario de los «guiones» creados por cada uno, los análisis y críticas, las asociaciones, los recuerdos, el franco planteo de las dificultades para algunos, los esbozos de interpretación espontánea, etc. Todo dentro de una «atmósfera» analítica sincera y especialmente empática. La sesión se realizaba sentados, salvo el elegido –a menudo por si mismo– para cumplir con la misión de expresar en voz alta su relato, tendido en una camilla. Los demás seguían el curso de sus propias creaciones, sin confundirse ni tener desvíos, concentrados en su aventura y atendiendo solo las propuestas del Guía, que eran de carácter habitual dirigidas al elegido, pero aplicables por como se hacían, a todos. Al final como ya expresamos, se procedía a estimular el análisis productivo no jerarquizando especialmente el aspecto conflictual íntimo. Esa discusión colectiva de probables intenciones y significados y la opinión libre sobre el valor de las imágenes, permitía jerarquizar por parte - 108 -

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del docente, las potenciales intenciones implícitas y los mecanismos generales de la psiquis. Nunca se insistió o se planteó en profundidad la interpretación indiscreta y aventurada. Debe reconocerse que era un grupo de formación y no terapéutico y que solo se buscaba enseñar la adquisición de la vivencia directa y demostrativa. Siempre nos llamó la atención lo legítimo de la entrega personal, su riqueza y el compromiso evidente con la situación, la honestidad de los comentarios y el análisis sin inhibición de las imágenes, de las conclusiones posibles y críticas expuestas –limitadas lógicamente por nosotros–. Dichas sesiones colectiva –es mi opinión– siempre dejaron un producto íntimo, como señalamos, compartido libremente, que resultó notoriamente beneficioso para cada uno, de una manera u otra. Esta faceta claramente útil en un grupo de formación, esbozaba y apuntaba a dinamismos y autorizaba a inferir un resultado, que señalaba las posibilidades del método. Posteriormente no lo repetimos, lo que hubiera resultado en una práctica sistemática de resultados clínicos, aplicables y productivos, constituyéndose en proyecto terapéutico. Resulta entonces afirmable que fue clara su demostración de «efecto» removedor y la convicción –para nuestro trabajo de más de treinta años en ese momento– de que E. D. colectivo tenía un sólido uso y que debía ser habitual y eficaz en grupos debidamente seleccionados, en los casos que no era factible el proceso individual por falta de recursos personales u oficiales, por el número de pacientes, etc. Lamentamos otra vez no haber conocido Trabajos al respecto, ni publicaciones o presentaciones en medios ade- 109 -

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cuados. Las normas o reglas de metodología halladas por otros hubieran resultado obviamente útiles y fermentales. Pese a ello creo que existen razones más que suficientes para desarrollar y sistematizar esta técnica, oportuna y productiva en los tiempos actuales. Sería incorporar otro procedimiento más de grupo, con buenos resultados y podrían así obtenerse las indispensables estadísticas comparativas que darían la prueba de lo afirmado más arriba. Termina nuestra intervención, aconsejando el intento de su manejo con los procedimientos y las normas, que determinan mejor su utilidad, dando un esquema personal para llevarlo a cabo con el éxito que nos pareció tener.

Esquema del trabajo con el E. D. C. • Grupos de no más de diez personas. • Cumplimiento de las condiciones previas del E. D. individual. • Elección a posteriori de los principiantes según condiciones y compromiso. • Norma básica: un integrante sueña en voz alta el tema. Los demás siguen su curso propio, adecuándose solo a la voz del Guía, sin abandonar el argumento de su aventura. • No siempre el cumplimiento es estricto, por sus derivaciones espontáneas. Sin embargo estas siempre atienden a una significación personal que no es aconsejable ocultar y por el contrario enriquece el diálogo entre todos. - 110 -

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• Terminada la sesión se procede al análisis en conjunto procurando el terapeuta mantener un orden productivo, encausando las comparaciones sin proponerlas ni calificarlas. Se produce así una atmósfera libre, pero con límites que resultan eficaces. • Los símbolos se «descifran» sin rigidez y se escuchan todas las interpretaciones sin oponerse. Ulteriormente –y esto es principal– se hace un balance de los hallazgos y las significaciones y se desarrollan las conclusiones que propician la comprensión y el intercambio, dejando de lado siempre cualquier significación. • Es de destacar también, la participación activa de cada uno y el personal descubrimiento de dinamismos, en el que contribuyen todos y que a menudo se autoaplican. • No hay más o menos «exitosos» en la profundidad, información simbólica o resonancia alcanzada. Solo interesa la expresión de lo inconciente y lo posible anticipado, la existencia de potenciales diferentes, las distintas actitudes imaginarias en el escenario propuesto y sobre todo lo que dicen de si mismos y unos de otros. Con el testigo guía derivando hacia las conclusiones generales o tratando de volver «útil» los ejemplos para todos. • No existe mayor o menor éxito –insistimos–. Solo se muestran distintos referentes que van siendo elaborados sucesivamente en las sesiones y son percibidos y asumidos en conjunto. Su posterior beneficio clínico tendrá que ser demostrado con los procedimientos experimentales sistemáticos. - 111 -

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Capítulo VII

LA INDUCCIÓN FARMACOLÓGICA Basándonos en lo publicado en la década del 60 y comprendiendo la dramática realidad actual, vamos a tratar de desarrollar para este Manual el tema especialmente delicado de las sustancias psicolíticas. No sería científico ignorar su potencial positivo removedor y su uso terapéutico, durante un gran período y en múltiples naciones, que las consideraron «útiles» herramientas de trabajo. Fueron en los centros de estudios más reconocidos, donde diversos Investigadores, las consideraron como el factor facilitador, en las situaciones clínicas difíciles, por su rigidez estructural. Quizá sorprenda, pero como constituye un hecho histórico real, sería deshonestidad no describir las razones de su momento de éxito. - 113 -

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La actualidad social negativa no debe impedir dar los fundamentos, para que se entienda lo que las hizo tan vigentes, hace medio siglo y porque alcanzaron un máximo nivel de utilidad. Su uso se explica en que se apoyaron científicamente. 1) En la previa y necesaria discusión de las normas de aplicación, de cumplimiento estricto, que rigieron la terapia, en sus diversos intentos y enfoques. 2) En reconocer la importancia de su justificación, por la eficacia que alcanzaron, lo que determinó en su momento que el grupo Uruguayo, creara, entre tantas variantes, un procedimiento original, con la asociación de una molécula química –el ácido lisérgico– con la Técnica del E. D., que la hacía manejable. Por esto importa volverlo a presentar después de más de cuarenta años, ya que constituyó una legítima experimentación terapéutica, con un seguro margen de resultados beneficiosos. Dicha técnica nunca fue peligrosa ni tuvo consecuencias o secuelas en un total de más de 250 casos, con un promedio de diez sesiones de tres a cuatro horas. Con ella se cambió el «caos» psicolítico típico, que aparecía cuando estas sustancias se usaban, solo para experimentar sensaciones y estados nuevos. El ácido lisérgico, la psilocibina, la mezcalina, etc. en virtud de una utilización inadecuada sin control, sumergían al personaje, adicto o no, en un mundo de vivencias existenciales, sin utilidad terapéutica y con un real potencial peligroso. El método entonces, le dio a la situación, una finalidad productiva y permitió controlar las consecuen- 114 -

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cias negativas, por supuesto siempre que el manejo fuera correcto. 3) En la definición de la responsabilidad del técnico activador y suficientemente experto, que era quien realizaba la «creación de una «senda», para la producción imaginaria, cuya función era mantener al paciente voluntario, en el tema propuesto, –encarrilado en el hilo argumental– el cual era vivido con una resonancia y pertenencia indiscutibles y especialmente, como una legítima creación propia. No cuesta demasiado captar que esa «exigencia» de finalidad, junto a una indispensable prudencia, «guiando» siempre la imaginería, constituyó para los Investigadores internacionales y para nosotros, un modo de aprender y comprender, cada vez mejor, a realizar el control y el manejo cuidadoso, de la producción –a veces incontenible– que aparecía verbalizada frente al técnico. Queremos reiterar que en esos tiempos, lo central en el uso de alucinógenos, estaba justificado en la general constatación práctica, de que la experiencia favorecía un «insight» muy profundo, al que se agregaban fuertes sentimientos de cambio y honestidad afectiva, captado todo con gran lucidez. Lógicamente esto derivó en establecer normas directrices constantes: 1. El uso de estas sustancias debía ser explicado y aceptado, como intento. 2. El método que se aplicaba debía estar probado y ser repetible. 3. Era capital saber, por quien lo aplicaba, que se pretendía y por donde se iba. - 115 -

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4. Debía conocerse la temática y las posibles variantes oportunas, dentro del vastísimo flujo psíquico. 5. Dirigir lo «fantasmático» movilizado, significaba llegar a una «segunda vida» latente, que se veía como un vívido espectáculo, que en lo fundamental era el núcleo, de historia y de futuro el cual era ahora conducible a través de las «vías» del E. D. Luego de este preámbulo esencial, corresponde pasar ahora a la descripción del modo en que usamos estas sustancias, en Psicología Terapéutica aplicada. Haremos su presentación evolutiva, marcando la antigüedad de su uso.

