Psicoanalisis de Los Cuentos de Hadas

August 19, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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PSICOANALISIS DE LOS CUENTOS DE HADAS  LA LUCHA POR EL SIGNIFICADO  

Nos muestra como los cuentos de hadas nos ayudan a desarrollarnos internamente. De ellos se puede aprender mucho más sobre los problemas internos de los seres humanos y sobre la búsqueda de soluciones correctas a problemas con los que nos podamos encontrar, a partir de ciertos momentos . La misión de los cuentos (contribuir al crecimiento interno del niño), será se rá plenamente efectiva cuando éstos son lo suficientemente atractivos como para que el niño se comprometa con ellos y así comenzar el proceso de crecimiento cre cimiento (nos convence por el atractivo resultado de los sucesos, que nos tienta, y por el llamamiento que hace a nuestra imaginación. Este proceso comienza con la lucha hacia los padres y el temor a la madurez y finaliza cuando el adolescente adquiere una madurez moral (discernir de la bondad de las situaciones, actuaciones, etc.) y una independencia emocional (ser capaz de identificar y mostrar m ostrar tus propios sentimientos) en el caso de los cuentos c uentos morales y confianza en uno mismo para llegar a conseguir deseos que en principio parecen inalcanzables, en el caso de los cuentos amorales. El libro nos indica que los cuentos aportan importantes mensajes al consciente, pre-consciente e inconsciente, ya que éstos tratan problemas humanos universales y estas historias calan c alan en el niño, concretamente en su pequeño yo en formación, estimulando su desarrollo y al mismo tiempo liberan al pre-consciente y al inconsciente de sus pulsiones. Los cuentos de hadas transmiten a los niños que la lucha ante las dificultades de la vida son inevitables y por ello debemos aprender a superarlas con éxito, éx ito, no a evitarlas y no como ocurre en los cuentos modernos, en los que se evitan los problemas existenciales que nos ayudan a nuestro desarrollo personal. También hay que tener en cuenta que la contribución de los cuentos depende de la edad, sexo y estadio de desarrollo que posee el niño e incluso del énfasis que se le otorga al relato de la historia. Nos ayudan a realizarnos en las distintas etapas o periodos, mediante símbolos y personajes prototípicos que llegan en primera instancia al subconsciente del niño, a través t ravés del cual él lo asimilará dependiendo de su estado psicológico y necesidades. Además estos permiten al niño expresar y superar sus temores, ayudándole a no basarse en el principio del placer y actuar conforme al yo según lo aprendido en los relatos, tanto t anto positivo como negativo. Al plasmar en imágenes fantásticas lo que el niño experimenta ex perimenta en su interior, la historia consigue que el niño la vea como una cualidad c ualidad de verdad. Las historias de los cuentos de hadas se podrían dividir en dos grupos: el e l grupo en el que el niño reacciona sólo de modo inconsciente a la vedad inherente del relato, sin poder verbalizar sus impresiones; y el otro en el que el niño capta, a nivel preconsciente o consciente el verdadero sentido y por lo tanto puede comentarlo, aunque en e n realidad no quiere manifestar lo que sabe.

EL NIÑO TIENE NECESIDAD DE MAGIA   Los cuentos dejan que el niño imagine como puede aplicar a sí mismo lo que la historia le revela sobre la vida y la naturaleza humana, confortándole más que el esfuerzos esfuer zos por consolarlo con razonamientos y opiniones adultas. El niño confía en lo que la historia le cuenta, porque el mundo que esta le presenta coincide con el suyo. Por otra parte los adultos están convencidos convenc idos de que, al dar respuestas científicamente correctas, clarifican las dudas del niño, sin embargo, ocurre lo contrario, contrar io, explicaciones semejantes confunden al pequeño, le hacen sentirse abrumado e intelectualmente derrotado. Un niño solo pero puede obtener seguridad si tiene que comprende lo que antes contrariaba; nunca a partir de hechos quelaleconvicción supongan de nuevas incertidumbres, por ello le es

 

conveniente recordar que solo resulta convincente lo razonamientos que pueden ser entendidos en termino del conocimiento y preocupaciones emocionales del niño .

PONER ORDEN EN EL CAOS  Los cuentos de hadas ayudan al niño a seleccionar sus sentimientos complejos y ambivalentes, am bivalentes, de manera que cada uno de ellos ocupa el lugar que le corresponde en vez ve z de formar un conjunto incoherente y confuso. Cuando escucha un cuento un niño recoge ideas sobre como poner orden en el caos de su vida interna. Freud llego a la conclusión de que la mejor manera de contribuir a poner ordenen el caos, coexiste en nuestra mente y vida interna, es mediante la creación de símbolos para cada uno de los aspectos aislados de la personalidad, denominándolos ello, yo y súper-yo.

