PsE Libro Teorias Psicologicas ColAut

October 31, 2017 | Author: Elba Angela Duran Ticona | Category: Empiricism, Psychology & Cognitive Science, Science, Theory, Dialectic
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CARRERA DE PEDAGOGÍA PSICOLOGÍA.

2DO. AÑO. C. R. E.

16 HORAS

LIBRO TEORÍAS PSICOLÓGICAS Y SU INFLUENCIA EN LA EDUCACIÓN.

AUTORES: DrC. MARÍA ELENA SEGURA SUÁREZ. DrC. DIEGO GONZÁLEZ SERRA MSc. MARÍA ELENA GONZÁLEZ GONZÁLEZ MSc. MARÍA ISABEL ÁLVAREZ ECHEVERRÍA

Introducción: Este libro de texto está dirigido a los estudiantes que se preparan en la carrera de Pedagogía Psicología en la Licenciatura en Educación de los Institutos Superiores Pedagógicos. El objetivo es brindar una sistematización de las teorías psicológicas que se han desarrollado internacionalmente, en América Latina y particularmente en Cuba; y su influencia en la educación. Ha sido el propósito de los autores, revisar toda la bibliografía con que cuenta el país, y poder presentar nuestros criterios a partir de nuestra posición dialéctico materialista, como las diferentes teorías que han surgido y contribuido al conocimiento más profundo de esta ciencia así como su aplicación a la educación. Consideramos que la Psicología es una ciencia, que ha surgido y se ha desarrollado, nutriéndose de todos los conocimientos aportados por las diferentes concepciones psicológicas, tanto con una orientación idealista como dialéctica materialista. En Cuba existen publicaciones que abordan las teorías psicológicas, escritas por autores principalmente norteamericanos y de la extinta Unión Soviética, pero no son considerados libros de textos. Hay autores cubanos, como Carolina de la Torre, Manuel Calviño, Orlando Valera, entre otros, que abordan algunas de estas teorías pero no lo relacionan directamente con la educación. En este libro, nos referiremos a las teorías psicológicas que más han incidido en la educación, aunque abordaremos otras, que aunque no aportan elementos significativos que permitan la preparación del maestro, si les brinda una vasta cultura psicológica, necesaria para todo profesional de la educación. Los autores del libro son los siguientes: Capítulo I: DrC. María Elena Segura Suárez. Capítulo II: DrC. María Elena Segura Suárez- Estructuralismo y Funcionalismo MsC. María Elena González González- Conductismo y Psicoanálisis. MsC. María Isabel Älvarez Echeverría- Humanismo y la Gestalt DrC. María Elena Segura Suárez- Movimiento cognitivo. Capítulo III: DrC. Diego González Serra. Capítulo IV: DrC. María Elena Segura Suárez.

INDICE Introducción Capítulo I: Fundamentos generales para el estudio de las Teorías psicológicas y su influencia en la educación. 1.1. Fundamentos teóricos para el estudio de las teorías psicológicas. 1.1.1. Las teorías psicológicas 1.1.2. Escuela psicológica 1.1.3. Corrientes psicológicas 1.1.4. Leyes y principios psicológicos 1.1.5. Las categorías psicológicas 1.1.6. Tendencias del desarrollo de la Psicología 1.2. Fundamentos generales de la investigación histórica psicológica 1.3. Premisas filosóficas para el surgimiento y desarrollo de las teorías psicológicas. 1.4. Premisas científicas naturales para el surgimiento y desarrollo de la psicología como ciencia independiente. 1.5. Programas de estructuración de la Psicología como ciencia independiente. 1.6. Importancia del estudio de las teorías psicológicas para la educación. Capítulo II: Teorías psicológicas de orientación idealista y su influencia en la educación. 2.1. El Estructuralismo. 2.1.1. Objeto de la Psicología Estructuralista. 2.1.2. Problemas y métodos de la Psicología Estructuralista. 2.1.3. Caracterización del Estructuralismo y valoración crítica. 2.2. El movimiento funcionalista. 2.2.1. Objeto de estudio del funcionalismo. 2.2.2. El problema de la función y la estructura. 2.2.3. Caracterización del movimiento funcionalista y valoración crítica. 2.2.3.1. John Dewey y el instrumentalismo. 2.2.3.2. Edward Lee Thordinke y el conexionismo. 2.3. La Psicología de la Gestalt 2.3.1. Principales influencias teóricas y metodológicas. 2.3.2. Sus representantes principales 2.3.3. Aportes teóricos principales 2.3.4. Valoración crítica. 2.4. El Psicoanálisis 2.4.1. Antecedentes 2.4.2. Surgimiento del psicoanálisis. S. Freud 2.4.3. La Psicología analítica de C. Jung. 2.4.4. A. Adler y la psicología individual. 2.4.5. Métodos de estudio del psicoanálisis 2.4.6. Valoración crítica 2.5. El conductismo. 2.5.1. Antecedentes 2.5.2. La Escuela Conductista 2.5.2.1. El condicionamiento clásico de J. Watson 2.5.2.2. El condicionamiento operante de B. F. Skinner 2.5.2.3. El aprendizaje por observación de A. Bandura 2.5.2.4. Métodos de investigación.

2.5.3. Valoración crítica. 2.6. El movimiento humanista. 2.6.1. Principales influencias teóricas y metodológicas. 2.6.2. Posiciones teóricas y metodológicas de la psicología humanista o tercera fuerza. 2.6.3. Algunos de sus representantes principales. 2.6.3.1. Gordon W. Allport 2.6.3.2. Abraham Harold Maslow 2.6.3.3. Carl Rogers 2.6.4. La psicología humanista: valoración crítica. Su influencia en la educación. 2.7. El movimiento cognitivo. 2.7.1. La epistemología de J. Piaget. Valoración crítica 2.7.2. La Psicología cognitiva norteamericana. Valoración crítica 2.7.3. Reflexiones sobre el constructivismo. Capítulo III: La Psicología de orientación dialéctica materialista soviética. 3.1. Génesis y principales posiciones teóricas de la Psicología Soviética. 3.1.1. Lev Seminovich Vigotski y la escuela histórico- cultural. 3.1.2. S. L. Rubinstein y la dialéctica en Psicología. 3.1.3. La teoría de la actividad en A. N. Leontiev. 3.1.4. D. N. Uznadze y la teoría del set o actitud. 3.1.5. B. G. Anániev. 3.1.6. P. Ya. Galperin 3.1.7. Boris Féderovich Lómov. 3.2. La categoría personalidad en la Psicología Soviética. 3.2.1. La personalidad en la obra de S. L. Rubinstein. 3.2.2. La categoría personalidad en la teoría de A. N. Leontiev. 3.2.3. La categoría personalidad en la obra de L. I. Bozhovich. Capítulo IV: Las teorías psicológicas en América Latina y en Cuba. 4.1. Teorías psicológicas que se han manifestado históricamente en América Latina. 4.2. Teorías psicológicas que se han reflejado históricamente en Cuba. 4.2.1. Período de gestación del conocimiento psicológico cubano (etapa colonial hasta la década del 70. Siglo XIX). 4.2.2. Período de surgimiento de la Psicología como ciencia en Cuba (últimas dos décadas del siglo XIX). 4.2.3. Período de establecimiento de la Psicología como ciencia en Cuba (tres primeras décadas del siglo XX). 4.2.4. Período de desarrollo de la Psicología como ciencia y profesión (décadas del 40 y el 50. Siglo XX) 4.2.5. Bosquejo general de las teorías psicológicas que se han desarrollado después del triunfo de la Revolución en 1959 y su influencia en la educación.

Capítulo I: Fundamentos generales para el estudio de las teorías psicológicas y su influencia en la educación. Este capítulo está dirigido al conocimiento de categorías fundamentales que son imprescindibles para el estudio de las teorías psicológicas. Para ello, se parte de conceptos fundamentales elaborados por la autora a partir de una sistematización de los estudios realizados sobre la evolución que ha tenido el pensamiento psicológico en el plano universal, los programas de estructuración de la Psicología como ciencia independiente, así como las premisas filosóficas y científicos naturales para el surgimiento y el desarrollo de las teorías psicológicas. Se tratan los fundamentos generales para la investigación histórico- psicológica y su importancia en la educación. 1.1. Fundamentos teóricos para el estudio de las teorías psicológicas. La Psicología se distingue de otras ciencias porque su objeto es una parte del sujeto, su psiquis, de la cual muchas veces no tiene información suficiente, solo vivencia su propia realidad psicológica, no se la explica. Al entrar en contacto con los conocimientos psicológicos, inmediatamente se despierta la curiosidad del sujeto y este intenta profundizar el conocimiento que tiene de sí mismo y explicarse su propio proceso de aprendizaje. En esto consiste el carácter heurístico de los conocimientos psicológicos, lo cual ha sido aprovechado históricamente. El conocimiento psicológico es el conjunto de hechos, conceptos, leyes y regularidades de la vida psíquica obtenida en una práctica socio-histórica determinada. Los conocimientos psicológicos se expresan en el estudio de las teorías, las escuelas, las categorías, así como las leyes y principios que intervienen en el desarrollo psíquico. En el transcurso de la historia, el análisis de estos conocimientos ha dependido principalmente del desarrollo alcanzado por la ciencia psicológica y las condiciones concretas en que se manifiesta. 1.1.1. Las teorías psicológicas. En la filosofía dialéctico materialista se define la teoría “como un sistema de un saber generalizado, explicación sistemática de determinados aspectos de la realidad. Constituye un reflejo y una reproducción mental, ideal de la verdadera realidad. Por otra parte, se halla indisolublemente ligada a la práctica, que plantea al conocimiento problemas acuciantes y exige su solución.” (1) La teoría no es algo absoluta, es un sistema cognoscitivo relativamente perfecto, que se modifica en el transcurso de su desarrollo. Los cambios en la teoría se efectúan incluyendo en ella nuevos hechos y los conceptos que los expresan y precisando los principios que sustentan dicha construcción. Con relación a la teoría psicológica, en la literatura científica de orientación idealista se encuentran autores como B. Wolman (1967), E. Heidbreder (1964), W. Sahakian (1982), entre otros, que consideran a la teoría como herramientas funcionales que ayudan a describir, entender, predecir y cambiar la personalidad y la conducta humana. Es un modelo esencialmente descriptivo, cuantitativo y experimental, apareciendo en él la construcción

teórica, más como conceptualización de lo empírico, que como elaboración que le da un sentido a éste, trascendiendo el plano de los hechos y penetrando en sus relaciones, las cuales resultan inaccesibles al plano sensorial. Desde esta posición se considera la teoría como la agrupación u ordenamiento de los resultados aportados por el método, los cuales permiten describir la realidad. De esta manera lo teórico es la conceptualización y organización de los datos que los instrumentos reportan, o sea, que en el nivel teórico no se construyen conocimientos, sólo se conceptualizan los hallazgos de las inducciones empíricas. El Dr. C. Orlando Valera define la teoría científica como “el extenso dominio del saber que muestra las regularidades del funcionamiento y desarrollo de un determinado conjunto de fenómenos del mundo material o espiritual, describe y explica estos fenómenos y está destinado a la transformación progresiva de la naturaleza, de las relaciones sociales y del propio hombre.” (2) Fundamenta que es un sistema complicado y lógicamente armonioso de conocimientos que incluye una serie de elementos, los cuales constituyen formas más simples de expresión del saber. Expresa Valera: “Los elementos y estructura de la teoría: principio (su elemento esencial, núcleo básico de orientación filosófica), leyes (núcleo de subordinación o de coordinación), aparato categorial- cognitivo, juicios, hechos, datos, postulados y teoremas, cálculos formales y presupuestos o hipótesis”. (3) En contraposición a la concepción de teoría psicológica que aborda la orientación idealista, el Dr. Fernando González (1993) señala que la teoría psicológica es una construcción permanente, constituyendo la relación de lo subjetivo y lo objetivo una condición para la configuración progresiva de la objetividad del conocimiento, la cual se explica y se interpreta; el conocimiento particular de la subjetividad humana, en cualesquiera de sus niveles, integra, por su propia condición, reflexiones filosóficas e ideológicas, que de forma explícita o implícita condicionan el propio avance en el conocimiento del objeto. El Dr. Diego González Serra define a la teoría psicológica como el “reflejo generalizado de los diferentes aspectos y leyes del psiquismo que nos ofrece una imagen multilateral y diversa de este (lo concreto pensado). La teoría es el producto, el resultado de la investigación teórica, o sea del proceso del pensamiento y de comunicación entre diferentes investigadores en virtud del cual se obtiene una imagen generalizada, multilateral, lo más completa posible, de aquellos aspectos y leyes que se investigan en los fenómenos psíquicos.” (4) Del análisis de estos autores que abordan la teoría con una orientación dialéctico materialista, se asume en este libro como teoría psicológica, el sistema de construcciones del conocimiento psicológico a partir de los cuales se explican e interpretan las categorías, principios y leyes generales de la subjetividad humana. Consideramos lo teórico y lo empírico como momentos indisolubles del conocimiento científico, cuya independencia es relativa. La teoría crece y se desarrolla en su momento empírico, mostrando su capacidad para conducir hacia nuevas explicaciones sobre la realidad que se van integrando en un cuerpo teórico único, capaz de actuar en áreas que permanecen inaccesibles

al conocimiento. El momento empírico corrobora la capacidad de las teorías para mantener su desarrollo y la estimula en este proceso, en el cual va creciendo el conocimiento sobre la realidad y se van abriendo regiones desconocidas de ésta al paso de la ciencia. “Es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento.” (5) Coincidimos con el Dr. Calviño cuando expresa: “Pero como toda praxis, la práctica de la Psicología Marxista expresa la necesidad de una unidad dialéctica indisoluble: la unidad Teoría-Práctica. No hay ni puede haber una práctica consciente, orientada y productiva sin un marco teórico en el que la misma se inscribe, marco teórico que surge de una práctica y que vuelve a ella no sólo para confirmarse sino para perfeccionarse y permitir así un verdadero crecimiento científico” (6) Se debe distinguir entre teoría científica y teoría del desarrollo de la ciencia. Toda ciencia contiene un conjunto de teorías. En la Psicología se encuentra la teoría del reflejo, la teoría asociativa, la teoría de las sensaciones, la teoría del desarrollo intelectual, la teoría de aprendizaje, entre otras; son consideradas teorías psicológicas. Todas estas teorías tienen por objeto la vida psíquica o alguna de sus facetas. El proceso de sustitución de una teoría por otra se realiza según determinadas leyes, surge la necesidad de comprender estas leyes y de concebirlas teóricamente, es decir, surge la necesidad de elaborar la teoría de la génesis y sustitución de las representaciones teóricas, las cuales son consideradas teorías del desarrollo de la ciencia psicológica. Las teorías pueden conducir a la formación de escuelas psicológicas. 1.1.2. Escuela psicológica. Cuando surge la Psicología científica, se desarrollan diferentes teorías, las cuales van a dar lugar a las escuelas psicológicas, al plantearse un objeto de estudio definido y la utilización de métodos y procedimientos que permiten interpretar la realidad psíquica a partir de la posición filosófica que adoptan los investigadores. El Dr. C. Valera define que las escuelas “son agrupaciones científicas que desde las posiciones generales de las corrientes definen su propio objeto y contenido de estudio y su metodología de abordaje, muchas veces agrupadas, al menos en sus inicios, en una institución científica o universidad de determinado país y nucleadas por científicos de avanzada que se instalan como principales representantes. También se puede decir que la escuela es todo un cuerpo de doctrina o sistema creado por un científico o más, aceptado, seguido y aún reelaborado por otros.” (7) Desde el punto de vista histórico, las diferentes escuelas psicológicas que se fueron desarrollando partían de considerar la delimitación de un objeto de estudio bien definido. Su investigación se lograba mediante la utilización de métodos y procedimientos capaces de interpretar ese objeto, de los cuales se planteaban determinados principios y leyes que respondían a la concepción filosófica adoptada por el autor o autores y respondían a las necesidades sociales en ese contexto. Así surgieron escuelas que fueron conformando su sistema categorial para dar solución a los problemas relacionados con el psiquismo humano, como el estructuralismo, el conductismo, el psicoanálisis, la Gestalt, para enumerar algunas de las más importantes. Se observa que cada una de ellas tratan de estudiar una faceta de la realidad psicológica del hombre; en ellas, el objeto de estudio se mueve entre el estudio instrospectivo de la conciencia, la conducta observable en el sujeto, los motivos inconscientes que impulsan la actuación del hombre, hasta

el estudio de la imagen representada en la conciencia. Cada una de ellas parte de leyes y principios fundamentales y de la utilización de sus métodos propios, para la elaboración de un sistema teórico. Definimos como escuela psicológica, un sistema más o menos organizado, de teorías elaboradas (y reelaboradas) que delimitan su objeto de estudio, poseen un cuerpo teórico conceptual y se apoyan en los principios fundamentales que sustentan de acuerdo al enfoque filosófico adoptado por uno o varios autores, utilizan métodos y procedimientos de investigación para su estudio y brinda desde las posiciones teóricas que adopta, solución a problemas relacionados con el psiquismo humano. En la evolución de la Psicología han surgido escuelas psicológicas, que se han mantenido en el transcurso de la historia, ya que han permitido dar respuestas a problemas relacionados con la actuación del propio sujeto; han surgido algunas variantes, que en esencia han mantenido la plataforma teórica de sus orígenes y se conocen como los grandes sistemas psicológicos, entre ellas tenemos el conductismo y el psicoanálisis Otras poseen vigencia en la actualidad al tratar aspectos muy puntuales de la psiquis del hombre; por ejemplo, la escuela de la Gestalt ha influido en el estudio sobre la imagen, específicamente su teoría de la percepción, así como estudios realizados sobre el aprendizaje, el pensamiento y la terapia grupal. La trascendencia de las escuelas está determinada por la solución que han dado a los problemas relacionados con el psiquismo humano. La Psicología de orientación dialéctico materialista se desarrolló principalmente en la Unión Soviética, las escuelas que surgieron trataron de dar respuestas a problemas puntuales relacionados con el mundo psicológico del hombre, así se elaboraron teorías tan importantes como la de la actividad, la comunicación, la motivación, los procesos cognoscitivos, la conciencia y otras. Su valor más importante es que establecieron los principios fundamentales para la interpretación de la vida psíquica del hombre con una orientación dialéctico materialista. De ella surgieron escuelas que sirvieron de plataforma teórica para el desarrollo de la Psicología como ciencia en el plano universal, como la concepción histórico- cultural de S. L. Vigotsky. Así todas las escuelas psicológicas que han surgido y se han desarrollado hasta la actualidad, han elaborado sus propias teorías y su sistema categorial, y han establecido los principios y las leyes para su estudio, como su metodología con vista a interpretar la realidad psicológica del hombre en su contexto histórico social. Debemos distinguir entre escuela y movimiento psicológico. Cuando hablamos de movimiento en la Psicología nos referimos a diferentes concepciones generales que unen a una comunidad de científicos al tratar determinados aspectos de la vida psíquica, pero no poseen una unidad conceptual, metodológica y de acción común. Nos referimos al movimiento funcionalista, al movimiento cognitivista y al movimiento humanista. Por ejemplo, el movimiento humanista reúne un conjunto de concepciones generales sobre la naturaleza humana y el mundo, que refutan el enfoque mecanicista de la teoría del hombre del conductismo y el fatalismo, pesimismo del psicoanálisis. Como elemento común de estas teorías es que se centran en el estudio del hombre y de su desarrollo. 1.1.3. Corrientes psicológicas.

En el desarrollo de la Psicología se encuentra que el término corriente es utilizado por los autores de forma diferente. En la historiografía burguesa se trabaja con el objetivo de designar variantes de escuelas psicológicas clásicas. Así se observa que los autores E. Heidbreder (1964), B. Wolman (1967), W. Sahakian (1982), llaman corrientes psicológicas al neoconductismo y el neopsicoanálisis como nuevas concepciones derivadas del conductismo de J. Watson y el psicoanálisis de S. Freud. Esto lo explican porque las nuevas teorías surgidas mantienen la misma plataforma teórica que dio origen, aunque incorporan nuevos elementos para la interpretación de ese objeto. En realidad consideramos que las nuevas posiciones que van surgiendo, por ejemplo dentro del conductismo, la reacción retardada de W. Hunter, los mediadores de la conducta de E. Tolman, las variables intermedias de C. Hull y el conductismo operante de B. F. Skinner, por citar algunos de los más importantes, responden a posiciones teóricas y metodológicas planteadas por el conductismo clásico, son nuevas variantes de estudiar la conducta. Por su parte, M. G. Yaroschevsky, en sus obras relacionadas con la historia de la Psicología, designa como corriente al funcionalismo norteamericano, esto se debe a que las teorías elaboradas por su creador W. James, no conforman un cuerpo conceptual estructurado y coherente que permita explicar su objeto de estudio. En la literatura científica revisada no se encuentran trabajos dirigidos a dilucidar las diferencias existentes entre escuelas y corrientes psicológicas, aunque se trabaja con estos términos. En las obras elaboradas por los Dres. Carolina de la Torre y Manuel Calviño se trasluce que las corrientes psicológicas son movimientos más generales del pensamiento y en ellas se expresan las diversas teorías y escuelas psicológicas. En la actualidad, el Dr. Valera, que ha investigado con este fin, define por corriente "aquella tendencia de carácter general y filosófico que desde una interpretación de la relación del hombre con el mundo, determina la naturaleza de lo psicológico, produciendo una orientación global en la práctica investigativa y las elaboraciones teóricas de la Psicología." (8) Coincidimos con este autor y consideramos que la corriente psicológica es un conjunto de posiciones teóricas de carácter general, enlazadas por un núcleo común, que generalmente agrupa a varios seguidores quienes desde su posición filosófica la sustentan, divulgan, aplican y trascienden de los marcos de la comunidad científica específica. Cuando hablamos por ejemplo, de la corriente conductista, hacemos referencia a la escuela conductista desde su surgimiento y sus diferentes variantes, hasta llegar a los momentos actuales: el conductismo social de Albert Bandura y el movimiento conductista norteamericano. El núcleo común es el estudio de la conducta, opera con métodos objetivos para la modificación del comportamiento y no toman en cuenta el estudio de la subjetividad del hombre.

1.1.4. Leyes y principios psicológicos. La ley es definida por la filosofía marxista leninista como “el vínculo esencial, reiterativo y necesario que se dan en un grupo de fenómenos con carácter de regularidad.” (9)

F. Engels señaló que “(...) la materia, en su ciclo último, se mueve con sujeción a leyes que, al llegar a determinada fase (…) produce necesariamente, en los seres orgánicos, el espíritu pensante.” (10) Añade, “(…) las leyes del pensamiento y las leyes naturales coinciden necesariamente entre sí, cuando se las conoce de un modo certero.” (11) El sistema de conceptos formados por el hombre en el proceso cognoscitivo no es otra cosa que el reflejo de los nexos internos de los fenómenos y procesos entre sí. Los filósofos idealistas intentan negar el carácter objetivo de las leyes, considerando que son fruto de la razón humana, mientras que la dialéctica materialista señala que la ciencia tiene la tarea de descubrir sus leyes en el mundo objetivo. La Psicología, lo mismo que otros campos de investigación, se halla subordinada en su desarrollo a una ley determinada, a la lógica del desarrollo de la ciencia. Se indica también, que este determinante no orienta unívocamente el movimiento del pensar, sino en interacción con otros determinantes de orden social, ideológico y personal. La propia realidad psíquica no es una esencia aislada, sino algo condicionado desde un principio por otros procesos biológicos y sociales. Las leyes psicológicas son los nexos internos esenciales, reiterativos y necesarios que se dan en los fenómenos psicológicos. Desde el punto de vista histórico, al surgir el hombre y con él su psiquis, se intentó explicar el funcionamiento psicológico del hombre y por ende las relaciones que se establecen entre los fenómenos psíquicos. La interpretación causal estaba determinada por el propio desarrollo de la Filosofía y de otras ciencias en cada época. El conocimiento sobre las leyes que establecían esos nexos evolucionó, de las leyes naturales, a leyes espirituales, a leyes de la mecánica, a las biológicas y sociales. La propia concepción filosófica que subyace para el análisis del psiquismo humano determina el desarrollo de las leyes. El desarrollo de la Psicología como ciencia trajo aparejado el análisis de las leyes que establecen la conexión entre los fenómenos psicológicos. Así por ejemplo podemos señalar, que las primeras escuelas psicológicas establecieron las leyes psicofísica (y paralelismo), la psicofisiológica, de la asociación (combinación, contigüidad, degradación, progresión, contraste, entre otras); y posteriormente las leyes biogenéticas (instintivas) y sociogenéticas (dentro de ella se plantean leyes específicas para el aprendizaje: asimilación, combinación, predisposición, efecto y ejercicio). La Psicología de orientación dialéctico materialista realiza un análisis crítico de las teorías psicológicas de orientación idealista; las que son contradictorias y no conciliables y lastradas por una concepción filosófica que no les permiten una visión objetiva de la realidad, que plantean como determinantes las leyes biológicas o las leyes sociales. La Psicología Marxista reconoce tanto las leyes biológicas como sociales, y considera que las leyes histórico-sociales son las determinantes en el desarrollo de la psiquis, en tanto que las leyes biológicas se encuentran subordinadas a éstas. “Las leyes del pensar abstracto que se eleva de lo simple a lo complejo, responden al proceso histórico real.” (12) Las leyes se materializan mediante los principios. La filosofía dialéctica materialista define que el principio “es un concepto central, el fundamento de un sistema, concepto y fundamento que constituyen una generalización y la aplicación de algún principio a todos los fenómenos que se producen en la esfera de la que ha sido abstraído el principio dado.” (13) En el principio subyace la concepción filosófica de que se parte para la explicación de los conocimientos científicos y es la concreción de la ley.

Los principios de la Psicología son los fundamentos teóricos y metodológicos generales que permiten la descripción, explicación e interpretación del funcionamiento de la actividad psíquica, por lo que responden a un enfoque filosófico determinado. En el desarrollo histórico de la Psicología, en un inicio dentro de la Filosofía (y la Teología) el paso de las representaciones empíricas a las teóricas estuvo dirigido a dos direcciones: la consolidación del principio de la dependencia universal de los fenómenos psíquicos que se observan con respecto a las causas naturales; y el principio del espiritualismo, donde las fuerzas sobrenaturales rigen la psiquis humana. Más adelante, en la época del capitalismo premonopolista, se plantean principios que brindan los fundamentos para la interpretación de los fenómenos psíquicos como el sensualista, racionalista, empirista y asociacionista. Con el surgimiento de la Psicología como ciencia independiente y el establecimiento de escuelas psicológicas se manifiestan otros principios: el mecánico-atomista, el de integración, el irracionalista, el asociacionista, el de la causalidad mecánica externa, entre otros. La Psicología de orientación dialéctico materialista es la que plantea por primera vez un sistema de principios: principio del determinismo materialista- dialéctico, principio de la naturaleza social de la psiquis humana, del desarrollo, del historicismo y el principio de la unidad psiquis- actividad. En los principios se revelan posiciones idealistas (subjetiva u objetiva) o materialistas (espontáneo, mecánico, biologicista o dialéctico), para la explicación de la actividad psicológica humana, en dependencia del desarrollo de la Filosofía, las Ciencias Naturales y la propia Psicología. La Psicología dialéctico materialista plantea que en el desarrollo de las teorías psicológicas existe correspondencia entre las leyes y los principios. De una ley psicológica se pueden derivar varios principios, y un mismo principio psicológico responde a la concreción de varias leyes. Consideramos que el punto de partida para el análisis de los principios en el desarrollo histórico de la Psicología lo constituye el principio del determinismo, que revela el condicionamiento causal y regulado de los fenómenos psíquicos, y responde a las leyes histórico- sociales. S. L. Rubinstein planteó: “El desarrollo de la Psicología científica es la historia de la lucha por el determinismo.” (14) 1.1.5. Las categorías psicológicas. Para la filosofía dialéctico materialista las categorías “son principios organizativos del pensamiento, puntos clave de la relación del sujeto y el objeto, que abarcan toda la riqueza de objetos y fenómenos.” (15), las cuales se encuentran vinculadas entre sí de tal modo que cada una de ellas puede ser comprendida sólo como elemento de un determinado sistema. “El todo tal como aparece en el cerebro, como un todo mental, es un producto del cerebro pensante que se apropia el mundo.” (16) Es decir, son los conceptos fundamentales que reflejan las propiedades, facetas y relaciones más generales y esenciales de los fenómenos de la realidad y de la cognición. Ellas se han formado en el proceso de desarrollo histórico del conocimiento sobre la base de la práctica social. Coincidimos con el criterio de M. G. Yaroschevsky que define las categorías psicológicas como “las formas y organizadores más generales y estables del pensamiento, que están interrelacionados entre sí y que no son reducibles unas a otras. Ellas no son una

creación espontánea del pensamiento, sino un reflejo activo de la independencia de la realidad respecto del pensamiento.” (17) La Psicología ha elaborado sus categorías, las cuales reflejan las propiedades más generales de la actividad psíquica. La interconexión interna de estas categorías está condicionada por el hecho de reflejar distintas facetas de una realidad psíquica única. Desde tiempos inmemoriales, las necesidades de la vida en sociedad obligaron al hombre a distinguir sutilmente, empíricamente, los motivos de la conducta y las propiedades del carácter de sus conocidos. Las acciones del hombre, su memoria o su atención, las resoluciones tomadas o el curso de los pensamientos se explicaban mediante una representación mitológica sobre la categoría alma como fuerza oculta, principio explicativo de los fenómenos internos. A finales del Siglo XIX, estas representaciones mitológicas dieron pasos a representaciones científicas, debido al desarrollo alcanzado por las Ciencias Naturales; la realización de experimentos, observaciones y mediciones en los laboratorios fisiológicos, en las clínicas para enfermos nerviosos, entre otros; produjo la construcción de un sistema de categorías del conocimiento psicológico como conocimiento objetivo y causal, surgiendo la Psicología como ciencia. El análisis categorial abrió amplias perspectivas para la investigación de la dinámica de las ideas científicas, de la lógica de su desarrollo, de la elaboración de los problemas radicales de la historia, la teoría y la organización de la actividad investigativa. Además, comprendió los acontecimientos más importantes que registra la Psicología del siglo XX, en particular su integración en escuelas y la desintegración de las escuelas mismas. Así surge el estudio de categorías importantes como imagen, conciencia, acción, conducta, motivo, inconsciente, entre otros. La lógica del desarrollo de la ciencia se distingue de otras direcciones, por su tendencia histórico- objetal. Su fin estriba en descubrir la evolución de categorías y principios mediante los cuales se forma el conocimiento acerca de una determinada esfera de la realidad, en este caso, acerca de los actos psíquicos. La ciencia psicológica opera con su propio aparato categorial y con conceptos adecuados al contenido de su objeto de estudio. 1.1.6. Tendencias del desarrollo de la Psicología. En el Diccionario de Psicología se comprende como tendencia la “característica de ciertos movimientos, cambios, cursos de acontecimientos o masas de datos de cualquier índole, por la cual muestran una línea definida o dirección de progresión, o un acercamiento a algún punto o meta que los fenómenos o datos observados pueden no lograr. Suele usarse en relación con una especificación de punto o meta que los datos parecen perseguir.” (18) El Dr. C. Orlando Valera plantea que “las tendencias pueden clasificarse en corrientes, escuelas y teorías, según el grado de generalidad y penetración científica en el análisis del fenómeno psíquico.” (19) Sin embargo, en la evolución de las teorías psicológicas no aparece definido este término. El criterio fundamental para la conceptualización de tendencia del desarrollo de la Psicología se basa en los postulados de la Filosofía Marxista Leninista relacionados con la dialéctica del

desarrollo. Engels expresó: “La dialéctica de la mente es simplemente la imagen refleja de las formas de movimiento del mundo real, así en la naturaleza como en la historia.” (20) La dialéctica materialista examina el pensamiento y la cognición en su devenir en el proceso de su desarrollo, y en ellos está contenida, como tendencia, su futuro, es decir, aquello que devendrá. En este sentido, ve también la teoría del conocimiento como generalización de la historia del conocimiento, en que cada concepto, cada categoría, a pesar de su carácter mínimo de generalidad, llevan la impronta de la historicidad. Engels señaló: “La dialéctica llamada objetiva domina toda la naturaleza, y la que se llama dialéctica subjetiva, el pensamiento dialéctico no es sino un reflejo del movimiento a través de contradicciones que, en su pugna en la que acaba siempre desapareciendo lo uno en lo otro que lo contradice elevándose ambos términos a una forma superior.” (21) La categoría principal de la dialéctica materialista es la contradicción, donde se descubre la fuerza motriz y la fuente de todo desarrollo. En esta categoría se encuentra la clave de todos los demás principios y categorías del desarrollo dialéctico, es decir, el desarrollo por medio de la transformación de los cambios cuantitativos en cualitativos, la interrupción de la gradualidad, los saltos, la negación del momento inicial del desarrollo y la negación de esta misma negación, la repetición, sobre una base superior, de ciertas facetas y rasgos del estado inicial. Todo proceso singular del desarrollo tiene principio y fin, con la particularidad de que ya en el comienzo, en la tendencia se halla contenido el fin del desarrollo, y la culminación de determinado ciclo establece el principio de uno nuevo en el que pueden repetirse algunas particularidades del primero. Esta particularidad del desarrollo puede representarse como la imagen gráfica de un espiral que se desarrolla verticalmente, de modo que cada nueva espira parece repetir lo anterior pero a un nivel más alto y en su conjunto se obtiene la imagen de un desarrollo ascendente, progresista. Engels señaló: “El movimiento, en el sentido más general de la palabra, concebido como una modalidad o un atributo de la materia, abarca todos y cada uno de los cambios y procesos que se operan en el universo, desde el simple desplazamiento de lugar hasta el pensamiento.” (22) Así cuando se habla de desarrollo, abarca aspectos estrechamente interrelacionados y en interdependencia uno de los otros, cuando el movimiento o variación conducen a formas nuevas y superiores, a estructura y conexiones funcionales más complejas, mejor adaptadas y de una mayor eficacia, cualidades nuevas que se originan dada la concatenación universal de los fenómenos y procesos de la realidad objetiva y a las contradicciones internas inherentes a todo lo existente, que mediante paulatinas transformaciones cuantitativas posibilitan, a través de “saltos”, la aparición de lo nuevo, que niega dialécticamente lo que le dio origen. Marx expresó: “La llamada evolución histórica descansa en general en el hecho de que la última forma considera a las formas pasadas como grados que conducen a ella, siendo capaz de criticarse a sí misma alguna vez, y solamente en condiciones muy determinadas, (…) incluso como tiempos de decadencia.” (23) Definimos como tendencia del desarrollo de la Psicología, la dirección u orientación que asume el pensamiento psicológico en su devenir, tiene un enfoque filosófico que la sustenta, está determinada socio-históricamente; se expresan concretamente en las diferentes interpretaciones de ideas, teorías, escuelas y categorías psicológicas que se

adoptan, desarrollan y construyen en la ciencia, en dependencia de las condiciones socio-históricas concretas. Se define el pensamiento psicológico, como el sistema de ideas, juicios y generalizaciones acerca del psiquismo que como resultado del proceso de la actividad teórica refleja la práctica social y orienta su transformación. Cuando, desde lo histórico, se estudian los conocimientos psicológicos inmersos dentro de la Filosofía, la Pedagogía y las Ciencias Naturales, al no haber surgido la Psicología como ciencia, se hace referencia a ideas psicológicas. Entendemos como ideas psicológicas, a “las reflexiones de contenido psicológico presentes en un pensador y que no tienen como base un objetivo declarado en este sentido.” (24) Los aspectos de la ciencia que van a ser tomados como unidades de análisis para fundamentar los conocimientos psicológicos serán: las ideas, teorías, categorías, leyes y principios psicológicos, que se trabajarán en dependencia del período en que se analizan, con el objetivo de interpretar las tendencias del desarrollo en la Psicología en los diferentes períodos históricos y determinar cuáles contribuyeron al desarrollo de la enseñanza y la educación en función de los intereses y necesidades de la sociedad. 1.2. Fundamentos generales de la investigación histórica psicológica. La investigación histórica requiere de una serie de operaciones tendientes a enriquecer el conocimiento acerca del origen y desarrollo de las distintas sociedades humanas. La Filosofía Marxista- Leninista es la base metodológica para interpretar el desarrollo histórico de la ciencia psicológica, partiendo de los principios del materialismo dialéctico e histórico. El materialismo dialéctico brinda el basamento metodológico para interpretar de forma adecuada el objeto de estudio de la Psicología, se puede conocer desde las condiciones históricas en que se desarrolla, el estudio del fenómeno psíquico en su concatenación, desarrollo y en su devenir histórico, y brindar una valoración crítica de acuerdo a los enfoques adoptados por pensadores, teorías y escuelas psicológicas. Para ello el método fundamental que se debe utilizar es la ascensión de lo abstracto a lo concreto pensado, con el objetivo de abstraer e integrar los nexos esenciales del conocimiento psicológico en su desarrollo histórico y revelar las tendencias del desarrollo, que es lo concreto pensado. Marx señaló “(…) el método que consiste en elevarse de lo abstracto a lo concreto no es sino la manera de proceder del pensamiento para apropiarse lo concreto, para reproducirlo mentalmente como cosa concreta.” (25) El análisis y la síntesis están presentes como procedimientos del pensamiento. El método histórico lógico aplicado a la Psicología, permite determinar la trayectoria de la evolución del estudio de los fenómenos psicológicos, del pensamiento y de las teorías psicológicas en su devenir. El método lógico se utiliza para investigar las leyes más generales del funcionamiento y desarrollo de los fenómenos psicológicos. Lo lógico reproduce lo histórico,

despojado de lo casual y de lo individual que no es esencial en la comprensión del fenómeno psíquico, lo que constituye su esencia. Lo lógico se encuentra unido a lo histórico como método, debido a que se analiza la trayectoria del objeto de estudio tomando en cuenta las condiciones, políticas y sociales en que se desarrollaron. Permite poder interpretar y valorar críticamente las diferentes posiciones adoptadas por los pensadores de acuerdo al contexto histórico y la lógica de su desarrollo. El método de estudio documental, permite apreciar muchos aspectos importantes del desarrollo alcanzado en la Psicología en los períodos en que se estudia, ayuda a establecer los vínculos y valores propios de la Psicología en esos momentos y seguir la dinámica de la interacción entre los diversos aspectos en esta ciencia. Brinda información auténtica y confiable, fundamentalmente mediante publicaciones como libros, artículos, investigaciones, documentos; se interpreta el contenido bajo determinada óptica establecida en cada caso concreto y con espíritu crítico. Las fuentes históricas son los mediadores entre el investigador y el hecho histórico. Son los portadores de los datos históricos del pasado y además resultado de la actividad humana; es fuente histórica todo lo que ha llegado hasta nosotros como efecto cognoscible de los hechos (documentos, libros, cartas, eventos, entre otros); y su utilización está en dependencia del objeto que se investiga. En su obra Problemas Filosóficos de la Psicología (1984), el Dr. Diego González Serra fundamenta la unidad existente entre la investigación teórica, la empírica y la práctica profesional. Si entendemos como práctica profesional psicológica a toda aquella labor en la cual tiene una aplicación la teoría psicológica y la investigación científica en que esta se expresa y desarrolla, consideramos que resulta importante analizar cómo se manifiesta esta relación entre teoría y práctica en el estudio de las teorías psicológicas por los diferentes pensadores. La práctica psicológica posee como fin inmediato el satisfacer necesidades que le plantea la vida social, es decir, solucionar determinado problema, para lograr un conocimiento lo más objetivo y completo posible acerca de las diferentes concepciones teóricas y metodológicas que han existido a lo largo del desarrollo histórico de la Psicología, pero fundamentalmente para transformar dicho objeto, es decir, para poder valorar críticamente estas concepciones a partir de un análisis de lo que pueda haber de positivo o negativo en cada una de ellas, lo cual permitirá a su vez profundizar, enriquecer o modificar la teoría psicológica. Para ello, es necesario tanto la investigación empírica como la teórica, ya que los resultados de ambas permiten enriquecer y fundamentar todos aquellos contenidos que aplicamos en nuestra práctica profesional, pero a su vez ésta le proporciona los hechos, los datos, y fundamentalmente la demostración de la veracidad o no de los resultados obtenidos a través de la investigación científica. Por ejemplo, valorar y verificar la validez de las diferentes teorías del aprendizaje surgidas en la Psicología. Sin embargo, se hace necesario diferenciar entre la investigación empírica y la teórica, y destacar la forma particular que estas adoptan en el estudio de la Psicología. La investigación empírica, va de lo concreto a lo abstracto, es decir, del hecho único al descubrimiento de leyes generales empíricas en que en él se manifiestan. La investigación teórica va de lo abstracto a lo concreto pensado, es decir, apoyándose en las investigaciones

empíricas y en los hechos generalizados que estas han establecidos, partiendo de estas generalizaciones empíricas establece generalizaciones teóricas, que en su unidad dialéctica nos descubren el objeto en su multilateralidad y diversidad concretas. Existen diversas manifestaciones de la investigación empírica en el campo de la historia de la Psicología: - los hechos científicos obtenidos mediante la observación externa u objetiva, no lo constituyen los registros fisiológicos o conductuales de un sujeto, ya que esto resulta imposible cuando queremos investigar acerca de un autor o de una escuela determinada. Los hechos científicos en este caso lo constituyen los documentos históricos, los acontecimientos políticos, económicos, sociales y los descubrimientos científicos (no solo sociales sino también los conocimientos naturales), que se producen en el lugar y en el momento histórico en que el autor vivió y desarrolló su obra, recogidas en libros, materiales de prensa, obras de otros científicos, biografías, entre otros. - los hechos científicos que son producto de la introspección, lo constituyen en la mayoría de los casos, las obras del propio autor que queremos investigar, en las cuales expresa sus reflexiones, sus ideas, su pensamiento, sus vivencias, o bien, en los casos en que se investigue sobre un autor que se encuentre vivo, sus propios reportes acerca de estos aspectos. Sin embargo, para conocer el objeto en su integridad, en su diversidad, contradictoria y concreta, se debe investigar dichos objeto en todas sus relaciones, en la unidad dialéctica de contradicciones internas y externas, en su génesis y desarrollo, en sus diversas relaciones, y así podemos descubrir en qué momento o relación se aprecia su naturaleza específica y dominante, y en qué otra relación contiene su opuesto y cómo cambia, cómo se transforma en su contrario. Es decir, a través de la investigación teórica y mediante la aplicación del método dialéctico materialista, que en nuestro caso, se expresa en el método histórico lógico, es posible integrar las generalizaciones o abstracciones basadas en determinados hechos que nos aportan las investigaciones empíricas, y elaborar conceptos y leyes a un nivel teórico. Así vemos como a partir de los resultados de investigaciones empíricas anteriores, podemos llegar a conocer por ejemplo, las concepciones teóricas, metodológicas y filosóficas de diferentes autores, así como el conocimiento de las condiciones históricas en que estas concepciones se desarrollaron, pero sólo con la utilización del método histórico lógico es posible llegar a comprender las leyes, las regularidades del pensamiento psicológico del autor, en una etapa, en una escuela, y aún en toda la historia del pensamiento psicológico, desde su surgimiento hasta la actualidad. La investigación histórica implica por lo tanto, la revisión y el análisis de las teorías precedentes, lo que permite estudiar el fenómeno en su génesis y desarrollo, en lo que tiene de contradictorio respecto a concepciones anteriores y a su vez, lo que tiene de novedoso, de transformador, y por tanto, nos permite apreciar su naturaleza específica y dominante, teniendo en cuenta el momento y el lugar en que ésta se desarrolla. La investigación psicológica debe desarrollarse en su unidad, la penetración y la determinación recíproca entre la investigación teórica y la investigación empírica, conjuntamente con la práctica profesional. De no ser así, se puede caer en un empirismo exagerado, que desprecie la importancia de la teoría o de la investigación teórica para el análisis de los hechos (ejemplo, el conductismo), o bien en una interpretación especulativa donde se trata de someter los hechos a

la teoría y no de verificar o comprobar la teoría a través de los hechos, de la comprobación empírica de la teoría (ejemplo, el psicoanálisis). Para que la historia del conocimiento psicológico esté al servicio de la elaboración de la teoría de este conocimiento (y por tanto, al servicio del surgimiento de nuevos conocimientos históricos y del progreso de las investigaciones psicológicas concretas), ella misma, es decir, esta historia, debe estar revisada desde el punto de vista teórico. El Marxismo ha demostrado la falsedad de la interpretación del desarrollo del conocimiento científico como desarrollo espontáneo de las estructurales intelectuales. El movimiento del pensamiento científico se deriva de la práctica histórico- social, observando el largo proceso histórico, uno de los cuales es el cuadro de la actividad psíquica, descubrimos su carácter por etapas, donde el tránsito de una fase a otra se pone de manifiesto la lógica del desarrollo de la Psicología. El principio del determinismo como condicionalidad regular, causal, conveniente y sistemática de los fenómenos, por la interacción de los factores materiales, forma el nervio vital del conocimiento científico. Como principio explicativo, el determinismo no es algo invariable y dado de una vez para siempre, para todas las épocas. El mismo se transforma, se profundiza, se enriquece bajo la influencia de la práctica social, incluyendo la práctica de las investigaciones científicas. Otro aspecto que queremos referirnos, es el estudio realizado por diferentes autores que se han dedicado a la historia de esta ciencia, revelan la determinación de etapas que se corresponden con las diferentes formaciones económicas y sociales. Para el estudio de las teorías psicológicas que se han manifestado históricamente en América Latina y particularmente en Cuba se trabaja con periodizaciones. Se entiende por periodización en el estudio histórico de la Psicología “las etapas o períodos históricos en que se divide el análisis del conocimiento psicológico, donde se reflejan las condiciones económicas, políticas y sociales que marcan hitos para su estudio y el desarrollo alcanzado por la ciencia del psiquismo.” (26) Se fundamenta una periodización teniendo en cuenta determinados criterios: el marco socio- histórico, las tendencias filosóficas, las características de la educación, las tendencias de la Psicología universal; lo que permitió el estudio de las teorías psicológicas más relevantes que establecieron pautas para el surgimiento y el desarrollo de la Psicología en Cuba.