Proceso histórico Esquemáticamente, en el período internacional, se pueden definir dos etapas de estas sustancias utilizadas para provocar una relación con lo psíquico o lo trascendente. La primera de milenios, con el uso por parte de toda la Humanidad y en todas las latitudes de productos con capacidad de inducción natural para lograr el acceso –o una entrega– a otro estado espiritual a fin de alcanzar la conexión con los Dioses, acceder a la adivinación, buscar contactos o visiones, hablar con los espíritus de los seres y las cosas, etc. Luego pasando a una etapa más próxima a nuestro tema y por mediados del siglo XIX, se habló y se publicó sobre los efectos permeabilizadores, del éter, el cloroformo, la cocaína, el haschis, etc., en trabajos realizados por distintos autores y hombres de letras con enfoques más técnicos. La segunda, sobre todo en la primera mitad y algo más, del siglo XX, fue cuando se inició un esfuerzo científico sistematizado, reiterado y generalizado, en cuanto al uso - 116 -

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de una disolución reversible de la personalidad, que se constituía en una «usable herramienta» mediadora para ciertos casos. Corresponde afirmar que en ese período también se destacó el uso del amythal sódico, del pentothal, del evipan, la mezcalina, etc. y también apareció la llamada subnarcosis barbitúrica. En un nivel u otro, con todas se alcanzaban: estados crepusculares, hipermnesia, revivencias afectivas, ruptura de inhibiciones, facilidad de asociaciones, etc., y se las practicaban para la abreacción de conflictivas neuróticas. Sin embargo no cabe duda que es entre los años 35 y 65 que se concentró el mayor aporte, sólido y organizado científicamente, por autores como Sandison, Delay, Abramson, etc., procedentes de los más variados países –Francia, Italia, Inglaterra, Alemania, Argentina, Uruguay, etc.–. Lo característico y especial de este lapso, es que se procuró, de una manera u otra, la ayuda de sustancias de acción más prolongada –varias horas– sobre la base de que la conciencia del paciente se mantenía siempre vigente y percibía, describiendo sin dificultad importante, los escenarios, las sensaciones y las vivencias diferentes, permitiendo además el dialogo con el observador y los comentarios recíprocos. Predominó como se ve, la idea de crear técnicas que aportaran las ventajas de un tiempo de tratamiento más reducido, lo que se sumaba a la penetración conseguida. Se tenía comprensiblemente en cuenta también, el deseo de aligerar el largo sistema del Análisis Freudiano, tan en boga. Era una necesidad operacional, más directa y en más corto plazo, lo que produjo el uso de los psicolíticos. - 117 -

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En ese período situable entre las fechas mencionadas, pese a que el modelo del comportamiento técnico de cada terapeuta estaba determinado por su sistema de trabajo y sus afinidades teóricas, siempre se concordaba en el uso del término «facilitador» o similar que se vinculaba al «ver y sentir» reales, lo que sugería pragmáticamente, hallar las estrategias para romper o modificar las corazas crónicas y rígidas de los conflictos, en los casos difíciles y volvía factible así, reducir significativamente los tiempos y las frecuencias de los tratamientos. Aspiración que sigue siendo prioritaria. La atención de todos fue, de una manera u otra, alcanzar más rápidamente los niveles donde el paciente elige por decirlo así, entre dos maneras de vivir: como prisionero de lo aparentemente inevitable o como protagonista de una obra propia con un adecuado índice de libertad. Esto, que ya hemos dicho, implica ser alguien dispuesto a «mirar», que luego pretende o decide levantarse ante el «misterio», de sus conductas erróneas y que por tanto aprende a rebelarse una verdad propia y personal, logrando a través de una conciencia creadora la perspectiva de otro futuro. «En mi hay otro» escribía Rimbaud y ese otro es el que «sueña» en nosotros. Partiendo de ese descubrimiento, se trataba de buscar la posibilidad de hallarse frente a esa parte no expresada de nuestro Yo y encontrar como acercarnos a ese plano diferente. Comprender, por fuera de lo racional cotidiano, implica acceder de un modo legítimo a las posibilidades que esperan. No en balde las Máscaras usadas en las agrupaciones humanas primitivas o actuales, personifican a ese otro Yo - 118 -

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oculto, resumiendo en ellas algo de ese deseo de ser diferente y adquiriendo, por un momento, el derecho de existir. Es muy probable que se considere un exceso el plantear y defender estos conceptos, que están más allá del razonamiento habitual, en esta parte de presentación de opiniones, pero deseamos dejar establecida la convicción que nos ha guiado para afirmar que ese mundo interior que emerge, es el que nos puede dar el cambio y que las visiones y vivencias, son los dinamismos de nuestra identidad más profunda, mediante esta psicoterapia. Todo lo que se logró, en suma, y se logra aún, justifica el significado que tuvieron, porque con ellas se alcanzó un disparador de mecanismos liberadores en el camino del cambio, permitiendo hacerlo perceptible en imágenes y sentimientos resonantes, más la intuición «vista y vivida», de respuestas para un futuro.

Período nacional Fue casi al final de esas cuatro décadas que en 1959, junto al Dr. F. Bayley, propusimos al catedrático de la Clínica Psiquiátrica la realización de una investigación de los efectos clínicos del ácido lisérgico según un plan de trabajo, durante suficiente tiempo para repetir y comparar experiencias. Así fue que en marzo de 1960 se comenzó la experimentación, a lo largo de siete meses, realizándose dieciocho sesiones con pacientes voluntarios ambulatorios, a los cuales se les agregó dos auto–observaciones. Cabe señalar que en ese momento en el País solo existían tres publicaciones sobre el tema con el fin de divulgar - 119 -

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efectos, de los profesores Rey, Bachini y Dacosta, publicadas en los años 57 y 59. Es ese entonces nos guiaba el conocimiento adquirido en Europa por el Prof. Berta. La jefatura de la Clínica aceptó y elegimos seis consultantes ambulatorios voluntarios: dos personalidades psicopáticas, dos homosexuales con angustia, una tartamudez y una neurosis obsesiva con edades entre los 18 y 24 años. En todos se realizó una historia personal completa, se sometieron a pruebas psicométricas con una batería de tests (Rorscharch, Machover, T.A.T., etc.). Fueron practicados a cada uno un E.E.G. y en dos de ellos se repitió al final de la experimentación. Uno de nosotros se realizó el trazado durante la acción de la sustancia –lo que fue totalmente original en nuestro medio–. Se administró en todas las ocasiones dosis de 100 gamas (millonésimas de gramo) subcutáneas y se procuró conseguir en lo posible un ambiente aislado con comodidad –acostado– y la presencia «parcial» del investigador, pues con frecuencia no era posible estar todo el tiempo. El antídoto para terminar la sesión se daba luego de cuatro horas. En los casos personales se esperaban seis horas para más observaciones. El químico empleado era la Cloropromazina (50 mg), subcutánea. Con todos se mantuvo un dialogo espontáneo lo que permitió algo calificable de simple psicoterapia de apoyo, pudiéndose comprobar rápidamente que hacía más manejable la situación, en momentos de tipo «alucinoide». Las experiencias fueron tan solo una aproximación y observación atenta, sin ningún planteo teórico específico, sólo a fin de confirmar lo publicado. - 120 -

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El trabajo se editó en el Nº 151 de la Revista de Psiquiatría del Uruguay enero de 1961, donde nos limitamos a describir conductas, transcribir comentarios y algunas autoobservaciones de interés. A través de ese material y de las observaciones se pudo llegar a estas conclusiones: Š En los casos con por lo menos cuatro sesiones: • Mejoría espontánea de los síntomas, muy conciente para el paciente. • Notoria facilitación de la comunicabilidad • «Ablandamiento» de las defensas caracterológicas previas. • Más comprensión de los conflictos. • Disminución en mayor o menor grado, de los efectos. • Posibilidad de un diálogo de más apertura, que se podía «utilizar». Š De aquellas primarias sesiones surgió: • Las vivencias eran asimilables a una situación oniroide prolongada, con conciencia lúcida, en sus distintos niveles. • Éstas se presentaban en ondas periódicas. • Se insinuaba siempre una presentación del «darse cuenta», muy propicia. • Era percibible una especie de conocimiento «elemental» de los conflictos. • Era más o menos habitual un sentimiento de real interés hacia lo «interior» • En pocas veces apareció un síndrome de despersonalización sin angustia. - 121 -

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• El E.E.G. que realizó el Dr. Jaime Bogacz, demostró una falta de actividad lesional neurológica. Si se constató una hiperexcitabilidad neuronal con intensificación de todos los ritmos, que lo contraindicaba en la Epilepsia. • La Bibliografía de la época señalaba una liberación del circuito hipotálamo–amigdalino que inhibía la sustancia reticulada. Lo que facilitaba la entrada sensitiva y sensorial en forma de «avalancha». Š No vimos mencionado • Una marcada midriasis. • Diferencias en los lados del cuerpo de las temperaturas periféricas. • Sudoración de un lado del cuerpo. • Hiperreflexia tendinosa y temblor fino generalizado. Señalamos que todo lo expresado fue en gran parte confirmatorio de lo anotado de una u otra manera por distintos autores. En aquella ocasión únicamente se trató de confirmar –como dijimos– en nuestro medio ese mundo que se mostraba vívidamente y estimulaba a su utilización. Fue en el Uruguay y en el grupo que dirigía el Prof. Berta donde se comprendió y emprendió por primera vez lo que habría de ser poco después una eficaz acción entre una sustancia psicolítica y el agregado de una estructura imaginativa dirigida –el Ensueño Dirigido–. En ese grupo que integrábamos, se había planteado, la utilidad para ciertos casos, de permeabilizar, con el ácido lisérgico o la psilocibina, las «corazas» defensivas, que estas sustancias podían atravesar. - 122 -