PASO DE LA INFANCIA A LA NIÑEZ CON LA AYUDA DE LA FANTASIA   En el preciso momento en el que el mundo exterior comienza a tentar al niño para que abandone el círculo limitado de la familia, las decepciones que sufre en e n el periodo edípico le inducen a separarse de sus padres, quienes habían sido su única fuente de subsistencia física y psicológica. Así las nuevas experiencias presentan un reto tan t an difícil y es tan escasa su capacidad para resolver re solver los problemas que encuentra en su camino hacia la independencia, que el niño necesita las satisfacciones que le proporciona la fantasía para no dejarse vencer por la desesperación. Así las desilusiones pueden conducirlo a un estado de desilusión de su propia persona; siendo posible así que el niño se encierre lejos del mundo, al menos que la fantasía acuda a su ayuda. Así  pues una fantasía exagerada acerca de los éxitos futuros podrá equilibrar la balanza de manera que el niño pueda seguir viviendo y esforzándose, aunque la fantasía es irreal, la sensación agradable que nos proporciona respecto a nosotros mismos y a nuestro futuro es completamente real, por lo que necesitamos esta sensación se nsación para sobrevivir. También hay historias que ofrecen al niño la seguridad de que se van a resolver los problemas importantes que se le presenten en su vida “real”, y es así como los adultos definen este tipo de dificultades. Así muchas historias actuales animan al niño a que crea que si se esfuerza mucho y no se rinde acabará por obtener éxitos. El hecho de sugerirle al niño esperanzas razonables en e n lo que el futuro le deparará no constituye problema alguno para la tremenda angustia que el niño experimenta ex perimenta respecto a sus aspiraciones y a lo que le puede ocurrir. Por lo cual se podría decir que los cuentos de hadas ofrecen al niño la ccertidumbre ertidumbre de que algún día llegará (a conquistar un reino) aun que al niño le cueste imaginarlo y no pueda creerlo, e ell relato le asegura que fuerzas mágicas m ágicas acudirán a su ayuda. También cabe recalcar que no existe ninguna necesidad por laque el niño tenga que reprimir sus fantasías; por el contrario, podrá disfrutar con las fantasías si son guiadas hacia un objetivo o bjetivo cercano a sus padres pero distinto a ellos. CONTAR CUENTOS DE HADAS  El hecho de contar un cuento a un niño debe convertirse, para alcanzar la máxima afec afectividad, tividad, en un acontecimiento interpersonal, al que configuran los que participan en él. Así A sí que para aprovechar al máximo las posibilidades, del hecho de contar un cuento de hadas debería de ser un acontecimiento en el que el adulto y el niño deberían de participar por igual, cosa que no sucede cuando se cuenta un cuento El modo fantástico en que se desarrollan las historias impulsa a cambios espontáneos; así aquellos que niegan la parte irracional que hay en nosotros no permiten efectuarlos, tan fácilmente. Por lo

 

cual resulta fascinante contemplar los cambios, que incluso los cuentos más famosos, sufren en las mentes de los individuos. No todos tenemos la capacidad para inventar cuentos, (como la madre de Goethe).Pero si un padre cuenta un cuento a su hijo con el espíritu adecuado, es decir, con los sentimientos que el mismo evoca al recordar lo que el e l relato significo para el en su infancia, el niño al escucharle se sentirá comprendido en sus deseos mas tiernos, sus anhelos más ardientes, sus angustias y sentimientos de impotencia mas graves, así como en sus esperanzas e speranzas más elevadas. El propósito de contar un cuento de hadas es el de compartir una experiencia en e n lo que se refiere a la satisfacción que el cuento produce, aunque esta puede ser muy diferente para el adulto, como para el niño. Por lo que nunca se debe explicara los niños el significado de un cuento, sin embargo es importante que el narrador comprenda el e l mensaje que transmite a la mente preconsciente del niño (en los cuentos de hadas los procesos internos se traducen en imágenes visuales). Por ultimo solo recalcar que el sentido de participación activa que un adulto experimenta al contar una historia contribuye de manera vital, y enriquece muchísimo, a la experiencia e xperiencia que el niño extrae de ella, ayudándole a afirmar su personalidad a través de una experiencia concreta compartida con otro ser humano, que a pesar de ser adulto puede apreciar los sentimientos y reacciones del niño.   RI CI TOS DE ORO Y LOS TRES OSI OSI TOS  Es un cuento lleno de significado porque simbólicamente, simbólicamente, hace referencia a los problemas más acuciantes del desarrollo del niño: lucha contra los conflictos edipicos, la búsqueda de la identidad  y la rivalidad fraterna. Se trata de un cuento que nos aconseja respetar la propiedad privada de nuestros semejantes.  semejantes.  Quizá la razón por la que este cuento se hizo tan popular a finales de siglo se deba a que las  personas se sentían cada cada vez más extrañas a si misma mismas. s.   El contraste se halla entre la familia perfecta integrada y al extraño en busca de si mismo, en la que ricitos de oro intenta averiguar quien es y que papel ha de desempañar, mientras que los tres ositos constituyen una familia feliz, para los que la vida transcurre tan placenteramente que no existe para ellos problemas sexuales o edípicos, cada uno se siente dichoso del lugar que ocupa.  ocupa.   El cambio que se dio en el cuento de cambiar a una vieja por ricitos de oro, resulta más fácil para  poder asociar su comportamiento comportamiento al de un niño que intenta descu descubrir brir los misterios de la vida adulta.   adulta. También cabe resaltar que el numero tres es básico en este cuento, haciendo referencia al sexo,  pero no al acto sexual. Todo Todo lo contrario esta relacion relacionado ado con algo que debe precede precederr en mucho a la sexualidad madura: es decir, el descubrimiento biológico biológico del propio cuerpo.el tres encarna, también las relaciones dentro de la familia nuclear, y los esfuerzos para confirmar el lugar que uno ocupa en ella. Ricitos de oro examina tres conjuntos de objetos, los prueba siguiendo siempre el  mismo orden, este comportamiento que adopta nos indica que la niña esta investigando cual es el  rol sexual mas adecuado para ella y que lugar le corresponde dentro de la familia, la búsqueda de si misma y del rol que desempeña empieza con la comida, también este momento representa la  primera relación con otra persona persona   El viaje que ricitos de oro emprende para conocerse a si misma comienza con el intento de  fisgonear la casa de los ositos. ositos. Esto provoca asociaciones asociaciones en el deseo infantil de de descubrir scubrir los secretos sexuales de los adultos en general, y de los padres en especial. Muy a menudo, esta curiosidad se debe mas a la necesidad que tiene el niño de conocer su propia sexualidad, que el  deseo de saber lo que hacen sus padres en la cama  cama  Ricitos de oro examina tres conjuntos de objetos, los prueba siguiendo siempre el mismo orden, este comportamiento que adopta nos indica que la niña esta investigando cual es el rol sexual mas adecuado para ella y que lugar le corresponde dentro de la familia, la búsqueda de si misma y del 