1.3. Premisas desarrollo de las teorías psicológicas.

filosóficas

para

el

surgimiento

y

Las teorías psicológicas que se desarrollan a partir del surgimiento de la Psicología como ciencia, poseen como premisas filosóficas el voluntarismo y el irracionalismo, el positivismo y el materialismo que a su vez evolucionaron y dieron lugar a otras concepciones filosóficas. El voluntarismo es una corriente idealista subjetiva que supone que la voluntad constituye el fundamento primario del mundo. La contrapone a las leyes objetivas, y niega que la voluntad humana está condicionada por el medio circundante. Las teorías psicológicas que

se desarrollan a partir de esta posición filosófica es la escuela estructuralista, la escuela de Würzburgo y la Psicología de la Gestalt. El irracionalismo es una corriente idealista subjetiva que declara que el mundo es caótico, irracional e incognoscible. Sitúan en primer plano la fe (irracionalismo fideísta), el instinto (freudismo), la voluntad inconsciente (Schopenhauer), la intuición (Bergson, James), la existencia (Kierkegaard). Orientación que niega la posibilidad del conocimiento adecuado de las leyes objetivas del desarrollo social. La teoría psicológica que se desarrolla a partirde esta concepción es el psicoanálisis. De estas corrientes filosóficas se derivan además, el pragmatismo y el existencialismo. El pragmatismo es una doctrina según la cual todo el significado de un concepto se expresa en consecuencias práctica. Corriente idealista subjetiva que parte del denominado “principio del pragmatismo”, que determina el significado de la verdad por su utilidad práctica. La concepción subjetivista de la práctica y de la verdad, conduce al pragmatismo a definir el concepto (idea) como “instrumento” de la acción (J. Dewey) y el conocimiento como conjunto de verdades subjetivas. Por utilidad práctica entiende aquello que satisface los intereses subjetivos del individuo. La división entre sujeto y objeto del conocimiento se establece únicamente dentro de la experiencia. El existencialismo es una corriente irracionalista que intenta crear una nueva concepción del mundo en consonancia con los estados de ánimo de la sociedad burguesa. Parte de la unidad entre el sujeto y el objeto, dicha unidad se haya encarnada en la “existencia”, es decir, en cierta realidad irracional. Para adquirir conciencia de sí mismo como “existencia”, el hombre ha de encontrarse en una “situación límite”. El procedimiento verdadero de cognición, de penetración en el mundo de la “existencia” es la intuición (experiencia existencial) que es el método fenomenológico para solucionar el problema de la libertad definida como elección que hace el hombre de su posibilidad. Esta corriente representa el sustento filosófico del movimiento humanista en la Psicología. El positivismo es una corriente idealista subjetiva, que plantea que el objetivo de la ciencia se cifra en la descripción pura de los hechos dados por las sensaciones. Limita el conocimiento a la experiencia inmediata. La teoría psicológica que adopta esta posición filosófica es el conductismo norteamericano. El materialismo es la doctrina filosófica que se opone al idealismo, afirma el carácter primario de la materia y el carácter secundario de lo espiritual, de lo ideal. Entiende que la conciencia es un producto de la materia y la concibe como un reflejo del mundo exterior, con lo cual afirma que la naturaleza es cognoscible. En la Psicología se encuentran diferentes manifestaciones de materialismo, el mecanicista, el biológico, y el dialéctico materialista. Las principales teorías psicológicas que parten de esta concepción son: el conductismo ruso como reflexología y reactología y la psicología de orientación dialéctica materialista. El siguiente cuadro resume las ideas expresadas anteriormente:

Premisas fil ófi

Filosofía

Teorías i ló i

Objeto t di

de Métodos

Representantes

filosóficas Irracionalismo y voluntarismo

Pragmatismo

psicológicas

estudio

Funcionalismo

Actos de conciencia

la Introspección

W. James J. Dewey E. Thordinke

Inconsciente Irracionalismo

Asociación Libre

Psicoanálisis

S. Freud A. Adler C. Jung

Voluntarismo

Estructuralismo

Estructura de la Introspección conciencia Conciencia

Würzburgo

E. Titchener Fenomenológic o K. Margo

Imagen de la conciencia

A. Mayer Fenomenológic o

Gestalt

W. Wundt

Whertheimer W. Kohler Koffka K. Lewin

Positivismo

Positivista

Conductismo norteamericano

Conducta

Métodos objetivos

J. Watson B. F. Skinner A. Bandura

Materialismo

Materialismo Mecánico

Reflexología

Reactología

Materialismo Dialéctico

Conducta

Conducta

Métodos objetivos Métodos objetivos

V. M. Bejterev

K. N. Kornilov

Dialéctico materialista Psicología orientación dialéctico t i li t

de Psiquis como un reflejo de la realidad.

L.S. Vigotsky

materialista A.N. Leontiev L.I. Bozhovich S. L. Rubinstein

1.4. Premisas científicas naturales surgimiento y desarrollo de la Psicología como ciencia independiente.

para

el

La independencia de la Psicología como ciencia se halla unida a la labor de los fisiólogos naturalistas y el desarrollo alcanzado por las ciencias naturales, especialmente la Biología y la Fisiología. Existen líneas principales de desarrollo del pensamiento psicológico y en dependencia del desarrollo alcanzado por las Ciencias Naturales, dentro de ellas tenemos: Representada por los naturalistas alemanes: Helmholtz, Weber, Fechner y por el holandés Donders, se hallaba vinculada al análisis experimental y matemático de las sensaciones y de los actos motores, de la sensibilidad y de la reactividad del organismo. Los resultados de esta orientación se convirtieron en la base del primer programa de psicología experimental representado por Wundt. La teoría evolucionista de Ch. Darwin, que produjo hondas transformaciones en las ciencias no ya de la vida, sino además, del hombre. -

El estudio de la neurosis y del hipnotismo, representada por los neurólogos franceses.

Los estudios realizados por Séchenov considerado el padre de la fisiología rusa, quien creó un nuevo sistema de ideas psicológicas apoyándose en la teoría del reflejo. Cada una de estas líneas u orientación aportó a la elaboración de las categorías que, habiendo transformado la realidad psíquica en objeto del conocimiento científico, también determinan el pensamiento del investigador contemporáneo. Entre las premisas científicos naturalistas de la transformación de la Psicología como ciencia independiente, tenemos: -

La Escuela físico- química en la Biología

-

El darwinismo

-

La teoría del reflejo

-

La Psicofisiología de los órganos de los sentidos

-

La Psicofísica

-

Las investigaciones sobre el tiempo de reacción

-

La Psicología Asociacionista a mediados del siglo XIX.

- La Escuela físico- química en la Biología. A mediados del siglo XIX existieron grandes cambios en la Fisiología, estuvieron condicionados por una serie de descubrimientos, entre los cuales es necesario señalar, en primer lugar, la difusión de la ley de la conservación de la energía de la naturaleza viva. Se demostró que el organismo extrae la energía desde fuera, y en el mismo no hay nada excepto las transformaciones de los distintos tipos de energía. El principio de la conservación de la energía estimuló el auge de las investigaciones fisiológicas. En la década del 40, un grupo de jóvenes discípulos del científico de orientación vitalista I. Müller, hizo en contra de su maestro un juramento solemne de explicar todos los fenómenos de la naturaleza viva exclusivamente en categorías de la Física y de la Química. Estos discípulos que entraron en la historia con el nombre de escuela físico-química, destruyeron los prejuicios vitalistas y ejercieron la posición de incluir lo psíquico en el sistema general de la naturaleza. Los máximos representantes fueron Helmholtz, Du Bois- Raymond, Karl Ludwig, entre otros; fueron inspiradores de aquellos que en un período posterior hicieron de la psicología una ciencia experimental. La idea de que el organismo es un subsistema energético- molecular incluido en la energética general de la naturaleza, cobró importancia para la Psicología en varios sentidos: - En su base, la concepción determinista de la actividad vital, recibió una nueva expresión que confirmó la unidad del organismo y el medio al nivel de la interacción energética y no de la macro mecánica, como se planteaba hasta esos momentos. - Comenzaron a buscarse métodos para combinar la nueva ley con la realidad de los procesos psíquicos. El enfoque físico- matemático de los fenómenos orgánicos cultivado por la nueva escuela, creó las premisas para aplicar los métodos experimentales y matemáticos al análisis de los actos neuro- psíquicos. La escuela físico- química en la Biología, adquirió un gran significado para la Psicología, donde afirmaba la unidad del organismo y el medio en el nivel energético y la búsqueda de aplicar la ley con la realidad de los procesos psíquicos. No obstante, las leyes universales de la naturaleza, conservando su irrevocabilidad en relación con los objetos cualitativamente diferentes de los cuerpos inorgánicos, adquieren en el nivel biológico un modo de actuar específico, por eso las leyes de la actividad neuro- psíquica no pueden deducirse directamente de las físico- químicas. - El darwinismo.

Para la escuela físico- química el determinismo era identificable con el concepto de causalidad mecánica. Este concepto fue diferenciado por la teoría de Charles Darwin, la cual descubrió la determinación específica de sistemas de un orden más complejo que los mecánicos. Esta doctrina planteó un nuevo principio explicativo, según el cual la fuerza motriz del desarrollo del organismo vivo no está en las interrelaciones mecánicas con el medio, sino en las interrelaciones de adaptación. El darwinismo planteó un nuevo esquema de relaciones deterministas entre el organismo y el medio. El medio ha resultado una fuerza no sólo capaz de provocar sino también, de modificar la actividad vital, es decir, el medio se ha manifestado no sólo como fuente de influencias sobre el organismo, sino también como objeto de las acciones del organismo, las cuales lo ayudan a mantener la correspondencia necesaria de lo externo y de lo interno para sobrevivir. Otra idea importante de la teoría de Darwin fue que varió el concepto de organismo. Hasta estos momentos se consideraba el cuerpo vivo como una máquina fijada de una vez y para siempre por la construcción física y psíquica. A partir de esta teoría evolucionista, resultó que el organismo es el producto de la interacción con el medio en el desarrollo filogenético y ontogenético, y las particularidades orgánicas internas inherentes a él están condicionadas por las leyes de la evolución. La vida de la especie se convirtió, mediante el mecanismo de la herencia, en la determinante principal de la vida del individuo. La teoría de Darwin planteó un nuevo modelo de análisis de la conducta en general y de sus componentes en particular. Al igual que los modelos anteriores, este explicaba lo psíquico partiendo de los factores que actúan sobre él; sin embargo tomó como punto de partida las interrelaciones del organismo íntegro con las condiciones de su existencia, concediendo el papel principal a las últimas. Centrando la atención en la importancia de las funciones psíquicas en el proceso de la vida, la teoría de Darwin asestó un serio golpe al epifenomenismo que concomitaba con el cuadro mecánico del mundo. Como resultado, significó un acercamiento de los fenómenos psíquicos y orgánicos desde el punto de vista de un parentesco biológico real. La Psicología comenzó a tomar sus ideas deterministas no de la mecánica, sino de la biología evolucionista; varió todo el estilo de pensar psicológico. El resultado más importante del cambio producido fue la introducción de los métodos objetivos, genéticos y estadísticos, así como el surgimiento de la categoría de conducta. La aplicación directa de los principios de la herencia, la mutabilidad y la selección natural al estudio de lo psíquico resultó insuficiente, y hasta reaccionaria en la esfera de la conducta humana, pero el nuevo criterio sobre el organismo y su lugar en la naturaleza, ampliando sustancialmente las posibilidades del conocimiento científico de la actividad psíquica, se convirtió en aquel peldaño necesario hacia la psicología determinista, como lo fue en su época, la mecánica con relación a la propia biología. - La teoría del reflejo. El darwinismo sintetizó lo que había surgido en las distintas esferas del conocimiento biológico. Se acumularon datos, incluso en la esfera de la investigación de los actos reflejos, los cuales

contradecían el criterio sobre el organismo como estructura permanente e invariable, criterio que se había consolidado en la época en que predominaba el “principio anatómico”. Hall y Müller consideraban el arco reflejo como la relación simple e invariable de las vías nerviosas y, por eso se vieron obligados a explicar la coordinación de las reacciones con el medio mutable por la intervención de la conciencia. La afirmación de que el movimiento reflejo se distingue en principio del movimiento que resulta de la psiquis, dio el esquema del reflejo un sentido estrictamente fisiológico. Teniendo en cuenta la imprecisión de los conceptos psicológicos de entonces, heredados de las teorías idealistas, tenemos que reconocer que la nueva concepción significó cierto éxito en el camino de la consolidación del determinismo en la neurofisiología, pero este éxito se logró a un alto precio, el sistema nervioso se dividió en dos partes: la médula espinal y el encéfalo. La primera de ellas se consideraba el centro, funcionando según las leyes de la fisiología; el segundo se ponía en dependencia del alma inmaterial. Se obtuvo, según palabras de Pavlov, un “organismo en dos partes”. En el año 1853 el famoso fisiólogo alemán E. P. Pflüger, demostró experimentalmente la inconsistencia de la concepción de reflejo de Hall. El le amputó la cabeza a una rana, es decir, la privó del órgano del que parten, como se suponía las influencias psíquicas. Parecía que el fragmento restante del organismo íntegro debía comportarse como un aparato automático reflejo simple. Sin embargo, las reacciones de la rana sin cabeza no correspondieron al pronóstico derivado de la teoría de Hall. Ella produjo las reacciones defensivas convenientes: trató de librarse del estímulo nocivo arrastrándose por la mesa, evadió los obstáculos, etc. Resumiendo, la rana puso de manifiesto todos los rasgos de la conducta que aparece generalmente cuando el encéfalo realiza las acciones psíquicas. Resultó evidente que la teoría puramente fisiológica del reflejo en su variante mecánica no puede explicar las reacciones de adaptación de un vertebrado sin cabeza, Por consiguiente aquí actúa un factor complementario, Pflüger llamó a este factor “mecánica sensorial” y tituló su trabajo Sobre las funciones sensoriales de la médula espinal de los vertebrados. La conclusión de este científico provocó una conmoción. Las funciones psíquicas (sensoriales), que se consideraban una propiedad del alma, resultaron ser inherentes a la médula espinal de la rana. A esta conclusión no se llegó mediante razonamientos teóricos, sino sobre una mesa de laboratorio. Hacia la década del 60 de siglo XIX, la concepción tradicional del reflejo como principio único del funcionamiento de la médula espinal pierde sus partidarios en los círculos científicosnaturalistas. Cobra fuerza la idea acerca de que no solamente la médula espinal, sino también el cerebro, constituye el órgano de reflejo de las influencias sensitivas, de su paso matemático a reacciones motrices. Surge el concepto de “cerebración inconsciente”, es decir, la actividad psíquica inconsciente pero del cerebro. La prioridad a la introducción de este concepto perteneció al profesor de medicina práctica en Edimburgo, Tomás Leucoch, quien defendió la tesis acerca de que la fisiología del cerebro constituye la base para la ciencia de lo psíquico, de la cual el misticismo debe ser eliminado con la misma decisión que en la ciencia de la naturaleza. El plantea la necesidad de extender el principio del reflejo a la actividad del cerebro. “Los centros nerviosos que se encuentran en el cráneo- señala este autor- como continuación de la médula espinal, son dirigidos, en lo que respecta a su reacción, contra los agentes externos por leyes idénticas a aquellas que dirigen

los centros de la médula espinal y por sus análogos en los animales inferiores” (27) Comienza a interpretar el reflejo como acto psicofisiológico y no como acto psíquico. Se reconocen como centros del reflejo los ganglios de la médula espinal y del cerebro. De aquí surgió la idea acerca de los diferentes niveles de la actividad refleja y su jerarquía. En la teoría sobre la “cerebración inconsciente” vino en sustitución del dualismo del reflejo y la conciencia, una nueva forma de dualismo: el acto psíquico inconsciente como acto reflejo por la forma de realizarse y el acto consciente- volitivo que parte del sujeto que no se basa en nada, excepto en sí mismo. Dos destacados investigadores dieron fin por primera vez a este nuevo esquema dualista: en los Estados Unidos J. Rusch y en Rusia I. M. Séchenov. Rusch elaboró un sistema, estructurados sobre dos principios fundamentales: el reflejo y la acción real. En el “espejo” de los órganos de lo sentidos y del cerebro se reflejan, según este autor, los objetos de la naturaleza y del arte. Si la retina del ojo de los animales, formada de puntos materiales, refleja los objetos exteriores, ¿por qué no podemos suponer que las células del cerebro puedan ser una especie de puntos capaces de reflejar las imágenes de las cosas? Señaló: “La materia sensorial y la cerebral en algunas de sus formas o condiciones peculiares, pueden reflejar o percibir el objeto” (28) Rusch destacaba que no utilizaba el término “reflejo” con su significado físico, sino sólo como “analogía alentadora” y que es necesaria una comprobación experimental y una demostración rigurosa con medios físicos de “cómo las imágenes y los tipos cumpliendo sus funciones en el cerebro, son no sólo la causa más próxima de la idea, sino la propia idea”. No se entendía por imágenes o ideas los fenómenos o actos que surgen “dentro” de la conciencia, sino los fenómenos que incluyen como elemento constituyente la actividad motriz del organismo. Rusch no pudo elaborar una concepción histórico- materialista del hombre y solo consideraba la acción articulatoria el único factor que condiciona la diferencia entre del hombre y los animales. Sin embargo, el principio del paso de la imagen a la acción real (entendido como principio del reflejo) se extendió a la formación de la conducta humana en general. -

La psicofisiología de los órganos de los sentidos.

La psicofisiología de los órganos de los sentidos reveló la ineluctable dependencia causal de los fenómenos subjetivos (sensaciones) respecto a las condiciones objetivas (físicas y orgánicas) que determinan su aparición en la conciencia. En la investigación de la dependencia causal de los fenómenos subjetivos respecto a las condiciones objetivas, correspondió un lugar importante al alemán Hermann Helmholtz (1821- 1894). Anteriormente nos habíamos referido a la formulación matemática de la ley de la conservación de la energía. Se demuestra que el organismo toma su energía del exterior y que en el organismo no hay nada aparte de las transformaciones de distintas especies de energía. Si el organismo es una máquina energética, el único camino de su estudio científico es el de aplicar métodos y conceptos físico- químicos. Animado por estos métodos, Helmholtz los aplicó también a órganos tan finos como los de la vista y el oído. Partiendo de que la sensación es resultado de la acción de un estímulo sobre un órgano de los sentidos, Helmholtz se vio ante la necesidad de explicar de qué modo tal sensación es capaz de comunicar algo acerca de las propiedades del objeto que la provoca.

Siguiendo a su maestro Müller, consideraba a cada ó9rgnoa de los sentidos como un sistema peculiar cargado de “energía específica”. La teoría de la “energía específica” afirmaba que la sensación de color, de sonido, etc., por su contenido, no es más que una descarga de energía latente en el filamento nervioso y no el reflejo de las propiedades objetivas del objeto. Esta errónea interpretación teórica de los hechos condujo, en último término, al denominado idealismo “fisiológico”, según el cual el mundo sensorial es un espejismo creado por nuestra organización neuropsíquica. Intentando relacionar la sensación con las condiciones externas, sin renunciar a la idea de que aquella anida en la estructura del órgano, y que es independiente de tales condiciones, Helmholtz presenta la teoría de los símbolos o de los signos. Según esta teoría, la sensación denota el objeto de modo análogo a como el nombre denota al individuo. Los nombres no son semejantes a las cosas denotadas, más, permiten diferenciarlas. Es decir, la relación de las sensaciones con el mundo objetivo tiene forma de símbolo o de signo, en cuyo contenido no hay nada semejante a las propiedades reales de los objetos, pero el cual es suficiente ara garantizar el éxito de la acción. Al mismo tiempo, como contrapeso a la teoría del nativismo, la cual supone que la imagen, por ejemplo, del espacio, de las relaciones espaciales en que se perciben las cosas, se halla “programada” desde un principio en el órgano de los sentidos, Helmholtz, apelando a los hechos, demostraba que la imagen tiene un origen empírico. Esta concepción introdujo dos hipótesis que se convirtieron en objeto de largas discusiones entre los fisiólogos y los filósofos; la hipótesis de la “deducción inconsciente” y la hipótesis sobre las “sensaciones de inervación”. La hipótesis de la deducción inconsciente, surgió por la necesidad de explicar hechos tales como la constancia de la magnitud de los objetos percibidos a diversas distancias desde las posiciones naturalistas, sin recurrir a la hipótesis del intelecto o de la conciencia, es decir, partiendo de las acciones del mecanismo corporal como tal. Cuando cambia la distancia en que se halla situado un objeto, cambia también, según las leyes ópticas, su representación en la retina. Pero al mismo tiempo cambia la tensión de los músculos oculares que adaptan el ojo a la visión clara. Es como si el aparato visual hiciera cada vez la deducción: “si…., entonces”, y esto ya es una verdadera operación lógica que la realiza, no el intelecto, sino el sistema visual, quea diferencia del pensamiento abstracto- la realiza inconscientemente; más, para realizar esta operación es necesario una experiencia que presume una actividad muscular motora y, dado que el hombre puede dirigir a su voluntad el trabajo de sus músculos, han de existir según Helmholtz, sensaciones especiales que acompañen al esfuerzo que crea la tensión muscular, el cual las llamó sensaciones de inervación. De esta forma fueron experimentos exactos y no consideraciones especulativas, los que obligaron a Helmholtz a reconocer la importancia del factor psíquico y la insuficiencia de las explicaciones puramente fisiológicas. El papel del factor psíquico reveló en la tesis relativa al carácter de señal de las imágenes sensoriales, y además en las hipótesis concernientes a las sensaciones de inervación que regulan el trabajo de los músculos y de los razonamientos inconscientes. En esta tesis se reflejaban en cierto modo, particularidades reales de la actividad psíquica, cuya descripción requería el empleo de categorías propias, inexistentes en el pensamiento fisiológico, específicamente nos referimos a dos categorías: la imagen sensorial y la de acción.

Si el objeto exterior estuviera representado en el organismo solo bajo el aspecto de flujo de impulsos surgidos como resultado de la acción del objeto sobre el sistema nervioso, sería posible limitarse al esquema fisiológico. Si la reacción de respuesta consistía tan solo en la reducción del músculo, tampoco sería necesario franquear los límites de la fisiología; sin embargo, la experiencia obligó a Helmholtz a abandonar estos límites y a elaborar la concepción de que el estímulo externo engendra en el sistema nervioso no solo procesos musculares, sino, además, signos sensoriales que permiten diferenciar los objetos del medio circundante. La experiencia también lo condujo a la conclusión de que pueden dirigir el trabajo del músculo no solo al estímulo externo, sino, además, una tendencia interior. Ambas conclusiones era una prueba de que el fisiólogo había chocado con una nueva realidad y el conocimiento de esta realidad requería nuevos medios. Sin embargo, la categoría imagen no aparecía en Helmholtz como representación, sino como signo; la acción, como impulso espontáneo que partía del sujeto, y no en forma de actividad determinada por las condiciones de la vida. Tanto lo uno como lo otro indicaba que la realidad psíquica se interpretaba teóricamente de manera inadecuada. Es decir, or una parte considera los colores, los sonidos y los olores como resultado de la influencia que la fuente material externa ejerce sobre las estructuras nerviosas, y por otra, afirma que semejante influencia produce un signo, no una imagen, y que entre la fuente y su efecto psíquico no existen semejanzas. Las conclusiones de Helmholtz sobre la facultad del sujeto de regular sus propias sensaciones, fueron sugeridas por la “voz de la introspección”, por una impresión subjetiva y no por el análisis objetivo. -

La Psicofísica.

La idea de que los fenómenos psíquicos se subordinan a determinada regularidad, accesible a la experiencia, y que puede ser expresado por la matemática, fue manifestada y apoyada por la orientación investigativa que recibió el nombre de psicofísica. El iniciador de esta escuela fue el fisiólogo alemán Gustavo Fechner (1801- 1887). Se apoyaba en las investigaciones del fisiólogo Ernest Weber (1795- 1878), quien intentó determinar cuál era la diferencia mínima entre la magnitud de dos estímulos (ópticos, acústicos, mecánicos, etc.) para que el hombre pudiera percibirla. Weber explicó esta relación después de elaborar el método de las “diferencias mínimas perceptibles”. La magnitud del estímulo se modificaba gradualmente hasta que el sujeto comunicaba que percibía la diferencia entre el peso de los objetos, la longitud de las líneas, etc. Así se determinaba el umbral de discriminación (la diferencia entre dos estímulos, que da origen a una diferencia mínima perceptible en la sensación). La ley establecida hablaba de una correspondencia rigurosa entre lo subjetivo y lo objetivo, entre lo psíquico y lo físico. Las sensaciones por sí mismas, como hechos de la conciencia, no podían medirse, pero indirectamente, mediante la correlación con los estímulos exteriores, se convirtieron en objeto de procedimiento de medición. Generalizando las conclusiones de Weber, Fechner dedujo la fórmula según la cual la intensidad de la sensación es igual al logaritmo de la fuerza del estímulo.

Los métodos psicofísicos de medición de la sensibilidad se convirtieron en un importante instrumento del trabajo de laboratorio. Debido a ellos se formaron asimismo, nuevos criterios para estimular la certeza del conocimiento psicológico, dado que la tabla de logaritmo resultó también aplicable a los fenómenos de la vida anímica. Fechner suponía que medía las sensaciones como tales, como unidades independientes de la conciencia. Sin embargo, lo que en realidad investigaba era la capacidad de los órganos de los sentidos para diferenciar los estímulos, puesto que de dicha capacidad depende la eficacia de la conducta del organismo en el medio circundante. La importancia de Weber y Fechner para la Psicología radica en que introdujeron procedimientos exactos cuantitativos y experimentales, con lo cual la ciencia psicológica se nutre para su fundamentación teórica. - Investigaciones del tiempo de reacción. En 1850, Helmholtz investigó la velocidad de propagación del proceso nervioso, mediante el estudio de la velocidad de la reacción muscular ante las estimulaciones de regiones del nervio. Su objetivo era rigurosamente fisiológico, quería estudiar un proceso nervioso, no psíquico, es decir, el paso del impulso por un conductor y no la respuesta rápida posible a un estímulo. Más al pasar del preparado neuromuscular de la rana al hombre, se adentró en el campo de la Psicología, la velocidad con que circula el impulso nervioso en el hombre, se determinaba partiendo de la rapidez con que el sujeto producía una reacción motriz por indicación del experimentador, es decir, guiándose por un fin consciente, realizaba una acción, y la acción ya era una categoría psicológica. Nada tiene de sorprendente que los resultados de las mediciones variaron mucho; en ello se reflejaba la influencia de numerosos factores, no solo fisiológicos, sino además, psicológicos. El esquema experimental de Helmholtz, impropio para determinar la velocidad de los procesos complejos del sistema nervioso, resultó válido para medir el tiempo de reacción del hombre a un estímulo externo. El fisiólogo holandés Francis Donders (1818- 1889) prosiguió las investigaciones en esta dirección. Suponía que en el cambio que va de la señal externa a la correspondiente respuesta motora, se realiza el trabajo de nudos nerviosos (ganglios) que sirven como órganos de la representación y de la voluntad. El tiempo de este trabajo (que forma un eslabón psíquico), puede medirse complicando las tareas que se le encomiendan al sujeto del experimento. Donders planteaba que variándolas, podía medirse el tiempo tomado para actos como la diferenciación de los estímulos y la elección. La diferencia de tiempo obtenida mostraba la velocidad de los diversos procesos psíquicos. El significado de los experimentos realizados por los fisiólogos, aportaba elementos metodológico y científico a la Psicología. En el plano metodológico, los experimentos indicados demostraban que lo psíquico es un proceso, el cual como los procesos materiales, se realiza en el tiempo y puede ser medido.

En el plano científico concreto, los experimentos para determinar el tiempo de reacción, dieron un fuerte impulso al desarrollo de la Psicología experimental. Más tarde se puso en evidencia que la velocidad de la reacción depende de un conjunto de variables. -La Psicología asociacionista a mediados del siglo XIX. El proceso de consolidación de la Psicología como ciencia independiente se produjo no sólo por las investigaciones fisiológicas, sino además, en el campo de la Filosofía, principalmente por la teoría de la actividad psíquica asociativa. Los principales representantes de esta orientación fueron los filósofos ingleses John Stuart Mill (1806- 1873), Alexander Bain (1818- 1903) y Herbart Spencer (1806- 1930). John Stuart Mill se manifestó como partidario de una tendencia que recibió el nombre de psicologismo, consideraba que la economía, la política, la moral, el derecho, la educación y otras esferas eran efectos de la acción de las leyes psicológicas. La asociación se interpretaba como la llave de todos los fenómenos y problemas humanos. Sin embargo, no fue esta idea lo que ejerció más influencia sobre la Psicología, sino su “Lógica”, que colocó en un primer plano los problemas de la metodología de la investigación científica. En esta obra, Stuart Mill dedujo el trabajo cognoscitivo de la mente humana de la particularidad de las estructuras lógicas. Precisamente estas estructuras supraindividuales se manifestaron como reguladores de los procesos de la conciencia individual, lo cual incidió posteriormente en la concepción de las “deducciones inconscientes” de Helmholtz, en la cual la imagen sensitiva del objeto se consideraba como el producto de la actividad, de un mecanismo que une las sensaciones según reglas semejantes a las reglas de la deducción lógica. Lo lógico no se explicaba por lo subjetivo- psicológico, al contrario, el orden y la relación de las ideas estaban en dependencia de las leyes no ya de la mecánica y de la psicología individual, sino de la lógica. En este plano resulta evidente que la tendencia caracterizada como psicologismo, a pesar de toda su limitación histórica, contenía un elemento positivista. Lo importante no fue que la conciencia se consideraba a través del prisma del esquema asociacionista, sino que ella en su funcionamiento psicológico concreto estaba en dependencia de la lógica. El acercamiento de la lógica a la Psicología provocó una síntesis interdisciplinaria cuya eficiencia quedó demostrada por las teorías de Helmholtz y Séchenov. Alexander Bain trazó una línea de acercamiento de la Psicología a la Fisiología. Prestó especial atención a aquellos niveles de la actividad psíquica cuya relación con la estructura corpórea y la dependencia respecto a la conciencia es mínima: los reflejos, los hábitos e instintos. Cuando Bain traslada su atención de los estados internos de la conciencia a la actividad motriz objetivamente observable del organismo, choca con la antigua dicotomía de las acciones directas (reflejas) y voluntarias (dependientes sólo del propio sujeto). Para resolver esto, planteó la idea de los “ensayos errores” como principio particular de la organización de la conducta. Entre lo “puramente” reflejo y lo “puramente” voluntario, existe un vasto espectro de acciones, gracias al cual paulatinamente, paso a paso, a veces a un alto precio, se logra el

objetivo buscado. La concepción de los ensayos y errores, sus reglas se subordinan no solamente la actividad motriz externa, sino también la actividad mental interna. Bain explica las “asociaciones constructivas” por los ensayos y errores, e introduce en la Psicología el principio de probabilidad de la explicación de los fenómenos, principio que se había consolidado ya en la Biología. Al mismo tiempo, la actividad de la conciencia se aproximaba a la actividad del organismo. Las regularidades propias de toda la naturaleza orgánica resultaron ser también las regularidades del “mundo interior”. Este es el sentido objetivo y categorial de las innovaciones de Bain. Herbart Spencer realizó la primera tentativa de unir la Psicología con la teoría de la evolución biológica. Confirmó que el desarrollo del intelecto depende en gran medida de una ley que establece: “cuando dos estados psíquicos siguen uno inmediatamente detrás del otro, durante la reproducción del primero existe la tendencia de que el segundo siga infaliblemente detrás de él.” (29) Según Spencer, la vida es una “constante adaptación de las relaciones internas a las externas”. Desde este punto de vista debe analizarse también el proceso psíquico como variedad del proceso vital. La conciencia se analizaba, al mismo tiempo, en el plano de la adaptación biológica. Su existencia y desarrollo no puede tener otro sentido que no sea el de adaptación. Spencer se inclinó hacia el análisis de los actos de la conciencia no en su correlación con los vínculos intracorporales (nerviosos), sino con los vínculos exteriores en relación con el organismo, es decir, con el medio externo. Considera el objeto de la Psicología a la relación entre los fenómenos internos y los fenómenos externos. Consecuentemente, dentro de este objeto se catalogaba ahora la interacción del organismo con el medio y no los procesos interiores sin sustrato, cuyo rasgo determinante es la supervivencia por parte del sujeto. Sin embargo, en Spencer la metodología del positivismo neutralizó esta importante conclusión. La Psicología objetiva, según su opinión, no puede existir como tal sin adoptar sus datos de la Psicología subjetiva, cuyo instrumento es “la conciencia que mira dentro de sí misma”. La teoría de Spencer es considerado el primer intento serio y sistemático realizado para explicar la vida psíquica no sólo en cuanto a su contenido, sino también en cuanto al desarrollo progresivo a partir de los principios generales de la evolución orgánica. La psiquis se manifestaba en general como el instrumento de adaptación del organismo al medio, al habitat. 1.3.

Programas de estructuración de la Psicología como ciencia independiente.

Desde el punto de vista histórico, cuando se vislumbró la posibilidad de estudiar las funciones psíquicas por medios científicos naturalistas, se aceleró el proceso de emancipación de la Psicología. Este proceso tuvo lugar de manera objetiva. En la práctica investigativa se formaron las primeras categorías del pensamiento propiamente psicológico diferente del pensamiento fisiológico. Aparecieron entonces varios planes teóricos de estructuración de la Psicología como ciencia experimental independiente. No es casual que surjan programas de estructuración de la Psicología en Europa, está determinado por la maduración de esas condiciones. El contenido de los proyectos difería del carácter de los procesos de la esfera de la práctica investigativa de entonces, ya que respondían a orientaciones filosóficas y posiciones de los autores diferentes, estos fueron:

-

W. Wundt, que interpretaba la psicología como ciencia de la experiencia directa

-

F. Brentano, que la entendía como observación empírica de los actos de la conciencia

-

I. M. Séchenov, que la consideraba la ciencia del origen de las actividades psíquicas.

De cada uno de estos programas surgen determinadas escuelas o movimientos psicológicos. Estos caminos han sido superados, pero abrieron una forma de proyectarse para la Psicología. -

La Psicología como ciencia de la experiencia directa:

Wilhelm Wundt (1832- 1920), alemán, pertenece al idealismo subjetivo. Considera el objeto de estudio de la Psicología como la experiencia directa e inmediata del sujeto alcanzado mediante la introspección y la autoobservación, por lo que sus métodos son la introspección y el experimento entrenado. Su programa dirigido a determinar los componentes que forman la conciencia y el carácter de la estructuración de los mismos. Su mérito está dado en que la Psicología se consolida en su estado de ciencia experimental independiente. La experiencia fisiológica y objetiva permite desmembrar la experiencia directa y subjetiva y al mismo tiempo, reconstruir en los conceptos científicos la arquitectónica de la conciencia del individuo, es decir, crear una psicología experimental que llamó fisiológica. Consideraba que la Fisiología como tal no contiene ningún dato que amplía las posibilidades de explicación psicológica. Los procesos psíquicos son paralelos a los corporales, pero no están determinados por ellos (paralelismo psicofísico). Las críticas a este programa están dirigidos al fracaso del método subjetivo (el fenomenalismo), la representación acerca de la conciencia como un conjunto de fenómenos ajenos a todo lo externo, el “atomismo”, el introspeccionismo, y el cuasi- determinismo. Wundt subordinó el trabajo psicológico al fortalecimiento de su doctrina filosófica. -

La Psicología como teoría de los actos intencionales de la conciencia.

Este programa fue desarrollado por el filósofo austriaco Franz Brentano (1838- 1917). Partió de las ideas aristotélicas, elaboró el plan de una nueva psicología en su libro inconcluso “La Psicología desde el punto de vista empírico”. Consideró el objeto de estudio, los actos, “acciones” que realiza el sujeto (actos de representación, del juicio y de la valoración emocional) cuando transforma algo en objeto de conciencia. Fuera del acto, el objeto no existe. El acto presupone necesariamente “la proyección a”, la llamada intención.

Para Brentano el punto de partida no era el concepto de elemento de la conciencia, sino acerca de su acto de conciencia, entendido como una función del sujeto expresada en su proyección hacia el objeto. Los fenómenos psíquicos son aquellos fenómenos que contienen intencionalmente, en sí mismos el objeto. Entendió que el proceso psíquico se caracteriza poro el hecho de que en él siempre coexiste su objeto. Esta “coexistencia” está expresada en tres momentos: -

La ideación (representación del objeto en forma de imagen)

-

El juicio acerca del objeto como verdadero o falso

-

La valoración emocional de la imagen como deseable o rechazable.

Los métodos fundamentales son el experimental y la observación Su programa dirigido a describir las acciones, actos y operaciones internas de la conciencia influye en el pensamiento psicológico del occidente capitalista: - Nacimiento de la Psicología de la Gestalt (influencia de la fenomenología de Husserl, discípulo de Brentano) - El principio de la actividad del sujeto en el funcionalismo europeo: Alemania (C. Stumpf y T. Tipps), en Austria (A. Meining y Ch. Ehrenfels) e Inglaterra (Word y H. Stout). - El concepto de intención, en la tendencia de la energía psíquica sobre los objetos externos (S. Freud) Comparación del programa de Wundt y de Brentano. Wundt

Brentano

Objeto de estudio

Conciencia instrospectiva

Conciencia instrospectiva

Diferencia

Determinar la composición de Describir los actos, las la conciencia con ayuda de la acciones y las operaciones introspección refinada y de internas de la conciencia aparatos fisiológicos auxiliares.

Similitud

La Psicología es una ciencia de experiencias y experimentos. La Psicología es una ciencia experimental y de observaciones (es necesario

los procesos reales de la conciencia observada cuidadosamente en su desarrollo natural y en su composición). Método Similitud

Enfoque fenomenológico

Enfoque fenomenológico (actos de la conciencia)

(estructura de la conciencia)

Diferencia

Se centraba en la investigación Se centraba en elementos de la conciencia en su estructurales hipotéticos que no integridad y autenticidad, libre se pueden observar de una de esquemas preconcebidos. manera asequible.

- La Psicología como teoría del origen de las actividades psíquicas. Representada por I. M. Séchenov (1829- 1905), fisiólogo materialista ruso. El objeto de estudio es la conciencia determinada y se estudia mediante métodos objetivos; observaciones de la génesis y evolución de la conducta individual. Su programa estructura una nueva psicología sobre aquellos principios por los que se guiaban los naturalistas: el principio del determinismo y sobre el método objetivo. La teoría del reflejo es la base para elaborar el concepto de acto psíquico. Para Séchenov la idea del acto psíquico como proceso, movimiento que tiene determinado principio, desarrollo y fin, debe mantenerse como la idea fundamental. El objeto de la investigación psicológica como tal, debe ser el proceso que se desarrolla no en la conciencia (o en el inconsciente), sino en el sistema objetivo de relaciones. Lo psíquico constituye uno de los niveles de regulación de señales de la conducta. Séchenov no pudo transformar su modelo teórico en un programa experimental, debido a dos problemas: el sujeto actúa por su libre albedrío o determinado, aspecto que es muy antiguo. Este autor quiere desconocer las fuerzas mentales, que el hombre pueda actuar libremente. Enfrenta las tendencias que hacen énfasis en el carácter intencional (que parte del mundo subjetivo del hombre hacia fuera: Brentano). Hace énfasis mayor en las influencias del mundo exterior repercutiendo no sólo en lo fisiológico, sino además en el mundo subjetivo. Ve el mundo proyectándose e incidiendo en la conciencia. Esto se manifiesta:

-

en el objeto de estudio de la Psicología

-

la libertad y el determinismo, lo más discutido en la Psicología en los últimos años.

El programa de Séchenov pone en evidencia el problema de la libertad y determinación, si actúa por su libre voluntad o determinado. ¿Cómo lo resuelve? La conducta del hombre es un reflejo pero no niega la voluntad del hombre, la libertad de su conciencia. El actuar libremente no implica el ser determinado, y el determinado implica que puede actuar libremente. Plantea que no tiene por qué ser antagónico estos términos. El hombre decide, toma posiciones sobre las bases de ideas que han sido determinadas. La tendencia de Séchenov es más conductual para la época en que se desarrolló. Lo consciente era parte de un proceso de reflejo. Es reduccionista, al ser fisiólogo, profundiza más en esto, y no le permite hacer un estudio como especificidad psíquica. Comparación entre los programas de Wundt, Brentano y Séchenov. Similitud: -

Acogieron el mismo requerimiento de la época

-

Delimitaron la esfera propia de la Psicología.

-

Determinaron la naturaleza de los fenómenos que estudian.

-

Determinaron su objeto y métodos. Wundt

Brentano

Séchenov

-Influencias Filosóficas

Filosofía Idealista

Filosofía Idealista

Filosofía Materialista

-Influencias biológicas

Biología de Descartes

Biología de Aristóteles

Biología de Darwin.

Caminos que abren

Estructuralismo

Funcionalismo

Reflexología

Escuela de Würzburgo

Reactología

Diferencias -Condiciones concretas

Gestalt, Psicoanálisis,

Humanismo

1.4. Importancia del estudio de las teorías psicológicas para la educación. En este capítulo les hemos presentado una visión general de cómo se fue construyendo la Psicología como ciencia independiente de la Filosofía y de las Ciencias Naturales, y nos hemos referidos a fundamentos teóricos y metodológicos necesarios para el estudio de las teorías psicológicas. Nuestro objetivo no es brindar una concepción acabada, sino determinados puntos de vistas que les permita a los estudiantes profundizar y reflexionar sobre la significación de estos aspectos. La importancia del estudio de las diferentes teorías psicológicas para la educación está dada, porque brinda los fundamentos psicológicos para la comprensión de la educación y del proceso de enseñanza aprendizaje. El estudio de las teorías psicológicas permite al futuro profesional de la educación, comprender el funcionamiento psicológico del hombre, conocer las diferentes teorías que se han dedicado al estudio de la personalidad, las diferentes concepciones de aprendizaje, el desarrollo de los procesos cognoscitivos, volitivos y afectivos, así como entender los mecanismos del funcionamiento de la vida psicológica, para asumir determinadas posiciones teóricas y metodológicas que les permita conocer, interpretar, orientar e incidir en la actuación de sus educandos. Referencias bibliográficas: (1) Rosental, M. e Iudin, P.: Diccionario Filosófico. Editora Política, La Habana. 1981 página. 451. (2) Valera Alfonso, O.: Fundamentos generales de las tendencias contemporáneas. ICCP. Soporte magnético. C. de La Habana, 1999 página 4.

pedagógicas

(3) Ibidem 1999, página 5 (4) González Serra, D.: Problemas filosóficos de la Psicología. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 1984, página 20. (5) Marx, C.: Obras Escogidas en tres tomos. Editorial Progreso. Moscú. 1973, página 8. (6) Calviño Fauly, M.: La historia de la Psicología en sus manuales de estudio. En Temas de Psicología. Universidad de la Habana. Ciudad de La Habana, 1986, página 6. (7) Valera Alfonso, O.: Estudio crítico de las principales corrientes de la Psicología Contemporánea. Teppic. Nayarit. Colombia. 1995, página 13.

(8) Ibidem. 1995, página 13. (9) Konstantinov, N. A. y otros: Fundamentos de Filosofía Marxista- Leninista. Materialismo Dialéctico. Editorial Pueblo y Educación. La Habana. 1984 página 114.

Parte I.

(10) Engels, F.: Dialéctica de la Naturaleza. Editorial Pueblo y Educación. Ciudad de La Habana. 2002, página 165. (11) Ibidem. 2002, página 191. (12) Marx, C.: Contribución a la crítica de la Economía Política. Editora Política. La Habana. 1966, página 261. (13) Rosental e Iudin, citada, página 374) (14) Rubinstein, S. L.: Principios de Psicología General. Edición Revolucionaria. Instituto Cubano del Libro. La Habana. 1972, página 77. (15) Konstantinov, citado, página 148) (16) Marx, C., 1966, citado, páginas 259-260. (17) Yaroschevsky, M. G.: Psicología del Siglo XX. Editorial Pueblo y Educación. C. de La Habana. 1983, página 14. (18) Warren, H. C.: Diccionario de Psicología. Fondo de Cultura Económica. D. F. México. 1948, página 351. (19) Valera, 1995, citado, página 13. (20) Engels, página 172 (21) Ibidem, página 178. (22) Ibidem, página 47 (23) Marx, 1966, página 265 (24) Herrera Guevara, N. Ideas psicológicas de Félix Varela y Morales en algunas de sus obras. Trabajo de Diploma, ISPEJV. C. de La Habana. 1992, página 15. (25) Marx, C, 1966, página 258. (26) Segura Suárez, M. E.: Una propuesta de periodización para el estudio de la Psicología en Cuba en el período prerrevolucionario. Tesis en opción al Título Académico de Master en Educación. ISPEJV. C. de La Habana, 1988, página 14.

(27) Yaroschevsky, página 31 (28) Ibidem, página 32 (29) Ibidem, página 37 Bibliografía del capítulo I: - Academia de Ciencias de la URSS. Instituto de Filosofía: Historia de la Filosofía. Editorial Grijalbo, S.A. México. 1961. - Academia de Ciencias de Cuba; Academia de Ciencias de la URSS; Metodología del Conocimiento Científico. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. 1975. - Calviño Fauly, M.: La historia de la Psicología en sus manuales de estudio. En Temas de Psicología. Universidad de la Habana. Ciudad de La Habana, 1986. - Engels, F.: Dialéctica de la Naturaleza. Editorial Pueblo y Educación. Ciudad de La Habana. 2002. - González Serra, D.: Problemas filosóficos de la Psicología. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 1984. - Herrera Guevara, N. Ideas psicológicas de Félix Varela y Morales en algunas de sus obras. Trabajo de Diploma, ISPEJV. C. de La Habana. 1992. - Konstantinov, N. A. y otros: Fundamentos de Filosofía Marxista- Leninista. Parte I. Materialismo Dialéctico. Editorial Pueblo y Educación. La Habana. 1984. - Kopnin, P. V.: Lógica Dialéctica. Editorial Pueblo y Educación. C. de La Habana, 1983. - Marx, C.: Contribución a la crítica de la Economía Política. Editora Política. La Habana. 1966. - Marx, C.: Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844. Instituto Cubano del Libro. Editorial Pueblo y Educación. La Habana. 1973. - Marx, C.: Obras Escogidas en tres tomos. Editorial Progreso. Moscú. 1973.

