Psicologia Del Mexicano en El Trabajo

December 7, 2016 | Author: Jose Bryan Gonzalez | Category: N/A
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Psicología del mexicano en el trabajo

MAURO RODRÍGUEZ ESTRADA Autor y director de esta serie: Psicolingüista. Se ha dedicado a aplicar las ciencias psicopedagógicas al manejo del elemento humano en las instituciones y el desarrollo de la creatividad. Autor de la serie "Capacitación integral" (El Manual Moderno) y de libros publicados por McGraw-Hill, Herder-Barcelona, Marova-Madrid, Trillas, Pax México, Limusa y Botas. Fue Director de Psicología en el Tecnológico de Monterrey, Fundador y primer Rector del Instituto Universitario de Ciencias de la Educación, fundador y presidente de AMECREA y del Despacho de Capacitación Mauro Rodríguez y Asociados. Premio Nacional de Capacitación (AMECAP 1988). Es Doctor Honoris Causa por el New York College of Pediatric Medicine. PATRICIA RAMÍREZ-BUENDÍA Psicóloga cofundadora de AMECREA. Catedrática de posgrado de la Universidad La Salle. Conductora de cursos de capacitación en numerosas empresas.

PSICOLOGÍA DEL MEXICANO EN EL TRABAJO

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio, sin autorización escrita del editor. DERECHOS RESERVADOS © 1992, respecto a la primera edición por McGRAW-HILL INTERAMERICANA DE MÉXICO, S.A. de C.V. Atlacomulco 499-501, Fracc. Ind. San Andrés Atoto 53500 Naucalpan de Juárez, Edo. de México Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial, Reg. Núm. 1890

ISBN 970-10-0171-0 1234567890

9876543012

Impreso en México

Printed in Mex|co

Esta obra se terminó de imprim ir en Mayo de 1992 en LIBEMEX Calle azucena 27 Col. Hacienda de la Luz Atizapan de Zaragoza 54500 Edo. de México Se tiraron 3000 ejemplares

CONTENIDO

Prólogo 1 CAPACITACIÓN, PRODUCTIVIDAD Y PSICOLOGÍA NACIONAL A) La psicología del mexicano, clave para interpretar nuestro subdesarrollo B) La mexicanidad, objeto de estudio filosófico y psicológico Prácticas 2

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LOS PROCESOS DE ACULTURACIÓN DEL SER HUMANO Prácticas LA SOCIEDAD MEXICANA; SU GÉNESIS Y SU CULTURA A) El componente indígena B) El componente hispano C) El choque de las culturas 5

9 11 11 14 15 17 20 23 24

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Prácticas

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LOS TRAUMAS A LO LARGO DE LOS SIGLOS Prácticas

31 37

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NUESTRA PSICOLOGÍA PROFUNDA 39 A) La crisis de identidad. Ambivalencias 40 B) Religiosidad, superstición y magia 42 C) Actitudes ante el cosmos y ante la vida. La esfera moral 44 D) El mexicano ante la muerte 45 Prácticas 46

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LA DEPENDENCIA ANCESTRAL A) El cuadro general B) El fenómeno del paternalismo C) Un pueblo manipulado Prácticas

49 49 52 53 54

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LA AUTODEVALUACIÓN DEL MEXICANO A) Sintomatología B) La corrupción como autodevaluación C) El disimulo Prácticas

59 59 63 65 66

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LA SOCIEDAD MEXICANA ACTUAL A) La familia B) La mujer C) Los jóvenes D) Las clases sociales y castas E) El individualismo Prácticas

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EL TRABAJADOR MEXICANO A) Sus actitudes B) Sus motivaciones laborales C) Diferencias geográficas D) La mujer en el trabajo E) La contraparte: los directivos Prácticas

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OTRAS CULTURAS, OTRAS CONDUCTAS LABORALES Prácticas LOS ASPECTOS MÁS POSITIVOS DE NUESTRA PSICOLOGÍA A) Valores del mexicano en general B) Aspectos positivos del trabajador mexicano C) Valores de la empresa mexicana Prácticas

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97 101 103 103 105 107 112

DESARROLLO DE ACTITUDES LABORALES POSITIVAS A) Construcción y reconstrucción de la autoestima B) Educación del mexicano creativo Prácticas Apéndice

Bibliografía

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"Ningún pueblo del mundo podrá ser nunca verdaderamente creativo si se acompleja frente a sus orígenes y pretende desconocer su propia historia."

E.E. Mosanyi y Ma. Calderón: Creatividad y culturas populares; en "Creatividad 90". Venezuela.

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Prólogo

Probablemente no hay nada más importante en el México de hoy que la continua preparación y autocapacitación de los empresarios, administradores, gerentes y estudiantes para enfrentar los grandes retos que el futuro del país impone. México es un país en franco proceso de transición hacia una nueva etapa de desarrollo, en la cual la competencia internacional, así como la necesidad de satisfacer adecuadamente al mercado interno, obligará a los diversos participantes en la economía, las finanzas, el gobierno y, en general, todas las actividades productivas, a ser más eficientes, más innovadores, mejores empresarios. En suma, el México de hoy y de mañana requerirá de todos un enorme esfuerzo por administrar mejor y más eficientemente los procesos de desarrollo. La tecnología, la creciente complejidad de los procesos productivos y la sofisticación de los servicios que demanda el desarrollo, hacen indispensable mantener una actualización permanente en materia de nuevas técnicas y métodos para hacer las cosas y para administrar los procesos. 9

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Psicología del mexicano en el trabajo

El libro que tiene el lector en sus manos es un instrumento extraordinariamente útil para este propósito de actualización. El autor, catedrático de la UNAM y de las universidades Anáhuac, Iberoamericana y La Salle, a través de esta obra, ha logrado realizar un útil, accesible y completo compendio del papel estelar de los valores en la administración moderna y orientamos sobre el elemento básico y potencialmente más dinámico de la empresa mexicana: el mexicano. Cualquier persona que desee actualizarse y mejorar su desempeño en el trabajo, así como el estudiante que está en proceso de aprender el arte de la administración, encontrará en esta serie un instrumento de excepcional valía para iniciarse en los respectivos temas, así como para guiarse para una mayor profundización posterior. México es un país ávido de empresarios y administradores comprometidos, capaces y preparados. El clima de los negocios es cada vez más competitivo y demandará líderes en todos los ramos de la vida productiva. Contribuir a la formación de los empresarios líderes del futuro es la tarea más urgente que tenemos frente a nosotros. Todos los esfuerzos encaminados a este gran objetivo son un enorme paso adelante. Por ello, es encomiable que un especialista en estas tareas ofrezca a un público tan amplio una obra tan útil como ésta.

Agustín F. Legorreta Expresidente del Consejo de Administración del Banco Nacional de México Expresidente de la Asociación de Banqueros de México Expresidente del Consejo Coordinador Empresarial Presidente de Inverlat

1 Capacitación, productividad y psicología nacional

OBJETIVOS 1.

Reforzar la convicción de que la productividad es tema humano antes que tecnológico.

2.

Tomar conciencia de que las raíces últimas de muchos problemas laborales son históricas y psicológicas. Y analizar la mutua interconexión.

3.

Conocer a los pioneros del estudio de la mexicanidad y enriquecerse con su visión.

A) La psicología del mexicano, clave para interpretar nuestro subdesarrollo. Atendiendo a su posición geográfica y a sus recursos naturales, México es un país que podría ser rico y poderoso. De hecho es un país 11

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subdesarrollado, tercermundista. Ni produce lo suficiente, ni administra bien lo que tiene, y muchísimos de sus habitantes gimen en la miseria. Los hombres más dinámicos y de más visión (funcionarios del gobierno, capitanes de las empresas, educadores, gerentes de capacitación...) se preocupan al ver que al paso del tiempo nuestro país se rezaga y que nuestro subdesarrollo se acentúa. Los más conscientes analizan la situación y se ponen a estudiar: — ¿Cómo hacer que nuestra gente se desarrolle? — ¿Cómo administrar mejor? — ¿Cómo producir más? — ¿Cómo motivar al personal a ser solidario con la empresa? — ¿Cómo lograr calidad y excelencia? En algunos medios empresariales y gubernamentales se maneja con abundancia la literatura sobre finanzas, sobre administración y sobre productividad. Para todos estos temas pululan entre nosotros obras escritas en Japón, Estados Unidos, Canadá, Inglaterra... Por otra parte, los profesionales que salen de las universidades comprueban a poco andar que no les bastan los conocimientos y habilidades técnicas; muchos problemas en el desempeño laboral surgen en torno al manejo del elemento humano. Y cualquier ejecutivo, gerente, director o jefe de departamento va aprendiendo, a veces con tropiezos y fracasos, que la productividad, la eficiencia, la calidad son resultado más de la gente que de los sistemas y de los recursos técnicos y materiales. Si representamos con un triángulo los tres elementos clave de la empresa productiva, la base —ancha, sólida, confiable— no puede ser otra que el factor humano:

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Toda persona que ocupa un puesto directivo, y todo profesionista, están abocados a buscar y a encontrar una orientación dentro de la esfera humana en la que se desenvuelven. La gente no es igual en los diferentes países. Aunque todos participamos de la naturaleza humana y de la misma especie homo sapiens, los mexicanos, los alemanes, los japoneses y los canadienses no somos iguales: no somos iguales en cuanto seres humanos y no somos iguales en cuanto trabajadores. Y las razones están a la vista. Una observación elemental enseña que cada uno somos producto: 1) de la herencia biológica que nos dieron nuestros padres, 2) del medio ambiente y 3) de nuestras reacciones y decisiones; en esta forma:

Ya la herencia biológica, es decir, los 46 cromosomas con sus miles de genes, determina grupos humanos característicos y diferentes unos de otros. Los genes que reciben los esquimales no son iguales a los de los cubanos, ni los de éstos a los de los rusos. Pero el impacto del medio es tal vez más evidente aún. El clima, los paisajes, la alimentación, el folklore local, la religión, la estructura familiar; y luego las experiencias de cada uno (contactos humanos durante la infancia, aprendizajes, enfermedades, accidentes, sustos...) van conformando personalidades muy peculiares; de modo que si ya de por sí un bebé mexicano es diferente de un bebé japonés, un mexicano de 40 años que ha vivido en México es aún más diferente, mucho más, de un japonés de la misma edad que ha vivido siempre en Japón. Las raíces últimas de las conductas laborales hay que buscarlas en las psicologías nacionales. Y si muy a menudo el mexicano aparece poco trabajador y poco colaborador y poco efectivo, quien pretende comprometerlo con la productividad y con la calidad a base de discursos políticos, de reglamentos, de reestructuraciones organizacionales, de cursos administrativos y de talleres de control de calidad, se queda al nivel de los síntomas, sin llegar al fondo del problema. Es como quien

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pretende curar un herpes con pomadas, o como quien pinta y repinta una pared que se estropea por una humedad que se filtra desde afuera. Los dirigentes con más visión y los capacitadores más sólidos se vuelven ahora hacia los pliegues y las entretelas de las idiosincrasias e identidades nacionales. Si nuestro reto es comprender al mexicano y orientarlo, necesitamos con urgencia conocer la psicología del mexicano, y a su vez, esta psicología peculiar, este modo de ser, se explica a través de las vicisitudes históricas. No se puede construir una psicología del mexicano si se ignora la historia de México. Ni tampoco es posible comprender al trabajador mexicano (o al mexicano en el trabajo) sin comprender la cultura mexicana en sus aspectos más fundamentales. No olvidemos que el trabajo es una función de la personalidad, y que el hombre se proyecta en su oficio o profesión. Es preciso y urgente organizar conferencias, seminarios y cursos de psicología del mexicano; hacerlo en contexto empresarial y en contexto académico; en eventos diseñados para los profesionistas y los dirigentes de todos los niveles. Y deben acudir a ellos sobre todo quienes ocupan los más elevados niveles jerárquicos y las más complejas responsabilidades directivas. B) La mexicanidad, objeto de estudio filosófico y psicológico No es sorprendente que durante la dominación española haya habido poco interés en definir lo mexicano como tal (en aquel entonces sería en rigor lo novohispano). La conciencia nacional empezó a gestarse a partir de 1821; pero en las primeras décadas de la vida independiente otras urgencias y otras prioridades acapararon la atención de los estudiosos y de los pensadores. Hubo que esperar hasta los principios del siglo XX para ver florecer investigaciones y reflexiones sobre la esencia de la mexicanidad. Los pioneros fueron José Vasconcelos (1881-1959), Antonio Caso (18831946) y Samuel Ramos (1897-1959); y algunos otros integrantes del Ateneo de la Juventud, de feliz memoria. Vasconcelos: filósofo y educador. Fue secretario de Educación Pública, rector de la UNAM, creador del lema universitario "Por mi raza hablará el espíritu"; gran creyente en la intelectualidad mexicana frente a la anglosajona, ponderó las cualidades y el destino de los latinoamericanos ("la raza cósmica"), e invitó con pasión a los mexicanos a adentrarse con profundidad en sus propias raíces y en su proyección

Capacitación, productividad y psicología nacional

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futura. En su época y a su sombra, creadores de la talla de Diego Rivera y Clemente Orozco demostraron que lo típicamente mexicano puede interesar y conmover al mundo. Caso: filósofo y sociólogo. Fue rector de la UNAM y embajador de México en varios países de América del Sur. Analizó los valores del mexicano, la dinámica de la ideología nacional, y planteó lúcidamente la historia y la cultura mexicanas como problema, es decir, como una red de enigmas y paradojas en busca de explicación. Ramos: filósofo y educador. Fue director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y pionero de la discusión pública del tema mexicano con su obra El perfil del hombre y la cultura en México (1934), que ha permanecido como un clásico en la materia. Los tres pioneros fueron, además de investigadores y maestros, escritores lúcidos y fecundos. Más cerca a nosotros tenemos otros centros de estudios. Por los años cincuenta se formó el grupo llamado "Híperion", con el propósito de estudiar la filosofía de lo mexicano, y con personalidades tan destacadas como José Gaos y Leopoldo Zea. PRÁCTICAS 1.

Descubran en su propia personalidad tres rasgos y/o conductas en que se vea el influjo característico de la cultura mexicana.

2.

Comparen, hasta donde sea posible y con ejemplos concretos, el español hablado en México con el de algún otro país hispanoparlante.

3.

¿Por qué se dice que el conocimiento de la psicología del mexicano es más necesario para los puestos más elevados de las jerarquías?

4.

Investiguen en la Enciclopedia de México, o en otros libros, mayores datos sobre las aportaciones de José Vasconcelos, Antonio Caso y Samuel Ramos al estudio de la mexicanidad.

5.

Relaten experiencias sobre dificultades que hayan tenido, o bien, que hayan observado, en motivar a los trabajadores mexicanos y en conseguir su colaboración sincera y entusiasta.

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6.

A reserva de acumular más datos y de mejores precisiones a lo largo de este estudio, señalen algunas diferencias: a) entre el trabajador mexicano y el trabajador alemán b) entre el trabajador mexicano y el trabajador japonés

7.

Formulen y expongan su reacción a este planteo propuesto por diversos analistas: "En la pretendida alianza económica de Estados Unidos, Canadá y México (Tratado de Libre Comercio), el papel de México es proveer mano de obra barata, poco calificada y manipulable para los grandes capitales de los dos países poderosos".

Nota: Las prácticas que se proponen al final de cada capítulo son ejercicios vivenciales que hemos diseñado pensando sobre todo en la situación de grupos de estudio en cursos y seminarios. Cuando el libro se utilice como lectura individual, tocará a cada lector decidir cuáles de las prácticas puede y quiere realizar.

2 Los procesos de aculturación del ser humano

OBJETIVOS 1.

Analizar los procesos a través de los cuales un individuo asimila el medio ambiente e internaliza la cultura local, apropiándosela.

2.

Aprender el concepto de personalidad social y quedar motivados al conocimiento profundo de la idiosincrasia mexicana.

Todos los hombres —los miles de millones que habitamos la Tierra y los que han de llegar en los siglos venideros— constituimos una sola especie biológica. Nos referimos a ella como el "género humano" o "la raza humana". Así las cosas, existe un amplio común denominador que nos asemeja a todos. Pero igualmente obvias son también las diferencias, muchas de ellas genéticas antes que culturales: los etíopes, los suecos, los japoneses, los esquimales, los indios otomíes, quedan tipificados ya desde recién nacidos. 17

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Y mientras los animales en general sólo tienen que adaptarse a la naturaleza, los hombres a lo largo de nuestro desarrollo tenemos el reto de la doble adaptación: a la naturaleza, y también a la cultura. Porque cada recién nacido se va a desarrollar en uno o varios medios naturales (físicos) y en uno o varios medios culturales (psicológicos y sociales). Si un bebé es llevado a una aldea de Rusia, y allí se cría y allí se desarrolla, podemos prever que para cuando cumpla 25 años tendrá características bien diferentes de las que tendría si se hubiera desarrollado, pongamos por caso, en la ciudad de México o en Tijuana. Las ciencias neurológicas han demostrado que el infante es una madeja de potencialidades; sus 14 000 millones de neuronas corticales son susceptibles de billones y trillones de combinaciones. Sabemos que cada experiencia de aprendizaje crea conexiones y vías nerviosas que, entre otras cosas, explican el fenómeno de la memoria. Hablamos de pautas (en inglés dicen pattenis); los neurofisiólogos las llaman engramas. Y todo esto es ya de la cosecha de cada cultura y de cada individuo. En un momento dado la personalidad de un sujeto es la resultante de su herencia biológica (HB) y su historia personal (HP):

Este esquema es aplicable a cualquier individuo de la especie homo sapiens. Pero como en cada cultura existen elementos típicos, podemos afinar nuestro esquema para desglosar y hacer justicia a las diferencias nacionales y raciales:

Los procesos de aculturación del ser humano

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A diferencia de los animales, muchos de los cuales pueden pasarse toda la vida a nivel de natura pura, los hombres tenemos que pasar por alguna cultura, o mejor dicho, adentrarnos en una cultura. Aculturarnos es dejarnos moldear por el medio. Si yo hablo español y tú japonés; si yo soy católico y tú sintoísta; si yo como chile picoso y tú chile dulce, es porque nuestras respectivas culturas nos han llevado a ello. Notemos que son menos determinantes los aspectos psicológicos que los biológicos; por ejemplo, el color de mi piel o la complexión de mi pelo están en mí más arraigados que mi interés por el fútbol americano o mi costumbre de contar chistes o de mascar chicle. ¿Y cuál es en concreto la influencia del medio? Hemos de responder que se trata de un fenómeno muy plural: una constelación complejísima, formada de elementos numerosos y heterogéneos: tradiciones, costumbres, normas sociales, estilos y modas, ideologías, ritos religiosos, rituales cívicos, etcétera. Y principalmente, valores. Las culturas nacionales enfatizan y cultivan valores tales como la elegancia, la ciencia, la honradez, la disciplina, la sumisión, la agresividad, la conquista, el dominio, la riqueza, el arte, la excelencia deportiva, la productividad, etcétera. Son los valores los elementos dinámicos que definen una cultura en los diferentes campos, tales como la familia, la escuela, el trabajo, la diversión, el gobierno, la religión. Y son ellos los que condicionan en los individuos cientos de vivencias cada día, que multiplicadas por nuestros años de vida, resultan en muchos millones de engramas y modelan el "carácter social" que distingue a cada comunidad humana. Por supuesto, el primer transmisor de la cultura es la familia. A través de la aculturación nos vamos convirtiendo en hijos de nuestro medio ambiente y también en hijos de nuestra historia personal. Así como el psicólogo clínico realiza una anamnesis, es decir, una historia del sujeto que tiene frente a sí, escudriñando las experiencias a partir de la infancia, así también el psicólogo social que pretende trazar el perfil psicológico de un pueblo —la psicología del mexicano en nuestro caso— debe adentrarse en este importantísimo factor de la personalidad social que es la historia del país; no una historia meramente cronológica y externa, sino una historia psicodinámica, centrada en los hechos humanos. Parece pensada para el tema de este libro la observación de Marc Bloch: "La incomprensión del presente nace, fatalmente, de la ignorancia del pasado." Y la reciente de Tod Sloan: "Acostumbrados a ignorar los procesos históricos, los psicólogos han desarrollado una pseudocien-

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cia ahistórica, cuyos conceptos y principios son sólo tangencialmente relevantes para los dilemas de nuestra época."1 Cuando se dice que el mexicano es poco trabajador, poco responsable en el trabajo, poco entregado a su empresa, etcétera, tal conocimiento se puede manejar en dos claves alternativas: como un lamento estéril, una queja agria, una condena ciega y vana; o bien, como un reto para analizar los resortes ocultos de la situación y para diseñar estrategias a fin de modificarla y superarla. Este libro —y este curso— se aboca a examinar los hechos históricos que condicionaron el carácter e idiosincrasia del mexicano y explican ciertas resistencias suyas al trabajo. Estamos conscientes de que se trata de una tarea ambiciosa, de gran envergadura y de gran trascendencia; y además de que existe una circunstancia agravante que la encarece: Si bien es cierto que toda cultura moldea a los miembros de una colectividad, existen circunstancias por las cuales la cultura mexicana moldea a los habitantes más que otras culturas. Lo demostramos más adelante, en su momento y en su lugar. PRÁCTICAS 1. Enumeren algunos renglones en que la cultura influye en la psicología de los individuos. Por ejemplo, en los diferentes modos de: — alimentación del bebé — alimentación en general — vestido y atuendo — juegos y deportes — trato mutuo de hombres y mujeres — doctrinas religiosas y ritos religiosos —etcétera 1 ¿ Una psicología de la modernización ? —Interamerican Journal of Psychology. Vol. 24, Núm. 2, 1990, p. 190.

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Analicen las modalidades concretas de estas influencias. 2.

Asimismo que identifiquen en sí mismos algunos rasgos de carácter y algunos hábitos bien arraigados y que los retroyecten al ambiente del hogar de su infancia. También que tracen el puente entre unos y otros, es decir, que vean cómo existen nexos entre el hoy y aquel remoto ayer.

3.

Enumeren: 1) Los cinco valores más buscados o más cultivados por los jóvenes de hoy en nuestra cultura nacional. 2) Los cinco valores que fueron más significativos para sus padres y abuelos. Asimismo, que destaquen las eventuales diferencias entre ambas listas y traten de documentarlas y explicarlas.

4.

Análogamente, y a reserva de aprender datos más exactos en este mismo libro o curso, enumeren los valores más típicos: de los nortamericanos y de los mexicanos y que los comparen entre sí; asimismo, que los relacionen con el desempeño laboral de las mayorías en una y otra cultura.

5.

Para tener vivencias sobre cómo dependemos de las influencias del medio ambiente, aleccione el instructor a unas cuatro personas para que den respuestas falsas en ejercicios de grupo como los siguientes y que vayan respondiendo uno por uno: * ¿Cuál de estas dos líneas es mayor? (de hecho trazará en el pizarrón las líneas iguales) * ¿Cuál ha sido el peor presidente de México? * ¿Cuál es el país más pequeño de Europa? *¿Cuál de estos dos objetos pesa más? Lo importante es que salga a relucir cómo a muchas personas les resulta difícil expresar opiniones contrarias a las del grupo y

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cómo se dejan moldear y modelar por las opiniones que privan en su medio ambiente. 6. Citen casos personales en los que sus comportamientos hayan sido diferentes al variar el contexto social (por ejemplo, una persona no actúa igual en una recepción solemne en la embajada de Francia, y en un día de campo con cinco amigos de la adolescencia).

3 La sociedad mexicana; su génesis y su cultura

OBJETIVOS 1.