 

rol que desempeña empieza con la comida, también este momento representa la primera relación con otra persona. "Risitos de Oro" 

En las versiones mas recientes "Risitos de Oro" la niña es disculpada por la familia de Osos, difiere de las versiones originales en las que el gran Oso estrangula la pequeña por haber irrumpido en su casa. La moraleja en la version ver sion original no tiene sentido, ya que la niña no recibe castigo c astigo por haber entrado en una vivienda agena, mientras que el e l mensaje original era el de no irrumpir en propiedad privada. Incluso algunas interpretaciones aseguran que en esta historia da a conocer ciertos aspectos aun mas graves, como la pedofilia (comun denominador de estos cuentos), ya que la niña, despues de probar todas las camas, elige la del pequeño oso, después de probar la comida, elige la del pequeño oso. Si bien existen libros pedagógicos que ayudan a desarrollar las funciones cognoscitivas del niño, existen también libros que ayudan a superar los traumas psicológicos por medio de la ficción y el lenguaje simbólico, que representa cosas que no están e stán al alcance del entendimiento humano. Ya Carl G. Jung, en “El hombre y sus símbolos”, dice: “usamos constantemente términos simbólicos para representar conceptos que no podemos definir o comprender del todo. Esta es una de las razones por las cuales todas las religiones emplean lenguaje simbólico o imágenes. Pero esta utilización consciente de los símbolos es sólo un aspecto de un hecho psicológico de gran importancia: el hombre también produce símbolos inconscientes y espontáneamente en forma de sueños” (Jung, C.G., 1995, p. 21).  21).  Cabe añadir que en los cuentos populares, como en e n gran parte de los cuentos de la literatura infantil moderna, existe una dicotomía maniquea entre los personajes, cuyos atributos representan la bondad o la maldad, dependiendo del rol que se les asigna en la trama de dell cuento. Las fuerzas del bien están simbolizadas por el protagonista central ce ntral y los personajes secundarios -el príncipe, las hadas, las palomas y los magos-, entretanto las fuerzas fuer zas tenebrosas del mal están simbolizadas por los personajes -humanos y animales- que representan la insensatez, la astucia y el peligro, como es el caso c aso del lobo feroz, los gnomos, las brujas y los ogros.

Esta clase de engaños no surgen hoy con Disney y las grandes compañias, aparentemente estuvieron siempre presentes en el subconciente social, y las peliculas actuales, son la l a viva representacion de estas ideas depravadas, con las numerosas imagenes ocultas de Disney en peliculas posters, etc y los numerosos menajes subliminales en canciones infantiles.

Ricitos de Oro y los tres tre s ositos» Esta historia carece de algunas de las características más importantes delos verdaderos cuentos de hadas: al final no hay mejoría ni alivio; no hay resolución de conflicto alguno y, por lo tanto, no hay final feliz. Sin embargo, es un cuento lleno de significado, porque, simbólicamente, hace referencia a los problemas más acuciantes del desarrollo del niño: la lucha contra los conflictos edípicos, la

 

búsqueda de la identidad y la rivalidad fraterna. Este relato, en su forma actual, tiene un origen muy reciente, aunque provenga de un antiguo cuento. Su historia ilustra la evolución, a través del tiempo, de un cuento admonitorio que, al adquirir las características caracter ísticas de los cuentos de hadas, se hace cada vez más popular y significativo. Su historia nos muestra, también, que la publicación de un cuento de hadas no excluye el que éste sea revisado en ediciones posteriores. Pero ccuando uando tales alteraciones se llevan a cabo,los cambios —contrariamente a lo que sucedía cuando los cuentos se perpetuaban siguiendo la tradición oral— oral— reflejan algo más que la idiosincrasia personal del narrador.A menos que se trate de un artista original, el autor que intente modificar un cuento de hadas para realizar una nueva publicación no se guiará ni por sus entimientos inconscientes respecto a la historia, ni pensará en ningún niño en particular a quien deleitar o ayudar en algún problema urgente. Por el contrario, co ntrario, los cambios producidos se establecen a partir de lo que el autor cree cr ee que el lector«corriente» desea o oír. ír. Ideado para satisfacer los deseos y escrúpulos morales de unl ector anónimo, el cuento es relatado de modo vulgar y trivial.Si una historia existe tan sólo en la tradición oral, lo que determina su contenido es, en gran gr an parte, el inconsciente del narrador, y lo que éste recuerda dela misma. Al actuar así, no sólo está motivado por sus sentimientos conscientes e inconscientes respecto a la historia, sino también por la naturaleza de la relación emocional que mantiene con el e l niño a quien relata el cuento. Después de que distintas personas han repetido oralmente, e infinidad de veces, la misma historia a distintos oyentes, a lo largo de los años, se obtiene, finalmente, una versión tan satisfactoria, para el el consciente y el inconsciente de gran número de personas, que ya no son necesarios más cambios. Tras este proceso, la historia ha alcanzado suforma «clásica».Todo el mundo está de acuerdo ac uerdo en que la fuente original de «Ricitos deOro» es un antiguo cuento escocés de una zorra que se introduce sin permiso encasa de tres osos. Los osos terminan por devorar a la intrusa; se trata t rata de un cuento admonitorio que nos aconseja respetar la propiedad privada de nuestros semejantes. En un librito de elaboración casera, escrito por Eleanor Muir en 1831como regalo de cumpleaños para un niño, y descubierto más tarde en 1951, se describe a la intrusa como una mujer vieja y gruñona. Es posible que, al escribir este cuento, la autora confundiera la palabra «zorra» del original, y en lugar de interpretarlo como la hembra del zorro, le hubiera atribuido el sentido se ntido figurado de mujer malhumorada. Pero tanto si se produjo deliberadamente esta alteración, como si fue debida al azar, o a un error de identificación, o a un lapsus«freudiano», lo cierto es que fue este cambio c ambio el que provocó la transición de un viejo cuento admonitorio a una historia de hadas. En 1894 se dio a conocer otra versión, probablemente muy vieja, de la misma historia, procedente de la tradición oral, y en la que la intrusa se sirve un poco de leche, se sienta en las sillas y se echa en las camas de los osos, que, en esta versión, viven en un castillo c astillo en mediode los bosques. En estas dos historias la intrusa es severamente castigada por lososos, que intentan arrojarla al fuego, ahogarla o lanzarla desde lo alto de un campanario. Ignoramos si Robert Southey, que publicó por primera vez esta historia en su libro The Doctor, en 1837, estaba familiarizado con alguno de estos viejos cuentos. Pero el caso es que introdujo un importante cambio al hacer que, por primera vez, la intrusa saltara por la ventana sin e explicarnos, xplicarnos, en absoluto, lo que fue de ella ni de su destino. La historia finaliza del siguiente modo: «La mujercilla saltó por la ventana; pero no puedo deciros si se rompió la crisma al saltar, si corrió