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La significación de lo que se alcanzaba con esta asociación, permitió comprender y desarrollar un procedimiento original, planificado y sistemático, que se apoyaba en el uso controlado y repetible con esa técnica, de la situación creada. Se puede afirmar que era la primera vez entre el cúmulo de investigaciones del 35 al 65, que el Dr. Berta con espíritu anticipador, estableció y desarrolló la práctica de una productiva experimentación original. Se había podido lograr al fin un tratamiento con el Ensueño Dirigido, que permitía una salida exitosa en el menor tiempo posible en esa épica. En aquellos pacientes neuróticos –bien dispuestos– que no evolucionaban con los métodos habituales, o que impedían con sus rígidas resistencias cristalizadas, avanzar hacia la curación. Constituyó entonces una real solución en los casos de presentación «impermeable», urgencia de la acción terapéutica, neurosis de carácter muy bloqueadas, alargamiento de los procesos curativos, etc. Podemos convenir que sin duda se disponía de un proyecto terápico, apoyado en un definido diagnóstico y en una estructura de activación donde se sabía que hacer, que tenía la condición de «cabalgar» el efecto psicolítico, uniendo dos situaciones que se asociaban, para organizar el «caos» y cambiarlo por un curso intencional sostenible de dirección productiva, en esa otra realidad interior. Lamentablemente por causas laterales poderosas, ese instrumento justificadamente indicado en ciertos casos y totalmente controlable, se debió dejar de lado con todo su potencial de posibilidades probadas, en sus diez a quince sesiones, que llevaban más o menos de seis a ocho meses. - 123 -

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Quien se pudo asomar a ese mundo del «otro», presentándose a través de los símbolos y las vivencias, podrá entender la no justa interrupción de una capacidad para abrir el inconsciente y de un poder para «ver y sentir» lo conflictivo, percibiéndose además las capacidades latentes para la evolución posible. En 1965 se publicó por intermedio de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de la República, lo que es hoy la última edición existente, sobre el tema de la psicólisis dirigida. En ella se hizo la descripción del método, se dieron todos los detalles de su práctica y sus resultados, con las exigencias, complementos previos, variables, indicaciones y contraindicaciones, inducción de la imaginería, etc., completados con ejemplos de sesiones en diversos casos. En la publicación se registran las ocasiones y lugares donde sucesivamente se expusieron los resultados definitivos de la técnica, en particular en el año 1964. No figuran: la primera presentación en noviembre de 1961 en la Sociedad Uruguaya de Psiquiatría donde se expone como Rêve Eveille lisérgico dirigido de un primer material de siete casos. La segunda en diciembre de 1962 del mismo autor y colaboradores que se llevó en un nuevo trabajo ampliado al V Congreso Médico Nacional. Esta vez con veintidós casos de adultos de ambos sexos y ochenta sesiones realizadas. La tercera en octubre de 1963, se volvió a la Sociedad de Psiquiatría del Uruguay, pero con 51 pacientes y 147 sesiones realizadas. Se llegó así a 1964 donde se presentó sucesivamente en distintas reuniones científicas con el nombre de psicólisis dirigida, en función de la experimentación más numerosa –105 pacientes y 377 sesiones–, 57 hombres y 48 mujeres, - 124 -

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con una amplia gama de síntomas y diagnósticos, todos con buen nivel intelectual –y como siempre voluntarios–. La proporción de éxitos evolutivos lograda, justificaba plenamente la consistencia técnica del procedimiento y su responsable divulgación. Los distintos lugares donde fue presentada la psicólisis dirigida fueron: 1) 27 de julio de 1964 en el Instituto de Psicología de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de la República. 2) 26 de agosto de 1964 en el 6º Congreso Internacional de Psicoterapia –Londres –. 3) 26 de octubre en el Tercer Congreso Latino Americano – Lima, Perú. 4) 17 de diciembre 1964 en la última sesión del año de la Sociedad de Psiquiatría del Uruguay. A partir del 2º lustro, factores circunstanciales poderosos, cada uno en su nivel, impidieron lamentablemente continuar con este muy útil factor de curación: • El uso cada vez mayor en un ambiente frívolo de experimentación y adición. • Cuestionamientos religiosos y morales en ciertos grupos militantes. • Reparos de ciertos técnicos por desconocimiento o ideología teórica. • Equivocada repetición del procedimiento por el uso de menor dosis (25 g.). • Suspensión definitiva de la producción por «Sandoz» fruto de presiones. Como es lógico al poco tiempo de la publicación, el grupo que dirigía del Dr. Berta decidió suspender su utiliza- 125 -

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ción, perdiéndose una técnica de notorios resultados probados, que alcanzó un total de más de doscientos cincuenta pacientes, en los que fue realizado –incluyo los casos personales–.

Información complementaria No figura en este trabajo la trascripción de los textos de anotaciones de las distintas sesiones, con los pacientes del Hospital Vilardebó. Están en la Rev. de Psiquiatría Nº 151. Tampoco están los comentarios e información que se incorporaron en la publicación. Ellas estaban referidas: a las bases teóricas, al procedimiento previo al diagnóstico y el proyecto, a la descripción de la sesión, a las condiciones que anticipan el momento oportuno de la inducción de la imagen de partida antes del comienzo de los efectos, al manejo de sus mutaciones y a las acciones mágicas al estilo de Desoille. Hay otros procedimientos que son mencionados pero no tan productivos o aplicables: Leuner, Guillerey, Moreno, etc. No se detalla la forma de finalizar la activación, las variables de dirección, la confirmación de que no es sustituible con placebos, la necesidad de protocolizar la sesión. Las reflexiones sobre significaciones, el rechazo de una única interpretación, los apoyos en sistemas de otros autores, el estudio fenomenológico, etc. Los cuales deben leerse en la publicación. Como resulta evidente, son cuarenta y siete páginas, sin duda importantes para conocer un modo de actuar y desarrollar una técnica de especial valor. Finalizando se puede establecer con convicción experimental que: • Se comprobó una total ausencia, en todos los casos, de adición a la Droga. - 126 -

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• No hubo Transferencia en la relación con el terapeuta, ni fue cultivada. • La administración de la sustancia no sobrepasó las diez a quince sesiones. • Éstas duraban de tres a cuatro horas y se realizaban preferentemente a domicilio. • Fue siempre notorio y relativamente rápido, el progreso clínico del paciente. • El período post cloropromazina hacía desaparecer los efectos, en seis o siete horas. • El efecto de la sustancia no creaba temor, con la repetición. • La memorización era estable y provocaba reflexiones personales muy útiles. • Había una paulatina mayor tolerancia a los efectos físicos. • Se desarrollaba una conciencia de comprensión creciente. • El autoanálisis, acompañando el análisis del material producido era común. Pasamos ahora a la presentación de un caso demostrativo, enviado por el psicoanalista Galeano luego, de cuatro años de tratamiento. • M. M. Hombre – 34 años – casado – sin hijos – cuatro años de psicoanálisis. • Motivo de consulta: Impotencia sexual permanente. Gran ansiedad con crisis de angustia repetidas. • Enfermedad actual: resumiendo los datos de más interés destacamos que desde su matrimonio hace siete años, no ha obtenido por ausencia de erección ningún coito exitoso. Logra en cambio orgasmos sin - 127 -

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dificultad con masturbación, que practica desde la pubertad. Desde hace casi un año pasa por períodos de gran depresión asténica y pesimismo. Últimamente nota importante disminución de rendimiento laboral y una obesidad progresiva que lo preocupa. Antecedentes.– Hijo único presenció la escena primaria a los seis años numerosas veces. Madre veinte años más joven que el padre. La cataloga de muy neurótica y le atribuye una vaga responsabilidad de su situación. Vivió con sus padres desde que se casó, (hace unos meses se separó de ellos por consejo médico). Ha sido enurético hasta los veinte años. A los doce tuvo relaciones homosexuales muy satisfactorias desempeñando ambos papeles, con otro joven. Nunca culminó un acto heterosexual. Intentó seguir la carrera militar pero no la toleró. De su noche de bodas recuerda su previa convicción de fracaso. Inicia esta terapia como ensayo final de tratamiento para evitar separación con su esposa. Diagnóstico psicológico.– Del material recogido se jerarquiza sumariamente: 1. Nivel intelectual superior al término medio. 2. Grave inmadurez instinto–afectiva. 3. Fuerte carga agresiva controlada por inhibición y apoyada sobre una estructura sadomasoquista. 4. Culpabilidad edípica muy activa. Diagnóstico psiquiátrico: Neurosis de carácter. Razones para el uso inmediato de la psicólisis dirigida: Obvia premura clínica para resolver la situación ha- 128 -

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ciendo precisamente uso de las condiciones de activador del insight del método. La sesión que hemos elegido, la décima de un total de once, ha sido seleccionada por la comprensión particularmente viva y global que el paciente hizo de los dinamismos íntimos de su conducta. Por su interés clínico deseamos consignar previamente que: 1) Desde la cuarta sesión no se masturba, ha comenzado a adelgazar y se siente tranquilo y optimista; no se han repetido las crisis de angustia y las relaciones afectivas con su esposa son mucho más cordiales. Además rinde mejor en su trabajo y ha obtenido crecientes calificaciones en su labor profesoral. En dicha sesión dijo «me descubro como algo nuevo». 2) Desde la sexta (lleva tres meses de tratamiento), «manejo» de los contactos físicos con su esposa con «más dominio y soltura». Además destaca que siente más fácil y espontánea vinculación con la gente y que sus amistades estás sorprendidas por el cambio. Realiza con gran dedicación la parte de trabajo personal que implica el tratamiento: reflexiones escritas, asociaciones al material y análisis, vivencias de recuerdos, etcétera. 3) Luego de la séptima sesión sueña, según él por primera vez en su memoria, con una mujer con la cual efectúa un coito exitoso. Pasamos ahora a la trascripción total de la sesión elegida. 10ª sesión. 12 de mayo de 1962. - 129 -