Adentrarse en los procesos sociales y psíquicos que dieron origen a la sociedad novohispana, antecesora de la mexicana.

2.

Tomar conciencia de la disparidad de los dos elementos étnicos básicos de nuestra raza, de la violencia de su mutuo choque y de las repercusiones de ello en nuestra idiosincrasia. Los mexicanos del siglo XX somos, grosso modo, un compuesto de tres ingredientes:

1. El factor indígena: plural, ya que constaba de muchas tribus, pero que podemos caracterizarlo por la cultura dominante: el autoritarismo teocrático azteca. Este elemento fue reprimido a partir de la conquista, y actúa hoy como el inconsciente silencioso de nuestra personalidad social. Lo indígena oficialmente se revalora y se recupera desde la Revolución de 1910; algunos 23

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dirían que sólo oficialmente y a nivel de retórica populista; no realmente. 2.

El factor hispano-cristiano: la sangre y la cultura de los conquistadores, con el absolutismo real español, y bajo la ideología católica tomista que defendía e imponía la unidad ideológica y la uniformidad como supremo valor social y político. Pero en la sociedad de la Colonia no se trata de dos elementos simples (los indios y los españoles). En la Nueva España se mezclaron dos sincretismos a cual más híbridos y heterogéneos: el catolicismo español del siglo XVI y la cultura azteca de la misma época.

3.

Recientemente, desde hace ochenta años, el factor anglosajón: la cultura capitalista volcada sobre nosotros desde el vecino país del Norte que se nos desborda por la larguísima frontera de 3000 kilómetros. Para las primeras etapas de nuestra historia (la Colonia y el México independiente del siglo XIX) prescindiremos de este tercer componente.

A) El componente indígena Como ya dijimos, englobamos en los aztecas imperialistas a las demás culturas indígenas que con ellos se relacionaban de grado o por fuerza; ellos habían sido suficientemente poderosos para imponer su cultura a los pueblos circunvecinos. Tenían estos hombres una cosmovisión cíclica y apocalíptica: la dinámica del universo era concebida en forma análoga a la de la naturaleza que nace, crece, llega a la plenitud, decae y muere. Así, pensaban que había diferentes mundos: una sucesión de soles o mundos, cada uno de los cuales acababa en una destrucción total. Vivían, pues, la creencia de la inestabilidad del cosmos; siempre tenían frente a sí la perspectiva de la catástrofe final, la destrucción de todo lo existente. En cuanto al hombre, creían que había sido creado para servir a los dioses; y como el dios principal Huitzilopochtli (identificado con el Sol) perdía ostensiblemente fuerza todos los días (al caer la tarde y al enseñorearse del mundo las sombras de la noche), había que reforzarlo

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con la fuente de la vida que era la sangre humana. De aquí los sacrificios humanos: — Sociedad fuertemente jerarquizada, con una cúpula de nobles, guerreros y sacerdotes. — En el plano productivo, la agricultura los hacía dependientes del dios de la lluvia que a veces se mostraba caprichoso e imprevisible y también él hambriento de sangre. — Mentalidad indígena: poética, simbólica, mística, flexible, escurridiza. (En la lengua náhuatl, una misma palabra es susceptible de tener muchos sentidos, sobre todo en los mitos.) Sus razonamientos no parecen concatenación de razones lógicas, sino imbricación recíproca de todo con todo; están más cerca del mundo de los sueños que del de los tratados de filosofía o de ciencias naturales. — Cultura centrada en la religión ceremonial, la guerra y el comercio; con una ciencia impregnada de religión y de magia, y por tanto muy débil desarrollo de la tecnología. — Actitud fatalista, dependiente, resignada. Se pudo escribir de ellos: "la gente común de la tierra es la más doméstica del mundo e la más sujeta a sus príncipes e caciques".1 Pero un mundo bien integrado, ordenado y coherente: "a menos de dos centurias México-Tenochtitlán había alcanzado una organización social excelente para su época, no sólo en Anáhuac, sino en el mundo entero; no había un campesino sin tierra, el desarrollo urbano fue magnífico y llegó a contar con servicios superiores en mucho a sus contemporáneos europeos; las instituciones educativas cubrían todas las necesidades para la enseñanza y la educación del pueblo y, algo que sorprende, en el siglo XV ya tenía establecida la educación obligatoria y no había un solo niño sin escuela; el alcoholismo no existía y la delincuencia, si la hubo, fue insignificante". 2 1 Bartolomé de las Casas, Brevísima relación de la destrucción de las Indias. Colección Metropolitana, México, 1974, p. 151. 2 Raziel García Arroyo, México, pueblo del Sol. Secretaría de Gobernación, México, 1975, p. 6.

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"Aquellos idólatras salvajes poseían o habían poseído un sentido cósmico y arquitectónico más admirable que el de sus civilizadores cristianos", observa el crítico español Esteban Inciarte. — Pueblo sometido: además de los sacrificios humanos de extracción de corazón, consideremos a las doncellas elegidas para ser entregadas a Tláloc, a la rudeza del juego de pelota, a los voladores de Papantla, los del peligrosísimo vuelo, a los correos que jadeantes llevaban desde Veracruz el fresco pescado para deleite del tlatoani. .. Recordemos cómo con la frescura del mundo los caciques del sureste regalan 20 lindas muchachas a Hernán Cortés. — Cultura represiva y represora. En la ceremonia equivalente al bautizo se decía al infante azteca: "habéis venido al lugar de cansancio, de trabajos y congojas, donde hace frío y viento. .."

B) El componente hispano Debe subrayarse una coincidencia casi espectacular: el mismo año 1492 fue un gran final y un gran inicio: el cierre de una gesta de siglos y la apertura de una gesta de siglos: 1492 fue el término de la reconquista española contra los moros, y 1492 fue el descubrimiento de América y principio de la colonización. A una cruzada seguirá otra cruzada; mejor dicho, a la doble cruzada seguirá otra doble cruzada, porque la España del siglo XVI estaba empeñada a fondo en la lucha contra la Reforma protestante. Y así tenemos la cruzada militar dirigida por Cortés y la religiosa, dirigida por los frailes. Queda atrás la reconquista religioso-militar en la Península, y queda por delante la evangelización de América, también religiosamilitar, bajo la inspiración de la Contrarreforma católica romana. Gomara, capellán de Cortés, expresa la convicción de la misión en el prólogo a su Historia general de las Indias: "Comenzaron las conquistas de indios acabada la de moros porque siempre guerreasen los españoles contra infieles". Si la conquista militar de las Indias lleva el sello de la Reconquista, la conquista espiritual lleva el de la Contrarreforma. Por el constante guerrear de moros y cristianos, los españoles se habían hecho duros y sanguinarios. Documento de ello no son tanto las corridas de toros, cuanto innumerables fiestas populares en que todavía bien entrado el siglo XX, los

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pueblos —muchos pueblos— se divierten atormentando con sadismo infelices animales. Los actores de la conquista: por un lado, soldadotes audaces y aventureros, gente ruda, ambiciosa; y por el otro, frailes misioneros: las más de las veces, gente servicial, pero cerrados en sus dogmas y por carácter débiles y apocados, no ante los indios por cierto, sino ante los poderosos de la milicia y del gobierno. Y teniendo en cuenta que, como la historia la escribieron ellos y no los vencidos, pudieron dar una versión de grandeza y de heroísmo. A unos y otros los llevaron tan lejos de su tierra tres tipos de motivaciones: — el poder, la explotación, las riquezas — la convicción de realizar la tarea de civilizar a personas inferiores, bárbaras — el propósito de evangelizar, es decir, de llevar la fe cristiana a paganos sumidos en burdas idolatrías. Poco escrupulosos los conquistadores podemos simbolizarlos en Hernán Cortés, el audaz aventurero que decidió de una vez por todas que el fin justifica los medios y que echó mano de una cadena de engaños, traiciones y asesinatos disfrazados. Recordemos su discurso a Moctezuma II: ".. . Hemos venido a vuestra ciudad para saber de ambas partes quién tiene la culpa de estos daños y desasosiegos pues queremos poner remedio en ello y que viváis en paz y os tratéis como hermanos y prójimos y hasta saber esto y hacer esta consideración estaremos aquí con vosotros como señores y amigos."3 Los españoles eran un pueblo activo, pragmático y realista, cuyas creencias religiosas no significaban ni inhibición, ni abandono ni evasión; actuaban con la filosofía pragmática del "Ayúdate que Dios te ayudará" y del "A Dios rogando y con el mazo dando". Con ánimo eufemístico se suele presentar a los soldados españoles como la figura paterna, recia y dura, y a la Iglesia como la madre suave e indulgente. Pero es una verdad a medias: los misioneros, pobres, piadosos y bien intencionados, "fueron sin quererlo el instrumento 3

Códice Ramírez, SEP, 1975, p. 95.

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definitivo de la dominación... Al desarticular el equilibrio de un sistema de vida coherente, estructurado, contribuyeron más profunda y radicalmente que los conquistadores a destruir el mundo que quisieron defender".4 La obsesión de la idolatría fue tan dominante en muchos misioneros que se les hizo sospechoso todo lo que tenía que ver con la civilización del paganismo y los llevó a destruir el arte y el folklore. Por otro lado, al regalar Hernán Cortés a sus soldados y amigos las tierras quitadas a los indios, legítimos propietarios, creó sobre la base de la rapiña la nueva propiedad privada y cortó a los naturales el cordón umbilical de la tierra. C) El choque de las culturas Decir "encuentro" o "conquista" es un eufemismo para designar lo que en realidad fue choque violentísimo y guerra despiadada. El resultado no podía ser otro que un sincretismo, que no es fusión ni es síntesis sino mala mezcla; como la del agua con el aceite o la de la sal con el azúcar. No podían ser más dispares los dos elementos: el mítico, mágico, simbólico y místico de aquí, frente al realista, ambicioso, pragmático, aventurero de allá. Pero no sólo obró la heterogeneidad sino también la forma del encuentro: brutal y destructor, sin un ápice de diálogo, de razón y de respeto. Los naturales perdieron todo lo antiguo, lo suyo, y no pudieron entender lo nuevo, lo advenedizo. ¡El vacío existencial más absoluto!, ¡el desamparo más desolador! Para los naturales significaba lo mismo "españoles" y "cristianos"; ellos no podían distinguir. Pero estos recién llegados eran heraldos de la religión del amor y al mismo tiempo sanguinarios y brutales, sádicos y traidores. Y el fruto visible de la mala unión: el mestizo: hijo de la india violada, chingada, y como tal devaluado, rechazado, despreciado. Muy duro fue para este nuevo mexicano el conflicto de identidades y de lealtades. Pero tenía que triunfar el elemento más fuerte; y el indio cristianizado y el indio mestizo se vieron orillados a buscar en la fe católica un sitio 4

Historia general de México. El Colegio de México, 1981, volumen I, pp. 338-339.

La sociedad mexicana; su génesis y su cultura

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en el cosmos. Y ahora, a la distancia de siglos, quedan los símbolos: por un lado Hernán Cortés y por el otro dos personajes: Cuauhtémoc, luchador heroico, si bien vencido, o Juan Diego, sumiso y adaptable. Los más se dejaron apabullar por el conquistador-vencedor. Pero siempre iban a subsistir los Cuauhtémoc listos para enarbolar la bandera de la protesta. Ya lo observaba y lo intuía fray Bernardino de Sahagún que tan a fondo penetró en el alma de los vencidos: "Si ahora se quedasen ellos a sus solas. . . con menos de 50 años no habría rastro de la predicación que se les ha hecho". PRÁCTICAS 1.

Identifiquen elementos de la cultura anglosajona: a) en nuestro lenguaje b) en nuestro estilo de vida c) en nuestras celebraciones Asimismo, examinen en qué medida pueden éstos considerarse factores extraños, advenedizos.

2.

Examinen los siguientes ejemplos sobre el carácter simbólico de la lengua náhuatl: cuauhtli

= 1) águila; 2) Sol; 3) guerrero que nutre con sangre al Sol cuauhtinchan = 1) casa del águila; 2) templo de los guerreros Cuauhtémoc = 1) águila que cae; 2) Sol poniente chalchihuatl = 1) agua preciosa; 2) sangre de las víctimas quetzal = 1) pájaro fino; 2) cielo; 3) espíritu libre coatí = 1) serpiente; 2) tierra; 3) materia esclava 3.

Aporten datos y consideraciones sobre la España de 1492 y lo que significó para ella:

5 cf. J. Lafaye, Quetzakóatl y Guadalupe: ía formación de la conciencia nacional de México. FCE, México, p. 221.

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— el fin de la Reconquista (moros contra cristianos) — la expulsión de los judíos — el erigirse como campeona de la Contrarreforma (católicos contra protestantes) 4.

Aporten datos sobre la violencia de la conquista, tanto militar como religiosa. Es decir, que distingan los dos tipos de violencia: la física (guerras, invasiones, suplicios) y la violencia psíquica o moral (dogmatismo, autoritarismo sagrado, amenazas, fiscalización y control social).

5.

Citen hechos del presente que justifiquen la afirmación de que dentro de la dinámica nacional el elemento indígena funciona como el insconsciente reprimido y silencioso.

6.

Sabiendo que trauma es una palabra griega que significa herida, tracen un paralelo entre: — traumas físicos (cf. hospitales de traumatología) — traumas psicológicos (un niño se trauma porque ve morir a sus padres en una balacera) — traumas sociales (como los que tratamos aquí)

4 Los traumas a lo largo de los siglos

OBJETIVOS 1.

Analizar ciertos hechos históricos que operan en la sociedad indígena y novohispana como fuerzas disruptivas y que siguen repercutiendo en la psicología del mexicano.

2.

Poner las bases para comprender la crisis de identidad que afecta a amplios sectores de nuestra población.

Al cabo de la conquista, que fue destrucción y saqueo y hecatombles sin cuento, todo fue alterado, violentado y sometido a implacable proceso de desintegración. La conquista militar y religiosa "fue un cataclismo que dislocó las bases de la relación a los dioses, al cosmos, al acontecer temporal".1 1

Enrique Florcscano, Memoria mexicana. Joaquín Morliz, México, 1987, p. 143. 31

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Psicología del mexicano en el trabajo

La doble conquista expulsó al indio como protagonista de la historia; lo borró y lo anuló. Muchos de aquellos hombres, desconectados del hilo de su fuerza vital, desmembrados, desarticulados, siguieron existiendo, pero como sombras, como fantasmas. En adelante su lenguaje será el silencio. El desarraigo causó un repliegue y un desgano vital. La secuencia más común de acontecimientos garantizaba la total deculturación, según nos lo ilustra abundantemente Enrique Florescano: "conquista - frailes - persecusión de hechiceros - extirpación de la idolatría - encomienda - esclavitud". Los dioses de los vencidos se convirtieron en los demonios de los vencedores, y así la hazaña de los europeos redundó en la destrucción de todos los valores de los naturales. Situación particularmente espinosa fue la de la mujer: al unirse al español traicionaba a su raza y a su cultura. Pero era forzada a ello. Y los hijos crecían a la sombra de la madre y lejos del padre. Y desde entonces la familia mexicana sufre de exceso de madre y falta de padre. El mestizo era entonces un auténtico "hijo de su madre". Pero conviene notar que ya en la época precortesiana la mujer era poco más que una cosa. Los caciques del sureste, con la mayor naturalidad, regalaron veinte doncellas a Cortés; y más adelante Cortés regaló la Malinche a Juan Jaramillo, su compañero de aventuras. Y observamos que si durante la conquista emerge el indio como protagonista del choque con los europeos, durante la Colonia es la india quien toma el papel protagónico. Traumáticas fueron las pavorosas epidemias que diezmaron a la población y traumáticos fueron los trabajos forzados en las minas y en la construcción de palacios, de templos y sobre todo de los enormes conventos que adornan todos los ámbitos del territorio nacional y que eran, además, fortaleza y refugio para los españoles y símbolo del poderío de cada una de las órdenes evangelizadoras. Las tres órdenes rivalizaron entre sí en fundar pueblos de indios, donde los naturales se mantenían separados de los españoles; y los indios les sirvieron de materia prima para un proyecto que habían fabricado muchos misioneros ya desde antes de partir para América: una especie de ciudad celestial como réplica a la ciudad terrena. 2 3

Op. cit.,p. 151.

Un bolón de muestra tomado de La conquista espiritual de México, de Robcrt Ricard: "Sólo en la provincia de Mc/iillán había dos suntuosísimos conventos que jamás dieron albergue a más de 4 o 5 frailes cada uno" (op. cit. p. 320).

Los traumas a lo largo de los siglos

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"Todos estos pueblos se hallaban enteramente en manos de los religiosos aun en asuntos temporales."4 No podemos extendernos aquí sobre el particular, pero cualquiera entiende a partir de esta drástica separación y encierro de los indígenas, cómo a casi 500 años, aún muchas comunidades no se acaban de integrar a la sociedad nacional y siguen siendo en el sentido literal, "marginados". Los españoles no supieron colonizar, y la única defensa que se les da es que hubo otros peores que ellos. La sociedad del virreinato —sociedad de castas, sociedad desintegrada, no sociedad sino yuxtaposición de grupos— dio origen al tipo popular cínico, pícaro, corrupto, destructor. El pelado se colocaba frente al gachupín, sinónimo éste de privilegio, proteccionismo y monopolio, y frente al criollo, sinónimo de libre comercio y de lucha por medrar. Sociedad piramidal como la que más; dogmática, opresiva, ritual, explotadora; sociedad donde "las ejecuciones de los reos. . . se hacían con la solemnidad de un oficio religioso."5 No sólo en los rudos inicios del siglo XVI, también en los siglos XVII y XVIII los trabajadores gemían devaluados: eran "mano de obra", en el peor sentido de la cosificación del hombre. Alejandro von Humboldt habría de señalar que en los obrajes —embriones o anticipos de la fábrica— los obreros laboraban y malcomían en clima infrahumano, casi como animales. En 1753 por orden real de Carlos III se llevó a cabo la gran secularización de las doctrinas, retirando a los misioneros franciscanos, dominicos y agustinos del cuidado de los indígenas, y a raíz de esto muchos quedaron como huérfanos, desamparados. No habían madurado como adultos; no podían haberlo hecho ante el paternalismo dogmático y opresivo. Hacia final del siglo XVIII toman cuerpo los movimientos proindependencia; los protagonizan los criollos para sus propios intereses, no los mestizos ni los indios; pero los primeros hábilmente alborotan a los segundos y a los terceros, y así tienen carne de cañón a precio de regalo. Para cohesionar a una población escindida por mil desigualdades, los criollos utilizan un símbolo religioso-patriótico: la Virgen de Guadalupe.

4 5

Roberl Ricard, La conquista espiritual de México. FCE, México, 1986, p. 320. Historia general de México. El Colegio de México, T. I. 1981, p. 449.

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En su momento Hidalgo llamará a la "Virgen mexicana" a declarar la guerra contra la Virgen española: la Guadalupana avanzará luchando y matando realistas, contra la Virgen de los Remedios que aplasta insurgentes. Ya en los primeros años de la Colonia se satanizaba cualquier conato de insurrección contra la corona española. "El demonio, como perdidoso desta tierra, que tenía por suya, ha de poner toda diligencia que pueda para restuilla, si pudiere."6 Si así se presentaban las cosas al día siguiente de la Conquista, ahora, tras tantos años y siglos de "orden establecido", a fortiori era más fácil desacreditar a los rebeldes. Y observamos que mientras el bajo clero, pobre y sometido, se convirtió en un venero de liberales, el alto clero, el de los privilegios, enarboló con firmeza y dureza la bandera conservadora, y lo vemos empeñado en presentar y en hacer presentar en pulpitos y confesionarios a los insurgentes como blasfemos, herejes, sacrilegos y traidores y en intimar la fidelidad al rey de España como un fundamentalísimo dogma de fe cristiana. "Para amedrentar a los mexicanos que demostraban tendencias más o menos ostensibles en favor de la libertad, se recurrió a las armas que sobre las conciencias podía esgrimir todo sacerdote adicto a la dominación española. El confesionario mismo se puso a disposición del poder civil para denunciar como reos de traición a la patria a aquellos que cometían la debilidad de decir a los sacerdotes que eran adictos a la causa de la independencia."7 El desenlace fue como de novela tragicómica: al darse en España en 1820 una revolución liberal que restringía los privilegios de la nobleza y del clero, la nobleza y el alto clero novohispanos hicieron un viraje de 180 grados y adoptaron con pasión la causa de la independencia que con tanta saña habían combatido. Encomendaron a un activo realista, Agustín de Iturbide, que encarnara la insurgencia y consumara la independencia, y le dieron todas las facilidades ad hoc —ellos que tenían la sartén por el mango. Iturbide recompensó con ascensos a quienes lo apoyaron en su fulminante campaña y en su fácil victoria, y —¡paradoja hiriente!— todos cuantos recibieron el grado de general en la nueva república habían sido realistas, excepto Guerrero. Así al cabo de once años (de 1810 a 6 Carta de Gerónimo López al Rey en 1541. En J. García Icazbalcela: Documentos I, p. 148. 7 Francisco Sosa, Los arzobispos de México. Jus, II, México,, p. 160.

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1821) "la independencia se ha consumado; pero sus términos son muy diferentes a los que la revolución popular había planteado. La rebelión no propugna ninguna transformación importante del antiguo régimen. Ante las innovaciones del liberalismo reivindica ideas conservadoras. Sobre todo se trata de defender a la Iglesia de las reformas que amenazan y a las ideas católicas de su «contaminación» con los fílosofemas liberales. De allí el apoyo entusiasta, incondicional que presta la Iglesia al movimiento; lo presenta como una cruzada para salvar a la «santa religión amenazada» y a Iturbide como un «nuevo Moisés» enviado por Dios. . . Desde el punto de vista social es claro que el movimiento de Iturbide no tuvo nada en común con el de Hidalgo y Morelos."8 ¿Paradoja? ¿Ironía? ¿Acertijo y enigma social? En cierto modo, los indígenas consumaron la conquista y los españoles (hijos de españoles) consumaron la independencia. ¡El mundo al revés! ¡De veras que somos un país peculiar! Pero los traumas no habían terminado. Apenas a los 26 años de la independencia, en 1847, cuando podríamos decir que México vivía su adolescencia, sufrió la bárbara mutilación de más de la mitad de su territorio. Y los causantes fueron los vecinos del Norte, los mismos que hoy se muestran tan solícitos de nuestro bienestar... ' En 1854-1857 fue la Reforma; empeñada en fundar un México moderno negando su pasado, con aspiraciones a una nueva liberación nacional, esta vez sí de verdad. "El mexicano no quiere ser indio ni español. Tampoco quiere descender de ellos. Los niega. . . la Reforma es la gran ruptura con la Madre."9 La Reforma culmina con la Constitución de febrero de 1857, condenada a más no poder por la Iglesia, que prohibe (marzo de 1857) se absuelva en la confesión a cualquier católico que haya jurado la Constitución si no presenta una retractación pública. Nuevo trauma para la conciencia religiosa del pueblo, que se ve ante la disyuntiva: ¿enemigo de mi religión o enemigo de mi Estado? Y sigue la aventura de Maximiliano de Habsburgo, que llega con todas las bendiciones papales. 10

8

Historia general de México, op. cit. p. 639 Octavio Paz, El laberinto de la soledad, FCE, México, p. 79. 10 Historia general de México, op. cit. T. II, p. 858. 9

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Y el conflicto de fidelidades se extrema hasta el paroxismo. Luego viene el porfiriato con su nuevo feudalismo y con su paz sepulcral: hay orden cívico, pero con deslumbrante riqueza para una aristocracia so berbia, y cruel miseria para las muchedumbres de camisa y calzón blanco, para los peones acasillados explotados vilmente en las tiendas de raya. La Revolución de 1910 fue un cataclismo que desquició el orden social del porfiriato con el señuelo de la justicia, la democracia y la libertad; convulsión popular que habría de costar al país un millón de muertos. Pero con resultados muy diferentes de los esperados y planeados. Madero quedó atrapado en las garras del régimen vencido, y al cabo de diez años ya había emergido un nuevo statu quo, también de privilegios y de injusticia social. Al ir corriendo los decenios del siglo XX México sufrió otra conquista: el neocoloniaje del poderoso vecino del Norte, que nos invadía con su diplomacia, con sus transnacionales, con sus productos consumistas, con sus espectáculos, con sus modas, su lenguaje, su American Way of Life, creándonos actitudes ambivalentes: de admiración y de coraje; de envidia y de rechazo. Sabemos que el coloso imperialista nos domina, nos controla; que manipula nuestra economía y nuestra política; que la misma gesta nacionalista que tanto nos enorgullece —la expropiación petrolera— "fue promovida por los norteamericanos para expulsar a sus competidores (europeos) de México, provocar una disminución de las exportaciones de petróleo y lograr una dependencia tecnológica petrolera de México hacia Estados Unidos.11 Al final de los años setenta, y todavía ante la euforia de nuestra recién descubierta riqueza petrolera ("tenemos que aprender a administrar la abundancia", advertía el presidente de la República), nos esperaba otro trauma: el de las devaluaciones que pulverizaron el peso mexicano y el de la inflación galopante con el empequeñecimiento implacable de los salarios. Y para rematar la cadena de experiencias traumáticas a nivel colectivo: en los últimos lustros el problema del control de la natalidad, exigido por la sociedad y reprobado tajantemente por la Iglesia Católica, y el del aborto, reprobado por ella misma y por otros grupos e instituciones.