 

hacia el bosque y se perdió, o si encontró el camino de salida y fue arrest arrestada ada por el comisario de policía por ir vagabundeando por ahí. Lo que sí sé es e s que los Tres Osos nunca más oyeron hablar de ella». A la publicación de esta versión de la historia siguió una inmediata reacción positiva. La siguiente alteración fue obra de Joseph Cundall, tal como él é l mismo explica en una nota dedicatoria de 1849 al Treasury of Pleasure Books for YoungChildren, aparecido en 1856: transformó a la intrusa en una niña y la llamó«Cabellos de Plata» («Cabellos de Plata» o «Ricitos de Plata» se convirtió, en 1889,en 1889 ,en «Cabellos de Oro» y, finalmente, en 1904, e en n «Ricitos de Oro»). El cuento sólo alcanzó gran popularidad después de otros dos importantes cambios. En Mother

Goose's Fairy Tales de 1878, el « «Oso Oso Grande», el «Oso Mediano» y el

«Osopequeño» se convirtieron en «Papá Oso», «Mamá Osa» y «Bebé Osito»; también en este caso la heroína desaparece por la ventana ve ntana sin que, al final, se la maltrate ni se mencione castigo alguno.Con esta descripción de los ositos formando una familia, la historia sea cercó, inconscientemente, a la situación edípica. Cabe esperar que una tragedia t ragedia proyecte resultados destructivos de conflictos edípicos, pero un cuento de hadas no. Esta historia se hizo popular sólo porque se permitió que el desenlace corriera co rriera a cargo de nuestra imaginación. Esta incertidumbre se tolera porque el intruso interfiere en la integración de la constelación familiar básica, amenazando, así, laseguridad emocional de la familia. De representar un extraño ex traño que invade la casa yse sirve de las propiedades ajenas, pasó a ser alguien que pone en peligro la seguridad y el bienestar emocional de la familia. Lo que explica la enorme e norme popularidad de la historia son sus hondas raíces psicológicas.Las relativas deficiencias de un cuento de hadas inventado recientemente respecto a otro más viejo, y repetido cientos de veces, surgen al comparar «Ricitosde Oro» con «Blancanieves», de cuya historia se extrajeron y modificaron m odificaron algunos detalles que pasaron a formar parte del relato original de «Los tres ositos». En ambos cuentos, una niña, perdida en el bosque, encuentra una incitante y linda casita, abandonada temporalmente por sus habitantes. En «Ricitos de Oro» no senos menciona cómo o por qué se extravió la niña en la espesura del bosque, porqué buscaba un refugio ni dónde estaba su hogar. Ignoramos las razones másimportantes subyacentes al hecho de que la niña se perdiera.*Así pues, desde unbuen principio «Ricitos de Oro» provoca preguntas que han de quedar sinrespuesta; no obstante, el valor de los cuentos de hadas es que proporcionanrespuestas, por muy fantásticas que sean, incluso a preguntas de las que no somosconscientes porque nos inquietan tan sólo a nivel inconsciente.A pesar de las vicisitudes históricas que transformaron a la intrusa de unazorra en una vieja asquerosa, llegando finalmente a una hermosa niña, esta últimasigue siendo un extraño extr año que nunca formará parte de la familia. *Algunas modernas interpretaciones explican la pérdida de Ricitos de Oro diciendo que su madre laenvió a hacer un recado, y se extravió en el bosque. Esta adaptación nos recuerda a Caperucita Roja quesalió también por indicación de su madre; pero ésta no se perdió, sino que se dejó tentar y  se desvió delcamino que conocía, por lo tanto lo que sucedió a Caperucita Roja fue, en gran parte, culpa suya. Encambio, Hansel y Gretel y Blancanieves se extraviaron, no por su culpa, sino por la de sus padres.Incluso un niño pequeño sabe que uno no se pierde en el bosque sin causa alguna; por  este motivo, losverdaderos cuentos de hadas dan siempre una explicación. ex plicación. Como ya se ha dicho anteriormente, el hecho de extraviarse en un bosque simboliza la necesidad de encontrarse a sí 