- Rodríguez Ugidos, Z.: Conferencias de Lógica Dialéctica. Facultad de Superación de Profesores de Ciencias Sociales. Universidad de La Habana. 1983. - Rosental, M. e Iudin, P.: Diccionario Filosófico. Editora Política, La Habana. 1981. - Rubinstein, S. L.: Principios de Psicología General. Edición Revolucionaria. Instituto Cubano del Libro. La Habana. 1972. - Sahakian, W.: Historia de la Psicología. Editorial Trillas. 1ra. Edición (español). México. 1982. - Segura Suárez, M. E.: Una propuesta de periodización para el estudio de la Psicología en Cuba en el período prerrevolucionario. Tesis en opción al Título Académico de Master en Educación. ISPEJV. C. de La Habana, 1988. - Segura Suárez, M. E.: Tendencias del desarrollo de la enseñanza de la Psicología en Cuba desde inicio del siglo XVIII hasta el triunfo de la Revolución en 1959. Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas. C. de La Habana. 2003. - Torre Molina, C. de la: Temas actuales de Historia de la Psicología. Ediciones ENPES. C. de La Habana. 1991. - Valera Alfonso, O.: Estudio crítico de las principales corrientes de la Psicología Contemporánea. Teppic. Nayarit. Colombia. 1995. - Valera Alfonso, O.: Fundamentos generales de las tendencias pedagógicas contemporáneas. ICCP. Soporte magnético. C. de La Habana, 1999 .- Warren, H. C.: Diccionario de Psicología. Fondo de Cultura Económica. D. F. México. 1948, página 351. - Wolman, B. B.: Teorías y Sistemas Contemporáneos en Psicología. Edición Revolucionaria. La Habana. 1967.

-Yaroschevsky, M. G.: Psicología del Siglo XX. Editorial Pueblo y Educación. C. de La Habana. 1983. -Yaroschevsky, M. G.: Historia de la Psicología. I Parte. Editorial Pueblo y Educación. Ciudad de La Habana. 1985.

Capítulo II: Teorías psicológicas de orientación idealista y su influencia en la educación. La Psicología como ciencia es muy joven, surge con los trabajos experimentales desarrollados por W. Wundt en Alemania. A partir de estos momentos se desarrollan diferentes concepciones teóricas para el estudio de la Psicología, entre las más importantes se encuentran la Psicología Estructuralista, el Funcionalismo, la Psicología de la Gestalt, el Psicoanálisis; más tarde la escuela conductista, el movimiento humanista y el movimiento cognitivista. En este capítulo trataremos los aspectos teóricos y metodológicos que caracterizan a cada una de estas posiciones y realizaremos un análisis crítico de los aportes y limitaciones que poseen, así como los aspectos más relevantes que han incidido en la educación. 2.1. El Estructuralismo y la Psicofisiología. A pesar de que los trabajos psicofísicos de G. T. Fechner datan de 1860, la mayoría de los psicólogos están de acuerdo en considerar que la Psicología nace como ciencia independiente en el año 1879 con la creación del laboratorio de Psicología de la Universidad de Leipzig, Alemania, por el profesor Wilhelm Wundt (1832- 1920). La recién nacida ciencia psicológica refleja en su ubicación, su programa y en sus órganos oficiales, sus dos grandes fuentes de origen: la Filosofía y la Fisiología que son, al mismo tiempo, las disciplinas en los que se formó su fundador. En efecto, Wundt es profesor de Filosofía en la Universidad, y es, en tal calidad, que tiene la ocasión y los medios de fundar el laboratorio de Psicología. Al mismo tiempo, la producción de este laboratorio se recoge en una revista que aparece hasta el año 1903, bajo el nombre de “Estudios Filosóficos”. Por otra parte, la formación universitaria de Wundt consistía en un doctorado en Medicina que obtuvo en la Universidad de Heidelberg en 1856, que le permitió obtener sólidos conocimientos de Anatomía y Fisiología y de consolidar sus intereses por estas disciplinas. Todo lo anterior le facilitó a Wundt, recoger y sistematizar las tendencias del desarrollo científico de la época y fundar la ciencia que se le llamaría “Psicofisiología” o “Psicología Fisiológica”. Para nosotros que estamos acostumbrados a relacionar la Fisiología con aparatos, sistemas y funciones (por ejemplo, el sistema digestivo, cuya función es la digestión), que podríamos llamar “físicos” o “corporales”, resulta un poco desconcertante el término “Psicología Fisiológica” y, somos llevados erróneamente a pensar que por ella se entiende solamente el estudio de los procesos nerviosos que acompañan a los fenómenos psíquicos. Esto no es así. El término “Fisiología” tiene también en este caso un sentido metodológico.

Sobre esto, el propio Wundt señaló: “Como el uso de los métodos experimentales tiene su origen en la manera experimental usada por la Fisiología y especialmente por la Fisiología de los órganos de los sentidos y del sistema nervioso, la Psicología experimental se llama también Psicología Fisiológica” (1) O sea, que esta Psicología experimental era llamada Psicología Fisiológica en primer lugar porque sus métodos tienen su origen en la “manera experimental usada por la fisiología y especialmente por la fisiología de los órganos de los sentidos”. La fisiología de los órganos de los sentidos trabajaba experimentalmente con el objetivo de dar una “explicación” a los fenómenos psíquicos sensoriales, desde el punto de vista del funcionamiento del sistema nervioso. Se trataba de explicar la visión de los colores o la audición, etc., a través de los procesos nerviosos que ocurrían en los órganos correspondientes. Así la visión de un color por ejemplo, se explicaba por la excitación de ciertas fibras nerviosas, diferentes a aquellos que resultaban excitados cuando el color visto era otro. Lo característico de esta explicación era considerar que algunos procesos complejos (como la visión de los colores) se derivaban de otros más simples (como la excitación de las fibras). Esta explicación característica de la Psicología Fisiológica es, según Wundt, la única posible a cualquier Psicología. “Existe un solo modo de explicación psicológica causal, que consiste en la derivación de los procesos psíquicos más complejos de otros más simples” (2) Los términos “más complejos” y “más simples” son por supuesto, relativos y, por tanto, lo que es “más complejo” en una relación dada puede resultar “más simple” cuando la relación es distinta. Así la visión de los colores es “más compleja” en relación con la excitación de las fibras, pero es “más simple” en relación con la percepción total del cuadro en que el color aparece. Por eso los procesos nerviosos no son siempre lo más elemental o simple en relación con cualquier proceso psíquico. El desarrollo de la Psicología a través de esta posición va a consistir en conservar la idea metodológica general de la Psicología Fisiológica, que consiste en explicar los procesos más complejos a través de sus análisis en procesos más simples, pero, al mismo tiempo, este análisis se detendrá al nivel de los procesos propiamente psíquicos sin entrar en el campo de la fisiología del sistema nervioso. En lugar de tratar con procesos más simples de carácter nervioso (excitación, fibras, entre otros) la Psicología tratará ahora con procesos más simples de carácter psicológico (sensación, imágenes, entre otros). Esta psicología que se ha originado en este proceso se conoce como “estructuralismo” y va a tener su mayor desarrollo en los Estados Unidos a partir de la llegada a este país de Edward Bradford Titchener (1867- 1927) quien durante muchos años enseñó psicología en la Universidad de Cornell.

2.1.1. Objeto de la Psicología Estructuralista. “La Psicología puede ser definida como la ciencia de los procesos mentales” nos dice el propio Titchener. (3) El término “proceso” en esta definición atiende a una característica de los objetos mentales; se refiere a que estos objetos no son estáticos, sino que se desarrollan en el tiempo. Una idea cualquiera, o un sentimiento del cual el hombre tiene conciencia, no permanecen iguales a sí mismo durante todo el tiempo, en un momento son más claros que en otro, o atendemos más a unos aspectos que a otros, o resulta más intenso, etc. Incluso en el caso de un sentimiento o una emoción puede trazarse una curva en el tiempo que recoja el desarrollo de este proceso. Por su parte, el término “mental” identifica la naturaleza de estos objetos diferenciándolos de otros objetos y, en primer lugar, de los objetos físicos. La característica “mental” está directamente ligado al sujeto, es decir, que estos procesos son mentales en tanto están ligados indisolublemente al sujeto. En efecto, tomemos por caso el color. Un color cualquiera, como objeto físico, es un cierto tipo de onda luminosa, pero cuando esta onda es percibida por el sujeto, tiene lugar un proceso mental y entonces en la conciencia se presenta el color. El color es, por tanto, un objeto mental en tanto su existencia como proceso depende de la existencia de la mente. El espacio es también un objeto físico en cuanto puede darse de él una medida invariable; el espacio como objeto mental, no tiene la misma estabilidad o invariabilidad; el trayecto hasta el trabajo o la casa por ejemplo, puede “parecernos” más o menos largo en función del estado de nuestra mente. De modo que la Psicología, según lo entiende el estructuralismo trata de estos procesos mentales. El adjetivo “mentales” supone el sustantivo “mente”. ¿Podría decirse, entonces, que son mentales los procesos de la mente? El estructuralista respondería negativamente a esta pregunta, porque la mente no es nada más que la suma de los procesos mentales. El conjunto de los procesos mentales que ocurre en un momento dado forma la conciencia del sujeto; y la suma de esta conciencia a lo largo de la vida forma su mente. Notemos entonces que lo que tiene lugar realmente son los procesos; que si tomamos el conjunto de los procesos que ocurren en un momento determinado y la vemos como en un cuadro, inmóvil, tenemos la conciencia y si, después, tomamos el conjunto de “las conciencias” a lo largo de la vida del hombre tenemos el cuadro completo de la mente.

Luego, “mi conciencia es la suma de los procesos mentales que componen mi experiencia en este momento.” (4) O, dicho de otro modo, un corte transversal, un momento en el eterno devenir de los procesos mentales. Luego no se cae en ninguna contradicción cuando se dice, al mismo tiempo, que la Psicología Estructuralista estudia la conciencia y los procesos mentales. La Psicología estudia la conciencia en tanto toma los procesos en un instante particular, o sea, como el cuadro que los distintos procesos forman y que se les presentan al sujeto como una experiencia. En el contenido de este cuadro, las ideas, sentimientos, imágenes, entre otros, que se dan simultáneamente en el espíritu del sujeto, es lo que constituye el campo propio de estudio del estructuralismo, y es por ello que el objeto del estructuralismo también se define como los “estados de conciencia”, es decir, el contenido que se encuentra en la conciencia en un momento determinado. 2.1.2. Problemas y métodos de la Psicología Estructuralista. Como hemos dicho antes, el estructuralismo toma de la fisiología la idea metodológica general que consiste en explicar los procesos más complejos descomponiéndolos en otros más simples, que son los elementos. De este modo, y como una hipótesis de partida el estructuralismo considera los estados mentales como objetos complejos, es decir, susceptibles de ser analizados o descompuestos en elementos. O sea, que de acuerdo con la hipótesis estructuralista, los estados de conciencia se componen de procesos más simples combinados de distintas formas. En relación con esto el propio Titchener nos dice: “El objetivo del psicólogo es triple. Él busca (1ro.) analizar la experiencia mental concreta (actual) en sus componentes más simples, (2do.) descubrir como se combinan esos elementos, cuáles son las leyes, que gobiernan su combinación y (3ro.) ponerlas en conexión con sus condiciones fisiológicas (corporales).”(5) Explicaremos cada uno de ellos: 1. El análisis de la experiencia mental concreta (la conciencia) en sus componentes más simples conduce a los “elementos” de la conciencia; un elemento es precisamente eso, el componente más simple; y el componente más simple es aquel que, a su vez, no está compuesto por otros elementos. Los elementos de la conciencia son de dos tipos: sensaciones (o imágenes) y afecciones (o sentimientos). Este análisis aplicado al caso de la ira podría ser el siguiente: “Ella contiene, en general, la idea de la persona con quien estamos disgustados, la idea del acto que nos ha disgustado, la idea de nuestra acción de revancha, un conjunto de sensaciones corporales, el rubor de la cara, la tendencia a apretar los puños, la excitación de todo el sistema muscular- nos “sentimos

más fuertes” bajo la ira” (6) Cada una de las “ideas” de que hemos hablado anteriormente es un proceso complejo que, por tanto, se descompone en una serie de procesos más simples que son los elementos finales del complejo total que llamamos “ira”. Las sensaciones son los elementos de las ideas. “Todas las sensaciones nos llegan a través de determinados órganos corporales: el frío por los órganos de la temperatura en la piel, el azul por los órganos sensitivos en la retina del ojo (...).”(7) Pero no podemos confundir la sensación con la percepción, la primera es un proceso simple, mientras que la segunda es un proceso complejo, es decir, que puede analizarse en elementos componentes. No tenemos la sensación sino la percepción del libro (o de cualquier otra cosa); la imagen perceptual del libro que vemos es un proceso complejo en el que intervienen sensaciones de color, recuerdos (imágenes) de sensaciones, anteriores con otros libros, etc. Las sensaciones resultan completamente elementales en el sentido de que una sensación de color, por ejemplo, no puede descomponerse en elementos más simples: en ella no intervienen recuerdos, ni imágenes, ni siquiera otras sensaciones. Ella es lo que es como resultado de la excitación del órgano corporal correspondiente sin la participación de ningún otro componente mental. El otro tipo de elemento de la conciencia son las afecciones: “Los procesos conscientes correspondientes con los procesos corporales generales- procesos que no están confinados a órganos determinados- se llaman afecciones” (8) Esos procesos corporales generales son de dos tipos, los procesos constructivos (anabolismo) y los procesos de descomposición (catabolismo). Por tanto, las afecciones son también de dos clases: placer y displacer. Estas son las únicas cualidades de la afección. Las afecciones son los elementos característicos de las emociones y los sentimientos, como las sensaciones lo son de las percepciones y de las ideas. 2- Después de analizar la conciencia en sus elementos componentes, la tarea del psicólogo consiste (siempre según el estructuralismo) en determinar las leyes que rigen las diferentes combinaciones de estos procesos. Como ya hemos dicho, las sensaciones son los elementos componentes de las ideas y las percepciones, en las que se encuentran asociados. Titchener enuncia la ley de la asociación en los siguientes términos: “Todas las conexiones establecidas entre las sensaciones por la formación de ideas tienden a persistir aún cuando hayan cesado las condiciones originales de la conexión.” (9)

De este modo en la percepción, las sensaciones actuales que provoca el estímulo se ven suplementado por una serie de imágenes asociadas: así en la percepción visual de la naranja intervienen imágenes de textura, aunque no lo tocamos, de sabor aunque no la gustemos, de olor aunque su perfume no llegue a nosotros, etc. La asociación es por tanto una ley que rige los procesos psíquicos estableciendo que aquellos elementos o ideas que se han dado juntos en la experiencia del sujeto, tenderán a aparecer siempre juntos aún cuando ya no se presenten como estímulos; la presencia de uno de ellos por si sola evocará en la conciencia aquel otro con el que se encuentra “asociado”. Esto es lo que sucede con las ideas que son las formaciones complejas que se producen por la combinación de las sensaciones (o sensaciones e imágenes); la combinación de las afecciones en las emociones y los sentimientos es un tanto más compleja, en ella no parecen intervenir solamente mecanismos asociativos. En líneas generales, Titchener distingue en la emoción y el sentimiento un contenido intelectual (que tiene que ver con lo que causa la emoción o el sentimiento), en el que intervienen los elementos sensoriales más el afecto placentero o displacentero o, más el conjunto de sensaciones orgánicas provenientes de los cambios fisiológicos y posturales propios de la emoción. Tomemos por ejemplo, la siguiente situación: el sujeto oye el chirrido de los frenos de un auto seguido de un grito, inmediatamente todo esto se combina en su conciencia con otras imágenes y surge la idea del “accidente”. Una vez que se encuentra allí esta idea de la situación, “el organismo”, obedeciendo a leyes biológicas debe sentirla como placentera o displacentera. Es decir, que el elemento afectivo a partir del cual se forma la emoción se añade a la idea, obedeciendo a leyes biológicas y no a mecanismos asociativos; después de esto, todo el proceso de formación de la emoción sigue también las leyes de la asociación. 3- El tercer aspecto del problema del psicólogo consiste en relacionar los procesos mentales con sus condiciones corporales o fisiológicas. Las dos tareas de la ciencia son describir y explicar; para el estructuralismo lo primero se consigue descomponiendo la conciencia en sus elementos y determinando las leyes que rigen sus combinaciones, mientras que la segunda se consigue determinando las condiciones en que tienen lugar los procesos psíquicos. “Las condiciones de los procesos mentales son en parte mentales y en parte corporales; de una parte las leyes de las conexiones mentales y de otra las leyes (funciones) de ciertas estructuras corporales” (10) Luego, al mismo tiempo que se analiza la experiencia de sus elementos, se registran los cambios y las condiciones fisiológicas en que las distintas ideas se producen. El estructuralismo trabaja con métodos fundamentales como la experimentación y la introspección siendo esta última la que lo caracteriza, al punto que esta escuela es conocida también, como introspeccionismo. Como su nombre lo indica, la introspección es una inspección interior, una observación de lo que ocurre en la conciencia hecha por el propio sujeto, quien después lo reporta (lo cuenta) al investigador. En la observación hay, como sabemos, un

observador y un objeto observado; en la instrospección el observador y lo observado, son uno y la misma persona. No obstante ello, consideramos, que la introspección es una modalidad de la observación. La instrospección estructuralista va a la búsqueda de los elementos que intervienen en diferentes estados de conciencia. El investigador dispone las situaciones, varía las condiciones (y, por ello experimenta) para producir en los sujetos diferentes estados de conciencia, que puede llegar a conocer mediante la introspección y comparando unos y otros llega a conclusiones acerca de las leyes que los gobiernan. La instrospección es más bien una retrospección. En efecto, la observación de los estados de conciencia no se realiza cuando estos ocurren sino a posteriori, una vez que el estado de conciencia en cuestión ya ha terminado. Esto es así debido a que si el sujeto se dedica a observar su estado de conciencia, entonces este se modifica y por tanto, su reporte estaría alterado. Si bajo un cierto estado emocional nos ponemos a observar nuestra conciencia emocionada, la propia emoción se modifica y deja de ser lo que es. 2.1.3. Caracterización del Estructuralismo y valoración crítica: Como ya hemos visto, el tratamiento metodológico general del problema de la conciencia por parte del estructuralismo consiste en descomponerla, en analizarla en elementos, considerando que estos elementos tienen una naturaleza básicamente sensorial, recomponiendo luego la totalidad desintegrada mediante leyes asociativas. Esta posición puede caracterizarse de acuerdo con ciertos rasgos que se expresan en los siguientes conceptos: - Análisis: analizar las totalidades complejas en sus componentes es una operación común en las ciencias (la química, la biología, entre otras). Sabemos que el agua está compuesta de hidrógeno y oxígeno y que el hombre está compuesto de órganos y de sustancias. Ahora bien, ni el agua ni el hombre pueden reducirse a sus elementos componentes. En efecto, las propiedades del agua como compuesto no son la simple suma de las propiedades del oxígeno y del hidrógeno,

el

oxígeno

es

combustible

y

el

hidrógeno

explosivo

y,

paradójicamente, el agua apaga el fuego. De igual forma, ni la percepción ni la emoción pueden reducirse a la suma de los elementos que la componen. De este modo, podemos decir que el análisis, en sí mismo no es criticable (cómo habría de serlo si se trata de una operación del pensamiento), pero no se puede tratar de explicar todo mediante el análisis. Esto ha de ser entonces, uno de los puntos de vista metodológicos por las que ha de ser criticado el estructuralismo. - Sensualismo: Ya sabemos que los dos elementos del estructuralismo son la afección y la sensación. Hablamos de sensualismo (o sensorialismo) en la medida en que estos elementos son sentidos: sentimos calor o frío, o presión o ruido, es decir sensaciones; y también sentimos placer o displacer. Es decir, que ambos elementos son de naturaleza sensorial; por ello si cualquier proceso psíquico se reduce, en última instancia a estos dos elementos, entonces todo el psiquismo es

en última instancia sensorial. Este es otro de los aspectos del estructuralismo por el que ha sido ampliamente criticado. -

Elementalismo: La necesidad de buscar elementos está directamente relacionada con la posición analítica del estructuralismo, es lógico que si las totalidades se descomponen debe existir un punto donde detener esa descomposición que, de otro modo, podría continuarse hasta el infinito. Por ello hay que buscar elementos o sea partículas que no pueden ser analizadas. De este modo el criterio de lo elemental es la “simplicidad”. Ahora bien, ¿qué es lo simple? ¿cómo podemos saber que algo es simple, es decir que no se puede descomponer?.Esto es un tanto difícil porque el hecho de que no seamos capaces de descomponer un objeto no quiere decir que sea simple (durante años el hombre no pudo dividir el átomo y, no obstante ello, es un compuesto).

Por otra parte, ¿qué sentido tiene afirmar que la sensación es un elemento de la percepción? En realidad cuando percibimos un objeto no tenemos en la conciencia un conjunto de elementos sino una impresión global en la que ningún elemento existe independientemente. - Mecanicismo: La concepción asociacionista del estructuralismo lo ubica dentro de las posiciones mecanicistas, ya que considera que los fenómenos psíquicos, internos, están determinados mecánicamente por los estímulos que actúan sobre los individuos; las ideas se producen siempre en los sujetos en la misma forma en que se presentaron al sujeto. Esta concepción mecanicista del estructuralismo, así como su ahistoricismo y el sensualismo, entre otros, lo alejan de las posiciones del materialismo dialéctico en la Psicología y lo conducen a resultados pobres e incorrectos en muchos campos, y lo han convertido en blanco de las críticas de muchos psicólogos, incluso en el campo de la Psicología occidental como veremos en epígrafes posteriores. Para Titchener, el psicólogo debe dar una descripción científica de todo el rango de la experiencia

humana,

correlacionado

con

el

funcionamiento

del

sistema

nervioso.

Aparentemente la mente es como otro ser humano, como un pequeño hombre interior que no tiene que ver con el hombre exterior; es decir, una sustancia material pensante que vive en nuestra cabeza, y éste nos influye en todos los actos que el ser humano actúa sobre el exterior. De esta manera, la Psicología es la ciencia del experimento psicológico que depende del sujeto que experimenta y trata de ver el mundo tal y como es en la experiencia del hombre. Se manifiesta el paralelismo psicofísico al considerar este autor que los fenómenos psíquicos y físicos discurren independientemente en serie paralelas, la relación se da en el tiempo.

Indudablemente, Titchener explica el cuadro psíquico en términos de procesos mentales que existen independientes de la realidad objetiva, por lo que se le considera idealista subjetivo. Es una escuela psicológica que centra la atención en el estudio de los procesos de la mente, por lo que como teoría no trasciende del campo de la Psicología. Referencia bibliográfica: (1) Wundt, W.: Compendio de Psicología. La España Moderna. Madrid. Página. 34. (2) Ibidem, página 35. (3) Titchener, E. .B.: “An Outline of Psychology”. The Macmillan Company. N. Y. 1901. Página 7. (4) Ibidem, página 13. (5) Ibidem, página 15. (6) Ibidem, página 16. (7) Ibidem, página 35. (8) Ibidem, página 101. (9) Ibidem, página 218. (10)Ibidem, página 265 Bibliografía. - Heidbreder, Edna: Psicología del Siglo XX. Edición Revolucionaria. Instituto Cubano del Libro. Habana. 1964. -

Rubinstein, S. L.: Principios de Psicología General. Edición Revolucionaria. Instituto Cubano del Libro. La Habana. 1972.

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Sahakian, W.: Historia de la Psicología. Editorial Trillas. 1ra. Edición. (español). México.1982.

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Titchener, E.B.: An Outline of Psychology. The Macmillar. Co. New York. 1901.

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Torre Molina, C. de la; Calviño Fauly, M.: Historia de la Psicología. Lecturas Escogidas. Compilación. Editorial Pueblo y Educación. C. de La Habana. 1985.

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Wilhelm, W.: Compendio de Psicología. La España Moderna. Madrid. Año.

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Wolman, Benjamín: B. Teorías y Sistemas Contemporáneos en Psicología. Edición Revolucionaria. La Habana. 1967.

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Yaroschevky, M. G.: Psicología del Siglo XX. Editorial Pueblo y Educación. C. de La Habana. 1983.

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Yaroschevsky, M. G.: Historia de la Psicología. 2da Parte. Editorial Pueblo y Educación. Ciudad de La Habana. 1987.

2.2. El movimiento funcionalista.

El funcionalismo surge en los Estados Unidos producto de la interacción de los logros alcanzados por la ciencia hasta ese momento y la práctica social. Debido al gran auge industrial y de la competencia capitalista, surge un marcado interés por el practicismo, el carácter emprendedor y por el éxito personal, y esto se reflejaba en la ciencia, en un interés por utilizar sus logros en la práctica, lo cual caracterizó en este sentido a la Psicología norteamericana de la época. Es la primera reacción contra el estructuralismo y se gesta paralelamente al nacimiento del estructuralismo. En estas condiciones surge el movimiento funcionalista, tratando de dar respuesta a las preguntas: ¿qué hacen las personas? ¿por qué lo hacen?, lo cual era imposible responder a través del estructuralismo, que como sabemos, entendía a la Psicología como una ciencia pura, separada del mundo objetivo, y por lo tanto que nada tenía que ver con la aplicación práctica del conocimiento. El funcionalismo recibió influencias de Brentano. Es considerado movimiento y no escuela, ya que no tiene suficiente estructuración de objeto, método, programa, unidad conceptual teóricapráctica. Su principal representante fue el norteamericano William James (1842- 1910), profesor de Anatomía y Fisiología en la Universidad de Harvard. Allí dictó un curso de conferencias “Sobre las relaciones entre la fisiología y la psicología”. En esta etapa también James formó parte de un grupo de intelectuales donde imperaban las ideas del filósofo Charles Pierce, representante del pragmatismo, tendencia idealista muy difundida en los Estados Unidos, influyó grandemente sobre el funcionalismo y el conductismo en Psicología, y ambas tendencias basaron su teoría en el culto a la acción, tal como lo planteaba el pragmatismo. Así Pierce, tratando de vencer la interpretación subjetiva- idealista del objeto como conjunto de sensaciones, es decir, contrario a las ideas de Berkeley acerca de que el significado del objeto es idéntico a la imagen, plantea que en lugar de partir de los elementos de la conciencia, de la imagen, se debía tomar como punto de partida las acciones prácticas, con lo cual se saldría de los límites de la conciencia, ya que la acción puede ser observada externamente, puede ser comprobada y repetida, y la imagen sólo puede observarla el propio sujeto. Sin embargo, Pierce no logra vencer el subjetivismo, ya que para él la acción depende de la utilidad que tenga para el sujeto, en dependencia de sus propios intereses, Es decir, la acción para este autor, no constituye la actividad práctica que nos sirve de criterio de verdad en la medida que nos permite reproducir, confirmar e incluso transformar la realidad objetiva, sino

que para él, un significado es verdadero, cuando a través de sus acciones el sujeto es capaz de satisfacer sus intereses, es decir, si esas acciones resultan útiles para el sujeto. W. James adopta esta posición en la elaboración de su teoría psicológica, acerca de la acción según la cual pertenece solo a la conciencia, al sujeto, al “medio” psíquico interior, por lo cual el instropeccionismo adquiere para los funcionalistas tanto valor como para los estructuralistas, aunque en el trabajo práctico trabajen con acciones reales en el medio exterior. Esto respondía enteramente al culto al practicismo, pero además, debido al enfoque de la biología evolucionista predominante en la ciencia, el funcionalismo también recurre a la explicación biológico- evolutiva de lo psíquico. 2.2.1. Objeto de estudio del funcionalismo. Lo primero que se plantea de importancia es la idea de que la conciencia no era necesaria su contenido y estructura, sino sus funciones, es decir, servir como instrumento de adaptación al medio (tanto la conciencia como los restantes procesos psicológicos). Así el concepto de función se refería, a la manifestación de la conducta que le eran útiles al sujeto, para su adaptación más efectiva al medio, en relación con las condiciones del medio por una parte, y las necesidades vitales del organismo por otra. Es decir, no basta la tesis de que la psiquis es una función para definir el carácter del movimiento funcionalista, sino que además se caracteriza por el modo biológico evolucionista de explicar el desarrollo psíquico, es decir, interpreta la acción por su tendencia a resolver situaciones problemática de importancia vital para el organismo. Los funcionalistas entendían por función, algo que partía del “medio” psíquico interior, sin nada de común con la actividad real en el medio exterior, Es decir, si bien en la actividad científica real, en el estudio concreto de los problemas psicológicos ellos observaban la conducta real de los sujetos, sin embargo esta función era concebida teóricamente como una “irradiación” de la conciencia del sujeto como algo espiritual, dado por los intereses del individuo, por su utilidad para el sujeto, por lo cual no logran reducir el subjetivismo del estructuralismo, ni el indeterminismo (no se deriva de nada, surge en el propio sujeto). Es importante señalar además, que el concepto de función se refería además al sentido que se le da en Biología, como instrumento de adaptación, que comienza a actuar cuando surgen dificultades, que no pueden resolverse con los hábitos y costumbres. Es decir, cuando surge una situación nueva, no acostumbrada, pero de importancia vital para el organismo. Aquí se ve como para el funcionalismo existe una estrecha relación entre el organismo, la función psíquica y el medio, ya que la función surge como instrumento de adaptación del organismo al medio ante situaciones nuevas, complejas donde no bastan las funciones biológicas habituales.

James considera la conciencia como algo que se haya en constante cambio, expresó: “El hecho fundamental. El hecho concreto, primero y supremos, que todo mundo afirmará que pertenece a su experiencia interior es el hecho de que alguna especie de conciencia está en marcha. Los estados mentales se suceden unos a otros en él. Si pudiese decirse en inglés “piensa” como decimos “duele” o “graniza” enunciaríamos el hecho de la manera más sencilla y con un mínimo del supuesto. Como no podemos hacerlo, tenemos que decir simplemente que el pensamiento sigue su marcha.” (1) Establece cuatro caracteres en el proceso de la conciencia que son los siguientes: -

Cada “estado” tiende a ser parte de una conciencia personal.

-

Dentro de cada conciencia personal los estados se encuentran cambiando constantemente.

-

Cada conciencia personal es sensiblemente continua

-

Se interesa en algunas partes de su objeto con exclusión de otras, y acoge o rechaza constantemente.

De esta manera, James subraya que ningún estado de conciencia, una vez pasado, puede recurrir y ser idéntico al que le precedió. Señaló: “No puedo definir “continuo” sino respecto de aquello que carece de ruptura, grieta profunda o división. Las únicas interrupciones que nos podríamos imaginar que se produjesen dentro de los límites de una sola mente serían o bien interrupciones, lagunas de tiempo durante las cuales la conciencia se apagaría, o serían interrupciones en el contenido del pensamiento, tan abruptas que lo subsecuente no guardaría conexión alguna con lo precedente.” (2) Así W. James considera la conciencia como algo que fluye, como un río, una corriente, y se expresa concretamente cuando explica la corriente del pensamiento, de la conciencia o de la vida subjetiva. El programa del funcionalismo estaba determinado por la tarea de estudiar de qué manera el individuo se adapta al medio cambiante con la ayuda de las funciones psíquicas, y de encontrar los procedimientos de adaptación más efectiva posible.

2.2.2. El problema de la función y la estructura. La polémica establecida entre el funcionalismo y el estructuralismo es relacionado con sus programas. Si Titchener en su programa no le interesaba las aplicaciones prácticas que se hagan con las leyes que descubre, rechazando totalmente la idea de recurrir a la Psicología para resolver tareas prácticas. Por esta razón afirmaba este autor que la psicología funcional no

es una ciencia. Sin embargo los funcionalistas planteaban que si quizás el estructuralismo era una ciencia pura, esta pureza lo llevaba a alejarse de la realidad de la vida misma. El funcionalismo a diferencia del estructuralismo planteaba fundamentalmente lo siguiente: -

Mientras que el estructuralismo se interesa por la pregunta “¿qué?, es decir qué elementos entran en la estructura de la conciencia, el funcionalismo pregunta ¿para qué? y ¿cómo? actúan las personas. En lugar de elementos y estructuras, el funcionalismo situó en primer plano a los actos, las operaciones y las funciones psíquicas.

-

Así el estructuralismo estudiaba la estructura de esa conciencia “pura”, aislada del mundo, “el mundo psíquico cerrado en sí”, a través de la autoobservación de sujetos especialmente entrenados, pronto chocó con las exigencias sociales, es decir, el practicismo y con el modelo darviniano del organismo. Por esto, el funcionalismo interpreta la conciencia como herramienta para resolver problemas, mediando entre el organismo y el mundo circundante, y se dedica al estudio de los problemas reales como los pedagógicos, el diagnóstico, la motivación, entre otros.

-

Si bien el estructuralismo se centra en el estudio de la conciencia a través de la introspección, separándola tanto del organismo como del medio, los cuales deben ser objetos de estudio de la fisiología y de la física (paralelismo), sin embargo, el funcionalismo estudia la vida psíquica relacionada con el organismo y el medio, ya que ésta tiene un carácter adaptador, que le permite resolver situaciones problemáticas vitales para el organismo.

Estos tres aspectos esenciales que diferencian al funcionalismo del estructuralismo, se resumen en la categoría función. Si bien es una concepción biologista acerca de la psiquis, resulta positivo el hecho de relacionar lo psíquico con lo corporal, así como con las condiciones del medio, a diferencia del estructuralismo, que en su lucha por la pureza de su objeto, separaba a éste del organismo y del medio. Aunque James considerara la introspección como el método básico de la psicología y estuviera hasta aquí de acuerdo con Wundt y Titchener, el tipo de introspección por la cual abogaba no era el mismo que el del “introspeccionista experto”. La introspección era para él el ejercicio de un don natural: consistía en aprehender un momento de la vida en su mismo transcurrir; en fijar y referir un efímero suceso, tal como ocurriera en su marco natural. No se trata de la introspección de laboratorio ayudada por instrumentos, sino de una aprehensión rápida y segura de una impresión por un observador agudo y sensible. Por lo que James rechaza la introspección entrenada y utiliza la introspección natural.

2.2.3. Caracterización del movimiento funcionalista y valoración crítica. W. James se dedicó al estudio del aprendizaje, las emociones, la motivación, la personalidad, y prestó considerable atención a la adquisición de hábitos. Teoría de los hábitos: Considera James, que las conductas se van automatizando y según esto, pone a la conciencia a funcionar en otras situaciones nuevas para adaptarse. Plantea que la Psicología debía estudiar el acto adaptativo (eslabón entre la psicología de la conciencia y la psicología de la conducta). La conciencia como método adaptativo que obligaba poner al sujeto en relación con el medio, la conciencia en relación con lo fisiológico. Los hábitos son adquiridos por asociación. La contigüidad es la ley básica de la asociación, definida por James: “Cuando dos procesos cerebrales elementales se han producido conjuntamente o en sucesión inmediata, uno de ellos, al volver a producirse, tiende a propagar su excitación al otro.” (3) Considera James que “el hábito es el volante gigante de la sociedad, el más valioso de sus agentes conservadores. (…) Sólo él impide que los caminos más duros y repugnantes de la vida sean abandonados por aquellos que fueron llevados a caminar por ellos. (4) Agrega más adelante: “En toda educación, lo importante es convertir nuestro sistema nervioso en aliado no en enemigo nuestro. Consiste en invertir y capitalizar nuestras adquisiciones, para vivir con holgura de los intereses de nuestra inversión. Para esto, tenemos que convertir en automáticas y habituales, desde la más temprana edad posible, todas las acciones útiles, que podamos, y precavernos contra la adquisición de modos de conducta habituales que probablemente nos reportarán inconvenientes, tal y como podemos protegernos contra la peste”. (5) Como relación funcional entre conciencia y hábito; un proceso sustituye a otro en dependencia de las necesidades (uno de los dos y no ambos en diferentes situaciones juegan un papel fundamental). Se consideran precursores del conductismo, a partir de que la vida psicológica descansaba sobre los hábitos, que todas las conductas pueden ser automatizadas y por consecuencia libera la conciencia y por tanto las reacciones son automática y se plantea ¿es necesario la conciencia? Así comienza en la Psicología norteamericana la lucha contra la conciencia, lo que se pone de manifiesto en la escuela conductista. La teoría de aprendizaje de James no se desviaba de la pauta establecida por los asociacionistas. Su asociacionismo era mecanicista y no introspeccionista y condujo al conductismo.

La teoría de la memoria rechazaba la noción de la “psicología de la facultad” de que la memoria es una facultad o poder mental. Probó mediante experimentos que la memoria no puede ser mejorada por la práctica; la práctica sólo puede mejorar la retención del material practicado. Ello implicaba que no podía aceptarse la idea de un poder reminiscente. Los instintos son unas normas de conducta heredadas, comunes a determinadas especies, y normalmente útiles y agradables. Son los modos de conducta. “Cada criatura adquiere sus propios modos y los sigue como algo evidente (…) No los sigue a causa de su utilidad, sino porque, en el momento de hacerlo, siente que aquella es la única manera apropiada y natural de obrar.” (6) De nuevo James señala la utilidad y el placer como motivos de la conducta. La teoría de las emociones de James era un resultado lógico de su enfoque evolucionista biológico. Se trata de la bien conocida concepción de las emociones de James-Lange, que las considera como una función de los cambios orgánicos, principalmente de los cambios fisiológicos de los músculos y vísceras. “Nos sentimos tristes porque lloramos, irritados porque golpeamos, temerosos porque temblamos, de forma que no lloramos, golpeamos, o temblamos porque estamos tristes, irritados, o temerosos, como pudiera creerse. Sin los estados orgánicos que siguen a la percepción, esta última sería puramente cognoscitiva en la forma, pálida, descolorida, desprovista de calor emocional”. (7) Es decir, para James, los cambios corporales siguen directamente a la percepción del factor excitante y que la sensación de los mismos cambios mientras ocurre, es la emoción. Así la vivencia emocional no es la causa, sino el producto de los cambios corporales relacionados con esa vivencia. Su aportación original, la teoría de las emociones, ha levantado muchas controversias y ha sido ampliamente desaprobada por estudios posteriores. La grandeza de James reside en esta o aquella investigación particular. Se basa en su psicología influida por su nuevo y fresco enfoque del problema, por su idea filosófica del pragmatismo y por su percepción de la función psicológica como una parte del proceso de adaptación. ¿Para qué? Es la cuestión planteada. Y, aunque él mismo no pudo dar respuesta, hizo que los psicólogos se plantearan este fructífero interrogante. Es importante además en su teoría, el hecho de relacionar la conciencia no solo con la función de adaptación, sino también con la estructura de la personalidad. James establece el análisis de la personalidad en niveles, así como lo relacionaba con la acción. Señaló: “En la aceptación más amplia del término, sin embargo, el Yo de un hombre es la suma total de todo lo que PUEDE llamar suyo.” (8) Considera que el Yo puede dividirse en tres partes: a) sus constituyentes, b) los sentimientos y emociones que despierta, apreciación

de sí mismo y c) las acciones que incitan, velar por sí mismo y presentación de sí mismo. Distingue así tres formas del Yo: -

El Yo material: “el cuerpo es la parte más íntima del yo material en cada uno de nosotros, y algunas partes del cuerpo parecen ser más íntimamente nuestras que el resto (cuerpo, ropas, bienes, etc.)” (9)

-

El Yo social: es el reconocimiento que recibe de sus prójimos.

-

El Yo espiritual:”(…) Entiendo más bien la totalidad de mis estados de conciencia, mis facultades psíquicas y mis disposiciones consideradas en concreto. Este conjunto, en cualquier momento, puede convertirse en objeto de mi pensamiento en ese momento y despertar emociones semejantes a las que despiertan cualesquiera otras porciones del Yo.” (10)

Con esto James dio un paso de avance de la concepción puramente gnoseológica del Yo a su interpretación sistémico psicológico, hacia su análisis por niveles. James representa la filosofía pragmática, lo verdadero o cierto está en lo que puede ser práctico, pero que sirva. Abre el camino al conductismo y al existencialismo (preocupaciones existenciales relacionadas con la trascendencia espiritual). Por qué funcionalista? Estudia las causas, condiciones de los estados de conciencia. Aunque intenta vencer el subjetivismo del estructuralismo que habla de la estructura de la conciencia solo accesible a la introspección, el funcionalismo no lo logra, ya que la función pertenece solo a la conciencia del sujeto, como una irradiación del mismo. James niega la determinación objetiva de la conciencia, ya que ésta está dada por los intereses del individuo, por lo que es útil a cada sujeto, lo cual se deriva del practicismo y el culto al éxito personal dominante en los Estados Unidos. Considera a la voluntad una fuerza inherente al sujeto, que surge de él, y que no está determinado por nada, tiene más poder que el mecanismo corporal, es una fuerza que puede incluso hacer variar las emociones del sujeto al variar la acción corporal, se manifiesta el voluntarismo. Es importante el establecer una relación entre las condiciones del medio por una parte y las necesidades del organismo por otra, lo que permite superar el paralelismo del estructuralismo. Su enfoque es biologista, al tener la función un carácter adaptador, le sirve al sujeto para sobrevivir en situaciones nuevas y complejas. Se caracteriza por el teleologismo, es decir, la idea de que el acto interior se halla orientado desde un principio hacia un fin o situación problémica. Pertenece al idealismo subjetivo.

A su muerte se derivan dos vertientes: el grupo de Chicago que posee una estructuración teórica del movimiento, representado por John Dewey (1859-1952), James Rowland Angell (1869-1949), Ronald Carr ; y el grupo de Columbia, que trabajaron en el espíritu de la época, influencia del darwinismo, se desarrolló una psicología aplicada; medición de capacidades, psicología clínica (medir aptitudes intelectuales y física), desarrollo del aprendizaje (humano y animal), etc., representado por James Mckeen Cattell (1860.1944), Robert Sessions Woodworth (1869-1962) y Edward Lee Thordinke (1874- 1949) Con el interés de centrarnos en la importancia del funcionalismo para la educación, trataremos aquellas teorías que más han incidido en la Pedagogía, nos referiremos a las concepciones desarrolladas por J. Dewey y E. L. Thordinke, relacionado con el aprendizaje. 2.2.3.1. John Dewey y el instrumentalismo. En 1896 publica el artículo “El concepto de arco reflejo en Psicología”, señala el punto de partida del funcionalismo como movimiento definido. En este artículo Dewey sostiene que la actividad psicológica no puede dividirse en partes o elementos sino que debe considerarse como un todo continuo, siguiendo la línea de James. El concepto del arco reflejo, con su distinción entre estímulo y respuesta, sensación y movimiento, secciones sensoriales, centrales y motrices del arco, consideraba la antigua tendencia a pensar en función de unidades discretas. Dewey sostenía que tales distinciones, como la estímulo y respuesta, no son sino meramente funcionales y no se basan en diferencias efectivas de la realidad existente, sino en dos diferentes papeles que desempeñan los actos que se dan en el proceso total; por lo que la distinción es funcional, no existencial, se basa en lo que los procesos hacen, y no en lo que los procesos son. Señaló:” ¿Cuál es la realidad así designada? ¿Cómo llamaremos a aquello que no es sensación-seguido-de-idea-seguida-de-movimiento, pero que es primordial? ¿Cuál es, por así decirlo, el organismo psíquico del que la sensación, la idea y el movimiento son los órganos principales? Desde el punto de vista fisiológico el nombre que se le puede dar más convenientemente a esta realidad es el de coordinación. Esta es la esencia de los hechos reunidos y subsumidos en el concepto de arco reflejo”. (11) En consecuencia, para Dewey se puede distinguir entre estímulo y respuesta, pero la distinción debe ser funcional, no existencial. En el proceso de adaptación del organismo al ambiente, los estímulos y las respuestas son una cadena de hechos y no unas entidades separadas. En consecuencia, Dewey considera que el psicólogo debe tomar como unidad la coordinación total y no una parte de la misma. La coordinación total está relacionada con su pasado y su

futuro y con la actividad total del organismo. Cuando un acto revela unidad e integridad, su unidad es funcional; no tiene separación existencial alguna. Heidbreder considera que: “Esta concepción exigió una revisión mucho más completa del pensamiento psicológico de lo que se pudiera creer. Primero atacó al atomismo psicológico en forma radical. Es sobremanera significativo que en su crítica contra el elementalismo, Dewey eligiera como blanco no las sensaciones y las afecciones elementales, sino el concepto de arco reflejo”. (12) Para analizar los aportes de Dewey a la teoría psicológica, es necesario prestar la atención a sus inquisiciones filosóficas. De hecho, los estudios filosóficos de Dewey han alcanzado una gran prominencia y han tenido más influencia que sus estudios psicológicos. Dewey ha sido uno de los principales pragmatistas americanos, podría estar de acuerdo con Pierce y James en que la acción precede al conocimiento. La vida es acción. A diferencia de ellos, Dewey plantea que las personas piensan para vivir, y aquí interviene su instrumentalismo. El pensamiento es un instrumento usado por el hombre en su propia adaptación a las situaciones práctica de la vida. Para Dewey el conocimiento resulta del esfuerzo humano para sobrevivir. El conocimiento es un arma en la lucha por la supervivencia o una herramienta en el esfuerzo por la adaptación. Por lo que el papel del conocimiento es ayudar a los hombres a clarificar sus ideas respecto a la naturaleza, la sociedad y la ética. El hombre y su adaptación a la vida era el problema principal de su filosofía y psicología. La vida es aprendizaje, decía Dewey, y esta idea influyó en los estudios de Thordinke y de los conductistas. La teoría de Dewey significaba una actitud hacia la psicología aplicada, precisamente la psicología relacionada con la educación. Consideró que el problema del aprendizaje era la materia central de la Psicología. Expresó Dewey: “El niño aprende para evitar el shock de un desacuerdo desagradable, para hallar el camino fácil, para aparecer conforme con unas costumbres que le resultan completamente misteriosas en orden de alcanzar su propio camino, es decir, para manifestar algunos impulsos naturales sin provocar una apreciación desfavorable por parte de la autoridad.” (13) Plantea que los mecanismos que controlan la interacción entre el organismo y el medio son los hábitos. Los hábitos- según Dewey- asimilan energías objetivas, y se producen exigencias del ambiente. Los impulsos transportan la energía y cuando se hallan incorporados de la forma debida, suministran el dinamismo. Por lo que los hábitos son mecanismos de conducta

complejos y flexibles. Consideró a la inteligencia el hábito flexible que dirige al organismo hacia una mejor adaptación a una situación que cambia. Dewey consideró que la función más importante de la inteligencia es el pensamiento reflexivo. “La función del pensamiento reflexivo consiste en transformar una situación en la que existe oscuridad, duda, conflicto, confusión de cualquier tipo que sea, en una situación clara, coherente, asentada, armoniosa (…) Cuando se presenta una situación que implica una dificultad o perplejidad, la persona afectada puede elegir una entre muchas salidas (…) Puede afrontar la situación. En este caso, comienza a reflexionar.” (14) En su artículo “Análisis de un acto completo de pensamiento” (1910) (15), plantea cinco pasos de la reflexión: 1. El sentimiento de una dificultad 2. Su localización y definición 3. La sugerencia vaga de una posible solución 4. Desarrollo, mediante razonamiento, de lo implícito en la sugerencia vaga 5. Nuevas observaciones y experimentos nos conducen a su aceptación o a su rechazo, es decir, la conclusión de creer o no creer. La influencia de Dewey sobre la Psicología se relaciona más con su filosofía, con sus aportaciones a la investigación psicológica. Su concepto de instrumentalismo allanó el camino al enfoque funcionalista y a la concepción intencionalista de la conciencia. Además, la importancia que concedió a la adaptación y al aprendizaje condujo a una serie de investigaciones fructíferas en varios laboratorios. El punto de vista molar de la mente influyó en investigaciones posteriores, sobre todo el conductismo de E. Tolman. 2.2.3.2. Edward Lee Thordinke y el conexionismo. Su obra y descubrimiento sobre el aprendizaje (ley del efecto) se adelantó a los trabajos de Pavlov y Watson. Bajo la óptica del funcionalismo, desde fines del siglo XIX comienza a realizar investigaciones con niños y animales; se mueve en el contexto de la Psicología de las funciones de los procesos psíquicos, dentro de las coordenadas del funcionalismo. Su teoría psicológica combina el funcionalismo y el asociacionismo. Sus fundamentos fueron fisiológicos y reduccionistas. Creyó firmemente Thordinke, que los hallazgos psicológicos deben y pueden relacionarse con el sistema nervioso. La esencia de su posición respecto al mecanismo fisiológico del aprendizaje, se basa en que “las conexiones establecidas entre la situación y la respuesta están representadas por las conexiones entre una y otras neuronas, de forma que la conmoción, o corriente nerviosa, producida en la primera es conducida a la última a través de su sinapsis. La

fuerza o debilidad de la conexión significa la mayor o menor facilidad con que la misa corriente será conducida de la primera a la segunda y no a otro lugar. La fuerza o debilidad de la conexión es una circunstancia de la sinapsis.” (16) Es decir, las conexiones entre los nervios determinan el flujo de la corriente nerviosa, que controla todas las funciones psicológicas. Hizo experimentos con niños para tratar de estudiar los hábitos laringeos y planteó que el pensamiento se podía investigar a través del lenguaje. El premiaba a los niños que hacían adecuadamente los ejercicios, este premio hacia que la conducta se fortaleciera. Establecía la conexión: situaciones y comportamiento. Para este autor la vida significa adaptación, y la adaptación se lleva a cabo a través del aprendizaje. Al igual que Dewey, consideró que el aprendizaje era el objetivo principal de la psicología. Hasta la época de Thordinke el asociacionismo era mental. Sus investigaciones ponen atención en las asociaciones que se establece entre un comportamiento determinado y las situaciones. Presta importancia a la conexión entre situación problema y los resultados de determinadas conductas, esa conexión no era mental. Relación situación- reacción (situación problémica): 1. Punto inicial: situación problémica. 2. El organismo se opone a ella como un todo 3. El actúa activamente en busca de la selección 4. Se aprende la vía de ejercitación. La primera diferencia de Thordinke con los mentalista fue, el considerar que él no era asociacionista (se veía esto como mental). El se llamó conexionista. No solo se trataba de enlace mental. El llegó a eso inesperadamente. En experiencia con niños y animales, demostró que cuando un comportamiento va seguido a través de una situación satisfactoria ese comportamiento se mantiene, y por lo contrario, cuando un comportamiento va seguido a través de una situación no satisfactoria, no se aprende. El no utilizó la introspección, se basó en la experimentación mediante investigaciones psicológicas con animales, y demostró que se puede estudiar fenómenos conductuales sin recurrir a la introspección. El método fundamental fue el de prueba y error (proceso de selección y conexión). El mecanismo es el de la asociación (relación entre los movimientos y las situaciones). Los estudios realizado por Thordinke con animales, especialmente con gatos, trataba de comprobar cómo aprendían a salir de una caja en la que estaban encerrados. El gato hambriento trata de escaparse de la caja para conseguir comida. La caja se abre con un dispositivo que puede ser una cuerda de la que hay que tirar, una barra que hay que desplazar

y otros parecidos. El animal, al ser introducido en la jaula, se agita, araña, muerde, hasta que, por azar, abre la caja. Las veces siguientes que es encerrado va disminuyendo el tiempo que tarda en abrir la caja, aunque sea de una manera irregular, el animal va “aprendiendo” a abrir la caja. Para Thordinke la explicación es que el animal aprende por tanteo, o por ensayo y error, eliminando las respuestas incorrectas y manteniendo las correctas. El aprendizaje se realiza por selección y conexión y obedece a varias leyes, la principal de las cuales, la ley del efecto, dice que las nuevas respuestas se fortalecen o debilitan por consecuencias. Los movimientos del gato que le permiten abrir la caja aumentan la probabilidad de que vuelvan a realizarse porque han tenido éxito, mientras que los que no le permiten salir de ella tienden a disminuir, e incluso a desaparecer. Las acciones activas del organismo, consiste en resolver el problema con el fin de adaptarse al medio. Su determinismo no es mecanicista, sino probabilística, por ensayo y error.