11

Luis Pazos, Mitos y realidades del petróleo mexicano. Diana, México, 1979, p. 104.

Los traumas a lo largo de los siglos

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PRÁCTICAS 1.

Escenifiquen una discusión intensa entre 2 o 3 defensores de la conquista y colonización española que ponderan la superior civilización, y 2 o 3 impugnadores que pongan de relieve la brutalidad de los europeos del siglo XVI y las fallas del sistema colonial.

2.

Citen casos de marginación de grupos indígenas y expliquen cómo este fenómeno afecta hasta el presente la dinámica social y económica del país.

3.

Identifiquen en la psicología del mexicano moderno algunos rasgos que delaten el resentimiento, la envidia, el fatalismo y las represiones, herencia de la sociedad colonial de castas.

4.

Identifiquen los principales valores y anti valores que se jugaron: a) b) c)

en la Independencia (1810-1821) en la Reforma (1854-1857) en la Revolución (1910-1920)

También señalen cómo vive tales valores la población en el momento actual. 5.

Como paralelo ilustrativo expliquen cómo, a diferencia de lo que sucedió en México, la Independencia de Estados Unidos no fue una ruptura drástica con el pasado. Asimismo, deduzcan cómo México enfrenta la tarea de reconciliarse con su propio pasado.

5 Nuestra psicología profunda

OBJETIVOS 1.

Conocer los condicionamientos profundos que mueven al mexicano a interpretar la realidad en formas peculiares, y los resortes psíquicos que más lo llevan a actuar.

2.

Conocer el significado genuino y psicodinámico de algunos aspectos filosóficos, éticos y religiosos de nuestra idiosincrasia.

Base de las conductas de los individuos y de los grupos son, además de los pensamientos conscientes y claros, las emociones, las necesidades, las carencias, los conflictos. Siempre que nos encontremos ante conductas bizarras, podemos buscar la clave en los recovecos del inconsciente, con sus mil resortes y sus mil dinamismos oscuros y tortuosos. 39

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Psicología del mexicano en el trabajo

A) La crisis de identidad. Ambivalencias Se entiende por identidad nacional la conciencia de determinados rasgos compartidos por una colectividad, y la aceptación de un estilo de vida que incluye un peculiar sistema de normas y valores. Obviamente en una sociedad de castas como la colonia de Nueva España, era imposible e impensable tal identidad. El exponente más genuino de la fusión de la raza europea e indígena, el mestizo, se consideraba hijo de puta o hijo de la chingada, es decir, de la mujer abierta, violada, burlada. Conviene notar que, en su origen, la palabra mestizo era despectiva. ¡Ardua tarea para los hijos la de identificarse con los padres y con la cultura familiar! La ambivalencia era demasiado estridente. Y la historia se repite: así como el mexicano de los siglos pasados admiraba y respetaba al conquistador español, así ahora admira y respeta al conquistador yanqui; y a ambos en el fondo los detesta. Y así también es ambivalente el sentimiento del mexicano hacia la mujer: la respeta y la rechaza; y exhibe conductas machistas cuando dice: — "Mi vieja" — "Vieja el que se raje" — "Palabra de hombre" — "Esto es un desmadre" — "Me importa madre" — "Me voy a madrear a fulano". Y paradójicamente, de una fiesta espléndida dice que está o estuvo "a toda madre". Además de las ambivalencias, el mexicano experimenta inseguridad, temor, masoquismo, búsqueda del anonimato, de disolverse en lo social, en el "nosotros" fluctuante e impersonal. "El mexicano siempre está lejos, lejos del mundo y de los demás; lejos también de sí mismo."1 1

Octavio Paz, El laberinto de la soledad, FCE, 1970, p. 26.

Nuestra psicología profunda

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No permite que el mundo exterior penetre en su intimidad; por eso lo peor es rajarse; la peor ofensa que se echa en cara a alguien es que se rajó o que se quiere rajar. Las mujeres son consideradas seres inferiores porque al entregarse se abren, se rajan. La crisis de identidad toma las formas del disimulo y de las máscaras. Por ejemplo — El importamadrismo ("me importa madre"); burlarse de sí mismo; aparentar que se ríe del fracaso y de la desgracia — Los alardes: mostrarse "muy hombre" y desafiar peligros innecesarios — El lenguaje procaz — Los desplantes de superioridad al menospreciar a los indios y a los "nacos" — La rebeldía contra el patrón erigida en estilo de vida y de comporta miento laboral En general estas poses de dureza son mecanismos psicológicos compensatorios para tapar la debilidad, el desconcierto y la confusión. Y si pasamos al orden político, encontramos a cada paso la mentira institucional. Parece certero un desplegado de toda una plana de Excélsior (17 de junio de 1986) firmado por Francisco Villarreal y titulado "la mentira": ". . .Somos un pueblo enfermo y la raíz de nuestra enfermedad es la mentira; hemos perdido el valor de nuestro lenguaje. .. vivimos bajo el imperio de la mentira oficial, la mentira diaria; la mentira personal de cada uno..." Estudios comparativos interculturales del doctor Rogelio Díaz-Guerrero nos presentan dos cuadros interesantes por contrastantes: 1.

El estadounidense: independiente, activo, individualista, firme, tenso, autoafirmativo, con alta necesidad de logro.

2.

El mexicano: complaciente, obediente, afiliativo, flexible, de pendiente.

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Psicología del mexicano en el trabajo

O bien, como interpreta Díaz-Guerrero, el gringo es un roble, en tanto que el mexicano es un sauce. Mientras 86% de los gringos cree y siente que la vida es para gozarla, 63% de los mexicanos dice que es para sobrellevarla. ¡Dos filosofías de la vida! ¡Dos mundos antitéticos! El constante temor de perder su identidad hace al mexicano de clase popular patriotero y agresivo. De ahí nuestra tradición de hombres armados y nuestra larga serie de militares en el poder civil. El primer recurso para resolver los problemas, sobre todo los políticos, han sido las armas. Y las guerras, aun las religiosas, como la guerra cristera, son crueles e implacables. Por fortuna existen otros recursos más positivos para buscar y afirmar la identidad nacional: — El folklore (ballet, música popular, antojitos, películas, artesanías barrocas...). — Las obras de los grandes muralistas. — El deporte. ¿Será descabellada la conclusión de que somos, como pueblo, un caso psiquiátrico? Histéricos que simulamos para ser aceptados; narcisistas que nos autoidealizamos en la fantasía; esquizoides que no acabamos de saber quiénes somos; paranoides que desconfiamos de todo y de todos... B) Religiosidad, superstición y magia No hablamos tanto de la religión como institución, sino de la religiosidad como vivencia; no del hecho social (lo exterior) sino del fenómeno psicológico (lo íntimo). Para comprender la religión del mexicano hemos de reconstruir su génesis allá en el lejano siglo XVI. Se conjugaron varios elementos heterogéneos:

— El catolicismo español de la Contrarreforma y de la Reconquista, pero también de las devociones. Este último rasgo lo había importado España del sur de Francia.

Nuestra psicología profunda

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— La conversión masiva, forzada y acelerada, que no pudo dar lugar a una síntesis sino sólo a un mal sincretismo. — El método de las doctrinas y de los pueblos de indios con líderes paternalistas y sobreprotectores y al mismo tiempo implacables con tra el más mínimo conato de disidencia o de emancipación; el dogmatismo infantilizó a las masas. Todo ello en una cultura feudal que ponía la obediencia y la sumisión por encima de todo. El resultado lo encontramos en las características que presenta nuestra religiosidad popular: — Providencial ismo — Ritualismo mágico — Superstición — Tradicionalismo ciego — Fanatismo — Resignación masoquista (con culto a cristos cárdenos y destrozados y con "mandas" y penitencias espeluznantes) — Exhibicionismo, en el sentido de una religión que no es forma habitual de vida, sino episodios aislados y eventos sociales: bodas, bautizos, funerales — Utilitarismo: doy para que me den (aquí las mandas, las promesas, los exvotos) Y como caldo de cultivo, una dependencia edípica de la diosa benévola y dadivosa. "María es el mito de un pueblo pobre, oprimido y marginalizado" —proclamaba el notable sociólogo y presbítero católico don Manuel Velázquez. Esta religiosidad florece a la sombra de una jerarquía dogmática, conservadora, paternalista, complaciente con el sistema mientras le dé

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Psicología del mexicano en el trabajo

espacios para desarrollarse y pronta a reforzar los mitos; una jerarquía clemente con el pecador que se humilla y despiadada, en general, contra el crítico que cuestiona; una jerarquía que se ufana de que el pueblo mexicano es guadalupano por esencia: "hasta los ateos son guadalupanos". La religión popular se caracteriza por una exuberante ceremonialidad comunitaria. Particularmente significativas son las procesiones masivas a La Villa y a Chalma, cuyo objetivo es mantener buenas relaciones con las potencias sobrenaturales para protección y bienestar terrenal: ir al santuario es acercarse a las fuentes sobrenaturales de poder, como quien dice, cargar las baterías vitales. Una incorregible dependencia psicológica; una incapacidad de afrontar los problemas y coger el toro por los cuernos, origina un clima de superstición y magia; nótese que la magia es agresiva en tanto que la superstición es pasiva: ésta se limita a evitar situaciones que se consideran dañosas o peligrosas. Esta religiosidad popular alienante y domesticadora, tiene mucho de opio, lo cual conviene a los intereses de las clases y grupos dominantes. El brillante psicoanalista Ignacio Millán, fallecido prematuramente, se atrevió a escribir hace 14 años: "La Guadalupana no es otra que la Malinche vestida y adornada para la nueva época, ya que ésta, la Malinche, es la madre cierta y segura de la mayoría de los mexicanos."2 En México la ideología dominante es el nacionalismo: para las mayorías la nación es cultura, mentalidad, mito y mesianismo. Encontramos en el Tepeyac una fe patriótica antes que fe religiosa; una fe psicológica antes que fe cristiana; una proyección de carencias profundas antes que una respuesta a mensajes celestiales. C) Actitudes ante el cosmos y ante la vida. La esfera moral "La corrupción somos todos" —se ha escrito con descaro, tal vez con verdad, en las bardas de las casas y de las fábricas. En el panorama ético de la población mexicana destaca una nube de cinismo: — La mordida

2

Proceso. México, 8 de mayo de 1978, p. 38.

Nuestra psicología profunda

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— El soborno (y los más timoratos se justifican: es que sólo así se puede trabajar; sin mordidas no funcionan aquí los negocios) — Las mil veces repetidas violaciones a la Constitución. Hasta se dice con cinismo que en este país la gran prostituta es la Constitución de la República. — La infidelidad conyugal — Los "aviadores" que cobran sueldo sin trabajar — Los fraudes fiscales — Las transgresiones a todos los reglamentos; con la explicación pragmática de que "más vale pedir perdón que pedir permiso" La mayoría de los mexicanos tiende a separar la esfera económica de la esfera moral. Nótese que no obstante que la base de la moralidad es cierto compromiso con la comunidad, como veremos más adelante, nuestra cultura es individualista. D) El mexicano ante la muerte Se dice que México es el único país del mundo en que el día de los difuntos (2 de noviembre) se celebra con fiesta ruidosa. Para los aztecas el destino del hombre en la ultratumba no se definía por criterios éticos sino por las circunstancias de la muerte: enfermedad, parto, combate, ahogamiento. . . Para ellos había diversas "casas de muertos", no un solo cielo y un infierno como para los cristianos. La muerte no era el final de la vida, sino una fase de un ciclo infinito. Los privilegiados eran los soldados muertos en combate y los cautivos sacrificados a quienes se tributaba el epíteto de "muertos divinos". La vida trasciende cuando se realiza en la muerte. Existe una comunidad entre los vivos y los muertos del clan. Llama la atención el enfoque festivo y despreocupado: la catrina, la pelona, patetas. Muchos le rezan y le presentan ofrendas invocándola como "Santísima muerte". El mexicano frecuenta la muerte, la burla, la acaricia, la festeja, duerme con ella, juega con ella como con juguete favorito; los niños juegan con esqueletos de alambre y barro que guardan un grotesco

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Psicología del mexicano en el trabajo

equilibrio al bailar, con ataúdes pintados de morado; y chicos y grandes regalan calaveras de azúcar con el nombre del amigo y comen pan de muerto. El mexicano ve a la muerte como algo vivo. La indiferencia ante la muerte se nutre de su indiferencia ante la vida; la vida lo ha curado de espantos. PRÁCTICAS 1.

Examinen cómo algunas películas de Mario Moreno "Cantinflas" ilustran aspectos de la psicología del mexicano.

2.

Citen canciones que expresen o que sondeen rasgos de la psicología del mexicano. Es necesario analizarlas en grupo.

3.

Aporten ejemplos de humorismo mexicano y sírvanse de ellos como proyección psicológica donde se refleja nuestro modo de ser y nuestras más íntimas inquietudes y vivencias. Asimismo, discutan hasta qué punto nuestro humorismo puede delatar al mecanismo de defensa llamado formación reactiva. (Nota: esta defensa psicológica consiste en una compensación que intenta negar un sentimiento adoptando conductas en el extremo opuesto. Así es por ejemplo el machismo.)

4.

Busquen maneras y recursos concretos para rescatar algunos valores de nuestro pasado indígena.

5.

Analicen aspectos de la religiosidad mexicana que puedan ser enmascaramientos de temores, más bien que "fe cristiana químicamente pura".

6.

Analicen como proyección psicológica algunas expresiones mexicanas que incluyen referencias a la muerte. Por ejemplo, "me muero de envidia", "estaba muerto de risa", "muerto de sueño", "muerto de hambre", "muerto de cansancio", "me muero de ganas", "muerto de coraje".

7.

Aporten casos concretos del fatalismo del mexicano en:

Nuestra psicología profunda

a) b) c)

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anécdotas textos literarios expresiones lingüísticas (un ejemplo: "ni modo").

Dialoguen sobre la fiesta popular como experiencia de compartir y desahogar la angustia contenida y almacenada a lo largo de semanas y meses.

6 La dependencia ancestral

OBJETIVOS 1.

Analizar cómo, al lado de una oficial independencia política, los mexicanos sufrimos una extraoficial dependencia económica con respecto a potencias extranjeras, y diversos tipos de dependencia psicológica.

2.

Aprender y experimentar algunos modos de superar las dependencias deletéreas.

A) El cuadro general Oficialmente México es un país independiente desde hace 171 años. Uno de los monumentos más conspicuos de la ciudad capital es la Columna de la Independencia erigida en el Centenario (1910). Es un símbolo nacional muy querido. Pero una cosa es el área jurídica y otra muy diferente el área psicológica; una cosa son las leyes escritas y otra las vivencias de la población. 49

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Psicología del mexicano en el trabajo

El mexicano del México independiente acusa fuertes dependencias. En seguida enumeramos las principales, con algunos de sus síntomas: a) Dependencia del gobierno: — Paternalismo — Presidencialismo — Mesianismo sexenal — Centralismo exagerado — Servilismo ante los poderosos b) Dependencia de lo divino o sobrenatural: — Providencialismo — Devociones de cuño mágico — Promesas y mandas para obtener, llovidas del cielo, soluciones a los problemas — Prácticas supersticiosas y prácticas mágicas — Doctrinarismo dogmático que congela las mentes A este propósito observó Octavio Paz que, tras tantos siglos de ser manipulado y engañado, el mexicano ya no cree más que en dos cosas: la Virgen de Guadalupe y la lotería nacional c) Dependencia de la familia: — Padres sobreprotectores — Padres dominantes — Familias matriarcales

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— Familias-clan, donde los hijos se casan y se quedan a la sombra de los padres, a seguir dependiendo de ellos d) Dependencia del medio ambiente: Todo mundo depende del medio ambiente; y esto es normal. Pero el mexicano se pasa de la raya: además de imitar demasiado a los extranjeros primermundistas, existe mucho mimetismo social. "Y ahora, ¿seremos al fin capaces de pensar por nuestra cuenta?" preguntaba Octavo Paz1 — Expresiones, como "mande usted", "para servir a usted" (desconocidas en otras lenguas y en otras culturas), y que delatan actitud de suma docilidad — Está más condicionado por el pasado que protendido u orientado hacia el futuro — Adopta posturas de resignación y conformismo más bien que de confrontación activa y agresiva a los problemas — En el trabajo cae fácilmente en el chambismo; es decir, la búsqueda de "un puestito" donde sin pena ni gloria pase ocho horas al día y la institución, como una mamá, provea su sustento y su seguridad. e) De las tradiciones: — Abundan los ritualismos laicos; por ejemplo, en los aniversarios oficiales, en los informes de gobernadores y presidentes... — Menudean las rutinas ciegas que nadie se atreve a cuestionar. En muchas comunidades el argumento supremo para actuar en tal o cual manera es la costumbre: "Así se ha hecho siempre; ergo, así se tiene que hacer". f) De la naturaleza: Sus inmensos recursos naturales ponen a los mexicanos la tentación de confiarse en riquezas no creadas por el esfuerzo y el trabajo. 1 Texto presentado al introducir el ciclo de literatura mexicana en la Sorbona de París (marzo de 1991).

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Caso clásico: el petróleo. Más de algún crítico comentó en los años de la abundancia lopez-portillista que el oro negro promete redimir a la torturada economía mexicana, como si fuera una nueva Virgen de Guadalupe g) De los poderosos vecinos: — Es flagrante el colonialismo cultural — El malinchismo en todas sus formas — El desarrollo del espanglés "El mexicano no es responsable de nada: si de sus fracasos, el culpable será Dios, el gobierno, la Iglesia o hasta las malditas transnacionales; si de sus éxitos, será su manager, sea local o extranjero, y la Virgen de Guadalupe".2 El porqué de todo esto queda ya explicado atrás y se ampliará en el capítulo 7. Aquí resumimos: — El mexicano en general es inseguro — Tiene baja autoestima; por lo mismo tiende a minimizar su yo para poner de relieve a otras personas (los padres, los jefes, los santos, Dios) u otros conceptos — No se involucra a fondo; es reticente en su diálogo con el medio — Su subdesarrollo técnico lo lleva al providencialismo — No lee literatura seria; por lo tanto no tiene ideas propias B) El fenómeno del paternalismo Hay en la conciencia mexicana una orfandad traumática, un fantasma del padre ausente. Huelga documentarlo tras todo lo que llevamos dicho. 2

F. Mota Martínez, Ai se va. Editorial de comunicación, México, 1978, p. X.

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Que el mexicano necesite una figura paterna idealizada, se vio confirmado en las dos visitas del Papa (1979,1990). Para quien sabe leer en clave psicológica, es claro que no negamos nuestra herencia colonial; no hemos superado el prototipo del padre ausente, el padre que menosprecia a la mujer y contrarresta su ausencia física con presencias esporádicas dominantes, que pide acatamiento y exige reconocimiento de su imagen de hombre fuerte: el padre autoritario, hostil y agresivo, duro, macho; pero idealizable e idealizado. Con tal patrón crecen los hijos varones, y a su tiempo los más duros reproducirán el modelo, en tanto que los más débiles se identificarán con la madre. Hace 240 años, en ocasión de una concentración de los habitantes de México, no para protestar sino para suplicar que se detuviera la aplicación de un decreto del rey Carlos III, el virrey conde de Lacroix increpó a los mexicanos desde el balcón del palacio virreinal: "... Nacidos sois para obedecer y callar, y no para opinar en los altos negocios de la república". —Nótese que república significa cosa pública. Un pueblo tan dominado y reprimido es, por la lógica de la vida, fácil presa del caudillismo y del caciquismo. No es posible pensar en gobernantes demócratas en países de esclavos, o de niños. En general el político mexicano es un logrero audaz y un explotador sin escrúpulos: anda detrás de sus propios intereses, no de los de la comunidad. Pero cada pueblo tiene el gobierno que se merece y que lo refleja y que él admite. Al presidente mexicano se le rinde, se le inciensa, se le tributan los elogios más exagerados, se multiplican los símbolos de su importancia y se despliegan en torno a él escenografías de lujo: himnos marciales, nutridas escoltas, cientos de guaruras, motociclistas, patrullas, cortejo de "notables" en sus viajes, suspensión del tráfico. . . Perdido o disminuido el poder del ejército y el de la Iglesia, se ha agigantado la figura del presidente. Y con esto ya estamos entrando al tercer punto. C) Un pueblo manipulado "La nación mexicana es el proyecto de una minoría", sentenció hace casi 50 años Octavio Paz.3

3

El laberinto de la soledad, FCE, México, 1972, p. 115.

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Y añadimos nosotros: En todo momento de su historia ha sido y es una masa manipulada por unos cuantos; más que verdaderas comunidades, muchedumbres anónimas, dependientes, casi como dependían de sus "padres" europeos los indios de los pueblos de indios. Los ciudadanos aprendieron a solicitar favores en vez de exigir respeto a derechos. Y así ha sido ya por cuatro siglos. Ni nos conmueven las paradojas: La CNC (Confederación Nacional Campesina) no fue creada por los campesinos ni a iniciativa de los campesinos, sino por un presidente de la República (Lázaro Cárdenas, 1935). La CTM (Confederación de Trabajadores de México) también nace de arriba, no de abajo; se constituye con el fin de abolir el sistema capitalista (1936), y pronto se convierte en órgano del gobierno y en sostén del statu quo. Todo mundo sabe que Fidel Velázquez, el líder eterno, se entiende más con las cúpulas del poder que con sus representados. Y el pueblo bajo aguanta resignado, como si no hubiera historia sino destino; como si la acción humana careciera de poder creativo. Sirva de colofón a estas reflexiones la comparación de los conceptos que los mexicanos y los norteamericanos tienen sobre una misma palabra: "respeto". Para el mexicano respeto connota e implica "obedecer", "amar", "sentir afecto" y cosas parecidas. Para el norteamericano respeto implica "sentido democrático", "admirar a las personas por sus cualidades", "ser considerado con los sentimientos e ideas de la gente", "brindar oportunidades de expresión y de crecimiento".4 Mientras el mexicano tiende a ser automodificativo y pasivo, el gringo es activo en sus estilos de confrontación a los problemas de la vida; el gringo tiende a ser hombre del futuro, el mexicano hombre del pasado. PRÁCTICAS 1.