 

mismo. Por ello, se interfiere seriamente ser iamente en este significado si todo es fruto de una pura coincidencia. Quizá la razón por la que este cuento se hizo tan popular a finales de siglo se deb deba a a que las personasse sentían cada vez más extrañas a sí mismas. Primero sentimos pena por losositos cuya intimidad ha sido invadida, pero después nos compadecemos tambiénde la pobre, hermosa y encantadora Ricitos de Oro, que no viene de ningún lugar yno tiene a dónde ir. En esta historia no hay personajes malvados, aunque a BebéOsito le roben su comida y le rompan su sillita.A diferencia de los enanitos, los osos no se dejan seducir por la belleza deRicitos de Oro, ni tampoco se sienten conmovidos al oír una trágica historia, comoles sucede a los enanitos al conocer la vida de Blancanieves. Pero, en este caso,Ricitos de Oro no tiene ninguna historia que contar; su llegada es tan misteriosacomo su desaparición.«Blancanieves» empieza en el momento en que una madre deseaprofundamente tener una niña. Pero la madre idealizada de la infancia desaparece yes ye s sustituida por una madrastra celosa que no sólo arroja a Blancanieves B lancanieves de sucasa sino que amenaza su vida. La urgente necesidad de sobrevivir obliga aBlancanieves a soportar los peligros del intrincado bosque, donde aprende a trazarsu propio camino en la vida. Los celos edípicos e dípicos entre madre e hija están tanpatentes que el e l niño puede comprender intuitivamente los conflictos emocionales ylas pulsiones internas subyacentes en este argumento.En «Ricitos de Oro», el contraste se halla entre la familia perfectamenteintegrada, perfect amenteintegrada, representada por los osos, y el extraño en busca de sí mismo. Los osos,felices pero ingenuos, no tienen problemas de identidad: cada

 

uno sabe el lugarque ocupa en relación con los otros miembros de la familia, hecho que se subrayaal llamarlos Papá, Mamá y Bebé Osito. Funcionan como una tríada aunque cada unomantenga su propia individualidad. Ricitos de Oro intenta averiguar quién es, y quépapel ha de desempeñar. En cambio, Blancanieves encarna a la muchacha quelucha contra un aspecto de su irresuelto conflicto edípico: la relación ambivalenteque vive respecto a la madre. m adre. Ricitos de Oro es la preadolescente que se enfrenta ala situación edípica en todos sus aspectos.Esto se pone de manifiesto por el importante papel que desempeña elnúmero tres en la historia. Los tres ositos constituyen una familia feliz, en la que lavida transcurre tan placenteramente que no existen para ellos problemas sexualesni edípicos. Cada uno se siente dichoso en el lugar que ocupa; todos tienen suplato, su silla y su cama propios. Por su parte, parte , Ricitos de Oro se sientecompletamente desorientada cuando tiene que decidir cuál de estos tres objetosserá el más apropiado para ella. En su conducta el número tres aparece muchoantes de que la niña encuentre los tre tress platos, las tres camas y las tres sillitas: tres esfuerzos separados preceden a la entrada e ntrada de la pequeña en casa de los osos. En laversión de Southey, la vieja gruñona gr uñona «miró... primero, a través de la ventana,luego, espió por el ojo de la cerradura c erradura y, viendo que no había nadie en la casa,abrió c asa,abrió el pestillo». En algunas versiones posteriores, Ricitos de Oro haceexactamente lo mismo, mientras que en otras llama tres veces a la puerta antes deentrar.El hecho de atisbar a través de la ventana o por la cerradura antes deatreverse a entrar muestra una ansiosa y ávida curiosidad por saber lo que ocurredetrás de aquella puerta cerrada. cer rada. ¿Qué niño no se siente curioso y desea descubrirlo que hacen los adultos detrás de una puerta cerrada? c errada? ¿Qué niño no disfruta antela ausencia temporal de sus padres, que le permite fisgonear en sus secretos? Alreemplazar a la vieja por Ricitos de Oro y convertirla en el personaje central de lahistoria, resulta mucho más fácil asociar su

 