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16 hs. 25 min.- Inyección de 100 g. s/c de L.S.D. Comenta espontáneamente que se encuentra como nunca en su vida, cada vez más libre y más espontáneo. Sexualmente se siente «calmo». 16 hs. 55 min.– Se inicia Rêve proponiendo imagen espontánea (ello se dispone así, porque en las sesiones anteriores ha agotado todas las imágenes inductoras standard, que constituyen, podríamos decir, una secuencia simbólicamente conflictiva del estímulo y de entrenamiento). Aparece un tanque de hierro (de combustible) en el fondo de su antigua casa de niño. Se ve a sí mismo como si tuviera seis años. Está empujándolo sin éxito. Se halla solo, es de mañana y hace frío, recién ha llovido y se ve sucio y embarrado (se le sugiere que utilice sus poderes mágicos para correr el tanque –en el supuesto obvio de que éste oculte algo debajo que hay que conocer–). Lo logra, aparece entonces una entrada, ¿qué es? Es el sótano de mi casa –donde vivía en aquel entonces– («Baje e investigue», consejo que supone actitud activa ante lo desconocido). Sí… veo las rejillas… y por ellas se ve la calle… ¡está muy oscuro! (se le induce a resistir el temor iluminando el ambiente). Sí Dr… es aquel sótano… pero estoy incómodo, tengo miedo… siento… ¡lo sé…! que una gran araña está por salir… está por salir desde abajo… del piso de tierra (expresa eso con gran emoción), viene escarbando… lo siento… ¡es monstruosa! No sé que voy a hacer si sale… («Cálmese, aguante sin temor y espere con su espada»; este objeto presente en los sueños de pacientes masculinos es el símbolo viril de su poder mágico para enfrentar y resolver sus dificultades e implica por ello capacidad y fuerza) ¡Dr.! Brotan sus patas por todos lados, es espantoso… ¡Quiero aniquilarla Dr. y no pue- 130 -

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do! ¡Debo luchar en muchos lados! ¡Estoy entre las patas! ¡Qué horror! («Luche, manténgase firme»; esta orden implica habitualmente por supuesto que enfrente la angustia para comprender ulteriormente su significado; sigue su batalla en la que corta patas sin acabar nunca, visto el impase se le sugiere que hunda activamente su espada y saque la bestia)… ¡No Dr., no puedo! (se insiste diciéndole que levante la tierra y mire, –es ésta una conducta ligeramente positiva en el plano simbólico que va acostumbrando por decirlo así, el yo del paciente, al control de las situaciones a través del conocimiento–)… ¡No hay nada Dr.! ¡Nada! ¡Y sigo! ¡Y sigo! Y no encuentro (evidencia de cómo la represión escamotea o pretende ocultar)… (pausa de medio minuto)… La encontré Dr., la encontré! –exclama con énfasis–. Y es… ¡es mi madre!… ¡mi madre! (téngase en cuenta que en las primeras sesiones necesitaba de su poder mágico en el ascenso para reconocer el sustractum del símbolo, el trabajo a medida que avanza la terapia facilita las conversiones espontáneas muy comúnmente)… Me mira fijo Dr., como para liquidarme… ¡que odio tiene! Y yo le clavo el puñal hasta el mango… ¡no me siento hijo ni nada Dr.! ¡Sí…! Y se lo clavé; en el vientre… (pausa) lo que hice lo tenía que hacer… es como si hubiera aprendido algo… (obsérvese esta vivencia espontánea y el sentimiento de una actitud nueva que capta como positiva y que parecería resolver una escena de uno de los rêves de la tercera sesión en la que una inmensa mujer, su madre, lo miraba como a una «hormiga despreciable»). Sigue sueño. Me limpio de la sangre y me lavo las manos… y siento que no le tengo repulsión a la sangre (la tiene en la vida real)… es como un triunfo Dr., ya no tengo seis años… me veo adulto… no veo más el sótano… («¿Dónde está ahora?») Es una pieza… («¿Distingue cuál?») Sí… ¡pero fíjese! Es la que pasé mi primera no- 131 -

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che de casado (la del hotel)… («¿Qué ve?») La cama… y está mi señora en ella… sí, como si espera… («Acuéstese») No sé… me quedo quieto… no hago nada… la acaricio solamente… («¿Por qué?»; esta pregunta estimula su propio análisis vivencial) Siento que no quisiera lastimarla… («¿Qué haría si se dejara llevar?») Mis manos Dr., son como de bestia… la estrangulo… me siento como el hombre lobo… me veo así… como una bestia… el hombre lobo mataba mujeres, ¿verdad? Sí, yo creo que sí… (pausa) Dr. entonces yo… no soy… («¿Qué no es?», le preguntamos) No soy… es que temo otra cosa Dr. («¿Qué teme?») Ser así… actuar así… ¡sí! ¡Soy un sádico! (dice con gran emoción –obsérvese la profunda captación de relaciones y mecanismos conflictivos–; precisamente por ello y para inducir una nueva conducta creando la huella de un más adaptado comportamiento se le sugiere revivir la figura de su esposa y continuar el sueño) Sí… pero me siento encerrado allí… quiero salir… y rompo las paredes Dr., qué bueno; estoy ahora en el campo… pasa una carretera y hay sol… vamos cantando… nos miramos y nos reímos como niños… ¡Qué luz, qué sol!… Vamos en un coche… (el haber rehecho la escena le permitió salirse de la culpa –se siente bien–, sin embargo continuamos induciendo acción para que halle en esta etapa que vive con su esposa símbolos o conductas que puedan ser reveladores) ¿Qué hago Dr.? («Siga la carretera») ¿Para qué, Dr.? (veamos que sucede y que encuentra) Bien… vamos en un auto veloz… el panorama comienza a cambiar… estamos atravesando una zanja polvorienta… hace mucho calor… me siento fuerte… Dr., estamos necesitando agua para beber pero la guardo para mí, ¡qué mezquino, Dr., no le quiero dar… no le quiero dar! (asombro lógico, en la vida real es muy generoso con su esposa)… (considerando muy oportuno y sugerente el cambio de actitud se - 132 -

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le induce que le dé agua) Sí… (pausa)… sí se la doy (hace un gesto de quien toma una decisión muy emocionado). ¡No me importa nada, Dr.! Si tengo que darle mi vida la doy… es como mi vida ella… ¡sí le doy! ¡Le doy! (comenta espontáneamente) Dr., en siete años nunca le di… en siete años de estar sedienta… no le quise dar… era como una muerte lenta… ¿verdad Dr…? (se le sugiere que su cantimplora siembre está llena, que es inagotable) Sí… ¡y la comparto! ¡Cómo la sacrifiqué! (se ve apesadumbrado y culpable)… No me perdono haber hecho eso… no me lo perdono. (Véase con qué agudeza discrimina en su impotencia un componente intencional inconsciente perfectamente vinculable a su sadismo básico y a una venganza implícita)… (pausa)… («¿Qué ve ahora?») Estoy en un salón de baile… muy iluminado… y en el centro del salón mi mujer y yo bailamos un vals. ¡Dr. yo nunca pude hacerlo! Es fantástico, nunca pude… («¿Qué supone Ud. que signifique eso?») No sé… pero es como si comprendiera que puedo algo… es como si algo quedara claro… ¡parece mentira una imagen tan simple! Y qué alegría me da… (pausa)… («¿Qué sucede ahora?») Llevo a mi esposa a una terraza… no veo bien su cara, está como cubierta… («Mírela») Cuando la descubro Dr. tiene una cara deformada… tiene un ojo lagrimoso, la boca caída, poco pelo… pero… si es… ¡es mi tía! (es una tía mongólica que apareció en la cuarta sesión, descubriendo en aquel entonces con horror que llegó a desearla de niño y que sin embargo, representaba todo lo repugnante –resulta de especial interés la metamorfosis que sufre la imagen de su esposa en este sentido cambiando nuevamente hacia una figura infantil de deseo y asco– es decir invistiéndose otra vez de ambivalencia y conflicto - 133 -

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–frente a ello se le sugiere ascender para provocar la variación espontánea del símbolo y su posible liberación del factor negativo– ) Sí Dr., subimos… hace frío… nos cobijamos juntos… todo comienza a cambiar… la luz es tibia, el cielo azul… me siento bien, ella ahora es mi esposa… ¿subimos hasta dónde? (plataforma en el espacio) Sí… pero hay dos figuras más… una es como un bailarín afeminado que hace piruetas… tiene un aire no sé… no me gusta… quiero tirarlo, es inútil… está de más… no lo quiero… es gordo (actúa espontáneamente, resulta obvio que el segundo personaje –sosías– es su componente homosexual que ha captado muy bien desde el séptimo y octavo rêve lisérgico, donde vio a su padre en pleno coito anal con la madre… ¡Lo tiro Dr.!… ¡Lo arrojo al espacio! ¡Desaparece!… («¿Cómo se siente?») ¡Dueño de la situación!… ¡Apoyo a mi esposa, la protejo!… Me siento muy feliz… (se le induce a recorrer el espacio en un vuelo de triunfo indicándosele que conserve esa imagen nítidamente en su alma). Despierta enfatizando lo bien que se siente. Son las 18 hs. 15 min. Han pasado una hora y diez minutos de sesión. Subjetiva y objetivamente alegre. Expresa su optimismo y su esperanza y señala su sentimiento de que «se hubiera terminado algo». Espontáneamente y de inmediato habla de su actual actividad política, en el partido comunista, decidida hace dos semanas (siempre fue oculto simpatizante) y lo vincula «al triunfo» –son sus palabras– de haberse liberado de la tutela de su padre del que habla despectivamente por sus ideas burguesas. Durante más de media hora realiza con nosotros diversos comentarios en los que analiza como sus vivencias en los sueños le permiten cada vez, con mayor posibilidad, una mejor y comprensiva evaluación de sus graves conflictos de relación parental. - 134 -