4

En forma espontánea, y siguiendo el impulso del momento, completen cinco veces por escrito la frase: "Yo no puedo..." Luego conviertan sus cinco frases en "Yo puedo..." R. Díaz-Guerrero, "Los primos y nosotros". Excélsior, México, mayo de 1989.

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Conversen en parejas sobre su vivencia de cambiar estos "no" en "sí". 2.

Aporten ejemplos de espanglés. Ponderen el influjo que a la larga puede tener esta asimilación acrítica de la lengua del país imperialista.

3.

Citen expresiones donde aparezca el carácter autoritario del jefe del hogar (ejemplo: "soy tu mero padre").

4.

Citen ejemplos de servilismo hacia el gobernante y hacia los funcionarios: a) En los anales de nuestra historia b) En sus propias observaciones y experiencias directas

5.

Asimismo, ilustren el tema del colonialismo cultural en: — El consumo de artículos — Los estilos de vida — Los modos de pensar — El concepto de éxito

6.

Documenten el culto al pasado con: — Hechos históricos — Rasgos de personalidad de nuestros compatriotas — Algunas tradiciones que actúan como freno y como remora

7.

Enumeren aspectos de la religiosidad del mexicano: a) Que reflejen dependencia y pasividad b) Que refuercen esa misma dependencia

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Psicología del mexicano en el trabajo

Para empezar, tracen un paralelo entre el presidencialismo (fenómeno político) y el providencialismo (actitud religiosa) — Representación de papeles: escenifiquen un problema de una comunidad y el recurso de los ciudadanos á la autoridad. En un primer cuadro, los interesados acuden a pedir el favor de una figura poderosa y paternal. En un segundo acto los mismos "actores", o bien otros, exhiben comportamientos democráticos que, sin agredir, alegan asertivamente sus derechos y exigen soluciones eficientes. 8.

Algunos voluntarios preparen por escrito una exposición de 4 o 5 páginas titulada: "El tema de la dependencia en el Laberinto de la soledad de, Octavio Paz". Léanla al grupo y coméntenla.

9.

Relacionen el tema de la dependencia: a) Con las conductas complacientes y alcahuetas de los sindicatos que, una vez impuestos (la afiliación no es libre) protegen tanto al obrero que fomentan la pereza, la indisciplina y la irresponsabilidad, y dañan a la institución, llegando a reproducir el cuento de la gallina de los huevos de oro. Comenten casos célebres, como el de Aeroméxico por el 1989. b) Con las conductas paradójicas de tantos ciudadanos que viven quejándose del gobierno, pero que no acuden a votar cuando les corresponde y no participan en las juntas de vecinos, c) Con los trabajadores que se dejan manipular sumisamente por los cabecillas y líderes sindicales.

10. Recuerden la definición clásica de Aristóteles: "Política es el arte de promover eficazmente el bien común". Analicen en subgrupos el concepto de bien común. 11. Discutan esta objeción: "Dadas las tristes condiciones del pueblo mexicano, sobre todo de los indígenas, afirmar que la Virgen Madre de Dios vino hace siglos a constituirse en la madre y protectora de los indígenas y mestizos mexicanos y en la princi-

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pal defensora de la rasa conquistada, más parece una burla que un reconocimiento". Distingan en esta tradición religiosa, el grano de la paja. Delaten lo que haya de infantilismo y de manipulación y discurran modos de aprovecharla para madurar.

7 La autodevaluación del mexicano

OBJETIVOS 1.

Conocer la sintomatología polifacética del fenómeno de la autodevaluación.

2.

Tomar conciencia de que este rasgo de personalidad se enmascara sutilmente, de modo que la mayoría de quienes lo sufren no lo saben reconocer.

A) Sintomatología Cuenta Octavio Paz una simpática anécdota: en cierta ocasión trabajaba él en su estudio, pensando estar solo en la casa, cuando de pronto oyó un ruido y preguntó: "¿quién es?" (Había olvidado que la familia tenía una criadita llegada poco antes de un pueblo, parece que del estado 59

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de Oaxaca.) La chica contestó: "No es nadie, señor; soy yo". Como quien dice: "Yo no soy nadie"...1 Existen varias evidencias de la autodevaluación del mexicano: — Sobrevaloración de los extranjeros (el malinchismo es justamente la tendencia a admirar en demasía lo que viene de fuera). "Somos muy inclinados a desdeñar lo nuestro, muy afectos a admirar lo extranjero, aunque sea inferior, y muy propensos a la idolatría, que es la más estúpida de las ceguedades; que en nuestro país bien puede haber un ingenio deslumbrador, pues nos apresuramos a taparle con el manto del desprecio, para correr a ponernos de hinojos delante del primer recién venido de Europa a quien no conocemos pero cuya superioridad creemos a pie juntillas..."2 Cualquier europeo, norteamericano, canadiense o japonés que viene a México, al poco tiempo está mandando a los mexicanos. Por poner un ejemplo de actualidad, ¿no tendrá algo que ver con esto el exitazo de los restoranes McDonald's? — Influyentismo. México es el país de las credenciales y de las placas especiales y de las recomendaciones. Muy en el fondo, el mexicano siente no valer por sí mismo sino por estos apoyos extrínsecos; y se coge de ellos como de una roca firme. — Fanfarronería. Es echador, presume hasta de lo que no tiene; quiere apantallar. . . Alguien nos definió hace mucho diciendo que "el mexicano es una torta de lomo y lengua", aludiendo al aguante y a la jactancia verbal. — Impuntualidad. Es parte integrante de nuestra cultura y todo mundo lo sabe y todo mundo lo sufre. Aparentemente se trata de una costumbre pintoresca y casi inofensiva. Pero el psicólogo escudriña y ve mar de fondo: ¿Qué implica el citarte en Sanborns a las ocho de la mañana y llegar a las ocho y media 0 a las nueve? ¿O el que tú me hagas eso a mí? La respuesta es implícita, pero clara: Que tu tiempo no vale; que no eres importante; que no somos importantes; no merecemos tomarnos en serio ni tú ni yo. 1 2

El laberinto de la soledad, FCE, México, 1978, p. 75. Historia general de México, El Colegio de México, 1981, p. 1050.

La autodevaluación del mexicano

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— Las antesalas. Cualquier jefe y cualquier funcionario público se dan el lujo de hacer esperar horas y horas a quienes llegan a verlos; peor aún si éstos han solicitado audiencia. Es una moda, un estilo; casi una norma. Se diría que los funcionarios mexicanos miden su propia importancia por la cantidad de tiempo que pueden tener esperando —matando el tiempo— a sus subalternos o al público. Hay detrás de esto un mensaje, muy enmascarado: no somos importantes. Yo no soy importante y tengo que hacerte sentir mi valor y mi poder con este recurso artificial. Y tú no eres importante ni cuenta mucho lo que haces con tu tiempo, y aquí te tengo a merced de mis humores... — Insubordinación, anarquía. El mexicano no obedece a las leyes ni las normas; y se jacta de ello. Para elevar su yo blasona de su fuerza y de que para él no existen leyes ni reglamentos; o de que siempre halla una coartada para salirse con la suya. Cuando salió la ley obligando al uso de los cinturones de seguridad en los coches, los autores de este libro hicimos una profecía: "nuestros compatriotas no se dejarán amarrar así como así"; y estábamos en lo cierto. Por supuesto, subyace el mecanismo de defensa llamado formación reactiva; es decir, se adopta una actitud que tapa un sentimiento diametralmente opuesto. — El despilfarro. El mexicano es muy afecto a poses de gran señor y de magnate: "yo pago la cena de todos", "yo disparo", "yo invito a toda la clase". En el extranjero da a veces enormes propinas, en el país no se atreve, sobre todo ante amigos o colegas, a protestar por un abuso en la cuenta del restorán. Además de delatar desorganización, estas poses exhiben un mecanismo de defensa; quiere convencerse y convencer: soy grande, soy poderoso... — El abstencionismo. Es un fenómeno tan generalizado que refleja actitudes muy arraigadas. El mensaje oculto dice algo como esto: el manejo de la sociedad me queda (nos queda) grande. Los grandes asuntos del país y de mi estado, que los traten y decidan otros; yo me contento con criticarlos. — El fenómeno del tapado. Eso de que el nuevo gobernante salga misteriosamente de un cónclave de amigos autosacralizados, es una

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Psicología del mexicano en el trabajo

burla impensable en países con un mínimo de democracia. El mexicano no aguantaría la burla si no se devaluara gravemente. Pero la aguanta. — La basura. Quien ha recorrido países grandes y poderosos, tales como Canadá, Alemania, Australia, etcétera, y también países pequeños y no tan poderosos, como Dinamarca, Bélgica, Holanda, piensa con tristeza y con repugnancia, al hartarse de la basura que afea nuestras calles, nuestras plazas y nuestras carreteras: ¿Por qué allá no y aquí sí? Para el observador superficial, no pasa de ser una mala costumbre; pero para el estudioso de la conducta humana hay mar de fondo: No nos respetamos; por eso nos permitimos vivir entre la porquería. Fernando Mota Martínez lo dice con hipérbole: "el mexicano donde quiera que se para deja su huella: basura".3 — Abuso de diminutivos. Los diminutivos forman parte muy importante del lenguaje del mexicano. Los hay de cariño, pero también los hay que rebajan las cosas y las personas: "tengo un cochecito"; "cómprate un relojito", "estoy juntando unos centavitos". Y abundan también los despectivos: "tiene usted su pobre casa en Ajolotes No. 20", "tengo un changarrito de refacciones", "voy a mi changarro", "voy a recoger mi carcacha en el estacionamiento de Liverpool", "tengo que comprarme unos trapitos para el próximo invierno", "me conseguí una chamba en la Secretaría de Hacienda", "mi vieja no va a poder venir a la comida de la compañía". (Téngase en cuenta: se llama diminutivo porque disminuye.) Afines, en cuanto que revelan análogas vivencias y proyectan la misma psicología, son ciertos modos de hablar, corrientes entre nosotros: "yo quisiera hacer notar" (en vez de yo quiero); "me gustaría decir" (en vez de quiero decir); "yo venía a cobrar. . ." (en vez de yo vengo.. .); "yo les propondría" o "yo les pediría" (en vez de yo les propongo, o les pido); formas todas que expresan inhibición, repliegue, evasión, escasa autoafirmación... — Susceptibilidad. Muchos mexicanos son "muy sentidos": se ofenden muy fácilmente; hay que medir y pensar muy bien las palabras para que no se vayan a molestar. En reuniones de trabajo en empresas y 3

Ai se va. Editorial de Comunicación, México, 1978, p. 75.

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en universidades de Estados Unidos, por ejemplo, una persona confronta a otra y la contradice públicamente; y al salir siguen tratándose amistosamente como si nada hubiera pasado. Aquí es común que en semejante evento queden muy ofendidos y sientan que se cortó la buena relación. Muchos mexicanos parecen llevar prendida la etiqueta de "manéjese con cuidado". — Fe guadalupana. Puede tener aspectos positivos y constructivos, pero también es real el reverso de la medalla: para muchos Guadalupe es un símbolo que intenta superar a nivel mental y emotivo la molesta inferioridad: "Somos el nuevo pueblo elegido; en el plano de la economía y de la tecnología y de la cultura mundial valemos muy poco, pero en el plano más espiritual (invisible) somos gente de primera".4 Y no todos pueden identificar el mecanismo compensa torio. — Chistes autodevaluativos. Freud escribió un libro célebre titulado: El chiste y su relación con el inconsciente. Abundan los chistes en que los mexicanos hacen todo mal, de modo que no sirve para nada, y chistes en que interviene un mexicano. ("Había una vez un gringo, un alemán y un mexicano. . .") y éste resulta el rey de la situación dejando a los otros burlados. Es obvia la formación reactiva en este segundo caso. — Soborno, mordida. Es un tema tan grave que merece capítulo aparte. B) La corrupción como autodevaluación Si es cierto, como lo es, que la corrupción de un gobierno y de un país se mide por la situación que viven las clases más débiles, México, el del petróleo y el de la plata y el de las inmensas riquezas marinas y forestales, es un país corrupto. Por lo demás, lo proclamamos con cinismo: "la corrupción somos todos". Las formas de la corrupción son variadísimas: — El soborno — El nepotismo 4

Cfr. Enrique Florescano, Memoria mexicana, Joaquín Mortiz, México, 1987, p. 227.

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— La extorsión — La grilla sucia (patadas debajo de la mesa) — La colusión del funcionario con el patrón, en agravio de los obreros — La demagogia falaz — El contrabando o fayuca — Los fraudes al fisco — Los pactos entreguistas con poderes transnacionales, a espaldas del pueblo; y esto a muy altos niveles — Los puestos de "aviadores" — Los mordelones de tránsito5 — La extorsión del juez que vende la justicia — El coyotaje — La explotación del trabajador de niveles inferiores — El sistema de favores, prebendan y proteccionismo a unos cuantos — La venta de puestos y plazas — Los líderes charros — El incumplimiento laboral de todos los días — La burocracia agraria que se come el presupuesto 5

El epíteto se inventó para los motociclistas uniformados, que corrían tras los choferes, como perros empeñados en morder.

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— La prepotencia policiaca y su exigencia de "propinas" antes de aclarar un delito; casi todo mundo en México ve en los "judiciales" el símbolo cabal de la injusticia — Los embutes a los medios de comunicación — El peculado o sustracción ilícita de fondos públicos por parte de quienes los manejan — Las "comisiones" de los contratistas a los funcionarios, etcétera. La corrupción generalizada es un problema cultural, tanto que para muchos no llega a ser problema moral. Muchos mexicanos al dar sobornos, se sienten víctimas de la corrupción en lugar de contribuyentes a ella, y ni les pasa por la cabeza que obran mal y que son corruptos. Echan la culpa al sistema y se lavan las manos. Dejamos fuera de estas consideraciones los asaltos, los secuestros, el narcotráfico... Nos quedamos en la zona de las peccata minuta. Cada sexenio se monta un teatro de cruzada contra la corrupción, y el pueblo agraviado cree una y otra vez: "Eso ya se acabó; la corrupción es cosa del pasado". El mesianismo sexenal —o cuatrienal— ha sido un tema recurrente en nuestra historia. ¿Hace falta demostrar que la corrupción tiene que ver con la autodevaluación? No sólo tiene que ver sino que es su expresión más sutil. Supone la conciencia de ser gente vulgar, incumplida y delincuente; y supone también la convicción de ser incapaz de ganarse la vida y resolver los problemas con ¡as armas limpias de las capacidades profesionales y de las habilidades negociadoras. Puede estudiarse en la mordida el juego psicológico de agresión y defensa, de ofensa y protección. ¿Nos indignaríamos de que la organización humanitaria American Watch, en su informe sobre el sistema carcelario mexicano, el 24 de marzo de 1991, haya etiquetado a nuestro país como "una cultura de la corrupción"? C) El disimulo Es la mexicana una sociedad de dos caras: — En la retórica oficial, la democracia; en la realidad la dedocracia, así llamada humorísticamente por el pueblo (aludiendo al "dedazo" en la designación de los puestos).

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— En los emblemas del gobierno, la Revolución, con mayúsculas; pero una revolución congelada, y curiosamente el partido que más la pregona es el más conservador y enemigo de los cambios sustanciales y sustanciosos. — En el discurso político, interés prioritario por el campo y por los campesinos; en la vida real son ellos los olvidados. — La prensa, la radio y la televisión inundan diariamente al país con miles de millones de palabras de cuidadosa desinformación. — Y si pasamos al ámbito individual, allí también campea la doblez. Oímos a cada paso: "me hice la disimulada", "me hice la desentendida". .. La mayoría de los ciudadanos muestran más preocupación por tener un buen coche que una buena casa, por ostentar antenas de televisión, tal vez parabólicas, para aparecer poderosos cuando no lo son. "Como decía Rodolfo Usigli, en México todo mundo disimula y nada es lo que parece. . . Definía a la política mexicana como un conjunto de mentiras que pugnan por convertirse en verdades."6 Tal vez por eso es México el país de los eufemismos. El mexicano es cerrado; "no se raja". Se abre en la fiesta. Por ello mismo se desenfrena allí; es la presión que explota; la presión de la represión. — Otro síntoma del disimulo: el camaleonismo político; la mayoría, no sólo de funcionarios y burócratas, sino también de empresarios, van tomando el color del grupo en el poder: ferozmente anticlericales con Calles, socialistas apasionados con Lázaro Cárdenas, capitalistas "modernos" con Miguel Alemán; austeros republicanos con Ruiz Cortines, frivolos con López Mateos, duros y rígidos con Díaz Ordaz, tercermundistas con Luis Echeverría, despilfarradores y nepotistas con López Portillo, suaves moralistas con De la Madrid. Se diría que en el fondo nos sentimos un país de caricatura. PRÁCTICAS 1. Comenten la advertencia del presidente Emilio Portes Gil (19281930): "La corrupción es la enfermedad más grave que lleva la 6

Abelardo Villegas. Revista Proceso, México, 15 de mayo de 1989.

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Revolución Mexicana en sus entrañas. El pueblo está cansado de que salgan comaladas sexenales de millonarios". Intenten explicar cómo es que en más de 60 años las cosas no han cambiado apreciablemente. 2.

Tracen un paralelo entre los alcaldes de la Nueva España, que se ponían de acuerdo con los caciques indios para explotar a los peones y a las masas agrícolas, y por otra parte, los actuales líderes campesinos y sindicales.

3.

Conversen sobre este tema: "La corrupción mexicana vista por muchos como algo normal de lo cual no hay que escandalizarse ni avergonzarse". Apliquen sucesivamente un enfoque: a) Histórico b) Psicológico / psicoanalítico c) Moral y religioso.

4.

Discutan esta afirmación: "La corrupción sirve de lubricante para nuestra sociedad enferma; es como el aceite de los motores. Si no fuera por los líderes corruptos, estallarían con violencia destructiva muchas presiones sociales. Si nos empeñáramos en eliminarla, el remedio sería peor que la enfermedad." Analicen críticamente y busquen alternativas.

5.

Enumeren y analicen los resortes autodevaluatorios semiocultos detrás: — Del malinchismo — De la impuntualidad — De la indisciplina — De la excesiva susceptibilidad Asimismo, aporten casos concretos.

6.

Escriban, en pequeños equipos, artículos titulados: "El lenguaje del mexicano, portavoz y testimonio de la autodevaluación". Colee-

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cionen palabras (diminutivos, despectivos, eufemismos. . .), expresiones en nuestro lenguaje popular, términos importados del inglés, neologismos en espanglés, etcétera. 7. Hagan una colección de eufemismos usados en México. Sírvanse de ellos como de test proyectivo a partir del cual deduzcan conflictos, ansiedades, represiones, tabúes y anhelos de los mexicanos. (Bibliografía: Creatividad lingüística: diccionario de eufemismos, Ediciones Botas, México, 1990.)

8 La sociedad mexicana actual

OBJETIVOS 1.

Formarse una panorámica de la psicología social mexicana a través de los componentes más significativos de la población, tales como la familia, la mujer, los jóvenes y las clases altas, medias y bajas.

2.

Identificar los dinamismos que pueden llevar al cambio social positivo y los que frenan y bloquean.

A) La familia En las clases populares el padre sigue siendo una especie de dueño de la mujer y de los hijos. Por eso éstos se refieren a él como "mi jefe", "el jefe". Con frecuencia priva un ambiente de miedo, desconfianza, simulación, agresividad reprimida, chantajes sentimentales, resentimiento y odio. Muchos matrimonios se mantienen sólo por el miedo de la mujer a separarse, o por una moral mitológica y dogmática, lo que viene a redundar en lo mismo: miedo religioso y sacral. 69

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Psicología del mexicano en el trabajo

Un estudio célebre de Luis Leñero Otero, presidente del IMES (Instituto Mexicano de Estudios Sociales) arrojó que en las familias tradicionalistas (el 75% al momento del estudio) la mujer protegida, dependiente, aceptaba de buen grado su minoría de edad; en tanto que en las modernas 25 % pugnaba por abrirse paso la "tendencia igualitaria" y que estas familias sufrían diversos tipos de desajustes, connaturales al cambio. En la relación laboral muchos obreros, sometidos al autoritarismo del patrón, interiorizan el papel de opresor y sin darse cuenta están expuestos a reproducirlo en su relación de pareja. Análogamente, el burócrata, frustrado por mil experiencias de servilismo, llega a su casa y se desquita mangoneando sobre su mujer y sus hijos. Sondeos sobre filosofía de la vida en dos culturas, la norteamericana y la mexicana, nos revelan el grado de importancia y de compromiso que supone la defensa de los derechos de la familia y de las personas en uno y otro medio. Dan prioridad y entregan su energía:

a los derechos de la familia a los derechos personales

En Estados Unidos 22% 78%

En México 68% 32%1

Los mexicanos se muestran más cooperativos (cultura colectivista); los gringos, más competitivos. B) La mujer En la cultura azteca lo mejor que podía sucederle era morir al dar a luz; las que así morían adquirían el rango de diosas. Se trasluce aquí la poca importancia que se les concedía como individuos. Y podemos inferir que la racionalización servía para quitarles el miedo a la muerte, que de seguro estaba a la orden del día para las parturientas. Los precortesianos habían dado una dimensión cósmica a la inferioridad de la mujer al equipararla a la Tierra (frente al cielo, masculino), a la Luna (perdedora frente al Sol vencedor) y a la oscuridad (polo negativo frente a la luz). No sólo durante la Colonia sino también después el mestizaje, la historia azarosa del hombre se vive como una culpa cuya primera responsable fue la mujer, y se sobrepone el refuerzo 1

R. Díaz-Guerrero: "Los primos y nosotros". Excélsior, México, 30 de mayo de 1989.

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de la idea judeo-cristiana de que el pecado entró al mundo a través de la mujer (Eva), provocada por la serpiente del paraíso. La india que da cabida en su vientre al semen extranjero es la nueva Eva, o la nueva Pandora. Y así vemos a lo largo de los 300 años de la Colonia a la española altiva, a la criolla orgullosa y agresiva, a la mestiza confusa y a la india sumisa. A diferencia de lo que sucede en las culturas anglosajonas, la mujer mexicana es más madre que esposa, se define más como protectora de hijos que como compañera del hombre. Entre nosotros apenas en 1953 se le otorgó el voto a la mujer, es decir, se le dejó salir de la minoría de edad política. Compárese esta fecha con la de Nueva Zelanda (1893), Australia (1902), Finlandia (1906), Noruega (1913), la de la tradicionalista Inglaterra (1918), etcétera. Al trazar un perfil psicológico de la mujer mexicana, la encontramos — Abnegada: se deja nulificar como persona; no vive para sí sino para otros; no exige ni protesta. Proyecta así, a su pesar, un fondo de masoquismo. — Disimulada, fingida: porque repliega celosamente un mundo de vivencias; la cultura la ha obligado a buscar máscaras para manifestarse a medias. — Sometida: de niña al padre y a la madre; de adulta a su hombre, tal vez al hermano mayor; se le orilla a vivir el sexo más como posesión ajena que como íntima relación interpersonal. La posesión por parte del hombre es económica o psíquica. — Religiosa: con esa religiosidad hecha de resignación, pasividad y espera, que no es la esperanza proclamada por el cristianismo. — Tradicionalista: la mujer tiende a simbolizar el pasado; el hombre el presente. Muy recientemente, y por influjo del cine extranjero, se ha ido perfilando otro tipo de mujer: la mujer moderna, liberada; de modo que coexisten dos estereotipos muy contrastantes: el primero, la dulce, fiel, amorosa, abnegada, dependiente, no responsable de sí fuera del hogar; el segundo, la ambiciosa, manipuladora, traidora, prostituta, cómplice.