Las leyes de aprendizaje: Ley del efecto, considerada la ley principal del aprendizaje. La ley del efecto dice:” de varias respuestas emitidas en la misma situación, las que van acompañadas de la satisfacción del animal, o que le siguen muy de cerca, siendo los mismos los demás factores, serán las que queden más firmemente conectadas con la situación, de manera que, cuando ésta vuelva a presentarse, con mayor probabilidad recurrirán; las que van acompañadas de malestar para el animal, o que le siguen muy de cerca, siendo los mismos los demás factores, serán debilitadas sus conexiones con esa situación, de manera que, cuando vuelva a presentarse, será menos probable que ocurran. Cuando mayor sea la satisfacción o la incomodidad, tanto mayor será el fortalecimiento o el debilitamiento del vínculo.” (17) Consecuentemente, cualquier acto que provoque satisfacción en una situación dada, se asocia con ella de tal manera que, si esta situación vuelve aparecer, aparece también este acto de una manera más probable. Por lo contrario, cualquier acto que provoque inconformidad en una situación dada, se separa de ella de tal forma que, cuando esta situación vuelva a surgir, la aparición de este acto resulta menos probable. Para Thordinke, no son las “pruebas y errores” casuales por sí misma, sino algunos “estados polares” dentro del organismo (satisfacción-inconformidad, agrado- desagrado) los que sirven de determinantes del aprendizaje, por lo que utilizó un lenguaje mentalista. Este es el descubrimiento más importante. Da énfasis a la posibilidad de estudiar problemas que tiene que ver con el comportamiento, sin utilizar los procesos mentales, aunque sí variables mentales.

Demostró que la naturaleza del intelecto y su función pueden estudiarse y valorarse sin recurrir a las ideas o a otros fenómenos de la conciencia. Thordinke representaba un movimiento que había demostrado que la independencia de la psicología está basada en la determinación biopsíquica de la conducta, irreducible a la mecánica y a la biología, y controlable por el método objetivo, experimental. Ley de ejercitación, subordinada a la ley del efecto, Thordinke la enunció: “cualquier respuesta a una situación, siendo los mismos los demás factores, quedará más fuertemente conectada con la situación en proporción al número de veces que ha estado conectada con esa situación y con el vigor medio y la duración de las conexiones.” (18) Ley de disposición trata de la motivación en el aprendizaje. Dice: “Cuando una unidad de conducción está en disposición de conducir, el hacerlo resulta satisfactorio. Cuando una unidad de conducción no está en disposición de conducir, el hacerlo resulta molesto.” (19) Ley de avance asociativo establecía que es muy fácil conseguir una respuesta de la que es capaz un aprendiz asociada a una situación a la que es sensible. Esta ley corresponde al condicionamiento de Pavlov, y Thordiinke le fue prestando cada vez más importancia. La ley de asimilación o analogía establece que a una situación, el hombre responde como lo haría a una situación semejante a aquella o a algún elemento de aquella. A falta de vínculos con ella, actúan los vínculos adquiridos en situaciones semejantes. La ley de la prepotencia de los elementos indicaba la selectividad del aprendizaje. El aprendiz puede seleccionar los elementos importantes de una situación en lugar de responder de forma inespecífica, al azar, a una situación determinada. Esta ley puede considerarse como un puente entre los conceptos de aprendizaje de Thordinke y el concepto de gestalt. Todas estas leyes enunciadas por Thordinke se subordinan a la ley del efecto, siendo las principales las leyes del efecto, de la disposición y del ejercicio. La inteligencia. El conexionismo de Thordinke también influyó en la teoría de la inteligencia. Muchos autores defendían la teoría de la inteligencia concebida como una aptitud mental general de comprensión, adaptación y resolución de problemas. Sin embargo, Thordinke rechazaba la idea de una capacidad mental superior, planteó: “En realidad la mente no es sino la suma total de los sentimientos y actos de un individuo, de las conexiones entre los acontecimientos exteriores y sus respuestas a ellos y de las posbilidades de tener tales sentimientos, actos y conexiones”. (20) Es decir, la inteligencia dependía del “número de conexiones” del cerebro de un individuo.

Thordinke señalaba factores hereditarios en todos los tipos de inteligencia, es decir, algunas personas, no obstante las influencias ambientales, tienen más conexiones nerviosas y son más inteligentes. De esta manera, sintetizando la obra de Thordinke, podemos plantear: -

estudia con animales

-

estudia el comportamiento, sin abandonar las variables mentales

-

estudia con medios objetivos, pero considerando también los factores emocionales. Maneja la ley del efecto, de manera tal que el efecto del comportamiento es un reforzamiento.

-

Toma en cuenta lo que experimenta el sujeto (nivel psíquico) y los factores fisiológicos (disposición del sistema nervioso para conducir el impulso).

-

reduccionismo: todo el comportamiento humano lo explica igual que los animales Hay otros recursos que mueven el comportamiento humano (pensaba que el ser humano funciona a través de las leyes elaboradas).

-

La ley del efecto abrió las puertas al conductismo watsoniano (la relación entre estímulo y respuesta), el reforzamiento lo toma posteriormente Skinner con la ley del reforzamiento.

-

Cuando el conductismo aparece en 1913, había tenido antecedentes directo en la psicología funcionalista en general y en particular en la de Thordinke.

En sentido general, podemos plantear que el movimiento funcionalista posee como referente filosófico el pragmatismo, y se dedican a estudiar la función de la conciencia como acto adaptativo del organismo al medio. Al considerar como determinantes del funcionamiento psicológico del hombre la intencionalidad de la conciencia, pertenecen al idealismo subjetivo. Su valor está dado por el intento de relacionar el psiquismo con el organismo y su medio, y establecer un nuevo enfoque teórico y metodológico basado en un modelo biológico. Referencias: (1) James, W.: “La corriente de la conciencia”. Artículo. En Historia de la Psicología. W. Sahakian. Editorial Trillas. 1ra. Edición. (Español). México.1982. Página 251. (2) Ibídem página 251. (3) Wolman, B.: Teorías y Sistemas Contemporáneos de Psicología. Edición Revolucionaria. La Habana. 1967. Página 28. (4) James, W.: “El hábito”. Artículo. En Historia de la Psicología. W. Sahakian. Página 249. (5) Ibídem página 249 (6) Wolman, B.: Ibidem, página 29. (7) James, W.: “Teoría de las emociones de James- Lange”. Artículo. En Historia de la

Psicología. W. Sahakian, página 248. (8) James, W.: “El yo”. Artículo. En Historia de la Psicología. W. Sahakian, página 252. (9) Ibídem, página 252. (10) Ibídem, página 253. (11) Dewey, J.: “Crítica del arco reflejo”. Artículo. En Historia de la Psicología. W. Sahakian, página 260. (12) Heidbreder, E.: Psicología del siglo XX. Edición Revolucionaria. Instituto Cubano del Libro. Habana. 1964. Editorial página 161. (13) Wolman, B.: Ibidem. Página 31. (14) Ibídem, página 32. (15) Dewey, J.: “Análisis de un acto completo de pensamiento”. Artículo. En Historia de la Psicología. W. Sahakian, página 264. (16) Wolman, B.: Ibidem, página 39. (17) Dewey, J.: Ibidem, página 271 (18) Ibídem, página 271. (19) Wolman, B.: Ibidem, página 42. (20). Ibidem, página 46.

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2.3. Psicología de la Gestalt

Introducción La psicología de la Gestalt se desarrolla a principios del siglo XX en Alemania y su origen está relacionado con las dificultades encontradas por el asociacionismo tradicional para explicar los fenómenos de la percepción y el pensamiento, por lo que se oponía al enfoque analítico asociacionista de la psicología de Wundt que predominaba en esa etapa en Alemania. Se plantean criterios acerca de que no se dispone de palabra que corresponda exactamente al vocablo alemán gestalt y el término se traduce como “forma”, “figura”, “configuración”. Las primeras publicaciones de la psicología de la Gestalt se realizan en la misma época en que Watson inicia la divulgación del conductismo en Norteamérica.

Los gestaltistas no se cuestionaban qué se aprende, sino cómo se aprende a percibir la situación. El enfoque de la Gestalt se establece a partir de problemas de organización perceptual y se fundamenta en abundantes experimentos y demostraciones de fenómenos perceptuales que enfatizan el lugar trascendental que ocupan estos procesos en la solución de problemas. Su lema principal para abordar la percepción es: “el todo es diferente de la simple suma de las partes”, de lo que se deriva la negativa a descomponer la percepción en elementos parciales.

Los primeros estudios sobre el movimiento aparente de la luz (fenómeno phi) o el análisis de la percepción de las películas cinematográficas, muestran cómo, por ejemplo, al analizar una película fotograma a fotograma se tiene una idea muy diferente e imprecisa a la que se logra si se aprecia la secuencia en conjunto, es decir, si se percibe como una totalidad. Estas totalidades fueron denominadas por Max Wertheimer, uno de los representantes principales de esta psicología, gestalts. Consideró como gestalt al factor unificante que integra elementos separados en un todo. Es una psicología de la conciencia, de la mente y defienden la categoría “imagen”. Introduce el concepto de organización entre el estímulo y la respuesta, a diferencia del conductismo.

Las primeras investigaciones realizadas se hicieron en el campo de la percepción visual y se extendieron posteriormente al aprendizaje, la memoria y la intuición, por lo que constituye una teoría predominantemente cognoscitiva y de hecho, es referente teórico de otras tendencias en la psicología contemporánea que conservan este enfoque cognoscitivo. Actualmente se aplica en el campo de la psicología social y en la clínica se ha desarrollado con gran auge la línea terapéutica que ha sido fundamento de nuevas corrientes como la Psicología Transpersonal. También en otras disciplinas como la arquitectura, la fotografía y el diseño gráfico en general, los aportes de la psicología de la Gestalt mantienen su vigencia.

2.3.1. Principales influencias teóricas y metodológicas Max Wertheimer, considerado como el fundador de este enfoque en la psicología, encuentra en von Ehrenfels y Mach

sus antecedentes principales. Según la tesis principal de Mach, la

sensación constituye el fundamento de toda ciencia, tanto física como psicológica; distinguió sensaciones de la forma del espacio y sensaciones de lo temporal, planteando pues, sensaciones que no corresponden a los objetos físicos, sino a las relaciones entre ellos. La doctrina de “la cualidad de la forma” (Gestaltqualitat), elaborada posteriormente por von Ehrenfels, señala que en la percepción hay algo más que las sensaciones, algo que es añadido por el sujeto, manifestándose contra el enfoque de Wundt, como suma de elementos y considera que la percepción, más que una suma, es una nueva cualidad. El ejemplo clásico es una melodía que puede tocarse con diferentes notas al ejecutarse en claves diferentes, con instrumentos de diferente sonoridad

y continúa siendo la misma melodía reconocible

independiente de los cambios. En este ejemplo, según von Ehrenfels, es la organización, la ordenación de las notas, lo que da lugar a la melodía. Las partes poseen su propiedades según sea el todo en que están incluidas.

Este mismo principio es válido para los modelos espaciales. Las líneas de un triángulo pueden ser cortas o largas, de colores indistintos y la figura se continúa percibiendo como triángulo. La forma existe, pero no existe en los elementos sensitivos que la componen. Según von Ehrenfels y la escuela de Graz, que plantearon el problema, esto significa que la forma constituye un elemento que no es una sensación; es un elemento nuevo creado por el intelecto al operar sobre los elementos sensitivos. En este caso, no se descarta el elementalismo de Wundt, sino

que se agregan elementos que los wundtianos no incluían y que eran producidos por actos psíquicos que no se habían reconocido.

La psicología de la Gestalt discrepa de la escuela de Graz, por oponerse al elementalismo. Acepta el argumento acerca de que la forma difiere de los elementos sensitivos que la conforman, pero explican que la forma es un todo organizado que resalta en el campo de la conciencia, en que las partes, aún cuando le dan su organización, no son independientes. Consideran que los elementos no existen más que como producto del análisis. Por otra parte, en contraposición al conductismo que elimina la conciencia de la psicología, los guestaltistas se proponen dar una nueva interpretación a los hechos de la conciencia como realidad psíquica. La observación de los fenómenos es más “subjetva” que la conductista; la observación recomendada es natural, más apreciativa que analítica. Desde el punto de vista filosófico adoptan la fenomenología de E. Husserl, profesor de la Universidad de Göttingia en esa etapa, que consideraba que los fenómenos de la conciencia son dignos de ser analizados como tales en su presencia intuitiva directa, tal como se presentan. Así, la Gestalt concebía como hechos psicológicos únicos los fenómenos de la conciencia que experimenta el sujeto. Este punto de vista fenomenológico es opuesto a la posición positivista.

La Física como ciencia ejerció fuerte influencia en las concepciones de la psicología de la Guestalt a partir de la teoría del campo electromagnético de Maxwell y las nuevas ideas de la época. Köhler, otro de sus representantes principales, estudió física con Max Planck, el creador de la teoría de los quantum. La física de la época propone otro modelo que debe modificar la comprensión de los procesos fisiológicos que fundamentan la percepción: la fisiología de las estructuras unitarias y dinámicas de las configuraciones. La fundamentación científico naturalista de la Gestalt se revela en el concepto de “isomorfismo” que sustenta los principios de organización de la percepción en una concepción particular de funcionamiento cortical. Este es el principio de que los campos cerebrales subyacentes corresponden en sus aspectos dinámicos a la experiencia fenoménica. Se afirma que la experiencia de un objeto y su representación, en términos de sucesos ocurridos en el cerebro, son isomórficos. Los sistemas fisiológicos y psicológicos, a partir de esta hipótesis, son isomorfos uno con respecto al otro. Se coloca la conciencia en correspondencia con el mundo físico, sin privarla de su propio valor, ya que el isomorfismo significa que los elementos de un sistema y sus relaciones, corresponden recíprocamente con los elementos y sus relaciones en otro sistema.

Se caracteriza esta psicología por la observación cualitativa y la descripción fenomenológica en el amplio trabajo experimental que realizan; se oponen a la cuantificación matemática y al uso de la estadística.

2.3.2. Sus representantes principales Max Wertheimer (1880-1943). De origen checo, estudió en diferentes ciudades de Alemania y fue en la Universidad de Würzburgo

donde realizó su tesis de grado Investigó en varios

laboratorios de Praga, Berlín y Viena interesándose en la percepción de estructuras ambiguas y complejas y a partir de estas observaciones desarrolló un conjunto de ideas que conformaron la base de la Psicología de la Gestalt. Un viaje en tren en 1910 despertó especialmente su curiosidad científica hacia las cuestiones relativas a la percepción del movimiento. Descubrió que iluminando dos líneas cercanas con un intervalo breve de tiempo, se tenía la impresión de percibir una sola línea en movimiento lo que denominó fenómeno phi. A partir de esta experiencia crecieron sus intereses en este campo y coincidió con Koffka y Köhler en Frankfurt para iniciar juntos una obra común desde una posición contraria al asociacionismo imperante y orientada al estudio de los todos fenomenales, donde la verdad estaba determinada por la estructura total de la experiencia. Viajó a

Norteamérica en 1933 y trabajó como profesor en New York. Su famoso libro

“Productive thinking” se publicó póstumamente en 1945.

Kurt Koffka (1886-1941). Nació en Berlín y allí realizó estudios universitarios. Obtuvo su grado bajo la tutela C. Stumpf en 1909 con una tesis sobre el ritmo. Desde 1910 comenzó una larga relación con Wertheimer y Köhler en Frankfurt como fundadores de la escuela Gestalt de Psicología. Dirigió una gran cantidad de experimentos que ilustraron y fundamentaron los principios gestáticos a una variada gama de problemas en el campo de la psicología. Publicó numerosos artículos y libros que divulgaron las concepciones científicas del grupo, entre ellos “El desarrollo de la mente” (1921), donde aplica los principio de la Gestalt al desarrollo infantil; “Principios del la Psicología de la Gestalt” (1935), considerada su obra cumbre, con la que contribuye al estudio de la percepción, la memoria y el aprendizaje. Establece relaciones profesionales que lo llevan a Estados Unidos en 1924 y reside de forma permanente allí desde 1927 hasta su muerte, llevando una intensa actividad académica, investigativa y de publicaciones que fortalecieron el prestigio de la Psicología de la Gestalt.

Wolfgana Köhler (1887-1967). De origen alemán; nació en Reval, en las provincias del Báltico y fue en Berlín donde obtuvo realizó su tesis de grado sobre psicoacústica, tutoreado por Stumpf. Trabajó y compartió criterios con Wertheimer y Koffka para conformar la Psicología de la Gestalt. Se destaca por los numerosos experimentos de discriminación visual llevados a cabo en la isla de Tenerife con chimpancés y gallinas acerca de la resolución de problemas y la posibilidad de utilizar herramientas simples. Consideró que la percepción de relaciones es un signo de inteligencia y denominó a la percepción repentina de relaciones útiles o apropiadas “insight”, que produce un aprendizaje rápido y fue presentado como otro principio derivado de la experiencia. Se plantea que fue el más académico y científico de los guestaltistas y su productividad investigativa en su larga vida hizo posible que su obra sea profunda y amplia en publicaciones. Se estableció en Pensylvania, Estados Unidos desde 1935 hasta su muerte.

2.3.3. Aportes teóricos principales de la Psicología de la Gestalt Esta psicología se inicia y alcanza divulgación y éxito en el campo de la percepción esencialmente. Más tarde, incursionan en los problemas del aprendizaje, la memoria, el pensamiento, en función predominantemente, de las relaciones con la percepción. Las figuras líderes de esta psicología abordan cada una problemáticas particulares, desde posiciones teóricas y metodológicas comunes; de ahí que en sentido general se presente a continuación algunos de los aportes principales que caracterizan a la Psicología de la Gestalt.

En el campo de la percepción visual, para la Psicología de la Gestalt, entre el estímulo y la respuesta tienen lugar una serie de procesos de organización que modelan los elementos dentro de una unidad compleja. De ahí, derivaron un sistema de leyes de organización de la percepción; a continuación se presentan las principales que son reconocidas en el ámbito de la Psicología como las más importantes: •

La ley de Prägnaz o del equilibrio. Afirma que la organización perceptual tiende a la mayor simplicidad posible, o sea, hacia una “buena” configuración o la mejor gestalt. La organización será tan buena como lo permitan las condiciones. Una buena forma posee propiedades tales como la regularidad, la simplicidad, la estabilidad. Esta tendencia, dirigida a lograr el equilibrio, es considerada la ley principal de la Gestalt



La ley de la semejanza. Es la contrapartida de la ley asociativa de la semejanza; es el principio determinante para la formación de grupos en la percepción. Es la tendencia a la unión entre los semejantes. Las cualidades semejantes en los objetos y fenómenos que se perciben, tales como tamaño, color, forma, tienden a formar grupos en las imágenes perceptuales.



La ley de la proximidad. Los grupos perceptivos se favorecen de acuerdo a la cercanía entre las partes. Por ejemplo, si diversas líneas paralelas son espaciadas irregularmente en una página, aquellas que estén más cerca entre sí, tienden a formar grupos contra un espacio vacío. Esta ley se convierte también en la ley de lo más reciente cuando se aplica a la memoria. Las impresiones antiguas son menos reconocidas y recordadas que las nuevas, porque el rastro reciente está más cercano en el tiempo.



La ley de cierre. Las áreas cerradas son más estables que las no cerradas y forman más rápidamente figuras en la percepción. Por otra parte, hay una tendencia natural en el sujeto a completar la imagen de la percepción de una figura incompleta. Este es el principio que explica el reconocimiento de figuras ambiguas o que permite leer correctamente una palabra aunque en su escritura falta alguna letra.



La ley de buena continuidad. La organización tiende a ocurrir en la percepción en forma tal que una línea recta parece continuar como línea recta; una parte del círculo como círculo, aunque fuera posible otra clase de estructuración perceptiva. El cierre y la continuidad son aspectos de la organización articulada.



La ley de la constancia. Los objetos percibidos tienden a permanecer de tamaño constante cuando su distancia del observador varía. Igualmente, en cuanto a figura y color permanecen constante, cuando el ángulo desde el cual son mirados la figura o el color varía. La constancia se mantiene bien en las condiciones cambiantes si el observador tiene información sobre este cambio, pero cuando su capacidad para juzgar la situación total es reducida, entonces la constancia se reduce

En 1915 Edgar Rubin introdujo los conceptos de figura y fondo. Los elementos que captan nuestra atención se perciben con gran claridad, formando la figura, mientras que el resto del campo visual constituye el fondo, más allá de las determinantes fisiológicas de la fóvea de la retina. Los gestaltistas adoptaron la concepción de figura fondo como principio perceptual. Los elementos perceptivos se organizan como un todo, una gestalt, formando la figura. Esta

regularidad tiene una importante aplicación en la elaboración de medios de enseñanza y en el diseño gráfico en general.

El interés de la Gestalt por los todos, los lleva a utilizar la llamada “teoría del campo”,

donde

se pone de manifiesto nuevamente la influencia de la Física en sus concepciones. El campo psicológico, que aborda fundamentalmente Koffka, no es más que el ambiente tal y como es percibido por el sujeto. Es el ambiente fenomenológico que deviene en ambiente de la conducta, interpretándolo como un “todo dinámico”, siendo lo esencial a considerar la dependencia recíproca de sus componentes, de ahí que los cambios que tienen lugar en el estado de una parte, varían el estado de cualquier parte; la interacción de todas estas fuerzas da lugar a la dinámica que se manifiesta en una determinada situación.

Para los psicólogos de la Gestalt las leyes de la organización presentadas se aplican igualmente a la percepción y al aprendizaje, campos de la Psicología a los cuales le dedicaron especial atención, aunque dentro del aprendizaje se orientaron a problemas particulares a los que Koffka principalmente se dedicó. También los estudios realizados con chimpancés por Köhler, muestran el importante lugar que ocupan los procesos perceptuales en la solución de problemas.

En una de estas experiencias al animal se le colocan frutas a una distancia que sólo pueden ser alcanzadas por el enlace de dos varas que están separadas de la jaula. El animal primero trata de tomar las frutas con una vara y luego con la otra; cansado, abandona el intento hasta que a los varios días introduce una vara en la otra, las ve constituir juntas una sola y así logra alcanzar la fruta. Es una situación auténtica de solución de problema, donde los movimientos corporales forman una sucesión temporal que muestran continuidad, dirección hacia un fin y cierre.

El punto decisivo en la solución es “la comprensión” de la situación, que se concibe como la formación de una gestalt, a partir de una modelación del campo perceptual en que se evidencian las relaciones significativas. Cuando se percibe una relación que conduce a la solución del problema se manifiesta el discernimiento (insight), como el tipo de aprendizaje que fundamentan los guestaltistas. El discernimiento es probable cuando la situación de aprendizaje

está dispuesta de tal modo que los elementos imprescindibles para la solución, quedan abiertos a la observación.

Wertheimer orientó su trabajo en gran parte al estudio de los procesos del pensamiento y su libro “Pensamiento Productivo”, resume algunos de sus estudios experimentales y su análisis cualitativo. Defiende el enfoque estructural que permite que las soluciones se produzcan de modo ordenado de acuerdo con la verdadera “estructura” de la situación planteada. Los requisitos estructurales de la situación, generan esfuerzos y tensiones que conduce hacia la mejora de la situación y por tanto, a la solución del problema. Se pronunció en contra de la práctica tradicional de la enseñanza en la escuela que desde las dos alternativas existentes: asociacionista o la lógica formal, obstaculizaban el pensamiento creador, productivo.

2.3.4. La Psicología de la Gestalt: valoración crítica. Su influencia en la educación El enfoque psicológico que ofrecieron los psicólogos de la Gestalt constituyó, sin dudas, una renovación importante en la Psicología al explicar de forma original, fenómenos a los que no se le había prestado atención. Sus dos grandes aportes a las ciencias psicológicas son: la elaboración de una teoría de la organización perceptual y una teoría del aprendizaje en función de la solución de problemas sobre la base de los procesos perceptuales y el pensamiento, sustentados en situaciones experimentales que fundamentan coherentemente sus enunciados.. La propuesta acerca de que todo lo percibido es el resultado de procesos organizadores relacionados con la situación hace posible controlar los principios organizadores de la percepción humana. Se reconoce, aún el tiempo transcurrido, los aportes que en el campo de la percepción y el aprendizaje resultan válidos. Las leyes de organización de la percepción constituyen una referencia obligada para estudiar este proceso cognoscitivo en su relación con otros y tiene una aplicación práctica consecuente en diversos campos de actividad profesional. En particular, para los docentes, la elaboración adecuada de medios de enseñanza debe respetar los enunciados de estas leyes. Por otra parte, resulta muy valioso el acento que pone en relación al importante lugar que ocupan los procesos perceptuales en el aprendizaje y la solución de problemas. Este punto de vista ha sido útil por haber contribuido a la organización, el significado y la comprensión de la situación de aprendizaje, llamando la atención sobre la estructura de la situación problémica, para favorecer el descubrimiento de las relaciones esenciales que permitan encontrar la solución adecuada. Ha sido valorado como positivo en esta escuela haberse apartado del aprendizaje de tanteo (ensayo-error) defendido por el conductismo y de la concepción estímulo-respuesta, al introducir el discernimiento, que implica un proceso de organización entre el estímulo y la respuesta. Si bien esta variante en el aprendizaje no agota ni excluye, por lo tanto, otras formas, incluyendo el tanteo, es notable su aplicación en el proceso de enseñanza aprendizaje.

La teoría de la Gestalt ha tenido aplicación a otras ramas de la Psicología y en la actualidad se aplica en la clínica la psicoterapia gestáltica desarrollada por Frederick Perls, a partir de 1940, quien considera que la raíz de los trastornos psicológicos puede estar en la incapacidad de las personas de integrar acertadamente las partes de su personalidad en un todo saludable; en la terapia se anima al paciente a enfrentar sus emociones y reconocerlas por lo que son en realidad, a partir de una nueva estructuración de su campo perceptual, que le permita “cerrar” conflictos pasados o asuntos inconclusos, desde una nueva percepción de la situación conflictiva.

Si bien la Gestalt surge como respuesta al “atomismo” propio del asociacionismo predominante en la Psicología de la época, los experimentos realizados para explorar en la conciencia las estructuras integrativas, no lograron realizarse al margen de la autoobservación. Por otra parte, también se opuso al carácter metafísico y mecanicista y

su teoría sin embargo, no logra

apartarse del innatismo y del idealismo en tanto la forma surge como un todo aportado de modo a priori, de manera innata. Se ha criticado su fundamentación científico naturalista a partir del concepto de isomorfismo, como otra variante de paralelismo, desde las influencias que proyectan de la Física. Como se ha señalado, esta teoría ha marcado pautas en el estudio de los procesos cognoscitivos y en ese sentido, mantiene el valor de ser una referencia clásica, no sólo por su importancia histórica, sino además por constituir fundamento de otros enfoques que conservan esta tendencia en la Psicología contemporánea. No obstante, y a pesar de declarar sus intenciones holísticas, el estudio y comprensión del psiquismo humano no puede abordarse integralmente al margen de los procesos afectivos motivacionales. La unidad de lo afectivo y lo cognoscitivo es un principio teórico metodológico indispensable a considerar para el estudio de la personalidad.

Bibliografía 1. Bustamante José A, Psicología médica, tomo III. Ediciones de ciencia y técnica, IL, La Habana, 1970 2. Heidbreder Edna, Psicologías del siglo XX. Edición Revolucionaria. Cuba, 1971 3. Hilgard, Ernest R., Teorías del aprendizaje, Edición Revolucionaria, Instituto Cubano del Libro. Cuba, 1972 4. Valera Alfonso O, Las corrientes de la psicología contemporánea, Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 2003

5. Yaroschevski, M. G, La psicología del siglo XX, Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 1983

2.4. El psicoanálisis. Sigmund Freud nació en Freiberg, Moravia, en 1856, pero vivió la mayor parte de sus 80 años de vida en Viena. Freud era médico y se especializó en Neurología. En los inicios de su carrera trabajó como investigador asociado de un profesor de fisiología, posteriormente abrió un consultorio especializándose contribuciones

en el tratamiento de trastornos neuróticos. Freud hizo

significativas a la Psiquiatría, destacando la importancia de los contenidos

inconscientes de casos individuales, orientándose más que a clasificar síntomas, a buscar las causas de las manifestaciones en la vida del paciente. Autor de obras como: La interpretación de los sueños, Psicopatología de la vida diaria, entre otras muchas. 2.4.1. Antecedentes Freud empezó su actividad científica en Viena, en el Instituto de Fisiología de Brucke. La labor en esta escuela estaba orientada por la idea central de la ley de la conservación de la energía, de ahí que los procesos

y funciones fisiológicos se concebían

en términos de

transformaciones energéticas. Esta idea de concebir el organismo como magnitud energética, mas tarde fue retomada por Freud en sus estudios psicológicos al considerar como la fuerza motriz de la conducta una energía especial o libido. Sin embargo, el aspecto energético no constituía la orientación fundamental para Freud el que se concentró más en el estudio de los tejidos nerviosos (histología y citología). Pronto llegó a la conclusión de que la histología del sistema nervioso no arrojaba la luz necesaria para la comprensión de la psiquis. El encuentro de Freud con J. Breuer traza pautas para lo que fuera el futuro psicoanálisis, especialmente el método de la hipnosis utilizado por Breuer para el tratamiento de la histeria y del conjunto de sucesos relacionados con la curación y el estudio de esta enfermedad, de los que se desprende que: 1) los efectos desplazados de la conciencia, por alguna causa, siguen influyendo sobre la conducta y pueden imprimirle un carácter patológico; 2) la causa de estas alteraciones es desconocida por la persona, es decir, que la persona no tiene plena conciencia de las mismas y; 3) para obtener un efecto curativo hay que recurrir al sueño hipnótico. En estas conclusiones pueden distinguirse indicios de representaciones del psicoanálisis posteriormente desarrollado por Freud, específicamente, los impulsos inconscientes, desconocidos para el individuo.

Freud se trasladó a Paris en busca de explicación para los criterios expuestos anteriormente y de su propia experiencia médica. En Paris se encuentra con Charcot quien considera que las causas de la histeria son orgánicas, sin embargo admite que las rarezas de la conducta del neurótico pueden tener fundamentos sexuales. El papel de los factores sexuales en el origen de la neurosis también era reconocido por otros autores, lo que no significa renunciar a la causa orgánica, ya que estos fundamentos pueden explicarse

mediante factores orgánicos, por

ejemplo, el funcionamiento de las glándulas o de los centros nerviosos. Sin embargo, ni las hipótesis acerca del inconsciente, ni la utilización de la hipnosis, ni el hincapié en el factor sexual definen, de forma absoluta, el esquema teórico general del psicoanálisis elaborado por Freud, el cual continuaba debatiéndose entre el terreno de la neurohistología que le permitía una base firme y lo psíquico que era un terreno movedizo. No obstante, la experiencia científica obligaba a los investigadores a reconocer que lo psíquico tenía un significado independiente. La necesidad de los neurólogos de comprender los impulsos de los pacientes condiciona el surgimiento del concepto de energía psíquica. Freud ante el dilema de aproximarse a los mecanismos de la motivación (impulsos, tendencias y afectos) con un esquema anatómico fisiológico o recurrir a factores psicológicos imprecisos, en un primer momento se orienta hacia el primero, sin embargo muy pronto se genera un cambio en las concepciones del autor. 2.4.2. Surgimiento del psicoanalisis. El surgimiento del psicoanálisis estuvo condicionado por circunstancias socio ideológicas y lógico científicas. Con la llegada del imperialismo se agravan las contradicciones de clase y se exalta la teoría de que ante la voz de la raza y la sangre resulta impotente e insignificante la voz de la conciencia, dominando en el plano filosofico el irracionalismo y la mística. En estas circunstancias se formó el sistema de concepciones de Freud sobre la estructura y dinámica de la actividad psíquica, concepciones que comprenden criterios como que la conducta de la persona se halla dirigida por fuerzas psíquicas irracionales o que el intelecto es un aparato que encubre estas fuerzas y no un medio para reflejar la realidad. Al producirse el viraje

en las ideas de Freud, es decir, el cambio de las explicaciones

fisiológicas a las psicológicas, de las representaciones acerca de la neurodinámica a las representaciones sobre la psicodinámica, surge en el autor la necesidad de elaborar el sistema de categorías de pensamiento psicológico científico, en particular de las categorías motivación y personalidad. Freud considera que los anteriores esquemas explicativos no daban respuesta a los problemas psicológicos. Los problemas psicológicos eran insolubles con recursos puramente fisiológicos

ya que estos se hallan subordinados a leyes distintas a las fisiológicas. Es decir, que la elaboración de los nuevos problemas exigía nuevos métodos y modelos teóricos. A pesar de que el método de la sugestión y su empleo para poner al descubierto vivencias inconscientes influyó considerablemente en sus concepciones, sin embargo, quizás debido a que no pudo explicar con tanto éxito como Breuer el acierto de su uso, comienza a sustituirlo por el método de las asociaciones libres .para lo cual solicitaba a los pacientes que, en respuesta a cualquier palabra, enunciaran libremente las palabras que se les ocurriera. Supone

que estas

asociaciones no son casuales ni caóticas sino que están determinadas, o sea, que surgen por efecto de determinadas causas. La teoría asociacionista no era nueva en la Psicología, era la extensión del principio de la causalidad al terreno de la _Psicología, sin embargo, para Freud la asociación adquiere una nueva dimensión como síntomas de orientaciones, de motivación de la personalidad, o sea, que el recurrió a las asociaciones libres con el fin de seguir el curso del pensamiento de sus pacientes, oculto no sólo para el médico, sino también para el propio paciente, buscando con este método la clave del inconsciente. (Ver en Métodos).

Una piedra angular del sistema de conceptos de Freud fue la creencia en la división de la psiquis en estratos, en ocasiones opuestos entre sí. En un principio representaba la vida psíquica compuesta por tres niveles: el inconsciente, el preconsciente

y el

consciente.

El inconsciente: fuente de la carga instintiva que confiere fuerza motivadora a la conducta humana, tanto motora como psíquica, el cual está saturado de energía sexual. Depósito mental del pasado. No es accesible a la conciencia

El preconsciente: en el se acumulan contenidos psíquicos de los que no se tiene conciencia directamente, pero que con facilidad pueden hacerse conscientes. Recuerdos latentes

que surgen espontánea y deliberadamente a través de asociación con la

estimulación actual.

Lo consciente: consiste en darse cuenta de lo que ocurre como resultado de la estimulación externa o de experiencias internas revividas. No constituye un reflejo pasivo de los procesos que tienen lugar en la esfera del inconsciente, sino que se halla con ellos en conflicto.

Según Freud, lo que una persona experimenta conscientemente es solo una pequeña porción de su vida mental y puede ser una distorsión de los verdaderos motivos que existen inconscientemente. Los motivos conflictivos pueden ser excluidos de la conciencia de la persona, debido a la frustración que producen, pero continúan funcionando inconscientemente e influyen en la conducta. De ahí que según este autor, la esfera mas grande y significativa de la mente es el inconsciente y a pesar de que el sistema inconsciente no se experimenta directamente, tiene efectos profundos en el contenido y funcionamiento de la actividad prconsciente y consciente.

El modelo que proponía dicho esquema se orientaba a: un contenido reprimido que al chocar con la censura de la conciencia, busca vías indirectas de expresión, manifestándose a través de un lenguaje simbólico como los sueños, síntomas neuróticos, lapsus de cualquier tipo, errores de escritura u olvido de determinadas cosas, entre otros. Según Freud, la explicación de estos fenómenos no debe buscarse en insuficiencias de la memoria ni en hechos casuales desconectados del sistema de motivos del sujeto sino, como se ha venido insistiendo, en impulsos retenidos por la censura de la conciencia expresados a través de símbolos o síntomas.

2.4.3. Estructura y funcionamiento de la personalidad Alrededor del los años 1920, se producen avances y reestructuraciones en la obra de Freud, relacionados con el problema de las principales fuerzas motrices de la conducta, añadiendo al instinto de autoconsevavión y al instinto sexual, reconocidos como fuerzas motrices, el instinto de destrucción, el cual es motivo de la conducta agresiva. En esta etapa, Freud plantea una nueva estructura de la personalidad, la que en un principio, como vimos anteriormente, se presentaba como jerarquía de lo inconsciente, lo preconsciente y lo consciente, en este nuevo modelo que ejerció gran influencia en la teoría freudiana, se refiere al ello, el yo y el superyó como componentes fundamentales de la personalidad. Estos son sistemas opuestos que se encuentran en conflicto entre sí. El ello es el componente más primitivo, portador de los instintos, depósito de la energía psíquica. Representa el complemento psicológico de necesidades biológicas; para cada necesidad biológica exista

un impulso correspondiente en el ello, que se activa al

activarse la necesidad; por ejemplo, conforme la necesidad de sueño

aumenta en

intensidad, el deseo de dormir que tiene lugar en el ello, también se intensifica. En algún

punto la intensidad del impulso del ello es suficiente como para experimentarse en el yo como deseo consciente, a no ser que haya ahí alguna fuerza oponente al deseo. El ello es irracional e inconsciente se subordina al principio del placer y los procesos primarios del pensamiento.

El principio del placer expresa la idea de que la motivación fundamental de los seres humanos es la búsqueda de placer, primero a través de la reducción de los impulsos básicos, de la tensión que surge cuando las necesidades se activan y se reduce cuando son satisfechas. El alivio de la tensión fue considerado por Freud como la principal fuente de placer; por tanto, la forma más elevada de la existencia humana era la ausencia de la tensión provocada por necesidades insatisfechas, aunque posteriormente llegó a la conclusión que algunas tensiones eran agradables y que constituían fuente de motivación.

Los procesos primarios del pensamiento, significan pensamientos fantásticos, ilógicos satisfactorios de deseos, este pensamiento es inducido por intensos deseos insatisfechos del ello y remplazan el pensamiento realista, el cual es función del yo. Debemos señalar que el principio del placer y los procesos primarios del pensamiento tiene lugar en el yo, pero son incluidos por el ello.

El yo, obligado a servir a las exigencias del ello, sigue al mismo tiempo el principio de la realidad y no del placer. Toma en consideración las particularidades del mundo exterior. Es el administrador de la personalidad. Todas las facultades psicológicas cono la percepción, la memoria, el pensamiento, la solución de problemas y la toma de decisiones, entre otras, vinculadas con la satisfacción de necesidades son funciones del yo. Está en contacto constante con el mundo exterior. Se rige por el principio de la realidad y los procesos secundarios del pensamiento.

Por el principio de la realidad Freud significa que el yo debe considerar todos los hechos pertinentes en la satisfacción de necesidades. A menudo la tensión debe tolerase mientras se adopta un curso de acción apropiado ya que la búsqueda directa e inmediata del placer por lo general es imposible. Los procesos secundarios del pensamiento, Freud los define como pensamientos que son válidos, que siguen las leyes de la lógica, que no

sean fantásticos. Se generan conflictos permanentes entre el principio del placer del ello y el principio de la realidad del yo. El ello exige la satisfacción de la necesidad aquí y ahora, el yo sirve al ello, pero le imprime juicio y cordura a la demanda del ello, intenta satisfacerlo pues el también disfruta del placer, pero de forma racional.

El superyó es el ideal moral del yo. Ejerce dominio sobre el yo. Por lo que al ser moralista o perfeccionista compite con el yo que es realista y con el ello en su búsqueda inmediata de placer. Es el yo superior. Freud utiliza el término superyó para referirse a esa región que contiene esos preceptos introyectados durante la primera etapa de la vida. Introyectar como convertir algo en parte integral de uno mismo. El niño introyecta los preceptos morales de los padres. El superyó representa la conciencia, vista esta como las prohibiciones culturales y; el ideal del yo, considerado este último como las normas positivas. Es el representante moral o cultural dentro de la personalidad.

El yo tiene entonces que, no solo tomar medidas racionales para responder a las exigencias del ello y al mismo tiempo cumplir con los requisitos del mundo externo, sino que también tiene que obedecer las normas y requisitos del superyó, para el que no es suficiente ser moral, debe ser moral y además perfecto. Parte del superyó es inconsciente pero puede producir efectos conscientes en el yo, como remordimiento, culpa, entre otros, cuando no responde a sus rigurosas expectativas morales.

Las exigencias que se presentan al yo por el ello, el superyó y la realidad externa son incompatibles,

razón por la cual, según Freud, este se encuentra en una situación

conflictiva que provoca una tensión insoportable, recurriendo a los mecanismos de defensa como recursos para disminuir la tensión.

2.4.3.1. Los mecanismos de defensa Los mecanismos de defensa constituyen medios para afrontar por el yo las situaciones difíciles. La porción inconsciente del yo actúa para distorsionar, rechazar, reprimir o disfrazar contenidos psicológicos amenazantes. El yo elabora estrategias con las que se protege de estas exigencias indeseables. El propósito fundamental de los mecanismos de defensa del yo es reducir la ansiedad, por lo que constituyen estrategias protectoras para el yo. Son aprendidos, no se nace con ellos. Son como analgésicos, porque reducen

el dolor de la ansiedad pero no hacen nada por resolver el conflicto que la provoca, la persona no encara conscientemente el problema el que puede aparecer disfrazado en forma de síntomas.

Entre los mecanismos de defensa se encuentran: -La represión; consiste en eliminar activamente de la conciencia, aunque de manera inconsciente, sentimientos, pensamientos y tendencias a la acción. Desplazados a la zona inconsciente, siguen motivando la conducta, presionan sobre ella, provocan sentimientos de inquietud y se expresan como síntomas patológicos.

-La regresión, es un desplazamiento a un nivel más primitivo de la conducta o del pensamiento, reaccionar a la tensión

con conducta inmadura y utilizando háhitos

infantiles.

-La sublimación; es un mecanismo gracias al cual la tensión asociada con necesidades frustradas, a impulsos primitivos, se descarga en forma de actividad aceptable para el individuo y para la sociedad. Por

ejemplo, la mujer que no ha tenido hijos puede

dedicarse a cuidar niños.

-La racionalización; como la justificación de la propia conducta o de deseos, hacer que la conducta parezca normal. Por ejemplo, “fumar no puede ser tan malo porque todos lo hacen.”