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Jerarquiza también su creciente alegría a medida que capta en profundidad y sentido simbólico. Finalmente destaca como «casi no sienta la droga» y como «la domina» (con ello expresa un hecho percibido en la mayoría de nuestros casos: la «sustancia» una vez canalizados sus efectos hacia la vertiente psíquica, por la técnica y la sucesión de experiencias, pierde o disminuye mucho la mayoría de sus manifestaciones físicas). Si meditamos en el material expuesto resulta evidente como resalta claramente la notoria y positiva activación que durante la psicólisis dirigida se produjo. El insight en las ocasiones, que señalamos especialmente, fue muy hondo y sobre todo lo destacamos, esencialmente espontáneo. Es indiscutible entonces el «refuerzo», por decirlo así, que se produce en el yo del paciente, al comprender y manejar los símbolos de sus motivaciones. Estas, que hubieran sido simples y teóricas especulaciones en la consulta psiquiátrica habitual, fueron vivenciadas aquí, como innegables hechos internos. Cabe informar que nuestro paciente sólo realizó una sesión más, veintiún días después. En esta última ocasión en razón de su cambio clínico, propuso él mismo el cese del tratamiento. En ese momento no había obtenido aún un coito normal pero se sentía y actuaba con entera satisfacción subjetiva. La propia esposa no podíá «concebir» (textual) el cambio. Se acordó entonces de mutuo acuerdo que sería visto una vez por mes. Ante del final de los primeros treinta días nos avisó por teléfono de una relación sexual exitosa durante una aventura amorosa. El día de la consulta se presenta entusiasmado informando que su vida genital se desarrolla normalmente con la mujer que acaba de conocer. Sin embar- 135 -

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go, nos dice, esta relación no la pude llevar a cabo con su esposa. Aclara que la ve claramente como una «sustituta» de su madre. Corresponde señalar que desde hacía unos meses había acordado no convivir para evitar estímulos negativos. Sin embargo siempre atenta a su evolución la señora se enteró del contenido de los últimos Rêves con sus escenas sádicas. A partir de ello le confesó al paciente un franco temor que trastornaba todos los intentos de vinculación. Dos meses después sigue bien, activo y seguro y sin dificultades sexuales. Tiene conciencia muy clara de todo el proceso de su cura. Nos informa que han acordado con su esposa separarse y considera ello como lo más adecuado. A los seis meses sigue sin cambios. Destaca su capacidad de autocrítica aumentada y su mayor seguridad frente a toda circunstancia. Está escribiendo un libro para el curso que dicta. Desde el principio de este año no hemos tenido más contacto con él. Dificultades de espacio, de tiempo y de oportunidad nos impiden desarrollar las múltiples aclaraciones y consideraciones factibles que supone el material y el caso clínico de este paciente. No obstante, no queremos concluir sin señalar, como comentario final, la sorprendente expresión y subsiguiente captación espontánea que un sujeto sin ninguna información psicológica especial previa, hace de los dinamismos más íntimos y primarios de su situación neurótica. Y lo que es más importante, lo logra en términos de doctrina psicoanalítica, en lo que se refiere al tipo de interpretación simbólica conflictual de la impotencia como el denominado trastorno sexual edípico. - 136 -

Capítulo VIII

TERAPEUTA DE ENSUEÑO DIRIGIDO En realidad en este tema deberíamos repetir una por una las condiciones básicas que definimos detalladamente en el Capítulo II, el cual trató sobre la psicoterapia, su discusión y sus reglas. Volveremos por su utilidad, a dar una visión donde queden especialmente planteados las razones de las exigencias y contestados los cuatro puntos que lo componen. Para cumplir en consecuencia, con las normas que deben regir la formación, quienes aspiren a conocer el plan adecuado deben saber el proceso a seguir. Para resumirlo podría ser más breve y dar solamente un listado simple de las conclusiones de un grupo de técnicos en E. D. con experiencia de muchos años. Lo que seguirá sin embargo pretende ser un planteo de los fundamentos y razones, de lo que sustenta y aplica la S.U.E.D. y otras sociedades científicas que utilizan dife- 137 -

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rentes métodos de trabajo con el paciente, regidos por otras normas. En el final del capítulo daremos el listado de las exigencias cuyo cumplimiento conduce a una segura y correcta aplicación, que exponemos en cinco puntos.

LA FORMACIÓN REGULADA La necesidad de justificación elemental de un sistema estable, repetible y definido por las mismas reglas y pruebas, no es más que lo debido y lo que seguramente se espera en una especialización. Un proceso de conocimiento organizado y progresivo fue, además, lo que a todos nos obligaba y que sabíamos era lógico e indiscutible, al iniciar nuestras carreras profesionales. No existe enseñanza con participación libre, sin reglas y sin una secuencia controlada que se considere de nivel adecuado. Exigir al respecto determinadas condiciones intelectuales –y las psíquicas en general– acompañadas de aspiraciones consistentes y estables, es el ABC en cualquier Institución, donde se imparte un saber. No debe ser posible aceptar aspirantes a ninguna formación, sin una conducta reglada del que pretende aprender o en el caso opuesto, aceptar en el centro que la imparte, la falta de una estructura interna adecuada y sólida.

LAS CONSIDERACIONES BÁSICAS Al afirmar los siguientes conceptos estableceremos lo que es esperable en el proceso previo de culturalización profesional inicial. Ésta debería poseer una determinada estruc- 138 -

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tura, en la adquisición de los conocimientos generales, que rijan la formación en esas carreras. Sería ventajoso que en ellas se establezcan las bases, en cierto modo preparatorias en base a intereses vinculantes, en cierto modo, «preparando» la experiencia para su futura especialización. Saber de lo psíquico y sus patologías por ejemplo, a lo largo de cursos organizados para ello y desarrollados paulatinamente, con pruebas prácticas y exámenes, no puede ser rechazado como condición. Por el contrario, debe asumirse como base adelantada, para el sostén del futuro trabajo clínico, para quien quiere saber lo que hace y por qué lo tiene que hacer.

LA EXPERIENCIA PERSONAL VIVENCIADA Exigir la experiencia personal con el Ensueño Dirigido, en un número determinado de sesiones –mínimo quince– es entregarse a esa especial condición de soñar despierto y comprobar comprometidamente, las vivencias y sobre todo tomar la decisión de «mostrarnos a nosotros mismos», ese interior secreto que no se puede concebir si «no se ve y se siente». La asistencia a cursos de formación teóricas, realizar pruebas prácticas periódicas ante comisiones y la presencia de controles de rendimiento ante tribunales –durante un tiempo definido y dentro de límites establecidos– son una garantía de consistencia personal y de intenciones adecuadas, para ambas partes. Ninguna de estas normas puede ser considerada prescindible o sin real necesidad, ya que el fin que pretenden es la confirmación que aceptamos cada uno cumplir, en el período universitario que realizamos previamente. - 139 -

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LOS APORTES COMPLEMENTARIOS Este especial sector del capítulo se refiere a todos aquellos métodos y procedimientos, que en el correr de la evolución técnica del E. D., han demostrado ser –como lo expresa su designación– procedimientos que pueden, en circunstancias bien elegidas, ser utilizados para obtener una solución o un giro, cuando el proceso curativo tiene dificultades o cuando se busca ampliar el campo de vivencias positivas o el de la información mayor, sobre dinamismos patológicos que son rígidas barreras defensivas. Nos referimos particularmente a estas situaciones que todo psicoterapeuta enfrenta, en que se hace presente una resistencia o un punto «ciego» muy fuerte, que el paciente no percibe y que resulta necesario poner en evidencia para continuar el progreso que se busca. El conocimiento de esos métodos complementarios, forma parte de los cursos del S.U.E.D. y describirlos con sus detalles, no corresponde ahora. Optamos sólo por mencionarlos, ya que en la formación del aspirante, como en las experiencias con E. D. y los cursos, estarán incorporados obligatoriamente a la enseñanza.

LAS RESISTENCIAS BLOQUEADORAS Reiteramos la misma brevedad para la enumeración de la resistencias y la consiguiente búsqueda de la concientización, de los clásicos mecanismos de defensa del Yo –Ana Freud–, los que pretenden inconscientemente mantener las «ilusiones y la seguridad», brindada por la estructura neurótica vigente. - 140 -

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Por el proceso del tratamiento, la «cantidad» de libertad interior tan necesaria y por él desbloqueada, logra neutralizar la negación, la proyección, la regresión, el desplazamiento, la sublimación, la represión, etc. Esta es la intención que ha de guiar al técnico. Hay que decir que no sólo por ejemplo, las asociaciones que provocan las imágenes surgentes o lo aportado por la Prueba de Anticipación sobre la situación detenida, pueden ser útiles. A veces surge la necesidad de conocer y aplicar esos otros procedimientos que habilitan otras vías de «penetración», indiscutiblemente útiles. Estas se encararán ulteriormente, mencionando algunas características. Se hace notar que además, se puede activar la propia pasividad inconsciente del operador, a veces no percibida o demasiado «lenta», por decirlo así, en virtud de motivos contratransferenciales, que le hace olvidar la unidad funcional cuerpo–espíritu–situación y que se puede detectar con la Prueba de Anticipación autoaplicada (A. Duarte, 1976. V Congreso Brasileño de Psiquiatría). Todo este decir vuelve a justificar que se jerarquice una condición politécnica basal, que implica en el terapeuta un concepto de integración, tanto para un certero diagnóstico como para un proyecto adecuado. A continuación proporcionamos una información guía, de las técnicas útiles, cuyos procedimientos detallados se hallarán en la Bibliografía. a) La activación pictográfica. Propone un dibujo, descripción de atributos, etc. b) La expresión escénica de Dars. Textos seleccionados para el caso, a leer. c) La estructura de psicoactivación. Implica relajación. Una fantasía inducida bipolar. La expresión verbal. - 141 -

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d) e) f) g)

La somatización y la expresión corporal con objetivación quinética. La terapia gestáltica, adaptada a una situación (hay una colaboración escrita al respecto). El karate meditativo en ciertas circunstancias. La psicodramatización de Moreno. La terapia comportamental de Lazarus y su conjunto de siete variables, etc.