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De esta situación de tesis y antítesis tendrá que irse madurando la síntesis del justo medio y del equilibrio. C) Los jóvenes Su psicología es diversa según la clase social y otros muchos factores. No podemos ir a detalles para cada caso. Aquí nos limitamos a un panorama general, tomando como base a la clase media y advirtiendo que los más autoafirmativos son los jóvenes ricos y de ciudad grande y los menos autoafirmativos son los pobres y de campo o de poblado pequeño. Características sobresalientes de su autoimagen: — Tienen conciencia de ser una clase o estrato dentro de la sociedad. — Tienen conciencia de vivir en el país de la corrupción, y de que esto afectará pesadamente su trabajo y su desempeño profesional. — Por causa del diluvio de estímulos que reciben de los medios masivos, viven en función de la simulación y de un hedonismo superficial. — Suelen ser madejas de contradicciones y de frustraciones. Por ejemplo: — Quieren ser dueños del mundo (este mundo) y quieren transformarlo hacia una sociedad más justa y más limpia — Critican la sociedad de consumo, pero la asimilan y viven en ella y de ella — Son izquierdistas: defienden los postulados del socialismo, pero se acomodan en los espacios facilones del capitalismo — Desafían a los intelectuales, pero en la universidad quieren asumir el papel de intelectuales — Critican y cuestionan el mundo moral de sus padres, pero sienten culpa por alejarse de él y transgredir sus normas

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— Ven la universidad como instrumento político, como una palestra de combate, más que como una casa de estudios; como si fuera un partido — Ven el matrimonio como conformismo, tedio, imposición social, estancamiento, pero sienten que tendrán que encauzar su erotismo hacia el matrimonio — Se interesan mucho en el deporte, pero lo ven como huida, agresión, violencia, revancha, palestra de prestigio; no tanto como ejercicio físico, afirmación de vitalidad y expansión de la persona — Sueñan en un coche (los ricos, en un coche de superlujo) que no es en primer lugar medio de transporte, sino seguridad, independencia, libertad, aventura, riesgo, prestigio, medio de ser diferente y de autoafirmarse; y se enamoran de su coche: del real o del imaginario — No saben divertirse; no saben distinguir entre el ocio positivo, que es liberación y que es diversión, y la ociosidad que es vacío y enajenación D) Las clases sociales y castas Oficialmente en la retórica de los funcionarios, México es un país democrático, donde la igualdad es uno de los valores axiales. De hecho presenta una acentuada y muy heterogénea estratificación, donde las mayorías quedan ubicadas en la "cultura de la pobreza". En efecto, son dramáticas las diferencias entre los pocos ricos-ricos y los muchos pobres-pobres. a) Los de abajo Son los marginados, desnutridos, humillados. Algunos con conciencia de explotados y otros sin ella. Su mejor símbolo: el indio triste, sin voz y sin rostro. Un estudio de Dumont- Motín nos da un cuadro desolador: 27% de la población padece hambre, y 50% están mal alimentados.2 2

El mal desarrollo de América Latina, Panorama, México, 1982, p. 18.

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Una masa de parias sin energías y sin entusiasmo de vivir; como rasgo psíquico más saliente tenemos la resignación; como quien dice, la psicología de la impotencia y de la derrota. b) La clase media Los clasemedieros suelen ser gente dinámica, pero, centrados en su propia promoción, poco se interesan de entender al país y de resolver los problemas nacionales. Alimentan sueños de riqueza y de poder; muestran mucho espíritu de competencia; tienden a aparentar y presumir. Viven de la simulación, la mistificación, el autoengaño; se mueren por usar productos importados de Estados Unidos. Este clasemediero empieza por engañar a los demás y acaba engañándose a sí mismo. En suma, una "estructura de enajenación y simulación", como dice el sociólogo Careaga.3 Si actúa en política es por prestigio personal y desahogo de sus tensiones y por esperanza de medrar, no por el servicio al bien común que teóricamente define a la política. En las mujeres de esta clase se está haciendo bastante común el segundo estereotipo de los dos que señalamos aquí arriba. c) La clase poderosa Es la que encarna la auténtica contrarrevolución, o la revolución congelada, si bien acude retóricamente al tema de la Revolución mexicana, previamente mitificada. Es la aristocracia económica que controla los medios de comunicación y que controla la empresa y los obreros; capaz de anular cualquier insurgencia obrera desde su embrión. La que ejerce control sobre el campesinado; y control sobre la ciencia y sobre los espectáculos. Detrás de las bambalinas existe un diálogo íntimo entre el Estado y el gran capital, los únicos superpoderes en México. La autollamada "familia revolucionaria" es una cúpula, un verdadero clan o una mafia bien organizada. La sucesión presidencial es el acto por el que el rey en turno premia al más adicto de sus cortesanos. Parece escrito para la sociedad mexicana y para la política mexicana el viejo proverbio, que adaptamos: "Nada es verdad, nada es mentira. Todo es del color del sexenio en que se mira". 3 G. Careaga: Mitos y fantasías de la clase media en México, Joaquín Morliz, México, 1977, p. 10.

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Se ha borrado la distinción entre el alto funcionario y la alta burguesía. Estos poderes, convertidos en cotos cerrados, todo lo tienen controlado y previsto. Ya desde los años en que se van formando sus retoños, disponen de escuelas y universidades superelitistas, verdaderos baluartes del poder capitalista, que los aislan del pueblo-pueblo; fortalezas ubicadas en el polo de la integración nacional de los mexicanos, y más aún de la igualdad y de la lucha por la justicia social. Dice el investigador Pablo Latapí, aludiendo al hecho de que muchas de estas instituciones se anuncian como católicas: "Pagan el precio de existir reforzando lo que dicen rechazar... la Iglesia en su presencia universitaria da la espalda a su opción preferencial por los pobres, pese a todas las Pueblas".4 De este modo que, al igual que en la Colonia, también hoy la Iglesia parece ser la legitimadora del nuevo sistema de castas. Ahora, a través de la racionalización sutil de "educar a las clases dirigentes y ricas". E) El individualismo De un país que ha sido siempre manejado como "el proyecto de una minoría", difícilmente se puede esperar otra cosa que poco sentido social y mucho personalismo individualista. El mexicano no es muy institucional. Algunos de los síntomas de ello son: — Un país de héroes y de caudillos; pero entendiendo el caudillismo como una deformación social, opuesta a la democracia. — Muchos comportamientos desorganizados, indisciplinados, en todas las esferas de la vida laboral y social. — Poco sentido social y de cooperación; por esto, y sin negar las honrosas excepciones, en México las cooperativas fracasan o languidecen. — Poca responsabilidad social. Los puestos políticos son feudos personales, graciosamente llamados "huesos"; y para nadie es un misterio 4

"Las universidades católicas en México". Proceso, 7 de marzo de 1979, p. 40. La alusión a Puebla señala un magno sínodo de obispos con el papa, en que mucho se habló de "la Iglesia de los pobres".

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de que la corrupción es la regla entre los funcionarios. Cada sexenio, en el "año de Hidalgo", barren con todo lo que pueden. — Hay muchos llaneros solitarios y muchos hombres-orquestas. El mexicano prefiere trabajar solo: no cree en el equipo. Muy diferentes son en esto los anglosajones. Cuatro norteamericanos juntos valen más y pueden más que cuatro norteamericanos separados. — Por ello mismo, los mexicanos florecen más como artesanos que como industriales, porque la industria moderna exige equipos bien integrados y la artesanía no. — Como deportistas sobresalen, no en los deportes de equipo, sino en los individuales: natación, clavados, caminata, boxeo, equitación. — Como científicos nos ofrecen éxitos aislados, genialidades curiosas de Fulano o de Zutano. — Como seres religiosos acusan una religión personalista, sentimental, utilitarista, contractual, de "doy para que me des". Ya vimos de qué polvos resultan todos estos lodos: polvos lejanos de dominación colonial, polvos cercanos de familias que no son equipos y no proveen buenos modelos de organización social. Y resulta y resalta una paradoja: el mexicano tiene sentido de clan y no tiene sentido de equipo. Las connotaciones psicológicas de uno y otro son diversas: en este último, eficiencia, colaboración, mientras que en el clan, aceptación y seguridad. PRÁCTICAS 1.

Individualmente elaboren una lista de los cinco adjetivos que mejor caracterizan el comportamiento de los mexicanos. Luego, en subgrupos, busquen acuerdo de opiniones al respecto.

2.

Presenten perfiles biográficos de mujeres que en una forma u otra se han tomado como símbolos de la mujer mexicana; por ejemplo:

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— Doña Marina (Malinche) — Sor Juana Inés de la Cruz — La Corregidora doña Josefa Ortiz de Domínguez — La Güera Rodríguez — La Virgen de Guadalupe Analicen las simbolizaciones y discutan sus influencias específicas en nuestra sociedad. 3. En subgrupos escriban artículos titulados: "Las frustraciones y reacciones de la clase oprimida y marginada". 4.

Aporten observaciones personales y anécdotas que ilustren el tema del individualismo en la cultura mexicana actual.

5.

Discutan esta grave acusación que a veces se oye: "Los primeros enemigos de México somos los mexicanos".

6.

Identifiquen y examinen en algunas películas típicamente mexicanas a estos tipos: a)

El hombre posesivo que maneja a su mujer y a sus hijos como una propiedad b) El burócrata apocado y servil c) Personas con religiosidad de rasgos masoquistas 7.

Escenifiquen un diálogo de jóvenes de la clase alta que estudian en una universidad clasista y que expresan sus ideas y sentimientos sobre los jóvenes de otras clases y sobre "los nacos".

8.

Basándose en sus propias observaciones y en los datos presen tados aquí escriban un breve artículo: "Los sentimientos y anhelos de la clase media mexicana".

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OBJETIVOS 1.

Analizar las actitudes y las motivaciones más comunes del trabajador mexicano a fin de comprender sus comportamientos en el medio laboral.

2.

Asimismo, enfocarse en la relación humana, incluyendo a la contraparte del trabajador, que es el dirigente, y estudiar cómo éste fomenta o favorece tales actitudes y comportamientos.

A) Sus actitudes "Todos quieren ser señores para vivir en la ociosidad", decía Miguel José Sanz, abogado de la Real Audiencia y fundador del Colegio de Abogados de Valladolid (1756-1814). Por otra parte, Indalecio Liévano Aguirre en su libro Bolívar nos da la clave de algunas actitudes laborales que prevalecen en las excolonias españolas: "Millares de aventureros formados en las guerras de Italia y de Flandes y acostumbrados a la 79

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rapiña y al saqueo trajeron al Nuevo Mundo el clásico concepto español sobre la economía: desprecio por las artes manuales e intelectuales que crean la fuente de producción, y el deseo de apoderarse simplemente de la riqueza para gozar del esplendor que proporciona".1 Encontramos que en el siglo XVII, la Corona vende casi todos los puestos públicos; lógico es que tienen acceso a ellos sólo los ricos que concentran y acaparan el poder, estableciéndose el cargo público como instrumento de beneficios, riqueza y patrimonio personal y no como servicio y deber público. A diferencia de lo que es hoy Estados Unidos, México no surgió como país de inmigrantes que llegaban a trabajar, luchar y competir más o menos en plan de igualdad. Aquí toda la estructura sociopolítica y religiosa era piramidal y estratificada; una sociedad de privilegios, no de méritos. Y ya en los albores de la época industrial, muchas empresas nacieron como extensiones o derivaciones de las haciendas. La mentalidad del hacendado se resumía en este principio: "Yo soy el dueño; yo soy el que sabe; yo tengo el poder. A ustedes les toca obedecerme en todo. Si lo hacen, me encargo de ustedes. Pero, ¡cuidado con oponerse y rebelarse!" De aquí la cultura de tratar siempre de quedar bien con el de arriba. Y en el ámbito político la tradición del partido dominante ha reforzado este servilismo. La escuela, por su parte, crea un clima autoritario en el que no coincidir con el profesor es estar contra él y atraerse su mala voluntad. Y para rematar, la legislación laboral mexicana es tan protectora del trabajador que propicia el infantilismo. Para comprender al mexicano en el ámbito laboral, hay que distinguir entre el propietario, empresario o directivo y el personal que labora bajo la dirección de estas personas. La perspectiva del trabajo y los logros que obtienen son diferentes, pero desde luego se da una interacción entre unos y otros. El análisis previo de este libro nos da un perfil característico del mexicano, que por supuesto se refleja en el trabajo. La dependencia en algunos casos, el individualismo en otros y la autodevaluación de muchos, son elementos presentes en las relaciones laborales. Explican la escasa motivación para el trabajo de grupo y el excesivo deseo de conquistar poder y estatus a través del influyentismo y del recurso económico. "Mantener la propia estima es, según creo, la más poderosa necesidad del trabajador mexicano. Dada su intensidad, puede no ser

1

Indalecio Liévano Aguirrc, Bolívar. Caracas, Venezuela, 1988, p. 83.

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sólo buscada directamente sino bajo máscaras distintas: sexualidad, dinero, etcétera."2 Muchos mexicanos ven en el trabajo sólo un medio para subsistir. Solicitar empleo "de lo que sea" es la petición más escuchada; se busca trabajo, es decir dinero. Por otra parte, muchas organizaciones en México tienen los mismos conflictos: competencia interna excesiva que se traduce en entorpecimiento de labores, envidias y actos desleales a la empresa. En las organizaciones mexicanas —dice Horacio Andrade en un análisis de la cultura organizacional de nuestro país— "hay una fuerte lucha por el poder y las áreas suelen convertirse en feudos que compiten entre sí, por lo que la colaboración y los trabajos interdepartamentales son poco frecuentes. El trabajo en equipo es prácticamente inexistente e incluso se llega a dar muchas veces una competencia por sobresalir y obtener logros individuales aunque para ello se tenga que recurrir al boicot de los demás."3 También encontramos exceso de parloteo del personal y exceso de celebraciones que se realizan no trabajando y que obviamente repercuten en baja productividad. Unido a esto hallamos el alcoholismo que encuentra campo propicio en los festejos. En México existen oficialmente un número considerable de días no laborables. Además, en muchas empresas se otorgan días de descanso obligatorio como "conquistas sindicales": se festeja o se le da el día al trabajador en su onomástico, festeja el día del santo del jefe, el día del compadre, el aniversario del sindicato, de la empresa, etcétera: el trabajador mexicano festeja hasta el día de pago (quincenal o semanal) y todos estos "acontecimientos" se celebran brindando. Pareciera que estamos demasiado necesitados de compañía. A este respecto en una encuesta realizada por el Centro de Estudios Educativos, A.C., en 1982 4, se encontró que el estado anímico emocional de más de la mitad de los mexicanos es negativo o muy negativo (53%) y sólo en el 13.4% es positivo. Este estado anímico se compone según los autores de la encuesta, Narro Rodríguez y Hernández Medina, del estado físico y psicológico 2 R. Díaz-Guerrero: La psicología del mexicano. Editorial Trillas, México, 1988, p. 74. 3 "Alta Dirección", mayo de 1989, Vol. I. No. 4, p. 34. 4 Centro de Estudios Educativos, Cómo somos los mexicanos, Editorial CREA, 1987, pp. 44-45.

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que logra el equilibrio de la persona y que la hace sentirse tranquila, satisfecha de sus logros, valorada por los demás, interesada en las cosas, como si marcharan viento en popa y a total satisfacción. Este estado anímico que en este caso es muy poco positivo refleja o confirma la percepción devaluativa que ya se ha mencionado. Entonces pareciera que estar con amigos le permite al mexicano "ser alguien". Por otra parte se registran altos índices de ausentismo, de impuntualidad y de accidentes y de enfermedades de trabajo; así como una alta rotación de empleos. Todo ello síntomas de la misma enfermedad. Si el mexicano desprecia a la muerte porque es "muy macho" y porque al fin y al cabo se tiene que morir, ¿por qué respetar las normas de seguridad e higiene y de protección a la salud? Su actitud resignada y fatalista ante la vida, su percepción distorsionada del tiempo, unida a su sentido mágico-religioso de los acontecimientos, le hace aceptar cualquier eventualidad de esta naturaleza, incluso el desempleo temporal o permanente a causa de incapacidades físicas, parciales o totales, para trabajar. La poca estimación de sí mismo también contribuye a su desprecio por la muerte, al igual que sus frecuentes inasistencias. Falta porque no es útil o valioso; llega tarde por lo mismo. Este desprecio a sí mismo se revierte en desprecio a los demás. Pese a que los mexicanos somos tan amigables y buscamos la compañía de otros, la actitud desconfiada, insegura y dependiente impide la participación colaboradora, en los grupos de trabajo. Muchos mexicanos se mantienen con reserva y a la expectativa, posiblemente por haber sido engañados y manipulados por siglos; se ha abusado de su actitud servicial. Por otra parte, se muestra cauteloso del dirigente y de sus compañeros. 82.3% de los encuestados por el CREA, cuando se les preguntó si se puede confiar o no en la gente, dijo que es mejor proceder con cautela; 52.4% siente que ahora la gente está menos dispuesta a ayudar a otros. 58.14% no pertenece a asociación o grupo alguno. Esto significa que pese a la necesidad de compañía no hay participación grupal, difícilmente se logra integrar buenos equipos de trabajo por la falta de compromiso, uno nunca puede estar seguro de lograr algo en grupo o con la participación de todos. El concepto de lealtad al grupo se limita a la protección mutua en caso de cometerse indisciplinas, errores o incumplimiento del trabajo y en ocasiones se ha llegado al extremo de convertirlo en una norma explícita, donde ningún trabajador puede atestiguar en contra de un compañero aun cuando haya incurrido en una grave falta. De lo contrario

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el trabajador es rechazado, sancionado y hasta expulsado por el grupo. Y no es sino reflejo de una cultura sobreprotectora. Esto no es lealtad sino encubrimiento y complicidad. Por otra parte, rehusa asumir el liderazgo por temor a ser rechazado (alta necesidad de ser aceptado), por considerar que no está suficientemente capacitado (escasa estimación de sí mismo), porque representa mayor responsabilidad (dependencia) y porque tal vez termine siendo el único que trabaja (desconfianza). Seguramente a esto se debe la carencia de liderazgos auténticos, democráticos, participativos. A veces se busca el liderazgo formal porque da estatus y esto satisface la búsqueda de prestigio y reconocimiento. Cuando obtiene el liderazgo se muestra autoritario; surge su deseo de poder más que de logro. El trabajador sometido a la autoridad y a la fuerza del directivo interioriza el papel de la autoridad e inconscientemente está expuesto a repetirlo. Es una actitud ambivalente porque rechaza la autocracia aunque se someta a ella. Pero cuando tiene oportunidad él mismo ejerce ese estilo directivo, ya sea en su familia, o como profesor, o en los sindicatos o en la empresa. B) Sus motivaciones laborales Las necesidades son los motores de la conducta, son los dinamismos que mueven al individuo a buscar su satisfacción. Una necesidad satisfecha ya no es una motivadora y cuando las expectativas de lograr lo que se desea son escasas, pierde fuerza motivadora esa necesidad. Se ha visto que se pueden encontrar sustitutos para la satisfacción de las necesidades. De tal forma que la intensidad de la motivación de una persona para actuar depende de la fuerza con que cree que puede alcanzar lo que desea o necesita y de la magnitud de la intensidad. Otra variable capaz de desmotivar es la de desproporción entre el esfuerzo realizado y los logros obtenidos. Estas consideraciones son premisas importantes para explicarnos por qué el mexicano se siente desmotivado para el trabajo. Inventa frases como "la ociosidad es la madre de una vida padre"; "el trabajo es tan malo que pagan por hacerlo"; "los listos viven de los tontos y los tontos de su trabajo"; "los patrones hacen como que me pagan y yo hago como que trabajo". Se le ha representado durmiendo bajo un gran sombrero.

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En realidad lo que sucede es que sus expectativas de obtener logros, reconocimiento y autoestima son escasas, su sentimiento de minusvalía le hace suponer que difícilmente puede lograr algo, y menos por sí solo. Preferiría unirse a otros pero como desconfía de sí y de los demás, no se arriesga; el camino más seguro es buscar una mejoría económica que le lleve a subir en la escala social y poder ser importante a través de sus bienes materiales o de sus conquistas amorosas. De ahí su actitud fanfarrona. Encuestas realizadas por el doctor Rogelio Díaz-Guerrero demuestran que a la mayoría (68 %) les gusta su trabajo5. El Centro de Estudios Educativos antes citado encontró en 1982 que 83% de las personas se encontraban entre bastante y muy orgullosas de su trabajo y 57% de los entrevistados nunca experimenta el sentimiento de ser explotado en su trabajo. Abraham Maslow, teórico de la corriente humanista de la conducta humana, nos dice que de acuerdo con la intensidad de la necesidad el hombre pugnará por encontrar satisfacción en el orden siguiente: 1o. Necesidades fisiológicas 2o. Necesidades de seguridad 3o. Necesidades sociales 4o. Necesidades de estima, reconocimiento y autoestima 5o. Necesidades de autorrealización (producción, creatividad) Mientras una necesidad de orden primario no esté satisfecha, no podrá satisfacerse la de orden superior. En rigor de términos, las necesidades nunca están plenamente satisfechas ya que se presentan en forma recurrente. Sin embargo, uno debe sentir que han sido satisfechas y que podrán seguir siéndolo. Si consideramos que muchos de nuestros compatriotas tienen fuertes carencias en su alimentación es comprensible que poco les importe su seguridad, el amor, la dignidad o su propia estima. Particularmente se observa esto entre el personal de salario mínimo o inferior. En otros niveles donde los salarios y las prestaciones ofrecen además seguridad física y estabilidad económica encontramos al personal con demasiada necesidad de contacto social y búsqueda continua de relaciones interpersonales. Son muy dados a- festejos y a la comunicación excesiva. 5 R. Díaz-Guerrero. Estudios de psicología del mexicano, Editorial Trillas, México, 1970. p. 53.