-Proyección; las personas se proyectan cuando no pueden ver sus propios errores, pero en cambio, los percibe en los demás, consiste en atribuir sus propias cualidades a otros. Ejemplo, siente gran hostilidad hacia los otros pero atribuye la hostilidad a esos otros.

La categoría fundamental del psicoanálisis es el motivo, Freud destaca en un primer plano la motivación y en ella, el aspecto energético de la conducta. La energía y la dinámica del motivo es el núcleo del psicoanálisis. Ningún acto de la conducta puede producirse sin motivación, pero contraponía la motivación, a la conciencia. El yo, la conciencia es débil, toda la energía la extrae de las profundidades del inconsciente por lo que esta energía es ciega, es inconsciente.

2.4.3.2. Desarrollo de la personalidad Según la concepción Freudiana de la sexualidad infantil; el niño pasa hasta los cinco o seis años de edad por varias fases o etapas de desarrollo: la oral, la anal y la fálica. Entre los seis años y la adolescencia existe una etapa en la que el instinto sexual se halla en estado latente, oculto. El procedimiento psicoanalítico se orienta a buscar en la primera infancia las transgresiones sexuales que se convierten en fuente de neurosis. Un lugar muy especial ocupa en todo este proceso el llamado Complejo de Edipo, el que se entiende como una fuente de motivación afectiva acerca de las relaciones del niño con sus padres. Este complejo, una de las proposiciones más controvertidas de Freud, tomado del mito griego de Edipo Rey, quien sin saberlo mata a su padre y se casa con su madre, se refiere a la atracción sexual que el niño desarrolla por su madre durante la etapa fálica. Al mismo tiempo, el niño ve a su padre como un rival. Existen actitudes mezcladas o ambivalentes hacia el padre, quien por un lado es temido porque puede remover el órgano ofensor, temor a la castración, por el otro es respetado y venerado como modelo de hombría superior al niño. Si el desarrollo es normal, entonces el niño renuncia a los deseos respecto a su madre y en cambio se esfuerza en asumir el papel masculino imitando a su padre. Entonces, el afecto del niño hacia su madre pierde el aspecto sexual.

El Complejo de Electra, se refiere a este proceso en la niña, la cual toma a su padre como objeto sexual y ve a su madre como un rival. Si la niña descubre que no tiene pene, la relación con la madre es más complicada, debido a que la culpa de esta pérdida. Al mismo tiempo, también ama a su madre, y se produce un conflicto, que a diferencia del Complejo de Edipo en el niño, este complejo en la niña nunca se resuelve completamente, situación que tiene efectos en la vida emocional de la mujer. El rasgo patológico fundamental que surge en esta etapa es la envidia del pene, minimizando el papel femenino y sobre valorando el masculino.

Esta teoría del desarrollo sexual y del Complejo de Edipo es uno de los aspectos mas criticados de la concepción Freudiana, valorándose como un saber que no tiene rigor científico, por lo que ha sido rechazado por numerosos estudiosos de la psicología

como ciencia, aunque ha tenido gran difusión fuera de este ámbito, sobre todo entre los artistas

Durante el tratamiento de los trastornos de la personalidad, Freud se sorprendió por la frecuencia con que

encontraba cualidades infantiles en la conducta de pacientes

adultos. Ese hallazgo llevó a Freud a la conclusión de que estas tendencias eran fijaciones de una etapa anterior de la vida. Ciertos rasgos y reacciones de un período anterior de la vida que normalmente debían haber sido remplazados por otros más maduros continuaban activos en la personalidad y generalmente producían un efecto nocivo en la persona. Las tendencias infantiles se volvían características permanentes en la personalidad del adulto influyendo en la conducta. Por ejemplo, en la elección de pareja, preferencias vocacionales etc.

Estas fijaciones, según Freud están relacionadas con las detenciones del desarrollo, llegando a la conclusión de que estas detenciones a tan temprana edad

estaban

asociadas a la satisfacción de necesidades., ya fuera por frustración excesiva o por tolerancia excesiva. Si las necesidades del niño se frustran o se satisfacen de manera excesiva, puede producirse una atrofia en el desarrollo de un aspecto particular de la personalidad provocando una fijación. Se refiere a la fijación como infantilismo, tendencias infantiles de la personalidad adulta.

Freud enfatiza en la importancia de los primeros años de vida, los llamados de formación, por ser en ellos, según este autor, donde queda determinada la estructura de la personalidad por las experiencias infantiles, especialmente por las frustraciones y placeres. De ahí que los rasgos formados en esta etapa sean bastante resistentes al cambio.

Freud opinaba que el desarrollo de la personalidad era el despliegue de los instintos sexuales. Las etapas del desarrollo de la personalidad se asociaban con la prominencia en diferentes épocas de diversas regiones del cuerpo como la boca, el ano y lo genitales; son los puntos de la estimulación placentera al principio de la vida. Los placeres y frustraciones resultan de las necesidades asociadas con regiones del cuerpo. Delineo cuatro etapas del desarrollo psicosexual: la oral, la anal, la fálica y la genital. Cada etapa

tiene necesidades y satisfacciones específicas. Los tipos de carácter de cada persona, consistentes en un síndrome de rasgos, se forman como resultado de la manera en que se satisfacen

o frustran las necesidades propias de cada etapa. La satisfacción o

frustración excesiva provocan fijación, lo que debe considerarse como detención del desarrollo.

2.4.3. La psicología analítica de Carl Gustav Jung Yung nació en Suiza (1875-1961) y fue uno de los precursores de la psiquiatría moderna e hizo contribuciones importantes al estudio de la personalidad, particularmente con respecto al papel del inconsciente, influido por las ideas de Freud, fue durante años uno de sus colaboradores. Posteriormente se separó de Freud y elaboró un sistema propio que denominó, la psicología analítica.

2.4.3.1. Estructura de la personalidad Según Jung, la personalidad total incluye las capas de la conciencia y la inconsciencia. El centro de la conciencia es el ego. El ego ejecuta las funciones adaptativas de la vida diaria y sirve primordialmente a la persona.

La persona puede ser considerada como la suma total de papeles sociales. La manera que utilizamos para los demás; es la personalidad social o máscara y está determinada en gran medida por las expectativas culturales

La sombra está constituida por los aspectos indeseables que a menudo se ocultan en nuestro inconsciente y que son incompatibles con la persona, es decir con nuestros papeles o máscaras sociales.

El inconsciente

es considerado por el autor como aquel contenido psíquico que

comúnmente no está disponible para el ego, pero puede influirlo. La personalidad es portadora de un inconsciente personal y un inconsciente colectivo

El inconsciente personal es considerado como el nivel de la mente inconsciente que es único para cada individuo e incluye todas las impresiones almacenadas, accesibles no.

Es acumulado a través de las experiencias individuales posteriores al nacimiento y consiste en impulsos inaceptables, deseos, recuerdos que no pueden ser integrados por el ego; experiencias que se ha registrado psicológicamente, pero no en forma consciente. Los elementos estructurales del inconsciente personal son los llamados complejos. El complejo es una red de pensamientos, sentimientos y actitudes que se mantienen juntos por una disposición nuclear, o central la cual es muy valorada por el individuo y activada por muchos estímulos.

Un ejemplo de complejo en un hombre

puede ser el de pensar en mujeres; no importa el tema de conversación, el individuo encuentra la forma de volver al tema de las mujeres y una gran cantidad de su actividad está en función de las mujeres. Los complejos constituyen una fuerza impulsora, ya sea positiva o negativa.

El inconsciente colectivo que son predisposiciones heredadas, es el nivel más profundo del inconsciente común de las especie humana; es el pasado racial heredado; son formas de pensamiento latentes que son heredadas por cada individuo. Estas formas de pensamientos

son llamadas por el autor arquetipos, como predisposiciones a tener

ciertas experiencias. Estas imágenes no se basan en nuestras experiencias reales de vida, aunque son activadas por ellas; se establecen universalmente por lo que individuos con experiencias de vida completamente diferentes, que han vivido en diferentes épocas y lugares, han tenido imágenes semejantes. Reiteramos que, según el autor son predisposiciones a tener ciertas experiencias, constituyen más una forma de pensamiento universal que una imagen que se ajuste a una situación concreta por lo que no tienen un contenido determinado. Por ejemplo, la disposición de ser madre es una potencialidad hasta que se da de forma real, pero, se debe tener la disposición antes de tener la experiencia. A su vez el arquetipo de madre requiere una experiencia verdadera para tomar forma definitiva, y es en la experiencia donde adquiere sus características distintivas. Por ejemplo, madre cariñosa o autoritaria etc. De lo anterior se deriva, que los arquetipos como predisposiciones requieren de la experiencia real para desarrollarse y a su vez con la experiencia se modifican se adecuan, no obstante, ese aprendizaje depende de potencialidades preexistentes. Como decíamos, el arquetipo de madre requiere de

una experiencia verdadera de madre para tomar forma definitiva. Por lo

tanto, la mente está limitada por su propia estructura en el número de experiencias que puede tener.

El inconsciente colectivo contiene imágenes latentes de situaciones humanas típicas, por ejemplo: muerte, nacimiento, femineidad, masculinidad y de figuras significativas como: anciano sabio, padre, madre, demonio, Dios etc.

Lo masculino y lo femenino en la personalidad Jung sostenía la controvertida idea de que todos tenemos cualidades del otro sexo en un estado subdesarrollado e inferior. Todo hombre tiene dentro de su naturaleza un anima que es el término que utiliza el autor para referirse a las características femeninas y a la imagen femenina. A su vez toda mujer

tiene dentro de su naturaleza un ánimus que se

refiere a rasgos e imágenes masculinas en las mujeres.

Como puede apreciarse el autor utilizaba los constructos ánima y ánimus para referirse a dos fenómenos: como características o cualidades del otro sexo y como imagen ideal del otro sexo. Los rasgos femeninos, si se trata del hombre; y los masculinos, si se trata de la mujer, son heredados como parte del potencial genético, en tanto, las imágenes son personificadas en los arquetipos que el niño hereda. Por tanto el anima de un hombre son tanto sus rasgos femeninos como la imagen ideal que el tiene de la mujer. Por ejemplo su imagen ideal puede estar constituida por cualidades tales como: cariñosa, seductora, asistencial, ramera, tentadora o hechicera, etc. Esta imagen arquetípica

se

modifica con la experiencia con mujeres, de ahí que las primeras experiencias sean importantes ya que si son anormales pueden ocasionar la persistencia de una imagen arquetípica o de un estereotipo del otro sexo que puede dañar las relaciones heterosexuales.

Los rasgos femeninos, si se trata del hombre, y masculinos si se trata de la mujer, son heredados como parte del potencial genético, en tanto las imágenes son personificadas en los arquetipos que el niño hereda

El hombre bien desarrollado admite y expresa sus tendencias femeninas, del mismo modo; la mujer bien desarrollada expresa sus tendencias masculinas. Esta persona tiene un potencial más amplio para la conducta que la persona exclusivamente femenina o masculina. Yung considera que la psicología masculina y la femenina son marcadamente

diferentes y la forma mas pura de hombre o mujer (brutalidad, combatividad, crueldad) en el hombre, y (volubilidad, inconstancia emocional) en la mujer es desagradable y peligrosa por lo que estos rasgos deben ser templados por rasgos del otro sexo.

Tipos de personalidad. Jung reconoció la unicidad y complejidad de cada individuo, sin embargo creía que las personas podían clsasificarse en tipos definidos. Según el, defender la idea de los tipos no exige que todos lo miembros sean idénticos, solamente que exista una semejanza suficiente para aplicar una designación. Propuso dos tipos de actitudes principales: introversión y extroversión. Los extrovertidos, como tendencia, centran su atención en objetos fuera de ellos mismos; tienden a estar en contacto con el mundo, son abiertos y deseosos de participar en lo que le rodea; en cambio, los introvertidos atienden más a su vida interior, a su yo, tienen una orientación hacia dentro y suelen ser tímidos, callados y difíciles de entender. Consideraba que en la base de estos tipos existían factores biológicos, es decir que estas orientaciones son tipos naturales de los seres humanos por lo que el intento de cambio podía provocar trastornos psicofisiológicos

Además de esas actitudes, plantea varias funciones psicológicas que también varían en cada persona. El autor considera esas funciones como facultades que capacitan a la persona para enfrentarse a su ambiente. Se refiere a la manera en que se procesa la información Relaciona cuatro de estas funciones: pensamiento, sentimiento, sensación e intuición. La persona puede ser prioritariamente intuitiva o sentimental, de acuerdo a la función que prevalezca. Combinando las actitudes y las funciones se pueden distinguir ocho tipos diferentes de personas.

Personalidad desarrollada Jung también introdujo el término individuación para referirse a la integración de la personalidad. La persona individuada tiene un desarrollo completo y funciona plenamente. Es un proceso de diferenciación e integración; integración de los diversos componentes diferenciados. Una de las tareas básicas del proceso de individuación es la adquisición del conocimiento de si mismo.

El conocimiento de sí mismo comienza con una exploración de las cualidades generales de

introversión y extroversión

y las cuatro funciones de la psiquis: pensamiento,

sentimiento, sensación e intuición. Generalmente una de estas está sobre desarrollada, mientras las otras no se expresan de manera adecuada, es decir, que por lo común algunos componentes de la personalidad se desarrollan más y se emplea más energía para su funcionamiento que para otros; por lo que el autor denominó funciones superiores e inferiores en correspondencia con su prevalencia y grado de conciencia del sujeto sobre la misma Según Jung, en estos casos las personas no utilizan todas sus capacidades. Por ejemplo, un maestro extrovertido puede esforzarse tanto por impresionar a los alumnos que descuiden sus propios sentimientos y emociones. Del mismo modo un introvertido intuitivo

puede centrarse tanto en su vida interior que

afecte considerablemente los contactos personales vitales. Jung sostenía la necesidad de la expresión total de todas las funciones. Cualquier énfasis unilateral ya sea; ser muy introvertido o muy introvertido; exageradamente intelectual o excesivamente sentimental, obstaculiza el desarrollo y el funcionamiento normal en la persona.

Lo anteriormente referido sobre las funciones, es también aplicado por el autor a lo componentes principales de la personalidad. Se refiere a la expresión e integración de todos sus componentes. Por ejemplo, los papeles o máscaras sociales que, aunque el autor reconoce su importancia para la vida efectiva con los demás, pero no son la personalidad completa, por lo que nuestra expresión social no debe jerarquizarse en detrimento de otros componentes. Un análisis más profundo de la personalidad requiere una exploración de la sombra, o sea los aspectos indeseables de la personalidad, estos son una parte vital de la personalidad y deben ser enfrentados. Debemos conocer y enfrentar nuestras cualidades del sexo opuesto. Un hombre individuado, como persona completa necesita conocer sus rasgos femeninos e integrarlos. De manera semejante, una mujer debe percibir e integrar sus rasgos masculinos como dimensiones vitales. Concluyendo, el autor se refiere al conocimiento, expresión e integración de todos los componentes de la personalidad

Jung distinguía entre el ego y el yo. Se recordará que para Jung el ego es el centro de la conciencia y es

afectado en gran medida por el mundo externo pero, conforme la

persona se vuelve más individuada, (es decir, conforme comienza a

entender la

naturaleza de su persona o máscara social, la naturaleza de su sombra, su anima ánimus y sus requerimientos arquetípicos), la esfera de la conciencia aumenta para incluir muchas áreas de la psiquis que anteriormente fueron inconscientes. Cuando esto ocurre, el ego debe tomar el control de estos aspectos y armonizar sus influencias opuestas, es decir debe ocupar el centro de la personalidad, entonces Jung llama a este ego recentrado el yo. Este sería el proceso mediante el cual la persona ha alcanzado la individualidad como máxima expresión de desarrollo de la personalidad.

Individuación es el proceso de diferenciar lo diversos componentes de la personalidad y ponerlos bajo el control consciente del yo, el cual es el ego recentrado. Se insiste, esta sería la máxima expresión del desarrollo de la personalidad, estaríamos en presencia de un individuo completo

2.4.4. Alfred Adler y la psicologia individual Alfred Adler nació en Viena en 1870 y vivió allí hasta 1935 cuando, como resultado de una amenaza del régimen nazi emigra a los Estados Unidos. . En 1895 se graduó de médico, estudió la especialidad de oftalmología, sin embargo ejerció la psiquiatría. Aprendió de Freud y se unió a su movimiento. Posteriormente, por discrepancias con el enfoque psicoanalítico freudiano, fue separado de este movimiento y creó su propia escuela a la que llamó psicología individual

Adler desarrolla este enfoque a partir de cinco premisas

que lo distancian del

psicoanálisis freudiano; ellas son: 1) los seres humanos están mas motivados por los impulso sociales que por los impulsos sexuales; 2) los seres humanos se distinguen por ser conscientes y no inconscientes; 3) los seres humanos se conocen a si mismos y son capaces de auto modificarse y modificar el mundo; 4) los conflictos son el resultado de condiciones de vida defectuosas y no son inherentes a los seres humanos y; 5) los principales preocupaciones del ser humano no son el sexo y la agresión sino que son la vocación, la vida comunitaria y el amor.

Adler creía que los seres humanos, a diferencia de los animales, no están equipados para vivir como seres solitarios, destacando la importancia del factor social y no solo el biológico en la motivación. Sostenía que la condición de inferioridad humana ejerce un

profundo efecto sobre el sistema motivacional de la especie. Es el sentimiento de inferioridad la mayor fuerza motivacional del hombre. Para superar este sentimiento procura autoafirmarse entre otras personas (aquí aparece el factor social) actualizando sus posibilidades creadoras. Según Adler, cada persona debe moldear su propia vida dentro del contexto de un ambiente que frecuentemente exige mucho y debe enfrentarse a él con las limitadas posibilidades que posee.

Inicialmente Adler consideraba que las personas poseían un impulso agresivo innato, mas tarde intentó caracterizar este impulso agresivo, proponiendo que es una lucha para lograr la superioridad sobre otros. Ser fuerte y dominante y obtener la superioridad sobre los demás es la meta de todos.

2.4.4.1. Luchas normales y anormales por la superioridad Insistimos que según este autor, la mayor motivación del hombre es la lucha por la superioridad, generada por el gran sentimiento de inferioridad que posee como especie. Este motivo, es un motivo humano general, no obstante, está expresado de forma única en cada persona. No importa lo que la persona logre, siempre aspirará a mas, a transitar de una posición inferior a una superior. La persona saludable siempre lucha por mejorar su vida.

Adler define el sentimiento de inferioridad como una importante fuerza motivacional inherente a los seres humanos como especie e individualmente, y la lucha por la superioridad como la gran fuerza dinámica de la vida. El deseo de vivir y mejorar

En los últimos años Adler llegó a la conclusión que la lucha por la superioridad, en las personas que se desarrollan y funcionan normalmente, es una búsqueda de la perfección de si mismo; de esta forma, la persona que ha logrado un alto grado de superioridad en el sentido de perfeccionarse a si mismo, ha obtenido su propia realización y esta sería la expresión de una persona con un desarrollo óptimo.

Esta lucha por la superioridad puede se normal o anormal. Es normal cuando se lucha por el autoperfeccionamiento; por una carrera productiva, por el amor a la familia, y el respeto y consideración hacia los demás; sin embargo, cuando esta lucha es exagerada

y se expresa en la persona como una necesidad de ser atendido, protegido, dominante, exento, sin tener en cuenta a los demás, sin respetar los derechos y los límites de los otros estamos en presencia, según este autor, de una lucha anormal por la superioridad.

De lo anterior se deduce que perfeccionarse a si mismo pero dentro del marco de un sentido altamente desarrollado de sentimientos sociales es la expresión mas saludable de esta lucha por la superioridad, entonces, los motivos sociales son tanto parte de la naturaleza humana como lo es el deseo de ser superior. Para Adler el interés y los sentimientos sociales son un potencial innato para experimentar emociones y motivos que incluyen a los demás. No obstante, el autor considera, que para que estos sentimientos sociales afloren hay que cultivarlos, es decir, existen como potencialidad pero para que se desarrollen en el niño se requiere de un ambiente familiar amoroso de tolerancia y afecto, sin este estímulo pueden predominar las formas mas bruscas de la laucha por la superioridad, como el deseo de poder sobre otros o la agresividad y esta tendencia de falta de sentido se sentimiento social y motivos egoístas es la expresión de una lucha anormal por la superioridad.

Los sentimientos de inferioridad leves sirven como motivación para el desarrollo pero, este sentimiento de inferioridad cuando es muy agudo, Adler lo define como complejo de inferioridad, en este caso, estamos hablando de un profundo sentimiento de inferioridad que conduce a formas exageradas de compensación y lucha por lograr la superioridad. Compensación significa esconder o sustituir, es el intento de ocultar una inferioridad real o imaginaria

y es una consecuencia enfermiza de la lucha por la

superioridad; de ahí que muchos trastornos del comportamiento pueden comprenderse como formas anormales de la lucha por lograr la superioridad.

Una lucha por la perfección absoluta es un compromiso constante hacia metas irreales, esta lucha es una expresión anormal por la superioridad que puede ser dañina para el crecimiento y fortalecimiento de la personalidad. Las expectativas irreales conducen a la desilusión y frustración que constituyen fuente de infelicidad. La persona que espera que su trabajo le proporcione la satisfacción de las necesidades que deben satisfacerse mediante otras actividades generalmente se frustra.

Adler utilizo el término compensación en su sentido estricto como

compensar una

debilidad. En un sentido más amplio significa cubrir o esconder una debilidad.

La compensación en el sentido de compensar una debilidad

puede favorecer el

funcionamiento saludable. Cuando una persona desvía su energía de una debilidad que no puede cambiarse en un comportamiento que puede ser mejorado; por ejemplo la mujer que no puede tener hijos y se dedica con esmero a su profesión. Así se pueden distinguir formas de compensación y sobre compensación saludable y no saludable. Un esfuerzo extremo sería una compensación no saludable o una compensación substituta, por ejemplo aliviar la frustración comiendo, o ingiriendo bebidas alcohólicas.

Emplea el término sobre compensación en sentido saludable al referirse al esfuerzo para superar una debilidad importante. Por ejemplo Helen Keller era ciega y sorda y se convirtió en una gran conferencista y escritora, es decir que la debilidad se convierte en un motivo poderoso para la superación.

Las sobre compensaciones no saludables

constituyen una lucha anormal por la

superioridad debido a que la persona no puede aceptar la debilidad en si misma, es un complejo de inferioridad, un sentimiento profundo de inferioridad, la persona se puede rechazar y lucha desesperadamente por convertirla en una fuerza. En ocasiones algunas formas de compensación o sobre compensación anormales van dirigidas mas a probar la superioridad sobre otros que al perfeccionamiento de nuestras vidas, lo que puede manifestarse mediante bravatas o intentando monopolizar la atención.

2.4.4.2. Las metas guiadoras Adler subrayó el papel que tienen las metas futuras al determinar el comportamiento actual del sujeto. Según este autor, cada persona tiene una meta guiadora dominante para ser superior en algún aspecto y gran parte de sus comportamientos pueden atribuirse a esta meta. Estas metas guiadoras pueden ser conscientes, pero a menudo son inconscientes. Por ejemplo, un alumno puede comportarse mal en clase, sin saber realmente cual es su propósito, el cual puede ser llamar la atención, pues al ser incapaz de atraerla de la forma usual, recurre al mal comportamiento. La situación es que el niño no se percata, no es consciente de su meta, pero esto no altera el hecho de que dicho

comportamiento este sujeto a una meta. El conocimiento de la meta nos permite la comprensión del comportamiento actual de la persona.

Adler opina que muchas de nuestras metas guiadoras son ficticias. Define la ficción como

suposiciones y metas personales. Algunas ficciones no pueden comprobarse,

algunas son saludables, otras dañinas algunas deberían someterse a prueba y otras pueden ser sometidas a prueba pero no deben probarse. Creemos y actuamos como si ciertas cosas fueran ciertas, aun cuando no tengamos prueba de ello. Por ejemplo algunas personas creen en Dios aunque nunca lo hayan visto, que existe el infierno, otras vidas, que alguien me quiere mucho etc. Algunas ficciones, según Adler pueden se negativas. Ejemplo, la persona que piensa que los demás quieren hacerle daño. Otras, pueden ser valiosas porque promueven un comportamiento positivo, por ejemplo el niño abandonado que piensa que su papá no lo visita porque está muy ocupado.

2.4.4.3. El estilo de vida El autor define el estilo de vida como la configuración singular de las características que constituyen la propia identidad, que nos identifican como persona. El estilo de vida es único e insiste en la singularidad y complejidad de los estilos de vida. El estilo de vida define la interpretación de los fenómenos de la realidad y el comportamiento característico de un sujeto concreto y tiene en su centro una meta guiadora de superioridad que le da coherencia y dirección

Se llama la atención acerca de

la concepción de Adler del estilo de vida como

configuración de características, integración de sus componentes donde cualquiera de los componentes principales tiene un efecto sobre todos los otros, aunque en la descripción de estas características, generalmente

usó

nombres de

rasgos

y

determinó rasgos que caracterizan un estilo de vida reconocible. Por ejemplo describió el estilo optimista de vida que se caracteriza por la sinceridad, el sentido social etc.

Al igual que Freud, Adler sostenía que el estilo de vida se desarrolla generalmente durante los primeros cinco años pero considera que se hace más complejo, personal y estable con el desarrollo e incluye elementos que lo mantienen y lo conservan. Es decir, que durante los primeros cinco años de vida se forman las estructuras básicas de la

personalidad y cualquier modificación que ocurre posteriormente serían elaboraciones y ampliaciones de ese estilo de vida. Conforme se forma todos los procesos psicológicos son organizados en modos habituales de percatarse, pensar, sentir y comportarse. Por ejemplo el pesimista, percibe, recuerda, piensa, siente y actúa de una forma diferente al optimista.

En la formación del estilo de vida tiene un papel fundamental la familia, las experiencias tempranas del niño. La herencia proporciona algunos elementos y el ambiente enfrenta al niño con un gran número de experiencias que influyen en su formación.

En este sentido se pueden desarrollar estilos de vidas normales y anormales. Algunas de la tendencia de un estilo de vida normal seria: luchar por mejorar la propia vida, ser respetado en el trabajo, buscar una pareja amorosa etc. Un estilo de vida anormal o errónea seria una orientación defectuosa hacia la vida como resultado de circunstancias agobiantes como: situación de estrés, anomalías físicas, insuficiencias psicológicas, maltrato por parte de los padres o hermanos. Puede caracterizarse por: luchar por ser amado por todos, ser perfecto en todo, ser admirado y honrado por los compañeros y superiores, así como buscar en el matrimonio una felicidad perpetua.

2.4.4.4. Desarrollo de la personalidad Adler relacionó la anormalidad del desarrollo de la personalidad a los constructos de su teoría de la personalidad: sentimiento profundo de inferioridad, compensaciones y sobre compensaciones defectuosas, luchas anormales por alcanzar la superioridad, ficciones de vida inútiles, interés social inadecuado y un bajo nivel de actividad.

Tipos de personalidad Adler propone un esquema para tipificar a las personas. Sus puntos de vista sobre el grado de actividad y el grado de interés social son factores significativos. Según su criterio debemos estar activos para enfrentarnos a los tres problemas principales de la vida: vocación, comunidad y familia; también tenemos que ser capaces de relacionarnos con los otros. Teniendo en cuenta estas dos dimensiones identifica cuatro tipos de personalidad y describe los rasgos que caracterizan cada una de ellas. Estas son: Tipo gobernante: gran actividad, bajo interés social

Tipo que obtiene logros: baja actividad, alto interés social Tipo Huidizo: baja actividad, bajo interés social La persona normal: alta actividad, alto interés social

El poder creativo del yo Para comprender el criterio de Adler sobre la personalidad y la vida ideal se requiere comprender el concepto de este autor sobre el poder creativo del yo. Considera el yo creativo como la fuerza consciente que organiza, controla y moldea la personalidad; esta influido por la herencia y experiencias ambientales. Es lo que moldea el estilo de vida, es la base para el cambio en la personalidad. Adler creía firmemente que no somos las victimas indefensas de nuestra mente inconsciente, de nuestro pasado, ni de las circunstancias actuales. El desarrollo del yo creativo condiciona la autorregulación de nuestro comportamiento, significa la conquista y el control sobre nuestro egoísmo, nuestras metas, valores. Consideraba que, aunque con dificultad, podemos modificar hasta cierto punto nuestro estilo de vida, establecer un plan con objetivos definidos y medios para lograrlos, en fin que el yo creativo puede otorgarle unidad e integridad a la personalidad,

Personalidad y vida ideal Adler

opina que aun cuando los seres humanos son egoístas por naturaleza, las

tendencias sociales también son parte de esa naturaleza, necesitamos de los demás para satisfacer nuestras necesidades, sin embargo como el aspecto social es mas débil, necesita ser apoyado por las personas importantes en la vida del niño en desarrollo, resaltando la importancia de los cálidos contactos humanos, el genuino encuentro humano sería una experiencia tan agradable que hace que el sujeto busque esas experiencias, aun cuando trabaje para lograr sus propios fines, lo hace en un ambiente social y en cooperación con otros.

Adler sostenía que la persona saludable es activa al afrontar las exigencias de la vida y esta motivada por un interés y sentimientos sociales. El principal problema de vivir: la vocación, la familia y la comunidad se enfrentan sin temor y con consideración a los derechos de los demás.

2.4.5. Métodos de estudio del psicoanálisis La hipnosis. Este método Freud lo conoció a través de Joseph Breuer, médico que lo aplicaba con éxito en la curación de la histeria. Breuer requería que los enfermos le hablaran, en estado de hipnosis, de sus inquietudes y vivencias desagradables. En ocasiones este relato resultaba suficiente para que desaparecieran los síntomas del paciente. Breuer

llamó

catarsis, al

fenómeno de liberarse de tales síntomas y efectos, recordando las circunstancias que los habían provocado.

El uso de la hipnosis se fundamenta en el criterio de que ciertos pensamientos e impulsos que resultan inaceptables para el individuo, incompatibles con el estado habitual de conciencia; se rechazan, se reprimen pero no desaparecen por lo que siguen influyendo en la conducta y pueden imprimirle un carácter patológico manifestándose como síntomas histéricos. Si a tales pensamientos e impulsos se le ofrece la posibilidad de reaparecer se produce un alivio, y los síntomas que los sustituyen, desaparecen o se debilitan; de ahí que, para obtener el efecto curativo hay que recurrir al sueño hipnótico, durante el cual es posible la eliminación de emociones traumatizadoras por medio de la catarsis. Sin embargo, a pesar del alivio inmediato, el síntoma podía reaparecer si el paciente experimentaba un episodio difícil. Además, el uso de este procedimiento se limita a personas que pueden ser hipnotizadas hasta el estado semejante a un trance, estado al que muchos pacientes no pueden llegar.

El experimento asociativo o la asociación libre, consiste en presentara al sujeto una palabra a la que debe responder lo más rápidamente posible con cualquier otra palabra, la primera que se le ocurra. Freud se fijó en la confusión que experimentaban sus pacientes, al dejar que sus pensamientos se asociaran con libertad, sin control. En esta confusión vio la expresión de heridas afectivas,

existiendo un mecanismo de resistencia que no permite penetrar en la

conciencia la representación traumatizadora, lo que se traduce en una resistencia inconsciente a recordar. En aquellos aspectos en los que el paciente comenzaba a turbarse, en que se negaba a proseguir las asociaciones, buscaba Freud el hilo conductor que conducía a los contenidos reprimidos. De esta forma, este método es usado por Freud para seguir el curso del pensamiento del paciente, oculto para los demás y para si mismo.

Análisis de los sueños. Los sueños, expresan en un lenguaje simbólico especial, inclinaciones reprimidas, deseos rechazados; según este autor, por lo que este método le proporcionó un

medio importante para llegar al inconsciente. Freud veía al sueño como una materialización de un deseo en conflicto, como el camino real al inconsciente

La resolución del fenómeno de transferencia. Freud encontró que la relación entre si mismo y el paciente también se volvía importante en la terapia, ya que el paciente le transfería a él sus actitudes y sentimientos de una etapa anterior. Era necesario enfrentarse a esas reacciones emocionales intensas para efectuar el cambio en las orientaciones de la persona.

2.4.6. Valoración crítica El psicoanálisis constituyó un momento importante para el desarrollo de la Psicología ya que representa un enfoque orientado al estudio del mundo afectivo el que de alguna forma había sido soslayado por las escuelas precedentes, así como la salida de la psicología de los marcos del laboratorio vinculándose a la práctica clínica. Elabora una teoría acerca de la motivación inconsciente que en su orientación básica hacia la naturaleza humana, tiene en común subrayar los motivos y los conflictos inconscientes así como utilizar procedimientos de evaluación indirectos, como las pruebas proyectivas y la prueba de asociación de palabras, para descubrir dicho contenido inconsciente

Freud y Jung se interesan con marcado énfasis en la naturaleza y los principios funcionales del inconsciente, de ahí que ellos mismos se identifiquen como psicólogos de profundidad. Para estos autores las causas de la conducta son primordialmente internas e inconscientes, fuerzas dinámicas motivacionales-emocionales, enfoque a partir del cual plantean y analizan clínicamente problemas de la motivación y estructura e la personalidad.

Se considera como una visión materialista del organismo, ya que percibe al hombre como un sistema de energía psíquica como variante de la energía existente en la naturaleza. Su esquema funciona mediante el mecanismo de homeostasis, tomado del mundo biológico, sin que constituya una organización propiamente psicológica, donde se aprecien cualidades distintivas de este nivel de organización, de ahí que sea considerado un esquema biologicista

Aunque es posible encontrar discrepancias entre los autores, generalmente consideran a la motivación inconsciente como principal factor determinante de la vida humana. Concepción pesimista y fatalista de la naturaleza del hombre el cual está dominado por

impulsos sobre los que no tiene control. Énfasis en el inconsciente, las fuerzas dinámicas de la personalidad son generalmente inconscientes, reducen la función del yo como fuerza integradora

y aspecto racional y consciente de la personalidad. En su

enfoque, el hombre vive atrapado por los conflictos que inevitablemente tiene que sufrir al enfrentarse sus instintos inconscientes con las normas sociales, por lo que resulta difícil diferenciar la personalidad sana de la enferma.ya que la mayoría de las personas funcionan a nivel de impulsos o conflictos primitivos. Aunque reconozcan otros niveles de funcionamiento, generalizó

el nivel inconsciente como el elemento esencial que

definía el carácter regulador de la personalidad, adjudicándole un papel pasivo a la conciencia

Niega el papel activo de la conciencia y no tiene en cuenta la organización sistémica de la personalidad la cual no constituye un verdadero sistema .La personalidad se define mediante categorías, reduciendo generalmente su potencial dinámico a las fuerzas inconscientes de base instintiva

BIBLIOGRAFÍA Castellanos S, D.: Paradigmas actuales de la Psicología de la Educación. Material de apoyo para los cursos de Maestría y Doctorado. Centro de Estudios educacionales. ISP enrique José Varona, La Habana, Cuba

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Miachel, W.: Teorías de la Personalidad.Ediciones MC GRAW HILL Interamericana de México S.A., México, 1988

Yaroschevski M, G: La Psicología del siglo XX. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, Cuba, 1983

2.5. El conductismo 2.5.1. Antecedentes.

En el umbral del siglo XX los investigadores pusieron de manifiesto la existencia

de

condiciones, a partir de las cuales puede modificarse la conducta del individuo. Cada vez mas los investigadores creían que, controlando esas condiciones podrían adaptar la conducta a un patrón y formularla según determinados modelos. Un gran número de ellos orientan su trabajo en este sentido en diferentes latitudes y durante años. Entre ellos podemos citar a I. P .Pavlov en Rusia y a Edgard Lee Thorndike en Estados Unidos, entre otros, cuyos aportes constituyen antecedentes para el trabajo teórico metodológico del programa conductista.

Específicamente en los Estados Unidos, país

en el que por las peculiaridades de las

condiciones históricas de su desarrollo que lo situó entre los países capitalistas mas desarrollados, el problema de elaborar y consolidar nuevas formas de conducta adquiere gran sentido social. Uno de los primeros en esta línea de investigación en este país fue el ya nombrado Edgard Lee Thorndike.

Los problemas de la conciencia no inquietaban a Thorndike, quien estimó más importante conocer con exactitud la conducta externa del hombre, que hacer conjeturas en torno a su estado interno. Experimentos realizados con animales, por este autor, lo conducen a elaborar las dos leyes fundamentales a las que según el, se subordina el aprendizaje. Estas son: la ley del ejercicio; la que plantea que cuanto mas se repite una reacción motora ante una situación dada, tanto mas firme es el nexo entre una y otra y; la otra ley, llamada ley del efecto, se refiere a que si la reacción que conduce al efecto bueno produce un placer, tiende a repetirse cuando surge una situación similar a la anterior. Estas leyes, fueron objeto de crítica, entre otras cosas, porque conducen a la desintelectualización

del proceso de enseñanza aprendizaje, sin

embargo tienen una considerable influencia en el desarrollo del conductismo. 2.5.2. La Escuela Conductista. Se considera que para muchos comenzó un día luminoso cuando John B. Watson propuso el conductismo, el cual se basa en la osada idea de que la psicología debe renunciar a la psiquis. Este punto de vista se denominó método del ¨organismo vacío¨ debido a que se considera únicamente la conducta observable en relación con estímulos ambientales y no con los agentes inobservables de la personalidad. Watson argumentó que podía obtener conocimiento confiable sobre la conducta animal y la humana al observar lo que hace el individuo en diferentes situaciones. Este autor sostenía, que el niño normal viene al mundo con poco en forma de conducta innata, por consiguiente, lo que el niño llega a ser es el resultado del tipo de ambiente y de las experiencias de aprendizaje que tenga. Llegando a proponer que podría tomar un niño

promedio y hacer de el cualquier cosa específica: un genio o un estúpido; un miembro productivo de la sociedad o un criminal

J. B. Watson

(1878 -1958) considerado como el fundador del enfoque conductista, en su

artículo “La psicología según un behaviorista” (1913), hacía constar que la psicología, durante su medio siglo de existencia, no había logrado ocupar un puesto digno entre las ciencias y culpaba de ello a la falsa comprensión del objeto de estudio y del método de las investigaciones psicológicas. En este sentido planteó que, el objeto de esta ciencia debe ser, en lugar de la conciencia, que son procesos inobservables, la conducta que es un proceso observable Además, debía rechazarse el método subjetivo como la introspección, ubicando en su lugar métodos objetivos como la observación y la experimentación.

Con el término behaviorismo (del inglés behavior, conducta) comenzó a distinguirse una corriente diferente y hasta opuesta a toda la psicología precedente, la que en su recorrido histórico había transitado por diferentes momentos: en un principio, la psicología era una doctrina acerca del alma; después estudió los fenómenos psíquicos y; en este momento, en manos de los behavioristas o conductistas se convirtió en una psicología sin psiquis.

En correspondencia con este objeto de estudio y estos métodos de investigación Watson consideró necesario un nuevo lenguaje, utilizando términos como estímulo, reacción, formación de hábitos; entre otros. Así nace el conductismo: enfoque de la psicología que subraya el control ambiental de la conducta observable, considerando a la psicología como campo del saber capaz de predecir y dirigir la conducta. Control y predicción ha de ser, desde el punto de vista conductista el tema fundamental de la psicología.

El planteamiento de Watson fue muy reconocido y logró gran éxito, aunque adquirió matices diferentes en el medio europeo y en el norteamericano, dado por el necesario vínculo entre el desarrollo de la ciencia y el desarrollo social. Este planteamiento Watsoniano se diversificó en escuelas disímiles entre si

y algunos años después

se desarrolló el movimiento

neoconductista Una de estas derivaciones fue el conductismo operante de B.F. Skinner que más adelante abordaremos por su repercusión el la psicología en general y en la psicología educativa en particular.

A partir de los años 60, el conductismo dejó de tener la fortaleza que hasta ese momento tenía como tradición de investigación, aunque aun mantiene su presencia en la psicología, tanto desde su versión mas clásica de condicionamiento operante, como nuevas variantes que incorporan elementos de otros paradigmas, no obstante estas diferentes versiones, los conductistas en todas sus variantes se orientan al estudio descriptivo de la conducta y sus determinantes, cuyas determinantes son de tipo externo, ambiental.

El conductismo es especialmente antiteórico. Sin embargo, se reconoce que los conductistas utilizan el modelo estímulo-respuesta como esquema fundamental para la descripción de la conducta de los organismos.

Aprendizaje, para los conductistas,

es un término general que implica adquisición de

respuestas o conductas en tanto; el estímulo es, en un sentido estricto, cualquier energía excitante a la cual sea sensible el organismo y; condicionamiento, es una forma de aprendizaje que implica conexiones o vínculos. Los dos tipos básicos de condicionamiento son: 1) el que incluye vínculos entre estímulos y respuestas, llamado condicionamiento de respuesta o clásico y; 2) el que incluye vínculos entre conductas y consecuencias, llamado condicionamiento operante.

2.5.2.1. El condicionamiento clásico Uno de los aportes más importantes a la psicología, en el campo del condicionamiento de los reflejos, se debe a I.P.Pavlov. A partir de sus experimentos Pavlov demostró un procedimiento de aprendizaje el cual consiste en que: un estímulo neutral e incapaz de producir una respuesta acaba produciéndola debido a su asociación reiterada con el estímulo que la provoca de modo natural. Ejemplo: un estímulo incondicionado (un golpe en la rodilla) provoca una respuesta incondicionada (el estiramiento de la pierna). Si este estímulo incondicionada reiteradamente se asocia a un estímulo neutral (una campanada) llega el momento en que la campanada sola (estímulo condicionado) provoca el estiramiento de la pierna, (respuesta que ahora es condicionada). Este es el esquema de condicionamiento clásico o condicionamiento de respuesta utilizado por el conductismo que, obviamente se deriva de los descubrimientos de Pavlov.

Como se puede apreciar, el condicionamiento clásico o de respuesta, implica la sustitución de un estímulo por otro en la producción de una respuesta existente previamente. Estamos ante la misma respuesta ante diferentes estímulos, por tanto, el aprendizaje que tiene lugar en este tipo de condicionamiento incrementa la cantidad de estímulos que provoca una respuesta ya que, las respuestas existentes se vinculan a nuevos estímulos.

2.5.2.2. El condicionamiento operante de B. F. Skinner ¿Quién es B.F. Skinner? Burrhus Frederic Skinner nació en 1904 en Pensilvania. Su padre abogado y su madre, una mujer de normas rígidas, sin embargo, prodigaron un ambiente familiar cálido y seguro. Skinner desde pequeño construía sus propios juguetes. En su vida de estudiante tuvo dos etapas: una primera fase donde se sintió a gusto en la escuela y una segunda caracterizada por la rebeldía y la crítica hacia las autoridades escolares. Primero de dedicó a los quehaceres de escritor, abandonando esta orientación cuando consideró que no tenía nada que decir a los demás. Decide estudiar psicología, estudios que realiza en la Universidad de Harvard, donde recibió un doctorado en 1931 y donde adquirió una rigurosa autodisciplina. Fue profesor de la Universidad de Minnesota, luego en la de Indiana, para regresar definitivamente a Harvard, al departamento de psicología, donde cultiva honores y premios convirtiéndose en una de las figuras más sobresalientes en las ciencias conductuales.

La contribución de Skinner a la psicología ha sido tan relevante y decisiva, que es considerado por muchos como la figura más importante de la psicología en ese siglo. Se le ha llamado a Skinner conductista radical, debido a que intenta explicar la conducta sin utilizar variables internas. El poderoso principio que rige el condicionamiento instrumental, denominado también operante, de Skinner, es que la conducta esta determinada y sostenida por sus consecuencias. En el esquema de condicionamiento operante, las conductas que mas interesan son las llamadas operantes o instrumentales, las cuales no son provocadas de forma automática por los estímulos antecedentes, como en el condicionamiento clásico, sino que el individuo sabe que para obtener ciertos resultados se necesita realizar ciertos pasos o actos instrumentales. Skinner llama operantes a los actos instrumentales porque deben operar en el medio para obtener ciertos resultados. Los actos instrumentales son los medios para lograr un objetivo. De ahí que; una conducta se vuelve un acto instrumental u operante si conduce al reforzamiento y, las conductas reforzadas tienden a repetirse.

De acuerdo al esquema del condicionamiento operante, el organismo emite una variedad de conductas pero, una vez que se emite la conducta deseada, se refuerza, y dicho reforzamiento provoca un incremento en la frecuencia de esa conducta Los estímulos antecedentes a las conductas operantes (C.O) se denominan estímulos discriminatorios (E.D). Cuando se emite la conducta deseada esta se

refuerza inmediatamente. Los estímulos consecuentes a esta

conducta operante o instrumental se denominan estímulos reforzadores (E.R). El esquema descrito representa la conducta exploratoria de una rata en la caja de Skinner. Dentro de la caja hay diferentes estímulos para la rata que esta encerrada en la misma (paredes, bebedero, palanca, etc.). Por consiguiente, la rata puede realizar muchas acciones, es decir, que en esta situación total son posibles diversas conductas azarosas, espontáneas pero, solo cuando ocurre la presión de la palanca la rata recibe un refuerzo, en este caso una bolita de carne (Estimulo.Reforzador). Las consecuencias de la conducta, la obtención de la carne, conducirá a la repetición del acto apretar la palanca, conducta deseada (Acto instrumental u operante)

Estímulo antecedente-----------Conducta deseada---------------Estímulo consecuente Estímulo Discriminatorio

Estímulo Reforzador

Como puede apreciarse, de acuerdo con estos postulados, una conducta se vuelve un acto instrumental u operante si conduce al reforzamiento. Además, las conductas reforzadas tienden a repetirse. Nótese que en el condicionamiento clásico o de respuesta, como se planteó anteriormente, se incrementan básicamente los efectos del medio, al aumentar la cantidad de estímulos que provocan la misma respuesta; en cambio, en el condicionamiento operante o instrumental se desarrollan o modifican conductas específicas mediante el refuerzo. Skinner se interesa particularmente en controlar la conducta a través de sus consecuencias, es decir, estableciendo contingencias de reforzamiento.

El término contingencia puede definirse como dependencia de. Es el tipo de relación que existe entre un acto operante y el estímulo reforzador. Decir que el reforzamiento es contingente con una conducta operante específica significa que depende de la ocurrencia de esa conducta. Skinner utiliza este término para representar el Programa de reforzamiento.

El Programa de reforzamiento puede definirse como el arreglo en que son proporcionados los estímulos reforzadores a las conductas. Es la disposición particular para la entrega de reforzadores. Se refieren a la regulación del tiempo, secuencia y control del reforzamiento, lo

que a su vez

definirá la tasa, intensidad y calidad de la conducta reforzada. Cuando se

refuerzan todas las conductas operantes emitidas por un sujeto, se dice que estamos en presencia de un programa de reforzamiento continuo; en cambio, cuando se refuerzan algunas y no otras de las conductas, según criterios de tiempo o en número de respuestas, entonces se está utilizando un programa de reforzamiento intermitente.