Lo que podemos señalar como clave de este capítulo destacado, se apoya en jerarquizar la condición de «encuentro», con el factor fundamental de la activación, según se van dando los hechos, considerando el tratamiento como una situación en lo que actúa lo imaginario, el cual antes que nada es un resultado espontáneo, en el que el consultante «aprende de su enfermedad», para poder asumir progresivamente un nuevo papel existencial, legítimo, consistente y libre. Todo siempre considerando la realidad individual específica del paciente según sus «dimensiones», el ambiente que le rodea y el potencial de sus reales posibilidades, debidamente evaluadas. Esta dimensión existencial profunda –insistimos– constituye el verdadero proyecto propio, que sin saberlo alberga en sí mismo. Seguidamente y para concluir este tema, se presenta el proyecto de exigencias para la formación de especialistas en E. D., definido por la Comisión de Formación Técnica, en cuya redacción se siguieron las directivas propuestas por sus integrantes.

Psicoterapeuta en Ensueño Dirigido Condiciones exigibles básicas, para el postulante: - 142 -

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Comisión de formación técnica Existen en este tema, a juicio de la Comisión, tres objetivos a seguir: 1. Asegurar al aspirante una formación técnica seria y mínima en E. D. 2. Asegurar al aspirante una información práctica amplia de otras técnicas imagógicas y de psicoterapias diferentes al E. D. 3. Asegurar al aspirante una base de antropología filosófica suficiente para suscitar la apertura de la mente y evitar una práctica reduccionista.

Reglas para los cursos 1. Poseer la titulación de Técnico Universitario: • Psiquiatra • Psicólogo • Médico –con interés y condiciones personales notorias–. • Licenciado –con capacitación específica en especialidades vinculadas–. 2. Formación teórico–práctica en: • UDELAR • Universidades privadas. dentro de las especialidades afines. 3. Interés legítimo del aspirante con: • Cumplimiento de cursos en el S.U.E.D. (formación reglamentada). • Constancia en la asistencia. - 143 -

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• Aprendizaje práctico del E. D. en experiencias personales y en sus análisis. Mínimo diez sesiones. • Aprendizaje –sometidos a prueba– de métodos complementarios, ampliatorios o afines. • Conocimiento sólido de los criterios de curación, ante Comisión. 4. Informe del psicoterapeuta didáctico; definición de aptitudes (junto al postulante). 5. Presentación indispensable de una Tesis sobre temas varios: • Investigación personal, resultados estadísticos, observaciones. • Propuesta o defensa de aplicación de criterios de conducción. • Planteo de conceptos originales, etc. 6. Control de la actividad profesional periódico. Bimensual. 7. Asistencia regular a las sesiones –con registro de concurrencia–. Notas: • «Licenciado con capacitación específica» es una propuesta provisoria, para la especialización de carácter complementario, con límites a definir. • El aspirante debe realizar la elección libre de un psicoterapeuta con título en E. D. y con la aprobación de la elección por la Comisión. • El aspirante debe realizar dos sesiones de control de manejo clínico en presencia de la Comisión. • Toda variación de las normas antedichas debe contar con la aprobación de la Comisión de Formación Técnica. - 144 -

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El aporte de la Gestalt al E. D. y del E. D. a la Gestalt Psicoterapeuta Gestáltica Adriana Hosner de Caracó

Nuestro objetivo en esta colaboración, es plantear las ventajas mutuas que se logran, con la complementación de ambos métodos. En Terapia Gestalt se utiliza el uso de la fantasía o de los viajes imaginarios, en los cuales el paciente va pasando por distintas situaciones, que el terapeuta le propone. En éstas, se trata siempre de que haya compromiso profundo con el tema y éste, tenga una plena vigencia espontánea. En su desarrollo no hay un relato con respuestas verbales. El terapeuta sugiere y confía en que lo que se imagina, posea una realidad interior legítima. Realiza preguntas y durante el encuentro observa atentamente su actuación con el cuerpo, las expresiones del rostro, los gestos y los movimientos más mínimos. A partir de esta situación y en el momento considerado oportuno, se le plantea vivir lo que es opuesto, cambiando los roles, sin interrumpir la fantasía. A través de este procedimiento se trabaja la proyección y se procede a la reidentificación. Dice John Stevens al respecto: «Lo que experimenta en la fantasía es una expresión real de su existencia y –expresa– cómo realmente vive, siente y funciona». La función que en el E. D. tiene la búsqueda del secreto, permite en la Gestalt, salirse de las conductas fijas y que se descubran más cualidades diferentes. Así, a través de este aporte, se amplía su espectro, creando espacios nuevos, que el paciente aprende a sentir, al vivirse como otras cosas. Eso vuelve la manifestación de su imaginación, más libre. - 145 -

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Al finalizar dice todo lo que sintió, de qué se dio cuenta, cómo volvió de su experiencia y el grado de su resonancia emocional. Dice Friedlander: «Todo evento se relaciona con un punto cero, a partir del cual se realiza una diferenciación de opuestos. Estos manifiestan una gran afinidad entre sí. Al permanecer atentos al centro, podemos adquirir una capacidad creativa para ver ambas partes y completar una mitad incompleta». Perls señalaba que «el punto cero, es dado por los dos opuestos en la conciencia, en la cosa o en la cualidad». Eso significa que el conflicto explicitado, conduce al camino de la resolución. Cabe consignar que previamente al inicio del «viaje» – igual que en el E. D.– es necesaria una profunda relajación, de un mínimo de quince minutos. Resalta en esta complementación de los métodos, el trabajo con los opuestos y su interacción. El «darse cuenta» tiene que ver con el vivenciar y experienciar –como en el E. D.–, siendo una situación intransferible y propia. La similitud comprende al terapeuta que actúa como un «termostato» del conflicto y procura que siempre se descubra más sobre sí mismo, aprendiendo con su personal descubrimiento. Es muy útil destacar que la Gestalt jerarquiza el lenguaje corporal, entendiendo que lo importante es como lo dice y no sólo lo que dice. Afirmamos entonces que a partir del E. D., se ha agregado a la Gestalt, en sus fantasías, la posibilidad de ir construyendo un imaginario a la «medida», dirigiendo al paciente todas las veces que sea necesario, manejando los obstáculos, tratando de hallar el secreto y no dejando que prospere la evitación defensiva. - 146 -

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Se agregan también –como incorporación– el desplazamiento vertical y sus vivencias y el diálogo con el soñante cuando refuerza el compromiso. En cuanto al aporte de la Gestalt al E. D., éste se refiere al manejo de los símbolos durante el análisis. Se pretende con esta variante que el paciente descubra –desde la vivencia– el significado de todas las situaciones posibles. Si soñó con pájaros y con una silla de ruedas, se trabaja el diálogo entre esos símbolos o partes del paciente, tratando de que llegue al «darse cuenta» que usan ambas técnicas. Se le hace encarnar el elemento, darle voz, movimiento, sentimientos, etc. Entendemos que esta conducta permite hacer «salir» totalmente lo oculto y lo vuelve consciente. La reiteración del personaje o la cosa, en su repetición, la transforma positivamente y lo lleva a su meta de cambio. Consideramos que lo expresado, demuestra que la colaboración entre ambos, es posible y productiva y de una probada utilidad, por lo que aconsejamos su utilización.

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Capítulo IX

VISIÓN GLOBAL 1) LA UTILIDAD CONFIRMADA El mundo imaginario es la «creatividad en acción». No es «reconstrucción asociativa», sino una expresión profunda y original del sujeto. Tal es en síntesis la información básica que resume el concepto que determinó los primeros capítulos. Vale la pena subrayar que estas fueron las conclusiones de Galton en 1883. Esa otra realidad interior creadora, es el instrumento que utiliza el artista, el inventor, el experimentador, etc., en los proyectos que nacen dentro de sí, como planteos o desafíos para un hallazgo, una solución, o una búsqueda, en las diversas situaciones y niveles. - 149 -

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Se puede decir que lo inicial y primordial, es «verlo y sentirlo», en un mundo interior sin límites y después concretarlos como realización en lo real en ensayos sucesivos o a veces en lo inmediato. Ese pensamiento que en lo básico usa símbolos arquetípicos o propios, es la indiscutible esencia de la realización y la evolución. No estamos diciendo que hasta 1883 nadie hubiera captado esa función de lo imaginario. A lo largo de la historia, múltiples de pensadores expresaron, junto a los mitos y creencias, su trascendente papel, pero el citado autor fue quien diferenció su específica función creadora mejor y la puso en el centro del análisis científico. Desde siempre, sobre todo desde entonces, podemos marcar, se fueron acumulando los trabajos y las conclusiones, sobre este tema, con otros hombres y otros nombres, que jerarquizaron de una manera u otra, su misión y confirmaron el significado permanente de su utilización. Por ejemplo Clark –un discípulo de Freud destacado– en 1925 usó la imagen en su condición más espontánea y con ella sustituyó el uso clásico freudiano de las asociaciones, que podían implicar al terapeuta, participando con sus comentarios. Clark usó un método calificable de fantasmático con una pura producción libre. Otro ejemplo del progreso en los intentos de comprensión interpretativa, se dio en 1932 con Happicc, que llamó la atención sobre el potencial resolutivo de esa vida interior. Usó como ejemplo, un activo papel para hallar una solución, que el Químico Kekulé buscaba, para formular espacialmente a las moléculas y sus uniones, en el benceno, representando sus lazos de atracción, la cual resultó ser - 150 -