comportamiento al de un niño queintenta descubrir los misterios de la vida adulta.El número tres es un número místico y, a menudo, me nudo, sagrado, incluso muchoantes de la doctrina cristiana de la Santísima Trinidad. Representa a Adán, Eva y laserpiente, que, según la Biblia, simbolizan el conocimiento carnal. A nivelinconsciente, el número tres representa re presenta el sexo, porque cada sexo tiene trescaracterísticas fundamentales: pene y dos testículos en e n el hombre, y vagina y dospechos en la mujer.Sin embargo, también en el inconsciente, este número representa el sexo,pero de un modo completamente distinto, es decir, simboliza la situación edípica yla relación que comporta entre las tres personas implicadas; dicha relación, comohemos visto en la historia de «Blancanieves», está más que impregnada desexualidad.La relación con la madre es lo más importante en la vida de una persona;condiciona, más que cualquier otra cosa, el desarrollo de nuestra personalidad enépoca muy temprana, afectando, por ejemplo, en e n gran medida a lo que seránuestra visión, optimista o pesimista, de la vida y de nosotros mismos. * Sin embargo, en lo que al niño respecta, no hay elección posible: la madre y su actitudhacia él vienen «dadas»; lo mismo ocurre, por supuesto, con el padre y loshermanos. (Las condiciones económicas y sociales de la familia son tambiéninmutables, pero influyen en el niño a través del impacto que ejercen en sus padresy en el comportamiento de éstos hacia el pequeño.) *Erikson afirma que estas experiencias determinarán toda nuestra vida y condicionarán el  modo,confiado o desconfiado, en que nos enfrentemos a los hechos; actitud básica que no deja de modificar elcurso de los sucesos y el impacto que éstos nos causan. El niño comienza a verse a sí mismo como persona, per sona, como compañeroimportante e indispensable de una relación humana, cuando empieza a relacionarsecon el padre. Uno se convierte en persona sólo cuando se define por oposición aotra persona. Sin embargo, en la relación con la madre ya empieza a vislumbrarseuna rudimentaria autodefinición, puesto que ella es, durante algún tiempo, la únicapersona en la vida del niño. Pero debido a su profunda dependencia de la madre, elniño no puede realizar una autodefinición, a menos que pueda apoyarse en unatercera unatercer a persona. Antes de convencerse de que uno es capaz de desenvolverse soloy sin la ayuda de nadie, el aprender que ««puedo, también, apoyarme y confiar enotra persona que no sea mi madre» representa un paso fundamental para el logrode la independencia. Después de haber establecido una relación íntima con otrapersona, podrá sentir que, si ahora prefiere a la madre en vez de a esa otrapersona, es porque él lo quiere así; ya no se trata de una fuerza exterior contra laque el niño no puede actuar.El número tres es básico en «Ricitos de Oro»; hace referencia al sexo sexo,, perono al acto sexual. Todo lo contrario, está relacionado con algo que debe precederen mucho a la sexualidad madura: es decir, el descubrimiento biológico del propiocuerpo. El tres encarna, también, las relaciones dentro de la familia nuclear, y losesfuerzos para confirmar el lugar que uno ocupa en ella. Así pues, el tres simbolizala búsqueda de la propia identidad biológica (sexual) y el papel que uno desempeñaen relación a las personas más significativas de su vida. En términos generales, elnúmero tres representa la búsqueda de la propia identidad personal y social. Apartir de sus evidentes características sexuales, y a través de las relaciones con suspadres y hermanos, el niño ha de aprender a distinguir con quién ha deidentificarse a medida que va creciendo, a elegir al compañero más apropiado y,también, a su pareja sexual.Esta búsqueda de identidad se

 

manifiesta claramente en «Ricitos de Oro»mediante los tres platos, las tres tre s sillas y las tres camas. La imagen más directa dela necesidad de búsqueda es que hay que encontrar algo que se ha perdido. Si loque andamos buscando es a nosotros mismos, el símbolo más convincente será elhecho de que nos hayamos perdido. En los cuentos de hadas, el perderse per derse en unbosque significa, no la necesidad de ser encontrado, sino, más bien, la urgencia deencontrarse a sí mismo.El viaje que Ricitos de Oro emprende para conocerse a sí misma comienzacon el intento de fisgonear la casa de los ositos. Esto provoca asociaciones en eldeseo infantil de descubrir los secretos sec retos sexuales de los adultos en general, y de lospadres en especial. Muy a menudo, esta curiosidad se debe más m ás a la necesidad que tiene el niño de conocer su propia sexualidad, que al deseo de saber exactamentelo que hacen sus padres en la cama.Una vez dentro de la casa, Ricitos de Oro examina tres conjuntos deobjetos —platos de sopa, sillas y camas— camas— para averiguar cuál de ellos es el másapropiado para ella. Los prueba siguiendo siempre el mismo orden: primero el delpadre, luego el de la madre y, por último, el del bebé. Este comportamiento deRicitos de Oro nos indica que la niña está investigando cuál es el rol sexual másadecuado para ella e lla y qué lugar le corresponde dentro de la familia: el del padre, elde la madre o el del hijo. La búsqueda de sí misma y de su rol en la familia empiezacon la comida, puesto que el e l ser alimentada constituye la primera experienciaconsciente de toda persona. También este momento representa la primera relacióncon otra persona: la madre. Pero Ricitos de Oro elige el plato de Papá Oso, hechoque nos hace pensar que la pequeña quiere ser como él é l (varón) o, mejor, quedesea relacionarse con él. Esta misma conducta la observamos cuando elige,también en primer lugar, su silla y su cama, a pesar de que su anterior experienciacon la sopa y la silla debieran haberle hecho comprender que lo que pertenece alpadre no es adecuado para par a ella. Resulta muy difícil acercarnos a los deseos edípicosde la niña si no es sugiriendo que Ricitos de Oro intenta compartir la cama y lacomida con una figura paterna.Pero tal como la historia nos indica, tanto el deseo de ser varón como dedormir en la cama del padre, no resulta satisfactorio. La justificación se basa enque la sopa del padre está «demasiado caliente» y su silla es «demasiado dura».Así, decepcionada al comprobar que la identidad masculina, o la intimidad con elpadre no son idóneas para ella, son demasiado amenazantes —podría quemarsecon la sopa— sopa— o demasiado difíciles de manejar, Ricitos de Oro, como cualquier otraniña que experimenta una profunda desilusión edípica con el padre, regresa reg resa a larelación original con la madre. Pero esta alternativa alte rnativa tampoco es válida. Lo quehabía sido una relación cálida, ahora es demasiado fría como para proporcionarbienestar (la sopa está demasiado fría). Y aunque la silla de la madre no sea dura,resulta ser demasiado blanda; quizás envuelve a la niña igual que una madre, yRicitos de Oro no desea de sea volver a este estadio.En cuanto a las camas, Ricitos de Oro encuentra que la cama c ama de Papá Osotiene la cabecera demasiado alta, y la de Mamá Osa tiene la parte de los piesdemasiado alta; esto muestra que tanto sus roles como la intimidad con ellos estánfuera del alcance de Ricitos de Oro. Tan sólo las cosas de Bebé Osito le van «a lamedida». Así pues, nada parece apropiado para ella sino el rol de niño. Pero aunasí, este papel no se adapta del todo a ella: cuando Ricitos de Oro se sienta en la sillita de Bebé Osito, que «no era ni demasiado dura ni demasiado blanda, sino quele iba justo a la medida, se rompe bajo el peso de la niña, que cae al suelo».Vemos, pues, que la pequeña ya es demasiado mayor para sentarse en la sillita deun niño. Además, su vida queda sin base alguna, ya que no obtuvo éxito alintentar, primero, ser o relacionarse con el padre, ni después, con la madre; y sóloobtuvo