Los programas de reforzamiento intermitente pueden ser divididos en dos tipos: los programas de intervalo y los programas de razón. Lo programas de intervalo que a su vez pueden ser fijos (I.F) o variados (I.V), especifican condiciones de tiempo para administrar los estímulos reforzadores. Un programa de (I.F 5 minutos), quiere decir que la primera ocurrencia de la respuesta de nuestro interés, que acontezca después de un período de cinco minutos, debe ser reforzada, no antes ni después de este tiempo. En los programas de razón, que igualmente pueden ser fijos (RF) o variables (RV), se plantea que las conductas serán reforzadas, toda vez que hayan ocurrido un número determinado de estas. Los programas de intervalo y de razón, en sus dos modalidades cada uno, tiene efectos diferenciales en la tasa de ocurrencia de las respuestas. De estos programas de reforzamiento básicos, pueden hacerse múltiples arreglos y sofisticaciones.

Extinción o debilitamiento de la conducta y castigo La extinción, el debilitamiento o la disminución de la frecuencia de una conducta, puede lograrse mediante la falta de los resultados habituales de la misma; es decir, dejar de presentar el estímulo reforzante, el no reforzamiento, conduce a disminuir la ocurrencia de la conducta. Por ejemplo, dejar de elogiar el gesto de caballerosidad. Otro procedimiento relacionado con el anterior es el castigo, el cual se define como las consecuencias indeseables producidas por la conducta, es decir la presencia de un estimulo aversivo posterior a una conducta. Por ejemplo reclamar la presencia de los padres de un alumno por no hacer la tarea; o las consecuencias deseables eliminadas por la conducta. Por ejemplo no poder ver la televisión. Al igual que en la extinción el castigo produce que la conducta disminuya en su frecuencia o se debilite, aunque su uso ha sido cuestionado por los propios conductistas ya que puede producir subproductos desfavorables. Por ejemplo: un maestro criticón y regañón, puede inducir emociones negativas en sus alumnos y esto contrarrestara el efecto de cualquier reforzamiento positivo. En este sentido, Skinner prefiere el uso de reforzadores positivos para fomentar la conducta.

Tipos de refuerzos Reforzamiento positivo, incrementa la posibilidad de ocurrencia de la conducta porque se desea alcanzar por el sujeto. Estos pueden ser a su vez aprendidos o no aprendidos; primarios y secundarios; incondicionados y condicionados. Reforzamiento negativo, este

también

incrementa la posibilidad de ocurrencia de la conducta, en tanto la conducta elimina o evita un estímulo desagradable o aversivo, de esta forma, la eliminación o evitación

del estímulo

indeseado refuerzan las conductas operantes efectivas. Ejemplo, el examen final como estímulo aversivo incrementa el estudio sistemático ya que los alumnos que durante el curso obtengan buenas evaluaciones no tienen que someterse a esta evaluación o; una corriente de aire molesta, incrementa la conducta de cerrar la ventana. Se diferencia del castigo en que este último agrega algo desagradable a la conducta para debilitarla o eliminarla en tanto que el reforzamiento negativo se diseña para fortalecer la conducta de evitacion o escape, agregando algo desagradable que la conducta puede eliminar.

Reforzamiento diferencial Con anterioridad se precisó que para condicionar un operante es necesario que la conducta o el acto sea emitido previamente a la aparición de un refuerzo pero, cuando se quiere introducir una conducta nueva o compleja, este método resulta ineficaz. Para este tipo de cometido se requiere de otro método llamado método de aproximaciones sucesivas o moldeamiento de la conducta, el cual consiste en reforzar paulatinamente conductas cada vez mas parecidas a la conducta esperada, sugiere la capacidad del alfarero para modelar el barro. Se utiliza la técnica de reforzamiento diferencial, reforzando solo las conductas deseadas y no otras. Por ejemplo: un alumno emite algunas conductas agresivas; dado que usted tiene poder reforzante, debe poder modelar la conducta de ese alumno, reforzando solo las conductas no agresivas con aprobación, sonrisas, alabanzas o atención y permanecer en silencio, voltearse, interrumpir o cambiar de tema cuando su alumno emite conductas agresivas

El encadenamiento sería entonces, la formación de secuencias complejas de operantes simples mediante el uso de reforzadores de forma progresiva.

Algunos criterios para el logro de la persona ideal En correspondencia con los postulados básicos de este enfoque, Skinner no propuso un estado ideal de personalidad y de vida sino, que

se detuvo en los factores que determinan las

conductas, centrándose en un medio ideal. Asocia tanto la conducta normal como la anormal a

factores del medio. Por ejemplo, un niño puede tener problemas en sus relaciones sociales como resultado de una falta de habilidad social apropiada, quizás por no haberse relacionado con niños de su edad y por consiguiente no disfrutar de los reforzadores asociados con las relaciones sociales normales.

Skinner considera que los seres humanos son en gran medida lo que el medio hace de ellos, en consecuencia, lo que se necesita es manejar el medio de manera que la conducta esté bajo control. El medio determina la conducta. Cambie y mejore el medio y ocurrirá la conducta deseada. La persona buena es producto de un buen medio. Quienes tienen poder de reforzamiento sobre otros pueden utilizar ese poder, según este autor,

para provocar

conductas deseables utilizando los reforzadores de la forma más eficiente posible. El autor no está de acuerdo por el uso tan difundido del control aversivo y sostiene que los controladores de la conducta; como los padres, profesores y autoridades legales deberían confiar mas en los efectos poderosos de los reforzadores positivos para el moldeamiento de la conducta.

2.5.2.3. El aprendizaje por observación de Albert Bandura El conductismo riguroso se enorgullecía de que los objetos indicados por sus conceptos no eran fenómenos inaccesibles a la observación, sino algo que todo el mundo puede ver, comprobar y medir directamente. Tanto el estímulo como la respuesta son independientes de la apreciación subjetiva.

Otros psicólogos, impresionados por estos criterios, pero que al mismo tiempo consideraban imposible arrojar de la psicología la imagen, el motivo y otros conceptos fundamentales, empezaban a reflexionar sobre la posibilidad de hacer

extensiva la metodología del

conductismo a los aspectos por el negados de la actividad psíquica, incorporando el estudio de los mediadores, es decir, de los procesos internos que transcurren entre el estímulo y la reacción.

Tolman (1948) fue iniciador en la investigación de los mediadores, considerando que para los mediadores invisibles debían existir índices tan objetivos como los que se utilizan al estudiar los estímulos y las reacciones accesibles a la observación externa. Tolman introduce el concepto de variables intermedias. Sus investigaciones se realizan con ratas y sus tesis dieron pie a una concepción denominada cognoscitiva. Dicha concepción constituía una tentativa encaminada a incluir en el sistema de los conceptos conductistas el factor cognoscitivo. Sin

embargo la concepción de Tolman presenta una serie de incongruencias que no pueden ser superadas con los recursos

metodológicos de que disponía. Intentaba hallar indicadores

objetivos para cada una de las variables intermedias. En su afán de evitar el subjetivismo procura objetivizar lo subjetivo.

Hubo otros intentos de superar la limitación de la formula estímulo-respuesta. Entre ellos C. Hull que aceptaba también la idea de las variables intermedias, pero consideraba que estas han de obtener una característica cuantitativa exacta por lo que las fórmulas matemáticas asegurarían la comprensión de la conducta.

Siguen esta línea, los conductistas llamados conductistas moderados, para quienes las variables intermedias son esenciales para explicar, predecir y controlar la conducta, aunque ellas se vinculan con las situaciones de estímulo-conducta. Estos psicólogos consideran que la capacidad humana para conocer y transformar el mundo es radicalmente diferente a la de los animales, por lo que no se pueden aplicar los principios del aprendizaje animal al humano. Igual que los teóricos tradicionales de la personalidad, ellos reconocen variables de la personalidad como recursos explicativos inferidos a partir de la conducta, pero a diferencia de los teóricos tradicionales que derivan sus postulados de las experiencias en psicoterapia, estos derivan sus variables de mediación de la experimentación rigurosa y las utilizan como constructos explicativos para las conductas observadas. De esta forma, ellos satisfacen los requerimientos de rigor y de objetividad, pero no el requisito de eliminar las variables de la personalidad como recurso explicativo.

Entre ellos se encuentra Albert Bandura. Nació en Alberta, Canadá en 1925. Posteriormente se traslada a los Estados Unidos donde recibió su Maestría y Doctorado en la Universidad de Iowa en 1952. En 1963 publica un libro escrito en colaboración con R. Walters donde expone sus puntos de vista sobre el aprendizaje social y el modelamiento. Desde 1953 se desempeña como profesor de la Universidad de Stanford, donde labora en el Departamento de Psicología. En 1974 fue presidente de la Asociación Psicológica Estadounidense.

Según Bandura, gran parte del aprendizaje puede describirse como aprendizaje por observación. Aprendemos observando la conducta de un modelo. Este autor considera que el aprendizaje puede ocurrir tanto como consecuencia del reforzamiento como a través del modelamiento u observación. Durante toda la vida tenemos modelos que copiar y el aprendizaje

por observación puede promoverse tanto por un modelo pro social como por un modelo desviado. El criminal o el indolente puede ser uno que ha fallado en la adaptación del papel esperado y estos fracasos pueden surgir por un modelamiento inadecuado; en consecuencia, la falta de modelos apropiados puede causar deficiencias en el aprendizaje. Bandura subraya el enfoque del aprendizaje social pues sostiene que la mayor parte de nuestro aprendizaje ocurre en contextos sociales y a través del modelamiento. La observación de un modelo que ejecuta conductas adaptativas y se comporta bien conduce al aprendizaje rápido y a la evitación de errores costosos.

Según Bandura, en el aprendizaje por observación participan y depende de: el observador y del modelo observado. En el observador participa: 1) la atención, ya que este debe atender a actividades o modelos relevantes y el hecho de que los modelos sean reforzados o castigados por su conducta es un determinante importante para la atención; por consiguiente, tanto la conducta del modelo como las consecuencias de su conducta son decisivas para la atención y el aprendizaje; 2) la memoria o capacidad para retener y reproducir lo que observó; 3) la ejercitación o ejecución de habilidades adquiridas y; 4) la motivación o incentivos para observar y ejecutar la conducta.

Para este autor los procesos cognoscitivos como, representaciones, imágenes y conceptos juegan un papel de mediación en el aprendizaje por observación, entre las situaciones y nuestras respuestas y acciones y además, están presentes en el aprendizaje por condicionamiento clásico y en el operativo de los seres humanos, quienes pueden formar representaciones cognoscitivas complejas de los hechos y de las situaciones.

Bandura distingue entre modelos de la vida real y modelos simbólicos. Los modelos reales son comportamientos que corresponden a personas concretas. Ejemplo: padres, amigos, maestros etc. Los modelos simbólicos se refieren a contenidos de libros, revistas, medios audiovisuales, cine, televisión, entre otros. Tanto los modelos reales como los simbólicos influyen poderosamente en el aprendizaje de comportamientos.

Procesos vicarios El aprendizaje por observación nos conduce al concepto de reforzamiento vicario, el cual consiste en experimentar los beneficios del reforzamiento a través de la observación de un modelo que está siendo reforzado por determinada conducta. Por ejemplo, el adolescente que

observa los aplausos y el reconocimiento que recibe un deportista exitoso, puede experimentar esa vivencia de satisfacción e incrementar la práctica de ese deporte. Se refiere a la producción de la conducta o incremento en su ejecución después de la observación de un modelo que ha sido recompensado por la misma conducta. El castigo vicario sería entonces, experimentar a través de la observación los efectos del castigo administrado a modelos o auto administrado por determinada conducta; por consiguiente, conduce al cese o decrecimiento de esa conducta. Por ejemplo: la disminución de la conducta promiscua después de observar las manifestaciones de un sujeto que contrajo sida por una actitud promiscua. Según Bandura, aprendemos con frecuencia observando la conducta de los demás. Es decir que, el aprendizaje vicario significa experimentar lo que otro hace a través de la observación.

Tipos de respuestas que se adquieren a través del aprendizaje por observación En general, la conducta adquirida mediante el aprendizaje por observación puede ser dividida en tres grupos: 1) la adquisición de respuestas nuevas, como en el caso de respuestas agresivas de un modelo; 2) el fortalecimiento o debilitamiento de respuestas inhibitorias, como adquirir mayor o meno temor ante la observación de un modelo en una situación de temor y; 3) estimulación de respuestas ya existentes, como practicar mas deporte después de observar el éxito de un deportista reconocido.

2.5.2.4. Métodos de investigación El concepto de Teoría de Investigación de la tradición conductista se opone a las explicaciones mentalistas e internas de la conducta humana, porque esos conceptos no son verificables, por lo que deben ser considerados como precientíficos. El uso de conceptos como voluntad, pensamiento, ideas, motivación o conciencia son rechazados, mientras reivindican todos aquellos hachos y conductas

que puedan ser objeto de observación y susceptibles de

verificación.

Existe un rechazo hacia los métodos de auto observación o introspección y a todo aquello que no sea observable, medible, cuantificable, concediendo

una importancia exclusiva a los

métodos propios de las ciencias naturales e insistiendo en las definiciones operacionales de los conceptos con marcada tendencia a centrarse en resultados objetivos y evitar la especulación teórica.

El procedimiento óptimo de investigación es el experimento psicológico, donde se identifica la variable independiente y su efecto sobre la variable dependiente, utilizando los controles adecuados para que se observen únicamente los efectos de la variable estudiada. De esta forma se pretende funcionar como lo hacen las ciencias naturales, descubriendo las leyes reguladoras de la conducta.

El estudio de la personalidad, por tanto, se fundamenta en la investigación experimental de laboratorio e intenta identificar las variables del entorno que son las determinantes de la conducta. Las variables objetivas y su comprensión llevan a insistir en la importancia de los factores externos al organismo, abandonando los internos.

Resumiendo, el

conductismo riguroso y especialmente, el conductismo operante, fiel a su

objeto de estudio: la conducta y sus determinantes externo ambientales, reducen los objetivos de la investigación al análisis de la relación entre los eventos ambientales; estímulos y las conductas o respuestas de los organismos, identificando leyes que permitan objetivamente la descripción, predicción y control del comportamiento. Por tanto, al estudiar las conductas de los organismos, estas deben definirse en términos observables, medibles, cuantificables. Los procesos inobservables quedan fuera del esquema de investigación, privilegiando, además, los métodos experimentales.

2.5.3. Valoración crítica La propuesta conductista cumplió su cometido en un momento histórico determinado, y se sugiere un estudio profundo de la misma con vistas a poder rescatar aquello aspectos que puedan ser útiles para nuestro trabajo e integrarse de forma armónica a la posición que se asuma. En sentido general, el conductismo

se caracteriza por su extrema posición antimentalista y

ambientalista, donde la conducta de un organismo se puede explicar a través de contingencias ambientales, no reconociendo la posibilidad causal y explicativa de los procesos internos. Al explicar la conducta humana por una relación inmediata y directa del hombre con el medio que le rodea, niega el sujeto regulador de la conducta y se limita al estudio de la conducta que para ellos, es básicamente reactiva y adaptativa,

por lo que no es necesario el estudio de la

personalidad como organización psicológica superior que regula el comportamiento con determinada autonomía, considerándose, desde esta posición, que la conducta anormal es el resultado del fracaso en el aprendizaje, o de lo que para ellos es aprendizaje, negando el papel

activo y transformador del hombre. Como plantea la Dra. Beatriz Castellanos: “Como resultado de estas perspectivas, las ciencias sociales no logran en muchos casos trascender un esquema estático, descontextualizado, ahistórico y fragmentado de un sujeto; olvidan que el hombre y la mujer existen como expresiones vivas de lo subjetivo, como personalidades concretas de raíces espacio-temporales¨. (1)

Específicamente

los métodos de Skinner

han ejercido una influencia considerable en la

psicología contemporánea, El mayor apoyo para su trabajo ha sido la validación empírica que han recibido sus técnicas relacionadas con la modificación de la conducta, lo que lo hizo acreedor de un papel protagónico en esta ciencia, fundamentalmente durante el período comprendido entre los años 40-60.

BIBLIOGRAFÍA Castellanos S, B.: Material de Consulta para el curso de Psicología de la Personalidad. Maestría en Educación. ISP Enrique José Varona. Facultad de Ciencias de la Educación. Centro de Estudios Educacionales, Febrero de 1999.

Castellanos S, D.: Paradigmas actuales de la Psicología de la Educación. Material de apoyo para los cursos de Maestría y Doctorado. Centro de Estudios Educacionales. ISP. Enrique José Varona. Ciudad de La Habana,

Lorenzo González, J.: Psicología de la Personalidad. Editorial PPU Promociones y Publicaciones Universitarias, Madrid, 1986

Mischel, W.: Teorías de la Personalidad. Editorial MC GRAW HILL. Interamericana de México S.A., 1986

Yaroschevski M, G.: La Psicología del siglo XX. Editorial Pueblo y educación. Ciudad de La Habana, Cuba, 1983

2.6. El movimiento humanista en la Psicología El humanismo, en su dimensión filosófica o cultural es ante todo una concepción del hombre y la naturaleza humana. Penetra con diversos matices a las ciencias particulares

en función del vínculo que cada una establece con la actividad humana; de ahí que no se constituye en una corriente homogénea. Se caracteriza en lo fundamental por propuestas que colocan al ser humano como valor principal en todo lo existente. Así por ejemplo, en una Arquitectura con un enfoque humanista los diseños y las obras ejecutadas están en función de las necesidades humanas y en la Pedagogía de carácter humanista se concibe al alumno como sujeto del proceso de enseñanza aprendizaje como principio para organizar las condiciones que permitan lograr su desarrollo.

En el campo de la Psicología, la psicología humanista surgió con ese título al final de la década del 50 e inicios de los años 60 del siglo XX, en los Estados Unidos de América. No tiene su origen asociado a un determinado autor, aunque se identifican líderes del movimiento que se agruparon a partir de la insatisfacción con las tendencias de la época y con la necesidad de propiciar un encuentro para intercambiar propuestas, puntos de vista, y crear un grupo de pertenencia. Se gestó en contacto con la filosofía existencialista y se reforzó con ciertas ideas psicológicas generales y psicoanalíticas en particular.

En 1961 vio la luz el primer número de una revista que sería bautizada como Revista de Psicología Humanista y en 1963, a partir de la aceptación alcanzada por la publicación se organizó y fundó la Asociación Americana de Psicología Humanista que se convirtió en una vía importante para el desarrollo y la divulgación de las nuevas ideas.

Se considera a sí misma una tercera fuerza en la Psicología porque se contrapone al conductismo y al psicoanálisis, las otras dos fuerzas fundamentales imperantes en la etapa de su surgimiento. Otra interpretación de este calificativo, señala que mientras el conductismo centra su atención en el medio y el psicoanálisis en lo biológico pulsional, la tercera fuerza lo hace en la capacidad interior del hombre, para avanzar en un sentido positivo. Los psicólogos humanistas se interesan en las experiencias inmediatas de las personas y sus relaciones, percepciones y encuentros con otras y se basan en los sentimientos y opiniones personales subjetivas del individuo acerca del mundo y de sí mismo, su lucha por crecer y autoactualizarse.

La psicología humanista puede considerarse un movimiento maduro dentro de la Psicología, con historia, principios, técnicas, asociaciones profesionales, órganos de

difusión, movimientos sociales psicoterapéuticos; todo ello inspirado en su concepción humana.

2.6.1. Principales influencias teóricas y metodológicas Una corriente filosófica que ejerce una fuerte influencia teórica y metodológica es el existencialismo. Las principales preocupaciones del existencialismo son la angustia del hombre, el temor a la muerte, la intencionalidad, la responsabilidad individual, y la libertad, temas estos de eminente contenido humano, atractivos siempre en el campo de la Psicología. Las ideas de filósofos como Shopenhauer, Husserl y Nietzche entre otros, penetran la concepción de la psicología humanista.

Los existencialistas se centran en el “aquí y ahora”, destacando que el ser humano construye su propia vida y cada persona es un agente libre, responsable, y con la opción de elegir. La psicología humanista incorpora principalmente la idea de la responsabilidad humana, la intencionalidad y la libertad de elección y defienden que el hombre pueda evitar la soledad y el sufrimiento.

Desde esta misma corriente filosófica, metodológicamente, el humanismo asume una orientación fenomenológica, siendo el interés la experiencia de las personas, cómo ésta la percibe y clasifica. El estudio de la existencia de otros es sólo posible, entonces, experimentando en nosotros mismos, en el proceso de comunicación, los temores, ansiedades y dificultades de elección del otro. Las posibilidades técnicas del enfoque metodológico basado en el existencialismo son criticadas por G. Allport: “De modo que, en el fondo, la actitud existencialista en el estudio del hombre es insistentemente ideográfica. Sin embargo, no nos ha ofrecido hasta ahora métodos especiales para representar la estructura única de las personas. Naturalmente, el método adoptado es el fenomenológico, pero es difícil precisar cómo puede usarse para una apropiada comprensión configurativa”.

También la filosofía oriental, tanto china como hindú, es otra corriente del pensamiento filosófico que ha influido en la psicología humanista. Sin embargo, cuando se trata de investigaciones complementarias o de relacionar hechos psicológicos conocidos con sus teorías, mantienen una actitud positivista y ecléctica como regla, aunque algunos, en determinados momentos, tienen expresiones dialécticas.

En el contexto del pensamiento psicológico se aprecia la influencia de William James; sus ideas acerca del potencial humano, su intuición del papel de la voluntad en su desarrollo y su forma de entender la relación de lo consciente y lo inconsciente para alcanzar el máximo de las potencialidades humanas, son concepciones que lo convierten en antecesor de la psicología humanista.

La psicología de la Gestalt también sirvió de fuente al desarrollo de la psicología humanista. La captación de significados es, dentro de la psicología humanista, una concepción importante, pues ella constituye una psicología de valores. De hecho, la psicología de la Gestalt y el desarrollo de su teoría del aprendizaje, aportaron datos para afirmar la posibilidad de la comprensión del significado de una situación.

El mundo no aparece en la experiencia directa, sino que es producto de los procesos de organización del organismo; esto es, el campo psicológico. Para la psicología de la personalidad, el campo psicológico, permite realizar un estudio de la organización que el sujeto aporta a su experiencia. En este punto el concepto de campo tal como lo hizo Kurt Lewin, a partir del método experimental ejerce influencia en esta concepción. Concibe la conducta como determinada por el espacio vital psicológico de la persona, por los acontecimientos que existen en la situación psicológica global del momento y no por acontecimientos pasados o disposiciones persistentes, ajenas a la situación actual, resaltando pues, las relaciones inmediatas que hay entre la persona y el ambiente.

También el psicoanálisis ejerce una influencia importante en la psicología humanista, en las versiones posteriores a Freud, particularmente las concepciones de Alfred Adler (llamada “psicología individual”) quien parte de la hipótesis de la existencia de una fuerza creadora en sí misma. El esquema adleriano propone un hombre activo y autodeterminado y considera que los instintos, los impulsos o similares, no pueden servir como principio explicativo.

En las escuelas y personalidades mencionadas están contenidas con mayor o menor rigor y desarrollo las ideas teóricas y metodológicas principales presentes en la psicología de la tercera fuerza. Por supuesto, no en todos los teóricos de la psicología humanista han influido de igual manera. Algunos autores de la tercera fuerza han tenido influencias de ideas peculiares de ciertos autores a partir de sus construcciones personales.

2.6.2. Posiciones teóricas y metodológicas de la psicología humanista o tercera fuerza La psicología humanista está representada por diferentes teóricos entre los cuales se aprecian diferencias que son asumidas en sus elaboraciones respectivas. No obstante, es posible considerar las posiciones comunes en la psicología humanista como escuela de pensamiento psicológico, que permite comprender las regularidades de la misma, independiente de las particularidades que cada autor le imprime. •

La psicología humanista considera al hombre en su singularidad. La persona es singular e irrepetible y por tanto sólo puede estudiarse como una unidad.

El ser humano en estudio no puede igualarse a un objeto, como hace el conductismo, ni ser considerado un manojo de instintos, como propone el psicoanálisis, sino que debe valorarse como una persona. Esta consideración personal implica el respeto en cada momento a la capacidad de decidir y las decisiones tomadas. La persona singular y unitaria debe ser tratada como tal. Ella puede decidir su vida, debido a que es portadora de fuerzas dirigidas al mantenimiento y/o recuperación y desarrollo de su salud psíquica: fuerzas hacia la autorrealización. •

Se concibe la autodeterminación como mecanismo fundamental del desarrollo psicológico. Los humanistas sustituyen las causas señaladas por conductistas y psicoanalistas por los propósitos e intenciones. Ello introduce una concepción teleológica en la psicología. El énfasis en la autodeterminación y los valores humanos implica una postura diferente en términos de responsabilidad humana. Para los humanistas la persona es responsable de sus actos, y de su futuro, por lo que en cierto sentido esta psicología representa también una psicología de la voluntad.

La formulación de los propósitos, su maduración y el proceso de elección que lo determina y que lleva aparejado su consecución práctica es un proceso intrapsíquico, subjetivo, defendiendo por tanto el respeto a la subjetividad. . El reconocimiento de la subjetividad y la autodeterminación no significa para los humanistas el aislamiento social. En esta corriente un criterio de salud psíquica es el interés social y el desempeño personal en función de los demás. •

Enfrenta el estudio de la personalidad predominantemente con un enfoque fenomenológico. La concepción humanista no se reduce a la explicación de determinadas causas, sino que se precisa comprender, con respeto, la subjetividad del otro. Ello implica una visión totalizadora del otro por una vía en lo fundamental empática. Es un encuentro entre subjetividades, donde es necesario y posible vivir, en cierta forma, las aspiraciones y malestares del otro sin interferirlos. Todo esto

supone, también el compromiso del investigador o el terapeuta de participar del cambio del sujeto en vez de determinarlo. Los análisis fenomenológicos se enfocan a las experiencias y percepciones del sujeto; la persona puede ser su más adecuado evaluador. De ahí que se utilicen variantes de autoevaluaciones como técnicas de estudio de la personalidad. También se ha favorecido la entrevista como método, donde a través de la empatía, el entrevistador se esfuerza por explorar los sentimientos y el concepto del yo de la persona, y por ver el mundo desde el marco de referencia y punto de vista de la misma. No obstante, hay ocasiones que buscan un equilibrio en el uso de la empatía y la inferencia. •

Es una posición común de los psicólogos humanistas su tendencia al enfoque ideográfico en la comprensión de la personalidad, contrapuesto al enfoque nomotético criticado por ellos.

La persona sólo puede estudiarse como una unidad y se invalida en gran medida, aunque no de igual forma en cada uno de los representantes de esta corriente, el valor de la teoría general. El objetivo no es conocer determinados aspectos que el sujeto expresa en su actividad de manera aislada, sino comprender qué relación tiene cada uno de estos aspectos entre sí. Se trata no de una concepción antropomórfica de la naturaleza humana en contraposición a una mecanicista. •

En general, la psicología humanista tiende a superar la visión del ser humano como un ser irresponsable de sus actos y trata de fundamentar una concepción optimista de la naturaleza humana, dadas las posibilidades que confiere a la personalidad, en el sentido de su desarrollo hacia la salud psíquica, mediante la autodeterminación.

El papel activo otorgado por la psicología humanista al ser humano, hace de éste un sujeto con orientaciones y proyectos futuros bien definidos, que estructura y actualiza en su comportamiento cotidiano, de acuerdo a los eventos actuales. 2.6.3. Algunos de sus representantes principales. 2.6.3.1. Gordon W. Allport (1897-1969) Psicólogo norteamericano. Practicó la psicoterapia, sin embargo se destaca en relación a otros representantes de este movimiento por sus elaboraciones teóricas en cuestiones de la psicología general, desarrollando un conjunto de ideas originales y novedosas sobre la personalidad y sus vías de conocimiento, que hacen de su obra un referente necesario; para algunos, el psicólogo más importante de esta corriente. Posiciones teóricas y metodológicas principales.

La categoría personalidad fue el centro de la elaboración teórica y metodológica de Allport, si bien no logren expresarse en una teoría acabada, ni se aprecia una total congruencia en la investigación empírica. Concibe la personalidad como una categoría psicológica interna, oponiéndose de esta manera al positivismo de reconocer a la personalidad como objeto de estudio de la psicología. Destaca la singularidad del individuo y de los patrones integrados que distinguen a cada persona. Para este autor: “Hemos de tratar a la personalidad como una unidad que existe ante nosotros, que está ahí, que posee en sí una estructura interna”. Insistía en la necesidad de encontrar contenidos que fueran un reflejo de los complejos mecanismos del comportamiento humano. Acepta la personalidad como dinámica y flexible y no como conjunto de contenidos estáticos. Considera esencial en la personalidad la función autorreguladora. Al respecto plantea: “Pero esta organización debe ser considerada como algo en constante desarrollo y cambio, que es motivacional y se autorregula; de ahí la calificación de dinámica”. Destaca la contemporaneidad de los motivos. Criticó el énfasis freudiano en el papel tan perdurable de los motivos sexuales y agresivos. Según Allport la conducta es motivada originalmente por los instintos, pero después se autosostiene de manera indefinida sin necesidad de refuerzo biológico. Considera que la mayoría de los motivos del adulto ya no tienen relación funcional con las raíces históricas “los motivos son contemporáneos...cualquier cosa que motive, debe motivar ahora...” Esta idea recibió el nombre de autonomía funcional. El grado en que los motivos del individuo son autónomos constituye su nivel de madurez, según Allport. Es defensor del yo como característica clave de la personalidad, que da lugar en su concepción teórica, al concepto de propium y de personalidad madura. El yo es portador de una importante fuerza dinámica en la regulación de la conducta y tiene un activo papel en los procesos de integración de la personalidad. El término propium enfatiza la unidad entre su contenido y su potencial dinámico, motivacional. Contiene raíces de uniformidad que caracterizan las actitudes, objetivos y valores del individuo. No es innato, sino que se desarrolla con el tiempo, generando un sentido de autoidentidad, autoestima e imagen de uno mismo. Plantea la personalidad madura como resultado del proceso de desarrollo de la personalidad, definiendo un conjunto de indicadores psicológicos, que permiten caracterizarla. En este sentido se destaca la variedad de intereses autónomos, la comprensión de sí mismo, el papel de la dimensión futura en la regulación del comportamiento entre otros. Desde el punto de vista metodológico, Allport mostró su inconformidad con los test de personalidad que se orientan a mostrar una imagen estandarizada y cuantificada de la personalidad. Planteó el valor metodológico de todas las manifestaciones del individuo para su estudio y del papel de las técnicas abiertas, desestimadas por los psicólogos de la personalidad. Al respecto señala: “Rara vez consultamos la más rica de nuestras fuentes de información, que es a saber, el conocimiento que el sujeto de sí mismo”. Enfatiza la idea de la integración de técnicas diversas en el estudio de la personalidad. Además de su orientación y técnicas de naturaleza diversa para el estudio de la personalidad, promovió el estudio de casos como vía esencial para conocer las regularidades de la personalidad, el cual se realiza mediante la aplicación intensiva de técnicas variadas.

Allport, a pesar de su eclecticismo, abrió una nueva vía para el estudio del ser humano, que trascendía el positivismo imperante en la psicología, dejando abierto un importante camino metodológico para el estudio de la personalidad 2.6.3.2. Abraham Harold Maslow (1908-1971) Una de las figuras más importantes del movimiento humanista; se le considera su fundador. Su trabajo investigativo estuvo muy vinculado a su labor docente, a través de la cual propagó sus ideas y ganó partidarios. Maslow quiso oponer al pesimismo freudiano, su acento en los esfuerzos del hombre por lograr el desarrollo, la satisfacción y la felicidad.. Esta aspiración quedó atrapada en una concepción individualista, fatalista y biologicista. Creía en la naturaleza fundamentalmente innata del hombre y en la existencia de un “esqueleto psicológico”, que incluye tanto lo biológico, como las necesidades y capacidades específicamente humanas. El desarrollo normal y deseado del ser humano, consiste en la autoactualización (o autorrealización) de sus potencialidades y las posibilidades para el logro de este objetivo están determinadas por su propia naturaleza, quedando la sociedad como una vía que facilita o entorpece esta tendencia. Posiciones teóricas y metodológicas principales. El núcleo de la psicología de la personalidad de Maslow es su teoría de la motivación que puede ser considerada como holística- dinámica. Según Maslow las necesidades humanas se ubican en niveles que corresponden a necesidades básicas que tienen un carácter instintivo. De las necesidades inferiores a las superiores plantea: • Nivel de necesidades fisiológicas. Las más potentes del ser humano. •

Nivel de las necesidades de seguridad. Emergen si las necesidades del nivel anterior son relativamente bien gratificadas.



Nivel de necesidades de pertenencia y amor. Emergen si las necesidades del nivel anterior están “bastante bien gratificadas”.



Nivel de las necesidades de estimación. Luego de la gratificación relativa de los niveles anteriores se puede expresar éste. Se clasifican en dos conjuntos:: a) deseo de competencia, maestría, realización, independencia, y libertad. b) reputación, prestigio, reconocimiento.

La frustración de estas necesidades produce sentimientos de inferioridad y debilidad. • Nivel de necesidades de autorrealización. Si las anteriores no han sido frustradas puede surgir este nivel. Se define como “lo que un hombre puede debe serlo”. En este caso se refiere a la tendencia humana a realizar sus potencialidades. Maslow plantea: “el principio que anima la vida motivacional es el surgimiento de necesidades en una jerarquía de menor a mayor prioridad o potencia”. Se da por supuesto en dicho principio que las necesidades surgen en la medida en que las anteriores han sido relativamente satisfechas.

Este principio dinámico rector de la vida motivacional sólo tiene en cuenta el lado biólogico del proceso, sin considerar que en interacción con los que rodean el sujeto tiene o no la posibilidad de saltar a un nivel cualitativamente superior de desarrollo. Otra característica importante de las necesidades básicas es su carácter inconsciente El estadio de autorrealización constituye el más alto nivel de desarrollo de la personalidad para Maslow que debe desarrollarse sobre la base de la gratificación de las necesidades inferiores en una cultura apreciada por el autor como represiva y que sólo puede modificarse a partir del cambio de las instituciones por individuos autorrealizados. El desarrollo de la personalidad está profundamente determinado por la naturaleza biológica del individuo y se contrapone a la cultura. La obra de Maslow se orientó entre los años 54 y 70 al estudio de los seres humanos que han alcanzado un desarrollo pleno. La autorrealización la concibe no sólo como necesidad humana y una cualidad de cierta gente, sino también como una experiencia subjetiva que muchas personas tienen, aunque sea en forma momentánea, en determinado momento de su vida. A ese estado especial Maslow lo llamó “experiencia máxima”, es decir una experiencia temporal de plenitud. Maslow defiende un estudio sistémico del estudio psicológico y se convierte en partidario decidido del estudio ideográfico, sin restarle fuerza al estudio nomotético al que le impone ciertas limitaciones racionales. Recomienda una forma empática, global, de aceptación incondicional, que nos permita captar la estructura individual y comprender la forma en que los distintos elementos de una personalidad se vinculan entre sí.

2.6.3.3. Carl Rogers (1902-1987) Como psicólogo, acumuló una amplia experiencia clínica que constituye el fundamento de sus elaboraciones teóricas. La formulación de su teoría comenzó por el intento de buscar un reordenamiento en el proceder psicoterapéutico. En la medida en que sus concepciones se desarrollaban, comenzó a tomar cuerpo una teoría de la personalidad y más tarde, una teoría de las relaciones interpersonales, con diversas aplicaciones. La teoría de este autor se extiende al individuo normal, el psicológicamente afectado, la terapia, las relaciones interpersonales y diversas esferas como la dirección, la educación y otras, que hacen su obra amplia. Su nombre por lo general, se asocia a la creación de la psicoterapia no directiva o centrada en el cliente. Posiciones teóricas y metodológicas principales La teoría de Rogers de la personalidad resalta la experiencia única y subjetiva de cada persona. Hace hincapié en las percepciones de las personas como determinantes de sus acciones: la manera cómo cada quien interpreta los hechos, determina la forma de reaccionar ante ellos. Aprecia al organismo como un todo funcional y organizado y sostiene: “existe una función del organismo completo y no sólo de una parte del mismo; la mejor manera de conceptualizarla es como una tendencia hacia la realización, la actualización, el mantenimiento y la mejora del organismo”. De este modo, la tendencia inherente del organismo es hacia la realización y constituye el sustrato motivacional de éste.

El organismo, en el curso de la autoactualización, se enfrasca en un proceso de valoración. Las experiencias que se perciben como algo que mejora al organismo, reciben un valor positivo y se les procura; las experiencias que se perciben como algo que niega la mejora o mantenimiento del organismo son valoradas negativamente y por tanto, se evitan. ( proceso de valoración condicional). El yo es un concepto central en la teoría de Rogers que presupone la existencia de la necesidad universal de consideración positiva que surge conforme se desarrolla la conciencia del yo y lleva a la persona a desear ser aceptada y amada por la gente importante en su vida. La persona necesita ser considerada en forma positiva no sólo por quienes la rodean, sino también por sí misma. En su teoría, como la de Freud, la conciencia aguda de experiencias amenazantes para el yo, pueden ser evadidas Para alcanzar la plenitud es necesario pasar por un proceso que implica lograr una simbolización (concientización) progresiva de todos sus sentimientos y experiencias, siendo importante la libertad del individuo en la toma de decisiones, facultad que posee. El funcionamiento óptimo de la personalidad, la persona plena, es el resultado de la gratificación de la necesidad de consideración positiva y la necesidad de consideración positiva de sí mismo, lo que permite la expresión de la tendencia innata a realizar las potencialidades y las capacidades del individuo para simbolizar de manera adecuada a nivel consciente sus experiencias. Una peculiaridad de la posición de Rogers es su acento en la aceptación incondicional como prerequisito para la autoconsideración. La terapia "centrada en el cliente", uno de las concepciones más valiosas de su obra, busca lograr la interacción armónica del organismo y el yo. Se pretende facilitar una mayor congruencia entre la estructura conceptual del yo y el campo fenomenológico de la experiencia. En esta relación terapéutica, se le otorga responsabilidad al sujeto en el proceso, lo que desarrolla su autonomía; se convierte en agente, no en paciente; “cliente” significa entonces que la persona busca el servicio del psicólogo, pero aún es responsable de sí misma. Rogers empezó a seguir el trayecto del cliente y no el suyo. Simplemente oía sin intentar inducir a una comprensión diagnóstica. Las relaciones fueron cada vez más personales y auténticas y los resultados mejores. Así fue surgiendo la llamada ¨ técnica no directiva ¨. En los últimos años, Rogers (1980), fue más allá de la terapia individual para formar y conducir "grupos de encuentro" cuya finalidad es promover el crecimiento psicológico. En Rogers metodológicamente se yuxtaponen el método fenomenológico y el neopositivismo. El primen método le permite orientar las experiencias; el segundo obtener acuerdo sobre datos objetivos. Los aspectos técnicos de sus procedimientos no directivos, que se han logrado perfilar como técnicas de trabajo tanto en la psicoterapia como en la investigación concreta, es un gran mérito de Rogers en el plano metodológico. La actitud hacia la creación de técnicas nuevas en el campo psicológico, centradas en el problema, contribuye a llevar la psicoterapia a contextos científicos. Sistematizó sus experiencias en el campo de la enseñanza aprendizaje y propuso una enseñanza centrada en el alumno, insertándose así en la promoción de una educación innovadora, humanística y vivencial, la cual cambia la relación de poder de la educación tradicional. En la enseñanza centrada en el alumno, el profesor confía en la capacidad del

sujeto para pensar y aprender por si mismo y por otra parte, comparte la responsabilidad en el proceso de aprendizaje al convertirse en un facilitador del aprendizaje en el que la evaluación y la disciplina externa son sustituidas por la autoevaluación y autodisciplina. El lugar que le concede a la comunicación en las relaciones interpersonales, destaca su importancia para el desarrollo de la personalidad. Las interpretaciones de Rogers son valiosas en términos de su aplicación a la psicoterapia, la educación y las relaciones interpersonales. Es considerado el psicólogo que ha sabido plasmar con más exactitud y creatividad teórica los ideales de la psicología humanista en un sistema teórico psicológico. 2.6.4. La psicología humanista: valoración crítica. Su influencia en la educación El movimiento humanista, en general, representó una alternativa de respuesta al empirismo imperante en las ciencias sociales norteamericanas, que inspirado en el positivismo, abordaba el fenómeno psíquico como expresión aislada de variables concretas. Los psicólogos humanistas ubicaron en un justo lugar el complejo proceso de la subjetividad humana y se plantearon al ser humano en una comprensión sistémica y activa, la cual trascendió tanto al psicoanálisis como al conductismo, fuerzas que durante mucho tiempo monopolizaron la lógica para la comprensión del comportamiento humano. Este movimiento enfrentó las necesidades imperantes tanto teóricas como metodológicas para el estudio de la personalidad. Su lógica no se correspondía con la orientación parcial que los tests y experimentos de laboratorio ofrecen en la determinación de la autenticidad científica de los resultados. Propusieron una alternativa con exigencias metodológicas de un nuevo tipo, orientada a una utilización de lo cualitativo en la metodología de la psicología. Los conceptos presentados por los humanistas son amplios, reveladores de la integridad cognoscitiva- afectiva del hombre, como se expresa en los conceptos del propium e intención de Allport, en la tendencia a la autorrealización de Maslow y en otros. Se supera la dependencia lineal entre un contenido psicológico y formas atomizadas de comportamiento concreto. El mundo interior, psicológico, adquiere una importante dimensión en el comportamiento humano.

Forman parte de la naturaleza humana y se regulan por el comportamiento psicológico, fenómenos que tanto para el psicoanálisis como para el conductismo, eran explicados por resortes internos o externos, ajenos a la naturaleza del hombre. Los actos generosamente humanos son expresión de las propias potencialidades humanas y no una manifestación de fuerzas externas ante las cuales el individuo es pasivo.

Esta psicología, muy influida por el existencialismo, lo trasciende en su optimismo y en el peso otorgado a los valores, creencias y presencia de una filosofía unificadora en el hombre, garantizadora de su integración plena en la sociedad en que vive.

Se define una posición activa del hombre en la consecución de sus valores, que transforma la concepción estática de la regulación moral, centrada en los contenidos de formas concretas de comportamiento y que obvia el vínculo del propio sujeto, en su mundo interior, con estos comportamientos. Se responsabiliza al individuo en su condición de sujeto del comportamiento. No es un simple reservorio de rasgos, normas y dimensiones al margen de su acción. Por el contrario, es un activo organizador de todo su potencial psicológico en las direcciones esenciales de sus compromisos personales.

Como limitación esencial se debe considerar que en el humanismo, en general, se le otorga poca importancia a lo social; en los norteamericanos esto puede ser en parte, debido a su rechazo al conductismo, pero también a las características de la teorización psicológica en su nación de origen. Pasar del énfasis en lo social a absolutizar lo psicológico y las posibilidades del ser humano, no es tampoco una solución completa. La psicología está en el deber de contribuir a una concepción de la persona que se autodetermina en el contexto de su vida social, lo cual no sólo impone determinados límites, que hay que precisar, sino también matiza las alternativas seleccionadas por el ser humano en este proceso.

En la concepción de la naturaleza humana, se designan como inherentes a ella, tendencias esenciales que en realidad son adquiridas como la tendencia a la realización y a la actualización de la personalidad La afirmación de una tendencia natural a la realización y hacia la madurez, obstaculiza la comprensión de cómo estas importantes tendencias se organizan en la vida del individuo. Esto puede conducir a inculpar a la persona de comportamientos definidos por los sistemas de interrelación en que necesariamente éste participa, que tienen que ver con la organización socio-política actual de la sociedad, así como por las costumbres y tradiciones de su acervo individual.

Esta visión del ser humano, además de sus influencias filosóficas, tiene que ver también con el tipo de personas consultadas, quienes representan grupos y clases sociales con un alto nivel de vida, dentro de un país industrializado como Estados Unidos. El nivel de acceso a la cultura, educación, bienes de consumo y tecnología de estas personas, les facilita una elevada

capacidad de acción individual que precisamente refleja los atributos propuestos por estos psicólogos como inherentes a la naturaleza humana.

De ahí que se absolutizan los mecanismos individuales como vía de solución de todos los problemas lo que resulta en una subvaloración de las regularidades del comportamiento social e institucional que en sus diferentes niveles, tienen un papel significativo en las potencialidades individuales de las personas insertadas en la vida social.

La propia terapia centrada en el cliente, derivada de los planteamientos humanistas, es posible sólo ante determinados tipos de trastornos y tipos de sujetos, portadores de potencialidades no expresadas, lo que no está presente en todos los sectores de la población.

Las concepciones psicológicas del movimiento humanista han tenido una importante influencia en la educación, ya que han ofrecido fundamentos, tanto de orden teórico como metodológico, para introducir modificaciones a las concepciones tradicionales del proceso de enseñanza aprendizaje en particular y a la comprensión del proceso de educación en su sentido más amplio. Desde esta posición, la función última de la educación es promover en las personas ¨ la autorrealización¨, a partir de la estimulación de sus potencialidades, para que logren lo mejor de lo que sean capaces. Se hace énfasis en los aspectos éticos, ya que consideran que una buena educación debe lograr en las personas cualidades tales como el altruismo, la generosidad, la creatividad, el respeto a las necesidades, intereses y derechos de los demás. La autorrealización y la tolerancia son virtudes que se deben promover. Se trata de ayudar a los individuos a vivir en un mundo en perpetuo cambio, donde lo más importante no es adquirir conocimientos sino aprender a aprender. De los autores más representativos de este movimiento ha sido, sin dudas, Carl Rogers quien realizó contribuciones más significativas y directas al campo de la educación en general y del proceso de enseñanza aprendizaje en particular. Propone el aprendizaje significativo como ideal el que se concibe como un proceso total, que abarca a toda la persona, ya que combina lo cognoscitivo y afectivo, que no consiste en un simple aumento de conocimientos, sino que entreteje cada aspecto de la existencia del individuo. Se recomienda tener en cuenta tres elementos básicos para propiciar este tipo de aprendizaje: •

Que sea autoiniciado. El alumno debe percibir el tema, los contenidos conceptos a aprender como importantes para sus objetivos individuales y útiles para su desarrollo y enriquecimiento personal.



Que sea participativo. El alumno debe emplear sus propios recursos, decidir y responsabilizarse con lo que va a aprender, lo que lo coloca en un papel activo frente al contenido del aprendizaje.