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Cabe señalar en este renglón una variante de la teoría de Maslow: el llamado modelo E-R-G, que establece tres tipos de necesidades: las de existencia (E, Existence en inglés), las de relación (R, Relation en inglés) y las de crecimiento (G, Growth en inglés) y cuando alguna de ellas no logra ser satisfecha se exagera la satisfacción de la necesidad inferior. En este caso el mexicano, al no poder satisfacer sus necesidades de crecimiento que incluye la autoestima, sobrevalúa las de relación o necesidades sociales: si al menos alguien lo escucha es porque es digno de ser escuchado, además puede liberar su angustia por medio del verbalismo. En tales circunstancias, ¿quién se preocupa por ser creativo, por llegar a la cima de la pirámide y obtener logros significativos que le ayuden a crecer y a desarrollarse y contribuyan a su vez a la estimación de sí mismo? Sólo un pequeño sector parece motivado a obtenerlos; son los mexicanos de este sector quienes mejor han contribuido al desarrollo social. Las necesidades primarias son conscientes, las secundarias, a menudo inconscientes; y se cae en la falacia de creer que la única vía para satisfacerlas es el dinero. Cuando en su relación con la empresa los sindicatos abogan por sus representados, siempre exigen mayores sueldos, mejoría en las condiciones de trabajo y en las prestaciones, reducción de actividades y hasta de responsabilidades. Manifiestan creer que el único recurso para satisfacer sus necesidades, inclusive las de estima-autoestima y autorrealización, es a través del dinero; por cierto muy difícil de obtener y retener en una época de inflación y con patrones de conducta consumistas. El resultado no puede ser más que una insatisfacción generalizada. Por otra parte la satisfacción completa difícilmente la puede alcanzar uña persona dependiente, insegura de sí misma, que por ello no se ha puesto a prueba y no sabe de lo que es capaz, ni cómo puede obtener reconocimiento y mejorar el concepto que tiene de sí misma; mucho menos enfrentar nuevos retos o crear grandes empresas. Prefiere atenerse al viejo refrán de que "más vale malo por conocido que bueno por conocer". C) Diferencias geográficas Dentro de este contexto característico de nuestro país, conviene resaltar el hecho de que existen algunas diferencias entre el trabajador

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mexicano de la zona noroeste y fronteriza con los Estados Unidos, con respecto al del sur y sureste, de la zona central y del área metropolitana de la ciudad de México. Estas diferencias surgen por un lado, debido al clima geográfico que los afecta. Pese a que todos conservamos nuestra idiosincrasia, cabe mencionar que nuestros compatriotas norteños necesitan esforzarse más para lograr su supervivencia a causa de sus climas extremosos: excesivo calor en el verano y temperaturas muy bajas en el invierno. Se ha observado que los habitantes de climas extremosos y fríos son más industriosos y trabajadores que aquellos de climas templados o permanentemente cálidos. En los climas fríos la gente tiene que estar activa para generar calor pero además debe ser previsora y ahorrativa para las épocas de escasez de recursos porque en tales fechas no puede sembrar ni menos cosechar. En consecuencia en estas regiones se manifiestan, aun dentro de la misma psicología nacional, ciertas diferencias que los conforma como más austeros, disciplinados, previsores y activos. Por otra parte en el sur y sureste de la República nos encontramos con mexicanos menos activos, a causa de su clima cálido, más despilfarradores con sus abundantes recursos naturales y con más inclinaciones hacia las diversiones y fiestas populares, más alegres y jocosos. Por lo que respecta a la Meseta Central donde el clima es más benigno, la gente es tranquila, servicial, afectuosa. Se podría incluir aquí a la ciudad de México de no ser una gran metrópoli, sobrepoblada, que por este hecho se gesta en ella, el cada vez más común estrés; producto de presiones de tiempo y económicas que son causadas por la competencia, a su vez derivada de los escasos recursos. Encontramos diferencias socioeconómicas y culturales muy marcadas a más de que en ella se encuentran habitantes provenientes de todas las regiones del país. Estos hechos generan también diferencias notorias. Otro aspecto de considerable interés, cuando se trata de patrones culturales reflejados en el trabajo, es que muchos campesinos han tenido que incorporarse a las industrias, no siempre con una buena adaptación a sus normas y formas de vida diferentes. El campesino se convierte en obrero y este cambio provoca conflictos en su estilo de vida, más apacible, contemplativa y resignada ante las adversidades naturales. Quien siembra tiene que esperar pacientemente la cosecha. La producción fabril es mucho más activa y con horarios preestablecidos de trabajo, se requiere más disciplina, precisión y esfuerzo.

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D) La mujer en el trabajo La situación de la mujer en nuestro país, al igual que en otras culturas, difiere de la del hombre. En México "la mujer vive una situación asimétrica y desigual respecto al hombre de generaciones atrás, aunque últimamente muestra un deseo de cambio y liberación, todavía débil, desarticulado y sólo en algunos sectores".6 Tradicionalmente se le ha inculcado a la mujer que su papel principal en la vida es ser madre. Más que compañera o esposa, debe ser buena madre, lo que significa tener hijos, amarlos, alimentarlos, cuidar de su salud, preocuparse por ellos y hacerles la vida más fácil. Así, se pasa toda su vida trabajando para ellos o 'para los hijos de sus hijos, porque de lo contrario pierde su razón de ser y de vivir. Parte de la actitud dependiente de muchos mexicanos es debido a la exageración en los cuidados y atenciones de la madre hacia los hijos que, guiada por el afán de prodigarles afecto y ternura, les impide desarrollar sus propias capacidades, porque no les permite aprender a valorarse por sí mismos, ni separarse de ella, ya que siempre la necesitan. El doctor Santiago Ramírez, psicoanalista mexicano, decía al respecto que la mujer mexicana es la madre perfecta, pero sólo durante el primer año de vida del niño. A pesar de que se ha registrado un cambio en la concepción de la mujer en nuestra sociedad, aún se sigue considerando que su papel está en torno al hogar y a la familia. La encuesta realizada por Enrique Alducín Abitia7 concluye que existe un ligero cambio en el concepto de la mujer como compañera del hombre e igual a él, en especial en los niveles de escolaridad e ingreso medio y superior, pero se le sigue juzgando centro de la familia. En los niveles más bajos de escolaridad e ingresos, se le ve como la responsable del cuidado familiar, hecha para el hogar y para tener hijos. Al parecer su destino y ámbito de acción en cualquier caso es el mismo. Existen diferencias importantes en la participación empresarial de la mujer en un lapso de 50 años. En 1930, 60.5% de los hombres y sólo 2.8% de las mujeres pertenecía a la población económicamente activa. Pues bien, para 1980, 76% de los hombres y 23% de las mujeres

6 7

Los valores de los mexicanos. Fomento Cultural BANAMEX, México, 1989, p. 189. Op. cit. p. 189.

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participaban de modo directo en la economía8 . Esto representa que la mujer ha incrementado su participación en más de ocho veces en dicho periodo. También se ha incrementado su nivel de escolaridad y la sociedad en general tiene una actitud más abierta y flexible respecto al papel de la mujer; se adiciona el atributo de inteligente como deseable en ella pero aún se le requiere que en primer lugar sea limpia, hogareña, femenina, trabajadora, honesta y sencilla, al igual que discreta, dulce, hermosa, atenta, casta y abnegada.9 Dentro de este contexto, la mujer mexicana enfrenta en la actualidad cambios drásticos en su entorno, que repercuten en su vida de una u otra forma. Se encuentra con oportunidades de estudiar, trabajar y tener una vida social más activa que en años atrás. Su madre, incansable, veló por ella y tal vez lo siga haciendo, pero ella disfruta más la vida, tiene menos hijos y se siente útil no sólo para ser madre sino para participar activamente en el desarrollo del país. Esta dualidad de oportunidades, por un lado, y de valores que tradicionalmente se le atribuyen, por otro, crea en la mujer mexicana sentimientos de culpa. Si se dedica al hogar exclusivamente, se siente frustrada e inútil. Si trabaja y es madre, siente culpa por descuidar a sus hijos y a su hogar. El cambio-aún no ha sido asimilado completamente, ni por el hombre ni por la mujer. La situación se agrava cuando por las circunstancias se ve obligada a dejar a sus hijos al cuidado ajeno por tener que trabajar, bien sea porque fue abandonada, está divorciada o porque su esposo no aporta lo suficiente para el sostenimiento de la familia. Esto hace a las mujeres mucho más preocupadas por su familia que por su trabajo, pero también mucho más necesitadas de reconocimiento y estímulo y de comprensión hacia su doble papel de madres y trabajadoras. Por otra parte, desde pequeña se refuerza su papel de servidora, se le asignan responsabilidades de ayuda y cuidado de otros. Tal vez por ello se ha destacado en labores de servicio como enfermera, maestra, secretaria, etcétera; su actitud en general es la de asumir sus labores con responsabilidad y mayor dedicación pero también más necesitada de afecto y apoyo. De por sí es más propensa a reacciones emotivas y a juicios subjetivos e inevitablemente se encuentra ligada a la maternidad. 8

Ibid.

9 Ibid. p. 189.

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E) La contraparte: los directivos Como ya dijimos, en nuestra tradición laboral el hacendado, dueño y señor de todo, albergaba en sí mismo todo el poder y todo el saber. Los trabajadores debían obedecer y cumplir las órdenes; a cambio recibían protección, casa y hasta podían utilizar un pedazo de tierra para cultivar y tener sus propios animales. Esta forma de relación dueño-trabajador conformó la cultura del poderoso-generoso y del poderoso-explotador, al cual había que respetar so pena de ser expulsado de la hacienda, lo que equivalía a quedar en el desamparo, el trabajador y su familia. De aquí la conducta de quedar bien con el de arriba (gobernante, empresario, jefe, político, profesor y maestro) y la de éste de manipular, aprovechar y mantener la relación de dependencia. El que no está con el patrón está contra él. No se aceptan las divergencias. Se le considera rebelde y merece ser castigado. Con estos antecedentes, unidos al bajo concepto que tenemos los mexicanos de lo nuestro, se dificulta que los patrones, empresarios o directivos valoren a quienes dedican sus esfuerzos para el logro de los objetivos de la empresa; "para eso se les paga", dicen, reforzando la creencia de que lo único que una persona puede obtener por su trabajo es dinero. El liderazgo que se ejerce es de tipo autoritario o paternalista que mantiene al personal en actitud de dependencia y de inferioridad y menosprecia sus aportes o habilidades. Este liderazgo lo hemos aprendido muy bien desde épocas prehispánicas. Se abusa del poder económico, de los patrones culturales de obediencia, de la necesidad de ser aceptado, del concepto de respeto a la autoridad y del sometimiento. Existe la idea equivocada de que para lograr que las personas trabajen bien, hay que manipularlas, hacerlas creer en promesas falsas, como el jinete que usa una vara con una zanahoria en un extremo y que la coloca frente al animal para que camine. En muchas empresas mexicanas "existe un alto grado de centralización del poder, de la información y de la toma de decisiones, ya que se desconfía de la capacidad de los niveles inferiores para actuar por sí mismos". La supervisión y el control son estrechos y la participación del trabajador se limita a cumplir órdenes carentes de significado o de objetivos para él. En estas empresas existe gran cantidad de normas, políticas, reglas y procedimientos, a los que se les da demasiada importancia, convirtién-

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dose, muchas veces, en los objetivos mismos de la empresa, desplazando a lo fundamental, que es el cumplimiento de metas, el mejoramiento de la calidad, el aumento de la productividad y el valor mismo de los productos o servicios que resultan del trabajo. Las comunicaciones son descendentes y verticales, lo que incrementa la dificultad de la integración de equipos, de la percepción completa de los objetivos y el involucramiento de los trabajadores en los procesos productivos. El resultado es la competencia interna y el trabajo poco significativo, monótono, descuidado. Asimismo, cantidad de sanciones y castigos para los que violen las normas y reglas; en contraste muy pocas formas de reconocimiento al esfuerzo. Lo que es peor, a veces se otorgan premios y recompensas de una manera irracional; en algunos casos es el mismo sindicato quien propone a los candidatos, basando la decisión en el amiguismo, en apreciaciones muy subjetivas que deprimen a los buenos trabajadores. Tanto directivos como sindicatos se olvidan de buscar caminos para otorgar el reconocimiento objetivo al esfuerzo y a la dedicación al trabajo, desde la simple observación del trabajo bien hecho, hasta el otorgamiento de recompensas económicas y de reforzadores sociales. La queja frecuente de los trabajadores es que cuando cometen errores hay sanciones y cuando el trabajo está bien hecho nadie lo nota. Se olvida que los verdaderos factores motivadores son, como lo ha comprobado el doctor Frederick Herzberg, el reconocimiento, el logro, el progreso, el crecimiento y, en general, los factores intrínsecos al trabajo. Éstos son los elementos que contribuyen a la satisfacción en el trabajo, a la autoestima y a la autorrealización. No las condiciones de trabajo, ni las prestaciones, las buenas relaciones con los compañeros o el jefe; ni tampoco la seguridad en el empleo, ni siquiera el sueldo, porque casi siempre iguala a los trabajadores, lo hagan bien o lo hagan mal. Éstos son los factores necesarios para una organización sana pero no son motivadores intrínsecos. El comportamiento para consolidarse requiere de un refuerzo que es la respuesta o reacción de la otra parte. La actitud mexicana de fiarse más del amigo es reforzada por los empresarios o directivos al contratar a personas que son amigas, y no a quienes tienen conocimientos y experiencia, porque despierta desconfianza quien no es conocido o amigo nuestro, o recomendado de una tercera persona. Salvo raras excepciones se recluta al personal entre los conocidos de los empleados de la empresa u otros. La selección técnica se ve como

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poco confiable y además costosa, sin percatarse que a la larga muchas veces resulta rentable. Esto, decimos, refuerza el hecho de que la gente busque en sus amigos, la recomendación, la influencia o "la palanca" que le ayude a conseguir "chamba", o incluso hay que quedar bien con el jefe o superior para ser ascendido o recibir un aumento de sueldo; hay que hacerse su amigo. En este contexto el amigo adquiere un gran valor; además conviene ser simpático. La simpatía en México tiene tanto valor como el amigo. Entonces muchas decisiones se toman con base en la amistad y simpatía, grave hecho cuando se trata de contratar personal, evaluar el desempeño y dar promociones y ascensos. Por otra parte encontramos que la empresa privada y la pública, se han caracterizado, una por su liderazgo autoritario y la otra del tipo laissez-faire, sin que esto signifique una regla. En consecuencia las acciones y reacciones de los trabajadores en uno y otro casos son distintas. En el primero se da mayor productividad pero más insatisfacción personal por la presión que ejerce el líder autoritario; a la larga también disminuye el rendimiento y crece el resentimiento y la oposición, mientras que en el segundo se propicia la apatía, la indiferencia hacia el trabajo y una organización informal cohesiva y muy dañina por la improductividad, ineficiencia y poco interés en el trabajo, que de ella se deriva. PRÁCTICAS 1.

Mencionen los tres principales objetivos por los que trabajan y señalen su satisfacción, si es que los han logrado. O bien, señalen en porcentajes el grado en que lo van logrando.

2.

Reflexionen qué tipo de liderazgo ejerció su padre en el núcleo familiar. Identifiquen eventuales influjos de esta situación en su realidad actual.

3.

Individualmente primero y en grupo después, analicen las causas de haberse sentido insatisfechos alguna vez en el trabajo y las causas de haberse sentido satisfechos. Comparen si son opuestas unas y otras, o si se refieren a aspectos diferentes del trabajo.

4.

Jerarquicen del 1 al 5, de acuerdo con la importancia que tienen para cada quien en su trabajo, las siguientes afirmaciones:

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— Tener un empleo seguro — Obtener un buen sueldo — Gozar de la simpatía y aprecio de sus compañeros de trabajo — Lograr reconocimiento por la dedicación y esfuerzo en su trabajo — Desempeñar un trabajo acorde a las capacidades y experiencias. Luego comparen sus respuestas con otros miembros del grupo, a fin de destacar las coincidencias. 5.

Preparen y ejecuten la representación de una escena en donde el subordinado es apático e indiferente a los objetivos del jefe. Posteriormente analicen entre todos la reacción de quienes re presentaron estos papeles.

6.

Formen tres grupos y nombren un coordinador en cada grupo y otorguen tipos de papeles diferentes a cada coordinador (autoritario, democrático y laissez-fairé) para que realicen su trabajo con su respectivo grupo. Luego analizarán las reacciones de los integrantes de cada grupo. Puede nombrarse un observador en cada equipo para que relate lo sucedido.

7.

Relacionen compromiso con el trabajo y calidad de vida. Señalen modos concretos de enriquecimiento de los puestos de trabajo ("job enrichment").

8.

Conversen sobre las repercusiones del Tratado de Libre Comer cio: a) en los diligentes que viven con ánimo de superación; b) en los flojos que buscan sólo cómo trabajar menos y no salir de sus rutinas. Asimismo discutan cómo la capacitación que es mera adecuación del hombre a un puesto de trabajo, sin la formación humana, podría llevarnos a ser un país de robots.

9.

Aclaren las diferencias entre la sumisión de la disciplina y la del servilismo. Luego, describan el proceso de la maduración del

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hombre en sus fases de: dependencia-independencia-interdependencia. 10. Apliqúense a sí mismos los 15 puntos del siguiente cuadro descriptivo del mexicano y vean hasta qué punto se reconocen en este modelo psicosocial. 11. Representación: que uno de los miembros masculinos del grupo desempeñe el papel de secretaria y un integrante del sexo femenino el papel de jefe. Analicen cómo resulta más fácil a la mujer el rol masculino que para el hombre desempeñar uno femenino. 12. Relaten cada uno una experiencia personal en donde la mujer fue desplazada por un hombre, en igualdad de condiciones; o bien señalar empresas en donde la mujer no es admitida para determinados trabajos, o es despedida al contraer matrimonio o ser madre. 13. Analicen las metas que esperan lograr en el trabajo actual y comparen las respuestas masculinas y femeninas. ASPECTOS PSICOSOCIALES DEL MEXICANO Áreas más significativas 01 FAMILIA

—Fuerte influencia de la familia, aunque no siempre está bien integrada —Alto índice de natalidad —Familia "extendida", más que nuclear —Machismo. Menosprecio de la mujer

02 SALUBRIDAD

—Escasa vitalidad en general, (Cf. ambiente insalubre, contaminación, etcétera) —Alto alcoholismo, abuso de carbohidratos y de estimulantes.

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03 MANTENIMIENTO

-Malos hábitos alimentarios (Cf. el símbolo "pique", adoptado para el mundial de fútbol en 1970) -Desnutrición -Vivienda inadecuada. Basura en las casas, en las calles y plazas

04 COMUNICACIÓN

-Mucha pseudocomunicación (chismes "relajo", etcétera) -Alegría ruidosa -Manejo pobre del idioma -Desconfiado, suspicaz; usa máscaras -Discrimina a la mujer

05 AMISTAD

-Amiguero, hospitalario ("oye mano") -Peculiar sentido de la lealtad -Impropia idea de amor (distorsiones)

06 EDUCACIÓN

-Ignorancia, mediocridad, "resignación" fatalista -No cuenta con los medios para desarrollarse intelectualmente -Distorsión de los conocimientos de nuestra cultura: prejuicios, mitos de héroes (de la Independencia, de la Revolución, del espectáculo)

07 PLACER

-Falta de equilibrio entre el ello y el superyó -Idea distorsionada de "placer" Fiestero, manirroto, "echa la casa por la ventana" -Bebe mucho

08 SEGURIDAD

-Inseguro en necesidades básicas -Aún se siente abandonado por los dioses -Busca seguridad por medio de alardes (compensación)

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09 PRODUCCIÓN

-Flojedad e ineficiencia -Ingenioso pero indisciplinado e Inconstante -Echador -"Creativo" para trabajar con el minino esfuerzo

10 LO PATRIMONIAL

-No acostumbra a ahorrar, vive el presente, gasta más de lo que tiene

11 LO RELIGIOSO

-Supersticioso, místico -Dogmatizado, fanático -Despego de la religión católica en lo esencial -Se refugia en la Virgen-diosa

12 ADMINISTRACIÓN

— Paternalismo empresarial —Inercia, más que objetivos reales y planes de vida —Fácilmente desorganizado —Individualista

13 LO ETICO

-Soborno, corrupción -Cinismo

14 PROSPECTIVA

-Vive y trabaja "a corto plazo" -No parece tener idea de lo que es una evolución sistemática e integral

15 POLÍTICA

-Conciencia política sui generis: Muchos automarginados; muchos otros, grillos -Falta de conciencia ecológica -Enfrentado al gobierno en vez de colaborador

10 Otras culturas, otras conductas laborales

OBJETIVO 1. Comprender que los patrones culturales tienen un intenso reflejo en el trabajo, y analizar cómo en algunos países del Extremo Oriente, los valores preconizados por la respectiva sociedad influyen positivamente en niveles de éxitos espectaculares. Una de las leyes del aprendizaje es la analogía, y otra es el contraste. Hemos visto el panorama de la cultura organizacional en México. Cabe preguntarnos qué sucede en otras culturas; por lo menos en algunas de las más significativas para nosotros. Ciertamente la cultura moldea a los habitantes de un país; las tradiciones, costumbres y valores difieren de una sociedad a otra, y en consecuencia la conducta de sus pueblos es también distinta. La cultura norteamericana, a pesar de estar conformada por grupos sobremanera heterogéneos, hunde su raíz en los principios protestantes y sus manifestaciones se observan en el peculiar estilo de vida que llaman American way of life. 97

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Los norteamericanos conciben la vida para disfrutarla y por ello el individuo debe transformar su entorno a fin de hacerlo cómodo y práctico (no como el mexicano que se automodifica para amoldarse al medio). Los europeos que han llegado a América en búsqueda de mejores formas de vida, han estado dispuestos a trabajar duro, ahorrar y a competir para conservar e incrementar sus logros. Es una sociedad que piensa que para sobrevivir hay que luchar; su educación está orientada a destacar las cualidades realizadoras individuales, por eso fomenta tanto la competencia y el logro. Dentro de esta cultura, las organizaciones norteamericanas han desarrollado valores como la eficiencia, los resultados tangibles y la especialización, enmarcados en sistemas de reglas y normas bien definidas a fin de garantizar el cumplimiento de los objetivos, con una orientación fundamental hacia la tarea. En el ámbito del trabajo, las relaciones son impersonales y lo que cuenta es el desempeño individual. El resultado ha sido el alto nivel de desarrollo tecnológico; un pueblo individualista, competitivo, con un fuerte deseo de ganar. Basta pensar en la abundante literatura de los superhéroes. Se diría que este modelo comprende la antítesis de lo nuestro. Sin embargo, no está produciendo los mejores resultados: su gente está ávida de afecto, el alto grado de especialización de los trabajadores y su rigidez han ahogado la creatividad de muchísimos y empieza a decaer el nivel de productividad y de eficiencia. Es normal que quien no ha logrado realmente gozar de la vida acabe sintiéndose frustrado. Tampoco otros sistemas han sido buenos. La Unión Soviética se tuvo que percatar que el modelo comunista no había dado los resultados deseados. El alto índice de alcoholismo y los bajos niveles de productividad reflejaban el grado de insatisfacción de los habitantes y provocaba descontrol social y gran escasez de recursos. Asimismo, en la República Popular China donde, con el afán de utilizar la mano de obra disponible, se ha evitado la mecanización de las labores, se encuentra que el trabajo se realiza de maneras rutinarias, y aunque se observa industriosidad, la gente se limita a cumplir; los objetivos son poco claros para la masa de los operarios y hay poco entusiasmo y poca innovación. En esta nación el advenimiento del sistema comunista ha transformado la cultura original y ha creado nuevos patrones de comportamiento. Predomina la tasación igualitaria de los hombres, lo cual impide que se esfuercen por mejorar. La competitividad de sus productos en el extranjero se basa en los precios bajos, fruto del bajo costo de la mano de obra.