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hexagonal. Dicha figuración fue resuelta por un sueño nocturno (!). En su búsqueda hasta ese momento de revelación, habían fracasado todo para lograrlo. Ese acontecimiento fue la base de lo que desarrolló después, Happicc. Otros casos podrían agregarse, pero lo que queremos destacar es como en lo imaginario o en el nivel onírico, pueden hallarse las «soluciones». Demostrándose así, esa reserva de respuestas convocables que están a nuestra disposición, tanto para una fórmula química como para resolver con imágenes simbólicas, las «preguntas» que sepamos hacer en el E. D. Podemos afirmar con el apoyo de innúmeros investigadores –entre otros Virel– que el hombre posee una conciencia, activa y paralela, que vive en nosotros y es más vasta de lo que advertimos habitualmente. Ello se confirma sin dificultad, en esa dimensión que usamos de continuo y a la cual, la creación experimental y técnica de Desoille aprendió a usar. Poniendo en evidencia su intervención, su valor de mensaje y su papel de representación explicativa. Se puede decir que nuestra vida es un producto, en parte no concientizado, en que apartándonos de lo real en un estado de relajación, teniendo íntima entrega, veraz y legítima, hace del paciente que sueña, un actor en un escenario que va inventando una trama, no solo visual. Y en ese escenario creado espontáneamente y cumpliendo sin notarlo la ley de la bipolaridad, manifiesta su realidad interior profunda y sus dinamismos opuestos. A través de ese universo imaginario del E. D. es posible lograr modificarse, adecuándose evolutivamente a lo - 151 -

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real. Así se consigue avanzar en el constante movimiento hacia el cambio. Destacamos el uso provechoso de cada imagen, puesto que resulta de una síntesis figurativa y emotiva, de pulsiones, recuerdos o suposiciones. Lo imaginario las hace y las formula, como representaciones simbólicas de los dinamismos conflictivos y a su través –en la experiencia de «ser otro»– se experimentan como dijimos, todos los personajes que deseamos y podemos ser y se ven los objetos y se viven los hechos, todos y cada uno, con significación. El E. D. es precisamente el vehículo de esta posibilidad. Y con la libertad expresiva que se alcanza, abre el camino hacia las esenciales respuestas propias y el hallazgo de las vías adecuadas. Los símbolos y sus significados enmascarados, detectados y marcados en el fundamental momento de análisis del material, son en lo básico, los facilitadores del proceso evolutivo hacia la modificación de la estructura neurótica y la razón de la paulatina comprensión, que se despierta en el paciente, conduciendo a la adaptación sin rigideces conflictuales. En conclusión el E. D. es uno de los más útiles métodos existentes, para cumplir con las consignas de curar –que señalamos en el Capítulo II–.

2) EL RECHAZO AL UNILATERISMO TEÓRICO La variabilidad es una constante a tener como noción básica, cuando estamos considerando una estructura psíquica. Llamamos variabilidad natural, a los factores - 152 -

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interrelacionados, que actúan de continuo y que son determinantes a menudo inesperados. Así como una reacción afectiva y su vivencia depende de dinamismos múltiples de por si cambiantes, el considerar un caso como algo fijo con respecto a una única terapia a aplicar, constituye un error, sobre todo si se está pretendiendo modificar su patología. Un sistema teórico único o «modelo técnico», significa una equivocación estratégica y una mutilación de recursos. La intención conciente de una utilización acertada de procedimientos, equivale a poseer conceptos previos que justifican y establecen el uso tajante de la palabra rechazo. La que sirve para calificar una conducta sin libertad de operar sobre un campo elegido y único. La elasticidad en ciertas ocasiones bien elegidas, amplía el método de trabajo terapéutico, que puede acompañar al E. D. y determina una condición que exigen los conceptos actuales. Y es que siempre se posea esa polivalencia de procedimientos, que es la primordial en el tratamiento y de más interés para el paciente. Debe aceptarse que su recuperación y evolución en el menor tiempo posible, es ventaja principal y lo que corresponde, –a una época como la nuestra–. En suma usar la palabra rechazo es subrayar la opuesta situación, siempre positiva, de actuar con un comportamiento amplio que pretende despertar la conciencia de los conflictos y las soluciones. En este sector del capítulo correspondería en realidad, repetir lo escrito sobre la Psicoactivación – Capítulo II –. Nos remitiremos a él y a la crítica desarrollada del modelo único, que no considera todos los factores, sus varia- 153 -

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bles o el valor de las técnicas que pueden requerirse momentáneamente. Para ello es preciso conseguir un cambio de escenario necesario, para que el nivel de acceso a las respuestas, sea más profundo y activador.

3) LA POLIVALENCIA TÉCNICA Y LOS USOS DE LOS MÉTODOS COMPLEMENTARIOS Desde el comienzo del Manual de una manera u otra, hemos destacado el resultado negativo de una «pasividad» en el terapeuta. Esta es un obstáculo por falta de elasticidad en la elección de soluciones, cuando la evolución se frena. No salirse de un concepto teórico fijo, adoptando una única respuesta, es calificable de unilateralismo. No se debe ignorar por rigidez, la eficacia innegable de resolver con soluciones circunstanciales, que sobre todo se constituyen en procedimientos auxiliares oportunos. Estas técnicas no son cambios de terapia, sino instrumentos de acción que pueden abrir un camino cerrado o contribuir en ello. Dichos complementos son «trucos» para hacer comprender de otra manera y a veces con más claridad, las defensas que se están interponiendo en la evolución . Lo que queremos es dejar bien establecida entonces, la utilidad real de esta denominable polivalencia y de esa actitud abierta en el operador. Ello no es abandonar un procedimiento ni aceptar un defecto en el método principal en curso, sino tener en cuenta especialmente los conceptos básicos de Bertalanffy: la totalidad sistémica, la interacción y el entorno, reconociendo - 154 -

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la necesidad de las ayudas solucionadoras, para actuar sobre situaciones que en un período circunstancial, impiden seguir con el cambio en proceso por el obstáculo de una negación inconciente. Pretendimos por tanto, dar solo una lista –ampliable– de esos procedimientos con una muy breve descripción, que el futuro terapeuta en E. D. y en realidad de cualquier otro método, necesita conocer, para aplicar, eligiendo el más apto. según el momento clínico. Sobre los fundamentos de cada uno, los detalles de aplicación, los tiempos requeridos., los momentos aconsejables, etc., volvemos a decir que serán adecuadamente aprendidos detalladamente, en los cursos. No nos llevó entonces en la presentación del tema, la intención de profundizar en cada uno. Solo fue una enumeración informativa que aspiró a poner en evidencia los gratos de libertad en el E. D. Que son no solo instrumentos valiosos, sino también, en ocasiones, muy necesarios, porque en esa multiplicidad, está presente una solución de situaciones. Precisamente ellas evitarán además lo que llamamos la «pasividad» –equivocada– del Guía, porque como afirmamos alarga los tiempos de tratamiento, o deja un factor de lado que es necesario hacer emerger. Se comprenderá que no se eligió un orden en base a prioridades reales para su enumeración. Su mención no indica mayor o menor acción, ya que ésta dependerá de la intuición oportuna del terapeuta y de su proyecto. Tampoco su extensión fue señal de importancia diferente. Aclaramos que la palabra «truco» utilizada en el índice, solo designa su papel como estrategia para lograr más «penetración» en el paciente. - 155 -

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4) EL OBJETIVO PERMANENTE: LA VIVENCIA Cuando decimos que debe procurarse el logro de la vivencia legítima de las imágenes, estamos hablando de algo que en el íntimo plano emocional es una real participación en un hallazgo, con conciencia de descubrimiento personal. El compromiso afectivo en ese nivel más primario del sistema nervioso, es precisamente lo que explica el darse cuenta y su eficaz resonancia, más allá de lo intelectual y racional. Y él precisamente, es el que posee la capacidad de modificar las rigideces adquiridas como defensas. Su carácter de reconocimiento más allá de la razón, es la búsqueda siempre activadora del terapeuta. Es preciso constantemente, lograr o tratar de hacerlo, para que el paciente participe comprometidamente y sienta suyo lo que aparece, junto a la importancia de su significado. De nada vale que surja y se maneje un símbolo, si él no trae consigo una respuesta propia y una potencial explicación, para un síntoma, una conducta determinada, una actitud en la vida, etc. Es indudable que aquello que resulta comprendido y a la vez demuestra ser modificable durante la técnica, se transforma no en un simple recurso, sino en una modificación a seguir, precisamente por ser hallada dentro de si mismo. Solo así y por eso es capaz de volverse un objetivo constante en el procedimiento del E. D. cumpliendo con el proyecto elegido en el comienzo del tratamiento. - 156 -

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5) EL SÍNTOMA COMO SEÑAL Y LA SOLUCIÓN DEL CONFLICTO No resulta forzado admitir que en el síntoma hay un mensaje y que él constituye una de las primeras metas en el proceso técnico. El fin en si mismo, no es solo hacerlo desaparecer. La real misión es poner en evidencia no solo su intención y el mecanismo de su origen, sino comprender y hacer comprender todo lo que acompaña y está implícito en su presentación. Pero sobre todo la función de la estructura que lo sostiene. Cuando el paciente capta el mecanismo profundo e inconciente de su existencia, cesa de depender y de estar sometido, obteniendo paulatinamente el ejercicio de esa libertad del que puede elegir. Ya no es más el prisionero de su supuesto destino y se vuelve progresivamente dueño de su conducta y la solución conflictual. No es esta una declaración de aspiraciones técnicas, sino una realidad clínica comprobable, que culmina en el éxito y que se repite constantemente. El Síntoma es entonces una manifestación simbólica transformada en comportamiento patológico, que debe saberse reconocer, pero también «usar» como camino de entrada a la situación profunda que lo explica y justifica. Solo una técnica que comprenda y resuelva con sus procedimientos esta señal, llegará al fin que se propone.