Que se eliminen las situaciones amenazantes. Debe lograrse un ambiente de respeto. Comprensión y apoyo a los alumnos.

En esta perspectiva se le asigna al profesor un papel no directivo dentro del proceso de enseñanza aprendizaje y su función se orienta a facilitar el aprendizaje del alumno mediante la organización de las condiciones para que este proceso se produzca en forma autónoma. Debe partir de las potencialidades y necesidades individuales y promover un ambiente de respeto que facilite la comunicación de la información académica y emocional; apoyar la curiosidad, la duda, y estimular la búsqueda personalizada de los conocimientos. Se plantean tres condiciones en el modo de actuar del profesor que facilita el aprendizaje del alumno: •

Su autenticidad. Se debe mostrar ante sus alumnos sin poses ni artificios; manifestar sus sentimientos, positivos o negativos, sin tratar de negarlos o reprimirlos.



Crear un clima de aceptación, estima, y confianza. Para que exista un mutuo respeto entre los participantes, todos sientan que son importantes y no serán objeto de desprecio o burla.



Su comprensión empática. Ponerse en el lugar de los alumnos, tratando de comprender sus reacciones íntimas, para ayudarlos a enfrentar las dificultades que enfrentan y convertir estas experiencias en fuente de crecimiento personal

La singularidad del alumno es un principio básico desde la educación humanista. Los alumnos deben ser percibidos como seres con iniciativa, con necesidades personales de crecer, capaces de autodeterminarse y con la potencialidad de desarrollar actividades y solucionar problemas. Son personas que no sólo participan cognoscitivamente en las clases, sino que tienen vivencias particulares que le otorga una dimensión afectiva importante al aprendizaje. El trabajo en grupos o equipos es una herramienta importante que permite al estudiante la libertad de participar y comprometerse con las tareas grupales. Se recomienda fomentar la autoevaluación que se puede incorporar de diferentes maneras en combinación con los criterios del grupo y del profesor, lo que contribuye al desarrollo de la autocrítica y la autoconfianza de los alumnos. Las elaboraciones teóricas de C. Rogers vinculadas con la educación han tenido una fuerte influencia en la Pedagogía. La tendencia conocida como “Pedagogía no directiva” responde a los fundamentos rogerianos. En general, estas concepciones se han venido aplicando con variados matices, que tienen como núcleo esencial, privilegiar el lugar que ocupa el alumno en el proceso de enseñanza aprendizaje como protagonista

principal, que con carácter creativo e independiente puede alcanzar niveles superiores de desarrollo. Se aboga por relaciones entre maestro y alumnos que transcurran en un clima afectivo de respeto y confianza, favorecedor del aprendizaje. Se modifica el rol del maestro de la enseñanza tradicional, a partir de un maestro educador, creativo, democrático, que desde una comunicación dialógica facilite el aprendizaje, potenciando la producción de conocimientos en los alumnos y no la simple reproducción de saberes ajenos. Bibliografía Allport, G. (1971) La personalidad. Su configuración y desarrollo. Edicion Revolucionaria, ICL De la Torre C. (1985) Historia de la Psicología. Lecturas escogidas. Editorial Pueblo y Educación, La Habana González F. y Valdés H. (1994) Psicología Humanista: actualidad y desarrollo. Editorial Ciencias Sociales, La Habana Mischel W. (1988) Teorías de la Personalidad. McGraw Hill, México Rogers C. (1982) Libertad y creatividad en la educación. Editorial Paidós, Buenos Aires

2.7. El movimiento cognitivista. Son aquellos enfoques psicológicos que desde diversas posiciones enfatizan en el estudio de los aspectos relacionados con la cognición, concediéndoles un papel rector y regulador en la psicología del hombre. De ellas se derivan importantes aplicaciones a la teoría y práctica pedagógica, puesto que sus elaboraciones teóricas ofrecen ideas importantes para la comprensión de los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Son teorías que ponen en el centro del estudio psicológico los procesos y estructuras del conocimiento, las que han hecho aportes valiosos, tanto en lo teórico como en lo metodológico. Haremos referencias a doa amplias y complejas concepciones, estas son: -

La epistemología genética

-

La Psicología cognitiva norteamericana.

2.7.1. La epistemología genética. Esta escuela fue creada por el psicólogo suizo Jean Piaget, quien desde las primeras décadas del siglo XX inició sus estudios especialmente dedicados a la inteligencia. Desde lo epistemológico, pretende investigar cómo el hombre conoce la realidad, revelando en sus planteamientos teóricos la influencia de un pensamiento formado originalmente en el campo de las ciencias biológicas. Como mismo el organismo en su intercambio con el ambiente establece una relación de equilibrio que es el sustento de su vida, el sujeto cognoscente tiende a una relación de equilibrio con el objeto del conocimiento que está en la base del comportamiento inteligente. Este interés

lo lleva al estudio de las estructuras y mecanismos de la inteligencia en el mismo, desde una comprensión de su dimensión temporal, coincidiendo con Vigotsky en este aspecto. Un resultado de sus investigaciones y de sus colaboradores en la escuela ginebrina, es un estudio detallado y riguroso del desarrollo psicológico del niño, de obligada referencia para todos los que se interesan en el campo de la psicología infantil. Elaboró una psicología de la acción, plantea Piaget que la génesis de las estructuras mentales está en las acciones que el propio niño realiza de manera independiente con los objetos, derivando de éstas una lógica que no está en el objeto sino en las propias acciones. Concibe el objeto en sus propiedades físicas, subestimando su condición de portador de cultura. Estas ideas básicas demuestran que esta teoría otorga un papel secundario a lo social. Piaget centrado en lo intrapsicológico, su idea del desarrollo está subordinada a la lógica formal. Las operaciones que construye el sujeto en su tránsito de un período a otro, en un proceso de equilibración progresivo siguen un camino de búsqueda de lógica que caracteriza al adulto. Adopta una posición espontaneísta en su aplicación a la práctica educativa. Tiene el mérito de haber destacado el punto de vista del sujeto que aprende, y considera que la enseñanza debe centrarse en lo que el niño es capaz de hacer, es decir, en el desarrollo ya logrado o desarrollo actual, ofreciendo al niño la posibilidad de ampliar y diversificar su interacción con los objetos. Estas consideraciones han fomentado la aplicación de las ideas constructivistas en el ámbito educacional y están en la base de una tendencia pedagógica denominada Pedagogía Operatoria.

Ideas centrales de la epistemología genética de Piaget. 1.- El conocimiento humano es una forma específica, muy activa de adaptación biológica de un organismo vivo complejo a un medio ambiente complejo. 2.- Esta adaptación es interactiva, es decir, el conocimiento humano surge de la relación del sujeto con el medio. 3.- Para comprender esta relación de un sistema vivo con su ambiente, la noción fundamental es la de equilibrio: en un medio altamente cambiante para que un organismo permanezca estable y no desaparezca, debe producir modificaciones tanto en la conducta (adaptación), como de su estructura interna (organización). 4.- El organismo cognitivo, selecciona e interpreta activamente la información procedente del medio para construir su propio conocimiento, en vez de copiar pasivamente la información tal y

como se presenta ante sus sentidos. Todo conocimiento, es por tanto, una construcción activa del sujeto de estructura, operaciones mentales, internas. 5.- Los mecanismos de este proceso de adaptación- construcción del conocimiento- son dos aspectos simultáneos, opuestos y complementarios: la asimilación y la acomodación. - La asimilación se refiere al proceso de adaptar los estímulos externos a las propias estructurales mentales internas, ya formadas. - La acomodación al proceso de adaptar esas estructuras mentales a las características de esos estímulos. 6.- La vía para esta construcción del conocimiento, va de las acciones externas con objetos que ejecuta el niño, por un proceso de internalización, a transformarse paulatinamente en estructuras intelectuales internas, ideales. Esta internalización es el proceso de desarrollo intelectual del sujeto que tiene tres grandes períodos: - la inteligencia sensorio motriz - el de preparación y realización de operaciones concretas - el pensamiento lógico formal. 7.- El desarrollo intelectual es la premisa y origen de toda la personalidad, es decir, a partir del desarrollo del pensamiento se produce el desarrollo moral, afectivo del niño. Valoración crítica: Aspectos positivos: -

La importancia que confiere

al carácter activo del sujeto en la obtención de su

conocimiento. -

El papel de los conocimientos previos del sujeto en toda nueva adquisición de los mismos.

-

El proceso de interiorización como vía de este desarrollo.

-

El reconocimiento del papel biológico en el desarrollo psicológico.

-

El método de estudio del pensamiento y las tareas experimentales que utiliza para estudiarlo.

Aspectos negativos: -

El espontaneísmo del desarrollo psíquico, intelectual, en la construcción del conocimiento, es decir, el desarrollo tiene su propio automovimiento, es interno, individual, en la relación directa con los objetos, y el medio social como fondo solamente.

-

La subvaloración del rol de lo social en el desarrollo psíquico.

-

El intelectualismo de la comprensión de lo psicológico en el ser humano.

Aunque Piaget no le confiere un papel esencial a la educación, en el proceso de construcción del conocimiento y en el desarrollo intelectual humano, su teoría ha tenido amplia repercusión en las concepciones pedagógicas modernas. Por ejemplo, en la Pedagogía Operatoria, que concibe el aprendizaje como la construcción de estructuras mentales por parte del sujeto. La enseñanza debe ayudar a esto y además debe propiciar el desarrollo de la lógica infantil, estimular el descubrimiento personal del conocimiento, evitar la transmisión estereotipada, proponer situaciones desafiantes, contradicciones que estimulen al alumno a buscar soluciones. El maestro juega el rol de orientador, facilitador del aprendizaje.

2.7.2. La Psicología cognitiva norteamericana. Se gesta en los Estados Unidos en la década del 50 del siglo XX, es un movimiento psicológico que agrupa a autores de diversas tendencias, unidos por el interés en el estudio de los procesos que tienen lugar en la mente humana. Factores que conjugan en su surgimiento: 1. El período de postguerra marca un auge en la producción de los conocimientos en todos los campos de la ciencia y la técnica, que demanda a la ciencia psicológica la investigación profunda de los procesos mentales. 2. El desarrollo de la cibernética, con la sucesión, una tras otra, de generaciones de máquinas computadoras, que pretende reproducir artificialmente los procesos mentales. 3. La crisis del modelo conductista, desde cuya propuesta se desestimula la necesidad de investigar dentro de la “caja negra” en la bús

queda de la explicación de los

procesos mediacionales que actúan en la complejidad del comportamiento humano. 4. La influencia de las psicológicas de autores de otras latitudes que desde mucho antes investigan estos procesos, como es el caso de la escuela gestaltista y los de la epistemología genética. Dentro de este movimiento, surge el Enfoque del Procesamiento de la Información (R. Stenberg), cuya propuesta considera a la mente humana como un procesador y desdibujando los límites entre los procesos que intervienen en el conocimiento, estudian la cognición como un proceso único y complejo. Parte de la analogía entre la mente y el funcionamiento de los programas computarizados, estableciendo una metáfora, que dio lugar, más tarde, a la teoría computacional de lamente y a los estudios de la inteligencia artificial.

Particularmente relevante por su aplicación al quehacer educacional, resultan sus estudios sobre la memoria. Las investigaciones sobre la memoria de larga duración han establecido la existencia de dos tipos de memoria: la episódica, de carácter autobiográfico y bien contextualizada en tiempo y espacio; y la semántica de carácter conceptual, donde no hay contextualización. Estos estudios apuntan hacia el problema de la contextualización en el aprendizaje. Otras propuestas teóricas que incursionaron directamente en el campo educacional es la de los psicólogos J. Bruner y D. Ausubel. J. Bruner trabaja el aprendizaje por descubrimiento; la enseñanza debe propiciar al aprendizaje, situaciones problemática que lo estimulen a descubrir por sí mismo la estructura de las asignaturas. El aprendizaje debe preceden inductivamente, que a partir de la exposición de cuestiones particulares que hace el profesor, los alumnos deben llegar a descubrir lo general, desarrollando la capacidad de ir más allá de la información obtenida. El profesor explica la estructura óptima, que son las ideas más importantes y las relaciones esenciales de una materia, esto debe permitirles a los estudiantes generar nuevos conceptos, relaciones y principios desde una implicación activa que se fomenta con la presentación de interrogantes y problemas que orientan al descubrimiento. David Ausubel propone el aprendizaje significativo que resulta del establecimiento de “puentes” entre lo nuevo y lo ya sabido y del esclarecimiento de la utilidad de la información. En la enseñanza debe ofrecerse ordenadores previos, que permiten al alumno vincular los contenidos nuevos en sus estructuras ya consolidadas. En general, la Psicología cognitiva norteamericana, aunque tiene diferentes propuestas, subrayan: -

El estudio de las estructuras interiores y su importancia en el aprendizaje, aunque desconocen que los factores externos, como las estrategias y materiales de enseñanza desempeñan también un importante papel en el aprendizaje.

-

Consideran que aprender es el resultado de tratar de dar un sentido al mundo, de resignificado, lo que se aprende depende de lo que ya se conoce y de la forma en que se presenta la nueva información.

-

El aprendiz lo ven como ser activo, iniciando su aprendizaje, buscando información, reorganizando lo ya sabido para aprender algo nuevo, de modo que opten activamente, decidan.

-

Limitación: el no tender a la dimensión temporal en la formación de las representaciones y estructuras mentales.

En los primeros años de la década del 60 del siglo XX, se ponen en contacto con las ideas de la concepción histórica cultural, y esto produce un impacto decisivo en todo el pensamiento cognitivista. Esta asimilación, da lugar a la proliferación de investigaciones, especialmente en cuanto al aprendizaje y a la enseñanza. Se desarrollan estudios comparativos entre el aprendizaje de expertos y novatos, que dan lugar a tipologías de aprendizaje y al desarrollo de un cuerpo de ideas que hoy se conforman en la denominada Psicología Instruccional. El concepto de “zona de desarrollo próximo” ha sido ampliamente trabajado, dando lugar a las ideas de andamiaje cultural, los mapas conceptuales, los esquemas, etc., en que se concreta niveles de ayuda que en el proceso de enseñanza promueven un aprendizaje significativo. En los marcos de las concepciones cognitivista que han surgido en los últimos 20 años, con mucha fuerza se han realizado los estudios sobre metacognición, por hacer énfasis en el estudio de las estructuras internas. En la década del 80 del siglo XX, surgieron nuevas áreas de estudio con el objetivo de tratar de descubrir cuáles son las estrategias más eficaces para aprender y para diseñar sistemas didácticos para enseñar a los alumnos a hacer del estudio un ejercicio de la inteligencia. La metacognición consiste en conocer sobre los procesos mentales, y tiene dos funciones fundamentales: la cognitiva y la autorreguladora, que se complementan. No basta con conocer los procesos mentales propios, es importante también que el sujeto aprenda estrategias cognitivas adecuadas que le permitan autorregular su actividad mental, de modo que su desarrollo metacognitivo lo lleve a aprender a aprender. En los últimos 30 años se ha llegado a un período de confluencias e integración teórica, que permite revalorizar con mayor objetividad las diferentes teorías, comprendiendo que ninguna de ellas ofrece todas las respuestas posibles al problema investigado, pero todas han realizado aportes valiosos a su comprensión.

Valoración crítica: J. Bruner, D. Ausubel, R. Stenberg, R. Glaser, entre otros, enfatizan la importancia del estudio de los procesos del pensamiento, de la estructura del conocimiento de los mecanismos que explican éste, así como, en el estudio experimental de los mismos, no sólo en condiciones de laboratorio sino también, en condiciones naturales del aula. Es un movimiento muy amplio y variado, tienen como núcleo común:

-

El rescate de los aspectos cognitivos que están en la base de todo aprendizaje.

-

La consideración de estos aspectos cognitivos como mediadores de la conducta, siendo ellos los que se modifican en el aprendizaje y luego causan el cambio de comportamiento.

-

La utilización del método experimental natural en el estudio del aprendizaje y los procesos cognitivos que están en su base.

-

La indicación y demostración de la importancia de la metacognición como conocimiento y control del procesamiento de la información en el aprender.

Limitación: -

Se centran solo en el estudio de las estructuras y el funcionamiento cognitivo, descuidando otros aspectos de la personalidad que también entra en juego en el aprendizaje.

-

Se ocupan preferentemente de estudios experimentales explicativos, no interventivos.

2.7.3. Reflexiones sobre el constructivismo: En las teorías constructivistas se agrupan diversas tendencias, escuelas psicológicas, modelos pedagógicos y prácticas educativas. De forma general, es una idea, un principio explicativo del proceso de formación y desarrollo del conocimiento humano y de su aprendizaje. Este principio plantea que el conocimiento humano es un proceso dinámico, producto de la “interacción” entre el sujeto y su medio, a través del cual la información externa es interpretada por la mente que va construyendo progresivamente modelos explicativos cada vez más complejos y potentes que le permiten adaptarse al medio. El constructivismo como categoría incorporada con más o menos aceptación a las ciencias psicológicas y pedagógicas, entre otras, está condicionada sociohistóricamente. Su contenido se ha modificado, se ha enriquecido y ha reflejado los matices filosóficos, económicos, sociológicos, políticos y científicos de las ideas predominantes en un momento dado. A su vez, la forma de comprender el constructivismo, ha tenido implicaciones importantes en el terreno de la práctica educativa y en la propia teoría pedagógica. Sus palabras claves son: producción, sujeto activo, reestructuración, creación e interacción. Posee un enfoque genético, la idea esencial es que el desarrollo es el resultado de una construcción propia del sujeto que se produce día a día, en lo cognitivo y en lo afectivo. Es decir, no es una copia de la realidad, sino una construcción del ser humano. Toda construcción depende: -

de las representaciones iniciales que tenemos de la nueva información

-

de la actividad interna y⁄ o externa que desarrollamos

-

del establecimiento de una interacción que favorezca las relaciones entre los esquemas que ya se tienen y lo nuevo (conflictos cognitivos, contradicción)

-

del establecimiento de relaciones significativas

El instrumento que permite realizar la persona dicha construcción, son los esquemas que ya posee, es decir, con los que ya construyó en su relación con el medio que lo rodea. El esquema es una representación de una situación concreta o de un concepto, que permite manejarlo internamente y enfrentarse a situaciones iguales o parecidas en la realidad. Pueden ser adecuadas e inadecuadas, simples o complejas, generales o particulares. El hombre interactúa con la realidad mediante los esquemas que posee y en la interacción, estos esquemas resultan ser modificados. En resumen, la actividad del sujeto está en función de su organización cognitiva, y el cambio en la organización cognitiva del sujeto está en función de su actividad. A modo de conclusión: Hemos querido dar una visión global sobre aquellas posiciones dentro de la Psicología que han contribuido al desarrollo de las diferentes teorías de aprendizaje y la implicación que esto ha tenido para la educación y el proceso de enseñanza. Bibliografía. -

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Conclusión del capítulo: Le hemos brindado las ideas esenciales de las diferentes teorías psicológicas que han estado presentes en el surgimiento y desarrollo de las escuelas y movimientos psicológicos que se han manifestado históricamente. Esto demuestra la riqueza de la psicología, cómo todas han aportado al desarrollo de la Psicología como ciencia y han brindado los fundamentos psicológicos a la educación, principalmente lo relacionado con el estudio de la personalidad y del aprendizaje. La valoración crítica que hagamos de las mismas desde la psicología de orientación dialéctico materialista, nos permite aplicar en nuestra labor profesional pedagógica aquellas concepciones que hacen del proceso de enseñanza aprendizaje más efectivo.

Capítulo III: LA PSICOLOGÍA DE ORIENTACIÓN DIALÉCTICA MATERIALISTA SOVIÉTICA. En la historia de la psicología encontramos que, por lo general, las diferentes escuelas psicológicas expresan o están asociadas a determinadas posiciones filosóficas. Así, el realismo representativo de Descartes y Locke y el monismo neutral de Mach se manifestaron en el introspeccionismo de Wundt y Titchener; el pragmatismo en el funcionalismo de James y Dewey; el positivismo y el neorrealismo en el conductismo de Watson; el operacionismo en el neoconductismo de Hull y Tolman; la fenomenología en la gestalt de Wertheimer, Kôhler y Koffka; el irracionalismo y el materialismo mecanicista en el psicoanálisis de Freud; el existencialismo y la fenomenología en la psicología humanista y el materialismo dialéctico e histórico en la psicología soviética. La psicología de orientación marxista se inspira en el materialismo dialéctico e histórico de Carlos Marx, Federico Engels y Vladimir Lenin y ha tenido un amplio desarrollo en países socialistas como la Unión Soviética, (donde surgió en la década del 30), en la Europa oriental de las democracias populares y en Cuba socialista, aunque también han existido destacados psicólogos marxistas en los países capitalistas. Basta señalar, por ejemplo, a Henry Wallon en Francia, a Aníbal Ponce en Argentina, a Alberto Merani en Venezuela y a Diego González Martín en la Cuba pre- revolucionaria. Las tesis fundamentales de la orientación marxista en Psicología postulan que el psiquismo humano es una función del cerebro y un reflejo del mundo externo material, físico y social y fundamentalmente de su medio socio histórico compuesto por una base económica que a su vez determina en última instancia la superestructura ideológica e institucional. Y en este contexto el psiquismo humano es activo y un creador de la cultura material y espiritual y de la vida social. En consecuencia, la psiquis es un resultado y un reflejo del desarrollo natural y social y participa activamente en la construcción de la vida social. De esta manera son superados tanto el idealismo como el mecanicismo en la teoría psicológica.

La metodología de la investigación en esta orientación epistemológica marxista consiste en la unidad dialéctica de teoría y práctica (en la investigación empírica) y en el método y la lógica dialéctica, cuya esencia es la unidad de los contrarios basada en los hechos de la práctica, (en la investigación teórica), lo cual implica tanto una superación de las posiciones positivistas y empiristas como de las anti-positivistas e idealistas. 3.1. GÉNESIS Y PRINCIPALES POSICIONES TEÓRICAS DE LA PSICOLOGÍA SOVIÉTICA La Gran Revolución Socialista de Octubre, triunfante en 1917 en Rusia, creó las bases para una nueva psicología fundamentada en los principios filosóficos marxistas leninistas. Pero he aquí el problema: el marxismo nos ofrece una metodología y una concepción sobre el hombre y la sociedad, pero en él no existe una Psicología. Es necesario elaborarla y esta fue la tarea que asumieron los psicólogos soviéticos. La psicología rusa se caracterizó tradicionalmente por haber estado inmersa en una lucha constante entre dos tendencias: el idealismo y el materialismo. (Véase Tortosa, F. 1998, p.199), Y esta contradicción, que se aprecia ya desde el siglo XVIII, se expresó también en los primeros tiempos después de la Revolución, pues al principio de los años 20 del siglo XX, se entabló entre los psicólogos rusos una aguda polémica donde los defensores del marxismo se opusieron a la psicología idealista anteriormente predominante en Rusia, de manera que Chelpánov y otros psicólogos idealistas fueron sustituidos en sus posiciones dominantes y se inauguró el predominio de concepciones materialistas y mecanicistas como las de Béjterev y Kornílov. En los primeros años después de la Revolución Ivan Petróvich Pávlov (1849 – 1936) creó su teoría de los reflejos condicionados y de la actividad nerviosa superior. Con ello investigó el funcionamiento nervioso que implica la actividad psíquica y sentó las bases para el desarrollo de la actividad nerviosa como un fundamento de la psicología. Pero Pávlov no pretendió crear una psicología ni ser psicólogo y se limitó a investigar la faceta fisiológica de la actividad psíquica.

En el empeño de elaborar los fundamentos teóricos de una psicología marxista surgieron distintos aportes. Primero la Reflexología de Béjterev, luego la Reactología de Kornílov, posteriormente la teoría de la evolución cultural de Vigotski, a la cual le siguen las concepciones de S. L. Rubinstein, de A.N. Leontiev, y de otros. En los primeros tiempos del poder soviético y en la lucha contra el idealismo en Psicología se destacó el estudio psicológico de la conducta, externamente observable. El énfasis en el estudio de la conducta, con un marcado carácter mecanicista, se hizo patente en la Reflexología de V. M. Béjterev (1857 – 1927), quien se opuso al estudio de la mente, y a la consideración de los datos introspectivos, posición esta que fue concebida por él como idealista. La reflexología se presentó como una concepción materialista en Psicología y obtuvo un éxito momentáneo. Para Béjterev el objeto de la psicología es la actividad neuropsíquica del cerebro cuya esencia es el reflejo condicionado y que se estudia mediante la observación objetiva de los estímulos y las respuestas que componen la conducta. Análoga tendencia mecanicista se expresó también en la “reactología” de K.N. Kornilov (1879 – 1957) quien proclamó una psicología marxista y pretendió lograrla por medio de la unión de la psicología de la conducta con la psicología de la conciencia. A diferencia de Béjterev, Kornílov era partidario de la “síntesis” de la psicología introspectiva y la psicología conductista. Según Kornílov el error de estas dos últimas corrientes consiste en su unilateralidad y el fallo radica en tomar la una sin la otra. Por ello defendía el estudio de la conducta del hombre como un conjunto de reacciones ante los estímulos del medio. Su teoría de las reacciones fue desarrollada por Kornílov en sus investigaciones experimentales que realizó de 1916 a 1921. Pero para comprender su posición teórica es necesario enfatizar que él unió eclécticamente una psicología de la conducta sin conciencia con una psicología de la conciencia separada de la conducta, o sea, no enfatizó la unidad de la conducta y la conciencia tanto en la conducta como en la conciencia, sino que las concibió separadas tal y como plantearon el conductismo de Watson por un lado, y el introspeccionismo de Wundt por el otro. No obstante, debe

reconocerse el esfuerzo y el aporte de Kornílov en el empeño de lograr una psicología marxista y en aplicar esta filosofía al desarrollo de la psicología. Pero en nuestra opinión, quienes dieron el paso decisivo hacia una psicología marxista fueron L. S. Vigotski, y S. L. Rubinstein. Y ¿en qué consistió ese paso decisivo? Pues en asumir a partir de 1930 el principio de la unidad de la psiquis y la actividad, el cual plantea que la psiquis, que la conciencia, surge en la actividad socio histórica del ser humano y la regula y se manifiesta en ella. Este fue el primer paso en la superación tanto del idealismo como del mecanicismo, en la superación tanto de Béjterev como de Kornílov. Ahora bien, este fue el primer paso que inaugura la psicología marxista, pero no puede pretenderse que ella esté definida y totalmente completa con esos aportes, pues la psicología marxista, como toda ciencia, se caracteriza por un infinito desarrollo y cada vez asume formas nuevas y diferentes, aunque siempre fieles a la superación tanto del mecanicismo y del positivismo como del idealismo. 1 A continuación analizaremos brevemente las concepciones de estos dos teóricos soviéticos que son fundadores, que han dejado una profunda huella en la psicología marxista y que se nombran: L. S. Vigotski y S. L. Rubinstein. Después nos referiremos brevemente a otros destacados psicólogos que también participan en la caracterización de la psicología soviética. 3.1.1. Lev Semionovich Vigotski y la escuela histórico - cultural. Vigotski nació en 1896 y falleció en 1934. Su obra, que fue elaborada en muy corto tiempo, ha quedado para la posteridad y sigue actuando en el mundo porque descubrió algo esencial a la luz del materialismo dialéctico: el carácter socio histórico del psiquismo humano y su 1

Por mecanicismo entendemos aquella posición teórica que explica los niveles superiores de la realidad a partir de los niveles inferiores y que sólo destaca la importancia de los determinantes externos. En psicología tenemos las posiciones biologistas que reducen lo psíquico a lo biológico, y las posiciones conductistas que pretenden explicar el psiquismo a partir de la interacción del estímulo y la respuesta. Por positivismo entendemos una concepción del método científico que lo limita sólo a los datos objetivos y rechaza la interpretación subjetiva. Por idealismo comprendemos todo lo contrario, que destaca el carácter primario de la subjetividad y niega su determinación por los niveles inferiores y por el mundo externo, a la vez que otorga a la interpretación subjetiva un papel fundamental en el método científico. Véase, por ejemplo, la psicología de la comprensión, la gestalt y la humanista.

determinación externa y cultural en la vida social. Pero, además, estos criterios teóricos fueron desarrollados sobre la base de investigaciones concretas y se proyectaron hacia la psicología aplicada de manera tal que aun hoy en día abren senderos prometedores a la ciencia psicológica. Su obra fue continuada por destacados seguidores como A. N. Leontiev, A. R. Luria, L. I. Bozhovich, P. Y. Galperin, V. V. Davidov y otros. Por todo esto Vigotski es el psicólogo soviético que más ha trascendido a pesar de su corta vida. Según M. Shuare (1990, p. 58) “más de 189 trabajos (monografías, tesis, informes, cursos, prólogos, etc.) en 10 años de labor en la psicología es el resumen más apretado posible de su obra. No hay una sola área de la psicología sobre la que Vigotski no haya trabajado; más aún, elevó a un nuevo nivel y creó o contribuyó a crear ramas enteras (por ejemplo, la metodología de la psicología; la defectología; lo que luego se denominaría neuropsicología)”. Para Vigotski (1987 A), la esencia de la conducta humana la constituye el hecho de que está mediada por herramientas materiales o técnicas y por los signos. Las herramientas materiales le proporcionan al hombre la vía o manera de actuar sobre el medio y transformarlo. Los signos tienen significados y se orientan hacia dentro de la persona para que pueda auto regularse. Uno de los sistemas más importantes de signos y significados está constituido por el lenguaje, tanto en su forma escrita como hablada. Su interiorización y su uso es una vía principal para el desarrollo del pensamiento. Poco a poco, el niño va asimilando la comunicación externa que le permitirá entrar en el diálogo y la conversación con otras personas y, con ello, participar en la comunidad cultural de la cual forma parte. De aquí que el psiquismo del ser humano se forma en dependencia de las características de su medio social. Para Vigotski la explicación de los fenómenos psíquicos exige considerar la situación social del desarrollo en la cual siempre debe analizarse no sólo las condiciones objetivas que influyen sobre el sujeto, sino también las particularidades ya formadas de su psiquis, a través de las cuales se refracta la influencia de estas condiciones.

Según Vigotski (1987, p. 161) “podríamos formular la ley genética del desarrollo cultural del modo siguiente: cualquier función en el desarrollo cultural del niño aparece

en

escena 2 veces, en dos planos: primero como algo social, después como algo psicológico: primero entre la gente, como una categoría interpsíquica, después, dentro del niño, como una categoría intrapsíquica”. Esto puede aplicarse a la atención voluntaria, a la memoria lógica y a la formación de conceptos. Todas las funciones superiores se originan como relaciones entre los seres humanos. Estableció el concepto de “zona de desarrollo próximo” que definió como la distancia entre el nivel real de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración de otro compañero más capaz. Vigotski (1981, p.103) diferenció dos tipos de conceptos: los espontáneos y los científicos. Los primeros corresponden al conocimiento empírico, los segundos se aprenden en la instrucción formal y responden a la esencia. Estableció que el desarrollo de los conceptos espontáneos procede de modo ascendente y el de los científicos de modo descendente. Esto quiere decir que los conceptos espontáneos se adquieren a través de los objetos a los cuales se refiere el sujeto, mientras que los conceptos científicos se adquieren siempre por su relación jerárquica dentro de un sistema de otros conceptos. Las ideas aquí expuestas de modo muy resumido están sustentadas en una gran cantidad de observaciones de niños y en experimentos llevadas a cabo, principalmente con el método de la “doble estimulación”. En este método se estudia la relación entre dos series de estímulos, una de cuyas series está integrada por estímulos directos del medio y la otra, por estímulos que sirven de mediadores como dibujos en tarjetas o sílabas sin sentido. Esta técnica le permitió investigar el desarrollo de la memoria, del lenguaje y la formación de conceptos. Es indiscutible que el aporte fundamental de Vigotski fue la demostración y la aplicación de una gran verdad que consiste en el carácter socio histórico del ser humano

y en su determinación por la cultura y la vida social. Sin embargo, en relación a esta gran verdad demostrada por Vigotski se ha cometido un error por algunos de sus seguidores, (véanse los criterios de Leontiev y otros) pues limitaron su aporte a ella y no enfatizaron o negaron el rol activo y creador de la subjetividad humana. Al divulgar la obra de Vigotski sólo se enfatizaba esta determinación socio cultural y se hacía abstracción del papel de la subjetividad que fue tenida en cuenta por el propio Vigotski. En este sentido Rubinstein(1964, p. 337 – 338) refiriéndose al principio de la interiorización ha expresado: “Ultimamente se presenta, entre nosotros, esta concepción como “línea” de Vigotski, pese a que la variada y densa concepción psicológica de Vigotski de ningún modo puede ser reducida al principio de la interiorización”. Ciertamente, en la obra de Vigotski existen muchos aportes y afirmaciones en el sentido de reconocer el rol activo y creador o constructor de la subjetividad, lo cual se ha enfatizado en la obra de seguidores como es el caso de L.I. Bozhovich y otros. El concepto de Vigotski sobre la situación social del desarrollo destaca tanto la importancia de los determinantes sociales externos como del rol de la subjetividad ya formada. Su noción de zona del desarrollo próximo indica cómo el sujeto es capaz de crear activamente a partir de lo ya asimilado. Sus puntos de vista sobre la enseñanza destacan la necesidad de una participación activa y creadora del estudiante en la misma. El gran psicólogo ruso destacó la diferencia entre dos vías del desarrollo psíquico: la evolución natural y la evolución histórico – social. Expresó Vigotski (1987 A, p. 15 – 16): “La psicología no había aclarado hasta ahora, de una forma suficientemente nítida, las diferencias existentes entre los procesos orgánicos y culturales del desarrollo y la maduración. Entre las dos líneas genéticas, distintas en su esencia y naturaleza y, por consiguiente, entre 2 series de leyes en principio diferentes, a las cuales se someten estas 2 líneas durante el desarrollo de la conducta del niño”. Él entendía que la vida del hombre no sería posible si tuviera que valerse

sólo del cerebro y las manos, sin los instrumentos que son un producto social. La vida material del hombre está “mediatizada” por los instrumentos y de la misma manera, también su actividad psicológica está “mediatizada” por eslabones productos de la vida social, de los cuales el más importante es el lenguaje. Para Vigotski la existencia de esta mediatización crea una diferencia sustancial entre el desarrollo de la actividad psicológica de los animales superiores, que responde a sus requerimientos y potencialidades hereditarias en interacción con su medio natural, y el del ser humano, el cual se rige por las leyes de la evolución histórico – social. Esta diferenciación planteada por Vigotski, que es totalmente justa, ha sido interpretada por algunos en el sentido de afirmar que Vigotski separaba absolutamente y contraponía la evolución natural y la evolución histórico social. Así lo dijo S.L. Rubinstein (1969, página 102) quien expresó que la teoría de Vigotski “confrontó dualísticamente el desarrollo “cultural” con el “natural” y consideró este desarrollo como un sociologismo genético”. Sin embargo, consideramos que esta contraposición dualística no es inherente al método de Vigotski quien señaló que el desarrollo orgánico se realiza en un medio cultural, y que por lo tanto se transforma en un proceso biológico condicionado históricamente. Vigotski no perdió de vista que la psiquis es una función propia del hombre como ser biológico y de su cerebro. Su pensamiento dio lugar a una profunda investigación del cerebro como órgano cuyo funcionamiento es el producto y el ejecutor de la vida social del ser humano, lo cual se expresó de manera destacada en la obra de A. R. Luria. (1978) Para nosotros la diferencia establecida por Vigostki entre el desarrollo natural y el cultural es totalmente justa y a la vez entendemos que fue comprendida por él dentro de su unidad dialéctica, donde ambos se contienen, transforman e influyen recíprocamente. Algunos seguidores de Vigotski han ignorado o minimizado los determinantes biológicos del desarrollo social y específico del hombre. Pero nos parece desacertado adjudicar esta posición teórica a Vigotski.

El pensamiento dialéctico que caracterizó al genio de Vigotski es la mejor solución a la contraposición entre biologismo y sociologismo genético. Una prueba de que Vigotski no contrapuso lo natural y lo social la tenemos en sus propias palabras, pues dijo: “Comenzaremos desde el postulado fundamental que hemos logrado establecer...Hemos visto que este postulado consiste en el reconocimiento de la base natural de las formas culturales de la actuación. La cultura no crea nada, ella sólo transforma las dotes naturales en correspondencia con los fines del hombre. Por eso, es perfectamente natural que la historia del desarrollo cultural del niño anormal esté completamente penetrada por las influencias del defecto o la insuficiencia principal de dicho niño. Las reservas naturales – esos procesos elementales a partir de los cuales se estructuran los procedimientos culturales superiores de la conducta – resultan ser insignificantes y pobres, y, por esto también, la propia posibilidad de surgimiento y desarrollo suficientemente completo de las formas superiores, queda con frecuencia cerrada para tal niño, a causa de la pobreza de aquel material, que se halla en la base de otras formas culturales de comportamiento”.(Vigotski, 1987 A, p. 163 – 164). Igualmente, en su crítica al libro de K. Buhler “Ensayo sobre el Desarrollo Espiritual del Niño” expone claramente la diferencia entre el desarrollo natural y el cultural, pero al mismo tiempo dice (1987 B, p. 33): “La psicología infantil científica, claro, no puede construirse más que sobre un firme fundamento biológico”. Y añade más adelante (1987 B, p. 36): “En realidad, lo primario es lo básico. Las funciones inferiores, elementales, primitivas, forman la base y las superiores constituyen algo derivado, secundario, incluso terciario.” Pero lo que Vigotski enfatiza y defiende con justicia es que estas funciones superiores son irreducibles a las funciones inferiores y elementales. 3.1. 2. S. L. Rubinstein y la dialéctica en psicología. S. L. Rubinstein (1889 – 1960) fue otro gran teórico iniciador de la psicología marxista soviética. Es uno de los más eminentes psicólogos soviéticos. Poseedor de una amplia cultura

filosófica y psicológica. Su obra publicada recorre la década del 30 a la del 50 del siglo XX (ambas inclusive). Fue profesor en Odesa, Leningrado y Moscú. Desde 1945 hasta su muerte creó y tuvo a su cargo la sección de psicología del Instituto de Filosofía de la Academia de Ciencias de la URSS. Pensamos que el aporte fundamental de Rubinstein a la psicología soviética fue su defensa y aplicación del método dialéctico en psicología. Esto lo llevó, a defender y formular con gran exactitud en 19342 el principio de la unidad de psiquis y actividad que en sus Principios de Psicología General de 1940 formuló como el postulado central de la psicología marxista soviética, superando así las concepciones idealistas que pretendían estudiar lo psíquico en sí mismo separado de la actividad y el mundo externo (por ejemplo, las concepciones introspeccionistas) y las posiciones mecanicistas que reducían lo psíquico a la actividad externa (el conductismo) o a los determinantes biológicos. (Véase Rubinstein, S.L., 1969, p. 104). Consideramos que en la obra de Rubinstein existen dos etapas : la primera, del libro Principios de Psicología General de los años 40 y 45 en que enfatizó el estudio de lo psíquico en su unidad con la actividad y el mundo social, y la segunda, de los últimos años de su vida (la década del 50), en que se centró en el estudio de las condiciones y procesos psíquicos internos (así concibió la investigación del pensamiento), en que puso el énfasis en el principio de la personalidad y esto está asociado a sus discrepancias y polémicas con Leontiev quien destacaba el principio de la actividad externa. Si los aportes de Vigotski han sido más trascendentes, empíricos y aplicados que los de Rubinstein y han enfatizado la determinación externa y socio histórica del psiquismo, Rubinstein se ha ocupado principalmente de la teoría psicológica, de los problemas de la psicología general y de la investigación empírica del pensamiento, y ha puesto en el centro de

2

Rubinstein expuso este principio cardinal de la psicología soviética en su obra “Problemas de la psicología en los trabajos de C. Marx” (1934)

sus elaboraciones el estudio del proceso psíquico interno como objeto esencial de la psicología. Él le dedicó a este tema dos libros fundamentales que son El Ser y la Conciencia (Rubinstein, S. L., 1965) y El Desarrollo de la Psicología, Principios y Métodos (Rubinstein, S. L. 1964) que son obras de su plena madurez. Ya hemos dicho que en nuestra opinión el tema central de la obra de S. L. Rubinstein es la aplicación de la dialéctica a la psicología. Sabemos que la dialéctica destaca la importancia de la contradicción interna como fuente del desarrollo. Rubinstein tuvo el mérito fundamental de aplicar la dialéctica al estudio de los fenómenos psíquicos situando la contradicción interna en lo psíquico. Si otros autores marxistas, véase, por ejemplo, A. N. Leontiev (1981) situaron la fuente del auto movimiento psíquico en la actividad externa del ser humano, Rubinstein tuvo el mérito indiscutible de destacar la importancia de lo interno, de lo psíquico, como fuente de su auto desarrollo. El centro de gravedad de su teoría psicológica de los años 50 es el determinismo dialéctico que el formula diciendo que las causas externas actúan a través de las condiciones internas y la tarea de la psicología es el estudio de estas condiciones internas. De aquí su definición de personalidad como el conjunto de condiciones internas a través de las cuales se refractan las influencias externas, su énfasis en el estudio del proceso psíquico interno y en consecuencia, su aguda polémica con el psicólogo soviético A. N. Leontiev, quien ponía su centro de gravedad teórico en la actividad externa y en la interiorización. Enfatizó el principio de la personalidad, lo cual se expresó en la obra de sus colegas y seguidores. Refiriéndose a la interiorización planteada por Vigotski y Leontiev dice (Rubinstein, S. L. 1964, p. 340) “...la interiorización no parte de una actividad material externa carente de componentes psíquicos internos, sino de una forma de existencia de los procesos psíquicos – en calidad de componentes de la acción práctica externa – y conduce a otra forma de su existencia hasta cierto punto independiente de la acción material externa”. Para Rubinstein el punto de partida del desarrollo de la conciencia no radica en la actividad externa (como plantea Leontiev) sino en los procesos psíquicos internos incluidos en la acción misma.

Para Leontiev el objeto de la psicología es el estudio de la actividad externa, para Rubinstein lo es el estudio del proceso, de la actividad psíquica interna. Pero la dialéctica de Rubinstein era materialista. Destacó que los fenómenos psíquicos son “funciones cerebrales que reflejan la realidad objetiva” (Véase Smirnov y otros, 1961, p. 13). Señaló la importancia de la teoría del reflejo para la Psicología. Para él la imagen perceptual es un reflejo o copia del objeto externo, pero fiel a su enfoque dialéctico, señaló la íntima unidad de la imagen y el objeto en la cognición pues, según él, lo que nosotros percibimos son objetos, cosas materiales en imágenes. Dice (Rubinstein, S. L. 1965 p. 176): “En la sensación y en la percepción se nos dan las propias cosas”. Su metodología dialéctica se expresó en su tesis fundamental de que “cada fenómeno es él mismo y algo distinto, dado que se incorpora a diversos sistemas de nexos y relaciones, esenciales para él” (Rubinstein, S. L. 1964, p. 457). Este criterio lo aplicó a cuestiones fundamentales de la teoría psicológica como son la relación entre lo psíquico y lo nervioso, lo ideal y lo material, el carácter objetivo y subjetivo de la psiquis, etc. Destacó que aunque lo psíquico es subjetivo también constituye una realidad objetiva. Su posición dialéctica se expresó igualmente en la consideración de lo psíquico y el cerebro. Para él la actividad refleja de la corteza cerebral es, al mismo tiempo, actividad nerviosa (fisiológica) y psíquica (dado que se trata de una misma actividad inserta en diferentes relaciones). Asimismo fue dialéctico en la comprensión de la relación entre el psiquismo socio histórico y el organismo biológico del ser humano. No vio lo natural y lo social como dos cosas puramente diferentes y separadas, sino que apreció la penetración e interacción de lo biológico y lo social, de lo innato y lo adquirido, de las necesidades orgánicas y las superiores, de la condición social y biológica del ser humano. Igualmente apreció la unidad dialéctica de lo consciente y lo inconsciente. Vio la unidad de lo individual y lo social en el individuo, pero rechazó la psicología

social de los grupos como disciplina que consideró afín a las ideas no marxistas (Rubinstein, S. L. 1965, p. 325). En cuanto a la investigación psicológica fue partidario de emplear tanto los métodos de la auto observación (cuestionarios, entrevistas, etc.) como los métodos de la observación externa, entre los cuales confirió importancia al método experimental, aunque también reconoció la validez e importancia del método clínico. Los datos de la vivencia deben ser interpretados en función de los de la observación externa. A su vez esta última debe ir dirigida al descubrimiento de su contenido psicológico interno. Tanto la vivencia interna como la observación externa son datos fenoménicos iniciales a partir de los cuales la investigación psicológica descubre su auténtico objeto. Dice (1964, p. 247): “Ni los “datos inmediatos” de la conciencia, ni los “datos inmediatos” de la conducta, de por sí, constituyen el objeto de la cognición psicológica; tantos los unos como los otros forman sólo datos iniciales, y partiendo de ellos, el conocimiento psicológico descubre su auténtico objeto”. En conclusión podemos decir que las concepciones teóricas de Rubinstein tuvieron el mérito principal de aplicar la dialéctica al estudio de la psiquis. Su fórmula determinista principal de que las causas externas actúan a través de las condiciones internas sintetizó sus puntos de vista dialécticos en Psicología. 3.1. 3. La teoría de la actividad de A. N. Leontiev. Alexis Nikolaevich Leontiev (1903 – 1979) fue colaborador de Vigotski e influido por él, al igual que A. R. Luria, pero andando el tiempo y después de la muerte de Vigotski, Leontiev desarrolló sus propias ideas que destacan aspectos no contenidos en la obra de Vigotski y que nos ofrece en su teoría de la actividad. Terminó sus estudios en 1924 en la Universidad de Moscú y su primera obra importante fue realizada bajo el influjo directo de Vigotski, quien era su director en el Instituto de Psicología de la Universidad Estatal de Moscú. En los primeros años de la década del 30 forma un grupo de psicólogos que él dirige en Járkov (Zinchenko, Bozhovich, Galperin, Zaparoshets) y se dedica a

la investigación de los elementos constitutivos de la actividad objetal y de la unidad estructural entre la actividad externa, práctica y la interna psíquica. Posteriormente retorna a Moscú y se entrega a la investigación del desarrollo del psiquismo, tema que constituye su tesis de doctorado y una de sus principales obras. Después de la guerra realizó importantes investigaciones sobre el desarrollo psíquico infantil, la enseñanza y educación. Sus trabajos abordaron muchas áreas de la psicología: psicología pedagógica, infantil, ingenieril, historia de la psicología y psicología general. Fue decano de la Facultad de Psicología de la Universidad de Moscú desde 1966 hasta su muerte. El aporte teórico principal de A. N. Leontiev a la psicología soviética fue su teoría de la actividad, que expone en su forma más madura y acabada en un libro de 1975 titulado Actividad, Conciencia, Personalidad. Define la actividad como aquel lugar donde tiene lugar la transición del objeto a su forma subjetiva, a la imagen, además, en la actividad se produce el paso de la actividad a sus productos. La actividad constituye la transición mutua entre los polos “sujeto - objeto.” La actividad del ser humano constituye un sistema comprendido en el sistema de relaciones en la sociedad.