Otras culturas, otras conductas laborales

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Actualmente los ojos del mundo están puestos en otras culturas, como la japonesa. Al parecer los nipones han encontrado la forma de ser más productivos y de estar más satisfechos; sus organizaciones han logrado en décadas lo que otros países no han hecho en siglos. Diversos observadores y estudios coinciden en que su éxito está en los valores que se les inculcan. La cultura japonesa, en tradición milenaria, ha destacado el valor de la pertenencia al grupo; sus habitantes se encuentran fuertemente arraigados a las organizaciones (familia, empresa, escuela, etcétera) por un sólido sentimiento de lealtad que los hace permanecer por largo tiempo dentro de ellas. El individualismo casi no existe, ni existe la desconfianza, la dependencia ni la inseguridad característica de quien ve al grupo como refugio de incapacidades. Por el contrario, ven al grupo como la oportunidad de dar y de aportar para beneficio común; concepción genuinamente enriquecedora. Tienen un gran sentido del deber, trabajan duro por y para el grupo, son perseverantes y disciplinados y ven el trabajo como una forma de lograr su crecimiento y desarrollo. La sabiduría es producto de la edad y de la experiencia; se cultiva la armonía y la paciencia que a corto plazo exige sacrificios pero que a largo plazo es fuente rica de beneficios y bienestar. Los empresarios japoneses no desconfían de los jóvenes; saben que les serán leales y no les preocupa invertir en capacitarlos. Las decisiones las toman con la participación de los niveles inferiores de la organización y por lo general por consenso. Todas las áreas involucradas en un problema dan su opinión y aprobación en su caso, y todos están seguros de que se respetarán las normas y los acuerdos. Los trabajadores entonces pueden satisfacer todas sus necesidades (fisiológicas, de seguridad, sociales, de reconocimiento, autoestima y autorrealización) a través de su trabajo y de su afiliación empresarial. Los frutos de ello son alta productividad y gran satisfacción, por la participación en todos los órdenes, y por los logros colectivos. Además se fomenta el ahorro y la austeridad. Japón es el país que tiene el mayor porcentaje de ahorro per cápita (15%) y la honradez y confianza de su gente es tal que los créditos se dan sin que se requiera especial garantía de pago. Asimismo tienen un alto nivel educativo, ya que 98% de la población tiene estudios promedio de bachillerato (México anda por el 6o. de primaria). Esta nación parece perfecta; pero no lo es. Japón tiene problemas de sobrepoblación, carencia de espacios para cultivar y para habitar, altos

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Psicología del mexicano en el trabajo

índices de suicidio (harakiri) entre los niños y jóvenes impreparados para enfrentar el fracaso. Están pasando por un proceso de transformación hacia formas de vida occidentales que no quisieran los más viejos. Pero es un pueblo eminentemente laborioso que se ha unido entre sí para surgir de la destrucción, para convertirse en una potencia económica y que se ha esforzado por cultivar las mejores virtudes del ser humano a través de su profundo sentido religioso que proclama la fuerza de espíritu y el valor de las cualidades humanas en aras del crecimiento integral del hombre y del conglomerado social, cuerpo y espíritu, en síntesis autocreativa. Taiwán, Corea del Sur y Hong Kong, al igual que Japón, son regiones asiáticas que han experimentado un rápido crecimiento económico y desarrollo sociocultural, después de estar inmersas en mil dificultades; guerras y hechos violentos de toda índole hasta épocas recientes. Pese a ello se han colocado en la actualidad como proveedores de múltiples artículos de excelente calidad que son vendidos en todas partes del mundo. Se han convertido en fuertes competidores de Japón mismo. Han visto en la apertura hacia Occidente la posibilidad de contar con un enorme mercado para sus productos, no como una invasión extranjera sino como un servicio de calidad. Por eso han trabajado para imitar primero la tecnología y luego superar la calidad y el precio. Todos tienen en común la disciplina, laboriosidad, lealtad y perseverancia; altos niveles educativos en donde se fomenta la creatividad y se vincula muy de cerca la escuela con la industria. Para ellos el trabajo es sinónimo de triunfo. El que más trabaja es el que más gana. L-a gente se encuentra fuertemente motivada para laborar hasta 12 y 15 horas diarias. Públicamente y para todos, la flojera es un antivalor; por lo que la gente trabaja mucho, con gran capacidad de organización y con fuerte espíritu de equipo. Hong Kong, en especial, padecía altos índices de corrupción; hoy es dinámico y progresista, cuenta con una Bolsa de Valores sólida y honesta, tal vez la más transparente del mundo. Sorprende el hecho de que no cuentan con programas de seguridad social, como indemnizaciones por retiros, pensiones, jubilaciones, derechos de antigüedad ni seguro social. Esto ha fortalecido la unidad familiar, porque suplen la falta de estos beneficios en las empresas. Se ha visto que en los países en que el gobierno abunda en garantías y protección al individuo, se debilitan los lazos familiares, como sucede en la ex URSS y en los Estados Unidos. Cabe destacar que tanto trabajadores como empresarios y gobierno se esfuerzan para lograr el mismo objetivo: la reconstrucción y el fortalecimiento del país.

Otras culturas, otras conductas laborales

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Las empresas y su gente creen que se debe tener humildad para aprender, establecer valores de calidad total y estrategias ad hoc, e invertir en investigación y desarrollo tecnológico. En todos se observa constancia, cooperación, consenso y vocación de servicio. Lamentablemente también enfrentan dificultades, como la masificación y el debilitamiento de ciertos valores humanos, en pro de los económicos y materiales. Resulta claro, entonces, que el comportamiento de los individuos se ve afectado enormemente por los valores predominantes de su cultura, valores "mamados" desde la infancia y reflejados en la vida adulta. Ésta es una visión somera y no exhaustiva de algunas otras culturas laborales, a título de referencia y puntos de comparación. Conscientes de lo positivo y lo negativo en la propia casa y en la ajena, los mexicanos podemos transformar algunos de nuestros patrones culturales en aras de nuestro desarrollo como individuos y del engrandecimiento de nuestra patria. PRÁCTICAS 1.

Comenten en grupos la siguiente afirmación: "Descubrimientos en el área de la psicología cerebral nos dicen que el deseo de los seres humanos de pertenecer a un grupo es el más intenso de todos y no obstante el menos reconocido" (Prof. Toshihiko Tokizane, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Tokio; citado por Kobayashi en Administración creativa, Ed. Técnica, S.A. México, 1982, p. 149.

2.

Consideren la siguiente lista de valores, y señalen algunos comportamientos en que cada uno de ellos se refleja: Dignidad personal Disciplina Lealtad Generosidad Creatividad

3.

Constancia Colaboración Espíritu de servicio Laboriosidad Confianza

Asimismo, analice las consecuencias sociales de que algunas culturas, como la norteamericana, impulsen a los habitantes

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Psicología del mexicano en el trabajo

hacia la competencia, la eficiencia y la productividad, sin dar importancia a los aspectos afectivos y emocionales. 4.

Analicen y discutan los pros y contras de las siguientes situaciones que privan en países diversos del nuestro: — En Japón la persona que ingresa a una empresa lo hace para el resto de su vida laboral. — Igualmente en Japón, durante las huelgas los trabajadores continúan laborando, y sólo manifiestan su descontento en alguna forma simbólica (por ejemplo, con una banda rojinegra en un brazo) — En Corea del Sur y Hong Kong no existen sueldos fijos ni jornada legalmente determinada, sino que la gente trabaja a destajo, durante un promedio de 12 horas — En varios países de la Europa capitalista existe el seguro de desempleo para todo mundo: el desempleado recibe cada mes una especie de sueldo mínimo y conserva el acceso a la seguridad social. — En Cuba y en China comunista nadie más que el Estado puede ser propietario de un negocio

5.

Analicen las posibles consecuencias y repercusiones si en México se establecieran las modalidades que menciona el ejercicio anterior. Considérenlas una por una.

11 Los aspectos más positivos de nuestra psicología

A) Valores del mexicano en general Estudios realizados por el doctor Rogelio Díaz-Guerrero manifiestan que la poca estimación que los mexicanos se dan como individuos se debe a una excesiva y mal entendida humildad que se autoimponen a fin de destacar el valor y la grandeza de los símbolos en los que creen: Dios, la Virgen, los santos, la Iglesia; y los de las personas e instituciones que son su razón de ser: la madre, el padre, la familia, el hermano mayor, los compadres, los amigos. Todo esto explica, dice Díaz-Guerrero, que la mayor parte de la actividad del mexicano se dirija a la ceremonia, la comunicación, la identificación con estos grandes símbolos, instituciones, personas y personajes "que provocan su percepción reducida e impotente pero que por otro lado le proporcionan seguridad emocional superior a la que priva en otros países y culturas. La mayoría de las personas recurren a su familia, a algún amigo o a la religión para solicitar apoyo emocional, lo que destaca la fuerza social, la cohesión de la familia y las creencias religiosas como fuentes de seguridad. En la familia, la mayoría de los 103

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Psicología del mexicano en el trabajo

mexicanos encuentran tranquilidad, seguridad, alegría, satisfacción, confianza, amor, etcétera." Costumbres y tradiciones mexicanas que refuerzan el valor de la familia como fuente de apoyo y protección, así como su orientación al afecto y amor como base fundamental de las relaciones, son aspectos positivos de la cultura mexicana; lo malo es que, si se llevan al extremo, producen comportamientos negativos. Abraham Maslow refiere que en su visita a México la impresión general fue en el sentido de que los niños mexicanos se portan mejor, son más corteses, aceptan más la autoridad, lloran y se quejan menos que los norteamericanos, y además parecen gozar más su infancia (véase el libro Festchrift für Gardner, de Abraham Maslow). La misma cultura mexicana al ser reveladora en sus dimensiones puede ser altamente positiva. El hombre aprende de su núcleo familiar a desarrollar valores como la lealtad, la cooperación y el afecto, así como el servicio a los demás. Aspectos éstos que contribuyen al desarrollo y crecimiento sano de un individuo siempre que no se llegue a la sobreprotección y al exceso que crea dependencia y minusvalía. La actitud flexible, adaptativa de nuestro pueblo, permite aceptar la divergencia de opciones y propicia la armonía y la cordialidad; si se exagera, provoca una perspectiva fatalista de la vida, resignada y sumisa, que conduce al sometimiento y a la corrupción al incidir en los valores éticos y morales. En cambio, valorada en el justo medio aminora las frustraciones y favorece la salud mental. Los mexicanos están siempre dispuestos al servicio y en principio a la cooperación; se tiene conciencia de que la colaboración es el mejor camino para obtener resultados. Prestos a dar y a compartir desde lo material hasta lo espiritual, fácilmente encuentran apoyo y comprensión en sus semejantes. La actitud solidaria con la familia, con el grupo y la sociedad también son factores positivos que pueden aprovecharse para el desarrollo social. Pese al machismo mexicano, y sobre todo al comparar con el comportamiento masculino de otras culturas, se observa que en México, aun cuando los papeles masculino y femenino están más netamente diferenciados, el hombre se permite, por sus características afiliativas, ser más expresivo y así se facilita la comunicación afectiva entre la pareja.1 Según la encuesta realizada por el CREA a fines de 1984, los mexicanos se sienten con un muy aceptable estado de salud, satisfechos 1

R. Díaz-Guerrero. "Los primos y nosotros". Excélsior, 26 de mayo de 1989.

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en general, pero más felices con su vida hogareña que con su vivencia laboral, y orgullosos de ser mexicanos.2 De cada diez mexicanos ocho se dicen dispuestos a defender al país en caso de guerra. Su sentido del humor les permite superar las adversidades y ser alegres y sociables. Este comportamiento jocoso requiere de ingenio, buena base para el desarrollo de la creatividad. Un porcentaje importante (89%) considera que el mutuo respeto, aprecio y fidelidad son elementos importantes para mantener la unión con la familia, lo que resulta correcto para la integración familiar, la salud emocional y el desarrollo de los hijos. Los valores fundamentales de los mexicanos son: la familia, la patria y la religión. La religiosidad per se es ambivalente, sin embargo en el centro de ella se encuentra la fe, valor imprescindible para el logro en cualquier campo. Los mexicanos consideran que la libertad es un valor muy importante, más que la igualdad, y se colocan en contra de la violencia como medio para apoyar el cambio social o político. Consideran deseable dar mayor importancia a la vida familiar (86.9%), al desarrollo del individuo (82.2%) y al desarrollo tecnológico (77.9%).3 Todos éstos son valores muy apreciables, por lo que conviene reforzarlos y no olvidar, por nuestro afán imitativo, que podemos perderlos en aras de nuestra manía por copiar otras culturas más materialistas, que de hecho se encuentran decadentes precisamente por la pérdida de estos valores humanistas. B) Aspectos positivos del trabajador mexicano Las características de la cultura mexicana tienen un fiel reflejo en el trabajo. La empresa al congregar a las personas que laboran en ella, se vuelve reproductora de los modelos socioculturales y a la vez moldeadora del comportamiento, en este caso, de los mexicanos. En consecuencia, los aspectos más positivos del trabajador mexicano los encontramos en su actitud servicial, inclinada a la colaboración, siempre que se siente aceptado y valioso. Las empresas de servicio bien 2 A. Hernández Medina y L. Narro Rodríguez. Cómo somos los mexicanos. Centro de Estudios Educativos, México, 1987, p. 20. 3 Ibidem, p. 165.

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harían en aprovechar estas cualidades recompensando a sus trabajadores su actitud servicial y cooperativa. Fácilmente pueden por este medio desarrollar lealtad a la empresa. Su sentido del humor permite al mexicano adaptarse a cualquier adversidad. Por otra parte, su capacidad imaginativa conviene orientarla más hacia el esfuerzo creador que a las soluciones improvisadas de último momento. Existen características en nuestro pueblo que lo predisponen o lo acercan a lograr una alta calidad en la producción; al mexicano le gusta lo bonito, el nuestro es un pueblo que valora la belleza, y el arte. Vasconcelos, el Maestro, decía hace más de cincuenta años que "el arte es la única salvación de México."4 Otra cualidad es su flexibilidad, ya comentada con anterioridad, pero que en el contexto del trabajo hace a los mexicanos dispuestos a tipos de producción muy diferenciada, a fin de cumplir las exigencias de los clientes. Asimismo su ingenio puede aprovecharse para el mejoramiento de la calidad de los servicios y productos. El respeto y la obediencia, unidos a su flexibilidad e ingenio, hacen al trabajador mexicano apreciado en otras culturas. ¿Por qué no valorarlo aquí mismo y reconocer abiertamente su actitud servicial y generosa? La facilidad con que se puede relacionar y la alta valoración de los amigos, así como su extraversión al manifestar sus sentimientos, propician su integración a los equipos de trabajo y en determinado momento crean ambiente cordial y armonioso que permite la satisfacción de necesidades sociales y la seguridad emocional. En condiciones favorables, el mexicano puede ser un excelente trabajador, dispuesto a todo, a colaborar con su esfuerzo y con el deseo de lograr lo mejor, pero necesita saberse valorado, útil e importante. Su predisposición a sobrellevar la vida y su actitud un tanto lúdica ante el trabajo, le permiten una apreciable capacidad de trabajo y encontrar la vida suficientemente agradable como para poder gozarla. El trabajador mexicano puede ser pasivo, fatalista y dependiente, pero también es afectuoso, obediente, humilde y cooperativo. Tenemos tanto o más potencial que los habitantes de otros países; sólo hace falta aumentar la responsabilidad por parte de unos (los trabajadores) y el aprecio de estos valores por parte de los otros (empresarios y gerentes).

4

Historia general de México, El Colegio de México, México, p. 1417.

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C) Valores de la empresa mexicana Así como los mexicanos poseemos valores que nos distinguen, así también existen empresas mexicanas notables por su productividad y por el crecimiento que han logrado. Los casos que aquí mencionamos nos demuestran que, pese a la actitud de automenosprecio, los mexicanos podemos ser tanto o más productivos que los habitantes de otros países. La clave en todas las empresas de los casos que se presentan está en su gente, en la actitud de sus directivos, en su preocupación por el mejoramiento, que se refleja en objetivos bien definidos, en intensos programas de capacitación, en control de resultados y retroalimentación constante, así como en los programas de desarrollo y crecimiento de su personal. Existen empresas en México que han obtenido reconocimientos internacionales por la calidad de sus productos o servicios; por ejemplo tenemos al Hotel Camino Real-México que ha sido catalogado como uno de los trece mejores hoteles del mundo. En 1989, por décima ocasión consecutiva, la American Automobile Asociation, le otorgó el galardón de los "Cinco Diamantes". Asimismo por su calidad, ha sido residencia oficial de jefes de Estado y gobernantes de diversos países, así como de grandes personajes y para múltiples eventos. La filosofía del Camino Real ha sido ser el mejor hotel de nuestro país y uno de los mejores del mundo; la calidad de su servicio es un valor que lo caracteriza y que lo obliga a evaluar periódicamente la satisfacción de sus clientes y a confrontar sus estándares de operación en relación con la competencia. De tal manera que buscan ser siempre los mejores. Por supuesto que la capacitación del personal y la supervisión han sido factores para lograr tan altos objetivos. Aeroméxico es también un claro ejemplo de lo que no se debe hacer y de lo que sí se puede y debe hacer. De 1959 al mes de abril de 1988, fue una empresa nacional, que dio muchos tumbos, hasta que por fin se le declaró en quiebra. Tenía exceso de personal y desafocado poder sindical; menudeaban los retrasos en vuelos, las quejas por mal manejo de equipaje, y las utilidades esta"ban por debajo de cero. En octubre de 1988 pasa a manos de inversionistas, entre otros, del propio Sindicato de Pilotos Aviadores, el cual conserva 25% de las acciones. Un año después operaba sólo 64% de los vuelos con 32% del personal que antes laboraba, y se eleva la eficiencia y la productividad. En el periodo señalado obtuvo un incremento de 125% del número de pasajeros transportados por empleado; 55% menos de empleados requeridos por avión. Asimismo logró 97% de puntualidad en salidas, lo que resulta

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superior al promedio en las líneas aéreas de los Estados Unidos, que fue de 88%. En cuanto al manejo de equipaje se logró 99% de eficiencia contra 91% y 94% de otras importantes líneas extranjeras. Para 1990 Aeroméxico logró superar sus propios récords, habiendo alcanzado 100 horas, y 600 operaciones ininterrumpidas sin una sola demora, con lo que estableció una marca mundial; situación que ha sido reconocida y comentada por el Wall Street Journal y el Daily News. Cabe señalar que casi la totalidad del personal que labora en la aerolínea, fue recontratada. Entonces, con la misma gente, con el mismo equipo inicialmente, y con las mismas instalaciones, pero con otro estilo de dirección, se logró la gran diferencia. Ahora el personal tiene oportunidad de participar en las decisiones de sugerir mejoras. Funciona un buen número de círculos de calidad, la gente trabaja mucho y ha descubierto capacidades que antes no conocía, porque se limitaba a hacer sólo lo que le correspondía bajo el mando de sus jefes. La gente trabaja hoy con entusiasmo, con satisfacción y un gran orgullo de pertenecer a una excelente aerolínea mexicana. Otra empresa que es líder en su ramo, es la cadena de Restaurantes Vips, que con el propósito de establecer un servicio de restaurante-cafetería al estilo americano, pero adaptado a nuestras características nacionales, empezó a funcionar en 1964 y desde entonces ha marcado los lincamientos en materia de calidad de servicios. Su éxito está en el conocimiento y la capacitación que otorga a sus empleados, a la constancia, la dedicación y disciplina que les inculca como valores, y a la supervisión que se ejerce a fin de que todo salga como se ha planeado. Cabe señalar que es la empresa que maneja mayor cantidad de información estadística en su ramo, y que por ende sus decisiones tienen sólida base y un alto porcentaje de certeza. Por ejemplo, conocen el tiempo de duración de la loza, la cantidad promedial de consumo de energía, agua, teléfono, por cliente y por unidad; el consumo de servilletas, de detergentes y de cada uno de los elementos que se utilizan en el servicio y en consumo directo e indirecto. El control de sus estándares les permite cerciorarse de su productividad y mantener la calidad de los productos y servicios. Se cuidan todos y cada uno de los detalles que hacen la diferencia entre un servicio sólo bueno y otro excelente. La lealtad del personal hacia la empresa se recompensa con promociones y oportunidades de aprendizaje y de desarrollo personal. Uno de los ejecutivos de Vips comenta: "desde que trabajo en Vips he madurado, soy más responsable y tengo mayores ambiciones de

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crecimiento en mi vida personal". Como puede verse las empresas pueden ser realmente formativas. Sealed Power Mexicana fue reconocida en 1989, por la Compañía Ford de México, con el premio Q-l, lo que significa tener un desempeño extraordinario de acuerdo con las demandas de excelencia. Esta empresa es la única que fabrica equipo original en México, anillos de pistón para motores, por lo que además del consumo interno, produce 45% del total de las exportaciones de la industria manufacturera de nuestro país en este ramo, y representa 20% del total de las divisas que ingresan a la nación, según datos de 1989. Estos logros estuvieron precedidos por grandes dificultades que llevaron a una huelga de 39 días en 1978, producto de la inconformidad de los trabajadores hacia la empresa y hacia su sindicato. Existían los problemas que tienen muchas organizaciones en México: comunicaciones formales sólo descendentes y horizontales, de tal suerte que los trabajadores no eran escuchados ni podían opinar, exceso de sanciones y muy poco reconocimiento; errores frecuentes en el pago de salarios y prestaciones; instalaciones inadecuadas y en general un ambiente de trabajo tenso y conflictivo. Esta huelga se resolvió con la creación de un sindicato nuevo, independiente y realmente representativo de los trabajadores, que se propuso negociar con los ejecutivos. Éstos a su vez solicitaron honestidad y sinceridad en las negociaciones. Sobre la base de un diálogo abierto tomaron acuerdos de gran trascendencia para el mejoramiento de sus relaciones, pero en especial para el logro de un doble beneficio: satisfacción personal de los trabajadores y alta productividad. Se incrementó la comunicación en doble sentido (descendente y ascendente); se suprimieron la mayoría de las sanciones porque se depositó la confianza en los trabajadores. Las metas de producción las fijaron los propios trabajadores de acuerdo con la capacidad individual. El sindicato se hizo cargo de las sanciones por indisciplina. Lo más trascendente del caso es que el sindicato y la empresa encontraron que podían conjuntarse sus objetivos y comenzaron a trabajar sobre la base de la confianza, el respeto mutuo, con abundante retroalimentación, acerca de las fallas y los progresos. A partir de 1984 comienzan a preocuparse en grande por la calidad total de sus productos y servicios. El sindicato se consolida cada vez más por su fortaleza, sinceridad y compromiso. Las decisiones se toman de común acuerdo y se fomentan valores como la lealtad, la dedicación al trabajo, el respeto y la integración familiar. Este cambio trajo como

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consecuencia la obtención del reconocimiento de la calidad de sus productos, lo que representa un logro muy importante para una empresa que 10 años atrás estaba por desaparecer. Es que eligieron el camino de la concertación en vez de la confrontación. Otros casos representativos de lo que se puede hacer en México, son las empresas ganadoras del Premio Nacional de Calidad 1990, que se otorga no sólo por la calidad del producto sino por la calidad de toda la empresa: Alambres Profesionales, American Express Co. en México, Hylsa-División Alambrón y Varilla y Xerox Mexicana, Planta Aguascalientes. Alambres Profesionales nos dice: "hacer un producto de calidad, trabajar sin errores, participar activamente por lograr una empresa sana, mantener un ambiente limpio y una atmósfera alegre y cordial y fomentar la superación personal no es algo inalcanzable y complejo, sino que es algo lógico y de sentido común si sólo se tiene una mentalidad triunfadora". Su calidad resulta de la participación activa del cuerpo directivo, que a través de su apoyo, consejo, liderazgo y comprensión, ha fomentado la cohesión entre todas las áreas funcionales, y es fruto también de la capacitación, la motivación y la entrega de cada uno de los integrantes de la organización. Los valores que soportan las decisiones y las acciones de la compañía American Express en México son: calidad, seguridad, confiabilidad e integridad, que se fomentan mediante la búsqueda del liderazgo en su ramo, de satisfacer las necesidades del cliente, de establecer controles que aseguren la calidad del entrenamiento de su personal y de lograr su involucramiento a través de su participación activa en el mejoramiento de la compañía, así como otorgar reconocimiento a quienes se esmeran en proporcionar un servicio excepcional a los clientes. Sobra decir que los beneficios que esto ha reportado a la organización y sobre todo al personal que labora en ella, han sido: moral más alta, satisfacción plena y alto nivel de eficiencia. Hylsa es una empresa creada en 1943. Desde entonces sus metas han sido producir acero de alta calidad que cumpla con las normas de la industria tanto nacional como internacional. La administración ha estado siempre atenta a las innovaciones directivas que les permitan mejorar y crecer. Desde 1984 empezaron a establecer políticas de calidad bien definidas, hasta que en 1990 todas sus acciones estuvieron dirigidas a satisfacer las necesidades de sus clientes. Esto originó que se les otorgara el Premio Nacional de Calidad.