 

resultado cuando, tras estos intentos fracasados, Ricitos de Oro regresa,aunque r egresa,aunque de mala gana, a una existencia infantil. Para la niña de este cuento no hayfinal feliz; después de su fracaso en la búsqueda de lo que más se adapta a susposibilidades, despierta como de una pesadilla y huye a todo correr.La historia de Ricitos de Oro nos ilustra el significado de la difícil elecciónque el niño debe realizar: ¿Ha de ser como el e l padre, como la madre o como unniño? El hecho de decidir lo que uno quiere ser respecto a esas posiciones humanasfundamentales comporta una tremenda lucha psicológica, una penosa experienciapor la que todo ser humano tiene que pasar. Pero si el niño todavía no estápreparado para ocupar el puesto del padre o de la madre, la solución no está enaceptar sin más el puesto del niño; por este motivo, no son suficientes las trespruebas. Para avanzar en el crecimiento, el darse cuenta de que uno es todavía unniño debe ir acompañado de otra condición: que hay que llegar a ser uno mismo,distinto de los padres y distinto, también, del ser simplemente su hijo.En los cuentos de hadas populares, tan diferentes de las historiasinventadas como «Ricitos de Oro», las cosas no terminan nunca después de haberrealizado tres esfuerzos. Al final del cuento, no encontramos resolución re solución algunadel problema de la búsqueda de identidad; la niña no se encuentra a sí mismani se convierte en una persona independiente. Lo único que Ricitos de Oro puedeextraer de su experiencia en casa de los ositos es que la regresión a la etapainfantil no soluciona en absoluto las dificultades del crecimiento. crecim iento. La historianos muestra que el proceso para llegar a ser se r uno mismo da comienzo con elreajuste de lo que comporta la relación con los padres.En «Ricitos de Oro», los osos no proporcionan ninguna ayuda, sino todo locontrario, les asusta y les molesta que una niña pequeña intente dormir en la camade papá, usurpando el lugar de mamá. Sin embargo, en «Blancanieves» se da elcaso opuesto: los enanitos, en vez de culpar a Blancanieves B lancanieves por haber utilizado susplatos, vasos y camas, quedan prendados de la pequeña heroína. En tanto que lososos, con sus gritos de sorpresa, despiertan a Ricitos de Oro, los enanitos se lasarreglan para no interrumpir el sueño de Blancanieves, aun a costa de su propiaincomodidad. Pero, por mucho que los enanitos se sientan atraídos por la belleza deBlancanieves, ya desde el primer momento le imponen condiciones si quiere permanecer con ellos: si desea llegar a ser una persona, debe actuar con madurez.Le advierte advierten n de los peligros que encierra el proceso de crecimiento, e inclusocuando la pequeña actúa en e n contra de sus consejos, la liberan, repetidamente, desus dificultades.Ricitos de Oro no recibe ayuda alguna de los osos en sus problemas decrecimiento; por lo tanto, t anto, lo único que puede hacer es huir, asustada de su propioatrevimiento, y derrotada en sus esfuerzos por encontrarse a sí misma. La huidaante las dificultades del desarrollo apenas estimula al niño a proseguir con su arduatarea de ir resolviendo, uno a uno, los problemas que su crecimiento le plantea. Porotra parte, la historia de Ricitos de Oro no ofrece, al final, ninguna promesa defelicidad futura para aquellos que hayan logrado dominar, de niños, su situaciónedípica, y que, de adolescentes, sean capaces de resolver de modo maduro esosviejos conflictos. Desgraciadamente, «Ricitos de Oro» carece de estos elementos,pues sólo las grandes esperanzas respecto al futuro pueden proporcionar al niño elestímulo para seguir luchando hasta alcanzar la propia identidad.A pesar de los numerosos defectos que encontramos en «Ricitos de Oro»,al compararlo con otros o tros cuentos de hadas populares, hemos de reconocer queeste relato posee un considerable valor, de otro modo no hubiera alcanzado lagran popularidad de que goza. La historia trata de las dificultades que implica ellogro de la identidad, y de los problemas que se derivan de los deseosedípicos, y de los esfuerzos