6) LA SITUACIÓN NEURÓTICA Y SU CURACIÓN Lo que puede ser interpretado con las imágenes propias y espontáneas, es percibido con el E. D. como una - 157 -

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situación. Su modificación –que es el objetivo– resalta así causa, pero a la vez apunta hacia el hallazgo de la solución. Como condición lleva en sí misma, el secreto de su poder de cambio y el método es la posibilidad de hallarlo. Se comprende entonces que la fuerza de lo conflictual, es un error crónico que tiene la apariencia de lo definitivo, o por lo menos muy difícil de modificar, que puede «caer» ante el poder de otros símbolos, siempre que sean aptos, propios y se nos demuestren como capaces de asumir otro nivel. Si el paciente los describe y vivencia creyendo en ellos porque los halló dentro de él, resurgirá hacia el plano de la curación –tal como ha sido definida en el Capítulo II por Lagache–. Por eso la interpretación de un Neurosis, debe ser abierta y con distintas perspectivas: fenomenológica, psicoanalítica, conductista, existencial, etc. que intervendrán según el paciente y las circunstancias, siempre adaptándose al lenguaje en que se expresa. Esa actitud básica «plurinterpretativa y pluritécnica» o de «persona a persona» (Berta), no utiliza la visión determinista por ejemplo de Freud, sino que une el pasado y el futuro como igualmente importantes, con una comprensión anagógica, que enfoca cada nivel psicoterápico con una operación específica. No se trata de eliminar síntomas, sino también «de integrar valores existenciales minimizados». El objetivo final es incorporar lo vivido como negativo como «la otra parte a considerar, que nos obliga a recordar siempre la culpa no asumida». - 158 -

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«Liquidar una neurosis no es curar». «Lo que el enfermo debe aprender no es solo como liberarse, sino cómo debe asumirla» (Jung). Por eso repetimos, la visión existencial positiva y evolutiva que se busca, es la que permite que lo rechazado y temido, sea finalmente un «aspecto a tener en cuenta, entendido como anticipación» (Berta), constituyéndose así en una fuerza para definir el futuro. En consecuencia la actitud que se propone para el terapeuta ha de ser: 1) «Qué es lo que la enfermedad quiere del paciente» ( Jung) u objetivo –Interpretación positiva o anagógica–. 2) «No hay causalidad únicamente en el pasado, para resolver (perspectiva activa y creadora)». Lo necesario es saber para que sirve y a donde apunta (Jung), utilizando sus dinamismos implícitos para transformarlos en soluciones y así alcanzar otro modo de existir.

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Capítulo X

SITUACIÓN ACTUAL LA SOCIEDAD URUGUAYA DE ENSUEÑO DIRIGIDO Es breve lo que vamos a informar, no sólo porque el proceso de evolución está en curso y es naturalmente continuo, sino porque seguimos teniendo en cuenta la función solo panorámica de este Manual. A los ocho años de su existencia y en este segundo período de resurgimiento como grupo de trabajo, acción y comunicación, se ha demostrado que sus integrantes siguen cumpliendo con las directivas básicas, que guiaron a lo que en las décadas del 60 y 70 fuimos formados por el Prof. Berta, tras su experiencia en Francia. En aquel entonces se inició en el país la utilización del E. D. En esta segunda etapa la labor de la Sociedad se ha constituido en una fuente de aprendizaje, perfeccionamiento - 161 -

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y estímulo y se ha desarrollado una tarea sistemática, que se ha manifestado en trabajos técnicos, presentaciones de temas, discusiones colectivas, Publicaciones y experiencias con E. D. de voluntarios. También se ha sumado la vinculación e intercambio con centros afines. Fue en 1997 que se unieron psicólogos terapeutas con el objetivo de estudiar y desarrollar la aplicación del E. D. en su trabajo clínico. El éxito del propósito determinó que el año siguiente del estudio y la experimentación exitosa, se formará la sociedad con ese grupo de técnicos, en su principio convocados por el Ps. Alfredo Sansón y el Lic. Presb. José M. Decía. Así se fundó con un conjunto de miembros y la incorporación de otros psicólogos y psiquiatras, la nueva sociedad uruguaya con características muy activas. Ella fue rápidamente un factor organizador del estudio y ampliación del método de Desoille. Su tarea sistemática y las discusiones teóricas y prácticas mensuales, implicaron la divulgación en el medio y la re actualización del procedimiento, que merecía singular atención y uso en otros países. Poco después de creada se lograron vinculaciones con Sociedades extranjeras regionales con las que se obtuvo interrelación. Ulteriormente se integró la Comisión para el estudio de la Reglamentación del Ejercicio de la Psicoterapia (M.S.P.) La Sociedad Argentina de sueño despierto dirigido envió una delegación y hubieron visitas de destacados Especialistas. Fue de especial interés la comunicación con el G.I.R.E.D.D. y el contacto con la Universidad de la República, para lograr la posibilidad de un curso sobre el E. D. en la Fac. de Psicología. Se agregó a lo anotado sucintamente, la especial incorporación permanente y activa del Prof. Berta que participó en la enseñanza y la orientación desde 1999. - 162 -

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Como ejemplo de la importancia de los Trabajos presentados damos un muy incompleto listado, demostrativo, citando títulos y autores de algunas de las exposiciones realizadas: • «Importancia simbólica de la medicación. El efecto placebo» Dr. Héctor Anastasía. • «Un Ensueño con Hipnosis», del Dr. Raúl Pinto. • «El desplazamiento vertical en lo Imagógico como generador de un cambio ontológico». Psic. Alfredo Sansón. • «Ensueño Dirigido y la arquitectura del Sueño». Dr. Jaime Monti, Prof. de Farmacología y Terapéutica de la Fac. de Medicina. • «Imágenes que curan» presentación del libro con los doctores Mario Berta y Jean C. Benoit, Prof. de Enseñanza Clínica de la Fac. V. Neker de París. • «Visión del Ens. Dirigido de la Soc. Argentina de Ensueño Despierto Analítico de Robert Desoille». Dr. Alberto Rocca Secretario General de la Soc. Argentina. • «Trascendencia, Imaginación y Psicoterapia». Presb. Psic. y Lic. en Teología José María Decia, Prof. de Filosofía y Psiq. Dr. Mario. Saiz y Prof. Dr. Mario Berta. • «Las puertas del Ensueño. Un cuento de Lord Dunsany». Prof. Mario Berta. • «El proyecto psicoterápico en el E. D.». Dras. Rossana Hagopian y Laura Bolognini. • «La imagen del demonio y lo rechazado en la cultura dualista». Dr. Nelson Caracó, Psic. e Investigador de filosofías orientales. • Etc. - 163 -

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Estos temas mencionados entre tantos otros, son una muestra de la actividad constante que además era completada como dijimos, con la útil práctica de demostraciones experimentales en voluntarios, realizando E. D. ante testigos, siendo luego comentados y discutidos colectivamente. Fueron realizadas publicaciones de divulgación y de actividades varias, viajes al interior y al exterior –Rep. Argentina– etc. Esta visión de la tarea de información y estudio, apuntan a presentar someramente, un panorama constante de interés dedicado a jerarquizar y demostrar las ventajas del E. D. Sin que ello hiciera perder de vista el detalle de anotar siempre las condiciones exigibles para el aprendizaje de la metodología, que en el 2006 fueron de especial preocupación, preparando y analizando las reglas y los posibles cursos, a iniciar próximamente. Sus realizaciones resultan en consecuencia en esta breve comunicación, evidentes y continuarán seguramente, en el futuro. La lista de todos los integrantes y de todos los temas está disponible.

Planteo final de los resultados y la acción terapéutica En función de lo afirmado sobre la técnica del E. D. a lo largo del texto corresponde finalizar con un breve resumen de los conceptos que han demostrado ser las razones de sus exitosos resultados. Ellos constituyen los factores básicos que crean, evolutivamente, los efectos beneficiosos y justifican sus especiales cualidades. - 164 -

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Pretendemos por tanto con esta enumeración final señalar los distintos estímulos activadores que dan razón de su valor metodológico. 1.

Implica aplicar un concepto existencial de la persona como totalidad. 2. Utiliza sistemáticamente el procedimiento activador como una constante posición terapéutica. 3. Confía en la existencia permanente de una capacidad de cambio y lo hace reconocible para el paciente. 4. Aprende de la enfermedad y considera necesario y fundamental lo que ésta quiere expresar. 5. Siempre tiene en cuenta el proyecto decidido en los primeros encuentros clínicos. 6. Hace tomar conciencia del «descubrimiento» del error neurótico, que motiva síntomas y comportamientos. 7. Propone hallar por sí mismo, los significados de las imágenes, comprendiéndolos y utilizándolos. 8. Estimula el desarrollo de la autorrealización, con formación de un modelo nuevo. 9. Vuelve percibible la noción de la bipolaridad y la inmanencia de los valores. 10. Propicia la actitud politécnica complementaria y la «explicación conflictual» sin rigidez teórica. 11. Tiene en cuenta al individuo como una entidad trascendente con niveles sobreordenados. 12. Hace posible el pasaje de la pasividad a la lucha productiva, del anclaje a la movilidad, de la rigidez a la evolución y anticipa el futuro. - 165 -

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Tales son las ventajas que destacamos y especialmente, que permiten al E. D. ser un procedimiento eficaz en el trabajo terapéutico, sin pretender constituirse ni en único ni en el mejor, pero si en un modo de estar en lo imaginario para lograr un modo de ser en lo real. Además sabe reconocer la complementación circunstancial para facilitar el proceso de curación, acortando los tiempos. Acorde con los métodos modernos psicoterápicos vigentes, se constituye en una modalidad técnica experimental ideal, por su utilidad y su particular y efectiva acción.

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Impreso en:

el toboso s.r.l. Gabriel A. Pereira 3245 11300 - Montevideo, Uruguay. Tel.: 707 8161 Abril de 2007 Depósito Legal Nº 340.310/07

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