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La empresa, pese a haber mantenido siempre un buen nivel de productividad, a partir de la fecha en que se inició el proceso de calidad total, logró una mejora de 40%, se redujeron las lesiones por accidentes de trabajo en 65% y una reducción del costo de operaciones de 30%. Sus logros se han cimentado en los siguientes aspectos: 1. La atención al cliente como prioritaria en todas sus decisiones. 2. Modificación de la cultura de la organización para lograr el cambio de actitud del personal. 3. Paciencia. Saben que el cambio es un proceso que toma tiempo. 4. Constancia: ir paso a paso, aunque a veces se necesita retroceder. 5. Coherencia entre lo que se dice y se hace. 6. Involucrar a todas las áreas de la organización, no sólo a las operativas, incluso a los proveedores de materia prima. Xerox, por su parte, ha procurado también mantenerse como líder en el mercado a través de la innovación y la calidad de sus productos. En 1963 Xerox inicia sus operaciones comerciales en México y en 1968 comienza la manufactura en la planta instalada en Tlalnepantla, Estado de México. Para 1983 se construye la planta de Aguascalientes para la fabricación de productos y componentes, en su mayoría (89%) destinados a la exportación. Pese a sus innovaciones y debido a la gran demanda de este tipo de productos, Xerox enfrentó competidores que amenazaban fuertemente su liderazgo, por lo que en 1982 inició un Programa de Calidad Total orientado al cliente, que les permitiera mantenerse en su posición. Se definieron los objetivos y se implantaron las estrategias. A grandes rasgos comprenden seis puntos: 1. Formación de grupos de implantación del programa, a fin de garantizar que los representantes de cada área se responsabilizaran del entrenamiento del personal y del uso de las herramientas y de los necesarios procesos de calidad. 2. Conductas y acciones de la alta gerencia, coherentes con todo el programa. Los niveles directivos debían ser modelos para el resto de la organización. 3. Entrenamiento de todo el personal, iniciándose con los altos niveles y siguiendo hacia abajo. 4. Herramientas adecuadas a los nuevos procesos de calidad.

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5. Comunicación intensa en torno a los objetivos, prioridades y valores de la empresa. 6. Reconocimiento y premios individuales y grupales al personal que se destaca por su esfuerzo y dedicación. Filosofía, objetivos, estrategias y el involucramiento de la gente, trajo como consecuencia que durante cuatro años consecutivos, la planta Xerox de Aguascalientes haya obtenido también el Premio de la Excelencia que otorga la propia compañía a la mejor planta, de entre sus instalaciones en todo el mundo; y esto por proponer y realizar proyectos de mejora. Todas estas empresas han logrado mejorar y crecer, aun enfrentando problemas. Siempre habrá dificultades, pero a través de una atinada dirección han logrado colocarse por encima de las adversidades. En especial, han contrarrestado las conductas de poca autoestima, culturalmente aprendidas. Han creado su propia cultura que ha tenido la fuerza necesaria para transformar los aspectos negativos de la cultura nacional, redirigiéndolos hacia conductas laborales positivas, aprovechando los valores que la misma tiene. Principalmente, han reconocido que su gente es el recurso más valioso. La han capacitado, han estimulado su expresión y su creatividad y han recompensado su dedicación, esfuerzo y aportación al trabajo. Trabajadores mexicanos y empresarios han unido sus esfuerzos hacia el mismo fin: la calidad; la de ellos como personas, la de la empresa y la de sus productos y servicios. Es claro que en ningún caso ha resultado fácil; el éxito ha sido producto de la constancia, de la disciplina y de la paciencia; valores que no siempre se tienen pero que se pueden adquirir. PRÁCTICAS 1.

Hagan una lista, lo más extensa posible, de cualidades positivas y negativas atribuidas al trabajador mexicano.

2.

Asimismo, citen experiencias personales de la hospitalidad mexicana y analicen el significado cultural de nuestras expresiones: "donde comen dos comen tres", "echarle más agua a los frijoles", etcétera.

Los aspectos más positivos de nuestra psicología

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3.

En grupos de 5 o 6, armen con los ojos vendados y en riguroso silencio, un juguete desarmado. No podrán ver el juguete que deberán armar, pero sí podrán ponerse de acuerdo, antes de ser vendados, sobre la forma de comunicarse y colaborar sin hablar. A continuación, analicen las diversas actitudes y comportamientos de los participantes.

4.

Realicen una encuesta en varias compañías, con el fin de saber qué criterios siguen, y qué criterios creen deban seguirse para los aumentos de sueldos.

12 Desarrollo de actitudes laborales positivas

OBJETIVOS 1.

Descubrir y ponderar las riquezas potenciales de nuestro pueblo.

2.

Proponer caminos para lograr una identidad nacional basada en los propios valores y que conduzca al desarrollo de las personas y del país.

A) Construcción y reconstrucción de la autoestima La base del desarrollo humano está en el conocimiento de uno mismo, por lo que saber cuáles son nuestras cualidades y cuáles nuestras debilidades nos permite aprovechar las primeras y esforzarnos por superar las segundas. La táctica del avestruz —tan común, por desgracia—, a nada bueno conduce. Si en vez de tratar de negar la realidad mexicana, la aceptamos, pero no para deprimirnos o sentirnos aún más inferiores, sino para superar estas limitaciones, mucho habremos logrado. 115

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Algunos autores niegan la existencia misma de la psicología del mexicano o que éste se sienta devaluado. Sin embargo, estudios tan rigurosos como los del doctor Rogelio Díaz-Guerrero confirman rotundamente nuestra exposición. No es lo mismo sentirse inferior que ser inferior. Los mexicanos no somos inferiores pero no hemos alcanzado el pleno desarrollo porque no nos sentimos capaces de lograrlo. Es tiempo de deshacernos de nuestras autoimágenes negativas y que nos demostremos a nosotros mismos que sí podemos lograr metas y alcanzar objetivos de crecimiento y desarrollo. Pero para eso es necesario partir de donde estamos, y reconocer que no podemos vivir como un país rico. Nuestros recursos —tanto materiales como humanos— son tales que nos pueden convertir en un país rico y poderoso. Muchos los hemos desperdiciado, pero el momento actual nos urge a reencontrar nuestros valores y encontrar el camino para aprovecharlos. Si todas las empresas mexicanas y todos los mexicanos pensáramos en términos de valores, nuestro camino hacia la superación sería fácil y agradable. El proceso consiste en dejar atrás el estado de dependencia con respecto a la familia, al patrón, al gobierno, a los países extranjeros, lograr la verdadera independencia, que significa saber valemos por nosotros mismos y sentirnos seguros de lograrlo. Pero no quedarnos aquí; el éxito está en saber formar parte de los grupos, en la interdependencia que sólo se logra si se ha superado la actitud dependiente y ávida de sobreprotección. Ser independiente e interdependiente significa ser responsable, para aportar lo que me corresponde, disciplinado para trabajar y acatar normas, y dispuesto a dar y ceder algo en aras del cumplimiento de los objetivos comunes. Para todo esto existe el potencial pero hay que desarrollarlo. Como dice Béjar Navarro, se necesita "impedir que se sigan reproduciendo, generación tras generación, estas condiciones de minusvalía e impotencia de los mexicanos". Esta afirmación nos lleva a la conclusión de que todas las personas que de una u otra forma ejercen influencia en los grupos, sean familiares, de trabajo o sociales, tienen la responsabilidad de fomentar el crecimiento y permitir la expresión de las capacidades de los integrantes de sus grupos, a fin de lograr el desarrollo de todos. Hay que superar la actitud irresponsable, producto de la sobreprotección, que impide reconocer que no es Dios, ni la Virgencita, ni el destino, ni el gobierno, ni la familia, responsable de mi vida, sino yo mismo.

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En nuestros hijos debemos promover su independencia psicológica porque así podrán obtener seguridad en sí mismos, autoestima alta, más posibilidades de lograr sus metas y en consecuencia mayor satisfacción. Esto será posible cuando padres, profesores y autoridades en general, dejen de tratar a los jóvenes y adultos como si fueran niños, aprendan a tenerles confianza, estimulen su esfuerzo, reconozcan sus aportes y los retribuyan justamente. De igual modo, que basen sus decisiones en formas más objetivas que la simpatía, el vínculo interpersonal o el humor del adulto en determinado momento. Nuestras instituciones educativas deben dejar de lado el ancestral dogmatismo en la enseñanza, que preconiza la obediencia y el conformismo, y abogar por el aprendizaje crítico y creativo, a través de la reflexión y de la comprensión personal de los temas de estudio. Los jefes deben dejar de considerar a sus trabajadores subordinados; considérenlos colaboradores, olvidándose de su aparente superioridad que suele convertirse en abuso de la autoridad. Hay que recordar que en Japón la mayoría de las mejoras provienen de los trabajadores. Hay que aprender a valorar el dinero como medio para obtener satisfactores y no como un fin para mejorar el propio estatus y el reconocimiento social. Comprometerse con el trabajo da satisfacción en todas las necesidades humanas, las fisiológicas y la psicológicas, por ende mejora la calidad de vida. Hay que comprender que el trabajo es inherente al hombre y es la base del progreso. La actitud sensata ante él no es rehuirlo sino buscarlo. Si todos nos esforzamos en ser mejores colaboradores obtenemos satisfacción por el trabajo responsable, bien hecho y a tiempo. En esta nueva clave, los sindicatos revaluarán su posición y comenzarán a trabajar por las verdaderas necesidades de los trabajadores fomentando su superación y desarrollo a través de programas de capacitación que den a las personas la posibilidad de enriquecer su puesto y las preparen para utilizar todas sus capacidades y experiencia y no sólo para que les mejoren las condiciones de trabajo, les aumenten el sueldo o las prestaciones. Los mexicanos necesitamos que se reconozca nuestro esfuerzo y dedicación al trabajo de manera individual, lo cual los aumentos generales de sueldo no hacen, sino por el contrario equiparan a los que cumplen con los que no cumplen o que trabajan mal. Dejemos de ver hacia afuera para encontrar modelos a imitar y descubramos nuestras riquezas: valores humanos, recursos naturales y

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capacidad de trabajo. Así podremos eliminar el sentimiento de poca estima, la desconfianza en nosotros mismos y en los demás, la apatía y la dependencia. La forma de expresarse y de hablar refleja la cultura. La nuestra, rica en eufemismos, demuestra la necesidad de ocultar verdades que nos lastiman y la tendencia a eludir la responsabilidad y a minimizarnos. Señalamos a continuación algunos ejemplos de ello, y mencionamos las correspondientes expresiones autoafirmativas y responsables: Se dice Se debe decir "Quisiera decirle" "Quiero decirle" "Se rompió" "Lo rompí" "Venía a solicitar" "Vengo a solicitar" "Me gustaría" "Deseo o quiero que" "Se descompuso" "Lo descompuse" "Me chocaron el coche" "Choqué mi auto" "Ni modo" "Evitaré que vuelva a suceder" "Dios dirá" "Haré todo lo que pueda" Son estas formas más directas de expresar nuestros deseos y reflejan la asunción de la responsabilidad de nuestros actos; demuestran control y valor en vez de temor e inseguridad. De hecho nos encontramos en un proceso de cambio entre la tradición y la modernidad, como lo plantean los resultados de la encuesta Los valores de los mexicanos (Banamex, 1989). Más de la mitad de la población no desea que nuestro país se parezca a ningún otro. El 70% de la gente busca influir en su entorno en vez de adaptarse a él (30%). Hay consenso respecto a que los factores de triunfo son la buena educación, la inteligencia y el trabajo duro. Existe una revaluación de la mujer, tanto por el hombre como por ella misma, aun cuando todavía hay mucho por hacer. Enrique Alducín nos dice: "México se encuentra en dos planos superpuestos, entre la tradición y la modernidad, aspirando a encontrar su identidad y buscando ubicarse como su país desarrollado entre las naciones del mundo". A este respecto podemos decir que México tiene potencial de cambio debido más que nada al alto porcentaje de población joven; los jóvenes encuentran siempre el ímpetu y las energías para lograr sus objetivos. El 68% de la población "no están dispuestos a conformarse con la manera en que las cosas se dan o se dieran, saben que el porvenir será

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mejor que el presente o el pasado, desean crecer y mejorar y hacerse más grandes y poderosos". Conviene transcribir el siguiente párrafo del doctor Rogelio DíazGuerrero: "nuestra sociedad y cultura son en muchos aspectos, saludables, pero lo serían todavía más si se cultivase un poco más lo que algunos psicólogos sociales consideran de extraordinaria importancia para la verdadera madurez de una cultura, a saber: la llamada doble lealtad". Es decir, resulta saludable ser leal a las propias maneras de ser, pero también a las maneras de ser de los demás. Es bien sabido que en ciertos sectores de la población se rechaza a lo extranjero, pero no se trata de negar los valores de otros como recurso para apreciar lo nuestro; mucho menos lo contrario, sino ser capaces de valorar tanto lo propio como lo ajeno. La capacitación humanística puede hacer mucho; el solo adiestramiento técnico mejora las habilidades del trabajador pero a menudo lo robotiza; en cambio la formación humana es favorecedora del crecimiento y del desarrollo integral del ser humano porque va a la raíz: impulsa el esfuerzo y la dedicación para el aprendizaje. B) Educación del mexicano creativo Crear implica producir cosas nuevas y valiosas. Para poder crear se necesita haber desarrollado un buen nivel de autoestima para sentirse capaz de crear algo, para enfrentar el riesgo del posible fracaso, superar el temor del cambio y resistir la reacción, no siempre positiva, de los demás. Si los mexicanos superamos el sentimiento de minusvalía estaremos en posibilidades de desarrollar el potencial creativo. De hecho tenemos ingenio, imaginación, flexibilidad, sentido del humor y emotividad, todas ellas cualidades para ser creativos, que no sólo deben aplicarse a las artesanías, folklore o chistes, sino utilizarse para lograr el desarrollo tecnológico y social de nuestro país. La creatividad, a más de proporcionar beneficios a la humanidad, puede proveer grandes satisfacciones personales a quienes la desarrollan. Para ser creativo, el mexicano debe ser más disciplinado, constante, y sobre todo adquirir confianza en sí mismo y en los demás. Es bien sabido que la creatividad es un potencial humano que tempranamente suele ser reprimido por una educación escolar y familiar rígida, dogmática, que provoca el conformismo. Esa educación da como resultado sujetos moldeados, adaptados en extremo a los hábitos y costumbres de la cultura donde se desenvuelven. Empero el proceso

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puede modificarse. Dentro de la cultura mexicana encontramos en forma poco frecuente un tipo de compatriotas que el doctor Rogelio Díaz-Guerrero, en su libro de Psicología del mexicano denomina "sujetos con control activo interno"; es decir, mexicanos íntegros que albergan en sí mismos todas las características positivas de nuestra cultura. Son obedientes cuando se requiere, o rebeldes si se necesita, tan afectivos y complacientes como la mayoría, pero más disciplinados, metódicos, reflexivos y optimistas. Se oponen a la corrupción y al compadrazgo y están convencidos de que los logros se obtienen con esfuerzo y dedicación. Se les encuentra en todos los niveles socioeconómicos, en la ciudad y en el medio rural; entre los hombres y entre las mujeres. Los estudios revelan que este tipo de mexicanos son inteligentes, con buena capacidad de comprensión y sobre todo responsables. De tal suerte que en ellos no están presentes los aspectos negativos de baja autoestima, inseguridad, dependencia y desconfianza y sí en cambio los aspectos positivos como facilidad para relacionarse, amabilidad, cortesía, respeto, interdependencia y suficientes recursos internos como para enfrentar los problemas cotidianos. Encontramos en ellos muchas cualidades para ser creativos. Si nuestras familias pueden educar jóvenes con estas cualidades, puede transformarse la orientación de nuestra cultura. En vez de ser el tipo más escaso podría ser el más común. Por no ser el tipo más común, a veces son absorbidos por los grupos dominantes o bien actúan de manera aislada y sin mucho reconocimiento. Conviene descubrirlos, apoyarlos e impulsarlos como líderes positivos, creativos y constructivos que a su vez sean promotores de los cambios tan necesarios y convenientes para nuestras instituciones y nuestro país. En la publicación México-Asia, el grupo de consultores del Colegio de Graduados en Alta Dirección que fueron a Oriente a estudiar modelos de producción, nos recomiendan que, para lograr el éxito y ser excelentes, México debe ante todo valorar y aprovechar sus recursos naturales y cuidarlos; enaltecer el valor del trabajo; incrementar la dedicación e interés de los padres en la educación de sus hijos. El gobierno, asimismo, debe mantener la política de diversificación de las exportaciones. Finalmente, trabajar unidos empresa y gobierno en actitud de cooperación en torno a la calidad total de nuestros productos para lograr el fin común: crecimiento y desarrollo. Si todos nos proponemos aprender de otros, las empresas encuentran el valor del factor humano y lo recompensan por sus esfuerzos y en función de su productividad, motivan a través de los valores e invierten

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en capacitación y en tecnología; buscando la excelencia individual y organizacional, se garantizarán los logros, la autorrealización y la creatividad de los mexicanos. Podemos hacerlo. México no tiene gran poder económico, político y militar, pero ha sabido conservar valores espirituales que otros nos envidian. El mexicano es un pueblo humano, cálido, afectuoso, sentimental y emotivo; tiende a ser amable, generoso y cortés, con sentido del humor, adaptable e inclinado a la belleza y a lo estético. Confucio respondía así a sus discípulos que le preguntaban cuáles eran los tres elementos más importantes para mantener y alentar a un pueblo: "las armas, el alimento y la fe, pero si sólo se podía contar con dos, las armas no eran tan necesarias; y si de los dos restantes hubiera que elegir uno solo, entonces lo imprescindible es conservar la fe del pueblo". PRÁCTICAS 1.

Elabore cada participante un collage con este tema: "Las cualidades y habilidades que creo tener". Usen sólo recortes de revistas y no escriban ni dibujen nada. Posteriormente, coméntenlos en grupos de 5 o 6, y analicen la experiencia. Recurran para ello al tema psicológico de la autoimagen que todos tenemos y verifiquen cómo hay autoimágenes estimulantes y autoimágenes deprimentes.

2.

Identifiquen en su historia personal tres casos de intensa y especial satisfacción en el trabajo. Expliquen a uno o dos compañeros el porqué de estos sentimientos.

3.

Comenten esta afirmación de David Me Clelland: "El mejor motivador es el éxito". Digan cómo lo aplicarán a su propia situación "aquí y ahora".

4.

Hagan entre todos una larga lista de posibles formas de manifestar reconocimiento a la labor positiva de los trabajadores de una institución cualquiera.

5.

Propongan formas diferentes y novedosas de estimular la creatividad:

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Psicología del mexicano en el trabajo

— en la familia — en las escuelas — en las empresas 6.

Narre cada uno la experiencia de un acto creativo, y verbalice los sentimientos y emociones asociados con dicho acto.

7.

Propongan estrategias y tácticas que puede usar una familia para fomentar el desarrollo de la autoestima de los hijos y precisen bien la diferencia entre autoestima alta y egoísmo.

8.

Elaboren una lista de frases matadoras de la autoestima y de la creatividad, que incluyan las que frecuentemente se escuchan en la casa, en la escuela, en el trabajo. Intenten definir y calibrar el efecto de dichas frases en los niños y jóvenes.

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APÉNDICE ENCUESTA SOBRE RASGOS DEL TRABAJADOR MEXICANO Acudimos a varias empresas para sondear la imagen que prevalece del trabajador mexicano. Tomamos al azar veinte obreros y veinte ejecutivos (jefes) de cada empresa. A los obreros les pedimos que señalaran, individualmente, los cinco rasgos más sobresalientes del trabajador mexicano en general. A los ejecutivos les pedimos otro tanto, y además, que señalaran los tres rasgos más típicos del trabajador estadounidense; esto último nos daría un interesante punto de comparación. A continuación reproducimos las cinco respuestas más frecuentes en promedio. Para los trabajadores del vecino país hicimos un solo vaciado, dada la gran coincidencia en las opiniones de todos nuestros encuestados. 1er. grupo de trabajadores

1- trabajador 2- entrón 3- multichambas 4- responsable 5- trabajador por necesidad, sin gustarle lo que hace

2o. grupo

1- ingenioso 2- chambeador 3- chambista (hace de todo y como se puede) 4- mal hecho, incumplido 5- muy cuate (ayuda a los compañeros)

3er. grupo

1- desorganizado 2- todólogo: no especialista, 3- irresponsable, desobligado 4- responsable 5- alegre

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4o. grupo

1- irresponsable 2- ingenioso 3- poco preparado: improvisa 4- no le gusta trabajar 5- fiel a los hombres y no a las instituciones

5o. grupo

1- ingenioso, creativo 2- explotado, mal pagado 3- faltista, impuntual 4- influenciable, manipulable 5- poco capacitado

6o. grupo

1- alcohólico 2- dependiente 3- derrochador 4- ineficiente 5- poco capacitado, pero muy receptivo a la capacitación

ler. grupo de ejecutivos

1- multitareas 2- nada estricto en el manejo del tiempo 3- presionado, muy ocupado 4- visionario 5- muy juguetón con las secretarias; mucha juerga

2o. grupo

1- trabaja para sobrevivir, no para mejorar 2- inteligente pero flojo 3- inseguro, le gusta depender 4- amable y hospitalario, pero desconfiado 5- refleja su machismo en lenguaje grosero

3er. grupo

1- ingenioso, creativo 2- poco confiable, impredecible 3- confiable, leal

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4- trabajador 5- faltista, impuntual 4o. grupo

1- dependiente 2- dinámico 3- falto de preparación: sabe de todo y de nada 4- abierto, amigable, noble 5- familiar

5o. grupo

1- desorganizado, improvisado 2- indisciplinado, impuntual; no respeta el tiempo de los demás 3- flojo 4- superficial, "llamarada de petate" 5- compadre de todo mundo, humanista; pero no se pone la camiseta de la empresa; individualista

6o. grupo

1- dependiente 2- alcohólico 3- derrochador 4- falto de capacitación pero con mucha habilidad 5- poco motivado, mediocre NOTA: En este grupo 6o. las preguntas fueron "dirigidas"; pedimos a los encuestados que señalaran sus opciones dentro de una lista que les dimos.

7o. grupo

1- ingenioso, hábil 2- desordenado, falto de método; no respeta los métodos 3- dependiente; demasiado sumiso; se le tiene que indicar "cómo"; 4- Impuntual 5- sentimental

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Síntesis de la opinión de todos los grupos de ejecutivos mexicanos sobre el trabajo estadounidense: 1- eficiente, preparado 2- organizado, metódico, disciplinado 3- analítico, planeador 4- responsable, cumplido, estricto en el manejo del tiempo 5- frío

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