 

por obtener el amor exclusivo de uno y otro progenitor.Al ser esta una historia ambigua, su valor depende, en gran manera, delmodo en que se relate. El padre que, por razones personales, se sienta encantadoante la idea de que hay que asustar a los niños para que no curioseen en lossecretos de los adultos contará la historia con un énfasis é nfasis muy distinto del de unpadre que se identifique empáticamente con este deseo infantil. Una personaexperimentará simpatía por las dificultades de Ricitos de Oro si éstas la hacensentirse niña, como c omo la protagonista del cuento; en otros casos, la reacción serádistinta. Mucha gente sentirá profundamente pro fundamente la misma frustración que Ricitos deOro cuando ésta debe aceptar el hecho de que todavía es una niña que tiene quesuperar la infancia, aunque no desee hacerlo.La ambigüedad de la historia nos permite, también, contarla poniendoénfasis en la rivalidad fraterna, otro importante tema. En este caso, dependemucho de cómo se cuente, por ejemplo, el incidente de la silla rota. Se puederelatar haciendo hincapié en la desazón de Ricitos de Oro, cuando la silla, queparecía ajustarse tan bien a sus necesidades, se viene abajo repentinamente; o bien recalcando, con júbilo, la caída de la niña o el hecho de que rompiera la sillitade Bebé Osito.Si la historia se narra desde e ell punto de vista de Bebé Osito, Ricitos de Oroaparece como una intrusa que viene de no se sabe dónde, como ocurre con elhermanito recién llegado, y usurpa —o intenta usurpar— usurpar— un puesto en la familiaque, para Bebé Osito, estaba ya completa sin ella. e lla. Ese odioso intruso roba sucomida, le rompe la sillita e incluso intenta echarlo de su cama; y, por extensión,trata e xtensión,trata de ocupar su lugar en el corazón de sus padres. Por este motivo, escomprensible que la voz de Bebé Osito, y no la de los padres, fuera «tan estridentey chillona que despertó en seguida a Ricitos de Oro. Se levantó de un salto... ycorrió hacia la ventana». Es Bebé Osito —el niño— niño— el que quiere deshacerse delrecién llegado, quiere que la niña regrese por donde ha venido y no volver a saber«nada más de ella». De esta manera, la historia encarna, de modo fantástico, lostemores y deseos que un niño experimenta respecto a la llegada, real o imaginaria,de un nuevo miembro de la familia.Si consideramos el cuento desde el punto de vista de Ricitos de Oro,entonces Bebé Osito representará el hermano, y podremos empatizar con el deseode la niña por destruir su juguete (la sillita) y ocupar su cama, a fin de que elpequeño no disponga ya de ningún lugar en la familia. Interpretándola así, lahistoria se convierte en un relato re lato admonitorio, advirtiendo de las consecuencias quepuede tener el ceder a la rivalidad fraterna hasta el extremo de actuardestructivamente contra los objetos del hermano. Pues si uno se comporta de estemodo, puede encontrarse abandonado a la intemperie, sin tener a dónde ir.La gran popularidad de «Ricitos de Oro» tanto entre los niños como entrelos adultos se deriva, en parte, de sus múltiples significados a tan distintos niveles.El niño pequeño reaccionará principalmente al tema de la rivalidad fraterna, y sesentirá encantado de ver que Ricitos de Oro tiene que regresar al lugar de dondeprocede, cosa que muchos niños desearían para su hermanito pequeño. Unmuchacho algo mayor se sentirá cautivado por el hecho de que Ricitos de Orointenta apropiarse de los roles adultos. Algunos niños disfrutarán imaginando a lapequeña mientras espía y entra en la casa; a numerosos adultos les gustarárecordar que Ricitos de Oro es expulsada por ellos.Esta historia es especialmente adecuada porque describe al intruso, Ricitosde Oro, bajo un aspecto sumamente agradable. Esto hace que el cuento sea tanatractivo para unos como para otros, porque al final vencen los osos. Así, tanto siuno se identifica con el extraño o con un miembro de la familia, la historia puederesultar igualmente satisfactoria. Los cambios que ha sufrido el título a lo largo del tiempo muestran cómo c ómo una historia que protegía la propiedad

 

privada y losderechos psicológicos de los miembros de una familia —los osos— osos— se ha convertidoen otra que concentra todo su interés interé s en el usurpador. Este relato que antes sellamaba «Los tres t res ositos» se ha hecho popular bajo el nombre de «Ricitos de Oro».Además, la ambigüedad de dicha historia, que va de acuerdo con el sentir de lostiempos, contribuye también a su popularidad, aunque las soluciones evidentes queofrece el cuento de hadas tradicional tr adicional parezcan apuntar hacia una etapa más feliz,en la que se podían hallar soluciones definitivas.A este respecto, todavía es más importante el gran atractivo de la historia,que, al mismo tiempo, es su mayor defecto. No sólo actualmente, sino tambiénen otras épocas, el huir de un problema, que en términos del inconsciente significanegarlo o reprimirlo, parece ser el camino c amino más fácil si lo comparamos conla dificultad que entraña la resolución del mismo. La huida es la solución quenos plantea el relato de «Ricitos de Oro». Los osos permanecen impertérritosante la aparición y repentina desaparición de la muchacha en sus vidas. Actúancomo si nada hubiera ocurrido, tan sólo un interludio sin más consecuencias; todose resuelve cuando la niña escapa saltando por la ventana. En lo quea Ricitos de Oro se refiere, la huida indica que no es necesaria ninguna solución alos conflictos edípicos ni a la rivalidad fraterna. Contrariamente a loque suele ocurrir en los cuentos de hadas tradicionales, en esta historia tenemos laimpresión de que la experiencia exper iencia que Ricitos de Oro obtiene en ccasa asa delos ositos no produce cambio alguno en su vida ni en la de aquéllos; no semenciona nada al respecto. Aunque la niña busque desesperadamente el lugar másapropiado para ella —es decir, quién es en realidad— realidad—, no se nos dice que Ricitos R icitos deOro llegue a alcanzar un nivel superior de identidad.A los padres les gustaría que sus hijas fueran eternamente niñas, al igualque al pequeño le encantaría creer que puede evitar la lucha que el crecimientolleva consigo. Por est este e motivo, la reacción más espontánea ante ese cuento es:«Qué historia más bonita». Y precisamente por esto, el relato no ayuda al niño aalcanzar una madurez emocional.

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