Los instrumentos culturales canalizan la actividad del hombre. Y los procesos

psicológicos humanos superiores, específicos, pueden generarse sólo en la interrelación del hombre con el hombre. La conciencia individual sólo puede darse si existe una conciencia social y una lengua que sea su substrato real. En su artículo “El hombre y la cultura” dice que lo único que rige el desarrollo del homo sapiens son las leyes sociales históricas y no las leyes biológicas y genéticas. Pues los cambios biológicos transmitidos hereditariamente no condicionan el desarrollo socio histórico del hombre y de la humanidad; dice que el proceso de desarrollo lo mueven otras fuerzas y no la acción de las leyes de la evolución biológica y de la herencia. Distingue la actividad externa de la interna (psíquica) y denomina interiorización al tránsito por el cual los procesos externos por su forma, con objetos externos, se transforman en procesos

que transcurren en el plano mental de la conciencia. También ocurre lo inverso: de la actividad interna se pasa a la externa. Si comparamos estas ideas de Leontiev con las de su maestro Vigotski vemos dos diferencias fundamentales: 1) Leontiev, a diferencia de Vigotski, no tiene debidamente en cuenta el rol activo y creador de lo interno y propiamente psíquico, pues sólo se centra en la actividad externa como determinante fundamental de la psiquis. Su fórmula determinista se expresa así: el sujeto, al transformar al objeto, se transforma a sí mismo; 2) a diferencia de Vigotski, quien reconoce dos líneas de desarrollo, la maduración natural y la asimilación del medio socio histórico, Leontiev no considera el determinante biológico y hereditario de los procesos y propiedades psíquicas superiores. Estas mismas diferencias se agravan cuando comparamos a Rubinstein con Leontiev. Podríamos decir que aunque ambos pertenecen a la psicología soviética marxista y aceptan el principio de la unidad de psiquis y actividad, mientras Leontiev centra su teoría en la actividad externa socio histórica como generadora del psiquismo, Rubinstein, pone este énfasis en los procesos psíquicos internos. Mientras Leontiev separa lo biológico e innato de las formas superiores de la psique, Rubinstein afirma su unidad dialéctica. Dentro de la psicología soviética existen muchos notables psicólogos con distintas opiniones aunque respondiendo por lo general a una orientación marxista. No podemos abordarlos a todos, pero señalaremos brevemente a algunos de ellos para que el lector pueda tener una mejor idea de la diversidad de puntos de vista que podemos encontrar en la psicología soviética. 3.1. 4. D. N. Uznadze y la teoría del set o actitud. D.N. Uznadze (1886 – 1950), quien estudió con Wundt en Leipzig, se estableció desde 1917 en Tbilisi, Georgia, donde llegó a ocupar importantes cargos de dirección y docencia en los centros universitarios y de investigación psicológica en esa república de la URSS.. Por ello fue fundador y figura suprema de la psicología soviética en Georgia.

Desde 1920 evidencia su filiación marxista en cuanto a la teoría psicológica reconociendo la determinación socio histórica del psiquismo humano y de acuerdo a esta posición se trazó la meta de construir una psicología que superase el “postulado de la inmediatez” consistente en considerar la influencia mutua y directa de los contenidos de la conciencia (en la psicología atomista y empírica tradicional) y la relación inmediata y directa entre el estímulo y la reacción (en la psicología conductista). En este empeño Uznadze concibió su teoría del “set” o “actitud”, (véase Ouznadze, D., 1966) término que puede entenderse como la disposición previa del ser humano a cierta acción, la cual determina el carácter del comportamiento humano y de los procesos psíquicos. El “set” es el estado real del sujeto. Así concibió que el problema del “set” o “actitud” es el problema principal de la psicología. Uznadze desarrolló y comprobó su teoría sobre el “set” en un plano experimental. En el decurso de su obra, primero el “set” fue considerado ni físico ni psíquico, después, a partir de los años 40, en que proyectó su teoría hacia las interacciones sociales, lo estimó como propiamente psíquico. El estudio del set lo llevó a investigar tanto el psiquismo consciente como el inconsciente. Él y sus discípulos hicieron una notable contribución al estudio de lo inconsciente dentro de la psicología soviética lo cual dio lugar a un simposio internacional sobre el inconsciente al cual asistieron muy notables psicólogos soviéticos y psicoanalistas extranjeros y del cual surgieron 4 voluminosos libros. La teoría del set de Uznadze ha demostrado su vigencia e importancia teórica y práctica dentro de la psicología soviética. . 3.1. 5. B. G. Anániev. B. G. Anániev (1907 – 1972) y V. N. Miasíschev (1983 – 1973) son las más importantes figuras de lo que ha dado en llamarse la “escuela leningradense” dentro de la psicología soviética.

B.G. Anániev terminó en 1928 sus estudios en el Instituto Pedagógico de Gorki e hizo la aspirantura en el Instituto del Cerebro de Leningrado donde trabajó inicialmente desde las posiciones de la teoría de Béjterev, pero posteriormente se retractó de estas ideas, destacando el origen social del psiquismo humano. En sus investigaciones psicopedagógicas destacó que el carácter se forma en virtud de que las relaciones externas se convierten en rasgos internos. (Anániev, B. G., 1986) Fue partidario del principio de la unidad de psiquis y actividad formulado por S.L. Rubinstein, pero no redujo la actividad a la actividad objetal, tal y como lo plantea Leontiev. En los últimos años de su vida destacó la idea del estudio integral del ser humano, del logro de una integración del conocimiento psicológico. Fue partidario de una síntesis del desarrollo natural y social del ser humano. La ontogénesis repite la evolución filogenética, pero esto ocurre en el contexto de su socialización, lo cual resulta decisivo en la determinación de su psiquismo, en virtud de lo cual el individuo refleja las condiciones concretas de su medio socio histórico y se produce en virtud de la interiorización de las relaciones interpersonales e intergrupales, de los roles, de las acciones objetales externas. Al mismo tiempo lo social se individualiza en el ser humano. Estas concepciones sobre el carácter integral del ser humano le llevaron al planteo fundamental de que la psicología debe estudiar al ser humano de manera multilateral. Destacó que la psicología es un instrumento de integración sintética de todas las ciencias para el estudio del hombre. Fue partidario de un enfoque integral interdisciplinario. 3.1. 6. P.Ya. Galperin. P. Ya. Galperin (1902 – 1988) se graduó en 1926 en el Instituto de Medicina de Járkov y se especializó en psiconeurología. A partir de 1930, junto con A.N. Leontiev y otros psicólogos soviéticos, se entregó al estudio de la estructura de la actividad y a la elaboración de una teoría de la actividad psíquica.. En 1952 Galperin expuso los principales postulados de lo que luego fue denominado como su teoría de la formación por etapas de las acciones mentales. (Galperin,

P. Ya.1986). Su criterio consiste en que las funciones psíquicas son los productos finales de la asimilación de un determinado tipo de acciones con los objetos. En su forma inicial y fundamental estas acciones son prácticas y externas, surgen en la vida social y como resultado de su abreviación, generalización, y automatización se convierten en acciones y capacidades psíquicas. Las acciones externas se convierten en acciones mentales. En consecuencia, su posición teórica expresa los criterios de L. S. Vigotski sobre la naturaleza histórico social de la psiquis humana y coincide con los puntos de vistas de A.N. Leontiev sobre la actividad externa. Definió el objeto de la psicología como el estudio de la actividad orientadora. (Galperin, P. Ya. 1982, p. 54). 3.1. 7. Borís Fédorovich Lómov (1927 – 1989) Estudió en la Universidad de Leningrado bajo la dirección de Anániev. En unión de otros psicólogos logró fundar en 1972 el Instituto de Psicología de la Academia de Ciencias de la URSS y fue designado como su director. En consecuencia, después de haber abordado en su vida anterior diversas temáticas aplicadas (psicología educacional, ingenieril y otras) pasó a ocuparse de los problemas metodológicos y teóricos de la psicología publicando en 1984 un libro sobre esta cuestión. Es partidario del enfoque sistémico. Para él la psicología necesita de la integración de los conocimientos que se han acumulado en las diferentes áreas y escuelas psicológicas, el cual debe ser un proceso mundial y no sólo soviético. Los diversos autores y escuelas han desarrollado un solo principio. Se trata de ir integrando todos los principios, aunque reconoce que esto no es fácil. Igualmente Lómov (1989) ha destacado la importancia de la categoría comunicación, lo cual le ha llevado a discrepar de las concepciones de Leontiev sobre la actividad objetal. Indudablemente, Lómov ha sido un fiel discípulo de su maestro Anániev y uno de los últimos teóricos más importantes de la psicología soviética. . 3. 2. LA CATEGORÍA PERSONALIDAD EN LA PSICOLOGÍA SOVIÉTICA

Aunque L. S. Vigotski no se ocupó centralmente de la categoría personalidad, adelantó criterios teóricos para ello y tuvo discípulos como A. N. Leontiev y fundamentalmente L .I. Bozhovich, que sí lo hicieron. Otro destacado teórico de la psicología soviética que se ocupó del concepto y de la naturaleza de la personalidad fue S. L. Rubinstein, quien elaboró un encuadre teórico dialéctico para su comprensión. Una característica común a todos los psicólogos soviéticos es el énfasis en que la personalidad resulta un reflejo o producto de la interiorización de la cultura y de las relaciones sociales. Ahora bien, existen discrepancias entre ellos en diversos aspectos y especialmente en cuanto al rol de la subjetividad y de los determinantes orgánicos e innatos en la personalidad. Existen muchos otros psicólogos soviéticos que abordan la categoría personalidad, pero consideramos que S. L. Rubinstein, A. N. Leontiev y L. I.Bozhovich son destacados exponentes de esta posición teórica y por ello señalaremos resumidamente sus principales puntos de vista. 3.2.1. La personalidad en la obra de S. L. Rubinstein. Como ya hemos señalado, S. L. Rubinstein es uno de los más destacados teóricos de la psicología dialéctica soviética junto a L. S. Vigotski. En 1935 publicó Principios de la psicología que re elaboró en sus Principios de Psicología General aparecido en 1940 y 1945. Aquí señaló los postulados fundamentales de la psicología dialéctica pero destacó una cuestión central: la unidad de conciencia y actividad. Teniendo en cuenta este principio abordó en el citado libro la categoría personalidad. Sin embargo, la expresión madura y acabada de la teoría de Rubinstein sobre la personalidad aparece en sus libros El Ser y la Conciencia y El Desarrollo de la Psicología. Principios y Métodos. En estas obras se opone a Leontiev en su comprensión de la personalidad. En Principios de Psicología General Rubinstein se apoya en el criterio fundamental de la unidad de psiquis y actividad. En El Ser y la Conciencia enfatiza el principio dialéctico de que las causas externas actúan a través de las condiciones internas.

Así define la personalidad en dicho libro: “Al explicar los fenómenos psíquicos, cualesquiera que sean, la persona aparece como conjunto de condiciones internas - concatenadas en una unidad - a través de las cuales se refractan todas las influencias externas. (Entre las condiciones internas se incluyen las propiedades de la actividad nerviosa superior, la orientación de la persona, etc.” (Rubinstein, S. L. 1965, pag. 415 – 416). En esta definición de personalidad ya se aprecian dos discrepancias fundamentales respecto a Leontiev: su énfasis en el estudio de lo interno como esencia de la psicología de la personalidad y su aceptación de la importancia de lo biológico e innato: la actividad nerviosa superior. En este libro señala que la tarea central de la investigación psicológica es el estudio de los procesos psíquicos, de la actividad psíquica, que constituyen la forma básica de existencia de lo psíquico. Dice: “En la interconexión de las condiciones externas e internas, el papel principal corresponde a las primeras, pero el problema fundamental de la psicología estriba en poner de manifiesto el papel de las condiciones internas.”(Rubinstein, S. L. 1965, pág.416) Expresa que los procesos psíquicos reflejan el mundo y regulan la actividad. Dos son las formas en que se manifiesta el papel regulador de lo psíquico: 1) en forma de regulación inductora, y 2) en forma de regulación ejecutora.

1) La regulación inductora determina a la acción que se realiza. El reflejo de un objeto que sirve para satisfacer alguna necesidad del individuo, provoca en éste tendencias o fuerzas ideales que inducen a la acción y determinan el sentido que esta toma.

2) La regulación ejecutora determina que la acción se cumpla a tenor de las condiciones en que se desarrolla. Este tipo de regulación se efectúa mediante el análisis de las condiciones en que tiene lugar la acción, y correlacionando dichas condiciones con los objetivos de la misma. (Ibídem, pág. 358 – 359). Para Rubinstein las propiedades psíquicas de la personalidad forman dos grupos básicos: las propiedades caracterológicas y las capacidades intelectuales.

Según Rubinstein el aspecto inductor de la función reguladora de la actividad psíquica se consolida en la persona en forma de carácter; el aspecto ejecutor se consolida en forma de capacidades intelectuales. Tanto el uno como el otro son resultado de la generalización y automatización de la actividad psíquica como reguladora de la actividad de las personas. Dice que el carácter constituye un sistema - consolidado en el individuo - de inducciones y motivos generalizados. El proceso en virtud del cual se forman las propiedades caracterológicas de la persona es un proceso de generalización y automatización de sus incitaciones o inducciones, de sus motivos de conducta. Las incitaciones provocadas por las circunstancias de la vida constituyen los “materiales” con que se va formando el carácter. Dice : “Una incitación, un motivo, es una propiedad del carácter en su génesis. Para que un motivo se convierta en propiedad de la persona, propia de ella, “estereotipada” en ella, es necesario que se generalice respecto a la situación en que en un principio se ha dado, ha de extenderse hacia todas las situaciones homogéneas según rasgos esenciales para la persona.” (Ibídem, pág. 398) Para Rubinstein el centro de la persona esta constituido por su carácter, por el sistema de motivos jerarquizados. Para él los motivos son siempre internos, psíquicos, aunque constituyen reflejos de los objetos y fenómenos del mundo exterior. Dice: “Esta es la razón de que los objetos y los fenómenos del mundo exterior, aparezcan no sólo como objeto de conocimiento, sino, además, como impulsores de la conducta, como sus instigadores, que crean en el hombre determinados incitantes a la acción: los motivos de la acción”. (Ibídem, p. 330). En

Principios de Psicología General (y en referencias de obras posteriores) señala la

dinámica de lo social significativo (las tendencias del deber) y lo puramente personal. (el instinto). Algunos se limitan a los motivos puramente individuales. En otros, lo social significativo se convierte ciertamente en algo obligatorio, pero se experimenta como fuerza externa y extraña que se contrapone de manera hostil a la personalidad misma. “Finalmente dice - lo social significativo puede convertirse para el individuo en lo más íntimo y personal, que

forma su carácter y le justifica: la voluntad se vuelve en este caso cada vez más unitaria y uniforme”. (Rubinstein, S. L. 1969, p. 563). Observa la unidad entre los motivos superiores y los instintivos o biológicos. Aunque los primeros llegan a establecerse de manera autónoma en la personalidad, no pueden ser separados, ni en su génesis, ni en su decurso actual, de los requerimientos más elementales o inferiores. Esta unidad entre lo socialmente adquirido y lo innato también la establece en su comprensión de las capacidades cognoscitivas. Tuvo en cuenta la unidad de lo consciente y lo inconsciente en la personalidad humana. (Véase Rubinstein, S. L., 1965. P. 368 a 380) Concluyendo, lo que caracteriza el pensamiento de S. L. Rubinstein sobre la personalidad es su enfoque profundamente dialéctico el cual le lleva a enfatizar primeramente el principio de la unidad de psiquis y actividad (en Principios de Psicología General) y después a concebir la personalidad como el conjunto de condiciones internas a través de las cuales se refracta la influencia de los determinantes externos. En Rubinstein predomina el criterio dialéctico de que cada fenómeno es él mismo y algo distinto, dado que se incorpora a diversos sistemas de nexos y relaciones. Por ello, aunque la personalidad es social, consciente y el conjunto concatenado de condiciones internas, él la aprecia como la unidad de lo social y lo biológico, de lo consciente y lo inconsciente, de lo interno y el reflejo de lo externo. Sus puntos de vista teóricos han sido desarrollados posteriormente por sus seguidores. (Véase Shorojova, E. V., 1980). 3.2.2. La categoría personalidad en la teoría de A. N. Leontiev. Para Leontiev: “El estudio del proceso de unificación, de relación e interconexión de las actividades del sujeto, como resultado de lo cual se forma su personalidad, es la tarea capital de la investigación psicológica.” (Leontiev, A. N. 1981, p. 147)

Para él la investigación de la personalidad “requiere el análisis de la actividad objetal del sujeto, siempre, por supuesto, mediada por los procesos de la conciencia, los cuales “cosen” las distintas actividades entre sí. Por eso, una idea no falseada sobre la personalidad sólo es posible dentro de una psicología basada en el estudio de la actividad, de su estructura, desarrollo y transformaciones, de sus distintos tipos y formas”. Para Leontiev el sujeto, al entrar dentro de la sociedad en un nuevo sistema de relaciones, adquiere asimismo cualidades nuevas - sistémicas -, que son las únicas capaces de conformar las características reales de la personalidad. Define la personalidad como el “aspecto interno de la actividad”. (1981, p. 130). Leontiev destaca la esencia socio histórica de la personalidad, la cual surge por primera vez en la sociedad y es un producto relativamente tardío del desarrollo ontogenético. La personalidad es generada por la actividad del sujeto. Al considerar las relaciones entre los conceptos de individuo y personalidad dice que el individuo como integridad es el producto de la evolución biológica, es ante todo una formación genotípica.

Por

el

contrario,

la

personalidad

no

es

una

integridad

condicionada

genotípicamente: no se nace con una personalidad; la personalidad deviene como tal en el transcurso de la vida del individuo. No son las propiedades congénitas las que generan la personalidad humana, ella es creada por las relaciones sociales en las cuales el individuo entra durante su actividad. Así, oponiéndose a Rubinstein, afirma que las particularidades de la actividad nerviosa superior del individuo no se convierten en particularidades de su personalidad ni la determinan. En oposición a la fórmula determinista de Rubinstein (las causas externas actúan a través de las condiciones internas) Leontiev propone otra para descubrir la génesis de la personalidad. Dice que lo interno (el sujeto) actúa a través de lo externo y con ello cambia lo propiamente interno.

Enfatizando la importancia del objeto externo en la motivación de la personalidad, define el motivo como el objeto que respondiendo a una necesidad y reflejado en el sujeto conduce su actividad. Las nuevas necesidades surgen en la práctica del ser humano cuando el acto llega a convertirse en una actividad. O sea, las vías o medios para satisfacer necesidades ya existentes llegan a convertirse en nuevas necesidades. Reconoce la existencia e importancia de la motivación inconsciente, pero como se comprende de todo lo anterior, discrepa de las concepciones psicoanalíticas. Concluyendo sobre la teoría de la personalidad de A. N. Leontiev podemos decir que comparte con los demás psicólogos soviéticos el énfasis en la determinación socio histórica de la personalidad, pero a diferencia de Rubinstein se plantea que su estudio debe centrarse en el de la estructura de la actividad externa que la engendra y no reconoce la influencia de los factores biológicos y genéticos en su determinación. 3.2.3. La categoría personalidad en la obra de L. I. Bozhovich. Discípula de Vigotski, Lidia Bozhovich constituye la científica soviética más destacada en el estudio de la personalidad, sobre todo por el amplio fundamento experimental o empírico de sus investigaciones sobre el desarrollo ontogenético de la personalidad en niños y adolescentes. En ella se aprecia la influencia del trabajo experimental de Kurt Lewin y de las concepciones teóricas del humanismo. Al igual que los demás psicólogos soviéticos y siguiendo las directrices de su maestro L. Vigotski, destaca el carácter y la determinación socio histórica de la personalidad. Discrepa de Leontiev en cuanto ella confiere un lugar fundamental a los determinantes psíquicos internos (las necesidades, las intenciones, la auto valoración, y otros) en la conformación y el funcionamiento de la personalidad. Discrepa de Rubinstein porque este autor incluye en el concepto de personalidad los procesos psicofisiológicos que tienen lugar en los animales. Para Bozhovich, Rubinstein no reconoce debidamente el papel fundamental que

tienen en la conducta humana las formaciones psicológicas una vez que han surgido y que lo convierten en el creador de sí mismo y del mundo en que vive. (Bozhovich, L. I. 1976, p. 87 y 92) Bozhovich define la personalidad por la presencia de opiniones y actitudes propias, de exigencias y valoraciones morales propias, que hacen al hombre relativamente estable e independiente de las influencias situacionales del medio. El hombre que ha alcanzado tal nivel de desarrollo psíquico es capaz de actuar no sólo por impulsos espontáneos, sino también conforme a objetivos conscientemente planteados y a propósitos adoptados que lo liberan de la subordinación directa a las influencias del medio y permiten al hombre no sólo adaptarse al mismo, sino transformar conscientemente al propio medio y a sí mismo. ( Bozhovich, L. I. 1976, p. 281 – 282) La personalidad alcanza el nivel de desarrollo indicado sólo en el hombre adulto. Sin embargo, comienza a formarse muy temprano. Para Bozhovich la estructura integral de la personalidad se determina, ante todo, por su dirección, cuya base es el sistema de motivos dominantes surgidos en el decurso de la vida. La naturaleza psicológica de la dirección individualista o colectivista de la personalidad estructuran las otras peculiaridades de su personalidad. Señala, por lo tanto, la importancia del estudio del contenido de la motivación. Al abordar las etapas del desarrollo psíquico destaca el rol fundamental de la necesidad de nuevas impresiones para el desarrollo del niño. Así al enfatizar una necesidad cognoscitiva como base del desarrollo se opone a aquellos que lo fundamentan en las necesidades biológicas. En cuanto a las fuerzas motrices del crecimiento de la personalidad, siguiendo a Vigotski, plantea la situación social del desarrollo del niño, que exige siempre el análisis no sólo de las condiciones objetivas que influyen sobre el niño, sino también de las particularidades ya formadas de su psiquis, a través de las cuales se refracta la influencia de estas condiciones. Al

principio las particularidades y cualidades psíquicas surgen mediante la adaptación del niño a las exigencias del medio. Pero mas tarde estas particularidades psíquicas comienzan a determinar el desarrollo ulterior y se convierten en la verdadera fuente y factor del mismo. Dice Bozhovich que los datos de las investigaciones testimonian que la formación moral de la personalidad del niño no puede realizarse mediante la coacción. El centro de este proceso lo constituyen los modelos morales que podrían actuar para los niños como motivos actuantes, impulsando su conducta. De esta forma el proceso de la educación es, en cierto sentido, dice, un proceso de auto educación. A diferencia de Leontiev define el motivo como todo aquello en que ha encontrado su encarnación la necesidad. Pueden actuar como motivos los objetos del mundo exterior, imágenes, ideas, sentimientos y emociones, o sea, todo aquello en que encuentra su encarnación la necesidad. Mientras Leontiev dice que el motivo es el objeto que reflejado por el sujeto conduce su actividad, Bozhovich dice que el motivo es la necesidad encarnada ya sea en un objeto o en un determinante interno, subjetivo. Según Bozhovich en el desarrollo ontogenético las necesidades del individuo se modifican, en ellas interviene la conciencia y empiezan a actuar, a través de fines conscientemente planteados adoptando propósitos Así confiere una gran importancia a las intenciones en la motivación humana. En conclusión, esta destacada psicóloga soviética define la personalidad por su relativa independencia del medio social y su capacidad de auto determinarse. Este énfasis en el carácter activo y no solamente reactivo del psiquismo humano, en su carácter creador de sí mismo y de su medio, la distingue de Leontiev y otros autores soviéticos. Su estudio del desarrollo ontogenético ha aportado importantes hechos y concepciones teóricas sobre el rol de las necesidades, de las intenciones, de la auto valoración, de la concepción del mundo y otros determinantes subjetivos. Esto la convierte en la psicóloga soviética más importante en el estudio de la personalidad.

A MODO DE CONCLUSIONES. En el presente capítulo hemos ofrecido brevemente una panorámica de la génesis y desarrollo de la psicología soviética en la consideración de sus fundadores y de algunos autores más destacados. Por último hemos planteado algunas ideas que sobre la categoría personalidad expusieron algunos de los psicólogos soviéticos más influyentes que han abordado esta problemática. Podemos apreciar la diferencia fundamental entre la concepción soviética del psiquismo humano en comparación con otras importantes escuelas psicológicas contemporáneas como son el Psicoanálisis, el Conductismo y el Humanismo. Para el psicoanálisis el psiquismo y la personalidad deben ser concebidos de acuerdo a sus determinantes inconscientes (instintos, complejos infantiles, mecanismos de defensa, etc.). Para el Conductismo la conducta del hombre se explica por su aprendizaje a partir de estímulos y respuestas. Para el Humanismo, el psiquismo y la personalidad se conciben a partir de sus potencialidades internas de auto realización. Para los psicólogos soviéticos el psiquismo y la personalidad constituyen el reflejo de las relaciones sociales y de la cultura. Sin embargo, como hemos visto, entre los psicólogos soviéticos encontramos notables diferencias: Por ejemplo, Leontiev, Galperin y sus seguidores estudian el psiquismo y la personalidad en el contexto de la actividad externa y discrepan del enfoque de Rubinstein. Rubinstein investiga el psiquismo como el conjunto de condiciones internas y como un auto desarrollo de los procesos psíquicos internos. Vigotski destacó la génesis del psiquismo en su asimilación del medio socio histórico pero tuvo en cuenta el rol activo y creador del sujeto en dicha asimilación.

Uznadze aborda el psiquismo como un “set” o “actitud” interna que

predispone a la acción. Bozhovich concibe la personalidad como la capacidad de auto determinarse del sujeto adulto, de tener una conducta activa y creadora de sí mismo y del medio. Anániev y Lómov son partidarios de la integración sistémica de múltiples determinantes. Lómov, oponiéndose a Leontiev, destaca la importancia de la categoría comunicación. Mientras

Leontiev y otros psicólogos soviéticos no confieren influencia a los determinantes biológicos, Vigotski, Rubinstein y otros sí los tienen en cuenta como importantes factores a considerar en el desarrollo psíquico y en la personalidad. Y como ya hemos dicho, ante estas diferencias, lo que queda en común a todos los psicólogos soviéticos es el criterio de que el psiquismo humano es un reflejo de su medio socio histórico que surge a través de la actividad y se expresa en ella. Este es el aporte fundamental, acertado y muy valioso de la psicología soviética, que no podemos disminuir ni traicionar. Por otro lado, las diferencias de criterio que encontramos dentro de la propia psicología soviética lejos de ser un error o una limitación, constituyen una evidencia de su vitalidad y de las posibilidades que ofrece al desarrollo científico ulterior. De aquí, que para los psicólogos marxistas de todo el mundo la psicología soviética es un tesoro inapreciable que es necesario conservar y estudiar y que constituye un constante ejemplo y una fuente de inspiración para proseguir el camino que ella nos trazó. En ningún otro lugar del mundo la psicología marxista ha encontrado un mayor desarrollo. La psicología soviética fue la fundadora y la impulsora de la posición marxista en psicología. Ella nos señala el camino. Sin embargo, por su propia naturaleza, el marxismo no es un dogma, sino una guía para la acción, que marcha, cada vez en nuevas condiciones histórica, hacia el desarrollo infinito del conocimiento humano. En consecuencia, los psicólogos marxistas, guiados por los principios del materialismo dialéctico e histórico, hemos de tomar de la psicología soviética todo lo que en ella conduce a un mayor desarrollo del conocimiento psicológico, y tomarlo bajo la influencia del contexto cada vez renovado del pensamiento psicológico mundial La psicología marxista cubana también tiene su propia historia. Ella surge sobre la base de un pensamiento independentista cubano representado por Varela, Luz, Martí y Varona. Y también se inspira en todos los aportes de la psicología mundial que han ido cristalizando en la obra de nuestros psicólogos anteriores y posteriores al período revolucionario. En consecuencia, la

psicología marxista cubana es una continuadora de la obra de la psicología soviética, pero sobre nuevas bases que apuntan hacia la integración del conocimiento psicológico, fundamentada en la dialéctica materialista (como lo concibieron Anániev y Lómov) y hacia la consideración del carácter reflejo y creador3 del psiquismo humano, (como lo pensaron Vigotski y Rubinstein). La psicología marxista cubana es y ha de ser aún más en el futuro, la continuadora de la gran obra de la psicología soviética, pero sobre bases nuevas y aún más amplias e integradoras de todo el conocimiento psicológico mundial.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Anániev, B. G, “Las interrelaciones genéticas y estructurales en el desarrollo de la personalidad” en I.I. Iliasov y V. Ya. Liaudis Antología de la Psicología Pedagógica y de las Edades. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 1986. Bozhovich, L. I. La Personalidad y su Formación en la Edad Infantil. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 1976. “El Problema del Desarrollo de la Esfera de Motivaciones del Niño” en L. I. Bozhovich y L. V. Blagonadiezhina Estudio de las Motivaciones de la Conducta de los Niños y Adolescentes. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, (sin fecha) Galperin, P. Ya. Introducción a la Psicología. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 1982,

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Véase nuestro artículo “La Psicología del Reflejo Creador” en Revista Cubana de Psicología Vol. 14, No. 2, 1997. En él destacamos la idea fundamental de que el psiquismo es un reflejo del medio socio histórico que surge a partir de la interiorización de las relaciones sociales, pero, que además es creador y constructor de sí mismo y de la vida social. Reflejo y creación se encuentran en indisoluble unidad y son dos componentes esenciales en la comprensión de la naturaleza socio histórica de la psiquis. El reflejo consciente surge en virtud de la creación, la cual no impide el reflejo sino que lo profundiza. Y a su vez la creación se fundamenta en los reflejos previos.

“Sobre el método de la formación por etapas de las acciones intelectuales” en I. I. Iliasov, V. Ya. Liaudis Antología de la Psicología Pedagógica y de las Edades. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 1986. Leontiev, A. N. “El Hombre y la Cultura” en

Problemas Teóricos sobre Pedagogía. La Habana, 1965.

Problemas del Desarrollo del Psiquismo. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 1974. Actividad, Conciencia, Personalidad.

Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 1981.

Lómov, B. F. “Las categorías de comunicación y de actividad en la psicología” en Temas sobre la Actividad y la Comunicación. Colectivo de Autores. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 1989. Luria, A. R. El Cerebro en Acción. Edición Revolucionaria, Ciudad de la Habana, 1978. Ouznadze, D. “Principes essentiels de la théorie d attitude” en Recherches Psychologiques en U.R.S.S. Editions du Progres. Moscú, 1966. Rubinstein, S. L. El Desarrollo de la Psicología. Principios y Métodos. Editorial Nacional de Cuba. La Habana, 1964. El Ser y la Conciencia. Editora Nacional de Cuba. La Habana, 1965 Principios de Psicología General. Edición Revolucionaria. La Habana, 1969. Shorojova, E. V. y otros (colectivo de autores). Problemas Teóricos de la Psicología de la Personalidad. Editorial Orbe. La Habana, 1980. Shuare, M. La Psicología Soviética tal como yo la veo. Editorial Progreso. Moscú. 1990 Smirnov, A.A. (redactor jefe).

Psicología. Imprenta Nacional de Cuba. La Habana, 1961 Tortosa, F y otros. Una Historia de la Psicología Moderna. Mc Graw Hill. Madrid, 1998. Vigotski, L. S. Pensamiento y Lenguaje. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 1981. Historia del desarrollo de las funciones psíquicas superiores. Editorial Científico Técnica. La Habana, 1987 A. “Prólogo a la traducción rusa del libro de K. Buhler “Ensayo sobre el Desarrollo Espiritual del Niño” en La Psicología Evolutiva y Pedagógica en la URSS. Antología. Editorial Progreso, Moscú, 1987 B.

Capítulo IV: Las teorías psicológicas en América Latina y en Cuba. En la historia de la Psicología latinoamericana se observa que no ha existido una psicología con identidad propia, se ha caracterizado por la penetración de una psicología foránea por las propias condiciones de nuestros países dados el desarrollo económico, político, social y científico. No obstante, consideramos que el hecho de divulgar lo que ocurría en la psicología en el plano universal, así como adecuarlo a la propia realidad de nuestros países latinoamericanos, determina la importancia de este estudio. 4.1. Teorías psicológicas que se han manifestado históricamente en América Latina. La DrC Carolina de la Torre Molina en su libro “Temas Actuales de historia de la Psicología” (1991) realiza un estudio sobre las características del pensamiento psicológico latinoamericano. En esta obra establece una periodización para su estudio, que abarca desde la etapa indígena hasta el decenio de los ochenta del siglo XX. Se realizará un análisis general de las teorías psicológicas que se manifiestan históricamente y su importancia para la educación, resumido de esta obra. En América Latina las ideas y prácticas del contenido psicológico aparecen desde las culturas más antiguas, pero como especialidad y profesión independiente, como disciplina que se enseña en instituciones docentes especializadas, comienza poco antes de mediados del siglo XX. Así vemos que en 1941, a pesar de la existencia de varios laboratorios de diagnóstico y psicometría, sólo se reportan 100 psicólogos profesionales en el continente y sólo se enseñaba psicología como ciencia independiente en la Universidad de México. En las culturas antiguas (mayas, aztecas e incas), buscan el bienestar de las personas y orientan el pensamiento psicológico en función de las necesidades propias de esas culturas. Así, vemos que existen ampliar referencias sobre la existencia, en los antiguos mexicanos, de prácticas y conceptos que pueden clasificarse como “psicológicos”. Estos conceptos y estas prácticas eran utilizados por algunos sacerdotes que realizaban funciones educativas, de orientación y de cura. Además de existir conceptos para designar la personalidad y su estado de equilibrio, se tenían nociones definidas acerca de su educación mediante la acción familiar y la influencia de los “sabios”. Los sabios discutían entre sí las meditaciones filosóficas sobre la vida y la muerte y los conocimientos por cada uno logrados. Se encargaban de propiciar a los otros la posibilidad de lograr sabiduría y salud. También en otras regiones, donde florecieron numerosas culturas indígenas, con desarrollos que incluso resultan asombrosos, se conocen antecedentes de un pensamiento filosófico y psicológico en el cual la magia y las embrionarias concepciones científicas fueron conformando conceptos y prácticas propios de la psicología. En general, las prácticas psicológicas en los distintos pueblos primitivos estaban ligadas a la necesidad de educar y curar a los pobladores para que pudiesen tener una vida más útil y sana. Este no fue el interés de los conquistadores. Los europeos querían a los aborígenes para utilizarlos en su empresa de extraer de las colonias el máximo de lucro con el menor gasto.

Durante la conquista y la colonización, los europeos se caracterizaron por la reproducción en América de sus costumbres, creencias y producciones culturales, reduciendo a su mínima expresión todo lo que fuese ajeno a la identidad y procedencia de los colonizadores. Así, podemos decir que las prácticas y creencias autóctonas se mantuvieron como forma paralela, propia de las poblaciones indígenas, de entender y curar algunos males que la medicina o pedagogía “oficiales” enfrentaban de otras maneras. Todo esto suponía imponer una organización económica y política, cultos y modos de vida, así como oficios, artes y una nueva lengua. Daba por sentado, además, sustituir casi totalmente el modo de abordar la enfermedad mental, la educación y, en general, la vida espiritual, dejando sólo espacio para creencias y costumbres casi clandestinas o para la búsqueda sincrética de la supervivencia de éstas. Lo mismo ocurrió con la cultura negra introducida con la esclavitud. En otros casos no hubo tal sustitución y lo único que se produjo fue el aniquilamiento total, no sólo de las prácticas y costumbres educativas y curativas, sino de la propia población, que no recibió de “la civilización” más beneficio que la pérdida absoluta de la salud y, después, de la vida. En el siglo XVI se fundan los primeros hospitales para enfermos mentales y las primeras universidades, predominaron las concepciones filosóficas y educativas de carácter dogmático, apoyados en la escolástica de Europa que ya caduca, encontró refugio en América. Todo esto, unido a la ausencia de recursos destinados a la salud, determinó que los enfermos mentales fuesen tratados por los religiosos como poseídos por el demonio, mediante exorcismos y otras prácticas apoyadas en concepciones muy poco científicas sobre la locura. En cuanto a las universidades, la actividad giraba en torno a la justificación de la fe, la defensa del innatismo de las ideas, y el freno de las nuevas concepciones científicas. No obstante todo lo dicho, se observa en la medida en que van apareciendo personas interesadas, por razones religiosas, éticas o económicas, en los nativos y en los negros esclavos, y grupos preocupados por el desarrollo económico y social de las colonias, de cuyas economías dependían sus ingresos, las ideas sobre la enfermedad mental y el enfrentamiento a la misma, así como las concepciones educativas y culturales, comienzan a progresar de manera significativa, comenzando a pasar de la reproducción acrítica a la asimilación más creativa. Así, en México, Alonso de la Cruz publicó en 1557 un libro, titulado Physica speculatio, donde no sólo se divulgan y comentan las ideas psicológicas desde Aristóteles hasta la época, sino también los problemas relacionados con los efectos del clima y de algunas plantas medicinales. En Brasil, en el siglo XVII, se destaca la existencia de sermones religiosos que revelan la presencia de descripciones sistemáticas de los fenómenos emocionales como la tristeza o las pasiones, así como de técnicas de control o de “terapia” encaminadas al equilibrio y educación de la personalidad. Más tarde, en el siglo XVIII, van a ser más frecuentes las publicaciones y las acciones dedicadas al entendimiento de los fenómenos mentales, así como al tratamiento de diferentes problemáticas surgidas al calor de los nuevos tiempos. En toda América Latina, el proceso final de gestación y de independencia de la psicología está indisolublemente ligado al otro proceso, más general, de gestación e independencia de las

naciones ocurrido durante la primera mitad del siglo XIX, con excepción de Cuba y Puerto Rico (finales del siglo), aparece un pensamiento psicológico independiente, donde los latinoamericanos piensan con “cabezas propias” en los “problemas propios”, comienza tener sentido la independencia de la psicología. A esta independencia contribuyeron las luchas populares por la liberación anticolonial y contra la esclavitud, el pensamiento científico más avanzado y las ideas más revolucionarias de la época. Todo ello aceleró, junto al proceso de formación de las nacionalidades y de la conciencia nacional, la aparición del objeto de la nueva disciplina: el pueblo latinoamericano. Los hombres implicados en las luchas populares contra la esclavitud y por la independencia sentían la necesidad de encarar los problemas de la educación y la salud de todos los pobladores, así como de identificar las peculiaridades que los distinguían como pueblo como nacionalidad.

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Los hombres más avanzados y cultos desarrollaron un pensamiento psicológico original, universal y profundo, lo que contribuyó a: La crítica de la escolástica y la difusión, aplicación y desarrollo de nuevas ideas científicas, muy ricas en los campos vinculados al pensamiento filosófico, pedagógico y médico. El estudio y reflexión acerca del carácter o identidad nacional. En México: Benito Díaz de Gamarra, José Ignacio Bartoloche, Enrique Aragón, Ezequiel Chávez y Rafael Serrano; en Colombia: Francisco José de Caldas y Proto Goméz, en Cuba: José Agustín Caballero, José Antonio Saco, Félix Varela, José de la Luz y Caballero, José Martí y Enrique José Varona; son ejemplos ilustrativos de la riqueza, universalidad y originalidad que caracterizaron a nuestros pensadores de entonces. En sus obras se trata el problema del conocimiento, la relación de la conciencia con su substrato biológico, los fundamentos psicológicos de la educación, la descripción y clasificación de enfermedades, la psicología de los pueblos, a más de otros temas. En lo que concierne al problema de la identidad o carácter nacional, es también importante el aporte de los latinoamericanos. Desde el siglo XIX en Argentina, México, Ecuador, Colombia, Bolivia, Perú, Venezuela y Cuba, entre otros países, se encuentran trabajos en los cuales se trata el tema del nacionalismo y del carácter nacional y aparecen algunos estudios específicos sobre la psicología social de los pueblos latinoamericanos. Junto a Ezequiel Chávez, Carlos Octavio Bunge, Horacio Piñero (fundador en 1898 del primer laboratorio) y otros, los nombres de Enrique José Varona, de Cuba y José Ingeniero, de Argentina, encabezan la relación de aquellos que cierran esta primera gran etapa de gestión y nacimiento de la psicología latinoamericana. Todos ellos, fueron considerados los primeros psicólogos del continente. Ingenieros posee una vasta producción escrita en la cual sostiene posiciones psicológicas caracterizadas por un enfoque humanista y por la consideración del método genético como el idóneo para el conocimiento del hombre. Estudió los diferentes aspectos de la personalidad como los ideales, las emociones y su expresión, el amor, la vanidad, la felicitad, la ética, la voluntad y otros temas relacionados con la moral y el desarrollo del carácter. Su defensa y estudio de las virtudes humanas, de la necesidad de propiciar, con ayuda de la educación, la aparición de hombres poseedores de ideales, altruistas, consecuentes, inteligentes, sensibles y libres de dogmatismos y prejuicios, así como capaces de consagrar sus

vidas, con audacia y fe, a la búsqueda de nuevas verdades y a la realización de magnas obras, constituyó un poderoso aliento para el desarrollo de las ideas científicas y humanistas en psicología. Esta psicología se caracterizó no sólo por la independencia, amplitud y diversidad del conocimiento, sino también por la profundidad filosófica, originalidad, criterio propio e interés en conocer todo lo que en el mundo se hacía para aplicarlos, de manera creativa, a la solución de los problemas de cada país. Era también, junto a sus particularidades propias, una psicología universal, donde los aportes de Spencer, Stuart Mill, Compte, Wundt, Charcot, James, Baldwin, Janet, Bergson, Claparede y de todos los que hasta la época habían descollado, eran tan frecuentemente citados como sometidos a crítica. En la primera mitad del siglo XX, la psicología comenzó a crecer y abrirse un espacio científico y profesional propio en un escenario caracterizado por el afianzamiento de los lazos neocoloniales con Estados Unidos. Era realmente, un duro reto para una psicología que había encontrado su razón de ser en el estudio de nuestros problemas específicos y nuestra identidad, y que había podido, incluso bajo las condiciones coloniales, incorporar el conocimiento más avanzado de Europa de una manera generalmente creativa y acorde con nuestras realidades, así como mantener, lograda ya la independencia política, el vínculo con la cultura europea sin perder autenticidad. En este período, además de continuar penetrando la psicología europea, se impone con fuerza la psicología norteamericana. Influye el pragmatismo, y el funcionalismo como teoría psicológica, especialmente lo relacionado con la psicología aplicada que tiene influencia tanto en la clínica como en la educación. Se divulga el conexionismo de E. Thordinke y el instrumentalismo de J. Dewey, que penetra en las concepciones sobre el aprendizaje. En Latinoamérica, surgen figuras importantes que profundizan en el conocimiento psicológico universal y tratan de adecuarlos a la realidad de nuestros países. Junto a algunos de los primeros psicólogos como Chávez, Ingenieros y Varona; Emilio Mira y López, Waclaw Radecki, Honorio Delgado, Alfonso Bernal, Enrique Aragón, Enrique Mouchet entre otros, forman parte de los que, aún bajo la influencia europea, contribuyeron al desarrollo de diferentes vertientes de la pasicología aplicada y la difusión de nuevas corrientes y técnicas. Entre ellos, es necesario destacar al argentino Aníbal Ponce, que trata de comprender la personalidad humana y las relaciones del hombre con su medio, destacándose, entre sus méritos más sobresalientes, la aplicación de sus concepciones marxistas al análisis de los problemas psicológicos; se destaca el enfoque histórico y la necesidad de privilegiar el método genético. La fundación de gabinetes de diagnóstico y orientación, de institutos de psicotécnica, cátedras y laboratorios y la apertura de espacios en la educación y la salud fueron, junto a la creación de técnicas propias y de obras personales, algunos de los empeños de estos profesionales. La producción escrita y la práctica de muchos de ellos nos muestran el tránsito de que se ha hablado, así como las contradicciones propias del período. Este período se caracteriza por la coexistencia de las influencias anteriores e incluso de las formas propias de encarar la psicología con una progresiva introducción de nuevas corrientes norteamericanas (o europeas a veces americanizadas) y con una tendencia academicista en la cual se perdía el espíritu anterior. Así, para algunos lo nuevo no fue más que un elemento enriquecedor que podría contribuir, como era costumbre, al tratamiento de nuestra realidad, y

para otros, menos impregnados del estilo propio de los grandes fundadores, algo que se incorporaba sin necesidad de ponerlo en función de las nuevas situaciones. En unos y otros casos, la forma de incorporación de la pujante psicología de Norteamérica dependió, por supuesto, de la formación, sentido profesional e intereses de cada cual. Entre los hechos significativos de ese período, está la divulgación del psicoanálisis y la conformación posterior de la primera asociación oficial. El movimiento psicoanalítico argentino, caracterizado por una orientación freudiana y kleiniana, constituido por personas ajenas al positivismo y en algunos casos sensibilizados con los problemas políticos y sociales, insertado en un país donde la tradición europea no corría la misma suerte que en el resto del subcontinente (por razones no sólo económicas, sino históricas, políticas y culturales), estaba llamado a desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de enfoques alternativos, contrapuestos a los pragmáticos, bajo cuya influencia evolucionaría la psicología posterior, no sólo en Argentina, sino en otros países del Cono Sur. Lamentablemente, la institucionalización del psicoanálisis y su propagación no ocurrieron de manera consecuente con el espíritu de los fundadores, convirtiéndose el grueso del movimiento, como se verá después, en un apoyo más para las clases dominantes. Pero en 1945 el psicoanálisis latinoamericano era todavía una semilla en proceso de germinación. Lo característico del período era una psicología a la cual se iban insertando nuevos avances aplicados en los campos de las mediciones mentales, la psicología infantil y la clínica en sus aspectos más vinculados al diagnóstico y la selección profesional, así como los enfoques teóricos de las corrientes dominantes en Estados Unidos. En América Latina se manifestaba la contradicción entre lo que se necesitaba de la psicología, la pedagogía y otras ciencias humanas y lo que los intereses gobernantes consideraban oportuno promover o permitir. Entre lo que se promovía estaba la posibilidad de que nuestros psicólogos viajaran a Estados
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